Buenaventura Mayo 2015 - Elecciones

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Nº50 Edita: Grupo Perdigón (F.A.I.) - [email protected] Mayo de 2015 DIFUNDE LA PRENSA LIBERTARIA-GRUPO PERDIGÓN -MACARONESIA- F.A.I. ¿Es lo único que se te ocurre? ¿Es lo único que se te ocurre? Monográfico: ¿Votar?

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Monográfico sobre la abstención activa frente a las elecciones

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Nº50 Edita: Grupo Perdigón (F.A.I.) - [email protected] Mayo de 2015

DIFUNDE LA PRENSA LIBERTARIA-GRUPO PERDIGÓN -MACARONESIA- F.A.I.

¿Es lo único que se te ocurre?¿Es lo único que se te ocurre?

Monográfico:

¿Votar?

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Llegará Mayo... y aguantaremostodo este mes de Abril -pasada laprueba que supuso el circo mon-tado en las elecciones (?) autonó-micas andaluzas- el machacónmonotema de siempre...Desde el anarquismo SIEMPREhemos dicho: “NO VOTES”. Yquizá es un mensaje demasiadovacío tal cual lo lanzamos. Mu-chas veces, tenemos tan clarosnuestros planteamientos de abo-lir cualquier clase de “poder” -cualquiera-, que nos perdemosen un discurso que llega a la so-ciedad como una opción más, enlugar de como LA OPCIÓN. Novotar -y esto quizá no lo decimosnunca- no es una “alternativa”, esuna necesidad para que poda-mos asumir un verdadero cam-bio. Un cambio profundo, libre,activo y consciente. No votar im-plica romper la cadena que nosune al “Poder”, a las institucionescreadas, que ya ni tan siquierano nos resultan válidas, si no quenos estamos dando -cada díamás- cuenta de que nunca nossirvieron.Para las personas del entorno li-bertario es algo de sentidocomún. Para las personas a quie-nes van destinados nuestrosmensajes, quizá no lo es tanto.

¿Y si empezamos a explicar -demanera práctica y real- qué es loque proponemos para no votar?Puede que hayamos olvidado -por la contaminación que todalucha “política” conlleva- que lalabor pedagógica del anar-quismo fue parte fundamentalde su implantación en la socie-dad. Esa labor pedagógica, in-cansable -no solamente teóricasino práctica hasta la saciedad-se materializaba por muchos ca-minos, en distintos ámbitos deactuación -cada cual en el suyo-.Se reseñaba el hecho de que nobastaba con declararte anar-quista y soñar con “la anarquíafutura”. Debías actuar como unanarquista. Aunque eso impli-cara -en ocasiones- realizar ta-reas que a simple vista nadatenían que ver con la emancipa-ción que se pregonaba.Sirva este boletín para intentarmostrar, a quien quiera leer,cómo podemos cambiar lascosas sin tener que votar.Cómo podemos cambiarlas deverdad. Aquí y ahora.

Grupo Anarquista PerdigónFederación Anarquista Ibérica

Región Macaronésia

[email protected] de correos 7.056

28080 Madrid

Editorial

Página 2 BuenaventurA G. Perdigón - F.A.I.

¿Crees que esverdad?

Somos más y más fuertes.Organízate!!

F.A.I.

PIENSA - ACTÚAROMPE

LOS ESQUEMASESTABLECIDOS

Te dicen que“emprendas”,que tu talentoserá recompen-sado con dinero.

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El proletariado, si sigue mani-pulado por comunistas buro-cráticos, no cumplirá su papelhistórico de emancipar atodas las clases sociales, yaque la burocracia se constitui-ría así en la nueva clase domi-nante, si las productoras yproductores no ejercen plena-mente su auto-poder me-diante órganos de democraciadirecta, si el pueblo delega sumisión histórica y política enlas burocracias, no será nada;no se historializará como hasucedido con los esclavos y lassiervas , por no haber desalo-jado de poder de clase a susamos y señoras: feudales opatronas.

Abraham Guillén

1. Autogestión:no delegar el poder popular.

2. Autonomía de las iniciati-vas:unir el todo y las partes enun socialismo federativo.

3. Federación de los organis-mos autogestionarios:El socialismo no debe ser caótico,sino unidad coherente del todo ysus partes, de la región y la nación.

4. Acción directa:anticapitalismo, anti-burocra-tismo, para que el pueblo sea el su-jeto activo de la historia, mediantela democracia directa.

5. Autodefensa coordinada:frente a la burocracia totalitaria y ala burguesía imperialista, defensade la libertad y el socialismo auto-gestionario, difundido mediante lapropaganda por los hechos no conactitudes retóricas.

6. Cooperación en el campo y

Decálogo de la Autogestión

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autogestión en la ciudad:la agricultura se presta a una em-presa autogestionaria, cuyo mo-delo pue de ser el complejoagro-industrial cooperativo. En laciudad, las industrias y los servi-cios deben ser autogestionados;pero sus consejos de administra-ción han de estar constituidos porproductores directos; sin ningunamediación de clase dirigente.

7. Sindicalización de la pro-ducción:el trabajo sindicado debe conver-tirse en trabajo asociado con susmedios de producción, sin buro-cracia ni burguesía dirigiendo pa-tronalmente las empresas.

8. Todo el poder a las asam-bleas:nadie debe decidir por el pueblo niusurpar sus funciones con el profe-sionalismo de la política; la delega-ción de poderes no deberá serpermanente sino no burocrática,con personas elegibles y revocablespor las asambleas en cualquier mo-mento.

9. No delegar la política:nada de partidos, vanguardias, éli-tes, dirigentes, conductoras; puesel burocratismo soviético ha ma-

tado la espontaneidad de lasmasas, su capacidad creativa, suacción revolucionaria, hasta con-vertirlas en un pueblo pasivo: dócilinstrumento de las “elites” delPoder.

10. Socialización y no nacio-nalización de la riqueza:pasar el papel protagónico de la-historia a los sindicatos, las coope-rativas, las sociedades localesautogestoras, los organismos po-pulares, las mutualistas, las asocia-ciones de todo tipo, lasautoadministraciones o autogo-biernos, locales, comarcales, regio-nales y co-gobierno federal,nacional, continental o mundial.

Abraham Guillén, es un autor inexcusable si pretendemos profundizaren teoría económica anarquista. Considerado en ocasiones como“anarcomarxista” -quizá por su interés en la economía como motorsocial- y tildado de “guevarista” -puede que por su implicación en lastécnicas de guerrilla a raiz de su asentamiento en América Latina-,Abraham Guillén nos deja una obra inmensa sobre economía autoges-tionaria que no podíamos obviar. Sirva este “Decálogo de la Autogestión” para mostrar unas posiblespautas no ya transformadoras, sino “post-transformación”. Lo difun-dimos desde estas páginas, con nuestra admiración, y desde el profunoconvencimiento de que “hay más autogestión fuera de Abraham Gui-llén”.

Reproducimos a continua-ción el texto La Autogestiónsegún Abraham Guillén,escrito por el compañeroDaniel, miembro del grupoGard Vaucluse de la Fé-dération Anarchiste y pu-blicado en Le MondeLibertaire -periódico deesta federación- en 2006.Constituye un buen análisisdel pensamiento de Guillén.

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Resulta paradójico que en unaépoca de desencanto a consecuen-cia del hundimiento del “socia-lismo real” y del “fin de lasutopías”, el advenimiento de un in-dividualismo condicionado por elmiedo social y la sed de consumir(y con ambas cosas reproducién-dose), la renuncia a superar la or-ganización estatal de la sociedad ycapitalista de la producción… losdebates sobre la autogestión se li-mitan –al menos en Francia- a tra-bajos sociológicos e históricos,confinando esta práctica social a lacategoría de objeto de estudio(1).Paradójico porque la autogestiónha supuesto desde siempre un con-junto de respuestas contemporá-neas y de experimentacionessociales(2) que siguen siendo unantídoto a la desesperación quenos ofrecen estos tiempos opresi-vos. Esta conclusión es aún mássorprendente cuando afecta a lospartidarios de la autogestión gene-ralizada, que son los libertarios, yque pusieron en marcha las colec-tivizaciones de la España republi-cana. Para ellos esta aspiración esuna reivindicación histórica(3) yuna práctica actual.Surge así la cuestión del ineludibleesfuerzo por reactualizar la ideaautogestionaria anarquista y susnecesarios debates. Sin duda, esterenacer pasa por una primera rea-propiación: la del trabajo realizadono hace tanto tiempo y que no hacontado con un eco significativo.Entre quienes han intentado pro-fundizar en la autogestión liberta-ria y no han contado con nuestrosuficiente reconocimiento –másque conociendo su nombre o susideas fuerza- hay que señalar al es-pañol Abraham Guillén(4).La lectura de una de sus obras con-sagrada a la economía –ha escritounas cincuenta sobre temas muydiversos- es una forma de conocersus concepciones de la autogestión.Sin perder nunca de vista su sen-tido político (“Así pues, sin auto-gestión no hay emancipación delpueblo por el pueblo mismo. Éste

es un axioma político.”) hizo el es-fuerzo de pensar la construcción li-bertaria y sus consecuencias, eincluso su enfrentamiento con elmercado capitalista, aunque sea si-guiendo a veces caminos poco fre-cuentes para un anarquista. Laúltima obra de este autor, que fa-lleció en 1993, fue publicada en1990(5) y puede ser una primeradivulgación de sus tesis, bastantedesconocidas más allá del mundohispanohablante.

Práctico y pluralistaEn este voluminoso trabajo, Abra-ham Guillén desmenuza con cui-dado los mecanismos y las teoríaseconómicas de su tiempo paramostrar sus mentiras desde elpunto de vista de la justicia socialy la igualdad. Sus observaciones nodejan nunca de señalar con el dedoa la economía capitalista pero tam-bién a la economía de Estado, en-frentando cada tipo deorganización con sus propios lími-tes o contradicciones, puesto queéstos se apoyan siempre en las in-justicias y la aparición, según lasdistintas áreas económicas, de unaclase capitalista o tecnoburocráticaque se apropia de las plusvalías ge-neradas por el mundo trabajador.Para liberarse de estos poderes yde la alienación de los productorespor la mercancía (dinero, objeto),hay que asociar con pragmatismoel pensamiento crítico con “la pra-xis” autogestionaria: “En la “pra-xis” se revela la realidadeconómica, el reparto desigual dela riqueza según los grupos privile-giados, la división del trabajo entredirigentes y dirigidos, la servidum-bre del obrero en su trabajo enaje-nado al capital privado o deEstado.” (pp. 340-341). Pero no escuestión de someterse a teoríaseconómicas rígidas: “Hay que co-nocer las leyes objetivas de la cien-cia económica sin divinizarlas, sinalienarse en ellas, y tomarlas comoconceptos puros del entendimientohumano para justificar regímeneseconómicos anacrónicos […].” (p.

152).Con esta perspectiva abierta,afirma la necesidad de que la orga-nización económica libertaria seaplural, como un medio y como unfin: “Debe haber plena libertad deensayo económico (empresas mix-tas, municipales, cooperativas,mutuales y autogestionarias) sinestalinismo, monopolios ni eli-tismo.” (p. 201). Como origen dedesigualdades, Abraham Guilléninsiste en la división del trabajoentre trabajadores manuales e in-telectuales. El socialismo autoges-tionario libertario debe remediarloradicalmente: “La participacióncreciente de los trabajadores en lagestión de sus empresas, siendotodos capaces de hacer todo, es lacondición esencial del socialismoautogestionario. Sólo así todos par-ticiparían por igual en la gestión yla distribución del excedente eco-nómico, producto de un trabajocomún y en igualdad de condicio-nes para todos […].” (p. 395). Eneste sentido, la empresa autoges-tionada debe ser un lugar de for-mación permanente para, asociadaa la gestión colectiva de los instru-mentos de trabajo, permitir un ac-ceso igual a los saberes con el fin deabolir la diferencia entre trabaja-dores manuales e intelectuales eimpedir la reproducción de unanueva clase gestora que se apropieen el futuro del fruto del trabajo delos demás. Y advertía: “Si el socia-lismo autogestionario no fueracapaz de superar la vieja divisióndel trabajo entre ejecución de laproducción y dirección de lamisma, no sería entonces posible laemancipación de los trabajadores[…].” (p. 395).La trayectoria de este teórico de laautogestión le llevó a conocer,siendo muy joven, las colectiviza-ciones españolas, y más tarde elsector cooperativista de Perú, altiempo que trabajaba como ex-perto para Naciones Unidas. Susestudios unidos a sus experienciaspersonales han alimentado su re-flexión. Sin duda, esto le ayudó a

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obligados a responder practicandola democracia directa sin trámitesburocráticos” (p. 390). “Los traba-jadores de la empresa de propie-dad social autogestionada debentener acceso a sus decisiones fun-damentales: cálculo de los gastosde producción; precios; plan decuentas; informes periódicos; con-venios y contratos de todo tipo; de-cidir sobre la elección decandidatos al consejo autogestor;votar el reglamento de derechos ydeberes de los trabajadores; infor-marse sobre gastos y recursos; con-certar créditos; vincularse conotras empresas y organismos; con-siderar el saldo de resultados eco-nómicos mensual, trimestral yanualmente; apercibirse de los pla-nes económicos a corto, mediano ylargo plazo.” (p. 391).El consejo obrero de la empresaautogestionada es “el Autopodersupremo de la empresa”, elegidodemocráticamente. Sus miembrosson revocables y se eligen por dosaños, no pudiéndoseles renovarhasta después de otros dos añosmás (p. 391). “El consejo autocrático de la socie-dad anónima capitalista será susti-tuido por un Consejo ObreroAutogestor de Empresa; y la asam-blea de accionistas, por la asam-blea de productores directos,eligiendo, por voto directo y se-creto, a sus consejeros autogesto-res rotatorios y renovables.” (p.317).Aunque no se pronuncia sobre lacuestión del autogobierno munici-pal, Guillén defiende concepciones

interesantes respecto de un temaactual, la “relocalización”: “Si losagricultores estuvieran agrupadosen combinados agro-industrialesautogestionados, incluyendo en susistema la producción de elemen-tos primarios, su transformaciónen productos industrializados y sudistribución en el mercado, aso-ciando así el capital agrícola, el in-dustrial y el mercantil, sin falsosintermediarios, la producción lle-garía al mercado con la menor di-ferencia posible entre el costo deproducción y el precio de venta,para beneficiar, con precios bara-tos, a toda la sociedad, como hicie-ron en su mercado socialistalibertario las colectividades anar-quistas españolas durante la revo-lución de 1936-1939.” (p. 235).Adquieren valor los recursos loca-les: “Por ejemplo, en comunidades au-togestionarias locales, integradascomarcalmente, de acuerdo con elentorno económico, ecológico y de-mográfico, se pueden crear com-plejos autogestionariosconstituidos por la integración dela agricultura, la industria agro-ali-mentaria y de transformación dematerias primas (agrícolas, anima-les, forestales, pesqueras), utili-zando para ello fuentes de energíalocales: biomasa, carbón mineral,vegetal o turba, energía solar, eó-lica, metano y alcohol de la bio-masa, a fin de tener una empresaautosuficiente o, por lo menos, notan dependiente de sus materiasprimas y fuentes de energía comola mercantilizada empresa capita-

concebir modos originales de orga-nización autogestionaria. Por otraparte, a diferencia de los anarco-sindicalistas, para quienes la orga-nización sindical es la columnavertebral de la organización socialo económica autogestionaria, hayque señalar que Guillén no atri-buye ningún papel preponderantea los sindicatos.Parte de la idea de que la autoges-tión generalizada es también unainvestigación en la acción: “En losprimeros tiempos de un nuevo ré-gimen de democracia libertaria, deeconomía autogestionaria, habráque tener muy en cuenta la pruebay el error, la experiencia histórica,para no ideologizar el saber, parano caer en dogmas más cerca de lametafísica que de la realidad coti-diana. En este orden de ideas expe-rimentales, de verificación deprogramas y de resultados de pla-nes, los autogestores tendrán queser muy autocríticos, pensandoque lo que ayer era positivo ma-ñana puede ser negativo, ya quehabría cambios cuantitativos,hacia delante o hacia atrás, lo cualdeterminaría cambios cualitati-vos.” (p. 285).

La organización social y localGuillén describe una organizaciónsocial bastante completa e inclusopresenta algunas perspectivas: “Ensu calidad de autogestores, los tra-bajadores liberados de la dictaduradel capital privado o de Estado,deben participar en la gestión desus empresas y en el reparto del ex-cedente económico obtenido enellas por su trabajo asociado; par-ticipar en la toma de decisiones dela actividad económica de las em-presas autogestionadas; definir lapolítica económica de la empresade propiedad social, a fin de quesea asegurado su continuo pro-greso económico, tecnológico, cul-tural, social, educativo einformativo; dirigirse los autoges-tores a los órganos del autogo-bierno empresarial con justaspeticiones a las cuales éstos están

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lista, dependiente de la mercan-cía.” (p. 121).

Autogestión y mercadoPara este enemigo del fetichismomaterialista mercantil, debendarse las leyes de cooperaciónentre colectividades al mismotiempo que se establece un sistemade valores de cambio. Se trataríadel valor trabajo y del valor de uso,por oposición al valor comercialque integra la plusvalía capitalista:“En el socialismo autogestionario(con democracia directa en los es-calones de la comuna, el auto-go-bierno regional y el co-gobiernofederal) ningún grupo autogestorde trabajo cambiaría el trabajo deun año por el de seis meses, sinoun valor de uso por otro valor deuso del mismo valor-trabajo, demodo que el cambio no produzcainjusticia distributiva, creando asíclases parasitarias, burocracias yEstado caro y malo. […] En cual-quier producto del trabajo humano–independientemente del modo deproducción histórico- hay un valorde cambio y un valor de uso, perouna sociedad autogestionaria seidentifica con el valor de uso, des-bordando el valor de cambio. Pues,para que cada uno aporte según sucapacidad y reciba según su nece-sidad, fórmula de la distribucióncomunista, debe haber al menoscierta abundancia de bienes y ser-vicios, una moral de consumo y unreparto equitativo, independiente-mente de las capacidades y las cua-lidades del trabajo individual paraque haya igualdad económica entrelos hombres, sin la cual no hay li-bertad.” (p. 123).La riqueza producida deberá sersuperior a las necesidades de lasempresas, creando así un capitalsocial gestionado colectivamentecon el fin de aumentar la producti-vidad y liberando al trabajador desus tareas, pero también permi-tiendo la investigación y el des-arrollo, la educación, el ocio, lacultura, etc. El objetivo es, en defi-nitiva, provocar un “decrecimiento

de los precios” –gracias a un valorde cambio estable y no especula-tivo-, un “decrecimiento deltiempo de trabajo” –por la mejoratécnica del rendimiento financiadapor el aumento del “capital social”-El autor anticapitalista evoca elmercado: “Con socialismo de auto-gestión, la planificación nacional esprogramática, indicativa, pues dejalas decisiones básicas a las empre-sas autogestoras que saben lo quenecesita el mercado socialista, encantidad y calidad, en precios com-petitivos […]. El socialismo liberta-rio no tiene necesidad deplanificación centralizada, sino deun socialismo de mercado, de lacompetencia entre grupos colecti-vos de trabajo, de la democracia di-recta en las empresas por medio delos consejos autogestores.” (p.135). Este concepto del mercado seusa aquí sin ambigüedades encuanto a las intenciones: “[…] elúnico sistema socio-económicoque puede hacer cumplir la ley delvalor-trabajo en los intercambios,dentro de un mercado socialista(libre de mercachifles, de agiotistasmonetarios y bursátiles, de capita-listas que consumen mucho y pro-ducen poco), es la economíaautogestionaria (en las empresas,explotaciones agro-industriales,servicios, talleres y fábricas) y lademocracia directa (en la polí-tica).” (p. 201).

Las estrategiasY A. Guillén cambia el paso; consi-dera y argumenta a favor de ¡unacompetencia entre la economía au-togestionaria y las economías capi-talistas o de Estado! Y desarrolla suidea: “Una economía autogestiona-ria debe ser competitiva, des-afiante e imbatible en el mercadomundial; pero no sólo porque susprotagonistas auto-organizadoshagan sacrificios económicos en elsentido de consumir poco e inver-tir mucho, sino más bien por po-nerse a trabajar todos útilmente;reducir la burocracia al mínimo;elevar la fuerza de trabajo produc-

tivo al máximo; abolir las clasesparasitarias e invertir inmediata-mente sus rentas, que eran impro-ductivas, en inversionesproductivas; y no olvidar que la in-vestigación científica y la educa-ción generalizada son grandesfuerzas productivas para el des-arrollo de la sociedad libertaria.”(p. 261). Rechaza la idea de que larevolución será simultáneamenteen todo el mundo, pero muestratambién que si este modelo de des-arrollo no convence, tampocohabrá otras regiones del mundoque se unan a esta idea de abolir elcapitalismo: “En consecuencia, siel crecimiento económico y el pro-greso tecnológico y cultural no sonmayores con una economía auto-gestionaria que con una economíaburguesa o burocrática, se estaráen el reino de las ideologías, perono de las realidades económicas.Pero si todo un pueblo autogestio-nario trabaja, investiga, consumeprudentemente e invierte muchopara progresar más, si desabur-guesa y desburocratiza la econo-mía, competirá con ventaja en elmercado mundial y, a medianoplazo, se colocará a la vanguardiadel progreso internacional, encar-nando así el protagonismo de lahistoria universal.” (p. 261). Y eleconomista libertario no quierementir; afirma que el desarrolloautogestionado sería cuestionadoen su vocación misma si no permi-tiera el acceso a un modo de vidaenvidiable en comparación conotras economías de mercado:“Queramos o no hay que ser des-arrollistas en el buen sentido; perono aumentar la producción por laproducción misma; […] pues la hu-manidad no quiere perder fuerzasproductivas, nivel de vida y bienes-tar adquiridos, cambiando de régi-men.” (p. 394).Mientras, se plantean las cuestio-nes estratégicas con el fin de alcan-zar una economía autogestionaria.El autor afirma la complementarie-dad entre el pensamiento y la ac-ción: “Así pues, necesitamos una

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contracultura que saque al pueblode su pasividad animal (domés-tica) de consumo; unir el pensa-miento y la acción para interpretary transformar el mundo al mismotiempo; pues el pensamiento por sí[mismo] nunca produce ningúncambio. Por eso, en ciertos mo-mentos históricos, mejor que decires hacer, uniendo el pensamiento yel acto en una “praxis” coherente;pues sólo así podrán los trabajado-res transformar el capitalismo ensocialismo libertario.” (p. 134). Pa-ralelamente preconiza la constitu-ción de “comités”, liberados delcontrol de las élites de los partidoso sindicatos institucionalizados:“La estrategia básica consiste enromper el equilibrio del sistemainstitucionalizado, tanto por lasburguesías como por las burocra-cias, a fin de provocar la rupturaviolenta, la lucha de clases condu-cente a la Revolución.” (p. 340). Yen esas estamos hoy día.

Si bien no escapa a ciertas imper-fecciones líricas, cientificistas oeconomicistas que conviene tomarcon precaución, Abraham Guillénnos ha legado, sobre todo, unaserie de pensamientos y tomas deposición dignas de interés y capa-ces de enriquecer nuestras propiasreflexiones sobre el camino haciala autogestión libertaria. Hay quelamentar que este pensador de laautogestión sea tan poco conocido,y con él, su obra.

Daniel

¿Votar? ¿Para qué?Cuando se nos llama a votar a unas elecciones –municipales, autonómicas, ge-nerales, sindicales- no es para pedirnos nuestra opinión sobre diferentes asun-tos: es para que legitimemos la ocupación de unos cargos con alta remuneracióny que desde los cuales, poder crear el típico corralito de amiguetes, enchufados,etc. La “ciudadanía” al votar, confía en que su opción de voto va a mejorar loque teníamos antes, o que el nuevo partido va a traer aire fresco al viejo sistema–bipartidismo, le llaman- . La decepción para quien vota es frustrante cuandoal día siguiente se encuentra con la cruda realidad: la misma estructura políticay los mismos planteamientos aunque con diferentes discursos.Quien vota –en el mismo acto de votar- está obligando a la gran mayoría de ciu-dadanos y ciudadanas a acatar el resultado de la elección, con la cantinela deque es "la fiesta de la democracia"" y que “es un derecho el votar". Más que decirsin más a los ciudadanos y ciudadanas que se abstengan de participar en estecirco electoral -y que se abstengan activamente-, intentaremos desgranar enpocas líneas el día después de haber votado: día que es exactamente igual desdehace decenas de años -¡cómo pasa el tiempo y no hemos aprendido nada!-. Aldía siguiente cuando partidos políticos con un 3% de votos sobre los votos váli-dos y en blanco pueden obtener una concejalía u optar a la alcaldía –presidencia,representación sindical-, ese día después se preparan los partidos políticos paradecidir entre ellos quién es el alcalde o presidente de la diputación -o del cabildoo del consejo, o del comité de empresa- y una vez que llegan a acuerdos -con el“yo te doy y tú me das”- acceden a ocupar el sillón soñado. Gobernando solos ocon otros. Repartiéndose concejalías en caso de ayuntamientos o consejerías encaso de diputaciones, cabildos o consejos. Asimismo ese día después la corte deenchufes del equipo de gobierno anterior sale de las instituciones para que otracorte de “amiguetes” del o de los partidos que el pueblo ha votado, tomen suspuestos. Del mismo modo, se producen cambios en las otras esferas del poder local (mu-nicipal, islas, provincias). Así, de los servicios públicos de agua, saneamiento deaguas, depuración, limpieza, basuras, parques y jardines, bibliotecas, empresaspúblicas, locales, etc, incluyendo a las empresas mancomunadas etc.) es rele-vada la antigua gerencia por una nueva del partido ganador. Es relevada la pre-sidencia de las empresas públicas, vicepresidencia, vocales, consejos deadministración etc. por otros nuevos que van a cobrar exclusividad o asistenciapor representar a algún sector -bien sea partido político, sindicatos u organiza-ciones ciudadanas. ¿Y qué pasa con esto? pues muy sencillo: todo este coste desalarios, dietas, asistencias, etc. etc. los paga la población en la tarifa o en la tasade agua, de saneamiento, de depuración de aguas, de recogida de basuras, enpiscinas públicas etc. -aparte de pagar de forma anual el IBI- para manteni-miento de la excelentísima concejalía de la casa palacio.Si votas ya sabes lo que va a suceder al día siguiente. Siempre ha sido así. Ysiempre te advertimos de lo que iba a suceder. Y te invitamos a no votar.Pero ¿qué proponemos? Es muy sencillo. Nuestra propuesta es la tuya:-Eliminación de cargos y consejos de administración en empresas y serviciospúblicos. A eso le llamamos AUTOGESTIÓN que es ni más ni menos que la ges-tión del servicio por parte de quienes trabajan en el sector, en común con elresto de la población –usuaria de ese servicio-.-Eliminación de todo el entramado municipal -concejalías, alcaldías, cargos deconfianza y asesorías- que con sus cientos de miles de euros anuales en gastos–salarios, comisiones, etc.- están arruinando económicamente a la comunidadcon impuestos, y ser sustituidas por asambleas donde sea la propia comunidadquien decida sobre lo que le atañe. En especial sobre los servicios públicos queno tienen y desean -que llegue el servicio de agua o de jardines o de alumbradopúblico a su barrio, y no tener que mendigarle la farola a la babosa concejalíade turno: A esa forma de decidir la llamamos DEMOCRACIA DIRECTA En base a esto, proponemos que te abstengas de votar, sí, pero que difundas tuabstención entre tu entorno más cercano. A eso le llamamos: ABSTENCIONACTIVA.POR LA DEMOCRACIA DIRECTA. NO LES VOTES.

Grupo Anarquista Perdigón - FAI

La autogestión es uno de lospilares fundamentales de lateoría anarquista.La libre asociación de indi-viduos en torno al federa-lismo constituye la base deuna sociedad libre, solidariay justa. El Estado, es la con-traposición autoritaria aesta base de asociación.Perpetuándolo perpetuas laesclavitud.

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EL anarcosindicalisimo es un medio de organización y unmetodo de lucha y de accion directa de los trabajadores quetiene sus raices en los postulados de la Primera Internacio-nal y en los del sindicalismo revolucionario. Se inspira enfuentes esencialmente federalistas y anarquistas y, con netaactuacion revolucionaria y clara orientacion libertaria en lapractica. Tiende constantemente a conquistar las maximasmejoras. en todos sentidos. Para la clase obrera, con mirasa su integral emancipacion, la supresion de rodo genero deexplotacion y de opresion del hombre por su semejante opor una institucion cualquiera, y al mismo tiempo lucha porla abolicion de todo capitalismo y de toda forma de Estado.Opuesto irreductiblemente a los sistemas sociales y politi-cos actualmente imperantes, propugna por la transforma-cion radical de las sociedades y regimenes en ellosasentados y por la instauracion de un medio social de con-vivencia humana basado en los principios del socialismo li-bertario.

El anarcosindicalismo no es una doctrina ni una filosofia.Su contenido teorico lo extrae del socialismo humanista yprincipalmente del anarquismo, en cuyos postulados de de-fensa integral de la personalidad humana, de la libertad, desolidaridad, de apoyo mutual y de asociacion voluntaria yfederativa, halla su mas solido fundamento.

El anarcosindicalismo, dentro del movimiento obrero mo-derno, constituye una corrierte sindical absolutamente in-dependiente, de acusadas caracteristicas propias, lo mismopor su contenido basico que por su forma de organizaciony su desenvolvimiento funcional, exento de todo centra-lismo y de toda burocracia. Tiene siempre en cuenta a per-sonalidad del afiliado y le estimula su participacion en lavica sindical. Respeta la autonoinia de las secciones, de lossindicatos, de las federaciones y confederaciones. Se singu-lariza tambien por los metodos de accion directa que em-plea, por su dmamica y estrategia de lucha y por suorientacion social y finalista. Otro de sus rasgos distinctivosinconfundibles es su rechazo de toda colaboracion de cla-ses, de todo compromiso con el capitalismo o con el Estado,aun en noinbre del "interes nacional": de toda participaciono intervencion en organismo alguno mixto o oficial depen-diente del gobierno o del patronato: de los arbitrajes y le-galismos y de toda especie de intermediarios en lascontiendas social es cotidianas. El anarcosindicalismo, con-siderandose en lucha permanente y sin tregua contra el sis-tema que combate y se propone abolir, rehusa todo cuantolimite, coarte e interfiera su libertad de accion su posicionse halla siempre a la vangualdia de la lucha social y las rei-vindicaciones de los trabajadores. El anarcosindicalismomantiene vivo entre las masas obreras el espiritu revolu-cionario. Las ejercita y entrena en el combate consciente ydirecto voluntario, en el desarrollo de sus propias iniciati-vas a la vez que contribuye a su capacitacion y maxima pre-

paracion sobre todo con el fin de que puedan asumir cons-cientemente prescindiendo de todo partido politico sus res-ponsabilidades en la autogestion directa en la nuevasociedad libre, justa y solidaria a construir y a organizar.En ella suprimidas las clases con la ayuda de todos los ade-lantos cientificos y tecnicos se procurara facilitar a todos ya cada uno por medio del trabajo y del esfuerzo individualy colectivo el maximo de bienestar y de seguridad con im-prescriptible intangible e inalienable respeto a la libertad ya la personalidad de cada ser humano objetivo primordialcoincidente con el anarquismo.

El anarcosindicalismo no pretende ser un fin en si ni crearuna nueva ideologfa social preferentemente sindicalista.Tampoco pretende asumir total y globaimente ia represen-tacion y administracion de la sociedad nueva ni plasmarlaen un sentido uniforme y de esquemas inamovibles. Suconcepcion del socialismo anarquico es viviente ablerta alporvenir y a las diversas modalidades perfectibies de apli-cación con tal que sean de base esencialmente libertaria.

El anarcosindicalismo se identifica en sus trazos generalescon el sindicalismo revolucionario definiendose con perfresmas netos y acusados de significacion anarquica y de con-crecion finalista libertaria. Se distingue tambien del mismopor cierta radicalisación mayor en sus tomas de posicion ysu acción, ante los problemas y reaiidades dei presente.Ninguna de las cuestiones que afectan a los trabajadores ya la sociedad le es indiferente. Mantiene siempre viva lallama revolucionaria. Del sindlcalismo revolucionarioaplica y preconiza ios metodos de accion directa perfeccio-nados a traves de largas experiencias de lucha entre estosel sabotaje el boicot la protesta la huelga local parcial ge-neral o revolucionaria, el antiparlamentarismo, el apoliti-cismo y ei antimilitarismo. Recurre a la insurrecciónpopuiar y movimientos revolucionarios de masa para hacerfrente a la reaccion y a las intentonas totalitarias y para pre-cipitar ia revolucion social.

El anarcosindicalismo considera la famosa Carta de Amiensaunque adoptada en ei Congreso de la C.G.T. francesa de1906 principalmente bajo la presion de ios anarquistascomo una insuficiente y vaga definicion del mismo sindi-calismo revolucionario.

Hace suya anarquizandola mas acentuadamente ia Decia-racion de Principios de la Asociacion Internacional de losTrabajadores fundada en 1922 continuadora de la PrimeraInternacional. Considera a la A.l.T. y a sus actuales seccio-nes componentes la expresion viviente mas fiel y genuinadel sindicalismo revolucionario y del anarcosindicalismoen nuestra epoca contemporinea y dentro del mundo mo-derno.

La propuesta anarcosindicalista

Desde su más pronta creación, el anarco-sindicalismo tuvo en sus mismos genes laprefiguración práctica de lo que sería “la

sociedad futura”. Reproducimos el textode Germinal Esgleas: “¿Qué es el anarco-sindicalismo?”

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Una de las declaraciones de principios mas precisa y con-cordante con los del anarcosindicalismo de las existenteshasta la fecha es la adoptada por la Confederacion Nacionaldei Trabajo francesa, en su Congreso constitutivo de 1946conocida por Carta de Paris.

Anarcosindicalismo Y Anarquismo

El anarcosindicaiismo no es un instrumento ni un apendicedel anarquismo. No se haila bajo su dependencia. Tiene in-negables e indestructibles raices anarquicas que constitu-yen una de sus mas esenciales razones de ser y queprecisamento son la mejor garantia de su propia indepen-dencia. Por otra parte los anarquistas partidarlos de la or-ganizacion propiamente anarquista son siempre losprlmeros interesados en que no se establezcan confusionesentre la organizacion especificamente anarquista y la anar-cosindicallsta. El anarquismo el ideal de mas elevada con-cepcion etica filosofica sociológica y de integrai pieno yviviente humanismo; el mas moderno novisimo y de im-pulsion constantemente renovadora entre las ideologiasexistentes y conocidas tiene una mision propia insustituiblea realizar. Y a eiia se deben las organizaciones especifica-mente anarquistas. Indiscutiblemente cierto es que el anar-cosindicalismo es un movimbento al que los trabajadoresanarquistas militando en su seno imprimen esencla, con-cisncia y dinamica llbertaria y revolucionaria; y que sin suparticipacion activa ianguideceria perderia temple y efica-cia combativa. La aportacion individual militante activa yconsctente en el seno de ia organizacion anarcosindicalistay en la proyeccion de esta y de su obra, desde la base esirrempiazabie. Si ese concurso por causas diversas entreellas las de terribles represiones disminuye o se debilita iaorganizacion anarcosindicalista asi como su impuiso se re-sienten ya sea en el orden local o general.

Desarrollo y Valores Afirmativos Del Anarcosin-dicalismo

El anarcosindicaiismo que se inicia y va formulandose enlos albores del siglo XX no surge en el mundo obrero y enel terreno de la lucha social por generacion espontaneacomo ei mismo sindicalismo no surge del maquinismo porfiliacion directa. En las formas y moda lidades del asocia-cionismo obrero en los moviles necesidades fines causas yrazones que han contribuido a su formacion y desarrollo,hay un largo proceso humano de evolucion y revolucionhistorica de civilizacion de cultura de ciencia de incrementode la economia de las industrias de tecnicas aplicadas y dedescubrimientos de propla formacion consciente del hom-bre y de despertar de la misma confiencia de ciase humanaentre los trabajadores de experlencias de organizacion y delucha que no podemos analizar aqui ni siquiera resumir enunas pocas irneas. No nace ei anarcosindicalismo sola-mente de la ideologia y de la tecnica sino tambien de la re-alidad y de ia practica. Representa y responde a una de lasmas elevadas expresiones de toma de conciencia lucida yconcreta de la realidad en sus manifestaciones economicas,sociales, politicas, eticas y humanas. Este despertar y estemovimiento que seguira proyectandose hacia el porvenir estambien a obra de centenares de luchadores anoramos y deotros mas o menos conocidos internacionalmente de aigu-

nos pensadores ciarividentes innovadores y revolucionariossinceros; de centenares de activos y capacitados organiza-dores de hombres de accion y de esclarecidos propagandis-tas: de decenas y decenas de miles de militantes abnegados,incansables y consecuentes a dar impulso a la corriente sin-dicalista revolucionaria y anarcosindicalista a la vez que alanarquismo. Entre eilos son innumerables los caidos en elfragor de la lucha y los que el enemigo de la libertad, delprogreso de la emancipacion de los trabajadores, bajo re-gimenes diversos han asesinado masacrado o hecho ejecu-tar por haber combatido sin desmayo con dignidadentereza y decision las injusticias y las tiranias.

Entre las pleyades de hombres que han contribuido a la for-macion y desarrollo del anarcosindicalismo y de la co-rriente socialista libertaria, sin dejar a nadie en olvido, noslimitamos a citar a algunos de los que ya desaparecieron fi-sicamente, dejando huella mas o menos honda y perdura-ble de su paso.

Figura P.J. Proudhon, entre los precursores mas destaca-dos; Miguel Bakunin, entre los internacionalistas, y JamesGuillaume, Tortelier, Fanelli, Malatesta, Cafiero, AnselmoLorenzo, Rafael Farga Pellicer, Tomas Gonzalez Morago,Francisco Tomas, Rubau Donadeu, Gaspar Sentihon, Dr.Garcia Vinas, Pedro Kropotkin, Eliseo Reclus, Juan Grave,John Most y otros muchos. Posteriormente, en linea decontinuidad histórica promotora del sindicalismo revolu-cionario y animadora del anarcosindicalismo, FernandoPelloutier, Victor Griffuelhes, Emiiio Pouget, Pablo Delas-salle, Pataud, Sebastian Faure, Loreal, Pierre Besnard, enFrancia; Armando Borghi, Luigi Fabri, Berneri, Ugo Fedeli,en Italia; Albert Jensen, John Andersson, en Suecia; Z.Henriksen, en Noruega; Valdemar Hansen, en Dinamarca;Rodolfo Rocker, L. Mulher, en Alemanla; A. Berkman, Voin, Shapiro, en Rusia; Lopez Arango, en Argentina; PascualMinotti, en el Uruguay. Y en España, Jose Prat, FedericoUrales, Pedro Esteve, Jose Negre, Jose Maria Martinez,Evelio Boal y Salvador Segui, asesinados estos dos ultimospor los pistoleros al servicio de la patronal; Juan Peiro, eje-cutado por los franquistas en el presidio de San Miguel delos Reyes, Valencia; Manuel Buenacasa, Eusebio C. Carbó,Eleuterio Quintanilla, Felipe Alaiz, Galo Diez, V. OrobónFernandez, el Dr. Isaac Puente y Jose Villaverde, los dosmencionados ultimamente tambien ejecutados por los fas-cistas españoles, asi como otros centenares de militantesde la C.N.T., de la F.A I. y de la F.I.J.L. imolados salvaje ycruelmente por los cruzados nazifascistas o muertos heroi-camente combatiendo, como Francisco Ascaso, Buenaven-tura Durruti, Mauro Bajatierra y numerosisimos mas,durante el transcurso de la Revolucion espanola de Juliode 1936-39.

El anarcosindicalismo ha teni do desarrol lo princi pal-mente, en Francia, en Italia, en Espana, en Portugal, enSuecia, en Checoeslovaquia, en Polonia, en Rusia, en Bul-garia, en Alemania, en Dinamarca, en Holanda, en Chile,en Argentina, en Uruguay, en Mexico y en algunos otrospaises. Donde mayor importancia, volumen de adherentes,influencia popular, adhesion de masa y potencia ha alcan-zado es sobre todo en Espana. Terribles represiones, en ita-lia bajo el fascismo, en Alemania sometida a la barbarie

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nazi, en Portugal dominado por el des-potismo de Salazar, en Argentina yotros lugares, han diezmado sus filas,sin poder aniquilarlo.

Hoy en dia las Secciones afiliadas a iaA.I.T. son la Confederaci6n Nacionaldel Trabajo de Espana, la C.N.T. Fran-cesa, la C.N.T. Bulgara, la Union Sin-dical Italiana, la Federaci6nSindicalista Noruega, la Confedera-cion General del Trabajo de Portugal,la Syndicalist Workers Federacion deInglaterra, la Federación Obrera Re-gional Argentina, la Federacion Regio-nal Uruguaya. Aunque no formanparte de la A.I.T. tienen cierta afinidadcon ella la S.A.C. de Suecia, y algunasotras organizaciones autonomas de di-ferentes paises, y al go de parentescolos l.W.W de Estados Unidos de Ame-rica del Norte. En el Japon, en Corea,en la misma China y en otros sitios elanarcosindicalismo cuenta con algu-nas raices.

Singulares Caracteristicas DelAnarcosindicalismo

Una de las caracteristicas y virtudesmas apreciables del anarcosindica-lismo es ei respeto sbsoluto a ia perso-nalidad del afiliado, al que invitaconstantemente a miiitar de maneravoluntaria, abnegada, desinteresada-mente, en la vida y en la marcha delsindlcato, de sus secclones, de las fe-deraclones, de la organización en ge-neral; a asumir sus propiasresponsabilidades; a exponer libre-mente su criterlo, y a tomar sus opcio-nes y declsiones en las asambleas; aparticipar directamente en la actua-cion y en sa lucha; a aplicar las dispo-siciones que se deriven de aquellosacuerdos que, de comun consenso, laorganizacion haya tomado. Los acuer-dos se determinan de abajo a arribadentro de la organizacion anarcosindi-calista. En ella los cargos, que se re-nuevan regularmente, son revocables.Se rechaza el liderato y el burocra-tismo. La organizacion sindical anar-cosindicalista cuenta siempre con susunicos y solos medios economicos, abase del producto de las cotizacioneshechas efectivas por sus afiliados, parasu desenvolvimiento, actividades, pro-paganda, solidaridad, es decir, paratodas las atenciones de toda indole.Esto contribuye a asegurar su plena ytotal independencia. Puede afirmarse

que no hay una organizacion sindlcaltan desinteresada, tan pura, tan hon-rada como la organizacion sindicalanarcosindicalista. Sus militantes nopueden aspirar a sinecuras de ningunaespecie dentro de ella, y a lo largo desu existencla han de dar la prueba yejempio de su abnegacion y recto pro-ceder personai.

El anarcosindicalismo entiende que nohay ni puede haber convivencia libreni justicia social dentro de la sociedadde clases. Oue los fundamentos de estaperpetuan y consagran la division delos hombres. Que toda reforma que nodestruya los cimientos de aquella nocambiara el fondo de las cosas para lostrabajadores, los cuales seguiransiendo oprimidos y explotados. Porestas y otras razones de prlncipio, semanlflesta contrario a la coiaboracionde clases, a la cogestion, a aceptar lapolitica de participacion interesada enlas empresas capitalistas. Hay incom-patibilidad absoluta entre el anarco-sindicalismo y el sistemacapitalista-estatal.

El anarcosindicaiismo es antiparla-mentario por su posición de principioantiautoritaria y por considerar talprocedimiento absolutamente Ineficazdesde el punto de vista de ia emanci-pación efectiva de la clase trabajadora.La experiencia de la obra de los parti-dos politicos obreros de denominacionsocialista, marxista, demócrata, etce-tera, que bajo la inspiracion del mar-xismo, especiaimente, responsableeste de la escision de la Primera Inter-naclonal y del cultivo de la accion po-litica representativa por parte de lostrabajadores, que va ya desde casi me-diados dei sigio pasado a nuestrosdlas, partidos que en ciertos periodosy lugares han ilegado a obtener mayo-ria absoluta y a formar gobiernos,como asi lo hemos visto en Aiemania,en inglaterra, en Francia, en Suecia, enNoruega, en Dinamarca y en otras na-ciones, en sobradamente elocuente ydemostrativa de la inanidad y la este-rridad de la lucha en tal terreno. Den-tro del sistema actual imperante todogoblerno socialista, socialdemocrata,de no importa que adjetivacion, por eimecanismo mismo de la fuerzas depresion existentes predominantes endicho sistema; por el de sus redes ytentaculos entrometidos en todas par-tes, se ve precisado a servir ios propios

intereses del capitaiismo y del Estado,en nombre del gran interes ««nacio-nal»» y en detrimento de los de laclase obrera.

Linea Consecuente con La De

La Primera Internacional

La linea del anarcosindicalismo eneste aspecto es consecuente con ia deia Primera Internacional y particular-mente con la de su Congreso antiauto-ritario de Saint-Imier, que en 1872,frente a la corriente mayoritaria ama-nada por los marxistas, en el Congresode La Haya del mismo ano, declarabasolemnemente que la destruccion delpoder politico es ei primer deber delproletarlado. Cincuenta anos despues,en nuestro siglo XX, las experienciasde ia Revolucion Rusa y las de los pai-ses del otro lado del telon de acero, consus provisionaies dictaduras del prole-tariado., asi llamadas por irrision ycon la aplicacion de sus procedimien-tos totalitarios, demuestran palmaria-mente la clarividencia de esa toma deposicion historica, transcendental enla orientacion de la iucha emancipa-dora para ios trabajadores del mundoentero, para ia eficiencia de la acciondel proletariado miiitante consciente.

La Asociacion Internacional de losTrabajadores (A.I.T.), al reorganizarseen 1922, confirma esa posicion y ilneade conducta, notoriamente al precisarel segundo punto de su Declaraclon dePrincipios, que reproducimos textual-mente:

««El sindicalismo revolucionario esenemigo convencido de todo monopo-lio economico y social, y tiende a suabolicion mediante la impiantacion decomunas economicas y de organos ad-mistrativos regidos por los obreros delos campos y de las fabricas, formandoun sistema de libres consejos sin sub-ordinacion a niagun poder ni partidopolltico alguno. El sindicalismo revo-lucionario erige, contra la polltica delEstado y de los partidos, la organiza-cion economica del trabajo; opone aigobierno del hombre sobre el hombrela gestion administrativa de las cosas.No es, por consiguiente, la finalidaddel sindicallsmo revolucionario la con-quista de los poderes politicos, y si laabolicion de la funcion estatal de lavida de la sociedad. Ei sindlcalismo re-

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volucionario considera que con la des-aparicion del monopollo de ia propie-dad debe desaparecer tambien, elmonopolio de ia dominacion, y quetoda forma de Estado, encubrase comose qulera, no podra ser nunca un ins-trumento de liberacion humana [antesal contrario], sera siempre ei creadorde nuevos monopolios y de nuevos pri-vilegios..»»

No han sido los Carlos Marx, los En-gels, los Lafargue, los Bebel, los Lieb-necht, los Millerand, los Briand, losVandervelde, los Albert Thomas, losPablo Iglesias, los Macdonald, losHarol Wllson, etc., quienes han tenidorazon al preconizar las lineas directri-ces de la accion del proletariado en-cauzada esta por las viaspariamentarias y reformistas, sino losP.-J. Proudhon, los Miguel Bakunin,los Guillaume, los Anselmo Lorenzo,los Kropotkin, los Malatesta, los Pe-lloutier, los Rocker, los Pouget y tantosotros que han mantenido en el senodel proletariado militante la llama delespiritu revolucionario y constructivoy que han Dreconizado y defendido lastacticas de accion directa, federalistasy esencialmente antiautoritarias.

Los sindicalistas revolucionarios yanarcosindicalistas no comparten, re-pelen, rechazan y combaten las teoriasde algunos que los exegetas del sindi-calismo llamado autosuficiente, queconsidera bastarse a si mismo, sindi-callsmo deus ex machina de la socie-dad y de una pretendida nuevacivilizacion, en cuyos ensayos de for-mulacion filosofica, de una ideologia opragmatica basica de un sindicalismosui generis se encierran y descubrengermenes de cierto totalitarismo, sus-ceptibles de ulterior desarrollo. Afor-tunadamente esas teorias, difundidasprincipalmente por los Georges Sorel,Sergio Pannunzio, Arturo Labrioia,Enrique Leone y otros, no han encon-

trado -- aceptacion ni eco entre los tra-bajadores del mundo.

Tambien los sindicalistas revoluciona-rios y los anarcosindicalistas son abso-lutamente contrarios al sindicalismocorporativista y verticalista, del que sehan dado especimenes en Italia du-rante la epoca de Mussolini: en Es-paña en el periodo de la dictadura delgeneral Primo de Rivera y en el regi-men francofalangista todavia hoy im-perante: en Francia, bajo la ocupacionalemana y gobierno de Vichy, y en al-gunos lugares mas. El nacionalsindi-calismo y otros engendros similaresnada pueden tener de comun con elanarcosindicaiismo. Este es opuesto,tambien, a las corrientes del sindica-lismo católico y cristiano, inspiradasen las enciclicas papales, en la doctrinasocial de la Iglesia, compatible con elcapitalismo y con el Estado, en lasorientaciones del Vaticano, aun en lasmas recientes, despues del ConcilioVaticano II.

Los anarcosindicalistas se han enfren-tado siempre, igualmente contra elsindicalismo reformista, colaboracio-nista y de mercadeo defendido y pre-conizado por de Ambris, Turati,Merrehim, Mommouseau, Jouhaux,Gompers, Lewis, Vrongt, Cetrine,Atlee, Meany, Walther, Reuther, Cou-sins, Major, Saillant, Bothereau,Morse; Graedel, y otros mas. Asi-mismo ha combatido abierta y cons-tantemente las influencias delmarxismo-leninismo, de los comunis-tas autoritarios dentro del movimientoobrero y de las organizaciones sindica-les.

El anarcosindicalismo, en cuanto atactica. a finalidad, a orientacion de lalucha social se distingue totalmentedel sindicalismo reformista y colabo-racionista de la American Federationof Labor - C.I.O., de las Trades Unions

inglesa, de la C.G.T., de la C.G.T.-F.O.,de la C.F.C., de la C.F.D.T. francesas,de la U.G.T. espahola de la L.O sueca,de la C.G.I.L. italiana, y de otras mu-chisimas organizaciones sindicalesque forman parte de la C.I.O.S.L., dela F.S.M., de la C.I.S.C. (hoy C.M.T.),como de estas mismas Centrales inter-nacionales y de cuantas organizacio-nes se hallan a la O.I.T. (OficinaInternacional del Trabajo).

El anarcosindicalismo considera quela presión revolucionaria y renova-dora, de conquistas inmadiatas reivin-dicativas y flnalistas de lostrabajadores, de la clase obrera, de lasmasas populares en rebeldia contra lossistemas de explotacion y opresion im-perantes de cualquier genero, debemanifestarse permanentemente conuna dinamica de lucha de ritmo cre-ciente, cada vez mas radical, profundo,amplio, intenso y eficaz, apoyandosesiempre en el pueblo suscitando suconcurso y su accion directa.

Matices En El Anarcosindicalismo

El anarcosindicalismo presenta susmatices, internamente, a traves de lascaracteristicas peculiares que ofrecenalgunas de las mismas centrales sindi-cales que animan su corriente.

Como una de las organizaciones pro-totipicas del sindicalismo revoluciona-rio de finalidad socialista libertaria,podemos citar a la Confederacion Na-cional del Trabajo de España, fundadaen 1910, continuadora de la Federa-cion Regional Española, Seccion de laInternacional. Esta ultima, ya en suCongreso de 1870 proclamaba ante elmundo entero los principios de anar-quia y colectivismo. En su Congreso de1919, la C.N.T. española adopto comofinalidad el socialismo anarquico. LaC.N.T. ha realizado durante este siglo

Estrenamos nueva web:http://federacionanarquistaiberica.wordpress.com/

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XX en sesenta ahos de ininterrumpida y titanica lucha rei-vindicativa y ;evolucionaria, muchas veces cruentisima, in-cluso en larguisimos periodos de clandestinidad durantelas suspensiones intermitentes de las garantias constitucio-nales, bajo gobiernos monarquicos y republicanos, o en ladictadura militar de 1923-30 y en todo lo que va de regimenfranquista, sin cesar por ella combatido. una ingente obradefendiendo los intereses de la clase obrera, los derechos ylibertades del pueblo, abriendo via a la transformación so-cial, empleando metodos y tacticas de accion directa pre-parando y entrenando en la lucha a las masas obreras,contribuyendo a su capacitacion impregnandolas de saviarevolucionaria y libertaria y llevando a cabo una inmensalabor cultural y de propaganda. La C.N.T. ha llegado a con-tar con mas de un millon de adherentes, habiendo sufridosangrias horribles debidas a las represiones y matanzas deque han sido victimas sus militantes periodicamente, ysobre todo durante la grandiosa gesta de la Revolucion Es-pañola de 1936-39, de la que ha sido la principal impulsoray animadora. En ella el anarcosindicalismo actuante dioprueba de su temple revolucionario, de su capacidad orga-nizadora y constructiva, de su audacia en las realizacionespracticas, de caracter socialista libertario, de su viabilidad,como fueron ejemplo modelo las colectividades por el ani-madas, en otros ejemplares ensayos de autogestion, de ad-ministracion popular no autoritaria y directa, con lo que seha demostrado que el socialismo libertario no es una uto-pia.

Otra matizacion del anarcosindicalismo actual lo presentanla F.O.R.A., del Uruguay que ya estuvo representada en losprimeros Congresos de la Internacional, y la F.O.R.A. ar-gentina, constituida en 1901 y que, en su V Congreso de1905, adopto tambien como finalidad el socialismo anar-quico (adjetivandose F.O.R.A. desde el V Congreso). LaF.O.R.A. argentina, aunque constituida por gremios y en-tidades profesionales, no tiene las caracteristicas generalesde una organizacion propiamente sindical y mucho menosde las de un partido. Podria definirse como una expresionde anarquismo obrero militante, con abierta significacionen principios y finalidades anarquicas. La F.O.R.A. res-ponde rnas a un fundamento ideologico que a un nexo cla-sista.

Otro matiz, en el seno de la A.l.T., lo ha encarnado la S.A.C.sueca, fundada en 1910, hasta 1952. A partir de este aho,bajo la influencia de una minoria que luego llego a ser pre-ponderante en el seno de dicha organizacion, elaboro unanueva declaracion de principios, propiciada por dicha mi-noria desde 1946. Es equidistante dicha declaracion de laA.l.T. Esta central sueca se separo finalmente de la Inter-nacional revolucionaria en 1956. La S.A.C. postula un lla-mado y sindicalismo libertarion sui generis, con lapretenslón de projectarlo internacionalmente, diferencian-dolo en ciertos aspectos del sindicalismo revolucionario,haciendo distingos en cuanto al caracter del Estado, al com-portamiento del movimiento sindicalista llbertario en lo re-ferente al militarismo y a las guerras e inclinsandosepaulatinamente hacia la participación representativa de lostrabajadores en los municipios, dentro de los sistemas ac-tuales imperantes. Estas iniciaciones desviacionistas, elanarcosindicalismo las rechaza de plano.

Con sus millones de adherentes las internacionales refor-mistas y emparentadas representan solo una minoria de lainmensa masa de trabajadores de todo el mundo, la mayo-ria de los cuales siguen desorganizados. Dentro del movi-miento obrero mundial el anarcosindicalismo constituyeuna pequena minoria tambien. Pero cuenta con muchisimainfluencia y proyeccion moral, internacionalmente y entrelos trabajadores, con simpatias y afinidades que contribu-yen a acrecentar el potencial efectivo de sus adherentes ac-tuales.

El anarcosindicalismo es una autentica fuerza obrera y hu-mana y una corriente viviente propulsora de transforma-cion y renovacion social, con tendencia a un crecientearraigo y desarrollo en el mundo del trabajo en el presentey en el porvenir.

Lo Que Creemos

Somos anarquistas en la lucha de clases. Creemos que debede haber un conflicto entre los trabajan para ganarse la viday nuestros enemigis quienes son ricos porque viven denuestro labor pero no hacen nada hasta que ellos que vivende nuestra labor lo bajamos y la sociedad con el poder y pri-vilegios basado en la riqueza y clase es deshechado en favorde una sociedad libre basado en la apoyo mutual, coopera-ción voluntaria y libertad personal y responable. Nosotrospromovemos los métodos del sindicalismo revolucionariopara ganar la lucha de clases conra la corrupción de losricos y poderosos. Nosotros creemos que todas formas deanticapitalista, antiexplotadors, antiautoritario organiza-ción económico puede existir simultáneamente en una so-ciedad anarquista en una federación de gente libre,comunidades libres y lugares de empleo libres. Creemosque el primer paso hacia el establecimiento de una sociedadlibre es que la gente se organize, se autoeduca y hagan es-fuerzos para se reconozcan sus autonomías del gobierno,del capitalista y la religion establecida.

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Queda cada vez más claro que la era delas revoluciones no ha terminado. Seve igualmente claro que el movimientorevolucionario global del siglo vein-tiuno será uno que tenga sus orígenesno tanto en la tradición del marxismo,o incluso de un socialismo restringido,sino del anarquismo.En todas partes, desde la Europa delEste hasta Argentina, desde Seattlehasta Bombay, las ideas y principiosanarquistas están generando nuevasvisiones y sueños radicales. A menudosus exponentes no se llaman a sí mis-mos anarquistas. Hay toda una plé-yade de otros nombres: autonomismo,anti-autoritarismo, horizontalidad,Zapatismo, democracia directa... Aúnasí, en todos los lugares uno encuentralos mismos principios fundamentales:descentralización, asociación volunta-ria, ayuda mutua, redes sociales, ysobre todo, el rechazo a cualquier ideade que el fin justifica los medios, ymucho menos que el objetivo de la re-volución sea el de tomar el poder esta-tal para imponer una visión propia apunta de pistola. Sobre todo, el anar-quismo, como la ética de la práctica -la idea de construir una nuevasociedad "en un cascarón dentro de laantigua sociedad"- se ha convertido enla inspiración básica del "movimientode movimientos" (del cual los autoresson parte), que tiene como objetivodesde el principio, más que apode-rarse del poder estatal, exponer, des-legitimizar y desmantelar losmecanismos del poder mientras seganan espacios cada vez más ampliosde autonomía y de gestión participa-tiva dentro de él.Hay algunas razones obvias que expli-can el atractivo de las ideas anarquis-tas al comienzo del siglo 21: las másobvias, los errores y catástrofes que re-sultaron de tantos esfuerzos por supe-rar el capitalismo mediante la toma decontrol del aparato de gobierno en elsiglo XX. Un número cada vez mayorde revolucionarios reconocen que "larevolución" no va a venir en un granmomento apocalíptico, de algún equi-valente global del palacio de invierno,sino de un largo proceso que ha ido su-cediendo en la mayor parte de la his-toria humana (incluso si, como lamayoría de las cosas, se ha acelerado

últimamente), lleno de estrategias devuelo y evasión tanto como de con-frontaciones dramáticas, y que nuncade hecho -así lo piensan la mayoría delos anarquistas- llegará a una conclu-sión definitiva.Es un poco desconcertante, peroofrece un consuelo enorme: no tene-mos que esperar hasta "después de larevolución" para empezar a tener unaidea de lo que sería la libertad ge-nuina. Como el colectivo Crimethink,los mayores propagandistas del anar-quismo contemporáneo estadouni-dense, dice: "la libertad sólo existe enel momento de la revolución. Y esosmomentos no son tan excepcionalescomo piensas". Para un anarquista, dehecho, el intentar crear experienciasde no alienación, de democracia ver-dadera, es un imperativo ético; sólohaciendo la organización a la manerade un@ en el presente --al menos paradar una aproximación gruesa de cómouna sociedad libre funcionaría en rea-lidad, de cómo tod@s algún día, debe-ríamos de ser capaces de vivir- puedeuno garantizar que no caeremos denuevo en el desastre. Los revoluciona-rios sin alegría, sombríos, que sacrifi-can todo placer por la causa,únicamente pueden producir socieda-des tristes, sombrías.Estos cambios han sido difíciles de do-cumentar porque hasta ahora las ideasanarquistas apenas han recibido aten-ción académica. Hay todavía miles deacadémicos marxistas, pero casi nin-gún académico anarquista. Esta dife-rencia es algo difícil de analizar. Enparte, sin duda, es porque el marxismoha tenido siempre una cierta afinidadcon el mundo académico de la que elanarquismo obviamente carecía: elmarxismo fue, después de todo, elúnico gran movimiento social inven-tado por un doctor. La mayoría de lasreferencias de la historia del anar-quismo asumen que es básicamenteparecido al marxismo: el anarquismose presenta como la invención de cier-tos pensadores del siglo 19 (Proudhon,Bakunin, Kropotkin...) que sirvió en-tonces para inspirar a organizacionesde clase obrera, se vio envuelta en lu-chas políticas, se dividió en corrien-tes...El anarquismo, en la historia conven-

cional, se presenta normalmente comoel pariente pobre del marxismo, teóri-camente un poco cojo pero compen-sando ideológicamente, quizás, conpasión y sinceridad. Realmente la ana-logía es algo forzada. Los fundadoresdel anarquismo no pensaron que ha-bían inventado algo nuevo. Considera-ban sus principios básicos -ayudamutua, asociación voluntaria, toma dedecisiones igualitaria- tan viejos comola humanidad. Lo mismo sucede con elrechazo del estado y toda forma de vio-lencia estructural, desigualdad, o do-minación (anarquismo significaliteralmente "sin dirigentes") -inclusocon la hipótesis de que todas estasideas están de alguna forma relaciona-das y se apoyan unas a otras. Nada deesto se vio como una doctrina sorpren-dentemente nueva, sino como una ten-dencia persistente en la historia delpensamiento humano, y una que nopuede comprenderse bajo ninguna te-oría ideológica general.En parte es como una fe: la creencia deque la mayoría de las formas de irres-ponsabilidad que parecen hacer nece-sario el poder son de hecho los efectosdel poder mismo. En la práctica sinembargo hay un cuestionamientoconstante, un esfuerzo por identificarcada relación obligatoria o jerárquicaen la vida humana, y desafiarlas paraque se justifiquen ellas mismas, y si nopueden -lo que normalmente es elcaso- un esfuerzo por limitar su podery así aumentar el alcance de la libertadhumana. Tal como un sufí podría decirque el sufismo es el corazón de verdadtras todas las religiones, un anarquistapodría argumentar que el anarquismoes el ansia de libertad tras toda ideolo-gía política.Es fácil encontrar fundadores de es-cuelas de marxismo. Tal como el mar-xismo surgió de la mente de Marx,tenemos leninistas, maoístas, althus-serianos.... (notar que la lista empiezacon cabezas de estado y se diversificaen profesores franceses -que, a su vez,pueden generar sus propias corrien-tes: lacanianos, foucaultdianos....)Las escuelas de anarquismo, por elcontrario, emergen casi invariable-mente de alguna clase de principio or-ganizacional o forma de práctica:anarco-sindicalistas y anarco-comu-

El anarquismo, o el movimiento revolucionario del S. XXI

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nistas, insurreccionistas y plataformis-tas, cooperativistas, individualistas,etc.Los anarquistas se distinguen por loque hacen, y cómo se organizan ellosmismos para hacerlo. Y de hecho estoha sido siempre en lo que los anarquis-tas han pasado la mayoría de sutiempo pensando y discutiendo. Nohan estado nunca demasiado interesa-dos en las clases de cuestiones genera-les filosóficas o de estrategia quepreocupaban a los marxistas como¿son los campesinos una clase poten-cialmente revolucionaria? (los anar-quistas consideran que esto es algoque han de decidir los propios campe-sinos) o, ¿cuál es la naturaleza del bienmaterial? Más bien, (los anarquistas)tienden a discutir sobre cuál es laforma realmente democrática de orga-nizar una asamblea, y en qué punto laorganización deja de ser un instru-mento de toda la gente y comienza aerosionar la libertad individual. ¿Es el"liderazgo" algo necesariamente malo?Alternativamente, se preguntan sobrela ética de oponerse al poder: ¿qué esuna acción directa? ¿debería alguiencondenar a otro por asesinar a un ca-beza de estado? ¿cuándo es correctotirar un ladrillo?El marxismo, de esta manera, ha ten-dido a ser un discurso analítico o teó-rico de la estrategia revolucionaria. Elanarquismo ha tendido a ser un dis-curso ético de la práctica revoluciona-ria. Como resultado, donde elmarxismo ha producido teorías bri-llantes sobre la praxis, han sido mayo-ritariamente los anarquistas los quehan estado trabajando en la praxis ensí misma.En este momento, hay una cierta rup-tura entre las generaciones del anar-quismo: entre aquellos cuya formaciónpolítica tuvo lugar en los 60 y 70 -yque a menudo no se han sacudido loshábitos sectarios del siglo pasado- oque simplemente funcionan en esostérminos, y los activistas más jóvenesmucho más informados, entre otraspor ideas indígenas, feministas, ecolo-gistas y cultural-revisionistas. Los pri-meros se organizan principalmente através de las Federaciones Anarquistasaltamente visibles como la IWA,NEFAC o IWW. Los segundos traba-jan predominantemente en las redesdel movimiento social global, redescomo la de la Acción Global de losPueblos, que unifica colectivos anar-

quistas en Europa y otros lugares, in-tegrado por grupos que van desde ac-tivistas maoríes de Nueva Zelanda,pescadores de Indonesia, o el sindicatode trabajadores de correos de Canadá.Este segundo grupo -a los que podría-mos referirnos ambiguamente como"anarquistas con a minúscula", sonahora ya con mucho la mayoría. Peroa veces esto es difícil de decir, ya quemuchos de ellos no vocean sus afinida-des muy alto. De hecho, hay muchosque se toman los principios anarquis-tas de anti-sectarismo y apertura tanen serio que se niegan a referirse aellos mismos como "anarquistas" porese mismo motivo.Pero las tres ideas fundamentales pre-sentes en todas las manifestaciones deideología anarquista son definitiva-mente la del anti-estado, el anti-capi-talismo y la política prefigurativa (esdecir, modos de organización queconscientemente se asemejan almundo que queremos crear. O, comodijo un historiador anarquista de laguerra civil española "el esfuerzo depensar no sólo en las ideas sino en loshechos del futuro mismo"). Esto estápresente en cualquier colectivo, desdelos "jamming collectives" hasta Indy-media, todos ellos pueden llamarseanarquistas en este sentido más nuevo[5]. En algunos países, hay sólo ungrado muy limitado de confluenciaentre las dos generaciones coexisten-tes, mayormente en la forma de segui-miento de lo que cada uno estáhaciendo -pero no mucho más.Una razón para ello es que la nueva ge-neración está mucho más interesadaen desarrollar nuevas formas de fun-cionamiento que argumentar sobre lospuntos más finos de la ideología. Elmás importante de estos ha sido eldesarrollo de nuevas formas del pro-ceso de toma de decisión, los comien-zos, al menos, de una culturaalternativa de democracia. Las famo-sos "reuniones populares" de Américadel Norte, donde miles de activistascoordinan eventos a gran escala me-diante consenso, sin una estructura di-rectiva formal, son los másespectaculares.Realmente, incluso llamar a estas for-mas "nuevas" es un poco engañoso.Una de las principales inspiracionesde la nueva generación de anarquistasson los municipios autónomos Zapa-tistas de Chiapas, basados en las co-munidades de lengua Tzeltal y

Tojolobal que han estado utilizando elproceso de consenso durante miles deaños -solo que ahora ha sido adaptadopor los revolucionarios para asegurarque las mujeres y la gente más joventienen voz. En América del Norte, "elproceso de consenso" emergió másque nada del movimiento feminista delos 70, como parte de una reacciónmás amplia en contra del estilo machode liderazgo típico de la Nueva Iz-quierda de los 60. La idea del con-senso en sí misma fue tomada de loscuáqueros, quienes también dicenhaber sido inspirados por las Seis Na-ciones y otras prácticas de los nortea-mericanos nativos.El consenso es a menudo malinterpre-tado. Se oyen muchas veces críticasque afirman que (el consenso) causa-ría una conformidad sofocante, perocasi nunca son críticas formuladas poralguien que haya observado realmenteun proceso de consenso en acción, almenos uno guiado por moderadorescualificados, con experiencia (algunosexperimentos recientes en Europa,donde hay poca tradición en estascosas, han resultado un poco "cru-dos"). De hecho, la hipótesis operantees que nadie puede realmente conver-tir a otro completamente a su punto devista, y probablemente no deba. Enlugar de eso, el objetivo del proceso deconsenso es permitir a un grupo deci-dir un curso de acción común. Enlugar de votar propuestas de arribaabajo, se trabajan las propuestas y sevuelven a revisar o reinventar, hay unproceso de compromiso y de síntesis,hasta que se llega a algo que todo elmundo puede aceptar. Cuando se llegaa la etapa final, cuando llegamos almomento de "encontrar el consenso",hay dos niveles de objeción posible:uno puede "apartarse a un lado", queviene a decir "no me gusta esto y novoy a participar en ello aunque no voya impedir que nadie lo haga" o "blo-quearlo", lo que tiene el efecto de unveto. Uno sólo puede bloquear unapropuesta si siente que viola los prin-cipios fundamentales o las razones deser del grupo. Podría decirse que lafunción que en la constitución de losEE.UU. se relega al Tribunal Supremo,la de rechazar decisiones legislativasque violan los principios constitucio-nales, se relega aquí a cualquiera quetenga el suficiente coraje para real-mente ponerse en contra de la volun-tad del grupo (aunque por supuesto

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hay también maneras de luchar contrabloqueos injustificados).Podríamos seguir hablando muchomás de los métodos elaborados y sor-prendentemente sofisticados que sehan desarrollado para asegurar queesto funcione; de formas de consensomodificadas para grupos muy gran-des; de la manera en la que el con-senso en sí refuerza el principio dedescentralización al asegurar que unono quiera presentar propuestas antegrupos grandes a menos que sea nece-sario, de los medios para asegurar laigualdad de género y resolver conflic-tos... La clave es que ésta es una formade democracia directa distinta de laclase que normalmente asociamos conel término -o, igualmente, con el sis-tema de voto por mayoría normal-mente utilizado por los anarquistaseuropeos o norteamericanos de gene-raciones anteriores, o que es todavíaempleado, digamos, en las asambleasargentinas urbanas de clase media(aunque no, curiosamente, entre lospiqueteros más radicales, los paradosorganizados, que tienden a operar porconsenso). Con contactos cada vezmás internacionales entre los distintosmovimientos, la inclusión de gruposindígenas y de África, Asia y Oceaníade tradiciones radicalmente diferen-tes, estamos presenciando los comien-zos de una reconcepción global nuevade lo que la "democracia" debería sig-nificar, una lo más lejos posible delparlamentarismo neoliberal promo-vido actualmente por los poderes queexisten en el mundo.De nuevo, es difícil seguir este nuevoespíritu de síntesis leyendo la mayoríade la literatura anarquista existente,porque aquellos que gastan la mayorparte de sus energías en cuestiones te-óricas, más que en las formas emer-gentes de práctica, son los queprobablemente más mantienen lavieja lógica dicotómica sectaria. Elanarquismo moderno está imbuido deincontables contradicciones. Mientraslos anarquistas con a minúscula estánincorporando lentamente las ideas yprácticas aprendidas de los aliados in-dígenas a sus modos de organizacióno comunidades alternativas, el rastroprincipal en la literatura escrita hasido el del nacimiento de una secta dePrimitivistas, un grupo notoriamentecontrovertido que aboga por la aboli-ción completa de la civilización indus-

trial y, en algunos casos, incluso de laagricultura. A pesar de esto, es sólouna cuestión de tiempo que la vieja ló-gica comience a dejar paso a algo másparecido a la práctica de los grupos ba-sados en el consenso.¿En qué consistiría esta nueva sínte-sis? Algunas de las líneas que la verte-brarían pueden discernirse ya dentrodel movimiento. Insistiría constante-mente en la expansión de la atenciónal anti-autoritarismo, alejándose delreduccionismo de clase intentandoabarcar "la totalidad de las áreas en lasque la dominación se manifiesta", estoes, señalando no sólo al estado sinotambién las relaciones de género; nosólo las relaciones económicas, sinotambién las culturales, la ecología, lasexualidad, y la libertad en cada unade las formas en las que puede bus-carse, y cada una no sólo a través delprisma de las relaciones de autoridad,sino también mediante conceptos másricos y diversos.Esta aproximación no aboga por unaexpansión sin fin de la productividad,ni sostiene la idea de que las tecnolo-gías son neutrales, aunque tampocoreniega de la tecnología per se. Al con-trario, se familiariza con ella y la em-plea cuando sea apropiado. No sóloreniega de las instituciones per se, o delas formas políticas per se, sino que in-tenta concebir nuevas instituciones yformas políticas para el activismo yuna nueva sociedad, incluyendo nue-vas formas de reunirse, de tomar deci-siones, nuevas formas decoordinación, en las mismas líneas enlas que ya funciona con grupos de afi-nidad y estructuras de diálogo. Y nosólo no reniega de las reformas en sí,sino que lucha por definir y conseguirreformas no reformistas, prestandoatención a las necesidades inmediatasde la gente y a mejorar sus vidas aquíy ahora, al mismo tiempo que a avan-zar hacia logros mayores, y final-mente, la transformación total.Y por supuesto, la teoría tendrá queadaptarse a la práctica. Para ser total-mente efectivo, el anarquismo mo-derno tendrá que incluir al menos tresniveles: activistas, organizaciones po-pulares, e investigadores. El problemaahora mismo es que los intelectualesanarquistas que quieren superar viejoshábitos -de la borrachera marxista quetodavía acecha a mucho del mundo in-telectual- no están seguros de cuál

debe de ser su papel. El anarquismonecesita ser reflexivo. ¿Pero cómo?.Hasta cierto punto la respuesta pareceobvia. No se debería dar lecciones, nisentar cátedra, ni siquiera pensar enuno mismo en términos de profesor,sino que se debe escuchar, explorar ydescubrir. Extraer y hacer explícita lalógica tácita subyacente a las nuevasformas de práctica radical. Ponerse alservicio de los activistas proveyendoinformación, y exponiendo los intere-ses de la elite dominante escondidoscuidadosamente tras los discursos au-toritarios, supuestamente objetivos,más que tratar de imponer una nuevaversión de lo mismo. Pero al mismotiempo, muchos reconocen que lalucha intelectual necesita reafirmar supapel. Muchos están empezando a se-ñalar que una de las debilidades bási-cas del movimiento anarquista de hoy,con respecto a los tiempos de, diga-mos, Kropotkin o Reclus, o HerbertRead, es exactamente el descuido de losimbólico, lo visionario, y el pasar poralto la efectividad de la teoría. ¿Cómopasar de la etnografía a las visionesutópicas -idealmente, con tantas visio-nes utópicas como sea posible? No escoincidencia que algunos de los gran-des reclutadores al anarquismo en pa-íses como los EE.UU. hayan sidoescritoras feministas como Starhawk oUrsula K. Le Guin.Una manera en la que esto está empe-zando a ocurrir es a medida que losanarquistas empiezan a recuperar laexperiencia de otros movimientos so-ciales con un cuerpo más desarrolladode teoría, ideas que vienen de círculoscercanos a, y de hecho inspirados por,el anarquismo. Tomemos por ejemplola idea de la economía participativa,que representa una visión anarquistapor excelencia y que suplementa y rec-tifica la economía anarquista tradicio-nal. Los teóricos de Parecon proponenla existencia de no sólo dos, sino detres clases sociales distintas del capi-talismo avanzado: no sólo el proleta-riado y la burguesía, sino una "clasecoordinadora", cuya labor es la de ges-tionar y controlar la producción de laclase trabajadora. Esta es la clase queincluye la jerarquía directiva y los con-sultores y consejeros profesionales bá-sicos para su sistema de control -comoabogados, ingenieros y contables im-portantes, etc. Mantienen su posiciónde clase por su monopolio relativo del

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conocimiento, cualificaciones, y conexiones. Como resultado, los economistas y otros que trabajan en este ámbito hanestado tratando de crear modelos de una economía que eliminara de forma estructural las divisiones entre trabajadoresintelectuales y físicos. Ahora que el anarquismo se ha vuelto claramente el centro de la creatividad revolucionaria, losproponentes de tales modelos han estado cada vez más, si no intentando usar la bandera anarquista exactamente, en-tonces por lo menos enfatizando el grado en que sus ideas son compatibles con una visión anarquista.Cosas similares están empezando a suceder con el desarrollo de las visiones políticas anarquistas. Bien, ésta es un áreadonde el anarquismo clásico tenía ya ventaja sobre el marxismo, que nunca desarrolló una teoría de organización política.Escuelas distintas de anarquistas han abogado a menudo por organizaciones sociales muy específicas, aunque a menudoclaramente en desacuerdo las unas con las otras. Aún así, el anarquismo en su conjunto ha tendido a promover lo que alos liberales les gusta llamar "libertades negativas", "libertades de", más que libertades sustantivas, "libertades para". Amenudo ha celebrado este compromiso como evidencia del pluralismo del anarquismo, de su tolerancia ideológica, o sucreatividad . Pero como resultado, ha habido una renuencia a ir más allá del desarrollo de formas de organización a pe-queña escala, y una creencia en que estructuras más grandes, más complicadas, pueden improvisarse después en elmismo espíritu.Ha habido excepciones. Pierre Joseph Proudhon intentó dar con una visión total de cómo una sociedad libertaria debieraoperar. Se considera generalmente como un intento fallido, pero señalaba el camino hacia visiones más desarrolladas,como el "municipalismo libertario" de los Ecologistas Sociales de Norteamérica. Hay un desarrollo vivaz, por ejemplo,de cómo equilibrar los principios del control de los trabajadores -enfatizado por el grupo de Parecon- y la democraciadirecta, enfatizado por los Ecologistas Sociales.Sin embargo, hay muchos detalles por definir: ¿cuál es el conjunto total de alternativas institucionales positivas del anar-quista a las legislaturas contemporáneas, a los tribunales, a la policía, y a diversas agencias ejecutivas? ¿Cómo ofreceruna visión política que englobe la legislación, su implementación, adjudicación y cumplimiento y que muestre cómo re-alizar efectivamente cada uno de estos apartados de forma no autoritaria -no sólo para proporcionar una esperanza alargo plazo, sino para dar respuesta inmediata al sistema electoral, legislativo y judicial actuales, y por tanto, a muchasopciones estratégicas--? Obviamente, nunca podría haber una línea de partido anarquista sobre esto, el sentimiento ge-neral entre los anarquistas con letra minúscula es que por lo menos necesitaríamos muchas visiones concretas. Sin em-bargo, entre los experimentos sociales reales en las crecientes comunidades autogestionadas en lugares como Chiapas yArgentina, y los esfuerzos por parte de activistas/ "académicos" anarquistas como la recientemente formada Red de Al-ternativas Planetarias o los foros como La Vida Después del Capitalismo es Posible para empezar a localizar y compilarejemplos exitosos de formas económicas y políticas, se está empezando a trabajar [12]. Es claramente un proceso a largoplazo. Pero, bueno, el siglo anarquista tan sólo acaba de comenzar.

David Graeber y Andrej Grubacic

GRUPO ANARQUISTA PERDIGÓN