Bélgica y Holanda, fuentes de inspiración de pintores ... · 1906, que igualmente viajó a...

8
Bélgica y Holanda, fuentes de inspiración de pintores españoles PILAR DE MIGUEL EGEA El viaje, esa vivencia insustituible que represen- ta para todo artista la apertura al exterior y el con- tacto con corrientes foráneas, fue consolidándose como medio de renovación estilística y temática entre los pintores españoles a lo largo del siglo XIX. Auspiciada su realización tiempo atrás merced a la concesión de algunas pensiones por parte de la Corona, la institucionalización del viaje como es- tímulo al estudio sólo se produce de un modo efec- tivo con la actuación, sobre todo, de la Real Acade- mia de Bellas Artes de San Fernando y de la Lonja de Barcelona, cuyo ejemplo no tardaría en ser se- guido por otras instancias locales y provinciales, prin- cipalmente Ayuntamientos y Diputaciones. Francia e Italia son los países que, por orden cronológico, más frecuente visitaron los pintores es- pañoles. Es, en efecto, París el centro artístico al que, de modo casi exclusivo, se dirigen nuestros pensionados por la Corona durante el primer ter- cio del siglo XIX 1 . Es el caso de José Madrazo, José Aparicio y Juan Antonio de Ribera, que, desplaza- dos a la capital francesa, siguen las enseñanzas de David, dando como consecuencia la traída a Es- paña de un estilo pobre e importado —el neocla- sicismo— que, cultivado por imperativos de la moda, fue escasamente comprendido entre la so- ciedad española. Durante el segundo tercio del siglo XIX sigue siendo París la ciudad que protagoniza la mayor presencia de pintores españoles, se trata esta vez de nuestros primeros románticos, desplazados unos a título particular y otros bajo el patrocinio de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Es el caso de Federico de Madrazo que, tras frecuentar los talleres de Ingres, logra transmitir a sus retra- tos románticos la elegancia y brillantez que carac- teriza a los del maestro francés 2 . Es el caso, tam- bién de Carlos Luis de Ribera, cuyo aprendizaje en el estudio de Delaroche incidiría en la formación de los pintores de historia españoles al desempe- ñar más tarde, y por espacio de muchos años, la cátedra de «Dibujo del antiguo, maniquí y ropa- jes» de la Real Academia de San Fernando 3 . Sin que la atracción por París decaiga a lo largo de todo el siglo XIX, es Roma, sin embargo, la ciu- dad que durante el último tercio ochocentista se convierte en el polo de mayor atracción para nues- tros pintores, hecho propiciado, sin duda, por la creación, en 1873, de la Academia Española de Bellas Artes. Roma se convierte, efectivamente, en punto de reunión de numerosos artistas españoles, tal como lo atestigua Pedro Antonio de Alarcón en uno de sus relatos viajeros 4 , al referirse a sus en- 1 Fue Carlos IV, a través del Ministro de Estado Sr. Ceballos, quien proporcionó a esos pintores una ayuda de 12.000 reales para su desplazamiento a París. Archivo de Palacio, caja 885/36. 2 GONZÁLEZ LÓPEZ, C.: Federico de Madrazo, Barcelona, 1981. 3 DE MIGUEL EGEA, P.: Carlos Luis de Ribera, pintor román- tico madrileño, Madrid, 1983. 4 PÉREZ RIOJA, J. A.: Un café-museo de Roma: «El Greco». Revista Goya, núms. 164-165, pág. 120, Madrid, 1981.

Transcript of Bélgica y Holanda, fuentes de inspiración de pintores ... · 1906, que igualmente viajó a...

Page 1: Bélgica y Holanda, fuentes de inspiración de pintores ... · 1906, que igualmente viajó a Bélgica y Holanda, es Francisco Lloréns (1873-1948). Fruto de su estan-cia en aquellas

Bélgica y Holanda, fuentes de inspiración de pintores españoles

PILAR DE MIGUEL EGEA

El viaje, esa vivencia insustituible que represen-ta para todo artista la apertura al exterior y el con-tacto con corrientes foráneas, fue consolidándosecomo medio de renovación estilística y temáticaentre los pintores españoles a lo largo del siglo XIX.Auspiciada su realización tiempo atrás merced a laconcesión de algunas pensiones por parte de laCorona, la institucionalización del viaje como es-tímulo al estudio sólo se produce de un modo efec-tivo con la actuación, sobre todo, de la Real Acade-mia de Bellas Artes de San Fernando y de la Lonjade Barcelona, cuyo ejemplo no tardaría en ser se-guido por otras instancias locales y provinciales, prin-cipalmente Ayuntamientos y Diputaciones.

Francia e Italia son los países que, por ordencronológico, más frecuente visitaron los pintores es-pañoles. Es, en efecto, París el centro artístico alque, de modo casi exclusivo, se dirigen nuestrospensionados por la Corona durante el primer ter-cio del siglo XIX 1. Es el caso de José Madrazo, JoséAparicio y Juan Antonio de Ribera, que, desplaza-dos a la capital francesa, siguen las enseñanzas deDavid, dando como consecuencia la traída a Es-paña de un estilo pobre e importado —el neocla-sicismo— que, cultivado por imperativos de lamoda, fue escasamente comprendido entre la so-ciedad española.

Durante el segundo tercio del siglo XIX siguesiendo París la ciudad que protagoniza la mayorpresencia de pintores españoles, se trata esta vez denuestros primeros románticos, desplazados unos atítulo particular y otros bajo el patrocinio de la RealAcademia de Bellas Artes de San Fernando. Es elcaso de Federico de Madrazo que, tras frecuentarlos talleres de Ingres, logra transmitir a sus retra-tos románticos la elegancia y brillantez que carac-teriza a los del maestro francés 2. Es el caso, tam-bién de Carlos Luis de Ribera, cuyo aprendizaje enel estudio de Delaroche incidiría en la formaciónde los pintores de historia españoles al desempe-ñar más tarde, y por espacio de muchos años, lacátedra de «Dibujo del antiguo, maniquí y ropa-jes» de la Real Academia de San Fernando 3.

Sin que la atracción por París decaiga a lo largode todo el siglo XIX, es Roma, sin embargo, la ciu-dad que durante el último tercio ochocentista seconvierte en el polo de mayor atracción para nues-tros pintores, hecho propiciado, sin duda, por lacreación, en 1873, de la Academia Española deBellas Artes. Roma se convierte, efectivamente, enpunto de reunión de numerosos artistas españoles,tal como lo atestigua Pedro Antonio de Alarcón enuno de sus relatos viajeros 4, al referirse a sus en-

1 Fue Carlos IV, a través del Ministro de Estado Sr. Ceballos,quien proporcionó a esos pintores una ayuda de 12.000 realespara su desplazamiento a París. Archivo de Palacio, caja 885/36.

2 GONZÁLEZ LÓPEZ, C.: Federico de Madrazo, Barcelona, 1981.3 DE MIGUEL EGEA, P.: Carlos Luis de Ribera, pintor román-

tico madrileño, Madrid, 1983.4 PÉREZ RIOJA, J. A.: Un café-museo de Roma: «El Greco».

Revista Goya, núms. 164-165, pág. 120, Madrid, 1981.

Page 2: Bélgica y Holanda, fuentes de inspiración de pintores ... · 1906, que igualmente viajó a Bélgica y Holanda, es Francisco Lloréns (1873-1948). Fruto de su estan-cia en aquellas

PILAR DE MIGUEL EGEA28

cuentros con ellos en el café «Greco» de la capitalitaliana.

La Academia Española de Roma se funda en elapogeo de la pintura de historia y a este género de-dica un interés especial. Así, el 5 de agosto de 1983establece por decreto que, de los doce becados, cua-tro sean pintores de historia y el resto paisajistas,escultores, arquitectos y músicos 5. Por este moti-vo, los pintores de historia llegaron por hornadasy allí se pintaron los cuadros más importantes yconocidos del género 6.

Al margen de la importancia artística que Romaencerraba en sí misma, las becas, que en principioeran de tres años, aunque exigían a sus beneficia-rios residir en la ciudad al menos doce meses, tam-bién les autorizaban a realizar durante los otros dosaños viajes aprobados por el director de la Acade-mia 7. Esta posibilidad, que abría nuevos horizon-tes geográficos, generalmente dentro de la mismaItalia (Milán, Florencia, Venecia o Nápoles), per-mitió a algunos pintores tomarse un respiro en lostemas históricos y acercarse, tímidamente, a temasrealistas de carácter costumbrista a través de la ob-servación del ambiente rural italiano 8.

La hasta aquí referenciada influencia del viaje enel hacer artístico de los pintores españoles duranteel siglo XIX no queda limitada a Francia e Italia,sino que se amplía a otros ejemplos, acaso no tanestudiados pero no por ello exentos de significa-ción. Es el caso de aquellos artistas que viajaron afinales del XIX y principios del XX a Bélgica y

Holanda, y de los que pasamos a ocuparnos conmás detenimiento.

Algunos pensionados de la Academia de Romatuvieron ocasión de ampliar su viaje de estudios fueradel territorio italiano, y el conocimiento de lo queen principio sólo constituía una visita a los museoscentroeuropeos se tradujo en una revelación artísti-ca que marcaría sus obras en lo sucesivo.

Así, el gallego Fernando Álvarez de Sotomayor(1875-1960), pensionado en Roma entre 1900 y1904, viajó, junto con Manuel Benedito, a La Hayay Amsterdam, donde descubrió la pintura de FranzHalls (el gran ausente del Museo del Prado), en-contrado en ella la expresión de su propio tempe-ramento. Sotomayor observa y estudia el ambien-te neerlandés, visita museos y pinta varios óleos,tales como Una calle de Brujas (Museo de ArteModerno y Contemporáneo, Madrid) y El baile enel Estaminet (Colección Durán, Madrid). Son es-tas vivencias y experiencias las que le acercan pau-latinamente a una mejor comprensión de su tierranatal y al cultivo del costumbrismo gallego que ca-racterizaría a su producción posterior.

Sería justo un año después de agotar la pensiónde la Academia de Roma, en 1905, cuando, conmotivo de la boda de su hermano, y a través de losrecuerdos de Bélgica y Holanda, descubre los va-lores plásticos de su tierra. «Entonces fue —escribi-rá el artista al evocar recuerdos de mocedad— cuan-do pude apreciar pictóricamente el caudal de bellezaque se me presentaba delante de los ojos para explo-tarlo como si hubiese encontrado una mina, fue en-tonces cuando me sentí gallego de cuerpo y alma. Perolo más extraordinario del encuentro, diremos, conmi-go mismo, lo constituye la semejanza de mi pueblocon aquellos nórdicos que yo tanto había estudiado.Aquellas Keermeses en Flandes ¿no eran nuestrasfoliadas? El blanco lechoso de las frentes de nuestraspaisanas contrastando con el encendido tono de lospómulos y el barniz ligeramente amarillento de la pieldorada por el sol, ¿no eran gemelos de los modelos deFranz Halls y Rembrant?» 9.

Su inspiración en la pintura norteuropea no sereduciría a la plasmación de una cierta tipologíahumana gallega y de los atuendos de pañoletas co-loreadas, tan afines a las de las aldeanas nórdicas,

5 BRU ROMO, M.: La Academia española de Bellas Artes deRoma, Madrid, 1971.

6 Entre los lienzos que se pintaron en Roma figuran el «SanSebastián salvado de la cloaca», de Ferrant; «El Naufragio» y «Jua-na la Loca», de Pradilla; «El juramento del Marqués de la Roma-na en 1808», de Castellanos; «Los Cristianos en las Catacum-bas», de Alejo Vera; «El Último Escrito de Cervantes» y «Viriato»,de Oliva; «La Campaña de Huesca», de Casado del Alisal; «LosGladiadores» y el «San Francisco de Borja», de Moreno Carbo-nero; «La inundación», de Muñoz Degrain; «La Invasión de losBárbaros», de checa; «Torquemada ante los Reyes Católicos», deEmilio Sala; «El Compromiso de Caspe», de Viniegra, así comootros muchos de menor importancia.

7 GALLEGO, J.: La Pintura de Historia en la Academia espa-ñola de Bellas Artes de Roma, Catálogo exposición antológica,Madrid, 1979.

8 Sirvan de ejemplo de esta incursión en el tema costum-brista los cuadros de un pintor de historia tan importante comoRosales dedicados al tema rural: «Ciocciara», «Nena», «laPassuccia», «Angelo el niño calabrés». (Exposición de la obra deE. Rosales, Madrid, 1973). 9 Marqués de Lozoya, Sotomayor, Madrid, 1968, pág. 39.

Page 3: Bélgica y Holanda, fuentes de inspiración de pintores ... · 1906, que igualmente viajó a Bélgica y Holanda, es Francisco Lloréns (1873-1948). Fruto de su estan-cia en aquellas

BÉLGICA Y HOLANDA, FUENTES DE INSPIRACIÓN DE PINTORES ESPAÑOLES 29

sino también a la obtención de un colorido brillan-te pero discretamente matizado de ocres, a la pre-dilección por la descripción detallada de los inte-riores domésticos y a la ternura y ennoblecimientodel tema popular.

Por su parte, Manuel Benedito (1875-1963) es-tuvo en Flandes los veranos de 1902 y 1903, con-servándose obras fechadas en estos años, como Pai-saje con molino (Brujas, 1902), Beguinage (Brujas),Mercado de Brujas (1903) e Interior belga (Brujas,1903).

Después de un breve viaje a Bretaña, región quetambién le incitó a pintar, volverá a Holanda en1909, instalándose durante siete meses en Voledam,pueblecito de pescadores a orillas del Zuiderzee,dejándonos como testimonio de esta estancia unaserie numerosa de cuadros de carácter costumbris-ta como Los abuelos Pik, Interior holandés, Sábadoen Volendam, Holandesas, Idilio en Holanda, Viejosholandeses, Velas al sol y una serie de acuarelas so-bre el mismo tema 10.

Es precisamente este acercamiento al costum-brismo nórdico el que, una vez regresado a Espa-ña, le induce a la búsqueda de nuevas tipologíaspopulares. «Después de reflejar una luz, unas cos-tumbres, un paisaje y una raza tan opuestos a sutemperamento —más que latino, levantino—como Bretaña y Holanda, sintió necesidad de re-presentar tipos y ambientes españoles y, al mismotiempo, de buscar dentro de los recursos extraor-dinarios de su técnica nuevas orientaciones» 11.

Tras una breve estancia en Salamanca, en lospueblos de Candelaria y Salvatierra, buscando esanueva orientación costumbrista (El sermón, El or-ganista de Salvatierra, El bautizo), el españolismode Benedito se acentúa al recluirse en pueblos an-daluces buscando nuevos modelos en 1911 y 1912.Y así como en Bretaña pintó preferentemente lamujer bretona, enérgica y recia, y en Holanda bus-có sobre todo tipos masculinos, en Andalucía leatraen los tipos femeninos de mujeres con manti-lla, abalorios y mantones de Manila, practicandouna pintura brillante y colorista, enaltecedora decierto tipo de mujer española (Carmen, La Gavilana,Morena y sevillana). Es en este camino, y con el trans-

curso del tiempo, donde se reconoce a ManuelBenedito como uno de los retratistas de mujeres másacertados del primer cuarto de siglo XX.

Otro pintor pensionado en Roma entre 1902 y1906, que igualmente viajó a Bélgica y Holanda, esFrancisco Lloréns (1873-1948). Fruto de su estan-cia en aquellas tierras, especialmente en Brujas, esla realización de varias obras (Estudio de animales,Encajera de Flandes y Estudio de mujer), consiguien-do en 1903 una calificación honorífica de la Acade-mia de Roma. Una vez regresado a España, Llorénsse dedicó preferentemente a pintar temas gallegos.

Si el conocimiento e influencia de los Países Ba-jos en los artistas anteriores podría calificarse comocasual, no ocurre lo mismo con otro grupo de pin-tores, paisajistas todos ellos, cuya formación enBélgica y Holanda fue intencionalmente indicadao dirigida por el que fuera eminente catedrático dela asignatura de Paisaje en la Escuela de Bellas Ar-tes de San Fernando, Carlos de Haes.

Debido a su origen belga y a la formaciónpaisajística que recibió en su país natal entre 1850y 1855 de la mano de J. Quineaux, Haes aconse-jará sistemáticamente a sus discípulos la convenien-cia de viajar a los Paises Bajos, tanto como fórmu-la para librarse de las ataduras didácticas de laAcademia como para buscar una visión nueva delpaisaje a través de los pintores norteuropeos, gran-des maestros del paisaje realista.

Los viajes de algunos de sus discípulos serán fu-gaces. Así, Aureliano de Beruete (1845-1912) via-ja en 1889 a Bélgica y Holanda, volviendo de nue-vo a Bélgica en 1902, según consta en el epistolarioque mantuvo con su amigo Sorolla 12 y lo testimo-nia su cuadro Campo de Waterloo (1902) (Col. Par-ticular, Madrid). Por su parte, Jaime Morera (1854-1927), discípulo predilecto del maestro, se desplazacon él a Holanda los veranos, a partir de 1877, enque termina su pensión en Roma, pintando los in-viernos en la Sierra de Guadarrama, y de cuyas es-tancias deja testimonios a través de los recuerdos yde apuntes de paisajes 13. También Rafael Monleón

10 Algunas de estas obras figuraron en las Exposiciones Na-cionales de 1910, 1912 y 1915, encontrándose muchas de ellasen la casa-museo, Colección Benedito de Madrid.

11 FRANCÉS, J.: Manuel Benedito, Madrid (s.a.), pág. 10.

12 MARÍN VALDÉS, F.: Textos biográficos y críticos en torno aAureliano de Beruete. Catálogo exposición Aureliano de Beruete,Madrid, 1983, pág. 88.

13 MORERA, J.: En la sierra del Guadarrama, Madrid, 1927,pág. 18.

Page 4: Bélgica y Holanda, fuentes de inspiración de pintores ... · 1906, que igualmente viajó a Bélgica y Holanda, es Francisco Lloréns (1873-1948). Fruto de su estan-cia en aquellas

PILAR DE MIGUEL EGEA30

debe su dedicación a las marinas, género que tanescaso desarrollo había tenido en España, a su for-mación en Bélgica, animado por Haes, con Clays.A su vuelta a España presenta en las exposicionesnacionales los títulos Barcos holandeses en Moerdik,Borrasca en el Mar del Norte (1871), Canal de Ho-landa y Dársena de Bruselas (1876).

Si la estancia en Holanda de estos pintores fuede corta duración, otros discípulos de Haes pasa-ron en los Países Bajos largos períodos de su vida.

El primero de ellos es Agustín Riancho (1841-1929), cuya fuerte vinculación con Haes es corro-borada por sus protectores: «Ahora (1860) está ha-ciendo copias en el mismo estudio del Sr. Haes; porconsiguiente creo que esto será muy útil para poderadquirir algunos conocimientos más sólidos en cuan-to a la utilización de colores y demás. Después, esteverano, cuando dicho Sr. Haes emprenda su viaje decostumbre, podría nuestro Agustín marchar a ese paísy copiar del natural algunas de las magníficas vistasque en él se encuentran y formase un estilo propio evi-tando el amaneramiento. Luego, más tarde, se le po-drá mandar a Francia o a Bélgica para perfeccionar-se y estudiar las obras de los más distinguidosprofesores» 14.

Riancho entra, tal como estaba previsto, en eltaller de Francisco Lamoriniere en 1862, enAmberes, el cual escribe a uno de sus protectores,Antonio López Dóriga, frases encomiables del ar-tista: «Puedo garantizarles que si continúa por el ca-mino que ha emprendido, y la firmeza de su carácterme lo hace creer así, subirá sin dificultad al primerrango entre los artistas de su país… Trataré dentrode cinco o seis meses, después de que haya consagradoel verano a estudios serios, hacerle pintar su primercuadro… La conducta de Riancho es excelente, y hastaahora todo su tiempo lo dedica al trabajo. Es notoriopara mí que tiene conciencia de lo que se hace por ély que su mayor preocupación es la de hacerse dignode los beneficios que ustedes le dispensan» 15.

Cumplidos los veintiséis años de edad, Rianchodecide separarse de su maestro, con el que ha per-manecido cinco años, y valerse por sí mismo. Setraslada a Bruselas en 1867, donde trabaja por su

cuenta, permaneciendo en la capital belga por es-pacio de dieciséis años. Allí se adscribe al grupo queeditaba «L’art libre», luego llamado «L’art Univer-sal» y «L’actualité», acudiendo a las ExposicionesUniversales de Amberes, Gante, Lieja y Bruselas.

De esta época se conserva en la colección IsmaelRiancho una serie de apuntes de campo. Tambiénen el Museo Municipal de Santander queda el testi-monio de un abundante número de cuadros de pe-queño formato, muchos sin firmar, que rememoransu estancia en Bélgica: Atardecer en un pueblo bel-ga, Sol entre árboles, Paisaje belga y Junto al cami-no, son algunos ejemplos, apreciándose en todosellos la atracción de Riancho por Corot. Muestraasimismo de su hacer en aquellas tierras es otra se-rie muy semejante a la anterior, que se guarda enla Casa-Museo de Ontaneda: Nubarrones, La tor-menta, Nocturno, Atardecer y un largo etcétera.

El reencuentro de Riancho con su tierra norteñase produce en el verano de 1884, reencuentro queapenas acusa su pintura. Riancho se enfrenta, enefecto, con el ambiente húmedo, los verdes jugo-sos y el cielo plomizo que acaba de dejar en Bélgi-ca, haciendo trabajar a sus pinceles en la elabora-ción de numerosos paisajes montañeses, sobre todode la zona de Entrambasmestas, hasta prácticamen-te el fin de sus días.

Darío de Regoyos (1857-1913) es el segundodiscípulo de Haes que prolonga de modo notablesu estancia en Bélgica. Cautivado no tanto por lasposibilidades que pudiera brindarle la naturaleza delos Países Bajos como por el ambiente de inquie-tud intelectual y artística que percibe en Bruselas,Regoyos se identifica nada más llegar a esta capi-tal, en 1879, con un movimiento que pugna pordefender la libertad de expresión en la pintura.

Esta identificación, alentada por su amistad conTheo Van Ryselberghe, propicia su entrada en elgrupo de vanguardia L’Essor, siendo el único extran-jero que forma parte de sus integrantes, si biennunca fuera considerado como tal por el resto desus miembros. Regoyos expone su obra con estegrupo durante 1882 y 1883, justo hasta la creacióndel «Grupo de los XX», que contaría con su con-curso en sucesivas exposiciones.

De la mano de este grupo llega precisamente elimpresionismo francés a Bélgica, siendo por tantoel momento en que Regoyos se acerca con curiosi-dad a esta nueva técnica, la cual adopta de una14 SIMÓN CABARDA: Catálogo exposición antológica de Agustín

Riancho, Madrid, 1973, pág. 24.15 Idem, nota anterior, pág. 26.

Page 5: Bélgica y Holanda, fuentes de inspiración de pintores ... · 1906, que igualmente viajó a Bélgica y Holanda, es Francisco Lloréns (1873-1948). Fruto de su estan-cia en aquellas

BÉLGICA Y HOLANDA, FUENTES DE INSPIRACIÓN DE PINTORES ESPAÑOLES 31

manera fugaz en la línea de los seguidores deldivisionismo.

La amistad de Regoyos con artistas e intelectua-les belgas proporcionaría dos fecundos viajes a Es-paña. El primero de ellos se produce en octubre de1882, figurando como compañeros del pintor nor-teño Theo Van Rysselberghe, Maximilien Luce,Octave Maus, Franz Charlet y Constantin Meunier.El grupo, aunque se disgregó al perseguir cada unode sus integrantes distintas finalidades, se denomi-nó «Los viajeros de España y Marruecos», y diocomo fruto, en 1883, una exposición en L’Essor delos trabajos realizados en nuestro país, entre los quecabe destacar un grupo numeroso de dibujos deRegoyos 16.

El segundo de los viajes se realiza en 1888, enque Regoyos viene a España acompañado de EmileVerhaeren, víctima en esos momentos de una cri-sis moral. De este viaje saldría una serie de artícu-los titulados «Impresiones de un artista», que el es-critor belga envía a la revista «L’art moderne», y queservirán de base para el libro publicado en 1899por Regoyos con el título «La España negra», enedición ilustrada con veintisiete dibujos y siete gra-bados en madera realizados por nuestro artista.

Aunque regresa a España de manera definitivaen 1890, Regoyos mantendría un contacto perma-nente con Bélgica, participando en las exposicio-nes de la «Libre Estetique» en 1895, 1901, 1908 y1914, fecha esta última en la que se organizó unhomenaje póstumo a su figura, desaparecida un añoantes.

Regoyos ha dejado manifestado de manera evi-dente su deuda con Bélgica a través de una cartadirigida a su amigo Paul Lafond, en la que afirma:«Mi verdadero profesor fue Quineaux, ya que con élyo he aprendido a pintar tomando la naturaleza comomodelo, a captar las vibraciones de la luz y a escogeren plena libertad los temas para pintar» 17.

Muestra asimismo testimonial de la influenciabelga recibida por Regoyos ha sido la exposiciónmonográfica que, de su obra dispersa en ese país,organizó la Banca Lambert en Bruselas, con moti-vo de la edición de Europalia de 1985. Obras comoNiños en el jardín (1881), Plaza del palacio sobre lanieve (1882), Retrato de Emma Bogaerst (1883), Elmes de mayo en Bruselas (1884), El dique de Ostende(1884) y La Rune (1886) son fehaciente prueba deello.

16 GARCÍA MIÑOR, E.: El pintor Darío de Regoyos y su época,Gijón, 1958, pág. 189.

17 DARÍO REGOYOS: «Un espagnol en Belgique», Europalia,Bruselas, 1985, pág. 12.

Page 6: Bélgica y Holanda, fuentes de inspiración de pintores ... · 1906, que igualmente viajó a Bélgica y Holanda, es Francisco Lloréns (1873-1948). Fruto de su estan-cia en aquellas

PILAR DE MIGUEL EGEA32

Fig. 1. M. Benedito. Viejos holandeses, 1909.

Fig. 2. Sotomayor. Baile de un Estominet, 1903.

Page 7: Bélgica y Holanda, fuentes de inspiración de pintores ... · 1906, que igualmente viajó a Bélgica y Holanda, es Francisco Lloréns (1873-1948). Fruto de su estan-cia en aquellas

BÉLGICA Y HOLANDA, FUENTES DE INSPIRACIÓN DE PINTORES ESPAÑOLES 33

Fig. 3. Sotomayor. Fiesta gallega, 1907.

Page 8: Bélgica y Holanda, fuentes de inspiración de pintores ... · 1906, que igualmente viajó a Bélgica y Holanda, es Francisco Lloréns (1873-1948). Fruto de su estan-cia en aquellas