Biografia de Carlos Noguera

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BIOGRAFIA DE CARLOS NOGUERA Escritor y psicólogo venezolano, Carlos Noguera ha publicado tanto novela como poesía y relato, siendo ganador de premios como el Conac de Narrativa o el Monte Ávila , y finalista del Rómulo Gallegos . Su obra se ha traducido a tres idiomas y también ha escrito ensayo sobre psicología. Todos los libros y obras de Carlos Noguera Los cristales de la noche 2005 Juegos bajo la luna 2003 Dos libros 1995 Juegos bajo la luna 1994 El adolescente caraqueño 1989 Inventando los días 1979 Historias de la Calle Lincoln 1971 Eros y Palas 1967 Laberintos 1965 Carlos Noguera, el escritor de Sabana Grande Carlos Noguera -Foto cortesía

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BIOGRAFIA DE CARLOS NOGUERA

Escritor y psicólogo venezolano, Carlos Noguera ha publicado tanto novela como poesía y relato, siendo ganador de premios como el Conac de Narrativa o el Monte Ávila, y finalista del Rómulo Gallegos. Su obra se ha traducido a tres idiomas y también ha escrito ensayo sobre psicología.

Todos los libros y obras de Carlos Noguera

Los cristales de la noche2005

Juegos bajo la luna2003

Dos libros1995

Juegos bajo la luna1994

El adolescente caraqueño1989

Inventando los días1979

Historias de la Calle Lincoln1971

Eros y Palas1967

Laberintos1965

Carlos Noguera, el escritor de Sabana Grande

Carlos Noguera -Foto cortesía

Para el presidente de Monte Ávila Editores ser homenajeado y recibir premios no es cosa nueva. Es militante activo de la izquierda, escritor de cafés y años

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pasados. Desde pequeño siempre ha sabido rodearse de intelectuales, pensadores, y escritores.

Leopoldo González Barajas@LeoGBarajas            Todos los días Carlos Noguera sale de su trabajo en la oficina cerca de las 4:00pm, y revisa en la calle sus escritos. Se dirige a algún café, se sienta y allí pasa las horas escribiendo, entre la gente que deambula, el roer de los carros y el tintineo de tazas y platos. Es una costumbre que mantiene y que no ha perdido desde que estudiaba Psicología en la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 1965. Entonces escribía en el Gran Café de Sabana Grande y frecuentaba el Triángulo del Este, el mayor sitio de concurrencia de intelectuales, pensadores, poetas, y personajes públicos del país. Ahora la costumbre permanece, pero los lugares han cambiado. Ya no escribe únicamente en Sabana Grande y frecuenta, en cambio, varios sitios: Santa Mónica, Los Chaguaramos, Chacaíto, pero por siempre es la calle el lugar donde escribe, como una suerte de nómada.            “El escritor de Sabana Grande” dice Andrés Boersner, su cuñado y dueño de la librería Noctua, así era como le conocían. “Casi toda su obra se concentra en los años 50, porque fue esa la época que más vivió, la guerrilla de los años 60, los pensamientos de izquierda, e incluso los ambientes y los objetos de la vida cotidiana son los personajes y las figuras de sus novelas”.

 Más que el “escritor de Sabana Grande” quizás sea el escritor de la vida diaria, del día a día, porque como el mismo Noguera admite, buena parte de su vida está en su obra, y por allí es donde puede ser conocido.

Él es un hombre sencillo, y abierto al diálogo, en eso coinciden su cuñado y su esposa, Juliana, con quien tiene dos hijos. Es propenso a hablar sobre sí mismo y sus logros: “algunos me dicen que eso suena arrogante”,  confiesa el escritor, pero lo cierto es que disfruta comentándolo. Y es que desde sus mismos inicios en la literatura su carrera jamás ha dejado de ser galardonada con premios y homenajes. El más reciente, el pasado mes de diciembre fue el II Congreso crítico de narrativa venezolana y su obra, nuevamente, gozó de los honores. “Imagínate”, dice a ese propósito, “sentí una doble gratitud, como escritor y como humano. Porque esos homenajes llenos de amigos, colegas, gente que te ha leído y gente que también te aprecia está llena de eso, de mucho compartir, de mucha alegría, de mucho calor humano”.

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  Su rostro siempre carga esa característica barba y en todo momento lleva algo sobre la cabeza, sea gorra o boina, que le dan aires de intelectual y recuerdan a Julio Cortázar. Aunque es consciente del parentesco “Sabes que me lo han dicho ya varias veces”, comenta, sigue insistiendo en que se trata de algo casual únicamente. 

            Para él, ser escritor es un oficio doble porque involucra leer y escribir, y sus inicios así lo corroboran. Escribe desde los doce años, pero dice leer desde muchísimo antes. Cuando estaba en el colegio y tenía propio grupo de amigos, algo intelectuales, “lo que ahora llamarían nerds”, bromea, fundó una pequeña revista escolar donde publicaban ensayos y breves relatos que ellos mismo escribían. “Un día me acusaron de plagio, porque vieron un ensayo y pensaron que yo no habría podido escribir eso. Mi papá se apareció al día siguiente cargando una pila de papeles, de todo lo que ya había escrito en casa, se los puso en la mesa y les dijo ‘lea eso y después me dice si es de él o no es de él’. Ése fue mi primer premio, sí, porque imagínate que digan eso es que reconocen que eres bueno.” Sus antecedentes como lector, sin embargo, datan de cuando todavía vivía en su pueblo natal de Tinaquillo, estado Cojedes, y allí tenían su biblioteca en el mismo cuarto donde guardaban los santos.

Entre premios y revistas

            En la universidad corrió con la misma suerte, encontró compañeros que compartían sus gustos y formaron grupos literarios, ahí ejerció su vocación de escritor, esta vez con reflexiones más serias. Con ellos no sólo se formó, sino que comenzó su militancia, o su “postura”, como el mismo se corrige, en la izquierda.

Carlos Noguera publicó en aquella época juvenil su primer libro de poesía, pero ese fue el fin del género para él. En adelante se dedicaría a la narrativa. “La poesía era algo de joven, por gusto, algo como más romántico: de hechos y amores”, apunta. Pero la narrativa tampoco fue lo único con lo que

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se quedó entonces y ese mismo año de 1965, se graduó de psicólogo, profesión de la que no sacó nunca mucho provecho. “No es un salto, lo que pasa es que yo sabía desde un principio que me gustaba la escritura, el oficio era escribir y no hay una carrera que te enseñe eso. Además me gustaba la psicología, la estudiaba y la conocía. Yo era buen estudiante”, recuerda.

También colaboraba con las revistas, escribía en el Gran Café de Sabana Grande y ayudó a fundar empresas como Fundacredeca, institución que mide los índices de crecimiento humano y desarrollo del país. Pero a pesar de todo siempre se mantuvo muy ligado con la universidad, sabía que en un momento trabajaría allí. En efecto, hasta el sol de hoy, Carlos Noguera es profesor jubilado de Psicología y Letras por la UCV. Durante esos mismos años, su currículo creció con repetidos premios. El primero fue otorgado por El Nacional en 1969 por un cuento que más tarde formaría parte de la novela Historias de la calle Lincoln, que en 1971 ganaría también el Premio Internacional de Novela que otorga la misma institución. Así, volvería a ser premiado por otras instituciones en los años 1977’; 93’; 95’ y 98’.

De profesor a presidente

            Era previsible. En poco tiempo fue llamado también para dirigir la Revista Nacional de Cultura. Ahí duraría un año pero, sin proponérselo, desde ese momento que empezara a trabajar para fundaciones del Estado, no saldría de aquel seno. Así pasaría casi diez años, presidiendo hasta ahora la editorial más prestigiosa del Estado. Allí, desde su oficina o, mejor dicho, desde los cafés de Sabana Grande, la fórmula no le ha fallado.

Luego de haber fundado revistas, escrito en ellas, enseñado en la universidad y dirigido Fundacredeca, el mundo de las editoriales y distribuidoras lo conocía suficientemente bien. Monte Ávila Editores también, así, ha visto de Carlos Noguera casi toda su vida, andanzas y proyectos porque, cómo él mismo reconoció “me pueden conocer por mis libros”.

Publicado 30th September 2013 por Jhon Lindarte

Cortesía de Ysnardo Conigliaro