Bonoris, Bruno (2014). El Sujeto, El Analista y El Problema Del Autor en El Pensamiento Contempo..

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    VI Congreso Internacional de Investigacin y Prctica Profesional en Psicologa XXI

    Jornadas de Investigacin Dcimo Encuentro de Investigadores en Psicologa del

    MERCOSUR. Facultad de Psicologa - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires,

    2014.

    EL SUJETO, EL ANALISTA Y EL

    PROBLEMA DEL AUTOR EN EL

    PENSAMIENTO CONTEMPORANEO.

    Bonoris, Bruno.

    Cita: Bonoris, Bruno (2014). EL SUJETO, EL ANALISTA Y EL PROBLEMA DEL

    AUTOR EN EL PENSAMIENTO CONTEMPORANEO. VI Congreso

    Internacional de Investigacin y Prctica Profesional en Psicologa XXI

    Jornadas de Investigacin Dcimo Encuentro de Investigadores en

    Psicologa del MERCOSUR. Facultad de Psicologa - Universidad de

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    EL SUJETO, EL ANALISTA Y EL PROBLEMA DELAUTOR EN EL PENSAMIENTO CONTEMPORNEOBonoris, Bruno

    UBACyT, Facultad de Psicologa, Universidad de Buenos AiresRESUMEN

    El presente trabajo se incluye dentro del proyecto de investigacinUBACyT La Libertad en Psicoanlisis. Su Incidencia en la Con-cepcin de Sujeto y la Causalidad en la Obra de J. Lacan. Con-secuencias Clnicas y ticas dirigida por Pablo Muoz. La mismase propone delimitar la concepcin de la libertad que surge de lalectura de las obras de S. Freud y J. Lacan con el objetivo de evaluarsu incidencia en el modo de concebir el sujeto y la causalidad enpsicoanlisis. En este contexto nos proponemos reflexionar acercade las consecuencias que tiene para el psicoanlisis lacaniano el

    problema de la autora en el pensamiento contemporneo. Nuestrahiptesis central es que la pregunta qu importa quin habla talvez sea la interpelacin primordial que debe desplegarse en todacura analtica para que sta pueda instalarse como tal, es decirpara que se produzca un sujeto.

    Palabras claveAnalista, Autor, Intervencin, Sujeto

    ABSTRACT

    THE SUBJECT, THE PSYCHOANALYST, AND THE PROBLEM OF THEAUTHOR IN CONTEMPORARY THOUGHTThis article is included in the research project UBACyT Freedom

    in psychoanalysis. Its impact on the causality and subject conceptsdeveloped on Jacques Lacan work. Clinical and ethical implica-tions directed by Pablo Muoz. It is proposed to define the conceptof freedom that comes from reading the works of S.Freud and J.Lacan in order to assess its impact on the way of conceiving thesubject and causation in psychoanalysis. In this context we intendto reflect on the consequences for lacanian psychoanalysis the pro-blem of authorship in contemporary thought. Our central hypothesisis that the question What does it matter who is speaking may bethe primary questioning to be deployed across analytic treatment sothat it can be installed as such, ie for a subject occurs.

    Key wordsPsychoanalyst, Author, Intervention, Subject

    Introduccin

    Iniciar un escrito con una expresin calcada de Beckett, que luegoser retomada por Foucault, Barthes y Lacan; y tiempo ms tarde porBadiou y Agamben, podra ser considerado sin rodeos un plagio. Peroqu importa quin habla -dijo alguien-qu importa quin habla.Esta pregunta atraves al pensamiento contemporneo en su tota-lidad y result de gran pertinencia para examinar no solo la funcindel autor -y por lo tanto el problema de la invencin-, sino quetambin proyect indefectiblemente la pregunta por el lugar delpensamiento y su relacin con el sujeto.El objetivo de este escrito ser el de reflexionar acerca de las con-secuencias que tiene para el psicoanlisis lacaniano el problema

    de la autora en el pensamiento contemporneo. Nuestra hiptesiscentral es que la pregunta qu importa quin habla tal vez sea lainterpelacin primordial que debe desplegarse en toda cura analti-ca para que sta pueda instalarse como tal.

    El autor en el pensamiento contemporneo

    Segn Barthes el autor es un personaje moderno, producido a fi-nales de la Edad Media, a partir de las influencias del empirismoingls, el racionalismo francs y la reforma protestante; cuando sedescubre el prestigio del individuo o dicho de manera ms noble,

    de la persona humana (1967). Por esta va se otorg radical im-portancia a la persona del autor y se busc, en la voz de un solo ymismo individuo, la interioridad e intimidad de alguien que estaraofreciendo sus ms profundas y recnditas confidencias.Barthes agrega que fue Mallarm el primero en anunciar que esel lenguaje, y no el autor, quien habla: nadie es propietario del len-guaje, y por lo tanto escribir es alcanzar -a travs de una previaimpersonalidad-() ese punto en el cual slo el lenguaje acta,performa, y no [el] yo (Ibd.). La suposicin propiamente modernade que el autor preexiste a su obra, piensa, sufre, y vive por ella,es contradictoria con esta idea de la invencin, que se encuentradesprovista de un ser que la anteceda o de un sujeto como instan-cia creadora o agente de cualquier pensamiento: yo no piensa, el

    lenguaje piensa y habla en m.La escritura implica, entonces, la destruccin de la identidad delcuerpo que escribe; solo cuando la voz pierde su origen, y el autorencuentra su propia desaparicin, puede comenzar la escritura. Setrata para Barthes de un mero gesto de inscripcin (y no de ex-presin), [que]traza un campo de origen, o que, al menos, no tienems origen que el mismo lenguaje, es decir, exactamente eso queno cesa de poner en duda todos los orgenes (Ibd.).En Qu es un autor? (1969) Foucault plantea, en correspondenciacon Barthes, que la nocin de autor instituye, en la historia de lasideas y del conocimiento, el momento ms importante de la indivi-dualizacin. El autor en tanto individuo, ser a quien se le atribuya,

    indefectiblemente, lo que ha sido dicho o escrito en determinadotexto. El autor y su obra constituyen una unidad inquebrantable,slida y originaria.En el pensamiento contemporneo, por el contrario, la escritura nose trata de la manifestacin de un acto por parte de un sujeto quese sirve del lenguaje como instrumento, sino de la apertura deun espacio donde el sujeto que escribe no deja de desaparecer(Foucault, 1969, p. 12). El sujeto que escribe borra todos los signosde su individualidad y deja, sin ms, una marca singular: la de suausencia. El escritor, como el analista, paga con sus palabras, consu persona y con su ser (Lacan, 1958); esta es la poltica del analis-ta, all donde es menos libre.En otras palabras, el sujeto-autor desaparece como fundamen-to y origen del discurso, dando lugar a lo que Foucault denominfuncin-autor, entendida como una modalidad de existencia y decirculacin de ciertos discursos en una sociedad. De este modo, el

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    sujeto foucaultiano pierde su carcter de interioridad, identidad yreflexividad; y pasa a ser un lugar determinado y vaco, una funcinvariable del discurso.Por lo dicho hasta aqu, podramos afirmar que la indiferencia plan-teada en la pregunta qu importa quin habla instaura necesa-riamente un principio tico fundamental, no solo en la escrituracontempornea, sino en la posicin del analista y en la concepcin

    de sujeto que esta conlleva.

    Lacan y el problema de la autora

    La propuesta lacaniana en relacin al problema del autor como ins-tancia originaria y fundante, parece cercana a la de Mallarm, Bar-thes y Foucault. Por ejemplo, en el contexto de unas jornadas sobreestructuralismo en Baltimore, donde se refiri a la relacin entre su-jeto e invencin, Lacan dijo: Los sujetos no son entonces aislados,como los pensamos. Pero, por otro lado, ellos no son colectivos.Tienen una cierta forma estructural, precisamenteimmixingque es,hablando con propiedad, aquello sobre lo cual una discusin comola de hoy puede introducirnos, y creo que nicamente en la medidaen que no estamos tan seguros que quien inventa es exactamente

    el designado por un cierto nombre propio (1966). Segn Lacan, lacuestin de las invenciones podra darnos un pista sobre el estatutodel sujeto, ya que para l quien inventa no es un nombre propio(nadie en particular: ni individual, ni colectivo), y adems: las in-venciones son producidas, podemos decir, exactamente al mismotiempo, o en el lapso de pocos meses la una de la otra, por sujetos() que se encuentran a grandes distancias (geogrficas o de otrotipo) los unos de los otros () Entonces, aqu es donde reside lacuestin. En proponer el trmino sujeto para esta conexin, y endemandar que lo distingamos del vuestro ser vivo (Ibd.).Una vez desanudada, por lo menos introductoriamente, la relacinentre el escritor y su obra, entre el inventor y su creacin, se nos

    plantean los siguiente interrogantes: si no podemos calificar al su-jeto que escribe como una instancia que antecede a la obra: Quincrea a la obra?, Dnde estaba la obra pensada antes de que al-guien le d forma a ese pensamiento?, en definitiva: Quin piensacuando el hombre dice que piensa? As como en la modernidadla obra se atribua indefectiblemente a un individuo autor, el pen-samiento fue dirigido inmediatamente hacia un yo pensante, queafirma su existencia en y por el mismo acto de pensar.La cita recin mencionada podra orientarnos hacia alguna respuesta.All Lacan explicita que el sujeto no puede ser confundido con nin-guna instancia objetivable, con ningn ser humano; el sujeto es laconexin que existe entre ellos, es el asunto, el subject, es lo que sepiensa, el material palabrero que se da entre los seres humanos ylos trasciende. Por eso Lacan lo ejemplifica con los inventos, Cmopuede ser que dos personas produzcan un mismo invento en la mis-ma poca pero sin conocerse? La respuesta es que exista un sujeto,un asunto, un pensamiento, en ausencia de alguien que lo asumieracomo propio: eso piensa ah donde es imposible que el sujeto arti-cule: entonces, yo soy (Lacan, 1977). En consecuencia, para Lacan,como nadie es dueo del pensamiento, como no hay propiedad sim-blica, no existe el plagio y la idea de propiedad intelectual constituyeun verdadero prejuicio moderno (Lacan, 1954).Eidelsztein plantea que las nociones de eso piensa y eso habla

    en la obra de Lacan implican el rechazo radical tanto del yo pienso,

    postulacin cartesiana de base y origen de la modernidad occidental,

    como del yo hablo (2011) y son, por lo tanto, estrictamente necesa-rios para operar en la clnica, debido a que el psicoanlisis como prc-

    tica del inconsciente, propone el rechazo del yo personal, individual,

    e interno como fuente y origen del pensar y del hablar (Ibd.).

    Resulta evidente que cuando Lacan formula que un significanterepresenta a un sujeto para otro significante, terminar por vaciaral sujeto, despojndolo de cualquier posibilidad de identidad, re-flexividad y conciencia. El sujeto es efecto, y nunca agente del pen-samiento; yo cree que piensa, pero eso piensa solo, en formaautnoma, firmemente, antes e independientemente de toda vidabiolgica, o sea, sin necesidad de una sustancia tridimensional, que

    funciones como fuente o manantial primero (Ibd.).En intima relacin con lo planteado por Lacan, y tal como lo ve-namos anunciando, Foucault sostiene que si el pienso conducea la certeza del yo y su existencia, el hablo, entendido como laexperiencia desnuda del lenguaje, por el contrario aleja, dispersa,borra esta existencia y no conserva de ella ms que su emplaza-miento vaco (1966, p.13). En efecto, mientras que toda la tradicinfilosfica del pensamiento sobre el pensamiento nos ha llevado a lainterioridad ms profunda, las teorizaciones sobre el lenguaje nosconducen hacia un afuera -o mejor dicho una extimidad- donde elsujeto que habla desaparece.Segn Foucault, fue en el gesto de la escritura, en el estudio de losmitos y en el psicoanlisis, donde se ha realizado la experiencia de

    la transicin hacia un lenguaje en que el sujeto como agente estexcluido. En estas prcticas se demuestra que el ser del lenguaje noaparece por s solo sino a travs de la desaparicin del sujeto (Ibd.,p.16); entendindolo, por supuesto, en su caracterizacin moderna.El modo de acceso hacia lo que Foucault denomina el ser del len-guaje, requiere entonces, una forma de pensamiento distinta a ladel pensamiento relacionado con la interioridad de la reflexin filo-sfica, e implica un pensamiento que se mantiene por fuera de todasubjetividad, pensamiento del afuera que slo puede desplegarseen la medida que un vaco le sirva de lugar.

    Quin interviene? El analista como gesto

    Hemos intentado articular hasta aqu las reflexiones tericas dealgunos pensadores contemporneos sobre la relacin entre el au-tor y la obra, y consecuentemente el lugar del pensamiento en lateorizaciones acerca del sujeto. Nos queda, ahora, responder a uninterrogante, quiz el ms importante a los fines de este trabajo: siel psicoanlisis lacaniano sostiene que eso piensa y plantea unrechazo radical al yo pienso, Puede entonces afirmarse que elanalista es origen y fuente de las intervenciones? Parafraseandoa Agamben (2005): Debemos entender la relacin analista-inter-vencin, en el sentido que ese sentimiento particular, ese acto deinspiracin mgico, ese pensamiento incomparable pasaron por uninstante por la mente y por el nimo del analista?No es necesario dar muchos rodeos tericos para responder nega-tivamente a esta pregunta, ya que sera un absurdo sostener queel analista es el nico ser al que puede aplicrsele la cualidad delpensamiento. El analista no puede ser considerado como el propie-tario intelectual de las intervenciones. Pero entonces: Por qu esnecesario un analista si eso piensa solo?Retomaremos para reflexionar sobre este asunto la frase con laque hemos comenzado el escrito: qu importa quin habla -dijoalguien- qu importa quin habla. Sostenemos que el principio ti-co fundamental que este enunciado plantea, parece ser coherentecon la tica del psicoanlisis. De hecho, tal como planteamos a lolargo del trabajo, el psicoanlisis parte del rechazo del yo soy ydel yo pienso, y por lo tanto solo puede haber anlisis cuando

    se disuelven esas dos instancias u rganos de la palabra, o sea,cuando adviene un eso habla, ni vos ni yo (Eidelsztein, 2011). Lateora de la entrada en anlisis que plantea Eidelsztein parte de laindiferencia radical y necesaria para el establecimiento de la trans-

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    ferencia; el dispositivo analtico propone el olvido de los cuerpos ylas dos instancias enunciativas presentes, para dar lugar a que esohable. En otros trminos, el nacimiento de la funcin-analista sepaga con la muerte de la persona analista.Sin embargo, y he aqu la hiptesis fundamental, el mismo ges-to, que niega toda relevancia a la identidad del autor, afirma sinembargo su irreductible necesidad (Agamben, 2005, p.82). En la

    pregunta fundamental qu importa quin habla, recuerda Agam-ben, alguien ha dicho,alguien que an permaneciendo sin rostroha proferido el enunciado, alguien sin el cual la tesis que niega laimportancia de aquel que habla no habra podido ser formulada; esdecir, el analista.La intervencin fundamental, entonces, es aquella en donde acabapor perderse toda identidad, comenzando por la identidad del cuer-po que la enuncia. El analista, como el autor contemporneo, estpresente en el texto slo como un gesto, entendiendo a este comoaquello que permanece inexpresado en todo acto de expresin,que hace posible la expresin en la medida misma en que instauraen ella un vaco central (Ibd., p.87). Justamente, lo especfico quetiene la relacin analtica es que uno de los participantes, el analis-

    ta, no cuenta en lo real; esto quiere decir que su subjetividad quedasuspendida, ocupando un lugar vaco que habilite la aparicin delsujeto como un efecto entre ambos participantes.El analista slo se afirma a travs de las huellas de su ausencia,en su darnos la espalda detrs del divn; como el gesto que haceposible la lectura a partir del vaco abierto por su desaparicin. Espor ello que el analista paga con sus palabras, con su persona ysu ser, como garantiza la posibilidad del anlisis, es decir, evitandoobstaculizar que eso hable.El gesto de la desaparicin del analista es ese medio sin fin, escomunicacin de comunicabilidad. No tiene propiamente nada quedecir, porque lo que muestra es ese ser-en-el-lenguaje del hombre

    como pura medialidad (Agamben, 2011, p. 55). No es una produc-cin, ni una accin, es ms bien algo que se asume y se soporta.Para finalizar afirmaremos que las intervenciones preceden lgi-camente al analista, que no puede ser considerado nunca lugar deorigen, sino de destino. Su rol, siguiendo a Barthes, parece ser el dellector; aquel que en posicin de oyente escucha el malentendido delo trgico, recibe las palabras en su ambigedad, y aloja la sorderade aquel que est hablando. El lector, como el analista, es un hom-bre sin historia, sin biografa, sin psicologa; es aquel que mantienereunidas en un mismo campo todas las huellas que constituyen eltexto analtico (Barthes, 1967).El analista, como gesto, es el lugar posible, pero vaco, de una tica;y es precisamente ese gesto ilegible, ese puesto vacante lo quehace posible la lectura (Agamben, 2005, p. 91).Nuestra respuesta como analistas frente a la pregunta qu impor-ta quin habla ser entonces: no importa quin habla, yo no mepregunto quin habla, yo me pregunto de donde eso habla (Lacan,1975, p. 118).

    BIBLIOGRAFIA

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    Lacan, J. (1954): Respuesta al comentario de Jean Hyppolite sobre la Ver-neinung de Freud, en Escritos 1. Buenos Aires: Siglo XXI editores, 2011.

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    Lacan, J. (1966): Of structure as an immixing of an otherness prerequisiteto any subject whatever, versin informtica disponible en www.lacan.com

    Lacan, J. (1975): El Seminario XXII. Clase del 18 de febrero de 1975, dispo-nible en versin informtica en www.staferla.free.fr.

    Lacan, J. (1977): Cest a la lecture de Freud. Disponible en versin inform-tica en www.ecole-lacanienne.net/bibliotheque.