Boletín TOF Nro 2.pdf
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- 20 -
Monastére Santa Clare (Clarisas)
69910 Morgon CCP N° 7495 79 H Lyon
France
Couvent Saint Bonaventure Chapelle ND de la Compassion
Cour‐Cheverny 41700 France
Couvent Sant‐François 69910 Morgon
CCP N° 1704.43 H Lyon France
Couvent Sant‐Antoine (Noviciado)
Aurenque—Castelnau dÁrbieu 32 500 Fleurance
France
CONVENTOS
Revista “El Pequeño Mensajero de San Francisco”
Terciarios Franciscanos de Observancia Tradicional
Argentina
Superior, Padre Guardián RP Antoine OFMCap
Superior General TOF
RP François‐Marie OFMCap
Director TOF en Argentina RP Nicolás Francisco López Badra FSSPX
Contactos: RP Director: [email protected]
Hno Fernando TOF: [email protected]
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La presencia franciscana en Amé-rica se remonta al segundo viaje de Cristóbal Colón, a comienzos de 1493. Las autoridades ecle-siásticas consideraban a la Orden Franciscana como la más apta para las tareas de evangelización.
Nótese que ningún religioso em-barcó en Octubre de 1492, ya que la finalidad de tal viaje era inicial-mente económica, política, y de carácter militar. Aquellos conquis-tadores no sabían con qué se iban a encontrar, tenían la esperanza de abordar, mediante la ayuda de Dios, con las Indias luego de dar la vuelta al globo terráqueo.
Es de destacar que en el segundo
viaje se embarcó Fray Bernardo Boil OFM, designado por el Papa Alejandro VI como primer vicario apostólico en las Indias Occiden-tales. Este sacerdote franciscano celebró la primera misa en tierras americanas, siendo acompañado por otro padre y por dos hermanos legos.
Estos héroes de la Iglesia Univer-sal hicieron sentir desde el co-mienzo su celo apostólico en las nuevas tierras en las que estaba todo por hacer: escuelas, hospita-les, universidades y hospicios de caridad que eran notables anexos de las grandes catedrales y mo-nasterios. Su profundo espíritu religioso y de particular amor al
“El Pequeño Mensajero
de San Francisco”
Terciarios Franciscanos de Observancia Tradicional
Buenos Aires, Argentina
20 de julio de 2013, Año I Nro2.
“EL EJERCITO ESPIRITUAL FRANCISCANO”. SU DESEMBARCO EN AMERICA
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prójimo se veía diseminado en to-das las instituciones y obras crea-das por ellos.
En la etapa de evangelización, se trasladaron a América desde la península unos 8.500 frailes que se extendieron en un amplísimo territorio que abarcaba desde el Sur de los actuales Estados Uni-dos hasta los actuales territorios de Argentina y Chile. En particu-lar, la Orden tuvo una gran impor-tancia y presencia en la evangeli-zación de México. Por pedido ex-preso de Hernán Cortés y con la venia del Emperador, en 1523 desembarcaban en las costas de Veracruz tres frailes franciscanos
de origen flamenco: Juan de Tec-to, Juan de Ayora y Pedro de Gan-te. Su tarea apostólica se puede apreciar hoy en día en este suelo plagado de santos mártires: impo-nentes iglesias y la denominación de algunas provincias o localida-des como San Francisco, Sacra-mento, Los Ángeles, son testimo-nio de su epopeya. En ese mismo año, y en sintonía con el origen de la Cristiandad, desembarcarían los que fueron considerados fundado-res de la Iglesia Católica en Méxi-co, los llamados “Doce apóstoles de México”. Los frailes general-mente comenzaban sus acciones en grupos conformados por este apostólico número de misioneros.
Fray Bernardo Boil OFM celebró la Primer Misa en América.
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20 de julio: Tendrá lugar una nueva reunión de Terciarios Franciscanos en Buenos Aires, con la agradable visita del Hermano Angelo TOF, pro-veniente del Priorato FSSPX de Córdoba, quien es uno de los dos “decanos” de la TOF en Argentina, habiendo ingresado a ella el 4 de Oc-tubre de 1962.
Terciarios Franciscanos en Argentina
27 de abril: En La Reja, Pcia de Bs. As., el RP Director, Nicolás Francis-co López Badra, predicó una Jornada de Retiro a los miembros de la TOF. El RP Director dictó dos conferencias sobre cómo debemos tomar como modelo a nuestro Seráfico Padre como medio para llegar a Nues-tro Señor Jesucristo, y, para ello, hay que ser mansos y humildes de co-razón.
Terciarios Franciscanos en Chile
2 de Agosto: Dios mediante, el RP Coca, Director de la TOF en Chile, presidirá la solemne Profesión de dos Hermanos de Viña del Mar y el ingreso de una novicia a la TOF en Santiago de Chile.
LA TOF EN AMERICA DEL SUR (2013)
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Junio: las hermanas clarisas tuvieron una profesión temporal. 2 de julio: Se realizó una nueva toma de hábito.
Convento Santa Clara (Morgón)
28 de junio: en el Seminario Internacional de la FSSPX de Ecóne, Suiza, Mons Mgr Bernard Tissier de Mallerais, con la presencia de Mons Fellay y Mons de Galarreta, ordenó 9 sacerdo-tes: 6 para la FSSPX , un benedictino, un do-minico y al Hno. Paul-Marie OFMCap del Con-vento de Morgón. 29 de junio: el neosacerdote, RP Paul-Marie OFMCap., celebró su primer Misa en Morgón con la asistencia como diacono y subdiácono de sus dos hermanos los Padres Jacques y Eric Perón, sacerdotes de la FSSPX.
VIDA CAPUCHINA (2013)
Convento San Francisco (Morgón)
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Bernal Diaz del Castillo (1496-1584) ha dejado constancia de la impresión que en los indios de México causó la actitud de Cortés con respecto a los misioneros franciscanos recién llegados: “…y que de Guatemuz y los demás ca-ciques vieron ir a Cortés de rodi-llas a besarle las manos, espantá-ronse en gran manera, y como vieron a los frailes descalzos y fla-cos, los hábitos rotos, y no lleva-ron caballos, sino a pié y muy amarillos, y ver a Cortés, así arro-dillado delante de ellos, desde en-tonces tomaron ejemplo todos los indios que cuando ahora vienen religiosos les hacen aquellos reci-bimientos…, y ciertamente estos buenos religiosos franciscanos hicieron mucho fruto en toda la Nueva España”.
La dramaturgia como método de evangelización fue ampliamente utilizada por nuestra Orden. Se realizaban obras teatrales en capi-llas abiertas de indios, en atrios de iglesias y en los recorridos de las procesiones (Vía Crucis, pesebres vivientes, gran procesión en Cor-pus Christi, Diluvio universal, ex-pulsión de Adán y Eva del Paraí-so). La representación de este tipo de obras se enmarcaba en los grandes ciclos litúrgicos del año cristiano. Desde el primer momento los fran-ciscanos se dedicaron al estudio de las lenguas nativas para facili-tar a los nativos la mejor compren-sión de las verdades del Evange-lio. De esta manera también les
Los “Doce apóstoles de México” Pintura mural del s. XVI; convento de Huejotzingo, Puebla, México.
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hacían comprender el error de rendir culto a los falsos dioses. Los niños y jóvenes recién conver-tidos eran los encargados de des-truir sistemáticamente estos dio-ses, objeto de aberraciones, de-jándoles a los frailes vía libre para sembrar la buena semilla. Pero también hubo mártires. En 1529, en Tlaxcala, morirían dilapidados los “nuevos cristianos” convertidos por los franciscanos.
Al poco tiempo, junto a la propia tarea de misión, iniciada en un co-mienzo a base de mímica, como única manera de comunicarse, los franciscanos establecieron centros
de enseñanza que fueron, además de espacios de misión, los gran-des focos de difusión de la cultura europea en América. No debemos olvidarnos, por su-puesto, de la institución religiosa femenina. Se destaca que en la segunda mitad del siglo XVI se asentarían en Nueva España las mujeres de la orden franciscana en sus tres ramas: clarisas, clari-sas urbanas y capuchinas. Todas ellas abrieron centros de enseñan-za y alternaban la vida contempla-tiva con la educación de niñas o jóvenes que era de gran preocu-pación en aquella época. Nuestra querida y venerada empe-ratriz Isabel, envió un grupo de mujeres laicas que, llegadas con la Marquesa del Valle, (esposa de Hernán Cortés), ejercieron como docentes junto con otras maestras particulares. También se fundaron a tales fines los llamados beaterí-os, creados por la notable Catalina de Bustamante, originaria de Lle-rena (Badajoz), viuda y tercia-ria. (Es posible concebir esto últi-mo como semilla y presagio del desembarco de la Tercera Orden
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OCTUBRE - Mes del santísimo Rosario y de los santos Ángeles
Día
3. Sta. Teresa del NiñoJesús, 2° cl.
Ayuno preparatorio a la fiesta de N.S.P. San Francisco (de regla)
4. SOLEMNIDAD DE NUESTRO SERAFICO
PADRE SAN FRANCISCO 1° cl, +1226.
Indulgencia plenaria para los terciarios y cordi-
llers
5. COMEMORACION DE LOS DIFUNTOS DE
LOS 3 ORDENES FRANCISCANAS, 1° cl.
7. FIESTA DEL SMO ROSARIO, 2° cl.
8. Santa Brigitta de Suecia, 3° cl., V. TOF, +1373.
11. FIESTA DE LA MATERNIDAD DIVINA DE NTA-SEÑORA, 2° cl.
19. San Pedro de Alcántara, 3° cl., S. OFM, M., + 1512.
23. San Antonio-María Claret, 3° cl, Ob. ex – TOF, + 1870.
26. Btos. mártires de la guerra de España, 3° cl., + 1936-37
FIESTA DE CRISTO-REY (último domingo de octu-
bre)
1° cl. , Indulgencia plenaria.
(Acto público de consagración)
- 16 -
SEPTIEMBRE - Mes de la santa Cruz Día 3. San Pío X, 3° CL., Papa TOF, + 1914.
4. Santa Rosa de Viterbo, 3° cl., Vg. TOF, + 1252.
Indulgencia plenaria para los cordillers.
6. Inicio de la novena a Nuestra Señora de los 7 dolores
8. NATIVIDAD DE LA SANTISIMA VIRGEN, 2° cl.
10. Btos. mártires de Japón, 1ra y 3ra Orden, + 1622-1632.
12. Fiesta del santo nombre de María, 3° cl.
14. EXALTACION DE LA SANTA CRUZ, 2° cl.
Inicio de la novena al Bto Padre Pió
15. FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE LOS SIETE DOLORES, 2° cl.
17. ESTIGMATIZACION DE NUESTRO SERAFICO
PADRE SAN FRANCISCO, 2° cl.
18. San José de Cupertino, 3° cl., S. Conv., + 1664
23. Bto. Pio de Pietrelcina, 3° cl., S. Cap., +1968.
25. Inicio de la novena a N.S.P San Francisco
29. FIESTA DE SAN MIGUEL ARCANGEL, 1° cl.
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en el nuevo continente). Para formar lo que se llamó Misión Imperial», la emperatiz encomen-dó al franciscano Antonio de la Cruz que encuentre religiosas de buena vida y ejemplo, que quisie-ran ir libre y voluntariamente a la provincia de la Nueva España a «industriar y poner en religión a las niñas». Entre las mujeres que aceptaron estuvo Elena Medrano, terciaria franciscana, profesa en el convento de Santa Isabel de Sala-manca, que vivía en el Convento de San Juan de Barbados. Iría acompañada de su sobrina, tercia-ria también. Igualmente, aceptaron ir otras terciarias como Juana Gra y Catalina Flores. Del monasterio de Madrigal fueron otras dos bea-tas y una mujer casada que sabía “muy bien leer y la doctrina cristia-na”.
En este pequeño artículo pode-mos entrever cómo la Divina Pro-videncia designara explícitamente a estos titanes de la fe para llevar a cabo la perfección de Su Obra.
Son ellos mismos que con su ejemplo han sabido comprender y
transmitir las palabras del Venera-ble Padre Seráfico: “…Guárdense mis Frailes de apa-
recer en lo exterior tristes y som-
bríos como los hipócritas, antes
bien, regocíjense en el Señor, y
sean siempre convenientemente
alegres y graciosos…”.
Hno. Rafael TOF.
Bibliografía:
Bernal Diaz del Castillo. “Historia
verdadera de la conquista de la
Nueva España”.Madrid, 1632.
María Antonia Bel Bravo. “Apuntes
para una Historia del Cristianismo
en la Nueva España a través de la
Literatura y la actividad educativa
femenina”. Universidad de Jaén.
Revista Hispania Sacra, Missiona-
lia hispanica, 2006.
María Saavedra Inaraja. “La forja
del nuevo Mundo, Huellas de la
Iglesia en la América Española”,
Ed. Sekotia. Madrid, 2008.
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Capítulo III Cómo San Francisco,
queriendo hablar al hermano Bernardo, lo halló todo arreba-
tado en Dios El devotísimo siervo del Crucifica-
do, San Francisco, con el rigor de
la penitencia y el continuo llorar,
había quedado casi ciego y no ve-
ía apenas. Una vez, entre otras,
partió del lugar en que estaba y
fue a otro lugar, donde se hallaba
el hermano Bernardo, para hablar
con él de las cosas divinas; llega-
do al lugar, supo que estaba en el
bosque en oración, todo elevado y
absorto en Dios. San Francisco
fue al bosque y le llamó:
-- ¡Ven y habla a este ciego!
Y el hermano Bernardo no le res-
pondió. Es que estaba con la men-
te absorta y elevada en Dios, por
ser hombre de grande contempla-
ción. Y por lo mismo que tenía
gracia particular para hablar de
Dios, como lo había comprobado
muchas veces San Francisco, de-
seaba hablar con él. Al cabo de un
rato le llamó segunda y tercera
vez de la misma manera, pero
tampoco ahora le oyó el hermano
Bernardo, por lo cual no respondió
ni vino a su encuentro. En vista de
esto, San Francisco se volvió un
tanto desconsolado, muy extraña-
do y quejoso en su interior de que
el hermano Bernardo, habiéndole
llamado tres veces, no hubiera
venido a su encuentro.
Retiróse con este pensamiento
San Francisco, y cuando se hubo
alejado un poco, dijo a su compa-
ñero:
-- Espérame aquí.
Y se fue a un lugar solitario próxi-
mo; se postró en oración, pidiendo
al Señor que le revelase por qué
el hermano Bernardo no le había
LAS FLORECILLAS DE SAN FRANCISCO (CAPITULOS III Y IV)
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AGOSTO - Mes del Corazón Inmaculado de María Día 1. San Alfonso María de Ligorio, 3° cl., Ob. Ex – TOF, D., + 1787.
2. NUESTRA SEÑORA DE LOS ANGELES (o de la Porciúncula).
2° cl., Indulgencia plenaria (visita de una iglesia o capilla OFM).
3. Inicio de la novena a Sta Clara
4. Santo Domingo, 2° cl., S. Cordi., + 1221.
6. TRANSFIGURACION DE NUESTRO SEÑOR, 2° cl.
Inicio de la novena para el día la Asunción
8. San Juan-María Vianney, 3° cl., S. TOF, + 1859.
11. Bto. Inocencio XI, Papa TOF, + 1689.
12. SANTA CLARA DE ASIS, 2° cl..
Vg. fund. 2nda Orden.
Indulgencia plenaria para los terciarios.
(renovación de sus promesas)
15. ASUNCION DE NUESTRA SEÑORA, 1° cl., Oblig. Fr.
Inicio de la novena a san Luis, patrón de la TOF
22. FIESTA DEL CORAZON INMACULADO DE MARIA, 2° cl. 25. SAN LUIS, PATRON DE LA TOF, 1° cl., + 1270. Indulgencia plenaria para los terciarios y cordillers
27. San José Calasanz, 3° cl., S. Cordi., + 1648.
28. Bto. Junípero Serra, S. OFM, + 1784.
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Tomado del Manual del Terciario del
Convento San Francisco de Morgón,
2002, Parte IV: LA Piedad del Tercia-
rio - Capítulo I., Traducido por el Hno.
Francisco TOF de Viña del Mar, Chile.
LEYENDAS Las fiestas señaladas en negritas
son días durante los cuales la
asistencia a la santa misa es más
especialmente recomendada a los
terciarios (cuando no es obligato-
ria).
Las fiestas señaladas en MAYUS-CULAS son las fiestas de 1ra o
2nda clase más importantes del
año litúrgico.
ABREVIACIONES D. = Doctor de la Iglesia
S. = Sacerdote
Vg. = Virgen / M. = Mártir
Ob. = Obispo
Her. = Hermano lego
V. = Viuda
C. = Confesor
OFM = Religioso de la 1ra Orden
franciscana
Conv. = Religioso conventual
Cap. = Religioso (a) capuchino (a)
OSC = Clarisa (2da Orden)
TOR = Religioso (a) de la Tercera
Orden Regular
TOF = Tercera Orden Franciscana
(secular)
ex – TOF = ha sido terciario antes de
fundar o de integrar otro Instituto reli-
gioso
Cordi. = Cordiller
1°, 2°, 3° cl = Fiesta de 1ra, 2nda o
3ra clase
mm. = Memoria solamente
Oblig. Igl. = Día de precepto para la
Iglesia universal
Indulgencia plenaria: condiciones
habituales)
PRINCIPALES FIESTAS DEL CALENDARIO PARA EL USO DE LOS TERCIARIOS TRIMESTRE AGOSTO - OCTUBRE
- 7 -
respondido. Estando así, le vino
una voz de Dios que le dijo:
-- ¡Oh pobre hombrecillo! ¿Por
qué te has turbado? ¿Acaso debe
dejar el hombre a Dios por la crea-
tura? El hermano Bernardo, cuan-
do tú lo llamabas, estaba conmigo,
y por eso no podía ir a tu encuen-
tro ni responderte. No te extrañes,
pues, de que no pudiera hablarte,
ya que estaba tan fuera de sí, que
no oía ninguna de tus palabras.
Recibida esta respuesta de Dios,
San Francisco volvió en seguida
apresuradamente a donde estaba
el hermano Bernardo para acusar-
se humildemente del pensamiento
que había tenido acerca de él.
Al verlo venir hacia sí, el hermano
Bernardo le salió al encuentro y se
echó a sus pies. San Francisco le
obligó a levantarse y le contó con
gran humildad el pensamiento y la
gran turbación que había tenido
contra él y cómo el Señor le había
reprendido por ello. Y terminó:
-- Te ordeno, por santa obedien-
cia, que hagas lo que voy a man-
darte.
El hermano Bernardo, temiendo
que San Francisco le impusiera
alguna cosa demasiado fuerte,
como solía hacerlo, quiso buena-
mente evitar aquella obediencia, y
le respondió:
-- Estoy pronto a obedecerte, si tú
me prometes también hacer lo que
yo te mande.
San Francisco se lo prometió. Y
dijo el hermano Bernardo:
-- Di entonces, Padre, lo que quie-
res que yo haga.
-- Te mando por santa obediencia
-dijo San Francisco- que, para
castigar mi presunción y el atrevi-
miento de mi corazón, al echarme
yo ahora boca arriba, me pongas
un pie sobre el cuello y el otro so-
bre la boca, y así pasarás tres ve-
- 8 -
ces de un lado al otro insultándo-
me y despreciándome; sobre todo,
me dirás: «¡Aguanta ahí, bellaco,
hijo de Pedro Bernardone! ¿De
dónde te viene a ti semejante so-
berbia, siendo una vilísima creatu-
ra?».
Oyendo esto el hermano Bernar-
do, aunque le resultaba muy duro
ejecutarlo, para no sustraerse a la
santa obediencia, cumplió con la
mayor delicadeza que pudo lo que
San Francisco le había mandado.
Cuando terminó, le dijo San Fran-
cisco:
-- Ahora mándame lo que quieres
que yo haga, ya que he prometido
obedecerte.
-- Te mando, por santa obediencia
-dijo el hermano Bernardo-, que
siempre que estemos juntos me
corrijas y reprendas ásperamente
de mis defectos.
San Francisco se asombró de es-
to, ya que el hermano Bernardo
era de tanta santidad, que le inspi-
raba grande respeto y no lo en-
contraba digno de reprensión en
ninguna cosa. Por esta razón, en
adelante San Francisco procuraba
no estar mucho con él, a causa de
dicha obediencia, a fin de no verse
obligado a decir palabra alguna de
corrección a quien reconocía ador-
nado de tanta santidad; cuando le
venía el deseo de verlo o de oírle
hablar de Dios, se apartaba de él
lo antes que podía y se iba. Cau-
saba grandísima devoción ver con
qué caridad, miramiento y humil-
dad el padre San Francisco trata-
ba y hablaba al hermano Bernar-
do, su hijo primogénito.
En alabanza y gloria de Cristo.
Amén.
Capítulo IV Cómo un ángel propuso una cuestión al hermano Elías,
y, respondiéndole éste con or-gullo, fue a referírselo al herma-
no Bernardo
En los comienzos de la fundación
- 13 -
pero no he podido, porque estaba
en el bosque absorto en la con-
templación de las cosas divinas, y
no he querido molestarle. En el
mismo lugar están los hermanos
Maseo, Gil y Elías; y el hermano
Maseo me ha enseñado a llamar a
la puerta según el estilo de los
hermanos. Pero el hermano Elías
no ha querido responderme a la
pregunta que yo le he hecho; des-
pués se ha arrepentido, ha queri-
do escucharme, y no ha podido.
Luego dijo el ángel al hermano
Bernardo:
-- ¿Por qué no pasas a la otra par-
te?
-- Tengo miedo, porque veo que
hay mucha profundidad -respondió
el hermano Bernardo.
-- Pasemos los dos juntos; no ten-
gas miedo -dijo el ángel.
Y, tomándolo de la mano, en un
abrir y cerrar de ojos lo puso al
otro lado del río. Entonces, el her-
mano Bernardo cayó en la cuenta
de que era un ángel de Dios, y
exclamó con gran reverencia y
gozo:
-- ¡Oh ángel bendito de Dios!, di-
me cuál es tu nombre.
-- ¿Por qué me preguntas por mi
nombre, que es maravilloso? -
respondió el ángel.
Dicho esto, desapareció, dejando
al hermano Bernardo muy conso-
lado, hasta el punto que hizo todo
aquel viaje lleno de alegría. Se fijó
en el día y en la hora en que se le
había aparecido el ángel, y, lle-
gando al lugar donde estaba San
Francisco con los compañeros
mencionados, les refirió todo pun-
to por punto.
Y conocieron con certeza que era
el mismo ángel el que aquel mis-
mo día y en aquella hora se había
aparecido a ellos y a él. Y dieron
gracias a Dios. Amén.
- 12 -
que, siendo como era vicario de la
Orden, había prescrito por medio
de una constitución, en desacuer-
do con el Evangelio y con la Regla
de San Francisco, que ningún her-
mano de la Orden comiese carne.
La cuestión que le había sido
planteada iba, pues, expresamen-
te contra él (8). No acertando a
ver claro por sí mismo y reflexio-
nando sobre la modestia del joven
al decirle que él sabría responder
a la cuestión mejor que él, volvió a
la puerta y abrió para pedir al jo-
ven la respuesta a dicha pregunta;
pero ya se había marchado. La
soberbia había hecho al hermano
Elías indigno de hablar con el án-
gel.
En esto volvió del bosque San
Francisco, a quien todo esto había
sido revelado por Dios, y repren-
dió fuertemente en alta voz al her-
mano Elías, diciéndole:
-- Haces mal, hermano Elías orgu-
lloso, echando de nosotros a los
santos ángeles que vienen a en-
señarnos. A fe que temo mucho
que esa soberbia te haga acabar
fuera de esta Orden.
Y así sucedió, como San Francis-
co se lo había predicho, ya que
murió fuera de la Orden.
Aquel mismo día y en la hora en
que el ángel se marchó, este mis-
mo ángel se apareció en aquella
forma al hermano Bernardo, que
volvía de Santiago y estaba a la
orilla de un grande río, y le saludó
en su lengua:
-- ¡Dios te dé la paz, buen herma-
no!
No salía de su extrañeza el her-
mano Bernardo al ver la apostura
del joven y al escuchar el habla de
su patria, con el saludo de paz y el
semblante festivo.
-- ¿De dónde vienes, buen joven?
-le preguntó.
-- Vengo -le respondió el ángel- de
tal lugar, donde se halla San Fran-
cisco. He ido para hablar con él;
- 9 -
de la Orden, cuando aún eran po-
cos los hermanos y no habían sido
establecidos los conventos, San
Francisco fue, por devoción, a
Santiago de Galicia, llevando con-
sigo algunos hermanos; entre
ellos, al hermano Bernardo. Yendo
así juntos por el camino, encontra-
ron en un país a un pobre enfer-
mo; San Francisco, compadecido,
dijo al hermano Bernardo:
-- Hijo mío, quiero que te quedes
aquí a servir a este enfermo.
El hermano Bernardo, arrodillán-
dose humildemente e inclinando la
cabeza, recibió la obediencia del
Padre santo y se quedó en aquel
lugar, mientras San Francisco si-
guió con los demás compañeros
para Santiago.
Llegados allí, se hallaban durante
la noche en oración en la iglesia
de Santiago, cuando le fue revela-
do por Dios a San Francisco que
tenía que fundar muchos conven-
tos por el mundo, ya que su Orden
se había de extender y crecer con
una gran muchedumbre de herma-
nos. Esta revelación movió a San
Francisco a fundar conventos en
aquellas tierras. Y, volviendo San
Francisco por el mismo camino,
encontró al hermano Bernardo, y
con él al enfermo, con el que lo
había dejado, perfectamente cura-
do. Por lo cual, San Francisco, al
año siguiente, dio permiso al her-
mano Bernardo para ir a Santiago.
San Francisco se retiró al valle de
Espoleto, y estaba en un eremito-
rio juntamente con el hermano
Maseo, el hermano Elías y algu-
nos otros, todos los cuales tenían
buen cuidado de no molestarle ni
distraerle mientras oraba; y esto
por la gran reverencia que le pro-
fesaban y porque sabían que Dios
le revelaba cosas grandes en la
oración.
Sucedió un día que, estando San
Francisco orando en el bosque,
- 10 -
llegó a la puerta del eremitorio un
joven apuesto y hermoso con
atuendo de viaje, que llamó con
tanta prisa, tan fuerte y tan largo,
que los hermanos se alarmaron
ante tan extraño modo de llamar.
Fue el hermano Maseo a abrir la
puerta y dijo al joven:
-- ¿De dónde vienes, hijo, que lla-
mas de esa forma? Parece que no
has estado nunca aquí.
-- Pues ¿cómo hay que llamar? -
respondió el mancebo.
-- Da tres golpes pausadamente,
uno después de otro -le dijo el her-
mano Maseo-; después espera
hasta que el hermano haya tenido
tiempo para rezar el padrenuestro
y llegue; si en este intervalo no
viene, llama otra vez.
-- Es que tengo mucha prisa -
repuso el mancebo-, y he llamado
tan fuerte porque tengo que hacer
un viaje largo. He venido aquí pa-
ra hablar con el hermano Francis-
co, pero él está ahora en contem-
plación en el bosque y no quiero
molestarle; pero anda haz venir al
hermano Elías, que quiero hacerle
una pregunta, pues he oído decir
que es muy sabio.
Fue el hermano Maseo y dijo al
hermano Elías que aquel joven
quería estar con él. Pero el herma-
no Elías se incomodó y no quiso
ir. El hermano Maseo quedó sin
saber qué hacer ni qué respuesta
dar al joven: si decía que el her-
mano no podía ir, mentía; y si de-
cía cómo se había incomodado y
no quería ir, temía darle mal ejem-
plo. Viendo que el hermano Ma-
seo tardaba en volver, el joven
llamó otra vez lo mismo que antes.
A poco llegó el hermano Maseo a
la puerta y dijo al mancebo:
-- No has llamado como yo te en-
señé.
-- El hermano Elías -replicó él- no
quiere venir; vete, pues, y dile al
hermano Francisco que yo he ve-
nido para hablar con él; pero, co-
- 11 -
mo no quiero interrumpir su ora-
ción, dile que me mande al herma-
no Elías.
Entonces, el hermano Maseo fue
a encontrar al hermano Francisco,
que estaba orando en el bosque
con el rostro elevado hacia el cie-
lo, y le comunicó toda la embajada
del joven y la respuesta del her-
mano Elías. Aquel mancebo era
un ángel de Dios en forma huma-
na. Entonces, San Francisco, sin
cambiar de postura ni bajar la ca-
beza, dijo al hermano Maseo:
-- Anda y dile al hermano Elías
que, por obediencia, vaya en se-
guida a ver a ese joven.
Al oír el hermano Elías el mandato
de San Francisco, fue a la puerta
muy molesto, la abrió estrepitosa-
mente y dijo al joven:
-- Qué es lo que quieres?
-- Apacíguate primero -le dijo el
joven-, porque veo que estás alte-
rado. La ira oscurece la mente y
no le permite discernir la verdad.
-- ¡Dime de una vez lo que quie-
res! -insistió el hermano Elías.
-- Te pregunto -continuó el joven-
si es lícito a los seguidores del
santo Evangelio comer de lo que
les ponen delante, como lo dijo
Cristo a sus discípulos (Lc 10,7). Y
te pregunto, además, si le está
permitido a nadie disponer algo en
contra de la libertad evangélica.
-- ¡Eso bien me lo sé yo! -
respondió el hermano Elías altiva-
mente-; pero no quiero responder-
te. Métete en tus cosas.
-- Yo sabría responder a esa pre-
gunta mejor que tú -dijo el joven.
A este punto, el hermano Elías,
encolerizado, cerró la puerta con
rabia y se fue.
Pero luego comenzó a pensar en
la pregunta y dudaba dentro de sí,
sin saber qué respuesta dar, ya