Boquitas Pintadas
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Primer parcial recuperatorio, cátedra Teoría y crítica literarias uno, Natalia Macarena Blasina.
Manuel Puig
Boquitas Pintadas
Folletín1
¿Novela o folletín? ¿Qué implica una novela por entregas? Estos son los primeros
interrogantes que el texto presenta. Tomando la teoría de M. Bajtín observamos que este
es un rasgo característico de plurilingüísmo: la alternancia de géneros discursivos. Es
una novela con formato de folletín. Formato que teje cierta noción de inacabado, rasgo
de la polifonía, pues ¿hay límite para el folletín, para la cantidad de entregas? Luego, en
la misma línea de análisis encontramos pertinente mencionar los epígrafes que
introducen cada entrega, el hecho de que en la primera entrega la primera redacción sea
la nota de la revista “Nuestra Vecindad”; la utilización del género epistolar como
leitmotiv del relato2, es decir como generador de explicaciones a las cartas, a lo que
dicen, a por qué lo dicen y por qué en ese modo. Para ello se valdrá de fluires de la
conciencia, conversaciones, más cartas, actas notariales y policiales, un radioteatro, una
agenda, un álbum de fotografías, una revista para mujeres, específicamente de la
sección de correspondencia (más cartas), clarividencia, confesión, descripciones3. La
originalidad de fundir dichos géneros, por ejemplo el poner a una sesión de lectura de
cartas un título digno de una crónica policial4.
Tomaré el último ejemplo para hablar de la ideología del autor tal como expresa
M. Bajtín en “Problemas de la poética de Dostoievski”, capítulo cinco, página
doscientos cincuenta y siete: “…todo enunciado posee un autor a quien percibimos
como tal. Podemos no saber nada acerca del autor real tal como existe (…) pero de
todas maneras oímos en el enunciado una única voluntad creadora, una determinada
posición a la cual se puede reaccionar dialógicamente. La reacción dialógica personifica
a todo enunciado al que se reacciona.” Definitivamente esta última oración encierra el
sentido cabal del autor en el texto5, de su ideología (“una determinada posición”) y del
concepto de dialogismo fundamental para comprender por qué esta novela es polifónica. 1 1968, edición de 2006, Grupo Editorial Planeta, Buenos Aires, Argentina.2 Cabe una aclaración a este término: relatar en el sentido de contar una historia (que en este caso se vale para ello de diferentes géneros discursivos) y no en el que es asociado a la narración, porque dicha mixtura hace imposible hablar de relato en el sentido estricto de la palabra, mas no por ello deja de contarse la historia.3 Por ejemplo “DORMITORIO DE SEÑORITA, AÑO 1937” Op. Cit. p. 36 4 Op. Cit. p. 77
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Precisamente, es la “personificación”, el dotar de identidad al discurso lo que nos
permite la “reacción dialógica”.
La voz del autor/narrador de la que habla Bajtín6 tiene sus apariciones luego de las
cartas o en alguna intervención mínima en los diálogos de los personajes.
1) Cierra el sobre, enciende la radio y empieza a cambiarse la ropa
gastada de entrecasa por un vestido de calle. La audición <<Tango
versus bolero>> está apenas iniciada. Se oyen alternados un tango
y un bolero. El tango narra la desventura de un hombre que bajo la
lluvia invernal recuerda la noche calurosa de luna en que conoció a
su amada y la subsiguiente noche de lluvia en que la perdió,
expresando su miedo de que al día siguiente salga el sol y ni
siquiera así vuelva ella a su lado, posible indicio de su muerte.
Finalmente pide que si el regreso no se produce, tampoco vuelvan
a florecer los malvones del patio si esos pétalos deberán
marchitarse poco después. A continuación, el bolero describe la
separación de una pareja a pesar de lo mucho que se aman,
separación determinada por razones secretas de él: no puede
confesarle a ella el motivo y pide que le crea que volverá si las
circunstancias se lo permiten, como el barco pesquero vuelve a su
rada si las tormentas del mar Caribe no lo aniquilan. La audición
finaliza. Frente al espejo en que se sigue mirando, después de
aplicar el lápiz labial y el cisne con polvo, se lleva el cabello
tirante hacia arriba tratando de reconstruir un peinado en boga
algunos años atrás.
2) –Pero, che Mabel ¿qué es lo que yo no quiero entender que vos
decís de Juan Carlos? –Nené seguía jugando con su propia
destrucción.
El resto es trabajo del autor quien también manifiesta su intención y posición en el
texto al introducir un autor/narrador prácticamente ausente, o mejor dicho, ni más ni
menos importante que los restantes discursos de los que se compone el relato para ser
5 Término utilizado continuamente, ya diríamos cotidianamente, en este ámbito y que debe su aparición en el sentido con que es utilizado a Roland Barthes fundamentalmente en el artículo “De la obra al texto”.6 Bajtín, Mijaíl en “Problemas de la poética de Dostoievski”, capítulo cinco, pp. 261 y 262
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relato. Además vehiculiza en gran parte la bivocalidad del texto, ejemplo de esto es la
cita nº 1: la primera marca de bastardilla tiene contacto con el sentimiento de ella y con
cierto terror a la luz cuando está sola y/o pensando, son palabras que se conectan tanto
con el tango en sí mismo como con los pasajes que cuentan su preferencia por las
penumbras. Este ejemplo parece forzado pues sólo las palabras “miedo”, “sol”,
“muerte” nos remiten a lo que acabo de escribir pero encuentra refuerzo en la siguiente
bastardilla: Los enamorados están obligados a separarse por causas externas a ellos, las
palabras “razones secretas” y “que le crea que volverá” son el vehículo de esta
interpretación. Más adelante Juan Carlos aduce que un hombre tiene sus secretos
cuando ella le pregunta sobre lo que hace antes o después de ir al bar; en el radio teatro
el soldado francés debe partir y dice “>>-¡Partiré! he de luchar con los míos, después
regresaré y si es preciso lucharé cuerpo a cuerpo con él… para liberarte.” Todos estos
ejemplos nos manifiestan la bivocalidad que es en definitiva, la palabra ajena, la voz
ajena (como dice Bajtín al tomar a Viacheslav7) en el discurso.
A pesar del tono objetivo de la primera cita y de los pasajes en donde el
autor/narrador es descriptivo encontramos filtraciones como en la cita nº 2. Se entrevé la
valoración del autor/narrador sobre lo que está sucediendo, sobre la conversación.
La palabra ajena se manifiesta también en espacios, por ejemplo en la confesión
de Mabel y en la lectura de cartas de la gitana. Aparece como palabra ajena el propio
pensamiento en la conversación entre la viuda Di Carlo y Celina8 y entre Mabel y
Pancho9. En las cartas, que son un diálogo oculto, el interlocutor está implícito, aparece
en la voz del otro.
Bien vimos que el autor/narrador introduce la palabra ajena en su propio discurso
cumpliendo una función y/o intentando ser objetivo10 con respecto a los
acontecimientos, que es construido desde esa mirada, que no hay casualidad, es irónico,
presenta la hipocresía con total frialdad al mismo tiempo que presenta las diferentes
respuestas a dicha hipocresía. Sin embargo afirmamos que hay dialogismo pues la
palabra bivocal por un lado y la valoración del autor/narrador por el otro no nos cierran
la comprensión ni el trabajo de lectura, más bien nos obligan a reponer el sentido, a
volver al texto, a meternos y ser partes de la historia que están viviendo los personajes
como si nos correspondiera hacernos cargo de ese mundo injusto, de esas vidas 7 Bajtín, Mijaíl en “Problemas de la poética de Dostoievski”, capítulo uno, p. 228 Op. Cit. p. 1649 Op. Cit. p. 13910 Pues estando en el siglo veintiuno no podemos hablar inocentemente de la objetividad. Mucho menos luego de las teorías del reflejo y la verosimilitud.
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![Page 4: Boquitas Pintadas](https://reader036.fdocuments.es/reader036/viewer/2022082604/553c060b550346114c8b47e0/html5/thumbnails/4.jpg)
sacrificadas al decoro y la apariencia. En definitiva a responder y reaccionar a la vez
que nos brinda el material para la tarea de lectores. En este sentido los pasajes donde
Rabadilla piensa sobre el enamorarse y los consejos de su patrona son altamente
esclarecedores11. De todos modos en todos los personajes se manifiesta, pues es la idea
central que el autor impone al texto. No en vano elige esta época que ilustra con lujo de
detalles (justamente detalles), moda: velos y cargados maquillajes.
Para seguir con otro argumento imprescindible al hablar de polifonía nos
remitimos a lo inacabado, la incompletud de los personajes y de la misma historia, pues
es la idea12 la representada al igual que en las obras de Dostoievski según el planteo del
crítico que lleva la estrella de este trabajo; aquí también es objeto de representación, en
este caso la hipocresía. Se nos aparecen “de golpe” o in media res los personajes con
sus pensamientos y sus actividades, en la primera lectura constantemente tenemos que
vincular los datos que se nos ofrecen con las otras historias y constatarlos para no
perdernos. Como señalamos al principio el personaje principal13 es un muerto, es decir
que en el momento de la escritura ya está muerto y su incompletud ya se manifiesta en
ese estado del personaje. Luego Nené. A ella la conocemos, en principio, a través de las
cartas, de su escritura. A Mabel, Celina, la viuda Di Carlo, el Dr. Aschero y su mujer, a
su marido, el Sr. Massa y a sus hijos los también por medio de ella, diríamos que son
presentados. La primera aparición de Juan Carlos es a través del álbum de fotografías y
la de Mabel a través del dormitorio y de unas cartas que escribió a una revista. Luego
otra vez Juan Carlos y su mundo a través de su agenda. Siempre a través de. No hay
descripción lineal ni diacrónica para los personajes y en eso reside su incompletud pues
no nos sorprenden sus actitudes sino el modo de presentarlos, son heterogéneos.
También el mundo es inacabado pues lo reconstruimos a través de la voz de los
11 Op. Cit. p. 73 y 8712 Bajtín, Mijaíl en “Problemas de la poética de Dostoievski”, capítulo uno, pp. 21 “Si se le separa (a la idea) de la interacción de acontecimientos en tanto que conciencias y se le introduce en un contexto sistemático y monológico, aunque dialéctico, la idea pierde inevitablemente su carácter singular y se convierte en una proposición filosófica mal planteada.” y 42 “B. M. Engelgardt por primera vez propone una correcta definición del planteamiento de la idea en las novelas de Dostoievski. La idea, efectivamente, no es el principio de representación (como en cualquier otra novela), no es el leitmotiv de la representación ni tampoco su conclusión (como en una novela filosófica), sino el objeto de representación.”13 Considero que es principal porque es el centro de la novela, es el emblema de las apariencias, se disfraza con cada chica que encara y cumple con todos los papeles necesarios para satisfacer las demandas de su deseo. En este sentido, titubeante encuentro el falo en él, y él como símbolo del falo también. Según lo explicado en clase acerca de la teoría freudiana por C. Piña. Lo que quiero decir con esto es que Juan Carlos es objeto del deseo de las “boquitas pintadas” (por esto el cambio de color cuando se acerca la muerte de él en el texto: boquitas rojas-vivas/boquitas violáceas-muertas) y a su vez es el deseo personificado pues, aunque gracias a las apariencias, no se priva de nada
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personajes. Por ejemplo, “el ocupante de la habitación número catorce” del hostal de
Cosquín no tiene nombre, sólo sabemos algunas cosas de él pero gracias a él se le pone
nombre a la enfermedad14. La novela entera es diálogo inacabado, el mundo presentado
ante nuestros ojos, un mundo con personajes tan diferentes como Rabadilla y Mabel o
Celina, como Pancho y Juan Carlos. Una verdadera polifonía de voces que dialogan. El
personaje es un tú con el cual se dialoga, no hay una postura cerrada que defina la
ideología de la novela.
Teoría del asesinato.
“…porque entre las dos a lo mejor podríamos arrancarle la careta a la verdadera
asesina de Juan Carlos.”15
¿Quién mató a Juan Carlos? ¿Nené o la viuda Di Carlo? Cabe preguntarse si
realmente alguien mató a ese hombre al que nunca le importó su salud. ¿Será que la
viuda lo introdujo en ese mundo? El autor/narrador nos da pistas, pero nunca es
aclarado el asunto y todos/as sabemos de qué murió el hombre. Sin embargo el hecho es
relevante (junto al asesinato de Pancho) a efectos de una construcción de género
policial. Los géneros discursivos introducidos son por lo general las pistas y fuentes del
detective que intenta resolver un caso. Y si podemos afirmar algún pie como lectores es
en este sentido. Sentido que cuando descubrimos que no hay nada por descubrir nos tira
del pedestal y otra vez a entender qué nos quiere decir Manuel Puig transfigurado en la
mismísima novela. En definitiva la construcción del género policial sin llegar a serlo
(pues es evidente que no es un relato policial) es otro elemento incompleto.
Retomando el tema de la ironía en la hipocresía para hablar de la experiencia de
umbral.
En las primeras líneas se nos presenta a un querido hijo de la población de
Vallejos que sin embargo no lo es, como podemos notar a lo largo de la novela. De
hecho, considero que mediante la revelación de la conciencia de la preadolescente que
ya no lo es, que evidencia a un Juan Carlos violador, el lector puede atravesar una
experiencia de umbral. Planteo atrevido que tiene sus motivos en el impacto que esta
revelación suscita, no porque no lo imaginemos sino justamente porque lo imaginamos.
Cuando la niña pasa frente a la obra en construcción Juan Carlos nos dice que algún día
14 Op. Cit. p. 10015 Op. Cit. p. 32
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![Page 6: Boquitas Pintadas](https://reader036.fdocuments.es/reader036/viewer/2022082604/553c060b550346114c8b47e0/html5/thumbnails/6.jpg)
va ir a visitarla, pero tal vez sea por el guiño de esa muchacha que no consideramos
cabalmente la posibilidad de una violación. El que se explicite sugiere un contacto con
la experiencia de umbral de Nené en la conversación con Mabel cuando ella le insinúa
que él es mujeriego porque tiene un pene grande, que es por eso que las mujeres andan
detrás de él. Ella se desengaña y comienza la experiencia de umbral (“Nené seguía
jugando con su propia destrucción.”), según mi parecer, que se manifiesta en las cartas,
que alcanza su cumbre en el viaje a Cosquín luego de conversar con la viuda Di Carlo y
que culmina antes de su muerte cuando decide que lo importante, lo que representa su
vida no es el recuerdo de Juan Carlos sino sus hijos y su matrimonio.
El carnaval se manifiesta en un mundo que recurre a lo bajo en lo alto, en lo
escondido que sale a la luz, que refracta y reivindica la vida ante la muerte en donde
aparece la hipocresía nuevamente. Como hemos mencionado la muerte es símbolo de
vida: muere Juan Carlos, nacen las cartas de Nené, nace la escritura, pero el hecho
fundamental de la muerte-nacimiento y de la coronación-destronamiento características
del carnaval funcionan en torno a Raba y Pancho. Para Rabadilla la coronación es la
relación con Pancho y como primera inversión el hecho de ser en una obra en
construcción y antes del matrimonio, sin contar que ella es una sirvienta (y ni siquiera la
del Intendente Municipal) igual que en el carnaval del medievo era coronado un
“antípoda del rey verdadero: esclavo o bufón, con lo cual se inaugura y se consagra el
mundo al revés del carnaval.”16 Para Pancho la coronación es aún mejor ejemplo, es
nombrado subcomisario y adquiere la vestimenta propia en ese mismo momento,
mientras que a Rabadilla la vestimenta le llega después: es ese fino vestido que le regala
Nené antes de partir para Vallejos. Así como dice nuestro teórico de cabecera la
vestimenta de estos personajes tiene un “matiz de alegre relatividad”: en ambos se
presiente el destronamiento, él morirá y ella no se casará con él. El nacimiento de
Panchito y la posterior muerte de Pancho es EL ejemplo de la muerte que reivindica la
vida. La madre de Panchito se encarga de matar a quien (de alguna manera también) lo
engendrara. Me atrevo a decir que no hay plaza pública en el sentido estricto de la
palabra, pero sí encontramos su equivalente en la habitación de Mabel, en la casa de la
viuda, en el bar-almacén “La Criolla” y en las romerías populares (que aparecen una
sola vez) donde cualquiera sea la clase social de la mujer todas pagan lo mismo, igual
que los hombres. La plaza pública se traslada a lugares íntimos, pero su contenido sigue
siendo lo alto y lo bajo, lo grotesco y lo sublime, la juventud y la vejez, la estupidez y la
16 Bajtín, Mijaíl en “Problemas de la poética de Dostoievski”, capítulo dos, p. 175
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![Page 7: Boquitas Pintadas](https://reader036.fdocuments.es/reader036/viewer/2022082604/553c060b550346114c8b47e0/html5/thumbnails/7.jpg)
sabiduría, lo claro y lo oscuro. Donde lo familiar es el contacto entre todos, Mabel tiene
relaciones sexuales con Juan Carlos y con Pancho, Pancho con Mabel, Rabadilla y las
mujeres de “La Criolla”, Juan Carlos las tiene con Mabel, la viuda Di Carlo, con la
chica de las afueras del pueblo y con las mujeres de “La Criolla”, y son sólo estas las
que se mencionan, suponemos que todos/as son promiscuos/as. Este carnaval tiene su
tiempo estricto también, sucede por la noche y el alcohol, el juego, la enfermedad tienen
un papel preponderante en contraste con el día y su juego de apariencias. “Se puede
decir (con ciertas reservas, por supuesto) que el hombre medieval vivía dos vidas: una
era oficial, monolíticamente seria y sombría, subordinada a un estricto orden jerárquico,
llena de miedo, dogmatismo, veneración y piedad, y otra era la de la plaza carnavalesca,
una vida libre, plena de risa ambivalente, de sacrilegios, de profanaciones de todo lo
sagrado, de rebajamientos y obscenidades que provienen del contacto familiar con todo
y con todos. Y ambas vidas eran legítimas, pero separadas por estrictos límites
temporales.”17
Por último nos remitimos al cronotopo de pequeña ciudad provinciana que marca
Bajtín para entender el espacio y el tiempo en el que se desarrolla la novela de Manuel
Puig. El cronotopo entendido como “…carácter indisoluble del espacio y el tiempo (…)
El tiempo se condensa aquí, se comprime, se convierte visible desde el punto de vista
artístico; y el espacio, a su vez, se intensifica, penetra en el movimiento del tiempo, del
argumento, de la historia. Los elementos del tiempo se revelan en el espacio, y el
espacio es entendido y medido a través del tiempo.”18 Este es el gran cronotopo de la
novela pues no olvidamos que dicho teórico se manifiesta a favor de la afirmación de
que “esencialmente cronotópico es el lenguaje”19. El pueblo de Vallejos configura la
vida de sus personajes y ellos a la vez contribuyen a su formación, podríamos copiar
textualmente a Bajtín en su descripción de dicho cronotopo, incluso en lo que parece
disímil no lo es: “Aquí no tienen lugar ‘encuentros’, ni ‘separaciones’.” pues
definitivamente no es en el pueblo que suceden estas formas de la vitalidad de la novela
sino en la intimidad de las casas mencionadas anteriormente que no están pensadas
dentro del pueblo, de hecho sólo la casa de Mabel está realmente en el pueblo, las otras
están en las afueras. El tiempo es denso y las casas y sus costumbres, el espacio hace
17 Bajtín, Mijaíl en “Problemas de la poética de Dostoievski”, capítulo dos, p. 18218 Bajtín, Mijaíl Las formas del tiempo y del cronotopo en la novela en “Teoría y estética de la novela” pp.238/23919 Bajtín, Mijaíl Las formas del tiempo y del cronotopo en la novela en “Teoría y estética de la novela” p. 401
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![Page 8: Boquitas Pintadas](https://reader036.fdocuments.es/reader036/viewer/2022082604/553c060b550346114c8b47e0/html5/thumbnails/8.jpg)
aún más pesado al tiempo, siempre las mismas costumbres (Mabel vive fuera de
Vallejos pero su vida manifiesta los hábitos del pueblo, hecho que demuestra que es
inseparable el espacio, por ejemplo en tanto personajes que lo componen, del tiempo
que a su vez se nutre de ellos para ser), siempre la carrera al matrimonio, todo plasmado
efectivamente en la descripción de la vida de Rabadilla en el pueblo20 en el mismo
momento de la muerte de Nené y en las descripciones de las tumbas de Juan Carlos y
Pancho a lo largo del texto. De más está decir que este hecho tiene una estrecha
vinculación con la relación vida-muerte/muerte-vida que completa el sentido del
carnaval y que revela, a mi entender, el sentido plural de la hipocresía de una vida que
es muerte, de la muerte en vida y de la paradoja que implica la muerte generando vida.
A modo de conclusión me interesa manifestar que las sucesivas correcciones no
alcanzaron, que seguramente se me han escapado algunos aspectos. He intentado hacer
una caracterización de la novela e inscribirla como tal, espero haberlo captado en los
párrafos precedentes. Sin más, saluda Atte.
Natalia Macarena Blasina.
Matrícula 17292.
20 Op. Cit. p. 219
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