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ECONOMÍA SERIE DOCUMENTOS No. 43, julio de 2004 Pobreza, empleo y distribución del ingreso en las zonas rurales de Colombia, durante la década de 1990. Una revisión de la literatura Ricardo Argüello ISSN 0124-4396 BORRADORES DE INVESTIGACIÓN BORRADORES DE INVESTIGACIÓN

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    A SERIE DOCUMENTOS

    No. 43, julio de 2004

    Pobreza, empleo y distribucin del ingresoen las zonas rurales de Colombia, durantela dcada de 1990. Una revisin de la literatura

    Ricardo Argello

    ISSN 0124-4396

    BORRADORESDE

    INVESTIGACIN

    BORRADORESDE

    INVESTIGACIN

  • Centro Editorial Rosarista Facultad de Economa Autor del libro: Ricardo Argello

    Todos los derechos reservadosPrimera edicin: julio de 2004ISSN: 0124-4396Impresin digital: JAVEGRAF - Colombia

    ARGELLO, Ricardo Pobreza, empleo y distribucin del ingreso en las zonas rurales de Colombia, durante la dcada de 1990: unarevisin de la literatura / Ricardo Argello. Bogot: Centro Editorial Universidad del Rosario, 2004.

    30 p. : cuad., tab. - (Economa. Serie Documentos, Borradores de Investigacin; 43).Incluye bibliografa.ISSN: 0124-4396

    POBREZA RURAL COLOMBIA - 1990 / EMPLEO RURAL - COLOMBIA / DISTRIBUCIN DELINGRESO COLOMBIA - 1990 / DISTRIBUCIN [TEORA ECONMICA] / COLOMBIA ASPECTOSSOCIOECONMICOS / COLOMBIA CONDICIONES RURALES / AGRICULTURA Y ESTADO / DE-SARROLLO RURAL COLOMBIA / DESEMPLEO - COLOMBIA / I. Ttulo / II. Serie.

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    POBREZA, EMPLEO Y DISTRIBUCIN DEL INGRESOEN LAS ZONAS RURALES DE COLOMBIA, DURANTE LA DCADA

    DE 1990. UNA REVISIN DE LA LITERATURA

    RICARDO ARGELLO C.*[email protected] del Rosario

    RESUMENEn este trabajo se examinan los ms importantes estudios realizados sobre la pobreza, el empleo y la

    distribucin del ingreso en zonas rurales de Colombia, con especial referencia a la dcada de 1990. Aunquehay cierta dificultad para identificar los hechos estilizados que caracterizan la evolucin de estas variables,durante el perodo de inters, los resultados de la revisin permiten indicar lo siguiente: la pobreza rural tiendea disminuir en el largo plazo, aunque se ve afectada negativamente por el ciclo econmico y por la forma comointeracta con el resto de la economa. El empleo rural disminuye su participacin en el empleo total y tiende aadquirir caractersticas que lo asimilan ms al empleo urbano, en la medida en que parece terciarizarce.Existe un sesgo antirural que determina que la brecha de ingresos rural-urbana se ample secularmente; entanto que las reformas econmicas introducidas a comienzos de la dcada tuvieron una incidencia positiva en ladisminucin de la concentracin del ingreso rural.

    Palabras clave: pobreza rural, empleo rural, distribucin del ingreso, Colombia.

    JEL: O150, O180, E240, J430

    ABSTRACTThe most relevant literature on the incidence of poverty, and the evolution of employment and income distribu-

    tion in Colombian rural areas during the decade of the 90s is examined. Nonetheless it is difficult to identify thestylized facts that allow characterizing the evolution of these variables, the results of the review lead to thefollowing conclusions. The incidence of rural poverty tends to decrease in the long run. However, this trend isnegatively affected by the economic cycle and by the way the rural sector interacts with the rest of the economy. Theshare of rural employment within total employment decreases while it tends to acquire characteristics that make itmore similar to urban employment. This happens as rural employment tertiarizes. There is an antirural biasthat enhances the gap between rural and urban income levels. However, the economic reforms of the beginning ofthe decade seem to have had a positive role in reducing the degree of concentration of rural income.

    Palabras clave: rural poverty, rural employment, income distribution, Colombia

    JEL: O150, O180, E240, J430

    * Profesor Facultad de Economa, Universidad del Rosario.

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    1. INTRODUCCINEn este trabajo se examinan los ms importantes estudios realizados para el caso colombiano,

    con especial referencia a la dcada de 1990, sobre la pobreza, el empleo y la distribucin delingreso en zonas rurales. Los temas y el perodo son de especial significacin por cuanto lapobreza en Colombia tiende a concentrarse en las zonas rurales, y, durante el perodo enconsideracin, se concentraron los efectos de las reformas estructurales que llevaron al pas aexhibir un mayor grado de apertura a la economa internacional. Las conclusiones derivadas deestos estudios pueden servir como base para el anlisis de la evolucin de estas variables en unperodo posterior; momento en el que los efectos transitorios de las reformas deben haberdesaparecido y sus consecuencias de largo plazo ser ms claras.

    No toda la literatura revisada se centra en el estudio especfico del sector rural. De hecho,una parte importante del material relacionado con ste se deriva de referencias relativamentemarginales obtenidas en varios estudios. Esta circunstancia hace que sea difcil identificar unaserie de hechos estilizados que permita caracterizar con relativa claridad las tendencias decomportamiento de las variables examinadas. Esto sucede en parte debido a que los resultadosde los estudios tienden a ser diversos y a la variedad de metodologas empleadas en ellos. Eneste sentido puede decirse que los estudios presentan una cierta fragilidad cuando son observadosdesde el punto de vista de la caracterizacin del sector rural.

    De una forma muy sinttica, podra decirse que parece haber una tendencia moderada a ladisminucin secular de la incidencia de la pobreza en el sector rural. Esta tendencia se ve perturbadanegativamente por los efectos transitorios, aunque en ocasiones apreciables en magnitud, delciclo econmico y de las caractersticas de la interaccin entre el sector rural y el resto de laeconoma. De manera similar, el empleo en zonas rurales presenta una tendencia moderada alaumento, que no es suficiente para impedir que la participacin del mismo, dentro del conjuntodel empleo nacional, sea decreciente. Por otra parte, se encuentra una especie de modernizacindel empleo rural en el sentido en que ste comienza a mostrar caractersticas ms cercanas a lasque muestra el empleo formal urbano. As, los empleados rurales son, en promedio, ms educadosque en el pasado y la mujer tiende a mostrar tasas de participacin mayores; situacin similar a laque existe con la participacin de los grupos de edad intermedios. Estas caractersticas parecenrelacionarse con la creciente terciarizacin del empleo rural. Por ltimo, parece constatarse lapresencia de un sesgo antirural en el proceso de desarrollo, que lleva a una ampliacin paulatinade la brecha de ingresos entre las zonas rurales y las urbanas. Este sesgo se presenta a pesar de queno se encuentra evidencia que las reformas que aumentaron el grado de apertura de la economa,tuvieran incidencia directa sobre el aumento de la pobreza rural; stas, por el contrario, parecierandisminuir el grado de concentracin del ingreso al interior del sector.

    Este artculo se ha organizado de la siguiente manera: en la segunda seccin se hace unapresentacin de la evolucin de la pobreza en el sector rural; sta incluye una revisin del temade la incidencia de la pobreza, del anlisis de los efectos distributivos sobre la misma, de ladistincin entre los efectos de crecimiento y distribucin, as como una presentacin del perfilde los pobres rurales. En la tercera seccin se trata sobre el tema del empleo rural: all seexamina la evolucin general del empleo y desempleo rurales, se presenta una caracterizacin

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    de la oferta laboral rural y se examinan la estructura del empleo rural y los ingresos laboralesrurales. La distribucin del ingreso rural es el tema de la cuarta seccin; bsicamente se examinanla evolucin de la distribucin del ingreso rural-urbana y la evolucin del ingreso al interior delsector rural. En la quinta seccin se presentan resultados de estudios sobre el impacto de lamacroeconoma y las reformas econmicas sobre el sector y su relacin con las variables objetode inters. Finalmente, en la sexta seccin se presentan las conclusiones.

    2. EVOLUCIN RECIENTE DE LA POBREZA RURAL2.1. LA INCIDENCIA DE LA POBREZA

    Distintos estudios tienden a sealar la presencia de una tendencia decreciente en la incidenciade la pobreza en Colombia a partir de la dcada de los setenta. No obstante, diferencias en ladefinicin operativa de la pobreza y en el tratamiento metodolgico de los indicadores empleadospara medirla, oscurecen en cierta medida esta apreciacin.1

    1 La fuente comnmente empleada, y prcticamente la nica existente, para los estudios sobre pobreza y distribucindel ingreso son las Encuestas Nacionales de Hogares (ENH) realizadas por el DANE. Estas se ejecutantrimestralmente desde 1973, con diferentes coberturas urbanas, y desde 1992 la etapa III, correspondiente al mes deseptiembre, tiene tambin cobertura rural. Por esta razn, los estudios sobre pobreza, empleo y distribucin delingreso en zonas rurales han tomado como base las encuestas de hogares con cobertura nacional de los aos 1978y 1988 (que incluan zonas rurales), la etapa IV de la ENH de 1991 (que, excepcionalmente, tuvo cobertura rural),las etapas III de la ENH entre 1992 y el ltimo ao disponible y la Encuesta de Caracterizacin Socio-Econmicadel DANE (Casen), realizada en 1993 con cobertura nacional.Las dificultades existentes para la comparacin y contraste de los resultados de los distintos estudios realizadossobre el tema vienen de cuatro fuentes. Primera, los diseos muestrales y la cobertura de las encuestas han venidocambiando con el tiempo. Por ejemplo, los criterios de estratificacin se han modificado y nuevas ciudades se hanincorporado paulatinamente a la ENH. Estas diferencias hacen que los datos producidos por diferentes perodosde ejecucin de la ENH no sean estrictamente comparables. Segunda, hay problemas de informacin derivados deldiseo de la encuesta. El principal es el llamado problema de censuramiento que consiste en la asignacin de unnmero insuficiente de dgitos para el registro de los datos de ingreso. Entre 1982 y 1993 la encuesta permita soloseis dgitos para capturar el ingreso mensual y entre septiembre de 1993 y diciembre de 1995 permita siete, lo queimplic un subregistro sistemtico de los ingresos de la poblacin de ms alto ingreso. Por otra parte, con relacina los ingresos por capital, la ENH captura solo los provenientes de intereses, dividendos y pensiones, dejandoexcluidos los dividendos no distribuidos y las ganancias corporativas, fuentes que de acuerdo con Sarmiento (95)se concentran en los deciles ms altos y pueden responder hasta por el 20% del ingreso total. Tercera, problemasasociados a la recoleccin de la informacin. Han existido inconsistencias entre el valor reportado de los ingresos yla periodicidad de percepcin del mismo, que han llevado a sobrestimar el ingreso. Otras dificultades vienen de loscasos normales de negativa a suministrar la informacin, de omisin de datos, etc. Cuarta, diferencias en lasmetodologas empleadas en los estudios, incluyendo las que hacen relacin a la forma como intentan solucionaralgunos de los problemas originados en los puntos anteriores.Las dificultades generadas en los temas muestrales no han sido, al menos explcitamente, tratadas por los diferentesautores. Posiblemente la ms relevante de todas tiene que ver con los intervalos de confianza pertinentes para lasestadsticas e indicadores generados en los estudios. As, por ejemplo, mientras cambios relativamente modestosen los valores absolutos de indicadores como el coeficiente de Gini pueden ser significativos desde el punto de vistade apreciar la evolucin de la pobreza rural, no hay una informacin que permita establecer si dichos cambios sonsignificativos desde el punto de vista estadstico. Un mejoramiento o empeoramiento detectado de la pobrezapuede sencillamente deberse a un cambio de valores del indicador que, desde el punto de vista estadstico, estndentro del margen de error derivado del diseo muestral. Otro tanto podra decirse con respecto a las participaciones

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    De acuerdo con Londoo: ... la pobreza en Colombia tendi a disminuir rpidamente entre1970 y 1995, con mayor velocidad en los noventa (1997b, pag. 33). Igualmente, Ocampo yotros (1998),2 analizando el perodo 1978-1995 concluyen que la pobreza en Colombia hadisminuido. En estos dos estudios se resalta adems el hecho de que, en materia de incidenciade la pobreza, el pas ha dejado de estar situado por encima de los patrones internacionales parasu nivel comparativo de desarrollo.

    La tendencia a la reduccin de la pobreza no ha sido, sin embargo, homognea a lo largo deltiempo. De hecho, estudios como los de May (1995)3 y Urrutia (1993) muestran ascensos en laincidencia de la pobreza a nivel nacional para 1992, mientras que el trabajo de Ocampo sealaun comportamiento permanente a la baja aunque con fluctuaciones en su magnitud.

    A pesar de que la pobreza rural sigue el patrn general decreciente de la pobreza nacional, laconcentracin de sta en las zonas rurales contina siendo una caracterstica sobresaliente de lapobreza en Colombia. La aparente evolucin reciente de la pobreza indicara que estaconcentracin se ha agudizado. En la Tabla 1 se presentan diferentes estimaciones para la tasade incidencia de la pobreza en Colombia.

    De acuerdo con Ocampo, la cada en la incidencia de la pobreza que caracteriz la dcada delos setenta (y que fue seguida por un relativo estancamiento de sta en el perodo posterior) sedebi esencialmente a cuatro factores. Primero, la cada en el excedente de mano de obra rural,resultado de los fuertes procesos migratorios existentes desde la dcada de los cincuenta. Segundo,el rpido proceso de acumulacin de capital en el campo, coincidente con los procesos migratoriosanteriormente mencionados. Tercero, la cada rezagada de los diferenciales salariales urbano-rurales producida por los dos anteriores fenmenos. Cuarto, el impacto tardo de la polticasocial del Frente Nacional.

    de los diferentes deciles de ingreso dentro del ingreso acumulado de los hogares y a sus ingresos medios y la formacomo evolucionan en el tiempo. En lo que respecta a los problemas derivados de los cambios en cobertura, algunosautores han tratado de controlarlos limitndose a trabajar la informacin disponible para el mismo conjunto deciudades en diferentes aos. Un tema relacionado, pero relativamente independiente de las fuentes de informacin,se refiere al uso de diferentes criterios para definir a la poblacin rural.Las dificultades derivadas del diseo de la ENH y de los problemas de recoleccin, se han abordado recurriendo adiferentes procedimientos relativamente ad hoc. Una ilustracin de este tipo de procedimientos se encuentra enLeibovich (98). As mismo, un recurso relativamente comn es limitarse a trabajar la informacin sobre ingresoslaborales, ignorando la relacionada con ingresos de capital.La mayor disponibilidad de datos para el estudio de temas relacionados con la pobreza, el empleo y la distribucindel ingreso, particularmente en lo que se refiere a las zonas rurales, conjuntamente con la realizacin de la MisinSocial del D.N.P. y el inters por evaluar el impacto de las reformas econmicas, han llevado a la ejecucin de un ciertonmero de estudios de inters. Este acervo de informacin y de anlisis, sin embargo, debe ser considerado conalguna precaucin. No solo porque sus resultados son alcanzados desde perspectivas analticas diferentes, sinoporque, como se acaba de resaltar, la informacin disponible y su tratamiento tienen una relativa carencia de larobustez deseable para alcanzar resultados concluyentes.

    2 En adelante referido como Ocampo.3 En adelante referido como May.

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    TABLA 1ESTIMACIONES ALTERNATIVAS DE LA INCIDENCIA DE LA POBREZA EN COLOMBIA*

    Estudio Tasa de Incidencia 1978 1988 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997

    Urbana 12.1 8.0 7.8 8.0 Rural 38.4 33.1 29.0 31.2

    May (95)

    Nacional 23.6 18.7 16.9 17.7 Urbana 15.9 - 11.0 10.7 8.4 8.0 7.5 Rural 30.6 36.0 31.4 30.8 30.0 28.5 26.2

    Ocampo y otros (98)

    Nacional 22.3 - 19.6 19.1 17.4 16.5 15.2 Urbana 3.1 8.0 7.0 10.3 Rural 38.4 33.1 26.7 31.2

    Urrutia (93)

    Nacional 18.5 18.7 15.4 19.0 Lpez (98) Rural 25.1 38.5 24.5 22.0 19.4 37.0 36.6

    * La estimacin de May se refiere al porcentaje de la poblacin total cuyos ingresos son inferiores a los necesarios paraadquirir una canasta mnima de alimentos (lnea de pobreza por ingresos, entre US$25 y US$33); la de Ocampo y otrosse refiere a la lnea de pobreza internacional (equivalente a US$60 valorados a la PPP de 1985); la de Urrutia se refiere alporcentaje de poblacin bajo la lnea de indigencia construida por el DNP; la de Lpez se refiere al porcentaje de hogaresrurales bajo la lnea de indigencia (los datos de Lpez para algunos aos son aproximaciones hechas a partir de lainformacin grfica presentada por el autor).4

    Para May la incidencia de la pobreza se reduce entre 1978 y 1991, pero aumenta en 1992 debidoal relativamente pronunciado crecimiento que en ese ao experimenta la pobreza rural. Este ltimose produce a raz de la crisis que aquej al sector agropecuario y a la consiguiente cada del ingresorural. En el captulo sobre el impacto de la macroeconoma y las reformas econmicas se volversobre este punto. Segn este mismo estudio, durante el perodo 1978-1988 los ingresos de los hogaresurbanos y rurales ms pobres crecieron ms rpido que los correspondientes a los hogares urbanos,a la par que los rurales disminuan. La consecuencia de esta dinmica es una notable disminucin enla desigualdad de los ingresos, cuyos efectos son ms pronunciados en el sector rural.

    Por otra parte, el efecto de los movimientos de poblacin entre los sectores urbano y rural secalcula que tuvo una incidencia mnima sobre la pobreza, al permanecer la distribucindemogrfica de la poblacin prcticamente inalterada. En estas condiciones se estima que lareduccin en la desigualdad de los ingresos, el llamado efecto de distribucin, es el principalfactor explicativo en la disminucin de la pobreza entre 1978 y 1988. A partir de entonces, yhasta 1992, la incidencia de la pobreza urbana permanece prcticamente constante y la evolucinde la pobreza en general responde a los movimientos de la pobreza rural.

    Como se observa en la Tabla 1 para Ocampo la incidencia de la pobreza ha disminuidoconsistentemente entre 1978 y 1995, en tanto que la pobreza rural aument significativamenteentre 1978 y 1988, presentando en 1991 una tasa de incidencia superior a la de 1978 pero

    4 Los resultados presentados y discutidos en esta seccin se referirn, en cada caso, a los obtenidos para estasdefiniciones particulares de la pobreza.

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    sensiblemente inferior a la de 1988. De acuerdo con Ocampo, entre 1978 y 1991 el crecimientogeneral de los ingresos de los hogares es inferior al del PIB. Este comportamiento positivo se dapese a que los ingresos por trabajador, tanto a nivel urbano como rural, disminuyen. En efecto,se calcula que el ingreso real por trabajador disminuye a razn de 1.04% anual durante el perodo,mientras que las cifras correspondientes a los sectores urbano y rural son 1.23% y 0.68%respectivamente (este tema se ampla en la siguiente seccin).

    2.2. LA MAGNITUD DE LOS EFECTOS DISTRIBUTIVOSDe acuerdo con May, entre 1978 y 1988 el ingreso real por persona para los deciles 1 y 2 de

    la poblacin urbana creci a una tasa anual de 2.2%, en tanto que para estos mismos deciles dela poblacin rural creci al 1.3% (dando lugar al efecto de disminucin en la desigualdad de losingresos mencionado arriba). Para el perodo 1988-1992, el 20% ms pobre de la poblacinurbana vio aumentar su ingreso per capita apenas en 1.8% anual hasta 1991, para luego bajar en1.1% en 1992. Por su parte, en el caso de estos mismos grupos de poblacin rural el ingreso realpor persona creci al 5% anual entre 1988 y 1991 y cay 13% en 1992.

    Informacin similar generada por Ocampo muestra que entre 1978 y 1991 el ingreso realurbano per capita creci al 0.34% anual, en tanto que el rural creci al 1.16%. Estos mismosdatos para los deciles 1 y 2 de la poblacin urbana y rural son 1.39% y 0.05%, respectivamente.Como puede apreciarse, la consistencia de la informacin de Ocampo con la de May es altapara el caso del sector urbano; sin embargo, parece inconsistente en el caso del sector rural.Esta diferencia se refleja en los clculos de la tasa de incidencia de la pobreza rural presentadosen Tabla 1.

    Ocampo encuentra que la incidencia de la pobreza rural disminuye sistemticamente entre1991 y 1995. Esto sucede al mismo tiempo que el ingreso real per capita rural disminuye a raznde 5.7% anual. La causa de la mejora en los niveles de incidencia de la pobreza, entonces,parece relacionarse esencialmente con los efectos distributivos. En efecto, mientras el ingresoper capita de los deciles 1 y 2 rurales crece a una tasa anual de 4.12%, el correspondiente al decil10 disminuye a una tasa de 14.3% (algo similar sucede con los ingresos por trabajador).

    La crisis de la agricultura es la causa visible de la cada en los ingresos rurales. Segn Ocampo,la contraccin de las oportunidades de empleo afect duramente a los hogares rurales de ingresomedio y bajo, en tanto que el descenso en los ingresos no salariales golpe a los de ingreso alto.En circunstancias de reduccin en el empleo rural, la presencia de tasas positivas de crecimientoen el ingreso per capita y en el ingreso por trabajador, para este grupo de hogares, ha sido asociadaa un posible aceleramiento de la migracin rural-urbana durante este perodo. Esta hiptesis,sin embargo, no ha sido explorada con rigor y contrasta con el casi nulo efecto sectorial(migratorio) que encuentra May sobre la evolucin de la pobreza entre 1978 y 1988. Londoo(97a y 97b) presenta un razonamiento que apoya la hiptesis de Ocampo.

    Es importante mencionar, por otra parte, que las cifras de empleo rural provistas en Tabla2 (en el siguiente captulo) muestran descensos relativamente moderados en la tasa deocupacin. Esto sucede debido a que, pese a la disminucin en los niveles absolutos deempleo (3.7% en 1992 respecto a 1991, para luego presentar una recuperacin lenta que los

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    lleva en 1995 a niveles cercanos a los de 1991), la tasa de participacin durante este perododisminuye de 56.75% a 54.66%, teniendo su nivel ms bajo en 1993 con 53.77%.Comportamiento que induce preguntas adicionales acerca de la hiptesis de la migracinrural-urbana durante el perodo.

    2.3. EL EFECTO CRECIMIENTO Y EL EFECTO DISTRIBUCINMay descompone las variaciones en la tasa de incidencia de la pobreza rural entre el efecto

    crecimiento y el efecto distribucin para el perodo 1978-1988. Los resultados indican que latotalidad de la disminucin registrada en la pobreza se origina en cambios positivos en la dis-tribucin del ingreso, en tanto que el crecimiento (expresado como impacto del ingreso mediosobre la pobreza) tiene un efecto negativo. En contraste, en las zonas urbanas tanto el efectodistribucin como el efecto crecimiento son positivos en la reduccin de la pobreza, siendo elprimero considerablemente ms importante.

    Una descomposicin similar calculada por Ocampo muestra resultados contradictorios. Estadivergencia puede deberse en parte a la diferencia existente entre los perodos analizados (1978-1988 para May y 1978-1991 para Ocampo), pero sin duda est largamente determinada por losresultados de sus respectivas estimaciones de la tasa de incidencia de la pobreza. Para Ocampo,entre 1978 y 1991, la incidencia de la pobreza rural aument y en la determinacin de esteaumento el factor fundamental es el efecto distributivo regresivo, que de hecho domina alefecto positivo que se deriva del ingreso medio. Este es un punto que futuros anlisis sobre eltema deberan tratar de esclarecer.

    Ocampo extiende este anlisis al perodo 1991-1995 encontrando que el patrn registradoen el perodo anterior se reversa. Ahora la disminucin en la tasa de incidencia de la pobrezarural est determinada por el efecto positivo de la distribucin del ingreso, que domina alefecto negativo del crecimiento. El factor comn a ambos perodos es el papel dominanteque los efectos distributivos tienen sobre los efectos de crecimiento, lo que sera un indicadorde la debilidad de los ingresos medios rurales para generar disminuciones en la tasa deincidencia de la pobreza.

    2.4. EL PERFIL DE LOS POBRES RURALESTanto May como Ocampo desarrollan modelos logsticos para medir cmo cambia la

    probabilidad de que un hogar sea pobre, cuando cambian ciertas caractersticas del mismo.Aunque no es posible hacer una comparacin de sus resultados debido a que las estimacionesse hacen para diferentes aos y agrupaciones, es til examinarlos brevemente.

    Ocampo estima estos cambios en la probabilidad de ser pobre para los aos 1978 y 1995,para el total de los hogares (urbanos y rurales) e incluye una variable de residencia en el rearural para medir el impacto especfico de la ruralidad. Los resultados que encuentra se puedenresumir as: el riesgo de que una familia sea pobre aumenta cuando el nivel educativo del jefe esbajo, el del cnyuge es bajo (aunque el impacto de esta variable es ms atenuado), la edad deljefe (asimilable a su experiencia) es baja y el nmero de dependientes (especialmente de niosmenores de 10 aos) es alto. El efecto de la educacin del jefe es el factor ms importante y se

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    hace mayor an en 1995 y el de la educacin del cnyuge es importante solo si su nivel educativoes relativamente elevado. La edad del jefe es significativa solo en 1995 y el efecto de los depen-dientes disminuye en importancia para ese mismo ao.

    La residencia en zonas rurales tiene, en ambos aos, una incidencia negativa sobre la pobreza,que aumenta considerablemente entre los dos aos. Finalmente, la posicin ocupacional deljefe parece tener un efecto moderado, en el que destacan dos hechos: primero, los empleos detipo formal disminuyen la probabilidad de ser pobre, aunque este efecto se haceconsiderablemente menor en 1995. Segundo, el trabajo por cuenta propia disminuye laprobabilidad de ser pobre en 1978, pero la aumenta en 1995.

    May hace estimaciones independientes para hogares urbanos y rurales para el ao 1992 y susresultados tienden a coincidir con los de Ocampo. Sin embargo, la especificacin de los modelosempleados difiere considerablemente. En general, May encuentra que la probabilidad de serpobre aumenta con el nmero de nios en el hogar y con el hecho de que el jefe sea mujer, ydisminuye con la educacin del jefe, la educacin del cnyuge y la edad del jefe. Para el caso delas dos primeras caractersticas, la magnitud del efecto en el caso de los hogares rurales es msdel doble que en el de los urbanos, lo que tendera a confirmar la discriminacin contra loshogares rurales encontrada por Ocampo. En el caso de las segundas tres caractersticas, seencuentra que el impacto positivo de la educacin del jefe es mayor en los hogares rurales y losde la educacin del cnyuge y la edad del jefe son menores.

    Un anlisis complementario al presentado es el obtenido por la simple descripcin de lascaractersticas de los hogares rurales pobres, el llamado perfil de los pobres. Informacin desdeesta aproximacin es provista por May para 1992 y por Lpez (1998)5 para 1988 y el perodo1991-1997. Para las variables socio-demogrficas bsicas, las conclusiones de los dos autoresson similares. Los hogares rurales pobres tienen un mayor nmero de miembros, un mayornmero de nios y un mayor nmero de empleados. Adicionalmente, May encuentra que lasedades promedio de jefes y cnyuges son mayores y que sus niveles educativos son menores.

    Lpez aporta otras caractersticas de gran inters. Los hogares rurales pobres presentan tasasde participacin y de ocupacin ms bajas y mayores niveles de desempleo, el porcentaje deempleados en el sector primario aumenta y, paralelamente, disminuye el de ocupados en lossectores terciarios. Adicionalmente, disminuye la importancia del empleo formal (obreros,empleados y patronos) y aumenta el informal (trabajadores por cuenta propia y ayudantesfamiliares sin remuneracin). Se volver sobre algunos de estos puntos en las secciones quetratan sobre empleo y distribucin del ingreso.6

    5 En adelante referido como Lpez.6 Una panormica sobre la evolucin de la pobreza rural, aunque desde una perspectiva diferente a la ac empleada,

    se encuentra en Gmez y Duque (1998).

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    3. EL EMPLEO RURAL7

    3.1. EVOLUCIN GENERAL DEL EMPLEO Y EL DESEMPLEO RURALESUn examen de las tasas de crecimiento intercensal de la poblacin en Colombia (Leibovich,

    Rodrguez y Nupia, 19978 ); muestra dos grandes conclusiones. Primera, que la tasa de crecimientode la poblacin ha venido disminuyendo sistemtica aunque cada vez ms lentamente, lo quecoloca al pas en niveles relativamente elevados para su nivel de desarrollo. Segunda, que elcrecimiento de la poblacin rural es considerablemente menor que el de la urbana; efecto quese debe al impacto de la migracin rural-urbana. En estas condiciones, para 1993 la poblacinrural representaba poco ms del 31% de la poblacin total.9

    A pesar de emplear la misma fuente de informacin, diferencias metodolgicas llevan a distintasestimaciones sobre el volumen de empleo rural entre 1988 y 1995. As, por ejemplo, para 1988Balczar, Vargas y Orozco (1998)10 calculan el empleo rural total en 4.95 millones, Reyes yMartnez (1993)11 lo calculan en 4.9 millones y Leibovich (1997) lo calcula en 5.5 millones.12Guardadas estas diferencias, no obstante, estos autores coinciden en sealar un incremento delempleo rural para 1991, seguido de una baja en 1992 y una recuperacin en 1994 y 1995.

    Segn Leibovich (1997), el empleo rural disminuy su participacin en el empleo total entre1988 y 1995, bajando de 40.2% a 38.9%. No obstante, el empleo rural durante este mismoperodo creci a una tasa promedio anual del 1.5%, superior a la tasa de crecimiento intercensalde la poblacin rural econmicamente activa. Las cifras de este autor indican que solo en 1992se present una disminucin absoluta de la poblacin ocupada (a diferencia de Balczar y Reyesque encuentran disminuciones absolutas en 1992 y 1993).

    El deterioro del empleo rural, de acuerdo con Balczar, se debe primordialmente a ladisminucin del empleo agropecuario. Entre 1991 y 1995 se calcula que el empleo en estetipo de actividades se haba reducido en 260 mil plazas; reduccin casi completamentecompensada por el aumento absoluto del empleo no agropecuario (257 mil empleos). Alinterior del sector agropecuario se producen reducciones en el empleo originado en los cultivosde ciclo corto y en la caficultura, mientras se encuentran aumentos en el originado en loscultivos de ciclo largo (mayor a un ao). En tanto que las prdidas de empleo en los cultivos

    7 A los aspectos metodolgicos relacionados con las fuentes de informacin, mencionados en la nota 1, y que sonrelevantes para el estudio de los temas de empleo habra que agregar lo siguiente. Dado que solo la etapa III de laENH tiene cobertura rural, no existe informacin sistemtica disponible para el estudio de la estacionalidad delempleo rural. Adicionalmente, en los estudios no se encuentran referencias explcitas al margen de error asociado alas estadsticas generadas para grupos especficos de poblacin, como los empleados por rama de actividad o porposicin ocupacional; por ejemplo: esto hace que no haya informacin sobre la significancia estadstica de lasdiferencias encontradas en las caractersticas de los grupos.

    8 En adelante referido como Leibovich (1997).9 Definiendo la poblacin rural como la residente en centros poblados sin alcalda y en reas dispersas.10 En adelante referido como Balczar.11 En adelante referido como Reyes.12 Las cifras de empleo de Leibovich (1997) son una aproximacin a partir de la informacin grfica presentada por los

    autores.

  • 12 POBREZA, EMPLEO Y DISTRIBUCIN DEL INGRESO EN LAS ZONAS RURALES DE COLOMBIA DURANTE LA DCADA DE 1990

    Borradores de investigacin - No. 43

    de ciclo corto se vieron ms que compensadas con los aumentos en los de ciclo largo (unos11 mil empleos netos), la falta de dinamismo en el empleo cafetero pareciera ser la responsablepor el deterioro sealado. En trminos generales, esta apreciacin sobre el deterioro del empleorural contrasta con la caracterizacin que hace Lpez sobre el desempleo y a la que se hacereferencia adelante.

    Por lo que hace al desempleo, Balczar estima que entre 1988 y 1993 se mantiene en tasassuperiores al 4%, siendo la ms alta la correspondiente a 1988 y la ms baja la registrada en1991. A partir de 1994 la tasa de desempleo sube considerablemente, situndose en nivelessuperiores al 5.5%, bajando levemente en 1995 y superando el 6% en 1996. Leibovich (1997)encuentra un comportamiento similar para la tasa de desempleo aunque en niveles un pocomayores a los presentados por Balczar. Lpez encuentra un patrn similar, en el que la tasa dedesempleo en 1997 llega al 6.5%.

    Leibovich aporta alguna informacin sobre las caractersticas del desempleo rural durante elperodo 1988-1996. En primer lugar, aunque en 1994 y 1995 el desempleo masculino haaumentado, la tasa de desempleo femenina determina el comportamiento general del desempleorural. A pesar de registrarse creacin absoluta de empleo durante el perodo, su tasa de incre-mento no es suficiente para absorber la oferta generada por una creciente tasa de participacinfemenina (ver siguiente apartado). Adicionalmente, el desempleo se concentra en los grupos deedad ms jvenes y en la poblacin con nivel educativo de secundaria completa, hecho asociadoa cambios en la estructura caracterstica del empleo rural (ver adelante).

    A este cuadro, Lpez aade una caracterstica adicional. La contribucin del sectoragropecuario al desempleo rural es relativamente moderada y tiende a mantenerse constantedurante el perodo 1988-1997, lo que indicara que se trata bsicamente de desempleo friccional.En 1997, el ao con mayor tasa de desempleo del perodo, el sector agropecuario contribuyecon el 23% del desempleo, cifra moderadamente superior al promedio encontrado para latotalidad de ste. Sectores como los servicios, el comercio, la construccin y las manufacturaspresentan tasas elevadas de desempleo y, en conjunto, contribuyen mucho ms que el sectoragropecuario al desempleo rural. Por esta razn, el perfil del desempleado rural est sesgadohacia las mujeres, las personas jvenes y las personas con algn nivel educativo. No obstante,las personas con niveles educativos nulos y de primaria incompleta o completa (que tienentasas de desempleo moderadas), conjuntamente representan casi el 55% del desempleo (en1997) y buscan trabajo en sectores diferentes al agropecuario.

    En Tabla 2 se presenta alguna informacin bsica sobre el empleo y desempleo rurales.

    3.2. CARACTERSTICAS DE LA OFERTA LABORAL RURALA partir de informacin censal, Leibovich (1997) encuentra que las tasas de crecimiento de la

    poblacin rural para los perodos 1964-1973, 1973-1985 y 1985-1993 son 0.88%, 1.37% y 1.18%anual, respectivamente. Paralelamente, las tasas de crecimiento de la poblacin rural en edad detrabajar (PET) se estiman en 0.67%, 1.7% y 1.75%, lo que indica que este grupo de poblacin sehace proporcionalmente ms numeroso. Por su parte, la poblacin econmicamente activa (PEA)crece a tasas del 0.42%, 2.37% y 0.63%, implicando que pese al aumento relativo de la PET la

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    Julio de 2004

    Nov. 88 Nov. 91 Sep. 92 Sep. 93 Sep. 94 Sep. 95 Sep. 96 Poblacin Total * (1) 13,049.9 13,770.9 13,719.5 13,878.2 14,037.8 14,205.2 14,292.5 P. Edad de Trabajar * (2) 9,563.3 10,284.7 10,282.2 10,420.3 10,588.5 10,733.4 10,672.5 P. Econmicamente Activa * (3)

    5,183.2 5,836.7 5,628.9 5,603.2 5,758.9 5,867.2 5,870.5

    P. Econmicamente Inactiva * (4)

    4,380.1 4,448.0 4,653.3 4,817.1 4,829.7 4,866.1 4,802.0

    Poblacin Ocupada * (5) 4,945.7 5,589.5 5,382.8 5,356.0 5,439.4 5,551.6 5,496.0 Poblacin Desocupada * (6)

    237.5 247.2 246.1 247.2 319.5 315.6 374.4

    (2) / (1) ** 73.3 74.7 74.9 75.1 75.4 75.6 74.7 (3) / (2) ** 54.2 56.8 54.7 53.8 54.4 54.7 55.0 (5) / (3) ** 95.4 95.8 95.6 95.6 94.5 94.6 93.6 (6) / (3) ** 4.6 4.2 4.4 4.4 5.5 5.4 6.4

    TABLA 22.POBLACIN, EMPLEO Y DESEMPLEO RURALES EN COLOMBIA. 1988-1996

    Fuente: BALCZAR, VARGAS Y OROZCO, 1998* Miles de personas** Expresados como porcentajes

    tasa de participacin de la poblacin rural tiende a disminuir en el primero y ltimo perodos ya aumentar en el segundo. Sin embargo, como se ver adelante, esta descripcin del comportamientode la tasa de participacin no proporciona una visin adecuada de su evolucin reciente.

    Tanto Reyes como Leibovich (1997) encuentran que la proporcin de hombres en las zonasrurales es mayor que la de mujeres y que lo contrario sucede en las reas urbanas. Si se toma enconsideracin el comportamiento de los ndices de mortalidad por sexo, la nica explicacinplausible para este hecho se encuentra en las migraciones. Las mujeres han tendido a migrar enuna mayor proporcin que los hombres hacia las zonas urbanas, fenmeno que se atribuye a larelativa ausencia de oportunidades de empleo para ellas en las zonas rurales.

    Resultados obtenidos por Reyes, previos a la publicacin de las cifras del Censo de Poblacinde 1993, mostraban una tendencia al rejuvenecimiento de la poblacin rural, determinada por surelativamente alta tasa de fecundidad y por la ausencia de flujos migratorios de importancia. Por elcontrario, Leibovich (1997) encuentra un envejecimiento relativo de esta poblacin al disminuirla participacin de los grupos con edades inferiores a treinta aos de 66% en 1988 a 62% en 1995.

    Leibovich (1997) reporta avances importantes en materia de educacin para la poblacin ru-ral, a pesar de que la brecha con indicadores similares para la poblacin urbana se mantiene enniveles elevados. La proporcin de poblacin rural sin educacin descendi del 22% en 1988 al20% en 1995, mientras que la de poblacin con primaria incompleta disminuy de 45% a 39% ylas de poblacin con primaria completa, secundaria incompleta y secundaria completa aumentaron.

    En el perodo 1988-1995, Leibovich (1997) registra una tasa de participacin laboral ruralprcticamente constante en el nivel del 55%. Este comportamiento esconde dos cambiosmoderados. Primero, una disminucin en la tasa de participacin de los hombres, de 80% en 1988a 77% en 1995. Segundo, un aumento en la correspondiente a las mujeres, de 29% en 1988 al 32%

  • 14 POBREZA, EMPLEO Y DISTRIBUCIN DEL INGRESO EN LAS ZONAS RURALES DE COLOMBIA DURANTE LA DCADA DE 1990

    Borradores de investigacin - No. 43

    en 1995. Esta situacin contrasta parcialmente con la de las zonas urbanas. La tasa de participacinurbana es del orden del 59%, teniendo la de los hombres un descenso del 75% al 73% y la de lasmujeres un ascenso del 45% a 47%.

    De acuerdo con Reyes, para 1993 la participacin laboral masculina en zonas rurales seinicia ms temprano que en las urbanas, es ms intensa en las edades ms productivas y el retirose produce a una edad ms avanzada. Aunque la informacin proporcionada por Leibovich(97) no permite una apreciacin de este patrn sobre un perodo ms largo, otras variablesdescritas en su trabajo dan una idea de los cambios registrados en el comportamiento de lastasas de participacin.

    En efecto, stas se han recompuesto en trminos de grupos de edad y nivel educativo. Lastasas de participacin de la poblacin rural entre 10 y 19 aos disminuyen de 39% a 35% entre1988 y 1995, las del grupo entre 20 y 39 aos aument de 67% a 70% y las de los grupos de mayoredad sufren leves modificaciones. Por otra parte, las tasas de participacin ms altas se dan en losgrupos con mayor nivel educativo (secundaria completa y superior), a la par que las de la poblacincon primaria completa tienden a aumentar y las de aquella sin educacin y con primaria incompletadisminuyen. Como se ve, estos cambios deben modificar el patrn de participacin descrito porReyes, en el sentido de hacerlo ms cercano a un perfil moderno de la oferta de trabajo.

    Un ejercicio tipo probit (Leibovich, 1997), orientado a estimar la incidencia de diferentescaractersticas de la poblacin rural en la probabilidad de participar en el mercado laboral,arroja los siguientes resultados. Hay una mayor probabilidad de participar si se es hombre (aunquesta ha venido disminuyendo), si se tiene un nivel educativo mayor (a partir de un cierto nivel),si se tiene una mayor experiencia (medida a travs de la edad) y si el lugar de residencia es enzonas dispersas. Estos cambios, como se ver, guardan relacin con la forma como se hamodificado la estructura del empleo rural.

    3.3. ESTRUCTURA DEL EMPLEO RURALLas caractersticas presentadas en la seccin anterior, implcitamente describen de forma

    parcial la estructura del empleo rural. En efecto, segn Leibovich (1997) el empleo rural siguesiendo predominantemente masculino y ha tendido a concentrarse en los grupos de edad mayoresa 19 aos (los menores han venido perdiendo participacin sistemticamente) y en los gruposcon mayores niveles relativos de educacin (el empleo de baja calificacin, sin educacin y conprimaria incompleta, disminuye).

    Por lo que hace a la posicin ocupacional (Leibovich, 1997), las proporciones de obreros yjornaleros y la de trabajadores por cuenta propia son dominantes, superando cada una de las dosel 30% en todos los aos del perodo 1988-1995. Aunque el autor considera que ninguna de estascategoras presenta una tendencia definida, Lpez sugiere que los trabajadores por cuenta propiahan venido ganando participacin en el empleo rural, habida cuenta de que han pasado de contribuircon el 30.3% del empleo agropecuario en 1991 al 38.7% en 1997. La dominancia de estas dosposiciones ocupacionales durante el perodo, tendera a confirmar la opinin de Reyes en el sentidode que, en cuanto a generacin de empleo, la agricultura comercial y la agricultura tradicionaltienen tamaos comparables no obstante sus diferencias en cuanto a produccin.

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    Adicionalmente, Leibovich (1997) acota cmo durante el perodo analizado se presenta unaclara tendencia al aumento en participacin de la categora empleados, que pasa del 12% en 1988 al16% en 1995, en tanto que hay un descenso en la del grupo de trabajadores familiares que disminuyede 15% a 9%. La disminucin de esta ltima categora podra indicar un deterioro en la capacidadde la agricultura tradicional para generar empleo en las zonas rurales, mientras que el ascenso delgrupo de empleados sealara bsicamente un cambio en la composicin del empleo rural.

    Para distintos analistas, uno de los cambios recientes ms notables en la estructura del empleorural se relaciona con su composicin por ramas de actividad econmica. Aunque las cifrasdifieren moderadamente en magnitud, Balczar, Leibovich (1997) y Lpez coinciden en sealaruna tendencia decreciente en la participacin del sector agropecuario en el empleo rural. Derepresentar aproximadamente el 61% del empleo rural, el empleo agropecuario pas a representaralrededor del 55% en 1995 y 1996 y del 56% en 1997. La minera, la industria manufacturera,la electricidad y la construccin presentan un comportamiento estable, con participaciones de12.3% en 1988, 12.4% en 1995 y 11.5% en 1997. En contraste, el comercio, los transportes, lasfinanzas y otros servicios aumentan su participacin, pasando del 26.4% en 1988, al 32.6% en1995 y al 32.3% en 1997.

    No es claro, sin embargo, si esta diversificacin del empleo rural est ligada a la actividadagropecuaria o es relativamente independiente de ella. Lpez se refiere a este comportamientocomo la terciarizacin del empleo rural y anota que obedece no solo a una mayor concentracinde la poblacin rural en las cabeceras municipales de menor tamao, sino que afecta tambin ala poblacin que habita las zonas dispersas.

    Los perfiles de los ocupados en el sector agropecuario y en otros sectores se han modificadoparalelamente. Lpez menciona cmo el empleo agropecuario ha aumentado su masculinizacinentre 1991 y 1997 y se ha concentrado en el grupo con edades superiores a 40 aos y (msmoderadamente) en el grupo sin educacin formal. Por el contrario, el empleo rural noagropecuario (excepto la construccin y el transporte) es predominantemente femenino y tiendea concentrarse en los grupos con mayor nivel educativo. Estas observaciones, unidas al aumentoen la proporcin de la categora empleados, llevan a Lpez a afirmar que la terciarizacin delempleo rural lejos de ser coyuntural es tendencial (hecho que sera percibido por la poblacinrural, va ingresos laborales, y que la estara llevando a buscar empleo fuera de la agricultura.Verarriba el perfil del desempleado rural).

    3.4. LOS INGRESOS LABORALES RURALES

    En el captulo 1 se menciona cmo, de acuerdo con Ocampo, entre 1978 y 1991 el ingresoper capita rural creci al 1.16% en tanto que entre 1991 y 1995 disminuye a razn de 5.7%anual. Esto sucede a la par que el ingreso por ocupado rural decrece al 0.68% y al 4.81% paralos dos perodos, respectivamente. Este comportamiento aparece asociado al efecto combinadode movimientos en el empleo rural y en la tasa de participacin, amn de los efectos recesivosde la crisis agrcola de comienzos de los aos 90.

    Segn Leibovich (1997), entre 1988 y 1995 los ingresos laborales rurales por ocupado presentanun comportamiento fluctuante, caracterizado por un nivel mximo en 1991 (de aproximadamente

  • 16 POBREZA, EMPLEO Y DISTRIBUCIN DEL INGRESO EN LAS ZONAS RURALES DE COLOMBIA DURANTE LA DCADA DE 1990

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    $45.000, de 1988), seguido por una cada del orden del 33% en 1992 y una recuperacin paulatinaentre 1993 y 1994 (hasta llegar a niveles similares a los de 1991), para cerrar con una nueva cada del20% en 1995. Este patrn confirmara el impacto de la crisis agrcola y sealara, adems, que steesencialmente se concentr en 1992. Por lo dems, el mismo autor encuentra que los ingresoslaborales reales son consistentemente ms elevados para los grupos de edad entre 30 y 49 aos yque existe una correlacin clara entre nivel educativo y de ingresos.

    Al observar los niveles de ingreso por ocupado, segn la rama de actividad econmica entre1988 y 1995, Leibovich (1997) anota cmo los ms elevados se encuentran invariablemente enla electricidad y la construccin, seguidos por los servicios financieros, los otros servicios y elcomercio. Los ingresos originados en actividades agropecuarias, aunque fluctan, tienden a serlos ms bajos. Examinando los datos disponibles para 1997, Lpez encuentra que los ingresoslaborales medios mensuales originados en el sector agropecuario son los ms bajos, equivalentesa 1.1 salarios mnimos, mientras que los del sector finanzas ascienden a 2.7 salarios mnimos,los del sector elctrico a 2.1 y los de otros servicios y el transporte a 1.9. Si se consideran losdiferenciales salariales por nivel educativo, stos tienden a ser mayores para las ramas de actividaddiferentes a la agropecuaria cuando se pasa a primaria completa, secundaria incompleta ysecundaria completa. Este es un factor que, como se mencion atrs, induce a la poblacin abuscar empleo en ramas diferentes a la agropecuaria y que, posiblemente, contribuye a que lastasas de desempleo en stas sean superiores a las de dicho sector.

    Con referencia al empleo rural agropecuario, Lpez seala que el empleo por cuenta propiaha venido incrementndose (como se mencion antes) a la par que se presenta una tendenciadecreciente en sus niveles de ingreso. Despus de un pico equivalente a 1.33 salarios mnimosen 1991, el ingreso de los cuenta propia agropecuarios baj a 0.88 salarios mnimos en 1992 y,tras algunas fluctuaciones, en 1997 se sita en alrededor de 0.6 salarios mnimos. Paralelamente,los ingresos de los obreros y jornaleros agropecuarios, a pesar de seguir un comportamientosimilar al de los cuenta propia hasta 1996, son siempre superiores al salario mnimo legal yguardan un diferencial mnimo de aproximadamente 0.4 salarios mnimos con respecto a aquellos.En 1997 los ingresos de este grupo se sitan en 1.57 salarios mnimos en promedio.13

    Desde la perspectiva de las personas ocupadas, con vinculacin con el sector agropecuario(lo que incluye habitantes de centros urbanos ligados al campo), Reyes encuentra para 1993que el 18% de stas registra simultneamente ms de una ocupacin. Este caso es ms frecuentepara las posiciones ocupacionales de patronos o empleadores y de trabajadores por cuentapropia que para las posiciones empleado y trabajador familiar. Desafortunadamente no se cuentacon informacin adicional que permita apreciar la evolucin de este tipo de comportamiento.

    Por posiciones ocupacionales, Leibovich (1997) registra los ms altos niveles de ingresopromedio por ocupado en los grupos de empleados y patronos, un nivel intermedio para losobreros y jornaleros y los ms bajos para los cuenta propia y los trabajadores domsticos.

    13 Tanto en lo referente a la terciarizacin del empleo rural, como al comportamiento de los ingresos asociados adiferentes posiciones ocupacionales, analistas como Fonseca (1999) sealan la necesidad de contemplar el efecto dela violencia y las actividades ilcitas ligadas a las drogas sobre stos.

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    Por otra parte, Leibovich (1997) calcula unas funciones generatrices de ingresos con el fin dedeterminar la influencia de algunas caractersticas de los ocupados sobre el nivel de ingreso queperciben. Los resultados de este ejercicio muestran que: (1) el efecto de la educacin sobre elingreso de los hombres en zonas rurales es bajo y en el caso de las mujeres, aunque permaneceen niveles bajos es mayor; (2) la experiencia tiene efectos bajos pero moderadamente crecientesen el tiempo, para hombres y mujeres; (3) la posicin dentro del hogar da lugar a diferencialesimportantes de ingreso, siendo la ms importante la de jefe, seguida por el (la) cnyuge y loshijos; (4) la residencia en zona dispersa se asocia a ingresos ms bajos; (5) para los hombres lasposiciones ocupacionales con mayores ingresos son el personal directivo, seguido de profesionalesy vendedores y el ltimo lugar lo ocupan los trabajadores agropecuarios, mientras que en el casode las mujeres los ingresos laborales ms altos se encuentran en el personal directivo, seguidopor las trabajadoras del agro; en uno y otro caso los ingresos de los asalariados sonsignificativamente superiores a los de los cuenta propia; y (6) a pesar de los diferenciales deingreso que Lpez encuentra entre ramas de actividad, Leibovich no registra una asociacinestadsticamente significativa entre estas dos variables.

    4. LA DISTRIBUCIN DEL INGRESO RURAL14

    4.1. EVOLUCIN DE LA DISTRIBUCIN DEL INGRESO RURAL-URBANOUna panormica general de la evolucin de la distribucin del ingreso en Colombia es

    proporcionada por Londoo (1997a). De acuerdo con ella, entre los aos treinta y los sesenta ladistribucin del ingreso en Colombia present un marcado deterioro que, hacia finales de loscincuenta, estuvo esencialmente determinado por una veloz acumulacin de capital urbano,paralela a una lenta expansin de la educacin, y por una escasa modernizacin de la agricultura,que confluye con bajos niveles de migracin rural-urbana. El primer par de fenmenos lleva alaumento en la concentracin del ingreso urbano (con altas tasas de retorno a la educacin) y elsegundo al empeoramiento en la distribucin del ingreso rural.

    Durante el perodo comprendido entre finales de los sesenta y comienzos de los ochenta, seregistra una rpida mejora en la distribucin del ingreso. El progreso educativo de la pocacombinado con una relacin capital-producto estable en las zonas urbanas, disminuy el sesgohacia elevados retornos a la educacin y llev a dicha mejora. Por su parte, la capitalizacin dela agricultura y la presencia de fuertes flujos migratorios rural-urbanos, condujeron alencogimiento de las rentas de la tierra y al aumento de la remuneracin al trabajo rural, conefectos positivos sobre la distribucin.

    Finalmente, de acuerdo con Londoo (1997a), durante los aos ochenta y hasta mediadosde los noventa se registra una mejora lenta de la distribucin del ingreso. Este comportamientose debera a la combinacin de una tendencia de largo plazo con algunos fenmenos coyunturales.

    14 En el caso del estudio de la distribucin del ingreso rural aplican las mismas observaciones metodolgicasmencionadas en la nota 1. En esta revisin no se ha incluido una referencia al tema de la redistribucin del ingreso.Vlez (1995) proporciona un anlisis sobre el impacto redistributivo de las polticas sociales, incluidas algunas delas ms importantes para el sector rural.

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    Borradores de investigacin - No. 43

    En el largo plazo, mientras los salarios e ingresos independientes urbanos continuabanaumentando relativamente, la participacin de los trabajadores agrcolas, de las ganancias urbanasy de las rentas de la tierra disminuan. Por otra parte, la expansin de la educacin se frena y lacapitalizacin de la agricultura entra en una fase de estancamiento. Estas condiciones llevarana una desaceleracin en la reduccin del premio a la educacin y a una disminucin en lademanda de mano de obra rural, lo que disminuye la tendencia hacia la equidad va los ingresoslaborales. En la dimensin coyuntural, algunas circunstancias externas, combinadas con elimpacto de intervenciones de poltica, afectaron el mercado laboral y la remuneracin a losfactores, de manera negativa para la distribucin del ingreso.15

    Aunque Londoo (1997a) no lo hace explcito en todos los casos, de este panorama se podranderivar algunas hiptesis acerca del comportamiento de la distribucin del ingreso rural-urbano.Primera, entre los aos treinta y los sesenta, presumiblemente, el ensanchamiento de la brecha deproductividad entre los dos sectores debi llevar tambin a un empeoramiento de la distribucindel ingreso rural-urbano. Segunda, entre finales de los sesenta y comienzos de los ochenta, enpresencia de una relacin estable capital-producto, en las zonas urbanas, la capitalizacin delcampo (con el consecuente aumento de la productividad) posiblemente llev a una disminucinen la brecha de ingresos rural-urbana. Tercera, durante los ochenta y hasta mediados de los noventa,el comportamiento diferenciado de los mercados de trabajo rural y urbano y la disminucin en laparticipacin de los asalariados rurales y de las rentas agrcolas en el ingreso nacional (adems defactores de tipo coyuntural sobre los que se ampliar adelante) determinan una nueva ampliacinde la brecha de ingresos rural-urbana y con ella de la distribucin del ingreso.

    Para Ocampo, entre 1978 y 1995 los cambios en la distribucin del ingreso personal ocurren enel contexto de fuertes diferencias socio-demogrficas entre hogares rurales y urbanos. En particu-lar se resalta la diferenciacin en las oportunidades de educacin y, al inicio del perodo, la mayortasa de dependencia en las zonas rurales. Entre 1978 y 1991, las mayores oportunidades de empleofavorecieron tanto a los hogares rurales como a los urbanos y la mejor distribucin de la educacinfavoreci a los hogares urbanos ms pobres, mientras que en el caso rural las mejoras educativastuvieron un efecto ms uniforme sobre todos los segmentos de ingreso. No obstante, la menordinmica del empleo rural y una tendencia desfavorable de la tasa de dependencia deprimieron losingresos rurales y ampliaron su brecha con los urbanos. Las tasas anuales de crecimiento delingreso per capita rural y urbano entre 1978 y 1991 fueron del orden de 1.16% y 0.34%, mientrasque durante el perodo 1991-1995 fueron de 5.7% y 7.25%, respectivamente.

    Desde una perspectiva temporal diferente, May calcula que una mezcla de cambios en vari-ables exgenas (tales como cadas en los precios internacionales y una grave sequa en 1992) yen la poltica econmica (las reformas de finales de los ochenta y comienzos de los noventa)indujeron fuertes cambios en los precios relativos entre 1990 y 1992. Estos cambios actuaronnegativamente sobre el ingreso rural, en la medida en que, con relacin al deflactor del PIB, losprecios agrcolas cayeron ms del 13% durante el perodo y los salarios rurales en 22%; mientraspara los cuatro deciles de poblacin con los ingresos ms bajos en zonas rurales el ingresofamiliar se redujo en casi 15%, para este mismo grupo urbano aument en casi 11%. De esta

    15 Clculos e interpretaciones alternativas de esta panormica de la evolucin del ingreso en Colombia han sido proporcionadas,para diferentes perodos, por varios autores. Una referencia general a stas se encuentra en Ocampo (1998).

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    forma se confirma, entonces, que durante la primera mitad de los noventa la distribucin delingreso rural-urbano empeor considerablemente.

    4.2. EVOLUCIN DE LA DISTRIBUCIN DEL INGRESO RURALExiste una relativamente amplia variedad de mediciones sobre el grado de concentracin del

    ingreso en Colombia y en las zonas rurales. La ms comnmente empleada es el coeficiente de Gini,de la que se presenta un resumen de estimaciones alternativas en Tabla 3. Aunque una comparacindirecta entre las distintas mediciones es virtualmente imposible, de all es posible obtener unavisin general sobre la evolucin de la distribucin del ingreso a lo largo del perodo 1978-1995.

    TABLA 3ESTIMACIONES ALTERNATIVAS DEL COEFICIENTE DE GINI PARA COLOMBIA*

    Estudio Coeficiente Gini 1978 1988 1991 1992 1993 1994 1995 Urbana 0.516 0.485 Rural 0.526 0.469

    May (95) No especifica

    Nota error Nacional 0.545 0.512 Urbana 0.515 0.487 0.505 0.496 0.515 0.528 Rural 0.491 0.566 0.569 0.530 0.505 0.479 0.441

    Ocampo (98) Per capita hogares

    Ing. total Nacional 0.516 0.532 0.532 0.523 0.529 0.534 Urbana Rural 0.608 0.603 0.586 0.520 0.494 0.459

    Leibovich (98) Per capita

    Ing. total ajustado Nacional Urbana 0.48 0.45 Rural 0.5 0.46

    Londoo (95) Citado en Leib (98)

    No especifica Nacional 0.476 0.48 Urbana 0.51 0.49 0.51 0.53 0.54 0.54 0.52 Rural 0.5 0.55 0.57 0.55 0.55 0.52 0.49

    Ocampo y Prez (96) Citado en Leib (98)

    No especifica Nacional 0.54 0.55 0.55 0.56 0.58 0.57 0.56 Urbana 0.47 0.44 Rural 0.46 0.45

    Urrutia (94) Per capita hogares

    Ing. total Nacional

    * Se ha tratado de registrar nicamente las mediciones disponibles que son comparables. No obstante es convenientehacer las siguientes aclaraciones: (1) las cifras de May (1995) son tomadas del Anexo I (Tabla 1.11), pero all no se aclarasi se trata de un clculo sobre los ingresos laborales o sobre los ingresos totales per capita o per capita por hogar. (2) EnOcampo (1998) el clculo se hace sobre el ingreso total per capita hogar. (3) En el caso de Leibovich (1998) se trabaja conel ingreso total ajustado per capita (para corregir posibles errores en los datos de las encuestas). (4) Los datos deLondoo (1995) y Ocampo y Prez (1996) son citados en Leibovich (1998) y no se aclara cul es la base de clculo. (5)En el caso de Urrutia (1994) se trabaja con los ingresos totales ajustados per cpita hogar.

    En general, de los datos consignados en Tabla 3. debe notarse que la distribucin del ingresoen Colombia se caracteriza por un relativamente alto grado de concentracin, tanto a nivelnacional como a nivel urbano y rural. Por otra parte, es posible concluir que existe una tendenciaal mejoramiento de la distribucin del ingreso rural a lo largo del perodo 1978-1995, aunque laconsistencia de la misma vara entre estimaciones. En los casos en que se analiza informacinpara la mayor parte (o la totalidad) del perodo, se encuentra que solo Leibovich (1998) registra

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    un mejoramiento continuo del coeficiente de Gini para las zonas rurales, en tanto que las dosmediciones hechas por Ocampo (1996 y 1998) muestran un empeoramiento entre 1978 y 1991y, prcticamente, una mejora continua entre 1991 y 1995.

    Finalmente, no es aparente un comportamiento sistemtico en el sentido de que la dis-tribucin del ingreso rural sea ms o menos regresiva que la del ingreso urbano, aunque parecierahaber una mayor frecuencia de casos en que es ms regresiva la distribucin rural. En promedio,los coeficientes de Gini para una y otra mantienen diferencias que oscilan entre uno y trespuntos. No obstante, a diferencia de lo que sucede con la distribucin rural, los datos de Ocampo(los nicos que permiten apreciar la totalidad del perodo) indicaran la presencia de una tendenciaal deterioro de la distribucin del ingreso urbano.

    Para Ocampo, durante el perodo analizado se da la conjuncin de tres factores socio-demogrficos y uno econmico para determinar las grandes tendencias en la distribucin delingreso. Los primeros tienen que ver con la disminucin en la tasa de dependencia demogrfica enel sector rural, la disminucin en el tamao de los hogares y el aumento en los niveles promedio deescolaridad. El segundo consiste en el aumento de las oportunidades de empleo, especialmentefemenino. Por otra parte, los clculos de distintos autores, entre ellos Ocampo, tienden a coincidiren sealar que los ingresos mejor distribuidos son los de origen salarial y por cuenta propia, entanto que los peor distribuidos son los de los patronos y rentistas. En estas condiciones, la dis-tribucin del ingreso se modifica en la interaccin entre estos factores y las caractersticas socio-demogrficas de distintos tipos de hogar (segn nivel de ingresos y lugar de residencia).

    El empeoramiento en la distribucin del ingreso rural que Ocampo encuentra entre 1978 y1991, se da pese al comportamiento positivo de las oportunidades de empleo rural y el aumento enlos niveles de escolaridad. Por otro lado, la mejora que se registra en el coeficiente de Gini entre1991 y 1995 se da en el contexto de una desaceleracin o desaparicin de los factores positivosmencionados atrs. Esto implica, segn Ocampo, que la explicacin de los cambios registrados enla distribucin del ingreso debe buscarse, fundamentalmente, en factores de tipo macroeconmicoo sectorial que afectaron la generacin de ingresos y de empleo durante este perodo.

    En estas condiciones, lo que sucede con la distribucin del ingreso rural entre 1978 y 1991estara determinado por dos factores. Primero, un deterioro en la participacin de los hogares enel ingreso nacional a favor de las utilidades. Esto lleva a una cada en los ingresos por trabajador(tanto rurales como urbanos), que es parcialmente compensada por el aumento en el empleo.Segundo, la disminucin en los ingresos salariales rurales golpea ms fuertemente a los trabajadoresms pobres y solo el decil rural ms rico se salva de la cada de los ingresos.

    La evolucin de la distribucin del ingreso rural en el perodo 1991-1995, estara determinadapor el deterioro generalizado, pero diferenciado, de los ingresos rurales. De acuerdo con Ocampo,el deterioro del ingreso rural es resultado de la crisis de la agricultura (a partir de 1992), que setradujo en una disminucin del empleo que afecta negativamente a los hogares de ingresos bajosy medios y en una marcada reduccin de los ingresos no salariales que afecta fundamentalmente aldecil ms rico de la poblacin rural. Como se mencion atrs, posiblemente un fuerte compo-nente migratorio campo-ciudad llev a una mejora de los salarios e ingresos totales por ocupadopara los grupos ms pobres (contrarrestando la cada en el empleo). En contraste, las reformas

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    econmicas introducidas en la poca llevan a una disminucin de las rentas agropecuarias, golpeandolos ingresos del decil ms rico y mejorando la distribucin del ingreso.

    Habra dos factores adicionales que pueden haber afectado la distribucin del ingreso rural a lolargo de este perodo. Uno es el sesgo del crecimiento hacia los sectores productores de nocomercializables (muchos de ellos productos de economa campesina). El otro es la tendencia a laterciarizacin del empleo, acompaada de la reconocida mayor importancia que tiene este tipo deempleo en los deciles de ingreso ms altos. Ocampo se limita a sealar la existencia de estosfactores y a sugerir la posibilidad de que hayan tenido alguna capacidad de afectar la distribucin.

    Desde una perspectiva diferente,16 Leibovich (1998) considera que existe un sesgo consistenteen sobrepesar los factores de tipo macroeconmico en el anlisis de la evolucin de la distribucindel ingreso, en detrimento de variables relacionadas con el funcionamiento del mercado laboral ycon las caractersticas socio-demogrficas de los hogares. Por esta razn, su anlisis de la dis-tribucin del ingreso laboral rural se hace con base en la estimacin economtrica de funcionesgeneradoras de ingreso y de participacin, cuyos resultados permiten hacer simulaciones sobre elimpacto de diferentes variables sobre stas y, por ende, sobre la distribucin del ingreso.

    En lneas generales, los resultados a los que llega Leibovich (1998) con respecto a la generacinde ingresos se pueden resumir como sigue: (1) para los jefes de hogar se encuentra un efectopositivo y creciente de la educacin entre 1988 y 1995; la actividad agrcola afecta negativamentelos ingresos y otro tanto sucede con la actividad independiente. (2) Para los jvenes se tieneque la existencia de un segundo empleo tiene un efecto positivo, y el desarrollo de actividadesindependientes uno negativo. (3) Para las mujeres adultas hay un efecto positivo de la educacin,la existencia de un segundo empleo es positiva en el caso de los hombres y las actividadesindependientes tienen un efecto negativo para hombres y mujeres.

    Por lo que hace a la participacin se tiene que: (1) el nivel educativo afecta negativamentelas tasas de todos los miembros del hogar, excepto los ms jvenes, (2) la brecha de participacinhombres-mujeres ha venido disminuyendo; (3) en el caso de los jefes, la participacin se veafectada negativamente por el tamao del hogar y la tasa promedio de participacin de losdems miembros, y positivamente por los ingresos potenciales de los dems miembros; y (4) laparticipacin de los jvenes se relaciona positivamente con el mayor nivel educativo, la edad ylos mayores ingresos del jefe, y negativamente con el jefe ocupado en la agricultura.

    16 En el texto principal se ha incluido nicamente el anlisis central de Leibovich (1998), dejando de lado unadiscusin que el autor plantea con relacin a los determinantes bsicos de la distribucin del ingreso. Los elementosplanteados en sta son usados implcita o explcitamente en un buen nmero de los anlisis que dan mayor nfasisal impacto de las variables macro. En este sentido, la distribucin del ingreso rural se considera determinada, en loesencial, por la dotacin relativa de factores productivos entre la poblacin rural, los cambios experimentados porsta y los cambios generados en la productividad de los factores y en los precios relativos de la economa. Un puntocontroversial en este sentido es el papel de la propiedad de la tierra en la distribucin del ingreso. Para algunos, noexiste una relacin clara, o hay una relacin inversa, entre la caracterstica de ser propietario y los ingresos. Basadosen datos de una encuesta realizada en 1982, Aguilar y Perfetti (1987) encuentran que los hogares rurales de msbajos ingresos se dedican principalmente a la agricultura, y que la propiedad de la tierra [] parece ser una limitantemas bien que un complemento de los ingresos familiares (p. 147).

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    Una serie de coeficientes de Gini, calculados a partir de las funciones generadoras de ingresoy participacin, permiten a Leibovich (1998) descomponer los cambios que ste presenta segnsean originados en factores socio-demogrficos o del mercado laboral. Como base general, laevolucin del Gini indica que entre 1988 y 1992 y entre 1992 y 1995 se registran mejorasmarginales en la distribucin de los ingresos laborales rurales. Para el primer subperodo, setiene que el efecto aislado de las variables de tipo socio-demogrfico sobre la distribucin espositivo, y que otro tanto sucede con el efecto de las variables del mercado laboral. Sin em-bargo, el efecto de los factores socio-demogrficos es mayor. Resultados similares se encuentranpara el segundo subperodo. La conclusin general, entonces, es que la mejora encontrada en ladistribucin del ingreso laboral rural se explica por cambios positivos en las variables socio-demogrficas (como tamao del hogar, nivel educativo, etc.) que son determinados por procesosestructurales de largo plazo, y que el mercado laboral acta tambin en el sentido de mejorar ladistribucin, pero al parecer debido especialmente a la cada relativa de los ingresos de losdeciles superiores de la distribucin.

    5. IMPACTO DE LA MACROECONOMA Y LAS REFORMAS ECONMICASVarios estudios han explorado la relacin entre el desempeo macroeconmico y la dis-

    tribucin del ingreso o entre el ajuste de la poltica econmica y la distribucin del ingreso. Eltratamiento que dan al tema difiere en su enfoque y metodologa y, por tanto, aunque podranentenderse como complementarias, sus conclusiones no son estrictamente agregables, en elsentido de proporcionar una visin de conjunto que tenga coherencia terica. No obstante, y apesar de que las referencias al sector rural son a menudo apenas marginales, para los efectos deesta revisin es interesante dar un vistazo a esta literatura en conjunto.

    Crdenas y otros (1998)17 analizaron el impacto del desempeo macroeconmico sobre ladistribucin del ingreso urbano, para un perodo que cubre desde mediados de los setenta hastamediados de los noventa. La observacin de la evolucin del ndice de Theil para el perodoanalizado indica que la desigualdad disminuy rpidamente entre 1976 y 1982, se mantuvorelativamente estable a lo largo de los ochenta y se increment sustancialmente durante los noventa.Para el primer subperodo, la reduccin de la desigualdad se asocia a una disminucin de ladesigualdad entre grupos, mientras que para el ltimo subperodo el incremento se asocia a unamayor desigualdad intra grupos. Por otra parte, la discriminacin de los grupos de poblacin pornivel educativo muestra que esta variable explica entre el 28% y el 34% de la desigualdad total.Esta consideracin, conjuntamente con la de las fuentes recin mencionadas de los cambios en ladistribucin del ingreso, llevan a los autores a concluir que son las variables macroeconmicas lasque tienen el mayor poder explicativo sobre la distribucin del ingreso y, en particular, que no sonlas reformas estructurales sino la inestabilidad macroeconmica la responsable de sus cambios.

    Anlisis economtricos llevan a Crdenas (1998) a concluir que la tasa de desempleo tieneun efecto regresivo significativo y de largo plazo sobre la distribucin del ingreso y que otrotanto sucede con la tasa de inflacin. Entre tanto, el crecimiento de la industria tiene un

    17 En adelante referido como Crdenas (1998).

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    efecto positivo pero de corto plazo sobre la distribucin y el de la agricultura y la mineratiene un efecto positivo (para todas las medidas de desigualdad empleadas en el estudio), delargo plazo y magnitud relativamente alta. Este impacto de los sectores primarios se consideraque es derivado de probables reducciones de la migracin rural-urbana de mano de obra nocalificada, que llevara a una menor probabilidad de que el ingreso urbano se concentre.Finalmente, el crecimiento del sector de no transables tiene un impacto positivo, moderado yde muy corto plazo sobre la distribucin y uno negativo en el mediano y largo plazo, a la parque la devaluacin real de la moneda tiene un efecto similar al del crecimiento de los sectoresprimarios, aunque ms moderado.

    Otros anlisis sobre el tema proporcionan informacin que, como en el caso recin reseado,tiene alguna significacin por sus efectos directos o indirectos sobre el empleo, la pobreza y ladistribucin del ingreso rural. Entre estos es interesante mencionar el de Crdenas y Gutirrez(1997),18 orientado a estimar los efectos iniciales de las reformas estructurales introducidas en laeconoma, entre finales de los ochenta y comienzos de los noventa, sobre la eficiencia y la equidad.

    El estudio seala como efecto de la reforma el notable incremento en el acervo de capitalque, ante un relativo estancamiento del empleo industrial, lleva a un aumento en la relacincapital-trabajo del orden del 40% entre 1990 y 1996. Este crecimiento es tan elevado que elespacio para aumentos en la productividad total de los factores (medida como el residuo deSolow) es muy reducido. De hecho, sus estimaciones sobre el crecimiento de la productividadtotal de los factores arrojan una tasa del 8% en el mejor de los casos, y una clara evidencia deque sta disminuye despus de 1995, reflejando la desaceleracin de la produccin manufacturera.

    El perodo posterior a las reformas se caracterizara, entonces, por la reduccin en el costo de usodel capital y el incremento en los salarios reales de los trabajadores calificados. La primera genera elcrecimiento anotado del acervo de capital y es, a su vez, causada por la reduccin en los aranceles,la apreciacin real del peso y la reduccin de las tasas de inters, caractersticas del perodo. Elsegundo se origina en la complementariedad encontrada entre el trabajo calificado o administrativoy el capital. Anlisis economtricos sustentan estas afirmaciones. En primer lugar, la hiptesis deque en Colombia, durante el perodo inmediatamente posterior a las reformas, se da un cambiotecnolgico aumentador de factores es rechazada. Esto implicara que los cambios presentados enel uso de los factores se deben fundamentalmente a modificaciones en sus precios relativos y no acambios en la tecnologa empleada. En segundo lugar, los signos de los coeficientes indican que eltrabajo calificado y el no calificado son sustitutos, que el trabajo calificado y el capital soncomplementarios y que el trabajo obrero y el capital muestran un grado decreciente de sustituibilidad.

    Como resultado, el empleo manufacturero se ve afectado negativamente por cambios en susprecios relativos con respecto al capital. El crecimiento de la demanda por mano de obra calificadacolabora en la generacin de mayores brechas salariales, y la expansin de sectores intensivosen mano de obra no calificada, como la construccin y la agricultura, se vuelve crtica al momentode determinar la direccin que toman los cambios inducidos en el empleo, la pobreza y ladistribucin del ingreso.

    18 En adelante referido como Crdenas (1997).

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    El ya comentado estudio de Ocampo concluye que detrs de la relativa estabilidad de ladistribucin del ingreso se esconden enormes choques distributivos, que conllevan unempeoramiento de largo plazo de la brecha rural-urbana (especialmente durante el primer lustrode los noventa) y a un mejoramiento de la distribucin del ingreso rural entre 1991 y 1995,generado en la destruccin de rentas rurales asociadas al antigo rgimen de proteccin. Deesta forma, para Ocampo, la reforma comercial tiene un marcado sesgo urbano (discriminandocontra el sector rural) y ha generado un empeoramiento de la distribucin del ingreso urbano alaumentar la demanda por mano de obra calificada. Por lo que hace a la pobreza, durante losnoventa los indicadores mejoran tanto en el sector urbano como en el rural, pero por razonesdiferentes: en zonas urbanas debido al aumento en los niveles de ingreso derivados de choquesdistributivos adversos y en zonas rurales como efecto de mejoras en la distribucin, resultantesde choques negativos en los ingresos.

    Adicionalmente, el anlisis del caso urbano lleva a Ocampo a concluir que solo la poltica desalario mnimo y la disminucin del desempleo tienen efectos positivos simultneos sobre la pobrezay la distribucin, en tanto que los efectos del mayor crecimiento econmico y del incremento delcapital fijo tienen importantes trade-offs con la distribucin y contribuyen a disminuir la pobreza.El consumo pblico y la proteccin tienen efectos negativos sobre la distribucin y los salariosrelativos del trabajo no calificado, mientras que la oferta relativa de mano de obra calificada tieneefectos positivos sobre las dos. Por lo dems, ninguna de las tres variables tiene efectos significativossobre la pobreza. Finalmente, la tasa de cambio real tiene efectos positivos sobre la distribucin yla pobreza, pero estos se concentran en los segmentos de poblacin de nivel medio y medio-bajo(y no en la poblacin ms pobre), y no se encuentran efectos significativos de la inflacin sobre ladistribucin o la pobreza.

    Anlisis realizados para el estudio de May sobre la pobreza en Colombia, estiman el impactode la reformas sobre el sector agrcola por medio de un modelo computable de equilibrio gen-eral de corto plazo. El anlisis simula el impacto inmediato de las reformas sobre el sectoragrcola y luego asla los efectos de cada una de las reformas sobre el sector. Los resultados decada una de estas simulaciones se pueden resumir como sigue.

    El programa macroeconmico implementado en 1992 se orient hacia la consolidacin dela reforma comercial y la reduccin de la inflacin y las tasas de inters. La apreciacin de lamoneda durante ese ao fue apenas del 2%, induciendo un aumento brusco de lasimportaciones, a la par que las exportaciones permanecan estables, y el supervit en cuentacorriente se redujo a 2% del PIB. En estas condiciones se gener un incremento sustancial dela demanda agregada, con tasas de crecimiento del 4% para el consumo privado, del 27.5%para la inversin privada, del 29.4% para las importaciones, del 12.4% para el consumo delgobierno y del 7.4% para la inversin gubernamental. El PIB nacional crece 3.5% mientrasque el PIB agrcola decrece 2.6% (excluyendo caf) y el sector manufacturero crece menosdel 1% (excluyendo al trilla del caf).

    Cambios en los precios relativos (largamente inducidos por la reforma comercial), preciosinternacionales descendentes y la apreciacin del peso, son los factores determinantes deldecrecimiento del sector agrcola. Adicionalmente, el desmantelamiento de las polticas de soporte

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    a los precios de los bienes agrcolas coadyuv en la disminucin de los mismos en alrededor del13% entre 1990 y 1992. No obstante, el empleo rural creci a una tasa anual del 4.7% y eldesempleo disminuy, al paso que los salarios rurales disminuyeron un 22% y se ampli labrecha con los salarios urbanos.

    Por lo que hace al impacto individual de las diferentes reas de la reforma, en el cuadrogeneral recin descrito, se obtienen los siguientes resultados: (1) la reforma comercial tuvo unimpacto positivo sobre los ingresos, tanto urbanos como rurales, beneficiando especialmente alos pobres rurales (el ingreso del 20% ms pobre de la poblacin rural creci un 3.4%) y modificlos precios relativos a favor de la agricultura con lo que aumentaron la demanda por trabajo ylos salarios rurales. (2) La reforma fiscal redujo los ingresos urbanos y rurales y en estas ltimosafect especialmente a los salarios, aunque con un efecto moderado sobre la distribucin delingreso. (3) La poltica de salario mnimo favoreci el crecimiento del sector informal y redujolos precios relativos de la agricultura, no obstante, la demanda por bienes agrcolas se contrajocon la consecuente disminucin del ingreso rural. (4) Los cambios en los precios agrcolas,tanto internacionales como domsticos, deprimieron los ingresos rurales en general, con unefecto ms acentuado sobre las ganancias del capital (-6.6% contra -3.6% para los salarios) y unmejoramiento de la distribucin del ingreso rural.

    El efecto combinado de estos cuatro factores, sin embargo, explica solo el 63% de la cadade los precios agrcolas y el 34% de la cada de los ingresos agrcolas. Los cambios en la polticasectorial, en particular el desmonte de los soportes de precios, conjuntamente con la baja en losprecios internacionales explican la cada del 10% en los ingresos del 40% ms pobre de lapoblacin rural. De esta forma, segn May, a pesar de que hay evidencia acerca de la ineficienciade la poltica de soporte a los precios agrcolas, parecera que el gobierno subestim el impactonegativo de la reforma a la poltica sectorial sobre los pobres del campo.

    Un trabajo emparentado con el reportado en May, fue realizado por Lora y Stenier (1994)19con el objetivo de medir el impacto distributivo de las reformas en Colombia. A partir de lamisma aproximacin metodolgica, el estudio extiende los resultados de May en tres sentidos:se comparan los efectos de mediano y corto plazo de las reformas, se hace una mayordesagregacin de la produccin agrcola y las fuentes de ingreso rural, y, se analiza el papel devarios tipos de choques y cambios de poltica en el corto plazo.

    Los resultados de las simulaciones de mediano plazo indican que el impacto, positivo, delas reformas sobre la tasa de crecimiento del PIB es reducido (resultado debido en parte alcarcter esttico del modelo). Con relacin a la distribucin del ingreso, se tiene que sta mejorapara el sector urbano, en tanto que para el rural se mantiene inmodificada, y que la distribucindel ingreso a los factores en zonas rurales no es sensible a las reformas. Estos resultados sedeben a que los salarios en las zonas rurales son ms severamente afectados que los de laszonas urbanas (donde, adems las rentas de los capitalistas disminuyen ms rpidamente). Porotra parte, las modificaciones hechas al impuesto al valor agregado tienen efectos casi nulossobre la distribucin rural y urbana y otro tanto ocurre con los cambios en el rgimen tributario

    19 En adelante referido como Lora (1994).

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    con relacin a su impacto sobre la distribucin rural. La reforma comercial, a pesar de que noaltera la distribucin intra-regional del ingreso, incrementa la participacin de las zonas ruralesen el ingreso total debido a su efecto de mediano plazo sobre la tasa de cambio real. Finalmente,los ingresos de las zonas rurales no cambian de manera significativa gracias a que la apreciacinde la tasa de cambio compensa los beneficios derivados de una mayor demanda urbana.

    En el corto plazo, el modelo hace evidente el escaso efecto de las reformas y el importantepapel que otros factores jugaron sobre la distribucin del ingreso. Las reformas ejercen unadespreciable influencia de corto plazo sobre la tasa de crecimiento y sobre la tasa de cambioreal. El ingreso en las zonas rurales se redistribuye del capital fijo hacia el resto de factores,como consecuencia de la contraccin de la demanda urbana para los bienes producidos por esetipo de capital. Debido a la inmovilidad del capital en el corto plazo, el uso de ste en productosagrcolas permanentes se reduce y aquel destinado a la produccin de bienes temporales seenfrenta a una gran competencia de las importaciones. As, los trabajadores rurales se beneficiande la reduccin en los precios al consumidor y de la reorientacin de la produccin hacia losbienes exportables (ms intensivos en mano de obra). Esta reorientacin, a su vez, tiende abeneficiar al capital fijo empleado en el sector de exportables, en tanto que el resto de fuentesde ingreso rurales se perjudica con la apreciacin de la tasa de cambio.

    De la misma manera, en el corto plazo, el efecto de factores diferentes a las reformas tuvouna gran influencia sobre la distribucin del ingreso. Variables como el ahorro de los hogares yla inversin privada, los precios internacionales, el gasto pblico, los movimientos de la tasa decambio, no explicados por otras variables del modelo, y el precio domstico real del caf, explicanuna alta proporcin de los cambios distributivos intersectoriales. La disminucin del ahorro y elaumento de la inversin, afectaron negativamente todas las categoras del ingreso rural, excepcinhecha del capital fijo. Los precios internacionales mejoraron los ingresos urbanos y empeoraronlos rurales. El gasto pblico, responsable por los cambios ms significativos, benefici el trabajourbano y el capital fijo rural a expensas del resto de ingresos rurales.

    Como conclusin, Lora encuentra una creciente brecha de ingresos rural-urbana que no es elresultado de las reformas estructurales, sino ms bien de una serie de factores diferentes. Noobstante, otras reas de las reformas, como la liberalizacin de los flujos de capital, puedenhaber tenido un impacto indirecto considerable sobre la ampliacin de esta brecha.

    6. CONCLUSIONESQuiz la conclusin ms evidente de esta revisin de literatura es la relativa fragilidad de los

    estudios sobre pobreza, empleo y distribucin del ingreso en zonas rurales. La diversidad deresultados, tanto como la de metodologas empleadas, hace difcil la identificacin de unoshechos estilizados que puedan servir de base para este captulo. Por esta razn, menos queconclusiones, lo que ac se intenta es hacer unos comentarios informados sobre estos temas.

    A riesgo de simplificar, parecera haber un conjunto de resultados obtenidos por los estudios,que responden a tendencias de largo plazo de variables socio-demogrficas y econmicas. Astos se sobreponen otros que se originan ya sea en la accin de factores coyunturales o choques,

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    o en los efectos de corto plazo de cambios que tienden a permanecer en el tiempo. El riesgo desimplificacin viene justamente de la dificultad para aislar unos y otros, para apreciar susinterrelaciones y para juzgar la permanencia de los cambios considerados de largo plazo.

    Sobre el tema de la pobreza rural es clara la ambigedad de los indicadores para sealar sucomportamiento. Si hubiera que forzar una conclusin sobre el particular, podra decirse queparece haber una moderada tendencia de largo plazo a la disminucin de la incidencia de lapobreza rural y que dicha tendencia se ve sobresaltada por retrocesos originados en los cicloseconmicos y en la interaccin entre el sector agropecuario y el resto de la economa.

    Los efectos crecimiento y distribucin sobre la pobreza rural habran tendido a actuar endirecciones contrarias entre 1978 y 1995, siendo siempre dominados por el componentedistributivo. Esto implicara que cuando el ingreso medio aumenta, como consecuencia de unams dinmica actividad econmica en zonas rurales, sus efectos son reducidos y no lograncontrarrestar cambios distributivos adversos asociados. Por el contrario, cuando se pierdedinamismo en la actividad econmica y el ingreso medio tiene efectos negativos sobre la pobreza,stos tienden a ser contrarrestados por cambios distributivos positivos. Dos preguntas surgeninmediatamente. Qu factores han determinado el comportamiento contradictorio hallado paraestos efectos? Se debe la dominancia de los efectos distributivos a alguna condicin estructural?No parecera muy aventurado lanzar la hiptesis de que la estructura productiva del sectoragrcola, y su evolucin, tiene importancia en la bsqueda de las respuestas.

    Por otra parte, las descripciones y anlisis hechos de los perfiles de los pobres rurales muestranque las caractersticas socio-demogrficas bsicas asociadas a los hogares pobres tienden a serestables. En esa medida, toda tendencia del hogar promedio a presentar caractersticas difer-entes es percibida como un factor positivo en la disminucin de la pobreza (esto sucede con elrelativo envejecimiento de la poblacin, los mayores niveles educativos de los jefes, la disminucinen el nmero de hijos, etc.). Una excepcin a este comportamiento viene del papel que juega laposicin ocupacional de los jefes. Aunque la tendencia parece ser a que el empleo formal estasociado a menores niveles de pobreza (o a una menor probabilidad de ser pobre), la magnitudde este efecto vara entre perodos. Adems, la direccin y magnitud del efecto de ser trabajadorpor cuenta propia (asimilado al empleo informal) cambian entre diferentes mediciones. As,mientras la evolu