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    AUTOBIOGRAFA DE SAN ANTONIO MARA CLARET

    C A P T U L O I V

    DE LA PRIMERA EDUCACIN

    22. Apenas tena seis aos que ya mis amados padres me mandaron a la escuela. Mi maestro de primeras

    letras fue D. Antonio Pascual, hombre muy activo y religioso; nunca me castig, ni reprendi, pero yoprocur no darle motivo: era siempre puntual, asista siempre a las clases, trayendo siempre bienestudiadas las lecciones.

    23. El Catecismo lo aprend con tanta perfeccin que lo recitaba siempre que quera de un principio alltimo sin ningn error. Otros tres nios tambin lo aprendieron como yo lo haba aprendido, y el seormaestro nos present al seor cura prroco, que lo era entonces el Dr. D. Jos Amig, y este seor nos hizodecorar todo el Catecismo entre los cuatro en dos domingos seguidos, y lo hicimos sin ningn error a lapresencia del pueblo en la iglesia por la tarde, y en premio nos dio una hermosa estampa a cada uno, quesiempre guardamos.

    24. Cuando supe el Catecismo me hizo leer el Pintn, Compendio de Historia Sagrada , y entre lo que lea y

    lo que l nos explicaba, me quedaba tan impreso en la memoria, que despus yo lo contaba y refera conmucha gracia sin confundirme ni perturbarme.

    25. Adems del maestro de primeras letras, que era muy bueno, como he dicho, que por cierto no espequeo beneficio del cielo, tuve tambin muy buenos padres, que de consuno con el maestro trabajabanen formar mi entendimiento con la enseanza de la verdad, y cultivaban mi corazn con la prctica de laReligin y de todas las virtudes. Mi padre todos los das, despus de haber comido, que comamos a lasdoce y cuarto, me haca leer en un libro espiritual, y por las noches nos quedbamos un rato de sobremesay siempre nos contaba alguna cosa de edificacin e instruccin al mismo tiempo, hasta que era la hora de ira descansar.

    26. Todo lo que me referan y explicaban mis padres y mi maestro lo entenda perfectamente, no obstantede ser muy nio; lo que no entenda era el dilogo del Catecismo, que lo recitaba muy bien, como he dicho,pero como el papagayo. Sin embargo, conozco ahora lo bueno que es saberlo bien de memoria, pues quedespus con el tiempo sin saber cmo ni de qu manera, sin hablar de aquellas materias, me vena a laimaginacin y caa en la cuenta de aquellas grandes verdades que yo deca y recitaba sin entenderlas, y medeca: Hola! Esto quiere decir esto y esto! Vaya qu tonto eras que no lo entendas. A la manera que losbotones de las rosas que con el tiempo se abren, y si no hay botones, no puede haber rosas; as son lasverdades de la Religin: si no hay instruccin de Catecismo, hay una ignorancia completa en materias deReligin, aun en aquellos hombres que pasan por sabios. Oh, cunto me han servido a m la instruccin delCatecismo y los consejos y avisos de mis padres y maestros...!

    27. Cuando despus me hallaba solo en la ciudad de Barcelona, como en su lugar dir, al ver y or cosasmalas, me recordaba y me deca: Eso es malo, debes huirlo; ms bien debes dar crdito a Dios, a tus padres

    y a tu maestro, que a esos infelices que no saben lo que se hacen ni lo que dicen.28. Mis padres y maestro no slo me instruyeron en las verdades que haba de creer, sino tambin en lasvirtudes que haba de practicar. Respecto a mis prjimos, me decan que nunca jams haba de coger nidesear lo ajeno, y si alguna vez hallaba algo lo haba de volver a su dueo. Cabalmente un da al salir de laescuela, al pasar por la calle que iba a mi casa, vi un cuarto en el suelo, lo cog y pens de quin podra serpara devolvrselo, y no viendo nadie en la calle, pens si habra cado de algn balcn de la casa deenfrente y sub a la casa, ped por el dueo de la casa y se lo entregu.

    29. En la obediencia y resignacin me impusieron de tal manera que siempre estaba contento con lo queellos hacan, disponan y me daban tanto de vestido como de comida. No me acuerdo haber dicho jams:No quiero esto, quiero aquello. Estaba tan acostumbrado a esto, que despus, cuando ya sacerdote, mi

    madre, que siempre me quiso mucho, me deca: Antonio, te gusta esto?, y yo le deca: Lo que usted me dasiempre me gusta. Pero siempre hay cosas que gustan ms unas que otras. -Las que usted me da me gustanms que todas. De modo que muri sin saber lo que materialmente me gustaba ms.