Butler, Alban - Vidas de Los Santos 01

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VIDAS DE LOS SANTOS DE BUTLEREDICIN COMPLETA EN CUATRO VOLMENES Traducida y adaptada al espaol por

DEDICATORIA

WIFREDO GUINEA, S. J.de la Segunda Edicin Inglesa revisada por

Queremos dedicar esta obra a todos aquellos que, tanto en el pasado como en el presente, han consagrado lo mejor de su tiempo, de sus arduas labores y de sus esfuerzos y sacrificios personales a hacer de estos volmenes una magnfica edicin. Es nuestro deseo ms ardiente el que esta obra sirva a todo el pblico de habla hispana, en todo el mundo, para familiarizarse ms con los santos, de modo que los heroicos ejemplos de su santidad, humildad, paciencia y dems virtudes, inspiren a todos en la bsqueda de una nueva esperanza y fortaleza para alcanzar una vida mejor y ms perfecta.

HERBERT THURSTON, S. I.y

DONALD ATTWATER

JOHN W. CLUTE

VOLUMEN

I

ENERO FEBRERO MARZOndice General en el Tomo IV

VIDAS

DE L O S

SANTOS

PUBLICADA POR C. I. - JOHN W. CLUTE, S. F. A.

MXICO, D.

TTULO EN INGLS: BUTLER'S LIVES OF THE SAINTS. EDITED, REVISED AND SPPLEMENTED BY HERBERT THURSTON, S.J. PUBLISHED IN 1954 AND DONALD ATTWATER. LTD.

BY BURNS & OATES,

LONDON, ENGLAND.

PREFACIO DEL CARDENAL GARIBI RIVERA A LA EDICIN EN CASTELLANO DE "VIDAS DE LOS SANTOS" Una de las caractersticas ms marcadas del hombre actual es la tendencia a la exactitud. No nos conformamos ahora ni con los cculos aproximados en las ciencias fsico-qumicas, ni con las informaciones imprecisas en el campo de las comunicaciones humanas, ni con las verdades a medias en ninguno de los mbitos del saber humano. Y si en algn terreno esta tendencia se hace ms exigente, se es sin duda el de la historia.

PRIMERA EDICIN EN ESPAOL ENERO DE 1965

10,000 EJEMPLARES.

AUTOR: ALBAN BUTLER

(DIFUNTO) SJ.

TRADUCTOR: WIFREDO GUINEA, OROZCO Y BERRA MXICO 4, D. 180 F^

Las vidas de los santos no pueden ni deben quedar al margen de esta exigencia. Ms que ningn otro personaje histrico necesitan los santos ser iluminados por la luz de la verdad, pues no solamente van a ser enjuiciados por los hombres actuales, sino que van a motivar y a delinear con su ejemplo la conducta futura de muchos de estos hombres. La obra de Alban Butler, revisada y complementada por el Padre Herbert Thurston, S.J., y Donald Attwater, traducida al castellano y adaptada para Espaa y Amrica Latina por el Padre Wifredo Guinea, S.J-, nos parece satisfacer la justa demanda de exactitud histrica que exige nuestro tiempo. En cada una de las vidas que aparecen en sus cuatro volmenes se h a definido claramente lo que es historia en su sentido estricto y lo que e s la leyenda; lo que consta en documentos dignos de crdito y lo que ha sido aadido o exagerado por una piedad ingenua que no pretenda hacer historia, sino narraciones piadosas, de acuerdo con su poca.

DERECHOS

RESERVADOS A FAVOR DE CLUTE, S. A.

COLLIER'S INTERNATIONAL - JOHN W. ABRAHAM GONZLEZ 3. MXICO 1, D. F.

Nihil obstat: Armando Salcedo, S.J., Cens. Eccles. Imprim potest: Raphael Gmez Prez, S.J., Praep. Prov. Mexic. Merid. Mexici, 5 lun. an. I). 1964. Imprimatur: t Miguel Daro Miranda, Arz. Primado. Mxico, D. ., 29 de junio, 1964.

Creemos que la edicin en castellano de esta obra ser de particular inters y utilidad para el pblico hispano y latinoamericano en el que ha habido exageraciones en las vidas de santos que, inconscientemente, transportamos al terreno de la Fe. Esperamos que cada uno de los que las lean, obtengan de su lectura una imagen mucho ms real y, por lo tanto, mucho ms atractiva de los santos, frutos selectos de la Iglesia.

/ - ^/kt-2- &**-**< )Lct~*~JPREFACIO DEL CARDENAL SPELLMAN Jos Cardenal Garibi Rivera. Arzobispo de Guadalajara. Guadalajara, Jal., fiesta de San Pascual Bailn, 17 de mayo, 1964. Por dos siglos, las "Vidas de los Santos" de Butler se han considerado como autorizada norma de los principales santos ms conocidos por los catlicos de habla inglesa. Esta ltima edicin, completamente revisada por el competente erudito, Sr. Donald Attwater, se ha hecho en vista de la creciente demanda de datos precisos sobre los elegidos propuestos a nuestra veneracin y emulacin. Encontraremos aqu una maravillosa constelacin de victorias de hombres, mujeres y nios, que se enfrentaron a dificultades y peligros y que, con su triunfo, hacen patente el cumplimiento del fin que Dios tuvo al crearnos. Despus de soportar heroicamente las pruebas y tormentos de este mundo, para la mayor honra y gloria de Dios, viene la recompensa de la eterna felicidad con El en el cielo. Hallaremos impresa aqu la odisea de hombres y mujeres que, autnticamente consagrados a buscar primero y ante todo, de manera incansable y triunfal, la voluntad santa de Dios, consiguieron la meta sublime, definida inspiradamente por San Pablo como destino de toda la humanidad: "Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificacin". bosquejadas en diferentes medios de vida, encontramos aqu variadas vietas de hroes y heronas, que manifestaron su amor a Dios de modos lin diversos, que nos ofrecen amplias esperanzas y ayudas para la santidad. Estas pginas son testigos elocuentes de que la santidad se alcanza no precisamente mediante lo extraordinario, sino mediante lo ordinario, extraordinariamente realizado. El amor a Cristo es lo que definitivamente nos impulsa hacia nuestra meta final: la visin beatfica de Dios. Estos inspiradores relatos demuestran, adems, que la santidad la ms elevada y noble de todas las vocaciones no es privilegio raro de unos llantos, sino el destino de todos. Esta galera de santos ilustres confirma

el carcter democrtico del Reino de Dios, pues la santidad no es monopolio de razas ni profesiones. Estos volmenes demuestran hasta la evidencia que la santidad es una vocacin p a r a todos y dondequiera. Espero firmemente que la diaria meditacin de las vidas de estos santos nos acerque ms el cielo y nos acerque ms al cielo. PREMBULO A LA SEGUNDA EDICIN INGLESA Hace ya ms de un cuarto de siglo que se le pidi al P . Herbert Thurston S.J. que revisara y actualizara las Vidas de los Santos de Butler. El primer volumen, Enero, se public en 1926. A partir del segundo volumen, Febrero, (1930), el P. Thurston pidi ayuda a la Srita. Norah Leeson para la revisin, nueva redaccin o resumen, de muchas biografas que aparecan en las Vidas de Butler. La Srita. Leeson colabor con el P. Thurston hasta el fin del volumen de Junio . . . A partir del volumen de Julio (1932), el presente editor (est hablando Donald Attwater), se encarg de hacer la preparacin de casi todo el texto y de las adiciones que se hicieron hasta el ltimo volumen (1938). El P. Thurston mismo escribi todas las notas bibliogrficas y otras notas al fin de cada "vida 4 '. Los principios generales que se tomaron como norma para hacer el trabajo, los expresa el mismo P. Thurston en la introduccin que aparece despus de este prefacio. La nueva edicin (inglesa) en cuatro volmenes, abrevia la edicin 1926-38 (se intent reducirla en una dcima parte). Por ejemplo, se han omitido por completo las exhortaciones piadosas que Butler pona al fin de cada da. Debemos reconocer que estas exhortaciones tenan la solidez escriturstica porpia de Butler, pero no podemos menos de reconocer que a menudo eran montonas y repetan las mismas ideas. El P. Thurston hace notar que "el propsito que tena Butler al escribir, era el provecho espiritual de sus lectores", no tememos afirmar que en nuestros das se alcanza mejor el mismo fin, haciendo que las vidas hablen por s mismas, ms bien que si aadimos exhortaciones directas y "moralizantes". Creemos que conduce ms eficazmente a la devocin una idea clara de la vida real de un santo, tal como nosotros y Butler intentamos darla, que una idea falsa o dudosa. Como el abad Fernand Cabrol escriba: "El conocimiento exacto de los hechos es la mejor ayuda a la verdadera piedad". Para hacer unas Vidas de los Santos perfectamente adaptadas a nuestro tiempo, tal como Butler lo hizo en el suyo, se necesitara empezar el trabajo desde el principio y esperar que viniera un Alban Butler o un Herbert Thurston. Hemos omitido en algunos meses las notas sobre santos poco conocidos o de veneracin incierta. El mismo P. Thurston expres esta idea en el prefacio al volumen de Diciembre. Por otro lado, hemos dado ms espacio a las nuevas beatificaciones y canonizaciones que han venido en los ltimos quince aos, as como a los antiguos santos que se haban omitido en la primera edicin. La obra original de Butler tena 1486 biografas; la presente contiene 2565 aproximadamente. Los cortes que se han hecho en el texto de la edicin 1926-38 varan desde una palabra hasta una pgina o ms. La falta de espacio nos ha forzado a volver a escribir pasajes enteros y aun una "vida" completa.** Al hacer esto siempre he tenido presente el consejo de Alban Butler en su Discurso Introductorio. "Pocas veces hay que fiarse de los autores que pulen el estilo, o abrevian las historias de otros".

Arzobispo de Nueva York Fiesta de Todos los Santos 1955.

c

Ha sido una gran satisfaccin haber tenido la oportunidad de revisar la parte de Julio a Diciembre, que yo saba que no era satisfactoria y de haber logrado ajustara a los comentarios del P. Thurston y al texto de Enero a Junio, que fue escrita por l, o bajo una vigilancia suya ms directa de la que tuvieron mis propias colaboraciones. Las notas bibliogrficas y crticas se han dejado tal como el P . Thurston las escribi, exceptuando algunas modificaciones verbales y abreviaciones, aunque hemos tratado de poner la bibliografa a la fecha (Mayo 1954). No ha sido posible revisar todas las publicaciones peridicas que han aparecido en varias lenguas desde el ao 1925, pero s se ha puesto atencin a la "Analecta Bollandiana" y he aadido una nueva bibliografa y obras similares. Entre stas, se han puesto varias "vidas populares" para la generalidad de los lectores. Algunas notas del P. Thurston se han incorporado al fin del texto para conveniencia de los lectores ocasionales. En esta edicin se ha establecido un orden uniforme en la presentacin de las biografas. El primer santo (o fiesta) presenta la principal conmemoracin del da, segn el calendario de la iglesia occidental; las siguientes biografas estn en orden cronolgico. Existen pocas excepciones como Marzo 1, Junio 9, Julio 9, Septiembre 26. No es fcil descubrir el da preciso del mes en que deba entrar cada biografa. En general, he seguido el orden del P. Thurston (quien introdujo muchas alteraciones en las fechas). Se us la ltima edicin del Martirologium Romanum, 1930, (secunda post typicam) para la fecha de los santos canonizados, y para los beatos que no estn incluidos en el Martirologio se tuvo en cuenta, hasta donde fue posible, el da destinado a la celebracin litrgica local. Esta ltima regla no es siempre una gua satisfactoria, porque un mismo santo puede ser celebrado en varias dicesis en diferentes fechas. A los que pertenecen a rdenes religiosas he tratado de colocarlos en el da sealado por los calendarios de su Orden. En los casos de una beatificacin reciente, en los que no ha sido posible saber el da de la celebracin, lo he colocado en el da de la muerte del santo. Cuando la obra estaba en proceso, los Frailes Menores adoptaron un nuevo calendario; desgraciadamente fue tarde para hacer los cambios, excepto algunos de los ms importantes. Al principio de cada biografa se ha puesto el ttulo que se usa en la liturgia de Occidente para distinguir las diversas categoras de santos, excepto el ttulo de "confesor" que se ha omitido definitivamente; todo varn santo que no es mrtir, es confesor. Algunas veces, el ttulo descriptivo no concuerda con el nuevo Oficio vg: en Julio 29, a Flix " I I " se le nombra en el Martirologio Romano como "mrtir" y en las colectas del Misal y Breviario, como "Papa y mrtir"; pero en realidad no fue ni Papa, ni mrtir. Ya que se me ha concedido el privilegio de revisar una parte considerable del trabajo de las Vidas de los Santos de Butler, creo oportuno expresar mi completa sumisin a los criterios que tuvo el P. Thurston en cuanto al espritu segn el cual debe hacerse el trabajo de adaptacin, as como mi total acuerdo con l en la admiracin por Butler y por su obra. Como escrib yo mismo en el prefacio de Julio, puedo asegurar que comenc el trabajo con bastantes prejuicios en contra de Butler. Pero estos prejuicios, debidos a la ignorancia, pronto fueron depuestos. Pensaba, como otros muchos que no haban ledo la obra con detenimiento, que Butler era un escritor sin crtica, crdulo y aburrido; pensaba que la obra era un eptome de escritos de

esos hagigrafos que procuran por todos los medios posibles "edificar", las ms de las veces en un estilo barato y poco profundo. Cierto es que su estilo es montono, aunque esto no ensombrece el slido sentido didctico de sus exhortaciones. Pero ciertamente no es crdulo ni falto de crtica. Es un hagigrafo que trabaj con los medios con que se dispona en su tiempo. Si algunas veces narra milagros y otros eventos que ahora nosotros rechazamos por una u otra razn, no les da importancia extraordinaria, ni se esmera en multiplicar tales hechos. Para Butler, la santidad significa humildad y caridad, no hechos maravillosos. Para ser justos, debemos admitir que su juicio crtico fall en un aspecto: ignor todo lo que fuera en contra de un santo y tambin todo lo que hubiera en favor de los oponentes al santo, ya fuera un hereje, pecador, o simple oponente. Esta actitud no puede tolerarse ms. En el caso de San Jernimo y Focio, sin pretender borrar del calendario al primero y canonizar al segundo, debemos reconocer que salvaguardamos ms la verdad, si admitimos que San Jernimo fue un hombre precipitado, de palabras duras y que Focio era un hombre virtuoso y muy letrado. Igualmente, sera mejor decir que los partidarios que tenan razn en la controversia no se comportaron con dignidad y prudencia, y que los que estaban equivocados no siempre lo hicieron con mala intencin. Un santo, nada menos que San Francisco de Sales, escriba: No es en desdoro de un santo mostrar as sus faltas como su virtudes. Los hagigrafos que disimulan sus faltas, hacen mucho mal a todos, aunque con ello pretendan dar mayor brillo a los santos . . . o por temor a disminuir la reverencia que tenemos por su santidad. La realidad no es como ellos piensan. Estos escritores hacen mal a los santos y a la posteridad. (Oeuvres, Annency ed., vol. x, p. 345.) El Padre Hiplito Delehaye, S.J., director de los Bolandistas, ha escrito una recensin que aparece en Analecta Bollandiana, vol. LVII (1939), sobre la edicin de las Vidas de Butler. Ah ennumera a los escritores que, desde los tiempos de la Leyenda Dorada del Beato Santiago de Vorgine, se han dedicado a adaptar las vidas de los santos a las necesidades del tiempo y de lugar. "Entre los ms recientes y mejor conocidos", dice, "comenzando por Ribadeneira, se pueden nombrar las obras de Roseweyde, Giry, Morin, Baillet, Butler, Godescard, hasta la deplorable compilacin de Mons. Gurin, al cual debemos los "Petits Bollandistes". Y aade: "La palma se la lleva Alban Butler . . ." Adems de estas palabras, podemos citar una apreciacin ms detallada del mismo P. Delehaye sobre el Padre HeAert Thurston: Sin lugar a dudas, el Padre Thurston es el "maestro" (savant) en la literatura hagiogrfica y materias afines, por su seguro mtodo crtico. Sus numerosos escritos en este campo lo mantienen en contacto con todos los entendidos que se interesan en esta rama de la ciencia; no hay otro con mejores cualidades que l para responder al delicado trabajo de refundir la antigua coleccin (scil., las Vidas de Butler), de manera que satisfaga la piedad; sin incurrir en el menosprecio de los lectores e x i g e n t e s . . . El comentario resumido que acostumbra dar, hace del nuevo "Butler" una obra cientfica que sirve para la piedad y para el estudioso.

Hablando en general de los escritos del Padre Thurston, el Padre Delehaye, aade: En el vasto trabajo que despleg este hombre tan letrado, donde puso en juego sus extraordinarias cualidades de investigador y critico, casi siempre encontramos una relacin, directa o indirecta con nuestros estudios {scil., los Bolandistas). Tales son sus artculos sobre el origen de las fiestas catlicas y las devociones; y aquellos otros sobre los fenmenos maravillosos* que, con razn o sin ella, parecen sobrenaturales y que se encuentran tan frecuentemente en las vidas de los santos, como apariciones, estigmas, levitaciones; todo un mundo donde continuamente se encuentra uno al borde de la alucinacin y el fraude, en donde slo puede uno aventurarse a entrar con un gua seguro y experimentado. No haca mucho tiempo que estas palabras haban sido publicadas, cuando el P. Herbert Thurston fue llamado a recibir su recompensa el da 3 de noviembre de 1939, para ser seguido, dieciocho meses despus, por el autor de ellas, el Padre Delehaye. A propsito vendra aplicarles aquellas palabras de Alban Butler: "Los grandes hombres, los ms sabios, prudentes y juiciosos, los ms inteligentes y sinceros, los ms ajenos al inters o a la pasin, los ms desligados del mundo, aquellos cuya misma bondad era ya un milagro visible de la divina gracia, son en s mismos un testimonio de la verdad, de la revelacin y de la divinidad de la religin catlica. Su testimonio es tanto ms valioso, en cuanto lo mantienen dentro de un espritu de humildad y caridad, y en oposicin al orgullo y a todo humano inters". No puedo dejar este prefacio sin dar mis ms expresivas gracias al Padre Paul Grosjean, Bolandista, por haber ledo las pruebas de esta segunda edicin. El haberse tomado este trabajo, es un ejemplo ms del amplio espritu de servicio de la Sociedad Bolandista, cuya ciencia est a la disposicin del ms humilde estudiante, y cuyo inters va hasta el ms modesto trabajo en el campo de la hagiografa y obras relacionadas con ella. Cualquier omisin o falta que se encuentre en esta edicin, debe atribuirse a m ; gracias al Padre Grosjean no fueron muchas. A l debo numerosas correcciones y referencias. Gracias al trabajo de los bolandistas, el Padre Thurston fue capaz de aceptar esta formidable empresa de revisar el Butler. Gracias al Padre Grosjean, puedo presentar al pblico esta otra revisin con menos temor que el que sufriera, si no hubiera pasado ante sus ojos: ojos de un entendido que se han dedicado especialmente a la historia hagiolgica de la Gran Bretaa e Irlanda.

I N T R O D U C C I NLa siguiente introduccin ha sido tomada de la edicin norteamericana de 1963, publicada por Kennedy and Sons. Se han seleccionado y adaptado los prrafos ms pertinentes a la edicin que presentamos para el pblico de habla espaola. Tiene singular valor por compilar las principales ideas del P. Herbert Thurston, S.J., quien trabaj en la revisin del original de las Vidas de Butler.

Esta obra no va dirigida a eruditos, aun cuando ellos puedan encontrarla til. Su objeto principal es presentar una relacin que proporcione datos cortos, fciles de leer y verdicos, de los principales santos que se veneran en la Iglesia occidental, o que por una u otra razn generalmente son ms conocidos a los lectores de habla inglesa.* La obra original fue publicada en Londres de 1756 a 1759 por el Rev. Alban Butler, con el ttulo de Vidas de los Santos. ** Butler muri en 1773, hace cerca de 200 aos. Desde entonces, la Iglesia ha ido enriqueciendo su lista honorfica con muchos nombres nuevos. Por eso se encontrarn muchos otros santos en esta obra, que fueron canonizados despus de la muerte de Alban Butler. Ms an, se han incluido las nuevas Confirmaciones de Culto, (Confirmatio cultus) que equivalen a otras tantas nuevas beatificaciones. Este decreto, que se concede solamente despus de hecha la debida investigacin, corrobora autoritativamente la veneracin de los siervos de Dios que vivieron antes de 1634, cuando entr en vigor el proceso de canonizacin instituido por Urbano VIII. As por ejemplo, "La Beatificacin de los Mrtires Ingleses" en 1886, no fue estrictamente una beatificacin. No hubo una ceremonia solemne en San Pedro, ni un documento papal, como bula o breve, sino simplemente una confirmatio cultus, que proceda de la Sagrada Congregacin de Ritos y que fue publicada en 1886 con la aprobacin papal. El valor de este decreto equivale a una formal beatificacin. Queda pues confirmada, dentro de algunos lmites, la* La presente edicin se ha adaptado a los lectores latinos. ~ * E ttulo completo de la primera edicin, que apareci sin el nombre del autor, rru "The Lives of the Fathers, Martyrs and other Principal Saints; compiled from original monuments and other authentick records; illustrated ivith the remarks of judicious modern ciiticks and historians." ("Las Vidas de los Padres, mrtires y otros Santos importantes; tomadas de los monumentos originales y otros documentos autnticos; completadas con anotaciones de los crticos modernos e historiadores"). El obispo Ward afirma que fue publicada "nominalmente en cuatro volmenes, pero en realidad fueron siete, en octavo"; Joseph Cuillow, por otro lado, afirma que fueron cinco volmenes. En realidad parece que slo fueron cuatro paginaciones, pero debido a que algunos tomos eran muy voluminosos, (ms de 1,000 pginas), los encuadernadores los dividieron en 2 partes y aadieron otra paginacin. Por sugerencia del obispo Canciller, algunas notas fueron suprimidas en la primera edicin; especialmente una larga disertacin sobre los escritos de San Juan Crisstomo. ^in embargo estas notas, se publicaron en la segunda edicin, que apareci en 12 tomos en Huilln, 1779-1780, despus de la muerte de iutler. Las notas existan en los manuscritos ni igiimles del nutor.

DoNALDFIESTA DE SAN BEDA EL VENERABLE

ATTWATER.

27 de mayo,

1954.

* En 1952 el P. Joseph Crehan, S.J., public una memoria del Padre Thurston, en donde se encuentra una valiosa bibliografa de sus escritos, desde el primer artculo que public en The Munth en 1787, hasta su muerte. El P. Crehan tambin ha publicado, en un solo volumen, los escritos que tienen relacin con la estigmatizacin, evitacin, y visiones especiales, tal como se manifiestan en las vidas de algunos santos y otros: The Physical Phenomena of Mysticism (1952).

veneracin de cualquiera de los cincuenta y cuatro mrtires ah nombrados; se puede celebrar Misa en su honor y se le permite a los fieles llamar "beatos" a los siervos de Dios que aparecen en dicho documento, ya sea individual o colectivamente. Cuando reflexionamos en la fuerza de esta confirmado en la cual encontramos nombres tan connotados como los del Cardenal Fisher, Toms Moro, algunos monjes del Charterhouse de Londres, la Condesa de Salisbury (madre del Cardenal Pole) y el Padre Edmundo Campion S.J., para no hablar de otros muchos sacerdotes seculares, religiosos y laicos, cae de su peso que la lista de santos de Butler debe ser enriquecida por lo menos con media docena de nuevas biografas. No es posible, por otro lado, tener una obra exhaustiva. Existe un buen nmero de martirologios, listas de reliquias, y otros documentos sobre los cuales la Santa Sede, muy sabiamente, ha guardado silencio, a no ser en casos en que se le ha pedido expresamente que hable. La sola coleccin oriental y cltica de los llamados "santos" creara un formidable problema a cualquier bigrafo. En el "Martirologio de Gorman", una compilacin del siglo XII, se encuentran 72 santos con el nombre de Colman, y en una edicin reciente del Martirologium Romanum, hay 67 Flix. Ni siquiera se puede llamar exhaustiva la obra de 60 volmenes de los Bolandistas, llamada "Acta Sanctorum", quotquot loto orbe coluntur vel a catholicis scriptoribus celebrantur. (Actas de los santos que se veneran en todo el orbe o son celebrados por los escritores catlicos. Al fin del elogio de los santos de cada da, hay una lista de nombres bajo el ttulo de praetermissis aut in alios dies rejeci, (nombres "olvidados o puestos en otros das"). La razn por la cual estos nombres se han suprimido o pasado a otras fechas es, o porque su culto no ha sido aprobado, o porque faltan datos histricos de los personajes. En general, no es fcil saber si se justifica el ttulo de "Santos" o "Beatos" en algunos siervos de Dios, cuya fama de santidad no se extenda ms all de una localidad y era algunas veces slo ratificada tcitamente por un obispo. Tratamos de hacer una revisin que nos d en pocas palabras las biografas de esas personas, cuya santidad ha sido confirmada formalmente por la Santa Sede, o cuya veneracin se apoye en la liturgia de los primeros tiempos, como muestra de pblico reconocimiento. Desgraciadamente encontramos en no pocos casos que se ha tributado popular veneracin a personajes cuya vida real se desconoce; aunque la piadosa imaginacin de los hagigrafos a menudo hayan tratado de suplir los detalles de su vida. Ms an, se encuentran en el Martirologio Romano nombres equivocados, debido algunas veces a los errores de los copistas de la edad media, e interpolaciones de simples leyendas prehistricas transformadas o decoradas con los colores cristianos. No hemos querido omitir todas estas leyendas que fueron tan queridas por los devotos creyentes de otros tiempos, aun cuando en ellas se encuentran extravagancias y novelescos detalles, por otro lado patentes a nuestros sensatos lectores. (Algunas personas toman estas biografas como una literatura didctica de espiritualidad). En cuanto a los santos de los primeros mil aos de la historia de la Iglesia, conocidos por sus virtudes o su martirio por el nombre de Cristo, no es fcil determinar quines de ellos deben reconocerse como santos, o como personajes histricos a los cuales aadieron el prefijo de "santos". En muchos casos de estos no existe una bula de canonizacin u otra aceptacin formal de la Iglesia;

a lo ms, encontramos que fueron conmemorados en los Misales o en el martirologio oficial que se lee en la "Hora Prima" del Oficio Divino. Estos siervos de Dios gozan de una canonizacin que se llama "aequipolens" (virtual) ; una especie de ttulo de cortesa. El fin principal que Butler se propuso al escribir fue, sin duda, el aprovechamiento espiritual de sus lectores; un extracto del prefacio de Butler en sus Vidas nos muestra el fin que tuvo al compilar su magnum opus. Dice entre otras cosas, con mucho acierto: "El ejemplo es el mejor mtodo, el ms fcil, y el que mejor se adapta a todas las circunstancias y caracteres para formar a los hombres en la virtud. El orgullo retrocede ante las amonestaciones; en cambio, el ejemplo instruye sin tomar el aire autoritario de un maestro; pues con el ejemplo, el hombre parece aconsejarse y ensearse a s mismo . . . En las vidas de los santos vemos practicadas las mximas ms perfectas del Evangelio y las virtudes ms heroicas, convertidas en objeto de nuestros sentidos como revestidas de cuerpo, y presentadas con el ropaje ms atractivo . . ." Cuando vemos que muchas personas se santificaron siendo reyes, o soldados, o casados, o ermitaos, y que utilizaron las circunstancias mismas de su condicin como medios de virtud y penitencia, nos persuadimos de que la prctica de la perfeccin nos es posible tambin a nosotros en toda honesta profesin, y que lo nico que necesitamos es santificar nuestras ocupaciones con espritu de perfeccin y con fervorosos ejercicios de religin, y que no es preciso para hacernos santos el abandonar nuestro estado en el mundo. Aun cuando no podamos imitar todas las acciones de los santos, podemos aprender de ellos la prctica de la humildad, de la paciencia y de otras virtudes, de modo apropiado a nuestras circunstancias y estado de vida; y as, podemos pedir que participemos en las bendiciones y gloria de los santos. En un hermoso jardn se recoge un oloroso ramillete para aspirar su perfume todo el da, pues nosotros deberamos cortar algunas flores en la lectura, seleccionando las reflexiones piadosas y los sentimientos que ms nos conmuevan y repasarlos frecuentemente en el da; en esta forma, no nos suceder lo que aqul que, habindose mirado en un espejo, se fue olvidando de su propia imagen".

INTRODUCCIN A LA EDICIN EN ESPAOL DE LA OBRA DE ALBAN BUTLER "VIDAS DE LOS SANTOS"La urgencia de presentar a los hombres de hoy unas vidas de santos desnudas de todo aquello con lo que la leyenda y la piedad de otros tiempos ha ido desfigurndolas, o en las que se ha hecho una distincin, clara y definida, entre lo histricamente cierto y lo que no pasa de ser una piadosa tradicin, queda suficientemente expuesta en la introduccin hecha a la edicin en ingls por el P. Herbert Thurston, S J . Con respecto a la edicin en castellano, que ahora presentamos por vez primera al pblico de habla hispana, queremos agregar algunas otras consideraciones. Hemos omitido las vidas de algunos santos sajones, totalmente desconocidos para los latinoamericanos, para dar cabida a otros santos latinos, ms populares entre nosotros y que no se encontraban en la obra de A. Butler. Se han aadido, asimismo, los santos cuya canonizacin ha sido decretada posteriormente a la aparicin de la obra en ingls. Por otra parte, dada la devocin tan sealada de los pueblos latinos de nuestro continente por la Santsima Virgen, as como por la multitud de personas que llevan el nombre de alguna de las advocaciones maanas, se ha incluido en esta edicin la historia de las principales denominaciones con las que se venera en tierras espaolas y americanas a Nuestra Seora. De modo que nuestra tarea se ha concretado, adems de una cuidadosa traduccin, a poner al da y a adaptar al pblico de habla espaola, con la misma acuciosidad y seriedad cientfica que caracteriza al texto original, la obra cuya versin creemos que vendr a llenar un lamentable hueco en nuestra literatura hagiogrfica. Podemos asegurar que no hemos omitido esfuerzo alguno para que la obra de Alban Butler, revisada y complementada por el P. Herbert Thurston, S.J., y Donald Attwater, extraordinaria por su rigorismo crtico y su solidez histrica, pueda llegar a todos los pueblos de Amrica Latina y a Espaa, convencidos de que: "El conocimiento exacto de los hechos es el fundamento ms firme de una devocin verdadera".

WIFREDO GUINEA,

S.J.

CONTENIDO DEL VOLUMEN I ENERO1. Octava del Nacimiento de Nuestro Seor Jesucristo . San Concordio, Mrtir . . . . . . San Almaquio o Telmaco, Mrtir . . . . Santa Eufrosina, Virgen . . . . . . San Eugendo u Oyendo, Abad . . . . . San Fulgencio, Obispo de Ruspe . . . . San Flix, Obispo de Bourges . . . . . San Claro, Abad . . . . . . . San Odiln, Abad . . . . . . . San Hugolino de Gualdo . . . . . . Beato Jos Tommasi, Cardenal . . . . . 2. El Santo Nombre de Jess . . San Macario de Alejandra . San Vicenciano . . . . San Adalardo o Adelardo, Abad San Gaspar del Bfalo . . Beata Estfana Quinzani, Virgen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

. . . . . . . . . . . . . . . .

3. Santa Francisca Javier Cabrini, Virgen, Fundadora San Antero, Papa y Mrtir . . . . San Gordio, Mrtir . . . . . . San Pedro Balsam, Mrtir . . . . . Santa Genoveva, Virgen . . . . . Santa Bertilia de Mareuil, Viuda . . .

r

4. San Gregorio, Obispo de Langres . . . . Santa Farailda, Virgen . . . . . . San Rigoberto, Arzobispo de Reims . . . . Beato Rogelio de- Ellant . . . . . . Beata Angela de Foligno, Viuda . . . . Beata Isabel Ana Bayley Seton, Viuda, Fundadora . 5. San Telsforo, Papa y Mrtir Santa Apolinaiia, Virgen . . . Santa Sincltica, Virgen . . . San Simen, (o Simn) El Estilita . San Doroteo El Joven, Abad Beato Juan Nepomuceno Neuman, Obispo

. . .

. . .

. . .

. . .

de Filadelfiu .

Enero]

VIDAS DE LOS SANTOSPGINA

CONTENIDO

6. La Epifana de Nuestro Seor Jesucristo San Melanio, Obispo . . . . Santa Viltrudis, Viuda San Erminoldo, Abad San Juan de Ribera, Arzobispo de Valencia Beata Rafaela Mara, Virgen, Fundadora 7. San San San San San San San 8. San San San San San San Luciano de Antioqua, Mrtir Valentn, Obispo Tilo o Tiln Aldrico, Obispo de Le Mans Reinaldo . . . . Canuto Lavard, Mrtir Carlos de Sezze . Apolinar, Obispo de Hierpolis Paciente, Obispo de Metz . Luciano de Beauvais, Mrtir Severino de Nrico Severino, Obispo de Septmpeda Torfino, Obispo de Hamar

47 50 51 51 51 52 54 55 55 56 57 57 58 58 60 60 61 62 62 63 64 64 65 66 70 70 70 71 72 73 74 74 75 75 76 78 78 79 80 80 81 82

13. San Potito, Mrtir Santos Hermilo y Estratnico, Mrtires . Santa Glafira, Virgen . . . . San Agrecio, Obispo de Trveris Santos Gumersindo y Servideo, Mrtires . San Berno, Abad de Cluny . . . Beato Godofredo de Kappenberg Beata Vernica de Binasco . 14. San Hilario, Obispo de Poitiers, Doctor . San Flix de ola . . . . . Santa Macrina la Grande, Viuda San Dacio, Obispo de Miln . . . San Sabas, Arzobispo de Serbia Beato Odn de Novara . Beato Rogerio de Tod . . . . Beato Odorico de Pordenone . . . Beato Gil de Lorenzana . . . . 15. San Pablo el Ermitao . . . San Macario el Viejo . . . San Isidoro de Alejandra . San Juan Calibites . . . . Santa Ita, Virgen . . . . San Mauro, Abad . . . . Beato Pedro de Castelnau, Mrtir Beato Francisco de Capillas, Mrtir . . . . . .

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9. Santa Marciana, Virgen, Mrtir . Santos Julin, Basilisa y compaeros, Mrtires San Pedro, Obispo de Sebaste . San Adrin, Abad de Canterbury Beata Alix Le Clercq, Virgen . 10. San Marciano . . . . San Juan El Bueno, Obispo de Miln San Agatn, Papa San Pedro Orsolo . San Guillermo, Obispo de Bourges Beato Gregorio X, Papa . 11. San Higinio, Papa . San Leucio, Obispo . San Palemn, Eremita Santa Honorata, Virgen . San Teodosio el Cenobiarca San Salvio, Obispo de Amiens . 12. San Arcadio, Mrtir . Santos Tigrio y Eutropio, Mrtires Santa Cesara, Virgen San Victoriano, Abad San Antonio Pucci . Beata Margarita Hourgeoys, Virgen, Fundadora

16. San Marcelo I, Papa y Mrtir . . . San Melas, Obispo . . . . . Santa Priscila, Matrona . . . San Honorato, Obispo de Arles San Ticiano, Obispo . . . . . San Enrique de Cocket . . San Berardo y Compaeros, Mrtires $ e a t o Ferreolo, Obispo de Grnoble, Mrtir Beato Gonzalo de Amarante . . .

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17. San Antonio Abad . . . . . . Santos Espeusipo, Eleusipo y Meleusipo, Mart San Julin Sabas . . . . . San Sabino, Obispo de Piacenza Santos Antonio, Mrulo y Juan Beata Roselina, Virgen . . . . 18. La Ctedra de San Pedro en Roma . Santa Prisca, Virgen y Mrtir . San Leobardo, Recluso . . .

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CONTENIDOEnero]

[En

VIDAS D E LOS SANTOSPGIN\

Beata Beatriz d'Este de Ferrara, Viuda Beata Cristina de Aquila, Virgen . 19. Santos Mario, Marta, Audifaz y Abaco, Mrtires San Germnico, Mrtir . San Alberto de Cashel, Obispo . Santos Pablo, Geroncio, Genaro, Saturnino y Compaeros. Mrtires San Basiano, Obispo . . . . San Canuto de Dinamarca, Mrtir . San Enrique, Obispo de Upsala, Mrtir Beato Andrs de Peschiera Beato Bernardo de Corleone Beato Toms de Cori 20. San Fabin, Papa y Mrtir San Sebastin, Mrtir San Nefito, Mrtir . San Eutimio el Grande, Abad Beato Benito de Coltiboni . Beato Desiderio o Didier, Obispo de Throuanne 21. Santos Fructuoso, Augurio y Eulogio, Mrtires Santa Ins, Virgen, Mrtir San Patroclo, Mrtir . . . . . San Epifanio, Obispo de Pava . Beata Josefa de Beniganim, Virgen . Beato Juan Bautista Turpn de Cormier . 22. San Vicente de Zaragoza, Mrtir . Santos Vicente, Oroncio y Vctor, Mrtires San Anastasio Persa, Mrtir . Santo Domingo de Sora, Abad . San Vicente Pallotti, Fundador .

124 125 125 125 126 127 127 128 129 129 130 131 131 132 134 134 136 136 137 138 142 142 143 143 145 147 147 150 150 1521

San Feliciano, Obispo de Foligno, Mrtir San Macedonio . San Surano, Abad Beato Marcolino de Forli . 25. La Conversin de San Pablo San Ananas San Artemio, Mrtir . Santos Juventino y Maximino, Mrtires San Publio, Abad San Apolo, Abad San Poppn, Abad 26. San Policarpo, Obispo de Esmirna, Mrtir Santos Tegenes y Compaeros, Mrtires Santa Paula, Viuda . . . . San Alberico, Abad . . . . Santa Margarita de Hungra, Virgen . 27. San San San San Juan Crisstomo, Arzobispo de Constantinopla, Doctor Julin, Obispo de Le Mans . Mario o Mayo, Abad Vitaliano, Papa . . . .

28. San Pedro Nolasco, Fundador . Santos Leucio, Tirso y Calinico, Mrtires San Juan de Rom, Abad . San Paulino, Patriarca de Aquileya . San Amadeo, Obispo de Lausana San Julin, Obispo de Cuenca San Pedro Toms, Patriarca Beato Antonio de Amndola Beata Mara de Pisa, Viuda Beato Julin Maunoir9

Bienaventurado Carlomagno

23. San Raimundo de Peafort San selas, Mrtir Santa Emerenciana, Virgen, Mrtir . Santos Clemente y Agatngelo, Mrtires . San Martirio . . . .' San Juan el Limosnero, Patriarca de Alejandra San Ildefonso, Arzobispo de Toledo . San Bernardo, Arzobispo de Vienne . Beata Margarita de Ravena, Virgen . 24. Nuestra Seora de la Paz, Patrona de El Salvador San Timoteo, Obispo, Mrtir . San Babilas o Babil, Obispo de Antioqua, Mrtir

154 155 155 156 156 159 160 160 161 162 164

29. San Francisco de Sales, Obispo de Ginebra, Doctor San Sabiniano, Mrtir . . . . . San Sulpicio Severo, Obispo de Bourges . 30. Santa Martina, Virgen, Mrtir . San Barsimeo, Obispo de Edesa . Santa Aldegundis, Virgen . Santa Jacinta Mariscotti, Virgen Beato Sebastin Valfr 31. San Juan Bosco, Fundador 209

febrero]

VIDAS DE LOS SANTOS

CONTENIDO

[FebreroPGINA

Santa Trifenia, Mrtir San Metrano, Mrtir . Santos Ciro y Juan, Mrtires San Geminiano, Obispo . Santa Marcela, Viuda San Eusebio, Mrtir . San Francisco Javier Bianchi Beata Paula Gambara-Costa, Matrona

214 214 214 215 216 216 217 218

San Juan de Brito, Mrtir Beato Raban o Rbano Mauro, Arzobispo de Mainz Beato Toms Plumtree, Mrtir 5. Santa gueda, Virgen, Mrtir San Avito, Obispo de Vienne Santos Indracto y Dominica, Mrtires Santa Adelaida de Bellich, Virgen Los Mrtires del Japn, I . San Felipe de Jess, Mrtir 6. San Tito, Obispo de Creta Santa Dorotea, Virgen y Mrtir . . . San Amando, Obispo San Guarino, Cardenal, Obispo de Palestrina . Santa Hildegunda, Viuda Beato Raimundo de Fitero, Abad Beato Angelo de Furcio 7. San Romualdo, Abad, Fundador . . . San Adauco, Mrtir San Teodoro de Heraclea, Mrtir San Moiss, Obispo San Ricardo, Rey San Lucas, El Joven Beato Rizzerio Beato Antonio Stroncone . . . . . Beatos Santiago Sales y Guillermo Saltamocchio, Beato Egidio Mara . . . . . . Beata Mara de la Providencia, Fundadora 8. Santa Cointa, Mrtir San Juan de Mata San Niceto o Nizier, Obispo de Besancon San Esteban de Muret, Abad Beato Pedro el gneo, Cardenal, Obispo . 9. San Cirilo, Arzobispo de Alejandra, Doctor Santa Apolonia, Virgen, Mrtir San Nicforo, Mrtir . . . San Sabino, Obispo de Canossa . . . . Beato Mariano Scoto . . . . . . 10. Santa Escolstica, Virgen Santos Caralampio, Porfirio y Bato, Mrtires Santa Sotera, Virgen, Mrtir . . . . Santa Austreberta, Virgen

260 262 263 264 265 266 266 266 268 269 270 271 272 273 273 274 274 276 277 278 278 279 280 281 282 283 284 288 289 291 291 292 293 296 297 298 299 300 301 302 302

FEBRERO1. San Ignacio, Obispo de Antioqua, Mrtir . San Pionio, Mrtir San Severo, Obispo Santa Brgida, Abadesa de Kildare . San Juan de Cratcula, Obispo de Saint-Malo Beato Antonio El Peregrino Beato Enrique Morse, Mrtir . 2. La Purificacin de Mara Santsima (Da de la Candelaria) Nuestra Seora de la Candelaria de Potos (Bolivia) Nuestra Seora de Nazareth (Brasil) . . . . Nuestra Seora de la Popa de la Galera, (Colombia) Nuestra Seora de San Juan de los Lagos (Mxico) Nuestra Seora de la Concepcin de "El Viejo" (Nicaragua) Nuestra Seora de Chap (Per) Santa Catalina de Ricci, Virgen Santa Juana de Lestonnac, Viuda, Fundadora . 3. Nuestra Seora de la Concepcin de Suyapa (Honduras) San Celerino, Dicono, Mrtir . San Blas, Obispo de Sebaste, Mrtir . San Lorenzo, Obispo de Espoleto . San Lorenzo, Arzobispo de Canterbury Santa Margarita "de Inglaterra", Virgen Beato Simn de Cascia . Beato Juan Nelson, Mrtir . Beato Esteban Bellesini . 4. Santos Filoromo y Fileas, Mrtires . San Andrs Corsini, Obispo de Fisole San Tefilo el Penitente . San Isidoro de Pelusium . San Nicols el Estudita, Abad . Santa Juana de Francia (o de Valois), Matrona, Fundadora San Gilberto de Sempringham, Fundador San Jos de Leonessa 220 225 226 227 231 231 232 234 238 238 239 239 240 240 240 244 246 247 247 249 249 t250 C 250 252 252 252 254 256 256 257 257 258 259

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Febrero]

VIDAS D E LOS SANTOSPGINA

CONTENIDO

[FebreroPGINA

San Guillermo de Maleval Beato Hugo de Fosses . . Beata Clara de Rimini, Viuda .

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304 304 306 307 312 313 314 314 315 316 316 317 319 320 322 323 325 327 327 328 328 329 330 331 332 334 334 336 337 338 ,338 339 340 340 340 341 342 343 343 343 344 345

Beato ngel de Borgo San Sepolcro (o de Scarpetti) . . Beata Julia de Certaldo, Virgen . . . . . . Beato Claudio de la Colombire . . . . . . 16. San Onsimo, Mrtir . . . . . Santa Juliana, Virgen y Mrtir . . . . Santos Elias, Jeremas y Compaeros, Mrtires Santa Viridiana, Virgen . . . . . Beata Felipa Mareri, Virgen . . . . Beata Eustoquio de Messina, Virgen Beato Bernardo Scammacca . . . . 17. San Policronio, Obispo, Mrtir . . Santos Tedulo y Julin, Mrtires . San Fintano de Cloneenagh, Abad . San Silvino, Obispo . . . . Beato Reginaldo de Orlans . . Beato Andrs de Anagni . . . Beato Lucas Belludi . . . . Beato Pedro de Treia . . . Beato Guillermo Richardson, Mrtir . Los Mrtires de China, I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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347 347 348 351 352 352 353 354 355 355 356 357 358 359 360 360 361 362 362 362 366 367 369 369 371 371 373 374 375 376 376 377 377 378 379 380 381 382 382 383

11. La Aparicin de Nuestra Seora en Lourdes La Virgen de Lourdes de Sucre, (Bolivia) . Santos Saturnino, Dativo y otros Mrtires . San Lucio, Obispo de Adrianpolis, Mrtir San Lzaro, Obispo de Miln . San Severino, Abad . . . . . San Gregorio II, Papa . . . . San Pascual I, Papa 12. Los Siete Santos Fundadores de la Orden de los Siervos de M a n a Santa Marina, Virgen San Julin el Hospitalario San Melecio, Arzobispo de Antioqua San Benito de Aniane, Abad . Beatos Toms Hemerford y Compaeros, Mrtires 13. San Agabo . . . . Santas Fusca y Maura, Mrtires San Polieucto, Mrtir San Martiniano, El Ermitao . Santa Ermengilda o Ermenilda, Abadesa, Viuda Beata Cristina de Espoleta Beata Eustoquio de Padua, Virgen Beata Arcngela Girlani, Virgen 14. San Eleucadio, Obispo San Valentn, Mrtir San Abraham, Obispo de Carras San Marn, Abad San Auxencio . . . . San Antonino de Sorrento, Abad San Adolfo, Obispo de Osnabrck Beato Conrado de Baviera Beato Nicols Pullia . Beato Angelo de Gualdo Beato Juan Bautista de Almodvar 15. Santos Faustino y Jovita, Mrtires Santa gape, Virgen, Mrtir . Santa Georgia, Virgen San Walfrido o Walfredo, Abad San Sigfrido, Obispo de Vaxjo . Beato Jordn de Sajonia .

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18. San Simen, Obispo, Mrtir Santos Len y Paregorio, Mrtires . . . . . Santos Mximo, Claudio, Prepedigna, Alejandro y Cucias, San Flaviano, Patriarca, Mrtir . . . . . San Eladio, Arzobispo de Toledo . . . . . San Coimano, Obispo de Lindisfarne . . . . . San Teotonio . . . . . . . . . Beato Guillermo Harrington, Mrtir 19. Sau Auxibio, Obispo . . . . San Gabino, Mrtir . . . . San Quodvultdeus, Obispo . . San Beato de Libana . . . San Bonifacio, Obispo de Lausana . San Conrado de Piacenza . . . Beato Alvarez o Alvaro de Crdoba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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20. Santos Tiranio, Cenobio y otros Mrtires . San Eleuterio, Obispo de Tournai . . San Euquerio, Obispo de Orlans . . Beata Isabel de Mantua, Virgen

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21. San Severiano, Obispo de Escitpolis, Mrtir . . . . . Santos Vrulo, Secundino, Siricio, Flix, Srvulo, Saturnino, Fortunato y

Febrero]

VIDAS D E LOS SANTOSPGINA

CONTENIDO

[Marzo PGINA

otros diecisis Mrtires San Germn de Granfel, Mrtir San Jorge, Obispo de Amastris . Beato Roberto Southwell, Mrtir Beato Noel Pinot, Mrtir . 22. La Ctedra de San Pedro . San Papas, Obispo . Santos Talasio y Limneo . Santa Margarita de Cortona 23. San Pedro Damin, Cardenal y Obispo de Ostia. Doctor Santa Marta de Astorga, Virgen, Mrtir San Sereno, Mrtir . San Alejandro Akimetes . San Dositeo . . . . . Santa Milburga, Abadesa, Virgen San Lzaro, Monje . . . . 24. San Matas, Apstol . . . . Santos Montano, Lucio y Compaeros Mrtires San Pretxtate Obispo de Rouen, Mrtir San Etelberto de Kent 25. Santos Victorino y Compaeros, Mrtires San Cesario de Nazianzo . San Tarasio, Patriarca de Constantinopla San Gerlando, Obispo de Girgenti . Beato Constancio de Fabriano . Beato Sebastin de Aparicio . 26. San Nstor, Obispo de Magido, Mrtir San Alejandro, Obispo de Alejandra . San Porfirio, Obispo de Gaza . San Vctor el Ermitao . Beato Len de Saint-Bertin, Abad . Beata Isabel de Francia, Virgen 27. San Gabriel de la Dolorosa . Santos Julin, Cronin y Besas, Mrtires San Leandro, Obispo de Sevilla . San Baldomero . . . . . San Juan de Gorze, Abad Beata Ana Line, Mrtir . 28. Mrtires de la Peste de Alejandra . San Proterio, Patriarca de Alejandra, Mrti

383 384 385 386 390 391 394 395 396 399 401 402 403 404 405 406 407 408 411 412 413 414 415 417 417 418 419 420 421 . 423 424 425 426 428 429 430 430 431 432 433

Santos Romn y Lupicino, Abades San Hilario, Papa Beata Vilana de Florencia, Matrona Beata Eduviges de Polonia, Matrona Beata Antonia de Florencia, Viuda Beata Luisa Albertoni, Viuda .

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433 434 435 436 437 438

MARZO1. Santa Eudoxia, Mrtir . . . . . . San David, Obispo . . . . . . . San Flix (III), Papa San Albino, Obispo de Angers . . . . . San Rosendo, Obispo de Dumium . . . . Beato Rogelio Le Fort, Arzobispo de Bourges . . Beato Cristbal de Miln 2. Los Mrtires de los Lombardos . Beato Carlos el Bueno, Mrtir . Beata Ins de Bohemia, Virgen Beato Enrique Suso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 440 440 . 4 4 3 443 444 445 446 447 447 449 450 453 454 454 454 456 457 457 459 . 460 460 462 462 463 464 465 466 466 467 468 469 471 477

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3. Santos Marino y Astirio, Mrtires . . . . Santos Emeterio y Caledonio, Mrtires . . . San Anselmo de Nonntola, Abad . . . . Santa Cunegunda o Cunegundis, Viuda . . . San Gervino, Abad . . . . . . . Beato Pedro Renato (o Rene) Roque, Mrtir . . Beata Teresa Verzeri, Virgen, Fundadora . . . Beato Inocencio Berzio . . . . . .

4. Santos Basilio, Eugenio, Agatodoro y Compaeros, Mrtires . San Casimiro de Polonia . . . . . . . . . San Lucio I, Papa . . . . . . . . . . Santos Adrin y Compaeros, Mrtires . . . . . . San Pedro de Cava, Obispo de Policastro . . . . . . Beata Plcida Viel, Virgen . . . . .' . . 5. Santos Adrin y Eubulo, Mrtires San Focas de Antioqua, Mrtir San Eusebio de Cremona . . San Gersimo, Abad . . San Virgilio, Arzobispo de Arles San Juan Jos de la Cruz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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6. Santas Perpetua, Felicitas y Compaeros Mrtires San Conon el. Jardinero, Mrtir . . .

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Marzo]

VIDAS D E LOS SANTOSPGINA

CONTENIDO

[Marzo PGINA

San Crodegango, Obispo de Metz . San Olegario, Arzobispo de Tarragona San Cirilo de Constantinopla . . Santa Coleta, Virgen Beato Jordn de Pisa

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478 480 481 482 484 485 489 491 492 495 495 497 497 498 499 500 501 504 505 508 511 513 516 516 517 517 518 519 520 ,524 525 525 526 527 529 529 530 530 531 537 539

San Pablo Aureliano, Obispo de Len San Tefano o Tefanes el Cronista, Abad San Bernardo de Cpua, Obispo de Galeno Santa Fina o Serafina, Virgen . Beata Justina de Arezzo, Virgen Beato Nicols Owen, Mrtir . 13. Santa Eufrasia, Virgen San Geraldo de Mayo, Abad . San Nicforo, Patriarca de Constantinopl San Ansovino, Obispo de Camerino . Santos Rodrigo y Salomn, Mrtires . Beato Pedro II de Cava, Abad Beato Agnello (o Angelo) de Pisa . 14. San Leobinus o Lubin, Obispo de Chartres San Eustaquio, Mrtir Santa Matilde, Viuda Beato Jaime, Arzobispo de aples . 15. San Longinos, Mrtir Santa Matrona, Virgen y Mrtir San Especioso . . . . San Probo, Obispo . . . Santa Lucrecia, Virgen y Mrtir Santa Luisa de Marillac, Viuda San Clemente Hofbauer . Beato Plcido Riccardi

7. Santo Toms de Aquino, Doctor San Pablo el Simple San Teofilacto (o Tefilo), Obispo de Nicomedia 8. San Juan de Dios, Fundador . San Poncio . . . . . Santos Filemn y Apolonio, Mrtires San Senn, Obispo . . . . San Julin, Arzobispo de Toledo . San Veremundo, Abad San Esteban de Obazine, Abad Beato Vicente, Obispo de Cracovia . 9. Santa Francisca Romana, Viuda San Paciano, Obispo de Barcelona . San Gregorio, Obispo de Nissa . Santa Catalina de Bolonia, Virgen . Santo Domingo Savio 10. Los Cuarenta Mrtires de Sebaste . Santos Codrato y Compaeros, Mrtires San Macario, Obispo de Jerusaln . San Simplicio, Papa . . . . Santa Anastasia Patricia, Virgen San talo, Abad . . . . Beato Juan de Valleumbrosa . Beato Juan Ogilvie, Mrtir 11. Santos Trfimo y Talo, Mrtires San Constantino, Mrtir . San Sofronio, Patriarca de Jerusaln . San Benito, Arzobispo de Miln San Eulogio de Crdoba, Mrtir Santa urea u Oria, Virgen . Santa Teresa Margarita Redi, Virgen . Beato Juan Bautista Fabriano. Beatos Juan Larke, Germn Gardiner y Juan Ireland, Mrtires 12. San Gregorio Magno, Papa y Doctor San Maximiliano, Mrtir . . . . . Sanios Pedro, Gorgonio y Doroteo, Mrtires .

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16. Santos Hilario, Obispo y Taciano, Dicono y Compaeros Mrtires San Abraham Kidunaia Santa Eusebia, Abadesa San Heriberto, Arzobispo de Colonia Beato Juan, Obispo de Vicenza, Mrtir Beato Torello Beatos Juan Amias y Roberto Dalby, Mrtires 17. San Patricio, Arzobispo de Armagh . San Jos de Arimatea . . . . Los Mrtires de Serapeum San Agrcola, Obispo de Chalon-Sur-Sane Santa Gertrudis de Nivelles, Virgen . San Pablo de Chipre . . . . Beato Juan Sarkander, Mrtir . 18. San Cirilo, Arzobispo de Jerusaln, Doctor San Alejandro, Obispo de Jerusaln, Mrtir

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Marzo]

VIDAS D E LOS SANTOSPGINA

CONTENIDO

[MarzoPGINA

Santos Trfimo y Eucarpo, Mrtires . San Narciso, Obispo San Anselmo, Obispo de Lucca San Salvador de Horta . Beato Cristian, Abad de Mellifont . 19. San Jos, Esposo de la Virgen . San Juan de Panaca, Abad Santos Landoaldo o Landelino y Compaeros Beato Isnardo de Chiampo Beato Andrs de Siena . 20. Santa Fotina y Compaeros, Mrtires San Martn, Arzobispo de Braga San Cutberto, Obispo de Lindisfarne San Wulfrano, Arzobispo de Sens . Los Mrtires del Mar Saba Beato Ambrosio de Siena . Beato Juan de Parma Beato Mauricio de Hungra Beato Marco de Montegallo Beato Bautista de Mantua Beato Hiplito Galantini . 21. San Benito, Abad y Patriarca . San Serapin, Obispo de Thmuis San Enda, Abad, y Santa Fanchea, Virgen Beata Santuccia, Matrona . 22. San Epafrodito, Obispo . San Pablo de Narbona San Basilio de Ancira, Mrtir . San Deogracias, Obispo de Cartago . San Zacaras, Papa . . . . San Nicols Von Fle Beato Hugolino de Cortona 23. Santos Victoriano y Compaeros, Mrtires San Benito el Ermitao . . . . San Toribio de Mogrovejo, Obispo . San Jos Oriol . . . . . 24. San Gabriel Arcngel . . . . San Aldemar, Abad . . . . . Santa Catalina de Vadstena, Virgen . San Simen de Trento y San Guillermo de Norwich El Bealo Diego de Cdiz . . . . .

595 596 597 598 599 599 603 603 604 605 605 606 606 611 612 613 615 617 617 618 619 620 625 626 627 627 628 628 629 630 631 634 634 635 635 638 639 640 640 643 644

25. La Anunciacin de la Santsima Virgen . El Buen Ladrn . . . . . San Irineo, Obispo de Sirmio, Mrtir . San Baroncio San Hermelando, Abad . . . . Santa Luca Filippini El Beato Toms . . . . . Beata Margarita Clitherow, Mrtir 26. San San San San Cstulo, Mrtir Flix, Obispo de Trveris . . Braulio, Obispo de Zaragoza . Basilio el Joven . . . .

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27. San Juan Damasceno, Doctor . . . . . . . San Juan de Egipto . . . . . . . . . . San Ruperto, Obispo de Salzburgo . . . . . . Beato Guillermo Templier, Obispo de Poitiers . . . . . 28. San Juan de Capistrano . San Gontrn . . . San Tutilo . . . . . . . . . . . . . . .

29. Santos Jons y Baraquicio, Mrtires . . . . Santos Marco, Obispo de Aretusa, y Cirilo, Mrtir . San Bertoldo San Ludolfo, Obispo de Ratzeburgo 30. San Rgulo, Obispo de Senlis San Juan Clmaco, Abad . . . San Zsimo, Obispo de Siracusa El Beato Dodo Beato Amadeo IX de Saboya Beato Leonardo Murialdo, Fundador 31. Santa Balbina, Virgen San Acacio, Obispo . . . . San Benjamn, Mrtir . . . San Guido de Pomposa, Abad Beata Juana de Toulouse, Virgen . Beato Buenaventura de Forli . . ndice .

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ABREVIATURAS BIBLIOGRFICASActa SanctorumAs, sin ninguna otra especificacin, se refiere al Acta Sanctorum de los Bolandistas. BHG.Biblioteca Hagiogrfica Griega de los Bolandistas. BHL.Biblioteca Hagiogrfica Latina de los Bolandistas. BHO.Biblioteca Hagiogrfica Oriental de los Bolandistas. Burton and Pollen, LEM.Lives oj the English Martyrs, segunda serie, editada por E.H. Burton and J.H. Pollen. Camm, LEM.Lives of the English Martyrs, primera serie, editada por Bede Camm. CMH.Comentario sobre el Martirologium Hieronymianum, por H. Delehaye, sobre el Acta Sanctorum, Noviembre, volumen n , 2' parte. DAC.Dictionnaire d'Archologie chrtienne el de Liturgie, editado por F. Cabrol y H. Leclercq. DCB.A dictionary of Chrislian Biography, editado por William Smith y Henry Wace. DHG.Dictionnaire d'Histoire et de Gographie ecclesiastiques, editado por A. Baudrillart DNB.The Dictionary of National Biography, editado por Leslie Stephen et ai. DTC.Dictionnaire de Thologie Catholique, editado por A. Vacant et al, KSS.Kalendars of Scottish Saints, editado por A.P. Frobes. LBS.Lives of British Saints, por S. Baring-Gould y John Fisher. LIS.Lives of Irish Saints, por John O'Hanlon. Mabillon.Acta Sanctorum Ordinis Sancti Benedicti, editado por J. Mabillon. MGH.Monumenta Germaniae Histrica, editado por G.H. Pertz et al. MMP.Memoires of Missionary Priests, by Richard Challoner, con referencia a la edicin 1924, editada por J.H. Pollen. PG.Patrologa graeca, editada por J.P. Migne. PL.Patrologa latina, editada por J.P. Migne. REPSJ.Records of the English Province of the Society of Jess, editada por Henry Foley. Ruinar*Acta primorum martirum sincera et selecta, editada por T. Ruinart. Stanton's Menology.A Menology of England and Wales, por Richard Stanton. VSH.Vitae Sanctorum Hiberniae, editada por Charles Plumer. Al citar la obra del Padre Delehaye, Les origines du cuite des martyrs, nos referimos ii la segunda edicin revisada, del ao 1933. c: Existe una traduccin al ingls de la obra Les lgendes hagiographiques, ("The Legends of the Saints") del Padre Delehaye, hecha por la Sra. V.M. Crawford sobre la primera edicin. La tercera edicin francesa (1927) es edicin revisada y por tanto algunas veces hacemos referencia a ella. El ttulo ingls que aqu citamos como "Lon, L'Aureole sraphique {English translalion)", es "Lives of the Saints and Blessed of the Three Orders of St Francis" (1885-87), por el P. Lon (Vieu) de Clary. Una edicin corregida y aumentada de esta obra se comenz a publicar en el ao 1951: Aureola Serfica, en italiano, por el Padre G.C. Guzzo. Kn el ao 195 zas. Lo nico prctico que se poda hacer, era aplicar los principios de pastores tan sabios como San Gregorio Taumaturgo y San Gregorio el Grande: cuando los usos paganos haban penetrado demasiado profundamente en las costumbres populares, la manera de combatir o neutralizar los efectos del mal consista en establecer una festividad cristiana que sustituyese a la festividad pagana. En conjunto, queda la impresin de que fuera de Roma en Galia, Germania, Espaa, y aun en Miln y en el sur de Italia se llev al cabo un esfuerzo por exaltar el misterio de la Circuncisin, con la esperanza de colmar la imaginacin popular y hacer olvidar n los vividores las supersticiones paganas. Sin

embargo, en la misma Roma no existen huellas de referencias a la Circuncisin, sino hasta en una poca relativamente tarda. La liturgia del da en nuestro misal actual, al mismo tiempo que se hace eco de los sentimientos propios de la Natividad, como era de esperarse en la octava de dicha fiesta, se refiere de manera muy marcada a la Madre de Dios, por ejemplo, en la colecta. Por qu esta importante mencin de Nuestra Seora el primer da del ao? Como lo indicamos ms arriba, tal vez es simplemente el resultado de su ntima relacin con el misterio de la Encarnacin; pero hay razones para creer que la liturgia de este da es la de la octava de Navidad, tal como se celebraba en la antigua baslica romana de Santa Mara la Antigua (cf. D. Bnner en la bibliografa). En todo caso, ya sea que en dicha iglesia se celebrara el primero del ao una fiesta como antdoto a las orgas paganas, o con algn otro fin, los esfuerzos desgraciadamente slo obtuvieron un xito parcial, ya que los escandalosos excesos sobrevivieron, aun en la llamada "Fiesta de los Locos". Los mejores hombres de la Iglesia protestaron contra tales excesos durante toda la Edad Media, pero generalmente sus protestas resultaron intiles.Cf. Abbot Cabrol, Les origines liturgiques (1906), pp. 203-210; tambin la Revue du clerg fraileis, enero, 1906, pp. 262 ss., y DAC, s.v. Circoncisin; F. Bnger, Geschichte der Neujahrsfeiern der Kirche (1909); D. Bnner, La fte ancienne de la Circuncisin, en La Vie et les Arts Liturgiques, enero, 1924; G. Morin en Ancdota Maredsolana, vol. I, pp. 426-428. Ver tambin Mansi, Concilla, vol. ix, p. 796; Maasen, Concilla Merov., p. 126; San Agustn, sermn 198 en Migne, PL, vol. xxxvm. c, 1025: > W. de Grneisen, Ste. Marie Antique, pp. 94, 493. Hay en nuestro artculo una referencia al Hieronymianum, al que tendremos que referirnos frecuentemente. Se trata del Martirologio de Jernimo, llamado as por haber sido errneamente atribuido a San Jernimo. Dicha obra fue imitada por todos los calendarios de mrtires y de santos. Es una compilacin hecha en Italia en la segunda mitad del siglo V; el manuscrito en el que se fundan todas las copias actualmente conocidas es una recensin hecha en la Galia, alrededor del ao 600. El comentario del P. Delehaye sobre el Hieronymianum se encuentra en Acta Sanctorum, noviembre, vol. n pt. 2. SAN CONCORDIO, MRTIR (C. 178 p.c.)

EN EL REINADO de Marco Aurelio, el subdicono Concordio fue aprehendido en el desierto. Ante su juez Torcuato, gobernador de Umbra, que resida entonces en Espoleta, nuestro mrtir no sucumbi, ni a las promesas, ni a las amegazas. Apaleado en el primer interrogatorio y descoyuntado en el potro en el segundo, Concordio cantaba gozosamente en medio de sus tormentos: "Gloria a Ti Seor Jess!" Tres das ms tarde, Torcuato dio la orden de decapitarle, si no ofreca sacrificios a un dolo que un sacerdote, acompaado por dos soldados, deba presentarle en su prisin. El santo mostr su indignacin escupiendo al dolo; acto seguido, uno de los soldados le decapit. Ver sus actas en Acta Sanctorum, V de enero; tambin Tillemont, Mmoires vol. ii, p. 439.SAN ALMAQUIO O TELEMACO, MRTIR (C. 400 p.c.)

TODO LO o un sabemos de este interesante personaje proviene de dos breves reseas. La primera de ellas se halla en la "Historia Eclesistica" de Teodoreto

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VIDAS D E LOS SANTOS

SANTA E U F R O S I N A

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(lib. v, c. 2 6 ) , la segunda en el antiguo "Martirologio de Jernimo", del que hablamos en la bibliografa de la Circuncisin. Teodoreto nos dice que el emperador Honorio suprimi los combates en el circo, a raz del incidente que vamos a relatar: "Un asceta llamado Telmaco haba venido del oriente a Roma, animado por una santa ambicin. En el momento en que se llevaban al cabo en el circo los abominables juegos, Telmaco penetr en el estadio, se present en la arena e intent separar a los gladiadores. Los espectadores, furiosos al ver interrumpida su diversin e instigados por el demonio, que gusta de ver correr la sangre, mataron a pedradas al mensajero de la paz. Al enterarse de lo ocurrido, el excelente emperador puso a Telmaco en la gloriosa lista de los mrtires y aboli las criminales justas de los gladiadores". La resea del "Martirologio de San Jernimo", conservada hasta nuestros das en el "Martirologio Romano", dice textualmente: "Primero de e n e r o . . . La festividad de Almaquio, quien, habiendo dicho: "Hoy es el octavo da del Seor, cesad de adorar a los dolos y de ofrecer sacrificios impuros", fue decapitado por los gladiadores, por orden de Alipio, prefecto de la ciudad. Contra la opinin de l)om Germain Morin, quien se inclina a ver en este martirio un simple eco de la leyenda fantstica del dragn del foro romano, el P . 'H. Delehaye, bolandista, piensa que se trata de un martirio histrico y considera que, a pesar de ciertas dificultades en cuanto a las aclaraciones, el verdadero nombre del mrtir fue Almaquio y que su martirio tuvo lugar hacia el ao 400. Ver Analecta Bollandiana, vol. xxxm (1914), pp. 421-428. Cf. Morin, en la Revue Bndictine, vol. xxxi (1914), pp. 321-326, y CMH, p. 21. SANTA EUFROSINA, VIRGEN (siglo v ? )

Los GRIEGOS llaman a Santa Eufrosina "nuestra madre" y la tienen en gran honor. Sin embargo, no poseemos ninguna narracin autntica de su vida. Lo que ha llegado hasta nosotros, como "su historia", es una simple rplica de la vida de Santa Pelagia, tal como aparece, para uso de los lectores occidentales, en las "Vitae Patruum" y en la "Leyenda Dorada". Ahora bien, esa vida de Santa Pelagia es un cuento creado por la imaginacin popular que, con ligeras variantes, pas a embellecer las historias de Santa Marina, Santa Apolinaria, Santa Teodora, etc. Segn esa fbula, Santa Eufrosina o Eufrosine fue hija de Pafnucio, rico y piadoso ciudadano de Alejandra. Pafnucio y su mujer no tuvieron descendencia durante largo tiempo; Eufrosina vino finalmente a alegrar su vida, gracias a las oraciones de un santo monje a cuya intercesin se haban encomendado. La nia era extraordinariamente bella y sus padres le dieron ese nombre para conmemorar el gozo que su nacimiento les haba producido. La madre muri cuando Eufrosina tena once aos. Su padre se dedic a buscarle marido y la prometi a un joven muy rico. Eufrosina no parece haber puesto ningn reparo al principio; pero, a raz de una entrevista con el santo monje que haba orado antes de su nacimiento, empez a sentir el llamamiento hacia una vida ms alta y la despreocupacin por las cosas de este mundo. En seal de ello, Eufrosina se desprendi de sus joyas y las regal a los pobres; ces, adems, de tratar con jvenes de su edad y frecuentaba nicamente a ancianas de piedad reconocida; finalmente, se dice que para perder su atractivo,4

dej de lavarse el rostro "aun con agua fra". Todo ello no pareci haber impresionado gran cosa a su padre, que, sin preocuparse de la hija, parti a un retiro de tres das en honor del santo fundador de un monasterio del que l era bienhechor. En cuanto el padre se alej, Eufrosina envi a una sirvienta de confianza a pedir una entrevista al santo monje. Cuando Eufrosina confi a ste el llamamiento divino que senta en su alma, el monje respondi con las palabras del Seor: "Quien no es capaz de dejar a su padre, a su madre, a sus hermanos y todas las cosas por el Reino de los Cielos, no es mi discpulo". Eufrosina manifest al monje que tema despertar la clera de su padre y que ella era la nica heredera de su fortuna, a lo que el monje replic que su padre encontrara entre los pobres y los enfermos numerosos herederos. Vencida su resistencia, Eufrosina pidi al monje que la admitiera en religin, cosa que ste hizo inmediatamente. Cuando termin la entrevista y Eufrosina empez a reflexionar, lleg a la conclusin de que no podra librarse de la ira de su padre en ningn convento de la regin, porque ste la descubrira seguramente y la llevara a casa por fuerza. As pues, Eufrosina se disfraz de hombre y huy de noche, en tanto que su padre se hallaba todava ausente. Sin saberlo, Eufrosina llam a la puerta del monasterio que su padre frecuentaba; el superior se maravill de la juvenil belleza del visitante. Eufrosina le dijo que se llamaba Esmaragdo y que haba formado parte de la corte; que vena huyendo de las diversiones del mundo y de las intrigas cortesanas y que deseaba consagrar su vida a la oracin en la paz del monasterio. El abad qued grandemente edificado y acept recibirla en el monasterio, a condicin de que se sometiera a la direccin de un monje antiguo, dada su evidente falta de experiencia en la disciplina de la vida religiosa. Eufrosina replic que no slo estaba dispuesta a aceptar la direccin de un maestro de perfeccin sino de muchos. Nadie sospech nunca que se trataba de una mujer, y Eufrosina hizo grandes progresos en la virtud. No le faltaron dificultades y tentaciones, pero sali triunfante de ellas. Como su belleza y su encanto resultaban una causa de distraccin para los otros monjes, Eufrosina se retir a una celda solitaria, en la que slo reciba a quienes necesitaban de sus consejos. Su fama de santidad y sabidura se fue extendiendo cada vez ms y, al cabo de un tiempo, su padre, desesperado de haberla perdido, pidi permiso de consultar al venerable asceta Esmaragdo. Eufrosina le reconoci, pero l no sospech que fuera ella, pues su rostro estaba casi totalmente cubierto y las asperezas de la vida religiosa lo haban cambiado. Kiftrosina le dio gran consolacin espiritual, pero no le revel su identidad, sino muchos aos despus, cuando se hallaba ya en el lecho de muerte. Al morir Eufrosina, su padre se retir del mundo y vivi diez aos en la celda que ella haba ocupado.Ver Delehaye, Les lgendes hagiographiques (1927), pp. 189-192, y Quentin, Les martirologes historiques, pp. 165-166. Aunque hay en el Martirologio Romano una conmemoracin de Eufrosina el primero de enero, y los Carmelitas sostienen que perteneci a su orden y celebran su fiesta el 2 de enero, hay razones muy serias para dudar de la existencia de Kufrosina. En su caso no existe ningn culto local que permita situar el origen de lu leyenda. Los sinaxarios griegos conmemoran a Santa Eufrosina el 25 de septiembre; por el contrario, en la mayora de los martirologios latinos su elogio aparece el l 9 de moro. El Arla Sanrtorum narra su vida el 11 de febrero. La Analecta Bollandiana (vol. II, pp. l%-20!>) public una biografa griega; en I!LII (un. 2722-2726) se encuentra el catlogo de las vcrsionCH latinas. El tono de todos estos documentos es claramente legen5

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VIDAS D E LOS SANTOS

SAN

FULGENCIO

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dario. Sin embargo, parece que ha habido algunos casos autnticos de mujeres que, disfrazadas de hombres, vivieron en monasterios para hombres, sin ser descubiertas durante algn tiempo. Tal es el caso, del que existen pruebas ms o menos contemporneas, de Hildegunda, quien muri en la abada cisterciense de Schonau, el 20 de abril de 1188; pero el problema de su santidad es muy diferente. S A N E U G E N D O u OYENDO, ABAD (C. 510 p.c.)

A LA MUERTE de los santos hermanos Romano y Lupicino, fundadores de la abada de Condat, bajo cuya direccin haba sido educado desde los siete aos, Eugendo fue nombrado coadjutor de Minausio, quien les haba sucedido en el cargo. Cuando Minausio fue depuesto, Eugendo pas a ocupar el puesto de abad del famoso monasterio. Su vida fue muy austera y estaba tan apartado de las pasiones, que pareca incapaz de experimentar la ira. Eugendo, que no rea nunca y sin embargo, llevaba la alegra reflejada en el rostro, era muy versado en griego, en latn, en el conocimiento de la Sagrada Escritura, y fue un gran promotor de los estudios en su monasterio; a pesar de ello, todos los ruegos no consiguieron persuadirle a aceptar la ordenacin sacerdotal. La biografa de los primeros abades de Condat consigna el hecho de que, habindose incendiado el monasterio que San Romano haba construido con troncos de rboles, Eugendo construy un nuevo monasterio de piedra, as como una elegante iglesia consagrada a los santos Pedro, Pablo y Andrs. Eugendo viva en constante oracin, y su devocin no hizo sino aumentar durante su ltima enfermedad. Habiendo convocado a aqul de sus hermanos que l haba nombrado para ungir a los enfermos, Eugendo le pidi, segn la costumbre de la poca, que le ungiera el pecho, y entreg su alma a Dios cinco das ms tarde, hacia el ao 510, a los sesenta y uno de edad. De l tom el nombre de SaintO-yend la famosa abada de Condat, a siete leguas de Ginebra; dicho nombre fue cambiado por el de Saint-Claude en el siglo XIII, en honor del obispo de Besangon cuya fiesta se celebra el 6 de junio. Ver la vida de San Eugendo, escrita por uno de sus contemporneos y discpulos, cuya edicin crtica fue editada por Bruno Krusch en MGH., Scriptores Merov., vol. m, pp. 154-166. En la introduccin de esta edicin crtica, as como en un estudio sobre La falsification des vies des saints bourgondes (Mlanges Julien Havet, pp. 39-56), Krusch opina que dicha biografa es una falsificacin de fecha muy posterior; pero Mons. L. Duchesne, en Mlanges d'archologie et d'histoire" (1898), vol. xvm, pp. 3-16, ha probado con xito su autenticidad y su veracidad. < >SAN FULGENCIO, OBISPO DE RUSPE (533 p.c.)

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FABIO CLAUDIO Gordiano Fulgencio descenda de una noble familia senatorial de Cartago. Naci el ao 468, treinta aos despus de que los vndalos haban desmembrado a frica del Imperio Romano. Su madre, Mariana, que haba quedado viuda desde joven, se ocup de la educacin de Fulgencio y de su hermano. Bajo su direccin, Fulgencio aprendi el griego siendo todava nio, y lleg a hablarlo tan perfectamente como su propia lengua. Tambin se consagr al estudio del latn. Sin embargo, saba combinar los estudios con los negocios, ya que tom por su cuenta la administracin de los bienes familiares para evitar a su madre ese trabajo. Todos le respetaban por su prudencia, su conducta ejemplar, su carcter amable y sobre todo por la gran defe6

rencia con la que trataba a su madre. Fue elegido procurador, es decir vicegobernador y receptor general de impuestos de Byzacena. Pero la vida mundana le fatig muy pronto y, justamente alarmado ante sus peligros, Fulgencio se arm contra ellos con la lectura espiritual, la oracin y el ayuno riguroso y las frecuentes visitas a los monasterios. Todo esto y la lectura de un sermn de San Agustn sobre el Salmo treinta y seis, en el que el santo doctor habla del mundo y de la corta duracin de la existencia humana, hicieron brotar en l un ardiente deseo de abrazar la vida religiosa. Unerico, rey arriano, haba expulsado de sus dicesis a la mayora de los obispos ortodoxos. Uno de ellos, llamado Fausto, haba fundado un monasterio en Byzacena. A l se dirigi el noble joven en busca de consejo; pero Fausto, observando su dbil constitucin, le desaconsej la vida religiosa con palabras bastante duras: "Primero aprende a vivir en el mundo sin entregarte a sus placeres. Crees acaso que es tan fcil el paso de una vida cmoda como la tuya, a una vida de severo ayuno y pobre vestido como la nuestra? Cmo podras acostumbrarte a nuestras vigilias y penitencias?" Fulgencio replic modestamente: "Aqul que me ha llamado a servirle me dar tambin el valor y la fuerza necesarios". Esta respuesta humilde y decidida movi a Fausto a admitirle a prueba. El santo contaba entonces veintids aos. La noticia de un suceso tan inesperado sorprendi y edific a todo el pas. Pero Mariana, su madre, acudi prestamente a las puertas del monasterio, gritando: "Fausto, devulveme a mi hijo y a la ciudad su gobernador. La iglesia protege a las viudas; cmo te atreves, pues, a robarme a mi hijo, siendo yo una viuda sin consuelo?" Todos los argumentos de Fausto no bastaron para calmarla. Naturalmente, esto fue una prueba dursima para Fulgencio, pero Fausto aprob su vocacin y le recomend a los monjes. Como la persecucin se recrudeciera, Fausto tuvo que retirarse a otra ciudad; nuestro santo se present, pues, a un monasterio vecino, cuyo abad le propuso inmediatamente la direccin del convento. Tal proposicin sorprendi a Fulgencio, pero finalmente qued convenido que ambos ejerceran conjuntamente las funciones de superior. La armona con la que los dos abades gobernaron el monasterio durante seis aos, fue admirable; jams surgi dificultad alguna entre ellos y cada uno trataba de acomodarse a la voluntad del otro. En tanto que Flix se ocupaba de la direccin de los asuntos temporales, Fulgencio se encargaba de la predicacin y la instruccin. El ao 499, una violenta irrupcin de las tribus de Numidia oblig a los dos abades a buscar refugio en Sicca Veneria, ciudad de la provincia procns u l * de frica. Ah, un sacerdote arriano les hizo arrestar y flagelar, porque predicaban la consustancialidad del Hijo de Dios. Al ver que los verdugos se ocupaban primero de Fulgencio, Flix grit: "Dejad en paz a este pobre hermano mo, que es demasiado delicado para soportar vuestras brutalidades, y ocupaos de m que soy fuerte". Los verdugos, al or esto, se arrojaron sobre Flix, quien soport la tortura con extraordinario valor. Cuando lleg su turno, Fulgencio sufri con paciencia la flagelacin; pero, sintiendo que la pena se haca insoportable, para ganar un momento de respiro indic al juez que tena una declaracin que hacer. El juez dio a los verdugos la orden de interrumpir la tortura, y Fulgencio empez a narrar sus viajes de un modo fascinante. El cruel y fantico juez, que esperaba una abdicacin de la fe y no un relato de viajes, orden que recomenzara la tortura. Finalmente los dos confesores de la fe fueron puestos en libertad, con los vestidos desgarrados, el cuerpo des7

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VIDAS D E LOS SANTOS

SAN F U L G E N C I O

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trozado y la cabeza rapada, de suerte que los mismos arranos se avergonzaron de tal crueldad y su obispo prometi castigar al sacerdote que les haba entregado a la tortura, a condicin de que Fulgencio se encargara de actuar como acusador en el juicio. Fulgencio respondi que el cristiano no tiene derecho a tratar de vengarse y que hay una bienaventuranza relativa al perdn de las injurias. Fulgencio se embarc con rumbo a Alejandra, a donde le llevaba el deseo de visitar a los ascetas del desierto de Egipto, famosos por la santidad y aspereza de sus vidas; pero en Sicilia, Eulalio, abad de Siracusa, disuadi a Fulgencio de continuar su viaje, asegurndole que "una odiosa disensin haba apartado a Egipto de la comunin de Pedro", es decir, que los herejes pululaban en Egipto y que vivir ah era enfrentar la alternativa de unirse en comunin con ellos o privarse de los sacramentos. Renunciando, pues, a su proyecto de visitar Alejandra, Fulgencio se embarc para Roma, a donde quera ir a orar en la tumba de los apstoles. Un da vio a Teodorico, rey de Italia, sentado en el trono y rodeado del senado y la corte. "Ah exclam Fulgen cio cuan bella debe ser la Jerusaln celestial, si la Roma terrenal es tan hermosa, y qu gloria debe Dios dar a sus santos en el cielo, si viste con tal esplendor a los amadores de la vanidad.'" Este acontecimiento tuvo lugar en la segunda mitad del ao 500, en el momento de la primera entrada del rey en Roma. Fulgencio volvi a su patria poco despus y construy un espacioso monasterio en Byzacena, pero l mismo se retir a una celda en las proximidades del mar. Fausto; su obispo, le oblig a reasumir el gobierno del monasterio. Al mismo tiempo, muchas ciudades le deseaban como obispo, porque haba mltiples sedes vacantes a consecuencia del edicto por el que el rey Tarasimundo haba prohibido la consagracin de obispos ortodoxos. Una de dichas sedes vacantes era la de Ruspe, la actual poblacin de Kudiat Rosfa en Tnez. Fulgencio fue arrancado de su retiro y consagrado obispo en 508. Su nueva dignidad no modific su estilo de vida. Jams revisti el orarium especie de estola que usaban entonces los obispos, ni dej su spera tnica, que le cubra lo mismo en invierno que en verano. Algunas veces iba descalzo; nunca se desnudaba para dormir, y jams falt al oficio de medianoche. Slo cuando estaba enfermo, aceptaba un poco de vino en el agua que beba y nunca pudieron persuadirle a comer un poco de carne. Su modestia, bondad y humildad le ganaban el afecto de todos, aun del ambicioso dicono Flix, que se haba opuesto a su eleccin y a quien el santo trat con cordial caridafi. Su amor a la soledad le movi a construir un monasterio en las proximidades de su casa, en Ruspe; pero antes de que pudiera terminarlo, el rey Trasimundo le desterr a Cerdea, junto con otros sesenta obispos ortodoxos. Aunque era el ms joven de los desterrados, Fulgencio hablaba y escriba por ellos en todas las ocasiones difciles. El caritativo Papa San Smaco enviaba cada ao dinero y vestidos a estos campeones de la fe. Se conserva todava una carta de San Smaco en la que les consuela y reconforta. Por la misma poca, les envi tambin unas reliquias de los santos Nazario y Romano, "para que el ejemplo y proteccin de estos generosos soldados de Cristo animen a los confesores a pelear valientemente las batallas del Seor". Con otros compaeros, San Fulgencio transform en Cagliari una casa en monasterio. El sitio se convirti inmediatamente en un refugio para todosH

los afligidos y necesitados de consejo. En dicho retiro, el santo compuso numerosos tratados para la instruccin de los fieles de frica. Al enterarse el rey Trasimundo de que Fulgencio era el principal apoyo y abogado de la comunidad, le mand llamar y le expuso sus objeciones contra la fe; el santo respondi a ellas, segn parece, en su libro titulado "Respuesta a Diez Objeciones". El rey admir su humildad y su ciencia, y la causa de la fe sali triunfante gracias a las respuestas de Fulgencio. Para evitar que el xito se repitiera, eli rey le exigi que no divulgara las respuestas a sus nuevas objeciones, pero Fulgencio se neg a responder, si no se le autorizaba a conservar una copia. Escribi, pues, al rey una amplia y modesta refutacin del arrianismo, que ha llegado hasta nosotros con el ttulo de "Tres Libros al Rey Trasimundo". La obra result del gusto del rey, quien dio a Fulgencio permiso de residir en Cartago; pero las repetidas quejas de los obispos arranos sobre el xito de la predicacin de Fulgencio, lograron finalmente que fuera desterrado de nuevo a Cerdea en 520. Como un cristiano llorara al ver que Fulgencio se embarcaba, ste le dijo: "No llores, pues muy pronto estar de vuelta y gozando de plena libertad; entonces vers con tus propios ojos el reflorecimiento de la fe en el reino. Pero no divulgues este secreto". Los acontecimientos confirmaron la verdad de esta prediccin. La humildad de Fulgencio le haca guardar en secreto los milagros que obraba, y a l se atribuyen las siguientes palabras: "Un hombre puede poseer el don de hacer milagros y sin embargo perder su alma. Los milagros no garantizan la salvacin. Cierto que atraen la estima y el aplauso; pero, de qu sirve ser estimado y aplaudido en este mundo y ser condenado al infierno en el otro?" De vuelta a Cagliari, Fulgencio erigi otro monasterio en las cercanas de la ciudad, y socorri solcitamente a los monjes, especialmente durante sus enfermedades; pero no poda sufrir que los monjes pidieran nada, pues, segn deca l: "Hemos de recibirlo todo de la mano de Dios, con conformidad y gratitud". Trasimundo muri en 523, despus de haber nombrado a Hilderico como sucesor. Los cristianos ortodoxos de frica hicieron volver del destierro a sus pastores. La nave que les llev a Cartago fue recibida con grandes demostraciones de gozo, que llegaron al paroxismo cuando Fulgencio apareci sobre la cubierta. Los confesores se dirigieron a la iglesia de San Agileo para dar gracias a Dios. Como se desatara una sbita tempestad, el pueblo, para mostrar su singular veneracin por Fulgencio, improvis rpidamente, con sus propias vestiduras, una especie de toldo para protegerle de la lluvia. El santo se apres t a ir a Ruspe, donde empez desde luego a corregir los abusos que se haban instalado durante los setenta aos de persecucin; pero realiz con tanto tacto esta reforma, que acab por ganarse aun a los ms obstinados. San Fulgencio posea un extraordinario don oratorio; Bonifacio, obispo de Cartago, no poda orle hablar sin que las lgrimas se le vinieran a los ojos y su corazn se sintiera lleno de gratitud hacia Dios, por haber dado a su Iglesia un pastor tan excelente. Ms o menos un ao antes de su muerte, Fulgencio se retir a un monasterio de la pequea isla de Circinia a fin de prepararse para el paso a la eternidad. Sin embargo, las ardientes splicas de su grey le obligaron a volver a Ruspe poco antes del fin. Soport con admirable paciencia los sufrimientos de su ltima enfermedad; sus labios repetan constantemente esta oracin: "Seor, dame paciencia ahora y despus misericordia y perdn". Gomo los mdicos le aconseja9

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SAN ODILON

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ran una cura de baos, Fulgencio respondi: "Acaso una cura de baos puede evitar la muerte cuando la vida ha llegado a su trmino?" Fulgencio convoc a su clero y a los monjes, que lloraban a porfa y les pidi perdn por cualquier ofensa que pudiera haberles hecho; igualmente les consol, les dio sus ltimos consejos y expir apaciblemente a los sesenta y seis aos de edad, el primero de enero, fecha en que aparece su conmemoracin en la mayora de los calendarios. Algunas iglesias celebran su fiesta el 16 de mayo, que corresponde probablemente a la fecha en que sus reliquias fueron transladadas, en 714 aproximadamente, a Bourges de Francia, donde fueron destruidas durante la Revolucin. Era tal la veneracin que el pueblo le profesaba, que fue enterrado en la iglesia, contrariamente a la ley y a las costumbres de la poca, como lo hace notar su bigrafo. San Fulgencio haba escogido por modelo a San Agustn; como verdadero discpulo suyo, sigui fielmente su conducta, reprodujo su espritu y expuso su doctrina.Existe una verdica biografa de nuestro santo, escrita por uno de sus contemporneos que, segn opinan muchos, era tambin su discpulo: Fulgencio Ferrando. Se la encuentra en el Acta Sanctorum, l" de enero, as como en otras publicaciones. Ver la importante obra de G. G. Lapeyre, St. Fulgence de Raspe (1929), que incluye la vita en volumen aparte. A propsito de los escritos teolgicos y apologticos de San Fulgencio, hay que nombrar la Patrology de Bardenhewer, pp. 616-618 de la traduccin inglesa (1908), y el DTC, vol vi, ce. 968 ss. Ver tambin Abbot Champman en la Catholic Encyclopedia, vol. vi, pp. 316-317, y Dr. H. R. Reynolds en DCB, vol. II, pp. 576-583. SAN FLIX, OBISPO DE BOURGES (C. 580 p.c.)

aos despus, relata muchos milagros legendarios*, pero es probablemente verdica al afirmar que Claro fue el primer monje de la abada de San Ferrol; que era muy estimado por Cadeoldo, arzobispo de Vienne; que fue nombrado director espiritual del convento de Santa Blandina, en el que su madre y otras viudas tomaron el velo, y que termin sus das ( l 9 de enero, c. 660) siendo abad de San Marcelo. Su culto fue confirmado en 1903. Ver Acta Sanctorum, V de enero, y M. Blanc, Vie el caite de S. Clair (2 vols., 1898).S A N ODILON, ABAD (1049 P . C . )

No CONOCEMOS gran cosa de la vida de este santo, pero no se puede poner en duda su existencia y la veneracin en la que le tuvieron sus contemporneos. San Germn de Pars ofici en su consagracin, cuya fecha exacta no podemos fijar. San Flix tom parte en el Concilio de Pars (573 P . c ) , y Venancio Fortunato le dedic un breve poema sobre una pxide que l haba mandado hacer para guardar la Eucarista. La dicesis de Bourges celebra la fiesta de San Flix el l 9 de enero, pero es imposible determinar con exactitud la fecha de su muerte. Su tumba se hallaba en la iglesia de San Austregisilo de Castro, fuera de las murallas de la ciudad. Doce aos despus de su muerte, segn nos informa Gregorio de Tours, la dala mortuoria que cubra su sepulcro fue sustituida por otra de metal ms precioso. Con tal ocasin, se descubri que su cuerpo se hallaba incorrupto. Se dice que muchas personas recobraron la salud bebiendo agua en la que se haba mezclado un poco de polvo de la dala original. Ver Duchesne, Fastes piscopaux de Fancienne Gaule, vol. II (1900), p. 28. Venantius Fortunatus, Carmina, lib. m, no. 25 (Migne, PL, vol. LXXXVIII, c. 473; en el texto editado por F. Leo para MGH este poema est clasificado en el lib. m, no. 20); y Gregorio de * Tours, In gloria confessorum, c. 102, en MGH, Scriptores Merov., vol. i. SAN CLARO, ABAD (C. 660 p.c.)

SAN CLARO, que recibi este nombre en su juventud debido a su lucidez, no tanto en las ciencias humanas, cuanto en la percepcin de las cosas espirituales, parece haber sido nombrado abad del monasterio de San Marcelo, en Viennc del delfinado, a principios del siglo V i l . Una biografa latina, escrita ms de cienK)

ODILN era todava muy joven, cuando recibi en Cluny el hbito monacal de manos de San Maylo, quien hizo de l su coadjutor en 991, a pesar de que no tena sino veintinueve aos a la muerte de San Maylo, en 994, Odiln tom las riendas de la gran abada. Aunque muy austero consigo mismo, Odiln era excepcionalmente amable con cuantos le rodeaban. Acostumbraba decir que prefera pecar por exceso de bondad, que por exceso de severidad. Muchos tacharon de extravagancia su gran liberalidad con los pobres durante la poca de hambre de 1006, porque, para venir en su socorro, no tuvo reparo en mandar fundir los vasos y adornos sagrados, ni en vender la corona de oro que San Enrique haba regalado a la abada. Odiln hizo cuatro viajes a Roma. En su visita a Montecasino, su devocin a San Benito le llev hasta pedir permiso de besar los pies a todos los monjes del monasterio, concesin que obtuvo no sin dificultad. Bajo el gobierno de San Odiln, aument el nmero de abadas que se sometieron a las costumbres y a la supervisin cluniacense y se perfeccion la organizacin y la dependencia de los monasterios subordinados. Las normas variaban de acuerdo con los estatutos particulares de cada monasterio y la distancia de la casa matriz, pero muchos prioratos dependan de Cluny en el estricto sentido de la palabra, de suerte que Cluny nombraba a los superiores. En ste y otros aspectos, se llev a cabo una modificacin de la regla de San Benito; de ah procede la distincin histrica entre los monjes cluniacenses y los benedictinos. Las matanzas y devastaciones eran tan comunes en la poca, debido a los derechos que reclamaba cada seor feudal de vengar por mano propia las ofensas, que hubo necesidad de crear la llamada "tregua de Dios". En ella se estipulaba, ntre otras cosas, que las iglesias podan servir de refugio a todos los hombres, excepto a quienes hubiesen violado la tregua, y que, desde el jueves hasta el domingo por la maana, ninguno atacara a sus enemigos. El pacto encontr gran oposicin de parte de la casa de Neustria; pero, gracias a los buenos oficios y exhortaciones de San Odiln y de Ricardo, abad de Saint-Vanne, que se encargaron de las negociaciones, la mayora de las provincias de Francia acabaron por aceptar la "tregua de Dios". El prncipe Casimiro, hijo de Miceslao, rey de Polonia, se retir a Cluny, donde tom el hbito y fue ordenado subdicono. Ms tarde, una deputacin de nobles le rog que aceptara la corona. San Odiln present el asunto al Papa Benedicto IX, quien dispens a Casimiro de sus* Recordaremos al lector, una vez por todas, que slo Dios puede hacer milagros. I.n costumbre nos autoriza a hablar de los milagros de los santos, pero en realidad se Irata de los milagros que Dios obra por la iileicesin de (Oos. II

Enero 1]

VIDAS D E LOS SANTOS

BEATO JOS TOMMASI

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votos. As, pudo ste aceptar el trono en 1041, casarse, tener varios hijos y reinar hasta su muerte, acontecida en 1058. San Odiln instituy la conmemoracin de todos los fieles difuntos, el 2 de noviembre, como una prctica obligatoria en su comunidad, que deba ofrecer limosnas, oraciones y sacrificios por todas las almas del purgatorio. Igualmente difundi esta prctica de caridad entre los fieles que le rodeaban. Profesaba una gran devocin a la Santsima Virgen y especialmente al misterio de la Encarnacin. En una ocasin, cuando sus monjes cantaban el versculo: "Para venir a redimirnos no te rehusaste a tomar carne en el seno de la Virgen", Odiln entr en xtasis. La mayora de sus sermones y poemas versan sobre los misterios de nuestra Redencin o sobre la Virgen Mara. Habien