SPBIBLIOTECA DEL NIO MEXICANO

RJUNFU BELCOLOSQL0us' I

MAUCCI H O. %s. MEXICO

SIBLIOTECA DEL NIRO MEXICANOULTIMA SERIE EPOCA MODERNA

EL TRIUNFO DEL GOLOSOLiDS TRALTAF

EPAZPOEt

HERIBERTO FRIAS

0MEXICO

Maueci Uermauos. —Primer& del Rein, I

1900

Prop ledad exciusiva de los se-iores Maucci Hermanos.

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El triunfo del coloso,---'. -'-'I--

Triunfaron las colosales atmasde la Fnerza,arma.s quesgriwió Ia AnibiclOn contra el débilL..En .vano los=atesotas lucharon hasta morir en LoSs

sangrientos de Charubusco y Chapue-late, cubriendo de gloria a tantos héroesU.e jTo-do enTvano!... 1E1 dios de Jos Ejércitos qniso pro-bar et temple de lo q.e apenas veian grupos ais-ladoS de buenosmexicafloS!... 1Y vino Iasiniestràta tastrofel

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10h dias de Into de la patria, no volváis nun-Ga.;. Sumergios en la Noche del Pasado!

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...Después de los sangrientos combates que oshe narrado en que el valor del soldado mexicanocausó La admiracióii del enemigo, después de esasbatallasiegen1arias qtie forniarán perpetua y eler-namente un timbre de gloria para los valienteshijos de Anahuac, ibamos a sufrir la ültirna de!as humillaciones; fueron vanos Los esfuerzosinñtil 1* decision de nuestras fuerzas mostradasen Los campos de batalla, el ejemplo de los niños-heroes que, como leones, se batieron en Chapulte-pet, fué ausa de noble admiratiOn, pero no pudofructificar, ya no era tiempo, el general forte-.americano Winfield Scott, al frente de ocho milhonibres Ilenos de confianza en sus jefes por ;&victorias alcanzadas, provistos de todos Los ele-

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•mentos de guerra y de una numerosa artilleria desitlo, avanzó sobre la capital.

Ea vano el general D. Antonio Lopez de San-ta-Aria, reconoctendo Sn error, y ahogando en supecbo las ii'alas pasiones que to animaban y queeran Ia causa principal de tantos desastres, CR

vano ese hombre ambicioso y funesto pretendiddefender la plaza de Mexico, el soldado mexicanoestaba desmoralizado, sus niayorcs y más valien-Lès jefes hahian muerto 6 se encontraban prisio-neros 6 heridos... la confianza se habia perdido...y la defensa era imposible...

Para coirwo de males ci enemigo invasor y vie—torioso ibA a holiar el suelo de la Capital en unafecha gloriosa; si, arniguiLos mios, corno si la fa-4alidad asi to hubiese dispuesto para que nuestrahumillación fuera ma's grande y la pérdida missensible el dia 15 de Septiernbre, en esa fecha tangioriOsa para Mexico, el ejército norte-americaneentntba triurifante en Ia Capital y al dia siguienteel pabellón de las estreilas ondeaba en el antiguepalaclo nacional, en lugar de nuestra venerandaenseña de las tres garantias... de nuestra queridabandera ti-icolor..

La defensa de las garitas fué activi;ima, va-liente, no parecia sino pie el general Saata-Ar.apretandia borrar con ella el baldön pie en toda la

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at Sr. Licenciado D. Manuel de La Peña y Peña,que era el Presidente de la Suprema Corte deJusticia; retirándose at extranj cr0.

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Ocupada La Capital por las fuerzas invasoras,ci gobierno Mexicano, fatto de toda clase de ele-mentos pan seguir resistiendo, se retirO a Que-réro.

Al verificarse estos ácontecimientos, el pals,aunque sin dirección fija y careciendo de todaclase de organizac.ión, siguió combatiendo por simismo coRtra los enemigos.

En distintos lugares y puntos de La Repáblicase dieron sangrientos combates en los que mu-chas ve ' es fueron derrotadas las fuerzas forte-americanas.

Pero at fin siendo ya imposibie la resisteaqia,se reunió en la histérica y legendaria ciudad deQuerétaro un Cungrero que debia decidirde losdestinoà del pals.

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Este-Congreso nombró Presidente inLeriho de)a t Repnblica at general D. Pedro Maria Anaya,patriota inmacutado que, como un heroe; se habiahatido en ulferentes encuestros contra los invaso-res, segün os to he referido en mis anteriores na-rraciones y se entablarort entonces las negociacioenes de paz.

El gohierno norte-americano nombró para quelo representase en ellas a Mr. Nicolás P. Trist,con ci carácter de ministro plenipotenciarto; re-presentando a nuestro gobierno los señores D. Mi-guel Aristain, D. Bernardo Conto y D LuisGon-zaga y Cuevas.

Las preteasiones del Gobierno 'vencedor apare-cieron inauditas y exrgeradas.

*4.

La causa de la guerra se olvidó por compteto:étta,como to recordarois,habia sido el que Mexicose negó a reconocer la independencia 1e Texas,"fltte integrante de su territorio, y su agregación,sn'ealidad de Estado de la Federación None arne-ntana; pues bien, ahora usando del brutal dre-

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cho de La fuerza, viéndonos vencidos, fattos detoda clasede eiementos,desmoralizaddeL pals pot'las discordias intestinas y por los odios tradiclo-nales de partido, pretendla el vencedor el reco-nociniiento de La independencia de Texas y su3gregaciOn a los Estados Unidos y La onida pornrte de México,además de esa inmensa extensionde nuestro territorio de La alta California, Arizo-na y Nuevo Mexico, es decir, más de den mil leoguas cuadradas, mas de La mitad de La Republi-ca, dándonos en carnbio una indemnizaciófl dequince millones de pesos y comprometiendose elGobierno de los Estados Unidos a resguardarnuestra frontera forte, de Las inculsiones de Losbárharos qUe él habia fomentado hasLa enioncespant tener un pretexto más contra nosotrosparadeolararnos una guerra injusta expoliadora.

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Pith tan grande La indignación que entre losmionikos del Congreso reunido en Ia ciudad de

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Querétaro se despertó en vista di tales proposi-ciones y de tarnañas exigencias, 9ue muchos1deellos opinaron porque debiamos reenazarlas y con-tin nar La guerra.

Apoyaron fuerternente esta opiniOn pronuncián-do en pro de ella vehemeátisimos discursos, im-pregnados de subliniidad y de amor patrio, losdiputados Ponciano Arriaga, que más tarde dabiafigarar dignarnente en el Congreso Constituyente,D. Manuel Doblado c D. Jose' Maria Cuevas, quecasi exánirne se hizo conducir de s'i lecho a latribuna, para tornar, parte en Los debates, pronun-ciando elocuentisirnos discursos que honraráneternarnente su meinoria y to presentan corno pa-triota inmortal...

Figuraron en el partido de La paz los señoresPedraza, Lacunza, Latragua, Pa y rio y otros queálos vehementes arraiques del partido contrarlooponian el cuadro tristisirno, desgarrador de Lanación, falta por corn pleto de recursos para con-tinuar la lucha contra el coloso norte-arnericassu,contra esa Repüblica formidable, ilena de tod6s

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nos mexicanos, se ratificaron los tratados el 30 deMayo de 1848 en la Villa de Guadalupe Hidalgo;las luerzas norte-americanas comenzaron a des-ocupar lentarnente el territorio nacional y el señorLicenciado D. Manuel de la Pefla y Peña que entan dificiles circunstancias habia ejercido ci man-do supremo, demostrando su acrisolado patriotis-mu y gran entereza y abnegación entregé el poderal Sr. General D. José Joaquin de Herrera, electopara terminar el periodo constitutional hasta elañc. de 48510

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Nuestra patria, lectorcitos ,nios, :perdi4S a . ceii -se.uencia de [a funesta guerra de 4847 casi lamiud de su territorio, a los Estados Unidos lescostó tan injusta adquisición cerca de treinta muhombres muertos en los campos de bat.alla, tacan tidad de doscientos din millones de pesos.siendo además el territorlo adquirido que satan -

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chó considerablemente la pane Sur de aqueltaRepüblica la causa directa de la lamosa guerra se-paratista que se verificó en esa naclOn en los añosde 1861 a 1865 y que les costó torrentes de san—gre y pérdidas inmensas...

Al Ilegar ii este ptinto de la historia de nuestrapatria, que me he propuesto referiros seacillatpen-te en estas desafinadas narraciones, la pluma secae de las manos resistiendose a trazar cuadrostan dolorosos, situaciOn tan angustiosa y triste cicorazón destila amargura hondamente herido enla, afeccidn mas sarosanta el amor patrio.

Conviene detenernos un momento para pie sa-quéis de eztas narraciones el provecho que yo de-seo, echando una ojeada retrospectiva pain queveáis eon entera claridad las causas pie infbye-run de una manera Lerminante para que MexicoIlegase al triste estado en que se encontró ci añoftinesto de 1848.

Cuando el 27 tIe Septiembre de 1821 despuésde once años de encarriizada y sangrienta lucha,Iogró Mexico, gracias a los esfuerzos de sus hijosconsuniar su ndependencia y sacudir por corn-pleto el yugo qüe durante trescientos años habia

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pesado tiránico sobre nosotros, una crasa ignoran-cia déminaba en. toda la extension del pals debido

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at sistenia vicioso de educatiOn que con Ia colonialuatnafl empleado Los dominadores.

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Los destiuns de la patria cayeron desde unpriñcipio en manos de honibres ambiciosàs qu,atcntGs salo a satisfacer su interés personal, novacitaron en desencadenar sobre la Repüblica elnote de la guerra civil.

Ya habéis visto que nuestra historia,á partir. dela consumación de la independeitcia, hasta ilegar4 1 a tpoca• en que nos enc'bntramos, no es sineuna cadena no interrumpida de pron-unciamientos,guerras intestirias, queno reconocen otra causaque Ins odios de partido surnarnente arraigados yel deseo de Ios.principales jefes de apoderarse delmando supremo.

.Este periodo está perfectamente caracterizado,personificado por ci general D. Antonio Lopez deSanta.Ana.

La nación Sc debilitó muchisirno con Las cons-tantes guerras, no pudo desarrollar sus grandeselementos de'riqueza por La falta cit orden y deun gbbierno estable, y en estas circunstancias tancriticas ydificiles se encontró frente a frente dcuna naciOn l'uerte, rica y que con cualquier pre-texto ambicionaba y habia resuelto despojarla departe de sit territorio.

nil .resultado no se hizo esperar, y courlo habélsru la prirnera oportunidad y violando las

mas radimentarios irincipios del derecho inter--

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national, de la equidad y deja justicia, estallóguerra fatal...

Los prodigios de heroismo, a'bnegacién y valorfueron inétiles, infnictuosos...

Ya conocéls el epilogo tristisimo de ii invasionnorteeamericana, la humillaciOn de Mexico yperdida de la mitad del territorio...

Y como si estiiviéramos obeecados, ciegos; co—too si nuestros ojos estuvieran cubie.'tos por unavenda fatal, tan triste ejetnplo no produjo resutta-do alguno y largos dins de luto esperaban a lapatria...

FIN

l3arCelOfla.—Imp. de la Casa EditorisUMaucci