C ENCUENTRO EN LA LÍADA

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CARTOGRAFÍAS DEL ENCUENTRO EN LA ILÍADA

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

trabajo fi nal de maacutesterMaacutester Universitario en Teoriacutea e Historia de la Arquitectura

Universidad Politeacutecnica de Cataluntildeatutora Marta Llorente

alumna Panagiota Mavridou

Barcelona octubre 2015

IacuteNDICE

INTRODUCCIOacuteN

1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

[HELENA Y PRIacuteAMO]

2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

[HEacuteCTOR Y ANDROacuteMACA]

3 EN EL CENTRO PATROCLO

[LA MUERTE DE PATROCLO]

4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

[AQUILES Y HEacuteCTOR]

5 EL DOLOR QUE NOS UNE

[PRIacuteAMO Y AQUILES]

ESPIRAL UNA REFLEXIOacuteN

APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

BIBLIOGRAFIacuteA

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INTRODUCCIOacuteN

Esta investigacioacuten parte de dos sencillas observaciones las que resultaron maacutes sorprendentes durante la primera lectura de la Iliacuteada Por un lado en sus versos no se encuentran descripciones espaciales El espacio no se des-cribe de forma directa y defi nitiva sino que emerge cada vez a partir de la accioacuten relatada de modo que en la narracioacuten aparece una multiplicidad de lugares y no una visioacuten uniforme y homogeacutenea del espacio La accioacuten en siacute se describe atendiendo minuciosamente a gestos palabras discursos diaacutelogos movimientos batallas objetos y silencios generando dinaacutemicas espaciales intimamente ligadas al cuerpo

Por otro lado la interaccioacuten entre los personajes de la Iliacuteada se organiza a partir de duacuteos Duelos entre dos guerreros que se reconocen antes de comba-tir encuentros entre dos heacuteroes dos dioses un dios y un mortal encuentros entre esposos o dos miembros de la familia los encuentros ocupan un lugar importante en las escenas maacutes interesantes del poema En ellos cada uno se constituye a siacute mismo mientras forma parte de la relacioacuten La introduccioacuten de un tercer personaje o elemento en la escena deshace y transforma el en-cuentro haciendo avanzar al relato generando su estructura y movimiento interno

La primera observacioacuten parece orientarse maacutes hacia el contenido de la Iliacuteada (iquestcoacutemo se constituye y coacutemo es el espacio en ella iquestnos podemos imaginar un espacio hecho de acontecimientos y encuentros iquestqueacute tipo de cartografiacutea propone esta hipoacutetesis) mientras la segunda se refi ere principalmente a su estructura (iquestcoacutemo se mantiene la continuidad en la narracioacuten iquestse puede reconstruir la estructura del poema desde la experiencia de la lectura iquestla creacioacuten y transmisioacuten oral de la Iliacuteada coacutemo infl uye en su forma) No obs-tante los liacutemites de esta distincioacuten se vuelven borrosos cuando se los intenta defi nir con claridad

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Nos hemos propuesto a leer el encuentro como articulacioacuten como centro Una sucesioacuten de encuentros produce un fl ujo narrativo fragmentado cam-biante policeacutentrico articulado maacutes que continuo Nos interesa identifi -car esta sucesioacuten reconocer su estructura sus nodos y sus ramifi caciones Ramifi caciones que en una narracioacuten -inevitablemente linear en su forma- no son maacutes que bucles lazos nudos corredizos Los fl ujos secundarios trazan ciacuterculos pequentildeos remolinos se desviacutean y salen a la deriva para devolverse de manera defi nitiva al fl ujo central Nosotros los lectores viajamos con ellos hacia pasados para siempre perdidos hacia futuros que nunca llega-raacuten a ser hacia lo miacutetico y hacia realidades lejanas Nos distraemos a lo largo de los ciacuterculos para volvernos a entregar a la narracioacuten madre dejaacutendonos llevar por la fuerza de la corriente

El propio poema el fl ujo narrativo se permite entender como cuerpo con sus pulsiones y energiacuteas con sus movimientos internos y externos sus ritmos intriacutensecos sus equilibrios y sus tensiones El poema entonces ad-quiere una espacialidad que le es propia y no coincide con la espacialidad descrita por eacutel A la vez el encuentro no tiene que ser exclusivamente un encuentro interpersonal En la Iliacuteada se forman tambieacuten encuentros entre planos de accioacuten distintos (Tierra y Cielo) liacuteneas narrativas paralelas que se cruzan ideales diferentes sistemas de valoracioacuten contradictorios De este modo la cartografiacutea se refi ere tanto al espacio como al relato mientras en ambos casos es el encuentro que crea la posibilidad para tal cartografiacutea

Leer un texto es necesariamente volverlo a construir darle presencia y estar presente en eacutel repitiendo esencialmente sus propios movimientos Al tra-bajar con la Iliacuteada se generoacute la necesidad de mantener un contacto iacutentimo con ella de conocerla desde cerca precisamente para poder rastrear el fl ujo de sus movimientos El cuento de los cantos es una especie de resuacutemen de la Iliacuteada creado por motivos de orientacioacuten en ella desde la perspectiva de este trabajo A continuacioacuten se presentan y analizan cinco encuentros cinco secuencias narrativas a partir de los cuales se ha intentado organizar la refl exioacuten acerca de las cuestiones que la lectura de la Iliacuteada suscita Los diagramas adjuntos uno para cada secuencia intentan trazar sobre el texto homeacuterico los movimientos que se han reconocido en eacutel

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1 La mujer premio ausencia[Helena y Priacuteamo]

No presidiacutea yo el esfuerzo de los frigios no era yo sino mi nombre

la uacutenica recompensa para la lanza de los helenos Euriacutepides Helena

laquoVen aquiacute querida novia donde veraacutes hechos increiacutebles de troyanos domadores de potros y de aqueos de bronciacutenea tuacutenicaLos que antes se presentaban Ares fuente de laacutegrimasen la llanura aacutevidos del execrable combateestaacuten sentados ahora en silencio -y la pelea ha cesado-apoyados en los escudos con las largas picas clavadas al ladoPor su parte Alejandro y Menelao caro a Arescon sus luengas picas van a luchar por tidel que resulte vencedor seguramente te llamaraacutes esposaraquo(Canto III 130-138)

Son estas las palabras que dirige a Helena Iris la mensajera de Zeus El mo-mento ha llegado en el deacutecimo antildeo de la guerra de Troya Menelao y Paris se enfrentaraacuten en un duelo que supuestamente defi niraacute el resultado de la guerra la suerte de aqueos y troyanos la suerte de la ciudad de Troya pero ante y sobre todo la suerte de Helena Iris apoacutes tomar la fi gura de Laoacutedica la maacutes bella de las hijas de Priacuteamo cuntildeada actual de Helena se acerca a ella para anunciarle el hecho

La encuentra aislada en su aposiento hilando y bordando tejidos infi nitos en los cuales se inscriben mitos dioses fragmentos de vidas antes de la guerra actos heroicos durante la guerra y lugares del mundo arcaico A esta tarea interminable se dedica Helena durante su larga estancia en el palacio de Priacuteamo La relacioacuten que mantiene con la realidad se establece mediante esos tejidos que ella misma va creando para poder ver el mundo su mundo refl ejado en ellos De cierto modo los tejidos son el relato que Helena decide construir de siacute misma el relato que presenta y a traveacutes del cual se presenta

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al mundo En la Iliacuteada Androacutemaca tambieacuten permanece en el interior del palacio de Priacuteamo tejiendo mientras en la Odisea Peneacutelope espera a Ulises en Iacutetaca hilando y deshilando pacientemente durante 20 antildeos

Helena recibe a Iris-Laodica en silencio sin pronunciar ni una palabra Encerrada en su quietud hundida en suprema soledad Helena sale lloran-do de su habitacioacuten y se encamina hacia la muralla de la ciudad en busca de la fi gura de Menelao La presencia de las criadas que la acompantildean apenas resalta su desolacioacuten ya que en su destino uacutenico se encuentra irremediable-mente sola

Desde el mito hasta la actualidad ella es reconocida y recordada por la belle-za casi divina de su cuerpo y su rostro y la desgracia que esta belleza causoacute a partir del momento en que Helena se fue a Troya con Paris1 iniciando com-bate beacutelico maacutes notorio de la antiguumledad Estos dos atributos inseparables y muchas veces misteriosamente asociados en las culturas antiguas la belleza y la desgracia atraviesan a Helena la cosifi can en la conciencia de todos Ella es el desencadenante de la guerra ella es tambieacuten su premio se convierte en un siacutembolo una fi gura abstracta un fantasma una idea ella misma La persona la mujer que ella es cede bajo el peso de esta responsabilidad des-aparece y se diluye en el papel que le ha sido otorgado Helena al fi n y al cabo es un nombre el nombre de una persona vaciada de su interior cuya identidad es concebida y entendida puramente desde el exterior

En la parte superior de la muralla de Troya Helena va caminando Su fiacutesico nunca se describe en la Iliacuteada pero la podemos siempre visualizar a traveacutes de los ojos de otros a traveacutes de su refl ejo en ellos En esta escena son los ancianos de la ciudad los que la contemplan por nosotros No le dirigen di-rectamente la mirada ni muchiacutesimo menos la palabra se limitan a admirar su belleza conversando entre ellos en voz baja maldicieacutendola por el sufri-miento de su pueblo El desprecio que manifi estan hacia ella anula su exis-tencia aquiacute y ahora Dado que Helena no es reconocida por los otros y no interactuacutea con ellos no puede existir como sujeto En teacuterminos de Martin Buber diriacuteamos que Helena no forma parte de ninguna relacioacuten Yo-Tuacute por lo que su existencia se cuestiona quedaacutendose suspendida ldquoAl comienzo es

1 Las versiones e interpretaciones sobre este hecho son muy variadas y abren un abanico de posibilidades que oscilan entre el secuestro violento por Paris y el abandono del hogar miceacutenico por Helena en plena voluntad incluyendo diversas variacones y matices intermedios En la tragedia Helena de Euriacutepides por ejemplo los dioses enviacutean a Troya un fantasma un simulacro mientras ella se encuentra a salvo muy lejos (lejos de Troya y lejos de su patria)

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

la relacioacuten como categoriacutea del ser una disposicioacuten de acogida un conti-nente una pauta para el alma es el a priori de la relacioacuten el Tuacute innatordquo2 A ella se le trata como a un Ello una existencia cosifi cada a quien se acude de manera instrumental

laquoNo es extrantildeo que troyanos y aqueos de buenas grebaspor una mujer tal esteacuten padeciendo duraderos dolorestremendo es su parecido con las inmortales diosas al mirarlaPero auacuten siendo tal como es que regrese en las navesy no deje futura calamidad para nosotros y nuestros hijosraquoAsiacute hablaban y Priacuteamo alzando la voz llamoacute a HelenalaquoVen aquiacute hija querida y sieacutentate ante miacute y veraacutesa tu anterior marido a tus parientes poliacuteticos y a tus amigosPara miacute tuacute no eres culpable de nada los causantes son los diosesque trajeron esta guerra fuente de laacutegrimas contra los aqueosAsiacute podraacutes decirme ademaacutes el nombre de ese monstruoso guerreroiquestQuieacuten es ese guerrero aqueo noble y altoCierto que hay otros maacutes altos que hasta le sacan la cabezapero hasta ahora no he visto en mis ojos a nadie tan belloni tan majestuoso Lo digo porque parece un reyraquoRespondioacutele Helena de casta de Zeus entre las mujereslaquoPudor me inspiras querido suegro y respeto tambieacuteniexclOjalaacute la cruel muerte me hubiera sido grata cuando aquiacutevine en compantildeiacutea de tu hijo abandonando taacutelamo y hermanosa mi nintildea tiernamente amada y a la querida gente de mi edadMas eso no ocurrioacute y por eso estoy consumida de llorarTe voy a decir eso que me preguntas e inquieresese es el Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominiosa la vez buen rey y esforzado lanceroEra mi cuntildeado de miacute cara de perra si eso alguna vez sucedioacuteraquo(Canto III 156-180)

Los ancianos sentados en un punto fi jo contemplan a Helena quien estaacute caminando mientras (la narracioacuten y) nosotros la seguimos desde el interior del palacio hasta la muralla pero la invitacioacuten de Priacuteamo abre un lugar a su lado para su presencia Aparte de Heacutector con quien Helena mantiene una relacioacuten de amistad y carintildeo3 Priacuteamo es posiblemete la uacutenica persona que

2 Yo y Tuacute p 253 laquoEstas palabras tejen entre Heacutector y Helena una complicidad mucho maacutes que fraternal incluso ante un fu-turo incierto Con esa infalible intuicioacuten de las relaciones verdaderas entre los seres y ese acento de intimidad del que nadie ha sabido encontrar jamaacutes el secreto Homero revela sin traicionarla la amistad que por lo me-

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establece una conversacioacuten con ella dirigieacutendole tiernas y reconfortantes pa-labras en lugar de amenazas y maldiciones

Priacuteamo declara que para eacutel no es Helena quien tiene la culpa de esta guerra que tanto sufrimiento ha causado sino los dioses los terribles y manipulado-res dioses del Olimpo Sin embargo esta afi rmacioacuten no parece ser sufi ciente para apaciguar el desespero de Helena apenas toma la palabra despliega su lamento en el cual alcanza a manifestarse un pequentildeo punto de interio-ridad Ausente de siacute misma y alienada de su propia existencia al lado de Priacuteamo mientras contempla la llanura donde estaacuten luchando aqueos y tro-yanos Helena se permite expresar aunque momentaacuteneamente4 Responde a la pregunta de Priacuteamo pero en seguida vuelve a referirse a siacute misma y a su desgracia Sobrepasada por su situacioacuten existencial no puede contener su afl iccioacuten

laquoEra mi cuntildeadoraquo es la frase con la cual Helena concluye el reconocimiento de Agamenoacuten Es evidente que Priacuteamo tal como todos los aqueos troyanos y aliados situados en la llanura de Troya ya conoce esta informacioacuten5 pero para Helena repetirla es importante De este modo ella se situacutea entre los hechos en un intento de reafi rmar su posicioacuten en el mundo posicioacuten de la que ella misma llega a dudar cuestionando laquosi eso alguna vez sucedioacuteraquo Asiacute el poeta envuelve el reconocimiento de Agamenoacuten en su lamento formando una especie de nudo en la narracioacuten

Sin embargo en este lamento ciacuteclico el inicio no coincide con el fi nal dado que mientras habla el dolor devastador y totalizador que siente se apode-ra de ella a tal punto que llega a pronunciar en voz alta las terribles pala-bras laquode miacute cara de perraraquo Frente a un interlocutor el poeta hace aparecer mundo interior de ella sin dejar de hacer eco de la exterioridad cruel que la ha defi nido a lo largo de los diez antildeos de la guerra Helena odia y desprecia

nos en Helena es la capa protectora de un sentimiento maacutes profundoraquo (Rachel Bespaloff De la Iliacuteada p29)4 En este sentido es signifi cante la presencia de un interlocutor de un otro que la escucha y observa de alguien que le presta atencioacuten para que se pueda manifestar el dolor de Helena En varias ocasiones Helena se representa llorando y lamentaacutendose pero esta es la uacutenica ocasioacuten en la cual alguien atiende miacutenimamente a su lamento 5 Emilio Crespo en su traduccioacuten de la Iliacuteada comenta laquoEl pasaje entre 161 y 246 era conocido al menos desde la eacutepoca heleniacutestica como teichoskopiacutea lsquorevista desde la murallarsquo Es desde luego sorprendente que Priacuteamo desconozca a los caudillos griegos por los que pregunta en el deacutecimo antildeo de la guerra justo cuando eacutesta estaacute a punto de terminar con el duelo entre Paris y Menelaoraquo (Iliacuteada Gredos p156) Con la teichoskopia se crea tambieacuten de manera indirecta la oportunidad para que aparezca un discurso de Helena El poeta no podriacutea buscarle mejor interlocutor que el anciano y magnaacutenime Priacuteamo siempre sutil en sus palabras y acciones

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

a Helena tanto como la odian y desprecian los otros iquestCoacutemo resuenan estas palabras en el espacio iquestCoacutemo lo transforman

Asiacute habloacute y el anciano quedoacute maravillado y exclamoacutelaquoiexclAtrida feliz con fortuna nacido de opulento hadoRealmente veo que hay muchos joacutevenes aqueos sumisos a tiYa en cierta ocasioacuten fui a Frigia rica en vintildeedosdonde vi elevadiacutesimo nuacutemero de frigios de aacutegiles potroslas huestes de Otreo y de Migdoacuten comparable a un diosque entonces habiacutean ido en campantildea a orillas del SangarioPues tambieacuten yo me uniacute a ellos en calidad de aliadoaquel diacutea en que llegaron las varoniles AmazonasMas ni eacutesos eran tantos como los aqueos de vivaces ojosraquoEn segundo lugar al ver a Ulises preguntoacute el ancianolaquoEa dime tambien eacuteste hija querida quieacuten esEs maacutes bajo que el Atrida Agamenoacuten que le saca la cabezapero se le ve maacutes ancho de hombros y de pechoSus armas yacen sobre la tierra nutricia de muchospero eacutel recorre como un morueco las hileras de guerrerosSiacute yo lo comparo con un carnero de compactos vellonesque pasa revista a un gran rebantildeo de blancas ovejasraquo(Canto III 181-198)

Despueacutes de esta apertura al mundo psiacutequico de Helena la narracioacuten cierra su pequentildeo desviacuteo y vuelve a ocuparse del movimiento de los caudillos aqueos en la llanura de Troya laquoiexclAtrida felizraquo asiacute es como empieza la respuesta de Priacuteamo a su laquohija queridaraquo obviando por completo su desesperacioacuten la palabra feliz se convierte en una lanza que se clava en la geacutelida desgracia de Helena Priacuteamo tambieacuten eacutel la atraviesa reconduciendo su atencioacuten hacia otra parte

En la escena de la teichoskopiacutea la Iliacuteada nos recuerda una vez maacutes que esta guerra no es anoacutenima y abstracta Ninguacuten guerrero no es laquouno maacutesraquo entre los muertos o los vivos Los guerreros homeacutericos traen al campo de batalla sus pasiones y afectos sus defectos y sus deseos de venganza y cada uno merece ser llamado por su nombre propio En el canto II el poeta hizo una invocacioacuten directa a las Musas solicitando ayuda con la tarea inabarcable de nombrar a todos los guerreros antes de construir el cataacutelogo de las naves aqueas y el cataacutelogo de los troyanos y sus aliados6 En la teichoskopiacutea son

6 laquoDecidme ahora Musas duentildeas de oliacutempicas moradas | pues vosotras sois diosas estaacuteis presentes y sabeacuteis

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sus propios personajes dos personajes que no participan en el combate los que asumen esta actitud contemplativa Excluidos de la guerra la observan desde un punto fi jo en lo alto de la muralla de Troya ese liacutemite que todaviacutea protege a la ciudad y a sus habitantes mujeres ancianos y nintildeos mantenieacuten-doles en un encierro permanente

Unos versos maacutes tarde llegaraacuten los heraldos y se llevaraacuten al anciano rey para que eacutel sancione los juramentos antes del duelo de Menelao y Paris Priacuteamo se iraacute sin despedirse y Helena una vez maacutes se hundiraacute en su soledad Sola entre muchas troyanas se quedaraacute contemplando el duelo entre su primero y su segundo esposo Al fi nal del canto Afrodita la encontraraacute alliacute en la mu-ralla de Troya y la conduciraacute hacia el interior del palacio para acompantildear a Paris en la cama y satisfacerle el deseo sexual cumpliendo con su papel de esposa Helena no tiene fuerza de voluntad atrapada en un denso tejido de circunstancias exteriores encerrada en la ciudad y encerrada en el nombre que lleva se transforma en observadora permanente

Helena es un personaje sumamente importante e interesante Toda una guerra gira en torno a ella su nombre se repite y resuena como un eco per-sistente entre los versos pero Helena la mujer la persona estaacute ausente de la realidad ausente de su propia vida es la mujer premio

Ella no es la uacutenica mujer premio de la Iliacuteada En el universo masculino de la guerra infi nitas mujeres se convierten en premio de los saqueos de ciuda-des se cautivan como esclavas o se entregan como regalos de un guerrero a otro Agamenoacuten cuando solicita el regreso de Aquiles a la batalla le pro-mete entre otros regalos a siete mujeres esclavas (laquoTe daraacute siete mujeres expertas en intachables labores lesbias que cuando conquistaste la bien edi-fi cada Lesbos para siacute | escogioacute y que destacaban en belleza entre la raza de las mujeresraquo) y a una de sus hijas como esposa legiacutetima dejaacutendole la posi-bilidad de escoger entre ellas a la que maacutes le guste7 Esto nos hace pensar en el espacio que ocupan las mujeres en la guerra tanto a nivel simboacutelico como a nivel fiacutesico pero tambieacuten en todo aquello que permaneciendo ajeno a la

todo | mientras que nosotros solo oiacutemos la fama y no sabemos nada | quieacutenes eran los priacutencipes y los caudi-llos de los daacutenaos | El grueso de las tropas yo no podriacutea enumerarlo ni nombrarlo | ni aunque tuviera diez lenguas y diez bocas | voz inquebrantable y un bronciacuteneo corazoacuten en mi interior | si las Oliacutempicas Musas de Zeus portador de la egida | hijas no recordaran a cuaacutentos llegaron al pie de Ilio | Pero siacute nombrareacute a los jefes y la totalidad de las navesraquo (IliacuteadaCanto II 484-493)7 Iliacuteada Canto IΧ 270-290

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

guerra interviene en ella de manera oblicua y tangencial8

El propio argumento de la Iliacuteada se despliega a partir de Criseida hija de Crises sacerdote de Apolo ella fue dada como botiacuten de guerra a Agamenoacuten y su cautiverio provoca la furia de Apolo contra los daacutenaos Se decide la devolucioacuten de Criseida a su padre pero Agamenoacuten exige como jefe de los caudillos aqueos que se le sustituya su botiacuten en vez de Criseida se quedaraacute con Briseida otorgada originalmente como botiacuten a Aquiles exigencia que provoca la coacutelera la famosa μήνις de Aquiles considerada como el tema central de la epopeya La presencia de las mujeres premio en la Iliacuteada es muy importante pero ellas mismas se encuentran ausentes Mujeres hermosas cosifi cadas transformadas en objetos en torno a los cuales giran los episo-dios y los actos heroicos

Briseida se retira de la tienda de Aquiles caminando laquoen contra a su volun-tadraquo con laacutegrimas en los ojos sin pronunciar una palabra Aquiles se encie-rra en su tienda y se abstiene del combate protestando por la peacuterdida de Briseida Despueacutes de la muerte de Patroclo una vez Aquiles decide entrar de nuevo en la batalla Briseida se devuelve a eacutel mientras Agamenoacuten jura que no se ha acostado con ella En este momento Briseida habla soacutelo para llorar a Patroclo resaltando su bondad y delicadeza El discurso de Briseida es pu-ramente exterior a ella en su discurso ella se relaciona con el mundo como si no participase en eacutel como si fuese una espectadora de su propia vida Aunque invoca un episodio que la marcoacute profundamente el momento en que Aquiles saqueoacute su ciudad y matoacute a su marido convirtieacutendola en esclava lo describe enfatizando la reaccioacuten de Patroclo y no su propia desgracia la cual se presenta como si para ella ya no tuviera importancia como si su vida careciera de sentido Briseida tan desgraciada y despojada de toda libertad y toda voluntad llora al compantildeero de su saqueador

laquoiexclPatroclo el ser maacutes grato para esta desdichada de miacuteVivo te dejeacute cuando saliacute de esta tienday ahora te hallo muerto comandante de huestes al regresarde nuevo iexclDesgracia sobre desgracia me viene sin cesarAl marido a quien me con iaron mi padre y mi augusta madrelo vi delante de la ciudad desgarrado por el a ilado bronceigual que a los tres hermanos que mi madre habiacutea engendrado

8 Pascal Payen en su libro Les revers de la guerre en Gregravece ancienne dedica un capiacutetulo al papel de las mujeres en una esfera donde seguacuten la ideologiacutea dominante ellas no tienen lugar

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tan amados y que todos alcanzaron el diacutea de la ruinaNi siquiera me permitiste cuando el ligero Aquilesmatoacute a mi marido y saqueoacute la ciudad del divino Minetellorar asegurabas que me convertiriacuteas en legiacutetima esposadel divino Aquiles y que eacutel me llevariacutea en las naves a Ftiacuteay celebrariacutea el banquete de boda entre los mirmidonesPor eso lloro sin cesar la muerte del que siempre fue tan dulceraquo(Canto XIX 287-300)

En alguna ocasioacuten Helena tambieacuten actuacutea como si fuese una observadora imparcial representando la voz de la razoacuten juiciosa sobria Comenta los hechos evaluacutea las circunstancias aconseja Una vez maacutes ausente de siacute misma indiferente resignada Su juicio llega a nosotros a traveacutes de las na-rraciones de otros personajes laquoAhora mi esposa que me ha reprendido con tiernas palabras | me ha incitado al combateraquo dice Paris a Heacutector9 Heacutector por su parte teme que su querida mujer Androacutemaca sea llevada a fuerza por alguacuten aqueo acaso ellos conquisten la ciudad de Troya

Mas no me importa tanto el dolor de los troyanos en el futuro ni el de la propia Heacutecuba ni el del soberano Priacuteamoni el de mis hermanos que muchos y valerosospuede que caigan en el polvo bajo los enemigoscomo el tuyo cuando uno de los aqueos de bronciacuteneas tunicaste lleve envuelta en laacutegrimas y te prive del diacutea de la libertad (Canto VI 450-455)

9 Iliacuteada Canto VI 337-338

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2 El movimiento de la familia un lugar para encontrarse [Heacutector y Androacutemaca]

En el canto VI Diomedes se acerca a la muralla de Troya matando a un hombre despueacutes de otro Los troyanos aterrorizados necesitan defenderse defender a su ciudad a sus familias a sus mujeres a sus hijos a sus casas La fi gura de Heacutector se dibuja como la fi gura del rey que protege a su pueblo del liacuteder que anima a sus guerreros con carintildeo del hijo en quien tiene orgu-llo la familia pero sobre todo del hombre que quiere a su esposa del padre que antildeora a su hijo Heacutector es precisamente esto un hombre Un hombre que como dice eacutel mismo ha aprendido a ser valiente por necesidad Su perfi l humano terrenal noble lo acerca a nosotros por medio de la empa-tiacutea Su prevista muerte el implacable destino que le espera se contrapone al mundo del que proviene al tejido de relaciones en el que estaacute inmerso del cual la guerra le separa violentamente mientras participa en ella para defenderlo

Pero cuando ya llegoacute a la muy bella morada de Priacuteamoconstruida con pulidos pooacuteticos de columnas en la cualhabiacutea cincuenta habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los hijosde Priacuteamo se acostaban junto a sus legiacutetimas esposasy para las hijas en el lado de enfrente dentro del patiohabiacutea doce techadas habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los yernosde Priacuteamo se acostaban junto a sus respetables esposasalliacute le salioacute al paso su madre dadivosa de benignos regalosllevando dentro a Laodica la primera de sus hijas en belleza(Canto VI 242-252)

Heacutector se dirige hacia la ciudad y sabemos que es la uacuteltima vez que entra-raacute en ella cruzando su muralla Seguramente la entrada en el palacio de Priacuteamo le maravilla el mundo de la paz y los recuerdos de la vida civil de su propia vida se apoderan de eacutel La sencilla descripcioacuten de la organizacioacuten espacial de este palacio descripcioacuten intemporal despojada de todo detalle

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y toda presencia humana impone a la narracioacuten un silencio un silencio que se asienta sobre el bullicio el voceriacuteo y el desorden sangriento de la batalla En este silencio en esta tranquilidad en la prosperidad evocada del espacio interior el poema estaacute preparando el encuentro del heacuteroe con su mundo siendo la descripcioacuten del palacio una introduccioacuten para el encuentro de Heacutector con su madre

laquo[] Tuacute ve al templo de la depredadora Ateneay yo ireacute en busca de Paris para llamarloa ver si quiere atender a mis palabras iexclOjalaacute aquiacute mismose lo tragara la tierra Pues es una peste que el Oliacutempico crioacutepara los troyanos para el magnaacutenimo Priacuteamo y para sus hijosSi lo viera descendiendo dentro del Hadesdiriacutea a mi aacutenimo que dejara olvidado del todo el funesto llantoraquo(Canto VI 279-285)

A su vez el encuentro con Heacutecuba le conduce hacia su hermano Paris a quien desprecia profundamente acerca de quien pronuncia palabras exce-sivamente duras La narracioacuten sigue a Heacutecuba en sus sacrifi cios a Atenea realizando un breve desviacuteo antes de volver a acompantildear a Heacutector en su re-corrido Heacutector encuentra a Paris en su caacutemara armaacutendose para el combate bello al lado de Helena Detenieacutendose en la entrada de la habitacioacuten le re-procha su cobardiacutea e inicia una conversacioacuten con Helena1 mientras le invade el recuerdo de su familia Este recuerdo el deseo y la antildeoranza que conlleva es lo que mueve a Heacutector en un movimiento continuo agonizante insacia-ble hacia Androacutemaca su amada mujer hacia su familia a la vez hacia sus compantildeeros hacia la batalla donde pertenece donde pereceraacute Su recorrido se extiende como un hilo en el espacio formando un nodo cada vez que se encuentra e interactuacutea con otra persona

laquoNo me ofrezcas asiento Helena aunque me estimes no meconvenceraacutes Pues mi aacutenimo ya estaacute en marcha presto a defendera los troyanos que intensa antildeoranza sienten por mi ausenciaTuacute pon en movimiento a eacuteste y que tambieacuten eacutel se de prisapara que me alcance mientras todaviacutea esteacute dentro de la ciudad

1 laquoEa entra ahora y sieacutentate sobre este escabel | cuntildeado miacuteo pues tuacute eres al que maacutes acosa las mientes la tarea | por culpa de esta perra de miacute y por la ofuscacioacuten de Alejandro | a quienes Zeus impuso el malvado sino de en lo sucesivo | tornarnos en materia de canto para los hombres futurosraquo dice Helena a Heacutector Sus palabras tienen la doble funcioacuten de explicar(se) el inicio de la guerra y quizaacute aliviar el dolor desgarrador que Helena siente y enfatizar el peso de la responsabilidad que recae sobre Heacutector a pesar de que eacutel no tenga la culpa de esta guerra

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Ademaacutes yo quiero ir a mi casa a vera los criados a mi esposa y a mi tierno hijoPues no seacute si auacuten otra vez llegareacute de regreso hasta elloso si los dioses ya me van a doblegar a manos de los aqueosraquoTras hablar asiacute se alejoacute Heacutector de tremolante penachoy al instante llegoacute a sus bien habitadas moradasmas no encontroacute en las salas a Androacutemaca de blancos brazosque con su hijo y una sirviente de bello mantosobre la torre estaba de pie llorando y gimiendoHeacutector al no hallar dentro a su intachable esposasalioacute al umbral se detuvo y dijo asiacute a las criadaslaquoEa criadas declaradme la verdadiquestAdoacutende ha ido Androacutemaca de blancos brazos fuera del palacioiquestA ver a mis hermanas y a mis cuntildeadas de buenos mantosiquestO al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosaraquoLa soliacutecita despensera diacutejole a su vez estas palabraslaquoiexclHeacutector Ya que mandas encarecidamente declarar la verdadni a ver a tus hermanas ni a tus cuntildeadas de buenos mantosni al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosasino a la elevada torre de Ilio pues ha oiacutedo que los troyanosestaacuten abrumados y que los aqueos ejercen gran poderiacuteoYa ha llegado presurosa a la murallacomo mujer enloquecida y la nodriza lleva al nintildeo consigoraquoDijo la despensera y Heacutector se precipitoacute fuera de la casa bajando otra vez por la misma ruta de bien construidas callesCuando atravesoacute la gran ciudad y llegoacute a las puertasEsceas por donde se disponiacutea a salir a la llanuraalliacute le salioacute al paso corriendo su esposa rica en regalosAndroacutemaca la hija del magnaacutenimo Eetioacuten del Eetioacuten que habiacutea habitado bajo el boscoso Placoen Teba bajo el Placo y habiacutea sido soberano de los ciliciosDe eacuteste era hija la esposa de Heacutector de bronciacuteneo cascoLe salioacute entonces al paso y con ella se acercoacute la sirvientallevando en su regazo al delicado nintildeo todaviacutea sin habla el preciado Hectoacuterida semejante a un bello astroHeacutector soliacutea llamarlo Escamandrio pero los demaacutesAstiaacutenacte pues Heacutector era el uacutenico que protegiacutea IlioEacuteste sonrioacute mirando al nintildeo en silencioy Androacutemaca se detuvo cerca derramando laacutegrimas le asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichado Tu furia te perderaacute Ni siquiera te apiadasde tu tierno nintildeo ni de miacute infortunada que pronto viudade ti quedareacute []raquo(Canto VI 360-409)

El encuentro de Heacutector con Androacutemaca se va generando cuidadosamente con lentitud Para llegar a su laquointachable esposaraquo Heacutector va cruzando um-brales consecutivos En su trayectoria se encuentra con una habitacioacuten vaciacutea de donde su mujer estaacute ausente Su deseo de ver a su familia se prolonga algo maacutes aumentando la tensioacuten dramaacutetica Preocupado ansioso pregunta repetidamente por Androacutemaca a las sirvientas que encuentra antes de saber que ella tambieacuten ha salido en busca de eacutel presurosa angustiada acompantildea-da por la nodriza que lleva al nintildeo consigo Heacutector recorre las mismas calles posiblemente siguiendo la misma ruta que habiacutea marcado al entrar en la ciudad El mismo camino diferentes situaciones existenciales El momento es especial defi nido por la guerra el dolor la incertidumbre el peligro pero sobre y a pesar de todo del amor

Bajo estas circunstancias en esta escena Heacutector y Androacutemaca se encuentran en movimiento mientras estaacuten realizando dos movimientos opuestos Los pasos de ambos se cruzan sobre las puertas Esceas Alliacute emocionados se miran por un momento Eacutel sonriacutee y ella llora estas dos acciones se presentan a menudo ligadas una a otra manifestadas simultaacuteneamente En esta escena Androacutemaca y Heacutector estaacuten emocionados felices y desconsolados a la vez Sus reacciones se complementan mutuamente Heacutector sonriacutee hacia el nintildeo en un silencio elocuente mientras Androacutemaca busca la proximidad fiacutesica posicionaacutendose cerca de Heacutector El movimiento se detiene y en la narra-cioacuten se abre un momento de quietud entre sonrisas y laacutegrimas una mujer y un hombre la nodriza que lleva al nintildeo en sus brazos sobre la muralla de Troya a lo lejos la batalla interminable

Eacuteste es el soporte esceacutenico del diaacutelogo de Heacutector y Androacutemaca un diaacutelogo que comienza y termina con dos frases muy parecidas laquole asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijoraquo y laquola acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijoraquo2 la primera refi rieacutendose a Androacutemaca y la segunda a Heacutector La pronunciacioacuten del nombre propio adquiere importan-

2 En el original laquoἔν τ᾽ ἄρα οἱ φῦ χειρὶ ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo y laquoχειρί τέ μιν κατέρεξεν ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo (Iliacuteada canto VI 406 y 485) Estas frases no contienen la idea de llamar laquocon todos los nombresraquo sino maacutes bien la de llamar pronunciar decir el nombre de cada uno

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

cia especial es asiacute que las personas se reconocen es cuando alguien escu-cha su nombre enunciado por el otro que estaacute invitado al diaacutelogo Por otra parte al fi nal del diaacutelogo el nombre propio suena como una conclusioacuten una despedida

A lo largo de esta conversacioacuten se despliega el dilema del heacuteroe el dilema del hombre que tiene que situarse entre la familia y la guerra entre la vida privada y el bien comuacuten de la ciudad En su interior toma lugar un cofl icto entre valores opuestos entre obligaciones e impulsos que pertenecen a di-ferentes planos de la realidad Su familia tambieacuten participa en este confl ic-to y se encuentra afectada por la complejidad de la situacioacuten que la guerra genera Androacutemaca perdioacute a toda su familia en esta guerra su padre y sus siete hermanos fueron muertos por la mano de Aquiles en la ciudad de Tebas mientras su madre se salvoacute con la ayuda de Aacutertemis Ahora como afi rma ella laquoiexclOh Heacutector Tuacute eres para miacute mi padre y mi augusta madre | y tambieacuten mi hermano y tuacute eres mi lozano esposoraquo3 Heacutector lo es todo para Androacutemaca y ella le implora a quedarse en la ciudad a no dejarla sola En breve eacutel seraacute muerto por Aquiles al igual que el resto de la familia

En el canto XXII los padres de Heacutector tambieacuten le suplican a permanecer dentro de la muralla de Troya y desde alliacute a enfrentarse a Aquiles y defender la ciudad4 Priacuteamo acerca sus manos a su cara y se arranca los cabellos en un gesto de afl iccioacuten mientras Heacutecuba es mucho maacutes expliacutecita en su suacuteplica gestual laquoAl otro lado su madre se lamentaba y vertiacutea laacutegrimas mientras | con una mano se abriacutea el vestido y con otra se alzaba el pechoraquo De nuevo la muralla de Troya emerge como espacio esceacutenico de la accioacuten Como todo liacutemite que separa una regioacuten de otra la muralla funciona tambieacuten como un punto de comunicacioacuten entre el interior y el exterior el uacutenico punto de co-municacioacuten entre la ciudad y el campo de batalla Cuando los que se encuen-tran dentro quieren comunicarse con los guerreros no tienen otra opcioacuten que exponer a vista de todos aquello que pertenece al dominio de lo privado

La fi gura de Heacutecuba sobre la muralla agarrando su seno con fuerza para mostraacuterselo a Heacutector mientras le implora a no entrar en el duelo con Aquiles es una fi gura traacutegica Representa el esfuerzo uacuteltimo y futil de la madre por mantener a su hijo salvo y sano cerca de ella haciendo alusioacuten al viacutenculo uacutenico que los dos experimentaron durante la lactancia Son los senos de la

3 Iliacuteada canto VI 429-4304 Iliacuteada canto XXII 33-92

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

madre que se dirigen siempre hacia su hijo recordando el contacto que alguna vez tuvieron con su boca Es en sus senos quizaacute donde se localiza el dolor de la madre por la peacuterdida de su hijo dolor que sustituye al viacutenculo primordial Inversamente para evitar su peacuterdida Heacutecuba intenta recordar a Heacutector ese primer contacto al principio con su gesto y a continuacioacuten con sus palabras Pero Heacutector no atenderaacute a las suacuteplicas de sus padres como tampoco atiende a la de su esposa5

Es en la respuesta de Heacutector a Androacutemaca donde la Iliacuteada nos revela de forma expliacutecita la motivacioacuten del heacuteroe la razones por las cuales decide entrar en la guerra Heacutector como hijo del rey siente la obligacioacuten de luchar eacutel primero por la ciudad por verguumlenza a los troyanos y para adquirir la eterna gloria la gloria a la que siempre aspira el guerrero auacuten sabiendo que para alcanzarla tendraacute que entregar su vida mostraacutendose valiente en la batalla Frente a su querida esposa Heacutector aparenta tener maacutes miedo por la suerte de ella que por la de sus padres o por su propia De esta manera en la Iliacuteada se esboza claramente la supremaciacutea del matrimonio y la familia nuclear que los hombres activamente crean en su vida adulta sobre todas las relaciones humanas

En este pequentildeo diaacutelogo se puede tambieacuten entrever y reconstruir una trama de valores creencias y convicciones que fueron importantes para la eacutepoca heroica representada en el poema y quizaacute sigan siendo vigentes en gran parte hoy en diacutea El poeta ubica este iacutentimo y tierno encuentro fuera del pa-lacio de Priacuteamo produciendo el debate entre el mundo de la familia el amor y la paz y el universo implacable de la guerra en el mismo liacutemite material que los separa Nos enfocaremos en la manera como este diaacutelogo (impor-tantiacutesimo es cierto como contenido y como signfi cado para la epopeya) se cierra intentaremos cruzar acompantildeando al fl ujo narrativo el umbral que nos lleva desde la intimidad del diaacutelogo hacia la batalla Intentaremos enten-der coacutemo se deshace el lugar del encuentro tan meticulosamente construido en la primera parte del canto

Esencialmente se trata de una escena de despedida despedida defi nitiva Los participantes de ella Androacutemaca y Heacutector lo sospechan sin saberlo

5 Aquiles que es el uacutenico de los daacutenaos que tiene contacto con su madre ya que Tetis es una diosa y le visita a menudo le afi rma al respecto laquoQue tu amor no intente alejarme de la lucha no me convenceraacutesraquo (Iliacuteada canto XVIII 126) Aunque inmortal Tetis no puede salvar a su hijo pero hace un uacuteltimo esfuerzo de protegerle encargando a Hefaisto su armadura Una armadura inmortal para un hombre mortal cuyo destino es morir en breve

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con seguridad En cambio el poeta y nosotros los lectores estamos plena-mente conscientes de ello El padre Heacutector se inclina hacia su hijo un hijo que se presenta en este canto como el fruto del amor de la pareja quieto en los brazos de la nodriza envuelto entre las dulces tiernas y emocionantes palabras de sus padres Con esta inclinacioacuten hacia el nintildeo se diluye la tensioacuten y se aligera la carga emocional del diaacutelogo

Asustado por el aspecto de su padre que lleva puestas todas sus armas el nintildeo grita y se recoge en los brazos de la nodriza Heacutector el tierno Heacutector de este canto hijo hermano marido padre y mucho maacutes es un guerrero que se encuentra en Troya por corto tiempo Su lugar es el campo de la batalla alliacute pertenece alliacute volveraacute enseguida y alliacute pereceraacute a traveacutes de la reaccioacuten del pequentildeo Escamandrio al escuchar su grito espontaacuteneo recordamos el aspecto de Heacutector y su papel en la guerra Por otra parte la misma reaccioacuten tiene una funcioacuten coacutemica en la narracioacuten Entonces Heacutector se quita el casco y se vuelve a dirigir a su hijo para jugar con eacutel y disfrutar de su presencia en sus brazos por un breve instante Enseguida ruega a los dioses oliacutempicos para que Escamandrio tenga una buena vida despidieacutendose asiacute de eacutel antes de devolverlo a los brazos de su madre

Tras hablar asiacute el preclaro Heacutector se estiroacute hacia su hijoY el nintildeo hacia el regazo de la nodriza de bello centildeidorretrocedioacute con un grito asustado del aspecto de su padreLo intimidaron el bronce y el penacho de crines de caballoal verlo oscilar temiblemente desde la cima del casco Y se echoacute a reir su padre y tambieacuten su augusta madreEntonces el esclarecido Heacutector se quitoacute el casco de la cabezay lo depositoacute resplandeciente sobre el sueloDespueacutes tras besar a su hijo y mecerlo en los brazosdijo elevando una plegaria a Zeus y a los demaacutes dioses laquoiexclZeus y demaacutes dioses Concededme que este nintildeo miacuteollegue a ser como yo sobresaliente entre los troyanosigual de valeroso en fuerza y rey con poder soberano en IlioQue alguna vez uno diga de eacutel laquoEs mucho mejor que su padreraquoal regresar del combate Y que traiga ensangrentados despojos del enemigo muerto y que a su madre se le alegre el corazoacutenraquoTras hablar asiacute en los brazos de su esposa pusoa su hijo y esta lo acogioacute en su fragante regazoentre laacutegrimas riendo Su marido se compadecioacute al notarlo la acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichada No te a lijas demasiado por miacute en tu aacutenimoque ninguacuten hombre me precipitaraacute al Hades contra el destinoDe su suerte te aseguro que no hay ninguacuten hombre que escapeni cobarde ni valeroso desde el mismo diacutea en que ha nacidoMas ve a casa y ocuacutepate de tus laboresel telar y la rueca y ordena a las sirvientasaplicarse a la faena Del combate se cuidaraacuten los hombrestodos que en Ilio han nacido y yo sobre todoraquoTras hablar asiacute el esclarecido Heacutector cogioacute el cascohecho de crines de caballo mientras su esposa marchaba a casavolvieacutendose de vez en cuando y derramando lozanas laacutegrimasInmediatamente despueacutes llegoacute a las bien habitadas moradasdel homicida Heacutector Alliacute dentro halloacute a muchassirvientas y a todas ellas movioacute al llantoEstaban llorando a Heacutector todaviacutea vivo en su propia casapues estaban seguras de que de regreso del combate ya nollegariacutea tras huir de la furia y de las manos de los aqueos(Canto VI 466-502)

Entre laacutegrimas riendo Androacutemaca encarna la contradiccioacuten en la cual estaacuten inmersos ellos dos y su hijo Felices por haberse encontrado felices por quererse desolados por la separacioacuten que puede ser defi nitiva y lo seraacute Heacutector despueacutes de llamarla con su nombre propio la reconforta aludiendo al destino al hado todopoderoso e implacable De su suerte no hay ninguacuten hombre que escape y ellos tampoco escaparaacuten6

Androacutemaca y Heacutector se encontraron movieacutendose en direcciones opuestas y se separan partiendo hacia direcciones opuestas Eacutel le aconseja ir a casa y ocuparse de sus labores mientras eacutel se ocuparaacute del suyo marcando de forma clara el espacio de cada geacutenero Heacutector se marcha primero decidido Androacutemaca se vuelve hacia el palacio con desgana mirando a menudo hacia atraacutes llorando Durante unos versos la narracioacuten sigue a Androacutemaca en sus pasos hacia casa y en el llanto que reitera por Heacutector antes de su muerte Con este llanto se cierra por completo el encuentro de la pareja De camino al campo Heacutector se reconcilia con Paris y los dos hermanos entran solidarios en la batalla mientras todaviacutea resuenan ecos del mundo de la paz

6 Como se ve en otras partes de la Iliacuteada ni los propios dioses pueden escapar del hado En el canto XVI Zeus considera la posibilidad de salvar a Sarpedoacuten de su muerte Entre los dioses del Olimpo se decide entonces que no se puede intervenir al hado Tetis tampoco puede salvar a su hijo de su destino a pesar de ser una diosa inmortal Los dioses oliacutempicos actuacutean en un plano intermedio entre el todopoderoso hado y el mundo de los mortales

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Estas dos bellas secuencias en movimiento antes y despueacutes del diaacutelogo en-vuelven al encuentro La primera construye el lugar mientras en la segunda se desarma el escenario construido Las personas que se mueven alejaacutendose del espacio donde compartieron algo arrastran detraacutes suyo los hilos que se habiacutean tendido en ese espacio y lo entregan de nuevo al mundo casi vaciacuteo

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3 En el centro Patroclo [la muerte de Patroclo]

Las yeguas neleas iban sacando a Neacutestor del combatesudorosas y transportaban a Macaoacuten pastor de huestesSe percatoacute al verlo el divino Aquiles de pies protectorespues estaba erguido sobre la popa de la nave de enorme vientre contemplando el abismal esfuerzo y la lacrimoacutegena derrotaAl punto dirigioacute la palabra a su compantildeero Patroclopronunciando su nombre desde la nave Lo oyoacute desde la tienday salioacute semejante a Ares y asiacute dio comienzo a su desgracia(Canto XI 597-604)

Con la irrupcioacuten del combate alrededor de las naves aqueas mientras los troyanos con el apoyo de los dioses van ganando fuerza y territorio y los aqueos van perdiendo guerreros y aacutenimos Aquiles advierte la cataacutestrofe in-minente y llama a su querido y fi el compantildeero Patroclo con la intencioacuten de enviarlo a los aliados para averiguar las condiciones en las que el ejeacutercito de los aqueos se encuentra Como sencillamente nos informa la Iliacuteada en el preciso instante en que Patroclo responde a la llamada de Aquiles y sale de su tienda empieza a desencadenarse su desgracia

A partir del momento en que la atencioacuten de Aquiles se dirige hacia la batalla la Iliacuteada se enfoca en Patroclo Aunque intermitente con muchas y largas interrupciones para observar la batalla sangrienta junto a las naves en este punto nace una liacutenea narrativa que sigue a Patroclo en su preparacioacuten y entrada al combate en sus hazantildeas en sus duelos en su muerte e inclu-so despueacutes de ella Es una liacutenea narrativa que situacutea a Patroclo en el centro de la accioacuten1 a la que intentaremos rastrear y recorrer ahora La necesidad causa efectivamente la participacioacuten de Patroclo en la guerra y su muerte por Heacutector muerte que a su vez provoca inmenso dolor en Aquiles y le da

1 Simone Weil escribe refi rieacutendose a Patroclo ldquothat warrior who dwells in a peculiar way at the very centre of the poem - I mean Patroclus who lsquoknew how to be sweet to everybodyrsquo and who throughout the Iliad commits no cruel or brutal actrdquo (ldquoThe Iliad or the poem of forcerdquo en Simone Weil an anthology p204)

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

una razoacuten iacutentima para denunciar su coacutelera y entrar de nuevo en la guerra marcando claramente un punto de infl exioacuten en el argumento

Los troyanos bajo las oacuterdenes de Heacutector han invadido el campamento des-truyendo parcialmente la muralla y cruzando la fosa algunos a pie y otros montados en sus caballos Ganando cada vez maacutes espacio a los aqueos a quienes han ido empujando gradualmente hacia el mar los troyanos llegan a prender fuego a una de las naves El deseo de Aquiles se estaacute cumpliendo sus compantildeeros se encuentran al borde de la desgracia al margen de la ani-quilacioacuten Este seriacutea entonces el momento para renunciar su coacutelera y entrar en la batalla Pero parece que la idea de la reconciliacioacuten no ha madurado sufi cientemente en su interior En cambio Patroclo estaacute afl igido profunda-mente afectado por el sufrimiento de sus compantildeeros

Despueacutes de un largo itinerario por las tiendas de los aqueos aparece en la tienda de Aquiles ansioso de convencerle a entrar de nuevo en la batalla Estaacute llorando por compasioacuten llorando por impotencia ante la desgracia de la guerra a la vez enojado con su compantildeero que aferrado en la coacutelera permanece impasible a los hechos Es entonces la primera vez que Patroclo reacciona y se opone a Aquiles revelando lo que piensa y siente mostraacutendo-se a la vez sensible y sensato en su discurso bello y traacutegico En esta escena el poeta trata a Patroclo de tuacute se dirige a eacutel realizando un acercamiento hacia el heacuteroe cuyo destino traacutegico es suplicar para siacute mismo la muerte cruel2 Con este acercamiento la liacutenea narrativa dedicada a Patroclo se convierte en la narracioacuten principal

Con profundos suspiros le respondiste cochero PatroclolaquoiexclAquiles hijo de Peleo con mucho el mejor de los aqueos

2 A lo largo de las escenas siguientes este tratamiento de tuacute hacia Patroclo es recurrente El mismo tratamiento se da hacia Menelao en el canto VII donde el poeta habla a Menelao en segunda perona enseguida cede la palabra a Agamenoacuten quien tambieacuten se dirige hacia Menelao en segunda persona y al fi nal aprovecha la presencia de Agamenoacuten para concluir el episodio de manera imparcial narrando en tercera persona laquoTras hablar asiacute hizo gesto de ponerse las bellas armas | Entonces para ti Menelao habriacutea llegado el fi n de la vida | a manos de Heacutector porque en verdad era muy superior | si los reyes aqueos no se hubieran precipitado a sujetarte | El propio Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominios | cogioacute tu diestra te llamoacute con todos tus nombres y te dijo | laquoiexclEstaacutes loco Menelao criado por Zeus iexclNo debes cometer | esa locura Domiacutenate a pesar de tu preocupacioacuten | y no desees por una porfiacutea luchar con un hombre que es mejor | Heacutector Priamida ante quien tambieacuten los demaacutes sienten pavor | El propio Aquiles en la lucha que otorga gloria a los hombres | se estremece al encararlo y eso que es mucho mejor que tuacute | Por eso tuacute ahora ve y sieacutentate entre la tribu de compantildeeros | que los aqueos haraacuten que otro se alce enfrente de ese | Por muy intreacutepido que sea e insaciable de tumulto aseguro | que con jubilo doblaraacute la rodilla con tal de huir | del hostil combate y de la atroz lidraquo Hablando asiacute el heacuteroe desvioacute la intencioacuten de su hermano | porque era oportuna su advertencia y eacutel hizo caso Entonces | los escuderos le quitaron alegres las armas de los hombrosraquo (Iliacuteada Canto VII 103-122)

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

No te enfades tal es la a liccioacuten que oprime a los aqueosTodos los que hasta hace poco eran los maacutes bravosyacen entre las naves heridos por dardos o por picasHerido de dardo estaacute el Tidida el esforzado DiomedesHerido de pica estaacute Ulises insigne por su lanza y AgamenoacutenHerido por una lecha en el muslo estaacute tambieacuten EuriacutepiloDe ellos se ocupan los meacutedicos con sus muchas medicinascurando sus llagas Y tuacute te has vuelto implacable AquilesQue nunca me invada a miacute una ira como esa que tuacute albergastan atroz iquestQue ventaja procuraraacutes al que nazca en el futurosi no apartas a los argivos del ignominioso estragoiexclDespiadado Tu padre no fue Peleo el conductor de carrosni Tetis tu madre el garzo mar fue quien te dio a luzy las abruptas rocas pues tus sentimientos son implacablesSi es que tratas de eludir en tus mientes alguacuten vaticinioy te ha revelado algo de parte de Zeus tu augusta madreal menos enviacuteame a miacute sin demora y dame el resto de la huestede mirmidones a ver si llevo una luz de salvacioacuten a los daacutenaosDame tu armadura para poneacutermela en los hombrosa ver si me confunden contigo y renuncian al combatelos troyanos y los marciales hijos de los aqueos respirande su quebranto Aunque sea breve es un respiro del combateLos no fatigados facilmente a los fatigados del griteriacuteopodemos empujar a la ciudad lejos de las naves y de las tiendasraquoAsiacute habloacute suplicando el muy insensato pues su destinoera el de suplicar para siacute mismo la muerte cruel y la parca(Canto XVI 20-47)

Aquiles responde a su compantildeero con carintildeo manifestando que le gustariacutea dejar ir al pasado afi rmando que no puede mantener la ira para siempre pero a la vez mostrando que todaviacutea reside en su aacutenimo el rencor que siente por Agamenoacuten Su coacutelera es maacutes fuerte que eacutel es una especie de indignacioacuten frente a la injusticia que se aduentildeoacute de eacutel y de la cual no se puede deshacer al contrario parece que le va invadiendo cada vez maacutes laquoiexclOjalaacute Zeus padre Atenea y Apolo no escape de la muerte | ninguno de cuantos troyanos hay ni tampoco ninguacuten argivo | y que soacutelo nosotros dos emerjamos de la perdi-cioacuten y seamos | los uacutenicos que desatemos las sagradas diademas de Troyaraquo3 es como cierra su respuesta a Patroclo y no podemos dejar de sentirnos per-plejos ante estas palabras

3 Iliacuteada Canto XVI 97-100

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

El poeta presenta a Aquiles dividido interiormente entre la coacutelera y la obli-gacioacuten de ayudar a sus compantildeeros probablemente lo que se expresa aquiacute es el mismo dilema que el heacuteroe experimenta durante toda la Iliacuteada Como declara a Agamenoacuten al principio de la epopeya esta guerra para eacutel no signi-fi ca nada Participa en ella acompantildeando a los daacutenaos pero no tiene ninguacuten motivo personal para hacerlo mientras piensa que su vida es demasiado preciosa para ser sacrifi cada En la fi gura de Aquiles se realiza el confl icto entre lo personal y lo comuacuten un confl icto interno tan potente que le deja inerte inactivo encerrado en su tienda observador apaacutetico Sin embargo despueacutes de este encuentro con Patroclo es la primera vez que Aquiles actuacutea eneacutergicamente en la Iliacuteada y es Patroclo quien lo saca de la inercia rencoro-sa en la que estaacute atrapado

A pesar de que las armaduras son uacutenicas para cada guerrero Aquiles en-trega la suya a su amigo junto con unos consejos y un deseo que regrese vivo de la batalla En la Iliacuteada esta armadura sigue una trayectoria curiosa Las armas que ahora son entregadas a Patroclo para protegerlo y tambieacuten para atemorizar a los troyanos permitieacutendole confundirse con Aquiles se encontraraacuten en manos de Heacutector Despueacutes de la muerte de Patroclo Heacutector se apartaraacute de la batalla para poneacuterselas acto que no deja de causar cierta sorpresa4 Seraacute entonces muerto por Aquiles y despojado de las armas que concluiraacuten su deambular ciacuteclico

iquestQueacute signifi ca esta cesioacuten de la armadura a otro guerrero Hay tambieacuten otras escenas en las que un guerrero llega a utilizar las armas de otro laquo[] Troquemos nuestras armas que tambieacuten eacutestos se enteren | de que nos jac-tamos de ser hueacutespedes por nuestros padresraquo dice Diomedes a Glauco5 de modo que el intercambio de armas confi rma y simboliza la resolucioacuten paciacute-fi ca y amistosa de un duelo A menudo la Iliacuteada desplaza la atencioacuten a los objetos objetos que son siempre portadores de historias cosas que existen y perduran y nos pueden contar ellas mismas las historias de sus duentildeos historias que de manera tangencial refuerzan y reanudan el argumento principal

Junto a las naves Aquiles corre por las tiendas de los aqueos invitaacutendoles a

4 Las armas de Aquiles encajan perfectamente en el cuerpo de Patroclo con excepcioacuten de la pica que resulta muy pesada para cualquier guerrero que no sea el divino Aquiles (Canto XVI 130-144) En cambio es necesaria la intervencioacuten de Zeus para que se ajusten al cuerpo de Heacutector quien seguramente tendraacute otra estatura (Iliacuteada canto XVII 198-214) 5 Iliacuteada canto VI 230-231

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

regresar al combate Prepara un ataque en el cual no participaraacute En seguida realiza sacrifi cios a Zeus En la escena del sacrifi cio el espacio se confi gura uacutenicamente a partir de los objetos sus historias y el movimiento de Aquiles en la tienda y en su patio A traveacutes de las acciones de Aquiles se puede reconstruir parcialmente el espacio en el cual actuacutea No podemos dejar de preguntarnos si el poeta guarda en su imaginacioacuten una disposicioacuten espa-cial especiacutefi ca si tiene alguacuten plano completo del espacio que describe o si eacutel mismo se visualiza exactamente aquello que describe relaciones espa-ciales fragmentos de lugares movimientos densidades vaciacuteos y regiones borrosas

[] Por su parte Aquilesechoacute a andar hacia la tienda y abrioacute la tapa de un arcabella primorosa que Tetis la de argeacutenteos pies le habiacuteadepositado en la nave para que la llevara repleta de tuacutenicasde capas que abrigan del viento y de lanosas mantasAlliacute estaba su labrada copa ninguacuten otro hombrebebiacutea de ella el rutilante vino y a ninguacuten diosmaacutes que a Zeus padre haciacutea libaciones con ellaLa recogioacute entonces del arca la puri icoacute con azufreprimero y a continuacioacuten la lavoacute con bellos chorros de aguaTambieacuten eacutel se lavoacute las manos y apuroacute el rutilante vinoLuego de pie en medio del vallado oroacute y vertioacute el vinomirando al cielo y lo vio Zeus que se deleita con el rayo[]Despueacutes de hacer la libacioacuten y la plegaria a Zeus padreentroacute de nuevo en la tienda y depositoacute la copa en el arcay salioacute y se detuvo ante la tienda con el aacutenimo auacuten deseosode contemplar la atroz contienda entre troyanos y aqueos(Canto XVI 220-256)

Vestido con las armas de Aquiles y acompantildeado por muchos mirmidones Patroclo sale al combate por primera y uacuteltima vez en la Iliacuteada Aunque el poeta nos ha informado claramente de esto y de que la muerte de Patroclo seraacute la clave para el desenlace del argumento la narracioacuten se suspende y se detiene en las hazantildeas del heacuteroe traacutegico En una duracioacuten muy breve Patroclo conseguiraacute rechazar el ataque de los troyanos obligaacutendoles a retro-ceder desde las naves aqueas hacia la ciudad mataraacute varios de ellos e inten-taraacute atacar eacutel mismo la muralla de Troya Todo eso con la ayuda divina por supuesto A lo largo de la Iliacuteada Zeus se representa buscando una manera

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

de matar a Patroclo elaborando una coreografiacutea de su muerte Este guerrero cuya muerte reside en el centro del poema ha de ser glorifi cado antes de ser muerto y Zeus es el dios que quiere concederle esta gloria La culmina-cioacuten de su heroiacutesmo se alcanza en su duelo con Sarpedoacuten el padre de los dioses oliacutempicos deja que su hijo sea muerto por Patroclo aunque no sin antes experimentar una intensa lucha interior para decidir si puede cambiar el destino de su querido hijo mortal y no sin derramar una lluvia de sangre en su honor

Menudeaban sin pausa en torno del cadaacutever como cuando las moscasen el establo zumban alrededor de los jarros rebosantes de lecheen la estacioacuten primaveral cuando las caacutentaras rezuman de lecheasiacute menudeaban en torno del cadaacutever Ni un momento Zeusapartoacute sus relucientes ojos de la violenta batalla sino que con la mirada ija en ellos cavilaba consigo mismosobre el asesinato de Patroclo vacilando una y otra vezentre hacer ya que tambieacuten a aqueacutel en aquella violenta batallasobre Sarpedoacuten comparable a un dios el esclarecido Heacutectorlo aniquilara con el bronce y quitara las armas de sus hombros o si extender auacuten a otros maacutes aquella aacuterdua fatigaEn el curso de sus pensamientos le parecioacute lo mejorque el noble escudero del Peacutelida Aquilesrechazara a los troyanos y a Heacutector de bronciacuteneo cascootra vez maacutes hacia la ciudad y quitara la vida a muchos(Canto XVI 641-655)

Patroclo mata a Sarpedoacuten y con su muerte irrumpe una lucha alrededor de su cuerpo Sarpedoacuten es el primer guerrero muerto cuyo cuerpo funciona como centro de una batalla importante en la Iliacuteada (eacutel mismo en el momen-to de su muerte implora a Glauco a no abandonar su cuerpo en el campo de batalla) La batalla envuelta en la noche siniestra creada por Zeus seraacute el motivo para que Heacutector y Patroclo se encuentren por primera vez en el combate Despueacutes de meditar mucho Zeus protege la memoria de su hijo llevando a su cuerpo lejos de la llanura de Troya con la ayuda de Apolo del Suentildeo y de la Muerte Patroclo no pereceraacute en esa misma batalla Heacutector retrocede y eacutel tiene la oportunidad de avanzar hacia Troya mientras Apolo lo detiene tres veces en la muralla de la ciudad

Animado por Apolo Heacutector se acerca a toda velocidad subido en su carro acompantildeado por Cebriacuteones a quien Patroclo mata con una piedra

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Entonces el cuerpo de Cebriacuteones se convierte en centro de una densa ba-talla en la cual pereceraacuten muchos guerreros de ambos bandos Cuando los aqueos consiguen retirar a Cebriacuteones y despojarle de sus armas el centro de la escena desaparece La batalla continuacutea pero ya no gira alrededor de un nuacutecleo ni tampoco hay un enfrentamiento entre dos bloques sino que todos estaacuten mezclados combatiendo en desorden La Iliacuteada posiciona entonces a Patroclo en el centro de este desorden su muerte tan esperada y tan preme-ditada es inminente e irreversible

Patroclo se ubica primero en el centro como sujeto que actuacutea intencional-mente defi ne y modifi ca el espacio en el que se mueve se arroja entre los troyanos y nosotros nos proyectamos con eacutel Tres veces ataca y tres veces sentimos la fuerza del ataque en nuestro interior Pero el cuarto ataque marca un punto de infl exioacuten El heacuteroe estaacute cruzando un liacutemite invisible el liacutemite del hibris si se nos permite el teacutermino y este ataque seraacute su uacuteltimo El narrador cambia de nuevo su actitud hacia Patroclo dirigieacutendose a eacutel en segunda persona En este momento Patroclo cesa de existir como sujeto para convertirse en una cosa una cosa con vida al principio una cosa sin vida a continuacioacuten6 A la vez la voz del poeta que habla a su personaje lo inmoviliza lo transforma en un punto fi jo un centro estaacutetico un receptor Patroclo recibe la palabra y recibe pasivo su suerte

Mientras el curso del sol recorrioacute el centro del cielolos dardos alcanzaron a los de ambos bandos y la hueste caiacuteamas a la hora de bajar el sol la de la suelta de las vacasfue cuando los aqueos cobraron una desmesurada ventaja Sacaron al heacuteroe Cebriacuteones fuera del alcance de los dardosy del clamor troyanos y le quitaron las armas de los hombrosPatroclo se arrojoacute entre los troyanos con funestas intencionesTres veces arremetioacute entonces comparable al impetuoso Aresentre pavorosos alaridos y las tres veces matoacute a nueve mortales Mas cuando ya por cuarta vez se arrojoacute semejante a una deidadentonces aparecioacute ante ti Patroclo el teacutermino de la vidapues Febo te salioacute al encuentro en la violenta batallaSurgioacute terrible pero eacutel no lo vio venir a traveacutes del tropelpues se le acercaba oculto en una tupida bruma Se detuvo detraacutes y le golpeoacute la espalda y los anchos hombros

6 ldquoAn extraordinary entity this - a thing that has a soul [] A man stands disarmed and naked with a weap-on pointing at him this person becomes a corpse before anybody or anything touches himrdquo escribe Simone Weil (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p185)

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

con la palma de la mano y sus ojos giraron vertiginosamenteFebo Apolo le tiroacute de la cabeza el morrioacutenfue rodando con estreacutepito bajo las patas de los caballosel atubado yelmo y las crines de su penacho se mancharon de sangre y de polvo Antes los dioses no habiacutean consentidoque aquella celada con penacho de crines se manchara de polvopues protegiacutea la cabeza y la amable frente de un hombre divinode Aquiles pero entonces Zeus otorgoacute a Heacutectorllevarla sobre su cabeza pues a eacutel ya lo acechaba la muerte Se le quebroacute entera en las manos la pica de luenga sombrapesada larga compacta provista de casquete y se le cayoacutede los hombros al suelo el ribeteado broquel con el tahaliacuteEl soberano Apolo hijo de Zeus le desatoacute la corazaEl estupor se aduentildeoacute de eacutel se doblaron sus preclaros miembrosy se paroacute atoacutenito Con la aguda lanza detraacutes en la espaldaentre los hombros le acertoacute de cerca un guerrero daacuterdanoEuforbo Pantoida que descollaba entre todos los de su edadcon la pica la destreza en el carro y la presteza de los piesHabiacutea derribado de sus caballos a veinte mortales la primera vezque habiacutea salido con el carro auacuten un aprendiz en el combateEacuteste fue el primero que te arrojoacute un dardo cochero Patroclomas no te doblegoacute Corrioacute atraacutes y se perdioacute en la muchedumbreen cuanto te arrancoacute de la carne el asta de fresno sin resistirante Patroclo en la lid a pesar de que estaba desarmado(Canto XVI 777-815)

Su muerte tan esperada y tan premeditada no se parece a ninguna otra muerte descrita en la Iliacuteada Patroclo no se encuentra con un adversario que le mata sino con su propia muerte Como en muchas ocasiones aquiacute tambieacuten se necesita la intervencioacuten de un dios para resolver el duelo entre dos guerreros valientes Sin embargo en ninguna otra escena se presenta intervencioacuten divina semejante a eacutesta Patroclo estaacute inmoacutevil quieto y parado en la narracioacuten cuando Apolo pasando desapercibido entre la confusioacuten del combate oculto en una neblina le golpea por detraacutes Por detraacutes recibe Patroclo el golpe del dios estupefacto impotente siente el abandono en su cuerpo Le abandona la fuerza el vigor de sus miembros le abandona su ar-madura Las armas de Aquiles van cayeacutendose progresivamente marcando el espacio alrededor de Patroclo que se mantiene de pie en el centro como un palo

Despojado de todas sus defensas Patroclo recibe por detraacutes de nuevo el

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

ataque de Euforbo eacuteste retira la lanza clavada entre los hombros y se pierde corriendo entre la muchedumbre Patroclo estaacute atoacutenito desnudo en un pai-saje de hierro bronce resistentes pieles de bueyes gritos alaridos y agita-ciones violentas Herido intenta escaparse refugiarse protegerse Heacutector veloz y decisivo se acerca a eacutel y lo perfora con su lanza causaacutendole la herida mortal Patroclo queda completamente humillado las jactancias que Heacutector profi ere resuenan con crueldad sobre este cuerpo del guerrero que ya no es Del cuerpo sin vida de Patroclo cuerpo al que ya abandonoacute el alma Heacutector retira su lanza con un movimiento brusco Patroclo es una cosa en el espa-cio material bruto al que se puede pisar casi como si fuese tierra La lanza el objeto sobrevive a la persona que ha matado y se volveraacute a usar para matar a otra y otra y otra maacutes La relacioacuten entre el elemento de aniquilacioacuten y la existencia aniquilada no es exclusiva

Patroclo doblegado por el golpe del dios y por la lanzaempezoacute a replegarse a la turba de los compantildeeros por eludir la parcaHeacutector nada maacutes ver al magnaacutenimo Patrocloretrocediendo herido por el agudo broncellegoacute cerca de eacutel entre las ilas le hirioacute con la lanzaen lo maacutes bajo del ijar y le hundioacute el bronce de parte a parteRetumboacute al caer y causoacute gran pesar a la tropa de los aqueosComo cuando un leoacuten domina por la fuerza a un indomable jabaliacutecuando ambos en las cimas de un monte luchan con gran ierezaalrededor de un escaso manantial y los dos quieren bebery el leoacuten logra doblegar por la fuerza al jadeante jabaliacuteasiacute al fornido hijo de Menecio tras haber matado a muchosHeacutector Priaacutemida le arrebatoacute la vida de cerca con la picay blasonando de su triunfo le dijo estas aladas palabraslaquoiexclPatroclo Bien que asegurabas que asolariacuteas nuestra ciudady arrebatariacuteas el diacutea de la libertad a las mujeres troyanasy las llevariacuteas en las naves a tu tierra patriaiexclInsensato En su defensa los ligeros caballos de Heacutectorhan llegado al combate a galope tendido Tambieacuten yo con la picasobresalgo entre los combativos troyanos porque les apartodel diacutea fatal a ti en cambio los buitres te devoraraacuten aquiacuteiexclInfeliz No te ha socorrido ni Aquiles por valeroso que seaque se ha quedado y sin duda te ha dado muchos encargos al salirlsquoNo regreses oh Patroclo conductor de caballosa las huecas naves hasta que la tuacutenica ensangrentada del homicida Heacutector hayas desgarrado alrededor del pechorsquoSin duda eso te ha dicho y ha persuadido tu insensata menteraquo

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

Desfallecido replicaste Patroclo conductor de caballoslaquoYa te has jactado ahora Heacutector demasiado Te han dadola victoria Zeus Croacutenida y Apolo que me han doblegado facilmente pues ellos me han quitado las armas de los hombrosAunque veinte como tuacute me hubieran salido al encuentrotodos habriacutean perecido aquiacute mismo doblegados bajo mi lanzaPero el funesto destino y el hijo de Leto me han matadoy de los hombres Euforbo tuacute al despojarme soacutelo eres tercero Otra cosa te voy a decir y tuacute meacutetela en tus mientestampoco tuacute viviraacutes mucho tiempo proacuteximos a tiya acechan la muerte y el imperioso destinoque te haraacuten sucumbir a manos del intachable Aquiles EaacutecidaraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacute El aliento vital salioacute volando de sus miembros y marchoacute al Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando el esclarecido Heacutector le dijolaquoiexclPatroclo iquestPor queacute me vaticinas el abismo de la ruinaiquestQuien sabe si Aquiles hijo de Tetis de hermosos cabellos se anticiparaacute y pereceraacute antes que yo golpeado por mi lanzaraquoTras hablar asiacute arrancoacute la bronciacutenea pica de la heridaapoyando encima el pie y lo apartoacute boca arriba de la lanzaA continuacioacuten marchoacute con el astil en busca de Automedonteescudero comparable a los dioses del velociacutepedo Eaacutecida a quien ansiaba disparar pero ya lo sacaban los ligeros caballosinmortales espleacutendidos dones regalados por los dioses a Peleo(Canto XVI 816-867)

Los ligeros caballos inmortales que en su movimiento centriacutefugo llevan a Automedonte lejos de este lugar fuacutenebre lejos de Heacutector que estaacute ansioso por sangre echan un rayo de luz sobre la escena Su corrida trae una corrien-te de aire que nos permite respirar con la mirada desenfocada a la distancia Por un breve instante Patroclo estaacute solo en silencio sin armas sin compantildee-ros sin vida Apenas estaacute yace en la tierra en un lugar vaciacuteo

Esta quietud dura muy poco En seguida Menelao desde lejos advierte la muerte de su compantildeero A partir de este momento corre hacia eacutel realizan-do un movimiento centriacutepeto inverso al de los caballos Este movimiento de Menelao la batalla que irrumpe alrededor del cuerpo de Patroclo y la aten-cioacuten de todos que se dirige de nuevo hacia eacutel vuelven a crear una atmoacutesfera asfi xiante densa ineludible Es la guerra que se recicla y recrea a siacute misma atando y desatando nudos desplazando y transformando sus centros

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4 Destruccioacuten del cuerpo construccioacuten del cuerpo [Aquiles y Heacutector]

En ocasiones el movimiento que el poeta de la Iliacuteada nos propone seguir es un movimiento intracorporal una negociacioacuten que toma lugar en el interior de un cuerpo y se parece a un diaacutelogo entre sus partes El cuerpo homeacuterico es un cuerpo fragmentado plural habitado por sensaciones sentimientos estados de aacutenimo compuesto por distintas regiones oacuterganos miembros un cuerpo con vida interior y vivido desde el interior

Mejor dicho citando a Jean-Pierre Vernant ldquoEn tanto que el cuerpo estaacute vivo es entendido como una multiplicidad de oacuterganos y de miembros animados por las pulsiones que les son propias es el espacio donde se despliegan y a veces se enfrentan los impulsos las fuerzas contrarias Seraacute con ocasioacuten de su muerte cuando se encuentra desierto cuando el cuerpo adquiera su unidad formalrdquo1 Tambieacuten es importante recordar que en el griego arcaico la palabra σῶμα no designaba al cuerpo vivo sino al cadaacutever

Asi habloacute y la a liccioacuten invadioacute al Pelida y su corazoacutendentro del velludo pecho vacilaba entre dos decisioneso desenvainar la aguda espada que pendiacutea a lo largo del musloy hacer levantarse a los demaacutes y despojar eacutel al Atridao apaciguar su coacutelera y contener su furorMientras revolviacutea estas dudas en la mente y en el aacutenimoy sacaba de la vaina la gran espada llegoacute Atenea del cielo(Canto I 188-195)

En los versos de la Iliacuteada cada sensacioacuten emocioacuten sentimiento o pensa-miento se ubica en un lugar preciso en el cuerpo de quien lo experimenta Maacutes bien todo lo que ocurre en el plano mental-psiacutequico se manifi esta tam-bieacuten en el cuerpo como un acontecimiento un siacutentoma mantiene un viacutenculo

1 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 63 Al morir el cuerpo sujeto y soporte de acciones se transforma a puro objeto para el otro En el mismo libro Vernant sentildeala tambieacuten el caraacutecter plural de la cor-poreidad arcaica en la Iliacuteada a menudo se hace referencia a las partes del cuerpo en plural y no en singular

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

intriacutenseco con la realidad corpoacuterea Los deseos los miedos las ideas los valores apropiados funcionan como impulsos que generan movimiento en los cuerpos de los heacuteroes Al reveacutes un impuso una emocioacuten o una sensacioacuten se conocen a traveacutes de su expresioacuten en el cuerpo Manos ansiosas por matar pies ligeros interior revuelto pensamientos que se remueven en el vientre rabia acurrucada en el corazoacuten la cara tapada con la palma de la mano amistad en el seno La Iliacuteada abunda de imaacutegenes como estas

Seriacutea seguramente un anacronismo introducir aquiacute la nocioacuten de embodiment y hablar de sujetos encarnados dado que esta nocioacuten proviene de una larga tradicioacuten fi losoacutefi ca que ofrecioacute muchas explicaciones diferentes acerca de la relacioacuten entre cuerpo y alma despueacutes de generar esta divisioacuten La eacutepoca en la que se escribe la Iliacuteada todaviacutea no conoce el dualismo cuerpo-alma y en sus versos probablemente se registra aquello que fue la manera intuitiva de percibir y entender el mundo desde la experiencia concreta Como escribe Walter Ong antes de la generalizacioacuten del uso de la escritura el pensamien-to de una cultura oral se mantiene cerca del mundo humano vital y tiende a ser situacional maacutes que abstracto2 Algo parecido se puede observar en el pensamiento infantil sobre todo antes de la adquisicioacuten de la habilidad de leer y escribir Los relatos y los juegos de los nintildeos estaacuten muy vinculados al cuerpo y en ellos se desdobla un pensar y un sentir desde el cuerpo con el cuerpo y para el cuerpo3

Jean-Pierre Vernant escribe al respecto ldquoPara destacar esta imbricacioacuten de lo fiacutesico y de lo psiacutequico dentro de una conciencia de siacute que al mismo tiempo supone un compromiso con las diversas partes del cuerpo James Redfi eld ha afi rmado de modo sorprendente que en los heacuteroes de Homero ldquoel yo in-terior no es otra cosa que el yo orgaacutenicordquo Tal vocabulario si no del cuerpo siacute por lo menos de las distintas dimensiones o aspectos de lo corporal confor-ma en conjunto un coacutedigo que permitioacute a los griegos expresar o pensar sus relaciones consigo mismos el modo de presentarse a siacute mismos de manera maacutes o menos clara maacutes o menos unifi cada o dispersa seguacuten las circunstan-cias pero igualmente nos proporciona una pista sobre sus relaciones con un otro al cual estaacute vinculado por todas las formas de apariencia corporalrdquo4

2 Veacutease Oralidad y Escritura tecnologiacuteas de la palabra p48-623 En esta direccioacuten se organiza Territorio do brincar un proyecto de investigacioacuten que intenta cartografi ar los juegos de los nintildeos en Brasil buscando similitudes y diferencias seguacuten la regioacuten el grupo social la edad el geacutenero esencialmente remitiendo al cuerpo httpterritoriodobrincarcombr4 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 18

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

En los primeros cantos de la Iliacuteada la batalla descrita es representada en planos panoraacutemicos Los duelos tienden a resolverse deprisa en pocos versos y la atencioacuten recae sobre el heacuteroe que mata resaltando su valor como guerrero relatando sucesivamente un ataque despueacutes de otro El paisaje sonoro que se construye en las primeras escenas de combate estaacute compuesto por el bullicio del campo de batalla los gritos y los alaridos el relincho de los caballos y los sonidos metaacutelicos de las armas que se entrechocan cons-tantemente Es crucial recordar sin embargo que esta sonoridad surge y es posible precisamente porque en la Iliacuteada la batalla es siempre una batalla cuerpo a cuerpo Al enfrentarse los dos grupos aqueos y troyanos se acer-can se acercan a tal punto que se juntan formando un aglomerado com-plejo El sonido emergente es el sonido o tal vez el ruiacutedo de la confl uencia violenta de elementos y personas en un mismo sitio en un mismo instante

A medida que la narracioacuten de la Iliacuteada avanza se multiplican las referencias al cuerpo se intensifi can los estiacutemulos sensoriales la interaccioacuten entre los cuerpos se vuelve maacutes cercana maacutes iacutentima maacutes profunda Este acercamien-to se hace progresivamente maacutes expliacutecito cada guerrero tiene su historia y su linaje mientras en las escenas de duelo a menudo se abren espacios de diaacutelogo donde se despliegan las vidas de los heacuteroes Al paisaje sonoro exis-tente se antildeaden progresivamente la respiracioacuten y el latido del corazoacuten los gestos se hacen maacutes iacutentimos y sutiles Ademaacutes abundan las descripciones de la envoltura corporal a traveacutes de ella se va construyendo un puente entre el sujeto y el mundo circundante

Igual que el estruendo de los lentildeadores se elevaen las caacutercavas del monte y de lejos repercuten los golpesasiacute se levantaba desde la espaciosa tierra el estreacutepitodel bronce y de los bien elaborados escudos de bovina pielal choque de las espadas y de las picas de doble moharra(Canto XVI 633-637)

Como cuando revolotean procedentes de Zeus espesos coposgeacutelidos bajo el empuje del Boacutereas nacido del eacuteterasiacute de espesos eran entonces los cascos gallardos de su brilloque saliacutean en tropel de las naves los abollonados broqueleslas corazas de soacutelidas placas y las lanzas de vara de fresnoEl fulgor llegoacute al cielo la tierra entera rioacute alrededorpor el relaacutempago del bronce y el ruido rugiacutea bajo los pasosde los guerreros Y en medio se armaba el divino Aquiles

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

Sus dientes rechinaban los dos ojos le brillaban como sifueran llamaradas de fuego y el corazoacuten en su interior estabainundado de una insufrible tristeza Airado contra los troyanosse vistioacute con los dones que Hefesto le habiacutea forjado con esmeroPrimero se colocoacute alrededor de las pantorrillas las grebasbellas ajustadas con aacuteureas tobillerasEn segundo lugar alrededor del pecho se puso la corazaA los hombros se echoacute la espada tachonada con clavos de platabronciacutenea a continuacioacuten cogioacute el alto y compacto escudocuyo resplandor llegaba tan lejos como el de la lunaComo cuando desde el Ponto se les aparece a unos marinerosel destello de un incandescente fuego que arde sobre un monteen un solitario establo y contra su voluntad los vendavaleslos arrastran lejos de los suyos sobre el mar rico en pecesasiacute llegaba al eacuteter el resplandor del escudo de Aquilesbello primoroso Luego alzoacute el ponderoso yelmoy se lo caoacuteo en la cabeza Como un astro refulgiacuteael yelmo con su penacho y ondeaban alrededor las crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenAquiles de la casta de Zeus se proboacute las armas para versi le cuadraban y permitiacutean correr a sus ilustres miembrosLe sentaban como alas y en volandas al pastor de huesteslo elevaban De un estuche sacoacute la paterna picapesada larga y compacta ninguacuten otro de los aqueos podiacuteablandiria solo Aquiles era capaz de blandir la peliacuteadalanza de fresno que Quiroacuten habiacutea procurado a su padre de la cima del Pelio para que fuera matanza de heacuteroes(Canto XIX 357-391)

Las armas sean elementos de defensa o de ataque aparecen y sirven como extensiones del cuerpo de quien las utiliza El guerrero las necesita para ir al combate es soacutelo a traveacutes de ellas que puede participar en la guerra matar y evitar que sea muerto por otros Como hemos visto en la escena de la muerte de Patroclo despojarse de las armas signifi ca privarse de los medios de de-fensa y ataque signifi ca perder algo del propio cuerpo y encontrarse des-nudo casi mutilado presa a la disposicioacuten de los enemigos Por otra parte armarse signifi ca prepararse desarrollar un medio de comunicacioacuten entre el propio cuerpo y el terreno de batalla comunicacioacuten basada en la destruc-cioacuten y extensioacuten establecida desde fuera

La voz tambieacuten es una extensioacuten del propio cuerpo una extensioacuten que en

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

este caso empieza desde el interior y cuyo objetivo es crear construir El habla emerge como una de las posibilidades del cuerpo y durante la comuni-cacioacuten siempre y exclusivamente oral en el mundo arcaico la voz adquiere una dimensioacuten espacial5 Mejor dicho la voz tiene el potencial de transfor-mar el lugar donde se escucha En el acto de hablar la enunciacioacuten ocurre en un lugar determinado y ejerce su infl uencia sobre este lugar Esta trans-formacioacuten se debe tanto al signifi cado linguiacutestico al enunciado en siacute como a la espacialidad propia del sonido su capacidad inherente de envolvernos Privarse del derecho a la propia voz como Helena y las otras mujeres-pre-mio o como los esclavos de la Iliacuteada tambieacuten tiene el efecto de una mutila-cioacuten y modifi ca radicalmente la interaccioacuten con el mundo

Atendiendo minuciosamente a palabras y acciones el espacio del poema se confi gura casi absolutamente por la presencia humana en eacutel a veces densa y asfi xiante6 Los duelos se alargan cada vez maacutes y adquieren importancia para la evolucioacuten y el desenlace de la historia A fi n de reforzar esta im-portancia algunos duelos se anticipan en la narracioacuten de manera que el receptor del poema estaacute pendiente de su aparicioacuten y otros se recuerdan de nuevo despueacutes de que hayan terminado Por otra parte se pone cada vez maacutes eacutenfasis a la destruccioacuten del cuerpo a las heridas y a la aniquilacioacuten del otro y es mediante esta destruccioacuten que se construye la imagen del cuerpo en la Iliacuteada

A ambos lados de los dos Ayantes se colocaron los batallonessoacutelidos que ni Ares de haber ido alliacute habriacutea criticado en nadani tampoco Atenea estiacutemulo de las huestes pues eran paladinesselectos los que aguardaban a los troyanos y al divino Heacutectorforti icando asta con asta y escudo con escudo unidos por la base Se apoyaban broquel en broquel casco en casco hombre en hombreLos empenachados cascos se tocaban con los brillantes crestonesal menear la cabeza iexcltan apinados unos con otros formabanHaciacutean entrelazarse las picas que en las audaces manosvibraban y no teniacutean otra idea que avanzar y ansiar la lucha(Canto XVI 126-135)

Como escribe Maronitis acerca de la Iliacuteada en ella se produce un acerca-

5 laquoSe despertoacute del suentildeo la divina voz auacuten se difundiacutea alrededorraquo (Iliacuteada canto II 41)6 laquopues aquel diacutea muchos troyanos y aqueos quedaron | de bruces tendidos en el polvo unos al lado de otrosraquo (Iliacuteada Canto IV 543-544)

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

miento gradual que se dirige del escuchar al ver y del ver al tocar7 Seguacuten eacutel la narracioacuten en la Iliacuteada es invasiva invade la accioacuten desde el pasado hacia el presente situando al receptor en el presente narrativo en contacto con los acontecimientos narrados a diferencia de la Odisea o de otras epopeyas tradicionales que situacutean al receptor a una larga distancia temporal respecto a los acontecimientos De esta manera podemos tambieacuten decir que va cre-ciendo la empatiacutea que sentimos por los personajes mientras nos acercamos a ellos como si en nuestra propia piel pudieacuteramos experimentar lo que ellos viven

Progresivamente en la Iliacuteada marcan su aparicioacuten el dolor y el cansancio Todo el poema se refi ere a unos acontecimientos del deacutecimo antildeo de la guerra por lo que nos podemos imaginar que ambos bandos estaraacuten agotados des-trozados heridos debilitados Sin embargo este agotamiento generalizado no se puede apreciar desde el principio es como si los heacuteroes se agotaran du-rante la narracioacuten como si la propia narracioacuten fuese la encarnacioacuten de este agotamiento Asiacute la Iliacuteada nos demuestra claramente aquello que la guerra es agotadora hasta la destruccioacuten completa Siguiendo a Weil8 en la guerra se usa la fuerza de manera desmesurada para aniquilar al otro hasta que la fuerza actuacutee por siacute misma destruyendo al que la ejerce y al que la recibe indistintamente

Al acercarse a los cuerpos de los personajes al atender a los traumas que reciben la Iliacuteada genera unas descripciones desgarradoras por realistas del dolor fiacutesico A menudo no es el momento de la herida que resulta maacutes do-loroso ya que el guerrero estaacute todaviacutea inmerso en la adrenalina de la bata-lla el arma que penetra su cuerpo es defi nitivamente un acto cruel pero su efecto no se hace perceptible de inmediato El guerrero herido puede seguir luchando y sangrando hasta que la sangre se seque y eacutel empiece a padecer de agudos dolores La descripcioacuten del dolor del heacuteroe se inicia en su propia herida en el movimiento de la sangre en el interior de su cuerpo y es este dolor que cuando aparece pone de manifi esto la herida el miembro herido el cuerpo la fragilidad la destruccioacuten la vida y la muerte

7 Traduzco del epiacutelogo de su traduccioacuten de la Iliacuteada laquo[el receptor de la Iliacuteada] escuchando puede ver los acontecimientos y viendo puede tocarlos Se trata pues de una escalada de la audicioacuten a la vista y de la vista al contacto rozando el liacutemite del tactoraquo (Ομήρου Ιλιάς trad de Δ Ν Μαρωνίτης p597-598)8 ldquoForce is as pitiless to the man who possesses it or thinks he does as it is to its victims the second it crushes the fi rst it intoxicates The truth is nobody really possesses itrdquo (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p191)

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Cuando lo advirtioacute Cooacuten conspiacutecuo entre los guerrerosel Antenoacuterida primogeacutenito una acerba tristezale cubrioacute los ojos por la muerte de su hermano Se apostoacutede soslayo con la lanza sin que lo notara el divino Agamenoacuteny le hirioacute en mitad del antebrazo por debajo del codola punta de la reluciente lanza se lo atravesoacute rectaSe estremecioacute entonces Agamenoacuten soberano de hombrespero ni auacuten asiacute cesoacute en la lucha y en el combate y arremetioacute a Cooacuten con la pica nutrida por los vientos[]Continuoacute recorriendo las hileras de los demaacutes guerreroscon la pica con la espada y con enormes guijarros mientras la sangre caliente estuvo borbotando de la heridaPero en cuanto la uacutelcera comenzoacute a secarse y cesoacute la sangreagudos dolores penetraron en el ardor del Atrida(Canto XI 248-268)

Joanna Bourke sostiene que el dolor se puede entender como un evento una manera de estar en el mundo9 Es interesante recordar aquiacute que en griego existen dos maneras de hablar del dolor que uno siente πονάω que seriacutea algo como (yo) duelo primera persona del verbo doler y πονάει (me) duele En el primer caso el dolor se manifi esta como un estado de mi ser un estado en el cual me encuentro casi activamente y se puede decir πονάω sin maacutes estoy en dolor o πονάω en el estoacutemago o πονάω entre la cadera y la columna o sea estoy en dolor en un lugar especiacutefi co siempre soy yo que estoy asiacute yo iacutentegro que aparezco en el dolor aunque mi dolor pueda ser concreto y localizable en una parte de miacute En cambio en el segundo caso tal como en castellano hay siempre algo que duele la mano el brazo el pie el diente la cabeza el corazoacuten me duele algo miacuteo pero como si fuese ajeno a miacute como si mi brazo no fuese exactamente yo este dolor no se refi ere a la totalidad de mi ser Existe una distancia entre la persona que experimenta el dolor y el punto donde se localiza este dolor

Apenas habloacute asiacute y el teacutermino de la vida le cubrioacutelos ojos y las narices Patroclo apoyoacute el pie en su pechoy arrancoacute del cuerpo la lanza con ella salioacute el pericardio

9 ldquoWe should think of pain as an event as a way of being in the worldrdquo Conferencia de Joanna Bourke en el Centro Cultural de la Fundacioacuten Onassis en Atenas con fecha 03022015 La historiadora autora del libro The Story of Pain From Prayer to Painkillers recurriendo entre otras fuentes a testimonios de soldados y de meacutedicos de la primera y la segunda guerra mundial en esta conferencia hizo referencia a casos de heridas muy graves para explorar la manera como se experimenta el dolor y el signifi cado que le puede ser asignado

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

y junto a la punta de la pica le extrajo el aliento de la vida(Canto XVI 502-505)

En la herida abierta aquella herida dolorosa y mortal se abre el cuerpo se expone el interior de la persona y se derrama hacia el exterior irreversible-mente El trauma es una viacutea de escape de la sangre de los oacuterganos del alma de la propia vida En la apertura del cuerpo herido encuentra una salida tambieacuten el aliento el uacuteltimo aliento de la vida en esta apertura y en el dolor que la acompantildea se afi rma el cuerpo y la existencia carnal fraacutegil efiacutemera del ser Esta afi rmacioacuten culmina en la terminacioacuten de la vida que se produce a traveacutes de la misma apertura En otros pasajes de la Iliacuteada el alma se escapa del cuerpo muerto a traveacutes de la boca la boca que es tambieacuten una apertura en el cuerpo apertura a la que Pierre Feacutedida situacutea en el comienzo del cuerpo humano10 El comienzo que ha de coincidir con el fi nal

Ampliando estas refl exiones se puede considerar que el cansancio es tam-bieacuten una manera de estar en el mundo una manera del cuerpo para afi r-marse en el mundo Un cuerpo cansado de la misma manera que un cuerpo que duele se pronuncia aquiacute estoy Tambieacuten se encuentran en la Iliacuteada des-cripciones del cansancio fiacutesico de la manera como el cansancio afecta a los miembros del heacuteroe Con sutileza el poeta identifi ca lugares en el cuerpo lugares precisos cada uno de los cuales experimenta una sensacioacuten distinta El cuerpo es plural como dice Vernant compuesto por varios sitios varios oacuterganos varios miembros y en eacutel se pueden escuchar muchas voces a la vez si estamos sufi cientemente atentos a ellas

Ayante ya no resistiacutea pues los dardos lo acosaban con fuerzay le doblegaban la voluntad de Zeus y los arrogantes troyanoscon sus disparos terrible ruido en sus sienes la relucientecelada haciacutea con los proyectiles sufriacutea continuos impactosen los bien fabricados mamelones y se cansaba el hombro izquierdode embrazar sin cesar el tornasolado escudo Mas no podiacuteanhacer que se tambalease a los lados bajo el peso de los dardosCon fatigoso e incesante sofoco respiraba el sudor le luiacuteaa chorros de los miembros por todos los lados y no hallabaresuello por doquier se amontonaba desgracia sobre desgracia(Canto XVI 102-111)

10 Pierre Feacutedida Par ougrave commence le corps humain

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

En los versos del poema se trazan mapas de dolor y de cansancio sobre el cuerpo de manera que el cuerpo se convierte en territorio y la narracioacuten en cartografiacutea En algunas ocasiones a traveacutes de los siacutemiles empleados se di-bujan paralelismos entre el cuerpo y el paisaje entre la persona y la natura-leza laquoComo cuando el vasto pieacutelago se riza de mudo oleaje | y preludia los veloces senderos de los sonoros vientos | auacuten en calma sin echar a rodar ni hacia acaacute ni hacia allaacute | hasta que desciende una decidida brisa procedente de Zeus | asiacute el anciano con el aacutenimo desgarrado dudaba entre dos planes | si penetrar en la muchedumbre de los daacutenaos de veloces potros | o ir en busca del Atrida Agamenoacuten pastor de huestesraquo11

Acerqueacutemonos ahora al que viene a ser el duelo maacutes importante de la Iliacuteada La confrontacioacuten entre Heacutector y Aquiles episodio destacado entre los varios episodios del mito no llega a comenzar hasta el canto XX para concluir al fi nal del canto XXII casi al fi nal del poema Es una confrontacioacuten que se realiza en tres actos un primer duelo corto y no sangriento resuelto con la intervencioacuten divina un intervalo en que se presentan las hazantildeas de Aquiles y su persecucioacuten por los dioses y el duelo defi nitivo que engloba la perse-cucioacuten de Heacutector por Aquiles alrededor de la ciudad de Troya y el enfrenta-miento fi nal de los heacuteroes resultante en la muerte de Heacutector

Este duelo es el uacuteltimo de la Iliacuteada en eacutel llega a colmo la violencia de la guerra y se alcanza la destruccioacuten plena y defi nitiva del cuerpo Por otra parte los adversarios estaacuten luchando con todas sus fuerzas por una causa personal Heacutector estaacute defendiendo a su amada familia (sobre todo) a su ciudad y a su pueblo mientras Aquiles se estaacute vengando de la peacuterdida de su maacutes iacutentimo amigo y compantildeero Aunque sus motivos son diferentes ambos haraacuten todo lo posible para aniquilar al otro motivados por el afecto antes que por heroiacutesmo u obligacioacuten hacia la polis En este duelo iacutentimo y dolo-roso se estiran los liacutemites del cuerpo de la fuerza del aguante y del vigor

En cuanto Heacutector vio a su hermano Polidoroencorvaacutendose hacia el suelo con las entrantildeas en la mano la niebla se derramoacute sobre sus ojos y ya no soportoacute seguirmaacutes tiempo merodeando a distancia sino que fue contra Aquileshaciendo oscilar la aguda lanza semejante a la llama Eacutestenada maacutes verlo dio un salto hacia eacutel y exclamoacute triunfantelaquoYa estaacute cerca el hombre que maacutes me ha fustigado el aacutenimo

11 Iliacuteada Canto XIV 16-22

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el autor del asesinato de mi preciado compantildeero Ya no podemosescondernos maacutes tiempo uno de otro por los puentes del combateraquoDijo y miraacutendolo con torva faz se dirigioacute al divino HeacutectorlaquoAceacutercate maacutes y asiacute llegaraacutes antes al cabo de tu ruinaraquoSin intimidarse le replicoacute Heacutector el de tremolante penacho laquoiexclPeacutelida No esperes aterrorizarme soacutelo con palabrascomo a un ingeacutenuo nintildeo porque yo tambieacuten soy bien capazde proferir tanto injurias como insultosSeacute que tuacute eres valeroso y que yo soy muy inferior a tiPero estos asuntos descansan en las rodillas de los dioses puede que auacuten siendo inferior sea yo quien te arrebate la vidaacertando con la lanza tambieacuten mi dardo estaacute a ilado siempreraquo(Canto XΧ 419-437)

Aquiles ha matado a Polidoro el hijo maacutes joacuteven de Priacuteamo y uno de los hermanos de Heacutector Su lanza le atravesoacute el torso al lado del ombligo y la Iliacuteada lo presenta sujetando sus entrantildeas mientras se cae encorvado a tierra Es esta imagen de su hermano la que mueve el aacutenimo de Heacutector quien decide atacar a Aquiles ignorando el consejo de Apolo Un cuerpo en des-truccioacuten las entrantildeas sujetadas en la mano el dolor fiacutesico se transforma en afecto dolor psiacutequico la niebla sobre los ojos y despueacutes en movimiento que busca generar maacutes dolor en otro cuerpo El ciclo de la violencia La muerte de Polidoro aunque no tenga en la Iliacuteada la misma importancia que la de Patroclo funciona como un elemento que permite al poeta construir una base simeacutetrica para el primer duelo Heacutector-Aquiles dado que ahora cada uno de los dos quiere vengarse por haber perdido a alguien muy querido en manos del otro

El inicio del enfrentamiento es verbal Reconocimiento del otro como ene-migo amenazas insultos y motivos personales se incluyen en los pequentildeos discursos de ambos Heacutector cierra su discurso resaltando que son los dioses quienes decidiraacuten la suerte del duelo como de todas las cosas que acontecen en la tierra A continuacioacuten el breve combate entre Heacutector y Aquiles seraacute resuelto precisamente por los dioses Atenea y Apolo Heacutector es quien ataca primero y Atenea desviacutea su lanza Aquiles ataca tres veces consecutivas y todas ellas su lanza rebota en la tupida bruma con la que Apolo envuelve a Heacutector De esta manera se deja entender que el momento del enfrentamien-to defi nitivo no ha llegado todaviacutea Aquiles se lanza hacia otros troyanos y aliados ansioso de matar

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Como el maravilloso fuego estalla en las profundas canadas de un agostado monte y el espeso bosque se incendiay los remolinos de viento esparcen las llamas por doquierasiacute corriacutea furioso por doquier con la pica como una deidadacosando a sus viacutectimas y la sangre luiacutea por la negra tierraComo cuando alguien unce dos bueyes de anchos testuces para trillar en la bien construida era la blanca cebadaque pronto se desconcha bajo las patas de los mugidores bueyesasiacute los soliacutepedos caballos a las oacuterdenes del magnaacutenimo Aquilespisoteaban cadaacuteveres y broqueles Debajo el timoacuten estabaentero salpicado de sangre y las barandas alrededor de la caja hasta donde llegaban las gotas que despediacutean las equinas pezuntildeasy las que procediacutean de las llantas Estaba aacutevido de ganar gloriael Peacutelida e iba manchando de mortandad sus inaferrables manos(Canto XΧ 490-503)

En este punto la Iliacuteada nos posiciona ante un masacre generalizado La sangre fl uye abundante y los cuerpos sin vida de los guerreros se amonto-nan descontroladamente sobre la tierra El campo de batalla es un paisaje de carniceriacutea y destruccioacuten absoluta denso y fuacutenebre un paisaje construido en silencio A partir de la descripcioacuten panoraacutemica que nos proporciona el poeta nos podemos representar visualmente la escena a grandes rasgos a la vez que podemos casi oler la sangre que corre todaviacutea caliente No obstante lo que causa mayor impacto es la calidad taacutectil de la imagen A traveacutes de los caballos de Aquiles que pisotean cadaacuteveres indistintamente salpican-do sangre a todas direcciones podemos sentir el volumen y el peso de los cuerpos que yacen en abandono entre armaduras y objetos que ya no les serviraacuten Podemos sentir la espesura de la sange que se va secando bajo el sol de Troya Pero iquestpodemos oir algo maacutes que silencio Seriacutea interesante pre-guntarmos con cuaacutel(es) de los sentidos recibimos percibimos y nos repre-sentamos una narracioacuten e intentar explorar las razones de tal diferenciacioacuten

Atravesando este paisaje desgarrador Aquiles se dirige hacia el riacuteo persi-guiendo a los troyanos algunos intentan huir hacia la ciudad mientras otros se encuentran atrapados en el riacuteo nadando entre sus corrientes y remolinos Antes de lanzarse contra ellos Aquiles deja su lanza en la ribera Pretende mantener un contacto iacutentimo con sus enemigos estando cerca de sus viacutecti-mas escuchando su respiracioacuten y observando su sufrimiento mientras elimi-na la vida de sus miembros usando sus propias manos y una daga Dentro del riacuteo intentaraacute saciar su deseo de venganza y sangre matando sin piedad a

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numerosos guerreros hasta que el cauce rebose de cadaacuteveres

La imagen del campo de batalla repleto de cadaacuteveres se reproduce intensi-fi cada dentro del riacuteo a tal punto que el propio riacuteo Escamandro advierte a Aquiles y le ordena a continuar la matanza en la llanura Cuando eacutel se lanza de nuevo hacia el cauce el paisaje se transforma de manera singular El riacuteo se presenta como un cuerpo vivo que se mueve determina su ruta y modera su fuerza durante su movimiento Escamandro arroja cadaacuteveres a la orilla protege a los troyanos en sus remolinos y persigue a Aquiles con toda su furia Durante esta curiosa persecucioacuten el heacuteroe se agota y empieza a deses-perar una vez que sus fuerzas le estaacuten abandonando Los dioses salvaraacuten a Aquiles del furor del riacuteo para que eacutel vuelva a lanzarse contra los troyanos una vez maacutes

laquoAnte su empuje los troyanos | se atropellaban en general desbandada sin ninguacuten socorro | que aparecieraraquo12 Estos versos contribuyen a la atmoacutesfera de asfi xiante densidad generada a lo largo de este canto Nos comunican que la llanura estaacute llena de hombres cuyo miedo a Aquiles les impulsa a correr en desorden hacia Troya mientras Priacuteamo abre para ellos las puertas Esceas Apolo tomando la forma de Ageacutenor provoca a Aquiles y le hace emprender una corrida sin fi n persiguiendo al dios En la narracioacuten surgen dos movimientos opuestos el movimiento de Aquiles y Apolo hacia el riacuteo Escamandro y el movimiento apresurado de los troyanos hacia la ciudad

Ademaacutes mediante un engantildeo apartoacute al Peacutelida de la huesteel protector asemejaacutendose en todo al propio Ageacutenor se detuvoante los pies de Aquiles que se lanzoacute corriendo a perseguirloDurante un rato eacuteste lo persiguioacute por el llano feraz en trigodesviando a lo largo del Escamandro el riacuteo de hondos remolinosal que le precediacutea corto trecho con astucia lo hechizaba Apolopara guardar intacta su esperanza de alcanzarlo con sus piesentre tanto los demaacutes troyanos fugitivos llegaron en tropelfelices a la ciudad que se llenoacute de refugiadosY fuera de la ciudad y de la muralla ni siquiera osaronaguardarse unos a otros para informarse del que hubiera escapadoy del que habiacutea muerto en el combate sino que penetroacute presurosoen la ciudad todo aquel a quien sus rodillas y sus pies salvaron(Canto XΧI 599-611)

12 Canto XΧI 527-529

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

La corrida veloz de Apolo y Aquiles por el campo de batalla descentra y desenfoca la mirada y ampliacutea el plano En la velocidad del movimiento se diluye la espesura fuacutenebre de las imaacutegenes anteriores mientras el campo de batalla se vaciacutea de presencias humanas De esta manera el poema cierra el ciclo que habiacutea abierto despueacutes del primer encuentro de Heacutector y Aquiles El escenario de la narracioacuten se vaciacutea para entregarse purifi cado a los dos heacuteroes y soacutelo a ellos laquoImpedido por su destino fatal Heacutector quedoacute solo alliacute mismo | delante de Ilio y de las puertas Esceasraquo13

El espacio del duelo es un gran vaciacuteo la llanura de Troya delante de las puer-tas Esceas poblado por cadaacuteveres quizaacutes algunos cuerpos descuartizados armas que se cayeron de los guerreros muertos o se perdieron en el bullicio de la fuga y se esparcieron por el camino y probablemente algunos carros abandonados o caballos muertos Silencio absoluto Este espacio funciona como un escenario doble Por un lado estaacuten Priacuteamo y todos los troyanos que contemplan desde la parte maacutes alta de la muralla de Troya por otro lado estaacuten los aqueos que se encuentran lejos en la llanura de Troya hacia el riacuteo Escamandro y han recibido de Aquiles el orden de no atacar a Heacutector en ninguacuten caso por lo que tambieacuten seraacuten espectadores de este duelo inminente

Un escenario doble pues Heacutector se encuentra en eacutel solo y atemorizado mientras Aquiles engantildeado por Apolo se encuentra muy lejos de la mura-lla Cuando Aquiles empieza a correr motivado por su impulso de vengan-za su movimiento es directo y decisivo hacia la ciudad hacia Heacutector Al mismo tiempo Heacutector se presenta experimentando un movimiento mental El poeta desplaza la atencioacuten hacia el interior del heacuteroe

laquoiexclAy de miacute Si me meto en las puertas y en las murallasPolidamante seraacute el primero en cubrirme de oprobiospues me ha ordenado guiar a los troyanos hacia la ciudadesta noche maldita en que el divino Aquiles ha dejado la calmaMas yo no le he hecho caso y iexclcuaacutento mejor habriacutea sidoAhora que ha perecido la tropa por culpa de mis necedadesverguumlenza me dan los troyanos y troyanas de rozagantes mantosno sea que alguna vez alguien vil y distinto de miacute digalsquoHeacutector por iarse de su fuerza hizo perecer la huestersquoAsiacute diraacuten y en ese caso para miacute habriacutea sido mucho mejorenfrentarme contra Aquiles y regresar despueacutes de matarlo

13 Canto XΧII 5-6

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o perecer yo mismo con gloria delante de la ciudadiquestY si depongo el abollonado broquel y el ponderoso cascoy tras dejar la lanza apoyada contra la murallavoy sin armas y me presento ante el intachable Aquilesy le prometo entregar a Helena junto con las riquezasiacutentegras que Alejandro se trajo en las concavas navesa Troya accioacuten que fue la causa de la contiendaa los Atridas para que se la lleven y ademaacutes con los aqueosrepartirnos todos los demaacutes tesoros que guarda esta ciudadDespueacutes puedo tomar juramento de honor a los troyanosde no esconder nada y de repartir en dos lotes todoslos tesoros que encierra en su interior la amena ciudadelaPero iquestpor queacute mi animo me ha suscitado este debateiexclMira que si voy y me presento ante eacutel y lejos de apiadarsey de respetarme me mata desnudo sin la panopliaigual que a una mujer cuando ya me haya quitado las armasMas no es el momento de remontarse a la encina y a la piedra ni de charlar con eacutel de las lindezas de una doncella y un mozoni de las ternuras que una doncella y un mozo se intercambianMaacutes vale entablar la disputa cuanto antesiexclAveriguumlemos a quieacuten de los dos tiende el Oliacutempico su honorraquoMientras esperaba agitando estas ideas Aquiles se acercoacutesemejante a Enialio el guerrero del centelleante cascoenarbolando sobre el hombro derecho la peliacuteada lanza de fresnoterrible a los lados el bronce brillaba parecido al destelloque emiten el ardiente fuego o el sol al salirNada mas verlo Heacutector fue presa del temblor y ya no soportoacuteseguir alliacute sino que dejoacute atraacutes las puertas y echoacute a huir(Canto XΧII 99-137)

Habiendo desplazado la atencioacuten al interior del personaje el poema se acerca a eacutel estableciendo un viacutenculo de empatiacutea entre el lector y dicho per-sonaje Nosotros estamos recibiendo la narracioacuten a traveacutes de eacutel por medio de sus vivencias Aquiles se nos presenta refl ejado en la mirada y la reaccioacuten de Heacutector Su llegada interrumpe la introspeccioacuten y sentildeala el principio del enfrentamiento de manera que la intensidad del movimiento mental se con-vierte en intensidad de movimiento fiacutesico con esta transformacioacuten sutil el poema mantiene un equilibrio de energiacutea a la vez que produce un cambio de escena draacutestico La persecucioacuten de Heacutector por Aquiles comienza Es la tercera persecucioacuten relatada despueacutes del primer enfrentamiento de los dos heacuteroes Aquiles y Heacutector estaacuten fuera de las murallas corriendo jadeantes

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

uno detraacutes del otro No conocemos a Troya en el poema nunca se describe su forma pero estamos corriendo con los heacuteroes alrededor de ella Las des-cripciones del paisaje intercaladas y las escenas de paz evocadas refuerzan por contradiccioacuten la tensioacuten mortal de la situacioacuten

Por alliacute pasaron corriendo uno huyendo y otro acosando detraacutesDelante huiacutea un valiente pero uno mucho mejor lo perseguiacuteaaprisa no era la viacutectima de un sacri icio ni una bovina pielpor lo que competiacutean premios comunes en las carreras humanas sino que corriacutean por la vida de Heacutector domador de caballos(Canto XΧII 157-161)

Tierra y Cielo los dos planos de accioacuten se activan a la vez Dos liacuteneas na-rrativas se desarrollan en paralelo La primera se dedica a los mortales es una liacutenea sin diaacutelogos pero en ella se puede intuir la agoniacutea El ritmo de la corrida marca la pauta de la escena La segunda liacutenea narrativa corresponde a los dioses que estaacuten observando la primera desde el Olimpo donde estaacuten reunidos para tomar decisiones sobre la suerte de los mortales Sus diaacutelogos suenan ligeros y despreocupados e incluso tienen un punto coacutemico lo que acaba reforzando la situacioacuten traacutegica de los heacuteroes

Cuando los dioses lo deciden intervienen en la historia haciendo que las dos liacuteneas narrativas se crucen y se junten Los dos planos de accioacuten ahora se funden en un uacutenico plano Troya con la llegada de Atenea que marca el fi nal de la corrida y el inicio del desenlace de la historia Atenea se presenta a los dos heacuteroes pero de manera distinta a cada uno de ellos ya que se rela-ciona de modo distinto con ellos coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector14 Con su presencia se rompe el silencio mortal de la persecucioacuten Diaacutelogos aparecen de nuevo El poeta estaacute preparando el terreno para el combate el espacio se vuelve abstracto despojado de elementos descriptivos mientras la presencia fiacutesica de los guerreros y su voz adquieren maacutes importancia La atencioacuten del receptor se va dirigiendo hacia ellos dos su presencia su con-frontacioacuten inminente sus palabras y sus acciones

Despueacutes de hablar asiacute desenvainoacute la aguda espada

14 Atenea participa en las acciones de Aquiles hablaacutendole en plural incluyente laquoAhora siacute que espero esclarecido Aquiles caro a Zeus | que ambos llevaremos a los aqueos una gran gloria a sus naves | tras aniquilar a Heacutector por insaciable de lucha que sea | Ahora ya no hay posibilidad de que se nos escape | por muchas penas que el protector Apolo sufra | rodando y rodando ante el padre Zeus portador de la eacutegida | Detente tuacute ahora y recobra el aliento que yo a eacuteste | me acercareacute y le convencereacute para que luche frente a frenteraquo (Canto XΧII 216-223)

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que llevaba suspendida de su costado larga y robustay tras tomar impulso partioacute cuaacutel aacuteguila de alto vueloque baja al llano a traveacutes de las tenebrosas nubespara arrebatar una tierna cordera o una treacutemula liebreasiacute partioacute Heacutector haciendo vibrar la aguda espadaTambieacuten se lanzoacute Aquiles con el aacutenimo lleno de furiasalvaje se cubrioacute el torso por delante con el escudobello primoroso mientras haciacutea oscilar el reluciente cascode cuatro mamelones y ondeaban alrededor las bellas crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenComo va entre los astros en la oscuridad de la noche la estrellavespertina el astro maacutes bello que hay ijo en el irmamentoasiacute era el fulgor de la a ilada punta que Aquiles blandiacuteacon la diestra maquinando la perdicioacuten del divino Heacutectore indagando donde su bella piel ofreceriacutea menor resistenciaTodo su cuerpo estaba protegido por la bronciacutenea armadurabella que habiacutea despojado al potente Patroclo tras matarlosoacutelo se veiacutea donde las claviacuteculas separan cuello y hombrosel gaznate que es por donde maacutes pronto se pierde la vidaPor alliacute el divino Aquiles le hundioacute la pica en pleno ataqueLa punta penetroacute derecha a traveacutes del delicado cuelloy el asta de fresno pesada por el bronce no le cercenoacute la traacutequeacon lo que todaviacutea pudo responderle y decir unas palabrasSe desplomoacute en el polvo y el divino Aquiles exclamoacute triunfantelaquoiexclHeacutector Al despojar a Patroclo sin duda creiacuteste estara salvo y para nada te preocupaste de miacute porque estaba lejosiexclInsensato Lejos de aquel un vengador muy superior a la zagase habiacutea quedado junto a las huecas naves y ese soy yoque te he doblado las rodillas De ti tiraraacuten y te humillaraacuten los perros y las aves y a eacutel los aqueos le haraacuten las exequiasraquoDesfallecido le dijo Heacutector el de tremolante penacholaquoiexclTe lo suplico por tu vida tus rodillas y tus padresNo dejes a los perros devorarme junto a las naves de los aqueosen lugar de eso acepta bronce y oro en abundancia regalos que te daraacuten mi padre y mi augusta madrey devuelve mi cuerpo a casa para que al morir del fuegome hagan partiacutecipe los troyanos y las esposas de los troyanosraquoMiraacutendolo con torva faz replicoacute Aquiles de pies ligeroslaquoNo implores perro invocando mis rodillas y a mis padres iexclOjalaacute que a miacute mismo el furor y el aacutenimo me indujerana despedazarte y a comer cruda tu carne por tus fechoriasTan cierto es eso como que no hay quien libre tu cabeza

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

de los perros ni aunque el rescate diez veces o veinte vecesme lo traigan y lo pesen aquiacute y ademaacutes prometan otro tanto y ni siquiera aunque mandara pagar tu peso en oroPriacuteamo Dardaacutenida Ni auacuten asiacute tu augusta madre depositaraacuteen el lecho el cadaacutever de quien ella parioacute para llorarloLos perros y las aves de rapina se repartiraacuten entero tu cuerporaquoYa moribundo le dijo Heacutector el de tremolante penacho laquoBien te conozco con soacutelo mirarte y ya contaba con noconvencerte De hierro es el corazoacuten que tienes en las entrantildeasCuiacutedate ahora de que no me convierta en motivo de la coacutelerade los dioses contra ti el diacutea en que Paris y Febo Apolo tehagan perecer a pesar de tu valor en las puertas EsceasraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteEl aliento vital voloacute de la boca y marchoacute a la morada de Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando dijo Aquiles de la casta de ZeuslaquoiexclMuere Mi parca yo la acogereacute gustoso cuando Zeus quiera traeacutermela y tambieacuten los demaacutes dioses inmortalesraquoDijo y arrancoacute del cadaacutever la bronciacutenea picala dejoacute a un lado y le quitoacute de los hombros las armasensangrentadas Los hijos de los aqueos acudieron corriendoy quedaron admirados de la talla y de la envidiable bellezade Heacutector y nadie hubo que se presentara y no lo hirieraY asiacute deciacutea cada uno mirando al que teniacutea proacuteximolaquoiexclQueacute sorpresa iexclAhora siacute que es Heacutector mucho maacutes blandode tocar que cuando prendioacute las naves con el voraz fuegoraquoAsiacute repetiacutea cada uno cuando se presentaba y lo heriacutea(Canto XΧII 306-375)

Los dos heacuteroes se acercan con sus armas fi rmes en la mano15 y Aquiles pla-nifi ca el ataque que va a realizar Observa minuciosamente a Heacutector explora su cuerpo como si fuese territorio desconocido e identifi ca los lugares ex-puestos como si trazara sobre Heacutector un mapa de vulnerabilidad Una vez maacutes la Iliacuteada nos conduce hacia el espacio iacutentimo del cuerpo hacia la postu-ra la apariencia y estructura fiacutesica los gestos la distancia entre las personas la velocidad del movimiento y el impulso de la accioacuten

15 Heacutector tiene una espada y Aquiles una pica ya que sus lanzas las perdieron pocos versos atraacutes cuando intentaron atacar el uno al otro Heacutector esquivoacute la lanza de Aquiles mientras la lanza de Heacutector se desvioacute al chocar con el escudo de Aquiles Ahora los dos heacuteroes tienen que acercarse para matarse Este duelo requiere proximidad fiacutesica

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La pica atraviesa el cuello de Heacutector pero deja su traacutequea intacta para que eacutel pueda pronunciar sus uacuteltimas palabras justo antes de extinguirse su vida A las jactancias de Aquiles Heacutector responde suplicando por la suerte de su cuerpo y en esta suacuteplica se puede intuir la inminente suacuteplica de Priacuteamo Aquiles replica con execrable crueldad en sus palabras como en todas sus acciones despueacutes de entrar en la batalla se refl eja el cambio que la muerte de Patroclo provocoacute en su aacutenimo y comportamiento El moribundo Heacutector hace referencia al futuro de Aquiles tal como el moribundo Patroclo previoacute la muerte de Heacutector laquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteraquo es el verso que se repite ideacutentico en los dos casos mientras tanto Heacutector como Aquiles dirigen unas uacuteltimas y crueles palabras al cadaacutever del hombre que acaban de matar antes de arrancar el arma de la herida Sin embargo al contrario de lo que pasa con Patroclo Heacutector yace en la tierra abandonado y no hay nadie que pueda luchar por el honor de su cuerpo

El cuerpo sin vida tendido en el suelo y la voz de su asesino que resuena amenazadora sobre eacutel construyen una imagen muy potente a partir de la cual empieza el ultraje Los aqueos hasta entonces espectadores silenciosos presencias lejanas e intrascendentes16 se acercan y en su reaccioacuten se juntan dos acciones contradictorias por una parte admiran la belleza de Heacutector y por otra hieren su cuerpo repitiendo una exclamacioacuten verbal y un acto de violencia que parecen tener casi la funcioacuten de un ritual

laquo[] Nos hemos alzado con gran gloria hemos matado al divino Heacutectora quien los troyanos en la ciudad invocaban como a un diosraquoDijo e imaginaba ignominias contra el divino HectorLe taladroacute por detraacutes los tendones de ambos piesdesde el tobillo al taloacuten enhebroacute correas de bovina pielque atoacute a la caja del carro y dejoacute que la cabeza arrastraraMontoacute en la caja del carro recogioacute la ilustre armaduralos fustigoacute para arrearlos y los dos de grado echaron a volarGran polvareda se levantoacute del cadaacutever arrastrado los cabellososcuros se esparciacutean y la cabeza entera en el polvoyaciacutea antes encantadora Zeus entonces a sus enemigoshabiacutea concedido que lo ultrajaran en su propia patria(Canto XΧII 393-404)

16 laquoLos aqueos estaacuten cerca de las murallas de Troya pero como una presencia silenciosa e intrascendenteraquo (Caroline Alexander La guerra que matoacute a Aquiles p 205)

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5 El dolor que nos une [Priacuteamo y Aquiles]

Encerrados en la ciudad los troyanos se hacen testigos no soacutelo de la muerte de Heacutector sino tambieacuten de la crueldad a la cual se somete su cuerpo Con la huida de Aquiles quien arrastra el cadaacutever de Heacutector hacia el campamento aqueo el escenario se vaciacutea por completo y la atencioacuten se reconduce hacia Troya Sobre la torre de Ilio Heacutecuba se arranca los cabellos mientras Priacuteamo se representa revolcaacutendose en estieacutercol manifestando por primera vez su deseo de suplicar a Aquiles para que eacuteste le devuelva el cuerpo de su hijo

Asiacute quedoacute cubierta su cabeza entera de polvo Su madre se mesoacute los cabellos arrojoacute el niacutetido velo lejos y prorrumpioacute en muy elevados llantos al ver a su hijo Tambieacuten su padre emitioacute un lastimero gemido y las gentes por la ciudad eran presa de llantos y de lamentos Todo pareciacutea como si la almenada Ilio se estuviera consumiendo entera por el fuego desde los cimientos Las gentes a duras penas conteniacutean al apenado anciano ansioso por salir fuera de las puertas dardanias A todos imploraba rodando por el estieacutercol y llamando a cada uno por su nombre(Canto XXII 405-415)

Sus reiterativos llantos y gemidos inquietan tambieacuten a Androacutemaca quien desde su encuentro con Heacutector ha permanecido encerrada en su habitacioacuten tejiendo bellos mantos y preparando un bantildeo caliente para el regreso de eacutel en vano Es la agoniacutea por la suerte de Heacutector la que lleva a Androacutemaca a la muralla de nuevo repitiendo el movimiento que realizoacute en el canto VI cuando salioacute presurosa del palacio en busca de su marido mientras la no-driza la seguiacutea llevando al nintildeo en sus brazos Su lamento confi rma la pre-ocupacioacuten expresada en su diaacutelogo con Heacutector mientras en eacutel resuenan los lamentos de otras mujeres que perdieron a sus esposos y fueron convertidas en esclavas durante la guerra

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

La reaccioacuten de Priacuteamo ante la muerte de Heacutector se parece mucho a la prime-ra reaccioacuten que Aquiles tuvo al enterarse de la muerte de Patroclo Tanto a Aquiles como a Priacuteamo el duelo por la peacuterdida de alguien muy querido les hace cubrirse la cabeza y el cuerpo entero con un material no precisamente noble De este modo sus rasgos divinos adquieren un aspecto sucio y la-mentable que refl eja su estado psiacutequico En ausencia del cadaacutever al que les gustariacutea tener cerca y poder tocar durante el lamento1 en ese momento de soberbio dolor los hombres establecen un contacto con la tierra con el suelo con la materia orgaacutenica en la cual todo de una manera u otra se convierte

Asiacute habloacute y a eacutel una negra nube de a liccioacuten lo envolvioacuteCogioacute con ambas manos el requemado holliacuteny se lo derramoacute sobre la cabeza afeando su amable rostromientras la negra ceniza se posaba sobre su tuacutenica de neacutectar Y extendido en el polvo cuan largo era gran espacioocupaba y con las manos se mancillaba y mesaba los cabellosLas siervas que Aquiles y Patroclo se habiacutean adjudicado en prendaproferiacutean grandes alaridos a ligidas en su corazoacuten y a la puertacorrieron en torno del belicoso Aquiles y todas con las manos mientras se golpeaban el pecho cayeron postradas de hinojosDel otro lado Antiacuteloco se lamentaba y vertiacutea laacutegrimascon las manos de Aquiles cogidas y su glorioso corazoacuten gemiacuteaante el temor de que se segara la garganta con el hierro (Canto XVIII 22-34)

En ambos casos ellos no se encuentran solos en sus lamentos sino que estaacuten rodeados de otras personas2 sobre todo mujeres las mujeres de Troya en el caso de Priacuteamo y las siervas en el caso de Aquiles Es en torno a estos dos lamentos de Aquiles por Patroclo y de Priacuteamo por Heacutector y los respectivos intentos de honrar a los muertos que se estructuran los dos uacuteltimos cantos de la Iliacuteada Como afi rma Caroline Alexander despueacutes del enfrentamiento heroico maacutes importante del poema la Iliacuteada se enfoca en los difuntos y en

1 En otra ocasioacuten laquoEntre ellos el Pelida entonoacute un reiterativo llanto | poniendo sus manos homicidas sobre el pecho de su compantildeeroraquo (Iliacuteada Canto XXIII 17-18) Androacutemaca al recibir el cuerpo de su esposo hace lo mismo laquoEntre eacutestas Androacutemaca de blancos brazos inicioacute el llanto |mientras sujetaba la cabeza del homicida Heacutector en sus manosraquo (Iliacuteada Canto XXIV 723-724)2 En las escenas de la Iliacuteada los personajes tienden a formar conjuntos durante el lamento con el que estaacute maacutes afectado en el centro y los demaacutes alrededor suyo No es necesario que el motivo del lamento sea uacutenico y compartido por todos cada uno puede llorar por sus propios motivos pero el acto de llorar es compartido y su intensidad suele ajustarse a las necesidades del personaje principal de la escena Posteriormente el coro de la tragedia cumple tambieacuten con una funcioacuten parecida la de acompantildear a los personajes en sus lamentos soliloquios y diaacutelogos a menudo compartiendo sus estados de aacutenimo y otras veces expresando ideas o sentimientos opuestos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

las consecuencias de sus muertes3

Una vez concluidos los funerales de Patroclo y las competiciones de los aqueos en su honor el cadaacutever de Heacutector continuacutea yaciendo en el polvo y siendo arrastrado por Aquiles alrededor del tuacutemulo de su caro amigo El tuacutemulo tal como el cuerpo del guerrero muerto emerge como un centro en el espacio En alguacuten lugar (sentildealado y preciso) en la orilla del mar cerca de las naves aqueas se encuentra enterrada la urna que contiene los huesos de Patroclo que en breve albergaraacute tambieacuten los huesos de Aquiles4 Es en torno a este centro que el cuerpo de Heacutector atado con correas de bovina piel al carro de Aquiles dibuja tres ciacuterculos cada mantildeana con la primera luz del diacutea ciacuterculos que se inscriben en la tierra uno sobre otro durante nueve diacuteas Apolo protege al cuerpo de Heacutector de todo tipo de desgaste pero en el espacio deben permanecer las huellas de este proceso por muy efiacutemeras que sean

[] pero despueacutes de llorar y lamentarse remiten en su penapues las Moiras han hecho el aacutenimo humano apto para soportar(Canto XXIV 48-49)

Sin embargo este ritual viciado y repetitivo no consigue apaciguar el dolor de Aquiles ni tampoco saciar su deseo de venganza Eacutel todaviacutea estaacute afl igido Su fi gura es la de un hombre que no encuentra tranquilidad en ninguacuten sitio no puede estar quieto casi no puede estar No puede adormecer y cambia constantemente de posicioacuten se levanta se tumba de espaldas de lado boca abajo se sienta camina entra y sale de su tienda permaneciendo siempre inquieto Los dioses del Olimpo observadores perpetuos y duentildeos de la suerte de los mortales no dejan de discutir acerca de la resolucioacuten de esta situacioacuten hasta que Zeus toma su decisioacuten Tal como fue previsto al princi-pio del poema la coacutelera de Aquiles ha sido respetada por los dioses y eacutel ha sido honrado como corresponde a un heacuteroe mortal que es hijo de una diosa

3 laquoPero la Iliacuteada no es una epopeya convencional y en el mismo momento del mayor triunfo militar de su heacuteroe homero desviacutea la atencioacuten de Aquiles a las dos bajas maacutes importantes de la historia Patroclo y Heacutector es hacia las consecuencias de sus muertes sobre todo para el vencedor hacia donde pasa a dirigirse inexorablemente toda la accioacuten de la Iliacuteadaraquo (La guerra que matoacute a Aquiles p 227) Ademaacutes entre estos dos funerales se pueden rastrear relaciones de interdependencia Patroclo no es enterrado hasta que Heacutector es muerto y ultrajado en honor de Patroclo por otro lado Heacutector no se puede enterrar hasta que terminen los honores funerarios a Patroclo porque el ultraje de su cuerpo forma parte de ellos4 laquoiexclQue tambieacuten un mismo atauacuted encierre juntos nuestros huesos | y que sea la aacuteurea urna que te procuroacute tu augusta madre raquo es la peticioacuten que dirige en un suentildeo el alma de Patroclo a Aquiles peticioacuten que es completamente respetada por el propio Aquiles (Canto XXIII 91-92)

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Ahora es el momento de honrar a Heacutector tambieacuten muy querido a los dioses liberando su cuerpo y devolvieacutendolo a Troya

Seguacuten el plan de Zeus con el que estaacuten de acuerdo todos los dioses oliacutem-picos Priacuteamo iraacute como suplicante a Aquiles y le ofreceraacute regalos a cambio del cadaacutever Para que se pueda cumplir el plan divino es necesario que se comunique previamente a los dos heacuteroes involucrados5 Ellos al conocer la voluntad de los dioses actuaraacuten de acuerdo con ella los dioses incitan sus acciones pero no actuacutean por ellos En el interior de su tienda Aquiles se encuentra llorando Tetis se sienta a su lado y establece un contacto fiacutesico con eacutel antes de hablarle y los dos mantienen un diaacutelogo muy breve Por su parte Iris llega al palacio de Priacuteamo donde el anciano rey estaacute reiterando el llanto que habiacutea iniciado Priacuteamo la recibe en silencio temblando Sin espe-rar contestacioacuten la diosa se va y Priacuteamo sigue sus instrucciones y consejos sin perder tiempo

Asi habloacute e Iris de pies de raacutefaga fue con el mensajeLlegoacute a casa de Priacuteamo y alliacute no halloacute maacutes que quejas y llantos Los hijos sentados alrededor de su padre dentro del patioteniacutean mojada de laacutegrimas la ropa y el viejo estaba en mediocubierto con un manto que dejaba adivinar su silueta Abundanteestieacutercol envolviacutea la cabeza y el cuello del ancianoque eacutel mismo al revolcarse habia cosechado con sus manos Las hijas y las nueras por las mansiones gimoteabanacordaacutendose de los muchos y valerososque yaciacutean despueacutes de perder la vida a manos de los argivosLa mensajera de Zeus se detuvo junto a Priacuteamo y dijo con voztenue mdashy el temblor se aduentildeoacute de los miembros del ancianomdash(Canto XXIV 159-170)

Heacutecuba aterrorizada con la decisioacuten de su marido le sugiere hacer una liba-cioacuten a Zeus antes de emprender la ruta hacia las naves aqueas A la plegaria de Priacuteamo el dios responde con su aguumlero maacutes positivo y enseguida Priacuteamo y el heraldo se suben al carro cargados de muchos y bellos regalos para Aquiles Tal como habiacutea prometido Iris su camino es facilitado por Hermes quien manteniendo oculta su identidad les acompantildea hasta su llegada a la tienda de Aquiles aseguraacutendose de que ninguno de los aqueos advierta su

5 Tetis (llamada al Olimpo por Iris para que Zeus le informe de su decisioacuten) iraacute al encuentro de Aquiles mientras Iris avisaraacute a Priacuteamo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

presencia

La conversacioacuten del anciano Priacuteamo con el dios es extensa y deja adivinar la duracioacuten del camino que conduce de la ciudad de Troya al campamento aqueo mientras el propio camino no se describe en esta secuencia como tampoco se describe la ciudad o el campamento En cambio se presta aten-cioacuten a las transiciones de un espacio a otro Antes de lanzarnos a lo que viene a ser seguramente el encuentro maacutes peculiar y maacutes pleno de la Iliacuteada el poeta describe meticulosamente los umbrales que hemos de cruzar Por una parte las presencias humanas hay que pasar entre los guardias y los guerrreros que circulan entre las naves a los que Hermes hace adormecer desactivando el peligro que supone su vigilia

Por otra parte las construcciones materiales en el espacio En primera ins-tancia la fosa y el muro que delimitan el territorio de los aqueos en la llanura troyana Priacuteamo cruza ahora con la ayuda del dios la misma fortifi cacioacuten que Heacutector intentoacute y parcialmente logroacute derrumbar en el canto XII A con-tinuacioacuten la tienda de Aquiles cuya estructura se describe con cierta preci-sioacuten desde fuera hacia dentro de manera inversa y complementaria a la de la escena del sacrifi cio de Aquiles a Zeus6 En los dos casos la atencioacuten recae sobre el cerrojo de las puertas un pormenor miacutenimo pero signifi cativo Esta sucesioacuten de espacios diferentes y claramente delimitados funciona como una introduccioacuten gradual al espacio iacutentimo del encuentro Hermes que en los mitos primitivos fi gura como el dios de los liacutemites de los campos y de las fronteras acompantildea a Priacuteamo durante este proceso

Al llegar a las forti icaciones de las naves y a la fosaya los guardias comenzaban a ocuparse de la cenaEl mensajero Argiacutecida vertioacute el suentildeo sobre todos ellos sin excepcioacuten luego abrioacute las puertas y retiroacute las trancase introdujo a Priacuteamo y sus espleacutendidos dones sobre el carromatoCuando llegaron a la tienda del Pelidaelevada que los mirmidones habiacutean fabricado para su soberanotallando vigas de abeto mdashpor encima la habiacutean techado con frondoso cantildeizo recolectado de la praderaalrededor un gran patio habiacutean fabricado para su soberanocon espesas estacas la puerta la sujetaba un uacutenico pasadorde madera de abeto que entre tres aqueos soliacutean encajar

6 Iliacuteada canto XVI 220-256

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como tres eran los que abriacutean el gran cerrojo de las puertas de no ser Aquiles que era el uacutenico que lo encajaba auacuten solomdashentonces el beneacute ico Hermes se la abrioacute al ancianointrodujo los ilustres regalos para el velociacutepedo Pelidase apeoacute del carro a tierra y exclamoacutelaquoiexclAnciano Yo soy un dios inmortal que aquiacute ha venido soy Hermes Mi padre me ha enviado para que te diera escoltaPero ahora me ireacute de nuevo y no me voy a presentarante las miradas de Aquiles Vituperable seriacuteaque un dios inmortal favorezca tan abiertamente a los mortalesTuacute entra y coge al Pelida de las rodillasy por su padre su madre de hermosos cabellosy su hijo supliacutecale para conmoverle el aacutenimoraquoTras hablar asiacute se alejoacute hacia el vasto OlimpoHermes Y Priacuteamo saltoacute de los caballos a tierray dejoacute alliacute a Ideo que esperaba guardandolos caballos y las mulas El anciano fue derecho a la casadonde Aquiles caro a Zeus residiacutea Lo halloacute dentrosus compantildeeros estaban sentados aparte y soacutelo dosel heacuteroe Automedonte y Aacutelcimo retontildeo de Ares se afanabanen presencia suya presurosos Acababa de dejar el alimentodespueacutes de comer y beber y la mesa auacuten estaba puesta al ladoEntroacute el alto Priacuteamo sin que ellos lo notaran se paroacute cercay estrechoacute las rodillas de Aquiles y le besoacute las manosterribles y homicidas que a tantos hijos suyos habiacutean matadoComo cuando una densa ofuscacioacuten apresa al hombre que mataen la patria a una persona y llega a un pueblo extrantildeoante un hombre acaudalado y el estupor invade a quienes lo venasiacute de estupefacto se quedoacute Aquiles al ver al deiforme PriacuteamoTambieacuten los demaacutes intercambiaron estupefactos sus miradas(Canto XXIV 443-484)

Una vez dentro del patio de Aquiles ya no hay demora Priacuteamo decidido y confi dente entra en la tienda sin compantildeiacutea como suplicante Aquiles no estaacute solo es el momento despueacutes de la cena7 y a su lado se encuentran Aacutelcimo y Automedonte entre otros mirmidones El interior de la tienda no se descri-be Se describen apenas las actividades que tienen lugar en ella y vagamen-te las posiciones relativas entre los personajes Aquiles es identifi cado como

7 Caroline Alexander sentildeala que Aquiles soliacutea compartir estos momentos del diacutea despueacutes de la cena con Patroclo (La guerra que matoacute a Aquiles p 244) En la escena de la embajada Ulises encuentra a Aquiles y Patroclo mientras estaacuten tocando muacutesica y cantando

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

un centro un punto en el espacio al cual se dirige Priacuteamo El anciano rey como todo suplicante toca las rodillas de Aquiles y le besa la mano

Cuando Tetis se presenta a Zeus como suplicante8 se pone de rodillas delan-te suyo y coloca su mano izquierda sobre su rodilla y con su mano derecha toca su barbilla En varias escenas de la Iliacuteada el contacto fiacutesico precede a la comunicacioacuten verbal casi estableciendo la base para ella tal como en otras la distancia entre dos personajes y su gestualidad delimita el campo de su interaccioacuten y es signifi cativa para el entendimiento del diaacutelogo El silencio tambieacuten adquiere una fuerza y un peso especial Priacuteamo se agarra a las ro-dillas de Aquiles y le besa la mano mientras eacutel lo mira estupefacto inmoacutevil en la fuerza de esta imagen el poeta crea aquella unidad bipartita que es el encuentro entre los dos personajes inseparables en el espacio y en el con-tenido de la narracioacuten Las miradas entrecruzadas de los otros personajes que presencian la escena reafi rman este hecho La unidad Aquiles-Priacuteamo se percibe y reconoce como tal y precisamente por eso se aiacutesla del ambiente haciendo posible la aparicioacuten del discurso

Priacuteamo le dirigioacute una suacuteplica diciendo estas palabraslaquoiexclAcueacuterdate de tu padre Aquiles semejante a los diosesque tiene mi misma edad y estaacute en el funesto umbral de la vejezTambieacuten a eacutel los vecinos que habitan alrededor sin duda loatormentan y no hay quien aparte de eacutel la ruina y el estragoSin embargo aquel mientras sigue oyendo que tu estaacutes vivose alegra en el aacutenimo y espera cada diacuteaver a su querido hijo que vuelve de TroyaPero mi desdicha es completa he engendrado los mejores hijosen la ancha Troya y de ellos a irmo que ninguno me quedaCincuenta teniacutea cuando llegaron los hijos de los aqueosdiecinueve me habiacutean nacido de un uacutenico vientrey otras mujeres habiacutean alumbrado en el palacio a los demaacutesA la mayoriacutea el impetuoso Ares les ha doblado las rodillasy el uacutenico que me quedaba y protegiacutea la ciudad y a sus habitanteshace poco lo has matado cuando luchaba en defensa de la patria Heacutector Por eacutel he venido ahora a las naves de los aqueospara rescatarlo de tu poder y te traigo inmensos rescatesRespeta a los dioses Aquiles y ten compasioacuten de miacute

8 laquoAsi habloacute y nada respondioacute Zeus que las nubes acumula | y permanecioacute un rato sentado en silencio Tetis una vez asida | a sus rodillas seguiacutea asiacute agarrada y preguntoacute por segunda vez | laquoDe verdad promeacutetemelo y asiente a ello | o denieacutegalo ya que no cabe el temor en ti asiacute sabreacute bien | hasta queacute punto soy la divinidad maacutes vilipendiada entre todasraquo (Iliacuteada Canto I 511-516)

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por la memoria de tu padre Yo soy auacuten maacutes digno de piedady he osado hacer lo que ninguacuten terrestre mortal hasta ahora acercar a mi boca la mano del asesino de mi hijoraquoAsiacute habloacute y le infundioacute el deseo de llorar por su padreLe tocoacute la mano y retiroacute con suavidad al ancianoEl recuerdo haciacutea llorar a ambos el uno al homicida Heacutectorlloraba sin pausa postrado ante los pies de Aquiles y Aquiles lloraba por su propio padre y a veces tambieacutenpor Patroclo y los gemidos se elevaban en la estanciaEn cuanto el divino Aquiles estuvo ya satisfecho de llantoy este deseo se alejoacute de sus entrantildeas y de sus miembrosse levantoacute de su asiento y ayudoacute al anciano a incorporarse apiadado de su canosa cabeza y de su canoso mentoacuten(Canto XXIV 485-516)

Priacuteamo empieza su discurso aludiendo a la vejez y evocando a Peleo Emocionado Aquiles toca la mano de su suplicante y le aparta con suavidad Este sutil movimiento del heacuteroe hasta entonces geacutelido e inamovible denota un cambio en la escena una transicioacuten de la suacuteplica al duelo compartido El joven guerrero y el anciano rey arrodillado a los pies del asesino de sus hijos conectados corporalmente y separados en sus recuerdos lloran cada uno a los suyos con mucha intensidad y fuerza Su presencia se apodera del lugar en que estaacuten de manera que en el interior de la tienda de Aquiles sus gemidos adquieren una espesura casi material que envuelve a los dos y ocupa el espacio alrededor de ellos Priacuteamo y Aquiles se encuentran unidos dentro del dolor

En esta secuencia el poema nos recuerda tambieacuten que el deseo del llanto se ubica en el cuerpo tanto en el diafragma como en los miembros y a traveacutes de ellos se expresa directamente La satisfaccioacuten de este deseo por Aquiles marca otro cambio en la narracioacuten eacutel se levanta mientras ayuda a Priacuteamo a levantarse del suelo concluyendo asiacute la escena del llanto Soacutelo cuando los dos esteacuten de pie Aquiles responde a Priacuteamo le ofrece asiento y le intenta tranquilizar y apaciguar el dolor

laquoNada se consigue con el geacutelido llanto que hiela el corazoacuten | Pues lo que los dioses han hilado para los miacuteseros mortales | es vivir entre congojas mientras ellos estaacuten exentos de cuitasraquo9 son las palabras que le dirige alu-

9 Iliacuteada Canto XXIV 524-526 En las palabras de Aquiles resuenan las palabras que Zeus dirigioacute a los caballos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

diendo a los dioses al poderoso hado y al destino de los hombres Respecto a esta escena Rachel Bespaloff escribe laquoTodos los hombres viven en el dolor la verdadera igualdad no tiene otro fundamento Homero ha querido que fuera precisamente el vencedor quien se lo recordara al vencido Para salvar el honor del suplicante pero tambieacuten para descargarse de una penosa res-ponsabilidad Aquiles se oculta tras la fatalidad Priacuteamo recibe en silencio la leccioacuten del asesino de sus hijos [] Circundado por una fatalidad peacutetrea solo le queda convertirse en piedra como Niacuteoberaquo10

Priacuteamo insiste en recuperar a su hijo ofrecer los regalos a Aquiles y concluir su misioacuten Despueacutes de un breve momento de tensioacuten Aquiles se ocupa per-sonalmente de la preparacioacuten y devolucioacuten del cuerpo de Heacutector sale de la tienda con sus fi eles compantildeeros y ofrece asiento al heraldo acompantildeante de Priacuteamo Se muestra especialmente cuidadoso y respetuoso con el cadaacute-ver el mismo cadaacutever que ultrajoacute muacuteltiples veces De los rescates de Priacuteamo deja algunos mantos en el carro para envolver en ellos el cuerpo de Heacutector y ordena a las criadas a bantildearlo limpiarlo ungirlo y vestirlo restituyendo su aspecto bello y noble Eacutel mismo levanta en sus brazos el cadaacutever y ayuda a depositarlo en el carro

laquo[] Mas ea tambieacuten nosotros dos divino anciano cuideacutemonosde la comida Luego podraacutes volver a llorar a tu hijoal entrar en Ilio iexclY seguro que muchas laacutegrimas te causaraacuteraquoDijo y se levantoacute el ligero Aquiles y una caacutendida ovejadegolloacute Sus compantildeeros la desollaron y alintildearon con cuidadoLa trincharon sabiamente y la ensartaron con brochetasla asaron cuidadosamente y retiraron todo del fuegoAutomedonte cogioacute el pan y lo distribuyoacute por la mesaen bellas canastillas y Aquiles repartioacute las tajadas de carneTendieron las manos a los manjares preparados que habiacutea delanteY despueacutes de saciar el apetito de bebida y de comidael Dardaacutenida Priacuteamo se quedoacute mirando a Aquiles admiradode lo alto y bello que era al verlo se pareciacutea a los diosesY tambieacuten Aquiles admiraba al Dardaacutenida Priacuteamoal contemplar su noble aspecto y al oir sus palabrasDespueacutes de recrearse ambos miraacutendose el uno al otrodiacutejole el primero el anciano el deiforme Priacuteamo

inmortales de Aquiles despueacutes de la muerte de Patroclo laquoPues nada hay sin duda maacutes miacutesero que el hombre | de todo cuanto camina y respira sobre la tierraraquo (Iliacuteada canto XVII 446-447)10 De la Iliacuteada p 59

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laquoProcuacuterame ahora un lecho cuanto antes criatura de Zeus para acostarnos ya y disfrutar bajo el velo del dulce suentildeoPues todaviacutea no se me han cerrado los ojos bajo los paacuterpadosdesde que mi hijo perdioacute la vida a manos tuyasDesde entonces no he parado de gemir y rumiar duelos sin cuentomientras me revuelco en estieeacutecol dentro del cercado del patio Ahora por primera vez he probado el pan y el rutilante vinoha descendido por mi garganta Hasta ahora nada habiacutea catadoraquo(Canto XXIV 618-642)

Habiendo terminado con estos cuidados Aquiles trata a Priacuteamo como co-rresponde a un hueacutesped invitaacutendole a un banquete que eacutel mismo y sus compantildeeros se encargan de preparar Sentados todaviacutea en la mesa con el apetite saciado se observan mutuamente Apesar de ser enemigos estaacuten atrapados en la misma fuerza devastadora de la guerra aquella que les ha hecho perder todo lo que era importante De cerca desde una distancia que no experimentaraacuten otra vez cada uno admira la belleza y la nobleza de los rasgos del otro asombrado En esta escena la Iliacuteada nos plantea de manera clara y sencilla el reconocimiento del enemigo en su plenitud como otro como diferente como igual un reconocimiento tal quizaacutes solo sea posible en la destruccioacuten absoluta

Durante este uacuteltimo encuentro de la Iliacuteada el tiempo se dilata haciendo es-pacio para muchos e importantes acontecimientos dentro de un breve marco temporal Priacuteamo llegoacute a la tienda de Aquiles al fi nal del diacutea despueacutes de la cena entretanto compartieron el llanto y se ocuparon con delicadeza del cuerpo de Heacutector se degolloacute y asoacute una oveja entera y ellos la comieron y bebieron abundante vino Una vez que la voluntad de los dioses acerca del cuerpo de Heacutector ha sido cumplida ellos comparten unos momentos de contemplacioacuten paciacutefi ca Finalmente el ritmo narrativo se acelera de nuevo describiendo con brevedad justo al fi nal de la epopeya los lamentos sobre el cuerpo de Heacutector y sus funerales

En sus uacuteltimos versos la Iliacuteada propone un fi nal alternativo de la guerra de Troya Sin que la disputa inicial haya sido resuelta en el silencio de la tregua y los funerales consecutivos la guerra es la uacutenica gloriosa superviviente

HelenaYorgos Seferis 1953

Teucro A la tierra de Chipre en medio del mar dondeApolo dispuso mi nuevo hogar la llamareacute

Salamina en memoria de mi isla de mi patriaperdida

Helena Jamaacutes estuve en Troya fue un simulacroEl mensajero iquestQueacute dices

iquestEntonces hemos sufrido por una nube(Euriacutepides Helena)

laquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoTiacutemido ruisentildeor escondido en la respiracioacuten de las hojastuacute que regalas la frescura musical del bosquea los cuerpos separados y a las almasde aquellos que saben que no regresaraacutenCiega voz que tanteas en la memoria nocturnapasos y gestos no me atreveriacutea a decir besosy la amarga agitacioacuten de la furiosa cautivalaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoiquestQueacute es Platres iquestQuieacuten conoce esta islaHe pasado mi vida oyendo nombres desconocidosnuevos lugares nuevas locuras de los hombreso de los dioses mi destino que oscila

entre el uacuteltimo golpe de la espada de un Ayaxy una nueva Salamina me trajo aquiacute a esta playaLa luna surgioacute del mar como Afroditaocultoacute las estrellas de Sagitario va ahora a encontrarel corazoacuten de Escorpio y todo lo cambiaiquestDoacutende estaacute la verdadYo tambieacuten fui arquero en la guerrami destino el de un hombre que no dio en el blancoRuisentildeor juglaren una noche como eacutesta en la playa de Proteote escucharon las esclavas espartanas y prorrumpieron en lamentosy entre ellas mdashquieacuten diriacuteamdash iexclHelenaAquella que perseguimos durante antildeos junto al EscamandroEstaba alliacute al borde del desierto la toqueacute me habloacutelaquoNo es verdad no es verdadraquo gritabalaquoNo entreacute en la nave de proa azulNunca piseacute la valiente TroyaraquoCon el coacutencavo corpintildeo el sol en los cabellos y aquel tallesombras y sonrisas por todas partesen los hombros en los muslos en las rodillasfresca la piel y los ojosde largas pestantildeasestaba alliacute a orillas de un DeltaiquestY en TroyaEn Troya nada mdashun simulacroAsiacute lo quisieron los diosesY Paris se acostaba con una sombra como si fuera un cuerpo soacutelidoy nosotros matamos durante diez antildeos por Helena

Un gran dolor habiacutea caiacutedo sobre GreciaTantos cuerpos arrojadosa las fauces del mar a las fauces de la tierratantas almas entregadas como trigo a la piedra de los molinosY los riacuteos se henchiacutean de sangre y de lodopor una onda de lino por una nubepor el aleteo de una mariposa por un plumoacuten de cisnepor una tuacutenica vaciacutea por una HelenaiquestY mi hermanoRuisentildeor ruisentildeor ruisentildeoriquestQueacute es un dios iquestqueacute no es un dios iquestY queacute entre los doslaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoAve llorosa en Chipre la besada por el mardonde fue dispuesto que me acordara de la patriaancleacute soacutelo con esta faacutebulasi en verdad esto es faacutebulasi en verdad los hombres no volveraacuten a morderel viejo cebo de los diosessi en verdad otro Teucro despueacutes de antildeoso alguacuten Ayax o Priacuteamo o Heacutecubao alguacuten desconocido alguien anoacutenimo que sin embargovio un Escamandro rebosante de cadaacuteveresno tiene en su destino oiacuteral mensajero que viene a decirque tanto dolor tanta vidafueron al abismopor una tuacutenica vaciacutea por una Helena

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En la Iliacuteada el espacio se manifi esta por medio de las acciones que trans-curren en eacutel en un determinado momento Las descripciones espaciales aparecen en la medida en que acompantildean los acontecimientos narrados cumpliendo con la funcioacuten de proporcionar un lugar concreto y especiacutefi co para cada episodio Cada espacio representado cada paisaje evocado cada ciudad mencionada en el poema atiende a una necesidad de la historia rela-tada el espacio se abre y se conoce progresivamente Los lectores avanzamos en eacutel movieacutendonos en regiones que engloban a los personajes involucrados sus intenciones sus recuerdos sus discursos y sus acciones en un momento dado Por consiguiente el mundo se percibe se conoce se comprende y se representa por induccioacuten dirigieacutendose desde las partes hacia el todo

La cultura oral en cuyo marco surge la Iliacuteada como expresioacuten artiacutestica estaacute muy vinculada a la realidad corpoacuterea y material de los hechos las viven-cias experimentadas personalmente o transmitidas indirectamente por otras personas la experiencia es la uacutenica fuente de conocimiento El propio pen-samiento arcaico contemporaacuteneo a Homero y posterior a eacutel se basa en la intuicioacuten se entrega a la magia y la poesiacutea mientras mantiene cierta ingenui-dad e inocencia que ante nuestros ojos llega a parecer casi infantil a veces Asimismo el pensamiento de los nintildeos y sus relatos reales o imaginarios tambieacuten conservan un anclaje fuerte y reconocible al cuerpo a la accioacuten y la palabra precisa a la experiencia concreta antes de inscribirse en un ambien-te maacutes amplio o en un marco maacutes abstracto

ESPIRAL UNA REFLEXIOacuteN

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Este trabajo se ha motivado en gran parte por el deseo de comprender la manera como todos nosotros en nuestro diacutea a diacutea entre nuestras acciones cotidianas vivimos entendemos registramos y representamos el espacio que nos rodea relacionaacutendonos con nuestro entorno desde el momento que nacemos hasta el momento de la muerte o todaviacutea despueacutes de eacutesta perma-neciendo siempre en la tierra En el campo de la arquitectura esta compren-sioacuten se considera fundamental para poder avanzar tanto a nivel de teoriacutea como a nivel de intervencioacuten

En la Iliacuteada se ha reconocido una especie de espejo poeacutetico y bello dentro del cual se puede reencontrar con las explicaciones fi losoacutefi cas una fuente de investigacioacuten muy bonita y a la vez muy rica sobre el espacio y sobre el cuerpo Se ha buscado de leer este poema con respeto y sin atravesarlo vio-lentamente pero manteniendo siempre la intencioacuten de mirar a traveacutes de eacutel hacia nosotros mismos nuestros cuerpos y nuestro(s) espacio(s) Muchas de las cuestiones que se han apenas abierto en este trabajo y otras que han ido surgiendo durante el proceso de su elaboracioacuten se pueden seguir tratando en investigaciones futuras

La lectura paralela que se aspiraba proponer entre lo que nos cuenta la Iliacuteada (es decir la manera como lo cuenta) y algunas explicaciones fi losoacutefi -cas sobre todo por parte de la fenomenologiacutea con la intencioacuten de echar luz sobre nuestra relacioacuten con el cuerpo y a traveacutes de eacutel nuestra relacioacuten con el mundo y con los otros ha quedado pendiente Algunas de las preguntas iniciales no han encontrado respuesta algunas se han tenido que reformular otras han suscitado pequentildeos refl ejos o intuiciones mientras se han encon-trado especies de respuestas a preguntas no formuladas y nuevas preguntas han surgido Este trabajo se ha movido en forma de espiral abrieacutendose y cerraacutendose constantemente Ahora es el momento de parar su movimiento y observarlo hasta que comience a moverse de nuevo

Tratar al poema como si fuese respiracioacuten movimiento corporeidad pura Extender el poema en el espacio Espacio emergente a partir de un

movimiento Estructura del poema El poema como estructura en devenir Acontecimiento El poema es un cuerpo que busca su forma un cuerpo

que quiere construirse estructurarse a siacute mismo La lectura del poema es el desdoblamiento inverso de este movimiento estructural Dibujar el poema

Bailar el poema No se trata de contenidos ni de signifi cados sino del poema en siacute del poema como acontecimiento que signifi ca por siacute mismo El poema en su totalidad es un gesto un acto un intento de abarcar y recoger

el mundo la experiencia la vida Analizar este gesto Acotarlo medirlo trazarlo Cartografi arlo Coreografi arlo

El poema como organismo El poema como personaje

Domar el poema El poema este pequentildeo animal salvaje se tiene que domesticar Antes de poder entenderlo necesito domarlo encontrarme

con eacutel interactuar con eacutel acariciarlo ser su amiga dejarlo invadir mi vida Poema quiero conocerte

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Canto I Tierra y Cielo

Un episodio del pasado Crises quiere rescatar a su hija Agamenoacuten lo disres-peta La furia de Apolo En el campamento aqueo aquiacute y ahora Agamenoacuten empieza la reunioacuten Aquiles y Agamenoacuten Un enfrentamiento difiacutecil una disputa casi violenta En medio una mujer la autoridad el poder la riqueza y la fuerza Amenazas Atenea enviada por Hera se presenta a Aquiles y soacutelo a eacutel Se evita la pelea sangrienta Atenea se va En la reunioacuten de nuevo Aquiles y Agamenoacuten sentados lejos El sabio Neacutestor entre ellos toma la palabra Segundo ciclo de amenazas Los dos se separan defi nitivamente La entrega de Briseida a Agamenoacuten y Aquiles pensando en la orilla del mar Soledad y tristeza Tetis y Aquiles Tensioacuten Carintildeo Pausa Ulises y la devo-lucioacuten de Criseida a su padre Sacrifi cio y banquete Doce diacuteas Tetis y Zeus Hera Reunioacuten de dioses Hera y Zeus Hefesto Banquete divino y muacutesica La noche en el Olimpo

Canto II Un engantildeo necesario

Zeus Ensuentildeo y el suentildeo de Agamenoacuten El futuro que no seraacute Consejo de ancianos y asamblea de aqueos La trampa y su aprobacioacuten por Neacutestor El discurso de Agamenoacuten y la propuesta de retroceso El deseo de volver Hera y Atenea la conspiracioacuten divina Atenea aparece a Ulises animaacutendole y Ulises se activa Cara a cara los guerreros se convencen uno despueacutes de otro Ulises y Tersites Tersites y Agamenoacuten La intervencioacuten de Ulises apo-yado por Atenea Salto al pasado la previsioacuten de Calcante nueve antildeos de guerra dura y victoria en el deacutecimo Sacrifi cios a Zeus la plegaria no cum-plida el banquete y el inicio del atentado Atenea animando a los aqueos Invocacioacuten del poeta a las Musas y el cataacutelogo de naves territorios pueblos y jefes que participan Aquiles jefe de los mirmidones y sus cincuenta naves paradas La marcha de las tropas Iris con la voz de Polites lleva la noticia a Troya Iris y Heacutector jefe de los troyanos Mencioacuten de los aliados

Canto III Por Helena

Troyanos y aqueos en el campo de batalla Menelao y Paris El retroceso Heacutector y Paris Las insultas entre hermanos Una propuesta de acuerdo Por Helena un enfrentamiento en duelo entre Paris y Menelao Entre aqueos y troyanos la paz Sacrifi cios y juramentos Dos corderos y otro maacutes Priacuteamo Iris lleva la noticia a Helena mientras ella teje los sufrimientos que causoacute

APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

en troyanos y aqueos Entre laacutegrimas Helena se dirige a las puertas Esceas Los ancianos y el impacto de Helena Priacuteamo y Helena Reconocimiento de los guerreros aqueos Agamenoacuten Ulises Menelao Anteacutenor entre Helena y Priacuteamo Ayante Idomeneo El heraldo Ideo Priacuteamo entre troyanos y aqueos convalida los juramentos de Agamenoacuten Priacuteamo de vuelta a Troya Heacutector y Ulises acotan el campo Paris y Menelao El duelo y la intervencioacuten de Afrodita Afrodita y Helena Helena y Paris

Canto IV Del Olimpo a Troya

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Zeus y Hera Discusioacuten La mirada dirigida a Troya y Atenea enviada a Troya para incitar la continuacioacuten de la guerra El impacto Atenea y Pandaro Pandaro y Menelao Atenea y Menelao Menelao y Agamenoacuten el amor entre hermanos el terror y la recuperacioacuten del aacutenimo El tratamiento de la herida La narracioacuten en movimiento Agamenoacuten a pie se mueve entre los aqueos Encuentros varios Ayantes Neacutestor y la estra-tegia Ulises Diomedes y la responsabilidad de Agamenoacuten El avanzar de las tropas Silencio y velocidad para los daacutenaos bullicio y diversas lenguas para los troyanos Construccioacuten del paisaje sonoro de la guerra El enfrenta-miento Acercarse unirse antes de matarse Batalla sobre el cuerpo muerto La victoria de los aqueos y Apolo animando a los troyanos aludiendo a la ausencia de Aquiles El fi nal de la batalla los enemigos todos derrotados indistintamente

Canto V Coreografiacutea de una batalla

Atenea a Diomedes iquestPor queacute Diomedes Ceder la fuerza dotar de valentiacutea Diomedes Figeo Ideo Acercarse para matarse Atenea y Aris abandonan el campo de batalla Primero Agamenoacuten mata a Odio a continuacioacuten se pre-senta una secuencia de duelos mortiacuteferos De vuelta con Diomedes Pandaro y la herida de Diomedes Diomedes reza invocando a Atenea la proteccioacuten divina Rivalidad entre dioses y manipulacioacuten Eneas y Pandaro Refl exioacuten y estrategia Esteacutenelo y Diomedes La otra estrategia Pandaro y Diomedes Diomedes y Eneas Afrodita Diomedes y Afrodita Apolo Iris Olimpo El sufrimiento de los dioses Apolo y Eneas Apolo y Ares Ares apoyando a los troyanos aprovechando la ausencia de Atenea Menelao Heacutector y su impacto a Diomedes Tlepoacutelemo Ulises Heacutector y Ares Hera y Atenea la preparacioacuten de las diosas y el permiso de Zeus Atenea planea vengarse de Ares a traveacutes de Diomedes La vuelta del herido Ares al Olimpo y la restau-

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

racioacuten de un orden

Canto VI Fuera de la guerra Dentro de la guerra

De vuelta a la batalla Duelos sucesivos el triunfo de los aqueos Menelao y Adrasto Agamenoacuten De la suacuteplica y la piedad a la frialdad y crueldad del combate Elaboracioacuten de estrategias Neacutestor para los aqueos Heleno para los troyanos El miedo a Diomedes Diomedes y Glauco laquoComo el linaje de las hojas tal es tambieacuten el de los hombresraquo Compromiso de no matarse e intercambio de armas Heacutector se dirige a Troya En el palacio de Priacuteamo Heacutector y Heacutecuba Heacutector y Paris Helena y Heacutector Heacutector y Androacutemaca en la muralla de Troya Los valores ciacutevicos la familia y la obligacioacuten moral del guerrero iquestProteger la familia o defender la ciudad Escamandro La risa La desesperacioacuten La despedida Androacutemaca desconsolada Heacutector y Paris Reconciliacioacuten fraterna y entrada en el campo de batalla

Canto VII Coser la simetriacutea

Heacutector y Paris de vuelta a la batalla Atenea y Apolo El acuerdo de parar el combate una paz provisoria iquestCoacutemo llegar a la paz Heacutector desafiacuteo duelo Heleno Heleno y la voluntad de los dioses Heleno y Heacutector Heacutector entre las tropas Agamenoacuten parando las tropas Guerreros sentados inmovili-dad Dioses Heacutector el desafiacuteo y los teacuterminos Miedo y silencio Menelao Agamenoacuten y Menelao Neacutestor evocacioacuten de un pasado heroico Nueve guerreros animados El sorteo Preescritura Voluntad y resultado Ayante Ayante y Heacutector Evolucioacuten de un duelo Acercamiento aumento del contac-to Ideo y Taltibio Obedecer a la noche Tregua Aqueos Troyanos Enterrar los muertos Construir muralla Los dioses observadores Banquete y ban-quete Zeus Descansar recibir el regalo del suentildeo

Canto VIII Del amanecer al amanecer

Amanecer en Troya amanecer en el mundo Continuacioacuten de la batalla y re-unioacuten de dioses de nuevo Zeus preside de la reunioacuten e impone su voluntad por medio de su poder La batalla debe transcurrir sin intervencioacuten divina Despertar desayuno y preparacioacuten Armas lanzas y respiraciones coinciden en un mismo sitio El recorrido del Sol y la evolucioacuten de la batalla la balanza de Zeus y su rayo dirigido hacia los aqueos Heacutector y Diomedes enfrenta-miento y estrategias de ataque La derrota de los aqueos Hera y el inten-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

to (en vano) de ayudar a los daacutenaos La derrota continuacutea Segundo intento de ayuda Hera y Atenea la intervencioacuten de Zeus y el retiro de las diosas Previsioacuten de la muerte de Patroclo y de la vuelta de Aquiles al terreno del combate Puesta de sol estrategias de ataque fuegos troyanos y sacrifi cios ricos A la espera de la Aurora

Canto IX Nada importa tanto cuanto mi vida

Agamenoacuten Reunioacuten de aqueos en paacutenico Decepcioacuten por el engantildeo de Zeus y propuesta de volver a la tierra patria Diomedes y Agamenoacuten Discusioacuten Intervencioacuten de Neacutestor discurso inclusivo Necesidad de unioacuten en situacioacuten de peligro Banquete en la tienda de Agamenoacuten Estrategias para conseguir la vuelta de Aquiles al combate Agamenoacuten y los regalos prometidos Neacutestor y la embajada Feacutenix Ayante y Ulises Odio y Euriacutebates Sacrifi cios La lle-gada de la embajada Aquiles tocando muacutesica y cantando acompantildeado por Patroclo presencia en silencio Bienvenidas y palabras amistosas Vino y carne asada El discurso de Ulises y las ofertas a Aquiles a cambio de su participacioacuten en la guerra bienes materiales riqueza siete mujeres-premio Briseacuteida de vuelta veinte mujeres troyanas una hija de Agamenoacuten como esposa Negativa rotunda laquoPara mi nada hay que equivalga a la vidaraquo Largo discurso de Feacutenix Ayante Aquiles la ira irrevocable La vuelta de la embajada Agamenoacuten Desconcierto Diomedes A la espera de la Aurora para retomar la accioacuten

Canto X Espionaje mutuo

Noche avanzada En el campamento aqueo el insomnio de Agamenoacuten Agamenoacuten y Menelao preocupacioacuten y necesidad de reunioacuten Ayante Idomeneo Neacutestor Agamenoacuten y Neacutestor La esperanza reside en la reincor-poracioacuten de Aquiles Diomedes Ayante el hijo de Fileo Guerreros desper-taacutendose vistieacutendose y armaacutendose Meriacuteones y el hijo de Neacutestor Reunioacuten Diomedes y su elegido Ulises el espionaje Entre las liacuteneas de los troyanos Doloacuten se elige para espiar a los aqueos a cambio de regalos Diomedes y Ulises Doloacuten La trampa Plegaria a Atenea Diomedes y Ulises penetrando en el campamento troyano Reso Masacre Los caballos preciosos Atenea y Apolo Paacutenico entre los troyanos Ulises Diomedes y los caballos de vuelta a las naves aqueas Alivio y felicidad Bantildeo en el mar vino comida y sacri-fi cios a Atenea

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XI El comienzo de su desgracia

Aurora Zeus Eris el deseo de la guerra a las naves aqueas El armamento de Agamenoacuten Liacuteneas enemigas La lluvia de sangre de Zeus Muertes suce-sivas Eris sola entre los dioses el placer del combate Agamenoacuten rabioso destrozando a los troyanos Huida hacia las puertas Esceas Iris la mensajera de Zeus comunica a Heacutector la estrategia divina Agamenoacuten e Ifi damante Cooacuten y Agamenoacuten La herida sangre caliente la aparicioacuten del dolor en el cuerpo Retroceso Heacutector el ataque Diomedes y Ulises Apolo y la salva-cioacuten de Heacutector Alejandro y Diomedes Ulises solo en el campo de batalla matar o ser muerto Soco y Ulises Atenea La herida de Ulises y la muerte de Soco Los troyanos alrededor de Ulises los gritos del heacuteroe Menelao y Ayante Alejandro y Macaoacuten Zeus El retroceso de Ayante Neacutestor y Macaoacuten Aquiles Patroclo En la tienda de Neacutestor el discurso del anciano y el consejo terrible a Patroclo De vuelta a la tienda de Aquiles Patroclo y Euriacutepilo

Canto XII Construcciones efiacutemeras

Continuacioacuten de la batalla Escenario el muro y la fosa de los aqueos alre-dedor de las naves La futura destruccioacuten del escenario por Posidoacuten y Apolo Los argivas dentro paacutenico y desesperacioacuten Fuera Polidamante y Heacutector Organizacioacuten y reagrupacioacuten de los troyanos en cinco bloques Ataque a pie Asio Hirtaacutecida Polipetes y Leonteo en las puertas a la defensa El aguumlero de Zeus un aacuteguila y una serpiente Polidamante y Heacutector laquoEl mejor aguumlero y el uacutenico es luchar en defensa de la patriaraquo Intento de destruccioacuten de la mu-ralla Ayantes resistencia y aacutenimos a los aqueos Lanzamiento de piedras Sarpedoacuten a Glauco la muerte destino comuacuten Menesteo Tootes Ayantes Teucro Ayante y Epicles Teucro y Glauco Sarpedoacuten La muralla como arma la muralla como medio La sangre sobre torres y almenas sangre de todos El impulso de Zeus a Heacutector el grito la piedra la puerta rota Heacutector y los troyanos dentro de la muralla

Canto XIII Invasioacuten

La mirada de Zeus desviada hacia otros pueblos y el territorio atravesado por Posidoacuten que se dirige a Troya para animar a los daacutenaos El dios disfra-zado de Calcante aparece a los Ayantes y enseguida a los demaacutes valientes guerreros Batallones soacutelidos laquobroquel en broquel casco en casco hombre en hombreraquo El avanzar de los troyanos Enfrentamiento violento muer-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tes sangrientas Decapitacioacuten de Imbrio la cabeza en el suelo objeto inaacute-nime Idomeneo y Meriacuteones Valentiacutea Zeus y Posidoacuten Duelos sucesivos Alrededor de Alcaacutetoo Alrededor de Ascaacutelafo Deiacutefobo herido por Meriacuteones y retirado del combate por Polites Heacuteleno y Deiacutepiro el yelmo errante sobre la tierra Menelao y Pisandro Las zonas de la batalla en las naves Heacutector Polidamante y Heacutector Heacutector y Paris Continuacioacuten del enfrentamiento y gritos heroicos

Canto XIV El engantildeo de Zeus

La batalla en las naves continuacutea y los aqueos estaacuten desesperados Neacutestor y Agamenoacuten Ulises y Agamenoacuten Diomedes Agamenoacuten Ulises y Neacutestor Posidoacuten a Agamenoacuten Hera Seduccioacuten de Zeus Hera acicalaacutendose en el pa-lacio encerrada en su habitacioacuten Hera y Afrodita los hechizos del amor y del deseo Territorio y movimiento divino atravesar la tierra como si fuese un mapa Suentildeo Adormecer a Zeus y Pasiacutetea Hera y Suentildeo hacia Ida Hera y Zeus El deseo de hacer el amor el tapiz de blanda yerba y la nube aacuteurea Suentildeo y Posidoacuten el apoyo a los daacutenaos Continuacioacuten de la batalla Heacutector y Ayante Telamonio Heacutector tendido en el polvo Los aliados alrededor del herido Heacutector se aleja del campo de batalla Duelos muertes sucesivas y hazantildeas heroicas

Canto XV Mientras tanto junto a las naves

Heacutector herido inconsciente Zeus enojado con Hera engantildeo y reconciliacioacuten Hera en el Olimpo El plan de Zeus para la guerra honrar a Aquiles Patroclo en el combate Heacutector y Patroclo la venganza de Aquiles posible conquis-ta de Ilion Reacciones de los dioses oliacutempicos Iris y Posidoacuten el enojo del dios y su retiro Apolo animando a Heacutector Continuacioacuten de la batalla en las naves la difiacutecil resistencia de los aqueos La plegaria de Neacutestor a Zeus Patroclo en la tienda de Euriacutepilo distraccioacuten y cuidados meacutedicos Patroclo se dirige a Aquiles Ayante y Caleacutetor Heacutector y Ayante Licofroacuten Teucro Batalla cuerpo a cuerpo Heacutector la voluntad de Zeus consejos a sus gue-rreros Ayante aacutenimos a los suyos Zeus el furor de Heacutector la huida de los daacutenaos Neacutestor Atenea Ayante Aacutespera batalla sangre y heridas Heacutector la popa de una nave el fuego Ayante la defensa de las naves laquola solucioacuten estaacute en las manosraquo

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XVI La muerte de Patroclo

Patroclo en la tienda de Aquiles negras laacutegrimas Aquiles y Patroclo Aquiles se desprende gradualmente de su coacutelera y aconseja a Patroclo El deseo de salvarse ellos dos solos de la guerra Ayante el plan de Zeus y el inicio del fuego Patroclo la armadura de Aquiles la preparacioacuten de la tropa por Aquiles Patroclo y Automedonte delante Aquiles la tienda la copa y el sa-crifi cio a Zeus La entrada de los mirmidones en la lucha la recuperacioacuten del aacutenimo Patroclo expulsa a los troyanos de las naves y hace que se apague el fuego Contraataque y los troyanos cediendo espacio Duelos consecutivos y muertes sangrientas Ayante y Heacutector la huida de los troyanos Los caballos cruzando la fosa Las hazantildeas de Patroclo Sarpedoacuten El dilema de Zeus Hera Patroclo y Sarpedoacuten Sarpedoacuten a Glauco Alrededor de Sarpedoacuten Heacutector y los troyanos Patroclo y los aqueos La noche de Zeus Heacutector y Epigeo Patroclo y Estenelao Retrcoceso de los troyanos Zeus Apolo el cuerpo de Sarpedoacuten Patroclo y Apolo en la muralla Apolo y Heacutector Patroclo Cebriacuteones Alrededor de Cebriacuteones Apolo despoja a Patroclo de su armadura Euforbo le clava la pica por detraacutes Heacutector y Patroclo La huida de los caballos inmortales

Canto XVII Alrededor del cuerpo muerto

Patroclo inaacutenime Menelao se acerca al verlo tumbado en el polvo Menelao y Euforbo Apolo Heacutector Menelao la ayuda de Ayante Heacutector retroce-diendo con la armadura de Patroclo Glauco y Heacutector Heacutector cambia de armas y vuelve a la batalla con las armas de Aquiles Zeus Ares Heacutector Ayante y Menelao El grito de la guerra Ayante Oileo Idomeneo Meriacuteones Batalla Ayante luchar de cerca alrededor del cuerpo Duro esfuerzo al-rededor del cuerpo contradiccioacuten con el resto del campo Los caballos inmortales inmoacuteviles apartados la cabeza en el suelo laacutegrimas Zeus los ca-ballos Automedonte Alcimedonte Heacutector y Eneas Automedonte y Areto Alrededor de Patroclo de nuevo Atenea enviada por Zeus cambio de ba-lanza Zeus tomando la fi gura de Feacutenix aparece a Menelao Atenea Apolo a Heacutector La victoria a los troyanos Menelao y Ayante Menelao a Antiacuteloco la terrible noticia Laacutegrimas Antiacuteloco hacia Aquiles Menelao Ayantes Meriacuteones iquestCoacutemo salvar al cuerpo de Patroclo Transportacioacuten del cadaacutever y continuacioacuten del combate

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XVIII Aquiles y el escudo

Antiacuteloco y Aquiles Duelo y lamentos Tetis Las armas de Hefesto Iris y Aquiles Hera Aquiles tres alaridos desde la fosa Retroceso de los troyanos la llegada del cuerpo de Patroclo a las naves La noche generada por Hera Heacutector y asamblea de troyanos El llanto por Patroclo Aquiles Venganza Lavar las heridas del cuerpo Tetis y Hefesto Las desgracias de Tetis afl ic-cioacuten La necesidad de una armadura para Aquiles El escudo Cinco laacuteminas La tierra el cielo el mar el sol la luna los astros Dos ciudades Escenas de guerra y paz naturaleza animales hombres El mundo en el escudo La coraza el casco las grebas Tetis desciende del Olimpo con las armas

Canto XIX Reconciliarse antes de armarse

Aurora El lamento de Aquiles abrazado al cuerpo de Patroclo Tetis y Aquiles la armadura nueva proteccioacuten del cadaacutever consejos Diomedes Ulises y Agamenoacuten estaacuten presentes en la asamblea de los aqueos convocada por Aquiles Aquiles la renuncia de la coacutelera Agamenoacuten la culpa es de los dioses Zeus y la Ofuscacioacuten alusioacuten al mito Reconciliacioacuten Debate entre Aquiles Agamenoacuten y Ulises la furia el combate los regalos prometidos el hambre la fuerza el duelo por los muertos Agamenoacuten sacrifi cando un jabaliacute jura no haberse acostado con Briseida En la tienda de Aquiles el la-mento de Briseida sobre el cuerpo de Patroclo La negacioacuten de Aquiles a comer duelo en compantildeiacutea de Agamenoacuten Menelao Ulises Neacutestor Idomeneo y Feacutenix Atenea motivada por Zeus da neacutectar y ambrosiacutea a Aquiles Los aqueos armaacutendose espesura Automedonte Aacutelcimo los caballos de Peleo Antes de entrar en la batalla Janto preveacute a Aquiles su muerte por un dios y un hombre

Canto XX Manos llenas de sangre

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Posidoacuten y Zeus Zeus laquorecreando la muerte en el espectaculoraquo y separacioacuten de los dioses en dos bandos Hera Atenea Posidoacuten Hermes y Hefesto con los aqueos Ares Apolo Aacutertemis Leto el riacuteo Janto y Afrodita con los troyanos Los aullidos de Atenea y Ares Duelos de dioses Apolo a Eneas Hera Posidoacuten y Atenea observan desde fuera preparados para protejer a Aquiles Eneas y Aquiles disputa verbal y duelo La estructura del escudo de Aquiles Posidoacuten salva a Eneas Aquiles anima a los aqueos Heacutector a los troyanos Apolo advierte a Heacutector Aquiles elimina

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

a Ifi tioacuten Demoleonte Hipodamante y Polidoro hermano de Heacutector Heacutector y Aquiles primer enfrentamiento resuelto por Apolo y Atenea Las viacutecti-mas de Aquiles Driacuteope Demuco Laoacutegono y Daacuterdano Tros Mulio Equeclo Deucalioacuten Rigmo Areiacutetoo

Canto XXI Perseguido por los dioses

Al lado del riacuteo Escamandro Aquiles divide a los troyanos en dos unos atra-pados en la corriente otros detenidos por Hera en la llanura Sin caballos y despojaacutendose de su lanza Aquiles empieza a matar dentro del riacuteo con su daga Doce muchachos capturados vivos por Patroclo Aquiles y Licaoacuten una suacuteplica en vano La muerte de Patroclo el cambio en Aquiles Asteropeo y Aquiles Linajes y ultraje del cadaacutever En la orilla Aquiles contra los peo-nios Personifi cacioacuten del riacuteo el cauce lleno de cadaacuteveres Aquiles ignora la advertencia de Escamandro y empieza la persecucioacuten Aquiles supli-ca a Zeus Posidoacuten y Atenea le garantizan la gloria La llanura inundada Escamandro y Simoente Hera y Hefesto el fuego en el riacuteo Teomaquiacutea Zeus gozando del enfrentamiento de los dioses Ares y Atenea Afrodita Hera Atenea y Afrodita Posidoacuten y Apolo Aacutertemis y Apolo Hera y Aacutertemis Hermes y Leto Aacutertemis en los brazos de Zeus Apolo en Troya Priacuteamo insta a los troyanos a refugiarse abriendo las puertas de la ciudad El impulso de Apolo a Ageacutenor Ageacutenor y Aquiles Apolo su tuacutepida bruma y la persecucioacuten de Aquiles por el dios disfrazado en Ageacutenor Lejos de la ciudad hacia el riacuteo

Canto XXII El uacuteltimo duelo

Heacutector el uacutenico troyano fuera de la muralla Aquiles se precipita hacia Troya decepcionado con la burla del dios Priacuteamo y Heacutecuba atemorizados suplican a Heacutector los cabellos arrancados del padre los senos de la madre El soliloquio de Heacutector Aquiles y Heacutector el comienzo de la persecucioacuten laquocorriacutean por la vida de Hector domador de caballosraquo Tres vueltas alrede-dor de la ciudad Zeus y Atenea Atenea en la tierra Apolo La balanza de Zeus Atenea coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector La fi gura de Deiacutefobo Heacutector recuperando el aacutenimo se acerca a Aquiles Negociacioacuten por el cuerpo muerto Las picas Aquiles a Heacutector Heacutector a Aquiles El engantildeo de la diosa Las espadas estudio del cuerpo muerte en contacto En el momento de la muerte crueldad verbal Ultrajar el cadaacutever arrastrar el cadaacutever Mientras ellos se alejan en la muralla de Troya se multiplican los lamentos Priacuteamo Heacutecuba Androacutemaca

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XXIII Los funerales de Patroclo

Aquiles y sus compantildeeros en el campamento aqueo Llorar a Patroclo tres vueltas con los caballos alrededor del cadaacutever Aquiles las manos sobre el pecho de Patroclo contacto fiacutesico con el muerto querido y ultraje del cadaacutever del enemigo Banquete fuacutenebre al lado de la nave Aquiles a Agamenoacuten No lavarse antes del funeral En la orilla del mar el suentildeo de Aquiles El alma de Patroclo y el olvido La Aurora lentildea para la pira La cabellera de Aquiles depositada en las manos de Patroclo La pira ritos funerarios Sacrifi cios cuatro caballos dos perros doce joacutevenes troyanos Afrodita y Apolo la pro-teccioacuten del cadaacutever de Heacutector Despueacutes de una noche lamentaacutendose al lado de la pira Aquiles adormece con la llegada de la aurora Recoger y guardar los huesos de Patroclo hasta la muerte de Aquiles Certamen en honor de Patroclo se proclama la competicioacuten y los premios a ganar y en seguida se presentan los heacuteroes que quieren participar En las competiciones las activi-dades humanas como medida del espacio

Canto XXIV Por el cuerpo de Heacutector

En la orilla del mar la noche Aquiles el recuerdo de Patroclo insomnio y laacutegrimas la aparicioacuten de la Aurora Tres vueltas alrededor del tuacutemulo arras-trando al cuerpo de Heacutector con el carro La duodeacutecima aurora intervencioacuten de Apolo Hera Zeus Iris a Tetis Tetis en el Olimpo El plan de Zeus para el rescate de Heacutector Tetis y Aquiles Iris y Priacuteamo la proteccioacuten de Hermes Priacuteamo y Heacutecuba Los nueve hijos de Priacuteamo Preparacioacuten plegaria a Zeus y aguumlero positivo Priacuteamo e Ideo Hermes el joven Llegando al campamen-to el suentildeo del dios envuelve a los aqueos hasta la entrada en la tienda de Aquiles Hermes tras revelar su identidad aconseja a Priacuteamo y se retira Priacuteamo y Aquiles las rodillas las manos homicidas la suacuteplica el estupor Alusioacuten a la vejez al padre El llanto comuacuten uno por Heacutector otro por Peleo y Patroclo Aquiles Automedonte y Aacutelcimo Aceptar los rescates lavar al cuerpo de Heacutector Aquiles y Priacuteamo preparacioacuten de la cena Admiracioacuten mutua los lechos los diacuteas necesarios para el entierro y continuacioacuten de la guerra al duodeacutecimo diacutea si necesario Aquiles y Briseida Hermes a Priacuteamo el miedo de Agamenoacuten Hermes Priacuteamo y Automedonte de vuelta a Troya con el cuerpo de Heacutector Casandra El duelo de los troyanos en las puertas Esceas Androacutemaca Heacutecuba Helena Lentildea para la pira funeral y banquete funerario

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nota Los versos de la Iliacuteada citados en este trabajo pertenecen a esta edicioacuten

BIBLIOGRAFIacuteA

Page 2: C ENCUENTRO EN LA LÍADA

CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

trabajo fi nal de maacutesterMaacutester Universitario en Teoriacutea e Historia de la Arquitectura

Universidad Politeacutecnica de Cataluntildeatutora Marta Llorente

alumna Panagiota Mavridou

Barcelona octubre 2015

IacuteNDICE

INTRODUCCIOacuteN

1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

[HELENA Y PRIacuteAMO]

2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

[HEacuteCTOR Y ANDROacuteMACA]

3 EN EL CENTRO PATROCLO

[LA MUERTE DE PATROCLO]

4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

[AQUILES Y HEacuteCTOR]

5 EL DOLOR QUE NOS UNE

[PRIacuteAMO Y AQUILES]

ESPIRAL UNA REFLEXIOacuteN

APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

BIBLIOGRAFIacuteA

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INTRODUCCIOacuteN

Esta investigacioacuten parte de dos sencillas observaciones las que resultaron maacutes sorprendentes durante la primera lectura de la Iliacuteada Por un lado en sus versos no se encuentran descripciones espaciales El espacio no se des-cribe de forma directa y defi nitiva sino que emerge cada vez a partir de la accioacuten relatada de modo que en la narracioacuten aparece una multiplicidad de lugares y no una visioacuten uniforme y homogeacutenea del espacio La accioacuten en siacute se describe atendiendo minuciosamente a gestos palabras discursos diaacutelogos movimientos batallas objetos y silencios generando dinaacutemicas espaciales intimamente ligadas al cuerpo

Por otro lado la interaccioacuten entre los personajes de la Iliacuteada se organiza a partir de duacuteos Duelos entre dos guerreros que se reconocen antes de comba-tir encuentros entre dos heacuteroes dos dioses un dios y un mortal encuentros entre esposos o dos miembros de la familia los encuentros ocupan un lugar importante en las escenas maacutes interesantes del poema En ellos cada uno se constituye a siacute mismo mientras forma parte de la relacioacuten La introduccioacuten de un tercer personaje o elemento en la escena deshace y transforma el en-cuentro haciendo avanzar al relato generando su estructura y movimiento interno

La primera observacioacuten parece orientarse maacutes hacia el contenido de la Iliacuteada (iquestcoacutemo se constituye y coacutemo es el espacio en ella iquestnos podemos imaginar un espacio hecho de acontecimientos y encuentros iquestqueacute tipo de cartografiacutea propone esta hipoacutetesis) mientras la segunda se refi ere principalmente a su estructura (iquestcoacutemo se mantiene la continuidad en la narracioacuten iquestse puede reconstruir la estructura del poema desde la experiencia de la lectura iquestla creacioacuten y transmisioacuten oral de la Iliacuteada coacutemo infl uye en su forma) No obs-tante los liacutemites de esta distincioacuten se vuelven borrosos cuando se los intenta defi nir con claridad

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Nos hemos propuesto a leer el encuentro como articulacioacuten como centro Una sucesioacuten de encuentros produce un fl ujo narrativo fragmentado cam-biante policeacutentrico articulado maacutes que continuo Nos interesa identifi -car esta sucesioacuten reconocer su estructura sus nodos y sus ramifi caciones Ramifi caciones que en una narracioacuten -inevitablemente linear en su forma- no son maacutes que bucles lazos nudos corredizos Los fl ujos secundarios trazan ciacuterculos pequentildeos remolinos se desviacutean y salen a la deriva para devolverse de manera defi nitiva al fl ujo central Nosotros los lectores viajamos con ellos hacia pasados para siempre perdidos hacia futuros que nunca llega-raacuten a ser hacia lo miacutetico y hacia realidades lejanas Nos distraemos a lo largo de los ciacuterculos para volvernos a entregar a la narracioacuten madre dejaacutendonos llevar por la fuerza de la corriente

El propio poema el fl ujo narrativo se permite entender como cuerpo con sus pulsiones y energiacuteas con sus movimientos internos y externos sus ritmos intriacutensecos sus equilibrios y sus tensiones El poema entonces ad-quiere una espacialidad que le es propia y no coincide con la espacialidad descrita por eacutel A la vez el encuentro no tiene que ser exclusivamente un encuentro interpersonal En la Iliacuteada se forman tambieacuten encuentros entre planos de accioacuten distintos (Tierra y Cielo) liacuteneas narrativas paralelas que se cruzan ideales diferentes sistemas de valoracioacuten contradictorios De este modo la cartografiacutea se refi ere tanto al espacio como al relato mientras en ambos casos es el encuentro que crea la posibilidad para tal cartografiacutea

Leer un texto es necesariamente volverlo a construir darle presencia y estar presente en eacutel repitiendo esencialmente sus propios movimientos Al tra-bajar con la Iliacuteada se generoacute la necesidad de mantener un contacto iacutentimo con ella de conocerla desde cerca precisamente para poder rastrear el fl ujo de sus movimientos El cuento de los cantos es una especie de resuacutemen de la Iliacuteada creado por motivos de orientacioacuten en ella desde la perspectiva de este trabajo A continuacioacuten se presentan y analizan cinco encuentros cinco secuencias narrativas a partir de los cuales se ha intentado organizar la refl exioacuten acerca de las cuestiones que la lectura de la Iliacuteada suscita Los diagramas adjuntos uno para cada secuencia intentan trazar sobre el texto homeacuterico los movimientos que se han reconocido en eacutel

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1 La mujer premio ausencia[Helena y Priacuteamo]

No presidiacutea yo el esfuerzo de los frigios no era yo sino mi nombre

la uacutenica recompensa para la lanza de los helenos Euriacutepides Helena

laquoVen aquiacute querida novia donde veraacutes hechos increiacutebles de troyanos domadores de potros y de aqueos de bronciacutenea tuacutenicaLos que antes se presentaban Ares fuente de laacutegrimasen la llanura aacutevidos del execrable combateestaacuten sentados ahora en silencio -y la pelea ha cesado-apoyados en los escudos con las largas picas clavadas al ladoPor su parte Alejandro y Menelao caro a Arescon sus luengas picas van a luchar por tidel que resulte vencedor seguramente te llamaraacutes esposaraquo(Canto III 130-138)

Son estas las palabras que dirige a Helena Iris la mensajera de Zeus El mo-mento ha llegado en el deacutecimo antildeo de la guerra de Troya Menelao y Paris se enfrentaraacuten en un duelo que supuestamente defi niraacute el resultado de la guerra la suerte de aqueos y troyanos la suerte de la ciudad de Troya pero ante y sobre todo la suerte de Helena Iris apoacutes tomar la fi gura de Laoacutedica la maacutes bella de las hijas de Priacuteamo cuntildeada actual de Helena se acerca a ella para anunciarle el hecho

La encuentra aislada en su aposiento hilando y bordando tejidos infi nitos en los cuales se inscriben mitos dioses fragmentos de vidas antes de la guerra actos heroicos durante la guerra y lugares del mundo arcaico A esta tarea interminable se dedica Helena durante su larga estancia en el palacio de Priacuteamo La relacioacuten que mantiene con la realidad se establece mediante esos tejidos que ella misma va creando para poder ver el mundo su mundo refl ejado en ellos De cierto modo los tejidos son el relato que Helena decide construir de siacute misma el relato que presenta y a traveacutes del cual se presenta

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

al mundo En la Iliacuteada Androacutemaca tambieacuten permanece en el interior del palacio de Priacuteamo tejiendo mientras en la Odisea Peneacutelope espera a Ulises en Iacutetaca hilando y deshilando pacientemente durante 20 antildeos

Helena recibe a Iris-Laodica en silencio sin pronunciar ni una palabra Encerrada en su quietud hundida en suprema soledad Helena sale lloran-do de su habitacioacuten y se encamina hacia la muralla de la ciudad en busca de la fi gura de Menelao La presencia de las criadas que la acompantildean apenas resalta su desolacioacuten ya que en su destino uacutenico se encuentra irremediable-mente sola

Desde el mito hasta la actualidad ella es reconocida y recordada por la belle-za casi divina de su cuerpo y su rostro y la desgracia que esta belleza causoacute a partir del momento en que Helena se fue a Troya con Paris1 iniciando com-bate beacutelico maacutes notorio de la antiguumledad Estos dos atributos inseparables y muchas veces misteriosamente asociados en las culturas antiguas la belleza y la desgracia atraviesan a Helena la cosifi can en la conciencia de todos Ella es el desencadenante de la guerra ella es tambieacuten su premio se convierte en un siacutembolo una fi gura abstracta un fantasma una idea ella misma La persona la mujer que ella es cede bajo el peso de esta responsabilidad des-aparece y se diluye en el papel que le ha sido otorgado Helena al fi n y al cabo es un nombre el nombre de una persona vaciada de su interior cuya identidad es concebida y entendida puramente desde el exterior

En la parte superior de la muralla de Troya Helena va caminando Su fiacutesico nunca se describe en la Iliacuteada pero la podemos siempre visualizar a traveacutes de los ojos de otros a traveacutes de su refl ejo en ellos En esta escena son los ancianos de la ciudad los que la contemplan por nosotros No le dirigen di-rectamente la mirada ni muchiacutesimo menos la palabra se limitan a admirar su belleza conversando entre ellos en voz baja maldicieacutendola por el sufri-miento de su pueblo El desprecio que manifi estan hacia ella anula su exis-tencia aquiacute y ahora Dado que Helena no es reconocida por los otros y no interactuacutea con ellos no puede existir como sujeto En teacuterminos de Martin Buber diriacuteamos que Helena no forma parte de ninguna relacioacuten Yo-Tuacute por lo que su existencia se cuestiona quedaacutendose suspendida ldquoAl comienzo es

1 Las versiones e interpretaciones sobre este hecho son muy variadas y abren un abanico de posibilidades que oscilan entre el secuestro violento por Paris y el abandono del hogar miceacutenico por Helena en plena voluntad incluyendo diversas variacones y matices intermedios En la tragedia Helena de Euriacutepides por ejemplo los dioses enviacutean a Troya un fantasma un simulacro mientras ella se encuentra a salvo muy lejos (lejos de Troya y lejos de su patria)

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

la relacioacuten como categoriacutea del ser una disposicioacuten de acogida un conti-nente una pauta para el alma es el a priori de la relacioacuten el Tuacute innatordquo2 A ella se le trata como a un Ello una existencia cosifi cada a quien se acude de manera instrumental

laquoNo es extrantildeo que troyanos y aqueos de buenas grebaspor una mujer tal esteacuten padeciendo duraderos dolorestremendo es su parecido con las inmortales diosas al mirarlaPero auacuten siendo tal como es que regrese en las navesy no deje futura calamidad para nosotros y nuestros hijosraquoAsiacute hablaban y Priacuteamo alzando la voz llamoacute a HelenalaquoVen aquiacute hija querida y sieacutentate ante miacute y veraacutesa tu anterior marido a tus parientes poliacuteticos y a tus amigosPara miacute tuacute no eres culpable de nada los causantes son los diosesque trajeron esta guerra fuente de laacutegrimas contra los aqueosAsiacute podraacutes decirme ademaacutes el nombre de ese monstruoso guerreroiquestQuieacuten es ese guerrero aqueo noble y altoCierto que hay otros maacutes altos que hasta le sacan la cabezapero hasta ahora no he visto en mis ojos a nadie tan belloni tan majestuoso Lo digo porque parece un reyraquoRespondioacutele Helena de casta de Zeus entre las mujereslaquoPudor me inspiras querido suegro y respeto tambieacuteniexclOjalaacute la cruel muerte me hubiera sido grata cuando aquiacutevine en compantildeiacutea de tu hijo abandonando taacutelamo y hermanosa mi nintildea tiernamente amada y a la querida gente de mi edadMas eso no ocurrioacute y por eso estoy consumida de llorarTe voy a decir eso que me preguntas e inquieresese es el Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominiosa la vez buen rey y esforzado lanceroEra mi cuntildeado de miacute cara de perra si eso alguna vez sucedioacuteraquo(Canto III 156-180)

Los ancianos sentados en un punto fi jo contemplan a Helena quien estaacute caminando mientras (la narracioacuten y) nosotros la seguimos desde el interior del palacio hasta la muralla pero la invitacioacuten de Priacuteamo abre un lugar a su lado para su presencia Aparte de Heacutector con quien Helena mantiene una relacioacuten de amistad y carintildeo3 Priacuteamo es posiblemete la uacutenica persona que

2 Yo y Tuacute p 253 laquoEstas palabras tejen entre Heacutector y Helena una complicidad mucho maacutes que fraternal incluso ante un fu-turo incierto Con esa infalible intuicioacuten de las relaciones verdaderas entre los seres y ese acento de intimidad del que nadie ha sabido encontrar jamaacutes el secreto Homero revela sin traicionarla la amistad que por lo me-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

establece una conversacioacuten con ella dirigieacutendole tiernas y reconfortantes pa-labras en lugar de amenazas y maldiciones

Priacuteamo declara que para eacutel no es Helena quien tiene la culpa de esta guerra que tanto sufrimiento ha causado sino los dioses los terribles y manipulado-res dioses del Olimpo Sin embargo esta afi rmacioacuten no parece ser sufi ciente para apaciguar el desespero de Helena apenas toma la palabra despliega su lamento en el cual alcanza a manifestarse un pequentildeo punto de interio-ridad Ausente de siacute misma y alienada de su propia existencia al lado de Priacuteamo mientras contempla la llanura donde estaacuten luchando aqueos y tro-yanos Helena se permite expresar aunque momentaacuteneamente4 Responde a la pregunta de Priacuteamo pero en seguida vuelve a referirse a siacute misma y a su desgracia Sobrepasada por su situacioacuten existencial no puede contener su afl iccioacuten

laquoEra mi cuntildeadoraquo es la frase con la cual Helena concluye el reconocimiento de Agamenoacuten Es evidente que Priacuteamo tal como todos los aqueos troyanos y aliados situados en la llanura de Troya ya conoce esta informacioacuten5 pero para Helena repetirla es importante De este modo ella se situacutea entre los hechos en un intento de reafi rmar su posicioacuten en el mundo posicioacuten de la que ella misma llega a dudar cuestionando laquosi eso alguna vez sucedioacuteraquo Asiacute el poeta envuelve el reconocimiento de Agamenoacuten en su lamento formando una especie de nudo en la narracioacuten

Sin embargo en este lamento ciacuteclico el inicio no coincide con el fi nal dado que mientras habla el dolor devastador y totalizador que siente se apode-ra de ella a tal punto que llega a pronunciar en voz alta las terribles pala-bras laquode miacute cara de perraraquo Frente a un interlocutor el poeta hace aparecer mundo interior de ella sin dejar de hacer eco de la exterioridad cruel que la ha defi nido a lo largo de los diez antildeos de la guerra Helena odia y desprecia

nos en Helena es la capa protectora de un sentimiento maacutes profundoraquo (Rachel Bespaloff De la Iliacuteada p29)4 En este sentido es signifi cante la presencia de un interlocutor de un otro que la escucha y observa de alguien que le presta atencioacuten para que se pueda manifestar el dolor de Helena En varias ocasiones Helena se representa llorando y lamentaacutendose pero esta es la uacutenica ocasioacuten en la cual alguien atiende miacutenimamente a su lamento 5 Emilio Crespo en su traduccioacuten de la Iliacuteada comenta laquoEl pasaje entre 161 y 246 era conocido al menos desde la eacutepoca heleniacutestica como teichoskopiacutea lsquorevista desde la murallarsquo Es desde luego sorprendente que Priacuteamo desconozca a los caudillos griegos por los que pregunta en el deacutecimo antildeo de la guerra justo cuando eacutesta estaacute a punto de terminar con el duelo entre Paris y Menelaoraquo (Iliacuteada Gredos p156) Con la teichoskopia se crea tambieacuten de manera indirecta la oportunidad para que aparezca un discurso de Helena El poeta no podriacutea buscarle mejor interlocutor que el anciano y magnaacutenime Priacuteamo siempre sutil en sus palabras y acciones

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

a Helena tanto como la odian y desprecian los otros iquestCoacutemo resuenan estas palabras en el espacio iquestCoacutemo lo transforman

Asiacute habloacute y el anciano quedoacute maravillado y exclamoacutelaquoiexclAtrida feliz con fortuna nacido de opulento hadoRealmente veo que hay muchos joacutevenes aqueos sumisos a tiYa en cierta ocasioacuten fui a Frigia rica en vintildeedosdonde vi elevadiacutesimo nuacutemero de frigios de aacutegiles potroslas huestes de Otreo y de Migdoacuten comparable a un diosque entonces habiacutean ido en campantildea a orillas del SangarioPues tambieacuten yo me uniacute a ellos en calidad de aliadoaquel diacutea en que llegaron las varoniles AmazonasMas ni eacutesos eran tantos como los aqueos de vivaces ojosraquoEn segundo lugar al ver a Ulises preguntoacute el ancianolaquoEa dime tambien eacuteste hija querida quieacuten esEs maacutes bajo que el Atrida Agamenoacuten que le saca la cabezapero se le ve maacutes ancho de hombros y de pechoSus armas yacen sobre la tierra nutricia de muchospero eacutel recorre como un morueco las hileras de guerrerosSiacute yo lo comparo con un carnero de compactos vellonesque pasa revista a un gran rebantildeo de blancas ovejasraquo(Canto III 181-198)

Despueacutes de esta apertura al mundo psiacutequico de Helena la narracioacuten cierra su pequentildeo desviacuteo y vuelve a ocuparse del movimiento de los caudillos aqueos en la llanura de Troya laquoiexclAtrida felizraquo asiacute es como empieza la respuesta de Priacuteamo a su laquohija queridaraquo obviando por completo su desesperacioacuten la palabra feliz se convierte en una lanza que se clava en la geacutelida desgracia de Helena Priacuteamo tambieacuten eacutel la atraviesa reconduciendo su atencioacuten hacia otra parte

En la escena de la teichoskopiacutea la Iliacuteada nos recuerda una vez maacutes que esta guerra no es anoacutenima y abstracta Ninguacuten guerrero no es laquouno maacutesraquo entre los muertos o los vivos Los guerreros homeacutericos traen al campo de batalla sus pasiones y afectos sus defectos y sus deseos de venganza y cada uno merece ser llamado por su nombre propio En el canto II el poeta hizo una invocacioacuten directa a las Musas solicitando ayuda con la tarea inabarcable de nombrar a todos los guerreros antes de construir el cataacutelogo de las naves aqueas y el cataacutelogo de los troyanos y sus aliados6 En la teichoskopiacutea son

6 laquoDecidme ahora Musas duentildeas de oliacutempicas moradas | pues vosotras sois diosas estaacuteis presentes y sabeacuteis

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

sus propios personajes dos personajes que no participan en el combate los que asumen esta actitud contemplativa Excluidos de la guerra la observan desde un punto fi jo en lo alto de la muralla de Troya ese liacutemite que todaviacutea protege a la ciudad y a sus habitantes mujeres ancianos y nintildeos mantenieacuten-doles en un encierro permanente

Unos versos maacutes tarde llegaraacuten los heraldos y se llevaraacuten al anciano rey para que eacutel sancione los juramentos antes del duelo de Menelao y Paris Priacuteamo se iraacute sin despedirse y Helena una vez maacutes se hundiraacute en su soledad Sola entre muchas troyanas se quedaraacute contemplando el duelo entre su primero y su segundo esposo Al fi nal del canto Afrodita la encontraraacute alliacute en la mu-ralla de Troya y la conduciraacute hacia el interior del palacio para acompantildear a Paris en la cama y satisfacerle el deseo sexual cumpliendo con su papel de esposa Helena no tiene fuerza de voluntad atrapada en un denso tejido de circunstancias exteriores encerrada en la ciudad y encerrada en el nombre que lleva se transforma en observadora permanente

Helena es un personaje sumamente importante e interesante Toda una guerra gira en torno a ella su nombre se repite y resuena como un eco per-sistente entre los versos pero Helena la mujer la persona estaacute ausente de la realidad ausente de su propia vida es la mujer premio

Ella no es la uacutenica mujer premio de la Iliacuteada En el universo masculino de la guerra infi nitas mujeres se convierten en premio de los saqueos de ciuda-des se cautivan como esclavas o se entregan como regalos de un guerrero a otro Agamenoacuten cuando solicita el regreso de Aquiles a la batalla le pro-mete entre otros regalos a siete mujeres esclavas (laquoTe daraacute siete mujeres expertas en intachables labores lesbias que cuando conquistaste la bien edi-fi cada Lesbos para siacute | escogioacute y que destacaban en belleza entre la raza de las mujeresraquo) y a una de sus hijas como esposa legiacutetima dejaacutendole la posi-bilidad de escoger entre ellas a la que maacutes le guste7 Esto nos hace pensar en el espacio que ocupan las mujeres en la guerra tanto a nivel simboacutelico como a nivel fiacutesico pero tambieacuten en todo aquello que permaneciendo ajeno a la

todo | mientras que nosotros solo oiacutemos la fama y no sabemos nada | quieacutenes eran los priacutencipes y los caudi-llos de los daacutenaos | El grueso de las tropas yo no podriacutea enumerarlo ni nombrarlo | ni aunque tuviera diez lenguas y diez bocas | voz inquebrantable y un bronciacuteneo corazoacuten en mi interior | si las Oliacutempicas Musas de Zeus portador de la egida | hijas no recordaran a cuaacutentos llegaron al pie de Ilio | Pero siacute nombrareacute a los jefes y la totalidad de las navesraquo (IliacuteadaCanto II 484-493)7 Iliacuteada Canto IΧ 270-290

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

guerra interviene en ella de manera oblicua y tangencial8

El propio argumento de la Iliacuteada se despliega a partir de Criseida hija de Crises sacerdote de Apolo ella fue dada como botiacuten de guerra a Agamenoacuten y su cautiverio provoca la furia de Apolo contra los daacutenaos Se decide la devolucioacuten de Criseida a su padre pero Agamenoacuten exige como jefe de los caudillos aqueos que se le sustituya su botiacuten en vez de Criseida se quedaraacute con Briseida otorgada originalmente como botiacuten a Aquiles exigencia que provoca la coacutelera la famosa μήνις de Aquiles considerada como el tema central de la epopeya La presencia de las mujeres premio en la Iliacuteada es muy importante pero ellas mismas se encuentran ausentes Mujeres hermosas cosifi cadas transformadas en objetos en torno a los cuales giran los episo-dios y los actos heroicos

Briseida se retira de la tienda de Aquiles caminando laquoen contra a su volun-tadraquo con laacutegrimas en los ojos sin pronunciar una palabra Aquiles se encie-rra en su tienda y se abstiene del combate protestando por la peacuterdida de Briseida Despueacutes de la muerte de Patroclo una vez Aquiles decide entrar de nuevo en la batalla Briseida se devuelve a eacutel mientras Agamenoacuten jura que no se ha acostado con ella En este momento Briseida habla soacutelo para llorar a Patroclo resaltando su bondad y delicadeza El discurso de Briseida es pu-ramente exterior a ella en su discurso ella se relaciona con el mundo como si no participase en eacutel como si fuese una espectadora de su propia vida Aunque invoca un episodio que la marcoacute profundamente el momento en que Aquiles saqueoacute su ciudad y matoacute a su marido convirtieacutendola en esclava lo describe enfatizando la reaccioacuten de Patroclo y no su propia desgracia la cual se presenta como si para ella ya no tuviera importancia como si su vida careciera de sentido Briseida tan desgraciada y despojada de toda libertad y toda voluntad llora al compantildeero de su saqueador

laquoiexclPatroclo el ser maacutes grato para esta desdichada de miacuteVivo te dejeacute cuando saliacute de esta tienday ahora te hallo muerto comandante de huestes al regresarde nuevo iexclDesgracia sobre desgracia me viene sin cesarAl marido a quien me con iaron mi padre y mi augusta madrelo vi delante de la ciudad desgarrado por el a ilado bronceigual que a los tres hermanos que mi madre habiacutea engendrado

8 Pascal Payen en su libro Les revers de la guerre en Gregravece ancienne dedica un capiacutetulo al papel de las mujeres en una esfera donde seguacuten la ideologiacutea dominante ellas no tienen lugar

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tan amados y que todos alcanzaron el diacutea de la ruinaNi siquiera me permitiste cuando el ligero Aquilesmatoacute a mi marido y saqueoacute la ciudad del divino Minetellorar asegurabas que me convertiriacuteas en legiacutetima esposadel divino Aquiles y que eacutel me llevariacutea en las naves a Ftiacuteay celebrariacutea el banquete de boda entre los mirmidonesPor eso lloro sin cesar la muerte del que siempre fue tan dulceraquo(Canto XIX 287-300)

En alguna ocasioacuten Helena tambieacuten actuacutea como si fuese una observadora imparcial representando la voz de la razoacuten juiciosa sobria Comenta los hechos evaluacutea las circunstancias aconseja Una vez maacutes ausente de siacute misma indiferente resignada Su juicio llega a nosotros a traveacutes de las na-rraciones de otros personajes laquoAhora mi esposa que me ha reprendido con tiernas palabras | me ha incitado al combateraquo dice Paris a Heacutector9 Heacutector por su parte teme que su querida mujer Androacutemaca sea llevada a fuerza por alguacuten aqueo acaso ellos conquisten la ciudad de Troya

Mas no me importa tanto el dolor de los troyanos en el futuro ni el de la propia Heacutecuba ni el del soberano Priacuteamoni el de mis hermanos que muchos y valerosospuede que caigan en el polvo bajo los enemigoscomo el tuyo cuando uno de los aqueos de bronciacuteneas tunicaste lleve envuelta en laacutegrimas y te prive del diacutea de la libertad (Canto VI 450-455)

9 Iliacuteada Canto VI 337-338

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2 El movimiento de la familia un lugar para encontrarse [Heacutector y Androacutemaca]

En el canto VI Diomedes se acerca a la muralla de Troya matando a un hombre despueacutes de otro Los troyanos aterrorizados necesitan defenderse defender a su ciudad a sus familias a sus mujeres a sus hijos a sus casas La fi gura de Heacutector se dibuja como la fi gura del rey que protege a su pueblo del liacuteder que anima a sus guerreros con carintildeo del hijo en quien tiene orgu-llo la familia pero sobre todo del hombre que quiere a su esposa del padre que antildeora a su hijo Heacutector es precisamente esto un hombre Un hombre que como dice eacutel mismo ha aprendido a ser valiente por necesidad Su perfi l humano terrenal noble lo acerca a nosotros por medio de la empa-tiacutea Su prevista muerte el implacable destino que le espera se contrapone al mundo del que proviene al tejido de relaciones en el que estaacute inmerso del cual la guerra le separa violentamente mientras participa en ella para defenderlo

Pero cuando ya llegoacute a la muy bella morada de Priacuteamoconstruida con pulidos pooacuteticos de columnas en la cualhabiacutea cincuenta habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los hijosde Priacuteamo se acostaban junto a sus legiacutetimas esposasy para las hijas en el lado de enfrente dentro del patiohabiacutea doce techadas habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los yernosde Priacuteamo se acostaban junto a sus respetables esposasalliacute le salioacute al paso su madre dadivosa de benignos regalosllevando dentro a Laodica la primera de sus hijas en belleza(Canto VI 242-252)

Heacutector se dirige hacia la ciudad y sabemos que es la uacuteltima vez que entra-raacute en ella cruzando su muralla Seguramente la entrada en el palacio de Priacuteamo le maravilla el mundo de la paz y los recuerdos de la vida civil de su propia vida se apoderan de eacutel La sencilla descripcioacuten de la organizacioacuten espacial de este palacio descripcioacuten intemporal despojada de todo detalle

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

y toda presencia humana impone a la narracioacuten un silencio un silencio que se asienta sobre el bullicio el voceriacuteo y el desorden sangriento de la batalla En este silencio en esta tranquilidad en la prosperidad evocada del espacio interior el poema estaacute preparando el encuentro del heacuteroe con su mundo siendo la descripcioacuten del palacio una introduccioacuten para el encuentro de Heacutector con su madre

laquo[] Tuacute ve al templo de la depredadora Ateneay yo ireacute en busca de Paris para llamarloa ver si quiere atender a mis palabras iexclOjalaacute aquiacute mismose lo tragara la tierra Pues es una peste que el Oliacutempico crioacutepara los troyanos para el magnaacutenimo Priacuteamo y para sus hijosSi lo viera descendiendo dentro del Hadesdiriacutea a mi aacutenimo que dejara olvidado del todo el funesto llantoraquo(Canto VI 279-285)

A su vez el encuentro con Heacutecuba le conduce hacia su hermano Paris a quien desprecia profundamente acerca de quien pronuncia palabras exce-sivamente duras La narracioacuten sigue a Heacutecuba en sus sacrifi cios a Atenea realizando un breve desviacuteo antes de volver a acompantildear a Heacutector en su re-corrido Heacutector encuentra a Paris en su caacutemara armaacutendose para el combate bello al lado de Helena Detenieacutendose en la entrada de la habitacioacuten le re-procha su cobardiacutea e inicia una conversacioacuten con Helena1 mientras le invade el recuerdo de su familia Este recuerdo el deseo y la antildeoranza que conlleva es lo que mueve a Heacutector en un movimiento continuo agonizante insacia-ble hacia Androacutemaca su amada mujer hacia su familia a la vez hacia sus compantildeeros hacia la batalla donde pertenece donde pereceraacute Su recorrido se extiende como un hilo en el espacio formando un nodo cada vez que se encuentra e interactuacutea con otra persona

laquoNo me ofrezcas asiento Helena aunque me estimes no meconvenceraacutes Pues mi aacutenimo ya estaacute en marcha presto a defendera los troyanos que intensa antildeoranza sienten por mi ausenciaTuacute pon en movimiento a eacuteste y que tambieacuten eacutel se de prisapara que me alcance mientras todaviacutea esteacute dentro de la ciudad

1 laquoEa entra ahora y sieacutentate sobre este escabel | cuntildeado miacuteo pues tuacute eres al que maacutes acosa las mientes la tarea | por culpa de esta perra de miacute y por la ofuscacioacuten de Alejandro | a quienes Zeus impuso el malvado sino de en lo sucesivo | tornarnos en materia de canto para los hombres futurosraquo dice Helena a Heacutector Sus palabras tienen la doble funcioacuten de explicar(se) el inicio de la guerra y quizaacute aliviar el dolor desgarrador que Helena siente y enfatizar el peso de la responsabilidad que recae sobre Heacutector a pesar de que eacutel no tenga la culpa de esta guerra

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Ademaacutes yo quiero ir a mi casa a vera los criados a mi esposa y a mi tierno hijoPues no seacute si auacuten otra vez llegareacute de regreso hasta elloso si los dioses ya me van a doblegar a manos de los aqueosraquoTras hablar asiacute se alejoacute Heacutector de tremolante penachoy al instante llegoacute a sus bien habitadas moradasmas no encontroacute en las salas a Androacutemaca de blancos brazosque con su hijo y una sirviente de bello mantosobre la torre estaba de pie llorando y gimiendoHeacutector al no hallar dentro a su intachable esposasalioacute al umbral se detuvo y dijo asiacute a las criadaslaquoEa criadas declaradme la verdadiquestAdoacutende ha ido Androacutemaca de blancos brazos fuera del palacioiquestA ver a mis hermanas y a mis cuntildeadas de buenos mantosiquestO al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosaraquoLa soliacutecita despensera diacutejole a su vez estas palabraslaquoiexclHeacutector Ya que mandas encarecidamente declarar la verdadni a ver a tus hermanas ni a tus cuntildeadas de buenos mantosni al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosasino a la elevada torre de Ilio pues ha oiacutedo que los troyanosestaacuten abrumados y que los aqueos ejercen gran poderiacuteoYa ha llegado presurosa a la murallacomo mujer enloquecida y la nodriza lleva al nintildeo consigoraquoDijo la despensera y Heacutector se precipitoacute fuera de la casa bajando otra vez por la misma ruta de bien construidas callesCuando atravesoacute la gran ciudad y llegoacute a las puertasEsceas por donde se disponiacutea a salir a la llanuraalliacute le salioacute al paso corriendo su esposa rica en regalosAndroacutemaca la hija del magnaacutenimo Eetioacuten del Eetioacuten que habiacutea habitado bajo el boscoso Placoen Teba bajo el Placo y habiacutea sido soberano de los ciliciosDe eacuteste era hija la esposa de Heacutector de bronciacuteneo cascoLe salioacute entonces al paso y con ella se acercoacute la sirvientallevando en su regazo al delicado nintildeo todaviacutea sin habla el preciado Hectoacuterida semejante a un bello astroHeacutector soliacutea llamarlo Escamandrio pero los demaacutesAstiaacutenacte pues Heacutector era el uacutenico que protegiacutea IlioEacuteste sonrioacute mirando al nintildeo en silencioy Androacutemaca se detuvo cerca derramando laacutegrimas le asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichado Tu furia te perderaacute Ni siquiera te apiadasde tu tierno nintildeo ni de miacute infortunada que pronto viudade ti quedareacute []raquo(Canto VI 360-409)

El encuentro de Heacutector con Androacutemaca se va generando cuidadosamente con lentitud Para llegar a su laquointachable esposaraquo Heacutector va cruzando um-brales consecutivos En su trayectoria se encuentra con una habitacioacuten vaciacutea de donde su mujer estaacute ausente Su deseo de ver a su familia se prolonga algo maacutes aumentando la tensioacuten dramaacutetica Preocupado ansioso pregunta repetidamente por Androacutemaca a las sirvientas que encuentra antes de saber que ella tambieacuten ha salido en busca de eacutel presurosa angustiada acompantildea-da por la nodriza que lleva al nintildeo consigo Heacutector recorre las mismas calles posiblemente siguiendo la misma ruta que habiacutea marcado al entrar en la ciudad El mismo camino diferentes situaciones existenciales El momento es especial defi nido por la guerra el dolor la incertidumbre el peligro pero sobre y a pesar de todo del amor

Bajo estas circunstancias en esta escena Heacutector y Androacutemaca se encuentran en movimiento mientras estaacuten realizando dos movimientos opuestos Los pasos de ambos se cruzan sobre las puertas Esceas Alliacute emocionados se miran por un momento Eacutel sonriacutee y ella llora estas dos acciones se presentan a menudo ligadas una a otra manifestadas simultaacuteneamente En esta escena Androacutemaca y Heacutector estaacuten emocionados felices y desconsolados a la vez Sus reacciones se complementan mutuamente Heacutector sonriacutee hacia el nintildeo en un silencio elocuente mientras Androacutemaca busca la proximidad fiacutesica posicionaacutendose cerca de Heacutector El movimiento se detiene y en la narra-cioacuten se abre un momento de quietud entre sonrisas y laacutegrimas una mujer y un hombre la nodriza que lleva al nintildeo en sus brazos sobre la muralla de Troya a lo lejos la batalla interminable

Eacuteste es el soporte esceacutenico del diaacutelogo de Heacutector y Androacutemaca un diaacutelogo que comienza y termina con dos frases muy parecidas laquole asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijoraquo y laquola acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijoraquo2 la primera refi rieacutendose a Androacutemaca y la segunda a Heacutector La pronunciacioacuten del nombre propio adquiere importan-

2 En el original laquoἔν τ᾽ ἄρα οἱ φῦ χειρὶ ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo y laquoχειρί τέ μιν κατέρεξεν ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo (Iliacuteada canto VI 406 y 485) Estas frases no contienen la idea de llamar laquocon todos los nombresraquo sino maacutes bien la de llamar pronunciar decir el nombre de cada uno

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

cia especial es asiacute que las personas se reconocen es cuando alguien escu-cha su nombre enunciado por el otro que estaacute invitado al diaacutelogo Por otra parte al fi nal del diaacutelogo el nombre propio suena como una conclusioacuten una despedida

A lo largo de esta conversacioacuten se despliega el dilema del heacuteroe el dilema del hombre que tiene que situarse entre la familia y la guerra entre la vida privada y el bien comuacuten de la ciudad En su interior toma lugar un cofl icto entre valores opuestos entre obligaciones e impulsos que pertenecen a di-ferentes planos de la realidad Su familia tambieacuten participa en este confl ic-to y se encuentra afectada por la complejidad de la situacioacuten que la guerra genera Androacutemaca perdioacute a toda su familia en esta guerra su padre y sus siete hermanos fueron muertos por la mano de Aquiles en la ciudad de Tebas mientras su madre se salvoacute con la ayuda de Aacutertemis Ahora como afi rma ella laquoiexclOh Heacutector Tuacute eres para miacute mi padre y mi augusta madre | y tambieacuten mi hermano y tuacute eres mi lozano esposoraquo3 Heacutector lo es todo para Androacutemaca y ella le implora a quedarse en la ciudad a no dejarla sola En breve eacutel seraacute muerto por Aquiles al igual que el resto de la familia

En el canto XXII los padres de Heacutector tambieacuten le suplican a permanecer dentro de la muralla de Troya y desde alliacute a enfrentarse a Aquiles y defender la ciudad4 Priacuteamo acerca sus manos a su cara y se arranca los cabellos en un gesto de afl iccioacuten mientras Heacutecuba es mucho maacutes expliacutecita en su suacuteplica gestual laquoAl otro lado su madre se lamentaba y vertiacutea laacutegrimas mientras | con una mano se abriacutea el vestido y con otra se alzaba el pechoraquo De nuevo la muralla de Troya emerge como espacio esceacutenico de la accioacuten Como todo liacutemite que separa una regioacuten de otra la muralla funciona tambieacuten como un punto de comunicacioacuten entre el interior y el exterior el uacutenico punto de co-municacioacuten entre la ciudad y el campo de batalla Cuando los que se encuen-tran dentro quieren comunicarse con los guerreros no tienen otra opcioacuten que exponer a vista de todos aquello que pertenece al dominio de lo privado

La fi gura de Heacutecuba sobre la muralla agarrando su seno con fuerza para mostraacuterselo a Heacutector mientras le implora a no entrar en el duelo con Aquiles es una fi gura traacutegica Representa el esfuerzo uacuteltimo y futil de la madre por mantener a su hijo salvo y sano cerca de ella haciendo alusioacuten al viacutenculo uacutenico que los dos experimentaron durante la lactancia Son los senos de la

3 Iliacuteada canto VI 429-4304 Iliacuteada canto XXII 33-92

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

madre que se dirigen siempre hacia su hijo recordando el contacto que alguna vez tuvieron con su boca Es en sus senos quizaacute donde se localiza el dolor de la madre por la peacuterdida de su hijo dolor que sustituye al viacutenculo primordial Inversamente para evitar su peacuterdida Heacutecuba intenta recordar a Heacutector ese primer contacto al principio con su gesto y a continuacioacuten con sus palabras Pero Heacutector no atenderaacute a las suacuteplicas de sus padres como tampoco atiende a la de su esposa5

Es en la respuesta de Heacutector a Androacutemaca donde la Iliacuteada nos revela de forma expliacutecita la motivacioacuten del heacuteroe la razones por las cuales decide entrar en la guerra Heacutector como hijo del rey siente la obligacioacuten de luchar eacutel primero por la ciudad por verguumlenza a los troyanos y para adquirir la eterna gloria la gloria a la que siempre aspira el guerrero auacuten sabiendo que para alcanzarla tendraacute que entregar su vida mostraacutendose valiente en la batalla Frente a su querida esposa Heacutector aparenta tener maacutes miedo por la suerte de ella que por la de sus padres o por su propia De esta manera en la Iliacuteada se esboza claramente la supremaciacutea del matrimonio y la familia nuclear que los hombres activamente crean en su vida adulta sobre todas las relaciones humanas

En este pequentildeo diaacutelogo se puede tambieacuten entrever y reconstruir una trama de valores creencias y convicciones que fueron importantes para la eacutepoca heroica representada en el poema y quizaacute sigan siendo vigentes en gran parte hoy en diacutea El poeta ubica este iacutentimo y tierno encuentro fuera del pa-lacio de Priacuteamo produciendo el debate entre el mundo de la familia el amor y la paz y el universo implacable de la guerra en el mismo liacutemite material que los separa Nos enfocaremos en la manera como este diaacutelogo (impor-tantiacutesimo es cierto como contenido y como signfi cado para la epopeya) se cierra intentaremos cruzar acompantildeando al fl ujo narrativo el umbral que nos lleva desde la intimidad del diaacutelogo hacia la batalla Intentaremos enten-der coacutemo se deshace el lugar del encuentro tan meticulosamente construido en la primera parte del canto

Esencialmente se trata de una escena de despedida despedida defi nitiva Los participantes de ella Androacutemaca y Heacutector lo sospechan sin saberlo

5 Aquiles que es el uacutenico de los daacutenaos que tiene contacto con su madre ya que Tetis es una diosa y le visita a menudo le afi rma al respecto laquoQue tu amor no intente alejarme de la lucha no me convenceraacutesraquo (Iliacuteada canto XVIII 126) Aunque inmortal Tetis no puede salvar a su hijo pero hace un uacuteltimo esfuerzo de protegerle encargando a Hefaisto su armadura Una armadura inmortal para un hombre mortal cuyo destino es morir en breve

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

con seguridad En cambio el poeta y nosotros los lectores estamos plena-mente conscientes de ello El padre Heacutector se inclina hacia su hijo un hijo que se presenta en este canto como el fruto del amor de la pareja quieto en los brazos de la nodriza envuelto entre las dulces tiernas y emocionantes palabras de sus padres Con esta inclinacioacuten hacia el nintildeo se diluye la tensioacuten y se aligera la carga emocional del diaacutelogo

Asustado por el aspecto de su padre que lleva puestas todas sus armas el nintildeo grita y se recoge en los brazos de la nodriza Heacutector el tierno Heacutector de este canto hijo hermano marido padre y mucho maacutes es un guerrero que se encuentra en Troya por corto tiempo Su lugar es el campo de la batalla alliacute pertenece alliacute volveraacute enseguida y alliacute pereceraacute a traveacutes de la reaccioacuten del pequentildeo Escamandrio al escuchar su grito espontaacuteneo recordamos el aspecto de Heacutector y su papel en la guerra Por otra parte la misma reaccioacuten tiene una funcioacuten coacutemica en la narracioacuten Entonces Heacutector se quita el casco y se vuelve a dirigir a su hijo para jugar con eacutel y disfrutar de su presencia en sus brazos por un breve instante Enseguida ruega a los dioses oliacutempicos para que Escamandrio tenga una buena vida despidieacutendose asiacute de eacutel antes de devolverlo a los brazos de su madre

Tras hablar asiacute el preclaro Heacutector se estiroacute hacia su hijoY el nintildeo hacia el regazo de la nodriza de bello centildeidorretrocedioacute con un grito asustado del aspecto de su padreLo intimidaron el bronce y el penacho de crines de caballoal verlo oscilar temiblemente desde la cima del casco Y se echoacute a reir su padre y tambieacuten su augusta madreEntonces el esclarecido Heacutector se quitoacute el casco de la cabezay lo depositoacute resplandeciente sobre el sueloDespueacutes tras besar a su hijo y mecerlo en los brazosdijo elevando una plegaria a Zeus y a los demaacutes dioses laquoiexclZeus y demaacutes dioses Concededme que este nintildeo miacuteollegue a ser como yo sobresaliente entre los troyanosigual de valeroso en fuerza y rey con poder soberano en IlioQue alguna vez uno diga de eacutel laquoEs mucho mejor que su padreraquoal regresar del combate Y que traiga ensangrentados despojos del enemigo muerto y que a su madre se le alegre el corazoacutenraquoTras hablar asiacute en los brazos de su esposa pusoa su hijo y esta lo acogioacute en su fragante regazoentre laacutegrimas riendo Su marido se compadecioacute al notarlo la acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichada No te a lijas demasiado por miacute en tu aacutenimoque ninguacuten hombre me precipitaraacute al Hades contra el destinoDe su suerte te aseguro que no hay ninguacuten hombre que escapeni cobarde ni valeroso desde el mismo diacutea en que ha nacidoMas ve a casa y ocuacutepate de tus laboresel telar y la rueca y ordena a las sirvientasaplicarse a la faena Del combate se cuidaraacuten los hombrestodos que en Ilio han nacido y yo sobre todoraquoTras hablar asiacute el esclarecido Heacutector cogioacute el cascohecho de crines de caballo mientras su esposa marchaba a casavolvieacutendose de vez en cuando y derramando lozanas laacutegrimasInmediatamente despueacutes llegoacute a las bien habitadas moradasdel homicida Heacutector Alliacute dentro halloacute a muchassirvientas y a todas ellas movioacute al llantoEstaban llorando a Heacutector todaviacutea vivo en su propia casapues estaban seguras de que de regreso del combate ya nollegariacutea tras huir de la furia y de las manos de los aqueos(Canto VI 466-502)

Entre laacutegrimas riendo Androacutemaca encarna la contradiccioacuten en la cual estaacuten inmersos ellos dos y su hijo Felices por haberse encontrado felices por quererse desolados por la separacioacuten que puede ser defi nitiva y lo seraacute Heacutector despueacutes de llamarla con su nombre propio la reconforta aludiendo al destino al hado todopoderoso e implacable De su suerte no hay ninguacuten hombre que escape y ellos tampoco escaparaacuten6

Androacutemaca y Heacutector se encontraron movieacutendose en direcciones opuestas y se separan partiendo hacia direcciones opuestas Eacutel le aconseja ir a casa y ocuparse de sus labores mientras eacutel se ocuparaacute del suyo marcando de forma clara el espacio de cada geacutenero Heacutector se marcha primero decidido Androacutemaca se vuelve hacia el palacio con desgana mirando a menudo hacia atraacutes llorando Durante unos versos la narracioacuten sigue a Androacutemaca en sus pasos hacia casa y en el llanto que reitera por Heacutector antes de su muerte Con este llanto se cierra por completo el encuentro de la pareja De camino al campo Heacutector se reconcilia con Paris y los dos hermanos entran solidarios en la batalla mientras todaviacutea resuenan ecos del mundo de la paz

6 Como se ve en otras partes de la Iliacuteada ni los propios dioses pueden escapar del hado En el canto XVI Zeus considera la posibilidad de salvar a Sarpedoacuten de su muerte Entre los dioses del Olimpo se decide entonces que no se puede intervenir al hado Tetis tampoco puede salvar a su hijo de su destino a pesar de ser una diosa inmortal Los dioses oliacutempicos actuacutean en un plano intermedio entre el todopoderoso hado y el mundo de los mortales

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Estas dos bellas secuencias en movimiento antes y despueacutes del diaacutelogo en-vuelven al encuentro La primera construye el lugar mientras en la segunda se desarma el escenario construido Las personas que se mueven alejaacutendose del espacio donde compartieron algo arrastran detraacutes suyo los hilos que se habiacutean tendido en ese espacio y lo entregan de nuevo al mundo casi vaciacuteo

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3 En el centro Patroclo [la muerte de Patroclo]

Las yeguas neleas iban sacando a Neacutestor del combatesudorosas y transportaban a Macaoacuten pastor de huestesSe percatoacute al verlo el divino Aquiles de pies protectorespues estaba erguido sobre la popa de la nave de enorme vientre contemplando el abismal esfuerzo y la lacrimoacutegena derrotaAl punto dirigioacute la palabra a su compantildeero Patroclopronunciando su nombre desde la nave Lo oyoacute desde la tienday salioacute semejante a Ares y asiacute dio comienzo a su desgracia(Canto XI 597-604)

Con la irrupcioacuten del combate alrededor de las naves aqueas mientras los troyanos con el apoyo de los dioses van ganando fuerza y territorio y los aqueos van perdiendo guerreros y aacutenimos Aquiles advierte la cataacutestrofe in-minente y llama a su querido y fi el compantildeero Patroclo con la intencioacuten de enviarlo a los aliados para averiguar las condiciones en las que el ejeacutercito de los aqueos se encuentra Como sencillamente nos informa la Iliacuteada en el preciso instante en que Patroclo responde a la llamada de Aquiles y sale de su tienda empieza a desencadenarse su desgracia

A partir del momento en que la atencioacuten de Aquiles se dirige hacia la batalla la Iliacuteada se enfoca en Patroclo Aunque intermitente con muchas y largas interrupciones para observar la batalla sangrienta junto a las naves en este punto nace una liacutenea narrativa que sigue a Patroclo en su preparacioacuten y entrada al combate en sus hazantildeas en sus duelos en su muerte e inclu-so despueacutes de ella Es una liacutenea narrativa que situacutea a Patroclo en el centro de la accioacuten1 a la que intentaremos rastrear y recorrer ahora La necesidad causa efectivamente la participacioacuten de Patroclo en la guerra y su muerte por Heacutector muerte que a su vez provoca inmenso dolor en Aquiles y le da

1 Simone Weil escribe refi rieacutendose a Patroclo ldquothat warrior who dwells in a peculiar way at the very centre of the poem - I mean Patroclus who lsquoknew how to be sweet to everybodyrsquo and who throughout the Iliad commits no cruel or brutal actrdquo (ldquoThe Iliad or the poem of forcerdquo en Simone Weil an anthology p204)

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

una razoacuten iacutentima para denunciar su coacutelera y entrar de nuevo en la guerra marcando claramente un punto de infl exioacuten en el argumento

Los troyanos bajo las oacuterdenes de Heacutector han invadido el campamento des-truyendo parcialmente la muralla y cruzando la fosa algunos a pie y otros montados en sus caballos Ganando cada vez maacutes espacio a los aqueos a quienes han ido empujando gradualmente hacia el mar los troyanos llegan a prender fuego a una de las naves El deseo de Aquiles se estaacute cumpliendo sus compantildeeros se encuentran al borde de la desgracia al margen de la ani-quilacioacuten Este seriacutea entonces el momento para renunciar su coacutelera y entrar en la batalla Pero parece que la idea de la reconciliacioacuten no ha madurado sufi cientemente en su interior En cambio Patroclo estaacute afl igido profunda-mente afectado por el sufrimiento de sus compantildeeros

Despueacutes de un largo itinerario por las tiendas de los aqueos aparece en la tienda de Aquiles ansioso de convencerle a entrar de nuevo en la batalla Estaacute llorando por compasioacuten llorando por impotencia ante la desgracia de la guerra a la vez enojado con su compantildeero que aferrado en la coacutelera permanece impasible a los hechos Es entonces la primera vez que Patroclo reacciona y se opone a Aquiles revelando lo que piensa y siente mostraacutendo-se a la vez sensible y sensato en su discurso bello y traacutegico En esta escena el poeta trata a Patroclo de tuacute se dirige a eacutel realizando un acercamiento hacia el heacuteroe cuyo destino traacutegico es suplicar para siacute mismo la muerte cruel2 Con este acercamiento la liacutenea narrativa dedicada a Patroclo se convierte en la narracioacuten principal

Con profundos suspiros le respondiste cochero PatroclolaquoiexclAquiles hijo de Peleo con mucho el mejor de los aqueos

2 A lo largo de las escenas siguientes este tratamiento de tuacute hacia Patroclo es recurrente El mismo tratamiento se da hacia Menelao en el canto VII donde el poeta habla a Menelao en segunda perona enseguida cede la palabra a Agamenoacuten quien tambieacuten se dirige hacia Menelao en segunda persona y al fi nal aprovecha la presencia de Agamenoacuten para concluir el episodio de manera imparcial narrando en tercera persona laquoTras hablar asiacute hizo gesto de ponerse las bellas armas | Entonces para ti Menelao habriacutea llegado el fi n de la vida | a manos de Heacutector porque en verdad era muy superior | si los reyes aqueos no se hubieran precipitado a sujetarte | El propio Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominios | cogioacute tu diestra te llamoacute con todos tus nombres y te dijo | laquoiexclEstaacutes loco Menelao criado por Zeus iexclNo debes cometer | esa locura Domiacutenate a pesar de tu preocupacioacuten | y no desees por una porfiacutea luchar con un hombre que es mejor | Heacutector Priamida ante quien tambieacuten los demaacutes sienten pavor | El propio Aquiles en la lucha que otorga gloria a los hombres | se estremece al encararlo y eso que es mucho mejor que tuacute | Por eso tuacute ahora ve y sieacutentate entre la tribu de compantildeeros | que los aqueos haraacuten que otro se alce enfrente de ese | Por muy intreacutepido que sea e insaciable de tumulto aseguro | que con jubilo doblaraacute la rodilla con tal de huir | del hostil combate y de la atroz lidraquo Hablando asiacute el heacuteroe desvioacute la intencioacuten de su hermano | porque era oportuna su advertencia y eacutel hizo caso Entonces | los escuderos le quitaron alegres las armas de los hombrosraquo (Iliacuteada Canto VII 103-122)

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

No te enfades tal es la a liccioacuten que oprime a los aqueosTodos los que hasta hace poco eran los maacutes bravosyacen entre las naves heridos por dardos o por picasHerido de dardo estaacute el Tidida el esforzado DiomedesHerido de pica estaacute Ulises insigne por su lanza y AgamenoacutenHerido por una lecha en el muslo estaacute tambieacuten EuriacutepiloDe ellos se ocupan los meacutedicos con sus muchas medicinascurando sus llagas Y tuacute te has vuelto implacable AquilesQue nunca me invada a miacute una ira como esa que tuacute albergastan atroz iquestQue ventaja procuraraacutes al que nazca en el futurosi no apartas a los argivos del ignominioso estragoiexclDespiadado Tu padre no fue Peleo el conductor de carrosni Tetis tu madre el garzo mar fue quien te dio a luzy las abruptas rocas pues tus sentimientos son implacablesSi es que tratas de eludir en tus mientes alguacuten vaticinioy te ha revelado algo de parte de Zeus tu augusta madreal menos enviacuteame a miacute sin demora y dame el resto de la huestede mirmidones a ver si llevo una luz de salvacioacuten a los daacutenaosDame tu armadura para poneacutermela en los hombrosa ver si me confunden contigo y renuncian al combatelos troyanos y los marciales hijos de los aqueos respirande su quebranto Aunque sea breve es un respiro del combateLos no fatigados facilmente a los fatigados del griteriacuteopodemos empujar a la ciudad lejos de las naves y de las tiendasraquoAsiacute habloacute suplicando el muy insensato pues su destinoera el de suplicar para siacute mismo la muerte cruel y la parca(Canto XVI 20-47)

Aquiles responde a su compantildeero con carintildeo manifestando que le gustariacutea dejar ir al pasado afi rmando que no puede mantener la ira para siempre pero a la vez mostrando que todaviacutea reside en su aacutenimo el rencor que siente por Agamenoacuten Su coacutelera es maacutes fuerte que eacutel es una especie de indignacioacuten frente a la injusticia que se aduentildeoacute de eacutel y de la cual no se puede deshacer al contrario parece que le va invadiendo cada vez maacutes laquoiexclOjalaacute Zeus padre Atenea y Apolo no escape de la muerte | ninguno de cuantos troyanos hay ni tampoco ninguacuten argivo | y que soacutelo nosotros dos emerjamos de la perdi-cioacuten y seamos | los uacutenicos que desatemos las sagradas diademas de Troyaraquo3 es como cierra su respuesta a Patroclo y no podemos dejar de sentirnos per-plejos ante estas palabras

3 Iliacuteada Canto XVI 97-100

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

El poeta presenta a Aquiles dividido interiormente entre la coacutelera y la obli-gacioacuten de ayudar a sus compantildeeros probablemente lo que se expresa aquiacute es el mismo dilema que el heacuteroe experimenta durante toda la Iliacuteada Como declara a Agamenoacuten al principio de la epopeya esta guerra para eacutel no signi-fi ca nada Participa en ella acompantildeando a los daacutenaos pero no tiene ninguacuten motivo personal para hacerlo mientras piensa que su vida es demasiado preciosa para ser sacrifi cada En la fi gura de Aquiles se realiza el confl icto entre lo personal y lo comuacuten un confl icto interno tan potente que le deja inerte inactivo encerrado en su tienda observador apaacutetico Sin embargo despueacutes de este encuentro con Patroclo es la primera vez que Aquiles actuacutea eneacutergicamente en la Iliacuteada y es Patroclo quien lo saca de la inercia rencoro-sa en la que estaacute atrapado

A pesar de que las armaduras son uacutenicas para cada guerrero Aquiles en-trega la suya a su amigo junto con unos consejos y un deseo que regrese vivo de la batalla En la Iliacuteada esta armadura sigue una trayectoria curiosa Las armas que ahora son entregadas a Patroclo para protegerlo y tambieacuten para atemorizar a los troyanos permitieacutendole confundirse con Aquiles se encontraraacuten en manos de Heacutector Despueacutes de la muerte de Patroclo Heacutector se apartaraacute de la batalla para poneacuterselas acto que no deja de causar cierta sorpresa4 Seraacute entonces muerto por Aquiles y despojado de las armas que concluiraacuten su deambular ciacuteclico

iquestQueacute signifi ca esta cesioacuten de la armadura a otro guerrero Hay tambieacuten otras escenas en las que un guerrero llega a utilizar las armas de otro laquo[] Troquemos nuestras armas que tambieacuten eacutestos se enteren | de que nos jac-tamos de ser hueacutespedes por nuestros padresraquo dice Diomedes a Glauco5 de modo que el intercambio de armas confi rma y simboliza la resolucioacuten paciacute-fi ca y amistosa de un duelo A menudo la Iliacuteada desplaza la atencioacuten a los objetos objetos que son siempre portadores de historias cosas que existen y perduran y nos pueden contar ellas mismas las historias de sus duentildeos historias que de manera tangencial refuerzan y reanudan el argumento principal

Junto a las naves Aquiles corre por las tiendas de los aqueos invitaacutendoles a

4 Las armas de Aquiles encajan perfectamente en el cuerpo de Patroclo con excepcioacuten de la pica que resulta muy pesada para cualquier guerrero que no sea el divino Aquiles (Canto XVI 130-144) En cambio es necesaria la intervencioacuten de Zeus para que se ajusten al cuerpo de Heacutector quien seguramente tendraacute otra estatura (Iliacuteada canto XVII 198-214) 5 Iliacuteada canto VI 230-231

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

regresar al combate Prepara un ataque en el cual no participaraacute En seguida realiza sacrifi cios a Zeus En la escena del sacrifi cio el espacio se confi gura uacutenicamente a partir de los objetos sus historias y el movimiento de Aquiles en la tienda y en su patio A traveacutes de las acciones de Aquiles se puede reconstruir parcialmente el espacio en el cual actuacutea No podemos dejar de preguntarnos si el poeta guarda en su imaginacioacuten una disposicioacuten espa-cial especiacutefi ca si tiene alguacuten plano completo del espacio que describe o si eacutel mismo se visualiza exactamente aquello que describe relaciones espa-ciales fragmentos de lugares movimientos densidades vaciacuteos y regiones borrosas

[] Por su parte Aquilesechoacute a andar hacia la tienda y abrioacute la tapa de un arcabella primorosa que Tetis la de argeacutenteos pies le habiacuteadepositado en la nave para que la llevara repleta de tuacutenicasde capas que abrigan del viento y de lanosas mantasAlliacute estaba su labrada copa ninguacuten otro hombrebebiacutea de ella el rutilante vino y a ninguacuten diosmaacutes que a Zeus padre haciacutea libaciones con ellaLa recogioacute entonces del arca la puri icoacute con azufreprimero y a continuacioacuten la lavoacute con bellos chorros de aguaTambieacuten eacutel se lavoacute las manos y apuroacute el rutilante vinoLuego de pie en medio del vallado oroacute y vertioacute el vinomirando al cielo y lo vio Zeus que se deleita con el rayo[]Despueacutes de hacer la libacioacuten y la plegaria a Zeus padreentroacute de nuevo en la tienda y depositoacute la copa en el arcay salioacute y se detuvo ante la tienda con el aacutenimo auacuten deseosode contemplar la atroz contienda entre troyanos y aqueos(Canto XVI 220-256)

Vestido con las armas de Aquiles y acompantildeado por muchos mirmidones Patroclo sale al combate por primera y uacuteltima vez en la Iliacuteada Aunque el poeta nos ha informado claramente de esto y de que la muerte de Patroclo seraacute la clave para el desenlace del argumento la narracioacuten se suspende y se detiene en las hazantildeas del heacuteroe traacutegico En una duracioacuten muy breve Patroclo conseguiraacute rechazar el ataque de los troyanos obligaacutendoles a retro-ceder desde las naves aqueas hacia la ciudad mataraacute varios de ellos e inten-taraacute atacar eacutel mismo la muralla de Troya Todo eso con la ayuda divina por supuesto A lo largo de la Iliacuteada Zeus se representa buscando una manera

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de matar a Patroclo elaborando una coreografiacutea de su muerte Este guerrero cuya muerte reside en el centro del poema ha de ser glorifi cado antes de ser muerto y Zeus es el dios que quiere concederle esta gloria La culmina-cioacuten de su heroiacutesmo se alcanza en su duelo con Sarpedoacuten el padre de los dioses oliacutempicos deja que su hijo sea muerto por Patroclo aunque no sin antes experimentar una intensa lucha interior para decidir si puede cambiar el destino de su querido hijo mortal y no sin derramar una lluvia de sangre en su honor

Menudeaban sin pausa en torno del cadaacutever como cuando las moscasen el establo zumban alrededor de los jarros rebosantes de lecheen la estacioacuten primaveral cuando las caacutentaras rezuman de lecheasiacute menudeaban en torno del cadaacutever Ni un momento Zeusapartoacute sus relucientes ojos de la violenta batalla sino que con la mirada ija en ellos cavilaba consigo mismosobre el asesinato de Patroclo vacilando una y otra vezentre hacer ya que tambieacuten a aqueacutel en aquella violenta batallasobre Sarpedoacuten comparable a un dios el esclarecido Heacutectorlo aniquilara con el bronce y quitara las armas de sus hombros o si extender auacuten a otros maacutes aquella aacuterdua fatigaEn el curso de sus pensamientos le parecioacute lo mejorque el noble escudero del Peacutelida Aquilesrechazara a los troyanos y a Heacutector de bronciacuteneo cascootra vez maacutes hacia la ciudad y quitara la vida a muchos(Canto XVI 641-655)

Patroclo mata a Sarpedoacuten y con su muerte irrumpe una lucha alrededor de su cuerpo Sarpedoacuten es el primer guerrero muerto cuyo cuerpo funciona como centro de una batalla importante en la Iliacuteada (eacutel mismo en el momen-to de su muerte implora a Glauco a no abandonar su cuerpo en el campo de batalla) La batalla envuelta en la noche siniestra creada por Zeus seraacute el motivo para que Heacutector y Patroclo se encuentren por primera vez en el combate Despueacutes de meditar mucho Zeus protege la memoria de su hijo llevando a su cuerpo lejos de la llanura de Troya con la ayuda de Apolo del Suentildeo y de la Muerte Patroclo no pereceraacute en esa misma batalla Heacutector retrocede y eacutel tiene la oportunidad de avanzar hacia Troya mientras Apolo lo detiene tres veces en la muralla de la ciudad

Animado por Apolo Heacutector se acerca a toda velocidad subido en su carro acompantildeado por Cebriacuteones a quien Patroclo mata con una piedra

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Entonces el cuerpo de Cebriacuteones se convierte en centro de una densa ba-talla en la cual pereceraacuten muchos guerreros de ambos bandos Cuando los aqueos consiguen retirar a Cebriacuteones y despojarle de sus armas el centro de la escena desaparece La batalla continuacutea pero ya no gira alrededor de un nuacutecleo ni tampoco hay un enfrentamiento entre dos bloques sino que todos estaacuten mezclados combatiendo en desorden La Iliacuteada posiciona entonces a Patroclo en el centro de este desorden su muerte tan esperada y tan preme-ditada es inminente e irreversible

Patroclo se ubica primero en el centro como sujeto que actuacutea intencional-mente defi ne y modifi ca el espacio en el que se mueve se arroja entre los troyanos y nosotros nos proyectamos con eacutel Tres veces ataca y tres veces sentimos la fuerza del ataque en nuestro interior Pero el cuarto ataque marca un punto de infl exioacuten El heacuteroe estaacute cruzando un liacutemite invisible el liacutemite del hibris si se nos permite el teacutermino y este ataque seraacute su uacuteltimo El narrador cambia de nuevo su actitud hacia Patroclo dirigieacutendose a eacutel en segunda persona En este momento Patroclo cesa de existir como sujeto para convertirse en una cosa una cosa con vida al principio una cosa sin vida a continuacioacuten6 A la vez la voz del poeta que habla a su personaje lo inmoviliza lo transforma en un punto fi jo un centro estaacutetico un receptor Patroclo recibe la palabra y recibe pasivo su suerte

Mientras el curso del sol recorrioacute el centro del cielolos dardos alcanzaron a los de ambos bandos y la hueste caiacuteamas a la hora de bajar el sol la de la suelta de las vacasfue cuando los aqueos cobraron una desmesurada ventaja Sacaron al heacuteroe Cebriacuteones fuera del alcance de los dardosy del clamor troyanos y le quitaron las armas de los hombrosPatroclo se arrojoacute entre los troyanos con funestas intencionesTres veces arremetioacute entonces comparable al impetuoso Aresentre pavorosos alaridos y las tres veces matoacute a nueve mortales Mas cuando ya por cuarta vez se arrojoacute semejante a una deidadentonces aparecioacute ante ti Patroclo el teacutermino de la vidapues Febo te salioacute al encuentro en la violenta batallaSurgioacute terrible pero eacutel no lo vio venir a traveacutes del tropelpues se le acercaba oculto en una tupida bruma Se detuvo detraacutes y le golpeoacute la espalda y los anchos hombros

6 ldquoAn extraordinary entity this - a thing that has a soul [] A man stands disarmed and naked with a weap-on pointing at him this person becomes a corpse before anybody or anything touches himrdquo escribe Simone Weil (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p185)

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con la palma de la mano y sus ojos giraron vertiginosamenteFebo Apolo le tiroacute de la cabeza el morrioacutenfue rodando con estreacutepito bajo las patas de los caballosel atubado yelmo y las crines de su penacho se mancharon de sangre y de polvo Antes los dioses no habiacutean consentidoque aquella celada con penacho de crines se manchara de polvopues protegiacutea la cabeza y la amable frente de un hombre divinode Aquiles pero entonces Zeus otorgoacute a Heacutectorllevarla sobre su cabeza pues a eacutel ya lo acechaba la muerte Se le quebroacute entera en las manos la pica de luenga sombrapesada larga compacta provista de casquete y se le cayoacutede los hombros al suelo el ribeteado broquel con el tahaliacuteEl soberano Apolo hijo de Zeus le desatoacute la corazaEl estupor se aduentildeoacute de eacutel se doblaron sus preclaros miembrosy se paroacute atoacutenito Con la aguda lanza detraacutes en la espaldaentre los hombros le acertoacute de cerca un guerrero daacuterdanoEuforbo Pantoida que descollaba entre todos los de su edadcon la pica la destreza en el carro y la presteza de los piesHabiacutea derribado de sus caballos a veinte mortales la primera vezque habiacutea salido con el carro auacuten un aprendiz en el combateEacuteste fue el primero que te arrojoacute un dardo cochero Patroclomas no te doblegoacute Corrioacute atraacutes y se perdioacute en la muchedumbreen cuanto te arrancoacute de la carne el asta de fresno sin resistirante Patroclo en la lid a pesar de que estaba desarmado(Canto XVI 777-815)

Su muerte tan esperada y tan premeditada no se parece a ninguna otra muerte descrita en la Iliacuteada Patroclo no se encuentra con un adversario que le mata sino con su propia muerte Como en muchas ocasiones aquiacute tambieacuten se necesita la intervencioacuten de un dios para resolver el duelo entre dos guerreros valientes Sin embargo en ninguna otra escena se presenta intervencioacuten divina semejante a eacutesta Patroclo estaacute inmoacutevil quieto y parado en la narracioacuten cuando Apolo pasando desapercibido entre la confusioacuten del combate oculto en una neblina le golpea por detraacutes Por detraacutes recibe Patroclo el golpe del dios estupefacto impotente siente el abandono en su cuerpo Le abandona la fuerza el vigor de sus miembros le abandona su ar-madura Las armas de Aquiles van cayeacutendose progresivamente marcando el espacio alrededor de Patroclo que se mantiene de pie en el centro como un palo

Despojado de todas sus defensas Patroclo recibe por detraacutes de nuevo el

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ataque de Euforbo eacuteste retira la lanza clavada entre los hombros y se pierde corriendo entre la muchedumbre Patroclo estaacute atoacutenito desnudo en un pai-saje de hierro bronce resistentes pieles de bueyes gritos alaridos y agita-ciones violentas Herido intenta escaparse refugiarse protegerse Heacutector veloz y decisivo se acerca a eacutel y lo perfora con su lanza causaacutendole la herida mortal Patroclo queda completamente humillado las jactancias que Heacutector profi ere resuenan con crueldad sobre este cuerpo del guerrero que ya no es Del cuerpo sin vida de Patroclo cuerpo al que ya abandonoacute el alma Heacutector retira su lanza con un movimiento brusco Patroclo es una cosa en el espa-cio material bruto al que se puede pisar casi como si fuese tierra La lanza el objeto sobrevive a la persona que ha matado y se volveraacute a usar para matar a otra y otra y otra maacutes La relacioacuten entre el elemento de aniquilacioacuten y la existencia aniquilada no es exclusiva

Patroclo doblegado por el golpe del dios y por la lanzaempezoacute a replegarse a la turba de los compantildeeros por eludir la parcaHeacutector nada maacutes ver al magnaacutenimo Patrocloretrocediendo herido por el agudo broncellegoacute cerca de eacutel entre las ilas le hirioacute con la lanzaen lo maacutes bajo del ijar y le hundioacute el bronce de parte a parteRetumboacute al caer y causoacute gran pesar a la tropa de los aqueosComo cuando un leoacuten domina por la fuerza a un indomable jabaliacutecuando ambos en las cimas de un monte luchan con gran ierezaalrededor de un escaso manantial y los dos quieren bebery el leoacuten logra doblegar por la fuerza al jadeante jabaliacuteasiacute al fornido hijo de Menecio tras haber matado a muchosHeacutector Priaacutemida le arrebatoacute la vida de cerca con la picay blasonando de su triunfo le dijo estas aladas palabraslaquoiexclPatroclo Bien que asegurabas que asolariacuteas nuestra ciudady arrebatariacuteas el diacutea de la libertad a las mujeres troyanasy las llevariacuteas en las naves a tu tierra patriaiexclInsensato En su defensa los ligeros caballos de Heacutectorhan llegado al combate a galope tendido Tambieacuten yo con la picasobresalgo entre los combativos troyanos porque les apartodel diacutea fatal a ti en cambio los buitres te devoraraacuten aquiacuteiexclInfeliz No te ha socorrido ni Aquiles por valeroso que seaque se ha quedado y sin duda te ha dado muchos encargos al salirlsquoNo regreses oh Patroclo conductor de caballosa las huecas naves hasta que la tuacutenica ensangrentada del homicida Heacutector hayas desgarrado alrededor del pechorsquoSin duda eso te ha dicho y ha persuadido tu insensata menteraquo

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Desfallecido replicaste Patroclo conductor de caballoslaquoYa te has jactado ahora Heacutector demasiado Te han dadola victoria Zeus Croacutenida y Apolo que me han doblegado facilmente pues ellos me han quitado las armas de los hombrosAunque veinte como tuacute me hubieran salido al encuentrotodos habriacutean perecido aquiacute mismo doblegados bajo mi lanzaPero el funesto destino y el hijo de Leto me han matadoy de los hombres Euforbo tuacute al despojarme soacutelo eres tercero Otra cosa te voy a decir y tuacute meacutetela en tus mientestampoco tuacute viviraacutes mucho tiempo proacuteximos a tiya acechan la muerte y el imperioso destinoque te haraacuten sucumbir a manos del intachable Aquiles EaacutecidaraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacute El aliento vital salioacute volando de sus miembros y marchoacute al Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando el esclarecido Heacutector le dijolaquoiexclPatroclo iquestPor queacute me vaticinas el abismo de la ruinaiquestQuien sabe si Aquiles hijo de Tetis de hermosos cabellos se anticiparaacute y pereceraacute antes que yo golpeado por mi lanzaraquoTras hablar asiacute arrancoacute la bronciacutenea pica de la heridaapoyando encima el pie y lo apartoacute boca arriba de la lanzaA continuacioacuten marchoacute con el astil en busca de Automedonteescudero comparable a los dioses del velociacutepedo Eaacutecida a quien ansiaba disparar pero ya lo sacaban los ligeros caballosinmortales espleacutendidos dones regalados por los dioses a Peleo(Canto XVI 816-867)

Los ligeros caballos inmortales que en su movimiento centriacutefugo llevan a Automedonte lejos de este lugar fuacutenebre lejos de Heacutector que estaacute ansioso por sangre echan un rayo de luz sobre la escena Su corrida trae una corrien-te de aire que nos permite respirar con la mirada desenfocada a la distancia Por un breve instante Patroclo estaacute solo en silencio sin armas sin compantildee-ros sin vida Apenas estaacute yace en la tierra en un lugar vaciacuteo

Esta quietud dura muy poco En seguida Menelao desde lejos advierte la muerte de su compantildeero A partir de este momento corre hacia eacutel realizan-do un movimiento centriacutepeto inverso al de los caballos Este movimiento de Menelao la batalla que irrumpe alrededor del cuerpo de Patroclo y la aten-cioacuten de todos que se dirige de nuevo hacia eacutel vuelven a crear una atmoacutesfera asfi xiante densa ineludible Es la guerra que se recicla y recrea a siacute misma atando y desatando nudos desplazando y transformando sus centros

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4 Destruccioacuten del cuerpo construccioacuten del cuerpo [Aquiles y Heacutector]

En ocasiones el movimiento que el poeta de la Iliacuteada nos propone seguir es un movimiento intracorporal una negociacioacuten que toma lugar en el interior de un cuerpo y se parece a un diaacutelogo entre sus partes El cuerpo homeacuterico es un cuerpo fragmentado plural habitado por sensaciones sentimientos estados de aacutenimo compuesto por distintas regiones oacuterganos miembros un cuerpo con vida interior y vivido desde el interior

Mejor dicho citando a Jean-Pierre Vernant ldquoEn tanto que el cuerpo estaacute vivo es entendido como una multiplicidad de oacuterganos y de miembros animados por las pulsiones que les son propias es el espacio donde se despliegan y a veces se enfrentan los impulsos las fuerzas contrarias Seraacute con ocasioacuten de su muerte cuando se encuentra desierto cuando el cuerpo adquiera su unidad formalrdquo1 Tambieacuten es importante recordar que en el griego arcaico la palabra σῶμα no designaba al cuerpo vivo sino al cadaacutever

Asi habloacute y la a liccioacuten invadioacute al Pelida y su corazoacutendentro del velludo pecho vacilaba entre dos decisioneso desenvainar la aguda espada que pendiacutea a lo largo del musloy hacer levantarse a los demaacutes y despojar eacutel al Atridao apaciguar su coacutelera y contener su furorMientras revolviacutea estas dudas en la mente y en el aacutenimoy sacaba de la vaina la gran espada llegoacute Atenea del cielo(Canto I 188-195)

En los versos de la Iliacuteada cada sensacioacuten emocioacuten sentimiento o pensa-miento se ubica en un lugar preciso en el cuerpo de quien lo experimenta Maacutes bien todo lo que ocurre en el plano mental-psiacutequico se manifi esta tam-bieacuten en el cuerpo como un acontecimiento un siacutentoma mantiene un viacutenculo

1 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 63 Al morir el cuerpo sujeto y soporte de acciones se transforma a puro objeto para el otro En el mismo libro Vernant sentildeala tambieacuten el caraacutecter plural de la cor-poreidad arcaica en la Iliacuteada a menudo se hace referencia a las partes del cuerpo en plural y no en singular

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intriacutenseco con la realidad corpoacuterea Los deseos los miedos las ideas los valores apropiados funcionan como impulsos que generan movimiento en los cuerpos de los heacuteroes Al reveacutes un impuso una emocioacuten o una sensacioacuten se conocen a traveacutes de su expresioacuten en el cuerpo Manos ansiosas por matar pies ligeros interior revuelto pensamientos que se remueven en el vientre rabia acurrucada en el corazoacuten la cara tapada con la palma de la mano amistad en el seno La Iliacuteada abunda de imaacutegenes como estas

Seriacutea seguramente un anacronismo introducir aquiacute la nocioacuten de embodiment y hablar de sujetos encarnados dado que esta nocioacuten proviene de una larga tradicioacuten fi losoacutefi ca que ofrecioacute muchas explicaciones diferentes acerca de la relacioacuten entre cuerpo y alma despueacutes de generar esta divisioacuten La eacutepoca en la que se escribe la Iliacuteada todaviacutea no conoce el dualismo cuerpo-alma y en sus versos probablemente se registra aquello que fue la manera intuitiva de percibir y entender el mundo desde la experiencia concreta Como escribe Walter Ong antes de la generalizacioacuten del uso de la escritura el pensamien-to de una cultura oral se mantiene cerca del mundo humano vital y tiende a ser situacional maacutes que abstracto2 Algo parecido se puede observar en el pensamiento infantil sobre todo antes de la adquisicioacuten de la habilidad de leer y escribir Los relatos y los juegos de los nintildeos estaacuten muy vinculados al cuerpo y en ellos se desdobla un pensar y un sentir desde el cuerpo con el cuerpo y para el cuerpo3

Jean-Pierre Vernant escribe al respecto ldquoPara destacar esta imbricacioacuten de lo fiacutesico y de lo psiacutequico dentro de una conciencia de siacute que al mismo tiempo supone un compromiso con las diversas partes del cuerpo James Redfi eld ha afi rmado de modo sorprendente que en los heacuteroes de Homero ldquoel yo in-terior no es otra cosa que el yo orgaacutenicordquo Tal vocabulario si no del cuerpo siacute por lo menos de las distintas dimensiones o aspectos de lo corporal confor-ma en conjunto un coacutedigo que permitioacute a los griegos expresar o pensar sus relaciones consigo mismos el modo de presentarse a siacute mismos de manera maacutes o menos clara maacutes o menos unifi cada o dispersa seguacuten las circunstan-cias pero igualmente nos proporciona una pista sobre sus relaciones con un otro al cual estaacute vinculado por todas las formas de apariencia corporalrdquo4

2 Veacutease Oralidad y Escritura tecnologiacuteas de la palabra p48-623 En esta direccioacuten se organiza Territorio do brincar un proyecto de investigacioacuten que intenta cartografi ar los juegos de los nintildeos en Brasil buscando similitudes y diferencias seguacuten la regioacuten el grupo social la edad el geacutenero esencialmente remitiendo al cuerpo httpterritoriodobrincarcombr4 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 18

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En los primeros cantos de la Iliacuteada la batalla descrita es representada en planos panoraacutemicos Los duelos tienden a resolverse deprisa en pocos versos y la atencioacuten recae sobre el heacuteroe que mata resaltando su valor como guerrero relatando sucesivamente un ataque despueacutes de otro El paisaje sonoro que se construye en las primeras escenas de combate estaacute compuesto por el bullicio del campo de batalla los gritos y los alaridos el relincho de los caballos y los sonidos metaacutelicos de las armas que se entrechocan cons-tantemente Es crucial recordar sin embargo que esta sonoridad surge y es posible precisamente porque en la Iliacuteada la batalla es siempre una batalla cuerpo a cuerpo Al enfrentarse los dos grupos aqueos y troyanos se acer-can se acercan a tal punto que se juntan formando un aglomerado com-plejo El sonido emergente es el sonido o tal vez el ruiacutedo de la confl uencia violenta de elementos y personas en un mismo sitio en un mismo instante

A medida que la narracioacuten de la Iliacuteada avanza se multiplican las referencias al cuerpo se intensifi can los estiacutemulos sensoriales la interaccioacuten entre los cuerpos se vuelve maacutes cercana maacutes iacutentima maacutes profunda Este acercamien-to se hace progresivamente maacutes expliacutecito cada guerrero tiene su historia y su linaje mientras en las escenas de duelo a menudo se abren espacios de diaacutelogo donde se despliegan las vidas de los heacuteroes Al paisaje sonoro exis-tente se antildeaden progresivamente la respiracioacuten y el latido del corazoacuten los gestos se hacen maacutes iacutentimos y sutiles Ademaacutes abundan las descripciones de la envoltura corporal a traveacutes de ella se va construyendo un puente entre el sujeto y el mundo circundante

Igual que el estruendo de los lentildeadores se elevaen las caacutercavas del monte y de lejos repercuten los golpesasiacute se levantaba desde la espaciosa tierra el estreacutepitodel bronce y de los bien elaborados escudos de bovina pielal choque de las espadas y de las picas de doble moharra(Canto XVI 633-637)

Como cuando revolotean procedentes de Zeus espesos coposgeacutelidos bajo el empuje del Boacutereas nacido del eacuteterasiacute de espesos eran entonces los cascos gallardos de su brilloque saliacutean en tropel de las naves los abollonados broqueleslas corazas de soacutelidas placas y las lanzas de vara de fresnoEl fulgor llegoacute al cielo la tierra entera rioacute alrededorpor el relaacutempago del bronce y el ruido rugiacutea bajo los pasosde los guerreros Y en medio se armaba el divino Aquiles

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Sus dientes rechinaban los dos ojos le brillaban como sifueran llamaradas de fuego y el corazoacuten en su interior estabainundado de una insufrible tristeza Airado contra los troyanosse vistioacute con los dones que Hefesto le habiacutea forjado con esmeroPrimero se colocoacute alrededor de las pantorrillas las grebasbellas ajustadas con aacuteureas tobillerasEn segundo lugar alrededor del pecho se puso la corazaA los hombros se echoacute la espada tachonada con clavos de platabronciacutenea a continuacioacuten cogioacute el alto y compacto escudocuyo resplandor llegaba tan lejos como el de la lunaComo cuando desde el Ponto se les aparece a unos marinerosel destello de un incandescente fuego que arde sobre un monteen un solitario establo y contra su voluntad los vendavaleslos arrastran lejos de los suyos sobre el mar rico en pecesasiacute llegaba al eacuteter el resplandor del escudo de Aquilesbello primoroso Luego alzoacute el ponderoso yelmoy se lo caoacuteo en la cabeza Como un astro refulgiacuteael yelmo con su penacho y ondeaban alrededor las crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenAquiles de la casta de Zeus se proboacute las armas para versi le cuadraban y permitiacutean correr a sus ilustres miembrosLe sentaban como alas y en volandas al pastor de huesteslo elevaban De un estuche sacoacute la paterna picapesada larga y compacta ninguacuten otro de los aqueos podiacuteablandiria solo Aquiles era capaz de blandir la peliacuteadalanza de fresno que Quiroacuten habiacutea procurado a su padre de la cima del Pelio para que fuera matanza de heacuteroes(Canto XIX 357-391)

Las armas sean elementos de defensa o de ataque aparecen y sirven como extensiones del cuerpo de quien las utiliza El guerrero las necesita para ir al combate es soacutelo a traveacutes de ellas que puede participar en la guerra matar y evitar que sea muerto por otros Como hemos visto en la escena de la muerte de Patroclo despojarse de las armas signifi ca privarse de los medios de de-fensa y ataque signifi ca perder algo del propio cuerpo y encontrarse des-nudo casi mutilado presa a la disposicioacuten de los enemigos Por otra parte armarse signifi ca prepararse desarrollar un medio de comunicacioacuten entre el propio cuerpo y el terreno de batalla comunicacioacuten basada en la destruc-cioacuten y extensioacuten establecida desde fuera

La voz tambieacuten es una extensioacuten del propio cuerpo una extensioacuten que en

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

este caso empieza desde el interior y cuyo objetivo es crear construir El habla emerge como una de las posibilidades del cuerpo y durante la comuni-cacioacuten siempre y exclusivamente oral en el mundo arcaico la voz adquiere una dimensioacuten espacial5 Mejor dicho la voz tiene el potencial de transfor-mar el lugar donde se escucha En el acto de hablar la enunciacioacuten ocurre en un lugar determinado y ejerce su infl uencia sobre este lugar Esta trans-formacioacuten se debe tanto al signifi cado linguiacutestico al enunciado en siacute como a la espacialidad propia del sonido su capacidad inherente de envolvernos Privarse del derecho a la propia voz como Helena y las otras mujeres-pre-mio o como los esclavos de la Iliacuteada tambieacuten tiene el efecto de una mutila-cioacuten y modifi ca radicalmente la interaccioacuten con el mundo

Atendiendo minuciosamente a palabras y acciones el espacio del poema se confi gura casi absolutamente por la presencia humana en eacutel a veces densa y asfi xiante6 Los duelos se alargan cada vez maacutes y adquieren importancia para la evolucioacuten y el desenlace de la historia A fi n de reforzar esta im-portancia algunos duelos se anticipan en la narracioacuten de manera que el receptor del poema estaacute pendiente de su aparicioacuten y otros se recuerdan de nuevo despueacutes de que hayan terminado Por otra parte se pone cada vez maacutes eacutenfasis a la destruccioacuten del cuerpo a las heridas y a la aniquilacioacuten del otro y es mediante esta destruccioacuten que se construye la imagen del cuerpo en la Iliacuteada

A ambos lados de los dos Ayantes se colocaron los batallonessoacutelidos que ni Ares de haber ido alliacute habriacutea criticado en nadani tampoco Atenea estiacutemulo de las huestes pues eran paladinesselectos los que aguardaban a los troyanos y al divino Heacutectorforti icando asta con asta y escudo con escudo unidos por la base Se apoyaban broquel en broquel casco en casco hombre en hombreLos empenachados cascos se tocaban con los brillantes crestonesal menear la cabeza iexcltan apinados unos con otros formabanHaciacutean entrelazarse las picas que en las audaces manosvibraban y no teniacutean otra idea que avanzar y ansiar la lucha(Canto XVI 126-135)

Como escribe Maronitis acerca de la Iliacuteada en ella se produce un acerca-

5 laquoSe despertoacute del suentildeo la divina voz auacuten se difundiacutea alrededorraquo (Iliacuteada canto II 41)6 laquopues aquel diacutea muchos troyanos y aqueos quedaron | de bruces tendidos en el polvo unos al lado de otrosraquo (Iliacuteada Canto IV 543-544)

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

miento gradual que se dirige del escuchar al ver y del ver al tocar7 Seguacuten eacutel la narracioacuten en la Iliacuteada es invasiva invade la accioacuten desde el pasado hacia el presente situando al receptor en el presente narrativo en contacto con los acontecimientos narrados a diferencia de la Odisea o de otras epopeyas tradicionales que situacutean al receptor a una larga distancia temporal respecto a los acontecimientos De esta manera podemos tambieacuten decir que va cre-ciendo la empatiacutea que sentimos por los personajes mientras nos acercamos a ellos como si en nuestra propia piel pudieacuteramos experimentar lo que ellos viven

Progresivamente en la Iliacuteada marcan su aparicioacuten el dolor y el cansancio Todo el poema se refi ere a unos acontecimientos del deacutecimo antildeo de la guerra por lo que nos podemos imaginar que ambos bandos estaraacuten agotados des-trozados heridos debilitados Sin embargo este agotamiento generalizado no se puede apreciar desde el principio es como si los heacuteroes se agotaran du-rante la narracioacuten como si la propia narracioacuten fuese la encarnacioacuten de este agotamiento Asiacute la Iliacuteada nos demuestra claramente aquello que la guerra es agotadora hasta la destruccioacuten completa Siguiendo a Weil8 en la guerra se usa la fuerza de manera desmesurada para aniquilar al otro hasta que la fuerza actuacutee por siacute misma destruyendo al que la ejerce y al que la recibe indistintamente

Al acercarse a los cuerpos de los personajes al atender a los traumas que reciben la Iliacuteada genera unas descripciones desgarradoras por realistas del dolor fiacutesico A menudo no es el momento de la herida que resulta maacutes do-loroso ya que el guerrero estaacute todaviacutea inmerso en la adrenalina de la bata-lla el arma que penetra su cuerpo es defi nitivamente un acto cruel pero su efecto no se hace perceptible de inmediato El guerrero herido puede seguir luchando y sangrando hasta que la sangre se seque y eacutel empiece a padecer de agudos dolores La descripcioacuten del dolor del heacuteroe se inicia en su propia herida en el movimiento de la sangre en el interior de su cuerpo y es este dolor que cuando aparece pone de manifi esto la herida el miembro herido el cuerpo la fragilidad la destruccioacuten la vida y la muerte

7 Traduzco del epiacutelogo de su traduccioacuten de la Iliacuteada laquo[el receptor de la Iliacuteada] escuchando puede ver los acontecimientos y viendo puede tocarlos Se trata pues de una escalada de la audicioacuten a la vista y de la vista al contacto rozando el liacutemite del tactoraquo (Ομήρου Ιλιάς trad de Δ Ν Μαρωνίτης p597-598)8 ldquoForce is as pitiless to the man who possesses it or thinks he does as it is to its victims the second it crushes the fi rst it intoxicates The truth is nobody really possesses itrdquo (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p191)

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Cuando lo advirtioacute Cooacuten conspiacutecuo entre los guerrerosel Antenoacuterida primogeacutenito una acerba tristezale cubrioacute los ojos por la muerte de su hermano Se apostoacutede soslayo con la lanza sin que lo notara el divino Agamenoacuteny le hirioacute en mitad del antebrazo por debajo del codola punta de la reluciente lanza se lo atravesoacute rectaSe estremecioacute entonces Agamenoacuten soberano de hombrespero ni auacuten asiacute cesoacute en la lucha y en el combate y arremetioacute a Cooacuten con la pica nutrida por los vientos[]Continuoacute recorriendo las hileras de los demaacutes guerreroscon la pica con la espada y con enormes guijarros mientras la sangre caliente estuvo borbotando de la heridaPero en cuanto la uacutelcera comenzoacute a secarse y cesoacute la sangreagudos dolores penetraron en el ardor del Atrida(Canto XI 248-268)

Joanna Bourke sostiene que el dolor se puede entender como un evento una manera de estar en el mundo9 Es interesante recordar aquiacute que en griego existen dos maneras de hablar del dolor que uno siente πονάω que seriacutea algo como (yo) duelo primera persona del verbo doler y πονάει (me) duele En el primer caso el dolor se manifi esta como un estado de mi ser un estado en el cual me encuentro casi activamente y se puede decir πονάω sin maacutes estoy en dolor o πονάω en el estoacutemago o πονάω entre la cadera y la columna o sea estoy en dolor en un lugar especiacutefi co siempre soy yo que estoy asiacute yo iacutentegro que aparezco en el dolor aunque mi dolor pueda ser concreto y localizable en una parte de miacute En cambio en el segundo caso tal como en castellano hay siempre algo que duele la mano el brazo el pie el diente la cabeza el corazoacuten me duele algo miacuteo pero como si fuese ajeno a miacute como si mi brazo no fuese exactamente yo este dolor no se refi ere a la totalidad de mi ser Existe una distancia entre la persona que experimenta el dolor y el punto donde se localiza este dolor

Apenas habloacute asiacute y el teacutermino de la vida le cubrioacutelos ojos y las narices Patroclo apoyoacute el pie en su pechoy arrancoacute del cuerpo la lanza con ella salioacute el pericardio

9 ldquoWe should think of pain as an event as a way of being in the worldrdquo Conferencia de Joanna Bourke en el Centro Cultural de la Fundacioacuten Onassis en Atenas con fecha 03022015 La historiadora autora del libro The Story of Pain From Prayer to Painkillers recurriendo entre otras fuentes a testimonios de soldados y de meacutedicos de la primera y la segunda guerra mundial en esta conferencia hizo referencia a casos de heridas muy graves para explorar la manera como se experimenta el dolor y el signifi cado que le puede ser asignado

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y junto a la punta de la pica le extrajo el aliento de la vida(Canto XVI 502-505)

En la herida abierta aquella herida dolorosa y mortal se abre el cuerpo se expone el interior de la persona y se derrama hacia el exterior irreversible-mente El trauma es una viacutea de escape de la sangre de los oacuterganos del alma de la propia vida En la apertura del cuerpo herido encuentra una salida tambieacuten el aliento el uacuteltimo aliento de la vida en esta apertura y en el dolor que la acompantildea se afi rma el cuerpo y la existencia carnal fraacutegil efiacutemera del ser Esta afi rmacioacuten culmina en la terminacioacuten de la vida que se produce a traveacutes de la misma apertura En otros pasajes de la Iliacuteada el alma se escapa del cuerpo muerto a traveacutes de la boca la boca que es tambieacuten una apertura en el cuerpo apertura a la que Pierre Feacutedida situacutea en el comienzo del cuerpo humano10 El comienzo que ha de coincidir con el fi nal

Ampliando estas refl exiones se puede considerar que el cansancio es tam-bieacuten una manera de estar en el mundo una manera del cuerpo para afi r-marse en el mundo Un cuerpo cansado de la misma manera que un cuerpo que duele se pronuncia aquiacute estoy Tambieacuten se encuentran en la Iliacuteada des-cripciones del cansancio fiacutesico de la manera como el cansancio afecta a los miembros del heacuteroe Con sutileza el poeta identifi ca lugares en el cuerpo lugares precisos cada uno de los cuales experimenta una sensacioacuten distinta El cuerpo es plural como dice Vernant compuesto por varios sitios varios oacuterganos varios miembros y en eacutel se pueden escuchar muchas voces a la vez si estamos sufi cientemente atentos a ellas

Ayante ya no resistiacutea pues los dardos lo acosaban con fuerzay le doblegaban la voluntad de Zeus y los arrogantes troyanoscon sus disparos terrible ruido en sus sienes la relucientecelada haciacutea con los proyectiles sufriacutea continuos impactosen los bien fabricados mamelones y se cansaba el hombro izquierdode embrazar sin cesar el tornasolado escudo Mas no podiacuteanhacer que se tambalease a los lados bajo el peso de los dardosCon fatigoso e incesante sofoco respiraba el sudor le luiacuteaa chorros de los miembros por todos los lados y no hallabaresuello por doquier se amontonaba desgracia sobre desgracia(Canto XVI 102-111)

10 Pierre Feacutedida Par ougrave commence le corps humain

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En los versos del poema se trazan mapas de dolor y de cansancio sobre el cuerpo de manera que el cuerpo se convierte en territorio y la narracioacuten en cartografiacutea En algunas ocasiones a traveacutes de los siacutemiles empleados se di-bujan paralelismos entre el cuerpo y el paisaje entre la persona y la natura-leza laquoComo cuando el vasto pieacutelago se riza de mudo oleaje | y preludia los veloces senderos de los sonoros vientos | auacuten en calma sin echar a rodar ni hacia acaacute ni hacia allaacute | hasta que desciende una decidida brisa procedente de Zeus | asiacute el anciano con el aacutenimo desgarrado dudaba entre dos planes | si penetrar en la muchedumbre de los daacutenaos de veloces potros | o ir en busca del Atrida Agamenoacuten pastor de huestesraquo11

Acerqueacutemonos ahora al que viene a ser el duelo maacutes importante de la Iliacuteada La confrontacioacuten entre Heacutector y Aquiles episodio destacado entre los varios episodios del mito no llega a comenzar hasta el canto XX para concluir al fi nal del canto XXII casi al fi nal del poema Es una confrontacioacuten que se realiza en tres actos un primer duelo corto y no sangriento resuelto con la intervencioacuten divina un intervalo en que se presentan las hazantildeas de Aquiles y su persecucioacuten por los dioses y el duelo defi nitivo que engloba la perse-cucioacuten de Heacutector por Aquiles alrededor de la ciudad de Troya y el enfrenta-miento fi nal de los heacuteroes resultante en la muerte de Heacutector

Este duelo es el uacuteltimo de la Iliacuteada en eacutel llega a colmo la violencia de la guerra y se alcanza la destruccioacuten plena y defi nitiva del cuerpo Por otra parte los adversarios estaacuten luchando con todas sus fuerzas por una causa personal Heacutector estaacute defendiendo a su amada familia (sobre todo) a su ciudad y a su pueblo mientras Aquiles se estaacute vengando de la peacuterdida de su maacutes iacutentimo amigo y compantildeero Aunque sus motivos son diferentes ambos haraacuten todo lo posible para aniquilar al otro motivados por el afecto antes que por heroiacutesmo u obligacioacuten hacia la polis En este duelo iacutentimo y dolo-roso se estiran los liacutemites del cuerpo de la fuerza del aguante y del vigor

En cuanto Heacutector vio a su hermano Polidoroencorvaacutendose hacia el suelo con las entrantildeas en la mano la niebla se derramoacute sobre sus ojos y ya no soportoacute seguirmaacutes tiempo merodeando a distancia sino que fue contra Aquileshaciendo oscilar la aguda lanza semejante a la llama Eacutestenada maacutes verlo dio un salto hacia eacutel y exclamoacute triunfantelaquoYa estaacute cerca el hombre que maacutes me ha fustigado el aacutenimo

11 Iliacuteada Canto XIV 16-22

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el autor del asesinato de mi preciado compantildeero Ya no podemosescondernos maacutes tiempo uno de otro por los puentes del combateraquoDijo y miraacutendolo con torva faz se dirigioacute al divino HeacutectorlaquoAceacutercate maacutes y asiacute llegaraacutes antes al cabo de tu ruinaraquoSin intimidarse le replicoacute Heacutector el de tremolante penacho laquoiexclPeacutelida No esperes aterrorizarme soacutelo con palabrascomo a un ingeacutenuo nintildeo porque yo tambieacuten soy bien capazde proferir tanto injurias como insultosSeacute que tuacute eres valeroso y que yo soy muy inferior a tiPero estos asuntos descansan en las rodillas de los dioses puede que auacuten siendo inferior sea yo quien te arrebate la vidaacertando con la lanza tambieacuten mi dardo estaacute a ilado siempreraquo(Canto XΧ 419-437)

Aquiles ha matado a Polidoro el hijo maacutes joacuteven de Priacuteamo y uno de los hermanos de Heacutector Su lanza le atravesoacute el torso al lado del ombligo y la Iliacuteada lo presenta sujetando sus entrantildeas mientras se cae encorvado a tierra Es esta imagen de su hermano la que mueve el aacutenimo de Heacutector quien decide atacar a Aquiles ignorando el consejo de Apolo Un cuerpo en des-truccioacuten las entrantildeas sujetadas en la mano el dolor fiacutesico se transforma en afecto dolor psiacutequico la niebla sobre los ojos y despueacutes en movimiento que busca generar maacutes dolor en otro cuerpo El ciclo de la violencia La muerte de Polidoro aunque no tenga en la Iliacuteada la misma importancia que la de Patroclo funciona como un elemento que permite al poeta construir una base simeacutetrica para el primer duelo Heacutector-Aquiles dado que ahora cada uno de los dos quiere vengarse por haber perdido a alguien muy querido en manos del otro

El inicio del enfrentamiento es verbal Reconocimiento del otro como ene-migo amenazas insultos y motivos personales se incluyen en los pequentildeos discursos de ambos Heacutector cierra su discurso resaltando que son los dioses quienes decidiraacuten la suerte del duelo como de todas las cosas que acontecen en la tierra A continuacioacuten el breve combate entre Heacutector y Aquiles seraacute resuelto precisamente por los dioses Atenea y Apolo Heacutector es quien ataca primero y Atenea desviacutea su lanza Aquiles ataca tres veces consecutivas y todas ellas su lanza rebota en la tupida bruma con la que Apolo envuelve a Heacutector De esta manera se deja entender que el momento del enfrentamien-to defi nitivo no ha llegado todaviacutea Aquiles se lanza hacia otros troyanos y aliados ansioso de matar

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Como el maravilloso fuego estalla en las profundas canadas de un agostado monte y el espeso bosque se incendiay los remolinos de viento esparcen las llamas por doquierasiacute corriacutea furioso por doquier con la pica como una deidadacosando a sus viacutectimas y la sangre luiacutea por la negra tierraComo cuando alguien unce dos bueyes de anchos testuces para trillar en la bien construida era la blanca cebadaque pronto se desconcha bajo las patas de los mugidores bueyesasiacute los soliacutepedos caballos a las oacuterdenes del magnaacutenimo Aquilespisoteaban cadaacuteveres y broqueles Debajo el timoacuten estabaentero salpicado de sangre y las barandas alrededor de la caja hasta donde llegaban las gotas que despediacutean las equinas pezuntildeasy las que procediacutean de las llantas Estaba aacutevido de ganar gloriael Peacutelida e iba manchando de mortandad sus inaferrables manos(Canto XΧ 490-503)

En este punto la Iliacuteada nos posiciona ante un masacre generalizado La sangre fl uye abundante y los cuerpos sin vida de los guerreros se amonto-nan descontroladamente sobre la tierra El campo de batalla es un paisaje de carniceriacutea y destruccioacuten absoluta denso y fuacutenebre un paisaje construido en silencio A partir de la descripcioacuten panoraacutemica que nos proporciona el poeta nos podemos representar visualmente la escena a grandes rasgos a la vez que podemos casi oler la sangre que corre todaviacutea caliente No obstante lo que causa mayor impacto es la calidad taacutectil de la imagen A traveacutes de los caballos de Aquiles que pisotean cadaacuteveres indistintamente salpican-do sangre a todas direcciones podemos sentir el volumen y el peso de los cuerpos que yacen en abandono entre armaduras y objetos que ya no les serviraacuten Podemos sentir la espesura de la sange que se va secando bajo el sol de Troya Pero iquestpodemos oir algo maacutes que silencio Seriacutea interesante pre-guntarmos con cuaacutel(es) de los sentidos recibimos percibimos y nos repre-sentamos una narracioacuten e intentar explorar las razones de tal diferenciacioacuten

Atravesando este paisaje desgarrador Aquiles se dirige hacia el riacuteo persi-guiendo a los troyanos algunos intentan huir hacia la ciudad mientras otros se encuentran atrapados en el riacuteo nadando entre sus corrientes y remolinos Antes de lanzarse contra ellos Aquiles deja su lanza en la ribera Pretende mantener un contacto iacutentimo con sus enemigos estando cerca de sus viacutecti-mas escuchando su respiracioacuten y observando su sufrimiento mientras elimi-na la vida de sus miembros usando sus propias manos y una daga Dentro del riacuteo intentaraacute saciar su deseo de venganza y sangre matando sin piedad a

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numerosos guerreros hasta que el cauce rebose de cadaacuteveres

La imagen del campo de batalla repleto de cadaacuteveres se reproduce intensi-fi cada dentro del riacuteo a tal punto que el propio riacuteo Escamandro advierte a Aquiles y le ordena a continuar la matanza en la llanura Cuando eacutel se lanza de nuevo hacia el cauce el paisaje se transforma de manera singular El riacuteo se presenta como un cuerpo vivo que se mueve determina su ruta y modera su fuerza durante su movimiento Escamandro arroja cadaacuteveres a la orilla protege a los troyanos en sus remolinos y persigue a Aquiles con toda su furia Durante esta curiosa persecucioacuten el heacuteroe se agota y empieza a deses-perar una vez que sus fuerzas le estaacuten abandonando Los dioses salvaraacuten a Aquiles del furor del riacuteo para que eacutel vuelva a lanzarse contra los troyanos una vez maacutes

laquoAnte su empuje los troyanos | se atropellaban en general desbandada sin ninguacuten socorro | que aparecieraraquo12 Estos versos contribuyen a la atmoacutesfera de asfi xiante densidad generada a lo largo de este canto Nos comunican que la llanura estaacute llena de hombres cuyo miedo a Aquiles les impulsa a correr en desorden hacia Troya mientras Priacuteamo abre para ellos las puertas Esceas Apolo tomando la forma de Ageacutenor provoca a Aquiles y le hace emprender una corrida sin fi n persiguiendo al dios En la narracioacuten surgen dos movimientos opuestos el movimiento de Aquiles y Apolo hacia el riacuteo Escamandro y el movimiento apresurado de los troyanos hacia la ciudad

Ademaacutes mediante un engantildeo apartoacute al Peacutelida de la huesteel protector asemejaacutendose en todo al propio Ageacutenor se detuvoante los pies de Aquiles que se lanzoacute corriendo a perseguirloDurante un rato eacuteste lo persiguioacute por el llano feraz en trigodesviando a lo largo del Escamandro el riacuteo de hondos remolinosal que le precediacutea corto trecho con astucia lo hechizaba Apolopara guardar intacta su esperanza de alcanzarlo con sus piesentre tanto los demaacutes troyanos fugitivos llegaron en tropelfelices a la ciudad que se llenoacute de refugiadosY fuera de la ciudad y de la muralla ni siquiera osaronaguardarse unos a otros para informarse del que hubiera escapadoy del que habiacutea muerto en el combate sino que penetroacute presurosoen la ciudad todo aquel a quien sus rodillas y sus pies salvaron(Canto XΧI 599-611)

12 Canto XΧI 527-529

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La corrida veloz de Apolo y Aquiles por el campo de batalla descentra y desenfoca la mirada y ampliacutea el plano En la velocidad del movimiento se diluye la espesura fuacutenebre de las imaacutegenes anteriores mientras el campo de batalla se vaciacutea de presencias humanas De esta manera el poema cierra el ciclo que habiacutea abierto despueacutes del primer encuentro de Heacutector y Aquiles El escenario de la narracioacuten se vaciacutea para entregarse purifi cado a los dos heacuteroes y soacutelo a ellos laquoImpedido por su destino fatal Heacutector quedoacute solo alliacute mismo | delante de Ilio y de las puertas Esceasraquo13

El espacio del duelo es un gran vaciacuteo la llanura de Troya delante de las puer-tas Esceas poblado por cadaacuteveres quizaacutes algunos cuerpos descuartizados armas que se cayeron de los guerreros muertos o se perdieron en el bullicio de la fuga y se esparcieron por el camino y probablemente algunos carros abandonados o caballos muertos Silencio absoluto Este espacio funciona como un escenario doble Por un lado estaacuten Priacuteamo y todos los troyanos que contemplan desde la parte maacutes alta de la muralla de Troya por otro lado estaacuten los aqueos que se encuentran lejos en la llanura de Troya hacia el riacuteo Escamandro y han recibido de Aquiles el orden de no atacar a Heacutector en ninguacuten caso por lo que tambieacuten seraacuten espectadores de este duelo inminente

Un escenario doble pues Heacutector se encuentra en eacutel solo y atemorizado mientras Aquiles engantildeado por Apolo se encuentra muy lejos de la mura-lla Cuando Aquiles empieza a correr motivado por su impulso de vengan-za su movimiento es directo y decisivo hacia la ciudad hacia Heacutector Al mismo tiempo Heacutector se presenta experimentando un movimiento mental El poeta desplaza la atencioacuten hacia el interior del heacuteroe

laquoiexclAy de miacute Si me meto en las puertas y en las murallasPolidamante seraacute el primero en cubrirme de oprobiospues me ha ordenado guiar a los troyanos hacia la ciudadesta noche maldita en que el divino Aquiles ha dejado la calmaMas yo no le he hecho caso y iexclcuaacutento mejor habriacutea sidoAhora que ha perecido la tropa por culpa de mis necedadesverguumlenza me dan los troyanos y troyanas de rozagantes mantosno sea que alguna vez alguien vil y distinto de miacute digalsquoHeacutector por iarse de su fuerza hizo perecer la huestersquoAsiacute diraacuten y en ese caso para miacute habriacutea sido mucho mejorenfrentarme contra Aquiles y regresar despueacutes de matarlo

13 Canto XΧII 5-6

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o perecer yo mismo con gloria delante de la ciudadiquestY si depongo el abollonado broquel y el ponderoso cascoy tras dejar la lanza apoyada contra la murallavoy sin armas y me presento ante el intachable Aquilesy le prometo entregar a Helena junto con las riquezasiacutentegras que Alejandro se trajo en las concavas navesa Troya accioacuten que fue la causa de la contiendaa los Atridas para que se la lleven y ademaacutes con los aqueosrepartirnos todos los demaacutes tesoros que guarda esta ciudadDespueacutes puedo tomar juramento de honor a los troyanosde no esconder nada y de repartir en dos lotes todoslos tesoros que encierra en su interior la amena ciudadelaPero iquestpor queacute mi animo me ha suscitado este debateiexclMira que si voy y me presento ante eacutel y lejos de apiadarsey de respetarme me mata desnudo sin la panopliaigual que a una mujer cuando ya me haya quitado las armasMas no es el momento de remontarse a la encina y a la piedra ni de charlar con eacutel de las lindezas de una doncella y un mozoni de las ternuras que una doncella y un mozo se intercambianMaacutes vale entablar la disputa cuanto antesiexclAveriguumlemos a quieacuten de los dos tiende el Oliacutempico su honorraquoMientras esperaba agitando estas ideas Aquiles se acercoacutesemejante a Enialio el guerrero del centelleante cascoenarbolando sobre el hombro derecho la peliacuteada lanza de fresnoterrible a los lados el bronce brillaba parecido al destelloque emiten el ardiente fuego o el sol al salirNada mas verlo Heacutector fue presa del temblor y ya no soportoacuteseguir alliacute sino que dejoacute atraacutes las puertas y echoacute a huir(Canto XΧII 99-137)

Habiendo desplazado la atencioacuten al interior del personaje el poema se acerca a eacutel estableciendo un viacutenculo de empatiacutea entre el lector y dicho per-sonaje Nosotros estamos recibiendo la narracioacuten a traveacutes de eacutel por medio de sus vivencias Aquiles se nos presenta refl ejado en la mirada y la reaccioacuten de Heacutector Su llegada interrumpe la introspeccioacuten y sentildeala el principio del enfrentamiento de manera que la intensidad del movimiento mental se con-vierte en intensidad de movimiento fiacutesico con esta transformacioacuten sutil el poema mantiene un equilibrio de energiacutea a la vez que produce un cambio de escena draacutestico La persecucioacuten de Heacutector por Aquiles comienza Es la tercera persecucioacuten relatada despueacutes del primer enfrentamiento de los dos heacuteroes Aquiles y Heacutector estaacuten fuera de las murallas corriendo jadeantes

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uno detraacutes del otro No conocemos a Troya en el poema nunca se describe su forma pero estamos corriendo con los heacuteroes alrededor de ella Las des-cripciones del paisaje intercaladas y las escenas de paz evocadas refuerzan por contradiccioacuten la tensioacuten mortal de la situacioacuten

Por alliacute pasaron corriendo uno huyendo y otro acosando detraacutesDelante huiacutea un valiente pero uno mucho mejor lo perseguiacuteaaprisa no era la viacutectima de un sacri icio ni una bovina pielpor lo que competiacutean premios comunes en las carreras humanas sino que corriacutean por la vida de Heacutector domador de caballos(Canto XΧII 157-161)

Tierra y Cielo los dos planos de accioacuten se activan a la vez Dos liacuteneas na-rrativas se desarrollan en paralelo La primera se dedica a los mortales es una liacutenea sin diaacutelogos pero en ella se puede intuir la agoniacutea El ritmo de la corrida marca la pauta de la escena La segunda liacutenea narrativa corresponde a los dioses que estaacuten observando la primera desde el Olimpo donde estaacuten reunidos para tomar decisiones sobre la suerte de los mortales Sus diaacutelogos suenan ligeros y despreocupados e incluso tienen un punto coacutemico lo que acaba reforzando la situacioacuten traacutegica de los heacuteroes

Cuando los dioses lo deciden intervienen en la historia haciendo que las dos liacuteneas narrativas se crucen y se junten Los dos planos de accioacuten ahora se funden en un uacutenico plano Troya con la llegada de Atenea que marca el fi nal de la corrida y el inicio del desenlace de la historia Atenea se presenta a los dos heacuteroes pero de manera distinta a cada uno de ellos ya que se rela-ciona de modo distinto con ellos coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector14 Con su presencia se rompe el silencio mortal de la persecucioacuten Diaacutelogos aparecen de nuevo El poeta estaacute preparando el terreno para el combate el espacio se vuelve abstracto despojado de elementos descriptivos mientras la presencia fiacutesica de los guerreros y su voz adquieren maacutes importancia La atencioacuten del receptor se va dirigiendo hacia ellos dos su presencia su con-frontacioacuten inminente sus palabras y sus acciones

Despueacutes de hablar asiacute desenvainoacute la aguda espada

14 Atenea participa en las acciones de Aquiles hablaacutendole en plural incluyente laquoAhora siacute que espero esclarecido Aquiles caro a Zeus | que ambos llevaremos a los aqueos una gran gloria a sus naves | tras aniquilar a Heacutector por insaciable de lucha que sea | Ahora ya no hay posibilidad de que se nos escape | por muchas penas que el protector Apolo sufra | rodando y rodando ante el padre Zeus portador de la eacutegida | Detente tuacute ahora y recobra el aliento que yo a eacuteste | me acercareacute y le convencereacute para que luche frente a frenteraquo (Canto XΧII 216-223)

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que llevaba suspendida de su costado larga y robustay tras tomar impulso partioacute cuaacutel aacuteguila de alto vueloque baja al llano a traveacutes de las tenebrosas nubespara arrebatar una tierna cordera o una treacutemula liebreasiacute partioacute Heacutector haciendo vibrar la aguda espadaTambieacuten se lanzoacute Aquiles con el aacutenimo lleno de furiasalvaje se cubrioacute el torso por delante con el escudobello primoroso mientras haciacutea oscilar el reluciente cascode cuatro mamelones y ondeaban alrededor las bellas crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenComo va entre los astros en la oscuridad de la noche la estrellavespertina el astro maacutes bello que hay ijo en el irmamentoasiacute era el fulgor de la a ilada punta que Aquiles blandiacuteacon la diestra maquinando la perdicioacuten del divino Heacutectore indagando donde su bella piel ofreceriacutea menor resistenciaTodo su cuerpo estaba protegido por la bronciacutenea armadurabella que habiacutea despojado al potente Patroclo tras matarlosoacutelo se veiacutea donde las claviacuteculas separan cuello y hombrosel gaznate que es por donde maacutes pronto se pierde la vidaPor alliacute el divino Aquiles le hundioacute la pica en pleno ataqueLa punta penetroacute derecha a traveacutes del delicado cuelloy el asta de fresno pesada por el bronce no le cercenoacute la traacutequeacon lo que todaviacutea pudo responderle y decir unas palabrasSe desplomoacute en el polvo y el divino Aquiles exclamoacute triunfantelaquoiexclHeacutector Al despojar a Patroclo sin duda creiacuteste estara salvo y para nada te preocupaste de miacute porque estaba lejosiexclInsensato Lejos de aquel un vengador muy superior a la zagase habiacutea quedado junto a las huecas naves y ese soy yoque te he doblado las rodillas De ti tiraraacuten y te humillaraacuten los perros y las aves y a eacutel los aqueos le haraacuten las exequiasraquoDesfallecido le dijo Heacutector el de tremolante penacholaquoiexclTe lo suplico por tu vida tus rodillas y tus padresNo dejes a los perros devorarme junto a las naves de los aqueosen lugar de eso acepta bronce y oro en abundancia regalos que te daraacuten mi padre y mi augusta madrey devuelve mi cuerpo a casa para que al morir del fuegome hagan partiacutecipe los troyanos y las esposas de los troyanosraquoMiraacutendolo con torva faz replicoacute Aquiles de pies ligeroslaquoNo implores perro invocando mis rodillas y a mis padres iexclOjalaacute que a miacute mismo el furor y el aacutenimo me indujerana despedazarte y a comer cruda tu carne por tus fechoriasTan cierto es eso como que no hay quien libre tu cabeza

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de los perros ni aunque el rescate diez veces o veinte vecesme lo traigan y lo pesen aquiacute y ademaacutes prometan otro tanto y ni siquiera aunque mandara pagar tu peso en oroPriacuteamo Dardaacutenida Ni auacuten asiacute tu augusta madre depositaraacuteen el lecho el cadaacutever de quien ella parioacute para llorarloLos perros y las aves de rapina se repartiraacuten entero tu cuerporaquoYa moribundo le dijo Heacutector el de tremolante penacho laquoBien te conozco con soacutelo mirarte y ya contaba con noconvencerte De hierro es el corazoacuten que tienes en las entrantildeasCuiacutedate ahora de que no me convierta en motivo de la coacutelerade los dioses contra ti el diacutea en que Paris y Febo Apolo tehagan perecer a pesar de tu valor en las puertas EsceasraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteEl aliento vital voloacute de la boca y marchoacute a la morada de Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando dijo Aquiles de la casta de ZeuslaquoiexclMuere Mi parca yo la acogereacute gustoso cuando Zeus quiera traeacutermela y tambieacuten los demaacutes dioses inmortalesraquoDijo y arrancoacute del cadaacutever la bronciacutenea picala dejoacute a un lado y le quitoacute de los hombros las armasensangrentadas Los hijos de los aqueos acudieron corriendoy quedaron admirados de la talla y de la envidiable bellezade Heacutector y nadie hubo que se presentara y no lo hirieraY asiacute deciacutea cada uno mirando al que teniacutea proacuteximolaquoiexclQueacute sorpresa iexclAhora siacute que es Heacutector mucho maacutes blandode tocar que cuando prendioacute las naves con el voraz fuegoraquoAsiacute repetiacutea cada uno cuando se presentaba y lo heriacutea(Canto XΧII 306-375)

Los dos heacuteroes se acercan con sus armas fi rmes en la mano15 y Aquiles pla-nifi ca el ataque que va a realizar Observa minuciosamente a Heacutector explora su cuerpo como si fuese territorio desconocido e identifi ca los lugares ex-puestos como si trazara sobre Heacutector un mapa de vulnerabilidad Una vez maacutes la Iliacuteada nos conduce hacia el espacio iacutentimo del cuerpo hacia la postu-ra la apariencia y estructura fiacutesica los gestos la distancia entre las personas la velocidad del movimiento y el impulso de la accioacuten

15 Heacutector tiene una espada y Aquiles una pica ya que sus lanzas las perdieron pocos versos atraacutes cuando intentaron atacar el uno al otro Heacutector esquivoacute la lanza de Aquiles mientras la lanza de Heacutector se desvioacute al chocar con el escudo de Aquiles Ahora los dos heacuteroes tienen que acercarse para matarse Este duelo requiere proximidad fiacutesica

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La pica atraviesa el cuello de Heacutector pero deja su traacutequea intacta para que eacutel pueda pronunciar sus uacuteltimas palabras justo antes de extinguirse su vida A las jactancias de Aquiles Heacutector responde suplicando por la suerte de su cuerpo y en esta suacuteplica se puede intuir la inminente suacuteplica de Priacuteamo Aquiles replica con execrable crueldad en sus palabras como en todas sus acciones despueacutes de entrar en la batalla se refl eja el cambio que la muerte de Patroclo provocoacute en su aacutenimo y comportamiento El moribundo Heacutector hace referencia al futuro de Aquiles tal como el moribundo Patroclo previoacute la muerte de Heacutector laquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteraquo es el verso que se repite ideacutentico en los dos casos mientras tanto Heacutector como Aquiles dirigen unas uacuteltimas y crueles palabras al cadaacutever del hombre que acaban de matar antes de arrancar el arma de la herida Sin embargo al contrario de lo que pasa con Patroclo Heacutector yace en la tierra abandonado y no hay nadie que pueda luchar por el honor de su cuerpo

El cuerpo sin vida tendido en el suelo y la voz de su asesino que resuena amenazadora sobre eacutel construyen una imagen muy potente a partir de la cual empieza el ultraje Los aqueos hasta entonces espectadores silenciosos presencias lejanas e intrascendentes16 se acercan y en su reaccioacuten se juntan dos acciones contradictorias por una parte admiran la belleza de Heacutector y por otra hieren su cuerpo repitiendo una exclamacioacuten verbal y un acto de violencia que parecen tener casi la funcioacuten de un ritual

laquo[] Nos hemos alzado con gran gloria hemos matado al divino Heacutectora quien los troyanos en la ciudad invocaban como a un diosraquoDijo e imaginaba ignominias contra el divino HectorLe taladroacute por detraacutes los tendones de ambos piesdesde el tobillo al taloacuten enhebroacute correas de bovina pielque atoacute a la caja del carro y dejoacute que la cabeza arrastraraMontoacute en la caja del carro recogioacute la ilustre armaduralos fustigoacute para arrearlos y los dos de grado echaron a volarGran polvareda se levantoacute del cadaacutever arrastrado los cabellososcuros se esparciacutean y la cabeza entera en el polvoyaciacutea antes encantadora Zeus entonces a sus enemigoshabiacutea concedido que lo ultrajaran en su propia patria(Canto XΧII 393-404)

16 laquoLos aqueos estaacuten cerca de las murallas de Troya pero como una presencia silenciosa e intrascendenteraquo (Caroline Alexander La guerra que matoacute a Aquiles p 205)

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5 El dolor que nos une [Priacuteamo y Aquiles]

Encerrados en la ciudad los troyanos se hacen testigos no soacutelo de la muerte de Heacutector sino tambieacuten de la crueldad a la cual se somete su cuerpo Con la huida de Aquiles quien arrastra el cadaacutever de Heacutector hacia el campamento aqueo el escenario se vaciacutea por completo y la atencioacuten se reconduce hacia Troya Sobre la torre de Ilio Heacutecuba se arranca los cabellos mientras Priacuteamo se representa revolcaacutendose en estieacutercol manifestando por primera vez su deseo de suplicar a Aquiles para que eacuteste le devuelva el cuerpo de su hijo

Asiacute quedoacute cubierta su cabeza entera de polvo Su madre se mesoacute los cabellos arrojoacute el niacutetido velo lejos y prorrumpioacute en muy elevados llantos al ver a su hijo Tambieacuten su padre emitioacute un lastimero gemido y las gentes por la ciudad eran presa de llantos y de lamentos Todo pareciacutea como si la almenada Ilio se estuviera consumiendo entera por el fuego desde los cimientos Las gentes a duras penas conteniacutean al apenado anciano ansioso por salir fuera de las puertas dardanias A todos imploraba rodando por el estieacutercol y llamando a cada uno por su nombre(Canto XXII 405-415)

Sus reiterativos llantos y gemidos inquietan tambieacuten a Androacutemaca quien desde su encuentro con Heacutector ha permanecido encerrada en su habitacioacuten tejiendo bellos mantos y preparando un bantildeo caliente para el regreso de eacutel en vano Es la agoniacutea por la suerte de Heacutector la que lleva a Androacutemaca a la muralla de nuevo repitiendo el movimiento que realizoacute en el canto VI cuando salioacute presurosa del palacio en busca de su marido mientras la no-driza la seguiacutea llevando al nintildeo en sus brazos Su lamento confi rma la pre-ocupacioacuten expresada en su diaacutelogo con Heacutector mientras en eacutel resuenan los lamentos de otras mujeres que perdieron a sus esposos y fueron convertidas en esclavas durante la guerra

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

La reaccioacuten de Priacuteamo ante la muerte de Heacutector se parece mucho a la prime-ra reaccioacuten que Aquiles tuvo al enterarse de la muerte de Patroclo Tanto a Aquiles como a Priacuteamo el duelo por la peacuterdida de alguien muy querido les hace cubrirse la cabeza y el cuerpo entero con un material no precisamente noble De este modo sus rasgos divinos adquieren un aspecto sucio y la-mentable que refl eja su estado psiacutequico En ausencia del cadaacutever al que les gustariacutea tener cerca y poder tocar durante el lamento1 en ese momento de soberbio dolor los hombres establecen un contacto con la tierra con el suelo con la materia orgaacutenica en la cual todo de una manera u otra se convierte

Asiacute habloacute y a eacutel una negra nube de a liccioacuten lo envolvioacuteCogioacute con ambas manos el requemado holliacuteny se lo derramoacute sobre la cabeza afeando su amable rostromientras la negra ceniza se posaba sobre su tuacutenica de neacutectar Y extendido en el polvo cuan largo era gran espacioocupaba y con las manos se mancillaba y mesaba los cabellosLas siervas que Aquiles y Patroclo se habiacutean adjudicado en prendaproferiacutean grandes alaridos a ligidas en su corazoacuten y a la puertacorrieron en torno del belicoso Aquiles y todas con las manos mientras se golpeaban el pecho cayeron postradas de hinojosDel otro lado Antiacuteloco se lamentaba y vertiacutea laacutegrimascon las manos de Aquiles cogidas y su glorioso corazoacuten gemiacuteaante el temor de que se segara la garganta con el hierro (Canto XVIII 22-34)

En ambos casos ellos no se encuentran solos en sus lamentos sino que estaacuten rodeados de otras personas2 sobre todo mujeres las mujeres de Troya en el caso de Priacuteamo y las siervas en el caso de Aquiles Es en torno a estos dos lamentos de Aquiles por Patroclo y de Priacuteamo por Heacutector y los respectivos intentos de honrar a los muertos que se estructuran los dos uacuteltimos cantos de la Iliacuteada Como afi rma Caroline Alexander despueacutes del enfrentamiento heroico maacutes importante del poema la Iliacuteada se enfoca en los difuntos y en

1 En otra ocasioacuten laquoEntre ellos el Pelida entonoacute un reiterativo llanto | poniendo sus manos homicidas sobre el pecho de su compantildeeroraquo (Iliacuteada Canto XXIII 17-18) Androacutemaca al recibir el cuerpo de su esposo hace lo mismo laquoEntre eacutestas Androacutemaca de blancos brazos inicioacute el llanto |mientras sujetaba la cabeza del homicida Heacutector en sus manosraquo (Iliacuteada Canto XXIV 723-724)2 En las escenas de la Iliacuteada los personajes tienden a formar conjuntos durante el lamento con el que estaacute maacutes afectado en el centro y los demaacutes alrededor suyo No es necesario que el motivo del lamento sea uacutenico y compartido por todos cada uno puede llorar por sus propios motivos pero el acto de llorar es compartido y su intensidad suele ajustarse a las necesidades del personaje principal de la escena Posteriormente el coro de la tragedia cumple tambieacuten con una funcioacuten parecida la de acompantildear a los personajes en sus lamentos soliloquios y diaacutelogos a menudo compartiendo sus estados de aacutenimo y otras veces expresando ideas o sentimientos opuestos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

las consecuencias de sus muertes3

Una vez concluidos los funerales de Patroclo y las competiciones de los aqueos en su honor el cadaacutever de Heacutector continuacutea yaciendo en el polvo y siendo arrastrado por Aquiles alrededor del tuacutemulo de su caro amigo El tuacutemulo tal como el cuerpo del guerrero muerto emerge como un centro en el espacio En alguacuten lugar (sentildealado y preciso) en la orilla del mar cerca de las naves aqueas se encuentra enterrada la urna que contiene los huesos de Patroclo que en breve albergaraacute tambieacuten los huesos de Aquiles4 Es en torno a este centro que el cuerpo de Heacutector atado con correas de bovina piel al carro de Aquiles dibuja tres ciacuterculos cada mantildeana con la primera luz del diacutea ciacuterculos que se inscriben en la tierra uno sobre otro durante nueve diacuteas Apolo protege al cuerpo de Heacutector de todo tipo de desgaste pero en el espacio deben permanecer las huellas de este proceso por muy efiacutemeras que sean

[] pero despueacutes de llorar y lamentarse remiten en su penapues las Moiras han hecho el aacutenimo humano apto para soportar(Canto XXIV 48-49)

Sin embargo este ritual viciado y repetitivo no consigue apaciguar el dolor de Aquiles ni tampoco saciar su deseo de venganza Eacutel todaviacutea estaacute afl igido Su fi gura es la de un hombre que no encuentra tranquilidad en ninguacuten sitio no puede estar quieto casi no puede estar No puede adormecer y cambia constantemente de posicioacuten se levanta se tumba de espaldas de lado boca abajo se sienta camina entra y sale de su tienda permaneciendo siempre inquieto Los dioses del Olimpo observadores perpetuos y duentildeos de la suerte de los mortales no dejan de discutir acerca de la resolucioacuten de esta situacioacuten hasta que Zeus toma su decisioacuten Tal como fue previsto al princi-pio del poema la coacutelera de Aquiles ha sido respetada por los dioses y eacutel ha sido honrado como corresponde a un heacuteroe mortal que es hijo de una diosa

3 laquoPero la Iliacuteada no es una epopeya convencional y en el mismo momento del mayor triunfo militar de su heacuteroe homero desviacutea la atencioacuten de Aquiles a las dos bajas maacutes importantes de la historia Patroclo y Heacutector es hacia las consecuencias de sus muertes sobre todo para el vencedor hacia donde pasa a dirigirse inexorablemente toda la accioacuten de la Iliacuteadaraquo (La guerra que matoacute a Aquiles p 227) Ademaacutes entre estos dos funerales se pueden rastrear relaciones de interdependencia Patroclo no es enterrado hasta que Heacutector es muerto y ultrajado en honor de Patroclo por otro lado Heacutector no se puede enterrar hasta que terminen los honores funerarios a Patroclo porque el ultraje de su cuerpo forma parte de ellos4 laquoiexclQue tambieacuten un mismo atauacuted encierre juntos nuestros huesos | y que sea la aacuteurea urna que te procuroacute tu augusta madre raquo es la peticioacuten que dirige en un suentildeo el alma de Patroclo a Aquiles peticioacuten que es completamente respetada por el propio Aquiles (Canto XXIII 91-92)

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

Ahora es el momento de honrar a Heacutector tambieacuten muy querido a los dioses liberando su cuerpo y devolvieacutendolo a Troya

Seguacuten el plan de Zeus con el que estaacuten de acuerdo todos los dioses oliacutem-picos Priacuteamo iraacute como suplicante a Aquiles y le ofreceraacute regalos a cambio del cadaacutever Para que se pueda cumplir el plan divino es necesario que se comunique previamente a los dos heacuteroes involucrados5 Ellos al conocer la voluntad de los dioses actuaraacuten de acuerdo con ella los dioses incitan sus acciones pero no actuacutean por ellos En el interior de su tienda Aquiles se encuentra llorando Tetis se sienta a su lado y establece un contacto fiacutesico con eacutel antes de hablarle y los dos mantienen un diaacutelogo muy breve Por su parte Iris llega al palacio de Priacuteamo donde el anciano rey estaacute reiterando el llanto que habiacutea iniciado Priacuteamo la recibe en silencio temblando Sin espe-rar contestacioacuten la diosa se va y Priacuteamo sigue sus instrucciones y consejos sin perder tiempo

Asi habloacute e Iris de pies de raacutefaga fue con el mensajeLlegoacute a casa de Priacuteamo y alliacute no halloacute maacutes que quejas y llantos Los hijos sentados alrededor de su padre dentro del patioteniacutean mojada de laacutegrimas la ropa y el viejo estaba en mediocubierto con un manto que dejaba adivinar su silueta Abundanteestieacutercol envolviacutea la cabeza y el cuello del ancianoque eacutel mismo al revolcarse habia cosechado con sus manos Las hijas y las nueras por las mansiones gimoteabanacordaacutendose de los muchos y valerososque yaciacutean despueacutes de perder la vida a manos de los argivosLa mensajera de Zeus se detuvo junto a Priacuteamo y dijo con voztenue mdashy el temblor se aduentildeoacute de los miembros del ancianomdash(Canto XXIV 159-170)

Heacutecuba aterrorizada con la decisioacuten de su marido le sugiere hacer una liba-cioacuten a Zeus antes de emprender la ruta hacia las naves aqueas A la plegaria de Priacuteamo el dios responde con su aguumlero maacutes positivo y enseguida Priacuteamo y el heraldo se suben al carro cargados de muchos y bellos regalos para Aquiles Tal como habiacutea prometido Iris su camino es facilitado por Hermes quien manteniendo oculta su identidad les acompantildea hasta su llegada a la tienda de Aquiles aseguraacutendose de que ninguno de los aqueos advierta su

5 Tetis (llamada al Olimpo por Iris para que Zeus le informe de su decisioacuten) iraacute al encuentro de Aquiles mientras Iris avisaraacute a Priacuteamo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

presencia

La conversacioacuten del anciano Priacuteamo con el dios es extensa y deja adivinar la duracioacuten del camino que conduce de la ciudad de Troya al campamento aqueo mientras el propio camino no se describe en esta secuencia como tampoco se describe la ciudad o el campamento En cambio se presta aten-cioacuten a las transiciones de un espacio a otro Antes de lanzarnos a lo que viene a ser seguramente el encuentro maacutes peculiar y maacutes pleno de la Iliacuteada el poeta describe meticulosamente los umbrales que hemos de cruzar Por una parte las presencias humanas hay que pasar entre los guardias y los guerrreros que circulan entre las naves a los que Hermes hace adormecer desactivando el peligro que supone su vigilia

Por otra parte las construcciones materiales en el espacio En primera ins-tancia la fosa y el muro que delimitan el territorio de los aqueos en la llanura troyana Priacuteamo cruza ahora con la ayuda del dios la misma fortifi cacioacuten que Heacutector intentoacute y parcialmente logroacute derrumbar en el canto XII A con-tinuacioacuten la tienda de Aquiles cuya estructura se describe con cierta preci-sioacuten desde fuera hacia dentro de manera inversa y complementaria a la de la escena del sacrifi cio de Aquiles a Zeus6 En los dos casos la atencioacuten recae sobre el cerrojo de las puertas un pormenor miacutenimo pero signifi cativo Esta sucesioacuten de espacios diferentes y claramente delimitados funciona como una introduccioacuten gradual al espacio iacutentimo del encuentro Hermes que en los mitos primitivos fi gura como el dios de los liacutemites de los campos y de las fronteras acompantildea a Priacuteamo durante este proceso

Al llegar a las forti icaciones de las naves y a la fosaya los guardias comenzaban a ocuparse de la cenaEl mensajero Argiacutecida vertioacute el suentildeo sobre todos ellos sin excepcioacuten luego abrioacute las puertas y retiroacute las trancase introdujo a Priacuteamo y sus espleacutendidos dones sobre el carromatoCuando llegaron a la tienda del Pelidaelevada que los mirmidones habiacutean fabricado para su soberanotallando vigas de abeto mdashpor encima la habiacutean techado con frondoso cantildeizo recolectado de la praderaalrededor un gran patio habiacutean fabricado para su soberanocon espesas estacas la puerta la sujetaba un uacutenico pasadorde madera de abeto que entre tres aqueos soliacutean encajar

6 Iliacuteada canto XVI 220-256

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

como tres eran los que abriacutean el gran cerrojo de las puertas de no ser Aquiles que era el uacutenico que lo encajaba auacuten solomdashentonces el beneacute ico Hermes se la abrioacute al ancianointrodujo los ilustres regalos para el velociacutepedo Pelidase apeoacute del carro a tierra y exclamoacutelaquoiexclAnciano Yo soy un dios inmortal que aquiacute ha venido soy Hermes Mi padre me ha enviado para que te diera escoltaPero ahora me ireacute de nuevo y no me voy a presentarante las miradas de Aquiles Vituperable seriacuteaque un dios inmortal favorezca tan abiertamente a los mortalesTuacute entra y coge al Pelida de las rodillasy por su padre su madre de hermosos cabellosy su hijo supliacutecale para conmoverle el aacutenimoraquoTras hablar asiacute se alejoacute hacia el vasto OlimpoHermes Y Priacuteamo saltoacute de los caballos a tierray dejoacute alliacute a Ideo que esperaba guardandolos caballos y las mulas El anciano fue derecho a la casadonde Aquiles caro a Zeus residiacutea Lo halloacute dentrosus compantildeeros estaban sentados aparte y soacutelo dosel heacuteroe Automedonte y Aacutelcimo retontildeo de Ares se afanabanen presencia suya presurosos Acababa de dejar el alimentodespueacutes de comer y beber y la mesa auacuten estaba puesta al ladoEntroacute el alto Priacuteamo sin que ellos lo notaran se paroacute cercay estrechoacute las rodillas de Aquiles y le besoacute las manosterribles y homicidas que a tantos hijos suyos habiacutean matadoComo cuando una densa ofuscacioacuten apresa al hombre que mataen la patria a una persona y llega a un pueblo extrantildeoante un hombre acaudalado y el estupor invade a quienes lo venasiacute de estupefacto se quedoacute Aquiles al ver al deiforme PriacuteamoTambieacuten los demaacutes intercambiaron estupefactos sus miradas(Canto XXIV 443-484)

Una vez dentro del patio de Aquiles ya no hay demora Priacuteamo decidido y confi dente entra en la tienda sin compantildeiacutea como suplicante Aquiles no estaacute solo es el momento despueacutes de la cena7 y a su lado se encuentran Aacutelcimo y Automedonte entre otros mirmidones El interior de la tienda no se descri-be Se describen apenas las actividades que tienen lugar en ella y vagamen-te las posiciones relativas entre los personajes Aquiles es identifi cado como

7 Caroline Alexander sentildeala que Aquiles soliacutea compartir estos momentos del diacutea despueacutes de la cena con Patroclo (La guerra que matoacute a Aquiles p 244) En la escena de la embajada Ulises encuentra a Aquiles y Patroclo mientras estaacuten tocando muacutesica y cantando

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

un centro un punto en el espacio al cual se dirige Priacuteamo El anciano rey como todo suplicante toca las rodillas de Aquiles y le besa la mano

Cuando Tetis se presenta a Zeus como suplicante8 se pone de rodillas delan-te suyo y coloca su mano izquierda sobre su rodilla y con su mano derecha toca su barbilla En varias escenas de la Iliacuteada el contacto fiacutesico precede a la comunicacioacuten verbal casi estableciendo la base para ella tal como en otras la distancia entre dos personajes y su gestualidad delimita el campo de su interaccioacuten y es signifi cativa para el entendimiento del diaacutelogo El silencio tambieacuten adquiere una fuerza y un peso especial Priacuteamo se agarra a las ro-dillas de Aquiles y le besa la mano mientras eacutel lo mira estupefacto inmoacutevil en la fuerza de esta imagen el poeta crea aquella unidad bipartita que es el encuentro entre los dos personajes inseparables en el espacio y en el con-tenido de la narracioacuten Las miradas entrecruzadas de los otros personajes que presencian la escena reafi rman este hecho La unidad Aquiles-Priacuteamo se percibe y reconoce como tal y precisamente por eso se aiacutesla del ambiente haciendo posible la aparicioacuten del discurso

Priacuteamo le dirigioacute una suacuteplica diciendo estas palabraslaquoiexclAcueacuterdate de tu padre Aquiles semejante a los diosesque tiene mi misma edad y estaacute en el funesto umbral de la vejezTambieacuten a eacutel los vecinos que habitan alrededor sin duda loatormentan y no hay quien aparte de eacutel la ruina y el estragoSin embargo aquel mientras sigue oyendo que tu estaacutes vivose alegra en el aacutenimo y espera cada diacuteaver a su querido hijo que vuelve de TroyaPero mi desdicha es completa he engendrado los mejores hijosen la ancha Troya y de ellos a irmo que ninguno me quedaCincuenta teniacutea cuando llegaron los hijos de los aqueosdiecinueve me habiacutean nacido de un uacutenico vientrey otras mujeres habiacutean alumbrado en el palacio a los demaacutesA la mayoriacutea el impetuoso Ares les ha doblado las rodillasy el uacutenico que me quedaba y protegiacutea la ciudad y a sus habitanteshace poco lo has matado cuando luchaba en defensa de la patria Heacutector Por eacutel he venido ahora a las naves de los aqueospara rescatarlo de tu poder y te traigo inmensos rescatesRespeta a los dioses Aquiles y ten compasioacuten de miacute

8 laquoAsi habloacute y nada respondioacute Zeus que las nubes acumula | y permanecioacute un rato sentado en silencio Tetis una vez asida | a sus rodillas seguiacutea asiacute agarrada y preguntoacute por segunda vez | laquoDe verdad promeacutetemelo y asiente a ello | o denieacutegalo ya que no cabe el temor en ti asiacute sabreacute bien | hasta queacute punto soy la divinidad maacutes vilipendiada entre todasraquo (Iliacuteada Canto I 511-516)

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

por la memoria de tu padre Yo soy auacuten maacutes digno de piedady he osado hacer lo que ninguacuten terrestre mortal hasta ahora acercar a mi boca la mano del asesino de mi hijoraquoAsiacute habloacute y le infundioacute el deseo de llorar por su padreLe tocoacute la mano y retiroacute con suavidad al ancianoEl recuerdo haciacutea llorar a ambos el uno al homicida Heacutectorlloraba sin pausa postrado ante los pies de Aquiles y Aquiles lloraba por su propio padre y a veces tambieacutenpor Patroclo y los gemidos se elevaban en la estanciaEn cuanto el divino Aquiles estuvo ya satisfecho de llantoy este deseo se alejoacute de sus entrantildeas y de sus miembrosse levantoacute de su asiento y ayudoacute al anciano a incorporarse apiadado de su canosa cabeza y de su canoso mentoacuten(Canto XXIV 485-516)

Priacuteamo empieza su discurso aludiendo a la vejez y evocando a Peleo Emocionado Aquiles toca la mano de su suplicante y le aparta con suavidad Este sutil movimiento del heacuteroe hasta entonces geacutelido e inamovible denota un cambio en la escena una transicioacuten de la suacuteplica al duelo compartido El joven guerrero y el anciano rey arrodillado a los pies del asesino de sus hijos conectados corporalmente y separados en sus recuerdos lloran cada uno a los suyos con mucha intensidad y fuerza Su presencia se apodera del lugar en que estaacuten de manera que en el interior de la tienda de Aquiles sus gemidos adquieren una espesura casi material que envuelve a los dos y ocupa el espacio alrededor de ellos Priacuteamo y Aquiles se encuentran unidos dentro del dolor

En esta secuencia el poema nos recuerda tambieacuten que el deseo del llanto se ubica en el cuerpo tanto en el diafragma como en los miembros y a traveacutes de ellos se expresa directamente La satisfaccioacuten de este deseo por Aquiles marca otro cambio en la narracioacuten eacutel se levanta mientras ayuda a Priacuteamo a levantarse del suelo concluyendo asiacute la escena del llanto Soacutelo cuando los dos esteacuten de pie Aquiles responde a Priacuteamo le ofrece asiento y le intenta tranquilizar y apaciguar el dolor

laquoNada se consigue con el geacutelido llanto que hiela el corazoacuten | Pues lo que los dioses han hilado para los miacuteseros mortales | es vivir entre congojas mientras ellos estaacuten exentos de cuitasraquo9 son las palabras que le dirige alu-

9 Iliacuteada Canto XXIV 524-526 En las palabras de Aquiles resuenan las palabras que Zeus dirigioacute a los caballos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

diendo a los dioses al poderoso hado y al destino de los hombres Respecto a esta escena Rachel Bespaloff escribe laquoTodos los hombres viven en el dolor la verdadera igualdad no tiene otro fundamento Homero ha querido que fuera precisamente el vencedor quien se lo recordara al vencido Para salvar el honor del suplicante pero tambieacuten para descargarse de una penosa res-ponsabilidad Aquiles se oculta tras la fatalidad Priacuteamo recibe en silencio la leccioacuten del asesino de sus hijos [] Circundado por una fatalidad peacutetrea solo le queda convertirse en piedra como Niacuteoberaquo10

Priacuteamo insiste en recuperar a su hijo ofrecer los regalos a Aquiles y concluir su misioacuten Despueacutes de un breve momento de tensioacuten Aquiles se ocupa per-sonalmente de la preparacioacuten y devolucioacuten del cuerpo de Heacutector sale de la tienda con sus fi eles compantildeeros y ofrece asiento al heraldo acompantildeante de Priacuteamo Se muestra especialmente cuidadoso y respetuoso con el cadaacute-ver el mismo cadaacutever que ultrajoacute muacuteltiples veces De los rescates de Priacuteamo deja algunos mantos en el carro para envolver en ellos el cuerpo de Heacutector y ordena a las criadas a bantildearlo limpiarlo ungirlo y vestirlo restituyendo su aspecto bello y noble Eacutel mismo levanta en sus brazos el cadaacutever y ayuda a depositarlo en el carro

laquo[] Mas ea tambieacuten nosotros dos divino anciano cuideacutemonosde la comida Luego podraacutes volver a llorar a tu hijoal entrar en Ilio iexclY seguro que muchas laacutegrimas te causaraacuteraquoDijo y se levantoacute el ligero Aquiles y una caacutendida ovejadegolloacute Sus compantildeeros la desollaron y alintildearon con cuidadoLa trincharon sabiamente y la ensartaron con brochetasla asaron cuidadosamente y retiraron todo del fuegoAutomedonte cogioacute el pan y lo distribuyoacute por la mesaen bellas canastillas y Aquiles repartioacute las tajadas de carneTendieron las manos a los manjares preparados que habiacutea delanteY despueacutes de saciar el apetito de bebida y de comidael Dardaacutenida Priacuteamo se quedoacute mirando a Aquiles admiradode lo alto y bello que era al verlo se pareciacutea a los diosesY tambieacuten Aquiles admiraba al Dardaacutenida Priacuteamoal contemplar su noble aspecto y al oir sus palabrasDespueacutes de recrearse ambos miraacutendose el uno al otrodiacutejole el primero el anciano el deiforme Priacuteamo

inmortales de Aquiles despueacutes de la muerte de Patroclo laquoPues nada hay sin duda maacutes miacutesero que el hombre | de todo cuanto camina y respira sobre la tierraraquo (Iliacuteada canto XVII 446-447)10 De la Iliacuteada p 59

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

laquoProcuacuterame ahora un lecho cuanto antes criatura de Zeus para acostarnos ya y disfrutar bajo el velo del dulce suentildeoPues todaviacutea no se me han cerrado los ojos bajo los paacuterpadosdesde que mi hijo perdioacute la vida a manos tuyasDesde entonces no he parado de gemir y rumiar duelos sin cuentomientras me revuelco en estieeacutecol dentro del cercado del patio Ahora por primera vez he probado el pan y el rutilante vinoha descendido por mi garganta Hasta ahora nada habiacutea catadoraquo(Canto XXIV 618-642)

Habiendo terminado con estos cuidados Aquiles trata a Priacuteamo como co-rresponde a un hueacutesped invitaacutendole a un banquete que eacutel mismo y sus compantildeeros se encargan de preparar Sentados todaviacutea en la mesa con el apetite saciado se observan mutuamente Apesar de ser enemigos estaacuten atrapados en la misma fuerza devastadora de la guerra aquella que les ha hecho perder todo lo que era importante De cerca desde una distancia que no experimentaraacuten otra vez cada uno admira la belleza y la nobleza de los rasgos del otro asombrado En esta escena la Iliacuteada nos plantea de manera clara y sencilla el reconocimiento del enemigo en su plenitud como otro como diferente como igual un reconocimiento tal quizaacutes solo sea posible en la destruccioacuten absoluta

Durante este uacuteltimo encuentro de la Iliacuteada el tiempo se dilata haciendo es-pacio para muchos e importantes acontecimientos dentro de un breve marco temporal Priacuteamo llegoacute a la tienda de Aquiles al fi nal del diacutea despueacutes de la cena entretanto compartieron el llanto y se ocuparon con delicadeza del cuerpo de Heacutector se degolloacute y asoacute una oveja entera y ellos la comieron y bebieron abundante vino Una vez que la voluntad de los dioses acerca del cuerpo de Heacutector ha sido cumplida ellos comparten unos momentos de contemplacioacuten paciacutefi ca Finalmente el ritmo narrativo se acelera de nuevo describiendo con brevedad justo al fi nal de la epopeya los lamentos sobre el cuerpo de Heacutector y sus funerales

En sus uacuteltimos versos la Iliacuteada propone un fi nal alternativo de la guerra de Troya Sin que la disputa inicial haya sido resuelta en el silencio de la tregua y los funerales consecutivos la guerra es la uacutenica gloriosa superviviente

HelenaYorgos Seferis 1953

Teucro A la tierra de Chipre en medio del mar dondeApolo dispuso mi nuevo hogar la llamareacute

Salamina en memoria de mi isla de mi patriaperdida

Helena Jamaacutes estuve en Troya fue un simulacroEl mensajero iquestQueacute dices

iquestEntonces hemos sufrido por una nube(Euriacutepides Helena)

laquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoTiacutemido ruisentildeor escondido en la respiracioacuten de las hojastuacute que regalas la frescura musical del bosquea los cuerpos separados y a las almasde aquellos que saben que no regresaraacutenCiega voz que tanteas en la memoria nocturnapasos y gestos no me atreveriacutea a decir besosy la amarga agitacioacuten de la furiosa cautivalaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoiquestQueacute es Platres iquestQuieacuten conoce esta islaHe pasado mi vida oyendo nombres desconocidosnuevos lugares nuevas locuras de los hombreso de los dioses mi destino que oscila

entre el uacuteltimo golpe de la espada de un Ayaxy una nueva Salamina me trajo aquiacute a esta playaLa luna surgioacute del mar como Afroditaocultoacute las estrellas de Sagitario va ahora a encontrarel corazoacuten de Escorpio y todo lo cambiaiquestDoacutende estaacute la verdadYo tambieacuten fui arquero en la guerrami destino el de un hombre que no dio en el blancoRuisentildeor juglaren una noche como eacutesta en la playa de Proteote escucharon las esclavas espartanas y prorrumpieron en lamentosy entre ellas mdashquieacuten diriacuteamdash iexclHelenaAquella que perseguimos durante antildeos junto al EscamandroEstaba alliacute al borde del desierto la toqueacute me habloacutelaquoNo es verdad no es verdadraquo gritabalaquoNo entreacute en la nave de proa azulNunca piseacute la valiente TroyaraquoCon el coacutencavo corpintildeo el sol en los cabellos y aquel tallesombras y sonrisas por todas partesen los hombros en los muslos en las rodillasfresca la piel y los ojosde largas pestantildeasestaba alliacute a orillas de un DeltaiquestY en TroyaEn Troya nada mdashun simulacroAsiacute lo quisieron los diosesY Paris se acostaba con una sombra como si fuera un cuerpo soacutelidoy nosotros matamos durante diez antildeos por Helena

Un gran dolor habiacutea caiacutedo sobre GreciaTantos cuerpos arrojadosa las fauces del mar a las fauces de la tierratantas almas entregadas como trigo a la piedra de los molinosY los riacuteos se henchiacutean de sangre y de lodopor una onda de lino por una nubepor el aleteo de una mariposa por un plumoacuten de cisnepor una tuacutenica vaciacutea por una HelenaiquestY mi hermanoRuisentildeor ruisentildeor ruisentildeoriquestQueacute es un dios iquestqueacute no es un dios iquestY queacute entre los doslaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoAve llorosa en Chipre la besada por el mardonde fue dispuesto que me acordara de la patriaancleacute soacutelo con esta faacutebulasi en verdad esto es faacutebulasi en verdad los hombres no volveraacuten a morderel viejo cebo de los diosessi en verdad otro Teucro despueacutes de antildeoso alguacuten Ayax o Priacuteamo o Heacutecubao alguacuten desconocido alguien anoacutenimo que sin embargovio un Escamandro rebosante de cadaacuteveresno tiene en su destino oiacuteral mensajero que viene a decirque tanto dolor tanta vidafueron al abismopor una tuacutenica vaciacutea por una Helena

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En la Iliacuteada el espacio se manifi esta por medio de las acciones que trans-curren en eacutel en un determinado momento Las descripciones espaciales aparecen en la medida en que acompantildean los acontecimientos narrados cumpliendo con la funcioacuten de proporcionar un lugar concreto y especiacutefi co para cada episodio Cada espacio representado cada paisaje evocado cada ciudad mencionada en el poema atiende a una necesidad de la historia rela-tada el espacio se abre y se conoce progresivamente Los lectores avanzamos en eacutel movieacutendonos en regiones que engloban a los personajes involucrados sus intenciones sus recuerdos sus discursos y sus acciones en un momento dado Por consiguiente el mundo se percibe se conoce se comprende y se representa por induccioacuten dirigieacutendose desde las partes hacia el todo

La cultura oral en cuyo marco surge la Iliacuteada como expresioacuten artiacutestica estaacute muy vinculada a la realidad corpoacuterea y material de los hechos las viven-cias experimentadas personalmente o transmitidas indirectamente por otras personas la experiencia es la uacutenica fuente de conocimiento El propio pen-samiento arcaico contemporaacuteneo a Homero y posterior a eacutel se basa en la intuicioacuten se entrega a la magia y la poesiacutea mientras mantiene cierta ingenui-dad e inocencia que ante nuestros ojos llega a parecer casi infantil a veces Asimismo el pensamiento de los nintildeos y sus relatos reales o imaginarios tambieacuten conservan un anclaje fuerte y reconocible al cuerpo a la accioacuten y la palabra precisa a la experiencia concreta antes de inscribirse en un ambien-te maacutes amplio o en un marco maacutes abstracto

ESPIRAL UNA REFLEXIOacuteN

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Este trabajo se ha motivado en gran parte por el deseo de comprender la manera como todos nosotros en nuestro diacutea a diacutea entre nuestras acciones cotidianas vivimos entendemos registramos y representamos el espacio que nos rodea relacionaacutendonos con nuestro entorno desde el momento que nacemos hasta el momento de la muerte o todaviacutea despueacutes de eacutesta perma-neciendo siempre en la tierra En el campo de la arquitectura esta compren-sioacuten se considera fundamental para poder avanzar tanto a nivel de teoriacutea como a nivel de intervencioacuten

En la Iliacuteada se ha reconocido una especie de espejo poeacutetico y bello dentro del cual se puede reencontrar con las explicaciones fi losoacutefi cas una fuente de investigacioacuten muy bonita y a la vez muy rica sobre el espacio y sobre el cuerpo Se ha buscado de leer este poema con respeto y sin atravesarlo vio-lentamente pero manteniendo siempre la intencioacuten de mirar a traveacutes de eacutel hacia nosotros mismos nuestros cuerpos y nuestro(s) espacio(s) Muchas de las cuestiones que se han apenas abierto en este trabajo y otras que han ido surgiendo durante el proceso de su elaboracioacuten se pueden seguir tratando en investigaciones futuras

La lectura paralela que se aspiraba proponer entre lo que nos cuenta la Iliacuteada (es decir la manera como lo cuenta) y algunas explicaciones fi losoacutefi -cas sobre todo por parte de la fenomenologiacutea con la intencioacuten de echar luz sobre nuestra relacioacuten con el cuerpo y a traveacutes de eacutel nuestra relacioacuten con el mundo y con los otros ha quedado pendiente Algunas de las preguntas iniciales no han encontrado respuesta algunas se han tenido que reformular otras han suscitado pequentildeos refl ejos o intuiciones mientras se han encon-trado especies de respuestas a preguntas no formuladas y nuevas preguntas han surgido Este trabajo se ha movido en forma de espiral abrieacutendose y cerraacutendose constantemente Ahora es el momento de parar su movimiento y observarlo hasta que comience a moverse de nuevo

Tratar al poema como si fuese respiracioacuten movimiento corporeidad pura Extender el poema en el espacio Espacio emergente a partir de un

movimiento Estructura del poema El poema como estructura en devenir Acontecimiento El poema es un cuerpo que busca su forma un cuerpo

que quiere construirse estructurarse a siacute mismo La lectura del poema es el desdoblamiento inverso de este movimiento estructural Dibujar el poema

Bailar el poema No se trata de contenidos ni de signifi cados sino del poema en siacute del poema como acontecimiento que signifi ca por siacute mismo El poema en su totalidad es un gesto un acto un intento de abarcar y recoger

el mundo la experiencia la vida Analizar este gesto Acotarlo medirlo trazarlo Cartografi arlo Coreografi arlo

El poema como organismo El poema como personaje

Domar el poema El poema este pequentildeo animal salvaje se tiene que domesticar Antes de poder entenderlo necesito domarlo encontrarme

con eacutel interactuar con eacutel acariciarlo ser su amiga dejarlo invadir mi vida Poema quiero conocerte

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Canto I Tierra y Cielo

Un episodio del pasado Crises quiere rescatar a su hija Agamenoacuten lo disres-peta La furia de Apolo En el campamento aqueo aquiacute y ahora Agamenoacuten empieza la reunioacuten Aquiles y Agamenoacuten Un enfrentamiento difiacutecil una disputa casi violenta En medio una mujer la autoridad el poder la riqueza y la fuerza Amenazas Atenea enviada por Hera se presenta a Aquiles y soacutelo a eacutel Se evita la pelea sangrienta Atenea se va En la reunioacuten de nuevo Aquiles y Agamenoacuten sentados lejos El sabio Neacutestor entre ellos toma la palabra Segundo ciclo de amenazas Los dos se separan defi nitivamente La entrega de Briseida a Agamenoacuten y Aquiles pensando en la orilla del mar Soledad y tristeza Tetis y Aquiles Tensioacuten Carintildeo Pausa Ulises y la devo-lucioacuten de Criseida a su padre Sacrifi cio y banquete Doce diacuteas Tetis y Zeus Hera Reunioacuten de dioses Hera y Zeus Hefesto Banquete divino y muacutesica La noche en el Olimpo

Canto II Un engantildeo necesario

Zeus Ensuentildeo y el suentildeo de Agamenoacuten El futuro que no seraacute Consejo de ancianos y asamblea de aqueos La trampa y su aprobacioacuten por Neacutestor El discurso de Agamenoacuten y la propuesta de retroceso El deseo de volver Hera y Atenea la conspiracioacuten divina Atenea aparece a Ulises animaacutendole y Ulises se activa Cara a cara los guerreros se convencen uno despueacutes de otro Ulises y Tersites Tersites y Agamenoacuten La intervencioacuten de Ulises apo-yado por Atenea Salto al pasado la previsioacuten de Calcante nueve antildeos de guerra dura y victoria en el deacutecimo Sacrifi cios a Zeus la plegaria no cum-plida el banquete y el inicio del atentado Atenea animando a los aqueos Invocacioacuten del poeta a las Musas y el cataacutelogo de naves territorios pueblos y jefes que participan Aquiles jefe de los mirmidones y sus cincuenta naves paradas La marcha de las tropas Iris con la voz de Polites lleva la noticia a Troya Iris y Heacutector jefe de los troyanos Mencioacuten de los aliados

Canto III Por Helena

Troyanos y aqueos en el campo de batalla Menelao y Paris El retroceso Heacutector y Paris Las insultas entre hermanos Una propuesta de acuerdo Por Helena un enfrentamiento en duelo entre Paris y Menelao Entre aqueos y troyanos la paz Sacrifi cios y juramentos Dos corderos y otro maacutes Priacuteamo Iris lleva la noticia a Helena mientras ella teje los sufrimientos que causoacute

APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

en troyanos y aqueos Entre laacutegrimas Helena se dirige a las puertas Esceas Los ancianos y el impacto de Helena Priacuteamo y Helena Reconocimiento de los guerreros aqueos Agamenoacuten Ulises Menelao Anteacutenor entre Helena y Priacuteamo Ayante Idomeneo El heraldo Ideo Priacuteamo entre troyanos y aqueos convalida los juramentos de Agamenoacuten Priacuteamo de vuelta a Troya Heacutector y Ulises acotan el campo Paris y Menelao El duelo y la intervencioacuten de Afrodita Afrodita y Helena Helena y Paris

Canto IV Del Olimpo a Troya

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Zeus y Hera Discusioacuten La mirada dirigida a Troya y Atenea enviada a Troya para incitar la continuacioacuten de la guerra El impacto Atenea y Pandaro Pandaro y Menelao Atenea y Menelao Menelao y Agamenoacuten el amor entre hermanos el terror y la recuperacioacuten del aacutenimo El tratamiento de la herida La narracioacuten en movimiento Agamenoacuten a pie se mueve entre los aqueos Encuentros varios Ayantes Neacutestor y la estra-tegia Ulises Diomedes y la responsabilidad de Agamenoacuten El avanzar de las tropas Silencio y velocidad para los daacutenaos bullicio y diversas lenguas para los troyanos Construccioacuten del paisaje sonoro de la guerra El enfrenta-miento Acercarse unirse antes de matarse Batalla sobre el cuerpo muerto La victoria de los aqueos y Apolo animando a los troyanos aludiendo a la ausencia de Aquiles El fi nal de la batalla los enemigos todos derrotados indistintamente

Canto V Coreografiacutea de una batalla

Atenea a Diomedes iquestPor queacute Diomedes Ceder la fuerza dotar de valentiacutea Diomedes Figeo Ideo Acercarse para matarse Atenea y Aris abandonan el campo de batalla Primero Agamenoacuten mata a Odio a continuacioacuten se pre-senta una secuencia de duelos mortiacuteferos De vuelta con Diomedes Pandaro y la herida de Diomedes Diomedes reza invocando a Atenea la proteccioacuten divina Rivalidad entre dioses y manipulacioacuten Eneas y Pandaro Refl exioacuten y estrategia Esteacutenelo y Diomedes La otra estrategia Pandaro y Diomedes Diomedes y Eneas Afrodita Diomedes y Afrodita Apolo Iris Olimpo El sufrimiento de los dioses Apolo y Eneas Apolo y Ares Ares apoyando a los troyanos aprovechando la ausencia de Atenea Menelao Heacutector y su impacto a Diomedes Tlepoacutelemo Ulises Heacutector y Ares Hera y Atenea la preparacioacuten de las diosas y el permiso de Zeus Atenea planea vengarse de Ares a traveacutes de Diomedes La vuelta del herido Ares al Olimpo y la restau-

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

racioacuten de un orden

Canto VI Fuera de la guerra Dentro de la guerra

De vuelta a la batalla Duelos sucesivos el triunfo de los aqueos Menelao y Adrasto Agamenoacuten De la suacuteplica y la piedad a la frialdad y crueldad del combate Elaboracioacuten de estrategias Neacutestor para los aqueos Heleno para los troyanos El miedo a Diomedes Diomedes y Glauco laquoComo el linaje de las hojas tal es tambieacuten el de los hombresraquo Compromiso de no matarse e intercambio de armas Heacutector se dirige a Troya En el palacio de Priacuteamo Heacutector y Heacutecuba Heacutector y Paris Helena y Heacutector Heacutector y Androacutemaca en la muralla de Troya Los valores ciacutevicos la familia y la obligacioacuten moral del guerrero iquestProteger la familia o defender la ciudad Escamandro La risa La desesperacioacuten La despedida Androacutemaca desconsolada Heacutector y Paris Reconciliacioacuten fraterna y entrada en el campo de batalla

Canto VII Coser la simetriacutea

Heacutector y Paris de vuelta a la batalla Atenea y Apolo El acuerdo de parar el combate una paz provisoria iquestCoacutemo llegar a la paz Heacutector desafiacuteo duelo Heleno Heleno y la voluntad de los dioses Heleno y Heacutector Heacutector entre las tropas Agamenoacuten parando las tropas Guerreros sentados inmovili-dad Dioses Heacutector el desafiacuteo y los teacuterminos Miedo y silencio Menelao Agamenoacuten y Menelao Neacutestor evocacioacuten de un pasado heroico Nueve guerreros animados El sorteo Preescritura Voluntad y resultado Ayante Ayante y Heacutector Evolucioacuten de un duelo Acercamiento aumento del contac-to Ideo y Taltibio Obedecer a la noche Tregua Aqueos Troyanos Enterrar los muertos Construir muralla Los dioses observadores Banquete y ban-quete Zeus Descansar recibir el regalo del suentildeo

Canto VIII Del amanecer al amanecer

Amanecer en Troya amanecer en el mundo Continuacioacuten de la batalla y re-unioacuten de dioses de nuevo Zeus preside de la reunioacuten e impone su voluntad por medio de su poder La batalla debe transcurrir sin intervencioacuten divina Despertar desayuno y preparacioacuten Armas lanzas y respiraciones coinciden en un mismo sitio El recorrido del Sol y la evolucioacuten de la batalla la balanza de Zeus y su rayo dirigido hacia los aqueos Heacutector y Diomedes enfrenta-miento y estrategias de ataque La derrota de los aqueos Hera y el inten-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

to (en vano) de ayudar a los daacutenaos La derrota continuacutea Segundo intento de ayuda Hera y Atenea la intervencioacuten de Zeus y el retiro de las diosas Previsioacuten de la muerte de Patroclo y de la vuelta de Aquiles al terreno del combate Puesta de sol estrategias de ataque fuegos troyanos y sacrifi cios ricos A la espera de la Aurora

Canto IX Nada importa tanto cuanto mi vida

Agamenoacuten Reunioacuten de aqueos en paacutenico Decepcioacuten por el engantildeo de Zeus y propuesta de volver a la tierra patria Diomedes y Agamenoacuten Discusioacuten Intervencioacuten de Neacutestor discurso inclusivo Necesidad de unioacuten en situacioacuten de peligro Banquete en la tienda de Agamenoacuten Estrategias para conseguir la vuelta de Aquiles al combate Agamenoacuten y los regalos prometidos Neacutestor y la embajada Feacutenix Ayante y Ulises Odio y Euriacutebates Sacrifi cios La lle-gada de la embajada Aquiles tocando muacutesica y cantando acompantildeado por Patroclo presencia en silencio Bienvenidas y palabras amistosas Vino y carne asada El discurso de Ulises y las ofertas a Aquiles a cambio de su participacioacuten en la guerra bienes materiales riqueza siete mujeres-premio Briseacuteida de vuelta veinte mujeres troyanas una hija de Agamenoacuten como esposa Negativa rotunda laquoPara mi nada hay que equivalga a la vidaraquo Largo discurso de Feacutenix Ayante Aquiles la ira irrevocable La vuelta de la embajada Agamenoacuten Desconcierto Diomedes A la espera de la Aurora para retomar la accioacuten

Canto X Espionaje mutuo

Noche avanzada En el campamento aqueo el insomnio de Agamenoacuten Agamenoacuten y Menelao preocupacioacuten y necesidad de reunioacuten Ayante Idomeneo Neacutestor Agamenoacuten y Neacutestor La esperanza reside en la reincor-poracioacuten de Aquiles Diomedes Ayante el hijo de Fileo Guerreros desper-taacutendose vistieacutendose y armaacutendose Meriacuteones y el hijo de Neacutestor Reunioacuten Diomedes y su elegido Ulises el espionaje Entre las liacuteneas de los troyanos Doloacuten se elige para espiar a los aqueos a cambio de regalos Diomedes y Ulises Doloacuten La trampa Plegaria a Atenea Diomedes y Ulises penetrando en el campamento troyano Reso Masacre Los caballos preciosos Atenea y Apolo Paacutenico entre los troyanos Ulises Diomedes y los caballos de vuelta a las naves aqueas Alivio y felicidad Bantildeo en el mar vino comida y sacri-fi cios a Atenea

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XI El comienzo de su desgracia

Aurora Zeus Eris el deseo de la guerra a las naves aqueas El armamento de Agamenoacuten Liacuteneas enemigas La lluvia de sangre de Zeus Muertes suce-sivas Eris sola entre los dioses el placer del combate Agamenoacuten rabioso destrozando a los troyanos Huida hacia las puertas Esceas Iris la mensajera de Zeus comunica a Heacutector la estrategia divina Agamenoacuten e Ifi damante Cooacuten y Agamenoacuten La herida sangre caliente la aparicioacuten del dolor en el cuerpo Retroceso Heacutector el ataque Diomedes y Ulises Apolo y la salva-cioacuten de Heacutector Alejandro y Diomedes Ulises solo en el campo de batalla matar o ser muerto Soco y Ulises Atenea La herida de Ulises y la muerte de Soco Los troyanos alrededor de Ulises los gritos del heacuteroe Menelao y Ayante Alejandro y Macaoacuten Zeus El retroceso de Ayante Neacutestor y Macaoacuten Aquiles Patroclo En la tienda de Neacutestor el discurso del anciano y el consejo terrible a Patroclo De vuelta a la tienda de Aquiles Patroclo y Euriacutepilo

Canto XII Construcciones efiacutemeras

Continuacioacuten de la batalla Escenario el muro y la fosa de los aqueos alre-dedor de las naves La futura destruccioacuten del escenario por Posidoacuten y Apolo Los argivas dentro paacutenico y desesperacioacuten Fuera Polidamante y Heacutector Organizacioacuten y reagrupacioacuten de los troyanos en cinco bloques Ataque a pie Asio Hirtaacutecida Polipetes y Leonteo en las puertas a la defensa El aguumlero de Zeus un aacuteguila y una serpiente Polidamante y Heacutector laquoEl mejor aguumlero y el uacutenico es luchar en defensa de la patriaraquo Intento de destruccioacuten de la mu-ralla Ayantes resistencia y aacutenimos a los aqueos Lanzamiento de piedras Sarpedoacuten a Glauco la muerte destino comuacuten Menesteo Tootes Ayantes Teucro Ayante y Epicles Teucro y Glauco Sarpedoacuten La muralla como arma la muralla como medio La sangre sobre torres y almenas sangre de todos El impulso de Zeus a Heacutector el grito la piedra la puerta rota Heacutector y los troyanos dentro de la muralla

Canto XIII Invasioacuten

La mirada de Zeus desviada hacia otros pueblos y el territorio atravesado por Posidoacuten que se dirige a Troya para animar a los daacutenaos El dios disfra-zado de Calcante aparece a los Ayantes y enseguida a los demaacutes valientes guerreros Batallones soacutelidos laquobroquel en broquel casco en casco hombre en hombreraquo El avanzar de los troyanos Enfrentamiento violento muer-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tes sangrientas Decapitacioacuten de Imbrio la cabeza en el suelo objeto inaacute-nime Idomeneo y Meriacuteones Valentiacutea Zeus y Posidoacuten Duelos sucesivos Alrededor de Alcaacutetoo Alrededor de Ascaacutelafo Deiacutefobo herido por Meriacuteones y retirado del combate por Polites Heacuteleno y Deiacutepiro el yelmo errante sobre la tierra Menelao y Pisandro Las zonas de la batalla en las naves Heacutector Polidamante y Heacutector Heacutector y Paris Continuacioacuten del enfrentamiento y gritos heroicos

Canto XIV El engantildeo de Zeus

La batalla en las naves continuacutea y los aqueos estaacuten desesperados Neacutestor y Agamenoacuten Ulises y Agamenoacuten Diomedes Agamenoacuten Ulises y Neacutestor Posidoacuten a Agamenoacuten Hera Seduccioacuten de Zeus Hera acicalaacutendose en el pa-lacio encerrada en su habitacioacuten Hera y Afrodita los hechizos del amor y del deseo Territorio y movimiento divino atravesar la tierra como si fuese un mapa Suentildeo Adormecer a Zeus y Pasiacutetea Hera y Suentildeo hacia Ida Hera y Zeus El deseo de hacer el amor el tapiz de blanda yerba y la nube aacuteurea Suentildeo y Posidoacuten el apoyo a los daacutenaos Continuacioacuten de la batalla Heacutector y Ayante Telamonio Heacutector tendido en el polvo Los aliados alrededor del herido Heacutector se aleja del campo de batalla Duelos muertes sucesivas y hazantildeas heroicas

Canto XV Mientras tanto junto a las naves

Heacutector herido inconsciente Zeus enojado con Hera engantildeo y reconciliacioacuten Hera en el Olimpo El plan de Zeus para la guerra honrar a Aquiles Patroclo en el combate Heacutector y Patroclo la venganza de Aquiles posible conquis-ta de Ilion Reacciones de los dioses oliacutempicos Iris y Posidoacuten el enojo del dios y su retiro Apolo animando a Heacutector Continuacioacuten de la batalla en las naves la difiacutecil resistencia de los aqueos La plegaria de Neacutestor a Zeus Patroclo en la tienda de Euriacutepilo distraccioacuten y cuidados meacutedicos Patroclo se dirige a Aquiles Ayante y Caleacutetor Heacutector y Ayante Licofroacuten Teucro Batalla cuerpo a cuerpo Heacutector la voluntad de Zeus consejos a sus gue-rreros Ayante aacutenimos a los suyos Zeus el furor de Heacutector la huida de los daacutenaos Neacutestor Atenea Ayante Aacutespera batalla sangre y heridas Heacutector la popa de una nave el fuego Ayante la defensa de las naves laquola solucioacuten estaacute en las manosraquo

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XVI La muerte de Patroclo

Patroclo en la tienda de Aquiles negras laacutegrimas Aquiles y Patroclo Aquiles se desprende gradualmente de su coacutelera y aconseja a Patroclo El deseo de salvarse ellos dos solos de la guerra Ayante el plan de Zeus y el inicio del fuego Patroclo la armadura de Aquiles la preparacioacuten de la tropa por Aquiles Patroclo y Automedonte delante Aquiles la tienda la copa y el sa-crifi cio a Zeus La entrada de los mirmidones en la lucha la recuperacioacuten del aacutenimo Patroclo expulsa a los troyanos de las naves y hace que se apague el fuego Contraataque y los troyanos cediendo espacio Duelos consecutivos y muertes sangrientas Ayante y Heacutector la huida de los troyanos Los caballos cruzando la fosa Las hazantildeas de Patroclo Sarpedoacuten El dilema de Zeus Hera Patroclo y Sarpedoacuten Sarpedoacuten a Glauco Alrededor de Sarpedoacuten Heacutector y los troyanos Patroclo y los aqueos La noche de Zeus Heacutector y Epigeo Patroclo y Estenelao Retrcoceso de los troyanos Zeus Apolo el cuerpo de Sarpedoacuten Patroclo y Apolo en la muralla Apolo y Heacutector Patroclo Cebriacuteones Alrededor de Cebriacuteones Apolo despoja a Patroclo de su armadura Euforbo le clava la pica por detraacutes Heacutector y Patroclo La huida de los caballos inmortales

Canto XVII Alrededor del cuerpo muerto

Patroclo inaacutenime Menelao se acerca al verlo tumbado en el polvo Menelao y Euforbo Apolo Heacutector Menelao la ayuda de Ayante Heacutector retroce-diendo con la armadura de Patroclo Glauco y Heacutector Heacutector cambia de armas y vuelve a la batalla con las armas de Aquiles Zeus Ares Heacutector Ayante y Menelao El grito de la guerra Ayante Oileo Idomeneo Meriacuteones Batalla Ayante luchar de cerca alrededor del cuerpo Duro esfuerzo al-rededor del cuerpo contradiccioacuten con el resto del campo Los caballos inmortales inmoacuteviles apartados la cabeza en el suelo laacutegrimas Zeus los ca-ballos Automedonte Alcimedonte Heacutector y Eneas Automedonte y Areto Alrededor de Patroclo de nuevo Atenea enviada por Zeus cambio de ba-lanza Zeus tomando la fi gura de Feacutenix aparece a Menelao Atenea Apolo a Heacutector La victoria a los troyanos Menelao y Ayante Menelao a Antiacuteloco la terrible noticia Laacutegrimas Antiacuteloco hacia Aquiles Menelao Ayantes Meriacuteones iquestCoacutemo salvar al cuerpo de Patroclo Transportacioacuten del cadaacutever y continuacioacuten del combate

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XVIII Aquiles y el escudo

Antiacuteloco y Aquiles Duelo y lamentos Tetis Las armas de Hefesto Iris y Aquiles Hera Aquiles tres alaridos desde la fosa Retroceso de los troyanos la llegada del cuerpo de Patroclo a las naves La noche generada por Hera Heacutector y asamblea de troyanos El llanto por Patroclo Aquiles Venganza Lavar las heridas del cuerpo Tetis y Hefesto Las desgracias de Tetis afl ic-cioacuten La necesidad de una armadura para Aquiles El escudo Cinco laacuteminas La tierra el cielo el mar el sol la luna los astros Dos ciudades Escenas de guerra y paz naturaleza animales hombres El mundo en el escudo La coraza el casco las grebas Tetis desciende del Olimpo con las armas

Canto XIX Reconciliarse antes de armarse

Aurora El lamento de Aquiles abrazado al cuerpo de Patroclo Tetis y Aquiles la armadura nueva proteccioacuten del cadaacutever consejos Diomedes Ulises y Agamenoacuten estaacuten presentes en la asamblea de los aqueos convocada por Aquiles Aquiles la renuncia de la coacutelera Agamenoacuten la culpa es de los dioses Zeus y la Ofuscacioacuten alusioacuten al mito Reconciliacioacuten Debate entre Aquiles Agamenoacuten y Ulises la furia el combate los regalos prometidos el hambre la fuerza el duelo por los muertos Agamenoacuten sacrifi cando un jabaliacute jura no haberse acostado con Briseida En la tienda de Aquiles el la-mento de Briseida sobre el cuerpo de Patroclo La negacioacuten de Aquiles a comer duelo en compantildeiacutea de Agamenoacuten Menelao Ulises Neacutestor Idomeneo y Feacutenix Atenea motivada por Zeus da neacutectar y ambrosiacutea a Aquiles Los aqueos armaacutendose espesura Automedonte Aacutelcimo los caballos de Peleo Antes de entrar en la batalla Janto preveacute a Aquiles su muerte por un dios y un hombre

Canto XX Manos llenas de sangre

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Posidoacuten y Zeus Zeus laquorecreando la muerte en el espectaculoraquo y separacioacuten de los dioses en dos bandos Hera Atenea Posidoacuten Hermes y Hefesto con los aqueos Ares Apolo Aacutertemis Leto el riacuteo Janto y Afrodita con los troyanos Los aullidos de Atenea y Ares Duelos de dioses Apolo a Eneas Hera Posidoacuten y Atenea observan desde fuera preparados para protejer a Aquiles Eneas y Aquiles disputa verbal y duelo La estructura del escudo de Aquiles Posidoacuten salva a Eneas Aquiles anima a los aqueos Heacutector a los troyanos Apolo advierte a Heacutector Aquiles elimina

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

a Ifi tioacuten Demoleonte Hipodamante y Polidoro hermano de Heacutector Heacutector y Aquiles primer enfrentamiento resuelto por Apolo y Atenea Las viacutecti-mas de Aquiles Driacuteope Demuco Laoacutegono y Daacuterdano Tros Mulio Equeclo Deucalioacuten Rigmo Areiacutetoo

Canto XXI Perseguido por los dioses

Al lado del riacuteo Escamandro Aquiles divide a los troyanos en dos unos atra-pados en la corriente otros detenidos por Hera en la llanura Sin caballos y despojaacutendose de su lanza Aquiles empieza a matar dentro del riacuteo con su daga Doce muchachos capturados vivos por Patroclo Aquiles y Licaoacuten una suacuteplica en vano La muerte de Patroclo el cambio en Aquiles Asteropeo y Aquiles Linajes y ultraje del cadaacutever En la orilla Aquiles contra los peo-nios Personifi cacioacuten del riacuteo el cauce lleno de cadaacuteveres Aquiles ignora la advertencia de Escamandro y empieza la persecucioacuten Aquiles supli-ca a Zeus Posidoacuten y Atenea le garantizan la gloria La llanura inundada Escamandro y Simoente Hera y Hefesto el fuego en el riacuteo Teomaquiacutea Zeus gozando del enfrentamiento de los dioses Ares y Atenea Afrodita Hera Atenea y Afrodita Posidoacuten y Apolo Aacutertemis y Apolo Hera y Aacutertemis Hermes y Leto Aacutertemis en los brazos de Zeus Apolo en Troya Priacuteamo insta a los troyanos a refugiarse abriendo las puertas de la ciudad El impulso de Apolo a Ageacutenor Ageacutenor y Aquiles Apolo su tuacutepida bruma y la persecucioacuten de Aquiles por el dios disfrazado en Ageacutenor Lejos de la ciudad hacia el riacuteo

Canto XXII El uacuteltimo duelo

Heacutector el uacutenico troyano fuera de la muralla Aquiles se precipita hacia Troya decepcionado con la burla del dios Priacuteamo y Heacutecuba atemorizados suplican a Heacutector los cabellos arrancados del padre los senos de la madre El soliloquio de Heacutector Aquiles y Heacutector el comienzo de la persecucioacuten laquocorriacutean por la vida de Hector domador de caballosraquo Tres vueltas alrede-dor de la ciudad Zeus y Atenea Atenea en la tierra Apolo La balanza de Zeus Atenea coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector La fi gura de Deiacutefobo Heacutector recuperando el aacutenimo se acerca a Aquiles Negociacioacuten por el cuerpo muerto Las picas Aquiles a Heacutector Heacutector a Aquiles El engantildeo de la diosa Las espadas estudio del cuerpo muerte en contacto En el momento de la muerte crueldad verbal Ultrajar el cadaacutever arrastrar el cadaacutever Mientras ellos se alejan en la muralla de Troya se multiplican los lamentos Priacuteamo Heacutecuba Androacutemaca

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XXIII Los funerales de Patroclo

Aquiles y sus compantildeeros en el campamento aqueo Llorar a Patroclo tres vueltas con los caballos alrededor del cadaacutever Aquiles las manos sobre el pecho de Patroclo contacto fiacutesico con el muerto querido y ultraje del cadaacutever del enemigo Banquete fuacutenebre al lado de la nave Aquiles a Agamenoacuten No lavarse antes del funeral En la orilla del mar el suentildeo de Aquiles El alma de Patroclo y el olvido La Aurora lentildea para la pira La cabellera de Aquiles depositada en las manos de Patroclo La pira ritos funerarios Sacrifi cios cuatro caballos dos perros doce joacutevenes troyanos Afrodita y Apolo la pro-teccioacuten del cadaacutever de Heacutector Despueacutes de una noche lamentaacutendose al lado de la pira Aquiles adormece con la llegada de la aurora Recoger y guardar los huesos de Patroclo hasta la muerte de Aquiles Certamen en honor de Patroclo se proclama la competicioacuten y los premios a ganar y en seguida se presentan los heacuteroes que quieren participar En las competiciones las activi-dades humanas como medida del espacio

Canto XXIV Por el cuerpo de Heacutector

En la orilla del mar la noche Aquiles el recuerdo de Patroclo insomnio y laacutegrimas la aparicioacuten de la Aurora Tres vueltas alrededor del tuacutemulo arras-trando al cuerpo de Heacutector con el carro La duodeacutecima aurora intervencioacuten de Apolo Hera Zeus Iris a Tetis Tetis en el Olimpo El plan de Zeus para el rescate de Heacutector Tetis y Aquiles Iris y Priacuteamo la proteccioacuten de Hermes Priacuteamo y Heacutecuba Los nueve hijos de Priacuteamo Preparacioacuten plegaria a Zeus y aguumlero positivo Priacuteamo e Ideo Hermes el joven Llegando al campamen-to el suentildeo del dios envuelve a los aqueos hasta la entrada en la tienda de Aquiles Hermes tras revelar su identidad aconseja a Priacuteamo y se retira Priacuteamo y Aquiles las rodillas las manos homicidas la suacuteplica el estupor Alusioacuten a la vejez al padre El llanto comuacuten uno por Heacutector otro por Peleo y Patroclo Aquiles Automedonte y Aacutelcimo Aceptar los rescates lavar al cuerpo de Heacutector Aquiles y Priacuteamo preparacioacuten de la cena Admiracioacuten mutua los lechos los diacuteas necesarios para el entierro y continuacioacuten de la guerra al duodeacutecimo diacutea si necesario Aquiles y Briseida Hermes a Priacuteamo el miedo de Agamenoacuten Hermes Priacuteamo y Automedonte de vuelta a Troya con el cuerpo de Heacutector Casandra El duelo de los troyanos en las puertas Esceas Androacutemaca Heacutecuba Helena Lentildea para la pira funeral y banquete funerario

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nota Los versos de la Iliacuteada citados en este trabajo pertenecen a esta edicioacuten

BIBLIOGRAFIacuteA

Page 3: C ENCUENTRO EN LA LÍADA

IacuteNDICE

INTRODUCCIOacuteN

1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

[HELENA Y PRIacuteAMO]

2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

[HEacuteCTOR Y ANDROacuteMACA]

3 EN EL CENTRO PATROCLO

[LA MUERTE DE PATROCLO]

4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

[AQUILES Y HEacuteCTOR]

5 EL DOLOR QUE NOS UNE

[PRIacuteAMO Y AQUILES]

ESPIRAL UNA REFLEXIOacuteN

APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

BIBLIOGRAFIacuteA

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INTRODUCCIOacuteN

Esta investigacioacuten parte de dos sencillas observaciones las que resultaron maacutes sorprendentes durante la primera lectura de la Iliacuteada Por un lado en sus versos no se encuentran descripciones espaciales El espacio no se des-cribe de forma directa y defi nitiva sino que emerge cada vez a partir de la accioacuten relatada de modo que en la narracioacuten aparece una multiplicidad de lugares y no una visioacuten uniforme y homogeacutenea del espacio La accioacuten en siacute se describe atendiendo minuciosamente a gestos palabras discursos diaacutelogos movimientos batallas objetos y silencios generando dinaacutemicas espaciales intimamente ligadas al cuerpo

Por otro lado la interaccioacuten entre los personajes de la Iliacuteada se organiza a partir de duacuteos Duelos entre dos guerreros que se reconocen antes de comba-tir encuentros entre dos heacuteroes dos dioses un dios y un mortal encuentros entre esposos o dos miembros de la familia los encuentros ocupan un lugar importante en las escenas maacutes interesantes del poema En ellos cada uno se constituye a siacute mismo mientras forma parte de la relacioacuten La introduccioacuten de un tercer personaje o elemento en la escena deshace y transforma el en-cuentro haciendo avanzar al relato generando su estructura y movimiento interno

La primera observacioacuten parece orientarse maacutes hacia el contenido de la Iliacuteada (iquestcoacutemo se constituye y coacutemo es el espacio en ella iquestnos podemos imaginar un espacio hecho de acontecimientos y encuentros iquestqueacute tipo de cartografiacutea propone esta hipoacutetesis) mientras la segunda se refi ere principalmente a su estructura (iquestcoacutemo se mantiene la continuidad en la narracioacuten iquestse puede reconstruir la estructura del poema desde la experiencia de la lectura iquestla creacioacuten y transmisioacuten oral de la Iliacuteada coacutemo infl uye en su forma) No obs-tante los liacutemites de esta distincioacuten se vuelven borrosos cuando se los intenta defi nir con claridad

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Nos hemos propuesto a leer el encuentro como articulacioacuten como centro Una sucesioacuten de encuentros produce un fl ujo narrativo fragmentado cam-biante policeacutentrico articulado maacutes que continuo Nos interesa identifi -car esta sucesioacuten reconocer su estructura sus nodos y sus ramifi caciones Ramifi caciones que en una narracioacuten -inevitablemente linear en su forma- no son maacutes que bucles lazos nudos corredizos Los fl ujos secundarios trazan ciacuterculos pequentildeos remolinos se desviacutean y salen a la deriva para devolverse de manera defi nitiva al fl ujo central Nosotros los lectores viajamos con ellos hacia pasados para siempre perdidos hacia futuros que nunca llega-raacuten a ser hacia lo miacutetico y hacia realidades lejanas Nos distraemos a lo largo de los ciacuterculos para volvernos a entregar a la narracioacuten madre dejaacutendonos llevar por la fuerza de la corriente

El propio poema el fl ujo narrativo se permite entender como cuerpo con sus pulsiones y energiacuteas con sus movimientos internos y externos sus ritmos intriacutensecos sus equilibrios y sus tensiones El poema entonces ad-quiere una espacialidad que le es propia y no coincide con la espacialidad descrita por eacutel A la vez el encuentro no tiene que ser exclusivamente un encuentro interpersonal En la Iliacuteada se forman tambieacuten encuentros entre planos de accioacuten distintos (Tierra y Cielo) liacuteneas narrativas paralelas que se cruzan ideales diferentes sistemas de valoracioacuten contradictorios De este modo la cartografiacutea se refi ere tanto al espacio como al relato mientras en ambos casos es el encuentro que crea la posibilidad para tal cartografiacutea

Leer un texto es necesariamente volverlo a construir darle presencia y estar presente en eacutel repitiendo esencialmente sus propios movimientos Al tra-bajar con la Iliacuteada se generoacute la necesidad de mantener un contacto iacutentimo con ella de conocerla desde cerca precisamente para poder rastrear el fl ujo de sus movimientos El cuento de los cantos es una especie de resuacutemen de la Iliacuteada creado por motivos de orientacioacuten en ella desde la perspectiva de este trabajo A continuacioacuten se presentan y analizan cinco encuentros cinco secuencias narrativas a partir de los cuales se ha intentado organizar la refl exioacuten acerca de las cuestiones que la lectura de la Iliacuteada suscita Los diagramas adjuntos uno para cada secuencia intentan trazar sobre el texto homeacuterico los movimientos que se han reconocido en eacutel

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1 La mujer premio ausencia[Helena y Priacuteamo]

No presidiacutea yo el esfuerzo de los frigios no era yo sino mi nombre

la uacutenica recompensa para la lanza de los helenos Euriacutepides Helena

laquoVen aquiacute querida novia donde veraacutes hechos increiacutebles de troyanos domadores de potros y de aqueos de bronciacutenea tuacutenicaLos que antes se presentaban Ares fuente de laacutegrimasen la llanura aacutevidos del execrable combateestaacuten sentados ahora en silencio -y la pelea ha cesado-apoyados en los escudos con las largas picas clavadas al ladoPor su parte Alejandro y Menelao caro a Arescon sus luengas picas van a luchar por tidel que resulte vencedor seguramente te llamaraacutes esposaraquo(Canto III 130-138)

Son estas las palabras que dirige a Helena Iris la mensajera de Zeus El mo-mento ha llegado en el deacutecimo antildeo de la guerra de Troya Menelao y Paris se enfrentaraacuten en un duelo que supuestamente defi niraacute el resultado de la guerra la suerte de aqueos y troyanos la suerte de la ciudad de Troya pero ante y sobre todo la suerte de Helena Iris apoacutes tomar la fi gura de Laoacutedica la maacutes bella de las hijas de Priacuteamo cuntildeada actual de Helena se acerca a ella para anunciarle el hecho

La encuentra aislada en su aposiento hilando y bordando tejidos infi nitos en los cuales se inscriben mitos dioses fragmentos de vidas antes de la guerra actos heroicos durante la guerra y lugares del mundo arcaico A esta tarea interminable se dedica Helena durante su larga estancia en el palacio de Priacuteamo La relacioacuten que mantiene con la realidad se establece mediante esos tejidos que ella misma va creando para poder ver el mundo su mundo refl ejado en ellos De cierto modo los tejidos son el relato que Helena decide construir de siacute misma el relato que presenta y a traveacutes del cual se presenta

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

al mundo En la Iliacuteada Androacutemaca tambieacuten permanece en el interior del palacio de Priacuteamo tejiendo mientras en la Odisea Peneacutelope espera a Ulises en Iacutetaca hilando y deshilando pacientemente durante 20 antildeos

Helena recibe a Iris-Laodica en silencio sin pronunciar ni una palabra Encerrada en su quietud hundida en suprema soledad Helena sale lloran-do de su habitacioacuten y se encamina hacia la muralla de la ciudad en busca de la fi gura de Menelao La presencia de las criadas que la acompantildean apenas resalta su desolacioacuten ya que en su destino uacutenico se encuentra irremediable-mente sola

Desde el mito hasta la actualidad ella es reconocida y recordada por la belle-za casi divina de su cuerpo y su rostro y la desgracia que esta belleza causoacute a partir del momento en que Helena se fue a Troya con Paris1 iniciando com-bate beacutelico maacutes notorio de la antiguumledad Estos dos atributos inseparables y muchas veces misteriosamente asociados en las culturas antiguas la belleza y la desgracia atraviesan a Helena la cosifi can en la conciencia de todos Ella es el desencadenante de la guerra ella es tambieacuten su premio se convierte en un siacutembolo una fi gura abstracta un fantasma una idea ella misma La persona la mujer que ella es cede bajo el peso de esta responsabilidad des-aparece y se diluye en el papel que le ha sido otorgado Helena al fi n y al cabo es un nombre el nombre de una persona vaciada de su interior cuya identidad es concebida y entendida puramente desde el exterior

En la parte superior de la muralla de Troya Helena va caminando Su fiacutesico nunca se describe en la Iliacuteada pero la podemos siempre visualizar a traveacutes de los ojos de otros a traveacutes de su refl ejo en ellos En esta escena son los ancianos de la ciudad los que la contemplan por nosotros No le dirigen di-rectamente la mirada ni muchiacutesimo menos la palabra se limitan a admirar su belleza conversando entre ellos en voz baja maldicieacutendola por el sufri-miento de su pueblo El desprecio que manifi estan hacia ella anula su exis-tencia aquiacute y ahora Dado que Helena no es reconocida por los otros y no interactuacutea con ellos no puede existir como sujeto En teacuterminos de Martin Buber diriacuteamos que Helena no forma parte de ninguna relacioacuten Yo-Tuacute por lo que su existencia se cuestiona quedaacutendose suspendida ldquoAl comienzo es

1 Las versiones e interpretaciones sobre este hecho son muy variadas y abren un abanico de posibilidades que oscilan entre el secuestro violento por Paris y el abandono del hogar miceacutenico por Helena en plena voluntad incluyendo diversas variacones y matices intermedios En la tragedia Helena de Euriacutepides por ejemplo los dioses enviacutean a Troya un fantasma un simulacro mientras ella se encuentra a salvo muy lejos (lejos de Troya y lejos de su patria)

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

la relacioacuten como categoriacutea del ser una disposicioacuten de acogida un conti-nente una pauta para el alma es el a priori de la relacioacuten el Tuacute innatordquo2 A ella se le trata como a un Ello una existencia cosifi cada a quien se acude de manera instrumental

laquoNo es extrantildeo que troyanos y aqueos de buenas grebaspor una mujer tal esteacuten padeciendo duraderos dolorestremendo es su parecido con las inmortales diosas al mirarlaPero auacuten siendo tal como es que regrese en las navesy no deje futura calamidad para nosotros y nuestros hijosraquoAsiacute hablaban y Priacuteamo alzando la voz llamoacute a HelenalaquoVen aquiacute hija querida y sieacutentate ante miacute y veraacutesa tu anterior marido a tus parientes poliacuteticos y a tus amigosPara miacute tuacute no eres culpable de nada los causantes son los diosesque trajeron esta guerra fuente de laacutegrimas contra los aqueosAsiacute podraacutes decirme ademaacutes el nombre de ese monstruoso guerreroiquestQuieacuten es ese guerrero aqueo noble y altoCierto que hay otros maacutes altos que hasta le sacan la cabezapero hasta ahora no he visto en mis ojos a nadie tan belloni tan majestuoso Lo digo porque parece un reyraquoRespondioacutele Helena de casta de Zeus entre las mujereslaquoPudor me inspiras querido suegro y respeto tambieacuteniexclOjalaacute la cruel muerte me hubiera sido grata cuando aquiacutevine en compantildeiacutea de tu hijo abandonando taacutelamo y hermanosa mi nintildea tiernamente amada y a la querida gente de mi edadMas eso no ocurrioacute y por eso estoy consumida de llorarTe voy a decir eso que me preguntas e inquieresese es el Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominiosa la vez buen rey y esforzado lanceroEra mi cuntildeado de miacute cara de perra si eso alguna vez sucedioacuteraquo(Canto III 156-180)

Los ancianos sentados en un punto fi jo contemplan a Helena quien estaacute caminando mientras (la narracioacuten y) nosotros la seguimos desde el interior del palacio hasta la muralla pero la invitacioacuten de Priacuteamo abre un lugar a su lado para su presencia Aparte de Heacutector con quien Helena mantiene una relacioacuten de amistad y carintildeo3 Priacuteamo es posiblemete la uacutenica persona que

2 Yo y Tuacute p 253 laquoEstas palabras tejen entre Heacutector y Helena una complicidad mucho maacutes que fraternal incluso ante un fu-turo incierto Con esa infalible intuicioacuten de las relaciones verdaderas entre los seres y ese acento de intimidad del que nadie ha sabido encontrar jamaacutes el secreto Homero revela sin traicionarla la amistad que por lo me-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

establece una conversacioacuten con ella dirigieacutendole tiernas y reconfortantes pa-labras en lugar de amenazas y maldiciones

Priacuteamo declara que para eacutel no es Helena quien tiene la culpa de esta guerra que tanto sufrimiento ha causado sino los dioses los terribles y manipulado-res dioses del Olimpo Sin embargo esta afi rmacioacuten no parece ser sufi ciente para apaciguar el desespero de Helena apenas toma la palabra despliega su lamento en el cual alcanza a manifestarse un pequentildeo punto de interio-ridad Ausente de siacute misma y alienada de su propia existencia al lado de Priacuteamo mientras contempla la llanura donde estaacuten luchando aqueos y tro-yanos Helena se permite expresar aunque momentaacuteneamente4 Responde a la pregunta de Priacuteamo pero en seguida vuelve a referirse a siacute misma y a su desgracia Sobrepasada por su situacioacuten existencial no puede contener su afl iccioacuten

laquoEra mi cuntildeadoraquo es la frase con la cual Helena concluye el reconocimiento de Agamenoacuten Es evidente que Priacuteamo tal como todos los aqueos troyanos y aliados situados en la llanura de Troya ya conoce esta informacioacuten5 pero para Helena repetirla es importante De este modo ella se situacutea entre los hechos en un intento de reafi rmar su posicioacuten en el mundo posicioacuten de la que ella misma llega a dudar cuestionando laquosi eso alguna vez sucedioacuteraquo Asiacute el poeta envuelve el reconocimiento de Agamenoacuten en su lamento formando una especie de nudo en la narracioacuten

Sin embargo en este lamento ciacuteclico el inicio no coincide con el fi nal dado que mientras habla el dolor devastador y totalizador que siente se apode-ra de ella a tal punto que llega a pronunciar en voz alta las terribles pala-bras laquode miacute cara de perraraquo Frente a un interlocutor el poeta hace aparecer mundo interior de ella sin dejar de hacer eco de la exterioridad cruel que la ha defi nido a lo largo de los diez antildeos de la guerra Helena odia y desprecia

nos en Helena es la capa protectora de un sentimiento maacutes profundoraquo (Rachel Bespaloff De la Iliacuteada p29)4 En este sentido es signifi cante la presencia de un interlocutor de un otro que la escucha y observa de alguien que le presta atencioacuten para que se pueda manifestar el dolor de Helena En varias ocasiones Helena se representa llorando y lamentaacutendose pero esta es la uacutenica ocasioacuten en la cual alguien atiende miacutenimamente a su lamento 5 Emilio Crespo en su traduccioacuten de la Iliacuteada comenta laquoEl pasaje entre 161 y 246 era conocido al menos desde la eacutepoca heleniacutestica como teichoskopiacutea lsquorevista desde la murallarsquo Es desde luego sorprendente que Priacuteamo desconozca a los caudillos griegos por los que pregunta en el deacutecimo antildeo de la guerra justo cuando eacutesta estaacute a punto de terminar con el duelo entre Paris y Menelaoraquo (Iliacuteada Gredos p156) Con la teichoskopia se crea tambieacuten de manera indirecta la oportunidad para que aparezca un discurso de Helena El poeta no podriacutea buscarle mejor interlocutor que el anciano y magnaacutenime Priacuteamo siempre sutil en sus palabras y acciones

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

a Helena tanto como la odian y desprecian los otros iquestCoacutemo resuenan estas palabras en el espacio iquestCoacutemo lo transforman

Asiacute habloacute y el anciano quedoacute maravillado y exclamoacutelaquoiexclAtrida feliz con fortuna nacido de opulento hadoRealmente veo que hay muchos joacutevenes aqueos sumisos a tiYa en cierta ocasioacuten fui a Frigia rica en vintildeedosdonde vi elevadiacutesimo nuacutemero de frigios de aacutegiles potroslas huestes de Otreo y de Migdoacuten comparable a un diosque entonces habiacutean ido en campantildea a orillas del SangarioPues tambieacuten yo me uniacute a ellos en calidad de aliadoaquel diacutea en que llegaron las varoniles AmazonasMas ni eacutesos eran tantos como los aqueos de vivaces ojosraquoEn segundo lugar al ver a Ulises preguntoacute el ancianolaquoEa dime tambien eacuteste hija querida quieacuten esEs maacutes bajo que el Atrida Agamenoacuten que le saca la cabezapero se le ve maacutes ancho de hombros y de pechoSus armas yacen sobre la tierra nutricia de muchospero eacutel recorre como un morueco las hileras de guerrerosSiacute yo lo comparo con un carnero de compactos vellonesque pasa revista a un gran rebantildeo de blancas ovejasraquo(Canto III 181-198)

Despueacutes de esta apertura al mundo psiacutequico de Helena la narracioacuten cierra su pequentildeo desviacuteo y vuelve a ocuparse del movimiento de los caudillos aqueos en la llanura de Troya laquoiexclAtrida felizraquo asiacute es como empieza la respuesta de Priacuteamo a su laquohija queridaraquo obviando por completo su desesperacioacuten la palabra feliz se convierte en una lanza que se clava en la geacutelida desgracia de Helena Priacuteamo tambieacuten eacutel la atraviesa reconduciendo su atencioacuten hacia otra parte

En la escena de la teichoskopiacutea la Iliacuteada nos recuerda una vez maacutes que esta guerra no es anoacutenima y abstracta Ninguacuten guerrero no es laquouno maacutesraquo entre los muertos o los vivos Los guerreros homeacutericos traen al campo de batalla sus pasiones y afectos sus defectos y sus deseos de venganza y cada uno merece ser llamado por su nombre propio En el canto II el poeta hizo una invocacioacuten directa a las Musas solicitando ayuda con la tarea inabarcable de nombrar a todos los guerreros antes de construir el cataacutelogo de las naves aqueas y el cataacutelogo de los troyanos y sus aliados6 En la teichoskopiacutea son

6 laquoDecidme ahora Musas duentildeas de oliacutempicas moradas | pues vosotras sois diosas estaacuteis presentes y sabeacuteis

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

sus propios personajes dos personajes que no participan en el combate los que asumen esta actitud contemplativa Excluidos de la guerra la observan desde un punto fi jo en lo alto de la muralla de Troya ese liacutemite que todaviacutea protege a la ciudad y a sus habitantes mujeres ancianos y nintildeos mantenieacuten-doles en un encierro permanente

Unos versos maacutes tarde llegaraacuten los heraldos y se llevaraacuten al anciano rey para que eacutel sancione los juramentos antes del duelo de Menelao y Paris Priacuteamo se iraacute sin despedirse y Helena una vez maacutes se hundiraacute en su soledad Sola entre muchas troyanas se quedaraacute contemplando el duelo entre su primero y su segundo esposo Al fi nal del canto Afrodita la encontraraacute alliacute en la mu-ralla de Troya y la conduciraacute hacia el interior del palacio para acompantildear a Paris en la cama y satisfacerle el deseo sexual cumpliendo con su papel de esposa Helena no tiene fuerza de voluntad atrapada en un denso tejido de circunstancias exteriores encerrada en la ciudad y encerrada en el nombre que lleva se transforma en observadora permanente

Helena es un personaje sumamente importante e interesante Toda una guerra gira en torno a ella su nombre se repite y resuena como un eco per-sistente entre los versos pero Helena la mujer la persona estaacute ausente de la realidad ausente de su propia vida es la mujer premio

Ella no es la uacutenica mujer premio de la Iliacuteada En el universo masculino de la guerra infi nitas mujeres se convierten en premio de los saqueos de ciuda-des se cautivan como esclavas o se entregan como regalos de un guerrero a otro Agamenoacuten cuando solicita el regreso de Aquiles a la batalla le pro-mete entre otros regalos a siete mujeres esclavas (laquoTe daraacute siete mujeres expertas en intachables labores lesbias que cuando conquistaste la bien edi-fi cada Lesbos para siacute | escogioacute y que destacaban en belleza entre la raza de las mujeresraquo) y a una de sus hijas como esposa legiacutetima dejaacutendole la posi-bilidad de escoger entre ellas a la que maacutes le guste7 Esto nos hace pensar en el espacio que ocupan las mujeres en la guerra tanto a nivel simboacutelico como a nivel fiacutesico pero tambieacuten en todo aquello que permaneciendo ajeno a la

todo | mientras que nosotros solo oiacutemos la fama y no sabemos nada | quieacutenes eran los priacutencipes y los caudi-llos de los daacutenaos | El grueso de las tropas yo no podriacutea enumerarlo ni nombrarlo | ni aunque tuviera diez lenguas y diez bocas | voz inquebrantable y un bronciacuteneo corazoacuten en mi interior | si las Oliacutempicas Musas de Zeus portador de la egida | hijas no recordaran a cuaacutentos llegaron al pie de Ilio | Pero siacute nombrareacute a los jefes y la totalidad de las navesraquo (IliacuteadaCanto II 484-493)7 Iliacuteada Canto IΧ 270-290

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

guerra interviene en ella de manera oblicua y tangencial8

El propio argumento de la Iliacuteada se despliega a partir de Criseida hija de Crises sacerdote de Apolo ella fue dada como botiacuten de guerra a Agamenoacuten y su cautiverio provoca la furia de Apolo contra los daacutenaos Se decide la devolucioacuten de Criseida a su padre pero Agamenoacuten exige como jefe de los caudillos aqueos que se le sustituya su botiacuten en vez de Criseida se quedaraacute con Briseida otorgada originalmente como botiacuten a Aquiles exigencia que provoca la coacutelera la famosa μήνις de Aquiles considerada como el tema central de la epopeya La presencia de las mujeres premio en la Iliacuteada es muy importante pero ellas mismas se encuentran ausentes Mujeres hermosas cosifi cadas transformadas en objetos en torno a los cuales giran los episo-dios y los actos heroicos

Briseida se retira de la tienda de Aquiles caminando laquoen contra a su volun-tadraquo con laacutegrimas en los ojos sin pronunciar una palabra Aquiles se encie-rra en su tienda y se abstiene del combate protestando por la peacuterdida de Briseida Despueacutes de la muerte de Patroclo una vez Aquiles decide entrar de nuevo en la batalla Briseida se devuelve a eacutel mientras Agamenoacuten jura que no se ha acostado con ella En este momento Briseida habla soacutelo para llorar a Patroclo resaltando su bondad y delicadeza El discurso de Briseida es pu-ramente exterior a ella en su discurso ella se relaciona con el mundo como si no participase en eacutel como si fuese una espectadora de su propia vida Aunque invoca un episodio que la marcoacute profundamente el momento en que Aquiles saqueoacute su ciudad y matoacute a su marido convirtieacutendola en esclava lo describe enfatizando la reaccioacuten de Patroclo y no su propia desgracia la cual se presenta como si para ella ya no tuviera importancia como si su vida careciera de sentido Briseida tan desgraciada y despojada de toda libertad y toda voluntad llora al compantildeero de su saqueador

laquoiexclPatroclo el ser maacutes grato para esta desdichada de miacuteVivo te dejeacute cuando saliacute de esta tienday ahora te hallo muerto comandante de huestes al regresarde nuevo iexclDesgracia sobre desgracia me viene sin cesarAl marido a quien me con iaron mi padre y mi augusta madrelo vi delante de la ciudad desgarrado por el a ilado bronceigual que a los tres hermanos que mi madre habiacutea engendrado

8 Pascal Payen en su libro Les revers de la guerre en Gregravece ancienne dedica un capiacutetulo al papel de las mujeres en una esfera donde seguacuten la ideologiacutea dominante ellas no tienen lugar

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tan amados y que todos alcanzaron el diacutea de la ruinaNi siquiera me permitiste cuando el ligero Aquilesmatoacute a mi marido y saqueoacute la ciudad del divino Minetellorar asegurabas que me convertiriacuteas en legiacutetima esposadel divino Aquiles y que eacutel me llevariacutea en las naves a Ftiacuteay celebrariacutea el banquete de boda entre los mirmidonesPor eso lloro sin cesar la muerte del que siempre fue tan dulceraquo(Canto XIX 287-300)

En alguna ocasioacuten Helena tambieacuten actuacutea como si fuese una observadora imparcial representando la voz de la razoacuten juiciosa sobria Comenta los hechos evaluacutea las circunstancias aconseja Una vez maacutes ausente de siacute misma indiferente resignada Su juicio llega a nosotros a traveacutes de las na-rraciones de otros personajes laquoAhora mi esposa que me ha reprendido con tiernas palabras | me ha incitado al combateraquo dice Paris a Heacutector9 Heacutector por su parte teme que su querida mujer Androacutemaca sea llevada a fuerza por alguacuten aqueo acaso ellos conquisten la ciudad de Troya

Mas no me importa tanto el dolor de los troyanos en el futuro ni el de la propia Heacutecuba ni el del soberano Priacuteamoni el de mis hermanos que muchos y valerosospuede que caigan en el polvo bajo los enemigoscomo el tuyo cuando uno de los aqueos de bronciacuteneas tunicaste lleve envuelta en laacutegrimas y te prive del diacutea de la libertad (Canto VI 450-455)

9 Iliacuteada Canto VI 337-338

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2 El movimiento de la familia un lugar para encontrarse [Heacutector y Androacutemaca]

En el canto VI Diomedes se acerca a la muralla de Troya matando a un hombre despueacutes de otro Los troyanos aterrorizados necesitan defenderse defender a su ciudad a sus familias a sus mujeres a sus hijos a sus casas La fi gura de Heacutector se dibuja como la fi gura del rey que protege a su pueblo del liacuteder que anima a sus guerreros con carintildeo del hijo en quien tiene orgu-llo la familia pero sobre todo del hombre que quiere a su esposa del padre que antildeora a su hijo Heacutector es precisamente esto un hombre Un hombre que como dice eacutel mismo ha aprendido a ser valiente por necesidad Su perfi l humano terrenal noble lo acerca a nosotros por medio de la empa-tiacutea Su prevista muerte el implacable destino que le espera se contrapone al mundo del que proviene al tejido de relaciones en el que estaacute inmerso del cual la guerra le separa violentamente mientras participa en ella para defenderlo

Pero cuando ya llegoacute a la muy bella morada de Priacuteamoconstruida con pulidos pooacuteticos de columnas en la cualhabiacutea cincuenta habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los hijosde Priacuteamo se acostaban junto a sus legiacutetimas esposasy para las hijas en el lado de enfrente dentro del patiohabiacutea doce techadas habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los yernosde Priacuteamo se acostaban junto a sus respetables esposasalliacute le salioacute al paso su madre dadivosa de benignos regalosllevando dentro a Laodica la primera de sus hijas en belleza(Canto VI 242-252)

Heacutector se dirige hacia la ciudad y sabemos que es la uacuteltima vez que entra-raacute en ella cruzando su muralla Seguramente la entrada en el palacio de Priacuteamo le maravilla el mundo de la paz y los recuerdos de la vida civil de su propia vida se apoderan de eacutel La sencilla descripcioacuten de la organizacioacuten espacial de este palacio descripcioacuten intemporal despojada de todo detalle

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

y toda presencia humana impone a la narracioacuten un silencio un silencio que se asienta sobre el bullicio el voceriacuteo y el desorden sangriento de la batalla En este silencio en esta tranquilidad en la prosperidad evocada del espacio interior el poema estaacute preparando el encuentro del heacuteroe con su mundo siendo la descripcioacuten del palacio una introduccioacuten para el encuentro de Heacutector con su madre

laquo[] Tuacute ve al templo de la depredadora Ateneay yo ireacute en busca de Paris para llamarloa ver si quiere atender a mis palabras iexclOjalaacute aquiacute mismose lo tragara la tierra Pues es una peste que el Oliacutempico crioacutepara los troyanos para el magnaacutenimo Priacuteamo y para sus hijosSi lo viera descendiendo dentro del Hadesdiriacutea a mi aacutenimo que dejara olvidado del todo el funesto llantoraquo(Canto VI 279-285)

A su vez el encuentro con Heacutecuba le conduce hacia su hermano Paris a quien desprecia profundamente acerca de quien pronuncia palabras exce-sivamente duras La narracioacuten sigue a Heacutecuba en sus sacrifi cios a Atenea realizando un breve desviacuteo antes de volver a acompantildear a Heacutector en su re-corrido Heacutector encuentra a Paris en su caacutemara armaacutendose para el combate bello al lado de Helena Detenieacutendose en la entrada de la habitacioacuten le re-procha su cobardiacutea e inicia una conversacioacuten con Helena1 mientras le invade el recuerdo de su familia Este recuerdo el deseo y la antildeoranza que conlleva es lo que mueve a Heacutector en un movimiento continuo agonizante insacia-ble hacia Androacutemaca su amada mujer hacia su familia a la vez hacia sus compantildeeros hacia la batalla donde pertenece donde pereceraacute Su recorrido se extiende como un hilo en el espacio formando un nodo cada vez que se encuentra e interactuacutea con otra persona

laquoNo me ofrezcas asiento Helena aunque me estimes no meconvenceraacutes Pues mi aacutenimo ya estaacute en marcha presto a defendera los troyanos que intensa antildeoranza sienten por mi ausenciaTuacute pon en movimiento a eacuteste y que tambieacuten eacutel se de prisapara que me alcance mientras todaviacutea esteacute dentro de la ciudad

1 laquoEa entra ahora y sieacutentate sobre este escabel | cuntildeado miacuteo pues tuacute eres al que maacutes acosa las mientes la tarea | por culpa de esta perra de miacute y por la ofuscacioacuten de Alejandro | a quienes Zeus impuso el malvado sino de en lo sucesivo | tornarnos en materia de canto para los hombres futurosraquo dice Helena a Heacutector Sus palabras tienen la doble funcioacuten de explicar(se) el inicio de la guerra y quizaacute aliviar el dolor desgarrador que Helena siente y enfatizar el peso de la responsabilidad que recae sobre Heacutector a pesar de que eacutel no tenga la culpa de esta guerra

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Ademaacutes yo quiero ir a mi casa a vera los criados a mi esposa y a mi tierno hijoPues no seacute si auacuten otra vez llegareacute de regreso hasta elloso si los dioses ya me van a doblegar a manos de los aqueosraquoTras hablar asiacute se alejoacute Heacutector de tremolante penachoy al instante llegoacute a sus bien habitadas moradasmas no encontroacute en las salas a Androacutemaca de blancos brazosque con su hijo y una sirviente de bello mantosobre la torre estaba de pie llorando y gimiendoHeacutector al no hallar dentro a su intachable esposasalioacute al umbral se detuvo y dijo asiacute a las criadaslaquoEa criadas declaradme la verdadiquestAdoacutende ha ido Androacutemaca de blancos brazos fuera del palacioiquestA ver a mis hermanas y a mis cuntildeadas de buenos mantosiquestO al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosaraquoLa soliacutecita despensera diacutejole a su vez estas palabraslaquoiexclHeacutector Ya que mandas encarecidamente declarar la verdadni a ver a tus hermanas ni a tus cuntildeadas de buenos mantosni al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosasino a la elevada torre de Ilio pues ha oiacutedo que los troyanosestaacuten abrumados y que los aqueos ejercen gran poderiacuteoYa ha llegado presurosa a la murallacomo mujer enloquecida y la nodriza lleva al nintildeo consigoraquoDijo la despensera y Heacutector se precipitoacute fuera de la casa bajando otra vez por la misma ruta de bien construidas callesCuando atravesoacute la gran ciudad y llegoacute a las puertasEsceas por donde se disponiacutea a salir a la llanuraalliacute le salioacute al paso corriendo su esposa rica en regalosAndroacutemaca la hija del magnaacutenimo Eetioacuten del Eetioacuten que habiacutea habitado bajo el boscoso Placoen Teba bajo el Placo y habiacutea sido soberano de los ciliciosDe eacuteste era hija la esposa de Heacutector de bronciacuteneo cascoLe salioacute entonces al paso y con ella se acercoacute la sirvientallevando en su regazo al delicado nintildeo todaviacutea sin habla el preciado Hectoacuterida semejante a un bello astroHeacutector soliacutea llamarlo Escamandrio pero los demaacutesAstiaacutenacte pues Heacutector era el uacutenico que protegiacutea IlioEacuteste sonrioacute mirando al nintildeo en silencioy Androacutemaca se detuvo cerca derramando laacutegrimas le asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichado Tu furia te perderaacute Ni siquiera te apiadasde tu tierno nintildeo ni de miacute infortunada que pronto viudade ti quedareacute []raquo(Canto VI 360-409)

El encuentro de Heacutector con Androacutemaca se va generando cuidadosamente con lentitud Para llegar a su laquointachable esposaraquo Heacutector va cruzando um-brales consecutivos En su trayectoria se encuentra con una habitacioacuten vaciacutea de donde su mujer estaacute ausente Su deseo de ver a su familia se prolonga algo maacutes aumentando la tensioacuten dramaacutetica Preocupado ansioso pregunta repetidamente por Androacutemaca a las sirvientas que encuentra antes de saber que ella tambieacuten ha salido en busca de eacutel presurosa angustiada acompantildea-da por la nodriza que lleva al nintildeo consigo Heacutector recorre las mismas calles posiblemente siguiendo la misma ruta que habiacutea marcado al entrar en la ciudad El mismo camino diferentes situaciones existenciales El momento es especial defi nido por la guerra el dolor la incertidumbre el peligro pero sobre y a pesar de todo del amor

Bajo estas circunstancias en esta escena Heacutector y Androacutemaca se encuentran en movimiento mientras estaacuten realizando dos movimientos opuestos Los pasos de ambos se cruzan sobre las puertas Esceas Alliacute emocionados se miran por un momento Eacutel sonriacutee y ella llora estas dos acciones se presentan a menudo ligadas una a otra manifestadas simultaacuteneamente En esta escena Androacutemaca y Heacutector estaacuten emocionados felices y desconsolados a la vez Sus reacciones se complementan mutuamente Heacutector sonriacutee hacia el nintildeo en un silencio elocuente mientras Androacutemaca busca la proximidad fiacutesica posicionaacutendose cerca de Heacutector El movimiento se detiene y en la narra-cioacuten se abre un momento de quietud entre sonrisas y laacutegrimas una mujer y un hombre la nodriza que lleva al nintildeo en sus brazos sobre la muralla de Troya a lo lejos la batalla interminable

Eacuteste es el soporte esceacutenico del diaacutelogo de Heacutector y Androacutemaca un diaacutelogo que comienza y termina con dos frases muy parecidas laquole asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijoraquo y laquola acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijoraquo2 la primera refi rieacutendose a Androacutemaca y la segunda a Heacutector La pronunciacioacuten del nombre propio adquiere importan-

2 En el original laquoἔν τ᾽ ἄρα οἱ φῦ χειρὶ ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo y laquoχειρί τέ μιν κατέρεξεν ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo (Iliacuteada canto VI 406 y 485) Estas frases no contienen la idea de llamar laquocon todos los nombresraquo sino maacutes bien la de llamar pronunciar decir el nombre de cada uno

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

cia especial es asiacute que las personas se reconocen es cuando alguien escu-cha su nombre enunciado por el otro que estaacute invitado al diaacutelogo Por otra parte al fi nal del diaacutelogo el nombre propio suena como una conclusioacuten una despedida

A lo largo de esta conversacioacuten se despliega el dilema del heacuteroe el dilema del hombre que tiene que situarse entre la familia y la guerra entre la vida privada y el bien comuacuten de la ciudad En su interior toma lugar un cofl icto entre valores opuestos entre obligaciones e impulsos que pertenecen a di-ferentes planos de la realidad Su familia tambieacuten participa en este confl ic-to y se encuentra afectada por la complejidad de la situacioacuten que la guerra genera Androacutemaca perdioacute a toda su familia en esta guerra su padre y sus siete hermanos fueron muertos por la mano de Aquiles en la ciudad de Tebas mientras su madre se salvoacute con la ayuda de Aacutertemis Ahora como afi rma ella laquoiexclOh Heacutector Tuacute eres para miacute mi padre y mi augusta madre | y tambieacuten mi hermano y tuacute eres mi lozano esposoraquo3 Heacutector lo es todo para Androacutemaca y ella le implora a quedarse en la ciudad a no dejarla sola En breve eacutel seraacute muerto por Aquiles al igual que el resto de la familia

En el canto XXII los padres de Heacutector tambieacuten le suplican a permanecer dentro de la muralla de Troya y desde alliacute a enfrentarse a Aquiles y defender la ciudad4 Priacuteamo acerca sus manos a su cara y se arranca los cabellos en un gesto de afl iccioacuten mientras Heacutecuba es mucho maacutes expliacutecita en su suacuteplica gestual laquoAl otro lado su madre se lamentaba y vertiacutea laacutegrimas mientras | con una mano se abriacutea el vestido y con otra se alzaba el pechoraquo De nuevo la muralla de Troya emerge como espacio esceacutenico de la accioacuten Como todo liacutemite que separa una regioacuten de otra la muralla funciona tambieacuten como un punto de comunicacioacuten entre el interior y el exterior el uacutenico punto de co-municacioacuten entre la ciudad y el campo de batalla Cuando los que se encuen-tran dentro quieren comunicarse con los guerreros no tienen otra opcioacuten que exponer a vista de todos aquello que pertenece al dominio de lo privado

La fi gura de Heacutecuba sobre la muralla agarrando su seno con fuerza para mostraacuterselo a Heacutector mientras le implora a no entrar en el duelo con Aquiles es una fi gura traacutegica Representa el esfuerzo uacuteltimo y futil de la madre por mantener a su hijo salvo y sano cerca de ella haciendo alusioacuten al viacutenculo uacutenico que los dos experimentaron durante la lactancia Son los senos de la

3 Iliacuteada canto VI 429-4304 Iliacuteada canto XXII 33-92

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

madre que se dirigen siempre hacia su hijo recordando el contacto que alguna vez tuvieron con su boca Es en sus senos quizaacute donde se localiza el dolor de la madre por la peacuterdida de su hijo dolor que sustituye al viacutenculo primordial Inversamente para evitar su peacuterdida Heacutecuba intenta recordar a Heacutector ese primer contacto al principio con su gesto y a continuacioacuten con sus palabras Pero Heacutector no atenderaacute a las suacuteplicas de sus padres como tampoco atiende a la de su esposa5

Es en la respuesta de Heacutector a Androacutemaca donde la Iliacuteada nos revela de forma expliacutecita la motivacioacuten del heacuteroe la razones por las cuales decide entrar en la guerra Heacutector como hijo del rey siente la obligacioacuten de luchar eacutel primero por la ciudad por verguumlenza a los troyanos y para adquirir la eterna gloria la gloria a la que siempre aspira el guerrero auacuten sabiendo que para alcanzarla tendraacute que entregar su vida mostraacutendose valiente en la batalla Frente a su querida esposa Heacutector aparenta tener maacutes miedo por la suerte de ella que por la de sus padres o por su propia De esta manera en la Iliacuteada se esboza claramente la supremaciacutea del matrimonio y la familia nuclear que los hombres activamente crean en su vida adulta sobre todas las relaciones humanas

En este pequentildeo diaacutelogo se puede tambieacuten entrever y reconstruir una trama de valores creencias y convicciones que fueron importantes para la eacutepoca heroica representada en el poema y quizaacute sigan siendo vigentes en gran parte hoy en diacutea El poeta ubica este iacutentimo y tierno encuentro fuera del pa-lacio de Priacuteamo produciendo el debate entre el mundo de la familia el amor y la paz y el universo implacable de la guerra en el mismo liacutemite material que los separa Nos enfocaremos en la manera como este diaacutelogo (impor-tantiacutesimo es cierto como contenido y como signfi cado para la epopeya) se cierra intentaremos cruzar acompantildeando al fl ujo narrativo el umbral que nos lleva desde la intimidad del diaacutelogo hacia la batalla Intentaremos enten-der coacutemo se deshace el lugar del encuentro tan meticulosamente construido en la primera parte del canto

Esencialmente se trata de una escena de despedida despedida defi nitiva Los participantes de ella Androacutemaca y Heacutector lo sospechan sin saberlo

5 Aquiles que es el uacutenico de los daacutenaos que tiene contacto con su madre ya que Tetis es una diosa y le visita a menudo le afi rma al respecto laquoQue tu amor no intente alejarme de la lucha no me convenceraacutesraquo (Iliacuteada canto XVIII 126) Aunque inmortal Tetis no puede salvar a su hijo pero hace un uacuteltimo esfuerzo de protegerle encargando a Hefaisto su armadura Una armadura inmortal para un hombre mortal cuyo destino es morir en breve

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con seguridad En cambio el poeta y nosotros los lectores estamos plena-mente conscientes de ello El padre Heacutector se inclina hacia su hijo un hijo que se presenta en este canto como el fruto del amor de la pareja quieto en los brazos de la nodriza envuelto entre las dulces tiernas y emocionantes palabras de sus padres Con esta inclinacioacuten hacia el nintildeo se diluye la tensioacuten y se aligera la carga emocional del diaacutelogo

Asustado por el aspecto de su padre que lleva puestas todas sus armas el nintildeo grita y se recoge en los brazos de la nodriza Heacutector el tierno Heacutector de este canto hijo hermano marido padre y mucho maacutes es un guerrero que se encuentra en Troya por corto tiempo Su lugar es el campo de la batalla alliacute pertenece alliacute volveraacute enseguida y alliacute pereceraacute a traveacutes de la reaccioacuten del pequentildeo Escamandrio al escuchar su grito espontaacuteneo recordamos el aspecto de Heacutector y su papel en la guerra Por otra parte la misma reaccioacuten tiene una funcioacuten coacutemica en la narracioacuten Entonces Heacutector se quita el casco y se vuelve a dirigir a su hijo para jugar con eacutel y disfrutar de su presencia en sus brazos por un breve instante Enseguida ruega a los dioses oliacutempicos para que Escamandrio tenga una buena vida despidieacutendose asiacute de eacutel antes de devolverlo a los brazos de su madre

Tras hablar asiacute el preclaro Heacutector se estiroacute hacia su hijoY el nintildeo hacia el regazo de la nodriza de bello centildeidorretrocedioacute con un grito asustado del aspecto de su padreLo intimidaron el bronce y el penacho de crines de caballoal verlo oscilar temiblemente desde la cima del casco Y se echoacute a reir su padre y tambieacuten su augusta madreEntonces el esclarecido Heacutector se quitoacute el casco de la cabezay lo depositoacute resplandeciente sobre el sueloDespueacutes tras besar a su hijo y mecerlo en los brazosdijo elevando una plegaria a Zeus y a los demaacutes dioses laquoiexclZeus y demaacutes dioses Concededme que este nintildeo miacuteollegue a ser como yo sobresaliente entre los troyanosigual de valeroso en fuerza y rey con poder soberano en IlioQue alguna vez uno diga de eacutel laquoEs mucho mejor que su padreraquoal regresar del combate Y que traiga ensangrentados despojos del enemigo muerto y que a su madre se le alegre el corazoacutenraquoTras hablar asiacute en los brazos de su esposa pusoa su hijo y esta lo acogioacute en su fragante regazoentre laacutegrimas riendo Su marido se compadecioacute al notarlo la acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichada No te a lijas demasiado por miacute en tu aacutenimoque ninguacuten hombre me precipitaraacute al Hades contra el destinoDe su suerte te aseguro que no hay ninguacuten hombre que escapeni cobarde ni valeroso desde el mismo diacutea en que ha nacidoMas ve a casa y ocuacutepate de tus laboresel telar y la rueca y ordena a las sirvientasaplicarse a la faena Del combate se cuidaraacuten los hombrestodos que en Ilio han nacido y yo sobre todoraquoTras hablar asiacute el esclarecido Heacutector cogioacute el cascohecho de crines de caballo mientras su esposa marchaba a casavolvieacutendose de vez en cuando y derramando lozanas laacutegrimasInmediatamente despueacutes llegoacute a las bien habitadas moradasdel homicida Heacutector Alliacute dentro halloacute a muchassirvientas y a todas ellas movioacute al llantoEstaban llorando a Heacutector todaviacutea vivo en su propia casapues estaban seguras de que de regreso del combate ya nollegariacutea tras huir de la furia y de las manos de los aqueos(Canto VI 466-502)

Entre laacutegrimas riendo Androacutemaca encarna la contradiccioacuten en la cual estaacuten inmersos ellos dos y su hijo Felices por haberse encontrado felices por quererse desolados por la separacioacuten que puede ser defi nitiva y lo seraacute Heacutector despueacutes de llamarla con su nombre propio la reconforta aludiendo al destino al hado todopoderoso e implacable De su suerte no hay ninguacuten hombre que escape y ellos tampoco escaparaacuten6

Androacutemaca y Heacutector se encontraron movieacutendose en direcciones opuestas y se separan partiendo hacia direcciones opuestas Eacutel le aconseja ir a casa y ocuparse de sus labores mientras eacutel se ocuparaacute del suyo marcando de forma clara el espacio de cada geacutenero Heacutector se marcha primero decidido Androacutemaca se vuelve hacia el palacio con desgana mirando a menudo hacia atraacutes llorando Durante unos versos la narracioacuten sigue a Androacutemaca en sus pasos hacia casa y en el llanto que reitera por Heacutector antes de su muerte Con este llanto se cierra por completo el encuentro de la pareja De camino al campo Heacutector se reconcilia con Paris y los dos hermanos entran solidarios en la batalla mientras todaviacutea resuenan ecos del mundo de la paz

6 Como se ve en otras partes de la Iliacuteada ni los propios dioses pueden escapar del hado En el canto XVI Zeus considera la posibilidad de salvar a Sarpedoacuten de su muerte Entre los dioses del Olimpo se decide entonces que no se puede intervenir al hado Tetis tampoco puede salvar a su hijo de su destino a pesar de ser una diosa inmortal Los dioses oliacutempicos actuacutean en un plano intermedio entre el todopoderoso hado y el mundo de los mortales

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Estas dos bellas secuencias en movimiento antes y despueacutes del diaacutelogo en-vuelven al encuentro La primera construye el lugar mientras en la segunda se desarma el escenario construido Las personas que se mueven alejaacutendose del espacio donde compartieron algo arrastran detraacutes suyo los hilos que se habiacutean tendido en ese espacio y lo entregan de nuevo al mundo casi vaciacuteo

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3 En el centro Patroclo [la muerte de Patroclo]

Las yeguas neleas iban sacando a Neacutestor del combatesudorosas y transportaban a Macaoacuten pastor de huestesSe percatoacute al verlo el divino Aquiles de pies protectorespues estaba erguido sobre la popa de la nave de enorme vientre contemplando el abismal esfuerzo y la lacrimoacutegena derrotaAl punto dirigioacute la palabra a su compantildeero Patroclopronunciando su nombre desde la nave Lo oyoacute desde la tienday salioacute semejante a Ares y asiacute dio comienzo a su desgracia(Canto XI 597-604)

Con la irrupcioacuten del combate alrededor de las naves aqueas mientras los troyanos con el apoyo de los dioses van ganando fuerza y territorio y los aqueos van perdiendo guerreros y aacutenimos Aquiles advierte la cataacutestrofe in-minente y llama a su querido y fi el compantildeero Patroclo con la intencioacuten de enviarlo a los aliados para averiguar las condiciones en las que el ejeacutercito de los aqueos se encuentra Como sencillamente nos informa la Iliacuteada en el preciso instante en que Patroclo responde a la llamada de Aquiles y sale de su tienda empieza a desencadenarse su desgracia

A partir del momento en que la atencioacuten de Aquiles se dirige hacia la batalla la Iliacuteada se enfoca en Patroclo Aunque intermitente con muchas y largas interrupciones para observar la batalla sangrienta junto a las naves en este punto nace una liacutenea narrativa que sigue a Patroclo en su preparacioacuten y entrada al combate en sus hazantildeas en sus duelos en su muerte e inclu-so despueacutes de ella Es una liacutenea narrativa que situacutea a Patroclo en el centro de la accioacuten1 a la que intentaremos rastrear y recorrer ahora La necesidad causa efectivamente la participacioacuten de Patroclo en la guerra y su muerte por Heacutector muerte que a su vez provoca inmenso dolor en Aquiles y le da

1 Simone Weil escribe refi rieacutendose a Patroclo ldquothat warrior who dwells in a peculiar way at the very centre of the poem - I mean Patroclus who lsquoknew how to be sweet to everybodyrsquo and who throughout the Iliad commits no cruel or brutal actrdquo (ldquoThe Iliad or the poem of forcerdquo en Simone Weil an anthology p204)

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

una razoacuten iacutentima para denunciar su coacutelera y entrar de nuevo en la guerra marcando claramente un punto de infl exioacuten en el argumento

Los troyanos bajo las oacuterdenes de Heacutector han invadido el campamento des-truyendo parcialmente la muralla y cruzando la fosa algunos a pie y otros montados en sus caballos Ganando cada vez maacutes espacio a los aqueos a quienes han ido empujando gradualmente hacia el mar los troyanos llegan a prender fuego a una de las naves El deseo de Aquiles se estaacute cumpliendo sus compantildeeros se encuentran al borde de la desgracia al margen de la ani-quilacioacuten Este seriacutea entonces el momento para renunciar su coacutelera y entrar en la batalla Pero parece que la idea de la reconciliacioacuten no ha madurado sufi cientemente en su interior En cambio Patroclo estaacute afl igido profunda-mente afectado por el sufrimiento de sus compantildeeros

Despueacutes de un largo itinerario por las tiendas de los aqueos aparece en la tienda de Aquiles ansioso de convencerle a entrar de nuevo en la batalla Estaacute llorando por compasioacuten llorando por impotencia ante la desgracia de la guerra a la vez enojado con su compantildeero que aferrado en la coacutelera permanece impasible a los hechos Es entonces la primera vez que Patroclo reacciona y se opone a Aquiles revelando lo que piensa y siente mostraacutendo-se a la vez sensible y sensato en su discurso bello y traacutegico En esta escena el poeta trata a Patroclo de tuacute se dirige a eacutel realizando un acercamiento hacia el heacuteroe cuyo destino traacutegico es suplicar para siacute mismo la muerte cruel2 Con este acercamiento la liacutenea narrativa dedicada a Patroclo se convierte en la narracioacuten principal

Con profundos suspiros le respondiste cochero PatroclolaquoiexclAquiles hijo de Peleo con mucho el mejor de los aqueos

2 A lo largo de las escenas siguientes este tratamiento de tuacute hacia Patroclo es recurrente El mismo tratamiento se da hacia Menelao en el canto VII donde el poeta habla a Menelao en segunda perona enseguida cede la palabra a Agamenoacuten quien tambieacuten se dirige hacia Menelao en segunda persona y al fi nal aprovecha la presencia de Agamenoacuten para concluir el episodio de manera imparcial narrando en tercera persona laquoTras hablar asiacute hizo gesto de ponerse las bellas armas | Entonces para ti Menelao habriacutea llegado el fi n de la vida | a manos de Heacutector porque en verdad era muy superior | si los reyes aqueos no se hubieran precipitado a sujetarte | El propio Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominios | cogioacute tu diestra te llamoacute con todos tus nombres y te dijo | laquoiexclEstaacutes loco Menelao criado por Zeus iexclNo debes cometer | esa locura Domiacutenate a pesar de tu preocupacioacuten | y no desees por una porfiacutea luchar con un hombre que es mejor | Heacutector Priamida ante quien tambieacuten los demaacutes sienten pavor | El propio Aquiles en la lucha que otorga gloria a los hombres | se estremece al encararlo y eso que es mucho mejor que tuacute | Por eso tuacute ahora ve y sieacutentate entre la tribu de compantildeeros | que los aqueos haraacuten que otro se alce enfrente de ese | Por muy intreacutepido que sea e insaciable de tumulto aseguro | que con jubilo doblaraacute la rodilla con tal de huir | del hostil combate y de la atroz lidraquo Hablando asiacute el heacuteroe desvioacute la intencioacuten de su hermano | porque era oportuna su advertencia y eacutel hizo caso Entonces | los escuderos le quitaron alegres las armas de los hombrosraquo (Iliacuteada Canto VII 103-122)

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

No te enfades tal es la a liccioacuten que oprime a los aqueosTodos los que hasta hace poco eran los maacutes bravosyacen entre las naves heridos por dardos o por picasHerido de dardo estaacute el Tidida el esforzado DiomedesHerido de pica estaacute Ulises insigne por su lanza y AgamenoacutenHerido por una lecha en el muslo estaacute tambieacuten EuriacutepiloDe ellos se ocupan los meacutedicos con sus muchas medicinascurando sus llagas Y tuacute te has vuelto implacable AquilesQue nunca me invada a miacute una ira como esa que tuacute albergastan atroz iquestQue ventaja procuraraacutes al que nazca en el futurosi no apartas a los argivos del ignominioso estragoiexclDespiadado Tu padre no fue Peleo el conductor de carrosni Tetis tu madre el garzo mar fue quien te dio a luzy las abruptas rocas pues tus sentimientos son implacablesSi es que tratas de eludir en tus mientes alguacuten vaticinioy te ha revelado algo de parte de Zeus tu augusta madreal menos enviacuteame a miacute sin demora y dame el resto de la huestede mirmidones a ver si llevo una luz de salvacioacuten a los daacutenaosDame tu armadura para poneacutermela en los hombrosa ver si me confunden contigo y renuncian al combatelos troyanos y los marciales hijos de los aqueos respirande su quebranto Aunque sea breve es un respiro del combateLos no fatigados facilmente a los fatigados del griteriacuteopodemos empujar a la ciudad lejos de las naves y de las tiendasraquoAsiacute habloacute suplicando el muy insensato pues su destinoera el de suplicar para siacute mismo la muerte cruel y la parca(Canto XVI 20-47)

Aquiles responde a su compantildeero con carintildeo manifestando que le gustariacutea dejar ir al pasado afi rmando que no puede mantener la ira para siempre pero a la vez mostrando que todaviacutea reside en su aacutenimo el rencor que siente por Agamenoacuten Su coacutelera es maacutes fuerte que eacutel es una especie de indignacioacuten frente a la injusticia que se aduentildeoacute de eacutel y de la cual no se puede deshacer al contrario parece que le va invadiendo cada vez maacutes laquoiexclOjalaacute Zeus padre Atenea y Apolo no escape de la muerte | ninguno de cuantos troyanos hay ni tampoco ninguacuten argivo | y que soacutelo nosotros dos emerjamos de la perdi-cioacuten y seamos | los uacutenicos que desatemos las sagradas diademas de Troyaraquo3 es como cierra su respuesta a Patroclo y no podemos dejar de sentirnos per-plejos ante estas palabras

3 Iliacuteada Canto XVI 97-100

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

El poeta presenta a Aquiles dividido interiormente entre la coacutelera y la obli-gacioacuten de ayudar a sus compantildeeros probablemente lo que se expresa aquiacute es el mismo dilema que el heacuteroe experimenta durante toda la Iliacuteada Como declara a Agamenoacuten al principio de la epopeya esta guerra para eacutel no signi-fi ca nada Participa en ella acompantildeando a los daacutenaos pero no tiene ninguacuten motivo personal para hacerlo mientras piensa que su vida es demasiado preciosa para ser sacrifi cada En la fi gura de Aquiles se realiza el confl icto entre lo personal y lo comuacuten un confl icto interno tan potente que le deja inerte inactivo encerrado en su tienda observador apaacutetico Sin embargo despueacutes de este encuentro con Patroclo es la primera vez que Aquiles actuacutea eneacutergicamente en la Iliacuteada y es Patroclo quien lo saca de la inercia rencoro-sa en la que estaacute atrapado

A pesar de que las armaduras son uacutenicas para cada guerrero Aquiles en-trega la suya a su amigo junto con unos consejos y un deseo que regrese vivo de la batalla En la Iliacuteada esta armadura sigue una trayectoria curiosa Las armas que ahora son entregadas a Patroclo para protegerlo y tambieacuten para atemorizar a los troyanos permitieacutendole confundirse con Aquiles se encontraraacuten en manos de Heacutector Despueacutes de la muerte de Patroclo Heacutector se apartaraacute de la batalla para poneacuterselas acto que no deja de causar cierta sorpresa4 Seraacute entonces muerto por Aquiles y despojado de las armas que concluiraacuten su deambular ciacuteclico

iquestQueacute signifi ca esta cesioacuten de la armadura a otro guerrero Hay tambieacuten otras escenas en las que un guerrero llega a utilizar las armas de otro laquo[] Troquemos nuestras armas que tambieacuten eacutestos se enteren | de que nos jac-tamos de ser hueacutespedes por nuestros padresraquo dice Diomedes a Glauco5 de modo que el intercambio de armas confi rma y simboliza la resolucioacuten paciacute-fi ca y amistosa de un duelo A menudo la Iliacuteada desplaza la atencioacuten a los objetos objetos que son siempre portadores de historias cosas que existen y perduran y nos pueden contar ellas mismas las historias de sus duentildeos historias que de manera tangencial refuerzan y reanudan el argumento principal

Junto a las naves Aquiles corre por las tiendas de los aqueos invitaacutendoles a

4 Las armas de Aquiles encajan perfectamente en el cuerpo de Patroclo con excepcioacuten de la pica que resulta muy pesada para cualquier guerrero que no sea el divino Aquiles (Canto XVI 130-144) En cambio es necesaria la intervencioacuten de Zeus para que se ajusten al cuerpo de Heacutector quien seguramente tendraacute otra estatura (Iliacuteada canto XVII 198-214) 5 Iliacuteada canto VI 230-231

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

regresar al combate Prepara un ataque en el cual no participaraacute En seguida realiza sacrifi cios a Zeus En la escena del sacrifi cio el espacio se confi gura uacutenicamente a partir de los objetos sus historias y el movimiento de Aquiles en la tienda y en su patio A traveacutes de las acciones de Aquiles se puede reconstruir parcialmente el espacio en el cual actuacutea No podemos dejar de preguntarnos si el poeta guarda en su imaginacioacuten una disposicioacuten espa-cial especiacutefi ca si tiene alguacuten plano completo del espacio que describe o si eacutel mismo se visualiza exactamente aquello que describe relaciones espa-ciales fragmentos de lugares movimientos densidades vaciacuteos y regiones borrosas

[] Por su parte Aquilesechoacute a andar hacia la tienda y abrioacute la tapa de un arcabella primorosa que Tetis la de argeacutenteos pies le habiacuteadepositado en la nave para que la llevara repleta de tuacutenicasde capas que abrigan del viento y de lanosas mantasAlliacute estaba su labrada copa ninguacuten otro hombrebebiacutea de ella el rutilante vino y a ninguacuten diosmaacutes que a Zeus padre haciacutea libaciones con ellaLa recogioacute entonces del arca la puri icoacute con azufreprimero y a continuacioacuten la lavoacute con bellos chorros de aguaTambieacuten eacutel se lavoacute las manos y apuroacute el rutilante vinoLuego de pie en medio del vallado oroacute y vertioacute el vinomirando al cielo y lo vio Zeus que se deleita con el rayo[]Despueacutes de hacer la libacioacuten y la plegaria a Zeus padreentroacute de nuevo en la tienda y depositoacute la copa en el arcay salioacute y se detuvo ante la tienda con el aacutenimo auacuten deseosode contemplar la atroz contienda entre troyanos y aqueos(Canto XVI 220-256)

Vestido con las armas de Aquiles y acompantildeado por muchos mirmidones Patroclo sale al combate por primera y uacuteltima vez en la Iliacuteada Aunque el poeta nos ha informado claramente de esto y de que la muerte de Patroclo seraacute la clave para el desenlace del argumento la narracioacuten se suspende y se detiene en las hazantildeas del heacuteroe traacutegico En una duracioacuten muy breve Patroclo conseguiraacute rechazar el ataque de los troyanos obligaacutendoles a retro-ceder desde las naves aqueas hacia la ciudad mataraacute varios de ellos e inten-taraacute atacar eacutel mismo la muralla de Troya Todo eso con la ayuda divina por supuesto A lo largo de la Iliacuteada Zeus se representa buscando una manera

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

de matar a Patroclo elaborando una coreografiacutea de su muerte Este guerrero cuya muerte reside en el centro del poema ha de ser glorifi cado antes de ser muerto y Zeus es el dios que quiere concederle esta gloria La culmina-cioacuten de su heroiacutesmo se alcanza en su duelo con Sarpedoacuten el padre de los dioses oliacutempicos deja que su hijo sea muerto por Patroclo aunque no sin antes experimentar una intensa lucha interior para decidir si puede cambiar el destino de su querido hijo mortal y no sin derramar una lluvia de sangre en su honor

Menudeaban sin pausa en torno del cadaacutever como cuando las moscasen el establo zumban alrededor de los jarros rebosantes de lecheen la estacioacuten primaveral cuando las caacutentaras rezuman de lecheasiacute menudeaban en torno del cadaacutever Ni un momento Zeusapartoacute sus relucientes ojos de la violenta batalla sino que con la mirada ija en ellos cavilaba consigo mismosobre el asesinato de Patroclo vacilando una y otra vezentre hacer ya que tambieacuten a aqueacutel en aquella violenta batallasobre Sarpedoacuten comparable a un dios el esclarecido Heacutectorlo aniquilara con el bronce y quitara las armas de sus hombros o si extender auacuten a otros maacutes aquella aacuterdua fatigaEn el curso de sus pensamientos le parecioacute lo mejorque el noble escudero del Peacutelida Aquilesrechazara a los troyanos y a Heacutector de bronciacuteneo cascootra vez maacutes hacia la ciudad y quitara la vida a muchos(Canto XVI 641-655)

Patroclo mata a Sarpedoacuten y con su muerte irrumpe una lucha alrededor de su cuerpo Sarpedoacuten es el primer guerrero muerto cuyo cuerpo funciona como centro de una batalla importante en la Iliacuteada (eacutel mismo en el momen-to de su muerte implora a Glauco a no abandonar su cuerpo en el campo de batalla) La batalla envuelta en la noche siniestra creada por Zeus seraacute el motivo para que Heacutector y Patroclo se encuentren por primera vez en el combate Despueacutes de meditar mucho Zeus protege la memoria de su hijo llevando a su cuerpo lejos de la llanura de Troya con la ayuda de Apolo del Suentildeo y de la Muerte Patroclo no pereceraacute en esa misma batalla Heacutector retrocede y eacutel tiene la oportunidad de avanzar hacia Troya mientras Apolo lo detiene tres veces en la muralla de la ciudad

Animado por Apolo Heacutector se acerca a toda velocidad subido en su carro acompantildeado por Cebriacuteones a quien Patroclo mata con una piedra

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Entonces el cuerpo de Cebriacuteones se convierte en centro de una densa ba-talla en la cual pereceraacuten muchos guerreros de ambos bandos Cuando los aqueos consiguen retirar a Cebriacuteones y despojarle de sus armas el centro de la escena desaparece La batalla continuacutea pero ya no gira alrededor de un nuacutecleo ni tampoco hay un enfrentamiento entre dos bloques sino que todos estaacuten mezclados combatiendo en desorden La Iliacuteada posiciona entonces a Patroclo en el centro de este desorden su muerte tan esperada y tan preme-ditada es inminente e irreversible

Patroclo se ubica primero en el centro como sujeto que actuacutea intencional-mente defi ne y modifi ca el espacio en el que se mueve se arroja entre los troyanos y nosotros nos proyectamos con eacutel Tres veces ataca y tres veces sentimos la fuerza del ataque en nuestro interior Pero el cuarto ataque marca un punto de infl exioacuten El heacuteroe estaacute cruzando un liacutemite invisible el liacutemite del hibris si se nos permite el teacutermino y este ataque seraacute su uacuteltimo El narrador cambia de nuevo su actitud hacia Patroclo dirigieacutendose a eacutel en segunda persona En este momento Patroclo cesa de existir como sujeto para convertirse en una cosa una cosa con vida al principio una cosa sin vida a continuacioacuten6 A la vez la voz del poeta que habla a su personaje lo inmoviliza lo transforma en un punto fi jo un centro estaacutetico un receptor Patroclo recibe la palabra y recibe pasivo su suerte

Mientras el curso del sol recorrioacute el centro del cielolos dardos alcanzaron a los de ambos bandos y la hueste caiacuteamas a la hora de bajar el sol la de la suelta de las vacasfue cuando los aqueos cobraron una desmesurada ventaja Sacaron al heacuteroe Cebriacuteones fuera del alcance de los dardosy del clamor troyanos y le quitaron las armas de los hombrosPatroclo se arrojoacute entre los troyanos con funestas intencionesTres veces arremetioacute entonces comparable al impetuoso Aresentre pavorosos alaridos y las tres veces matoacute a nueve mortales Mas cuando ya por cuarta vez se arrojoacute semejante a una deidadentonces aparecioacute ante ti Patroclo el teacutermino de la vidapues Febo te salioacute al encuentro en la violenta batallaSurgioacute terrible pero eacutel no lo vio venir a traveacutes del tropelpues se le acercaba oculto en una tupida bruma Se detuvo detraacutes y le golpeoacute la espalda y los anchos hombros

6 ldquoAn extraordinary entity this - a thing that has a soul [] A man stands disarmed and naked with a weap-on pointing at him this person becomes a corpse before anybody or anything touches himrdquo escribe Simone Weil (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p185)

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

con la palma de la mano y sus ojos giraron vertiginosamenteFebo Apolo le tiroacute de la cabeza el morrioacutenfue rodando con estreacutepito bajo las patas de los caballosel atubado yelmo y las crines de su penacho se mancharon de sangre y de polvo Antes los dioses no habiacutean consentidoque aquella celada con penacho de crines se manchara de polvopues protegiacutea la cabeza y la amable frente de un hombre divinode Aquiles pero entonces Zeus otorgoacute a Heacutectorllevarla sobre su cabeza pues a eacutel ya lo acechaba la muerte Se le quebroacute entera en las manos la pica de luenga sombrapesada larga compacta provista de casquete y se le cayoacutede los hombros al suelo el ribeteado broquel con el tahaliacuteEl soberano Apolo hijo de Zeus le desatoacute la corazaEl estupor se aduentildeoacute de eacutel se doblaron sus preclaros miembrosy se paroacute atoacutenito Con la aguda lanza detraacutes en la espaldaentre los hombros le acertoacute de cerca un guerrero daacuterdanoEuforbo Pantoida que descollaba entre todos los de su edadcon la pica la destreza en el carro y la presteza de los piesHabiacutea derribado de sus caballos a veinte mortales la primera vezque habiacutea salido con el carro auacuten un aprendiz en el combateEacuteste fue el primero que te arrojoacute un dardo cochero Patroclomas no te doblegoacute Corrioacute atraacutes y se perdioacute en la muchedumbreen cuanto te arrancoacute de la carne el asta de fresno sin resistirante Patroclo en la lid a pesar de que estaba desarmado(Canto XVI 777-815)

Su muerte tan esperada y tan premeditada no se parece a ninguna otra muerte descrita en la Iliacuteada Patroclo no se encuentra con un adversario que le mata sino con su propia muerte Como en muchas ocasiones aquiacute tambieacuten se necesita la intervencioacuten de un dios para resolver el duelo entre dos guerreros valientes Sin embargo en ninguna otra escena se presenta intervencioacuten divina semejante a eacutesta Patroclo estaacute inmoacutevil quieto y parado en la narracioacuten cuando Apolo pasando desapercibido entre la confusioacuten del combate oculto en una neblina le golpea por detraacutes Por detraacutes recibe Patroclo el golpe del dios estupefacto impotente siente el abandono en su cuerpo Le abandona la fuerza el vigor de sus miembros le abandona su ar-madura Las armas de Aquiles van cayeacutendose progresivamente marcando el espacio alrededor de Patroclo que se mantiene de pie en el centro como un palo

Despojado de todas sus defensas Patroclo recibe por detraacutes de nuevo el

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

ataque de Euforbo eacuteste retira la lanza clavada entre los hombros y se pierde corriendo entre la muchedumbre Patroclo estaacute atoacutenito desnudo en un pai-saje de hierro bronce resistentes pieles de bueyes gritos alaridos y agita-ciones violentas Herido intenta escaparse refugiarse protegerse Heacutector veloz y decisivo se acerca a eacutel y lo perfora con su lanza causaacutendole la herida mortal Patroclo queda completamente humillado las jactancias que Heacutector profi ere resuenan con crueldad sobre este cuerpo del guerrero que ya no es Del cuerpo sin vida de Patroclo cuerpo al que ya abandonoacute el alma Heacutector retira su lanza con un movimiento brusco Patroclo es una cosa en el espa-cio material bruto al que se puede pisar casi como si fuese tierra La lanza el objeto sobrevive a la persona que ha matado y se volveraacute a usar para matar a otra y otra y otra maacutes La relacioacuten entre el elemento de aniquilacioacuten y la existencia aniquilada no es exclusiva

Patroclo doblegado por el golpe del dios y por la lanzaempezoacute a replegarse a la turba de los compantildeeros por eludir la parcaHeacutector nada maacutes ver al magnaacutenimo Patrocloretrocediendo herido por el agudo broncellegoacute cerca de eacutel entre las ilas le hirioacute con la lanzaen lo maacutes bajo del ijar y le hundioacute el bronce de parte a parteRetumboacute al caer y causoacute gran pesar a la tropa de los aqueosComo cuando un leoacuten domina por la fuerza a un indomable jabaliacutecuando ambos en las cimas de un monte luchan con gran ierezaalrededor de un escaso manantial y los dos quieren bebery el leoacuten logra doblegar por la fuerza al jadeante jabaliacuteasiacute al fornido hijo de Menecio tras haber matado a muchosHeacutector Priaacutemida le arrebatoacute la vida de cerca con la picay blasonando de su triunfo le dijo estas aladas palabraslaquoiexclPatroclo Bien que asegurabas que asolariacuteas nuestra ciudady arrebatariacuteas el diacutea de la libertad a las mujeres troyanasy las llevariacuteas en las naves a tu tierra patriaiexclInsensato En su defensa los ligeros caballos de Heacutectorhan llegado al combate a galope tendido Tambieacuten yo con la picasobresalgo entre los combativos troyanos porque les apartodel diacutea fatal a ti en cambio los buitres te devoraraacuten aquiacuteiexclInfeliz No te ha socorrido ni Aquiles por valeroso que seaque se ha quedado y sin duda te ha dado muchos encargos al salirlsquoNo regreses oh Patroclo conductor de caballosa las huecas naves hasta que la tuacutenica ensangrentada del homicida Heacutector hayas desgarrado alrededor del pechorsquoSin duda eso te ha dicho y ha persuadido tu insensata menteraquo

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

Desfallecido replicaste Patroclo conductor de caballoslaquoYa te has jactado ahora Heacutector demasiado Te han dadola victoria Zeus Croacutenida y Apolo que me han doblegado facilmente pues ellos me han quitado las armas de los hombrosAunque veinte como tuacute me hubieran salido al encuentrotodos habriacutean perecido aquiacute mismo doblegados bajo mi lanzaPero el funesto destino y el hijo de Leto me han matadoy de los hombres Euforbo tuacute al despojarme soacutelo eres tercero Otra cosa te voy a decir y tuacute meacutetela en tus mientestampoco tuacute viviraacutes mucho tiempo proacuteximos a tiya acechan la muerte y el imperioso destinoque te haraacuten sucumbir a manos del intachable Aquiles EaacutecidaraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacute El aliento vital salioacute volando de sus miembros y marchoacute al Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando el esclarecido Heacutector le dijolaquoiexclPatroclo iquestPor queacute me vaticinas el abismo de la ruinaiquestQuien sabe si Aquiles hijo de Tetis de hermosos cabellos se anticiparaacute y pereceraacute antes que yo golpeado por mi lanzaraquoTras hablar asiacute arrancoacute la bronciacutenea pica de la heridaapoyando encima el pie y lo apartoacute boca arriba de la lanzaA continuacioacuten marchoacute con el astil en busca de Automedonteescudero comparable a los dioses del velociacutepedo Eaacutecida a quien ansiaba disparar pero ya lo sacaban los ligeros caballosinmortales espleacutendidos dones regalados por los dioses a Peleo(Canto XVI 816-867)

Los ligeros caballos inmortales que en su movimiento centriacutefugo llevan a Automedonte lejos de este lugar fuacutenebre lejos de Heacutector que estaacute ansioso por sangre echan un rayo de luz sobre la escena Su corrida trae una corrien-te de aire que nos permite respirar con la mirada desenfocada a la distancia Por un breve instante Patroclo estaacute solo en silencio sin armas sin compantildee-ros sin vida Apenas estaacute yace en la tierra en un lugar vaciacuteo

Esta quietud dura muy poco En seguida Menelao desde lejos advierte la muerte de su compantildeero A partir de este momento corre hacia eacutel realizan-do un movimiento centriacutepeto inverso al de los caballos Este movimiento de Menelao la batalla que irrumpe alrededor del cuerpo de Patroclo y la aten-cioacuten de todos que se dirige de nuevo hacia eacutel vuelven a crear una atmoacutesfera asfi xiante densa ineludible Es la guerra que se recicla y recrea a siacute misma atando y desatando nudos desplazando y transformando sus centros

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4 Destruccioacuten del cuerpo construccioacuten del cuerpo [Aquiles y Heacutector]

En ocasiones el movimiento que el poeta de la Iliacuteada nos propone seguir es un movimiento intracorporal una negociacioacuten que toma lugar en el interior de un cuerpo y se parece a un diaacutelogo entre sus partes El cuerpo homeacuterico es un cuerpo fragmentado plural habitado por sensaciones sentimientos estados de aacutenimo compuesto por distintas regiones oacuterganos miembros un cuerpo con vida interior y vivido desde el interior

Mejor dicho citando a Jean-Pierre Vernant ldquoEn tanto que el cuerpo estaacute vivo es entendido como una multiplicidad de oacuterganos y de miembros animados por las pulsiones que les son propias es el espacio donde se despliegan y a veces se enfrentan los impulsos las fuerzas contrarias Seraacute con ocasioacuten de su muerte cuando se encuentra desierto cuando el cuerpo adquiera su unidad formalrdquo1 Tambieacuten es importante recordar que en el griego arcaico la palabra σῶμα no designaba al cuerpo vivo sino al cadaacutever

Asi habloacute y la a liccioacuten invadioacute al Pelida y su corazoacutendentro del velludo pecho vacilaba entre dos decisioneso desenvainar la aguda espada que pendiacutea a lo largo del musloy hacer levantarse a los demaacutes y despojar eacutel al Atridao apaciguar su coacutelera y contener su furorMientras revolviacutea estas dudas en la mente y en el aacutenimoy sacaba de la vaina la gran espada llegoacute Atenea del cielo(Canto I 188-195)

En los versos de la Iliacuteada cada sensacioacuten emocioacuten sentimiento o pensa-miento se ubica en un lugar preciso en el cuerpo de quien lo experimenta Maacutes bien todo lo que ocurre en el plano mental-psiacutequico se manifi esta tam-bieacuten en el cuerpo como un acontecimiento un siacutentoma mantiene un viacutenculo

1 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 63 Al morir el cuerpo sujeto y soporte de acciones se transforma a puro objeto para el otro En el mismo libro Vernant sentildeala tambieacuten el caraacutecter plural de la cor-poreidad arcaica en la Iliacuteada a menudo se hace referencia a las partes del cuerpo en plural y no en singular

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

intriacutenseco con la realidad corpoacuterea Los deseos los miedos las ideas los valores apropiados funcionan como impulsos que generan movimiento en los cuerpos de los heacuteroes Al reveacutes un impuso una emocioacuten o una sensacioacuten se conocen a traveacutes de su expresioacuten en el cuerpo Manos ansiosas por matar pies ligeros interior revuelto pensamientos que se remueven en el vientre rabia acurrucada en el corazoacuten la cara tapada con la palma de la mano amistad en el seno La Iliacuteada abunda de imaacutegenes como estas

Seriacutea seguramente un anacronismo introducir aquiacute la nocioacuten de embodiment y hablar de sujetos encarnados dado que esta nocioacuten proviene de una larga tradicioacuten fi losoacutefi ca que ofrecioacute muchas explicaciones diferentes acerca de la relacioacuten entre cuerpo y alma despueacutes de generar esta divisioacuten La eacutepoca en la que se escribe la Iliacuteada todaviacutea no conoce el dualismo cuerpo-alma y en sus versos probablemente se registra aquello que fue la manera intuitiva de percibir y entender el mundo desde la experiencia concreta Como escribe Walter Ong antes de la generalizacioacuten del uso de la escritura el pensamien-to de una cultura oral se mantiene cerca del mundo humano vital y tiende a ser situacional maacutes que abstracto2 Algo parecido se puede observar en el pensamiento infantil sobre todo antes de la adquisicioacuten de la habilidad de leer y escribir Los relatos y los juegos de los nintildeos estaacuten muy vinculados al cuerpo y en ellos se desdobla un pensar y un sentir desde el cuerpo con el cuerpo y para el cuerpo3

Jean-Pierre Vernant escribe al respecto ldquoPara destacar esta imbricacioacuten de lo fiacutesico y de lo psiacutequico dentro de una conciencia de siacute que al mismo tiempo supone un compromiso con las diversas partes del cuerpo James Redfi eld ha afi rmado de modo sorprendente que en los heacuteroes de Homero ldquoel yo in-terior no es otra cosa que el yo orgaacutenicordquo Tal vocabulario si no del cuerpo siacute por lo menos de las distintas dimensiones o aspectos de lo corporal confor-ma en conjunto un coacutedigo que permitioacute a los griegos expresar o pensar sus relaciones consigo mismos el modo de presentarse a siacute mismos de manera maacutes o menos clara maacutes o menos unifi cada o dispersa seguacuten las circunstan-cias pero igualmente nos proporciona una pista sobre sus relaciones con un otro al cual estaacute vinculado por todas las formas de apariencia corporalrdquo4

2 Veacutease Oralidad y Escritura tecnologiacuteas de la palabra p48-623 En esta direccioacuten se organiza Territorio do brincar un proyecto de investigacioacuten que intenta cartografi ar los juegos de los nintildeos en Brasil buscando similitudes y diferencias seguacuten la regioacuten el grupo social la edad el geacutenero esencialmente remitiendo al cuerpo httpterritoriodobrincarcombr4 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 18

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

En los primeros cantos de la Iliacuteada la batalla descrita es representada en planos panoraacutemicos Los duelos tienden a resolverse deprisa en pocos versos y la atencioacuten recae sobre el heacuteroe que mata resaltando su valor como guerrero relatando sucesivamente un ataque despueacutes de otro El paisaje sonoro que se construye en las primeras escenas de combate estaacute compuesto por el bullicio del campo de batalla los gritos y los alaridos el relincho de los caballos y los sonidos metaacutelicos de las armas que se entrechocan cons-tantemente Es crucial recordar sin embargo que esta sonoridad surge y es posible precisamente porque en la Iliacuteada la batalla es siempre una batalla cuerpo a cuerpo Al enfrentarse los dos grupos aqueos y troyanos se acer-can se acercan a tal punto que se juntan formando un aglomerado com-plejo El sonido emergente es el sonido o tal vez el ruiacutedo de la confl uencia violenta de elementos y personas en un mismo sitio en un mismo instante

A medida que la narracioacuten de la Iliacuteada avanza se multiplican las referencias al cuerpo se intensifi can los estiacutemulos sensoriales la interaccioacuten entre los cuerpos se vuelve maacutes cercana maacutes iacutentima maacutes profunda Este acercamien-to se hace progresivamente maacutes expliacutecito cada guerrero tiene su historia y su linaje mientras en las escenas de duelo a menudo se abren espacios de diaacutelogo donde se despliegan las vidas de los heacuteroes Al paisaje sonoro exis-tente se antildeaden progresivamente la respiracioacuten y el latido del corazoacuten los gestos se hacen maacutes iacutentimos y sutiles Ademaacutes abundan las descripciones de la envoltura corporal a traveacutes de ella se va construyendo un puente entre el sujeto y el mundo circundante

Igual que el estruendo de los lentildeadores se elevaen las caacutercavas del monte y de lejos repercuten los golpesasiacute se levantaba desde la espaciosa tierra el estreacutepitodel bronce y de los bien elaborados escudos de bovina pielal choque de las espadas y de las picas de doble moharra(Canto XVI 633-637)

Como cuando revolotean procedentes de Zeus espesos coposgeacutelidos bajo el empuje del Boacutereas nacido del eacuteterasiacute de espesos eran entonces los cascos gallardos de su brilloque saliacutean en tropel de las naves los abollonados broqueleslas corazas de soacutelidas placas y las lanzas de vara de fresnoEl fulgor llegoacute al cielo la tierra entera rioacute alrededorpor el relaacutempago del bronce y el ruido rugiacutea bajo los pasosde los guerreros Y en medio se armaba el divino Aquiles

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Sus dientes rechinaban los dos ojos le brillaban como sifueran llamaradas de fuego y el corazoacuten en su interior estabainundado de una insufrible tristeza Airado contra los troyanosse vistioacute con los dones que Hefesto le habiacutea forjado con esmeroPrimero se colocoacute alrededor de las pantorrillas las grebasbellas ajustadas con aacuteureas tobillerasEn segundo lugar alrededor del pecho se puso la corazaA los hombros se echoacute la espada tachonada con clavos de platabronciacutenea a continuacioacuten cogioacute el alto y compacto escudocuyo resplandor llegaba tan lejos como el de la lunaComo cuando desde el Ponto se les aparece a unos marinerosel destello de un incandescente fuego que arde sobre un monteen un solitario establo y contra su voluntad los vendavaleslos arrastran lejos de los suyos sobre el mar rico en pecesasiacute llegaba al eacuteter el resplandor del escudo de Aquilesbello primoroso Luego alzoacute el ponderoso yelmoy se lo caoacuteo en la cabeza Como un astro refulgiacuteael yelmo con su penacho y ondeaban alrededor las crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenAquiles de la casta de Zeus se proboacute las armas para versi le cuadraban y permitiacutean correr a sus ilustres miembrosLe sentaban como alas y en volandas al pastor de huesteslo elevaban De un estuche sacoacute la paterna picapesada larga y compacta ninguacuten otro de los aqueos podiacuteablandiria solo Aquiles era capaz de blandir la peliacuteadalanza de fresno que Quiroacuten habiacutea procurado a su padre de la cima del Pelio para que fuera matanza de heacuteroes(Canto XIX 357-391)

Las armas sean elementos de defensa o de ataque aparecen y sirven como extensiones del cuerpo de quien las utiliza El guerrero las necesita para ir al combate es soacutelo a traveacutes de ellas que puede participar en la guerra matar y evitar que sea muerto por otros Como hemos visto en la escena de la muerte de Patroclo despojarse de las armas signifi ca privarse de los medios de de-fensa y ataque signifi ca perder algo del propio cuerpo y encontrarse des-nudo casi mutilado presa a la disposicioacuten de los enemigos Por otra parte armarse signifi ca prepararse desarrollar un medio de comunicacioacuten entre el propio cuerpo y el terreno de batalla comunicacioacuten basada en la destruc-cioacuten y extensioacuten establecida desde fuera

La voz tambieacuten es una extensioacuten del propio cuerpo una extensioacuten que en

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

este caso empieza desde el interior y cuyo objetivo es crear construir El habla emerge como una de las posibilidades del cuerpo y durante la comuni-cacioacuten siempre y exclusivamente oral en el mundo arcaico la voz adquiere una dimensioacuten espacial5 Mejor dicho la voz tiene el potencial de transfor-mar el lugar donde se escucha En el acto de hablar la enunciacioacuten ocurre en un lugar determinado y ejerce su infl uencia sobre este lugar Esta trans-formacioacuten se debe tanto al signifi cado linguiacutestico al enunciado en siacute como a la espacialidad propia del sonido su capacidad inherente de envolvernos Privarse del derecho a la propia voz como Helena y las otras mujeres-pre-mio o como los esclavos de la Iliacuteada tambieacuten tiene el efecto de una mutila-cioacuten y modifi ca radicalmente la interaccioacuten con el mundo

Atendiendo minuciosamente a palabras y acciones el espacio del poema se confi gura casi absolutamente por la presencia humana en eacutel a veces densa y asfi xiante6 Los duelos se alargan cada vez maacutes y adquieren importancia para la evolucioacuten y el desenlace de la historia A fi n de reforzar esta im-portancia algunos duelos se anticipan en la narracioacuten de manera que el receptor del poema estaacute pendiente de su aparicioacuten y otros se recuerdan de nuevo despueacutes de que hayan terminado Por otra parte se pone cada vez maacutes eacutenfasis a la destruccioacuten del cuerpo a las heridas y a la aniquilacioacuten del otro y es mediante esta destruccioacuten que se construye la imagen del cuerpo en la Iliacuteada

A ambos lados de los dos Ayantes se colocaron los batallonessoacutelidos que ni Ares de haber ido alliacute habriacutea criticado en nadani tampoco Atenea estiacutemulo de las huestes pues eran paladinesselectos los que aguardaban a los troyanos y al divino Heacutectorforti icando asta con asta y escudo con escudo unidos por la base Se apoyaban broquel en broquel casco en casco hombre en hombreLos empenachados cascos se tocaban con los brillantes crestonesal menear la cabeza iexcltan apinados unos con otros formabanHaciacutean entrelazarse las picas que en las audaces manosvibraban y no teniacutean otra idea que avanzar y ansiar la lucha(Canto XVI 126-135)

Como escribe Maronitis acerca de la Iliacuteada en ella se produce un acerca-

5 laquoSe despertoacute del suentildeo la divina voz auacuten se difundiacutea alrededorraquo (Iliacuteada canto II 41)6 laquopues aquel diacutea muchos troyanos y aqueos quedaron | de bruces tendidos en el polvo unos al lado de otrosraquo (Iliacuteada Canto IV 543-544)

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miento gradual que se dirige del escuchar al ver y del ver al tocar7 Seguacuten eacutel la narracioacuten en la Iliacuteada es invasiva invade la accioacuten desde el pasado hacia el presente situando al receptor en el presente narrativo en contacto con los acontecimientos narrados a diferencia de la Odisea o de otras epopeyas tradicionales que situacutean al receptor a una larga distancia temporal respecto a los acontecimientos De esta manera podemos tambieacuten decir que va cre-ciendo la empatiacutea que sentimos por los personajes mientras nos acercamos a ellos como si en nuestra propia piel pudieacuteramos experimentar lo que ellos viven

Progresivamente en la Iliacuteada marcan su aparicioacuten el dolor y el cansancio Todo el poema se refi ere a unos acontecimientos del deacutecimo antildeo de la guerra por lo que nos podemos imaginar que ambos bandos estaraacuten agotados des-trozados heridos debilitados Sin embargo este agotamiento generalizado no se puede apreciar desde el principio es como si los heacuteroes se agotaran du-rante la narracioacuten como si la propia narracioacuten fuese la encarnacioacuten de este agotamiento Asiacute la Iliacuteada nos demuestra claramente aquello que la guerra es agotadora hasta la destruccioacuten completa Siguiendo a Weil8 en la guerra se usa la fuerza de manera desmesurada para aniquilar al otro hasta que la fuerza actuacutee por siacute misma destruyendo al que la ejerce y al que la recibe indistintamente

Al acercarse a los cuerpos de los personajes al atender a los traumas que reciben la Iliacuteada genera unas descripciones desgarradoras por realistas del dolor fiacutesico A menudo no es el momento de la herida que resulta maacutes do-loroso ya que el guerrero estaacute todaviacutea inmerso en la adrenalina de la bata-lla el arma que penetra su cuerpo es defi nitivamente un acto cruel pero su efecto no se hace perceptible de inmediato El guerrero herido puede seguir luchando y sangrando hasta que la sangre se seque y eacutel empiece a padecer de agudos dolores La descripcioacuten del dolor del heacuteroe se inicia en su propia herida en el movimiento de la sangre en el interior de su cuerpo y es este dolor que cuando aparece pone de manifi esto la herida el miembro herido el cuerpo la fragilidad la destruccioacuten la vida y la muerte

7 Traduzco del epiacutelogo de su traduccioacuten de la Iliacuteada laquo[el receptor de la Iliacuteada] escuchando puede ver los acontecimientos y viendo puede tocarlos Se trata pues de una escalada de la audicioacuten a la vista y de la vista al contacto rozando el liacutemite del tactoraquo (Ομήρου Ιλιάς trad de Δ Ν Μαρωνίτης p597-598)8 ldquoForce is as pitiless to the man who possesses it or thinks he does as it is to its victims the second it crushes the fi rst it intoxicates The truth is nobody really possesses itrdquo (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p191)

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Cuando lo advirtioacute Cooacuten conspiacutecuo entre los guerrerosel Antenoacuterida primogeacutenito una acerba tristezale cubrioacute los ojos por la muerte de su hermano Se apostoacutede soslayo con la lanza sin que lo notara el divino Agamenoacuteny le hirioacute en mitad del antebrazo por debajo del codola punta de la reluciente lanza se lo atravesoacute rectaSe estremecioacute entonces Agamenoacuten soberano de hombrespero ni auacuten asiacute cesoacute en la lucha y en el combate y arremetioacute a Cooacuten con la pica nutrida por los vientos[]Continuoacute recorriendo las hileras de los demaacutes guerreroscon la pica con la espada y con enormes guijarros mientras la sangre caliente estuvo borbotando de la heridaPero en cuanto la uacutelcera comenzoacute a secarse y cesoacute la sangreagudos dolores penetraron en el ardor del Atrida(Canto XI 248-268)

Joanna Bourke sostiene que el dolor se puede entender como un evento una manera de estar en el mundo9 Es interesante recordar aquiacute que en griego existen dos maneras de hablar del dolor que uno siente πονάω que seriacutea algo como (yo) duelo primera persona del verbo doler y πονάει (me) duele En el primer caso el dolor se manifi esta como un estado de mi ser un estado en el cual me encuentro casi activamente y se puede decir πονάω sin maacutes estoy en dolor o πονάω en el estoacutemago o πονάω entre la cadera y la columna o sea estoy en dolor en un lugar especiacutefi co siempre soy yo que estoy asiacute yo iacutentegro que aparezco en el dolor aunque mi dolor pueda ser concreto y localizable en una parte de miacute En cambio en el segundo caso tal como en castellano hay siempre algo que duele la mano el brazo el pie el diente la cabeza el corazoacuten me duele algo miacuteo pero como si fuese ajeno a miacute como si mi brazo no fuese exactamente yo este dolor no se refi ere a la totalidad de mi ser Existe una distancia entre la persona que experimenta el dolor y el punto donde se localiza este dolor

Apenas habloacute asiacute y el teacutermino de la vida le cubrioacutelos ojos y las narices Patroclo apoyoacute el pie en su pechoy arrancoacute del cuerpo la lanza con ella salioacute el pericardio

9 ldquoWe should think of pain as an event as a way of being in the worldrdquo Conferencia de Joanna Bourke en el Centro Cultural de la Fundacioacuten Onassis en Atenas con fecha 03022015 La historiadora autora del libro The Story of Pain From Prayer to Painkillers recurriendo entre otras fuentes a testimonios de soldados y de meacutedicos de la primera y la segunda guerra mundial en esta conferencia hizo referencia a casos de heridas muy graves para explorar la manera como se experimenta el dolor y el signifi cado que le puede ser asignado

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y junto a la punta de la pica le extrajo el aliento de la vida(Canto XVI 502-505)

En la herida abierta aquella herida dolorosa y mortal se abre el cuerpo se expone el interior de la persona y se derrama hacia el exterior irreversible-mente El trauma es una viacutea de escape de la sangre de los oacuterganos del alma de la propia vida En la apertura del cuerpo herido encuentra una salida tambieacuten el aliento el uacuteltimo aliento de la vida en esta apertura y en el dolor que la acompantildea se afi rma el cuerpo y la existencia carnal fraacutegil efiacutemera del ser Esta afi rmacioacuten culmina en la terminacioacuten de la vida que se produce a traveacutes de la misma apertura En otros pasajes de la Iliacuteada el alma se escapa del cuerpo muerto a traveacutes de la boca la boca que es tambieacuten una apertura en el cuerpo apertura a la que Pierre Feacutedida situacutea en el comienzo del cuerpo humano10 El comienzo que ha de coincidir con el fi nal

Ampliando estas refl exiones se puede considerar que el cansancio es tam-bieacuten una manera de estar en el mundo una manera del cuerpo para afi r-marse en el mundo Un cuerpo cansado de la misma manera que un cuerpo que duele se pronuncia aquiacute estoy Tambieacuten se encuentran en la Iliacuteada des-cripciones del cansancio fiacutesico de la manera como el cansancio afecta a los miembros del heacuteroe Con sutileza el poeta identifi ca lugares en el cuerpo lugares precisos cada uno de los cuales experimenta una sensacioacuten distinta El cuerpo es plural como dice Vernant compuesto por varios sitios varios oacuterganos varios miembros y en eacutel se pueden escuchar muchas voces a la vez si estamos sufi cientemente atentos a ellas

Ayante ya no resistiacutea pues los dardos lo acosaban con fuerzay le doblegaban la voluntad de Zeus y los arrogantes troyanoscon sus disparos terrible ruido en sus sienes la relucientecelada haciacutea con los proyectiles sufriacutea continuos impactosen los bien fabricados mamelones y se cansaba el hombro izquierdode embrazar sin cesar el tornasolado escudo Mas no podiacuteanhacer que se tambalease a los lados bajo el peso de los dardosCon fatigoso e incesante sofoco respiraba el sudor le luiacuteaa chorros de los miembros por todos los lados y no hallabaresuello por doquier se amontonaba desgracia sobre desgracia(Canto XVI 102-111)

10 Pierre Feacutedida Par ougrave commence le corps humain

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En los versos del poema se trazan mapas de dolor y de cansancio sobre el cuerpo de manera que el cuerpo se convierte en territorio y la narracioacuten en cartografiacutea En algunas ocasiones a traveacutes de los siacutemiles empleados se di-bujan paralelismos entre el cuerpo y el paisaje entre la persona y la natura-leza laquoComo cuando el vasto pieacutelago se riza de mudo oleaje | y preludia los veloces senderos de los sonoros vientos | auacuten en calma sin echar a rodar ni hacia acaacute ni hacia allaacute | hasta que desciende una decidida brisa procedente de Zeus | asiacute el anciano con el aacutenimo desgarrado dudaba entre dos planes | si penetrar en la muchedumbre de los daacutenaos de veloces potros | o ir en busca del Atrida Agamenoacuten pastor de huestesraquo11

Acerqueacutemonos ahora al que viene a ser el duelo maacutes importante de la Iliacuteada La confrontacioacuten entre Heacutector y Aquiles episodio destacado entre los varios episodios del mito no llega a comenzar hasta el canto XX para concluir al fi nal del canto XXII casi al fi nal del poema Es una confrontacioacuten que se realiza en tres actos un primer duelo corto y no sangriento resuelto con la intervencioacuten divina un intervalo en que se presentan las hazantildeas de Aquiles y su persecucioacuten por los dioses y el duelo defi nitivo que engloba la perse-cucioacuten de Heacutector por Aquiles alrededor de la ciudad de Troya y el enfrenta-miento fi nal de los heacuteroes resultante en la muerte de Heacutector

Este duelo es el uacuteltimo de la Iliacuteada en eacutel llega a colmo la violencia de la guerra y se alcanza la destruccioacuten plena y defi nitiva del cuerpo Por otra parte los adversarios estaacuten luchando con todas sus fuerzas por una causa personal Heacutector estaacute defendiendo a su amada familia (sobre todo) a su ciudad y a su pueblo mientras Aquiles se estaacute vengando de la peacuterdida de su maacutes iacutentimo amigo y compantildeero Aunque sus motivos son diferentes ambos haraacuten todo lo posible para aniquilar al otro motivados por el afecto antes que por heroiacutesmo u obligacioacuten hacia la polis En este duelo iacutentimo y dolo-roso se estiran los liacutemites del cuerpo de la fuerza del aguante y del vigor

En cuanto Heacutector vio a su hermano Polidoroencorvaacutendose hacia el suelo con las entrantildeas en la mano la niebla se derramoacute sobre sus ojos y ya no soportoacute seguirmaacutes tiempo merodeando a distancia sino que fue contra Aquileshaciendo oscilar la aguda lanza semejante a la llama Eacutestenada maacutes verlo dio un salto hacia eacutel y exclamoacute triunfantelaquoYa estaacute cerca el hombre que maacutes me ha fustigado el aacutenimo

11 Iliacuteada Canto XIV 16-22

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el autor del asesinato de mi preciado compantildeero Ya no podemosescondernos maacutes tiempo uno de otro por los puentes del combateraquoDijo y miraacutendolo con torva faz se dirigioacute al divino HeacutectorlaquoAceacutercate maacutes y asiacute llegaraacutes antes al cabo de tu ruinaraquoSin intimidarse le replicoacute Heacutector el de tremolante penacho laquoiexclPeacutelida No esperes aterrorizarme soacutelo con palabrascomo a un ingeacutenuo nintildeo porque yo tambieacuten soy bien capazde proferir tanto injurias como insultosSeacute que tuacute eres valeroso y que yo soy muy inferior a tiPero estos asuntos descansan en las rodillas de los dioses puede que auacuten siendo inferior sea yo quien te arrebate la vidaacertando con la lanza tambieacuten mi dardo estaacute a ilado siempreraquo(Canto XΧ 419-437)

Aquiles ha matado a Polidoro el hijo maacutes joacuteven de Priacuteamo y uno de los hermanos de Heacutector Su lanza le atravesoacute el torso al lado del ombligo y la Iliacuteada lo presenta sujetando sus entrantildeas mientras se cae encorvado a tierra Es esta imagen de su hermano la que mueve el aacutenimo de Heacutector quien decide atacar a Aquiles ignorando el consejo de Apolo Un cuerpo en des-truccioacuten las entrantildeas sujetadas en la mano el dolor fiacutesico se transforma en afecto dolor psiacutequico la niebla sobre los ojos y despueacutes en movimiento que busca generar maacutes dolor en otro cuerpo El ciclo de la violencia La muerte de Polidoro aunque no tenga en la Iliacuteada la misma importancia que la de Patroclo funciona como un elemento que permite al poeta construir una base simeacutetrica para el primer duelo Heacutector-Aquiles dado que ahora cada uno de los dos quiere vengarse por haber perdido a alguien muy querido en manos del otro

El inicio del enfrentamiento es verbal Reconocimiento del otro como ene-migo amenazas insultos y motivos personales se incluyen en los pequentildeos discursos de ambos Heacutector cierra su discurso resaltando que son los dioses quienes decidiraacuten la suerte del duelo como de todas las cosas que acontecen en la tierra A continuacioacuten el breve combate entre Heacutector y Aquiles seraacute resuelto precisamente por los dioses Atenea y Apolo Heacutector es quien ataca primero y Atenea desviacutea su lanza Aquiles ataca tres veces consecutivas y todas ellas su lanza rebota en la tupida bruma con la que Apolo envuelve a Heacutector De esta manera se deja entender que el momento del enfrentamien-to defi nitivo no ha llegado todaviacutea Aquiles se lanza hacia otros troyanos y aliados ansioso de matar

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Como el maravilloso fuego estalla en las profundas canadas de un agostado monte y el espeso bosque se incendiay los remolinos de viento esparcen las llamas por doquierasiacute corriacutea furioso por doquier con la pica como una deidadacosando a sus viacutectimas y la sangre luiacutea por la negra tierraComo cuando alguien unce dos bueyes de anchos testuces para trillar en la bien construida era la blanca cebadaque pronto se desconcha bajo las patas de los mugidores bueyesasiacute los soliacutepedos caballos a las oacuterdenes del magnaacutenimo Aquilespisoteaban cadaacuteveres y broqueles Debajo el timoacuten estabaentero salpicado de sangre y las barandas alrededor de la caja hasta donde llegaban las gotas que despediacutean las equinas pezuntildeasy las que procediacutean de las llantas Estaba aacutevido de ganar gloriael Peacutelida e iba manchando de mortandad sus inaferrables manos(Canto XΧ 490-503)

En este punto la Iliacuteada nos posiciona ante un masacre generalizado La sangre fl uye abundante y los cuerpos sin vida de los guerreros se amonto-nan descontroladamente sobre la tierra El campo de batalla es un paisaje de carniceriacutea y destruccioacuten absoluta denso y fuacutenebre un paisaje construido en silencio A partir de la descripcioacuten panoraacutemica que nos proporciona el poeta nos podemos representar visualmente la escena a grandes rasgos a la vez que podemos casi oler la sangre que corre todaviacutea caliente No obstante lo que causa mayor impacto es la calidad taacutectil de la imagen A traveacutes de los caballos de Aquiles que pisotean cadaacuteveres indistintamente salpican-do sangre a todas direcciones podemos sentir el volumen y el peso de los cuerpos que yacen en abandono entre armaduras y objetos que ya no les serviraacuten Podemos sentir la espesura de la sange que se va secando bajo el sol de Troya Pero iquestpodemos oir algo maacutes que silencio Seriacutea interesante pre-guntarmos con cuaacutel(es) de los sentidos recibimos percibimos y nos repre-sentamos una narracioacuten e intentar explorar las razones de tal diferenciacioacuten

Atravesando este paisaje desgarrador Aquiles se dirige hacia el riacuteo persi-guiendo a los troyanos algunos intentan huir hacia la ciudad mientras otros se encuentran atrapados en el riacuteo nadando entre sus corrientes y remolinos Antes de lanzarse contra ellos Aquiles deja su lanza en la ribera Pretende mantener un contacto iacutentimo con sus enemigos estando cerca de sus viacutecti-mas escuchando su respiracioacuten y observando su sufrimiento mientras elimi-na la vida de sus miembros usando sus propias manos y una daga Dentro del riacuteo intentaraacute saciar su deseo de venganza y sangre matando sin piedad a

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numerosos guerreros hasta que el cauce rebose de cadaacuteveres

La imagen del campo de batalla repleto de cadaacuteveres se reproduce intensi-fi cada dentro del riacuteo a tal punto que el propio riacuteo Escamandro advierte a Aquiles y le ordena a continuar la matanza en la llanura Cuando eacutel se lanza de nuevo hacia el cauce el paisaje se transforma de manera singular El riacuteo se presenta como un cuerpo vivo que se mueve determina su ruta y modera su fuerza durante su movimiento Escamandro arroja cadaacuteveres a la orilla protege a los troyanos en sus remolinos y persigue a Aquiles con toda su furia Durante esta curiosa persecucioacuten el heacuteroe se agota y empieza a deses-perar una vez que sus fuerzas le estaacuten abandonando Los dioses salvaraacuten a Aquiles del furor del riacuteo para que eacutel vuelva a lanzarse contra los troyanos una vez maacutes

laquoAnte su empuje los troyanos | se atropellaban en general desbandada sin ninguacuten socorro | que aparecieraraquo12 Estos versos contribuyen a la atmoacutesfera de asfi xiante densidad generada a lo largo de este canto Nos comunican que la llanura estaacute llena de hombres cuyo miedo a Aquiles les impulsa a correr en desorden hacia Troya mientras Priacuteamo abre para ellos las puertas Esceas Apolo tomando la forma de Ageacutenor provoca a Aquiles y le hace emprender una corrida sin fi n persiguiendo al dios En la narracioacuten surgen dos movimientos opuestos el movimiento de Aquiles y Apolo hacia el riacuteo Escamandro y el movimiento apresurado de los troyanos hacia la ciudad

Ademaacutes mediante un engantildeo apartoacute al Peacutelida de la huesteel protector asemejaacutendose en todo al propio Ageacutenor se detuvoante los pies de Aquiles que se lanzoacute corriendo a perseguirloDurante un rato eacuteste lo persiguioacute por el llano feraz en trigodesviando a lo largo del Escamandro el riacuteo de hondos remolinosal que le precediacutea corto trecho con astucia lo hechizaba Apolopara guardar intacta su esperanza de alcanzarlo con sus piesentre tanto los demaacutes troyanos fugitivos llegaron en tropelfelices a la ciudad que se llenoacute de refugiadosY fuera de la ciudad y de la muralla ni siquiera osaronaguardarse unos a otros para informarse del que hubiera escapadoy del que habiacutea muerto en el combate sino que penetroacute presurosoen la ciudad todo aquel a quien sus rodillas y sus pies salvaron(Canto XΧI 599-611)

12 Canto XΧI 527-529

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La corrida veloz de Apolo y Aquiles por el campo de batalla descentra y desenfoca la mirada y ampliacutea el plano En la velocidad del movimiento se diluye la espesura fuacutenebre de las imaacutegenes anteriores mientras el campo de batalla se vaciacutea de presencias humanas De esta manera el poema cierra el ciclo que habiacutea abierto despueacutes del primer encuentro de Heacutector y Aquiles El escenario de la narracioacuten se vaciacutea para entregarse purifi cado a los dos heacuteroes y soacutelo a ellos laquoImpedido por su destino fatal Heacutector quedoacute solo alliacute mismo | delante de Ilio y de las puertas Esceasraquo13

El espacio del duelo es un gran vaciacuteo la llanura de Troya delante de las puer-tas Esceas poblado por cadaacuteveres quizaacutes algunos cuerpos descuartizados armas que se cayeron de los guerreros muertos o se perdieron en el bullicio de la fuga y se esparcieron por el camino y probablemente algunos carros abandonados o caballos muertos Silencio absoluto Este espacio funciona como un escenario doble Por un lado estaacuten Priacuteamo y todos los troyanos que contemplan desde la parte maacutes alta de la muralla de Troya por otro lado estaacuten los aqueos que se encuentran lejos en la llanura de Troya hacia el riacuteo Escamandro y han recibido de Aquiles el orden de no atacar a Heacutector en ninguacuten caso por lo que tambieacuten seraacuten espectadores de este duelo inminente

Un escenario doble pues Heacutector se encuentra en eacutel solo y atemorizado mientras Aquiles engantildeado por Apolo se encuentra muy lejos de la mura-lla Cuando Aquiles empieza a correr motivado por su impulso de vengan-za su movimiento es directo y decisivo hacia la ciudad hacia Heacutector Al mismo tiempo Heacutector se presenta experimentando un movimiento mental El poeta desplaza la atencioacuten hacia el interior del heacuteroe

laquoiexclAy de miacute Si me meto en las puertas y en las murallasPolidamante seraacute el primero en cubrirme de oprobiospues me ha ordenado guiar a los troyanos hacia la ciudadesta noche maldita en que el divino Aquiles ha dejado la calmaMas yo no le he hecho caso y iexclcuaacutento mejor habriacutea sidoAhora que ha perecido la tropa por culpa de mis necedadesverguumlenza me dan los troyanos y troyanas de rozagantes mantosno sea que alguna vez alguien vil y distinto de miacute digalsquoHeacutector por iarse de su fuerza hizo perecer la huestersquoAsiacute diraacuten y en ese caso para miacute habriacutea sido mucho mejorenfrentarme contra Aquiles y regresar despueacutes de matarlo

13 Canto XΧII 5-6

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o perecer yo mismo con gloria delante de la ciudadiquestY si depongo el abollonado broquel y el ponderoso cascoy tras dejar la lanza apoyada contra la murallavoy sin armas y me presento ante el intachable Aquilesy le prometo entregar a Helena junto con las riquezasiacutentegras que Alejandro se trajo en las concavas navesa Troya accioacuten que fue la causa de la contiendaa los Atridas para que se la lleven y ademaacutes con los aqueosrepartirnos todos los demaacutes tesoros que guarda esta ciudadDespueacutes puedo tomar juramento de honor a los troyanosde no esconder nada y de repartir en dos lotes todoslos tesoros que encierra en su interior la amena ciudadelaPero iquestpor queacute mi animo me ha suscitado este debateiexclMira que si voy y me presento ante eacutel y lejos de apiadarsey de respetarme me mata desnudo sin la panopliaigual que a una mujer cuando ya me haya quitado las armasMas no es el momento de remontarse a la encina y a la piedra ni de charlar con eacutel de las lindezas de una doncella y un mozoni de las ternuras que una doncella y un mozo se intercambianMaacutes vale entablar la disputa cuanto antesiexclAveriguumlemos a quieacuten de los dos tiende el Oliacutempico su honorraquoMientras esperaba agitando estas ideas Aquiles se acercoacutesemejante a Enialio el guerrero del centelleante cascoenarbolando sobre el hombro derecho la peliacuteada lanza de fresnoterrible a los lados el bronce brillaba parecido al destelloque emiten el ardiente fuego o el sol al salirNada mas verlo Heacutector fue presa del temblor y ya no soportoacuteseguir alliacute sino que dejoacute atraacutes las puertas y echoacute a huir(Canto XΧII 99-137)

Habiendo desplazado la atencioacuten al interior del personaje el poema se acerca a eacutel estableciendo un viacutenculo de empatiacutea entre el lector y dicho per-sonaje Nosotros estamos recibiendo la narracioacuten a traveacutes de eacutel por medio de sus vivencias Aquiles se nos presenta refl ejado en la mirada y la reaccioacuten de Heacutector Su llegada interrumpe la introspeccioacuten y sentildeala el principio del enfrentamiento de manera que la intensidad del movimiento mental se con-vierte en intensidad de movimiento fiacutesico con esta transformacioacuten sutil el poema mantiene un equilibrio de energiacutea a la vez que produce un cambio de escena draacutestico La persecucioacuten de Heacutector por Aquiles comienza Es la tercera persecucioacuten relatada despueacutes del primer enfrentamiento de los dos heacuteroes Aquiles y Heacutector estaacuten fuera de las murallas corriendo jadeantes

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

uno detraacutes del otro No conocemos a Troya en el poema nunca se describe su forma pero estamos corriendo con los heacuteroes alrededor de ella Las des-cripciones del paisaje intercaladas y las escenas de paz evocadas refuerzan por contradiccioacuten la tensioacuten mortal de la situacioacuten

Por alliacute pasaron corriendo uno huyendo y otro acosando detraacutesDelante huiacutea un valiente pero uno mucho mejor lo perseguiacuteaaprisa no era la viacutectima de un sacri icio ni una bovina pielpor lo que competiacutean premios comunes en las carreras humanas sino que corriacutean por la vida de Heacutector domador de caballos(Canto XΧII 157-161)

Tierra y Cielo los dos planos de accioacuten se activan a la vez Dos liacuteneas na-rrativas se desarrollan en paralelo La primera se dedica a los mortales es una liacutenea sin diaacutelogos pero en ella se puede intuir la agoniacutea El ritmo de la corrida marca la pauta de la escena La segunda liacutenea narrativa corresponde a los dioses que estaacuten observando la primera desde el Olimpo donde estaacuten reunidos para tomar decisiones sobre la suerte de los mortales Sus diaacutelogos suenan ligeros y despreocupados e incluso tienen un punto coacutemico lo que acaba reforzando la situacioacuten traacutegica de los heacuteroes

Cuando los dioses lo deciden intervienen en la historia haciendo que las dos liacuteneas narrativas se crucen y se junten Los dos planos de accioacuten ahora se funden en un uacutenico plano Troya con la llegada de Atenea que marca el fi nal de la corrida y el inicio del desenlace de la historia Atenea se presenta a los dos heacuteroes pero de manera distinta a cada uno de ellos ya que se rela-ciona de modo distinto con ellos coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector14 Con su presencia se rompe el silencio mortal de la persecucioacuten Diaacutelogos aparecen de nuevo El poeta estaacute preparando el terreno para el combate el espacio se vuelve abstracto despojado de elementos descriptivos mientras la presencia fiacutesica de los guerreros y su voz adquieren maacutes importancia La atencioacuten del receptor se va dirigiendo hacia ellos dos su presencia su con-frontacioacuten inminente sus palabras y sus acciones

Despueacutes de hablar asiacute desenvainoacute la aguda espada

14 Atenea participa en las acciones de Aquiles hablaacutendole en plural incluyente laquoAhora siacute que espero esclarecido Aquiles caro a Zeus | que ambos llevaremos a los aqueos una gran gloria a sus naves | tras aniquilar a Heacutector por insaciable de lucha que sea | Ahora ya no hay posibilidad de que se nos escape | por muchas penas que el protector Apolo sufra | rodando y rodando ante el padre Zeus portador de la eacutegida | Detente tuacute ahora y recobra el aliento que yo a eacuteste | me acercareacute y le convencereacute para que luche frente a frenteraquo (Canto XΧII 216-223)

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que llevaba suspendida de su costado larga y robustay tras tomar impulso partioacute cuaacutel aacuteguila de alto vueloque baja al llano a traveacutes de las tenebrosas nubespara arrebatar una tierna cordera o una treacutemula liebreasiacute partioacute Heacutector haciendo vibrar la aguda espadaTambieacuten se lanzoacute Aquiles con el aacutenimo lleno de furiasalvaje se cubrioacute el torso por delante con el escudobello primoroso mientras haciacutea oscilar el reluciente cascode cuatro mamelones y ondeaban alrededor las bellas crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenComo va entre los astros en la oscuridad de la noche la estrellavespertina el astro maacutes bello que hay ijo en el irmamentoasiacute era el fulgor de la a ilada punta que Aquiles blandiacuteacon la diestra maquinando la perdicioacuten del divino Heacutectore indagando donde su bella piel ofreceriacutea menor resistenciaTodo su cuerpo estaba protegido por la bronciacutenea armadurabella que habiacutea despojado al potente Patroclo tras matarlosoacutelo se veiacutea donde las claviacuteculas separan cuello y hombrosel gaznate que es por donde maacutes pronto se pierde la vidaPor alliacute el divino Aquiles le hundioacute la pica en pleno ataqueLa punta penetroacute derecha a traveacutes del delicado cuelloy el asta de fresno pesada por el bronce no le cercenoacute la traacutequeacon lo que todaviacutea pudo responderle y decir unas palabrasSe desplomoacute en el polvo y el divino Aquiles exclamoacute triunfantelaquoiexclHeacutector Al despojar a Patroclo sin duda creiacuteste estara salvo y para nada te preocupaste de miacute porque estaba lejosiexclInsensato Lejos de aquel un vengador muy superior a la zagase habiacutea quedado junto a las huecas naves y ese soy yoque te he doblado las rodillas De ti tiraraacuten y te humillaraacuten los perros y las aves y a eacutel los aqueos le haraacuten las exequiasraquoDesfallecido le dijo Heacutector el de tremolante penacholaquoiexclTe lo suplico por tu vida tus rodillas y tus padresNo dejes a los perros devorarme junto a las naves de los aqueosen lugar de eso acepta bronce y oro en abundancia regalos que te daraacuten mi padre y mi augusta madrey devuelve mi cuerpo a casa para que al morir del fuegome hagan partiacutecipe los troyanos y las esposas de los troyanosraquoMiraacutendolo con torva faz replicoacute Aquiles de pies ligeroslaquoNo implores perro invocando mis rodillas y a mis padres iexclOjalaacute que a miacute mismo el furor y el aacutenimo me indujerana despedazarte y a comer cruda tu carne por tus fechoriasTan cierto es eso como que no hay quien libre tu cabeza

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de los perros ni aunque el rescate diez veces o veinte vecesme lo traigan y lo pesen aquiacute y ademaacutes prometan otro tanto y ni siquiera aunque mandara pagar tu peso en oroPriacuteamo Dardaacutenida Ni auacuten asiacute tu augusta madre depositaraacuteen el lecho el cadaacutever de quien ella parioacute para llorarloLos perros y las aves de rapina se repartiraacuten entero tu cuerporaquoYa moribundo le dijo Heacutector el de tremolante penacho laquoBien te conozco con soacutelo mirarte y ya contaba con noconvencerte De hierro es el corazoacuten que tienes en las entrantildeasCuiacutedate ahora de que no me convierta en motivo de la coacutelerade los dioses contra ti el diacutea en que Paris y Febo Apolo tehagan perecer a pesar de tu valor en las puertas EsceasraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteEl aliento vital voloacute de la boca y marchoacute a la morada de Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando dijo Aquiles de la casta de ZeuslaquoiexclMuere Mi parca yo la acogereacute gustoso cuando Zeus quiera traeacutermela y tambieacuten los demaacutes dioses inmortalesraquoDijo y arrancoacute del cadaacutever la bronciacutenea picala dejoacute a un lado y le quitoacute de los hombros las armasensangrentadas Los hijos de los aqueos acudieron corriendoy quedaron admirados de la talla y de la envidiable bellezade Heacutector y nadie hubo que se presentara y no lo hirieraY asiacute deciacutea cada uno mirando al que teniacutea proacuteximolaquoiexclQueacute sorpresa iexclAhora siacute que es Heacutector mucho maacutes blandode tocar que cuando prendioacute las naves con el voraz fuegoraquoAsiacute repetiacutea cada uno cuando se presentaba y lo heriacutea(Canto XΧII 306-375)

Los dos heacuteroes se acercan con sus armas fi rmes en la mano15 y Aquiles pla-nifi ca el ataque que va a realizar Observa minuciosamente a Heacutector explora su cuerpo como si fuese territorio desconocido e identifi ca los lugares ex-puestos como si trazara sobre Heacutector un mapa de vulnerabilidad Una vez maacutes la Iliacuteada nos conduce hacia el espacio iacutentimo del cuerpo hacia la postu-ra la apariencia y estructura fiacutesica los gestos la distancia entre las personas la velocidad del movimiento y el impulso de la accioacuten

15 Heacutector tiene una espada y Aquiles una pica ya que sus lanzas las perdieron pocos versos atraacutes cuando intentaron atacar el uno al otro Heacutector esquivoacute la lanza de Aquiles mientras la lanza de Heacutector se desvioacute al chocar con el escudo de Aquiles Ahora los dos heacuteroes tienen que acercarse para matarse Este duelo requiere proximidad fiacutesica

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

La pica atraviesa el cuello de Heacutector pero deja su traacutequea intacta para que eacutel pueda pronunciar sus uacuteltimas palabras justo antes de extinguirse su vida A las jactancias de Aquiles Heacutector responde suplicando por la suerte de su cuerpo y en esta suacuteplica se puede intuir la inminente suacuteplica de Priacuteamo Aquiles replica con execrable crueldad en sus palabras como en todas sus acciones despueacutes de entrar en la batalla se refl eja el cambio que la muerte de Patroclo provocoacute en su aacutenimo y comportamiento El moribundo Heacutector hace referencia al futuro de Aquiles tal como el moribundo Patroclo previoacute la muerte de Heacutector laquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteraquo es el verso que se repite ideacutentico en los dos casos mientras tanto Heacutector como Aquiles dirigen unas uacuteltimas y crueles palabras al cadaacutever del hombre que acaban de matar antes de arrancar el arma de la herida Sin embargo al contrario de lo que pasa con Patroclo Heacutector yace en la tierra abandonado y no hay nadie que pueda luchar por el honor de su cuerpo

El cuerpo sin vida tendido en el suelo y la voz de su asesino que resuena amenazadora sobre eacutel construyen una imagen muy potente a partir de la cual empieza el ultraje Los aqueos hasta entonces espectadores silenciosos presencias lejanas e intrascendentes16 se acercan y en su reaccioacuten se juntan dos acciones contradictorias por una parte admiran la belleza de Heacutector y por otra hieren su cuerpo repitiendo una exclamacioacuten verbal y un acto de violencia que parecen tener casi la funcioacuten de un ritual

laquo[] Nos hemos alzado con gran gloria hemos matado al divino Heacutectora quien los troyanos en la ciudad invocaban como a un diosraquoDijo e imaginaba ignominias contra el divino HectorLe taladroacute por detraacutes los tendones de ambos piesdesde el tobillo al taloacuten enhebroacute correas de bovina pielque atoacute a la caja del carro y dejoacute que la cabeza arrastraraMontoacute en la caja del carro recogioacute la ilustre armaduralos fustigoacute para arrearlos y los dos de grado echaron a volarGran polvareda se levantoacute del cadaacutever arrastrado los cabellososcuros se esparciacutean y la cabeza entera en el polvoyaciacutea antes encantadora Zeus entonces a sus enemigoshabiacutea concedido que lo ultrajaran en su propia patria(Canto XΧII 393-404)

16 laquoLos aqueos estaacuten cerca de las murallas de Troya pero como una presencia silenciosa e intrascendenteraquo (Caroline Alexander La guerra que matoacute a Aquiles p 205)

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5 El dolor que nos une [Priacuteamo y Aquiles]

Encerrados en la ciudad los troyanos se hacen testigos no soacutelo de la muerte de Heacutector sino tambieacuten de la crueldad a la cual se somete su cuerpo Con la huida de Aquiles quien arrastra el cadaacutever de Heacutector hacia el campamento aqueo el escenario se vaciacutea por completo y la atencioacuten se reconduce hacia Troya Sobre la torre de Ilio Heacutecuba se arranca los cabellos mientras Priacuteamo se representa revolcaacutendose en estieacutercol manifestando por primera vez su deseo de suplicar a Aquiles para que eacuteste le devuelva el cuerpo de su hijo

Asiacute quedoacute cubierta su cabeza entera de polvo Su madre se mesoacute los cabellos arrojoacute el niacutetido velo lejos y prorrumpioacute en muy elevados llantos al ver a su hijo Tambieacuten su padre emitioacute un lastimero gemido y las gentes por la ciudad eran presa de llantos y de lamentos Todo pareciacutea como si la almenada Ilio se estuviera consumiendo entera por el fuego desde los cimientos Las gentes a duras penas conteniacutean al apenado anciano ansioso por salir fuera de las puertas dardanias A todos imploraba rodando por el estieacutercol y llamando a cada uno por su nombre(Canto XXII 405-415)

Sus reiterativos llantos y gemidos inquietan tambieacuten a Androacutemaca quien desde su encuentro con Heacutector ha permanecido encerrada en su habitacioacuten tejiendo bellos mantos y preparando un bantildeo caliente para el regreso de eacutel en vano Es la agoniacutea por la suerte de Heacutector la que lleva a Androacutemaca a la muralla de nuevo repitiendo el movimiento que realizoacute en el canto VI cuando salioacute presurosa del palacio en busca de su marido mientras la no-driza la seguiacutea llevando al nintildeo en sus brazos Su lamento confi rma la pre-ocupacioacuten expresada en su diaacutelogo con Heacutector mientras en eacutel resuenan los lamentos de otras mujeres que perdieron a sus esposos y fueron convertidas en esclavas durante la guerra

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

La reaccioacuten de Priacuteamo ante la muerte de Heacutector se parece mucho a la prime-ra reaccioacuten que Aquiles tuvo al enterarse de la muerte de Patroclo Tanto a Aquiles como a Priacuteamo el duelo por la peacuterdida de alguien muy querido les hace cubrirse la cabeza y el cuerpo entero con un material no precisamente noble De este modo sus rasgos divinos adquieren un aspecto sucio y la-mentable que refl eja su estado psiacutequico En ausencia del cadaacutever al que les gustariacutea tener cerca y poder tocar durante el lamento1 en ese momento de soberbio dolor los hombres establecen un contacto con la tierra con el suelo con la materia orgaacutenica en la cual todo de una manera u otra se convierte

Asiacute habloacute y a eacutel una negra nube de a liccioacuten lo envolvioacuteCogioacute con ambas manos el requemado holliacuteny se lo derramoacute sobre la cabeza afeando su amable rostromientras la negra ceniza se posaba sobre su tuacutenica de neacutectar Y extendido en el polvo cuan largo era gran espacioocupaba y con las manos se mancillaba y mesaba los cabellosLas siervas que Aquiles y Patroclo se habiacutean adjudicado en prendaproferiacutean grandes alaridos a ligidas en su corazoacuten y a la puertacorrieron en torno del belicoso Aquiles y todas con las manos mientras se golpeaban el pecho cayeron postradas de hinojosDel otro lado Antiacuteloco se lamentaba y vertiacutea laacutegrimascon las manos de Aquiles cogidas y su glorioso corazoacuten gemiacuteaante el temor de que se segara la garganta con el hierro (Canto XVIII 22-34)

En ambos casos ellos no se encuentran solos en sus lamentos sino que estaacuten rodeados de otras personas2 sobre todo mujeres las mujeres de Troya en el caso de Priacuteamo y las siervas en el caso de Aquiles Es en torno a estos dos lamentos de Aquiles por Patroclo y de Priacuteamo por Heacutector y los respectivos intentos de honrar a los muertos que se estructuran los dos uacuteltimos cantos de la Iliacuteada Como afi rma Caroline Alexander despueacutes del enfrentamiento heroico maacutes importante del poema la Iliacuteada se enfoca en los difuntos y en

1 En otra ocasioacuten laquoEntre ellos el Pelida entonoacute un reiterativo llanto | poniendo sus manos homicidas sobre el pecho de su compantildeeroraquo (Iliacuteada Canto XXIII 17-18) Androacutemaca al recibir el cuerpo de su esposo hace lo mismo laquoEntre eacutestas Androacutemaca de blancos brazos inicioacute el llanto |mientras sujetaba la cabeza del homicida Heacutector en sus manosraquo (Iliacuteada Canto XXIV 723-724)2 En las escenas de la Iliacuteada los personajes tienden a formar conjuntos durante el lamento con el que estaacute maacutes afectado en el centro y los demaacutes alrededor suyo No es necesario que el motivo del lamento sea uacutenico y compartido por todos cada uno puede llorar por sus propios motivos pero el acto de llorar es compartido y su intensidad suele ajustarse a las necesidades del personaje principal de la escena Posteriormente el coro de la tragedia cumple tambieacuten con una funcioacuten parecida la de acompantildear a los personajes en sus lamentos soliloquios y diaacutelogos a menudo compartiendo sus estados de aacutenimo y otras veces expresando ideas o sentimientos opuestos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

las consecuencias de sus muertes3

Una vez concluidos los funerales de Patroclo y las competiciones de los aqueos en su honor el cadaacutever de Heacutector continuacutea yaciendo en el polvo y siendo arrastrado por Aquiles alrededor del tuacutemulo de su caro amigo El tuacutemulo tal como el cuerpo del guerrero muerto emerge como un centro en el espacio En alguacuten lugar (sentildealado y preciso) en la orilla del mar cerca de las naves aqueas se encuentra enterrada la urna que contiene los huesos de Patroclo que en breve albergaraacute tambieacuten los huesos de Aquiles4 Es en torno a este centro que el cuerpo de Heacutector atado con correas de bovina piel al carro de Aquiles dibuja tres ciacuterculos cada mantildeana con la primera luz del diacutea ciacuterculos que se inscriben en la tierra uno sobre otro durante nueve diacuteas Apolo protege al cuerpo de Heacutector de todo tipo de desgaste pero en el espacio deben permanecer las huellas de este proceso por muy efiacutemeras que sean

[] pero despueacutes de llorar y lamentarse remiten en su penapues las Moiras han hecho el aacutenimo humano apto para soportar(Canto XXIV 48-49)

Sin embargo este ritual viciado y repetitivo no consigue apaciguar el dolor de Aquiles ni tampoco saciar su deseo de venganza Eacutel todaviacutea estaacute afl igido Su fi gura es la de un hombre que no encuentra tranquilidad en ninguacuten sitio no puede estar quieto casi no puede estar No puede adormecer y cambia constantemente de posicioacuten se levanta se tumba de espaldas de lado boca abajo se sienta camina entra y sale de su tienda permaneciendo siempre inquieto Los dioses del Olimpo observadores perpetuos y duentildeos de la suerte de los mortales no dejan de discutir acerca de la resolucioacuten de esta situacioacuten hasta que Zeus toma su decisioacuten Tal como fue previsto al princi-pio del poema la coacutelera de Aquiles ha sido respetada por los dioses y eacutel ha sido honrado como corresponde a un heacuteroe mortal que es hijo de una diosa

3 laquoPero la Iliacuteada no es una epopeya convencional y en el mismo momento del mayor triunfo militar de su heacuteroe homero desviacutea la atencioacuten de Aquiles a las dos bajas maacutes importantes de la historia Patroclo y Heacutector es hacia las consecuencias de sus muertes sobre todo para el vencedor hacia donde pasa a dirigirse inexorablemente toda la accioacuten de la Iliacuteadaraquo (La guerra que matoacute a Aquiles p 227) Ademaacutes entre estos dos funerales se pueden rastrear relaciones de interdependencia Patroclo no es enterrado hasta que Heacutector es muerto y ultrajado en honor de Patroclo por otro lado Heacutector no se puede enterrar hasta que terminen los honores funerarios a Patroclo porque el ultraje de su cuerpo forma parte de ellos4 laquoiexclQue tambieacuten un mismo atauacuted encierre juntos nuestros huesos | y que sea la aacuteurea urna que te procuroacute tu augusta madre raquo es la peticioacuten que dirige en un suentildeo el alma de Patroclo a Aquiles peticioacuten que es completamente respetada por el propio Aquiles (Canto XXIII 91-92)

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

Ahora es el momento de honrar a Heacutector tambieacuten muy querido a los dioses liberando su cuerpo y devolvieacutendolo a Troya

Seguacuten el plan de Zeus con el que estaacuten de acuerdo todos los dioses oliacutem-picos Priacuteamo iraacute como suplicante a Aquiles y le ofreceraacute regalos a cambio del cadaacutever Para que se pueda cumplir el plan divino es necesario que se comunique previamente a los dos heacuteroes involucrados5 Ellos al conocer la voluntad de los dioses actuaraacuten de acuerdo con ella los dioses incitan sus acciones pero no actuacutean por ellos En el interior de su tienda Aquiles se encuentra llorando Tetis se sienta a su lado y establece un contacto fiacutesico con eacutel antes de hablarle y los dos mantienen un diaacutelogo muy breve Por su parte Iris llega al palacio de Priacuteamo donde el anciano rey estaacute reiterando el llanto que habiacutea iniciado Priacuteamo la recibe en silencio temblando Sin espe-rar contestacioacuten la diosa se va y Priacuteamo sigue sus instrucciones y consejos sin perder tiempo

Asi habloacute e Iris de pies de raacutefaga fue con el mensajeLlegoacute a casa de Priacuteamo y alliacute no halloacute maacutes que quejas y llantos Los hijos sentados alrededor de su padre dentro del patioteniacutean mojada de laacutegrimas la ropa y el viejo estaba en mediocubierto con un manto que dejaba adivinar su silueta Abundanteestieacutercol envolviacutea la cabeza y el cuello del ancianoque eacutel mismo al revolcarse habia cosechado con sus manos Las hijas y las nueras por las mansiones gimoteabanacordaacutendose de los muchos y valerososque yaciacutean despueacutes de perder la vida a manos de los argivosLa mensajera de Zeus se detuvo junto a Priacuteamo y dijo con voztenue mdashy el temblor se aduentildeoacute de los miembros del ancianomdash(Canto XXIV 159-170)

Heacutecuba aterrorizada con la decisioacuten de su marido le sugiere hacer una liba-cioacuten a Zeus antes de emprender la ruta hacia las naves aqueas A la plegaria de Priacuteamo el dios responde con su aguumlero maacutes positivo y enseguida Priacuteamo y el heraldo se suben al carro cargados de muchos y bellos regalos para Aquiles Tal como habiacutea prometido Iris su camino es facilitado por Hermes quien manteniendo oculta su identidad les acompantildea hasta su llegada a la tienda de Aquiles aseguraacutendose de que ninguno de los aqueos advierta su

5 Tetis (llamada al Olimpo por Iris para que Zeus le informe de su decisioacuten) iraacute al encuentro de Aquiles mientras Iris avisaraacute a Priacuteamo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

presencia

La conversacioacuten del anciano Priacuteamo con el dios es extensa y deja adivinar la duracioacuten del camino que conduce de la ciudad de Troya al campamento aqueo mientras el propio camino no se describe en esta secuencia como tampoco se describe la ciudad o el campamento En cambio se presta aten-cioacuten a las transiciones de un espacio a otro Antes de lanzarnos a lo que viene a ser seguramente el encuentro maacutes peculiar y maacutes pleno de la Iliacuteada el poeta describe meticulosamente los umbrales que hemos de cruzar Por una parte las presencias humanas hay que pasar entre los guardias y los guerrreros que circulan entre las naves a los que Hermes hace adormecer desactivando el peligro que supone su vigilia

Por otra parte las construcciones materiales en el espacio En primera ins-tancia la fosa y el muro que delimitan el territorio de los aqueos en la llanura troyana Priacuteamo cruza ahora con la ayuda del dios la misma fortifi cacioacuten que Heacutector intentoacute y parcialmente logroacute derrumbar en el canto XII A con-tinuacioacuten la tienda de Aquiles cuya estructura se describe con cierta preci-sioacuten desde fuera hacia dentro de manera inversa y complementaria a la de la escena del sacrifi cio de Aquiles a Zeus6 En los dos casos la atencioacuten recae sobre el cerrojo de las puertas un pormenor miacutenimo pero signifi cativo Esta sucesioacuten de espacios diferentes y claramente delimitados funciona como una introduccioacuten gradual al espacio iacutentimo del encuentro Hermes que en los mitos primitivos fi gura como el dios de los liacutemites de los campos y de las fronteras acompantildea a Priacuteamo durante este proceso

Al llegar a las forti icaciones de las naves y a la fosaya los guardias comenzaban a ocuparse de la cenaEl mensajero Argiacutecida vertioacute el suentildeo sobre todos ellos sin excepcioacuten luego abrioacute las puertas y retiroacute las trancase introdujo a Priacuteamo y sus espleacutendidos dones sobre el carromatoCuando llegaron a la tienda del Pelidaelevada que los mirmidones habiacutean fabricado para su soberanotallando vigas de abeto mdashpor encima la habiacutean techado con frondoso cantildeizo recolectado de la praderaalrededor un gran patio habiacutean fabricado para su soberanocon espesas estacas la puerta la sujetaba un uacutenico pasadorde madera de abeto que entre tres aqueos soliacutean encajar

6 Iliacuteada canto XVI 220-256

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

como tres eran los que abriacutean el gran cerrojo de las puertas de no ser Aquiles que era el uacutenico que lo encajaba auacuten solomdashentonces el beneacute ico Hermes se la abrioacute al ancianointrodujo los ilustres regalos para el velociacutepedo Pelidase apeoacute del carro a tierra y exclamoacutelaquoiexclAnciano Yo soy un dios inmortal que aquiacute ha venido soy Hermes Mi padre me ha enviado para que te diera escoltaPero ahora me ireacute de nuevo y no me voy a presentarante las miradas de Aquiles Vituperable seriacuteaque un dios inmortal favorezca tan abiertamente a los mortalesTuacute entra y coge al Pelida de las rodillasy por su padre su madre de hermosos cabellosy su hijo supliacutecale para conmoverle el aacutenimoraquoTras hablar asiacute se alejoacute hacia el vasto OlimpoHermes Y Priacuteamo saltoacute de los caballos a tierray dejoacute alliacute a Ideo que esperaba guardandolos caballos y las mulas El anciano fue derecho a la casadonde Aquiles caro a Zeus residiacutea Lo halloacute dentrosus compantildeeros estaban sentados aparte y soacutelo dosel heacuteroe Automedonte y Aacutelcimo retontildeo de Ares se afanabanen presencia suya presurosos Acababa de dejar el alimentodespueacutes de comer y beber y la mesa auacuten estaba puesta al ladoEntroacute el alto Priacuteamo sin que ellos lo notaran se paroacute cercay estrechoacute las rodillas de Aquiles y le besoacute las manosterribles y homicidas que a tantos hijos suyos habiacutean matadoComo cuando una densa ofuscacioacuten apresa al hombre que mataen la patria a una persona y llega a un pueblo extrantildeoante un hombre acaudalado y el estupor invade a quienes lo venasiacute de estupefacto se quedoacute Aquiles al ver al deiforme PriacuteamoTambieacuten los demaacutes intercambiaron estupefactos sus miradas(Canto XXIV 443-484)

Una vez dentro del patio de Aquiles ya no hay demora Priacuteamo decidido y confi dente entra en la tienda sin compantildeiacutea como suplicante Aquiles no estaacute solo es el momento despueacutes de la cena7 y a su lado se encuentran Aacutelcimo y Automedonte entre otros mirmidones El interior de la tienda no se descri-be Se describen apenas las actividades que tienen lugar en ella y vagamen-te las posiciones relativas entre los personajes Aquiles es identifi cado como

7 Caroline Alexander sentildeala que Aquiles soliacutea compartir estos momentos del diacutea despueacutes de la cena con Patroclo (La guerra que matoacute a Aquiles p 244) En la escena de la embajada Ulises encuentra a Aquiles y Patroclo mientras estaacuten tocando muacutesica y cantando

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

un centro un punto en el espacio al cual se dirige Priacuteamo El anciano rey como todo suplicante toca las rodillas de Aquiles y le besa la mano

Cuando Tetis se presenta a Zeus como suplicante8 se pone de rodillas delan-te suyo y coloca su mano izquierda sobre su rodilla y con su mano derecha toca su barbilla En varias escenas de la Iliacuteada el contacto fiacutesico precede a la comunicacioacuten verbal casi estableciendo la base para ella tal como en otras la distancia entre dos personajes y su gestualidad delimita el campo de su interaccioacuten y es signifi cativa para el entendimiento del diaacutelogo El silencio tambieacuten adquiere una fuerza y un peso especial Priacuteamo se agarra a las ro-dillas de Aquiles y le besa la mano mientras eacutel lo mira estupefacto inmoacutevil en la fuerza de esta imagen el poeta crea aquella unidad bipartita que es el encuentro entre los dos personajes inseparables en el espacio y en el con-tenido de la narracioacuten Las miradas entrecruzadas de los otros personajes que presencian la escena reafi rman este hecho La unidad Aquiles-Priacuteamo se percibe y reconoce como tal y precisamente por eso se aiacutesla del ambiente haciendo posible la aparicioacuten del discurso

Priacuteamo le dirigioacute una suacuteplica diciendo estas palabraslaquoiexclAcueacuterdate de tu padre Aquiles semejante a los diosesque tiene mi misma edad y estaacute en el funesto umbral de la vejezTambieacuten a eacutel los vecinos que habitan alrededor sin duda loatormentan y no hay quien aparte de eacutel la ruina y el estragoSin embargo aquel mientras sigue oyendo que tu estaacutes vivose alegra en el aacutenimo y espera cada diacuteaver a su querido hijo que vuelve de TroyaPero mi desdicha es completa he engendrado los mejores hijosen la ancha Troya y de ellos a irmo que ninguno me quedaCincuenta teniacutea cuando llegaron los hijos de los aqueosdiecinueve me habiacutean nacido de un uacutenico vientrey otras mujeres habiacutean alumbrado en el palacio a los demaacutesA la mayoriacutea el impetuoso Ares les ha doblado las rodillasy el uacutenico que me quedaba y protegiacutea la ciudad y a sus habitanteshace poco lo has matado cuando luchaba en defensa de la patria Heacutector Por eacutel he venido ahora a las naves de los aqueospara rescatarlo de tu poder y te traigo inmensos rescatesRespeta a los dioses Aquiles y ten compasioacuten de miacute

8 laquoAsi habloacute y nada respondioacute Zeus que las nubes acumula | y permanecioacute un rato sentado en silencio Tetis una vez asida | a sus rodillas seguiacutea asiacute agarrada y preguntoacute por segunda vez | laquoDe verdad promeacutetemelo y asiente a ello | o denieacutegalo ya que no cabe el temor en ti asiacute sabreacute bien | hasta queacute punto soy la divinidad maacutes vilipendiada entre todasraquo (Iliacuteada Canto I 511-516)

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

por la memoria de tu padre Yo soy auacuten maacutes digno de piedady he osado hacer lo que ninguacuten terrestre mortal hasta ahora acercar a mi boca la mano del asesino de mi hijoraquoAsiacute habloacute y le infundioacute el deseo de llorar por su padreLe tocoacute la mano y retiroacute con suavidad al ancianoEl recuerdo haciacutea llorar a ambos el uno al homicida Heacutectorlloraba sin pausa postrado ante los pies de Aquiles y Aquiles lloraba por su propio padre y a veces tambieacutenpor Patroclo y los gemidos se elevaban en la estanciaEn cuanto el divino Aquiles estuvo ya satisfecho de llantoy este deseo se alejoacute de sus entrantildeas y de sus miembrosse levantoacute de su asiento y ayudoacute al anciano a incorporarse apiadado de su canosa cabeza y de su canoso mentoacuten(Canto XXIV 485-516)

Priacuteamo empieza su discurso aludiendo a la vejez y evocando a Peleo Emocionado Aquiles toca la mano de su suplicante y le aparta con suavidad Este sutil movimiento del heacuteroe hasta entonces geacutelido e inamovible denota un cambio en la escena una transicioacuten de la suacuteplica al duelo compartido El joven guerrero y el anciano rey arrodillado a los pies del asesino de sus hijos conectados corporalmente y separados en sus recuerdos lloran cada uno a los suyos con mucha intensidad y fuerza Su presencia se apodera del lugar en que estaacuten de manera que en el interior de la tienda de Aquiles sus gemidos adquieren una espesura casi material que envuelve a los dos y ocupa el espacio alrededor de ellos Priacuteamo y Aquiles se encuentran unidos dentro del dolor

En esta secuencia el poema nos recuerda tambieacuten que el deseo del llanto se ubica en el cuerpo tanto en el diafragma como en los miembros y a traveacutes de ellos se expresa directamente La satisfaccioacuten de este deseo por Aquiles marca otro cambio en la narracioacuten eacutel se levanta mientras ayuda a Priacuteamo a levantarse del suelo concluyendo asiacute la escena del llanto Soacutelo cuando los dos esteacuten de pie Aquiles responde a Priacuteamo le ofrece asiento y le intenta tranquilizar y apaciguar el dolor

laquoNada se consigue con el geacutelido llanto que hiela el corazoacuten | Pues lo que los dioses han hilado para los miacuteseros mortales | es vivir entre congojas mientras ellos estaacuten exentos de cuitasraquo9 son las palabras que le dirige alu-

9 Iliacuteada Canto XXIV 524-526 En las palabras de Aquiles resuenan las palabras que Zeus dirigioacute a los caballos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

diendo a los dioses al poderoso hado y al destino de los hombres Respecto a esta escena Rachel Bespaloff escribe laquoTodos los hombres viven en el dolor la verdadera igualdad no tiene otro fundamento Homero ha querido que fuera precisamente el vencedor quien se lo recordara al vencido Para salvar el honor del suplicante pero tambieacuten para descargarse de una penosa res-ponsabilidad Aquiles se oculta tras la fatalidad Priacuteamo recibe en silencio la leccioacuten del asesino de sus hijos [] Circundado por una fatalidad peacutetrea solo le queda convertirse en piedra como Niacuteoberaquo10

Priacuteamo insiste en recuperar a su hijo ofrecer los regalos a Aquiles y concluir su misioacuten Despueacutes de un breve momento de tensioacuten Aquiles se ocupa per-sonalmente de la preparacioacuten y devolucioacuten del cuerpo de Heacutector sale de la tienda con sus fi eles compantildeeros y ofrece asiento al heraldo acompantildeante de Priacuteamo Se muestra especialmente cuidadoso y respetuoso con el cadaacute-ver el mismo cadaacutever que ultrajoacute muacuteltiples veces De los rescates de Priacuteamo deja algunos mantos en el carro para envolver en ellos el cuerpo de Heacutector y ordena a las criadas a bantildearlo limpiarlo ungirlo y vestirlo restituyendo su aspecto bello y noble Eacutel mismo levanta en sus brazos el cadaacutever y ayuda a depositarlo en el carro

laquo[] Mas ea tambieacuten nosotros dos divino anciano cuideacutemonosde la comida Luego podraacutes volver a llorar a tu hijoal entrar en Ilio iexclY seguro que muchas laacutegrimas te causaraacuteraquoDijo y se levantoacute el ligero Aquiles y una caacutendida ovejadegolloacute Sus compantildeeros la desollaron y alintildearon con cuidadoLa trincharon sabiamente y la ensartaron con brochetasla asaron cuidadosamente y retiraron todo del fuegoAutomedonte cogioacute el pan y lo distribuyoacute por la mesaen bellas canastillas y Aquiles repartioacute las tajadas de carneTendieron las manos a los manjares preparados que habiacutea delanteY despueacutes de saciar el apetito de bebida y de comidael Dardaacutenida Priacuteamo se quedoacute mirando a Aquiles admiradode lo alto y bello que era al verlo se pareciacutea a los diosesY tambieacuten Aquiles admiraba al Dardaacutenida Priacuteamoal contemplar su noble aspecto y al oir sus palabrasDespueacutes de recrearse ambos miraacutendose el uno al otrodiacutejole el primero el anciano el deiforme Priacuteamo

inmortales de Aquiles despueacutes de la muerte de Patroclo laquoPues nada hay sin duda maacutes miacutesero que el hombre | de todo cuanto camina y respira sobre la tierraraquo (Iliacuteada canto XVII 446-447)10 De la Iliacuteada p 59

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

laquoProcuacuterame ahora un lecho cuanto antes criatura de Zeus para acostarnos ya y disfrutar bajo el velo del dulce suentildeoPues todaviacutea no se me han cerrado los ojos bajo los paacuterpadosdesde que mi hijo perdioacute la vida a manos tuyasDesde entonces no he parado de gemir y rumiar duelos sin cuentomientras me revuelco en estieeacutecol dentro del cercado del patio Ahora por primera vez he probado el pan y el rutilante vinoha descendido por mi garganta Hasta ahora nada habiacutea catadoraquo(Canto XXIV 618-642)

Habiendo terminado con estos cuidados Aquiles trata a Priacuteamo como co-rresponde a un hueacutesped invitaacutendole a un banquete que eacutel mismo y sus compantildeeros se encargan de preparar Sentados todaviacutea en la mesa con el apetite saciado se observan mutuamente Apesar de ser enemigos estaacuten atrapados en la misma fuerza devastadora de la guerra aquella que les ha hecho perder todo lo que era importante De cerca desde una distancia que no experimentaraacuten otra vez cada uno admira la belleza y la nobleza de los rasgos del otro asombrado En esta escena la Iliacuteada nos plantea de manera clara y sencilla el reconocimiento del enemigo en su plenitud como otro como diferente como igual un reconocimiento tal quizaacutes solo sea posible en la destruccioacuten absoluta

Durante este uacuteltimo encuentro de la Iliacuteada el tiempo se dilata haciendo es-pacio para muchos e importantes acontecimientos dentro de un breve marco temporal Priacuteamo llegoacute a la tienda de Aquiles al fi nal del diacutea despueacutes de la cena entretanto compartieron el llanto y se ocuparon con delicadeza del cuerpo de Heacutector se degolloacute y asoacute una oveja entera y ellos la comieron y bebieron abundante vino Una vez que la voluntad de los dioses acerca del cuerpo de Heacutector ha sido cumplida ellos comparten unos momentos de contemplacioacuten paciacutefi ca Finalmente el ritmo narrativo se acelera de nuevo describiendo con brevedad justo al fi nal de la epopeya los lamentos sobre el cuerpo de Heacutector y sus funerales

En sus uacuteltimos versos la Iliacuteada propone un fi nal alternativo de la guerra de Troya Sin que la disputa inicial haya sido resuelta en el silencio de la tregua y los funerales consecutivos la guerra es la uacutenica gloriosa superviviente

HelenaYorgos Seferis 1953

Teucro A la tierra de Chipre en medio del mar dondeApolo dispuso mi nuevo hogar la llamareacute

Salamina en memoria de mi isla de mi patriaperdida

Helena Jamaacutes estuve en Troya fue un simulacroEl mensajero iquestQueacute dices

iquestEntonces hemos sufrido por una nube(Euriacutepides Helena)

laquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoTiacutemido ruisentildeor escondido en la respiracioacuten de las hojastuacute que regalas la frescura musical del bosquea los cuerpos separados y a las almasde aquellos que saben que no regresaraacutenCiega voz que tanteas en la memoria nocturnapasos y gestos no me atreveriacutea a decir besosy la amarga agitacioacuten de la furiosa cautivalaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoiquestQueacute es Platres iquestQuieacuten conoce esta islaHe pasado mi vida oyendo nombres desconocidosnuevos lugares nuevas locuras de los hombreso de los dioses mi destino que oscila

entre el uacuteltimo golpe de la espada de un Ayaxy una nueva Salamina me trajo aquiacute a esta playaLa luna surgioacute del mar como Afroditaocultoacute las estrellas de Sagitario va ahora a encontrarel corazoacuten de Escorpio y todo lo cambiaiquestDoacutende estaacute la verdadYo tambieacuten fui arquero en la guerrami destino el de un hombre que no dio en el blancoRuisentildeor juglaren una noche como eacutesta en la playa de Proteote escucharon las esclavas espartanas y prorrumpieron en lamentosy entre ellas mdashquieacuten diriacuteamdash iexclHelenaAquella que perseguimos durante antildeos junto al EscamandroEstaba alliacute al borde del desierto la toqueacute me habloacutelaquoNo es verdad no es verdadraquo gritabalaquoNo entreacute en la nave de proa azulNunca piseacute la valiente TroyaraquoCon el coacutencavo corpintildeo el sol en los cabellos y aquel tallesombras y sonrisas por todas partesen los hombros en los muslos en las rodillasfresca la piel y los ojosde largas pestantildeasestaba alliacute a orillas de un DeltaiquestY en TroyaEn Troya nada mdashun simulacroAsiacute lo quisieron los diosesY Paris se acostaba con una sombra como si fuera un cuerpo soacutelidoy nosotros matamos durante diez antildeos por Helena

Un gran dolor habiacutea caiacutedo sobre GreciaTantos cuerpos arrojadosa las fauces del mar a las fauces de la tierratantas almas entregadas como trigo a la piedra de los molinosY los riacuteos se henchiacutean de sangre y de lodopor una onda de lino por una nubepor el aleteo de una mariposa por un plumoacuten de cisnepor una tuacutenica vaciacutea por una HelenaiquestY mi hermanoRuisentildeor ruisentildeor ruisentildeoriquestQueacute es un dios iquestqueacute no es un dios iquestY queacute entre los doslaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoAve llorosa en Chipre la besada por el mardonde fue dispuesto que me acordara de la patriaancleacute soacutelo con esta faacutebulasi en verdad esto es faacutebulasi en verdad los hombres no volveraacuten a morderel viejo cebo de los diosessi en verdad otro Teucro despueacutes de antildeoso alguacuten Ayax o Priacuteamo o Heacutecubao alguacuten desconocido alguien anoacutenimo que sin embargovio un Escamandro rebosante de cadaacuteveresno tiene en su destino oiacuteral mensajero que viene a decirque tanto dolor tanta vidafueron al abismopor una tuacutenica vaciacutea por una Helena

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En la Iliacuteada el espacio se manifi esta por medio de las acciones que trans-curren en eacutel en un determinado momento Las descripciones espaciales aparecen en la medida en que acompantildean los acontecimientos narrados cumpliendo con la funcioacuten de proporcionar un lugar concreto y especiacutefi co para cada episodio Cada espacio representado cada paisaje evocado cada ciudad mencionada en el poema atiende a una necesidad de la historia rela-tada el espacio se abre y se conoce progresivamente Los lectores avanzamos en eacutel movieacutendonos en regiones que engloban a los personajes involucrados sus intenciones sus recuerdos sus discursos y sus acciones en un momento dado Por consiguiente el mundo se percibe se conoce se comprende y se representa por induccioacuten dirigieacutendose desde las partes hacia el todo

La cultura oral en cuyo marco surge la Iliacuteada como expresioacuten artiacutestica estaacute muy vinculada a la realidad corpoacuterea y material de los hechos las viven-cias experimentadas personalmente o transmitidas indirectamente por otras personas la experiencia es la uacutenica fuente de conocimiento El propio pen-samiento arcaico contemporaacuteneo a Homero y posterior a eacutel se basa en la intuicioacuten se entrega a la magia y la poesiacutea mientras mantiene cierta ingenui-dad e inocencia que ante nuestros ojos llega a parecer casi infantil a veces Asimismo el pensamiento de los nintildeos y sus relatos reales o imaginarios tambieacuten conservan un anclaje fuerte y reconocible al cuerpo a la accioacuten y la palabra precisa a la experiencia concreta antes de inscribirse en un ambien-te maacutes amplio o en un marco maacutes abstracto

ESPIRAL UNA REFLEXIOacuteN

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Este trabajo se ha motivado en gran parte por el deseo de comprender la manera como todos nosotros en nuestro diacutea a diacutea entre nuestras acciones cotidianas vivimos entendemos registramos y representamos el espacio que nos rodea relacionaacutendonos con nuestro entorno desde el momento que nacemos hasta el momento de la muerte o todaviacutea despueacutes de eacutesta perma-neciendo siempre en la tierra En el campo de la arquitectura esta compren-sioacuten se considera fundamental para poder avanzar tanto a nivel de teoriacutea como a nivel de intervencioacuten

En la Iliacuteada se ha reconocido una especie de espejo poeacutetico y bello dentro del cual se puede reencontrar con las explicaciones fi losoacutefi cas una fuente de investigacioacuten muy bonita y a la vez muy rica sobre el espacio y sobre el cuerpo Se ha buscado de leer este poema con respeto y sin atravesarlo vio-lentamente pero manteniendo siempre la intencioacuten de mirar a traveacutes de eacutel hacia nosotros mismos nuestros cuerpos y nuestro(s) espacio(s) Muchas de las cuestiones que se han apenas abierto en este trabajo y otras que han ido surgiendo durante el proceso de su elaboracioacuten se pueden seguir tratando en investigaciones futuras

La lectura paralela que se aspiraba proponer entre lo que nos cuenta la Iliacuteada (es decir la manera como lo cuenta) y algunas explicaciones fi losoacutefi -cas sobre todo por parte de la fenomenologiacutea con la intencioacuten de echar luz sobre nuestra relacioacuten con el cuerpo y a traveacutes de eacutel nuestra relacioacuten con el mundo y con los otros ha quedado pendiente Algunas de las preguntas iniciales no han encontrado respuesta algunas se han tenido que reformular otras han suscitado pequentildeos refl ejos o intuiciones mientras se han encon-trado especies de respuestas a preguntas no formuladas y nuevas preguntas han surgido Este trabajo se ha movido en forma de espiral abrieacutendose y cerraacutendose constantemente Ahora es el momento de parar su movimiento y observarlo hasta que comience a moverse de nuevo

Tratar al poema como si fuese respiracioacuten movimiento corporeidad pura Extender el poema en el espacio Espacio emergente a partir de un

movimiento Estructura del poema El poema como estructura en devenir Acontecimiento El poema es un cuerpo que busca su forma un cuerpo

que quiere construirse estructurarse a siacute mismo La lectura del poema es el desdoblamiento inverso de este movimiento estructural Dibujar el poema

Bailar el poema No se trata de contenidos ni de signifi cados sino del poema en siacute del poema como acontecimiento que signifi ca por siacute mismo El poema en su totalidad es un gesto un acto un intento de abarcar y recoger

el mundo la experiencia la vida Analizar este gesto Acotarlo medirlo trazarlo Cartografi arlo Coreografi arlo

El poema como organismo El poema como personaje

Domar el poema El poema este pequentildeo animal salvaje se tiene que domesticar Antes de poder entenderlo necesito domarlo encontrarme

con eacutel interactuar con eacutel acariciarlo ser su amiga dejarlo invadir mi vida Poema quiero conocerte

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Canto I Tierra y Cielo

Un episodio del pasado Crises quiere rescatar a su hija Agamenoacuten lo disres-peta La furia de Apolo En el campamento aqueo aquiacute y ahora Agamenoacuten empieza la reunioacuten Aquiles y Agamenoacuten Un enfrentamiento difiacutecil una disputa casi violenta En medio una mujer la autoridad el poder la riqueza y la fuerza Amenazas Atenea enviada por Hera se presenta a Aquiles y soacutelo a eacutel Se evita la pelea sangrienta Atenea se va En la reunioacuten de nuevo Aquiles y Agamenoacuten sentados lejos El sabio Neacutestor entre ellos toma la palabra Segundo ciclo de amenazas Los dos se separan defi nitivamente La entrega de Briseida a Agamenoacuten y Aquiles pensando en la orilla del mar Soledad y tristeza Tetis y Aquiles Tensioacuten Carintildeo Pausa Ulises y la devo-lucioacuten de Criseida a su padre Sacrifi cio y banquete Doce diacuteas Tetis y Zeus Hera Reunioacuten de dioses Hera y Zeus Hefesto Banquete divino y muacutesica La noche en el Olimpo

Canto II Un engantildeo necesario

Zeus Ensuentildeo y el suentildeo de Agamenoacuten El futuro que no seraacute Consejo de ancianos y asamblea de aqueos La trampa y su aprobacioacuten por Neacutestor El discurso de Agamenoacuten y la propuesta de retroceso El deseo de volver Hera y Atenea la conspiracioacuten divina Atenea aparece a Ulises animaacutendole y Ulises se activa Cara a cara los guerreros se convencen uno despueacutes de otro Ulises y Tersites Tersites y Agamenoacuten La intervencioacuten de Ulises apo-yado por Atenea Salto al pasado la previsioacuten de Calcante nueve antildeos de guerra dura y victoria en el deacutecimo Sacrifi cios a Zeus la plegaria no cum-plida el banquete y el inicio del atentado Atenea animando a los aqueos Invocacioacuten del poeta a las Musas y el cataacutelogo de naves territorios pueblos y jefes que participan Aquiles jefe de los mirmidones y sus cincuenta naves paradas La marcha de las tropas Iris con la voz de Polites lleva la noticia a Troya Iris y Heacutector jefe de los troyanos Mencioacuten de los aliados

Canto III Por Helena

Troyanos y aqueos en el campo de batalla Menelao y Paris El retroceso Heacutector y Paris Las insultas entre hermanos Una propuesta de acuerdo Por Helena un enfrentamiento en duelo entre Paris y Menelao Entre aqueos y troyanos la paz Sacrifi cios y juramentos Dos corderos y otro maacutes Priacuteamo Iris lleva la noticia a Helena mientras ella teje los sufrimientos que causoacute

APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

en troyanos y aqueos Entre laacutegrimas Helena se dirige a las puertas Esceas Los ancianos y el impacto de Helena Priacuteamo y Helena Reconocimiento de los guerreros aqueos Agamenoacuten Ulises Menelao Anteacutenor entre Helena y Priacuteamo Ayante Idomeneo El heraldo Ideo Priacuteamo entre troyanos y aqueos convalida los juramentos de Agamenoacuten Priacuteamo de vuelta a Troya Heacutector y Ulises acotan el campo Paris y Menelao El duelo y la intervencioacuten de Afrodita Afrodita y Helena Helena y Paris

Canto IV Del Olimpo a Troya

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Zeus y Hera Discusioacuten La mirada dirigida a Troya y Atenea enviada a Troya para incitar la continuacioacuten de la guerra El impacto Atenea y Pandaro Pandaro y Menelao Atenea y Menelao Menelao y Agamenoacuten el amor entre hermanos el terror y la recuperacioacuten del aacutenimo El tratamiento de la herida La narracioacuten en movimiento Agamenoacuten a pie se mueve entre los aqueos Encuentros varios Ayantes Neacutestor y la estra-tegia Ulises Diomedes y la responsabilidad de Agamenoacuten El avanzar de las tropas Silencio y velocidad para los daacutenaos bullicio y diversas lenguas para los troyanos Construccioacuten del paisaje sonoro de la guerra El enfrenta-miento Acercarse unirse antes de matarse Batalla sobre el cuerpo muerto La victoria de los aqueos y Apolo animando a los troyanos aludiendo a la ausencia de Aquiles El fi nal de la batalla los enemigos todos derrotados indistintamente

Canto V Coreografiacutea de una batalla

Atenea a Diomedes iquestPor queacute Diomedes Ceder la fuerza dotar de valentiacutea Diomedes Figeo Ideo Acercarse para matarse Atenea y Aris abandonan el campo de batalla Primero Agamenoacuten mata a Odio a continuacioacuten se pre-senta una secuencia de duelos mortiacuteferos De vuelta con Diomedes Pandaro y la herida de Diomedes Diomedes reza invocando a Atenea la proteccioacuten divina Rivalidad entre dioses y manipulacioacuten Eneas y Pandaro Refl exioacuten y estrategia Esteacutenelo y Diomedes La otra estrategia Pandaro y Diomedes Diomedes y Eneas Afrodita Diomedes y Afrodita Apolo Iris Olimpo El sufrimiento de los dioses Apolo y Eneas Apolo y Ares Ares apoyando a los troyanos aprovechando la ausencia de Atenea Menelao Heacutector y su impacto a Diomedes Tlepoacutelemo Ulises Heacutector y Ares Hera y Atenea la preparacioacuten de las diosas y el permiso de Zeus Atenea planea vengarse de Ares a traveacutes de Diomedes La vuelta del herido Ares al Olimpo y la restau-

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

racioacuten de un orden

Canto VI Fuera de la guerra Dentro de la guerra

De vuelta a la batalla Duelos sucesivos el triunfo de los aqueos Menelao y Adrasto Agamenoacuten De la suacuteplica y la piedad a la frialdad y crueldad del combate Elaboracioacuten de estrategias Neacutestor para los aqueos Heleno para los troyanos El miedo a Diomedes Diomedes y Glauco laquoComo el linaje de las hojas tal es tambieacuten el de los hombresraquo Compromiso de no matarse e intercambio de armas Heacutector se dirige a Troya En el palacio de Priacuteamo Heacutector y Heacutecuba Heacutector y Paris Helena y Heacutector Heacutector y Androacutemaca en la muralla de Troya Los valores ciacutevicos la familia y la obligacioacuten moral del guerrero iquestProteger la familia o defender la ciudad Escamandro La risa La desesperacioacuten La despedida Androacutemaca desconsolada Heacutector y Paris Reconciliacioacuten fraterna y entrada en el campo de batalla

Canto VII Coser la simetriacutea

Heacutector y Paris de vuelta a la batalla Atenea y Apolo El acuerdo de parar el combate una paz provisoria iquestCoacutemo llegar a la paz Heacutector desafiacuteo duelo Heleno Heleno y la voluntad de los dioses Heleno y Heacutector Heacutector entre las tropas Agamenoacuten parando las tropas Guerreros sentados inmovili-dad Dioses Heacutector el desafiacuteo y los teacuterminos Miedo y silencio Menelao Agamenoacuten y Menelao Neacutestor evocacioacuten de un pasado heroico Nueve guerreros animados El sorteo Preescritura Voluntad y resultado Ayante Ayante y Heacutector Evolucioacuten de un duelo Acercamiento aumento del contac-to Ideo y Taltibio Obedecer a la noche Tregua Aqueos Troyanos Enterrar los muertos Construir muralla Los dioses observadores Banquete y ban-quete Zeus Descansar recibir el regalo del suentildeo

Canto VIII Del amanecer al amanecer

Amanecer en Troya amanecer en el mundo Continuacioacuten de la batalla y re-unioacuten de dioses de nuevo Zeus preside de la reunioacuten e impone su voluntad por medio de su poder La batalla debe transcurrir sin intervencioacuten divina Despertar desayuno y preparacioacuten Armas lanzas y respiraciones coinciden en un mismo sitio El recorrido del Sol y la evolucioacuten de la batalla la balanza de Zeus y su rayo dirigido hacia los aqueos Heacutector y Diomedes enfrenta-miento y estrategias de ataque La derrota de los aqueos Hera y el inten-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

to (en vano) de ayudar a los daacutenaos La derrota continuacutea Segundo intento de ayuda Hera y Atenea la intervencioacuten de Zeus y el retiro de las diosas Previsioacuten de la muerte de Patroclo y de la vuelta de Aquiles al terreno del combate Puesta de sol estrategias de ataque fuegos troyanos y sacrifi cios ricos A la espera de la Aurora

Canto IX Nada importa tanto cuanto mi vida

Agamenoacuten Reunioacuten de aqueos en paacutenico Decepcioacuten por el engantildeo de Zeus y propuesta de volver a la tierra patria Diomedes y Agamenoacuten Discusioacuten Intervencioacuten de Neacutestor discurso inclusivo Necesidad de unioacuten en situacioacuten de peligro Banquete en la tienda de Agamenoacuten Estrategias para conseguir la vuelta de Aquiles al combate Agamenoacuten y los regalos prometidos Neacutestor y la embajada Feacutenix Ayante y Ulises Odio y Euriacutebates Sacrifi cios La lle-gada de la embajada Aquiles tocando muacutesica y cantando acompantildeado por Patroclo presencia en silencio Bienvenidas y palabras amistosas Vino y carne asada El discurso de Ulises y las ofertas a Aquiles a cambio de su participacioacuten en la guerra bienes materiales riqueza siete mujeres-premio Briseacuteida de vuelta veinte mujeres troyanas una hija de Agamenoacuten como esposa Negativa rotunda laquoPara mi nada hay que equivalga a la vidaraquo Largo discurso de Feacutenix Ayante Aquiles la ira irrevocable La vuelta de la embajada Agamenoacuten Desconcierto Diomedes A la espera de la Aurora para retomar la accioacuten

Canto X Espionaje mutuo

Noche avanzada En el campamento aqueo el insomnio de Agamenoacuten Agamenoacuten y Menelao preocupacioacuten y necesidad de reunioacuten Ayante Idomeneo Neacutestor Agamenoacuten y Neacutestor La esperanza reside en la reincor-poracioacuten de Aquiles Diomedes Ayante el hijo de Fileo Guerreros desper-taacutendose vistieacutendose y armaacutendose Meriacuteones y el hijo de Neacutestor Reunioacuten Diomedes y su elegido Ulises el espionaje Entre las liacuteneas de los troyanos Doloacuten se elige para espiar a los aqueos a cambio de regalos Diomedes y Ulises Doloacuten La trampa Plegaria a Atenea Diomedes y Ulises penetrando en el campamento troyano Reso Masacre Los caballos preciosos Atenea y Apolo Paacutenico entre los troyanos Ulises Diomedes y los caballos de vuelta a las naves aqueas Alivio y felicidad Bantildeo en el mar vino comida y sacri-fi cios a Atenea

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XI El comienzo de su desgracia

Aurora Zeus Eris el deseo de la guerra a las naves aqueas El armamento de Agamenoacuten Liacuteneas enemigas La lluvia de sangre de Zeus Muertes suce-sivas Eris sola entre los dioses el placer del combate Agamenoacuten rabioso destrozando a los troyanos Huida hacia las puertas Esceas Iris la mensajera de Zeus comunica a Heacutector la estrategia divina Agamenoacuten e Ifi damante Cooacuten y Agamenoacuten La herida sangre caliente la aparicioacuten del dolor en el cuerpo Retroceso Heacutector el ataque Diomedes y Ulises Apolo y la salva-cioacuten de Heacutector Alejandro y Diomedes Ulises solo en el campo de batalla matar o ser muerto Soco y Ulises Atenea La herida de Ulises y la muerte de Soco Los troyanos alrededor de Ulises los gritos del heacuteroe Menelao y Ayante Alejandro y Macaoacuten Zeus El retroceso de Ayante Neacutestor y Macaoacuten Aquiles Patroclo En la tienda de Neacutestor el discurso del anciano y el consejo terrible a Patroclo De vuelta a la tienda de Aquiles Patroclo y Euriacutepilo

Canto XII Construcciones efiacutemeras

Continuacioacuten de la batalla Escenario el muro y la fosa de los aqueos alre-dedor de las naves La futura destruccioacuten del escenario por Posidoacuten y Apolo Los argivas dentro paacutenico y desesperacioacuten Fuera Polidamante y Heacutector Organizacioacuten y reagrupacioacuten de los troyanos en cinco bloques Ataque a pie Asio Hirtaacutecida Polipetes y Leonteo en las puertas a la defensa El aguumlero de Zeus un aacuteguila y una serpiente Polidamante y Heacutector laquoEl mejor aguumlero y el uacutenico es luchar en defensa de la patriaraquo Intento de destruccioacuten de la mu-ralla Ayantes resistencia y aacutenimos a los aqueos Lanzamiento de piedras Sarpedoacuten a Glauco la muerte destino comuacuten Menesteo Tootes Ayantes Teucro Ayante y Epicles Teucro y Glauco Sarpedoacuten La muralla como arma la muralla como medio La sangre sobre torres y almenas sangre de todos El impulso de Zeus a Heacutector el grito la piedra la puerta rota Heacutector y los troyanos dentro de la muralla

Canto XIII Invasioacuten

La mirada de Zeus desviada hacia otros pueblos y el territorio atravesado por Posidoacuten que se dirige a Troya para animar a los daacutenaos El dios disfra-zado de Calcante aparece a los Ayantes y enseguida a los demaacutes valientes guerreros Batallones soacutelidos laquobroquel en broquel casco en casco hombre en hombreraquo El avanzar de los troyanos Enfrentamiento violento muer-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tes sangrientas Decapitacioacuten de Imbrio la cabeza en el suelo objeto inaacute-nime Idomeneo y Meriacuteones Valentiacutea Zeus y Posidoacuten Duelos sucesivos Alrededor de Alcaacutetoo Alrededor de Ascaacutelafo Deiacutefobo herido por Meriacuteones y retirado del combate por Polites Heacuteleno y Deiacutepiro el yelmo errante sobre la tierra Menelao y Pisandro Las zonas de la batalla en las naves Heacutector Polidamante y Heacutector Heacutector y Paris Continuacioacuten del enfrentamiento y gritos heroicos

Canto XIV El engantildeo de Zeus

La batalla en las naves continuacutea y los aqueos estaacuten desesperados Neacutestor y Agamenoacuten Ulises y Agamenoacuten Diomedes Agamenoacuten Ulises y Neacutestor Posidoacuten a Agamenoacuten Hera Seduccioacuten de Zeus Hera acicalaacutendose en el pa-lacio encerrada en su habitacioacuten Hera y Afrodita los hechizos del amor y del deseo Territorio y movimiento divino atravesar la tierra como si fuese un mapa Suentildeo Adormecer a Zeus y Pasiacutetea Hera y Suentildeo hacia Ida Hera y Zeus El deseo de hacer el amor el tapiz de blanda yerba y la nube aacuteurea Suentildeo y Posidoacuten el apoyo a los daacutenaos Continuacioacuten de la batalla Heacutector y Ayante Telamonio Heacutector tendido en el polvo Los aliados alrededor del herido Heacutector se aleja del campo de batalla Duelos muertes sucesivas y hazantildeas heroicas

Canto XV Mientras tanto junto a las naves

Heacutector herido inconsciente Zeus enojado con Hera engantildeo y reconciliacioacuten Hera en el Olimpo El plan de Zeus para la guerra honrar a Aquiles Patroclo en el combate Heacutector y Patroclo la venganza de Aquiles posible conquis-ta de Ilion Reacciones de los dioses oliacutempicos Iris y Posidoacuten el enojo del dios y su retiro Apolo animando a Heacutector Continuacioacuten de la batalla en las naves la difiacutecil resistencia de los aqueos La plegaria de Neacutestor a Zeus Patroclo en la tienda de Euriacutepilo distraccioacuten y cuidados meacutedicos Patroclo se dirige a Aquiles Ayante y Caleacutetor Heacutector y Ayante Licofroacuten Teucro Batalla cuerpo a cuerpo Heacutector la voluntad de Zeus consejos a sus gue-rreros Ayante aacutenimos a los suyos Zeus el furor de Heacutector la huida de los daacutenaos Neacutestor Atenea Ayante Aacutespera batalla sangre y heridas Heacutector la popa de una nave el fuego Ayante la defensa de las naves laquola solucioacuten estaacute en las manosraquo

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XVI La muerte de Patroclo

Patroclo en la tienda de Aquiles negras laacutegrimas Aquiles y Patroclo Aquiles se desprende gradualmente de su coacutelera y aconseja a Patroclo El deseo de salvarse ellos dos solos de la guerra Ayante el plan de Zeus y el inicio del fuego Patroclo la armadura de Aquiles la preparacioacuten de la tropa por Aquiles Patroclo y Automedonte delante Aquiles la tienda la copa y el sa-crifi cio a Zeus La entrada de los mirmidones en la lucha la recuperacioacuten del aacutenimo Patroclo expulsa a los troyanos de las naves y hace que se apague el fuego Contraataque y los troyanos cediendo espacio Duelos consecutivos y muertes sangrientas Ayante y Heacutector la huida de los troyanos Los caballos cruzando la fosa Las hazantildeas de Patroclo Sarpedoacuten El dilema de Zeus Hera Patroclo y Sarpedoacuten Sarpedoacuten a Glauco Alrededor de Sarpedoacuten Heacutector y los troyanos Patroclo y los aqueos La noche de Zeus Heacutector y Epigeo Patroclo y Estenelao Retrcoceso de los troyanos Zeus Apolo el cuerpo de Sarpedoacuten Patroclo y Apolo en la muralla Apolo y Heacutector Patroclo Cebriacuteones Alrededor de Cebriacuteones Apolo despoja a Patroclo de su armadura Euforbo le clava la pica por detraacutes Heacutector y Patroclo La huida de los caballos inmortales

Canto XVII Alrededor del cuerpo muerto

Patroclo inaacutenime Menelao se acerca al verlo tumbado en el polvo Menelao y Euforbo Apolo Heacutector Menelao la ayuda de Ayante Heacutector retroce-diendo con la armadura de Patroclo Glauco y Heacutector Heacutector cambia de armas y vuelve a la batalla con las armas de Aquiles Zeus Ares Heacutector Ayante y Menelao El grito de la guerra Ayante Oileo Idomeneo Meriacuteones Batalla Ayante luchar de cerca alrededor del cuerpo Duro esfuerzo al-rededor del cuerpo contradiccioacuten con el resto del campo Los caballos inmortales inmoacuteviles apartados la cabeza en el suelo laacutegrimas Zeus los ca-ballos Automedonte Alcimedonte Heacutector y Eneas Automedonte y Areto Alrededor de Patroclo de nuevo Atenea enviada por Zeus cambio de ba-lanza Zeus tomando la fi gura de Feacutenix aparece a Menelao Atenea Apolo a Heacutector La victoria a los troyanos Menelao y Ayante Menelao a Antiacuteloco la terrible noticia Laacutegrimas Antiacuteloco hacia Aquiles Menelao Ayantes Meriacuteones iquestCoacutemo salvar al cuerpo de Patroclo Transportacioacuten del cadaacutever y continuacioacuten del combate

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XVIII Aquiles y el escudo

Antiacuteloco y Aquiles Duelo y lamentos Tetis Las armas de Hefesto Iris y Aquiles Hera Aquiles tres alaridos desde la fosa Retroceso de los troyanos la llegada del cuerpo de Patroclo a las naves La noche generada por Hera Heacutector y asamblea de troyanos El llanto por Patroclo Aquiles Venganza Lavar las heridas del cuerpo Tetis y Hefesto Las desgracias de Tetis afl ic-cioacuten La necesidad de una armadura para Aquiles El escudo Cinco laacuteminas La tierra el cielo el mar el sol la luna los astros Dos ciudades Escenas de guerra y paz naturaleza animales hombres El mundo en el escudo La coraza el casco las grebas Tetis desciende del Olimpo con las armas

Canto XIX Reconciliarse antes de armarse

Aurora El lamento de Aquiles abrazado al cuerpo de Patroclo Tetis y Aquiles la armadura nueva proteccioacuten del cadaacutever consejos Diomedes Ulises y Agamenoacuten estaacuten presentes en la asamblea de los aqueos convocada por Aquiles Aquiles la renuncia de la coacutelera Agamenoacuten la culpa es de los dioses Zeus y la Ofuscacioacuten alusioacuten al mito Reconciliacioacuten Debate entre Aquiles Agamenoacuten y Ulises la furia el combate los regalos prometidos el hambre la fuerza el duelo por los muertos Agamenoacuten sacrifi cando un jabaliacute jura no haberse acostado con Briseida En la tienda de Aquiles el la-mento de Briseida sobre el cuerpo de Patroclo La negacioacuten de Aquiles a comer duelo en compantildeiacutea de Agamenoacuten Menelao Ulises Neacutestor Idomeneo y Feacutenix Atenea motivada por Zeus da neacutectar y ambrosiacutea a Aquiles Los aqueos armaacutendose espesura Automedonte Aacutelcimo los caballos de Peleo Antes de entrar en la batalla Janto preveacute a Aquiles su muerte por un dios y un hombre

Canto XX Manos llenas de sangre

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Posidoacuten y Zeus Zeus laquorecreando la muerte en el espectaculoraquo y separacioacuten de los dioses en dos bandos Hera Atenea Posidoacuten Hermes y Hefesto con los aqueos Ares Apolo Aacutertemis Leto el riacuteo Janto y Afrodita con los troyanos Los aullidos de Atenea y Ares Duelos de dioses Apolo a Eneas Hera Posidoacuten y Atenea observan desde fuera preparados para protejer a Aquiles Eneas y Aquiles disputa verbal y duelo La estructura del escudo de Aquiles Posidoacuten salva a Eneas Aquiles anima a los aqueos Heacutector a los troyanos Apolo advierte a Heacutector Aquiles elimina

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

a Ifi tioacuten Demoleonte Hipodamante y Polidoro hermano de Heacutector Heacutector y Aquiles primer enfrentamiento resuelto por Apolo y Atenea Las viacutecti-mas de Aquiles Driacuteope Demuco Laoacutegono y Daacuterdano Tros Mulio Equeclo Deucalioacuten Rigmo Areiacutetoo

Canto XXI Perseguido por los dioses

Al lado del riacuteo Escamandro Aquiles divide a los troyanos en dos unos atra-pados en la corriente otros detenidos por Hera en la llanura Sin caballos y despojaacutendose de su lanza Aquiles empieza a matar dentro del riacuteo con su daga Doce muchachos capturados vivos por Patroclo Aquiles y Licaoacuten una suacuteplica en vano La muerte de Patroclo el cambio en Aquiles Asteropeo y Aquiles Linajes y ultraje del cadaacutever En la orilla Aquiles contra los peo-nios Personifi cacioacuten del riacuteo el cauce lleno de cadaacuteveres Aquiles ignora la advertencia de Escamandro y empieza la persecucioacuten Aquiles supli-ca a Zeus Posidoacuten y Atenea le garantizan la gloria La llanura inundada Escamandro y Simoente Hera y Hefesto el fuego en el riacuteo Teomaquiacutea Zeus gozando del enfrentamiento de los dioses Ares y Atenea Afrodita Hera Atenea y Afrodita Posidoacuten y Apolo Aacutertemis y Apolo Hera y Aacutertemis Hermes y Leto Aacutertemis en los brazos de Zeus Apolo en Troya Priacuteamo insta a los troyanos a refugiarse abriendo las puertas de la ciudad El impulso de Apolo a Ageacutenor Ageacutenor y Aquiles Apolo su tuacutepida bruma y la persecucioacuten de Aquiles por el dios disfrazado en Ageacutenor Lejos de la ciudad hacia el riacuteo

Canto XXII El uacuteltimo duelo

Heacutector el uacutenico troyano fuera de la muralla Aquiles se precipita hacia Troya decepcionado con la burla del dios Priacuteamo y Heacutecuba atemorizados suplican a Heacutector los cabellos arrancados del padre los senos de la madre El soliloquio de Heacutector Aquiles y Heacutector el comienzo de la persecucioacuten laquocorriacutean por la vida de Hector domador de caballosraquo Tres vueltas alrede-dor de la ciudad Zeus y Atenea Atenea en la tierra Apolo La balanza de Zeus Atenea coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector La fi gura de Deiacutefobo Heacutector recuperando el aacutenimo se acerca a Aquiles Negociacioacuten por el cuerpo muerto Las picas Aquiles a Heacutector Heacutector a Aquiles El engantildeo de la diosa Las espadas estudio del cuerpo muerte en contacto En el momento de la muerte crueldad verbal Ultrajar el cadaacutever arrastrar el cadaacutever Mientras ellos se alejan en la muralla de Troya se multiplican los lamentos Priacuteamo Heacutecuba Androacutemaca

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XXIII Los funerales de Patroclo

Aquiles y sus compantildeeros en el campamento aqueo Llorar a Patroclo tres vueltas con los caballos alrededor del cadaacutever Aquiles las manos sobre el pecho de Patroclo contacto fiacutesico con el muerto querido y ultraje del cadaacutever del enemigo Banquete fuacutenebre al lado de la nave Aquiles a Agamenoacuten No lavarse antes del funeral En la orilla del mar el suentildeo de Aquiles El alma de Patroclo y el olvido La Aurora lentildea para la pira La cabellera de Aquiles depositada en las manos de Patroclo La pira ritos funerarios Sacrifi cios cuatro caballos dos perros doce joacutevenes troyanos Afrodita y Apolo la pro-teccioacuten del cadaacutever de Heacutector Despueacutes de una noche lamentaacutendose al lado de la pira Aquiles adormece con la llegada de la aurora Recoger y guardar los huesos de Patroclo hasta la muerte de Aquiles Certamen en honor de Patroclo se proclama la competicioacuten y los premios a ganar y en seguida se presentan los heacuteroes que quieren participar En las competiciones las activi-dades humanas como medida del espacio

Canto XXIV Por el cuerpo de Heacutector

En la orilla del mar la noche Aquiles el recuerdo de Patroclo insomnio y laacutegrimas la aparicioacuten de la Aurora Tres vueltas alrededor del tuacutemulo arras-trando al cuerpo de Heacutector con el carro La duodeacutecima aurora intervencioacuten de Apolo Hera Zeus Iris a Tetis Tetis en el Olimpo El plan de Zeus para el rescate de Heacutector Tetis y Aquiles Iris y Priacuteamo la proteccioacuten de Hermes Priacuteamo y Heacutecuba Los nueve hijos de Priacuteamo Preparacioacuten plegaria a Zeus y aguumlero positivo Priacuteamo e Ideo Hermes el joven Llegando al campamen-to el suentildeo del dios envuelve a los aqueos hasta la entrada en la tienda de Aquiles Hermes tras revelar su identidad aconseja a Priacuteamo y se retira Priacuteamo y Aquiles las rodillas las manos homicidas la suacuteplica el estupor Alusioacuten a la vejez al padre El llanto comuacuten uno por Heacutector otro por Peleo y Patroclo Aquiles Automedonte y Aacutelcimo Aceptar los rescates lavar al cuerpo de Heacutector Aquiles y Priacuteamo preparacioacuten de la cena Admiracioacuten mutua los lechos los diacuteas necesarios para el entierro y continuacioacuten de la guerra al duodeacutecimo diacutea si necesario Aquiles y Briseida Hermes a Priacuteamo el miedo de Agamenoacuten Hermes Priacuteamo y Automedonte de vuelta a Troya con el cuerpo de Heacutector Casandra El duelo de los troyanos en las puertas Esceas Androacutemaca Heacutecuba Helena Lentildea para la pira funeral y banquete funerario

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bibliografiacutea consultada

ALEXANDER Caroline La guerra que matoacute a Aquiles la verdadera historia de la Iliacuteada Barcelona Acantilado 2015

AREND Hannah On violence Massachusetts Houghton Miffl in Harcourt 1970

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nota Los versos de la Iliacuteada citados en este trabajo pertenecen a esta edicioacuten

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Page 4: C ENCUENTRO EN LA LÍADA

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INTRODUCCIOacuteN

Esta investigacioacuten parte de dos sencillas observaciones las que resultaron maacutes sorprendentes durante la primera lectura de la Iliacuteada Por un lado en sus versos no se encuentran descripciones espaciales El espacio no se des-cribe de forma directa y defi nitiva sino que emerge cada vez a partir de la accioacuten relatada de modo que en la narracioacuten aparece una multiplicidad de lugares y no una visioacuten uniforme y homogeacutenea del espacio La accioacuten en siacute se describe atendiendo minuciosamente a gestos palabras discursos diaacutelogos movimientos batallas objetos y silencios generando dinaacutemicas espaciales intimamente ligadas al cuerpo

Por otro lado la interaccioacuten entre los personajes de la Iliacuteada se organiza a partir de duacuteos Duelos entre dos guerreros que se reconocen antes de comba-tir encuentros entre dos heacuteroes dos dioses un dios y un mortal encuentros entre esposos o dos miembros de la familia los encuentros ocupan un lugar importante en las escenas maacutes interesantes del poema En ellos cada uno se constituye a siacute mismo mientras forma parte de la relacioacuten La introduccioacuten de un tercer personaje o elemento en la escena deshace y transforma el en-cuentro haciendo avanzar al relato generando su estructura y movimiento interno

La primera observacioacuten parece orientarse maacutes hacia el contenido de la Iliacuteada (iquestcoacutemo se constituye y coacutemo es el espacio en ella iquestnos podemos imaginar un espacio hecho de acontecimientos y encuentros iquestqueacute tipo de cartografiacutea propone esta hipoacutetesis) mientras la segunda se refi ere principalmente a su estructura (iquestcoacutemo se mantiene la continuidad en la narracioacuten iquestse puede reconstruir la estructura del poema desde la experiencia de la lectura iquestla creacioacuten y transmisioacuten oral de la Iliacuteada coacutemo infl uye en su forma) No obs-tante los liacutemites de esta distincioacuten se vuelven borrosos cuando se los intenta defi nir con claridad

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Nos hemos propuesto a leer el encuentro como articulacioacuten como centro Una sucesioacuten de encuentros produce un fl ujo narrativo fragmentado cam-biante policeacutentrico articulado maacutes que continuo Nos interesa identifi -car esta sucesioacuten reconocer su estructura sus nodos y sus ramifi caciones Ramifi caciones que en una narracioacuten -inevitablemente linear en su forma- no son maacutes que bucles lazos nudos corredizos Los fl ujos secundarios trazan ciacuterculos pequentildeos remolinos se desviacutean y salen a la deriva para devolverse de manera defi nitiva al fl ujo central Nosotros los lectores viajamos con ellos hacia pasados para siempre perdidos hacia futuros que nunca llega-raacuten a ser hacia lo miacutetico y hacia realidades lejanas Nos distraemos a lo largo de los ciacuterculos para volvernos a entregar a la narracioacuten madre dejaacutendonos llevar por la fuerza de la corriente

El propio poema el fl ujo narrativo se permite entender como cuerpo con sus pulsiones y energiacuteas con sus movimientos internos y externos sus ritmos intriacutensecos sus equilibrios y sus tensiones El poema entonces ad-quiere una espacialidad que le es propia y no coincide con la espacialidad descrita por eacutel A la vez el encuentro no tiene que ser exclusivamente un encuentro interpersonal En la Iliacuteada se forman tambieacuten encuentros entre planos de accioacuten distintos (Tierra y Cielo) liacuteneas narrativas paralelas que se cruzan ideales diferentes sistemas de valoracioacuten contradictorios De este modo la cartografiacutea se refi ere tanto al espacio como al relato mientras en ambos casos es el encuentro que crea la posibilidad para tal cartografiacutea

Leer un texto es necesariamente volverlo a construir darle presencia y estar presente en eacutel repitiendo esencialmente sus propios movimientos Al tra-bajar con la Iliacuteada se generoacute la necesidad de mantener un contacto iacutentimo con ella de conocerla desde cerca precisamente para poder rastrear el fl ujo de sus movimientos El cuento de los cantos es una especie de resuacutemen de la Iliacuteada creado por motivos de orientacioacuten en ella desde la perspectiva de este trabajo A continuacioacuten se presentan y analizan cinco encuentros cinco secuencias narrativas a partir de los cuales se ha intentado organizar la refl exioacuten acerca de las cuestiones que la lectura de la Iliacuteada suscita Los diagramas adjuntos uno para cada secuencia intentan trazar sobre el texto homeacuterico los movimientos que se han reconocido en eacutel

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1 La mujer premio ausencia[Helena y Priacuteamo]

No presidiacutea yo el esfuerzo de los frigios no era yo sino mi nombre

la uacutenica recompensa para la lanza de los helenos Euriacutepides Helena

laquoVen aquiacute querida novia donde veraacutes hechos increiacutebles de troyanos domadores de potros y de aqueos de bronciacutenea tuacutenicaLos que antes se presentaban Ares fuente de laacutegrimasen la llanura aacutevidos del execrable combateestaacuten sentados ahora en silencio -y la pelea ha cesado-apoyados en los escudos con las largas picas clavadas al ladoPor su parte Alejandro y Menelao caro a Arescon sus luengas picas van a luchar por tidel que resulte vencedor seguramente te llamaraacutes esposaraquo(Canto III 130-138)

Son estas las palabras que dirige a Helena Iris la mensajera de Zeus El mo-mento ha llegado en el deacutecimo antildeo de la guerra de Troya Menelao y Paris se enfrentaraacuten en un duelo que supuestamente defi niraacute el resultado de la guerra la suerte de aqueos y troyanos la suerte de la ciudad de Troya pero ante y sobre todo la suerte de Helena Iris apoacutes tomar la fi gura de Laoacutedica la maacutes bella de las hijas de Priacuteamo cuntildeada actual de Helena se acerca a ella para anunciarle el hecho

La encuentra aislada en su aposiento hilando y bordando tejidos infi nitos en los cuales se inscriben mitos dioses fragmentos de vidas antes de la guerra actos heroicos durante la guerra y lugares del mundo arcaico A esta tarea interminable se dedica Helena durante su larga estancia en el palacio de Priacuteamo La relacioacuten que mantiene con la realidad se establece mediante esos tejidos que ella misma va creando para poder ver el mundo su mundo refl ejado en ellos De cierto modo los tejidos son el relato que Helena decide construir de siacute misma el relato que presenta y a traveacutes del cual se presenta

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

al mundo En la Iliacuteada Androacutemaca tambieacuten permanece en el interior del palacio de Priacuteamo tejiendo mientras en la Odisea Peneacutelope espera a Ulises en Iacutetaca hilando y deshilando pacientemente durante 20 antildeos

Helena recibe a Iris-Laodica en silencio sin pronunciar ni una palabra Encerrada en su quietud hundida en suprema soledad Helena sale lloran-do de su habitacioacuten y se encamina hacia la muralla de la ciudad en busca de la fi gura de Menelao La presencia de las criadas que la acompantildean apenas resalta su desolacioacuten ya que en su destino uacutenico se encuentra irremediable-mente sola

Desde el mito hasta la actualidad ella es reconocida y recordada por la belle-za casi divina de su cuerpo y su rostro y la desgracia que esta belleza causoacute a partir del momento en que Helena se fue a Troya con Paris1 iniciando com-bate beacutelico maacutes notorio de la antiguumledad Estos dos atributos inseparables y muchas veces misteriosamente asociados en las culturas antiguas la belleza y la desgracia atraviesan a Helena la cosifi can en la conciencia de todos Ella es el desencadenante de la guerra ella es tambieacuten su premio se convierte en un siacutembolo una fi gura abstracta un fantasma una idea ella misma La persona la mujer que ella es cede bajo el peso de esta responsabilidad des-aparece y se diluye en el papel que le ha sido otorgado Helena al fi n y al cabo es un nombre el nombre de una persona vaciada de su interior cuya identidad es concebida y entendida puramente desde el exterior

En la parte superior de la muralla de Troya Helena va caminando Su fiacutesico nunca se describe en la Iliacuteada pero la podemos siempre visualizar a traveacutes de los ojos de otros a traveacutes de su refl ejo en ellos En esta escena son los ancianos de la ciudad los que la contemplan por nosotros No le dirigen di-rectamente la mirada ni muchiacutesimo menos la palabra se limitan a admirar su belleza conversando entre ellos en voz baja maldicieacutendola por el sufri-miento de su pueblo El desprecio que manifi estan hacia ella anula su exis-tencia aquiacute y ahora Dado que Helena no es reconocida por los otros y no interactuacutea con ellos no puede existir como sujeto En teacuterminos de Martin Buber diriacuteamos que Helena no forma parte de ninguna relacioacuten Yo-Tuacute por lo que su existencia se cuestiona quedaacutendose suspendida ldquoAl comienzo es

1 Las versiones e interpretaciones sobre este hecho son muy variadas y abren un abanico de posibilidades que oscilan entre el secuestro violento por Paris y el abandono del hogar miceacutenico por Helena en plena voluntad incluyendo diversas variacones y matices intermedios En la tragedia Helena de Euriacutepides por ejemplo los dioses enviacutean a Troya un fantasma un simulacro mientras ella se encuentra a salvo muy lejos (lejos de Troya y lejos de su patria)

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

la relacioacuten como categoriacutea del ser una disposicioacuten de acogida un conti-nente una pauta para el alma es el a priori de la relacioacuten el Tuacute innatordquo2 A ella se le trata como a un Ello una existencia cosifi cada a quien se acude de manera instrumental

laquoNo es extrantildeo que troyanos y aqueos de buenas grebaspor una mujer tal esteacuten padeciendo duraderos dolorestremendo es su parecido con las inmortales diosas al mirarlaPero auacuten siendo tal como es que regrese en las navesy no deje futura calamidad para nosotros y nuestros hijosraquoAsiacute hablaban y Priacuteamo alzando la voz llamoacute a HelenalaquoVen aquiacute hija querida y sieacutentate ante miacute y veraacutesa tu anterior marido a tus parientes poliacuteticos y a tus amigosPara miacute tuacute no eres culpable de nada los causantes son los diosesque trajeron esta guerra fuente de laacutegrimas contra los aqueosAsiacute podraacutes decirme ademaacutes el nombre de ese monstruoso guerreroiquestQuieacuten es ese guerrero aqueo noble y altoCierto que hay otros maacutes altos que hasta le sacan la cabezapero hasta ahora no he visto en mis ojos a nadie tan belloni tan majestuoso Lo digo porque parece un reyraquoRespondioacutele Helena de casta de Zeus entre las mujereslaquoPudor me inspiras querido suegro y respeto tambieacuteniexclOjalaacute la cruel muerte me hubiera sido grata cuando aquiacutevine en compantildeiacutea de tu hijo abandonando taacutelamo y hermanosa mi nintildea tiernamente amada y a la querida gente de mi edadMas eso no ocurrioacute y por eso estoy consumida de llorarTe voy a decir eso que me preguntas e inquieresese es el Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominiosa la vez buen rey y esforzado lanceroEra mi cuntildeado de miacute cara de perra si eso alguna vez sucedioacuteraquo(Canto III 156-180)

Los ancianos sentados en un punto fi jo contemplan a Helena quien estaacute caminando mientras (la narracioacuten y) nosotros la seguimos desde el interior del palacio hasta la muralla pero la invitacioacuten de Priacuteamo abre un lugar a su lado para su presencia Aparte de Heacutector con quien Helena mantiene una relacioacuten de amistad y carintildeo3 Priacuteamo es posiblemete la uacutenica persona que

2 Yo y Tuacute p 253 laquoEstas palabras tejen entre Heacutector y Helena una complicidad mucho maacutes que fraternal incluso ante un fu-turo incierto Con esa infalible intuicioacuten de las relaciones verdaderas entre los seres y ese acento de intimidad del que nadie ha sabido encontrar jamaacutes el secreto Homero revela sin traicionarla la amistad que por lo me-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

establece una conversacioacuten con ella dirigieacutendole tiernas y reconfortantes pa-labras en lugar de amenazas y maldiciones

Priacuteamo declara que para eacutel no es Helena quien tiene la culpa de esta guerra que tanto sufrimiento ha causado sino los dioses los terribles y manipulado-res dioses del Olimpo Sin embargo esta afi rmacioacuten no parece ser sufi ciente para apaciguar el desespero de Helena apenas toma la palabra despliega su lamento en el cual alcanza a manifestarse un pequentildeo punto de interio-ridad Ausente de siacute misma y alienada de su propia existencia al lado de Priacuteamo mientras contempla la llanura donde estaacuten luchando aqueos y tro-yanos Helena se permite expresar aunque momentaacuteneamente4 Responde a la pregunta de Priacuteamo pero en seguida vuelve a referirse a siacute misma y a su desgracia Sobrepasada por su situacioacuten existencial no puede contener su afl iccioacuten

laquoEra mi cuntildeadoraquo es la frase con la cual Helena concluye el reconocimiento de Agamenoacuten Es evidente que Priacuteamo tal como todos los aqueos troyanos y aliados situados en la llanura de Troya ya conoce esta informacioacuten5 pero para Helena repetirla es importante De este modo ella se situacutea entre los hechos en un intento de reafi rmar su posicioacuten en el mundo posicioacuten de la que ella misma llega a dudar cuestionando laquosi eso alguna vez sucedioacuteraquo Asiacute el poeta envuelve el reconocimiento de Agamenoacuten en su lamento formando una especie de nudo en la narracioacuten

Sin embargo en este lamento ciacuteclico el inicio no coincide con el fi nal dado que mientras habla el dolor devastador y totalizador que siente se apode-ra de ella a tal punto que llega a pronunciar en voz alta las terribles pala-bras laquode miacute cara de perraraquo Frente a un interlocutor el poeta hace aparecer mundo interior de ella sin dejar de hacer eco de la exterioridad cruel que la ha defi nido a lo largo de los diez antildeos de la guerra Helena odia y desprecia

nos en Helena es la capa protectora de un sentimiento maacutes profundoraquo (Rachel Bespaloff De la Iliacuteada p29)4 En este sentido es signifi cante la presencia de un interlocutor de un otro que la escucha y observa de alguien que le presta atencioacuten para que se pueda manifestar el dolor de Helena En varias ocasiones Helena se representa llorando y lamentaacutendose pero esta es la uacutenica ocasioacuten en la cual alguien atiende miacutenimamente a su lamento 5 Emilio Crespo en su traduccioacuten de la Iliacuteada comenta laquoEl pasaje entre 161 y 246 era conocido al menos desde la eacutepoca heleniacutestica como teichoskopiacutea lsquorevista desde la murallarsquo Es desde luego sorprendente que Priacuteamo desconozca a los caudillos griegos por los que pregunta en el deacutecimo antildeo de la guerra justo cuando eacutesta estaacute a punto de terminar con el duelo entre Paris y Menelaoraquo (Iliacuteada Gredos p156) Con la teichoskopia se crea tambieacuten de manera indirecta la oportunidad para que aparezca un discurso de Helena El poeta no podriacutea buscarle mejor interlocutor que el anciano y magnaacutenime Priacuteamo siempre sutil en sus palabras y acciones

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

a Helena tanto como la odian y desprecian los otros iquestCoacutemo resuenan estas palabras en el espacio iquestCoacutemo lo transforman

Asiacute habloacute y el anciano quedoacute maravillado y exclamoacutelaquoiexclAtrida feliz con fortuna nacido de opulento hadoRealmente veo que hay muchos joacutevenes aqueos sumisos a tiYa en cierta ocasioacuten fui a Frigia rica en vintildeedosdonde vi elevadiacutesimo nuacutemero de frigios de aacutegiles potroslas huestes de Otreo y de Migdoacuten comparable a un diosque entonces habiacutean ido en campantildea a orillas del SangarioPues tambieacuten yo me uniacute a ellos en calidad de aliadoaquel diacutea en que llegaron las varoniles AmazonasMas ni eacutesos eran tantos como los aqueos de vivaces ojosraquoEn segundo lugar al ver a Ulises preguntoacute el ancianolaquoEa dime tambien eacuteste hija querida quieacuten esEs maacutes bajo que el Atrida Agamenoacuten que le saca la cabezapero se le ve maacutes ancho de hombros y de pechoSus armas yacen sobre la tierra nutricia de muchospero eacutel recorre como un morueco las hileras de guerrerosSiacute yo lo comparo con un carnero de compactos vellonesque pasa revista a un gran rebantildeo de blancas ovejasraquo(Canto III 181-198)

Despueacutes de esta apertura al mundo psiacutequico de Helena la narracioacuten cierra su pequentildeo desviacuteo y vuelve a ocuparse del movimiento de los caudillos aqueos en la llanura de Troya laquoiexclAtrida felizraquo asiacute es como empieza la respuesta de Priacuteamo a su laquohija queridaraquo obviando por completo su desesperacioacuten la palabra feliz se convierte en una lanza que se clava en la geacutelida desgracia de Helena Priacuteamo tambieacuten eacutel la atraviesa reconduciendo su atencioacuten hacia otra parte

En la escena de la teichoskopiacutea la Iliacuteada nos recuerda una vez maacutes que esta guerra no es anoacutenima y abstracta Ninguacuten guerrero no es laquouno maacutesraquo entre los muertos o los vivos Los guerreros homeacutericos traen al campo de batalla sus pasiones y afectos sus defectos y sus deseos de venganza y cada uno merece ser llamado por su nombre propio En el canto II el poeta hizo una invocacioacuten directa a las Musas solicitando ayuda con la tarea inabarcable de nombrar a todos los guerreros antes de construir el cataacutelogo de las naves aqueas y el cataacutelogo de los troyanos y sus aliados6 En la teichoskopiacutea son

6 laquoDecidme ahora Musas duentildeas de oliacutempicas moradas | pues vosotras sois diosas estaacuteis presentes y sabeacuteis

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

sus propios personajes dos personajes que no participan en el combate los que asumen esta actitud contemplativa Excluidos de la guerra la observan desde un punto fi jo en lo alto de la muralla de Troya ese liacutemite que todaviacutea protege a la ciudad y a sus habitantes mujeres ancianos y nintildeos mantenieacuten-doles en un encierro permanente

Unos versos maacutes tarde llegaraacuten los heraldos y se llevaraacuten al anciano rey para que eacutel sancione los juramentos antes del duelo de Menelao y Paris Priacuteamo se iraacute sin despedirse y Helena una vez maacutes se hundiraacute en su soledad Sola entre muchas troyanas se quedaraacute contemplando el duelo entre su primero y su segundo esposo Al fi nal del canto Afrodita la encontraraacute alliacute en la mu-ralla de Troya y la conduciraacute hacia el interior del palacio para acompantildear a Paris en la cama y satisfacerle el deseo sexual cumpliendo con su papel de esposa Helena no tiene fuerza de voluntad atrapada en un denso tejido de circunstancias exteriores encerrada en la ciudad y encerrada en el nombre que lleva se transforma en observadora permanente

Helena es un personaje sumamente importante e interesante Toda una guerra gira en torno a ella su nombre se repite y resuena como un eco per-sistente entre los versos pero Helena la mujer la persona estaacute ausente de la realidad ausente de su propia vida es la mujer premio

Ella no es la uacutenica mujer premio de la Iliacuteada En el universo masculino de la guerra infi nitas mujeres se convierten en premio de los saqueos de ciuda-des se cautivan como esclavas o se entregan como regalos de un guerrero a otro Agamenoacuten cuando solicita el regreso de Aquiles a la batalla le pro-mete entre otros regalos a siete mujeres esclavas (laquoTe daraacute siete mujeres expertas en intachables labores lesbias que cuando conquistaste la bien edi-fi cada Lesbos para siacute | escogioacute y que destacaban en belleza entre la raza de las mujeresraquo) y a una de sus hijas como esposa legiacutetima dejaacutendole la posi-bilidad de escoger entre ellas a la que maacutes le guste7 Esto nos hace pensar en el espacio que ocupan las mujeres en la guerra tanto a nivel simboacutelico como a nivel fiacutesico pero tambieacuten en todo aquello que permaneciendo ajeno a la

todo | mientras que nosotros solo oiacutemos la fama y no sabemos nada | quieacutenes eran los priacutencipes y los caudi-llos de los daacutenaos | El grueso de las tropas yo no podriacutea enumerarlo ni nombrarlo | ni aunque tuviera diez lenguas y diez bocas | voz inquebrantable y un bronciacuteneo corazoacuten en mi interior | si las Oliacutempicas Musas de Zeus portador de la egida | hijas no recordaran a cuaacutentos llegaron al pie de Ilio | Pero siacute nombrareacute a los jefes y la totalidad de las navesraquo (IliacuteadaCanto II 484-493)7 Iliacuteada Canto IΧ 270-290

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

guerra interviene en ella de manera oblicua y tangencial8

El propio argumento de la Iliacuteada se despliega a partir de Criseida hija de Crises sacerdote de Apolo ella fue dada como botiacuten de guerra a Agamenoacuten y su cautiverio provoca la furia de Apolo contra los daacutenaos Se decide la devolucioacuten de Criseida a su padre pero Agamenoacuten exige como jefe de los caudillos aqueos que se le sustituya su botiacuten en vez de Criseida se quedaraacute con Briseida otorgada originalmente como botiacuten a Aquiles exigencia que provoca la coacutelera la famosa μήνις de Aquiles considerada como el tema central de la epopeya La presencia de las mujeres premio en la Iliacuteada es muy importante pero ellas mismas se encuentran ausentes Mujeres hermosas cosifi cadas transformadas en objetos en torno a los cuales giran los episo-dios y los actos heroicos

Briseida se retira de la tienda de Aquiles caminando laquoen contra a su volun-tadraquo con laacutegrimas en los ojos sin pronunciar una palabra Aquiles se encie-rra en su tienda y se abstiene del combate protestando por la peacuterdida de Briseida Despueacutes de la muerte de Patroclo una vez Aquiles decide entrar de nuevo en la batalla Briseida se devuelve a eacutel mientras Agamenoacuten jura que no se ha acostado con ella En este momento Briseida habla soacutelo para llorar a Patroclo resaltando su bondad y delicadeza El discurso de Briseida es pu-ramente exterior a ella en su discurso ella se relaciona con el mundo como si no participase en eacutel como si fuese una espectadora de su propia vida Aunque invoca un episodio que la marcoacute profundamente el momento en que Aquiles saqueoacute su ciudad y matoacute a su marido convirtieacutendola en esclava lo describe enfatizando la reaccioacuten de Patroclo y no su propia desgracia la cual se presenta como si para ella ya no tuviera importancia como si su vida careciera de sentido Briseida tan desgraciada y despojada de toda libertad y toda voluntad llora al compantildeero de su saqueador

laquoiexclPatroclo el ser maacutes grato para esta desdichada de miacuteVivo te dejeacute cuando saliacute de esta tienday ahora te hallo muerto comandante de huestes al regresarde nuevo iexclDesgracia sobre desgracia me viene sin cesarAl marido a quien me con iaron mi padre y mi augusta madrelo vi delante de la ciudad desgarrado por el a ilado bronceigual que a los tres hermanos que mi madre habiacutea engendrado

8 Pascal Payen en su libro Les revers de la guerre en Gregravece ancienne dedica un capiacutetulo al papel de las mujeres en una esfera donde seguacuten la ideologiacutea dominante ellas no tienen lugar

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tan amados y que todos alcanzaron el diacutea de la ruinaNi siquiera me permitiste cuando el ligero Aquilesmatoacute a mi marido y saqueoacute la ciudad del divino Minetellorar asegurabas que me convertiriacuteas en legiacutetima esposadel divino Aquiles y que eacutel me llevariacutea en las naves a Ftiacuteay celebrariacutea el banquete de boda entre los mirmidonesPor eso lloro sin cesar la muerte del que siempre fue tan dulceraquo(Canto XIX 287-300)

En alguna ocasioacuten Helena tambieacuten actuacutea como si fuese una observadora imparcial representando la voz de la razoacuten juiciosa sobria Comenta los hechos evaluacutea las circunstancias aconseja Una vez maacutes ausente de siacute misma indiferente resignada Su juicio llega a nosotros a traveacutes de las na-rraciones de otros personajes laquoAhora mi esposa que me ha reprendido con tiernas palabras | me ha incitado al combateraquo dice Paris a Heacutector9 Heacutector por su parte teme que su querida mujer Androacutemaca sea llevada a fuerza por alguacuten aqueo acaso ellos conquisten la ciudad de Troya

Mas no me importa tanto el dolor de los troyanos en el futuro ni el de la propia Heacutecuba ni el del soberano Priacuteamoni el de mis hermanos que muchos y valerosospuede que caigan en el polvo bajo los enemigoscomo el tuyo cuando uno de los aqueos de bronciacuteneas tunicaste lleve envuelta en laacutegrimas y te prive del diacutea de la libertad (Canto VI 450-455)

9 Iliacuteada Canto VI 337-338

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2 El movimiento de la familia un lugar para encontrarse [Heacutector y Androacutemaca]

En el canto VI Diomedes se acerca a la muralla de Troya matando a un hombre despueacutes de otro Los troyanos aterrorizados necesitan defenderse defender a su ciudad a sus familias a sus mujeres a sus hijos a sus casas La fi gura de Heacutector se dibuja como la fi gura del rey que protege a su pueblo del liacuteder que anima a sus guerreros con carintildeo del hijo en quien tiene orgu-llo la familia pero sobre todo del hombre que quiere a su esposa del padre que antildeora a su hijo Heacutector es precisamente esto un hombre Un hombre que como dice eacutel mismo ha aprendido a ser valiente por necesidad Su perfi l humano terrenal noble lo acerca a nosotros por medio de la empa-tiacutea Su prevista muerte el implacable destino que le espera se contrapone al mundo del que proviene al tejido de relaciones en el que estaacute inmerso del cual la guerra le separa violentamente mientras participa en ella para defenderlo

Pero cuando ya llegoacute a la muy bella morada de Priacuteamoconstruida con pulidos pooacuteticos de columnas en la cualhabiacutea cincuenta habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los hijosde Priacuteamo se acostaban junto a sus legiacutetimas esposasy para las hijas en el lado de enfrente dentro del patiohabiacutea doce techadas habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los yernosde Priacuteamo se acostaban junto a sus respetables esposasalliacute le salioacute al paso su madre dadivosa de benignos regalosllevando dentro a Laodica la primera de sus hijas en belleza(Canto VI 242-252)

Heacutector se dirige hacia la ciudad y sabemos que es la uacuteltima vez que entra-raacute en ella cruzando su muralla Seguramente la entrada en el palacio de Priacuteamo le maravilla el mundo de la paz y los recuerdos de la vida civil de su propia vida se apoderan de eacutel La sencilla descripcioacuten de la organizacioacuten espacial de este palacio descripcioacuten intemporal despojada de todo detalle

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y toda presencia humana impone a la narracioacuten un silencio un silencio que se asienta sobre el bullicio el voceriacuteo y el desorden sangriento de la batalla En este silencio en esta tranquilidad en la prosperidad evocada del espacio interior el poema estaacute preparando el encuentro del heacuteroe con su mundo siendo la descripcioacuten del palacio una introduccioacuten para el encuentro de Heacutector con su madre

laquo[] Tuacute ve al templo de la depredadora Ateneay yo ireacute en busca de Paris para llamarloa ver si quiere atender a mis palabras iexclOjalaacute aquiacute mismose lo tragara la tierra Pues es una peste que el Oliacutempico crioacutepara los troyanos para el magnaacutenimo Priacuteamo y para sus hijosSi lo viera descendiendo dentro del Hadesdiriacutea a mi aacutenimo que dejara olvidado del todo el funesto llantoraquo(Canto VI 279-285)

A su vez el encuentro con Heacutecuba le conduce hacia su hermano Paris a quien desprecia profundamente acerca de quien pronuncia palabras exce-sivamente duras La narracioacuten sigue a Heacutecuba en sus sacrifi cios a Atenea realizando un breve desviacuteo antes de volver a acompantildear a Heacutector en su re-corrido Heacutector encuentra a Paris en su caacutemara armaacutendose para el combate bello al lado de Helena Detenieacutendose en la entrada de la habitacioacuten le re-procha su cobardiacutea e inicia una conversacioacuten con Helena1 mientras le invade el recuerdo de su familia Este recuerdo el deseo y la antildeoranza que conlleva es lo que mueve a Heacutector en un movimiento continuo agonizante insacia-ble hacia Androacutemaca su amada mujer hacia su familia a la vez hacia sus compantildeeros hacia la batalla donde pertenece donde pereceraacute Su recorrido se extiende como un hilo en el espacio formando un nodo cada vez que se encuentra e interactuacutea con otra persona

laquoNo me ofrezcas asiento Helena aunque me estimes no meconvenceraacutes Pues mi aacutenimo ya estaacute en marcha presto a defendera los troyanos que intensa antildeoranza sienten por mi ausenciaTuacute pon en movimiento a eacuteste y que tambieacuten eacutel se de prisapara que me alcance mientras todaviacutea esteacute dentro de la ciudad

1 laquoEa entra ahora y sieacutentate sobre este escabel | cuntildeado miacuteo pues tuacute eres al que maacutes acosa las mientes la tarea | por culpa de esta perra de miacute y por la ofuscacioacuten de Alejandro | a quienes Zeus impuso el malvado sino de en lo sucesivo | tornarnos en materia de canto para los hombres futurosraquo dice Helena a Heacutector Sus palabras tienen la doble funcioacuten de explicar(se) el inicio de la guerra y quizaacute aliviar el dolor desgarrador que Helena siente y enfatizar el peso de la responsabilidad que recae sobre Heacutector a pesar de que eacutel no tenga la culpa de esta guerra

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Ademaacutes yo quiero ir a mi casa a vera los criados a mi esposa y a mi tierno hijoPues no seacute si auacuten otra vez llegareacute de regreso hasta elloso si los dioses ya me van a doblegar a manos de los aqueosraquoTras hablar asiacute se alejoacute Heacutector de tremolante penachoy al instante llegoacute a sus bien habitadas moradasmas no encontroacute en las salas a Androacutemaca de blancos brazosque con su hijo y una sirviente de bello mantosobre la torre estaba de pie llorando y gimiendoHeacutector al no hallar dentro a su intachable esposasalioacute al umbral se detuvo y dijo asiacute a las criadaslaquoEa criadas declaradme la verdadiquestAdoacutende ha ido Androacutemaca de blancos brazos fuera del palacioiquestA ver a mis hermanas y a mis cuntildeadas de buenos mantosiquestO al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosaraquoLa soliacutecita despensera diacutejole a su vez estas palabraslaquoiexclHeacutector Ya que mandas encarecidamente declarar la verdadni a ver a tus hermanas ni a tus cuntildeadas de buenos mantosni al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosasino a la elevada torre de Ilio pues ha oiacutedo que los troyanosestaacuten abrumados y que los aqueos ejercen gran poderiacuteoYa ha llegado presurosa a la murallacomo mujer enloquecida y la nodriza lleva al nintildeo consigoraquoDijo la despensera y Heacutector se precipitoacute fuera de la casa bajando otra vez por la misma ruta de bien construidas callesCuando atravesoacute la gran ciudad y llegoacute a las puertasEsceas por donde se disponiacutea a salir a la llanuraalliacute le salioacute al paso corriendo su esposa rica en regalosAndroacutemaca la hija del magnaacutenimo Eetioacuten del Eetioacuten que habiacutea habitado bajo el boscoso Placoen Teba bajo el Placo y habiacutea sido soberano de los ciliciosDe eacuteste era hija la esposa de Heacutector de bronciacuteneo cascoLe salioacute entonces al paso y con ella se acercoacute la sirvientallevando en su regazo al delicado nintildeo todaviacutea sin habla el preciado Hectoacuterida semejante a un bello astroHeacutector soliacutea llamarlo Escamandrio pero los demaacutesAstiaacutenacte pues Heacutector era el uacutenico que protegiacutea IlioEacuteste sonrioacute mirando al nintildeo en silencioy Androacutemaca se detuvo cerca derramando laacutegrimas le asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijo

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laquoiexclDesdichado Tu furia te perderaacute Ni siquiera te apiadasde tu tierno nintildeo ni de miacute infortunada que pronto viudade ti quedareacute []raquo(Canto VI 360-409)

El encuentro de Heacutector con Androacutemaca se va generando cuidadosamente con lentitud Para llegar a su laquointachable esposaraquo Heacutector va cruzando um-brales consecutivos En su trayectoria se encuentra con una habitacioacuten vaciacutea de donde su mujer estaacute ausente Su deseo de ver a su familia se prolonga algo maacutes aumentando la tensioacuten dramaacutetica Preocupado ansioso pregunta repetidamente por Androacutemaca a las sirvientas que encuentra antes de saber que ella tambieacuten ha salido en busca de eacutel presurosa angustiada acompantildea-da por la nodriza que lleva al nintildeo consigo Heacutector recorre las mismas calles posiblemente siguiendo la misma ruta que habiacutea marcado al entrar en la ciudad El mismo camino diferentes situaciones existenciales El momento es especial defi nido por la guerra el dolor la incertidumbre el peligro pero sobre y a pesar de todo del amor

Bajo estas circunstancias en esta escena Heacutector y Androacutemaca se encuentran en movimiento mientras estaacuten realizando dos movimientos opuestos Los pasos de ambos se cruzan sobre las puertas Esceas Alliacute emocionados se miran por un momento Eacutel sonriacutee y ella llora estas dos acciones se presentan a menudo ligadas una a otra manifestadas simultaacuteneamente En esta escena Androacutemaca y Heacutector estaacuten emocionados felices y desconsolados a la vez Sus reacciones se complementan mutuamente Heacutector sonriacutee hacia el nintildeo en un silencio elocuente mientras Androacutemaca busca la proximidad fiacutesica posicionaacutendose cerca de Heacutector El movimiento se detiene y en la narra-cioacuten se abre un momento de quietud entre sonrisas y laacutegrimas una mujer y un hombre la nodriza que lleva al nintildeo en sus brazos sobre la muralla de Troya a lo lejos la batalla interminable

Eacuteste es el soporte esceacutenico del diaacutelogo de Heacutector y Androacutemaca un diaacutelogo que comienza y termina con dos frases muy parecidas laquole asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijoraquo y laquola acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijoraquo2 la primera refi rieacutendose a Androacutemaca y la segunda a Heacutector La pronunciacioacuten del nombre propio adquiere importan-

2 En el original laquoἔν τ᾽ ἄρα οἱ φῦ χειρὶ ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo y laquoχειρί τέ μιν κατέρεξεν ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo (Iliacuteada canto VI 406 y 485) Estas frases no contienen la idea de llamar laquocon todos los nombresraquo sino maacutes bien la de llamar pronunciar decir el nombre de cada uno

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

cia especial es asiacute que las personas se reconocen es cuando alguien escu-cha su nombre enunciado por el otro que estaacute invitado al diaacutelogo Por otra parte al fi nal del diaacutelogo el nombre propio suena como una conclusioacuten una despedida

A lo largo de esta conversacioacuten se despliega el dilema del heacuteroe el dilema del hombre que tiene que situarse entre la familia y la guerra entre la vida privada y el bien comuacuten de la ciudad En su interior toma lugar un cofl icto entre valores opuestos entre obligaciones e impulsos que pertenecen a di-ferentes planos de la realidad Su familia tambieacuten participa en este confl ic-to y se encuentra afectada por la complejidad de la situacioacuten que la guerra genera Androacutemaca perdioacute a toda su familia en esta guerra su padre y sus siete hermanos fueron muertos por la mano de Aquiles en la ciudad de Tebas mientras su madre se salvoacute con la ayuda de Aacutertemis Ahora como afi rma ella laquoiexclOh Heacutector Tuacute eres para miacute mi padre y mi augusta madre | y tambieacuten mi hermano y tuacute eres mi lozano esposoraquo3 Heacutector lo es todo para Androacutemaca y ella le implora a quedarse en la ciudad a no dejarla sola En breve eacutel seraacute muerto por Aquiles al igual que el resto de la familia

En el canto XXII los padres de Heacutector tambieacuten le suplican a permanecer dentro de la muralla de Troya y desde alliacute a enfrentarse a Aquiles y defender la ciudad4 Priacuteamo acerca sus manos a su cara y se arranca los cabellos en un gesto de afl iccioacuten mientras Heacutecuba es mucho maacutes expliacutecita en su suacuteplica gestual laquoAl otro lado su madre se lamentaba y vertiacutea laacutegrimas mientras | con una mano se abriacutea el vestido y con otra se alzaba el pechoraquo De nuevo la muralla de Troya emerge como espacio esceacutenico de la accioacuten Como todo liacutemite que separa una regioacuten de otra la muralla funciona tambieacuten como un punto de comunicacioacuten entre el interior y el exterior el uacutenico punto de co-municacioacuten entre la ciudad y el campo de batalla Cuando los que se encuen-tran dentro quieren comunicarse con los guerreros no tienen otra opcioacuten que exponer a vista de todos aquello que pertenece al dominio de lo privado

La fi gura de Heacutecuba sobre la muralla agarrando su seno con fuerza para mostraacuterselo a Heacutector mientras le implora a no entrar en el duelo con Aquiles es una fi gura traacutegica Representa el esfuerzo uacuteltimo y futil de la madre por mantener a su hijo salvo y sano cerca de ella haciendo alusioacuten al viacutenculo uacutenico que los dos experimentaron durante la lactancia Son los senos de la

3 Iliacuteada canto VI 429-4304 Iliacuteada canto XXII 33-92

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madre que se dirigen siempre hacia su hijo recordando el contacto que alguna vez tuvieron con su boca Es en sus senos quizaacute donde se localiza el dolor de la madre por la peacuterdida de su hijo dolor que sustituye al viacutenculo primordial Inversamente para evitar su peacuterdida Heacutecuba intenta recordar a Heacutector ese primer contacto al principio con su gesto y a continuacioacuten con sus palabras Pero Heacutector no atenderaacute a las suacuteplicas de sus padres como tampoco atiende a la de su esposa5

Es en la respuesta de Heacutector a Androacutemaca donde la Iliacuteada nos revela de forma expliacutecita la motivacioacuten del heacuteroe la razones por las cuales decide entrar en la guerra Heacutector como hijo del rey siente la obligacioacuten de luchar eacutel primero por la ciudad por verguumlenza a los troyanos y para adquirir la eterna gloria la gloria a la que siempre aspira el guerrero auacuten sabiendo que para alcanzarla tendraacute que entregar su vida mostraacutendose valiente en la batalla Frente a su querida esposa Heacutector aparenta tener maacutes miedo por la suerte de ella que por la de sus padres o por su propia De esta manera en la Iliacuteada se esboza claramente la supremaciacutea del matrimonio y la familia nuclear que los hombres activamente crean en su vida adulta sobre todas las relaciones humanas

En este pequentildeo diaacutelogo se puede tambieacuten entrever y reconstruir una trama de valores creencias y convicciones que fueron importantes para la eacutepoca heroica representada en el poema y quizaacute sigan siendo vigentes en gran parte hoy en diacutea El poeta ubica este iacutentimo y tierno encuentro fuera del pa-lacio de Priacuteamo produciendo el debate entre el mundo de la familia el amor y la paz y el universo implacable de la guerra en el mismo liacutemite material que los separa Nos enfocaremos en la manera como este diaacutelogo (impor-tantiacutesimo es cierto como contenido y como signfi cado para la epopeya) se cierra intentaremos cruzar acompantildeando al fl ujo narrativo el umbral que nos lleva desde la intimidad del diaacutelogo hacia la batalla Intentaremos enten-der coacutemo se deshace el lugar del encuentro tan meticulosamente construido en la primera parte del canto

Esencialmente se trata de una escena de despedida despedida defi nitiva Los participantes de ella Androacutemaca y Heacutector lo sospechan sin saberlo

5 Aquiles que es el uacutenico de los daacutenaos que tiene contacto con su madre ya que Tetis es una diosa y le visita a menudo le afi rma al respecto laquoQue tu amor no intente alejarme de la lucha no me convenceraacutesraquo (Iliacuteada canto XVIII 126) Aunque inmortal Tetis no puede salvar a su hijo pero hace un uacuteltimo esfuerzo de protegerle encargando a Hefaisto su armadura Una armadura inmortal para un hombre mortal cuyo destino es morir en breve

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con seguridad En cambio el poeta y nosotros los lectores estamos plena-mente conscientes de ello El padre Heacutector se inclina hacia su hijo un hijo que se presenta en este canto como el fruto del amor de la pareja quieto en los brazos de la nodriza envuelto entre las dulces tiernas y emocionantes palabras de sus padres Con esta inclinacioacuten hacia el nintildeo se diluye la tensioacuten y se aligera la carga emocional del diaacutelogo

Asustado por el aspecto de su padre que lleva puestas todas sus armas el nintildeo grita y se recoge en los brazos de la nodriza Heacutector el tierno Heacutector de este canto hijo hermano marido padre y mucho maacutes es un guerrero que se encuentra en Troya por corto tiempo Su lugar es el campo de la batalla alliacute pertenece alliacute volveraacute enseguida y alliacute pereceraacute a traveacutes de la reaccioacuten del pequentildeo Escamandrio al escuchar su grito espontaacuteneo recordamos el aspecto de Heacutector y su papel en la guerra Por otra parte la misma reaccioacuten tiene una funcioacuten coacutemica en la narracioacuten Entonces Heacutector se quita el casco y se vuelve a dirigir a su hijo para jugar con eacutel y disfrutar de su presencia en sus brazos por un breve instante Enseguida ruega a los dioses oliacutempicos para que Escamandrio tenga una buena vida despidieacutendose asiacute de eacutel antes de devolverlo a los brazos de su madre

Tras hablar asiacute el preclaro Heacutector se estiroacute hacia su hijoY el nintildeo hacia el regazo de la nodriza de bello centildeidorretrocedioacute con un grito asustado del aspecto de su padreLo intimidaron el bronce y el penacho de crines de caballoal verlo oscilar temiblemente desde la cima del casco Y se echoacute a reir su padre y tambieacuten su augusta madreEntonces el esclarecido Heacutector se quitoacute el casco de la cabezay lo depositoacute resplandeciente sobre el sueloDespueacutes tras besar a su hijo y mecerlo en los brazosdijo elevando una plegaria a Zeus y a los demaacutes dioses laquoiexclZeus y demaacutes dioses Concededme que este nintildeo miacuteollegue a ser como yo sobresaliente entre los troyanosigual de valeroso en fuerza y rey con poder soberano en IlioQue alguna vez uno diga de eacutel laquoEs mucho mejor que su padreraquoal regresar del combate Y que traiga ensangrentados despojos del enemigo muerto y que a su madre se le alegre el corazoacutenraquoTras hablar asiacute en los brazos de su esposa pusoa su hijo y esta lo acogioacute en su fragante regazoentre laacutegrimas riendo Su marido se compadecioacute al notarlo la acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijo

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laquoiexclDesdichada No te a lijas demasiado por miacute en tu aacutenimoque ninguacuten hombre me precipitaraacute al Hades contra el destinoDe su suerte te aseguro que no hay ninguacuten hombre que escapeni cobarde ni valeroso desde el mismo diacutea en que ha nacidoMas ve a casa y ocuacutepate de tus laboresel telar y la rueca y ordena a las sirvientasaplicarse a la faena Del combate se cuidaraacuten los hombrestodos que en Ilio han nacido y yo sobre todoraquoTras hablar asiacute el esclarecido Heacutector cogioacute el cascohecho de crines de caballo mientras su esposa marchaba a casavolvieacutendose de vez en cuando y derramando lozanas laacutegrimasInmediatamente despueacutes llegoacute a las bien habitadas moradasdel homicida Heacutector Alliacute dentro halloacute a muchassirvientas y a todas ellas movioacute al llantoEstaban llorando a Heacutector todaviacutea vivo en su propia casapues estaban seguras de que de regreso del combate ya nollegariacutea tras huir de la furia y de las manos de los aqueos(Canto VI 466-502)

Entre laacutegrimas riendo Androacutemaca encarna la contradiccioacuten en la cual estaacuten inmersos ellos dos y su hijo Felices por haberse encontrado felices por quererse desolados por la separacioacuten que puede ser defi nitiva y lo seraacute Heacutector despueacutes de llamarla con su nombre propio la reconforta aludiendo al destino al hado todopoderoso e implacable De su suerte no hay ninguacuten hombre que escape y ellos tampoco escaparaacuten6

Androacutemaca y Heacutector se encontraron movieacutendose en direcciones opuestas y se separan partiendo hacia direcciones opuestas Eacutel le aconseja ir a casa y ocuparse de sus labores mientras eacutel se ocuparaacute del suyo marcando de forma clara el espacio de cada geacutenero Heacutector se marcha primero decidido Androacutemaca se vuelve hacia el palacio con desgana mirando a menudo hacia atraacutes llorando Durante unos versos la narracioacuten sigue a Androacutemaca en sus pasos hacia casa y en el llanto que reitera por Heacutector antes de su muerte Con este llanto se cierra por completo el encuentro de la pareja De camino al campo Heacutector se reconcilia con Paris y los dos hermanos entran solidarios en la batalla mientras todaviacutea resuenan ecos del mundo de la paz

6 Como se ve en otras partes de la Iliacuteada ni los propios dioses pueden escapar del hado En el canto XVI Zeus considera la posibilidad de salvar a Sarpedoacuten de su muerte Entre los dioses del Olimpo se decide entonces que no se puede intervenir al hado Tetis tampoco puede salvar a su hijo de su destino a pesar de ser una diosa inmortal Los dioses oliacutempicos actuacutean en un plano intermedio entre el todopoderoso hado y el mundo de los mortales

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Estas dos bellas secuencias en movimiento antes y despueacutes del diaacutelogo en-vuelven al encuentro La primera construye el lugar mientras en la segunda se desarma el escenario construido Las personas que se mueven alejaacutendose del espacio donde compartieron algo arrastran detraacutes suyo los hilos que se habiacutean tendido en ese espacio y lo entregan de nuevo al mundo casi vaciacuteo

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3 En el centro Patroclo [la muerte de Patroclo]

Las yeguas neleas iban sacando a Neacutestor del combatesudorosas y transportaban a Macaoacuten pastor de huestesSe percatoacute al verlo el divino Aquiles de pies protectorespues estaba erguido sobre la popa de la nave de enorme vientre contemplando el abismal esfuerzo y la lacrimoacutegena derrotaAl punto dirigioacute la palabra a su compantildeero Patroclopronunciando su nombre desde la nave Lo oyoacute desde la tienday salioacute semejante a Ares y asiacute dio comienzo a su desgracia(Canto XI 597-604)

Con la irrupcioacuten del combate alrededor de las naves aqueas mientras los troyanos con el apoyo de los dioses van ganando fuerza y territorio y los aqueos van perdiendo guerreros y aacutenimos Aquiles advierte la cataacutestrofe in-minente y llama a su querido y fi el compantildeero Patroclo con la intencioacuten de enviarlo a los aliados para averiguar las condiciones en las que el ejeacutercito de los aqueos se encuentra Como sencillamente nos informa la Iliacuteada en el preciso instante en que Patroclo responde a la llamada de Aquiles y sale de su tienda empieza a desencadenarse su desgracia

A partir del momento en que la atencioacuten de Aquiles se dirige hacia la batalla la Iliacuteada se enfoca en Patroclo Aunque intermitente con muchas y largas interrupciones para observar la batalla sangrienta junto a las naves en este punto nace una liacutenea narrativa que sigue a Patroclo en su preparacioacuten y entrada al combate en sus hazantildeas en sus duelos en su muerte e inclu-so despueacutes de ella Es una liacutenea narrativa que situacutea a Patroclo en el centro de la accioacuten1 a la que intentaremos rastrear y recorrer ahora La necesidad causa efectivamente la participacioacuten de Patroclo en la guerra y su muerte por Heacutector muerte que a su vez provoca inmenso dolor en Aquiles y le da

1 Simone Weil escribe refi rieacutendose a Patroclo ldquothat warrior who dwells in a peculiar way at the very centre of the poem - I mean Patroclus who lsquoknew how to be sweet to everybodyrsquo and who throughout the Iliad commits no cruel or brutal actrdquo (ldquoThe Iliad or the poem of forcerdquo en Simone Weil an anthology p204)

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

una razoacuten iacutentima para denunciar su coacutelera y entrar de nuevo en la guerra marcando claramente un punto de infl exioacuten en el argumento

Los troyanos bajo las oacuterdenes de Heacutector han invadido el campamento des-truyendo parcialmente la muralla y cruzando la fosa algunos a pie y otros montados en sus caballos Ganando cada vez maacutes espacio a los aqueos a quienes han ido empujando gradualmente hacia el mar los troyanos llegan a prender fuego a una de las naves El deseo de Aquiles se estaacute cumpliendo sus compantildeeros se encuentran al borde de la desgracia al margen de la ani-quilacioacuten Este seriacutea entonces el momento para renunciar su coacutelera y entrar en la batalla Pero parece que la idea de la reconciliacioacuten no ha madurado sufi cientemente en su interior En cambio Patroclo estaacute afl igido profunda-mente afectado por el sufrimiento de sus compantildeeros

Despueacutes de un largo itinerario por las tiendas de los aqueos aparece en la tienda de Aquiles ansioso de convencerle a entrar de nuevo en la batalla Estaacute llorando por compasioacuten llorando por impotencia ante la desgracia de la guerra a la vez enojado con su compantildeero que aferrado en la coacutelera permanece impasible a los hechos Es entonces la primera vez que Patroclo reacciona y se opone a Aquiles revelando lo que piensa y siente mostraacutendo-se a la vez sensible y sensato en su discurso bello y traacutegico En esta escena el poeta trata a Patroclo de tuacute se dirige a eacutel realizando un acercamiento hacia el heacuteroe cuyo destino traacutegico es suplicar para siacute mismo la muerte cruel2 Con este acercamiento la liacutenea narrativa dedicada a Patroclo se convierte en la narracioacuten principal

Con profundos suspiros le respondiste cochero PatroclolaquoiexclAquiles hijo de Peleo con mucho el mejor de los aqueos

2 A lo largo de las escenas siguientes este tratamiento de tuacute hacia Patroclo es recurrente El mismo tratamiento se da hacia Menelao en el canto VII donde el poeta habla a Menelao en segunda perona enseguida cede la palabra a Agamenoacuten quien tambieacuten se dirige hacia Menelao en segunda persona y al fi nal aprovecha la presencia de Agamenoacuten para concluir el episodio de manera imparcial narrando en tercera persona laquoTras hablar asiacute hizo gesto de ponerse las bellas armas | Entonces para ti Menelao habriacutea llegado el fi n de la vida | a manos de Heacutector porque en verdad era muy superior | si los reyes aqueos no se hubieran precipitado a sujetarte | El propio Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominios | cogioacute tu diestra te llamoacute con todos tus nombres y te dijo | laquoiexclEstaacutes loco Menelao criado por Zeus iexclNo debes cometer | esa locura Domiacutenate a pesar de tu preocupacioacuten | y no desees por una porfiacutea luchar con un hombre que es mejor | Heacutector Priamida ante quien tambieacuten los demaacutes sienten pavor | El propio Aquiles en la lucha que otorga gloria a los hombres | se estremece al encararlo y eso que es mucho mejor que tuacute | Por eso tuacute ahora ve y sieacutentate entre la tribu de compantildeeros | que los aqueos haraacuten que otro se alce enfrente de ese | Por muy intreacutepido que sea e insaciable de tumulto aseguro | que con jubilo doblaraacute la rodilla con tal de huir | del hostil combate y de la atroz lidraquo Hablando asiacute el heacuteroe desvioacute la intencioacuten de su hermano | porque era oportuna su advertencia y eacutel hizo caso Entonces | los escuderos le quitaron alegres las armas de los hombrosraquo (Iliacuteada Canto VII 103-122)

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

No te enfades tal es la a liccioacuten que oprime a los aqueosTodos los que hasta hace poco eran los maacutes bravosyacen entre las naves heridos por dardos o por picasHerido de dardo estaacute el Tidida el esforzado DiomedesHerido de pica estaacute Ulises insigne por su lanza y AgamenoacutenHerido por una lecha en el muslo estaacute tambieacuten EuriacutepiloDe ellos se ocupan los meacutedicos con sus muchas medicinascurando sus llagas Y tuacute te has vuelto implacable AquilesQue nunca me invada a miacute una ira como esa que tuacute albergastan atroz iquestQue ventaja procuraraacutes al que nazca en el futurosi no apartas a los argivos del ignominioso estragoiexclDespiadado Tu padre no fue Peleo el conductor de carrosni Tetis tu madre el garzo mar fue quien te dio a luzy las abruptas rocas pues tus sentimientos son implacablesSi es que tratas de eludir en tus mientes alguacuten vaticinioy te ha revelado algo de parte de Zeus tu augusta madreal menos enviacuteame a miacute sin demora y dame el resto de la huestede mirmidones a ver si llevo una luz de salvacioacuten a los daacutenaosDame tu armadura para poneacutermela en los hombrosa ver si me confunden contigo y renuncian al combatelos troyanos y los marciales hijos de los aqueos respirande su quebranto Aunque sea breve es un respiro del combateLos no fatigados facilmente a los fatigados del griteriacuteopodemos empujar a la ciudad lejos de las naves y de las tiendasraquoAsiacute habloacute suplicando el muy insensato pues su destinoera el de suplicar para siacute mismo la muerte cruel y la parca(Canto XVI 20-47)

Aquiles responde a su compantildeero con carintildeo manifestando que le gustariacutea dejar ir al pasado afi rmando que no puede mantener la ira para siempre pero a la vez mostrando que todaviacutea reside en su aacutenimo el rencor que siente por Agamenoacuten Su coacutelera es maacutes fuerte que eacutel es una especie de indignacioacuten frente a la injusticia que se aduentildeoacute de eacutel y de la cual no se puede deshacer al contrario parece que le va invadiendo cada vez maacutes laquoiexclOjalaacute Zeus padre Atenea y Apolo no escape de la muerte | ninguno de cuantos troyanos hay ni tampoco ninguacuten argivo | y que soacutelo nosotros dos emerjamos de la perdi-cioacuten y seamos | los uacutenicos que desatemos las sagradas diademas de Troyaraquo3 es como cierra su respuesta a Patroclo y no podemos dejar de sentirnos per-plejos ante estas palabras

3 Iliacuteada Canto XVI 97-100

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

El poeta presenta a Aquiles dividido interiormente entre la coacutelera y la obli-gacioacuten de ayudar a sus compantildeeros probablemente lo que se expresa aquiacute es el mismo dilema que el heacuteroe experimenta durante toda la Iliacuteada Como declara a Agamenoacuten al principio de la epopeya esta guerra para eacutel no signi-fi ca nada Participa en ella acompantildeando a los daacutenaos pero no tiene ninguacuten motivo personal para hacerlo mientras piensa que su vida es demasiado preciosa para ser sacrifi cada En la fi gura de Aquiles se realiza el confl icto entre lo personal y lo comuacuten un confl icto interno tan potente que le deja inerte inactivo encerrado en su tienda observador apaacutetico Sin embargo despueacutes de este encuentro con Patroclo es la primera vez que Aquiles actuacutea eneacutergicamente en la Iliacuteada y es Patroclo quien lo saca de la inercia rencoro-sa en la que estaacute atrapado

A pesar de que las armaduras son uacutenicas para cada guerrero Aquiles en-trega la suya a su amigo junto con unos consejos y un deseo que regrese vivo de la batalla En la Iliacuteada esta armadura sigue una trayectoria curiosa Las armas que ahora son entregadas a Patroclo para protegerlo y tambieacuten para atemorizar a los troyanos permitieacutendole confundirse con Aquiles se encontraraacuten en manos de Heacutector Despueacutes de la muerte de Patroclo Heacutector se apartaraacute de la batalla para poneacuterselas acto que no deja de causar cierta sorpresa4 Seraacute entonces muerto por Aquiles y despojado de las armas que concluiraacuten su deambular ciacuteclico

iquestQueacute signifi ca esta cesioacuten de la armadura a otro guerrero Hay tambieacuten otras escenas en las que un guerrero llega a utilizar las armas de otro laquo[] Troquemos nuestras armas que tambieacuten eacutestos se enteren | de que nos jac-tamos de ser hueacutespedes por nuestros padresraquo dice Diomedes a Glauco5 de modo que el intercambio de armas confi rma y simboliza la resolucioacuten paciacute-fi ca y amistosa de un duelo A menudo la Iliacuteada desplaza la atencioacuten a los objetos objetos que son siempre portadores de historias cosas que existen y perduran y nos pueden contar ellas mismas las historias de sus duentildeos historias que de manera tangencial refuerzan y reanudan el argumento principal

Junto a las naves Aquiles corre por las tiendas de los aqueos invitaacutendoles a

4 Las armas de Aquiles encajan perfectamente en el cuerpo de Patroclo con excepcioacuten de la pica que resulta muy pesada para cualquier guerrero que no sea el divino Aquiles (Canto XVI 130-144) En cambio es necesaria la intervencioacuten de Zeus para que se ajusten al cuerpo de Heacutector quien seguramente tendraacute otra estatura (Iliacuteada canto XVII 198-214) 5 Iliacuteada canto VI 230-231

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regresar al combate Prepara un ataque en el cual no participaraacute En seguida realiza sacrifi cios a Zeus En la escena del sacrifi cio el espacio se confi gura uacutenicamente a partir de los objetos sus historias y el movimiento de Aquiles en la tienda y en su patio A traveacutes de las acciones de Aquiles se puede reconstruir parcialmente el espacio en el cual actuacutea No podemos dejar de preguntarnos si el poeta guarda en su imaginacioacuten una disposicioacuten espa-cial especiacutefi ca si tiene alguacuten plano completo del espacio que describe o si eacutel mismo se visualiza exactamente aquello que describe relaciones espa-ciales fragmentos de lugares movimientos densidades vaciacuteos y regiones borrosas

[] Por su parte Aquilesechoacute a andar hacia la tienda y abrioacute la tapa de un arcabella primorosa que Tetis la de argeacutenteos pies le habiacuteadepositado en la nave para que la llevara repleta de tuacutenicasde capas que abrigan del viento y de lanosas mantasAlliacute estaba su labrada copa ninguacuten otro hombrebebiacutea de ella el rutilante vino y a ninguacuten diosmaacutes que a Zeus padre haciacutea libaciones con ellaLa recogioacute entonces del arca la puri icoacute con azufreprimero y a continuacioacuten la lavoacute con bellos chorros de aguaTambieacuten eacutel se lavoacute las manos y apuroacute el rutilante vinoLuego de pie en medio del vallado oroacute y vertioacute el vinomirando al cielo y lo vio Zeus que se deleita con el rayo[]Despueacutes de hacer la libacioacuten y la plegaria a Zeus padreentroacute de nuevo en la tienda y depositoacute la copa en el arcay salioacute y se detuvo ante la tienda con el aacutenimo auacuten deseosode contemplar la atroz contienda entre troyanos y aqueos(Canto XVI 220-256)

Vestido con las armas de Aquiles y acompantildeado por muchos mirmidones Patroclo sale al combate por primera y uacuteltima vez en la Iliacuteada Aunque el poeta nos ha informado claramente de esto y de que la muerte de Patroclo seraacute la clave para el desenlace del argumento la narracioacuten se suspende y se detiene en las hazantildeas del heacuteroe traacutegico En una duracioacuten muy breve Patroclo conseguiraacute rechazar el ataque de los troyanos obligaacutendoles a retro-ceder desde las naves aqueas hacia la ciudad mataraacute varios de ellos e inten-taraacute atacar eacutel mismo la muralla de Troya Todo eso con la ayuda divina por supuesto A lo largo de la Iliacuteada Zeus se representa buscando una manera

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de matar a Patroclo elaborando una coreografiacutea de su muerte Este guerrero cuya muerte reside en el centro del poema ha de ser glorifi cado antes de ser muerto y Zeus es el dios que quiere concederle esta gloria La culmina-cioacuten de su heroiacutesmo se alcanza en su duelo con Sarpedoacuten el padre de los dioses oliacutempicos deja que su hijo sea muerto por Patroclo aunque no sin antes experimentar una intensa lucha interior para decidir si puede cambiar el destino de su querido hijo mortal y no sin derramar una lluvia de sangre en su honor

Menudeaban sin pausa en torno del cadaacutever como cuando las moscasen el establo zumban alrededor de los jarros rebosantes de lecheen la estacioacuten primaveral cuando las caacutentaras rezuman de lecheasiacute menudeaban en torno del cadaacutever Ni un momento Zeusapartoacute sus relucientes ojos de la violenta batalla sino que con la mirada ija en ellos cavilaba consigo mismosobre el asesinato de Patroclo vacilando una y otra vezentre hacer ya que tambieacuten a aqueacutel en aquella violenta batallasobre Sarpedoacuten comparable a un dios el esclarecido Heacutectorlo aniquilara con el bronce y quitara las armas de sus hombros o si extender auacuten a otros maacutes aquella aacuterdua fatigaEn el curso de sus pensamientos le parecioacute lo mejorque el noble escudero del Peacutelida Aquilesrechazara a los troyanos y a Heacutector de bronciacuteneo cascootra vez maacutes hacia la ciudad y quitara la vida a muchos(Canto XVI 641-655)

Patroclo mata a Sarpedoacuten y con su muerte irrumpe una lucha alrededor de su cuerpo Sarpedoacuten es el primer guerrero muerto cuyo cuerpo funciona como centro de una batalla importante en la Iliacuteada (eacutel mismo en el momen-to de su muerte implora a Glauco a no abandonar su cuerpo en el campo de batalla) La batalla envuelta en la noche siniestra creada por Zeus seraacute el motivo para que Heacutector y Patroclo se encuentren por primera vez en el combate Despueacutes de meditar mucho Zeus protege la memoria de su hijo llevando a su cuerpo lejos de la llanura de Troya con la ayuda de Apolo del Suentildeo y de la Muerte Patroclo no pereceraacute en esa misma batalla Heacutector retrocede y eacutel tiene la oportunidad de avanzar hacia Troya mientras Apolo lo detiene tres veces en la muralla de la ciudad

Animado por Apolo Heacutector se acerca a toda velocidad subido en su carro acompantildeado por Cebriacuteones a quien Patroclo mata con una piedra

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Entonces el cuerpo de Cebriacuteones se convierte en centro de una densa ba-talla en la cual pereceraacuten muchos guerreros de ambos bandos Cuando los aqueos consiguen retirar a Cebriacuteones y despojarle de sus armas el centro de la escena desaparece La batalla continuacutea pero ya no gira alrededor de un nuacutecleo ni tampoco hay un enfrentamiento entre dos bloques sino que todos estaacuten mezclados combatiendo en desorden La Iliacuteada posiciona entonces a Patroclo en el centro de este desorden su muerte tan esperada y tan preme-ditada es inminente e irreversible

Patroclo se ubica primero en el centro como sujeto que actuacutea intencional-mente defi ne y modifi ca el espacio en el que se mueve se arroja entre los troyanos y nosotros nos proyectamos con eacutel Tres veces ataca y tres veces sentimos la fuerza del ataque en nuestro interior Pero el cuarto ataque marca un punto de infl exioacuten El heacuteroe estaacute cruzando un liacutemite invisible el liacutemite del hibris si se nos permite el teacutermino y este ataque seraacute su uacuteltimo El narrador cambia de nuevo su actitud hacia Patroclo dirigieacutendose a eacutel en segunda persona En este momento Patroclo cesa de existir como sujeto para convertirse en una cosa una cosa con vida al principio una cosa sin vida a continuacioacuten6 A la vez la voz del poeta que habla a su personaje lo inmoviliza lo transforma en un punto fi jo un centro estaacutetico un receptor Patroclo recibe la palabra y recibe pasivo su suerte

Mientras el curso del sol recorrioacute el centro del cielolos dardos alcanzaron a los de ambos bandos y la hueste caiacuteamas a la hora de bajar el sol la de la suelta de las vacasfue cuando los aqueos cobraron una desmesurada ventaja Sacaron al heacuteroe Cebriacuteones fuera del alcance de los dardosy del clamor troyanos y le quitaron las armas de los hombrosPatroclo se arrojoacute entre los troyanos con funestas intencionesTres veces arremetioacute entonces comparable al impetuoso Aresentre pavorosos alaridos y las tres veces matoacute a nueve mortales Mas cuando ya por cuarta vez se arrojoacute semejante a una deidadentonces aparecioacute ante ti Patroclo el teacutermino de la vidapues Febo te salioacute al encuentro en la violenta batallaSurgioacute terrible pero eacutel no lo vio venir a traveacutes del tropelpues se le acercaba oculto en una tupida bruma Se detuvo detraacutes y le golpeoacute la espalda y los anchos hombros

6 ldquoAn extraordinary entity this - a thing that has a soul [] A man stands disarmed and naked with a weap-on pointing at him this person becomes a corpse before anybody or anything touches himrdquo escribe Simone Weil (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p185)

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con la palma de la mano y sus ojos giraron vertiginosamenteFebo Apolo le tiroacute de la cabeza el morrioacutenfue rodando con estreacutepito bajo las patas de los caballosel atubado yelmo y las crines de su penacho se mancharon de sangre y de polvo Antes los dioses no habiacutean consentidoque aquella celada con penacho de crines se manchara de polvopues protegiacutea la cabeza y la amable frente de un hombre divinode Aquiles pero entonces Zeus otorgoacute a Heacutectorllevarla sobre su cabeza pues a eacutel ya lo acechaba la muerte Se le quebroacute entera en las manos la pica de luenga sombrapesada larga compacta provista de casquete y se le cayoacutede los hombros al suelo el ribeteado broquel con el tahaliacuteEl soberano Apolo hijo de Zeus le desatoacute la corazaEl estupor se aduentildeoacute de eacutel se doblaron sus preclaros miembrosy se paroacute atoacutenito Con la aguda lanza detraacutes en la espaldaentre los hombros le acertoacute de cerca un guerrero daacuterdanoEuforbo Pantoida que descollaba entre todos los de su edadcon la pica la destreza en el carro y la presteza de los piesHabiacutea derribado de sus caballos a veinte mortales la primera vezque habiacutea salido con el carro auacuten un aprendiz en el combateEacuteste fue el primero que te arrojoacute un dardo cochero Patroclomas no te doblegoacute Corrioacute atraacutes y se perdioacute en la muchedumbreen cuanto te arrancoacute de la carne el asta de fresno sin resistirante Patroclo en la lid a pesar de que estaba desarmado(Canto XVI 777-815)

Su muerte tan esperada y tan premeditada no se parece a ninguna otra muerte descrita en la Iliacuteada Patroclo no se encuentra con un adversario que le mata sino con su propia muerte Como en muchas ocasiones aquiacute tambieacuten se necesita la intervencioacuten de un dios para resolver el duelo entre dos guerreros valientes Sin embargo en ninguna otra escena se presenta intervencioacuten divina semejante a eacutesta Patroclo estaacute inmoacutevil quieto y parado en la narracioacuten cuando Apolo pasando desapercibido entre la confusioacuten del combate oculto en una neblina le golpea por detraacutes Por detraacutes recibe Patroclo el golpe del dios estupefacto impotente siente el abandono en su cuerpo Le abandona la fuerza el vigor de sus miembros le abandona su ar-madura Las armas de Aquiles van cayeacutendose progresivamente marcando el espacio alrededor de Patroclo que se mantiene de pie en el centro como un palo

Despojado de todas sus defensas Patroclo recibe por detraacutes de nuevo el

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ataque de Euforbo eacuteste retira la lanza clavada entre los hombros y se pierde corriendo entre la muchedumbre Patroclo estaacute atoacutenito desnudo en un pai-saje de hierro bronce resistentes pieles de bueyes gritos alaridos y agita-ciones violentas Herido intenta escaparse refugiarse protegerse Heacutector veloz y decisivo se acerca a eacutel y lo perfora con su lanza causaacutendole la herida mortal Patroclo queda completamente humillado las jactancias que Heacutector profi ere resuenan con crueldad sobre este cuerpo del guerrero que ya no es Del cuerpo sin vida de Patroclo cuerpo al que ya abandonoacute el alma Heacutector retira su lanza con un movimiento brusco Patroclo es una cosa en el espa-cio material bruto al que se puede pisar casi como si fuese tierra La lanza el objeto sobrevive a la persona que ha matado y se volveraacute a usar para matar a otra y otra y otra maacutes La relacioacuten entre el elemento de aniquilacioacuten y la existencia aniquilada no es exclusiva

Patroclo doblegado por el golpe del dios y por la lanzaempezoacute a replegarse a la turba de los compantildeeros por eludir la parcaHeacutector nada maacutes ver al magnaacutenimo Patrocloretrocediendo herido por el agudo broncellegoacute cerca de eacutel entre las ilas le hirioacute con la lanzaen lo maacutes bajo del ijar y le hundioacute el bronce de parte a parteRetumboacute al caer y causoacute gran pesar a la tropa de los aqueosComo cuando un leoacuten domina por la fuerza a un indomable jabaliacutecuando ambos en las cimas de un monte luchan con gran ierezaalrededor de un escaso manantial y los dos quieren bebery el leoacuten logra doblegar por la fuerza al jadeante jabaliacuteasiacute al fornido hijo de Menecio tras haber matado a muchosHeacutector Priaacutemida le arrebatoacute la vida de cerca con la picay blasonando de su triunfo le dijo estas aladas palabraslaquoiexclPatroclo Bien que asegurabas que asolariacuteas nuestra ciudady arrebatariacuteas el diacutea de la libertad a las mujeres troyanasy las llevariacuteas en las naves a tu tierra patriaiexclInsensato En su defensa los ligeros caballos de Heacutectorhan llegado al combate a galope tendido Tambieacuten yo con la picasobresalgo entre los combativos troyanos porque les apartodel diacutea fatal a ti en cambio los buitres te devoraraacuten aquiacuteiexclInfeliz No te ha socorrido ni Aquiles por valeroso que seaque se ha quedado y sin duda te ha dado muchos encargos al salirlsquoNo regreses oh Patroclo conductor de caballosa las huecas naves hasta que la tuacutenica ensangrentada del homicida Heacutector hayas desgarrado alrededor del pechorsquoSin duda eso te ha dicho y ha persuadido tu insensata menteraquo

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Desfallecido replicaste Patroclo conductor de caballoslaquoYa te has jactado ahora Heacutector demasiado Te han dadola victoria Zeus Croacutenida y Apolo que me han doblegado facilmente pues ellos me han quitado las armas de los hombrosAunque veinte como tuacute me hubieran salido al encuentrotodos habriacutean perecido aquiacute mismo doblegados bajo mi lanzaPero el funesto destino y el hijo de Leto me han matadoy de los hombres Euforbo tuacute al despojarme soacutelo eres tercero Otra cosa te voy a decir y tuacute meacutetela en tus mientestampoco tuacute viviraacutes mucho tiempo proacuteximos a tiya acechan la muerte y el imperioso destinoque te haraacuten sucumbir a manos del intachable Aquiles EaacutecidaraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacute El aliento vital salioacute volando de sus miembros y marchoacute al Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando el esclarecido Heacutector le dijolaquoiexclPatroclo iquestPor queacute me vaticinas el abismo de la ruinaiquestQuien sabe si Aquiles hijo de Tetis de hermosos cabellos se anticiparaacute y pereceraacute antes que yo golpeado por mi lanzaraquoTras hablar asiacute arrancoacute la bronciacutenea pica de la heridaapoyando encima el pie y lo apartoacute boca arriba de la lanzaA continuacioacuten marchoacute con el astil en busca de Automedonteescudero comparable a los dioses del velociacutepedo Eaacutecida a quien ansiaba disparar pero ya lo sacaban los ligeros caballosinmortales espleacutendidos dones regalados por los dioses a Peleo(Canto XVI 816-867)

Los ligeros caballos inmortales que en su movimiento centriacutefugo llevan a Automedonte lejos de este lugar fuacutenebre lejos de Heacutector que estaacute ansioso por sangre echan un rayo de luz sobre la escena Su corrida trae una corrien-te de aire que nos permite respirar con la mirada desenfocada a la distancia Por un breve instante Patroclo estaacute solo en silencio sin armas sin compantildee-ros sin vida Apenas estaacute yace en la tierra en un lugar vaciacuteo

Esta quietud dura muy poco En seguida Menelao desde lejos advierte la muerte de su compantildeero A partir de este momento corre hacia eacutel realizan-do un movimiento centriacutepeto inverso al de los caballos Este movimiento de Menelao la batalla que irrumpe alrededor del cuerpo de Patroclo y la aten-cioacuten de todos que se dirige de nuevo hacia eacutel vuelven a crear una atmoacutesfera asfi xiante densa ineludible Es la guerra que se recicla y recrea a siacute misma atando y desatando nudos desplazando y transformando sus centros

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4 Destruccioacuten del cuerpo construccioacuten del cuerpo [Aquiles y Heacutector]

En ocasiones el movimiento que el poeta de la Iliacuteada nos propone seguir es un movimiento intracorporal una negociacioacuten que toma lugar en el interior de un cuerpo y se parece a un diaacutelogo entre sus partes El cuerpo homeacuterico es un cuerpo fragmentado plural habitado por sensaciones sentimientos estados de aacutenimo compuesto por distintas regiones oacuterganos miembros un cuerpo con vida interior y vivido desde el interior

Mejor dicho citando a Jean-Pierre Vernant ldquoEn tanto que el cuerpo estaacute vivo es entendido como una multiplicidad de oacuterganos y de miembros animados por las pulsiones que les son propias es el espacio donde se despliegan y a veces se enfrentan los impulsos las fuerzas contrarias Seraacute con ocasioacuten de su muerte cuando se encuentra desierto cuando el cuerpo adquiera su unidad formalrdquo1 Tambieacuten es importante recordar que en el griego arcaico la palabra σῶμα no designaba al cuerpo vivo sino al cadaacutever

Asi habloacute y la a liccioacuten invadioacute al Pelida y su corazoacutendentro del velludo pecho vacilaba entre dos decisioneso desenvainar la aguda espada que pendiacutea a lo largo del musloy hacer levantarse a los demaacutes y despojar eacutel al Atridao apaciguar su coacutelera y contener su furorMientras revolviacutea estas dudas en la mente y en el aacutenimoy sacaba de la vaina la gran espada llegoacute Atenea del cielo(Canto I 188-195)

En los versos de la Iliacuteada cada sensacioacuten emocioacuten sentimiento o pensa-miento se ubica en un lugar preciso en el cuerpo de quien lo experimenta Maacutes bien todo lo que ocurre en el plano mental-psiacutequico se manifi esta tam-bieacuten en el cuerpo como un acontecimiento un siacutentoma mantiene un viacutenculo

1 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 63 Al morir el cuerpo sujeto y soporte de acciones se transforma a puro objeto para el otro En el mismo libro Vernant sentildeala tambieacuten el caraacutecter plural de la cor-poreidad arcaica en la Iliacuteada a menudo se hace referencia a las partes del cuerpo en plural y no en singular

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intriacutenseco con la realidad corpoacuterea Los deseos los miedos las ideas los valores apropiados funcionan como impulsos que generan movimiento en los cuerpos de los heacuteroes Al reveacutes un impuso una emocioacuten o una sensacioacuten se conocen a traveacutes de su expresioacuten en el cuerpo Manos ansiosas por matar pies ligeros interior revuelto pensamientos que se remueven en el vientre rabia acurrucada en el corazoacuten la cara tapada con la palma de la mano amistad en el seno La Iliacuteada abunda de imaacutegenes como estas

Seriacutea seguramente un anacronismo introducir aquiacute la nocioacuten de embodiment y hablar de sujetos encarnados dado que esta nocioacuten proviene de una larga tradicioacuten fi losoacutefi ca que ofrecioacute muchas explicaciones diferentes acerca de la relacioacuten entre cuerpo y alma despueacutes de generar esta divisioacuten La eacutepoca en la que se escribe la Iliacuteada todaviacutea no conoce el dualismo cuerpo-alma y en sus versos probablemente se registra aquello que fue la manera intuitiva de percibir y entender el mundo desde la experiencia concreta Como escribe Walter Ong antes de la generalizacioacuten del uso de la escritura el pensamien-to de una cultura oral se mantiene cerca del mundo humano vital y tiende a ser situacional maacutes que abstracto2 Algo parecido se puede observar en el pensamiento infantil sobre todo antes de la adquisicioacuten de la habilidad de leer y escribir Los relatos y los juegos de los nintildeos estaacuten muy vinculados al cuerpo y en ellos se desdobla un pensar y un sentir desde el cuerpo con el cuerpo y para el cuerpo3

Jean-Pierre Vernant escribe al respecto ldquoPara destacar esta imbricacioacuten de lo fiacutesico y de lo psiacutequico dentro de una conciencia de siacute que al mismo tiempo supone un compromiso con las diversas partes del cuerpo James Redfi eld ha afi rmado de modo sorprendente que en los heacuteroes de Homero ldquoel yo in-terior no es otra cosa que el yo orgaacutenicordquo Tal vocabulario si no del cuerpo siacute por lo menos de las distintas dimensiones o aspectos de lo corporal confor-ma en conjunto un coacutedigo que permitioacute a los griegos expresar o pensar sus relaciones consigo mismos el modo de presentarse a siacute mismos de manera maacutes o menos clara maacutes o menos unifi cada o dispersa seguacuten las circunstan-cias pero igualmente nos proporciona una pista sobre sus relaciones con un otro al cual estaacute vinculado por todas las formas de apariencia corporalrdquo4

2 Veacutease Oralidad y Escritura tecnologiacuteas de la palabra p48-623 En esta direccioacuten se organiza Territorio do brincar un proyecto de investigacioacuten que intenta cartografi ar los juegos de los nintildeos en Brasil buscando similitudes y diferencias seguacuten la regioacuten el grupo social la edad el geacutenero esencialmente remitiendo al cuerpo httpterritoriodobrincarcombr4 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 18

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En los primeros cantos de la Iliacuteada la batalla descrita es representada en planos panoraacutemicos Los duelos tienden a resolverse deprisa en pocos versos y la atencioacuten recae sobre el heacuteroe que mata resaltando su valor como guerrero relatando sucesivamente un ataque despueacutes de otro El paisaje sonoro que se construye en las primeras escenas de combate estaacute compuesto por el bullicio del campo de batalla los gritos y los alaridos el relincho de los caballos y los sonidos metaacutelicos de las armas que se entrechocan cons-tantemente Es crucial recordar sin embargo que esta sonoridad surge y es posible precisamente porque en la Iliacuteada la batalla es siempre una batalla cuerpo a cuerpo Al enfrentarse los dos grupos aqueos y troyanos se acer-can se acercan a tal punto que se juntan formando un aglomerado com-plejo El sonido emergente es el sonido o tal vez el ruiacutedo de la confl uencia violenta de elementos y personas en un mismo sitio en un mismo instante

A medida que la narracioacuten de la Iliacuteada avanza se multiplican las referencias al cuerpo se intensifi can los estiacutemulos sensoriales la interaccioacuten entre los cuerpos se vuelve maacutes cercana maacutes iacutentima maacutes profunda Este acercamien-to se hace progresivamente maacutes expliacutecito cada guerrero tiene su historia y su linaje mientras en las escenas de duelo a menudo se abren espacios de diaacutelogo donde se despliegan las vidas de los heacuteroes Al paisaje sonoro exis-tente se antildeaden progresivamente la respiracioacuten y el latido del corazoacuten los gestos se hacen maacutes iacutentimos y sutiles Ademaacutes abundan las descripciones de la envoltura corporal a traveacutes de ella se va construyendo un puente entre el sujeto y el mundo circundante

Igual que el estruendo de los lentildeadores se elevaen las caacutercavas del monte y de lejos repercuten los golpesasiacute se levantaba desde la espaciosa tierra el estreacutepitodel bronce y de los bien elaborados escudos de bovina pielal choque de las espadas y de las picas de doble moharra(Canto XVI 633-637)

Como cuando revolotean procedentes de Zeus espesos coposgeacutelidos bajo el empuje del Boacutereas nacido del eacuteterasiacute de espesos eran entonces los cascos gallardos de su brilloque saliacutean en tropel de las naves los abollonados broqueleslas corazas de soacutelidas placas y las lanzas de vara de fresnoEl fulgor llegoacute al cielo la tierra entera rioacute alrededorpor el relaacutempago del bronce y el ruido rugiacutea bajo los pasosde los guerreros Y en medio se armaba el divino Aquiles

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Sus dientes rechinaban los dos ojos le brillaban como sifueran llamaradas de fuego y el corazoacuten en su interior estabainundado de una insufrible tristeza Airado contra los troyanosse vistioacute con los dones que Hefesto le habiacutea forjado con esmeroPrimero se colocoacute alrededor de las pantorrillas las grebasbellas ajustadas con aacuteureas tobillerasEn segundo lugar alrededor del pecho se puso la corazaA los hombros se echoacute la espada tachonada con clavos de platabronciacutenea a continuacioacuten cogioacute el alto y compacto escudocuyo resplandor llegaba tan lejos como el de la lunaComo cuando desde el Ponto se les aparece a unos marinerosel destello de un incandescente fuego que arde sobre un monteen un solitario establo y contra su voluntad los vendavaleslos arrastran lejos de los suyos sobre el mar rico en pecesasiacute llegaba al eacuteter el resplandor del escudo de Aquilesbello primoroso Luego alzoacute el ponderoso yelmoy se lo caoacuteo en la cabeza Como un astro refulgiacuteael yelmo con su penacho y ondeaban alrededor las crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenAquiles de la casta de Zeus se proboacute las armas para versi le cuadraban y permitiacutean correr a sus ilustres miembrosLe sentaban como alas y en volandas al pastor de huesteslo elevaban De un estuche sacoacute la paterna picapesada larga y compacta ninguacuten otro de los aqueos podiacuteablandiria solo Aquiles era capaz de blandir la peliacuteadalanza de fresno que Quiroacuten habiacutea procurado a su padre de la cima del Pelio para que fuera matanza de heacuteroes(Canto XIX 357-391)

Las armas sean elementos de defensa o de ataque aparecen y sirven como extensiones del cuerpo de quien las utiliza El guerrero las necesita para ir al combate es soacutelo a traveacutes de ellas que puede participar en la guerra matar y evitar que sea muerto por otros Como hemos visto en la escena de la muerte de Patroclo despojarse de las armas signifi ca privarse de los medios de de-fensa y ataque signifi ca perder algo del propio cuerpo y encontrarse des-nudo casi mutilado presa a la disposicioacuten de los enemigos Por otra parte armarse signifi ca prepararse desarrollar un medio de comunicacioacuten entre el propio cuerpo y el terreno de batalla comunicacioacuten basada en la destruc-cioacuten y extensioacuten establecida desde fuera

La voz tambieacuten es una extensioacuten del propio cuerpo una extensioacuten que en

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

este caso empieza desde el interior y cuyo objetivo es crear construir El habla emerge como una de las posibilidades del cuerpo y durante la comuni-cacioacuten siempre y exclusivamente oral en el mundo arcaico la voz adquiere una dimensioacuten espacial5 Mejor dicho la voz tiene el potencial de transfor-mar el lugar donde se escucha En el acto de hablar la enunciacioacuten ocurre en un lugar determinado y ejerce su infl uencia sobre este lugar Esta trans-formacioacuten se debe tanto al signifi cado linguiacutestico al enunciado en siacute como a la espacialidad propia del sonido su capacidad inherente de envolvernos Privarse del derecho a la propia voz como Helena y las otras mujeres-pre-mio o como los esclavos de la Iliacuteada tambieacuten tiene el efecto de una mutila-cioacuten y modifi ca radicalmente la interaccioacuten con el mundo

Atendiendo minuciosamente a palabras y acciones el espacio del poema se confi gura casi absolutamente por la presencia humana en eacutel a veces densa y asfi xiante6 Los duelos se alargan cada vez maacutes y adquieren importancia para la evolucioacuten y el desenlace de la historia A fi n de reforzar esta im-portancia algunos duelos se anticipan en la narracioacuten de manera que el receptor del poema estaacute pendiente de su aparicioacuten y otros se recuerdan de nuevo despueacutes de que hayan terminado Por otra parte se pone cada vez maacutes eacutenfasis a la destruccioacuten del cuerpo a las heridas y a la aniquilacioacuten del otro y es mediante esta destruccioacuten que se construye la imagen del cuerpo en la Iliacuteada

A ambos lados de los dos Ayantes se colocaron los batallonessoacutelidos que ni Ares de haber ido alliacute habriacutea criticado en nadani tampoco Atenea estiacutemulo de las huestes pues eran paladinesselectos los que aguardaban a los troyanos y al divino Heacutectorforti icando asta con asta y escudo con escudo unidos por la base Se apoyaban broquel en broquel casco en casco hombre en hombreLos empenachados cascos se tocaban con los brillantes crestonesal menear la cabeza iexcltan apinados unos con otros formabanHaciacutean entrelazarse las picas que en las audaces manosvibraban y no teniacutean otra idea que avanzar y ansiar la lucha(Canto XVI 126-135)

Como escribe Maronitis acerca de la Iliacuteada en ella se produce un acerca-

5 laquoSe despertoacute del suentildeo la divina voz auacuten se difundiacutea alrededorraquo (Iliacuteada canto II 41)6 laquopues aquel diacutea muchos troyanos y aqueos quedaron | de bruces tendidos en el polvo unos al lado de otrosraquo (Iliacuteada Canto IV 543-544)

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miento gradual que se dirige del escuchar al ver y del ver al tocar7 Seguacuten eacutel la narracioacuten en la Iliacuteada es invasiva invade la accioacuten desde el pasado hacia el presente situando al receptor en el presente narrativo en contacto con los acontecimientos narrados a diferencia de la Odisea o de otras epopeyas tradicionales que situacutean al receptor a una larga distancia temporal respecto a los acontecimientos De esta manera podemos tambieacuten decir que va cre-ciendo la empatiacutea que sentimos por los personajes mientras nos acercamos a ellos como si en nuestra propia piel pudieacuteramos experimentar lo que ellos viven

Progresivamente en la Iliacuteada marcan su aparicioacuten el dolor y el cansancio Todo el poema se refi ere a unos acontecimientos del deacutecimo antildeo de la guerra por lo que nos podemos imaginar que ambos bandos estaraacuten agotados des-trozados heridos debilitados Sin embargo este agotamiento generalizado no se puede apreciar desde el principio es como si los heacuteroes se agotaran du-rante la narracioacuten como si la propia narracioacuten fuese la encarnacioacuten de este agotamiento Asiacute la Iliacuteada nos demuestra claramente aquello que la guerra es agotadora hasta la destruccioacuten completa Siguiendo a Weil8 en la guerra se usa la fuerza de manera desmesurada para aniquilar al otro hasta que la fuerza actuacutee por siacute misma destruyendo al que la ejerce y al que la recibe indistintamente

Al acercarse a los cuerpos de los personajes al atender a los traumas que reciben la Iliacuteada genera unas descripciones desgarradoras por realistas del dolor fiacutesico A menudo no es el momento de la herida que resulta maacutes do-loroso ya que el guerrero estaacute todaviacutea inmerso en la adrenalina de la bata-lla el arma que penetra su cuerpo es defi nitivamente un acto cruel pero su efecto no se hace perceptible de inmediato El guerrero herido puede seguir luchando y sangrando hasta que la sangre se seque y eacutel empiece a padecer de agudos dolores La descripcioacuten del dolor del heacuteroe se inicia en su propia herida en el movimiento de la sangre en el interior de su cuerpo y es este dolor que cuando aparece pone de manifi esto la herida el miembro herido el cuerpo la fragilidad la destruccioacuten la vida y la muerte

7 Traduzco del epiacutelogo de su traduccioacuten de la Iliacuteada laquo[el receptor de la Iliacuteada] escuchando puede ver los acontecimientos y viendo puede tocarlos Se trata pues de una escalada de la audicioacuten a la vista y de la vista al contacto rozando el liacutemite del tactoraquo (Ομήρου Ιλιάς trad de Δ Ν Μαρωνίτης p597-598)8 ldquoForce is as pitiless to the man who possesses it or thinks he does as it is to its victims the second it crushes the fi rst it intoxicates The truth is nobody really possesses itrdquo (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p191)

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Cuando lo advirtioacute Cooacuten conspiacutecuo entre los guerrerosel Antenoacuterida primogeacutenito una acerba tristezale cubrioacute los ojos por la muerte de su hermano Se apostoacutede soslayo con la lanza sin que lo notara el divino Agamenoacuteny le hirioacute en mitad del antebrazo por debajo del codola punta de la reluciente lanza se lo atravesoacute rectaSe estremecioacute entonces Agamenoacuten soberano de hombrespero ni auacuten asiacute cesoacute en la lucha y en el combate y arremetioacute a Cooacuten con la pica nutrida por los vientos[]Continuoacute recorriendo las hileras de los demaacutes guerreroscon la pica con la espada y con enormes guijarros mientras la sangre caliente estuvo borbotando de la heridaPero en cuanto la uacutelcera comenzoacute a secarse y cesoacute la sangreagudos dolores penetraron en el ardor del Atrida(Canto XI 248-268)

Joanna Bourke sostiene que el dolor se puede entender como un evento una manera de estar en el mundo9 Es interesante recordar aquiacute que en griego existen dos maneras de hablar del dolor que uno siente πονάω que seriacutea algo como (yo) duelo primera persona del verbo doler y πονάει (me) duele En el primer caso el dolor se manifi esta como un estado de mi ser un estado en el cual me encuentro casi activamente y se puede decir πονάω sin maacutes estoy en dolor o πονάω en el estoacutemago o πονάω entre la cadera y la columna o sea estoy en dolor en un lugar especiacutefi co siempre soy yo que estoy asiacute yo iacutentegro que aparezco en el dolor aunque mi dolor pueda ser concreto y localizable en una parte de miacute En cambio en el segundo caso tal como en castellano hay siempre algo que duele la mano el brazo el pie el diente la cabeza el corazoacuten me duele algo miacuteo pero como si fuese ajeno a miacute como si mi brazo no fuese exactamente yo este dolor no se refi ere a la totalidad de mi ser Existe una distancia entre la persona que experimenta el dolor y el punto donde se localiza este dolor

Apenas habloacute asiacute y el teacutermino de la vida le cubrioacutelos ojos y las narices Patroclo apoyoacute el pie en su pechoy arrancoacute del cuerpo la lanza con ella salioacute el pericardio

9 ldquoWe should think of pain as an event as a way of being in the worldrdquo Conferencia de Joanna Bourke en el Centro Cultural de la Fundacioacuten Onassis en Atenas con fecha 03022015 La historiadora autora del libro The Story of Pain From Prayer to Painkillers recurriendo entre otras fuentes a testimonios de soldados y de meacutedicos de la primera y la segunda guerra mundial en esta conferencia hizo referencia a casos de heridas muy graves para explorar la manera como se experimenta el dolor y el signifi cado que le puede ser asignado

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y junto a la punta de la pica le extrajo el aliento de la vida(Canto XVI 502-505)

En la herida abierta aquella herida dolorosa y mortal se abre el cuerpo se expone el interior de la persona y se derrama hacia el exterior irreversible-mente El trauma es una viacutea de escape de la sangre de los oacuterganos del alma de la propia vida En la apertura del cuerpo herido encuentra una salida tambieacuten el aliento el uacuteltimo aliento de la vida en esta apertura y en el dolor que la acompantildea se afi rma el cuerpo y la existencia carnal fraacutegil efiacutemera del ser Esta afi rmacioacuten culmina en la terminacioacuten de la vida que se produce a traveacutes de la misma apertura En otros pasajes de la Iliacuteada el alma se escapa del cuerpo muerto a traveacutes de la boca la boca que es tambieacuten una apertura en el cuerpo apertura a la que Pierre Feacutedida situacutea en el comienzo del cuerpo humano10 El comienzo que ha de coincidir con el fi nal

Ampliando estas refl exiones se puede considerar que el cansancio es tam-bieacuten una manera de estar en el mundo una manera del cuerpo para afi r-marse en el mundo Un cuerpo cansado de la misma manera que un cuerpo que duele se pronuncia aquiacute estoy Tambieacuten se encuentran en la Iliacuteada des-cripciones del cansancio fiacutesico de la manera como el cansancio afecta a los miembros del heacuteroe Con sutileza el poeta identifi ca lugares en el cuerpo lugares precisos cada uno de los cuales experimenta una sensacioacuten distinta El cuerpo es plural como dice Vernant compuesto por varios sitios varios oacuterganos varios miembros y en eacutel se pueden escuchar muchas voces a la vez si estamos sufi cientemente atentos a ellas

Ayante ya no resistiacutea pues los dardos lo acosaban con fuerzay le doblegaban la voluntad de Zeus y los arrogantes troyanoscon sus disparos terrible ruido en sus sienes la relucientecelada haciacutea con los proyectiles sufriacutea continuos impactosen los bien fabricados mamelones y se cansaba el hombro izquierdode embrazar sin cesar el tornasolado escudo Mas no podiacuteanhacer que se tambalease a los lados bajo el peso de los dardosCon fatigoso e incesante sofoco respiraba el sudor le luiacuteaa chorros de los miembros por todos los lados y no hallabaresuello por doquier se amontonaba desgracia sobre desgracia(Canto XVI 102-111)

10 Pierre Feacutedida Par ougrave commence le corps humain

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En los versos del poema se trazan mapas de dolor y de cansancio sobre el cuerpo de manera que el cuerpo se convierte en territorio y la narracioacuten en cartografiacutea En algunas ocasiones a traveacutes de los siacutemiles empleados se di-bujan paralelismos entre el cuerpo y el paisaje entre la persona y la natura-leza laquoComo cuando el vasto pieacutelago se riza de mudo oleaje | y preludia los veloces senderos de los sonoros vientos | auacuten en calma sin echar a rodar ni hacia acaacute ni hacia allaacute | hasta que desciende una decidida brisa procedente de Zeus | asiacute el anciano con el aacutenimo desgarrado dudaba entre dos planes | si penetrar en la muchedumbre de los daacutenaos de veloces potros | o ir en busca del Atrida Agamenoacuten pastor de huestesraquo11

Acerqueacutemonos ahora al que viene a ser el duelo maacutes importante de la Iliacuteada La confrontacioacuten entre Heacutector y Aquiles episodio destacado entre los varios episodios del mito no llega a comenzar hasta el canto XX para concluir al fi nal del canto XXII casi al fi nal del poema Es una confrontacioacuten que se realiza en tres actos un primer duelo corto y no sangriento resuelto con la intervencioacuten divina un intervalo en que se presentan las hazantildeas de Aquiles y su persecucioacuten por los dioses y el duelo defi nitivo que engloba la perse-cucioacuten de Heacutector por Aquiles alrededor de la ciudad de Troya y el enfrenta-miento fi nal de los heacuteroes resultante en la muerte de Heacutector

Este duelo es el uacuteltimo de la Iliacuteada en eacutel llega a colmo la violencia de la guerra y se alcanza la destruccioacuten plena y defi nitiva del cuerpo Por otra parte los adversarios estaacuten luchando con todas sus fuerzas por una causa personal Heacutector estaacute defendiendo a su amada familia (sobre todo) a su ciudad y a su pueblo mientras Aquiles se estaacute vengando de la peacuterdida de su maacutes iacutentimo amigo y compantildeero Aunque sus motivos son diferentes ambos haraacuten todo lo posible para aniquilar al otro motivados por el afecto antes que por heroiacutesmo u obligacioacuten hacia la polis En este duelo iacutentimo y dolo-roso se estiran los liacutemites del cuerpo de la fuerza del aguante y del vigor

En cuanto Heacutector vio a su hermano Polidoroencorvaacutendose hacia el suelo con las entrantildeas en la mano la niebla se derramoacute sobre sus ojos y ya no soportoacute seguirmaacutes tiempo merodeando a distancia sino que fue contra Aquileshaciendo oscilar la aguda lanza semejante a la llama Eacutestenada maacutes verlo dio un salto hacia eacutel y exclamoacute triunfantelaquoYa estaacute cerca el hombre que maacutes me ha fustigado el aacutenimo

11 Iliacuteada Canto XIV 16-22

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el autor del asesinato de mi preciado compantildeero Ya no podemosescondernos maacutes tiempo uno de otro por los puentes del combateraquoDijo y miraacutendolo con torva faz se dirigioacute al divino HeacutectorlaquoAceacutercate maacutes y asiacute llegaraacutes antes al cabo de tu ruinaraquoSin intimidarse le replicoacute Heacutector el de tremolante penacho laquoiexclPeacutelida No esperes aterrorizarme soacutelo con palabrascomo a un ingeacutenuo nintildeo porque yo tambieacuten soy bien capazde proferir tanto injurias como insultosSeacute que tuacute eres valeroso y que yo soy muy inferior a tiPero estos asuntos descansan en las rodillas de los dioses puede que auacuten siendo inferior sea yo quien te arrebate la vidaacertando con la lanza tambieacuten mi dardo estaacute a ilado siempreraquo(Canto XΧ 419-437)

Aquiles ha matado a Polidoro el hijo maacutes joacuteven de Priacuteamo y uno de los hermanos de Heacutector Su lanza le atravesoacute el torso al lado del ombligo y la Iliacuteada lo presenta sujetando sus entrantildeas mientras se cae encorvado a tierra Es esta imagen de su hermano la que mueve el aacutenimo de Heacutector quien decide atacar a Aquiles ignorando el consejo de Apolo Un cuerpo en des-truccioacuten las entrantildeas sujetadas en la mano el dolor fiacutesico se transforma en afecto dolor psiacutequico la niebla sobre los ojos y despueacutes en movimiento que busca generar maacutes dolor en otro cuerpo El ciclo de la violencia La muerte de Polidoro aunque no tenga en la Iliacuteada la misma importancia que la de Patroclo funciona como un elemento que permite al poeta construir una base simeacutetrica para el primer duelo Heacutector-Aquiles dado que ahora cada uno de los dos quiere vengarse por haber perdido a alguien muy querido en manos del otro

El inicio del enfrentamiento es verbal Reconocimiento del otro como ene-migo amenazas insultos y motivos personales se incluyen en los pequentildeos discursos de ambos Heacutector cierra su discurso resaltando que son los dioses quienes decidiraacuten la suerte del duelo como de todas las cosas que acontecen en la tierra A continuacioacuten el breve combate entre Heacutector y Aquiles seraacute resuelto precisamente por los dioses Atenea y Apolo Heacutector es quien ataca primero y Atenea desviacutea su lanza Aquiles ataca tres veces consecutivas y todas ellas su lanza rebota en la tupida bruma con la que Apolo envuelve a Heacutector De esta manera se deja entender que el momento del enfrentamien-to defi nitivo no ha llegado todaviacutea Aquiles se lanza hacia otros troyanos y aliados ansioso de matar

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Como el maravilloso fuego estalla en las profundas canadas de un agostado monte y el espeso bosque se incendiay los remolinos de viento esparcen las llamas por doquierasiacute corriacutea furioso por doquier con la pica como una deidadacosando a sus viacutectimas y la sangre luiacutea por la negra tierraComo cuando alguien unce dos bueyes de anchos testuces para trillar en la bien construida era la blanca cebadaque pronto se desconcha bajo las patas de los mugidores bueyesasiacute los soliacutepedos caballos a las oacuterdenes del magnaacutenimo Aquilespisoteaban cadaacuteveres y broqueles Debajo el timoacuten estabaentero salpicado de sangre y las barandas alrededor de la caja hasta donde llegaban las gotas que despediacutean las equinas pezuntildeasy las que procediacutean de las llantas Estaba aacutevido de ganar gloriael Peacutelida e iba manchando de mortandad sus inaferrables manos(Canto XΧ 490-503)

En este punto la Iliacuteada nos posiciona ante un masacre generalizado La sangre fl uye abundante y los cuerpos sin vida de los guerreros se amonto-nan descontroladamente sobre la tierra El campo de batalla es un paisaje de carniceriacutea y destruccioacuten absoluta denso y fuacutenebre un paisaje construido en silencio A partir de la descripcioacuten panoraacutemica que nos proporciona el poeta nos podemos representar visualmente la escena a grandes rasgos a la vez que podemos casi oler la sangre que corre todaviacutea caliente No obstante lo que causa mayor impacto es la calidad taacutectil de la imagen A traveacutes de los caballos de Aquiles que pisotean cadaacuteveres indistintamente salpican-do sangre a todas direcciones podemos sentir el volumen y el peso de los cuerpos que yacen en abandono entre armaduras y objetos que ya no les serviraacuten Podemos sentir la espesura de la sange que se va secando bajo el sol de Troya Pero iquestpodemos oir algo maacutes que silencio Seriacutea interesante pre-guntarmos con cuaacutel(es) de los sentidos recibimos percibimos y nos repre-sentamos una narracioacuten e intentar explorar las razones de tal diferenciacioacuten

Atravesando este paisaje desgarrador Aquiles se dirige hacia el riacuteo persi-guiendo a los troyanos algunos intentan huir hacia la ciudad mientras otros se encuentran atrapados en el riacuteo nadando entre sus corrientes y remolinos Antes de lanzarse contra ellos Aquiles deja su lanza en la ribera Pretende mantener un contacto iacutentimo con sus enemigos estando cerca de sus viacutecti-mas escuchando su respiracioacuten y observando su sufrimiento mientras elimi-na la vida de sus miembros usando sus propias manos y una daga Dentro del riacuteo intentaraacute saciar su deseo de venganza y sangre matando sin piedad a

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numerosos guerreros hasta que el cauce rebose de cadaacuteveres

La imagen del campo de batalla repleto de cadaacuteveres se reproduce intensi-fi cada dentro del riacuteo a tal punto que el propio riacuteo Escamandro advierte a Aquiles y le ordena a continuar la matanza en la llanura Cuando eacutel se lanza de nuevo hacia el cauce el paisaje se transforma de manera singular El riacuteo se presenta como un cuerpo vivo que se mueve determina su ruta y modera su fuerza durante su movimiento Escamandro arroja cadaacuteveres a la orilla protege a los troyanos en sus remolinos y persigue a Aquiles con toda su furia Durante esta curiosa persecucioacuten el heacuteroe se agota y empieza a deses-perar una vez que sus fuerzas le estaacuten abandonando Los dioses salvaraacuten a Aquiles del furor del riacuteo para que eacutel vuelva a lanzarse contra los troyanos una vez maacutes

laquoAnte su empuje los troyanos | se atropellaban en general desbandada sin ninguacuten socorro | que aparecieraraquo12 Estos versos contribuyen a la atmoacutesfera de asfi xiante densidad generada a lo largo de este canto Nos comunican que la llanura estaacute llena de hombres cuyo miedo a Aquiles les impulsa a correr en desorden hacia Troya mientras Priacuteamo abre para ellos las puertas Esceas Apolo tomando la forma de Ageacutenor provoca a Aquiles y le hace emprender una corrida sin fi n persiguiendo al dios En la narracioacuten surgen dos movimientos opuestos el movimiento de Aquiles y Apolo hacia el riacuteo Escamandro y el movimiento apresurado de los troyanos hacia la ciudad

Ademaacutes mediante un engantildeo apartoacute al Peacutelida de la huesteel protector asemejaacutendose en todo al propio Ageacutenor se detuvoante los pies de Aquiles que se lanzoacute corriendo a perseguirloDurante un rato eacuteste lo persiguioacute por el llano feraz en trigodesviando a lo largo del Escamandro el riacuteo de hondos remolinosal que le precediacutea corto trecho con astucia lo hechizaba Apolopara guardar intacta su esperanza de alcanzarlo con sus piesentre tanto los demaacutes troyanos fugitivos llegaron en tropelfelices a la ciudad que se llenoacute de refugiadosY fuera de la ciudad y de la muralla ni siquiera osaronaguardarse unos a otros para informarse del que hubiera escapadoy del que habiacutea muerto en el combate sino que penetroacute presurosoen la ciudad todo aquel a quien sus rodillas y sus pies salvaron(Canto XΧI 599-611)

12 Canto XΧI 527-529

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La corrida veloz de Apolo y Aquiles por el campo de batalla descentra y desenfoca la mirada y ampliacutea el plano En la velocidad del movimiento se diluye la espesura fuacutenebre de las imaacutegenes anteriores mientras el campo de batalla se vaciacutea de presencias humanas De esta manera el poema cierra el ciclo que habiacutea abierto despueacutes del primer encuentro de Heacutector y Aquiles El escenario de la narracioacuten se vaciacutea para entregarse purifi cado a los dos heacuteroes y soacutelo a ellos laquoImpedido por su destino fatal Heacutector quedoacute solo alliacute mismo | delante de Ilio y de las puertas Esceasraquo13

El espacio del duelo es un gran vaciacuteo la llanura de Troya delante de las puer-tas Esceas poblado por cadaacuteveres quizaacutes algunos cuerpos descuartizados armas que se cayeron de los guerreros muertos o se perdieron en el bullicio de la fuga y se esparcieron por el camino y probablemente algunos carros abandonados o caballos muertos Silencio absoluto Este espacio funciona como un escenario doble Por un lado estaacuten Priacuteamo y todos los troyanos que contemplan desde la parte maacutes alta de la muralla de Troya por otro lado estaacuten los aqueos que se encuentran lejos en la llanura de Troya hacia el riacuteo Escamandro y han recibido de Aquiles el orden de no atacar a Heacutector en ninguacuten caso por lo que tambieacuten seraacuten espectadores de este duelo inminente

Un escenario doble pues Heacutector se encuentra en eacutel solo y atemorizado mientras Aquiles engantildeado por Apolo se encuentra muy lejos de la mura-lla Cuando Aquiles empieza a correr motivado por su impulso de vengan-za su movimiento es directo y decisivo hacia la ciudad hacia Heacutector Al mismo tiempo Heacutector se presenta experimentando un movimiento mental El poeta desplaza la atencioacuten hacia el interior del heacuteroe

laquoiexclAy de miacute Si me meto en las puertas y en las murallasPolidamante seraacute el primero en cubrirme de oprobiospues me ha ordenado guiar a los troyanos hacia la ciudadesta noche maldita en que el divino Aquiles ha dejado la calmaMas yo no le he hecho caso y iexclcuaacutento mejor habriacutea sidoAhora que ha perecido la tropa por culpa de mis necedadesverguumlenza me dan los troyanos y troyanas de rozagantes mantosno sea que alguna vez alguien vil y distinto de miacute digalsquoHeacutector por iarse de su fuerza hizo perecer la huestersquoAsiacute diraacuten y en ese caso para miacute habriacutea sido mucho mejorenfrentarme contra Aquiles y regresar despueacutes de matarlo

13 Canto XΧII 5-6

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o perecer yo mismo con gloria delante de la ciudadiquestY si depongo el abollonado broquel y el ponderoso cascoy tras dejar la lanza apoyada contra la murallavoy sin armas y me presento ante el intachable Aquilesy le prometo entregar a Helena junto con las riquezasiacutentegras que Alejandro se trajo en las concavas navesa Troya accioacuten que fue la causa de la contiendaa los Atridas para que se la lleven y ademaacutes con los aqueosrepartirnos todos los demaacutes tesoros que guarda esta ciudadDespueacutes puedo tomar juramento de honor a los troyanosde no esconder nada y de repartir en dos lotes todoslos tesoros que encierra en su interior la amena ciudadelaPero iquestpor queacute mi animo me ha suscitado este debateiexclMira que si voy y me presento ante eacutel y lejos de apiadarsey de respetarme me mata desnudo sin la panopliaigual que a una mujer cuando ya me haya quitado las armasMas no es el momento de remontarse a la encina y a la piedra ni de charlar con eacutel de las lindezas de una doncella y un mozoni de las ternuras que una doncella y un mozo se intercambianMaacutes vale entablar la disputa cuanto antesiexclAveriguumlemos a quieacuten de los dos tiende el Oliacutempico su honorraquoMientras esperaba agitando estas ideas Aquiles se acercoacutesemejante a Enialio el guerrero del centelleante cascoenarbolando sobre el hombro derecho la peliacuteada lanza de fresnoterrible a los lados el bronce brillaba parecido al destelloque emiten el ardiente fuego o el sol al salirNada mas verlo Heacutector fue presa del temblor y ya no soportoacuteseguir alliacute sino que dejoacute atraacutes las puertas y echoacute a huir(Canto XΧII 99-137)

Habiendo desplazado la atencioacuten al interior del personaje el poema se acerca a eacutel estableciendo un viacutenculo de empatiacutea entre el lector y dicho per-sonaje Nosotros estamos recibiendo la narracioacuten a traveacutes de eacutel por medio de sus vivencias Aquiles se nos presenta refl ejado en la mirada y la reaccioacuten de Heacutector Su llegada interrumpe la introspeccioacuten y sentildeala el principio del enfrentamiento de manera que la intensidad del movimiento mental se con-vierte en intensidad de movimiento fiacutesico con esta transformacioacuten sutil el poema mantiene un equilibrio de energiacutea a la vez que produce un cambio de escena draacutestico La persecucioacuten de Heacutector por Aquiles comienza Es la tercera persecucioacuten relatada despueacutes del primer enfrentamiento de los dos heacuteroes Aquiles y Heacutector estaacuten fuera de las murallas corriendo jadeantes

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uno detraacutes del otro No conocemos a Troya en el poema nunca se describe su forma pero estamos corriendo con los heacuteroes alrededor de ella Las des-cripciones del paisaje intercaladas y las escenas de paz evocadas refuerzan por contradiccioacuten la tensioacuten mortal de la situacioacuten

Por alliacute pasaron corriendo uno huyendo y otro acosando detraacutesDelante huiacutea un valiente pero uno mucho mejor lo perseguiacuteaaprisa no era la viacutectima de un sacri icio ni una bovina pielpor lo que competiacutean premios comunes en las carreras humanas sino que corriacutean por la vida de Heacutector domador de caballos(Canto XΧII 157-161)

Tierra y Cielo los dos planos de accioacuten se activan a la vez Dos liacuteneas na-rrativas se desarrollan en paralelo La primera se dedica a los mortales es una liacutenea sin diaacutelogos pero en ella se puede intuir la agoniacutea El ritmo de la corrida marca la pauta de la escena La segunda liacutenea narrativa corresponde a los dioses que estaacuten observando la primera desde el Olimpo donde estaacuten reunidos para tomar decisiones sobre la suerte de los mortales Sus diaacutelogos suenan ligeros y despreocupados e incluso tienen un punto coacutemico lo que acaba reforzando la situacioacuten traacutegica de los heacuteroes

Cuando los dioses lo deciden intervienen en la historia haciendo que las dos liacuteneas narrativas se crucen y se junten Los dos planos de accioacuten ahora se funden en un uacutenico plano Troya con la llegada de Atenea que marca el fi nal de la corrida y el inicio del desenlace de la historia Atenea se presenta a los dos heacuteroes pero de manera distinta a cada uno de ellos ya que se rela-ciona de modo distinto con ellos coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector14 Con su presencia se rompe el silencio mortal de la persecucioacuten Diaacutelogos aparecen de nuevo El poeta estaacute preparando el terreno para el combate el espacio se vuelve abstracto despojado de elementos descriptivos mientras la presencia fiacutesica de los guerreros y su voz adquieren maacutes importancia La atencioacuten del receptor se va dirigiendo hacia ellos dos su presencia su con-frontacioacuten inminente sus palabras y sus acciones

Despueacutes de hablar asiacute desenvainoacute la aguda espada

14 Atenea participa en las acciones de Aquiles hablaacutendole en plural incluyente laquoAhora siacute que espero esclarecido Aquiles caro a Zeus | que ambos llevaremos a los aqueos una gran gloria a sus naves | tras aniquilar a Heacutector por insaciable de lucha que sea | Ahora ya no hay posibilidad de que se nos escape | por muchas penas que el protector Apolo sufra | rodando y rodando ante el padre Zeus portador de la eacutegida | Detente tuacute ahora y recobra el aliento que yo a eacuteste | me acercareacute y le convencereacute para que luche frente a frenteraquo (Canto XΧII 216-223)

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que llevaba suspendida de su costado larga y robustay tras tomar impulso partioacute cuaacutel aacuteguila de alto vueloque baja al llano a traveacutes de las tenebrosas nubespara arrebatar una tierna cordera o una treacutemula liebreasiacute partioacute Heacutector haciendo vibrar la aguda espadaTambieacuten se lanzoacute Aquiles con el aacutenimo lleno de furiasalvaje se cubrioacute el torso por delante con el escudobello primoroso mientras haciacutea oscilar el reluciente cascode cuatro mamelones y ondeaban alrededor las bellas crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenComo va entre los astros en la oscuridad de la noche la estrellavespertina el astro maacutes bello que hay ijo en el irmamentoasiacute era el fulgor de la a ilada punta que Aquiles blandiacuteacon la diestra maquinando la perdicioacuten del divino Heacutectore indagando donde su bella piel ofreceriacutea menor resistenciaTodo su cuerpo estaba protegido por la bronciacutenea armadurabella que habiacutea despojado al potente Patroclo tras matarlosoacutelo se veiacutea donde las claviacuteculas separan cuello y hombrosel gaznate que es por donde maacutes pronto se pierde la vidaPor alliacute el divino Aquiles le hundioacute la pica en pleno ataqueLa punta penetroacute derecha a traveacutes del delicado cuelloy el asta de fresno pesada por el bronce no le cercenoacute la traacutequeacon lo que todaviacutea pudo responderle y decir unas palabrasSe desplomoacute en el polvo y el divino Aquiles exclamoacute triunfantelaquoiexclHeacutector Al despojar a Patroclo sin duda creiacuteste estara salvo y para nada te preocupaste de miacute porque estaba lejosiexclInsensato Lejos de aquel un vengador muy superior a la zagase habiacutea quedado junto a las huecas naves y ese soy yoque te he doblado las rodillas De ti tiraraacuten y te humillaraacuten los perros y las aves y a eacutel los aqueos le haraacuten las exequiasraquoDesfallecido le dijo Heacutector el de tremolante penacholaquoiexclTe lo suplico por tu vida tus rodillas y tus padresNo dejes a los perros devorarme junto a las naves de los aqueosen lugar de eso acepta bronce y oro en abundancia regalos que te daraacuten mi padre y mi augusta madrey devuelve mi cuerpo a casa para que al morir del fuegome hagan partiacutecipe los troyanos y las esposas de los troyanosraquoMiraacutendolo con torva faz replicoacute Aquiles de pies ligeroslaquoNo implores perro invocando mis rodillas y a mis padres iexclOjalaacute que a miacute mismo el furor y el aacutenimo me indujerana despedazarte y a comer cruda tu carne por tus fechoriasTan cierto es eso como que no hay quien libre tu cabeza

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de los perros ni aunque el rescate diez veces o veinte vecesme lo traigan y lo pesen aquiacute y ademaacutes prometan otro tanto y ni siquiera aunque mandara pagar tu peso en oroPriacuteamo Dardaacutenida Ni auacuten asiacute tu augusta madre depositaraacuteen el lecho el cadaacutever de quien ella parioacute para llorarloLos perros y las aves de rapina se repartiraacuten entero tu cuerporaquoYa moribundo le dijo Heacutector el de tremolante penacho laquoBien te conozco con soacutelo mirarte y ya contaba con noconvencerte De hierro es el corazoacuten que tienes en las entrantildeasCuiacutedate ahora de que no me convierta en motivo de la coacutelerade los dioses contra ti el diacutea en que Paris y Febo Apolo tehagan perecer a pesar de tu valor en las puertas EsceasraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteEl aliento vital voloacute de la boca y marchoacute a la morada de Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando dijo Aquiles de la casta de ZeuslaquoiexclMuere Mi parca yo la acogereacute gustoso cuando Zeus quiera traeacutermela y tambieacuten los demaacutes dioses inmortalesraquoDijo y arrancoacute del cadaacutever la bronciacutenea picala dejoacute a un lado y le quitoacute de los hombros las armasensangrentadas Los hijos de los aqueos acudieron corriendoy quedaron admirados de la talla y de la envidiable bellezade Heacutector y nadie hubo que se presentara y no lo hirieraY asiacute deciacutea cada uno mirando al que teniacutea proacuteximolaquoiexclQueacute sorpresa iexclAhora siacute que es Heacutector mucho maacutes blandode tocar que cuando prendioacute las naves con el voraz fuegoraquoAsiacute repetiacutea cada uno cuando se presentaba y lo heriacutea(Canto XΧII 306-375)

Los dos heacuteroes se acercan con sus armas fi rmes en la mano15 y Aquiles pla-nifi ca el ataque que va a realizar Observa minuciosamente a Heacutector explora su cuerpo como si fuese territorio desconocido e identifi ca los lugares ex-puestos como si trazara sobre Heacutector un mapa de vulnerabilidad Una vez maacutes la Iliacuteada nos conduce hacia el espacio iacutentimo del cuerpo hacia la postu-ra la apariencia y estructura fiacutesica los gestos la distancia entre las personas la velocidad del movimiento y el impulso de la accioacuten

15 Heacutector tiene una espada y Aquiles una pica ya que sus lanzas las perdieron pocos versos atraacutes cuando intentaron atacar el uno al otro Heacutector esquivoacute la lanza de Aquiles mientras la lanza de Heacutector se desvioacute al chocar con el escudo de Aquiles Ahora los dos heacuteroes tienen que acercarse para matarse Este duelo requiere proximidad fiacutesica

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

La pica atraviesa el cuello de Heacutector pero deja su traacutequea intacta para que eacutel pueda pronunciar sus uacuteltimas palabras justo antes de extinguirse su vida A las jactancias de Aquiles Heacutector responde suplicando por la suerte de su cuerpo y en esta suacuteplica se puede intuir la inminente suacuteplica de Priacuteamo Aquiles replica con execrable crueldad en sus palabras como en todas sus acciones despueacutes de entrar en la batalla se refl eja el cambio que la muerte de Patroclo provocoacute en su aacutenimo y comportamiento El moribundo Heacutector hace referencia al futuro de Aquiles tal como el moribundo Patroclo previoacute la muerte de Heacutector laquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteraquo es el verso que se repite ideacutentico en los dos casos mientras tanto Heacutector como Aquiles dirigen unas uacuteltimas y crueles palabras al cadaacutever del hombre que acaban de matar antes de arrancar el arma de la herida Sin embargo al contrario de lo que pasa con Patroclo Heacutector yace en la tierra abandonado y no hay nadie que pueda luchar por el honor de su cuerpo

El cuerpo sin vida tendido en el suelo y la voz de su asesino que resuena amenazadora sobre eacutel construyen una imagen muy potente a partir de la cual empieza el ultraje Los aqueos hasta entonces espectadores silenciosos presencias lejanas e intrascendentes16 se acercan y en su reaccioacuten se juntan dos acciones contradictorias por una parte admiran la belleza de Heacutector y por otra hieren su cuerpo repitiendo una exclamacioacuten verbal y un acto de violencia que parecen tener casi la funcioacuten de un ritual

laquo[] Nos hemos alzado con gran gloria hemos matado al divino Heacutectora quien los troyanos en la ciudad invocaban como a un diosraquoDijo e imaginaba ignominias contra el divino HectorLe taladroacute por detraacutes los tendones de ambos piesdesde el tobillo al taloacuten enhebroacute correas de bovina pielque atoacute a la caja del carro y dejoacute que la cabeza arrastraraMontoacute en la caja del carro recogioacute la ilustre armaduralos fustigoacute para arrearlos y los dos de grado echaron a volarGran polvareda se levantoacute del cadaacutever arrastrado los cabellososcuros se esparciacutean y la cabeza entera en el polvoyaciacutea antes encantadora Zeus entonces a sus enemigoshabiacutea concedido que lo ultrajaran en su propia patria(Canto XΧII 393-404)

16 laquoLos aqueos estaacuten cerca de las murallas de Troya pero como una presencia silenciosa e intrascendenteraquo (Caroline Alexander La guerra que matoacute a Aquiles p 205)

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5 El dolor que nos une [Priacuteamo y Aquiles]

Encerrados en la ciudad los troyanos se hacen testigos no soacutelo de la muerte de Heacutector sino tambieacuten de la crueldad a la cual se somete su cuerpo Con la huida de Aquiles quien arrastra el cadaacutever de Heacutector hacia el campamento aqueo el escenario se vaciacutea por completo y la atencioacuten se reconduce hacia Troya Sobre la torre de Ilio Heacutecuba se arranca los cabellos mientras Priacuteamo se representa revolcaacutendose en estieacutercol manifestando por primera vez su deseo de suplicar a Aquiles para que eacuteste le devuelva el cuerpo de su hijo

Asiacute quedoacute cubierta su cabeza entera de polvo Su madre se mesoacute los cabellos arrojoacute el niacutetido velo lejos y prorrumpioacute en muy elevados llantos al ver a su hijo Tambieacuten su padre emitioacute un lastimero gemido y las gentes por la ciudad eran presa de llantos y de lamentos Todo pareciacutea como si la almenada Ilio se estuviera consumiendo entera por el fuego desde los cimientos Las gentes a duras penas conteniacutean al apenado anciano ansioso por salir fuera de las puertas dardanias A todos imploraba rodando por el estieacutercol y llamando a cada uno por su nombre(Canto XXII 405-415)

Sus reiterativos llantos y gemidos inquietan tambieacuten a Androacutemaca quien desde su encuentro con Heacutector ha permanecido encerrada en su habitacioacuten tejiendo bellos mantos y preparando un bantildeo caliente para el regreso de eacutel en vano Es la agoniacutea por la suerte de Heacutector la que lleva a Androacutemaca a la muralla de nuevo repitiendo el movimiento que realizoacute en el canto VI cuando salioacute presurosa del palacio en busca de su marido mientras la no-driza la seguiacutea llevando al nintildeo en sus brazos Su lamento confi rma la pre-ocupacioacuten expresada en su diaacutelogo con Heacutector mientras en eacutel resuenan los lamentos de otras mujeres que perdieron a sus esposos y fueron convertidas en esclavas durante la guerra

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

La reaccioacuten de Priacuteamo ante la muerte de Heacutector se parece mucho a la prime-ra reaccioacuten que Aquiles tuvo al enterarse de la muerte de Patroclo Tanto a Aquiles como a Priacuteamo el duelo por la peacuterdida de alguien muy querido les hace cubrirse la cabeza y el cuerpo entero con un material no precisamente noble De este modo sus rasgos divinos adquieren un aspecto sucio y la-mentable que refl eja su estado psiacutequico En ausencia del cadaacutever al que les gustariacutea tener cerca y poder tocar durante el lamento1 en ese momento de soberbio dolor los hombres establecen un contacto con la tierra con el suelo con la materia orgaacutenica en la cual todo de una manera u otra se convierte

Asiacute habloacute y a eacutel una negra nube de a liccioacuten lo envolvioacuteCogioacute con ambas manos el requemado holliacuteny se lo derramoacute sobre la cabeza afeando su amable rostromientras la negra ceniza se posaba sobre su tuacutenica de neacutectar Y extendido en el polvo cuan largo era gran espacioocupaba y con las manos se mancillaba y mesaba los cabellosLas siervas que Aquiles y Patroclo se habiacutean adjudicado en prendaproferiacutean grandes alaridos a ligidas en su corazoacuten y a la puertacorrieron en torno del belicoso Aquiles y todas con las manos mientras se golpeaban el pecho cayeron postradas de hinojosDel otro lado Antiacuteloco se lamentaba y vertiacutea laacutegrimascon las manos de Aquiles cogidas y su glorioso corazoacuten gemiacuteaante el temor de que se segara la garganta con el hierro (Canto XVIII 22-34)

En ambos casos ellos no se encuentran solos en sus lamentos sino que estaacuten rodeados de otras personas2 sobre todo mujeres las mujeres de Troya en el caso de Priacuteamo y las siervas en el caso de Aquiles Es en torno a estos dos lamentos de Aquiles por Patroclo y de Priacuteamo por Heacutector y los respectivos intentos de honrar a los muertos que se estructuran los dos uacuteltimos cantos de la Iliacuteada Como afi rma Caroline Alexander despueacutes del enfrentamiento heroico maacutes importante del poema la Iliacuteada se enfoca en los difuntos y en

1 En otra ocasioacuten laquoEntre ellos el Pelida entonoacute un reiterativo llanto | poniendo sus manos homicidas sobre el pecho de su compantildeeroraquo (Iliacuteada Canto XXIII 17-18) Androacutemaca al recibir el cuerpo de su esposo hace lo mismo laquoEntre eacutestas Androacutemaca de blancos brazos inicioacute el llanto |mientras sujetaba la cabeza del homicida Heacutector en sus manosraquo (Iliacuteada Canto XXIV 723-724)2 En las escenas de la Iliacuteada los personajes tienden a formar conjuntos durante el lamento con el que estaacute maacutes afectado en el centro y los demaacutes alrededor suyo No es necesario que el motivo del lamento sea uacutenico y compartido por todos cada uno puede llorar por sus propios motivos pero el acto de llorar es compartido y su intensidad suele ajustarse a las necesidades del personaje principal de la escena Posteriormente el coro de la tragedia cumple tambieacuten con una funcioacuten parecida la de acompantildear a los personajes en sus lamentos soliloquios y diaacutelogos a menudo compartiendo sus estados de aacutenimo y otras veces expresando ideas o sentimientos opuestos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

las consecuencias de sus muertes3

Una vez concluidos los funerales de Patroclo y las competiciones de los aqueos en su honor el cadaacutever de Heacutector continuacutea yaciendo en el polvo y siendo arrastrado por Aquiles alrededor del tuacutemulo de su caro amigo El tuacutemulo tal como el cuerpo del guerrero muerto emerge como un centro en el espacio En alguacuten lugar (sentildealado y preciso) en la orilla del mar cerca de las naves aqueas se encuentra enterrada la urna que contiene los huesos de Patroclo que en breve albergaraacute tambieacuten los huesos de Aquiles4 Es en torno a este centro que el cuerpo de Heacutector atado con correas de bovina piel al carro de Aquiles dibuja tres ciacuterculos cada mantildeana con la primera luz del diacutea ciacuterculos que se inscriben en la tierra uno sobre otro durante nueve diacuteas Apolo protege al cuerpo de Heacutector de todo tipo de desgaste pero en el espacio deben permanecer las huellas de este proceso por muy efiacutemeras que sean

[] pero despueacutes de llorar y lamentarse remiten en su penapues las Moiras han hecho el aacutenimo humano apto para soportar(Canto XXIV 48-49)

Sin embargo este ritual viciado y repetitivo no consigue apaciguar el dolor de Aquiles ni tampoco saciar su deseo de venganza Eacutel todaviacutea estaacute afl igido Su fi gura es la de un hombre que no encuentra tranquilidad en ninguacuten sitio no puede estar quieto casi no puede estar No puede adormecer y cambia constantemente de posicioacuten se levanta se tumba de espaldas de lado boca abajo se sienta camina entra y sale de su tienda permaneciendo siempre inquieto Los dioses del Olimpo observadores perpetuos y duentildeos de la suerte de los mortales no dejan de discutir acerca de la resolucioacuten de esta situacioacuten hasta que Zeus toma su decisioacuten Tal como fue previsto al princi-pio del poema la coacutelera de Aquiles ha sido respetada por los dioses y eacutel ha sido honrado como corresponde a un heacuteroe mortal que es hijo de una diosa

3 laquoPero la Iliacuteada no es una epopeya convencional y en el mismo momento del mayor triunfo militar de su heacuteroe homero desviacutea la atencioacuten de Aquiles a las dos bajas maacutes importantes de la historia Patroclo y Heacutector es hacia las consecuencias de sus muertes sobre todo para el vencedor hacia donde pasa a dirigirse inexorablemente toda la accioacuten de la Iliacuteadaraquo (La guerra que matoacute a Aquiles p 227) Ademaacutes entre estos dos funerales se pueden rastrear relaciones de interdependencia Patroclo no es enterrado hasta que Heacutector es muerto y ultrajado en honor de Patroclo por otro lado Heacutector no se puede enterrar hasta que terminen los honores funerarios a Patroclo porque el ultraje de su cuerpo forma parte de ellos4 laquoiexclQue tambieacuten un mismo atauacuted encierre juntos nuestros huesos | y que sea la aacuteurea urna que te procuroacute tu augusta madre raquo es la peticioacuten que dirige en un suentildeo el alma de Patroclo a Aquiles peticioacuten que es completamente respetada por el propio Aquiles (Canto XXIII 91-92)

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

Ahora es el momento de honrar a Heacutector tambieacuten muy querido a los dioses liberando su cuerpo y devolvieacutendolo a Troya

Seguacuten el plan de Zeus con el que estaacuten de acuerdo todos los dioses oliacutem-picos Priacuteamo iraacute como suplicante a Aquiles y le ofreceraacute regalos a cambio del cadaacutever Para que se pueda cumplir el plan divino es necesario que se comunique previamente a los dos heacuteroes involucrados5 Ellos al conocer la voluntad de los dioses actuaraacuten de acuerdo con ella los dioses incitan sus acciones pero no actuacutean por ellos En el interior de su tienda Aquiles se encuentra llorando Tetis se sienta a su lado y establece un contacto fiacutesico con eacutel antes de hablarle y los dos mantienen un diaacutelogo muy breve Por su parte Iris llega al palacio de Priacuteamo donde el anciano rey estaacute reiterando el llanto que habiacutea iniciado Priacuteamo la recibe en silencio temblando Sin espe-rar contestacioacuten la diosa se va y Priacuteamo sigue sus instrucciones y consejos sin perder tiempo

Asi habloacute e Iris de pies de raacutefaga fue con el mensajeLlegoacute a casa de Priacuteamo y alliacute no halloacute maacutes que quejas y llantos Los hijos sentados alrededor de su padre dentro del patioteniacutean mojada de laacutegrimas la ropa y el viejo estaba en mediocubierto con un manto que dejaba adivinar su silueta Abundanteestieacutercol envolviacutea la cabeza y el cuello del ancianoque eacutel mismo al revolcarse habia cosechado con sus manos Las hijas y las nueras por las mansiones gimoteabanacordaacutendose de los muchos y valerososque yaciacutean despueacutes de perder la vida a manos de los argivosLa mensajera de Zeus se detuvo junto a Priacuteamo y dijo con voztenue mdashy el temblor se aduentildeoacute de los miembros del ancianomdash(Canto XXIV 159-170)

Heacutecuba aterrorizada con la decisioacuten de su marido le sugiere hacer una liba-cioacuten a Zeus antes de emprender la ruta hacia las naves aqueas A la plegaria de Priacuteamo el dios responde con su aguumlero maacutes positivo y enseguida Priacuteamo y el heraldo se suben al carro cargados de muchos y bellos regalos para Aquiles Tal como habiacutea prometido Iris su camino es facilitado por Hermes quien manteniendo oculta su identidad les acompantildea hasta su llegada a la tienda de Aquiles aseguraacutendose de que ninguno de los aqueos advierta su

5 Tetis (llamada al Olimpo por Iris para que Zeus le informe de su decisioacuten) iraacute al encuentro de Aquiles mientras Iris avisaraacute a Priacuteamo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

presencia

La conversacioacuten del anciano Priacuteamo con el dios es extensa y deja adivinar la duracioacuten del camino que conduce de la ciudad de Troya al campamento aqueo mientras el propio camino no se describe en esta secuencia como tampoco se describe la ciudad o el campamento En cambio se presta aten-cioacuten a las transiciones de un espacio a otro Antes de lanzarnos a lo que viene a ser seguramente el encuentro maacutes peculiar y maacutes pleno de la Iliacuteada el poeta describe meticulosamente los umbrales que hemos de cruzar Por una parte las presencias humanas hay que pasar entre los guardias y los guerrreros que circulan entre las naves a los que Hermes hace adormecer desactivando el peligro que supone su vigilia

Por otra parte las construcciones materiales en el espacio En primera ins-tancia la fosa y el muro que delimitan el territorio de los aqueos en la llanura troyana Priacuteamo cruza ahora con la ayuda del dios la misma fortifi cacioacuten que Heacutector intentoacute y parcialmente logroacute derrumbar en el canto XII A con-tinuacioacuten la tienda de Aquiles cuya estructura se describe con cierta preci-sioacuten desde fuera hacia dentro de manera inversa y complementaria a la de la escena del sacrifi cio de Aquiles a Zeus6 En los dos casos la atencioacuten recae sobre el cerrojo de las puertas un pormenor miacutenimo pero signifi cativo Esta sucesioacuten de espacios diferentes y claramente delimitados funciona como una introduccioacuten gradual al espacio iacutentimo del encuentro Hermes que en los mitos primitivos fi gura como el dios de los liacutemites de los campos y de las fronteras acompantildea a Priacuteamo durante este proceso

Al llegar a las forti icaciones de las naves y a la fosaya los guardias comenzaban a ocuparse de la cenaEl mensajero Argiacutecida vertioacute el suentildeo sobre todos ellos sin excepcioacuten luego abrioacute las puertas y retiroacute las trancase introdujo a Priacuteamo y sus espleacutendidos dones sobre el carromatoCuando llegaron a la tienda del Pelidaelevada que los mirmidones habiacutean fabricado para su soberanotallando vigas de abeto mdashpor encima la habiacutean techado con frondoso cantildeizo recolectado de la praderaalrededor un gran patio habiacutean fabricado para su soberanocon espesas estacas la puerta la sujetaba un uacutenico pasadorde madera de abeto que entre tres aqueos soliacutean encajar

6 Iliacuteada canto XVI 220-256

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

como tres eran los que abriacutean el gran cerrojo de las puertas de no ser Aquiles que era el uacutenico que lo encajaba auacuten solomdashentonces el beneacute ico Hermes se la abrioacute al ancianointrodujo los ilustres regalos para el velociacutepedo Pelidase apeoacute del carro a tierra y exclamoacutelaquoiexclAnciano Yo soy un dios inmortal que aquiacute ha venido soy Hermes Mi padre me ha enviado para que te diera escoltaPero ahora me ireacute de nuevo y no me voy a presentarante las miradas de Aquiles Vituperable seriacuteaque un dios inmortal favorezca tan abiertamente a los mortalesTuacute entra y coge al Pelida de las rodillasy por su padre su madre de hermosos cabellosy su hijo supliacutecale para conmoverle el aacutenimoraquoTras hablar asiacute se alejoacute hacia el vasto OlimpoHermes Y Priacuteamo saltoacute de los caballos a tierray dejoacute alliacute a Ideo que esperaba guardandolos caballos y las mulas El anciano fue derecho a la casadonde Aquiles caro a Zeus residiacutea Lo halloacute dentrosus compantildeeros estaban sentados aparte y soacutelo dosel heacuteroe Automedonte y Aacutelcimo retontildeo de Ares se afanabanen presencia suya presurosos Acababa de dejar el alimentodespueacutes de comer y beber y la mesa auacuten estaba puesta al ladoEntroacute el alto Priacuteamo sin que ellos lo notaran se paroacute cercay estrechoacute las rodillas de Aquiles y le besoacute las manosterribles y homicidas que a tantos hijos suyos habiacutean matadoComo cuando una densa ofuscacioacuten apresa al hombre que mataen la patria a una persona y llega a un pueblo extrantildeoante un hombre acaudalado y el estupor invade a quienes lo venasiacute de estupefacto se quedoacute Aquiles al ver al deiforme PriacuteamoTambieacuten los demaacutes intercambiaron estupefactos sus miradas(Canto XXIV 443-484)

Una vez dentro del patio de Aquiles ya no hay demora Priacuteamo decidido y confi dente entra en la tienda sin compantildeiacutea como suplicante Aquiles no estaacute solo es el momento despueacutes de la cena7 y a su lado se encuentran Aacutelcimo y Automedonte entre otros mirmidones El interior de la tienda no se descri-be Se describen apenas las actividades que tienen lugar en ella y vagamen-te las posiciones relativas entre los personajes Aquiles es identifi cado como

7 Caroline Alexander sentildeala que Aquiles soliacutea compartir estos momentos del diacutea despueacutes de la cena con Patroclo (La guerra que matoacute a Aquiles p 244) En la escena de la embajada Ulises encuentra a Aquiles y Patroclo mientras estaacuten tocando muacutesica y cantando

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

un centro un punto en el espacio al cual se dirige Priacuteamo El anciano rey como todo suplicante toca las rodillas de Aquiles y le besa la mano

Cuando Tetis se presenta a Zeus como suplicante8 se pone de rodillas delan-te suyo y coloca su mano izquierda sobre su rodilla y con su mano derecha toca su barbilla En varias escenas de la Iliacuteada el contacto fiacutesico precede a la comunicacioacuten verbal casi estableciendo la base para ella tal como en otras la distancia entre dos personajes y su gestualidad delimita el campo de su interaccioacuten y es signifi cativa para el entendimiento del diaacutelogo El silencio tambieacuten adquiere una fuerza y un peso especial Priacuteamo se agarra a las ro-dillas de Aquiles y le besa la mano mientras eacutel lo mira estupefacto inmoacutevil en la fuerza de esta imagen el poeta crea aquella unidad bipartita que es el encuentro entre los dos personajes inseparables en el espacio y en el con-tenido de la narracioacuten Las miradas entrecruzadas de los otros personajes que presencian la escena reafi rman este hecho La unidad Aquiles-Priacuteamo se percibe y reconoce como tal y precisamente por eso se aiacutesla del ambiente haciendo posible la aparicioacuten del discurso

Priacuteamo le dirigioacute una suacuteplica diciendo estas palabraslaquoiexclAcueacuterdate de tu padre Aquiles semejante a los diosesque tiene mi misma edad y estaacute en el funesto umbral de la vejezTambieacuten a eacutel los vecinos que habitan alrededor sin duda loatormentan y no hay quien aparte de eacutel la ruina y el estragoSin embargo aquel mientras sigue oyendo que tu estaacutes vivose alegra en el aacutenimo y espera cada diacuteaver a su querido hijo que vuelve de TroyaPero mi desdicha es completa he engendrado los mejores hijosen la ancha Troya y de ellos a irmo que ninguno me quedaCincuenta teniacutea cuando llegaron los hijos de los aqueosdiecinueve me habiacutean nacido de un uacutenico vientrey otras mujeres habiacutean alumbrado en el palacio a los demaacutesA la mayoriacutea el impetuoso Ares les ha doblado las rodillasy el uacutenico que me quedaba y protegiacutea la ciudad y a sus habitanteshace poco lo has matado cuando luchaba en defensa de la patria Heacutector Por eacutel he venido ahora a las naves de los aqueospara rescatarlo de tu poder y te traigo inmensos rescatesRespeta a los dioses Aquiles y ten compasioacuten de miacute

8 laquoAsi habloacute y nada respondioacute Zeus que las nubes acumula | y permanecioacute un rato sentado en silencio Tetis una vez asida | a sus rodillas seguiacutea asiacute agarrada y preguntoacute por segunda vez | laquoDe verdad promeacutetemelo y asiente a ello | o denieacutegalo ya que no cabe el temor en ti asiacute sabreacute bien | hasta queacute punto soy la divinidad maacutes vilipendiada entre todasraquo (Iliacuteada Canto I 511-516)

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

por la memoria de tu padre Yo soy auacuten maacutes digno de piedady he osado hacer lo que ninguacuten terrestre mortal hasta ahora acercar a mi boca la mano del asesino de mi hijoraquoAsiacute habloacute y le infundioacute el deseo de llorar por su padreLe tocoacute la mano y retiroacute con suavidad al ancianoEl recuerdo haciacutea llorar a ambos el uno al homicida Heacutectorlloraba sin pausa postrado ante los pies de Aquiles y Aquiles lloraba por su propio padre y a veces tambieacutenpor Patroclo y los gemidos se elevaban en la estanciaEn cuanto el divino Aquiles estuvo ya satisfecho de llantoy este deseo se alejoacute de sus entrantildeas y de sus miembrosse levantoacute de su asiento y ayudoacute al anciano a incorporarse apiadado de su canosa cabeza y de su canoso mentoacuten(Canto XXIV 485-516)

Priacuteamo empieza su discurso aludiendo a la vejez y evocando a Peleo Emocionado Aquiles toca la mano de su suplicante y le aparta con suavidad Este sutil movimiento del heacuteroe hasta entonces geacutelido e inamovible denota un cambio en la escena una transicioacuten de la suacuteplica al duelo compartido El joven guerrero y el anciano rey arrodillado a los pies del asesino de sus hijos conectados corporalmente y separados en sus recuerdos lloran cada uno a los suyos con mucha intensidad y fuerza Su presencia se apodera del lugar en que estaacuten de manera que en el interior de la tienda de Aquiles sus gemidos adquieren una espesura casi material que envuelve a los dos y ocupa el espacio alrededor de ellos Priacuteamo y Aquiles se encuentran unidos dentro del dolor

En esta secuencia el poema nos recuerda tambieacuten que el deseo del llanto se ubica en el cuerpo tanto en el diafragma como en los miembros y a traveacutes de ellos se expresa directamente La satisfaccioacuten de este deseo por Aquiles marca otro cambio en la narracioacuten eacutel se levanta mientras ayuda a Priacuteamo a levantarse del suelo concluyendo asiacute la escena del llanto Soacutelo cuando los dos esteacuten de pie Aquiles responde a Priacuteamo le ofrece asiento y le intenta tranquilizar y apaciguar el dolor

laquoNada se consigue con el geacutelido llanto que hiela el corazoacuten | Pues lo que los dioses han hilado para los miacuteseros mortales | es vivir entre congojas mientras ellos estaacuten exentos de cuitasraquo9 son las palabras que le dirige alu-

9 Iliacuteada Canto XXIV 524-526 En las palabras de Aquiles resuenan las palabras que Zeus dirigioacute a los caballos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

diendo a los dioses al poderoso hado y al destino de los hombres Respecto a esta escena Rachel Bespaloff escribe laquoTodos los hombres viven en el dolor la verdadera igualdad no tiene otro fundamento Homero ha querido que fuera precisamente el vencedor quien se lo recordara al vencido Para salvar el honor del suplicante pero tambieacuten para descargarse de una penosa res-ponsabilidad Aquiles se oculta tras la fatalidad Priacuteamo recibe en silencio la leccioacuten del asesino de sus hijos [] Circundado por una fatalidad peacutetrea solo le queda convertirse en piedra como Niacuteoberaquo10

Priacuteamo insiste en recuperar a su hijo ofrecer los regalos a Aquiles y concluir su misioacuten Despueacutes de un breve momento de tensioacuten Aquiles se ocupa per-sonalmente de la preparacioacuten y devolucioacuten del cuerpo de Heacutector sale de la tienda con sus fi eles compantildeeros y ofrece asiento al heraldo acompantildeante de Priacuteamo Se muestra especialmente cuidadoso y respetuoso con el cadaacute-ver el mismo cadaacutever que ultrajoacute muacuteltiples veces De los rescates de Priacuteamo deja algunos mantos en el carro para envolver en ellos el cuerpo de Heacutector y ordena a las criadas a bantildearlo limpiarlo ungirlo y vestirlo restituyendo su aspecto bello y noble Eacutel mismo levanta en sus brazos el cadaacutever y ayuda a depositarlo en el carro

laquo[] Mas ea tambieacuten nosotros dos divino anciano cuideacutemonosde la comida Luego podraacutes volver a llorar a tu hijoal entrar en Ilio iexclY seguro que muchas laacutegrimas te causaraacuteraquoDijo y se levantoacute el ligero Aquiles y una caacutendida ovejadegolloacute Sus compantildeeros la desollaron y alintildearon con cuidadoLa trincharon sabiamente y la ensartaron con brochetasla asaron cuidadosamente y retiraron todo del fuegoAutomedonte cogioacute el pan y lo distribuyoacute por la mesaen bellas canastillas y Aquiles repartioacute las tajadas de carneTendieron las manos a los manjares preparados que habiacutea delanteY despueacutes de saciar el apetito de bebida y de comidael Dardaacutenida Priacuteamo se quedoacute mirando a Aquiles admiradode lo alto y bello que era al verlo se pareciacutea a los diosesY tambieacuten Aquiles admiraba al Dardaacutenida Priacuteamoal contemplar su noble aspecto y al oir sus palabrasDespueacutes de recrearse ambos miraacutendose el uno al otrodiacutejole el primero el anciano el deiforme Priacuteamo

inmortales de Aquiles despueacutes de la muerte de Patroclo laquoPues nada hay sin duda maacutes miacutesero que el hombre | de todo cuanto camina y respira sobre la tierraraquo (Iliacuteada canto XVII 446-447)10 De la Iliacuteada p 59

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

laquoProcuacuterame ahora un lecho cuanto antes criatura de Zeus para acostarnos ya y disfrutar bajo el velo del dulce suentildeoPues todaviacutea no se me han cerrado los ojos bajo los paacuterpadosdesde que mi hijo perdioacute la vida a manos tuyasDesde entonces no he parado de gemir y rumiar duelos sin cuentomientras me revuelco en estieeacutecol dentro del cercado del patio Ahora por primera vez he probado el pan y el rutilante vinoha descendido por mi garganta Hasta ahora nada habiacutea catadoraquo(Canto XXIV 618-642)

Habiendo terminado con estos cuidados Aquiles trata a Priacuteamo como co-rresponde a un hueacutesped invitaacutendole a un banquete que eacutel mismo y sus compantildeeros se encargan de preparar Sentados todaviacutea en la mesa con el apetite saciado se observan mutuamente Apesar de ser enemigos estaacuten atrapados en la misma fuerza devastadora de la guerra aquella que les ha hecho perder todo lo que era importante De cerca desde una distancia que no experimentaraacuten otra vez cada uno admira la belleza y la nobleza de los rasgos del otro asombrado En esta escena la Iliacuteada nos plantea de manera clara y sencilla el reconocimiento del enemigo en su plenitud como otro como diferente como igual un reconocimiento tal quizaacutes solo sea posible en la destruccioacuten absoluta

Durante este uacuteltimo encuentro de la Iliacuteada el tiempo se dilata haciendo es-pacio para muchos e importantes acontecimientos dentro de un breve marco temporal Priacuteamo llegoacute a la tienda de Aquiles al fi nal del diacutea despueacutes de la cena entretanto compartieron el llanto y se ocuparon con delicadeza del cuerpo de Heacutector se degolloacute y asoacute una oveja entera y ellos la comieron y bebieron abundante vino Una vez que la voluntad de los dioses acerca del cuerpo de Heacutector ha sido cumplida ellos comparten unos momentos de contemplacioacuten paciacutefi ca Finalmente el ritmo narrativo se acelera de nuevo describiendo con brevedad justo al fi nal de la epopeya los lamentos sobre el cuerpo de Heacutector y sus funerales

En sus uacuteltimos versos la Iliacuteada propone un fi nal alternativo de la guerra de Troya Sin que la disputa inicial haya sido resuelta en el silencio de la tregua y los funerales consecutivos la guerra es la uacutenica gloriosa superviviente

HelenaYorgos Seferis 1953

Teucro A la tierra de Chipre en medio del mar dondeApolo dispuso mi nuevo hogar la llamareacute

Salamina en memoria de mi isla de mi patriaperdida

Helena Jamaacutes estuve en Troya fue un simulacroEl mensajero iquestQueacute dices

iquestEntonces hemos sufrido por una nube(Euriacutepides Helena)

laquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoTiacutemido ruisentildeor escondido en la respiracioacuten de las hojastuacute que regalas la frescura musical del bosquea los cuerpos separados y a las almasde aquellos que saben que no regresaraacutenCiega voz que tanteas en la memoria nocturnapasos y gestos no me atreveriacutea a decir besosy la amarga agitacioacuten de la furiosa cautivalaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoiquestQueacute es Platres iquestQuieacuten conoce esta islaHe pasado mi vida oyendo nombres desconocidosnuevos lugares nuevas locuras de los hombreso de los dioses mi destino que oscila

entre el uacuteltimo golpe de la espada de un Ayaxy una nueva Salamina me trajo aquiacute a esta playaLa luna surgioacute del mar como Afroditaocultoacute las estrellas de Sagitario va ahora a encontrarel corazoacuten de Escorpio y todo lo cambiaiquestDoacutende estaacute la verdadYo tambieacuten fui arquero en la guerrami destino el de un hombre que no dio en el blancoRuisentildeor juglaren una noche como eacutesta en la playa de Proteote escucharon las esclavas espartanas y prorrumpieron en lamentosy entre ellas mdashquieacuten diriacuteamdash iexclHelenaAquella que perseguimos durante antildeos junto al EscamandroEstaba alliacute al borde del desierto la toqueacute me habloacutelaquoNo es verdad no es verdadraquo gritabalaquoNo entreacute en la nave de proa azulNunca piseacute la valiente TroyaraquoCon el coacutencavo corpintildeo el sol en los cabellos y aquel tallesombras y sonrisas por todas partesen los hombros en los muslos en las rodillasfresca la piel y los ojosde largas pestantildeasestaba alliacute a orillas de un DeltaiquestY en TroyaEn Troya nada mdashun simulacroAsiacute lo quisieron los diosesY Paris se acostaba con una sombra como si fuera un cuerpo soacutelidoy nosotros matamos durante diez antildeos por Helena

Un gran dolor habiacutea caiacutedo sobre GreciaTantos cuerpos arrojadosa las fauces del mar a las fauces de la tierratantas almas entregadas como trigo a la piedra de los molinosY los riacuteos se henchiacutean de sangre y de lodopor una onda de lino por una nubepor el aleteo de una mariposa por un plumoacuten de cisnepor una tuacutenica vaciacutea por una HelenaiquestY mi hermanoRuisentildeor ruisentildeor ruisentildeoriquestQueacute es un dios iquestqueacute no es un dios iquestY queacute entre los doslaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoAve llorosa en Chipre la besada por el mardonde fue dispuesto que me acordara de la patriaancleacute soacutelo con esta faacutebulasi en verdad esto es faacutebulasi en verdad los hombres no volveraacuten a morderel viejo cebo de los diosessi en verdad otro Teucro despueacutes de antildeoso alguacuten Ayax o Priacuteamo o Heacutecubao alguacuten desconocido alguien anoacutenimo que sin embargovio un Escamandro rebosante de cadaacuteveresno tiene en su destino oiacuteral mensajero que viene a decirque tanto dolor tanta vidafueron al abismopor una tuacutenica vaciacutea por una Helena

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En la Iliacuteada el espacio se manifi esta por medio de las acciones que trans-curren en eacutel en un determinado momento Las descripciones espaciales aparecen en la medida en que acompantildean los acontecimientos narrados cumpliendo con la funcioacuten de proporcionar un lugar concreto y especiacutefi co para cada episodio Cada espacio representado cada paisaje evocado cada ciudad mencionada en el poema atiende a una necesidad de la historia rela-tada el espacio se abre y se conoce progresivamente Los lectores avanzamos en eacutel movieacutendonos en regiones que engloban a los personajes involucrados sus intenciones sus recuerdos sus discursos y sus acciones en un momento dado Por consiguiente el mundo se percibe se conoce se comprende y se representa por induccioacuten dirigieacutendose desde las partes hacia el todo

La cultura oral en cuyo marco surge la Iliacuteada como expresioacuten artiacutestica estaacute muy vinculada a la realidad corpoacuterea y material de los hechos las viven-cias experimentadas personalmente o transmitidas indirectamente por otras personas la experiencia es la uacutenica fuente de conocimiento El propio pen-samiento arcaico contemporaacuteneo a Homero y posterior a eacutel se basa en la intuicioacuten se entrega a la magia y la poesiacutea mientras mantiene cierta ingenui-dad e inocencia que ante nuestros ojos llega a parecer casi infantil a veces Asimismo el pensamiento de los nintildeos y sus relatos reales o imaginarios tambieacuten conservan un anclaje fuerte y reconocible al cuerpo a la accioacuten y la palabra precisa a la experiencia concreta antes de inscribirse en un ambien-te maacutes amplio o en un marco maacutes abstracto

ESPIRAL UNA REFLEXIOacuteN

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Este trabajo se ha motivado en gran parte por el deseo de comprender la manera como todos nosotros en nuestro diacutea a diacutea entre nuestras acciones cotidianas vivimos entendemos registramos y representamos el espacio que nos rodea relacionaacutendonos con nuestro entorno desde el momento que nacemos hasta el momento de la muerte o todaviacutea despueacutes de eacutesta perma-neciendo siempre en la tierra En el campo de la arquitectura esta compren-sioacuten se considera fundamental para poder avanzar tanto a nivel de teoriacutea como a nivel de intervencioacuten

En la Iliacuteada se ha reconocido una especie de espejo poeacutetico y bello dentro del cual se puede reencontrar con las explicaciones fi losoacutefi cas una fuente de investigacioacuten muy bonita y a la vez muy rica sobre el espacio y sobre el cuerpo Se ha buscado de leer este poema con respeto y sin atravesarlo vio-lentamente pero manteniendo siempre la intencioacuten de mirar a traveacutes de eacutel hacia nosotros mismos nuestros cuerpos y nuestro(s) espacio(s) Muchas de las cuestiones que se han apenas abierto en este trabajo y otras que han ido surgiendo durante el proceso de su elaboracioacuten se pueden seguir tratando en investigaciones futuras

La lectura paralela que se aspiraba proponer entre lo que nos cuenta la Iliacuteada (es decir la manera como lo cuenta) y algunas explicaciones fi losoacutefi -cas sobre todo por parte de la fenomenologiacutea con la intencioacuten de echar luz sobre nuestra relacioacuten con el cuerpo y a traveacutes de eacutel nuestra relacioacuten con el mundo y con los otros ha quedado pendiente Algunas de las preguntas iniciales no han encontrado respuesta algunas se han tenido que reformular otras han suscitado pequentildeos refl ejos o intuiciones mientras se han encon-trado especies de respuestas a preguntas no formuladas y nuevas preguntas han surgido Este trabajo se ha movido en forma de espiral abrieacutendose y cerraacutendose constantemente Ahora es el momento de parar su movimiento y observarlo hasta que comience a moverse de nuevo

Tratar al poema como si fuese respiracioacuten movimiento corporeidad pura Extender el poema en el espacio Espacio emergente a partir de un

movimiento Estructura del poema El poema como estructura en devenir Acontecimiento El poema es un cuerpo que busca su forma un cuerpo

que quiere construirse estructurarse a siacute mismo La lectura del poema es el desdoblamiento inverso de este movimiento estructural Dibujar el poema

Bailar el poema No se trata de contenidos ni de signifi cados sino del poema en siacute del poema como acontecimiento que signifi ca por siacute mismo El poema en su totalidad es un gesto un acto un intento de abarcar y recoger

el mundo la experiencia la vida Analizar este gesto Acotarlo medirlo trazarlo Cartografi arlo Coreografi arlo

El poema como organismo El poema como personaje

Domar el poema El poema este pequentildeo animal salvaje se tiene que domesticar Antes de poder entenderlo necesito domarlo encontrarme

con eacutel interactuar con eacutel acariciarlo ser su amiga dejarlo invadir mi vida Poema quiero conocerte

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Canto I Tierra y Cielo

Un episodio del pasado Crises quiere rescatar a su hija Agamenoacuten lo disres-peta La furia de Apolo En el campamento aqueo aquiacute y ahora Agamenoacuten empieza la reunioacuten Aquiles y Agamenoacuten Un enfrentamiento difiacutecil una disputa casi violenta En medio una mujer la autoridad el poder la riqueza y la fuerza Amenazas Atenea enviada por Hera se presenta a Aquiles y soacutelo a eacutel Se evita la pelea sangrienta Atenea se va En la reunioacuten de nuevo Aquiles y Agamenoacuten sentados lejos El sabio Neacutestor entre ellos toma la palabra Segundo ciclo de amenazas Los dos se separan defi nitivamente La entrega de Briseida a Agamenoacuten y Aquiles pensando en la orilla del mar Soledad y tristeza Tetis y Aquiles Tensioacuten Carintildeo Pausa Ulises y la devo-lucioacuten de Criseida a su padre Sacrifi cio y banquete Doce diacuteas Tetis y Zeus Hera Reunioacuten de dioses Hera y Zeus Hefesto Banquete divino y muacutesica La noche en el Olimpo

Canto II Un engantildeo necesario

Zeus Ensuentildeo y el suentildeo de Agamenoacuten El futuro que no seraacute Consejo de ancianos y asamblea de aqueos La trampa y su aprobacioacuten por Neacutestor El discurso de Agamenoacuten y la propuesta de retroceso El deseo de volver Hera y Atenea la conspiracioacuten divina Atenea aparece a Ulises animaacutendole y Ulises se activa Cara a cara los guerreros se convencen uno despueacutes de otro Ulises y Tersites Tersites y Agamenoacuten La intervencioacuten de Ulises apo-yado por Atenea Salto al pasado la previsioacuten de Calcante nueve antildeos de guerra dura y victoria en el deacutecimo Sacrifi cios a Zeus la plegaria no cum-plida el banquete y el inicio del atentado Atenea animando a los aqueos Invocacioacuten del poeta a las Musas y el cataacutelogo de naves territorios pueblos y jefes que participan Aquiles jefe de los mirmidones y sus cincuenta naves paradas La marcha de las tropas Iris con la voz de Polites lleva la noticia a Troya Iris y Heacutector jefe de los troyanos Mencioacuten de los aliados

Canto III Por Helena

Troyanos y aqueos en el campo de batalla Menelao y Paris El retroceso Heacutector y Paris Las insultas entre hermanos Una propuesta de acuerdo Por Helena un enfrentamiento en duelo entre Paris y Menelao Entre aqueos y troyanos la paz Sacrifi cios y juramentos Dos corderos y otro maacutes Priacuteamo Iris lleva la noticia a Helena mientras ella teje los sufrimientos que causoacute

APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

en troyanos y aqueos Entre laacutegrimas Helena se dirige a las puertas Esceas Los ancianos y el impacto de Helena Priacuteamo y Helena Reconocimiento de los guerreros aqueos Agamenoacuten Ulises Menelao Anteacutenor entre Helena y Priacuteamo Ayante Idomeneo El heraldo Ideo Priacuteamo entre troyanos y aqueos convalida los juramentos de Agamenoacuten Priacuteamo de vuelta a Troya Heacutector y Ulises acotan el campo Paris y Menelao El duelo y la intervencioacuten de Afrodita Afrodita y Helena Helena y Paris

Canto IV Del Olimpo a Troya

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Zeus y Hera Discusioacuten La mirada dirigida a Troya y Atenea enviada a Troya para incitar la continuacioacuten de la guerra El impacto Atenea y Pandaro Pandaro y Menelao Atenea y Menelao Menelao y Agamenoacuten el amor entre hermanos el terror y la recuperacioacuten del aacutenimo El tratamiento de la herida La narracioacuten en movimiento Agamenoacuten a pie se mueve entre los aqueos Encuentros varios Ayantes Neacutestor y la estra-tegia Ulises Diomedes y la responsabilidad de Agamenoacuten El avanzar de las tropas Silencio y velocidad para los daacutenaos bullicio y diversas lenguas para los troyanos Construccioacuten del paisaje sonoro de la guerra El enfrenta-miento Acercarse unirse antes de matarse Batalla sobre el cuerpo muerto La victoria de los aqueos y Apolo animando a los troyanos aludiendo a la ausencia de Aquiles El fi nal de la batalla los enemigos todos derrotados indistintamente

Canto V Coreografiacutea de una batalla

Atenea a Diomedes iquestPor queacute Diomedes Ceder la fuerza dotar de valentiacutea Diomedes Figeo Ideo Acercarse para matarse Atenea y Aris abandonan el campo de batalla Primero Agamenoacuten mata a Odio a continuacioacuten se pre-senta una secuencia de duelos mortiacuteferos De vuelta con Diomedes Pandaro y la herida de Diomedes Diomedes reza invocando a Atenea la proteccioacuten divina Rivalidad entre dioses y manipulacioacuten Eneas y Pandaro Refl exioacuten y estrategia Esteacutenelo y Diomedes La otra estrategia Pandaro y Diomedes Diomedes y Eneas Afrodita Diomedes y Afrodita Apolo Iris Olimpo El sufrimiento de los dioses Apolo y Eneas Apolo y Ares Ares apoyando a los troyanos aprovechando la ausencia de Atenea Menelao Heacutector y su impacto a Diomedes Tlepoacutelemo Ulises Heacutector y Ares Hera y Atenea la preparacioacuten de las diosas y el permiso de Zeus Atenea planea vengarse de Ares a traveacutes de Diomedes La vuelta del herido Ares al Olimpo y la restau-

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

racioacuten de un orden

Canto VI Fuera de la guerra Dentro de la guerra

De vuelta a la batalla Duelos sucesivos el triunfo de los aqueos Menelao y Adrasto Agamenoacuten De la suacuteplica y la piedad a la frialdad y crueldad del combate Elaboracioacuten de estrategias Neacutestor para los aqueos Heleno para los troyanos El miedo a Diomedes Diomedes y Glauco laquoComo el linaje de las hojas tal es tambieacuten el de los hombresraquo Compromiso de no matarse e intercambio de armas Heacutector se dirige a Troya En el palacio de Priacuteamo Heacutector y Heacutecuba Heacutector y Paris Helena y Heacutector Heacutector y Androacutemaca en la muralla de Troya Los valores ciacutevicos la familia y la obligacioacuten moral del guerrero iquestProteger la familia o defender la ciudad Escamandro La risa La desesperacioacuten La despedida Androacutemaca desconsolada Heacutector y Paris Reconciliacioacuten fraterna y entrada en el campo de batalla

Canto VII Coser la simetriacutea

Heacutector y Paris de vuelta a la batalla Atenea y Apolo El acuerdo de parar el combate una paz provisoria iquestCoacutemo llegar a la paz Heacutector desafiacuteo duelo Heleno Heleno y la voluntad de los dioses Heleno y Heacutector Heacutector entre las tropas Agamenoacuten parando las tropas Guerreros sentados inmovili-dad Dioses Heacutector el desafiacuteo y los teacuterminos Miedo y silencio Menelao Agamenoacuten y Menelao Neacutestor evocacioacuten de un pasado heroico Nueve guerreros animados El sorteo Preescritura Voluntad y resultado Ayante Ayante y Heacutector Evolucioacuten de un duelo Acercamiento aumento del contac-to Ideo y Taltibio Obedecer a la noche Tregua Aqueos Troyanos Enterrar los muertos Construir muralla Los dioses observadores Banquete y ban-quete Zeus Descansar recibir el regalo del suentildeo

Canto VIII Del amanecer al amanecer

Amanecer en Troya amanecer en el mundo Continuacioacuten de la batalla y re-unioacuten de dioses de nuevo Zeus preside de la reunioacuten e impone su voluntad por medio de su poder La batalla debe transcurrir sin intervencioacuten divina Despertar desayuno y preparacioacuten Armas lanzas y respiraciones coinciden en un mismo sitio El recorrido del Sol y la evolucioacuten de la batalla la balanza de Zeus y su rayo dirigido hacia los aqueos Heacutector y Diomedes enfrenta-miento y estrategias de ataque La derrota de los aqueos Hera y el inten-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

to (en vano) de ayudar a los daacutenaos La derrota continuacutea Segundo intento de ayuda Hera y Atenea la intervencioacuten de Zeus y el retiro de las diosas Previsioacuten de la muerte de Patroclo y de la vuelta de Aquiles al terreno del combate Puesta de sol estrategias de ataque fuegos troyanos y sacrifi cios ricos A la espera de la Aurora

Canto IX Nada importa tanto cuanto mi vida

Agamenoacuten Reunioacuten de aqueos en paacutenico Decepcioacuten por el engantildeo de Zeus y propuesta de volver a la tierra patria Diomedes y Agamenoacuten Discusioacuten Intervencioacuten de Neacutestor discurso inclusivo Necesidad de unioacuten en situacioacuten de peligro Banquete en la tienda de Agamenoacuten Estrategias para conseguir la vuelta de Aquiles al combate Agamenoacuten y los regalos prometidos Neacutestor y la embajada Feacutenix Ayante y Ulises Odio y Euriacutebates Sacrifi cios La lle-gada de la embajada Aquiles tocando muacutesica y cantando acompantildeado por Patroclo presencia en silencio Bienvenidas y palabras amistosas Vino y carne asada El discurso de Ulises y las ofertas a Aquiles a cambio de su participacioacuten en la guerra bienes materiales riqueza siete mujeres-premio Briseacuteida de vuelta veinte mujeres troyanas una hija de Agamenoacuten como esposa Negativa rotunda laquoPara mi nada hay que equivalga a la vidaraquo Largo discurso de Feacutenix Ayante Aquiles la ira irrevocable La vuelta de la embajada Agamenoacuten Desconcierto Diomedes A la espera de la Aurora para retomar la accioacuten

Canto X Espionaje mutuo

Noche avanzada En el campamento aqueo el insomnio de Agamenoacuten Agamenoacuten y Menelao preocupacioacuten y necesidad de reunioacuten Ayante Idomeneo Neacutestor Agamenoacuten y Neacutestor La esperanza reside en la reincor-poracioacuten de Aquiles Diomedes Ayante el hijo de Fileo Guerreros desper-taacutendose vistieacutendose y armaacutendose Meriacuteones y el hijo de Neacutestor Reunioacuten Diomedes y su elegido Ulises el espionaje Entre las liacuteneas de los troyanos Doloacuten se elige para espiar a los aqueos a cambio de regalos Diomedes y Ulises Doloacuten La trampa Plegaria a Atenea Diomedes y Ulises penetrando en el campamento troyano Reso Masacre Los caballos preciosos Atenea y Apolo Paacutenico entre los troyanos Ulises Diomedes y los caballos de vuelta a las naves aqueas Alivio y felicidad Bantildeo en el mar vino comida y sacri-fi cios a Atenea

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XI El comienzo de su desgracia

Aurora Zeus Eris el deseo de la guerra a las naves aqueas El armamento de Agamenoacuten Liacuteneas enemigas La lluvia de sangre de Zeus Muertes suce-sivas Eris sola entre los dioses el placer del combate Agamenoacuten rabioso destrozando a los troyanos Huida hacia las puertas Esceas Iris la mensajera de Zeus comunica a Heacutector la estrategia divina Agamenoacuten e Ifi damante Cooacuten y Agamenoacuten La herida sangre caliente la aparicioacuten del dolor en el cuerpo Retroceso Heacutector el ataque Diomedes y Ulises Apolo y la salva-cioacuten de Heacutector Alejandro y Diomedes Ulises solo en el campo de batalla matar o ser muerto Soco y Ulises Atenea La herida de Ulises y la muerte de Soco Los troyanos alrededor de Ulises los gritos del heacuteroe Menelao y Ayante Alejandro y Macaoacuten Zeus El retroceso de Ayante Neacutestor y Macaoacuten Aquiles Patroclo En la tienda de Neacutestor el discurso del anciano y el consejo terrible a Patroclo De vuelta a la tienda de Aquiles Patroclo y Euriacutepilo

Canto XII Construcciones efiacutemeras

Continuacioacuten de la batalla Escenario el muro y la fosa de los aqueos alre-dedor de las naves La futura destruccioacuten del escenario por Posidoacuten y Apolo Los argivas dentro paacutenico y desesperacioacuten Fuera Polidamante y Heacutector Organizacioacuten y reagrupacioacuten de los troyanos en cinco bloques Ataque a pie Asio Hirtaacutecida Polipetes y Leonteo en las puertas a la defensa El aguumlero de Zeus un aacuteguila y una serpiente Polidamante y Heacutector laquoEl mejor aguumlero y el uacutenico es luchar en defensa de la patriaraquo Intento de destruccioacuten de la mu-ralla Ayantes resistencia y aacutenimos a los aqueos Lanzamiento de piedras Sarpedoacuten a Glauco la muerte destino comuacuten Menesteo Tootes Ayantes Teucro Ayante y Epicles Teucro y Glauco Sarpedoacuten La muralla como arma la muralla como medio La sangre sobre torres y almenas sangre de todos El impulso de Zeus a Heacutector el grito la piedra la puerta rota Heacutector y los troyanos dentro de la muralla

Canto XIII Invasioacuten

La mirada de Zeus desviada hacia otros pueblos y el territorio atravesado por Posidoacuten que se dirige a Troya para animar a los daacutenaos El dios disfra-zado de Calcante aparece a los Ayantes y enseguida a los demaacutes valientes guerreros Batallones soacutelidos laquobroquel en broquel casco en casco hombre en hombreraquo El avanzar de los troyanos Enfrentamiento violento muer-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tes sangrientas Decapitacioacuten de Imbrio la cabeza en el suelo objeto inaacute-nime Idomeneo y Meriacuteones Valentiacutea Zeus y Posidoacuten Duelos sucesivos Alrededor de Alcaacutetoo Alrededor de Ascaacutelafo Deiacutefobo herido por Meriacuteones y retirado del combate por Polites Heacuteleno y Deiacutepiro el yelmo errante sobre la tierra Menelao y Pisandro Las zonas de la batalla en las naves Heacutector Polidamante y Heacutector Heacutector y Paris Continuacioacuten del enfrentamiento y gritos heroicos

Canto XIV El engantildeo de Zeus

La batalla en las naves continuacutea y los aqueos estaacuten desesperados Neacutestor y Agamenoacuten Ulises y Agamenoacuten Diomedes Agamenoacuten Ulises y Neacutestor Posidoacuten a Agamenoacuten Hera Seduccioacuten de Zeus Hera acicalaacutendose en el pa-lacio encerrada en su habitacioacuten Hera y Afrodita los hechizos del amor y del deseo Territorio y movimiento divino atravesar la tierra como si fuese un mapa Suentildeo Adormecer a Zeus y Pasiacutetea Hera y Suentildeo hacia Ida Hera y Zeus El deseo de hacer el amor el tapiz de blanda yerba y la nube aacuteurea Suentildeo y Posidoacuten el apoyo a los daacutenaos Continuacioacuten de la batalla Heacutector y Ayante Telamonio Heacutector tendido en el polvo Los aliados alrededor del herido Heacutector se aleja del campo de batalla Duelos muertes sucesivas y hazantildeas heroicas

Canto XV Mientras tanto junto a las naves

Heacutector herido inconsciente Zeus enojado con Hera engantildeo y reconciliacioacuten Hera en el Olimpo El plan de Zeus para la guerra honrar a Aquiles Patroclo en el combate Heacutector y Patroclo la venganza de Aquiles posible conquis-ta de Ilion Reacciones de los dioses oliacutempicos Iris y Posidoacuten el enojo del dios y su retiro Apolo animando a Heacutector Continuacioacuten de la batalla en las naves la difiacutecil resistencia de los aqueos La plegaria de Neacutestor a Zeus Patroclo en la tienda de Euriacutepilo distraccioacuten y cuidados meacutedicos Patroclo se dirige a Aquiles Ayante y Caleacutetor Heacutector y Ayante Licofroacuten Teucro Batalla cuerpo a cuerpo Heacutector la voluntad de Zeus consejos a sus gue-rreros Ayante aacutenimos a los suyos Zeus el furor de Heacutector la huida de los daacutenaos Neacutestor Atenea Ayante Aacutespera batalla sangre y heridas Heacutector la popa de una nave el fuego Ayante la defensa de las naves laquola solucioacuten estaacute en las manosraquo

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XVI La muerte de Patroclo

Patroclo en la tienda de Aquiles negras laacutegrimas Aquiles y Patroclo Aquiles se desprende gradualmente de su coacutelera y aconseja a Patroclo El deseo de salvarse ellos dos solos de la guerra Ayante el plan de Zeus y el inicio del fuego Patroclo la armadura de Aquiles la preparacioacuten de la tropa por Aquiles Patroclo y Automedonte delante Aquiles la tienda la copa y el sa-crifi cio a Zeus La entrada de los mirmidones en la lucha la recuperacioacuten del aacutenimo Patroclo expulsa a los troyanos de las naves y hace que se apague el fuego Contraataque y los troyanos cediendo espacio Duelos consecutivos y muertes sangrientas Ayante y Heacutector la huida de los troyanos Los caballos cruzando la fosa Las hazantildeas de Patroclo Sarpedoacuten El dilema de Zeus Hera Patroclo y Sarpedoacuten Sarpedoacuten a Glauco Alrededor de Sarpedoacuten Heacutector y los troyanos Patroclo y los aqueos La noche de Zeus Heacutector y Epigeo Patroclo y Estenelao Retrcoceso de los troyanos Zeus Apolo el cuerpo de Sarpedoacuten Patroclo y Apolo en la muralla Apolo y Heacutector Patroclo Cebriacuteones Alrededor de Cebriacuteones Apolo despoja a Patroclo de su armadura Euforbo le clava la pica por detraacutes Heacutector y Patroclo La huida de los caballos inmortales

Canto XVII Alrededor del cuerpo muerto

Patroclo inaacutenime Menelao se acerca al verlo tumbado en el polvo Menelao y Euforbo Apolo Heacutector Menelao la ayuda de Ayante Heacutector retroce-diendo con la armadura de Patroclo Glauco y Heacutector Heacutector cambia de armas y vuelve a la batalla con las armas de Aquiles Zeus Ares Heacutector Ayante y Menelao El grito de la guerra Ayante Oileo Idomeneo Meriacuteones Batalla Ayante luchar de cerca alrededor del cuerpo Duro esfuerzo al-rededor del cuerpo contradiccioacuten con el resto del campo Los caballos inmortales inmoacuteviles apartados la cabeza en el suelo laacutegrimas Zeus los ca-ballos Automedonte Alcimedonte Heacutector y Eneas Automedonte y Areto Alrededor de Patroclo de nuevo Atenea enviada por Zeus cambio de ba-lanza Zeus tomando la fi gura de Feacutenix aparece a Menelao Atenea Apolo a Heacutector La victoria a los troyanos Menelao y Ayante Menelao a Antiacuteloco la terrible noticia Laacutegrimas Antiacuteloco hacia Aquiles Menelao Ayantes Meriacuteones iquestCoacutemo salvar al cuerpo de Patroclo Transportacioacuten del cadaacutever y continuacioacuten del combate

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XVIII Aquiles y el escudo

Antiacuteloco y Aquiles Duelo y lamentos Tetis Las armas de Hefesto Iris y Aquiles Hera Aquiles tres alaridos desde la fosa Retroceso de los troyanos la llegada del cuerpo de Patroclo a las naves La noche generada por Hera Heacutector y asamblea de troyanos El llanto por Patroclo Aquiles Venganza Lavar las heridas del cuerpo Tetis y Hefesto Las desgracias de Tetis afl ic-cioacuten La necesidad de una armadura para Aquiles El escudo Cinco laacuteminas La tierra el cielo el mar el sol la luna los astros Dos ciudades Escenas de guerra y paz naturaleza animales hombres El mundo en el escudo La coraza el casco las grebas Tetis desciende del Olimpo con las armas

Canto XIX Reconciliarse antes de armarse

Aurora El lamento de Aquiles abrazado al cuerpo de Patroclo Tetis y Aquiles la armadura nueva proteccioacuten del cadaacutever consejos Diomedes Ulises y Agamenoacuten estaacuten presentes en la asamblea de los aqueos convocada por Aquiles Aquiles la renuncia de la coacutelera Agamenoacuten la culpa es de los dioses Zeus y la Ofuscacioacuten alusioacuten al mito Reconciliacioacuten Debate entre Aquiles Agamenoacuten y Ulises la furia el combate los regalos prometidos el hambre la fuerza el duelo por los muertos Agamenoacuten sacrifi cando un jabaliacute jura no haberse acostado con Briseida En la tienda de Aquiles el la-mento de Briseida sobre el cuerpo de Patroclo La negacioacuten de Aquiles a comer duelo en compantildeiacutea de Agamenoacuten Menelao Ulises Neacutestor Idomeneo y Feacutenix Atenea motivada por Zeus da neacutectar y ambrosiacutea a Aquiles Los aqueos armaacutendose espesura Automedonte Aacutelcimo los caballos de Peleo Antes de entrar en la batalla Janto preveacute a Aquiles su muerte por un dios y un hombre

Canto XX Manos llenas de sangre

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Posidoacuten y Zeus Zeus laquorecreando la muerte en el espectaculoraquo y separacioacuten de los dioses en dos bandos Hera Atenea Posidoacuten Hermes y Hefesto con los aqueos Ares Apolo Aacutertemis Leto el riacuteo Janto y Afrodita con los troyanos Los aullidos de Atenea y Ares Duelos de dioses Apolo a Eneas Hera Posidoacuten y Atenea observan desde fuera preparados para protejer a Aquiles Eneas y Aquiles disputa verbal y duelo La estructura del escudo de Aquiles Posidoacuten salva a Eneas Aquiles anima a los aqueos Heacutector a los troyanos Apolo advierte a Heacutector Aquiles elimina

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

a Ifi tioacuten Demoleonte Hipodamante y Polidoro hermano de Heacutector Heacutector y Aquiles primer enfrentamiento resuelto por Apolo y Atenea Las viacutecti-mas de Aquiles Driacuteope Demuco Laoacutegono y Daacuterdano Tros Mulio Equeclo Deucalioacuten Rigmo Areiacutetoo

Canto XXI Perseguido por los dioses

Al lado del riacuteo Escamandro Aquiles divide a los troyanos en dos unos atra-pados en la corriente otros detenidos por Hera en la llanura Sin caballos y despojaacutendose de su lanza Aquiles empieza a matar dentro del riacuteo con su daga Doce muchachos capturados vivos por Patroclo Aquiles y Licaoacuten una suacuteplica en vano La muerte de Patroclo el cambio en Aquiles Asteropeo y Aquiles Linajes y ultraje del cadaacutever En la orilla Aquiles contra los peo-nios Personifi cacioacuten del riacuteo el cauce lleno de cadaacuteveres Aquiles ignora la advertencia de Escamandro y empieza la persecucioacuten Aquiles supli-ca a Zeus Posidoacuten y Atenea le garantizan la gloria La llanura inundada Escamandro y Simoente Hera y Hefesto el fuego en el riacuteo Teomaquiacutea Zeus gozando del enfrentamiento de los dioses Ares y Atenea Afrodita Hera Atenea y Afrodita Posidoacuten y Apolo Aacutertemis y Apolo Hera y Aacutertemis Hermes y Leto Aacutertemis en los brazos de Zeus Apolo en Troya Priacuteamo insta a los troyanos a refugiarse abriendo las puertas de la ciudad El impulso de Apolo a Ageacutenor Ageacutenor y Aquiles Apolo su tuacutepida bruma y la persecucioacuten de Aquiles por el dios disfrazado en Ageacutenor Lejos de la ciudad hacia el riacuteo

Canto XXII El uacuteltimo duelo

Heacutector el uacutenico troyano fuera de la muralla Aquiles se precipita hacia Troya decepcionado con la burla del dios Priacuteamo y Heacutecuba atemorizados suplican a Heacutector los cabellos arrancados del padre los senos de la madre El soliloquio de Heacutector Aquiles y Heacutector el comienzo de la persecucioacuten laquocorriacutean por la vida de Hector domador de caballosraquo Tres vueltas alrede-dor de la ciudad Zeus y Atenea Atenea en la tierra Apolo La balanza de Zeus Atenea coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector La fi gura de Deiacutefobo Heacutector recuperando el aacutenimo se acerca a Aquiles Negociacioacuten por el cuerpo muerto Las picas Aquiles a Heacutector Heacutector a Aquiles El engantildeo de la diosa Las espadas estudio del cuerpo muerte en contacto En el momento de la muerte crueldad verbal Ultrajar el cadaacutever arrastrar el cadaacutever Mientras ellos se alejan en la muralla de Troya se multiplican los lamentos Priacuteamo Heacutecuba Androacutemaca

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XXIII Los funerales de Patroclo

Aquiles y sus compantildeeros en el campamento aqueo Llorar a Patroclo tres vueltas con los caballos alrededor del cadaacutever Aquiles las manos sobre el pecho de Patroclo contacto fiacutesico con el muerto querido y ultraje del cadaacutever del enemigo Banquete fuacutenebre al lado de la nave Aquiles a Agamenoacuten No lavarse antes del funeral En la orilla del mar el suentildeo de Aquiles El alma de Patroclo y el olvido La Aurora lentildea para la pira La cabellera de Aquiles depositada en las manos de Patroclo La pira ritos funerarios Sacrifi cios cuatro caballos dos perros doce joacutevenes troyanos Afrodita y Apolo la pro-teccioacuten del cadaacutever de Heacutector Despueacutes de una noche lamentaacutendose al lado de la pira Aquiles adormece con la llegada de la aurora Recoger y guardar los huesos de Patroclo hasta la muerte de Aquiles Certamen en honor de Patroclo se proclama la competicioacuten y los premios a ganar y en seguida se presentan los heacuteroes que quieren participar En las competiciones las activi-dades humanas como medida del espacio

Canto XXIV Por el cuerpo de Heacutector

En la orilla del mar la noche Aquiles el recuerdo de Patroclo insomnio y laacutegrimas la aparicioacuten de la Aurora Tres vueltas alrededor del tuacutemulo arras-trando al cuerpo de Heacutector con el carro La duodeacutecima aurora intervencioacuten de Apolo Hera Zeus Iris a Tetis Tetis en el Olimpo El plan de Zeus para el rescate de Heacutector Tetis y Aquiles Iris y Priacuteamo la proteccioacuten de Hermes Priacuteamo y Heacutecuba Los nueve hijos de Priacuteamo Preparacioacuten plegaria a Zeus y aguumlero positivo Priacuteamo e Ideo Hermes el joven Llegando al campamen-to el suentildeo del dios envuelve a los aqueos hasta la entrada en la tienda de Aquiles Hermes tras revelar su identidad aconseja a Priacuteamo y se retira Priacuteamo y Aquiles las rodillas las manos homicidas la suacuteplica el estupor Alusioacuten a la vejez al padre El llanto comuacuten uno por Heacutector otro por Peleo y Patroclo Aquiles Automedonte y Aacutelcimo Aceptar los rescates lavar al cuerpo de Heacutector Aquiles y Priacuteamo preparacioacuten de la cena Admiracioacuten mutua los lechos los diacuteas necesarios para el entierro y continuacioacuten de la guerra al duodeacutecimo diacutea si necesario Aquiles y Briseida Hermes a Priacuteamo el miedo de Agamenoacuten Hermes Priacuteamo y Automedonte de vuelta a Troya con el cuerpo de Heacutector Casandra El duelo de los troyanos en las puertas Esceas Androacutemaca Heacutecuba Helena Lentildea para la pira funeral y banquete funerario

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nota Los versos de la Iliacuteada citados en este trabajo pertenecen a esta edicioacuten

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Page 5: C ENCUENTRO EN LA LÍADA

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Nos hemos propuesto a leer el encuentro como articulacioacuten como centro Una sucesioacuten de encuentros produce un fl ujo narrativo fragmentado cam-biante policeacutentrico articulado maacutes que continuo Nos interesa identifi -car esta sucesioacuten reconocer su estructura sus nodos y sus ramifi caciones Ramifi caciones que en una narracioacuten -inevitablemente linear en su forma- no son maacutes que bucles lazos nudos corredizos Los fl ujos secundarios trazan ciacuterculos pequentildeos remolinos se desviacutean y salen a la deriva para devolverse de manera defi nitiva al fl ujo central Nosotros los lectores viajamos con ellos hacia pasados para siempre perdidos hacia futuros que nunca llega-raacuten a ser hacia lo miacutetico y hacia realidades lejanas Nos distraemos a lo largo de los ciacuterculos para volvernos a entregar a la narracioacuten madre dejaacutendonos llevar por la fuerza de la corriente

El propio poema el fl ujo narrativo se permite entender como cuerpo con sus pulsiones y energiacuteas con sus movimientos internos y externos sus ritmos intriacutensecos sus equilibrios y sus tensiones El poema entonces ad-quiere una espacialidad que le es propia y no coincide con la espacialidad descrita por eacutel A la vez el encuentro no tiene que ser exclusivamente un encuentro interpersonal En la Iliacuteada se forman tambieacuten encuentros entre planos de accioacuten distintos (Tierra y Cielo) liacuteneas narrativas paralelas que se cruzan ideales diferentes sistemas de valoracioacuten contradictorios De este modo la cartografiacutea se refi ere tanto al espacio como al relato mientras en ambos casos es el encuentro que crea la posibilidad para tal cartografiacutea

Leer un texto es necesariamente volverlo a construir darle presencia y estar presente en eacutel repitiendo esencialmente sus propios movimientos Al tra-bajar con la Iliacuteada se generoacute la necesidad de mantener un contacto iacutentimo con ella de conocerla desde cerca precisamente para poder rastrear el fl ujo de sus movimientos El cuento de los cantos es una especie de resuacutemen de la Iliacuteada creado por motivos de orientacioacuten en ella desde la perspectiva de este trabajo A continuacioacuten se presentan y analizan cinco encuentros cinco secuencias narrativas a partir de los cuales se ha intentado organizar la refl exioacuten acerca de las cuestiones que la lectura de la Iliacuteada suscita Los diagramas adjuntos uno para cada secuencia intentan trazar sobre el texto homeacuterico los movimientos que se han reconocido en eacutel

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1 La mujer premio ausencia[Helena y Priacuteamo]

No presidiacutea yo el esfuerzo de los frigios no era yo sino mi nombre

la uacutenica recompensa para la lanza de los helenos Euriacutepides Helena

laquoVen aquiacute querida novia donde veraacutes hechos increiacutebles de troyanos domadores de potros y de aqueos de bronciacutenea tuacutenicaLos que antes se presentaban Ares fuente de laacutegrimasen la llanura aacutevidos del execrable combateestaacuten sentados ahora en silencio -y la pelea ha cesado-apoyados en los escudos con las largas picas clavadas al ladoPor su parte Alejandro y Menelao caro a Arescon sus luengas picas van a luchar por tidel que resulte vencedor seguramente te llamaraacutes esposaraquo(Canto III 130-138)

Son estas las palabras que dirige a Helena Iris la mensajera de Zeus El mo-mento ha llegado en el deacutecimo antildeo de la guerra de Troya Menelao y Paris se enfrentaraacuten en un duelo que supuestamente defi niraacute el resultado de la guerra la suerte de aqueos y troyanos la suerte de la ciudad de Troya pero ante y sobre todo la suerte de Helena Iris apoacutes tomar la fi gura de Laoacutedica la maacutes bella de las hijas de Priacuteamo cuntildeada actual de Helena se acerca a ella para anunciarle el hecho

La encuentra aislada en su aposiento hilando y bordando tejidos infi nitos en los cuales se inscriben mitos dioses fragmentos de vidas antes de la guerra actos heroicos durante la guerra y lugares del mundo arcaico A esta tarea interminable se dedica Helena durante su larga estancia en el palacio de Priacuteamo La relacioacuten que mantiene con la realidad se establece mediante esos tejidos que ella misma va creando para poder ver el mundo su mundo refl ejado en ellos De cierto modo los tejidos son el relato que Helena decide construir de siacute misma el relato que presenta y a traveacutes del cual se presenta

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

al mundo En la Iliacuteada Androacutemaca tambieacuten permanece en el interior del palacio de Priacuteamo tejiendo mientras en la Odisea Peneacutelope espera a Ulises en Iacutetaca hilando y deshilando pacientemente durante 20 antildeos

Helena recibe a Iris-Laodica en silencio sin pronunciar ni una palabra Encerrada en su quietud hundida en suprema soledad Helena sale lloran-do de su habitacioacuten y se encamina hacia la muralla de la ciudad en busca de la fi gura de Menelao La presencia de las criadas que la acompantildean apenas resalta su desolacioacuten ya que en su destino uacutenico se encuentra irremediable-mente sola

Desde el mito hasta la actualidad ella es reconocida y recordada por la belle-za casi divina de su cuerpo y su rostro y la desgracia que esta belleza causoacute a partir del momento en que Helena se fue a Troya con Paris1 iniciando com-bate beacutelico maacutes notorio de la antiguumledad Estos dos atributos inseparables y muchas veces misteriosamente asociados en las culturas antiguas la belleza y la desgracia atraviesan a Helena la cosifi can en la conciencia de todos Ella es el desencadenante de la guerra ella es tambieacuten su premio se convierte en un siacutembolo una fi gura abstracta un fantasma una idea ella misma La persona la mujer que ella es cede bajo el peso de esta responsabilidad des-aparece y se diluye en el papel que le ha sido otorgado Helena al fi n y al cabo es un nombre el nombre de una persona vaciada de su interior cuya identidad es concebida y entendida puramente desde el exterior

En la parte superior de la muralla de Troya Helena va caminando Su fiacutesico nunca se describe en la Iliacuteada pero la podemos siempre visualizar a traveacutes de los ojos de otros a traveacutes de su refl ejo en ellos En esta escena son los ancianos de la ciudad los que la contemplan por nosotros No le dirigen di-rectamente la mirada ni muchiacutesimo menos la palabra se limitan a admirar su belleza conversando entre ellos en voz baja maldicieacutendola por el sufri-miento de su pueblo El desprecio que manifi estan hacia ella anula su exis-tencia aquiacute y ahora Dado que Helena no es reconocida por los otros y no interactuacutea con ellos no puede existir como sujeto En teacuterminos de Martin Buber diriacuteamos que Helena no forma parte de ninguna relacioacuten Yo-Tuacute por lo que su existencia se cuestiona quedaacutendose suspendida ldquoAl comienzo es

1 Las versiones e interpretaciones sobre este hecho son muy variadas y abren un abanico de posibilidades que oscilan entre el secuestro violento por Paris y el abandono del hogar miceacutenico por Helena en plena voluntad incluyendo diversas variacones y matices intermedios En la tragedia Helena de Euriacutepides por ejemplo los dioses enviacutean a Troya un fantasma un simulacro mientras ella se encuentra a salvo muy lejos (lejos de Troya y lejos de su patria)

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

la relacioacuten como categoriacutea del ser una disposicioacuten de acogida un conti-nente una pauta para el alma es el a priori de la relacioacuten el Tuacute innatordquo2 A ella se le trata como a un Ello una existencia cosifi cada a quien se acude de manera instrumental

laquoNo es extrantildeo que troyanos y aqueos de buenas grebaspor una mujer tal esteacuten padeciendo duraderos dolorestremendo es su parecido con las inmortales diosas al mirarlaPero auacuten siendo tal como es que regrese en las navesy no deje futura calamidad para nosotros y nuestros hijosraquoAsiacute hablaban y Priacuteamo alzando la voz llamoacute a HelenalaquoVen aquiacute hija querida y sieacutentate ante miacute y veraacutesa tu anterior marido a tus parientes poliacuteticos y a tus amigosPara miacute tuacute no eres culpable de nada los causantes son los diosesque trajeron esta guerra fuente de laacutegrimas contra los aqueosAsiacute podraacutes decirme ademaacutes el nombre de ese monstruoso guerreroiquestQuieacuten es ese guerrero aqueo noble y altoCierto que hay otros maacutes altos que hasta le sacan la cabezapero hasta ahora no he visto en mis ojos a nadie tan belloni tan majestuoso Lo digo porque parece un reyraquoRespondioacutele Helena de casta de Zeus entre las mujereslaquoPudor me inspiras querido suegro y respeto tambieacuteniexclOjalaacute la cruel muerte me hubiera sido grata cuando aquiacutevine en compantildeiacutea de tu hijo abandonando taacutelamo y hermanosa mi nintildea tiernamente amada y a la querida gente de mi edadMas eso no ocurrioacute y por eso estoy consumida de llorarTe voy a decir eso que me preguntas e inquieresese es el Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominiosa la vez buen rey y esforzado lanceroEra mi cuntildeado de miacute cara de perra si eso alguna vez sucedioacuteraquo(Canto III 156-180)

Los ancianos sentados en un punto fi jo contemplan a Helena quien estaacute caminando mientras (la narracioacuten y) nosotros la seguimos desde el interior del palacio hasta la muralla pero la invitacioacuten de Priacuteamo abre un lugar a su lado para su presencia Aparte de Heacutector con quien Helena mantiene una relacioacuten de amistad y carintildeo3 Priacuteamo es posiblemete la uacutenica persona que

2 Yo y Tuacute p 253 laquoEstas palabras tejen entre Heacutector y Helena una complicidad mucho maacutes que fraternal incluso ante un fu-turo incierto Con esa infalible intuicioacuten de las relaciones verdaderas entre los seres y ese acento de intimidad del que nadie ha sabido encontrar jamaacutes el secreto Homero revela sin traicionarla la amistad que por lo me-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

establece una conversacioacuten con ella dirigieacutendole tiernas y reconfortantes pa-labras en lugar de amenazas y maldiciones

Priacuteamo declara que para eacutel no es Helena quien tiene la culpa de esta guerra que tanto sufrimiento ha causado sino los dioses los terribles y manipulado-res dioses del Olimpo Sin embargo esta afi rmacioacuten no parece ser sufi ciente para apaciguar el desespero de Helena apenas toma la palabra despliega su lamento en el cual alcanza a manifestarse un pequentildeo punto de interio-ridad Ausente de siacute misma y alienada de su propia existencia al lado de Priacuteamo mientras contempla la llanura donde estaacuten luchando aqueos y tro-yanos Helena se permite expresar aunque momentaacuteneamente4 Responde a la pregunta de Priacuteamo pero en seguida vuelve a referirse a siacute misma y a su desgracia Sobrepasada por su situacioacuten existencial no puede contener su afl iccioacuten

laquoEra mi cuntildeadoraquo es la frase con la cual Helena concluye el reconocimiento de Agamenoacuten Es evidente que Priacuteamo tal como todos los aqueos troyanos y aliados situados en la llanura de Troya ya conoce esta informacioacuten5 pero para Helena repetirla es importante De este modo ella se situacutea entre los hechos en un intento de reafi rmar su posicioacuten en el mundo posicioacuten de la que ella misma llega a dudar cuestionando laquosi eso alguna vez sucedioacuteraquo Asiacute el poeta envuelve el reconocimiento de Agamenoacuten en su lamento formando una especie de nudo en la narracioacuten

Sin embargo en este lamento ciacuteclico el inicio no coincide con el fi nal dado que mientras habla el dolor devastador y totalizador que siente se apode-ra de ella a tal punto que llega a pronunciar en voz alta las terribles pala-bras laquode miacute cara de perraraquo Frente a un interlocutor el poeta hace aparecer mundo interior de ella sin dejar de hacer eco de la exterioridad cruel que la ha defi nido a lo largo de los diez antildeos de la guerra Helena odia y desprecia

nos en Helena es la capa protectora de un sentimiento maacutes profundoraquo (Rachel Bespaloff De la Iliacuteada p29)4 En este sentido es signifi cante la presencia de un interlocutor de un otro que la escucha y observa de alguien que le presta atencioacuten para que se pueda manifestar el dolor de Helena En varias ocasiones Helena se representa llorando y lamentaacutendose pero esta es la uacutenica ocasioacuten en la cual alguien atiende miacutenimamente a su lamento 5 Emilio Crespo en su traduccioacuten de la Iliacuteada comenta laquoEl pasaje entre 161 y 246 era conocido al menos desde la eacutepoca heleniacutestica como teichoskopiacutea lsquorevista desde la murallarsquo Es desde luego sorprendente que Priacuteamo desconozca a los caudillos griegos por los que pregunta en el deacutecimo antildeo de la guerra justo cuando eacutesta estaacute a punto de terminar con el duelo entre Paris y Menelaoraquo (Iliacuteada Gredos p156) Con la teichoskopia se crea tambieacuten de manera indirecta la oportunidad para que aparezca un discurso de Helena El poeta no podriacutea buscarle mejor interlocutor que el anciano y magnaacutenime Priacuteamo siempre sutil en sus palabras y acciones

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

a Helena tanto como la odian y desprecian los otros iquestCoacutemo resuenan estas palabras en el espacio iquestCoacutemo lo transforman

Asiacute habloacute y el anciano quedoacute maravillado y exclamoacutelaquoiexclAtrida feliz con fortuna nacido de opulento hadoRealmente veo que hay muchos joacutevenes aqueos sumisos a tiYa en cierta ocasioacuten fui a Frigia rica en vintildeedosdonde vi elevadiacutesimo nuacutemero de frigios de aacutegiles potroslas huestes de Otreo y de Migdoacuten comparable a un diosque entonces habiacutean ido en campantildea a orillas del SangarioPues tambieacuten yo me uniacute a ellos en calidad de aliadoaquel diacutea en que llegaron las varoniles AmazonasMas ni eacutesos eran tantos como los aqueos de vivaces ojosraquoEn segundo lugar al ver a Ulises preguntoacute el ancianolaquoEa dime tambien eacuteste hija querida quieacuten esEs maacutes bajo que el Atrida Agamenoacuten que le saca la cabezapero se le ve maacutes ancho de hombros y de pechoSus armas yacen sobre la tierra nutricia de muchospero eacutel recorre como un morueco las hileras de guerrerosSiacute yo lo comparo con un carnero de compactos vellonesque pasa revista a un gran rebantildeo de blancas ovejasraquo(Canto III 181-198)

Despueacutes de esta apertura al mundo psiacutequico de Helena la narracioacuten cierra su pequentildeo desviacuteo y vuelve a ocuparse del movimiento de los caudillos aqueos en la llanura de Troya laquoiexclAtrida felizraquo asiacute es como empieza la respuesta de Priacuteamo a su laquohija queridaraquo obviando por completo su desesperacioacuten la palabra feliz se convierte en una lanza que se clava en la geacutelida desgracia de Helena Priacuteamo tambieacuten eacutel la atraviesa reconduciendo su atencioacuten hacia otra parte

En la escena de la teichoskopiacutea la Iliacuteada nos recuerda una vez maacutes que esta guerra no es anoacutenima y abstracta Ninguacuten guerrero no es laquouno maacutesraquo entre los muertos o los vivos Los guerreros homeacutericos traen al campo de batalla sus pasiones y afectos sus defectos y sus deseos de venganza y cada uno merece ser llamado por su nombre propio En el canto II el poeta hizo una invocacioacuten directa a las Musas solicitando ayuda con la tarea inabarcable de nombrar a todos los guerreros antes de construir el cataacutelogo de las naves aqueas y el cataacutelogo de los troyanos y sus aliados6 En la teichoskopiacutea son

6 laquoDecidme ahora Musas duentildeas de oliacutempicas moradas | pues vosotras sois diosas estaacuteis presentes y sabeacuteis

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

sus propios personajes dos personajes que no participan en el combate los que asumen esta actitud contemplativa Excluidos de la guerra la observan desde un punto fi jo en lo alto de la muralla de Troya ese liacutemite que todaviacutea protege a la ciudad y a sus habitantes mujeres ancianos y nintildeos mantenieacuten-doles en un encierro permanente

Unos versos maacutes tarde llegaraacuten los heraldos y se llevaraacuten al anciano rey para que eacutel sancione los juramentos antes del duelo de Menelao y Paris Priacuteamo se iraacute sin despedirse y Helena una vez maacutes se hundiraacute en su soledad Sola entre muchas troyanas se quedaraacute contemplando el duelo entre su primero y su segundo esposo Al fi nal del canto Afrodita la encontraraacute alliacute en la mu-ralla de Troya y la conduciraacute hacia el interior del palacio para acompantildear a Paris en la cama y satisfacerle el deseo sexual cumpliendo con su papel de esposa Helena no tiene fuerza de voluntad atrapada en un denso tejido de circunstancias exteriores encerrada en la ciudad y encerrada en el nombre que lleva se transforma en observadora permanente

Helena es un personaje sumamente importante e interesante Toda una guerra gira en torno a ella su nombre se repite y resuena como un eco per-sistente entre los versos pero Helena la mujer la persona estaacute ausente de la realidad ausente de su propia vida es la mujer premio

Ella no es la uacutenica mujer premio de la Iliacuteada En el universo masculino de la guerra infi nitas mujeres se convierten en premio de los saqueos de ciuda-des se cautivan como esclavas o se entregan como regalos de un guerrero a otro Agamenoacuten cuando solicita el regreso de Aquiles a la batalla le pro-mete entre otros regalos a siete mujeres esclavas (laquoTe daraacute siete mujeres expertas en intachables labores lesbias que cuando conquistaste la bien edi-fi cada Lesbos para siacute | escogioacute y que destacaban en belleza entre la raza de las mujeresraquo) y a una de sus hijas como esposa legiacutetima dejaacutendole la posi-bilidad de escoger entre ellas a la que maacutes le guste7 Esto nos hace pensar en el espacio que ocupan las mujeres en la guerra tanto a nivel simboacutelico como a nivel fiacutesico pero tambieacuten en todo aquello que permaneciendo ajeno a la

todo | mientras que nosotros solo oiacutemos la fama y no sabemos nada | quieacutenes eran los priacutencipes y los caudi-llos de los daacutenaos | El grueso de las tropas yo no podriacutea enumerarlo ni nombrarlo | ni aunque tuviera diez lenguas y diez bocas | voz inquebrantable y un bronciacuteneo corazoacuten en mi interior | si las Oliacutempicas Musas de Zeus portador de la egida | hijas no recordaran a cuaacutentos llegaron al pie de Ilio | Pero siacute nombrareacute a los jefes y la totalidad de las navesraquo (IliacuteadaCanto II 484-493)7 Iliacuteada Canto IΧ 270-290

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

guerra interviene en ella de manera oblicua y tangencial8

El propio argumento de la Iliacuteada se despliega a partir de Criseida hija de Crises sacerdote de Apolo ella fue dada como botiacuten de guerra a Agamenoacuten y su cautiverio provoca la furia de Apolo contra los daacutenaos Se decide la devolucioacuten de Criseida a su padre pero Agamenoacuten exige como jefe de los caudillos aqueos que se le sustituya su botiacuten en vez de Criseida se quedaraacute con Briseida otorgada originalmente como botiacuten a Aquiles exigencia que provoca la coacutelera la famosa μήνις de Aquiles considerada como el tema central de la epopeya La presencia de las mujeres premio en la Iliacuteada es muy importante pero ellas mismas se encuentran ausentes Mujeres hermosas cosifi cadas transformadas en objetos en torno a los cuales giran los episo-dios y los actos heroicos

Briseida se retira de la tienda de Aquiles caminando laquoen contra a su volun-tadraquo con laacutegrimas en los ojos sin pronunciar una palabra Aquiles se encie-rra en su tienda y se abstiene del combate protestando por la peacuterdida de Briseida Despueacutes de la muerte de Patroclo una vez Aquiles decide entrar de nuevo en la batalla Briseida se devuelve a eacutel mientras Agamenoacuten jura que no se ha acostado con ella En este momento Briseida habla soacutelo para llorar a Patroclo resaltando su bondad y delicadeza El discurso de Briseida es pu-ramente exterior a ella en su discurso ella se relaciona con el mundo como si no participase en eacutel como si fuese una espectadora de su propia vida Aunque invoca un episodio que la marcoacute profundamente el momento en que Aquiles saqueoacute su ciudad y matoacute a su marido convirtieacutendola en esclava lo describe enfatizando la reaccioacuten de Patroclo y no su propia desgracia la cual se presenta como si para ella ya no tuviera importancia como si su vida careciera de sentido Briseida tan desgraciada y despojada de toda libertad y toda voluntad llora al compantildeero de su saqueador

laquoiexclPatroclo el ser maacutes grato para esta desdichada de miacuteVivo te dejeacute cuando saliacute de esta tienday ahora te hallo muerto comandante de huestes al regresarde nuevo iexclDesgracia sobre desgracia me viene sin cesarAl marido a quien me con iaron mi padre y mi augusta madrelo vi delante de la ciudad desgarrado por el a ilado bronceigual que a los tres hermanos que mi madre habiacutea engendrado

8 Pascal Payen en su libro Les revers de la guerre en Gregravece ancienne dedica un capiacutetulo al papel de las mujeres en una esfera donde seguacuten la ideologiacutea dominante ellas no tienen lugar

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tan amados y que todos alcanzaron el diacutea de la ruinaNi siquiera me permitiste cuando el ligero Aquilesmatoacute a mi marido y saqueoacute la ciudad del divino Minetellorar asegurabas que me convertiriacuteas en legiacutetima esposadel divino Aquiles y que eacutel me llevariacutea en las naves a Ftiacuteay celebrariacutea el banquete de boda entre los mirmidonesPor eso lloro sin cesar la muerte del que siempre fue tan dulceraquo(Canto XIX 287-300)

En alguna ocasioacuten Helena tambieacuten actuacutea como si fuese una observadora imparcial representando la voz de la razoacuten juiciosa sobria Comenta los hechos evaluacutea las circunstancias aconseja Una vez maacutes ausente de siacute misma indiferente resignada Su juicio llega a nosotros a traveacutes de las na-rraciones de otros personajes laquoAhora mi esposa que me ha reprendido con tiernas palabras | me ha incitado al combateraquo dice Paris a Heacutector9 Heacutector por su parte teme que su querida mujer Androacutemaca sea llevada a fuerza por alguacuten aqueo acaso ellos conquisten la ciudad de Troya

Mas no me importa tanto el dolor de los troyanos en el futuro ni el de la propia Heacutecuba ni el del soberano Priacuteamoni el de mis hermanos que muchos y valerosospuede que caigan en el polvo bajo los enemigoscomo el tuyo cuando uno de los aqueos de bronciacuteneas tunicaste lleve envuelta en laacutegrimas y te prive del diacutea de la libertad (Canto VI 450-455)

9 Iliacuteada Canto VI 337-338

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2 El movimiento de la familia un lugar para encontrarse [Heacutector y Androacutemaca]

En el canto VI Diomedes se acerca a la muralla de Troya matando a un hombre despueacutes de otro Los troyanos aterrorizados necesitan defenderse defender a su ciudad a sus familias a sus mujeres a sus hijos a sus casas La fi gura de Heacutector se dibuja como la fi gura del rey que protege a su pueblo del liacuteder que anima a sus guerreros con carintildeo del hijo en quien tiene orgu-llo la familia pero sobre todo del hombre que quiere a su esposa del padre que antildeora a su hijo Heacutector es precisamente esto un hombre Un hombre que como dice eacutel mismo ha aprendido a ser valiente por necesidad Su perfi l humano terrenal noble lo acerca a nosotros por medio de la empa-tiacutea Su prevista muerte el implacable destino que le espera se contrapone al mundo del que proviene al tejido de relaciones en el que estaacute inmerso del cual la guerra le separa violentamente mientras participa en ella para defenderlo

Pero cuando ya llegoacute a la muy bella morada de Priacuteamoconstruida con pulidos pooacuteticos de columnas en la cualhabiacutea cincuenta habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los hijosde Priacuteamo se acostaban junto a sus legiacutetimas esposasy para las hijas en el lado de enfrente dentro del patiohabiacutea doce techadas habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los yernosde Priacuteamo se acostaban junto a sus respetables esposasalliacute le salioacute al paso su madre dadivosa de benignos regalosllevando dentro a Laodica la primera de sus hijas en belleza(Canto VI 242-252)

Heacutector se dirige hacia la ciudad y sabemos que es la uacuteltima vez que entra-raacute en ella cruzando su muralla Seguramente la entrada en el palacio de Priacuteamo le maravilla el mundo de la paz y los recuerdos de la vida civil de su propia vida se apoderan de eacutel La sencilla descripcioacuten de la organizacioacuten espacial de este palacio descripcioacuten intemporal despojada de todo detalle

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

y toda presencia humana impone a la narracioacuten un silencio un silencio que se asienta sobre el bullicio el voceriacuteo y el desorden sangriento de la batalla En este silencio en esta tranquilidad en la prosperidad evocada del espacio interior el poema estaacute preparando el encuentro del heacuteroe con su mundo siendo la descripcioacuten del palacio una introduccioacuten para el encuentro de Heacutector con su madre

laquo[] Tuacute ve al templo de la depredadora Ateneay yo ireacute en busca de Paris para llamarloa ver si quiere atender a mis palabras iexclOjalaacute aquiacute mismose lo tragara la tierra Pues es una peste que el Oliacutempico crioacutepara los troyanos para el magnaacutenimo Priacuteamo y para sus hijosSi lo viera descendiendo dentro del Hadesdiriacutea a mi aacutenimo que dejara olvidado del todo el funesto llantoraquo(Canto VI 279-285)

A su vez el encuentro con Heacutecuba le conduce hacia su hermano Paris a quien desprecia profundamente acerca de quien pronuncia palabras exce-sivamente duras La narracioacuten sigue a Heacutecuba en sus sacrifi cios a Atenea realizando un breve desviacuteo antes de volver a acompantildear a Heacutector en su re-corrido Heacutector encuentra a Paris en su caacutemara armaacutendose para el combate bello al lado de Helena Detenieacutendose en la entrada de la habitacioacuten le re-procha su cobardiacutea e inicia una conversacioacuten con Helena1 mientras le invade el recuerdo de su familia Este recuerdo el deseo y la antildeoranza que conlleva es lo que mueve a Heacutector en un movimiento continuo agonizante insacia-ble hacia Androacutemaca su amada mujer hacia su familia a la vez hacia sus compantildeeros hacia la batalla donde pertenece donde pereceraacute Su recorrido se extiende como un hilo en el espacio formando un nodo cada vez que se encuentra e interactuacutea con otra persona

laquoNo me ofrezcas asiento Helena aunque me estimes no meconvenceraacutes Pues mi aacutenimo ya estaacute en marcha presto a defendera los troyanos que intensa antildeoranza sienten por mi ausenciaTuacute pon en movimiento a eacuteste y que tambieacuten eacutel se de prisapara que me alcance mientras todaviacutea esteacute dentro de la ciudad

1 laquoEa entra ahora y sieacutentate sobre este escabel | cuntildeado miacuteo pues tuacute eres al que maacutes acosa las mientes la tarea | por culpa de esta perra de miacute y por la ofuscacioacuten de Alejandro | a quienes Zeus impuso el malvado sino de en lo sucesivo | tornarnos en materia de canto para los hombres futurosraquo dice Helena a Heacutector Sus palabras tienen la doble funcioacuten de explicar(se) el inicio de la guerra y quizaacute aliviar el dolor desgarrador que Helena siente y enfatizar el peso de la responsabilidad que recae sobre Heacutector a pesar de que eacutel no tenga la culpa de esta guerra

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Ademaacutes yo quiero ir a mi casa a vera los criados a mi esposa y a mi tierno hijoPues no seacute si auacuten otra vez llegareacute de regreso hasta elloso si los dioses ya me van a doblegar a manos de los aqueosraquoTras hablar asiacute se alejoacute Heacutector de tremolante penachoy al instante llegoacute a sus bien habitadas moradasmas no encontroacute en las salas a Androacutemaca de blancos brazosque con su hijo y una sirviente de bello mantosobre la torre estaba de pie llorando y gimiendoHeacutector al no hallar dentro a su intachable esposasalioacute al umbral se detuvo y dijo asiacute a las criadaslaquoEa criadas declaradme la verdadiquestAdoacutende ha ido Androacutemaca de blancos brazos fuera del palacioiquestA ver a mis hermanas y a mis cuntildeadas de buenos mantosiquestO al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosaraquoLa soliacutecita despensera diacutejole a su vez estas palabraslaquoiexclHeacutector Ya que mandas encarecidamente declarar la verdadni a ver a tus hermanas ni a tus cuntildeadas de buenos mantosni al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosasino a la elevada torre de Ilio pues ha oiacutedo que los troyanosestaacuten abrumados y que los aqueos ejercen gran poderiacuteoYa ha llegado presurosa a la murallacomo mujer enloquecida y la nodriza lleva al nintildeo consigoraquoDijo la despensera y Heacutector se precipitoacute fuera de la casa bajando otra vez por la misma ruta de bien construidas callesCuando atravesoacute la gran ciudad y llegoacute a las puertasEsceas por donde se disponiacutea a salir a la llanuraalliacute le salioacute al paso corriendo su esposa rica en regalosAndroacutemaca la hija del magnaacutenimo Eetioacuten del Eetioacuten que habiacutea habitado bajo el boscoso Placoen Teba bajo el Placo y habiacutea sido soberano de los ciliciosDe eacuteste era hija la esposa de Heacutector de bronciacuteneo cascoLe salioacute entonces al paso y con ella se acercoacute la sirvientallevando en su regazo al delicado nintildeo todaviacutea sin habla el preciado Hectoacuterida semejante a un bello astroHeacutector soliacutea llamarlo Escamandrio pero los demaacutesAstiaacutenacte pues Heacutector era el uacutenico que protegiacutea IlioEacuteste sonrioacute mirando al nintildeo en silencioy Androacutemaca se detuvo cerca derramando laacutegrimas le asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijo

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laquoiexclDesdichado Tu furia te perderaacute Ni siquiera te apiadasde tu tierno nintildeo ni de miacute infortunada que pronto viudade ti quedareacute []raquo(Canto VI 360-409)

El encuentro de Heacutector con Androacutemaca se va generando cuidadosamente con lentitud Para llegar a su laquointachable esposaraquo Heacutector va cruzando um-brales consecutivos En su trayectoria se encuentra con una habitacioacuten vaciacutea de donde su mujer estaacute ausente Su deseo de ver a su familia se prolonga algo maacutes aumentando la tensioacuten dramaacutetica Preocupado ansioso pregunta repetidamente por Androacutemaca a las sirvientas que encuentra antes de saber que ella tambieacuten ha salido en busca de eacutel presurosa angustiada acompantildea-da por la nodriza que lleva al nintildeo consigo Heacutector recorre las mismas calles posiblemente siguiendo la misma ruta que habiacutea marcado al entrar en la ciudad El mismo camino diferentes situaciones existenciales El momento es especial defi nido por la guerra el dolor la incertidumbre el peligro pero sobre y a pesar de todo del amor

Bajo estas circunstancias en esta escena Heacutector y Androacutemaca se encuentran en movimiento mientras estaacuten realizando dos movimientos opuestos Los pasos de ambos se cruzan sobre las puertas Esceas Alliacute emocionados se miran por un momento Eacutel sonriacutee y ella llora estas dos acciones se presentan a menudo ligadas una a otra manifestadas simultaacuteneamente En esta escena Androacutemaca y Heacutector estaacuten emocionados felices y desconsolados a la vez Sus reacciones se complementan mutuamente Heacutector sonriacutee hacia el nintildeo en un silencio elocuente mientras Androacutemaca busca la proximidad fiacutesica posicionaacutendose cerca de Heacutector El movimiento se detiene y en la narra-cioacuten se abre un momento de quietud entre sonrisas y laacutegrimas una mujer y un hombre la nodriza que lleva al nintildeo en sus brazos sobre la muralla de Troya a lo lejos la batalla interminable

Eacuteste es el soporte esceacutenico del diaacutelogo de Heacutector y Androacutemaca un diaacutelogo que comienza y termina con dos frases muy parecidas laquole asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijoraquo y laquola acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijoraquo2 la primera refi rieacutendose a Androacutemaca y la segunda a Heacutector La pronunciacioacuten del nombre propio adquiere importan-

2 En el original laquoἔν τ᾽ ἄρα οἱ φῦ χειρὶ ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo y laquoχειρί τέ μιν κατέρεξεν ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo (Iliacuteada canto VI 406 y 485) Estas frases no contienen la idea de llamar laquocon todos los nombresraquo sino maacutes bien la de llamar pronunciar decir el nombre de cada uno

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

cia especial es asiacute que las personas se reconocen es cuando alguien escu-cha su nombre enunciado por el otro que estaacute invitado al diaacutelogo Por otra parte al fi nal del diaacutelogo el nombre propio suena como una conclusioacuten una despedida

A lo largo de esta conversacioacuten se despliega el dilema del heacuteroe el dilema del hombre que tiene que situarse entre la familia y la guerra entre la vida privada y el bien comuacuten de la ciudad En su interior toma lugar un cofl icto entre valores opuestos entre obligaciones e impulsos que pertenecen a di-ferentes planos de la realidad Su familia tambieacuten participa en este confl ic-to y se encuentra afectada por la complejidad de la situacioacuten que la guerra genera Androacutemaca perdioacute a toda su familia en esta guerra su padre y sus siete hermanos fueron muertos por la mano de Aquiles en la ciudad de Tebas mientras su madre se salvoacute con la ayuda de Aacutertemis Ahora como afi rma ella laquoiexclOh Heacutector Tuacute eres para miacute mi padre y mi augusta madre | y tambieacuten mi hermano y tuacute eres mi lozano esposoraquo3 Heacutector lo es todo para Androacutemaca y ella le implora a quedarse en la ciudad a no dejarla sola En breve eacutel seraacute muerto por Aquiles al igual que el resto de la familia

En el canto XXII los padres de Heacutector tambieacuten le suplican a permanecer dentro de la muralla de Troya y desde alliacute a enfrentarse a Aquiles y defender la ciudad4 Priacuteamo acerca sus manos a su cara y se arranca los cabellos en un gesto de afl iccioacuten mientras Heacutecuba es mucho maacutes expliacutecita en su suacuteplica gestual laquoAl otro lado su madre se lamentaba y vertiacutea laacutegrimas mientras | con una mano se abriacutea el vestido y con otra se alzaba el pechoraquo De nuevo la muralla de Troya emerge como espacio esceacutenico de la accioacuten Como todo liacutemite que separa una regioacuten de otra la muralla funciona tambieacuten como un punto de comunicacioacuten entre el interior y el exterior el uacutenico punto de co-municacioacuten entre la ciudad y el campo de batalla Cuando los que se encuen-tran dentro quieren comunicarse con los guerreros no tienen otra opcioacuten que exponer a vista de todos aquello que pertenece al dominio de lo privado

La fi gura de Heacutecuba sobre la muralla agarrando su seno con fuerza para mostraacuterselo a Heacutector mientras le implora a no entrar en el duelo con Aquiles es una fi gura traacutegica Representa el esfuerzo uacuteltimo y futil de la madre por mantener a su hijo salvo y sano cerca de ella haciendo alusioacuten al viacutenculo uacutenico que los dos experimentaron durante la lactancia Son los senos de la

3 Iliacuteada canto VI 429-4304 Iliacuteada canto XXII 33-92

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madre que se dirigen siempre hacia su hijo recordando el contacto que alguna vez tuvieron con su boca Es en sus senos quizaacute donde se localiza el dolor de la madre por la peacuterdida de su hijo dolor que sustituye al viacutenculo primordial Inversamente para evitar su peacuterdida Heacutecuba intenta recordar a Heacutector ese primer contacto al principio con su gesto y a continuacioacuten con sus palabras Pero Heacutector no atenderaacute a las suacuteplicas de sus padres como tampoco atiende a la de su esposa5

Es en la respuesta de Heacutector a Androacutemaca donde la Iliacuteada nos revela de forma expliacutecita la motivacioacuten del heacuteroe la razones por las cuales decide entrar en la guerra Heacutector como hijo del rey siente la obligacioacuten de luchar eacutel primero por la ciudad por verguumlenza a los troyanos y para adquirir la eterna gloria la gloria a la que siempre aspira el guerrero auacuten sabiendo que para alcanzarla tendraacute que entregar su vida mostraacutendose valiente en la batalla Frente a su querida esposa Heacutector aparenta tener maacutes miedo por la suerte de ella que por la de sus padres o por su propia De esta manera en la Iliacuteada se esboza claramente la supremaciacutea del matrimonio y la familia nuclear que los hombres activamente crean en su vida adulta sobre todas las relaciones humanas

En este pequentildeo diaacutelogo se puede tambieacuten entrever y reconstruir una trama de valores creencias y convicciones que fueron importantes para la eacutepoca heroica representada en el poema y quizaacute sigan siendo vigentes en gran parte hoy en diacutea El poeta ubica este iacutentimo y tierno encuentro fuera del pa-lacio de Priacuteamo produciendo el debate entre el mundo de la familia el amor y la paz y el universo implacable de la guerra en el mismo liacutemite material que los separa Nos enfocaremos en la manera como este diaacutelogo (impor-tantiacutesimo es cierto como contenido y como signfi cado para la epopeya) se cierra intentaremos cruzar acompantildeando al fl ujo narrativo el umbral que nos lleva desde la intimidad del diaacutelogo hacia la batalla Intentaremos enten-der coacutemo se deshace el lugar del encuentro tan meticulosamente construido en la primera parte del canto

Esencialmente se trata de una escena de despedida despedida defi nitiva Los participantes de ella Androacutemaca y Heacutector lo sospechan sin saberlo

5 Aquiles que es el uacutenico de los daacutenaos que tiene contacto con su madre ya que Tetis es una diosa y le visita a menudo le afi rma al respecto laquoQue tu amor no intente alejarme de la lucha no me convenceraacutesraquo (Iliacuteada canto XVIII 126) Aunque inmortal Tetis no puede salvar a su hijo pero hace un uacuteltimo esfuerzo de protegerle encargando a Hefaisto su armadura Una armadura inmortal para un hombre mortal cuyo destino es morir en breve

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

con seguridad En cambio el poeta y nosotros los lectores estamos plena-mente conscientes de ello El padre Heacutector se inclina hacia su hijo un hijo que se presenta en este canto como el fruto del amor de la pareja quieto en los brazos de la nodriza envuelto entre las dulces tiernas y emocionantes palabras de sus padres Con esta inclinacioacuten hacia el nintildeo se diluye la tensioacuten y se aligera la carga emocional del diaacutelogo

Asustado por el aspecto de su padre que lleva puestas todas sus armas el nintildeo grita y se recoge en los brazos de la nodriza Heacutector el tierno Heacutector de este canto hijo hermano marido padre y mucho maacutes es un guerrero que se encuentra en Troya por corto tiempo Su lugar es el campo de la batalla alliacute pertenece alliacute volveraacute enseguida y alliacute pereceraacute a traveacutes de la reaccioacuten del pequentildeo Escamandrio al escuchar su grito espontaacuteneo recordamos el aspecto de Heacutector y su papel en la guerra Por otra parte la misma reaccioacuten tiene una funcioacuten coacutemica en la narracioacuten Entonces Heacutector se quita el casco y se vuelve a dirigir a su hijo para jugar con eacutel y disfrutar de su presencia en sus brazos por un breve instante Enseguida ruega a los dioses oliacutempicos para que Escamandrio tenga una buena vida despidieacutendose asiacute de eacutel antes de devolverlo a los brazos de su madre

Tras hablar asiacute el preclaro Heacutector se estiroacute hacia su hijoY el nintildeo hacia el regazo de la nodriza de bello centildeidorretrocedioacute con un grito asustado del aspecto de su padreLo intimidaron el bronce y el penacho de crines de caballoal verlo oscilar temiblemente desde la cima del casco Y se echoacute a reir su padre y tambieacuten su augusta madreEntonces el esclarecido Heacutector se quitoacute el casco de la cabezay lo depositoacute resplandeciente sobre el sueloDespueacutes tras besar a su hijo y mecerlo en los brazosdijo elevando una plegaria a Zeus y a los demaacutes dioses laquoiexclZeus y demaacutes dioses Concededme que este nintildeo miacuteollegue a ser como yo sobresaliente entre los troyanosigual de valeroso en fuerza y rey con poder soberano en IlioQue alguna vez uno diga de eacutel laquoEs mucho mejor que su padreraquoal regresar del combate Y que traiga ensangrentados despojos del enemigo muerto y que a su madre se le alegre el corazoacutenraquoTras hablar asiacute en los brazos de su esposa pusoa su hijo y esta lo acogioacute en su fragante regazoentre laacutegrimas riendo Su marido se compadecioacute al notarlo la acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijo

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laquoiexclDesdichada No te a lijas demasiado por miacute en tu aacutenimoque ninguacuten hombre me precipitaraacute al Hades contra el destinoDe su suerte te aseguro que no hay ninguacuten hombre que escapeni cobarde ni valeroso desde el mismo diacutea en que ha nacidoMas ve a casa y ocuacutepate de tus laboresel telar y la rueca y ordena a las sirvientasaplicarse a la faena Del combate se cuidaraacuten los hombrestodos que en Ilio han nacido y yo sobre todoraquoTras hablar asiacute el esclarecido Heacutector cogioacute el cascohecho de crines de caballo mientras su esposa marchaba a casavolvieacutendose de vez en cuando y derramando lozanas laacutegrimasInmediatamente despueacutes llegoacute a las bien habitadas moradasdel homicida Heacutector Alliacute dentro halloacute a muchassirvientas y a todas ellas movioacute al llantoEstaban llorando a Heacutector todaviacutea vivo en su propia casapues estaban seguras de que de regreso del combate ya nollegariacutea tras huir de la furia y de las manos de los aqueos(Canto VI 466-502)

Entre laacutegrimas riendo Androacutemaca encarna la contradiccioacuten en la cual estaacuten inmersos ellos dos y su hijo Felices por haberse encontrado felices por quererse desolados por la separacioacuten que puede ser defi nitiva y lo seraacute Heacutector despueacutes de llamarla con su nombre propio la reconforta aludiendo al destino al hado todopoderoso e implacable De su suerte no hay ninguacuten hombre que escape y ellos tampoco escaparaacuten6

Androacutemaca y Heacutector se encontraron movieacutendose en direcciones opuestas y se separan partiendo hacia direcciones opuestas Eacutel le aconseja ir a casa y ocuparse de sus labores mientras eacutel se ocuparaacute del suyo marcando de forma clara el espacio de cada geacutenero Heacutector se marcha primero decidido Androacutemaca se vuelve hacia el palacio con desgana mirando a menudo hacia atraacutes llorando Durante unos versos la narracioacuten sigue a Androacutemaca en sus pasos hacia casa y en el llanto que reitera por Heacutector antes de su muerte Con este llanto se cierra por completo el encuentro de la pareja De camino al campo Heacutector se reconcilia con Paris y los dos hermanos entran solidarios en la batalla mientras todaviacutea resuenan ecos del mundo de la paz

6 Como se ve en otras partes de la Iliacuteada ni los propios dioses pueden escapar del hado En el canto XVI Zeus considera la posibilidad de salvar a Sarpedoacuten de su muerte Entre los dioses del Olimpo se decide entonces que no se puede intervenir al hado Tetis tampoco puede salvar a su hijo de su destino a pesar de ser una diosa inmortal Los dioses oliacutempicos actuacutean en un plano intermedio entre el todopoderoso hado y el mundo de los mortales

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Estas dos bellas secuencias en movimiento antes y despueacutes del diaacutelogo en-vuelven al encuentro La primera construye el lugar mientras en la segunda se desarma el escenario construido Las personas que se mueven alejaacutendose del espacio donde compartieron algo arrastran detraacutes suyo los hilos que se habiacutean tendido en ese espacio y lo entregan de nuevo al mundo casi vaciacuteo

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3 En el centro Patroclo [la muerte de Patroclo]

Las yeguas neleas iban sacando a Neacutestor del combatesudorosas y transportaban a Macaoacuten pastor de huestesSe percatoacute al verlo el divino Aquiles de pies protectorespues estaba erguido sobre la popa de la nave de enorme vientre contemplando el abismal esfuerzo y la lacrimoacutegena derrotaAl punto dirigioacute la palabra a su compantildeero Patroclopronunciando su nombre desde la nave Lo oyoacute desde la tienday salioacute semejante a Ares y asiacute dio comienzo a su desgracia(Canto XI 597-604)

Con la irrupcioacuten del combate alrededor de las naves aqueas mientras los troyanos con el apoyo de los dioses van ganando fuerza y territorio y los aqueos van perdiendo guerreros y aacutenimos Aquiles advierte la cataacutestrofe in-minente y llama a su querido y fi el compantildeero Patroclo con la intencioacuten de enviarlo a los aliados para averiguar las condiciones en las que el ejeacutercito de los aqueos se encuentra Como sencillamente nos informa la Iliacuteada en el preciso instante en que Patroclo responde a la llamada de Aquiles y sale de su tienda empieza a desencadenarse su desgracia

A partir del momento en que la atencioacuten de Aquiles se dirige hacia la batalla la Iliacuteada se enfoca en Patroclo Aunque intermitente con muchas y largas interrupciones para observar la batalla sangrienta junto a las naves en este punto nace una liacutenea narrativa que sigue a Patroclo en su preparacioacuten y entrada al combate en sus hazantildeas en sus duelos en su muerte e inclu-so despueacutes de ella Es una liacutenea narrativa que situacutea a Patroclo en el centro de la accioacuten1 a la que intentaremos rastrear y recorrer ahora La necesidad causa efectivamente la participacioacuten de Patroclo en la guerra y su muerte por Heacutector muerte que a su vez provoca inmenso dolor en Aquiles y le da

1 Simone Weil escribe refi rieacutendose a Patroclo ldquothat warrior who dwells in a peculiar way at the very centre of the poem - I mean Patroclus who lsquoknew how to be sweet to everybodyrsquo and who throughout the Iliad commits no cruel or brutal actrdquo (ldquoThe Iliad or the poem of forcerdquo en Simone Weil an anthology p204)

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

una razoacuten iacutentima para denunciar su coacutelera y entrar de nuevo en la guerra marcando claramente un punto de infl exioacuten en el argumento

Los troyanos bajo las oacuterdenes de Heacutector han invadido el campamento des-truyendo parcialmente la muralla y cruzando la fosa algunos a pie y otros montados en sus caballos Ganando cada vez maacutes espacio a los aqueos a quienes han ido empujando gradualmente hacia el mar los troyanos llegan a prender fuego a una de las naves El deseo de Aquiles se estaacute cumpliendo sus compantildeeros se encuentran al borde de la desgracia al margen de la ani-quilacioacuten Este seriacutea entonces el momento para renunciar su coacutelera y entrar en la batalla Pero parece que la idea de la reconciliacioacuten no ha madurado sufi cientemente en su interior En cambio Patroclo estaacute afl igido profunda-mente afectado por el sufrimiento de sus compantildeeros

Despueacutes de un largo itinerario por las tiendas de los aqueos aparece en la tienda de Aquiles ansioso de convencerle a entrar de nuevo en la batalla Estaacute llorando por compasioacuten llorando por impotencia ante la desgracia de la guerra a la vez enojado con su compantildeero que aferrado en la coacutelera permanece impasible a los hechos Es entonces la primera vez que Patroclo reacciona y se opone a Aquiles revelando lo que piensa y siente mostraacutendo-se a la vez sensible y sensato en su discurso bello y traacutegico En esta escena el poeta trata a Patroclo de tuacute se dirige a eacutel realizando un acercamiento hacia el heacuteroe cuyo destino traacutegico es suplicar para siacute mismo la muerte cruel2 Con este acercamiento la liacutenea narrativa dedicada a Patroclo se convierte en la narracioacuten principal

Con profundos suspiros le respondiste cochero PatroclolaquoiexclAquiles hijo de Peleo con mucho el mejor de los aqueos

2 A lo largo de las escenas siguientes este tratamiento de tuacute hacia Patroclo es recurrente El mismo tratamiento se da hacia Menelao en el canto VII donde el poeta habla a Menelao en segunda perona enseguida cede la palabra a Agamenoacuten quien tambieacuten se dirige hacia Menelao en segunda persona y al fi nal aprovecha la presencia de Agamenoacuten para concluir el episodio de manera imparcial narrando en tercera persona laquoTras hablar asiacute hizo gesto de ponerse las bellas armas | Entonces para ti Menelao habriacutea llegado el fi n de la vida | a manos de Heacutector porque en verdad era muy superior | si los reyes aqueos no se hubieran precipitado a sujetarte | El propio Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominios | cogioacute tu diestra te llamoacute con todos tus nombres y te dijo | laquoiexclEstaacutes loco Menelao criado por Zeus iexclNo debes cometer | esa locura Domiacutenate a pesar de tu preocupacioacuten | y no desees por una porfiacutea luchar con un hombre que es mejor | Heacutector Priamida ante quien tambieacuten los demaacutes sienten pavor | El propio Aquiles en la lucha que otorga gloria a los hombres | se estremece al encararlo y eso que es mucho mejor que tuacute | Por eso tuacute ahora ve y sieacutentate entre la tribu de compantildeeros | que los aqueos haraacuten que otro se alce enfrente de ese | Por muy intreacutepido que sea e insaciable de tumulto aseguro | que con jubilo doblaraacute la rodilla con tal de huir | del hostil combate y de la atroz lidraquo Hablando asiacute el heacuteroe desvioacute la intencioacuten de su hermano | porque era oportuna su advertencia y eacutel hizo caso Entonces | los escuderos le quitaron alegres las armas de los hombrosraquo (Iliacuteada Canto VII 103-122)

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

No te enfades tal es la a liccioacuten que oprime a los aqueosTodos los que hasta hace poco eran los maacutes bravosyacen entre las naves heridos por dardos o por picasHerido de dardo estaacute el Tidida el esforzado DiomedesHerido de pica estaacute Ulises insigne por su lanza y AgamenoacutenHerido por una lecha en el muslo estaacute tambieacuten EuriacutepiloDe ellos se ocupan los meacutedicos con sus muchas medicinascurando sus llagas Y tuacute te has vuelto implacable AquilesQue nunca me invada a miacute una ira como esa que tuacute albergastan atroz iquestQue ventaja procuraraacutes al que nazca en el futurosi no apartas a los argivos del ignominioso estragoiexclDespiadado Tu padre no fue Peleo el conductor de carrosni Tetis tu madre el garzo mar fue quien te dio a luzy las abruptas rocas pues tus sentimientos son implacablesSi es que tratas de eludir en tus mientes alguacuten vaticinioy te ha revelado algo de parte de Zeus tu augusta madreal menos enviacuteame a miacute sin demora y dame el resto de la huestede mirmidones a ver si llevo una luz de salvacioacuten a los daacutenaosDame tu armadura para poneacutermela en los hombrosa ver si me confunden contigo y renuncian al combatelos troyanos y los marciales hijos de los aqueos respirande su quebranto Aunque sea breve es un respiro del combateLos no fatigados facilmente a los fatigados del griteriacuteopodemos empujar a la ciudad lejos de las naves y de las tiendasraquoAsiacute habloacute suplicando el muy insensato pues su destinoera el de suplicar para siacute mismo la muerte cruel y la parca(Canto XVI 20-47)

Aquiles responde a su compantildeero con carintildeo manifestando que le gustariacutea dejar ir al pasado afi rmando que no puede mantener la ira para siempre pero a la vez mostrando que todaviacutea reside en su aacutenimo el rencor que siente por Agamenoacuten Su coacutelera es maacutes fuerte que eacutel es una especie de indignacioacuten frente a la injusticia que se aduentildeoacute de eacutel y de la cual no se puede deshacer al contrario parece que le va invadiendo cada vez maacutes laquoiexclOjalaacute Zeus padre Atenea y Apolo no escape de la muerte | ninguno de cuantos troyanos hay ni tampoco ninguacuten argivo | y que soacutelo nosotros dos emerjamos de la perdi-cioacuten y seamos | los uacutenicos que desatemos las sagradas diademas de Troyaraquo3 es como cierra su respuesta a Patroclo y no podemos dejar de sentirnos per-plejos ante estas palabras

3 Iliacuteada Canto XVI 97-100

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El poeta presenta a Aquiles dividido interiormente entre la coacutelera y la obli-gacioacuten de ayudar a sus compantildeeros probablemente lo que se expresa aquiacute es el mismo dilema que el heacuteroe experimenta durante toda la Iliacuteada Como declara a Agamenoacuten al principio de la epopeya esta guerra para eacutel no signi-fi ca nada Participa en ella acompantildeando a los daacutenaos pero no tiene ninguacuten motivo personal para hacerlo mientras piensa que su vida es demasiado preciosa para ser sacrifi cada En la fi gura de Aquiles se realiza el confl icto entre lo personal y lo comuacuten un confl icto interno tan potente que le deja inerte inactivo encerrado en su tienda observador apaacutetico Sin embargo despueacutes de este encuentro con Patroclo es la primera vez que Aquiles actuacutea eneacutergicamente en la Iliacuteada y es Patroclo quien lo saca de la inercia rencoro-sa en la que estaacute atrapado

A pesar de que las armaduras son uacutenicas para cada guerrero Aquiles en-trega la suya a su amigo junto con unos consejos y un deseo que regrese vivo de la batalla En la Iliacuteada esta armadura sigue una trayectoria curiosa Las armas que ahora son entregadas a Patroclo para protegerlo y tambieacuten para atemorizar a los troyanos permitieacutendole confundirse con Aquiles se encontraraacuten en manos de Heacutector Despueacutes de la muerte de Patroclo Heacutector se apartaraacute de la batalla para poneacuterselas acto que no deja de causar cierta sorpresa4 Seraacute entonces muerto por Aquiles y despojado de las armas que concluiraacuten su deambular ciacuteclico

iquestQueacute signifi ca esta cesioacuten de la armadura a otro guerrero Hay tambieacuten otras escenas en las que un guerrero llega a utilizar las armas de otro laquo[] Troquemos nuestras armas que tambieacuten eacutestos se enteren | de que nos jac-tamos de ser hueacutespedes por nuestros padresraquo dice Diomedes a Glauco5 de modo que el intercambio de armas confi rma y simboliza la resolucioacuten paciacute-fi ca y amistosa de un duelo A menudo la Iliacuteada desplaza la atencioacuten a los objetos objetos que son siempre portadores de historias cosas que existen y perduran y nos pueden contar ellas mismas las historias de sus duentildeos historias que de manera tangencial refuerzan y reanudan el argumento principal

Junto a las naves Aquiles corre por las tiendas de los aqueos invitaacutendoles a

4 Las armas de Aquiles encajan perfectamente en el cuerpo de Patroclo con excepcioacuten de la pica que resulta muy pesada para cualquier guerrero que no sea el divino Aquiles (Canto XVI 130-144) En cambio es necesaria la intervencioacuten de Zeus para que se ajusten al cuerpo de Heacutector quien seguramente tendraacute otra estatura (Iliacuteada canto XVII 198-214) 5 Iliacuteada canto VI 230-231

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

regresar al combate Prepara un ataque en el cual no participaraacute En seguida realiza sacrifi cios a Zeus En la escena del sacrifi cio el espacio se confi gura uacutenicamente a partir de los objetos sus historias y el movimiento de Aquiles en la tienda y en su patio A traveacutes de las acciones de Aquiles se puede reconstruir parcialmente el espacio en el cual actuacutea No podemos dejar de preguntarnos si el poeta guarda en su imaginacioacuten una disposicioacuten espa-cial especiacutefi ca si tiene alguacuten plano completo del espacio que describe o si eacutel mismo se visualiza exactamente aquello que describe relaciones espa-ciales fragmentos de lugares movimientos densidades vaciacuteos y regiones borrosas

[] Por su parte Aquilesechoacute a andar hacia la tienda y abrioacute la tapa de un arcabella primorosa que Tetis la de argeacutenteos pies le habiacuteadepositado en la nave para que la llevara repleta de tuacutenicasde capas que abrigan del viento y de lanosas mantasAlliacute estaba su labrada copa ninguacuten otro hombrebebiacutea de ella el rutilante vino y a ninguacuten diosmaacutes que a Zeus padre haciacutea libaciones con ellaLa recogioacute entonces del arca la puri icoacute con azufreprimero y a continuacioacuten la lavoacute con bellos chorros de aguaTambieacuten eacutel se lavoacute las manos y apuroacute el rutilante vinoLuego de pie en medio del vallado oroacute y vertioacute el vinomirando al cielo y lo vio Zeus que se deleita con el rayo[]Despueacutes de hacer la libacioacuten y la plegaria a Zeus padreentroacute de nuevo en la tienda y depositoacute la copa en el arcay salioacute y se detuvo ante la tienda con el aacutenimo auacuten deseosode contemplar la atroz contienda entre troyanos y aqueos(Canto XVI 220-256)

Vestido con las armas de Aquiles y acompantildeado por muchos mirmidones Patroclo sale al combate por primera y uacuteltima vez en la Iliacuteada Aunque el poeta nos ha informado claramente de esto y de que la muerte de Patroclo seraacute la clave para el desenlace del argumento la narracioacuten se suspende y se detiene en las hazantildeas del heacuteroe traacutegico En una duracioacuten muy breve Patroclo conseguiraacute rechazar el ataque de los troyanos obligaacutendoles a retro-ceder desde las naves aqueas hacia la ciudad mataraacute varios de ellos e inten-taraacute atacar eacutel mismo la muralla de Troya Todo eso con la ayuda divina por supuesto A lo largo de la Iliacuteada Zeus se representa buscando una manera

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de matar a Patroclo elaborando una coreografiacutea de su muerte Este guerrero cuya muerte reside en el centro del poema ha de ser glorifi cado antes de ser muerto y Zeus es el dios que quiere concederle esta gloria La culmina-cioacuten de su heroiacutesmo se alcanza en su duelo con Sarpedoacuten el padre de los dioses oliacutempicos deja que su hijo sea muerto por Patroclo aunque no sin antes experimentar una intensa lucha interior para decidir si puede cambiar el destino de su querido hijo mortal y no sin derramar una lluvia de sangre en su honor

Menudeaban sin pausa en torno del cadaacutever como cuando las moscasen el establo zumban alrededor de los jarros rebosantes de lecheen la estacioacuten primaveral cuando las caacutentaras rezuman de lecheasiacute menudeaban en torno del cadaacutever Ni un momento Zeusapartoacute sus relucientes ojos de la violenta batalla sino que con la mirada ija en ellos cavilaba consigo mismosobre el asesinato de Patroclo vacilando una y otra vezentre hacer ya que tambieacuten a aqueacutel en aquella violenta batallasobre Sarpedoacuten comparable a un dios el esclarecido Heacutectorlo aniquilara con el bronce y quitara las armas de sus hombros o si extender auacuten a otros maacutes aquella aacuterdua fatigaEn el curso de sus pensamientos le parecioacute lo mejorque el noble escudero del Peacutelida Aquilesrechazara a los troyanos y a Heacutector de bronciacuteneo cascootra vez maacutes hacia la ciudad y quitara la vida a muchos(Canto XVI 641-655)

Patroclo mata a Sarpedoacuten y con su muerte irrumpe una lucha alrededor de su cuerpo Sarpedoacuten es el primer guerrero muerto cuyo cuerpo funciona como centro de una batalla importante en la Iliacuteada (eacutel mismo en el momen-to de su muerte implora a Glauco a no abandonar su cuerpo en el campo de batalla) La batalla envuelta en la noche siniestra creada por Zeus seraacute el motivo para que Heacutector y Patroclo se encuentren por primera vez en el combate Despueacutes de meditar mucho Zeus protege la memoria de su hijo llevando a su cuerpo lejos de la llanura de Troya con la ayuda de Apolo del Suentildeo y de la Muerte Patroclo no pereceraacute en esa misma batalla Heacutector retrocede y eacutel tiene la oportunidad de avanzar hacia Troya mientras Apolo lo detiene tres veces en la muralla de la ciudad

Animado por Apolo Heacutector se acerca a toda velocidad subido en su carro acompantildeado por Cebriacuteones a quien Patroclo mata con una piedra

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Entonces el cuerpo de Cebriacuteones se convierte en centro de una densa ba-talla en la cual pereceraacuten muchos guerreros de ambos bandos Cuando los aqueos consiguen retirar a Cebriacuteones y despojarle de sus armas el centro de la escena desaparece La batalla continuacutea pero ya no gira alrededor de un nuacutecleo ni tampoco hay un enfrentamiento entre dos bloques sino que todos estaacuten mezclados combatiendo en desorden La Iliacuteada posiciona entonces a Patroclo en el centro de este desorden su muerte tan esperada y tan preme-ditada es inminente e irreversible

Patroclo se ubica primero en el centro como sujeto que actuacutea intencional-mente defi ne y modifi ca el espacio en el que se mueve se arroja entre los troyanos y nosotros nos proyectamos con eacutel Tres veces ataca y tres veces sentimos la fuerza del ataque en nuestro interior Pero el cuarto ataque marca un punto de infl exioacuten El heacuteroe estaacute cruzando un liacutemite invisible el liacutemite del hibris si se nos permite el teacutermino y este ataque seraacute su uacuteltimo El narrador cambia de nuevo su actitud hacia Patroclo dirigieacutendose a eacutel en segunda persona En este momento Patroclo cesa de existir como sujeto para convertirse en una cosa una cosa con vida al principio una cosa sin vida a continuacioacuten6 A la vez la voz del poeta que habla a su personaje lo inmoviliza lo transforma en un punto fi jo un centro estaacutetico un receptor Patroclo recibe la palabra y recibe pasivo su suerte

Mientras el curso del sol recorrioacute el centro del cielolos dardos alcanzaron a los de ambos bandos y la hueste caiacuteamas a la hora de bajar el sol la de la suelta de las vacasfue cuando los aqueos cobraron una desmesurada ventaja Sacaron al heacuteroe Cebriacuteones fuera del alcance de los dardosy del clamor troyanos y le quitaron las armas de los hombrosPatroclo se arrojoacute entre los troyanos con funestas intencionesTres veces arremetioacute entonces comparable al impetuoso Aresentre pavorosos alaridos y las tres veces matoacute a nueve mortales Mas cuando ya por cuarta vez se arrojoacute semejante a una deidadentonces aparecioacute ante ti Patroclo el teacutermino de la vidapues Febo te salioacute al encuentro en la violenta batallaSurgioacute terrible pero eacutel no lo vio venir a traveacutes del tropelpues se le acercaba oculto en una tupida bruma Se detuvo detraacutes y le golpeoacute la espalda y los anchos hombros

6 ldquoAn extraordinary entity this - a thing that has a soul [] A man stands disarmed and naked with a weap-on pointing at him this person becomes a corpse before anybody or anything touches himrdquo escribe Simone Weil (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p185)

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con la palma de la mano y sus ojos giraron vertiginosamenteFebo Apolo le tiroacute de la cabeza el morrioacutenfue rodando con estreacutepito bajo las patas de los caballosel atubado yelmo y las crines de su penacho se mancharon de sangre y de polvo Antes los dioses no habiacutean consentidoque aquella celada con penacho de crines se manchara de polvopues protegiacutea la cabeza y la amable frente de un hombre divinode Aquiles pero entonces Zeus otorgoacute a Heacutectorllevarla sobre su cabeza pues a eacutel ya lo acechaba la muerte Se le quebroacute entera en las manos la pica de luenga sombrapesada larga compacta provista de casquete y se le cayoacutede los hombros al suelo el ribeteado broquel con el tahaliacuteEl soberano Apolo hijo de Zeus le desatoacute la corazaEl estupor se aduentildeoacute de eacutel se doblaron sus preclaros miembrosy se paroacute atoacutenito Con la aguda lanza detraacutes en la espaldaentre los hombros le acertoacute de cerca un guerrero daacuterdanoEuforbo Pantoida que descollaba entre todos los de su edadcon la pica la destreza en el carro y la presteza de los piesHabiacutea derribado de sus caballos a veinte mortales la primera vezque habiacutea salido con el carro auacuten un aprendiz en el combateEacuteste fue el primero que te arrojoacute un dardo cochero Patroclomas no te doblegoacute Corrioacute atraacutes y se perdioacute en la muchedumbreen cuanto te arrancoacute de la carne el asta de fresno sin resistirante Patroclo en la lid a pesar de que estaba desarmado(Canto XVI 777-815)

Su muerte tan esperada y tan premeditada no se parece a ninguna otra muerte descrita en la Iliacuteada Patroclo no se encuentra con un adversario que le mata sino con su propia muerte Como en muchas ocasiones aquiacute tambieacuten se necesita la intervencioacuten de un dios para resolver el duelo entre dos guerreros valientes Sin embargo en ninguna otra escena se presenta intervencioacuten divina semejante a eacutesta Patroclo estaacute inmoacutevil quieto y parado en la narracioacuten cuando Apolo pasando desapercibido entre la confusioacuten del combate oculto en una neblina le golpea por detraacutes Por detraacutes recibe Patroclo el golpe del dios estupefacto impotente siente el abandono en su cuerpo Le abandona la fuerza el vigor de sus miembros le abandona su ar-madura Las armas de Aquiles van cayeacutendose progresivamente marcando el espacio alrededor de Patroclo que se mantiene de pie en el centro como un palo

Despojado de todas sus defensas Patroclo recibe por detraacutes de nuevo el

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ataque de Euforbo eacuteste retira la lanza clavada entre los hombros y se pierde corriendo entre la muchedumbre Patroclo estaacute atoacutenito desnudo en un pai-saje de hierro bronce resistentes pieles de bueyes gritos alaridos y agita-ciones violentas Herido intenta escaparse refugiarse protegerse Heacutector veloz y decisivo se acerca a eacutel y lo perfora con su lanza causaacutendole la herida mortal Patroclo queda completamente humillado las jactancias que Heacutector profi ere resuenan con crueldad sobre este cuerpo del guerrero que ya no es Del cuerpo sin vida de Patroclo cuerpo al que ya abandonoacute el alma Heacutector retira su lanza con un movimiento brusco Patroclo es una cosa en el espa-cio material bruto al que se puede pisar casi como si fuese tierra La lanza el objeto sobrevive a la persona que ha matado y se volveraacute a usar para matar a otra y otra y otra maacutes La relacioacuten entre el elemento de aniquilacioacuten y la existencia aniquilada no es exclusiva

Patroclo doblegado por el golpe del dios y por la lanzaempezoacute a replegarse a la turba de los compantildeeros por eludir la parcaHeacutector nada maacutes ver al magnaacutenimo Patrocloretrocediendo herido por el agudo broncellegoacute cerca de eacutel entre las ilas le hirioacute con la lanzaen lo maacutes bajo del ijar y le hundioacute el bronce de parte a parteRetumboacute al caer y causoacute gran pesar a la tropa de los aqueosComo cuando un leoacuten domina por la fuerza a un indomable jabaliacutecuando ambos en las cimas de un monte luchan con gran ierezaalrededor de un escaso manantial y los dos quieren bebery el leoacuten logra doblegar por la fuerza al jadeante jabaliacuteasiacute al fornido hijo de Menecio tras haber matado a muchosHeacutector Priaacutemida le arrebatoacute la vida de cerca con la picay blasonando de su triunfo le dijo estas aladas palabraslaquoiexclPatroclo Bien que asegurabas que asolariacuteas nuestra ciudady arrebatariacuteas el diacutea de la libertad a las mujeres troyanasy las llevariacuteas en las naves a tu tierra patriaiexclInsensato En su defensa los ligeros caballos de Heacutectorhan llegado al combate a galope tendido Tambieacuten yo con la picasobresalgo entre los combativos troyanos porque les apartodel diacutea fatal a ti en cambio los buitres te devoraraacuten aquiacuteiexclInfeliz No te ha socorrido ni Aquiles por valeroso que seaque se ha quedado y sin duda te ha dado muchos encargos al salirlsquoNo regreses oh Patroclo conductor de caballosa las huecas naves hasta que la tuacutenica ensangrentada del homicida Heacutector hayas desgarrado alrededor del pechorsquoSin duda eso te ha dicho y ha persuadido tu insensata menteraquo

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Desfallecido replicaste Patroclo conductor de caballoslaquoYa te has jactado ahora Heacutector demasiado Te han dadola victoria Zeus Croacutenida y Apolo que me han doblegado facilmente pues ellos me han quitado las armas de los hombrosAunque veinte como tuacute me hubieran salido al encuentrotodos habriacutean perecido aquiacute mismo doblegados bajo mi lanzaPero el funesto destino y el hijo de Leto me han matadoy de los hombres Euforbo tuacute al despojarme soacutelo eres tercero Otra cosa te voy a decir y tuacute meacutetela en tus mientestampoco tuacute viviraacutes mucho tiempo proacuteximos a tiya acechan la muerte y el imperioso destinoque te haraacuten sucumbir a manos del intachable Aquiles EaacutecidaraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacute El aliento vital salioacute volando de sus miembros y marchoacute al Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando el esclarecido Heacutector le dijolaquoiexclPatroclo iquestPor queacute me vaticinas el abismo de la ruinaiquestQuien sabe si Aquiles hijo de Tetis de hermosos cabellos se anticiparaacute y pereceraacute antes que yo golpeado por mi lanzaraquoTras hablar asiacute arrancoacute la bronciacutenea pica de la heridaapoyando encima el pie y lo apartoacute boca arriba de la lanzaA continuacioacuten marchoacute con el astil en busca de Automedonteescudero comparable a los dioses del velociacutepedo Eaacutecida a quien ansiaba disparar pero ya lo sacaban los ligeros caballosinmortales espleacutendidos dones regalados por los dioses a Peleo(Canto XVI 816-867)

Los ligeros caballos inmortales que en su movimiento centriacutefugo llevan a Automedonte lejos de este lugar fuacutenebre lejos de Heacutector que estaacute ansioso por sangre echan un rayo de luz sobre la escena Su corrida trae una corrien-te de aire que nos permite respirar con la mirada desenfocada a la distancia Por un breve instante Patroclo estaacute solo en silencio sin armas sin compantildee-ros sin vida Apenas estaacute yace en la tierra en un lugar vaciacuteo

Esta quietud dura muy poco En seguida Menelao desde lejos advierte la muerte de su compantildeero A partir de este momento corre hacia eacutel realizan-do un movimiento centriacutepeto inverso al de los caballos Este movimiento de Menelao la batalla que irrumpe alrededor del cuerpo de Patroclo y la aten-cioacuten de todos que se dirige de nuevo hacia eacutel vuelven a crear una atmoacutesfera asfi xiante densa ineludible Es la guerra que se recicla y recrea a siacute misma atando y desatando nudos desplazando y transformando sus centros

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4 Destruccioacuten del cuerpo construccioacuten del cuerpo [Aquiles y Heacutector]

En ocasiones el movimiento que el poeta de la Iliacuteada nos propone seguir es un movimiento intracorporal una negociacioacuten que toma lugar en el interior de un cuerpo y se parece a un diaacutelogo entre sus partes El cuerpo homeacuterico es un cuerpo fragmentado plural habitado por sensaciones sentimientos estados de aacutenimo compuesto por distintas regiones oacuterganos miembros un cuerpo con vida interior y vivido desde el interior

Mejor dicho citando a Jean-Pierre Vernant ldquoEn tanto que el cuerpo estaacute vivo es entendido como una multiplicidad de oacuterganos y de miembros animados por las pulsiones que les son propias es el espacio donde se despliegan y a veces se enfrentan los impulsos las fuerzas contrarias Seraacute con ocasioacuten de su muerte cuando se encuentra desierto cuando el cuerpo adquiera su unidad formalrdquo1 Tambieacuten es importante recordar que en el griego arcaico la palabra σῶμα no designaba al cuerpo vivo sino al cadaacutever

Asi habloacute y la a liccioacuten invadioacute al Pelida y su corazoacutendentro del velludo pecho vacilaba entre dos decisioneso desenvainar la aguda espada que pendiacutea a lo largo del musloy hacer levantarse a los demaacutes y despojar eacutel al Atridao apaciguar su coacutelera y contener su furorMientras revolviacutea estas dudas en la mente y en el aacutenimoy sacaba de la vaina la gran espada llegoacute Atenea del cielo(Canto I 188-195)

En los versos de la Iliacuteada cada sensacioacuten emocioacuten sentimiento o pensa-miento se ubica en un lugar preciso en el cuerpo de quien lo experimenta Maacutes bien todo lo que ocurre en el plano mental-psiacutequico se manifi esta tam-bieacuten en el cuerpo como un acontecimiento un siacutentoma mantiene un viacutenculo

1 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 63 Al morir el cuerpo sujeto y soporte de acciones se transforma a puro objeto para el otro En el mismo libro Vernant sentildeala tambieacuten el caraacutecter plural de la cor-poreidad arcaica en la Iliacuteada a menudo se hace referencia a las partes del cuerpo en plural y no en singular

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

intriacutenseco con la realidad corpoacuterea Los deseos los miedos las ideas los valores apropiados funcionan como impulsos que generan movimiento en los cuerpos de los heacuteroes Al reveacutes un impuso una emocioacuten o una sensacioacuten se conocen a traveacutes de su expresioacuten en el cuerpo Manos ansiosas por matar pies ligeros interior revuelto pensamientos que se remueven en el vientre rabia acurrucada en el corazoacuten la cara tapada con la palma de la mano amistad en el seno La Iliacuteada abunda de imaacutegenes como estas

Seriacutea seguramente un anacronismo introducir aquiacute la nocioacuten de embodiment y hablar de sujetos encarnados dado que esta nocioacuten proviene de una larga tradicioacuten fi losoacutefi ca que ofrecioacute muchas explicaciones diferentes acerca de la relacioacuten entre cuerpo y alma despueacutes de generar esta divisioacuten La eacutepoca en la que se escribe la Iliacuteada todaviacutea no conoce el dualismo cuerpo-alma y en sus versos probablemente se registra aquello que fue la manera intuitiva de percibir y entender el mundo desde la experiencia concreta Como escribe Walter Ong antes de la generalizacioacuten del uso de la escritura el pensamien-to de una cultura oral se mantiene cerca del mundo humano vital y tiende a ser situacional maacutes que abstracto2 Algo parecido se puede observar en el pensamiento infantil sobre todo antes de la adquisicioacuten de la habilidad de leer y escribir Los relatos y los juegos de los nintildeos estaacuten muy vinculados al cuerpo y en ellos se desdobla un pensar y un sentir desde el cuerpo con el cuerpo y para el cuerpo3

Jean-Pierre Vernant escribe al respecto ldquoPara destacar esta imbricacioacuten de lo fiacutesico y de lo psiacutequico dentro de una conciencia de siacute que al mismo tiempo supone un compromiso con las diversas partes del cuerpo James Redfi eld ha afi rmado de modo sorprendente que en los heacuteroes de Homero ldquoel yo in-terior no es otra cosa que el yo orgaacutenicordquo Tal vocabulario si no del cuerpo siacute por lo menos de las distintas dimensiones o aspectos de lo corporal confor-ma en conjunto un coacutedigo que permitioacute a los griegos expresar o pensar sus relaciones consigo mismos el modo de presentarse a siacute mismos de manera maacutes o menos clara maacutes o menos unifi cada o dispersa seguacuten las circunstan-cias pero igualmente nos proporciona una pista sobre sus relaciones con un otro al cual estaacute vinculado por todas las formas de apariencia corporalrdquo4

2 Veacutease Oralidad y Escritura tecnologiacuteas de la palabra p48-623 En esta direccioacuten se organiza Territorio do brincar un proyecto de investigacioacuten que intenta cartografi ar los juegos de los nintildeos en Brasil buscando similitudes y diferencias seguacuten la regioacuten el grupo social la edad el geacutenero esencialmente remitiendo al cuerpo httpterritoriodobrincarcombr4 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 18

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

En los primeros cantos de la Iliacuteada la batalla descrita es representada en planos panoraacutemicos Los duelos tienden a resolverse deprisa en pocos versos y la atencioacuten recae sobre el heacuteroe que mata resaltando su valor como guerrero relatando sucesivamente un ataque despueacutes de otro El paisaje sonoro que se construye en las primeras escenas de combate estaacute compuesto por el bullicio del campo de batalla los gritos y los alaridos el relincho de los caballos y los sonidos metaacutelicos de las armas que se entrechocan cons-tantemente Es crucial recordar sin embargo que esta sonoridad surge y es posible precisamente porque en la Iliacuteada la batalla es siempre una batalla cuerpo a cuerpo Al enfrentarse los dos grupos aqueos y troyanos se acer-can se acercan a tal punto que se juntan formando un aglomerado com-plejo El sonido emergente es el sonido o tal vez el ruiacutedo de la confl uencia violenta de elementos y personas en un mismo sitio en un mismo instante

A medida que la narracioacuten de la Iliacuteada avanza se multiplican las referencias al cuerpo se intensifi can los estiacutemulos sensoriales la interaccioacuten entre los cuerpos se vuelve maacutes cercana maacutes iacutentima maacutes profunda Este acercamien-to se hace progresivamente maacutes expliacutecito cada guerrero tiene su historia y su linaje mientras en las escenas de duelo a menudo se abren espacios de diaacutelogo donde se despliegan las vidas de los heacuteroes Al paisaje sonoro exis-tente se antildeaden progresivamente la respiracioacuten y el latido del corazoacuten los gestos se hacen maacutes iacutentimos y sutiles Ademaacutes abundan las descripciones de la envoltura corporal a traveacutes de ella se va construyendo un puente entre el sujeto y el mundo circundante

Igual que el estruendo de los lentildeadores se elevaen las caacutercavas del monte y de lejos repercuten los golpesasiacute se levantaba desde la espaciosa tierra el estreacutepitodel bronce y de los bien elaborados escudos de bovina pielal choque de las espadas y de las picas de doble moharra(Canto XVI 633-637)

Como cuando revolotean procedentes de Zeus espesos coposgeacutelidos bajo el empuje del Boacutereas nacido del eacuteterasiacute de espesos eran entonces los cascos gallardos de su brilloque saliacutean en tropel de las naves los abollonados broqueleslas corazas de soacutelidas placas y las lanzas de vara de fresnoEl fulgor llegoacute al cielo la tierra entera rioacute alrededorpor el relaacutempago del bronce y el ruido rugiacutea bajo los pasosde los guerreros Y en medio se armaba el divino Aquiles

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

Sus dientes rechinaban los dos ojos le brillaban como sifueran llamaradas de fuego y el corazoacuten en su interior estabainundado de una insufrible tristeza Airado contra los troyanosse vistioacute con los dones que Hefesto le habiacutea forjado con esmeroPrimero se colocoacute alrededor de las pantorrillas las grebasbellas ajustadas con aacuteureas tobillerasEn segundo lugar alrededor del pecho se puso la corazaA los hombros se echoacute la espada tachonada con clavos de platabronciacutenea a continuacioacuten cogioacute el alto y compacto escudocuyo resplandor llegaba tan lejos como el de la lunaComo cuando desde el Ponto se les aparece a unos marinerosel destello de un incandescente fuego que arde sobre un monteen un solitario establo y contra su voluntad los vendavaleslos arrastran lejos de los suyos sobre el mar rico en pecesasiacute llegaba al eacuteter el resplandor del escudo de Aquilesbello primoroso Luego alzoacute el ponderoso yelmoy se lo caoacuteo en la cabeza Como un astro refulgiacuteael yelmo con su penacho y ondeaban alrededor las crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenAquiles de la casta de Zeus se proboacute las armas para versi le cuadraban y permitiacutean correr a sus ilustres miembrosLe sentaban como alas y en volandas al pastor de huesteslo elevaban De un estuche sacoacute la paterna picapesada larga y compacta ninguacuten otro de los aqueos podiacuteablandiria solo Aquiles era capaz de blandir la peliacuteadalanza de fresno que Quiroacuten habiacutea procurado a su padre de la cima del Pelio para que fuera matanza de heacuteroes(Canto XIX 357-391)

Las armas sean elementos de defensa o de ataque aparecen y sirven como extensiones del cuerpo de quien las utiliza El guerrero las necesita para ir al combate es soacutelo a traveacutes de ellas que puede participar en la guerra matar y evitar que sea muerto por otros Como hemos visto en la escena de la muerte de Patroclo despojarse de las armas signifi ca privarse de los medios de de-fensa y ataque signifi ca perder algo del propio cuerpo y encontrarse des-nudo casi mutilado presa a la disposicioacuten de los enemigos Por otra parte armarse signifi ca prepararse desarrollar un medio de comunicacioacuten entre el propio cuerpo y el terreno de batalla comunicacioacuten basada en la destruc-cioacuten y extensioacuten establecida desde fuera

La voz tambieacuten es una extensioacuten del propio cuerpo una extensioacuten que en

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

este caso empieza desde el interior y cuyo objetivo es crear construir El habla emerge como una de las posibilidades del cuerpo y durante la comuni-cacioacuten siempre y exclusivamente oral en el mundo arcaico la voz adquiere una dimensioacuten espacial5 Mejor dicho la voz tiene el potencial de transfor-mar el lugar donde se escucha En el acto de hablar la enunciacioacuten ocurre en un lugar determinado y ejerce su infl uencia sobre este lugar Esta trans-formacioacuten se debe tanto al signifi cado linguiacutestico al enunciado en siacute como a la espacialidad propia del sonido su capacidad inherente de envolvernos Privarse del derecho a la propia voz como Helena y las otras mujeres-pre-mio o como los esclavos de la Iliacuteada tambieacuten tiene el efecto de una mutila-cioacuten y modifi ca radicalmente la interaccioacuten con el mundo

Atendiendo minuciosamente a palabras y acciones el espacio del poema se confi gura casi absolutamente por la presencia humana en eacutel a veces densa y asfi xiante6 Los duelos se alargan cada vez maacutes y adquieren importancia para la evolucioacuten y el desenlace de la historia A fi n de reforzar esta im-portancia algunos duelos se anticipan en la narracioacuten de manera que el receptor del poema estaacute pendiente de su aparicioacuten y otros se recuerdan de nuevo despueacutes de que hayan terminado Por otra parte se pone cada vez maacutes eacutenfasis a la destruccioacuten del cuerpo a las heridas y a la aniquilacioacuten del otro y es mediante esta destruccioacuten que se construye la imagen del cuerpo en la Iliacuteada

A ambos lados de los dos Ayantes se colocaron los batallonessoacutelidos que ni Ares de haber ido alliacute habriacutea criticado en nadani tampoco Atenea estiacutemulo de las huestes pues eran paladinesselectos los que aguardaban a los troyanos y al divino Heacutectorforti icando asta con asta y escudo con escudo unidos por la base Se apoyaban broquel en broquel casco en casco hombre en hombreLos empenachados cascos se tocaban con los brillantes crestonesal menear la cabeza iexcltan apinados unos con otros formabanHaciacutean entrelazarse las picas que en las audaces manosvibraban y no teniacutean otra idea que avanzar y ansiar la lucha(Canto XVI 126-135)

Como escribe Maronitis acerca de la Iliacuteada en ella se produce un acerca-

5 laquoSe despertoacute del suentildeo la divina voz auacuten se difundiacutea alrededorraquo (Iliacuteada canto II 41)6 laquopues aquel diacutea muchos troyanos y aqueos quedaron | de bruces tendidos en el polvo unos al lado de otrosraquo (Iliacuteada Canto IV 543-544)

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miento gradual que se dirige del escuchar al ver y del ver al tocar7 Seguacuten eacutel la narracioacuten en la Iliacuteada es invasiva invade la accioacuten desde el pasado hacia el presente situando al receptor en el presente narrativo en contacto con los acontecimientos narrados a diferencia de la Odisea o de otras epopeyas tradicionales que situacutean al receptor a una larga distancia temporal respecto a los acontecimientos De esta manera podemos tambieacuten decir que va cre-ciendo la empatiacutea que sentimos por los personajes mientras nos acercamos a ellos como si en nuestra propia piel pudieacuteramos experimentar lo que ellos viven

Progresivamente en la Iliacuteada marcan su aparicioacuten el dolor y el cansancio Todo el poema se refi ere a unos acontecimientos del deacutecimo antildeo de la guerra por lo que nos podemos imaginar que ambos bandos estaraacuten agotados des-trozados heridos debilitados Sin embargo este agotamiento generalizado no se puede apreciar desde el principio es como si los heacuteroes se agotaran du-rante la narracioacuten como si la propia narracioacuten fuese la encarnacioacuten de este agotamiento Asiacute la Iliacuteada nos demuestra claramente aquello que la guerra es agotadora hasta la destruccioacuten completa Siguiendo a Weil8 en la guerra se usa la fuerza de manera desmesurada para aniquilar al otro hasta que la fuerza actuacutee por siacute misma destruyendo al que la ejerce y al que la recibe indistintamente

Al acercarse a los cuerpos de los personajes al atender a los traumas que reciben la Iliacuteada genera unas descripciones desgarradoras por realistas del dolor fiacutesico A menudo no es el momento de la herida que resulta maacutes do-loroso ya que el guerrero estaacute todaviacutea inmerso en la adrenalina de la bata-lla el arma que penetra su cuerpo es defi nitivamente un acto cruel pero su efecto no se hace perceptible de inmediato El guerrero herido puede seguir luchando y sangrando hasta que la sangre se seque y eacutel empiece a padecer de agudos dolores La descripcioacuten del dolor del heacuteroe se inicia en su propia herida en el movimiento de la sangre en el interior de su cuerpo y es este dolor que cuando aparece pone de manifi esto la herida el miembro herido el cuerpo la fragilidad la destruccioacuten la vida y la muerte

7 Traduzco del epiacutelogo de su traduccioacuten de la Iliacuteada laquo[el receptor de la Iliacuteada] escuchando puede ver los acontecimientos y viendo puede tocarlos Se trata pues de una escalada de la audicioacuten a la vista y de la vista al contacto rozando el liacutemite del tactoraquo (Ομήρου Ιλιάς trad de Δ Ν Μαρωνίτης p597-598)8 ldquoForce is as pitiless to the man who possesses it or thinks he does as it is to its victims the second it crushes the fi rst it intoxicates The truth is nobody really possesses itrdquo (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p191)

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Cuando lo advirtioacute Cooacuten conspiacutecuo entre los guerrerosel Antenoacuterida primogeacutenito una acerba tristezale cubrioacute los ojos por la muerte de su hermano Se apostoacutede soslayo con la lanza sin que lo notara el divino Agamenoacuteny le hirioacute en mitad del antebrazo por debajo del codola punta de la reluciente lanza se lo atravesoacute rectaSe estremecioacute entonces Agamenoacuten soberano de hombrespero ni auacuten asiacute cesoacute en la lucha y en el combate y arremetioacute a Cooacuten con la pica nutrida por los vientos[]Continuoacute recorriendo las hileras de los demaacutes guerreroscon la pica con la espada y con enormes guijarros mientras la sangre caliente estuvo borbotando de la heridaPero en cuanto la uacutelcera comenzoacute a secarse y cesoacute la sangreagudos dolores penetraron en el ardor del Atrida(Canto XI 248-268)

Joanna Bourke sostiene que el dolor se puede entender como un evento una manera de estar en el mundo9 Es interesante recordar aquiacute que en griego existen dos maneras de hablar del dolor que uno siente πονάω que seriacutea algo como (yo) duelo primera persona del verbo doler y πονάει (me) duele En el primer caso el dolor se manifi esta como un estado de mi ser un estado en el cual me encuentro casi activamente y se puede decir πονάω sin maacutes estoy en dolor o πονάω en el estoacutemago o πονάω entre la cadera y la columna o sea estoy en dolor en un lugar especiacutefi co siempre soy yo que estoy asiacute yo iacutentegro que aparezco en el dolor aunque mi dolor pueda ser concreto y localizable en una parte de miacute En cambio en el segundo caso tal como en castellano hay siempre algo que duele la mano el brazo el pie el diente la cabeza el corazoacuten me duele algo miacuteo pero como si fuese ajeno a miacute como si mi brazo no fuese exactamente yo este dolor no se refi ere a la totalidad de mi ser Existe una distancia entre la persona que experimenta el dolor y el punto donde se localiza este dolor

Apenas habloacute asiacute y el teacutermino de la vida le cubrioacutelos ojos y las narices Patroclo apoyoacute el pie en su pechoy arrancoacute del cuerpo la lanza con ella salioacute el pericardio

9 ldquoWe should think of pain as an event as a way of being in the worldrdquo Conferencia de Joanna Bourke en el Centro Cultural de la Fundacioacuten Onassis en Atenas con fecha 03022015 La historiadora autora del libro The Story of Pain From Prayer to Painkillers recurriendo entre otras fuentes a testimonios de soldados y de meacutedicos de la primera y la segunda guerra mundial en esta conferencia hizo referencia a casos de heridas muy graves para explorar la manera como se experimenta el dolor y el signifi cado que le puede ser asignado

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y junto a la punta de la pica le extrajo el aliento de la vida(Canto XVI 502-505)

En la herida abierta aquella herida dolorosa y mortal se abre el cuerpo se expone el interior de la persona y se derrama hacia el exterior irreversible-mente El trauma es una viacutea de escape de la sangre de los oacuterganos del alma de la propia vida En la apertura del cuerpo herido encuentra una salida tambieacuten el aliento el uacuteltimo aliento de la vida en esta apertura y en el dolor que la acompantildea se afi rma el cuerpo y la existencia carnal fraacutegil efiacutemera del ser Esta afi rmacioacuten culmina en la terminacioacuten de la vida que se produce a traveacutes de la misma apertura En otros pasajes de la Iliacuteada el alma se escapa del cuerpo muerto a traveacutes de la boca la boca que es tambieacuten una apertura en el cuerpo apertura a la que Pierre Feacutedida situacutea en el comienzo del cuerpo humano10 El comienzo que ha de coincidir con el fi nal

Ampliando estas refl exiones se puede considerar que el cansancio es tam-bieacuten una manera de estar en el mundo una manera del cuerpo para afi r-marse en el mundo Un cuerpo cansado de la misma manera que un cuerpo que duele se pronuncia aquiacute estoy Tambieacuten se encuentran en la Iliacuteada des-cripciones del cansancio fiacutesico de la manera como el cansancio afecta a los miembros del heacuteroe Con sutileza el poeta identifi ca lugares en el cuerpo lugares precisos cada uno de los cuales experimenta una sensacioacuten distinta El cuerpo es plural como dice Vernant compuesto por varios sitios varios oacuterganos varios miembros y en eacutel se pueden escuchar muchas voces a la vez si estamos sufi cientemente atentos a ellas

Ayante ya no resistiacutea pues los dardos lo acosaban con fuerzay le doblegaban la voluntad de Zeus y los arrogantes troyanoscon sus disparos terrible ruido en sus sienes la relucientecelada haciacutea con los proyectiles sufriacutea continuos impactosen los bien fabricados mamelones y se cansaba el hombro izquierdode embrazar sin cesar el tornasolado escudo Mas no podiacuteanhacer que se tambalease a los lados bajo el peso de los dardosCon fatigoso e incesante sofoco respiraba el sudor le luiacuteaa chorros de los miembros por todos los lados y no hallabaresuello por doquier se amontonaba desgracia sobre desgracia(Canto XVI 102-111)

10 Pierre Feacutedida Par ougrave commence le corps humain

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En los versos del poema se trazan mapas de dolor y de cansancio sobre el cuerpo de manera que el cuerpo se convierte en territorio y la narracioacuten en cartografiacutea En algunas ocasiones a traveacutes de los siacutemiles empleados se di-bujan paralelismos entre el cuerpo y el paisaje entre la persona y la natura-leza laquoComo cuando el vasto pieacutelago se riza de mudo oleaje | y preludia los veloces senderos de los sonoros vientos | auacuten en calma sin echar a rodar ni hacia acaacute ni hacia allaacute | hasta que desciende una decidida brisa procedente de Zeus | asiacute el anciano con el aacutenimo desgarrado dudaba entre dos planes | si penetrar en la muchedumbre de los daacutenaos de veloces potros | o ir en busca del Atrida Agamenoacuten pastor de huestesraquo11

Acerqueacutemonos ahora al que viene a ser el duelo maacutes importante de la Iliacuteada La confrontacioacuten entre Heacutector y Aquiles episodio destacado entre los varios episodios del mito no llega a comenzar hasta el canto XX para concluir al fi nal del canto XXII casi al fi nal del poema Es una confrontacioacuten que se realiza en tres actos un primer duelo corto y no sangriento resuelto con la intervencioacuten divina un intervalo en que se presentan las hazantildeas de Aquiles y su persecucioacuten por los dioses y el duelo defi nitivo que engloba la perse-cucioacuten de Heacutector por Aquiles alrededor de la ciudad de Troya y el enfrenta-miento fi nal de los heacuteroes resultante en la muerte de Heacutector

Este duelo es el uacuteltimo de la Iliacuteada en eacutel llega a colmo la violencia de la guerra y se alcanza la destruccioacuten plena y defi nitiva del cuerpo Por otra parte los adversarios estaacuten luchando con todas sus fuerzas por una causa personal Heacutector estaacute defendiendo a su amada familia (sobre todo) a su ciudad y a su pueblo mientras Aquiles se estaacute vengando de la peacuterdida de su maacutes iacutentimo amigo y compantildeero Aunque sus motivos son diferentes ambos haraacuten todo lo posible para aniquilar al otro motivados por el afecto antes que por heroiacutesmo u obligacioacuten hacia la polis En este duelo iacutentimo y dolo-roso se estiran los liacutemites del cuerpo de la fuerza del aguante y del vigor

En cuanto Heacutector vio a su hermano Polidoroencorvaacutendose hacia el suelo con las entrantildeas en la mano la niebla se derramoacute sobre sus ojos y ya no soportoacute seguirmaacutes tiempo merodeando a distancia sino que fue contra Aquileshaciendo oscilar la aguda lanza semejante a la llama Eacutestenada maacutes verlo dio un salto hacia eacutel y exclamoacute triunfantelaquoYa estaacute cerca el hombre que maacutes me ha fustigado el aacutenimo

11 Iliacuteada Canto XIV 16-22

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el autor del asesinato de mi preciado compantildeero Ya no podemosescondernos maacutes tiempo uno de otro por los puentes del combateraquoDijo y miraacutendolo con torva faz se dirigioacute al divino HeacutectorlaquoAceacutercate maacutes y asiacute llegaraacutes antes al cabo de tu ruinaraquoSin intimidarse le replicoacute Heacutector el de tremolante penacho laquoiexclPeacutelida No esperes aterrorizarme soacutelo con palabrascomo a un ingeacutenuo nintildeo porque yo tambieacuten soy bien capazde proferir tanto injurias como insultosSeacute que tuacute eres valeroso y que yo soy muy inferior a tiPero estos asuntos descansan en las rodillas de los dioses puede que auacuten siendo inferior sea yo quien te arrebate la vidaacertando con la lanza tambieacuten mi dardo estaacute a ilado siempreraquo(Canto XΧ 419-437)

Aquiles ha matado a Polidoro el hijo maacutes joacuteven de Priacuteamo y uno de los hermanos de Heacutector Su lanza le atravesoacute el torso al lado del ombligo y la Iliacuteada lo presenta sujetando sus entrantildeas mientras se cae encorvado a tierra Es esta imagen de su hermano la que mueve el aacutenimo de Heacutector quien decide atacar a Aquiles ignorando el consejo de Apolo Un cuerpo en des-truccioacuten las entrantildeas sujetadas en la mano el dolor fiacutesico se transforma en afecto dolor psiacutequico la niebla sobre los ojos y despueacutes en movimiento que busca generar maacutes dolor en otro cuerpo El ciclo de la violencia La muerte de Polidoro aunque no tenga en la Iliacuteada la misma importancia que la de Patroclo funciona como un elemento que permite al poeta construir una base simeacutetrica para el primer duelo Heacutector-Aquiles dado que ahora cada uno de los dos quiere vengarse por haber perdido a alguien muy querido en manos del otro

El inicio del enfrentamiento es verbal Reconocimiento del otro como ene-migo amenazas insultos y motivos personales se incluyen en los pequentildeos discursos de ambos Heacutector cierra su discurso resaltando que son los dioses quienes decidiraacuten la suerte del duelo como de todas las cosas que acontecen en la tierra A continuacioacuten el breve combate entre Heacutector y Aquiles seraacute resuelto precisamente por los dioses Atenea y Apolo Heacutector es quien ataca primero y Atenea desviacutea su lanza Aquiles ataca tres veces consecutivas y todas ellas su lanza rebota en la tupida bruma con la que Apolo envuelve a Heacutector De esta manera se deja entender que el momento del enfrentamien-to defi nitivo no ha llegado todaviacutea Aquiles se lanza hacia otros troyanos y aliados ansioso de matar

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Como el maravilloso fuego estalla en las profundas canadas de un agostado monte y el espeso bosque se incendiay los remolinos de viento esparcen las llamas por doquierasiacute corriacutea furioso por doquier con la pica como una deidadacosando a sus viacutectimas y la sangre luiacutea por la negra tierraComo cuando alguien unce dos bueyes de anchos testuces para trillar en la bien construida era la blanca cebadaque pronto se desconcha bajo las patas de los mugidores bueyesasiacute los soliacutepedos caballos a las oacuterdenes del magnaacutenimo Aquilespisoteaban cadaacuteveres y broqueles Debajo el timoacuten estabaentero salpicado de sangre y las barandas alrededor de la caja hasta donde llegaban las gotas que despediacutean las equinas pezuntildeasy las que procediacutean de las llantas Estaba aacutevido de ganar gloriael Peacutelida e iba manchando de mortandad sus inaferrables manos(Canto XΧ 490-503)

En este punto la Iliacuteada nos posiciona ante un masacre generalizado La sangre fl uye abundante y los cuerpos sin vida de los guerreros se amonto-nan descontroladamente sobre la tierra El campo de batalla es un paisaje de carniceriacutea y destruccioacuten absoluta denso y fuacutenebre un paisaje construido en silencio A partir de la descripcioacuten panoraacutemica que nos proporciona el poeta nos podemos representar visualmente la escena a grandes rasgos a la vez que podemos casi oler la sangre que corre todaviacutea caliente No obstante lo que causa mayor impacto es la calidad taacutectil de la imagen A traveacutes de los caballos de Aquiles que pisotean cadaacuteveres indistintamente salpican-do sangre a todas direcciones podemos sentir el volumen y el peso de los cuerpos que yacen en abandono entre armaduras y objetos que ya no les serviraacuten Podemos sentir la espesura de la sange que se va secando bajo el sol de Troya Pero iquestpodemos oir algo maacutes que silencio Seriacutea interesante pre-guntarmos con cuaacutel(es) de los sentidos recibimos percibimos y nos repre-sentamos una narracioacuten e intentar explorar las razones de tal diferenciacioacuten

Atravesando este paisaje desgarrador Aquiles se dirige hacia el riacuteo persi-guiendo a los troyanos algunos intentan huir hacia la ciudad mientras otros se encuentran atrapados en el riacuteo nadando entre sus corrientes y remolinos Antes de lanzarse contra ellos Aquiles deja su lanza en la ribera Pretende mantener un contacto iacutentimo con sus enemigos estando cerca de sus viacutecti-mas escuchando su respiracioacuten y observando su sufrimiento mientras elimi-na la vida de sus miembros usando sus propias manos y una daga Dentro del riacuteo intentaraacute saciar su deseo de venganza y sangre matando sin piedad a

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numerosos guerreros hasta que el cauce rebose de cadaacuteveres

La imagen del campo de batalla repleto de cadaacuteveres se reproduce intensi-fi cada dentro del riacuteo a tal punto que el propio riacuteo Escamandro advierte a Aquiles y le ordena a continuar la matanza en la llanura Cuando eacutel se lanza de nuevo hacia el cauce el paisaje se transforma de manera singular El riacuteo se presenta como un cuerpo vivo que se mueve determina su ruta y modera su fuerza durante su movimiento Escamandro arroja cadaacuteveres a la orilla protege a los troyanos en sus remolinos y persigue a Aquiles con toda su furia Durante esta curiosa persecucioacuten el heacuteroe se agota y empieza a deses-perar una vez que sus fuerzas le estaacuten abandonando Los dioses salvaraacuten a Aquiles del furor del riacuteo para que eacutel vuelva a lanzarse contra los troyanos una vez maacutes

laquoAnte su empuje los troyanos | se atropellaban en general desbandada sin ninguacuten socorro | que aparecieraraquo12 Estos versos contribuyen a la atmoacutesfera de asfi xiante densidad generada a lo largo de este canto Nos comunican que la llanura estaacute llena de hombres cuyo miedo a Aquiles les impulsa a correr en desorden hacia Troya mientras Priacuteamo abre para ellos las puertas Esceas Apolo tomando la forma de Ageacutenor provoca a Aquiles y le hace emprender una corrida sin fi n persiguiendo al dios En la narracioacuten surgen dos movimientos opuestos el movimiento de Aquiles y Apolo hacia el riacuteo Escamandro y el movimiento apresurado de los troyanos hacia la ciudad

Ademaacutes mediante un engantildeo apartoacute al Peacutelida de la huesteel protector asemejaacutendose en todo al propio Ageacutenor se detuvoante los pies de Aquiles que se lanzoacute corriendo a perseguirloDurante un rato eacuteste lo persiguioacute por el llano feraz en trigodesviando a lo largo del Escamandro el riacuteo de hondos remolinosal que le precediacutea corto trecho con astucia lo hechizaba Apolopara guardar intacta su esperanza de alcanzarlo con sus piesentre tanto los demaacutes troyanos fugitivos llegaron en tropelfelices a la ciudad que se llenoacute de refugiadosY fuera de la ciudad y de la muralla ni siquiera osaronaguardarse unos a otros para informarse del que hubiera escapadoy del que habiacutea muerto en el combate sino que penetroacute presurosoen la ciudad todo aquel a quien sus rodillas y sus pies salvaron(Canto XΧI 599-611)

12 Canto XΧI 527-529

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La corrida veloz de Apolo y Aquiles por el campo de batalla descentra y desenfoca la mirada y ampliacutea el plano En la velocidad del movimiento se diluye la espesura fuacutenebre de las imaacutegenes anteriores mientras el campo de batalla se vaciacutea de presencias humanas De esta manera el poema cierra el ciclo que habiacutea abierto despueacutes del primer encuentro de Heacutector y Aquiles El escenario de la narracioacuten se vaciacutea para entregarse purifi cado a los dos heacuteroes y soacutelo a ellos laquoImpedido por su destino fatal Heacutector quedoacute solo alliacute mismo | delante de Ilio y de las puertas Esceasraquo13

El espacio del duelo es un gran vaciacuteo la llanura de Troya delante de las puer-tas Esceas poblado por cadaacuteveres quizaacutes algunos cuerpos descuartizados armas que se cayeron de los guerreros muertos o se perdieron en el bullicio de la fuga y se esparcieron por el camino y probablemente algunos carros abandonados o caballos muertos Silencio absoluto Este espacio funciona como un escenario doble Por un lado estaacuten Priacuteamo y todos los troyanos que contemplan desde la parte maacutes alta de la muralla de Troya por otro lado estaacuten los aqueos que se encuentran lejos en la llanura de Troya hacia el riacuteo Escamandro y han recibido de Aquiles el orden de no atacar a Heacutector en ninguacuten caso por lo que tambieacuten seraacuten espectadores de este duelo inminente

Un escenario doble pues Heacutector se encuentra en eacutel solo y atemorizado mientras Aquiles engantildeado por Apolo se encuentra muy lejos de la mura-lla Cuando Aquiles empieza a correr motivado por su impulso de vengan-za su movimiento es directo y decisivo hacia la ciudad hacia Heacutector Al mismo tiempo Heacutector se presenta experimentando un movimiento mental El poeta desplaza la atencioacuten hacia el interior del heacuteroe

laquoiexclAy de miacute Si me meto en las puertas y en las murallasPolidamante seraacute el primero en cubrirme de oprobiospues me ha ordenado guiar a los troyanos hacia la ciudadesta noche maldita en que el divino Aquiles ha dejado la calmaMas yo no le he hecho caso y iexclcuaacutento mejor habriacutea sidoAhora que ha perecido la tropa por culpa de mis necedadesverguumlenza me dan los troyanos y troyanas de rozagantes mantosno sea que alguna vez alguien vil y distinto de miacute digalsquoHeacutector por iarse de su fuerza hizo perecer la huestersquoAsiacute diraacuten y en ese caso para miacute habriacutea sido mucho mejorenfrentarme contra Aquiles y regresar despueacutes de matarlo

13 Canto XΧII 5-6

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o perecer yo mismo con gloria delante de la ciudadiquestY si depongo el abollonado broquel y el ponderoso cascoy tras dejar la lanza apoyada contra la murallavoy sin armas y me presento ante el intachable Aquilesy le prometo entregar a Helena junto con las riquezasiacutentegras que Alejandro se trajo en las concavas navesa Troya accioacuten que fue la causa de la contiendaa los Atridas para que se la lleven y ademaacutes con los aqueosrepartirnos todos los demaacutes tesoros que guarda esta ciudadDespueacutes puedo tomar juramento de honor a los troyanosde no esconder nada y de repartir en dos lotes todoslos tesoros que encierra en su interior la amena ciudadelaPero iquestpor queacute mi animo me ha suscitado este debateiexclMira que si voy y me presento ante eacutel y lejos de apiadarsey de respetarme me mata desnudo sin la panopliaigual que a una mujer cuando ya me haya quitado las armasMas no es el momento de remontarse a la encina y a la piedra ni de charlar con eacutel de las lindezas de una doncella y un mozoni de las ternuras que una doncella y un mozo se intercambianMaacutes vale entablar la disputa cuanto antesiexclAveriguumlemos a quieacuten de los dos tiende el Oliacutempico su honorraquoMientras esperaba agitando estas ideas Aquiles se acercoacutesemejante a Enialio el guerrero del centelleante cascoenarbolando sobre el hombro derecho la peliacuteada lanza de fresnoterrible a los lados el bronce brillaba parecido al destelloque emiten el ardiente fuego o el sol al salirNada mas verlo Heacutector fue presa del temblor y ya no soportoacuteseguir alliacute sino que dejoacute atraacutes las puertas y echoacute a huir(Canto XΧII 99-137)

Habiendo desplazado la atencioacuten al interior del personaje el poema se acerca a eacutel estableciendo un viacutenculo de empatiacutea entre el lector y dicho per-sonaje Nosotros estamos recibiendo la narracioacuten a traveacutes de eacutel por medio de sus vivencias Aquiles se nos presenta refl ejado en la mirada y la reaccioacuten de Heacutector Su llegada interrumpe la introspeccioacuten y sentildeala el principio del enfrentamiento de manera que la intensidad del movimiento mental se con-vierte en intensidad de movimiento fiacutesico con esta transformacioacuten sutil el poema mantiene un equilibrio de energiacutea a la vez que produce un cambio de escena draacutestico La persecucioacuten de Heacutector por Aquiles comienza Es la tercera persecucioacuten relatada despueacutes del primer enfrentamiento de los dos heacuteroes Aquiles y Heacutector estaacuten fuera de las murallas corriendo jadeantes

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uno detraacutes del otro No conocemos a Troya en el poema nunca se describe su forma pero estamos corriendo con los heacuteroes alrededor de ella Las des-cripciones del paisaje intercaladas y las escenas de paz evocadas refuerzan por contradiccioacuten la tensioacuten mortal de la situacioacuten

Por alliacute pasaron corriendo uno huyendo y otro acosando detraacutesDelante huiacutea un valiente pero uno mucho mejor lo perseguiacuteaaprisa no era la viacutectima de un sacri icio ni una bovina pielpor lo que competiacutean premios comunes en las carreras humanas sino que corriacutean por la vida de Heacutector domador de caballos(Canto XΧII 157-161)

Tierra y Cielo los dos planos de accioacuten se activan a la vez Dos liacuteneas na-rrativas se desarrollan en paralelo La primera se dedica a los mortales es una liacutenea sin diaacutelogos pero en ella se puede intuir la agoniacutea El ritmo de la corrida marca la pauta de la escena La segunda liacutenea narrativa corresponde a los dioses que estaacuten observando la primera desde el Olimpo donde estaacuten reunidos para tomar decisiones sobre la suerte de los mortales Sus diaacutelogos suenan ligeros y despreocupados e incluso tienen un punto coacutemico lo que acaba reforzando la situacioacuten traacutegica de los heacuteroes

Cuando los dioses lo deciden intervienen en la historia haciendo que las dos liacuteneas narrativas se crucen y se junten Los dos planos de accioacuten ahora se funden en un uacutenico plano Troya con la llegada de Atenea que marca el fi nal de la corrida y el inicio del desenlace de la historia Atenea se presenta a los dos heacuteroes pero de manera distinta a cada uno de ellos ya que se rela-ciona de modo distinto con ellos coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector14 Con su presencia se rompe el silencio mortal de la persecucioacuten Diaacutelogos aparecen de nuevo El poeta estaacute preparando el terreno para el combate el espacio se vuelve abstracto despojado de elementos descriptivos mientras la presencia fiacutesica de los guerreros y su voz adquieren maacutes importancia La atencioacuten del receptor se va dirigiendo hacia ellos dos su presencia su con-frontacioacuten inminente sus palabras y sus acciones

Despueacutes de hablar asiacute desenvainoacute la aguda espada

14 Atenea participa en las acciones de Aquiles hablaacutendole en plural incluyente laquoAhora siacute que espero esclarecido Aquiles caro a Zeus | que ambos llevaremos a los aqueos una gran gloria a sus naves | tras aniquilar a Heacutector por insaciable de lucha que sea | Ahora ya no hay posibilidad de que se nos escape | por muchas penas que el protector Apolo sufra | rodando y rodando ante el padre Zeus portador de la eacutegida | Detente tuacute ahora y recobra el aliento que yo a eacuteste | me acercareacute y le convencereacute para que luche frente a frenteraquo (Canto XΧII 216-223)

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que llevaba suspendida de su costado larga y robustay tras tomar impulso partioacute cuaacutel aacuteguila de alto vueloque baja al llano a traveacutes de las tenebrosas nubespara arrebatar una tierna cordera o una treacutemula liebreasiacute partioacute Heacutector haciendo vibrar la aguda espadaTambieacuten se lanzoacute Aquiles con el aacutenimo lleno de furiasalvaje se cubrioacute el torso por delante con el escudobello primoroso mientras haciacutea oscilar el reluciente cascode cuatro mamelones y ondeaban alrededor las bellas crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenComo va entre los astros en la oscuridad de la noche la estrellavespertina el astro maacutes bello que hay ijo en el irmamentoasiacute era el fulgor de la a ilada punta que Aquiles blandiacuteacon la diestra maquinando la perdicioacuten del divino Heacutectore indagando donde su bella piel ofreceriacutea menor resistenciaTodo su cuerpo estaba protegido por la bronciacutenea armadurabella que habiacutea despojado al potente Patroclo tras matarlosoacutelo se veiacutea donde las claviacuteculas separan cuello y hombrosel gaznate que es por donde maacutes pronto se pierde la vidaPor alliacute el divino Aquiles le hundioacute la pica en pleno ataqueLa punta penetroacute derecha a traveacutes del delicado cuelloy el asta de fresno pesada por el bronce no le cercenoacute la traacutequeacon lo que todaviacutea pudo responderle y decir unas palabrasSe desplomoacute en el polvo y el divino Aquiles exclamoacute triunfantelaquoiexclHeacutector Al despojar a Patroclo sin duda creiacuteste estara salvo y para nada te preocupaste de miacute porque estaba lejosiexclInsensato Lejos de aquel un vengador muy superior a la zagase habiacutea quedado junto a las huecas naves y ese soy yoque te he doblado las rodillas De ti tiraraacuten y te humillaraacuten los perros y las aves y a eacutel los aqueos le haraacuten las exequiasraquoDesfallecido le dijo Heacutector el de tremolante penacholaquoiexclTe lo suplico por tu vida tus rodillas y tus padresNo dejes a los perros devorarme junto a las naves de los aqueosen lugar de eso acepta bronce y oro en abundancia regalos que te daraacuten mi padre y mi augusta madrey devuelve mi cuerpo a casa para que al morir del fuegome hagan partiacutecipe los troyanos y las esposas de los troyanosraquoMiraacutendolo con torva faz replicoacute Aquiles de pies ligeroslaquoNo implores perro invocando mis rodillas y a mis padres iexclOjalaacute que a miacute mismo el furor y el aacutenimo me indujerana despedazarte y a comer cruda tu carne por tus fechoriasTan cierto es eso como que no hay quien libre tu cabeza

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

de los perros ni aunque el rescate diez veces o veinte vecesme lo traigan y lo pesen aquiacute y ademaacutes prometan otro tanto y ni siquiera aunque mandara pagar tu peso en oroPriacuteamo Dardaacutenida Ni auacuten asiacute tu augusta madre depositaraacuteen el lecho el cadaacutever de quien ella parioacute para llorarloLos perros y las aves de rapina se repartiraacuten entero tu cuerporaquoYa moribundo le dijo Heacutector el de tremolante penacho laquoBien te conozco con soacutelo mirarte y ya contaba con noconvencerte De hierro es el corazoacuten que tienes en las entrantildeasCuiacutedate ahora de que no me convierta en motivo de la coacutelerade los dioses contra ti el diacutea en que Paris y Febo Apolo tehagan perecer a pesar de tu valor en las puertas EsceasraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteEl aliento vital voloacute de la boca y marchoacute a la morada de Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando dijo Aquiles de la casta de ZeuslaquoiexclMuere Mi parca yo la acogereacute gustoso cuando Zeus quiera traeacutermela y tambieacuten los demaacutes dioses inmortalesraquoDijo y arrancoacute del cadaacutever la bronciacutenea picala dejoacute a un lado y le quitoacute de los hombros las armasensangrentadas Los hijos de los aqueos acudieron corriendoy quedaron admirados de la talla y de la envidiable bellezade Heacutector y nadie hubo que se presentara y no lo hirieraY asiacute deciacutea cada uno mirando al que teniacutea proacuteximolaquoiexclQueacute sorpresa iexclAhora siacute que es Heacutector mucho maacutes blandode tocar que cuando prendioacute las naves con el voraz fuegoraquoAsiacute repetiacutea cada uno cuando se presentaba y lo heriacutea(Canto XΧII 306-375)

Los dos heacuteroes se acercan con sus armas fi rmes en la mano15 y Aquiles pla-nifi ca el ataque que va a realizar Observa minuciosamente a Heacutector explora su cuerpo como si fuese territorio desconocido e identifi ca los lugares ex-puestos como si trazara sobre Heacutector un mapa de vulnerabilidad Una vez maacutes la Iliacuteada nos conduce hacia el espacio iacutentimo del cuerpo hacia la postu-ra la apariencia y estructura fiacutesica los gestos la distancia entre las personas la velocidad del movimiento y el impulso de la accioacuten

15 Heacutector tiene una espada y Aquiles una pica ya que sus lanzas las perdieron pocos versos atraacutes cuando intentaron atacar el uno al otro Heacutector esquivoacute la lanza de Aquiles mientras la lanza de Heacutector se desvioacute al chocar con el escudo de Aquiles Ahora los dos heacuteroes tienen que acercarse para matarse Este duelo requiere proximidad fiacutesica

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

La pica atraviesa el cuello de Heacutector pero deja su traacutequea intacta para que eacutel pueda pronunciar sus uacuteltimas palabras justo antes de extinguirse su vida A las jactancias de Aquiles Heacutector responde suplicando por la suerte de su cuerpo y en esta suacuteplica se puede intuir la inminente suacuteplica de Priacuteamo Aquiles replica con execrable crueldad en sus palabras como en todas sus acciones despueacutes de entrar en la batalla se refl eja el cambio que la muerte de Patroclo provocoacute en su aacutenimo y comportamiento El moribundo Heacutector hace referencia al futuro de Aquiles tal como el moribundo Patroclo previoacute la muerte de Heacutector laquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteraquo es el verso que se repite ideacutentico en los dos casos mientras tanto Heacutector como Aquiles dirigen unas uacuteltimas y crueles palabras al cadaacutever del hombre que acaban de matar antes de arrancar el arma de la herida Sin embargo al contrario de lo que pasa con Patroclo Heacutector yace en la tierra abandonado y no hay nadie que pueda luchar por el honor de su cuerpo

El cuerpo sin vida tendido en el suelo y la voz de su asesino que resuena amenazadora sobre eacutel construyen una imagen muy potente a partir de la cual empieza el ultraje Los aqueos hasta entonces espectadores silenciosos presencias lejanas e intrascendentes16 se acercan y en su reaccioacuten se juntan dos acciones contradictorias por una parte admiran la belleza de Heacutector y por otra hieren su cuerpo repitiendo una exclamacioacuten verbal y un acto de violencia que parecen tener casi la funcioacuten de un ritual

laquo[] Nos hemos alzado con gran gloria hemos matado al divino Heacutectora quien los troyanos en la ciudad invocaban como a un diosraquoDijo e imaginaba ignominias contra el divino HectorLe taladroacute por detraacutes los tendones de ambos piesdesde el tobillo al taloacuten enhebroacute correas de bovina pielque atoacute a la caja del carro y dejoacute que la cabeza arrastraraMontoacute en la caja del carro recogioacute la ilustre armaduralos fustigoacute para arrearlos y los dos de grado echaron a volarGran polvareda se levantoacute del cadaacutever arrastrado los cabellososcuros se esparciacutean y la cabeza entera en el polvoyaciacutea antes encantadora Zeus entonces a sus enemigoshabiacutea concedido que lo ultrajaran en su propia patria(Canto XΧII 393-404)

16 laquoLos aqueos estaacuten cerca de las murallas de Troya pero como una presencia silenciosa e intrascendenteraquo (Caroline Alexander La guerra que matoacute a Aquiles p 205)

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5 El dolor que nos une [Priacuteamo y Aquiles]

Encerrados en la ciudad los troyanos se hacen testigos no soacutelo de la muerte de Heacutector sino tambieacuten de la crueldad a la cual se somete su cuerpo Con la huida de Aquiles quien arrastra el cadaacutever de Heacutector hacia el campamento aqueo el escenario se vaciacutea por completo y la atencioacuten se reconduce hacia Troya Sobre la torre de Ilio Heacutecuba se arranca los cabellos mientras Priacuteamo se representa revolcaacutendose en estieacutercol manifestando por primera vez su deseo de suplicar a Aquiles para que eacuteste le devuelva el cuerpo de su hijo

Asiacute quedoacute cubierta su cabeza entera de polvo Su madre se mesoacute los cabellos arrojoacute el niacutetido velo lejos y prorrumpioacute en muy elevados llantos al ver a su hijo Tambieacuten su padre emitioacute un lastimero gemido y las gentes por la ciudad eran presa de llantos y de lamentos Todo pareciacutea como si la almenada Ilio se estuviera consumiendo entera por el fuego desde los cimientos Las gentes a duras penas conteniacutean al apenado anciano ansioso por salir fuera de las puertas dardanias A todos imploraba rodando por el estieacutercol y llamando a cada uno por su nombre(Canto XXII 405-415)

Sus reiterativos llantos y gemidos inquietan tambieacuten a Androacutemaca quien desde su encuentro con Heacutector ha permanecido encerrada en su habitacioacuten tejiendo bellos mantos y preparando un bantildeo caliente para el regreso de eacutel en vano Es la agoniacutea por la suerte de Heacutector la que lleva a Androacutemaca a la muralla de nuevo repitiendo el movimiento que realizoacute en el canto VI cuando salioacute presurosa del palacio en busca de su marido mientras la no-driza la seguiacutea llevando al nintildeo en sus brazos Su lamento confi rma la pre-ocupacioacuten expresada en su diaacutelogo con Heacutector mientras en eacutel resuenan los lamentos de otras mujeres que perdieron a sus esposos y fueron convertidas en esclavas durante la guerra

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

La reaccioacuten de Priacuteamo ante la muerte de Heacutector se parece mucho a la prime-ra reaccioacuten que Aquiles tuvo al enterarse de la muerte de Patroclo Tanto a Aquiles como a Priacuteamo el duelo por la peacuterdida de alguien muy querido les hace cubrirse la cabeza y el cuerpo entero con un material no precisamente noble De este modo sus rasgos divinos adquieren un aspecto sucio y la-mentable que refl eja su estado psiacutequico En ausencia del cadaacutever al que les gustariacutea tener cerca y poder tocar durante el lamento1 en ese momento de soberbio dolor los hombres establecen un contacto con la tierra con el suelo con la materia orgaacutenica en la cual todo de una manera u otra se convierte

Asiacute habloacute y a eacutel una negra nube de a liccioacuten lo envolvioacuteCogioacute con ambas manos el requemado holliacuteny se lo derramoacute sobre la cabeza afeando su amable rostromientras la negra ceniza se posaba sobre su tuacutenica de neacutectar Y extendido en el polvo cuan largo era gran espacioocupaba y con las manos se mancillaba y mesaba los cabellosLas siervas que Aquiles y Patroclo se habiacutean adjudicado en prendaproferiacutean grandes alaridos a ligidas en su corazoacuten y a la puertacorrieron en torno del belicoso Aquiles y todas con las manos mientras se golpeaban el pecho cayeron postradas de hinojosDel otro lado Antiacuteloco se lamentaba y vertiacutea laacutegrimascon las manos de Aquiles cogidas y su glorioso corazoacuten gemiacuteaante el temor de que se segara la garganta con el hierro (Canto XVIII 22-34)

En ambos casos ellos no se encuentran solos en sus lamentos sino que estaacuten rodeados de otras personas2 sobre todo mujeres las mujeres de Troya en el caso de Priacuteamo y las siervas en el caso de Aquiles Es en torno a estos dos lamentos de Aquiles por Patroclo y de Priacuteamo por Heacutector y los respectivos intentos de honrar a los muertos que se estructuran los dos uacuteltimos cantos de la Iliacuteada Como afi rma Caroline Alexander despueacutes del enfrentamiento heroico maacutes importante del poema la Iliacuteada se enfoca en los difuntos y en

1 En otra ocasioacuten laquoEntre ellos el Pelida entonoacute un reiterativo llanto | poniendo sus manos homicidas sobre el pecho de su compantildeeroraquo (Iliacuteada Canto XXIII 17-18) Androacutemaca al recibir el cuerpo de su esposo hace lo mismo laquoEntre eacutestas Androacutemaca de blancos brazos inicioacute el llanto |mientras sujetaba la cabeza del homicida Heacutector en sus manosraquo (Iliacuteada Canto XXIV 723-724)2 En las escenas de la Iliacuteada los personajes tienden a formar conjuntos durante el lamento con el que estaacute maacutes afectado en el centro y los demaacutes alrededor suyo No es necesario que el motivo del lamento sea uacutenico y compartido por todos cada uno puede llorar por sus propios motivos pero el acto de llorar es compartido y su intensidad suele ajustarse a las necesidades del personaje principal de la escena Posteriormente el coro de la tragedia cumple tambieacuten con una funcioacuten parecida la de acompantildear a los personajes en sus lamentos soliloquios y diaacutelogos a menudo compartiendo sus estados de aacutenimo y otras veces expresando ideas o sentimientos opuestos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

las consecuencias de sus muertes3

Una vez concluidos los funerales de Patroclo y las competiciones de los aqueos en su honor el cadaacutever de Heacutector continuacutea yaciendo en el polvo y siendo arrastrado por Aquiles alrededor del tuacutemulo de su caro amigo El tuacutemulo tal como el cuerpo del guerrero muerto emerge como un centro en el espacio En alguacuten lugar (sentildealado y preciso) en la orilla del mar cerca de las naves aqueas se encuentra enterrada la urna que contiene los huesos de Patroclo que en breve albergaraacute tambieacuten los huesos de Aquiles4 Es en torno a este centro que el cuerpo de Heacutector atado con correas de bovina piel al carro de Aquiles dibuja tres ciacuterculos cada mantildeana con la primera luz del diacutea ciacuterculos que se inscriben en la tierra uno sobre otro durante nueve diacuteas Apolo protege al cuerpo de Heacutector de todo tipo de desgaste pero en el espacio deben permanecer las huellas de este proceso por muy efiacutemeras que sean

[] pero despueacutes de llorar y lamentarse remiten en su penapues las Moiras han hecho el aacutenimo humano apto para soportar(Canto XXIV 48-49)

Sin embargo este ritual viciado y repetitivo no consigue apaciguar el dolor de Aquiles ni tampoco saciar su deseo de venganza Eacutel todaviacutea estaacute afl igido Su fi gura es la de un hombre que no encuentra tranquilidad en ninguacuten sitio no puede estar quieto casi no puede estar No puede adormecer y cambia constantemente de posicioacuten se levanta se tumba de espaldas de lado boca abajo se sienta camina entra y sale de su tienda permaneciendo siempre inquieto Los dioses del Olimpo observadores perpetuos y duentildeos de la suerte de los mortales no dejan de discutir acerca de la resolucioacuten de esta situacioacuten hasta que Zeus toma su decisioacuten Tal como fue previsto al princi-pio del poema la coacutelera de Aquiles ha sido respetada por los dioses y eacutel ha sido honrado como corresponde a un heacuteroe mortal que es hijo de una diosa

3 laquoPero la Iliacuteada no es una epopeya convencional y en el mismo momento del mayor triunfo militar de su heacuteroe homero desviacutea la atencioacuten de Aquiles a las dos bajas maacutes importantes de la historia Patroclo y Heacutector es hacia las consecuencias de sus muertes sobre todo para el vencedor hacia donde pasa a dirigirse inexorablemente toda la accioacuten de la Iliacuteadaraquo (La guerra que matoacute a Aquiles p 227) Ademaacutes entre estos dos funerales se pueden rastrear relaciones de interdependencia Patroclo no es enterrado hasta que Heacutector es muerto y ultrajado en honor de Patroclo por otro lado Heacutector no se puede enterrar hasta que terminen los honores funerarios a Patroclo porque el ultraje de su cuerpo forma parte de ellos4 laquoiexclQue tambieacuten un mismo atauacuted encierre juntos nuestros huesos | y que sea la aacuteurea urna que te procuroacute tu augusta madre raquo es la peticioacuten que dirige en un suentildeo el alma de Patroclo a Aquiles peticioacuten que es completamente respetada por el propio Aquiles (Canto XXIII 91-92)

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

Ahora es el momento de honrar a Heacutector tambieacuten muy querido a los dioses liberando su cuerpo y devolvieacutendolo a Troya

Seguacuten el plan de Zeus con el que estaacuten de acuerdo todos los dioses oliacutem-picos Priacuteamo iraacute como suplicante a Aquiles y le ofreceraacute regalos a cambio del cadaacutever Para que se pueda cumplir el plan divino es necesario que se comunique previamente a los dos heacuteroes involucrados5 Ellos al conocer la voluntad de los dioses actuaraacuten de acuerdo con ella los dioses incitan sus acciones pero no actuacutean por ellos En el interior de su tienda Aquiles se encuentra llorando Tetis se sienta a su lado y establece un contacto fiacutesico con eacutel antes de hablarle y los dos mantienen un diaacutelogo muy breve Por su parte Iris llega al palacio de Priacuteamo donde el anciano rey estaacute reiterando el llanto que habiacutea iniciado Priacuteamo la recibe en silencio temblando Sin espe-rar contestacioacuten la diosa se va y Priacuteamo sigue sus instrucciones y consejos sin perder tiempo

Asi habloacute e Iris de pies de raacutefaga fue con el mensajeLlegoacute a casa de Priacuteamo y alliacute no halloacute maacutes que quejas y llantos Los hijos sentados alrededor de su padre dentro del patioteniacutean mojada de laacutegrimas la ropa y el viejo estaba en mediocubierto con un manto que dejaba adivinar su silueta Abundanteestieacutercol envolviacutea la cabeza y el cuello del ancianoque eacutel mismo al revolcarse habia cosechado con sus manos Las hijas y las nueras por las mansiones gimoteabanacordaacutendose de los muchos y valerososque yaciacutean despueacutes de perder la vida a manos de los argivosLa mensajera de Zeus se detuvo junto a Priacuteamo y dijo con voztenue mdashy el temblor se aduentildeoacute de los miembros del ancianomdash(Canto XXIV 159-170)

Heacutecuba aterrorizada con la decisioacuten de su marido le sugiere hacer una liba-cioacuten a Zeus antes de emprender la ruta hacia las naves aqueas A la plegaria de Priacuteamo el dios responde con su aguumlero maacutes positivo y enseguida Priacuteamo y el heraldo se suben al carro cargados de muchos y bellos regalos para Aquiles Tal como habiacutea prometido Iris su camino es facilitado por Hermes quien manteniendo oculta su identidad les acompantildea hasta su llegada a la tienda de Aquiles aseguraacutendose de que ninguno de los aqueos advierta su

5 Tetis (llamada al Olimpo por Iris para que Zeus le informe de su decisioacuten) iraacute al encuentro de Aquiles mientras Iris avisaraacute a Priacuteamo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

presencia

La conversacioacuten del anciano Priacuteamo con el dios es extensa y deja adivinar la duracioacuten del camino que conduce de la ciudad de Troya al campamento aqueo mientras el propio camino no se describe en esta secuencia como tampoco se describe la ciudad o el campamento En cambio se presta aten-cioacuten a las transiciones de un espacio a otro Antes de lanzarnos a lo que viene a ser seguramente el encuentro maacutes peculiar y maacutes pleno de la Iliacuteada el poeta describe meticulosamente los umbrales que hemos de cruzar Por una parte las presencias humanas hay que pasar entre los guardias y los guerrreros que circulan entre las naves a los que Hermes hace adormecer desactivando el peligro que supone su vigilia

Por otra parte las construcciones materiales en el espacio En primera ins-tancia la fosa y el muro que delimitan el territorio de los aqueos en la llanura troyana Priacuteamo cruza ahora con la ayuda del dios la misma fortifi cacioacuten que Heacutector intentoacute y parcialmente logroacute derrumbar en el canto XII A con-tinuacioacuten la tienda de Aquiles cuya estructura se describe con cierta preci-sioacuten desde fuera hacia dentro de manera inversa y complementaria a la de la escena del sacrifi cio de Aquiles a Zeus6 En los dos casos la atencioacuten recae sobre el cerrojo de las puertas un pormenor miacutenimo pero signifi cativo Esta sucesioacuten de espacios diferentes y claramente delimitados funciona como una introduccioacuten gradual al espacio iacutentimo del encuentro Hermes que en los mitos primitivos fi gura como el dios de los liacutemites de los campos y de las fronteras acompantildea a Priacuteamo durante este proceso

Al llegar a las forti icaciones de las naves y a la fosaya los guardias comenzaban a ocuparse de la cenaEl mensajero Argiacutecida vertioacute el suentildeo sobre todos ellos sin excepcioacuten luego abrioacute las puertas y retiroacute las trancase introdujo a Priacuteamo y sus espleacutendidos dones sobre el carromatoCuando llegaron a la tienda del Pelidaelevada que los mirmidones habiacutean fabricado para su soberanotallando vigas de abeto mdashpor encima la habiacutean techado con frondoso cantildeizo recolectado de la praderaalrededor un gran patio habiacutean fabricado para su soberanocon espesas estacas la puerta la sujetaba un uacutenico pasadorde madera de abeto que entre tres aqueos soliacutean encajar

6 Iliacuteada canto XVI 220-256

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

como tres eran los que abriacutean el gran cerrojo de las puertas de no ser Aquiles que era el uacutenico que lo encajaba auacuten solomdashentonces el beneacute ico Hermes se la abrioacute al ancianointrodujo los ilustres regalos para el velociacutepedo Pelidase apeoacute del carro a tierra y exclamoacutelaquoiexclAnciano Yo soy un dios inmortal que aquiacute ha venido soy Hermes Mi padre me ha enviado para que te diera escoltaPero ahora me ireacute de nuevo y no me voy a presentarante las miradas de Aquiles Vituperable seriacuteaque un dios inmortal favorezca tan abiertamente a los mortalesTuacute entra y coge al Pelida de las rodillasy por su padre su madre de hermosos cabellosy su hijo supliacutecale para conmoverle el aacutenimoraquoTras hablar asiacute se alejoacute hacia el vasto OlimpoHermes Y Priacuteamo saltoacute de los caballos a tierray dejoacute alliacute a Ideo que esperaba guardandolos caballos y las mulas El anciano fue derecho a la casadonde Aquiles caro a Zeus residiacutea Lo halloacute dentrosus compantildeeros estaban sentados aparte y soacutelo dosel heacuteroe Automedonte y Aacutelcimo retontildeo de Ares se afanabanen presencia suya presurosos Acababa de dejar el alimentodespueacutes de comer y beber y la mesa auacuten estaba puesta al ladoEntroacute el alto Priacuteamo sin que ellos lo notaran se paroacute cercay estrechoacute las rodillas de Aquiles y le besoacute las manosterribles y homicidas que a tantos hijos suyos habiacutean matadoComo cuando una densa ofuscacioacuten apresa al hombre que mataen la patria a una persona y llega a un pueblo extrantildeoante un hombre acaudalado y el estupor invade a quienes lo venasiacute de estupefacto se quedoacute Aquiles al ver al deiforme PriacuteamoTambieacuten los demaacutes intercambiaron estupefactos sus miradas(Canto XXIV 443-484)

Una vez dentro del patio de Aquiles ya no hay demora Priacuteamo decidido y confi dente entra en la tienda sin compantildeiacutea como suplicante Aquiles no estaacute solo es el momento despueacutes de la cena7 y a su lado se encuentran Aacutelcimo y Automedonte entre otros mirmidones El interior de la tienda no se descri-be Se describen apenas las actividades que tienen lugar en ella y vagamen-te las posiciones relativas entre los personajes Aquiles es identifi cado como

7 Caroline Alexander sentildeala que Aquiles soliacutea compartir estos momentos del diacutea despueacutes de la cena con Patroclo (La guerra que matoacute a Aquiles p 244) En la escena de la embajada Ulises encuentra a Aquiles y Patroclo mientras estaacuten tocando muacutesica y cantando

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

un centro un punto en el espacio al cual se dirige Priacuteamo El anciano rey como todo suplicante toca las rodillas de Aquiles y le besa la mano

Cuando Tetis se presenta a Zeus como suplicante8 se pone de rodillas delan-te suyo y coloca su mano izquierda sobre su rodilla y con su mano derecha toca su barbilla En varias escenas de la Iliacuteada el contacto fiacutesico precede a la comunicacioacuten verbal casi estableciendo la base para ella tal como en otras la distancia entre dos personajes y su gestualidad delimita el campo de su interaccioacuten y es signifi cativa para el entendimiento del diaacutelogo El silencio tambieacuten adquiere una fuerza y un peso especial Priacuteamo se agarra a las ro-dillas de Aquiles y le besa la mano mientras eacutel lo mira estupefacto inmoacutevil en la fuerza de esta imagen el poeta crea aquella unidad bipartita que es el encuentro entre los dos personajes inseparables en el espacio y en el con-tenido de la narracioacuten Las miradas entrecruzadas de los otros personajes que presencian la escena reafi rman este hecho La unidad Aquiles-Priacuteamo se percibe y reconoce como tal y precisamente por eso se aiacutesla del ambiente haciendo posible la aparicioacuten del discurso

Priacuteamo le dirigioacute una suacuteplica diciendo estas palabraslaquoiexclAcueacuterdate de tu padre Aquiles semejante a los diosesque tiene mi misma edad y estaacute en el funesto umbral de la vejezTambieacuten a eacutel los vecinos que habitan alrededor sin duda loatormentan y no hay quien aparte de eacutel la ruina y el estragoSin embargo aquel mientras sigue oyendo que tu estaacutes vivose alegra en el aacutenimo y espera cada diacuteaver a su querido hijo que vuelve de TroyaPero mi desdicha es completa he engendrado los mejores hijosen la ancha Troya y de ellos a irmo que ninguno me quedaCincuenta teniacutea cuando llegaron los hijos de los aqueosdiecinueve me habiacutean nacido de un uacutenico vientrey otras mujeres habiacutean alumbrado en el palacio a los demaacutesA la mayoriacutea el impetuoso Ares les ha doblado las rodillasy el uacutenico que me quedaba y protegiacutea la ciudad y a sus habitanteshace poco lo has matado cuando luchaba en defensa de la patria Heacutector Por eacutel he venido ahora a las naves de los aqueospara rescatarlo de tu poder y te traigo inmensos rescatesRespeta a los dioses Aquiles y ten compasioacuten de miacute

8 laquoAsi habloacute y nada respondioacute Zeus que las nubes acumula | y permanecioacute un rato sentado en silencio Tetis una vez asida | a sus rodillas seguiacutea asiacute agarrada y preguntoacute por segunda vez | laquoDe verdad promeacutetemelo y asiente a ello | o denieacutegalo ya que no cabe el temor en ti asiacute sabreacute bien | hasta queacute punto soy la divinidad maacutes vilipendiada entre todasraquo (Iliacuteada Canto I 511-516)

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

por la memoria de tu padre Yo soy auacuten maacutes digno de piedady he osado hacer lo que ninguacuten terrestre mortal hasta ahora acercar a mi boca la mano del asesino de mi hijoraquoAsiacute habloacute y le infundioacute el deseo de llorar por su padreLe tocoacute la mano y retiroacute con suavidad al ancianoEl recuerdo haciacutea llorar a ambos el uno al homicida Heacutectorlloraba sin pausa postrado ante los pies de Aquiles y Aquiles lloraba por su propio padre y a veces tambieacutenpor Patroclo y los gemidos se elevaban en la estanciaEn cuanto el divino Aquiles estuvo ya satisfecho de llantoy este deseo se alejoacute de sus entrantildeas y de sus miembrosse levantoacute de su asiento y ayudoacute al anciano a incorporarse apiadado de su canosa cabeza y de su canoso mentoacuten(Canto XXIV 485-516)

Priacuteamo empieza su discurso aludiendo a la vejez y evocando a Peleo Emocionado Aquiles toca la mano de su suplicante y le aparta con suavidad Este sutil movimiento del heacuteroe hasta entonces geacutelido e inamovible denota un cambio en la escena una transicioacuten de la suacuteplica al duelo compartido El joven guerrero y el anciano rey arrodillado a los pies del asesino de sus hijos conectados corporalmente y separados en sus recuerdos lloran cada uno a los suyos con mucha intensidad y fuerza Su presencia se apodera del lugar en que estaacuten de manera que en el interior de la tienda de Aquiles sus gemidos adquieren una espesura casi material que envuelve a los dos y ocupa el espacio alrededor de ellos Priacuteamo y Aquiles se encuentran unidos dentro del dolor

En esta secuencia el poema nos recuerda tambieacuten que el deseo del llanto se ubica en el cuerpo tanto en el diafragma como en los miembros y a traveacutes de ellos se expresa directamente La satisfaccioacuten de este deseo por Aquiles marca otro cambio en la narracioacuten eacutel se levanta mientras ayuda a Priacuteamo a levantarse del suelo concluyendo asiacute la escena del llanto Soacutelo cuando los dos esteacuten de pie Aquiles responde a Priacuteamo le ofrece asiento y le intenta tranquilizar y apaciguar el dolor

laquoNada se consigue con el geacutelido llanto que hiela el corazoacuten | Pues lo que los dioses han hilado para los miacuteseros mortales | es vivir entre congojas mientras ellos estaacuten exentos de cuitasraquo9 son las palabras que le dirige alu-

9 Iliacuteada Canto XXIV 524-526 En las palabras de Aquiles resuenan las palabras que Zeus dirigioacute a los caballos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

diendo a los dioses al poderoso hado y al destino de los hombres Respecto a esta escena Rachel Bespaloff escribe laquoTodos los hombres viven en el dolor la verdadera igualdad no tiene otro fundamento Homero ha querido que fuera precisamente el vencedor quien se lo recordara al vencido Para salvar el honor del suplicante pero tambieacuten para descargarse de una penosa res-ponsabilidad Aquiles se oculta tras la fatalidad Priacuteamo recibe en silencio la leccioacuten del asesino de sus hijos [] Circundado por una fatalidad peacutetrea solo le queda convertirse en piedra como Niacuteoberaquo10

Priacuteamo insiste en recuperar a su hijo ofrecer los regalos a Aquiles y concluir su misioacuten Despueacutes de un breve momento de tensioacuten Aquiles se ocupa per-sonalmente de la preparacioacuten y devolucioacuten del cuerpo de Heacutector sale de la tienda con sus fi eles compantildeeros y ofrece asiento al heraldo acompantildeante de Priacuteamo Se muestra especialmente cuidadoso y respetuoso con el cadaacute-ver el mismo cadaacutever que ultrajoacute muacuteltiples veces De los rescates de Priacuteamo deja algunos mantos en el carro para envolver en ellos el cuerpo de Heacutector y ordena a las criadas a bantildearlo limpiarlo ungirlo y vestirlo restituyendo su aspecto bello y noble Eacutel mismo levanta en sus brazos el cadaacutever y ayuda a depositarlo en el carro

laquo[] Mas ea tambieacuten nosotros dos divino anciano cuideacutemonosde la comida Luego podraacutes volver a llorar a tu hijoal entrar en Ilio iexclY seguro que muchas laacutegrimas te causaraacuteraquoDijo y se levantoacute el ligero Aquiles y una caacutendida ovejadegolloacute Sus compantildeeros la desollaron y alintildearon con cuidadoLa trincharon sabiamente y la ensartaron con brochetasla asaron cuidadosamente y retiraron todo del fuegoAutomedonte cogioacute el pan y lo distribuyoacute por la mesaen bellas canastillas y Aquiles repartioacute las tajadas de carneTendieron las manos a los manjares preparados que habiacutea delanteY despueacutes de saciar el apetito de bebida y de comidael Dardaacutenida Priacuteamo se quedoacute mirando a Aquiles admiradode lo alto y bello que era al verlo se pareciacutea a los diosesY tambieacuten Aquiles admiraba al Dardaacutenida Priacuteamoal contemplar su noble aspecto y al oir sus palabrasDespueacutes de recrearse ambos miraacutendose el uno al otrodiacutejole el primero el anciano el deiforme Priacuteamo

inmortales de Aquiles despueacutes de la muerte de Patroclo laquoPues nada hay sin duda maacutes miacutesero que el hombre | de todo cuanto camina y respira sobre la tierraraquo (Iliacuteada canto XVII 446-447)10 De la Iliacuteada p 59

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

laquoProcuacuterame ahora un lecho cuanto antes criatura de Zeus para acostarnos ya y disfrutar bajo el velo del dulce suentildeoPues todaviacutea no se me han cerrado los ojos bajo los paacuterpadosdesde que mi hijo perdioacute la vida a manos tuyasDesde entonces no he parado de gemir y rumiar duelos sin cuentomientras me revuelco en estieeacutecol dentro del cercado del patio Ahora por primera vez he probado el pan y el rutilante vinoha descendido por mi garganta Hasta ahora nada habiacutea catadoraquo(Canto XXIV 618-642)

Habiendo terminado con estos cuidados Aquiles trata a Priacuteamo como co-rresponde a un hueacutesped invitaacutendole a un banquete que eacutel mismo y sus compantildeeros se encargan de preparar Sentados todaviacutea en la mesa con el apetite saciado se observan mutuamente Apesar de ser enemigos estaacuten atrapados en la misma fuerza devastadora de la guerra aquella que les ha hecho perder todo lo que era importante De cerca desde una distancia que no experimentaraacuten otra vez cada uno admira la belleza y la nobleza de los rasgos del otro asombrado En esta escena la Iliacuteada nos plantea de manera clara y sencilla el reconocimiento del enemigo en su plenitud como otro como diferente como igual un reconocimiento tal quizaacutes solo sea posible en la destruccioacuten absoluta

Durante este uacuteltimo encuentro de la Iliacuteada el tiempo se dilata haciendo es-pacio para muchos e importantes acontecimientos dentro de un breve marco temporal Priacuteamo llegoacute a la tienda de Aquiles al fi nal del diacutea despueacutes de la cena entretanto compartieron el llanto y se ocuparon con delicadeza del cuerpo de Heacutector se degolloacute y asoacute una oveja entera y ellos la comieron y bebieron abundante vino Una vez que la voluntad de los dioses acerca del cuerpo de Heacutector ha sido cumplida ellos comparten unos momentos de contemplacioacuten paciacutefi ca Finalmente el ritmo narrativo se acelera de nuevo describiendo con brevedad justo al fi nal de la epopeya los lamentos sobre el cuerpo de Heacutector y sus funerales

En sus uacuteltimos versos la Iliacuteada propone un fi nal alternativo de la guerra de Troya Sin que la disputa inicial haya sido resuelta en el silencio de la tregua y los funerales consecutivos la guerra es la uacutenica gloriosa superviviente

HelenaYorgos Seferis 1953

Teucro A la tierra de Chipre en medio del mar dondeApolo dispuso mi nuevo hogar la llamareacute

Salamina en memoria de mi isla de mi patriaperdida

Helena Jamaacutes estuve en Troya fue un simulacroEl mensajero iquestQueacute dices

iquestEntonces hemos sufrido por una nube(Euriacutepides Helena)

laquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoTiacutemido ruisentildeor escondido en la respiracioacuten de las hojastuacute que regalas la frescura musical del bosquea los cuerpos separados y a las almasde aquellos que saben que no regresaraacutenCiega voz que tanteas en la memoria nocturnapasos y gestos no me atreveriacutea a decir besosy la amarga agitacioacuten de la furiosa cautivalaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoiquestQueacute es Platres iquestQuieacuten conoce esta islaHe pasado mi vida oyendo nombres desconocidosnuevos lugares nuevas locuras de los hombreso de los dioses mi destino que oscila

entre el uacuteltimo golpe de la espada de un Ayaxy una nueva Salamina me trajo aquiacute a esta playaLa luna surgioacute del mar como Afroditaocultoacute las estrellas de Sagitario va ahora a encontrarel corazoacuten de Escorpio y todo lo cambiaiquestDoacutende estaacute la verdadYo tambieacuten fui arquero en la guerrami destino el de un hombre que no dio en el blancoRuisentildeor juglaren una noche como eacutesta en la playa de Proteote escucharon las esclavas espartanas y prorrumpieron en lamentosy entre ellas mdashquieacuten diriacuteamdash iexclHelenaAquella que perseguimos durante antildeos junto al EscamandroEstaba alliacute al borde del desierto la toqueacute me habloacutelaquoNo es verdad no es verdadraquo gritabalaquoNo entreacute en la nave de proa azulNunca piseacute la valiente TroyaraquoCon el coacutencavo corpintildeo el sol en los cabellos y aquel tallesombras y sonrisas por todas partesen los hombros en los muslos en las rodillasfresca la piel y los ojosde largas pestantildeasestaba alliacute a orillas de un DeltaiquestY en TroyaEn Troya nada mdashun simulacroAsiacute lo quisieron los diosesY Paris se acostaba con una sombra como si fuera un cuerpo soacutelidoy nosotros matamos durante diez antildeos por Helena

Un gran dolor habiacutea caiacutedo sobre GreciaTantos cuerpos arrojadosa las fauces del mar a las fauces de la tierratantas almas entregadas como trigo a la piedra de los molinosY los riacuteos se henchiacutean de sangre y de lodopor una onda de lino por una nubepor el aleteo de una mariposa por un plumoacuten de cisnepor una tuacutenica vaciacutea por una HelenaiquestY mi hermanoRuisentildeor ruisentildeor ruisentildeoriquestQueacute es un dios iquestqueacute no es un dios iquestY queacute entre los doslaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoAve llorosa en Chipre la besada por el mardonde fue dispuesto que me acordara de la patriaancleacute soacutelo con esta faacutebulasi en verdad esto es faacutebulasi en verdad los hombres no volveraacuten a morderel viejo cebo de los diosessi en verdad otro Teucro despueacutes de antildeoso alguacuten Ayax o Priacuteamo o Heacutecubao alguacuten desconocido alguien anoacutenimo que sin embargovio un Escamandro rebosante de cadaacuteveresno tiene en su destino oiacuteral mensajero que viene a decirque tanto dolor tanta vidafueron al abismopor una tuacutenica vaciacutea por una Helena

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En la Iliacuteada el espacio se manifi esta por medio de las acciones que trans-curren en eacutel en un determinado momento Las descripciones espaciales aparecen en la medida en que acompantildean los acontecimientos narrados cumpliendo con la funcioacuten de proporcionar un lugar concreto y especiacutefi co para cada episodio Cada espacio representado cada paisaje evocado cada ciudad mencionada en el poema atiende a una necesidad de la historia rela-tada el espacio se abre y se conoce progresivamente Los lectores avanzamos en eacutel movieacutendonos en regiones que engloban a los personajes involucrados sus intenciones sus recuerdos sus discursos y sus acciones en un momento dado Por consiguiente el mundo se percibe se conoce se comprende y se representa por induccioacuten dirigieacutendose desde las partes hacia el todo

La cultura oral en cuyo marco surge la Iliacuteada como expresioacuten artiacutestica estaacute muy vinculada a la realidad corpoacuterea y material de los hechos las viven-cias experimentadas personalmente o transmitidas indirectamente por otras personas la experiencia es la uacutenica fuente de conocimiento El propio pen-samiento arcaico contemporaacuteneo a Homero y posterior a eacutel se basa en la intuicioacuten se entrega a la magia y la poesiacutea mientras mantiene cierta ingenui-dad e inocencia que ante nuestros ojos llega a parecer casi infantil a veces Asimismo el pensamiento de los nintildeos y sus relatos reales o imaginarios tambieacuten conservan un anclaje fuerte y reconocible al cuerpo a la accioacuten y la palabra precisa a la experiencia concreta antes de inscribirse en un ambien-te maacutes amplio o en un marco maacutes abstracto

ESPIRAL UNA REFLEXIOacuteN

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Este trabajo se ha motivado en gran parte por el deseo de comprender la manera como todos nosotros en nuestro diacutea a diacutea entre nuestras acciones cotidianas vivimos entendemos registramos y representamos el espacio que nos rodea relacionaacutendonos con nuestro entorno desde el momento que nacemos hasta el momento de la muerte o todaviacutea despueacutes de eacutesta perma-neciendo siempre en la tierra En el campo de la arquitectura esta compren-sioacuten se considera fundamental para poder avanzar tanto a nivel de teoriacutea como a nivel de intervencioacuten

En la Iliacuteada se ha reconocido una especie de espejo poeacutetico y bello dentro del cual se puede reencontrar con las explicaciones fi losoacutefi cas una fuente de investigacioacuten muy bonita y a la vez muy rica sobre el espacio y sobre el cuerpo Se ha buscado de leer este poema con respeto y sin atravesarlo vio-lentamente pero manteniendo siempre la intencioacuten de mirar a traveacutes de eacutel hacia nosotros mismos nuestros cuerpos y nuestro(s) espacio(s) Muchas de las cuestiones que se han apenas abierto en este trabajo y otras que han ido surgiendo durante el proceso de su elaboracioacuten se pueden seguir tratando en investigaciones futuras

La lectura paralela que se aspiraba proponer entre lo que nos cuenta la Iliacuteada (es decir la manera como lo cuenta) y algunas explicaciones fi losoacutefi -cas sobre todo por parte de la fenomenologiacutea con la intencioacuten de echar luz sobre nuestra relacioacuten con el cuerpo y a traveacutes de eacutel nuestra relacioacuten con el mundo y con los otros ha quedado pendiente Algunas de las preguntas iniciales no han encontrado respuesta algunas se han tenido que reformular otras han suscitado pequentildeos refl ejos o intuiciones mientras se han encon-trado especies de respuestas a preguntas no formuladas y nuevas preguntas han surgido Este trabajo se ha movido en forma de espiral abrieacutendose y cerraacutendose constantemente Ahora es el momento de parar su movimiento y observarlo hasta que comience a moverse de nuevo

Tratar al poema como si fuese respiracioacuten movimiento corporeidad pura Extender el poema en el espacio Espacio emergente a partir de un

movimiento Estructura del poema El poema como estructura en devenir Acontecimiento El poema es un cuerpo que busca su forma un cuerpo

que quiere construirse estructurarse a siacute mismo La lectura del poema es el desdoblamiento inverso de este movimiento estructural Dibujar el poema

Bailar el poema No se trata de contenidos ni de signifi cados sino del poema en siacute del poema como acontecimiento que signifi ca por siacute mismo El poema en su totalidad es un gesto un acto un intento de abarcar y recoger

el mundo la experiencia la vida Analizar este gesto Acotarlo medirlo trazarlo Cartografi arlo Coreografi arlo

El poema como organismo El poema como personaje

Domar el poema El poema este pequentildeo animal salvaje se tiene que domesticar Antes de poder entenderlo necesito domarlo encontrarme

con eacutel interactuar con eacutel acariciarlo ser su amiga dejarlo invadir mi vida Poema quiero conocerte

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Canto I Tierra y Cielo

Un episodio del pasado Crises quiere rescatar a su hija Agamenoacuten lo disres-peta La furia de Apolo En el campamento aqueo aquiacute y ahora Agamenoacuten empieza la reunioacuten Aquiles y Agamenoacuten Un enfrentamiento difiacutecil una disputa casi violenta En medio una mujer la autoridad el poder la riqueza y la fuerza Amenazas Atenea enviada por Hera se presenta a Aquiles y soacutelo a eacutel Se evita la pelea sangrienta Atenea se va En la reunioacuten de nuevo Aquiles y Agamenoacuten sentados lejos El sabio Neacutestor entre ellos toma la palabra Segundo ciclo de amenazas Los dos se separan defi nitivamente La entrega de Briseida a Agamenoacuten y Aquiles pensando en la orilla del mar Soledad y tristeza Tetis y Aquiles Tensioacuten Carintildeo Pausa Ulises y la devo-lucioacuten de Criseida a su padre Sacrifi cio y banquete Doce diacuteas Tetis y Zeus Hera Reunioacuten de dioses Hera y Zeus Hefesto Banquete divino y muacutesica La noche en el Olimpo

Canto II Un engantildeo necesario

Zeus Ensuentildeo y el suentildeo de Agamenoacuten El futuro que no seraacute Consejo de ancianos y asamblea de aqueos La trampa y su aprobacioacuten por Neacutestor El discurso de Agamenoacuten y la propuesta de retroceso El deseo de volver Hera y Atenea la conspiracioacuten divina Atenea aparece a Ulises animaacutendole y Ulises se activa Cara a cara los guerreros se convencen uno despueacutes de otro Ulises y Tersites Tersites y Agamenoacuten La intervencioacuten de Ulises apo-yado por Atenea Salto al pasado la previsioacuten de Calcante nueve antildeos de guerra dura y victoria en el deacutecimo Sacrifi cios a Zeus la plegaria no cum-plida el banquete y el inicio del atentado Atenea animando a los aqueos Invocacioacuten del poeta a las Musas y el cataacutelogo de naves territorios pueblos y jefes que participan Aquiles jefe de los mirmidones y sus cincuenta naves paradas La marcha de las tropas Iris con la voz de Polites lleva la noticia a Troya Iris y Heacutector jefe de los troyanos Mencioacuten de los aliados

Canto III Por Helena

Troyanos y aqueos en el campo de batalla Menelao y Paris El retroceso Heacutector y Paris Las insultas entre hermanos Una propuesta de acuerdo Por Helena un enfrentamiento en duelo entre Paris y Menelao Entre aqueos y troyanos la paz Sacrifi cios y juramentos Dos corderos y otro maacutes Priacuteamo Iris lleva la noticia a Helena mientras ella teje los sufrimientos que causoacute

APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

en troyanos y aqueos Entre laacutegrimas Helena se dirige a las puertas Esceas Los ancianos y el impacto de Helena Priacuteamo y Helena Reconocimiento de los guerreros aqueos Agamenoacuten Ulises Menelao Anteacutenor entre Helena y Priacuteamo Ayante Idomeneo El heraldo Ideo Priacuteamo entre troyanos y aqueos convalida los juramentos de Agamenoacuten Priacuteamo de vuelta a Troya Heacutector y Ulises acotan el campo Paris y Menelao El duelo y la intervencioacuten de Afrodita Afrodita y Helena Helena y Paris

Canto IV Del Olimpo a Troya

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Zeus y Hera Discusioacuten La mirada dirigida a Troya y Atenea enviada a Troya para incitar la continuacioacuten de la guerra El impacto Atenea y Pandaro Pandaro y Menelao Atenea y Menelao Menelao y Agamenoacuten el amor entre hermanos el terror y la recuperacioacuten del aacutenimo El tratamiento de la herida La narracioacuten en movimiento Agamenoacuten a pie se mueve entre los aqueos Encuentros varios Ayantes Neacutestor y la estra-tegia Ulises Diomedes y la responsabilidad de Agamenoacuten El avanzar de las tropas Silencio y velocidad para los daacutenaos bullicio y diversas lenguas para los troyanos Construccioacuten del paisaje sonoro de la guerra El enfrenta-miento Acercarse unirse antes de matarse Batalla sobre el cuerpo muerto La victoria de los aqueos y Apolo animando a los troyanos aludiendo a la ausencia de Aquiles El fi nal de la batalla los enemigos todos derrotados indistintamente

Canto V Coreografiacutea de una batalla

Atenea a Diomedes iquestPor queacute Diomedes Ceder la fuerza dotar de valentiacutea Diomedes Figeo Ideo Acercarse para matarse Atenea y Aris abandonan el campo de batalla Primero Agamenoacuten mata a Odio a continuacioacuten se pre-senta una secuencia de duelos mortiacuteferos De vuelta con Diomedes Pandaro y la herida de Diomedes Diomedes reza invocando a Atenea la proteccioacuten divina Rivalidad entre dioses y manipulacioacuten Eneas y Pandaro Refl exioacuten y estrategia Esteacutenelo y Diomedes La otra estrategia Pandaro y Diomedes Diomedes y Eneas Afrodita Diomedes y Afrodita Apolo Iris Olimpo El sufrimiento de los dioses Apolo y Eneas Apolo y Ares Ares apoyando a los troyanos aprovechando la ausencia de Atenea Menelao Heacutector y su impacto a Diomedes Tlepoacutelemo Ulises Heacutector y Ares Hera y Atenea la preparacioacuten de las diosas y el permiso de Zeus Atenea planea vengarse de Ares a traveacutes de Diomedes La vuelta del herido Ares al Olimpo y la restau-

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

racioacuten de un orden

Canto VI Fuera de la guerra Dentro de la guerra

De vuelta a la batalla Duelos sucesivos el triunfo de los aqueos Menelao y Adrasto Agamenoacuten De la suacuteplica y la piedad a la frialdad y crueldad del combate Elaboracioacuten de estrategias Neacutestor para los aqueos Heleno para los troyanos El miedo a Diomedes Diomedes y Glauco laquoComo el linaje de las hojas tal es tambieacuten el de los hombresraquo Compromiso de no matarse e intercambio de armas Heacutector se dirige a Troya En el palacio de Priacuteamo Heacutector y Heacutecuba Heacutector y Paris Helena y Heacutector Heacutector y Androacutemaca en la muralla de Troya Los valores ciacutevicos la familia y la obligacioacuten moral del guerrero iquestProteger la familia o defender la ciudad Escamandro La risa La desesperacioacuten La despedida Androacutemaca desconsolada Heacutector y Paris Reconciliacioacuten fraterna y entrada en el campo de batalla

Canto VII Coser la simetriacutea

Heacutector y Paris de vuelta a la batalla Atenea y Apolo El acuerdo de parar el combate una paz provisoria iquestCoacutemo llegar a la paz Heacutector desafiacuteo duelo Heleno Heleno y la voluntad de los dioses Heleno y Heacutector Heacutector entre las tropas Agamenoacuten parando las tropas Guerreros sentados inmovili-dad Dioses Heacutector el desafiacuteo y los teacuterminos Miedo y silencio Menelao Agamenoacuten y Menelao Neacutestor evocacioacuten de un pasado heroico Nueve guerreros animados El sorteo Preescritura Voluntad y resultado Ayante Ayante y Heacutector Evolucioacuten de un duelo Acercamiento aumento del contac-to Ideo y Taltibio Obedecer a la noche Tregua Aqueos Troyanos Enterrar los muertos Construir muralla Los dioses observadores Banquete y ban-quete Zeus Descansar recibir el regalo del suentildeo

Canto VIII Del amanecer al amanecer

Amanecer en Troya amanecer en el mundo Continuacioacuten de la batalla y re-unioacuten de dioses de nuevo Zeus preside de la reunioacuten e impone su voluntad por medio de su poder La batalla debe transcurrir sin intervencioacuten divina Despertar desayuno y preparacioacuten Armas lanzas y respiraciones coinciden en un mismo sitio El recorrido del Sol y la evolucioacuten de la batalla la balanza de Zeus y su rayo dirigido hacia los aqueos Heacutector y Diomedes enfrenta-miento y estrategias de ataque La derrota de los aqueos Hera y el inten-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

to (en vano) de ayudar a los daacutenaos La derrota continuacutea Segundo intento de ayuda Hera y Atenea la intervencioacuten de Zeus y el retiro de las diosas Previsioacuten de la muerte de Patroclo y de la vuelta de Aquiles al terreno del combate Puesta de sol estrategias de ataque fuegos troyanos y sacrifi cios ricos A la espera de la Aurora

Canto IX Nada importa tanto cuanto mi vida

Agamenoacuten Reunioacuten de aqueos en paacutenico Decepcioacuten por el engantildeo de Zeus y propuesta de volver a la tierra patria Diomedes y Agamenoacuten Discusioacuten Intervencioacuten de Neacutestor discurso inclusivo Necesidad de unioacuten en situacioacuten de peligro Banquete en la tienda de Agamenoacuten Estrategias para conseguir la vuelta de Aquiles al combate Agamenoacuten y los regalos prometidos Neacutestor y la embajada Feacutenix Ayante y Ulises Odio y Euriacutebates Sacrifi cios La lle-gada de la embajada Aquiles tocando muacutesica y cantando acompantildeado por Patroclo presencia en silencio Bienvenidas y palabras amistosas Vino y carne asada El discurso de Ulises y las ofertas a Aquiles a cambio de su participacioacuten en la guerra bienes materiales riqueza siete mujeres-premio Briseacuteida de vuelta veinte mujeres troyanas una hija de Agamenoacuten como esposa Negativa rotunda laquoPara mi nada hay que equivalga a la vidaraquo Largo discurso de Feacutenix Ayante Aquiles la ira irrevocable La vuelta de la embajada Agamenoacuten Desconcierto Diomedes A la espera de la Aurora para retomar la accioacuten

Canto X Espionaje mutuo

Noche avanzada En el campamento aqueo el insomnio de Agamenoacuten Agamenoacuten y Menelao preocupacioacuten y necesidad de reunioacuten Ayante Idomeneo Neacutestor Agamenoacuten y Neacutestor La esperanza reside en la reincor-poracioacuten de Aquiles Diomedes Ayante el hijo de Fileo Guerreros desper-taacutendose vistieacutendose y armaacutendose Meriacuteones y el hijo de Neacutestor Reunioacuten Diomedes y su elegido Ulises el espionaje Entre las liacuteneas de los troyanos Doloacuten se elige para espiar a los aqueos a cambio de regalos Diomedes y Ulises Doloacuten La trampa Plegaria a Atenea Diomedes y Ulises penetrando en el campamento troyano Reso Masacre Los caballos preciosos Atenea y Apolo Paacutenico entre los troyanos Ulises Diomedes y los caballos de vuelta a las naves aqueas Alivio y felicidad Bantildeo en el mar vino comida y sacri-fi cios a Atenea

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XI El comienzo de su desgracia

Aurora Zeus Eris el deseo de la guerra a las naves aqueas El armamento de Agamenoacuten Liacuteneas enemigas La lluvia de sangre de Zeus Muertes suce-sivas Eris sola entre los dioses el placer del combate Agamenoacuten rabioso destrozando a los troyanos Huida hacia las puertas Esceas Iris la mensajera de Zeus comunica a Heacutector la estrategia divina Agamenoacuten e Ifi damante Cooacuten y Agamenoacuten La herida sangre caliente la aparicioacuten del dolor en el cuerpo Retroceso Heacutector el ataque Diomedes y Ulises Apolo y la salva-cioacuten de Heacutector Alejandro y Diomedes Ulises solo en el campo de batalla matar o ser muerto Soco y Ulises Atenea La herida de Ulises y la muerte de Soco Los troyanos alrededor de Ulises los gritos del heacuteroe Menelao y Ayante Alejandro y Macaoacuten Zeus El retroceso de Ayante Neacutestor y Macaoacuten Aquiles Patroclo En la tienda de Neacutestor el discurso del anciano y el consejo terrible a Patroclo De vuelta a la tienda de Aquiles Patroclo y Euriacutepilo

Canto XII Construcciones efiacutemeras

Continuacioacuten de la batalla Escenario el muro y la fosa de los aqueos alre-dedor de las naves La futura destruccioacuten del escenario por Posidoacuten y Apolo Los argivas dentro paacutenico y desesperacioacuten Fuera Polidamante y Heacutector Organizacioacuten y reagrupacioacuten de los troyanos en cinco bloques Ataque a pie Asio Hirtaacutecida Polipetes y Leonteo en las puertas a la defensa El aguumlero de Zeus un aacuteguila y una serpiente Polidamante y Heacutector laquoEl mejor aguumlero y el uacutenico es luchar en defensa de la patriaraquo Intento de destruccioacuten de la mu-ralla Ayantes resistencia y aacutenimos a los aqueos Lanzamiento de piedras Sarpedoacuten a Glauco la muerte destino comuacuten Menesteo Tootes Ayantes Teucro Ayante y Epicles Teucro y Glauco Sarpedoacuten La muralla como arma la muralla como medio La sangre sobre torres y almenas sangre de todos El impulso de Zeus a Heacutector el grito la piedra la puerta rota Heacutector y los troyanos dentro de la muralla

Canto XIII Invasioacuten

La mirada de Zeus desviada hacia otros pueblos y el territorio atravesado por Posidoacuten que se dirige a Troya para animar a los daacutenaos El dios disfra-zado de Calcante aparece a los Ayantes y enseguida a los demaacutes valientes guerreros Batallones soacutelidos laquobroquel en broquel casco en casco hombre en hombreraquo El avanzar de los troyanos Enfrentamiento violento muer-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tes sangrientas Decapitacioacuten de Imbrio la cabeza en el suelo objeto inaacute-nime Idomeneo y Meriacuteones Valentiacutea Zeus y Posidoacuten Duelos sucesivos Alrededor de Alcaacutetoo Alrededor de Ascaacutelafo Deiacutefobo herido por Meriacuteones y retirado del combate por Polites Heacuteleno y Deiacutepiro el yelmo errante sobre la tierra Menelao y Pisandro Las zonas de la batalla en las naves Heacutector Polidamante y Heacutector Heacutector y Paris Continuacioacuten del enfrentamiento y gritos heroicos

Canto XIV El engantildeo de Zeus

La batalla en las naves continuacutea y los aqueos estaacuten desesperados Neacutestor y Agamenoacuten Ulises y Agamenoacuten Diomedes Agamenoacuten Ulises y Neacutestor Posidoacuten a Agamenoacuten Hera Seduccioacuten de Zeus Hera acicalaacutendose en el pa-lacio encerrada en su habitacioacuten Hera y Afrodita los hechizos del amor y del deseo Territorio y movimiento divino atravesar la tierra como si fuese un mapa Suentildeo Adormecer a Zeus y Pasiacutetea Hera y Suentildeo hacia Ida Hera y Zeus El deseo de hacer el amor el tapiz de blanda yerba y la nube aacuteurea Suentildeo y Posidoacuten el apoyo a los daacutenaos Continuacioacuten de la batalla Heacutector y Ayante Telamonio Heacutector tendido en el polvo Los aliados alrededor del herido Heacutector se aleja del campo de batalla Duelos muertes sucesivas y hazantildeas heroicas

Canto XV Mientras tanto junto a las naves

Heacutector herido inconsciente Zeus enojado con Hera engantildeo y reconciliacioacuten Hera en el Olimpo El plan de Zeus para la guerra honrar a Aquiles Patroclo en el combate Heacutector y Patroclo la venganza de Aquiles posible conquis-ta de Ilion Reacciones de los dioses oliacutempicos Iris y Posidoacuten el enojo del dios y su retiro Apolo animando a Heacutector Continuacioacuten de la batalla en las naves la difiacutecil resistencia de los aqueos La plegaria de Neacutestor a Zeus Patroclo en la tienda de Euriacutepilo distraccioacuten y cuidados meacutedicos Patroclo se dirige a Aquiles Ayante y Caleacutetor Heacutector y Ayante Licofroacuten Teucro Batalla cuerpo a cuerpo Heacutector la voluntad de Zeus consejos a sus gue-rreros Ayante aacutenimos a los suyos Zeus el furor de Heacutector la huida de los daacutenaos Neacutestor Atenea Ayante Aacutespera batalla sangre y heridas Heacutector la popa de una nave el fuego Ayante la defensa de las naves laquola solucioacuten estaacute en las manosraquo

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XVI La muerte de Patroclo

Patroclo en la tienda de Aquiles negras laacutegrimas Aquiles y Patroclo Aquiles se desprende gradualmente de su coacutelera y aconseja a Patroclo El deseo de salvarse ellos dos solos de la guerra Ayante el plan de Zeus y el inicio del fuego Patroclo la armadura de Aquiles la preparacioacuten de la tropa por Aquiles Patroclo y Automedonte delante Aquiles la tienda la copa y el sa-crifi cio a Zeus La entrada de los mirmidones en la lucha la recuperacioacuten del aacutenimo Patroclo expulsa a los troyanos de las naves y hace que se apague el fuego Contraataque y los troyanos cediendo espacio Duelos consecutivos y muertes sangrientas Ayante y Heacutector la huida de los troyanos Los caballos cruzando la fosa Las hazantildeas de Patroclo Sarpedoacuten El dilema de Zeus Hera Patroclo y Sarpedoacuten Sarpedoacuten a Glauco Alrededor de Sarpedoacuten Heacutector y los troyanos Patroclo y los aqueos La noche de Zeus Heacutector y Epigeo Patroclo y Estenelao Retrcoceso de los troyanos Zeus Apolo el cuerpo de Sarpedoacuten Patroclo y Apolo en la muralla Apolo y Heacutector Patroclo Cebriacuteones Alrededor de Cebriacuteones Apolo despoja a Patroclo de su armadura Euforbo le clava la pica por detraacutes Heacutector y Patroclo La huida de los caballos inmortales

Canto XVII Alrededor del cuerpo muerto

Patroclo inaacutenime Menelao se acerca al verlo tumbado en el polvo Menelao y Euforbo Apolo Heacutector Menelao la ayuda de Ayante Heacutector retroce-diendo con la armadura de Patroclo Glauco y Heacutector Heacutector cambia de armas y vuelve a la batalla con las armas de Aquiles Zeus Ares Heacutector Ayante y Menelao El grito de la guerra Ayante Oileo Idomeneo Meriacuteones Batalla Ayante luchar de cerca alrededor del cuerpo Duro esfuerzo al-rededor del cuerpo contradiccioacuten con el resto del campo Los caballos inmortales inmoacuteviles apartados la cabeza en el suelo laacutegrimas Zeus los ca-ballos Automedonte Alcimedonte Heacutector y Eneas Automedonte y Areto Alrededor de Patroclo de nuevo Atenea enviada por Zeus cambio de ba-lanza Zeus tomando la fi gura de Feacutenix aparece a Menelao Atenea Apolo a Heacutector La victoria a los troyanos Menelao y Ayante Menelao a Antiacuteloco la terrible noticia Laacutegrimas Antiacuteloco hacia Aquiles Menelao Ayantes Meriacuteones iquestCoacutemo salvar al cuerpo de Patroclo Transportacioacuten del cadaacutever y continuacioacuten del combate

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XVIII Aquiles y el escudo

Antiacuteloco y Aquiles Duelo y lamentos Tetis Las armas de Hefesto Iris y Aquiles Hera Aquiles tres alaridos desde la fosa Retroceso de los troyanos la llegada del cuerpo de Patroclo a las naves La noche generada por Hera Heacutector y asamblea de troyanos El llanto por Patroclo Aquiles Venganza Lavar las heridas del cuerpo Tetis y Hefesto Las desgracias de Tetis afl ic-cioacuten La necesidad de una armadura para Aquiles El escudo Cinco laacuteminas La tierra el cielo el mar el sol la luna los astros Dos ciudades Escenas de guerra y paz naturaleza animales hombres El mundo en el escudo La coraza el casco las grebas Tetis desciende del Olimpo con las armas

Canto XIX Reconciliarse antes de armarse

Aurora El lamento de Aquiles abrazado al cuerpo de Patroclo Tetis y Aquiles la armadura nueva proteccioacuten del cadaacutever consejos Diomedes Ulises y Agamenoacuten estaacuten presentes en la asamblea de los aqueos convocada por Aquiles Aquiles la renuncia de la coacutelera Agamenoacuten la culpa es de los dioses Zeus y la Ofuscacioacuten alusioacuten al mito Reconciliacioacuten Debate entre Aquiles Agamenoacuten y Ulises la furia el combate los regalos prometidos el hambre la fuerza el duelo por los muertos Agamenoacuten sacrifi cando un jabaliacute jura no haberse acostado con Briseida En la tienda de Aquiles el la-mento de Briseida sobre el cuerpo de Patroclo La negacioacuten de Aquiles a comer duelo en compantildeiacutea de Agamenoacuten Menelao Ulises Neacutestor Idomeneo y Feacutenix Atenea motivada por Zeus da neacutectar y ambrosiacutea a Aquiles Los aqueos armaacutendose espesura Automedonte Aacutelcimo los caballos de Peleo Antes de entrar en la batalla Janto preveacute a Aquiles su muerte por un dios y un hombre

Canto XX Manos llenas de sangre

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Posidoacuten y Zeus Zeus laquorecreando la muerte en el espectaculoraquo y separacioacuten de los dioses en dos bandos Hera Atenea Posidoacuten Hermes y Hefesto con los aqueos Ares Apolo Aacutertemis Leto el riacuteo Janto y Afrodita con los troyanos Los aullidos de Atenea y Ares Duelos de dioses Apolo a Eneas Hera Posidoacuten y Atenea observan desde fuera preparados para protejer a Aquiles Eneas y Aquiles disputa verbal y duelo La estructura del escudo de Aquiles Posidoacuten salva a Eneas Aquiles anima a los aqueos Heacutector a los troyanos Apolo advierte a Heacutector Aquiles elimina

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

a Ifi tioacuten Demoleonte Hipodamante y Polidoro hermano de Heacutector Heacutector y Aquiles primer enfrentamiento resuelto por Apolo y Atenea Las viacutecti-mas de Aquiles Driacuteope Demuco Laoacutegono y Daacuterdano Tros Mulio Equeclo Deucalioacuten Rigmo Areiacutetoo

Canto XXI Perseguido por los dioses

Al lado del riacuteo Escamandro Aquiles divide a los troyanos en dos unos atra-pados en la corriente otros detenidos por Hera en la llanura Sin caballos y despojaacutendose de su lanza Aquiles empieza a matar dentro del riacuteo con su daga Doce muchachos capturados vivos por Patroclo Aquiles y Licaoacuten una suacuteplica en vano La muerte de Patroclo el cambio en Aquiles Asteropeo y Aquiles Linajes y ultraje del cadaacutever En la orilla Aquiles contra los peo-nios Personifi cacioacuten del riacuteo el cauce lleno de cadaacuteveres Aquiles ignora la advertencia de Escamandro y empieza la persecucioacuten Aquiles supli-ca a Zeus Posidoacuten y Atenea le garantizan la gloria La llanura inundada Escamandro y Simoente Hera y Hefesto el fuego en el riacuteo Teomaquiacutea Zeus gozando del enfrentamiento de los dioses Ares y Atenea Afrodita Hera Atenea y Afrodita Posidoacuten y Apolo Aacutertemis y Apolo Hera y Aacutertemis Hermes y Leto Aacutertemis en los brazos de Zeus Apolo en Troya Priacuteamo insta a los troyanos a refugiarse abriendo las puertas de la ciudad El impulso de Apolo a Ageacutenor Ageacutenor y Aquiles Apolo su tuacutepida bruma y la persecucioacuten de Aquiles por el dios disfrazado en Ageacutenor Lejos de la ciudad hacia el riacuteo

Canto XXII El uacuteltimo duelo

Heacutector el uacutenico troyano fuera de la muralla Aquiles se precipita hacia Troya decepcionado con la burla del dios Priacuteamo y Heacutecuba atemorizados suplican a Heacutector los cabellos arrancados del padre los senos de la madre El soliloquio de Heacutector Aquiles y Heacutector el comienzo de la persecucioacuten laquocorriacutean por la vida de Hector domador de caballosraquo Tres vueltas alrede-dor de la ciudad Zeus y Atenea Atenea en la tierra Apolo La balanza de Zeus Atenea coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector La fi gura de Deiacutefobo Heacutector recuperando el aacutenimo se acerca a Aquiles Negociacioacuten por el cuerpo muerto Las picas Aquiles a Heacutector Heacutector a Aquiles El engantildeo de la diosa Las espadas estudio del cuerpo muerte en contacto En el momento de la muerte crueldad verbal Ultrajar el cadaacutever arrastrar el cadaacutever Mientras ellos se alejan en la muralla de Troya se multiplican los lamentos Priacuteamo Heacutecuba Androacutemaca

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XXIII Los funerales de Patroclo

Aquiles y sus compantildeeros en el campamento aqueo Llorar a Patroclo tres vueltas con los caballos alrededor del cadaacutever Aquiles las manos sobre el pecho de Patroclo contacto fiacutesico con el muerto querido y ultraje del cadaacutever del enemigo Banquete fuacutenebre al lado de la nave Aquiles a Agamenoacuten No lavarse antes del funeral En la orilla del mar el suentildeo de Aquiles El alma de Patroclo y el olvido La Aurora lentildea para la pira La cabellera de Aquiles depositada en las manos de Patroclo La pira ritos funerarios Sacrifi cios cuatro caballos dos perros doce joacutevenes troyanos Afrodita y Apolo la pro-teccioacuten del cadaacutever de Heacutector Despueacutes de una noche lamentaacutendose al lado de la pira Aquiles adormece con la llegada de la aurora Recoger y guardar los huesos de Patroclo hasta la muerte de Aquiles Certamen en honor de Patroclo se proclama la competicioacuten y los premios a ganar y en seguida se presentan los heacuteroes que quieren participar En las competiciones las activi-dades humanas como medida del espacio

Canto XXIV Por el cuerpo de Heacutector

En la orilla del mar la noche Aquiles el recuerdo de Patroclo insomnio y laacutegrimas la aparicioacuten de la Aurora Tres vueltas alrededor del tuacutemulo arras-trando al cuerpo de Heacutector con el carro La duodeacutecima aurora intervencioacuten de Apolo Hera Zeus Iris a Tetis Tetis en el Olimpo El plan de Zeus para el rescate de Heacutector Tetis y Aquiles Iris y Priacuteamo la proteccioacuten de Hermes Priacuteamo y Heacutecuba Los nueve hijos de Priacuteamo Preparacioacuten plegaria a Zeus y aguumlero positivo Priacuteamo e Ideo Hermes el joven Llegando al campamen-to el suentildeo del dios envuelve a los aqueos hasta la entrada en la tienda de Aquiles Hermes tras revelar su identidad aconseja a Priacuteamo y se retira Priacuteamo y Aquiles las rodillas las manos homicidas la suacuteplica el estupor Alusioacuten a la vejez al padre El llanto comuacuten uno por Heacutector otro por Peleo y Patroclo Aquiles Automedonte y Aacutelcimo Aceptar los rescates lavar al cuerpo de Heacutector Aquiles y Priacuteamo preparacioacuten de la cena Admiracioacuten mutua los lechos los diacuteas necesarios para el entierro y continuacioacuten de la guerra al duodeacutecimo diacutea si necesario Aquiles y Briseida Hermes a Priacuteamo el miedo de Agamenoacuten Hermes Priacuteamo y Automedonte de vuelta a Troya con el cuerpo de Heacutector Casandra El duelo de los troyanos en las puertas Esceas Androacutemaca Heacutecuba Helena Lentildea para la pira funeral y banquete funerario

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nota Los versos de la Iliacuteada citados en este trabajo pertenecen a esta edicioacuten

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Page 6: C ENCUENTRO EN LA LÍADA

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1 La mujer premio ausencia[Helena y Priacuteamo]

No presidiacutea yo el esfuerzo de los frigios no era yo sino mi nombre

la uacutenica recompensa para la lanza de los helenos Euriacutepides Helena

laquoVen aquiacute querida novia donde veraacutes hechos increiacutebles de troyanos domadores de potros y de aqueos de bronciacutenea tuacutenicaLos que antes se presentaban Ares fuente de laacutegrimasen la llanura aacutevidos del execrable combateestaacuten sentados ahora en silencio -y la pelea ha cesado-apoyados en los escudos con las largas picas clavadas al ladoPor su parte Alejandro y Menelao caro a Arescon sus luengas picas van a luchar por tidel que resulte vencedor seguramente te llamaraacutes esposaraquo(Canto III 130-138)

Son estas las palabras que dirige a Helena Iris la mensajera de Zeus El mo-mento ha llegado en el deacutecimo antildeo de la guerra de Troya Menelao y Paris se enfrentaraacuten en un duelo que supuestamente defi niraacute el resultado de la guerra la suerte de aqueos y troyanos la suerte de la ciudad de Troya pero ante y sobre todo la suerte de Helena Iris apoacutes tomar la fi gura de Laoacutedica la maacutes bella de las hijas de Priacuteamo cuntildeada actual de Helena se acerca a ella para anunciarle el hecho

La encuentra aislada en su aposiento hilando y bordando tejidos infi nitos en los cuales se inscriben mitos dioses fragmentos de vidas antes de la guerra actos heroicos durante la guerra y lugares del mundo arcaico A esta tarea interminable se dedica Helena durante su larga estancia en el palacio de Priacuteamo La relacioacuten que mantiene con la realidad se establece mediante esos tejidos que ella misma va creando para poder ver el mundo su mundo refl ejado en ellos De cierto modo los tejidos son el relato que Helena decide construir de siacute misma el relato que presenta y a traveacutes del cual se presenta

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

al mundo En la Iliacuteada Androacutemaca tambieacuten permanece en el interior del palacio de Priacuteamo tejiendo mientras en la Odisea Peneacutelope espera a Ulises en Iacutetaca hilando y deshilando pacientemente durante 20 antildeos

Helena recibe a Iris-Laodica en silencio sin pronunciar ni una palabra Encerrada en su quietud hundida en suprema soledad Helena sale lloran-do de su habitacioacuten y se encamina hacia la muralla de la ciudad en busca de la fi gura de Menelao La presencia de las criadas que la acompantildean apenas resalta su desolacioacuten ya que en su destino uacutenico se encuentra irremediable-mente sola

Desde el mito hasta la actualidad ella es reconocida y recordada por la belle-za casi divina de su cuerpo y su rostro y la desgracia que esta belleza causoacute a partir del momento en que Helena se fue a Troya con Paris1 iniciando com-bate beacutelico maacutes notorio de la antiguumledad Estos dos atributos inseparables y muchas veces misteriosamente asociados en las culturas antiguas la belleza y la desgracia atraviesan a Helena la cosifi can en la conciencia de todos Ella es el desencadenante de la guerra ella es tambieacuten su premio se convierte en un siacutembolo una fi gura abstracta un fantasma una idea ella misma La persona la mujer que ella es cede bajo el peso de esta responsabilidad des-aparece y se diluye en el papel que le ha sido otorgado Helena al fi n y al cabo es un nombre el nombre de una persona vaciada de su interior cuya identidad es concebida y entendida puramente desde el exterior

En la parte superior de la muralla de Troya Helena va caminando Su fiacutesico nunca se describe en la Iliacuteada pero la podemos siempre visualizar a traveacutes de los ojos de otros a traveacutes de su refl ejo en ellos En esta escena son los ancianos de la ciudad los que la contemplan por nosotros No le dirigen di-rectamente la mirada ni muchiacutesimo menos la palabra se limitan a admirar su belleza conversando entre ellos en voz baja maldicieacutendola por el sufri-miento de su pueblo El desprecio que manifi estan hacia ella anula su exis-tencia aquiacute y ahora Dado que Helena no es reconocida por los otros y no interactuacutea con ellos no puede existir como sujeto En teacuterminos de Martin Buber diriacuteamos que Helena no forma parte de ninguna relacioacuten Yo-Tuacute por lo que su existencia se cuestiona quedaacutendose suspendida ldquoAl comienzo es

1 Las versiones e interpretaciones sobre este hecho son muy variadas y abren un abanico de posibilidades que oscilan entre el secuestro violento por Paris y el abandono del hogar miceacutenico por Helena en plena voluntad incluyendo diversas variacones y matices intermedios En la tragedia Helena de Euriacutepides por ejemplo los dioses enviacutean a Troya un fantasma un simulacro mientras ella se encuentra a salvo muy lejos (lejos de Troya y lejos de su patria)

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

la relacioacuten como categoriacutea del ser una disposicioacuten de acogida un conti-nente una pauta para el alma es el a priori de la relacioacuten el Tuacute innatordquo2 A ella se le trata como a un Ello una existencia cosifi cada a quien se acude de manera instrumental

laquoNo es extrantildeo que troyanos y aqueos de buenas grebaspor una mujer tal esteacuten padeciendo duraderos dolorestremendo es su parecido con las inmortales diosas al mirarlaPero auacuten siendo tal como es que regrese en las navesy no deje futura calamidad para nosotros y nuestros hijosraquoAsiacute hablaban y Priacuteamo alzando la voz llamoacute a HelenalaquoVen aquiacute hija querida y sieacutentate ante miacute y veraacutesa tu anterior marido a tus parientes poliacuteticos y a tus amigosPara miacute tuacute no eres culpable de nada los causantes son los diosesque trajeron esta guerra fuente de laacutegrimas contra los aqueosAsiacute podraacutes decirme ademaacutes el nombre de ese monstruoso guerreroiquestQuieacuten es ese guerrero aqueo noble y altoCierto que hay otros maacutes altos que hasta le sacan la cabezapero hasta ahora no he visto en mis ojos a nadie tan belloni tan majestuoso Lo digo porque parece un reyraquoRespondioacutele Helena de casta de Zeus entre las mujereslaquoPudor me inspiras querido suegro y respeto tambieacuteniexclOjalaacute la cruel muerte me hubiera sido grata cuando aquiacutevine en compantildeiacutea de tu hijo abandonando taacutelamo y hermanosa mi nintildea tiernamente amada y a la querida gente de mi edadMas eso no ocurrioacute y por eso estoy consumida de llorarTe voy a decir eso que me preguntas e inquieresese es el Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominiosa la vez buen rey y esforzado lanceroEra mi cuntildeado de miacute cara de perra si eso alguna vez sucedioacuteraquo(Canto III 156-180)

Los ancianos sentados en un punto fi jo contemplan a Helena quien estaacute caminando mientras (la narracioacuten y) nosotros la seguimos desde el interior del palacio hasta la muralla pero la invitacioacuten de Priacuteamo abre un lugar a su lado para su presencia Aparte de Heacutector con quien Helena mantiene una relacioacuten de amistad y carintildeo3 Priacuteamo es posiblemete la uacutenica persona que

2 Yo y Tuacute p 253 laquoEstas palabras tejen entre Heacutector y Helena una complicidad mucho maacutes que fraternal incluso ante un fu-turo incierto Con esa infalible intuicioacuten de las relaciones verdaderas entre los seres y ese acento de intimidad del que nadie ha sabido encontrar jamaacutes el secreto Homero revela sin traicionarla la amistad que por lo me-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

establece una conversacioacuten con ella dirigieacutendole tiernas y reconfortantes pa-labras en lugar de amenazas y maldiciones

Priacuteamo declara que para eacutel no es Helena quien tiene la culpa de esta guerra que tanto sufrimiento ha causado sino los dioses los terribles y manipulado-res dioses del Olimpo Sin embargo esta afi rmacioacuten no parece ser sufi ciente para apaciguar el desespero de Helena apenas toma la palabra despliega su lamento en el cual alcanza a manifestarse un pequentildeo punto de interio-ridad Ausente de siacute misma y alienada de su propia existencia al lado de Priacuteamo mientras contempla la llanura donde estaacuten luchando aqueos y tro-yanos Helena se permite expresar aunque momentaacuteneamente4 Responde a la pregunta de Priacuteamo pero en seguida vuelve a referirse a siacute misma y a su desgracia Sobrepasada por su situacioacuten existencial no puede contener su afl iccioacuten

laquoEra mi cuntildeadoraquo es la frase con la cual Helena concluye el reconocimiento de Agamenoacuten Es evidente que Priacuteamo tal como todos los aqueos troyanos y aliados situados en la llanura de Troya ya conoce esta informacioacuten5 pero para Helena repetirla es importante De este modo ella se situacutea entre los hechos en un intento de reafi rmar su posicioacuten en el mundo posicioacuten de la que ella misma llega a dudar cuestionando laquosi eso alguna vez sucedioacuteraquo Asiacute el poeta envuelve el reconocimiento de Agamenoacuten en su lamento formando una especie de nudo en la narracioacuten

Sin embargo en este lamento ciacuteclico el inicio no coincide con el fi nal dado que mientras habla el dolor devastador y totalizador que siente se apode-ra de ella a tal punto que llega a pronunciar en voz alta las terribles pala-bras laquode miacute cara de perraraquo Frente a un interlocutor el poeta hace aparecer mundo interior de ella sin dejar de hacer eco de la exterioridad cruel que la ha defi nido a lo largo de los diez antildeos de la guerra Helena odia y desprecia

nos en Helena es la capa protectora de un sentimiento maacutes profundoraquo (Rachel Bespaloff De la Iliacuteada p29)4 En este sentido es signifi cante la presencia de un interlocutor de un otro que la escucha y observa de alguien que le presta atencioacuten para que se pueda manifestar el dolor de Helena En varias ocasiones Helena se representa llorando y lamentaacutendose pero esta es la uacutenica ocasioacuten en la cual alguien atiende miacutenimamente a su lamento 5 Emilio Crespo en su traduccioacuten de la Iliacuteada comenta laquoEl pasaje entre 161 y 246 era conocido al menos desde la eacutepoca heleniacutestica como teichoskopiacutea lsquorevista desde la murallarsquo Es desde luego sorprendente que Priacuteamo desconozca a los caudillos griegos por los que pregunta en el deacutecimo antildeo de la guerra justo cuando eacutesta estaacute a punto de terminar con el duelo entre Paris y Menelaoraquo (Iliacuteada Gredos p156) Con la teichoskopia se crea tambieacuten de manera indirecta la oportunidad para que aparezca un discurso de Helena El poeta no podriacutea buscarle mejor interlocutor que el anciano y magnaacutenime Priacuteamo siempre sutil en sus palabras y acciones

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

a Helena tanto como la odian y desprecian los otros iquestCoacutemo resuenan estas palabras en el espacio iquestCoacutemo lo transforman

Asiacute habloacute y el anciano quedoacute maravillado y exclamoacutelaquoiexclAtrida feliz con fortuna nacido de opulento hadoRealmente veo que hay muchos joacutevenes aqueos sumisos a tiYa en cierta ocasioacuten fui a Frigia rica en vintildeedosdonde vi elevadiacutesimo nuacutemero de frigios de aacutegiles potroslas huestes de Otreo y de Migdoacuten comparable a un diosque entonces habiacutean ido en campantildea a orillas del SangarioPues tambieacuten yo me uniacute a ellos en calidad de aliadoaquel diacutea en que llegaron las varoniles AmazonasMas ni eacutesos eran tantos como los aqueos de vivaces ojosraquoEn segundo lugar al ver a Ulises preguntoacute el ancianolaquoEa dime tambien eacuteste hija querida quieacuten esEs maacutes bajo que el Atrida Agamenoacuten que le saca la cabezapero se le ve maacutes ancho de hombros y de pechoSus armas yacen sobre la tierra nutricia de muchospero eacutel recorre como un morueco las hileras de guerrerosSiacute yo lo comparo con un carnero de compactos vellonesque pasa revista a un gran rebantildeo de blancas ovejasraquo(Canto III 181-198)

Despueacutes de esta apertura al mundo psiacutequico de Helena la narracioacuten cierra su pequentildeo desviacuteo y vuelve a ocuparse del movimiento de los caudillos aqueos en la llanura de Troya laquoiexclAtrida felizraquo asiacute es como empieza la respuesta de Priacuteamo a su laquohija queridaraquo obviando por completo su desesperacioacuten la palabra feliz se convierte en una lanza que se clava en la geacutelida desgracia de Helena Priacuteamo tambieacuten eacutel la atraviesa reconduciendo su atencioacuten hacia otra parte

En la escena de la teichoskopiacutea la Iliacuteada nos recuerda una vez maacutes que esta guerra no es anoacutenima y abstracta Ninguacuten guerrero no es laquouno maacutesraquo entre los muertos o los vivos Los guerreros homeacutericos traen al campo de batalla sus pasiones y afectos sus defectos y sus deseos de venganza y cada uno merece ser llamado por su nombre propio En el canto II el poeta hizo una invocacioacuten directa a las Musas solicitando ayuda con la tarea inabarcable de nombrar a todos los guerreros antes de construir el cataacutelogo de las naves aqueas y el cataacutelogo de los troyanos y sus aliados6 En la teichoskopiacutea son

6 laquoDecidme ahora Musas duentildeas de oliacutempicas moradas | pues vosotras sois diosas estaacuteis presentes y sabeacuteis

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

sus propios personajes dos personajes que no participan en el combate los que asumen esta actitud contemplativa Excluidos de la guerra la observan desde un punto fi jo en lo alto de la muralla de Troya ese liacutemite que todaviacutea protege a la ciudad y a sus habitantes mujeres ancianos y nintildeos mantenieacuten-doles en un encierro permanente

Unos versos maacutes tarde llegaraacuten los heraldos y se llevaraacuten al anciano rey para que eacutel sancione los juramentos antes del duelo de Menelao y Paris Priacuteamo se iraacute sin despedirse y Helena una vez maacutes se hundiraacute en su soledad Sola entre muchas troyanas se quedaraacute contemplando el duelo entre su primero y su segundo esposo Al fi nal del canto Afrodita la encontraraacute alliacute en la mu-ralla de Troya y la conduciraacute hacia el interior del palacio para acompantildear a Paris en la cama y satisfacerle el deseo sexual cumpliendo con su papel de esposa Helena no tiene fuerza de voluntad atrapada en un denso tejido de circunstancias exteriores encerrada en la ciudad y encerrada en el nombre que lleva se transforma en observadora permanente

Helena es un personaje sumamente importante e interesante Toda una guerra gira en torno a ella su nombre se repite y resuena como un eco per-sistente entre los versos pero Helena la mujer la persona estaacute ausente de la realidad ausente de su propia vida es la mujer premio

Ella no es la uacutenica mujer premio de la Iliacuteada En el universo masculino de la guerra infi nitas mujeres se convierten en premio de los saqueos de ciuda-des se cautivan como esclavas o se entregan como regalos de un guerrero a otro Agamenoacuten cuando solicita el regreso de Aquiles a la batalla le pro-mete entre otros regalos a siete mujeres esclavas (laquoTe daraacute siete mujeres expertas en intachables labores lesbias que cuando conquistaste la bien edi-fi cada Lesbos para siacute | escogioacute y que destacaban en belleza entre la raza de las mujeresraquo) y a una de sus hijas como esposa legiacutetima dejaacutendole la posi-bilidad de escoger entre ellas a la que maacutes le guste7 Esto nos hace pensar en el espacio que ocupan las mujeres en la guerra tanto a nivel simboacutelico como a nivel fiacutesico pero tambieacuten en todo aquello que permaneciendo ajeno a la

todo | mientras que nosotros solo oiacutemos la fama y no sabemos nada | quieacutenes eran los priacutencipes y los caudi-llos de los daacutenaos | El grueso de las tropas yo no podriacutea enumerarlo ni nombrarlo | ni aunque tuviera diez lenguas y diez bocas | voz inquebrantable y un bronciacuteneo corazoacuten en mi interior | si las Oliacutempicas Musas de Zeus portador de la egida | hijas no recordaran a cuaacutentos llegaron al pie de Ilio | Pero siacute nombrareacute a los jefes y la totalidad de las navesraquo (IliacuteadaCanto II 484-493)7 Iliacuteada Canto IΧ 270-290

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

guerra interviene en ella de manera oblicua y tangencial8

El propio argumento de la Iliacuteada se despliega a partir de Criseida hija de Crises sacerdote de Apolo ella fue dada como botiacuten de guerra a Agamenoacuten y su cautiverio provoca la furia de Apolo contra los daacutenaos Se decide la devolucioacuten de Criseida a su padre pero Agamenoacuten exige como jefe de los caudillos aqueos que se le sustituya su botiacuten en vez de Criseida se quedaraacute con Briseida otorgada originalmente como botiacuten a Aquiles exigencia que provoca la coacutelera la famosa μήνις de Aquiles considerada como el tema central de la epopeya La presencia de las mujeres premio en la Iliacuteada es muy importante pero ellas mismas se encuentran ausentes Mujeres hermosas cosifi cadas transformadas en objetos en torno a los cuales giran los episo-dios y los actos heroicos

Briseida se retira de la tienda de Aquiles caminando laquoen contra a su volun-tadraquo con laacutegrimas en los ojos sin pronunciar una palabra Aquiles se encie-rra en su tienda y se abstiene del combate protestando por la peacuterdida de Briseida Despueacutes de la muerte de Patroclo una vez Aquiles decide entrar de nuevo en la batalla Briseida se devuelve a eacutel mientras Agamenoacuten jura que no se ha acostado con ella En este momento Briseida habla soacutelo para llorar a Patroclo resaltando su bondad y delicadeza El discurso de Briseida es pu-ramente exterior a ella en su discurso ella se relaciona con el mundo como si no participase en eacutel como si fuese una espectadora de su propia vida Aunque invoca un episodio que la marcoacute profundamente el momento en que Aquiles saqueoacute su ciudad y matoacute a su marido convirtieacutendola en esclava lo describe enfatizando la reaccioacuten de Patroclo y no su propia desgracia la cual se presenta como si para ella ya no tuviera importancia como si su vida careciera de sentido Briseida tan desgraciada y despojada de toda libertad y toda voluntad llora al compantildeero de su saqueador

laquoiexclPatroclo el ser maacutes grato para esta desdichada de miacuteVivo te dejeacute cuando saliacute de esta tienday ahora te hallo muerto comandante de huestes al regresarde nuevo iexclDesgracia sobre desgracia me viene sin cesarAl marido a quien me con iaron mi padre y mi augusta madrelo vi delante de la ciudad desgarrado por el a ilado bronceigual que a los tres hermanos que mi madre habiacutea engendrado

8 Pascal Payen en su libro Les revers de la guerre en Gregravece ancienne dedica un capiacutetulo al papel de las mujeres en una esfera donde seguacuten la ideologiacutea dominante ellas no tienen lugar

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tan amados y que todos alcanzaron el diacutea de la ruinaNi siquiera me permitiste cuando el ligero Aquilesmatoacute a mi marido y saqueoacute la ciudad del divino Minetellorar asegurabas que me convertiriacuteas en legiacutetima esposadel divino Aquiles y que eacutel me llevariacutea en las naves a Ftiacuteay celebrariacutea el banquete de boda entre los mirmidonesPor eso lloro sin cesar la muerte del que siempre fue tan dulceraquo(Canto XIX 287-300)

En alguna ocasioacuten Helena tambieacuten actuacutea como si fuese una observadora imparcial representando la voz de la razoacuten juiciosa sobria Comenta los hechos evaluacutea las circunstancias aconseja Una vez maacutes ausente de siacute misma indiferente resignada Su juicio llega a nosotros a traveacutes de las na-rraciones de otros personajes laquoAhora mi esposa que me ha reprendido con tiernas palabras | me ha incitado al combateraquo dice Paris a Heacutector9 Heacutector por su parte teme que su querida mujer Androacutemaca sea llevada a fuerza por alguacuten aqueo acaso ellos conquisten la ciudad de Troya

Mas no me importa tanto el dolor de los troyanos en el futuro ni el de la propia Heacutecuba ni el del soberano Priacuteamoni el de mis hermanos que muchos y valerosospuede que caigan en el polvo bajo los enemigoscomo el tuyo cuando uno de los aqueos de bronciacuteneas tunicaste lleve envuelta en laacutegrimas y te prive del diacutea de la libertad (Canto VI 450-455)

9 Iliacuteada Canto VI 337-338

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2 El movimiento de la familia un lugar para encontrarse [Heacutector y Androacutemaca]

En el canto VI Diomedes se acerca a la muralla de Troya matando a un hombre despueacutes de otro Los troyanos aterrorizados necesitan defenderse defender a su ciudad a sus familias a sus mujeres a sus hijos a sus casas La fi gura de Heacutector se dibuja como la fi gura del rey que protege a su pueblo del liacuteder que anima a sus guerreros con carintildeo del hijo en quien tiene orgu-llo la familia pero sobre todo del hombre que quiere a su esposa del padre que antildeora a su hijo Heacutector es precisamente esto un hombre Un hombre que como dice eacutel mismo ha aprendido a ser valiente por necesidad Su perfi l humano terrenal noble lo acerca a nosotros por medio de la empa-tiacutea Su prevista muerte el implacable destino que le espera se contrapone al mundo del que proviene al tejido de relaciones en el que estaacute inmerso del cual la guerra le separa violentamente mientras participa en ella para defenderlo

Pero cuando ya llegoacute a la muy bella morada de Priacuteamoconstruida con pulidos pooacuteticos de columnas en la cualhabiacutea cincuenta habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los hijosde Priacuteamo se acostaban junto a sus legiacutetimas esposasy para las hijas en el lado de enfrente dentro del patiohabiacutea doce techadas habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los yernosde Priacuteamo se acostaban junto a sus respetables esposasalliacute le salioacute al paso su madre dadivosa de benignos regalosllevando dentro a Laodica la primera de sus hijas en belleza(Canto VI 242-252)

Heacutector se dirige hacia la ciudad y sabemos que es la uacuteltima vez que entra-raacute en ella cruzando su muralla Seguramente la entrada en el palacio de Priacuteamo le maravilla el mundo de la paz y los recuerdos de la vida civil de su propia vida se apoderan de eacutel La sencilla descripcioacuten de la organizacioacuten espacial de este palacio descripcioacuten intemporal despojada de todo detalle

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

y toda presencia humana impone a la narracioacuten un silencio un silencio que se asienta sobre el bullicio el voceriacuteo y el desorden sangriento de la batalla En este silencio en esta tranquilidad en la prosperidad evocada del espacio interior el poema estaacute preparando el encuentro del heacuteroe con su mundo siendo la descripcioacuten del palacio una introduccioacuten para el encuentro de Heacutector con su madre

laquo[] Tuacute ve al templo de la depredadora Ateneay yo ireacute en busca de Paris para llamarloa ver si quiere atender a mis palabras iexclOjalaacute aquiacute mismose lo tragara la tierra Pues es una peste que el Oliacutempico crioacutepara los troyanos para el magnaacutenimo Priacuteamo y para sus hijosSi lo viera descendiendo dentro del Hadesdiriacutea a mi aacutenimo que dejara olvidado del todo el funesto llantoraquo(Canto VI 279-285)

A su vez el encuentro con Heacutecuba le conduce hacia su hermano Paris a quien desprecia profundamente acerca de quien pronuncia palabras exce-sivamente duras La narracioacuten sigue a Heacutecuba en sus sacrifi cios a Atenea realizando un breve desviacuteo antes de volver a acompantildear a Heacutector en su re-corrido Heacutector encuentra a Paris en su caacutemara armaacutendose para el combate bello al lado de Helena Detenieacutendose en la entrada de la habitacioacuten le re-procha su cobardiacutea e inicia una conversacioacuten con Helena1 mientras le invade el recuerdo de su familia Este recuerdo el deseo y la antildeoranza que conlleva es lo que mueve a Heacutector en un movimiento continuo agonizante insacia-ble hacia Androacutemaca su amada mujer hacia su familia a la vez hacia sus compantildeeros hacia la batalla donde pertenece donde pereceraacute Su recorrido se extiende como un hilo en el espacio formando un nodo cada vez que se encuentra e interactuacutea con otra persona

laquoNo me ofrezcas asiento Helena aunque me estimes no meconvenceraacutes Pues mi aacutenimo ya estaacute en marcha presto a defendera los troyanos que intensa antildeoranza sienten por mi ausenciaTuacute pon en movimiento a eacuteste y que tambieacuten eacutel se de prisapara que me alcance mientras todaviacutea esteacute dentro de la ciudad

1 laquoEa entra ahora y sieacutentate sobre este escabel | cuntildeado miacuteo pues tuacute eres al que maacutes acosa las mientes la tarea | por culpa de esta perra de miacute y por la ofuscacioacuten de Alejandro | a quienes Zeus impuso el malvado sino de en lo sucesivo | tornarnos en materia de canto para los hombres futurosraquo dice Helena a Heacutector Sus palabras tienen la doble funcioacuten de explicar(se) el inicio de la guerra y quizaacute aliviar el dolor desgarrador que Helena siente y enfatizar el peso de la responsabilidad que recae sobre Heacutector a pesar de que eacutel no tenga la culpa de esta guerra

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Ademaacutes yo quiero ir a mi casa a vera los criados a mi esposa y a mi tierno hijoPues no seacute si auacuten otra vez llegareacute de regreso hasta elloso si los dioses ya me van a doblegar a manos de los aqueosraquoTras hablar asiacute se alejoacute Heacutector de tremolante penachoy al instante llegoacute a sus bien habitadas moradasmas no encontroacute en las salas a Androacutemaca de blancos brazosque con su hijo y una sirviente de bello mantosobre la torre estaba de pie llorando y gimiendoHeacutector al no hallar dentro a su intachable esposasalioacute al umbral se detuvo y dijo asiacute a las criadaslaquoEa criadas declaradme la verdadiquestAdoacutende ha ido Androacutemaca de blancos brazos fuera del palacioiquestA ver a mis hermanas y a mis cuntildeadas de buenos mantosiquestO al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosaraquoLa soliacutecita despensera diacutejole a su vez estas palabraslaquoiexclHeacutector Ya que mandas encarecidamente declarar la verdadni a ver a tus hermanas ni a tus cuntildeadas de buenos mantosni al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosasino a la elevada torre de Ilio pues ha oiacutedo que los troyanosestaacuten abrumados y que los aqueos ejercen gran poderiacuteoYa ha llegado presurosa a la murallacomo mujer enloquecida y la nodriza lleva al nintildeo consigoraquoDijo la despensera y Heacutector se precipitoacute fuera de la casa bajando otra vez por la misma ruta de bien construidas callesCuando atravesoacute la gran ciudad y llegoacute a las puertasEsceas por donde se disponiacutea a salir a la llanuraalliacute le salioacute al paso corriendo su esposa rica en regalosAndroacutemaca la hija del magnaacutenimo Eetioacuten del Eetioacuten que habiacutea habitado bajo el boscoso Placoen Teba bajo el Placo y habiacutea sido soberano de los ciliciosDe eacuteste era hija la esposa de Heacutector de bronciacuteneo cascoLe salioacute entonces al paso y con ella se acercoacute la sirvientallevando en su regazo al delicado nintildeo todaviacutea sin habla el preciado Hectoacuterida semejante a un bello astroHeacutector soliacutea llamarlo Escamandrio pero los demaacutesAstiaacutenacte pues Heacutector era el uacutenico que protegiacutea IlioEacuteste sonrioacute mirando al nintildeo en silencioy Androacutemaca se detuvo cerca derramando laacutegrimas le asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijo

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laquoiexclDesdichado Tu furia te perderaacute Ni siquiera te apiadasde tu tierno nintildeo ni de miacute infortunada que pronto viudade ti quedareacute []raquo(Canto VI 360-409)

El encuentro de Heacutector con Androacutemaca se va generando cuidadosamente con lentitud Para llegar a su laquointachable esposaraquo Heacutector va cruzando um-brales consecutivos En su trayectoria se encuentra con una habitacioacuten vaciacutea de donde su mujer estaacute ausente Su deseo de ver a su familia se prolonga algo maacutes aumentando la tensioacuten dramaacutetica Preocupado ansioso pregunta repetidamente por Androacutemaca a las sirvientas que encuentra antes de saber que ella tambieacuten ha salido en busca de eacutel presurosa angustiada acompantildea-da por la nodriza que lleva al nintildeo consigo Heacutector recorre las mismas calles posiblemente siguiendo la misma ruta que habiacutea marcado al entrar en la ciudad El mismo camino diferentes situaciones existenciales El momento es especial defi nido por la guerra el dolor la incertidumbre el peligro pero sobre y a pesar de todo del amor

Bajo estas circunstancias en esta escena Heacutector y Androacutemaca se encuentran en movimiento mientras estaacuten realizando dos movimientos opuestos Los pasos de ambos se cruzan sobre las puertas Esceas Alliacute emocionados se miran por un momento Eacutel sonriacutee y ella llora estas dos acciones se presentan a menudo ligadas una a otra manifestadas simultaacuteneamente En esta escena Androacutemaca y Heacutector estaacuten emocionados felices y desconsolados a la vez Sus reacciones se complementan mutuamente Heacutector sonriacutee hacia el nintildeo en un silencio elocuente mientras Androacutemaca busca la proximidad fiacutesica posicionaacutendose cerca de Heacutector El movimiento se detiene y en la narra-cioacuten se abre un momento de quietud entre sonrisas y laacutegrimas una mujer y un hombre la nodriza que lleva al nintildeo en sus brazos sobre la muralla de Troya a lo lejos la batalla interminable

Eacuteste es el soporte esceacutenico del diaacutelogo de Heacutector y Androacutemaca un diaacutelogo que comienza y termina con dos frases muy parecidas laquole asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijoraquo y laquola acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijoraquo2 la primera refi rieacutendose a Androacutemaca y la segunda a Heacutector La pronunciacioacuten del nombre propio adquiere importan-

2 En el original laquoἔν τ᾽ ἄρα οἱ φῦ χειρὶ ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo y laquoχειρί τέ μιν κατέρεξεν ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo (Iliacuteada canto VI 406 y 485) Estas frases no contienen la idea de llamar laquocon todos los nombresraquo sino maacutes bien la de llamar pronunciar decir el nombre de cada uno

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

cia especial es asiacute que las personas se reconocen es cuando alguien escu-cha su nombre enunciado por el otro que estaacute invitado al diaacutelogo Por otra parte al fi nal del diaacutelogo el nombre propio suena como una conclusioacuten una despedida

A lo largo de esta conversacioacuten se despliega el dilema del heacuteroe el dilema del hombre que tiene que situarse entre la familia y la guerra entre la vida privada y el bien comuacuten de la ciudad En su interior toma lugar un cofl icto entre valores opuestos entre obligaciones e impulsos que pertenecen a di-ferentes planos de la realidad Su familia tambieacuten participa en este confl ic-to y se encuentra afectada por la complejidad de la situacioacuten que la guerra genera Androacutemaca perdioacute a toda su familia en esta guerra su padre y sus siete hermanos fueron muertos por la mano de Aquiles en la ciudad de Tebas mientras su madre se salvoacute con la ayuda de Aacutertemis Ahora como afi rma ella laquoiexclOh Heacutector Tuacute eres para miacute mi padre y mi augusta madre | y tambieacuten mi hermano y tuacute eres mi lozano esposoraquo3 Heacutector lo es todo para Androacutemaca y ella le implora a quedarse en la ciudad a no dejarla sola En breve eacutel seraacute muerto por Aquiles al igual que el resto de la familia

En el canto XXII los padres de Heacutector tambieacuten le suplican a permanecer dentro de la muralla de Troya y desde alliacute a enfrentarse a Aquiles y defender la ciudad4 Priacuteamo acerca sus manos a su cara y se arranca los cabellos en un gesto de afl iccioacuten mientras Heacutecuba es mucho maacutes expliacutecita en su suacuteplica gestual laquoAl otro lado su madre se lamentaba y vertiacutea laacutegrimas mientras | con una mano se abriacutea el vestido y con otra se alzaba el pechoraquo De nuevo la muralla de Troya emerge como espacio esceacutenico de la accioacuten Como todo liacutemite que separa una regioacuten de otra la muralla funciona tambieacuten como un punto de comunicacioacuten entre el interior y el exterior el uacutenico punto de co-municacioacuten entre la ciudad y el campo de batalla Cuando los que se encuen-tran dentro quieren comunicarse con los guerreros no tienen otra opcioacuten que exponer a vista de todos aquello que pertenece al dominio de lo privado

La fi gura de Heacutecuba sobre la muralla agarrando su seno con fuerza para mostraacuterselo a Heacutector mientras le implora a no entrar en el duelo con Aquiles es una fi gura traacutegica Representa el esfuerzo uacuteltimo y futil de la madre por mantener a su hijo salvo y sano cerca de ella haciendo alusioacuten al viacutenculo uacutenico que los dos experimentaron durante la lactancia Son los senos de la

3 Iliacuteada canto VI 429-4304 Iliacuteada canto XXII 33-92

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madre que se dirigen siempre hacia su hijo recordando el contacto que alguna vez tuvieron con su boca Es en sus senos quizaacute donde se localiza el dolor de la madre por la peacuterdida de su hijo dolor que sustituye al viacutenculo primordial Inversamente para evitar su peacuterdida Heacutecuba intenta recordar a Heacutector ese primer contacto al principio con su gesto y a continuacioacuten con sus palabras Pero Heacutector no atenderaacute a las suacuteplicas de sus padres como tampoco atiende a la de su esposa5

Es en la respuesta de Heacutector a Androacutemaca donde la Iliacuteada nos revela de forma expliacutecita la motivacioacuten del heacuteroe la razones por las cuales decide entrar en la guerra Heacutector como hijo del rey siente la obligacioacuten de luchar eacutel primero por la ciudad por verguumlenza a los troyanos y para adquirir la eterna gloria la gloria a la que siempre aspira el guerrero auacuten sabiendo que para alcanzarla tendraacute que entregar su vida mostraacutendose valiente en la batalla Frente a su querida esposa Heacutector aparenta tener maacutes miedo por la suerte de ella que por la de sus padres o por su propia De esta manera en la Iliacuteada se esboza claramente la supremaciacutea del matrimonio y la familia nuclear que los hombres activamente crean en su vida adulta sobre todas las relaciones humanas

En este pequentildeo diaacutelogo se puede tambieacuten entrever y reconstruir una trama de valores creencias y convicciones que fueron importantes para la eacutepoca heroica representada en el poema y quizaacute sigan siendo vigentes en gran parte hoy en diacutea El poeta ubica este iacutentimo y tierno encuentro fuera del pa-lacio de Priacuteamo produciendo el debate entre el mundo de la familia el amor y la paz y el universo implacable de la guerra en el mismo liacutemite material que los separa Nos enfocaremos en la manera como este diaacutelogo (impor-tantiacutesimo es cierto como contenido y como signfi cado para la epopeya) se cierra intentaremos cruzar acompantildeando al fl ujo narrativo el umbral que nos lleva desde la intimidad del diaacutelogo hacia la batalla Intentaremos enten-der coacutemo se deshace el lugar del encuentro tan meticulosamente construido en la primera parte del canto

Esencialmente se trata de una escena de despedida despedida defi nitiva Los participantes de ella Androacutemaca y Heacutector lo sospechan sin saberlo

5 Aquiles que es el uacutenico de los daacutenaos que tiene contacto con su madre ya que Tetis es una diosa y le visita a menudo le afi rma al respecto laquoQue tu amor no intente alejarme de la lucha no me convenceraacutesraquo (Iliacuteada canto XVIII 126) Aunque inmortal Tetis no puede salvar a su hijo pero hace un uacuteltimo esfuerzo de protegerle encargando a Hefaisto su armadura Una armadura inmortal para un hombre mortal cuyo destino es morir en breve

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con seguridad En cambio el poeta y nosotros los lectores estamos plena-mente conscientes de ello El padre Heacutector se inclina hacia su hijo un hijo que se presenta en este canto como el fruto del amor de la pareja quieto en los brazos de la nodriza envuelto entre las dulces tiernas y emocionantes palabras de sus padres Con esta inclinacioacuten hacia el nintildeo se diluye la tensioacuten y se aligera la carga emocional del diaacutelogo

Asustado por el aspecto de su padre que lleva puestas todas sus armas el nintildeo grita y se recoge en los brazos de la nodriza Heacutector el tierno Heacutector de este canto hijo hermano marido padre y mucho maacutes es un guerrero que se encuentra en Troya por corto tiempo Su lugar es el campo de la batalla alliacute pertenece alliacute volveraacute enseguida y alliacute pereceraacute a traveacutes de la reaccioacuten del pequentildeo Escamandrio al escuchar su grito espontaacuteneo recordamos el aspecto de Heacutector y su papel en la guerra Por otra parte la misma reaccioacuten tiene una funcioacuten coacutemica en la narracioacuten Entonces Heacutector se quita el casco y se vuelve a dirigir a su hijo para jugar con eacutel y disfrutar de su presencia en sus brazos por un breve instante Enseguida ruega a los dioses oliacutempicos para que Escamandrio tenga una buena vida despidieacutendose asiacute de eacutel antes de devolverlo a los brazos de su madre

Tras hablar asiacute el preclaro Heacutector se estiroacute hacia su hijoY el nintildeo hacia el regazo de la nodriza de bello centildeidorretrocedioacute con un grito asustado del aspecto de su padreLo intimidaron el bronce y el penacho de crines de caballoal verlo oscilar temiblemente desde la cima del casco Y se echoacute a reir su padre y tambieacuten su augusta madreEntonces el esclarecido Heacutector se quitoacute el casco de la cabezay lo depositoacute resplandeciente sobre el sueloDespueacutes tras besar a su hijo y mecerlo en los brazosdijo elevando una plegaria a Zeus y a los demaacutes dioses laquoiexclZeus y demaacutes dioses Concededme que este nintildeo miacuteollegue a ser como yo sobresaliente entre los troyanosigual de valeroso en fuerza y rey con poder soberano en IlioQue alguna vez uno diga de eacutel laquoEs mucho mejor que su padreraquoal regresar del combate Y que traiga ensangrentados despojos del enemigo muerto y que a su madre se le alegre el corazoacutenraquoTras hablar asiacute en los brazos de su esposa pusoa su hijo y esta lo acogioacute en su fragante regazoentre laacutegrimas riendo Su marido se compadecioacute al notarlo la acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichada No te a lijas demasiado por miacute en tu aacutenimoque ninguacuten hombre me precipitaraacute al Hades contra el destinoDe su suerte te aseguro que no hay ninguacuten hombre que escapeni cobarde ni valeroso desde el mismo diacutea en que ha nacidoMas ve a casa y ocuacutepate de tus laboresel telar y la rueca y ordena a las sirvientasaplicarse a la faena Del combate se cuidaraacuten los hombrestodos que en Ilio han nacido y yo sobre todoraquoTras hablar asiacute el esclarecido Heacutector cogioacute el cascohecho de crines de caballo mientras su esposa marchaba a casavolvieacutendose de vez en cuando y derramando lozanas laacutegrimasInmediatamente despueacutes llegoacute a las bien habitadas moradasdel homicida Heacutector Alliacute dentro halloacute a muchassirvientas y a todas ellas movioacute al llantoEstaban llorando a Heacutector todaviacutea vivo en su propia casapues estaban seguras de que de regreso del combate ya nollegariacutea tras huir de la furia y de las manos de los aqueos(Canto VI 466-502)

Entre laacutegrimas riendo Androacutemaca encarna la contradiccioacuten en la cual estaacuten inmersos ellos dos y su hijo Felices por haberse encontrado felices por quererse desolados por la separacioacuten que puede ser defi nitiva y lo seraacute Heacutector despueacutes de llamarla con su nombre propio la reconforta aludiendo al destino al hado todopoderoso e implacable De su suerte no hay ninguacuten hombre que escape y ellos tampoco escaparaacuten6

Androacutemaca y Heacutector se encontraron movieacutendose en direcciones opuestas y se separan partiendo hacia direcciones opuestas Eacutel le aconseja ir a casa y ocuparse de sus labores mientras eacutel se ocuparaacute del suyo marcando de forma clara el espacio de cada geacutenero Heacutector se marcha primero decidido Androacutemaca se vuelve hacia el palacio con desgana mirando a menudo hacia atraacutes llorando Durante unos versos la narracioacuten sigue a Androacutemaca en sus pasos hacia casa y en el llanto que reitera por Heacutector antes de su muerte Con este llanto se cierra por completo el encuentro de la pareja De camino al campo Heacutector se reconcilia con Paris y los dos hermanos entran solidarios en la batalla mientras todaviacutea resuenan ecos del mundo de la paz

6 Como se ve en otras partes de la Iliacuteada ni los propios dioses pueden escapar del hado En el canto XVI Zeus considera la posibilidad de salvar a Sarpedoacuten de su muerte Entre los dioses del Olimpo se decide entonces que no se puede intervenir al hado Tetis tampoco puede salvar a su hijo de su destino a pesar de ser una diosa inmortal Los dioses oliacutempicos actuacutean en un plano intermedio entre el todopoderoso hado y el mundo de los mortales

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Estas dos bellas secuencias en movimiento antes y despueacutes del diaacutelogo en-vuelven al encuentro La primera construye el lugar mientras en la segunda se desarma el escenario construido Las personas que se mueven alejaacutendose del espacio donde compartieron algo arrastran detraacutes suyo los hilos que se habiacutean tendido en ese espacio y lo entregan de nuevo al mundo casi vaciacuteo

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3 En el centro Patroclo [la muerte de Patroclo]

Las yeguas neleas iban sacando a Neacutestor del combatesudorosas y transportaban a Macaoacuten pastor de huestesSe percatoacute al verlo el divino Aquiles de pies protectorespues estaba erguido sobre la popa de la nave de enorme vientre contemplando el abismal esfuerzo y la lacrimoacutegena derrotaAl punto dirigioacute la palabra a su compantildeero Patroclopronunciando su nombre desde la nave Lo oyoacute desde la tienday salioacute semejante a Ares y asiacute dio comienzo a su desgracia(Canto XI 597-604)

Con la irrupcioacuten del combate alrededor de las naves aqueas mientras los troyanos con el apoyo de los dioses van ganando fuerza y territorio y los aqueos van perdiendo guerreros y aacutenimos Aquiles advierte la cataacutestrofe in-minente y llama a su querido y fi el compantildeero Patroclo con la intencioacuten de enviarlo a los aliados para averiguar las condiciones en las que el ejeacutercito de los aqueos se encuentra Como sencillamente nos informa la Iliacuteada en el preciso instante en que Patroclo responde a la llamada de Aquiles y sale de su tienda empieza a desencadenarse su desgracia

A partir del momento en que la atencioacuten de Aquiles se dirige hacia la batalla la Iliacuteada se enfoca en Patroclo Aunque intermitente con muchas y largas interrupciones para observar la batalla sangrienta junto a las naves en este punto nace una liacutenea narrativa que sigue a Patroclo en su preparacioacuten y entrada al combate en sus hazantildeas en sus duelos en su muerte e inclu-so despueacutes de ella Es una liacutenea narrativa que situacutea a Patroclo en el centro de la accioacuten1 a la que intentaremos rastrear y recorrer ahora La necesidad causa efectivamente la participacioacuten de Patroclo en la guerra y su muerte por Heacutector muerte que a su vez provoca inmenso dolor en Aquiles y le da

1 Simone Weil escribe refi rieacutendose a Patroclo ldquothat warrior who dwells in a peculiar way at the very centre of the poem - I mean Patroclus who lsquoknew how to be sweet to everybodyrsquo and who throughout the Iliad commits no cruel or brutal actrdquo (ldquoThe Iliad or the poem of forcerdquo en Simone Weil an anthology p204)

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

una razoacuten iacutentima para denunciar su coacutelera y entrar de nuevo en la guerra marcando claramente un punto de infl exioacuten en el argumento

Los troyanos bajo las oacuterdenes de Heacutector han invadido el campamento des-truyendo parcialmente la muralla y cruzando la fosa algunos a pie y otros montados en sus caballos Ganando cada vez maacutes espacio a los aqueos a quienes han ido empujando gradualmente hacia el mar los troyanos llegan a prender fuego a una de las naves El deseo de Aquiles se estaacute cumpliendo sus compantildeeros se encuentran al borde de la desgracia al margen de la ani-quilacioacuten Este seriacutea entonces el momento para renunciar su coacutelera y entrar en la batalla Pero parece que la idea de la reconciliacioacuten no ha madurado sufi cientemente en su interior En cambio Patroclo estaacute afl igido profunda-mente afectado por el sufrimiento de sus compantildeeros

Despueacutes de un largo itinerario por las tiendas de los aqueos aparece en la tienda de Aquiles ansioso de convencerle a entrar de nuevo en la batalla Estaacute llorando por compasioacuten llorando por impotencia ante la desgracia de la guerra a la vez enojado con su compantildeero que aferrado en la coacutelera permanece impasible a los hechos Es entonces la primera vez que Patroclo reacciona y se opone a Aquiles revelando lo que piensa y siente mostraacutendo-se a la vez sensible y sensato en su discurso bello y traacutegico En esta escena el poeta trata a Patroclo de tuacute se dirige a eacutel realizando un acercamiento hacia el heacuteroe cuyo destino traacutegico es suplicar para siacute mismo la muerte cruel2 Con este acercamiento la liacutenea narrativa dedicada a Patroclo se convierte en la narracioacuten principal

Con profundos suspiros le respondiste cochero PatroclolaquoiexclAquiles hijo de Peleo con mucho el mejor de los aqueos

2 A lo largo de las escenas siguientes este tratamiento de tuacute hacia Patroclo es recurrente El mismo tratamiento se da hacia Menelao en el canto VII donde el poeta habla a Menelao en segunda perona enseguida cede la palabra a Agamenoacuten quien tambieacuten se dirige hacia Menelao en segunda persona y al fi nal aprovecha la presencia de Agamenoacuten para concluir el episodio de manera imparcial narrando en tercera persona laquoTras hablar asiacute hizo gesto de ponerse las bellas armas | Entonces para ti Menelao habriacutea llegado el fi n de la vida | a manos de Heacutector porque en verdad era muy superior | si los reyes aqueos no se hubieran precipitado a sujetarte | El propio Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominios | cogioacute tu diestra te llamoacute con todos tus nombres y te dijo | laquoiexclEstaacutes loco Menelao criado por Zeus iexclNo debes cometer | esa locura Domiacutenate a pesar de tu preocupacioacuten | y no desees por una porfiacutea luchar con un hombre que es mejor | Heacutector Priamida ante quien tambieacuten los demaacutes sienten pavor | El propio Aquiles en la lucha que otorga gloria a los hombres | se estremece al encararlo y eso que es mucho mejor que tuacute | Por eso tuacute ahora ve y sieacutentate entre la tribu de compantildeeros | que los aqueos haraacuten que otro se alce enfrente de ese | Por muy intreacutepido que sea e insaciable de tumulto aseguro | que con jubilo doblaraacute la rodilla con tal de huir | del hostil combate y de la atroz lidraquo Hablando asiacute el heacuteroe desvioacute la intencioacuten de su hermano | porque era oportuna su advertencia y eacutel hizo caso Entonces | los escuderos le quitaron alegres las armas de los hombrosraquo (Iliacuteada Canto VII 103-122)

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

No te enfades tal es la a liccioacuten que oprime a los aqueosTodos los que hasta hace poco eran los maacutes bravosyacen entre las naves heridos por dardos o por picasHerido de dardo estaacute el Tidida el esforzado DiomedesHerido de pica estaacute Ulises insigne por su lanza y AgamenoacutenHerido por una lecha en el muslo estaacute tambieacuten EuriacutepiloDe ellos se ocupan los meacutedicos con sus muchas medicinascurando sus llagas Y tuacute te has vuelto implacable AquilesQue nunca me invada a miacute una ira como esa que tuacute albergastan atroz iquestQue ventaja procuraraacutes al que nazca en el futurosi no apartas a los argivos del ignominioso estragoiexclDespiadado Tu padre no fue Peleo el conductor de carrosni Tetis tu madre el garzo mar fue quien te dio a luzy las abruptas rocas pues tus sentimientos son implacablesSi es que tratas de eludir en tus mientes alguacuten vaticinioy te ha revelado algo de parte de Zeus tu augusta madreal menos enviacuteame a miacute sin demora y dame el resto de la huestede mirmidones a ver si llevo una luz de salvacioacuten a los daacutenaosDame tu armadura para poneacutermela en los hombrosa ver si me confunden contigo y renuncian al combatelos troyanos y los marciales hijos de los aqueos respirande su quebranto Aunque sea breve es un respiro del combateLos no fatigados facilmente a los fatigados del griteriacuteopodemos empujar a la ciudad lejos de las naves y de las tiendasraquoAsiacute habloacute suplicando el muy insensato pues su destinoera el de suplicar para siacute mismo la muerte cruel y la parca(Canto XVI 20-47)

Aquiles responde a su compantildeero con carintildeo manifestando que le gustariacutea dejar ir al pasado afi rmando que no puede mantener la ira para siempre pero a la vez mostrando que todaviacutea reside en su aacutenimo el rencor que siente por Agamenoacuten Su coacutelera es maacutes fuerte que eacutel es una especie de indignacioacuten frente a la injusticia que se aduentildeoacute de eacutel y de la cual no se puede deshacer al contrario parece que le va invadiendo cada vez maacutes laquoiexclOjalaacute Zeus padre Atenea y Apolo no escape de la muerte | ninguno de cuantos troyanos hay ni tampoco ninguacuten argivo | y que soacutelo nosotros dos emerjamos de la perdi-cioacuten y seamos | los uacutenicos que desatemos las sagradas diademas de Troyaraquo3 es como cierra su respuesta a Patroclo y no podemos dejar de sentirnos per-plejos ante estas palabras

3 Iliacuteada Canto XVI 97-100

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

El poeta presenta a Aquiles dividido interiormente entre la coacutelera y la obli-gacioacuten de ayudar a sus compantildeeros probablemente lo que se expresa aquiacute es el mismo dilema que el heacuteroe experimenta durante toda la Iliacuteada Como declara a Agamenoacuten al principio de la epopeya esta guerra para eacutel no signi-fi ca nada Participa en ella acompantildeando a los daacutenaos pero no tiene ninguacuten motivo personal para hacerlo mientras piensa que su vida es demasiado preciosa para ser sacrifi cada En la fi gura de Aquiles se realiza el confl icto entre lo personal y lo comuacuten un confl icto interno tan potente que le deja inerte inactivo encerrado en su tienda observador apaacutetico Sin embargo despueacutes de este encuentro con Patroclo es la primera vez que Aquiles actuacutea eneacutergicamente en la Iliacuteada y es Patroclo quien lo saca de la inercia rencoro-sa en la que estaacute atrapado

A pesar de que las armaduras son uacutenicas para cada guerrero Aquiles en-trega la suya a su amigo junto con unos consejos y un deseo que regrese vivo de la batalla En la Iliacuteada esta armadura sigue una trayectoria curiosa Las armas que ahora son entregadas a Patroclo para protegerlo y tambieacuten para atemorizar a los troyanos permitieacutendole confundirse con Aquiles se encontraraacuten en manos de Heacutector Despueacutes de la muerte de Patroclo Heacutector se apartaraacute de la batalla para poneacuterselas acto que no deja de causar cierta sorpresa4 Seraacute entonces muerto por Aquiles y despojado de las armas que concluiraacuten su deambular ciacuteclico

iquestQueacute signifi ca esta cesioacuten de la armadura a otro guerrero Hay tambieacuten otras escenas en las que un guerrero llega a utilizar las armas de otro laquo[] Troquemos nuestras armas que tambieacuten eacutestos se enteren | de que nos jac-tamos de ser hueacutespedes por nuestros padresraquo dice Diomedes a Glauco5 de modo que el intercambio de armas confi rma y simboliza la resolucioacuten paciacute-fi ca y amistosa de un duelo A menudo la Iliacuteada desplaza la atencioacuten a los objetos objetos que son siempre portadores de historias cosas que existen y perduran y nos pueden contar ellas mismas las historias de sus duentildeos historias que de manera tangencial refuerzan y reanudan el argumento principal

Junto a las naves Aquiles corre por las tiendas de los aqueos invitaacutendoles a

4 Las armas de Aquiles encajan perfectamente en el cuerpo de Patroclo con excepcioacuten de la pica que resulta muy pesada para cualquier guerrero que no sea el divino Aquiles (Canto XVI 130-144) En cambio es necesaria la intervencioacuten de Zeus para que se ajusten al cuerpo de Heacutector quien seguramente tendraacute otra estatura (Iliacuteada canto XVII 198-214) 5 Iliacuteada canto VI 230-231

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

regresar al combate Prepara un ataque en el cual no participaraacute En seguida realiza sacrifi cios a Zeus En la escena del sacrifi cio el espacio se confi gura uacutenicamente a partir de los objetos sus historias y el movimiento de Aquiles en la tienda y en su patio A traveacutes de las acciones de Aquiles se puede reconstruir parcialmente el espacio en el cual actuacutea No podemos dejar de preguntarnos si el poeta guarda en su imaginacioacuten una disposicioacuten espa-cial especiacutefi ca si tiene alguacuten plano completo del espacio que describe o si eacutel mismo se visualiza exactamente aquello que describe relaciones espa-ciales fragmentos de lugares movimientos densidades vaciacuteos y regiones borrosas

[] Por su parte Aquilesechoacute a andar hacia la tienda y abrioacute la tapa de un arcabella primorosa que Tetis la de argeacutenteos pies le habiacuteadepositado en la nave para que la llevara repleta de tuacutenicasde capas que abrigan del viento y de lanosas mantasAlliacute estaba su labrada copa ninguacuten otro hombrebebiacutea de ella el rutilante vino y a ninguacuten diosmaacutes que a Zeus padre haciacutea libaciones con ellaLa recogioacute entonces del arca la puri icoacute con azufreprimero y a continuacioacuten la lavoacute con bellos chorros de aguaTambieacuten eacutel se lavoacute las manos y apuroacute el rutilante vinoLuego de pie en medio del vallado oroacute y vertioacute el vinomirando al cielo y lo vio Zeus que se deleita con el rayo[]Despueacutes de hacer la libacioacuten y la plegaria a Zeus padreentroacute de nuevo en la tienda y depositoacute la copa en el arcay salioacute y se detuvo ante la tienda con el aacutenimo auacuten deseosode contemplar la atroz contienda entre troyanos y aqueos(Canto XVI 220-256)

Vestido con las armas de Aquiles y acompantildeado por muchos mirmidones Patroclo sale al combate por primera y uacuteltima vez en la Iliacuteada Aunque el poeta nos ha informado claramente de esto y de que la muerte de Patroclo seraacute la clave para el desenlace del argumento la narracioacuten se suspende y se detiene en las hazantildeas del heacuteroe traacutegico En una duracioacuten muy breve Patroclo conseguiraacute rechazar el ataque de los troyanos obligaacutendoles a retro-ceder desde las naves aqueas hacia la ciudad mataraacute varios de ellos e inten-taraacute atacar eacutel mismo la muralla de Troya Todo eso con la ayuda divina por supuesto A lo largo de la Iliacuteada Zeus se representa buscando una manera

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

de matar a Patroclo elaborando una coreografiacutea de su muerte Este guerrero cuya muerte reside en el centro del poema ha de ser glorifi cado antes de ser muerto y Zeus es el dios que quiere concederle esta gloria La culmina-cioacuten de su heroiacutesmo se alcanza en su duelo con Sarpedoacuten el padre de los dioses oliacutempicos deja que su hijo sea muerto por Patroclo aunque no sin antes experimentar una intensa lucha interior para decidir si puede cambiar el destino de su querido hijo mortal y no sin derramar una lluvia de sangre en su honor

Menudeaban sin pausa en torno del cadaacutever como cuando las moscasen el establo zumban alrededor de los jarros rebosantes de lecheen la estacioacuten primaveral cuando las caacutentaras rezuman de lecheasiacute menudeaban en torno del cadaacutever Ni un momento Zeusapartoacute sus relucientes ojos de la violenta batalla sino que con la mirada ija en ellos cavilaba consigo mismosobre el asesinato de Patroclo vacilando una y otra vezentre hacer ya que tambieacuten a aqueacutel en aquella violenta batallasobre Sarpedoacuten comparable a un dios el esclarecido Heacutectorlo aniquilara con el bronce y quitara las armas de sus hombros o si extender auacuten a otros maacutes aquella aacuterdua fatigaEn el curso de sus pensamientos le parecioacute lo mejorque el noble escudero del Peacutelida Aquilesrechazara a los troyanos y a Heacutector de bronciacuteneo cascootra vez maacutes hacia la ciudad y quitara la vida a muchos(Canto XVI 641-655)

Patroclo mata a Sarpedoacuten y con su muerte irrumpe una lucha alrededor de su cuerpo Sarpedoacuten es el primer guerrero muerto cuyo cuerpo funciona como centro de una batalla importante en la Iliacuteada (eacutel mismo en el momen-to de su muerte implora a Glauco a no abandonar su cuerpo en el campo de batalla) La batalla envuelta en la noche siniestra creada por Zeus seraacute el motivo para que Heacutector y Patroclo se encuentren por primera vez en el combate Despueacutes de meditar mucho Zeus protege la memoria de su hijo llevando a su cuerpo lejos de la llanura de Troya con la ayuda de Apolo del Suentildeo y de la Muerte Patroclo no pereceraacute en esa misma batalla Heacutector retrocede y eacutel tiene la oportunidad de avanzar hacia Troya mientras Apolo lo detiene tres veces en la muralla de la ciudad

Animado por Apolo Heacutector se acerca a toda velocidad subido en su carro acompantildeado por Cebriacuteones a quien Patroclo mata con una piedra

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Entonces el cuerpo de Cebriacuteones se convierte en centro de una densa ba-talla en la cual pereceraacuten muchos guerreros de ambos bandos Cuando los aqueos consiguen retirar a Cebriacuteones y despojarle de sus armas el centro de la escena desaparece La batalla continuacutea pero ya no gira alrededor de un nuacutecleo ni tampoco hay un enfrentamiento entre dos bloques sino que todos estaacuten mezclados combatiendo en desorden La Iliacuteada posiciona entonces a Patroclo en el centro de este desorden su muerte tan esperada y tan preme-ditada es inminente e irreversible

Patroclo se ubica primero en el centro como sujeto que actuacutea intencional-mente defi ne y modifi ca el espacio en el que se mueve se arroja entre los troyanos y nosotros nos proyectamos con eacutel Tres veces ataca y tres veces sentimos la fuerza del ataque en nuestro interior Pero el cuarto ataque marca un punto de infl exioacuten El heacuteroe estaacute cruzando un liacutemite invisible el liacutemite del hibris si se nos permite el teacutermino y este ataque seraacute su uacuteltimo El narrador cambia de nuevo su actitud hacia Patroclo dirigieacutendose a eacutel en segunda persona En este momento Patroclo cesa de existir como sujeto para convertirse en una cosa una cosa con vida al principio una cosa sin vida a continuacioacuten6 A la vez la voz del poeta que habla a su personaje lo inmoviliza lo transforma en un punto fi jo un centro estaacutetico un receptor Patroclo recibe la palabra y recibe pasivo su suerte

Mientras el curso del sol recorrioacute el centro del cielolos dardos alcanzaron a los de ambos bandos y la hueste caiacuteamas a la hora de bajar el sol la de la suelta de las vacasfue cuando los aqueos cobraron una desmesurada ventaja Sacaron al heacuteroe Cebriacuteones fuera del alcance de los dardosy del clamor troyanos y le quitaron las armas de los hombrosPatroclo se arrojoacute entre los troyanos con funestas intencionesTres veces arremetioacute entonces comparable al impetuoso Aresentre pavorosos alaridos y las tres veces matoacute a nueve mortales Mas cuando ya por cuarta vez se arrojoacute semejante a una deidadentonces aparecioacute ante ti Patroclo el teacutermino de la vidapues Febo te salioacute al encuentro en la violenta batallaSurgioacute terrible pero eacutel no lo vio venir a traveacutes del tropelpues se le acercaba oculto en una tupida bruma Se detuvo detraacutes y le golpeoacute la espalda y los anchos hombros

6 ldquoAn extraordinary entity this - a thing that has a soul [] A man stands disarmed and naked with a weap-on pointing at him this person becomes a corpse before anybody or anything touches himrdquo escribe Simone Weil (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p185)

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

con la palma de la mano y sus ojos giraron vertiginosamenteFebo Apolo le tiroacute de la cabeza el morrioacutenfue rodando con estreacutepito bajo las patas de los caballosel atubado yelmo y las crines de su penacho se mancharon de sangre y de polvo Antes los dioses no habiacutean consentidoque aquella celada con penacho de crines se manchara de polvopues protegiacutea la cabeza y la amable frente de un hombre divinode Aquiles pero entonces Zeus otorgoacute a Heacutectorllevarla sobre su cabeza pues a eacutel ya lo acechaba la muerte Se le quebroacute entera en las manos la pica de luenga sombrapesada larga compacta provista de casquete y se le cayoacutede los hombros al suelo el ribeteado broquel con el tahaliacuteEl soberano Apolo hijo de Zeus le desatoacute la corazaEl estupor se aduentildeoacute de eacutel se doblaron sus preclaros miembrosy se paroacute atoacutenito Con la aguda lanza detraacutes en la espaldaentre los hombros le acertoacute de cerca un guerrero daacuterdanoEuforbo Pantoida que descollaba entre todos los de su edadcon la pica la destreza en el carro y la presteza de los piesHabiacutea derribado de sus caballos a veinte mortales la primera vezque habiacutea salido con el carro auacuten un aprendiz en el combateEacuteste fue el primero que te arrojoacute un dardo cochero Patroclomas no te doblegoacute Corrioacute atraacutes y se perdioacute en la muchedumbreen cuanto te arrancoacute de la carne el asta de fresno sin resistirante Patroclo en la lid a pesar de que estaba desarmado(Canto XVI 777-815)

Su muerte tan esperada y tan premeditada no se parece a ninguna otra muerte descrita en la Iliacuteada Patroclo no se encuentra con un adversario que le mata sino con su propia muerte Como en muchas ocasiones aquiacute tambieacuten se necesita la intervencioacuten de un dios para resolver el duelo entre dos guerreros valientes Sin embargo en ninguna otra escena se presenta intervencioacuten divina semejante a eacutesta Patroclo estaacute inmoacutevil quieto y parado en la narracioacuten cuando Apolo pasando desapercibido entre la confusioacuten del combate oculto en una neblina le golpea por detraacutes Por detraacutes recibe Patroclo el golpe del dios estupefacto impotente siente el abandono en su cuerpo Le abandona la fuerza el vigor de sus miembros le abandona su ar-madura Las armas de Aquiles van cayeacutendose progresivamente marcando el espacio alrededor de Patroclo que se mantiene de pie en el centro como un palo

Despojado de todas sus defensas Patroclo recibe por detraacutes de nuevo el

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

ataque de Euforbo eacuteste retira la lanza clavada entre los hombros y se pierde corriendo entre la muchedumbre Patroclo estaacute atoacutenito desnudo en un pai-saje de hierro bronce resistentes pieles de bueyes gritos alaridos y agita-ciones violentas Herido intenta escaparse refugiarse protegerse Heacutector veloz y decisivo se acerca a eacutel y lo perfora con su lanza causaacutendole la herida mortal Patroclo queda completamente humillado las jactancias que Heacutector profi ere resuenan con crueldad sobre este cuerpo del guerrero que ya no es Del cuerpo sin vida de Patroclo cuerpo al que ya abandonoacute el alma Heacutector retira su lanza con un movimiento brusco Patroclo es una cosa en el espa-cio material bruto al que se puede pisar casi como si fuese tierra La lanza el objeto sobrevive a la persona que ha matado y se volveraacute a usar para matar a otra y otra y otra maacutes La relacioacuten entre el elemento de aniquilacioacuten y la existencia aniquilada no es exclusiva

Patroclo doblegado por el golpe del dios y por la lanzaempezoacute a replegarse a la turba de los compantildeeros por eludir la parcaHeacutector nada maacutes ver al magnaacutenimo Patrocloretrocediendo herido por el agudo broncellegoacute cerca de eacutel entre las ilas le hirioacute con la lanzaen lo maacutes bajo del ijar y le hundioacute el bronce de parte a parteRetumboacute al caer y causoacute gran pesar a la tropa de los aqueosComo cuando un leoacuten domina por la fuerza a un indomable jabaliacutecuando ambos en las cimas de un monte luchan con gran ierezaalrededor de un escaso manantial y los dos quieren bebery el leoacuten logra doblegar por la fuerza al jadeante jabaliacuteasiacute al fornido hijo de Menecio tras haber matado a muchosHeacutector Priaacutemida le arrebatoacute la vida de cerca con la picay blasonando de su triunfo le dijo estas aladas palabraslaquoiexclPatroclo Bien que asegurabas que asolariacuteas nuestra ciudady arrebatariacuteas el diacutea de la libertad a las mujeres troyanasy las llevariacuteas en las naves a tu tierra patriaiexclInsensato En su defensa los ligeros caballos de Heacutectorhan llegado al combate a galope tendido Tambieacuten yo con la picasobresalgo entre los combativos troyanos porque les apartodel diacutea fatal a ti en cambio los buitres te devoraraacuten aquiacuteiexclInfeliz No te ha socorrido ni Aquiles por valeroso que seaque se ha quedado y sin duda te ha dado muchos encargos al salirlsquoNo regreses oh Patroclo conductor de caballosa las huecas naves hasta que la tuacutenica ensangrentada del homicida Heacutector hayas desgarrado alrededor del pechorsquoSin duda eso te ha dicho y ha persuadido tu insensata menteraquo

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

Desfallecido replicaste Patroclo conductor de caballoslaquoYa te has jactado ahora Heacutector demasiado Te han dadola victoria Zeus Croacutenida y Apolo que me han doblegado facilmente pues ellos me han quitado las armas de los hombrosAunque veinte como tuacute me hubieran salido al encuentrotodos habriacutean perecido aquiacute mismo doblegados bajo mi lanzaPero el funesto destino y el hijo de Leto me han matadoy de los hombres Euforbo tuacute al despojarme soacutelo eres tercero Otra cosa te voy a decir y tuacute meacutetela en tus mientestampoco tuacute viviraacutes mucho tiempo proacuteximos a tiya acechan la muerte y el imperioso destinoque te haraacuten sucumbir a manos del intachable Aquiles EaacutecidaraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacute El aliento vital salioacute volando de sus miembros y marchoacute al Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando el esclarecido Heacutector le dijolaquoiexclPatroclo iquestPor queacute me vaticinas el abismo de la ruinaiquestQuien sabe si Aquiles hijo de Tetis de hermosos cabellos se anticiparaacute y pereceraacute antes que yo golpeado por mi lanzaraquoTras hablar asiacute arrancoacute la bronciacutenea pica de la heridaapoyando encima el pie y lo apartoacute boca arriba de la lanzaA continuacioacuten marchoacute con el astil en busca de Automedonteescudero comparable a los dioses del velociacutepedo Eaacutecida a quien ansiaba disparar pero ya lo sacaban los ligeros caballosinmortales espleacutendidos dones regalados por los dioses a Peleo(Canto XVI 816-867)

Los ligeros caballos inmortales que en su movimiento centriacutefugo llevan a Automedonte lejos de este lugar fuacutenebre lejos de Heacutector que estaacute ansioso por sangre echan un rayo de luz sobre la escena Su corrida trae una corrien-te de aire que nos permite respirar con la mirada desenfocada a la distancia Por un breve instante Patroclo estaacute solo en silencio sin armas sin compantildee-ros sin vida Apenas estaacute yace en la tierra en un lugar vaciacuteo

Esta quietud dura muy poco En seguida Menelao desde lejos advierte la muerte de su compantildeero A partir de este momento corre hacia eacutel realizan-do un movimiento centriacutepeto inverso al de los caballos Este movimiento de Menelao la batalla que irrumpe alrededor del cuerpo de Patroclo y la aten-cioacuten de todos que se dirige de nuevo hacia eacutel vuelven a crear una atmoacutesfera asfi xiante densa ineludible Es la guerra que se recicla y recrea a siacute misma atando y desatando nudos desplazando y transformando sus centros

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4 Destruccioacuten del cuerpo construccioacuten del cuerpo [Aquiles y Heacutector]

En ocasiones el movimiento que el poeta de la Iliacuteada nos propone seguir es un movimiento intracorporal una negociacioacuten que toma lugar en el interior de un cuerpo y se parece a un diaacutelogo entre sus partes El cuerpo homeacuterico es un cuerpo fragmentado plural habitado por sensaciones sentimientos estados de aacutenimo compuesto por distintas regiones oacuterganos miembros un cuerpo con vida interior y vivido desde el interior

Mejor dicho citando a Jean-Pierre Vernant ldquoEn tanto que el cuerpo estaacute vivo es entendido como una multiplicidad de oacuterganos y de miembros animados por las pulsiones que les son propias es el espacio donde se despliegan y a veces se enfrentan los impulsos las fuerzas contrarias Seraacute con ocasioacuten de su muerte cuando se encuentra desierto cuando el cuerpo adquiera su unidad formalrdquo1 Tambieacuten es importante recordar que en el griego arcaico la palabra σῶμα no designaba al cuerpo vivo sino al cadaacutever

Asi habloacute y la a liccioacuten invadioacute al Pelida y su corazoacutendentro del velludo pecho vacilaba entre dos decisioneso desenvainar la aguda espada que pendiacutea a lo largo del musloy hacer levantarse a los demaacutes y despojar eacutel al Atridao apaciguar su coacutelera y contener su furorMientras revolviacutea estas dudas en la mente y en el aacutenimoy sacaba de la vaina la gran espada llegoacute Atenea del cielo(Canto I 188-195)

En los versos de la Iliacuteada cada sensacioacuten emocioacuten sentimiento o pensa-miento se ubica en un lugar preciso en el cuerpo de quien lo experimenta Maacutes bien todo lo que ocurre en el plano mental-psiacutequico se manifi esta tam-bieacuten en el cuerpo como un acontecimiento un siacutentoma mantiene un viacutenculo

1 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 63 Al morir el cuerpo sujeto y soporte de acciones se transforma a puro objeto para el otro En el mismo libro Vernant sentildeala tambieacuten el caraacutecter plural de la cor-poreidad arcaica en la Iliacuteada a menudo se hace referencia a las partes del cuerpo en plural y no en singular

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

intriacutenseco con la realidad corpoacuterea Los deseos los miedos las ideas los valores apropiados funcionan como impulsos que generan movimiento en los cuerpos de los heacuteroes Al reveacutes un impuso una emocioacuten o una sensacioacuten se conocen a traveacutes de su expresioacuten en el cuerpo Manos ansiosas por matar pies ligeros interior revuelto pensamientos que se remueven en el vientre rabia acurrucada en el corazoacuten la cara tapada con la palma de la mano amistad en el seno La Iliacuteada abunda de imaacutegenes como estas

Seriacutea seguramente un anacronismo introducir aquiacute la nocioacuten de embodiment y hablar de sujetos encarnados dado que esta nocioacuten proviene de una larga tradicioacuten fi losoacutefi ca que ofrecioacute muchas explicaciones diferentes acerca de la relacioacuten entre cuerpo y alma despueacutes de generar esta divisioacuten La eacutepoca en la que se escribe la Iliacuteada todaviacutea no conoce el dualismo cuerpo-alma y en sus versos probablemente se registra aquello que fue la manera intuitiva de percibir y entender el mundo desde la experiencia concreta Como escribe Walter Ong antes de la generalizacioacuten del uso de la escritura el pensamien-to de una cultura oral se mantiene cerca del mundo humano vital y tiende a ser situacional maacutes que abstracto2 Algo parecido se puede observar en el pensamiento infantil sobre todo antes de la adquisicioacuten de la habilidad de leer y escribir Los relatos y los juegos de los nintildeos estaacuten muy vinculados al cuerpo y en ellos se desdobla un pensar y un sentir desde el cuerpo con el cuerpo y para el cuerpo3

Jean-Pierre Vernant escribe al respecto ldquoPara destacar esta imbricacioacuten de lo fiacutesico y de lo psiacutequico dentro de una conciencia de siacute que al mismo tiempo supone un compromiso con las diversas partes del cuerpo James Redfi eld ha afi rmado de modo sorprendente que en los heacuteroes de Homero ldquoel yo in-terior no es otra cosa que el yo orgaacutenicordquo Tal vocabulario si no del cuerpo siacute por lo menos de las distintas dimensiones o aspectos de lo corporal confor-ma en conjunto un coacutedigo que permitioacute a los griegos expresar o pensar sus relaciones consigo mismos el modo de presentarse a siacute mismos de manera maacutes o menos clara maacutes o menos unifi cada o dispersa seguacuten las circunstan-cias pero igualmente nos proporciona una pista sobre sus relaciones con un otro al cual estaacute vinculado por todas las formas de apariencia corporalrdquo4

2 Veacutease Oralidad y Escritura tecnologiacuteas de la palabra p48-623 En esta direccioacuten se organiza Territorio do brincar un proyecto de investigacioacuten que intenta cartografi ar los juegos de los nintildeos en Brasil buscando similitudes y diferencias seguacuten la regioacuten el grupo social la edad el geacutenero esencialmente remitiendo al cuerpo httpterritoriodobrincarcombr4 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 18

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

En los primeros cantos de la Iliacuteada la batalla descrita es representada en planos panoraacutemicos Los duelos tienden a resolverse deprisa en pocos versos y la atencioacuten recae sobre el heacuteroe que mata resaltando su valor como guerrero relatando sucesivamente un ataque despueacutes de otro El paisaje sonoro que se construye en las primeras escenas de combate estaacute compuesto por el bullicio del campo de batalla los gritos y los alaridos el relincho de los caballos y los sonidos metaacutelicos de las armas que se entrechocan cons-tantemente Es crucial recordar sin embargo que esta sonoridad surge y es posible precisamente porque en la Iliacuteada la batalla es siempre una batalla cuerpo a cuerpo Al enfrentarse los dos grupos aqueos y troyanos se acer-can se acercan a tal punto que se juntan formando un aglomerado com-plejo El sonido emergente es el sonido o tal vez el ruiacutedo de la confl uencia violenta de elementos y personas en un mismo sitio en un mismo instante

A medida que la narracioacuten de la Iliacuteada avanza se multiplican las referencias al cuerpo se intensifi can los estiacutemulos sensoriales la interaccioacuten entre los cuerpos se vuelve maacutes cercana maacutes iacutentima maacutes profunda Este acercamien-to se hace progresivamente maacutes expliacutecito cada guerrero tiene su historia y su linaje mientras en las escenas de duelo a menudo se abren espacios de diaacutelogo donde se despliegan las vidas de los heacuteroes Al paisaje sonoro exis-tente se antildeaden progresivamente la respiracioacuten y el latido del corazoacuten los gestos se hacen maacutes iacutentimos y sutiles Ademaacutes abundan las descripciones de la envoltura corporal a traveacutes de ella se va construyendo un puente entre el sujeto y el mundo circundante

Igual que el estruendo de los lentildeadores se elevaen las caacutercavas del monte y de lejos repercuten los golpesasiacute se levantaba desde la espaciosa tierra el estreacutepitodel bronce y de los bien elaborados escudos de bovina pielal choque de las espadas y de las picas de doble moharra(Canto XVI 633-637)

Como cuando revolotean procedentes de Zeus espesos coposgeacutelidos bajo el empuje del Boacutereas nacido del eacuteterasiacute de espesos eran entonces los cascos gallardos de su brilloque saliacutean en tropel de las naves los abollonados broqueleslas corazas de soacutelidas placas y las lanzas de vara de fresnoEl fulgor llegoacute al cielo la tierra entera rioacute alrededorpor el relaacutempago del bronce y el ruido rugiacutea bajo los pasosde los guerreros Y en medio se armaba el divino Aquiles

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Sus dientes rechinaban los dos ojos le brillaban como sifueran llamaradas de fuego y el corazoacuten en su interior estabainundado de una insufrible tristeza Airado contra los troyanosse vistioacute con los dones que Hefesto le habiacutea forjado con esmeroPrimero se colocoacute alrededor de las pantorrillas las grebasbellas ajustadas con aacuteureas tobillerasEn segundo lugar alrededor del pecho se puso la corazaA los hombros se echoacute la espada tachonada con clavos de platabronciacutenea a continuacioacuten cogioacute el alto y compacto escudocuyo resplandor llegaba tan lejos como el de la lunaComo cuando desde el Ponto se les aparece a unos marinerosel destello de un incandescente fuego que arde sobre un monteen un solitario establo y contra su voluntad los vendavaleslos arrastran lejos de los suyos sobre el mar rico en pecesasiacute llegaba al eacuteter el resplandor del escudo de Aquilesbello primoroso Luego alzoacute el ponderoso yelmoy se lo caoacuteo en la cabeza Como un astro refulgiacuteael yelmo con su penacho y ondeaban alrededor las crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenAquiles de la casta de Zeus se proboacute las armas para versi le cuadraban y permitiacutean correr a sus ilustres miembrosLe sentaban como alas y en volandas al pastor de huesteslo elevaban De un estuche sacoacute la paterna picapesada larga y compacta ninguacuten otro de los aqueos podiacuteablandiria solo Aquiles era capaz de blandir la peliacuteadalanza de fresno que Quiroacuten habiacutea procurado a su padre de la cima del Pelio para que fuera matanza de heacuteroes(Canto XIX 357-391)

Las armas sean elementos de defensa o de ataque aparecen y sirven como extensiones del cuerpo de quien las utiliza El guerrero las necesita para ir al combate es soacutelo a traveacutes de ellas que puede participar en la guerra matar y evitar que sea muerto por otros Como hemos visto en la escena de la muerte de Patroclo despojarse de las armas signifi ca privarse de los medios de de-fensa y ataque signifi ca perder algo del propio cuerpo y encontrarse des-nudo casi mutilado presa a la disposicioacuten de los enemigos Por otra parte armarse signifi ca prepararse desarrollar un medio de comunicacioacuten entre el propio cuerpo y el terreno de batalla comunicacioacuten basada en la destruc-cioacuten y extensioacuten establecida desde fuera

La voz tambieacuten es una extensioacuten del propio cuerpo una extensioacuten que en

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

este caso empieza desde el interior y cuyo objetivo es crear construir El habla emerge como una de las posibilidades del cuerpo y durante la comuni-cacioacuten siempre y exclusivamente oral en el mundo arcaico la voz adquiere una dimensioacuten espacial5 Mejor dicho la voz tiene el potencial de transfor-mar el lugar donde se escucha En el acto de hablar la enunciacioacuten ocurre en un lugar determinado y ejerce su infl uencia sobre este lugar Esta trans-formacioacuten se debe tanto al signifi cado linguiacutestico al enunciado en siacute como a la espacialidad propia del sonido su capacidad inherente de envolvernos Privarse del derecho a la propia voz como Helena y las otras mujeres-pre-mio o como los esclavos de la Iliacuteada tambieacuten tiene el efecto de una mutila-cioacuten y modifi ca radicalmente la interaccioacuten con el mundo

Atendiendo minuciosamente a palabras y acciones el espacio del poema se confi gura casi absolutamente por la presencia humana en eacutel a veces densa y asfi xiante6 Los duelos se alargan cada vez maacutes y adquieren importancia para la evolucioacuten y el desenlace de la historia A fi n de reforzar esta im-portancia algunos duelos se anticipan en la narracioacuten de manera que el receptor del poema estaacute pendiente de su aparicioacuten y otros se recuerdan de nuevo despueacutes de que hayan terminado Por otra parte se pone cada vez maacutes eacutenfasis a la destruccioacuten del cuerpo a las heridas y a la aniquilacioacuten del otro y es mediante esta destruccioacuten que se construye la imagen del cuerpo en la Iliacuteada

A ambos lados de los dos Ayantes se colocaron los batallonessoacutelidos que ni Ares de haber ido alliacute habriacutea criticado en nadani tampoco Atenea estiacutemulo de las huestes pues eran paladinesselectos los que aguardaban a los troyanos y al divino Heacutectorforti icando asta con asta y escudo con escudo unidos por la base Se apoyaban broquel en broquel casco en casco hombre en hombreLos empenachados cascos se tocaban con los brillantes crestonesal menear la cabeza iexcltan apinados unos con otros formabanHaciacutean entrelazarse las picas que en las audaces manosvibraban y no teniacutean otra idea que avanzar y ansiar la lucha(Canto XVI 126-135)

Como escribe Maronitis acerca de la Iliacuteada en ella se produce un acerca-

5 laquoSe despertoacute del suentildeo la divina voz auacuten se difundiacutea alrededorraquo (Iliacuteada canto II 41)6 laquopues aquel diacutea muchos troyanos y aqueos quedaron | de bruces tendidos en el polvo unos al lado de otrosraquo (Iliacuteada Canto IV 543-544)

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miento gradual que se dirige del escuchar al ver y del ver al tocar7 Seguacuten eacutel la narracioacuten en la Iliacuteada es invasiva invade la accioacuten desde el pasado hacia el presente situando al receptor en el presente narrativo en contacto con los acontecimientos narrados a diferencia de la Odisea o de otras epopeyas tradicionales que situacutean al receptor a una larga distancia temporal respecto a los acontecimientos De esta manera podemos tambieacuten decir que va cre-ciendo la empatiacutea que sentimos por los personajes mientras nos acercamos a ellos como si en nuestra propia piel pudieacuteramos experimentar lo que ellos viven

Progresivamente en la Iliacuteada marcan su aparicioacuten el dolor y el cansancio Todo el poema se refi ere a unos acontecimientos del deacutecimo antildeo de la guerra por lo que nos podemos imaginar que ambos bandos estaraacuten agotados des-trozados heridos debilitados Sin embargo este agotamiento generalizado no se puede apreciar desde el principio es como si los heacuteroes se agotaran du-rante la narracioacuten como si la propia narracioacuten fuese la encarnacioacuten de este agotamiento Asiacute la Iliacuteada nos demuestra claramente aquello que la guerra es agotadora hasta la destruccioacuten completa Siguiendo a Weil8 en la guerra se usa la fuerza de manera desmesurada para aniquilar al otro hasta que la fuerza actuacutee por siacute misma destruyendo al que la ejerce y al que la recibe indistintamente

Al acercarse a los cuerpos de los personajes al atender a los traumas que reciben la Iliacuteada genera unas descripciones desgarradoras por realistas del dolor fiacutesico A menudo no es el momento de la herida que resulta maacutes do-loroso ya que el guerrero estaacute todaviacutea inmerso en la adrenalina de la bata-lla el arma que penetra su cuerpo es defi nitivamente un acto cruel pero su efecto no se hace perceptible de inmediato El guerrero herido puede seguir luchando y sangrando hasta que la sangre se seque y eacutel empiece a padecer de agudos dolores La descripcioacuten del dolor del heacuteroe se inicia en su propia herida en el movimiento de la sangre en el interior de su cuerpo y es este dolor que cuando aparece pone de manifi esto la herida el miembro herido el cuerpo la fragilidad la destruccioacuten la vida y la muerte

7 Traduzco del epiacutelogo de su traduccioacuten de la Iliacuteada laquo[el receptor de la Iliacuteada] escuchando puede ver los acontecimientos y viendo puede tocarlos Se trata pues de una escalada de la audicioacuten a la vista y de la vista al contacto rozando el liacutemite del tactoraquo (Ομήρου Ιλιάς trad de Δ Ν Μαρωνίτης p597-598)8 ldquoForce is as pitiless to the man who possesses it or thinks he does as it is to its victims the second it crushes the fi rst it intoxicates The truth is nobody really possesses itrdquo (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p191)

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Cuando lo advirtioacute Cooacuten conspiacutecuo entre los guerrerosel Antenoacuterida primogeacutenito una acerba tristezale cubrioacute los ojos por la muerte de su hermano Se apostoacutede soslayo con la lanza sin que lo notara el divino Agamenoacuteny le hirioacute en mitad del antebrazo por debajo del codola punta de la reluciente lanza se lo atravesoacute rectaSe estremecioacute entonces Agamenoacuten soberano de hombrespero ni auacuten asiacute cesoacute en la lucha y en el combate y arremetioacute a Cooacuten con la pica nutrida por los vientos[]Continuoacute recorriendo las hileras de los demaacutes guerreroscon la pica con la espada y con enormes guijarros mientras la sangre caliente estuvo borbotando de la heridaPero en cuanto la uacutelcera comenzoacute a secarse y cesoacute la sangreagudos dolores penetraron en el ardor del Atrida(Canto XI 248-268)

Joanna Bourke sostiene que el dolor se puede entender como un evento una manera de estar en el mundo9 Es interesante recordar aquiacute que en griego existen dos maneras de hablar del dolor que uno siente πονάω que seriacutea algo como (yo) duelo primera persona del verbo doler y πονάει (me) duele En el primer caso el dolor se manifi esta como un estado de mi ser un estado en el cual me encuentro casi activamente y se puede decir πονάω sin maacutes estoy en dolor o πονάω en el estoacutemago o πονάω entre la cadera y la columna o sea estoy en dolor en un lugar especiacutefi co siempre soy yo que estoy asiacute yo iacutentegro que aparezco en el dolor aunque mi dolor pueda ser concreto y localizable en una parte de miacute En cambio en el segundo caso tal como en castellano hay siempre algo que duele la mano el brazo el pie el diente la cabeza el corazoacuten me duele algo miacuteo pero como si fuese ajeno a miacute como si mi brazo no fuese exactamente yo este dolor no se refi ere a la totalidad de mi ser Existe una distancia entre la persona que experimenta el dolor y el punto donde se localiza este dolor

Apenas habloacute asiacute y el teacutermino de la vida le cubrioacutelos ojos y las narices Patroclo apoyoacute el pie en su pechoy arrancoacute del cuerpo la lanza con ella salioacute el pericardio

9 ldquoWe should think of pain as an event as a way of being in the worldrdquo Conferencia de Joanna Bourke en el Centro Cultural de la Fundacioacuten Onassis en Atenas con fecha 03022015 La historiadora autora del libro The Story of Pain From Prayer to Painkillers recurriendo entre otras fuentes a testimonios de soldados y de meacutedicos de la primera y la segunda guerra mundial en esta conferencia hizo referencia a casos de heridas muy graves para explorar la manera como se experimenta el dolor y el signifi cado que le puede ser asignado

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y junto a la punta de la pica le extrajo el aliento de la vida(Canto XVI 502-505)

En la herida abierta aquella herida dolorosa y mortal se abre el cuerpo se expone el interior de la persona y se derrama hacia el exterior irreversible-mente El trauma es una viacutea de escape de la sangre de los oacuterganos del alma de la propia vida En la apertura del cuerpo herido encuentra una salida tambieacuten el aliento el uacuteltimo aliento de la vida en esta apertura y en el dolor que la acompantildea se afi rma el cuerpo y la existencia carnal fraacutegil efiacutemera del ser Esta afi rmacioacuten culmina en la terminacioacuten de la vida que se produce a traveacutes de la misma apertura En otros pasajes de la Iliacuteada el alma se escapa del cuerpo muerto a traveacutes de la boca la boca que es tambieacuten una apertura en el cuerpo apertura a la que Pierre Feacutedida situacutea en el comienzo del cuerpo humano10 El comienzo que ha de coincidir con el fi nal

Ampliando estas refl exiones se puede considerar que el cansancio es tam-bieacuten una manera de estar en el mundo una manera del cuerpo para afi r-marse en el mundo Un cuerpo cansado de la misma manera que un cuerpo que duele se pronuncia aquiacute estoy Tambieacuten se encuentran en la Iliacuteada des-cripciones del cansancio fiacutesico de la manera como el cansancio afecta a los miembros del heacuteroe Con sutileza el poeta identifi ca lugares en el cuerpo lugares precisos cada uno de los cuales experimenta una sensacioacuten distinta El cuerpo es plural como dice Vernant compuesto por varios sitios varios oacuterganos varios miembros y en eacutel se pueden escuchar muchas voces a la vez si estamos sufi cientemente atentos a ellas

Ayante ya no resistiacutea pues los dardos lo acosaban con fuerzay le doblegaban la voluntad de Zeus y los arrogantes troyanoscon sus disparos terrible ruido en sus sienes la relucientecelada haciacutea con los proyectiles sufriacutea continuos impactosen los bien fabricados mamelones y se cansaba el hombro izquierdode embrazar sin cesar el tornasolado escudo Mas no podiacuteanhacer que se tambalease a los lados bajo el peso de los dardosCon fatigoso e incesante sofoco respiraba el sudor le luiacuteaa chorros de los miembros por todos los lados y no hallabaresuello por doquier se amontonaba desgracia sobre desgracia(Canto XVI 102-111)

10 Pierre Feacutedida Par ougrave commence le corps humain

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En los versos del poema se trazan mapas de dolor y de cansancio sobre el cuerpo de manera que el cuerpo se convierte en territorio y la narracioacuten en cartografiacutea En algunas ocasiones a traveacutes de los siacutemiles empleados se di-bujan paralelismos entre el cuerpo y el paisaje entre la persona y la natura-leza laquoComo cuando el vasto pieacutelago se riza de mudo oleaje | y preludia los veloces senderos de los sonoros vientos | auacuten en calma sin echar a rodar ni hacia acaacute ni hacia allaacute | hasta que desciende una decidida brisa procedente de Zeus | asiacute el anciano con el aacutenimo desgarrado dudaba entre dos planes | si penetrar en la muchedumbre de los daacutenaos de veloces potros | o ir en busca del Atrida Agamenoacuten pastor de huestesraquo11

Acerqueacutemonos ahora al que viene a ser el duelo maacutes importante de la Iliacuteada La confrontacioacuten entre Heacutector y Aquiles episodio destacado entre los varios episodios del mito no llega a comenzar hasta el canto XX para concluir al fi nal del canto XXII casi al fi nal del poema Es una confrontacioacuten que se realiza en tres actos un primer duelo corto y no sangriento resuelto con la intervencioacuten divina un intervalo en que se presentan las hazantildeas de Aquiles y su persecucioacuten por los dioses y el duelo defi nitivo que engloba la perse-cucioacuten de Heacutector por Aquiles alrededor de la ciudad de Troya y el enfrenta-miento fi nal de los heacuteroes resultante en la muerte de Heacutector

Este duelo es el uacuteltimo de la Iliacuteada en eacutel llega a colmo la violencia de la guerra y se alcanza la destruccioacuten plena y defi nitiva del cuerpo Por otra parte los adversarios estaacuten luchando con todas sus fuerzas por una causa personal Heacutector estaacute defendiendo a su amada familia (sobre todo) a su ciudad y a su pueblo mientras Aquiles se estaacute vengando de la peacuterdida de su maacutes iacutentimo amigo y compantildeero Aunque sus motivos son diferentes ambos haraacuten todo lo posible para aniquilar al otro motivados por el afecto antes que por heroiacutesmo u obligacioacuten hacia la polis En este duelo iacutentimo y dolo-roso se estiran los liacutemites del cuerpo de la fuerza del aguante y del vigor

En cuanto Heacutector vio a su hermano Polidoroencorvaacutendose hacia el suelo con las entrantildeas en la mano la niebla se derramoacute sobre sus ojos y ya no soportoacute seguirmaacutes tiempo merodeando a distancia sino que fue contra Aquileshaciendo oscilar la aguda lanza semejante a la llama Eacutestenada maacutes verlo dio un salto hacia eacutel y exclamoacute triunfantelaquoYa estaacute cerca el hombre que maacutes me ha fustigado el aacutenimo

11 Iliacuteada Canto XIV 16-22

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el autor del asesinato de mi preciado compantildeero Ya no podemosescondernos maacutes tiempo uno de otro por los puentes del combateraquoDijo y miraacutendolo con torva faz se dirigioacute al divino HeacutectorlaquoAceacutercate maacutes y asiacute llegaraacutes antes al cabo de tu ruinaraquoSin intimidarse le replicoacute Heacutector el de tremolante penacho laquoiexclPeacutelida No esperes aterrorizarme soacutelo con palabrascomo a un ingeacutenuo nintildeo porque yo tambieacuten soy bien capazde proferir tanto injurias como insultosSeacute que tuacute eres valeroso y que yo soy muy inferior a tiPero estos asuntos descansan en las rodillas de los dioses puede que auacuten siendo inferior sea yo quien te arrebate la vidaacertando con la lanza tambieacuten mi dardo estaacute a ilado siempreraquo(Canto XΧ 419-437)

Aquiles ha matado a Polidoro el hijo maacutes joacuteven de Priacuteamo y uno de los hermanos de Heacutector Su lanza le atravesoacute el torso al lado del ombligo y la Iliacuteada lo presenta sujetando sus entrantildeas mientras se cae encorvado a tierra Es esta imagen de su hermano la que mueve el aacutenimo de Heacutector quien decide atacar a Aquiles ignorando el consejo de Apolo Un cuerpo en des-truccioacuten las entrantildeas sujetadas en la mano el dolor fiacutesico se transforma en afecto dolor psiacutequico la niebla sobre los ojos y despueacutes en movimiento que busca generar maacutes dolor en otro cuerpo El ciclo de la violencia La muerte de Polidoro aunque no tenga en la Iliacuteada la misma importancia que la de Patroclo funciona como un elemento que permite al poeta construir una base simeacutetrica para el primer duelo Heacutector-Aquiles dado que ahora cada uno de los dos quiere vengarse por haber perdido a alguien muy querido en manos del otro

El inicio del enfrentamiento es verbal Reconocimiento del otro como ene-migo amenazas insultos y motivos personales se incluyen en los pequentildeos discursos de ambos Heacutector cierra su discurso resaltando que son los dioses quienes decidiraacuten la suerte del duelo como de todas las cosas que acontecen en la tierra A continuacioacuten el breve combate entre Heacutector y Aquiles seraacute resuelto precisamente por los dioses Atenea y Apolo Heacutector es quien ataca primero y Atenea desviacutea su lanza Aquiles ataca tres veces consecutivas y todas ellas su lanza rebota en la tupida bruma con la que Apolo envuelve a Heacutector De esta manera se deja entender que el momento del enfrentamien-to defi nitivo no ha llegado todaviacutea Aquiles se lanza hacia otros troyanos y aliados ansioso de matar

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Como el maravilloso fuego estalla en las profundas canadas de un agostado monte y el espeso bosque se incendiay los remolinos de viento esparcen las llamas por doquierasiacute corriacutea furioso por doquier con la pica como una deidadacosando a sus viacutectimas y la sangre luiacutea por la negra tierraComo cuando alguien unce dos bueyes de anchos testuces para trillar en la bien construida era la blanca cebadaque pronto se desconcha bajo las patas de los mugidores bueyesasiacute los soliacutepedos caballos a las oacuterdenes del magnaacutenimo Aquilespisoteaban cadaacuteveres y broqueles Debajo el timoacuten estabaentero salpicado de sangre y las barandas alrededor de la caja hasta donde llegaban las gotas que despediacutean las equinas pezuntildeasy las que procediacutean de las llantas Estaba aacutevido de ganar gloriael Peacutelida e iba manchando de mortandad sus inaferrables manos(Canto XΧ 490-503)

En este punto la Iliacuteada nos posiciona ante un masacre generalizado La sangre fl uye abundante y los cuerpos sin vida de los guerreros se amonto-nan descontroladamente sobre la tierra El campo de batalla es un paisaje de carniceriacutea y destruccioacuten absoluta denso y fuacutenebre un paisaje construido en silencio A partir de la descripcioacuten panoraacutemica que nos proporciona el poeta nos podemos representar visualmente la escena a grandes rasgos a la vez que podemos casi oler la sangre que corre todaviacutea caliente No obstante lo que causa mayor impacto es la calidad taacutectil de la imagen A traveacutes de los caballos de Aquiles que pisotean cadaacuteveres indistintamente salpican-do sangre a todas direcciones podemos sentir el volumen y el peso de los cuerpos que yacen en abandono entre armaduras y objetos que ya no les serviraacuten Podemos sentir la espesura de la sange que se va secando bajo el sol de Troya Pero iquestpodemos oir algo maacutes que silencio Seriacutea interesante pre-guntarmos con cuaacutel(es) de los sentidos recibimos percibimos y nos repre-sentamos una narracioacuten e intentar explorar las razones de tal diferenciacioacuten

Atravesando este paisaje desgarrador Aquiles se dirige hacia el riacuteo persi-guiendo a los troyanos algunos intentan huir hacia la ciudad mientras otros se encuentran atrapados en el riacuteo nadando entre sus corrientes y remolinos Antes de lanzarse contra ellos Aquiles deja su lanza en la ribera Pretende mantener un contacto iacutentimo con sus enemigos estando cerca de sus viacutecti-mas escuchando su respiracioacuten y observando su sufrimiento mientras elimi-na la vida de sus miembros usando sus propias manos y una daga Dentro del riacuteo intentaraacute saciar su deseo de venganza y sangre matando sin piedad a

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numerosos guerreros hasta que el cauce rebose de cadaacuteveres

La imagen del campo de batalla repleto de cadaacuteveres se reproduce intensi-fi cada dentro del riacuteo a tal punto que el propio riacuteo Escamandro advierte a Aquiles y le ordena a continuar la matanza en la llanura Cuando eacutel se lanza de nuevo hacia el cauce el paisaje se transforma de manera singular El riacuteo se presenta como un cuerpo vivo que se mueve determina su ruta y modera su fuerza durante su movimiento Escamandro arroja cadaacuteveres a la orilla protege a los troyanos en sus remolinos y persigue a Aquiles con toda su furia Durante esta curiosa persecucioacuten el heacuteroe se agota y empieza a deses-perar una vez que sus fuerzas le estaacuten abandonando Los dioses salvaraacuten a Aquiles del furor del riacuteo para que eacutel vuelva a lanzarse contra los troyanos una vez maacutes

laquoAnte su empuje los troyanos | se atropellaban en general desbandada sin ninguacuten socorro | que aparecieraraquo12 Estos versos contribuyen a la atmoacutesfera de asfi xiante densidad generada a lo largo de este canto Nos comunican que la llanura estaacute llena de hombres cuyo miedo a Aquiles les impulsa a correr en desorden hacia Troya mientras Priacuteamo abre para ellos las puertas Esceas Apolo tomando la forma de Ageacutenor provoca a Aquiles y le hace emprender una corrida sin fi n persiguiendo al dios En la narracioacuten surgen dos movimientos opuestos el movimiento de Aquiles y Apolo hacia el riacuteo Escamandro y el movimiento apresurado de los troyanos hacia la ciudad

Ademaacutes mediante un engantildeo apartoacute al Peacutelida de la huesteel protector asemejaacutendose en todo al propio Ageacutenor se detuvoante los pies de Aquiles que se lanzoacute corriendo a perseguirloDurante un rato eacuteste lo persiguioacute por el llano feraz en trigodesviando a lo largo del Escamandro el riacuteo de hondos remolinosal que le precediacutea corto trecho con astucia lo hechizaba Apolopara guardar intacta su esperanza de alcanzarlo con sus piesentre tanto los demaacutes troyanos fugitivos llegaron en tropelfelices a la ciudad que se llenoacute de refugiadosY fuera de la ciudad y de la muralla ni siquiera osaronaguardarse unos a otros para informarse del que hubiera escapadoy del que habiacutea muerto en el combate sino que penetroacute presurosoen la ciudad todo aquel a quien sus rodillas y sus pies salvaron(Canto XΧI 599-611)

12 Canto XΧI 527-529

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La corrida veloz de Apolo y Aquiles por el campo de batalla descentra y desenfoca la mirada y ampliacutea el plano En la velocidad del movimiento se diluye la espesura fuacutenebre de las imaacutegenes anteriores mientras el campo de batalla se vaciacutea de presencias humanas De esta manera el poema cierra el ciclo que habiacutea abierto despueacutes del primer encuentro de Heacutector y Aquiles El escenario de la narracioacuten se vaciacutea para entregarse purifi cado a los dos heacuteroes y soacutelo a ellos laquoImpedido por su destino fatal Heacutector quedoacute solo alliacute mismo | delante de Ilio y de las puertas Esceasraquo13

El espacio del duelo es un gran vaciacuteo la llanura de Troya delante de las puer-tas Esceas poblado por cadaacuteveres quizaacutes algunos cuerpos descuartizados armas que se cayeron de los guerreros muertos o se perdieron en el bullicio de la fuga y se esparcieron por el camino y probablemente algunos carros abandonados o caballos muertos Silencio absoluto Este espacio funciona como un escenario doble Por un lado estaacuten Priacuteamo y todos los troyanos que contemplan desde la parte maacutes alta de la muralla de Troya por otro lado estaacuten los aqueos que se encuentran lejos en la llanura de Troya hacia el riacuteo Escamandro y han recibido de Aquiles el orden de no atacar a Heacutector en ninguacuten caso por lo que tambieacuten seraacuten espectadores de este duelo inminente

Un escenario doble pues Heacutector se encuentra en eacutel solo y atemorizado mientras Aquiles engantildeado por Apolo se encuentra muy lejos de la mura-lla Cuando Aquiles empieza a correr motivado por su impulso de vengan-za su movimiento es directo y decisivo hacia la ciudad hacia Heacutector Al mismo tiempo Heacutector se presenta experimentando un movimiento mental El poeta desplaza la atencioacuten hacia el interior del heacuteroe

laquoiexclAy de miacute Si me meto en las puertas y en las murallasPolidamante seraacute el primero en cubrirme de oprobiospues me ha ordenado guiar a los troyanos hacia la ciudadesta noche maldita en que el divino Aquiles ha dejado la calmaMas yo no le he hecho caso y iexclcuaacutento mejor habriacutea sidoAhora que ha perecido la tropa por culpa de mis necedadesverguumlenza me dan los troyanos y troyanas de rozagantes mantosno sea que alguna vez alguien vil y distinto de miacute digalsquoHeacutector por iarse de su fuerza hizo perecer la huestersquoAsiacute diraacuten y en ese caso para miacute habriacutea sido mucho mejorenfrentarme contra Aquiles y regresar despueacutes de matarlo

13 Canto XΧII 5-6

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o perecer yo mismo con gloria delante de la ciudadiquestY si depongo el abollonado broquel y el ponderoso cascoy tras dejar la lanza apoyada contra la murallavoy sin armas y me presento ante el intachable Aquilesy le prometo entregar a Helena junto con las riquezasiacutentegras que Alejandro se trajo en las concavas navesa Troya accioacuten que fue la causa de la contiendaa los Atridas para que se la lleven y ademaacutes con los aqueosrepartirnos todos los demaacutes tesoros que guarda esta ciudadDespueacutes puedo tomar juramento de honor a los troyanosde no esconder nada y de repartir en dos lotes todoslos tesoros que encierra en su interior la amena ciudadelaPero iquestpor queacute mi animo me ha suscitado este debateiexclMira que si voy y me presento ante eacutel y lejos de apiadarsey de respetarme me mata desnudo sin la panopliaigual que a una mujer cuando ya me haya quitado las armasMas no es el momento de remontarse a la encina y a la piedra ni de charlar con eacutel de las lindezas de una doncella y un mozoni de las ternuras que una doncella y un mozo se intercambianMaacutes vale entablar la disputa cuanto antesiexclAveriguumlemos a quieacuten de los dos tiende el Oliacutempico su honorraquoMientras esperaba agitando estas ideas Aquiles se acercoacutesemejante a Enialio el guerrero del centelleante cascoenarbolando sobre el hombro derecho la peliacuteada lanza de fresnoterrible a los lados el bronce brillaba parecido al destelloque emiten el ardiente fuego o el sol al salirNada mas verlo Heacutector fue presa del temblor y ya no soportoacuteseguir alliacute sino que dejoacute atraacutes las puertas y echoacute a huir(Canto XΧII 99-137)

Habiendo desplazado la atencioacuten al interior del personaje el poema se acerca a eacutel estableciendo un viacutenculo de empatiacutea entre el lector y dicho per-sonaje Nosotros estamos recibiendo la narracioacuten a traveacutes de eacutel por medio de sus vivencias Aquiles se nos presenta refl ejado en la mirada y la reaccioacuten de Heacutector Su llegada interrumpe la introspeccioacuten y sentildeala el principio del enfrentamiento de manera que la intensidad del movimiento mental se con-vierte en intensidad de movimiento fiacutesico con esta transformacioacuten sutil el poema mantiene un equilibrio de energiacutea a la vez que produce un cambio de escena draacutestico La persecucioacuten de Heacutector por Aquiles comienza Es la tercera persecucioacuten relatada despueacutes del primer enfrentamiento de los dos heacuteroes Aquiles y Heacutector estaacuten fuera de las murallas corriendo jadeantes

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

uno detraacutes del otro No conocemos a Troya en el poema nunca se describe su forma pero estamos corriendo con los heacuteroes alrededor de ella Las des-cripciones del paisaje intercaladas y las escenas de paz evocadas refuerzan por contradiccioacuten la tensioacuten mortal de la situacioacuten

Por alliacute pasaron corriendo uno huyendo y otro acosando detraacutesDelante huiacutea un valiente pero uno mucho mejor lo perseguiacuteaaprisa no era la viacutectima de un sacri icio ni una bovina pielpor lo que competiacutean premios comunes en las carreras humanas sino que corriacutean por la vida de Heacutector domador de caballos(Canto XΧII 157-161)

Tierra y Cielo los dos planos de accioacuten se activan a la vez Dos liacuteneas na-rrativas se desarrollan en paralelo La primera se dedica a los mortales es una liacutenea sin diaacutelogos pero en ella se puede intuir la agoniacutea El ritmo de la corrida marca la pauta de la escena La segunda liacutenea narrativa corresponde a los dioses que estaacuten observando la primera desde el Olimpo donde estaacuten reunidos para tomar decisiones sobre la suerte de los mortales Sus diaacutelogos suenan ligeros y despreocupados e incluso tienen un punto coacutemico lo que acaba reforzando la situacioacuten traacutegica de los heacuteroes

Cuando los dioses lo deciden intervienen en la historia haciendo que las dos liacuteneas narrativas se crucen y se junten Los dos planos de accioacuten ahora se funden en un uacutenico plano Troya con la llegada de Atenea que marca el fi nal de la corrida y el inicio del desenlace de la historia Atenea se presenta a los dos heacuteroes pero de manera distinta a cada uno de ellos ya que se rela-ciona de modo distinto con ellos coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector14 Con su presencia se rompe el silencio mortal de la persecucioacuten Diaacutelogos aparecen de nuevo El poeta estaacute preparando el terreno para el combate el espacio se vuelve abstracto despojado de elementos descriptivos mientras la presencia fiacutesica de los guerreros y su voz adquieren maacutes importancia La atencioacuten del receptor se va dirigiendo hacia ellos dos su presencia su con-frontacioacuten inminente sus palabras y sus acciones

Despueacutes de hablar asiacute desenvainoacute la aguda espada

14 Atenea participa en las acciones de Aquiles hablaacutendole en plural incluyente laquoAhora siacute que espero esclarecido Aquiles caro a Zeus | que ambos llevaremos a los aqueos una gran gloria a sus naves | tras aniquilar a Heacutector por insaciable de lucha que sea | Ahora ya no hay posibilidad de que se nos escape | por muchas penas que el protector Apolo sufra | rodando y rodando ante el padre Zeus portador de la eacutegida | Detente tuacute ahora y recobra el aliento que yo a eacuteste | me acercareacute y le convencereacute para que luche frente a frenteraquo (Canto XΧII 216-223)

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que llevaba suspendida de su costado larga y robustay tras tomar impulso partioacute cuaacutel aacuteguila de alto vueloque baja al llano a traveacutes de las tenebrosas nubespara arrebatar una tierna cordera o una treacutemula liebreasiacute partioacute Heacutector haciendo vibrar la aguda espadaTambieacuten se lanzoacute Aquiles con el aacutenimo lleno de furiasalvaje se cubrioacute el torso por delante con el escudobello primoroso mientras haciacutea oscilar el reluciente cascode cuatro mamelones y ondeaban alrededor las bellas crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenComo va entre los astros en la oscuridad de la noche la estrellavespertina el astro maacutes bello que hay ijo en el irmamentoasiacute era el fulgor de la a ilada punta que Aquiles blandiacuteacon la diestra maquinando la perdicioacuten del divino Heacutectore indagando donde su bella piel ofreceriacutea menor resistenciaTodo su cuerpo estaba protegido por la bronciacutenea armadurabella que habiacutea despojado al potente Patroclo tras matarlosoacutelo se veiacutea donde las claviacuteculas separan cuello y hombrosel gaznate que es por donde maacutes pronto se pierde la vidaPor alliacute el divino Aquiles le hundioacute la pica en pleno ataqueLa punta penetroacute derecha a traveacutes del delicado cuelloy el asta de fresno pesada por el bronce no le cercenoacute la traacutequeacon lo que todaviacutea pudo responderle y decir unas palabrasSe desplomoacute en el polvo y el divino Aquiles exclamoacute triunfantelaquoiexclHeacutector Al despojar a Patroclo sin duda creiacuteste estara salvo y para nada te preocupaste de miacute porque estaba lejosiexclInsensato Lejos de aquel un vengador muy superior a la zagase habiacutea quedado junto a las huecas naves y ese soy yoque te he doblado las rodillas De ti tiraraacuten y te humillaraacuten los perros y las aves y a eacutel los aqueos le haraacuten las exequiasraquoDesfallecido le dijo Heacutector el de tremolante penacholaquoiexclTe lo suplico por tu vida tus rodillas y tus padresNo dejes a los perros devorarme junto a las naves de los aqueosen lugar de eso acepta bronce y oro en abundancia regalos que te daraacuten mi padre y mi augusta madrey devuelve mi cuerpo a casa para que al morir del fuegome hagan partiacutecipe los troyanos y las esposas de los troyanosraquoMiraacutendolo con torva faz replicoacute Aquiles de pies ligeroslaquoNo implores perro invocando mis rodillas y a mis padres iexclOjalaacute que a miacute mismo el furor y el aacutenimo me indujerana despedazarte y a comer cruda tu carne por tus fechoriasTan cierto es eso como que no hay quien libre tu cabeza

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de los perros ni aunque el rescate diez veces o veinte vecesme lo traigan y lo pesen aquiacute y ademaacutes prometan otro tanto y ni siquiera aunque mandara pagar tu peso en oroPriacuteamo Dardaacutenida Ni auacuten asiacute tu augusta madre depositaraacuteen el lecho el cadaacutever de quien ella parioacute para llorarloLos perros y las aves de rapina se repartiraacuten entero tu cuerporaquoYa moribundo le dijo Heacutector el de tremolante penacho laquoBien te conozco con soacutelo mirarte y ya contaba con noconvencerte De hierro es el corazoacuten que tienes en las entrantildeasCuiacutedate ahora de que no me convierta en motivo de la coacutelerade los dioses contra ti el diacutea en que Paris y Febo Apolo tehagan perecer a pesar de tu valor en las puertas EsceasraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteEl aliento vital voloacute de la boca y marchoacute a la morada de Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando dijo Aquiles de la casta de ZeuslaquoiexclMuere Mi parca yo la acogereacute gustoso cuando Zeus quiera traeacutermela y tambieacuten los demaacutes dioses inmortalesraquoDijo y arrancoacute del cadaacutever la bronciacutenea picala dejoacute a un lado y le quitoacute de los hombros las armasensangrentadas Los hijos de los aqueos acudieron corriendoy quedaron admirados de la talla y de la envidiable bellezade Heacutector y nadie hubo que se presentara y no lo hirieraY asiacute deciacutea cada uno mirando al que teniacutea proacuteximolaquoiexclQueacute sorpresa iexclAhora siacute que es Heacutector mucho maacutes blandode tocar que cuando prendioacute las naves con el voraz fuegoraquoAsiacute repetiacutea cada uno cuando se presentaba y lo heriacutea(Canto XΧII 306-375)

Los dos heacuteroes se acercan con sus armas fi rmes en la mano15 y Aquiles pla-nifi ca el ataque que va a realizar Observa minuciosamente a Heacutector explora su cuerpo como si fuese territorio desconocido e identifi ca los lugares ex-puestos como si trazara sobre Heacutector un mapa de vulnerabilidad Una vez maacutes la Iliacuteada nos conduce hacia el espacio iacutentimo del cuerpo hacia la postu-ra la apariencia y estructura fiacutesica los gestos la distancia entre las personas la velocidad del movimiento y el impulso de la accioacuten

15 Heacutector tiene una espada y Aquiles una pica ya que sus lanzas las perdieron pocos versos atraacutes cuando intentaron atacar el uno al otro Heacutector esquivoacute la lanza de Aquiles mientras la lanza de Heacutector se desvioacute al chocar con el escudo de Aquiles Ahora los dos heacuteroes tienen que acercarse para matarse Este duelo requiere proximidad fiacutesica

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

La pica atraviesa el cuello de Heacutector pero deja su traacutequea intacta para que eacutel pueda pronunciar sus uacuteltimas palabras justo antes de extinguirse su vida A las jactancias de Aquiles Heacutector responde suplicando por la suerte de su cuerpo y en esta suacuteplica se puede intuir la inminente suacuteplica de Priacuteamo Aquiles replica con execrable crueldad en sus palabras como en todas sus acciones despueacutes de entrar en la batalla se refl eja el cambio que la muerte de Patroclo provocoacute en su aacutenimo y comportamiento El moribundo Heacutector hace referencia al futuro de Aquiles tal como el moribundo Patroclo previoacute la muerte de Heacutector laquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteraquo es el verso que se repite ideacutentico en los dos casos mientras tanto Heacutector como Aquiles dirigen unas uacuteltimas y crueles palabras al cadaacutever del hombre que acaban de matar antes de arrancar el arma de la herida Sin embargo al contrario de lo que pasa con Patroclo Heacutector yace en la tierra abandonado y no hay nadie que pueda luchar por el honor de su cuerpo

El cuerpo sin vida tendido en el suelo y la voz de su asesino que resuena amenazadora sobre eacutel construyen una imagen muy potente a partir de la cual empieza el ultraje Los aqueos hasta entonces espectadores silenciosos presencias lejanas e intrascendentes16 se acercan y en su reaccioacuten se juntan dos acciones contradictorias por una parte admiran la belleza de Heacutector y por otra hieren su cuerpo repitiendo una exclamacioacuten verbal y un acto de violencia que parecen tener casi la funcioacuten de un ritual

laquo[] Nos hemos alzado con gran gloria hemos matado al divino Heacutectora quien los troyanos en la ciudad invocaban como a un diosraquoDijo e imaginaba ignominias contra el divino HectorLe taladroacute por detraacutes los tendones de ambos piesdesde el tobillo al taloacuten enhebroacute correas de bovina pielque atoacute a la caja del carro y dejoacute que la cabeza arrastraraMontoacute en la caja del carro recogioacute la ilustre armaduralos fustigoacute para arrearlos y los dos de grado echaron a volarGran polvareda se levantoacute del cadaacutever arrastrado los cabellososcuros se esparciacutean y la cabeza entera en el polvoyaciacutea antes encantadora Zeus entonces a sus enemigoshabiacutea concedido que lo ultrajaran en su propia patria(Canto XΧII 393-404)

16 laquoLos aqueos estaacuten cerca de las murallas de Troya pero como una presencia silenciosa e intrascendenteraquo (Caroline Alexander La guerra que matoacute a Aquiles p 205)

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5 El dolor que nos une [Priacuteamo y Aquiles]

Encerrados en la ciudad los troyanos se hacen testigos no soacutelo de la muerte de Heacutector sino tambieacuten de la crueldad a la cual se somete su cuerpo Con la huida de Aquiles quien arrastra el cadaacutever de Heacutector hacia el campamento aqueo el escenario se vaciacutea por completo y la atencioacuten se reconduce hacia Troya Sobre la torre de Ilio Heacutecuba se arranca los cabellos mientras Priacuteamo se representa revolcaacutendose en estieacutercol manifestando por primera vez su deseo de suplicar a Aquiles para que eacuteste le devuelva el cuerpo de su hijo

Asiacute quedoacute cubierta su cabeza entera de polvo Su madre se mesoacute los cabellos arrojoacute el niacutetido velo lejos y prorrumpioacute en muy elevados llantos al ver a su hijo Tambieacuten su padre emitioacute un lastimero gemido y las gentes por la ciudad eran presa de llantos y de lamentos Todo pareciacutea como si la almenada Ilio se estuviera consumiendo entera por el fuego desde los cimientos Las gentes a duras penas conteniacutean al apenado anciano ansioso por salir fuera de las puertas dardanias A todos imploraba rodando por el estieacutercol y llamando a cada uno por su nombre(Canto XXII 405-415)

Sus reiterativos llantos y gemidos inquietan tambieacuten a Androacutemaca quien desde su encuentro con Heacutector ha permanecido encerrada en su habitacioacuten tejiendo bellos mantos y preparando un bantildeo caliente para el regreso de eacutel en vano Es la agoniacutea por la suerte de Heacutector la que lleva a Androacutemaca a la muralla de nuevo repitiendo el movimiento que realizoacute en el canto VI cuando salioacute presurosa del palacio en busca de su marido mientras la no-driza la seguiacutea llevando al nintildeo en sus brazos Su lamento confi rma la pre-ocupacioacuten expresada en su diaacutelogo con Heacutector mientras en eacutel resuenan los lamentos de otras mujeres que perdieron a sus esposos y fueron convertidas en esclavas durante la guerra

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

La reaccioacuten de Priacuteamo ante la muerte de Heacutector se parece mucho a la prime-ra reaccioacuten que Aquiles tuvo al enterarse de la muerte de Patroclo Tanto a Aquiles como a Priacuteamo el duelo por la peacuterdida de alguien muy querido les hace cubrirse la cabeza y el cuerpo entero con un material no precisamente noble De este modo sus rasgos divinos adquieren un aspecto sucio y la-mentable que refl eja su estado psiacutequico En ausencia del cadaacutever al que les gustariacutea tener cerca y poder tocar durante el lamento1 en ese momento de soberbio dolor los hombres establecen un contacto con la tierra con el suelo con la materia orgaacutenica en la cual todo de una manera u otra se convierte

Asiacute habloacute y a eacutel una negra nube de a liccioacuten lo envolvioacuteCogioacute con ambas manos el requemado holliacuteny se lo derramoacute sobre la cabeza afeando su amable rostromientras la negra ceniza se posaba sobre su tuacutenica de neacutectar Y extendido en el polvo cuan largo era gran espacioocupaba y con las manos se mancillaba y mesaba los cabellosLas siervas que Aquiles y Patroclo se habiacutean adjudicado en prendaproferiacutean grandes alaridos a ligidas en su corazoacuten y a la puertacorrieron en torno del belicoso Aquiles y todas con las manos mientras se golpeaban el pecho cayeron postradas de hinojosDel otro lado Antiacuteloco se lamentaba y vertiacutea laacutegrimascon las manos de Aquiles cogidas y su glorioso corazoacuten gemiacuteaante el temor de que se segara la garganta con el hierro (Canto XVIII 22-34)

En ambos casos ellos no se encuentran solos en sus lamentos sino que estaacuten rodeados de otras personas2 sobre todo mujeres las mujeres de Troya en el caso de Priacuteamo y las siervas en el caso de Aquiles Es en torno a estos dos lamentos de Aquiles por Patroclo y de Priacuteamo por Heacutector y los respectivos intentos de honrar a los muertos que se estructuran los dos uacuteltimos cantos de la Iliacuteada Como afi rma Caroline Alexander despueacutes del enfrentamiento heroico maacutes importante del poema la Iliacuteada se enfoca en los difuntos y en

1 En otra ocasioacuten laquoEntre ellos el Pelida entonoacute un reiterativo llanto | poniendo sus manos homicidas sobre el pecho de su compantildeeroraquo (Iliacuteada Canto XXIII 17-18) Androacutemaca al recibir el cuerpo de su esposo hace lo mismo laquoEntre eacutestas Androacutemaca de blancos brazos inicioacute el llanto |mientras sujetaba la cabeza del homicida Heacutector en sus manosraquo (Iliacuteada Canto XXIV 723-724)2 En las escenas de la Iliacuteada los personajes tienden a formar conjuntos durante el lamento con el que estaacute maacutes afectado en el centro y los demaacutes alrededor suyo No es necesario que el motivo del lamento sea uacutenico y compartido por todos cada uno puede llorar por sus propios motivos pero el acto de llorar es compartido y su intensidad suele ajustarse a las necesidades del personaje principal de la escena Posteriormente el coro de la tragedia cumple tambieacuten con una funcioacuten parecida la de acompantildear a los personajes en sus lamentos soliloquios y diaacutelogos a menudo compartiendo sus estados de aacutenimo y otras veces expresando ideas o sentimientos opuestos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

las consecuencias de sus muertes3

Una vez concluidos los funerales de Patroclo y las competiciones de los aqueos en su honor el cadaacutever de Heacutector continuacutea yaciendo en el polvo y siendo arrastrado por Aquiles alrededor del tuacutemulo de su caro amigo El tuacutemulo tal como el cuerpo del guerrero muerto emerge como un centro en el espacio En alguacuten lugar (sentildealado y preciso) en la orilla del mar cerca de las naves aqueas se encuentra enterrada la urna que contiene los huesos de Patroclo que en breve albergaraacute tambieacuten los huesos de Aquiles4 Es en torno a este centro que el cuerpo de Heacutector atado con correas de bovina piel al carro de Aquiles dibuja tres ciacuterculos cada mantildeana con la primera luz del diacutea ciacuterculos que se inscriben en la tierra uno sobre otro durante nueve diacuteas Apolo protege al cuerpo de Heacutector de todo tipo de desgaste pero en el espacio deben permanecer las huellas de este proceso por muy efiacutemeras que sean

[] pero despueacutes de llorar y lamentarse remiten en su penapues las Moiras han hecho el aacutenimo humano apto para soportar(Canto XXIV 48-49)

Sin embargo este ritual viciado y repetitivo no consigue apaciguar el dolor de Aquiles ni tampoco saciar su deseo de venganza Eacutel todaviacutea estaacute afl igido Su fi gura es la de un hombre que no encuentra tranquilidad en ninguacuten sitio no puede estar quieto casi no puede estar No puede adormecer y cambia constantemente de posicioacuten se levanta se tumba de espaldas de lado boca abajo se sienta camina entra y sale de su tienda permaneciendo siempre inquieto Los dioses del Olimpo observadores perpetuos y duentildeos de la suerte de los mortales no dejan de discutir acerca de la resolucioacuten de esta situacioacuten hasta que Zeus toma su decisioacuten Tal como fue previsto al princi-pio del poema la coacutelera de Aquiles ha sido respetada por los dioses y eacutel ha sido honrado como corresponde a un heacuteroe mortal que es hijo de una diosa

3 laquoPero la Iliacuteada no es una epopeya convencional y en el mismo momento del mayor triunfo militar de su heacuteroe homero desviacutea la atencioacuten de Aquiles a las dos bajas maacutes importantes de la historia Patroclo y Heacutector es hacia las consecuencias de sus muertes sobre todo para el vencedor hacia donde pasa a dirigirse inexorablemente toda la accioacuten de la Iliacuteadaraquo (La guerra que matoacute a Aquiles p 227) Ademaacutes entre estos dos funerales se pueden rastrear relaciones de interdependencia Patroclo no es enterrado hasta que Heacutector es muerto y ultrajado en honor de Patroclo por otro lado Heacutector no se puede enterrar hasta que terminen los honores funerarios a Patroclo porque el ultraje de su cuerpo forma parte de ellos4 laquoiexclQue tambieacuten un mismo atauacuted encierre juntos nuestros huesos | y que sea la aacuteurea urna que te procuroacute tu augusta madre raquo es la peticioacuten que dirige en un suentildeo el alma de Patroclo a Aquiles peticioacuten que es completamente respetada por el propio Aquiles (Canto XXIII 91-92)

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

Ahora es el momento de honrar a Heacutector tambieacuten muy querido a los dioses liberando su cuerpo y devolvieacutendolo a Troya

Seguacuten el plan de Zeus con el que estaacuten de acuerdo todos los dioses oliacutem-picos Priacuteamo iraacute como suplicante a Aquiles y le ofreceraacute regalos a cambio del cadaacutever Para que se pueda cumplir el plan divino es necesario que se comunique previamente a los dos heacuteroes involucrados5 Ellos al conocer la voluntad de los dioses actuaraacuten de acuerdo con ella los dioses incitan sus acciones pero no actuacutean por ellos En el interior de su tienda Aquiles se encuentra llorando Tetis se sienta a su lado y establece un contacto fiacutesico con eacutel antes de hablarle y los dos mantienen un diaacutelogo muy breve Por su parte Iris llega al palacio de Priacuteamo donde el anciano rey estaacute reiterando el llanto que habiacutea iniciado Priacuteamo la recibe en silencio temblando Sin espe-rar contestacioacuten la diosa se va y Priacuteamo sigue sus instrucciones y consejos sin perder tiempo

Asi habloacute e Iris de pies de raacutefaga fue con el mensajeLlegoacute a casa de Priacuteamo y alliacute no halloacute maacutes que quejas y llantos Los hijos sentados alrededor de su padre dentro del patioteniacutean mojada de laacutegrimas la ropa y el viejo estaba en mediocubierto con un manto que dejaba adivinar su silueta Abundanteestieacutercol envolviacutea la cabeza y el cuello del ancianoque eacutel mismo al revolcarse habia cosechado con sus manos Las hijas y las nueras por las mansiones gimoteabanacordaacutendose de los muchos y valerososque yaciacutean despueacutes de perder la vida a manos de los argivosLa mensajera de Zeus se detuvo junto a Priacuteamo y dijo con voztenue mdashy el temblor se aduentildeoacute de los miembros del ancianomdash(Canto XXIV 159-170)

Heacutecuba aterrorizada con la decisioacuten de su marido le sugiere hacer una liba-cioacuten a Zeus antes de emprender la ruta hacia las naves aqueas A la plegaria de Priacuteamo el dios responde con su aguumlero maacutes positivo y enseguida Priacuteamo y el heraldo se suben al carro cargados de muchos y bellos regalos para Aquiles Tal como habiacutea prometido Iris su camino es facilitado por Hermes quien manteniendo oculta su identidad les acompantildea hasta su llegada a la tienda de Aquiles aseguraacutendose de que ninguno de los aqueos advierta su

5 Tetis (llamada al Olimpo por Iris para que Zeus le informe de su decisioacuten) iraacute al encuentro de Aquiles mientras Iris avisaraacute a Priacuteamo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

presencia

La conversacioacuten del anciano Priacuteamo con el dios es extensa y deja adivinar la duracioacuten del camino que conduce de la ciudad de Troya al campamento aqueo mientras el propio camino no se describe en esta secuencia como tampoco se describe la ciudad o el campamento En cambio se presta aten-cioacuten a las transiciones de un espacio a otro Antes de lanzarnos a lo que viene a ser seguramente el encuentro maacutes peculiar y maacutes pleno de la Iliacuteada el poeta describe meticulosamente los umbrales que hemos de cruzar Por una parte las presencias humanas hay que pasar entre los guardias y los guerrreros que circulan entre las naves a los que Hermes hace adormecer desactivando el peligro que supone su vigilia

Por otra parte las construcciones materiales en el espacio En primera ins-tancia la fosa y el muro que delimitan el territorio de los aqueos en la llanura troyana Priacuteamo cruza ahora con la ayuda del dios la misma fortifi cacioacuten que Heacutector intentoacute y parcialmente logroacute derrumbar en el canto XII A con-tinuacioacuten la tienda de Aquiles cuya estructura se describe con cierta preci-sioacuten desde fuera hacia dentro de manera inversa y complementaria a la de la escena del sacrifi cio de Aquiles a Zeus6 En los dos casos la atencioacuten recae sobre el cerrojo de las puertas un pormenor miacutenimo pero signifi cativo Esta sucesioacuten de espacios diferentes y claramente delimitados funciona como una introduccioacuten gradual al espacio iacutentimo del encuentro Hermes que en los mitos primitivos fi gura como el dios de los liacutemites de los campos y de las fronteras acompantildea a Priacuteamo durante este proceso

Al llegar a las forti icaciones de las naves y a la fosaya los guardias comenzaban a ocuparse de la cenaEl mensajero Argiacutecida vertioacute el suentildeo sobre todos ellos sin excepcioacuten luego abrioacute las puertas y retiroacute las trancase introdujo a Priacuteamo y sus espleacutendidos dones sobre el carromatoCuando llegaron a la tienda del Pelidaelevada que los mirmidones habiacutean fabricado para su soberanotallando vigas de abeto mdashpor encima la habiacutean techado con frondoso cantildeizo recolectado de la praderaalrededor un gran patio habiacutean fabricado para su soberanocon espesas estacas la puerta la sujetaba un uacutenico pasadorde madera de abeto que entre tres aqueos soliacutean encajar

6 Iliacuteada canto XVI 220-256

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

como tres eran los que abriacutean el gran cerrojo de las puertas de no ser Aquiles que era el uacutenico que lo encajaba auacuten solomdashentonces el beneacute ico Hermes se la abrioacute al ancianointrodujo los ilustres regalos para el velociacutepedo Pelidase apeoacute del carro a tierra y exclamoacutelaquoiexclAnciano Yo soy un dios inmortal que aquiacute ha venido soy Hermes Mi padre me ha enviado para que te diera escoltaPero ahora me ireacute de nuevo y no me voy a presentarante las miradas de Aquiles Vituperable seriacuteaque un dios inmortal favorezca tan abiertamente a los mortalesTuacute entra y coge al Pelida de las rodillasy por su padre su madre de hermosos cabellosy su hijo supliacutecale para conmoverle el aacutenimoraquoTras hablar asiacute se alejoacute hacia el vasto OlimpoHermes Y Priacuteamo saltoacute de los caballos a tierray dejoacute alliacute a Ideo que esperaba guardandolos caballos y las mulas El anciano fue derecho a la casadonde Aquiles caro a Zeus residiacutea Lo halloacute dentrosus compantildeeros estaban sentados aparte y soacutelo dosel heacuteroe Automedonte y Aacutelcimo retontildeo de Ares se afanabanen presencia suya presurosos Acababa de dejar el alimentodespueacutes de comer y beber y la mesa auacuten estaba puesta al ladoEntroacute el alto Priacuteamo sin que ellos lo notaran se paroacute cercay estrechoacute las rodillas de Aquiles y le besoacute las manosterribles y homicidas que a tantos hijos suyos habiacutean matadoComo cuando una densa ofuscacioacuten apresa al hombre que mataen la patria a una persona y llega a un pueblo extrantildeoante un hombre acaudalado y el estupor invade a quienes lo venasiacute de estupefacto se quedoacute Aquiles al ver al deiforme PriacuteamoTambieacuten los demaacutes intercambiaron estupefactos sus miradas(Canto XXIV 443-484)

Una vez dentro del patio de Aquiles ya no hay demora Priacuteamo decidido y confi dente entra en la tienda sin compantildeiacutea como suplicante Aquiles no estaacute solo es el momento despueacutes de la cena7 y a su lado se encuentran Aacutelcimo y Automedonte entre otros mirmidones El interior de la tienda no se descri-be Se describen apenas las actividades que tienen lugar en ella y vagamen-te las posiciones relativas entre los personajes Aquiles es identifi cado como

7 Caroline Alexander sentildeala que Aquiles soliacutea compartir estos momentos del diacutea despueacutes de la cena con Patroclo (La guerra que matoacute a Aquiles p 244) En la escena de la embajada Ulises encuentra a Aquiles y Patroclo mientras estaacuten tocando muacutesica y cantando

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

un centro un punto en el espacio al cual se dirige Priacuteamo El anciano rey como todo suplicante toca las rodillas de Aquiles y le besa la mano

Cuando Tetis se presenta a Zeus como suplicante8 se pone de rodillas delan-te suyo y coloca su mano izquierda sobre su rodilla y con su mano derecha toca su barbilla En varias escenas de la Iliacuteada el contacto fiacutesico precede a la comunicacioacuten verbal casi estableciendo la base para ella tal como en otras la distancia entre dos personajes y su gestualidad delimita el campo de su interaccioacuten y es signifi cativa para el entendimiento del diaacutelogo El silencio tambieacuten adquiere una fuerza y un peso especial Priacuteamo se agarra a las ro-dillas de Aquiles y le besa la mano mientras eacutel lo mira estupefacto inmoacutevil en la fuerza de esta imagen el poeta crea aquella unidad bipartita que es el encuentro entre los dos personajes inseparables en el espacio y en el con-tenido de la narracioacuten Las miradas entrecruzadas de los otros personajes que presencian la escena reafi rman este hecho La unidad Aquiles-Priacuteamo se percibe y reconoce como tal y precisamente por eso se aiacutesla del ambiente haciendo posible la aparicioacuten del discurso

Priacuteamo le dirigioacute una suacuteplica diciendo estas palabraslaquoiexclAcueacuterdate de tu padre Aquiles semejante a los diosesque tiene mi misma edad y estaacute en el funesto umbral de la vejezTambieacuten a eacutel los vecinos que habitan alrededor sin duda loatormentan y no hay quien aparte de eacutel la ruina y el estragoSin embargo aquel mientras sigue oyendo que tu estaacutes vivose alegra en el aacutenimo y espera cada diacuteaver a su querido hijo que vuelve de TroyaPero mi desdicha es completa he engendrado los mejores hijosen la ancha Troya y de ellos a irmo que ninguno me quedaCincuenta teniacutea cuando llegaron los hijos de los aqueosdiecinueve me habiacutean nacido de un uacutenico vientrey otras mujeres habiacutean alumbrado en el palacio a los demaacutesA la mayoriacutea el impetuoso Ares les ha doblado las rodillasy el uacutenico que me quedaba y protegiacutea la ciudad y a sus habitanteshace poco lo has matado cuando luchaba en defensa de la patria Heacutector Por eacutel he venido ahora a las naves de los aqueospara rescatarlo de tu poder y te traigo inmensos rescatesRespeta a los dioses Aquiles y ten compasioacuten de miacute

8 laquoAsi habloacute y nada respondioacute Zeus que las nubes acumula | y permanecioacute un rato sentado en silencio Tetis una vez asida | a sus rodillas seguiacutea asiacute agarrada y preguntoacute por segunda vez | laquoDe verdad promeacutetemelo y asiente a ello | o denieacutegalo ya que no cabe el temor en ti asiacute sabreacute bien | hasta queacute punto soy la divinidad maacutes vilipendiada entre todasraquo (Iliacuteada Canto I 511-516)

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

por la memoria de tu padre Yo soy auacuten maacutes digno de piedady he osado hacer lo que ninguacuten terrestre mortal hasta ahora acercar a mi boca la mano del asesino de mi hijoraquoAsiacute habloacute y le infundioacute el deseo de llorar por su padreLe tocoacute la mano y retiroacute con suavidad al ancianoEl recuerdo haciacutea llorar a ambos el uno al homicida Heacutectorlloraba sin pausa postrado ante los pies de Aquiles y Aquiles lloraba por su propio padre y a veces tambieacutenpor Patroclo y los gemidos se elevaban en la estanciaEn cuanto el divino Aquiles estuvo ya satisfecho de llantoy este deseo se alejoacute de sus entrantildeas y de sus miembrosse levantoacute de su asiento y ayudoacute al anciano a incorporarse apiadado de su canosa cabeza y de su canoso mentoacuten(Canto XXIV 485-516)

Priacuteamo empieza su discurso aludiendo a la vejez y evocando a Peleo Emocionado Aquiles toca la mano de su suplicante y le aparta con suavidad Este sutil movimiento del heacuteroe hasta entonces geacutelido e inamovible denota un cambio en la escena una transicioacuten de la suacuteplica al duelo compartido El joven guerrero y el anciano rey arrodillado a los pies del asesino de sus hijos conectados corporalmente y separados en sus recuerdos lloran cada uno a los suyos con mucha intensidad y fuerza Su presencia se apodera del lugar en que estaacuten de manera que en el interior de la tienda de Aquiles sus gemidos adquieren una espesura casi material que envuelve a los dos y ocupa el espacio alrededor de ellos Priacuteamo y Aquiles se encuentran unidos dentro del dolor

En esta secuencia el poema nos recuerda tambieacuten que el deseo del llanto se ubica en el cuerpo tanto en el diafragma como en los miembros y a traveacutes de ellos se expresa directamente La satisfaccioacuten de este deseo por Aquiles marca otro cambio en la narracioacuten eacutel se levanta mientras ayuda a Priacuteamo a levantarse del suelo concluyendo asiacute la escena del llanto Soacutelo cuando los dos esteacuten de pie Aquiles responde a Priacuteamo le ofrece asiento y le intenta tranquilizar y apaciguar el dolor

laquoNada se consigue con el geacutelido llanto que hiela el corazoacuten | Pues lo que los dioses han hilado para los miacuteseros mortales | es vivir entre congojas mientras ellos estaacuten exentos de cuitasraquo9 son las palabras que le dirige alu-

9 Iliacuteada Canto XXIV 524-526 En las palabras de Aquiles resuenan las palabras que Zeus dirigioacute a los caballos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

diendo a los dioses al poderoso hado y al destino de los hombres Respecto a esta escena Rachel Bespaloff escribe laquoTodos los hombres viven en el dolor la verdadera igualdad no tiene otro fundamento Homero ha querido que fuera precisamente el vencedor quien se lo recordara al vencido Para salvar el honor del suplicante pero tambieacuten para descargarse de una penosa res-ponsabilidad Aquiles se oculta tras la fatalidad Priacuteamo recibe en silencio la leccioacuten del asesino de sus hijos [] Circundado por una fatalidad peacutetrea solo le queda convertirse en piedra como Niacuteoberaquo10

Priacuteamo insiste en recuperar a su hijo ofrecer los regalos a Aquiles y concluir su misioacuten Despueacutes de un breve momento de tensioacuten Aquiles se ocupa per-sonalmente de la preparacioacuten y devolucioacuten del cuerpo de Heacutector sale de la tienda con sus fi eles compantildeeros y ofrece asiento al heraldo acompantildeante de Priacuteamo Se muestra especialmente cuidadoso y respetuoso con el cadaacute-ver el mismo cadaacutever que ultrajoacute muacuteltiples veces De los rescates de Priacuteamo deja algunos mantos en el carro para envolver en ellos el cuerpo de Heacutector y ordena a las criadas a bantildearlo limpiarlo ungirlo y vestirlo restituyendo su aspecto bello y noble Eacutel mismo levanta en sus brazos el cadaacutever y ayuda a depositarlo en el carro

laquo[] Mas ea tambieacuten nosotros dos divino anciano cuideacutemonosde la comida Luego podraacutes volver a llorar a tu hijoal entrar en Ilio iexclY seguro que muchas laacutegrimas te causaraacuteraquoDijo y se levantoacute el ligero Aquiles y una caacutendida ovejadegolloacute Sus compantildeeros la desollaron y alintildearon con cuidadoLa trincharon sabiamente y la ensartaron con brochetasla asaron cuidadosamente y retiraron todo del fuegoAutomedonte cogioacute el pan y lo distribuyoacute por la mesaen bellas canastillas y Aquiles repartioacute las tajadas de carneTendieron las manos a los manjares preparados que habiacutea delanteY despueacutes de saciar el apetito de bebida y de comidael Dardaacutenida Priacuteamo se quedoacute mirando a Aquiles admiradode lo alto y bello que era al verlo se pareciacutea a los diosesY tambieacuten Aquiles admiraba al Dardaacutenida Priacuteamoal contemplar su noble aspecto y al oir sus palabrasDespueacutes de recrearse ambos miraacutendose el uno al otrodiacutejole el primero el anciano el deiforme Priacuteamo

inmortales de Aquiles despueacutes de la muerte de Patroclo laquoPues nada hay sin duda maacutes miacutesero que el hombre | de todo cuanto camina y respira sobre la tierraraquo (Iliacuteada canto XVII 446-447)10 De la Iliacuteada p 59

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

laquoProcuacuterame ahora un lecho cuanto antes criatura de Zeus para acostarnos ya y disfrutar bajo el velo del dulce suentildeoPues todaviacutea no se me han cerrado los ojos bajo los paacuterpadosdesde que mi hijo perdioacute la vida a manos tuyasDesde entonces no he parado de gemir y rumiar duelos sin cuentomientras me revuelco en estieeacutecol dentro del cercado del patio Ahora por primera vez he probado el pan y el rutilante vinoha descendido por mi garganta Hasta ahora nada habiacutea catadoraquo(Canto XXIV 618-642)

Habiendo terminado con estos cuidados Aquiles trata a Priacuteamo como co-rresponde a un hueacutesped invitaacutendole a un banquete que eacutel mismo y sus compantildeeros se encargan de preparar Sentados todaviacutea en la mesa con el apetite saciado se observan mutuamente Apesar de ser enemigos estaacuten atrapados en la misma fuerza devastadora de la guerra aquella que les ha hecho perder todo lo que era importante De cerca desde una distancia que no experimentaraacuten otra vez cada uno admira la belleza y la nobleza de los rasgos del otro asombrado En esta escena la Iliacuteada nos plantea de manera clara y sencilla el reconocimiento del enemigo en su plenitud como otro como diferente como igual un reconocimiento tal quizaacutes solo sea posible en la destruccioacuten absoluta

Durante este uacuteltimo encuentro de la Iliacuteada el tiempo se dilata haciendo es-pacio para muchos e importantes acontecimientos dentro de un breve marco temporal Priacuteamo llegoacute a la tienda de Aquiles al fi nal del diacutea despueacutes de la cena entretanto compartieron el llanto y se ocuparon con delicadeza del cuerpo de Heacutector se degolloacute y asoacute una oveja entera y ellos la comieron y bebieron abundante vino Una vez que la voluntad de los dioses acerca del cuerpo de Heacutector ha sido cumplida ellos comparten unos momentos de contemplacioacuten paciacutefi ca Finalmente el ritmo narrativo se acelera de nuevo describiendo con brevedad justo al fi nal de la epopeya los lamentos sobre el cuerpo de Heacutector y sus funerales

En sus uacuteltimos versos la Iliacuteada propone un fi nal alternativo de la guerra de Troya Sin que la disputa inicial haya sido resuelta en el silencio de la tregua y los funerales consecutivos la guerra es la uacutenica gloriosa superviviente

HelenaYorgos Seferis 1953

Teucro A la tierra de Chipre en medio del mar dondeApolo dispuso mi nuevo hogar la llamareacute

Salamina en memoria de mi isla de mi patriaperdida

Helena Jamaacutes estuve en Troya fue un simulacroEl mensajero iquestQueacute dices

iquestEntonces hemos sufrido por una nube(Euriacutepides Helena)

laquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoTiacutemido ruisentildeor escondido en la respiracioacuten de las hojastuacute que regalas la frescura musical del bosquea los cuerpos separados y a las almasde aquellos que saben que no regresaraacutenCiega voz que tanteas en la memoria nocturnapasos y gestos no me atreveriacutea a decir besosy la amarga agitacioacuten de la furiosa cautivalaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoiquestQueacute es Platres iquestQuieacuten conoce esta islaHe pasado mi vida oyendo nombres desconocidosnuevos lugares nuevas locuras de los hombreso de los dioses mi destino que oscila

entre el uacuteltimo golpe de la espada de un Ayaxy una nueva Salamina me trajo aquiacute a esta playaLa luna surgioacute del mar como Afroditaocultoacute las estrellas de Sagitario va ahora a encontrarel corazoacuten de Escorpio y todo lo cambiaiquestDoacutende estaacute la verdadYo tambieacuten fui arquero en la guerrami destino el de un hombre que no dio en el blancoRuisentildeor juglaren una noche como eacutesta en la playa de Proteote escucharon las esclavas espartanas y prorrumpieron en lamentosy entre ellas mdashquieacuten diriacuteamdash iexclHelenaAquella que perseguimos durante antildeos junto al EscamandroEstaba alliacute al borde del desierto la toqueacute me habloacutelaquoNo es verdad no es verdadraquo gritabalaquoNo entreacute en la nave de proa azulNunca piseacute la valiente TroyaraquoCon el coacutencavo corpintildeo el sol en los cabellos y aquel tallesombras y sonrisas por todas partesen los hombros en los muslos en las rodillasfresca la piel y los ojosde largas pestantildeasestaba alliacute a orillas de un DeltaiquestY en TroyaEn Troya nada mdashun simulacroAsiacute lo quisieron los diosesY Paris se acostaba con una sombra como si fuera un cuerpo soacutelidoy nosotros matamos durante diez antildeos por Helena

Un gran dolor habiacutea caiacutedo sobre GreciaTantos cuerpos arrojadosa las fauces del mar a las fauces de la tierratantas almas entregadas como trigo a la piedra de los molinosY los riacuteos se henchiacutean de sangre y de lodopor una onda de lino por una nubepor el aleteo de una mariposa por un plumoacuten de cisnepor una tuacutenica vaciacutea por una HelenaiquestY mi hermanoRuisentildeor ruisentildeor ruisentildeoriquestQueacute es un dios iquestqueacute no es un dios iquestY queacute entre los doslaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoAve llorosa en Chipre la besada por el mardonde fue dispuesto que me acordara de la patriaancleacute soacutelo con esta faacutebulasi en verdad esto es faacutebulasi en verdad los hombres no volveraacuten a morderel viejo cebo de los diosessi en verdad otro Teucro despueacutes de antildeoso alguacuten Ayax o Priacuteamo o Heacutecubao alguacuten desconocido alguien anoacutenimo que sin embargovio un Escamandro rebosante de cadaacuteveresno tiene en su destino oiacuteral mensajero que viene a decirque tanto dolor tanta vidafueron al abismopor una tuacutenica vaciacutea por una Helena

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En la Iliacuteada el espacio se manifi esta por medio de las acciones que trans-curren en eacutel en un determinado momento Las descripciones espaciales aparecen en la medida en que acompantildean los acontecimientos narrados cumpliendo con la funcioacuten de proporcionar un lugar concreto y especiacutefi co para cada episodio Cada espacio representado cada paisaje evocado cada ciudad mencionada en el poema atiende a una necesidad de la historia rela-tada el espacio se abre y se conoce progresivamente Los lectores avanzamos en eacutel movieacutendonos en regiones que engloban a los personajes involucrados sus intenciones sus recuerdos sus discursos y sus acciones en un momento dado Por consiguiente el mundo se percibe se conoce se comprende y se representa por induccioacuten dirigieacutendose desde las partes hacia el todo

La cultura oral en cuyo marco surge la Iliacuteada como expresioacuten artiacutestica estaacute muy vinculada a la realidad corpoacuterea y material de los hechos las viven-cias experimentadas personalmente o transmitidas indirectamente por otras personas la experiencia es la uacutenica fuente de conocimiento El propio pen-samiento arcaico contemporaacuteneo a Homero y posterior a eacutel se basa en la intuicioacuten se entrega a la magia y la poesiacutea mientras mantiene cierta ingenui-dad e inocencia que ante nuestros ojos llega a parecer casi infantil a veces Asimismo el pensamiento de los nintildeos y sus relatos reales o imaginarios tambieacuten conservan un anclaje fuerte y reconocible al cuerpo a la accioacuten y la palabra precisa a la experiencia concreta antes de inscribirse en un ambien-te maacutes amplio o en un marco maacutes abstracto

ESPIRAL UNA REFLEXIOacuteN

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Este trabajo se ha motivado en gran parte por el deseo de comprender la manera como todos nosotros en nuestro diacutea a diacutea entre nuestras acciones cotidianas vivimos entendemos registramos y representamos el espacio que nos rodea relacionaacutendonos con nuestro entorno desde el momento que nacemos hasta el momento de la muerte o todaviacutea despueacutes de eacutesta perma-neciendo siempre en la tierra En el campo de la arquitectura esta compren-sioacuten se considera fundamental para poder avanzar tanto a nivel de teoriacutea como a nivel de intervencioacuten

En la Iliacuteada se ha reconocido una especie de espejo poeacutetico y bello dentro del cual se puede reencontrar con las explicaciones fi losoacutefi cas una fuente de investigacioacuten muy bonita y a la vez muy rica sobre el espacio y sobre el cuerpo Se ha buscado de leer este poema con respeto y sin atravesarlo vio-lentamente pero manteniendo siempre la intencioacuten de mirar a traveacutes de eacutel hacia nosotros mismos nuestros cuerpos y nuestro(s) espacio(s) Muchas de las cuestiones que se han apenas abierto en este trabajo y otras que han ido surgiendo durante el proceso de su elaboracioacuten se pueden seguir tratando en investigaciones futuras

La lectura paralela que se aspiraba proponer entre lo que nos cuenta la Iliacuteada (es decir la manera como lo cuenta) y algunas explicaciones fi losoacutefi -cas sobre todo por parte de la fenomenologiacutea con la intencioacuten de echar luz sobre nuestra relacioacuten con el cuerpo y a traveacutes de eacutel nuestra relacioacuten con el mundo y con los otros ha quedado pendiente Algunas de las preguntas iniciales no han encontrado respuesta algunas se han tenido que reformular otras han suscitado pequentildeos refl ejos o intuiciones mientras se han encon-trado especies de respuestas a preguntas no formuladas y nuevas preguntas han surgido Este trabajo se ha movido en forma de espiral abrieacutendose y cerraacutendose constantemente Ahora es el momento de parar su movimiento y observarlo hasta que comience a moverse de nuevo

Tratar al poema como si fuese respiracioacuten movimiento corporeidad pura Extender el poema en el espacio Espacio emergente a partir de un

movimiento Estructura del poema El poema como estructura en devenir Acontecimiento El poema es un cuerpo que busca su forma un cuerpo

que quiere construirse estructurarse a siacute mismo La lectura del poema es el desdoblamiento inverso de este movimiento estructural Dibujar el poema

Bailar el poema No se trata de contenidos ni de signifi cados sino del poema en siacute del poema como acontecimiento que signifi ca por siacute mismo El poema en su totalidad es un gesto un acto un intento de abarcar y recoger

el mundo la experiencia la vida Analizar este gesto Acotarlo medirlo trazarlo Cartografi arlo Coreografi arlo

El poema como organismo El poema como personaje

Domar el poema El poema este pequentildeo animal salvaje se tiene que domesticar Antes de poder entenderlo necesito domarlo encontrarme

con eacutel interactuar con eacutel acariciarlo ser su amiga dejarlo invadir mi vida Poema quiero conocerte

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Canto I Tierra y Cielo

Un episodio del pasado Crises quiere rescatar a su hija Agamenoacuten lo disres-peta La furia de Apolo En el campamento aqueo aquiacute y ahora Agamenoacuten empieza la reunioacuten Aquiles y Agamenoacuten Un enfrentamiento difiacutecil una disputa casi violenta En medio una mujer la autoridad el poder la riqueza y la fuerza Amenazas Atenea enviada por Hera se presenta a Aquiles y soacutelo a eacutel Se evita la pelea sangrienta Atenea se va En la reunioacuten de nuevo Aquiles y Agamenoacuten sentados lejos El sabio Neacutestor entre ellos toma la palabra Segundo ciclo de amenazas Los dos se separan defi nitivamente La entrega de Briseida a Agamenoacuten y Aquiles pensando en la orilla del mar Soledad y tristeza Tetis y Aquiles Tensioacuten Carintildeo Pausa Ulises y la devo-lucioacuten de Criseida a su padre Sacrifi cio y banquete Doce diacuteas Tetis y Zeus Hera Reunioacuten de dioses Hera y Zeus Hefesto Banquete divino y muacutesica La noche en el Olimpo

Canto II Un engantildeo necesario

Zeus Ensuentildeo y el suentildeo de Agamenoacuten El futuro que no seraacute Consejo de ancianos y asamblea de aqueos La trampa y su aprobacioacuten por Neacutestor El discurso de Agamenoacuten y la propuesta de retroceso El deseo de volver Hera y Atenea la conspiracioacuten divina Atenea aparece a Ulises animaacutendole y Ulises se activa Cara a cara los guerreros se convencen uno despueacutes de otro Ulises y Tersites Tersites y Agamenoacuten La intervencioacuten de Ulises apo-yado por Atenea Salto al pasado la previsioacuten de Calcante nueve antildeos de guerra dura y victoria en el deacutecimo Sacrifi cios a Zeus la plegaria no cum-plida el banquete y el inicio del atentado Atenea animando a los aqueos Invocacioacuten del poeta a las Musas y el cataacutelogo de naves territorios pueblos y jefes que participan Aquiles jefe de los mirmidones y sus cincuenta naves paradas La marcha de las tropas Iris con la voz de Polites lleva la noticia a Troya Iris y Heacutector jefe de los troyanos Mencioacuten de los aliados

Canto III Por Helena

Troyanos y aqueos en el campo de batalla Menelao y Paris El retroceso Heacutector y Paris Las insultas entre hermanos Una propuesta de acuerdo Por Helena un enfrentamiento en duelo entre Paris y Menelao Entre aqueos y troyanos la paz Sacrifi cios y juramentos Dos corderos y otro maacutes Priacuteamo Iris lleva la noticia a Helena mientras ella teje los sufrimientos que causoacute

APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

en troyanos y aqueos Entre laacutegrimas Helena se dirige a las puertas Esceas Los ancianos y el impacto de Helena Priacuteamo y Helena Reconocimiento de los guerreros aqueos Agamenoacuten Ulises Menelao Anteacutenor entre Helena y Priacuteamo Ayante Idomeneo El heraldo Ideo Priacuteamo entre troyanos y aqueos convalida los juramentos de Agamenoacuten Priacuteamo de vuelta a Troya Heacutector y Ulises acotan el campo Paris y Menelao El duelo y la intervencioacuten de Afrodita Afrodita y Helena Helena y Paris

Canto IV Del Olimpo a Troya

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Zeus y Hera Discusioacuten La mirada dirigida a Troya y Atenea enviada a Troya para incitar la continuacioacuten de la guerra El impacto Atenea y Pandaro Pandaro y Menelao Atenea y Menelao Menelao y Agamenoacuten el amor entre hermanos el terror y la recuperacioacuten del aacutenimo El tratamiento de la herida La narracioacuten en movimiento Agamenoacuten a pie se mueve entre los aqueos Encuentros varios Ayantes Neacutestor y la estra-tegia Ulises Diomedes y la responsabilidad de Agamenoacuten El avanzar de las tropas Silencio y velocidad para los daacutenaos bullicio y diversas lenguas para los troyanos Construccioacuten del paisaje sonoro de la guerra El enfrenta-miento Acercarse unirse antes de matarse Batalla sobre el cuerpo muerto La victoria de los aqueos y Apolo animando a los troyanos aludiendo a la ausencia de Aquiles El fi nal de la batalla los enemigos todos derrotados indistintamente

Canto V Coreografiacutea de una batalla

Atenea a Diomedes iquestPor queacute Diomedes Ceder la fuerza dotar de valentiacutea Diomedes Figeo Ideo Acercarse para matarse Atenea y Aris abandonan el campo de batalla Primero Agamenoacuten mata a Odio a continuacioacuten se pre-senta una secuencia de duelos mortiacuteferos De vuelta con Diomedes Pandaro y la herida de Diomedes Diomedes reza invocando a Atenea la proteccioacuten divina Rivalidad entre dioses y manipulacioacuten Eneas y Pandaro Refl exioacuten y estrategia Esteacutenelo y Diomedes La otra estrategia Pandaro y Diomedes Diomedes y Eneas Afrodita Diomedes y Afrodita Apolo Iris Olimpo El sufrimiento de los dioses Apolo y Eneas Apolo y Ares Ares apoyando a los troyanos aprovechando la ausencia de Atenea Menelao Heacutector y su impacto a Diomedes Tlepoacutelemo Ulises Heacutector y Ares Hera y Atenea la preparacioacuten de las diosas y el permiso de Zeus Atenea planea vengarse de Ares a traveacutes de Diomedes La vuelta del herido Ares al Olimpo y la restau-

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

racioacuten de un orden

Canto VI Fuera de la guerra Dentro de la guerra

De vuelta a la batalla Duelos sucesivos el triunfo de los aqueos Menelao y Adrasto Agamenoacuten De la suacuteplica y la piedad a la frialdad y crueldad del combate Elaboracioacuten de estrategias Neacutestor para los aqueos Heleno para los troyanos El miedo a Diomedes Diomedes y Glauco laquoComo el linaje de las hojas tal es tambieacuten el de los hombresraquo Compromiso de no matarse e intercambio de armas Heacutector se dirige a Troya En el palacio de Priacuteamo Heacutector y Heacutecuba Heacutector y Paris Helena y Heacutector Heacutector y Androacutemaca en la muralla de Troya Los valores ciacutevicos la familia y la obligacioacuten moral del guerrero iquestProteger la familia o defender la ciudad Escamandro La risa La desesperacioacuten La despedida Androacutemaca desconsolada Heacutector y Paris Reconciliacioacuten fraterna y entrada en el campo de batalla

Canto VII Coser la simetriacutea

Heacutector y Paris de vuelta a la batalla Atenea y Apolo El acuerdo de parar el combate una paz provisoria iquestCoacutemo llegar a la paz Heacutector desafiacuteo duelo Heleno Heleno y la voluntad de los dioses Heleno y Heacutector Heacutector entre las tropas Agamenoacuten parando las tropas Guerreros sentados inmovili-dad Dioses Heacutector el desafiacuteo y los teacuterminos Miedo y silencio Menelao Agamenoacuten y Menelao Neacutestor evocacioacuten de un pasado heroico Nueve guerreros animados El sorteo Preescritura Voluntad y resultado Ayante Ayante y Heacutector Evolucioacuten de un duelo Acercamiento aumento del contac-to Ideo y Taltibio Obedecer a la noche Tregua Aqueos Troyanos Enterrar los muertos Construir muralla Los dioses observadores Banquete y ban-quete Zeus Descansar recibir el regalo del suentildeo

Canto VIII Del amanecer al amanecer

Amanecer en Troya amanecer en el mundo Continuacioacuten de la batalla y re-unioacuten de dioses de nuevo Zeus preside de la reunioacuten e impone su voluntad por medio de su poder La batalla debe transcurrir sin intervencioacuten divina Despertar desayuno y preparacioacuten Armas lanzas y respiraciones coinciden en un mismo sitio El recorrido del Sol y la evolucioacuten de la batalla la balanza de Zeus y su rayo dirigido hacia los aqueos Heacutector y Diomedes enfrenta-miento y estrategias de ataque La derrota de los aqueos Hera y el inten-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

to (en vano) de ayudar a los daacutenaos La derrota continuacutea Segundo intento de ayuda Hera y Atenea la intervencioacuten de Zeus y el retiro de las diosas Previsioacuten de la muerte de Patroclo y de la vuelta de Aquiles al terreno del combate Puesta de sol estrategias de ataque fuegos troyanos y sacrifi cios ricos A la espera de la Aurora

Canto IX Nada importa tanto cuanto mi vida

Agamenoacuten Reunioacuten de aqueos en paacutenico Decepcioacuten por el engantildeo de Zeus y propuesta de volver a la tierra patria Diomedes y Agamenoacuten Discusioacuten Intervencioacuten de Neacutestor discurso inclusivo Necesidad de unioacuten en situacioacuten de peligro Banquete en la tienda de Agamenoacuten Estrategias para conseguir la vuelta de Aquiles al combate Agamenoacuten y los regalos prometidos Neacutestor y la embajada Feacutenix Ayante y Ulises Odio y Euriacutebates Sacrifi cios La lle-gada de la embajada Aquiles tocando muacutesica y cantando acompantildeado por Patroclo presencia en silencio Bienvenidas y palabras amistosas Vino y carne asada El discurso de Ulises y las ofertas a Aquiles a cambio de su participacioacuten en la guerra bienes materiales riqueza siete mujeres-premio Briseacuteida de vuelta veinte mujeres troyanas una hija de Agamenoacuten como esposa Negativa rotunda laquoPara mi nada hay que equivalga a la vidaraquo Largo discurso de Feacutenix Ayante Aquiles la ira irrevocable La vuelta de la embajada Agamenoacuten Desconcierto Diomedes A la espera de la Aurora para retomar la accioacuten

Canto X Espionaje mutuo

Noche avanzada En el campamento aqueo el insomnio de Agamenoacuten Agamenoacuten y Menelao preocupacioacuten y necesidad de reunioacuten Ayante Idomeneo Neacutestor Agamenoacuten y Neacutestor La esperanza reside en la reincor-poracioacuten de Aquiles Diomedes Ayante el hijo de Fileo Guerreros desper-taacutendose vistieacutendose y armaacutendose Meriacuteones y el hijo de Neacutestor Reunioacuten Diomedes y su elegido Ulises el espionaje Entre las liacuteneas de los troyanos Doloacuten se elige para espiar a los aqueos a cambio de regalos Diomedes y Ulises Doloacuten La trampa Plegaria a Atenea Diomedes y Ulises penetrando en el campamento troyano Reso Masacre Los caballos preciosos Atenea y Apolo Paacutenico entre los troyanos Ulises Diomedes y los caballos de vuelta a las naves aqueas Alivio y felicidad Bantildeo en el mar vino comida y sacri-fi cios a Atenea

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XI El comienzo de su desgracia

Aurora Zeus Eris el deseo de la guerra a las naves aqueas El armamento de Agamenoacuten Liacuteneas enemigas La lluvia de sangre de Zeus Muertes suce-sivas Eris sola entre los dioses el placer del combate Agamenoacuten rabioso destrozando a los troyanos Huida hacia las puertas Esceas Iris la mensajera de Zeus comunica a Heacutector la estrategia divina Agamenoacuten e Ifi damante Cooacuten y Agamenoacuten La herida sangre caliente la aparicioacuten del dolor en el cuerpo Retroceso Heacutector el ataque Diomedes y Ulises Apolo y la salva-cioacuten de Heacutector Alejandro y Diomedes Ulises solo en el campo de batalla matar o ser muerto Soco y Ulises Atenea La herida de Ulises y la muerte de Soco Los troyanos alrededor de Ulises los gritos del heacuteroe Menelao y Ayante Alejandro y Macaoacuten Zeus El retroceso de Ayante Neacutestor y Macaoacuten Aquiles Patroclo En la tienda de Neacutestor el discurso del anciano y el consejo terrible a Patroclo De vuelta a la tienda de Aquiles Patroclo y Euriacutepilo

Canto XII Construcciones efiacutemeras

Continuacioacuten de la batalla Escenario el muro y la fosa de los aqueos alre-dedor de las naves La futura destruccioacuten del escenario por Posidoacuten y Apolo Los argivas dentro paacutenico y desesperacioacuten Fuera Polidamante y Heacutector Organizacioacuten y reagrupacioacuten de los troyanos en cinco bloques Ataque a pie Asio Hirtaacutecida Polipetes y Leonteo en las puertas a la defensa El aguumlero de Zeus un aacuteguila y una serpiente Polidamante y Heacutector laquoEl mejor aguumlero y el uacutenico es luchar en defensa de la patriaraquo Intento de destruccioacuten de la mu-ralla Ayantes resistencia y aacutenimos a los aqueos Lanzamiento de piedras Sarpedoacuten a Glauco la muerte destino comuacuten Menesteo Tootes Ayantes Teucro Ayante y Epicles Teucro y Glauco Sarpedoacuten La muralla como arma la muralla como medio La sangre sobre torres y almenas sangre de todos El impulso de Zeus a Heacutector el grito la piedra la puerta rota Heacutector y los troyanos dentro de la muralla

Canto XIII Invasioacuten

La mirada de Zeus desviada hacia otros pueblos y el territorio atravesado por Posidoacuten que se dirige a Troya para animar a los daacutenaos El dios disfra-zado de Calcante aparece a los Ayantes y enseguida a los demaacutes valientes guerreros Batallones soacutelidos laquobroquel en broquel casco en casco hombre en hombreraquo El avanzar de los troyanos Enfrentamiento violento muer-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tes sangrientas Decapitacioacuten de Imbrio la cabeza en el suelo objeto inaacute-nime Idomeneo y Meriacuteones Valentiacutea Zeus y Posidoacuten Duelos sucesivos Alrededor de Alcaacutetoo Alrededor de Ascaacutelafo Deiacutefobo herido por Meriacuteones y retirado del combate por Polites Heacuteleno y Deiacutepiro el yelmo errante sobre la tierra Menelao y Pisandro Las zonas de la batalla en las naves Heacutector Polidamante y Heacutector Heacutector y Paris Continuacioacuten del enfrentamiento y gritos heroicos

Canto XIV El engantildeo de Zeus

La batalla en las naves continuacutea y los aqueos estaacuten desesperados Neacutestor y Agamenoacuten Ulises y Agamenoacuten Diomedes Agamenoacuten Ulises y Neacutestor Posidoacuten a Agamenoacuten Hera Seduccioacuten de Zeus Hera acicalaacutendose en el pa-lacio encerrada en su habitacioacuten Hera y Afrodita los hechizos del amor y del deseo Territorio y movimiento divino atravesar la tierra como si fuese un mapa Suentildeo Adormecer a Zeus y Pasiacutetea Hera y Suentildeo hacia Ida Hera y Zeus El deseo de hacer el amor el tapiz de blanda yerba y la nube aacuteurea Suentildeo y Posidoacuten el apoyo a los daacutenaos Continuacioacuten de la batalla Heacutector y Ayante Telamonio Heacutector tendido en el polvo Los aliados alrededor del herido Heacutector se aleja del campo de batalla Duelos muertes sucesivas y hazantildeas heroicas

Canto XV Mientras tanto junto a las naves

Heacutector herido inconsciente Zeus enojado con Hera engantildeo y reconciliacioacuten Hera en el Olimpo El plan de Zeus para la guerra honrar a Aquiles Patroclo en el combate Heacutector y Patroclo la venganza de Aquiles posible conquis-ta de Ilion Reacciones de los dioses oliacutempicos Iris y Posidoacuten el enojo del dios y su retiro Apolo animando a Heacutector Continuacioacuten de la batalla en las naves la difiacutecil resistencia de los aqueos La plegaria de Neacutestor a Zeus Patroclo en la tienda de Euriacutepilo distraccioacuten y cuidados meacutedicos Patroclo se dirige a Aquiles Ayante y Caleacutetor Heacutector y Ayante Licofroacuten Teucro Batalla cuerpo a cuerpo Heacutector la voluntad de Zeus consejos a sus gue-rreros Ayante aacutenimos a los suyos Zeus el furor de Heacutector la huida de los daacutenaos Neacutestor Atenea Ayante Aacutespera batalla sangre y heridas Heacutector la popa de una nave el fuego Ayante la defensa de las naves laquola solucioacuten estaacute en las manosraquo

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XVI La muerte de Patroclo

Patroclo en la tienda de Aquiles negras laacutegrimas Aquiles y Patroclo Aquiles se desprende gradualmente de su coacutelera y aconseja a Patroclo El deseo de salvarse ellos dos solos de la guerra Ayante el plan de Zeus y el inicio del fuego Patroclo la armadura de Aquiles la preparacioacuten de la tropa por Aquiles Patroclo y Automedonte delante Aquiles la tienda la copa y el sa-crifi cio a Zeus La entrada de los mirmidones en la lucha la recuperacioacuten del aacutenimo Patroclo expulsa a los troyanos de las naves y hace que se apague el fuego Contraataque y los troyanos cediendo espacio Duelos consecutivos y muertes sangrientas Ayante y Heacutector la huida de los troyanos Los caballos cruzando la fosa Las hazantildeas de Patroclo Sarpedoacuten El dilema de Zeus Hera Patroclo y Sarpedoacuten Sarpedoacuten a Glauco Alrededor de Sarpedoacuten Heacutector y los troyanos Patroclo y los aqueos La noche de Zeus Heacutector y Epigeo Patroclo y Estenelao Retrcoceso de los troyanos Zeus Apolo el cuerpo de Sarpedoacuten Patroclo y Apolo en la muralla Apolo y Heacutector Patroclo Cebriacuteones Alrededor de Cebriacuteones Apolo despoja a Patroclo de su armadura Euforbo le clava la pica por detraacutes Heacutector y Patroclo La huida de los caballos inmortales

Canto XVII Alrededor del cuerpo muerto

Patroclo inaacutenime Menelao se acerca al verlo tumbado en el polvo Menelao y Euforbo Apolo Heacutector Menelao la ayuda de Ayante Heacutector retroce-diendo con la armadura de Patroclo Glauco y Heacutector Heacutector cambia de armas y vuelve a la batalla con las armas de Aquiles Zeus Ares Heacutector Ayante y Menelao El grito de la guerra Ayante Oileo Idomeneo Meriacuteones Batalla Ayante luchar de cerca alrededor del cuerpo Duro esfuerzo al-rededor del cuerpo contradiccioacuten con el resto del campo Los caballos inmortales inmoacuteviles apartados la cabeza en el suelo laacutegrimas Zeus los ca-ballos Automedonte Alcimedonte Heacutector y Eneas Automedonte y Areto Alrededor de Patroclo de nuevo Atenea enviada por Zeus cambio de ba-lanza Zeus tomando la fi gura de Feacutenix aparece a Menelao Atenea Apolo a Heacutector La victoria a los troyanos Menelao y Ayante Menelao a Antiacuteloco la terrible noticia Laacutegrimas Antiacuteloco hacia Aquiles Menelao Ayantes Meriacuteones iquestCoacutemo salvar al cuerpo de Patroclo Transportacioacuten del cadaacutever y continuacioacuten del combate

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XVIII Aquiles y el escudo

Antiacuteloco y Aquiles Duelo y lamentos Tetis Las armas de Hefesto Iris y Aquiles Hera Aquiles tres alaridos desde la fosa Retroceso de los troyanos la llegada del cuerpo de Patroclo a las naves La noche generada por Hera Heacutector y asamblea de troyanos El llanto por Patroclo Aquiles Venganza Lavar las heridas del cuerpo Tetis y Hefesto Las desgracias de Tetis afl ic-cioacuten La necesidad de una armadura para Aquiles El escudo Cinco laacuteminas La tierra el cielo el mar el sol la luna los astros Dos ciudades Escenas de guerra y paz naturaleza animales hombres El mundo en el escudo La coraza el casco las grebas Tetis desciende del Olimpo con las armas

Canto XIX Reconciliarse antes de armarse

Aurora El lamento de Aquiles abrazado al cuerpo de Patroclo Tetis y Aquiles la armadura nueva proteccioacuten del cadaacutever consejos Diomedes Ulises y Agamenoacuten estaacuten presentes en la asamblea de los aqueos convocada por Aquiles Aquiles la renuncia de la coacutelera Agamenoacuten la culpa es de los dioses Zeus y la Ofuscacioacuten alusioacuten al mito Reconciliacioacuten Debate entre Aquiles Agamenoacuten y Ulises la furia el combate los regalos prometidos el hambre la fuerza el duelo por los muertos Agamenoacuten sacrifi cando un jabaliacute jura no haberse acostado con Briseida En la tienda de Aquiles el la-mento de Briseida sobre el cuerpo de Patroclo La negacioacuten de Aquiles a comer duelo en compantildeiacutea de Agamenoacuten Menelao Ulises Neacutestor Idomeneo y Feacutenix Atenea motivada por Zeus da neacutectar y ambrosiacutea a Aquiles Los aqueos armaacutendose espesura Automedonte Aacutelcimo los caballos de Peleo Antes de entrar en la batalla Janto preveacute a Aquiles su muerte por un dios y un hombre

Canto XX Manos llenas de sangre

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Posidoacuten y Zeus Zeus laquorecreando la muerte en el espectaculoraquo y separacioacuten de los dioses en dos bandos Hera Atenea Posidoacuten Hermes y Hefesto con los aqueos Ares Apolo Aacutertemis Leto el riacuteo Janto y Afrodita con los troyanos Los aullidos de Atenea y Ares Duelos de dioses Apolo a Eneas Hera Posidoacuten y Atenea observan desde fuera preparados para protejer a Aquiles Eneas y Aquiles disputa verbal y duelo La estructura del escudo de Aquiles Posidoacuten salva a Eneas Aquiles anima a los aqueos Heacutector a los troyanos Apolo advierte a Heacutector Aquiles elimina

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

a Ifi tioacuten Demoleonte Hipodamante y Polidoro hermano de Heacutector Heacutector y Aquiles primer enfrentamiento resuelto por Apolo y Atenea Las viacutecti-mas de Aquiles Driacuteope Demuco Laoacutegono y Daacuterdano Tros Mulio Equeclo Deucalioacuten Rigmo Areiacutetoo

Canto XXI Perseguido por los dioses

Al lado del riacuteo Escamandro Aquiles divide a los troyanos en dos unos atra-pados en la corriente otros detenidos por Hera en la llanura Sin caballos y despojaacutendose de su lanza Aquiles empieza a matar dentro del riacuteo con su daga Doce muchachos capturados vivos por Patroclo Aquiles y Licaoacuten una suacuteplica en vano La muerte de Patroclo el cambio en Aquiles Asteropeo y Aquiles Linajes y ultraje del cadaacutever En la orilla Aquiles contra los peo-nios Personifi cacioacuten del riacuteo el cauce lleno de cadaacuteveres Aquiles ignora la advertencia de Escamandro y empieza la persecucioacuten Aquiles supli-ca a Zeus Posidoacuten y Atenea le garantizan la gloria La llanura inundada Escamandro y Simoente Hera y Hefesto el fuego en el riacuteo Teomaquiacutea Zeus gozando del enfrentamiento de los dioses Ares y Atenea Afrodita Hera Atenea y Afrodita Posidoacuten y Apolo Aacutertemis y Apolo Hera y Aacutertemis Hermes y Leto Aacutertemis en los brazos de Zeus Apolo en Troya Priacuteamo insta a los troyanos a refugiarse abriendo las puertas de la ciudad El impulso de Apolo a Ageacutenor Ageacutenor y Aquiles Apolo su tuacutepida bruma y la persecucioacuten de Aquiles por el dios disfrazado en Ageacutenor Lejos de la ciudad hacia el riacuteo

Canto XXII El uacuteltimo duelo

Heacutector el uacutenico troyano fuera de la muralla Aquiles se precipita hacia Troya decepcionado con la burla del dios Priacuteamo y Heacutecuba atemorizados suplican a Heacutector los cabellos arrancados del padre los senos de la madre El soliloquio de Heacutector Aquiles y Heacutector el comienzo de la persecucioacuten laquocorriacutean por la vida de Hector domador de caballosraquo Tres vueltas alrede-dor de la ciudad Zeus y Atenea Atenea en la tierra Apolo La balanza de Zeus Atenea coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector La fi gura de Deiacutefobo Heacutector recuperando el aacutenimo se acerca a Aquiles Negociacioacuten por el cuerpo muerto Las picas Aquiles a Heacutector Heacutector a Aquiles El engantildeo de la diosa Las espadas estudio del cuerpo muerte en contacto En el momento de la muerte crueldad verbal Ultrajar el cadaacutever arrastrar el cadaacutever Mientras ellos se alejan en la muralla de Troya se multiplican los lamentos Priacuteamo Heacutecuba Androacutemaca

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XXIII Los funerales de Patroclo

Aquiles y sus compantildeeros en el campamento aqueo Llorar a Patroclo tres vueltas con los caballos alrededor del cadaacutever Aquiles las manos sobre el pecho de Patroclo contacto fiacutesico con el muerto querido y ultraje del cadaacutever del enemigo Banquete fuacutenebre al lado de la nave Aquiles a Agamenoacuten No lavarse antes del funeral En la orilla del mar el suentildeo de Aquiles El alma de Patroclo y el olvido La Aurora lentildea para la pira La cabellera de Aquiles depositada en las manos de Patroclo La pira ritos funerarios Sacrifi cios cuatro caballos dos perros doce joacutevenes troyanos Afrodita y Apolo la pro-teccioacuten del cadaacutever de Heacutector Despueacutes de una noche lamentaacutendose al lado de la pira Aquiles adormece con la llegada de la aurora Recoger y guardar los huesos de Patroclo hasta la muerte de Aquiles Certamen en honor de Patroclo se proclama la competicioacuten y los premios a ganar y en seguida se presentan los heacuteroes que quieren participar En las competiciones las activi-dades humanas como medida del espacio

Canto XXIV Por el cuerpo de Heacutector

En la orilla del mar la noche Aquiles el recuerdo de Patroclo insomnio y laacutegrimas la aparicioacuten de la Aurora Tres vueltas alrededor del tuacutemulo arras-trando al cuerpo de Heacutector con el carro La duodeacutecima aurora intervencioacuten de Apolo Hera Zeus Iris a Tetis Tetis en el Olimpo El plan de Zeus para el rescate de Heacutector Tetis y Aquiles Iris y Priacuteamo la proteccioacuten de Hermes Priacuteamo y Heacutecuba Los nueve hijos de Priacuteamo Preparacioacuten plegaria a Zeus y aguumlero positivo Priacuteamo e Ideo Hermes el joven Llegando al campamen-to el suentildeo del dios envuelve a los aqueos hasta la entrada en la tienda de Aquiles Hermes tras revelar su identidad aconseja a Priacuteamo y se retira Priacuteamo y Aquiles las rodillas las manos homicidas la suacuteplica el estupor Alusioacuten a la vejez al padre El llanto comuacuten uno por Heacutector otro por Peleo y Patroclo Aquiles Automedonte y Aacutelcimo Aceptar los rescates lavar al cuerpo de Heacutector Aquiles y Priacuteamo preparacioacuten de la cena Admiracioacuten mutua los lechos los diacuteas necesarios para el entierro y continuacioacuten de la guerra al duodeacutecimo diacutea si necesario Aquiles y Briseida Hermes a Priacuteamo el miedo de Agamenoacuten Hermes Priacuteamo y Automedonte de vuelta a Troya con el cuerpo de Heacutector Casandra El duelo de los troyanos en las puertas Esceas Androacutemaca Heacutecuba Helena Lentildea para la pira funeral y banquete funerario

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bibliografiacutea consultada

ALEXANDER Caroline La guerra que matoacute a Aquiles la verdadera historia de la Iliacuteada Barcelona Acantilado 2015

AREND Hannah On violence Massachusetts Houghton Miffl in Harcourt 1970

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nota Los versos de la Iliacuteada citados en este trabajo pertenecen a esta edicioacuten

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Page 7: C ENCUENTRO EN LA LÍADA

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

al mundo En la Iliacuteada Androacutemaca tambieacuten permanece en el interior del palacio de Priacuteamo tejiendo mientras en la Odisea Peneacutelope espera a Ulises en Iacutetaca hilando y deshilando pacientemente durante 20 antildeos

Helena recibe a Iris-Laodica en silencio sin pronunciar ni una palabra Encerrada en su quietud hundida en suprema soledad Helena sale lloran-do de su habitacioacuten y se encamina hacia la muralla de la ciudad en busca de la fi gura de Menelao La presencia de las criadas que la acompantildean apenas resalta su desolacioacuten ya que en su destino uacutenico se encuentra irremediable-mente sola

Desde el mito hasta la actualidad ella es reconocida y recordada por la belle-za casi divina de su cuerpo y su rostro y la desgracia que esta belleza causoacute a partir del momento en que Helena se fue a Troya con Paris1 iniciando com-bate beacutelico maacutes notorio de la antiguumledad Estos dos atributos inseparables y muchas veces misteriosamente asociados en las culturas antiguas la belleza y la desgracia atraviesan a Helena la cosifi can en la conciencia de todos Ella es el desencadenante de la guerra ella es tambieacuten su premio se convierte en un siacutembolo una fi gura abstracta un fantasma una idea ella misma La persona la mujer que ella es cede bajo el peso de esta responsabilidad des-aparece y se diluye en el papel que le ha sido otorgado Helena al fi n y al cabo es un nombre el nombre de una persona vaciada de su interior cuya identidad es concebida y entendida puramente desde el exterior

En la parte superior de la muralla de Troya Helena va caminando Su fiacutesico nunca se describe en la Iliacuteada pero la podemos siempre visualizar a traveacutes de los ojos de otros a traveacutes de su refl ejo en ellos En esta escena son los ancianos de la ciudad los que la contemplan por nosotros No le dirigen di-rectamente la mirada ni muchiacutesimo menos la palabra se limitan a admirar su belleza conversando entre ellos en voz baja maldicieacutendola por el sufri-miento de su pueblo El desprecio que manifi estan hacia ella anula su exis-tencia aquiacute y ahora Dado que Helena no es reconocida por los otros y no interactuacutea con ellos no puede existir como sujeto En teacuterminos de Martin Buber diriacuteamos que Helena no forma parte de ninguna relacioacuten Yo-Tuacute por lo que su existencia se cuestiona quedaacutendose suspendida ldquoAl comienzo es

1 Las versiones e interpretaciones sobre este hecho son muy variadas y abren un abanico de posibilidades que oscilan entre el secuestro violento por Paris y el abandono del hogar miceacutenico por Helena en plena voluntad incluyendo diversas variacones y matices intermedios En la tragedia Helena de Euriacutepides por ejemplo los dioses enviacutean a Troya un fantasma un simulacro mientras ella se encuentra a salvo muy lejos (lejos de Troya y lejos de su patria)

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

la relacioacuten como categoriacutea del ser una disposicioacuten de acogida un conti-nente una pauta para el alma es el a priori de la relacioacuten el Tuacute innatordquo2 A ella se le trata como a un Ello una existencia cosifi cada a quien se acude de manera instrumental

laquoNo es extrantildeo que troyanos y aqueos de buenas grebaspor una mujer tal esteacuten padeciendo duraderos dolorestremendo es su parecido con las inmortales diosas al mirarlaPero auacuten siendo tal como es que regrese en las navesy no deje futura calamidad para nosotros y nuestros hijosraquoAsiacute hablaban y Priacuteamo alzando la voz llamoacute a HelenalaquoVen aquiacute hija querida y sieacutentate ante miacute y veraacutesa tu anterior marido a tus parientes poliacuteticos y a tus amigosPara miacute tuacute no eres culpable de nada los causantes son los diosesque trajeron esta guerra fuente de laacutegrimas contra los aqueosAsiacute podraacutes decirme ademaacutes el nombre de ese monstruoso guerreroiquestQuieacuten es ese guerrero aqueo noble y altoCierto que hay otros maacutes altos que hasta le sacan la cabezapero hasta ahora no he visto en mis ojos a nadie tan belloni tan majestuoso Lo digo porque parece un reyraquoRespondioacutele Helena de casta de Zeus entre las mujereslaquoPudor me inspiras querido suegro y respeto tambieacuteniexclOjalaacute la cruel muerte me hubiera sido grata cuando aquiacutevine en compantildeiacutea de tu hijo abandonando taacutelamo y hermanosa mi nintildea tiernamente amada y a la querida gente de mi edadMas eso no ocurrioacute y por eso estoy consumida de llorarTe voy a decir eso que me preguntas e inquieresese es el Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominiosa la vez buen rey y esforzado lanceroEra mi cuntildeado de miacute cara de perra si eso alguna vez sucedioacuteraquo(Canto III 156-180)

Los ancianos sentados en un punto fi jo contemplan a Helena quien estaacute caminando mientras (la narracioacuten y) nosotros la seguimos desde el interior del palacio hasta la muralla pero la invitacioacuten de Priacuteamo abre un lugar a su lado para su presencia Aparte de Heacutector con quien Helena mantiene una relacioacuten de amistad y carintildeo3 Priacuteamo es posiblemete la uacutenica persona que

2 Yo y Tuacute p 253 laquoEstas palabras tejen entre Heacutector y Helena una complicidad mucho maacutes que fraternal incluso ante un fu-turo incierto Con esa infalible intuicioacuten de las relaciones verdaderas entre los seres y ese acento de intimidad del que nadie ha sabido encontrar jamaacutes el secreto Homero revela sin traicionarla la amistad que por lo me-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

establece una conversacioacuten con ella dirigieacutendole tiernas y reconfortantes pa-labras en lugar de amenazas y maldiciones

Priacuteamo declara que para eacutel no es Helena quien tiene la culpa de esta guerra que tanto sufrimiento ha causado sino los dioses los terribles y manipulado-res dioses del Olimpo Sin embargo esta afi rmacioacuten no parece ser sufi ciente para apaciguar el desespero de Helena apenas toma la palabra despliega su lamento en el cual alcanza a manifestarse un pequentildeo punto de interio-ridad Ausente de siacute misma y alienada de su propia existencia al lado de Priacuteamo mientras contempla la llanura donde estaacuten luchando aqueos y tro-yanos Helena se permite expresar aunque momentaacuteneamente4 Responde a la pregunta de Priacuteamo pero en seguida vuelve a referirse a siacute misma y a su desgracia Sobrepasada por su situacioacuten existencial no puede contener su afl iccioacuten

laquoEra mi cuntildeadoraquo es la frase con la cual Helena concluye el reconocimiento de Agamenoacuten Es evidente que Priacuteamo tal como todos los aqueos troyanos y aliados situados en la llanura de Troya ya conoce esta informacioacuten5 pero para Helena repetirla es importante De este modo ella se situacutea entre los hechos en un intento de reafi rmar su posicioacuten en el mundo posicioacuten de la que ella misma llega a dudar cuestionando laquosi eso alguna vez sucedioacuteraquo Asiacute el poeta envuelve el reconocimiento de Agamenoacuten en su lamento formando una especie de nudo en la narracioacuten

Sin embargo en este lamento ciacuteclico el inicio no coincide con el fi nal dado que mientras habla el dolor devastador y totalizador que siente se apode-ra de ella a tal punto que llega a pronunciar en voz alta las terribles pala-bras laquode miacute cara de perraraquo Frente a un interlocutor el poeta hace aparecer mundo interior de ella sin dejar de hacer eco de la exterioridad cruel que la ha defi nido a lo largo de los diez antildeos de la guerra Helena odia y desprecia

nos en Helena es la capa protectora de un sentimiento maacutes profundoraquo (Rachel Bespaloff De la Iliacuteada p29)4 En este sentido es signifi cante la presencia de un interlocutor de un otro que la escucha y observa de alguien que le presta atencioacuten para que se pueda manifestar el dolor de Helena En varias ocasiones Helena se representa llorando y lamentaacutendose pero esta es la uacutenica ocasioacuten en la cual alguien atiende miacutenimamente a su lamento 5 Emilio Crespo en su traduccioacuten de la Iliacuteada comenta laquoEl pasaje entre 161 y 246 era conocido al menos desde la eacutepoca heleniacutestica como teichoskopiacutea lsquorevista desde la murallarsquo Es desde luego sorprendente que Priacuteamo desconozca a los caudillos griegos por los que pregunta en el deacutecimo antildeo de la guerra justo cuando eacutesta estaacute a punto de terminar con el duelo entre Paris y Menelaoraquo (Iliacuteada Gredos p156) Con la teichoskopia se crea tambieacuten de manera indirecta la oportunidad para que aparezca un discurso de Helena El poeta no podriacutea buscarle mejor interlocutor que el anciano y magnaacutenime Priacuteamo siempre sutil en sus palabras y acciones

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

a Helena tanto como la odian y desprecian los otros iquestCoacutemo resuenan estas palabras en el espacio iquestCoacutemo lo transforman

Asiacute habloacute y el anciano quedoacute maravillado y exclamoacutelaquoiexclAtrida feliz con fortuna nacido de opulento hadoRealmente veo que hay muchos joacutevenes aqueos sumisos a tiYa en cierta ocasioacuten fui a Frigia rica en vintildeedosdonde vi elevadiacutesimo nuacutemero de frigios de aacutegiles potroslas huestes de Otreo y de Migdoacuten comparable a un diosque entonces habiacutean ido en campantildea a orillas del SangarioPues tambieacuten yo me uniacute a ellos en calidad de aliadoaquel diacutea en que llegaron las varoniles AmazonasMas ni eacutesos eran tantos como los aqueos de vivaces ojosraquoEn segundo lugar al ver a Ulises preguntoacute el ancianolaquoEa dime tambien eacuteste hija querida quieacuten esEs maacutes bajo que el Atrida Agamenoacuten que le saca la cabezapero se le ve maacutes ancho de hombros y de pechoSus armas yacen sobre la tierra nutricia de muchospero eacutel recorre como un morueco las hileras de guerrerosSiacute yo lo comparo con un carnero de compactos vellonesque pasa revista a un gran rebantildeo de blancas ovejasraquo(Canto III 181-198)

Despueacutes de esta apertura al mundo psiacutequico de Helena la narracioacuten cierra su pequentildeo desviacuteo y vuelve a ocuparse del movimiento de los caudillos aqueos en la llanura de Troya laquoiexclAtrida felizraquo asiacute es como empieza la respuesta de Priacuteamo a su laquohija queridaraquo obviando por completo su desesperacioacuten la palabra feliz se convierte en una lanza que se clava en la geacutelida desgracia de Helena Priacuteamo tambieacuten eacutel la atraviesa reconduciendo su atencioacuten hacia otra parte

En la escena de la teichoskopiacutea la Iliacuteada nos recuerda una vez maacutes que esta guerra no es anoacutenima y abstracta Ninguacuten guerrero no es laquouno maacutesraquo entre los muertos o los vivos Los guerreros homeacutericos traen al campo de batalla sus pasiones y afectos sus defectos y sus deseos de venganza y cada uno merece ser llamado por su nombre propio En el canto II el poeta hizo una invocacioacuten directa a las Musas solicitando ayuda con la tarea inabarcable de nombrar a todos los guerreros antes de construir el cataacutelogo de las naves aqueas y el cataacutelogo de los troyanos y sus aliados6 En la teichoskopiacutea son

6 laquoDecidme ahora Musas duentildeas de oliacutempicas moradas | pues vosotras sois diosas estaacuteis presentes y sabeacuteis

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

sus propios personajes dos personajes que no participan en el combate los que asumen esta actitud contemplativa Excluidos de la guerra la observan desde un punto fi jo en lo alto de la muralla de Troya ese liacutemite que todaviacutea protege a la ciudad y a sus habitantes mujeres ancianos y nintildeos mantenieacuten-doles en un encierro permanente

Unos versos maacutes tarde llegaraacuten los heraldos y se llevaraacuten al anciano rey para que eacutel sancione los juramentos antes del duelo de Menelao y Paris Priacuteamo se iraacute sin despedirse y Helena una vez maacutes se hundiraacute en su soledad Sola entre muchas troyanas se quedaraacute contemplando el duelo entre su primero y su segundo esposo Al fi nal del canto Afrodita la encontraraacute alliacute en la mu-ralla de Troya y la conduciraacute hacia el interior del palacio para acompantildear a Paris en la cama y satisfacerle el deseo sexual cumpliendo con su papel de esposa Helena no tiene fuerza de voluntad atrapada en un denso tejido de circunstancias exteriores encerrada en la ciudad y encerrada en el nombre que lleva se transforma en observadora permanente

Helena es un personaje sumamente importante e interesante Toda una guerra gira en torno a ella su nombre se repite y resuena como un eco per-sistente entre los versos pero Helena la mujer la persona estaacute ausente de la realidad ausente de su propia vida es la mujer premio

Ella no es la uacutenica mujer premio de la Iliacuteada En el universo masculino de la guerra infi nitas mujeres se convierten en premio de los saqueos de ciuda-des se cautivan como esclavas o se entregan como regalos de un guerrero a otro Agamenoacuten cuando solicita el regreso de Aquiles a la batalla le pro-mete entre otros regalos a siete mujeres esclavas (laquoTe daraacute siete mujeres expertas en intachables labores lesbias que cuando conquistaste la bien edi-fi cada Lesbos para siacute | escogioacute y que destacaban en belleza entre la raza de las mujeresraquo) y a una de sus hijas como esposa legiacutetima dejaacutendole la posi-bilidad de escoger entre ellas a la que maacutes le guste7 Esto nos hace pensar en el espacio que ocupan las mujeres en la guerra tanto a nivel simboacutelico como a nivel fiacutesico pero tambieacuten en todo aquello que permaneciendo ajeno a la

todo | mientras que nosotros solo oiacutemos la fama y no sabemos nada | quieacutenes eran los priacutencipes y los caudi-llos de los daacutenaos | El grueso de las tropas yo no podriacutea enumerarlo ni nombrarlo | ni aunque tuviera diez lenguas y diez bocas | voz inquebrantable y un bronciacuteneo corazoacuten en mi interior | si las Oliacutempicas Musas de Zeus portador de la egida | hijas no recordaran a cuaacutentos llegaron al pie de Ilio | Pero siacute nombrareacute a los jefes y la totalidad de las navesraquo (IliacuteadaCanto II 484-493)7 Iliacuteada Canto IΧ 270-290

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

guerra interviene en ella de manera oblicua y tangencial8

El propio argumento de la Iliacuteada se despliega a partir de Criseida hija de Crises sacerdote de Apolo ella fue dada como botiacuten de guerra a Agamenoacuten y su cautiverio provoca la furia de Apolo contra los daacutenaos Se decide la devolucioacuten de Criseida a su padre pero Agamenoacuten exige como jefe de los caudillos aqueos que se le sustituya su botiacuten en vez de Criseida se quedaraacute con Briseida otorgada originalmente como botiacuten a Aquiles exigencia que provoca la coacutelera la famosa μήνις de Aquiles considerada como el tema central de la epopeya La presencia de las mujeres premio en la Iliacuteada es muy importante pero ellas mismas se encuentran ausentes Mujeres hermosas cosifi cadas transformadas en objetos en torno a los cuales giran los episo-dios y los actos heroicos

Briseida se retira de la tienda de Aquiles caminando laquoen contra a su volun-tadraquo con laacutegrimas en los ojos sin pronunciar una palabra Aquiles se encie-rra en su tienda y se abstiene del combate protestando por la peacuterdida de Briseida Despueacutes de la muerte de Patroclo una vez Aquiles decide entrar de nuevo en la batalla Briseida se devuelve a eacutel mientras Agamenoacuten jura que no se ha acostado con ella En este momento Briseida habla soacutelo para llorar a Patroclo resaltando su bondad y delicadeza El discurso de Briseida es pu-ramente exterior a ella en su discurso ella se relaciona con el mundo como si no participase en eacutel como si fuese una espectadora de su propia vida Aunque invoca un episodio que la marcoacute profundamente el momento en que Aquiles saqueoacute su ciudad y matoacute a su marido convirtieacutendola en esclava lo describe enfatizando la reaccioacuten de Patroclo y no su propia desgracia la cual se presenta como si para ella ya no tuviera importancia como si su vida careciera de sentido Briseida tan desgraciada y despojada de toda libertad y toda voluntad llora al compantildeero de su saqueador

laquoiexclPatroclo el ser maacutes grato para esta desdichada de miacuteVivo te dejeacute cuando saliacute de esta tienday ahora te hallo muerto comandante de huestes al regresarde nuevo iexclDesgracia sobre desgracia me viene sin cesarAl marido a quien me con iaron mi padre y mi augusta madrelo vi delante de la ciudad desgarrado por el a ilado bronceigual que a los tres hermanos que mi madre habiacutea engendrado

8 Pascal Payen en su libro Les revers de la guerre en Gregravece ancienne dedica un capiacutetulo al papel de las mujeres en una esfera donde seguacuten la ideologiacutea dominante ellas no tienen lugar

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tan amados y que todos alcanzaron el diacutea de la ruinaNi siquiera me permitiste cuando el ligero Aquilesmatoacute a mi marido y saqueoacute la ciudad del divino Minetellorar asegurabas que me convertiriacuteas en legiacutetima esposadel divino Aquiles y que eacutel me llevariacutea en las naves a Ftiacuteay celebrariacutea el banquete de boda entre los mirmidonesPor eso lloro sin cesar la muerte del que siempre fue tan dulceraquo(Canto XIX 287-300)

En alguna ocasioacuten Helena tambieacuten actuacutea como si fuese una observadora imparcial representando la voz de la razoacuten juiciosa sobria Comenta los hechos evaluacutea las circunstancias aconseja Una vez maacutes ausente de siacute misma indiferente resignada Su juicio llega a nosotros a traveacutes de las na-rraciones de otros personajes laquoAhora mi esposa que me ha reprendido con tiernas palabras | me ha incitado al combateraquo dice Paris a Heacutector9 Heacutector por su parte teme que su querida mujer Androacutemaca sea llevada a fuerza por alguacuten aqueo acaso ellos conquisten la ciudad de Troya

Mas no me importa tanto el dolor de los troyanos en el futuro ni el de la propia Heacutecuba ni el del soberano Priacuteamoni el de mis hermanos que muchos y valerosospuede que caigan en el polvo bajo los enemigoscomo el tuyo cuando uno de los aqueos de bronciacuteneas tunicaste lleve envuelta en laacutegrimas y te prive del diacutea de la libertad (Canto VI 450-455)

9 Iliacuteada Canto VI 337-338

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2 El movimiento de la familia un lugar para encontrarse [Heacutector y Androacutemaca]

En el canto VI Diomedes se acerca a la muralla de Troya matando a un hombre despueacutes de otro Los troyanos aterrorizados necesitan defenderse defender a su ciudad a sus familias a sus mujeres a sus hijos a sus casas La fi gura de Heacutector se dibuja como la fi gura del rey que protege a su pueblo del liacuteder que anima a sus guerreros con carintildeo del hijo en quien tiene orgu-llo la familia pero sobre todo del hombre que quiere a su esposa del padre que antildeora a su hijo Heacutector es precisamente esto un hombre Un hombre que como dice eacutel mismo ha aprendido a ser valiente por necesidad Su perfi l humano terrenal noble lo acerca a nosotros por medio de la empa-tiacutea Su prevista muerte el implacable destino que le espera se contrapone al mundo del que proviene al tejido de relaciones en el que estaacute inmerso del cual la guerra le separa violentamente mientras participa en ella para defenderlo

Pero cuando ya llegoacute a la muy bella morada de Priacuteamoconstruida con pulidos pooacuteticos de columnas en la cualhabiacutea cincuenta habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los hijosde Priacuteamo se acostaban junto a sus legiacutetimas esposasy para las hijas en el lado de enfrente dentro del patiohabiacutea doce techadas habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los yernosde Priacuteamo se acostaban junto a sus respetables esposasalliacute le salioacute al paso su madre dadivosa de benignos regalosllevando dentro a Laodica la primera de sus hijas en belleza(Canto VI 242-252)

Heacutector se dirige hacia la ciudad y sabemos que es la uacuteltima vez que entra-raacute en ella cruzando su muralla Seguramente la entrada en el palacio de Priacuteamo le maravilla el mundo de la paz y los recuerdos de la vida civil de su propia vida se apoderan de eacutel La sencilla descripcioacuten de la organizacioacuten espacial de este palacio descripcioacuten intemporal despojada de todo detalle

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

y toda presencia humana impone a la narracioacuten un silencio un silencio que se asienta sobre el bullicio el voceriacuteo y el desorden sangriento de la batalla En este silencio en esta tranquilidad en la prosperidad evocada del espacio interior el poema estaacute preparando el encuentro del heacuteroe con su mundo siendo la descripcioacuten del palacio una introduccioacuten para el encuentro de Heacutector con su madre

laquo[] Tuacute ve al templo de la depredadora Ateneay yo ireacute en busca de Paris para llamarloa ver si quiere atender a mis palabras iexclOjalaacute aquiacute mismose lo tragara la tierra Pues es una peste que el Oliacutempico crioacutepara los troyanos para el magnaacutenimo Priacuteamo y para sus hijosSi lo viera descendiendo dentro del Hadesdiriacutea a mi aacutenimo que dejara olvidado del todo el funesto llantoraquo(Canto VI 279-285)

A su vez el encuentro con Heacutecuba le conduce hacia su hermano Paris a quien desprecia profundamente acerca de quien pronuncia palabras exce-sivamente duras La narracioacuten sigue a Heacutecuba en sus sacrifi cios a Atenea realizando un breve desviacuteo antes de volver a acompantildear a Heacutector en su re-corrido Heacutector encuentra a Paris en su caacutemara armaacutendose para el combate bello al lado de Helena Detenieacutendose en la entrada de la habitacioacuten le re-procha su cobardiacutea e inicia una conversacioacuten con Helena1 mientras le invade el recuerdo de su familia Este recuerdo el deseo y la antildeoranza que conlleva es lo que mueve a Heacutector en un movimiento continuo agonizante insacia-ble hacia Androacutemaca su amada mujer hacia su familia a la vez hacia sus compantildeeros hacia la batalla donde pertenece donde pereceraacute Su recorrido se extiende como un hilo en el espacio formando un nodo cada vez que se encuentra e interactuacutea con otra persona

laquoNo me ofrezcas asiento Helena aunque me estimes no meconvenceraacutes Pues mi aacutenimo ya estaacute en marcha presto a defendera los troyanos que intensa antildeoranza sienten por mi ausenciaTuacute pon en movimiento a eacuteste y que tambieacuten eacutel se de prisapara que me alcance mientras todaviacutea esteacute dentro de la ciudad

1 laquoEa entra ahora y sieacutentate sobre este escabel | cuntildeado miacuteo pues tuacute eres al que maacutes acosa las mientes la tarea | por culpa de esta perra de miacute y por la ofuscacioacuten de Alejandro | a quienes Zeus impuso el malvado sino de en lo sucesivo | tornarnos en materia de canto para los hombres futurosraquo dice Helena a Heacutector Sus palabras tienen la doble funcioacuten de explicar(se) el inicio de la guerra y quizaacute aliviar el dolor desgarrador que Helena siente y enfatizar el peso de la responsabilidad que recae sobre Heacutector a pesar de que eacutel no tenga la culpa de esta guerra

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Ademaacutes yo quiero ir a mi casa a vera los criados a mi esposa y a mi tierno hijoPues no seacute si auacuten otra vez llegareacute de regreso hasta elloso si los dioses ya me van a doblegar a manos de los aqueosraquoTras hablar asiacute se alejoacute Heacutector de tremolante penachoy al instante llegoacute a sus bien habitadas moradasmas no encontroacute en las salas a Androacutemaca de blancos brazosque con su hijo y una sirviente de bello mantosobre la torre estaba de pie llorando y gimiendoHeacutector al no hallar dentro a su intachable esposasalioacute al umbral se detuvo y dijo asiacute a las criadaslaquoEa criadas declaradme la verdadiquestAdoacutende ha ido Androacutemaca de blancos brazos fuera del palacioiquestA ver a mis hermanas y a mis cuntildeadas de buenos mantosiquestO al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosaraquoLa soliacutecita despensera diacutejole a su vez estas palabraslaquoiexclHeacutector Ya que mandas encarecidamente declarar la verdadni a ver a tus hermanas ni a tus cuntildeadas de buenos mantosni al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosasino a la elevada torre de Ilio pues ha oiacutedo que los troyanosestaacuten abrumados y que los aqueos ejercen gran poderiacuteoYa ha llegado presurosa a la murallacomo mujer enloquecida y la nodriza lleva al nintildeo consigoraquoDijo la despensera y Heacutector se precipitoacute fuera de la casa bajando otra vez por la misma ruta de bien construidas callesCuando atravesoacute la gran ciudad y llegoacute a las puertasEsceas por donde se disponiacutea a salir a la llanuraalliacute le salioacute al paso corriendo su esposa rica en regalosAndroacutemaca la hija del magnaacutenimo Eetioacuten del Eetioacuten que habiacutea habitado bajo el boscoso Placoen Teba bajo el Placo y habiacutea sido soberano de los ciliciosDe eacuteste era hija la esposa de Heacutector de bronciacuteneo cascoLe salioacute entonces al paso y con ella se acercoacute la sirvientallevando en su regazo al delicado nintildeo todaviacutea sin habla el preciado Hectoacuterida semejante a un bello astroHeacutector soliacutea llamarlo Escamandrio pero los demaacutesAstiaacutenacte pues Heacutector era el uacutenico que protegiacutea IlioEacuteste sonrioacute mirando al nintildeo en silencioy Androacutemaca se detuvo cerca derramando laacutegrimas le asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichado Tu furia te perderaacute Ni siquiera te apiadasde tu tierno nintildeo ni de miacute infortunada que pronto viudade ti quedareacute []raquo(Canto VI 360-409)

El encuentro de Heacutector con Androacutemaca se va generando cuidadosamente con lentitud Para llegar a su laquointachable esposaraquo Heacutector va cruzando um-brales consecutivos En su trayectoria se encuentra con una habitacioacuten vaciacutea de donde su mujer estaacute ausente Su deseo de ver a su familia se prolonga algo maacutes aumentando la tensioacuten dramaacutetica Preocupado ansioso pregunta repetidamente por Androacutemaca a las sirvientas que encuentra antes de saber que ella tambieacuten ha salido en busca de eacutel presurosa angustiada acompantildea-da por la nodriza que lleva al nintildeo consigo Heacutector recorre las mismas calles posiblemente siguiendo la misma ruta que habiacutea marcado al entrar en la ciudad El mismo camino diferentes situaciones existenciales El momento es especial defi nido por la guerra el dolor la incertidumbre el peligro pero sobre y a pesar de todo del amor

Bajo estas circunstancias en esta escena Heacutector y Androacutemaca se encuentran en movimiento mientras estaacuten realizando dos movimientos opuestos Los pasos de ambos se cruzan sobre las puertas Esceas Alliacute emocionados se miran por un momento Eacutel sonriacutee y ella llora estas dos acciones se presentan a menudo ligadas una a otra manifestadas simultaacuteneamente En esta escena Androacutemaca y Heacutector estaacuten emocionados felices y desconsolados a la vez Sus reacciones se complementan mutuamente Heacutector sonriacutee hacia el nintildeo en un silencio elocuente mientras Androacutemaca busca la proximidad fiacutesica posicionaacutendose cerca de Heacutector El movimiento se detiene y en la narra-cioacuten se abre un momento de quietud entre sonrisas y laacutegrimas una mujer y un hombre la nodriza que lleva al nintildeo en sus brazos sobre la muralla de Troya a lo lejos la batalla interminable

Eacuteste es el soporte esceacutenico del diaacutelogo de Heacutector y Androacutemaca un diaacutelogo que comienza y termina con dos frases muy parecidas laquole asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijoraquo y laquola acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijoraquo2 la primera refi rieacutendose a Androacutemaca y la segunda a Heacutector La pronunciacioacuten del nombre propio adquiere importan-

2 En el original laquoἔν τ᾽ ἄρα οἱ φῦ χειρὶ ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo y laquoχειρί τέ μιν κατέρεξεν ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo (Iliacuteada canto VI 406 y 485) Estas frases no contienen la idea de llamar laquocon todos los nombresraquo sino maacutes bien la de llamar pronunciar decir el nombre de cada uno

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

cia especial es asiacute que las personas se reconocen es cuando alguien escu-cha su nombre enunciado por el otro que estaacute invitado al diaacutelogo Por otra parte al fi nal del diaacutelogo el nombre propio suena como una conclusioacuten una despedida

A lo largo de esta conversacioacuten se despliega el dilema del heacuteroe el dilema del hombre que tiene que situarse entre la familia y la guerra entre la vida privada y el bien comuacuten de la ciudad En su interior toma lugar un cofl icto entre valores opuestos entre obligaciones e impulsos que pertenecen a di-ferentes planos de la realidad Su familia tambieacuten participa en este confl ic-to y se encuentra afectada por la complejidad de la situacioacuten que la guerra genera Androacutemaca perdioacute a toda su familia en esta guerra su padre y sus siete hermanos fueron muertos por la mano de Aquiles en la ciudad de Tebas mientras su madre se salvoacute con la ayuda de Aacutertemis Ahora como afi rma ella laquoiexclOh Heacutector Tuacute eres para miacute mi padre y mi augusta madre | y tambieacuten mi hermano y tuacute eres mi lozano esposoraquo3 Heacutector lo es todo para Androacutemaca y ella le implora a quedarse en la ciudad a no dejarla sola En breve eacutel seraacute muerto por Aquiles al igual que el resto de la familia

En el canto XXII los padres de Heacutector tambieacuten le suplican a permanecer dentro de la muralla de Troya y desde alliacute a enfrentarse a Aquiles y defender la ciudad4 Priacuteamo acerca sus manos a su cara y se arranca los cabellos en un gesto de afl iccioacuten mientras Heacutecuba es mucho maacutes expliacutecita en su suacuteplica gestual laquoAl otro lado su madre se lamentaba y vertiacutea laacutegrimas mientras | con una mano se abriacutea el vestido y con otra se alzaba el pechoraquo De nuevo la muralla de Troya emerge como espacio esceacutenico de la accioacuten Como todo liacutemite que separa una regioacuten de otra la muralla funciona tambieacuten como un punto de comunicacioacuten entre el interior y el exterior el uacutenico punto de co-municacioacuten entre la ciudad y el campo de batalla Cuando los que se encuen-tran dentro quieren comunicarse con los guerreros no tienen otra opcioacuten que exponer a vista de todos aquello que pertenece al dominio de lo privado

La fi gura de Heacutecuba sobre la muralla agarrando su seno con fuerza para mostraacuterselo a Heacutector mientras le implora a no entrar en el duelo con Aquiles es una fi gura traacutegica Representa el esfuerzo uacuteltimo y futil de la madre por mantener a su hijo salvo y sano cerca de ella haciendo alusioacuten al viacutenculo uacutenico que los dos experimentaron durante la lactancia Son los senos de la

3 Iliacuteada canto VI 429-4304 Iliacuteada canto XXII 33-92

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

madre que se dirigen siempre hacia su hijo recordando el contacto que alguna vez tuvieron con su boca Es en sus senos quizaacute donde se localiza el dolor de la madre por la peacuterdida de su hijo dolor que sustituye al viacutenculo primordial Inversamente para evitar su peacuterdida Heacutecuba intenta recordar a Heacutector ese primer contacto al principio con su gesto y a continuacioacuten con sus palabras Pero Heacutector no atenderaacute a las suacuteplicas de sus padres como tampoco atiende a la de su esposa5

Es en la respuesta de Heacutector a Androacutemaca donde la Iliacuteada nos revela de forma expliacutecita la motivacioacuten del heacuteroe la razones por las cuales decide entrar en la guerra Heacutector como hijo del rey siente la obligacioacuten de luchar eacutel primero por la ciudad por verguumlenza a los troyanos y para adquirir la eterna gloria la gloria a la que siempre aspira el guerrero auacuten sabiendo que para alcanzarla tendraacute que entregar su vida mostraacutendose valiente en la batalla Frente a su querida esposa Heacutector aparenta tener maacutes miedo por la suerte de ella que por la de sus padres o por su propia De esta manera en la Iliacuteada se esboza claramente la supremaciacutea del matrimonio y la familia nuclear que los hombres activamente crean en su vida adulta sobre todas las relaciones humanas

En este pequentildeo diaacutelogo se puede tambieacuten entrever y reconstruir una trama de valores creencias y convicciones que fueron importantes para la eacutepoca heroica representada en el poema y quizaacute sigan siendo vigentes en gran parte hoy en diacutea El poeta ubica este iacutentimo y tierno encuentro fuera del pa-lacio de Priacuteamo produciendo el debate entre el mundo de la familia el amor y la paz y el universo implacable de la guerra en el mismo liacutemite material que los separa Nos enfocaremos en la manera como este diaacutelogo (impor-tantiacutesimo es cierto como contenido y como signfi cado para la epopeya) se cierra intentaremos cruzar acompantildeando al fl ujo narrativo el umbral que nos lleva desde la intimidad del diaacutelogo hacia la batalla Intentaremos enten-der coacutemo se deshace el lugar del encuentro tan meticulosamente construido en la primera parte del canto

Esencialmente se trata de una escena de despedida despedida defi nitiva Los participantes de ella Androacutemaca y Heacutector lo sospechan sin saberlo

5 Aquiles que es el uacutenico de los daacutenaos que tiene contacto con su madre ya que Tetis es una diosa y le visita a menudo le afi rma al respecto laquoQue tu amor no intente alejarme de la lucha no me convenceraacutesraquo (Iliacuteada canto XVIII 126) Aunque inmortal Tetis no puede salvar a su hijo pero hace un uacuteltimo esfuerzo de protegerle encargando a Hefaisto su armadura Una armadura inmortal para un hombre mortal cuyo destino es morir en breve

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con seguridad En cambio el poeta y nosotros los lectores estamos plena-mente conscientes de ello El padre Heacutector se inclina hacia su hijo un hijo que se presenta en este canto como el fruto del amor de la pareja quieto en los brazos de la nodriza envuelto entre las dulces tiernas y emocionantes palabras de sus padres Con esta inclinacioacuten hacia el nintildeo se diluye la tensioacuten y se aligera la carga emocional del diaacutelogo

Asustado por el aspecto de su padre que lleva puestas todas sus armas el nintildeo grita y se recoge en los brazos de la nodriza Heacutector el tierno Heacutector de este canto hijo hermano marido padre y mucho maacutes es un guerrero que se encuentra en Troya por corto tiempo Su lugar es el campo de la batalla alliacute pertenece alliacute volveraacute enseguida y alliacute pereceraacute a traveacutes de la reaccioacuten del pequentildeo Escamandrio al escuchar su grito espontaacuteneo recordamos el aspecto de Heacutector y su papel en la guerra Por otra parte la misma reaccioacuten tiene una funcioacuten coacutemica en la narracioacuten Entonces Heacutector se quita el casco y se vuelve a dirigir a su hijo para jugar con eacutel y disfrutar de su presencia en sus brazos por un breve instante Enseguida ruega a los dioses oliacutempicos para que Escamandrio tenga una buena vida despidieacutendose asiacute de eacutel antes de devolverlo a los brazos de su madre

Tras hablar asiacute el preclaro Heacutector se estiroacute hacia su hijoY el nintildeo hacia el regazo de la nodriza de bello centildeidorretrocedioacute con un grito asustado del aspecto de su padreLo intimidaron el bronce y el penacho de crines de caballoal verlo oscilar temiblemente desde la cima del casco Y se echoacute a reir su padre y tambieacuten su augusta madreEntonces el esclarecido Heacutector se quitoacute el casco de la cabezay lo depositoacute resplandeciente sobre el sueloDespueacutes tras besar a su hijo y mecerlo en los brazosdijo elevando una plegaria a Zeus y a los demaacutes dioses laquoiexclZeus y demaacutes dioses Concededme que este nintildeo miacuteollegue a ser como yo sobresaliente entre los troyanosigual de valeroso en fuerza y rey con poder soberano en IlioQue alguna vez uno diga de eacutel laquoEs mucho mejor que su padreraquoal regresar del combate Y que traiga ensangrentados despojos del enemigo muerto y que a su madre se le alegre el corazoacutenraquoTras hablar asiacute en los brazos de su esposa pusoa su hijo y esta lo acogioacute en su fragante regazoentre laacutegrimas riendo Su marido se compadecioacute al notarlo la acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichada No te a lijas demasiado por miacute en tu aacutenimoque ninguacuten hombre me precipitaraacute al Hades contra el destinoDe su suerte te aseguro que no hay ninguacuten hombre que escapeni cobarde ni valeroso desde el mismo diacutea en que ha nacidoMas ve a casa y ocuacutepate de tus laboresel telar y la rueca y ordena a las sirvientasaplicarse a la faena Del combate se cuidaraacuten los hombrestodos que en Ilio han nacido y yo sobre todoraquoTras hablar asiacute el esclarecido Heacutector cogioacute el cascohecho de crines de caballo mientras su esposa marchaba a casavolvieacutendose de vez en cuando y derramando lozanas laacutegrimasInmediatamente despueacutes llegoacute a las bien habitadas moradasdel homicida Heacutector Alliacute dentro halloacute a muchassirvientas y a todas ellas movioacute al llantoEstaban llorando a Heacutector todaviacutea vivo en su propia casapues estaban seguras de que de regreso del combate ya nollegariacutea tras huir de la furia y de las manos de los aqueos(Canto VI 466-502)

Entre laacutegrimas riendo Androacutemaca encarna la contradiccioacuten en la cual estaacuten inmersos ellos dos y su hijo Felices por haberse encontrado felices por quererse desolados por la separacioacuten que puede ser defi nitiva y lo seraacute Heacutector despueacutes de llamarla con su nombre propio la reconforta aludiendo al destino al hado todopoderoso e implacable De su suerte no hay ninguacuten hombre que escape y ellos tampoco escaparaacuten6

Androacutemaca y Heacutector se encontraron movieacutendose en direcciones opuestas y se separan partiendo hacia direcciones opuestas Eacutel le aconseja ir a casa y ocuparse de sus labores mientras eacutel se ocuparaacute del suyo marcando de forma clara el espacio de cada geacutenero Heacutector se marcha primero decidido Androacutemaca se vuelve hacia el palacio con desgana mirando a menudo hacia atraacutes llorando Durante unos versos la narracioacuten sigue a Androacutemaca en sus pasos hacia casa y en el llanto que reitera por Heacutector antes de su muerte Con este llanto se cierra por completo el encuentro de la pareja De camino al campo Heacutector se reconcilia con Paris y los dos hermanos entran solidarios en la batalla mientras todaviacutea resuenan ecos del mundo de la paz

6 Como se ve en otras partes de la Iliacuteada ni los propios dioses pueden escapar del hado En el canto XVI Zeus considera la posibilidad de salvar a Sarpedoacuten de su muerte Entre los dioses del Olimpo se decide entonces que no se puede intervenir al hado Tetis tampoco puede salvar a su hijo de su destino a pesar de ser una diosa inmortal Los dioses oliacutempicos actuacutean en un plano intermedio entre el todopoderoso hado y el mundo de los mortales

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Estas dos bellas secuencias en movimiento antes y despueacutes del diaacutelogo en-vuelven al encuentro La primera construye el lugar mientras en la segunda se desarma el escenario construido Las personas que se mueven alejaacutendose del espacio donde compartieron algo arrastran detraacutes suyo los hilos que se habiacutean tendido en ese espacio y lo entregan de nuevo al mundo casi vaciacuteo

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3 En el centro Patroclo [la muerte de Patroclo]

Las yeguas neleas iban sacando a Neacutestor del combatesudorosas y transportaban a Macaoacuten pastor de huestesSe percatoacute al verlo el divino Aquiles de pies protectorespues estaba erguido sobre la popa de la nave de enorme vientre contemplando el abismal esfuerzo y la lacrimoacutegena derrotaAl punto dirigioacute la palabra a su compantildeero Patroclopronunciando su nombre desde la nave Lo oyoacute desde la tienday salioacute semejante a Ares y asiacute dio comienzo a su desgracia(Canto XI 597-604)

Con la irrupcioacuten del combate alrededor de las naves aqueas mientras los troyanos con el apoyo de los dioses van ganando fuerza y territorio y los aqueos van perdiendo guerreros y aacutenimos Aquiles advierte la cataacutestrofe in-minente y llama a su querido y fi el compantildeero Patroclo con la intencioacuten de enviarlo a los aliados para averiguar las condiciones en las que el ejeacutercito de los aqueos se encuentra Como sencillamente nos informa la Iliacuteada en el preciso instante en que Patroclo responde a la llamada de Aquiles y sale de su tienda empieza a desencadenarse su desgracia

A partir del momento en que la atencioacuten de Aquiles se dirige hacia la batalla la Iliacuteada se enfoca en Patroclo Aunque intermitente con muchas y largas interrupciones para observar la batalla sangrienta junto a las naves en este punto nace una liacutenea narrativa que sigue a Patroclo en su preparacioacuten y entrada al combate en sus hazantildeas en sus duelos en su muerte e inclu-so despueacutes de ella Es una liacutenea narrativa que situacutea a Patroclo en el centro de la accioacuten1 a la que intentaremos rastrear y recorrer ahora La necesidad causa efectivamente la participacioacuten de Patroclo en la guerra y su muerte por Heacutector muerte que a su vez provoca inmenso dolor en Aquiles y le da

1 Simone Weil escribe refi rieacutendose a Patroclo ldquothat warrior who dwells in a peculiar way at the very centre of the poem - I mean Patroclus who lsquoknew how to be sweet to everybodyrsquo and who throughout the Iliad commits no cruel or brutal actrdquo (ldquoThe Iliad or the poem of forcerdquo en Simone Weil an anthology p204)

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

una razoacuten iacutentima para denunciar su coacutelera y entrar de nuevo en la guerra marcando claramente un punto de infl exioacuten en el argumento

Los troyanos bajo las oacuterdenes de Heacutector han invadido el campamento des-truyendo parcialmente la muralla y cruzando la fosa algunos a pie y otros montados en sus caballos Ganando cada vez maacutes espacio a los aqueos a quienes han ido empujando gradualmente hacia el mar los troyanos llegan a prender fuego a una de las naves El deseo de Aquiles se estaacute cumpliendo sus compantildeeros se encuentran al borde de la desgracia al margen de la ani-quilacioacuten Este seriacutea entonces el momento para renunciar su coacutelera y entrar en la batalla Pero parece que la idea de la reconciliacioacuten no ha madurado sufi cientemente en su interior En cambio Patroclo estaacute afl igido profunda-mente afectado por el sufrimiento de sus compantildeeros

Despueacutes de un largo itinerario por las tiendas de los aqueos aparece en la tienda de Aquiles ansioso de convencerle a entrar de nuevo en la batalla Estaacute llorando por compasioacuten llorando por impotencia ante la desgracia de la guerra a la vez enojado con su compantildeero que aferrado en la coacutelera permanece impasible a los hechos Es entonces la primera vez que Patroclo reacciona y se opone a Aquiles revelando lo que piensa y siente mostraacutendo-se a la vez sensible y sensato en su discurso bello y traacutegico En esta escena el poeta trata a Patroclo de tuacute se dirige a eacutel realizando un acercamiento hacia el heacuteroe cuyo destino traacutegico es suplicar para siacute mismo la muerte cruel2 Con este acercamiento la liacutenea narrativa dedicada a Patroclo se convierte en la narracioacuten principal

Con profundos suspiros le respondiste cochero PatroclolaquoiexclAquiles hijo de Peleo con mucho el mejor de los aqueos

2 A lo largo de las escenas siguientes este tratamiento de tuacute hacia Patroclo es recurrente El mismo tratamiento se da hacia Menelao en el canto VII donde el poeta habla a Menelao en segunda perona enseguida cede la palabra a Agamenoacuten quien tambieacuten se dirige hacia Menelao en segunda persona y al fi nal aprovecha la presencia de Agamenoacuten para concluir el episodio de manera imparcial narrando en tercera persona laquoTras hablar asiacute hizo gesto de ponerse las bellas armas | Entonces para ti Menelao habriacutea llegado el fi n de la vida | a manos de Heacutector porque en verdad era muy superior | si los reyes aqueos no se hubieran precipitado a sujetarte | El propio Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominios | cogioacute tu diestra te llamoacute con todos tus nombres y te dijo | laquoiexclEstaacutes loco Menelao criado por Zeus iexclNo debes cometer | esa locura Domiacutenate a pesar de tu preocupacioacuten | y no desees por una porfiacutea luchar con un hombre que es mejor | Heacutector Priamida ante quien tambieacuten los demaacutes sienten pavor | El propio Aquiles en la lucha que otorga gloria a los hombres | se estremece al encararlo y eso que es mucho mejor que tuacute | Por eso tuacute ahora ve y sieacutentate entre la tribu de compantildeeros | que los aqueos haraacuten que otro se alce enfrente de ese | Por muy intreacutepido que sea e insaciable de tumulto aseguro | que con jubilo doblaraacute la rodilla con tal de huir | del hostil combate y de la atroz lidraquo Hablando asiacute el heacuteroe desvioacute la intencioacuten de su hermano | porque era oportuna su advertencia y eacutel hizo caso Entonces | los escuderos le quitaron alegres las armas de los hombrosraquo (Iliacuteada Canto VII 103-122)

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

No te enfades tal es la a liccioacuten que oprime a los aqueosTodos los que hasta hace poco eran los maacutes bravosyacen entre las naves heridos por dardos o por picasHerido de dardo estaacute el Tidida el esforzado DiomedesHerido de pica estaacute Ulises insigne por su lanza y AgamenoacutenHerido por una lecha en el muslo estaacute tambieacuten EuriacutepiloDe ellos se ocupan los meacutedicos con sus muchas medicinascurando sus llagas Y tuacute te has vuelto implacable AquilesQue nunca me invada a miacute una ira como esa que tuacute albergastan atroz iquestQue ventaja procuraraacutes al que nazca en el futurosi no apartas a los argivos del ignominioso estragoiexclDespiadado Tu padre no fue Peleo el conductor de carrosni Tetis tu madre el garzo mar fue quien te dio a luzy las abruptas rocas pues tus sentimientos son implacablesSi es que tratas de eludir en tus mientes alguacuten vaticinioy te ha revelado algo de parte de Zeus tu augusta madreal menos enviacuteame a miacute sin demora y dame el resto de la huestede mirmidones a ver si llevo una luz de salvacioacuten a los daacutenaosDame tu armadura para poneacutermela en los hombrosa ver si me confunden contigo y renuncian al combatelos troyanos y los marciales hijos de los aqueos respirande su quebranto Aunque sea breve es un respiro del combateLos no fatigados facilmente a los fatigados del griteriacuteopodemos empujar a la ciudad lejos de las naves y de las tiendasraquoAsiacute habloacute suplicando el muy insensato pues su destinoera el de suplicar para siacute mismo la muerte cruel y la parca(Canto XVI 20-47)

Aquiles responde a su compantildeero con carintildeo manifestando que le gustariacutea dejar ir al pasado afi rmando que no puede mantener la ira para siempre pero a la vez mostrando que todaviacutea reside en su aacutenimo el rencor que siente por Agamenoacuten Su coacutelera es maacutes fuerte que eacutel es una especie de indignacioacuten frente a la injusticia que se aduentildeoacute de eacutel y de la cual no se puede deshacer al contrario parece que le va invadiendo cada vez maacutes laquoiexclOjalaacute Zeus padre Atenea y Apolo no escape de la muerte | ninguno de cuantos troyanos hay ni tampoco ninguacuten argivo | y que soacutelo nosotros dos emerjamos de la perdi-cioacuten y seamos | los uacutenicos que desatemos las sagradas diademas de Troyaraquo3 es como cierra su respuesta a Patroclo y no podemos dejar de sentirnos per-plejos ante estas palabras

3 Iliacuteada Canto XVI 97-100

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

El poeta presenta a Aquiles dividido interiormente entre la coacutelera y la obli-gacioacuten de ayudar a sus compantildeeros probablemente lo que se expresa aquiacute es el mismo dilema que el heacuteroe experimenta durante toda la Iliacuteada Como declara a Agamenoacuten al principio de la epopeya esta guerra para eacutel no signi-fi ca nada Participa en ella acompantildeando a los daacutenaos pero no tiene ninguacuten motivo personal para hacerlo mientras piensa que su vida es demasiado preciosa para ser sacrifi cada En la fi gura de Aquiles se realiza el confl icto entre lo personal y lo comuacuten un confl icto interno tan potente que le deja inerte inactivo encerrado en su tienda observador apaacutetico Sin embargo despueacutes de este encuentro con Patroclo es la primera vez que Aquiles actuacutea eneacutergicamente en la Iliacuteada y es Patroclo quien lo saca de la inercia rencoro-sa en la que estaacute atrapado

A pesar de que las armaduras son uacutenicas para cada guerrero Aquiles en-trega la suya a su amigo junto con unos consejos y un deseo que regrese vivo de la batalla En la Iliacuteada esta armadura sigue una trayectoria curiosa Las armas que ahora son entregadas a Patroclo para protegerlo y tambieacuten para atemorizar a los troyanos permitieacutendole confundirse con Aquiles se encontraraacuten en manos de Heacutector Despueacutes de la muerte de Patroclo Heacutector se apartaraacute de la batalla para poneacuterselas acto que no deja de causar cierta sorpresa4 Seraacute entonces muerto por Aquiles y despojado de las armas que concluiraacuten su deambular ciacuteclico

iquestQueacute signifi ca esta cesioacuten de la armadura a otro guerrero Hay tambieacuten otras escenas en las que un guerrero llega a utilizar las armas de otro laquo[] Troquemos nuestras armas que tambieacuten eacutestos se enteren | de que nos jac-tamos de ser hueacutespedes por nuestros padresraquo dice Diomedes a Glauco5 de modo que el intercambio de armas confi rma y simboliza la resolucioacuten paciacute-fi ca y amistosa de un duelo A menudo la Iliacuteada desplaza la atencioacuten a los objetos objetos que son siempre portadores de historias cosas que existen y perduran y nos pueden contar ellas mismas las historias de sus duentildeos historias que de manera tangencial refuerzan y reanudan el argumento principal

Junto a las naves Aquiles corre por las tiendas de los aqueos invitaacutendoles a

4 Las armas de Aquiles encajan perfectamente en el cuerpo de Patroclo con excepcioacuten de la pica que resulta muy pesada para cualquier guerrero que no sea el divino Aquiles (Canto XVI 130-144) En cambio es necesaria la intervencioacuten de Zeus para que se ajusten al cuerpo de Heacutector quien seguramente tendraacute otra estatura (Iliacuteada canto XVII 198-214) 5 Iliacuteada canto VI 230-231

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

regresar al combate Prepara un ataque en el cual no participaraacute En seguida realiza sacrifi cios a Zeus En la escena del sacrifi cio el espacio se confi gura uacutenicamente a partir de los objetos sus historias y el movimiento de Aquiles en la tienda y en su patio A traveacutes de las acciones de Aquiles se puede reconstruir parcialmente el espacio en el cual actuacutea No podemos dejar de preguntarnos si el poeta guarda en su imaginacioacuten una disposicioacuten espa-cial especiacutefi ca si tiene alguacuten plano completo del espacio que describe o si eacutel mismo se visualiza exactamente aquello que describe relaciones espa-ciales fragmentos de lugares movimientos densidades vaciacuteos y regiones borrosas

[] Por su parte Aquilesechoacute a andar hacia la tienda y abrioacute la tapa de un arcabella primorosa que Tetis la de argeacutenteos pies le habiacuteadepositado en la nave para que la llevara repleta de tuacutenicasde capas que abrigan del viento y de lanosas mantasAlliacute estaba su labrada copa ninguacuten otro hombrebebiacutea de ella el rutilante vino y a ninguacuten diosmaacutes que a Zeus padre haciacutea libaciones con ellaLa recogioacute entonces del arca la puri icoacute con azufreprimero y a continuacioacuten la lavoacute con bellos chorros de aguaTambieacuten eacutel se lavoacute las manos y apuroacute el rutilante vinoLuego de pie en medio del vallado oroacute y vertioacute el vinomirando al cielo y lo vio Zeus que se deleita con el rayo[]Despueacutes de hacer la libacioacuten y la plegaria a Zeus padreentroacute de nuevo en la tienda y depositoacute la copa en el arcay salioacute y se detuvo ante la tienda con el aacutenimo auacuten deseosode contemplar la atroz contienda entre troyanos y aqueos(Canto XVI 220-256)

Vestido con las armas de Aquiles y acompantildeado por muchos mirmidones Patroclo sale al combate por primera y uacuteltima vez en la Iliacuteada Aunque el poeta nos ha informado claramente de esto y de que la muerte de Patroclo seraacute la clave para el desenlace del argumento la narracioacuten se suspende y se detiene en las hazantildeas del heacuteroe traacutegico En una duracioacuten muy breve Patroclo conseguiraacute rechazar el ataque de los troyanos obligaacutendoles a retro-ceder desde las naves aqueas hacia la ciudad mataraacute varios de ellos e inten-taraacute atacar eacutel mismo la muralla de Troya Todo eso con la ayuda divina por supuesto A lo largo de la Iliacuteada Zeus se representa buscando una manera

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

de matar a Patroclo elaborando una coreografiacutea de su muerte Este guerrero cuya muerte reside en el centro del poema ha de ser glorifi cado antes de ser muerto y Zeus es el dios que quiere concederle esta gloria La culmina-cioacuten de su heroiacutesmo se alcanza en su duelo con Sarpedoacuten el padre de los dioses oliacutempicos deja que su hijo sea muerto por Patroclo aunque no sin antes experimentar una intensa lucha interior para decidir si puede cambiar el destino de su querido hijo mortal y no sin derramar una lluvia de sangre en su honor

Menudeaban sin pausa en torno del cadaacutever como cuando las moscasen el establo zumban alrededor de los jarros rebosantes de lecheen la estacioacuten primaveral cuando las caacutentaras rezuman de lecheasiacute menudeaban en torno del cadaacutever Ni un momento Zeusapartoacute sus relucientes ojos de la violenta batalla sino que con la mirada ija en ellos cavilaba consigo mismosobre el asesinato de Patroclo vacilando una y otra vezentre hacer ya que tambieacuten a aqueacutel en aquella violenta batallasobre Sarpedoacuten comparable a un dios el esclarecido Heacutectorlo aniquilara con el bronce y quitara las armas de sus hombros o si extender auacuten a otros maacutes aquella aacuterdua fatigaEn el curso de sus pensamientos le parecioacute lo mejorque el noble escudero del Peacutelida Aquilesrechazara a los troyanos y a Heacutector de bronciacuteneo cascootra vez maacutes hacia la ciudad y quitara la vida a muchos(Canto XVI 641-655)

Patroclo mata a Sarpedoacuten y con su muerte irrumpe una lucha alrededor de su cuerpo Sarpedoacuten es el primer guerrero muerto cuyo cuerpo funciona como centro de una batalla importante en la Iliacuteada (eacutel mismo en el momen-to de su muerte implora a Glauco a no abandonar su cuerpo en el campo de batalla) La batalla envuelta en la noche siniestra creada por Zeus seraacute el motivo para que Heacutector y Patroclo se encuentren por primera vez en el combate Despueacutes de meditar mucho Zeus protege la memoria de su hijo llevando a su cuerpo lejos de la llanura de Troya con la ayuda de Apolo del Suentildeo y de la Muerte Patroclo no pereceraacute en esa misma batalla Heacutector retrocede y eacutel tiene la oportunidad de avanzar hacia Troya mientras Apolo lo detiene tres veces en la muralla de la ciudad

Animado por Apolo Heacutector se acerca a toda velocidad subido en su carro acompantildeado por Cebriacuteones a quien Patroclo mata con una piedra

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Entonces el cuerpo de Cebriacuteones se convierte en centro de una densa ba-talla en la cual pereceraacuten muchos guerreros de ambos bandos Cuando los aqueos consiguen retirar a Cebriacuteones y despojarle de sus armas el centro de la escena desaparece La batalla continuacutea pero ya no gira alrededor de un nuacutecleo ni tampoco hay un enfrentamiento entre dos bloques sino que todos estaacuten mezclados combatiendo en desorden La Iliacuteada posiciona entonces a Patroclo en el centro de este desorden su muerte tan esperada y tan preme-ditada es inminente e irreversible

Patroclo se ubica primero en el centro como sujeto que actuacutea intencional-mente defi ne y modifi ca el espacio en el que se mueve se arroja entre los troyanos y nosotros nos proyectamos con eacutel Tres veces ataca y tres veces sentimos la fuerza del ataque en nuestro interior Pero el cuarto ataque marca un punto de infl exioacuten El heacuteroe estaacute cruzando un liacutemite invisible el liacutemite del hibris si se nos permite el teacutermino y este ataque seraacute su uacuteltimo El narrador cambia de nuevo su actitud hacia Patroclo dirigieacutendose a eacutel en segunda persona En este momento Patroclo cesa de existir como sujeto para convertirse en una cosa una cosa con vida al principio una cosa sin vida a continuacioacuten6 A la vez la voz del poeta que habla a su personaje lo inmoviliza lo transforma en un punto fi jo un centro estaacutetico un receptor Patroclo recibe la palabra y recibe pasivo su suerte

Mientras el curso del sol recorrioacute el centro del cielolos dardos alcanzaron a los de ambos bandos y la hueste caiacuteamas a la hora de bajar el sol la de la suelta de las vacasfue cuando los aqueos cobraron una desmesurada ventaja Sacaron al heacuteroe Cebriacuteones fuera del alcance de los dardosy del clamor troyanos y le quitaron las armas de los hombrosPatroclo se arrojoacute entre los troyanos con funestas intencionesTres veces arremetioacute entonces comparable al impetuoso Aresentre pavorosos alaridos y las tres veces matoacute a nueve mortales Mas cuando ya por cuarta vez se arrojoacute semejante a una deidadentonces aparecioacute ante ti Patroclo el teacutermino de la vidapues Febo te salioacute al encuentro en la violenta batallaSurgioacute terrible pero eacutel no lo vio venir a traveacutes del tropelpues se le acercaba oculto en una tupida bruma Se detuvo detraacutes y le golpeoacute la espalda y los anchos hombros

6 ldquoAn extraordinary entity this - a thing that has a soul [] A man stands disarmed and naked with a weap-on pointing at him this person becomes a corpse before anybody or anything touches himrdquo escribe Simone Weil (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p185)

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

con la palma de la mano y sus ojos giraron vertiginosamenteFebo Apolo le tiroacute de la cabeza el morrioacutenfue rodando con estreacutepito bajo las patas de los caballosel atubado yelmo y las crines de su penacho se mancharon de sangre y de polvo Antes los dioses no habiacutean consentidoque aquella celada con penacho de crines se manchara de polvopues protegiacutea la cabeza y la amable frente de un hombre divinode Aquiles pero entonces Zeus otorgoacute a Heacutectorllevarla sobre su cabeza pues a eacutel ya lo acechaba la muerte Se le quebroacute entera en las manos la pica de luenga sombrapesada larga compacta provista de casquete y se le cayoacutede los hombros al suelo el ribeteado broquel con el tahaliacuteEl soberano Apolo hijo de Zeus le desatoacute la corazaEl estupor se aduentildeoacute de eacutel se doblaron sus preclaros miembrosy se paroacute atoacutenito Con la aguda lanza detraacutes en la espaldaentre los hombros le acertoacute de cerca un guerrero daacuterdanoEuforbo Pantoida que descollaba entre todos los de su edadcon la pica la destreza en el carro y la presteza de los piesHabiacutea derribado de sus caballos a veinte mortales la primera vezque habiacutea salido con el carro auacuten un aprendiz en el combateEacuteste fue el primero que te arrojoacute un dardo cochero Patroclomas no te doblegoacute Corrioacute atraacutes y se perdioacute en la muchedumbreen cuanto te arrancoacute de la carne el asta de fresno sin resistirante Patroclo en la lid a pesar de que estaba desarmado(Canto XVI 777-815)

Su muerte tan esperada y tan premeditada no se parece a ninguna otra muerte descrita en la Iliacuteada Patroclo no se encuentra con un adversario que le mata sino con su propia muerte Como en muchas ocasiones aquiacute tambieacuten se necesita la intervencioacuten de un dios para resolver el duelo entre dos guerreros valientes Sin embargo en ninguna otra escena se presenta intervencioacuten divina semejante a eacutesta Patroclo estaacute inmoacutevil quieto y parado en la narracioacuten cuando Apolo pasando desapercibido entre la confusioacuten del combate oculto en una neblina le golpea por detraacutes Por detraacutes recibe Patroclo el golpe del dios estupefacto impotente siente el abandono en su cuerpo Le abandona la fuerza el vigor de sus miembros le abandona su ar-madura Las armas de Aquiles van cayeacutendose progresivamente marcando el espacio alrededor de Patroclo que se mantiene de pie en el centro como un palo

Despojado de todas sus defensas Patroclo recibe por detraacutes de nuevo el

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

ataque de Euforbo eacuteste retira la lanza clavada entre los hombros y se pierde corriendo entre la muchedumbre Patroclo estaacute atoacutenito desnudo en un pai-saje de hierro bronce resistentes pieles de bueyes gritos alaridos y agita-ciones violentas Herido intenta escaparse refugiarse protegerse Heacutector veloz y decisivo se acerca a eacutel y lo perfora con su lanza causaacutendole la herida mortal Patroclo queda completamente humillado las jactancias que Heacutector profi ere resuenan con crueldad sobre este cuerpo del guerrero que ya no es Del cuerpo sin vida de Patroclo cuerpo al que ya abandonoacute el alma Heacutector retira su lanza con un movimiento brusco Patroclo es una cosa en el espa-cio material bruto al que se puede pisar casi como si fuese tierra La lanza el objeto sobrevive a la persona que ha matado y se volveraacute a usar para matar a otra y otra y otra maacutes La relacioacuten entre el elemento de aniquilacioacuten y la existencia aniquilada no es exclusiva

Patroclo doblegado por el golpe del dios y por la lanzaempezoacute a replegarse a la turba de los compantildeeros por eludir la parcaHeacutector nada maacutes ver al magnaacutenimo Patrocloretrocediendo herido por el agudo broncellegoacute cerca de eacutel entre las ilas le hirioacute con la lanzaen lo maacutes bajo del ijar y le hundioacute el bronce de parte a parteRetumboacute al caer y causoacute gran pesar a la tropa de los aqueosComo cuando un leoacuten domina por la fuerza a un indomable jabaliacutecuando ambos en las cimas de un monte luchan con gran ierezaalrededor de un escaso manantial y los dos quieren bebery el leoacuten logra doblegar por la fuerza al jadeante jabaliacuteasiacute al fornido hijo de Menecio tras haber matado a muchosHeacutector Priaacutemida le arrebatoacute la vida de cerca con la picay blasonando de su triunfo le dijo estas aladas palabraslaquoiexclPatroclo Bien que asegurabas que asolariacuteas nuestra ciudady arrebatariacuteas el diacutea de la libertad a las mujeres troyanasy las llevariacuteas en las naves a tu tierra patriaiexclInsensato En su defensa los ligeros caballos de Heacutectorhan llegado al combate a galope tendido Tambieacuten yo con la picasobresalgo entre los combativos troyanos porque les apartodel diacutea fatal a ti en cambio los buitres te devoraraacuten aquiacuteiexclInfeliz No te ha socorrido ni Aquiles por valeroso que seaque se ha quedado y sin duda te ha dado muchos encargos al salirlsquoNo regreses oh Patroclo conductor de caballosa las huecas naves hasta que la tuacutenica ensangrentada del homicida Heacutector hayas desgarrado alrededor del pechorsquoSin duda eso te ha dicho y ha persuadido tu insensata menteraquo

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

Desfallecido replicaste Patroclo conductor de caballoslaquoYa te has jactado ahora Heacutector demasiado Te han dadola victoria Zeus Croacutenida y Apolo que me han doblegado facilmente pues ellos me han quitado las armas de los hombrosAunque veinte como tuacute me hubieran salido al encuentrotodos habriacutean perecido aquiacute mismo doblegados bajo mi lanzaPero el funesto destino y el hijo de Leto me han matadoy de los hombres Euforbo tuacute al despojarme soacutelo eres tercero Otra cosa te voy a decir y tuacute meacutetela en tus mientestampoco tuacute viviraacutes mucho tiempo proacuteximos a tiya acechan la muerte y el imperioso destinoque te haraacuten sucumbir a manos del intachable Aquiles EaacutecidaraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacute El aliento vital salioacute volando de sus miembros y marchoacute al Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando el esclarecido Heacutector le dijolaquoiexclPatroclo iquestPor queacute me vaticinas el abismo de la ruinaiquestQuien sabe si Aquiles hijo de Tetis de hermosos cabellos se anticiparaacute y pereceraacute antes que yo golpeado por mi lanzaraquoTras hablar asiacute arrancoacute la bronciacutenea pica de la heridaapoyando encima el pie y lo apartoacute boca arriba de la lanzaA continuacioacuten marchoacute con el astil en busca de Automedonteescudero comparable a los dioses del velociacutepedo Eaacutecida a quien ansiaba disparar pero ya lo sacaban los ligeros caballosinmortales espleacutendidos dones regalados por los dioses a Peleo(Canto XVI 816-867)

Los ligeros caballos inmortales que en su movimiento centriacutefugo llevan a Automedonte lejos de este lugar fuacutenebre lejos de Heacutector que estaacute ansioso por sangre echan un rayo de luz sobre la escena Su corrida trae una corrien-te de aire que nos permite respirar con la mirada desenfocada a la distancia Por un breve instante Patroclo estaacute solo en silencio sin armas sin compantildee-ros sin vida Apenas estaacute yace en la tierra en un lugar vaciacuteo

Esta quietud dura muy poco En seguida Menelao desde lejos advierte la muerte de su compantildeero A partir de este momento corre hacia eacutel realizan-do un movimiento centriacutepeto inverso al de los caballos Este movimiento de Menelao la batalla que irrumpe alrededor del cuerpo de Patroclo y la aten-cioacuten de todos que se dirige de nuevo hacia eacutel vuelven a crear una atmoacutesfera asfi xiante densa ineludible Es la guerra que se recicla y recrea a siacute misma atando y desatando nudos desplazando y transformando sus centros

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4 Destruccioacuten del cuerpo construccioacuten del cuerpo [Aquiles y Heacutector]

En ocasiones el movimiento que el poeta de la Iliacuteada nos propone seguir es un movimiento intracorporal una negociacioacuten que toma lugar en el interior de un cuerpo y se parece a un diaacutelogo entre sus partes El cuerpo homeacuterico es un cuerpo fragmentado plural habitado por sensaciones sentimientos estados de aacutenimo compuesto por distintas regiones oacuterganos miembros un cuerpo con vida interior y vivido desde el interior

Mejor dicho citando a Jean-Pierre Vernant ldquoEn tanto que el cuerpo estaacute vivo es entendido como una multiplicidad de oacuterganos y de miembros animados por las pulsiones que les son propias es el espacio donde se despliegan y a veces se enfrentan los impulsos las fuerzas contrarias Seraacute con ocasioacuten de su muerte cuando se encuentra desierto cuando el cuerpo adquiera su unidad formalrdquo1 Tambieacuten es importante recordar que en el griego arcaico la palabra σῶμα no designaba al cuerpo vivo sino al cadaacutever

Asi habloacute y la a liccioacuten invadioacute al Pelida y su corazoacutendentro del velludo pecho vacilaba entre dos decisioneso desenvainar la aguda espada que pendiacutea a lo largo del musloy hacer levantarse a los demaacutes y despojar eacutel al Atridao apaciguar su coacutelera y contener su furorMientras revolviacutea estas dudas en la mente y en el aacutenimoy sacaba de la vaina la gran espada llegoacute Atenea del cielo(Canto I 188-195)

En los versos de la Iliacuteada cada sensacioacuten emocioacuten sentimiento o pensa-miento se ubica en un lugar preciso en el cuerpo de quien lo experimenta Maacutes bien todo lo que ocurre en el plano mental-psiacutequico se manifi esta tam-bieacuten en el cuerpo como un acontecimiento un siacutentoma mantiene un viacutenculo

1 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 63 Al morir el cuerpo sujeto y soporte de acciones se transforma a puro objeto para el otro En el mismo libro Vernant sentildeala tambieacuten el caraacutecter plural de la cor-poreidad arcaica en la Iliacuteada a menudo se hace referencia a las partes del cuerpo en plural y no en singular

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

intriacutenseco con la realidad corpoacuterea Los deseos los miedos las ideas los valores apropiados funcionan como impulsos que generan movimiento en los cuerpos de los heacuteroes Al reveacutes un impuso una emocioacuten o una sensacioacuten se conocen a traveacutes de su expresioacuten en el cuerpo Manos ansiosas por matar pies ligeros interior revuelto pensamientos que se remueven en el vientre rabia acurrucada en el corazoacuten la cara tapada con la palma de la mano amistad en el seno La Iliacuteada abunda de imaacutegenes como estas

Seriacutea seguramente un anacronismo introducir aquiacute la nocioacuten de embodiment y hablar de sujetos encarnados dado que esta nocioacuten proviene de una larga tradicioacuten fi losoacutefi ca que ofrecioacute muchas explicaciones diferentes acerca de la relacioacuten entre cuerpo y alma despueacutes de generar esta divisioacuten La eacutepoca en la que se escribe la Iliacuteada todaviacutea no conoce el dualismo cuerpo-alma y en sus versos probablemente se registra aquello que fue la manera intuitiva de percibir y entender el mundo desde la experiencia concreta Como escribe Walter Ong antes de la generalizacioacuten del uso de la escritura el pensamien-to de una cultura oral se mantiene cerca del mundo humano vital y tiende a ser situacional maacutes que abstracto2 Algo parecido se puede observar en el pensamiento infantil sobre todo antes de la adquisicioacuten de la habilidad de leer y escribir Los relatos y los juegos de los nintildeos estaacuten muy vinculados al cuerpo y en ellos se desdobla un pensar y un sentir desde el cuerpo con el cuerpo y para el cuerpo3

Jean-Pierre Vernant escribe al respecto ldquoPara destacar esta imbricacioacuten de lo fiacutesico y de lo psiacutequico dentro de una conciencia de siacute que al mismo tiempo supone un compromiso con las diversas partes del cuerpo James Redfi eld ha afi rmado de modo sorprendente que en los heacuteroes de Homero ldquoel yo in-terior no es otra cosa que el yo orgaacutenicordquo Tal vocabulario si no del cuerpo siacute por lo menos de las distintas dimensiones o aspectos de lo corporal confor-ma en conjunto un coacutedigo que permitioacute a los griegos expresar o pensar sus relaciones consigo mismos el modo de presentarse a siacute mismos de manera maacutes o menos clara maacutes o menos unifi cada o dispersa seguacuten las circunstan-cias pero igualmente nos proporciona una pista sobre sus relaciones con un otro al cual estaacute vinculado por todas las formas de apariencia corporalrdquo4

2 Veacutease Oralidad y Escritura tecnologiacuteas de la palabra p48-623 En esta direccioacuten se organiza Territorio do brincar un proyecto de investigacioacuten que intenta cartografi ar los juegos de los nintildeos en Brasil buscando similitudes y diferencias seguacuten la regioacuten el grupo social la edad el geacutenero esencialmente remitiendo al cuerpo httpterritoriodobrincarcombr4 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 18

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

En los primeros cantos de la Iliacuteada la batalla descrita es representada en planos panoraacutemicos Los duelos tienden a resolverse deprisa en pocos versos y la atencioacuten recae sobre el heacuteroe que mata resaltando su valor como guerrero relatando sucesivamente un ataque despueacutes de otro El paisaje sonoro que se construye en las primeras escenas de combate estaacute compuesto por el bullicio del campo de batalla los gritos y los alaridos el relincho de los caballos y los sonidos metaacutelicos de las armas que se entrechocan cons-tantemente Es crucial recordar sin embargo que esta sonoridad surge y es posible precisamente porque en la Iliacuteada la batalla es siempre una batalla cuerpo a cuerpo Al enfrentarse los dos grupos aqueos y troyanos se acer-can se acercan a tal punto que se juntan formando un aglomerado com-plejo El sonido emergente es el sonido o tal vez el ruiacutedo de la confl uencia violenta de elementos y personas en un mismo sitio en un mismo instante

A medida que la narracioacuten de la Iliacuteada avanza se multiplican las referencias al cuerpo se intensifi can los estiacutemulos sensoriales la interaccioacuten entre los cuerpos se vuelve maacutes cercana maacutes iacutentima maacutes profunda Este acercamien-to se hace progresivamente maacutes expliacutecito cada guerrero tiene su historia y su linaje mientras en las escenas de duelo a menudo se abren espacios de diaacutelogo donde se despliegan las vidas de los heacuteroes Al paisaje sonoro exis-tente se antildeaden progresivamente la respiracioacuten y el latido del corazoacuten los gestos se hacen maacutes iacutentimos y sutiles Ademaacutes abundan las descripciones de la envoltura corporal a traveacutes de ella se va construyendo un puente entre el sujeto y el mundo circundante

Igual que el estruendo de los lentildeadores se elevaen las caacutercavas del monte y de lejos repercuten los golpesasiacute se levantaba desde la espaciosa tierra el estreacutepitodel bronce y de los bien elaborados escudos de bovina pielal choque de las espadas y de las picas de doble moharra(Canto XVI 633-637)

Como cuando revolotean procedentes de Zeus espesos coposgeacutelidos bajo el empuje del Boacutereas nacido del eacuteterasiacute de espesos eran entonces los cascos gallardos de su brilloque saliacutean en tropel de las naves los abollonados broqueleslas corazas de soacutelidas placas y las lanzas de vara de fresnoEl fulgor llegoacute al cielo la tierra entera rioacute alrededorpor el relaacutempago del bronce y el ruido rugiacutea bajo los pasosde los guerreros Y en medio se armaba el divino Aquiles

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

Sus dientes rechinaban los dos ojos le brillaban como sifueran llamaradas de fuego y el corazoacuten en su interior estabainundado de una insufrible tristeza Airado contra los troyanosse vistioacute con los dones que Hefesto le habiacutea forjado con esmeroPrimero se colocoacute alrededor de las pantorrillas las grebasbellas ajustadas con aacuteureas tobillerasEn segundo lugar alrededor del pecho se puso la corazaA los hombros se echoacute la espada tachonada con clavos de platabronciacutenea a continuacioacuten cogioacute el alto y compacto escudocuyo resplandor llegaba tan lejos como el de la lunaComo cuando desde el Ponto se les aparece a unos marinerosel destello de un incandescente fuego que arde sobre un monteen un solitario establo y contra su voluntad los vendavaleslos arrastran lejos de los suyos sobre el mar rico en pecesasiacute llegaba al eacuteter el resplandor del escudo de Aquilesbello primoroso Luego alzoacute el ponderoso yelmoy se lo caoacuteo en la cabeza Como un astro refulgiacuteael yelmo con su penacho y ondeaban alrededor las crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenAquiles de la casta de Zeus se proboacute las armas para versi le cuadraban y permitiacutean correr a sus ilustres miembrosLe sentaban como alas y en volandas al pastor de huesteslo elevaban De un estuche sacoacute la paterna picapesada larga y compacta ninguacuten otro de los aqueos podiacuteablandiria solo Aquiles era capaz de blandir la peliacuteadalanza de fresno que Quiroacuten habiacutea procurado a su padre de la cima del Pelio para que fuera matanza de heacuteroes(Canto XIX 357-391)

Las armas sean elementos de defensa o de ataque aparecen y sirven como extensiones del cuerpo de quien las utiliza El guerrero las necesita para ir al combate es soacutelo a traveacutes de ellas que puede participar en la guerra matar y evitar que sea muerto por otros Como hemos visto en la escena de la muerte de Patroclo despojarse de las armas signifi ca privarse de los medios de de-fensa y ataque signifi ca perder algo del propio cuerpo y encontrarse des-nudo casi mutilado presa a la disposicioacuten de los enemigos Por otra parte armarse signifi ca prepararse desarrollar un medio de comunicacioacuten entre el propio cuerpo y el terreno de batalla comunicacioacuten basada en la destruc-cioacuten y extensioacuten establecida desde fuera

La voz tambieacuten es una extensioacuten del propio cuerpo una extensioacuten que en

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

este caso empieza desde el interior y cuyo objetivo es crear construir El habla emerge como una de las posibilidades del cuerpo y durante la comuni-cacioacuten siempre y exclusivamente oral en el mundo arcaico la voz adquiere una dimensioacuten espacial5 Mejor dicho la voz tiene el potencial de transfor-mar el lugar donde se escucha En el acto de hablar la enunciacioacuten ocurre en un lugar determinado y ejerce su infl uencia sobre este lugar Esta trans-formacioacuten se debe tanto al signifi cado linguiacutestico al enunciado en siacute como a la espacialidad propia del sonido su capacidad inherente de envolvernos Privarse del derecho a la propia voz como Helena y las otras mujeres-pre-mio o como los esclavos de la Iliacuteada tambieacuten tiene el efecto de una mutila-cioacuten y modifi ca radicalmente la interaccioacuten con el mundo

Atendiendo minuciosamente a palabras y acciones el espacio del poema se confi gura casi absolutamente por la presencia humana en eacutel a veces densa y asfi xiante6 Los duelos se alargan cada vez maacutes y adquieren importancia para la evolucioacuten y el desenlace de la historia A fi n de reforzar esta im-portancia algunos duelos se anticipan en la narracioacuten de manera que el receptor del poema estaacute pendiente de su aparicioacuten y otros se recuerdan de nuevo despueacutes de que hayan terminado Por otra parte se pone cada vez maacutes eacutenfasis a la destruccioacuten del cuerpo a las heridas y a la aniquilacioacuten del otro y es mediante esta destruccioacuten que se construye la imagen del cuerpo en la Iliacuteada

A ambos lados de los dos Ayantes se colocaron los batallonessoacutelidos que ni Ares de haber ido alliacute habriacutea criticado en nadani tampoco Atenea estiacutemulo de las huestes pues eran paladinesselectos los que aguardaban a los troyanos y al divino Heacutectorforti icando asta con asta y escudo con escudo unidos por la base Se apoyaban broquel en broquel casco en casco hombre en hombreLos empenachados cascos se tocaban con los brillantes crestonesal menear la cabeza iexcltan apinados unos con otros formabanHaciacutean entrelazarse las picas que en las audaces manosvibraban y no teniacutean otra idea que avanzar y ansiar la lucha(Canto XVI 126-135)

Como escribe Maronitis acerca de la Iliacuteada en ella se produce un acerca-

5 laquoSe despertoacute del suentildeo la divina voz auacuten se difundiacutea alrededorraquo (Iliacuteada canto II 41)6 laquopues aquel diacutea muchos troyanos y aqueos quedaron | de bruces tendidos en el polvo unos al lado de otrosraquo (Iliacuteada Canto IV 543-544)

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

miento gradual que se dirige del escuchar al ver y del ver al tocar7 Seguacuten eacutel la narracioacuten en la Iliacuteada es invasiva invade la accioacuten desde el pasado hacia el presente situando al receptor en el presente narrativo en contacto con los acontecimientos narrados a diferencia de la Odisea o de otras epopeyas tradicionales que situacutean al receptor a una larga distancia temporal respecto a los acontecimientos De esta manera podemos tambieacuten decir que va cre-ciendo la empatiacutea que sentimos por los personajes mientras nos acercamos a ellos como si en nuestra propia piel pudieacuteramos experimentar lo que ellos viven

Progresivamente en la Iliacuteada marcan su aparicioacuten el dolor y el cansancio Todo el poema se refi ere a unos acontecimientos del deacutecimo antildeo de la guerra por lo que nos podemos imaginar que ambos bandos estaraacuten agotados des-trozados heridos debilitados Sin embargo este agotamiento generalizado no se puede apreciar desde el principio es como si los heacuteroes se agotaran du-rante la narracioacuten como si la propia narracioacuten fuese la encarnacioacuten de este agotamiento Asiacute la Iliacuteada nos demuestra claramente aquello que la guerra es agotadora hasta la destruccioacuten completa Siguiendo a Weil8 en la guerra se usa la fuerza de manera desmesurada para aniquilar al otro hasta que la fuerza actuacutee por siacute misma destruyendo al que la ejerce y al que la recibe indistintamente

Al acercarse a los cuerpos de los personajes al atender a los traumas que reciben la Iliacuteada genera unas descripciones desgarradoras por realistas del dolor fiacutesico A menudo no es el momento de la herida que resulta maacutes do-loroso ya que el guerrero estaacute todaviacutea inmerso en la adrenalina de la bata-lla el arma que penetra su cuerpo es defi nitivamente un acto cruel pero su efecto no se hace perceptible de inmediato El guerrero herido puede seguir luchando y sangrando hasta que la sangre se seque y eacutel empiece a padecer de agudos dolores La descripcioacuten del dolor del heacuteroe se inicia en su propia herida en el movimiento de la sangre en el interior de su cuerpo y es este dolor que cuando aparece pone de manifi esto la herida el miembro herido el cuerpo la fragilidad la destruccioacuten la vida y la muerte

7 Traduzco del epiacutelogo de su traduccioacuten de la Iliacuteada laquo[el receptor de la Iliacuteada] escuchando puede ver los acontecimientos y viendo puede tocarlos Se trata pues de una escalada de la audicioacuten a la vista y de la vista al contacto rozando el liacutemite del tactoraquo (Ομήρου Ιλιάς trad de Δ Ν Μαρωνίτης p597-598)8 ldquoForce is as pitiless to the man who possesses it or thinks he does as it is to its victims the second it crushes the fi rst it intoxicates The truth is nobody really possesses itrdquo (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p191)

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Cuando lo advirtioacute Cooacuten conspiacutecuo entre los guerrerosel Antenoacuterida primogeacutenito una acerba tristezale cubrioacute los ojos por la muerte de su hermano Se apostoacutede soslayo con la lanza sin que lo notara el divino Agamenoacuteny le hirioacute en mitad del antebrazo por debajo del codola punta de la reluciente lanza se lo atravesoacute rectaSe estremecioacute entonces Agamenoacuten soberano de hombrespero ni auacuten asiacute cesoacute en la lucha y en el combate y arremetioacute a Cooacuten con la pica nutrida por los vientos[]Continuoacute recorriendo las hileras de los demaacutes guerreroscon la pica con la espada y con enormes guijarros mientras la sangre caliente estuvo borbotando de la heridaPero en cuanto la uacutelcera comenzoacute a secarse y cesoacute la sangreagudos dolores penetraron en el ardor del Atrida(Canto XI 248-268)

Joanna Bourke sostiene que el dolor se puede entender como un evento una manera de estar en el mundo9 Es interesante recordar aquiacute que en griego existen dos maneras de hablar del dolor que uno siente πονάω que seriacutea algo como (yo) duelo primera persona del verbo doler y πονάει (me) duele En el primer caso el dolor se manifi esta como un estado de mi ser un estado en el cual me encuentro casi activamente y se puede decir πονάω sin maacutes estoy en dolor o πονάω en el estoacutemago o πονάω entre la cadera y la columna o sea estoy en dolor en un lugar especiacutefi co siempre soy yo que estoy asiacute yo iacutentegro que aparezco en el dolor aunque mi dolor pueda ser concreto y localizable en una parte de miacute En cambio en el segundo caso tal como en castellano hay siempre algo que duele la mano el brazo el pie el diente la cabeza el corazoacuten me duele algo miacuteo pero como si fuese ajeno a miacute como si mi brazo no fuese exactamente yo este dolor no se refi ere a la totalidad de mi ser Existe una distancia entre la persona que experimenta el dolor y el punto donde se localiza este dolor

Apenas habloacute asiacute y el teacutermino de la vida le cubrioacutelos ojos y las narices Patroclo apoyoacute el pie en su pechoy arrancoacute del cuerpo la lanza con ella salioacute el pericardio

9 ldquoWe should think of pain as an event as a way of being in the worldrdquo Conferencia de Joanna Bourke en el Centro Cultural de la Fundacioacuten Onassis en Atenas con fecha 03022015 La historiadora autora del libro The Story of Pain From Prayer to Painkillers recurriendo entre otras fuentes a testimonios de soldados y de meacutedicos de la primera y la segunda guerra mundial en esta conferencia hizo referencia a casos de heridas muy graves para explorar la manera como se experimenta el dolor y el signifi cado que le puede ser asignado

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

y junto a la punta de la pica le extrajo el aliento de la vida(Canto XVI 502-505)

En la herida abierta aquella herida dolorosa y mortal se abre el cuerpo se expone el interior de la persona y se derrama hacia el exterior irreversible-mente El trauma es una viacutea de escape de la sangre de los oacuterganos del alma de la propia vida En la apertura del cuerpo herido encuentra una salida tambieacuten el aliento el uacuteltimo aliento de la vida en esta apertura y en el dolor que la acompantildea se afi rma el cuerpo y la existencia carnal fraacutegil efiacutemera del ser Esta afi rmacioacuten culmina en la terminacioacuten de la vida que se produce a traveacutes de la misma apertura En otros pasajes de la Iliacuteada el alma se escapa del cuerpo muerto a traveacutes de la boca la boca que es tambieacuten una apertura en el cuerpo apertura a la que Pierre Feacutedida situacutea en el comienzo del cuerpo humano10 El comienzo que ha de coincidir con el fi nal

Ampliando estas refl exiones se puede considerar que el cansancio es tam-bieacuten una manera de estar en el mundo una manera del cuerpo para afi r-marse en el mundo Un cuerpo cansado de la misma manera que un cuerpo que duele se pronuncia aquiacute estoy Tambieacuten se encuentran en la Iliacuteada des-cripciones del cansancio fiacutesico de la manera como el cansancio afecta a los miembros del heacuteroe Con sutileza el poeta identifi ca lugares en el cuerpo lugares precisos cada uno de los cuales experimenta una sensacioacuten distinta El cuerpo es plural como dice Vernant compuesto por varios sitios varios oacuterganos varios miembros y en eacutel se pueden escuchar muchas voces a la vez si estamos sufi cientemente atentos a ellas

Ayante ya no resistiacutea pues los dardos lo acosaban con fuerzay le doblegaban la voluntad de Zeus y los arrogantes troyanoscon sus disparos terrible ruido en sus sienes la relucientecelada haciacutea con los proyectiles sufriacutea continuos impactosen los bien fabricados mamelones y se cansaba el hombro izquierdode embrazar sin cesar el tornasolado escudo Mas no podiacuteanhacer que se tambalease a los lados bajo el peso de los dardosCon fatigoso e incesante sofoco respiraba el sudor le luiacuteaa chorros de los miembros por todos los lados y no hallabaresuello por doquier se amontonaba desgracia sobre desgracia(Canto XVI 102-111)

10 Pierre Feacutedida Par ougrave commence le corps humain

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

En los versos del poema se trazan mapas de dolor y de cansancio sobre el cuerpo de manera que el cuerpo se convierte en territorio y la narracioacuten en cartografiacutea En algunas ocasiones a traveacutes de los siacutemiles empleados se di-bujan paralelismos entre el cuerpo y el paisaje entre la persona y la natura-leza laquoComo cuando el vasto pieacutelago se riza de mudo oleaje | y preludia los veloces senderos de los sonoros vientos | auacuten en calma sin echar a rodar ni hacia acaacute ni hacia allaacute | hasta que desciende una decidida brisa procedente de Zeus | asiacute el anciano con el aacutenimo desgarrado dudaba entre dos planes | si penetrar en la muchedumbre de los daacutenaos de veloces potros | o ir en busca del Atrida Agamenoacuten pastor de huestesraquo11

Acerqueacutemonos ahora al que viene a ser el duelo maacutes importante de la Iliacuteada La confrontacioacuten entre Heacutector y Aquiles episodio destacado entre los varios episodios del mito no llega a comenzar hasta el canto XX para concluir al fi nal del canto XXII casi al fi nal del poema Es una confrontacioacuten que se realiza en tres actos un primer duelo corto y no sangriento resuelto con la intervencioacuten divina un intervalo en que se presentan las hazantildeas de Aquiles y su persecucioacuten por los dioses y el duelo defi nitivo que engloba la perse-cucioacuten de Heacutector por Aquiles alrededor de la ciudad de Troya y el enfrenta-miento fi nal de los heacuteroes resultante en la muerte de Heacutector

Este duelo es el uacuteltimo de la Iliacuteada en eacutel llega a colmo la violencia de la guerra y se alcanza la destruccioacuten plena y defi nitiva del cuerpo Por otra parte los adversarios estaacuten luchando con todas sus fuerzas por una causa personal Heacutector estaacute defendiendo a su amada familia (sobre todo) a su ciudad y a su pueblo mientras Aquiles se estaacute vengando de la peacuterdida de su maacutes iacutentimo amigo y compantildeero Aunque sus motivos son diferentes ambos haraacuten todo lo posible para aniquilar al otro motivados por el afecto antes que por heroiacutesmo u obligacioacuten hacia la polis En este duelo iacutentimo y dolo-roso se estiran los liacutemites del cuerpo de la fuerza del aguante y del vigor

En cuanto Heacutector vio a su hermano Polidoroencorvaacutendose hacia el suelo con las entrantildeas en la mano la niebla se derramoacute sobre sus ojos y ya no soportoacute seguirmaacutes tiempo merodeando a distancia sino que fue contra Aquileshaciendo oscilar la aguda lanza semejante a la llama Eacutestenada maacutes verlo dio un salto hacia eacutel y exclamoacute triunfantelaquoYa estaacute cerca el hombre que maacutes me ha fustigado el aacutenimo

11 Iliacuteada Canto XIV 16-22

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el autor del asesinato de mi preciado compantildeero Ya no podemosescondernos maacutes tiempo uno de otro por los puentes del combateraquoDijo y miraacutendolo con torva faz se dirigioacute al divino HeacutectorlaquoAceacutercate maacutes y asiacute llegaraacutes antes al cabo de tu ruinaraquoSin intimidarse le replicoacute Heacutector el de tremolante penacho laquoiexclPeacutelida No esperes aterrorizarme soacutelo con palabrascomo a un ingeacutenuo nintildeo porque yo tambieacuten soy bien capazde proferir tanto injurias como insultosSeacute que tuacute eres valeroso y que yo soy muy inferior a tiPero estos asuntos descansan en las rodillas de los dioses puede que auacuten siendo inferior sea yo quien te arrebate la vidaacertando con la lanza tambieacuten mi dardo estaacute a ilado siempreraquo(Canto XΧ 419-437)

Aquiles ha matado a Polidoro el hijo maacutes joacuteven de Priacuteamo y uno de los hermanos de Heacutector Su lanza le atravesoacute el torso al lado del ombligo y la Iliacuteada lo presenta sujetando sus entrantildeas mientras se cae encorvado a tierra Es esta imagen de su hermano la que mueve el aacutenimo de Heacutector quien decide atacar a Aquiles ignorando el consejo de Apolo Un cuerpo en des-truccioacuten las entrantildeas sujetadas en la mano el dolor fiacutesico se transforma en afecto dolor psiacutequico la niebla sobre los ojos y despueacutes en movimiento que busca generar maacutes dolor en otro cuerpo El ciclo de la violencia La muerte de Polidoro aunque no tenga en la Iliacuteada la misma importancia que la de Patroclo funciona como un elemento que permite al poeta construir una base simeacutetrica para el primer duelo Heacutector-Aquiles dado que ahora cada uno de los dos quiere vengarse por haber perdido a alguien muy querido en manos del otro

El inicio del enfrentamiento es verbal Reconocimiento del otro como ene-migo amenazas insultos y motivos personales se incluyen en los pequentildeos discursos de ambos Heacutector cierra su discurso resaltando que son los dioses quienes decidiraacuten la suerte del duelo como de todas las cosas que acontecen en la tierra A continuacioacuten el breve combate entre Heacutector y Aquiles seraacute resuelto precisamente por los dioses Atenea y Apolo Heacutector es quien ataca primero y Atenea desviacutea su lanza Aquiles ataca tres veces consecutivas y todas ellas su lanza rebota en la tupida bruma con la que Apolo envuelve a Heacutector De esta manera se deja entender que el momento del enfrentamien-to defi nitivo no ha llegado todaviacutea Aquiles se lanza hacia otros troyanos y aliados ansioso de matar

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Como el maravilloso fuego estalla en las profundas canadas de un agostado monte y el espeso bosque se incendiay los remolinos de viento esparcen las llamas por doquierasiacute corriacutea furioso por doquier con la pica como una deidadacosando a sus viacutectimas y la sangre luiacutea por la negra tierraComo cuando alguien unce dos bueyes de anchos testuces para trillar en la bien construida era la blanca cebadaque pronto se desconcha bajo las patas de los mugidores bueyesasiacute los soliacutepedos caballos a las oacuterdenes del magnaacutenimo Aquilespisoteaban cadaacuteveres y broqueles Debajo el timoacuten estabaentero salpicado de sangre y las barandas alrededor de la caja hasta donde llegaban las gotas que despediacutean las equinas pezuntildeasy las que procediacutean de las llantas Estaba aacutevido de ganar gloriael Peacutelida e iba manchando de mortandad sus inaferrables manos(Canto XΧ 490-503)

En este punto la Iliacuteada nos posiciona ante un masacre generalizado La sangre fl uye abundante y los cuerpos sin vida de los guerreros se amonto-nan descontroladamente sobre la tierra El campo de batalla es un paisaje de carniceriacutea y destruccioacuten absoluta denso y fuacutenebre un paisaje construido en silencio A partir de la descripcioacuten panoraacutemica que nos proporciona el poeta nos podemos representar visualmente la escena a grandes rasgos a la vez que podemos casi oler la sangre que corre todaviacutea caliente No obstante lo que causa mayor impacto es la calidad taacutectil de la imagen A traveacutes de los caballos de Aquiles que pisotean cadaacuteveres indistintamente salpican-do sangre a todas direcciones podemos sentir el volumen y el peso de los cuerpos que yacen en abandono entre armaduras y objetos que ya no les serviraacuten Podemos sentir la espesura de la sange que se va secando bajo el sol de Troya Pero iquestpodemos oir algo maacutes que silencio Seriacutea interesante pre-guntarmos con cuaacutel(es) de los sentidos recibimos percibimos y nos repre-sentamos una narracioacuten e intentar explorar las razones de tal diferenciacioacuten

Atravesando este paisaje desgarrador Aquiles se dirige hacia el riacuteo persi-guiendo a los troyanos algunos intentan huir hacia la ciudad mientras otros se encuentran atrapados en el riacuteo nadando entre sus corrientes y remolinos Antes de lanzarse contra ellos Aquiles deja su lanza en la ribera Pretende mantener un contacto iacutentimo con sus enemigos estando cerca de sus viacutecti-mas escuchando su respiracioacuten y observando su sufrimiento mientras elimi-na la vida de sus miembros usando sus propias manos y una daga Dentro del riacuteo intentaraacute saciar su deseo de venganza y sangre matando sin piedad a

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numerosos guerreros hasta que el cauce rebose de cadaacuteveres

La imagen del campo de batalla repleto de cadaacuteveres se reproduce intensi-fi cada dentro del riacuteo a tal punto que el propio riacuteo Escamandro advierte a Aquiles y le ordena a continuar la matanza en la llanura Cuando eacutel se lanza de nuevo hacia el cauce el paisaje se transforma de manera singular El riacuteo se presenta como un cuerpo vivo que se mueve determina su ruta y modera su fuerza durante su movimiento Escamandro arroja cadaacuteveres a la orilla protege a los troyanos en sus remolinos y persigue a Aquiles con toda su furia Durante esta curiosa persecucioacuten el heacuteroe se agota y empieza a deses-perar una vez que sus fuerzas le estaacuten abandonando Los dioses salvaraacuten a Aquiles del furor del riacuteo para que eacutel vuelva a lanzarse contra los troyanos una vez maacutes

laquoAnte su empuje los troyanos | se atropellaban en general desbandada sin ninguacuten socorro | que aparecieraraquo12 Estos versos contribuyen a la atmoacutesfera de asfi xiante densidad generada a lo largo de este canto Nos comunican que la llanura estaacute llena de hombres cuyo miedo a Aquiles les impulsa a correr en desorden hacia Troya mientras Priacuteamo abre para ellos las puertas Esceas Apolo tomando la forma de Ageacutenor provoca a Aquiles y le hace emprender una corrida sin fi n persiguiendo al dios En la narracioacuten surgen dos movimientos opuestos el movimiento de Aquiles y Apolo hacia el riacuteo Escamandro y el movimiento apresurado de los troyanos hacia la ciudad

Ademaacutes mediante un engantildeo apartoacute al Peacutelida de la huesteel protector asemejaacutendose en todo al propio Ageacutenor se detuvoante los pies de Aquiles que se lanzoacute corriendo a perseguirloDurante un rato eacuteste lo persiguioacute por el llano feraz en trigodesviando a lo largo del Escamandro el riacuteo de hondos remolinosal que le precediacutea corto trecho con astucia lo hechizaba Apolopara guardar intacta su esperanza de alcanzarlo con sus piesentre tanto los demaacutes troyanos fugitivos llegaron en tropelfelices a la ciudad que se llenoacute de refugiadosY fuera de la ciudad y de la muralla ni siquiera osaronaguardarse unos a otros para informarse del que hubiera escapadoy del que habiacutea muerto en el combate sino que penetroacute presurosoen la ciudad todo aquel a quien sus rodillas y sus pies salvaron(Canto XΧI 599-611)

12 Canto XΧI 527-529

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

La corrida veloz de Apolo y Aquiles por el campo de batalla descentra y desenfoca la mirada y ampliacutea el plano En la velocidad del movimiento se diluye la espesura fuacutenebre de las imaacutegenes anteriores mientras el campo de batalla se vaciacutea de presencias humanas De esta manera el poema cierra el ciclo que habiacutea abierto despueacutes del primer encuentro de Heacutector y Aquiles El escenario de la narracioacuten se vaciacutea para entregarse purifi cado a los dos heacuteroes y soacutelo a ellos laquoImpedido por su destino fatal Heacutector quedoacute solo alliacute mismo | delante de Ilio y de las puertas Esceasraquo13

El espacio del duelo es un gran vaciacuteo la llanura de Troya delante de las puer-tas Esceas poblado por cadaacuteveres quizaacutes algunos cuerpos descuartizados armas que se cayeron de los guerreros muertos o se perdieron en el bullicio de la fuga y se esparcieron por el camino y probablemente algunos carros abandonados o caballos muertos Silencio absoluto Este espacio funciona como un escenario doble Por un lado estaacuten Priacuteamo y todos los troyanos que contemplan desde la parte maacutes alta de la muralla de Troya por otro lado estaacuten los aqueos que se encuentran lejos en la llanura de Troya hacia el riacuteo Escamandro y han recibido de Aquiles el orden de no atacar a Heacutector en ninguacuten caso por lo que tambieacuten seraacuten espectadores de este duelo inminente

Un escenario doble pues Heacutector se encuentra en eacutel solo y atemorizado mientras Aquiles engantildeado por Apolo se encuentra muy lejos de la mura-lla Cuando Aquiles empieza a correr motivado por su impulso de vengan-za su movimiento es directo y decisivo hacia la ciudad hacia Heacutector Al mismo tiempo Heacutector se presenta experimentando un movimiento mental El poeta desplaza la atencioacuten hacia el interior del heacuteroe

laquoiexclAy de miacute Si me meto en las puertas y en las murallasPolidamante seraacute el primero en cubrirme de oprobiospues me ha ordenado guiar a los troyanos hacia la ciudadesta noche maldita en que el divino Aquiles ha dejado la calmaMas yo no le he hecho caso y iexclcuaacutento mejor habriacutea sidoAhora que ha perecido la tropa por culpa de mis necedadesverguumlenza me dan los troyanos y troyanas de rozagantes mantosno sea que alguna vez alguien vil y distinto de miacute digalsquoHeacutector por iarse de su fuerza hizo perecer la huestersquoAsiacute diraacuten y en ese caso para miacute habriacutea sido mucho mejorenfrentarme contra Aquiles y regresar despueacutes de matarlo

13 Canto XΧII 5-6

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o perecer yo mismo con gloria delante de la ciudadiquestY si depongo el abollonado broquel y el ponderoso cascoy tras dejar la lanza apoyada contra la murallavoy sin armas y me presento ante el intachable Aquilesy le prometo entregar a Helena junto con las riquezasiacutentegras que Alejandro se trajo en las concavas navesa Troya accioacuten que fue la causa de la contiendaa los Atridas para que se la lleven y ademaacutes con los aqueosrepartirnos todos los demaacutes tesoros que guarda esta ciudadDespueacutes puedo tomar juramento de honor a los troyanosde no esconder nada y de repartir en dos lotes todoslos tesoros que encierra en su interior la amena ciudadelaPero iquestpor queacute mi animo me ha suscitado este debateiexclMira que si voy y me presento ante eacutel y lejos de apiadarsey de respetarme me mata desnudo sin la panopliaigual que a una mujer cuando ya me haya quitado las armasMas no es el momento de remontarse a la encina y a la piedra ni de charlar con eacutel de las lindezas de una doncella y un mozoni de las ternuras que una doncella y un mozo se intercambianMaacutes vale entablar la disputa cuanto antesiexclAveriguumlemos a quieacuten de los dos tiende el Oliacutempico su honorraquoMientras esperaba agitando estas ideas Aquiles se acercoacutesemejante a Enialio el guerrero del centelleante cascoenarbolando sobre el hombro derecho la peliacuteada lanza de fresnoterrible a los lados el bronce brillaba parecido al destelloque emiten el ardiente fuego o el sol al salirNada mas verlo Heacutector fue presa del temblor y ya no soportoacuteseguir alliacute sino que dejoacute atraacutes las puertas y echoacute a huir(Canto XΧII 99-137)

Habiendo desplazado la atencioacuten al interior del personaje el poema se acerca a eacutel estableciendo un viacutenculo de empatiacutea entre el lector y dicho per-sonaje Nosotros estamos recibiendo la narracioacuten a traveacutes de eacutel por medio de sus vivencias Aquiles se nos presenta refl ejado en la mirada y la reaccioacuten de Heacutector Su llegada interrumpe la introspeccioacuten y sentildeala el principio del enfrentamiento de manera que la intensidad del movimiento mental se con-vierte en intensidad de movimiento fiacutesico con esta transformacioacuten sutil el poema mantiene un equilibrio de energiacutea a la vez que produce un cambio de escena draacutestico La persecucioacuten de Heacutector por Aquiles comienza Es la tercera persecucioacuten relatada despueacutes del primer enfrentamiento de los dos heacuteroes Aquiles y Heacutector estaacuten fuera de las murallas corriendo jadeantes

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

uno detraacutes del otro No conocemos a Troya en el poema nunca se describe su forma pero estamos corriendo con los heacuteroes alrededor de ella Las des-cripciones del paisaje intercaladas y las escenas de paz evocadas refuerzan por contradiccioacuten la tensioacuten mortal de la situacioacuten

Por alliacute pasaron corriendo uno huyendo y otro acosando detraacutesDelante huiacutea un valiente pero uno mucho mejor lo perseguiacuteaaprisa no era la viacutectima de un sacri icio ni una bovina pielpor lo que competiacutean premios comunes en las carreras humanas sino que corriacutean por la vida de Heacutector domador de caballos(Canto XΧII 157-161)

Tierra y Cielo los dos planos de accioacuten se activan a la vez Dos liacuteneas na-rrativas se desarrollan en paralelo La primera se dedica a los mortales es una liacutenea sin diaacutelogos pero en ella se puede intuir la agoniacutea El ritmo de la corrida marca la pauta de la escena La segunda liacutenea narrativa corresponde a los dioses que estaacuten observando la primera desde el Olimpo donde estaacuten reunidos para tomar decisiones sobre la suerte de los mortales Sus diaacutelogos suenan ligeros y despreocupados e incluso tienen un punto coacutemico lo que acaba reforzando la situacioacuten traacutegica de los heacuteroes

Cuando los dioses lo deciden intervienen en la historia haciendo que las dos liacuteneas narrativas se crucen y se junten Los dos planos de accioacuten ahora se funden en un uacutenico plano Troya con la llegada de Atenea que marca el fi nal de la corrida y el inicio del desenlace de la historia Atenea se presenta a los dos heacuteroes pero de manera distinta a cada uno de ellos ya que se rela-ciona de modo distinto con ellos coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector14 Con su presencia se rompe el silencio mortal de la persecucioacuten Diaacutelogos aparecen de nuevo El poeta estaacute preparando el terreno para el combate el espacio se vuelve abstracto despojado de elementos descriptivos mientras la presencia fiacutesica de los guerreros y su voz adquieren maacutes importancia La atencioacuten del receptor se va dirigiendo hacia ellos dos su presencia su con-frontacioacuten inminente sus palabras y sus acciones

Despueacutes de hablar asiacute desenvainoacute la aguda espada

14 Atenea participa en las acciones de Aquiles hablaacutendole en plural incluyente laquoAhora siacute que espero esclarecido Aquiles caro a Zeus | que ambos llevaremos a los aqueos una gran gloria a sus naves | tras aniquilar a Heacutector por insaciable de lucha que sea | Ahora ya no hay posibilidad de que se nos escape | por muchas penas que el protector Apolo sufra | rodando y rodando ante el padre Zeus portador de la eacutegida | Detente tuacute ahora y recobra el aliento que yo a eacuteste | me acercareacute y le convencereacute para que luche frente a frenteraquo (Canto XΧII 216-223)

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que llevaba suspendida de su costado larga y robustay tras tomar impulso partioacute cuaacutel aacuteguila de alto vueloque baja al llano a traveacutes de las tenebrosas nubespara arrebatar una tierna cordera o una treacutemula liebreasiacute partioacute Heacutector haciendo vibrar la aguda espadaTambieacuten se lanzoacute Aquiles con el aacutenimo lleno de furiasalvaje se cubrioacute el torso por delante con el escudobello primoroso mientras haciacutea oscilar el reluciente cascode cuatro mamelones y ondeaban alrededor las bellas crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenComo va entre los astros en la oscuridad de la noche la estrellavespertina el astro maacutes bello que hay ijo en el irmamentoasiacute era el fulgor de la a ilada punta que Aquiles blandiacuteacon la diestra maquinando la perdicioacuten del divino Heacutectore indagando donde su bella piel ofreceriacutea menor resistenciaTodo su cuerpo estaba protegido por la bronciacutenea armadurabella que habiacutea despojado al potente Patroclo tras matarlosoacutelo se veiacutea donde las claviacuteculas separan cuello y hombrosel gaznate que es por donde maacutes pronto se pierde la vidaPor alliacute el divino Aquiles le hundioacute la pica en pleno ataqueLa punta penetroacute derecha a traveacutes del delicado cuelloy el asta de fresno pesada por el bronce no le cercenoacute la traacutequeacon lo que todaviacutea pudo responderle y decir unas palabrasSe desplomoacute en el polvo y el divino Aquiles exclamoacute triunfantelaquoiexclHeacutector Al despojar a Patroclo sin duda creiacuteste estara salvo y para nada te preocupaste de miacute porque estaba lejosiexclInsensato Lejos de aquel un vengador muy superior a la zagase habiacutea quedado junto a las huecas naves y ese soy yoque te he doblado las rodillas De ti tiraraacuten y te humillaraacuten los perros y las aves y a eacutel los aqueos le haraacuten las exequiasraquoDesfallecido le dijo Heacutector el de tremolante penacholaquoiexclTe lo suplico por tu vida tus rodillas y tus padresNo dejes a los perros devorarme junto a las naves de los aqueosen lugar de eso acepta bronce y oro en abundancia regalos que te daraacuten mi padre y mi augusta madrey devuelve mi cuerpo a casa para que al morir del fuegome hagan partiacutecipe los troyanos y las esposas de los troyanosraquoMiraacutendolo con torva faz replicoacute Aquiles de pies ligeroslaquoNo implores perro invocando mis rodillas y a mis padres iexclOjalaacute que a miacute mismo el furor y el aacutenimo me indujerana despedazarte y a comer cruda tu carne por tus fechoriasTan cierto es eso como que no hay quien libre tu cabeza

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

de los perros ni aunque el rescate diez veces o veinte vecesme lo traigan y lo pesen aquiacute y ademaacutes prometan otro tanto y ni siquiera aunque mandara pagar tu peso en oroPriacuteamo Dardaacutenida Ni auacuten asiacute tu augusta madre depositaraacuteen el lecho el cadaacutever de quien ella parioacute para llorarloLos perros y las aves de rapina se repartiraacuten entero tu cuerporaquoYa moribundo le dijo Heacutector el de tremolante penacho laquoBien te conozco con soacutelo mirarte y ya contaba con noconvencerte De hierro es el corazoacuten que tienes en las entrantildeasCuiacutedate ahora de que no me convierta en motivo de la coacutelerade los dioses contra ti el diacutea en que Paris y Febo Apolo tehagan perecer a pesar de tu valor en las puertas EsceasraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteEl aliento vital voloacute de la boca y marchoacute a la morada de Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando dijo Aquiles de la casta de ZeuslaquoiexclMuere Mi parca yo la acogereacute gustoso cuando Zeus quiera traeacutermela y tambieacuten los demaacutes dioses inmortalesraquoDijo y arrancoacute del cadaacutever la bronciacutenea picala dejoacute a un lado y le quitoacute de los hombros las armasensangrentadas Los hijos de los aqueos acudieron corriendoy quedaron admirados de la talla y de la envidiable bellezade Heacutector y nadie hubo que se presentara y no lo hirieraY asiacute deciacutea cada uno mirando al que teniacutea proacuteximolaquoiexclQueacute sorpresa iexclAhora siacute que es Heacutector mucho maacutes blandode tocar que cuando prendioacute las naves con el voraz fuegoraquoAsiacute repetiacutea cada uno cuando se presentaba y lo heriacutea(Canto XΧII 306-375)

Los dos heacuteroes se acercan con sus armas fi rmes en la mano15 y Aquiles pla-nifi ca el ataque que va a realizar Observa minuciosamente a Heacutector explora su cuerpo como si fuese territorio desconocido e identifi ca los lugares ex-puestos como si trazara sobre Heacutector un mapa de vulnerabilidad Una vez maacutes la Iliacuteada nos conduce hacia el espacio iacutentimo del cuerpo hacia la postu-ra la apariencia y estructura fiacutesica los gestos la distancia entre las personas la velocidad del movimiento y el impulso de la accioacuten

15 Heacutector tiene una espada y Aquiles una pica ya que sus lanzas las perdieron pocos versos atraacutes cuando intentaron atacar el uno al otro Heacutector esquivoacute la lanza de Aquiles mientras la lanza de Heacutector se desvioacute al chocar con el escudo de Aquiles Ahora los dos heacuteroes tienen que acercarse para matarse Este duelo requiere proximidad fiacutesica

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La pica atraviesa el cuello de Heacutector pero deja su traacutequea intacta para que eacutel pueda pronunciar sus uacuteltimas palabras justo antes de extinguirse su vida A las jactancias de Aquiles Heacutector responde suplicando por la suerte de su cuerpo y en esta suacuteplica se puede intuir la inminente suacuteplica de Priacuteamo Aquiles replica con execrable crueldad en sus palabras como en todas sus acciones despueacutes de entrar en la batalla se refl eja el cambio que la muerte de Patroclo provocoacute en su aacutenimo y comportamiento El moribundo Heacutector hace referencia al futuro de Aquiles tal como el moribundo Patroclo previoacute la muerte de Heacutector laquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteraquo es el verso que se repite ideacutentico en los dos casos mientras tanto Heacutector como Aquiles dirigen unas uacuteltimas y crueles palabras al cadaacutever del hombre que acaban de matar antes de arrancar el arma de la herida Sin embargo al contrario de lo que pasa con Patroclo Heacutector yace en la tierra abandonado y no hay nadie que pueda luchar por el honor de su cuerpo

El cuerpo sin vida tendido en el suelo y la voz de su asesino que resuena amenazadora sobre eacutel construyen una imagen muy potente a partir de la cual empieza el ultraje Los aqueos hasta entonces espectadores silenciosos presencias lejanas e intrascendentes16 se acercan y en su reaccioacuten se juntan dos acciones contradictorias por una parte admiran la belleza de Heacutector y por otra hieren su cuerpo repitiendo una exclamacioacuten verbal y un acto de violencia que parecen tener casi la funcioacuten de un ritual

laquo[] Nos hemos alzado con gran gloria hemos matado al divino Heacutectora quien los troyanos en la ciudad invocaban como a un diosraquoDijo e imaginaba ignominias contra el divino HectorLe taladroacute por detraacutes los tendones de ambos piesdesde el tobillo al taloacuten enhebroacute correas de bovina pielque atoacute a la caja del carro y dejoacute que la cabeza arrastraraMontoacute en la caja del carro recogioacute la ilustre armaduralos fustigoacute para arrearlos y los dos de grado echaron a volarGran polvareda se levantoacute del cadaacutever arrastrado los cabellososcuros se esparciacutean y la cabeza entera en el polvoyaciacutea antes encantadora Zeus entonces a sus enemigoshabiacutea concedido que lo ultrajaran en su propia patria(Canto XΧII 393-404)

16 laquoLos aqueos estaacuten cerca de las murallas de Troya pero como una presencia silenciosa e intrascendenteraquo (Caroline Alexander La guerra que matoacute a Aquiles p 205)

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5 El dolor que nos une [Priacuteamo y Aquiles]

Encerrados en la ciudad los troyanos se hacen testigos no soacutelo de la muerte de Heacutector sino tambieacuten de la crueldad a la cual se somete su cuerpo Con la huida de Aquiles quien arrastra el cadaacutever de Heacutector hacia el campamento aqueo el escenario se vaciacutea por completo y la atencioacuten se reconduce hacia Troya Sobre la torre de Ilio Heacutecuba se arranca los cabellos mientras Priacuteamo se representa revolcaacutendose en estieacutercol manifestando por primera vez su deseo de suplicar a Aquiles para que eacuteste le devuelva el cuerpo de su hijo

Asiacute quedoacute cubierta su cabeza entera de polvo Su madre se mesoacute los cabellos arrojoacute el niacutetido velo lejos y prorrumpioacute en muy elevados llantos al ver a su hijo Tambieacuten su padre emitioacute un lastimero gemido y las gentes por la ciudad eran presa de llantos y de lamentos Todo pareciacutea como si la almenada Ilio se estuviera consumiendo entera por el fuego desde los cimientos Las gentes a duras penas conteniacutean al apenado anciano ansioso por salir fuera de las puertas dardanias A todos imploraba rodando por el estieacutercol y llamando a cada uno por su nombre(Canto XXII 405-415)

Sus reiterativos llantos y gemidos inquietan tambieacuten a Androacutemaca quien desde su encuentro con Heacutector ha permanecido encerrada en su habitacioacuten tejiendo bellos mantos y preparando un bantildeo caliente para el regreso de eacutel en vano Es la agoniacutea por la suerte de Heacutector la que lleva a Androacutemaca a la muralla de nuevo repitiendo el movimiento que realizoacute en el canto VI cuando salioacute presurosa del palacio en busca de su marido mientras la no-driza la seguiacutea llevando al nintildeo en sus brazos Su lamento confi rma la pre-ocupacioacuten expresada en su diaacutelogo con Heacutector mientras en eacutel resuenan los lamentos de otras mujeres que perdieron a sus esposos y fueron convertidas en esclavas durante la guerra

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

La reaccioacuten de Priacuteamo ante la muerte de Heacutector se parece mucho a la prime-ra reaccioacuten que Aquiles tuvo al enterarse de la muerte de Patroclo Tanto a Aquiles como a Priacuteamo el duelo por la peacuterdida de alguien muy querido les hace cubrirse la cabeza y el cuerpo entero con un material no precisamente noble De este modo sus rasgos divinos adquieren un aspecto sucio y la-mentable que refl eja su estado psiacutequico En ausencia del cadaacutever al que les gustariacutea tener cerca y poder tocar durante el lamento1 en ese momento de soberbio dolor los hombres establecen un contacto con la tierra con el suelo con la materia orgaacutenica en la cual todo de una manera u otra se convierte

Asiacute habloacute y a eacutel una negra nube de a liccioacuten lo envolvioacuteCogioacute con ambas manos el requemado holliacuteny se lo derramoacute sobre la cabeza afeando su amable rostromientras la negra ceniza se posaba sobre su tuacutenica de neacutectar Y extendido en el polvo cuan largo era gran espacioocupaba y con las manos se mancillaba y mesaba los cabellosLas siervas que Aquiles y Patroclo se habiacutean adjudicado en prendaproferiacutean grandes alaridos a ligidas en su corazoacuten y a la puertacorrieron en torno del belicoso Aquiles y todas con las manos mientras se golpeaban el pecho cayeron postradas de hinojosDel otro lado Antiacuteloco se lamentaba y vertiacutea laacutegrimascon las manos de Aquiles cogidas y su glorioso corazoacuten gemiacuteaante el temor de que se segara la garganta con el hierro (Canto XVIII 22-34)

En ambos casos ellos no se encuentran solos en sus lamentos sino que estaacuten rodeados de otras personas2 sobre todo mujeres las mujeres de Troya en el caso de Priacuteamo y las siervas en el caso de Aquiles Es en torno a estos dos lamentos de Aquiles por Patroclo y de Priacuteamo por Heacutector y los respectivos intentos de honrar a los muertos que se estructuran los dos uacuteltimos cantos de la Iliacuteada Como afi rma Caroline Alexander despueacutes del enfrentamiento heroico maacutes importante del poema la Iliacuteada se enfoca en los difuntos y en

1 En otra ocasioacuten laquoEntre ellos el Pelida entonoacute un reiterativo llanto | poniendo sus manos homicidas sobre el pecho de su compantildeeroraquo (Iliacuteada Canto XXIII 17-18) Androacutemaca al recibir el cuerpo de su esposo hace lo mismo laquoEntre eacutestas Androacutemaca de blancos brazos inicioacute el llanto |mientras sujetaba la cabeza del homicida Heacutector en sus manosraquo (Iliacuteada Canto XXIV 723-724)2 En las escenas de la Iliacuteada los personajes tienden a formar conjuntos durante el lamento con el que estaacute maacutes afectado en el centro y los demaacutes alrededor suyo No es necesario que el motivo del lamento sea uacutenico y compartido por todos cada uno puede llorar por sus propios motivos pero el acto de llorar es compartido y su intensidad suele ajustarse a las necesidades del personaje principal de la escena Posteriormente el coro de la tragedia cumple tambieacuten con una funcioacuten parecida la de acompantildear a los personajes en sus lamentos soliloquios y diaacutelogos a menudo compartiendo sus estados de aacutenimo y otras veces expresando ideas o sentimientos opuestos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

las consecuencias de sus muertes3

Una vez concluidos los funerales de Patroclo y las competiciones de los aqueos en su honor el cadaacutever de Heacutector continuacutea yaciendo en el polvo y siendo arrastrado por Aquiles alrededor del tuacutemulo de su caro amigo El tuacutemulo tal como el cuerpo del guerrero muerto emerge como un centro en el espacio En alguacuten lugar (sentildealado y preciso) en la orilla del mar cerca de las naves aqueas se encuentra enterrada la urna que contiene los huesos de Patroclo que en breve albergaraacute tambieacuten los huesos de Aquiles4 Es en torno a este centro que el cuerpo de Heacutector atado con correas de bovina piel al carro de Aquiles dibuja tres ciacuterculos cada mantildeana con la primera luz del diacutea ciacuterculos que se inscriben en la tierra uno sobre otro durante nueve diacuteas Apolo protege al cuerpo de Heacutector de todo tipo de desgaste pero en el espacio deben permanecer las huellas de este proceso por muy efiacutemeras que sean

[] pero despueacutes de llorar y lamentarse remiten en su penapues las Moiras han hecho el aacutenimo humano apto para soportar(Canto XXIV 48-49)

Sin embargo este ritual viciado y repetitivo no consigue apaciguar el dolor de Aquiles ni tampoco saciar su deseo de venganza Eacutel todaviacutea estaacute afl igido Su fi gura es la de un hombre que no encuentra tranquilidad en ninguacuten sitio no puede estar quieto casi no puede estar No puede adormecer y cambia constantemente de posicioacuten se levanta se tumba de espaldas de lado boca abajo se sienta camina entra y sale de su tienda permaneciendo siempre inquieto Los dioses del Olimpo observadores perpetuos y duentildeos de la suerte de los mortales no dejan de discutir acerca de la resolucioacuten de esta situacioacuten hasta que Zeus toma su decisioacuten Tal como fue previsto al princi-pio del poema la coacutelera de Aquiles ha sido respetada por los dioses y eacutel ha sido honrado como corresponde a un heacuteroe mortal que es hijo de una diosa

3 laquoPero la Iliacuteada no es una epopeya convencional y en el mismo momento del mayor triunfo militar de su heacuteroe homero desviacutea la atencioacuten de Aquiles a las dos bajas maacutes importantes de la historia Patroclo y Heacutector es hacia las consecuencias de sus muertes sobre todo para el vencedor hacia donde pasa a dirigirse inexorablemente toda la accioacuten de la Iliacuteadaraquo (La guerra que matoacute a Aquiles p 227) Ademaacutes entre estos dos funerales se pueden rastrear relaciones de interdependencia Patroclo no es enterrado hasta que Heacutector es muerto y ultrajado en honor de Patroclo por otro lado Heacutector no se puede enterrar hasta que terminen los honores funerarios a Patroclo porque el ultraje de su cuerpo forma parte de ellos4 laquoiexclQue tambieacuten un mismo atauacuted encierre juntos nuestros huesos | y que sea la aacuteurea urna que te procuroacute tu augusta madre raquo es la peticioacuten que dirige en un suentildeo el alma de Patroclo a Aquiles peticioacuten que es completamente respetada por el propio Aquiles (Canto XXIII 91-92)

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Ahora es el momento de honrar a Heacutector tambieacuten muy querido a los dioses liberando su cuerpo y devolvieacutendolo a Troya

Seguacuten el plan de Zeus con el que estaacuten de acuerdo todos los dioses oliacutem-picos Priacuteamo iraacute como suplicante a Aquiles y le ofreceraacute regalos a cambio del cadaacutever Para que se pueda cumplir el plan divino es necesario que se comunique previamente a los dos heacuteroes involucrados5 Ellos al conocer la voluntad de los dioses actuaraacuten de acuerdo con ella los dioses incitan sus acciones pero no actuacutean por ellos En el interior de su tienda Aquiles se encuentra llorando Tetis se sienta a su lado y establece un contacto fiacutesico con eacutel antes de hablarle y los dos mantienen un diaacutelogo muy breve Por su parte Iris llega al palacio de Priacuteamo donde el anciano rey estaacute reiterando el llanto que habiacutea iniciado Priacuteamo la recibe en silencio temblando Sin espe-rar contestacioacuten la diosa se va y Priacuteamo sigue sus instrucciones y consejos sin perder tiempo

Asi habloacute e Iris de pies de raacutefaga fue con el mensajeLlegoacute a casa de Priacuteamo y alliacute no halloacute maacutes que quejas y llantos Los hijos sentados alrededor de su padre dentro del patioteniacutean mojada de laacutegrimas la ropa y el viejo estaba en mediocubierto con un manto que dejaba adivinar su silueta Abundanteestieacutercol envolviacutea la cabeza y el cuello del ancianoque eacutel mismo al revolcarse habia cosechado con sus manos Las hijas y las nueras por las mansiones gimoteabanacordaacutendose de los muchos y valerososque yaciacutean despueacutes de perder la vida a manos de los argivosLa mensajera de Zeus se detuvo junto a Priacuteamo y dijo con voztenue mdashy el temblor se aduentildeoacute de los miembros del ancianomdash(Canto XXIV 159-170)

Heacutecuba aterrorizada con la decisioacuten de su marido le sugiere hacer una liba-cioacuten a Zeus antes de emprender la ruta hacia las naves aqueas A la plegaria de Priacuteamo el dios responde con su aguumlero maacutes positivo y enseguida Priacuteamo y el heraldo se suben al carro cargados de muchos y bellos regalos para Aquiles Tal como habiacutea prometido Iris su camino es facilitado por Hermes quien manteniendo oculta su identidad les acompantildea hasta su llegada a la tienda de Aquiles aseguraacutendose de que ninguno de los aqueos advierta su

5 Tetis (llamada al Olimpo por Iris para que Zeus le informe de su decisioacuten) iraacute al encuentro de Aquiles mientras Iris avisaraacute a Priacuteamo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

presencia

La conversacioacuten del anciano Priacuteamo con el dios es extensa y deja adivinar la duracioacuten del camino que conduce de la ciudad de Troya al campamento aqueo mientras el propio camino no se describe en esta secuencia como tampoco se describe la ciudad o el campamento En cambio se presta aten-cioacuten a las transiciones de un espacio a otro Antes de lanzarnos a lo que viene a ser seguramente el encuentro maacutes peculiar y maacutes pleno de la Iliacuteada el poeta describe meticulosamente los umbrales que hemos de cruzar Por una parte las presencias humanas hay que pasar entre los guardias y los guerrreros que circulan entre las naves a los que Hermes hace adormecer desactivando el peligro que supone su vigilia

Por otra parte las construcciones materiales en el espacio En primera ins-tancia la fosa y el muro que delimitan el territorio de los aqueos en la llanura troyana Priacuteamo cruza ahora con la ayuda del dios la misma fortifi cacioacuten que Heacutector intentoacute y parcialmente logroacute derrumbar en el canto XII A con-tinuacioacuten la tienda de Aquiles cuya estructura se describe con cierta preci-sioacuten desde fuera hacia dentro de manera inversa y complementaria a la de la escena del sacrifi cio de Aquiles a Zeus6 En los dos casos la atencioacuten recae sobre el cerrojo de las puertas un pormenor miacutenimo pero signifi cativo Esta sucesioacuten de espacios diferentes y claramente delimitados funciona como una introduccioacuten gradual al espacio iacutentimo del encuentro Hermes que en los mitos primitivos fi gura como el dios de los liacutemites de los campos y de las fronteras acompantildea a Priacuteamo durante este proceso

Al llegar a las forti icaciones de las naves y a la fosaya los guardias comenzaban a ocuparse de la cenaEl mensajero Argiacutecida vertioacute el suentildeo sobre todos ellos sin excepcioacuten luego abrioacute las puertas y retiroacute las trancase introdujo a Priacuteamo y sus espleacutendidos dones sobre el carromatoCuando llegaron a la tienda del Pelidaelevada que los mirmidones habiacutean fabricado para su soberanotallando vigas de abeto mdashpor encima la habiacutean techado con frondoso cantildeizo recolectado de la praderaalrededor un gran patio habiacutean fabricado para su soberanocon espesas estacas la puerta la sujetaba un uacutenico pasadorde madera de abeto que entre tres aqueos soliacutean encajar

6 Iliacuteada canto XVI 220-256

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como tres eran los que abriacutean el gran cerrojo de las puertas de no ser Aquiles que era el uacutenico que lo encajaba auacuten solomdashentonces el beneacute ico Hermes se la abrioacute al ancianointrodujo los ilustres regalos para el velociacutepedo Pelidase apeoacute del carro a tierra y exclamoacutelaquoiexclAnciano Yo soy un dios inmortal que aquiacute ha venido soy Hermes Mi padre me ha enviado para que te diera escoltaPero ahora me ireacute de nuevo y no me voy a presentarante las miradas de Aquiles Vituperable seriacuteaque un dios inmortal favorezca tan abiertamente a los mortalesTuacute entra y coge al Pelida de las rodillasy por su padre su madre de hermosos cabellosy su hijo supliacutecale para conmoverle el aacutenimoraquoTras hablar asiacute se alejoacute hacia el vasto OlimpoHermes Y Priacuteamo saltoacute de los caballos a tierray dejoacute alliacute a Ideo que esperaba guardandolos caballos y las mulas El anciano fue derecho a la casadonde Aquiles caro a Zeus residiacutea Lo halloacute dentrosus compantildeeros estaban sentados aparte y soacutelo dosel heacuteroe Automedonte y Aacutelcimo retontildeo de Ares se afanabanen presencia suya presurosos Acababa de dejar el alimentodespueacutes de comer y beber y la mesa auacuten estaba puesta al ladoEntroacute el alto Priacuteamo sin que ellos lo notaran se paroacute cercay estrechoacute las rodillas de Aquiles y le besoacute las manosterribles y homicidas que a tantos hijos suyos habiacutean matadoComo cuando una densa ofuscacioacuten apresa al hombre que mataen la patria a una persona y llega a un pueblo extrantildeoante un hombre acaudalado y el estupor invade a quienes lo venasiacute de estupefacto se quedoacute Aquiles al ver al deiforme PriacuteamoTambieacuten los demaacutes intercambiaron estupefactos sus miradas(Canto XXIV 443-484)

Una vez dentro del patio de Aquiles ya no hay demora Priacuteamo decidido y confi dente entra en la tienda sin compantildeiacutea como suplicante Aquiles no estaacute solo es el momento despueacutes de la cena7 y a su lado se encuentran Aacutelcimo y Automedonte entre otros mirmidones El interior de la tienda no se descri-be Se describen apenas las actividades que tienen lugar en ella y vagamen-te las posiciones relativas entre los personajes Aquiles es identifi cado como

7 Caroline Alexander sentildeala que Aquiles soliacutea compartir estos momentos del diacutea despueacutes de la cena con Patroclo (La guerra que matoacute a Aquiles p 244) En la escena de la embajada Ulises encuentra a Aquiles y Patroclo mientras estaacuten tocando muacutesica y cantando

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

un centro un punto en el espacio al cual se dirige Priacuteamo El anciano rey como todo suplicante toca las rodillas de Aquiles y le besa la mano

Cuando Tetis se presenta a Zeus como suplicante8 se pone de rodillas delan-te suyo y coloca su mano izquierda sobre su rodilla y con su mano derecha toca su barbilla En varias escenas de la Iliacuteada el contacto fiacutesico precede a la comunicacioacuten verbal casi estableciendo la base para ella tal como en otras la distancia entre dos personajes y su gestualidad delimita el campo de su interaccioacuten y es signifi cativa para el entendimiento del diaacutelogo El silencio tambieacuten adquiere una fuerza y un peso especial Priacuteamo se agarra a las ro-dillas de Aquiles y le besa la mano mientras eacutel lo mira estupefacto inmoacutevil en la fuerza de esta imagen el poeta crea aquella unidad bipartita que es el encuentro entre los dos personajes inseparables en el espacio y en el con-tenido de la narracioacuten Las miradas entrecruzadas de los otros personajes que presencian la escena reafi rman este hecho La unidad Aquiles-Priacuteamo se percibe y reconoce como tal y precisamente por eso se aiacutesla del ambiente haciendo posible la aparicioacuten del discurso

Priacuteamo le dirigioacute una suacuteplica diciendo estas palabraslaquoiexclAcueacuterdate de tu padre Aquiles semejante a los diosesque tiene mi misma edad y estaacute en el funesto umbral de la vejezTambieacuten a eacutel los vecinos que habitan alrededor sin duda loatormentan y no hay quien aparte de eacutel la ruina y el estragoSin embargo aquel mientras sigue oyendo que tu estaacutes vivose alegra en el aacutenimo y espera cada diacuteaver a su querido hijo que vuelve de TroyaPero mi desdicha es completa he engendrado los mejores hijosen la ancha Troya y de ellos a irmo que ninguno me quedaCincuenta teniacutea cuando llegaron los hijos de los aqueosdiecinueve me habiacutean nacido de un uacutenico vientrey otras mujeres habiacutean alumbrado en el palacio a los demaacutesA la mayoriacutea el impetuoso Ares les ha doblado las rodillasy el uacutenico que me quedaba y protegiacutea la ciudad y a sus habitanteshace poco lo has matado cuando luchaba en defensa de la patria Heacutector Por eacutel he venido ahora a las naves de los aqueospara rescatarlo de tu poder y te traigo inmensos rescatesRespeta a los dioses Aquiles y ten compasioacuten de miacute

8 laquoAsi habloacute y nada respondioacute Zeus que las nubes acumula | y permanecioacute un rato sentado en silencio Tetis una vez asida | a sus rodillas seguiacutea asiacute agarrada y preguntoacute por segunda vez | laquoDe verdad promeacutetemelo y asiente a ello | o denieacutegalo ya que no cabe el temor en ti asiacute sabreacute bien | hasta queacute punto soy la divinidad maacutes vilipendiada entre todasraquo (Iliacuteada Canto I 511-516)

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por la memoria de tu padre Yo soy auacuten maacutes digno de piedady he osado hacer lo que ninguacuten terrestre mortal hasta ahora acercar a mi boca la mano del asesino de mi hijoraquoAsiacute habloacute y le infundioacute el deseo de llorar por su padreLe tocoacute la mano y retiroacute con suavidad al ancianoEl recuerdo haciacutea llorar a ambos el uno al homicida Heacutectorlloraba sin pausa postrado ante los pies de Aquiles y Aquiles lloraba por su propio padre y a veces tambieacutenpor Patroclo y los gemidos se elevaban en la estanciaEn cuanto el divino Aquiles estuvo ya satisfecho de llantoy este deseo se alejoacute de sus entrantildeas y de sus miembrosse levantoacute de su asiento y ayudoacute al anciano a incorporarse apiadado de su canosa cabeza y de su canoso mentoacuten(Canto XXIV 485-516)

Priacuteamo empieza su discurso aludiendo a la vejez y evocando a Peleo Emocionado Aquiles toca la mano de su suplicante y le aparta con suavidad Este sutil movimiento del heacuteroe hasta entonces geacutelido e inamovible denota un cambio en la escena una transicioacuten de la suacuteplica al duelo compartido El joven guerrero y el anciano rey arrodillado a los pies del asesino de sus hijos conectados corporalmente y separados en sus recuerdos lloran cada uno a los suyos con mucha intensidad y fuerza Su presencia se apodera del lugar en que estaacuten de manera que en el interior de la tienda de Aquiles sus gemidos adquieren una espesura casi material que envuelve a los dos y ocupa el espacio alrededor de ellos Priacuteamo y Aquiles se encuentran unidos dentro del dolor

En esta secuencia el poema nos recuerda tambieacuten que el deseo del llanto se ubica en el cuerpo tanto en el diafragma como en los miembros y a traveacutes de ellos se expresa directamente La satisfaccioacuten de este deseo por Aquiles marca otro cambio en la narracioacuten eacutel se levanta mientras ayuda a Priacuteamo a levantarse del suelo concluyendo asiacute la escena del llanto Soacutelo cuando los dos esteacuten de pie Aquiles responde a Priacuteamo le ofrece asiento y le intenta tranquilizar y apaciguar el dolor

laquoNada se consigue con el geacutelido llanto que hiela el corazoacuten | Pues lo que los dioses han hilado para los miacuteseros mortales | es vivir entre congojas mientras ellos estaacuten exentos de cuitasraquo9 son las palabras que le dirige alu-

9 Iliacuteada Canto XXIV 524-526 En las palabras de Aquiles resuenan las palabras que Zeus dirigioacute a los caballos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

diendo a los dioses al poderoso hado y al destino de los hombres Respecto a esta escena Rachel Bespaloff escribe laquoTodos los hombres viven en el dolor la verdadera igualdad no tiene otro fundamento Homero ha querido que fuera precisamente el vencedor quien se lo recordara al vencido Para salvar el honor del suplicante pero tambieacuten para descargarse de una penosa res-ponsabilidad Aquiles se oculta tras la fatalidad Priacuteamo recibe en silencio la leccioacuten del asesino de sus hijos [] Circundado por una fatalidad peacutetrea solo le queda convertirse en piedra como Niacuteoberaquo10

Priacuteamo insiste en recuperar a su hijo ofrecer los regalos a Aquiles y concluir su misioacuten Despueacutes de un breve momento de tensioacuten Aquiles se ocupa per-sonalmente de la preparacioacuten y devolucioacuten del cuerpo de Heacutector sale de la tienda con sus fi eles compantildeeros y ofrece asiento al heraldo acompantildeante de Priacuteamo Se muestra especialmente cuidadoso y respetuoso con el cadaacute-ver el mismo cadaacutever que ultrajoacute muacuteltiples veces De los rescates de Priacuteamo deja algunos mantos en el carro para envolver en ellos el cuerpo de Heacutector y ordena a las criadas a bantildearlo limpiarlo ungirlo y vestirlo restituyendo su aspecto bello y noble Eacutel mismo levanta en sus brazos el cadaacutever y ayuda a depositarlo en el carro

laquo[] Mas ea tambieacuten nosotros dos divino anciano cuideacutemonosde la comida Luego podraacutes volver a llorar a tu hijoal entrar en Ilio iexclY seguro que muchas laacutegrimas te causaraacuteraquoDijo y se levantoacute el ligero Aquiles y una caacutendida ovejadegolloacute Sus compantildeeros la desollaron y alintildearon con cuidadoLa trincharon sabiamente y la ensartaron con brochetasla asaron cuidadosamente y retiraron todo del fuegoAutomedonte cogioacute el pan y lo distribuyoacute por la mesaen bellas canastillas y Aquiles repartioacute las tajadas de carneTendieron las manos a los manjares preparados que habiacutea delanteY despueacutes de saciar el apetito de bebida y de comidael Dardaacutenida Priacuteamo se quedoacute mirando a Aquiles admiradode lo alto y bello que era al verlo se pareciacutea a los diosesY tambieacuten Aquiles admiraba al Dardaacutenida Priacuteamoal contemplar su noble aspecto y al oir sus palabrasDespueacutes de recrearse ambos miraacutendose el uno al otrodiacutejole el primero el anciano el deiforme Priacuteamo

inmortales de Aquiles despueacutes de la muerte de Patroclo laquoPues nada hay sin duda maacutes miacutesero que el hombre | de todo cuanto camina y respira sobre la tierraraquo (Iliacuteada canto XVII 446-447)10 De la Iliacuteada p 59

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laquoProcuacuterame ahora un lecho cuanto antes criatura de Zeus para acostarnos ya y disfrutar bajo el velo del dulce suentildeoPues todaviacutea no se me han cerrado los ojos bajo los paacuterpadosdesde que mi hijo perdioacute la vida a manos tuyasDesde entonces no he parado de gemir y rumiar duelos sin cuentomientras me revuelco en estieeacutecol dentro del cercado del patio Ahora por primera vez he probado el pan y el rutilante vinoha descendido por mi garganta Hasta ahora nada habiacutea catadoraquo(Canto XXIV 618-642)

Habiendo terminado con estos cuidados Aquiles trata a Priacuteamo como co-rresponde a un hueacutesped invitaacutendole a un banquete que eacutel mismo y sus compantildeeros se encargan de preparar Sentados todaviacutea en la mesa con el apetite saciado se observan mutuamente Apesar de ser enemigos estaacuten atrapados en la misma fuerza devastadora de la guerra aquella que les ha hecho perder todo lo que era importante De cerca desde una distancia que no experimentaraacuten otra vez cada uno admira la belleza y la nobleza de los rasgos del otro asombrado En esta escena la Iliacuteada nos plantea de manera clara y sencilla el reconocimiento del enemigo en su plenitud como otro como diferente como igual un reconocimiento tal quizaacutes solo sea posible en la destruccioacuten absoluta

Durante este uacuteltimo encuentro de la Iliacuteada el tiempo se dilata haciendo es-pacio para muchos e importantes acontecimientos dentro de un breve marco temporal Priacuteamo llegoacute a la tienda de Aquiles al fi nal del diacutea despueacutes de la cena entretanto compartieron el llanto y se ocuparon con delicadeza del cuerpo de Heacutector se degolloacute y asoacute una oveja entera y ellos la comieron y bebieron abundante vino Una vez que la voluntad de los dioses acerca del cuerpo de Heacutector ha sido cumplida ellos comparten unos momentos de contemplacioacuten paciacutefi ca Finalmente el ritmo narrativo se acelera de nuevo describiendo con brevedad justo al fi nal de la epopeya los lamentos sobre el cuerpo de Heacutector y sus funerales

En sus uacuteltimos versos la Iliacuteada propone un fi nal alternativo de la guerra de Troya Sin que la disputa inicial haya sido resuelta en el silencio de la tregua y los funerales consecutivos la guerra es la uacutenica gloriosa superviviente

HelenaYorgos Seferis 1953

Teucro A la tierra de Chipre en medio del mar dondeApolo dispuso mi nuevo hogar la llamareacute

Salamina en memoria de mi isla de mi patriaperdida

Helena Jamaacutes estuve en Troya fue un simulacroEl mensajero iquestQueacute dices

iquestEntonces hemos sufrido por una nube(Euriacutepides Helena)

laquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoTiacutemido ruisentildeor escondido en la respiracioacuten de las hojastuacute que regalas la frescura musical del bosquea los cuerpos separados y a las almasde aquellos que saben que no regresaraacutenCiega voz que tanteas en la memoria nocturnapasos y gestos no me atreveriacutea a decir besosy la amarga agitacioacuten de la furiosa cautivalaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoiquestQueacute es Platres iquestQuieacuten conoce esta islaHe pasado mi vida oyendo nombres desconocidosnuevos lugares nuevas locuras de los hombreso de los dioses mi destino que oscila

entre el uacuteltimo golpe de la espada de un Ayaxy una nueva Salamina me trajo aquiacute a esta playaLa luna surgioacute del mar como Afroditaocultoacute las estrellas de Sagitario va ahora a encontrarel corazoacuten de Escorpio y todo lo cambiaiquestDoacutende estaacute la verdadYo tambieacuten fui arquero en la guerrami destino el de un hombre que no dio en el blancoRuisentildeor juglaren una noche como eacutesta en la playa de Proteote escucharon las esclavas espartanas y prorrumpieron en lamentosy entre ellas mdashquieacuten diriacuteamdash iexclHelenaAquella que perseguimos durante antildeos junto al EscamandroEstaba alliacute al borde del desierto la toqueacute me habloacutelaquoNo es verdad no es verdadraquo gritabalaquoNo entreacute en la nave de proa azulNunca piseacute la valiente TroyaraquoCon el coacutencavo corpintildeo el sol en los cabellos y aquel tallesombras y sonrisas por todas partesen los hombros en los muslos en las rodillasfresca la piel y los ojosde largas pestantildeasestaba alliacute a orillas de un DeltaiquestY en TroyaEn Troya nada mdashun simulacroAsiacute lo quisieron los diosesY Paris se acostaba con una sombra como si fuera un cuerpo soacutelidoy nosotros matamos durante diez antildeos por Helena

Un gran dolor habiacutea caiacutedo sobre GreciaTantos cuerpos arrojadosa las fauces del mar a las fauces de la tierratantas almas entregadas como trigo a la piedra de los molinosY los riacuteos se henchiacutean de sangre y de lodopor una onda de lino por una nubepor el aleteo de una mariposa por un plumoacuten de cisnepor una tuacutenica vaciacutea por una HelenaiquestY mi hermanoRuisentildeor ruisentildeor ruisentildeoriquestQueacute es un dios iquestqueacute no es un dios iquestY queacute entre los doslaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoAve llorosa en Chipre la besada por el mardonde fue dispuesto que me acordara de la patriaancleacute soacutelo con esta faacutebulasi en verdad esto es faacutebulasi en verdad los hombres no volveraacuten a morderel viejo cebo de los diosessi en verdad otro Teucro despueacutes de antildeoso alguacuten Ayax o Priacuteamo o Heacutecubao alguacuten desconocido alguien anoacutenimo que sin embargovio un Escamandro rebosante de cadaacuteveresno tiene en su destino oiacuteral mensajero que viene a decirque tanto dolor tanta vidafueron al abismopor una tuacutenica vaciacutea por una Helena

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En la Iliacuteada el espacio se manifi esta por medio de las acciones que trans-curren en eacutel en un determinado momento Las descripciones espaciales aparecen en la medida en que acompantildean los acontecimientos narrados cumpliendo con la funcioacuten de proporcionar un lugar concreto y especiacutefi co para cada episodio Cada espacio representado cada paisaje evocado cada ciudad mencionada en el poema atiende a una necesidad de la historia rela-tada el espacio se abre y se conoce progresivamente Los lectores avanzamos en eacutel movieacutendonos en regiones que engloban a los personajes involucrados sus intenciones sus recuerdos sus discursos y sus acciones en un momento dado Por consiguiente el mundo se percibe se conoce se comprende y se representa por induccioacuten dirigieacutendose desde las partes hacia el todo

La cultura oral en cuyo marco surge la Iliacuteada como expresioacuten artiacutestica estaacute muy vinculada a la realidad corpoacuterea y material de los hechos las viven-cias experimentadas personalmente o transmitidas indirectamente por otras personas la experiencia es la uacutenica fuente de conocimiento El propio pen-samiento arcaico contemporaacuteneo a Homero y posterior a eacutel se basa en la intuicioacuten se entrega a la magia y la poesiacutea mientras mantiene cierta ingenui-dad e inocencia que ante nuestros ojos llega a parecer casi infantil a veces Asimismo el pensamiento de los nintildeos y sus relatos reales o imaginarios tambieacuten conservan un anclaje fuerte y reconocible al cuerpo a la accioacuten y la palabra precisa a la experiencia concreta antes de inscribirse en un ambien-te maacutes amplio o en un marco maacutes abstracto

ESPIRAL UNA REFLEXIOacuteN

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Este trabajo se ha motivado en gran parte por el deseo de comprender la manera como todos nosotros en nuestro diacutea a diacutea entre nuestras acciones cotidianas vivimos entendemos registramos y representamos el espacio que nos rodea relacionaacutendonos con nuestro entorno desde el momento que nacemos hasta el momento de la muerte o todaviacutea despueacutes de eacutesta perma-neciendo siempre en la tierra En el campo de la arquitectura esta compren-sioacuten se considera fundamental para poder avanzar tanto a nivel de teoriacutea como a nivel de intervencioacuten

En la Iliacuteada se ha reconocido una especie de espejo poeacutetico y bello dentro del cual se puede reencontrar con las explicaciones fi losoacutefi cas una fuente de investigacioacuten muy bonita y a la vez muy rica sobre el espacio y sobre el cuerpo Se ha buscado de leer este poema con respeto y sin atravesarlo vio-lentamente pero manteniendo siempre la intencioacuten de mirar a traveacutes de eacutel hacia nosotros mismos nuestros cuerpos y nuestro(s) espacio(s) Muchas de las cuestiones que se han apenas abierto en este trabajo y otras que han ido surgiendo durante el proceso de su elaboracioacuten se pueden seguir tratando en investigaciones futuras

La lectura paralela que se aspiraba proponer entre lo que nos cuenta la Iliacuteada (es decir la manera como lo cuenta) y algunas explicaciones fi losoacutefi -cas sobre todo por parte de la fenomenologiacutea con la intencioacuten de echar luz sobre nuestra relacioacuten con el cuerpo y a traveacutes de eacutel nuestra relacioacuten con el mundo y con los otros ha quedado pendiente Algunas de las preguntas iniciales no han encontrado respuesta algunas se han tenido que reformular otras han suscitado pequentildeos refl ejos o intuiciones mientras se han encon-trado especies de respuestas a preguntas no formuladas y nuevas preguntas han surgido Este trabajo se ha movido en forma de espiral abrieacutendose y cerraacutendose constantemente Ahora es el momento de parar su movimiento y observarlo hasta que comience a moverse de nuevo

Tratar al poema como si fuese respiracioacuten movimiento corporeidad pura Extender el poema en el espacio Espacio emergente a partir de un

movimiento Estructura del poema El poema como estructura en devenir Acontecimiento El poema es un cuerpo que busca su forma un cuerpo

que quiere construirse estructurarse a siacute mismo La lectura del poema es el desdoblamiento inverso de este movimiento estructural Dibujar el poema

Bailar el poema No se trata de contenidos ni de signifi cados sino del poema en siacute del poema como acontecimiento que signifi ca por siacute mismo El poema en su totalidad es un gesto un acto un intento de abarcar y recoger

el mundo la experiencia la vida Analizar este gesto Acotarlo medirlo trazarlo Cartografi arlo Coreografi arlo

El poema como organismo El poema como personaje

Domar el poema El poema este pequentildeo animal salvaje se tiene que domesticar Antes de poder entenderlo necesito domarlo encontrarme

con eacutel interactuar con eacutel acariciarlo ser su amiga dejarlo invadir mi vida Poema quiero conocerte

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Canto I Tierra y Cielo

Un episodio del pasado Crises quiere rescatar a su hija Agamenoacuten lo disres-peta La furia de Apolo En el campamento aqueo aquiacute y ahora Agamenoacuten empieza la reunioacuten Aquiles y Agamenoacuten Un enfrentamiento difiacutecil una disputa casi violenta En medio una mujer la autoridad el poder la riqueza y la fuerza Amenazas Atenea enviada por Hera se presenta a Aquiles y soacutelo a eacutel Se evita la pelea sangrienta Atenea se va En la reunioacuten de nuevo Aquiles y Agamenoacuten sentados lejos El sabio Neacutestor entre ellos toma la palabra Segundo ciclo de amenazas Los dos se separan defi nitivamente La entrega de Briseida a Agamenoacuten y Aquiles pensando en la orilla del mar Soledad y tristeza Tetis y Aquiles Tensioacuten Carintildeo Pausa Ulises y la devo-lucioacuten de Criseida a su padre Sacrifi cio y banquete Doce diacuteas Tetis y Zeus Hera Reunioacuten de dioses Hera y Zeus Hefesto Banquete divino y muacutesica La noche en el Olimpo

Canto II Un engantildeo necesario

Zeus Ensuentildeo y el suentildeo de Agamenoacuten El futuro que no seraacute Consejo de ancianos y asamblea de aqueos La trampa y su aprobacioacuten por Neacutestor El discurso de Agamenoacuten y la propuesta de retroceso El deseo de volver Hera y Atenea la conspiracioacuten divina Atenea aparece a Ulises animaacutendole y Ulises se activa Cara a cara los guerreros se convencen uno despueacutes de otro Ulises y Tersites Tersites y Agamenoacuten La intervencioacuten de Ulises apo-yado por Atenea Salto al pasado la previsioacuten de Calcante nueve antildeos de guerra dura y victoria en el deacutecimo Sacrifi cios a Zeus la plegaria no cum-plida el banquete y el inicio del atentado Atenea animando a los aqueos Invocacioacuten del poeta a las Musas y el cataacutelogo de naves territorios pueblos y jefes que participan Aquiles jefe de los mirmidones y sus cincuenta naves paradas La marcha de las tropas Iris con la voz de Polites lleva la noticia a Troya Iris y Heacutector jefe de los troyanos Mencioacuten de los aliados

Canto III Por Helena

Troyanos y aqueos en el campo de batalla Menelao y Paris El retroceso Heacutector y Paris Las insultas entre hermanos Una propuesta de acuerdo Por Helena un enfrentamiento en duelo entre Paris y Menelao Entre aqueos y troyanos la paz Sacrifi cios y juramentos Dos corderos y otro maacutes Priacuteamo Iris lleva la noticia a Helena mientras ella teje los sufrimientos que causoacute

APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

en troyanos y aqueos Entre laacutegrimas Helena se dirige a las puertas Esceas Los ancianos y el impacto de Helena Priacuteamo y Helena Reconocimiento de los guerreros aqueos Agamenoacuten Ulises Menelao Anteacutenor entre Helena y Priacuteamo Ayante Idomeneo El heraldo Ideo Priacuteamo entre troyanos y aqueos convalida los juramentos de Agamenoacuten Priacuteamo de vuelta a Troya Heacutector y Ulises acotan el campo Paris y Menelao El duelo y la intervencioacuten de Afrodita Afrodita y Helena Helena y Paris

Canto IV Del Olimpo a Troya

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Zeus y Hera Discusioacuten La mirada dirigida a Troya y Atenea enviada a Troya para incitar la continuacioacuten de la guerra El impacto Atenea y Pandaro Pandaro y Menelao Atenea y Menelao Menelao y Agamenoacuten el amor entre hermanos el terror y la recuperacioacuten del aacutenimo El tratamiento de la herida La narracioacuten en movimiento Agamenoacuten a pie se mueve entre los aqueos Encuentros varios Ayantes Neacutestor y la estra-tegia Ulises Diomedes y la responsabilidad de Agamenoacuten El avanzar de las tropas Silencio y velocidad para los daacutenaos bullicio y diversas lenguas para los troyanos Construccioacuten del paisaje sonoro de la guerra El enfrenta-miento Acercarse unirse antes de matarse Batalla sobre el cuerpo muerto La victoria de los aqueos y Apolo animando a los troyanos aludiendo a la ausencia de Aquiles El fi nal de la batalla los enemigos todos derrotados indistintamente

Canto V Coreografiacutea de una batalla

Atenea a Diomedes iquestPor queacute Diomedes Ceder la fuerza dotar de valentiacutea Diomedes Figeo Ideo Acercarse para matarse Atenea y Aris abandonan el campo de batalla Primero Agamenoacuten mata a Odio a continuacioacuten se pre-senta una secuencia de duelos mortiacuteferos De vuelta con Diomedes Pandaro y la herida de Diomedes Diomedes reza invocando a Atenea la proteccioacuten divina Rivalidad entre dioses y manipulacioacuten Eneas y Pandaro Refl exioacuten y estrategia Esteacutenelo y Diomedes La otra estrategia Pandaro y Diomedes Diomedes y Eneas Afrodita Diomedes y Afrodita Apolo Iris Olimpo El sufrimiento de los dioses Apolo y Eneas Apolo y Ares Ares apoyando a los troyanos aprovechando la ausencia de Atenea Menelao Heacutector y su impacto a Diomedes Tlepoacutelemo Ulises Heacutector y Ares Hera y Atenea la preparacioacuten de las diosas y el permiso de Zeus Atenea planea vengarse de Ares a traveacutes de Diomedes La vuelta del herido Ares al Olimpo y la restau-

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

racioacuten de un orden

Canto VI Fuera de la guerra Dentro de la guerra

De vuelta a la batalla Duelos sucesivos el triunfo de los aqueos Menelao y Adrasto Agamenoacuten De la suacuteplica y la piedad a la frialdad y crueldad del combate Elaboracioacuten de estrategias Neacutestor para los aqueos Heleno para los troyanos El miedo a Diomedes Diomedes y Glauco laquoComo el linaje de las hojas tal es tambieacuten el de los hombresraquo Compromiso de no matarse e intercambio de armas Heacutector se dirige a Troya En el palacio de Priacuteamo Heacutector y Heacutecuba Heacutector y Paris Helena y Heacutector Heacutector y Androacutemaca en la muralla de Troya Los valores ciacutevicos la familia y la obligacioacuten moral del guerrero iquestProteger la familia o defender la ciudad Escamandro La risa La desesperacioacuten La despedida Androacutemaca desconsolada Heacutector y Paris Reconciliacioacuten fraterna y entrada en el campo de batalla

Canto VII Coser la simetriacutea

Heacutector y Paris de vuelta a la batalla Atenea y Apolo El acuerdo de parar el combate una paz provisoria iquestCoacutemo llegar a la paz Heacutector desafiacuteo duelo Heleno Heleno y la voluntad de los dioses Heleno y Heacutector Heacutector entre las tropas Agamenoacuten parando las tropas Guerreros sentados inmovili-dad Dioses Heacutector el desafiacuteo y los teacuterminos Miedo y silencio Menelao Agamenoacuten y Menelao Neacutestor evocacioacuten de un pasado heroico Nueve guerreros animados El sorteo Preescritura Voluntad y resultado Ayante Ayante y Heacutector Evolucioacuten de un duelo Acercamiento aumento del contac-to Ideo y Taltibio Obedecer a la noche Tregua Aqueos Troyanos Enterrar los muertos Construir muralla Los dioses observadores Banquete y ban-quete Zeus Descansar recibir el regalo del suentildeo

Canto VIII Del amanecer al amanecer

Amanecer en Troya amanecer en el mundo Continuacioacuten de la batalla y re-unioacuten de dioses de nuevo Zeus preside de la reunioacuten e impone su voluntad por medio de su poder La batalla debe transcurrir sin intervencioacuten divina Despertar desayuno y preparacioacuten Armas lanzas y respiraciones coinciden en un mismo sitio El recorrido del Sol y la evolucioacuten de la batalla la balanza de Zeus y su rayo dirigido hacia los aqueos Heacutector y Diomedes enfrenta-miento y estrategias de ataque La derrota de los aqueos Hera y el inten-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

to (en vano) de ayudar a los daacutenaos La derrota continuacutea Segundo intento de ayuda Hera y Atenea la intervencioacuten de Zeus y el retiro de las diosas Previsioacuten de la muerte de Patroclo y de la vuelta de Aquiles al terreno del combate Puesta de sol estrategias de ataque fuegos troyanos y sacrifi cios ricos A la espera de la Aurora

Canto IX Nada importa tanto cuanto mi vida

Agamenoacuten Reunioacuten de aqueos en paacutenico Decepcioacuten por el engantildeo de Zeus y propuesta de volver a la tierra patria Diomedes y Agamenoacuten Discusioacuten Intervencioacuten de Neacutestor discurso inclusivo Necesidad de unioacuten en situacioacuten de peligro Banquete en la tienda de Agamenoacuten Estrategias para conseguir la vuelta de Aquiles al combate Agamenoacuten y los regalos prometidos Neacutestor y la embajada Feacutenix Ayante y Ulises Odio y Euriacutebates Sacrifi cios La lle-gada de la embajada Aquiles tocando muacutesica y cantando acompantildeado por Patroclo presencia en silencio Bienvenidas y palabras amistosas Vino y carne asada El discurso de Ulises y las ofertas a Aquiles a cambio de su participacioacuten en la guerra bienes materiales riqueza siete mujeres-premio Briseacuteida de vuelta veinte mujeres troyanas una hija de Agamenoacuten como esposa Negativa rotunda laquoPara mi nada hay que equivalga a la vidaraquo Largo discurso de Feacutenix Ayante Aquiles la ira irrevocable La vuelta de la embajada Agamenoacuten Desconcierto Diomedes A la espera de la Aurora para retomar la accioacuten

Canto X Espionaje mutuo

Noche avanzada En el campamento aqueo el insomnio de Agamenoacuten Agamenoacuten y Menelao preocupacioacuten y necesidad de reunioacuten Ayante Idomeneo Neacutestor Agamenoacuten y Neacutestor La esperanza reside en la reincor-poracioacuten de Aquiles Diomedes Ayante el hijo de Fileo Guerreros desper-taacutendose vistieacutendose y armaacutendose Meriacuteones y el hijo de Neacutestor Reunioacuten Diomedes y su elegido Ulises el espionaje Entre las liacuteneas de los troyanos Doloacuten se elige para espiar a los aqueos a cambio de regalos Diomedes y Ulises Doloacuten La trampa Plegaria a Atenea Diomedes y Ulises penetrando en el campamento troyano Reso Masacre Los caballos preciosos Atenea y Apolo Paacutenico entre los troyanos Ulises Diomedes y los caballos de vuelta a las naves aqueas Alivio y felicidad Bantildeo en el mar vino comida y sacri-fi cios a Atenea

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XI El comienzo de su desgracia

Aurora Zeus Eris el deseo de la guerra a las naves aqueas El armamento de Agamenoacuten Liacuteneas enemigas La lluvia de sangre de Zeus Muertes suce-sivas Eris sola entre los dioses el placer del combate Agamenoacuten rabioso destrozando a los troyanos Huida hacia las puertas Esceas Iris la mensajera de Zeus comunica a Heacutector la estrategia divina Agamenoacuten e Ifi damante Cooacuten y Agamenoacuten La herida sangre caliente la aparicioacuten del dolor en el cuerpo Retroceso Heacutector el ataque Diomedes y Ulises Apolo y la salva-cioacuten de Heacutector Alejandro y Diomedes Ulises solo en el campo de batalla matar o ser muerto Soco y Ulises Atenea La herida de Ulises y la muerte de Soco Los troyanos alrededor de Ulises los gritos del heacuteroe Menelao y Ayante Alejandro y Macaoacuten Zeus El retroceso de Ayante Neacutestor y Macaoacuten Aquiles Patroclo En la tienda de Neacutestor el discurso del anciano y el consejo terrible a Patroclo De vuelta a la tienda de Aquiles Patroclo y Euriacutepilo

Canto XII Construcciones efiacutemeras

Continuacioacuten de la batalla Escenario el muro y la fosa de los aqueos alre-dedor de las naves La futura destruccioacuten del escenario por Posidoacuten y Apolo Los argivas dentro paacutenico y desesperacioacuten Fuera Polidamante y Heacutector Organizacioacuten y reagrupacioacuten de los troyanos en cinco bloques Ataque a pie Asio Hirtaacutecida Polipetes y Leonteo en las puertas a la defensa El aguumlero de Zeus un aacuteguila y una serpiente Polidamante y Heacutector laquoEl mejor aguumlero y el uacutenico es luchar en defensa de la patriaraquo Intento de destruccioacuten de la mu-ralla Ayantes resistencia y aacutenimos a los aqueos Lanzamiento de piedras Sarpedoacuten a Glauco la muerte destino comuacuten Menesteo Tootes Ayantes Teucro Ayante y Epicles Teucro y Glauco Sarpedoacuten La muralla como arma la muralla como medio La sangre sobre torres y almenas sangre de todos El impulso de Zeus a Heacutector el grito la piedra la puerta rota Heacutector y los troyanos dentro de la muralla

Canto XIII Invasioacuten

La mirada de Zeus desviada hacia otros pueblos y el territorio atravesado por Posidoacuten que se dirige a Troya para animar a los daacutenaos El dios disfra-zado de Calcante aparece a los Ayantes y enseguida a los demaacutes valientes guerreros Batallones soacutelidos laquobroquel en broquel casco en casco hombre en hombreraquo El avanzar de los troyanos Enfrentamiento violento muer-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tes sangrientas Decapitacioacuten de Imbrio la cabeza en el suelo objeto inaacute-nime Idomeneo y Meriacuteones Valentiacutea Zeus y Posidoacuten Duelos sucesivos Alrededor de Alcaacutetoo Alrededor de Ascaacutelafo Deiacutefobo herido por Meriacuteones y retirado del combate por Polites Heacuteleno y Deiacutepiro el yelmo errante sobre la tierra Menelao y Pisandro Las zonas de la batalla en las naves Heacutector Polidamante y Heacutector Heacutector y Paris Continuacioacuten del enfrentamiento y gritos heroicos

Canto XIV El engantildeo de Zeus

La batalla en las naves continuacutea y los aqueos estaacuten desesperados Neacutestor y Agamenoacuten Ulises y Agamenoacuten Diomedes Agamenoacuten Ulises y Neacutestor Posidoacuten a Agamenoacuten Hera Seduccioacuten de Zeus Hera acicalaacutendose en el pa-lacio encerrada en su habitacioacuten Hera y Afrodita los hechizos del amor y del deseo Territorio y movimiento divino atravesar la tierra como si fuese un mapa Suentildeo Adormecer a Zeus y Pasiacutetea Hera y Suentildeo hacia Ida Hera y Zeus El deseo de hacer el amor el tapiz de blanda yerba y la nube aacuteurea Suentildeo y Posidoacuten el apoyo a los daacutenaos Continuacioacuten de la batalla Heacutector y Ayante Telamonio Heacutector tendido en el polvo Los aliados alrededor del herido Heacutector se aleja del campo de batalla Duelos muertes sucesivas y hazantildeas heroicas

Canto XV Mientras tanto junto a las naves

Heacutector herido inconsciente Zeus enojado con Hera engantildeo y reconciliacioacuten Hera en el Olimpo El plan de Zeus para la guerra honrar a Aquiles Patroclo en el combate Heacutector y Patroclo la venganza de Aquiles posible conquis-ta de Ilion Reacciones de los dioses oliacutempicos Iris y Posidoacuten el enojo del dios y su retiro Apolo animando a Heacutector Continuacioacuten de la batalla en las naves la difiacutecil resistencia de los aqueos La plegaria de Neacutestor a Zeus Patroclo en la tienda de Euriacutepilo distraccioacuten y cuidados meacutedicos Patroclo se dirige a Aquiles Ayante y Caleacutetor Heacutector y Ayante Licofroacuten Teucro Batalla cuerpo a cuerpo Heacutector la voluntad de Zeus consejos a sus gue-rreros Ayante aacutenimos a los suyos Zeus el furor de Heacutector la huida de los daacutenaos Neacutestor Atenea Ayante Aacutespera batalla sangre y heridas Heacutector la popa de una nave el fuego Ayante la defensa de las naves laquola solucioacuten estaacute en las manosraquo

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XVI La muerte de Patroclo

Patroclo en la tienda de Aquiles negras laacutegrimas Aquiles y Patroclo Aquiles se desprende gradualmente de su coacutelera y aconseja a Patroclo El deseo de salvarse ellos dos solos de la guerra Ayante el plan de Zeus y el inicio del fuego Patroclo la armadura de Aquiles la preparacioacuten de la tropa por Aquiles Patroclo y Automedonte delante Aquiles la tienda la copa y el sa-crifi cio a Zeus La entrada de los mirmidones en la lucha la recuperacioacuten del aacutenimo Patroclo expulsa a los troyanos de las naves y hace que se apague el fuego Contraataque y los troyanos cediendo espacio Duelos consecutivos y muertes sangrientas Ayante y Heacutector la huida de los troyanos Los caballos cruzando la fosa Las hazantildeas de Patroclo Sarpedoacuten El dilema de Zeus Hera Patroclo y Sarpedoacuten Sarpedoacuten a Glauco Alrededor de Sarpedoacuten Heacutector y los troyanos Patroclo y los aqueos La noche de Zeus Heacutector y Epigeo Patroclo y Estenelao Retrcoceso de los troyanos Zeus Apolo el cuerpo de Sarpedoacuten Patroclo y Apolo en la muralla Apolo y Heacutector Patroclo Cebriacuteones Alrededor de Cebriacuteones Apolo despoja a Patroclo de su armadura Euforbo le clava la pica por detraacutes Heacutector y Patroclo La huida de los caballos inmortales

Canto XVII Alrededor del cuerpo muerto

Patroclo inaacutenime Menelao se acerca al verlo tumbado en el polvo Menelao y Euforbo Apolo Heacutector Menelao la ayuda de Ayante Heacutector retroce-diendo con la armadura de Patroclo Glauco y Heacutector Heacutector cambia de armas y vuelve a la batalla con las armas de Aquiles Zeus Ares Heacutector Ayante y Menelao El grito de la guerra Ayante Oileo Idomeneo Meriacuteones Batalla Ayante luchar de cerca alrededor del cuerpo Duro esfuerzo al-rededor del cuerpo contradiccioacuten con el resto del campo Los caballos inmortales inmoacuteviles apartados la cabeza en el suelo laacutegrimas Zeus los ca-ballos Automedonte Alcimedonte Heacutector y Eneas Automedonte y Areto Alrededor de Patroclo de nuevo Atenea enviada por Zeus cambio de ba-lanza Zeus tomando la fi gura de Feacutenix aparece a Menelao Atenea Apolo a Heacutector La victoria a los troyanos Menelao y Ayante Menelao a Antiacuteloco la terrible noticia Laacutegrimas Antiacuteloco hacia Aquiles Menelao Ayantes Meriacuteones iquestCoacutemo salvar al cuerpo de Patroclo Transportacioacuten del cadaacutever y continuacioacuten del combate

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XVIII Aquiles y el escudo

Antiacuteloco y Aquiles Duelo y lamentos Tetis Las armas de Hefesto Iris y Aquiles Hera Aquiles tres alaridos desde la fosa Retroceso de los troyanos la llegada del cuerpo de Patroclo a las naves La noche generada por Hera Heacutector y asamblea de troyanos El llanto por Patroclo Aquiles Venganza Lavar las heridas del cuerpo Tetis y Hefesto Las desgracias de Tetis afl ic-cioacuten La necesidad de una armadura para Aquiles El escudo Cinco laacuteminas La tierra el cielo el mar el sol la luna los astros Dos ciudades Escenas de guerra y paz naturaleza animales hombres El mundo en el escudo La coraza el casco las grebas Tetis desciende del Olimpo con las armas

Canto XIX Reconciliarse antes de armarse

Aurora El lamento de Aquiles abrazado al cuerpo de Patroclo Tetis y Aquiles la armadura nueva proteccioacuten del cadaacutever consejos Diomedes Ulises y Agamenoacuten estaacuten presentes en la asamblea de los aqueos convocada por Aquiles Aquiles la renuncia de la coacutelera Agamenoacuten la culpa es de los dioses Zeus y la Ofuscacioacuten alusioacuten al mito Reconciliacioacuten Debate entre Aquiles Agamenoacuten y Ulises la furia el combate los regalos prometidos el hambre la fuerza el duelo por los muertos Agamenoacuten sacrifi cando un jabaliacute jura no haberse acostado con Briseida En la tienda de Aquiles el la-mento de Briseida sobre el cuerpo de Patroclo La negacioacuten de Aquiles a comer duelo en compantildeiacutea de Agamenoacuten Menelao Ulises Neacutestor Idomeneo y Feacutenix Atenea motivada por Zeus da neacutectar y ambrosiacutea a Aquiles Los aqueos armaacutendose espesura Automedonte Aacutelcimo los caballos de Peleo Antes de entrar en la batalla Janto preveacute a Aquiles su muerte por un dios y un hombre

Canto XX Manos llenas de sangre

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Posidoacuten y Zeus Zeus laquorecreando la muerte en el espectaculoraquo y separacioacuten de los dioses en dos bandos Hera Atenea Posidoacuten Hermes y Hefesto con los aqueos Ares Apolo Aacutertemis Leto el riacuteo Janto y Afrodita con los troyanos Los aullidos de Atenea y Ares Duelos de dioses Apolo a Eneas Hera Posidoacuten y Atenea observan desde fuera preparados para protejer a Aquiles Eneas y Aquiles disputa verbal y duelo La estructura del escudo de Aquiles Posidoacuten salva a Eneas Aquiles anima a los aqueos Heacutector a los troyanos Apolo advierte a Heacutector Aquiles elimina

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

a Ifi tioacuten Demoleonte Hipodamante y Polidoro hermano de Heacutector Heacutector y Aquiles primer enfrentamiento resuelto por Apolo y Atenea Las viacutecti-mas de Aquiles Driacuteope Demuco Laoacutegono y Daacuterdano Tros Mulio Equeclo Deucalioacuten Rigmo Areiacutetoo

Canto XXI Perseguido por los dioses

Al lado del riacuteo Escamandro Aquiles divide a los troyanos en dos unos atra-pados en la corriente otros detenidos por Hera en la llanura Sin caballos y despojaacutendose de su lanza Aquiles empieza a matar dentro del riacuteo con su daga Doce muchachos capturados vivos por Patroclo Aquiles y Licaoacuten una suacuteplica en vano La muerte de Patroclo el cambio en Aquiles Asteropeo y Aquiles Linajes y ultraje del cadaacutever En la orilla Aquiles contra los peo-nios Personifi cacioacuten del riacuteo el cauce lleno de cadaacuteveres Aquiles ignora la advertencia de Escamandro y empieza la persecucioacuten Aquiles supli-ca a Zeus Posidoacuten y Atenea le garantizan la gloria La llanura inundada Escamandro y Simoente Hera y Hefesto el fuego en el riacuteo Teomaquiacutea Zeus gozando del enfrentamiento de los dioses Ares y Atenea Afrodita Hera Atenea y Afrodita Posidoacuten y Apolo Aacutertemis y Apolo Hera y Aacutertemis Hermes y Leto Aacutertemis en los brazos de Zeus Apolo en Troya Priacuteamo insta a los troyanos a refugiarse abriendo las puertas de la ciudad El impulso de Apolo a Ageacutenor Ageacutenor y Aquiles Apolo su tuacutepida bruma y la persecucioacuten de Aquiles por el dios disfrazado en Ageacutenor Lejos de la ciudad hacia el riacuteo

Canto XXII El uacuteltimo duelo

Heacutector el uacutenico troyano fuera de la muralla Aquiles se precipita hacia Troya decepcionado con la burla del dios Priacuteamo y Heacutecuba atemorizados suplican a Heacutector los cabellos arrancados del padre los senos de la madre El soliloquio de Heacutector Aquiles y Heacutector el comienzo de la persecucioacuten laquocorriacutean por la vida de Hector domador de caballosraquo Tres vueltas alrede-dor de la ciudad Zeus y Atenea Atenea en la tierra Apolo La balanza de Zeus Atenea coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector La fi gura de Deiacutefobo Heacutector recuperando el aacutenimo se acerca a Aquiles Negociacioacuten por el cuerpo muerto Las picas Aquiles a Heacutector Heacutector a Aquiles El engantildeo de la diosa Las espadas estudio del cuerpo muerte en contacto En el momento de la muerte crueldad verbal Ultrajar el cadaacutever arrastrar el cadaacutever Mientras ellos se alejan en la muralla de Troya se multiplican los lamentos Priacuteamo Heacutecuba Androacutemaca

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XXIII Los funerales de Patroclo

Aquiles y sus compantildeeros en el campamento aqueo Llorar a Patroclo tres vueltas con los caballos alrededor del cadaacutever Aquiles las manos sobre el pecho de Patroclo contacto fiacutesico con el muerto querido y ultraje del cadaacutever del enemigo Banquete fuacutenebre al lado de la nave Aquiles a Agamenoacuten No lavarse antes del funeral En la orilla del mar el suentildeo de Aquiles El alma de Patroclo y el olvido La Aurora lentildea para la pira La cabellera de Aquiles depositada en las manos de Patroclo La pira ritos funerarios Sacrifi cios cuatro caballos dos perros doce joacutevenes troyanos Afrodita y Apolo la pro-teccioacuten del cadaacutever de Heacutector Despueacutes de una noche lamentaacutendose al lado de la pira Aquiles adormece con la llegada de la aurora Recoger y guardar los huesos de Patroclo hasta la muerte de Aquiles Certamen en honor de Patroclo se proclama la competicioacuten y los premios a ganar y en seguida se presentan los heacuteroes que quieren participar En las competiciones las activi-dades humanas como medida del espacio

Canto XXIV Por el cuerpo de Heacutector

En la orilla del mar la noche Aquiles el recuerdo de Patroclo insomnio y laacutegrimas la aparicioacuten de la Aurora Tres vueltas alrededor del tuacutemulo arras-trando al cuerpo de Heacutector con el carro La duodeacutecima aurora intervencioacuten de Apolo Hera Zeus Iris a Tetis Tetis en el Olimpo El plan de Zeus para el rescate de Heacutector Tetis y Aquiles Iris y Priacuteamo la proteccioacuten de Hermes Priacuteamo y Heacutecuba Los nueve hijos de Priacuteamo Preparacioacuten plegaria a Zeus y aguumlero positivo Priacuteamo e Ideo Hermes el joven Llegando al campamen-to el suentildeo del dios envuelve a los aqueos hasta la entrada en la tienda de Aquiles Hermes tras revelar su identidad aconseja a Priacuteamo y se retira Priacuteamo y Aquiles las rodillas las manos homicidas la suacuteplica el estupor Alusioacuten a la vejez al padre El llanto comuacuten uno por Heacutector otro por Peleo y Patroclo Aquiles Automedonte y Aacutelcimo Aceptar los rescates lavar al cuerpo de Heacutector Aquiles y Priacuteamo preparacioacuten de la cena Admiracioacuten mutua los lechos los diacuteas necesarios para el entierro y continuacioacuten de la guerra al duodeacutecimo diacutea si necesario Aquiles y Briseida Hermes a Priacuteamo el miedo de Agamenoacuten Hermes Priacuteamo y Automedonte de vuelta a Troya con el cuerpo de Heacutector Casandra El duelo de los troyanos en las puertas Esceas Androacutemaca Heacutecuba Helena Lentildea para la pira funeral y banquete funerario

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nota Los versos de la Iliacuteada citados en este trabajo pertenecen a esta edicioacuten

BIBLIOGRAFIacuteA

Page 8: C ENCUENTRO EN LA LÍADA

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

la relacioacuten como categoriacutea del ser una disposicioacuten de acogida un conti-nente una pauta para el alma es el a priori de la relacioacuten el Tuacute innatordquo2 A ella se le trata como a un Ello una existencia cosifi cada a quien se acude de manera instrumental

laquoNo es extrantildeo que troyanos y aqueos de buenas grebaspor una mujer tal esteacuten padeciendo duraderos dolorestremendo es su parecido con las inmortales diosas al mirarlaPero auacuten siendo tal como es que regrese en las navesy no deje futura calamidad para nosotros y nuestros hijosraquoAsiacute hablaban y Priacuteamo alzando la voz llamoacute a HelenalaquoVen aquiacute hija querida y sieacutentate ante miacute y veraacutesa tu anterior marido a tus parientes poliacuteticos y a tus amigosPara miacute tuacute no eres culpable de nada los causantes son los diosesque trajeron esta guerra fuente de laacutegrimas contra los aqueosAsiacute podraacutes decirme ademaacutes el nombre de ese monstruoso guerreroiquestQuieacuten es ese guerrero aqueo noble y altoCierto que hay otros maacutes altos que hasta le sacan la cabezapero hasta ahora no he visto en mis ojos a nadie tan belloni tan majestuoso Lo digo porque parece un reyraquoRespondioacutele Helena de casta de Zeus entre las mujereslaquoPudor me inspiras querido suegro y respeto tambieacuteniexclOjalaacute la cruel muerte me hubiera sido grata cuando aquiacutevine en compantildeiacutea de tu hijo abandonando taacutelamo y hermanosa mi nintildea tiernamente amada y a la querida gente de mi edadMas eso no ocurrioacute y por eso estoy consumida de llorarTe voy a decir eso que me preguntas e inquieresese es el Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominiosa la vez buen rey y esforzado lanceroEra mi cuntildeado de miacute cara de perra si eso alguna vez sucedioacuteraquo(Canto III 156-180)

Los ancianos sentados en un punto fi jo contemplan a Helena quien estaacute caminando mientras (la narracioacuten y) nosotros la seguimos desde el interior del palacio hasta la muralla pero la invitacioacuten de Priacuteamo abre un lugar a su lado para su presencia Aparte de Heacutector con quien Helena mantiene una relacioacuten de amistad y carintildeo3 Priacuteamo es posiblemete la uacutenica persona que

2 Yo y Tuacute p 253 laquoEstas palabras tejen entre Heacutector y Helena una complicidad mucho maacutes que fraternal incluso ante un fu-turo incierto Con esa infalible intuicioacuten de las relaciones verdaderas entre los seres y ese acento de intimidad del que nadie ha sabido encontrar jamaacutes el secreto Homero revela sin traicionarla la amistad que por lo me-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

establece una conversacioacuten con ella dirigieacutendole tiernas y reconfortantes pa-labras en lugar de amenazas y maldiciones

Priacuteamo declara que para eacutel no es Helena quien tiene la culpa de esta guerra que tanto sufrimiento ha causado sino los dioses los terribles y manipulado-res dioses del Olimpo Sin embargo esta afi rmacioacuten no parece ser sufi ciente para apaciguar el desespero de Helena apenas toma la palabra despliega su lamento en el cual alcanza a manifestarse un pequentildeo punto de interio-ridad Ausente de siacute misma y alienada de su propia existencia al lado de Priacuteamo mientras contempla la llanura donde estaacuten luchando aqueos y tro-yanos Helena se permite expresar aunque momentaacuteneamente4 Responde a la pregunta de Priacuteamo pero en seguida vuelve a referirse a siacute misma y a su desgracia Sobrepasada por su situacioacuten existencial no puede contener su afl iccioacuten

laquoEra mi cuntildeadoraquo es la frase con la cual Helena concluye el reconocimiento de Agamenoacuten Es evidente que Priacuteamo tal como todos los aqueos troyanos y aliados situados en la llanura de Troya ya conoce esta informacioacuten5 pero para Helena repetirla es importante De este modo ella se situacutea entre los hechos en un intento de reafi rmar su posicioacuten en el mundo posicioacuten de la que ella misma llega a dudar cuestionando laquosi eso alguna vez sucedioacuteraquo Asiacute el poeta envuelve el reconocimiento de Agamenoacuten en su lamento formando una especie de nudo en la narracioacuten

Sin embargo en este lamento ciacuteclico el inicio no coincide con el fi nal dado que mientras habla el dolor devastador y totalizador que siente se apode-ra de ella a tal punto que llega a pronunciar en voz alta las terribles pala-bras laquode miacute cara de perraraquo Frente a un interlocutor el poeta hace aparecer mundo interior de ella sin dejar de hacer eco de la exterioridad cruel que la ha defi nido a lo largo de los diez antildeos de la guerra Helena odia y desprecia

nos en Helena es la capa protectora de un sentimiento maacutes profundoraquo (Rachel Bespaloff De la Iliacuteada p29)4 En este sentido es signifi cante la presencia de un interlocutor de un otro que la escucha y observa de alguien que le presta atencioacuten para que se pueda manifestar el dolor de Helena En varias ocasiones Helena se representa llorando y lamentaacutendose pero esta es la uacutenica ocasioacuten en la cual alguien atiende miacutenimamente a su lamento 5 Emilio Crespo en su traduccioacuten de la Iliacuteada comenta laquoEl pasaje entre 161 y 246 era conocido al menos desde la eacutepoca heleniacutestica como teichoskopiacutea lsquorevista desde la murallarsquo Es desde luego sorprendente que Priacuteamo desconozca a los caudillos griegos por los que pregunta en el deacutecimo antildeo de la guerra justo cuando eacutesta estaacute a punto de terminar con el duelo entre Paris y Menelaoraquo (Iliacuteada Gredos p156) Con la teichoskopia se crea tambieacuten de manera indirecta la oportunidad para que aparezca un discurso de Helena El poeta no podriacutea buscarle mejor interlocutor que el anciano y magnaacutenime Priacuteamo siempre sutil en sus palabras y acciones

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

a Helena tanto como la odian y desprecian los otros iquestCoacutemo resuenan estas palabras en el espacio iquestCoacutemo lo transforman

Asiacute habloacute y el anciano quedoacute maravillado y exclamoacutelaquoiexclAtrida feliz con fortuna nacido de opulento hadoRealmente veo que hay muchos joacutevenes aqueos sumisos a tiYa en cierta ocasioacuten fui a Frigia rica en vintildeedosdonde vi elevadiacutesimo nuacutemero de frigios de aacutegiles potroslas huestes de Otreo y de Migdoacuten comparable a un diosque entonces habiacutean ido en campantildea a orillas del SangarioPues tambieacuten yo me uniacute a ellos en calidad de aliadoaquel diacutea en que llegaron las varoniles AmazonasMas ni eacutesos eran tantos como los aqueos de vivaces ojosraquoEn segundo lugar al ver a Ulises preguntoacute el ancianolaquoEa dime tambien eacuteste hija querida quieacuten esEs maacutes bajo que el Atrida Agamenoacuten que le saca la cabezapero se le ve maacutes ancho de hombros y de pechoSus armas yacen sobre la tierra nutricia de muchospero eacutel recorre como un morueco las hileras de guerrerosSiacute yo lo comparo con un carnero de compactos vellonesque pasa revista a un gran rebantildeo de blancas ovejasraquo(Canto III 181-198)

Despueacutes de esta apertura al mundo psiacutequico de Helena la narracioacuten cierra su pequentildeo desviacuteo y vuelve a ocuparse del movimiento de los caudillos aqueos en la llanura de Troya laquoiexclAtrida felizraquo asiacute es como empieza la respuesta de Priacuteamo a su laquohija queridaraquo obviando por completo su desesperacioacuten la palabra feliz se convierte en una lanza que se clava en la geacutelida desgracia de Helena Priacuteamo tambieacuten eacutel la atraviesa reconduciendo su atencioacuten hacia otra parte

En la escena de la teichoskopiacutea la Iliacuteada nos recuerda una vez maacutes que esta guerra no es anoacutenima y abstracta Ninguacuten guerrero no es laquouno maacutesraquo entre los muertos o los vivos Los guerreros homeacutericos traen al campo de batalla sus pasiones y afectos sus defectos y sus deseos de venganza y cada uno merece ser llamado por su nombre propio En el canto II el poeta hizo una invocacioacuten directa a las Musas solicitando ayuda con la tarea inabarcable de nombrar a todos los guerreros antes de construir el cataacutelogo de las naves aqueas y el cataacutelogo de los troyanos y sus aliados6 En la teichoskopiacutea son

6 laquoDecidme ahora Musas duentildeas de oliacutempicas moradas | pues vosotras sois diosas estaacuteis presentes y sabeacuteis

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

sus propios personajes dos personajes que no participan en el combate los que asumen esta actitud contemplativa Excluidos de la guerra la observan desde un punto fi jo en lo alto de la muralla de Troya ese liacutemite que todaviacutea protege a la ciudad y a sus habitantes mujeres ancianos y nintildeos mantenieacuten-doles en un encierro permanente

Unos versos maacutes tarde llegaraacuten los heraldos y se llevaraacuten al anciano rey para que eacutel sancione los juramentos antes del duelo de Menelao y Paris Priacuteamo se iraacute sin despedirse y Helena una vez maacutes se hundiraacute en su soledad Sola entre muchas troyanas se quedaraacute contemplando el duelo entre su primero y su segundo esposo Al fi nal del canto Afrodita la encontraraacute alliacute en la mu-ralla de Troya y la conduciraacute hacia el interior del palacio para acompantildear a Paris en la cama y satisfacerle el deseo sexual cumpliendo con su papel de esposa Helena no tiene fuerza de voluntad atrapada en un denso tejido de circunstancias exteriores encerrada en la ciudad y encerrada en el nombre que lleva se transforma en observadora permanente

Helena es un personaje sumamente importante e interesante Toda una guerra gira en torno a ella su nombre se repite y resuena como un eco per-sistente entre los versos pero Helena la mujer la persona estaacute ausente de la realidad ausente de su propia vida es la mujer premio

Ella no es la uacutenica mujer premio de la Iliacuteada En el universo masculino de la guerra infi nitas mujeres se convierten en premio de los saqueos de ciuda-des se cautivan como esclavas o se entregan como regalos de un guerrero a otro Agamenoacuten cuando solicita el regreso de Aquiles a la batalla le pro-mete entre otros regalos a siete mujeres esclavas (laquoTe daraacute siete mujeres expertas en intachables labores lesbias que cuando conquistaste la bien edi-fi cada Lesbos para siacute | escogioacute y que destacaban en belleza entre la raza de las mujeresraquo) y a una de sus hijas como esposa legiacutetima dejaacutendole la posi-bilidad de escoger entre ellas a la que maacutes le guste7 Esto nos hace pensar en el espacio que ocupan las mujeres en la guerra tanto a nivel simboacutelico como a nivel fiacutesico pero tambieacuten en todo aquello que permaneciendo ajeno a la

todo | mientras que nosotros solo oiacutemos la fama y no sabemos nada | quieacutenes eran los priacutencipes y los caudi-llos de los daacutenaos | El grueso de las tropas yo no podriacutea enumerarlo ni nombrarlo | ni aunque tuviera diez lenguas y diez bocas | voz inquebrantable y un bronciacuteneo corazoacuten en mi interior | si las Oliacutempicas Musas de Zeus portador de la egida | hijas no recordaran a cuaacutentos llegaron al pie de Ilio | Pero siacute nombrareacute a los jefes y la totalidad de las navesraquo (IliacuteadaCanto II 484-493)7 Iliacuteada Canto IΧ 270-290

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

guerra interviene en ella de manera oblicua y tangencial8

El propio argumento de la Iliacuteada se despliega a partir de Criseida hija de Crises sacerdote de Apolo ella fue dada como botiacuten de guerra a Agamenoacuten y su cautiverio provoca la furia de Apolo contra los daacutenaos Se decide la devolucioacuten de Criseida a su padre pero Agamenoacuten exige como jefe de los caudillos aqueos que se le sustituya su botiacuten en vez de Criseida se quedaraacute con Briseida otorgada originalmente como botiacuten a Aquiles exigencia que provoca la coacutelera la famosa μήνις de Aquiles considerada como el tema central de la epopeya La presencia de las mujeres premio en la Iliacuteada es muy importante pero ellas mismas se encuentran ausentes Mujeres hermosas cosifi cadas transformadas en objetos en torno a los cuales giran los episo-dios y los actos heroicos

Briseida se retira de la tienda de Aquiles caminando laquoen contra a su volun-tadraquo con laacutegrimas en los ojos sin pronunciar una palabra Aquiles se encie-rra en su tienda y se abstiene del combate protestando por la peacuterdida de Briseida Despueacutes de la muerte de Patroclo una vez Aquiles decide entrar de nuevo en la batalla Briseida se devuelve a eacutel mientras Agamenoacuten jura que no se ha acostado con ella En este momento Briseida habla soacutelo para llorar a Patroclo resaltando su bondad y delicadeza El discurso de Briseida es pu-ramente exterior a ella en su discurso ella se relaciona con el mundo como si no participase en eacutel como si fuese una espectadora de su propia vida Aunque invoca un episodio que la marcoacute profundamente el momento en que Aquiles saqueoacute su ciudad y matoacute a su marido convirtieacutendola en esclava lo describe enfatizando la reaccioacuten de Patroclo y no su propia desgracia la cual se presenta como si para ella ya no tuviera importancia como si su vida careciera de sentido Briseida tan desgraciada y despojada de toda libertad y toda voluntad llora al compantildeero de su saqueador

laquoiexclPatroclo el ser maacutes grato para esta desdichada de miacuteVivo te dejeacute cuando saliacute de esta tienday ahora te hallo muerto comandante de huestes al regresarde nuevo iexclDesgracia sobre desgracia me viene sin cesarAl marido a quien me con iaron mi padre y mi augusta madrelo vi delante de la ciudad desgarrado por el a ilado bronceigual que a los tres hermanos que mi madre habiacutea engendrado

8 Pascal Payen en su libro Les revers de la guerre en Gregravece ancienne dedica un capiacutetulo al papel de las mujeres en una esfera donde seguacuten la ideologiacutea dominante ellas no tienen lugar

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tan amados y que todos alcanzaron el diacutea de la ruinaNi siquiera me permitiste cuando el ligero Aquilesmatoacute a mi marido y saqueoacute la ciudad del divino Minetellorar asegurabas que me convertiriacuteas en legiacutetima esposadel divino Aquiles y que eacutel me llevariacutea en las naves a Ftiacuteay celebrariacutea el banquete de boda entre los mirmidonesPor eso lloro sin cesar la muerte del que siempre fue tan dulceraquo(Canto XIX 287-300)

En alguna ocasioacuten Helena tambieacuten actuacutea como si fuese una observadora imparcial representando la voz de la razoacuten juiciosa sobria Comenta los hechos evaluacutea las circunstancias aconseja Una vez maacutes ausente de siacute misma indiferente resignada Su juicio llega a nosotros a traveacutes de las na-rraciones de otros personajes laquoAhora mi esposa que me ha reprendido con tiernas palabras | me ha incitado al combateraquo dice Paris a Heacutector9 Heacutector por su parte teme que su querida mujer Androacutemaca sea llevada a fuerza por alguacuten aqueo acaso ellos conquisten la ciudad de Troya

Mas no me importa tanto el dolor de los troyanos en el futuro ni el de la propia Heacutecuba ni el del soberano Priacuteamoni el de mis hermanos que muchos y valerosospuede que caigan en el polvo bajo los enemigoscomo el tuyo cuando uno de los aqueos de bronciacuteneas tunicaste lleve envuelta en laacutegrimas y te prive del diacutea de la libertad (Canto VI 450-455)

9 Iliacuteada Canto VI 337-338

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2 El movimiento de la familia un lugar para encontrarse [Heacutector y Androacutemaca]

En el canto VI Diomedes se acerca a la muralla de Troya matando a un hombre despueacutes de otro Los troyanos aterrorizados necesitan defenderse defender a su ciudad a sus familias a sus mujeres a sus hijos a sus casas La fi gura de Heacutector se dibuja como la fi gura del rey que protege a su pueblo del liacuteder que anima a sus guerreros con carintildeo del hijo en quien tiene orgu-llo la familia pero sobre todo del hombre que quiere a su esposa del padre que antildeora a su hijo Heacutector es precisamente esto un hombre Un hombre que como dice eacutel mismo ha aprendido a ser valiente por necesidad Su perfi l humano terrenal noble lo acerca a nosotros por medio de la empa-tiacutea Su prevista muerte el implacable destino que le espera se contrapone al mundo del que proviene al tejido de relaciones en el que estaacute inmerso del cual la guerra le separa violentamente mientras participa en ella para defenderlo

Pero cuando ya llegoacute a la muy bella morada de Priacuteamoconstruida con pulidos pooacuteticos de columnas en la cualhabiacutea cincuenta habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los hijosde Priacuteamo se acostaban junto a sus legiacutetimas esposasy para las hijas en el lado de enfrente dentro del patiohabiacutea doce techadas habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los yernosde Priacuteamo se acostaban junto a sus respetables esposasalliacute le salioacute al paso su madre dadivosa de benignos regalosllevando dentro a Laodica la primera de sus hijas en belleza(Canto VI 242-252)

Heacutector se dirige hacia la ciudad y sabemos que es la uacuteltima vez que entra-raacute en ella cruzando su muralla Seguramente la entrada en el palacio de Priacuteamo le maravilla el mundo de la paz y los recuerdos de la vida civil de su propia vida se apoderan de eacutel La sencilla descripcioacuten de la organizacioacuten espacial de este palacio descripcioacuten intemporal despojada de todo detalle

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

y toda presencia humana impone a la narracioacuten un silencio un silencio que se asienta sobre el bullicio el voceriacuteo y el desorden sangriento de la batalla En este silencio en esta tranquilidad en la prosperidad evocada del espacio interior el poema estaacute preparando el encuentro del heacuteroe con su mundo siendo la descripcioacuten del palacio una introduccioacuten para el encuentro de Heacutector con su madre

laquo[] Tuacute ve al templo de la depredadora Ateneay yo ireacute en busca de Paris para llamarloa ver si quiere atender a mis palabras iexclOjalaacute aquiacute mismose lo tragara la tierra Pues es una peste que el Oliacutempico crioacutepara los troyanos para el magnaacutenimo Priacuteamo y para sus hijosSi lo viera descendiendo dentro del Hadesdiriacutea a mi aacutenimo que dejara olvidado del todo el funesto llantoraquo(Canto VI 279-285)

A su vez el encuentro con Heacutecuba le conduce hacia su hermano Paris a quien desprecia profundamente acerca de quien pronuncia palabras exce-sivamente duras La narracioacuten sigue a Heacutecuba en sus sacrifi cios a Atenea realizando un breve desviacuteo antes de volver a acompantildear a Heacutector en su re-corrido Heacutector encuentra a Paris en su caacutemara armaacutendose para el combate bello al lado de Helena Detenieacutendose en la entrada de la habitacioacuten le re-procha su cobardiacutea e inicia una conversacioacuten con Helena1 mientras le invade el recuerdo de su familia Este recuerdo el deseo y la antildeoranza que conlleva es lo que mueve a Heacutector en un movimiento continuo agonizante insacia-ble hacia Androacutemaca su amada mujer hacia su familia a la vez hacia sus compantildeeros hacia la batalla donde pertenece donde pereceraacute Su recorrido se extiende como un hilo en el espacio formando un nodo cada vez que se encuentra e interactuacutea con otra persona

laquoNo me ofrezcas asiento Helena aunque me estimes no meconvenceraacutes Pues mi aacutenimo ya estaacute en marcha presto a defendera los troyanos que intensa antildeoranza sienten por mi ausenciaTuacute pon en movimiento a eacuteste y que tambieacuten eacutel se de prisapara que me alcance mientras todaviacutea esteacute dentro de la ciudad

1 laquoEa entra ahora y sieacutentate sobre este escabel | cuntildeado miacuteo pues tuacute eres al que maacutes acosa las mientes la tarea | por culpa de esta perra de miacute y por la ofuscacioacuten de Alejandro | a quienes Zeus impuso el malvado sino de en lo sucesivo | tornarnos en materia de canto para los hombres futurosraquo dice Helena a Heacutector Sus palabras tienen la doble funcioacuten de explicar(se) el inicio de la guerra y quizaacute aliviar el dolor desgarrador que Helena siente y enfatizar el peso de la responsabilidad que recae sobre Heacutector a pesar de que eacutel no tenga la culpa de esta guerra

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Ademaacutes yo quiero ir a mi casa a vera los criados a mi esposa y a mi tierno hijoPues no seacute si auacuten otra vez llegareacute de regreso hasta elloso si los dioses ya me van a doblegar a manos de los aqueosraquoTras hablar asiacute se alejoacute Heacutector de tremolante penachoy al instante llegoacute a sus bien habitadas moradasmas no encontroacute en las salas a Androacutemaca de blancos brazosque con su hijo y una sirviente de bello mantosobre la torre estaba de pie llorando y gimiendoHeacutector al no hallar dentro a su intachable esposasalioacute al umbral se detuvo y dijo asiacute a las criadaslaquoEa criadas declaradme la verdadiquestAdoacutende ha ido Androacutemaca de blancos brazos fuera del palacioiquestA ver a mis hermanas y a mis cuntildeadas de buenos mantosiquestO al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosaraquoLa soliacutecita despensera diacutejole a su vez estas palabraslaquoiexclHeacutector Ya que mandas encarecidamente declarar la verdadni a ver a tus hermanas ni a tus cuntildeadas de buenos mantosni al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosasino a la elevada torre de Ilio pues ha oiacutedo que los troyanosestaacuten abrumados y que los aqueos ejercen gran poderiacuteoYa ha llegado presurosa a la murallacomo mujer enloquecida y la nodriza lleva al nintildeo consigoraquoDijo la despensera y Heacutector se precipitoacute fuera de la casa bajando otra vez por la misma ruta de bien construidas callesCuando atravesoacute la gran ciudad y llegoacute a las puertasEsceas por donde se disponiacutea a salir a la llanuraalliacute le salioacute al paso corriendo su esposa rica en regalosAndroacutemaca la hija del magnaacutenimo Eetioacuten del Eetioacuten que habiacutea habitado bajo el boscoso Placoen Teba bajo el Placo y habiacutea sido soberano de los ciliciosDe eacuteste era hija la esposa de Heacutector de bronciacuteneo cascoLe salioacute entonces al paso y con ella se acercoacute la sirvientallevando en su regazo al delicado nintildeo todaviacutea sin habla el preciado Hectoacuterida semejante a un bello astroHeacutector soliacutea llamarlo Escamandrio pero los demaacutesAstiaacutenacte pues Heacutector era el uacutenico que protegiacutea IlioEacuteste sonrioacute mirando al nintildeo en silencioy Androacutemaca se detuvo cerca derramando laacutegrimas le asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichado Tu furia te perderaacute Ni siquiera te apiadasde tu tierno nintildeo ni de miacute infortunada que pronto viudade ti quedareacute []raquo(Canto VI 360-409)

El encuentro de Heacutector con Androacutemaca se va generando cuidadosamente con lentitud Para llegar a su laquointachable esposaraquo Heacutector va cruzando um-brales consecutivos En su trayectoria se encuentra con una habitacioacuten vaciacutea de donde su mujer estaacute ausente Su deseo de ver a su familia se prolonga algo maacutes aumentando la tensioacuten dramaacutetica Preocupado ansioso pregunta repetidamente por Androacutemaca a las sirvientas que encuentra antes de saber que ella tambieacuten ha salido en busca de eacutel presurosa angustiada acompantildea-da por la nodriza que lleva al nintildeo consigo Heacutector recorre las mismas calles posiblemente siguiendo la misma ruta que habiacutea marcado al entrar en la ciudad El mismo camino diferentes situaciones existenciales El momento es especial defi nido por la guerra el dolor la incertidumbre el peligro pero sobre y a pesar de todo del amor

Bajo estas circunstancias en esta escena Heacutector y Androacutemaca se encuentran en movimiento mientras estaacuten realizando dos movimientos opuestos Los pasos de ambos se cruzan sobre las puertas Esceas Alliacute emocionados se miran por un momento Eacutel sonriacutee y ella llora estas dos acciones se presentan a menudo ligadas una a otra manifestadas simultaacuteneamente En esta escena Androacutemaca y Heacutector estaacuten emocionados felices y desconsolados a la vez Sus reacciones se complementan mutuamente Heacutector sonriacutee hacia el nintildeo en un silencio elocuente mientras Androacutemaca busca la proximidad fiacutesica posicionaacutendose cerca de Heacutector El movimiento se detiene y en la narra-cioacuten se abre un momento de quietud entre sonrisas y laacutegrimas una mujer y un hombre la nodriza que lleva al nintildeo en sus brazos sobre la muralla de Troya a lo lejos la batalla interminable

Eacuteste es el soporte esceacutenico del diaacutelogo de Heacutector y Androacutemaca un diaacutelogo que comienza y termina con dos frases muy parecidas laquole asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijoraquo y laquola acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijoraquo2 la primera refi rieacutendose a Androacutemaca y la segunda a Heacutector La pronunciacioacuten del nombre propio adquiere importan-

2 En el original laquoἔν τ᾽ ἄρα οἱ φῦ χειρὶ ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo y laquoχειρί τέ μιν κατέρεξεν ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo (Iliacuteada canto VI 406 y 485) Estas frases no contienen la idea de llamar laquocon todos los nombresraquo sino maacutes bien la de llamar pronunciar decir el nombre de cada uno

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

cia especial es asiacute que las personas se reconocen es cuando alguien escu-cha su nombre enunciado por el otro que estaacute invitado al diaacutelogo Por otra parte al fi nal del diaacutelogo el nombre propio suena como una conclusioacuten una despedida

A lo largo de esta conversacioacuten se despliega el dilema del heacuteroe el dilema del hombre que tiene que situarse entre la familia y la guerra entre la vida privada y el bien comuacuten de la ciudad En su interior toma lugar un cofl icto entre valores opuestos entre obligaciones e impulsos que pertenecen a di-ferentes planos de la realidad Su familia tambieacuten participa en este confl ic-to y se encuentra afectada por la complejidad de la situacioacuten que la guerra genera Androacutemaca perdioacute a toda su familia en esta guerra su padre y sus siete hermanos fueron muertos por la mano de Aquiles en la ciudad de Tebas mientras su madre se salvoacute con la ayuda de Aacutertemis Ahora como afi rma ella laquoiexclOh Heacutector Tuacute eres para miacute mi padre y mi augusta madre | y tambieacuten mi hermano y tuacute eres mi lozano esposoraquo3 Heacutector lo es todo para Androacutemaca y ella le implora a quedarse en la ciudad a no dejarla sola En breve eacutel seraacute muerto por Aquiles al igual que el resto de la familia

En el canto XXII los padres de Heacutector tambieacuten le suplican a permanecer dentro de la muralla de Troya y desde alliacute a enfrentarse a Aquiles y defender la ciudad4 Priacuteamo acerca sus manos a su cara y se arranca los cabellos en un gesto de afl iccioacuten mientras Heacutecuba es mucho maacutes expliacutecita en su suacuteplica gestual laquoAl otro lado su madre se lamentaba y vertiacutea laacutegrimas mientras | con una mano se abriacutea el vestido y con otra se alzaba el pechoraquo De nuevo la muralla de Troya emerge como espacio esceacutenico de la accioacuten Como todo liacutemite que separa una regioacuten de otra la muralla funciona tambieacuten como un punto de comunicacioacuten entre el interior y el exterior el uacutenico punto de co-municacioacuten entre la ciudad y el campo de batalla Cuando los que se encuen-tran dentro quieren comunicarse con los guerreros no tienen otra opcioacuten que exponer a vista de todos aquello que pertenece al dominio de lo privado

La fi gura de Heacutecuba sobre la muralla agarrando su seno con fuerza para mostraacuterselo a Heacutector mientras le implora a no entrar en el duelo con Aquiles es una fi gura traacutegica Representa el esfuerzo uacuteltimo y futil de la madre por mantener a su hijo salvo y sano cerca de ella haciendo alusioacuten al viacutenculo uacutenico que los dos experimentaron durante la lactancia Son los senos de la

3 Iliacuteada canto VI 429-4304 Iliacuteada canto XXII 33-92

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

madre que se dirigen siempre hacia su hijo recordando el contacto que alguna vez tuvieron con su boca Es en sus senos quizaacute donde se localiza el dolor de la madre por la peacuterdida de su hijo dolor que sustituye al viacutenculo primordial Inversamente para evitar su peacuterdida Heacutecuba intenta recordar a Heacutector ese primer contacto al principio con su gesto y a continuacioacuten con sus palabras Pero Heacutector no atenderaacute a las suacuteplicas de sus padres como tampoco atiende a la de su esposa5

Es en la respuesta de Heacutector a Androacutemaca donde la Iliacuteada nos revela de forma expliacutecita la motivacioacuten del heacuteroe la razones por las cuales decide entrar en la guerra Heacutector como hijo del rey siente la obligacioacuten de luchar eacutel primero por la ciudad por verguumlenza a los troyanos y para adquirir la eterna gloria la gloria a la que siempre aspira el guerrero auacuten sabiendo que para alcanzarla tendraacute que entregar su vida mostraacutendose valiente en la batalla Frente a su querida esposa Heacutector aparenta tener maacutes miedo por la suerte de ella que por la de sus padres o por su propia De esta manera en la Iliacuteada se esboza claramente la supremaciacutea del matrimonio y la familia nuclear que los hombres activamente crean en su vida adulta sobre todas las relaciones humanas

En este pequentildeo diaacutelogo se puede tambieacuten entrever y reconstruir una trama de valores creencias y convicciones que fueron importantes para la eacutepoca heroica representada en el poema y quizaacute sigan siendo vigentes en gran parte hoy en diacutea El poeta ubica este iacutentimo y tierno encuentro fuera del pa-lacio de Priacuteamo produciendo el debate entre el mundo de la familia el amor y la paz y el universo implacable de la guerra en el mismo liacutemite material que los separa Nos enfocaremos en la manera como este diaacutelogo (impor-tantiacutesimo es cierto como contenido y como signfi cado para la epopeya) se cierra intentaremos cruzar acompantildeando al fl ujo narrativo el umbral que nos lleva desde la intimidad del diaacutelogo hacia la batalla Intentaremos enten-der coacutemo se deshace el lugar del encuentro tan meticulosamente construido en la primera parte del canto

Esencialmente se trata de una escena de despedida despedida defi nitiva Los participantes de ella Androacutemaca y Heacutector lo sospechan sin saberlo

5 Aquiles que es el uacutenico de los daacutenaos que tiene contacto con su madre ya que Tetis es una diosa y le visita a menudo le afi rma al respecto laquoQue tu amor no intente alejarme de la lucha no me convenceraacutesraquo (Iliacuteada canto XVIII 126) Aunque inmortal Tetis no puede salvar a su hijo pero hace un uacuteltimo esfuerzo de protegerle encargando a Hefaisto su armadura Una armadura inmortal para un hombre mortal cuyo destino es morir en breve

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

con seguridad En cambio el poeta y nosotros los lectores estamos plena-mente conscientes de ello El padre Heacutector se inclina hacia su hijo un hijo que se presenta en este canto como el fruto del amor de la pareja quieto en los brazos de la nodriza envuelto entre las dulces tiernas y emocionantes palabras de sus padres Con esta inclinacioacuten hacia el nintildeo se diluye la tensioacuten y se aligera la carga emocional del diaacutelogo

Asustado por el aspecto de su padre que lleva puestas todas sus armas el nintildeo grita y se recoge en los brazos de la nodriza Heacutector el tierno Heacutector de este canto hijo hermano marido padre y mucho maacutes es un guerrero que se encuentra en Troya por corto tiempo Su lugar es el campo de la batalla alliacute pertenece alliacute volveraacute enseguida y alliacute pereceraacute a traveacutes de la reaccioacuten del pequentildeo Escamandrio al escuchar su grito espontaacuteneo recordamos el aspecto de Heacutector y su papel en la guerra Por otra parte la misma reaccioacuten tiene una funcioacuten coacutemica en la narracioacuten Entonces Heacutector se quita el casco y se vuelve a dirigir a su hijo para jugar con eacutel y disfrutar de su presencia en sus brazos por un breve instante Enseguida ruega a los dioses oliacutempicos para que Escamandrio tenga una buena vida despidieacutendose asiacute de eacutel antes de devolverlo a los brazos de su madre

Tras hablar asiacute el preclaro Heacutector se estiroacute hacia su hijoY el nintildeo hacia el regazo de la nodriza de bello centildeidorretrocedioacute con un grito asustado del aspecto de su padreLo intimidaron el bronce y el penacho de crines de caballoal verlo oscilar temiblemente desde la cima del casco Y se echoacute a reir su padre y tambieacuten su augusta madreEntonces el esclarecido Heacutector se quitoacute el casco de la cabezay lo depositoacute resplandeciente sobre el sueloDespueacutes tras besar a su hijo y mecerlo en los brazosdijo elevando una plegaria a Zeus y a los demaacutes dioses laquoiexclZeus y demaacutes dioses Concededme que este nintildeo miacuteollegue a ser como yo sobresaliente entre los troyanosigual de valeroso en fuerza y rey con poder soberano en IlioQue alguna vez uno diga de eacutel laquoEs mucho mejor que su padreraquoal regresar del combate Y que traiga ensangrentados despojos del enemigo muerto y que a su madre se le alegre el corazoacutenraquoTras hablar asiacute en los brazos de su esposa pusoa su hijo y esta lo acogioacute en su fragante regazoentre laacutegrimas riendo Su marido se compadecioacute al notarlo la acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichada No te a lijas demasiado por miacute en tu aacutenimoque ninguacuten hombre me precipitaraacute al Hades contra el destinoDe su suerte te aseguro que no hay ninguacuten hombre que escapeni cobarde ni valeroso desde el mismo diacutea en que ha nacidoMas ve a casa y ocuacutepate de tus laboresel telar y la rueca y ordena a las sirvientasaplicarse a la faena Del combate se cuidaraacuten los hombrestodos que en Ilio han nacido y yo sobre todoraquoTras hablar asiacute el esclarecido Heacutector cogioacute el cascohecho de crines de caballo mientras su esposa marchaba a casavolvieacutendose de vez en cuando y derramando lozanas laacutegrimasInmediatamente despueacutes llegoacute a las bien habitadas moradasdel homicida Heacutector Alliacute dentro halloacute a muchassirvientas y a todas ellas movioacute al llantoEstaban llorando a Heacutector todaviacutea vivo en su propia casapues estaban seguras de que de regreso del combate ya nollegariacutea tras huir de la furia y de las manos de los aqueos(Canto VI 466-502)

Entre laacutegrimas riendo Androacutemaca encarna la contradiccioacuten en la cual estaacuten inmersos ellos dos y su hijo Felices por haberse encontrado felices por quererse desolados por la separacioacuten que puede ser defi nitiva y lo seraacute Heacutector despueacutes de llamarla con su nombre propio la reconforta aludiendo al destino al hado todopoderoso e implacable De su suerte no hay ninguacuten hombre que escape y ellos tampoco escaparaacuten6

Androacutemaca y Heacutector se encontraron movieacutendose en direcciones opuestas y se separan partiendo hacia direcciones opuestas Eacutel le aconseja ir a casa y ocuparse de sus labores mientras eacutel se ocuparaacute del suyo marcando de forma clara el espacio de cada geacutenero Heacutector se marcha primero decidido Androacutemaca se vuelve hacia el palacio con desgana mirando a menudo hacia atraacutes llorando Durante unos versos la narracioacuten sigue a Androacutemaca en sus pasos hacia casa y en el llanto que reitera por Heacutector antes de su muerte Con este llanto se cierra por completo el encuentro de la pareja De camino al campo Heacutector se reconcilia con Paris y los dos hermanos entran solidarios en la batalla mientras todaviacutea resuenan ecos del mundo de la paz

6 Como se ve en otras partes de la Iliacuteada ni los propios dioses pueden escapar del hado En el canto XVI Zeus considera la posibilidad de salvar a Sarpedoacuten de su muerte Entre los dioses del Olimpo se decide entonces que no se puede intervenir al hado Tetis tampoco puede salvar a su hijo de su destino a pesar de ser una diosa inmortal Los dioses oliacutempicos actuacutean en un plano intermedio entre el todopoderoso hado y el mundo de los mortales

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Estas dos bellas secuencias en movimiento antes y despueacutes del diaacutelogo en-vuelven al encuentro La primera construye el lugar mientras en la segunda se desarma el escenario construido Las personas que se mueven alejaacutendose del espacio donde compartieron algo arrastran detraacutes suyo los hilos que se habiacutean tendido en ese espacio y lo entregan de nuevo al mundo casi vaciacuteo

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3 En el centro Patroclo [la muerte de Patroclo]

Las yeguas neleas iban sacando a Neacutestor del combatesudorosas y transportaban a Macaoacuten pastor de huestesSe percatoacute al verlo el divino Aquiles de pies protectorespues estaba erguido sobre la popa de la nave de enorme vientre contemplando el abismal esfuerzo y la lacrimoacutegena derrotaAl punto dirigioacute la palabra a su compantildeero Patroclopronunciando su nombre desde la nave Lo oyoacute desde la tienday salioacute semejante a Ares y asiacute dio comienzo a su desgracia(Canto XI 597-604)

Con la irrupcioacuten del combate alrededor de las naves aqueas mientras los troyanos con el apoyo de los dioses van ganando fuerza y territorio y los aqueos van perdiendo guerreros y aacutenimos Aquiles advierte la cataacutestrofe in-minente y llama a su querido y fi el compantildeero Patroclo con la intencioacuten de enviarlo a los aliados para averiguar las condiciones en las que el ejeacutercito de los aqueos se encuentra Como sencillamente nos informa la Iliacuteada en el preciso instante en que Patroclo responde a la llamada de Aquiles y sale de su tienda empieza a desencadenarse su desgracia

A partir del momento en que la atencioacuten de Aquiles se dirige hacia la batalla la Iliacuteada se enfoca en Patroclo Aunque intermitente con muchas y largas interrupciones para observar la batalla sangrienta junto a las naves en este punto nace una liacutenea narrativa que sigue a Patroclo en su preparacioacuten y entrada al combate en sus hazantildeas en sus duelos en su muerte e inclu-so despueacutes de ella Es una liacutenea narrativa que situacutea a Patroclo en el centro de la accioacuten1 a la que intentaremos rastrear y recorrer ahora La necesidad causa efectivamente la participacioacuten de Patroclo en la guerra y su muerte por Heacutector muerte que a su vez provoca inmenso dolor en Aquiles y le da

1 Simone Weil escribe refi rieacutendose a Patroclo ldquothat warrior who dwells in a peculiar way at the very centre of the poem - I mean Patroclus who lsquoknew how to be sweet to everybodyrsquo and who throughout the Iliad commits no cruel or brutal actrdquo (ldquoThe Iliad or the poem of forcerdquo en Simone Weil an anthology p204)

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

una razoacuten iacutentima para denunciar su coacutelera y entrar de nuevo en la guerra marcando claramente un punto de infl exioacuten en el argumento

Los troyanos bajo las oacuterdenes de Heacutector han invadido el campamento des-truyendo parcialmente la muralla y cruzando la fosa algunos a pie y otros montados en sus caballos Ganando cada vez maacutes espacio a los aqueos a quienes han ido empujando gradualmente hacia el mar los troyanos llegan a prender fuego a una de las naves El deseo de Aquiles se estaacute cumpliendo sus compantildeeros se encuentran al borde de la desgracia al margen de la ani-quilacioacuten Este seriacutea entonces el momento para renunciar su coacutelera y entrar en la batalla Pero parece que la idea de la reconciliacioacuten no ha madurado sufi cientemente en su interior En cambio Patroclo estaacute afl igido profunda-mente afectado por el sufrimiento de sus compantildeeros

Despueacutes de un largo itinerario por las tiendas de los aqueos aparece en la tienda de Aquiles ansioso de convencerle a entrar de nuevo en la batalla Estaacute llorando por compasioacuten llorando por impotencia ante la desgracia de la guerra a la vez enojado con su compantildeero que aferrado en la coacutelera permanece impasible a los hechos Es entonces la primera vez que Patroclo reacciona y se opone a Aquiles revelando lo que piensa y siente mostraacutendo-se a la vez sensible y sensato en su discurso bello y traacutegico En esta escena el poeta trata a Patroclo de tuacute se dirige a eacutel realizando un acercamiento hacia el heacuteroe cuyo destino traacutegico es suplicar para siacute mismo la muerte cruel2 Con este acercamiento la liacutenea narrativa dedicada a Patroclo se convierte en la narracioacuten principal

Con profundos suspiros le respondiste cochero PatroclolaquoiexclAquiles hijo de Peleo con mucho el mejor de los aqueos

2 A lo largo de las escenas siguientes este tratamiento de tuacute hacia Patroclo es recurrente El mismo tratamiento se da hacia Menelao en el canto VII donde el poeta habla a Menelao en segunda perona enseguida cede la palabra a Agamenoacuten quien tambieacuten se dirige hacia Menelao en segunda persona y al fi nal aprovecha la presencia de Agamenoacuten para concluir el episodio de manera imparcial narrando en tercera persona laquoTras hablar asiacute hizo gesto de ponerse las bellas armas | Entonces para ti Menelao habriacutea llegado el fi n de la vida | a manos de Heacutector porque en verdad era muy superior | si los reyes aqueos no se hubieran precipitado a sujetarte | El propio Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominios | cogioacute tu diestra te llamoacute con todos tus nombres y te dijo | laquoiexclEstaacutes loco Menelao criado por Zeus iexclNo debes cometer | esa locura Domiacutenate a pesar de tu preocupacioacuten | y no desees por una porfiacutea luchar con un hombre que es mejor | Heacutector Priamida ante quien tambieacuten los demaacutes sienten pavor | El propio Aquiles en la lucha que otorga gloria a los hombres | se estremece al encararlo y eso que es mucho mejor que tuacute | Por eso tuacute ahora ve y sieacutentate entre la tribu de compantildeeros | que los aqueos haraacuten que otro se alce enfrente de ese | Por muy intreacutepido que sea e insaciable de tumulto aseguro | que con jubilo doblaraacute la rodilla con tal de huir | del hostil combate y de la atroz lidraquo Hablando asiacute el heacuteroe desvioacute la intencioacuten de su hermano | porque era oportuna su advertencia y eacutel hizo caso Entonces | los escuderos le quitaron alegres las armas de los hombrosraquo (Iliacuteada Canto VII 103-122)

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

No te enfades tal es la a liccioacuten que oprime a los aqueosTodos los que hasta hace poco eran los maacutes bravosyacen entre las naves heridos por dardos o por picasHerido de dardo estaacute el Tidida el esforzado DiomedesHerido de pica estaacute Ulises insigne por su lanza y AgamenoacutenHerido por una lecha en el muslo estaacute tambieacuten EuriacutepiloDe ellos se ocupan los meacutedicos con sus muchas medicinascurando sus llagas Y tuacute te has vuelto implacable AquilesQue nunca me invada a miacute una ira como esa que tuacute albergastan atroz iquestQue ventaja procuraraacutes al que nazca en el futurosi no apartas a los argivos del ignominioso estragoiexclDespiadado Tu padre no fue Peleo el conductor de carrosni Tetis tu madre el garzo mar fue quien te dio a luzy las abruptas rocas pues tus sentimientos son implacablesSi es que tratas de eludir en tus mientes alguacuten vaticinioy te ha revelado algo de parte de Zeus tu augusta madreal menos enviacuteame a miacute sin demora y dame el resto de la huestede mirmidones a ver si llevo una luz de salvacioacuten a los daacutenaosDame tu armadura para poneacutermela en los hombrosa ver si me confunden contigo y renuncian al combatelos troyanos y los marciales hijos de los aqueos respirande su quebranto Aunque sea breve es un respiro del combateLos no fatigados facilmente a los fatigados del griteriacuteopodemos empujar a la ciudad lejos de las naves y de las tiendasraquoAsiacute habloacute suplicando el muy insensato pues su destinoera el de suplicar para siacute mismo la muerte cruel y la parca(Canto XVI 20-47)

Aquiles responde a su compantildeero con carintildeo manifestando que le gustariacutea dejar ir al pasado afi rmando que no puede mantener la ira para siempre pero a la vez mostrando que todaviacutea reside en su aacutenimo el rencor que siente por Agamenoacuten Su coacutelera es maacutes fuerte que eacutel es una especie de indignacioacuten frente a la injusticia que se aduentildeoacute de eacutel y de la cual no se puede deshacer al contrario parece que le va invadiendo cada vez maacutes laquoiexclOjalaacute Zeus padre Atenea y Apolo no escape de la muerte | ninguno de cuantos troyanos hay ni tampoco ninguacuten argivo | y que soacutelo nosotros dos emerjamos de la perdi-cioacuten y seamos | los uacutenicos que desatemos las sagradas diademas de Troyaraquo3 es como cierra su respuesta a Patroclo y no podemos dejar de sentirnos per-plejos ante estas palabras

3 Iliacuteada Canto XVI 97-100

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El poeta presenta a Aquiles dividido interiormente entre la coacutelera y la obli-gacioacuten de ayudar a sus compantildeeros probablemente lo que se expresa aquiacute es el mismo dilema que el heacuteroe experimenta durante toda la Iliacuteada Como declara a Agamenoacuten al principio de la epopeya esta guerra para eacutel no signi-fi ca nada Participa en ella acompantildeando a los daacutenaos pero no tiene ninguacuten motivo personal para hacerlo mientras piensa que su vida es demasiado preciosa para ser sacrifi cada En la fi gura de Aquiles se realiza el confl icto entre lo personal y lo comuacuten un confl icto interno tan potente que le deja inerte inactivo encerrado en su tienda observador apaacutetico Sin embargo despueacutes de este encuentro con Patroclo es la primera vez que Aquiles actuacutea eneacutergicamente en la Iliacuteada y es Patroclo quien lo saca de la inercia rencoro-sa en la que estaacute atrapado

A pesar de que las armaduras son uacutenicas para cada guerrero Aquiles en-trega la suya a su amigo junto con unos consejos y un deseo que regrese vivo de la batalla En la Iliacuteada esta armadura sigue una trayectoria curiosa Las armas que ahora son entregadas a Patroclo para protegerlo y tambieacuten para atemorizar a los troyanos permitieacutendole confundirse con Aquiles se encontraraacuten en manos de Heacutector Despueacutes de la muerte de Patroclo Heacutector se apartaraacute de la batalla para poneacuterselas acto que no deja de causar cierta sorpresa4 Seraacute entonces muerto por Aquiles y despojado de las armas que concluiraacuten su deambular ciacuteclico

iquestQueacute signifi ca esta cesioacuten de la armadura a otro guerrero Hay tambieacuten otras escenas en las que un guerrero llega a utilizar las armas de otro laquo[] Troquemos nuestras armas que tambieacuten eacutestos se enteren | de que nos jac-tamos de ser hueacutespedes por nuestros padresraquo dice Diomedes a Glauco5 de modo que el intercambio de armas confi rma y simboliza la resolucioacuten paciacute-fi ca y amistosa de un duelo A menudo la Iliacuteada desplaza la atencioacuten a los objetos objetos que son siempre portadores de historias cosas que existen y perduran y nos pueden contar ellas mismas las historias de sus duentildeos historias que de manera tangencial refuerzan y reanudan el argumento principal

Junto a las naves Aquiles corre por las tiendas de los aqueos invitaacutendoles a

4 Las armas de Aquiles encajan perfectamente en el cuerpo de Patroclo con excepcioacuten de la pica que resulta muy pesada para cualquier guerrero que no sea el divino Aquiles (Canto XVI 130-144) En cambio es necesaria la intervencioacuten de Zeus para que se ajusten al cuerpo de Heacutector quien seguramente tendraacute otra estatura (Iliacuteada canto XVII 198-214) 5 Iliacuteada canto VI 230-231

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regresar al combate Prepara un ataque en el cual no participaraacute En seguida realiza sacrifi cios a Zeus En la escena del sacrifi cio el espacio se confi gura uacutenicamente a partir de los objetos sus historias y el movimiento de Aquiles en la tienda y en su patio A traveacutes de las acciones de Aquiles se puede reconstruir parcialmente el espacio en el cual actuacutea No podemos dejar de preguntarnos si el poeta guarda en su imaginacioacuten una disposicioacuten espa-cial especiacutefi ca si tiene alguacuten plano completo del espacio que describe o si eacutel mismo se visualiza exactamente aquello que describe relaciones espa-ciales fragmentos de lugares movimientos densidades vaciacuteos y regiones borrosas

[] Por su parte Aquilesechoacute a andar hacia la tienda y abrioacute la tapa de un arcabella primorosa que Tetis la de argeacutenteos pies le habiacuteadepositado en la nave para que la llevara repleta de tuacutenicasde capas que abrigan del viento y de lanosas mantasAlliacute estaba su labrada copa ninguacuten otro hombrebebiacutea de ella el rutilante vino y a ninguacuten diosmaacutes que a Zeus padre haciacutea libaciones con ellaLa recogioacute entonces del arca la puri icoacute con azufreprimero y a continuacioacuten la lavoacute con bellos chorros de aguaTambieacuten eacutel se lavoacute las manos y apuroacute el rutilante vinoLuego de pie en medio del vallado oroacute y vertioacute el vinomirando al cielo y lo vio Zeus que se deleita con el rayo[]Despueacutes de hacer la libacioacuten y la plegaria a Zeus padreentroacute de nuevo en la tienda y depositoacute la copa en el arcay salioacute y se detuvo ante la tienda con el aacutenimo auacuten deseosode contemplar la atroz contienda entre troyanos y aqueos(Canto XVI 220-256)

Vestido con las armas de Aquiles y acompantildeado por muchos mirmidones Patroclo sale al combate por primera y uacuteltima vez en la Iliacuteada Aunque el poeta nos ha informado claramente de esto y de que la muerte de Patroclo seraacute la clave para el desenlace del argumento la narracioacuten se suspende y se detiene en las hazantildeas del heacuteroe traacutegico En una duracioacuten muy breve Patroclo conseguiraacute rechazar el ataque de los troyanos obligaacutendoles a retro-ceder desde las naves aqueas hacia la ciudad mataraacute varios de ellos e inten-taraacute atacar eacutel mismo la muralla de Troya Todo eso con la ayuda divina por supuesto A lo largo de la Iliacuteada Zeus se representa buscando una manera

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de matar a Patroclo elaborando una coreografiacutea de su muerte Este guerrero cuya muerte reside en el centro del poema ha de ser glorifi cado antes de ser muerto y Zeus es el dios que quiere concederle esta gloria La culmina-cioacuten de su heroiacutesmo se alcanza en su duelo con Sarpedoacuten el padre de los dioses oliacutempicos deja que su hijo sea muerto por Patroclo aunque no sin antes experimentar una intensa lucha interior para decidir si puede cambiar el destino de su querido hijo mortal y no sin derramar una lluvia de sangre en su honor

Menudeaban sin pausa en torno del cadaacutever como cuando las moscasen el establo zumban alrededor de los jarros rebosantes de lecheen la estacioacuten primaveral cuando las caacutentaras rezuman de lecheasiacute menudeaban en torno del cadaacutever Ni un momento Zeusapartoacute sus relucientes ojos de la violenta batalla sino que con la mirada ija en ellos cavilaba consigo mismosobre el asesinato de Patroclo vacilando una y otra vezentre hacer ya que tambieacuten a aqueacutel en aquella violenta batallasobre Sarpedoacuten comparable a un dios el esclarecido Heacutectorlo aniquilara con el bronce y quitara las armas de sus hombros o si extender auacuten a otros maacutes aquella aacuterdua fatigaEn el curso de sus pensamientos le parecioacute lo mejorque el noble escudero del Peacutelida Aquilesrechazara a los troyanos y a Heacutector de bronciacuteneo cascootra vez maacutes hacia la ciudad y quitara la vida a muchos(Canto XVI 641-655)

Patroclo mata a Sarpedoacuten y con su muerte irrumpe una lucha alrededor de su cuerpo Sarpedoacuten es el primer guerrero muerto cuyo cuerpo funciona como centro de una batalla importante en la Iliacuteada (eacutel mismo en el momen-to de su muerte implora a Glauco a no abandonar su cuerpo en el campo de batalla) La batalla envuelta en la noche siniestra creada por Zeus seraacute el motivo para que Heacutector y Patroclo se encuentren por primera vez en el combate Despueacutes de meditar mucho Zeus protege la memoria de su hijo llevando a su cuerpo lejos de la llanura de Troya con la ayuda de Apolo del Suentildeo y de la Muerte Patroclo no pereceraacute en esa misma batalla Heacutector retrocede y eacutel tiene la oportunidad de avanzar hacia Troya mientras Apolo lo detiene tres veces en la muralla de la ciudad

Animado por Apolo Heacutector se acerca a toda velocidad subido en su carro acompantildeado por Cebriacuteones a quien Patroclo mata con una piedra

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Entonces el cuerpo de Cebriacuteones se convierte en centro de una densa ba-talla en la cual pereceraacuten muchos guerreros de ambos bandos Cuando los aqueos consiguen retirar a Cebriacuteones y despojarle de sus armas el centro de la escena desaparece La batalla continuacutea pero ya no gira alrededor de un nuacutecleo ni tampoco hay un enfrentamiento entre dos bloques sino que todos estaacuten mezclados combatiendo en desorden La Iliacuteada posiciona entonces a Patroclo en el centro de este desorden su muerte tan esperada y tan preme-ditada es inminente e irreversible

Patroclo se ubica primero en el centro como sujeto que actuacutea intencional-mente defi ne y modifi ca el espacio en el que se mueve se arroja entre los troyanos y nosotros nos proyectamos con eacutel Tres veces ataca y tres veces sentimos la fuerza del ataque en nuestro interior Pero el cuarto ataque marca un punto de infl exioacuten El heacuteroe estaacute cruzando un liacutemite invisible el liacutemite del hibris si se nos permite el teacutermino y este ataque seraacute su uacuteltimo El narrador cambia de nuevo su actitud hacia Patroclo dirigieacutendose a eacutel en segunda persona En este momento Patroclo cesa de existir como sujeto para convertirse en una cosa una cosa con vida al principio una cosa sin vida a continuacioacuten6 A la vez la voz del poeta que habla a su personaje lo inmoviliza lo transforma en un punto fi jo un centro estaacutetico un receptor Patroclo recibe la palabra y recibe pasivo su suerte

Mientras el curso del sol recorrioacute el centro del cielolos dardos alcanzaron a los de ambos bandos y la hueste caiacuteamas a la hora de bajar el sol la de la suelta de las vacasfue cuando los aqueos cobraron una desmesurada ventaja Sacaron al heacuteroe Cebriacuteones fuera del alcance de los dardosy del clamor troyanos y le quitaron las armas de los hombrosPatroclo se arrojoacute entre los troyanos con funestas intencionesTres veces arremetioacute entonces comparable al impetuoso Aresentre pavorosos alaridos y las tres veces matoacute a nueve mortales Mas cuando ya por cuarta vez se arrojoacute semejante a una deidadentonces aparecioacute ante ti Patroclo el teacutermino de la vidapues Febo te salioacute al encuentro en la violenta batallaSurgioacute terrible pero eacutel no lo vio venir a traveacutes del tropelpues se le acercaba oculto en una tupida bruma Se detuvo detraacutes y le golpeoacute la espalda y los anchos hombros

6 ldquoAn extraordinary entity this - a thing that has a soul [] A man stands disarmed and naked with a weap-on pointing at him this person becomes a corpse before anybody or anything touches himrdquo escribe Simone Weil (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p185)

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con la palma de la mano y sus ojos giraron vertiginosamenteFebo Apolo le tiroacute de la cabeza el morrioacutenfue rodando con estreacutepito bajo las patas de los caballosel atubado yelmo y las crines de su penacho se mancharon de sangre y de polvo Antes los dioses no habiacutean consentidoque aquella celada con penacho de crines se manchara de polvopues protegiacutea la cabeza y la amable frente de un hombre divinode Aquiles pero entonces Zeus otorgoacute a Heacutectorllevarla sobre su cabeza pues a eacutel ya lo acechaba la muerte Se le quebroacute entera en las manos la pica de luenga sombrapesada larga compacta provista de casquete y se le cayoacutede los hombros al suelo el ribeteado broquel con el tahaliacuteEl soberano Apolo hijo de Zeus le desatoacute la corazaEl estupor se aduentildeoacute de eacutel se doblaron sus preclaros miembrosy se paroacute atoacutenito Con la aguda lanza detraacutes en la espaldaentre los hombros le acertoacute de cerca un guerrero daacuterdanoEuforbo Pantoida que descollaba entre todos los de su edadcon la pica la destreza en el carro y la presteza de los piesHabiacutea derribado de sus caballos a veinte mortales la primera vezque habiacutea salido con el carro auacuten un aprendiz en el combateEacuteste fue el primero que te arrojoacute un dardo cochero Patroclomas no te doblegoacute Corrioacute atraacutes y se perdioacute en la muchedumbreen cuanto te arrancoacute de la carne el asta de fresno sin resistirante Patroclo en la lid a pesar de que estaba desarmado(Canto XVI 777-815)

Su muerte tan esperada y tan premeditada no se parece a ninguna otra muerte descrita en la Iliacuteada Patroclo no se encuentra con un adversario que le mata sino con su propia muerte Como en muchas ocasiones aquiacute tambieacuten se necesita la intervencioacuten de un dios para resolver el duelo entre dos guerreros valientes Sin embargo en ninguna otra escena se presenta intervencioacuten divina semejante a eacutesta Patroclo estaacute inmoacutevil quieto y parado en la narracioacuten cuando Apolo pasando desapercibido entre la confusioacuten del combate oculto en una neblina le golpea por detraacutes Por detraacutes recibe Patroclo el golpe del dios estupefacto impotente siente el abandono en su cuerpo Le abandona la fuerza el vigor de sus miembros le abandona su ar-madura Las armas de Aquiles van cayeacutendose progresivamente marcando el espacio alrededor de Patroclo que se mantiene de pie en el centro como un palo

Despojado de todas sus defensas Patroclo recibe por detraacutes de nuevo el

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

ataque de Euforbo eacuteste retira la lanza clavada entre los hombros y se pierde corriendo entre la muchedumbre Patroclo estaacute atoacutenito desnudo en un pai-saje de hierro bronce resistentes pieles de bueyes gritos alaridos y agita-ciones violentas Herido intenta escaparse refugiarse protegerse Heacutector veloz y decisivo se acerca a eacutel y lo perfora con su lanza causaacutendole la herida mortal Patroclo queda completamente humillado las jactancias que Heacutector profi ere resuenan con crueldad sobre este cuerpo del guerrero que ya no es Del cuerpo sin vida de Patroclo cuerpo al que ya abandonoacute el alma Heacutector retira su lanza con un movimiento brusco Patroclo es una cosa en el espa-cio material bruto al que se puede pisar casi como si fuese tierra La lanza el objeto sobrevive a la persona que ha matado y se volveraacute a usar para matar a otra y otra y otra maacutes La relacioacuten entre el elemento de aniquilacioacuten y la existencia aniquilada no es exclusiva

Patroclo doblegado por el golpe del dios y por la lanzaempezoacute a replegarse a la turba de los compantildeeros por eludir la parcaHeacutector nada maacutes ver al magnaacutenimo Patrocloretrocediendo herido por el agudo broncellegoacute cerca de eacutel entre las ilas le hirioacute con la lanzaen lo maacutes bajo del ijar y le hundioacute el bronce de parte a parteRetumboacute al caer y causoacute gran pesar a la tropa de los aqueosComo cuando un leoacuten domina por la fuerza a un indomable jabaliacutecuando ambos en las cimas de un monte luchan con gran ierezaalrededor de un escaso manantial y los dos quieren bebery el leoacuten logra doblegar por la fuerza al jadeante jabaliacuteasiacute al fornido hijo de Menecio tras haber matado a muchosHeacutector Priaacutemida le arrebatoacute la vida de cerca con la picay blasonando de su triunfo le dijo estas aladas palabraslaquoiexclPatroclo Bien que asegurabas que asolariacuteas nuestra ciudady arrebatariacuteas el diacutea de la libertad a las mujeres troyanasy las llevariacuteas en las naves a tu tierra patriaiexclInsensato En su defensa los ligeros caballos de Heacutectorhan llegado al combate a galope tendido Tambieacuten yo con la picasobresalgo entre los combativos troyanos porque les apartodel diacutea fatal a ti en cambio los buitres te devoraraacuten aquiacuteiexclInfeliz No te ha socorrido ni Aquiles por valeroso que seaque se ha quedado y sin duda te ha dado muchos encargos al salirlsquoNo regreses oh Patroclo conductor de caballosa las huecas naves hasta que la tuacutenica ensangrentada del homicida Heacutector hayas desgarrado alrededor del pechorsquoSin duda eso te ha dicho y ha persuadido tu insensata menteraquo

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

Desfallecido replicaste Patroclo conductor de caballoslaquoYa te has jactado ahora Heacutector demasiado Te han dadola victoria Zeus Croacutenida y Apolo que me han doblegado facilmente pues ellos me han quitado las armas de los hombrosAunque veinte como tuacute me hubieran salido al encuentrotodos habriacutean perecido aquiacute mismo doblegados bajo mi lanzaPero el funesto destino y el hijo de Leto me han matadoy de los hombres Euforbo tuacute al despojarme soacutelo eres tercero Otra cosa te voy a decir y tuacute meacutetela en tus mientestampoco tuacute viviraacutes mucho tiempo proacuteximos a tiya acechan la muerte y el imperioso destinoque te haraacuten sucumbir a manos del intachable Aquiles EaacutecidaraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacute El aliento vital salioacute volando de sus miembros y marchoacute al Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando el esclarecido Heacutector le dijolaquoiexclPatroclo iquestPor queacute me vaticinas el abismo de la ruinaiquestQuien sabe si Aquiles hijo de Tetis de hermosos cabellos se anticiparaacute y pereceraacute antes que yo golpeado por mi lanzaraquoTras hablar asiacute arrancoacute la bronciacutenea pica de la heridaapoyando encima el pie y lo apartoacute boca arriba de la lanzaA continuacioacuten marchoacute con el astil en busca de Automedonteescudero comparable a los dioses del velociacutepedo Eaacutecida a quien ansiaba disparar pero ya lo sacaban los ligeros caballosinmortales espleacutendidos dones regalados por los dioses a Peleo(Canto XVI 816-867)

Los ligeros caballos inmortales que en su movimiento centriacutefugo llevan a Automedonte lejos de este lugar fuacutenebre lejos de Heacutector que estaacute ansioso por sangre echan un rayo de luz sobre la escena Su corrida trae una corrien-te de aire que nos permite respirar con la mirada desenfocada a la distancia Por un breve instante Patroclo estaacute solo en silencio sin armas sin compantildee-ros sin vida Apenas estaacute yace en la tierra en un lugar vaciacuteo

Esta quietud dura muy poco En seguida Menelao desde lejos advierte la muerte de su compantildeero A partir de este momento corre hacia eacutel realizan-do un movimiento centriacutepeto inverso al de los caballos Este movimiento de Menelao la batalla que irrumpe alrededor del cuerpo de Patroclo y la aten-cioacuten de todos que se dirige de nuevo hacia eacutel vuelven a crear una atmoacutesfera asfi xiante densa ineludible Es la guerra que se recicla y recrea a siacute misma atando y desatando nudos desplazando y transformando sus centros

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4 Destruccioacuten del cuerpo construccioacuten del cuerpo [Aquiles y Heacutector]

En ocasiones el movimiento que el poeta de la Iliacuteada nos propone seguir es un movimiento intracorporal una negociacioacuten que toma lugar en el interior de un cuerpo y se parece a un diaacutelogo entre sus partes El cuerpo homeacuterico es un cuerpo fragmentado plural habitado por sensaciones sentimientos estados de aacutenimo compuesto por distintas regiones oacuterganos miembros un cuerpo con vida interior y vivido desde el interior

Mejor dicho citando a Jean-Pierre Vernant ldquoEn tanto que el cuerpo estaacute vivo es entendido como una multiplicidad de oacuterganos y de miembros animados por las pulsiones que les son propias es el espacio donde se despliegan y a veces se enfrentan los impulsos las fuerzas contrarias Seraacute con ocasioacuten de su muerte cuando se encuentra desierto cuando el cuerpo adquiera su unidad formalrdquo1 Tambieacuten es importante recordar que en el griego arcaico la palabra σῶμα no designaba al cuerpo vivo sino al cadaacutever

Asi habloacute y la a liccioacuten invadioacute al Pelida y su corazoacutendentro del velludo pecho vacilaba entre dos decisioneso desenvainar la aguda espada que pendiacutea a lo largo del musloy hacer levantarse a los demaacutes y despojar eacutel al Atridao apaciguar su coacutelera y contener su furorMientras revolviacutea estas dudas en la mente y en el aacutenimoy sacaba de la vaina la gran espada llegoacute Atenea del cielo(Canto I 188-195)

En los versos de la Iliacuteada cada sensacioacuten emocioacuten sentimiento o pensa-miento se ubica en un lugar preciso en el cuerpo de quien lo experimenta Maacutes bien todo lo que ocurre en el plano mental-psiacutequico se manifi esta tam-bieacuten en el cuerpo como un acontecimiento un siacutentoma mantiene un viacutenculo

1 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 63 Al morir el cuerpo sujeto y soporte de acciones se transforma a puro objeto para el otro En el mismo libro Vernant sentildeala tambieacuten el caraacutecter plural de la cor-poreidad arcaica en la Iliacuteada a menudo se hace referencia a las partes del cuerpo en plural y no en singular

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intriacutenseco con la realidad corpoacuterea Los deseos los miedos las ideas los valores apropiados funcionan como impulsos que generan movimiento en los cuerpos de los heacuteroes Al reveacutes un impuso una emocioacuten o una sensacioacuten se conocen a traveacutes de su expresioacuten en el cuerpo Manos ansiosas por matar pies ligeros interior revuelto pensamientos que se remueven en el vientre rabia acurrucada en el corazoacuten la cara tapada con la palma de la mano amistad en el seno La Iliacuteada abunda de imaacutegenes como estas

Seriacutea seguramente un anacronismo introducir aquiacute la nocioacuten de embodiment y hablar de sujetos encarnados dado que esta nocioacuten proviene de una larga tradicioacuten fi losoacutefi ca que ofrecioacute muchas explicaciones diferentes acerca de la relacioacuten entre cuerpo y alma despueacutes de generar esta divisioacuten La eacutepoca en la que se escribe la Iliacuteada todaviacutea no conoce el dualismo cuerpo-alma y en sus versos probablemente se registra aquello que fue la manera intuitiva de percibir y entender el mundo desde la experiencia concreta Como escribe Walter Ong antes de la generalizacioacuten del uso de la escritura el pensamien-to de una cultura oral se mantiene cerca del mundo humano vital y tiende a ser situacional maacutes que abstracto2 Algo parecido se puede observar en el pensamiento infantil sobre todo antes de la adquisicioacuten de la habilidad de leer y escribir Los relatos y los juegos de los nintildeos estaacuten muy vinculados al cuerpo y en ellos se desdobla un pensar y un sentir desde el cuerpo con el cuerpo y para el cuerpo3

Jean-Pierre Vernant escribe al respecto ldquoPara destacar esta imbricacioacuten de lo fiacutesico y de lo psiacutequico dentro de una conciencia de siacute que al mismo tiempo supone un compromiso con las diversas partes del cuerpo James Redfi eld ha afi rmado de modo sorprendente que en los heacuteroes de Homero ldquoel yo in-terior no es otra cosa que el yo orgaacutenicordquo Tal vocabulario si no del cuerpo siacute por lo menos de las distintas dimensiones o aspectos de lo corporal confor-ma en conjunto un coacutedigo que permitioacute a los griegos expresar o pensar sus relaciones consigo mismos el modo de presentarse a siacute mismos de manera maacutes o menos clara maacutes o menos unifi cada o dispersa seguacuten las circunstan-cias pero igualmente nos proporciona una pista sobre sus relaciones con un otro al cual estaacute vinculado por todas las formas de apariencia corporalrdquo4

2 Veacutease Oralidad y Escritura tecnologiacuteas de la palabra p48-623 En esta direccioacuten se organiza Territorio do brincar un proyecto de investigacioacuten que intenta cartografi ar los juegos de los nintildeos en Brasil buscando similitudes y diferencias seguacuten la regioacuten el grupo social la edad el geacutenero esencialmente remitiendo al cuerpo httpterritoriodobrincarcombr4 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 18

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

En los primeros cantos de la Iliacuteada la batalla descrita es representada en planos panoraacutemicos Los duelos tienden a resolverse deprisa en pocos versos y la atencioacuten recae sobre el heacuteroe que mata resaltando su valor como guerrero relatando sucesivamente un ataque despueacutes de otro El paisaje sonoro que se construye en las primeras escenas de combate estaacute compuesto por el bullicio del campo de batalla los gritos y los alaridos el relincho de los caballos y los sonidos metaacutelicos de las armas que se entrechocan cons-tantemente Es crucial recordar sin embargo que esta sonoridad surge y es posible precisamente porque en la Iliacuteada la batalla es siempre una batalla cuerpo a cuerpo Al enfrentarse los dos grupos aqueos y troyanos se acer-can se acercan a tal punto que se juntan formando un aglomerado com-plejo El sonido emergente es el sonido o tal vez el ruiacutedo de la confl uencia violenta de elementos y personas en un mismo sitio en un mismo instante

A medida que la narracioacuten de la Iliacuteada avanza se multiplican las referencias al cuerpo se intensifi can los estiacutemulos sensoriales la interaccioacuten entre los cuerpos se vuelve maacutes cercana maacutes iacutentima maacutes profunda Este acercamien-to se hace progresivamente maacutes expliacutecito cada guerrero tiene su historia y su linaje mientras en las escenas de duelo a menudo se abren espacios de diaacutelogo donde se despliegan las vidas de los heacuteroes Al paisaje sonoro exis-tente se antildeaden progresivamente la respiracioacuten y el latido del corazoacuten los gestos se hacen maacutes iacutentimos y sutiles Ademaacutes abundan las descripciones de la envoltura corporal a traveacutes de ella se va construyendo un puente entre el sujeto y el mundo circundante

Igual que el estruendo de los lentildeadores se elevaen las caacutercavas del monte y de lejos repercuten los golpesasiacute se levantaba desde la espaciosa tierra el estreacutepitodel bronce y de los bien elaborados escudos de bovina pielal choque de las espadas y de las picas de doble moharra(Canto XVI 633-637)

Como cuando revolotean procedentes de Zeus espesos coposgeacutelidos bajo el empuje del Boacutereas nacido del eacuteterasiacute de espesos eran entonces los cascos gallardos de su brilloque saliacutean en tropel de las naves los abollonados broqueleslas corazas de soacutelidas placas y las lanzas de vara de fresnoEl fulgor llegoacute al cielo la tierra entera rioacute alrededorpor el relaacutempago del bronce y el ruido rugiacutea bajo los pasosde los guerreros Y en medio se armaba el divino Aquiles

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Sus dientes rechinaban los dos ojos le brillaban como sifueran llamaradas de fuego y el corazoacuten en su interior estabainundado de una insufrible tristeza Airado contra los troyanosse vistioacute con los dones que Hefesto le habiacutea forjado con esmeroPrimero se colocoacute alrededor de las pantorrillas las grebasbellas ajustadas con aacuteureas tobillerasEn segundo lugar alrededor del pecho se puso la corazaA los hombros se echoacute la espada tachonada con clavos de platabronciacutenea a continuacioacuten cogioacute el alto y compacto escudocuyo resplandor llegaba tan lejos como el de la lunaComo cuando desde el Ponto se les aparece a unos marinerosel destello de un incandescente fuego que arde sobre un monteen un solitario establo y contra su voluntad los vendavaleslos arrastran lejos de los suyos sobre el mar rico en pecesasiacute llegaba al eacuteter el resplandor del escudo de Aquilesbello primoroso Luego alzoacute el ponderoso yelmoy se lo caoacuteo en la cabeza Como un astro refulgiacuteael yelmo con su penacho y ondeaban alrededor las crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenAquiles de la casta de Zeus se proboacute las armas para versi le cuadraban y permitiacutean correr a sus ilustres miembrosLe sentaban como alas y en volandas al pastor de huesteslo elevaban De un estuche sacoacute la paterna picapesada larga y compacta ninguacuten otro de los aqueos podiacuteablandiria solo Aquiles era capaz de blandir la peliacuteadalanza de fresno que Quiroacuten habiacutea procurado a su padre de la cima del Pelio para que fuera matanza de heacuteroes(Canto XIX 357-391)

Las armas sean elementos de defensa o de ataque aparecen y sirven como extensiones del cuerpo de quien las utiliza El guerrero las necesita para ir al combate es soacutelo a traveacutes de ellas que puede participar en la guerra matar y evitar que sea muerto por otros Como hemos visto en la escena de la muerte de Patroclo despojarse de las armas signifi ca privarse de los medios de de-fensa y ataque signifi ca perder algo del propio cuerpo y encontrarse des-nudo casi mutilado presa a la disposicioacuten de los enemigos Por otra parte armarse signifi ca prepararse desarrollar un medio de comunicacioacuten entre el propio cuerpo y el terreno de batalla comunicacioacuten basada en la destruc-cioacuten y extensioacuten establecida desde fuera

La voz tambieacuten es una extensioacuten del propio cuerpo una extensioacuten que en

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este caso empieza desde el interior y cuyo objetivo es crear construir El habla emerge como una de las posibilidades del cuerpo y durante la comuni-cacioacuten siempre y exclusivamente oral en el mundo arcaico la voz adquiere una dimensioacuten espacial5 Mejor dicho la voz tiene el potencial de transfor-mar el lugar donde se escucha En el acto de hablar la enunciacioacuten ocurre en un lugar determinado y ejerce su infl uencia sobre este lugar Esta trans-formacioacuten se debe tanto al signifi cado linguiacutestico al enunciado en siacute como a la espacialidad propia del sonido su capacidad inherente de envolvernos Privarse del derecho a la propia voz como Helena y las otras mujeres-pre-mio o como los esclavos de la Iliacuteada tambieacuten tiene el efecto de una mutila-cioacuten y modifi ca radicalmente la interaccioacuten con el mundo

Atendiendo minuciosamente a palabras y acciones el espacio del poema se confi gura casi absolutamente por la presencia humana en eacutel a veces densa y asfi xiante6 Los duelos se alargan cada vez maacutes y adquieren importancia para la evolucioacuten y el desenlace de la historia A fi n de reforzar esta im-portancia algunos duelos se anticipan en la narracioacuten de manera que el receptor del poema estaacute pendiente de su aparicioacuten y otros se recuerdan de nuevo despueacutes de que hayan terminado Por otra parte se pone cada vez maacutes eacutenfasis a la destruccioacuten del cuerpo a las heridas y a la aniquilacioacuten del otro y es mediante esta destruccioacuten que se construye la imagen del cuerpo en la Iliacuteada

A ambos lados de los dos Ayantes se colocaron los batallonessoacutelidos que ni Ares de haber ido alliacute habriacutea criticado en nadani tampoco Atenea estiacutemulo de las huestes pues eran paladinesselectos los que aguardaban a los troyanos y al divino Heacutectorforti icando asta con asta y escudo con escudo unidos por la base Se apoyaban broquel en broquel casco en casco hombre en hombreLos empenachados cascos se tocaban con los brillantes crestonesal menear la cabeza iexcltan apinados unos con otros formabanHaciacutean entrelazarse las picas que en las audaces manosvibraban y no teniacutean otra idea que avanzar y ansiar la lucha(Canto XVI 126-135)

Como escribe Maronitis acerca de la Iliacuteada en ella se produce un acerca-

5 laquoSe despertoacute del suentildeo la divina voz auacuten se difundiacutea alrededorraquo (Iliacuteada canto II 41)6 laquopues aquel diacutea muchos troyanos y aqueos quedaron | de bruces tendidos en el polvo unos al lado de otrosraquo (Iliacuteada Canto IV 543-544)

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miento gradual que se dirige del escuchar al ver y del ver al tocar7 Seguacuten eacutel la narracioacuten en la Iliacuteada es invasiva invade la accioacuten desde el pasado hacia el presente situando al receptor en el presente narrativo en contacto con los acontecimientos narrados a diferencia de la Odisea o de otras epopeyas tradicionales que situacutean al receptor a una larga distancia temporal respecto a los acontecimientos De esta manera podemos tambieacuten decir que va cre-ciendo la empatiacutea que sentimos por los personajes mientras nos acercamos a ellos como si en nuestra propia piel pudieacuteramos experimentar lo que ellos viven

Progresivamente en la Iliacuteada marcan su aparicioacuten el dolor y el cansancio Todo el poema se refi ere a unos acontecimientos del deacutecimo antildeo de la guerra por lo que nos podemos imaginar que ambos bandos estaraacuten agotados des-trozados heridos debilitados Sin embargo este agotamiento generalizado no se puede apreciar desde el principio es como si los heacuteroes se agotaran du-rante la narracioacuten como si la propia narracioacuten fuese la encarnacioacuten de este agotamiento Asiacute la Iliacuteada nos demuestra claramente aquello que la guerra es agotadora hasta la destruccioacuten completa Siguiendo a Weil8 en la guerra se usa la fuerza de manera desmesurada para aniquilar al otro hasta que la fuerza actuacutee por siacute misma destruyendo al que la ejerce y al que la recibe indistintamente

Al acercarse a los cuerpos de los personajes al atender a los traumas que reciben la Iliacuteada genera unas descripciones desgarradoras por realistas del dolor fiacutesico A menudo no es el momento de la herida que resulta maacutes do-loroso ya que el guerrero estaacute todaviacutea inmerso en la adrenalina de la bata-lla el arma que penetra su cuerpo es defi nitivamente un acto cruel pero su efecto no se hace perceptible de inmediato El guerrero herido puede seguir luchando y sangrando hasta que la sangre se seque y eacutel empiece a padecer de agudos dolores La descripcioacuten del dolor del heacuteroe se inicia en su propia herida en el movimiento de la sangre en el interior de su cuerpo y es este dolor que cuando aparece pone de manifi esto la herida el miembro herido el cuerpo la fragilidad la destruccioacuten la vida y la muerte

7 Traduzco del epiacutelogo de su traduccioacuten de la Iliacuteada laquo[el receptor de la Iliacuteada] escuchando puede ver los acontecimientos y viendo puede tocarlos Se trata pues de una escalada de la audicioacuten a la vista y de la vista al contacto rozando el liacutemite del tactoraquo (Ομήρου Ιλιάς trad de Δ Ν Μαρωνίτης p597-598)8 ldquoForce is as pitiless to the man who possesses it or thinks he does as it is to its victims the second it crushes the fi rst it intoxicates The truth is nobody really possesses itrdquo (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p191)

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Cuando lo advirtioacute Cooacuten conspiacutecuo entre los guerrerosel Antenoacuterida primogeacutenito una acerba tristezale cubrioacute los ojos por la muerte de su hermano Se apostoacutede soslayo con la lanza sin que lo notara el divino Agamenoacuteny le hirioacute en mitad del antebrazo por debajo del codola punta de la reluciente lanza se lo atravesoacute rectaSe estremecioacute entonces Agamenoacuten soberano de hombrespero ni auacuten asiacute cesoacute en la lucha y en el combate y arremetioacute a Cooacuten con la pica nutrida por los vientos[]Continuoacute recorriendo las hileras de los demaacutes guerreroscon la pica con la espada y con enormes guijarros mientras la sangre caliente estuvo borbotando de la heridaPero en cuanto la uacutelcera comenzoacute a secarse y cesoacute la sangreagudos dolores penetraron en el ardor del Atrida(Canto XI 248-268)

Joanna Bourke sostiene que el dolor se puede entender como un evento una manera de estar en el mundo9 Es interesante recordar aquiacute que en griego existen dos maneras de hablar del dolor que uno siente πονάω que seriacutea algo como (yo) duelo primera persona del verbo doler y πονάει (me) duele En el primer caso el dolor se manifi esta como un estado de mi ser un estado en el cual me encuentro casi activamente y se puede decir πονάω sin maacutes estoy en dolor o πονάω en el estoacutemago o πονάω entre la cadera y la columna o sea estoy en dolor en un lugar especiacutefi co siempre soy yo que estoy asiacute yo iacutentegro que aparezco en el dolor aunque mi dolor pueda ser concreto y localizable en una parte de miacute En cambio en el segundo caso tal como en castellano hay siempre algo que duele la mano el brazo el pie el diente la cabeza el corazoacuten me duele algo miacuteo pero como si fuese ajeno a miacute como si mi brazo no fuese exactamente yo este dolor no se refi ere a la totalidad de mi ser Existe una distancia entre la persona que experimenta el dolor y el punto donde se localiza este dolor

Apenas habloacute asiacute y el teacutermino de la vida le cubrioacutelos ojos y las narices Patroclo apoyoacute el pie en su pechoy arrancoacute del cuerpo la lanza con ella salioacute el pericardio

9 ldquoWe should think of pain as an event as a way of being in the worldrdquo Conferencia de Joanna Bourke en el Centro Cultural de la Fundacioacuten Onassis en Atenas con fecha 03022015 La historiadora autora del libro The Story of Pain From Prayer to Painkillers recurriendo entre otras fuentes a testimonios de soldados y de meacutedicos de la primera y la segunda guerra mundial en esta conferencia hizo referencia a casos de heridas muy graves para explorar la manera como se experimenta el dolor y el signifi cado que le puede ser asignado

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y junto a la punta de la pica le extrajo el aliento de la vida(Canto XVI 502-505)

En la herida abierta aquella herida dolorosa y mortal se abre el cuerpo se expone el interior de la persona y se derrama hacia el exterior irreversible-mente El trauma es una viacutea de escape de la sangre de los oacuterganos del alma de la propia vida En la apertura del cuerpo herido encuentra una salida tambieacuten el aliento el uacuteltimo aliento de la vida en esta apertura y en el dolor que la acompantildea se afi rma el cuerpo y la existencia carnal fraacutegil efiacutemera del ser Esta afi rmacioacuten culmina en la terminacioacuten de la vida que se produce a traveacutes de la misma apertura En otros pasajes de la Iliacuteada el alma se escapa del cuerpo muerto a traveacutes de la boca la boca que es tambieacuten una apertura en el cuerpo apertura a la que Pierre Feacutedida situacutea en el comienzo del cuerpo humano10 El comienzo que ha de coincidir con el fi nal

Ampliando estas refl exiones se puede considerar que el cansancio es tam-bieacuten una manera de estar en el mundo una manera del cuerpo para afi r-marse en el mundo Un cuerpo cansado de la misma manera que un cuerpo que duele se pronuncia aquiacute estoy Tambieacuten se encuentran en la Iliacuteada des-cripciones del cansancio fiacutesico de la manera como el cansancio afecta a los miembros del heacuteroe Con sutileza el poeta identifi ca lugares en el cuerpo lugares precisos cada uno de los cuales experimenta una sensacioacuten distinta El cuerpo es plural como dice Vernant compuesto por varios sitios varios oacuterganos varios miembros y en eacutel se pueden escuchar muchas voces a la vez si estamos sufi cientemente atentos a ellas

Ayante ya no resistiacutea pues los dardos lo acosaban con fuerzay le doblegaban la voluntad de Zeus y los arrogantes troyanoscon sus disparos terrible ruido en sus sienes la relucientecelada haciacutea con los proyectiles sufriacutea continuos impactosen los bien fabricados mamelones y se cansaba el hombro izquierdode embrazar sin cesar el tornasolado escudo Mas no podiacuteanhacer que se tambalease a los lados bajo el peso de los dardosCon fatigoso e incesante sofoco respiraba el sudor le luiacuteaa chorros de los miembros por todos los lados y no hallabaresuello por doquier se amontonaba desgracia sobre desgracia(Canto XVI 102-111)

10 Pierre Feacutedida Par ougrave commence le corps humain

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En los versos del poema se trazan mapas de dolor y de cansancio sobre el cuerpo de manera que el cuerpo se convierte en territorio y la narracioacuten en cartografiacutea En algunas ocasiones a traveacutes de los siacutemiles empleados se di-bujan paralelismos entre el cuerpo y el paisaje entre la persona y la natura-leza laquoComo cuando el vasto pieacutelago se riza de mudo oleaje | y preludia los veloces senderos de los sonoros vientos | auacuten en calma sin echar a rodar ni hacia acaacute ni hacia allaacute | hasta que desciende una decidida brisa procedente de Zeus | asiacute el anciano con el aacutenimo desgarrado dudaba entre dos planes | si penetrar en la muchedumbre de los daacutenaos de veloces potros | o ir en busca del Atrida Agamenoacuten pastor de huestesraquo11

Acerqueacutemonos ahora al que viene a ser el duelo maacutes importante de la Iliacuteada La confrontacioacuten entre Heacutector y Aquiles episodio destacado entre los varios episodios del mito no llega a comenzar hasta el canto XX para concluir al fi nal del canto XXII casi al fi nal del poema Es una confrontacioacuten que se realiza en tres actos un primer duelo corto y no sangriento resuelto con la intervencioacuten divina un intervalo en que se presentan las hazantildeas de Aquiles y su persecucioacuten por los dioses y el duelo defi nitivo que engloba la perse-cucioacuten de Heacutector por Aquiles alrededor de la ciudad de Troya y el enfrenta-miento fi nal de los heacuteroes resultante en la muerte de Heacutector

Este duelo es el uacuteltimo de la Iliacuteada en eacutel llega a colmo la violencia de la guerra y se alcanza la destruccioacuten plena y defi nitiva del cuerpo Por otra parte los adversarios estaacuten luchando con todas sus fuerzas por una causa personal Heacutector estaacute defendiendo a su amada familia (sobre todo) a su ciudad y a su pueblo mientras Aquiles se estaacute vengando de la peacuterdida de su maacutes iacutentimo amigo y compantildeero Aunque sus motivos son diferentes ambos haraacuten todo lo posible para aniquilar al otro motivados por el afecto antes que por heroiacutesmo u obligacioacuten hacia la polis En este duelo iacutentimo y dolo-roso se estiran los liacutemites del cuerpo de la fuerza del aguante y del vigor

En cuanto Heacutector vio a su hermano Polidoroencorvaacutendose hacia el suelo con las entrantildeas en la mano la niebla se derramoacute sobre sus ojos y ya no soportoacute seguirmaacutes tiempo merodeando a distancia sino que fue contra Aquileshaciendo oscilar la aguda lanza semejante a la llama Eacutestenada maacutes verlo dio un salto hacia eacutel y exclamoacute triunfantelaquoYa estaacute cerca el hombre que maacutes me ha fustigado el aacutenimo

11 Iliacuteada Canto XIV 16-22

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el autor del asesinato de mi preciado compantildeero Ya no podemosescondernos maacutes tiempo uno de otro por los puentes del combateraquoDijo y miraacutendolo con torva faz se dirigioacute al divino HeacutectorlaquoAceacutercate maacutes y asiacute llegaraacutes antes al cabo de tu ruinaraquoSin intimidarse le replicoacute Heacutector el de tremolante penacho laquoiexclPeacutelida No esperes aterrorizarme soacutelo con palabrascomo a un ingeacutenuo nintildeo porque yo tambieacuten soy bien capazde proferir tanto injurias como insultosSeacute que tuacute eres valeroso y que yo soy muy inferior a tiPero estos asuntos descansan en las rodillas de los dioses puede que auacuten siendo inferior sea yo quien te arrebate la vidaacertando con la lanza tambieacuten mi dardo estaacute a ilado siempreraquo(Canto XΧ 419-437)

Aquiles ha matado a Polidoro el hijo maacutes joacuteven de Priacuteamo y uno de los hermanos de Heacutector Su lanza le atravesoacute el torso al lado del ombligo y la Iliacuteada lo presenta sujetando sus entrantildeas mientras se cae encorvado a tierra Es esta imagen de su hermano la que mueve el aacutenimo de Heacutector quien decide atacar a Aquiles ignorando el consejo de Apolo Un cuerpo en des-truccioacuten las entrantildeas sujetadas en la mano el dolor fiacutesico se transforma en afecto dolor psiacutequico la niebla sobre los ojos y despueacutes en movimiento que busca generar maacutes dolor en otro cuerpo El ciclo de la violencia La muerte de Polidoro aunque no tenga en la Iliacuteada la misma importancia que la de Patroclo funciona como un elemento que permite al poeta construir una base simeacutetrica para el primer duelo Heacutector-Aquiles dado que ahora cada uno de los dos quiere vengarse por haber perdido a alguien muy querido en manos del otro

El inicio del enfrentamiento es verbal Reconocimiento del otro como ene-migo amenazas insultos y motivos personales se incluyen en los pequentildeos discursos de ambos Heacutector cierra su discurso resaltando que son los dioses quienes decidiraacuten la suerte del duelo como de todas las cosas que acontecen en la tierra A continuacioacuten el breve combate entre Heacutector y Aquiles seraacute resuelto precisamente por los dioses Atenea y Apolo Heacutector es quien ataca primero y Atenea desviacutea su lanza Aquiles ataca tres veces consecutivas y todas ellas su lanza rebota en la tupida bruma con la que Apolo envuelve a Heacutector De esta manera se deja entender que el momento del enfrentamien-to defi nitivo no ha llegado todaviacutea Aquiles se lanza hacia otros troyanos y aliados ansioso de matar

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Como el maravilloso fuego estalla en las profundas canadas de un agostado monte y el espeso bosque se incendiay los remolinos de viento esparcen las llamas por doquierasiacute corriacutea furioso por doquier con la pica como una deidadacosando a sus viacutectimas y la sangre luiacutea por la negra tierraComo cuando alguien unce dos bueyes de anchos testuces para trillar en la bien construida era la blanca cebadaque pronto se desconcha bajo las patas de los mugidores bueyesasiacute los soliacutepedos caballos a las oacuterdenes del magnaacutenimo Aquilespisoteaban cadaacuteveres y broqueles Debajo el timoacuten estabaentero salpicado de sangre y las barandas alrededor de la caja hasta donde llegaban las gotas que despediacutean las equinas pezuntildeasy las que procediacutean de las llantas Estaba aacutevido de ganar gloriael Peacutelida e iba manchando de mortandad sus inaferrables manos(Canto XΧ 490-503)

En este punto la Iliacuteada nos posiciona ante un masacre generalizado La sangre fl uye abundante y los cuerpos sin vida de los guerreros se amonto-nan descontroladamente sobre la tierra El campo de batalla es un paisaje de carniceriacutea y destruccioacuten absoluta denso y fuacutenebre un paisaje construido en silencio A partir de la descripcioacuten panoraacutemica que nos proporciona el poeta nos podemos representar visualmente la escena a grandes rasgos a la vez que podemos casi oler la sangre que corre todaviacutea caliente No obstante lo que causa mayor impacto es la calidad taacutectil de la imagen A traveacutes de los caballos de Aquiles que pisotean cadaacuteveres indistintamente salpican-do sangre a todas direcciones podemos sentir el volumen y el peso de los cuerpos que yacen en abandono entre armaduras y objetos que ya no les serviraacuten Podemos sentir la espesura de la sange que se va secando bajo el sol de Troya Pero iquestpodemos oir algo maacutes que silencio Seriacutea interesante pre-guntarmos con cuaacutel(es) de los sentidos recibimos percibimos y nos repre-sentamos una narracioacuten e intentar explorar las razones de tal diferenciacioacuten

Atravesando este paisaje desgarrador Aquiles se dirige hacia el riacuteo persi-guiendo a los troyanos algunos intentan huir hacia la ciudad mientras otros se encuentran atrapados en el riacuteo nadando entre sus corrientes y remolinos Antes de lanzarse contra ellos Aquiles deja su lanza en la ribera Pretende mantener un contacto iacutentimo con sus enemigos estando cerca de sus viacutecti-mas escuchando su respiracioacuten y observando su sufrimiento mientras elimi-na la vida de sus miembros usando sus propias manos y una daga Dentro del riacuteo intentaraacute saciar su deseo de venganza y sangre matando sin piedad a

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numerosos guerreros hasta que el cauce rebose de cadaacuteveres

La imagen del campo de batalla repleto de cadaacuteveres se reproduce intensi-fi cada dentro del riacuteo a tal punto que el propio riacuteo Escamandro advierte a Aquiles y le ordena a continuar la matanza en la llanura Cuando eacutel se lanza de nuevo hacia el cauce el paisaje se transforma de manera singular El riacuteo se presenta como un cuerpo vivo que se mueve determina su ruta y modera su fuerza durante su movimiento Escamandro arroja cadaacuteveres a la orilla protege a los troyanos en sus remolinos y persigue a Aquiles con toda su furia Durante esta curiosa persecucioacuten el heacuteroe se agota y empieza a deses-perar una vez que sus fuerzas le estaacuten abandonando Los dioses salvaraacuten a Aquiles del furor del riacuteo para que eacutel vuelva a lanzarse contra los troyanos una vez maacutes

laquoAnte su empuje los troyanos | se atropellaban en general desbandada sin ninguacuten socorro | que aparecieraraquo12 Estos versos contribuyen a la atmoacutesfera de asfi xiante densidad generada a lo largo de este canto Nos comunican que la llanura estaacute llena de hombres cuyo miedo a Aquiles les impulsa a correr en desorden hacia Troya mientras Priacuteamo abre para ellos las puertas Esceas Apolo tomando la forma de Ageacutenor provoca a Aquiles y le hace emprender una corrida sin fi n persiguiendo al dios En la narracioacuten surgen dos movimientos opuestos el movimiento de Aquiles y Apolo hacia el riacuteo Escamandro y el movimiento apresurado de los troyanos hacia la ciudad

Ademaacutes mediante un engantildeo apartoacute al Peacutelida de la huesteel protector asemejaacutendose en todo al propio Ageacutenor se detuvoante los pies de Aquiles que se lanzoacute corriendo a perseguirloDurante un rato eacuteste lo persiguioacute por el llano feraz en trigodesviando a lo largo del Escamandro el riacuteo de hondos remolinosal que le precediacutea corto trecho con astucia lo hechizaba Apolopara guardar intacta su esperanza de alcanzarlo con sus piesentre tanto los demaacutes troyanos fugitivos llegaron en tropelfelices a la ciudad que se llenoacute de refugiadosY fuera de la ciudad y de la muralla ni siquiera osaronaguardarse unos a otros para informarse del que hubiera escapadoy del que habiacutea muerto en el combate sino que penetroacute presurosoen la ciudad todo aquel a quien sus rodillas y sus pies salvaron(Canto XΧI 599-611)

12 Canto XΧI 527-529

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La corrida veloz de Apolo y Aquiles por el campo de batalla descentra y desenfoca la mirada y ampliacutea el plano En la velocidad del movimiento se diluye la espesura fuacutenebre de las imaacutegenes anteriores mientras el campo de batalla se vaciacutea de presencias humanas De esta manera el poema cierra el ciclo que habiacutea abierto despueacutes del primer encuentro de Heacutector y Aquiles El escenario de la narracioacuten se vaciacutea para entregarse purifi cado a los dos heacuteroes y soacutelo a ellos laquoImpedido por su destino fatal Heacutector quedoacute solo alliacute mismo | delante de Ilio y de las puertas Esceasraquo13

El espacio del duelo es un gran vaciacuteo la llanura de Troya delante de las puer-tas Esceas poblado por cadaacuteveres quizaacutes algunos cuerpos descuartizados armas que se cayeron de los guerreros muertos o se perdieron en el bullicio de la fuga y se esparcieron por el camino y probablemente algunos carros abandonados o caballos muertos Silencio absoluto Este espacio funciona como un escenario doble Por un lado estaacuten Priacuteamo y todos los troyanos que contemplan desde la parte maacutes alta de la muralla de Troya por otro lado estaacuten los aqueos que se encuentran lejos en la llanura de Troya hacia el riacuteo Escamandro y han recibido de Aquiles el orden de no atacar a Heacutector en ninguacuten caso por lo que tambieacuten seraacuten espectadores de este duelo inminente

Un escenario doble pues Heacutector se encuentra en eacutel solo y atemorizado mientras Aquiles engantildeado por Apolo se encuentra muy lejos de la mura-lla Cuando Aquiles empieza a correr motivado por su impulso de vengan-za su movimiento es directo y decisivo hacia la ciudad hacia Heacutector Al mismo tiempo Heacutector se presenta experimentando un movimiento mental El poeta desplaza la atencioacuten hacia el interior del heacuteroe

laquoiexclAy de miacute Si me meto en las puertas y en las murallasPolidamante seraacute el primero en cubrirme de oprobiospues me ha ordenado guiar a los troyanos hacia la ciudadesta noche maldita en que el divino Aquiles ha dejado la calmaMas yo no le he hecho caso y iexclcuaacutento mejor habriacutea sidoAhora que ha perecido la tropa por culpa de mis necedadesverguumlenza me dan los troyanos y troyanas de rozagantes mantosno sea que alguna vez alguien vil y distinto de miacute digalsquoHeacutector por iarse de su fuerza hizo perecer la huestersquoAsiacute diraacuten y en ese caso para miacute habriacutea sido mucho mejorenfrentarme contra Aquiles y regresar despueacutes de matarlo

13 Canto XΧII 5-6

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o perecer yo mismo con gloria delante de la ciudadiquestY si depongo el abollonado broquel y el ponderoso cascoy tras dejar la lanza apoyada contra la murallavoy sin armas y me presento ante el intachable Aquilesy le prometo entregar a Helena junto con las riquezasiacutentegras que Alejandro se trajo en las concavas navesa Troya accioacuten que fue la causa de la contiendaa los Atridas para que se la lleven y ademaacutes con los aqueosrepartirnos todos los demaacutes tesoros que guarda esta ciudadDespueacutes puedo tomar juramento de honor a los troyanosde no esconder nada y de repartir en dos lotes todoslos tesoros que encierra en su interior la amena ciudadelaPero iquestpor queacute mi animo me ha suscitado este debateiexclMira que si voy y me presento ante eacutel y lejos de apiadarsey de respetarme me mata desnudo sin la panopliaigual que a una mujer cuando ya me haya quitado las armasMas no es el momento de remontarse a la encina y a la piedra ni de charlar con eacutel de las lindezas de una doncella y un mozoni de las ternuras que una doncella y un mozo se intercambianMaacutes vale entablar la disputa cuanto antesiexclAveriguumlemos a quieacuten de los dos tiende el Oliacutempico su honorraquoMientras esperaba agitando estas ideas Aquiles se acercoacutesemejante a Enialio el guerrero del centelleante cascoenarbolando sobre el hombro derecho la peliacuteada lanza de fresnoterrible a los lados el bronce brillaba parecido al destelloque emiten el ardiente fuego o el sol al salirNada mas verlo Heacutector fue presa del temblor y ya no soportoacuteseguir alliacute sino que dejoacute atraacutes las puertas y echoacute a huir(Canto XΧII 99-137)

Habiendo desplazado la atencioacuten al interior del personaje el poema se acerca a eacutel estableciendo un viacutenculo de empatiacutea entre el lector y dicho per-sonaje Nosotros estamos recibiendo la narracioacuten a traveacutes de eacutel por medio de sus vivencias Aquiles se nos presenta refl ejado en la mirada y la reaccioacuten de Heacutector Su llegada interrumpe la introspeccioacuten y sentildeala el principio del enfrentamiento de manera que la intensidad del movimiento mental se con-vierte en intensidad de movimiento fiacutesico con esta transformacioacuten sutil el poema mantiene un equilibrio de energiacutea a la vez que produce un cambio de escena draacutestico La persecucioacuten de Heacutector por Aquiles comienza Es la tercera persecucioacuten relatada despueacutes del primer enfrentamiento de los dos heacuteroes Aquiles y Heacutector estaacuten fuera de las murallas corriendo jadeantes

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uno detraacutes del otro No conocemos a Troya en el poema nunca se describe su forma pero estamos corriendo con los heacuteroes alrededor de ella Las des-cripciones del paisaje intercaladas y las escenas de paz evocadas refuerzan por contradiccioacuten la tensioacuten mortal de la situacioacuten

Por alliacute pasaron corriendo uno huyendo y otro acosando detraacutesDelante huiacutea un valiente pero uno mucho mejor lo perseguiacuteaaprisa no era la viacutectima de un sacri icio ni una bovina pielpor lo que competiacutean premios comunes en las carreras humanas sino que corriacutean por la vida de Heacutector domador de caballos(Canto XΧII 157-161)

Tierra y Cielo los dos planos de accioacuten se activan a la vez Dos liacuteneas na-rrativas se desarrollan en paralelo La primera se dedica a los mortales es una liacutenea sin diaacutelogos pero en ella se puede intuir la agoniacutea El ritmo de la corrida marca la pauta de la escena La segunda liacutenea narrativa corresponde a los dioses que estaacuten observando la primera desde el Olimpo donde estaacuten reunidos para tomar decisiones sobre la suerte de los mortales Sus diaacutelogos suenan ligeros y despreocupados e incluso tienen un punto coacutemico lo que acaba reforzando la situacioacuten traacutegica de los heacuteroes

Cuando los dioses lo deciden intervienen en la historia haciendo que las dos liacuteneas narrativas se crucen y se junten Los dos planos de accioacuten ahora se funden en un uacutenico plano Troya con la llegada de Atenea que marca el fi nal de la corrida y el inicio del desenlace de la historia Atenea se presenta a los dos heacuteroes pero de manera distinta a cada uno de ellos ya que se rela-ciona de modo distinto con ellos coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector14 Con su presencia se rompe el silencio mortal de la persecucioacuten Diaacutelogos aparecen de nuevo El poeta estaacute preparando el terreno para el combate el espacio se vuelve abstracto despojado de elementos descriptivos mientras la presencia fiacutesica de los guerreros y su voz adquieren maacutes importancia La atencioacuten del receptor se va dirigiendo hacia ellos dos su presencia su con-frontacioacuten inminente sus palabras y sus acciones

Despueacutes de hablar asiacute desenvainoacute la aguda espada

14 Atenea participa en las acciones de Aquiles hablaacutendole en plural incluyente laquoAhora siacute que espero esclarecido Aquiles caro a Zeus | que ambos llevaremos a los aqueos una gran gloria a sus naves | tras aniquilar a Heacutector por insaciable de lucha que sea | Ahora ya no hay posibilidad de que se nos escape | por muchas penas que el protector Apolo sufra | rodando y rodando ante el padre Zeus portador de la eacutegida | Detente tuacute ahora y recobra el aliento que yo a eacuteste | me acercareacute y le convencereacute para que luche frente a frenteraquo (Canto XΧII 216-223)

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que llevaba suspendida de su costado larga y robustay tras tomar impulso partioacute cuaacutel aacuteguila de alto vueloque baja al llano a traveacutes de las tenebrosas nubespara arrebatar una tierna cordera o una treacutemula liebreasiacute partioacute Heacutector haciendo vibrar la aguda espadaTambieacuten se lanzoacute Aquiles con el aacutenimo lleno de furiasalvaje se cubrioacute el torso por delante con el escudobello primoroso mientras haciacutea oscilar el reluciente cascode cuatro mamelones y ondeaban alrededor las bellas crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenComo va entre los astros en la oscuridad de la noche la estrellavespertina el astro maacutes bello que hay ijo en el irmamentoasiacute era el fulgor de la a ilada punta que Aquiles blandiacuteacon la diestra maquinando la perdicioacuten del divino Heacutectore indagando donde su bella piel ofreceriacutea menor resistenciaTodo su cuerpo estaba protegido por la bronciacutenea armadurabella que habiacutea despojado al potente Patroclo tras matarlosoacutelo se veiacutea donde las claviacuteculas separan cuello y hombrosel gaznate que es por donde maacutes pronto se pierde la vidaPor alliacute el divino Aquiles le hundioacute la pica en pleno ataqueLa punta penetroacute derecha a traveacutes del delicado cuelloy el asta de fresno pesada por el bronce no le cercenoacute la traacutequeacon lo que todaviacutea pudo responderle y decir unas palabrasSe desplomoacute en el polvo y el divino Aquiles exclamoacute triunfantelaquoiexclHeacutector Al despojar a Patroclo sin duda creiacuteste estara salvo y para nada te preocupaste de miacute porque estaba lejosiexclInsensato Lejos de aquel un vengador muy superior a la zagase habiacutea quedado junto a las huecas naves y ese soy yoque te he doblado las rodillas De ti tiraraacuten y te humillaraacuten los perros y las aves y a eacutel los aqueos le haraacuten las exequiasraquoDesfallecido le dijo Heacutector el de tremolante penacholaquoiexclTe lo suplico por tu vida tus rodillas y tus padresNo dejes a los perros devorarme junto a las naves de los aqueosen lugar de eso acepta bronce y oro en abundancia regalos que te daraacuten mi padre y mi augusta madrey devuelve mi cuerpo a casa para que al morir del fuegome hagan partiacutecipe los troyanos y las esposas de los troyanosraquoMiraacutendolo con torva faz replicoacute Aquiles de pies ligeroslaquoNo implores perro invocando mis rodillas y a mis padres iexclOjalaacute que a miacute mismo el furor y el aacutenimo me indujerana despedazarte y a comer cruda tu carne por tus fechoriasTan cierto es eso como que no hay quien libre tu cabeza

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de los perros ni aunque el rescate diez veces o veinte vecesme lo traigan y lo pesen aquiacute y ademaacutes prometan otro tanto y ni siquiera aunque mandara pagar tu peso en oroPriacuteamo Dardaacutenida Ni auacuten asiacute tu augusta madre depositaraacuteen el lecho el cadaacutever de quien ella parioacute para llorarloLos perros y las aves de rapina se repartiraacuten entero tu cuerporaquoYa moribundo le dijo Heacutector el de tremolante penacho laquoBien te conozco con soacutelo mirarte y ya contaba con noconvencerte De hierro es el corazoacuten que tienes en las entrantildeasCuiacutedate ahora de que no me convierta en motivo de la coacutelerade los dioses contra ti el diacutea en que Paris y Febo Apolo tehagan perecer a pesar de tu valor en las puertas EsceasraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteEl aliento vital voloacute de la boca y marchoacute a la morada de Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando dijo Aquiles de la casta de ZeuslaquoiexclMuere Mi parca yo la acogereacute gustoso cuando Zeus quiera traeacutermela y tambieacuten los demaacutes dioses inmortalesraquoDijo y arrancoacute del cadaacutever la bronciacutenea picala dejoacute a un lado y le quitoacute de los hombros las armasensangrentadas Los hijos de los aqueos acudieron corriendoy quedaron admirados de la talla y de la envidiable bellezade Heacutector y nadie hubo que se presentara y no lo hirieraY asiacute deciacutea cada uno mirando al que teniacutea proacuteximolaquoiexclQueacute sorpresa iexclAhora siacute que es Heacutector mucho maacutes blandode tocar que cuando prendioacute las naves con el voraz fuegoraquoAsiacute repetiacutea cada uno cuando se presentaba y lo heriacutea(Canto XΧII 306-375)

Los dos heacuteroes se acercan con sus armas fi rmes en la mano15 y Aquiles pla-nifi ca el ataque que va a realizar Observa minuciosamente a Heacutector explora su cuerpo como si fuese territorio desconocido e identifi ca los lugares ex-puestos como si trazara sobre Heacutector un mapa de vulnerabilidad Una vez maacutes la Iliacuteada nos conduce hacia el espacio iacutentimo del cuerpo hacia la postu-ra la apariencia y estructura fiacutesica los gestos la distancia entre las personas la velocidad del movimiento y el impulso de la accioacuten

15 Heacutector tiene una espada y Aquiles una pica ya que sus lanzas las perdieron pocos versos atraacutes cuando intentaron atacar el uno al otro Heacutector esquivoacute la lanza de Aquiles mientras la lanza de Heacutector se desvioacute al chocar con el escudo de Aquiles Ahora los dos heacuteroes tienen que acercarse para matarse Este duelo requiere proximidad fiacutesica

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La pica atraviesa el cuello de Heacutector pero deja su traacutequea intacta para que eacutel pueda pronunciar sus uacuteltimas palabras justo antes de extinguirse su vida A las jactancias de Aquiles Heacutector responde suplicando por la suerte de su cuerpo y en esta suacuteplica se puede intuir la inminente suacuteplica de Priacuteamo Aquiles replica con execrable crueldad en sus palabras como en todas sus acciones despueacutes de entrar en la batalla se refl eja el cambio que la muerte de Patroclo provocoacute en su aacutenimo y comportamiento El moribundo Heacutector hace referencia al futuro de Aquiles tal como el moribundo Patroclo previoacute la muerte de Heacutector laquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteraquo es el verso que se repite ideacutentico en los dos casos mientras tanto Heacutector como Aquiles dirigen unas uacuteltimas y crueles palabras al cadaacutever del hombre que acaban de matar antes de arrancar el arma de la herida Sin embargo al contrario de lo que pasa con Patroclo Heacutector yace en la tierra abandonado y no hay nadie que pueda luchar por el honor de su cuerpo

El cuerpo sin vida tendido en el suelo y la voz de su asesino que resuena amenazadora sobre eacutel construyen una imagen muy potente a partir de la cual empieza el ultraje Los aqueos hasta entonces espectadores silenciosos presencias lejanas e intrascendentes16 se acercan y en su reaccioacuten se juntan dos acciones contradictorias por una parte admiran la belleza de Heacutector y por otra hieren su cuerpo repitiendo una exclamacioacuten verbal y un acto de violencia que parecen tener casi la funcioacuten de un ritual

laquo[] Nos hemos alzado con gran gloria hemos matado al divino Heacutectora quien los troyanos en la ciudad invocaban como a un diosraquoDijo e imaginaba ignominias contra el divino HectorLe taladroacute por detraacutes los tendones de ambos piesdesde el tobillo al taloacuten enhebroacute correas de bovina pielque atoacute a la caja del carro y dejoacute que la cabeza arrastraraMontoacute en la caja del carro recogioacute la ilustre armaduralos fustigoacute para arrearlos y los dos de grado echaron a volarGran polvareda se levantoacute del cadaacutever arrastrado los cabellososcuros se esparciacutean y la cabeza entera en el polvoyaciacutea antes encantadora Zeus entonces a sus enemigoshabiacutea concedido que lo ultrajaran en su propia patria(Canto XΧII 393-404)

16 laquoLos aqueos estaacuten cerca de las murallas de Troya pero como una presencia silenciosa e intrascendenteraquo (Caroline Alexander La guerra que matoacute a Aquiles p 205)

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5 El dolor que nos une [Priacuteamo y Aquiles]

Encerrados en la ciudad los troyanos se hacen testigos no soacutelo de la muerte de Heacutector sino tambieacuten de la crueldad a la cual se somete su cuerpo Con la huida de Aquiles quien arrastra el cadaacutever de Heacutector hacia el campamento aqueo el escenario se vaciacutea por completo y la atencioacuten se reconduce hacia Troya Sobre la torre de Ilio Heacutecuba se arranca los cabellos mientras Priacuteamo se representa revolcaacutendose en estieacutercol manifestando por primera vez su deseo de suplicar a Aquiles para que eacuteste le devuelva el cuerpo de su hijo

Asiacute quedoacute cubierta su cabeza entera de polvo Su madre se mesoacute los cabellos arrojoacute el niacutetido velo lejos y prorrumpioacute en muy elevados llantos al ver a su hijo Tambieacuten su padre emitioacute un lastimero gemido y las gentes por la ciudad eran presa de llantos y de lamentos Todo pareciacutea como si la almenada Ilio se estuviera consumiendo entera por el fuego desde los cimientos Las gentes a duras penas conteniacutean al apenado anciano ansioso por salir fuera de las puertas dardanias A todos imploraba rodando por el estieacutercol y llamando a cada uno por su nombre(Canto XXII 405-415)

Sus reiterativos llantos y gemidos inquietan tambieacuten a Androacutemaca quien desde su encuentro con Heacutector ha permanecido encerrada en su habitacioacuten tejiendo bellos mantos y preparando un bantildeo caliente para el regreso de eacutel en vano Es la agoniacutea por la suerte de Heacutector la que lleva a Androacutemaca a la muralla de nuevo repitiendo el movimiento que realizoacute en el canto VI cuando salioacute presurosa del palacio en busca de su marido mientras la no-driza la seguiacutea llevando al nintildeo en sus brazos Su lamento confi rma la pre-ocupacioacuten expresada en su diaacutelogo con Heacutector mientras en eacutel resuenan los lamentos de otras mujeres que perdieron a sus esposos y fueron convertidas en esclavas durante la guerra

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

La reaccioacuten de Priacuteamo ante la muerte de Heacutector se parece mucho a la prime-ra reaccioacuten que Aquiles tuvo al enterarse de la muerte de Patroclo Tanto a Aquiles como a Priacuteamo el duelo por la peacuterdida de alguien muy querido les hace cubrirse la cabeza y el cuerpo entero con un material no precisamente noble De este modo sus rasgos divinos adquieren un aspecto sucio y la-mentable que refl eja su estado psiacutequico En ausencia del cadaacutever al que les gustariacutea tener cerca y poder tocar durante el lamento1 en ese momento de soberbio dolor los hombres establecen un contacto con la tierra con el suelo con la materia orgaacutenica en la cual todo de una manera u otra se convierte

Asiacute habloacute y a eacutel una negra nube de a liccioacuten lo envolvioacuteCogioacute con ambas manos el requemado holliacuteny se lo derramoacute sobre la cabeza afeando su amable rostromientras la negra ceniza se posaba sobre su tuacutenica de neacutectar Y extendido en el polvo cuan largo era gran espacioocupaba y con las manos se mancillaba y mesaba los cabellosLas siervas que Aquiles y Patroclo se habiacutean adjudicado en prendaproferiacutean grandes alaridos a ligidas en su corazoacuten y a la puertacorrieron en torno del belicoso Aquiles y todas con las manos mientras se golpeaban el pecho cayeron postradas de hinojosDel otro lado Antiacuteloco se lamentaba y vertiacutea laacutegrimascon las manos de Aquiles cogidas y su glorioso corazoacuten gemiacuteaante el temor de que se segara la garganta con el hierro (Canto XVIII 22-34)

En ambos casos ellos no se encuentran solos en sus lamentos sino que estaacuten rodeados de otras personas2 sobre todo mujeres las mujeres de Troya en el caso de Priacuteamo y las siervas en el caso de Aquiles Es en torno a estos dos lamentos de Aquiles por Patroclo y de Priacuteamo por Heacutector y los respectivos intentos de honrar a los muertos que se estructuran los dos uacuteltimos cantos de la Iliacuteada Como afi rma Caroline Alexander despueacutes del enfrentamiento heroico maacutes importante del poema la Iliacuteada se enfoca en los difuntos y en

1 En otra ocasioacuten laquoEntre ellos el Pelida entonoacute un reiterativo llanto | poniendo sus manos homicidas sobre el pecho de su compantildeeroraquo (Iliacuteada Canto XXIII 17-18) Androacutemaca al recibir el cuerpo de su esposo hace lo mismo laquoEntre eacutestas Androacutemaca de blancos brazos inicioacute el llanto |mientras sujetaba la cabeza del homicida Heacutector en sus manosraquo (Iliacuteada Canto XXIV 723-724)2 En las escenas de la Iliacuteada los personajes tienden a formar conjuntos durante el lamento con el que estaacute maacutes afectado en el centro y los demaacutes alrededor suyo No es necesario que el motivo del lamento sea uacutenico y compartido por todos cada uno puede llorar por sus propios motivos pero el acto de llorar es compartido y su intensidad suele ajustarse a las necesidades del personaje principal de la escena Posteriormente el coro de la tragedia cumple tambieacuten con una funcioacuten parecida la de acompantildear a los personajes en sus lamentos soliloquios y diaacutelogos a menudo compartiendo sus estados de aacutenimo y otras veces expresando ideas o sentimientos opuestos

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las consecuencias de sus muertes3

Una vez concluidos los funerales de Patroclo y las competiciones de los aqueos en su honor el cadaacutever de Heacutector continuacutea yaciendo en el polvo y siendo arrastrado por Aquiles alrededor del tuacutemulo de su caro amigo El tuacutemulo tal como el cuerpo del guerrero muerto emerge como un centro en el espacio En alguacuten lugar (sentildealado y preciso) en la orilla del mar cerca de las naves aqueas se encuentra enterrada la urna que contiene los huesos de Patroclo que en breve albergaraacute tambieacuten los huesos de Aquiles4 Es en torno a este centro que el cuerpo de Heacutector atado con correas de bovina piel al carro de Aquiles dibuja tres ciacuterculos cada mantildeana con la primera luz del diacutea ciacuterculos que se inscriben en la tierra uno sobre otro durante nueve diacuteas Apolo protege al cuerpo de Heacutector de todo tipo de desgaste pero en el espacio deben permanecer las huellas de este proceso por muy efiacutemeras que sean

[] pero despueacutes de llorar y lamentarse remiten en su penapues las Moiras han hecho el aacutenimo humano apto para soportar(Canto XXIV 48-49)

Sin embargo este ritual viciado y repetitivo no consigue apaciguar el dolor de Aquiles ni tampoco saciar su deseo de venganza Eacutel todaviacutea estaacute afl igido Su fi gura es la de un hombre que no encuentra tranquilidad en ninguacuten sitio no puede estar quieto casi no puede estar No puede adormecer y cambia constantemente de posicioacuten se levanta se tumba de espaldas de lado boca abajo se sienta camina entra y sale de su tienda permaneciendo siempre inquieto Los dioses del Olimpo observadores perpetuos y duentildeos de la suerte de los mortales no dejan de discutir acerca de la resolucioacuten de esta situacioacuten hasta que Zeus toma su decisioacuten Tal como fue previsto al princi-pio del poema la coacutelera de Aquiles ha sido respetada por los dioses y eacutel ha sido honrado como corresponde a un heacuteroe mortal que es hijo de una diosa

3 laquoPero la Iliacuteada no es una epopeya convencional y en el mismo momento del mayor triunfo militar de su heacuteroe homero desviacutea la atencioacuten de Aquiles a las dos bajas maacutes importantes de la historia Patroclo y Heacutector es hacia las consecuencias de sus muertes sobre todo para el vencedor hacia donde pasa a dirigirse inexorablemente toda la accioacuten de la Iliacuteadaraquo (La guerra que matoacute a Aquiles p 227) Ademaacutes entre estos dos funerales se pueden rastrear relaciones de interdependencia Patroclo no es enterrado hasta que Heacutector es muerto y ultrajado en honor de Patroclo por otro lado Heacutector no se puede enterrar hasta que terminen los honores funerarios a Patroclo porque el ultraje de su cuerpo forma parte de ellos4 laquoiexclQue tambieacuten un mismo atauacuted encierre juntos nuestros huesos | y que sea la aacuteurea urna que te procuroacute tu augusta madre raquo es la peticioacuten que dirige en un suentildeo el alma de Patroclo a Aquiles peticioacuten que es completamente respetada por el propio Aquiles (Canto XXIII 91-92)

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

Ahora es el momento de honrar a Heacutector tambieacuten muy querido a los dioses liberando su cuerpo y devolvieacutendolo a Troya

Seguacuten el plan de Zeus con el que estaacuten de acuerdo todos los dioses oliacutem-picos Priacuteamo iraacute como suplicante a Aquiles y le ofreceraacute regalos a cambio del cadaacutever Para que se pueda cumplir el plan divino es necesario que se comunique previamente a los dos heacuteroes involucrados5 Ellos al conocer la voluntad de los dioses actuaraacuten de acuerdo con ella los dioses incitan sus acciones pero no actuacutean por ellos En el interior de su tienda Aquiles se encuentra llorando Tetis se sienta a su lado y establece un contacto fiacutesico con eacutel antes de hablarle y los dos mantienen un diaacutelogo muy breve Por su parte Iris llega al palacio de Priacuteamo donde el anciano rey estaacute reiterando el llanto que habiacutea iniciado Priacuteamo la recibe en silencio temblando Sin espe-rar contestacioacuten la diosa se va y Priacuteamo sigue sus instrucciones y consejos sin perder tiempo

Asi habloacute e Iris de pies de raacutefaga fue con el mensajeLlegoacute a casa de Priacuteamo y alliacute no halloacute maacutes que quejas y llantos Los hijos sentados alrededor de su padre dentro del patioteniacutean mojada de laacutegrimas la ropa y el viejo estaba en mediocubierto con un manto que dejaba adivinar su silueta Abundanteestieacutercol envolviacutea la cabeza y el cuello del ancianoque eacutel mismo al revolcarse habia cosechado con sus manos Las hijas y las nueras por las mansiones gimoteabanacordaacutendose de los muchos y valerososque yaciacutean despueacutes de perder la vida a manos de los argivosLa mensajera de Zeus se detuvo junto a Priacuteamo y dijo con voztenue mdashy el temblor se aduentildeoacute de los miembros del ancianomdash(Canto XXIV 159-170)

Heacutecuba aterrorizada con la decisioacuten de su marido le sugiere hacer una liba-cioacuten a Zeus antes de emprender la ruta hacia las naves aqueas A la plegaria de Priacuteamo el dios responde con su aguumlero maacutes positivo y enseguida Priacuteamo y el heraldo se suben al carro cargados de muchos y bellos regalos para Aquiles Tal como habiacutea prometido Iris su camino es facilitado por Hermes quien manteniendo oculta su identidad les acompantildea hasta su llegada a la tienda de Aquiles aseguraacutendose de que ninguno de los aqueos advierta su

5 Tetis (llamada al Olimpo por Iris para que Zeus le informe de su decisioacuten) iraacute al encuentro de Aquiles mientras Iris avisaraacute a Priacuteamo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

presencia

La conversacioacuten del anciano Priacuteamo con el dios es extensa y deja adivinar la duracioacuten del camino que conduce de la ciudad de Troya al campamento aqueo mientras el propio camino no se describe en esta secuencia como tampoco se describe la ciudad o el campamento En cambio se presta aten-cioacuten a las transiciones de un espacio a otro Antes de lanzarnos a lo que viene a ser seguramente el encuentro maacutes peculiar y maacutes pleno de la Iliacuteada el poeta describe meticulosamente los umbrales que hemos de cruzar Por una parte las presencias humanas hay que pasar entre los guardias y los guerrreros que circulan entre las naves a los que Hermes hace adormecer desactivando el peligro que supone su vigilia

Por otra parte las construcciones materiales en el espacio En primera ins-tancia la fosa y el muro que delimitan el territorio de los aqueos en la llanura troyana Priacuteamo cruza ahora con la ayuda del dios la misma fortifi cacioacuten que Heacutector intentoacute y parcialmente logroacute derrumbar en el canto XII A con-tinuacioacuten la tienda de Aquiles cuya estructura se describe con cierta preci-sioacuten desde fuera hacia dentro de manera inversa y complementaria a la de la escena del sacrifi cio de Aquiles a Zeus6 En los dos casos la atencioacuten recae sobre el cerrojo de las puertas un pormenor miacutenimo pero signifi cativo Esta sucesioacuten de espacios diferentes y claramente delimitados funciona como una introduccioacuten gradual al espacio iacutentimo del encuentro Hermes que en los mitos primitivos fi gura como el dios de los liacutemites de los campos y de las fronteras acompantildea a Priacuteamo durante este proceso

Al llegar a las forti icaciones de las naves y a la fosaya los guardias comenzaban a ocuparse de la cenaEl mensajero Argiacutecida vertioacute el suentildeo sobre todos ellos sin excepcioacuten luego abrioacute las puertas y retiroacute las trancase introdujo a Priacuteamo y sus espleacutendidos dones sobre el carromatoCuando llegaron a la tienda del Pelidaelevada que los mirmidones habiacutean fabricado para su soberanotallando vigas de abeto mdashpor encima la habiacutean techado con frondoso cantildeizo recolectado de la praderaalrededor un gran patio habiacutean fabricado para su soberanocon espesas estacas la puerta la sujetaba un uacutenico pasadorde madera de abeto que entre tres aqueos soliacutean encajar

6 Iliacuteada canto XVI 220-256

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

como tres eran los que abriacutean el gran cerrojo de las puertas de no ser Aquiles que era el uacutenico que lo encajaba auacuten solomdashentonces el beneacute ico Hermes se la abrioacute al ancianointrodujo los ilustres regalos para el velociacutepedo Pelidase apeoacute del carro a tierra y exclamoacutelaquoiexclAnciano Yo soy un dios inmortal que aquiacute ha venido soy Hermes Mi padre me ha enviado para que te diera escoltaPero ahora me ireacute de nuevo y no me voy a presentarante las miradas de Aquiles Vituperable seriacuteaque un dios inmortal favorezca tan abiertamente a los mortalesTuacute entra y coge al Pelida de las rodillasy por su padre su madre de hermosos cabellosy su hijo supliacutecale para conmoverle el aacutenimoraquoTras hablar asiacute se alejoacute hacia el vasto OlimpoHermes Y Priacuteamo saltoacute de los caballos a tierray dejoacute alliacute a Ideo que esperaba guardandolos caballos y las mulas El anciano fue derecho a la casadonde Aquiles caro a Zeus residiacutea Lo halloacute dentrosus compantildeeros estaban sentados aparte y soacutelo dosel heacuteroe Automedonte y Aacutelcimo retontildeo de Ares se afanabanen presencia suya presurosos Acababa de dejar el alimentodespueacutes de comer y beber y la mesa auacuten estaba puesta al ladoEntroacute el alto Priacuteamo sin que ellos lo notaran se paroacute cercay estrechoacute las rodillas de Aquiles y le besoacute las manosterribles y homicidas que a tantos hijos suyos habiacutean matadoComo cuando una densa ofuscacioacuten apresa al hombre que mataen la patria a una persona y llega a un pueblo extrantildeoante un hombre acaudalado y el estupor invade a quienes lo venasiacute de estupefacto se quedoacute Aquiles al ver al deiforme PriacuteamoTambieacuten los demaacutes intercambiaron estupefactos sus miradas(Canto XXIV 443-484)

Una vez dentro del patio de Aquiles ya no hay demora Priacuteamo decidido y confi dente entra en la tienda sin compantildeiacutea como suplicante Aquiles no estaacute solo es el momento despueacutes de la cena7 y a su lado se encuentran Aacutelcimo y Automedonte entre otros mirmidones El interior de la tienda no se descri-be Se describen apenas las actividades que tienen lugar en ella y vagamen-te las posiciones relativas entre los personajes Aquiles es identifi cado como

7 Caroline Alexander sentildeala que Aquiles soliacutea compartir estos momentos del diacutea despueacutes de la cena con Patroclo (La guerra que matoacute a Aquiles p 244) En la escena de la embajada Ulises encuentra a Aquiles y Patroclo mientras estaacuten tocando muacutesica y cantando

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

un centro un punto en el espacio al cual se dirige Priacuteamo El anciano rey como todo suplicante toca las rodillas de Aquiles y le besa la mano

Cuando Tetis se presenta a Zeus como suplicante8 se pone de rodillas delan-te suyo y coloca su mano izquierda sobre su rodilla y con su mano derecha toca su barbilla En varias escenas de la Iliacuteada el contacto fiacutesico precede a la comunicacioacuten verbal casi estableciendo la base para ella tal como en otras la distancia entre dos personajes y su gestualidad delimita el campo de su interaccioacuten y es signifi cativa para el entendimiento del diaacutelogo El silencio tambieacuten adquiere una fuerza y un peso especial Priacuteamo se agarra a las ro-dillas de Aquiles y le besa la mano mientras eacutel lo mira estupefacto inmoacutevil en la fuerza de esta imagen el poeta crea aquella unidad bipartita que es el encuentro entre los dos personajes inseparables en el espacio y en el con-tenido de la narracioacuten Las miradas entrecruzadas de los otros personajes que presencian la escena reafi rman este hecho La unidad Aquiles-Priacuteamo se percibe y reconoce como tal y precisamente por eso se aiacutesla del ambiente haciendo posible la aparicioacuten del discurso

Priacuteamo le dirigioacute una suacuteplica diciendo estas palabraslaquoiexclAcueacuterdate de tu padre Aquiles semejante a los diosesque tiene mi misma edad y estaacute en el funesto umbral de la vejezTambieacuten a eacutel los vecinos que habitan alrededor sin duda loatormentan y no hay quien aparte de eacutel la ruina y el estragoSin embargo aquel mientras sigue oyendo que tu estaacutes vivose alegra en el aacutenimo y espera cada diacuteaver a su querido hijo que vuelve de TroyaPero mi desdicha es completa he engendrado los mejores hijosen la ancha Troya y de ellos a irmo que ninguno me quedaCincuenta teniacutea cuando llegaron los hijos de los aqueosdiecinueve me habiacutean nacido de un uacutenico vientrey otras mujeres habiacutean alumbrado en el palacio a los demaacutesA la mayoriacutea el impetuoso Ares les ha doblado las rodillasy el uacutenico que me quedaba y protegiacutea la ciudad y a sus habitanteshace poco lo has matado cuando luchaba en defensa de la patria Heacutector Por eacutel he venido ahora a las naves de los aqueospara rescatarlo de tu poder y te traigo inmensos rescatesRespeta a los dioses Aquiles y ten compasioacuten de miacute

8 laquoAsi habloacute y nada respondioacute Zeus que las nubes acumula | y permanecioacute un rato sentado en silencio Tetis una vez asida | a sus rodillas seguiacutea asiacute agarrada y preguntoacute por segunda vez | laquoDe verdad promeacutetemelo y asiente a ello | o denieacutegalo ya que no cabe el temor en ti asiacute sabreacute bien | hasta queacute punto soy la divinidad maacutes vilipendiada entre todasraquo (Iliacuteada Canto I 511-516)

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

por la memoria de tu padre Yo soy auacuten maacutes digno de piedady he osado hacer lo que ninguacuten terrestre mortal hasta ahora acercar a mi boca la mano del asesino de mi hijoraquoAsiacute habloacute y le infundioacute el deseo de llorar por su padreLe tocoacute la mano y retiroacute con suavidad al ancianoEl recuerdo haciacutea llorar a ambos el uno al homicida Heacutectorlloraba sin pausa postrado ante los pies de Aquiles y Aquiles lloraba por su propio padre y a veces tambieacutenpor Patroclo y los gemidos se elevaban en la estanciaEn cuanto el divino Aquiles estuvo ya satisfecho de llantoy este deseo se alejoacute de sus entrantildeas y de sus miembrosse levantoacute de su asiento y ayudoacute al anciano a incorporarse apiadado de su canosa cabeza y de su canoso mentoacuten(Canto XXIV 485-516)

Priacuteamo empieza su discurso aludiendo a la vejez y evocando a Peleo Emocionado Aquiles toca la mano de su suplicante y le aparta con suavidad Este sutil movimiento del heacuteroe hasta entonces geacutelido e inamovible denota un cambio en la escena una transicioacuten de la suacuteplica al duelo compartido El joven guerrero y el anciano rey arrodillado a los pies del asesino de sus hijos conectados corporalmente y separados en sus recuerdos lloran cada uno a los suyos con mucha intensidad y fuerza Su presencia se apodera del lugar en que estaacuten de manera que en el interior de la tienda de Aquiles sus gemidos adquieren una espesura casi material que envuelve a los dos y ocupa el espacio alrededor de ellos Priacuteamo y Aquiles se encuentran unidos dentro del dolor

En esta secuencia el poema nos recuerda tambieacuten que el deseo del llanto se ubica en el cuerpo tanto en el diafragma como en los miembros y a traveacutes de ellos se expresa directamente La satisfaccioacuten de este deseo por Aquiles marca otro cambio en la narracioacuten eacutel se levanta mientras ayuda a Priacuteamo a levantarse del suelo concluyendo asiacute la escena del llanto Soacutelo cuando los dos esteacuten de pie Aquiles responde a Priacuteamo le ofrece asiento y le intenta tranquilizar y apaciguar el dolor

laquoNada se consigue con el geacutelido llanto que hiela el corazoacuten | Pues lo que los dioses han hilado para los miacuteseros mortales | es vivir entre congojas mientras ellos estaacuten exentos de cuitasraquo9 son las palabras que le dirige alu-

9 Iliacuteada Canto XXIV 524-526 En las palabras de Aquiles resuenan las palabras que Zeus dirigioacute a los caballos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

diendo a los dioses al poderoso hado y al destino de los hombres Respecto a esta escena Rachel Bespaloff escribe laquoTodos los hombres viven en el dolor la verdadera igualdad no tiene otro fundamento Homero ha querido que fuera precisamente el vencedor quien se lo recordara al vencido Para salvar el honor del suplicante pero tambieacuten para descargarse de una penosa res-ponsabilidad Aquiles se oculta tras la fatalidad Priacuteamo recibe en silencio la leccioacuten del asesino de sus hijos [] Circundado por una fatalidad peacutetrea solo le queda convertirse en piedra como Niacuteoberaquo10

Priacuteamo insiste en recuperar a su hijo ofrecer los regalos a Aquiles y concluir su misioacuten Despueacutes de un breve momento de tensioacuten Aquiles se ocupa per-sonalmente de la preparacioacuten y devolucioacuten del cuerpo de Heacutector sale de la tienda con sus fi eles compantildeeros y ofrece asiento al heraldo acompantildeante de Priacuteamo Se muestra especialmente cuidadoso y respetuoso con el cadaacute-ver el mismo cadaacutever que ultrajoacute muacuteltiples veces De los rescates de Priacuteamo deja algunos mantos en el carro para envolver en ellos el cuerpo de Heacutector y ordena a las criadas a bantildearlo limpiarlo ungirlo y vestirlo restituyendo su aspecto bello y noble Eacutel mismo levanta en sus brazos el cadaacutever y ayuda a depositarlo en el carro

laquo[] Mas ea tambieacuten nosotros dos divino anciano cuideacutemonosde la comida Luego podraacutes volver a llorar a tu hijoal entrar en Ilio iexclY seguro que muchas laacutegrimas te causaraacuteraquoDijo y se levantoacute el ligero Aquiles y una caacutendida ovejadegolloacute Sus compantildeeros la desollaron y alintildearon con cuidadoLa trincharon sabiamente y la ensartaron con brochetasla asaron cuidadosamente y retiraron todo del fuegoAutomedonte cogioacute el pan y lo distribuyoacute por la mesaen bellas canastillas y Aquiles repartioacute las tajadas de carneTendieron las manos a los manjares preparados que habiacutea delanteY despueacutes de saciar el apetito de bebida y de comidael Dardaacutenida Priacuteamo se quedoacute mirando a Aquiles admiradode lo alto y bello que era al verlo se pareciacutea a los diosesY tambieacuten Aquiles admiraba al Dardaacutenida Priacuteamoal contemplar su noble aspecto y al oir sus palabrasDespueacutes de recrearse ambos miraacutendose el uno al otrodiacutejole el primero el anciano el deiforme Priacuteamo

inmortales de Aquiles despueacutes de la muerte de Patroclo laquoPues nada hay sin duda maacutes miacutesero que el hombre | de todo cuanto camina y respira sobre la tierraraquo (Iliacuteada canto XVII 446-447)10 De la Iliacuteada p 59

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

laquoProcuacuterame ahora un lecho cuanto antes criatura de Zeus para acostarnos ya y disfrutar bajo el velo del dulce suentildeoPues todaviacutea no se me han cerrado los ojos bajo los paacuterpadosdesde que mi hijo perdioacute la vida a manos tuyasDesde entonces no he parado de gemir y rumiar duelos sin cuentomientras me revuelco en estieeacutecol dentro del cercado del patio Ahora por primera vez he probado el pan y el rutilante vinoha descendido por mi garganta Hasta ahora nada habiacutea catadoraquo(Canto XXIV 618-642)

Habiendo terminado con estos cuidados Aquiles trata a Priacuteamo como co-rresponde a un hueacutesped invitaacutendole a un banquete que eacutel mismo y sus compantildeeros se encargan de preparar Sentados todaviacutea en la mesa con el apetite saciado se observan mutuamente Apesar de ser enemigos estaacuten atrapados en la misma fuerza devastadora de la guerra aquella que les ha hecho perder todo lo que era importante De cerca desde una distancia que no experimentaraacuten otra vez cada uno admira la belleza y la nobleza de los rasgos del otro asombrado En esta escena la Iliacuteada nos plantea de manera clara y sencilla el reconocimiento del enemigo en su plenitud como otro como diferente como igual un reconocimiento tal quizaacutes solo sea posible en la destruccioacuten absoluta

Durante este uacuteltimo encuentro de la Iliacuteada el tiempo se dilata haciendo es-pacio para muchos e importantes acontecimientos dentro de un breve marco temporal Priacuteamo llegoacute a la tienda de Aquiles al fi nal del diacutea despueacutes de la cena entretanto compartieron el llanto y se ocuparon con delicadeza del cuerpo de Heacutector se degolloacute y asoacute una oveja entera y ellos la comieron y bebieron abundante vino Una vez que la voluntad de los dioses acerca del cuerpo de Heacutector ha sido cumplida ellos comparten unos momentos de contemplacioacuten paciacutefi ca Finalmente el ritmo narrativo se acelera de nuevo describiendo con brevedad justo al fi nal de la epopeya los lamentos sobre el cuerpo de Heacutector y sus funerales

En sus uacuteltimos versos la Iliacuteada propone un fi nal alternativo de la guerra de Troya Sin que la disputa inicial haya sido resuelta en el silencio de la tregua y los funerales consecutivos la guerra es la uacutenica gloriosa superviviente

HelenaYorgos Seferis 1953

Teucro A la tierra de Chipre en medio del mar dondeApolo dispuso mi nuevo hogar la llamareacute

Salamina en memoria de mi isla de mi patriaperdida

Helena Jamaacutes estuve en Troya fue un simulacroEl mensajero iquestQueacute dices

iquestEntonces hemos sufrido por una nube(Euriacutepides Helena)

laquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoTiacutemido ruisentildeor escondido en la respiracioacuten de las hojastuacute que regalas la frescura musical del bosquea los cuerpos separados y a las almasde aquellos que saben que no regresaraacutenCiega voz que tanteas en la memoria nocturnapasos y gestos no me atreveriacutea a decir besosy la amarga agitacioacuten de la furiosa cautivalaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoiquestQueacute es Platres iquestQuieacuten conoce esta islaHe pasado mi vida oyendo nombres desconocidosnuevos lugares nuevas locuras de los hombreso de los dioses mi destino que oscila

entre el uacuteltimo golpe de la espada de un Ayaxy una nueva Salamina me trajo aquiacute a esta playaLa luna surgioacute del mar como Afroditaocultoacute las estrellas de Sagitario va ahora a encontrarel corazoacuten de Escorpio y todo lo cambiaiquestDoacutende estaacute la verdadYo tambieacuten fui arquero en la guerrami destino el de un hombre que no dio en el blancoRuisentildeor juglaren una noche como eacutesta en la playa de Proteote escucharon las esclavas espartanas y prorrumpieron en lamentosy entre ellas mdashquieacuten diriacuteamdash iexclHelenaAquella que perseguimos durante antildeos junto al EscamandroEstaba alliacute al borde del desierto la toqueacute me habloacutelaquoNo es verdad no es verdadraquo gritabalaquoNo entreacute en la nave de proa azulNunca piseacute la valiente TroyaraquoCon el coacutencavo corpintildeo el sol en los cabellos y aquel tallesombras y sonrisas por todas partesen los hombros en los muslos en las rodillasfresca la piel y los ojosde largas pestantildeasestaba alliacute a orillas de un DeltaiquestY en TroyaEn Troya nada mdashun simulacroAsiacute lo quisieron los diosesY Paris se acostaba con una sombra como si fuera un cuerpo soacutelidoy nosotros matamos durante diez antildeos por Helena

Un gran dolor habiacutea caiacutedo sobre GreciaTantos cuerpos arrojadosa las fauces del mar a las fauces de la tierratantas almas entregadas como trigo a la piedra de los molinosY los riacuteos se henchiacutean de sangre y de lodopor una onda de lino por una nubepor el aleteo de una mariposa por un plumoacuten de cisnepor una tuacutenica vaciacutea por una HelenaiquestY mi hermanoRuisentildeor ruisentildeor ruisentildeoriquestQueacute es un dios iquestqueacute no es un dios iquestY queacute entre los doslaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoAve llorosa en Chipre la besada por el mardonde fue dispuesto que me acordara de la patriaancleacute soacutelo con esta faacutebulasi en verdad esto es faacutebulasi en verdad los hombres no volveraacuten a morderel viejo cebo de los diosessi en verdad otro Teucro despueacutes de antildeoso alguacuten Ayax o Priacuteamo o Heacutecubao alguacuten desconocido alguien anoacutenimo que sin embargovio un Escamandro rebosante de cadaacuteveresno tiene en su destino oiacuteral mensajero que viene a decirque tanto dolor tanta vidafueron al abismopor una tuacutenica vaciacutea por una Helena

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En la Iliacuteada el espacio se manifi esta por medio de las acciones que trans-curren en eacutel en un determinado momento Las descripciones espaciales aparecen en la medida en que acompantildean los acontecimientos narrados cumpliendo con la funcioacuten de proporcionar un lugar concreto y especiacutefi co para cada episodio Cada espacio representado cada paisaje evocado cada ciudad mencionada en el poema atiende a una necesidad de la historia rela-tada el espacio se abre y se conoce progresivamente Los lectores avanzamos en eacutel movieacutendonos en regiones que engloban a los personajes involucrados sus intenciones sus recuerdos sus discursos y sus acciones en un momento dado Por consiguiente el mundo se percibe se conoce se comprende y se representa por induccioacuten dirigieacutendose desde las partes hacia el todo

La cultura oral en cuyo marco surge la Iliacuteada como expresioacuten artiacutestica estaacute muy vinculada a la realidad corpoacuterea y material de los hechos las viven-cias experimentadas personalmente o transmitidas indirectamente por otras personas la experiencia es la uacutenica fuente de conocimiento El propio pen-samiento arcaico contemporaacuteneo a Homero y posterior a eacutel se basa en la intuicioacuten se entrega a la magia y la poesiacutea mientras mantiene cierta ingenui-dad e inocencia que ante nuestros ojos llega a parecer casi infantil a veces Asimismo el pensamiento de los nintildeos y sus relatos reales o imaginarios tambieacuten conservan un anclaje fuerte y reconocible al cuerpo a la accioacuten y la palabra precisa a la experiencia concreta antes de inscribirse en un ambien-te maacutes amplio o en un marco maacutes abstracto

ESPIRAL UNA REFLEXIOacuteN

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Este trabajo se ha motivado en gran parte por el deseo de comprender la manera como todos nosotros en nuestro diacutea a diacutea entre nuestras acciones cotidianas vivimos entendemos registramos y representamos el espacio que nos rodea relacionaacutendonos con nuestro entorno desde el momento que nacemos hasta el momento de la muerte o todaviacutea despueacutes de eacutesta perma-neciendo siempre en la tierra En el campo de la arquitectura esta compren-sioacuten se considera fundamental para poder avanzar tanto a nivel de teoriacutea como a nivel de intervencioacuten

En la Iliacuteada se ha reconocido una especie de espejo poeacutetico y bello dentro del cual se puede reencontrar con las explicaciones fi losoacutefi cas una fuente de investigacioacuten muy bonita y a la vez muy rica sobre el espacio y sobre el cuerpo Se ha buscado de leer este poema con respeto y sin atravesarlo vio-lentamente pero manteniendo siempre la intencioacuten de mirar a traveacutes de eacutel hacia nosotros mismos nuestros cuerpos y nuestro(s) espacio(s) Muchas de las cuestiones que se han apenas abierto en este trabajo y otras que han ido surgiendo durante el proceso de su elaboracioacuten se pueden seguir tratando en investigaciones futuras

La lectura paralela que se aspiraba proponer entre lo que nos cuenta la Iliacuteada (es decir la manera como lo cuenta) y algunas explicaciones fi losoacutefi -cas sobre todo por parte de la fenomenologiacutea con la intencioacuten de echar luz sobre nuestra relacioacuten con el cuerpo y a traveacutes de eacutel nuestra relacioacuten con el mundo y con los otros ha quedado pendiente Algunas de las preguntas iniciales no han encontrado respuesta algunas se han tenido que reformular otras han suscitado pequentildeos refl ejos o intuiciones mientras se han encon-trado especies de respuestas a preguntas no formuladas y nuevas preguntas han surgido Este trabajo se ha movido en forma de espiral abrieacutendose y cerraacutendose constantemente Ahora es el momento de parar su movimiento y observarlo hasta que comience a moverse de nuevo

Tratar al poema como si fuese respiracioacuten movimiento corporeidad pura Extender el poema en el espacio Espacio emergente a partir de un

movimiento Estructura del poema El poema como estructura en devenir Acontecimiento El poema es un cuerpo que busca su forma un cuerpo

que quiere construirse estructurarse a siacute mismo La lectura del poema es el desdoblamiento inverso de este movimiento estructural Dibujar el poema

Bailar el poema No se trata de contenidos ni de signifi cados sino del poema en siacute del poema como acontecimiento que signifi ca por siacute mismo El poema en su totalidad es un gesto un acto un intento de abarcar y recoger

el mundo la experiencia la vida Analizar este gesto Acotarlo medirlo trazarlo Cartografi arlo Coreografi arlo

El poema como organismo El poema como personaje

Domar el poema El poema este pequentildeo animal salvaje se tiene que domesticar Antes de poder entenderlo necesito domarlo encontrarme

con eacutel interactuar con eacutel acariciarlo ser su amiga dejarlo invadir mi vida Poema quiero conocerte

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Canto I Tierra y Cielo

Un episodio del pasado Crises quiere rescatar a su hija Agamenoacuten lo disres-peta La furia de Apolo En el campamento aqueo aquiacute y ahora Agamenoacuten empieza la reunioacuten Aquiles y Agamenoacuten Un enfrentamiento difiacutecil una disputa casi violenta En medio una mujer la autoridad el poder la riqueza y la fuerza Amenazas Atenea enviada por Hera se presenta a Aquiles y soacutelo a eacutel Se evita la pelea sangrienta Atenea se va En la reunioacuten de nuevo Aquiles y Agamenoacuten sentados lejos El sabio Neacutestor entre ellos toma la palabra Segundo ciclo de amenazas Los dos se separan defi nitivamente La entrega de Briseida a Agamenoacuten y Aquiles pensando en la orilla del mar Soledad y tristeza Tetis y Aquiles Tensioacuten Carintildeo Pausa Ulises y la devo-lucioacuten de Criseida a su padre Sacrifi cio y banquete Doce diacuteas Tetis y Zeus Hera Reunioacuten de dioses Hera y Zeus Hefesto Banquete divino y muacutesica La noche en el Olimpo

Canto II Un engantildeo necesario

Zeus Ensuentildeo y el suentildeo de Agamenoacuten El futuro que no seraacute Consejo de ancianos y asamblea de aqueos La trampa y su aprobacioacuten por Neacutestor El discurso de Agamenoacuten y la propuesta de retroceso El deseo de volver Hera y Atenea la conspiracioacuten divina Atenea aparece a Ulises animaacutendole y Ulises se activa Cara a cara los guerreros se convencen uno despueacutes de otro Ulises y Tersites Tersites y Agamenoacuten La intervencioacuten de Ulises apo-yado por Atenea Salto al pasado la previsioacuten de Calcante nueve antildeos de guerra dura y victoria en el deacutecimo Sacrifi cios a Zeus la plegaria no cum-plida el banquete y el inicio del atentado Atenea animando a los aqueos Invocacioacuten del poeta a las Musas y el cataacutelogo de naves territorios pueblos y jefes que participan Aquiles jefe de los mirmidones y sus cincuenta naves paradas La marcha de las tropas Iris con la voz de Polites lleva la noticia a Troya Iris y Heacutector jefe de los troyanos Mencioacuten de los aliados

Canto III Por Helena

Troyanos y aqueos en el campo de batalla Menelao y Paris El retroceso Heacutector y Paris Las insultas entre hermanos Una propuesta de acuerdo Por Helena un enfrentamiento en duelo entre Paris y Menelao Entre aqueos y troyanos la paz Sacrifi cios y juramentos Dos corderos y otro maacutes Priacuteamo Iris lleva la noticia a Helena mientras ella teje los sufrimientos que causoacute

APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

en troyanos y aqueos Entre laacutegrimas Helena se dirige a las puertas Esceas Los ancianos y el impacto de Helena Priacuteamo y Helena Reconocimiento de los guerreros aqueos Agamenoacuten Ulises Menelao Anteacutenor entre Helena y Priacuteamo Ayante Idomeneo El heraldo Ideo Priacuteamo entre troyanos y aqueos convalida los juramentos de Agamenoacuten Priacuteamo de vuelta a Troya Heacutector y Ulises acotan el campo Paris y Menelao El duelo y la intervencioacuten de Afrodita Afrodita y Helena Helena y Paris

Canto IV Del Olimpo a Troya

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Zeus y Hera Discusioacuten La mirada dirigida a Troya y Atenea enviada a Troya para incitar la continuacioacuten de la guerra El impacto Atenea y Pandaro Pandaro y Menelao Atenea y Menelao Menelao y Agamenoacuten el amor entre hermanos el terror y la recuperacioacuten del aacutenimo El tratamiento de la herida La narracioacuten en movimiento Agamenoacuten a pie se mueve entre los aqueos Encuentros varios Ayantes Neacutestor y la estra-tegia Ulises Diomedes y la responsabilidad de Agamenoacuten El avanzar de las tropas Silencio y velocidad para los daacutenaos bullicio y diversas lenguas para los troyanos Construccioacuten del paisaje sonoro de la guerra El enfrenta-miento Acercarse unirse antes de matarse Batalla sobre el cuerpo muerto La victoria de los aqueos y Apolo animando a los troyanos aludiendo a la ausencia de Aquiles El fi nal de la batalla los enemigos todos derrotados indistintamente

Canto V Coreografiacutea de una batalla

Atenea a Diomedes iquestPor queacute Diomedes Ceder la fuerza dotar de valentiacutea Diomedes Figeo Ideo Acercarse para matarse Atenea y Aris abandonan el campo de batalla Primero Agamenoacuten mata a Odio a continuacioacuten se pre-senta una secuencia de duelos mortiacuteferos De vuelta con Diomedes Pandaro y la herida de Diomedes Diomedes reza invocando a Atenea la proteccioacuten divina Rivalidad entre dioses y manipulacioacuten Eneas y Pandaro Refl exioacuten y estrategia Esteacutenelo y Diomedes La otra estrategia Pandaro y Diomedes Diomedes y Eneas Afrodita Diomedes y Afrodita Apolo Iris Olimpo El sufrimiento de los dioses Apolo y Eneas Apolo y Ares Ares apoyando a los troyanos aprovechando la ausencia de Atenea Menelao Heacutector y su impacto a Diomedes Tlepoacutelemo Ulises Heacutector y Ares Hera y Atenea la preparacioacuten de las diosas y el permiso de Zeus Atenea planea vengarse de Ares a traveacutes de Diomedes La vuelta del herido Ares al Olimpo y la restau-

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

racioacuten de un orden

Canto VI Fuera de la guerra Dentro de la guerra

De vuelta a la batalla Duelos sucesivos el triunfo de los aqueos Menelao y Adrasto Agamenoacuten De la suacuteplica y la piedad a la frialdad y crueldad del combate Elaboracioacuten de estrategias Neacutestor para los aqueos Heleno para los troyanos El miedo a Diomedes Diomedes y Glauco laquoComo el linaje de las hojas tal es tambieacuten el de los hombresraquo Compromiso de no matarse e intercambio de armas Heacutector se dirige a Troya En el palacio de Priacuteamo Heacutector y Heacutecuba Heacutector y Paris Helena y Heacutector Heacutector y Androacutemaca en la muralla de Troya Los valores ciacutevicos la familia y la obligacioacuten moral del guerrero iquestProteger la familia o defender la ciudad Escamandro La risa La desesperacioacuten La despedida Androacutemaca desconsolada Heacutector y Paris Reconciliacioacuten fraterna y entrada en el campo de batalla

Canto VII Coser la simetriacutea

Heacutector y Paris de vuelta a la batalla Atenea y Apolo El acuerdo de parar el combate una paz provisoria iquestCoacutemo llegar a la paz Heacutector desafiacuteo duelo Heleno Heleno y la voluntad de los dioses Heleno y Heacutector Heacutector entre las tropas Agamenoacuten parando las tropas Guerreros sentados inmovili-dad Dioses Heacutector el desafiacuteo y los teacuterminos Miedo y silencio Menelao Agamenoacuten y Menelao Neacutestor evocacioacuten de un pasado heroico Nueve guerreros animados El sorteo Preescritura Voluntad y resultado Ayante Ayante y Heacutector Evolucioacuten de un duelo Acercamiento aumento del contac-to Ideo y Taltibio Obedecer a la noche Tregua Aqueos Troyanos Enterrar los muertos Construir muralla Los dioses observadores Banquete y ban-quete Zeus Descansar recibir el regalo del suentildeo

Canto VIII Del amanecer al amanecer

Amanecer en Troya amanecer en el mundo Continuacioacuten de la batalla y re-unioacuten de dioses de nuevo Zeus preside de la reunioacuten e impone su voluntad por medio de su poder La batalla debe transcurrir sin intervencioacuten divina Despertar desayuno y preparacioacuten Armas lanzas y respiraciones coinciden en un mismo sitio El recorrido del Sol y la evolucioacuten de la batalla la balanza de Zeus y su rayo dirigido hacia los aqueos Heacutector y Diomedes enfrenta-miento y estrategias de ataque La derrota de los aqueos Hera y el inten-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

to (en vano) de ayudar a los daacutenaos La derrota continuacutea Segundo intento de ayuda Hera y Atenea la intervencioacuten de Zeus y el retiro de las diosas Previsioacuten de la muerte de Patroclo y de la vuelta de Aquiles al terreno del combate Puesta de sol estrategias de ataque fuegos troyanos y sacrifi cios ricos A la espera de la Aurora

Canto IX Nada importa tanto cuanto mi vida

Agamenoacuten Reunioacuten de aqueos en paacutenico Decepcioacuten por el engantildeo de Zeus y propuesta de volver a la tierra patria Diomedes y Agamenoacuten Discusioacuten Intervencioacuten de Neacutestor discurso inclusivo Necesidad de unioacuten en situacioacuten de peligro Banquete en la tienda de Agamenoacuten Estrategias para conseguir la vuelta de Aquiles al combate Agamenoacuten y los regalos prometidos Neacutestor y la embajada Feacutenix Ayante y Ulises Odio y Euriacutebates Sacrifi cios La lle-gada de la embajada Aquiles tocando muacutesica y cantando acompantildeado por Patroclo presencia en silencio Bienvenidas y palabras amistosas Vino y carne asada El discurso de Ulises y las ofertas a Aquiles a cambio de su participacioacuten en la guerra bienes materiales riqueza siete mujeres-premio Briseacuteida de vuelta veinte mujeres troyanas una hija de Agamenoacuten como esposa Negativa rotunda laquoPara mi nada hay que equivalga a la vidaraquo Largo discurso de Feacutenix Ayante Aquiles la ira irrevocable La vuelta de la embajada Agamenoacuten Desconcierto Diomedes A la espera de la Aurora para retomar la accioacuten

Canto X Espionaje mutuo

Noche avanzada En el campamento aqueo el insomnio de Agamenoacuten Agamenoacuten y Menelao preocupacioacuten y necesidad de reunioacuten Ayante Idomeneo Neacutestor Agamenoacuten y Neacutestor La esperanza reside en la reincor-poracioacuten de Aquiles Diomedes Ayante el hijo de Fileo Guerreros desper-taacutendose vistieacutendose y armaacutendose Meriacuteones y el hijo de Neacutestor Reunioacuten Diomedes y su elegido Ulises el espionaje Entre las liacuteneas de los troyanos Doloacuten se elige para espiar a los aqueos a cambio de regalos Diomedes y Ulises Doloacuten La trampa Plegaria a Atenea Diomedes y Ulises penetrando en el campamento troyano Reso Masacre Los caballos preciosos Atenea y Apolo Paacutenico entre los troyanos Ulises Diomedes y los caballos de vuelta a las naves aqueas Alivio y felicidad Bantildeo en el mar vino comida y sacri-fi cios a Atenea

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XI El comienzo de su desgracia

Aurora Zeus Eris el deseo de la guerra a las naves aqueas El armamento de Agamenoacuten Liacuteneas enemigas La lluvia de sangre de Zeus Muertes suce-sivas Eris sola entre los dioses el placer del combate Agamenoacuten rabioso destrozando a los troyanos Huida hacia las puertas Esceas Iris la mensajera de Zeus comunica a Heacutector la estrategia divina Agamenoacuten e Ifi damante Cooacuten y Agamenoacuten La herida sangre caliente la aparicioacuten del dolor en el cuerpo Retroceso Heacutector el ataque Diomedes y Ulises Apolo y la salva-cioacuten de Heacutector Alejandro y Diomedes Ulises solo en el campo de batalla matar o ser muerto Soco y Ulises Atenea La herida de Ulises y la muerte de Soco Los troyanos alrededor de Ulises los gritos del heacuteroe Menelao y Ayante Alejandro y Macaoacuten Zeus El retroceso de Ayante Neacutestor y Macaoacuten Aquiles Patroclo En la tienda de Neacutestor el discurso del anciano y el consejo terrible a Patroclo De vuelta a la tienda de Aquiles Patroclo y Euriacutepilo

Canto XII Construcciones efiacutemeras

Continuacioacuten de la batalla Escenario el muro y la fosa de los aqueos alre-dedor de las naves La futura destruccioacuten del escenario por Posidoacuten y Apolo Los argivas dentro paacutenico y desesperacioacuten Fuera Polidamante y Heacutector Organizacioacuten y reagrupacioacuten de los troyanos en cinco bloques Ataque a pie Asio Hirtaacutecida Polipetes y Leonteo en las puertas a la defensa El aguumlero de Zeus un aacuteguila y una serpiente Polidamante y Heacutector laquoEl mejor aguumlero y el uacutenico es luchar en defensa de la patriaraquo Intento de destruccioacuten de la mu-ralla Ayantes resistencia y aacutenimos a los aqueos Lanzamiento de piedras Sarpedoacuten a Glauco la muerte destino comuacuten Menesteo Tootes Ayantes Teucro Ayante y Epicles Teucro y Glauco Sarpedoacuten La muralla como arma la muralla como medio La sangre sobre torres y almenas sangre de todos El impulso de Zeus a Heacutector el grito la piedra la puerta rota Heacutector y los troyanos dentro de la muralla

Canto XIII Invasioacuten

La mirada de Zeus desviada hacia otros pueblos y el territorio atravesado por Posidoacuten que se dirige a Troya para animar a los daacutenaos El dios disfra-zado de Calcante aparece a los Ayantes y enseguida a los demaacutes valientes guerreros Batallones soacutelidos laquobroquel en broquel casco en casco hombre en hombreraquo El avanzar de los troyanos Enfrentamiento violento muer-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tes sangrientas Decapitacioacuten de Imbrio la cabeza en el suelo objeto inaacute-nime Idomeneo y Meriacuteones Valentiacutea Zeus y Posidoacuten Duelos sucesivos Alrededor de Alcaacutetoo Alrededor de Ascaacutelafo Deiacutefobo herido por Meriacuteones y retirado del combate por Polites Heacuteleno y Deiacutepiro el yelmo errante sobre la tierra Menelao y Pisandro Las zonas de la batalla en las naves Heacutector Polidamante y Heacutector Heacutector y Paris Continuacioacuten del enfrentamiento y gritos heroicos

Canto XIV El engantildeo de Zeus

La batalla en las naves continuacutea y los aqueos estaacuten desesperados Neacutestor y Agamenoacuten Ulises y Agamenoacuten Diomedes Agamenoacuten Ulises y Neacutestor Posidoacuten a Agamenoacuten Hera Seduccioacuten de Zeus Hera acicalaacutendose en el pa-lacio encerrada en su habitacioacuten Hera y Afrodita los hechizos del amor y del deseo Territorio y movimiento divino atravesar la tierra como si fuese un mapa Suentildeo Adormecer a Zeus y Pasiacutetea Hera y Suentildeo hacia Ida Hera y Zeus El deseo de hacer el amor el tapiz de blanda yerba y la nube aacuteurea Suentildeo y Posidoacuten el apoyo a los daacutenaos Continuacioacuten de la batalla Heacutector y Ayante Telamonio Heacutector tendido en el polvo Los aliados alrededor del herido Heacutector se aleja del campo de batalla Duelos muertes sucesivas y hazantildeas heroicas

Canto XV Mientras tanto junto a las naves

Heacutector herido inconsciente Zeus enojado con Hera engantildeo y reconciliacioacuten Hera en el Olimpo El plan de Zeus para la guerra honrar a Aquiles Patroclo en el combate Heacutector y Patroclo la venganza de Aquiles posible conquis-ta de Ilion Reacciones de los dioses oliacutempicos Iris y Posidoacuten el enojo del dios y su retiro Apolo animando a Heacutector Continuacioacuten de la batalla en las naves la difiacutecil resistencia de los aqueos La plegaria de Neacutestor a Zeus Patroclo en la tienda de Euriacutepilo distraccioacuten y cuidados meacutedicos Patroclo se dirige a Aquiles Ayante y Caleacutetor Heacutector y Ayante Licofroacuten Teucro Batalla cuerpo a cuerpo Heacutector la voluntad de Zeus consejos a sus gue-rreros Ayante aacutenimos a los suyos Zeus el furor de Heacutector la huida de los daacutenaos Neacutestor Atenea Ayante Aacutespera batalla sangre y heridas Heacutector la popa de una nave el fuego Ayante la defensa de las naves laquola solucioacuten estaacute en las manosraquo

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XVI La muerte de Patroclo

Patroclo en la tienda de Aquiles negras laacutegrimas Aquiles y Patroclo Aquiles se desprende gradualmente de su coacutelera y aconseja a Patroclo El deseo de salvarse ellos dos solos de la guerra Ayante el plan de Zeus y el inicio del fuego Patroclo la armadura de Aquiles la preparacioacuten de la tropa por Aquiles Patroclo y Automedonte delante Aquiles la tienda la copa y el sa-crifi cio a Zeus La entrada de los mirmidones en la lucha la recuperacioacuten del aacutenimo Patroclo expulsa a los troyanos de las naves y hace que se apague el fuego Contraataque y los troyanos cediendo espacio Duelos consecutivos y muertes sangrientas Ayante y Heacutector la huida de los troyanos Los caballos cruzando la fosa Las hazantildeas de Patroclo Sarpedoacuten El dilema de Zeus Hera Patroclo y Sarpedoacuten Sarpedoacuten a Glauco Alrededor de Sarpedoacuten Heacutector y los troyanos Patroclo y los aqueos La noche de Zeus Heacutector y Epigeo Patroclo y Estenelao Retrcoceso de los troyanos Zeus Apolo el cuerpo de Sarpedoacuten Patroclo y Apolo en la muralla Apolo y Heacutector Patroclo Cebriacuteones Alrededor de Cebriacuteones Apolo despoja a Patroclo de su armadura Euforbo le clava la pica por detraacutes Heacutector y Patroclo La huida de los caballos inmortales

Canto XVII Alrededor del cuerpo muerto

Patroclo inaacutenime Menelao se acerca al verlo tumbado en el polvo Menelao y Euforbo Apolo Heacutector Menelao la ayuda de Ayante Heacutector retroce-diendo con la armadura de Patroclo Glauco y Heacutector Heacutector cambia de armas y vuelve a la batalla con las armas de Aquiles Zeus Ares Heacutector Ayante y Menelao El grito de la guerra Ayante Oileo Idomeneo Meriacuteones Batalla Ayante luchar de cerca alrededor del cuerpo Duro esfuerzo al-rededor del cuerpo contradiccioacuten con el resto del campo Los caballos inmortales inmoacuteviles apartados la cabeza en el suelo laacutegrimas Zeus los ca-ballos Automedonte Alcimedonte Heacutector y Eneas Automedonte y Areto Alrededor de Patroclo de nuevo Atenea enviada por Zeus cambio de ba-lanza Zeus tomando la fi gura de Feacutenix aparece a Menelao Atenea Apolo a Heacutector La victoria a los troyanos Menelao y Ayante Menelao a Antiacuteloco la terrible noticia Laacutegrimas Antiacuteloco hacia Aquiles Menelao Ayantes Meriacuteones iquestCoacutemo salvar al cuerpo de Patroclo Transportacioacuten del cadaacutever y continuacioacuten del combate

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XVIII Aquiles y el escudo

Antiacuteloco y Aquiles Duelo y lamentos Tetis Las armas de Hefesto Iris y Aquiles Hera Aquiles tres alaridos desde la fosa Retroceso de los troyanos la llegada del cuerpo de Patroclo a las naves La noche generada por Hera Heacutector y asamblea de troyanos El llanto por Patroclo Aquiles Venganza Lavar las heridas del cuerpo Tetis y Hefesto Las desgracias de Tetis afl ic-cioacuten La necesidad de una armadura para Aquiles El escudo Cinco laacuteminas La tierra el cielo el mar el sol la luna los astros Dos ciudades Escenas de guerra y paz naturaleza animales hombres El mundo en el escudo La coraza el casco las grebas Tetis desciende del Olimpo con las armas

Canto XIX Reconciliarse antes de armarse

Aurora El lamento de Aquiles abrazado al cuerpo de Patroclo Tetis y Aquiles la armadura nueva proteccioacuten del cadaacutever consejos Diomedes Ulises y Agamenoacuten estaacuten presentes en la asamblea de los aqueos convocada por Aquiles Aquiles la renuncia de la coacutelera Agamenoacuten la culpa es de los dioses Zeus y la Ofuscacioacuten alusioacuten al mito Reconciliacioacuten Debate entre Aquiles Agamenoacuten y Ulises la furia el combate los regalos prometidos el hambre la fuerza el duelo por los muertos Agamenoacuten sacrifi cando un jabaliacute jura no haberse acostado con Briseida En la tienda de Aquiles el la-mento de Briseida sobre el cuerpo de Patroclo La negacioacuten de Aquiles a comer duelo en compantildeiacutea de Agamenoacuten Menelao Ulises Neacutestor Idomeneo y Feacutenix Atenea motivada por Zeus da neacutectar y ambrosiacutea a Aquiles Los aqueos armaacutendose espesura Automedonte Aacutelcimo los caballos de Peleo Antes de entrar en la batalla Janto preveacute a Aquiles su muerte por un dios y un hombre

Canto XX Manos llenas de sangre

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Posidoacuten y Zeus Zeus laquorecreando la muerte en el espectaculoraquo y separacioacuten de los dioses en dos bandos Hera Atenea Posidoacuten Hermes y Hefesto con los aqueos Ares Apolo Aacutertemis Leto el riacuteo Janto y Afrodita con los troyanos Los aullidos de Atenea y Ares Duelos de dioses Apolo a Eneas Hera Posidoacuten y Atenea observan desde fuera preparados para protejer a Aquiles Eneas y Aquiles disputa verbal y duelo La estructura del escudo de Aquiles Posidoacuten salva a Eneas Aquiles anima a los aqueos Heacutector a los troyanos Apolo advierte a Heacutector Aquiles elimina

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

a Ifi tioacuten Demoleonte Hipodamante y Polidoro hermano de Heacutector Heacutector y Aquiles primer enfrentamiento resuelto por Apolo y Atenea Las viacutecti-mas de Aquiles Driacuteope Demuco Laoacutegono y Daacuterdano Tros Mulio Equeclo Deucalioacuten Rigmo Areiacutetoo

Canto XXI Perseguido por los dioses

Al lado del riacuteo Escamandro Aquiles divide a los troyanos en dos unos atra-pados en la corriente otros detenidos por Hera en la llanura Sin caballos y despojaacutendose de su lanza Aquiles empieza a matar dentro del riacuteo con su daga Doce muchachos capturados vivos por Patroclo Aquiles y Licaoacuten una suacuteplica en vano La muerte de Patroclo el cambio en Aquiles Asteropeo y Aquiles Linajes y ultraje del cadaacutever En la orilla Aquiles contra los peo-nios Personifi cacioacuten del riacuteo el cauce lleno de cadaacuteveres Aquiles ignora la advertencia de Escamandro y empieza la persecucioacuten Aquiles supli-ca a Zeus Posidoacuten y Atenea le garantizan la gloria La llanura inundada Escamandro y Simoente Hera y Hefesto el fuego en el riacuteo Teomaquiacutea Zeus gozando del enfrentamiento de los dioses Ares y Atenea Afrodita Hera Atenea y Afrodita Posidoacuten y Apolo Aacutertemis y Apolo Hera y Aacutertemis Hermes y Leto Aacutertemis en los brazos de Zeus Apolo en Troya Priacuteamo insta a los troyanos a refugiarse abriendo las puertas de la ciudad El impulso de Apolo a Ageacutenor Ageacutenor y Aquiles Apolo su tuacutepida bruma y la persecucioacuten de Aquiles por el dios disfrazado en Ageacutenor Lejos de la ciudad hacia el riacuteo

Canto XXII El uacuteltimo duelo

Heacutector el uacutenico troyano fuera de la muralla Aquiles se precipita hacia Troya decepcionado con la burla del dios Priacuteamo y Heacutecuba atemorizados suplican a Heacutector los cabellos arrancados del padre los senos de la madre El soliloquio de Heacutector Aquiles y Heacutector el comienzo de la persecucioacuten laquocorriacutean por la vida de Hector domador de caballosraquo Tres vueltas alrede-dor de la ciudad Zeus y Atenea Atenea en la tierra Apolo La balanza de Zeus Atenea coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector La fi gura de Deiacutefobo Heacutector recuperando el aacutenimo se acerca a Aquiles Negociacioacuten por el cuerpo muerto Las picas Aquiles a Heacutector Heacutector a Aquiles El engantildeo de la diosa Las espadas estudio del cuerpo muerte en contacto En el momento de la muerte crueldad verbal Ultrajar el cadaacutever arrastrar el cadaacutever Mientras ellos se alejan en la muralla de Troya se multiplican los lamentos Priacuteamo Heacutecuba Androacutemaca

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XXIII Los funerales de Patroclo

Aquiles y sus compantildeeros en el campamento aqueo Llorar a Patroclo tres vueltas con los caballos alrededor del cadaacutever Aquiles las manos sobre el pecho de Patroclo contacto fiacutesico con el muerto querido y ultraje del cadaacutever del enemigo Banquete fuacutenebre al lado de la nave Aquiles a Agamenoacuten No lavarse antes del funeral En la orilla del mar el suentildeo de Aquiles El alma de Patroclo y el olvido La Aurora lentildea para la pira La cabellera de Aquiles depositada en las manos de Patroclo La pira ritos funerarios Sacrifi cios cuatro caballos dos perros doce joacutevenes troyanos Afrodita y Apolo la pro-teccioacuten del cadaacutever de Heacutector Despueacutes de una noche lamentaacutendose al lado de la pira Aquiles adormece con la llegada de la aurora Recoger y guardar los huesos de Patroclo hasta la muerte de Aquiles Certamen en honor de Patroclo se proclama la competicioacuten y los premios a ganar y en seguida se presentan los heacuteroes que quieren participar En las competiciones las activi-dades humanas como medida del espacio

Canto XXIV Por el cuerpo de Heacutector

En la orilla del mar la noche Aquiles el recuerdo de Patroclo insomnio y laacutegrimas la aparicioacuten de la Aurora Tres vueltas alrededor del tuacutemulo arras-trando al cuerpo de Heacutector con el carro La duodeacutecima aurora intervencioacuten de Apolo Hera Zeus Iris a Tetis Tetis en el Olimpo El plan de Zeus para el rescate de Heacutector Tetis y Aquiles Iris y Priacuteamo la proteccioacuten de Hermes Priacuteamo y Heacutecuba Los nueve hijos de Priacuteamo Preparacioacuten plegaria a Zeus y aguumlero positivo Priacuteamo e Ideo Hermes el joven Llegando al campamen-to el suentildeo del dios envuelve a los aqueos hasta la entrada en la tienda de Aquiles Hermes tras revelar su identidad aconseja a Priacuteamo y se retira Priacuteamo y Aquiles las rodillas las manos homicidas la suacuteplica el estupor Alusioacuten a la vejez al padre El llanto comuacuten uno por Heacutector otro por Peleo y Patroclo Aquiles Automedonte y Aacutelcimo Aceptar los rescates lavar al cuerpo de Heacutector Aquiles y Priacuteamo preparacioacuten de la cena Admiracioacuten mutua los lechos los diacuteas necesarios para el entierro y continuacioacuten de la guerra al duodeacutecimo diacutea si necesario Aquiles y Briseida Hermes a Priacuteamo el miedo de Agamenoacuten Hermes Priacuteamo y Automedonte de vuelta a Troya con el cuerpo de Heacutector Casandra El duelo de los troyanos en las puertas Esceas Androacutemaca Heacutecuba Helena Lentildea para la pira funeral y banquete funerario

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nota Los versos de la Iliacuteada citados en este trabajo pertenecen a esta edicioacuten

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Page 9: C ENCUENTRO EN LA LÍADA

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

establece una conversacioacuten con ella dirigieacutendole tiernas y reconfortantes pa-labras en lugar de amenazas y maldiciones

Priacuteamo declara que para eacutel no es Helena quien tiene la culpa de esta guerra que tanto sufrimiento ha causado sino los dioses los terribles y manipulado-res dioses del Olimpo Sin embargo esta afi rmacioacuten no parece ser sufi ciente para apaciguar el desespero de Helena apenas toma la palabra despliega su lamento en el cual alcanza a manifestarse un pequentildeo punto de interio-ridad Ausente de siacute misma y alienada de su propia existencia al lado de Priacuteamo mientras contempla la llanura donde estaacuten luchando aqueos y tro-yanos Helena se permite expresar aunque momentaacuteneamente4 Responde a la pregunta de Priacuteamo pero en seguida vuelve a referirse a siacute misma y a su desgracia Sobrepasada por su situacioacuten existencial no puede contener su afl iccioacuten

laquoEra mi cuntildeadoraquo es la frase con la cual Helena concluye el reconocimiento de Agamenoacuten Es evidente que Priacuteamo tal como todos los aqueos troyanos y aliados situados en la llanura de Troya ya conoce esta informacioacuten5 pero para Helena repetirla es importante De este modo ella se situacutea entre los hechos en un intento de reafi rmar su posicioacuten en el mundo posicioacuten de la que ella misma llega a dudar cuestionando laquosi eso alguna vez sucedioacuteraquo Asiacute el poeta envuelve el reconocimiento de Agamenoacuten en su lamento formando una especie de nudo en la narracioacuten

Sin embargo en este lamento ciacuteclico el inicio no coincide con el fi nal dado que mientras habla el dolor devastador y totalizador que siente se apode-ra de ella a tal punto que llega a pronunciar en voz alta las terribles pala-bras laquode miacute cara de perraraquo Frente a un interlocutor el poeta hace aparecer mundo interior de ella sin dejar de hacer eco de la exterioridad cruel que la ha defi nido a lo largo de los diez antildeos de la guerra Helena odia y desprecia

nos en Helena es la capa protectora de un sentimiento maacutes profundoraquo (Rachel Bespaloff De la Iliacuteada p29)4 En este sentido es signifi cante la presencia de un interlocutor de un otro que la escucha y observa de alguien que le presta atencioacuten para que se pueda manifestar el dolor de Helena En varias ocasiones Helena se representa llorando y lamentaacutendose pero esta es la uacutenica ocasioacuten en la cual alguien atiende miacutenimamente a su lamento 5 Emilio Crespo en su traduccioacuten de la Iliacuteada comenta laquoEl pasaje entre 161 y 246 era conocido al menos desde la eacutepoca heleniacutestica como teichoskopiacutea lsquorevista desde la murallarsquo Es desde luego sorprendente que Priacuteamo desconozca a los caudillos griegos por los que pregunta en el deacutecimo antildeo de la guerra justo cuando eacutesta estaacute a punto de terminar con el duelo entre Paris y Menelaoraquo (Iliacuteada Gredos p156) Con la teichoskopia se crea tambieacuten de manera indirecta la oportunidad para que aparezca un discurso de Helena El poeta no podriacutea buscarle mejor interlocutor que el anciano y magnaacutenime Priacuteamo siempre sutil en sus palabras y acciones

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

a Helena tanto como la odian y desprecian los otros iquestCoacutemo resuenan estas palabras en el espacio iquestCoacutemo lo transforman

Asiacute habloacute y el anciano quedoacute maravillado y exclamoacutelaquoiexclAtrida feliz con fortuna nacido de opulento hadoRealmente veo que hay muchos joacutevenes aqueos sumisos a tiYa en cierta ocasioacuten fui a Frigia rica en vintildeedosdonde vi elevadiacutesimo nuacutemero de frigios de aacutegiles potroslas huestes de Otreo y de Migdoacuten comparable a un diosque entonces habiacutean ido en campantildea a orillas del SangarioPues tambieacuten yo me uniacute a ellos en calidad de aliadoaquel diacutea en que llegaron las varoniles AmazonasMas ni eacutesos eran tantos como los aqueos de vivaces ojosraquoEn segundo lugar al ver a Ulises preguntoacute el ancianolaquoEa dime tambien eacuteste hija querida quieacuten esEs maacutes bajo que el Atrida Agamenoacuten que le saca la cabezapero se le ve maacutes ancho de hombros y de pechoSus armas yacen sobre la tierra nutricia de muchospero eacutel recorre como un morueco las hileras de guerrerosSiacute yo lo comparo con un carnero de compactos vellonesque pasa revista a un gran rebantildeo de blancas ovejasraquo(Canto III 181-198)

Despueacutes de esta apertura al mundo psiacutequico de Helena la narracioacuten cierra su pequentildeo desviacuteo y vuelve a ocuparse del movimiento de los caudillos aqueos en la llanura de Troya laquoiexclAtrida felizraquo asiacute es como empieza la respuesta de Priacuteamo a su laquohija queridaraquo obviando por completo su desesperacioacuten la palabra feliz se convierte en una lanza que se clava en la geacutelida desgracia de Helena Priacuteamo tambieacuten eacutel la atraviesa reconduciendo su atencioacuten hacia otra parte

En la escena de la teichoskopiacutea la Iliacuteada nos recuerda una vez maacutes que esta guerra no es anoacutenima y abstracta Ninguacuten guerrero no es laquouno maacutesraquo entre los muertos o los vivos Los guerreros homeacutericos traen al campo de batalla sus pasiones y afectos sus defectos y sus deseos de venganza y cada uno merece ser llamado por su nombre propio En el canto II el poeta hizo una invocacioacuten directa a las Musas solicitando ayuda con la tarea inabarcable de nombrar a todos los guerreros antes de construir el cataacutelogo de las naves aqueas y el cataacutelogo de los troyanos y sus aliados6 En la teichoskopiacutea son

6 laquoDecidme ahora Musas duentildeas de oliacutempicas moradas | pues vosotras sois diosas estaacuteis presentes y sabeacuteis

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

sus propios personajes dos personajes que no participan en el combate los que asumen esta actitud contemplativa Excluidos de la guerra la observan desde un punto fi jo en lo alto de la muralla de Troya ese liacutemite que todaviacutea protege a la ciudad y a sus habitantes mujeres ancianos y nintildeos mantenieacuten-doles en un encierro permanente

Unos versos maacutes tarde llegaraacuten los heraldos y se llevaraacuten al anciano rey para que eacutel sancione los juramentos antes del duelo de Menelao y Paris Priacuteamo se iraacute sin despedirse y Helena una vez maacutes se hundiraacute en su soledad Sola entre muchas troyanas se quedaraacute contemplando el duelo entre su primero y su segundo esposo Al fi nal del canto Afrodita la encontraraacute alliacute en la mu-ralla de Troya y la conduciraacute hacia el interior del palacio para acompantildear a Paris en la cama y satisfacerle el deseo sexual cumpliendo con su papel de esposa Helena no tiene fuerza de voluntad atrapada en un denso tejido de circunstancias exteriores encerrada en la ciudad y encerrada en el nombre que lleva se transforma en observadora permanente

Helena es un personaje sumamente importante e interesante Toda una guerra gira en torno a ella su nombre se repite y resuena como un eco per-sistente entre los versos pero Helena la mujer la persona estaacute ausente de la realidad ausente de su propia vida es la mujer premio

Ella no es la uacutenica mujer premio de la Iliacuteada En el universo masculino de la guerra infi nitas mujeres se convierten en premio de los saqueos de ciuda-des se cautivan como esclavas o se entregan como regalos de un guerrero a otro Agamenoacuten cuando solicita el regreso de Aquiles a la batalla le pro-mete entre otros regalos a siete mujeres esclavas (laquoTe daraacute siete mujeres expertas en intachables labores lesbias que cuando conquistaste la bien edi-fi cada Lesbos para siacute | escogioacute y que destacaban en belleza entre la raza de las mujeresraquo) y a una de sus hijas como esposa legiacutetima dejaacutendole la posi-bilidad de escoger entre ellas a la que maacutes le guste7 Esto nos hace pensar en el espacio que ocupan las mujeres en la guerra tanto a nivel simboacutelico como a nivel fiacutesico pero tambieacuten en todo aquello que permaneciendo ajeno a la

todo | mientras que nosotros solo oiacutemos la fama y no sabemos nada | quieacutenes eran los priacutencipes y los caudi-llos de los daacutenaos | El grueso de las tropas yo no podriacutea enumerarlo ni nombrarlo | ni aunque tuviera diez lenguas y diez bocas | voz inquebrantable y un bronciacuteneo corazoacuten en mi interior | si las Oliacutempicas Musas de Zeus portador de la egida | hijas no recordaran a cuaacutentos llegaron al pie de Ilio | Pero siacute nombrareacute a los jefes y la totalidad de las navesraquo (IliacuteadaCanto II 484-493)7 Iliacuteada Canto IΧ 270-290

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

guerra interviene en ella de manera oblicua y tangencial8

El propio argumento de la Iliacuteada se despliega a partir de Criseida hija de Crises sacerdote de Apolo ella fue dada como botiacuten de guerra a Agamenoacuten y su cautiverio provoca la furia de Apolo contra los daacutenaos Se decide la devolucioacuten de Criseida a su padre pero Agamenoacuten exige como jefe de los caudillos aqueos que se le sustituya su botiacuten en vez de Criseida se quedaraacute con Briseida otorgada originalmente como botiacuten a Aquiles exigencia que provoca la coacutelera la famosa μήνις de Aquiles considerada como el tema central de la epopeya La presencia de las mujeres premio en la Iliacuteada es muy importante pero ellas mismas se encuentran ausentes Mujeres hermosas cosifi cadas transformadas en objetos en torno a los cuales giran los episo-dios y los actos heroicos

Briseida se retira de la tienda de Aquiles caminando laquoen contra a su volun-tadraquo con laacutegrimas en los ojos sin pronunciar una palabra Aquiles se encie-rra en su tienda y se abstiene del combate protestando por la peacuterdida de Briseida Despueacutes de la muerte de Patroclo una vez Aquiles decide entrar de nuevo en la batalla Briseida se devuelve a eacutel mientras Agamenoacuten jura que no se ha acostado con ella En este momento Briseida habla soacutelo para llorar a Patroclo resaltando su bondad y delicadeza El discurso de Briseida es pu-ramente exterior a ella en su discurso ella se relaciona con el mundo como si no participase en eacutel como si fuese una espectadora de su propia vida Aunque invoca un episodio que la marcoacute profundamente el momento en que Aquiles saqueoacute su ciudad y matoacute a su marido convirtieacutendola en esclava lo describe enfatizando la reaccioacuten de Patroclo y no su propia desgracia la cual se presenta como si para ella ya no tuviera importancia como si su vida careciera de sentido Briseida tan desgraciada y despojada de toda libertad y toda voluntad llora al compantildeero de su saqueador

laquoiexclPatroclo el ser maacutes grato para esta desdichada de miacuteVivo te dejeacute cuando saliacute de esta tienday ahora te hallo muerto comandante de huestes al regresarde nuevo iexclDesgracia sobre desgracia me viene sin cesarAl marido a quien me con iaron mi padre y mi augusta madrelo vi delante de la ciudad desgarrado por el a ilado bronceigual que a los tres hermanos que mi madre habiacutea engendrado

8 Pascal Payen en su libro Les revers de la guerre en Gregravece ancienne dedica un capiacutetulo al papel de las mujeres en una esfera donde seguacuten la ideologiacutea dominante ellas no tienen lugar

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tan amados y que todos alcanzaron el diacutea de la ruinaNi siquiera me permitiste cuando el ligero Aquilesmatoacute a mi marido y saqueoacute la ciudad del divino Minetellorar asegurabas que me convertiriacuteas en legiacutetima esposadel divino Aquiles y que eacutel me llevariacutea en las naves a Ftiacuteay celebrariacutea el banquete de boda entre los mirmidonesPor eso lloro sin cesar la muerte del que siempre fue tan dulceraquo(Canto XIX 287-300)

En alguna ocasioacuten Helena tambieacuten actuacutea como si fuese una observadora imparcial representando la voz de la razoacuten juiciosa sobria Comenta los hechos evaluacutea las circunstancias aconseja Una vez maacutes ausente de siacute misma indiferente resignada Su juicio llega a nosotros a traveacutes de las na-rraciones de otros personajes laquoAhora mi esposa que me ha reprendido con tiernas palabras | me ha incitado al combateraquo dice Paris a Heacutector9 Heacutector por su parte teme que su querida mujer Androacutemaca sea llevada a fuerza por alguacuten aqueo acaso ellos conquisten la ciudad de Troya

Mas no me importa tanto el dolor de los troyanos en el futuro ni el de la propia Heacutecuba ni el del soberano Priacuteamoni el de mis hermanos que muchos y valerosospuede que caigan en el polvo bajo los enemigoscomo el tuyo cuando uno de los aqueos de bronciacuteneas tunicaste lleve envuelta en laacutegrimas y te prive del diacutea de la libertad (Canto VI 450-455)

9 Iliacuteada Canto VI 337-338

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2 El movimiento de la familia un lugar para encontrarse [Heacutector y Androacutemaca]

En el canto VI Diomedes se acerca a la muralla de Troya matando a un hombre despueacutes de otro Los troyanos aterrorizados necesitan defenderse defender a su ciudad a sus familias a sus mujeres a sus hijos a sus casas La fi gura de Heacutector se dibuja como la fi gura del rey que protege a su pueblo del liacuteder que anima a sus guerreros con carintildeo del hijo en quien tiene orgu-llo la familia pero sobre todo del hombre que quiere a su esposa del padre que antildeora a su hijo Heacutector es precisamente esto un hombre Un hombre que como dice eacutel mismo ha aprendido a ser valiente por necesidad Su perfi l humano terrenal noble lo acerca a nosotros por medio de la empa-tiacutea Su prevista muerte el implacable destino que le espera se contrapone al mundo del que proviene al tejido de relaciones en el que estaacute inmerso del cual la guerra le separa violentamente mientras participa en ella para defenderlo

Pero cuando ya llegoacute a la muy bella morada de Priacuteamoconstruida con pulidos pooacuteticos de columnas en la cualhabiacutea cincuenta habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los hijosde Priacuteamo se acostaban junto a sus legiacutetimas esposasy para las hijas en el lado de enfrente dentro del patiohabiacutea doce techadas habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los yernosde Priacuteamo se acostaban junto a sus respetables esposasalliacute le salioacute al paso su madre dadivosa de benignos regalosllevando dentro a Laodica la primera de sus hijas en belleza(Canto VI 242-252)

Heacutector se dirige hacia la ciudad y sabemos que es la uacuteltima vez que entra-raacute en ella cruzando su muralla Seguramente la entrada en el palacio de Priacuteamo le maravilla el mundo de la paz y los recuerdos de la vida civil de su propia vida se apoderan de eacutel La sencilla descripcioacuten de la organizacioacuten espacial de este palacio descripcioacuten intemporal despojada de todo detalle

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

y toda presencia humana impone a la narracioacuten un silencio un silencio que se asienta sobre el bullicio el voceriacuteo y el desorden sangriento de la batalla En este silencio en esta tranquilidad en la prosperidad evocada del espacio interior el poema estaacute preparando el encuentro del heacuteroe con su mundo siendo la descripcioacuten del palacio una introduccioacuten para el encuentro de Heacutector con su madre

laquo[] Tuacute ve al templo de la depredadora Ateneay yo ireacute en busca de Paris para llamarloa ver si quiere atender a mis palabras iexclOjalaacute aquiacute mismose lo tragara la tierra Pues es una peste que el Oliacutempico crioacutepara los troyanos para el magnaacutenimo Priacuteamo y para sus hijosSi lo viera descendiendo dentro del Hadesdiriacutea a mi aacutenimo que dejara olvidado del todo el funesto llantoraquo(Canto VI 279-285)

A su vez el encuentro con Heacutecuba le conduce hacia su hermano Paris a quien desprecia profundamente acerca de quien pronuncia palabras exce-sivamente duras La narracioacuten sigue a Heacutecuba en sus sacrifi cios a Atenea realizando un breve desviacuteo antes de volver a acompantildear a Heacutector en su re-corrido Heacutector encuentra a Paris en su caacutemara armaacutendose para el combate bello al lado de Helena Detenieacutendose en la entrada de la habitacioacuten le re-procha su cobardiacutea e inicia una conversacioacuten con Helena1 mientras le invade el recuerdo de su familia Este recuerdo el deseo y la antildeoranza que conlleva es lo que mueve a Heacutector en un movimiento continuo agonizante insacia-ble hacia Androacutemaca su amada mujer hacia su familia a la vez hacia sus compantildeeros hacia la batalla donde pertenece donde pereceraacute Su recorrido se extiende como un hilo en el espacio formando un nodo cada vez que se encuentra e interactuacutea con otra persona

laquoNo me ofrezcas asiento Helena aunque me estimes no meconvenceraacutes Pues mi aacutenimo ya estaacute en marcha presto a defendera los troyanos que intensa antildeoranza sienten por mi ausenciaTuacute pon en movimiento a eacuteste y que tambieacuten eacutel se de prisapara que me alcance mientras todaviacutea esteacute dentro de la ciudad

1 laquoEa entra ahora y sieacutentate sobre este escabel | cuntildeado miacuteo pues tuacute eres al que maacutes acosa las mientes la tarea | por culpa de esta perra de miacute y por la ofuscacioacuten de Alejandro | a quienes Zeus impuso el malvado sino de en lo sucesivo | tornarnos en materia de canto para los hombres futurosraquo dice Helena a Heacutector Sus palabras tienen la doble funcioacuten de explicar(se) el inicio de la guerra y quizaacute aliviar el dolor desgarrador que Helena siente y enfatizar el peso de la responsabilidad que recae sobre Heacutector a pesar de que eacutel no tenga la culpa de esta guerra

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Ademaacutes yo quiero ir a mi casa a vera los criados a mi esposa y a mi tierno hijoPues no seacute si auacuten otra vez llegareacute de regreso hasta elloso si los dioses ya me van a doblegar a manos de los aqueosraquoTras hablar asiacute se alejoacute Heacutector de tremolante penachoy al instante llegoacute a sus bien habitadas moradasmas no encontroacute en las salas a Androacutemaca de blancos brazosque con su hijo y una sirviente de bello mantosobre la torre estaba de pie llorando y gimiendoHeacutector al no hallar dentro a su intachable esposasalioacute al umbral se detuvo y dijo asiacute a las criadaslaquoEa criadas declaradme la verdadiquestAdoacutende ha ido Androacutemaca de blancos brazos fuera del palacioiquestA ver a mis hermanas y a mis cuntildeadas de buenos mantosiquestO al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosaraquoLa soliacutecita despensera diacutejole a su vez estas palabraslaquoiexclHeacutector Ya que mandas encarecidamente declarar la verdadni a ver a tus hermanas ni a tus cuntildeadas de buenos mantosni al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosasino a la elevada torre de Ilio pues ha oiacutedo que los troyanosestaacuten abrumados y que los aqueos ejercen gran poderiacuteoYa ha llegado presurosa a la murallacomo mujer enloquecida y la nodriza lleva al nintildeo consigoraquoDijo la despensera y Heacutector se precipitoacute fuera de la casa bajando otra vez por la misma ruta de bien construidas callesCuando atravesoacute la gran ciudad y llegoacute a las puertasEsceas por donde se disponiacutea a salir a la llanuraalliacute le salioacute al paso corriendo su esposa rica en regalosAndroacutemaca la hija del magnaacutenimo Eetioacuten del Eetioacuten que habiacutea habitado bajo el boscoso Placoen Teba bajo el Placo y habiacutea sido soberano de los ciliciosDe eacuteste era hija la esposa de Heacutector de bronciacuteneo cascoLe salioacute entonces al paso y con ella se acercoacute la sirvientallevando en su regazo al delicado nintildeo todaviacutea sin habla el preciado Hectoacuterida semejante a un bello astroHeacutector soliacutea llamarlo Escamandrio pero los demaacutesAstiaacutenacte pues Heacutector era el uacutenico que protegiacutea IlioEacuteste sonrioacute mirando al nintildeo en silencioy Androacutemaca se detuvo cerca derramando laacutegrimas le asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichado Tu furia te perderaacute Ni siquiera te apiadasde tu tierno nintildeo ni de miacute infortunada que pronto viudade ti quedareacute []raquo(Canto VI 360-409)

El encuentro de Heacutector con Androacutemaca se va generando cuidadosamente con lentitud Para llegar a su laquointachable esposaraquo Heacutector va cruzando um-brales consecutivos En su trayectoria se encuentra con una habitacioacuten vaciacutea de donde su mujer estaacute ausente Su deseo de ver a su familia se prolonga algo maacutes aumentando la tensioacuten dramaacutetica Preocupado ansioso pregunta repetidamente por Androacutemaca a las sirvientas que encuentra antes de saber que ella tambieacuten ha salido en busca de eacutel presurosa angustiada acompantildea-da por la nodriza que lleva al nintildeo consigo Heacutector recorre las mismas calles posiblemente siguiendo la misma ruta que habiacutea marcado al entrar en la ciudad El mismo camino diferentes situaciones existenciales El momento es especial defi nido por la guerra el dolor la incertidumbre el peligro pero sobre y a pesar de todo del amor

Bajo estas circunstancias en esta escena Heacutector y Androacutemaca se encuentran en movimiento mientras estaacuten realizando dos movimientos opuestos Los pasos de ambos se cruzan sobre las puertas Esceas Alliacute emocionados se miran por un momento Eacutel sonriacutee y ella llora estas dos acciones se presentan a menudo ligadas una a otra manifestadas simultaacuteneamente En esta escena Androacutemaca y Heacutector estaacuten emocionados felices y desconsolados a la vez Sus reacciones se complementan mutuamente Heacutector sonriacutee hacia el nintildeo en un silencio elocuente mientras Androacutemaca busca la proximidad fiacutesica posicionaacutendose cerca de Heacutector El movimiento se detiene y en la narra-cioacuten se abre un momento de quietud entre sonrisas y laacutegrimas una mujer y un hombre la nodriza que lleva al nintildeo en sus brazos sobre la muralla de Troya a lo lejos la batalla interminable

Eacuteste es el soporte esceacutenico del diaacutelogo de Heacutector y Androacutemaca un diaacutelogo que comienza y termina con dos frases muy parecidas laquole asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijoraquo y laquola acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijoraquo2 la primera refi rieacutendose a Androacutemaca y la segunda a Heacutector La pronunciacioacuten del nombre propio adquiere importan-

2 En el original laquoἔν τ᾽ ἄρα οἱ φῦ χειρὶ ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo y laquoχειρί τέ μιν κατέρεξεν ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo (Iliacuteada canto VI 406 y 485) Estas frases no contienen la idea de llamar laquocon todos los nombresraquo sino maacutes bien la de llamar pronunciar decir el nombre de cada uno

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

cia especial es asiacute que las personas se reconocen es cuando alguien escu-cha su nombre enunciado por el otro que estaacute invitado al diaacutelogo Por otra parte al fi nal del diaacutelogo el nombre propio suena como una conclusioacuten una despedida

A lo largo de esta conversacioacuten se despliega el dilema del heacuteroe el dilema del hombre que tiene que situarse entre la familia y la guerra entre la vida privada y el bien comuacuten de la ciudad En su interior toma lugar un cofl icto entre valores opuestos entre obligaciones e impulsos que pertenecen a di-ferentes planos de la realidad Su familia tambieacuten participa en este confl ic-to y se encuentra afectada por la complejidad de la situacioacuten que la guerra genera Androacutemaca perdioacute a toda su familia en esta guerra su padre y sus siete hermanos fueron muertos por la mano de Aquiles en la ciudad de Tebas mientras su madre se salvoacute con la ayuda de Aacutertemis Ahora como afi rma ella laquoiexclOh Heacutector Tuacute eres para miacute mi padre y mi augusta madre | y tambieacuten mi hermano y tuacute eres mi lozano esposoraquo3 Heacutector lo es todo para Androacutemaca y ella le implora a quedarse en la ciudad a no dejarla sola En breve eacutel seraacute muerto por Aquiles al igual que el resto de la familia

En el canto XXII los padres de Heacutector tambieacuten le suplican a permanecer dentro de la muralla de Troya y desde alliacute a enfrentarse a Aquiles y defender la ciudad4 Priacuteamo acerca sus manos a su cara y se arranca los cabellos en un gesto de afl iccioacuten mientras Heacutecuba es mucho maacutes expliacutecita en su suacuteplica gestual laquoAl otro lado su madre se lamentaba y vertiacutea laacutegrimas mientras | con una mano se abriacutea el vestido y con otra se alzaba el pechoraquo De nuevo la muralla de Troya emerge como espacio esceacutenico de la accioacuten Como todo liacutemite que separa una regioacuten de otra la muralla funciona tambieacuten como un punto de comunicacioacuten entre el interior y el exterior el uacutenico punto de co-municacioacuten entre la ciudad y el campo de batalla Cuando los que se encuen-tran dentro quieren comunicarse con los guerreros no tienen otra opcioacuten que exponer a vista de todos aquello que pertenece al dominio de lo privado

La fi gura de Heacutecuba sobre la muralla agarrando su seno con fuerza para mostraacuterselo a Heacutector mientras le implora a no entrar en el duelo con Aquiles es una fi gura traacutegica Representa el esfuerzo uacuteltimo y futil de la madre por mantener a su hijo salvo y sano cerca de ella haciendo alusioacuten al viacutenculo uacutenico que los dos experimentaron durante la lactancia Son los senos de la

3 Iliacuteada canto VI 429-4304 Iliacuteada canto XXII 33-92

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

madre que se dirigen siempre hacia su hijo recordando el contacto que alguna vez tuvieron con su boca Es en sus senos quizaacute donde se localiza el dolor de la madre por la peacuterdida de su hijo dolor que sustituye al viacutenculo primordial Inversamente para evitar su peacuterdida Heacutecuba intenta recordar a Heacutector ese primer contacto al principio con su gesto y a continuacioacuten con sus palabras Pero Heacutector no atenderaacute a las suacuteplicas de sus padres como tampoco atiende a la de su esposa5

Es en la respuesta de Heacutector a Androacutemaca donde la Iliacuteada nos revela de forma expliacutecita la motivacioacuten del heacuteroe la razones por las cuales decide entrar en la guerra Heacutector como hijo del rey siente la obligacioacuten de luchar eacutel primero por la ciudad por verguumlenza a los troyanos y para adquirir la eterna gloria la gloria a la que siempre aspira el guerrero auacuten sabiendo que para alcanzarla tendraacute que entregar su vida mostraacutendose valiente en la batalla Frente a su querida esposa Heacutector aparenta tener maacutes miedo por la suerte de ella que por la de sus padres o por su propia De esta manera en la Iliacuteada se esboza claramente la supremaciacutea del matrimonio y la familia nuclear que los hombres activamente crean en su vida adulta sobre todas las relaciones humanas

En este pequentildeo diaacutelogo se puede tambieacuten entrever y reconstruir una trama de valores creencias y convicciones que fueron importantes para la eacutepoca heroica representada en el poema y quizaacute sigan siendo vigentes en gran parte hoy en diacutea El poeta ubica este iacutentimo y tierno encuentro fuera del pa-lacio de Priacuteamo produciendo el debate entre el mundo de la familia el amor y la paz y el universo implacable de la guerra en el mismo liacutemite material que los separa Nos enfocaremos en la manera como este diaacutelogo (impor-tantiacutesimo es cierto como contenido y como signfi cado para la epopeya) se cierra intentaremos cruzar acompantildeando al fl ujo narrativo el umbral que nos lleva desde la intimidad del diaacutelogo hacia la batalla Intentaremos enten-der coacutemo se deshace el lugar del encuentro tan meticulosamente construido en la primera parte del canto

Esencialmente se trata de una escena de despedida despedida defi nitiva Los participantes de ella Androacutemaca y Heacutector lo sospechan sin saberlo

5 Aquiles que es el uacutenico de los daacutenaos que tiene contacto con su madre ya que Tetis es una diosa y le visita a menudo le afi rma al respecto laquoQue tu amor no intente alejarme de la lucha no me convenceraacutesraquo (Iliacuteada canto XVIII 126) Aunque inmortal Tetis no puede salvar a su hijo pero hace un uacuteltimo esfuerzo de protegerle encargando a Hefaisto su armadura Una armadura inmortal para un hombre mortal cuyo destino es morir en breve

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

con seguridad En cambio el poeta y nosotros los lectores estamos plena-mente conscientes de ello El padre Heacutector se inclina hacia su hijo un hijo que se presenta en este canto como el fruto del amor de la pareja quieto en los brazos de la nodriza envuelto entre las dulces tiernas y emocionantes palabras de sus padres Con esta inclinacioacuten hacia el nintildeo se diluye la tensioacuten y se aligera la carga emocional del diaacutelogo

Asustado por el aspecto de su padre que lleva puestas todas sus armas el nintildeo grita y se recoge en los brazos de la nodriza Heacutector el tierno Heacutector de este canto hijo hermano marido padre y mucho maacutes es un guerrero que se encuentra en Troya por corto tiempo Su lugar es el campo de la batalla alliacute pertenece alliacute volveraacute enseguida y alliacute pereceraacute a traveacutes de la reaccioacuten del pequentildeo Escamandrio al escuchar su grito espontaacuteneo recordamos el aspecto de Heacutector y su papel en la guerra Por otra parte la misma reaccioacuten tiene una funcioacuten coacutemica en la narracioacuten Entonces Heacutector se quita el casco y se vuelve a dirigir a su hijo para jugar con eacutel y disfrutar de su presencia en sus brazos por un breve instante Enseguida ruega a los dioses oliacutempicos para que Escamandrio tenga una buena vida despidieacutendose asiacute de eacutel antes de devolverlo a los brazos de su madre

Tras hablar asiacute el preclaro Heacutector se estiroacute hacia su hijoY el nintildeo hacia el regazo de la nodriza de bello centildeidorretrocedioacute con un grito asustado del aspecto de su padreLo intimidaron el bronce y el penacho de crines de caballoal verlo oscilar temiblemente desde la cima del casco Y se echoacute a reir su padre y tambieacuten su augusta madreEntonces el esclarecido Heacutector se quitoacute el casco de la cabezay lo depositoacute resplandeciente sobre el sueloDespueacutes tras besar a su hijo y mecerlo en los brazosdijo elevando una plegaria a Zeus y a los demaacutes dioses laquoiexclZeus y demaacutes dioses Concededme que este nintildeo miacuteollegue a ser como yo sobresaliente entre los troyanosigual de valeroso en fuerza y rey con poder soberano en IlioQue alguna vez uno diga de eacutel laquoEs mucho mejor que su padreraquoal regresar del combate Y que traiga ensangrentados despojos del enemigo muerto y que a su madre se le alegre el corazoacutenraquoTras hablar asiacute en los brazos de su esposa pusoa su hijo y esta lo acogioacute en su fragante regazoentre laacutegrimas riendo Su marido se compadecioacute al notarlo la acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichada No te a lijas demasiado por miacute en tu aacutenimoque ninguacuten hombre me precipitaraacute al Hades contra el destinoDe su suerte te aseguro que no hay ninguacuten hombre que escapeni cobarde ni valeroso desde el mismo diacutea en que ha nacidoMas ve a casa y ocuacutepate de tus laboresel telar y la rueca y ordena a las sirvientasaplicarse a la faena Del combate se cuidaraacuten los hombrestodos que en Ilio han nacido y yo sobre todoraquoTras hablar asiacute el esclarecido Heacutector cogioacute el cascohecho de crines de caballo mientras su esposa marchaba a casavolvieacutendose de vez en cuando y derramando lozanas laacutegrimasInmediatamente despueacutes llegoacute a las bien habitadas moradasdel homicida Heacutector Alliacute dentro halloacute a muchassirvientas y a todas ellas movioacute al llantoEstaban llorando a Heacutector todaviacutea vivo en su propia casapues estaban seguras de que de regreso del combate ya nollegariacutea tras huir de la furia y de las manos de los aqueos(Canto VI 466-502)

Entre laacutegrimas riendo Androacutemaca encarna la contradiccioacuten en la cual estaacuten inmersos ellos dos y su hijo Felices por haberse encontrado felices por quererse desolados por la separacioacuten que puede ser defi nitiva y lo seraacute Heacutector despueacutes de llamarla con su nombre propio la reconforta aludiendo al destino al hado todopoderoso e implacable De su suerte no hay ninguacuten hombre que escape y ellos tampoco escaparaacuten6

Androacutemaca y Heacutector se encontraron movieacutendose en direcciones opuestas y se separan partiendo hacia direcciones opuestas Eacutel le aconseja ir a casa y ocuparse de sus labores mientras eacutel se ocuparaacute del suyo marcando de forma clara el espacio de cada geacutenero Heacutector se marcha primero decidido Androacutemaca se vuelve hacia el palacio con desgana mirando a menudo hacia atraacutes llorando Durante unos versos la narracioacuten sigue a Androacutemaca en sus pasos hacia casa y en el llanto que reitera por Heacutector antes de su muerte Con este llanto se cierra por completo el encuentro de la pareja De camino al campo Heacutector se reconcilia con Paris y los dos hermanos entran solidarios en la batalla mientras todaviacutea resuenan ecos del mundo de la paz

6 Como se ve en otras partes de la Iliacuteada ni los propios dioses pueden escapar del hado En el canto XVI Zeus considera la posibilidad de salvar a Sarpedoacuten de su muerte Entre los dioses del Olimpo se decide entonces que no se puede intervenir al hado Tetis tampoco puede salvar a su hijo de su destino a pesar de ser una diosa inmortal Los dioses oliacutempicos actuacutean en un plano intermedio entre el todopoderoso hado y el mundo de los mortales

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Estas dos bellas secuencias en movimiento antes y despueacutes del diaacutelogo en-vuelven al encuentro La primera construye el lugar mientras en la segunda se desarma el escenario construido Las personas que se mueven alejaacutendose del espacio donde compartieron algo arrastran detraacutes suyo los hilos que se habiacutean tendido en ese espacio y lo entregan de nuevo al mundo casi vaciacuteo

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3 En el centro Patroclo [la muerte de Patroclo]

Las yeguas neleas iban sacando a Neacutestor del combatesudorosas y transportaban a Macaoacuten pastor de huestesSe percatoacute al verlo el divino Aquiles de pies protectorespues estaba erguido sobre la popa de la nave de enorme vientre contemplando el abismal esfuerzo y la lacrimoacutegena derrotaAl punto dirigioacute la palabra a su compantildeero Patroclopronunciando su nombre desde la nave Lo oyoacute desde la tienday salioacute semejante a Ares y asiacute dio comienzo a su desgracia(Canto XI 597-604)

Con la irrupcioacuten del combate alrededor de las naves aqueas mientras los troyanos con el apoyo de los dioses van ganando fuerza y territorio y los aqueos van perdiendo guerreros y aacutenimos Aquiles advierte la cataacutestrofe in-minente y llama a su querido y fi el compantildeero Patroclo con la intencioacuten de enviarlo a los aliados para averiguar las condiciones en las que el ejeacutercito de los aqueos se encuentra Como sencillamente nos informa la Iliacuteada en el preciso instante en que Patroclo responde a la llamada de Aquiles y sale de su tienda empieza a desencadenarse su desgracia

A partir del momento en que la atencioacuten de Aquiles se dirige hacia la batalla la Iliacuteada se enfoca en Patroclo Aunque intermitente con muchas y largas interrupciones para observar la batalla sangrienta junto a las naves en este punto nace una liacutenea narrativa que sigue a Patroclo en su preparacioacuten y entrada al combate en sus hazantildeas en sus duelos en su muerte e inclu-so despueacutes de ella Es una liacutenea narrativa que situacutea a Patroclo en el centro de la accioacuten1 a la que intentaremos rastrear y recorrer ahora La necesidad causa efectivamente la participacioacuten de Patroclo en la guerra y su muerte por Heacutector muerte que a su vez provoca inmenso dolor en Aquiles y le da

1 Simone Weil escribe refi rieacutendose a Patroclo ldquothat warrior who dwells in a peculiar way at the very centre of the poem - I mean Patroclus who lsquoknew how to be sweet to everybodyrsquo and who throughout the Iliad commits no cruel or brutal actrdquo (ldquoThe Iliad or the poem of forcerdquo en Simone Weil an anthology p204)

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

una razoacuten iacutentima para denunciar su coacutelera y entrar de nuevo en la guerra marcando claramente un punto de infl exioacuten en el argumento

Los troyanos bajo las oacuterdenes de Heacutector han invadido el campamento des-truyendo parcialmente la muralla y cruzando la fosa algunos a pie y otros montados en sus caballos Ganando cada vez maacutes espacio a los aqueos a quienes han ido empujando gradualmente hacia el mar los troyanos llegan a prender fuego a una de las naves El deseo de Aquiles se estaacute cumpliendo sus compantildeeros se encuentran al borde de la desgracia al margen de la ani-quilacioacuten Este seriacutea entonces el momento para renunciar su coacutelera y entrar en la batalla Pero parece que la idea de la reconciliacioacuten no ha madurado sufi cientemente en su interior En cambio Patroclo estaacute afl igido profunda-mente afectado por el sufrimiento de sus compantildeeros

Despueacutes de un largo itinerario por las tiendas de los aqueos aparece en la tienda de Aquiles ansioso de convencerle a entrar de nuevo en la batalla Estaacute llorando por compasioacuten llorando por impotencia ante la desgracia de la guerra a la vez enojado con su compantildeero que aferrado en la coacutelera permanece impasible a los hechos Es entonces la primera vez que Patroclo reacciona y se opone a Aquiles revelando lo que piensa y siente mostraacutendo-se a la vez sensible y sensato en su discurso bello y traacutegico En esta escena el poeta trata a Patroclo de tuacute se dirige a eacutel realizando un acercamiento hacia el heacuteroe cuyo destino traacutegico es suplicar para siacute mismo la muerte cruel2 Con este acercamiento la liacutenea narrativa dedicada a Patroclo se convierte en la narracioacuten principal

Con profundos suspiros le respondiste cochero PatroclolaquoiexclAquiles hijo de Peleo con mucho el mejor de los aqueos

2 A lo largo de las escenas siguientes este tratamiento de tuacute hacia Patroclo es recurrente El mismo tratamiento se da hacia Menelao en el canto VII donde el poeta habla a Menelao en segunda perona enseguida cede la palabra a Agamenoacuten quien tambieacuten se dirige hacia Menelao en segunda persona y al fi nal aprovecha la presencia de Agamenoacuten para concluir el episodio de manera imparcial narrando en tercera persona laquoTras hablar asiacute hizo gesto de ponerse las bellas armas | Entonces para ti Menelao habriacutea llegado el fi n de la vida | a manos de Heacutector porque en verdad era muy superior | si los reyes aqueos no se hubieran precipitado a sujetarte | El propio Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominios | cogioacute tu diestra te llamoacute con todos tus nombres y te dijo | laquoiexclEstaacutes loco Menelao criado por Zeus iexclNo debes cometer | esa locura Domiacutenate a pesar de tu preocupacioacuten | y no desees por una porfiacutea luchar con un hombre que es mejor | Heacutector Priamida ante quien tambieacuten los demaacutes sienten pavor | El propio Aquiles en la lucha que otorga gloria a los hombres | se estremece al encararlo y eso que es mucho mejor que tuacute | Por eso tuacute ahora ve y sieacutentate entre la tribu de compantildeeros | que los aqueos haraacuten que otro se alce enfrente de ese | Por muy intreacutepido que sea e insaciable de tumulto aseguro | que con jubilo doblaraacute la rodilla con tal de huir | del hostil combate y de la atroz lidraquo Hablando asiacute el heacuteroe desvioacute la intencioacuten de su hermano | porque era oportuna su advertencia y eacutel hizo caso Entonces | los escuderos le quitaron alegres las armas de los hombrosraquo (Iliacuteada Canto VII 103-122)

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

No te enfades tal es la a liccioacuten que oprime a los aqueosTodos los que hasta hace poco eran los maacutes bravosyacen entre las naves heridos por dardos o por picasHerido de dardo estaacute el Tidida el esforzado DiomedesHerido de pica estaacute Ulises insigne por su lanza y AgamenoacutenHerido por una lecha en el muslo estaacute tambieacuten EuriacutepiloDe ellos se ocupan los meacutedicos con sus muchas medicinascurando sus llagas Y tuacute te has vuelto implacable AquilesQue nunca me invada a miacute una ira como esa que tuacute albergastan atroz iquestQue ventaja procuraraacutes al que nazca en el futurosi no apartas a los argivos del ignominioso estragoiexclDespiadado Tu padre no fue Peleo el conductor de carrosni Tetis tu madre el garzo mar fue quien te dio a luzy las abruptas rocas pues tus sentimientos son implacablesSi es que tratas de eludir en tus mientes alguacuten vaticinioy te ha revelado algo de parte de Zeus tu augusta madreal menos enviacuteame a miacute sin demora y dame el resto de la huestede mirmidones a ver si llevo una luz de salvacioacuten a los daacutenaosDame tu armadura para poneacutermela en los hombrosa ver si me confunden contigo y renuncian al combatelos troyanos y los marciales hijos de los aqueos respirande su quebranto Aunque sea breve es un respiro del combateLos no fatigados facilmente a los fatigados del griteriacuteopodemos empujar a la ciudad lejos de las naves y de las tiendasraquoAsiacute habloacute suplicando el muy insensato pues su destinoera el de suplicar para siacute mismo la muerte cruel y la parca(Canto XVI 20-47)

Aquiles responde a su compantildeero con carintildeo manifestando que le gustariacutea dejar ir al pasado afi rmando que no puede mantener la ira para siempre pero a la vez mostrando que todaviacutea reside en su aacutenimo el rencor que siente por Agamenoacuten Su coacutelera es maacutes fuerte que eacutel es una especie de indignacioacuten frente a la injusticia que se aduentildeoacute de eacutel y de la cual no se puede deshacer al contrario parece que le va invadiendo cada vez maacutes laquoiexclOjalaacute Zeus padre Atenea y Apolo no escape de la muerte | ninguno de cuantos troyanos hay ni tampoco ninguacuten argivo | y que soacutelo nosotros dos emerjamos de la perdi-cioacuten y seamos | los uacutenicos que desatemos las sagradas diademas de Troyaraquo3 es como cierra su respuesta a Patroclo y no podemos dejar de sentirnos per-plejos ante estas palabras

3 Iliacuteada Canto XVI 97-100

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

El poeta presenta a Aquiles dividido interiormente entre la coacutelera y la obli-gacioacuten de ayudar a sus compantildeeros probablemente lo que se expresa aquiacute es el mismo dilema que el heacuteroe experimenta durante toda la Iliacuteada Como declara a Agamenoacuten al principio de la epopeya esta guerra para eacutel no signi-fi ca nada Participa en ella acompantildeando a los daacutenaos pero no tiene ninguacuten motivo personal para hacerlo mientras piensa que su vida es demasiado preciosa para ser sacrifi cada En la fi gura de Aquiles se realiza el confl icto entre lo personal y lo comuacuten un confl icto interno tan potente que le deja inerte inactivo encerrado en su tienda observador apaacutetico Sin embargo despueacutes de este encuentro con Patroclo es la primera vez que Aquiles actuacutea eneacutergicamente en la Iliacuteada y es Patroclo quien lo saca de la inercia rencoro-sa en la que estaacute atrapado

A pesar de que las armaduras son uacutenicas para cada guerrero Aquiles en-trega la suya a su amigo junto con unos consejos y un deseo que regrese vivo de la batalla En la Iliacuteada esta armadura sigue una trayectoria curiosa Las armas que ahora son entregadas a Patroclo para protegerlo y tambieacuten para atemorizar a los troyanos permitieacutendole confundirse con Aquiles se encontraraacuten en manos de Heacutector Despueacutes de la muerte de Patroclo Heacutector se apartaraacute de la batalla para poneacuterselas acto que no deja de causar cierta sorpresa4 Seraacute entonces muerto por Aquiles y despojado de las armas que concluiraacuten su deambular ciacuteclico

iquestQueacute signifi ca esta cesioacuten de la armadura a otro guerrero Hay tambieacuten otras escenas en las que un guerrero llega a utilizar las armas de otro laquo[] Troquemos nuestras armas que tambieacuten eacutestos se enteren | de que nos jac-tamos de ser hueacutespedes por nuestros padresraquo dice Diomedes a Glauco5 de modo que el intercambio de armas confi rma y simboliza la resolucioacuten paciacute-fi ca y amistosa de un duelo A menudo la Iliacuteada desplaza la atencioacuten a los objetos objetos que son siempre portadores de historias cosas que existen y perduran y nos pueden contar ellas mismas las historias de sus duentildeos historias que de manera tangencial refuerzan y reanudan el argumento principal

Junto a las naves Aquiles corre por las tiendas de los aqueos invitaacutendoles a

4 Las armas de Aquiles encajan perfectamente en el cuerpo de Patroclo con excepcioacuten de la pica que resulta muy pesada para cualquier guerrero que no sea el divino Aquiles (Canto XVI 130-144) En cambio es necesaria la intervencioacuten de Zeus para que se ajusten al cuerpo de Heacutector quien seguramente tendraacute otra estatura (Iliacuteada canto XVII 198-214) 5 Iliacuteada canto VI 230-231

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

regresar al combate Prepara un ataque en el cual no participaraacute En seguida realiza sacrifi cios a Zeus En la escena del sacrifi cio el espacio se confi gura uacutenicamente a partir de los objetos sus historias y el movimiento de Aquiles en la tienda y en su patio A traveacutes de las acciones de Aquiles se puede reconstruir parcialmente el espacio en el cual actuacutea No podemos dejar de preguntarnos si el poeta guarda en su imaginacioacuten una disposicioacuten espa-cial especiacutefi ca si tiene alguacuten plano completo del espacio que describe o si eacutel mismo se visualiza exactamente aquello que describe relaciones espa-ciales fragmentos de lugares movimientos densidades vaciacuteos y regiones borrosas

[] Por su parte Aquilesechoacute a andar hacia la tienda y abrioacute la tapa de un arcabella primorosa que Tetis la de argeacutenteos pies le habiacuteadepositado en la nave para que la llevara repleta de tuacutenicasde capas que abrigan del viento y de lanosas mantasAlliacute estaba su labrada copa ninguacuten otro hombrebebiacutea de ella el rutilante vino y a ninguacuten diosmaacutes que a Zeus padre haciacutea libaciones con ellaLa recogioacute entonces del arca la puri icoacute con azufreprimero y a continuacioacuten la lavoacute con bellos chorros de aguaTambieacuten eacutel se lavoacute las manos y apuroacute el rutilante vinoLuego de pie en medio del vallado oroacute y vertioacute el vinomirando al cielo y lo vio Zeus que se deleita con el rayo[]Despueacutes de hacer la libacioacuten y la plegaria a Zeus padreentroacute de nuevo en la tienda y depositoacute la copa en el arcay salioacute y se detuvo ante la tienda con el aacutenimo auacuten deseosode contemplar la atroz contienda entre troyanos y aqueos(Canto XVI 220-256)

Vestido con las armas de Aquiles y acompantildeado por muchos mirmidones Patroclo sale al combate por primera y uacuteltima vez en la Iliacuteada Aunque el poeta nos ha informado claramente de esto y de que la muerte de Patroclo seraacute la clave para el desenlace del argumento la narracioacuten se suspende y se detiene en las hazantildeas del heacuteroe traacutegico En una duracioacuten muy breve Patroclo conseguiraacute rechazar el ataque de los troyanos obligaacutendoles a retro-ceder desde las naves aqueas hacia la ciudad mataraacute varios de ellos e inten-taraacute atacar eacutel mismo la muralla de Troya Todo eso con la ayuda divina por supuesto A lo largo de la Iliacuteada Zeus se representa buscando una manera

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

de matar a Patroclo elaborando una coreografiacutea de su muerte Este guerrero cuya muerte reside en el centro del poema ha de ser glorifi cado antes de ser muerto y Zeus es el dios que quiere concederle esta gloria La culmina-cioacuten de su heroiacutesmo se alcanza en su duelo con Sarpedoacuten el padre de los dioses oliacutempicos deja que su hijo sea muerto por Patroclo aunque no sin antes experimentar una intensa lucha interior para decidir si puede cambiar el destino de su querido hijo mortal y no sin derramar una lluvia de sangre en su honor

Menudeaban sin pausa en torno del cadaacutever como cuando las moscasen el establo zumban alrededor de los jarros rebosantes de lecheen la estacioacuten primaveral cuando las caacutentaras rezuman de lecheasiacute menudeaban en torno del cadaacutever Ni un momento Zeusapartoacute sus relucientes ojos de la violenta batalla sino que con la mirada ija en ellos cavilaba consigo mismosobre el asesinato de Patroclo vacilando una y otra vezentre hacer ya que tambieacuten a aqueacutel en aquella violenta batallasobre Sarpedoacuten comparable a un dios el esclarecido Heacutectorlo aniquilara con el bronce y quitara las armas de sus hombros o si extender auacuten a otros maacutes aquella aacuterdua fatigaEn el curso de sus pensamientos le parecioacute lo mejorque el noble escudero del Peacutelida Aquilesrechazara a los troyanos y a Heacutector de bronciacuteneo cascootra vez maacutes hacia la ciudad y quitara la vida a muchos(Canto XVI 641-655)

Patroclo mata a Sarpedoacuten y con su muerte irrumpe una lucha alrededor de su cuerpo Sarpedoacuten es el primer guerrero muerto cuyo cuerpo funciona como centro de una batalla importante en la Iliacuteada (eacutel mismo en el momen-to de su muerte implora a Glauco a no abandonar su cuerpo en el campo de batalla) La batalla envuelta en la noche siniestra creada por Zeus seraacute el motivo para que Heacutector y Patroclo se encuentren por primera vez en el combate Despueacutes de meditar mucho Zeus protege la memoria de su hijo llevando a su cuerpo lejos de la llanura de Troya con la ayuda de Apolo del Suentildeo y de la Muerte Patroclo no pereceraacute en esa misma batalla Heacutector retrocede y eacutel tiene la oportunidad de avanzar hacia Troya mientras Apolo lo detiene tres veces en la muralla de la ciudad

Animado por Apolo Heacutector se acerca a toda velocidad subido en su carro acompantildeado por Cebriacuteones a quien Patroclo mata con una piedra

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Entonces el cuerpo de Cebriacuteones se convierte en centro de una densa ba-talla en la cual pereceraacuten muchos guerreros de ambos bandos Cuando los aqueos consiguen retirar a Cebriacuteones y despojarle de sus armas el centro de la escena desaparece La batalla continuacutea pero ya no gira alrededor de un nuacutecleo ni tampoco hay un enfrentamiento entre dos bloques sino que todos estaacuten mezclados combatiendo en desorden La Iliacuteada posiciona entonces a Patroclo en el centro de este desorden su muerte tan esperada y tan preme-ditada es inminente e irreversible

Patroclo se ubica primero en el centro como sujeto que actuacutea intencional-mente defi ne y modifi ca el espacio en el que se mueve se arroja entre los troyanos y nosotros nos proyectamos con eacutel Tres veces ataca y tres veces sentimos la fuerza del ataque en nuestro interior Pero el cuarto ataque marca un punto de infl exioacuten El heacuteroe estaacute cruzando un liacutemite invisible el liacutemite del hibris si se nos permite el teacutermino y este ataque seraacute su uacuteltimo El narrador cambia de nuevo su actitud hacia Patroclo dirigieacutendose a eacutel en segunda persona En este momento Patroclo cesa de existir como sujeto para convertirse en una cosa una cosa con vida al principio una cosa sin vida a continuacioacuten6 A la vez la voz del poeta que habla a su personaje lo inmoviliza lo transforma en un punto fi jo un centro estaacutetico un receptor Patroclo recibe la palabra y recibe pasivo su suerte

Mientras el curso del sol recorrioacute el centro del cielolos dardos alcanzaron a los de ambos bandos y la hueste caiacuteamas a la hora de bajar el sol la de la suelta de las vacasfue cuando los aqueos cobraron una desmesurada ventaja Sacaron al heacuteroe Cebriacuteones fuera del alcance de los dardosy del clamor troyanos y le quitaron las armas de los hombrosPatroclo se arrojoacute entre los troyanos con funestas intencionesTres veces arremetioacute entonces comparable al impetuoso Aresentre pavorosos alaridos y las tres veces matoacute a nueve mortales Mas cuando ya por cuarta vez se arrojoacute semejante a una deidadentonces aparecioacute ante ti Patroclo el teacutermino de la vidapues Febo te salioacute al encuentro en la violenta batallaSurgioacute terrible pero eacutel no lo vio venir a traveacutes del tropelpues se le acercaba oculto en una tupida bruma Se detuvo detraacutes y le golpeoacute la espalda y los anchos hombros

6 ldquoAn extraordinary entity this - a thing that has a soul [] A man stands disarmed and naked with a weap-on pointing at him this person becomes a corpse before anybody or anything touches himrdquo escribe Simone Weil (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p185)

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con la palma de la mano y sus ojos giraron vertiginosamenteFebo Apolo le tiroacute de la cabeza el morrioacutenfue rodando con estreacutepito bajo las patas de los caballosel atubado yelmo y las crines de su penacho se mancharon de sangre y de polvo Antes los dioses no habiacutean consentidoque aquella celada con penacho de crines se manchara de polvopues protegiacutea la cabeza y la amable frente de un hombre divinode Aquiles pero entonces Zeus otorgoacute a Heacutectorllevarla sobre su cabeza pues a eacutel ya lo acechaba la muerte Se le quebroacute entera en las manos la pica de luenga sombrapesada larga compacta provista de casquete y se le cayoacutede los hombros al suelo el ribeteado broquel con el tahaliacuteEl soberano Apolo hijo de Zeus le desatoacute la corazaEl estupor se aduentildeoacute de eacutel se doblaron sus preclaros miembrosy se paroacute atoacutenito Con la aguda lanza detraacutes en la espaldaentre los hombros le acertoacute de cerca un guerrero daacuterdanoEuforbo Pantoida que descollaba entre todos los de su edadcon la pica la destreza en el carro y la presteza de los piesHabiacutea derribado de sus caballos a veinte mortales la primera vezque habiacutea salido con el carro auacuten un aprendiz en el combateEacuteste fue el primero que te arrojoacute un dardo cochero Patroclomas no te doblegoacute Corrioacute atraacutes y se perdioacute en la muchedumbreen cuanto te arrancoacute de la carne el asta de fresno sin resistirante Patroclo en la lid a pesar de que estaba desarmado(Canto XVI 777-815)

Su muerte tan esperada y tan premeditada no se parece a ninguna otra muerte descrita en la Iliacuteada Patroclo no se encuentra con un adversario que le mata sino con su propia muerte Como en muchas ocasiones aquiacute tambieacuten se necesita la intervencioacuten de un dios para resolver el duelo entre dos guerreros valientes Sin embargo en ninguna otra escena se presenta intervencioacuten divina semejante a eacutesta Patroclo estaacute inmoacutevil quieto y parado en la narracioacuten cuando Apolo pasando desapercibido entre la confusioacuten del combate oculto en una neblina le golpea por detraacutes Por detraacutes recibe Patroclo el golpe del dios estupefacto impotente siente el abandono en su cuerpo Le abandona la fuerza el vigor de sus miembros le abandona su ar-madura Las armas de Aquiles van cayeacutendose progresivamente marcando el espacio alrededor de Patroclo que se mantiene de pie en el centro como un palo

Despojado de todas sus defensas Patroclo recibe por detraacutes de nuevo el

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

ataque de Euforbo eacuteste retira la lanza clavada entre los hombros y se pierde corriendo entre la muchedumbre Patroclo estaacute atoacutenito desnudo en un pai-saje de hierro bronce resistentes pieles de bueyes gritos alaridos y agita-ciones violentas Herido intenta escaparse refugiarse protegerse Heacutector veloz y decisivo se acerca a eacutel y lo perfora con su lanza causaacutendole la herida mortal Patroclo queda completamente humillado las jactancias que Heacutector profi ere resuenan con crueldad sobre este cuerpo del guerrero que ya no es Del cuerpo sin vida de Patroclo cuerpo al que ya abandonoacute el alma Heacutector retira su lanza con un movimiento brusco Patroclo es una cosa en el espa-cio material bruto al que se puede pisar casi como si fuese tierra La lanza el objeto sobrevive a la persona que ha matado y se volveraacute a usar para matar a otra y otra y otra maacutes La relacioacuten entre el elemento de aniquilacioacuten y la existencia aniquilada no es exclusiva

Patroclo doblegado por el golpe del dios y por la lanzaempezoacute a replegarse a la turba de los compantildeeros por eludir la parcaHeacutector nada maacutes ver al magnaacutenimo Patrocloretrocediendo herido por el agudo broncellegoacute cerca de eacutel entre las ilas le hirioacute con la lanzaen lo maacutes bajo del ijar y le hundioacute el bronce de parte a parteRetumboacute al caer y causoacute gran pesar a la tropa de los aqueosComo cuando un leoacuten domina por la fuerza a un indomable jabaliacutecuando ambos en las cimas de un monte luchan con gran ierezaalrededor de un escaso manantial y los dos quieren bebery el leoacuten logra doblegar por la fuerza al jadeante jabaliacuteasiacute al fornido hijo de Menecio tras haber matado a muchosHeacutector Priaacutemida le arrebatoacute la vida de cerca con la picay blasonando de su triunfo le dijo estas aladas palabraslaquoiexclPatroclo Bien que asegurabas que asolariacuteas nuestra ciudady arrebatariacuteas el diacutea de la libertad a las mujeres troyanasy las llevariacuteas en las naves a tu tierra patriaiexclInsensato En su defensa los ligeros caballos de Heacutectorhan llegado al combate a galope tendido Tambieacuten yo con la picasobresalgo entre los combativos troyanos porque les apartodel diacutea fatal a ti en cambio los buitres te devoraraacuten aquiacuteiexclInfeliz No te ha socorrido ni Aquiles por valeroso que seaque se ha quedado y sin duda te ha dado muchos encargos al salirlsquoNo regreses oh Patroclo conductor de caballosa las huecas naves hasta que la tuacutenica ensangrentada del homicida Heacutector hayas desgarrado alrededor del pechorsquoSin duda eso te ha dicho y ha persuadido tu insensata menteraquo

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

Desfallecido replicaste Patroclo conductor de caballoslaquoYa te has jactado ahora Heacutector demasiado Te han dadola victoria Zeus Croacutenida y Apolo que me han doblegado facilmente pues ellos me han quitado las armas de los hombrosAunque veinte como tuacute me hubieran salido al encuentrotodos habriacutean perecido aquiacute mismo doblegados bajo mi lanzaPero el funesto destino y el hijo de Leto me han matadoy de los hombres Euforbo tuacute al despojarme soacutelo eres tercero Otra cosa te voy a decir y tuacute meacutetela en tus mientestampoco tuacute viviraacutes mucho tiempo proacuteximos a tiya acechan la muerte y el imperioso destinoque te haraacuten sucumbir a manos del intachable Aquiles EaacutecidaraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacute El aliento vital salioacute volando de sus miembros y marchoacute al Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando el esclarecido Heacutector le dijolaquoiexclPatroclo iquestPor queacute me vaticinas el abismo de la ruinaiquestQuien sabe si Aquiles hijo de Tetis de hermosos cabellos se anticiparaacute y pereceraacute antes que yo golpeado por mi lanzaraquoTras hablar asiacute arrancoacute la bronciacutenea pica de la heridaapoyando encima el pie y lo apartoacute boca arriba de la lanzaA continuacioacuten marchoacute con el astil en busca de Automedonteescudero comparable a los dioses del velociacutepedo Eaacutecida a quien ansiaba disparar pero ya lo sacaban los ligeros caballosinmortales espleacutendidos dones regalados por los dioses a Peleo(Canto XVI 816-867)

Los ligeros caballos inmortales que en su movimiento centriacutefugo llevan a Automedonte lejos de este lugar fuacutenebre lejos de Heacutector que estaacute ansioso por sangre echan un rayo de luz sobre la escena Su corrida trae una corrien-te de aire que nos permite respirar con la mirada desenfocada a la distancia Por un breve instante Patroclo estaacute solo en silencio sin armas sin compantildee-ros sin vida Apenas estaacute yace en la tierra en un lugar vaciacuteo

Esta quietud dura muy poco En seguida Menelao desde lejos advierte la muerte de su compantildeero A partir de este momento corre hacia eacutel realizan-do un movimiento centriacutepeto inverso al de los caballos Este movimiento de Menelao la batalla que irrumpe alrededor del cuerpo de Patroclo y la aten-cioacuten de todos que se dirige de nuevo hacia eacutel vuelven a crear una atmoacutesfera asfi xiante densa ineludible Es la guerra que se recicla y recrea a siacute misma atando y desatando nudos desplazando y transformando sus centros

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4 Destruccioacuten del cuerpo construccioacuten del cuerpo [Aquiles y Heacutector]

En ocasiones el movimiento que el poeta de la Iliacuteada nos propone seguir es un movimiento intracorporal una negociacioacuten que toma lugar en el interior de un cuerpo y se parece a un diaacutelogo entre sus partes El cuerpo homeacuterico es un cuerpo fragmentado plural habitado por sensaciones sentimientos estados de aacutenimo compuesto por distintas regiones oacuterganos miembros un cuerpo con vida interior y vivido desde el interior

Mejor dicho citando a Jean-Pierre Vernant ldquoEn tanto que el cuerpo estaacute vivo es entendido como una multiplicidad de oacuterganos y de miembros animados por las pulsiones que les son propias es el espacio donde se despliegan y a veces se enfrentan los impulsos las fuerzas contrarias Seraacute con ocasioacuten de su muerte cuando se encuentra desierto cuando el cuerpo adquiera su unidad formalrdquo1 Tambieacuten es importante recordar que en el griego arcaico la palabra σῶμα no designaba al cuerpo vivo sino al cadaacutever

Asi habloacute y la a liccioacuten invadioacute al Pelida y su corazoacutendentro del velludo pecho vacilaba entre dos decisioneso desenvainar la aguda espada que pendiacutea a lo largo del musloy hacer levantarse a los demaacutes y despojar eacutel al Atridao apaciguar su coacutelera y contener su furorMientras revolviacutea estas dudas en la mente y en el aacutenimoy sacaba de la vaina la gran espada llegoacute Atenea del cielo(Canto I 188-195)

En los versos de la Iliacuteada cada sensacioacuten emocioacuten sentimiento o pensa-miento se ubica en un lugar preciso en el cuerpo de quien lo experimenta Maacutes bien todo lo que ocurre en el plano mental-psiacutequico se manifi esta tam-bieacuten en el cuerpo como un acontecimiento un siacutentoma mantiene un viacutenculo

1 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 63 Al morir el cuerpo sujeto y soporte de acciones se transforma a puro objeto para el otro En el mismo libro Vernant sentildeala tambieacuten el caraacutecter plural de la cor-poreidad arcaica en la Iliacuteada a menudo se hace referencia a las partes del cuerpo en plural y no en singular

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

intriacutenseco con la realidad corpoacuterea Los deseos los miedos las ideas los valores apropiados funcionan como impulsos que generan movimiento en los cuerpos de los heacuteroes Al reveacutes un impuso una emocioacuten o una sensacioacuten se conocen a traveacutes de su expresioacuten en el cuerpo Manos ansiosas por matar pies ligeros interior revuelto pensamientos que se remueven en el vientre rabia acurrucada en el corazoacuten la cara tapada con la palma de la mano amistad en el seno La Iliacuteada abunda de imaacutegenes como estas

Seriacutea seguramente un anacronismo introducir aquiacute la nocioacuten de embodiment y hablar de sujetos encarnados dado que esta nocioacuten proviene de una larga tradicioacuten fi losoacutefi ca que ofrecioacute muchas explicaciones diferentes acerca de la relacioacuten entre cuerpo y alma despueacutes de generar esta divisioacuten La eacutepoca en la que se escribe la Iliacuteada todaviacutea no conoce el dualismo cuerpo-alma y en sus versos probablemente se registra aquello que fue la manera intuitiva de percibir y entender el mundo desde la experiencia concreta Como escribe Walter Ong antes de la generalizacioacuten del uso de la escritura el pensamien-to de una cultura oral se mantiene cerca del mundo humano vital y tiende a ser situacional maacutes que abstracto2 Algo parecido se puede observar en el pensamiento infantil sobre todo antes de la adquisicioacuten de la habilidad de leer y escribir Los relatos y los juegos de los nintildeos estaacuten muy vinculados al cuerpo y en ellos se desdobla un pensar y un sentir desde el cuerpo con el cuerpo y para el cuerpo3

Jean-Pierre Vernant escribe al respecto ldquoPara destacar esta imbricacioacuten de lo fiacutesico y de lo psiacutequico dentro de una conciencia de siacute que al mismo tiempo supone un compromiso con las diversas partes del cuerpo James Redfi eld ha afi rmado de modo sorprendente que en los heacuteroes de Homero ldquoel yo in-terior no es otra cosa que el yo orgaacutenicordquo Tal vocabulario si no del cuerpo siacute por lo menos de las distintas dimensiones o aspectos de lo corporal confor-ma en conjunto un coacutedigo que permitioacute a los griegos expresar o pensar sus relaciones consigo mismos el modo de presentarse a siacute mismos de manera maacutes o menos clara maacutes o menos unifi cada o dispersa seguacuten las circunstan-cias pero igualmente nos proporciona una pista sobre sus relaciones con un otro al cual estaacute vinculado por todas las formas de apariencia corporalrdquo4

2 Veacutease Oralidad y Escritura tecnologiacuteas de la palabra p48-623 En esta direccioacuten se organiza Territorio do brincar un proyecto de investigacioacuten que intenta cartografi ar los juegos de los nintildeos en Brasil buscando similitudes y diferencias seguacuten la regioacuten el grupo social la edad el geacutenero esencialmente remitiendo al cuerpo httpterritoriodobrincarcombr4 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 18

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

En los primeros cantos de la Iliacuteada la batalla descrita es representada en planos panoraacutemicos Los duelos tienden a resolverse deprisa en pocos versos y la atencioacuten recae sobre el heacuteroe que mata resaltando su valor como guerrero relatando sucesivamente un ataque despueacutes de otro El paisaje sonoro que se construye en las primeras escenas de combate estaacute compuesto por el bullicio del campo de batalla los gritos y los alaridos el relincho de los caballos y los sonidos metaacutelicos de las armas que se entrechocan cons-tantemente Es crucial recordar sin embargo que esta sonoridad surge y es posible precisamente porque en la Iliacuteada la batalla es siempre una batalla cuerpo a cuerpo Al enfrentarse los dos grupos aqueos y troyanos se acer-can se acercan a tal punto que se juntan formando un aglomerado com-plejo El sonido emergente es el sonido o tal vez el ruiacutedo de la confl uencia violenta de elementos y personas en un mismo sitio en un mismo instante

A medida que la narracioacuten de la Iliacuteada avanza se multiplican las referencias al cuerpo se intensifi can los estiacutemulos sensoriales la interaccioacuten entre los cuerpos se vuelve maacutes cercana maacutes iacutentima maacutes profunda Este acercamien-to se hace progresivamente maacutes expliacutecito cada guerrero tiene su historia y su linaje mientras en las escenas de duelo a menudo se abren espacios de diaacutelogo donde se despliegan las vidas de los heacuteroes Al paisaje sonoro exis-tente se antildeaden progresivamente la respiracioacuten y el latido del corazoacuten los gestos se hacen maacutes iacutentimos y sutiles Ademaacutes abundan las descripciones de la envoltura corporal a traveacutes de ella se va construyendo un puente entre el sujeto y el mundo circundante

Igual que el estruendo de los lentildeadores se elevaen las caacutercavas del monte y de lejos repercuten los golpesasiacute se levantaba desde la espaciosa tierra el estreacutepitodel bronce y de los bien elaborados escudos de bovina pielal choque de las espadas y de las picas de doble moharra(Canto XVI 633-637)

Como cuando revolotean procedentes de Zeus espesos coposgeacutelidos bajo el empuje del Boacutereas nacido del eacuteterasiacute de espesos eran entonces los cascos gallardos de su brilloque saliacutean en tropel de las naves los abollonados broqueleslas corazas de soacutelidas placas y las lanzas de vara de fresnoEl fulgor llegoacute al cielo la tierra entera rioacute alrededorpor el relaacutempago del bronce y el ruido rugiacutea bajo los pasosde los guerreros Y en medio se armaba el divino Aquiles

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Sus dientes rechinaban los dos ojos le brillaban como sifueran llamaradas de fuego y el corazoacuten en su interior estabainundado de una insufrible tristeza Airado contra los troyanosse vistioacute con los dones que Hefesto le habiacutea forjado con esmeroPrimero se colocoacute alrededor de las pantorrillas las grebasbellas ajustadas con aacuteureas tobillerasEn segundo lugar alrededor del pecho se puso la corazaA los hombros se echoacute la espada tachonada con clavos de platabronciacutenea a continuacioacuten cogioacute el alto y compacto escudocuyo resplandor llegaba tan lejos como el de la lunaComo cuando desde el Ponto se les aparece a unos marinerosel destello de un incandescente fuego que arde sobre un monteen un solitario establo y contra su voluntad los vendavaleslos arrastran lejos de los suyos sobre el mar rico en pecesasiacute llegaba al eacuteter el resplandor del escudo de Aquilesbello primoroso Luego alzoacute el ponderoso yelmoy se lo caoacuteo en la cabeza Como un astro refulgiacuteael yelmo con su penacho y ondeaban alrededor las crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenAquiles de la casta de Zeus se proboacute las armas para versi le cuadraban y permitiacutean correr a sus ilustres miembrosLe sentaban como alas y en volandas al pastor de huesteslo elevaban De un estuche sacoacute la paterna picapesada larga y compacta ninguacuten otro de los aqueos podiacuteablandiria solo Aquiles era capaz de blandir la peliacuteadalanza de fresno que Quiroacuten habiacutea procurado a su padre de la cima del Pelio para que fuera matanza de heacuteroes(Canto XIX 357-391)

Las armas sean elementos de defensa o de ataque aparecen y sirven como extensiones del cuerpo de quien las utiliza El guerrero las necesita para ir al combate es soacutelo a traveacutes de ellas que puede participar en la guerra matar y evitar que sea muerto por otros Como hemos visto en la escena de la muerte de Patroclo despojarse de las armas signifi ca privarse de los medios de de-fensa y ataque signifi ca perder algo del propio cuerpo y encontrarse des-nudo casi mutilado presa a la disposicioacuten de los enemigos Por otra parte armarse signifi ca prepararse desarrollar un medio de comunicacioacuten entre el propio cuerpo y el terreno de batalla comunicacioacuten basada en la destruc-cioacuten y extensioacuten establecida desde fuera

La voz tambieacuten es una extensioacuten del propio cuerpo una extensioacuten que en

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este caso empieza desde el interior y cuyo objetivo es crear construir El habla emerge como una de las posibilidades del cuerpo y durante la comuni-cacioacuten siempre y exclusivamente oral en el mundo arcaico la voz adquiere una dimensioacuten espacial5 Mejor dicho la voz tiene el potencial de transfor-mar el lugar donde se escucha En el acto de hablar la enunciacioacuten ocurre en un lugar determinado y ejerce su infl uencia sobre este lugar Esta trans-formacioacuten se debe tanto al signifi cado linguiacutestico al enunciado en siacute como a la espacialidad propia del sonido su capacidad inherente de envolvernos Privarse del derecho a la propia voz como Helena y las otras mujeres-pre-mio o como los esclavos de la Iliacuteada tambieacuten tiene el efecto de una mutila-cioacuten y modifi ca radicalmente la interaccioacuten con el mundo

Atendiendo minuciosamente a palabras y acciones el espacio del poema se confi gura casi absolutamente por la presencia humana en eacutel a veces densa y asfi xiante6 Los duelos se alargan cada vez maacutes y adquieren importancia para la evolucioacuten y el desenlace de la historia A fi n de reforzar esta im-portancia algunos duelos se anticipan en la narracioacuten de manera que el receptor del poema estaacute pendiente de su aparicioacuten y otros se recuerdan de nuevo despueacutes de que hayan terminado Por otra parte se pone cada vez maacutes eacutenfasis a la destruccioacuten del cuerpo a las heridas y a la aniquilacioacuten del otro y es mediante esta destruccioacuten que se construye la imagen del cuerpo en la Iliacuteada

A ambos lados de los dos Ayantes se colocaron los batallonessoacutelidos que ni Ares de haber ido alliacute habriacutea criticado en nadani tampoco Atenea estiacutemulo de las huestes pues eran paladinesselectos los que aguardaban a los troyanos y al divino Heacutectorforti icando asta con asta y escudo con escudo unidos por la base Se apoyaban broquel en broquel casco en casco hombre en hombreLos empenachados cascos se tocaban con los brillantes crestonesal menear la cabeza iexcltan apinados unos con otros formabanHaciacutean entrelazarse las picas que en las audaces manosvibraban y no teniacutean otra idea que avanzar y ansiar la lucha(Canto XVI 126-135)

Como escribe Maronitis acerca de la Iliacuteada en ella se produce un acerca-

5 laquoSe despertoacute del suentildeo la divina voz auacuten se difundiacutea alrededorraquo (Iliacuteada canto II 41)6 laquopues aquel diacutea muchos troyanos y aqueos quedaron | de bruces tendidos en el polvo unos al lado de otrosraquo (Iliacuteada Canto IV 543-544)

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miento gradual que se dirige del escuchar al ver y del ver al tocar7 Seguacuten eacutel la narracioacuten en la Iliacuteada es invasiva invade la accioacuten desde el pasado hacia el presente situando al receptor en el presente narrativo en contacto con los acontecimientos narrados a diferencia de la Odisea o de otras epopeyas tradicionales que situacutean al receptor a una larga distancia temporal respecto a los acontecimientos De esta manera podemos tambieacuten decir que va cre-ciendo la empatiacutea que sentimos por los personajes mientras nos acercamos a ellos como si en nuestra propia piel pudieacuteramos experimentar lo que ellos viven

Progresivamente en la Iliacuteada marcan su aparicioacuten el dolor y el cansancio Todo el poema se refi ere a unos acontecimientos del deacutecimo antildeo de la guerra por lo que nos podemos imaginar que ambos bandos estaraacuten agotados des-trozados heridos debilitados Sin embargo este agotamiento generalizado no se puede apreciar desde el principio es como si los heacuteroes se agotaran du-rante la narracioacuten como si la propia narracioacuten fuese la encarnacioacuten de este agotamiento Asiacute la Iliacuteada nos demuestra claramente aquello que la guerra es agotadora hasta la destruccioacuten completa Siguiendo a Weil8 en la guerra se usa la fuerza de manera desmesurada para aniquilar al otro hasta que la fuerza actuacutee por siacute misma destruyendo al que la ejerce y al que la recibe indistintamente

Al acercarse a los cuerpos de los personajes al atender a los traumas que reciben la Iliacuteada genera unas descripciones desgarradoras por realistas del dolor fiacutesico A menudo no es el momento de la herida que resulta maacutes do-loroso ya que el guerrero estaacute todaviacutea inmerso en la adrenalina de la bata-lla el arma que penetra su cuerpo es defi nitivamente un acto cruel pero su efecto no se hace perceptible de inmediato El guerrero herido puede seguir luchando y sangrando hasta que la sangre se seque y eacutel empiece a padecer de agudos dolores La descripcioacuten del dolor del heacuteroe se inicia en su propia herida en el movimiento de la sangre en el interior de su cuerpo y es este dolor que cuando aparece pone de manifi esto la herida el miembro herido el cuerpo la fragilidad la destruccioacuten la vida y la muerte

7 Traduzco del epiacutelogo de su traduccioacuten de la Iliacuteada laquo[el receptor de la Iliacuteada] escuchando puede ver los acontecimientos y viendo puede tocarlos Se trata pues de una escalada de la audicioacuten a la vista y de la vista al contacto rozando el liacutemite del tactoraquo (Ομήρου Ιλιάς trad de Δ Ν Μαρωνίτης p597-598)8 ldquoForce is as pitiless to the man who possesses it or thinks he does as it is to its victims the second it crushes the fi rst it intoxicates The truth is nobody really possesses itrdquo (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p191)

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Cuando lo advirtioacute Cooacuten conspiacutecuo entre los guerrerosel Antenoacuterida primogeacutenito una acerba tristezale cubrioacute los ojos por la muerte de su hermano Se apostoacutede soslayo con la lanza sin que lo notara el divino Agamenoacuteny le hirioacute en mitad del antebrazo por debajo del codola punta de la reluciente lanza se lo atravesoacute rectaSe estremecioacute entonces Agamenoacuten soberano de hombrespero ni auacuten asiacute cesoacute en la lucha y en el combate y arremetioacute a Cooacuten con la pica nutrida por los vientos[]Continuoacute recorriendo las hileras de los demaacutes guerreroscon la pica con la espada y con enormes guijarros mientras la sangre caliente estuvo borbotando de la heridaPero en cuanto la uacutelcera comenzoacute a secarse y cesoacute la sangreagudos dolores penetraron en el ardor del Atrida(Canto XI 248-268)

Joanna Bourke sostiene que el dolor se puede entender como un evento una manera de estar en el mundo9 Es interesante recordar aquiacute que en griego existen dos maneras de hablar del dolor que uno siente πονάω que seriacutea algo como (yo) duelo primera persona del verbo doler y πονάει (me) duele En el primer caso el dolor se manifi esta como un estado de mi ser un estado en el cual me encuentro casi activamente y se puede decir πονάω sin maacutes estoy en dolor o πονάω en el estoacutemago o πονάω entre la cadera y la columna o sea estoy en dolor en un lugar especiacutefi co siempre soy yo que estoy asiacute yo iacutentegro que aparezco en el dolor aunque mi dolor pueda ser concreto y localizable en una parte de miacute En cambio en el segundo caso tal como en castellano hay siempre algo que duele la mano el brazo el pie el diente la cabeza el corazoacuten me duele algo miacuteo pero como si fuese ajeno a miacute como si mi brazo no fuese exactamente yo este dolor no se refi ere a la totalidad de mi ser Existe una distancia entre la persona que experimenta el dolor y el punto donde se localiza este dolor

Apenas habloacute asiacute y el teacutermino de la vida le cubrioacutelos ojos y las narices Patroclo apoyoacute el pie en su pechoy arrancoacute del cuerpo la lanza con ella salioacute el pericardio

9 ldquoWe should think of pain as an event as a way of being in the worldrdquo Conferencia de Joanna Bourke en el Centro Cultural de la Fundacioacuten Onassis en Atenas con fecha 03022015 La historiadora autora del libro The Story of Pain From Prayer to Painkillers recurriendo entre otras fuentes a testimonios de soldados y de meacutedicos de la primera y la segunda guerra mundial en esta conferencia hizo referencia a casos de heridas muy graves para explorar la manera como se experimenta el dolor y el signifi cado que le puede ser asignado

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y junto a la punta de la pica le extrajo el aliento de la vida(Canto XVI 502-505)

En la herida abierta aquella herida dolorosa y mortal se abre el cuerpo se expone el interior de la persona y se derrama hacia el exterior irreversible-mente El trauma es una viacutea de escape de la sangre de los oacuterganos del alma de la propia vida En la apertura del cuerpo herido encuentra una salida tambieacuten el aliento el uacuteltimo aliento de la vida en esta apertura y en el dolor que la acompantildea se afi rma el cuerpo y la existencia carnal fraacutegil efiacutemera del ser Esta afi rmacioacuten culmina en la terminacioacuten de la vida que se produce a traveacutes de la misma apertura En otros pasajes de la Iliacuteada el alma se escapa del cuerpo muerto a traveacutes de la boca la boca que es tambieacuten una apertura en el cuerpo apertura a la que Pierre Feacutedida situacutea en el comienzo del cuerpo humano10 El comienzo que ha de coincidir con el fi nal

Ampliando estas refl exiones se puede considerar que el cansancio es tam-bieacuten una manera de estar en el mundo una manera del cuerpo para afi r-marse en el mundo Un cuerpo cansado de la misma manera que un cuerpo que duele se pronuncia aquiacute estoy Tambieacuten se encuentran en la Iliacuteada des-cripciones del cansancio fiacutesico de la manera como el cansancio afecta a los miembros del heacuteroe Con sutileza el poeta identifi ca lugares en el cuerpo lugares precisos cada uno de los cuales experimenta una sensacioacuten distinta El cuerpo es plural como dice Vernant compuesto por varios sitios varios oacuterganos varios miembros y en eacutel se pueden escuchar muchas voces a la vez si estamos sufi cientemente atentos a ellas

Ayante ya no resistiacutea pues los dardos lo acosaban con fuerzay le doblegaban la voluntad de Zeus y los arrogantes troyanoscon sus disparos terrible ruido en sus sienes la relucientecelada haciacutea con los proyectiles sufriacutea continuos impactosen los bien fabricados mamelones y se cansaba el hombro izquierdode embrazar sin cesar el tornasolado escudo Mas no podiacuteanhacer que se tambalease a los lados bajo el peso de los dardosCon fatigoso e incesante sofoco respiraba el sudor le luiacuteaa chorros de los miembros por todos los lados y no hallabaresuello por doquier se amontonaba desgracia sobre desgracia(Canto XVI 102-111)

10 Pierre Feacutedida Par ougrave commence le corps humain

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En los versos del poema se trazan mapas de dolor y de cansancio sobre el cuerpo de manera que el cuerpo se convierte en territorio y la narracioacuten en cartografiacutea En algunas ocasiones a traveacutes de los siacutemiles empleados se di-bujan paralelismos entre el cuerpo y el paisaje entre la persona y la natura-leza laquoComo cuando el vasto pieacutelago se riza de mudo oleaje | y preludia los veloces senderos de los sonoros vientos | auacuten en calma sin echar a rodar ni hacia acaacute ni hacia allaacute | hasta que desciende una decidida brisa procedente de Zeus | asiacute el anciano con el aacutenimo desgarrado dudaba entre dos planes | si penetrar en la muchedumbre de los daacutenaos de veloces potros | o ir en busca del Atrida Agamenoacuten pastor de huestesraquo11

Acerqueacutemonos ahora al que viene a ser el duelo maacutes importante de la Iliacuteada La confrontacioacuten entre Heacutector y Aquiles episodio destacado entre los varios episodios del mito no llega a comenzar hasta el canto XX para concluir al fi nal del canto XXII casi al fi nal del poema Es una confrontacioacuten que se realiza en tres actos un primer duelo corto y no sangriento resuelto con la intervencioacuten divina un intervalo en que se presentan las hazantildeas de Aquiles y su persecucioacuten por los dioses y el duelo defi nitivo que engloba la perse-cucioacuten de Heacutector por Aquiles alrededor de la ciudad de Troya y el enfrenta-miento fi nal de los heacuteroes resultante en la muerte de Heacutector

Este duelo es el uacuteltimo de la Iliacuteada en eacutel llega a colmo la violencia de la guerra y se alcanza la destruccioacuten plena y defi nitiva del cuerpo Por otra parte los adversarios estaacuten luchando con todas sus fuerzas por una causa personal Heacutector estaacute defendiendo a su amada familia (sobre todo) a su ciudad y a su pueblo mientras Aquiles se estaacute vengando de la peacuterdida de su maacutes iacutentimo amigo y compantildeero Aunque sus motivos son diferentes ambos haraacuten todo lo posible para aniquilar al otro motivados por el afecto antes que por heroiacutesmo u obligacioacuten hacia la polis En este duelo iacutentimo y dolo-roso se estiran los liacutemites del cuerpo de la fuerza del aguante y del vigor

En cuanto Heacutector vio a su hermano Polidoroencorvaacutendose hacia el suelo con las entrantildeas en la mano la niebla se derramoacute sobre sus ojos y ya no soportoacute seguirmaacutes tiempo merodeando a distancia sino que fue contra Aquileshaciendo oscilar la aguda lanza semejante a la llama Eacutestenada maacutes verlo dio un salto hacia eacutel y exclamoacute triunfantelaquoYa estaacute cerca el hombre que maacutes me ha fustigado el aacutenimo

11 Iliacuteada Canto XIV 16-22

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el autor del asesinato de mi preciado compantildeero Ya no podemosescondernos maacutes tiempo uno de otro por los puentes del combateraquoDijo y miraacutendolo con torva faz se dirigioacute al divino HeacutectorlaquoAceacutercate maacutes y asiacute llegaraacutes antes al cabo de tu ruinaraquoSin intimidarse le replicoacute Heacutector el de tremolante penacho laquoiexclPeacutelida No esperes aterrorizarme soacutelo con palabrascomo a un ingeacutenuo nintildeo porque yo tambieacuten soy bien capazde proferir tanto injurias como insultosSeacute que tuacute eres valeroso y que yo soy muy inferior a tiPero estos asuntos descansan en las rodillas de los dioses puede que auacuten siendo inferior sea yo quien te arrebate la vidaacertando con la lanza tambieacuten mi dardo estaacute a ilado siempreraquo(Canto XΧ 419-437)

Aquiles ha matado a Polidoro el hijo maacutes joacuteven de Priacuteamo y uno de los hermanos de Heacutector Su lanza le atravesoacute el torso al lado del ombligo y la Iliacuteada lo presenta sujetando sus entrantildeas mientras se cae encorvado a tierra Es esta imagen de su hermano la que mueve el aacutenimo de Heacutector quien decide atacar a Aquiles ignorando el consejo de Apolo Un cuerpo en des-truccioacuten las entrantildeas sujetadas en la mano el dolor fiacutesico se transforma en afecto dolor psiacutequico la niebla sobre los ojos y despueacutes en movimiento que busca generar maacutes dolor en otro cuerpo El ciclo de la violencia La muerte de Polidoro aunque no tenga en la Iliacuteada la misma importancia que la de Patroclo funciona como un elemento que permite al poeta construir una base simeacutetrica para el primer duelo Heacutector-Aquiles dado que ahora cada uno de los dos quiere vengarse por haber perdido a alguien muy querido en manos del otro

El inicio del enfrentamiento es verbal Reconocimiento del otro como ene-migo amenazas insultos y motivos personales se incluyen en los pequentildeos discursos de ambos Heacutector cierra su discurso resaltando que son los dioses quienes decidiraacuten la suerte del duelo como de todas las cosas que acontecen en la tierra A continuacioacuten el breve combate entre Heacutector y Aquiles seraacute resuelto precisamente por los dioses Atenea y Apolo Heacutector es quien ataca primero y Atenea desviacutea su lanza Aquiles ataca tres veces consecutivas y todas ellas su lanza rebota en la tupida bruma con la que Apolo envuelve a Heacutector De esta manera se deja entender que el momento del enfrentamien-to defi nitivo no ha llegado todaviacutea Aquiles se lanza hacia otros troyanos y aliados ansioso de matar

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Como el maravilloso fuego estalla en las profundas canadas de un agostado monte y el espeso bosque se incendiay los remolinos de viento esparcen las llamas por doquierasiacute corriacutea furioso por doquier con la pica como una deidadacosando a sus viacutectimas y la sangre luiacutea por la negra tierraComo cuando alguien unce dos bueyes de anchos testuces para trillar en la bien construida era la blanca cebadaque pronto se desconcha bajo las patas de los mugidores bueyesasiacute los soliacutepedos caballos a las oacuterdenes del magnaacutenimo Aquilespisoteaban cadaacuteveres y broqueles Debajo el timoacuten estabaentero salpicado de sangre y las barandas alrededor de la caja hasta donde llegaban las gotas que despediacutean las equinas pezuntildeasy las que procediacutean de las llantas Estaba aacutevido de ganar gloriael Peacutelida e iba manchando de mortandad sus inaferrables manos(Canto XΧ 490-503)

En este punto la Iliacuteada nos posiciona ante un masacre generalizado La sangre fl uye abundante y los cuerpos sin vida de los guerreros se amonto-nan descontroladamente sobre la tierra El campo de batalla es un paisaje de carniceriacutea y destruccioacuten absoluta denso y fuacutenebre un paisaje construido en silencio A partir de la descripcioacuten panoraacutemica que nos proporciona el poeta nos podemos representar visualmente la escena a grandes rasgos a la vez que podemos casi oler la sangre que corre todaviacutea caliente No obstante lo que causa mayor impacto es la calidad taacutectil de la imagen A traveacutes de los caballos de Aquiles que pisotean cadaacuteveres indistintamente salpican-do sangre a todas direcciones podemos sentir el volumen y el peso de los cuerpos que yacen en abandono entre armaduras y objetos que ya no les serviraacuten Podemos sentir la espesura de la sange que se va secando bajo el sol de Troya Pero iquestpodemos oir algo maacutes que silencio Seriacutea interesante pre-guntarmos con cuaacutel(es) de los sentidos recibimos percibimos y nos repre-sentamos una narracioacuten e intentar explorar las razones de tal diferenciacioacuten

Atravesando este paisaje desgarrador Aquiles se dirige hacia el riacuteo persi-guiendo a los troyanos algunos intentan huir hacia la ciudad mientras otros se encuentran atrapados en el riacuteo nadando entre sus corrientes y remolinos Antes de lanzarse contra ellos Aquiles deja su lanza en la ribera Pretende mantener un contacto iacutentimo con sus enemigos estando cerca de sus viacutecti-mas escuchando su respiracioacuten y observando su sufrimiento mientras elimi-na la vida de sus miembros usando sus propias manos y una daga Dentro del riacuteo intentaraacute saciar su deseo de venganza y sangre matando sin piedad a

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numerosos guerreros hasta que el cauce rebose de cadaacuteveres

La imagen del campo de batalla repleto de cadaacuteveres se reproduce intensi-fi cada dentro del riacuteo a tal punto que el propio riacuteo Escamandro advierte a Aquiles y le ordena a continuar la matanza en la llanura Cuando eacutel se lanza de nuevo hacia el cauce el paisaje se transforma de manera singular El riacuteo se presenta como un cuerpo vivo que se mueve determina su ruta y modera su fuerza durante su movimiento Escamandro arroja cadaacuteveres a la orilla protege a los troyanos en sus remolinos y persigue a Aquiles con toda su furia Durante esta curiosa persecucioacuten el heacuteroe se agota y empieza a deses-perar una vez que sus fuerzas le estaacuten abandonando Los dioses salvaraacuten a Aquiles del furor del riacuteo para que eacutel vuelva a lanzarse contra los troyanos una vez maacutes

laquoAnte su empuje los troyanos | se atropellaban en general desbandada sin ninguacuten socorro | que aparecieraraquo12 Estos versos contribuyen a la atmoacutesfera de asfi xiante densidad generada a lo largo de este canto Nos comunican que la llanura estaacute llena de hombres cuyo miedo a Aquiles les impulsa a correr en desorden hacia Troya mientras Priacuteamo abre para ellos las puertas Esceas Apolo tomando la forma de Ageacutenor provoca a Aquiles y le hace emprender una corrida sin fi n persiguiendo al dios En la narracioacuten surgen dos movimientos opuestos el movimiento de Aquiles y Apolo hacia el riacuteo Escamandro y el movimiento apresurado de los troyanos hacia la ciudad

Ademaacutes mediante un engantildeo apartoacute al Peacutelida de la huesteel protector asemejaacutendose en todo al propio Ageacutenor se detuvoante los pies de Aquiles que se lanzoacute corriendo a perseguirloDurante un rato eacuteste lo persiguioacute por el llano feraz en trigodesviando a lo largo del Escamandro el riacuteo de hondos remolinosal que le precediacutea corto trecho con astucia lo hechizaba Apolopara guardar intacta su esperanza de alcanzarlo con sus piesentre tanto los demaacutes troyanos fugitivos llegaron en tropelfelices a la ciudad que se llenoacute de refugiadosY fuera de la ciudad y de la muralla ni siquiera osaronaguardarse unos a otros para informarse del que hubiera escapadoy del que habiacutea muerto en el combate sino que penetroacute presurosoen la ciudad todo aquel a quien sus rodillas y sus pies salvaron(Canto XΧI 599-611)

12 Canto XΧI 527-529

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La corrida veloz de Apolo y Aquiles por el campo de batalla descentra y desenfoca la mirada y ampliacutea el plano En la velocidad del movimiento se diluye la espesura fuacutenebre de las imaacutegenes anteriores mientras el campo de batalla se vaciacutea de presencias humanas De esta manera el poema cierra el ciclo que habiacutea abierto despueacutes del primer encuentro de Heacutector y Aquiles El escenario de la narracioacuten se vaciacutea para entregarse purifi cado a los dos heacuteroes y soacutelo a ellos laquoImpedido por su destino fatal Heacutector quedoacute solo alliacute mismo | delante de Ilio y de las puertas Esceasraquo13

El espacio del duelo es un gran vaciacuteo la llanura de Troya delante de las puer-tas Esceas poblado por cadaacuteveres quizaacutes algunos cuerpos descuartizados armas que se cayeron de los guerreros muertos o se perdieron en el bullicio de la fuga y se esparcieron por el camino y probablemente algunos carros abandonados o caballos muertos Silencio absoluto Este espacio funciona como un escenario doble Por un lado estaacuten Priacuteamo y todos los troyanos que contemplan desde la parte maacutes alta de la muralla de Troya por otro lado estaacuten los aqueos que se encuentran lejos en la llanura de Troya hacia el riacuteo Escamandro y han recibido de Aquiles el orden de no atacar a Heacutector en ninguacuten caso por lo que tambieacuten seraacuten espectadores de este duelo inminente

Un escenario doble pues Heacutector se encuentra en eacutel solo y atemorizado mientras Aquiles engantildeado por Apolo se encuentra muy lejos de la mura-lla Cuando Aquiles empieza a correr motivado por su impulso de vengan-za su movimiento es directo y decisivo hacia la ciudad hacia Heacutector Al mismo tiempo Heacutector se presenta experimentando un movimiento mental El poeta desplaza la atencioacuten hacia el interior del heacuteroe

laquoiexclAy de miacute Si me meto en las puertas y en las murallasPolidamante seraacute el primero en cubrirme de oprobiospues me ha ordenado guiar a los troyanos hacia la ciudadesta noche maldita en que el divino Aquiles ha dejado la calmaMas yo no le he hecho caso y iexclcuaacutento mejor habriacutea sidoAhora que ha perecido la tropa por culpa de mis necedadesverguumlenza me dan los troyanos y troyanas de rozagantes mantosno sea que alguna vez alguien vil y distinto de miacute digalsquoHeacutector por iarse de su fuerza hizo perecer la huestersquoAsiacute diraacuten y en ese caso para miacute habriacutea sido mucho mejorenfrentarme contra Aquiles y regresar despueacutes de matarlo

13 Canto XΧII 5-6

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o perecer yo mismo con gloria delante de la ciudadiquestY si depongo el abollonado broquel y el ponderoso cascoy tras dejar la lanza apoyada contra la murallavoy sin armas y me presento ante el intachable Aquilesy le prometo entregar a Helena junto con las riquezasiacutentegras que Alejandro se trajo en las concavas navesa Troya accioacuten que fue la causa de la contiendaa los Atridas para que se la lleven y ademaacutes con los aqueosrepartirnos todos los demaacutes tesoros que guarda esta ciudadDespueacutes puedo tomar juramento de honor a los troyanosde no esconder nada y de repartir en dos lotes todoslos tesoros que encierra en su interior la amena ciudadelaPero iquestpor queacute mi animo me ha suscitado este debateiexclMira que si voy y me presento ante eacutel y lejos de apiadarsey de respetarme me mata desnudo sin la panopliaigual que a una mujer cuando ya me haya quitado las armasMas no es el momento de remontarse a la encina y a la piedra ni de charlar con eacutel de las lindezas de una doncella y un mozoni de las ternuras que una doncella y un mozo se intercambianMaacutes vale entablar la disputa cuanto antesiexclAveriguumlemos a quieacuten de los dos tiende el Oliacutempico su honorraquoMientras esperaba agitando estas ideas Aquiles se acercoacutesemejante a Enialio el guerrero del centelleante cascoenarbolando sobre el hombro derecho la peliacuteada lanza de fresnoterrible a los lados el bronce brillaba parecido al destelloque emiten el ardiente fuego o el sol al salirNada mas verlo Heacutector fue presa del temblor y ya no soportoacuteseguir alliacute sino que dejoacute atraacutes las puertas y echoacute a huir(Canto XΧII 99-137)

Habiendo desplazado la atencioacuten al interior del personaje el poema se acerca a eacutel estableciendo un viacutenculo de empatiacutea entre el lector y dicho per-sonaje Nosotros estamos recibiendo la narracioacuten a traveacutes de eacutel por medio de sus vivencias Aquiles se nos presenta refl ejado en la mirada y la reaccioacuten de Heacutector Su llegada interrumpe la introspeccioacuten y sentildeala el principio del enfrentamiento de manera que la intensidad del movimiento mental se con-vierte en intensidad de movimiento fiacutesico con esta transformacioacuten sutil el poema mantiene un equilibrio de energiacutea a la vez que produce un cambio de escena draacutestico La persecucioacuten de Heacutector por Aquiles comienza Es la tercera persecucioacuten relatada despueacutes del primer enfrentamiento de los dos heacuteroes Aquiles y Heacutector estaacuten fuera de las murallas corriendo jadeantes

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

uno detraacutes del otro No conocemos a Troya en el poema nunca se describe su forma pero estamos corriendo con los heacuteroes alrededor de ella Las des-cripciones del paisaje intercaladas y las escenas de paz evocadas refuerzan por contradiccioacuten la tensioacuten mortal de la situacioacuten

Por alliacute pasaron corriendo uno huyendo y otro acosando detraacutesDelante huiacutea un valiente pero uno mucho mejor lo perseguiacuteaaprisa no era la viacutectima de un sacri icio ni una bovina pielpor lo que competiacutean premios comunes en las carreras humanas sino que corriacutean por la vida de Heacutector domador de caballos(Canto XΧII 157-161)

Tierra y Cielo los dos planos de accioacuten se activan a la vez Dos liacuteneas na-rrativas se desarrollan en paralelo La primera se dedica a los mortales es una liacutenea sin diaacutelogos pero en ella se puede intuir la agoniacutea El ritmo de la corrida marca la pauta de la escena La segunda liacutenea narrativa corresponde a los dioses que estaacuten observando la primera desde el Olimpo donde estaacuten reunidos para tomar decisiones sobre la suerte de los mortales Sus diaacutelogos suenan ligeros y despreocupados e incluso tienen un punto coacutemico lo que acaba reforzando la situacioacuten traacutegica de los heacuteroes

Cuando los dioses lo deciden intervienen en la historia haciendo que las dos liacuteneas narrativas se crucen y se junten Los dos planos de accioacuten ahora se funden en un uacutenico plano Troya con la llegada de Atenea que marca el fi nal de la corrida y el inicio del desenlace de la historia Atenea se presenta a los dos heacuteroes pero de manera distinta a cada uno de ellos ya que se rela-ciona de modo distinto con ellos coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector14 Con su presencia se rompe el silencio mortal de la persecucioacuten Diaacutelogos aparecen de nuevo El poeta estaacute preparando el terreno para el combate el espacio se vuelve abstracto despojado de elementos descriptivos mientras la presencia fiacutesica de los guerreros y su voz adquieren maacutes importancia La atencioacuten del receptor se va dirigiendo hacia ellos dos su presencia su con-frontacioacuten inminente sus palabras y sus acciones

Despueacutes de hablar asiacute desenvainoacute la aguda espada

14 Atenea participa en las acciones de Aquiles hablaacutendole en plural incluyente laquoAhora siacute que espero esclarecido Aquiles caro a Zeus | que ambos llevaremos a los aqueos una gran gloria a sus naves | tras aniquilar a Heacutector por insaciable de lucha que sea | Ahora ya no hay posibilidad de que se nos escape | por muchas penas que el protector Apolo sufra | rodando y rodando ante el padre Zeus portador de la eacutegida | Detente tuacute ahora y recobra el aliento que yo a eacuteste | me acercareacute y le convencereacute para que luche frente a frenteraquo (Canto XΧII 216-223)

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

que llevaba suspendida de su costado larga y robustay tras tomar impulso partioacute cuaacutel aacuteguila de alto vueloque baja al llano a traveacutes de las tenebrosas nubespara arrebatar una tierna cordera o una treacutemula liebreasiacute partioacute Heacutector haciendo vibrar la aguda espadaTambieacuten se lanzoacute Aquiles con el aacutenimo lleno de furiasalvaje se cubrioacute el torso por delante con el escudobello primoroso mientras haciacutea oscilar el reluciente cascode cuatro mamelones y ondeaban alrededor las bellas crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenComo va entre los astros en la oscuridad de la noche la estrellavespertina el astro maacutes bello que hay ijo en el irmamentoasiacute era el fulgor de la a ilada punta que Aquiles blandiacuteacon la diestra maquinando la perdicioacuten del divino Heacutectore indagando donde su bella piel ofreceriacutea menor resistenciaTodo su cuerpo estaba protegido por la bronciacutenea armadurabella que habiacutea despojado al potente Patroclo tras matarlosoacutelo se veiacutea donde las claviacuteculas separan cuello y hombrosel gaznate que es por donde maacutes pronto se pierde la vidaPor alliacute el divino Aquiles le hundioacute la pica en pleno ataqueLa punta penetroacute derecha a traveacutes del delicado cuelloy el asta de fresno pesada por el bronce no le cercenoacute la traacutequeacon lo que todaviacutea pudo responderle y decir unas palabrasSe desplomoacute en el polvo y el divino Aquiles exclamoacute triunfantelaquoiexclHeacutector Al despojar a Patroclo sin duda creiacuteste estara salvo y para nada te preocupaste de miacute porque estaba lejosiexclInsensato Lejos de aquel un vengador muy superior a la zagase habiacutea quedado junto a las huecas naves y ese soy yoque te he doblado las rodillas De ti tiraraacuten y te humillaraacuten los perros y las aves y a eacutel los aqueos le haraacuten las exequiasraquoDesfallecido le dijo Heacutector el de tremolante penacholaquoiexclTe lo suplico por tu vida tus rodillas y tus padresNo dejes a los perros devorarme junto a las naves de los aqueosen lugar de eso acepta bronce y oro en abundancia regalos que te daraacuten mi padre y mi augusta madrey devuelve mi cuerpo a casa para que al morir del fuegome hagan partiacutecipe los troyanos y las esposas de los troyanosraquoMiraacutendolo con torva faz replicoacute Aquiles de pies ligeroslaquoNo implores perro invocando mis rodillas y a mis padres iexclOjalaacute que a miacute mismo el furor y el aacutenimo me indujerana despedazarte y a comer cruda tu carne por tus fechoriasTan cierto es eso como que no hay quien libre tu cabeza

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

de los perros ni aunque el rescate diez veces o veinte vecesme lo traigan y lo pesen aquiacute y ademaacutes prometan otro tanto y ni siquiera aunque mandara pagar tu peso en oroPriacuteamo Dardaacutenida Ni auacuten asiacute tu augusta madre depositaraacuteen el lecho el cadaacutever de quien ella parioacute para llorarloLos perros y las aves de rapina se repartiraacuten entero tu cuerporaquoYa moribundo le dijo Heacutector el de tremolante penacho laquoBien te conozco con soacutelo mirarte y ya contaba con noconvencerte De hierro es el corazoacuten que tienes en las entrantildeasCuiacutedate ahora de que no me convierta en motivo de la coacutelerade los dioses contra ti el diacutea en que Paris y Febo Apolo tehagan perecer a pesar de tu valor en las puertas EsceasraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteEl aliento vital voloacute de la boca y marchoacute a la morada de Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando dijo Aquiles de la casta de ZeuslaquoiexclMuere Mi parca yo la acogereacute gustoso cuando Zeus quiera traeacutermela y tambieacuten los demaacutes dioses inmortalesraquoDijo y arrancoacute del cadaacutever la bronciacutenea picala dejoacute a un lado y le quitoacute de los hombros las armasensangrentadas Los hijos de los aqueos acudieron corriendoy quedaron admirados de la talla y de la envidiable bellezade Heacutector y nadie hubo que se presentara y no lo hirieraY asiacute deciacutea cada uno mirando al que teniacutea proacuteximolaquoiexclQueacute sorpresa iexclAhora siacute que es Heacutector mucho maacutes blandode tocar que cuando prendioacute las naves con el voraz fuegoraquoAsiacute repetiacutea cada uno cuando se presentaba y lo heriacutea(Canto XΧII 306-375)

Los dos heacuteroes se acercan con sus armas fi rmes en la mano15 y Aquiles pla-nifi ca el ataque que va a realizar Observa minuciosamente a Heacutector explora su cuerpo como si fuese territorio desconocido e identifi ca los lugares ex-puestos como si trazara sobre Heacutector un mapa de vulnerabilidad Una vez maacutes la Iliacuteada nos conduce hacia el espacio iacutentimo del cuerpo hacia la postu-ra la apariencia y estructura fiacutesica los gestos la distancia entre las personas la velocidad del movimiento y el impulso de la accioacuten

15 Heacutector tiene una espada y Aquiles una pica ya que sus lanzas las perdieron pocos versos atraacutes cuando intentaron atacar el uno al otro Heacutector esquivoacute la lanza de Aquiles mientras la lanza de Heacutector se desvioacute al chocar con el escudo de Aquiles Ahora los dos heacuteroes tienen que acercarse para matarse Este duelo requiere proximidad fiacutesica

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

La pica atraviesa el cuello de Heacutector pero deja su traacutequea intacta para que eacutel pueda pronunciar sus uacuteltimas palabras justo antes de extinguirse su vida A las jactancias de Aquiles Heacutector responde suplicando por la suerte de su cuerpo y en esta suacuteplica se puede intuir la inminente suacuteplica de Priacuteamo Aquiles replica con execrable crueldad en sus palabras como en todas sus acciones despueacutes de entrar en la batalla se refl eja el cambio que la muerte de Patroclo provocoacute en su aacutenimo y comportamiento El moribundo Heacutector hace referencia al futuro de Aquiles tal como el moribundo Patroclo previoacute la muerte de Heacutector laquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteraquo es el verso que se repite ideacutentico en los dos casos mientras tanto Heacutector como Aquiles dirigen unas uacuteltimas y crueles palabras al cadaacutever del hombre que acaban de matar antes de arrancar el arma de la herida Sin embargo al contrario de lo que pasa con Patroclo Heacutector yace en la tierra abandonado y no hay nadie que pueda luchar por el honor de su cuerpo

El cuerpo sin vida tendido en el suelo y la voz de su asesino que resuena amenazadora sobre eacutel construyen una imagen muy potente a partir de la cual empieza el ultraje Los aqueos hasta entonces espectadores silenciosos presencias lejanas e intrascendentes16 se acercan y en su reaccioacuten se juntan dos acciones contradictorias por una parte admiran la belleza de Heacutector y por otra hieren su cuerpo repitiendo una exclamacioacuten verbal y un acto de violencia que parecen tener casi la funcioacuten de un ritual

laquo[] Nos hemos alzado con gran gloria hemos matado al divino Heacutectora quien los troyanos en la ciudad invocaban como a un diosraquoDijo e imaginaba ignominias contra el divino HectorLe taladroacute por detraacutes los tendones de ambos piesdesde el tobillo al taloacuten enhebroacute correas de bovina pielque atoacute a la caja del carro y dejoacute que la cabeza arrastraraMontoacute en la caja del carro recogioacute la ilustre armaduralos fustigoacute para arrearlos y los dos de grado echaron a volarGran polvareda se levantoacute del cadaacutever arrastrado los cabellososcuros se esparciacutean y la cabeza entera en el polvoyaciacutea antes encantadora Zeus entonces a sus enemigoshabiacutea concedido que lo ultrajaran en su propia patria(Canto XΧII 393-404)

16 laquoLos aqueos estaacuten cerca de las murallas de Troya pero como una presencia silenciosa e intrascendenteraquo (Caroline Alexander La guerra que matoacute a Aquiles p 205)

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5 El dolor que nos une [Priacuteamo y Aquiles]

Encerrados en la ciudad los troyanos se hacen testigos no soacutelo de la muerte de Heacutector sino tambieacuten de la crueldad a la cual se somete su cuerpo Con la huida de Aquiles quien arrastra el cadaacutever de Heacutector hacia el campamento aqueo el escenario se vaciacutea por completo y la atencioacuten se reconduce hacia Troya Sobre la torre de Ilio Heacutecuba se arranca los cabellos mientras Priacuteamo se representa revolcaacutendose en estieacutercol manifestando por primera vez su deseo de suplicar a Aquiles para que eacuteste le devuelva el cuerpo de su hijo

Asiacute quedoacute cubierta su cabeza entera de polvo Su madre se mesoacute los cabellos arrojoacute el niacutetido velo lejos y prorrumpioacute en muy elevados llantos al ver a su hijo Tambieacuten su padre emitioacute un lastimero gemido y las gentes por la ciudad eran presa de llantos y de lamentos Todo pareciacutea como si la almenada Ilio se estuviera consumiendo entera por el fuego desde los cimientos Las gentes a duras penas conteniacutean al apenado anciano ansioso por salir fuera de las puertas dardanias A todos imploraba rodando por el estieacutercol y llamando a cada uno por su nombre(Canto XXII 405-415)

Sus reiterativos llantos y gemidos inquietan tambieacuten a Androacutemaca quien desde su encuentro con Heacutector ha permanecido encerrada en su habitacioacuten tejiendo bellos mantos y preparando un bantildeo caliente para el regreso de eacutel en vano Es la agoniacutea por la suerte de Heacutector la que lleva a Androacutemaca a la muralla de nuevo repitiendo el movimiento que realizoacute en el canto VI cuando salioacute presurosa del palacio en busca de su marido mientras la no-driza la seguiacutea llevando al nintildeo en sus brazos Su lamento confi rma la pre-ocupacioacuten expresada en su diaacutelogo con Heacutector mientras en eacutel resuenan los lamentos de otras mujeres que perdieron a sus esposos y fueron convertidas en esclavas durante la guerra

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

La reaccioacuten de Priacuteamo ante la muerte de Heacutector se parece mucho a la prime-ra reaccioacuten que Aquiles tuvo al enterarse de la muerte de Patroclo Tanto a Aquiles como a Priacuteamo el duelo por la peacuterdida de alguien muy querido les hace cubrirse la cabeza y el cuerpo entero con un material no precisamente noble De este modo sus rasgos divinos adquieren un aspecto sucio y la-mentable que refl eja su estado psiacutequico En ausencia del cadaacutever al que les gustariacutea tener cerca y poder tocar durante el lamento1 en ese momento de soberbio dolor los hombres establecen un contacto con la tierra con el suelo con la materia orgaacutenica en la cual todo de una manera u otra se convierte

Asiacute habloacute y a eacutel una negra nube de a liccioacuten lo envolvioacuteCogioacute con ambas manos el requemado holliacuteny se lo derramoacute sobre la cabeza afeando su amable rostromientras la negra ceniza se posaba sobre su tuacutenica de neacutectar Y extendido en el polvo cuan largo era gran espacioocupaba y con las manos se mancillaba y mesaba los cabellosLas siervas que Aquiles y Patroclo se habiacutean adjudicado en prendaproferiacutean grandes alaridos a ligidas en su corazoacuten y a la puertacorrieron en torno del belicoso Aquiles y todas con las manos mientras se golpeaban el pecho cayeron postradas de hinojosDel otro lado Antiacuteloco se lamentaba y vertiacutea laacutegrimascon las manos de Aquiles cogidas y su glorioso corazoacuten gemiacuteaante el temor de que se segara la garganta con el hierro (Canto XVIII 22-34)

En ambos casos ellos no se encuentran solos en sus lamentos sino que estaacuten rodeados de otras personas2 sobre todo mujeres las mujeres de Troya en el caso de Priacuteamo y las siervas en el caso de Aquiles Es en torno a estos dos lamentos de Aquiles por Patroclo y de Priacuteamo por Heacutector y los respectivos intentos de honrar a los muertos que se estructuran los dos uacuteltimos cantos de la Iliacuteada Como afi rma Caroline Alexander despueacutes del enfrentamiento heroico maacutes importante del poema la Iliacuteada se enfoca en los difuntos y en

1 En otra ocasioacuten laquoEntre ellos el Pelida entonoacute un reiterativo llanto | poniendo sus manos homicidas sobre el pecho de su compantildeeroraquo (Iliacuteada Canto XXIII 17-18) Androacutemaca al recibir el cuerpo de su esposo hace lo mismo laquoEntre eacutestas Androacutemaca de blancos brazos inicioacute el llanto |mientras sujetaba la cabeza del homicida Heacutector en sus manosraquo (Iliacuteada Canto XXIV 723-724)2 En las escenas de la Iliacuteada los personajes tienden a formar conjuntos durante el lamento con el que estaacute maacutes afectado en el centro y los demaacutes alrededor suyo No es necesario que el motivo del lamento sea uacutenico y compartido por todos cada uno puede llorar por sus propios motivos pero el acto de llorar es compartido y su intensidad suele ajustarse a las necesidades del personaje principal de la escena Posteriormente el coro de la tragedia cumple tambieacuten con una funcioacuten parecida la de acompantildear a los personajes en sus lamentos soliloquios y diaacutelogos a menudo compartiendo sus estados de aacutenimo y otras veces expresando ideas o sentimientos opuestos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

las consecuencias de sus muertes3

Una vez concluidos los funerales de Patroclo y las competiciones de los aqueos en su honor el cadaacutever de Heacutector continuacutea yaciendo en el polvo y siendo arrastrado por Aquiles alrededor del tuacutemulo de su caro amigo El tuacutemulo tal como el cuerpo del guerrero muerto emerge como un centro en el espacio En alguacuten lugar (sentildealado y preciso) en la orilla del mar cerca de las naves aqueas se encuentra enterrada la urna que contiene los huesos de Patroclo que en breve albergaraacute tambieacuten los huesos de Aquiles4 Es en torno a este centro que el cuerpo de Heacutector atado con correas de bovina piel al carro de Aquiles dibuja tres ciacuterculos cada mantildeana con la primera luz del diacutea ciacuterculos que se inscriben en la tierra uno sobre otro durante nueve diacuteas Apolo protege al cuerpo de Heacutector de todo tipo de desgaste pero en el espacio deben permanecer las huellas de este proceso por muy efiacutemeras que sean

[] pero despueacutes de llorar y lamentarse remiten en su penapues las Moiras han hecho el aacutenimo humano apto para soportar(Canto XXIV 48-49)

Sin embargo este ritual viciado y repetitivo no consigue apaciguar el dolor de Aquiles ni tampoco saciar su deseo de venganza Eacutel todaviacutea estaacute afl igido Su fi gura es la de un hombre que no encuentra tranquilidad en ninguacuten sitio no puede estar quieto casi no puede estar No puede adormecer y cambia constantemente de posicioacuten se levanta se tumba de espaldas de lado boca abajo se sienta camina entra y sale de su tienda permaneciendo siempre inquieto Los dioses del Olimpo observadores perpetuos y duentildeos de la suerte de los mortales no dejan de discutir acerca de la resolucioacuten de esta situacioacuten hasta que Zeus toma su decisioacuten Tal como fue previsto al princi-pio del poema la coacutelera de Aquiles ha sido respetada por los dioses y eacutel ha sido honrado como corresponde a un heacuteroe mortal que es hijo de una diosa

3 laquoPero la Iliacuteada no es una epopeya convencional y en el mismo momento del mayor triunfo militar de su heacuteroe homero desviacutea la atencioacuten de Aquiles a las dos bajas maacutes importantes de la historia Patroclo y Heacutector es hacia las consecuencias de sus muertes sobre todo para el vencedor hacia donde pasa a dirigirse inexorablemente toda la accioacuten de la Iliacuteadaraquo (La guerra que matoacute a Aquiles p 227) Ademaacutes entre estos dos funerales se pueden rastrear relaciones de interdependencia Patroclo no es enterrado hasta que Heacutector es muerto y ultrajado en honor de Patroclo por otro lado Heacutector no se puede enterrar hasta que terminen los honores funerarios a Patroclo porque el ultraje de su cuerpo forma parte de ellos4 laquoiexclQue tambieacuten un mismo atauacuted encierre juntos nuestros huesos | y que sea la aacuteurea urna que te procuroacute tu augusta madre raquo es la peticioacuten que dirige en un suentildeo el alma de Patroclo a Aquiles peticioacuten que es completamente respetada por el propio Aquiles (Canto XXIII 91-92)

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

Ahora es el momento de honrar a Heacutector tambieacuten muy querido a los dioses liberando su cuerpo y devolvieacutendolo a Troya

Seguacuten el plan de Zeus con el que estaacuten de acuerdo todos los dioses oliacutem-picos Priacuteamo iraacute como suplicante a Aquiles y le ofreceraacute regalos a cambio del cadaacutever Para que se pueda cumplir el plan divino es necesario que se comunique previamente a los dos heacuteroes involucrados5 Ellos al conocer la voluntad de los dioses actuaraacuten de acuerdo con ella los dioses incitan sus acciones pero no actuacutean por ellos En el interior de su tienda Aquiles se encuentra llorando Tetis se sienta a su lado y establece un contacto fiacutesico con eacutel antes de hablarle y los dos mantienen un diaacutelogo muy breve Por su parte Iris llega al palacio de Priacuteamo donde el anciano rey estaacute reiterando el llanto que habiacutea iniciado Priacuteamo la recibe en silencio temblando Sin espe-rar contestacioacuten la diosa se va y Priacuteamo sigue sus instrucciones y consejos sin perder tiempo

Asi habloacute e Iris de pies de raacutefaga fue con el mensajeLlegoacute a casa de Priacuteamo y alliacute no halloacute maacutes que quejas y llantos Los hijos sentados alrededor de su padre dentro del patioteniacutean mojada de laacutegrimas la ropa y el viejo estaba en mediocubierto con un manto que dejaba adivinar su silueta Abundanteestieacutercol envolviacutea la cabeza y el cuello del ancianoque eacutel mismo al revolcarse habia cosechado con sus manos Las hijas y las nueras por las mansiones gimoteabanacordaacutendose de los muchos y valerososque yaciacutean despueacutes de perder la vida a manos de los argivosLa mensajera de Zeus se detuvo junto a Priacuteamo y dijo con voztenue mdashy el temblor se aduentildeoacute de los miembros del ancianomdash(Canto XXIV 159-170)

Heacutecuba aterrorizada con la decisioacuten de su marido le sugiere hacer una liba-cioacuten a Zeus antes de emprender la ruta hacia las naves aqueas A la plegaria de Priacuteamo el dios responde con su aguumlero maacutes positivo y enseguida Priacuteamo y el heraldo se suben al carro cargados de muchos y bellos regalos para Aquiles Tal como habiacutea prometido Iris su camino es facilitado por Hermes quien manteniendo oculta su identidad les acompantildea hasta su llegada a la tienda de Aquiles aseguraacutendose de que ninguno de los aqueos advierta su

5 Tetis (llamada al Olimpo por Iris para que Zeus le informe de su decisioacuten) iraacute al encuentro de Aquiles mientras Iris avisaraacute a Priacuteamo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

presencia

La conversacioacuten del anciano Priacuteamo con el dios es extensa y deja adivinar la duracioacuten del camino que conduce de la ciudad de Troya al campamento aqueo mientras el propio camino no se describe en esta secuencia como tampoco se describe la ciudad o el campamento En cambio se presta aten-cioacuten a las transiciones de un espacio a otro Antes de lanzarnos a lo que viene a ser seguramente el encuentro maacutes peculiar y maacutes pleno de la Iliacuteada el poeta describe meticulosamente los umbrales que hemos de cruzar Por una parte las presencias humanas hay que pasar entre los guardias y los guerrreros que circulan entre las naves a los que Hermes hace adormecer desactivando el peligro que supone su vigilia

Por otra parte las construcciones materiales en el espacio En primera ins-tancia la fosa y el muro que delimitan el territorio de los aqueos en la llanura troyana Priacuteamo cruza ahora con la ayuda del dios la misma fortifi cacioacuten que Heacutector intentoacute y parcialmente logroacute derrumbar en el canto XII A con-tinuacioacuten la tienda de Aquiles cuya estructura se describe con cierta preci-sioacuten desde fuera hacia dentro de manera inversa y complementaria a la de la escena del sacrifi cio de Aquiles a Zeus6 En los dos casos la atencioacuten recae sobre el cerrojo de las puertas un pormenor miacutenimo pero signifi cativo Esta sucesioacuten de espacios diferentes y claramente delimitados funciona como una introduccioacuten gradual al espacio iacutentimo del encuentro Hermes que en los mitos primitivos fi gura como el dios de los liacutemites de los campos y de las fronteras acompantildea a Priacuteamo durante este proceso

Al llegar a las forti icaciones de las naves y a la fosaya los guardias comenzaban a ocuparse de la cenaEl mensajero Argiacutecida vertioacute el suentildeo sobre todos ellos sin excepcioacuten luego abrioacute las puertas y retiroacute las trancase introdujo a Priacuteamo y sus espleacutendidos dones sobre el carromatoCuando llegaron a la tienda del Pelidaelevada que los mirmidones habiacutean fabricado para su soberanotallando vigas de abeto mdashpor encima la habiacutean techado con frondoso cantildeizo recolectado de la praderaalrededor un gran patio habiacutean fabricado para su soberanocon espesas estacas la puerta la sujetaba un uacutenico pasadorde madera de abeto que entre tres aqueos soliacutean encajar

6 Iliacuteada canto XVI 220-256

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

como tres eran los que abriacutean el gran cerrojo de las puertas de no ser Aquiles que era el uacutenico que lo encajaba auacuten solomdashentonces el beneacute ico Hermes se la abrioacute al ancianointrodujo los ilustres regalos para el velociacutepedo Pelidase apeoacute del carro a tierra y exclamoacutelaquoiexclAnciano Yo soy un dios inmortal que aquiacute ha venido soy Hermes Mi padre me ha enviado para que te diera escoltaPero ahora me ireacute de nuevo y no me voy a presentarante las miradas de Aquiles Vituperable seriacuteaque un dios inmortal favorezca tan abiertamente a los mortalesTuacute entra y coge al Pelida de las rodillasy por su padre su madre de hermosos cabellosy su hijo supliacutecale para conmoverle el aacutenimoraquoTras hablar asiacute se alejoacute hacia el vasto OlimpoHermes Y Priacuteamo saltoacute de los caballos a tierray dejoacute alliacute a Ideo que esperaba guardandolos caballos y las mulas El anciano fue derecho a la casadonde Aquiles caro a Zeus residiacutea Lo halloacute dentrosus compantildeeros estaban sentados aparte y soacutelo dosel heacuteroe Automedonte y Aacutelcimo retontildeo de Ares se afanabanen presencia suya presurosos Acababa de dejar el alimentodespueacutes de comer y beber y la mesa auacuten estaba puesta al ladoEntroacute el alto Priacuteamo sin que ellos lo notaran se paroacute cercay estrechoacute las rodillas de Aquiles y le besoacute las manosterribles y homicidas que a tantos hijos suyos habiacutean matadoComo cuando una densa ofuscacioacuten apresa al hombre que mataen la patria a una persona y llega a un pueblo extrantildeoante un hombre acaudalado y el estupor invade a quienes lo venasiacute de estupefacto se quedoacute Aquiles al ver al deiforme PriacuteamoTambieacuten los demaacutes intercambiaron estupefactos sus miradas(Canto XXIV 443-484)

Una vez dentro del patio de Aquiles ya no hay demora Priacuteamo decidido y confi dente entra en la tienda sin compantildeiacutea como suplicante Aquiles no estaacute solo es el momento despueacutes de la cena7 y a su lado se encuentran Aacutelcimo y Automedonte entre otros mirmidones El interior de la tienda no se descri-be Se describen apenas las actividades que tienen lugar en ella y vagamen-te las posiciones relativas entre los personajes Aquiles es identifi cado como

7 Caroline Alexander sentildeala que Aquiles soliacutea compartir estos momentos del diacutea despueacutes de la cena con Patroclo (La guerra que matoacute a Aquiles p 244) En la escena de la embajada Ulises encuentra a Aquiles y Patroclo mientras estaacuten tocando muacutesica y cantando

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

un centro un punto en el espacio al cual se dirige Priacuteamo El anciano rey como todo suplicante toca las rodillas de Aquiles y le besa la mano

Cuando Tetis se presenta a Zeus como suplicante8 se pone de rodillas delan-te suyo y coloca su mano izquierda sobre su rodilla y con su mano derecha toca su barbilla En varias escenas de la Iliacuteada el contacto fiacutesico precede a la comunicacioacuten verbal casi estableciendo la base para ella tal como en otras la distancia entre dos personajes y su gestualidad delimita el campo de su interaccioacuten y es signifi cativa para el entendimiento del diaacutelogo El silencio tambieacuten adquiere una fuerza y un peso especial Priacuteamo se agarra a las ro-dillas de Aquiles y le besa la mano mientras eacutel lo mira estupefacto inmoacutevil en la fuerza de esta imagen el poeta crea aquella unidad bipartita que es el encuentro entre los dos personajes inseparables en el espacio y en el con-tenido de la narracioacuten Las miradas entrecruzadas de los otros personajes que presencian la escena reafi rman este hecho La unidad Aquiles-Priacuteamo se percibe y reconoce como tal y precisamente por eso se aiacutesla del ambiente haciendo posible la aparicioacuten del discurso

Priacuteamo le dirigioacute una suacuteplica diciendo estas palabraslaquoiexclAcueacuterdate de tu padre Aquiles semejante a los diosesque tiene mi misma edad y estaacute en el funesto umbral de la vejezTambieacuten a eacutel los vecinos que habitan alrededor sin duda loatormentan y no hay quien aparte de eacutel la ruina y el estragoSin embargo aquel mientras sigue oyendo que tu estaacutes vivose alegra en el aacutenimo y espera cada diacuteaver a su querido hijo que vuelve de TroyaPero mi desdicha es completa he engendrado los mejores hijosen la ancha Troya y de ellos a irmo que ninguno me quedaCincuenta teniacutea cuando llegaron los hijos de los aqueosdiecinueve me habiacutean nacido de un uacutenico vientrey otras mujeres habiacutean alumbrado en el palacio a los demaacutesA la mayoriacutea el impetuoso Ares les ha doblado las rodillasy el uacutenico que me quedaba y protegiacutea la ciudad y a sus habitanteshace poco lo has matado cuando luchaba en defensa de la patria Heacutector Por eacutel he venido ahora a las naves de los aqueospara rescatarlo de tu poder y te traigo inmensos rescatesRespeta a los dioses Aquiles y ten compasioacuten de miacute

8 laquoAsi habloacute y nada respondioacute Zeus que las nubes acumula | y permanecioacute un rato sentado en silencio Tetis una vez asida | a sus rodillas seguiacutea asiacute agarrada y preguntoacute por segunda vez | laquoDe verdad promeacutetemelo y asiente a ello | o denieacutegalo ya que no cabe el temor en ti asiacute sabreacute bien | hasta queacute punto soy la divinidad maacutes vilipendiada entre todasraquo (Iliacuteada Canto I 511-516)

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

por la memoria de tu padre Yo soy auacuten maacutes digno de piedady he osado hacer lo que ninguacuten terrestre mortal hasta ahora acercar a mi boca la mano del asesino de mi hijoraquoAsiacute habloacute y le infundioacute el deseo de llorar por su padreLe tocoacute la mano y retiroacute con suavidad al ancianoEl recuerdo haciacutea llorar a ambos el uno al homicida Heacutectorlloraba sin pausa postrado ante los pies de Aquiles y Aquiles lloraba por su propio padre y a veces tambieacutenpor Patroclo y los gemidos se elevaban en la estanciaEn cuanto el divino Aquiles estuvo ya satisfecho de llantoy este deseo se alejoacute de sus entrantildeas y de sus miembrosse levantoacute de su asiento y ayudoacute al anciano a incorporarse apiadado de su canosa cabeza y de su canoso mentoacuten(Canto XXIV 485-516)

Priacuteamo empieza su discurso aludiendo a la vejez y evocando a Peleo Emocionado Aquiles toca la mano de su suplicante y le aparta con suavidad Este sutil movimiento del heacuteroe hasta entonces geacutelido e inamovible denota un cambio en la escena una transicioacuten de la suacuteplica al duelo compartido El joven guerrero y el anciano rey arrodillado a los pies del asesino de sus hijos conectados corporalmente y separados en sus recuerdos lloran cada uno a los suyos con mucha intensidad y fuerza Su presencia se apodera del lugar en que estaacuten de manera que en el interior de la tienda de Aquiles sus gemidos adquieren una espesura casi material que envuelve a los dos y ocupa el espacio alrededor de ellos Priacuteamo y Aquiles se encuentran unidos dentro del dolor

En esta secuencia el poema nos recuerda tambieacuten que el deseo del llanto se ubica en el cuerpo tanto en el diafragma como en los miembros y a traveacutes de ellos se expresa directamente La satisfaccioacuten de este deseo por Aquiles marca otro cambio en la narracioacuten eacutel se levanta mientras ayuda a Priacuteamo a levantarse del suelo concluyendo asiacute la escena del llanto Soacutelo cuando los dos esteacuten de pie Aquiles responde a Priacuteamo le ofrece asiento y le intenta tranquilizar y apaciguar el dolor

laquoNada se consigue con el geacutelido llanto que hiela el corazoacuten | Pues lo que los dioses han hilado para los miacuteseros mortales | es vivir entre congojas mientras ellos estaacuten exentos de cuitasraquo9 son las palabras que le dirige alu-

9 Iliacuteada Canto XXIV 524-526 En las palabras de Aquiles resuenan las palabras que Zeus dirigioacute a los caballos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

diendo a los dioses al poderoso hado y al destino de los hombres Respecto a esta escena Rachel Bespaloff escribe laquoTodos los hombres viven en el dolor la verdadera igualdad no tiene otro fundamento Homero ha querido que fuera precisamente el vencedor quien se lo recordara al vencido Para salvar el honor del suplicante pero tambieacuten para descargarse de una penosa res-ponsabilidad Aquiles se oculta tras la fatalidad Priacuteamo recibe en silencio la leccioacuten del asesino de sus hijos [] Circundado por una fatalidad peacutetrea solo le queda convertirse en piedra como Niacuteoberaquo10

Priacuteamo insiste en recuperar a su hijo ofrecer los regalos a Aquiles y concluir su misioacuten Despueacutes de un breve momento de tensioacuten Aquiles se ocupa per-sonalmente de la preparacioacuten y devolucioacuten del cuerpo de Heacutector sale de la tienda con sus fi eles compantildeeros y ofrece asiento al heraldo acompantildeante de Priacuteamo Se muestra especialmente cuidadoso y respetuoso con el cadaacute-ver el mismo cadaacutever que ultrajoacute muacuteltiples veces De los rescates de Priacuteamo deja algunos mantos en el carro para envolver en ellos el cuerpo de Heacutector y ordena a las criadas a bantildearlo limpiarlo ungirlo y vestirlo restituyendo su aspecto bello y noble Eacutel mismo levanta en sus brazos el cadaacutever y ayuda a depositarlo en el carro

laquo[] Mas ea tambieacuten nosotros dos divino anciano cuideacutemonosde la comida Luego podraacutes volver a llorar a tu hijoal entrar en Ilio iexclY seguro que muchas laacutegrimas te causaraacuteraquoDijo y se levantoacute el ligero Aquiles y una caacutendida ovejadegolloacute Sus compantildeeros la desollaron y alintildearon con cuidadoLa trincharon sabiamente y la ensartaron con brochetasla asaron cuidadosamente y retiraron todo del fuegoAutomedonte cogioacute el pan y lo distribuyoacute por la mesaen bellas canastillas y Aquiles repartioacute las tajadas de carneTendieron las manos a los manjares preparados que habiacutea delanteY despueacutes de saciar el apetito de bebida y de comidael Dardaacutenida Priacuteamo se quedoacute mirando a Aquiles admiradode lo alto y bello que era al verlo se pareciacutea a los diosesY tambieacuten Aquiles admiraba al Dardaacutenida Priacuteamoal contemplar su noble aspecto y al oir sus palabrasDespueacutes de recrearse ambos miraacutendose el uno al otrodiacutejole el primero el anciano el deiforme Priacuteamo

inmortales de Aquiles despueacutes de la muerte de Patroclo laquoPues nada hay sin duda maacutes miacutesero que el hombre | de todo cuanto camina y respira sobre la tierraraquo (Iliacuteada canto XVII 446-447)10 De la Iliacuteada p 59

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

laquoProcuacuterame ahora un lecho cuanto antes criatura de Zeus para acostarnos ya y disfrutar bajo el velo del dulce suentildeoPues todaviacutea no se me han cerrado los ojos bajo los paacuterpadosdesde que mi hijo perdioacute la vida a manos tuyasDesde entonces no he parado de gemir y rumiar duelos sin cuentomientras me revuelco en estieeacutecol dentro del cercado del patio Ahora por primera vez he probado el pan y el rutilante vinoha descendido por mi garganta Hasta ahora nada habiacutea catadoraquo(Canto XXIV 618-642)

Habiendo terminado con estos cuidados Aquiles trata a Priacuteamo como co-rresponde a un hueacutesped invitaacutendole a un banquete que eacutel mismo y sus compantildeeros se encargan de preparar Sentados todaviacutea en la mesa con el apetite saciado se observan mutuamente Apesar de ser enemigos estaacuten atrapados en la misma fuerza devastadora de la guerra aquella que les ha hecho perder todo lo que era importante De cerca desde una distancia que no experimentaraacuten otra vez cada uno admira la belleza y la nobleza de los rasgos del otro asombrado En esta escena la Iliacuteada nos plantea de manera clara y sencilla el reconocimiento del enemigo en su plenitud como otro como diferente como igual un reconocimiento tal quizaacutes solo sea posible en la destruccioacuten absoluta

Durante este uacuteltimo encuentro de la Iliacuteada el tiempo se dilata haciendo es-pacio para muchos e importantes acontecimientos dentro de un breve marco temporal Priacuteamo llegoacute a la tienda de Aquiles al fi nal del diacutea despueacutes de la cena entretanto compartieron el llanto y se ocuparon con delicadeza del cuerpo de Heacutector se degolloacute y asoacute una oveja entera y ellos la comieron y bebieron abundante vino Una vez que la voluntad de los dioses acerca del cuerpo de Heacutector ha sido cumplida ellos comparten unos momentos de contemplacioacuten paciacutefi ca Finalmente el ritmo narrativo se acelera de nuevo describiendo con brevedad justo al fi nal de la epopeya los lamentos sobre el cuerpo de Heacutector y sus funerales

En sus uacuteltimos versos la Iliacuteada propone un fi nal alternativo de la guerra de Troya Sin que la disputa inicial haya sido resuelta en el silencio de la tregua y los funerales consecutivos la guerra es la uacutenica gloriosa superviviente

HelenaYorgos Seferis 1953

Teucro A la tierra de Chipre en medio del mar dondeApolo dispuso mi nuevo hogar la llamareacute

Salamina en memoria de mi isla de mi patriaperdida

Helena Jamaacutes estuve en Troya fue un simulacroEl mensajero iquestQueacute dices

iquestEntonces hemos sufrido por una nube(Euriacutepides Helena)

laquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoTiacutemido ruisentildeor escondido en la respiracioacuten de las hojastuacute que regalas la frescura musical del bosquea los cuerpos separados y a las almasde aquellos que saben que no regresaraacutenCiega voz que tanteas en la memoria nocturnapasos y gestos no me atreveriacutea a decir besosy la amarga agitacioacuten de la furiosa cautivalaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoiquestQueacute es Platres iquestQuieacuten conoce esta islaHe pasado mi vida oyendo nombres desconocidosnuevos lugares nuevas locuras de los hombreso de los dioses mi destino que oscila

entre el uacuteltimo golpe de la espada de un Ayaxy una nueva Salamina me trajo aquiacute a esta playaLa luna surgioacute del mar como Afroditaocultoacute las estrellas de Sagitario va ahora a encontrarel corazoacuten de Escorpio y todo lo cambiaiquestDoacutende estaacute la verdadYo tambieacuten fui arquero en la guerrami destino el de un hombre que no dio en el blancoRuisentildeor juglaren una noche como eacutesta en la playa de Proteote escucharon las esclavas espartanas y prorrumpieron en lamentosy entre ellas mdashquieacuten diriacuteamdash iexclHelenaAquella que perseguimos durante antildeos junto al EscamandroEstaba alliacute al borde del desierto la toqueacute me habloacutelaquoNo es verdad no es verdadraquo gritabalaquoNo entreacute en la nave de proa azulNunca piseacute la valiente TroyaraquoCon el coacutencavo corpintildeo el sol en los cabellos y aquel tallesombras y sonrisas por todas partesen los hombros en los muslos en las rodillasfresca la piel y los ojosde largas pestantildeasestaba alliacute a orillas de un DeltaiquestY en TroyaEn Troya nada mdashun simulacroAsiacute lo quisieron los diosesY Paris se acostaba con una sombra como si fuera un cuerpo soacutelidoy nosotros matamos durante diez antildeos por Helena

Un gran dolor habiacutea caiacutedo sobre GreciaTantos cuerpos arrojadosa las fauces del mar a las fauces de la tierratantas almas entregadas como trigo a la piedra de los molinosY los riacuteos se henchiacutean de sangre y de lodopor una onda de lino por una nubepor el aleteo de una mariposa por un plumoacuten de cisnepor una tuacutenica vaciacutea por una HelenaiquestY mi hermanoRuisentildeor ruisentildeor ruisentildeoriquestQueacute es un dios iquestqueacute no es un dios iquestY queacute entre los doslaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoAve llorosa en Chipre la besada por el mardonde fue dispuesto que me acordara de la patriaancleacute soacutelo con esta faacutebulasi en verdad esto es faacutebulasi en verdad los hombres no volveraacuten a morderel viejo cebo de los diosessi en verdad otro Teucro despueacutes de antildeoso alguacuten Ayax o Priacuteamo o Heacutecubao alguacuten desconocido alguien anoacutenimo que sin embargovio un Escamandro rebosante de cadaacuteveresno tiene en su destino oiacuteral mensajero que viene a decirque tanto dolor tanta vidafueron al abismopor una tuacutenica vaciacutea por una Helena

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En la Iliacuteada el espacio se manifi esta por medio de las acciones que trans-curren en eacutel en un determinado momento Las descripciones espaciales aparecen en la medida en que acompantildean los acontecimientos narrados cumpliendo con la funcioacuten de proporcionar un lugar concreto y especiacutefi co para cada episodio Cada espacio representado cada paisaje evocado cada ciudad mencionada en el poema atiende a una necesidad de la historia rela-tada el espacio se abre y se conoce progresivamente Los lectores avanzamos en eacutel movieacutendonos en regiones que engloban a los personajes involucrados sus intenciones sus recuerdos sus discursos y sus acciones en un momento dado Por consiguiente el mundo se percibe se conoce se comprende y se representa por induccioacuten dirigieacutendose desde las partes hacia el todo

La cultura oral en cuyo marco surge la Iliacuteada como expresioacuten artiacutestica estaacute muy vinculada a la realidad corpoacuterea y material de los hechos las viven-cias experimentadas personalmente o transmitidas indirectamente por otras personas la experiencia es la uacutenica fuente de conocimiento El propio pen-samiento arcaico contemporaacuteneo a Homero y posterior a eacutel se basa en la intuicioacuten se entrega a la magia y la poesiacutea mientras mantiene cierta ingenui-dad e inocencia que ante nuestros ojos llega a parecer casi infantil a veces Asimismo el pensamiento de los nintildeos y sus relatos reales o imaginarios tambieacuten conservan un anclaje fuerte y reconocible al cuerpo a la accioacuten y la palabra precisa a la experiencia concreta antes de inscribirse en un ambien-te maacutes amplio o en un marco maacutes abstracto

ESPIRAL UNA REFLEXIOacuteN

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Este trabajo se ha motivado en gran parte por el deseo de comprender la manera como todos nosotros en nuestro diacutea a diacutea entre nuestras acciones cotidianas vivimos entendemos registramos y representamos el espacio que nos rodea relacionaacutendonos con nuestro entorno desde el momento que nacemos hasta el momento de la muerte o todaviacutea despueacutes de eacutesta perma-neciendo siempre en la tierra En el campo de la arquitectura esta compren-sioacuten se considera fundamental para poder avanzar tanto a nivel de teoriacutea como a nivel de intervencioacuten

En la Iliacuteada se ha reconocido una especie de espejo poeacutetico y bello dentro del cual se puede reencontrar con las explicaciones fi losoacutefi cas una fuente de investigacioacuten muy bonita y a la vez muy rica sobre el espacio y sobre el cuerpo Se ha buscado de leer este poema con respeto y sin atravesarlo vio-lentamente pero manteniendo siempre la intencioacuten de mirar a traveacutes de eacutel hacia nosotros mismos nuestros cuerpos y nuestro(s) espacio(s) Muchas de las cuestiones que se han apenas abierto en este trabajo y otras que han ido surgiendo durante el proceso de su elaboracioacuten se pueden seguir tratando en investigaciones futuras

La lectura paralela que se aspiraba proponer entre lo que nos cuenta la Iliacuteada (es decir la manera como lo cuenta) y algunas explicaciones fi losoacutefi -cas sobre todo por parte de la fenomenologiacutea con la intencioacuten de echar luz sobre nuestra relacioacuten con el cuerpo y a traveacutes de eacutel nuestra relacioacuten con el mundo y con los otros ha quedado pendiente Algunas de las preguntas iniciales no han encontrado respuesta algunas se han tenido que reformular otras han suscitado pequentildeos refl ejos o intuiciones mientras se han encon-trado especies de respuestas a preguntas no formuladas y nuevas preguntas han surgido Este trabajo se ha movido en forma de espiral abrieacutendose y cerraacutendose constantemente Ahora es el momento de parar su movimiento y observarlo hasta que comience a moverse de nuevo

Tratar al poema como si fuese respiracioacuten movimiento corporeidad pura Extender el poema en el espacio Espacio emergente a partir de un

movimiento Estructura del poema El poema como estructura en devenir Acontecimiento El poema es un cuerpo que busca su forma un cuerpo

que quiere construirse estructurarse a siacute mismo La lectura del poema es el desdoblamiento inverso de este movimiento estructural Dibujar el poema

Bailar el poema No se trata de contenidos ni de signifi cados sino del poema en siacute del poema como acontecimiento que signifi ca por siacute mismo El poema en su totalidad es un gesto un acto un intento de abarcar y recoger

el mundo la experiencia la vida Analizar este gesto Acotarlo medirlo trazarlo Cartografi arlo Coreografi arlo

El poema como organismo El poema como personaje

Domar el poema El poema este pequentildeo animal salvaje se tiene que domesticar Antes de poder entenderlo necesito domarlo encontrarme

con eacutel interactuar con eacutel acariciarlo ser su amiga dejarlo invadir mi vida Poema quiero conocerte

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Canto I Tierra y Cielo

Un episodio del pasado Crises quiere rescatar a su hija Agamenoacuten lo disres-peta La furia de Apolo En el campamento aqueo aquiacute y ahora Agamenoacuten empieza la reunioacuten Aquiles y Agamenoacuten Un enfrentamiento difiacutecil una disputa casi violenta En medio una mujer la autoridad el poder la riqueza y la fuerza Amenazas Atenea enviada por Hera se presenta a Aquiles y soacutelo a eacutel Se evita la pelea sangrienta Atenea se va En la reunioacuten de nuevo Aquiles y Agamenoacuten sentados lejos El sabio Neacutestor entre ellos toma la palabra Segundo ciclo de amenazas Los dos se separan defi nitivamente La entrega de Briseida a Agamenoacuten y Aquiles pensando en la orilla del mar Soledad y tristeza Tetis y Aquiles Tensioacuten Carintildeo Pausa Ulises y la devo-lucioacuten de Criseida a su padre Sacrifi cio y banquete Doce diacuteas Tetis y Zeus Hera Reunioacuten de dioses Hera y Zeus Hefesto Banquete divino y muacutesica La noche en el Olimpo

Canto II Un engantildeo necesario

Zeus Ensuentildeo y el suentildeo de Agamenoacuten El futuro que no seraacute Consejo de ancianos y asamblea de aqueos La trampa y su aprobacioacuten por Neacutestor El discurso de Agamenoacuten y la propuesta de retroceso El deseo de volver Hera y Atenea la conspiracioacuten divina Atenea aparece a Ulises animaacutendole y Ulises se activa Cara a cara los guerreros se convencen uno despueacutes de otro Ulises y Tersites Tersites y Agamenoacuten La intervencioacuten de Ulises apo-yado por Atenea Salto al pasado la previsioacuten de Calcante nueve antildeos de guerra dura y victoria en el deacutecimo Sacrifi cios a Zeus la plegaria no cum-plida el banquete y el inicio del atentado Atenea animando a los aqueos Invocacioacuten del poeta a las Musas y el cataacutelogo de naves territorios pueblos y jefes que participan Aquiles jefe de los mirmidones y sus cincuenta naves paradas La marcha de las tropas Iris con la voz de Polites lleva la noticia a Troya Iris y Heacutector jefe de los troyanos Mencioacuten de los aliados

Canto III Por Helena

Troyanos y aqueos en el campo de batalla Menelao y Paris El retroceso Heacutector y Paris Las insultas entre hermanos Una propuesta de acuerdo Por Helena un enfrentamiento en duelo entre Paris y Menelao Entre aqueos y troyanos la paz Sacrifi cios y juramentos Dos corderos y otro maacutes Priacuteamo Iris lleva la noticia a Helena mientras ella teje los sufrimientos que causoacute

APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

en troyanos y aqueos Entre laacutegrimas Helena se dirige a las puertas Esceas Los ancianos y el impacto de Helena Priacuteamo y Helena Reconocimiento de los guerreros aqueos Agamenoacuten Ulises Menelao Anteacutenor entre Helena y Priacuteamo Ayante Idomeneo El heraldo Ideo Priacuteamo entre troyanos y aqueos convalida los juramentos de Agamenoacuten Priacuteamo de vuelta a Troya Heacutector y Ulises acotan el campo Paris y Menelao El duelo y la intervencioacuten de Afrodita Afrodita y Helena Helena y Paris

Canto IV Del Olimpo a Troya

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Zeus y Hera Discusioacuten La mirada dirigida a Troya y Atenea enviada a Troya para incitar la continuacioacuten de la guerra El impacto Atenea y Pandaro Pandaro y Menelao Atenea y Menelao Menelao y Agamenoacuten el amor entre hermanos el terror y la recuperacioacuten del aacutenimo El tratamiento de la herida La narracioacuten en movimiento Agamenoacuten a pie se mueve entre los aqueos Encuentros varios Ayantes Neacutestor y la estra-tegia Ulises Diomedes y la responsabilidad de Agamenoacuten El avanzar de las tropas Silencio y velocidad para los daacutenaos bullicio y diversas lenguas para los troyanos Construccioacuten del paisaje sonoro de la guerra El enfrenta-miento Acercarse unirse antes de matarse Batalla sobre el cuerpo muerto La victoria de los aqueos y Apolo animando a los troyanos aludiendo a la ausencia de Aquiles El fi nal de la batalla los enemigos todos derrotados indistintamente

Canto V Coreografiacutea de una batalla

Atenea a Diomedes iquestPor queacute Diomedes Ceder la fuerza dotar de valentiacutea Diomedes Figeo Ideo Acercarse para matarse Atenea y Aris abandonan el campo de batalla Primero Agamenoacuten mata a Odio a continuacioacuten se pre-senta una secuencia de duelos mortiacuteferos De vuelta con Diomedes Pandaro y la herida de Diomedes Diomedes reza invocando a Atenea la proteccioacuten divina Rivalidad entre dioses y manipulacioacuten Eneas y Pandaro Refl exioacuten y estrategia Esteacutenelo y Diomedes La otra estrategia Pandaro y Diomedes Diomedes y Eneas Afrodita Diomedes y Afrodita Apolo Iris Olimpo El sufrimiento de los dioses Apolo y Eneas Apolo y Ares Ares apoyando a los troyanos aprovechando la ausencia de Atenea Menelao Heacutector y su impacto a Diomedes Tlepoacutelemo Ulises Heacutector y Ares Hera y Atenea la preparacioacuten de las diosas y el permiso de Zeus Atenea planea vengarse de Ares a traveacutes de Diomedes La vuelta del herido Ares al Olimpo y la restau-

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

racioacuten de un orden

Canto VI Fuera de la guerra Dentro de la guerra

De vuelta a la batalla Duelos sucesivos el triunfo de los aqueos Menelao y Adrasto Agamenoacuten De la suacuteplica y la piedad a la frialdad y crueldad del combate Elaboracioacuten de estrategias Neacutestor para los aqueos Heleno para los troyanos El miedo a Diomedes Diomedes y Glauco laquoComo el linaje de las hojas tal es tambieacuten el de los hombresraquo Compromiso de no matarse e intercambio de armas Heacutector se dirige a Troya En el palacio de Priacuteamo Heacutector y Heacutecuba Heacutector y Paris Helena y Heacutector Heacutector y Androacutemaca en la muralla de Troya Los valores ciacutevicos la familia y la obligacioacuten moral del guerrero iquestProteger la familia o defender la ciudad Escamandro La risa La desesperacioacuten La despedida Androacutemaca desconsolada Heacutector y Paris Reconciliacioacuten fraterna y entrada en el campo de batalla

Canto VII Coser la simetriacutea

Heacutector y Paris de vuelta a la batalla Atenea y Apolo El acuerdo de parar el combate una paz provisoria iquestCoacutemo llegar a la paz Heacutector desafiacuteo duelo Heleno Heleno y la voluntad de los dioses Heleno y Heacutector Heacutector entre las tropas Agamenoacuten parando las tropas Guerreros sentados inmovili-dad Dioses Heacutector el desafiacuteo y los teacuterminos Miedo y silencio Menelao Agamenoacuten y Menelao Neacutestor evocacioacuten de un pasado heroico Nueve guerreros animados El sorteo Preescritura Voluntad y resultado Ayante Ayante y Heacutector Evolucioacuten de un duelo Acercamiento aumento del contac-to Ideo y Taltibio Obedecer a la noche Tregua Aqueos Troyanos Enterrar los muertos Construir muralla Los dioses observadores Banquete y ban-quete Zeus Descansar recibir el regalo del suentildeo

Canto VIII Del amanecer al amanecer

Amanecer en Troya amanecer en el mundo Continuacioacuten de la batalla y re-unioacuten de dioses de nuevo Zeus preside de la reunioacuten e impone su voluntad por medio de su poder La batalla debe transcurrir sin intervencioacuten divina Despertar desayuno y preparacioacuten Armas lanzas y respiraciones coinciden en un mismo sitio El recorrido del Sol y la evolucioacuten de la batalla la balanza de Zeus y su rayo dirigido hacia los aqueos Heacutector y Diomedes enfrenta-miento y estrategias de ataque La derrota de los aqueos Hera y el inten-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

to (en vano) de ayudar a los daacutenaos La derrota continuacutea Segundo intento de ayuda Hera y Atenea la intervencioacuten de Zeus y el retiro de las diosas Previsioacuten de la muerte de Patroclo y de la vuelta de Aquiles al terreno del combate Puesta de sol estrategias de ataque fuegos troyanos y sacrifi cios ricos A la espera de la Aurora

Canto IX Nada importa tanto cuanto mi vida

Agamenoacuten Reunioacuten de aqueos en paacutenico Decepcioacuten por el engantildeo de Zeus y propuesta de volver a la tierra patria Diomedes y Agamenoacuten Discusioacuten Intervencioacuten de Neacutestor discurso inclusivo Necesidad de unioacuten en situacioacuten de peligro Banquete en la tienda de Agamenoacuten Estrategias para conseguir la vuelta de Aquiles al combate Agamenoacuten y los regalos prometidos Neacutestor y la embajada Feacutenix Ayante y Ulises Odio y Euriacutebates Sacrifi cios La lle-gada de la embajada Aquiles tocando muacutesica y cantando acompantildeado por Patroclo presencia en silencio Bienvenidas y palabras amistosas Vino y carne asada El discurso de Ulises y las ofertas a Aquiles a cambio de su participacioacuten en la guerra bienes materiales riqueza siete mujeres-premio Briseacuteida de vuelta veinte mujeres troyanas una hija de Agamenoacuten como esposa Negativa rotunda laquoPara mi nada hay que equivalga a la vidaraquo Largo discurso de Feacutenix Ayante Aquiles la ira irrevocable La vuelta de la embajada Agamenoacuten Desconcierto Diomedes A la espera de la Aurora para retomar la accioacuten

Canto X Espionaje mutuo

Noche avanzada En el campamento aqueo el insomnio de Agamenoacuten Agamenoacuten y Menelao preocupacioacuten y necesidad de reunioacuten Ayante Idomeneo Neacutestor Agamenoacuten y Neacutestor La esperanza reside en la reincor-poracioacuten de Aquiles Diomedes Ayante el hijo de Fileo Guerreros desper-taacutendose vistieacutendose y armaacutendose Meriacuteones y el hijo de Neacutestor Reunioacuten Diomedes y su elegido Ulises el espionaje Entre las liacuteneas de los troyanos Doloacuten se elige para espiar a los aqueos a cambio de regalos Diomedes y Ulises Doloacuten La trampa Plegaria a Atenea Diomedes y Ulises penetrando en el campamento troyano Reso Masacre Los caballos preciosos Atenea y Apolo Paacutenico entre los troyanos Ulises Diomedes y los caballos de vuelta a las naves aqueas Alivio y felicidad Bantildeo en el mar vino comida y sacri-fi cios a Atenea

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XI El comienzo de su desgracia

Aurora Zeus Eris el deseo de la guerra a las naves aqueas El armamento de Agamenoacuten Liacuteneas enemigas La lluvia de sangre de Zeus Muertes suce-sivas Eris sola entre los dioses el placer del combate Agamenoacuten rabioso destrozando a los troyanos Huida hacia las puertas Esceas Iris la mensajera de Zeus comunica a Heacutector la estrategia divina Agamenoacuten e Ifi damante Cooacuten y Agamenoacuten La herida sangre caliente la aparicioacuten del dolor en el cuerpo Retroceso Heacutector el ataque Diomedes y Ulises Apolo y la salva-cioacuten de Heacutector Alejandro y Diomedes Ulises solo en el campo de batalla matar o ser muerto Soco y Ulises Atenea La herida de Ulises y la muerte de Soco Los troyanos alrededor de Ulises los gritos del heacuteroe Menelao y Ayante Alejandro y Macaoacuten Zeus El retroceso de Ayante Neacutestor y Macaoacuten Aquiles Patroclo En la tienda de Neacutestor el discurso del anciano y el consejo terrible a Patroclo De vuelta a la tienda de Aquiles Patroclo y Euriacutepilo

Canto XII Construcciones efiacutemeras

Continuacioacuten de la batalla Escenario el muro y la fosa de los aqueos alre-dedor de las naves La futura destruccioacuten del escenario por Posidoacuten y Apolo Los argivas dentro paacutenico y desesperacioacuten Fuera Polidamante y Heacutector Organizacioacuten y reagrupacioacuten de los troyanos en cinco bloques Ataque a pie Asio Hirtaacutecida Polipetes y Leonteo en las puertas a la defensa El aguumlero de Zeus un aacuteguila y una serpiente Polidamante y Heacutector laquoEl mejor aguumlero y el uacutenico es luchar en defensa de la patriaraquo Intento de destruccioacuten de la mu-ralla Ayantes resistencia y aacutenimos a los aqueos Lanzamiento de piedras Sarpedoacuten a Glauco la muerte destino comuacuten Menesteo Tootes Ayantes Teucro Ayante y Epicles Teucro y Glauco Sarpedoacuten La muralla como arma la muralla como medio La sangre sobre torres y almenas sangre de todos El impulso de Zeus a Heacutector el grito la piedra la puerta rota Heacutector y los troyanos dentro de la muralla

Canto XIII Invasioacuten

La mirada de Zeus desviada hacia otros pueblos y el territorio atravesado por Posidoacuten que se dirige a Troya para animar a los daacutenaos El dios disfra-zado de Calcante aparece a los Ayantes y enseguida a los demaacutes valientes guerreros Batallones soacutelidos laquobroquel en broquel casco en casco hombre en hombreraquo El avanzar de los troyanos Enfrentamiento violento muer-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tes sangrientas Decapitacioacuten de Imbrio la cabeza en el suelo objeto inaacute-nime Idomeneo y Meriacuteones Valentiacutea Zeus y Posidoacuten Duelos sucesivos Alrededor de Alcaacutetoo Alrededor de Ascaacutelafo Deiacutefobo herido por Meriacuteones y retirado del combate por Polites Heacuteleno y Deiacutepiro el yelmo errante sobre la tierra Menelao y Pisandro Las zonas de la batalla en las naves Heacutector Polidamante y Heacutector Heacutector y Paris Continuacioacuten del enfrentamiento y gritos heroicos

Canto XIV El engantildeo de Zeus

La batalla en las naves continuacutea y los aqueos estaacuten desesperados Neacutestor y Agamenoacuten Ulises y Agamenoacuten Diomedes Agamenoacuten Ulises y Neacutestor Posidoacuten a Agamenoacuten Hera Seduccioacuten de Zeus Hera acicalaacutendose en el pa-lacio encerrada en su habitacioacuten Hera y Afrodita los hechizos del amor y del deseo Territorio y movimiento divino atravesar la tierra como si fuese un mapa Suentildeo Adormecer a Zeus y Pasiacutetea Hera y Suentildeo hacia Ida Hera y Zeus El deseo de hacer el amor el tapiz de blanda yerba y la nube aacuteurea Suentildeo y Posidoacuten el apoyo a los daacutenaos Continuacioacuten de la batalla Heacutector y Ayante Telamonio Heacutector tendido en el polvo Los aliados alrededor del herido Heacutector se aleja del campo de batalla Duelos muertes sucesivas y hazantildeas heroicas

Canto XV Mientras tanto junto a las naves

Heacutector herido inconsciente Zeus enojado con Hera engantildeo y reconciliacioacuten Hera en el Olimpo El plan de Zeus para la guerra honrar a Aquiles Patroclo en el combate Heacutector y Patroclo la venganza de Aquiles posible conquis-ta de Ilion Reacciones de los dioses oliacutempicos Iris y Posidoacuten el enojo del dios y su retiro Apolo animando a Heacutector Continuacioacuten de la batalla en las naves la difiacutecil resistencia de los aqueos La plegaria de Neacutestor a Zeus Patroclo en la tienda de Euriacutepilo distraccioacuten y cuidados meacutedicos Patroclo se dirige a Aquiles Ayante y Caleacutetor Heacutector y Ayante Licofroacuten Teucro Batalla cuerpo a cuerpo Heacutector la voluntad de Zeus consejos a sus gue-rreros Ayante aacutenimos a los suyos Zeus el furor de Heacutector la huida de los daacutenaos Neacutestor Atenea Ayante Aacutespera batalla sangre y heridas Heacutector la popa de una nave el fuego Ayante la defensa de las naves laquola solucioacuten estaacute en las manosraquo

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XVI La muerte de Patroclo

Patroclo en la tienda de Aquiles negras laacutegrimas Aquiles y Patroclo Aquiles se desprende gradualmente de su coacutelera y aconseja a Patroclo El deseo de salvarse ellos dos solos de la guerra Ayante el plan de Zeus y el inicio del fuego Patroclo la armadura de Aquiles la preparacioacuten de la tropa por Aquiles Patroclo y Automedonte delante Aquiles la tienda la copa y el sa-crifi cio a Zeus La entrada de los mirmidones en la lucha la recuperacioacuten del aacutenimo Patroclo expulsa a los troyanos de las naves y hace que se apague el fuego Contraataque y los troyanos cediendo espacio Duelos consecutivos y muertes sangrientas Ayante y Heacutector la huida de los troyanos Los caballos cruzando la fosa Las hazantildeas de Patroclo Sarpedoacuten El dilema de Zeus Hera Patroclo y Sarpedoacuten Sarpedoacuten a Glauco Alrededor de Sarpedoacuten Heacutector y los troyanos Patroclo y los aqueos La noche de Zeus Heacutector y Epigeo Patroclo y Estenelao Retrcoceso de los troyanos Zeus Apolo el cuerpo de Sarpedoacuten Patroclo y Apolo en la muralla Apolo y Heacutector Patroclo Cebriacuteones Alrededor de Cebriacuteones Apolo despoja a Patroclo de su armadura Euforbo le clava la pica por detraacutes Heacutector y Patroclo La huida de los caballos inmortales

Canto XVII Alrededor del cuerpo muerto

Patroclo inaacutenime Menelao se acerca al verlo tumbado en el polvo Menelao y Euforbo Apolo Heacutector Menelao la ayuda de Ayante Heacutector retroce-diendo con la armadura de Patroclo Glauco y Heacutector Heacutector cambia de armas y vuelve a la batalla con las armas de Aquiles Zeus Ares Heacutector Ayante y Menelao El grito de la guerra Ayante Oileo Idomeneo Meriacuteones Batalla Ayante luchar de cerca alrededor del cuerpo Duro esfuerzo al-rededor del cuerpo contradiccioacuten con el resto del campo Los caballos inmortales inmoacuteviles apartados la cabeza en el suelo laacutegrimas Zeus los ca-ballos Automedonte Alcimedonte Heacutector y Eneas Automedonte y Areto Alrededor de Patroclo de nuevo Atenea enviada por Zeus cambio de ba-lanza Zeus tomando la fi gura de Feacutenix aparece a Menelao Atenea Apolo a Heacutector La victoria a los troyanos Menelao y Ayante Menelao a Antiacuteloco la terrible noticia Laacutegrimas Antiacuteloco hacia Aquiles Menelao Ayantes Meriacuteones iquestCoacutemo salvar al cuerpo de Patroclo Transportacioacuten del cadaacutever y continuacioacuten del combate

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XVIII Aquiles y el escudo

Antiacuteloco y Aquiles Duelo y lamentos Tetis Las armas de Hefesto Iris y Aquiles Hera Aquiles tres alaridos desde la fosa Retroceso de los troyanos la llegada del cuerpo de Patroclo a las naves La noche generada por Hera Heacutector y asamblea de troyanos El llanto por Patroclo Aquiles Venganza Lavar las heridas del cuerpo Tetis y Hefesto Las desgracias de Tetis afl ic-cioacuten La necesidad de una armadura para Aquiles El escudo Cinco laacuteminas La tierra el cielo el mar el sol la luna los astros Dos ciudades Escenas de guerra y paz naturaleza animales hombres El mundo en el escudo La coraza el casco las grebas Tetis desciende del Olimpo con las armas

Canto XIX Reconciliarse antes de armarse

Aurora El lamento de Aquiles abrazado al cuerpo de Patroclo Tetis y Aquiles la armadura nueva proteccioacuten del cadaacutever consejos Diomedes Ulises y Agamenoacuten estaacuten presentes en la asamblea de los aqueos convocada por Aquiles Aquiles la renuncia de la coacutelera Agamenoacuten la culpa es de los dioses Zeus y la Ofuscacioacuten alusioacuten al mito Reconciliacioacuten Debate entre Aquiles Agamenoacuten y Ulises la furia el combate los regalos prometidos el hambre la fuerza el duelo por los muertos Agamenoacuten sacrifi cando un jabaliacute jura no haberse acostado con Briseida En la tienda de Aquiles el la-mento de Briseida sobre el cuerpo de Patroclo La negacioacuten de Aquiles a comer duelo en compantildeiacutea de Agamenoacuten Menelao Ulises Neacutestor Idomeneo y Feacutenix Atenea motivada por Zeus da neacutectar y ambrosiacutea a Aquiles Los aqueos armaacutendose espesura Automedonte Aacutelcimo los caballos de Peleo Antes de entrar en la batalla Janto preveacute a Aquiles su muerte por un dios y un hombre

Canto XX Manos llenas de sangre

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Posidoacuten y Zeus Zeus laquorecreando la muerte en el espectaculoraquo y separacioacuten de los dioses en dos bandos Hera Atenea Posidoacuten Hermes y Hefesto con los aqueos Ares Apolo Aacutertemis Leto el riacuteo Janto y Afrodita con los troyanos Los aullidos de Atenea y Ares Duelos de dioses Apolo a Eneas Hera Posidoacuten y Atenea observan desde fuera preparados para protejer a Aquiles Eneas y Aquiles disputa verbal y duelo La estructura del escudo de Aquiles Posidoacuten salva a Eneas Aquiles anima a los aqueos Heacutector a los troyanos Apolo advierte a Heacutector Aquiles elimina

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

a Ifi tioacuten Demoleonte Hipodamante y Polidoro hermano de Heacutector Heacutector y Aquiles primer enfrentamiento resuelto por Apolo y Atenea Las viacutecti-mas de Aquiles Driacuteope Demuco Laoacutegono y Daacuterdano Tros Mulio Equeclo Deucalioacuten Rigmo Areiacutetoo

Canto XXI Perseguido por los dioses

Al lado del riacuteo Escamandro Aquiles divide a los troyanos en dos unos atra-pados en la corriente otros detenidos por Hera en la llanura Sin caballos y despojaacutendose de su lanza Aquiles empieza a matar dentro del riacuteo con su daga Doce muchachos capturados vivos por Patroclo Aquiles y Licaoacuten una suacuteplica en vano La muerte de Patroclo el cambio en Aquiles Asteropeo y Aquiles Linajes y ultraje del cadaacutever En la orilla Aquiles contra los peo-nios Personifi cacioacuten del riacuteo el cauce lleno de cadaacuteveres Aquiles ignora la advertencia de Escamandro y empieza la persecucioacuten Aquiles supli-ca a Zeus Posidoacuten y Atenea le garantizan la gloria La llanura inundada Escamandro y Simoente Hera y Hefesto el fuego en el riacuteo Teomaquiacutea Zeus gozando del enfrentamiento de los dioses Ares y Atenea Afrodita Hera Atenea y Afrodita Posidoacuten y Apolo Aacutertemis y Apolo Hera y Aacutertemis Hermes y Leto Aacutertemis en los brazos de Zeus Apolo en Troya Priacuteamo insta a los troyanos a refugiarse abriendo las puertas de la ciudad El impulso de Apolo a Ageacutenor Ageacutenor y Aquiles Apolo su tuacutepida bruma y la persecucioacuten de Aquiles por el dios disfrazado en Ageacutenor Lejos de la ciudad hacia el riacuteo

Canto XXII El uacuteltimo duelo

Heacutector el uacutenico troyano fuera de la muralla Aquiles se precipita hacia Troya decepcionado con la burla del dios Priacuteamo y Heacutecuba atemorizados suplican a Heacutector los cabellos arrancados del padre los senos de la madre El soliloquio de Heacutector Aquiles y Heacutector el comienzo de la persecucioacuten laquocorriacutean por la vida de Hector domador de caballosraquo Tres vueltas alrede-dor de la ciudad Zeus y Atenea Atenea en la tierra Apolo La balanza de Zeus Atenea coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector La fi gura de Deiacutefobo Heacutector recuperando el aacutenimo se acerca a Aquiles Negociacioacuten por el cuerpo muerto Las picas Aquiles a Heacutector Heacutector a Aquiles El engantildeo de la diosa Las espadas estudio del cuerpo muerte en contacto En el momento de la muerte crueldad verbal Ultrajar el cadaacutever arrastrar el cadaacutever Mientras ellos se alejan en la muralla de Troya se multiplican los lamentos Priacuteamo Heacutecuba Androacutemaca

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XXIII Los funerales de Patroclo

Aquiles y sus compantildeeros en el campamento aqueo Llorar a Patroclo tres vueltas con los caballos alrededor del cadaacutever Aquiles las manos sobre el pecho de Patroclo contacto fiacutesico con el muerto querido y ultraje del cadaacutever del enemigo Banquete fuacutenebre al lado de la nave Aquiles a Agamenoacuten No lavarse antes del funeral En la orilla del mar el suentildeo de Aquiles El alma de Patroclo y el olvido La Aurora lentildea para la pira La cabellera de Aquiles depositada en las manos de Patroclo La pira ritos funerarios Sacrifi cios cuatro caballos dos perros doce joacutevenes troyanos Afrodita y Apolo la pro-teccioacuten del cadaacutever de Heacutector Despueacutes de una noche lamentaacutendose al lado de la pira Aquiles adormece con la llegada de la aurora Recoger y guardar los huesos de Patroclo hasta la muerte de Aquiles Certamen en honor de Patroclo se proclama la competicioacuten y los premios a ganar y en seguida se presentan los heacuteroes que quieren participar En las competiciones las activi-dades humanas como medida del espacio

Canto XXIV Por el cuerpo de Heacutector

En la orilla del mar la noche Aquiles el recuerdo de Patroclo insomnio y laacutegrimas la aparicioacuten de la Aurora Tres vueltas alrededor del tuacutemulo arras-trando al cuerpo de Heacutector con el carro La duodeacutecima aurora intervencioacuten de Apolo Hera Zeus Iris a Tetis Tetis en el Olimpo El plan de Zeus para el rescate de Heacutector Tetis y Aquiles Iris y Priacuteamo la proteccioacuten de Hermes Priacuteamo y Heacutecuba Los nueve hijos de Priacuteamo Preparacioacuten plegaria a Zeus y aguumlero positivo Priacuteamo e Ideo Hermes el joven Llegando al campamen-to el suentildeo del dios envuelve a los aqueos hasta la entrada en la tienda de Aquiles Hermes tras revelar su identidad aconseja a Priacuteamo y se retira Priacuteamo y Aquiles las rodillas las manos homicidas la suacuteplica el estupor Alusioacuten a la vejez al padre El llanto comuacuten uno por Heacutector otro por Peleo y Patroclo Aquiles Automedonte y Aacutelcimo Aceptar los rescates lavar al cuerpo de Heacutector Aquiles y Priacuteamo preparacioacuten de la cena Admiracioacuten mutua los lechos los diacuteas necesarios para el entierro y continuacioacuten de la guerra al duodeacutecimo diacutea si necesario Aquiles y Briseida Hermes a Priacuteamo el miedo de Agamenoacuten Hermes Priacuteamo y Automedonte de vuelta a Troya con el cuerpo de Heacutector Casandra El duelo de los troyanos en las puertas Esceas Androacutemaca Heacutecuba Helena Lentildea para la pira funeral y banquete funerario

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nota Los versos de la Iliacuteada citados en este trabajo pertenecen a esta edicioacuten

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Page 10: C ENCUENTRO EN LA LÍADA

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

a Helena tanto como la odian y desprecian los otros iquestCoacutemo resuenan estas palabras en el espacio iquestCoacutemo lo transforman

Asiacute habloacute y el anciano quedoacute maravillado y exclamoacutelaquoiexclAtrida feliz con fortuna nacido de opulento hadoRealmente veo que hay muchos joacutevenes aqueos sumisos a tiYa en cierta ocasioacuten fui a Frigia rica en vintildeedosdonde vi elevadiacutesimo nuacutemero de frigios de aacutegiles potroslas huestes de Otreo y de Migdoacuten comparable a un diosque entonces habiacutean ido en campantildea a orillas del SangarioPues tambieacuten yo me uniacute a ellos en calidad de aliadoaquel diacutea en que llegaron las varoniles AmazonasMas ni eacutesos eran tantos como los aqueos de vivaces ojosraquoEn segundo lugar al ver a Ulises preguntoacute el ancianolaquoEa dime tambien eacuteste hija querida quieacuten esEs maacutes bajo que el Atrida Agamenoacuten que le saca la cabezapero se le ve maacutes ancho de hombros y de pechoSus armas yacen sobre la tierra nutricia de muchospero eacutel recorre como un morueco las hileras de guerrerosSiacute yo lo comparo con un carnero de compactos vellonesque pasa revista a un gran rebantildeo de blancas ovejasraquo(Canto III 181-198)

Despueacutes de esta apertura al mundo psiacutequico de Helena la narracioacuten cierra su pequentildeo desviacuteo y vuelve a ocuparse del movimiento de los caudillos aqueos en la llanura de Troya laquoiexclAtrida felizraquo asiacute es como empieza la respuesta de Priacuteamo a su laquohija queridaraquo obviando por completo su desesperacioacuten la palabra feliz se convierte en una lanza que se clava en la geacutelida desgracia de Helena Priacuteamo tambieacuten eacutel la atraviesa reconduciendo su atencioacuten hacia otra parte

En la escena de la teichoskopiacutea la Iliacuteada nos recuerda una vez maacutes que esta guerra no es anoacutenima y abstracta Ninguacuten guerrero no es laquouno maacutesraquo entre los muertos o los vivos Los guerreros homeacutericos traen al campo de batalla sus pasiones y afectos sus defectos y sus deseos de venganza y cada uno merece ser llamado por su nombre propio En el canto II el poeta hizo una invocacioacuten directa a las Musas solicitando ayuda con la tarea inabarcable de nombrar a todos los guerreros antes de construir el cataacutelogo de las naves aqueas y el cataacutelogo de los troyanos y sus aliados6 En la teichoskopiacutea son

6 laquoDecidme ahora Musas duentildeas de oliacutempicas moradas | pues vosotras sois diosas estaacuteis presentes y sabeacuteis

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

sus propios personajes dos personajes que no participan en el combate los que asumen esta actitud contemplativa Excluidos de la guerra la observan desde un punto fi jo en lo alto de la muralla de Troya ese liacutemite que todaviacutea protege a la ciudad y a sus habitantes mujeres ancianos y nintildeos mantenieacuten-doles en un encierro permanente

Unos versos maacutes tarde llegaraacuten los heraldos y se llevaraacuten al anciano rey para que eacutel sancione los juramentos antes del duelo de Menelao y Paris Priacuteamo se iraacute sin despedirse y Helena una vez maacutes se hundiraacute en su soledad Sola entre muchas troyanas se quedaraacute contemplando el duelo entre su primero y su segundo esposo Al fi nal del canto Afrodita la encontraraacute alliacute en la mu-ralla de Troya y la conduciraacute hacia el interior del palacio para acompantildear a Paris en la cama y satisfacerle el deseo sexual cumpliendo con su papel de esposa Helena no tiene fuerza de voluntad atrapada en un denso tejido de circunstancias exteriores encerrada en la ciudad y encerrada en el nombre que lleva se transforma en observadora permanente

Helena es un personaje sumamente importante e interesante Toda una guerra gira en torno a ella su nombre se repite y resuena como un eco per-sistente entre los versos pero Helena la mujer la persona estaacute ausente de la realidad ausente de su propia vida es la mujer premio

Ella no es la uacutenica mujer premio de la Iliacuteada En el universo masculino de la guerra infi nitas mujeres se convierten en premio de los saqueos de ciuda-des se cautivan como esclavas o se entregan como regalos de un guerrero a otro Agamenoacuten cuando solicita el regreso de Aquiles a la batalla le pro-mete entre otros regalos a siete mujeres esclavas (laquoTe daraacute siete mujeres expertas en intachables labores lesbias que cuando conquistaste la bien edi-fi cada Lesbos para siacute | escogioacute y que destacaban en belleza entre la raza de las mujeresraquo) y a una de sus hijas como esposa legiacutetima dejaacutendole la posi-bilidad de escoger entre ellas a la que maacutes le guste7 Esto nos hace pensar en el espacio que ocupan las mujeres en la guerra tanto a nivel simboacutelico como a nivel fiacutesico pero tambieacuten en todo aquello que permaneciendo ajeno a la

todo | mientras que nosotros solo oiacutemos la fama y no sabemos nada | quieacutenes eran los priacutencipes y los caudi-llos de los daacutenaos | El grueso de las tropas yo no podriacutea enumerarlo ni nombrarlo | ni aunque tuviera diez lenguas y diez bocas | voz inquebrantable y un bronciacuteneo corazoacuten en mi interior | si las Oliacutempicas Musas de Zeus portador de la egida | hijas no recordaran a cuaacutentos llegaron al pie de Ilio | Pero siacute nombrareacute a los jefes y la totalidad de las navesraquo (IliacuteadaCanto II 484-493)7 Iliacuteada Canto IΧ 270-290

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

guerra interviene en ella de manera oblicua y tangencial8

El propio argumento de la Iliacuteada se despliega a partir de Criseida hija de Crises sacerdote de Apolo ella fue dada como botiacuten de guerra a Agamenoacuten y su cautiverio provoca la furia de Apolo contra los daacutenaos Se decide la devolucioacuten de Criseida a su padre pero Agamenoacuten exige como jefe de los caudillos aqueos que se le sustituya su botiacuten en vez de Criseida se quedaraacute con Briseida otorgada originalmente como botiacuten a Aquiles exigencia que provoca la coacutelera la famosa μήνις de Aquiles considerada como el tema central de la epopeya La presencia de las mujeres premio en la Iliacuteada es muy importante pero ellas mismas se encuentran ausentes Mujeres hermosas cosifi cadas transformadas en objetos en torno a los cuales giran los episo-dios y los actos heroicos

Briseida se retira de la tienda de Aquiles caminando laquoen contra a su volun-tadraquo con laacutegrimas en los ojos sin pronunciar una palabra Aquiles se encie-rra en su tienda y se abstiene del combate protestando por la peacuterdida de Briseida Despueacutes de la muerte de Patroclo una vez Aquiles decide entrar de nuevo en la batalla Briseida se devuelve a eacutel mientras Agamenoacuten jura que no se ha acostado con ella En este momento Briseida habla soacutelo para llorar a Patroclo resaltando su bondad y delicadeza El discurso de Briseida es pu-ramente exterior a ella en su discurso ella se relaciona con el mundo como si no participase en eacutel como si fuese una espectadora de su propia vida Aunque invoca un episodio que la marcoacute profundamente el momento en que Aquiles saqueoacute su ciudad y matoacute a su marido convirtieacutendola en esclava lo describe enfatizando la reaccioacuten de Patroclo y no su propia desgracia la cual se presenta como si para ella ya no tuviera importancia como si su vida careciera de sentido Briseida tan desgraciada y despojada de toda libertad y toda voluntad llora al compantildeero de su saqueador

laquoiexclPatroclo el ser maacutes grato para esta desdichada de miacuteVivo te dejeacute cuando saliacute de esta tienday ahora te hallo muerto comandante de huestes al regresarde nuevo iexclDesgracia sobre desgracia me viene sin cesarAl marido a quien me con iaron mi padre y mi augusta madrelo vi delante de la ciudad desgarrado por el a ilado bronceigual que a los tres hermanos que mi madre habiacutea engendrado

8 Pascal Payen en su libro Les revers de la guerre en Gregravece ancienne dedica un capiacutetulo al papel de las mujeres en una esfera donde seguacuten la ideologiacutea dominante ellas no tienen lugar

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tan amados y que todos alcanzaron el diacutea de la ruinaNi siquiera me permitiste cuando el ligero Aquilesmatoacute a mi marido y saqueoacute la ciudad del divino Minetellorar asegurabas que me convertiriacuteas en legiacutetima esposadel divino Aquiles y que eacutel me llevariacutea en las naves a Ftiacuteay celebrariacutea el banquete de boda entre los mirmidonesPor eso lloro sin cesar la muerte del que siempre fue tan dulceraquo(Canto XIX 287-300)

En alguna ocasioacuten Helena tambieacuten actuacutea como si fuese una observadora imparcial representando la voz de la razoacuten juiciosa sobria Comenta los hechos evaluacutea las circunstancias aconseja Una vez maacutes ausente de siacute misma indiferente resignada Su juicio llega a nosotros a traveacutes de las na-rraciones de otros personajes laquoAhora mi esposa que me ha reprendido con tiernas palabras | me ha incitado al combateraquo dice Paris a Heacutector9 Heacutector por su parte teme que su querida mujer Androacutemaca sea llevada a fuerza por alguacuten aqueo acaso ellos conquisten la ciudad de Troya

Mas no me importa tanto el dolor de los troyanos en el futuro ni el de la propia Heacutecuba ni el del soberano Priacuteamoni el de mis hermanos que muchos y valerosospuede que caigan en el polvo bajo los enemigoscomo el tuyo cuando uno de los aqueos de bronciacuteneas tunicaste lleve envuelta en laacutegrimas y te prive del diacutea de la libertad (Canto VI 450-455)

9 Iliacuteada Canto VI 337-338

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2 El movimiento de la familia un lugar para encontrarse [Heacutector y Androacutemaca]

En el canto VI Diomedes se acerca a la muralla de Troya matando a un hombre despueacutes de otro Los troyanos aterrorizados necesitan defenderse defender a su ciudad a sus familias a sus mujeres a sus hijos a sus casas La fi gura de Heacutector se dibuja como la fi gura del rey que protege a su pueblo del liacuteder que anima a sus guerreros con carintildeo del hijo en quien tiene orgu-llo la familia pero sobre todo del hombre que quiere a su esposa del padre que antildeora a su hijo Heacutector es precisamente esto un hombre Un hombre que como dice eacutel mismo ha aprendido a ser valiente por necesidad Su perfi l humano terrenal noble lo acerca a nosotros por medio de la empa-tiacutea Su prevista muerte el implacable destino que le espera se contrapone al mundo del que proviene al tejido de relaciones en el que estaacute inmerso del cual la guerra le separa violentamente mientras participa en ella para defenderlo

Pero cuando ya llegoacute a la muy bella morada de Priacuteamoconstruida con pulidos pooacuteticos de columnas en la cualhabiacutea cincuenta habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los hijosde Priacuteamo se acostaban junto a sus legiacutetimas esposasy para las hijas en el lado de enfrente dentro del patiohabiacutea doce techadas habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los yernosde Priacuteamo se acostaban junto a sus respetables esposasalliacute le salioacute al paso su madre dadivosa de benignos regalosllevando dentro a Laodica la primera de sus hijas en belleza(Canto VI 242-252)

Heacutector se dirige hacia la ciudad y sabemos que es la uacuteltima vez que entra-raacute en ella cruzando su muralla Seguramente la entrada en el palacio de Priacuteamo le maravilla el mundo de la paz y los recuerdos de la vida civil de su propia vida se apoderan de eacutel La sencilla descripcioacuten de la organizacioacuten espacial de este palacio descripcioacuten intemporal despojada de todo detalle

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

y toda presencia humana impone a la narracioacuten un silencio un silencio que se asienta sobre el bullicio el voceriacuteo y el desorden sangriento de la batalla En este silencio en esta tranquilidad en la prosperidad evocada del espacio interior el poema estaacute preparando el encuentro del heacuteroe con su mundo siendo la descripcioacuten del palacio una introduccioacuten para el encuentro de Heacutector con su madre

laquo[] Tuacute ve al templo de la depredadora Ateneay yo ireacute en busca de Paris para llamarloa ver si quiere atender a mis palabras iexclOjalaacute aquiacute mismose lo tragara la tierra Pues es una peste que el Oliacutempico crioacutepara los troyanos para el magnaacutenimo Priacuteamo y para sus hijosSi lo viera descendiendo dentro del Hadesdiriacutea a mi aacutenimo que dejara olvidado del todo el funesto llantoraquo(Canto VI 279-285)

A su vez el encuentro con Heacutecuba le conduce hacia su hermano Paris a quien desprecia profundamente acerca de quien pronuncia palabras exce-sivamente duras La narracioacuten sigue a Heacutecuba en sus sacrifi cios a Atenea realizando un breve desviacuteo antes de volver a acompantildear a Heacutector en su re-corrido Heacutector encuentra a Paris en su caacutemara armaacutendose para el combate bello al lado de Helena Detenieacutendose en la entrada de la habitacioacuten le re-procha su cobardiacutea e inicia una conversacioacuten con Helena1 mientras le invade el recuerdo de su familia Este recuerdo el deseo y la antildeoranza que conlleva es lo que mueve a Heacutector en un movimiento continuo agonizante insacia-ble hacia Androacutemaca su amada mujer hacia su familia a la vez hacia sus compantildeeros hacia la batalla donde pertenece donde pereceraacute Su recorrido se extiende como un hilo en el espacio formando un nodo cada vez que se encuentra e interactuacutea con otra persona

laquoNo me ofrezcas asiento Helena aunque me estimes no meconvenceraacutes Pues mi aacutenimo ya estaacute en marcha presto a defendera los troyanos que intensa antildeoranza sienten por mi ausenciaTuacute pon en movimiento a eacuteste y que tambieacuten eacutel se de prisapara que me alcance mientras todaviacutea esteacute dentro de la ciudad

1 laquoEa entra ahora y sieacutentate sobre este escabel | cuntildeado miacuteo pues tuacute eres al que maacutes acosa las mientes la tarea | por culpa de esta perra de miacute y por la ofuscacioacuten de Alejandro | a quienes Zeus impuso el malvado sino de en lo sucesivo | tornarnos en materia de canto para los hombres futurosraquo dice Helena a Heacutector Sus palabras tienen la doble funcioacuten de explicar(se) el inicio de la guerra y quizaacute aliviar el dolor desgarrador que Helena siente y enfatizar el peso de la responsabilidad que recae sobre Heacutector a pesar de que eacutel no tenga la culpa de esta guerra

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Ademaacutes yo quiero ir a mi casa a vera los criados a mi esposa y a mi tierno hijoPues no seacute si auacuten otra vez llegareacute de regreso hasta elloso si los dioses ya me van a doblegar a manos de los aqueosraquoTras hablar asiacute se alejoacute Heacutector de tremolante penachoy al instante llegoacute a sus bien habitadas moradasmas no encontroacute en las salas a Androacutemaca de blancos brazosque con su hijo y una sirviente de bello mantosobre la torre estaba de pie llorando y gimiendoHeacutector al no hallar dentro a su intachable esposasalioacute al umbral se detuvo y dijo asiacute a las criadaslaquoEa criadas declaradme la verdadiquestAdoacutende ha ido Androacutemaca de blancos brazos fuera del palacioiquestA ver a mis hermanas y a mis cuntildeadas de buenos mantosiquestO al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosaraquoLa soliacutecita despensera diacutejole a su vez estas palabraslaquoiexclHeacutector Ya que mandas encarecidamente declarar la verdadni a ver a tus hermanas ni a tus cuntildeadas de buenos mantosni al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosasino a la elevada torre de Ilio pues ha oiacutedo que los troyanosestaacuten abrumados y que los aqueos ejercen gran poderiacuteoYa ha llegado presurosa a la murallacomo mujer enloquecida y la nodriza lleva al nintildeo consigoraquoDijo la despensera y Heacutector se precipitoacute fuera de la casa bajando otra vez por la misma ruta de bien construidas callesCuando atravesoacute la gran ciudad y llegoacute a las puertasEsceas por donde se disponiacutea a salir a la llanuraalliacute le salioacute al paso corriendo su esposa rica en regalosAndroacutemaca la hija del magnaacutenimo Eetioacuten del Eetioacuten que habiacutea habitado bajo el boscoso Placoen Teba bajo el Placo y habiacutea sido soberano de los ciliciosDe eacuteste era hija la esposa de Heacutector de bronciacuteneo cascoLe salioacute entonces al paso y con ella se acercoacute la sirvientallevando en su regazo al delicado nintildeo todaviacutea sin habla el preciado Hectoacuterida semejante a un bello astroHeacutector soliacutea llamarlo Escamandrio pero los demaacutesAstiaacutenacte pues Heacutector era el uacutenico que protegiacutea IlioEacuteste sonrioacute mirando al nintildeo en silencioy Androacutemaca se detuvo cerca derramando laacutegrimas le asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichado Tu furia te perderaacute Ni siquiera te apiadasde tu tierno nintildeo ni de miacute infortunada que pronto viudade ti quedareacute []raquo(Canto VI 360-409)

El encuentro de Heacutector con Androacutemaca se va generando cuidadosamente con lentitud Para llegar a su laquointachable esposaraquo Heacutector va cruzando um-brales consecutivos En su trayectoria se encuentra con una habitacioacuten vaciacutea de donde su mujer estaacute ausente Su deseo de ver a su familia se prolonga algo maacutes aumentando la tensioacuten dramaacutetica Preocupado ansioso pregunta repetidamente por Androacutemaca a las sirvientas que encuentra antes de saber que ella tambieacuten ha salido en busca de eacutel presurosa angustiada acompantildea-da por la nodriza que lleva al nintildeo consigo Heacutector recorre las mismas calles posiblemente siguiendo la misma ruta que habiacutea marcado al entrar en la ciudad El mismo camino diferentes situaciones existenciales El momento es especial defi nido por la guerra el dolor la incertidumbre el peligro pero sobre y a pesar de todo del amor

Bajo estas circunstancias en esta escena Heacutector y Androacutemaca se encuentran en movimiento mientras estaacuten realizando dos movimientos opuestos Los pasos de ambos se cruzan sobre las puertas Esceas Alliacute emocionados se miran por un momento Eacutel sonriacutee y ella llora estas dos acciones se presentan a menudo ligadas una a otra manifestadas simultaacuteneamente En esta escena Androacutemaca y Heacutector estaacuten emocionados felices y desconsolados a la vez Sus reacciones se complementan mutuamente Heacutector sonriacutee hacia el nintildeo en un silencio elocuente mientras Androacutemaca busca la proximidad fiacutesica posicionaacutendose cerca de Heacutector El movimiento se detiene y en la narra-cioacuten se abre un momento de quietud entre sonrisas y laacutegrimas una mujer y un hombre la nodriza que lleva al nintildeo en sus brazos sobre la muralla de Troya a lo lejos la batalla interminable

Eacuteste es el soporte esceacutenico del diaacutelogo de Heacutector y Androacutemaca un diaacutelogo que comienza y termina con dos frases muy parecidas laquole asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijoraquo y laquola acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijoraquo2 la primera refi rieacutendose a Androacutemaca y la segunda a Heacutector La pronunciacioacuten del nombre propio adquiere importan-

2 En el original laquoἔν τ᾽ ἄρα οἱ φῦ χειρὶ ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo y laquoχειρί τέ μιν κατέρεξεν ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo (Iliacuteada canto VI 406 y 485) Estas frases no contienen la idea de llamar laquocon todos los nombresraquo sino maacutes bien la de llamar pronunciar decir el nombre de cada uno

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

cia especial es asiacute que las personas se reconocen es cuando alguien escu-cha su nombre enunciado por el otro que estaacute invitado al diaacutelogo Por otra parte al fi nal del diaacutelogo el nombre propio suena como una conclusioacuten una despedida

A lo largo de esta conversacioacuten se despliega el dilema del heacuteroe el dilema del hombre que tiene que situarse entre la familia y la guerra entre la vida privada y el bien comuacuten de la ciudad En su interior toma lugar un cofl icto entre valores opuestos entre obligaciones e impulsos que pertenecen a di-ferentes planos de la realidad Su familia tambieacuten participa en este confl ic-to y se encuentra afectada por la complejidad de la situacioacuten que la guerra genera Androacutemaca perdioacute a toda su familia en esta guerra su padre y sus siete hermanos fueron muertos por la mano de Aquiles en la ciudad de Tebas mientras su madre se salvoacute con la ayuda de Aacutertemis Ahora como afi rma ella laquoiexclOh Heacutector Tuacute eres para miacute mi padre y mi augusta madre | y tambieacuten mi hermano y tuacute eres mi lozano esposoraquo3 Heacutector lo es todo para Androacutemaca y ella le implora a quedarse en la ciudad a no dejarla sola En breve eacutel seraacute muerto por Aquiles al igual que el resto de la familia

En el canto XXII los padres de Heacutector tambieacuten le suplican a permanecer dentro de la muralla de Troya y desde alliacute a enfrentarse a Aquiles y defender la ciudad4 Priacuteamo acerca sus manos a su cara y se arranca los cabellos en un gesto de afl iccioacuten mientras Heacutecuba es mucho maacutes expliacutecita en su suacuteplica gestual laquoAl otro lado su madre se lamentaba y vertiacutea laacutegrimas mientras | con una mano se abriacutea el vestido y con otra se alzaba el pechoraquo De nuevo la muralla de Troya emerge como espacio esceacutenico de la accioacuten Como todo liacutemite que separa una regioacuten de otra la muralla funciona tambieacuten como un punto de comunicacioacuten entre el interior y el exterior el uacutenico punto de co-municacioacuten entre la ciudad y el campo de batalla Cuando los que se encuen-tran dentro quieren comunicarse con los guerreros no tienen otra opcioacuten que exponer a vista de todos aquello que pertenece al dominio de lo privado

La fi gura de Heacutecuba sobre la muralla agarrando su seno con fuerza para mostraacuterselo a Heacutector mientras le implora a no entrar en el duelo con Aquiles es una fi gura traacutegica Representa el esfuerzo uacuteltimo y futil de la madre por mantener a su hijo salvo y sano cerca de ella haciendo alusioacuten al viacutenculo uacutenico que los dos experimentaron durante la lactancia Son los senos de la

3 Iliacuteada canto VI 429-4304 Iliacuteada canto XXII 33-92

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

madre que se dirigen siempre hacia su hijo recordando el contacto que alguna vez tuvieron con su boca Es en sus senos quizaacute donde se localiza el dolor de la madre por la peacuterdida de su hijo dolor que sustituye al viacutenculo primordial Inversamente para evitar su peacuterdida Heacutecuba intenta recordar a Heacutector ese primer contacto al principio con su gesto y a continuacioacuten con sus palabras Pero Heacutector no atenderaacute a las suacuteplicas de sus padres como tampoco atiende a la de su esposa5

Es en la respuesta de Heacutector a Androacutemaca donde la Iliacuteada nos revela de forma expliacutecita la motivacioacuten del heacuteroe la razones por las cuales decide entrar en la guerra Heacutector como hijo del rey siente la obligacioacuten de luchar eacutel primero por la ciudad por verguumlenza a los troyanos y para adquirir la eterna gloria la gloria a la que siempre aspira el guerrero auacuten sabiendo que para alcanzarla tendraacute que entregar su vida mostraacutendose valiente en la batalla Frente a su querida esposa Heacutector aparenta tener maacutes miedo por la suerte de ella que por la de sus padres o por su propia De esta manera en la Iliacuteada se esboza claramente la supremaciacutea del matrimonio y la familia nuclear que los hombres activamente crean en su vida adulta sobre todas las relaciones humanas

En este pequentildeo diaacutelogo se puede tambieacuten entrever y reconstruir una trama de valores creencias y convicciones que fueron importantes para la eacutepoca heroica representada en el poema y quizaacute sigan siendo vigentes en gran parte hoy en diacutea El poeta ubica este iacutentimo y tierno encuentro fuera del pa-lacio de Priacuteamo produciendo el debate entre el mundo de la familia el amor y la paz y el universo implacable de la guerra en el mismo liacutemite material que los separa Nos enfocaremos en la manera como este diaacutelogo (impor-tantiacutesimo es cierto como contenido y como signfi cado para la epopeya) se cierra intentaremos cruzar acompantildeando al fl ujo narrativo el umbral que nos lleva desde la intimidad del diaacutelogo hacia la batalla Intentaremos enten-der coacutemo se deshace el lugar del encuentro tan meticulosamente construido en la primera parte del canto

Esencialmente se trata de una escena de despedida despedida defi nitiva Los participantes de ella Androacutemaca y Heacutector lo sospechan sin saberlo

5 Aquiles que es el uacutenico de los daacutenaos que tiene contacto con su madre ya que Tetis es una diosa y le visita a menudo le afi rma al respecto laquoQue tu amor no intente alejarme de la lucha no me convenceraacutesraquo (Iliacuteada canto XVIII 126) Aunque inmortal Tetis no puede salvar a su hijo pero hace un uacuteltimo esfuerzo de protegerle encargando a Hefaisto su armadura Una armadura inmortal para un hombre mortal cuyo destino es morir en breve

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con seguridad En cambio el poeta y nosotros los lectores estamos plena-mente conscientes de ello El padre Heacutector se inclina hacia su hijo un hijo que se presenta en este canto como el fruto del amor de la pareja quieto en los brazos de la nodriza envuelto entre las dulces tiernas y emocionantes palabras de sus padres Con esta inclinacioacuten hacia el nintildeo se diluye la tensioacuten y se aligera la carga emocional del diaacutelogo

Asustado por el aspecto de su padre que lleva puestas todas sus armas el nintildeo grita y se recoge en los brazos de la nodriza Heacutector el tierno Heacutector de este canto hijo hermano marido padre y mucho maacutes es un guerrero que se encuentra en Troya por corto tiempo Su lugar es el campo de la batalla alliacute pertenece alliacute volveraacute enseguida y alliacute pereceraacute a traveacutes de la reaccioacuten del pequentildeo Escamandrio al escuchar su grito espontaacuteneo recordamos el aspecto de Heacutector y su papel en la guerra Por otra parte la misma reaccioacuten tiene una funcioacuten coacutemica en la narracioacuten Entonces Heacutector se quita el casco y se vuelve a dirigir a su hijo para jugar con eacutel y disfrutar de su presencia en sus brazos por un breve instante Enseguida ruega a los dioses oliacutempicos para que Escamandrio tenga una buena vida despidieacutendose asiacute de eacutel antes de devolverlo a los brazos de su madre

Tras hablar asiacute el preclaro Heacutector se estiroacute hacia su hijoY el nintildeo hacia el regazo de la nodriza de bello centildeidorretrocedioacute con un grito asustado del aspecto de su padreLo intimidaron el bronce y el penacho de crines de caballoal verlo oscilar temiblemente desde la cima del casco Y se echoacute a reir su padre y tambieacuten su augusta madreEntonces el esclarecido Heacutector se quitoacute el casco de la cabezay lo depositoacute resplandeciente sobre el sueloDespueacutes tras besar a su hijo y mecerlo en los brazosdijo elevando una plegaria a Zeus y a los demaacutes dioses laquoiexclZeus y demaacutes dioses Concededme que este nintildeo miacuteollegue a ser como yo sobresaliente entre los troyanosigual de valeroso en fuerza y rey con poder soberano en IlioQue alguna vez uno diga de eacutel laquoEs mucho mejor que su padreraquoal regresar del combate Y que traiga ensangrentados despojos del enemigo muerto y que a su madre se le alegre el corazoacutenraquoTras hablar asiacute en los brazos de su esposa pusoa su hijo y esta lo acogioacute en su fragante regazoentre laacutegrimas riendo Su marido se compadecioacute al notarlo la acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichada No te a lijas demasiado por miacute en tu aacutenimoque ninguacuten hombre me precipitaraacute al Hades contra el destinoDe su suerte te aseguro que no hay ninguacuten hombre que escapeni cobarde ni valeroso desde el mismo diacutea en que ha nacidoMas ve a casa y ocuacutepate de tus laboresel telar y la rueca y ordena a las sirvientasaplicarse a la faena Del combate se cuidaraacuten los hombrestodos que en Ilio han nacido y yo sobre todoraquoTras hablar asiacute el esclarecido Heacutector cogioacute el cascohecho de crines de caballo mientras su esposa marchaba a casavolvieacutendose de vez en cuando y derramando lozanas laacutegrimasInmediatamente despueacutes llegoacute a las bien habitadas moradasdel homicida Heacutector Alliacute dentro halloacute a muchassirvientas y a todas ellas movioacute al llantoEstaban llorando a Heacutector todaviacutea vivo en su propia casapues estaban seguras de que de regreso del combate ya nollegariacutea tras huir de la furia y de las manos de los aqueos(Canto VI 466-502)

Entre laacutegrimas riendo Androacutemaca encarna la contradiccioacuten en la cual estaacuten inmersos ellos dos y su hijo Felices por haberse encontrado felices por quererse desolados por la separacioacuten que puede ser defi nitiva y lo seraacute Heacutector despueacutes de llamarla con su nombre propio la reconforta aludiendo al destino al hado todopoderoso e implacable De su suerte no hay ninguacuten hombre que escape y ellos tampoco escaparaacuten6

Androacutemaca y Heacutector se encontraron movieacutendose en direcciones opuestas y se separan partiendo hacia direcciones opuestas Eacutel le aconseja ir a casa y ocuparse de sus labores mientras eacutel se ocuparaacute del suyo marcando de forma clara el espacio de cada geacutenero Heacutector se marcha primero decidido Androacutemaca se vuelve hacia el palacio con desgana mirando a menudo hacia atraacutes llorando Durante unos versos la narracioacuten sigue a Androacutemaca en sus pasos hacia casa y en el llanto que reitera por Heacutector antes de su muerte Con este llanto se cierra por completo el encuentro de la pareja De camino al campo Heacutector se reconcilia con Paris y los dos hermanos entran solidarios en la batalla mientras todaviacutea resuenan ecos del mundo de la paz

6 Como se ve en otras partes de la Iliacuteada ni los propios dioses pueden escapar del hado En el canto XVI Zeus considera la posibilidad de salvar a Sarpedoacuten de su muerte Entre los dioses del Olimpo se decide entonces que no se puede intervenir al hado Tetis tampoco puede salvar a su hijo de su destino a pesar de ser una diosa inmortal Los dioses oliacutempicos actuacutean en un plano intermedio entre el todopoderoso hado y el mundo de los mortales

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Estas dos bellas secuencias en movimiento antes y despueacutes del diaacutelogo en-vuelven al encuentro La primera construye el lugar mientras en la segunda se desarma el escenario construido Las personas que se mueven alejaacutendose del espacio donde compartieron algo arrastran detraacutes suyo los hilos que se habiacutean tendido en ese espacio y lo entregan de nuevo al mundo casi vaciacuteo

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3 En el centro Patroclo [la muerte de Patroclo]

Las yeguas neleas iban sacando a Neacutestor del combatesudorosas y transportaban a Macaoacuten pastor de huestesSe percatoacute al verlo el divino Aquiles de pies protectorespues estaba erguido sobre la popa de la nave de enorme vientre contemplando el abismal esfuerzo y la lacrimoacutegena derrotaAl punto dirigioacute la palabra a su compantildeero Patroclopronunciando su nombre desde la nave Lo oyoacute desde la tienday salioacute semejante a Ares y asiacute dio comienzo a su desgracia(Canto XI 597-604)

Con la irrupcioacuten del combate alrededor de las naves aqueas mientras los troyanos con el apoyo de los dioses van ganando fuerza y territorio y los aqueos van perdiendo guerreros y aacutenimos Aquiles advierte la cataacutestrofe in-minente y llama a su querido y fi el compantildeero Patroclo con la intencioacuten de enviarlo a los aliados para averiguar las condiciones en las que el ejeacutercito de los aqueos se encuentra Como sencillamente nos informa la Iliacuteada en el preciso instante en que Patroclo responde a la llamada de Aquiles y sale de su tienda empieza a desencadenarse su desgracia

A partir del momento en que la atencioacuten de Aquiles se dirige hacia la batalla la Iliacuteada se enfoca en Patroclo Aunque intermitente con muchas y largas interrupciones para observar la batalla sangrienta junto a las naves en este punto nace una liacutenea narrativa que sigue a Patroclo en su preparacioacuten y entrada al combate en sus hazantildeas en sus duelos en su muerte e inclu-so despueacutes de ella Es una liacutenea narrativa que situacutea a Patroclo en el centro de la accioacuten1 a la que intentaremos rastrear y recorrer ahora La necesidad causa efectivamente la participacioacuten de Patroclo en la guerra y su muerte por Heacutector muerte que a su vez provoca inmenso dolor en Aquiles y le da

1 Simone Weil escribe refi rieacutendose a Patroclo ldquothat warrior who dwells in a peculiar way at the very centre of the poem - I mean Patroclus who lsquoknew how to be sweet to everybodyrsquo and who throughout the Iliad commits no cruel or brutal actrdquo (ldquoThe Iliad or the poem of forcerdquo en Simone Weil an anthology p204)

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

una razoacuten iacutentima para denunciar su coacutelera y entrar de nuevo en la guerra marcando claramente un punto de infl exioacuten en el argumento

Los troyanos bajo las oacuterdenes de Heacutector han invadido el campamento des-truyendo parcialmente la muralla y cruzando la fosa algunos a pie y otros montados en sus caballos Ganando cada vez maacutes espacio a los aqueos a quienes han ido empujando gradualmente hacia el mar los troyanos llegan a prender fuego a una de las naves El deseo de Aquiles se estaacute cumpliendo sus compantildeeros se encuentran al borde de la desgracia al margen de la ani-quilacioacuten Este seriacutea entonces el momento para renunciar su coacutelera y entrar en la batalla Pero parece que la idea de la reconciliacioacuten no ha madurado sufi cientemente en su interior En cambio Patroclo estaacute afl igido profunda-mente afectado por el sufrimiento de sus compantildeeros

Despueacutes de un largo itinerario por las tiendas de los aqueos aparece en la tienda de Aquiles ansioso de convencerle a entrar de nuevo en la batalla Estaacute llorando por compasioacuten llorando por impotencia ante la desgracia de la guerra a la vez enojado con su compantildeero que aferrado en la coacutelera permanece impasible a los hechos Es entonces la primera vez que Patroclo reacciona y se opone a Aquiles revelando lo que piensa y siente mostraacutendo-se a la vez sensible y sensato en su discurso bello y traacutegico En esta escena el poeta trata a Patroclo de tuacute se dirige a eacutel realizando un acercamiento hacia el heacuteroe cuyo destino traacutegico es suplicar para siacute mismo la muerte cruel2 Con este acercamiento la liacutenea narrativa dedicada a Patroclo se convierte en la narracioacuten principal

Con profundos suspiros le respondiste cochero PatroclolaquoiexclAquiles hijo de Peleo con mucho el mejor de los aqueos

2 A lo largo de las escenas siguientes este tratamiento de tuacute hacia Patroclo es recurrente El mismo tratamiento se da hacia Menelao en el canto VII donde el poeta habla a Menelao en segunda perona enseguida cede la palabra a Agamenoacuten quien tambieacuten se dirige hacia Menelao en segunda persona y al fi nal aprovecha la presencia de Agamenoacuten para concluir el episodio de manera imparcial narrando en tercera persona laquoTras hablar asiacute hizo gesto de ponerse las bellas armas | Entonces para ti Menelao habriacutea llegado el fi n de la vida | a manos de Heacutector porque en verdad era muy superior | si los reyes aqueos no se hubieran precipitado a sujetarte | El propio Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominios | cogioacute tu diestra te llamoacute con todos tus nombres y te dijo | laquoiexclEstaacutes loco Menelao criado por Zeus iexclNo debes cometer | esa locura Domiacutenate a pesar de tu preocupacioacuten | y no desees por una porfiacutea luchar con un hombre que es mejor | Heacutector Priamida ante quien tambieacuten los demaacutes sienten pavor | El propio Aquiles en la lucha que otorga gloria a los hombres | se estremece al encararlo y eso que es mucho mejor que tuacute | Por eso tuacute ahora ve y sieacutentate entre la tribu de compantildeeros | que los aqueos haraacuten que otro se alce enfrente de ese | Por muy intreacutepido que sea e insaciable de tumulto aseguro | que con jubilo doblaraacute la rodilla con tal de huir | del hostil combate y de la atroz lidraquo Hablando asiacute el heacuteroe desvioacute la intencioacuten de su hermano | porque era oportuna su advertencia y eacutel hizo caso Entonces | los escuderos le quitaron alegres las armas de los hombrosraquo (Iliacuteada Canto VII 103-122)

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

No te enfades tal es la a liccioacuten que oprime a los aqueosTodos los que hasta hace poco eran los maacutes bravosyacen entre las naves heridos por dardos o por picasHerido de dardo estaacute el Tidida el esforzado DiomedesHerido de pica estaacute Ulises insigne por su lanza y AgamenoacutenHerido por una lecha en el muslo estaacute tambieacuten EuriacutepiloDe ellos se ocupan los meacutedicos con sus muchas medicinascurando sus llagas Y tuacute te has vuelto implacable AquilesQue nunca me invada a miacute una ira como esa que tuacute albergastan atroz iquestQue ventaja procuraraacutes al que nazca en el futurosi no apartas a los argivos del ignominioso estragoiexclDespiadado Tu padre no fue Peleo el conductor de carrosni Tetis tu madre el garzo mar fue quien te dio a luzy las abruptas rocas pues tus sentimientos son implacablesSi es que tratas de eludir en tus mientes alguacuten vaticinioy te ha revelado algo de parte de Zeus tu augusta madreal menos enviacuteame a miacute sin demora y dame el resto de la huestede mirmidones a ver si llevo una luz de salvacioacuten a los daacutenaosDame tu armadura para poneacutermela en los hombrosa ver si me confunden contigo y renuncian al combatelos troyanos y los marciales hijos de los aqueos respirande su quebranto Aunque sea breve es un respiro del combateLos no fatigados facilmente a los fatigados del griteriacuteopodemos empujar a la ciudad lejos de las naves y de las tiendasraquoAsiacute habloacute suplicando el muy insensato pues su destinoera el de suplicar para siacute mismo la muerte cruel y la parca(Canto XVI 20-47)

Aquiles responde a su compantildeero con carintildeo manifestando que le gustariacutea dejar ir al pasado afi rmando que no puede mantener la ira para siempre pero a la vez mostrando que todaviacutea reside en su aacutenimo el rencor que siente por Agamenoacuten Su coacutelera es maacutes fuerte que eacutel es una especie de indignacioacuten frente a la injusticia que se aduentildeoacute de eacutel y de la cual no se puede deshacer al contrario parece que le va invadiendo cada vez maacutes laquoiexclOjalaacute Zeus padre Atenea y Apolo no escape de la muerte | ninguno de cuantos troyanos hay ni tampoco ninguacuten argivo | y que soacutelo nosotros dos emerjamos de la perdi-cioacuten y seamos | los uacutenicos que desatemos las sagradas diademas de Troyaraquo3 es como cierra su respuesta a Patroclo y no podemos dejar de sentirnos per-plejos ante estas palabras

3 Iliacuteada Canto XVI 97-100

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

El poeta presenta a Aquiles dividido interiormente entre la coacutelera y la obli-gacioacuten de ayudar a sus compantildeeros probablemente lo que se expresa aquiacute es el mismo dilema que el heacuteroe experimenta durante toda la Iliacuteada Como declara a Agamenoacuten al principio de la epopeya esta guerra para eacutel no signi-fi ca nada Participa en ella acompantildeando a los daacutenaos pero no tiene ninguacuten motivo personal para hacerlo mientras piensa que su vida es demasiado preciosa para ser sacrifi cada En la fi gura de Aquiles se realiza el confl icto entre lo personal y lo comuacuten un confl icto interno tan potente que le deja inerte inactivo encerrado en su tienda observador apaacutetico Sin embargo despueacutes de este encuentro con Patroclo es la primera vez que Aquiles actuacutea eneacutergicamente en la Iliacuteada y es Patroclo quien lo saca de la inercia rencoro-sa en la que estaacute atrapado

A pesar de que las armaduras son uacutenicas para cada guerrero Aquiles en-trega la suya a su amigo junto con unos consejos y un deseo que regrese vivo de la batalla En la Iliacuteada esta armadura sigue una trayectoria curiosa Las armas que ahora son entregadas a Patroclo para protegerlo y tambieacuten para atemorizar a los troyanos permitieacutendole confundirse con Aquiles se encontraraacuten en manos de Heacutector Despueacutes de la muerte de Patroclo Heacutector se apartaraacute de la batalla para poneacuterselas acto que no deja de causar cierta sorpresa4 Seraacute entonces muerto por Aquiles y despojado de las armas que concluiraacuten su deambular ciacuteclico

iquestQueacute signifi ca esta cesioacuten de la armadura a otro guerrero Hay tambieacuten otras escenas en las que un guerrero llega a utilizar las armas de otro laquo[] Troquemos nuestras armas que tambieacuten eacutestos se enteren | de que nos jac-tamos de ser hueacutespedes por nuestros padresraquo dice Diomedes a Glauco5 de modo que el intercambio de armas confi rma y simboliza la resolucioacuten paciacute-fi ca y amistosa de un duelo A menudo la Iliacuteada desplaza la atencioacuten a los objetos objetos que son siempre portadores de historias cosas que existen y perduran y nos pueden contar ellas mismas las historias de sus duentildeos historias que de manera tangencial refuerzan y reanudan el argumento principal

Junto a las naves Aquiles corre por las tiendas de los aqueos invitaacutendoles a

4 Las armas de Aquiles encajan perfectamente en el cuerpo de Patroclo con excepcioacuten de la pica que resulta muy pesada para cualquier guerrero que no sea el divino Aquiles (Canto XVI 130-144) En cambio es necesaria la intervencioacuten de Zeus para que se ajusten al cuerpo de Heacutector quien seguramente tendraacute otra estatura (Iliacuteada canto XVII 198-214) 5 Iliacuteada canto VI 230-231

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

regresar al combate Prepara un ataque en el cual no participaraacute En seguida realiza sacrifi cios a Zeus En la escena del sacrifi cio el espacio se confi gura uacutenicamente a partir de los objetos sus historias y el movimiento de Aquiles en la tienda y en su patio A traveacutes de las acciones de Aquiles se puede reconstruir parcialmente el espacio en el cual actuacutea No podemos dejar de preguntarnos si el poeta guarda en su imaginacioacuten una disposicioacuten espa-cial especiacutefi ca si tiene alguacuten plano completo del espacio que describe o si eacutel mismo se visualiza exactamente aquello que describe relaciones espa-ciales fragmentos de lugares movimientos densidades vaciacuteos y regiones borrosas

[] Por su parte Aquilesechoacute a andar hacia la tienda y abrioacute la tapa de un arcabella primorosa que Tetis la de argeacutenteos pies le habiacuteadepositado en la nave para que la llevara repleta de tuacutenicasde capas que abrigan del viento y de lanosas mantasAlliacute estaba su labrada copa ninguacuten otro hombrebebiacutea de ella el rutilante vino y a ninguacuten diosmaacutes que a Zeus padre haciacutea libaciones con ellaLa recogioacute entonces del arca la puri icoacute con azufreprimero y a continuacioacuten la lavoacute con bellos chorros de aguaTambieacuten eacutel se lavoacute las manos y apuroacute el rutilante vinoLuego de pie en medio del vallado oroacute y vertioacute el vinomirando al cielo y lo vio Zeus que se deleita con el rayo[]Despueacutes de hacer la libacioacuten y la plegaria a Zeus padreentroacute de nuevo en la tienda y depositoacute la copa en el arcay salioacute y se detuvo ante la tienda con el aacutenimo auacuten deseosode contemplar la atroz contienda entre troyanos y aqueos(Canto XVI 220-256)

Vestido con las armas de Aquiles y acompantildeado por muchos mirmidones Patroclo sale al combate por primera y uacuteltima vez en la Iliacuteada Aunque el poeta nos ha informado claramente de esto y de que la muerte de Patroclo seraacute la clave para el desenlace del argumento la narracioacuten se suspende y se detiene en las hazantildeas del heacuteroe traacutegico En una duracioacuten muy breve Patroclo conseguiraacute rechazar el ataque de los troyanos obligaacutendoles a retro-ceder desde las naves aqueas hacia la ciudad mataraacute varios de ellos e inten-taraacute atacar eacutel mismo la muralla de Troya Todo eso con la ayuda divina por supuesto A lo largo de la Iliacuteada Zeus se representa buscando una manera

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

de matar a Patroclo elaborando una coreografiacutea de su muerte Este guerrero cuya muerte reside en el centro del poema ha de ser glorifi cado antes de ser muerto y Zeus es el dios que quiere concederle esta gloria La culmina-cioacuten de su heroiacutesmo se alcanza en su duelo con Sarpedoacuten el padre de los dioses oliacutempicos deja que su hijo sea muerto por Patroclo aunque no sin antes experimentar una intensa lucha interior para decidir si puede cambiar el destino de su querido hijo mortal y no sin derramar una lluvia de sangre en su honor

Menudeaban sin pausa en torno del cadaacutever como cuando las moscasen el establo zumban alrededor de los jarros rebosantes de lecheen la estacioacuten primaveral cuando las caacutentaras rezuman de lecheasiacute menudeaban en torno del cadaacutever Ni un momento Zeusapartoacute sus relucientes ojos de la violenta batalla sino que con la mirada ija en ellos cavilaba consigo mismosobre el asesinato de Patroclo vacilando una y otra vezentre hacer ya que tambieacuten a aqueacutel en aquella violenta batallasobre Sarpedoacuten comparable a un dios el esclarecido Heacutectorlo aniquilara con el bronce y quitara las armas de sus hombros o si extender auacuten a otros maacutes aquella aacuterdua fatigaEn el curso de sus pensamientos le parecioacute lo mejorque el noble escudero del Peacutelida Aquilesrechazara a los troyanos y a Heacutector de bronciacuteneo cascootra vez maacutes hacia la ciudad y quitara la vida a muchos(Canto XVI 641-655)

Patroclo mata a Sarpedoacuten y con su muerte irrumpe una lucha alrededor de su cuerpo Sarpedoacuten es el primer guerrero muerto cuyo cuerpo funciona como centro de una batalla importante en la Iliacuteada (eacutel mismo en el momen-to de su muerte implora a Glauco a no abandonar su cuerpo en el campo de batalla) La batalla envuelta en la noche siniestra creada por Zeus seraacute el motivo para que Heacutector y Patroclo se encuentren por primera vez en el combate Despueacutes de meditar mucho Zeus protege la memoria de su hijo llevando a su cuerpo lejos de la llanura de Troya con la ayuda de Apolo del Suentildeo y de la Muerte Patroclo no pereceraacute en esa misma batalla Heacutector retrocede y eacutel tiene la oportunidad de avanzar hacia Troya mientras Apolo lo detiene tres veces en la muralla de la ciudad

Animado por Apolo Heacutector se acerca a toda velocidad subido en su carro acompantildeado por Cebriacuteones a quien Patroclo mata con una piedra

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Entonces el cuerpo de Cebriacuteones se convierte en centro de una densa ba-talla en la cual pereceraacuten muchos guerreros de ambos bandos Cuando los aqueos consiguen retirar a Cebriacuteones y despojarle de sus armas el centro de la escena desaparece La batalla continuacutea pero ya no gira alrededor de un nuacutecleo ni tampoco hay un enfrentamiento entre dos bloques sino que todos estaacuten mezclados combatiendo en desorden La Iliacuteada posiciona entonces a Patroclo en el centro de este desorden su muerte tan esperada y tan preme-ditada es inminente e irreversible

Patroclo se ubica primero en el centro como sujeto que actuacutea intencional-mente defi ne y modifi ca el espacio en el que se mueve se arroja entre los troyanos y nosotros nos proyectamos con eacutel Tres veces ataca y tres veces sentimos la fuerza del ataque en nuestro interior Pero el cuarto ataque marca un punto de infl exioacuten El heacuteroe estaacute cruzando un liacutemite invisible el liacutemite del hibris si se nos permite el teacutermino y este ataque seraacute su uacuteltimo El narrador cambia de nuevo su actitud hacia Patroclo dirigieacutendose a eacutel en segunda persona En este momento Patroclo cesa de existir como sujeto para convertirse en una cosa una cosa con vida al principio una cosa sin vida a continuacioacuten6 A la vez la voz del poeta que habla a su personaje lo inmoviliza lo transforma en un punto fi jo un centro estaacutetico un receptor Patroclo recibe la palabra y recibe pasivo su suerte

Mientras el curso del sol recorrioacute el centro del cielolos dardos alcanzaron a los de ambos bandos y la hueste caiacuteamas a la hora de bajar el sol la de la suelta de las vacasfue cuando los aqueos cobraron una desmesurada ventaja Sacaron al heacuteroe Cebriacuteones fuera del alcance de los dardosy del clamor troyanos y le quitaron las armas de los hombrosPatroclo se arrojoacute entre los troyanos con funestas intencionesTres veces arremetioacute entonces comparable al impetuoso Aresentre pavorosos alaridos y las tres veces matoacute a nueve mortales Mas cuando ya por cuarta vez se arrojoacute semejante a una deidadentonces aparecioacute ante ti Patroclo el teacutermino de la vidapues Febo te salioacute al encuentro en la violenta batallaSurgioacute terrible pero eacutel no lo vio venir a traveacutes del tropelpues se le acercaba oculto en una tupida bruma Se detuvo detraacutes y le golpeoacute la espalda y los anchos hombros

6 ldquoAn extraordinary entity this - a thing that has a soul [] A man stands disarmed and naked with a weap-on pointing at him this person becomes a corpse before anybody or anything touches himrdquo escribe Simone Weil (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p185)

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

con la palma de la mano y sus ojos giraron vertiginosamenteFebo Apolo le tiroacute de la cabeza el morrioacutenfue rodando con estreacutepito bajo las patas de los caballosel atubado yelmo y las crines de su penacho se mancharon de sangre y de polvo Antes los dioses no habiacutean consentidoque aquella celada con penacho de crines se manchara de polvopues protegiacutea la cabeza y la amable frente de un hombre divinode Aquiles pero entonces Zeus otorgoacute a Heacutectorllevarla sobre su cabeza pues a eacutel ya lo acechaba la muerte Se le quebroacute entera en las manos la pica de luenga sombrapesada larga compacta provista de casquete y se le cayoacutede los hombros al suelo el ribeteado broquel con el tahaliacuteEl soberano Apolo hijo de Zeus le desatoacute la corazaEl estupor se aduentildeoacute de eacutel se doblaron sus preclaros miembrosy se paroacute atoacutenito Con la aguda lanza detraacutes en la espaldaentre los hombros le acertoacute de cerca un guerrero daacuterdanoEuforbo Pantoida que descollaba entre todos los de su edadcon la pica la destreza en el carro y la presteza de los piesHabiacutea derribado de sus caballos a veinte mortales la primera vezque habiacutea salido con el carro auacuten un aprendiz en el combateEacuteste fue el primero que te arrojoacute un dardo cochero Patroclomas no te doblegoacute Corrioacute atraacutes y se perdioacute en la muchedumbreen cuanto te arrancoacute de la carne el asta de fresno sin resistirante Patroclo en la lid a pesar de que estaba desarmado(Canto XVI 777-815)

Su muerte tan esperada y tan premeditada no se parece a ninguna otra muerte descrita en la Iliacuteada Patroclo no se encuentra con un adversario que le mata sino con su propia muerte Como en muchas ocasiones aquiacute tambieacuten se necesita la intervencioacuten de un dios para resolver el duelo entre dos guerreros valientes Sin embargo en ninguna otra escena se presenta intervencioacuten divina semejante a eacutesta Patroclo estaacute inmoacutevil quieto y parado en la narracioacuten cuando Apolo pasando desapercibido entre la confusioacuten del combate oculto en una neblina le golpea por detraacutes Por detraacutes recibe Patroclo el golpe del dios estupefacto impotente siente el abandono en su cuerpo Le abandona la fuerza el vigor de sus miembros le abandona su ar-madura Las armas de Aquiles van cayeacutendose progresivamente marcando el espacio alrededor de Patroclo que se mantiene de pie en el centro como un palo

Despojado de todas sus defensas Patroclo recibe por detraacutes de nuevo el

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

ataque de Euforbo eacuteste retira la lanza clavada entre los hombros y se pierde corriendo entre la muchedumbre Patroclo estaacute atoacutenito desnudo en un pai-saje de hierro bronce resistentes pieles de bueyes gritos alaridos y agita-ciones violentas Herido intenta escaparse refugiarse protegerse Heacutector veloz y decisivo se acerca a eacutel y lo perfora con su lanza causaacutendole la herida mortal Patroclo queda completamente humillado las jactancias que Heacutector profi ere resuenan con crueldad sobre este cuerpo del guerrero que ya no es Del cuerpo sin vida de Patroclo cuerpo al que ya abandonoacute el alma Heacutector retira su lanza con un movimiento brusco Patroclo es una cosa en el espa-cio material bruto al que se puede pisar casi como si fuese tierra La lanza el objeto sobrevive a la persona que ha matado y se volveraacute a usar para matar a otra y otra y otra maacutes La relacioacuten entre el elemento de aniquilacioacuten y la existencia aniquilada no es exclusiva

Patroclo doblegado por el golpe del dios y por la lanzaempezoacute a replegarse a la turba de los compantildeeros por eludir la parcaHeacutector nada maacutes ver al magnaacutenimo Patrocloretrocediendo herido por el agudo broncellegoacute cerca de eacutel entre las ilas le hirioacute con la lanzaen lo maacutes bajo del ijar y le hundioacute el bronce de parte a parteRetumboacute al caer y causoacute gran pesar a la tropa de los aqueosComo cuando un leoacuten domina por la fuerza a un indomable jabaliacutecuando ambos en las cimas de un monte luchan con gran ierezaalrededor de un escaso manantial y los dos quieren bebery el leoacuten logra doblegar por la fuerza al jadeante jabaliacuteasiacute al fornido hijo de Menecio tras haber matado a muchosHeacutector Priaacutemida le arrebatoacute la vida de cerca con la picay blasonando de su triunfo le dijo estas aladas palabraslaquoiexclPatroclo Bien que asegurabas que asolariacuteas nuestra ciudady arrebatariacuteas el diacutea de la libertad a las mujeres troyanasy las llevariacuteas en las naves a tu tierra patriaiexclInsensato En su defensa los ligeros caballos de Heacutectorhan llegado al combate a galope tendido Tambieacuten yo con la picasobresalgo entre los combativos troyanos porque les apartodel diacutea fatal a ti en cambio los buitres te devoraraacuten aquiacuteiexclInfeliz No te ha socorrido ni Aquiles por valeroso que seaque se ha quedado y sin duda te ha dado muchos encargos al salirlsquoNo regreses oh Patroclo conductor de caballosa las huecas naves hasta que la tuacutenica ensangrentada del homicida Heacutector hayas desgarrado alrededor del pechorsquoSin duda eso te ha dicho y ha persuadido tu insensata menteraquo

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

Desfallecido replicaste Patroclo conductor de caballoslaquoYa te has jactado ahora Heacutector demasiado Te han dadola victoria Zeus Croacutenida y Apolo que me han doblegado facilmente pues ellos me han quitado las armas de los hombrosAunque veinte como tuacute me hubieran salido al encuentrotodos habriacutean perecido aquiacute mismo doblegados bajo mi lanzaPero el funesto destino y el hijo de Leto me han matadoy de los hombres Euforbo tuacute al despojarme soacutelo eres tercero Otra cosa te voy a decir y tuacute meacutetela en tus mientestampoco tuacute viviraacutes mucho tiempo proacuteximos a tiya acechan la muerte y el imperioso destinoque te haraacuten sucumbir a manos del intachable Aquiles EaacutecidaraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacute El aliento vital salioacute volando de sus miembros y marchoacute al Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando el esclarecido Heacutector le dijolaquoiexclPatroclo iquestPor queacute me vaticinas el abismo de la ruinaiquestQuien sabe si Aquiles hijo de Tetis de hermosos cabellos se anticiparaacute y pereceraacute antes que yo golpeado por mi lanzaraquoTras hablar asiacute arrancoacute la bronciacutenea pica de la heridaapoyando encima el pie y lo apartoacute boca arriba de la lanzaA continuacioacuten marchoacute con el astil en busca de Automedonteescudero comparable a los dioses del velociacutepedo Eaacutecida a quien ansiaba disparar pero ya lo sacaban los ligeros caballosinmortales espleacutendidos dones regalados por los dioses a Peleo(Canto XVI 816-867)

Los ligeros caballos inmortales que en su movimiento centriacutefugo llevan a Automedonte lejos de este lugar fuacutenebre lejos de Heacutector que estaacute ansioso por sangre echan un rayo de luz sobre la escena Su corrida trae una corrien-te de aire que nos permite respirar con la mirada desenfocada a la distancia Por un breve instante Patroclo estaacute solo en silencio sin armas sin compantildee-ros sin vida Apenas estaacute yace en la tierra en un lugar vaciacuteo

Esta quietud dura muy poco En seguida Menelao desde lejos advierte la muerte de su compantildeero A partir de este momento corre hacia eacutel realizan-do un movimiento centriacutepeto inverso al de los caballos Este movimiento de Menelao la batalla que irrumpe alrededor del cuerpo de Patroclo y la aten-cioacuten de todos que se dirige de nuevo hacia eacutel vuelven a crear una atmoacutesfera asfi xiante densa ineludible Es la guerra que se recicla y recrea a siacute misma atando y desatando nudos desplazando y transformando sus centros

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4 Destruccioacuten del cuerpo construccioacuten del cuerpo [Aquiles y Heacutector]

En ocasiones el movimiento que el poeta de la Iliacuteada nos propone seguir es un movimiento intracorporal una negociacioacuten que toma lugar en el interior de un cuerpo y se parece a un diaacutelogo entre sus partes El cuerpo homeacuterico es un cuerpo fragmentado plural habitado por sensaciones sentimientos estados de aacutenimo compuesto por distintas regiones oacuterganos miembros un cuerpo con vida interior y vivido desde el interior

Mejor dicho citando a Jean-Pierre Vernant ldquoEn tanto que el cuerpo estaacute vivo es entendido como una multiplicidad de oacuterganos y de miembros animados por las pulsiones que les son propias es el espacio donde se despliegan y a veces se enfrentan los impulsos las fuerzas contrarias Seraacute con ocasioacuten de su muerte cuando se encuentra desierto cuando el cuerpo adquiera su unidad formalrdquo1 Tambieacuten es importante recordar que en el griego arcaico la palabra σῶμα no designaba al cuerpo vivo sino al cadaacutever

Asi habloacute y la a liccioacuten invadioacute al Pelida y su corazoacutendentro del velludo pecho vacilaba entre dos decisioneso desenvainar la aguda espada que pendiacutea a lo largo del musloy hacer levantarse a los demaacutes y despojar eacutel al Atridao apaciguar su coacutelera y contener su furorMientras revolviacutea estas dudas en la mente y en el aacutenimoy sacaba de la vaina la gran espada llegoacute Atenea del cielo(Canto I 188-195)

En los versos de la Iliacuteada cada sensacioacuten emocioacuten sentimiento o pensa-miento se ubica en un lugar preciso en el cuerpo de quien lo experimenta Maacutes bien todo lo que ocurre en el plano mental-psiacutequico se manifi esta tam-bieacuten en el cuerpo como un acontecimiento un siacutentoma mantiene un viacutenculo

1 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 63 Al morir el cuerpo sujeto y soporte de acciones se transforma a puro objeto para el otro En el mismo libro Vernant sentildeala tambieacuten el caraacutecter plural de la cor-poreidad arcaica en la Iliacuteada a menudo se hace referencia a las partes del cuerpo en plural y no en singular

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

intriacutenseco con la realidad corpoacuterea Los deseos los miedos las ideas los valores apropiados funcionan como impulsos que generan movimiento en los cuerpos de los heacuteroes Al reveacutes un impuso una emocioacuten o una sensacioacuten se conocen a traveacutes de su expresioacuten en el cuerpo Manos ansiosas por matar pies ligeros interior revuelto pensamientos que se remueven en el vientre rabia acurrucada en el corazoacuten la cara tapada con la palma de la mano amistad en el seno La Iliacuteada abunda de imaacutegenes como estas

Seriacutea seguramente un anacronismo introducir aquiacute la nocioacuten de embodiment y hablar de sujetos encarnados dado que esta nocioacuten proviene de una larga tradicioacuten fi losoacutefi ca que ofrecioacute muchas explicaciones diferentes acerca de la relacioacuten entre cuerpo y alma despueacutes de generar esta divisioacuten La eacutepoca en la que se escribe la Iliacuteada todaviacutea no conoce el dualismo cuerpo-alma y en sus versos probablemente se registra aquello que fue la manera intuitiva de percibir y entender el mundo desde la experiencia concreta Como escribe Walter Ong antes de la generalizacioacuten del uso de la escritura el pensamien-to de una cultura oral se mantiene cerca del mundo humano vital y tiende a ser situacional maacutes que abstracto2 Algo parecido se puede observar en el pensamiento infantil sobre todo antes de la adquisicioacuten de la habilidad de leer y escribir Los relatos y los juegos de los nintildeos estaacuten muy vinculados al cuerpo y en ellos se desdobla un pensar y un sentir desde el cuerpo con el cuerpo y para el cuerpo3

Jean-Pierre Vernant escribe al respecto ldquoPara destacar esta imbricacioacuten de lo fiacutesico y de lo psiacutequico dentro de una conciencia de siacute que al mismo tiempo supone un compromiso con las diversas partes del cuerpo James Redfi eld ha afi rmado de modo sorprendente que en los heacuteroes de Homero ldquoel yo in-terior no es otra cosa que el yo orgaacutenicordquo Tal vocabulario si no del cuerpo siacute por lo menos de las distintas dimensiones o aspectos de lo corporal confor-ma en conjunto un coacutedigo que permitioacute a los griegos expresar o pensar sus relaciones consigo mismos el modo de presentarse a siacute mismos de manera maacutes o menos clara maacutes o menos unifi cada o dispersa seguacuten las circunstan-cias pero igualmente nos proporciona una pista sobre sus relaciones con un otro al cual estaacute vinculado por todas las formas de apariencia corporalrdquo4

2 Veacutease Oralidad y Escritura tecnologiacuteas de la palabra p48-623 En esta direccioacuten se organiza Territorio do brincar un proyecto de investigacioacuten que intenta cartografi ar los juegos de los nintildeos en Brasil buscando similitudes y diferencias seguacuten la regioacuten el grupo social la edad el geacutenero esencialmente remitiendo al cuerpo httpterritoriodobrincarcombr4 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 18

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

En los primeros cantos de la Iliacuteada la batalla descrita es representada en planos panoraacutemicos Los duelos tienden a resolverse deprisa en pocos versos y la atencioacuten recae sobre el heacuteroe que mata resaltando su valor como guerrero relatando sucesivamente un ataque despueacutes de otro El paisaje sonoro que se construye en las primeras escenas de combate estaacute compuesto por el bullicio del campo de batalla los gritos y los alaridos el relincho de los caballos y los sonidos metaacutelicos de las armas que se entrechocan cons-tantemente Es crucial recordar sin embargo que esta sonoridad surge y es posible precisamente porque en la Iliacuteada la batalla es siempre una batalla cuerpo a cuerpo Al enfrentarse los dos grupos aqueos y troyanos se acer-can se acercan a tal punto que se juntan formando un aglomerado com-plejo El sonido emergente es el sonido o tal vez el ruiacutedo de la confl uencia violenta de elementos y personas en un mismo sitio en un mismo instante

A medida que la narracioacuten de la Iliacuteada avanza se multiplican las referencias al cuerpo se intensifi can los estiacutemulos sensoriales la interaccioacuten entre los cuerpos se vuelve maacutes cercana maacutes iacutentima maacutes profunda Este acercamien-to se hace progresivamente maacutes expliacutecito cada guerrero tiene su historia y su linaje mientras en las escenas de duelo a menudo se abren espacios de diaacutelogo donde se despliegan las vidas de los heacuteroes Al paisaje sonoro exis-tente se antildeaden progresivamente la respiracioacuten y el latido del corazoacuten los gestos se hacen maacutes iacutentimos y sutiles Ademaacutes abundan las descripciones de la envoltura corporal a traveacutes de ella se va construyendo un puente entre el sujeto y el mundo circundante

Igual que el estruendo de los lentildeadores se elevaen las caacutercavas del monte y de lejos repercuten los golpesasiacute se levantaba desde la espaciosa tierra el estreacutepitodel bronce y de los bien elaborados escudos de bovina pielal choque de las espadas y de las picas de doble moharra(Canto XVI 633-637)

Como cuando revolotean procedentes de Zeus espesos coposgeacutelidos bajo el empuje del Boacutereas nacido del eacuteterasiacute de espesos eran entonces los cascos gallardos de su brilloque saliacutean en tropel de las naves los abollonados broqueleslas corazas de soacutelidas placas y las lanzas de vara de fresnoEl fulgor llegoacute al cielo la tierra entera rioacute alrededorpor el relaacutempago del bronce y el ruido rugiacutea bajo los pasosde los guerreros Y en medio se armaba el divino Aquiles

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

Sus dientes rechinaban los dos ojos le brillaban como sifueran llamaradas de fuego y el corazoacuten en su interior estabainundado de una insufrible tristeza Airado contra los troyanosse vistioacute con los dones que Hefesto le habiacutea forjado con esmeroPrimero se colocoacute alrededor de las pantorrillas las grebasbellas ajustadas con aacuteureas tobillerasEn segundo lugar alrededor del pecho se puso la corazaA los hombros se echoacute la espada tachonada con clavos de platabronciacutenea a continuacioacuten cogioacute el alto y compacto escudocuyo resplandor llegaba tan lejos como el de la lunaComo cuando desde el Ponto se les aparece a unos marinerosel destello de un incandescente fuego que arde sobre un monteen un solitario establo y contra su voluntad los vendavaleslos arrastran lejos de los suyos sobre el mar rico en pecesasiacute llegaba al eacuteter el resplandor del escudo de Aquilesbello primoroso Luego alzoacute el ponderoso yelmoy se lo caoacuteo en la cabeza Como un astro refulgiacuteael yelmo con su penacho y ondeaban alrededor las crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenAquiles de la casta de Zeus se proboacute las armas para versi le cuadraban y permitiacutean correr a sus ilustres miembrosLe sentaban como alas y en volandas al pastor de huesteslo elevaban De un estuche sacoacute la paterna picapesada larga y compacta ninguacuten otro de los aqueos podiacuteablandiria solo Aquiles era capaz de blandir la peliacuteadalanza de fresno que Quiroacuten habiacutea procurado a su padre de la cima del Pelio para que fuera matanza de heacuteroes(Canto XIX 357-391)

Las armas sean elementos de defensa o de ataque aparecen y sirven como extensiones del cuerpo de quien las utiliza El guerrero las necesita para ir al combate es soacutelo a traveacutes de ellas que puede participar en la guerra matar y evitar que sea muerto por otros Como hemos visto en la escena de la muerte de Patroclo despojarse de las armas signifi ca privarse de los medios de de-fensa y ataque signifi ca perder algo del propio cuerpo y encontrarse des-nudo casi mutilado presa a la disposicioacuten de los enemigos Por otra parte armarse signifi ca prepararse desarrollar un medio de comunicacioacuten entre el propio cuerpo y el terreno de batalla comunicacioacuten basada en la destruc-cioacuten y extensioacuten establecida desde fuera

La voz tambieacuten es una extensioacuten del propio cuerpo una extensioacuten que en

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

este caso empieza desde el interior y cuyo objetivo es crear construir El habla emerge como una de las posibilidades del cuerpo y durante la comuni-cacioacuten siempre y exclusivamente oral en el mundo arcaico la voz adquiere una dimensioacuten espacial5 Mejor dicho la voz tiene el potencial de transfor-mar el lugar donde se escucha En el acto de hablar la enunciacioacuten ocurre en un lugar determinado y ejerce su infl uencia sobre este lugar Esta trans-formacioacuten se debe tanto al signifi cado linguiacutestico al enunciado en siacute como a la espacialidad propia del sonido su capacidad inherente de envolvernos Privarse del derecho a la propia voz como Helena y las otras mujeres-pre-mio o como los esclavos de la Iliacuteada tambieacuten tiene el efecto de una mutila-cioacuten y modifi ca radicalmente la interaccioacuten con el mundo

Atendiendo minuciosamente a palabras y acciones el espacio del poema se confi gura casi absolutamente por la presencia humana en eacutel a veces densa y asfi xiante6 Los duelos se alargan cada vez maacutes y adquieren importancia para la evolucioacuten y el desenlace de la historia A fi n de reforzar esta im-portancia algunos duelos se anticipan en la narracioacuten de manera que el receptor del poema estaacute pendiente de su aparicioacuten y otros se recuerdan de nuevo despueacutes de que hayan terminado Por otra parte se pone cada vez maacutes eacutenfasis a la destruccioacuten del cuerpo a las heridas y a la aniquilacioacuten del otro y es mediante esta destruccioacuten que se construye la imagen del cuerpo en la Iliacuteada

A ambos lados de los dos Ayantes se colocaron los batallonessoacutelidos que ni Ares de haber ido alliacute habriacutea criticado en nadani tampoco Atenea estiacutemulo de las huestes pues eran paladinesselectos los que aguardaban a los troyanos y al divino Heacutectorforti icando asta con asta y escudo con escudo unidos por la base Se apoyaban broquel en broquel casco en casco hombre en hombreLos empenachados cascos se tocaban con los brillantes crestonesal menear la cabeza iexcltan apinados unos con otros formabanHaciacutean entrelazarse las picas que en las audaces manosvibraban y no teniacutean otra idea que avanzar y ansiar la lucha(Canto XVI 126-135)

Como escribe Maronitis acerca de la Iliacuteada en ella se produce un acerca-

5 laquoSe despertoacute del suentildeo la divina voz auacuten se difundiacutea alrededorraquo (Iliacuteada canto II 41)6 laquopues aquel diacutea muchos troyanos y aqueos quedaron | de bruces tendidos en el polvo unos al lado de otrosraquo (Iliacuteada Canto IV 543-544)

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

miento gradual que se dirige del escuchar al ver y del ver al tocar7 Seguacuten eacutel la narracioacuten en la Iliacuteada es invasiva invade la accioacuten desde el pasado hacia el presente situando al receptor en el presente narrativo en contacto con los acontecimientos narrados a diferencia de la Odisea o de otras epopeyas tradicionales que situacutean al receptor a una larga distancia temporal respecto a los acontecimientos De esta manera podemos tambieacuten decir que va cre-ciendo la empatiacutea que sentimos por los personajes mientras nos acercamos a ellos como si en nuestra propia piel pudieacuteramos experimentar lo que ellos viven

Progresivamente en la Iliacuteada marcan su aparicioacuten el dolor y el cansancio Todo el poema se refi ere a unos acontecimientos del deacutecimo antildeo de la guerra por lo que nos podemos imaginar que ambos bandos estaraacuten agotados des-trozados heridos debilitados Sin embargo este agotamiento generalizado no se puede apreciar desde el principio es como si los heacuteroes se agotaran du-rante la narracioacuten como si la propia narracioacuten fuese la encarnacioacuten de este agotamiento Asiacute la Iliacuteada nos demuestra claramente aquello que la guerra es agotadora hasta la destruccioacuten completa Siguiendo a Weil8 en la guerra se usa la fuerza de manera desmesurada para aniquilar al otro hasta que la fuerza actuacutee por siacute misma destruyendo al que la ejerce y al que la recibe indistintamente

Al acercarse a los cuerpos de los personajes al atender a los traumas que reciben la Iliacuteada genera unas descripciones desgarradoras por realistas del dolor fiacutesico A menudo no es el momento de la herida que resulta maacutes do-loroso ya que el guerrero estaacute todaviacutea inmerso en la adrenalina de la bata-lla el arma que penetra su cuerpo es defi nitivamente un acto cruel pero su efecto no se hace perceptible de inmediato El guerrero herido puede seguir luchando y sangrando hasta que la sangre se seque y eacutel empiece a padecer de agudos dolores La descripcioacuten del dolor del heacuteroe se inicia en su propia herida en el movimiento de la sangre en el interior de su cuerpo y es este dolor que cuando aparece pone de manifi esto la herida el miembro herido el cuerpo la fragilidad la destruccioacuten la vida y la muerte

7 Traduzco del epiacutelogo de su traduccioacuten de la Iliacuteada laquo[el receptor de la Iliacuteada] escuchando puede ver los acontecimientos y viendo puede tocarlos Se trata pues de una escalada de la audicioacuten a la vista y de la vista al contacto rozando el liacutemite del tactoraquo (Ομήρου Ιλιάς trad de Δ Ν Μαρωνίτης p597-598)8 ldquoForce is as pitiless to the man who possesses it or thinks he does as it is to its victims the second it crushes the fi rst it intoxicates The truth is nobody really possesses itrdquo (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p191)

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Cuando lo advirtioacute Cooacuten conspiacutecuo entre los guerrerosel Antenoacuterida primogeacutenito una acerba tristezale cubrioacute los ojos por la muerte de su hermano Se apostoacutede soslayo con la lanza sin que lo notara el divino Agamenoacuteny le hirioacute en mitad del antebrazo por debajo del codola punta de la reluciente lanza se lo atravesoacute rectaSe estremecioacute entonces Agamenoacuten soberano de hombrespero ni auacuten asiacute cesoacute en la lucha y en el combate y arremetioacute a Cooacuten con la pica nutrida por los vientos[]Continuoacute recorriendo las hileras de los demaacutes guerreroscon la pica con la espada y con enormes guijarros mientras la sangre caliente estuvo borbotando de la heridaPero en cuanto la uacutelcera comenzoacute a secarse y cesoacute la sangreagudos dolores penetraron en el ardor del Atrida(Canto XI 248-268)

Joanna Bourke sostiene que el dolor se puede entender como un evento una manera de estar en el mundo9 Es interesante recordar aquiacute que en griego existen dos maneras de hablar del dolor que uno siente πονάω que seriacutea algo como (yo) duelo primera persona del verbo doler y πονάει (me) duele En el primer caso el dolor se manifi esta como un estado de mi ser un estado en el cual me encuentro casi activamente y se puede decir πονάω sin maacutes estoy en dolor o πονάω en el estoacutemago o πονάω entre la cadera y la columna o sea estoy en dolor en un lugar especiacutefi co siempre soy yo que estoy asiacute yo iacutentegro que aparezco en el dolor aunque mi dolor pueda ser concreto y localizable en una parte de miacute En cambio en el segundo caso tal como en castellano hay siempre algo que duele la mano el brazo el pie el diente la cabeza el corazoacuten me duele algo miacuteo pero como si fuese ajeno a miacute como si mi brazo no fuese exactamente yo este dolor no se refi ere a la totalidad de mi ser Existe una distancia entre la persona que experimenta el dolor y el punto donde se localiza este dolor

Apenas habloacute asiacute y el teacutermino de la vida le cubrioacutelos ojos y las narices Patroclo apoyoacute el pie en su pechoy arrancoacute del cuerpo la lanza con ella salioacute el pericardio

9 ldquoWe should think of pain as an event as a way of being in the worldrdquo Conferencia de Joanna Bourke en el Centro Cultural de la Fundacioacuten Onassis en Atenas con fecha 03022015 La historiadora autora del libro The Story of Pain From Prayer to Painkillers recurriendo entre otras fuentes a testimonios de soldados y de meacutedicos de la primera y la segunda guerra mundial en esta conferencia hizo referencia a casos de heridas muy graves para explorar la manera como se experimenta el dolor y el signifi cado que le puede ser asignado

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

y junto a la punta de la pica le extrajo el aliento de la vida(Canto XVI 502-505)

En la herida abierta aquella herida dolorosa y mortal se abre el cuerpo se expone el interior de la persona y se derrama hacia el exterior irreversible-mente El trauma es una viacutea de escape de la sangre de los oacuterganos del alma de la propia vida En la apertura del cuerpo herido encuentra una salida tambieacuten el aliento el uacuteltimo aliento de la vida en esta apertura y en el dolor que la acompantildea se afi rma el cuerpo y la existencia carnal fraacutegil efiacutemera del ser Esta afi rmacioacuten culmina en la terminacioacuten de la vida que se produce a traveacutes de la misma apertura En otros pasajes de la Iliacuteada el alma se escapa del cuerpo muerto a traveacutes de la boca la boca que es tambieacuten una apertura en el cuerpo apertura a la que Pierre Feacutedida situacutea en el comienzo del cuerpo humano10 El comienzo que ha de coincidir con el fi nal

Ampliando estas refl exiones se puede considerar que el cansancio es tam-bieacuten una manera de estar en el mundo una manera del cuerpo para afi r-marse en el mundo Un cuerpo cansado de la misma manera que un cuerpo que duele se pronuncia aquiacute estoy Tambieacuten se encuentran en la Iliacuteada des-cripciones del cansancio fiacutesico de la manera como el cansancio afecta a los miembros del heacuteroe Con sutileza el poeta identifi ca lugares en el cuerpo lugares precisos cada uno de los cuales experimenta una sensacioacuten distinta El cuerpo es plural como dice Vernant compuesto por varios sitios varios oacuterganos varios miembros y en eacutel se pueden escuchar muchas voces a la vez si estamos sufi cientemente atentos a ellas

Ayante ya no resistiacutea pues los dardos lo acosaban con fuerzay le doblegaban la voluntad de Zeus y los arrogantes troyanoscon sus disparos terrible ruido en sus sienes la relucientecelada haciacutea con los proyectiles sufriacutea continuos impactosen los bien fabricados mamelones y se cansaba el hombro izquierdode embrazar sin cesar el tornasolado escudo Mas no podiacuteanhacer que se tambalease a los lados bajo el peso de los dardosCon fatigoso e incesante sofoco respiraba el sudor le luiacuteaa chorros de los miembros por todos los lados y no hallabaresuello por doquier se amontonaba desgracia sobre desgracia(Canto XVI 102-111)

10 Pierre Feacutedida Par ougrave commence le corps humain

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

En los versos del poema se trazan mapas de dolor y de cansancio sobre el cuerpo de manera que el cuerpo se convierte en territorio y la narracioacuten en cartografiacutea En algunas ocasiones a traveacutes de los siacutemiles empleados se di-bujan paralelismos entre el cuerpo y el paisaje entre la persona y la natura-leza laquoComo cuando el vasto pieacutelago se riza de mudo oleaje | y preludia los veloces senderos de los sonoros vientos | auacuten en calma sin echar a rodar ni hacia acaacute ni hacia allaacute | hasta que desciende una decidida brisa procedente de Zeus | asiacute el anciano con el aacutenimo desgarrado dudaba entre dos planes | si penetrar en la muchedumbre de los daacutenaos de veloces potros | o ir en busca del Atrida Agamenoacuten pastor de huestesraquo11

Acerqueacutemonos ahora al que viene a ser el duelo maacutes importante de la Iliacuteada La confrontacioacuten entre Heacutector y Aquiles episodio destacado entre los varios episodios del mito no llega a comenzar hasta el canto XX para concluir al fi nal del canto XXII casi al fi nal del poema Es una confrontacioacuten que se realiza en tres actos un primer duelo corto y no sangriento resuelto con la intervencioacuten divina un intervalo en que se presentan las hazantildeas de Aquiles y su persecucioacuten por los dioses y el duelo defi nitivo que engloba la perse-cucioacuten de Heacutector por Aquiles alrededor de la ciudad de Troya y el enfrenta-miento fi nal de los heacuteroes resultante en la muerte de Heacutector

Este duelo es el uacuteltimo de la Iliacuteada en eacutel llega a colmo la violencia de la guerra y se alcanza la destruccioacuten plena y defi nitiva del cuerpo Por otra parte los adversarios estaacuten luchando con todas sus fuerzas por una causa personal Heacutector estaacute defendiendo a su amada familia (sobre todo) a su ciudad y a su pueblo mientras Aquiles se estaacute vengando de la peacuterdida de su maacutes iacutentimo amigo y compantildeero Aunque sus motivos son diferentes ambos haraacuten todo lo posible para aniquilar al otro motivados por el afecto antes que por heroiacutesmo u obligacioacuten hacia la polis En este duelo iacutentimo y dolo-roso se estiran los liacutemites del cuerpo de la fuerza del aguante y del vigor

En cuanto Heacutector vio a su hermano Polidoroencorvaacutendose hacia el suelo con las entrantildeas en la mano la niebla se derramoacute sobre sus ojos y ya no soportoacute seguirmaacutes tiempo merodeando a distancia sino que fue contra Aquileshaciendo oscilar la aguda lanza semejante a la llama Eacutestenada maacutes verlo dio un salto hacia eacutel y exclamoacute triunfantelaquoYa estaacute cerca el hombre que maacutes me ha fustigado el aacutenimo

11 Iliacuteada Canto XIV 16-22

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el autor del asesinato de mi preciado compantildeero Ya no podemosescondernos maacutes tiempo uno de otro por los puentes del combateraquoDijo y miraacutendolo con torva faz se dirigioacute al divino HeacutectorlaquoAceacutercate maacutes y asiacute llegaraacutes antes al cabo de tu ruinaraquoSin intimidarse le replicoacute Heacutector el de tremolante penacho laquoiexclPeacutelida No esperes aterrorizarme soacutelo con palabrascomo a un ingeacutenuo nintildeo porque yo tambieacuten soy bien capazde proferir tanto injurias como insultosSeacute que tuacute eres valeroso y que yo soy muy inferior a tiPero estos asuntos descansan en las rodillas de los dioses puede que auacuten siendo inferior sea yo quien te arrebate la vidaacertando con la lanza tambieacuten mi dardo estaacute a ilado siempreraquo(Canto XΧ 419-437)

Aquiles ha matado a Polidoro el hijo maacutes joacuteven de Priacuteamo y uno de los hermanos de Heacutector Su lanza le atravesoacute el torso al lado del ombligo y la Iliacuteada lo presenta sujetando sus entrantildeas mientras se cae encorvado a tierra Es esta imagen de su hermano la que mueve el aacutenimo de Heacutector quien decide atacar a Aquiles ignorando el consejo de Apolo Un cuerpo en des-truccioacuten las entrantildeas sujetadas en la mano el dolor fiacutesico se transforma en afecto dolor psiacutequico la niebla sobre los ojos y despueacutes en movimiento que busca generar maacutes dolor en otro cuerpo El ciclo de la violencia La muerte de Polidoro aunque no tenga en la Iliacuteada la misma importancia que la de Patroclo funciona como un elemento que permite al poeta construir una base simeacutetrica para el primer duelo Heacutector-Aquiles dado que ahora cada uno de los dos quiere vengarse por haber perdido a alguien muy querido en manos del otro

El inicio del enfrentamiento es verbal Reconocimiento del otro como ene-migo amenazas insultos y motivos personales se incluyen en los pequentildeos discursos de ambos Heacutector cierra su discurso resaltando que son los dioses quienes decidiraacuten la suerte del duelo como de todas las cosas que acontecen en la tierra A continuacioacuten el breve combate entre Heacutector y Aquiles seraacute resuelto precisamente por los dioses Atenea y Apolo Heacutector es quien ataca primero y Atenea desviacutea su lanza Aquiles ataca tres veces consecutivas y todas ellas su lanza rebota en la tupida bruma con la que Apolo envuelve a Heacutector De esta manera se deja entender que el momento del enfrentamien-to defi nitivo no ha llegado todaviacutea Aquiles se lanza hacia otros troyanos y aliados ansioso de matar

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Como el maravilloso fuego estalla en las profundas canadas de un agostado monte y el espeso bosque se incendiay los remolinos de viento esparcen las llamas por doquierasiacute corriacutea furioso por doquier con la pica como una deidadacosando a sus viacutectimas y la sangre luiacutea por la negra tierraComo cuando alguien unce dos bueyes de anchos testuces para trillar en la bien construida era la blanca cebadaque pronto se desconcha bajo las patas de los mugidores bueyesasiacute los soliacutepedos caballos a las oacuterdenes del magnaacutenimo Aquilespisoteaban cadaacuteveres y broqueles Debajo el timoacuten estabaentero salpicado de sangre y las barandas alrededor de la caja hasta donde llegaban las gotas que despediacutean las equinas pezuntildeasy las que procediacutean de las llantas Estaba aacutevido de ganar gloriael Peacutelida e iba manchando de mortandad sus inaferrables manos(Canto XΧ 490-503)

En este punto la Iliacuteada nos posiciona ante un masacre generalizado La sangre fl uye abundante y los cuerpos sin vida de los guerreros se amonto-nan descontroladamente sobre la tierra El campo de batalla es un paisaje de carniceriacutea y destruccioacuten absoluta denso y fuacutenebre un paisaje construido en silencio A partir de la descripcioacuten panoraacutemica que nos proporciona el poeta nos podemos representar visualmente la escena a grandes rasgos a la vez que podemos casi oler la sangre que corre todaviacutea caliente No obstante lo que causa mayor impacto es la calidad taacutectil de la imagen A traveacutes de los caballos de Aquiles que pisotean cadaacuteveres indistintamente salpican-do sangre a todas direcciones podemos sentir el volumen y el peso de los cuerpos que yacen en abandono entre armaduras y objetos que ya no les serviraacuten Podemos sentir la espesura de la sange que se va secando bajo el sol de Troya Pero iquestpodemos oir algo maacutes que silencio Seriacutea interesante pre-guntarmos con cuaacutel(es) de los sentidos recibimos percibimos y nos repre-sentamos una narracioacuten e intentar explorar las razones de tal diferenciacioacuten

Atravesando este paisaje desgarrador Aquiles se dirige hacia el riacuteo persi-guiendo a los troyanos algunos intentan huir hacia la ciudad mientras otros se encuentran atrapados en el riacuteo nadando entre sus corrientes y remolinos Antes de lanzarse contra ellos Aquiles deja su lanza en la ribera Pretende mantener un contacto iacutentimo con sus enemigos estando cerca de sus viacutecti-mas escuchando su respiracioacuten y observando su sufrimiento mientras elimi-na la vida de sus miembros usando sus propias manos y una daga Dentro del riacuteo intentaraacute saciar su deseo de venganza y sangre matando sin piedad a

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numerosos guerreros hasta que el cauce rebose de cadaacuteveres

La imagen del campo de batalla repleto de cadaacuteveres se reproduce intensi-fi cada dentro del riacuteo a tal punto que el propio riacuteo Escamandro advierte a Aquiles y le ordena a continuar la matanza en la llanura Cuando eacutel se lanza de nuevo hacia el cauce el paisaje se transforma de manera singular El riacuteo se presenta como un cuerpo vivo que se mueve determina su ruta y modera su fuerza durante su movimiento Escamandro arroja cadaacuteveres a la orilla protege a los troyanos en sus remolinos y persigue a Aquiles con toda su furia Durante esta curiosa persecucioacuten el heacuteroe se agota y empieza a deses-perar una vez que sus fuerzas le estaacuten abandonando Los dioses salvaraacuten a Aquiles del furor del riacuteo para que eacutel vuelva a lanzarse contra los troyanos una vez maacutes

laquoAnte su empuje los troyanos | se atropellaban en general desbandada sin ninguacuten socorro | que aparecieraraquo12 Estos versos contribuyen a la atmoacutesfera de asfi xiante densidad generada a lo largo de este canto Nos comunican que la llanura estaacute llena de hombres cuyo miedo a Aquiles les impulsa a correr en desorden hacia Troya mientras Priacuteamo abre para ellos las puertas Esceas Apolo tomando la forma de Ageacutenor provoca a Aquiles y le hace emprender una corrida sin fi n persiguiendo al dios En la narracioacuten surgen dos movimientos opuestos el movimiento de Aquiles y Apolo hacia el riacuteo Escamandro y el movimiento apresurado de los troyanos hacia la ciudad

Ademaacutes mediante un engantildeo apartoacute al Peacutelida de la huesteel protector asemejaacutendose en todo al propio Ageacutenor se detuvoante los pies de Aquiles que se lanzoacute corriendo a perseguirloDurante un rato eacuteste lo persiguioacute por el llano feraz en trigodesviando a lo largo del Escamandro el riacuteo de hondos remolinosal que le precediacutea corto trecho con astucia lo hechizaba Apolopara guardar intacta su esperanza de alcanzarlo con sus piesentre tanto los demaacutes troyanos fugitivos llegaron en tropelfelices a la ciudad que se llenoacute de refugiadosY fuera de la ciudad y de la muralla ni siquiera osaronaguardarse unos a otros para informarse del que hubiera escapadoy del que habiacutea muerto en el combate sino que penetroacute presurosoen la ciudad todo aquel a quien sus rodillas y sus pies salvaron(Canto XΧI 599-611)

12 Canto XΧI 527-529

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

La corrida veloz de Apolo y Aquiles por el campo de batalla descentra y desenfoca la mirada y ampliacutea el plano En la velocidad del movimiento se diluye la espesura fuacutenebre de las imaacutegenes anteriores mientras el campo de batalla se vaciacutea de presencias humanas De esta manera el poema cierra el ciclo que habiacutea abierto despueacutes del primer encuentro de Heacutector y Aquiles El escenario de la narracioacuten se vaciacutea para entregarse purifi cado a los dos heacuteroes y soacutelo a ellos laquoImpedido por su destino fatal Heacutector quedoacute solo alliacute mismo | delante de Ilio y de las puertas Esceasraquo13

El espacio del duelo es un gran vaciacuteo la llanura de Troya delante de las puer-tas Esceas poblado por cadaacuteveres quizaacutes algunos cuerpos descuartizados armas que se cayeron de los guerreros muertos o se perdieron en el bullicio de la fuga y se esparcieron por el camino y probablemente algunos carros abandonados o caballos muertos Silencio absoluto Este espacio funciona como un escenario doble Por un lado estaacuten Priacuteamo y todos los troyanos que contemplan desde la parte maacutes alta de la muralla de Troya por otro lado estaacuten los aqueos que se encuentran lejos en la llanura de Troya hacia el riacuteo Escamandro y han recibido de Aquiles el orden de no atacar a Heacutector en ninguacuten caso por lo que tambieacuten seraacuten espectadores de este duelo inminente

Un escenario doble pues Heacutector se encuentra en eacutel solo y atemorizado mientras Aquiles engantildeado por Apolo se encuentra muy lejos de la mura-lla Cuando Aquiles empieza a correr motivado por su impulso de vengan-za su movimiento es directo y decisivo hacia la ciudad hacia Heacutector Al mismo tiempo Heacutector se presenta experimentando un movimiento mental El poeta desplaza la atencioacuten hacia el interior del heacuteroe

laquoiexclAy de miacute Si me meto en las puertas y en las murallasPolidamante seraacute el primero en cubrirme de oprobiospues me ha ordenado guiar a los troyanos hacia la ciudadesta noche maldita en que el divino Aquiles ha dejado la calmaMas yo no le he hecho caso y iexclcuaacutento mejor habriacutea sidoAhora que ha perecido la tropa por culpa de mis necedadesverguumlenza me dan los troyanos y troyanas de rozagantes mantosno sea que alguna vez alguien vil y distinto de miacute digalsquoHeacutector por iarse de su fuerza hizo perecer la huestersquoAsiacute diraacuten y en ese caso para miacute habriacutea sido mucho mejorenfrentarme contra Aquiles y regresar despueacutes de matarlo

13 Canto XΧII 5-6

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o perecer yo mismo con gloria delante de la ciudadiquestY si depongo el abollonado broquel y el ponderoso cascoy tras dejar la lanza apoyada contra la murallavoy sin armas y me presento ante el intachable Aquilesy le prometo entregar a Helena junto con las riquezasiacutentegras que Alejandro se trajo en las concavas navesa Troya accioacuten que fue la causa de la contiendaa los Atridas para que se la lleven y ademaacutes con los aqueosrepartirnos todos los demaacutes tesoros que guarda esta ciudadDespueacutes puedo tomar juramento de honor a los troyanosde no esconder nada y de repartir en dos lotes todoslos tesoros que encierra en su interior la amena ciudadelaPero iquestpor queacute mi animo me ha suscitado este debateiexclMira que si voy y me presento ante eacutel y lejos de apiadarsey de respetarme me mata desnudo sin la panopliaigual que a una mujer cuando ya me haya quitado las armasMas no es el momento de remontarse a la encina y a la piedra ni de charlar con eacutel de las lindezas de una doncella y un mozoni de las ternuras que una doncella y un mozo se intercambianMaacutes vale entablar la disputa cuanto antesiexclAveriguumlemos a quieacuten de los dos tiende el Oliacutempico su honorraquoMientras esperaba agitando estas ideas Aquiles se acercoacutesemejante a Enialio el guerrero del centelleante cascoenarbolando sobre el hombro derecho la peliacuteada lanza de fresnoterrible a los lados el bronce brillaba parecido al destelloque emiten el ardiente fuego o el sol al salirNada mas verlo Heacutector fue presa del temblor y ya no soportoacuteseguir alliacute sino que dejoacute atraacutes las puertas y echoacute a huir(Canto XΧII 99-137)

Habiendo desplazado la atencioacuten al interior del personaje el poema se acerca a eacutel estableciendo un viacutenculo de empatiacutea entre el lector y dicho per-sonaje Nosotros estamos recibiendo la narracioacuten a traveacutes de eacutel por medio de sus vivencias Aquiles se nos presenta refl ejado en la mirada y la reaccioacuten de Heacutector Su llegada interrumpe la introspeccioacuten y sentildeala el principio del enfrentamiento de manera que la intensidad del movimiento mental se con-vierte en intensidad de movimiento fiacutesico con esta transformacioacuten sutil el poema mantiene un equilibrio de energiacutea a la vez que produce un cambio de escena draacutestico La persecucioacuten de Heacutector por Aquiles comienza Es la tercera persecucioacuten relatada despueacutes del primer enfrentamiento de los dos heacuteroes Aquiles y Heacutector estaacuten fuera de las murallas corriendo jadeantes

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

uno detraacutes del otro No conocemos a Troya en el poema nunca se describe su forma pero estamos corriendo con los heacuteroes alrededor de ella Las des-cripciones del paisaje intercaladas y las escenas de paz evocadas refuerzan por contradiccioacuten la tensioacuten mortal de la situacioacuten

Por alliacute pasaron corriendo uno huyendo y otro acosando detraacutesDelante huiacutea un valiente pero uno mucho mejor lo perseguiacuteaaprisa no era la viacutectima de un sacri icio ni una bovina pielpor lo que competiacutean premios comunes en las carreras humanas sino que corriacutean por la vida de Heacutector domador de caballos(Canto XΧII 157-161)

Tierra y Cielo los dos planos de accioacuten se activan a la vez Dos liacuteneas na-rrativas se desarrollan en paralelo La primera se dedica a los mortales es una liacutenea sin diaacutelogos pero en ella se puede intuir la agoniacutea El ritmo de la corrida marca la pauta de la escena La segunda liacutenea narrativa corresponde a los dioses que estaacuten observando la primera desde el Olimpo donde estaacuten reunidos para tomar decisiones sobre la suerte de los mortales Sus diaacutelogos suenan ligeros y despreocupados e incluso tienen un punto coacutemico lo que acaba reforzando la situacioacuten traacutegica de los heacuteroes

Cuando los dioses lo deciden intervienen en la historia haciendo que las dos liacuteneas narrativas se crucen y se junten Los dos planos de accioacuten ahora se funden en un uacutenico plano Troya con la llegada de Atenea que marca el fi nal de la corrida y el inicio del desenlace de la historia Atenea se presenta a los dos heacuteroes pero de manera distinta a cada uno de ellos ya que se rela-ciona de modo distinto con ellos coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector14 Con su presencia se rompe el silencio mortal de la persecucioacuten Diaacutelogos aparecen de nuevo El poeta estaacute preparando el terreno para el combate el espacio se vuelve abstracto despojado de elementos descriptivos mientras la presencia fiacutesica de los guerreros y su voz adquieren maacutes importancia La atencioacuten del receptor se va dirigiendo hacia ellos dos su presencia su con-frontacioacuten inminente sus palabras y sus acciones

Despueacutes de hablar asiacute desenvainoacute la aguda espada

14 Atenea participa en las acciones de Aquiles hablaacutendole en plural incluyente laquoAhora siacute que espero esclarecido Aquiles caro a Zeus | que ambos llevaremos a los aqueos una gran gloria a sus naves | tras aniquilar a Heacutector por insaciable de lucha que sea | Ahora ya no hay posibilidad de que se nos escape | por muchas penas que el protector Apolo sufra | rodando y rodando ante el padre Zeus portador de la eacutegida | Detente tuacute ahora y recobra el aliento que yo a eacuteste | me acercareacute y le convencereacute para que luche frente a frenteraquo (Canto XΧII 216-223)

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que llevaba suspendida de su costado larga y robustay tras tomar impulso partioacute cuaacutel aacuteguila de alto vueloque baja al llano a traveacutes de las tenebrosas nubespara arrebatar una tierna cordera o una treacutemula liebreasiacute partioacute Heacutector haciendo vibrar la aguda espadaTambieacuten se lanzoacute Aquiles con el aacutenimo lleno de furiasalvaje se cubrioacute el torso por delante con el escudobello primoroso mientras haciacutea oscilar el reluciente cascode cuatro mamelones y ondeaban alrededor las bellas crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenComo va entre los astros en la oscuridad de la noche la estrellavespertina el astro maacutes bello que hay ijo en el irmamentoasiacute era el fulgor de la a ilada punta que Aquiles blandiacuteacon la diestra maquinando la perdicioacuten del divino Heacutectore indagando donde su bella piel ofreceriacutea menor resistenciaTodo su cuerpo estaba protegido por la bronciacutenea armadurabella que habiacutea despojado al potente Patroclo tras matarlosoacutelo se veiacutea donde las claviacuteculas separan cuello y hombrosel gaznate que es por donde maacutes pronto se pierde la vidaPor alliacute el divino Aquiles le hundioacute la pica en pleno ataqueLa punta penetroacute derecha a traveacutes del delicado cuelloy el asta de fresno pesada por el bronce no le cercenoacute la traacutequeacon lo que todaviacutea pudo responderle y decir unas palabrasSe desplomoacute en el polvo y el divino Aquiles exclamoacute triunfantelaquoiexclHeacutector Al despojar a Patroclo sin duda creiacuteste estara salvo y para nada te preocupaste de miacute porque estaba lejosiexclInsensato Lejos de aquel un vengador muy superior a la zagase habiacutea quedado junto a las huecas naves y ese soy yoque te he doblado las rodillas De ti tiraraacuten y te humillaraacuten los perros y las aves y a eacutel los aqueos le haraacuten las exequiasraquoDesfallecido le dijo Heacutector el de tremolante penacholaquoiexclTe lo suplico por tu vida tus rodillas y tus padresNo dejes a los perros devorarme junto a las naves de los aqueosen lugar de eso acepta bronce y oro en abundancia regalos que te daraacuten mi padre y mi augusta madrey devuelve mi cuerpo a casa para que al morir del fuegome hagan partiacutecipe los troyanos y las esposas de los troyanosraquoMiraacutendolo con torva faz replicoacute Aquiles de pies ligeroslaquoNo implores perro invocando mis rodillas y a mis padres iexclOjalaacute que a miacute mismo el furor y el aacutenimo me indujerana despedazarte y a comer cruda tu carne por tus fechoriasTan cierto es eso como que no hay quien libre tu cabeza

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

de los perros ni aunque el rescate diez veces o veinte vecesme lo traigan y lo pesen aquiacute y ademaacutes prometan otro tanto y ni siquiera aunque mandara pagar tu peso en oroPriacuteamo Dardaacutenida Ni auacuten asiacute tu augusta madre depositaraacuteen el lecho el cadaacutever de quien ella parioacute para llorarloLos perros y las aves de rapina se repartiraacuten entero tu cuerporaquoYa moribundo le dijo Heacutector el de tremolante penacho laquoBien te conozco con soacutelo mirarte y ya contaba con noconvencerte De hierro es el corazoacuten que tienes en las entrantildeasCuiacutedate ahora de que no me convierta en motivo de la coacutelerade los dioses contra ti el diacutea en que Paris y Febo Apolo tehagan perecer a pesar de tu valor en las puertas EsceasraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteEl aliento vital voloacute de la boca y marchoacute a la morada de Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando dijo Aquiles de la casta de ZeuslaquoiexclMuere Mi parca yo la acogereacute gustoso cuando Zeus quiera traeacutermela y tambieacuten los demaacutes dioses inmortalesraquoDijo y arrancoacute del cadaacutever la bronciacutenea picala dejoacute a un lado y le quitoacute de los hombros las armasensangrentadas Los hijos de los aqueos acudieron corriendoy quedaron admirados de la talla y de la envidiable bellezade Heacutector y nadie hubo que se presentara y no lo hirieraY asiacute deciacutea cada uno mirando al que teniacutea proacuteximolaquoiexclQueacute sorpresa iexclAhora siacute que es Heacutector mucho maacutes blandode tocar que cuando prendioacute las naves con el voraz fuegoraquoAsiacute repetiacutea cada uno cuando se presentaba y lo heriacutea(Canto XΧII 306-375)

Los dos heacuteroes se acercan con sus armas fi rmes en la mano15 y Aquiles pla-nifi ca el ataque que va a realizar Observa minuciosamente a Heacutector explora su cuerpo como si fuese territorio desconocido e identifi ca los lugares ex-puestos como si trazara sobre Heacutector un mapa de vulnerabilidad Una vez maacutes la Iliacuteada nos conduce hacia el espacio iacutentimo del cuerpo hacia la postu-ra la apariencia y estructura fiacutesica los gestos la distancia entre las personas la velocidad del movimiento y el impulso de la accioacuten

15 Heacutector tiene una espada y Aquiles una pica ya que sus lanzas las perdieron pocos versos atraacutes cuando intentaron atacar el uno al otro Heacutector esquivoacute la lanza de Aquiles mientras la lanza de Heacutector se desvioacute al chocar con el escudo de Aquiles Ahora los dos heacuteroes tienen que acercarse para matarse Este duelo requiere proximidad fiacutesica

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La pica atraviesa el cuello de Heacutector pero deja su traacutequea intacta para que eacutel pueda pronunciar sus uacuteltimas palabras justo antes de extinguirse su vida A las jactancias de Aquiles Heacutector responde suplicando por la suerte de su cuerpo y en esta suacuteplica se puede intuir la inminente suacuteplica de Priacuteamo Aquiles replica con execrable crueldad en sus palabras como en todas sus acciones despueacutes de entrar en la batalla se refl eja el cambio que la muerte de Patroclo provocoacute en su aacutenimo y comportamiento El moribundo Heacutector hace referencia al futuro de Aquiles tal como el moribundo Patroclo previoacute la muerte de Heacutector laquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteraquo es el verso que se repite ideacutentico en los dos casos mientras tanto Heacutector como Aquiles dirigen unas uacuteltimas y crueles palabras al cadaacutever del hombre que acaban de matar antes de arrancar el arma de la herida Sin embargo al contrario de lo que pasa con Patroclo Heacutector yace en la tierra abandonado y no hay nadie que pueda luchar por el honor de su cuerpo

El cuerpo sin vida tendido en el suelo y la voz de su asesino que resuena amenazadora sobre eacutel construyen una imagen muy potente a partir de la cual empieza el ultraje Los aqueos hasta entonces espectadores silenciosos presencias lejanas e intrascendentes16 se acercan y en su reaccioacuten se juntan dos acciones contradictorias por una parte admiran la belleza de Heacutector y por otra hieren su cuerpo repitiendo una exclamacioacuten verbal y un acto de violencia que parecen tener casi la funcioacuten de un ritual

laquo[] Nos hemos alzado con gran gloria hemos matado al divino Heacutectora quien los troyanos en la ciudad invocaban como a un diosraquoDijo e imaginaba ignominias contra el divino HectorLe taladroacute por detraacutes los tendones de ambos piesdesde el tobillo al taloacuten enhebroacute correas de bovina pielque atoacute a la caja del carro y dejoacute que la cabeza arrastraraMontoacute en la caja del carro recogioacute la ilustre armaduralos fustigoacute para arrearlos y los dos de grado echaron a volarGran polvareda se levantoacute del cadaacutever arrastrado los cabellososcuros se esparciacutean y la cabeza entera en el polvoyaciacutea antes encantadora Zeus entonces a sus enemigoshabiacutea concedido que lo ultrajaran en su propia patria(Canto XΧII 393-404)

16 laquoLos aqueos estaacuten cerca de las murallas de Troya pero como una presencia silenciosa e intrascendenteraquo (Caroline Alexander La guerra que matoacute a Aquiles p 205)

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5 El dolor que nos une [Priacuteamo y Aquiles]

Encerrados en la ciudad los troyanos se hacen testigos no soacutelo de la muerte de Heacutector sino tambieacuten de la crueldad a la cual se somete su cuerpo Con la huida de Aquiles quien arrastra el cadaacutever de Heacutector hacia el campamento aqueo el escenario se vaciacutea por completo y la atencioacuten se reconduce hacia Troya Sobre la torre de Ilio Heacutecuba se arranca los cabellos mientras Priacuteamo se representa revolcaacutendose en estieacutercol manifestando por primera vez su deseo de suplicar a Aquiles para que eacuteste le devuelva el cuerpo de su hijo

Asiacute quedoacute cubierta su cabeza entera de polvo Su madre se mesoacute los cabellos arrojoacute el niacutetido velo lejos y prorrumpioacute en muy elevados llantos al ver a su hijo Tambieacuten su padre emitioacute un lastimero gemido y las gentes por la ciudad eran presa de llantos y de lamentos Todo pareciacutea como si la almenada Ilio se estuviera consumiendo entera por el fuego desde los cimientos Las gentes a duras penas conteniacutean al apenado anciano ansioso por salir fuera de las puertas dardanias A todos imploraba rodando por el estieacutercol y llamando a cada uno por su nombre(Canto XXII 405-415)

Sus reiterativos llantos y gemidos inquietan tambieacuten a Androacutemaca quien desde su encuentro con Heacutector ha permanecido encerrada en su habitacioacuten tejiendo bellos mantos y preparando un bantildeo caliente para el regreso de eacutel en vano Es la agoniacutea por la suerte de Heacutector la que lleva a Androacutemaca a la muralla de nuevo repitiendo el movimiento que realizoacute en el canto VI cuando salioacute presurosa del palacio en busca de su marido mientras la no-driza la seguiacutea llevando al nintildeo en sus brazos Su lamento confi rma la pre-ocupacioacuten expresada en su diaacutelogo con Heacutector mientras en eacutel resuenan los lamentos de otras mujeres que perdieron a sus esposos y fueron convertidas en esclavas durante la guerra

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

La reaccioacuten de Priacuteamo ante la muerte de Heacutector se parece mucho a la prime-ra reaccioacuten que Aquiles tuvo al enterarse de la muerte de Patroclo Tanto a Aquiles como a Priacuteamo el duelo por la peacuterdida de alguien muy querido les hace cubrirse la cabeza y el cuerpo entero con un material no precisamente noble De este modo sus rasgos divinos adquieren un aspecto sucio y la-mentable que refl eja su estado psiacutequico En ausencia del cadaacutever al que les gustariacutea tener cerca y poder tocar durante el lamento1 en ese momento de soberbio dolor los hombres establecen un contacto con la tierra con el suelo con la materia orgaacutenica en la cual todo de una manera u otra se convierte

Asiacute habloacute y a eacutel una negra nube de a liccioacuten lo envolvioacuteCogioacute con ambas manos el requemado holliacuteny se lo derramoacute sobre la cabeza afeando su amable rostromientras la negra ceniza se posaba sobre su tuacutenica de neacutectar Y extendido en el polvo cuan largo era gran espacioocupaba y con las manos se mancillaba y mesaba los cabellosLas siervas que Aquiles y Patroclo se habiacutean adjudicado en prendaproferiacutean grandes alaridos a ligidas en su corazoacuten y a la puertacorrieron en torno del belicoso Aquiles y todas con las manos mientras se golpeaban el pecho cayeron postradas de hinojosDel otro lado Antiacuteloco se lamentaba y vertiacutea laacutegrimascon las manos de Aquiles cogidas y su glorioso corazoacuten gemiacuteaante el temor de que se segara la garganta con el hierro (Canto XVIII 22-34)

En ambos casos ellos no se encuentran solos en sus lamentos sino que estaacuten rodeados de otras personas2 sobre todo mujeres las mujeres de Troya en el caso de Priacuteamo y las siervas en el caso de Aquiles Es en torno a estos dos lamentos de Aquiles por Patroclo y de Priacuteamo por Heacutector y los respectivos intentos de honrar a los muertos que se estructuran los dos uacuteltimos cantos de la Iliacuteada Como afi rma Caroline Alexander despueacutes del enfrentamiento heroico maacutes importante del poema la Iliacuteada se enfoca en los difuntos y en

1 En otra ocasioacuten laquoEntre ellos el Pelida entonoacute un reiterativo llanto | poniendo sus manos homicidas sobre el pecho de su compantildeeroraquo (Iliacuteada Canto XXIII 17-18) Androacutemaca al recibir el cuerpo de su esposo hace lo mismo laquoEntre eacutestas Androacutemaca de blancos brazos inicioacute el llanto |mientras sujetaba la cabeza del homicida Heacutector en sus manosraquo (Iliacuteada Canto XXIV 723-724)2 En las escenas de la Iliacuteada los personajes tienden a formar conjuntos durante el lamento con el que estaacute maacutes afectado en el centro y los demaacutes alrededor suyo No es necesario que el motivo del lamento sea uacutenico y compartido por todos cada uno puede llorar por sus propios motivos pero el acto de llorar es compartido y su intensidad suele ajustarse a las necesidades del personaje principal de la escena Posteriormente el coro de la tragedia cumple tambieacuten con una funcioacuten parecida la de acompantildear a los personajes en sus lamentos soliloquios y diaacutelogos a menudo compartiendo sus estados de aacutenimo y otras veces expresando ideas o sentimientos opuestos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

las consecuencias de sus muertes3

Una vez concluidos los funerales de Patroclo y las competiciones de los aqueos en su honor el cadaacutever de Heacutector continuacutea yaciendo en el polvo y siendo arrastrado por Aquiles alrededor del tuacutemulo de su caro amigo El tuacutemulo tal como el cuerpo del guerrero muerto emerge como un centro en el espacio En alguacuten lugar (sentildealado y preciso) en la orilla del mar cerca de las naves aqueas se encuentra enterrada la urna que contiene los huesos de Patroclo que en breve albergaraacute tambieacuten los huesos de Aquiles4 Es en torno a este centro que el cuerpo de Heacutector atado con correas de bovina piel al carro de Aquiles dibuja tres ciacuterculos cada mantildeana con la primera luz del diacutea ciacuterculos que se inscriben en la tierra uno sobre otro durante nueve diacuteas Apolo protege al cuerpo de Heacutector de todo tipo de desgaste pero en el espacio deben permanecer las huellas de este proceso por muy efiacutemeras que sean

[] pero despueacutes de llorar y lamentarse remiten en su penapues las Moiras han hecho el aacutenimo humano apto para soportar(Canto XXIV 48-49)

Sin embargo este ritual viciado y repetitivo no consigue apaciguar el dolor de Aquiles ni tampoco saciar su deseo de venganza Eacutel todaviacutea estaacute afl igido Su fi gura es la de un hombre que no encuentra tranquilidad en ninguacuten sitio no puede estar quieto casi no puede estar No puede adormecer y cambia constantemente de posicioacuten se levanta se tumba de espaldas de lado boca abajo se sienta camina entra y sale de su tienda permaneciendo siempre inquieto Los dioses del Olimpo observadores perpetuos y duentildeos de la suerte de los mortales no dejan de discutir acerca de la resolucioacuten de esta situacioacuten hasta que Zeus toma su decisioacuten Tal como fue previsto al princi-pio del poema la coacutelera de Aquiles ha sido respetada por los dioses y eacutel ha sido honrado como corresponde a un heacuteroe mortal que es hijo de una diosa

3 laquoPero la Iliacuteada no es una epopeya convencional y en el mismo momento del mayor triunfo militar de su heacuteroe homero desviacutea la atencioacuten de Aquiles a las dos bajas maacutes importantes de la historia Patroclo y Heacutector es hacia las consecuencias de sus muertes sobre todo para el vencedor hacia donde pasa a dirigirse inexorablemente toda la accioacuten de la Iliacuteadaraquo (La guerra que matoacute a Aquiles p 227) Ademaacutes entre estos dos funerales se pueden rastrear relaciones de interdependencia Patroclo no es enterrado hasta que Heacutector es muerto y ultrajado en honor de Patroclo por otro lado Heacutector no se puede enterrar hasta que terminen los honores funerarios a Patroclo porque el ultraje de su cuerpo forma parte de ellos4 laquoiexclQue tambieacuten un mismo atauacuted encierre juntos nuestros huesos | y que sea la aacuteurea urna que te procuroacute tu augusta madre raquo es la peticioacuten que dirige en un suentildeo el alma de Patroclo a Aquiles peticioacuten que es completamente respetada por el propio Aquiles (Canto XXIII 91-92)

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Ahora es el momento de honrar a Heacutector tambieacuten muy querido a los dioses liberando su cuerpo y devolvieacutendolo a Troya

Seguacuten el plan de Zeus con el que estaacuten de acuerdo todos los dioses oliacutem-picos Priacuteamo iraacute como suplicante a Aquiles y le ofreceraacute regalos a cambio del cadaacutever Para que se pueda cumplir el plan divino es necesario que se comunique previamente a los dos heacuteroes involucrados5 Ellos al conocer la voluntad de los dioses actuaraacuten de acuerdo con ella los dioses incitan sus acciones pero no actuacutean por ellos En el interior de su tienda Aquiles se encuentra llorando Tetis se sienta a su lado y establece un contacto fiacutesico con eacutel antes de hablarle y los dos mantienen un diaacutelogo muy breve Por su parte Iris llega al palacio de Priacuteamo donde el anciano rey estaacute reiterando el llanto que habiacutea iniciado Priacuteamo la recibe en silencio temblando Sin espe-rar contestacioacuten la diosa se va y Priacuteamo sigue sus instrucciones y consejos sin perder tiempo

Asi habloacute e Iris de pies de raacutefaga fue con el mensajeLlegoacute a casa de Priacuteamo y alliacute no halloacute maacutes que quejas y llantos Los hijos sentados alrededor de su padre dentro del patioteniacutean mojada de laacutegrimas la ropa y el viejo estaba en mediocubierto con un manto que dejaba adivinar su silueta Abundanteestieacutercol envolviacutea la cabeza y el cuello del ancianoque eacutel mismo al revolcarse habia cosechado con sus manos Las hijas y las nueras por las mansiones gimoteabanacordaacutendose de los muchos y valerososque yaciacutean despueacutes de perder la vida a manos de los argivosLa mensajera de Zeus se detuvo junto a Priacuteamo y dijo con voztenue mdashy el temblor se aduentildeoacute de los miembros del ancianomdash(Canto XXIV 159-170)

Heacutecuba aterrorizada con la decisioacuten de su marido le sugiere hacer una liba-cioacuten a Zeus antes de emprender la ruta hacia las naves aqueas A la plegaria de Priacuteamo el dios responde con su aguumlero maacutes positivo y enseguida Priacuteamo y el heraldo se suben al carro cargados de muchos y bellos regalos para Aquiles Tal como habiacutea prometido Iris su camino es facilitado por Hermes quien manteniendo oculta su identidad les acompantildea hasta su llegada a la tienda de Aquiles aseguraacutendose de que ninguno de los aqueos advierta su

5 Tetis (llamada al Olimpo por Iris para que Zeus le informe de su decisioacuten) iraacute al encuentro de Aquiles mientras Iris avisaraacute a Priacuteamo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

presencia

La conversacioacuten del anciano Priacuteamo con el dios es extensa y deja adivinar la duracioacuten del camino que conduce de la ciudad de Troya al campamento aqueo mientras el propio camino no se describe en esta secuencia como tampoco se describe la ciudad o el campamento En cambio se presta aten-cioacuten a las transiciones de un espacio a otro Antes de lanzarnos a lo que viene a ser seguramente el encuentro maacutes peculiar y maacutes pleno de la Iliacuteada el poeta describe meticulosamente los umbrales que hemos de cruzar Por una parte las presencias humanas hay que pasar entre los guardias y los guerrreros que circulan entre las naves a los que Hermes hace adormecer desactivando el peligro que supone su vigilia

Por otra parte las construcciones materiales en el espacio En primera ins-tancia la fosa y el muro que delimitan el territorio de los aqueos en la llanura troyana Priacuteamo cruza ahora con la ayuda del dios la misma fortifi cacioacuten que Heacutector intentoacute y parcialmente logroacute derrumbar en el canto XII A con-tinuacioacuten la tienda de Aquiles cuya estructura se describe con cierta preci-sioacuten desde fuera hacia dentro de manera inversa y complementaria a la de la escena del sacrifi cio de Aquiles a Zeus6 En los dos casos la atencioacuten recae sobre el cerrojo de las puertas un pormenor miacutenimo pero signifi cativo Esta sucesioacuten de espacios diferentes y claramente delimitados funciona como una introduccioacuten gradual al espacio iacutentimo del encuentro Hermes que en los mitos primitivos fi gura como el dios de los liacutemites de los campos y de las fronteras acompantildea a Priacuteamo durante este proceso

Al llegar a las forti icaciones de las naves y a la fosaya los guardias comenzaban a ocuparse de la cenaEl mensajero Argiacutecida vertioacute el suentildeo sobre todos ellos sin excepcioacuten luego abrioacute las puertas y retiroacute las trancase introdujo a Priacuteamo y sus espleacutendidos dones sobre el carromatoCuando llegaron a la tienda del Pelidaelevada que los mirmidones habiacutean fabricado para su soberanotallando vigas de abeto mdashpor encima la habiacutean techado con frondoso cantildeizo recolectado de la praderaalrededor un gran patio habiacutean fabricado para su soberanocon espesas estacas la puerta la sujetaba un uacutenico pasadorde madera de abeto que entre tres aqueos soliacutean encajar

6 Iliacuteada canto XVI 220-256

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como tres eran los que abriacutean el gran cerrojo de las puertas de no ser Aquiles que era el uacutenico que lo encajaba auacuten solomdashentonces el beneacute ico Hermes se la abrioacute al ancianointrodujo los ilustres regalos para el velociacutepedo Pelidase apeoacute del carro a tierra y exclamoacutelaquoiexclAnciano Yo soy un dios inmortal que aquiacute ha venido soy Hermes Mi padre me ha enviado para que te diera escoltaPero ahora me ireacute de nuevo y no me voy a presentarante las miradas de Aquiles Vituperable seriacuteaque un dios inmortal favorezca tan abiertamente a los mortalesTuacute entra y coge al Pelida de las rodillasy por su padre su madre de hermosos cabellosy su hijo supliacutecale para conmoverle el aacutenimoraquoTras hablar asiacute se alejoacute hacia el vasto OlimpoHermes Y Priacuteamo saltoacute de los caballos a tierray dejoacute alliacute a Ideo que esperaba guardandolos caballos y las mulas El anciano fue derecho a la casadonde Aquiles caro a Zeus residiacutea Lo halloacute dentrosus compantildeeros estaban sentados aparte y soacutelo dosel heacuteroe Automedonte y Aacutelcimo retontildeo de Ares se afanabanen presencia suya presurosos Acababa de dejar el alimentodespueacutes de comer y beber y la mesa auacuten estaba puesta al ladoEntroacute el alto Priacuteamo sin que ellos lo notaran se paroacute cercay estrechoacute las rodillas de Aquiles y le besoacute las manosterribles y homicidas que a tantos hijos suyos habiacutean matadoComo cuando una densa ofuscacioacuten apresa al hombre que mataen la patria a una persona y llega a un pueblo extrantildeoante un hombre acaudalado y el estupor invade a quienes lo venasiacute de estupefacto se quedoacute Aquiles al ver al deiforme PriacuteamoTambieacuten los demaacutes intercambiaron estupefactos sus miradas(Canto XXIV 443-484)

Una vez dentro del patio de Aquiles ya no hay demora Priacuteamo decidido y confi dente entra en la tienda sin compantildeiacutea como suplicante Aquiles no estaacute solo es el momento despueacutes de la cena7 y a su lado se encuentran Aacutelcimo y Automedonte entre otros mirmidones El interior de la tienda no se descri-be Se describen apenas las actividades que tienen lugar en ella y vagamen-te las posiciones relativas entre los personajes Aquiles es identifi cado como

7 Caroline Alexander sentildeala que Aquiles soliacutea compartir estos momentos del diacutea despueacutes de la cena con Patroclo (La guerra que matoacute a Aquiles p 244) En la escena de la embajada Ulises encuentra a Aquiles y Patroclo mientras estaacuten tocando muacutesica y cantando

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

un centro un punto en el espacio al cual se dirige Priacuteamo El anciano rey como todo suplicante toca las rodillas de Aquiles y le besa la mano

Cuando Tetis se presenta a Zeus como suplicante8 se pone de rodillas delan-te suyo y coloca su mano izquierda sobre su rodilla y con su mano derecha toca su barbilla En varias escenas de la Iliacuteada el contacto fiacutesico precede a la comunicacioacuten verbal casi estableciendo la base para ella tal como en otras la distancia entre dos personajes y su gestualidad delimita el campo de su interaccioacuten y es signifi cativa para el entendimiento del diaacutelogo El silencio tambieacuten adquiere una fuerza y un peso especial Priacuteamo se agarra a las ro-dillas de Aquiles y le besa la mano mientras eacutel lo mira estupefacto inmoacutevil en la fuerza de esta imagen el poeta crea aquella unidad bipartita que es el encuentro entre los dos personajes inseparables en el espacio y en el con-tenido de la narracioacuten Las miradas entrecruzadas de los otros personajes que presencian la escena reafi rman este hecho La unidad Aquiles-Priacuteamo se percibe y reconoce como tal y precisamente por eso se aiacutesla del ambiente haciendo posible la aparicioacuten del discurso

Priacuteamo le dirigioacute una suacuteplica diciendo estas palabraslaquoiexclAcueacuterdate de tu padre Aquiles semejante a los diosesque tiene mi misma edad y estaacute en el funesto umbral de la vejezTambieacuten a eacutel los vecinos que habitan alrededor sin duda loatormentan y no hay quien aparte de eacutel la ruina y el estragoSin embargo aquel mientras sigue oyendo que tu estaacutes vivose alegra en el aacutenimo y espera cada diacuteaver a su querido hijo que vuelve de TroyaPero mi desdicha es completa he engendrado los mejores hijosen la ancha Troya y de ellos a irmo que ninguno me quedaCincuenta teniacutea cuando llegaron los hijos de los aqueosdiecinueve me habiacutean nacido de un uacutenico vientrey otras mujeres habiacutean alumbrado en el palacio a los demaacutesA la mayoriacutea el impetuoso Ares les ha doblado las rodillasy el uacutenico que me quedaba y protegiacutea la ciudad y a sus habitanteshace poco lo has matado cuando luchaba en defensa de la patria Heacutector Por eacutel he venido ahora a las naves de los aqueospara rescatarlo de tu poder y te traigo inmensos rescatesRespeta a los dioses Aquiles y ten compasioacuten de miacute

8 laquoAsi habloacute y nada respondioacute Zeus que las nubes acumula | y permanecioacute un rato sentado en silencio Tetis una vez asida | a sus rodillas seguiacutea asiacute agarrada y preguntoacute por segunda vez | laquoDe verdad promeacutetemelo y asiente a ello | o denieacutegalo ya que no cabe el temor en ti asiacute sabreacute bien | hasta queacute punto soy la divinidad maacutes vilipendiada entre todasraquo (Iliacuteada Canto I 511-516)

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por la memoria de tu padre Yo soy auacuten maacutes digno de piedady he osado hacer lo que ninguacuten terrestre mortal hasta ahora acercar a mi boca la mano del asesino de mi hijoraquoAsiacute habloacute y le infundioacute el deseo de llorar por su padreLe tocoacute la mano y retiroacute con suavidad al ancianoEl recuerdo haciacutea llorar a ambos el uno al homicida Heacutectorlloraba sin pausa postrado ante los pies de Aquiles y Aquiles lloraba por su propio padre y a veces tambieacutenpor Patroclo y los gemidos se elevaban en la estanciaEn cuanto el divino Aquiles estuvo ya satisfecho de llantoy este deseo se alejoacute de sus entrantildeas y de sus miembrosse levantoacute de su asiento y ayudoacute al anciano a incorporarse apiadado de su canosa cabeza y de su canoso mentoacuten(Canto XXIV 485-516)

Priacuteamo empieza su discurso aludiendo a la vejez y evocando a Peleo Emocionado Aquiles toca la mano de su suplicante y le aparta con suavidad Este sutil movimiento del heacuteroe hasta entonces geacutelido e inamovible denota un cambio en la escena una transicioacuten de la suacuteplica al duelo compartido El joven guerrero y el anciano rey arrodillado a los pies del asesino de sus hijos conectados corporalmente y separados en sus recuerdos lloran cada uno a los suyos con mucha intensidad y fuerza Su presencia se apodera del lugar en que estaacuten de manera que en el interior de la tienda de Aquiles sus gemidos adquieren una espesura casi material que envuelve a los dos y ocupa el espacio alrededor de ellos Priacuteamo y Aquiles se encuentran unidos dentro del dolor

En esta secuencia el poema nos recuerda tambieacuten que el deseo del llanto se ubica en el cuerpo tanto en el diafragma como en los miembros y a traveacutes de ellos se expresa directamente La satisfaccioacuten de este deseo por Aquiles marca otro cambio en la narracioacuten eacutel se levanta mientras ayuda a Priacuteamo a levantarse del suelo concluyendo asiacute la escena del llanto Soacutelo cuando los dos esteacuten de pie Aquiles responde a Priacuteamo le ofrece asiento y le intenta tranquilizar y apaciguar el dolor

laquoNada se consigue con el geacutelido llanto que hiela el corazoacuten | Pues lo que los dioses han hilado para los miacuteseros mortales | es vivir entre congojas mientras ellos estaacuten exentos de cuitasraquo9 son las palabras que le dirige alu-

9 Iliacuteada Canto XXIV 524-526 En las palabras de Aquiles resuenan las palabras que Zeus dirigioacute a los caballos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

diendo a los dioses al poderoso hado y al destino de los hombres Respecto a esta escena Rachel Bespaloff escribe laquoTodos los hombres viven en el dolor la verdadera igualdad no tiene otro fundamento Homero ha querido que fuera precisamente el vencedor quien se lo recordara al vencido Para salvar el honor del suplicante pero tambieacuten para descargarse de una penosa res-ponsabilidad Aquiles se oculta tras la fatalidad Priacuteamo recibe en silencio la leccioacuten del asesino de sus hijos [] Circundado por una fatalidad peacutetrea solo le queda convertirse en piedra como Niacuteoberaquo10

Priacuteamo insiste en recuperar a su hijo ofrecer los regalos a Aquiles y concluir su misioacuten Despueacutes de un breve momento de tensioacuten Aquiles se ocupa per-sonalmente de la preparacioacuten y devolucioacuten del cuerpo de Heacutector sale de la tienda con sus fi eles compantildeeros y ofrece asiento al heraldo acompantildeante de Priacuteamo Se muestra especialmente cuidadoso y respetuoso con el cadaacute-ver el mismo cadaacutever que ultrajoacute muacuteltiples veces De los rescates de Priacuteamo deja algunos mantos en el carro para envolver en ellos el cuerpo de Heacutector y ordena a las criadas a bantildearlo limpiarlo ungirlo y vestirlo restituyendo su aspecto bello y noble Eacutel mismo levanta en sus brazos el cadaacutever y ayuda a depositarlo en el carro

laquo[] Mas ea tambieacuten nosotros dos divino anciano cuideacutemonosde la comida Luego podraacutes volver a llorar a tu hijoal entrar en Ilio iexclY seguro que muchas laacutegrimas te causaraacuteraquoDijo y se levantoacute el ligero Aquiles y una caacutendida ovejadegolloacute Sus compantildeeros la desollaron y alintildearon con cuidadoLa trincharon sabiamente y la ensartaron con brochetasla asaron cuidadosamente y retiraron todo del fuegoAutomedonte cogioacute el pan y lo distribuyoacute por la mesaen bellas canastillas y Aquiles repartioacute las tajadas de carneTendieron las manos a los manjares preparados que habiacutea delanteY despueacutes de saciar el apetito de bebida y de comidael Dardaacutenida Priacuteamo se quedoacute mirando a Aquiles admiradode lo alto y bello que era al verlo se pareciacutea a los diosesY tambieacuten Aquiles admiraba al Dardaacutenida Priacuteamoal contemplar su noble aspecto y al oir sus palabrasDespueacutes de recrearse ambos miraacutendose el uno al otrodiacutejole el primero el anciano el deiforme Priacuteamo

inmortales de Aquiles despueacutes de la muerte de Patroclo laquoPues nada hay sin duda maacutes miacutesero que el hombre | de todo cuanto camina y respira sobre la tierraraquo (Iliacuteada canto XVII 446-447)10 De la Iliacuteada p 59

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laquoProcuacuterame ahora un lecho cuanto antes criatura de Zeus para acostarnos ya y disfrutar bajo el velo del dulce suentildeoPues todaviacutea no se me han cerrado los ojos bajo los paacuterpadosdesde que mi hijo perdioacute la vida a manos tuyasDesde entonces no he parado de gemir y rumiar duelos sin cuentomientras me revuelco en estieeacutecol dentro del cercado del patio Ahora por primera vez he probado el pan y el rutilante vinoha descendido por mi garganta Hasta ahora nada habiacutea catadoraquo(Canto XXIV 618-642)

Habiendo terminado con estos cuidados Aquiles trata a Priacuteamo como co-rresponde a un hueacutesped invitaacutendole a un banquete que eacutel mismo y sus compantildeeros se encargan de preparar Sentados todaviacutea en la mesa con el apetite saciado se observan mutuamente Apesar de ser enemigos estaacuten atrapados en la misma fuerza devastadora de la guerra aquella que les ha hecho perder todo lo que era importante De cerca desde una distancia que no experimentaraacuten otra vez cada uno admira la belleza y la nobleza de los rasgos del otro asombrado En esta escena la Iliacuteada nos plantea de manera clara y sencilla el reconocimiento del enemigo en su plenitud como otro como diferente como igual un reconocimiento tal quizaacutes solo sea posible en la destruccioacuten absoluta

Durante este uacuteltimo encuentro de la Iliacuteada el tiempo se dilata haciendo es-pacio para muchos e importantes acontecimientos dentro de un breve marco temporal Priacuteamo llegoacute a la tienda de Aquiles al fi nal del diacutea despueacutes de la cena entretanto compartieron el llanto y se ocuparon con delicadeza del cuerpo de Heacutector se degolloacute y asoacute una oveja entera y ellos la comieron y bebieron abundante vino Una vez que la voluntad de los dioses acerca del cuerpo de Heacutector ha sido cumplida ellos comparten unos momentos de contemplacioacuten paciacutefi ca Finalmente el ritmo narrativo se acelera de nuevo describiendo con brevedad justo al fi nal de la epopeya los lamentos sobre el cuerpo de Heacutector y sus funerales

En sus uacuteltimos versos la Iliacuteada propone un fi nal alternativo de la guerra de Troya Sin que la disputa inicial haya sido resuelta en el silencio de la tregua y los funerales consecutivos la guerra es la uacutenica gloriosa superviviente

HelenaYorgos Seferis 1953

Teucro A la tierra de Chipre en medio del mar dondeApolo dispuso mi nuevo hogar la llamareacute

Salamina en memoria de mi isla de mi patriaperdida

Helena Jamaacutes estuve en Troya fue un simulacroEl mensajero iquestQueacute dices

iquestEntonces hemos sufrido por una nube(Euriacutepides Helena)

laquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoTiacutemido ruisentildeor escondido en la respiracioacuten de las hojastuacute que regalas la frescura musical del bosquea los cuerpos separados y a las almasde aquellos que saben que no regresaraacutenCiega voz que tanteas en la memoria nocturnapasos y gestos no me atreveriacutea a decir besosy la amarga agitacioacuten de la furiosa cautivalaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoiquestQueacute es Platres iquestQuieacuten conoce esta islaHe pasado mi vida oyendo nombres desconocidosnuevos lugares nuevas locuras de los hombreso de los dioses mi destino que oscila

entre el uacuteltimo golpe de la espada de un Ayaxy una nueva Salamina me trajo aquiacute a esta playaLa luna surgioacute del mar como Afroditaocultoacute las estrellas de Sagitario va ahora a encontrarel corazoacuten de Escorpio y todo lo cambiaiquestDoacutende estaacute la verdadYo tambieacuten fui arquero en la guerrami destino el de un hombre que no dio en el blancoRuisentildeor juglaren una noche como eacutesta en la playa de Proteote escucharon las esclavas espartanas y prorrumpieron en lamentosy entre ellas mdashquieacuten diriacuteamdash iexclHelenaAquella que perseguimos durante antildeos junto al EscamandroEstaba alliacute al borde del desierto la toqueacute me habloacutelaquoNo es verdad no es verdadraquo gritabalaquoNo entreacute en la nave de proa azulNunca piseacute la valiente TroyaraquoCon el coacutencavo corpintildeo el sol en los cabellos y aquel tallesombras y sonrisas por todas partesen los hombros en los muslos en las rodillasfresca la piel y los ojosde largas pestantildeasestaba alliacute a orillas de un DeltaiquestY en TroyaEn Troya nada mdashun simulacroAsiacute lo quisieron los diosesY Paris se acostaba con una sombra como si fuera un cuerpo soacutelidoy nosotros matamos durante diez antildeos por Helena

Un gran dolor habiacutea caiacutedo sobre GreciaTantos cuerpos arrojadosa las fauces del mar a las fauces de la tierratantas almas entregadas como trigo a la piedra de los molinosY los riacuteos se henchiacutean de sangre y de lodopor una onda de lino por una nubepor el aleteo de una mariposa por un plumoacuten de cisnepor una tuacutenica vaciacutea por una HelenaiquestY mi hermanoRuisentildeor ruisentildeor ruisentildeoriquestQueacute es un dios iquestqueacute no es un dios iquestY queacute entre los doslaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoAve llorosa en Chipre la besada por el mardonde fue dispuesto que me acordara de la patriaancleacute soacutelo con esta faacutebulasi en verdad esto es faacutebulasi en verdad los hombres no volveraacuten a morderel viejo cebo de los diosessi en verdad otro Teucro despueacutes de antildeoso alguacuten Ayax o Priacuteamo o Heacutecubao alguacuten desconocido alguien anoacutenimo que sin embargovio un Escamandro rebosante de cadaacuteveresno tiene en su destino oiacuteral mensajero que viene a decirque tanto dolor tanta vidafueron al abismopor una tuacutenica vaciacutea por una Helena

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En la Iliacuteada el espacio se manifi esta por medio de las acciones que trans-curren en eacutel en un determinado momento Las descripciones espaciales aparecen en la medida en que acompantildean los acontecimientos narrados cumpliendo con la funcioacuten de proporcionar un lugar concreto y especiacutefi co para cada episodio Cada espacio representado cada paisaje evocado cada ciudad mencionada en el poema atiende a una necesidad de la historia rela-tada el espacio se abre y se conoce progresivamente Los lectores avanzamos en eacutel movieacutendonos en regiones que engloban a los personajes involucrados sus intenciones sus recuerdos sus discursos y sus acciones en un momento dado Por consiguiente el mundo se percibe se conoce se comprende y se representa por induccioacuten dirigieacutendose desde las partes hacia el todo

La cultura oral en cuyo marco surge la Iliacuteada como expresioacuten artiacutestica estaacute muy vinculada a la realidad corpoacuterea y material de los hechos las viven-cias experimentadas personalmente o transmitidas indirectamente por otras personas la experiencia es la uacutenica fuente de conocimiento El propio pen-samiento arcaico contemporaacuteneo a Homero y posterior a eacutel se basa en la intuicioacuten se entrega a la magia y la poesiacutea mientras mantiene cierta ingenui-dad e inocencia que ante nuestros ojos llega a parecer casi infantil a veces Asimismo el pensamiento de los nintildeos y sus relatos reales o imaginarios tambieacuten conservan un anclaje fuerte y reconocible al cuerpo a la accioacuten y la palabra precisa a la experiencia concreta antes de inscribirse en un ambien-te maacutes amplio o en un marco maacutes abstracto

ESPIRAL UNA REFLEXIOacuteN

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Este trabajo se ha motivado en gran parte por el deseo de comprender la manera como todos nosotros en nuestro diacutea a diacutea entre nuestras acciones cotidianas vivimos entendemos registramos y representamos el espacio que nos rodea relacionaacutendonos con nuestro entorno desde el momento que nacemos hasta el momento de la muerte o todaviacutea despueacutes de eacutesta perma-neciendo siempre en la tierra En el campo de la arquitectura esta compren-sioacuten se considera fundamental para poder avanzar tanto a nivel de teoriacutea como a nivel de intervencioacuten

En la Iliacuteada se ha reconocido una especie de espejo poeacutetico y bello dentro del cual se puede reencontrar con las explicaciones fi losoacutefi cas una fuente de investigacioacuten muy bonita y a la vez muy rica sobre el espacio y sobre el cuerpo Se ha buscado de leer este poema con respeto y sin atravesarlo vio-lentamente pero manteniendo siempre la intencioacuten de mirar a traveacutes de eacutel hacia nosotros mismos nuestros cuerpos y nuestro(s) espacio(s) Muchas de las cuestiones que se han apenas abierto en este trabajo y otras que han ido surgiendo durante el proceso de su elaboracioacuten se pueden seguir tratando en investigaciones futuras

La lectura paralela que se aspiraba proponer entre lo que nos cuenta la Iliacuteada (es decir la manera como lo cuenta) y algunas explicaciones fi losoacutefi -cas sobre todo por parte de la fenomenologiacutea con la intencioacuten de echar luz sobre nuestra relacioacuten con el cuerpo y a traveacutes de eacutel nuestra relacioacuten con el mundo y con los otros ha quedado pendiente Algunas de las preguntas iniciales no han encontrado respuesta algunas se han tenido que reformular otras han suscitado pequentildeos refl ejos o intuiciones mientras se han encon-trado especies de respuestas a preguntas no formuladas y nuevas preguntas han surgido Este trabajo se ha movido en forma de espiral abrieacutendose y cerraacutendose constantemente Ahora es el momento de parar su movimiento y observarlo hasta que comience a moverse de nuevo

Tratar al poema como si fuese respiracioacuten movimiento corporeidad pura Extender el poema en el espacio Espacio emergente a partir de un

movimiento Estructura del poema El poema como estructura en devenir Acontecimiento El poema es un cuerpo que busca su forma un cuerpo

que quiere construirse estructurarse a siacute mismo La lectura del poema es el desdoblamiento inverso de este movimiento estructural Dibujar el poema

Bailar el poema No se trata de contenidos ni de signifi cados sino del poema en siacute del poema como acontecimiento que signifi ca por siacute mismo El poema en su totalidad es un gesto un acto un intento de abarcar y recoger

el mundo la experiencia la vida Analizar este gesto Acotarlo medirlo trazarlo Cartografi arlo Coreografi arlo

El poema como organismo El poema como personaje

Domar el poema El poema este pequentildeo animal salvaje se tiene que domesticar Antes de poder entenderlo necesito domarlo encontrarme

con eacutel interactuar con eacutel acariciarlo ser su amiga dejarlo invadir mi vida Poema quiero conocerte

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Canto I Tierra y Cielo

Un episodio del pasado Crises quiere rescatar a su hija Agamenoacuten lo disres-peta La furia de Apolo En el campamento aqueo aquiacute y ahora Agamenoacuten empieza la reunioacuten Aquiles y Agamenoacuten Un enfrentamiento difiacutecil una disputa casi violenta En medio una mujer la autoridad el poder la riqueza y la fuerza Amenazas Atenea enviada por Hera se presenta a Aquiles y soacutelo a eacutel Se evita la pelea sangrienta Atenea se va En la reunioacuten de nuevo Aquiles y Agamenoacuten sentados lejos El sabio Neacutestor entre ellos toma la palabra Segundo ciclo de amenazas Los dos se separan defi nitivamente La entrega de Briseida a Agamenoacuten y Aquiles pensando en la orilla del mar Soledad y tristeza Tetis y Aquiles Tensioacuten Carintildeo Pausa Ulises y la devo-lucioacuten de Criseida a su padre Sacrifi cio y banquete Doce diacuteas Tetis y Zeus Hera Reunioacuten de dioses Hera y Zeus Hefesto Banquete divino y muacutesica La noche en el Olimpo

Canto II Un engantildeo necesario

Zeus Ensuentildeo y el suentildeo de Agamenoacuten El futuro que no seraacute Consejo de ancianos y asamblea de aqueos La trampa y su aprobacioacuten por Neacutestor El discurso de Agamenoacuten y la propuesta de retroceso El deseo de volver Hera y Atenea la conspiracioacuten divina Atenea aparece a Ulises animaacutendole y Ulises se activa Cara a cara los guerreros se convencen uno despueacutes de otro Ulises y Tersites Tersites y Agamenoacuten La intervencioacuten de Ulises apo-yado por Atenea Salto al pasado la previsioacuten de Calcante nueve antildeos de guerra dura y victoria en el deacutecimo Sacrifi cios a Zeus la plegaria no cum-plida el banquete y el inicio del atentado Atenea animando a los aqueos Invocacioacuten del poeta a las Musas y el cataacutelogo de naves territorios pueblos y jefes que participan Aquiles jefe de los mirmidones y sus cincuenta naves paradas La marcha de las tropas Iris con la voz de Polites lleva la noticia a Troya Iris y Heacutector jefe de los troyanos Mencioacuten de los aliados

Canto III Por Helena

Troyanos y aqueos en el campo de batalla Menelao y Paris El retroceso Heacutector y Paris Las insultas entre hermanos Una propuesta de acuerdo Por Helena un enfrentamiento en duelo entre Paris y Menelao Entre aqueos y troyanos la paz Sacrifi cios y juramentos Dos corderos y otro maacutes Priacuteamo Iris lleva la noticia a Helena mientras ella teje los sufrimientos que causoacute

APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

en troyanos y aqueos Entre laacutegrimas Helena se dirige a las puertas Esceas Los ancianos y el impacto de Helena Priacuteamo y Helena Reconocimiento de los guerreros aqueos Agamenoacuten Ulises Menelao Anteacutenor entre Helena y Priacuteamo Ayante Idomeneo El heraldo Ideo Priacuteamo entre troyanos y aqueos convalida los juramentos de Agamenoacuten Priacuteamo de vuelta a Troya Heacutector y Ulises acotan el campo Paris y Menelao El duelo y la intervencioacuten de Afrodita Afrodita y Helena Helena y Paris

Canto IV Del Olimpo a Troya

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Zeus y Hera Discusioacuten La mirada dirigida a Troya y Atenea enviada a Troya para incitar la continuacioacuten de la guerra El impacto Atenea y Pandaro Pandaro y Menelao Atenea y Menelao Menelao y Agamenoacuten el amor entre hermanos el terror y la recuperacioacuten del aacutenimo El tratamiento de la herida La narracioacuten en movimiento Agamenoacuten a pie se mueve entre los aqueos Encuentros varios Ayantes Neacutestor y la estra-tegia Ulises Diomedes y la responsabilidad de Agamenoacuten El avanzar de las tropas Silencio y velocidad para los daacutenaos bullicio y diversas lenguas para los troyanos Construccioacuten del paisaje sonoro de la guerra El enfrenta-miento Acercarse unirse antes de matarse Batalla sobre el cuerpo muerto La victoria de los aqueos y Apolo animando a los troyanos aludiendo a la ausencia de Aquiles El fi nal de la batalla los enemigos todos derrotados indistintamente

Canto V Coreografiacutea de una batalla

Atenea a Diomedes iquestPor queacute Diomedes Ceder la fuerza dotar de valentiacutea Diomedes Figeo Ideo Acercarse para matarse Atenea y Aris abandonan el campo de batalla Primero Agamenoacuten mata a Odio a continuacioacuten se pre-senta una secuencia de duelos mortiacuteferos De vuelta con Diomedes Pandaro y la herida de Diomedes Diomedes reza invocando a Atenea la proteccioacuten divina Rivalidad entre dioses y manipulacioacuten Eneas y Pandaro Refl exioacuten y estrategia Esteacutenelo y Diomedes La otra estrategia Pandaro y Diomedes Diomedes y Eneas Afrodita Diomedes y Afrodita Apolo Iris Olimpo El sufrimiento de los dioses Apolo y Eneas Apolo y Ares Ares apoyando a los troyanos aprovechando la ausencia de Atenea Menelao Heacutector y su impacto a Diomedes Tlepoacutelemo Ulises Heacutector y Ares Hera y Atenea la preparacioacuten de las diosas y el permiso de Zeus Atenea planea vengarse de Ares a traveacutes de Diomedes La vuelta del herido Ares al Olimpo y la restau-

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

racioacuten de un orden

Canto VI Fuera de la guerra Dentro de la guerra

De vuelta a la batalla Duelos sucesivos el triunfo de los aqueos Menelao y Adrasto Agamenoacuten De la suacuteplica y la piedad a la frialdad y crueldad del combate Elaboracioacuten de estrategias Neacutestor para los aqueos Heleno para los troyanos El miedo a Diomedes Diomedes y Glauco laquoComo el linaje de las hojas tal es tambieacuten el de los hombresraquo Compromiso de no matarse e intercambio de armas Heacutector se dirige a Troya En el palacio de Priacuteamo Heacutector y Heacutecuba Heacutector y Paris Helena y Heacutector Heacutector y Androacutemaca en la muralla de Troya Los valores ciacutevicos la familia y la obligacioacuten moral del guerrero iquestProteger la familia o defender la ciudad Escamandro La risa La desesperacioacuten La despedida Androacutemaca desconsolada Heacutector y Paris Reconciliacioacuten fraterna y entrada en el campo de batalla

Canto VII Coser la simetriacutea

Heacutector y Paris de vuelta a la batalla Atenea y Apolo El acuerdo de parar el combate una paz provisoria iquestCoacutemo llegar a la paz Heacutector desafiacuteo duelo Heleno Heleno y la voluntad de los dioses Heleno y Heacutector Heacutector entre las tropas Agamenoacuten parando las tropas Guerreros sentados inmovili-dad Dioses Heacutector el desafiacuteo y los teacuterminos Miedo y silencio Menelao Agamenoacuten y Menelao Neacutestor evocacioacuten de un pasado heroico Nueve guerreros animados El sorteo Preescritura Voluntad y resultado Ayante Ayante y Heacutector Evolucioacuten de un duelo Acercamiento aumento del contac-to Ideo y Taltibio Obedecer a la noche Tregua Aqueos Troyanos Enterrar los muertos Construir muralla Los dioses observadores Banquete y ban-quete Zeus Descansar recibir el regalo del suentildeo

Canto VIII Del amanecer al amanecer

Amanecer en Troya amanecer en el mundo Continuacioacuten de la batalla y re-unioacuten de dioses de nuevo Zeus preside de la reunioacuten e impone su voluntad por medio de su poder La batalla debe transcurrir sin intervencioacuten divina Despertar desayuno y preparacioacuten Armas lanzas y respiraciones coinciden en un mismo sitio El recorrido del Sol y la evolucioacuten de la batalla la balanza de Zeus y su rayo dirigido hacia los aqueos Heacutector y Diomedes enfrenta-miento y estrategias de ataque La derrota de los aqueos Hera y el inten-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

to (en vano) de ayudar a los daacutenaos La derrota continuacutea Segundo intento de ayuda Hera y Atenea la intervencioacuten de Zeus y el retiro de las diosas Previsioacuten de la muerte de Patroclo y de la vuelta de Aquiles al terreno del combate Puesta de sol estrategias de ataque fuegos troyanos y sacrifi cios ricos A la espera de la Aurora

Canto IX Nada importa tanto cuanto mi vida

Agamenoacuten Reunioacuten de aqueos en paacutenico Decepcioacuten por el engantildeo de Zeus y propuesta de volver a la tierra patria Diomedes y Agamenoacuten Discusioacuten Intervencioacuten de Neacutestor discurso inclusivo Necesidad de unioacuten en situacioacuten de peligro Banquete en la tienda de Agamenoacuten Estrategias para conseguir la vuelta de Aquiles al combate Agamenoacuten y los regalos prometidos Neacutestor y la embajada Feacutenix Ayante y Ulises Odio y Euriacutebates Sacrifi cios La lle-gada de la embajada Aquiles tocando muacutesica y cantando acompantildeado por Patroclo presencia en silencio Bienvenidas y palabras amistosas Vino y carne asada El discurso de Ulises y las ofertas a Aquiles a cambio de su participacioacuten en la guerra bienes materiales riqueza siete mujeres-premio Briseacuteida de vuelta veinte mujeres troyanas una hija de Agamenoacuten como esposa Negativa rotunda laquoPara mi nada hay que equivalga a la vidaraquo Largo discurso de Feacutenix Ayante Aquiles la ira irrevocable La vuelta de la embajada Agamenoacuten Desconcierto Diomedes A la espera de la Aurora para retomar la accioacuten

Canto X Espionaje mutuo

Noche avanzada En el campamento aqueo el insomnio de Agamenoacuten Agamenoacuten y Menelao preocupacioacuten y necesidad de reunioacuten Ayante Idomeneo Neacutestor Agamenoacuten y Neacutestor La esperanza reside en la reincor-poracioacuten de Aquiles Diomedes Ayante el hijo de Fileo Guerreros desper-taacutendose vistieacutendose y armaacutendose Meriacuteones y el hijo de Neacutestor Reunioacuten Diomedes y su elegido Ulises el espionaje Entre las liacuteneas de los troyanos Doloacuten se elige para espiar a los aqueos a cambio de regalos Diomedes y Ulises Doloacuten La trampa Plegaria a Atenea Diomedes y Ulises penetrando en el campamento troyano Reso Masacre Los caballos preciosos Atenea y Apolo Paacutenico entre los troyanos Ulises Diomedes y los caballos de vuelta a las naves aqueas Alivio y felicidad Bantildeo en el mar vino comida y sacri-fi cios a Atenea

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XI El comienzo de su desgracia

Aurora Zeus Eris el deseo de la guerra a las naves aqueas El armamento de Agamenoacuten Liacuteneas enemigas La lluvia de sangre de Zeus Muertes suce-sivas Eris sola entre los dioses el placer del combate Agamenoacuten rabioso destrozando a los troyanos Huida hacia las puertas Esceas Iris la mensajera de Zeus comunica a Heacutector la estrategia divina Agamenoacuten e Ifi damante Cooacuten y Agamenoacuten La herida sangre caliente la aparicioacuten del dolor en el cuerpo Retroceso Heacutector el ataque Diomedes y Ulises Apolo y la salva-cioacuten de Heacutector Alejandro y Diomedes Ulises solo en el campo de batalla matar o ser muerto Soco y Ulises Atenea La herida de Ulises y la muerte de Soco Los troyanos alrededor de Ulises los gritos del heacuteroe Menelao y Ayante Alejandro y Macaoacuten Zeus El retroceso de Ayante Neacutestor y Macaoacuten Aquiles Patroclo En la tienda de Neacutestor el discurso del anciano y el consejo terrible a Patroclo De vuelta a la tienda de Aquiles Patroclo y Euriacutepilo

Canto XII Construcciones efiacutemeras

Continuacioacuten de la batalla Escenario el muro y la fosa de los aqueos alre-dedor de las naves La futura destruccioacuten del escenario por Posidoacuten y Apolo Los argivas dentro paacutenico y desesperacioacuten Fuera Polidamante y Heacutector Organizacioacuten y reagrupacioacuten de los troyanos en cinco bloques Ataque a pie Asio Hirtaacutecida Polipetes y Leonteo en las puertas a la defensa El aguumlero de Zeus un aacuteguila y una serpiente Polidamante y Heacutector laquoEl mejor aguumlero y el uacutenico es luchar en defensa de la patriaraquo Intento de destruccioacuten de la mu-ralla Ayantes resistencia y aacutenimos a los aqueos Lanzamiento de piedras Sarpedoacuten a Glauco la muerte destino comuacuten Menesteo Tootes Ayantes Teucro Ayante y Epicles Teucro y Glauco Sarpedoacuten La muralla como arma la muralla como medio La sangre sobre torres y almenas sangre de todos El impulso de Zeus a Heacutector el grito la piedra la puerta rota Heacutector y los troyanos dentro de la muralla

Canto XIII Invasioacuten

La mirada de Zeus desviada hacia otros pueblos y el territorio atravesado por Posidoacuten que se dirige a Troya para animar a los daacutenaos El dios disfra-zado de Calcante aparece a los Ayantes y enseguida a los demaacutes valientes guerreros Batallones soacutelidos laquobroquel en broquel casco en casco hombre en hombreraquo El avanzar de los troyanos Enfrentamiento violento muer-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tes sangrientas Decapitacioacuten de Imbrio la cabeza en el suelo objeto inaacute-nime Idomeneo y Meriacuteones Valentiacutea Zeus y Posidoacuten Duelos sucesivos Alrededor de Alcaacutetoo Alrededor de Ascaacutelafo Deiacutefobo herido por Meriacuteones y retirado del combate por Polites Heacuteleno y Deiacutepiro el yelmo errante sobre la tierra Menelao y Pisandro Las zonas de la batalla en las naves Heacutector Polidamante y Heacutector Heacutector y Paris Continuacioacuten del enfrentamiento y gritos heroicos

Canto XIV El engantildeo de Zeus

La batalla en las naves continuacutea y los aqueos estaacuten desesperados Neacutestor y Agamenoacuten Ulises y Agamenoacuten Diomedes Agamenoacuten Ulises y Neacutestor Posidoacuten a Agamenoacuten Hera Seduccioacuten de Zeus Hera acicalaacutendose en el pa-lacio encerrada en su habitacioacuten Hera y Afrodita los hechizos del amor y del deseo Territorio y movimiento divino atravesar la tierra como si fuese un mapa Suentildeo Adormecer a Zeus y Pasiacutetea Hera y Suentildeo hacia Ida Hera y Zeus El deseo de hacer el amor el tapiz de blanda yerba y la nube aacuteurea Suentildeo y Posidoacuten el apoyo a los daacutenaos Continuacioacuten de la batalla Heacutector y Ayante Telamonio Heacutector tendido en el polvo Los aliados alrededor del herido Heacutector se aleja del campo de batalla Duelos muertes sucesivas y hazantildeas heroicas

Canto XV Mientras tanto junto a las naves

Heacutector herido inconsciente Zeus enojado con Hera engantildeo y reconciliacioacuten Hera en el Olimpo El plan de Zeus para la guerra honrar a Aquiles Patroclo en el combate Heacutector y Patroclo la venganza de Aquiles posible conquis-ta de Ilion Reacciones de los dioses oliacutempicos Iris y Posidoacuten el enojo del dios y su retiro Apolo animando a Heacutector Continuacioacuten de la batalla en las naves la difiacutecil resistencia de los aqueos La plegaria de Neacutestor a Zeus Patroclo en la tienda de Euriacutepilo distraccioacuten y cuidados meacutedicos Patroclo se dirige a Aquiles Ayante y Caleacutetor Heacutector y Ayante Licofroacuten Teucro Batalla cuerpo a cuerpo Heacutector la voluntad de Zeus consejos a sus gue-rreros Ayante aacutenimos a los suyos Zeus el furor de Heacutector la huida de los daacutenaos Neacutestor Atenea Ayante Aacutespera batalla sangre y heridas Heacutector la popa de una nave el fuego Ayante la defensa de las naves laquola solucioacuten estaacute en las manosraquo

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XVI La muerte de Patroclo

Patroclo en la tienda de Aquiles negras laacutegrimas Aquiles y Patroclo Aquiles se desprende gradualmente de su coacutelera y aconseja a Patroclo El deseo de salvarse ellos dos solos de la guerra Ayante el plan de Zeus y el inicio del fuego Patroclo la armadura de Aquiles la preparacioacuten de la tropa por Aquiles Patroclo y Automedonte delante Aquiles la tienda la copa y el sa-crifi cio a Zeus La entrada de los mirmidones en la lucha la recuperacioacuten del aacutenimo Patroclo expulsa a los troyanos de las naves y hace que se apague el fuego Contraataque y los troyanos cediendo espacio Duelos consecutivos y muertes sangrientas Ayante y Heacutector la huida de los troyanos Los caballos cruzando la fosa Las hazantildeas de Patroclo Sarpedoacuten El dilema de Zeus Hera Patroclo y Sarpedoacuten Sarpedoacuten a Glauco Alrededor de Sarpedoacuten Heacutector y los troyanos Patroclo y los aqueos La noche de Zeus Heacutector y Epigeo Patroclo y Estenelao Retrcoceso de los troyanos Zeus Apolo el cuerpo de Sarpedoacuten Patroclo y Apolo en la muralla Apolo y Heacutector Patroclo Cebriacuteones Alrededor de Cebriacuteones Apolo despoja a Patroclo de su armadura Euforbo le clava la pica por detraacutes Heacutector y Patroclo La huida de los caballos inmortales

Canto XVII Alrededor del cuerpo muerto

Patroclo inaacutenime Menelao se acerca al verlo tumbado en el polvo Menelao y Euforbo Apolo Heacutector Menelao la ayuda de Ayante Heacutector retroce-diendo con la armadura de Patroclo Glauco y Heacutector Heacutector cambia de armas y vuelve a la batalla con las armas de Aquiles Zeus Ares Heacutector Ayante y Menelao El grito de la guerra Ayante Oileo Idomeneo Meriacuteones Batalla Ayante luchar de cerca alrededor del cuerpo Duro esfuerzo al-rededor del cuerpo contradiccioacuten con el resto del campo Los caballos inmortales inmoacuteviles apartados la cabeza en el suelo laacutegrimas Zeus los ca-ballos Automedonte Alcimedonte Heacutector y Eneas Automedonte y Areto Alrededor de Patroclo de nuevo Atenea enviada por Zeus cambio de ba-lanza Zeus tomando la fi gura de Feacutenix aparece a Menelao Atenea Apolo a Heacutector La victoria a los troyanos Menelao y Ayante Menelao a Antiacuteloco la terrible noticia Laacutegrimas Antiacuteloco hacia Aquiles Menelao Ayantes Meriacuteones iquestCoacutemo salvar al cuerpo de Patroclo Transportacioacuten del cadaacutever y continuacioacuten del combate

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XVIII Aquiles y el escudo

Antiacuteloco y Aquiles Duelo y lamentos Tetis Las armas de Hefesto Iris y Aquiles Hera Aquiles tres alaridos desde la fosa Retroceso de los troyanos la llegada del cuerpo de Patroclo a las naves La noche generada por Hera Heacutector y asamblea de troyanos El llanto por Patroclo Aquiles Venganza Lavar las heridas del cuerpo Tetis y Hefesto Las desgracias de Tetis afl ic-cioacuten La necesidad de una armadura para Aquiles El escudo Cinco laacuteminas La tierra el cielo el mar el sol la luna los astros Dos ciudades Escenas de guerra y paz naturaleza animales hombres El mundo en el escudo La coraza el casco las grebas Tetis desciende del Olimpo con las armas

Canto XIX Reconciliarse antes de armarse

Aurora El lamento de Aquiles abrazado al cuerpo de Patroclo Tetis y Aquiles la armadura nueva proteccioacuten del cadaacutever consejos Diomedes Ulises y Agamenoacuten estaacuten presentes en la asamblea de los aqueos convocada por Aquiles Aquiles la renuncia de la coacutelera Agamenoacuten la culpa es de los dioses Zeus y la Ofuscacioacuten alusioacuten al mito Reconciliacioacuten Debate entre Aquiles Agamenoacuten y Ulises la furia el combate los regalos prometidos el hambre la fuerza el duelo por los muertos Agamenoacuten sacrifi cando un jabaliacute jura no haberse acostado con Briseida En la tienda de Aquiles el la-mento de Briseida sobre el cuerpo de Patroclo La negacioacuten de Aquiles a comer duelo en compantildeiacutea de Agamenoacuten Menelao Ulises Neacutestor Idomeneo y Feacutenix Atenea motivada por Zeus da neacutectar y ambrosiacutea a Aquiles Los aqueos armaacutendose espesura Automedonte Aacutelcimo los caballos de Peleo Antes de entrar en la batalla Janto preveacute a Aquiles su muerte por un dios y un hombre

Canto XX Manos llenas de sangre

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Posidoacuten y Zeus Zeus laquorecreando la muerte en el espectaculoraquo y separacioacuten de los dioses en dos bandos Hera Atenea Posidoacuten Hermes y Hefesto con los aqueos Ares Apolo Aacutertemis Leto el riacuteo Janto y Afrodita con los troyanos Los aullidos de Atenea y Ares Duelos de dioses Apolo a Eneas Hera Posidoacuten y Atenea observan desde fuera preparados para protejer a Aquiles Eneas y Aquiles disputa verbal y duelo La estructura del escudo de Aquiles Posidoacuten salva a Eneas Aquiles anima a los aqueos Heacutector a los troyanos Apolo advierte a Heacutector Aquiles elimina

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

a Ifi tioacuten Demoleonte Hipodamante y Polidoro hermano de Heacutector Heacutector y Aquiles primer enfrentamiento resuelto por Apolo y Atenea Las viacutecti-mas de Aquiles Driacuteope Demuco Laoacutegono y Daacuterdano Tros Mulio Equeclo Deucalioacuten Rigmo Areiacutetoo

Canto XXI Perseguido por los dioses

Al lado del riacuteo Escamandro Aquiles divide a los troyanos en dos unos atra-pados en la corriente otros detenidos por Hera en la llanura Sin caballos y despojaacutendose de su lanza Aquiles empieza a matar dentro del riacuteo con su daga Doce muchachos capturados vivos por Patroclo Aquiles y Licaoacuten una suacuteplica en vano La muerte de Patroclo el cambio en Aquiles Asteropeo y Aquiles Linajes y ultraje del cadaacutever En la orilla Aquiles contra los peo-nios Personifi cacioacuten del riacuteo el cauce lleno de cadaacuteveres Aquiles ignora la advertencia de Escamandro y empieza la persecucioacuten Aquiles supli-ca a Zeus Posidoacuten y Atenea le garantizan la gloria La llanura inundada Escamandro y Simoente Hera y Hefesto el fuego en el riacuteo Teomaquiacutea Zeus gozando del enfrentamiento de los dioses Ares y Atenea Afrodita Hera Atenea y Afrodita Posidoacuten y Apolo Aacutertemis y Apolo Hera y Aacutertemis Hermes y Leto Aacutertemis en los brazos de Zeus Apolo en Troya Priacuteamo insta a los troyanos a refugiarse abriendo las puertas de la ciudad El impulso de Apolo a Ageacutenor Ageacutenor y Aquiles Apolo su tuacutepida bruma y la persecucioacuten de Aquiles por el dios disfrazado en Ageacutenor Lejos de la ciudad hacia el riacuteo

Canto XXII El uacuteltimo duelo

Heacutector el uacutenico troyano fuera de la muralla Aquiles se precipita hacia Troya decepcionado con la burla del dios Priacuteamo y Heacutecuba atemorizados suplican a Heacutector los cabellos arrancados del padre los senos de la madre El soliloquio de Heacutector Aquiles y Heacutector el comienzo de la persecucioacuten laquocorriacutean por la vida de Hector domador de caballosraquo Tres vueltas alrede-dor de la ciudad Zeus y Atenea Atenea en la tierra Apolo La balanza de Zeus Atenea coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector La fi gura de Deiacutefobo Heacutector recuperando el aacutenimo se acerca a Aquiles Negociacioacuten por el cuerpo muerto Las picas Aquiles a Heacutector Heacutector a Aquiles El engantildeo de la diosa Las espadas estudio del cuerpo muerte en contacto En el momento de la muerte crueldad verbal Ultrajar el cadaacutever arrastrar el cadaacutever Mientras ellos se alejan en la muralla de Troya se multiplican los lamentos Priacuteamo Heacutecuba Androacutemaca

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XXIII Los funerales de Patroclo

Aquiles y sus compantildeeros en el campamento aqueo Llorar a Patroclo tres vueltas con los caballos alrededor del cadaacutever Aquiles las manos sobre el pecho de Patroclo contacto fiacutesico con el muerto querido y ultraje del cadaacutever del enemigo Banquete fuacutenebre al lado de la nave Aquiles a Agamenoacuten No lavarse antes del funeral En la orilla del mar el suentildeo de Aquiles El alma de Patroclo y el olvido La Aurora lentildea para la pira La cabellera de Aquiles depositada en las manos de Patroclo La pira ritos funerarios Sacrifi cios cuatro caballos dos perros doce joacutevenes troyanos Afrodita y Apolo la pro-teccioacuten del cadaacutever de Heacutector Despueacutes de una noche lamentaacutendose al lado de la pira Aquiles adormece con la llegada de la aurora Recoger y guardar los huesos de Patroclo hasta la muerte de Aquiles Certamen en honor de Patroclo se proclama la competicioacuten y los premios a ganar y en seguida se presentan los heacuteroes que quieren participar En las competiciones las activi-dades humanas como medida del espacio

Canto XXIV Por el cuerpo de Heacutector

En la orilla del mar la noche Aquiles el recuerdo de Patroclo insomnio y laacutegrimas la aparicioacuten de la Aurora Tres vueltas alrededor del tuacutemulo arras-trando al cuerpo de Heacutector con el carro La duodeacutecima aurora intervencioacuten de Apolo Hera Zeus Iris a Tetis Tetis en el Olimpo El plan de Zeus para el rescate de Heacutector Tetis y Aquiles Iris y Priacuteamo la proteccioacuten de Hermes Priacuteamo y Heacutecuba Los nueve hijos de Priacuteamo Preparacioacuten plegaria a Zeus y aguumlero positivo Priacuteamo e Ideo Hermes el joven Llegando al campamen-to el suentildeo del dios envuelve a los aqueos hasta la entrada en la tienda de Aquiles Hermes tras revelar su identidad aconseja a Priacuteamo y se retira Priacuteamo y Aquiles las rodillas las manos homicidas la suacuteplica el estupor Alusioacuten a la vejez al padre El llanto comuacuten uno por Heacutector otro por Peleo y Patroclo Aquiles Automedonte y Aacutelcimo Aceptar los rescates lavar al cuerpo de Heacutector Aquiles y Priacuteamo preparacioacuten de la cena Admiracioacuten mutua los lechos los diacuteas necesarios para el entierro y continuacioacuten de la guerra al duodeacutecimo diacutea si necesario Aquiles y Briseida Hermes a Priacuteamo el miedo de Agamenoacuten Hermes Priacuteamo y Automedonte de vuelta a Troya con el cuerpo de Heacutector Casandra El duelo de los troyanos en las puertas Esceas Androacutemaca Heacutecuba Helena Lentildea para la pira funeral y banquete funerario

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nota Los versos de la Iliacuteada citados en este trabajo pertenecen a esta edicioacuten

BIBLIOGRAFIacuteA

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

sus propios personajes dos personajes que no participan en el combate los que asumen esta actitud contemplativa Excluidos de la guerra la observan desde un punto fi jo en lo alto de la muralla de Troya ese liacutemite que todaviacutea protege a la ciudad y a sus habitantes mujeres ancianos y nintildeos mantenieacuten-doles en un encierro permanente

Unos versos maacutes tarde llegaraacuten los heraldos y se llevaraacuten al anciano rey para que eacutel sancione los juramentos antes del duelo de Menelao y Paris Priacuteamo se iraacute sin despedirse y Helena una vez maacutes se hundiraacute en su soledad Sola entre muchas troyanas se quedaraacute contemplando el duelo entre su primero y su segundo esposo Al fi nal del canto Afrodita la encontraraacute alliacute en la mu-ralla de Troya y la conduciraacute hacia el interior del palacio para acompantildear a Paris en la cama y satisfacerle el deseo sexual cumpliendo con su papel de esposa Helena no tiene fuerza de voluntad atrapada en un denso tejido de circunstancias exteriores encerrada en la ciudad y encerrada en el nombre que lleva se transforma en observadora permanente

Helena es un personaje sumamente importante e interesante Toda una guerra gira en torno a ella su nombre se repite y resuena como un eco per-sistente entre los versos pero Helena la mujer la persona estaacute ausente de la realidad ausente de su propia vida es la mujer premio

Ella no es la uacutenica mujer premio de la Iliacuteada En el universo masculino de la guerra infi nitas mujeres se convierten en premio de los saqueos de ciuda-des se cautivan como esclavas o se entregan como regalos de un guerrero a otro Agamenoacuten cuando solicita el regreso de Aquiles a la batalla le pro-mete entre otros regalos a siete mujeres esclavas (laquoTe daraacute siete mujeres expertas en intachables labores lesbias que cuando conquistaste la bien edi-fi cada Lesbos para siacute | escogioacute y que destacaban en belleza entre la raza de las mujeresraquo) y a una de sus hijas como esposa legiacutetima dejaacutendole la posi-bilidad de escoger entre ellas a la que maacutes le guste7 Esto nos hace pensar en el espacio que ocupan las mujeres en la guerra tanto a nivel simboacutelico como a nivel fiacutesico pero tambieacuten en todo aquello que permaneciendo ajeno a la

todo | mientras que nosotros solo oiacutemos la fama y no sabemos nada | quieacutenes eran los priacutencipes y los caudi-llos de los daacutenaos | El grueso de las tropas yo no podriacutea enumerarlo ni nombrarlo | ni aunque tuviera diez lenguas y diez bocas | voz inquebrantable y un bronciacuteneo corazoacuten en mi interior | si las Oliacutempicas Musas de Zeus portador de la egida | hijas no recordaran a cuaacutentos llegaron al pie de Ilio | Pero siacute nombrareacute a los jefes y la totalidad de las navesraquo (IliacuteadaCanto II 484-493)7 Iliacuteada Canto IΧ 270-290

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1 LA MUJER PREMIO AUSENCIA

guerra interviene en ella de manera oblicua y tangencial8

El propio argumento de la Iliacuteada se despliega a partir de Criseida hija de Crises sacerdote de Apolo ella fue dada como botiacuten de guerra a Agamenoacuten y su cautiverio provoca la furia de Apolo contra los daacutenaos Se decide la devolucioacuten de Criseida a su padre pero Agamenoacuten exige como jefe de los caudillos aqueos que se le sustituya su botiacuten en vez de Criseida se quedaraacute con Briseida otorgada originalmente como botiacuten a Aquiles exigencia que provoca la coacutelera la famosa μήνις de Aquiles considerada como el tema central de la epopeya La presencia de las mujeres premio en la Iliacuteada es muy importante pero ellas mismas se encuentran ausentes Mujeres hermosas cosifi cadas transformadas en objetos en torno a los cuales giran los episo-dios y los actos heroicos

Briseida se retira de la tienda de Aquiles caminando laquoen contra a su volun-tadraquo con laacutegrimas en los ojos sin pronunciar una palabra Aquiles se encie-rra en su tienda y se abstiene del combate protestando por la peacuterdida de Briseida Despueacutes de la muerte de Patroclo una vez Aquiles decide entrar de nuevo en la batalla Briseida se devuelve a eacutel mientras Agamenoacuten jura que no se ha acostado con ella En este momento Briseida habla soacutelo para llorar a Patroclo resaltando su bondad y delicadeza El discurso de Briseida es pu-ramente exterior a ella en su discurso ella se relaciona con el mundo como si no participase en eacutel como si fuese una espectadora de su propia vida Aunque invoca un episodio que la marcoacute profundamente el momento en que Aquiles saqueoacute su ciudad y matoacute a su marido convirtieacutendola en esclava lo describe enfatizando la reaccioacuten de Patroclo y no su propia desgracia la cual se presenta como si para ella ya no tuviera importancia como si su vida careciera de sentido Briseida tan desgraciada y despojada de toda libertad y toda voluntad llora al compantildeero de su saqueador

laquoiexclPatroclo el ser maacutes grato para esta desdichada de miacuteVivo te dejeacute cuando saliacute de esta tienday ahora te hallo muerto comandante de huestes al regresarde nuevo iexclDesgracia sobre desgracia me viene sin cesarAl marido a quien me con iaron mi padre y mi augusta madrelo vi delante de la ciudad desgarrado por el a ilado bronceigual que a los tres hermanos que mi madre habiacutea engendrado

8 Pascal Payen en su libro Les revers de la guerre en Gregravece ancienne dedica un capiacutetulo al papel de las mujeres en una esfera donde seguacuten la ideologiacutea dominante ellas no tienen lugar

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tan amados y que todos alcanzaron el diacutea de la ruinaNi siquiera me permitiste cuando el ligero Aquilesmatoacute a mi marido y saqueoacute la ciudad del divino Minetellorar asegurabas que me convertiriacuteas en legiacutetima esposadel divino Aquiles y que eacutel me llevariacutea en las naves a Ftiacuteay celebrariacutea el banquete de boda entre los mirmidonesPor eso lloro sin cesar la muerte del que siempre fue tan dulceraquo(Canto XIX 287-300)

En alguna ocasioacuten Helena tambieacuten actuacutea como si fuese una observadora imparcial representando la voz de la razoacuten juiciosa sobria Comenta los hechos evaluacutea las circunstancias aconseja Una vez maacutes ausente de siacute misma indiferente resignada Su juicio llega a nosotros a traveacutes de las na-rraciones de otros personajes laquoAhora mi esposa que me ha reprendido con tiernas palabras | me ha incitado al combateraquo dice Paris a Heacutector9 Heacutector por su parte teme que su querida mujer Androacutemaca sea llevada a fuerza por alguacuten aqueo acaso ellos conquisten la ciudad de Troya

Mas no me importa tanto el dolor de los troyanos en el futuro ni el de la propia Heacutecuba ni el del soberano Priacuteamoni el de mis hermanos que muchos y valerosospuede que caigan en el polvo bajo los enemigoscomo el tuyo cuando uno de los aqueos de bronciacuteneas tunicaste lleve envuelta en laacutegrimas y te prive del diacutea de la libertad (Canto VI 450-455)

9 Iliacuteada Canto VI 337-338

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2 El movimiento de la familia un lugar para encontrarse [Heacutector y Androacutemaca]

En el canto VI Diomedes se acerca a la muralla de Troya matando a un hombre despueacutes de otro Los troyanos aterrorizados necesitan defenderse defender a su ciudad a sus familias a sus mujeres a sus hijos a sus casas La fi gura de Heacutector se dibuja como la fi gura del rey que protege a su pueblo del liacuteder que anima a sus guerreros con carintildeo del hijo en quien tiene orgu-llo la familia pero sobre todo del hombre que quiere a su esposa del padre que antildeora a su hijo Heacutector es precisamente esto un hombre Un hombre que como dice eacutel mismo ha aprendido a ser valiente por necesidad Su perfi l humano terrenal noble lo acerca a nosotros por medio de la empa-tiacutea Su prevista muerte el implacable destino que le espera se contrapone al mundo del que proviene al tejido de relaciones en el que estaacute inmerso del cual la guerra le separa violentamente mientras participa en ella para defenderlo

Pero cuando ya llegoacute a la muy bella morada de Priacuteamoconstruida con pulidos pooacuteticos de columnas en la cualhabiacutea cincuenta habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los hijosde Priacuteamo se acostaban junto a sus legiacutetimas esposasy para las hijas en el lado de enfrente dentro del patiohabiacutea doce techadas habitaciones de pulida piedraedi icadas unas contiguas a otras en las que los yernosde Priacuteamo se acostaban junto a sus respetables esposasalliacute le salioacute al paso su madre dadivosa de benignos regalosllevando dentro a Laodica la primera de sus hijas en belleza(Canto VI 242-252)

Heacutector se dirige hacia la ciudad y sabemos que es la uacuteltima vez que entra-raacute en ella cruzando su muralla Seguramente la entrada en el palacio de Priacuteamo le maravilla el mundo de la paz y los recuerdos de la vida civil de su propia vida se apoderan de eacutel La sencilla descripcioacuten de la organizacioacuten espacial de este palacio descripcioacuten intemporal despojada de todo detalle

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y toda presencia humana impone a la narracioacuten un silencio un silencio que se asienta sobre el bullicio el voceriacuteo y el desorden sangriento de la batalla En este silencio en esta tranquilidad en la prosperidad evocada del espacio interior el poema estaacute preparando el encuentro del heacuteroe con su mundo siendo la descripcioacuten del palacio una introduccioacuten para el encuentro de Heacutector con su madre

laquo[] Tuacute ve al templo de la depredadora Ateneay yo ireacute en busca de Paris para llamarloa ver si quiere atender a mis palabras iexclOjalaacute aquiacute mismose lo tragara la tierra Pues es una peste que el Oliacutempico crioacutepara los troyanos para el magnaacutenimo Priacuteamo y para sus hijosSi lo viera descendiendo dentro del Hadesdiriacutea a mi aacutenimo que dejara olvidado del todo el funesto llantoraquo(Canto VI 279-285)

A su vez el encuentro con Heacutecuba le conduce hacia su hermano Paris a quien desprecia profundamente acerca de quien pronuncia palabras exce-sivamente duras La narracioacuten sigue a Heacutecuba en sus sacrifi cios a Atenea realizando un breve desviacuteo antes de volver a acompantildear a Heacutector en su re-corrido Heacutector encuentra a Paris en su caacutemara armaacutendose para el combate bello al lado de Helena Detenieacutendose en la entrada de la habitacioacuten le re-procha su cobardiacutea e inicia una conversacioacuten con Helena1 mientras le invade el recuerdo de su familia Este recuerdo el deseo y la antildeoranza que conlleva es lo que mueve a Heacutector en un movimiento continuo agonizante insacia-ble hacia Androacutemaca su amada mujer hacia su familia a la vez hacia sus compantildeeros hacia la batalla donde pertenece donde pereceraacute Su recorrido se extiende como un hilo en el espacio formando un nodo cada vez que se encuentra e interactuacutea con otra persona

laquoNo me ofrezcas asiento Helena aunque me estimes no meconvenceraacutes Pues mi aacutenimo ya estaacute en marcha presto a defendera los troyanos que intensa antildeoranza sienten por mi ausenciaTuacute pon en movimiento a eacuteste y que tambieacuten eacutel se de prisapara que me alcance mientras todaviacutea esteacute dentro de la ciudad

1 laquoEa entra ahora y sieacutentate sobre este escabel | cuntildeado miacuteo pues tuacute eres al que maacutes acosa las mientes la tarea | por culpa de esta perra de miacute y por la ofuscacioacuten de Alejandro | a quienes Zeus impuso el malvado sino de en lo sucesivo | tornarnos en materia de canto para los hombres futurosraquo dice Helena a Heacutector Sus palabras tienen la doble funcioacuten de explicar(se) el inicio de la guerra y quizaacute aliviar el dolor desgarrador que Helena siente y enfatizar el peso de la responsabilidad que recae sobre Heacutector a pesar de que eacutel no tenga la culpa de esta guerra

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Ademaacutes yo quiero ir a mi casa a vera los criados a mi esposa y a mi tierno hijoPues no seacute si auacuten otra vez llegareacute de regreso hasta elloso si los dioses ya me van a doblegar a manos de los aqueosraquoTras hablar asiacute se alejoacute Heacutector de tremolante penachoy al instante llegoacute a sus bien habitadas moradasmas no encontroacute en las salas a Androacutemaca de blancos brazosque con su hijo y una sirviente de bello mantosobre la torre estaba de pie llorando y gimiendoHeacutector al no hallar dentro a su intachable esposasalioacute al umbral se detuvo y dijo asiacute a las criadaslaquoEa criadas declaradme la verdadiquestAdoacutende ha ido Androacutemaca de blancos brazos fuera del palacioiquestA ver a mis hermanas y a mis cuntildeadas de buenos mantosiquestO al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosaraquoLa soliacutecita despensera diacutejole a su vez estas palabraslaquoiexclHeacutector Ya que mandas encarecidamente declarar la verdadni a ver a tus hermanas ni a tus cuntildeadas de buenos mantosni al templo de Atenea ha ido justo donde las demaacutes troyanasde bellos bucles tratan de aplacar a la temible diosasino a la elevada torre de Ilio pues ha oiacutedo que los troyanosestaacuten abrumados y que los aqueos ejercen gran poderiacuteoYa ha llegado presurosa a la murallacomo mujer enloquecida y la nodriza lleva al nintildeo consigoraquoDijo la despensera y Heacutector se precipitoacute fuera de la casa bajando otra vez por la misma ruta de bien construidas callesCuando atravesoacute la gran ciudad y llegoacute a las puertasEsceas por donde se disponiacutea a salir a la llanuraalliacute le salioacute al paso corriendo su esposa rica en regalosAndroacutemaca la hija del magnaacutenimo Eetioacuten del Eetioacuten que habiacutea habitado bajo el boscoso Placoen Teba bajo el Placo y habiacutea sido soberano de los ciliciosDe eacuteste era hija la esposa de Heacutector de bronciacuteneo cascoLe salioacute entonces al paso y con ella se acercoacute la sirvientallevando en su regazo al delicado nintildeo todaviacutea sin habla el preciado Hectoacuterida semejante a un bello astroHeacutector soliacutea llamarlo Escamandrio pero los demaacutesAstiaacutenacte pues Heacutector era el uacutenico que protegiacutea IlioEacuteste sonrioacute mirando al nintildeo en silencioy Androacutemaca se detuvo cerca derramando laacutegrimas le asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichado Tu furia te perderaacute Ni siquiera te apiadasde tu tierno nintildeo ni de miacute infortunada que pronto viudade ti quedareacute []raquo(Canto VI 360-409)

El encuentro de Heacutector con Androacutemaca se va generando cuidadosamente con lentitud Para llegar a su laquointachable esposaraquo Heacutector va cruzando um-brales consecutivos En su trayectoria se encuentra con una habitacioacuten vaciacutea de donde su mujer estaacute ausente Su deseo de ver a su familia se prolonga algo maacutes aumentando la tensioacuten dramaacutetica Preocupado ansioso pregunta repetidamente por Androacutemaca a las sirvientas que encuentra antes de saber que ella tambieacuten ha salido en busca de eacutel presurosa angustiada acompantildea-da por la nodriza que lleva al nintildeo consigo Heacutector recorre las mismas calles posiblemente siguiendo la misma ruta que habiacutea marcado al entrar en la ciudad El mismo camino diferentes situaciones existenciales El momento es especial defi nido por la guerra el dolor la incertidumbre el peligro pero sobre y a pesar de todo del amor

Bajo estas circunstancias en esta escena Heacutector y Androacutemaca se encuentran en movimiento mientras estaacuten realizando dos movimientos opuestos Los pasos de ambos se cruzan sobre las puertas Esceas Alliacute emocionados se miran por un momento Eacutel sonriacutee y ella llora estas dos acciones se presentan a menudo ligadas una a otra manifestadas simultaacuteneamente En esta escena Androacutemaca y Heacutector estaacuten emocionados felices y desconsolados a la vez Sus reacciones se complementan mutuamente Heacutector sonriacutee hacia el nintildeo en un silencio elocuente mientras Androacutemaca busca la proximidad fiacutesica posicionaacutendose cerca de Heacutector El movimiento se detiene y en la narra-cioacuten se abre un momento de quietud entre sonrisas y laacutegrimas una mujer y un hombre la nodriza que lleva al nintildeo en sus brazos sobre la muralla de Troya a lo lejos la batalla interminable

Eacuteste es el soporte esceacutenico del diaacutelogo de Heacutector y Androacutemaca un diaacutelogo que comienza y termina con dos frases muy parecidas laquole asioacute la mano lo llamoacute con todos sus nombres y le dijoraquo y laquola acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijoraquo2 la primera refi rieacutendose a Androacutemaca y la segunda a Heacutector La pronunciacioacuten del nombre propio adquiere importan-

2 En el original laquoἔν τ᾽ ἄρα οἱ φῦ χειρὶ ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo y laquoχειρί τέ μιν κατέρεξεν ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεraquo (Iliacuteada canto VI 406 y 485) Estas frases no contienen la idea de llamar laquocon todos los nombresraquo sino maacutes bien la de llamar pronunciar decir el nombre de cada uno

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

cia especial es asiacute que las personas se reconocen es cuando alguien escu-cha su nombre enunciado por el otro que estaacute invitado al diaacutelogo Por otra parte al fi nal del diaacutelogo el nombre propio suena como una conclusioacuten una despedida

A lo largo de esta conversacioacuten se despliega el dilema del heacuteroe el dilema del hombre que tiene que situarse entre la familia y la guerra entre la vida privada y el bien comuacuten de la ciudad En su interior toma lugar un cofl icto entre valores opuestos entre obligaciones e impulsos que pertenecen a di-ferentes planos de la realidad Su familia tambieacuten participa en este confl ic-to y se encuentra afectada por la complejidad de la situacioacuten que la guerra genera Androacutemaca perdioacute a toda su familia en esta guerra su padre y sus siete hermanos fueron muertos por la mano de Aquiles en la ciudad de Tebas mientras su madre se salvoacute con la ayuda de Aacutertemis Ahora como afi rma ella laquoiexclOh Heacutector Tuacute eres para miacute mi padre y mi augusta madre | y tambieacuten mi hermano y tuacute eres mi lozano esposoraquo3 Heacutector lo es todo para Androacutemaca y ella le implora a quedarse en la ciudad a no dejarla sola En breve eacutel seraacute muerto por Aquiles al igual que el resto de la familia

En el canto XXII los padres de Heacutector tambieacuten le suplican a permanecer dentro de la muralla de Troya y desde alliacute a enfrentarse a Aquiles y defender la ciudad4 Priacuteamo acerca sus manos a su cara y se arranca los cabellos en un gesto de afl iccioacuten mientras Heacutecuba es mucho maacutes expliacutecita en su suacuteplica gestual laquoAl otro lado su madre se lamentaba y vertiacutea laacutegrimas mientras | con una mano se abriacutea el vestido y con otra se alzaba el pechoraquo De nuevo la muralla de Troya emerge como espacio esceacutenico de la accioacuten Como todo liacutemite que separa una regioacuten de otra la muralla funciona tambieacuten como un punto de comunicacioacuten entre el interior y el exterior el uacutenico punto de co-municacioacuten entre la ciudad y el campo de batalla Cuando los que se encuen-tran dentro quieren comunicarse con los guerreros no tienen otra opcioacuten que exponer a vista de todos aquello que pertenece al dominio de lo privado

La fi gura de Heacutecuba sobre la muralla agarrando su seno con fuerza para mostraacuterselo a Heacutector mientras le implora a no entrar en el duelo con Aquiles es una fi gura traacutegica Representa el esfuerzo uacuteltimo y futil de la madre por mantener a su hijo salvo y sano cerca de ella haciendo alusioacuten al viacutenculo uacutenico que los dos experimentaron durante la lactancia Son los senos de la

3 Iliacuteada canto VI 429-4304 Iliacuteada canto XXII 33-92

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

madre que se dirigen siempre hacia su hijo recordando el contacto que alguna vez tuvieron con su boca Es en sus senos quizaacute donde se localiza el dolor de la madre por la peacuterdida de su hijo dolor que sustituye al viacutenculo primordial Inversamente para evitar su peacuterdida Heacutecuba intenta recordar a Heacutector ese primer contacto al principio con su gesto y a continuacioacuten con sus palabras Pero Heacutector no atenderaacute a las suacuteplicas de sus padres como tampoco atiende a la de su esposa5

Es en la respuesta de Heacutector a Androacutemaca donde la Iliacuteada nos revela de forma expliacutecita la motivacioacuten del heacuteroe la razones por las cuales decide entrar en la guerra Heacutector como hijo del rey siente la obligacioacuten de luchar eacutel primero por la ciudad por verguumlenza a los troyanos y para adquirir la eterna gloria la gloria a la que siempre aspira el guerrero auacuten sabiendo que para alcanzarla tendraacute que entregar su vida mostraacutendose valiente en la batalla Frente a su querida esposa Heacutector aparenta tener maacutes miedo por la suerte de ella que por la de sus padres o por su propia De esta manera en la Iliacuteada se esboza claramente la supremaciacutea del matrimonio y la familia nuclear que los hombres activamente crean en su vida adulta sobre todas las relaciones humanas

En este pequentildeo diaacutelogo se puede tambieacuten entrever y reconstruir una trama de valores creencias y convicciones que fueron importantes para la eacutepoca heroica representada en el poema y quizaacute sigan siendo vigentes en gran parte hoy en diacutea El poeta ubica este iacutentimo y tierno encuentro fuera del pa-lacio de Priacuteamo produciendo el debate entre el mundo de la familia el amor y la paz y el universo implacable de la guerra en el mismo liacutemite material que los separa Nos enfocaremos en la manera como este diaacutelogo (impor-tantiacutesimo es cierto como contenido y como signfi cado para la epopeya) se cierra intentaremos cruzar acompantildeando al fl ujo narrativo el umbral que nos lleva desde la intimidad del diaacutelogo hacia la batalla Intentaremos enten-der coacutemo se deshace el lugar del encuentro tan meticulosamente construido en la primera parte del canto

Esencialmente se trata de una escena de despedida despedida defi nitiva Los participantes de ella Androacutemaca y Heacutector lo sospechan sin saberlo

5 Aquiles que es el uacutenico de los daacutenaos que tiene contacto con su madre ya que Tetis es una diosa y le visita a menudo le afi rma al respecto laquoQue tu amor no intente alejarme de la lucha no me convenceraacutesraquo (Iliacuteada canto XVIII 126) Aunque inmortal Tetis no puede salvar a su hijo pero hace un uacuteltimo esfuerzo de protegerle encargando a Hefaisto su armadura Una armadura inmortal para un hombre mortal cuyo destino es morir en breve

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

con seguridad En cambio el poeta y nosotros los lectores estamos plena-mente conscientes de ello El padre Heacutector se inclina hacia su hijo un hijo que se presenta en este canto como el fruto del amor de la pareja quieto en los brazos de la nodriza envuelto entre las dulces tiernas y emocionantes palabras de sus padres Con esta inclinacioacuten hacia el nintildeo se diluye la tensioacuten y se aligera la carga emocional del diaacutelogo

Asustado por el aspecto de su padre que lleva puestas todas sus armas el nintildeo grita y se recoge en los brazos de la nodriza Heacutector el tierno Heacutector de este canto hijo hermano marido padre y mucho maacutes es un guerrero que se encuentra en Troya por corto tiempo Su lugar es el campo de la batalla alliacute pertenece alliacute volveraacute enseguida y alliacute pereceraacute a traveacutes de la reaccioacuten del pequentildeo Escamandrio al escuchar su grito espontaacuteneo recordamos el aspecto de Heacutector y su papel en la guerra Por otra parte la misma reaccioacuten tiene una funcioacuten coacutemica en la narracioacuten Entonces Heacutector se quita el casco y se vuelve a dirigir a su hijo para jugar con eacutel y disfrutar de su presencia en sus brazos por un breve instante Enseguida ruega a los dioses oliacutempicos para que Escamandrio tenga una buena vida despidieacutendose asiacute de eacutel antes de devolverlo a los brazos de su madre

Tras hablar asiacute el preclaro Heacutector se estiroacute hacia su hijoY el nintildeo hacia el regazo de la nodriza de bello centildeidorretrocedioacute con un grito asustado del aspecto de su padreLo intimidaron el bronce y el penacho de crines de caballoal verlo oscilar temiblemente desde la cima del casco Y se echoacute a reir su padre y tambieacuten su augusta madreEntonces el esclarecido Heacutector se quitoacute el casco de la cabezay lo depositoacute resplandeciente sobre el sueloDespueacutes tras besar a su hijo y mecerlo en los brazosdijo elevando una plegaria a Zeus y a los demaacutes dioses laquoiexclZeus y demaacutes dioses Concededme que este nintildeo miacuteollegue a ser como yo sobresaliente entre los troyanosigual de valeroso en fuerza y rey con poder soberano en IlioQue alguna vez uno diga de eacutel laquoEs mucho mejor que su padreraquoal regresar del combate Y que traiga ensangrentados despojos del enemigo muerto y que a su madre se le alegre el corazoacutenraquoTras hablar asiacute en los brazos de su esposa pusoa su hijo y esta lo acogioacute en su fragante regazoentre laacutegrimas riendo Su marido se compadecioacute al notarlo la acaricioacute con la mano la llamoacute con todos sus nombres y dijo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

laquoiexclDesdichada No te a lijas demasiado por miacute en tu aacutenimoque ninguacuten hombre me precipitaraacute al Hades contra el destinoDe su suerte te aseguro que no hay ninguacuten hombre que escapeni cobarde ni valeroso desde el mismo diacutea en que ha nacidoMas ve a casa y ocuacutepate de tus laboresel telar y la rueca y ordena a las sirvientasaplicarse a la faena Del combate se cuidaraacuten los hombrestodos que en Ilio han nacido y yo sobre todoraquoTras hablar asiacute el esclarecido Heacutector cogioacute el cascohecho de crines de caballo mientras su esposa marchaba a casavolvieacutendose de vez en cuando y derramando lozanas laacutegrimasInmediatamente despueacutes llegoacute a las bien habitadas moradasdel homicida Heacutector Alliacute dentro halloacute a muchassirvientas y a todas ellas movioacute al llantoEstaban llorando a Heacutector todaviacutea vivo en su propia casapues estaban seguras de que de regreso del combate ya nollegariacutea tras huir de la furia y de las manos de los aqueos(Canto VI 466-502)

Entre laacutegrimas riendo Androacutemaca encarna la contradiccioacuten en la cual estaacuten inmersos ellos dos y su hijo Felices por haberse encontrado felices por quererse desolados por la separacioacuten que puede ser defi nitiva y lo seraacute Heacutector despueacutes de llamarla con su nombre propio la reconforta aludiendo al destino al hado todopoderoso e implacable De su suerte no hay ninguacuten hombre que escape y ellos tampoco escaparaacuten6

Androacutemaca y Heacutector se encontraron movieacutendose en direcciones opuestas y se separan partiendo hacia direcciones opuestas Eacutel le aconseja ir a casa y ocuparse de sus labores mientras eacutel se ocuparaacute del suyo marcando de forma clara el espacio de cada geacutenero Heacutector se marcha primero decidido Androacutemaca se vuelve hacia el palacio con desgana mirando a menudo hacia atraacutes llorando Durante unos versos la narracioacuten sigue a Androacutemaca en sus pasos hacia casa y en el llanto que reitera por Heacutector antes de su muerte Con este llanto se cierra por completo el encuentro de la pareja De camino al campo Heacutector se reconcilia con Paris y los dos hermanos entran solidarios en la batalla mientras todaviacutea resuenan ecos del mundo de la paz

6 Como se ve en otras partes de la Iliacuteada ni los propios dioses pueden escapar del hado En el canto XVI Zeus considera la posibilidad de salvar a Sarpedoacuten de su muerte Entre los dioses del Olimpo se decide entonces que no se puede intervenir al hado Tetis tampoco puede salvar a su hijo de su destino a pesar de ser una diosa inmortal Los dioses oliacutempicos actuacutean en un plano intermedio entre el todopoderoso hado y el mundo de los mortales

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2 EL MOVIMIENTO DE LA FAMILIA UN LUGAR PARA ENCONTRARSE

Estas dos bellas secuencias en movimiento antes y despueacutes del diaacutelogo en-vuelven al encuentro La primera construye el lugar mientras en la segunda se desarma el escenario construido Las personas que se mueven alejaacutendose del espacio donde compartieron algo arrastran detraacutes suyo los hilos que se habiacutean tendido en ese espacio y lo entregan de nuevo al mundo casi vaciacuteo

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3 En el centro Patroclo [la muerte de Patroclo]

Las yeguas neleas iban sacando a Neacutestor del combatesudorosas y transportaban a Macaoacuten pastor de huestesSe percatoacute al verlo el divino Aquiles de pies protectorespues estaba erguido sobre la popa de la nave de enorme vientre contemplando el abismal esfuerzo y la lacrimoacutegena derrotaAl punto dirigioacute la palabra a su compantildeero Patroclopronunciando su nombre desde la nave Lo oyoacute desde la tienday salioacute semejante a Ares y asiacute dio comienzo a su desgracia(Canto XI 597-604)

Con la irrupcioacuten del combate alrededor de las naves aqueas mientras los troyanos con el apoyo de los dioses van ganando fuerza y territorio y los aqueos van perdiendo guerreros y aacutenimos Aquiles advierte la cataacutestrofe in-minente y llama a su querido y fi el compantildeero Patroclo con la intencioacuten de enviarlo a los aliados para averiguar las condiciones en las que el ejeacutercito de los aqueos se encuentra Como sencillamente nos informa la Iliacuteada en el preciso instante en que Patroclo responde a la llamada de Aquiles y sale de su tienda empieza a desencadenarse su desgracia

A partir del momento en que la atencioacuten de Aquiles se dirige hacia la batalla la Iliacuteada se enfoca en Patroclo Aunque intermitente con muchas y largas interrupciones para observar la batalla sangrienta junto a las naves en este punto nace una liacutenea narrativa que sigue a Patroclo en su preparacioacuten y entrada al combate en sus hazantildeas en sus duelos en su muerte e inclu-so despueacutes de ella Es una liacutenea narrativa que situacutea a Patroclo en el centro de la accioacuten1 a la que intentaremos rastrear y recorrer ahora La necesidad causa efectivamente la participacioacuten de Patroclo en la guerra y su muerte por Heacutector muerte que a su vez provoca inmenso dolor en Aquiles y le da

1 Simone Weil escribe refi rieacutendose a Patroclo ldquothat warrior who dwells in a peculiar way at the very centre of the poem - I mean Patroclus who lsquoknew how to be sweet to everybodyrsquo and who throughout the Iliad commits no cruel or brutal actrdquo (ldquoThe Iliad or the poem of forcerdquo en Simone Weil an anthology p204)

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

una razoacuten iacutentima para denunciar su coacutelera y entrar de nuevo en la guerra marcando claramente un punto de infl exioacuten en el argumento

Los troyanos bajo las oacuterdenes de Heacutector han invadido el campamento des-truyendo parcialmente la muralla y cruzando la fosa algunos a pie y otros montados en sus caballos Ganando cada vez maacutes espacio a los aqueos a quienes han ido empujando gradualmente hacia el mar los troyanos llegan a prender fuego a una de las naves El deseo de Aquiles se estaacute cumpliendo sus compantildeeros se encuentran al borde de la desgracia al margen de la ani-quilacioacuten Este seriacutea entonces el momento para renunciar su coacutelera y entrar en la batalla Pero parece que la idea de la reconciliacioacuten no ha madurado sufi cientemente en su interior En cambio Patroclo estaacute afl igido profunda-mente afectado por el sufrimiento de sus compantildeeros

Despueacutes de un largo itinerario por las tiendas de los aqueos aparece en la tienda de Aquiles ansioso de convencerle a entrar de nuevo en la batalla Estaacute llorando por compasioacuten llorando por impotencia ante la desgracia de la guerra a la vez enojado con su compantildeero que aferrado en la coacutelera permanece impasible a los hechos Es entonces la primera vez que Patroclo reacciona y se opone a Aquiles revelando lo que piensa y siente mostraacutendo-se a la vez sensible y sensato en su discurso bello y traacutegico En esta escena el poeta trata a Patroclo de tuacute se dirige a eacutel realizando un acercamiento hacia el heacuteroe cuyo destino traacutegico es suplicar para siacute mismo la muerte cruel2 Con este acercamiento la liacutenea narrativa dedicada a Patroclo se convierte en la narracioacuten principal

Con profundos suspiros le respondiste cochero PatroclolaquoiexclAquiles hijo de Peleo con mucho el mejor de los aqueos

2 A lo largo de las escenas siguientes este tratamiento de tuacute hacia Patroclo es recurrente El mismo tratamiento se da hacia Menelao en el canto VII donde el poeta habla a Menelao en segunda perona enseguida cede la palabra a Agamenoacuten quien tambieacuten se dirige hacia Menelao en segunda persona y al fi nal aprovecha la presencia de Agamenoacuten para concluir el episodio de manera imparcial narrando en tercera persona laquoTras hablar asiacute hizo gesto de ponerse las bellas armas | Entonces para ti Menelao habriacutea llegado el fi n de la vida | a manos de Heacutector porque en verdad era muy superior | si los reyes aqueos no se hubieran precipitado a sujetarte | El propio Atrida Agamenoacuten sentildeor de anchos dominios | cogioacute tu diestra te llamoacute con todos tus nombres y te dijo | laquoiexclEstaacutes loco Menelao criado por Zeus iexclNo debes cometer | esa locura Domiacutenate a pesar de tu preocupacioacuten | y no desees por una porfiacutea luchar con un hombre que es mejor | Heacutector Priamida ante quien tambieacuten los demaacutes sienten pavor | El propio Aquiles en la lucha que otorga gloria a los hombres | se estremece al encararlo y eso que es mucho mejor que tuacute | Por eso tuacute ahora ve y sieacutentate entre la tribu de compantildeeros | que los aqueos haraacuten que otro se alce enfrente de ese | Por muy intreacutepido que sea e insaciable de tumulto aseguro | que con jubilo doblaraacute la rodilla con tal de huir | del hostil combate y de la atroz lidraquo Hablando asiacute el heacuteroe desvioacute la intencioacuten de su hermano | porque era oportuna su advertencia y eacutel hizo caso Entonces | los escuderos le quitaron alegres las armas de los hombrosraquo (Iliacuteada Canto VII 103-122)

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

No te enfades tal es la a liccioacuten que oprime a los aqueosTodos los que hasta hace poco eran los maacutes bravosyacen entre las naves heridos por dardos o por picasHerido de dardo estaacute el Tidida el esforzado DiomedesHerido de pica estaacute Ulises insigne por su lanza y AgamenoacutenHerido por una lecha en el muslo estaacute tambieacuten EuriacutepiloDe ellos se ocupan los meacutedicos con sus muchas medicinascurando sus llagas Y tuacute te has vuelto implacable AquilesQue nunca me invada a miacute una ira como esa que tuacute albergastan atroz iquestQue ventaja procuraraacutes al que nazca en el futurosi no apartas a los argivos del ignominioso estragoiexclDespiadado Tu padre no fue Peleo el conductor de carrosni Tetis tu madre el garzo mar fue quien te dio a luzy las abruptas rocas pues tus sentimientos son implacablesSi es que tratas de eludir en tus mientes alguacuten vaticinioy te ha revelado algo de parte de Zeus tu augusta madreal menos enviacuteame a miacute sin demora y dame el resto de la huestede mirmidones a ver si llevo una luz de salvacioacuten a los daacutenaosDame tu armadura para poneacutermela en los hombrosa ver si me confunden contigo y renuncian al combatelos troyanos y los marciales hijos de los aqueos respirande su quebranto Aunque sea breve es un respiro del combateLos no fatigados facilmente a los fatigados del griteriacuteopodemos empujar a la ciudad lejos de las naves y de las tiendasraquoAsiacute habloacute suplicando el muy insensato pues su destinoera el de suplicar para siacute mismo la muerte cruel y la parca(Canto XVI 20-47)

Aquiles responde a su compantildeero con carintildeo manifestando que le gustariacutea dejar ir al pasado afi rmando que no puede mantener la ira para siempre pero a la vez mostrando que todaviacutea reside en su aacutenimo el rencor que siente por Agamenoacuten Su coacutelera es maacutes fuerte que eacutel es una especie de indignacioacuten frente a la injusticia que se aduentildeoacute de eacutel y de la cual no se puede deshacer al contrario parece que le va invadiendo cada vez maacutes laquoiexclOjalaacute Zeus padre Atenea y Apolo no escape de la muerte | ninguno de cuantos troyanos hay ni tampoco ninguacuten argivo | y que soacutelo nosotros dos emerjamos de la perdi-cioacuten y seamos | los uacutenicos que desatemos las sagradas diademas de Troyaraquo3 es como cierra su respuesta a Patroclo y no podemos dejar de sentirnos per-plejos ante estas palabras

3 Iliacuteada Canto XVI 97-100

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

El poeta presenta a Aquiles dividido interiormente entre la coacutelera y la obli-gacioacuten de ayudar a sus compantildeeros probablemente lo que se expresa aquiacute es el mismo dilema que el heacuteroe experimenta durante toda la Iliacuteada Como declara a Agamenoacuten al principio de la epopeya esta guerra para eacutel no signi-fi ca nada Participa en ella acompantildeando a los daacutenaos pero no tiene ninguacuten motivo personal para hacerlo mientras piensa que su vida es demasiado preciosa para ser sacrifi cada En la fi gura de Aquiles se realiza el confl icto entre lo personal y lo comuacuten un confl icto interno tan potente que le deja inerte inactivo encerrado en su tienda observador apaacutetico Sin embargo despueacutes de este encuentro con Patroclo es la primera vez que Aquiles actuacutea eneacutergicamente en la Iliacuteada y es Patroclo quien lo saca de la inercia rencoro-sa en la que estaacute atrapado

A pesar de que las armaduras son uacutenicas para cada guerrero Aquiles en-trega la suya a su amigo junto con unos consejos y un deseo que regrese vivo de la batalla En la Iliacuteada esta armadura sigue una trayectoria curiosa Las armas que ahora son entregadas a Patroclo para protegerlo y tambieacuten para atemorizar a los troyanos permitieacutendole confundirse con Aquiles se encontraraacuten en manos de Heacutector Despueacutes de la muerte de Patroclo Heacutector se apartaraacute de la batalla para poneacuterselas acto que no deja de causar cierta sorpresa4 Seraacute entonces muerto por Aquiles y despojado de las armas que concluiraacuten su deambular ciacuteclico

iquestQueacute signifi ca esta cesioacuten de la armadura a otro guerrero Hay tambieacuten otras escenas en las que un guerrero llega a utilizar las armas de otro laquo[] Troquemos nuestras armas que tambieacuten eacutestos se enteren | de que nos jac-tamos de ser hueacutespedes por nuestros padresraquo dice Diomedes a Glauco5 de modo que el intercambio de armas confi rma y simboliza la resolucioacuten paciacute-fi ca y amistosa de un duelo A menudo la Iliacuteada desplaza la atencioacuten a los objetos objetos que son siempre portadores de historias cosas que existen y perduran y nos pueden contar ellas mismas las historias de sus duentildeos historias que de manera tangencial refuerzan y reanudan el argumento principal

Junto a las naves Aquiles corre por las tiendas de los aqueos invitaacutendoles a

4 Las armas de Aquiles encajan perfectamente en el cuerpo de Patroclo con excepcioacuten de la pica que resulta muy pesada para cualquier guerrero que no sea el divino Aquiles (Canto XVI 130-144) En cambio es necesaria la intervencioacuten de Zeus para que se ajusten al cuerpo de Heacutector quien seguramente tendraacute otra estatura (Iliacuteada canto XVII 198-214) 5 Iliacuteada canto VI 230-231

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

regresar al combate Prepara un ataque en el cual no participaraacute En seguida realiza sacrifi cios a Zeus En la escena del sacrifi cio el espacio se confi gura uacutenicamente a partir de los objetos sus historias y el movimiento de Aquiles en la tienda y en su patio A traveacutes de las acciones de Aquiles se puede reconstruir parcialmente el espacio en el cual actuacutea No podemos dejar de preguntarnos si el poeta guarda en su imaginacioacuten una disposicioacuten espa-cial especiacutefi ca si tiene alguacuten plano completo del espacio que describe o si eacutel mismo se visualiza exactamente aquello que describe relaciones espa-ciales fragmentos de lugares movimientos densidades vaciacuteos y regiones borrosas

[] Por su parte Aquilesechoacute a andar hacia la tienda y abrioacute la tapa de un arcabella primorosa que Tetis la de argeacutenteos pies le habiacuteadepositado en la nave para que la llevara repleta de tuacutenicasde capas que abrigan del viento y de lanosas mantasAlliacute estaba su labrada copa ninguacuten otro hombrebebiacutea de ella el rutilante vino y a ninguacuten diosmaacutes que a Zeus padre haciacutea libaciones con ellaLa recogioacute entonces del arca la puri icoacute con azufreprimero y a continuacioacuten la lavoacute con bellos chorros de aguaTambieacuten eacutel se lavoacute las manos y apuroacute el rutilante vinoLuego de pie en medio del vallado oroacute y vertioacute el vinomirando al cielo y lo vio Zeus que se deleita con el rayo[]Despueacutes de hacer la libacioacuten y la plegaria a Zeus padreentroacute de nuevo en la tienda y depositoacute la copa en el arcay salioacute y se detuvo ante la tienda con el aacutenimo auacuten deseosode contemplar la atroz contienda entre troyanos y aqueos(Canto XVI 220-256)

Vestido con las armas de Aquiles y acompantildeado por muchos mirmidones Patroclo sale al combate por primera y uacuteltima vez en la Iliacuteada Aunque el poeta nos ha informado claramente de esto y de que la muerte de Patroclo seraacute la clave para el desenlace del argumento la narracioacuten se suspende y se detiene en las hazantildeas del heacuteroe traacutegico En una duracioacuten muy breve Patroclo conseguiraacute rechazar el ataque de los troyanos obligaacutendoles a retro-ceder desde las naves aqueas hacia la ciudad mataraacute varios de ellos e inten-taraacute atacar eacutel mismo la muralla de Troya Todo eso con la ayuda divina por supuesto A lo largo de la Iliacuteada Zeus se representa buscando una manera

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

de matar a Patroclo elaborando una coreografiacutea de su muerte Este guerrero cuya muerte reside en el centro del poema ha de ser glorifi cado antes de ser muerto y Zeus es el dios que quiere concederle esta gloria La culmina-cioacuten de su heroiacutesmo se alcanza en su duelo con Sarpedoacuten el padre de los dioses oliacutempicos deja que su hijo sea muerto por Patroclo aunque no sin antes experimentar una intensa lucha interior para decidir si puede cambiar el destino de su querido hijo mortal y no sin derramar una lluvia de sangre en su honor

Menudeaban sin pausa en torno del cadaacutever como cuando las moscasen el establo zumban alrededor de los jarros rebosantes de lecheen la estacioacuten primaveral cuando las caacutentaras rezuman de lecheasiacute menudeaban en torno del cadaacutever Ni un momento Zeusapartoacute sus relucientes ojos de la violenta batalla sino que con la mirada ija en ellos cavilaba consigo mismosobre el asesinato de Patroclo vacilando una y otra vezentre hacer ya que tambieacuten a aqueacutel en aquella violenta batallasobre Sarpedoacuten comparable a un dios el esclarecido Heacutectorlo aniquilara con el bronce y quitara las armas de sus hombros o si extender auacuten a otros maacutes aquella aacuterdua fatigaEn el curso de sus pensamientos le parecioacute lo mejorque el noble escudero del Peacutelida Aquilesrechazara a los troyanos y a Heacutector de bronciacuteneo cascootra vez maacutes hacia la ciudad y quitara la vida a muchos(Canto XVI 641-655)

Patroclo mata a Sarpedoacuten y con su muerte irrumpe una lucha alrededor de su cuerpo Sarpedoacuten es el primer guerrero muerto cuyo cuerpo funciona como centro de una batalla importante en la Iliacuteada (eacutel mismo en el momen-to de su muerte implora a Glauco a no abandonar su cuerpo en el campo de batalla) La batalla envuelta en la noche siniestra creada por Zeus seraacute el motivo para que Heacutector y Patroclo se encuentren por primera vez en el combate Despueacutes de meditar mucho Zeus protege la memoria de su hijo llevando a su cuerpo lejos de la llanura de Troya con la ayuda de Apolo del Suentildeo y de la Muerte Patroclo no pereceraacute en esa misma batalla Heacutector retrocede y eacutel tiene la oportunidad de avanzar hacia Troya mientras Apolo lo detiene tres veces en la muralla de la ciudad

Animado por Apolo Heacutector se acerca a toda velocidad subido en su carro acompantildeado por Cebriacuteones a quien Patroclo mata con una piedra

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Entonces el cuerpo de Cebriacuteones se convierte en centro de una densa ba-talla en la cual pereceraacuten muchos guerreros de ambos bandos Cuando los aqueos consiguen retirar a Cebriacuteones y despojarle de sus armas el centro de la escena desaparece La batalla continuacutea pero ya no gira alrededor de un nuacutecleo ni tampoco hay un enfrentamiento entre dos bloques sino que todos estaacuten mezclados combatiendo en desorden La Iliacuteada posiciona entonces a Patroclo en el centro de este desorden su muerte tan esperada y tan preme-ditada es inminente e irreversible

Patroclo se ubica primero en el centro como sujeto que actuacutea intencional-mente defi ne y modifi ca el espacio en el que se mueve se arroja entre los troyanos y nosotros nos proyectamos con eacutel Tres veces ataca y tres veces sentimos la fuerza del ataque en nuestro interior Pero el cuarto ataque marca un punto de infl exioacuten El heacuteroe estaacute cruzando un liacutemite invisible el liacutemite del hibris si se nos permite el teacutermino y este ataque seraacute su uacuteltimo El narrador cambia de nuevo su actitud hacia Patroclo dirigieacutendose a eacutel en segunda persona En este momento Patroclo cesa de existir como sujeto para convertirse en una cosa una cosa con vida al principio una cosa sin vida a continuacioacuten6 A la vez la voz del poeta que habla a su personaje lo inmoviliza lo transforma en un punto fi jo un centro estaacutetico un receptor Patroclo recibe la palabra y recibe pasivo su suerte

Mientras el curso del sol recorrioacute el centro del cielolos dardos alcanzaron a los de ambos bandos y la hueste caiacuteamas a la hora de bajar el sol la de la suelta de las vacasfue cuando los aqueos cobraron una desmesurada ventaja Sacaron al heacuteroe Cebriacuteones fuera del alcance de los dardosy del clamor troyanos y le quitaron las armas de los hombrosPatroclo se arrojoacute entre los troyanos con funestas intencionesTres veces arremetioacute entonces comparable al impetuoso Aresentre pavorosos alaridos y las tres veces matoacute a nueve mortales Mas cuando ya por cuarta vez se arrojoacute semejante a una deidadentonces aparecioacute ante ti Patroclo el teacutermino de la vidapues Febo te salioacute al encuentro en la violenta batallaSurgioacute terrible pero eacutel no lo vio venir a traveacutes del tropelpues se le acercaba oculto en una tupida bruma Se detuvo detraacutes y le golpeoacute la espalda y los anchos hombros

6 ldquoAn extraordinary entity this - a thing that has a soul [] A man stands disarmed and naked with a weap-on pointing at him this person becomes a corpse before anybody or anything touches himrdquo escribe Simone Weil (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p185)

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con la palma de la mano y sus ojos giraron vertiginosamenteFebo Apolo le tiroacute de la cabeza el morrioacutenfue rodando con estreacutepito bajo las patas de los caballosel atubado yelmo y las crines de su penacho se mancharon de sangre y de polvo Antes los dioses no habiacutean consentidoque aquella celada con penacho de crines se manchara de polvopues protegiacutea la cabeza y la amable frente de un hombre divinode Aquiles pero entonces Zeus otorgoacute a Heacutectorllevarla sobre su cabeza pues a eacutel ya lo acechaba la muerte Se le quebroacute entera en las manos la pica de luenga sombrapesada larga compacta provista de casquete y se le cayoacutede los hombros al suelo el ribeteado broquel con el tahaliacuteEl soberano Apolo hijo de Zeus le desatoacute la corazaEl estupor se aduentildeoacute de eacutel se doblaron sus preclaros miembrosy se paroacute atoacutenito Con la aguda lanza detraacutes en la espaldaentre los hombros le acertoacute de cerca un guerrero daacuterdanoEuforbo Pantoida que descollaba entre todos los de su edadcon la pica la destreza en el carro y la presteza de los piesHabiacutea derribado de sus caballos a veinte mortales la primera vezque habiacutea salido con el carro auacuten un aprendiz en el combateEacuteste fue el primero que te arrojoacute un dardo cochero Patroclomas no te doblegoacute Corrioacute atraacutes y se perdioacute en la muchedumbreen cuanto te arrancoacute de la carne el asta de fresno sin resistirante Patroclo en la lid a pesar de que estaba desarmado(Canto XVI 777-815)

Su muerte tan esperada y tan premeditada no se parece a ninguna otra muerte descrita en la Iliacuteada Patroclo no se encuentra con un adversario que le mata sino con su propia muerte Como en muchas ocasiones aquiacute tambieacuten se necesita la intervencioacuten de un dios para resolver el duelo entre dos guerreros valientes Sin embargo en ninguna otra escena se presenta intervencioacuten divina semejante a eacutesta Patroclo estaacute inmoacutevil quieto y parado en la narracioacuten cuando Apolo pasando desapercibido entre la confusioacuten del combate oculto en una neblina le golpea por detraacutes Por detraacutes recibe Patroclo el golpe del dios estupefacto impotente siente el abandono en su cuerpo Le abandona la fuerza el vigor de sus miembros le abandona su ar-madura Las armas de Aquiles van cayeacutendose progresivamente marcando el espacio alrededor de Patroclo que se mantiene de pie en el centro como un palo

Despojado de todas sus defensas Patroclo recibe por detraacutes de nuevo el

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

ataque de Euforbo eacuteste retira la lanza clavada entre los hombros y se pierde corriendo entre la muchedumbre Patroclo estaacute atoacutenito desnudo en un pai-saje de hierro bronce resistentes pieles de bueyes gritos alaridos y agita-ciones violentas Herido intenta escaparse refugiarse protegerse Heacutector veloz y decisivo se acerca a eacutel y lo perfora con su lanza causaacutendole la herida mortal Patroclo queda completamente humillado las jactancias que Heacutector profi ere resuenan con crueldad sobre este cuerpo del guerrero que ya no es Del cuerpo sin vida de Patroclo cuerpo al que ya abandonoacute el alma Heacutector retira su lanza con un movimiento brusco Patroclo es una cosa en el espa-cio material bruto al que se puede pisar casi como si fuese tierra La lanza el objeto sobrevive a la persona que ha matado y se volveraacute a usar para matar a otra y otra y otra maacutes La relacioacuten entre el elemento de aniquilacioacuten y la existencia aniquilada no es exclusiva

Patroclo doblegado por el golpe del dios y por la lanzaempezoacute a replegarse a la turba de los compantildeeros por eludir la parcaHeacutector nada maacutes ver al magnaacutenimo Patrocloretrocediendo herido por el agudo broncellegoacute cerca de eacutel entre las ilas le hirioacute con la lanzaen lo maacutes bajo del ijar y le hundioacute el bronce de parte a parteRetumboacute al caer y causoacute gran pesar a la tropa de los aqueosComo cuando un leoacuten domina por la fuerza a un indomable jabaliacutecuando ambos en las cimas de un monte luchan con gran ierezaalrededor de un escaso manantial y los dos quieren bebery el leoacuten logra doblegar por la fuerza al jadeante jabaliacuteasiacute al fornido hijo de Menecio tras haber matado a muchosHeacutector Priaacutemida le arrebatoacute la vida de cerca con la picay blasonando de su triunfo le dijo estas aladas palabraslaquoiexclPatroclo Bien que asegurabas que asolariacuteas nuestra ciudady arrebatariacuteas el diacutea de la libertad a las mujeres troyanasy las llevariacuteas en las naves a tu tierra patriaiexclInsensato En su defensa los ligeros caballos de Heacutectorhan llegado al combate a galope tendido Tambieacuten yo con la picasobresalgo entre los combativos troyanos porque les apartodel diacutea fatal a ti en cambio los buitres te devoraraacuten aquiacuteiexclInfeliz No te ha socorrido ni Aquiles por valeroso que seaque se ha quedado y sin duda te ha dado muchos encargos al salirlsquoNo regreses oh Patroclo conductor de caballosa las huecas naves hasta que la tuacutenica ensangrentada del homicida Heacutector hayas desgarrado alrededor del pechorsquoSin duda eso te ha dicho y ha persuadido tu insensata menteraquo

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3 EN EL CENTRO PATROCLO

Desfallecido replicaste Patroclo conductor de caballoslaquoYa te has jactado ahora Heacutector demasiado Te han dadola victoria Zeus Croacutenida y Apolo que me han doblegado facilmente pues ellos me han quitado las armas de los hombrosAunque veinte como tuacute me hubieran salido al encuentrotodos habriacutean perecido aquiacute mismo doblegados bajo mi lanzaPero el funesto destino y el hijo de Leto me han matadoy de los hombres Euforbo tuacute al despojarme soacutelo eres tercero Otra cosa te voy a decir y tuacute meacutetela en tus mientestampoco tuacute viviraacutes mucho tiempo proacuteximos a tiya acechan la muerte y el imperioso destinoque te haraacuten sucumbir a manos del intachable Aquiles EaacutecidaraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacute El aliento vital salioacute volando de sus miembros y marchoacute al Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando el esclarecido Heacutector le dijolaquoiexclPatroclo iquestPor queacute me vaticinas el abismo de la ruinaiquestQuien sabe si Aquiles hijo de Tetis de hermosos cabellos se anticiparaacute y pereceraacute antes que yo golpeado por mi lanzaraquoTras hablar asiacute arrancoacute la bronciacutenea pica de la heridaapoyando encima el pie y lo apartoacute boca arriba de la lanzaA continuacioacuten marchoacute con el astil en busca de Automedonteescudero comparable a los dioses del velociacutepedo Eaacutecida a quien ansiaba disparar pero ya lo sacaban los ligeros caballosinmortales espleacutendidos dones regalados por los dioses a Peleo(Canto XVI 816-867)

Los ligeros caballos inmortales que en su movimiento centriacutefugo llevan a Automedonte lejos de este lugar fuacutenebre lejos de Heacutector que estaacute ansioso por sangre echan un rayo de luz sobre la escena Su corrida trae una corrien-te de aire que nos permite respirar con la mirada desenfocada a la distancia Por un breve instante Patroclo estaacute solo en silencio sin armas sin compantildee-ros sin vida Apenas estaacute yace en la tierra en un lugar vaciacuteo

Esta quietud dura muy poco En seguida Menelao desde lejos advierte la muerte de su compantildeero A partir de este momento corre hacia eacutel realizan-do un movimiento centriacutepeto inverso al de los caballos Este movimiento de Menelao la batalla que irrumpe alrededor del cuerpo de Patroclo y la aten-cioacuten de todos que se dirige de nuevo hacia eacutel vuelven a crear una atmoacutesfera asfi xiante densa ineludible Es la guerra que se recicla y recrea a siacute misma atando y desatando nudos desplazando y transformando sus centros

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4 Destruccioacuten del cuerpo construccioacuten del cuerpo [Aquiles y Heacutector]

En ocasiones el movimiento que el poeta de la Iliacuteada nos propone seguir es un movimiento intracorporal una negociacioacuten que toma lugar en el interior de un cuerpo y se parece a un diaacutelogo entre sus partes El cuerpo homeacuterico es un cuerpo fragmentado plural habitado por sensaciones sentimientos estados de aacutenimo compuesto por distintas regiones oacuterganos miembros un cuerpo con vida interior y vivido desde el interior

Mejor dicho citando a Jean-Pierre Vernant ldquoEn tanto que el cuerpo estaacute vivo es entendido como una multiplicidad de oacuterganos y de miembros animados por las pulsiones que les son propias es el espacio donde se despliegan y a veces se enfrentan los impulsos las fuerzas contrarias Seraacute con ocasioacuten de su muerte cuando se encuentra desierto cuando el cuerpo adquiera su unidad formalrdquo1 Tambieacuten es importante recordar que en el griego arcaico la palabra σῶμα no designaba al cuerpo vivo sino al cadaacutever

Asi habloacute y la a liccioacuten invadioacute al Pelida y su corazoacutendentro del velludo pecho vacilaba entre dos decisioneso desenvainar la aguda espada que pendiacutea a lo largo del musloy hacer levantarse a los demaacutes y despojar eacutel al Atridao apaciguar su coacutelera y contener su furorMientras revolviacutea estas dudas en la mente y en el aacutenimoy sacaba de la vaina la gran espada llegoacute Atenea del cielo(Canto I 188-195)

En los versos de la Iliacuteada cada sensacioacuten emocioacuten sentimiento o pensa-miento se ubica en un lugar preciso en el cuerpo de quien lo experimenta Maacutes bien todo lo que ocurre en el plano mental-psiacutequico se manifi esta tam-bieacuten en el cuerpo como un acontecimiento un siacutentoma mantiene un viacutenculo

1 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 63 Al morir el cuerpo sujeto y soporte de acciones se transforma a puro objeto para el otro En el mismo libro Vernant sentildeala tambieacuten el caraacutecter plural de la cor-poreidad arcaica en la Iliacuteada a menudo se hace referencia a las partes del cuerpo en plural y no en singular

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

intriacutenseco con la realidad corpoacuterea Los deseos los miedos las ideas los valores apropiados funcionan como impulsos que generan movimiento en los cuerpos de los heacuteroes Al reveacutes un impuso una emocioacuten o una sensacioacuten se conocen a traveacutes de su expresioacuten en el cuerpo Manos ansiosas por matar pies ligeros interior revuelto pensamientos que se remueven en el vientre rabia acurrucada en el corazoacuten la cara tapada con la palma de la mano amistad en el seno La Iliacuteada abunda de imaacutegenes como estas

Seriacutea seguramente un anacronismo introducir aquiacute la nocioacuten de embodiment y hablar de sujetos encarnados dado que esta nocioacuten proviene de una larga tradicioacuten fi losoacutefi ca que ofrecioacute muchas explicaciones diferentes acerca de la relacioacuten entre cuerpo y alma despueacutes de generar esta divisioacuten La eacutepoca en la que se escribe la Iliacuteada todaviacutea no conoce el dualismo cuerpo-alma y en sus versos probablemente se registra aquello que fue la manera intuitiva de percibir y entender el mundo desde la experiencia concreta Como escribe Walter Ong antes de la generalizacioacuten del uso de la escritura el pensamien-to de una cultura oral se mantiene cerca del mundo humano vital y tiende a ser situacional maacutes que abstracto2 Algo parecido se puede observar en el pensamiento infantil sobre todo antes de la adquisicioacuten de la habilidad de leer y escribir Los relatos y los juegos de los nintildeos estaacuten muy vinculados al cuerpo y en ellos se desdobla un pensar y un sentir desde el cuerpo con el cuerpo y para el cuerpo3

Jean-Pierre Vernant escribe al respecto ldquoPara destacar esta imbricacioacuten de lo fiacutesico y de lo psiacutequico dentro de una conciencia de siacute que al mismo tiempo supone un compromiso con las diversas partes del cuerpo James Redfi eld ha afi rmado de modo sorprendente que en los heacuteroes de Homero ldquoel yo in-terior no es otra cosa que el yo orgaacutenicordquo Tal vocabulario si no del cuerpo siacute por lo menos de las distintas dimensiones o aspectos de lo corporal confor-ma en conjunto un coacutedigo que permitioacute a los griegos expresar o pensar sus relaciones consigo mismos el modo de presentarse a siacute mismos de manera maacutes o menos clara maacutes o menos unifi cada o dispersa seguacuten las circunstan-cias pero igualmente nos proporciona una pista sobre sus relaciones con un otro al cual estaacute vinculado por todas las formas de apariencia corporalrdquo4

2 Veacutease Oralidad y Escritura tecnologiacuteas de la palabra p48-623 En esta direccioacuten se organiza Territorio do brincar un proyecto de investigacioacuten que intenta cartografi ar los juegos de los nintildeos en Brasil buscando similitudes y diferencias seguacuten la regioacuten el grupo social la edad el geacutenero esencialmente remitiendo al cuerpo httpterritoriodobrincarcombr4 El individuo la muerte y el amor en la antigua Grecia p 18

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

En los primeros cantos de la Iliacuteada la batalla descrita es representada en planos panoraacutemicos Los duelos tienden a resolverse deprisa en pocos versos y la atencioacuten recae sobre el heacuteroe que mata resaltando su valor como guerrero relatando sucesivamente un ataque despueacutes de otro El paisaje sonoro que se construye en las primeras escenas de combate estaacute compuesto por el bullicio del campo de batalla los gritos y los alaridos el relincho de los caballos y los sonidos metaacutelicos de las armas que se entrechocan cons-tantemente Es crucial recordar sin embargo que esta sonoridad surge y es posible precisamente porque en la Iliacuteada la batalla es siempre una batalla cuerpo a cuerpo Al enfrentarse los dos grupos aqueos y troyanos se acer-can se acercan a tal punto que se juntan formando un aglomerado com-plejo El sonido emergente es el sonido o tal vez el ruiacutedo de la confl uencia violenta de elementos y personas en un mismo sitio en un mismo instante

A medida que la narracioacuten de la Iliacuteada avanza se multiplican las referencias al cuerpo se intensifi can los estiacutemulos sensoriales la interaccioacuten entre los cuerpos se vuelve maacutes cercana maacutes iacutentima maacutes profunda Este acercamien-to se hace progresivamente maacutes expliacutecito cada guerrero tiene su historia y su linaje mientras en las escenas de duelo a menudo se abren espacios de diaacutelogo donde se despliegan las vidas de los heacuteroes Al paisaje sonoro exis-tente se antildeaden progresivamente la respiracioacuten y el latido del corazoacuten los gestos se hacen maacutes iacutentimos y sutiles Ademaacutes abundan las descripciones de la envoltura corporal a traveacutes de ella se va construyendo un puente entre el sujeto y el mundo circundante

Igual que el estruendo de los lentildeadores se elevaen las caacutercavas del monte y de lejos repercuten los golpesasiacute se levantaba desde la espaciosa tierra el estreacutepitodel bronce y de los bien elaborados escudos de bovina pielal choque de las espadas y de las picas de doble moharra(Canto XVI 633-637)

Como cuando revolotean procedentes de Zeus espesos coposgeacutelidos bajo el empuje del Boacutereas nacido del eacuteterasiacute de espesos eran entonces los cascos gallardos de su brilloque saliacutean en tropel de las naves los abollonados broqueleslas corazas de soacutelidas placas y las lanzas de vara de fresnoEl fulgor llegoacute al cielo la tierra entera rioacute alrededorpor el relaacutempago del bronce y el ruido rugiacutea bajo los pasosde los guerreros Y en medio se armaba el divino Aquiles

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Sus dientes rechinaban los dos ojos le brillaban como sifueran llamaradas de fuego y el corazoacuten en su interior estabainundado de una insufrible tristeza Airado contra los troyanosse vistioacute con los dones que Hefesto le habiacutea forjado con esmeroPrimero se colocoacute alrededor de las pantorrillas las grebasbellas ajustadas con aacuteureas tobillerasEn segundo lugar alrededor del pecho se puso la corazaA los hombros se echoacute la espada tachonada con clavos de platabronciacutenea a continuacioacuten cogioacute el alto y compacto escudocuyo resplandor llegaba tan lejos como el de la lunaComo cuando desde el Ponto se les aparece a unos marinerosel destello de un incandescente fuego que arde sobre un monteen un solitario establo y contra su voluntad los vendavaleslos arrastran lejos de los suyos sobre el mar rico en pecesasiacute llegaba al eacuteter el resplandor del escudo de Aquilesbello primoroso Luego alzoacute el ponderoso yelmoy se lo caoacuteo en la cabeza Como un astro refulgiacuteael yelmo con su penacho y ondeaban alrededor las crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenAquiles de la casta de Zeus se proboacute las armas para versi le cuadraban y permitiacutean correr a sus ilustres miembrosLe sentaban como alas y en volandas al pastor de huesteslo elevaban De un estuche sacoacute la paterna picapesada larga y compacta ninguacuten otro de los aqueos podiacuteablandiria solo Aquiles era capaz de blandir la peliacuteadalanza de fresno que Quiroacuten habiacutea procurado a su padre de la cima del Pelio para que fuera matanza de heacuteroes(Canto XIX 357-391)

Las armas sean elementos de defensa o de ataque aparecen y sirven como extensiones del cuerpo de quien las utiliza El guerrero las necesita para ir al combate es soacutelo a traveacutes de ellas que puede participar en la guerra matar y evitar que sea muerto por otros Como hemos visto en la escena de la muerte de Patroclo despojarse de las armas signifi ca privarse de los medios de de-fensa y ataque signifi ca perder algo del propio cuerpo y encontrarse des-nudo casi mutilado presa a la disposicioacuten de los enemigos Por otra parte armarse signifi ca prepararse desarrollar un medio de comunicacioacuten entre el propio cuerpo y el terreno de batalla comunicacioacuten basada en la destruc-cioacuten y extensioacuten establecida desde fuera

La voz tambieacuten es una extensioacuten del propio cuerpo una extensioacuten que en

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este caso empieza desde el interior y cuyo objetivo es crear construir El habla emerge como una de las posibilidades del cuerpo y durante la comuni-cacioacuten siempre y exclusivamente oral en el mundo arcaico la voz adquiere una dimensioacuten espacial5 Mejor dicho la voz tiene el potencial de transfor-mar el lugar donde se escucha En el acto de hablar la enunciacioacuten ocurre en un lugar determinado y ejerce su infl uencia sobre este lugar Esta trans-formacioacuten se debe tanto al signifi cado linguiacutestico al enunciado en siacute como a la espacialidad propia del sonido su capacidad inherente de envolvernos Privarse del derecho a la propia voz como Helena y las otras mujeres-pre-mio o como los esclavos de la Iliacuteada tambieacuten tiene el efecto de una mutila-cioacuten y modifi ca radicalmente la interaccioacuten con el mundo

Atendiendo minuciosamente a palabras y acciones el espacio del poema se confi gura casi absolutamente por la presencia humana en eacutel a veces densa y asfi xiante6 Los duelos se alargan cada vez maacutes y adquieren importancia para la evolucioacuten y el desenlace de la historia A fi n de reforzar esta im-portancia algunos duelos se anticipan en la narracioacuten de manera que el receptor del poema estaacute pendiente de su aparicioacuten y otros se recuerdan de nuevo despueacutes de que hayan terminado Por otra parte se pone cada vez maacutes eacutenfasis a la destruccioacuten del cuerpo a las heridas y a la aniquilacioacuten del otro y es mediante esta destruccioacuten que se construye la imagen del cuerpo en la Iliacuteada

A ambos lados de los dos Ayantes se colocaron los batallonessoacutelidos que ni Ares de haber ido alliacute habriacutea criticado en nadani tampoco Atenea estiacutemulo de las huestes pues eran paladinesselectos los que aguardaban a los troyanos y al divino Heacutectorforti icando asta con asta y escudo con escudo unidos por la base Se apoyaban broquel en broquel casco en casco hombre en hombreLos empenachados cascos se tocaban con los brillantes crestonesal menear la cabeza iexcltan apinados unos con otros formabanHaciacutean entrelazarse las picas que en las audaces manosvibraban y no teniacutean otra idea que avanzar y ansiar la lucha(Canto XVI 126-135)

Como escribe Maronitis acerca de la Iliacuteada en ella se produce un acerca-

5 laquoSe despertoacute del suentildeo la divina voz auacuten se difundiacutea alrededorraquo (Iliacuteada canto II 41)6 laquopues aquel diacutea muchos troyanos y aqueos quedaron | de bruces tendidos en el polvo unos al lado de otrosraquo (Iliacuteada Canto IV 543-544)

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miento gradual que se dirige del escuchar al ver y del ver al tocar7 Seguacuten eacutel la narracioacuten en la Iliacuteada es invasiva invade la accioacuten desde el pasado hacia el presente situando al receptor en el presente narrativo en contacto con los acontecimientos narrados a diferencia de la Odisea o de otras epopeyas tradicionales que situacutean al receptor a una larga distancia temporal respecto a los acontecimientos De esta manera podemos tambieacuten decir que va cre-ciendo la empatiacutea que sentimos por los personajes mientras nos acercamos a ellos como si en nuestra propia piel pudieacuteramos experimentar lo que ellos viven

Progresivamente en la Iliacuteada marcan su aparicioacuten el dolor y el cansancio Todo el poema se refi ere a unos acontecimientos del deacutecimo antildeo de la guerra por lo que nos podemos imaginar que ambos bandos estaraacuten agotados des-trozados heridos debilitados Sin embargo este agotamiento generalizado no se puede apreciar desde el principio es como si los heacuteroes se agotaran du-rante la narracioacuten como si la propia narracioacuten fuese la encarnacioacuten de este agotamiento Asiacute la Iliacuteada nos demuestra claramente aquello que la guerra es agotadora hasta la destruccioacuten completa Siguiendo a Weil8 en la guerra se usa la fuerza de manera desmesurada para aniquilar al otro hasta que la fuerza actuacutee por siacute misma destruyendo al que la ejerce y al que la recibe indistintamente

Al acercarse a los cuerpos de los personajes al atender a los traumas que reciben la Iliacuteada genera unas descripciones desgarradoras por realistas del dolor fiacutesico A menudo no es el momento de la herida que resulta maacutes do-loroso ya que el guerrero estaacute todaviacutea inmerso en la adrenalina de la bata-lla el arma que penetra su cuerpo es defi nitivamente un acto cruel pero su efecto no se hace perceptible de inmediato El guerrero herido puede seguir luchando y sangrando hasta que la sangre se seque y eacutel empiece a padecer de agudos dolores La descripcioacuten del dolor del heacuteroe se inicia en su propia herida en el movimiento de la sangre en el interior de su cuerpo y es este dolor que cuando aparece pone de manifi esto la herida el miembro herido el cuerpo la fragilidad la destruccioacuten la vida y la muerte

7 Traduzco del epiacutelogo de su traduccioacuten de la Iliacuteada laquo[el receptor de la Iliacuteada] escuchando puede ver los acontecimientos y viendo puede tocarlos Se trata pues de una escalada de la audicioacuten a la vista y de la vista al contacto rozando el liacutemite del tactoraquo (Ομήρου Ιλιάς trad de Δ Ν Μαρωνίτης p597-598)8 ldquoForce is as pitiless to the man who possesses it or thinks he does as it is to its victims the second it crushes the fi rst it intoxicates The truth is nobody really possesses itrdquo (ldquoThe Iliad or the Poem of Forcerdquo en Simone Weil an anthology p191)

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Cuando lo advirtioacute Cooacuten conspiacutecuo entre los guerrerosel Antenoacuterida primogeacutenito una acerba tristezale cubrioacute los ojos por la muerte de su hermano Se apostoacutede soslayo con la lanza sin que lo notara el divino Agamenoacuteny le hirioacute en mitad del antebrazo por debajo del codola punta de la reluciente lanza se lo atravesoacute rectaSe estremecioacute entonces Agamenoacuten soberano de hombrespero ni auacuten asiacute cesoacute en la lucha y en el combate y arremetioacute a Cooacuten con la pica nutrida por los vientos[]Continuoacute recorriendo las hileras de los demaacutes guerreroscon la pica con la espada y con enormes guijarros mientras la sangre caliente estuvo borbotando de la heridaPero en cuanto la uacutelcera comenzoacute a secarse y cesoacute la sangreagudos dolores penetraron en el ardor del Atrida(Canto XI 248-268)

Joanna Bourke sostiene que el dolor se puede entender como un evento una manera de estar en el mundo9 Es interesante recordar aquiacute que en griego existen dos maneras de hablar del dolor que uno siente πονάω que seriacutea algo como (yo) duelo primera persona del verbo doler y πονάει (me) duele En el primer caso el dolor se manifi esta como un estado de mi ser un estado en el cual me encuentro casi activamente y se puede decir πονάω sin maacutes estoy en dolor o πονάω en el estoacutemago o πονάω entre la cadera y la columna o sea estoy en dolor en un lugar especiacutefi co siempre soy yo que estoy asiacute yo iacutentegro que aparezco en el dolor aunque mi dolor pueda ser concreto y localizable en una parte de miacute En cambio en el segundo caso tal como en castellano hay siempre algo que duele la mano el brazo el pie el diente la cabeza el corazoacuten me duele algo miacuteo pero como si fuese ajeno a miacute como si mi brazo no fuese exactamente yo este dolor no se refi ere a la totalidad de mi ser Existe una distancia entre la persona que experimenta el dolor y el punto donde se localiza este dolor

Apenas habloacute asiacute y el teacutermino de la vida le cubrioacutelos ojos y las narices Patroclo apoyoacute el pie en su pechoy arrancoacute del cuerpo la lanza con ella salioacute el pericardio

9 ldquoWe should think of pain as an event as a way of being in the worldrdquo Conferencia de Joanna Bourke en el Centro Cultural de la Fundacioacuten Onassis en Atenas con fecha 03022015 La historiadora autora del libro The Story of Pain From Prayer to Painkillers recurriendo entre otras fuentes a testimonios de soldados y de meacutedicos de la primera y la segunda guerra mundial en esta conferencia hizo referencia a casos de heridas muy graves para explorar la manera como se experimenta el dolor y el signifi cado que le puede ser asignado

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y junto a la punta de la pica le extrajo el aliento de la vida(Canto XVI 502-505)

En la herida abierta aquella herida dolorosa y mortal se abre el cuerpo se expone el interior de la persona y se derrama hacia el exterior irreversible-mente El trauma es una viacutea de escape de la sangre de los oacuterganos del alma de la propia vida En la apertura del cuerpo herido encuentra una salida tambieacuten el aliento el uacuteltimo aliento de la vida en esta apertura y en el dolor que la acompantildea se afi rma el cuerpo y la existencia carnal fraacutegil efiacutemera del ser Esta afi rmacioacuten culmina en la terminacioacuten de la vida que se produce a traveacutes de la misma apertura En otros pasajes de la Iliacuteada el alma se escapa del cuerpo muerto a traveacutes de la boca la boca que es tambieacuten una apertura en el cuerpo apertura a la que Pierre Feacutedida situacutea en el comienzo del cuerpo humano10 El comienzo que ha de coincidir con el fi nal

Ampliando estas refl exiones se puede considerar que el cansancio es tam-bieacuten una manera de estar en el mundo una manera del cuerpo para afi r-marse en el mundo Un cuerpo cansado de la misma manera que un cuerpo que duele se pronuncia aquiacute estoy Tambieacuten se encuentran en la Iliacuteada des-cripciones del cansancio fiacutesico de la manera como el cansancio afecta a los miembros del heacuteroe Con sutileza el poeta identifi ca lugares en el cuerpo lugares precisos cada uno de los cuales experimenta una sensacioacuten distinta El cuerpo es plural como dice Vernant compuesto por varios sitios varios oacuterganos varios miembros y en eacutel se pueden escuchar muchas voces a la vez si estamos sufi cientemente atentos a ellas

Ayante ya no resistiacutea pues los dardos lo acosaban con fuerzay le doblegaban la voluntad de Zeus y los arrogantes troyanoscon sus disparos terrible ruido en sus sienes la relucientecelada haciacutea con los proyectiles sufriacutea continuos impactosen los bien fabricados mamelones y se cansaba el hombro izquierdode embrazar sin cesar el tornasolado escudo Mas no podiacuteanhacer que se tambalease a los lados bajo el peso de los dardosCon fatigoso e incesante sofoco respiraba el sudor le luiacuteaa chorros de los miembros por todos los lados y no hallabaresuello por doquier se amontonaba desgracia sobre desgracia(Canto XVI 102-111)

10 Pierre Feacutedida Par ougrave commence le corps humain

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En los versos del poema se trazan mapas de dolor y de cansancio sobre el cuerpo de manera que el cuerpo se convierte en territorio y la narracioacuten en cartografiacutea En algunas ocasiones a traveacutes de los siacutemiles empleados se di-bujan paralelismos entre el cuerpo y el paisaje entre la persona y la natura-leza laquoComo cuando el vasto pieacutelago se riza de mudo oleaje | y preludia los veloces senderos de los sonoros vientos | auacuten en calma sin echar a rodar ni hacia acaacute ni hacia allaacute | hasta que desciende una decidida brisa procedente de Zeus | asiacute el anciano con el aacutenimo desgarrado dudaba entre dos planes | si penetrar en la muchedumbre de los daacutenaos de veloces potros | o ir en busca del Atrida Agamenoacuten pastor de huestesraquo11

Acerqueacutemonos ahora al que viene a ser el duelo maacutes importante de la Iliacuteada La confrontacioacuten entre Heacutector y Aquiles episodio destacado entre los varios episodios del mito no llega a comenzar hasta el canto XX para concluir al fi nal del canto XXII casi al fi nal del poema Es una confrontacioacuten que se realiza en tres actos un primer duelo corto y no sangriento resuelto con la intervencioacuten divina un intervalo en que se presentan las hazantildeas de Aquiles y su persecucioacuten por los dioses y el duelo defi nitivo que engloba la perse-cucioacuten de Heacutector por Aquiles alrededor de la ciudad de Troya y el enfrenta-miento fi nal de los heacuteroes resultante en la muerte de Heacutector

Este duelo es el uacuteltimo de la Iliacuteada en eacutel llega a colmo la violencia de la guerra y se alcanza la destruccioacuten plena y defi nitiva del cuerpo Por otra parte los adversarios estaacuten luchando con todas sus fuerzas por una causa personal Heacutector estaacute defendiendo a su amada familia (sobre todo) a su ciudad y a su pueblo mientras Aquiles se estaacute vengando de la peacuterdida de su maacutes iacutentimo amigo y compantildeero Aunque sus motivos son diferentes ambos haraacuten todo lo posible para aniquilar al otro motivados por el afecto antes que por heroiacutesmo u obligacioacuten hacia la polis En este duelo iacutentimo y dolo-roso se estiran los liacutemites del cuerpo de la fuerza del aguante y del vigor

En cuanto Heacutector vio a su hermano Polidoroencorvaacutendose hacia el suelo con las entrantildeas en la mano la niebla se derramoacute sobre sus ojos y ya no soportoacute seguirmaacutes tiempo merodeando a distancia sino que fue contra Aquileshaciendo oscilar la aguda lanza semejante a la llama Eacutestenada maacutes verlo dio un salto hacia eacutel y exclamoacute triunfantelaquoYa estaacute cerca el hombre que maacutes me ha fustigado el aacutenimo

11 Iliacuteada Canto XIV 16-22

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el autor del asesinato de mi preciado compantildeero Ya no podemosescondernos maacutes tiempo uno de otro por los puentes del combateraquoDijo y miraacutendolo con torva faz se dirigioacute al divino HeacutectorlaquoAceacutercate maacutes y asiacute llegaraacutes antes al cabo de tu ruinaraquoSin intimidarse le replicoacute Heacutector el de tremolante penacho laquoiexclPeacutelida No esperes aterrorizarme soacutelo con palabrascomo a un ingeacutenuo nintildeo porque yo tambieacuten soy bien capazde proferir tanto injurias como insultosSeacute que tuacute eres valeroso y que yo soy muy inferior a tiPero estos asuntos descansan en las rodillas de los dioses puede que auacuten siendo inferior sea yo quien te arrebate la vidaacertando con la lanza tambieacuten mi dardo estaacute a ilado siempreraquo(Canto XΧ 419-437)

Aquiles ha matado a Polidoro el hijo maacutes joacuteven de Priacuteamo y uno de los hermanos de Heacutector Su lanza le atravesoacute el torso al lado del ombligo y la Iliacuteada lo presenta sujetando sus entrantildeas mientras se cae encorvado a tierra Es esta imagen de su hermano la que mueve el aacutenimo de Heacutector quien decide atacar a Aquiles ignorando el consejo de Apolo Un cuerpo en des-truccioacuten las entrantildeas sujetadas en la mano el dolor fiacutesico se transforma en afecto dolor psiacutequico la niebla sobre los ojos y despueacutes en movimiento que busca generar maacutes dolor en otro cuerpo El ciclo de la violencia La muerte de Polidoro aunque no tenga en la Iliacuteada la misma importancia que la de Patroclo funciona como un elemento que permite al poeta construir una base simeacutetrica para el primer duelo Heacutector-Aquiles dado que ahora cada uno de los dos quiere vengarse por haber perdido a alguien muy querido en manos del otro

El inicio del enfrentamiento es verbal Reconocimiento del otro como ene-migo amenazas insultos y motivos personales se incluyen en los pequentildeos discursos de ambos Heacutector cierra su discurso resaltando que son los dioses quienes decidiraacuten la suerte del duelo como de todas las cosas que acontecen en la tierra A continuacioacuten el breve combate entre Heacutector y Aquiles seraacute resuelto precisamente por los dioses Atenea y Apolo Heacutector es quien ataca primero y Atenea desviacutea su lanza Aquiles ataca tres veces consecutivas y todas ellas su lanza rebota en la tupida bruma con la que Apolo envuelve a Heacutector De esta manera se deja entender que el momento del enfrentamien-to defi nitivo no ha llegado todaviacutea Aquiles se lanza hacia otros troyanos y aliados ansioso de matar

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Como el maravilloso fuego estalla en las profundas canadas de un agostado monte y el espeso bosque se incendiay los remolinos de viento esparcen las llamas por doquierasiacute corriacutea furioso por doquier con la pica como una deidadacosando a sus viacutectimas y la sangre luiacutea por la negra tierraComo cuando alguien unce dos bueyes de anchos testuces para trillar en la bien construida era la blanca cebadaque pronto se desconcha bajo las patas de los mugidores bueyesasiacute los soliacutepedos caballos a las oacuterdenes del magnaacutenimo Aquilespisoteaban cadaacuteveres y broqueles Debajo el timoacuten estabaentero salpicado de sangre y las barandas alrededor de la caja hasta donde llegaban las gotas que despediacutean las equinas pezuntildeasy las que procediacutean de las llantas Estaba aacutevido de ganar gloriael Peacutelida e iba manchando de mortandad sus inaferrables manos(Canto XΧ 490-503)

En este punto la Iliacuteada nos posiciona ante un masacre generalizado La sangre fl uye abundante y los cuerpos sin vida de los guerreros se amonto-nan descontroladamente sobre la tierra El campo de batalla es un paisaje de carniceriacutea y destruccioacuten absoluta denso y fuacutenebre un paisaje construido en silencio A partir de la descripcioacuten panoraacutemica que nos proporciona el poeta nos podemos representar visualmente la escena a grandes rasgos a la vez que podemos casi oler la sangre que corre todaviacutea caliente No obstante lo que causa mayor impacto es la calidad taacutectil de la imagen A traveacutes de los caballos de Aquiles que pisotean cadaacuteveres indistintamente salpican-do sangre a todas direcciones podemos sentir el volumen y el peso de los cuerpos que yacen en abandono entre armaduras y objetos que ya no les serviraacuten Podemos sentir la espesura de la sange que se va secando bajo el sol de Troya Pero iquestpodemos oir algo maacutes que silencio Seriacutea interesante pre-guntarmos con cuaacutel(es) de los sentidos recibimos percibimos y nos repre-sentamos una narracioacuten e intentar explorar las razones de tal diferenciacioacuten

Atravesando este paisaje desgarrador Aquiles se dirige hacia el riacuteo persi-guiendo a los troyanos algunos intentan huir hacia la ciudad mientras otros se encuentran atrapados en el riacuteo nadando entre sus corrientes y remolinos Antes de lanzarse contra ellos Aquiles deja su lanza en la ribera Pretende mantener un contacto iacutentimo con sus enemigos estando cerca de sus viacutecti-mas escuchando su respiracioacuten y observando su sufrimiento mientras elimi-na la vida de sus miembros usando sus propias manos y una daga Dentro del riacuteo intentaraacute saciar su deseo de venganza y sangre matando sin piedad a

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numerosos guerreros hasta que el cauce rebose de cadaacuteveres

La imagen del campo de batalla repleto de cadaacuteveres se reproduce intensi-fi cada dentro del riacuteo a tal punto que el propio riacuteo Escamandro advierte a Aquiles y le ordena a continuar la matanza en la llanura Cuando eacutel se lanza de nuevo hacia el cauce el paisaje se transforma de manera singular El riacuteo se presenta como un cuerpo vivo que se mueve determina su ruta y modera su fuerza durante su movimiento Escamandro arroja cadaacuteveres a la orilla protege a los troyanos en sus remolinos y persigue a Aquiles con toda su furia Durante esta curiosa persecucioacuten el heacuteroe se agota y empieza a deses-perar una vez que sus fuerzas le estaacuten abandonando Los dioses salvaraacuten a Aquiles del furor del riacuteo para que eacutel vuelva a lanzarse contra los troyanos una vez maacutes

laquoAnte su empuje los troyanos | se atropellaban en general desbandada sin ninguacuten socorro | que aparecieraraquo12 Estos versos contribuyen a la atmoacutesfera de asfi xiante densidad generada a lo largo de este canto Nos comunican que la llanura estaacute llena de hombres cuyo miedo a Aquiles les impulsa a correr en desorden hacia Troya mientras Priacuteamo abre para ellos las puertas Esceas Apolo tomando la forma de Ageacutenor provoca a Aquiles y le hace emprender una corrida sin fi n persiguiendo al dios En la narracioacuten surgen dos movimientos opuestos el movimiento de Aquiles y Apolo hacia el riacuteo Escamandro y el movimiento apresurado de los troyanos hacia la ciudad

Ademaacutes mediante un engantildeo apartoacute al Peacutelida de la huesteel protector asemejaacutendose en todo al propio Ageacutenor se detuvoante los pies de Aquiles que se lanzoacute corriendo a perseguirloDurante un rato eacuteste lo persiguioacute por el llano feraz en trigodesviando a lo largo del Escamandro el riacuteo de hondos remolinosal que le precediacutea corto trecho con astucia lo hechizaba Apolopara guardar intacta su esperanza de alcanzarlo con sus piesentre tanto los demaacutes troyanos fugitivos llegaron en tropelfelices a la ciudad que se llenoacute de refugiadosY fuera de la ciudad y de la muralla ni siquiera osaronaguardarse unos a otros para informarse del que hubiera escapadoy del que habiacutea muerto en el combate sino que penetroacute presurosoen la ciudad todo aquel a quien sus rodillas y sus pies salvaron(Canto XΧI 599-611)

12 Canto XΧI 527-529

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La corrida veloz de Apolo y Aquiles por el campo de batalla descentra y desenfoca la mirada y ampliacutea el plano En la velocidad del movimiento se diluye la espesura fuacutenebre de las imaacutegenes anteriores mientras el campo de batalla se vaciacutea de presencias humanas De esta manera el poema cierra el ciclo que habiacutea abierto despueacutes del primer encuentro de Heacutector y Aquiles El escenario de la narracioacuten se vaciacutea para entregarse purifi cado a los dos heacuteroes y soacutelo a ellos laquoImpedido por su destino fatal Heacutector quedoacute solo alliacute mismo | delante de Ilio y de las puertas Esceasraquo13

El espacio del duelo es un gran vaciacuteo la llanura de Troya delante de las puer-tas Esceas poblado por cadaacuteveres quizaacutes algunos cuerpos descuartizados armas que se cayeron de los guerreros muertos o se perdieron en el bullicio de la fuga y se esparcieron por el camino y probablemente algunos carros abandonados o caballos muertos Silencio absoluto Este espacio funciona como un escenario doble Por un lado estaacuten Priacuteamo y todos los troyanos que contemplan desde la parte maacutes alta de la muralla de Troya por otro lado estaacuten los aqueos que se encuentran lejos en la llanura de Troya hacia el riacuteo Escamandro y han recibido de Aquiles el orden de no atacar a Heacutector en ninguacuten caso por lo que tambieacuten seraacuten espectadores de este duelo inminente

Un escenario doble pues Heacutector se encuentra en eacutel solo y atemorizado mientras Aquiles engantildeado por Apolo se encuentra muy lejos de la mura-lla Cuando Aquiles empieza a correr motivado por su impulso de vengan-za su movimiento es directo y decisivo hacia la ciudad hacia Heacutector Al mismo tiempo Heacutector se presenta experimentando un movimiento mental El poeta desplaza la atencioacuten hacia el interior del heacuteroe

laquoiexclAy de miacute Si me meto en las puertas y en las murallasPolidamante seraacute el primero en cubrirme de oprobiospues me ha ordenado guiar a los troyanos hacia la ciudadesta noche maldita en que el divino Aquiles ha dejado la calmaMas yo no le he hecho caso y iexclcuaacutento mejor habriacutea sidoAhora que ha perecido la tropa por culpa de mis necedadesverguumlenza me dan los troyanos y troyanas de rozagantes mantosno sea que alguna vez alguien vil y distinto de miacute digalsquoHeacutector por iarse de su fuerza hizo perecer la huestersquoAsiacute diraacuten y en ese caso para miacute habriacutea sido mucho mejorenfrentarme contra Aquiles y regresar despueacutes de matarlo

13 Canto XΧII 5-6

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o perecer yo mismo con gloria delante de la ciudadiquestY si depongo el abollonado broquel y el ponderoso cascoy tras dejar la lanza apoyada contra la murallavoy sin armas y me presento ante el intachable Aquilesy le prometo entregar a Helena junto con las riquezasiacutentegras que Alejandro se trajo en las concavas navesa Troya accioacuten que fue la causa de la contiendaa los Atridas para que se la lleven y ademaacutes con los aqueosrepartirnos todos los demaacutes tesoros que guarda esta ciudadDespueacutes puedo tomar juramento de honor a los troyanosde no esconder nada y de repartir en dos lotes todoslos tesoros que encierra en su interior la amena ciudadelaPero iquestpor queacute mi animo me ha suscitado este debateiexclMira que si voy y me presento ante eacutel y lejos de apiadarsey de respetarme me mata desnudo sin la panopliaigual que a una mujer cuando ya me haya quitado las armasMas no es el momento de remontarse a la encina y a la piedra ni de charlar con eacutel de las lindezas de una doncella y un mozoni de las ternuras que una doncella y un mozo se intercambianMaacutes vale entablar la disputa cuanto antesiexclAveriguumlemos a quieacuten de los dos tiende el Oliacutempico su honorraquoMientras esperaba agitando estas ideas Aquiles se acercoacutesemejante a Enialio el guerrero del centelleante cascoenarbolando sobre el hombro derecho la peliacuteada lanza de fresnoterrible a los lados el bronce brillaba parecido al destelloque emiten el ardiente fuego o el sol al salirNada mas verlo Heacutector fue presa del temblor y ya no soportoacuteseguir alliacute sino que dejoacute atraacutes las puertas y echoacute a huir(Canto XΧII 99-137)

Habiendo desplazado la atencioacuten al interior del personaje el poema se acerca a eacutel estableciendo un viacutenculo de empatiacutea entre el lector y dicho per-sonaje Nosotros estamos recibiendo la narracioacuten a traveacutes de eacutel por medio de sus vivencias Aquiles se nos presenta refl ejado en la mirada y la reaccioacuten de Heacutector Su llegada interrumpe la introspeccioacuten y sentildeala el principio del enfrentamiento de manera que la intensidad del movimiento mental se con-vierte en intensidad de movimiento fiacutesico con esta transformacioacuten sutil el poema mantiene un equilibrio de energiacutea a la vez que produce un cambio de escena draacutestico La persecucioacuten de Heacutector por Aquiles comienza Es la tercera persecucioacuten relatada despueacutes del primer enfrentamiento de los dos heacuteroes Aquiles y Heacutector estaacuten fuera de las murallas corriendo jadeantes

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

uno detraacutes del otro No conocemos a Troya en el poema nunca se describe su forma pero estamos corriendo con los heacuteroes alrededor de ella Las des-cripciones del paisaje intercaladas y las escenas de paz evocadas refuerzan por contradiccioacuten la tensioacuten mortal de la situacioacuten

Por alliacute pasaron corriendo uno huyendo y otro acosando detraacutesDelante huiacutea un valiente pero uno mucho mejor lo perseguiacuteaaprisa no era la viacutectima de un sacri icio ni una bovina pielpor lo que competiacutean premios comunes en las carreras humanas sino que corriacutean por la vida de Heacutector domador de caballos(Canto XΧII 157-161)

Tierra y Cielo los dos planos de accioacuten se activan a la vez Dos liacuteneas na-rrativas se desarrollan en paralelo La primera se dedica a los mortales es una liacutenea sin diaacutelogos pero en ella se puede intuir la agoniacutea El ritmo de la corrida marca la pauta de la escena La segunda liacutenea narrativa corresponde a los dioses que estaacuten observando la primera desde el Olimpo donde estaacuten reunidos para tomar decisiones sobre la suerte de los mortales Sus diaacutelogos suenan ligeros y despreocupados e incluso tienen un punto coacutemico lo que acaba reforzando la situacioacuten traacutegica de los heacuteroes

Cuando los dioses lo deciden intervienen en la historia haciendo que las dos liacuteneas narrativas se crucen y se junten Los dos planos de accioacuten ahora se funden en un uacutenico plano Troya con la llegada de Atenea que marca el fi nal de la corrida y el inicio del desenlace de la historia Atenea se presenta a los dos heacuteroes pero de manera distinta a cada uno de ellos ya que se rela-ciona de modo distinto con ellos coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector14 Con su presencia se rompe el silencio mortal de la persecucioacuten Diaacutelogos aparecen de nuevo El poeta estaacute preparando el terreno para el combate el espacio se vuelve abstracto despojado de elementos descriptivos mientras la presencia fiacutesica de los guerreros y su voz adquieren maacutes importancia La atencioacuten del receptor se va dirigiendo hacia ellos dos su presencia su con-frontacioacuten inminente sus palabras y sus acciones

Despueacutes de hablar asiacute desenvainoacute la aguda espada

14 Atenea participa en las acciones de Aquiles hablaacutendole en plural incluyente laquoAhora siacute que espero esclarecido Aquiles caro a Zeus | que ambos llevaremos a los aqueos una gran gloria a sus naves | tras aniquilar a Heacutector por insaciable de lucha que sea | Ahora ya no hay posibilidad de que se nos escape | por muchas penas que el protector Apolo sufra | rodando y rodando ante el padre Zeus portador de la eacutegida | Detente tuacute ahora y recobra el aliento que yo a eacuteste | me acercareacute y le convencereacute para que luche frente a frenteraquo (Canto XΧII 216-223)

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

que llevaba suspendida de su costado larga y robustay tras tomar impulso partioacute cuaacutel aacuteguila de alto vueloque baja al llano a traveacutes de las tenebrosas nubespara arrebatar una tierna cordera o una treacutemula liebreasiacute partioacute Heacutector haciendo vibrar la aguda espadaTambieacuten se lanzoacute Aquiles con el aacutenimo lleno de furiasalvaje se cubrioacute el torso por delante con el escudobello primoroso mientras haciacutea oscilar el reluciente cascode cuatro mamelones y ondeaban alrededor las bellas crinesaacuteureas que Hefesto habiacutea apretado hasta formar un crestoacutenComo va entre los astros en la oscuridad de la noche la estrellavespertina el astro maacutes bello que hay ijo en el irmamentoasiacute era el fulgor de la a ilada punta que Aquiles blandiacuteacon la diestra maquinando la perdicioacuten del divino Heacutectore indagando donde su bella piel ofreceriacutea menor resistenciaTodo su cuerpo estaba protegido por la bronciacutenea armadurabella que habiacutea despojado al potente Patroclo tras matarlosoacutelo se veiacutea donde las claviacuteculas separan cuello y hombrosel gaznate que es por donde maacutes pronto se pierde la vidaPor alliacute el divino Aquiles le hundioacute la pica en pleno ataqueLa punta penetroacute derecha a traveacutes del delicado cuelloy el asta de fresno pesada por el bronce no le cercenoacute la traacutequeacon lo que todaviacutea pudo responderle y decir unas palabrasSe desplomoacute en el polvo y el divino Aquiles exclamoacute triunfantelaquoiexclHeacutector Al despojar a Patroclo sin duda creiacuteste estara salvo y para nada te preocupaste de miacute porque estaba lejosiexclInsensato Lejos de aquel un vengador muy superior a la zagase habiacutea quedado junto a las huecas naves y ese soy yoque te he doblado las rodillas De ti tiraraacuten y te humillaraacuten los perros y las aves y a eacutel los aqueos le haraacuten las exequiasraquoDesfallecido le dijo Heacutector el de tremolante penacholaquoiexclTe lo suplico por tu vida tus rodillas y tus padresNo dejes a los perros devorarme junto a las naves de los aqueosen lugar de eso acepta bronce y oro en abundancia regalos que te daraacuten mi padre y mi augusta madrey devuelve mi cuerpo a casa para que al morir del fuegome hagan partiacutecipe los troyanos y las esposas de los troyanosraquoMiraacutendolo con torva faz replicoacute Aquiles de pies ligeroslaquoNo implores perro invocando mis rodillas y a mis padres iexclOjalaacute que a miacute mismo el furor y el aacutenimo me indujerana despedazarte y a comer cruda tu carne por tus fechoriasTan cierto es eso como que no hay quien libre tu cabeza

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

de los perros ni aunque el rescate diez veces o veinte vecesme lo traigan y lo pesen aquiacute y ademaacutes prometan otro tanto y ni siquiera aunque mandara pagar tu peso en oroPriacuteamo Dardaacutenida Ni auacuten asiacute tu augusta madre depositaraacuteen el lecho el cadaacutever de quien ella parioacute para llorarloLos perros y las aves de rapina se repartiraacuten entero tu cuerporaquoYa moribundo le dijo Heacutector el de tremolante penacho laquoBien te conozco con soacutelo mirarte y ya contaba con noconvencerte De hierro es el corazoacuten que tienes en las entrantildeasCuiacutedate ahora de que no me convierta en motivo de la coacutelerade los dioses contra ti el diacutea en que Paris y Febo Apolo tehagan perecer a pesar de tu valor en las puertas EsceasraquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteEl aliento vital voloacute de la boca y marchoacute a la morada de Hadesllorando su hado y abandonando la virilidad y la juventudYa estaba muerto cuando dijo Aquiles de la casta de ZeuslaquoiexclMuere Mi parca yo la acogereacute gustoso cuando Zeus quiera traeacutermela y tambieacuten los demaacutes dioses inmortalesraquoDijo y arrancoacute del cadaacutever la bronciacutenea picala dejoacute a un lado y le quitoacute de los hombros las armasensangrentadas Los hijos de los aqueos acudieron corriendoy quedaron admirados de la talla y de la envidiable bellezade Heacutector y nadie hubo que se presentara y no lo hirieraY asiacute deciacutea cada uno mirando al que teniacutea proacuteximolaquoiexclQueacute sorpresa iexclAhora siacute que es Heacutector mucho maacutes blandode tocar que cuando prendioacute las naves con el voraz fuegoraquoAsiacute repetiacutea cada uno cuando se presentaba y lo heriacutea(Canto XΧII 306-375)

Los dos heacuteroes se acercan con sus armas fi rmes en la mano15 y Aquiles pla-nifi ca el ataque que va a realizar Observa minuciosamente a Heacutector explora su cuerpo como si fuese territorio desconocido e identifi ca los lugares ex-puestos como si trazara sobre Heacutector un mapa de vulnerabilidad Una vez maacutes la Iliacuteada nos conduce hacia el espacio iacutentimo del cuerpo hacia la postu-ra la apariencia y estructura fiacutesica los gestos la distancia entre las personas la velocidad del movimiento y el impulso de la accioacuten

15 Heacutector tiene una espada y Aquiles una pica ya que sus lanzas las perdieron pocos versos atraacutes cuando intentaron atacar el uno al otro Heacutector esquivoacute la lanza de Aquiles mientras la lanza de Heacutector se desvioacute al chocar con el escudo de Aquiles Ahora los dos heacuteroes tienen que acercarse para matarse Este duelo requiere proximidad fiacutesica

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4 DESTRUCCIOacuteN DEL CUERPO CONSTRUCCIOacuteN DEL CUERPO

La pica atraviesa el cuello de Heacutector pero deja su traacutequea intacta para que eacutel pueda pronunciar sus uacuteltimas palabras justo antes de extinguirse su vida A las jactancias de Aquiles Heacutector responde suplicando por la suerte de su cuerpo y en esta suacuteplica se puede intuir la inminente suacuteplica de Priacuteamo Aquiles replica con execrable crueldad en sus palabras como en todas sus acciones despueacutes de entrar en la batalla se refl eja el cambio que la muerte de Patroclo provocoacute en su aacutenimo y comportamiento El moribundo Heacutector hace referencia al futuro de Aquiles tal como el moribundo Patroclo previoacute la muerte de Heacutector laquoApenas hablar asiacute el cumplimiento de la muerte lo cubrioacuteraquo es el verso que se repite ideacutentico en los dos casos mientras tanto Heacutector como Aquiles dirigen unas uacuteltimas y crueles palabras al cadaacutever del hombre que acaban de matar antes de arrancar el arma de la herida Sin embargo al contrario de lo que pasa con Patroclo Heacutector yace en la tierra abandonado y no hay nadie que pueda luchar por el honor de su cuerpo

El cuerpo sin vida tendido en el suelo y la voz de su asesino que resuena amenazadora sobre eacutel construyen una imagen muy potente a partir de la cual empieza el ultraje Los aqueos hasta entonces espectadores silenciosos presencias lejanas e intrascendentes16 se acercan y en su reaccioacuten se juntan dos acciones contradictorias por una parte admiran la belleza de Heacutector y por otra hieren su cuerpo repitiendo una exclamacioacuten verbal y un acto de violencia que parecen tener casi la funcioacuten de un ritual

laquo[] Nos hemos alzado con gran gloria hemos matado al divino Heacutectora quien los troyanos en la ciudad invocaban como a un diosraquoDijo e imaginaba ignominias contra el divino HectorLe taladroacute por detraacutes los tendones de ambos piesdesde el tobillo al taloacuten enhebroacute correas de bovina pielque atoacute a la caja del carro y dejoacute que la cabeza arrastraraMontoacute en la caja del carro recogioacute la ilustre armaduralos fustigoacute para arrearlos y los dos de grado echaron a volarGran polvareda se levantoacute del cadaacutever arrastrado los cabellososcuros se esparciacutean y la cabeza entera en el polvoyaciacutea antes encantadora Zeus entonces a sus enemigoshabiacutea concedido que lo ultrajaran en su propia patria(Canto XΧII 393-404)

16 laquoLos aqueos estaacuten cerca de las murallas de Troya pero como una presencia silenciosa e intrascendenteraquo (Caroline Alexander La guerra que matoacute a Aquiles p 205)

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5 El dolor que nos une [Priacuteamo y Aquiles]

Encerrados en la ciudad los troyanos se hacen testigos no soacutelo de la muerte de Heacutector sino tambieacuten de la crueldad a la cual se somete su cuerpo Con la huida de Aquiles quien arrastra el cadaacutever de Heacutector hacia el campamento aqueo el escenario se vaciacutea por completo y la atencioacuten se reconduce hacia Troya Sobre la torre de Ilio Heacutecuba se arranca los cabellos mientras Priacuteamo se representa revolcaacutendose en estieacutercol manifestando por primera vez su deseo de suplicar a Aquiles para que eacuteste le devuelva el cuerpo de su hijo

Asiacute quedoacute cubierta su cabeza entera de polvo Su madre se mesoacute los cabellos arrojoacute el niacutetido velo lejos y prorrumpioacute en muy elevados llantos al ver a su hijo Tambieacuten su padre emitioacute un lastimero gemido y las gentes por la ciudad eran presa de llantos y de lamentos Todo pareciacutea como si la almenada Ilio se estuviera consumiendo entera por el fuego desde los cimientos Las gentes a duras penas conteniacutean al apenado anciano ansioso por salir fuera de las puertas dardanias A todos imploraba rodando por el estieacutercol y llamando a cada uno por su nombre(Canto XXII 405-415)

Sus reiterativos llantos y gemidos inquietan tambieacuten a Androacutemaca quien desde su encuentro con Heacutector ha permanecido encerrada en su habitacioacuten tejiendo bellos mantos y preparando un bantildeo caliente para el regreso de eacutel en vano Es la agoniacutea por la suerte de Heacutector la que lleva a Androacutemaca a la muralla de nuevo repitiendo el movimiento que realizoacute en el canto VI cuando salioacute presurosa del palacio en busca de su marido mientras la no-driza la seguiacutea llevando al nintildeo en sus brazos Su lamento confi rma la pre-ocupacioacuten expresada en su diaacutelogo con Heacutector mientras en eacutel resuenan los lamentos de otras mujeres que perdieron a sus esposos y fueron convertidas en esclavas durante la guerra

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

La reaccioacuten de Priacuteamo ante la muerte de Heacutector se parece mucho a la prime-ra reaccioacuten que Aquiles tuvo al enterarse de la muerte de Patroclo Tanto a Aquiles como a Priacuteamo el duelo por la peacuterdida de alguien muy querido les hace cubrirse la cabeza y el cuerpo entero con un material no precisamente noble De este modo sus rasgos divinos adquieren un aspecto sucio y la-mentable que refl eja su estado psiacutequico En ausencia del cadaacutever al que les gustariacutea tener cerca y poder tocar durante el lamento1 en ese momento de soberbio dolor los hombres establecen un contacto con la tierra con el suelo con la materia orgaacutenica en la cual todo de una manera u otra se convierte

Asiacute habloacute y a eacutel una negra nube de a liccioacuten lo envolvioacuteCogioacute con ambas manos el requemado holliacuteny se lo derramoacute sobre la cabeza afeando su amable rostromientras la negra ceniza se posaba sobre su tuacutenica de neacutectar Y extendido en el polvo cuan largo era gran espacioocupaba y con las manos se mancillaba y mesaba los cabellosLas siervas que Aquiles y Patroclo se habiacutean adjudicado en prendaproferiacutean grandes alaridos a ligidas en su corazoacuten y a la puertacorrieron en torno del belicoso Aquiles y todas con las manos mientras se golpeaban el pecho cayeron postradas de hinojosDel otro lado Antiacuteloco se lamentaba y vertiacutea laacutegrimascon las manos de Aquiles cogidas y su glorioso corazoacuten gemiacuteaante el temor de que se segara la garganta con el hierro (Canto XVIII 22-34)

En ambos casos ellos no se encuentran solos en sus lamentos sino que estaacuten rodeados de otras personas2 sobre todo mujeres las mujeres de Troya en el caso de Priacuteamo y las siervas en el caso de Aquiles Es en torno a estos dos lamentos de Aquiles por Patroclo y de Priacuteamo por Heacutector y los respectivos intentos de honrar a los muertos que se estructuran los dos uacuteltimos cantos de la Iliacuteada Como afi rma Caroline Alexander despueacutes del enfrentamiento heroico maacutes importante del poema la Iliacuteada se enfoca en los difuntos y en

1 En otra ocasioacuten laquoEntre ellos el Pelida entonoacute un reiterativo llanto | poniendo sus manos homicidas sobre el pecho de su compantildeeroraquo (Iliacuteada Canto XXIII 17-18) Androacutemaca al recibir el cuerpo de su esposo hace lo mismo laquoEntre eacutestas Androacutemaca de blancos brazos inicioacute el llanto |mientras sujetaba la cabeza del homicida Heacutector en sus manosraquo (Iliacuteada Canto XXIV 723-724)2 En las escenas de la Iliacuteada los personajes tienden a formar conjuntos durante el lamento con el que estaacute maacutes afectado en el centro y los demaacutes alrededor suyo No es necesario que el motivo del lamento sea uacutenico y compartido por todos cada uno puede llorar por sus propios motivos pero el acto de llorar es compartido y su intensidad suele ajustarse a las necesidades del personaje principal de la escena Posteriormente el coro de la tragedia cumple tambieacuten con una funcioacuten parecida la de acompantildear a los personajes en sus lamentos soliloquios y diaacutelogos a menudo compartiendo sus estados de aacutenimo y otras veces expresando ideas o sentimientos opuestos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

las consecuencias de sus muertes3

Una vez concluidos los funerales de Patroclo y las competiciones de los aqueos en su honor el cadaacutever de Heacutector continuacutea yaciendo en el polvo y siendo arrastrado por Aquiles alrededor del tuacutemulo de su caro amigo El tuacutemulo tal como el cuerpo del guerrero muerto emerge como un centro en el espacio En alguacuten lugar (sentildealado y preciso) en la orilla del mar cerca de las naves aqueas se encuentra enterrada la urna que contiene los huesos de Patroclo que en breve albergaraacute tambieacuten los huesos de Aquiles4 Es en torno a este centro que el cuerpo de Heacutector atado con correas de bovina piel al carro de Aquiles dibuja tres ciacuterculos cada mantildeana con la primera luz del diacutea ciacuterculos que se inscriben en la tierra uno sobre otro durante nueve diacuteas Apolo protege al cuerpo de Heacutector de todo tipo de desgaste pero en el espacio deben permanecer las huellas de este proceso por muy efiacutemeras que sean

[] pero despueacutes de llorar y lamentarse remiten en su penapues las Moiras han hecho el aacutenimo humano apto para soportar(Canto XXIV 48-49)

Sin embargo este ritual viciado y repetitivo no consigue apaciguar el dolor de Aquiles ni tampoco saciar su deseo de venganza Eacutel todaviacutea estaacute afl igido Su fi gura es la de un hombre que no encuentra tranquilidad en ninguacuten sitio no puede estar quieto casi no puede estar No puede adormecer y cambia constantemente de posicioacuten se levanta se tumba de espaldas de lado boca abajo se sienta camina entra y sale de su tienda permaneciendo siempre inquieto Los dioses del Olimpo observadores perpetuos y duentildeos de la suerte de los mortales no dejan de discutir acerca de la resolucioacuten de esta situacioacuten hasta que Zeus toma su decisioacuten Tal como fue previsto al princi-pio del poema la coacutelera de Aquiles ha sido respetada por los dioses y eacutel ha sido honrado como corresponde a un heacuteroe mortal que es hijo de una diosa

3 laquoPero la Iliacuteada no es una epopeya convencional y en el mismo momento del mayor triunfo militar de su heacuteroe homero desviacutea la atencioacuten de Aquiles a las dos bajas maacutes importantes de la historia Patroclo y Heacutector es hacia las consecuencias de sus muertes sobre todo para el vencedor hacia donde pasa a dirigirse inexorablemente toda la accioacuten de la Iliacuteadaraquo (La guerra que matoacute a Aquiles p 227) Ademaacutes entre estos dos funerales se pueden rastrear relaciones de interdependencia Patroclo no es enterrado hasta que Heacutector es muerto y ultrajado en honor de Patroclo por otro lado Heacutector no se puede enterrar hasta que terminen los honores funerarios a Patroclo porque el ultraje de su cuerpo forma parte de ellos4 laquoiexclQue tambieacuten un mismo atauacuted encierre juntos nuestros huesos | y que sea la aacuteurea urna que te procuroacute tu augusta madre raquo es la peticioacuten que dirige en un suentildeo el alma de Patroclo a Aquiles peticioacuten que es completamente respetada por el propio Aquiles (Canto XXIII 91-92)

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

Ahora es el momento de honrar a Heacutector tambieacuten muy querido a los dioses liberando su cuerpo y devolvieacutendolo a Troya

Seguacuten el plan de Zeus con el que estaacuten de acuerdo todos los dioses oliacutem-picos Priacuteamo iraacute como suplicante a Aquiles y le ofreceraacute regalos a cambio del cadaacutever Para que se pueda cumplir el plan divino es necesario que se comunique previamente a los dos heacuteroes involucrados5 Ellos al conocer la voluntad de los dioses actuaraacuten de acuerdo con ella los dioses incitan sus acciones pero no actuacutean por ellos En el interior de su tienda Aquiles se encuentra llorando Tetis se sienta a su lado y establece un contacto fiacutesico con eacutel antes de hablarle y los dos mantienen un diaacutelogo muy breve Por su parte Iris llega al palacio de Priacuteamo donde el anciano rey estaacute reiterando el llanto que habiacutea iniciado Priacuteamo la recibe en silencio temblando Sin espe-rar contestacioacuten la diosa se va y Priacuteamo sigue sus instrucciones y consejos sin perder tiempo

Asi habloacute e Iris de pies de raacutefaga fue con el mensajeLlegoacute a casa de Priacuteamo y alliacute no halloacute maacutes que quejas y llantos Los hijos sentados alrededor de su padre dentro del patioteniacutean mojada de laacutegrimas la ropa y el viejo estaba en mediocubierto con un manto que dejaba adivinar su silueta Abundanteestieacutercol envolviacutea la cabeza y el cuello del ancianoque eacutel mismo al revolcarse habia cosechado con sus manos Las hijas y las nueras por las mansiones gimoteabanacordaacutendose de los muchos y valerososque yaciacutean despueacutes de perder la vida a manos de los argivosLa mensajera de Zeus se detuvo junto a Priacuteamo y dijo con voztenue mdashy el temblor se aduentildeoacute de los miembros del ancianomdash(Canto XXIV 159-170)

Heacutecuba aterrorizada con la decisioacuten de su marido le sugiere hacer una liba-cioacuten a Zeus antes de emprender la ruta hacia las naves aqueas A la plegaria de Priacuteamo el dios responde con su aguumlero maacutes positivo y enseguida Priacuteamo y el heraldo se suben al carro cargados de muchos y bellos regalos para Aquiles Tal como habiacutea prometido Iris su camino es facilitado por Hermes quien manteniendo oculta su identidad les acompantildea hasta su llegada a la tienda de Aquiles aseguraacutendose de que ninguno de los aqueos advierta su

5 Tetis (llamada al Olimpo por Iris para que Zeus le informe de su decisioacuten) iraacute al encuentro de Aquiles mientras Iris avisaraacute a Priacuteamo

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

presencia

La conversacioacuten del anciano Priacuteamo con el dios es extensa y deja adivinar la duracioacuten del camino que conduce de la ciudad de Troya al campamento aqueo mientras el propio camino no se describe en esta secuencia como tampoco se describe la ciudad o el campamento En cambio se presta aten-cioacuten a las transiciones de un espacio a otro Antes de lanzarnos a lo que viene a ser seguramente el encuentro maacutes peculiar y maacutes pleno de la Iliacuteada el poeta describe meticulosamente los umbrales que hemos de cruzar Por una parte las presencias humanas hay que pasar entre los guardias y los guerrreros que circulan entre las naves a los que Hermes hace adormecer desactivando el peligro que supone su vigilia

Por otra parte las construcciones materiales en el espacio En primera ins-tancia la fosa y el muro que delimitan el territorio de los aqueos en la llanura troyana Priacuteamo cruza ahora con la ayuda del dios la misma fortifi cacioacuten que Heacutector intentoacute y parcialmente logroacute derrumbar en el canto XII A con-tinuacioacuten la tienda de Aquiles cuya estructura se describe con cierta preci-sioacuten desde fuera hacia dentro de manera inversa y complementaria a la de la escena del sacrifi cio de Aquiles a Zeus6 En los dos casos la atencioacuten recae sobre el cerrojo de las puertas un pormenor miacutenimo pero signifi cativo Esta sucesioacuten de espacios diferentes y claramente delimitados funciona como una introduccioacuten gradual al espacio iacutentimo del encuentro Hermes que en los mitos primitivos fi gura como el dios de los liacutemites de los campos y de las fronteras acompantildea a Priacuteamo durante este proceso

Al llegar a las forti icaciones de las naves y a la fosaya los guardias comenzaban a ocuparse de la cenaEl mensajero Argiacutecida vertioacute el suentildeo sobre todos ellos sin excepcioacuten luego abrioacute las puertas y retiroacute las trancase introdujo a Priacuteamo y sus espleacutendidos dones sobre el carromatoCuando llegaron a la tienda del Pelidaelevada que los mirmidones habiacutean fabricado para su soberanotallando vigas de abeto mdashpor encima la habiacutean techado con frondoso cantildeizo recolectado de la praderaalrededor un gran patio habiacutean fabricado para su soberanocon espesas estacas la puerta la sujetaba un uacutenico pasadorde madera de abeto que entre tres aqueos soliacutean encajar

6 Iliacuteada canto XVI 220-256

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

como tres eran los que abriacutean el gran cerrojo de las puertas de no ser Aquiles que era el uacutenico que lo encajaba auacuten solomdashentonces el beneacute ico Hermes se la abrioacute al ancianointrodujo los ilustres regalos para el velociacutepedo Pelidase apeoacute del carro a tierra y exclamoacutelaquoiexclAnciano Yo soy un dios inmortal que aquiacute ha venido soy Hermes Mi padre me ha enviado para que te diera escoltaPero ahora me ireacute de nuevo y no me voy a presentarante las miradas de Aquiles Vituperable seriacuteaque un dios inmortal favorezca tan abiertamente a los mortalesTuacute entra y coge al Pelida de las rodillasy por su padre su madre de hermosos cabellosy su hijo supliacutecale para conmoverle el aacutenimoraquoTras hablar asiacute se alejoacute hacia el vasto OlimpoHermes Y Priacuteamo saltoacute de los caballos a tierray dejoacute alliacute a Ideo que esperaba guardandolos caballos y las mulas El anciano fue derecho a la casadonde Aquiles caro a Zeus residiacutea Lo halloacute dentrosus compantildeeros estaban sentados aparte y soacutelo dosel heacuteroe Automedonte y Aacutelcimo retontildeo de Ares se afanabanen presencia suya presurosos Acababa de dejar el alimentodespueacutes de comer y beber y la mesa auacuten estaba puesta al ladoEntroacute el alto Priacuteamo sin que ellos lo notaran se paroacute cercay estrechoacute las rodillas de Aquiles y le besoacute las manosterribles y homicidas que a tantos hijos suyos habiacutean matadoComo cuando una densa ofuscacioacuten apresa al hombre que mataen la patria a una persona y llega a un pueblo extrantildeoante un hombre acaudalado y el estupor invade a quienes lo venasiacute de estupefacto se quedoacute Aquiles al ver al deiforme PriacuteamoTambieacuten los demaacutes intercambiaron estupefactos sus miradas(Canto XXIV 443-484)

Una vez dentro del patio de Aquiles ya no hay demora Priacuteamo decidido y confi dente entra en la tienda sin compantildeiacutea como suplicante Aquiles no estaacute solo es el momento despueacutes de la cena7 y a su lado se encuentran Aacutelcimo y Automedonte entre otros mirmidones El interior de la tienda no se descri-be Se describen apenas las actividades que tienen lugar en ella y vagamen-te las posiciones relativas entre los personajes Aquiles es identifi cado como

7 Caroline Alexander sentildeala que Aquiles soliacutea compartir estos momentos del diacutea despueacutes de la cena con Patroclo (La guerra que matoacute a Aquiles p 244) En la escena de la embajada Ulises encuentra a Aquiles y Patroclo mientras estaacuten tocando muacutesica y cantando

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

un centro un punto en el espacio al cual se dirige Priacuteamo El anciano rey como todo suplicante toca las rodillas de Aquiles y le besa la mano

Cuando Tetis se presenta a Zeus como suplicante8 se pone de rodillas delan-te suyo y coloca su mano izquierda sobre su rodilla y con su mano derecha toca su barbilla En varias escenas de la Iliacuteada el contacto fiacutesico precede a la comunicacioacuten verbal casi estableciendo la base para ella tal como en otras la distancia entre dos personajes y su gestualidad delimita el campo de su interaccioacuten y es signifi cativa para el entendimiento del diaacutelogo El silencio tambieacuten adquiere una fuerza y un peso especial Priacuteamo se agarra a las ro-dillas de Aquiles y le besa la mano mientras eacutel lo mira estupefacto inmoacutevil en la fuerza de esta imagen el poeta crea aquella unidad bipartita que es el encuentro entre los dos personajes inseparables en el espacio y en el con-tenido de la narracioacuten Las miradas entrecruzadas de los otros personajes que presencian la escena reafi rman este hecho La unidad Aquiles-Priacuteamo se percibe y reconoce como tal y precisamente por eso se aiacutesla del ambiente haciendo posible la aparicioacuten del discurso

Priacuteamo le dirigioacute una suacuteplica diciendo estas palabraslaquoiexclAcueacuterdate de tu padre Aquiles semejante a los diosesque tiene mi misma edad y estaacute en el funesto umbral de la vejezTambieacuten a eacutel los vecinos que habitan alrededor sin duda loatormentan y no hay quien aparte de eacutel la ruina y el estragoSin embargo aquel mientras sigue oyendo que tu estaacutes vivose alegra en el aacutenimo y espera cada diacuteaver a su querido hijo que vuelve de TroyaPero mi desdicha es completa he engendrado los mejores hijosen la ancha Troya y de ellos a irmo que ninguno me quedaCincuenta teniacutea cuando llegaron los hijos de los aqueosdiecinueve me habiacutean nacido de un uacutenico vientrey otras mujeres habiacutean alumbrado en el palacio a los demaacutesA la mayoriacutea el impetuoso Ares les ha doblado las rodillasy el uacutenico que me quedaba y protegiacutea la ciudad y a sus habitanteshace poco lo has matado cuando luchaba en defensa de la patria Heacutector Por eacutel he venido ahora a las naves de los aqueospara rescatarlo de tu poder y te traigo inmensos rescatesRespeta a los dioses Aquiles y ten compasioacuten de miacute

8 laquoAsi habloacute y nada respondioacute Zeus que las nubes acumula | y permanecioacute un rato sentado en silencio Tetis una vez asida | a sus rodillas seguiacutea asiacute agarrada y preguntoacute por segunda vez | laquoDe verdad promeacutetemelo y asiente a ello | o denieacutegalo ya que no cabe el temor en ti asiacute sabreacute bien | hasta queacute punto soy la divinidad maacutes vilipendiada entre todasraquo (Iliacuteada Canto I 511-516)

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

por la memoria de tu padre Yo soy auacuten maacutes digno de piedady he osado hacer lo que ninguacuten terrestre mortal hasta ahora acercar a mi boca la mano del asesino de mi hijoraquoAsiacute habloacute y le infundioacute el deseo de llorar por su padreLe tocoacute la mano y retiroacute con suavidad al ancianoEl recuerdo haciacutea llorar a ambos el uno al homicida Heacutectorlloraba sin pausa postrado ante los pies de Aquiles y Aquiles lloraba por su propio padre y a veces tambieacutenpor Patroclo y los gemidos se elevaban en la estanciaEn cuanto el divino Aquiles estuvo ya satisfecho de llantoy este deseo se alejoacute de sus entrantildeas y de sus miembrosse levantoacute de su asiento y ayudoacute al anciano a incorporarse apiadado de su canosa cabeza y de su canoso mentoacuten(Canto XXIV 485-516)

Priacuteamo empieza su discurso aludiendo a la vejez y evocando a Peleo Emocionado Aquiles toca la mano de su suplicante y le aparta con suavidad Este sutil movimiento del heacuteroe hasta entonces geacutelido e inamovible denota un cambio en la escena una transicioacuten de la suacuteplica al duelo compartido El joven guerrero y el anciano rey arrodillado a los pies del asesino de sus hijos conectados corporalmente y separados en sus recuerdos lloran cada uno a los suyos con mucha intensidad y fuerza Su presencia se apodera del lugar en que estaacuten de manera que en el interior de la tienda de Aquiles sus gemidos adquieren una espesura casi material que envuelve a los dos y ocupa el espacio alrededor de ellos Priacuteamo y Aquiles se encuentran unidos dentro del dolor

En esta secuencia el poema nos recuerda tambieacuten que el deseo del llanto se ubica en el cuerpo tanto en el diafragma como en los miembros y a traveacutes de ellos se expresa directamente La satisfaccioacuten de este deseo por Aquiles marca otro cambio en la narracioacuten eacutel se levanta mientras ayuda a Priacuteamo a levantarse del suelo concluyendo asiacute la escena del llanto Soacutelo cuando los dos esteacuten de pie Aquiles responde a Priacuteamo le ofrece asiento y le intenta tranquilizar y apaciguar el dolor

laquoNada se consigue con el geacutelido llanto que hiela el corazoacuten | Pues lo que los dioses han hilado para los miacuteseros mortales | es vivir entre congojas mientras ellos estaacuten exentos de cuitasraquo9 son las palabras que le dirige alu-

9 Iliacuteada Canto XXIV 524-526 En las palabras de Aquiles resuenan las palabras que Zeus dirigioacute a los caballos

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

diendo a los dioses al poderoso hado y al destino de los hombres Respecto a esta escena Rachel Bespaloff escribe laquoTodos los hombres viven en el dolor la verdadera igualdad no tiene otro fundamento Homero ha querido que fuera precisamente el vencedor quien se lo recordara al vencido Para salvar el honor del suplicante pero tambieacuten para descargarse de una penosa res-ponsabilidad Aquiles se oculta tras la fatalidad Priacuteamo recibe en silencio la leccioacuten del asesino de sus hijos [] Circundado por una fatalidad peacutetrea solo le queda convertirse en piedra como Niacuteoberaquo10

Priacuteamo insiste en recuperar a su hijo ofrecer los regalos a Aquiles y concluir su misioacuten Despueacutes de un breve momento de tensioacuten Aquiles se ocupa per-sonalmente de la preparacioacuten y devolucioacuten del cuerpo de Heacutector sale de la tienda con sus fi eles compantildeeros y ofrece asiento al heraldo acompantildeante de Priacuteamo Se muestra especialmente cuidadoso y respetuoso con el cadaacute-ver el mismo cadaacutever que ultrajoacute muacuteltiples veces De los rescates de Priacuteamo deja algunos mantos en el carro para envolver en ellos el cuerpo de Heacutector y ordena a las criadas a bantildearlo limpiarlo ungirlo y vestirlo restituyendo su aspecto bello y noble Eacutel mismo levanta en sus brazos el cadaacutever y ayuda a depositarlo en el carro

laquo[] Mas ea tambieacuten nosotros dos divino anciano cuideacutemonosde la comida Luego podraacutes volver a llorar a tu hijoal entrar en Ilio iexclY seguro que muchas laacutegrimas te causaraacuteraquoDijo y se levantoacute el ligero Aquiles y una caacutendida ovejadegolloacute Sus compantildeeros la desollaron y alintildearon con cuidadoLa trincharon sabiamente y la ensartaron con brochetasla asaron cuidadosamente y retiraron todo del fuegoAutomedonte cogioacute el pan y lo distribuyoacute por la mesaen bellas canastillas y Aquiles repartioacute las tajadas de carneTendieron las manos a los manjares preparados que habiacutea delanteY despueacutes de saciar el apetito de bebida y de comidael Dardaacutenida Priacuteamo se quedoacute mirando a Aquiles admiradode lo alto y bello que era al verlo se pareciacutea a los diosesY tambieacuten Aquiles admiraba al Dardaacutenida Priacuteamoal contemplar su noble aspecto y al oir sus palabrasDespueacutes de recrearse ambos miraacutendose el uno al otrodiacutejole el primero el anciano el deiforme Priacuteamo

inmortales de Aquiles despueacutes de la muerte de Patroclo laquoPues nada hay sin duda maacutes miacutesero que el hombre | de todo cuanto camina y respira sobre la tierraraquo (Iliacuteada canto XVII 446-447)10 De la Iliacuteada p 59

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5 EL DOLOR QUE NOS UNE

laquoProcuacuterame ahora un lecho cuanto antes criatura de Zeus para acostarnos ya y disfrutar bajo el velo del dulce suentildeoPues todaviacutea no se me han cerrado los ojos bajo los paacuterpadosdesde que mi hijo perdioacute la vida a manos tuyasDesde entonces no he parado de gemir y rumiar duelos sin cuentomientras me revuelco en estieeacutecol dentro del cercado del patio Ahora por primera vez he probado el pan y el rutilante vinoha descendido por mi garganta Hasta ahora nada habiacutea catadoraquo(Canto XXIV 618-642)

Habiendo terminado con estos cuidados Aquiles trata a Priacuteamo como co-rresponde a un hueacutesped invitaacutendole a un banquete que eacutel mismo y sus compantildeeros se encargan de preparar Sentados todaviacutea en la mesa con el apetite saciado se observan mutuamente Apesar de ser enemigos estaacuten atrapados en la misma fuerza devastadora de la guerra aquella que les ha hecho perder todo lo que era importante De cerca desde una distancia que no experimentaraacuten otra vez cada uno admira la belleza y la nobleza de los rasgos del otro asombrado En esta escena la Iliacuteada nos plantea de manera clara y sencilla el reconocimiento del enemigo en su plenitud como otro como diferente como igual un reconocimiento tal quizaacutes solo sea posible en la destruccioacuten absoluta

Durante este uacuteltimo encuentro de la Iliacuteada el tiempo se dilata haciendo es-pacio para muchos e importantes acontecimientos dentro de un breve marco temporal Priacuteamo llegoacute a la tienda de Aquiles al fi nal del diacutea despueacutes de la cena entretanto compartieron el llanto y se ocuparon con delicadeza del cuerpo de Heacutector se degolloacute y asoacute una oveja entera y ellos la comieron y bebieron abundante vino Una vez que la voluntad de los dioses acerca del cuerpo de Heacutector ha sido cumplida ellos comparten unos momentos de contemplacioacuten paciacutefi ca Finalmente el ritmo narrativo se acelera de nuevo describiendo con brevedad justo al fi nal de la epopeya los lamentos sobre el cuerpo de Heacutector y sus funerales

En sus uacuteltimos versos la Iliacuteada propone un fi nal alternativo de la guerra de Troya Sin que la disputa inicial haya sido resuelta en el silencio de la tregua y los funerales consecutivos la guerra es la uacutenica gloriosa superviviente

HelenaYorgos Seferis 1953

Teucro A la tierra de Chipre en medio del mar dondeApolo dispuso mi nuevo hogar la llamareacute

Salamina en memoria de mi isla de mi patriaperdida

Helena Jamaacutes estuve en Troya fue un simulacroEl mensajero iquestQueacute dices

iquestEntonces hemos sufrido por una nube(Euriacutepides Helena)

laquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoTiacutemido ruisentildeor escondido en la respiracioacuten de las hojastuacute que regalas la frescura musical del bosquea los cuerpos separados y a las almasde aquellos que saben que no regresaraacutenCiega voz que tanteas en la memoria nocturnapasos y gestos no me atreveriacutea a decir besosy la amarga agitacioacuten de la furiosa cautivalaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoiquestQueacute es Platres iquestQuieacuten conoce esta islaHe pasado mi vida oyendo nombres desconocidosnuevos lugares nuevas locuras de los hombreso de los dioses mi destino que oscila

entre el uacuteltimo golpe de la espada de un Ayaxy una nueva Salamina me trajo aquiacute a esta playaLa luna surgioacute del mar como Afroditaocultoacute las estrellas de Sagitario va ahora a encontrarel corazoacuten de Escorpio y todo lo cambiaiquestDoacutende estaacute la verdadYo tambieacuten fui arquero en la guerrami destino el de un hombre que no dio en el blancoRuisentildeor juglaren una noche como eacutesta en la playa de Proteote escucharon las esclavas espartanas y prorrumpieron en lamentosy entre ellas mdashquieacuten diriacuteamdash iexclHelenaAquella que perseguimos durante antildeos junto al EscamandroEstaba alliacute al borde del desierto la toqueacute me habloacutelaquoNo es verdad no es verdadraquo gritabalaquoNo entreacute en la nave de proa azulNunca piseacute la valiente TroyaraquoCon el coacutencavo corpintildeo el sol en los cabellos y aquel tallesombras y sonrisas por todas partesen los hombros en los muslos en las rodillasfresca la piel y los ojosde largas pestantildeasestaba alliacute a orillas de un DeltaiquestY en TroyaEn Troya nada mdashun simulacroAsiacute lo quisieron los diosesY Paris se acostaba con una sombra como si fuera un cuerpo soacutelidoy nosotros matamos durante diez antildeos por Helena

Un gran dolor habiacutea caiacutedo sobre GreciaTantos cuerpos arrojadosa las fauces del mar a las fauces de la tierratantas almas entregadas como trigo a la piedra de los molinosY los riacuteos se henchiacutean de sangre y de lodopor una onda de lino por una nubepor el aleteo de una mariposa por un plumoacuten de cisnepor una tuacutenica vaciacutea por una HelenaiquestY mi hermanoRuisentildeor ruisentildeor ruisentildeoriquestQueacute es un dios iquestqueacute no es un dios iquestY queacute entre los doslaquoLos ruisentildeores no te dejan dormir en PlatresraquoAve llorosa en Chipre la besada por el mardonde fue dispuesto que me acordara de la patriaancleacute soacutelo con esta faacutebulasi en verdad esto es faacutebulasi en verdad los hombres no volveraacuten a morderel viejo cebo de los diosessi en verdad otro Teucro despueacutes de antildeoso alguacuten Ayax o Priacuteamo o Heacutecubao alguacuten desconocido alguien anoacutenimo que sin embargovio un Escamandro rebosante de cadaacuteveresno tiene en su destino oiacuteral mensajero que viene a decirque tanto dolor tanta vidafueron al abismopor una tuacutenica vaciacutea por una Helena

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En la Iliacuteada el espacio se manifi esta por medio de las acciones que trans-curren en eacutel en un determinado momento Las descripciones espaciales aparecen en la medida en que acompantildean los acontecimientos narrados cumpliendo con la funcioacuten de proporcionar un lugar concreto y especiacutefi co para cada episodio Cada espacio representado cada paisaje evocado cada ciudad mencionada en el poema atiende a una necesidad de la historia rela-tada el espacio se abre y se conoce progresivamente Los lectores avanzamos en eacutel movieacutendonos en regiones que engloban a los personajes involucrados sus intenciones sus recuerdos sus discursos y sus acciones en un momento dado Por consiguiente el mundo se percibe se conoce se comprende y se representa por induccioacuten dirigieacutendose desde las partes hacia el todo

La cultura oral en cuyo marco surge la Iliacuteada como expresioacuten artiacutestica estaacute muy vinculada a la realidad corpoacuterea y material de los hechos las viven-cias experimentadas personalmente o transmitidas indirectamente por otras personas la experiencia es la uacutenica fuente de conocimiento El propio pen-samiento arcaico contemporaacuteneo a Homero y posterior a eacutel se basa en la intuicioacuten se entrega a la magia y la poesiacutea mientras mantiene cierta ingenui-dad e inocencia que ante nuestros ojos llega a parecer casi infantil a veces Asimismo el pensamiento de los nintildeos y sus relatos reales o imaginarios tambieacuten conservan un anclaje fuerte y reconocible al cuerpo a la accioacuten y la palabra precisa a la experiencia concreta antes de inscribirse en un ambien-te maacutes amplio o en un marco maacutes abstracto

ESPIRAL UNA REFLEXIOacuteN

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Este trabajo se ha motivado en gran parte por el deseo de comprender la manera como todos nosotros en nuestro diacutea a diacutea entre nuestras acciones cotidianas vivimos entendemos registramos y representamos el espacio que nos rodea relacionaacutendonos con nuestro entorno desde el momento que nacemos hasta el momento de la muerte o todaviacutea despueacutes de eacutesta perma-neciendo siempre en la tierra En el campo de la arquitectura esta compren-sioacuten se considera fundamental para poder avanzar tanto a nivel de teoriacutea como a nivel de intervencioacuten

En la Iliacuteada se ha reconocido una especie de espejo poeacutetico y bello dentro del cual se puede reencontrar con las explicaciones fi losoacutefi cas una fuente de investigacioacuten muy bonita y a la vez muy rica sobre el espacio y sobre el cuerpo Se ha buscado de leer este poema con respeto y sin atravesarlo vio-lentamente pero manteniendo siempre la intencioacuten de mirar a traveacutes de eacutel hacia nosotros mismos nuestros cuerpos y nuestro(s) espacio(s) Muchas de las cuestiones que se han apenas abierto en este trabajo y otras que han ido surgiendo durante el proceso de su elaboracioacuten se pueden seguir tratando en investigaciones futuras

La lectura paralela que se aspiraba proponer entre lo que nos cuenta la Iliacuteada (es decir la manera como lo cuenta) y algunas explicaciones fi losoacutefi -cas sobre todo por parte de la fenomenologiacutea con la intencioacuten de echar luz sobre nuestra relacioacuten con el cuerpo y a traveacutes de eacutel nuestra relacioacuten con el mundo y con los otros ha quedado pendiente Algunas de las preguntas iniciales no han encontrado respuesta algunas se han tenido que reformular otras han suscitado pequentildeos refl ejos o intuiciones mientras se han encon-trado especies de respuestas a preguntas no formuladas y nuevas preguntas han surgido Este trabajo se ha movido en forma de espiral abrieacutendose y cerraacutendose constantemente Ahora es el momento de parar su movimiento y observarlo hasta que comience a moverse de nuevo

Tratar al poema como si fuese respiracioacuten movimiento corporeidad pura Extender el poema en el espacio Espacio emergente a partir de un

movimiento Estructura del poema El poema como estructura en devenir Acontecimiento El poema es un cuerpo que busca su forma un cuerpo

que quiere construirse estructurarse a siacute mismo La lectura del poema es el desdoblamiento inverso de este movimiento estructural Dibujar el poema

Bailar el poema No se trata de contenidos ni de signifi cados sino del poema en siacute del poema como acontecimiento que signifi ca por siacute mismo El poema en su totalidad es un gesto un acto un intento de abarcar y recoger

el mundo la experiencia la vida Analizar este gesto Acotarlo medirlo trazarlo Cartografi arlo Coreografi arlo

El poema como organismo El poema como personaje

Domar el poema El poema este pequentildeo animal salvaje se tiene que domesticar Antes de poder entenderlo necesito domarlo encontrarme

con eacutel interactuar con eacutel acariciarlo ser su amiga dejarlo invadir mi vida Poema quiero conocerte

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Canto I Tierra y Cielo

Un episodio del pasado Crises quiere rescatar a su hija Agamenoacuten lo disres-peta La furia de Apolo En el campamento aqueo aquiacute y ahora Agamenoacuten empieza la reunioacuten Aquiles y Agamenoacuten Un enfrentamiento difiacutecil una disputa casi violenta En medio una mujer la autoridad el poder la riqueza y la fuerza Amenazas Atenea enviada por Hera se presenta a Aquiles y soacutelo a eacutel Se evita la pelea sangrienta Atenea se va En la reunioacuten de nuevo Aquiles y Agamenoacuten sentados lejos El sabio Neacutestor entre ellos toma la palabra Segundo ciclo de amenazas Los dos se separan defi nitivamente La entrega de Briseida a Agamenoacuten y Aquiles pensando en la orilla del mar Soledad y tristeza Tetis y Aquiles Tensioacuten Carintildeo Pausa Ulises y la devo-lucioacuten de Criseida a su padre Sacrifi cio y banquete Doce diacuteas Tetis y Zeus Hera Reunioacuten de dioses Hera y Zeus Hefesto Banquete divino y muacutesica La noche en el Olimpo

Canto II Un engantildeo necesario

Zeus Ensuentildeo y el suentildeo de Agamenoacuten El futuro que no seraacute Consejo de ancianos y asamblea de aqueos La trampa y su aprobacioacuten por Neacutestor El discurso de Agamenoacuten y la propuesta de retroceso El deseo de volver Hera y Atenea la conspiracioacuten divina Atenea aparece a Ulises animaacutendole y Ulises se activa Cara a cara los guerreros se convencen uno despueacutes de otro Ulises y Tersites Tersites y Agamenoacuten La intervencioacuten de Ulises apo-yado por Atenea Salto al pasado la previsioacuten de Calcante nueve antildeos de guerra dura y victoria en el deacutecimo Sacrifi cios a Zeus la plegaria no cum-plida el banquete y el inicio del atentado Atenea animando a los aqueos Invocacioacuten del poeta a las Musas y el cataacutelogo de naves territorios pueblos y jefes que participan Aquiles jefe de los mirmidones y sus cincuenta naves paradas La marcha de las tropas Iris con la voz de Polites lleva la noticia a Troya Iris y Heacutector jefe de los troyanos Mencioacuten de los aliados

Canto III Por Helena

Troyanos y aqueos en el campo de batalla Menelao y Paris El retroceso Heacutector y Paris Las insultas entre hermanos Una propuesta de acuerdo Por Helena un enfrentamiento en duelo entre Paris y Menelao Entre aqueos y troyanos la paz Sacrifi cios y juramentos Dos corderos y otro maacutes Priacuteamo Iris lleva la noticia a Helena mientras ella teje los sufrimientos que causoacute

APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

en troyanos y aqueos Entre laacutegrimas Helena se dirige a las puertas Esceas Los ancianos y el impacto de Helena Priacuteamo y Helena Reconocimiento de los guerreros aqueos Agamenoacuten Ulises Menelao Anteacutenor entre Helena y Priacuteamo Ayante Idomeneo El heraldo Ideo Priacuteamo entre troyanos y aqueos convalida los juramentos de Agamenoacuten Priacuteamo de vuelta a Troya Heacutector y Ulises acotan el campo Paris y Menelao El duelo y la intervencioacuten de Afrodita Afrodita y Helena Helena y Paris

Canto IV Del Olimpo a Troya

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Zeus y Hera Discusioacuten La mirada dirigida a Troya y Atenea enviada a Troya para incitar la continuacioacuten de la guerra El impacto Atenea y Pandaro Pandaro y Menelao Atenea y Menelao Menelao y Agamenoacuten el amor entre hermanos el terror y la recuperacioacuten del aacutenimo El tratamiento de la herida La narracioacuten en movimiento Agamenoacuten a pie se mueve entre los aqueos Encuentros varios Ayantes Neacutestor y la estra-tegia Ulises Diomedes y la responsabilidad de Agamenoacuten El avanzar de las tropas Silencio y velocidad para los daacutenaos bullicio y diversas lenguas para los troyanos Construccioacuten del paisaje sonoro de la guerra El enfrenta-miento Acercarse unirse antes de matarse Batalla sobre el cuerpo muerto La victoria de los aqueos y Apolo animando a los troyanos aludiendo a la ausencia de Aquiles El fi nal de la batalla los enemigos todos derrotados indistintamente

Canto V Coreografiacutea de una batalla

Atenea a Diomedes iquestPor queacute Diomedes Ceder la fuerza dotar de valentiacutea Diomedes Figeo Ideo Acercarse para matarse Atenea y Aris abandonan el campo de batalla Primero Agamenoacuten mata a Odio a continuacioacuten se pre-senta una secuencia de duelos mortiacuteferos De vuelta con Diomedes Pandaro y la herida de Diomedes Diomedes reza invocando a Atenea la proteccioacuten divina Rivalidad entre dioses y manipulacioacuten Eneas y Pandaro Refl exioacuten y estrategia Esteacutenelo y Diomedes La otra estrategia Pandaro y Diomedes Diomedes y Eneas Afrodita Diomedes y Afrodita Apolo Iris Olimpo El sufrimiento de los dioses Apolo y Eneas Apolo y Ares Ares apoyando a los troyanos aprovechando la ausencia de Atenea Menelao Heacutector y su impacto a Diomedes Tlepoacutelemo Ulises Heacutector y Ares Hera y Atenea la preparacioacuten de las diosas y el permiso de Zeus Atenea planea vengarse de Ares a traveacutes de Diomedes La vuelta del herido Ares al Olimpo y la restau-

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

racioacuten de un orden

Canto VI Fuera de la guerra Dentro de la guerra

De vuelta a la batalla Duelos sucesivos el triunfo de los aqueos Menelao y Adrasto Agamenoacuten De la suacuteplica y la piedad a la frialdad y crueldad del combate Elaboracioacuten de estrategias Neacutestor para los aqueos Heleno para los troyanos El miedo a Diomedes Diomedes y Glauco laquoComo el linaje de las hojas tal es tambieacuten el de los hombresraquo Compromiso de no matarse e intercambio de armas Heacutector se dirige a Troya En el palacio de Priacuteamo Heacutector y Heacutecuba Heacutector y Paris Helena y Heacutector Heacutector y Androacutemaca en la muralla de Troya Los valores ciacutevicos la familia y la obligacioacuten moral del guerrero iquestProteger la familia o defender la ciudad Escamandro La risa La desesperacioacuten La despedida Androacutemaca desconsolada Heacutector y Paris Reconciliacioacuten fraterna y entrada en el campo de batalla

Canto VII Coser la simetriacutea

Heacutector y Paris de vuelta a la batalla Atenea y Apolo El acuerdo de parar el combate una paz provisoria iquestCoacutemo llegar a la paz Heacutector desafiacuteo duelo Heleno Heleno y la voluntad de los dioses Heleno y Heacutector Heacutector entre las tropas Agamenoacuten parando las tropas Guerreros sentados inmovili-dad Dioses Heacutector el desafiacuteo y los teacuterminos Miedo y silencio Menelao Agamenoacuten y Menelao Neacutestor evocacioacuten de un pasado heroico Nueve guerreros animados El sorteo Preescritura Voluntad y resultado Ayante Ayante y Heacutector Evolucioacuten de un duelo Acercamiento aumento del contac-to Ideo y Taltibio Obedecer a la noche Tregua Aqueos Troyanos Enterrar los muertos Construir muralla Los dioses observadores Banquete y ban-quete Zeus Descansar recibir el regalo del suentildeo

Canto VIII Del amanecer al amanecer

Amanecer en Troya amanecer en el mundo Continuacioacuten de la batalla y re-unioacuten de dioses de nuevo Zeus preside de la reunioacuten e impone su voluntad por medio de su poder La batalla debe transcurrir sin intervencioacuten divina Despertar desayuno y preparacioacuten Armas lanzas y respiraciones coinciden en un mismo sitio El recorrido del Sol y la evolucioacuten de la batalla la balanza de Zeus y su rayo dirigido hacia los aqueos Heacutector y Diomedes enfrenta-miento y estrategias de ataque La derrota de los aqueos Hera y el inten-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

to (en vano) de ayudar a los daacutenaos La derrota continuacutea Segundo intento de ayuda Hera y Atenea la intervencioacuten de Zeus y el retiro de las diosas Previsioacuten de la muerte de Patroclo y de la vuelta de Aquiles al terreno del combate Puesta de sol estrategias de ataque fuegos troyanos y sacrifi cios ricos A la espera de la Aurora

Canto IX Nada importa tanto cuanto mi vida

Agamenoacuten Reunioacuten de aqueos en paacutenico Decepcioacuten por el engantildeo de Zeus y propuesta de volver a la tierra patria Diomedes y Agamenoacuten Discusioacuten Intervencioacuten de Neacutestor discurso inclusivo Necesidad de unioacuten en situacioacuten de peligro Banquete en la tienda de Agamenoacuten Estrategias para conseguir la vuelta de Aquiles al combate Agamenoacuten y los regalos prometidos Neacutestor y la embajada Feacutenix Ayante y Ulises Odio y Euriacutebates Sacrifi cios La lle-gada de la embajada Aquiles tocando muacutesica y cantando acompantildeado por Patroclo presencia en silencio Bienvenidas y palabras amistosas Vino y carne asada El discurso de Ulises y las ofertas a Aquiles a cambio de su participacioacuten en la guerra bienes materiales riqueza siete mujeres-premio Briseacuteida de vuelta veinte mujeres troyanas una hija de Agamenoacuten como esposa Negativa rotunda laquoPara mi nada hay que equivalga a la vidaraquo Largo discurso de Feacutenix Ayante Aquiles la ira irrevocable La vuelta de la embajada Agamenoacuten Desconcierto Diomedes A la espera de la Aurora para retomar la accioacuten

Canto X Espionaje mutuo

Noche avanzada En el campamento aqueo el insomnio de Agamenoacuten Agamenoacuten y Menelao preocupacioacuten y necesidad de reunioacuten Ayante Idomeneo Neacutestor Agamenoacuten y Neacutestor La esperanza reside en la reincor-poracioacuten de Aquiles Diomedes Ayante el hijo de Fileo Guerreros desper-taacutendose vistieacutendose y armaacutendose Meriacuteones y el hijo de Neacutestor Reunioacuten Diomedes y su elegido Ulises el espionaje Entre las liacuteneas de los troyanos Doloacuten se elige para espiar a los aqueos a cambio de regalos Diomedes y Ulises Doloacuten La trampa Plegaria a Atenea Diomedes y Ulises penetrando en el campamento troyano Reso Masacre Los caballos preciosos Atenea y Apolo Paacutenico entre los troyanos Ulises Diomedes y los caballos de vuelta a las naves aqueas Alivio y felicidad Bantildeo en el mar vino comida y sacri-fi cios a Atenea

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XI El comienzo de su desgracia

Aurora Zeus Eris el deseo de la guerra a las naves aqueas El armamento de Agamenoacuten Liacuteneas enemigas La lluvia de sangre de Zeus Muertes suce-sivas Eris sola entre los dioses el placer del combate Agamenoacuten rabioso destrozando a los troyanos Huida hacia las puertas Esceas Iris la mensajera de Zeus comunica a Heacutector la estrategia divina Agamenoacuten e Ifi damante Cooacuten y Agamenoacuten La herida sangre caliente la aparicioacuten del dolor en el cuerpo Retroceso Heacutector el ataque Diomedes y Ulises Apolo y la salva-cioacuten de Heacutector Alejandro y Diomedes Ulises solo en el campo de batalla matar o ser muerto Soco y Ulises Atenea La herida de Ulises y la muerte de Soco Los troyanos alrededor de Ulises los gritos del heacuteroe Menelao y Ayante Alejandro y Macaoacuten Zeus El retroceso de Ayante Neacutestor y Macaoacuten Aquiles Patroclo En la tienda de Neacutestor el discurso del anciano y el consejo terrible a Patroclo De vuelta a la tienda de Aquiles Patroclo y Euriacutepilo

Canto XII Construcciones efiacutemeras

Continuacioacuten de la batalla Escenario el muro y la fosa de los aqueos alre-dedor de las naves La futura destruccioacuten del escenario por Posidoacuten y Apolo Los argivas dentro paacutenico y desesperacioacuten Fuera Polidamante y Heacutector Organizacioacuten y reagrupacioacuten de los troyanos en cinco bloques Ataque a pie Asio Hirtaacutecida Polipetes y Leonteo en las puertas a la defensa El aguumlero de Zeus un aacuteguila y una serpiente Polidamante y Heacutector laquoEl mejor aguumlero y el uacutenico es luchar en defensa de la patriaraquo Intento de destruccioacuten de la mu-ralla Ayantes resistencia y aacutenimos a los aqueos Lanzamiento de piedras Sarpedoacuten a Glauco la muerte destino comuacuten Menesteo Tootes Ayantes Teucro Ayante y Epicles Teucro y Glauco Sarpedoacuten La muralla como arma la muralla como medio La sangre sobre torres y almenas sangre de todos El impulso de Zeus a Heacutector el grito la piedra la puerta rota Heacutector y los troyanos dentro de la muralla

Canto XIII Invasioacuten

La mirada de Zeus desviada hacia otros pueblos y el territorio atravesado por Posidoacuten que se dirige a Troya para animar a los daacutenaos El dios disfra-zado de Calcante aparece a los Ayantes y enseguida a los demaacutes valientes guerreros Batallones soacutelidos laquobroquel en broquel casco en casco hombre en hombreraquo El avanzar de los troyanos Enfrentamiento violento muer-

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

tes sangrientas Decapitacioacuten de Imbrio la cabeza en el suelo objeto inaacute-nime Idomeneo y Meriacuteones Valentiacutea Zeus y Posidoacuten Duelos sucesivos Alrededor de Alcaacutetoo Alrededor de Ascaacutelafo Deiacutefobo herido por Meriacuteones y retirado del combate por Polites Heacuteleno y Deiacutepiro el yelmo errante sobre la tierra Menelao y Pisandro Las zonas de la batalla en las naves Heacutector Polidamante y Heacutector Heacutector y Paris Continuacioacuten del enfrentamiento y gritos heroicos

Canto XIV El engantildeo de Zeus

La batalla en las naves continuacutea y los aqueos estaacuten desesperados Neacutestor y Agamenoacuten Ulises y Agamenoacuten Diomedes Agamenoacuten Ulises y Neacutestor Posidoacuten a Agamenoacuten Hera Seduccioacuten de Zeus Hera acicalaacutendose en el pa-lacio encerrada en su habitacioacuten Hera y Afrodita los hechizos del amor y del deseo Territorio y movimiento divino atravesar la tierra como si fuese un mapa Suentildeo Adormecer a Zeus y Pasiacutetea Hera y Suentildeo hacia Ida Hera y Zeus El deseo de hacer el amor el tapiz de blanda yerba y la nube aacuteurea Suentildeo y Posidoacuten el apoyo a los daacutenaos Continuacioacuten de la batalla Heacutector y Ayante Telamonio Heacutector tendido en el polvo Los aliados alrededor del herido Heacutector se aleja del campo de batalla Duelos muertes sucesivas y hazantildeas heroicas

Canto XV Mientras tanto junto a las naves

Heacutector herido inconsciente Zeus enojado con Hera engantildeo y reconciliacioacuten Hera en el Olimpo El plan de Zeus para la guerra honrar a Aquiles Patroclo en el combate Heacutector y Patroclo la venganza de Aquiles posible conquis-ta de Ilion Reacciones de los dioses oliacutempicos Iris y Posidoacuten el enojo del dios y su retiro Apolo animando a Heacutector Continuacioacuten de la batalla en las naves la difiacutecil resistencia de los aqueos La plegaria de Neacutestor a Zeus Patroclo en la tienda de Euriacutepilo distraccioacuten y cuidados meacutedicos Patroclo se dirige a Aquiles Ayante y Caleacutetor Heacutector y Ayante Licofroacuten Teucro Batalla cuerpo a cuerpo Heacutector la voluntad de Zeus consejos a sus gue-rreros Ayante aacutenimos a los suyos Zeus el furor de Heacutector la huida de los daacutenaos Neacutestor Atenea Ayante Aacutespera batalla sangre y heridas Heacutector la popa de una nave el fuego Ayante la defensa de las naves laquola solucioacuten estaacute en las manosraquo

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

Canto XVI La muerte de Patroclo

Patroclo en la tienda de Aquiles negras laacutegrimas Aquiles y Patroclo Aquiles se desprende gradualmente de su coacutelera y aconseja a Patroclo El deseo de salvarse ellos dos solos de la guerra Ayante el plan de Zeus y el inicio del fuego Patroclo la armadura de Aquiles la preparacioacuten de la tropa por Aquiles Patroclo y Automedonte delante Aquiles la tienda la copa y el sa-crifi cio a Zeus La entrada de los mirmidones en la lucha la recuperacioacuten del aacutenimo Patroclo expulsa a los troyanos de las naves y hace que se apague el fuego Contraataque y los troyanos cediendo espacio Duelos consecutivos y muertes sangrientas Ayante y Heacutector la huida de los troyanos Los caballos cruzando la fosa Las hazantildeas de Patroclo Sarpedoacuten El dilema de Zeus Hera Patroclo y Sarpedoacuten Sarpedoacuten a Glauco Alrededor de Sarpedoacuten Heacutector y los troyanos Patroclo y los aqueos La noche de Zeus Heacutector y Epigeo Patroclo y Estenelao Retrcoceso de los troyanos Zeus Apolo el cuerpo de Sarpedoacuten Patroclo y Apolo en la muralla Apolo y Heacutector Patroclo Cebriacuteones Alrededor de Cebriacuteones Apolo despoja a Patroclo de su armadura Euforbo le clava la pica por detraacutes Heacutector y Patroclo La huida de los caballos inmortales

Canto XVII Alrededor del cuerpo muerto

Patroclo inaacutenime Menelao se acerca al verlo tumbado en el polvo Menelao y Euforbo Apolo Heacutector Menelao la ayuda de Ayante Heacutector retroce-diendo con la armadura de Patroclo Glauco y Heacutector Heacutector cambia de armas y vuelve a la batalla con las armas de Aquiles Zeus Ares Heacutector Ayante y Menelao El grito de la guerra Ayante Oileo Idomeneo Meriacuteones Batalla Ayante luchar de cerca alrededor del cuerpo Duro esfuerzo al-rededor del cuerpo contradiccioacuten con el resto del campo Los caballos inmortales inmoacuteviles apartados la cabeza en el suelo laacutegrimas Zeus los ca-ballos Automedonte Alcimedonte Heacutector y Eneas Automedonte y Areto Alrededor de Patroclo de nuevo Atenea enviada por Zeus cambio de ba-lanza Zeus tomando la fi gura de Feacutenix aparece a Menelao Atenea Apolo a Heacutector La victoria a los troyanos Menelao y Ayante Menelao a Antiacuteloco la terrible noticia Laacutegrimas Antiacuteloco hacia Aquiles Menelao Ayantes Meriacuteones iquestCoacutemo salvar al cuerpo de Patroclo Transportacioacuten del cadaacutever y continuacioacuten del combate

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XVIII Aquiles y el escudo

Antiacuteloco y Aquiles Duelo y lamentos Tetis Las armas de Hefesto Iris y Aquiles Hera Aquiles tres alaridos desde la fosa Retroceso de los troyanos la llegada del cuerpo de Patroclo a las naves La noche generada por Hera Heacutector y asamblea de troyanos El llanto por Patroclo Aquiles Venganza Lavar las heridas del cuerpo Tetis y Hefesto Las desgracias de Tetis afl ic-cioacuten La necesidad de una armadura para Aquiles El escudo Cinco laacuteminas La tierra el cielo el mar el sol la luna los astros Dos ciudades Escenas de guerra y paz naturaleza animales hombres El mundo en el escudo La coraza el casco las grebas Tetis desciende del Olimpo con las armas

Canto XIX Reconciliarse antes de armarse

Aurora El lamento de Aquiles abrazado al cuerpo de Patroclo Tetis y Aquiles la armadura nueva proteccioacuten del cadaacutever consejos Diomedes Ulises y Agamenoacuten estaacuten presentes en la asamblea de los aqueos convocada por Aquiles Aquiles la renuncia de la coacutelera Agamenoacuten la culpa es de los dioses Zeus y la Ofuscacioacuten alusioacuten al mito Reconciliacioacuten Debate entre Aquiles Agamenoacuten y Ulises la furia el combate los regalos prometidos el hambre la fuerza el duelo por los muertos Agamenoacuten sacrifi cando un jabaliacute jura no haberse acostado con Briseida En la tienda de Aquiles el la-mento de Briseida sobre el cuerpo de Patroclo La negacioacuten de Aquiles a comer duelo en compantildeiacutea de Agamenoacuten Menelao Ulises Neacutestor Idomeneo y Feacutenix Atenea motivada por Zeus da neacutectar y ambrosiacutea a Aquiles Los aqueos armaacutendose espesura Automedonte Aacutelcimo los caballos de Peleo Antes de entrar en la batalla Janto preveacute a Aquiles su muerte por un dios y un hombre

Canto XX Manos llenas de sangre

Reunioacuten de dioses en el Olimpo Posidoacuten y Zeus Zeus laquorecreando la muerte en el espectaculoraquo y separacioacuten de los dioses en dos bandos Hera Atenea Posidoacuten Hermes y Hefesto con los aqueos Ares Apolo Aacutertemis Leto el riacuteo Janto y Afrodita con los troyanos Los aullidos de Atenea y Ares Duelos de dioses Apolo a Eneas Hera Posidoacuten y Atenea observan desde fuera preparados para protejer a Aquiles Eneas y Aquiles disputa verbal y duelo La estructura del escudo de Aquiles Posidoacuten salva a Eneas Aquiles anima a los aqueos Heacutector a los troyanos Apolo advierte a Heacutector Aquiles elimina

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APEacuteNDICE EL CUENTO DE LOS CANTOS

a Ifi tioacuten Demoleonte Hipodamante y Polidoro hermano de Heacutector Heacutector y Aquiles primer enfrentamiento resuelto por Apolo y Atenea Las viacutecti-mas de Aquiles Driacuteope Demuco Laoacutegono y Daacuterdano Tros Mulio Equeclo Deucalioacuten Rigmo Areiacutetoo

Canto XXI Perseguido por los dioses

Al lado del riacuteo Escamandro Aquiles divide a los troyanos en dos unos atra-pados en la corriente otros detenidos por Hera en la llanura Sin caballos y despojaacutendose de su lanza Aquiles empieza a matar dentro del riacuteo con su daga Doce muchachos capturados vivos por Patroclo Aquiles y Licaoacuten una suacuteplica en vano La muerte de Patroclo el cambio en Aquiles Asteropeo y Aquiles Linajes y ultraje del cadaacutever En la orilla Aquiles contra los peo-nios Personifi cacioacuten del riacuteo el cauce lleno de cadaacuteveres Aquiles ignora la advertencia de Escamandro y empieza la persecucioacuten Aquiles supli-ca a Zeus Posidoacuten y Atenea le garantizan la gloria La llanura inundada Escamandro y Simoente Hera y Hefesto el fuego en el riacuteo Teomaquiacutea Zeus gozando del enfrentamiento de los dioses Ares y Atenea Afrodita Hera Atenea y Afrodita Posidoacuten y Apolo Aacutertemis y Apolo Hera y Aacutertemis Hermes y Leto Aacutertemis en los brazos de Zeus Apolo en Troya Priacuteamo insta a los troyanos a refugiarse abriendo las puertas de la ciudad El impulso de Apolo a Ageacutenor Ageacutenor y Aquiles Apolo su tuacutepida bruma y la persecucioacuten de Aquiles por el dios disfrazado en Ageacutenor Lejos de la ciudad hacia el riacuteo

Canto XXII El uacuteltimo duelo

Heacutector el uacutenico troyano fuera de la muralla Aquiles se precipita hacia Troya decepcionado con la burla del dios Priacuteamo y Heacutecuba atemorizados suplican a Heacutector los cabellos arrancados del padre los senos de la madre El soliloquio de Heacutector Aquiles y Heacutector el comienzo de la persecucioacuten laquocorriacutean por la vida de Hector domador de caballosraquo Tres vueltas alrede-dor de la ciudad Zeus y Atenea Atenea en la tierra Apolo La balanza de Zeus Atenea coacutemplice de Aquiles asesina de Heacutector La fi gura de Deiacutefobo Heacutector recuperando el aacutenimo se acerca a Aquiles Negociacioacuten por el cuerpo muerto Las picas Aquiles a Heacutector Heacutector a Aquiles El engantildeo de la diosa Las espadas estudio del cuerpo muerte en contacto En el momento de la muerte crueldad verbal Ultrajar el cadaacutever arrastrar el cadaacutever Mientras ellos se alejan en la muralla de Troya se multiplican los lamentos Priacuteamo Heacutecuba Androacutemaca

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CARTOGRAFIacuteAS DEL ENCUENTRO EN LA ILIacuteADA

Canto XXIII Los funerales de Patroclo

Aquiles y sus compantildeeros en el campamento aqueo Llorar a Patroclo tres vueltas con los caballos alrededor del cadaacutever Aquiles las manos sobre el pecho de Patroclo contacto fiacutesico con el muerto querido y ultraje del cadaacutever del enemigo Banquete fuacutenebre al lado de la nave Aquiles a Agamenoacuten No lavarse antes del funeral En la orilla del mar el suentildeo de Aquiles El alma de Patroclo y el olvido La Aurora lentildea para la pira La cabellera de Aquiles depositada en las manos de Patroclo La pira ritos funerarios Sacrifi cios cuatro caballos dos perros doce joacutevenes troyanos Afrodita y Apolo la pro-teccioacuten del cadaacutever de Heacutector Despueacutes de una noche lamentaacutendose al lado de la pira Aquiles adormece con la llegada de la aurora Recoger y guardar los huesos de Patroclo hasta la muerte de Aquiles Certamen en honor de Patroclo se proclama la competicioacuten y los premios a ganar y en seguida se presentan los heacuteroes que quieren participar En las competiciones las activi-dades humanas como medida del espacio

Canto XXIV Por el cuerpo de Heacutector

En la orilla del mar la noche Aquiles el recuerdo de Patroclo insomnio y laacutegrimas la aparicioacuten de la Aurora Tres vueltas alrededor del tuacutemulo arras-trando al cuerpo de Heacutector con el carro La duodeacutecima aurora intervencioacuten de Apolo Hera Zeus Iris a Tetis Tetis en el Olimpo El plan de Zeus para el rescate de Heacutector Tetis y Aquiles Iris y Priacuteamo la proteccioacuten de Hermes Priacuteamo y Heacutecuba Los nueve hijos de Priacuteamo Preparacioacuten plegaria a Zeus y aguumlero positivo Priacuteamo e Ideo Hermes el joven Llegando al campamen-to el suentildeo del dios envuelve a los aqueos hasta la entrada en la tienda de Aquiles Hermes tras revelar su identidad aconseja a Priacuteamo y se retira Priacuteamo y Aquiles las rodillas las manos homicidas la suacuteplica el estupor Alusioacuten a la vejez al padre El llanto comuacuten uno por Heacutector otro por Peleo y Patroclo Aquiles Automedonte y Aacutelcimo Aceptar los rescates lavar al cuerpo de Heacutector Aquiles y Priacuteamo preparacioacuten de la cena Admiracioacuten mutua los lechos los diacuteas necesarios para el entierro y continuacioacuten de la guerra al duodeacutecimo diacutea si necesario Aquiles y Briseida Hermes a Priacuteamo el miedo de Agamenoacuten Hermes Priacuteamo y Automedonte de vuelta a Troya con el cuerpo de Heacutector Casandra El duelo de los troyanos en las puertas Esceas Androacutemaca Heacutecuba Helena Lentildea para la pira funeral y banquete funerario

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nota Los versos de la Iliacuteada citados en este trabajo pertenecen a esta edicioacuten

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