CAMINO DE EL CERRO DE ANDÉVALO A SAN BENITO · Tras de la casa monte, los restos de la Cruz de Las...

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CAMINO DE EL CERRO DE ANDÉVALO A SAN BENITO Distancia: 17.300 m Dificultad: De moderada a máxima Tiempo de andadura: 4 horas Nota histórica.- Esta senda transcurre dentro de la vereda mesteña que desde Almonaster la Real desemboca en la vía que desde Ayamonte sube hasta las tierras altas de Castilla por la cañada de Medellín. Todo él ha sido y es recorrido centenares de veces porque es el camino que los cerreños utilizan no solo para llegar a sus tierras del oeste del término municipal, sino hasta la ermita de San Benito, patrón tutelar de la villa de El Cerro, desde 1667. Hay quienes quieren y pueden ver en él una senda iniciática por su especial relieve y por su señalización con cruces votivas y paso de riveras con la carga simbólica que esta circunstancia representa.

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CAMINO DE EL CERRO DE ANDÉVALO A SAN BENITO

Distancia: 17.300 m Dificultad: De moderada a máxima Tiempo de andadura: 4 horas Nota histórica.- Esta senda transcurre dentro de la vereda mesteña que desde Almonaster la Real

desemboca en la vía que desde Ayamonte sube hasta las tierras altas de Castilla por la cañada de Medellín.

Todo él ha sido y es recorrido centenares de veces porque es el camino que los cerreños utilizan no solo para llegar a sus tierras del oeste del término municipal, sino hasta la ermita de San Benito, patrón tutelar de la villa de El Cerro, desde 1667.

Hay quienes quieren y pueden ver en él una senda iniciática por su especial relieve y por su señalización con cruces votivas y paso de riveras con la carga simbólica que esta circunstancia representa.

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Inicia el camino en el Llano de San Sebastián, al suroeste de la población, dejando atrás un frondoso parque de expansión y recreo.

A doscientos pasos, la primera cruz: la Cruz de San Benito, levantada ya en 1690 y, hoy,

remozada con acierto.

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Poco más adelante, el Mesto, desde donde baja un trozo de camino que todavía permanece

empedrado, escondido entre la maleza. Desde aquí, se divisa San Benito, en el horizonte. Carretera adelante, se deja a la derecha El Regente, antigua huerta de los Ovejeros, de clara raíz

mesteña. En su interior, quedan los restos de un importante molino de aceitunas.

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Frente al molino el paraje conocido por Los Mayordomos. A escasa distancia, se vadea la rivera Pelada por un moderno puente, aunque en otro tiempo se

hacía, más abajo, por la pasada del Pino de la rivera Chica.

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Tras llegar al kilómetro seis de la carretera que lleva a Cabezas Rubias, el camino gira a la

izquierda, con señalización a propósito para llegar a la Cruz del Olivo de la Cuerna, de hondo sentir sambenitero.

Esta cruz se abandona por una senda que lleva directamente a cruzar la carretera Calañas-Cabezas

Rubias.

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Al poco rato se llega a Las Medianas, importante explotación agropecuaria, situada en la mitad del camino. Se suele llegar al cabo de dos horas de andadura.

Tras de la casa monte, los restos de la Cruz de Las Medianas, levantada ya en 1680.

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Por suaves cañadas, repletas de flores en primavera, se camina hacia la rivera Fresnera, llamada Grande, por estos pagos.

Esta rivera se vadea con cierta dificultad si las lluvias han sido copiosas en invierno.

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Un cómodo carril lleva hasta el inicio de la Cuesta de Los Santos. Empinada pendiente que rodea un cerro majestuoso y que lo suyo cuesta subir, no por la dificultad

del terreno sino por el tiempo que ya se lleva de andadura.

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Desde lo alto de la cuesta ya se divisa el santuario, al oeste. La próxima bifurcación está señalada con acierto.

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Tras cruzar varios pequeños arroyuelos que bajan desde las colinas de la aldea Montes de San

Benito se llega al pozo de San Benito. Ya en la cuesta que lleva al santuario de San Benito, a la derecha, una cruz recuerda hecho

luctuoso.

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Tras varias horas de camino, el santuario de San Benito recibe al caminante.

José Rico Romero El Cerro de Andévalo, 2013