Bourdieu
-
Upload
lenin-uriarte -
Category
Documents
-
view
214 -
download
2
description
Transcript of Bourdieu
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADORFACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
SOCIOLOGÍA DE LA FAMILIA, LA NIÑEZ Y EL GÉNERO.
NOMBRE: Lenin Uriarte
Proceso de mortificación del “yo” masculino por el despojo del cabello
Durante varios años se ha generado el debate acerca de porqué se perpetúa la
dominación de los hombres sobre las mujeres, y como esta a la vez puede ser
transferida a los hij@s, y es en base a esta polémica de la cual uno de sus
principales incitadores fue Bourdieu, que se pone de manifiesto las estructuras
que permiten la construcción de las instituciones, las cuales a la vez reivindican la
dominación masculina.
Es importante tomar en cuenta que todo proceso de construcción está basado en
los otros, y es aquí donde los hijos son codificados como seres institucionalizados,
y que a la vez deben repetir el mismo proceso en sus descendientes. Pero a su
vez todo este discurso parte desde la genitalidad, o sea lo biológico, lo que
conlleva una clara diferenciación de los roles dentro de la sociedad, y se puede
ver reflejada en la organización simbólica del mundo.
En si el objetivo del presente trabajo busca desentrañar la dominación masculina
tras un estereotipo de “macho”, “hombresito”, que se ve sometido a las
especificidades de la institución familiar, la cual construye la identidad de los
individuos, y los roles que estos desempeñaran dentro del grupo cultural.
Es a partir de la reflexión sobre este sometimiento que es ratificado por hombres y
mujeres como entes actuantes de la sociedad, que he denominado al trabajo
mortificación de “yo” masculino por el despojo del cabello, ya que por medio de la
explicación de este proceso podré dilucidar la dominación masculina sobre las
mujeres, las cuales son las principales reproductoras de este capital simbólico
(dominación masculina), y de las cuales ellas mismas han sido críticas.
1
Para el correcto desenvolvimiento del tema es necesario poner en claro varios
puntos que ayudarán a la comprensión y posterior reflexión del mismo, así como
servirán para la comparación entre el texto “La Dominación Masculina” de
Bourdieu, y un evento tan común entre los individuos, que se lo practica desde su
infancia, hasta su vejez, que es el despojo del cabello, y como este puede ayudar
a construir identidades y distribuir roles dentro de la familia.
Es preciso aclarar que toda esta carga simbólica se la abstrae del falo (mal
entendido como pene), por lo tanto se le atribuye las características de: erecto,
arriba, alto, etc, mientras que como opuesto a las vagina se le atribuye: hueco,
abajo, húmedo, etc. (Bourdieu 1998: 22-23). Cuando esta diferenciación entre
masculino – femenino, pene – vagina trasciende a la estructura se naturaliza el
orden de las cosas, y a la vez se genera una naturalización de los roles, se puede
deducir que la diferencia se vuelve natural, y que la dominación se inscribe en
base al pene y a la vagina.
Para adentrarnos un poco más en el tema partiremos recordando que toda
colectividad tiene un modelo a seguir, el cual es socializado a través de las
instituciones, y al cual todos los individuos serán incitados a cumplir para
mantener los ideales y el orden, caso contrario los individuos serán sancionados.
Por ello en el presente caso de estudio se puede observar partiendo con un
supuesto caso de una familia monogámica, constituida por un matrimonio
heterosexual, que desde el conocimiento del sexo del individuo, los padres
comienzan a darle atribuciones y roles, incluso antes de la concepción del niñ@,
ya se los va encausando en un ideal, en una identidad simbólica, a la cual deben
responder, caso contrario serán de una u otra forma sancionados. Ya concebido el
ente social, los padres incluso designan colores, vestimenta, indumentaria, que
ratificaran la dominación masculina, y de la cual la mujer es la principal encargada
de reproducir, pues así el nuevo ser, ya sea niño, o niña tiene su primer rito de
separación, el cual es en cargado de instaurar al niño o niña en un status, y es la
diferenciación en el cabello por medio de las vinchas, que son de uso “exclusivo”
2
de las niñas, o para verse más sensuales, o atractivas y el cabello sin vinchas
para los hombres, para ser más varoncitos, más machos, lo que los clasifica. Pero
esto es un pequeño rito de separación, al parecer el más significativo vendría a ser
aquel, que con el pasar del tiempo diferencia a un niño de una niña, y es el
tamaño del cabello, pues es necesario diferenciar al uno del otro (masculino –
femenino), y por ello, las niñas mantendrán el cabello largo, y los niños tendrán el
cabello corto, pero para que este ritual de separación cumpla su función, se lo
tiene que hacer frente a una colectividad que lo instaura y lo reconoce como un
ser diferente al no iniciado, al igual que al uno del otro (Bourdieu 1998:39-40), por
ello tras el corte de cabello las frases típicas de los familiares cercanos son: “ahora
sí parece hombrecito”, “guapo ha sido cortadito el pelo”, lo que ya nos da también
una pauta de estética en referencia a aquel que no se corta el cabello, y en casos
extremos: “los machos tienen el cabello bien corto”, lo que hace referencia de igual
forma a la virilidad del hombre con cabello largo, con todo esto lo que se puede
ratificar es que: "No son más que arcilla o polvo, pura materia, cuya forma es
moldeada por la sociedad" (Turner, 1988:110)
Pero esto va más allá de la institución familiar, en el ámbito educativo, en la niñez,
en la adolescencia, incluso en la adultez se puede ver reflejada esta diferenciación
entre cabello para hombres y mujeres, y desde esta diferenciación es de donde
parte la violencia simbólica, que el niño, hombre con cabello largo no puede llegar
a cumplir el rol de honorable, ni su esposa debido a que la honorabilidad solo es
reconocida para la mujer a través del hombre, por ello los casos de admiración al
ver a una mujer casada con un hombre de cabello largo, que es muy cotidiano en
nuestra sociedad, así también una mujer con cabello corto para la sociedad o la
institución familiar, educativa, eclesiástica, no puede llegar a cumplir el rol de
sumisa , fiel, y peor de trasmisora de la identidad simbólica.
Como ya se planteó, el hombre con cabello largo “no responde” a estas normas, e
instituciones, ni a la dominación masculina de cierta manera, hasta que es
abordado por la sanción social, familiar, etc. En donde los primeros en sancionar
3
son los padres, y en gran medida la madre, la cual es la encargada de cuidar la
honorabilidad de su esposo (la nobleza) en su hijo, e hija, a la vez que busca que
estos sean por un lado portadores de la honorabilidad de su padre, para el
hombre, así como la virilidad, lo macho, lo hombrecito, y mientras que para la
mujer, lo codiciado, lo sensual, y todo este papel que desempeña la madre le hace
estar dominada y ser reconocida como fiel, y abnegada, solo en base al honor del
hombre, su esposo, que socialmente es “bien visto” en una sociedad
androcentrista. En base a esto se puede ver claramente una violencia simbólica
que no es solo ratificada por el padre, sino que también y con mucho más ímpetu
podría decirse con la madre, y es en base a estos dos actores de la sociedad, que
lo femenino es violentado simbólicamente, logrando que sus hijos reproduzcan y
ratifiquen en la sociedad y sus familias estos tipos de violencia. .
Para concluir podemos analizar el papel que juega la mujer como signo fiduciario,
y es en este caso planteado que juega el papel más importante debido a que es
ella la encargada de transmitir el capital simbólico, es la encargada de defenderlo,
de hacerlo cumplir, y de rendir cuentas al dominador, en este caso su esposo,
pero para esto tenemos que recordar que estas mujeres deben ser aquellas que
puedan y deban manejar una moral correcta en base a la dominación masculina,
por ejemplo debe ser pura, abnegada, fiel, y que puedan ser sometidas a la
violencia simbólica, de las cuales ellas misma son parte y la reproducen, en fin la
mujer es observada como un objeto intercambiable, el cual es la base fundamental
de la reproducción biológica y social, pues es la encargada de engendrar hijos
varones que transmitan la honorabilidad del padre, por ejemplo el apellido en el
caso ecuatoriano, o los patrones de comportamiento, o en este caso el patrón
estético del cabello, si es largo o corto, etc; y engendradora de mujeres que
permitirán la reproducción y el aumento del capital simbólico, así como la
reafirmación de la dominación masculina.
En conclusión puedo decir que en base al caso estudiado o analizado se puede
observar una gran crítica por parte de los movimientos feministas radicales, donde
4
se piensa que la lucha es entre hombres y mujeres, en la cual se piensa que el
hombre es el único confabulador en contra de las mujeres, con intenciones de
someterlas a su voluntad, pero es por medio de Bourdieu que se puede ver un
amplio horizonte donde que las victimas terminan siendo sus propias victimarias,
pues ellas son las que han colaborado hombro con hombro a la construcción de
esta sociedad, la cual sigue ratificando por medio de mujeres y hombres la
violencia simbólica, y la dominación masculina. El caso estudiado demuestra de
cierta manera como los seres humanos estamos sujetos a estereotipos, la
coerción social, patrones, o a la violencia simbólica que no nos ha permitido nunca
una construcción individualizada, sino que respondemos a un grupo y sus normas,
que en la manera talvez más simple como la forma del cabello y el despojo de
éste refleja todo un acto violento, para la supremacía de estas “mortificaciones”,
de dicha violencia, que cada vez se va arraigando más en nuestra vida cotidiana y
que al final parece tan natural que la llamamos vida.
Bibliografía
Bourdieu, Pierre. (2000). La dominación masculina. España: Editorial
Anagrama.
Turner, Victor. (1988), El proceso ritual, Madrid, Taurus.
5