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Institut Borja de Bioètica: Santa Rosa, 39-57 3º 08950 Esplugues (Barcelona) www.ibbioetica.org 4 euros TRIBUNA ABIERTA DEL INSTITUT BORJA DE BIOÈTICA-Año XIII-N. 48 bioètica debat & & El futuro de la vida: el cambio climático E sumario sumario El futuro de la vida: el cambio climático: ........1 a 6 Editorial: «Bioética y ecología» ............2 ¿Qué ética para la ecología? ...................... 6 y 7 Derechos humanos y medio ambiente ............. 6 a 11 ¿Tienen derechos los animales? ........................11 a 13 La Biblioteca del IBB .....14 a 15 Agenda .................................16 a historia, también la prehisto- ria, del hombre es un proceso de constante alienación de nues- tra especie respecto la naturaleza, porque se han ido rompiendo los ritmos naturales hasta llegar a una situación insostenible. En una época de fragmentación del saber, descubrimos la profunda interac- ción naturaleza–hombre–socie- dad. Es esta misma fragmentación la que ha favorecido, sin duda, el olvido de las estrechas relaciones existentes en un Cosmos único. Evidentemente el restableci- miento de la paz del hombre con la naturaleza es un tema que va mucho más allá de las interac- ciones hombre-naturaleza, ya que penetra e implica a todo el tejido social, y exige cambios profundos en las instituciones políticas y en nuestras leyes. En esta misión todo el mundo cuenta y es necesario, y no puede haber futuro si no nos implicamos todos: de Norte a Sur y de Este a Oeste. El uso racional de los recursos no renovables y el equilibrio de los procesos humanos con los naturales, así como la protección de la naturaleza, pasan por una remodelación profunda del sistema económico vigente, con importantes consecuencias para toda la humanidad Además, el uso racional de los recursos no renovables y el equi- librio de los procesos humanos con los naturales, así como la pro- tección de la naturaleza, pasan por una remodelación profunda del sistema económico vigente, con importantes consecuencias para toda la humanidad. En este senti- do, René Passet escribe en su obra «La ilusión neoliberal»: “Preten- demos que la economía crezca de forma indefinida olvidando que depende de los recursos que el pla- neta le aporta, que son finitos”. Tras indicarnos que el consumis- mo no nos hace más felices, sino que este concepto más bien se aso- cia a la esfera de las relaciones interpersonales y sociales, a la autorrealización y al ocio…, y que es, al mismo tiempo, origen del estrés que nos conduce a innume- rables afecciones físicas y psíqui- cas, añade: “No se trata de confor- marse con menos de lo que necesitas, sino de saber cuando tie- nes bastante (…) Una disminu- ción del consumo en los países industrializados podría liberar recursos y reduciría la contamina- ción, permitiendo el crecimiento in- dustrial de los países en desarrollo”. Lo que se plantea es la soste- nibilidad frente al crecimiento, es decir, producción para satisfacer la autorrealización de las perso- nas, pero con inteligencia y sensi- bilidad para garantizar un desarro- llo armonioso con la naturaleza. (pasa a pág. 3) L

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Institut Borja de Bioètica: Santa Rosa, 39-57 3º • 08950 Esplugues (Barcelona) • www.ibbioetica.org

4 euros

TRIBUNA ABIERTA DEL INSTITUT BORJA DE BIOÈTICA-Año XIII-N. 48

bioètica debat &&El futuro de la vida: el cambio climático

EE

sumar iosumar io

El futuro de la vida:el cambio climático: ........1 a 6

Editorial:«Bioética y ecología» ............2

¿Qué ética parala ecología? ...................... 6 y 7

Derechos humanos ymedio ambiente ............. 6 a 11

¿Tienen derechos losanimales? ........................11 a 13

La Biblioteca del IBB .....14 a 15

Agenda .................................16

a historia, también la prehisto- ria, del hombre es un proceso

de constante alienación de nues-tra especie respecto la naturaleza,porque se han ido rompiendo losritmos naturales hasta llegar a unasituación insostenible. En unaépoca de fragmentación del saber,descubrimos la profunda interac-

ción naturaleza–hombre–socie-dad. Es esta misma fragmentaciónla que ha favorecido, sin duda, elolvido de las estrechas relacionesexistentes en un Cosmos único.

Evidentemente el restableci-miento de la paz del hombre conla naturaleza es un tema que vamucho más allá de las interac-ciones hombre-naturaleza, ya quepenetra e implica a todo el tejidosocial, y exige cambios profundosen las instituciones políticas y ennuestras leyes. En esta misión todoel mundo cuenta y es necesario, yno puede haber futuro si no nosimplicamos todos: de Norte a Sury de Este a Oeste.

El uso racional de losrecursos no renovables y elequilibrio de los procesos

humanos con los naturales,así como la protección de lanaturaleza, pasan por unaremodelación profunda delsistema económico vigente,

con importantes consecuenciaspara toda la humanidad

Además, el uso racional de losrecursos no renovables y el equi-librio de los procesos humanoscon los naturales, así como la pro-tección de la naturaleza, pasan por

una remodelación profunda delsistema económico vigente, conimportantes consecuencias paratoda la humanidad. En este senti-do, René Passet escribe en su obra«La ilusión neoliberal»: “Preten-demos que la economía crezca deforma indefinida olvidando quedepende de los recursos que el pla-neta le aporta, que son finitos”.

Tras indicarnos que el consumis-mo no nos hace más felices, sinoque este concepto más bien se aso-cia a la esfera de las relacionesinterpersonales y sociales, a laautorrealización y al ocio…, y quees, al mismo tiempo, origen delestrés que nos conduce a innume-rables afecciones físicas y psíqui-cas, añade: “No se trata de confor-marse con menos de lo quenecesitas, sino de saber cuando tie-nes bastante (…) Una disminu-ción del consumo en los paísesindustrializados podría liberarrecursos y reduciría la contamina-ción, permitiendo el crecimiento in-dustrial de los países en desarrollo”.

Lo que se plantea es la soste-nibilidad frente al crecimiento, esdecir, producción para satisfacerla autorrealización de las perso-nas, pero con inteligencia y sensi-bilidad para garantizar un desarro-llo armonioso con la naturaleza.

(pasa a pág. 3)

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2 Abril-Junio 2007 Institut Borja de Bioètica

TRIBUNA ABIERTADEL INSTITUT BORJA

DE BIOÈTICA

DIRECCIÓN

Núria Terribas i Sala

MAQUETACIÓN Y EDICIÓN

Ma. José Abella

CONSEJO DE REDACCIÓN

Francesc Abel i FabreJordi Craven-Bartle

Ester Busquets i AlibésJaume Terribas Alamego

DISEÑO GRÁFICO

Elisabet Valls i Remolí

COLABORADORES

Francesc LozanoEfraín Pérez

Francesc Torralba

IMPRESIÓN:Ediciones Gráficas Rey

ISSN:1579-4865

EDITA:Institut Borja de Bioètica,

Fundación Privadac/ Santa Rosa, 39-57 3a.08950-Esplugues (BCN)

Telf. 93.600.61.06Fax. 93.600.61.10

www.ibbioetica.org

bioètica & &

edi tor ia led i tor ia l

Bioética y ecología

Adebat finales de los años sesenta y a principios de los setenta se producen simultáneamente tres revoluciones que abonarán el terreno para que

pueda nacer la Bioética. Se trata de la revolución biológica, que permite a laespecie humana tener un dominio cada vez superior sobre la reproducción,la herencia y el sistema nervioso. La revolución médico-sanitaria queintroduce las nuevas tecnologías en el ámbito clínico; reivindica y promuevela autonomía del paciente, y se plantea la necesidad de establecer políticassanitarias ante la escasez de recursos. Y finalmente, la revolución ecológicaque nos hace ver que el crecimiento económico no necesariamente comportauna mejor calidad de vida y que la supervivencia de toda forma de vida vaíntimamente ligada al respeto al medio ambiente. Se puede decir que larevolución ecológica, ahora en plena efervescencia, despierta lo quepodríamos decir una “nueva conciencia ecologista”. Hans Jonas con suobra El principio de responsabilidad (1970) o Van Rensselaer Potter con lapublicación del artículo Bioética, la ciencia de la supervivencia (1970) y sufamoso libro Bioética: un puente hacia el futuro (1971), exponen supreocupación por el deterioro del medio ambiente, y las consecuencias quepuede tener para el conjunto de la especie humana.

En sus orígenes la Bioética, tal como la había concebido Potter, ponía laecología en el centro de su reflexión, se pretendía que la bioética abriese elcamino a una nueva manera de entender la relación “ser humano – entorno/ naturaleza”. Pero la urgencia por los problemas biomédicos y los derivadosde la nueva medicina tomarían todo el protagonismo de la Bioética,impulsada por el trabajo de los grandes centros de bioética americanos–Kennedy Institute of Ethics y Hastings Center-, creados también en losaños 70, centrando todo su peso en la «bioética clínica». Después de unasdécadas de haber recluido la bioética sobre todo en el campo de las cienciasde la salud se reivindica nuevamente la «bioética global», una bioética queademás de centrarse en los aspectos biológicos y biomédicos sea capaz derebasarlos y preocuparse también por estudiar y reflexionar sobre losproblemas ecológicos de nuestro planeta.

La preocupación de los primeros bioeticistas por el medio ambiente se hageneralizado últimamente en casi todos los ámbitos de la vida social. Losmedios de comunicación, por su parte, someten desde hace tiempo a losciudadanos a un bombardeo de información sobre el cambio climático,como antes habían hecho con el agujero de la capa de ozono o la lluvia ácida.Es importante que los medios de comunicación divulguen rigurosamentelas aportaciones de los científicos en todo aquello que hace referencia almedio ambiente, es necesario también que creen conciencia ecologistaentre la ciudadanía, pero esta tarea no se consigue a través de intensas, perobreves, bocanadas informativas, sino que es una tarea que exige continuidad.Estamos demasiado acostumbrados a ver como los problemas que secronifican pierden actualidad periodística, se deja de hablar de ello, comosi el problema ya no estuviera, pero permanece activo. Es necesario pues,un compromiso firme por parte de los científicos, los políticos, los mediosde comunicación, la sociedad... para que, lejos de planteamientosapocalípticos, no olvidemos que debemos respetar el medio ambiente.Como diría Potter, en ello nos va la supervivencia!

Desde bioética & debat queremos hacer una modesta aportación a estatemática, con la reflexión y la aportación de ideas para el debate.

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(viene de pág. 1)

Análisis de una realidadconcreta: el cambio climático

El medio ambiente permite dar-nos cuenta de la finitud de nues-tro planeta y de la limitación denuestras posibilidades de actua-ción. La idea de la modernidad deque “todo es posible”, de que laciencia y la técnica todo lo resol-verán y nos conducirán a la felici-dad definitiva, se ha desvanecidoante la cruda realidad. Es por elloque, a mi entender, la actual crisisambiental es tan sólo la punta deliceberg de una crisis de dimensio-nes más amplias.

Las leyes de la naturaleza nossuperan y no nos dan elección:armonía con ella o extinción. Lahistoria de la vida sobre la tierra esclara a este respecto. Nuestrosprocesos productivos deben adap-tarse a dicha consideración; la uti-lización creciente de recursos norenovables debe limitarse; la po-lución de las capas fluidas (atmós-fera e hidrosfera) deben reducirseo incluso eliminarse por comple-to. Todo el mundo, más o menos,sabe lo que hay que hacer. Sólohace falta hacerlo.

Las leyes de la naturalezanos superan y no nos

dan elección: armonía con ella o extinción

Tomo como ejemplo a conside-rar el cambio climático. Un temaciertamente controvertido. Veá-moslo… Ante este tema la mujery el hombre de la calle se enfren-tan, como en tantos otros temas, auna gran confusión. Sin ir máslejos, entre los más prestigiososescritores y científicos del mo-

mento, hallamos posiciones dia-metralmente opuestas. Por ejem-plo, Michael Crichton, autor del“best seller” «Estado de miedo»,cree que el cambio climático es untema relacionado con el “ecote-rrorismo”. Aquí no hay bombasni asesinatos, pero la técnica es lamisma, el miedo como forma decoacción para imponer unas ideas.En su libro así lo defiende. En elotro extremo, el prestigioso cien-tífico James Lovelock, autor de laconocida Teoría de Gaia, nos invi-ta a creer a través de su libro «Lavenganza de la tierra», que enrealidad ya no hay nada que hacer.Con estos mensajes contrapues-tos no es de extrañar que el ciuda-dano de a pie opte por disfrutar dela vida y espere lo que le depare elfuturo sin más.

Cambios climáticos los hahabido siempre a lo largode la historia de la tierra...

Pero nunca se han producidode forma tan rápida, ni en

ellos ha participado el hombre

Pero las cosas no son así de fáci-les sobre todo si queremos vivirresponsablemente, y lo que es aúnmás importante, dignamente. M.Crichton es un hombre vinculadoal Partido Republicano de losEEUU y todos sabemos cual es supunto de vista político y el delactual Presidente, lo cual ya noshace estar en guardia ante dichaposición. Por otro lado, nadie, niel científico J. Lovelock, tantosaños unido a la NASA en el estu-dio comparado de los medios flui-dos de Venus, la Tierra y Marte,puede predecir la conducta de unsistema tan enormemente comple-jo como el de un planeta entero, ymucho menos aseverar una direc-

ción catastrófica de futuro, sinmás.

Pero, ¿qué hay de cierto en todoesto del cambio climático? La ver-dad es que cambios climáticos losha habido siempre a lo largo de lahistoria de la tierra, y de mayorenvergadura que el actual. Peronunca se han producido de formatan rápida, ni en ellos ha participa-do la especie que se denomina a símisma “sapiens” –propongo a lacomunidad científica una revisión ala baja de dicha denominación–.

Prácticamente ningún científicoduda ya de la existencia del cam-bio climático. La dificultad radicaen calibrar la medida de su inten-sidad. Y ahí es donde intervienenlos incrédulos mal intencionadoso mal informados. Podríamos re-latar aquí las cien mil y una prue-bas existentes desde ópticas tandispares como la botánica, la geo-logía, la etología animal, la ocea-nografía,… El cambio climáticoes una realidad.

El cambio climático esuna realidad. Ahora bien,

otro problema es lacuota que representa

el ser humano endicha transformación

Ahora bien, otro problema es lacuota que representa el ser huma-no en dicha transformación. Y aquítambién hay discusión. Mientrastanto, parece ser que tras la re-unión reciente de expertos en Pa-rís, existe un principio de acuerdosobre cuánto podría ascender latemperatura en este siglo y esta-ríamos hablando de unos cuatrogrados de media planetaria. Peropodría ser mucho más… Cuatrogrados no son ninguna broma, yaque en los últimos 50.000 años la

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variación ha sido de tan sólo tresgrados. Y siempre hablamos demedia. Eso significa que en algu-nos lugares se incrementará mu-cho más. ¿Por qué digo que po-dría ser peor? El medio ambientenos ha permitido ser conscientesde que todo está entrelazado.

Hasta el momento lasolución pasa por el tímido yfrágil acuerdo de Kyoto que

pretende reducir las emisionesdel principal gas con efecto

de almacén calorífico: eldióxido de carbono. Los

países firmantes tratan deconseguir que en el 2012se vuelva a los límites de

emisión de 1990

Los tristes sucesos del 11S enNueva York permitieron al cli-matólogo R. Travis, darse cuentade que la interrupción del tráficoaéreo en los EEUU durante tresdías, favorecía enormemente latransparencia del aire, y en conse-cuencia de la llegada más intensade la radiación solar a la superficiede la tierra. Así pues, las partículasresultantes de la contaminaciónpor combustión, sorprendente-mente nos ha liberado de un ma-yor calentamiento global durantemucho tiempo, privándonos de lallegada de la radiación solar contodo su poder térmico. Pero esta-mos limpiando nuestro aire departículas contaminantes, al me-nos en Occidente, desarrollandoprocesos de combustión más lim-pios o simplemente usando siste-mas de catálisis o filtrado tanto ennuestros vehículos como en cen-trales térmicas e industrias. Asívemos que lo que por un lado esbueno para la salud de las perso-nas y de nuestro medio ambiente

en general –y además absoluta-mente imprescindible para alcan-zar la sostenibilidad– está ponien-do al descubierto que el cambioclimático puede ser aún peor.

Sabemos que el cambio climáticose ha visto favorecido por el incre-mento del efecto invernadero yahora parece también que por unamejora de la transparencia del aire.Hasta el momento la solución pasapor el tímido y frágil acuerdo deKyoto que pretende reducir lasemisiones del principal gas conefecto de almacén calorífico: eldióxido de carbono. Los paísesfirmantes tratan de conseguir queen el 2012 se vuelva a los límites deemisión de 1990. La reducción noserá suficiente, pero es todo lo quese consiguió.

No obstante el protocolo deKyoto levanta ampollas, sobretodo porque la AdministraciónAmericana no ha firmado dichoacuerdo. Y digo la Administra-ción Americana porque un terciode los estados miembros de dichafederación lo aplican. Además,EEUU es el principal reforestadordel mundo, convirtiéndose así enel principal contribuyente globala la creación de sumideros para eldióxido de carbono, proceso quese produce a través de la fotosín-tesis vegetal.

Otros países, como España,que firmaron el Protocolo

de Kyoto no cumplenen casi nada

En cambio, otros países comoEspaña que lo firmó no cumplenen casi nada. Me explico: firma-mos Kyoto junto con el resto desocios de la Unión Europea antesde la ampliación, y se nos otorgóuna cuota de emisión de dióxido

de carbono de un 15% más. EnEuropa, mientras unos aumentanlos otros compensan reduciendosus emisiones, actuando como untodo. Sin embargo, hemos aumen-tado un 48% según datos oficia-les. A esto yo lo llamo hipocresíay por eso no podemos exigir a losdemás lo que nosotros no cumpli-mos.

El cambio climático es unaconsecuencia del modelo de

desarrollo occidental y, ahora,de todos los países que lo hantomado como modelo. Pero¿quién es capaz de decirles a

estos países que no debendesarrollarse o hacerlo con

tecnologías más caras?

También hay que tener presenteque no todos tenemos la mismaresponsabilidad en la degradacióndel medio ambiente planetario, asíque no todos debemos contribuirde la misma manera. El cambioclimático es una consecuencia delmodelo de desarrollo occidentaly, ahora, de todos los países que lohan tomado como modelo. ¿Peroquién es capaz de decirles a estospaíses que no deben desarrollarseo hacerlo con tecnologías más ca-ras, cuyos costes en muchos casosno pueden asumir, y que ademásse las venderemos nosotros losoccidentales? Por primera vez seplantea una globalización que sipuede ser una forma de presiónpara el entendimiento mutuo y elequilibrio global. Aunque, no loolvidemos, también para certifi-car nuestro fracaso como especie.La vida con mayúsculas, en todossus contextos, no da segundasoportunidades.

Tal como están las cosas debe-mos trabajar por una mayor ar-

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monía planetaria en todas sus ver-tientes, pero en especial en aque-lla que sustenta la vida. Y todostenemos mucho que decir. Nues-tra actitud y nuestra conductacuentan. Existen muchas posibi-lidades de actuación y en el casodel cambio climático recomiendola consulta del dossier sobre eltema, que contiene pautas de con-ducta individual, familiar,… acor-des con la sostenibilidad, y que seencuentra en la página web delCENEAM (Centro Nacional deEducación Ambiental – España)adscrito al Ministerio de MedioAmbiente (http://www.mma.es).

Como dice el reconocido natu-ralista David Attenborough, de laBBC, al final de la serie The Stateof the Planet: “Lo que suceda conla vida en la Tierra a partir deahora, depende tan sólo de noso-tros”. Y yo añadiría que la luchapor la sostenibilidad no ha hechomás que empezar…Trabajemoscon el fin de restablecer la paz conla naturaleza que nuestra negli-gencia ha perdido. No estamossolos. Millones de personas po-seen ya una conciencia ambientalsublime: empresas, ONGs, escue-las, asociaciones cívicas, entespúblicos,… hay un sinfín de or-ganizaciones transformándosecada día y trabajando por la soste-nibilidad. También es cierto quehay muchas que no, pero proba-blemente se trate “tan sólo” de unproblema de masa crítica.

El principio deresponsabilidad

A mi entender la actual problemá-tica ambiental tan sólo es la puntadel iceberg. Por esto hay que supe-rar esta situación si no queremoscomprometer nuestro futuro.

Tratando de superar el dilemaantropocentrismo–biocentrismo,el gran pensador alemán, HansJonas, apeló al principio de res-ponsabilidad. Según él, el poderque la ciencia y la técnica estánacumulando no tiene precedentesen la historia humana. Así, la ca-pacidad de hacer el bien o el mal escada vez mayor. En su opinión,las consecuencias negativas de lasacciones humanas deberían pri-mar sobre las positivas. No por-que él sea pesimista, sino por elcarácter catastrófico e irreversi-ble que éstas pueden ir adquirien-do. Reclama así una nueva ética,ya que ninguna de las anterioresaparecidas a través de la historiaes válida. Se fundamentaron en loinmediato, en lo interpersonal yahora las coordenadas han varia-do sensiblemente. Esta nueva éti-ca debe basarse en un nuevo prin-cipio, en una nueva teoría, basadaen la responsabilidad. Dicha éticase halla compuesta básicamentepor dos elementos: el ‹‹temor››,que nos frena en nuestras actua-ciones para no cometer actos quenos conduzcan al desastre, y la‹‹esperanza››, para que nos impul-se a actuar en la línea correcta ypara que el temor no termine porparalizarnos.

Según H. Jonas el poderque la ciencia y la técnica

están acumulando no tieneprecedentes en la historia

humana. Así, la capacidad dehacer el bien o el mal

es cada vez mayor

H. Jonas en su libro «El principiode responsabilidad» comienza conuna lúcida y vehemente alusión almundo actual: “Definitivamentedesencadenado, Prometeo, a quien

la ciencia le proporciona fuerzasjamás antes conocidas, y la econo-mía un infatigable impulso, recla-ma una ética que, mediante frenosvoluntarios, evite que su poder lle-ve a los hombres al desastre”.

Quizás tengamos ya alguna he-rramienta para conseguirlo. En lareunión que se dio a conocer comoRio 92 surgió la llamada «AgendaXXI», un camino hacia la soste-nibilidad que invita a lo que podría-mos denominar la RevoluciónPlanetaria, una nueva revolución dela humanidad que implica vivir condignidad y responsabilidad. Comorecuerda M. Gorbatchov en el«Manifiesto por la tierra»: “Quenuestro tiempo sea un tiempo quese recuerde por el despertar a unanueva reverencia a la vida, la fir-me resolución de conseguir lasostenibilidad, y la aceleración dela lucha por la justicia, la paz y laalegre celebración de la vida”.

FRANCESC LOZANO

BIÓLOGOPROFESOR DE LA URL

FUNDADOR Y COORDINADORDEL PROYECTO CEB-ICH

Referencias bibliográficas:

✓CRICHTON M. Estado de miedo.Barcelona: Plaza y Janés; 2005.

✓ GORBATXOV M. Manifiesto por latierra. Barcelona: Bronce; 2003.

✓ JONAS H. El principio de respon-sabilidad. Barcelona: Herder; 2004.

✓LOVELOCK J. La venganza de latierra. Barcelona: Ed. Planeta; 2007.

✓LOZANO WINTERHALDER F.Por la vida en la Tierra. Girona: Docu-menta Universitaria; 2006.

✓ PASSET R. La ilusión neoliberal.Madrid: Debate; 2001.

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P¿Qué ética para la ecología?

or razones obvias, la cuestión de la ética ecológica o medio-ambiental está adquiriendo unasdimensiones extraordinarias eneste primer lustro del siglo XX.Un mínimo ejercicio de búsquedabibliográfica por las revistas mássignificativas del campo de la éticanos mostraría como todas ellashan dedicado, por lo menos, unmonográfico a la ética medioam-biental y a la relación entre la es-pecie humana y el resto de la natu-raleza. Esta ética aplicada formaparte, en sentido estricto, de labioética, o de lo que algunos lla-man «bioética global», porque, enel fondo, explora la relación entrela vida humana y las otras formasde vida del planeta y examina losmodelos de relación y los valoreslatentes en estos modelos de rela-ción.

La consciencia de la crisis es tanevidente que, incluso en el planosocial y político, el tema se haconvertido en querella pública y,en mayor o menor medida, lasdiferentes opciones políticas delarco parlamentario tratan de ofre-cer propuestas a fin de buscar unarelación más sostenible con la na-turaleza que no signifique unapérdida de calidad, ni de progre-so, ni de competitividad. Los me-dios de comunicación, todo hayque decirlo, han contribuido a ellode una manera evidente, a vecescon un tono excesivamente alar-mista, pero en otras ocasiones, conargumentos científicos muy ra-zonados.

En cualquier caso, la relaciónhombre-naturaleza preocupa, ypreocupa porque el modelo queha presidido este vínculo en los

últimos doscientos años, desde larevolución industrial hasta la so-ciedad global, ha fallado. Es, sen-cillamente, un modelo que con-duce al naufragio colectivo. Lacomprensión de la naturalezacomo una gran reserva industrialque el ser humano puede adminis-trar, organizar, gestionar segúnsus intereses de especie, por decir-lo con la acertada expresión dePeter Singer, es un modelo que,por razones evidentes, ha desem-bocado en el colapso. El estilo devida occidental no puede exten-derse al conjunto de los ciudada-nos del planeta, porque se basa enun sistema de producción y deconsumo que no es sostenible. Si-guiendo a Immanuel Kant, se po-dría decir aquello de que si unanorma moral no se puede genera-lizar, es decir, si no es válida paratoda la humanidad, sencillamen-te, no es buena.

La cuestión, en el plano estricta-mente del discurso ético, está ge-nerando un auténtico río biblio-gráfico y los grandes pensadoresde la filosofía práctica y losmoralistas están haciendo pro-puestas, más o menos operativas,para poder resolver la cuestiónque tanto preocupa al ciudadano.No es fácil orientarse en este espe-so bosque de reflexiones, porquemás allá de las propuestas ligadasa las éticas religiosas, como la éticacristiana o la ética budista, porponer sólo dos ejemplos, hay otrasmuchas propuestas singulares, lai-cas, que de ninguna manera, tie-nen cabida dentro de un sistemade pensamiento o cosmovisión.

Además, hay que subrayar quetambién desde las tradiciones reli-

giosas, se elaboran pautas éticasdiferentes en relación a la natura-leza. La sensibilidad y el respetohacia todos los seres vivos no esidéntica en los diferentes credosreligiosos, como tampoco lo es ellugar que ocupa la persona huma-na en el conjunto de la naturalezafísica. Por lo tanto, no sería lógicoextraer la consecuencia que laséticas religiosas son, per se, o bienantropocéntricas o bien teocén-tricas o biocéntricas, porque cadauna tiene su identidad, su historiay abre diferentes campos herme-néuticos. A grandes rasgos, se pue-de afirmar que la sensibilidad ha-cia el conjunto de seres vivos estámás extendida en las tradicionessimbólicas ligadas a extremooriente, que no a las religiones deltronco bíblico, pero con todo hayexcepciones como San Franciscode Asís, entre otros.

Someramente, se pueden distin-guir dos grandes líneas de pensa-miento que van desde el antropo-centrismo (el hombre es el centrodel cosmos) hasta el biocentrismo(la vida es lo que hay que salvar).Desde una perspectiva antropo-céntrica, el ser humano es el cen-tro del cosmos, ocupa un lugarfundamental y el resto están a suservicio. En este sentido, elantropocentrismo legitima el usode la naturaleza por parte del hom-bre. Pero el antropocentrismo, noes unívoco, sino análogo y se pue-den distinguir dentro de esta for-ma de pensar, diferentes formasde antropocentrismo que van des-de el más moderado hasta el an-tropocentrismo excluyente que noatribuye valor moral a los anima-les, ni a las plantas. Dentro del

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Derechos humanos y medio ambiente a Constitución Española pre-

vé en su artículo 45 el derechofundamental que todos poseemos«a disfrutar de un medio ambien-te adecuado para el desarrollo dela persona, así como el deber deconservarlo…»(1) . Como se pue-de observar, se habla de derechos,y al mismo tiempo, al ser un bienque disfrutamos todos, se con-vierte en un deber, un deber deobligado cumplimiento, como severá más adelante. La misma Car-ta Magna establece sanciones pe-

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nales o administrativas, para quie-nes infrinjan, en base a una nor-mativa legal, estos derechos quenos cobijan a todos. No satisfe-cha aún la protección del derechoal medio ambiente, aparece comoimposición legal la obligación dereparar el daño causado. En Es-paña el órgano estatal encargadode velar que se cumplan las políti-cas medioambientales y que seajusten las directivas gubernamen-tales a estos objectivos es el Mi-nisterio de Medio Ambiente.

Así las cosas, es necesario definirqué son los derechos humanos y elderecho al medio ambiente. Porderechos humanos se entenderántodos aquellos bienes inherentes,inderogables e inalienables de lapersona humana, que se manifies-tan como facultades que tienen sucimiento en la intrínseca dignidadhumana y cuyo ejercicio revisteun carácter histórico-social. Estosbienes no son una creación delestado, sino que han de ser reco-nocidos o positivados por el orde-

más moderado, hay pensadores queatribuyen valor moral a los anima-les capaces de sufrir (el patocen-trismo) y a otros, no tan solo valormoral, sino también derechos, talcomo expondremos luego.

El biocentrismo es la dialécticaopuesta al antropocentrismo. Sisiguiésemos un esquema hege-liano, podríamos decir que es lanegación del antropocentrismo,pero que no representa la síntesisfinal, sino la negación de la nega-ción, el segundo momento de ladialéctica hegeliana. Desde elbiocentrismo, la vida es lo másrelevante y lo que hay que preser-var contra todo, especialmente lavida de los grupos más vulnera-bles, más expuestos a desaparecerdel mundo. En el biocentrismoradical no se distinguen jerarquías,ni niveles de vida. Toda vida esigualmente respetable. Pero haybiocentrismos moderados que, sinnegar el valor de toda vida, atribu-yen más valor a la vida humanapor estar dotada de inteligencia,de memoria, de voluntad y portener la capacidad de amar.

Como es evidente, las tesis prác-ticas que se derivan del antropo-centrismo son muy distintas delas del biocentrismo, pero no sepueden negar, de entrada, ningu-na de las dos. Los antropocéntri-cos deben reconocer los excesosque la especie humana ha causadoy los males que se han derivado deestos excesos, pero los biocéntri-cos deben enfrentarse al esquemadarwinista y entender que la na-turaleza es una lucha de todoscontra todos y que si la hipótesisde la evolución es solvente, sehace difícil combinar la fraterni-dad universal de signo francisca-no, religiosa o laica, con la consta-tación de la lucha radical por lasupervivencia.

En cualquier caso, en este esti-mulante debate intelectual, nopueden pasar desapercibidos losintereses del capitalismo global,ni la derrota de los sistemas socia-les de inspiración marxista. Laética ecológica o medioambientaldebe asumir el hecho que la lógicaeconómica que mueve el mundoen estos inicios de siglo es el

neocapitalismo. Sino es capaz deencontrar sitios comunes en él,sintonizar con algunas de sus tesisy hacerse hueco, caerá en saco roto,como un discurso de buenas in-tenciones para románticos y soña-dores.

Hay que recordar que tambiénlos denominados sistemas socialesy políticos de inspiración marxis-ta no tuvieron ningún cuidado conel medio ambiente y prueba deello son los desastres ecológicosque se generaron en los países quevivieron marcados por esta tradi-ción. Nadie, entonces, esta librede culpa. Es necesario, en cual-quier caso, superar el discursomaximalista y neorromántico quepropone el retorno al paraíso ori-ginal. No hay retorno posible, perosi que se pueden corregir, aunquesea, los hybris del capitalismo sal-vaje, aunque sea a partir de lasconsecuencias que el ciudadanodetecta en su vida cotidiana.

FRANCESC TORRALBA

DOCTOR EN FILOSOFÍA Y TEOLOGÍACATEDRÁTICO DE LA URLCOLABORADOR DEL IBB

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namiento jurídico (2). En base aello, el titular de estos bienes fun-damentales es la persona.

En cuanto al derecho, ve en lapersona a un sujeto jurídico, ti-tular de derechos y destinatariode normas legalmente estable-cidas, de leyes. Es pues el centroy fin del quehacer estatal, comosujeto capaz de adquirir derechosy contraer obligaciones.

Dimensiones dela persona

La persona cuenta con su di-mensión ontológica y su dimen-sión jurídica que atañe al dere-cho. La dimensión ontológicahace referencia a las propiedadestrascendentales, características dela persona que le confieren un va-lor único y supremo; tal valor semanifiesta en la dignidad humana.

La dimensión jurídica consistebásicamente en que todo ser hu-mano goza de la aptitud para pro-tagonizar relaciones de derecho,esto es, de la capacidad para pro-tagonizar la vida jurídica. Ellosignifica que la persona es en pri-mera instancia titular de dere-chos y segundo es sujeto de obli-gaciones. Será titular de derechossi la persona posee un conjuntode bienes que se le atribuyencomo algo justo, res iusta; dere-chos exigibles tanto al estadocomo a los particulares. En estecaso la exigencia se dará única-mente cuando exista una rela-ción de dependencia o se vulnerelos derechos del titular. Segun-do, es un sujeto de obligaciones,siempre y cuando se considere laidea de que este principio se basaen el fundamento de que dondeexiste un derecho existe un co-rrelativo deber, pues todo dere-

cho termina donde comienza el de-recho ajeno.

Como se puede observar, la natu-raleza de las obligaciones o deberestienen que ser referidas a dos espa-cios donde se desarrollan, los cua-les serán de naturaleza social y cons-titucional.

La dimensión jurídica se expresaen la personalidad jurídica, esto es,la aptitud de toda persona para serprotagonista de relaciones de dere-cho. La personalidad jurídica setraduce en el derecho a ser recono-cido y tratado como persona entodo momento y lugar. La perso-nalidad jurídica se halla reconoci-da en el artículo 6 de la DeclaraciónUniversal de Derechos Humanos;en el artículo 16 del Pacto Interna-cional de Derechos Civiles y Políti-cos; en el artículo 4.1 del ProtocoloII Adicional a los Convenios deGinebra; y en España en el CódigoCivil.

Las tres generaciones delos derechos humanos

La categorización de los derechoshumanos desde la perspectiva delas llamadas tres generaciones, fueuna reflexión liderada por el checoKarel Vasak (4) a finales de la déca-da de los setenta. Se basó en losprincipios que inspiraron la Revo-lución Francesa: libertad, igualdady fraternidad.

La «libertad» es el bien que inten-ta proteger los derechos de prime-ra generación, también llamados«derechos civiles y políticos». Losprimeros, los civiles son derechosque reconocen y protegen las li-bertades básicas de la persona. Lospolíticos facultan a la persona paratomar parte activa en la gestión delos asuntos públicos. Son derechosindividuales que dotan a la persona

de unos bienes frente al estado.La «igualdad», es el bien que se

pretende proteger y que lidera lasegunda generación o derechoseconómicos, sociales y culturales.En esta segunda generación dederechos se le delega al estado eldeber de actuar y suplir lascarencias y necesidades socialesque demanda una comunidad.

La tercera generación delos derechos humanos

De acuerdo con Karel Vasak, elreferente de esta tercera genera-ción va a ser la «solidaridad»; alcimentarse en la solidaridad, en lafraternidad, pretende motivar,concienciar a todas las personas,los pueblos y naciones en general,mediante la adhesión u asociaciónen la búsqueda de los mecanismosnecesarios que eleven el nivel devida, fomenten el progreso socialy estimulen un desarrollo sosteni-ble más acorde con el medio am-biente de las naciones y pueblosen vías de desarrollo. Es por elloque también se le suele llamar porextensión “derechos de los pue-blos”, “derechos del medio am-biente” o “derecho al desarrollosostenible”.

Son derechos que exigende los estados una acción

positiva en su actuación, estoes, implican la voluntadeconómica y política del

país y su compromiso decolaborar en esta mismalínea con otros estados

Esta tercera generación de dere-chos es la más controvertida y laque genera más debates hoy endía, debido en gran medida al com-promiso que representa su reco-

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nocimiento y protección por par-te de la comunidad internacional.Estos derechos presentan una pe-culiaridad frente a los demás gru-pos de derechos, pues para su ple-no desarrollo requieren no sólo lavoluntad o el cumplimiento deacuerdos por parte de un solo es-tado sino la cooperación y la par-ticipación de la comunidad inter-nacional para que hagan viable lascondiciones adecuadas para supuesta en práctica.

Los sujetos demandantes delejercicio efectivo de esta genera-ción de derechos, así como lossujetos demandados, son múlti-ples y diversos. En un principio,en el concierto internacional losúnicos sujetos legitimados paraestablecer relaciones eran los es-tados; con posterioridad, con eladvenimiento de los derechos ci-viles y políticos, así como los eco-nómicos, sociales y culturales,fracturaron esta relación incluyen-do a la persona en el conciertointernacional como demandantede protección de sus bienes fun-damentales; ahora se han diver-sificado, incluyendo categorías ogrupos de personas con ciertascaracterísticas en común: terceraedad, infancia, mujeres, minoríasétnicas, religiosas o sexuales,ONG’s, los pueblos, el estado,hasta la mismísima comunidad in-ternacional.

Son derechos que exigen de losestados una acción positiva en suactuación, esto es, implican la vo-luntad económica y política delpaís y su compromiso de colabo-rar en esta misma línea con otrosestados, así como prestar aten-ción a la voz de las organizacionesinternacionales y no gubernamen-tales, etc. Al ser derechos de co-operación, de solidaridad con

otras naciones y pueblos, se vapromoviendo el diálogo norte–sur, lo cual ha generado una con-ciencia internacional de respeto,protección y promoción de todolo relacionado con el patrimoniocomún de los pueblos, de su ri-queza cultural y de su biodiversi-dad, como legado para las futurasgeneraciones. Se comienza a de-mandar el respeto del derecho a lapaz como un bien esencial paraque los demás derechos se lleven acabo, para ello se ha creado unsistema penal internacional quejuzgue a los infractores de estederecho.

En general podemos decir queesta última división de derechosabarca los derechos relacionadoscon el desarrollo, el progreso eco-nómico y social, el medio am-biente, la autodeterminación delos pueblos, los derechos de lospueblos indígenas y de las mino-rías, los problemas alimenticios,demográficos, educativos y eco-lógicos, la paz, la coexistencia pa-cífica, la propiedad intelectual, elpatrimonio común de la humani-dad y la utilización del progresocientífico y tecnológico (4).

Derecho a un medioambiente sano

El derecho a un medio ambienteadecuado, o derechos ecológicos,es un ejemplo claro de esta tercerageneración de derechos. Por «me-dio ambiente» se entenderá todasaquellas circunstancias que rodeane involucran a un entorno, y que,como tal, influyen directamentepara el desarrollo de la vida engeneral. Es decir, el medio ambien-te afecta a dos aspectos fundamen-tales: en primera instancia a todaslas condiciones o circunstancias

naturales o físicas que posee unlugar, como los recursos naturalesde calidad necesarios para que eldesarrollo de la vida sea posible, yque de forma directa tienen unarepercusión e impacto en el desa-rrollo humano. Segundo, el me-dio ambiente o entorno que in-merso en el primero es generadopor la acción del hombre, lo queincluye todas las circunstanciasculturales, económicas y socialesen que vive una persona en unlugar determinado y que le influ-yen directamente en su desarrollointegral como persona digna.

En concordancia con lo ante-rior, debido a la extrema pobrezaen muchas regiones del planeta seha degradado gravemente elecosistema y el medio ambiente,se han contaminado los recursosnaturales y las fuentes acuíferas,se han talado los bosques... como,consecuencia de todo ello, antesituaciones extremas, los brotesde violencia y los enfrentamien-tos no se hacen esperar.

El derecho al medio ambientese ha ido estructurando a lolargo de las últimas décadas

sobre la base de los resultadospresentados por muchosexpertos que pretendíanconcienciar a la opinión

pública a raíz del impactodel hombre sobre el entorno

Al ser una parte integral de lapersona, estos derechos poseen,como ya se ha visto, todas lascaracterísticas de los derechoshumanos, entre ellas la interde-pendencia e indivisibilidad, puessi se busca que la dignidad huma-na no se vea afectada y que el serhumano se desarrolle de una ma-nera armónica e integral, es nece-

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sario que tanto los derechos civi-les y políticos, los económicos,sociales y culturales y los de terce-ra generación vayan al compás.

Como tal, el derecho al medioambiente se ha ido estructurandoa lo largo de las últimas décadas enbase a los resultados presentadospor muchos expertos que preten-dían concienciar a la opinión públi-ca a raíz del impacto del hombresobre el entorno y concretamentesu evolución económica. De estaforma, a partir de los años cin-cuenta, se fue estableciendo unapolítica al respecto (5) . Gracias aello, de forma lenta pero gradualse han ido adoptando algunos tra-tados que van moldeando los lla-mados derechos que engloban elMedio Ambiente. En 1972 laONU celebró la Conferencia so-bre el Medio Ambiente, en la cualse recomendaba la creación de unaorganización medioambiental quese denomino UNEP (6); en 1973se desarrolló la Convención sobreel comercio internacional de espe-cies en peligro (CITES); en 1985 seestablece la Convención de Vienapara la protección de la capa deozono; en 1992 se celebra la De-claración de Río sobre el MedioAmbiente y el Desarrollo, siguie-ron la Declaración de Nairobi de1997 y la Declaración de Malmö,Suecia, del 2000 que fue el PrimerForo Global Ministerial de MedioAmbiente.

Hace poco más de diez años seconcretó la creación del tratadointernacional que buscaba com-prometer a los estados con el finde considerar las consecuenciasdel cambio climático y las víaspara la reducción del calentamien-to global, dicho tratado se deno-minó la Convención Marco de lasNaciones Unidas sobre el Cambio

Climático (CMNUCC) (7) , tra-tado que en Febrero de 2007 haenglobado a los 190 estados delplaneta. Los últimos avances paragarantizar la protección de estederecho, han sido puestos en laimplementación del Protocolo deKyoto , que complementa la con-vención marco, y que a diferenciadel anterior, sí obliga a los estadosque lo ratifican a la reducción degases de efecto invernadero. Elobjetivo del Protocolo de Kyotoen primera instancia es obligar alos países más desarrollados a dis-minuir el total de sus emisionescontaminantes hasta alcanzar lasregistradas en 1990. Segundo, ins-peccionar a los países en vías dedesarrollo, a partir de la transfe-rencia de recursos de los paísesindustrializados, con el fin de quesu desarrollo sea sostenible, másacorde con los parámetros del pro-tocolo en cuanto a la obtención derecursos energéticos y a la emi-sión de desechos contaminantesque generan el efecto invernade-ro, como es el caso de China, In-dia y Brasil. Según datos de Fe-brero de este año, ya eran 169 lospaíses causantes del 61,6% de lasemisiones contaminantes del pla-neta. Por otro lado, los EstadosUnidos, que son los mayores res-ponsables de la emisión total degases que genera el efecto inver-nadero en el planeta con un 25%,se niegan a ratificar Kyoto, igualque Australia (8).

Con el fin de promover políticasmás sensibles y de concienciar a lapoblación mundial, la ONU esta-bleció el 5 de Junio como el DíaMundial del Medio Ambiente. Eltema elegido para 2007, cuya sedefue Noruega, ha sido “El deshielo:¿un tema candente? La situaciónmedioambiental en las regiones

polares”.Cabe esperar que las acciones e

iniciativas de todos los agentesimplicados vayan incrementandola toma de conciencia de que este«derecho a un medio ambiente»,saludable para todos, es tambiénresponsabilidad de todos.

EFRAÍN PÉREZ

LICENCIADO EN TEOLOGÍA YCIENCIAS POLÍTICAS

ESPECIALISTA EN DERECHOS HUMANOSMÁSTER EN BIOÉTICA

PROFESOR DEL IBB

Citas y referencias:

(1) Constitución Española. art 45

(2) Pérez Escobar E. Los derechos fun-damentales, historia, concepto y funda-mento. Barcelona: Institut Borja deBioètica - Universidad Ramon Llull;2004. (Texto en edición ).

(3) Vasak K(ed). The International Di-mensions of Human Rights. GreenwoodPress; 1982. p. 451-455.

(4) Oficina del Alto Comisionado delas Naciones Unidas para los DerechosHumanos. Declaración sobre la utiliza-ción del progreso científico y tecnológicoen interés de la paz y en beneficio de lahumanidad. Ver en: www.ohchr.org/spanish/law/progreso_cientifico.htm

(5) Doyle T, McEachern D. Environ-ment and Politics, London: Routledge,2001. p.1.

(6) United Nations Environment Pro-gramme. Environment for development.Disponible en: http://www.unep.org/

(7) Convención marco de la ONU sobreel cambio climático (UNFCCC). Dispo-nible en: http://unfccc.int/resource/docs/convkp/convsp.pdf - UnitedNations Framework Convention onClimate Change (UNFCCC) es la orga-nización encargada de velar por el calen-tamiento global.

(8) Kyoto Protocol Status of ratifica-tion. Disponible en: http://unfccc.int/kyoto_protocol

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¿Tienen derechos, los animales? na de las cuestiones más abier- tas en bioética global es la que

tiene como objeto discernir si losanimales tienen derechos, es de-cir, si se pueden considerar suje-tos jurídicos. Últimamente se hanpublicado muchas monografíassobre esta temática y todo pareceindicar que, a grandes rasgos, nohay unanimidad respecto a estepunto (1). A grosso modo, se pue-den distinguir dos grandes posicio-nes: los que defienden que algunosanimales tienen derechos porquetienen atributos muy próximos a lacondición humana y los que consi-deran que no los tienen, aunque síaceptan un conjunto de deberes res-pecto a sus vidas.

Más allá de estas dos posiciones,hay otras actitudes marginales,desde las cuales, no tan solo sequiere ampliar el campo jurídico aalgunos mamíferos superiores,sino a todos los animales en gene-ral. Otros, todavía van más allá, yquieren reconocer estos derechosa todo ser vivo, ya sea animal ovegetal, pluricelular o unicelular.Dejando de lado estas posicionesmás marginales, intentaremos ex-plorar los argumentos de los quedefienden la ampliación de losderechos a algunos animales ytambién veremos los argumentosde los que consideran que los ani-males no pueden considerarse comosujetos de derecho. Finalmente, in-tentaremos exponer, modestamen-te, nuestra posición respecto a estadelicada cuestión bioética.

Argumentos a favor

El defensor más conocido y po-pular de los derechos de los ani-

males es el filósofo australianoPeter Singer que hace más de trein-ta años publicó su conocido ma-nifiesto Animal Liberation (1973)que cautivó a la opinión públicamundial (2) y donde describe lasituación de maltrato y abuso queviven miles de millones de anima-les en manos de seres humanos endiversos lugares del mundo (3).

Singer considera que estapretendida superioridad de

la condición humana enrelación a las otras especies

no está justificada, ni avaladapor la ciencia

Peter Singer pone muchos ejem-plos de trato degradante, cruel yvejatorio y considera que la razónúltima de esta actitud de los hom-bres sobre los animales se debe alespecieismo, palabra difícil de tra-ducir. Se trata de un prejuicio ouna actitud favorable a los miem-bros de nuestra especie humana ycontraria a las otras especies de lanaturaleza. Singer considera queesta pretendida superioridad de lacondición humana en relación alas otras especies no está justifica-da, ni avalada por la ciencia y quesubsiste como un residuo de ca-rácter gremial que interesa a lacondición humana, para mante-ner su status quo en el conjunto dela naturaleza. Según su parecer, espor razones interesadas y utili-taristas que no se reconocen losderechos de los animales, comoen épocas anteriores, no se reco-nocían los derechos a los esclavos,a las mujeres o a los inmigrantes.Considera, que es necesario abrirun círculo de derechos a los ani-

males, porque el antropocentris-mo no tiene legitimación teórica.Según su punto de vista, todos losanimales son iguales y esta raízcomún es la base de un mismoreconocimiento de derechos.

Desde su punto de vista, lo quehace a un ser digno de protecciónmoral y jurídica es la capacidad desentir, de percibir dolor y placer.Esta capacidad es, según Singer,transversal en los seres humanosy en muchos otros animales. Eneste sentido hay una igualdad defondo, que no se puede esconder.Esta misma tesis la defienden filó-sofos como Tom Regan y GaryFrancione entre muchos otros. Lacapacidad de sentir deriva del he-cho de tener un sistema nerviosoque permite al ser vivo situarse enel mundo, y el que determina paraél unos intereses. El animal tam-bién tiene intereses como el hom-bre. Quiere estar bien, evita eldolor, prefiere disfrutar de su vidade acuerdo con su complejidad ycaracterísticas. Aunque no sea ca-paz de expresarlo verbalmente,tiene intereses; lucha por ellos.

Los defensores de los derechosde los animales no afirman que loshombres y los animales tenganexactamente los mismos derechos,pero si que los animales son suje-tos de derecho. Hay derechos que,naturalmente, no podrán tener,porque no pueden desarrollar cier-tas capacidades, como por ejem-plo, la de trabajar o disfrutar deltiempo libre. Tanto Singer comolos otros defensores argumentansus tesis diciendo que estamos pro-fundamente emparentados conalgunos animales, especialmente,con los primates. Esta tesis tiene

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todavía más consistencia intelec-tual después de la descodificacióndel genoma de algunos primates(4) y de la especie humana al verlas inmensas semblanzas. Tantodesde el punto de vista genético,como por razones de organiza-ción social, tanto desde la fisiolo-gía, como desde la psicología, elhombre es otro gran primate, quepertenece al reino animal, a la cla-se de los mamíferos, al orden delos primates, al suborden de lossimios, a la clase de homínidos(que comparte con los gorilas,chimpancés y orangutanes) y a laespecie del homo sapiens.

Para Gary Francione no es co-rrecto someter al animal a esclavi-tud, ni concebirlo únicamentecomo propiedad. Es necesario,desde esta perspectiva, establecerunos derechos mínimos para losanimales (humanos y no huma-nos): que incluiría, como mínimo:el derecho a la vida, a vivir enlibertad, el derecho a no ser tortu-rado. Se posiciona claramente con-tra el marco jurídico vigente en elcual el animal se concibe única-mente como objeto, propiedad,bien mueble.

En esta misma línea argumental,es necesario situar las reflexionesde Steven Wise expresadas en sulibro Drawing the Line: Scienceand the Case for Animal Rights.Él propone que se deberían con-ceder derechos legales a algunasespecies animales. Textualmenteafirma que no ve gran diferenciaentre un chimpancé y su hijo decuatro años y medio. Detecta quehay animales capaces de experi-mentar emociones, comunicarseo desarrollar interacciones socia-les. Aparte de los chimpancés, serefiere a otras especies, como losgorilas, los orangutanes, los delfi-

nes atlánticos, los loros grises afri-canos, los elefantes, los perros ylas abejas, que, según el, reúnensuficientes características para quese les concedan derechos. Solicitaunos derechos básicos como elderecho a la integridad y a la liber-tad corporal. Wise, después de lalectura de Animal Liberation dePeter Singer, ha asumido en di-versas ocasiones la representaciónlegal de animales ante los tribuna-les de los EUA.

Argumentos en contra

Entre los detractores de esta te-sis está Roger Schruton, filósofo yautor de Animal Rights andWrongs. Según su parecer, reco-nocer derechos a los animales esuna degradación de los seres hu-manos entendidos como sobera-nos para someter al reino animal.Añade que si se reconocen dere-chos a los animales, los ponemosen el mismo plano moral que al serhumano, lo que no tiene sentidosegún él, porque entre al ser hu-mano y las otras especies hay dife-rencias de calidad. El ser humanohace elecciones libres basadas enla evaluación consciente de alter-nativas, es capaz de valorar y dehacer balance. Igualmente, diceque los seres humanos ejercemossobre nuestras vidas una sobera-nía que pedimos a los otros querespeten. Somos responsables denuestras acciones e intentamosresolver los conflictos a través dela palabra y no a través de la fuer-za. En definitiva, somos seresmorales.

Una exposición más detallada deesta línea argumental la encontra-mos en Applied Ethics: A Non-consequentialist Approach, delprofesor de filosofía de la Univer-

sidad de Reading, David S.Oderberg. Según él, el hecho deque un animal sea un sujeto en elsentido psicológico, un ser capazde padecer y de sentir dolor, no esargumento suficiente para defen-der que sea un sujeto moral, al-guien con capacidad de tomar de-cisiones libre y responsablemente,alguien dotado de derechos y concapacidad para ejercer sus deberes.

Según Oderberg, el hecho deque un animal sea un sujetoen el sentido psicológico, unser capaz de padecer y de

sentir dolor, no es argumentosuficiente para defender que

sea un sujeto moral

Respecto a los argumentos quese basan en la autoconsciencia delanimal, es necesario aclarar quetipo de conocimiento es éste.

Según Oderberg no hay eviden-cia de que los chimpacés o cual-quier otro animal tenga conscien-cia, en el sentido de ser capaz depensar sobre sus propios pensa-mientos, de reflexionar sobre supropio proceso de razonamiento,de hacer juicios sobre sus propiosjuicios. «Los seres humanos sonsujetos de derechos porque sabenporque hacen lo que hacen», afir-ma Oderberg. En lo que se refierea los enfermos seniles, niños opersonas gravemente afectadas anivel cognitivo, también tienen de-rechos en la medida en que sonseres potencialmente capaces deautorreflexión consciente, aunqueno puedan ejercerla por causa devulnerabilidad. Según él, los ani-males se deben excluir del círculode derechos, porque no tienenvoluntad libre, no pueden decidirrespecto a lo que es correcto oincorrecto, en el sentido de que no

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pueden deliberar entre líneas deconducta.

Algunos de estos autores, em-plean un argumento de carácterteológico. Desde un punto de vis-ta teológico, se afirma que la crea-ción es obra de Dios y que comotal no pertenece a ningún ente enconcreto. Todos los seres, cons-cientemente o inconscientemen-te, pertenecen a la condición decriatura, son, en sentido francis-cano «hermanos de la existencia»,hay entre ellos una fraternidaduniversal. Pero, a la vez, se afirmaque en la creación hay una jerar-quía, una escala de entes, de me-nos a más perfectos y que el lugarsublime en el orden de las entida-des materiales creadas, lo ocupa lapersona (5). Se explica de una ma-nera clara en el Catecismo de laIglesia Católica donde se dice que“el hombre es la cumbre de la obradel Creador” (6).

A modo de conclusión

La cuestión de los derechos delos animales es la punta del ice-berg de un debate mucho másamplio y complejo: el de la dife-rencia ontológica entre el ser hu-mano y el resto de la naturaleza.Desde actitudes antropocéntricas,hay una diferencia cualitativa en-tre el ser humano y el conjunto delcosmos, una diferencia que lo hacemerecedor de un respeto cualita-tivamente superior a cualquierotra entidad del mundo. Esta pre-tendida superioridad ontológicaes la que, al fin y al cabo, justifica,su dignidad ética y jurídica.

Desde posiciones biocéntricas ozoocéntricas, esta supuesta supe-rioridad del hombre en el conjun-to del mundo no es otra cosa queun residuo de antropocentrismo

griego y cristiano que está arrai-gado en la entraña de la culturaoccidental desde hace más de dosmil quinientos años. Desde estaopción, no se cree que haya razo-nes científicas para seguir defen-diendo esta pretendida superiori-dad ontológica, ética y jurídica dela persona.

El argumento queconvierte al ser humano en

sujeto de derechos es elser capaz de libertad, detomar decisiones libres y

responsablemente, de hacerde su vida un proyecto único

Desde nuestro punto de vista, elargumento que convierte al serhumano en sujeto de derechos esel ser capaz de libertad, de tomardecisiones libres y responsable-mente, de hacer de su vida unproyecto único. Es una posibili-dad única y exclusiva del ser hu-mano, porque sólo él experimen-ta en su interior lo que SørenKierkegaard denomina «el vérti-go de las posibilidades y la angus-tia de la decisión». Esto no lo debeconvertir, en ningún caso en undéspota arbitrario, en un tiranoque explote y aniquile la creaciónque le ha sido dada. Tiene exigen-cias y obligaciones hacia los ani-males, las plantas, las piedras, elagua y el aire, pero el hecho detener exigencias hacia el medio noconvierte al destinatario en sujetode derechos.

Hay que reconocer que no todoser humano es capaz de ejecutarpensamientos libres, de tomardecisiones autónomas y respon-sables, de adentrarse en el fondode su ser y de establecer un diálo-go íntimo consigo mismo. Haycausas que pueden debilitar o de-

teriorar irreversiblemente estepotencial humano. Pero la digni-dad del ser humano no puede sermedida únicamente a partir de susacciones o apariencias, sino a par-tir de su propio ser y de sus poten-cialidades latentes.

FRANCESC TORRALBA

DOCTOR EN FILOSOFÍA Y TEOLOGÍACATEDRÁTICO DE LA URLCOLABORADOR DEL IBB

Citas bibliográficas:

(1) Cf. J. BARBARA, Lo que tú debessaber sobre los derechos de los animales,Lóquez Ediciones, Madrid, 1996; J.MOSTERÍN, Los derechos de losanimales, Círculo de Lectores, Barcelona,1995; H. SALT, C. MARTÍN, C.GONZÁLEZ, Los derechos de losanimales, Los libros de la Catarata,Madrid, 1999; M. ARÀNEGA, J. F.DELGADO, Los derechos de los anima-les, Edebé, Barcelona, 2003; J. R.LACADENA (Coord.), Los derechos delos animales, Desclée, Bilbao, 2002; M.TAFALLA, G. VILAR, Los derechos delos animales, Idea Books, Barcelona, 2004;T. REGAN, Jaulas vacías: el desafío delos derechos de los animales. FundacióAltarriba, Barcelona, 2006.

(2) Cf. PETER SINGER, Liberaciónanimal, Trotta, Madrid, 1999.

(3 ) Recogemos un estudio crítico sobreel pensamiento de Peter Singer en ¿Qué esla dignidad humana?, Herder, Barcelona,2005.

(4) En España defiende esta tesis: J.RIECHMANN, Todos los animales somoshermanos. Ensayo sobre el lugar de losanimales en las sociedades industrializadas,Los libros de la Catarata, Madrid, 2005.

(5) No todos llegan a la mismaconclusión a partir del discurso teológico.Hay autores que subrayan la fraternidadcósmica por encima de la jerarquíaentitativa. Sobre esta cuestión, consultarA. LINZEY, Los animales en la teología,Herder, Barcelona, 1996.

(6) Catecismo de la Isglesia Católica, nn342-344.

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14 Abril-Junio 2007 Institut Borja de Bioètica

La b ib l io teca de l IBBLa b ib l io teca de l IBB

«La venganza dela tierra»

«Environmental ethicsand international

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«Los límites delcrecimiento 30 años

después»

Lovelock, el inventor de la teoríade Gaia, nos dice que durante mi-les de años la Humanidad ha ex-plotado la Tierra sin tener en cuen-ta las consecuencias. Ahora que elcalentamiento global y el cambioclimático son evidentes para cual-quier observador imparcial, la Tie-rra comienza a vengarse. La Hu-manidad no sólo está a punto deautodestruirse, sino que todas lassoluciones propuestas o aplicadashasta ahora no pueden resolver elproblema (la biomasa, la energíasolar, etc.). El profundo conoci-miento del autor le permite dar-nos una verdadera explicaciónsobre lo que está pasando y pro-pone soluciones realistas para elmayor problema al que ha tenidoque enfrentarse la Humanidad. Eneste apasionado alegato, el autorargumenta que, aunque el cambioclimático ya es inevitable, todavíano es demasiado tarde para sal-varnos.

Los autores de Los límites delcrecimiento 30 años después sos-tienen que la humanidad puede ydebe responder a las señales queindican que el crecimiento mun-dial alcanza ya unos nivelesinsostenibles. Según los autoresdebemos prever las consecuenciasdel crecimiento incontrolado enun planeta finito como el nuestro.Ha llegado el momento de buscarsoluciones a todos los niveles: po-lítico, económico y social para ale-jar el mundo del borde del abismoal que se asoma. Esta obra con unagran profundidad aborda la dis-cusión sobre el imparable creci-miento de la población mundial,el aumento de la producción in-dustrial, el agotamiento de los re-cursos, la contaminación y la tec-nología. Un libro de enormeinteligencia que debate, con totalactualidad, el difícil equilibrioentre el crecimiento y desarrollohumanos.

Las preocupaciones ambientalesocupan un lugar destacado en eltrabajo de la Organización de lasNaciones Unidas, y en su áreaeducativa, científica y cultural. LaUNESCO desarrolla su trabajoen relación con los principios éti-cos de las ciencias y políticas am-bientales. En este libro se plan-tean cuestiones cómo ¿Cuál es elvalor moral del medio ambiente?¿Qué es lo que en la naturalezavale la pena proteger, preservar orespetar? ¿Qué significa soste-nibilidad global? ¿En qué medidadebemos preocuparnos por losintereses de las generaciones futu-ras?... Ocho expertos en ética am-biental de todo el mundo, aconse-jan a la Comisión Mundial en éticade la ciencia y la tecnología sobreéstas y otras preguntas de carácterambiental. También desarrollanaproximaciones para determinarcómo la política internacionalpuede promover la reflexión éticasobre el medio ambiente.

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15 Institut Borja de Bioètica Abril-Junio 2007

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El Instituto recuerda a todos los lectores que el contenido de su biblioteca y centro dedocumentación, con más de 13.000 monografías y 200 revistas nacionales y extranjeras, se puede

consultar “on line” a través de nuestra página web: www.ibbioetica.org

En este número presentamos, con más detalle, tres monografíasescogidas así como un listado más reducido de títulos seleccionados que

hemos incorporado últimamente a nuestra biblioteca

✒ Archer, Luís. Da genética à bioética. Coimbra:Grafica de Coimbra, 2006.

✒ Bayés Sopena, Ramón. Afrontando la vida, espe-rando la muerte. Madrid: Alianza, 2006.

✒ Busquets, Ester; Mir, Joan. Infermeria iinformació i consentiment informat; Infermeria iinformació i final de vida. Esplugues de Llobregat:Institut Borja de Bioètica - URL, 2006.

✒ Cutler, David. Your money or your life: Strongmedicine for America’s Healthcare System. NewYork: Oxford University Press, 2004.

✒ Durisch, Nicole, Rossi, Ilario, Stolz, Jörg, Altglas,Véronique. Quêtes de santé: entre soins médicaux etguérisons spirituelles par. Genève: Labor et Fides, 2007.

✒ Escajedo San Epifanio, Leire. Por un avance salu-dable y sostenible de la Biotecnología: Premio «JuntaGeneral Principado de Asturias - Sociedad Internacio-nal de Bioética (SIBI) 2006». Gijón, SIBI 2007.

✒ Fundació Viure i Conviure. Els Drets del meudemà: manual dels drets i deures de les personesgrans. Barcelona : Fundació Viure i Conviure, 2006.

✒ Fundació Viure i Conviure. Qualitat de vida deles persones grans a Catalunya. Barcelona : FundacióViure i Conviure, 2006.

✒ Grönemeyer, Dietrich. Rimanere Umani: High-tech e cuore. Per una medicina dal volto umano.Brescia: Queriniana, 2006.

✒ Kübler-Ross, Elisabeth, Kessler David. Sobre elduelo y el dolor: cómo encontrar sentido al duelo a travésde sus cinco etapas. Barcelona: Luciérnaga, 2006.

✒ Larios Risco, David [coord.]. Marco jurídico delas profesiones sanitarias. Valladolid: Lex Nova, 2006.

✒ Martínez-Almagro Andreo, A [ed.] Diversidadbiológica y salud humana. Murcia: Fundación Uni-versitaria San Antonio, 2006.

✒ Nunes, Rui, Brandao, Cristina. Humanizaçaoda Saúde. Coimbra: Grafica de Coimbra, 2007.

✒ Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Comi-sión Interprovincial. Personas con discapacidad inte-lectual: manual de educación afectivo-sexual . Ma-drid: Fundación Juan Ciudad, 2007.

✒ Puig Junoy, Jaume [dir.], López- Casasnovas,Guillem, Ortún Rubio, Vicente. ¿Más recursos parala salud? Barcelona: Masson, 2005.

✒ Riechmann, Jorge. Biomímesis: ensayos sobreimitación de la naturaleza, ecosocialismo yautocontención. Madrid, Los Libros de la Catarata,2006.

✒ Rivero Serrano, Octavio [coord.], Paredes Sierra,Raymundo [coord.] Ética en el ejercicio de la medicina. México D.F.: Editorial Médica Panamericana, 2006.

✒ Romeo Malanda, Sergio. Intervenciones genéticassobre el ser humano y derecho penal: consideracionespolítico-criminales y consecuencias dogmáticas. Bil-bao: Cátedra de Derecho y Genoma Humano;Comares, 2006.

✒ Spar, Debora L. Baby business : cómo el dinero,la ciencia y la política condicionan el negocio de lainfertilidad. Barcelona: Urano, 2006.

✒ Tellería Jorge, José Luis. El impacto del hombresobre el planeta. Madrid: Editorial Complutense, 2005.

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16 Abril-Junio 2007 Institut Borja de Bioètica

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CON LA COLABORACIÓN DE

agendaagenda

✓ ✓ ✓ ✓ ✓ Internacional conference “Incapacity and Care:Moral Problems in Healthcare and Research”, orga-nizado por Linacre Centre for Healthcare EthicsLondon, con motivo del 30 aniversario de la Funda-ción para los días 5 a 7 de Julio en St. Mary’s UniversityCollegue, Strawberry Hill. Más información: Tel.+44 (0)20 72667410. Correo-e: [email protected] ywww.linacre.org

✓ ✓ ✓ ✓ ✓ EACME (European Association of Centres ofMedical Ethics) Annual Conference 2007 “Bioethicsin the real world”, organizada por el Instituto deÉtica Biomédica de la Universidad de Zurich y laAcademia Suiza de las Ciencias Médicas para los días13 a 15 de Septiembre 2007 en Zurich. Más infor-mación: http://www.ethik.unizh.ch/biomed/eacme/index.html. E-mail:[email protected] Tel.:41-44-634-838.

✓ ✓ ✓ ✓ ✓ XXXIV Reunión de la Asociación Interdis-ciplinar José de Acosta (ASINJA) “El Conflicto deracionalidades”, para los días 20 a 23 de Septiembreen Madrid. Más información: A S I N J A. c/ AlbertoAguilera, 23 - 28015 Madrid. Tel. 9154228 00 - E-mail: [email protected]

✓ ✓ ✓ ✓ ✓ IV Jornadas Nacionales de Comités de Ética“Avances en los cuidados pediátricos y calidad devida. Limitación terapéutica en pediatría”, organi-zadas por el Comité Ética Asistencial del HospitalSant Joan de Déu (Barcelona) para los días 5 y 6 deOctubre en Barcelona . Más información: Aula Pe-diatría. Tel. 93 253 21 30. Fax. 93 280 41 79. E-mail:[email protected]

✓ ✓ ✓ ✓ ✓ 17th World Congress on Medical Law, organi-zado por la Asociación Mundial de Derecho Sanita-rio y la Sociedad China de Derecho Sanitario para losdías 17 a 21 de Octubre en Beijing (China).

Más información. Pr. Wu Chongqui. E-mail:[email protected]. Fax: +86 (0) 10 67 6989 31. www.2008wcml.com

✓ ✓ ✓ ✓ ✓ VIII Congreso Nacional de Bioética, organiza-do por la Asociación de Bioética Fundamental yClínica para los días 18 al 20 de Octubre en Oviedo(Teatro Auditorio “Príncipe Felipe”, Pza. de la Ges-ta s/n). Secretaría Técnica: Viajes Guadatour. Tel.949 26 25 39 / 949 27 76 97. Fax 949 26 27 34 ywww.asociacionbioetica.com

✓ ✓ ✓ ✓ ✓ Seminario “Retos de la Investigación yComercialización de nuevos fármacos”, organizadapor la Cátedra Interuniversitaria Fundación BBVA- Diputación Foral de Bizkaia de Derecho y GenomaHumano, Universidad de Deusto, Universidad delPaís Vasco para el día 29 de Octubre en Bilbao. MásInformación: Tel. 94-4139287 i 94-4455793, Fax: 94-445 55 13 y www.catedraderechoygenomahumano.es

✓ ✓ ✓ ✓ ✓ VI Congreso Nacional de Bioética “Bioética,Política y Sociedad”, organizado por la AsociaciónEspañola de Bioética (AEBI) para los días 15 a 17 deNoviembre en Valencia (Universidad Católica deValencia “San Vicente Mártir”). Más información:Tel.96310711, www.aebioetica.org y Correo-e:[email protected]