Borges y Los Universos Paralelos

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REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO | 107 En un cosmos inconcebiblemente complejo, cada vez que una criatura se enfrentaba con diversas alternativas, no elegía una sino todas, creando de este modo muchas historias universales del cosmos. Ya que en este mundo había muchas criaturas y que cada una de ellas estaba continuamente ante muchas alternativas, las combinaciones de esos procesos eran innumerables y a cada instante ese universo se ramificaba infinitamente en otros universos, y éstos, en otros a su vez. Olaf Stapleton El hombre que nació en Buenos Aires en 1899 es el mismo que murió en Ginebra hace veinte años, en 1986. Su vida trans- currió entre escasos amores desolados, innu- merables lecturas y una sola pasión: la lite- ratura y una obra que basta para justificar toda una vida. Si la metamorfosis cifra la obra kafkia- na, la paradoja se yergue como un emble- ma sobre la obra de Borges. Como Joyce y Kafka, el escritor argentino elabora un com- plejo dispositivo dirigido a destruir cual- quier posibilidad de interpretación directa, de correlato simbólico, de fijeza del sentido. La paradoja constituye uno de los re- cursos más eficaces contra la interpretación, ya que establece una opacidad irreductible en el seno mismo del lenguaje. La paradoja erige un orden artificial que provoca la in- certidumbre e instaura una zona de duda bajo la apariencia de un discurso ordenado y lógico. Textos como La rosa de Paracelso o El sueño de Coleridge destruyen la relaciones de causa y efecto inviertiéndolas; el Pierre Menard, autor del Qu i j o t e ,uno de los textos archicitados de la reflexión contemporá- nea, permanece irreductible frente a la in- terpretación y continúa proyectando una poderosa sombra de duda sobre nuestras certezas con respecto al lenguaje. Por otra p a rte abundan los relatos que postulan ob- jetos paradójicos o imposibles: el cono de Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, “del diámetro de un dado” y “cuyo peso era intolerable”; el Aleph, “el lugar donde están, sin confun- dirse, todos los lugares del orbe”; el Libro de arena, que describe un libro infinito o La moneda de hierro, que indica la existencia de una moneda de una sola cara. Habría que plantear a grandes rasgos algunos de los aspectos de la perspectiva borgiana. A diferencia de Mallarmé (que concibe al universo como un libro), Borges concibe al universo como Biblioteca (La bibliteca de Babel ). El espacio borgiano es un orden cerrado en el que las montañas, los animales, los mapas de la ciudad, son signos en un enorme libro. En una biblioteca, sin embargo, la entropía y el desorden hacen de las suyas: los libros se amontonan, estable- cen conjuntos, series, azarosas; aparecen fal- sificaciones, copias y duplicaciones, libros imaginarios entre libros reales (Tlön Uqbar, Orbis Tertius), pero sobre todo se alteran los órdenes cronológicos. Y es en el tiempo donde Borges pone su atención. Para Kafka, como para Escher, el espa- cio es una entidad sólida y maleable; para Borges, en cambio, el tiempo es lo que tiene estas cualidades. En la Historia de la Eter - nidad, texto que alcanza en la obra bor- giana el carácter de una cosmogonía (al Borges y los universos paralelos Mauricio Molina Dibujos de Rocha

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  • REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MXICO | 107

    En un cosmos inconcebiblemente complejo, cada vez que una criatura se enfrentaba con

    diversas alternativas, no elega una sino todas, creando de este modo muchas historias universales del cosmos. Ya que en este mundo

    haba muchas criaturas y que cada una de ellas estaba continuamente ante muchas alternativas,

    las combinaciones de esos procesos eraninnumerables y a cada instante ese universo se ramificaba infinitamente en otros universos, y

    stos, en otros a su vez.

    Olaf Stapleton

    El hombre que naci en Buenos Aires en1899 es el mismo que muri en Ginebrahace veinte aos, en 1986. Su vida trans-curri entre escasos amores desolados, innu-merables lecturas y una sola pasin: la lite-ratura y una obra que basta para justificartoda una vida.

    Si la metamorfosis cifra la obra kafkia-na, la paradoja se yergue como un emble-ma sobre la obra de Borges. Como Joyce yKafka, el escritor argentino elabora un com-plejo dispositivo dirigido a destruir cual-quier posibilidad de interpretacin dire c t a ,de correlato simblico, de fijeza del sentido.

    La paradoja constituye uno de los re-cursos ms eficaces contra la interpre t a c i n ,ya que establece una opacidad irreductibleen el seno mismo del lenguaje. La paradojaerige un orden artificial que provoca la in-certidumbre e instaura una zona de dudabajo la apariencia de un discurso ord e n a d oy lgico. Textos como La rosa de Pa ra c e l s o oEl sueo de Coleridge d e s t ru yen la re l a c i o n e sde causa y efecto inviertindolas; el PierreMe n a rd, autor del Qu i j o t e, uno de los textosarchicitados de la reflexin contempor-nea, permanece irreductible frente a la in-terpretacin y contina proyectando unapoderosa sombra de duda sobre nuestrascertezas con respecto al lenguaje. Por otra

    p a rte abundan los relatos que postulan ob-jetos paradjicos o imposibles: el cono deTln, Uqbar, Orbis Tertius, del dimetrode un dado y c u yo peso era intolerable; elAleph, el lugar donde estn, sin confun-dirse, todos los lugares del orbe; el Li b ro dearena, que describe un libro infinito o Lamoneda de hierro, que indica la existenciade una moneda de una sola cara.

    Habra que plantear a grandes rasgosalgunos de los aspectos de la perspectivaborgiana. A diferencia de Mallarm (queconcibe al universo como un libro), Borgesconcibe al universo como Biblioteca (Labibliteca de Babel ). El espacio borgiano esun orden cerrado en el que las montaas, los

    animales, los mapas de la ciudad, son signosen un enorme libro. En una biblioteca, sinembargo, la entropa y el desorden hacen delas suyas: los libros se amontonan, estable-cen conjuntos, series, azarosas; aparecen fal-sificaciones, copias y duplicaciones, librosimaginarios entre libros reales (Tln Uqbar,Orbis Te rt i u s), pero sobre todo se alteranlos rdenes cronolgicos. Y es en el tiempodonde Borges pone su atencin.

    Para Kafka, como para Escher, el espa-cio es una entidad slida y maleable; paraBorges, en cambio, el tiempo es lo que tieneestas cualidades. En la Historia de la Eter -n i d a d , texto que alcanza en la obra bor-giana el carcter de una cosmogona (al

    Borges y los universos paralelosMauricio Molina

    Dibujos de Rocha

  • estilo de Eureka de Poe), Borges polemizacon Nietzsche en relacin a la doctrina delEterno Retorno. Luego de establecer unagenealoga de esta perspectiva filosfica,que se remonta a los griegos, y que la cien-cia contempornea (la teora del Big Bang)parecen respaldar, Borges pasa a formularsu propia idea del tiempo. Para Borges eltiempo existe slo como eternidad, es decir,como una sustancia infinita de la que for-mamos parte:

    El tiempo es la sustancia de que estoy hecho.El tiempo es un ro que me arrebata, pero yos oy el ro; es un tigre que me destroza, peroyo soy el tigre; es un fuego que me consume,p e ro yo soy el fuego. . .

    Esta sustancialidad del tiempo, muyligada a la idea spinoziana de Dios, al quese concibe como una sustancia geomtricae infinita, permite a Borges establecer des-doblamientos temporales, tiempos parale-los. El tiempo aparece como slido. Es pre-cisamente esta densidad la que permitela proliferacin y bifurcacin de las seriestemporales. Borges explora la posibilidadde variacin, la alteridad del espacio y delt i e m p o. Como en la cita de Olaf St a p l e t o n ,el universo de Borges es un universo suma-mente complejo en el que un hombre si-tuado en el umbral de una serie de posibi-lidades puede elegir no una, sino todas, demodo que vive distintas historias univer-sales, distintas vidas posibles. El jardn des e n d e ros que se bifurc a n ejemplifica esta idea,pero tambin El milagro secreto, donde eltiempo objetivo se detiene cuando undramaturgo est a punto de ser fusilado porlos nazis y este hecho le permite terminar deescribir su obra, o El sur, donde el personajeelige dos formas simultneas de morir.

    Frente al Eterno Retorno nietzscheanoBorges postula un universo sujeto a ml-tiples variaciones. El tiempo no es unasucesin que se va a repetir por siempre ,sino una acumulacin de instantes, de ahque pueda ramificarse, bifurcarse, comoun rizoma infinito. No a la fatalidad delEterno Retorno, parece decirnos Borgesdesde su ceguera irnica: mejor las bifur-caciones temporales, las historias unive r-sales alternativas, el tiempo abierto en in-finitas direcciones.

    108 | REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MXICO