biografias de personajes salvadoreños

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Claudia Lars (Carmen Margarita Brannon Vega; Armenia, 1899 - San Salvador, 1974) Poetisa salvadoreña, una de las voces más sobresalientes de la lírica centroamericana del siglo XX. Hija de Peter Patrick Brannon, ingeniero norteamericano, y de la salvadoreña Carmen Vega Zelayandía, estudió en el colegio La Asunción de la ciudad de Santa Ana, donde la joven Claudia se decantó por los estudios humanísticos. Religión y poesía se vincularon en su hogar para acrecentar su sensibilidad natural. Desde muy pronto recibió la influencia de los clásicos antiguos y españoles (Góngora, Quevedo, Fray Luis de León), así como la de los románticos ingleses y de Rubén Darío. También coincidió con algunos de sus contemporáneos, como el cuentista salvadoreño Salarrué. Poetisa precoz, con diecisiete años publicó un breve poemario que pasó inadvertido: Tristes mirajes, que vio la luz gracias al mecenazgo del general y poeta Juan José Cañas, uno de sus primeros mentores. Por esa época Claudia Lars mantenía relaciones sentimentales con el poeta Salomón de la Selva. Pero en 1919, cuando habían ya formalizado su compromiso de matrimonio, el padre de Claudia decidió romper el vínculo y enviar a su hija a los Estados Unidos, a casa de unos

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Biografias de escritores Salvadoreños

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Claudia Lars

(Carmen Margarita Brannon Vega; Armenia, 1899 - San

Salvador, 1974) Poetisa salvadoreña, una de las voces más

sobresalientes de la lírica centroamericana del siglo XX.

Hija de Peter Patrick Brannon, ingeniero norteamericano, y de

la salvadoreña Carmen Vega Zelayandía, estudió en el colegio

La Asunción de la ciudad de Santa Ana, donde la joven Claudia

se decantó por los estudios humanísticos. Religión y poesía se

vincularon en su hogar para acrecentar su sensibilidad natural. Desde muy pronto recibió

la influencia de los clásicos antiguos y españoles (Góngora, Quevedo, Fray Luis de León),

así como la de los románticos ingleses y de Rubén Darío. También coincidió con algunos

de sus contemporáneos, como el cuentista salvadoreño Salarrué.

Poetisa precoz, con diecisiete años publicó un breve poemario que pasó

inadvertido: Tristes mirajes, que vio la luz gracias al mecenazgo del general y poeta Juan

José Cañas, uno de sus primeros mentores. Por esa época Claudia Lars mantenía

relaciones sentimentales con el poeta Salomón de la Selva. Pero en 1919, cuando habían

ya formalizado su compromiso de matrimonio, el padre de Claudia decidió romper el

vínculo y enviar a su hija a los Estados Unidos, a casa de unos familiares afincados en

Pennsylvania. Allí conoció a Le Roy Beers, con quien contrajo matrimonio tras un breve

período de noviazgo.

Sin abandonar el país norteamericano, la poetisa se instaló en compañía de su nuevo

esposo en el barrio de Brooklyn de Nueva York, donde ejerció como profesora de lengua

castellana en la Escuela Berlitz. En 1927 tuvo ocasión de regresar a su país junto con su

cónyuge, que acababa de ser nombrado cónsul de los Estados Unidos en El Salvador.

Aposentados en la capital salvadoreña, a finales de 1927 nació su primer hijo, Le Roy

Beers Brannon, que sería el único vástago de Claudia Lars.

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Claudia Lars volvió a frecuentar los cenáculos literarios, en especial el congregado

alrededor del poeta Alberto Guerra Trigueros, compuesto por escritores como Alberto

Masferrer, Salarrué y Serafín Quiteño. En ese nuevo ambiente la poesía de Claudia Lars

fluyó de nuevo con espontaneidad y soltura, lo que se tradujo en 1934 en una nueva

entrega lírica: Estrellas en el pozo, publicada en las famosas Ediciones Convivio por

voluntad expresa de su director, el intelectual costarricense Joaquín García Monge.

Alfredo Espino

(Edgardo Alfredo Espino Najarro; Ahuachapán, 1900 - San Salvador, 1928) Poeta

salvadoreño que a partir de la publicación de su único libro, Jícaras Tristes, ha sido uno de

los líricos más leídos en su país y está considerado como uno de los autores clásicos de la

literatura centroamericana.

Nacido en el seno de una familia numerosa (segundo de

ocho hermanos), era hijo del también poeta Alfredo

Espino, miembro de una destacada dinastía de

profesores, médicos y escritores. El joven Alfredo recibió

una esmerada formación académica que finalizó en

1927, cuando se doctoró en la Facultad de

Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El

Salvador con una tesis sobre Sociología estética.

A muy temprana edad comenzó a publicar colaboraciones literarias en las revistas Lumen

y Opinión estudiantil y en los periódicos La Prensa y Diario de El Salvador. Llevó una vida

bohemia y disipada que le condujo a caer en frecuentes crisis alcohólicas, en una de las

cuales se quitó la vida cuando contaba poco más de veintiocho años de edad. Sus restos

mortales, sepultados en primera instancia en el Cementerio General de San Salvador,

fueron después trasladados a la llamada Cripta de los Poetas, en el camposanto de los

Jardines del Recuerdo.

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Sus composiciones, diseminadas en papeles sueltos y en distintas publicaciones, fueron

recopiladas por su padre con el fin de llevarlas a la imprenta. Una parte de esta

recopilación, prologada por un texto esclarecedor del poeta Alberto Masferrer, fue

publicada en 1932 en el diario Reforma social. A causa de su repercusión, en 1936 vio la

luz en forma de libro una compilación más completa y representativa de su obra que se

tituló Jícaras tristes.

La poesía de Alfredo Espino es un equilibrio de romanticismo y expresión mesurada, que

canta al paisaje con imágenes de gran poder descriptivo y plasticidad, siempre desde una

percepción tierna de los seres y las cosas de su tierra. Buena parte de su obra es un canto

a la región de Cuzcatlán. Prefirió la sencillez y la métrica tradicional para sus modestas

pretensiones líricas y escribió romances y sonetos, aunque no desechó el verso libre. Sus

poemas evocan los árboles, los frutos, el aroma de la noche, los colores, los niños y lo

maternal.

Desde su publicación, sus poemas fueron acogidos y difundidos con entusiasmo por los

lectores salvadoreños, que enseguida se identificaron con su líricas descripciones

paisajísticas. Así, Jícaras tristes se convirtió en una de las lecturas obligadas en los

programas educativos salvadoreños, y desde instancias gubernamentales se promovió su

edición y difusión.

Rubén Darío

(Metapa, 1867 - León, 1916) Seudónimo del gran poeta

nicaragüense Félix Rubén García Sarmiento, iniciador y máximo

representante del Modernismo hispanoamericano. Su familia era

conocida por el apellido de un abuelo, "la familia de los Darío", y

el joven poeta, en busca de eufonía, adoptó la fórmula "Rubén

Darío" como nombre literario de batalla.

Con una dichosa facilidad para el ritmo y la rima creció Rubén

Darío en medio de turbulentas desavenencias familiares, tutelado por solícitos parientes y

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dibujando con palabras en su fuero interno sueños exóticos, memorables heroísmos y

tempestades sublimes. Pero ya en su época toda esa parafernalia de prestigiosos tópicos

románticos comenzaba a desgastarse y se ofrecía a la imaginación de los poetas como las

armas inútiles que se conservan en una panoplia de terciopelo ajado. Rubén Darío estaba

llamado a revolucionar rítmicamente el verso castellano, pero también a poblar el mundo

literario de nuevas fantasías, de ilusorios cisnes, de inevitables celajes, de canguros y

tigres de bengala conviviendo en el mismo paisaje imposible.

Casi por azar nació Rubén en una pequeña ciudad nicaragüense llamada Metapa, pero al

mes de su alumbramiento pasó a residir a León, donde su madre, Rosa Sarmiento, y su

padre, Manuel García, habían fundado un matrimonio teóricamente de conveniencias

pero próspero sólo en disgustos. Para hacer más llevadera la mutua incomprensión, el

incansable Manuel se entregaba inmoderadamente a las farras y ahogaba sus penas en los

lupanares, mientras la pobre Rosa huía de vez en cuando de su cónyuge para refugiarse en

casa de alguno de sus parientes. No tardaría ésta en dar a luz una segunda hija, Cándida

Rosa, que se malogró enseguida, ni en enamorarse de un tal Juan Benito Soriano, con el

que se fue a vivir arrastrando a su primogénito a "una casa primitiva, pobre y sin ladrillos,

en pleno campo", situada en la localidad hondureña de San Marcos de Colón.

No obstante, el pequeño Rubén volvió pronto a León y pasó a residir con los tíos de su

madre, Bernarda Sarmiento y su marido, el coronel Félix Ramírez, los cuales habían

perdido recientemente una niña y lo acogieron como sus verdaderos padres. Muy de

tarde en tarde vio Rubén a Rosa Sarmiento, a quien desconocía, y poco más o menos a

Manuel, por quien siempre sintió desapego, hasta el punto de que el incipiente poeta

firmaba sus primeros trabajos escolares como Félix Rubén Ramírez.

Durante su primeros años estudió con los jesuitas, a los que dedicó algún poema cargado

de invectivas, aludiendo a sus "sotanas carcomidas" y motejándolos de "endriagos"; pero

en esa etapa de juventud no sólo cultivó la ironía: tan temprana como su poesía influida

por Bécquer y por Victor Hugo fue su vocación de eterno enamorado. Según propia

confesión en la Autobiografía, una maestra de las primeras letras le impuso un severo

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castigo cuando lo sorprendió "en compañía de una precoz chicuela, iniciando indoctos e

imposibles Dafnis y Cloe, y según el verso de Góngora, las bellaquerías detrás de la

puerta".

Antes de cumplir quince años, cuando los designios de su corazón se orientaron

irresistiblemente hacia la esbelta muchacha de ojos verdes llamada Rosario Emelina

Murillo, en el catálogo de sus pasiones había anotado a una "lejana prima, rubia, bastante

bella", tal vez Isabel Swan, y a la trapecista Hortensia Buislay. Ninguna de ellas, sin

embargo, le procuraría tantos quebraderos de cabeza como Rosario; y como manifestara

enseguida a la musa de su mediocre novela sentimental Emelina sus deseos de contraer

inmediato matrimonio, sus amigos y parientes conspiraron para que abandonara la ciudad

y terminara de crecer sin incurrir en irreflexivas precipitaciones.

En agosto de 1882 se encontraba en El Salvador, y allí fue recibido por el presidente

Zaldívar, sobre el cual anota halagado en su Autobiografía: "El presidente fue gentilísimo y

me habló de mis versos y me ofreció su protección; mas cuando me preguntó qué es lo

que yo deseaba, contesté con estas exactas e inolvidables palabras que hicieron sonreír al

varón de poder: "Quiero tener una buena posición social"."

En este elocuente episodio, Rubén expresa sin tapujos sus ambiciones burguesas, que aún

vería más dolorosamente frustradas y por cuya causa habría de sufrir todavía más

insidiosamente en su ulterior etapa chilena. En Chile conoció también al presidente

suicida Balmaceda y trabó amistad con su hijo, Pedro Balmaceda Toro, así como con el

aristocrático círculo de allegados de éste; sin embargo, para poder vestir decentemente,

se alimentaba en secreto de "arenques y cerveza", y a sus opulentos contertulios no se les

ocultaba su mísera condición. Publica en Chile, a partir de octubre de 1886, Abrojos,

poemas que dan cuenta de su triste estado de poeta pobre e incomprendido, y ni siquiera

un fugaz amor vivido con una tal Domitila consigue enjugar su dolor.

Para un concurso literario convocado por el millonario Federico Varela escribe Otoñales,

que obtiene un modestísimo octavo lugar entre los cuarenta y siete originales

presentados, y Canto épico a las glorias de Chile, por el que se le otorga el primer premio,

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compartido con Pedro Nolasco Préndez, y que le reporta la módica suma de trescientos

pesos.

Pero es en 1888 cuando la auténtica valía de Rubén Darío se da a conocer con la

publicación de Azul, libro encomiado desde España por el a la sazón prestigioso novelista

Juan Valera, cuya importancia como puente entre las culturas española e

hispanoamericana ha sido brillantemente estudiada por María Beneyto. Las cartas de Juan

Valera sirvieron de prólogo a la nueva reedición ampliada de 1890, pero para entonces ya

se había convertido en obsesiva la voluntad del poeta de escapar de aquellos estrechos

ambientes intelectuales, donde no hallaba ni el suficiente reconocimiento como artista ni

la anhelada prosperidad económica, para conocer por fin su legendario París.

Pablo Neruda

(Seudónimo de Neftalí Ricardo Reyes Basoalto; Parral,

Chile, 1904-Santiago de Chile, 1973) Poeta chileno.

Comenzó muy pronto a escribir poesía, y en 1921

publicó La canción de la fiesta, su primer poema, con el

seudónimo de Pablo Neruda, en homenaje al poeta checo

Jan Neruda, nombre que mantuvo a partir de entonces y

que legalizó en 1946.

Su madre murió sólo un mes más tarde de que naciera él,

momento en que su padre, un empleado ferroviario, se instaló en Temuco, donde el joven

Pablo Neruda cursó sus primeros estudios y conoció a Gabriela Mistral. Allí también

comenzó a trabajar en un periódico, hasta que a los dieciséis años se trasladó a Santiago,

donde publicó sus primeros poemas en la revista Claridad.

Tras publicar algunos libros de poesía, en 1924 alcanzó fama internacional con Veinte

poemas de amor y una canción desesperada, obra que, junto conTentativa del hombre

infinito, distingue la primera etapa de su producción poética, señalada por la transición del

modernismo a formas vanguardistas influidas por el creacionismo de Vicente Huidobro.

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Los problemas económicos indujeron a Pablo Neruda a emprender, en 1926, la carrera

consular que lo llevó a residir en Birmania, Ceilán, Java, Singapur y, entre 1934 y 1938, en

España, donde se relacionó con García Lorca, Aleixandre, Gerardo Diego y otros

componentes de la llamada Generación del 27, y fundó la revista Caballo Verde para la

Poesía. Desde su primer manifiesto tomó partido por una «poesía sin pureza» y próxima a

la realidad inmediata, en consonancia con su toma de conciencia social.

Pablo Neruda

En tal sentido, Neruda apoyó a los republicanos al estallar la guerra civil y escribió España

en el corazón. Progresivamente sus poemas experimentaron una transición hacia formas

herméticas y un tono más sombrío al percibir el paso del tiempo, el caos y la muerte en la

realidad cotidiana.

De regreso en Chile, en 1939 Neruda ingresó en el Partido Comunista y su obra

experimentó un giro hacia la militancia política que culminó con la exaltación de los mitos

americanos de su Canto general. En 1945 fue el primer poeta en ser galardonado con el

Premio Nacional de Literatura de Chile. Al mismo tiempo, desde su escaño de senador

utilizó su oratoria para denunciar los abusos y las desigualdades del sistema. Tal actitud

provocó la persecución gubernamental y su posterior exilio en Argentina.

Gabriela Mistral

(Seudónimo literario de Lucilia Godoy; Vicuña, Chile,

1889 - Nueva York, 1957) Poetisa y educadora chilena.

Hija de un maestro de escuela, con dieciséis años

Gabriela Mistral decidió dedicarse ella también a la

enseñanza; trabajó como profesora de secundaria en

su país y como directora de escuela.

Gabriela Mistral se dio a conocer en los Juegos Florales

de Chile en 1914 con el libro de poemas Los sonetos de

la muerte, nacidos del dolor causado por el suicidio de

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su prometido, el empleado ferroviario Romelio Ureta, a quien había conocido en 1906.

Estos sonetos fueron incorporados en 1922 a una colección más amplia de sus versos

realizada por el Instituto Hispánico de Nueva York bajo el título de Desolación.

Gabriela Mistral

Ese mismo año dejó Chile para trasladarse a México, a petición del gobierno de este país,

con el fin de que colaborara en la reforma de la educación iniciada por Vasconcelos. En

México, Gabriela Mistral fundó la escuela que lleva su nombre y colaboró en la

organización de varias bibliotecas públicas, además de componer poemas para niños

(Rondas de niños, 1923) por encargo del ministro de Instrucción Pública mexicano, y

textos didácticos como Lecturas para mujeres (1924).

Terminada su estancia en México, viajó a Europa y a Estados Unidos, y en 1926 fue

nombrada secretaria del Instituto de Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones.

Paralelamente, fue redactora de una revista de Bogotá, El Tiempo (sus artículos fueron

recogidos póstumamente en Recados contando a Chile, en 1957), representó a Chile en un

congreso universitario en Madrid y pronunció en Estados Unidos una serie de

conferencias sobre el desarrollo cultural estadounidense (1930). En 1945 Gabriela Mistral

recibió el Premio Nobel de Literatura.

La poesía de Gabriela Mistral

De tendencia modernista en sus inicios, su poesía derivó hacia un estilo personal, con un

lenguaje coloquial y simple, de gran musicalidad, y un simbolismo que conecta con una

imaginería de tradición folclórica. En sus obras expresó temas como el sufrimiento o la

maternidad frustrada, así como inquietudes religiosas y sociales que responden a su

ideología cristiana y socialista.

La obra de Mistral, en efecto, pasó por distintas etapas relacionadas con la temática y el

estilo literario. En un primer momento, con la publicación deDesolación, existe un fuerte

predomino del sentimiento sobre el pensamiento a la vez que una cercanía muy estrecha

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con lo religioso. En este libro aborda el tema del amor desde su propia experiencia trágica:

la muerte de su amante.

José Martí

(La Habana, 1853 - Dos Ríos, Cuba, 1895) Político y escritor

cubano. Nacido en el seno de una familia española con pocos

recursos económicos, a la edad de doce años José Martí

empezó a estudiar en el colegio municipal que dirigía el poeta

Rafael María de Mendive, quien se fijó en las cualidades

intelectuales del muchacho y decidió dedicarse

personalmente a su educación.

El joven Martí pronto se sintió atraído por las ideas revolucionarias de muchos cubanos, y

tras el inicio de la guerra de los Diez Años y el encarcelamiento de su mentor, inició su

actividad revolucionaria: publicó una gacetilla El Diablo Cojuelo, y poco después una

revista, La Patria Libre, que contenía su poema «Abdalá».

A los diecisiete años José Martí fue condenado a seis de cárcel por su pertenencia a

grupos independentistas. Realizó trabajos forzados en el penal hasta que su mal estado de

salud le valió el indulto. Deportado a España, en este país publicó su primera obra de

importancia, el drama Adúltera. Inició en Madrid estudios de derecho y se licenció en

derecho y filosofía y letras por la Universidad de Zaragoza.

Durante sus años en España surgió en él un profundo afecto por el país, aunque nunca

perdonó su política colonial. En su obra La República Española ante la Revolución

Cubana reclamaba a la metrópoli que hiciera un acto de contrición y reconociese los

errores cometidos en Cuba. Tras viajar durante tres años por Europa y América, José Martí

acabó por instalarse en México.

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Allí se casó con la cubana Carmen Sayes Bazán y, poco después, gracias a la paz de Zanjón,

que daba por concluida la guerra de los Diez Años, se trasladó a Cuba. Deportado de

nuevo por las autoridades cubanas, temerosas ante su pasado revolucionario, se afincó en

Nueva York y se dedicó por completo a la actividad política y literaria.

Desde su residencia en el exilio, José Martí se afanó en la organización de un nuevo

proceso revolucionario en Cuba, y en 1892 fundó el Partido Revolucionario Cubano y la

revista Patria. Se convirtió entonces en el máximo adalid de la lucha por la independencia

de su país.

Dos años más tarde, tras entrevistarse con el generalísimo Máximo Gómez, logró poner en

marcha un proceso de independencia. Pese al embargo de sus barcos por parte de las

autoridades estadounidenses, pudo partir al frente de un pequeño contingente hacia

Cuba. Fue abatido por las tropas realistas cuando contaba cuarenta y dos años. Martí es,

junto a Bolívar y San Martín, uno de los principales protagonistas del proceso de

emancipación de Hispanoamérica.

La obra literaria de José Martí

Además de destacado ideólogo y político, José Martí fue uno de los más grandes poetas

hispanoamericanos y la figura más destacada de la etapa de transición al modernismo,

que en América supuso la llegada de nuevos ideales artísticos.

Gustavo Adolfo Bécquer

(Gustavo Adolfo Domínguez Bastida; Sevilla, 1836-

Madrid, 1870) Poeta español. Hijo y hermano de

pintores, quedó huérfano a los diez años y vivió su

infancia y su adolescencia en Sevilla, donde estudió

humanidades y pintura.

En 1854 se trasladó a Madrid, con la intención de hacer

carrera literaria. Sin embargo, el éxito no le sonrió; su

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ambicioso proyecto de escribir una Historia de los templos de España fue un fracaso, y

sólo consiguió publicar un tomo, años más tarde. Para poder vivir hubo de dedicarse al

periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro extranjero, principalmente del

francés, en colaboración con su amigo Luis García Luna, adoptando ambos el seudónimo

de «Adolfo García».

Durante una estancia en Sevilla en 1858, estuvo nueve meses en cama a causa de una

enfermedad; probablemente se trataba de tuberculosis, aunque algunos biográfos se

decantan por la sífilis. Durante la convalecencia, en la que fue cuidado por su hermano

Valeriano, publicó su primera leyenda, El caudillo de las manos rojas, y conoció a Julia

Espín, según ciertos críticos la musa de algunas de susRimas, aunque durante mucho

tiempo se creyó erróneamente que se trataba de Elisa Guillén, con quien el poeta habría

mantenido relaciones hasta que ella lo abandonó en 1860, y que habría inspirado las

composiciones más amargas del poeta.

En 1861 contrajo matrimonio con Casta Esteban, hija de un médico, con la que tuvo tres

hijos. El matrimonio nunca fue feliz, y el poeta se refugió en su trabajo o en la compañía

de su hermano Valeriano en las escapadas de éste a Toledo para pintar.

La etapa más fructífera de su carrera fue de 1861 a 1865, años en los que compuso la

mayor parte de sus Leyendas, escribió crónicas periodísticas y redactó las Cartas literarias

a una mujer, donde expone sus teorías sobre la poesía y el amor. Una temporada que

pasó en el monasterio de Veruela en 1864 le inspiró Cartas desde mi celda, un conjunto de

hermosas descripciones paisajísticas.

Económicamente las cosas mejoraron para el poeta a partir de 1866, en que obtuvo el

empleo de censor oficial de novelas, lo cual le permitió dejar sus crónicas periodísticas y

concentrarse en sus Leyendasy sus Rimas, publicadas en parte en El museo universal. Pero

con la revolución de 1868, el poeta perdió su trabajo, y su esposa lo abandonó ese mismo

año.

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Se trasladó entonces a Toledo con su hermano Valeriano, y allí acabó de reconstruir el

manuscrito de las Rimas, cuyo primer original había desaparecido cuando su casa fue

saqueada durante la revolución septembrina. De nuevo en Madrid, fue nombrado director

de la revista La Ilustración de Madrid, en la que también trabajó su hermano como

dibujante.

El fallecimiento de éste, en septiembre de 1870, deprimió extraordinariamente al poeta,

quien, presintiendo su propia muerte, entregó a su amigo Narciso Campillo sus originales

para que se hiciese cargo de ellos tras su óbito, que ocurriría tres meses después del de

Valeriano.

La obra de Gustavo Adolfo Bécquer

La inmensa fama literaria de Bécquer se basa en susRimas, que iniciaron la corriente

romántica de poesía intimista inspirada en Heine y opuesta a la retórica y la ampulosidad

de los poetas románticos anteriores. La crítica literaria del momento, sin embargo, no

acogió bien sus poemas, aunque su fama no dejaría de crecer en los años siguientes.

Las Rimas, tal y como han llegado hasta nosotros, suman un total de ochenta y seis

composiciones. De ellas, setenta y seis se publicaron por vez primera en 1871 a cargo de

los amigos del poeta, que introdujeron algunas correcciones en el texto, suprimieron

algunos poemas y alteraron el orden del manuscrito original (el llamado Libro de los

gorriones, hoy custodiado en la Biblioteca Nacional de Madrid). El contenido de las rimas

ha sido dividido en cuatro grupos: el primero (rimas I a XI) es una reflexión sobre la poesía

y la creación literaria; el segundo (XII a XXIX), trata del amor y de sus efectos en el alma

del poeta; el tercero (XXX a LI) pasa a la decepción y el desengaño que el amor causa en el

alma del poeta; y el cuarto (LII a LXXXVI) muestra al poeta enfrentado a la muerte,

decepcionado del amor y del mundo. Las Rimas se presentan habitualmente precedidas

de la "Introducción sinfónica" que, probablemente, Bécquer preparó como prólogo a toda

su obra.

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Antonio Machado

(Sevilla, 1875 - Collioure, 1939) Poeta español.

Aunque influido por el modernismo y el

simbolismo, su obra es expresión lírica del ideario

de la Generación del 98. Hijo del folclorista Antonio

Machado y Álvarez y hermano menor del también

poeta Manuel Machado, pasó su infancia en Sevilla

y en 1883 se instaló con su familia en Madrid.

Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en

otros institutos madrileños. En 1899, durante un primer viaje a París, trabajó en la

editorial Garnier, y posteriormente regresó a la capital francesa, donde entabló amistad

con R. Darío. De vuelta a España frecuentó los ambientes literarios, donde conoció a J. R.

Jiménez, R. del Valle-Inclán y M. de Unamuno.

En 1907 obtuvo la cátedra de francés en el instituto de Soria, cuidad en la que dos años

después contrajo matrimonio con Leonor Izquierdo. En 1910 le fue concedida una pensión

para estudiar filología en París durante un año, estancia que aprovechó para asistir a los

cursos de filosofía de H. Bergson y Bédier en el College de France. Tras la muerte de su

esposa, en 1912, pasó al instituto de Baeza.

Doctorado en filosofía y letras (1918), desempeñó su cátedra en Segovia y en 1928 fue

elegido miembro de la Real Academia Española. Al comenzar la Guerra Civil se encontraba

en Madrid, desde donde se trasladó con su madre y otros familiares al pueblo valenciano

de Rocafort y luego a Barcelona. En enero de 1939 emprendió camino al exilio, pero la

muerte lo sorprendió en el pueblecito francés de Colliure.

Antonio Machado

Los textos iniciales de Machado, comentarios de sucesos y crónicas costumbristas escritos

en colaboración con su hermano y firmados con el seudónimo Tablante de Ricamonte,

aparecieron en La Caricatura en 1893. Sus primeros poemas se publicaron en Electra,

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Helios y otras revistas modernistas, movimiento con el que Machado se sentía identificado

cuando comenzó su labor literaria.

No obstante, aunque las composiciones incluidas en Soledades (1903) revelaron la

influencia del modernismo, el autor se distanció de la imaginería decorativa de la escuela

rubeniana para profundizar en la expresión de emociones auténticas, a menudo

plasmadas a través de un sobrio simbolismo. En su siguiente libro, Soledades, galerías y

otros poemas (1907), reedición y ampliación del anterior, se hizo más evidente el tono

melancólico e intimista, el uso del humor como elemento distanciador y, sobre todo, la

intención de captar la fluidez del tiempo.

Al igual que Unamuno, Machado consideró que su misión era "eternizar lo momentáneo",

capturar la "onda fugitiva" y transformar el poema en "palabra en el tiempo". En los años

posteriores se acentuó su meditación sobre lo pasajero y lo eterno en Campos de Castilla

(1912), pero no por medio de la autocontemplación, sino que dirigió la mirada hacia el

exterior, y observó con ojos despiertos el paisaje castellano y los hombres que lo

habitaban. Una emoción austera y grave recorre los poemas de este libro, que evoca la

trágica España negra tan criticada por la Generación del 98 desde una perspectiva

regeneracionista, al tiempo que se describe con hondo patriotismo la decadencia y ruina

de las viejas ciudades castellanas.

Sor Juana Inés de la Cruz

(Juana Inés de Asbaje y Ramírez; San Miguel de Nepantla, actual México, 1651 - Ciudad de

México, id., 1695) Escritora mexicana. Fue la mayor figura de las letras hispanoamericanas

del siglo XVII. Niña prodigio, aprendió a leer y escribir a

los tres años, y a los ocho escribió su primera loa.

Admirada por su talento y precocidad, a los catorce fue

dama de honor de Leonor Carreto, esposa del virrey

Antonio Sebastián de Toledo. Apadrinada por los

marqueses de Mancera, brilló en la corte virreinal de

Nueva España por su erudición y habilidad versificadora.

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Pese a la fama de que gozaba, en 1667 ingresó en un convento de las carmelitas descalzas

de México y permaneció en él cuatro meses, al cabo de los cuales lo abandonó por

problemas de salud. Dos años más tarde entró en un convento de la Orden de San

Jerónimo, esta vez definitivamente. Dada su escasa vocación religiosa, parece que sor

Juana Inés de la Cruz prefirió el convento al matrimonio para seguir gozando de sus

aficiones intelectuales: «Vivir sola... no tener ocupación alguna obligatoria que

embarazase la libertad de mi estudio, ni rumor de comunidad que impidiese el sosegado

silencio de mis libros», escribió.

Sor Juana Inés de la Cruz

Su celda se convirtió en punto de reunión de poetas e intelectuales, como Carlos de

Sigüenza y Góngora, pariente y admirador del poeta cordobés, cuya obra introdujo en el

virreinato, y también del nuevo virrey, Tomás Antonio de la Cerda, marqués de la Laguna,

y de su esposa, Luisa Manrique de Lara, condesa de Paredes, con quien le unió una

profunda amistad.

En su celda también llevó a cabo experimentos científicos, reunió una nutrida biblioteca,

compuso obras musicales y escribió una extensa obra que abarcó diferentes géneros,

desde la poesía y el teatro, en los que se aprecia la influencia de Góngora y Calderón,

hasta opúsculos filosóficos y estudios musicales.