RecomendaciónPara la total comprensión de este gran reportaje es necesario que se tengan claros los siguientes términos utilizados en la jerga minera, dentro del texto están resaltados en color rojo:

Azogue: Es el mercurio utilizado para sacar el oro.

Catanga: Es el bulto de piedras y arena que es extraído dentro del socavón, lo sacan car�gado en hombros.

Catanguero: Son las personas encargadas de sacar la cantanga de la mina.

Chatarra: Es la parte de la mina que es rechazada.

Chatarreros: Son las personas que trabajan recogiendo la chatarra, de la cual también sacan oro.

Cocos: Recipientes en forma circular donde se lava el bulto de mina, están llenos de bolas de hierro para que su contenido se vuelva ripio.

Entable: Lugar donde se muele y lava la mina

Güeveros: Bulto de mina antes de moler.

Machadora: Máquina que convierte las rocas en arena.

Machinero: Es el que está dentro de la mina perforando la roca

Patrullero: Es en el encargado de supervisar y ubicar a los catangueros, además de coor�dinar la chatarrerìa.

Turbinero: Es el encargado de sacar el agua de las minas.

Cristina*, Alexander*, Edwin* y La Dorada*, son nombres sustituídos por petición de las fuentes.

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ContenidoRecomendación…………………………………………………………………………………….. 1Así es Segovia……………………………………………………………………………………….. 3Buriticá nos recibe…………………………………………………………………………………. .7De la mina hasta la venta………………………………………………………………………......... 11

1. Así es SegoviaAl llegar a Segovia uno se encuentra con un municipio de clima caliente, con calles em�pinadas, muchas de ellas sin pavimentar, la mayoría de sus casas son de techo de zinc, los bares abundan y se puede decir que hay más motos que gente, en cada familia hay como mínimo tres personas que trabajan en temas relacionados con la minería y en la mayoría de las casas, hay un equipo de sonido grande para la rumbas, allá se bebe todos los días de la semana.

Foto tomada por Federico AcostaLos bares los abren todos los días desde las 5:00 de la tarde hasta las 3:00 de la mañana, al son de Diomedes Díaz, Farid Ortiz y Silvestre Dangod. Solo se escucha el vallenato y de vez en cuando una guasca de Darío Gòmez,siempre se llenan de mineros que no piden menos de una garrafa de aguardiente, que pasan dos y tres días de rumba, y varios de ellos con millones de pesos en los bolsillos para gastar, porque eso sí, pelean por el puesto del que más gaste, porque según sus creencias, entre más plata gasten, más oro sacan.

“Entre más plata gasten, más oro sacan”.Segovia en un municipio ubicado en la región nordeste del departamento de Antioquia, para llegar desde Medellìn se toma la carretera norte, pasando por los municipios de Bar�bosa, Yolombò, Yalí, Vegachì y Remedios, con un recorrido aproximado de cuatro horas. Desde sus inicios Segovia se ha caracterizado por la explotación de oro: en 1952 llegó la Frontino Gold Mines, una empresa estadounidense, la cual se encargaría de manejar la minería de todo el municipio, trayendo progreso para Segovia, debido a la implementa�ción de mejores prácticas mineras, la instalación de rieles y múltiples beneficios para la

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trabajadores y sus familias, como lo eran los mercados, la escuela y el hospital La Salada.

En el 2010 esta empresa fue vendida, según un comunicado publicado en la página ofi�cial de la Frontino Gold Mines por Juan Fernando Alvarado, por la suma de US$7.500.000 a la Zandor Capital S.A, una multinacional canadiense, quien a partir de ese momento es la encargada de todas las operaciones mineras legales de Segovia.

Cada año, en el mes de julio se celebran las fiestas de la Virgen del Carmen, el Oro y la Minería, donde se realiza el carnaval de La Gigantona, la gente sale desde la 9 de la ma�ñana a desfilar por las calles del pueblo, al ritmo de chirimías, tirando maizena y moresco y sobre repartiendo mucho aguardiente.

Un oro bañado por sangre

El oro por ser uno de los metales más perseguidos, desata muchas guerras y en Segovia no es la excepción, es un territorio marcado por la violencia, como ocurrió el 11 de noviembre de 1988, cuando un grupo paramilitar entró al parque principal del municipio a disparar in�discriminadamente contra la población civil, dejando un saldo de 43 muertos y 45 heridos, así lo relata el cantautor Juanes en su canción titulada Segovia:

“Un once de noviembre a las siete de la noche

Hombres armados dispararon sin reproches

Contra la gente del municipio de Segovia

Llovía cántaros la plaza estaba llena Varias granadas estallaron en cadena

El nordeste antioqueno todo rojo se tornó

Es una canción por los que se murieron allá en Segovia

Y por todas las familias que fueron víctimas en Segovia

No van a desaparecer Nunca jamás de la memoria…”

“Un grupo paramilitar entró al parque principal del municipio a dis�parar indiscriminadamente contra la población civil, dejando un

saldo de 43 muertos y 45 heridos”.

El presunto autor intelectual de esta masacre es el ex congresista por el partido Liberal César Pérez García, así lo asegura una investigación realizada por la revista Semana, pu�blicada el 14 de mayo de 2010: “Otro de los indicios de la participación del político del Partido Liberal lo ofreció años después el paramilitar Alonso de Jesús Baquero Agudelo, alias ‘el negro Vladimir’, quien fue uno de los autores materiales del múltiple asesinato. De

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acuerdo a versiones entregadas a las autoridades judiciales, Pérez García supuestamen�te incitó a los paramilitares para que cometieran ese crimen: ´él le pidió a Fidel Castaño que sacara a la UP de Segovia, Fidel Castaño lo conectó con Henry Pérez y ya ellos en reunión explicaron los motivos para la masacre´”, en esta investigación también se arrojan evidencias del conocimiento y participación de la fuerza pública en este crimen de lesa humanidad: “De acuerdo con las declaraciones del paramilitar, la Fuerza Pública de la zona conoció con anterioridad el plan de ataque contra Segovia: ´En la base del Ejército me entrevisté con el Comandante de la Policía de Segovia y dijo que estaba de acuerdo y propuso que algunos muchachos le hicieran disparos a la estación para él poder decir que fue que lo atacaron y que no pudo salir. Después me entrevisté con el gerente de la empresa Gold Mines y dijo que estaba dispuesto a colaborar en algo´”.

Pero la violencia no terminó, entre el 2012 y el 2013 Segovia vivió una de las etapas más violentas, siendo el segundo municipio con más homicidios en el país, para ese tiempo el precio del oro se había duplicado y la producción en el municipio aumentó, según el Sis�tema de información minero colombiano de 2.619.803,16 gr. a 5.150.498,57 gr.,lo que hizo que los grupos armados, Los Rastrojos y el Clan Úsuga, conocidos en ese tiempo como Los Urabeños, se disputaran por el control del territorio y las vacunas de las minas, Jennifer Henao, habitante del municipio de Segovia cuenta que en ese tiempo nadie podía salir a la calle después de las 10 de la noche, porque en cualquier momento se desataba una balacera, “todos los días habían tres y cuatro muertos, cayeron niños, mujeres y personas inocentes, Segovia se convirtió en un mar de sangre, a una empleada mía le mataron el esposo, él era un moto taxi, transportaba a los Rastrojo y un día Los Urabeños lo mataron, tenía apenas 21 años”.

“La producción de oro en el municipio aumentó, según el Sis�tema de información minero colombiano de 2.619.803,16 gr. a

5.150.498,57 gr”.

En un reportaje titulado “Serafines, Urabeños y Rastrojos: un capítulo de la guerra por el oro en Segovia”, publicado el 19 de febrero de 2015 en el sitio web www.vice.com, se cuen�ta que el fin de la guerra se dio por la unión de los dos grupos armados: “Parecía que la guerra jamás iba a acabar, pero un día terminó. A comienzos de mayo de 2013, circularon por las calles de Segovia copias de un comunicado que anunciaba “el fin de la guerra” en el nordeste. “Nos sentamos en una mesa con solo una intención: detener la barbarie de la sangre”, decía. “Hoy, gracias a DIOS, estamos respirando paz”. Los Urabeños y los disidentes de Los Rastrojos, explicaba el comunicado, habían decidido que les iba mejor juntando sus fuerzas que enfrentándose. El nuevo grupo al margen de la ley invitaba a todo el mundo que dejó su tierra a regresar”.

Después de la guerra, Segovia comenzó a enfrentar otro problema, esta vez se trataba de su economía, desde el 2013 miles de mineros abandonaron su municipio, unos por miedo a vivir otro episodio de violencia y otros en busca de mejores oportunidades, lo que trajo

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innumerables pérdidas a los diferentes sectores económicos, Nicolás Dario, gerente de Distribuciones Riogrande, la empresa encargada de vender todos los productos de Alpina y Zenú en esta zona, es uno de los afectados “antes del 2013, Segovia era uno de los mu�nicipios que más vendía nuestros productos, desde ese año la ventas bajaron casi en un 30%, lo que nos ha generado grandes pérdidas en esa zona”.

Los protagonistas

Alexander* más conocido como “Chivo” ´nació en Segovia, tiene 31 años y siendo me� más conocido como “Chivo” ´nació en Segovia, tiene 31 años y siendo me� tiene 31 años y siendo me�nor de edad abandonó el colegio para trabajar en minería informal, cuando cumplió la mayoría de edad empezó a trabajar en La Frontino, donde desempeñó varios oficios como turbinero, machinero, catanguero y con el paso de los años la empresa lo empezó a capacitar para ejercer otros oficios “La Frontino me pagó varios cursos en El Sena para especializarme en todo lo relacionado con la parte eléctrica de las minas, en ese enton�ces tuve meses en los que me ganaba $10´000.000 y $15´000.000”.

Edwin* al igual que “Chivo” abandonó sus estudios de bachillerato para dedicarse a la minería, empezó como chatarrero donde se ganaba entre $1´000.000 y $2´000.000 sema�nales, desempeñó varios oficios en diferentes minas informales de Segovia “en la minería siempre me fue muy bien, cuando me iba mal en una mina, renunciaba y me iba para otra, siempre tenía plata para beber todos los días, porque minero que se respete, le gusta el aguardiente”, su afición por las motos lo llevó haces 4 años a perder una de sus piernas.

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2. Buriticá nos recibeDesde el 2012 las calles de Buriticá se llenaron de hombres y mujeres de casco y botas plásticas, todos provenientes de diferentes partes del país, pero en especial del municipio de Segovia, sus calles se llenaron de compras de oro y sus establecimientos comerciales pasaron a tener nombres relacionados con minería, pasó de ser un pueblo solitario a un pueblo donde ya no le cabe la gente.

Iglesia parque principal Buriticá Antioquia

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Buriticá es considerado uno de los municipios más antiguos de Colombia, fundado en 1614, desde sus inicios sus pobladores se dedicaban a las labores del campo, su economía se basaba en la ganadería y en la siembra de fríjol, maíz y especialmente de café, la mi�nería era un tema totalmente desconocido para la población de este municipio.

Desde principios de los años 90 la empresa Continental Gold, descubre en Buriticá una nueva oportunidad para la explotación de oro, desde ese momento esta multinacional se convierte en la dueña de la mayoría de los títulos mineros existentes en este municipio del occidente de Antioquia.

A finales del 2012 y principios del 2013, se empezó a regar el cuento de que en Buriticá estaban sacando mucho oro, cuento que llegó a oídos de miles de segovianos, los cuales empacaron su maletas y migraron hacía este municipio en busca de mejores oportunida�des económicas, para ejercer prácticas de minería informal, ellos tenía todas las de ganar, pues en Buritcá eran muy pocos los que conocían la minería y ellos eran expertos en el tema.

En ese entonces “Chivo” trabajaba en Zandor Capital, la multinacional que compró la Frontino Gold Mines y empresa en la cual no estaba satisfecho “esta empresa no siguió con las mismas condiciones para los trabajadores, ya no nos pagaban por un porcentaje, sino que nos empezaron a pagar un sueldo que no era justo, pagaban algo más de un mínimo y el trabajo era excesivo, además de eso, no pagaban en las fechas establecidas, se quedaban muchas veces dos y tres meses sin pagar”, hace dos años unos amigos, tam�bién segovianos que estaban abriendo una mina en Buriticá, lo llamaron para que se fuera a trabajar como electricista, él no lo pensó dos veces y al otro día ya estaba viajando, actualmente “Chivo” trabaja en tres minas del municipio de Buriticá y se está ganando aproximadamente $4’000.000 quincenales.

La llegada de estos mineros de Segovia trajo diferentes problemas de orden público para este municipio, las cantinas, los prostíbulos y la venta de licor aumentaron en un 200%, José Abdulio, un buritiqueño que toda la vida se ha desempeñado en las labores del campo dice que no tiene nada en contra de esta población, pero desde que llegaron todo ha sido diferente “los segovianos son muy queridos, muy buena gente, pero son muy desor�denados, les gusta mucho el aguardiente y andar rápido en esas motos, todos los fines de semana hay accidentados y peleas”.

“Las cantinas, los prostíbulos y la venta de licor aumentaron en un 200%”.

Después de perder una de sus piernas a Edwin* le fue instalada una prótesis, pudo volver a caminar como una persona normal, pero ya no puede ser catanguero, ni machinero, no puede desempeñar ningún oficio que implique hacer fuerza y mucho menos puede cargar los güeveros como lo hacía antes, después del accidente estuvo trabajando con su mamá en un asadero de pollos en Segovia, a principios del año pasado unos amigos que estaban empezando una mina en Buriticá lo llamaron para que se fuera a ayudarles,

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“empecé a trabajar sin un sueldo, hacía los mandados, las vueltas y los viajes a Medellín por materiales, hoy ya soy socio, la mayoría somos de Segovia y ya estamos en proceso de legalización bajo el título de la Continental Gold”.

Buriticá es un municipio pequeño, en su área urbana contaba con 1.600 habitantes, cifra que se desbordó desde que estos mineros hicieron presencia en la zona, este municipio pasó de manejar 15 motos de dos ruedas a llegar a un promedio de 4.500 motos, antes un arriendo de una casa estaba entre $150.000 y $200.000, ahora es muy difícil encontrar un lugar donde vivir y si se cuenta con suerte no se consigue en menos de $1´000.000.

“Este municipio pasó de manejar 15 motos de dos ruedas a llegar a un promedio de 4.500 motos”.

Carlos Marío Varela, alcalde de Buriticá asegura que esta gran población de segovianos que están haciendo presencia en su municipio le han generado diversos problemas “el hospital está a punto de colapsar, ya no tengo la capacidad logística para dar abasto, para atender a nuestros pobladores y los pobladores de otros municipios, fuera de eso el transporte escolar ya no me da, era congruente a la población estudiantil que teníamos en el casco urbano, ya las dos busetas que tengo me tienen que hacer varios viajes, los salones eran para 20 y 25 alumnos, ahora tengo más de 70 por cada aula”.

Según Varela para combatir este problema es necesario un plan de choque, el cual con�siste en ir a las minas y desalojar estas personas que están ejerciendo prácticas de minería informal, hace aproximadamente dos años se realizó un operativo en el que tuvieron que intervenir 1.000 hombres de la Fuerza Pública para desalojar a 12.000 minero que estaban asentados en zona rural del municipio, este tipo de operativos aún se vienen realizando en alguno sectores.

Para muchos buritequeños lo único bueno que todo esto le ha dejado al municipio es que su economía creció, ya no hay desempleo y todos los negocios prosperan, desde una venta de jugos, hasta una tienda de barrio, además de eso se empezaron a construir edificios de dos y tres pisos, cosa que no se veía en un municipio del que casi nadie había escuchado hablar, pero que ahora está en boca de todo el mundo, porque hablar hoy en día de Buriticá es sinónimo de oro.

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Calles de Buriticá Antioquia.

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3.De la mina a la ventaCristina* nació en Segovia, lo que sabe de minería lo aprendió en Buriticá, hace dos años llegó a trabajar como chatarrera en una mina de unos conocidos, al ver que se estaba ganando entre $2´000.000 y $3´000.000 semanales, decidió dejar sus estudios de auxiliar de odontología en Medellín para dedicarse de lleno a la minería en Buriticá, actualmente es socia de la mina La Dorada*.

La Dorada* tiene 500 metros de profundidad, está ubicada en zona rural del municipio de Buriticá, a la entrada de la mina hay una especie de sala con un televisor grande, donde a las 9:00 p.m se reúnen todos los mineros a ver la novela de Diomedes Díaz, tiene dos turnos laborales, uno que entra a las 7:00 a.m y sale a las 3:00 p.m y el otro que entra a las 4:00 p.m y sale a las 12:00 a.m, cuenta con 200 trabajadores, de los cuales 150 son segovianos.

Mina La Dorada*.

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Para extraer el oro se perfora la roca, salen piedras que son guardadas en unos costales, esto se llama catanga, los cantangueros, se encargan de sacarla del hueco para pasarla por la machadora, de esta manera pasa de ser roca a polvo, luego cada trabajador coge la parte que le corresponde y lo otro se reparte entre los socios.

Según Cristina* por ser mineros informales pasan por muchos abusos, “como el oro no está legalizado corremos el riesgo de que no lo quiten cuando lo sacamos del entable, muchas veces cuando vamos a moler y nos para la policía tenemos que darles parte de nuestra producción para que nos dejen seguir, además tenemos que darle el 10% de todo lo que saquemos a los grupos armados ilegales”.

Mina La Dorada*.

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Estos bultos de mina se llevan para el entable, allí se echan a los cocos, a 50 vueltas por minuto durante tres horas, se le añade una mezcla de azogue, melaza, cal y ácido cítrico para que se separe el oro de la tierra, de ahí sale un lodo que se lava y el mercurio queda en el fondo con el oro, se coje con un trapo, se estripa y queda la bola de oro, esta se lleva para la compraventa donde se realiza el proceso de fundición y el oro queda com�pletamente amarillo.

Actualmente la mina La Dorada* está sacando 100 bultos de mina diario, cada bulto con 1 castellano de oro aproximadamente, 1 castellano equivale a 4.6 gramos de oro, según índices del Banco de la República el precio del gramo del oro hoy está en $89.670, por lo que podemos decir que esta mina está produciendo $41´248.200 diarios.

Proceso de fundición de 100 castellanos de oro.

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“1 castellano equivale a 4.6 gramos de oro, según índices del Banco de la República el precio del gramo del oro hoy está en

$89.670”.

En el momento no se tiene una cifra exacta de cuántos mineros de Segovia poblaron Bu�riticá, porque el tema de minería informal es un tema de ir y venir, el que está hoy, ya ma�ñana se va, unos llegan y otros se van, el que hoy es millonario, mañana queda en banca rota, pero lo que sí está muy claro, es que cada día Buriticá pierde más su esencia de ser un pueblo tranquilo y solitario y cada vez se parece más a Segovia, siendo un municipio donde reinan las cantinas, el aguardiente, las motos y el desorden.

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Cristina*, Alexander* y Edwin* siguen con la ilusión de conseguir cada vez más di�nero de cuenta del oro buritiqueño, su futuro es muy incierto, pues su produc�ción como puede aumentar considerablemente, puede acabarse en un abrir y cerrar de ojos y si eso pasa regresarán a su pueblo en busca de más oro.