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ESTUDIO DE LA CALIDAD AGRONÓMICA DEL
AGUA DE RIEGO DE LAS ISLAS BALEARES
Autor
Luis Martínez Suller
Doctor Ingeniero Agrónomo
Coordinador
Andreu Juan Serra
Jefe de servicio de Aguas Subterráneas
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
Índice Página
1. Introducción …………………………………………………………… 5
2. La agricultura y el agua ………………………………………………. 7
3. Posibles problemas agronómicos ocasionados por el agua de riego .. 9
a. salinidad ………………………………………………………... 9
b. sodicidad ………………………………………………………... 9
c. toxicidad ………………………………………………………... 10
4. Calidad química del agua de riego de las Islas Baleares …………….. 10
a. conductividad eléctrica, presión osmótica y contenido
total en sales disueltas ……………………………………………… 10
b. pH ……………………………………………………………….. 16
c. dureza …………………………………………………………… 17
d. calcio …………………………………………………………….. 19
e. magnesio ………………………………………………………… 21
f. sodio y relación de adsorción de sales …………………………. 24
g. carbonato, carbonato sódico residual, bicarbonato y
relación bicarbonato-calcio ……………………………………….... 25
h. amonio, nitrito y nitrato ………………………………………... 30
i. fosfato ……………………………………………………………. 33
j. potasio …………………………………………………………… 37
k. sulfato ……………………………………………………………. 40
l. fluoruro ………………………………………………………….. 40
m. cloruro …………………………………………………………… 43
n. litio ……………………………………………………………….. 45
5. Bibliografía ……………………………………………………………… 47
6. Anexo: intervalos óptimos de pH para distintos cultivos …………….. 48
2
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
3
Índice de Tablas Página
Tabla A1. Clasificación de los cultivos según la tolerancia al riego con aguas salinas ..... 11
Tabla A2. Clasificación del agua de riego en función de la CE (expresada en mS cm-1
),
la PO (atm) y el contenido total de sólidos disueltos (expresado en ppm) ……………… 11
Tabla A3. Valores medios observados para la CE, PO y SDT …………………………….. 12
Tabla B1. Valores de pH observados en las aguas estudiadas ……………………………... 17
Tabla C1. Cuadro indicativo de valores de dureza ………………………………………… 19
Tabla C2. Valores de dureza calculados para las aguas estudiadas ………………………... 19
Tabla D1. Valores de calcio observados …………………………………………………… 21
Tabla E1. Valores de magnesio observados ………………………………………………... 21
Tabla F1. Riesgo de toxicidad del sodio …………………………………………………… 24
Tabla F2. Valores de sodio y relación de adsorción de sodio observados ………………….. 24
Tabla G1. Peligro por bicarbonato en aguas de riego (meq l-1) …………………………….. 25
Tabla G2. Concentraciones de carbonato y CSR observadas ………………………………. 30
Tabla G3. Concentraciones de bicarbonato y relación bicarbonato-calcio observadas ……... 30
Tabla H1. Valores medios de amoniaco, nitritos y nitratos de las aguas estudiadas ………… 33
Tabla I1. Valores de fosfato observados en las aguas estudiadas …………………………… 37
Tabla J1. Valores observados de potasio en las aguas estudiadas …………………………... 37
Tabla K1. Concentración de sulfatos en las aguas estudiadas ………………………………. 40
Tabla L1. Valores de fluoruro observados en las aguas estudiadas …………………………. 40
Tabla M1. Valores medios de cloruros en las aguas estudiadas ……………………………... 43
Tabla M2. Valores medios de cloruros en las aguas estudiadas …………………………….. 43
Tabla N1. Concentraciones máximas de elementos pesados admisibles en aguas
de riego usadas continuamente y en todos los tipos de suelos ………………………...…... 45
Tabla N2. Concentración de litio en las aguas estudiadas …………………………………… 45
Índice de Figuras
Figura 1.1. Diagrama de factores que afectan a la evaluación de la calidad de un
agua de riego: composición química del agua, manejo de la misma, suelo y climatología …… 7
Figura 2.1. Usos del agua en las Islas Baleares ……………………………………………… 8
Figura 2.2. Importancia relativa de los sistemas de riego en las Islas Baleares, comparada
con la Región de Murcia, Comunidad Valenciana y la media de España (riego localizado
en azul, riego por aspersión en amarillo y riego por gravedad en naranja) …………………… 9
Figura B1. Absorción de nutrientes en función del pH ……………………………………… 17
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
4
Índice de Planos Página
Plano I. Puntos de muestreo ………………………………………………………………. 6
Plano II. Conductividad eléctrica de las aguas estudiadas ………………………………… 13
Plano III. Presión osmótica de las aguas estudiadas ………………………………………. 14
Plano IV. Contenido total en sales de las aguas estudiadas ……………………………….. 15
Plano V. pH de las aguas estudiadas ………………………………………………………. 18
Plano VI. Clasificación de las aguas estudiadas en función de su dureza …………………. 20
Plano VII. Concentración de calcio de las aguas estudiadas ………………………………. 22
Plano VIII. Concentración de magnesio de las aguas estudiadas ………………………….. 23
Plano IX. Concentración de sodio de las aguas estudiadas ………………………………… 26
Plano X. Relación de adsorción de sales de las aguas estudiadas ………………………….. 27
Plano XI. Concentración de carbonato de las aguas estudiadas ……………………………. 28
Plano XII. Carbonato sódico residual de las aguas estudiadas ……………………………… 29
Plano XIII. Concentración de bicarbonato de las aguas estudiadas ………………………… 31
Plano XIV. Relación bicarbonato-calcio de las aguas estudiadas …………………………… 32
Plano XV. Concentración de amoniaco de las aguas estudiadas …………………………….. 34
Plano XVI. Concentración de nitrito de las aguas estudiadas ……………………………….. 35
Plano XVII. Concentración de nitrato de las aguas estudiadas ……………………………… 36
Plano XVIII. Concentración de fosfato de las aguas estudiadas …………………………….. 38
Plano XIX. Concentración de potasio de las aguas estudiadas ………………………………. 39
Plano XX. Concentración de sulfato de las aguas estudiadas ………………………………… 41
Plano XXI. Concentración de fluoruro de las aguas estudiadas ……………………………… 42
Plano XXII. Concentración de cloruro de las aguas estudiadas ……………………………… 44
Plano XXIII. Concentración de litio de las aguas estudiadas ………………………………… 46
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
5
1. Introducción
El agua es un recurso esencial para la vida, el desarrollo económico y el medio
ambiente sostenible. En la actualidad, la situación del agua es preocupante, no sólo en
cuanto a la cantidad de recursos hídricos disponibles, sino también en cuanto a su calidad.
El aumento de la población y su concentración en grandes núcleos urbanos, la
intensificación de las actividades agrícolas y ganaderas, los efectos negativos de la
sobreexplotación de acuíferos, la contaminación de las aguas superficiales, etc., son
algunas de las causas que han propiciado la disminución de la calidad de los recursos
hídricos en general, y los disponibles para la agricultura, en particular.
La vinculación del agua con el medio ambiente es obvia. El agua constituye de por sí
un preciado componente del paisaje. Su presencia siempre los realza. Mantienen también
el ecosistema de ribera que contribuye a la diversificación del paisaje y a la biodiversidad,
etc. Desde el punto de vista agronómico, la FAO (1992) define el agua como un elemento
esencial para el desarrollo agrícola sostenible, por lo que su aprovechamiento, utilización y
conservación racionales deberían constituir elementos en cualquier estrategia de desarrollo.
La calidad de un agua para riego tiene una importancia vital desde el punto de vista
agronómico, debido a las consecuencias prácticas negativas que derivan del empleo de
aguas inapropiadas. Por otro lado, contar con información detallada de la calidad del agua
de riego es imprescindible para realizar una correcta planificación de su uso, ya sea a nivel
agronómico o medio ambiental. Hall (2004) definió la evaluación de la calidad del agua
como una herramienta esencial para determinar la eficacia de las actividades de uso de la
tierra y la gestión en su operación agrícola. Cultivos de alta calidad pueden ser producidos
sólo mediante el uso de agua de riego de alta calidad.
Volviendo a la calidad del agua, la calidad química de un agua podría definirse como
la concentración y composición de los constituyentes disueltos que contenga. Sin embargo,
es completamente imposible, establecer una clasificación adecuada para determinar la
aptitud de las aguas para riego, sin tener en cuenta las condiciones en que va a ser usada,
especialmente, las interacciones con el suelo (características físico-químicas), el tipo de
cultivo (básicamente su tolerancia relativa a la salinidad y sequía) y la climatología
(temperatura, precipitación, evaporación, etc.). De esta manera, cualquier estudio sobre
calidad agronómica de un agua de riego debería englobar tanto la calidad química del
agua, como las características del suelo a regar, del cultivo, el sistema de riego utilizado y
la climatología (Figura 1.1).
El presente estudio ha pretendido aportar información sobre la calidad química y
agronómica del agua de riego en las Islas Baleares. Para ello, en una primera fase se ha
realizado una búsqueda bibliográfica de los parámetros que mejor definen la calidad
química del agua. Una vez seleccionados estos parámetros, se han recopilado de distintas
fuentes más de 2.500 análisis de aguas muestreada en distintos puntos del archipiélago
balear, todos ellos georeferenciados (Plano I). Para la obtención de los análisis han
colaborado desinteresadamente:
• La Conselleria de Medio Ambiente y Movilidad – Dirección General de
Recursos Hídricos
• El Instituto Geológico y Minero de España (IGME)
• La Conselleria de Salud y Consumo
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
AGUA
CULTIVO
MANEJO
CLIMA
SUELO
AGUA
CULTIVO
MANEJO
CLIMA
SUELO
Figura 1.1. Diagrama de factores que afectan a la evaluación de la calidad de un agua de riego:
composición química del agua, manejo de la misma, suelo y climatología.
Toda la información obtenida ha sido informatizada, elaborándose de esta manera una
matriz de más de 105.000 datos, sobre la que se han realizado análisis estadísticos
descriptivos (media, máximo, mínimo, desviación estándar, coeficiente de variación) para
cada parámetro sirviéndonos del programa Excel®. Además, cada uno de los puntos de
muestreo ha sido representado cartográficamente a través del programa ArcGIS®,
aplicando un análisis de interpolación espacial de distancia inversa ponderada (IDW, del
inglés inverse distance weighted).
En una fase ulterior esta previsto recopilar y evaluar información relativa a las
características físicas y químicas del suelo de las Islas Baleares, a los principales cultivos, a
la climatología, al método de riego y manejo del agua y a las condiciones de drenaje para
confrontarla con la información obtenida sobre la calidad del agua.
2. La agricultura y el agua
La agricultura es el uso que mayor demanda del agua supone a nivel mundial. El riego
de tierras agrícolas supone la utilización del un 70% de los recursos hídricos en el mundo.
En los países en vías de desarrollo, muchas veces el agua utilizada para regadío representa
el 95% del total de usos del agua, y juega un papel esencial en la producción y seguridad
de los alimentos. A largo plazo, el desarrollo y mejora de las estrategias agrícolas esta
condicionado al mantenimiento, mejora y expansión de la agricultura de regadío.
7
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
8
Por otra parte, el incremento de la presión sobre los recursos hídricos para la
agricultura compite con el uso del agua para otros fines y representa una amenaza para el
medio ambiente y utilización insostenible de los recursos hídricos del planeta. En la Unión
Europea, el agua utilizada para fines agrícolas representa aproximadamente un 30% de los
recursos extraídos. El papel de los sistemas de regadío es esencial en países del sur que
dependen del regadío para el mantenimiento de la producción agrícola, en comparación
con los países del centro y oeste europeo, que cuentan con mayores precipitaciones y, por
lo tanto, tienen una menor dependencia de los sistemas de regadío. De hecho, la mayor
parte del agua de regadío en Europa corresponde a países como España, Italia, Francia,
Grecia y Portugal con un 85% del total de zonas de regadío de la Unión Europea. Por
ejemplo, en España la agricultura de regadío supone el 56% de la producción agrícola y
ocupa del orden de un 18% de la superficie total agrícola.
Por sus características particulares, para evaluar la demanda para abastecimiento
Baleares, es importante cuantificar la actividad turística y la población estacional: en
algunos puntos concretos, como la isla de Formentera, supera a la de la población estable.
La curva de demanda a lo largo del año sigue un perfil típico con un descenso en invierno
y un máximo en verano. Los municipios turísticos llegan a tener una demanda en agosto
tres o cuatro veces superior a la de febrero, mientras que en los municipios industriales y
agrícolas la variación es mucho menor, del orden de un 40%. En la Figura 2.1. se muestran
los principales usos del agua en nuestra comunidad.
Figura 2.1. Usos del agua en las Islas Baleares.
En la Figura 2.2. se muestra el porcentaje relativo de los distintos sistemas de riego
utilizados en nuestra Comunidad, comparándolo con los porcentajes de regiones del
levante peninsular (Murcia y Valencia) y con la media de España. Cabe destacar el menor
porcentaje de riego localizado que presentan las Islas Baleares con respecto a Murcia o
Valencia, acercándola a la media española. Las diferencias en el riego por aspersión y por
gravedad son significativas, tanto con la media nacional como con las Comunidades
murciana y valenciana, presentándose valores superiores en el riego por aspersión e
inferiores en el riego por gravedad.
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
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Figura 2.2. Importancia relativa de los sistemas de riego en las Islas Baleares, comparada con la
Región de Murcia, Comunidad Valenciana y la media de España (riego localizado en azul, riego
por aspersión en amarillo y riego por gravedad en naranja).
3. Posibles problemas agronómicos ocasionados por el agua de riego
La composición química del agua de riego, la forma en que se maneje (riegos
frecuentes o distanciados, lavados fuertes o débiles, etc.) y el suelo sobre el que se aplique
son los factores que propician que se produzcan o no problemas en nuestros cultivos
(Ayers y Westcott, 1985). El uso de un agua de riego de baja calidad puede acarrear tres
problemas agronómicos principalmente:
Criterio de salinidad
El criterio de salinidad evalúa el riesgo de que el uso del agua ocasione altas
concentraciones de sales en el suelo, con el correspondiente efecto osmótico y
disminución de rendimientos de los cultivos. Se suele expresar a través de la medida
de conductividad eléctrica (CE) del agua. La CE de una solución es directamente
proporcional a su concentración de sales: cuando la solución se diluye, la CE
disminuye en la misma proporción, y viceversa. Pero esta relación se altera en
presencia de sales poco solubles, lo cual es un inconveniente a tener en cuenta a la
hora de interpretar la medida de CE de un agua (Kadish y Rholades, 1989).
Criterio de sodicidad
El criterio de sodicidad analiza el riesgo de que se induzca en el suelo un elevado
porcentaje de sodio intercambiable (PSI), con deterioro de sus características y
estructura. La acumulación de sodio en el suelo afecta directa y negativamente a las
propiedades del mismo, especialmente a su permeabilidad e infiltración (Smith et al.,
1985).
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
10
Criterio de toxicidad
El criterio de toxicidad estudia los problemas que pueden crear determinados iones. A
diferencia de la salinidad, que es un problema externo de la planta y que dificulta la
absorción de agua, la toxicidad es un problema interno que se produce cuando
determinados iones, absorbidos principalmente por las raíces, se acumulan en las
hojas mediante la transpiración, llegando a alcanzar concentraciones nocivas. Los
iones tóxicos mas frecuentes y, por tanto, con los que mas cuidado hemos de tener son
el cloro, sodio y boro (Bauder et al., 2007).
4. Calidad química del agua de riego de las Islas Baleares
A continuación se describen los parámetros seleccionados para definir la calidad
química del agua de riego de las Islas Baleares. Conviene puntualizar que, de los
parámetros que a continuación se describen, algunos han sido medidos analíticamente en
laboratorio a partir de muestreos en campo (conductividad eléctrica, pH, calcio, magnesio,
sodio, carbonato, bicarbonato, amonio, nitrito, nitrato, fosfato, potasio, sulfato, cloruro,
floruro y litio), mientras que otros son índices calculados a partir de los anteriores (presión
osmótica, contenido total en sales disueltas, dureza, carbonato sódico residual, relación
bicarbonato-calcio y relación de adsorción de sales).
a) Conductividad eléctrica (CE), presión osmótica (PO) y contenido total en sales disueltas (SDT)
La conductividad específica de un agua es la aptitud de ésta para transmitir la corriente
eléctrica. La conductividad depende de la actividad de los iones disueltos y de la
temperatura a la que se realiza la medida (Moreno-Caselles et al., 1996), por lo que es
necesario referir la temperatura de medida para expresar adecuadamente el valor de CE.
En los análisis utilizados en el presente estudio, la CE ha sido medida a 25ºC, aunque
es normal encontrarse con medidas referidas a 20ºC. Existen, en cualquier caso, tablas con
factores de conversión para las dos posibilidades, permitiendo de esta manera comparar
medidas realizadas a distinta temperatura.
La medida de CE se realiza mediante un conductivímetro provisto de célula de
conductividad apropiada y se puede expresar en diferentes unidades. Los valores que se
presentan en este trabajo han sido expresados en mS cm-1
. A continuación se muestran
algunas equivalencias.
1 mS cm-1
= 1 dS m-1
= 1000 µS/cm = 1 mmhos cm-1
Como se ha dicho, la CE ofrece información sobre la concentración total de sales
solubles del agua de riego. A mayor valor, mayor es la concentración de sales de la
solución y viceversa, por lo que es un parámetro muy útil para la clasificación del agua de
riego. A nivel de cultivo, la tolerancia a la CE del agua de riego varía enormemente (Tabla
A1), aunque se considera que entre 0 y 3 mS cm-1
se encuentra el rango de normalidad
(Moreno-Caselles et al., 1996).
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
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Tabla A1. Clasificación de los cultivos según la tolerancia al riego con aguas salinas.
Límite de tolerancia Cultivos sensibles Tolerantes Muy tolerantes
CE (mS cm
-1 a 25ºC)
0.70 – 2.00 1.30 – 4.00 2.70 – 5.30
Cultivos
zanahoria, cebolla, rábano,
batata, pimiento, maíz dulce,
patata, col, melón, pepino,
fresa, frambuesa, zarzamora,
ciruelo, almendro, viña, arroz,
albaricoque, melocotonero,
peral, manzano, limonero,
naranjo, pomelo, judía, haba,
lino, lechuga
alfalfa, espinacas,
tomate, brócoli,
granada, olivo,
higuera, soja, trigo
remolacha, algodón,
cebada grano,
remolacha azucarera,
sorgo
Fuentes: Dorronsoro (2001).
Según Hall (2004) los principales riesgos agronómicos que conlleva la utilización de
un agua de riego con una elevada CE son:
• precipitación de sales (puede crear problemas de obstrucción de los goteros),
• daños al cultivo: en algunos casos, elevados niveles de sal pueden interferir en
el crecimiento de la vegetación, reducir el rendimiento de las cosechas y
debilitar las plantas haciéndolas propensas a enfermedades (atrofias,
defoliación, etc.). También puede provocar una alteración de la presión
osmótica, limitando la absorción radicular de agua o incluso ocasionando la
deshidratación de la planta.
• salinización del suelo, especialmente, si este ya acumula un elevado nivel de
sales
La presión osmótica ó potencial osmótico (PO) y el contenido total en sólidos disueltos (SDT) son dos índices, estrechamente relacionados con la CE, que también se
utilizan para describir la calidad del agua de riego. A continuación (Tabla A2) se muestra
la clasificación del agua de riego en función de estos tres parámetros (James et al., 1982).
Tabla A2. Clasificación del agua de riego en función de la CE (expresada en mS cm-1
), la PO
(atm) y el contenido total de sólidos disueltos (expresado en ppm).
Clasificación agua riego CE PO SDT
Agua poco salina: excelente calidad < 0.25
< 0.10 < 0.20
Agua salina: calidad buena 0.25 – 0.75 0.10 – 0.30 0.20 – 0.50
Agua salina: calidad permisible 0.75 – 2.00 0.30 – 0.70 0.50 – 1.40
Agua muy salina: problema creciente 2.00 – 3.00 0.70 – 1.10 1.40 – 2.10
Agua muy salina: problema importante > 3.00
> 1.10 > 2.10
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
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La PO, expresada en atmósferas, puede indicar el peligro de reducción del crecimiento
de los cultivos, ya que reduce la capacidad de las raíces de las plantas a extraer agua del
suelo. La PO del agua de riego aumenta a medida que lo hace su concentración salina
(Urbano Terrón, 2002). La relación es prácticamente lineal y puede calcularse de la
siguiente manera:
PO (atm) ≈ CE (mS cm-1
) x 0.36
Otra forma de expresar la salinidad de una agua es mediante el contenido de sales
disueltas totales (SDT, expresado en ppm = g m-3
), cuyo valor puede, bien ser determinado
sumando las concentraciones de cada uno de los iones analizados en una muestra de agua,
o bien calculado a partir del valor de CE, como se ha realizado en el presente estudio.
Si CE ≤ 5 mS cm-1
; SDT (g m-3
) ≈ CE x 0.64
Si CE > 5 mS cm-1
; SDT (g m-3
) ≈ CE x 0.80
El contenido en SDT es un parámetro importante en base a la acumulación de sales en
el suelo, debida a la evapotranspiración del agua del suelo y no a la propia concentración
de sales en el agua de riego. Un exceso de sales solubles puede dificultar el normal
funcionamiento de las raíces: limitación en la absorción de agua y las consecuentes
deficiencias de toma de nutrientes.
En la Tabla A3 se muestran los valores medios, máximos y mínimos observados en las
aguas estudiadas. Aunque algunos análisis han mostrado valores puntuales que se han
salido de los rangos de normalidad, los valores medios de CE, PO y SDT se han situado
dentro de los valores considerados normales para aguas de riego.
Tabla A3. Valores medios observados para la CE, PO y SDT.
CE PO SDT mS cm
-1 atmósferas ppm = g m
-3
N 2517 2517 2517
rango normal 0 - 3 0 - 1 0 - 2
media 1.91 0.69 1.28
máximo 9.88 3.56 7.90
mínimo 0.22 0.08 0.14
d.s. 1.40 0.50 1.09
c.v. 1.36 1.36 1.17
En función de los valores medios presentados en la Tabla A3 el agua de riego
mayoritaria en las Islas Baleares es un agua salina de calidad permisible. En cualquier
caso, los amplios rangos observados indican la conveniencia de prestar especial atención a
posibles problemas de salinidad, muy especialmente en aquellos cultivos que requieren
riegos muy frecuentes. En los Planos II, III y IV se presentan los valores gráficamente para
cada una de las islas del archipiélago balear.
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
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Plano II. Conductividad eléctrica de las aguas estudiadas.
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Plano III. Presión osmótica de las aguas estudiadas.
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Plano IV. Contenido total en sales de las aguas estudiadas.
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Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
b) pH
Las letras pH son una abreviación de "pondus hydrogenii", traducido como potencial
de hidrógeno, y fueron propuestas por Sorensen en 1909, que las introdujo para referirse a
concentraciones muy pequeñas de iones hidrógeno. Sorensen, por tanto, fue el creador del
concepto de pH, que se define como el logaritmo cambiado de signo de la actividad de los
iones hidrógeno en una solución. Es importante destacar que al tratarse de una escala
logarítmica, una variación de una unidad de pH significa un cambio diez veces en la
concentración de iones.
pH = -log [H+]
El pH es un parámetro indicativo del grado de acidez o basicidad del medio, que afecta
en mayor o menor medida a muchos procesos químicos y biológicos en el agua. Un pH
bajo permite que ciertos elementos tóxicos se movilicen, pasando a estar disponibles para
animales y plantas acuáticas. En el caso de las aguas de riego, el pH normal está
comprendido entre 6 y 8.5 (Urbano Terrón, 2002). Un pH fuera de este intervalo de
normalidad, es un buen indicador de una calidad anormal del agua o la presencia de algún
ión tóxico.
Uno de los efectos negativos del uso de aguas de riego con valores anormales está en
el deterioro del equipo de riego, por lo que el mantenimiento del pH apropiado en el flujo
del riego ayuda a prevenir corrosión en las tuberías u obstrucciones debidas a la formación
de precipitados. A nivel de la planta, el principal efecto negativo afecta a la disponibilidad
de nutrientes: un adecuado pH asegura una mejor asimilabilidad de los diferentes
nutrientes, especialmente fósforo y micronutrientes. En la Figura B1 se presenta el grado
de asimilación de los principales nutrientes en función del pH: la anchura de las barras
indica el mayor o menor grado en que cada elemento es asimilable.
Figura B1. Absorción de nutrientes en función del pH.
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Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
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Valores extremos de pH pueden provocar la precipitación de ciertos nutrientes con lo
que permanecen en forma no disponible para las plantas. Además, todas las especies
vegetales presentan unos rangos característicos de pH en los que su absorción es idónea
(Anexo I). Fuera de este rango la absorción radicular se ve dificultada e incluso puede
verse deteriorado el sistema radical o presentarse toxicidades debidas a la excesiva
absorción de elementos fitotóxicos (por ejemplo, aluminio).
Tabla B1. Valores de pH observados en las aguas estudiadas.
pH u.pH
N 2516
rango normal 6 – 8.5
media 7.51
máximo 9.13
mínimo 6.17
ds 0.33
cv 22.95
En la Tabla B1 se muestran los valores numéricos de pH observados en las aguas de
riego estudiadas, mientras que en el Plano V se presentan los valores gráficamente sobre la
cartografía de las Islas Baleares. El pH medio se ha situado en 7.51, con un valor máximo
de 9.13 y un mínimo de 6.17, como cabía esperar, ya que en las condiciones agroclimáticas
del mediterráneo español, el pH medio de las aguas de riego rondan el 7.5 (Canovas
Cuenca, 1978).
Con los valores de pH obtenidos, a nivel de uso del agua de riego convendría prestar
especial atención a nutrientes como fósforo, hierro y manganeso, ya que su asimilabilidad
se podría ver afectada. De hecho, la clorosis férrica es considerada fisiopatía endémica de
la zona mediterránea (Moren-Caselles et al., 1996): el hierro se encuentra en forma iónica
disponible para la planta en menos del 50% por encima de pH 7, mientras que a pH 8 no
queda nada disponible debido a su precipitación en forma de hidróxido férrico. El
manganeso sigue una dinámica similar al hierro.
c) Dureza
La dureza de un agua de riego se define como la concentración de carbonato cálcico
que es químicamente equivalente a la concentración de cationes multivalentes
(principalmente, calcio y magnesio) del agua, expresada en mg l-1
. La concentración de
estos cationes varía significativamente en función del origen del agua de riego. De esta
manera, la concentración de calcio puede variar de los 100 ppm en acuíferos de piedra
caliza a los 10 ppm en acuíferos de granito o arenisca (Wolff, 1988).
La dureza es un parámetro muy útil para prevenir el riesgo de obstrucciones en los
ramales de riego, goteos y boquillas y, al mismo tiempo, para indicar la utilidad de un agua
en determinados tipos de suelo (Canovas Cuenca, 1978). Normalmente, se expresa en
grados hidrométricos franceses (GHF) y se calcula a través de la formula que se muestra a
continuación:
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
Un agua de riego con mucho calcio se considera un agua dura, mientras que si tiene
poco calcio se considera un agua blanda. En la Tabla C1 se presenta la clasificación de las
aguas de riego en función de su grado de dureza.
Tabla C1. Cuadro indicativo de valores de dureza.
Tipo de agua GHF Muy blanda < 7
Blanda 7 – 14
Medianamente blanda 14 – 22
Medianamente dura 22 – 32
Dura 32 – 54
Muy dura > 54
Fuente: Canovas Cuenca (1978).
Las aguas que encontramos en el arco mediterráneo tienden a ser aguas duras, y como
tal, el valor medio observado en las aguas estudiadas en las Islas Baleares ha sido de 61
GHF (Tabla C2), lo que la define como un agua muy dura. Este valor medio es muy
similar al observado por Moya Talens (2002) en aguas del litoral alicantino destinadas a
riego.
Tabla C2. Valores de dureza calculados para las aguas estudiadas.
dureza GHF
N 2454
rango normal 0 - 54
media 61
máximo 272
mínimo 9
ds 32.95
cv 1.87
Los valores presentados en la Tabla C2 indican que no hay que despreciar este
parámetro a la hora de planificar el riego (sistema, periodicidad, efectos sobre el cultivo,
etc.) en las Islas Baleares, ya que aunque en el riego de pie no presente, en principio,
ningún inconveniente el uso de aguas duras, en el riego a presión por goteros no es
conveniente utilizar aguas que superen los 50 GHF, pues aumenta significativamente el
riesgo a obturaciones en las tuberías y emisores (Moya Talens, 2002). En el Plano VI se
muestran las zonas donde el agua es más dura.
d) Calcio (Ca)
El calcio se considera un nutriente secundario en los cultivos, pese a que tiene una
función muy importante en el crecimiento y nutrición de la planta. Además, a nivel del
suelo, el calcio ayuda a mantener un balance químico en la tierra, reduce la salinidad y
mejora la penetración del agua.
La concentración de calcio en las aguas de riego oscila de los 0 a los 400 mg l-1
. A
continuación (Tabla D1) se presentan las concentraciones medias, mínimas y máximas de
calcio en las aguas de riego estudiadas.
19
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
Plano VI. Clasificación de las aguas estudiadas en función de su dureza.
20
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
Tabla D1. Valores de calcio observados.
Ca2+ Ca2+ Ca2+ mg l
-1 mmol l
-1 meq l
-1
N 2490 2490 2490
rango normal 0 - 400 0 - 10 0 - 20
media 157 3.91 7.81
máximo 625 15.59 31.19
mínimo 11 0.28 0.56
ds 85.33 2.13 4.26
cv 1.83 1.83 1.83
El valor medio de calcio observado ha sido de 157 mg l-1
, o lo que es lo mismo, 3.91
mmol l-1
ó 7.81 meq l-1
. Pese a que se ha obtenido una concentración máxima de calcio en
agua de 625 mg l-1
, en principio este parámetro no acarrearía ningún tipo de limitación en
el uso de las aguas estudiadas para el riego. Plano VII.
e) Magnesio (Mg)
El magnesio es muy abundante en la naturaleza, y se halla en cantidades importantes
en muchos minerales rocosos. Conviene destacar que el Mg se encuentra en las aguas
superficiales (ríos) en concentraciones que rondan los 4 mg l-1
, mientras que en el agua de
mar en concentraciones aproximadas de 1300 mg l-1
. Por esta razón puede ser un buen
indicador de la salinización de acuíferos por agua de mar (Castañón, 2000).
La concentración de magnesio en el agua de riego puede llegar a ser significativa, por
lo que la concentración de magnesio en el agua de riego debe ser tenida en cuenta al
realizar la fertilización, especialmente en lo que a las relaciones de nutrientes se refiere.
Valores de magnesio superior a los 60 ppm o mg l-1
se empiezan a considerar peligrosos
(Mass, 1984).
Un exceso de este ión o una relación Ca/Mg inferior a la unidad puede inducir, a nivel
de planta, problemas de absorción de calcio y originar, de esta manera, problemas serios en
cultivos hortícolas, como el tomate, pimiento o berenjena. Además, bajas relaciones
Ca/Mg afectan negativamente a la relación de adsorción de sales (Camacho Ferre, 2003).
En la Tabla E1 se presentan los valores de Mg observados en las aguas estudiadas,
mientras que en el Plano VIII se muestran, sobre la cartografía del archipiélago, las zonas
donde se han determinado mayores valores de magnesio en agua.
Tabla E1. Valores de magnesio observados.
Mg2+ Mg2+ Mg2+ mg l
-1 mmol l
-1 meq l
-1
N 2454 2454 2454
rango normal 0 - 60 0 - 2.5 0 - 5
media 54 2.22 4.44
máximo 323 13.30 26.61
mínimo 1 0.04 0.07
ds 37.71 1.55 3.10
cv 1.43 1.43 1.43
21
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
Plano VII. Concentración de calcio de las aguas estudiadas.
22
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
23
Plano VIII. Concentración de magnesio de las aguas estudiadas.
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
En el presente estudio la concentración media de magnesio se ha situado en 54, 2.22 y
4.44 mg l-1
, mmol l-1
, meq l-1
, respectivamente. Esta concentración media se encuentra
al límite del contenido de magnesio considerado óptimo en aguas de riego, lo que indica
que conviene prestar especial atención a la concentración de Mg en el agua, teniendo en
cuenta su aporte en el riego a la hora de la fertilización.
Además es importante tener en cuenta que el magnesio, junto con otros metales
alcalinotérreos (principalmente, el calcio), es responsable de la dureza del agua. Además
en aguas con elevado pH, los niveles de calcio y magnesio pueden causar la precipitación
del fósforo del fertilizante (Suarez y Lebron, 1993). Estas características aplicadas a las
aguas estudias (aguas muy duras, como se mostrará a continuación, y con un pH medio de
7.51) se traducen en problemas de obstrucción de tuberías y conductos, debido a la
formación de depósitos por precipitación.
f) Sodio (Na) y relación de adsorción de sodio (SAR)
Elevadas concentraciones de sodio en el agua de riego puede acarrear problemas,
sobre todo, cuando el riego se realiza por aspersión, especialmente cuando el contenido en
el agua es superior a 3 meq l-1
. En riegos de superficie el riesgo para la planta es menor, ya
que una parte muy importante del Na queda fijada en el suelo (Urbano Terrón, 2002). A
nivel de suelo, conocer la concentración de sodio de un agua de riego aporta información
sobre posibles efectos perjudiciales sobre las propiedades físicas del suelo (Departamento
Desarrollo del Medio Rural, 2002).
La relación de absorción de sodio (SAR, del inglés sodium adsortio relation) pretende
evaluar, a partir del sodio y restantes cationes contenidos en el agua de riego, el sodio que
quedará adsorbido en el complejo de cambio y en equilibrio con el de la solución del suelo
regado con ella (Urbano terrón, 2002). A continuación (Tabla F1), se muestra el riesgo por
sodio que puede presentar un agua de riego en función de su contenido en SAR.
Tabla F1. Riesgo de toxicidad del sodio.
SAR Riesgo 0 - 10 Bajo
10 - 18 medio
18 - 26 Alto
> 26 muy alto
De las casi 2500 muestras analizadas solo una supera el límite de 26 para el SAR, que
indica riesgo muy alto por sodicidad (Tabla F2). El valor medio se ha situado en 3.80, el
cual indica bajo riesgo para las aguas de riego estudiadas.
Tabla F2. Valores de sodio y relación de adsorción de sodio observados.
Na+ Na+ Na+ SAR mg l
-1 mmol l
-1 meq l
-1 -
N 2506 2506 2506 2445
rango normal 0 - 900 0 - 40 0 - 40 0 - 15
media 226 9.83 9.83 3.80
máximo 2363 102.78 102.78 27.17
mínimo 5 0.20 0.20 0.08
ds 261.27 11.36 11.36 3.60
cv 0.86 0.86 0.86 1.06
24
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
25
En cuanto a la concentración de sodio, el valor medio ha sido de 226 mg l-1
. En
función de la clasificación de riesgo de toxicidad por sodio mostrada anteriormente, las
aguas estudiadas no presentarían ningún tipo de problema agronómico asociado a su
concentración de sodio (Planos IX y X).
g) Carbonato (CO32-), carbonato sódico residual (CSR o RSC), bicarbonato (HCO3
-) y relación bicarbonato-calcio
La alcalinidad se define como la concentración de compuestos solubles en el agua que
tienen la capacidad para neutralizar ácidos. Los principales responsables de la alcalinidad
en agua son los carbonatos y bicarbonatos disueltos. Por otro lado, en 1950, Eaton propuso
un nuevo parámetro, el carbonato sódico residual (CSR ó RSC de las siglas en ingles de
residual sodium carbonate), que indica la peligrosidad del carbonato sódico una vez que
han reaccionado los cationes calcio y magnesio con los aniones carbonato y bicarbonato.
En otras palabras, el CSR se usa para predecir la tendencia del calcio y magnesio a
precipitar en el suelo cuando se riega con aguas altamente carbonatadas, y se calcula como
se indica a continuación (todo expresado en meq l-1
).
RSC = (CO32-
+ HCO3-) - (Ca
+2 + Mg
+2)
Cuando el calcio y el magnesio precipitan en el suelo, aumenta la proporción relativa
de sodio presente en el suelo, es decir, aumentara el valor de SAR y por tanto, el riesgo de
sodidificación del suelo, a pesar de que la cantidad presente de sodio no haya variado. El
CSR es un parámetro muy utilizado en los informes de la calidad del agua por la
importancia de la información que aporta (Tabla G1).
Tabla G1. Peligro por bicarbonato en aguas de riego (meq l-1).
ninguno ligero a moderado severo Nivel de
peligrosidad buena para todo
tipo de tierra
aconsejada sólo para
tierras permeables
agua no recomendada para
ningún tipo de tierra
Bicarbonato < 1.50 1.50 – 7.50 > 7.50
CSR < 1.25 1.25 – 2.50 > 2.50
En cuanto a la concentración de bicarbonato de las aguas de riego, Moya Talens
(2002) fija el límite máximo en 518 mg l-1
, obligando su presencia a realizar un programa
de acidificación del agua, para que su pH quede en 6.5 y evitar, de esa forma, la formación
de carbonatos, que en poco tiempo taponarían las tuberías. En caso de riego por aspersión
el exceso de bicarbonato puede ocasionar depósitos de carbonato cálcico sobre la
superficie de la hoja en riego por aspersión (Camacho Ferre, 2003).
En la Tabla G2 y los Planos XI y XII se presentan los valores de carbonato y
carbonato sódico residual contenido en las aguas de riego estudiadas de forma numérica y
gráfica. Como se aprecia, la concentración media de carbonato en el agua observada ha
sido de 2.69 mg l-1
, mientras que el valor medio de CSR ha sido de -7.66 meq l-1
. El
valor negativo obtenido al calcular el CSR indica la nula peligrosidad agronómica de
este parámetro en las aguas estudiadas (Tabla G1).
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
Plano IX. Concentración de sodio de las aguas estudiadas.
26
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
27
Plano X. Relación de adsorción de sales de las aguas estudiadas.
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
28
Plano XI. Concentración de carbonato de las aguas estudiadas.
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
29
Plano XII. Carbonato sódico residual de las aguas estudiadas.
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
Tabla G2. Concentraciones de carbonato y CSR observadas.
CO32- CO3
2- CO32- CSR
mg l-1
mmol l-1
meq l-1
meq l-1
N 1796 1796 1796 1794
rango normal 0 - 3 0 - 0.5 0 - 0.1 -
media 2.69 0.04 0.09 -7.66
máximo 77.20 1.29 2.57 8.57
mínimo 0.00 0.00 0.00 -48.84
ds 2.87 0.05 0.10 7.07
cv 0.93 0.93 0.93 -1.08
Respecto a la concentración de bicarbonato, el valor medio observado ha sido de 293
mg l-1
ó, lo que es lo mismo, 4.73 meq l-1
. Este valor medio, en función de lo indica en la
Tabla G1, sitúa a las aguas de las Islas Baleares en un nivel de riesgo por bicarbonato de
ligero a moderado. La relación media entre el contenido en bicarbonato y la concentración
de calcio en las aguas estudiadas ha sido de 0.79. En los Planos XIII y XIV se pueden
apreciar los resultados obtenidos de forma gráfica.
Tabla G3. Concentraciones de bicarbonato y relación bicarbonato-calcio observadas.
HCO3- HCO3
- HCO3- HCO3
-/Ca2+ mg l
-1 mmol l
-1 meq l
-1 -
N 2442 2442 2442 2447
rango normal 0 - 600 0 - 10 0 - 10 -
media 293 4.73 4.73 0.79
máximo 1080 17.42 17.42 10.91
mínimo 3.00 0.05 0.05 0.00
ds 101.86 1.64 1.64 0.75
cv 2.88 2.88 2.88 1.06
h) Amoniaco (NH4+), nitritos (NO2
-) y nitratos (NO3-)
Amoniaco, nitratos y nitritos son formas de nitrógeno presentes en los ecosistemas
terrestres y acuáticos. De estas tres formas de nitrógeno presente en el agua de riego, los
nitratos son los que ambientalmente suponen un mayor riesgo ya que, al igual que el
fósforo, pueden causar problemas de eutrofización. Altos niveles de nitratos en aguas de
riego se dan, principalmente, en áreas de agricultura y ganadería intensivas (Bauder et al.,
2008).
Buenas prácticas de gestión de nitrógeno son necesarias para reducir la probabilidad
de la lixiviación de nitratos en las aguas subterráneas y mantener rendimientos
agronómicos rentables. Entre otras actuaciones, cuando el nitrógeno es aportado de manera
continuada por su presencia en el agua de riego, deberá de tenerse en cuenta para así
restarlo a la fertilización (Camacho Ferre, 2003). Se puede estimar los kilogramos de N por
hectárea que aporta el agua de riego a través de la siguiente fórmula:
(NO3 * 0.226 * vol. * F) / 1000
30
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
Plano XIII. Concentración de bicarbonato de las aguas estudiadas.
31
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
32
Plano XIV. Relación bicarbonato-calcio de las aguas estudiadas.
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
donde,
NO3 * 0.226 es la cantidad de N aportado según la concentración de nitrato en mg l-1
;
vol. son los metros cúbicos de agua aportados durante todo el año;
F es un factor de pérdida de agua: siempre menor a 1. Se suele usar 0.9.
La concentración media de elementos nitrogenados presente en las aguas estudiadas ha
sido de 1.44, 0.51 y 94 mg l-1
, para el amoniaco, los nitritos y nitratos, respectivamente
(Tabla H1). Las concentraciones de amoniaco y nitritos observadas en las aguas de riego
estudiadas no deberían presentar efectos negativos sobre los cultivos regados.
Tabla H1. Valores medios de amoniaco, nitritos y nitratos de las aguas estudiadas.
NH4+ NO2
- NO3-
mg l-1
mg l-1
mg l-1
N 1236 2487 2516
rango normal - 0 - 5 0 - 80
media 1.44 0.51 94
máximo 54.90 85.10 942
mínimo 0.00 0.00 0.00
ds 4.51 2.53 107.29
cv 0.32 0.20 0.87
En cambio, la presencia de nitratos observada es significativa, situándose el valor
medio fuera del rango de normalidad (0 – 80 mg l-1
). Este hecho, provocado muy
posiblemente por los altos índices de intensificación alcanzados en las últimas décadas en
la agricultura y ganadería desarrollada en las Islas Baleares, lleva a prestar especial interés
al contenido de nitratos del agua destinada al riego. Como se ha dicho anteriormente, al
valorar el N aportado con el riego y restarlo de la fertilización, aumentamos la rentabilidad
de la explotación, a la vez que disminuimos el riesgo de contaminación ambiental
(especialmente acuíferos).
En los Planos XV, XVI y XVII se muestran gráficamente las zonas del archipiélago
balear con mayores concentraciones de amoniaco, nitritos y nitratos en agua,
respectivamente. Como se aprecia, los mayores valores se presentan, casi siempre, en las
zonas costeras y en las zonas donde la actividad agrícola ha sido más intensiva durante las
últimas décadas.
i) Fosfato (PO43-)
El fosfato se encuentra en el agua en concentraciones muy bajas (≈ 0.01 mg l-1
), lo que
complica su determinación (Camacho Ferre, 2003). Pese a la baja concentración, su efecto
sobre el medio acuático puede ser dramático, ya que puede causar floraciones algales que
conducen a los niveles de oxígeno reducido, es decir, influye directamente sobre
problemas de eutrofización. La concentración media de fosfato observada en las aguas de
riego estudiadas ha sido de 0.94 mg l-1
(Tabla I1).
33
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
Plano XV. Concentración de amoniaco de las aguas estudiadas.
34
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
35
Plano XVI. Concentración de nitrito de las aguas estudiadas.
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
36
Plano XVII. Concentración de nitrato de las aguas estudiadas.
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
Tabla I1. Valores de fosfato observados en las aguas estudiadas.
PO43-
mg l-1
N 2351
rango normal -
media 0.94
máximo 200
mínimo 0.00
ds 4.28
cv 0.22
Al igual que lo comentado con los elementos nitrogenados, dado que la concentración
de fosfato en las aguas de las Islas Baleares es significativa, conviene tener una idea, aún
aproximada, de la cantidad aportada con el riego para restarla a la fertilización,
aumentando de esta manera la rentabilidad de la explotación y reduciendo posibles
problemas agronómicos en los cultivos y medioambientales. En el Plano XVIII se
presentan gráficamente los intervalos de concentración de fosfato observados en las aguas
estudiadas.
j) Potasio (K+)
El potasio es un elemento clave en la nutrición vegetal. Por ello es necesario mantener
unos niveles adecuados para obtener una buena producción. Hay que tener en cuenta que
puede existir una sustitución a nivel radicular del ion potasio por el sodio, cuando la
concentración de potasio es muy baja. Los niveles de tolerancia de potasio varían en
función del cultivo, el estado de desarrollo de éste y de las condiciones climáticas
(Camacho Ferre, 2003). En la Tabla J1 se muestran los valores medio, máximo, mínimo,
desviación estándar y coeficiente de variación del potasio en las aguas estudiadas,
expresados en mg l-1
, mmol l-1
y meq l-1
.
Tabla J1. Valores observados de potasio en las aguas estudiadas.
K+ K+ K+ mg l
-1 mmol l
-1 meq l
-1
N 2444 2444 2444
rango normal 0 - 30 0 - 1 0 - 1
media 9.81 0.25 0.25
máximo 190 4.86 4.86
mínimo 0.90 0.02 0.02
ds 13.50 0.35 0.35
cv 0.73 0.73 0.73
El valor medio de potasio observado ha sido de 9.81 mg l-1
, con un máximo de 190 y
un mínimo de 0.90 mg l-1
. Aunque la concentración media no es excesivamente elevada, al
igual que ocurre con el N o el P, en caso de observarse concentraciones puntuales
significativamente elevadas debe tenerse en cuenta a la hora de planificar el plan de
abonado. El Plano XIX muestra los valores de potasio observados.
37
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
Plano XVIII. Concentración de fosfato de las aguas estudiadas.
38
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
39
Plano XIX. Concentración de potasio de las aguas estudiadas.
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
k) Sulfatos (SO42-)
El azufre es un elemento esencial para el crecimiento de las plantas que no es
comúnmente incorporado en los abonos. Si la concentración en un agua de riego es inferior
a los 50 mg l-1
, se recomienda suplementar con sulfato para obtener un correcto
crecimiento vegetal. Por el contrario, cuando se riega con aguas ricas en sulfatos hay
limitaciones en el desarrollo radicular y en la producción, que se agrava con el empleo de
abonos a base de sulfato.
El límite de tolerancia admitido varía de los 400 mg l-1
que cita Moya Talens (2002) a
los 1680 mg l-1
que cita Giménez Montesinos (Universidad Miguel Hernández – E.T.S. de
Orihuela). En la Tabla K1 se presentan los valores de sulfato observados en el presente
estudio.
Tabla K1. Concentración de sulfatos en las aguas estudiadas.
SO42-
mg l-1
N 2515
rango normal 0 - 1000
media 179
máximo 1863
mínimo 5
ds 175.35
cv 1.02
Las aguas estudiadas han mostrado una concentración media de sulfato de 179 mg l-1
,
concentración bastante alejada de cualquiera de los dos límites de tolerancia citados
anteriormente, por lo que, en principio, la concentración de sulfato no debería ser un
problema en las Islas Baleares (Plano XX).
l) Fluoruro (F-)
Cuando el agua pasa a través de formaciones de suelo y rocas que contienen fluoruro
disuelve estos compuestos, resultando en las pequeñas cantidades de flúor soluble presente
en prácticamente todas las fuentes de agua.
El intervalo de normalidad agronómica de fluoruros en agua está entre 0 y 1 mg l-1
(Tabla L1). En el presente trabajo, la concentración media de fluoruro observada ha sido
de 0.45 mg l-1
, por lo que en principio este elemento no debería suponer ningún tipo de
problema para el uso de las aguas de riego estudiadas. En el Plano XXI se representan
gráficamente los valores de fluoruro que han presentado las aguas estudiadas.
Tabla L1. Valores de fluoruro observados en las aguas estudiadas.
F- mg l
-1 N 1893
rango normal 0 - 1
media 0.45
máximo 4.00
mínimo 0.00
ds 0.45
cv 0.99
40
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
Plano XX. Concentración de sulfato de las aguas estudiadas.
41
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
42
Plano XXI. Concentración de fluoruro de las aguas estudiadas.
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
m) Cloruro (Cl)
La presencia del ion cloruro en las aguas de riego hace que los cultivos queden
afectados con gran frecuencia de clorosis foliares acentuadas en las partes más iluminadas,
que pueden degenerar en necrosis de los bordes foliares (Canovas Cueca, 1978). Como en
el caso anteriormente citado del sodio, el ion cloruro afecta especialmente a determinadas
especies de plantas arbóreas, como frutales de hueso, limoneros y aguacates, a causa de su
acumulación en las hojas. No obstante, los cloruros no son tóxicos para los hortícolas, los
cereales, los forrajes o los cultivos con elevado contenido en fibras (Mass, 1990).
En riegos por aspersión pueden producirse problemas para contenidos de cloruros en
el agua de riego superiores a 4 meq l-1
. En los riegos de superficie hay que tener presente
que el Cl- queda libre en las soluciones del suelo sin fijarse al complejo absorbente. Según
Urbano Terrón (2002) la directriz para calificar un agua de riego a partir de su contenido
en cloruros es la siguiente:
Tabla M1. Valores medios de cloruros en las aguas estudiadas.
Cl- (meq l-1) Riesgo ≤ 4 No hay problema
4 < Cl- ≤ 10 Problema creciente
> 10 Problema grave
En el presente trabajo, salvo excepciones puntuales, la concentración media de cloruro
observada en las aguas estudiadas indica un problema creciente: 5.96 meq l-1
(Tabla M2).
Esta concentración media indica que el contenido en cloruro tiene que estar siempre
presente a la hora de valorar la calidad de un agua en el archipiélago balear, ya que los
cloruros pueden ser causantes de ciertos problemas, especialmente en caso de realizar riego
por aspersión, como se ha dicho anteriormente.
Tabla M2. Valores medios de cloruros en las aguas estudiadas.
Cl- Cl- Cl- mg l
-1 mmol l
-1 meq l
-1
N 2516 2516 2516
rango normal 0 - 700 0 - 10 0 - 10
media 422 5.96 5.96
máximo 4219 59.50 59.50
mínimo 23 0.33 0.33
ds 509 7.18 7.18
cv 0.83 0.83 0.83
En el Plano XXII se pueden observar, representada sobre cada isla, la concentración
media de cloruros presente en las muestras de agua analizadas. Como se aprecia, las zonas
que presentan mayor concentración en cloruro se localizan en la zona litoral de las islas.
Esto es, sin duda, debido a uno de los procesos de contaminación más frecuentes es la
salinización de sus aguas por el avance del agua de mar tierra adentro, fenómeno que se
conoce con el nombre de intrusión marina. Concretamente, se trata del movimiento del
agua salada tierra adentro desplazando al agua dulce. Es un proceso esencialmente
contaminante y que deteriora grandes volúmenes de agua, que experimentan un notable
incremento de la salinidad (Boluda, 1994).
43
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
Plano XXII. Concentración de cloruro de las aguas estudiadas.
44
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
n) Litio (Li)
Los metales pesados, como el litio, contenidos en el agua de riego afectan,
principalmente, a las propiedades del suelo. De esta manera, el aporte de elementos
pesados por el agua puede contaminar el suelo, reducir de forma significativa su
productividad y llegar, en casos extremos, a hacerlo inapropiado para su uso agrícola
(Urbano Terrón, 2002).
En la mayoría de los casos, los elementos pesados se acumulan en el suelo y las
plantas que en ellos se desarrollan absorben cantidades importantes que transmiten a quien
las puedan consumir, tanto humanos, como animales. La tasa de acumulación varía en
función de la movilidad del propio elemento, del uso que se haga del agua de riego, de la
textura y pH del suelo, de la climatología, etc. En la Tabla N1 se señalan las
concentraciones máximas admisibles en el agua de riego de algunos elementos pesados
para condiciones de riego continuado y toda clase de suelos.
Tabla N1. Concentraciones máximas de elementos pesados admisibles en aguas de riego usadas
continuamente y en todos los tipos de suelos.
Elemento mg l-1 Elemento mg l-1 Elemento mg l-1 Elemento mg l-1 Aluminio 5.00 Cromo 0.10 Níquel 0.20 Plomo 5.00
Arsénico 0.10 Cobalto 0.05 Selenio 0.02 Litio* 2.50
Berilio 0.10 Cobre 0.20 Vanadio 0.10 Manganeso 0.20
Cadmio 0.01 Hierro 5.00 Zinc 2.00 Molibdeno 0.01 * La máxima concentración de litio recomendada para el riego de cítricos es de 0.075 mg l-1.
A continuación se representan los valores medio, máximo y mínimo observados para
el litio en las aguas estudiadas (Tabla N2). Todos los valores observados son inferiores al
máximo recomendado para las aguas de riego (2.5 mg l-1
), situándose el valor medio en
0.19 mg l-1
.
Tabla N2. Concentración de litio en las aguas estudiadas.
Li+ mg l-1
N 1719
rango normal 0 - 2.5
media 0.19
máximo 1.00
mínimo 0.00
ds 0.19
cv 1.02
Es importante reseñar, en cualquier caso, que hay que estar especialmente atento a la
concentración de litio en aguas destinadas a regar cítricos, ya que para estos cultivos la
concentración máxima recomendada es de 0.075 mg l-1
, menos de la mitad de la media
observada en las aguas estudiadas en las Islas Baleares (Plano XXIII).
45
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
Plano XXIII. Concentración de litio de las aguas estudiadas.
46
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
5. BIBLIOGRAFÍA
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47
Calidad Agronómica del Agua de Riego en las Islas Baleares
48
6. ANEXO
Anexo I.- Intervalos óptimos de pH para distintos cultivos.
Hortícolas pH óptimo Frutales pH óptimo Extensivos pH óptimo
Acelga 6.0-7.5 Albaricoque 6.0-6.8 Alfalfa 6.5-7.8
Apio 6.1-7.4 Almendro 6.0-6.8 Algodón 5.0-6.2
Berenjena 5.4-6.0 Avellano 6.0-7.0 Alpiste 6.0-7.0
Boniato 5.1-6.0 Café 5.0-7.0 Altramuz 5.0-7.0
Bróculi 6.0-7.2 Castaño 5.0-6.5 Arroz 5.0-6.5
Calabaza 5.6-6.8 Encina 4.8-6.0 Avena 5.2-7.1
Cebolla 6.0-7.2 Grosellero 6.0-7.0 Batatas 5.3-6.5
Col 6.0-7.5 Limonero 6.0-7.5 Cacahuete 5.3-6.5
Col de Bruselas 5.7-7.2 Manzano 5.3-6.7 Caña de azúcar 6.0-7.8
Coliflor 6.0-7.2 Melocotonero 5.3-6.8 Cáñamo 6.2-7.2
Escarola 5.6-6.8 Membrillero 5.5-7.2 Cebada 6.4-7.8
Espárrago 6.3-7.5 Naranjo 6.0-7.5 Centeno 5.3-6.8
Espinaca 6.3-7.1 Nogal 6.2-7.8 Colza 5.8-7.1
Fresa 5.0-6.2 Olivo 6.0-7.8 Dáctilo 5.6-7.2
Guisantes 5.9-7.3 Peral 5.6-7.2 Girasol 6.0-7.2
Judías 5.8-6.8 Pino 5.0-6.0 Habas 7.4-8.1
Lechugas 5.8-7.2 Platanera 6.0-7.5 Lenteja 5.0-7.0
Maíz dulce 5.6-6.8 Pomelo 6.0-7.5 Lino 5.5-7.5
Melón 5.7-7.2 Vid 5.3-6.7 Maíz 5.5-7.5
Nabo 5.7-6.7 Mijo 5.1-6.8
Pepino 5.7-7.2 Mostaza 6.0-8.0
Pimiento 6.3-7.8 Patatas 5.0-5.8
Rábano 6.1-7.4 Soja 6.1-7.2
Remolacha 6.0-7.6 Sorgo 5.8-7.5
Tomate 5.8-7.2 Tabaco 5.5-7.3
Zanahoria 5.7-7.0 Trébol blanco 5.5-7.0
Trébol rojo 5.5-7.0
Trébol híbrido 5.2-7.8
Trébol violeta 6.0-7.5
Trigo 5.5-7.2
Veza 5.5-7.5