INSTITUTO SANTA MARÍAJORNADA INSTITUCIONAL LUNES 13 DE ABRIL

REFLEXIÓN INICIALPASCUA: TIEMPO DE RENACER

Lector: Así como cada estación del año tiene una característica, así también el tiempo de Pascua está marcado por la suya propia: lo que lo distingue es la experiencia de la vida que vence la muerte. Porque cotidianamente se acumulan mensajes que dicen lo contrario: que todo muere y que la esperanza está bien para los niños, pero no para los adultos.Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo hoy todavía plantaría un árbol.La frase le pertenece a Martin Luther King.Veamos qué dice el Evangelio de Juan:

19 Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». 20 Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. 21 Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! (Jn 20,1921)

¿Qué nos dice esta palabra del Evangelio? Nos dice: Que ese día era el de la resurrección de Jesús, pero los discípulos

no lo sabían aún, vivían un presente que necesitaba ser redimido, iluminado

Que los discípulos habían cerrado puertas, y lo habían hecho por la sencilla razón de que tenían miedo. Cuando los seres humanos cerramos puertas, es generalmente porque tenemos miedo

Que Jesús se puso en medio, estaba presente entre ellos Que sus palabras no fueron reproche ni castigo, sino que los saludó

diciendo: la paz esté con ustedes Que Jesús se presentó mostrando heridas abiertas, que son señal

de muerte, pero pueden ser también señal de vida si el amor las transforma

Que los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor, la alegría profunda puede renacer, aunque a veces se pierda…

Pidamos entonces a Dios:

Que ilumine nuestro presente, para que no estemos muertos sabiendo que Dios nos ofrece la vida nueva

Que no mantengamos cerradas las puertas de nuestra vida, que el temor no sea nunca la fuerza fundamental en nuestro vivir

Que podamos reconocer a Jesús que está entre nosotros, que se hace nuestro compañero de camino

Que la paz del Señor, que tanto necesitamos, esté con nosotros y que con nosotros permanezca

Que las heridas de Jesús curen aquellas heridas nuestras que la vida nos ha dejado, especialmente las más profundas, y que no nos impidan amar

Que renazca la alegría y la sonrisa en la vida de todos los que la necesitan

Que todo esto sea realidad especialmente para quienes son más necesitados de la misericordia infinita de Dios…

Todos: Padre nuestro, que estás en el cielo…, Dios te salve María, llena eres de gracia…En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.