BONINO - Obstáculos a La Comprensión y a Las Intervenciones Sobre La Violencia (Masculina) Sobre...

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    Obstculos a la comprensin y a las intervencionessobre la violencia (masculina) contra las mujeres en la pareja(*)

    Luis Bonino, 2003 (++)

    En este articulo propongo un punto de vista que pretende tomar distancia de las urgencias dela prctica cotidiana en la lucha contra la violencia hacia las mujeres, para intentar reflexionarsobre algunas cuestiones que hacen al tipo de lucha a emprender, centrando aqu la cuestinen la violencia ejercida en la pareja heterosexual.

    Esta violencia- as como por supuesto las otras formas - es un grave problema social sobre elcual todas las personas mujeres y hombres - deberamos actuar, y un paso imprescindiblepara ello es que debe ser comprendida y reconocida en toda su complejidad. El modo en que

    dicho reconocimiento sea efectuado ser fundamental a la hora de pensar intervenciones paramodificarlo.Sabemos ya desde hace tiempo en las ciencias psicosociales que las soluciones a un

    problema derivan de la concepcin que se tenga acerca de l: a tal definicin del problema ysus causas, tal abordaje. Sabemos tambin que en dichas ciencias el conocimiento "objetivo" y"neutro" no existe y que depende en gran parte de la mirada naturalista o crtica, simple o

    compleja- de la persona observadora. Desde esa mirada es desde la que se adopta un puntode vista por el que se definen -prejuiciosa o argumentalmente- teoras sobre la naturaleza delproblema y las consecuentes estrategias de intervencin.

    Un abordaje integral y transformador de un problema social tan grave y multiforme como el dela violencia no puede ser afrontado como cualquier otro problema complejo- desde miradas o

    criterios tradicionales, simples o naturalistas como son los actualmente predominantes en eldiscurso social sobre ella. Cambiar la perspectiva tradicional no es fcil porque requiere ircontra "lo habitual", pero puede hacerse si se cuenta con herramientas de conocimiento

    crticas, para penetrar en lo que "lo habitual" encubre e ignora. En el problema que nosconvoca, las herramientas que estn utilizando quienes estn desafiando con xito lasconcepciones hasta hace poco tiempo usuales sobre la violencia son: el feminismo, la

    perspectiva de las relaciones de gnero, la consideracin de la subjetividad de los sujetos en

    juego, la declaracin de los derechos humanos y un enfoque estratgico de cambio centradoen la prevencin. Con ellas se puede lograr una visibilizacin de lo encubierto, una

    reconsideracin y una transformacin de la concepcin sobre la violencia, y por tanto, de lasvas de intervencin.Desde esta perspectiva crtica se puede entender que la concepcin habitual de la violencia es

    patriarcal, simplista, minimizadora, oscurecedora y tergiversadora de los hechos, y surge de losefectos de cuatro mecanismos invisibilizadores: la desindividualizacin, ladescontextualizacin, la desdesgenerizacin y la deshistorizacin (las 4 D). Por ellos, la

    violencia queda lexplicada por una serie de factores difusos, parciales o sesgados -algunospopulares o naturalistas, otros "cientficos"-, y especialmente prejuicios y mitos, muchos de lascuales actan como obstculos al avance en el conocimiento y en el desarrollo de

    intervenciones eficaces no paliativas

    Perteneciendo al campo de la Salud, y a partir del trabajo con personas de todas las edades,mujeres victimas, varones que ejercen violencia y profesionales que trabajan con laproblemtica de la violencia, estoy cada vez ms convencido que para luchar eficazmentecontra ella es prioritario trabajar para que todos estos obstculos sean visibilizados y

    removidos. Que las mujeres y los varones no los ignoren, y que especialmente los operadoressociales que se ocupan del tema (en la justicia, la sanidad y la educacin) no quedenseducidospor ellos y puedan reconvertirse para un abordaje integral y crtico del problema.

    En la siguiente lista enumerar algunos de esos obstculos -algunos de las cuales lo son paraotras formas de violencia masculina diferente a la de pareja- junto a las redefiniciones,reconsideraciones y reabordajes del problema que resultan de las nuevas perspectivas que se

    abren al deshacer dichos obstculos.

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    Obstculo 1: El problema de la violencia contra las mujeres es un tema que se puede

    abordar "objetivamente", alejado y ajeno a la persona que habla de l (al estilo del bingbang o en el primer mundo, una infeccin tropical)

    Nueva perspectiva: La violencia es un problema del orden de lo subjetivo, lo cercano y lo no-ajeno. Ella siempre nos toca de un modo u otro, como sujetos u objetos, violentos o

    violentados. No es ajena a quien la ejerce, se experiencia subjetivamente y se vive desde lapropia historia. Habitualmente, mujeres y varones se colocan respecto a ella en posicionesvalorativas dismiles, lo que condiciona su ubicacin frente al problema. De todo esto, porsupuesto, no escapan quienes se ocupan profesionalmente del problema, y cuando creen que

    pueden tomar distancia, en realidad lo hacen a costa de su propia persona y la de aqullasobjeto de su asistencia. La violencia acta siempre como un material txico que lo impregnatodo (de aqu la necesidad de abordar tambin, con l@s profesionales en este campo, lo que el

    trabajo produce y los efectos de ser testigo).

    Obstculo 2: La violencia es un hecho inmodificable o por contra,"erradicable" en su

    totalidad, igual en todos los mbitos, y que es ejercida y sufrida por igual por todas laspersonas

    Nueva perspectiva: Existe una predisposicin humana a la dominacin y al control, a ladestruccin, al mal y a la anulacin del otr@ -de tanto peso como la predisposicin a lacooperacin, a la creacin, al bien y al sostn del otr@-, que aparece como tentacin a

    ejercerse en todo vnculo social en tanto en ste surge el lmite ajeno y la dimensin conflictivade toda accin humana. Esta predisposicin puede ser acotada, regulada, inhibida odesactivada especialmente a travs de la jerarquizacin de la consideracin respetuosa y de la

    culpabilidad responsable como valores bsicos en el proceso de humanizacin, pero resultadificil pensar que pueda ser deslegitimada totalmente en un orden social que necesita elcontrol (violencia legitimada)para sostenerse. Por ello, su puesta en acto tiene siempre una

    condena social selectiva (siempre habr causas "justas" que la requieran).Por otra parte la violencia es multiforme, tiene diferentes caractersticas (simblica,institucional, interpersonal, comunitaria), afecta a diferentes colectivos (entre iguales, de

    gnero, generacionales, etarias, tnicas, intra e internacionales, etc), a personas conocidas, a

    desconocidas, a conocidas con las que se tiene vnculo afectivo, en lo laboral, en espaciodomstico o en el pblico, en situaciones no cotidianas y cotidianas....Y afecta con mayor

    frecuencia e intensidad a quienes estn en situacin inferior en la pirmide de poder socialTodas estas diferentes violencias tienen algunos elementos comunes (su objetivo y quequienes habitualmente la ejercen con mayor frecuencia son los varones contra otros varones,

    contra las mujeres y contra s mismo) y otros diferenciales, y por tanto requieren cada una unabordaje especfico. En este sentido, la particularidad de la violencia en la pareja es que seejerce contra alguien con la que se tiene o se ha tenido- una relacin habitual con un vnculo

    emocional importante, y a quien se dice amar o haber amado.

    Obstculo 3: : La violencia es fcilmente reconocible, y siempre inaceptable en tanto tal.

    Nueva perspectiva: La violencia no es fcilmente reconocible debido a un conjunto de

    operaciones simblicas cuyo objetivo es precisamente minimizarla, negarla, ocultarla yjustificarla para que pueda ser realizada y admitida. Estas operaciones son: la naturalizacin, lainvisibilizacin, la legitimacin, la insensibilizacin y la banalizacin. Son procesos activos dedesconocimiento usados por las personas y la sociedad. Existen tambin operaciones

    psicolgicas acompaantes facilitadoras, que permiten hacer aceptables los comportamientosviolentos (exagerar diferencias e incompatibilidades, negar la vulnerabilidad, definir rgidamentelas lealtades, idealizar los logros blicos, minimizar costos, etc). Estos procesos y operaciones

    hacen ms difcil reconocer la violencia, sus causas y agentes, avalan la trasgresin de lasreglas de convivencia pacfica, desmienten la experiencia de las mujeres, eximen deresponsabilidad a quien la ejerce y descontextualizan el problema. Para desarrollar

    intervenciones contra la violencia todo esto tiene que ser detectado y desarmado, y ellorequiere un juicio crtico sobre muchos e importantes mecanismos sociales y personales

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    Obstculo 4: Se visibiliza socialmente a la victima-mujer/ni@ y se invisibiliza al

    victimario, con la consiguiente definicin del problema como "de mujeres" (o de pareja ofamiliar)

    Nueva perspectiva: La violencia contra las mujeres en la pareja es un problema de produccinfundamentalmente masculina, donde no hay problema "de" pareja sino una pareja con el

    problema "de" uno, que la otra afronta como puede, y que por tanto, no puede ser resuelto conestrategias "familiares" que diluyen responsabilidades.Nombrar a los varones -segn muestran las estadsticas-, como los principales autores de estaviolencia supone responsabilizarlos y tambin hacerlos sujetos posibles de prevencin,

    rehabilitacin, pero tambin de compromiso en la colaboracin activa en la lucha contra laviolencia. Hablar no slo de asesinadas sino tambin de asesinos, de denunciados mas quede denuncias, de maltratadores mas que de mujeres maltratadas, de expulsados del hogar por

    peligrosos mas que de beneficiarias de una orden de proteccin contribuye a esta visibilizacin.Algunos varones reaccionarios acusan a quienes sealan la gran responsabilidad masculina enla produccin de violencia en la pareja, de ser "feministas radicales", e ignorar la violencia

    contra los varones, queriendo as negar la especificidad y mayores frecuencias y gravedadesde esa violencia masculina.Es necesario, finalmente, no caer con estos varones en el error esencialista de adjudicar una

    identidad- varn violento o maltratador- derivada de sus comportamientos puesto que asestaramos definiendo el problema como algo del ser, en general inmodificable, en lugar depensarlo como un problema del hacer y de la eleccin: por ello parece mejor nombrarlos como

    varones que ejercen violencia (y podran no ejercerla).

    Obstculo 5: El problema de la violencia contra las mujeres tiene una causalidad

    individual, y es poco frecuente en la pareja

    Nueva perspectiva: La violencia contra las mujeresen la pareja es la manifestacin individual

    en esa relacin de un problema de causalidad estructural, compleja, social e histrica,consistente en el ejercicio de violencia contra las mujeres especficamente por el hecho deserlo, en una matriz cultural que propicia, legitima y perpeta ese ejercicio. Por eso al hablar de

    este tipo de violencia contra las mujeres , se la nombra tambin como "violencia basada en el

    gnero" (VBG), porque est asentada en las normativas de una cultura de dominio masculino -entendido este dominio como la imposicin de constricciones, sujeciones y servidumbres

    materiales y simblicas a las mujeres que la sufren-. Estas normativas generan modelossociales de relaciones desigualitarias entre mujeres y varones, legitima la violencia como formade asegurar esa desigualdad. y favorece un modelo fusional de pareja -con ella como

    extensin de l- que no autoriza la autonoma femenina. La violencia en la pareja es un efectode ello.Este problema muy frecuente que bajo distintas facetas representa la cara ms dramtica de la

    desigualdad, est favorecido en la pareja por la concepcin moderna de la privacidad quefacilita el aislamiento hogareo de la mujer con alguien que es ms fuerte y a quien la sociedadle concede autoridad, y por las reglas del contrato matrimonial, que aun conserva bajo el manto

    del amor entre iguales, mucho de su viejo significado feudal de concesin de proteccin porobediencia, es decir, vasallaje femenino . En este sentido es necesario hacer una redefinicin

    crtica de, por un lado, los mitos del amor romntico y el de la familia feliz, -que impiden percibirla realidad tambin violenta del hogar y fomentan cuidarse del maltrato que viene de fuera ydescuidarse del hogareo, que es el ms frecuente para las mujeres-, y por otro, del amorcomo fusin-pasin donde se supone que los dos son uno, y no existe la posibilidad de pensar

    diferente (al varn).

    Obstculo 6: La definicin de la violencia contra las mujeres en la pareja se halla acotada

    a sus formas ms graves y de efecto inmediato (fsica, y sexual y psicolgicas "graves"),que por tanto son las nicas que se perciben como tal

    Nueva perspectiva: La definicin de violencia depende de los consensos sociales, queclasifican y legitiman los comportamientos de acuerdo a los valores predominantes. Hasta hacepoco se la defina slo como la ejercida fsica, sexual o psicolgicamente acosadora. que

    provocaba daos evidentes e inmediatos. En el momento actual, en el que se valora cada vezms la igualdad y la dignidad de las mujeres existe una "reclasificacin deslegitimadora" y un

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    menor aguante de gran parte de la coaccin tradicional masculina. Ello est permitiendo

    redefinir y ampliar el concepto de violencia, al incluir en ella elementos que antes seaguantaban o se naturalizaban.

    As hoy es posible definir la violencia contra las mujeres en la pareja como toda forma de

    coaccin, o imposicin ilegitima por la que se intenta mantener la jerarqua impuesta por lacultura sexista, forzando a que la mujer haga lo que no quiere, no haga lo que quiere, o se

    convenza que lo que fija el varn es lo que se debe hacer. Supone sentirse con derecho a unpoder sobre la mujer -abuso de poder-, que autoriza a violar, invadir o transgredir sus lmites,con el objetivo de vencer sus resistencias y tener control, dominio y posesin sobre ella paraconservar el poder en la relacin y encarrilarla segn propios intereses y deseos.

    Supone multiplicidad de actos, de tcnicas y procedimientos de ataques u omisiones materialeso simblicos, realizados a travs del uso injusto de diferentes fuerzas -fsica, psicolgica,moral, econmica-, que buscan quitar poder, subordinar y anular a la mujer como persona. Es

    un medio para salirse con la suya mantener la posicin de autoridad que el sexismo permite alvarn y lograr obediencia-, un atentado a la integridad personal (moral, corporal, mental, a ladignidad, privacidad, libertad) que busca anular las disidencias y las diferencias, un menoscabo

    a los derechos humanos y que provoca dao y perjudica diversos aspectos de la vida de lasmujeres, siendo a veces un riesgo letal.Forjada en un contexto social que la permite, es ejercida como una estrategia en forma de

    proceso de abuso y avasallamiento paulatino, de menos a ms donde pueden combinarseformas leves, moderadas o graves de ejecucin (maltrato, degradacin y tortura), con elresultado de la creacin, cuando es sistemtica, de una vctima que al final ya no puede

    defenderse. La discriminacin, ignorancia, desposesin, quebrantamiento, anulacin ycongelamiento de la identidad de las mujeres son los resultados comunes de esta estrategia,que puede terminar en su destruccin cuando el varn perdi la posibilidad de someterla.

    Se incluyen en esta definicin ampliada tanto las estrategias de refuerzo de autoridad (violenciafsica que como amenaza es un horizonte posible de toda violencia-, sexual, econmica,verbal, emocional, cognitiva y perceptual, psicolgica acoso, acecho e intimidacin-, control

    de movimientos, demanda exigente de servicios, uso de ni@s), las de aprovechamiento(violencias por omisin y utilitarias) como las de bsqueda de nueva legitimidad (ensayos deinvasin a los nuevos lmites femeninos).Pueden pensarse todas ellas como estrategias

    directas (dominacin agresiva o controladora que intenta desconfirmar y anular) o como

    usufructo de ventajas de gnero (dominacin "civilizada" por omisin, despreocupada yexplotadora). No todas son iguales en sus efectos (algunas la fsica- pueden costar la vida-),

    pero todas dejan huellas. Muchas de estas huellas son percibidas como "problemaspsicofsicos" en las mujeres, aunque sin detectar su origen, pero quienes trabajan en violenciay salud estn descubriendo su conexin causal con el sometimiento a situaciones de diversas

    formas de domino crnico .Desde esta definicin quizs el nombre ms adecuado para estos varones sera "los queejercen comportamientos abusivos" (de poder), ya que su intento es la construccin de una

    parcela de dominio de seoro feudal y esclavismo ms o menos paternalista.A partir de esta perspectiva surge como uno de los pi lares de las nuevas intervenciones sobrela violencia, la visibilizacin y/o desnaturalizacin de sus formas menos graves de

    manifestacin -entre ellas los micromachismos -, que con su papel como caldo de cultivo paraformas ms graves pueden ser detectadas por sus efectos en la vida, salud y libertad de las

    mujeres. El aumento de su percepcin y la disminucin de la tolerancia frente a ellas deberanser los resultados de dicha visibilizacin.Tambin resulta fundamental indagar, para realizar intervenciones transformadoras, lasdefiniciones personales que tienen de la violencia mujeres y hombres involucrados, dado que la

    diferencia entre ellas es uno de los puntos centrales -como obstculo y como apertura- a untrabajo eficaz.

    Obstculo 7: Percepcin de la violencia contra las mujeres en la pareja como incidentesaislados relacionados con la agresividad, el "descontrol" o el "estallido" de algunosvarones

    Nueva perspectiva:). La violencia es en realidad, no una suma de hechos aislados sino unconjunto de tcnicas de coaccin utilizadas en un proceso de intento de dominacin y control,

    (segn lo visto en obstculo anterior) que ejecutan en diversos grados casi todos los varonessocializados en nuestra cultura sexista patriarcal. Proceso sistemtico diferente de la

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    predisposicin humana llamada agresividad, de la falta de respeto, del chillar, de la disputa, o

    de la confrontacin. Puede contener estos comportamientos en algunas de susmanifestaciones, especialmente en el llamado "incidente" o "pasarse de la raya", resultado deuna sobrecarga emocional masculina por el malestar ms o menos agudo producido por la

    frustracin de las expectativas de sumisin femenina. Estos incidentes son autopercibidos porel varn como una "autodefensa"(de autoestima o de privilegios) frente al riesgo de heridas a

    su posicin existencial que le produce la "rebelin" femenina, y sus manifestaciones se acercanmuchas veces ms a un ataque de furia intimidatoria que a un descontol .irrefrenable. De todosmodos, en la mayora de las manifestaciones de violencia el "descontrol" o el "estallido" esinexistente, y llamativamente, cuando existe, es legitimado desde la creencia en un modelo

    hidrulico de contencin/catarsis de la ira, por el que es "bueno" descargarla (excepto enocasiones muy puntuales, esto no es as, sin embargo esta creencia suele servir para otorgarla "licencia para descontrolarse")

    Obstculo 8: Mitos sobre las causas de la violencia masculina y el perfil del hombre queejerce violencia

    Nueva perspectiva: Es necesario revisar crticamente las afirmaciones y explicaciones msfrecuentes, que circulan en la sociedad sobre "las causas masculinas" de la violencia contra las

    mujeres en la pareja. Dichas explicaciones, reflejan, pero a la vez recrean y perpetan, mitosen los que se mezclan prejuicios, factores de riesgo o correlaciones de factores. Estos mitosatribuyen la produccin de la violencia al alcoholismo, las drogas, los factores

    socioeconmicos, el "descontrol" por ira, celos o frustraciones, el amor pasional, la violencia enla infancia, la "naturaleza testosternica masculina", las patologas mentales, o la falta deautoestima. La revisin propuesta permite comprender el efecto limitador (intentan explicar slo

    las violencias fsicas o sexuales "graves") y justificador de estos mitos que, junto con los que seenuncian en los siguientes prrafos, aparecen socialmente como atenuantes al ejercicio de laviolencia)

    Tambin es importante reconsiderar los llamados "perfiles". Por un lado sus construcciones sebasan generalmente en investigaciones sobre varones denunciados o en rehabilitacin (esdecir ejecutores de actos ms o menos "graves") y por tanto representan poblaciones sesgadas

    que no pueden generar definiciones vlidas sobre tipologas caractersticas de la generalidad

    de los varones que ejercen violencia. Por otro lado impiden que sean creibles las acusacionesa quienes ejercen violencia si no coinciden con los rasgos del perfil. Si incluimos en nuestra

    percepcin tambin a los que ejercen todas las formas de violencia, los perfiles tan ajustadosque algunos autores proponen se van diluyendo dentro del perfil ms general de varn"habitual/normal" (tradicional), machista y misgino).

    Pese a esto, lo cierto es que los que suelen ser denunciados porque porque la importancia desus acciones traspasaron cierto lmite tienen algunas caractersticas comunes: habilidadesmenos sutiles para el dominio, ms rigidez en sus creencias misginas, nula empata, gran

    capacidad manipulativa y victimista, con tres reas de dficits (pobre control de impulsos,desajustes emocionales, insuficiencia de habilidades sociales y de resolucin pacfica deproblemas) Entre ellos hay algunos dependientes emocionales, otros especialmente

    dominantes y otros violentos generalizados, que tienen diferente nivel de peligrosidad yrecuperabilidad.

    Obstculo 9: Mitos sobre las responsabilidades femeninas en la causalidad de laviolencia

    Nueva perspectiva: Es necesario revisar crticamente las afirmaciones y explicaciones msfrecuentes del discurso social acerca de las "causas femeninas" de la violencia. Todas ellasson mitos que responsabilizan a la mujer de su sufrimiento y construyen una segunda

    victimizacin. Los ms frecuentes: las "provocaciones" femeninas, el masoquismo o laconveniencia de la mujer, la incapacidad de decir no, y la madre como socializadora exclusivade los varones en el uso de la violencia. La excesiva importancia que se est dando al

    problema de los "varones maltratados" es una ltima versin de estos mitos, que invisibiliza porun lado la diferencia entre rebelda (a la imposicin masculina del rol tradicional), agresividad yviolencia femenina, y por otro que la mayora de ellos lo son por otros varones sin que esto

    cause la indignacin (masculina) que provocan los pocos objetos de violencia femenina.

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    Obstculo 10: Mitos sobre la "falta de habilidades" o los "problemas de relacin"

    masculinos

    Nueva perspectiva: Es necesario revisar estas afirmaciones y explicaciones, que circulan

    especialmente entre profesionales de la salud sin formacin especfica en violencia. Por unlado, es necesario redefinir las creencias sobre las dificultades masculinas para la resolucin

    pacfica de los conflictos, la negociacin, la comunicacin o la escucha, ya que muchas de ellasencubren la intolerancia masculina a aceptar a la mujer como igual, y como sujeto dereciprocidad. Por eso los varones no presentan muchas de esas dificultades en el mundopblico. Desde esta redefinicin es ms fcil entender ms all de la limitacin

    comunicacional de ciertos varones-, esas "dificultades" no como falta de habilidades sino comoresultado frecuente del desinters por la palabra y el acuerdo con la mujer subordinada, cuyosintereses no merecen tanto respeto como los propios. Cuando las mujeres quieren que sus

    intereses sean tenidos en cuenta tanto como los masculinos y lo expresan, los varones tiendena sentir esto, no como la aparicin de un conflicto a resolver sino como rebelda o competenciaimprocedente, que resultan ms o menos intolerables y por tanto conviene acallar abortndolas

    con el uso de diversas maniobras abusivas. El aval social a la utilizacin monoplica masculinadel poder de microdefinicin la habilidad para orientar la relacin en trmino de los propiosintereses- cumple en todo esto un importante papel, ya que permite definir al varn qu es lo

    correcto y cul es la rebelda a acallar.En relacin a todo esto es necesario una crtica a la apelacin generalizada al consenso comoherramienta de solucin de conflictos, ya que muchas veces slo supone sometimiento de la

    mujer, si antes no hubo posibilidad de confrontrar abiertamente los puntos de vista diferentesentre los miembros de la pareja como iguales.

    Obstculo 11: Desconocimiento de la correlacin entre los formatos de masculinidad(MH) y feminidad(FH) hegemnicos, y la violencia contra las mujeres en la pareja

    Nueva perspectiva: Es necesario el reconocimiento de la correlacin entre, por un lado, laviolencia en tanto dominio sobre las mujeres y la MH (por los valores y la misoginia quepromueve), y por otro de las MH y FH y el riesgo de ejercer o ser objeto de violencia.

    La posicin existencial dominante, "machista", de superioridad, autoridad y omnipotencia que la

    masculinidad social promueve, favorece en los varones la creencia en el derecho a tener a lasmujeres a disposicin -con las consiguientes expectativas de sumisin incondicional femenina y

    uso de la fuerza para asegurarlo-, as como una autoestima asentada en el cumplimientoacertado de esa posicin, una necesidad de autoafirmacin a costa del sometimiento y/odestruccin del semejante que no se somete, y una necesidad de controlar porque no se

    soporta al otr@ como diferente, autnomo, y no disponible. Favorece tambin el desarrollo dehabilidades de control, as como la utilizacin de la violencia como mtodo multiuso paramostrar que la razn o el poder estn de su parte, probar la virilidad, arreglar diferencias,

    silenciar disidencias, resolver conflictos de poder, mitigar el dolor a heridas a la autoestima oesconder la vulnerabilidad (en dicha utilizacin las mujeres pueden ser objeto directo decoaccin o lugar donde evacuar tensiones generadas en otros espacios). Esta posicin

    existencial promueve adems un tipo de sexualidad que se vive como de derechosirrenunciables masculinos, y una definicin de las relaciones amorosas en las que la pasividad,

    el aguante y la "comprensin" femeninos son el modelo (situaciones ambas que naturalizan elforzamiento afectivo-sexual hacia las mujeres)Desde esta posicin el desarrollo masculino se realiza a costa del femenino, y el modelo derelacin que genera es uno marcado por la antinomia dominio/dependencia que no puede no

    ser conflictiva en s misma, y que frecuentemente encubre la dependencia masculina hacia unamujer que cubre un vaco que si ella se alejara quedara expuesto .Desde esta perspectiva, la violencia aparece como un recurso vlido para asegurarse la

    posicin dominante especialmente si sta es puesta en cuestin. En este sentido la violenciafsica es siempre un recurso de afirmacin de la masculinidad o de conjuro a su supuestaamenaza y una descarga de lo incontrolable. Este recurso, en estos tiempos de deslegitimacin

    de la violencia, se apoya frecuentemente en diversas coartadas morales -sostenidas enelementos de la MH- que los varones crean para autovalidarse en su ejercicio violento.Por ltimo, es importante tambin el reconocimiento de la correlacin existente entre la MH y el

    modelo actual de sociedad -guerrera, explotadora y competitiva- que alienta el uso de laviolencia y la dominacin mientras predica paz e igualdad, y cuyos valores la MH reproduce,

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    as como la de la violencia masculina contra las mujeres con las violencias entre varones y la

    pedagoga del castigo y el autoritarismo en la que los varones se socializan.

    Los obstculos hasta aqu descriptos propician que la sociedad, las vctimas y los propios

    varones no puedan percibir, no slo la complejidad del problema, sino entender sus causas ysu manifestacin individual

    Como hemos visto desde una perspectiva crtica, la violencia contra las mujeres en la pareja,especialmente en los varones que la ejercen sistemticamente, no est directamenterelacionada con "comportamientos anormales o irregulares" o patologas sino con motivacionesy cuestiones de imponer y satisfacer deseos o intereses, y que cuando no sobrepasa ciertos

    lmites se ve como natural y o se legtima por muchas personas. Es una VBG, basada en unsistema de creencias sexistas que acenta diferencias y crea y perpeta desigualdades, conuna causalidad compleja y multidimensional, pero cuyos factores de eficacia causal primaria

    son precisamente las pautas culturales que mantienen y favorecen la dominacin masculina yla subordinacin femenina, la socializacin derivada de ello -con el aprendizaje en los hombresdel uso de la fuerza para imponerse, resolver conflictos y defenderse de amenazas a su

    integridad y la expectativa del servicio femenino, y en las mujeres de la indefensin y elaguante-, y la naturalizacin y banalizacin de la violencia. Y adems son factores asociadosque incrementan la probabilidad de su ejercicio los estresores socioeconomicos y afectivos, el

    alcohol, drogas, o trastornos psicopatolgicos, as como hay factores que contribuyen aperpetuarla: falta de legislaciones, inadecuada capacitacin de quienes intervienen desde lapolicia, la justicia y la salud, la ausencia de redes de apoyo, y la psicopatologizacin del

    problemaSu ejercicio en el mbito de la pareja se asienta en un esquema mental masculino patriarcal,machista, misgino o sexista benvolo, impregnado de razonamientos sesgados y utilitaristas y

    sus emociones derivadas, que la legitima a travs de la construccin de un cdigo moral quejustifica la inferiorizacin y deshumanizacin de la mujer, sobre todo cuando sta amenaza larazn masculina. Los mitos antes referidos dan materia a la coartada moral, y funcionan como

    justificadores y reforzadores de la violencia. Forjada en un contexto que da al varn msderechos y por tanto ms poder-, es un modo de intentar perpetuar esos derechos. en laprivacidad, en un modelo fusional y asimtrico de relacin que favorece la tensin constante

    por el imposible cumplimiento de las expectativas. Por otra parte, el entorno se percibe a travs

    de este esquema y hace que los varones se alejen de aquello que los cuestione...

    Obstculo 12: Resistencia masculina al conocimiento del problema, su particularidad omagnitud, y tendencia a no percibirse casi nunca como violento (violentos son los otros)

    Nueva perspectiva: Es necesario visibilizar esa resistencia y crear va para disminuirlas. En esesentido es importante reconocer los diferentes tipos de violencias masculinas, y utilizar unabanico de palabras que designen ms precisamente sus mltiples facetas (maltrato, control,

    dominio, abuso, aprovechamiento) y no slo "violencia", que es la que produce el mximorechazo masculino ya que se asocia a la violencia grave (que "nunca" es la propia) yobstaculiza el acercamiento autocrtico al problema. Es necesario tambin jerarquizar la

    importancia de la motivacin para el no-cambio masculino, debido a la defensa de los"derechos masculinos" y la naturalizacin de las ventajas de gnero. Es necesario adems,

    tener en cuenta el neosexismo de varones radicalizados que, negando la particularidad yfrecuencia de la VBG, aseguran que los hombres son tan o ms maltratados y discriminadosque las mujeres, negando la validez de las medida de accin positiva, ms preocupados pordefender el lugar que le corresponde al "hombre de verdad" que de las acciones para conseguir

    la igualdadTambin importa trabajar la visibilizacin del modo por el cual la legitimacin social de laprerrogativa masculina para controlar y hacer predominar su razn, favorece que muchas

    coacciones (e incluso el forzamiento sexual) no sean percibidas como tales.

    Obstculo 13: Casi ningn varn se siente responsable de la violencia contra las

    mujeres (hasta los violentos tienen sus atenuantes). En cambio las mujeres fcilmenteson culpabilizadas porque "algo habrn hecho"

    Nueva perspectiva: Es necesario reconocer la fuerza desrresponsabilizadora de los mitosanteriormente descriptos para, cuestionndolos, desculpabilizar a las mujeres -que son

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    violentadas por algo de lo cual no son responsables: el ser mujeres- y responsabilizar a los

    varones, que se encuentran en relacin a la violencia en algn lugar del continuum violencia-desigualdad / no violencia-igualdad. Desde ese lugar actan como autores, cmplicessilenciosos, o luchadores contra la violencia. segn su propia historia y el sometimiento ms o

    menos acrtico a la MH. En tanto la violencia responde a causas sociales se hace tambinindispensable responsabilizar a las estructuras e instituciones sociales que, cuando no

    promueven la violencia, la ocultan o la permiten por accin u omisin.

    Obstculo 14: Los varones que ejercen violencia contra las mujeres no puedenrecuperarse

    Nueva perspectiva: Los hombres que ejercen violencia no son todos iguales y su posibilidad decambio en procesos de rehabilitacin hacia comportamientos igualitarios y pacficos est en

    relacin a variados factores tales como la edad, la rigidez de sus esquemas mentales, laresponsabilizacin por el ejercicio y efectos de su proceder violento, la motivacin para elcambio y la renuncia al abuso de poder, la antigedad y la sistematicidad en el uso de las

    estrategias de dominacin, el tipo de violencia ejercida predominante, el tipo y numero devctimas, la psicopatologa acompaante, los rasgos de personalidad predominantes, losrecursos de apoyo afectivo y sociales, la sancin social y judicial- efectiva a sus

    comportamientos, y la experiencia especfica en el tema de los profesionales actuantes. Poresto, cualquier trabajo con estos hombres debera ir precedido de una evaluacin de surecuperabilidad y su peligrosidad, que aumenta segn el grado de impulsividad, agresividad,

    inestabilidad emocional y ansiedad -.Existen en muchos lugares del mundo programas especficos para los varones que ejercenviolencia fsica, sexual o psicolgica "grave" en la pareja y que llegan a ellos habitualmente por

    exigencias de la pareja, los servicios de apoyo a la mujer o el sistema judicial. Algunos de ellosson de ndole conductual y estn basados en paquetes de tcnicas de control de la ira,entrenamiento en diversas habilidades comunicativas y de resolucin de problemas,

    canalizacin emocional, autoestima-, no incluyen la perspectiva de gnero, y se centran en ladetencin de los episodios de violencia y la mejora de la comunicacin. Otros programas sincluyen esta perspectiva, y apuntan a transformar en los varones su esquema mental sexista,

    su creencia en la superioridad sobre las mujeres y lo que la defensa o la reafirmacin de ella

    produce, as como la comprensin y detencin de los procesos que los llevan a los incidentesde violencia. Estos ltimos son de ms larga duracin.

    En relacin a la efectividad de estos programas, debe darse por descontado que se debeconsiderar qu tipo de programa, para qu hombres, y con qu expectativa de logro, siendosolamente los que incluyen la perspectiva de gnero los que suelen garantizar mejor los

    cambios masculinos. Por otra parte, stos son los que mejor cumplen los requisitosrecomendados por la mayora de guas de buena practicas diseadas por organismosinternacionales.

    Resulta fundamental, que la insercin en estos programas se realicen de un modo que no seaa costa del sacrificio/aguante/espera de la mujer vctima. Cabe sealar que los varones que seacercan a ello debido a denuncias, habitualmente son los que representan la cara ms rstica

    de la MH.Si bien en Espaa existen algunos de estos programas, hasta el momento casi no existe

    formacin especfica para el trabajo de los profesionales en este tipo de abordaje, as comopara la deteccin e intervencin de estos varones en el sistema sanitario

    Obstculo 15: Los intentos de resolucin del problema de la violencia contra las mujeres

    son unidisciplinares (o judicial, o psicosocial, o econmico, o...), y centrados en lasvctimas o en los que la ejercen

    Nueva perspectiva:El problema de la violencia contra las mujeres necesita de actuacionespluridisciplinares e interinstitucionales, que no pueden centrarse solamente en la proteccin y larepresin, y que deben ser sostenidas por acciones polticas y educativas sobre las

    condiciones que la generan, especialmente el modelo desigualitario de relaciones de gnero.En cuanto a las intervenciones sanitarias tema msde origen de este artculo-, es necesariopensar a los varones en general, y a los que ejercen o pueden ejercer violencia en todas sus

    formas, como sujetos posibles de educacin, prevencin, deteccin precoz, asistencia yrehabilitacin, diseando estrategias especficas en cada nivel que contribuyan al desarrollo de

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    varones no violentos y a evitar daos a la salud ajena y a la propia. Para ello es necesario

    trabajar con los varones en la promocin de la deslegitimacin de sus creencias sobre elderecho de dominio hacia las mujeres, en la ruptura de su silencio cmplice y en su implicacinen las acciones sociales contra la violencia, en la construccin de otras identidades masculinas

    que se apoyen en valores pacficos, igualitarios y democrticos y en el derribo de losobstculos que se oponen a ellos, y en el cultivo de los factores protectores contra la violencia.

    Y para todo ello hay que incidir en los mbitos de socializacin (familia, escuela, grupo deiguales, medios audiovisuales,etc)

    Personalmente, una de mis actividades desde hace unos aos consiste en la formacin de

    profesionales sanitarios y educativos en temas relacionados con la violencia masculina, y endicha formacin, la jerarquizacin de la remocin de los obstculos antes enunciados cobra unlugar especial. Frecuentemente -y sobrecargados por la urgencia de resolucin del problema-

    la expectativa del alumnado es el aprendizaje de "tcnicas" y la obtencin de "informacin", ypor ello el trabajo sobre los obstculos no es fcil de establecer. Sin embargo, sin ese trabajoprevio, dicha expectativa slo permite saber ms de lo mismo, sin ruptura con el conocimiento

    sesgado y entorpecedor de abordajes integrales que aqu hemos intentado criticar.Slo un nuevo modo de conocimiento puede permitir nuevas perspectivas desde las cuales laincorporacin de informaciones tiles y el empleo de tcnicas eficaces ser posible. Y para que

    ello sea as deberemos prioritariamente animamos a cuestionar (y autocuestionarnos) losmodelos sociales de relacin entre mujeres y varones y los formatos hegemnicos demasculinidad y feminidad que sustentan el ejercicio de la violencia. Y en este cuestionamiento,

    como hemos visto, la utilizacin de herramientas de conocimiento crticas yantiobstaculizadoras sern un instrumento adecuado .

    Si se puede desmontar los obstculos a los que hemos aludido -y otros ms que las y loslectores podrn hacer visibles y que no estn en esta lista-, se podr transitar el caminonecesario desde la utilizacin de un conocimiento-cmplice de la violencia hacia un

    conocimiento lcido y transformador que permita un abordaje individual, social e institucionaleficaz en la lucha contra la violencia hacia las mujeres. Ese es nuestro desafo

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    ? --------------------------------------------------------(*) Artculo ampliado y actualizado del publicado en: Ruiz Jarabo, C y Blanco, P. (Ed) La prevencin ydeteccin de la violencia contra las mujeres desde la atencin primaria de la Salud. Madrid: ADSP,2002

    (**) 2003 Luis Bonino es psicoterapeuta especializado en problemticas masculinas y director delCentro de Estudios de la Condicin Masculina, de Madrid. Tel. +34-913-093-771. Fax: +34-913-93065.Correo-e : [email protected]