Campo Grupal 58

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6 años Año 7 Nº 58 Julio de 2004 $ 4.- “Naveguemos. El mar es invención de nuestra barca” El Barudí El infierno, es los Otros / Marcelo Percia Entrevista a Georges Lapassade / Cristian Varela Los gérmenes de nuevos modos de vida comunitaria / Annabel Lee Teles Técnicas de acción para el coordinador grupal / Adriana Piterbarg Realidad y mito en la tragedia de Río Turbio / Rodrigo Lema Diagnósticos y métodos en la clínica analítica / Jorge Helman

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6 añosAño 7 • Nº 58 • Julio de 2004 • $ 4.-

“Naveguemos. El mar esinvención de nuestra barca”

El Barudí

El infierno, es los Otros / Marcelo PerciaEntrevista a Georges Lapassade / Cristian Varela

Los gérmenes de nuevos modos de vida comunitaria / Annabel Lee TelesTécnicas de acción para el coordinador grupal / Adriana Piterbarg

Realidad y mito en la tragedia de Río Turbio / Rodrigo LemaDiagnósticos y métodos en la clínica analítica / Jorge Helman

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Cristian Varela [email protected]

La presente entrevista constituye la primera parte de una serie deencuentros mantenidos durante el mes de junio de este a�o conGeorges Lapassade en Par�s. La primera reuni�n la realizamos en

la Universidad de Par�s 8 Ðque �l mismo contribuyera a fundar a prin-cipios de los Õ70- donde a la edad de ochenta a�os Lapassade concurretodos los d�as, permaneciendo m�s tiempo que en su propia casa. Losencuentros siguientes los repartimos entre la Universidad y la casa quese comprara a escasos metros, luego de jubilarse como Profesor.

Lappasade prefiri� en esta oportunidad centrarse sobre el tema deldispositivo de intervenci�n, pues estaba en tren de escribir un art�culoal respecto para una revista especializada.

Cristian Varela: No es f�cil ubicar su obra en los estantes de la bi-blioteca: al principio la filosof�a, enseguida la psicosociolog�a, luegosu preocupaci�n por la instituci�n para pasar sin aparente soluci�n decontinuidad a interesarse por los fen�menos de trance y de disociaci�nde la conciencia... todo esto sin contar sus textos sobre etnolog�a, mi-croscociolog�a, las culturas alternativas, etc. Sin embargo, si est� deacuerdo, quisiera comenzar pregunt�ndole sobre los or�genes del An�-lisis Institucional, la corriente que usted fundara junto con Ren� Lou-rau.

Georges Lapassade: Si, pero quiero recordar que no fuimos los �ni-cos, estaban tambi�n por ejemplo Felix Guattari, los hermanos Oury, yotra gente que dieron origen a distintas l�neas del An�lisis Institucional.En lo que a mi respecta, el origen del AI se sit�a en el problema del dis-positivo. Es importante decir esto porque supone una toma de posici�nal respecto y ayuda a identificar nuestra tendencia. Por la �poca hab�atambi�n un contexto cultural muy importante que impulsa el origen delAI. Por ejemplo, en los Õ60 se plantea una discusi�n en torno del pro-blema de la burocracia, tema que preocupaba a muchos de nosotros. Enesa �poca la cr�tica de la burocracia se sit�a en el centro de los debatesde la izquierda, como cr�tica al stanilismo imperante en el comunismo.Esto se ve claro cuando se lee mi libro Grupos, Organizaciones e Ins-tituciones, que tiene una clara inspiraci�n troskista. La cuesti�n buro-cr�tica preocupaba a muchos de nosotros, entre otros, por ejemplo, losrevisionistas de la revista Arguments dirigida por Edgard Morin. Mo-rin me encarga la coordinaci�n de un n�mero sobre el tema, lo haceporque un a�o antes, en 1959, yo hab�a participado en una situaci�n po-l�tica particular. Por entonces era Profesor Consejero en una residenciauniversitaria, en Anthony, en los alrededores de Par�s. Ah� tuve un con-flicto con un grupo de estudiantes miembros del Partido Comunista,por problemas sobre la organizaci�n interna de la residencia. Fue otroestudiante, amigo m�o, de orientaci�n trostkista aunque pertenec�a alPC Ðdigamos que manten�a una actitud entrista- quien me ayudo a teo-rizar un poco el problema con los stalinistas. Ellos ten�an un peso im-portante porque la residencia era cogestionada entre la Administraci�nUniversitaria y el Centro de Estudiantes que dirig�an.

CV: ÀEn ese momento Ud. pertenec�a o estaba cerca de alg�n parti-do pol�tico?

GL: No, en absoluto, no estaba en ning�n lado, aquella situaci�n sig-nifico para m� un momento de toma de conciencia respecto de la pol�-tica, a partir del problema de la burocracia. A la hora de votar, votabasiempre por la izquierda, pero nunca fui comunista y tampoco era con-ciente de lo que en esencia era el stalinismo, esas cosas no me preocu-paban. Fue ese conflicto, a prop�sito de la cogesti�n de la organiza-ci�n, lo que me llevo a reflexionar por primera vez sobre la pol�tica.

CV: ÀPor ese entonces su actividad era la docencia universitaria?GL: No, yo no dictaba clases, era investigador en el CNRS.CV: ÀY sus investigaciones trataban sobre ...?GL: Preparaba mi t�sis sobre ÒLa entrada en la vidaÓ.CV: Fue entonces a partir del encargo de Morin para coordinar ese

Numero de Arguments que Ud. comienza a teorizar sobre las institucio-nes...

GL: Si, yo hab�a contado un poco por todos lados la situaci�n vivi-da en la Residencia Estudiantil de Anthony y eso le intereso a algunaspersonas ligadas a la cuesti�n pol�tica y a la Sociolog�a. Para m� signi-

fico la entrada en el debate pol�tico de la izquierda, pero no una entra-da desde una perspectiva ÒmacroÓ, sino ya entonces microsociologica.Pues fueron las dificultades en una microsociedad las que me llevarona reflexionar pol�ticamente sobre un problema de orden mundial: el co-munismo, el estalinismo, etc., desde una perspectiva, si Ud. quiere, et-nol�gica. Aunque hay que decir que, por mas que conociera bien la teo-r�a, yo no me sent�a etn�logo, antes bien me defin�a como microsocio-logo de grupos, un poco al estilo de Lewin y Moreno. Yo pose�a un sta-tus bastante ambiguo, pues no pertenec�a a ninguna sociedad o agrupa-ci�n de psicosociologos asist�a si a clases de formaci�n en trainninggroups (TG) y tambi�n me formaba en psicodrama.

CV: ÀEn Par�s?GL: Si, siempre en Par�s. Al participar de los TG yo hab�a descubier-

to una falla en el m�todo, una falta anal�tica, una suerte de silencio orepresi�n (refoulement). Esos grupos funcionaban con 15 o 20 perso-nas, mas un coordinador que los invitaba a observar al propio grupo,pero el problema era que no se planteaba la interrogaci�n sobre lo queen ese momento comenc� a llamar la instituci�n del grupo, su dimen-si�n institucional.

CV: De una manera ante todo intuitiva...GL: Claro, el grupo se supon�a no directivo, pero de hecho eso no

era cierto, pues el coordinador detentaba un poder no explicitado nianalizado. ÀQui�n garantiza el funcionamiento del grupo? Hay siempreuna instituci�n u organizaci�n por detr�s. Esta adem�s la instituci�n in-terna, el dispositivo grupal, que aunque se desee revolucionario no di-fiere en esencia de la escuela tradicional. Es cierto que en la escuelahay transmisi�n de saber, que no la hay en el TG. Pero las diferenciasproclamadas por la teor�a no directiva ocultaban las analog�as con laescuela tradicional: hab�a horarios preestablecidos, roles instituidos,etc. En el fondo no se sal�a del modelo universal de la escuela, un mo-delo de relaciones desiguales entre ense�antes y ense�andos. Estaconstataci�n me permiti� formular dos cosas. En primer lugar, un dis-curso te�rico, que aunque finalmente fue bastante escuchado por lospsicosociologos lewinianos de la �poca, al principio levanto fuertesprotestas. Ahora me doy cuenta, por los �ltimos encuentros mantenidoscon ellos, que cuarenta anos atr�s resultaron sensibles a mi discursocritico. En segundo lugar, el descubrimiento de la dimensi�n institucio-nal del grupo me permiti� proponer un dispositivo alternativo: el gru-po autogestionado. El problema era que esta propuesta contradec�a loque hac�an mis colegas y por otro lado yo no formaba parte del staff deformadores, simplemente participaba de los grupos. Como no huboacuerdo con ellos me plantee la necesidad de cambiar de terreno, es de-cir, salir de la formaci�n de adultos para ir a las escuelas primarias. Tu-ve la suerte de encontrar un peque�o grupo de docentes, disidentes delmovimiento Freinet, que practicaban la autogesti�n en una escuela enGennevilliers. Este grupo hab�a formado una cooperativa con intencio-nes autogestivas, tomando el modelo del consejo cooperativo usado enla producci�n, y llev�ndolo al interior del trabajo en la clase. Por ejem-plo, si se produc�a un conflicto entre los alumnos, estos pod�an pediruna asamblea general. Se trataba de lo que por entonces defin� comoautogesti�n pedag�gica. Luego de esa experiencia, propuse el mismomodelo como alternativa para la formaci�n, no ya de ni�os, sino deadultos, de estudiantes universitarios. La propuesta obtuvo cierta acep-taci�n, porque la principal federaci�n estudiantil de la �poca, la UNEF,carec�a por entonces de programa pol�tico. Su programa, basado en laoposici�n a la guerra de Argelia, ya en 1962 con la independencia ar-gelina, se hab�a quedado sin propuestas; de ah� entonces la relativaaceptaci�n que tuvo nuestro dispositivo autogestivo.

CV: ÀC�mo se ubicaba pol�ticamente la UNEF en ese momento?GL: Con la guerra de Argelia hab�a pasado de una posici�n mas bien

de derecha a una postura de izquierda.CV: Una izquierda no ortodoxa...GL: Socialistas, pr�ximos al PSU, aunque hab�a tambi�n trostkistas.

Entonces, en la efervecencia pol�tica de la �poca se produce un espa-cio receptivo para la autogesti�n pedag�gica, aunque sin que se plan-teara la forma en la autogesti�n pod�a implementarse en la Universi-dad. Mas aun, creo que nuestra propuesta no pod�a desembocar en nin-guna implementacion pr�ctica. Por otra parte yo no ten�a cursos a car-go, era investigador cient�fico, as� que tampoco pod�a realizarla por mi

Campo Grupal / 2

DirectorRomán MazzilliSecretario de redacciónWalter VargasRedacción: Luis Gruss, Daniel Seghezzo, Denise Najmanovich, Patricia MercadoPublicidadDaniel Tripoli, María Eugenia CondeColaboran en esta ediciónMarcelo Percia, Cristian Varela, Adriana Piterbarg, Annabel Lee Teles,Leopoldo Kohon, Ariel Jarach, DiegoLagache, Jorge Helman, Rodrigo Lema, Ruth Gramajo, Victoria Larrosa,Patricia Garrote.CorresponsalesJuan Díaz (Bahía Blanca)Juan Lovari (La Plata)Carlos Torta (Mar del Plata)Marta Carbonero (Bariloche)Rodrigo Campos Alvo (Tucumán)Montse Fornos (España)Raúl Sintes (Uruguay)Pedro Mascarenhas (Brasil)Enrique Guinsberg (México)Terenzio Formenti (Italia)Jacinto Inbar (Israel)Rosa Jaitin (Francia)Ilustraciones: grabados

Redacción y PublicidadConesa 473 P.B. ÒBÓ(1426) Capital - ArgentinaTel/fax: (54-11) 4553-1226E-mail: [email protected]: www.campogrupal.comImpresi�n: G�nesis S.A.Distribuci�n: Motorpsico (Capital)En Chile: Librer�a OlejnikEn Uruguay: Mario CambiassoCampo Grupal es una publicaci�nde Ediciones Presencia.

SuscripcionesPor 11 ediciones anuales:Argentina: $ 55.-Am�rica Latina: u$s 50.-Otros pa�ses: u$s 60.-

No puede haber gracia donde no hay discreción. Cervantes

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Entrevista a Georges Lapassade

La dimensión institucional del grupo

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cuenta. De todas maneras, al menos qued� el planteo te�rico y la pro-puesta pr�ctica de un dispositivo alternativo, si puede decirse as�. Almismo tiempo mi error fue que en mi entusiasmo pretend�a reemplazaral TG por el grupo autogestivo. Ahora veo que no hab�a porque compe-tir, no tenia sentido plantear una guerra de dispositivos. Comet� el errorde postular el m�o como bueno y tachar al otro de malo. De todas for-mas, lo que mas importa de todo esto es que dio lugar al descubrimien-to de la dimensi�n institucional del grupo y a nuestra corriente del AI.Repito entonces, que ella nace a partir de la cr�tica al dispositivo lewi-niano-moreniano de la psicosociolog�a y del psicodrama de grupos, dis-positivos que por entonces estaban muy de moda, no s�lo en medioseducativos, sino tambi�n en medios industriales, productivos.

CV: ÀQui�nes lo hab�an difundido?GL: Por ejemplo Jacques Ardoino; y tambi�n Max Pages, quien al

final de su tesis sobre la vida afectiva de los grupos consagra dos p�-ginas a sus diferencias con los grupos autogestivos de Lapassade. Pe-ro ah� tambi�n dice que Lapassade lo ayudo a comprender mejor elproblema del liderazgo oculto, no explicitado, en los TG. El AI co-mienza entonces con la propuesta de un dispositivo alternativo para laformaci�n, dispositivo que inmediatamente se translada al campo de laintervenci�n. En esos momentos tomo el termino ÒsocioanalisisÓ deVan Boekstal Ð que tuvo una fuerte influencia sobre nosotros- para de-nominar asi a la pr�ctica de intervenci�n. Van Boekstal, por ejemplo,invento un dispositivo de formaci�n en perpetuo cambio, cada diezd�as cambiaba su dispositivo. Por nuestro lado y respecto del disposi-tivo de intervenci�n, el cambio consisti� en que nuestros ÒclientesÓ po-d�an modificar las reglas, negociar los horarios, la duraci�n, los hono-rarios... Nosotros propusimos un modelo de dispositivo que tomamosdel psicoan�lisis, pero incluimos la negociaci�n de las reglas. De estamanera modificamos la rigidez del dispositivo psicoanal�tico. En 1968publicamos con Ren� Lourau Claves de sociolog�a, libro que fue tra-ducido en varios idiomas. En el cap�tulo dedicado a la intervenci�n de-finimos algunas cuestiones relativas al dispositivo socioanalitico, porejemplo las seis reglas de funcionamiento. Intentamos hacer una des-cripci�n del dispositivo, pero con fuerza de ley, si se acepta la imagenret�rica. Leyes que luego fueron modificadas Ðy esta bien que lo fue-ran- pero que en su enunciado original dejan traslucir las huellas delpsicoan�lisis. Si se observa bien se ver� que el dispositivo psicoanal�-tico proviene de la hipnosis -cosa que por otro lado el mismo Freud re-

lata- hay ah� entonces una transposici�n de un dispositivo a otro. Demanera similar nosotros hicimos una transposici�n del dispositivo psi-coanal�tico al dispositivo socioanal�tico. Al hablar de reglas, no estoyhablando de cuestiones normativas respecto del dispositivo, lo quequiero decir es que intentamos una definici�n, pues en rigor hay quedecir que la psicosociolog�a nunca defini� su dispositivo, se lo puedededucir, pero no esta explicitado.

CV: Ud quiere decir que un dispositivo cuyas reglas de funciona-miento carecen de formulaci�n expl�cita, supone en t�rminos de poderuna arbitrariedad mayor que si estuvieran taxativamente enunciados.

GL: Correcto, esa es la idea, el TG carec�a de regla expl�cita, lo cualsupone que la pose�a de manera oculta. Por eso digo que nuestra disi-dencia -junto con Lourau- que origina al AI se sit�a en el cuestiona-miento del dispositivo psicosoci�logico y en la b�squeda de una formaalternativa.

CV: En ese momento Uds. dos coincid�an, sin embargo da la impre-si�n que ya en el origen del movimiento exist�an diferencias entre Ud.y Lourau.

GL: Esas diferencias vinieron despu�s, por el momento y respectodel dispositivo creo que siempre estuvimos de acuerdo. Salvo que yoera mas vers�til, mas inclinado a las innovaciones sucesivas siguiendomis propios caprichos; ten�a una tendencia un poco a hacer lo que megustaba, a buscar un poco por todos lados, mientras que Lourau eramas obsesivo, mas r�gido, se aten�a al dispositivo sin cambiarlo. Porejemplo, en un momento dado quise hacer entrar en el socioanalisis ala bioenerg�a, pues en nuestras sesiones -que duraban poco, mas o me-nos tres d�as- se suscitaban crisis emocionales que no sab�amos c�momanejar. Por mi parte hab�a asistido a seminarios de bioenerg�a y pudeobservar la habilidad que pose�an los coordinadores para la provoca-ci�n y gesti�n de crisis, eso funcionaba, ellos desencadenaban situacio-nes similares a estados de trance, y luego las llevaban a buen termino.Me plantee entonces la necesidad, bien de reformular la t�cnica de labioenerg�a, o bien de hacerla entrar en nuestro dispositivo, incorporan-do a bioenergetistas en nuestros staff de intervenci�n. Ahora bien, Lou-rau no estaba para nada de acuerdo sobre este punto, si bien por enton-ces su mujer estaba bastante cerca de la bioenerg�a. Pero eso es otrahistoria, en los or�genes coincidimos. Antes de cerrar quiero entoncesvolver sobre dicho al principio: el AI se origina, antes que como unateor�a, como un problema de dispositivos.

Campo Grupal / 3¡Son unos amigos tan agradables los animales! No preguntan ni critican. Eliot

Paneles y talleres

Presentación de resúmenes de trabajos hasta el 2 de agosto

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Saludos por el6to. aniversariode Campo GrupalQueridos amigos de Campo Grupal:Queremos desearles un muy felizaniversario y agradecerles su entu-siasta apoyo, a lo largo de estosseis años, a todas las reflexionescreativas que constituyen el campode investigación de lo vincular.Con el afecto de siempre.Comisión Directiva de la Asocia-ción Argentina de Psicología yPsicoterapia de Grupo

Román Querido: Pocas veces un "Campo" ha plan-tado tanta diversidad, y desalam-brado unas cuantas parcelas disci-plinarias. Unas veces fue inverna-dero del deseo colectivo otras cru-zando especies y paisanos de dis-tintos pueblos algunos raros comogallina verde otros sencillitos y dealpargatas. Celebramos con entu-siamo la presencia del CampoGrupal que acompaña tanto alpensamiento como las creacionesgrupales y de enseñaje en este te-rritorio a veces descampado a ve-ces montarás de la subjetividad ysu anclaje en acontecer históricosocial. Un enorme abrazo y felicitaciones.Stella Maris Beron, Federico Bejarano. Escuela de PsicologìaSocial de Azul

Roman:Que bom que existem pessoas co-mo você e sua equipe. A produçãode Campo Grupal tem sido umausina pedagógica de informaçãoreflexiva. Pena que não podemosainda receber aqui no Brasil. Espe-ro encontra-lo em Montevideo comalguns números na mão. Parabéns com um abraço.Marisa Greeb

¡Felices y merecidos seis años,marcando un rumbo de produccióny dignidad!¡Cuánto tiempo! ¡Cuánto nos hapasado profesionalmente!Sigue siendo Campo Grupal unabrújula ante tanto desconcierto ins-talado por las instituciones.Paradójicamente entre los conteni-dos más significativos durante laformación aparecen, la cooperación,la solidaridad, el copensar, producirjuntos, instancias que los que ma-nejan el negocio de las institucioneseducativas han recitado sin dar elmínimo ejemplo sobre esto.No me siento orgullosa de ellos, síde mis colegas que contra viento ymarea, luchando entre la legalidady la legitimidad siguen trabajandoahí en donde cada sujeto sufre yse desgarra ante las dificultadesque ofrece la vida cotidiana.Mientras los Unos cuentan dineri-llos, los Otros todavía sueñan conun mundo mejor. Ahí estas vos Ro-mán y tu gente, tu obra lo docu-mentan.Hoy la Psicología Social, los psicó-logos sociales son un observable,que nos reenvía a pensar que deci-mos, que pensamos y que se hacedesde la mañosa histeria de lasbuenas intenciones.Gracias por representarnos.Silvia Frankrajch

Saludamos en este 6to. aniversarioa Campo Grupal por la creación ysostenimiento de un espacio críti-co, pluralista y creativo al serviciode las prácticas grupales.Carlos Martinez.Confluencia Psicosocial

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Annabel Lee Teles [email protected]

ÒHace falta una comunidad nueva cuyos miembros sean capaces de ÔconfianzaÕ, de esa creencia en s� mismos,

en el mundo, en el devenirÓ. G. Deleuze

El pensamiento filos�fico se realiza en relaci�n a la vida, a losacontecimientos que la pueblan, expresa una preocupaci�n poraquello que pasa y nos pasa; alumbra los signos del devenir que

expresan una mutaci�n y son las se�ales de una transformaci�n; abreuna fisura en el presente, da lugar a lo nuevo, a lo que se distingue delestado de cosas vigente. El presente es lo que somos, pero tambi�n loque estamos dejando de ser.

Pensar es arriesgar ideas, crear conceptos, plantear problemas, hacervisibles cosas que en otras condiciones no podr�an verse; pensar escrear.

La actividad filos�fica realiza un ejercicio de pensamiento cr�tico ycreativo, se aparta de los condicionamientos hist�ricos, impulsa a pen-sar distinto de c�mo se piensa, para devenir y crear algo nuevo. Prestaatenci�n al momento en que aparece una cierta inquietud, surge la pre-gunta y se genera un problema, una resistencia a lo instaurado que pro-voca una invenci�n en el pensamiento. La filosof�a diagnostica deve-nires, crea nuevos modos de pensar, de percibir, de sentir y de hacerque traen consigo nuevas tramas del mundo.

El pensamiento realiza su potencial creador. La cr�tica es el elemen-to positivo de la creaci�n. La actividad creativa de la filosof�a cuestio-na cr�ticamente lo que se considera normal, las creencias que resultanobvias y se pronuncian en las voces de la opini�n generalizada. Tomadistancia de toda imagen dogm�tica, de los discursos con ambici�n to-talitaria que pretenden interpretar, desde su fundamento, la realidad ydar respuestas bajo la forma de un saber acabado.

Una apuesta �tico-pol�tico

Vivimos una intensa mutaci�n que involucra todos los aspectos de lavida humana. Vislumbramos sus signos, la emergencia de nuevos mo-dos de pensamiento �tico-pol�tico que concierne a los modos de pro-ducci�n, de relaci�n y a la existencia de los hombres y mujeres. El pen-samiento filos�fico se enlaza a la producci�n; apuesta a la transforma-ci�n de las relaciones de las personas consigo mismas, entre s� y con elmundo; afirma una �tica del acontecimiento que abre el juego de rela-ciones amorosas y alegres.

La devaluaci�n de la vida, la propagaci�n de la miseria material,mental y espiritual es un peligro actual al que debemos atender. Plan-tear los problemas que ata�en a la vida en comunidad de los hombresy mujeres, encontrar v�as creativas de abordarlos es una preocupaci�nacuciante para el pensamiento filos�fico en este momento crucial denuestro devenir hist�rico.

El pensamiento �tico-pol�tico abandona la hegemon�a de la relaci�nmando-obediencia y avanza en las creaci�n de las las mejores condi-ciones para la efectuaci�n de la potencia, para la realizaci�n de las ca-pacidades individuales y colectivas. La pol�tica se vuelve afectiva se-�ala un nuevo rumbo de acci�n al propiciar territorios existenciales ca-paces de aumentar la potencia de los seres y efectuar el pasaje del r�-gimen de la carencia y la demanda al de la potencia, la autonom�a y laautogesti�n productiva.

El Taller de Filosof�a y Pol�tica en el CEFOCC

Las tardes de verano debajo del eucaliptus, las oto�ales con la mesacargadas de dibujos infantiles repiten una y otra vez aquella primeratarde invernal en el CEFOCC (Centro para la Educaci�n y Formaci�nde Cultura Comunitaria). Las conversaciones en la panader�a, en la sa-la de la cooperativa, los mates en el taller de costura, son los espacios-tiempos donde se tramaron amistades, pensamientos, preocupaciones yalegr�as. C�mo decir lo colectivo cuando se presenta como experienciaineludible. C�mo decir el acontecimiento del pensamiento cuando seefect�a colectivo en condiciones singulares imprevisibles. La media-

ci�n condiciona nuestro decir, la teor�a categorial intercepta el aconte-cer experimental. El devenir de una pr�ctica exige un modo distinto depensar. De ah� la dificultad, la demora de un decir acerca de una expe-riencia que obliga al pensamiento filos�fico a abandonar la exclusivi-dad conceptual. Los conceptos se enlazan a perceptos y a afectos: elpensamiento adquiere un car�cter material.

El Taller de filosof�a y pol�tica comenz� hace un a�o y se convirti�en una experiencia peculiar que a�n sigue sorprendiendo por su poten-cia. El Taller se vuelve ronda de pensamiento fil�s�fico y pol�tico, re-coge las experiencias pol�ticas, existenciales y productivas en configu-raciones conceptuales que dicen las pr�cticas concretas del movimien-to. Los emprendimientos productivos editorial, panader�a, taller de cos-tura y tambi�n el jard�n comunitario, primer escal�n del proyecto edu-cativo, son las materia mutante del pensamiento que expresa la poten-cia transformadora propia del colectivo.

Dar cuenta de una experiencia conlleva ciertas dificultades, corre-mos el riesgo de sobredeterminarla al aplicarle categor�as obsoletasque culminan por inhibir sus elementos germinales; de formalizarla deacuerdo a una grilla de inteligibilidad que la constri�a, la desfigure alpunto de quitarle toda su espontaneidad rebelde. Por ello, la intenci�nde estas notas es trazar ciertas l�neas de pensamiento que iluminen,desde una perspectiva, la emergencia de modos pensamiento, de pro-ducci�n, de procesos subjetivos y de deseos pol�ticos colectivos queconstruyen diariamente la vida en comunidad.

Desde el a�o 1995, el MTD La Matanza efect�a una potencia trans-formadora que se expresa en una acci�n pol�tica, �tica y productiva. Lapotencia comunitaria es en acto, se da d�a a d�a, abandona toda conno-taci�n ut�pica, de una vida mejor en un futuro de la historia eternamen-te demorado. ÒDe la culpa a la autogesti�nÓ libro escrito y editado porel movimiento abre un �mbito de problematizaci�n pol�tica y da cuen-ta de los avatares de la construcci�n comunitaria.

La construcci�n del CEFOCC por parte del MTD La Matanza apor-t� un espacio de encuentro y relaci�n para la comunidad donde se danrelaciones basadas en el di�logo y la confianza mutua. En �l se realizauna creaci�n colectiva que vincula el pensamiento y la acci�n pol�ticacon la �tica y la producci�n econ�mica. El CEFOCC es una apuestasingular a la vida, a un pensamiento pol�tico, a modalidades subjetivasy productivas que afirman la emergencia de lo nuevo.

Cuando la filosof�a se vuelve pol�tica

El pensamiento filos�fico desde el comienzo encontr� fuertes reso-nancias con el pensamiento y la experiencia pol�tica del colectivo. Elencuentro fue sorprendente. No hab�a dudas respecto de algunas cues-tiones b�sicas. La afirmaci�n radical de la transformaci�n. La convic-ci�n de que lo dado, la realidad hegem�nica que se nos presenta comouna y �nica no era el punto de partida de la actividad transformadora.Se sab�a que la subordinaci�n a los sistemas de control y dominio con-lleva en s� mismo la esclavitud a la realidad. La experiencia pol�tica, lapr�ctica de a�os dice que la v�a es afirmar el pensamiento, el deseo li-bertario, la propia potencia. Lo que significa la necesidad constante dedesplazar el pensamiento, de configurar una l�gica de pensamiento quepermita una experiencia de la realidad, de la vida individual y colecti-va signada por principios y valores afirmativos.

La ense�anza filos�fica devino aprendizaje pol�tico. Y quiz� sea eseuno de los aspectos m�s ricos de esta experiencia, ese devenir de doblecaptura que gener� un cuerpo de pensamiento peculiar. Un cuerpo depensamiento en el cual los conceptos de ontolog�a del devenir, inma-nencia, potencia, univocidad del ser ganaron r�pidamente terreno. Noeran necesarias explicaciones, las ideas filos�ficas se enlazaron a la ex-periencia pol�tica. Se produjo una elaboraci�n conceptual que expres�el pensamiento y la experiencia pol�tica que ya se ven�an realizando.

Las ideas propias de la memoria filos�fica de occidente contribuye-ron a trazar mapas conceptuales que dieron cuenta del pensamiento he-gem�nico. El proceder geneal�gico que parte de peligros actuales y sedirige al pasado para iluminar las condiciones de su aparici�n aport�luz frente a las dificultades, los atascamientos en las pr�cticas pol�ticas,subjetivas y productivas. Trabajar sobre la memoria filos�fica abre elpensamiento a lo nuevo en el presente y a lo nuevo tambi�n en el pa-

Campo Grupal / 4 Enamorarse no es amar. Puede uno enamorarse y odiar. Dostoievski

Denise Najmanovich [email protected]

Hace ya 10 años (¡YA!!!) Kevin Kelly -uno delos gurues de la “Era Internet”, que entreotras cosas es el editor de la revista “Wired”-publicó “Out of control” (Fuera de control).Un libro provocador, inteligente, un tantodesmesurado incluso (más de quinientas pá-ginas) en el que se aventura a explorarnuestro mundo sin anteojeras disciplinariaspara dar cuenta de otra mirada posible, deotro modo de percibir y actuar, de crear yconstruir por fuera del paradigma del control. El mes pasado la ESA (Agencia EspacialEuropea) publicó una foto de la Gran Mura-lla China vista desde 600 Km. de altura rea-firmando la creencia de que esta es la únicaconstrucción humana que se distingue asimple vista desde el espacio. ¿Cómo se unen estas dos informaciones?Tal vez la mejor explicación consista en ad-mitir que se “chocaron” en mi pensamientocuando intentaba dar cuenta de la impresiónde ridiculez y magnificencia que siento frentea la Gran Muralla. Probablemente sea éstael monumento más extraordinario a los in-tentos humanos de control y, simultánea-mente, al absurdo de esta pretensión. Inten-tar lograr la seguridad a través del aisla-miento, la bunkerización, la construcción debarreras infranqueables es una consecuen-cia necesaria de la lógica identitaria y su co-rrelativo terror a la alteridad, a la no seme-janza, al extranjero, al diferente, en fin acualquier otro de mi (sea este mi un “yo” oun “nosotros”). Destaco la utilización del tér-mino terror pues no debe confundirse conmiedo. El miedo es un mecanismo adaptati-vo, flexible, productivo que implica alerta, yprevención en cambio el terror es destructi-vo, intransigente, paralizante. La estrategiabasada en el terror tiende a incrementar sinlímites la separación y la exclusión para locual exige cada vez mayor aislamiento, mu-ros más grueso, murallas más largas. Estaactitud lleva a que se consuman las ener-gías de la vida en la prevención de la muer-te....que llegará igual irremediablemente.Kevin Kelly entró en la escena de mi pensa-miento cuando ocurrió la explosión implícitaen la paradoja de que esta gran barrera depiedra que exigió ingentes esfuerzos huma-nos y recursos materiales en su construc-ción fue sencillamente burlada gracias aunos pocos dinerillos sabiamente gastadosen sobornar a la guardia de uno de sus por-tones. Siglos han pasado y dicen que aúndesde la luna puede verse el emblema enpiedra de este papelón mayúsculo que noen vano ha sido declarado patrimonio histó-rico de la humanidad. Lamentablemente laUNESCO sólo está interesada en preservarla materia amenazada por los campesinosque día a día profundizan la labor de erosiónhumana llevándose uno a uno miles de blo-ques de piedra para construir sus casas opara vendérselos a los turistas siempre ávi-dos de recuerdo. Los funcionarios interna-cionales no están interesados en mantenerel recuerdo de la bochornosa violación delparadigma de la seguridad y el control queun Emperador lejano nos legó como monu-mento a la paranoia instituida, a sus sólidasdefensas y a su precaria eficacia. Kelly, encambio, no se ocupa en su libro de la mura-lla y su fracaso sino de otro modo de ejercerel control que surge de una estética de pen-samiento totalmente diferente. Una estéticaparadójica según la cual un control eficazsólo puede lograrse renunciando al controltotal, es decir admitiendo el descontrol comonecesario para un orden vital y productivo.El capítulo de su libro dedicado a esta temá-tica comienza con un recorrido histórico quesitúa el nacimiento de esta otra perspectivaprecisamente en China y mostrándonos otrorostro de esta cultura milenaria, cita las suti-les y perspicaces palabras de Lao Tze en elTao Te King:

El control inteligente semeja al descontrol ola libertadY por esa razón un control genuinoEl control no-inteligente se presenta comodominación externaEl control inteligente ejerce su acción sinque se noteEl control no-inteligente trata de influir ha-ciendo un show de fuerza

El control no-inteligente es mera fuerza bru-ta, muralla, terror y contraterror, exclusión yaislamiento, que obsesionado con la muertededica la vida exclusivamente a combatirla.El control inteligente de Lao Tze se relacio-na con la regulación orgánica, la modulaciónsutil y fértil de la procreación, el intercambioa la vez delicado y potente del ser vivo ensu ecosistema, que sin negar la muerte cen-tra su atención y su dedicación al cultivo lavida.

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Page 5: Campo Grupal 58

sado. La filosof�a de Spinoza se libera, se potencializa en las lecturascontempor�neas y se vuelve una herramienta potente para pensar y re-pensar las experiencias actuales.

El taller dio lugar a la formaci�n de un cuerpo de pensamiento don-de el pensar alcanz� fluidez y consistencia expresiva. El encuentro in-ternacional de movimientos aut�nomos ÒEnero Aut�nomoÓ realizadoen enero 2004, en Roca Negra, Lan�s, fue el espacio-tiempo propiciopara su expansi�n al generar dos talleres que convocaron alrededor de150 personas a pensar en conjunto las cuestiones que se pensaban y su-ced�an en el encuentro.

Un cuerpo de pensamiento-producci�n colectivo

El pensamiento colectivo expresa un deseo productivo, requiere dela experiencia colectiva, de la pr�ctica diaria, de relaciones de amoro-sidad que no inhiben la conflictividad.

Se plantean los problemas propios de la producci�n autogestiva. Losemprendimiento de panader�a, costura, el jard�n comunitario ti�eroncon su potencia el taller de filosof�a y pol�tica al punto de convertirlo,en un emprendimiento productivo. La filosof�a adquiere su mayor vi-gor, su potencia productiva, su capacidad de acci�n cuando se vuelvapol�tica. El pensamiento se mide a nivel de sus efectos. La filosof�apiensa la producci�n: los modos y las relaciones de producci�n; losmedios y las fuerzas productivas. La producci�n abandona la regenciadel pensamiento hegem�nico. Nos encontramos con una modalidadproductiva inmanente: producci�n de producci�n.

La producci�n pierde su car�cter trascendente jer�rquico y moral.Adquiere valor �tico dando lugar a una pol�tica libertaria como ejerciode un deseo insurgente y constructivo. Comenzamos a transitar nuevosmodos y relaciones de producci�n. La producci�n acelera su mutaci�ncuando se imbrinca al pensamiento, a las transformaciones subjetivasy a las condiciones materiales de existencia.

La afirmaci�n del querer, que significa la afirmaci�n de la propia po-tencia requiere del colectivo para su expansi�n y da lugar al ejerciciode libertad. El deseo se vuelve productivo, abandona la carencia, paraafirmarse como producci�n que al producir se produce. La inmanenciaadquiere relevancia conceptual y pol�tica. Se abre paso un pensamien-to que viabililiza el porvenir.

La afirmaci�n del porvenir consiste en realizar un pensamiento cr�ti-co y creativo a la vez. Abandonar la l�gica de lo posible-imposible quetiene lo dado, la realidad hegem�nica como referencia. Afirmar el por-venir no significa soslayar las dificultades, los obst�culos y los conflic-tos, sino hacer una apuesta por el pensamiento como acto creador. Elpensamiento como potencia productiva crea la condiciones de emer-gencia de modalidades subjetivas, de condiciones materiales de exis-tencia capaces de lograr efectivamente un modo distinto de realidad.

Un cuerpo de pensamiento supone crear y recrear un plano de con-sistencia en el que germine un pensamiento acci�n transformador. Unanueva configuraci�n de pensamiento capaz de de comprender y decirel acontecimiento. Plantear los problemas que se suscitan en la situa-ci�n como efectuaci�n del acontecimiento. Realizar un an�lisis genea-l�gico de las ideas que constituyen nuestros peligros actuales. Impli-carnos, involucrarnos creativamente en las situaciones-acontecimien-tos que dinamizan la vida productiva y comunitaria.

El Taller de filosof�a y pol�tica afianza una experiencia peculiar.Fuerza a pensar el concepto de experiencia. La experiencia no es loque est� all� dado para luego reflexionar sobre ella y lograr formalizar-la. La experiencia es lo que se produce en el ejercicio de un pensa-miento-acci�n que en su desarrollo transforma y crea realidad. Una ex-periencia es aquello que se est� haciendo. La experiencia es siempreuna producci�n, la transformaci�n del pensamiento, de la vida afecti-va y de la materia.

El pensamiento-experiencia del taller en el CEFOCC contribuye alquehacer filos�fico creativo en la medida que estimula la emergenciade una apuesta �tico-pol�tica que traza un plano de pensamiento unapol�tica relacional.

La pol�tica afectiva

La pol�tica afectiva realiza un ejercicio de pensamiento afirmativo yactivo. Se enlaza a la �tica, problematiza la subjetividad. Abandona eljuego del mando y la obediencia. Afirma la ejercicio del deseo pol�ti-co, las relaciones no-jer�rquica, divergentes y resonantes. Efect�a latransici�n de un r�gimen de la carencia y la demanda a un r�gimen dela potencia y la producci�n.

El pensamiento pol�tico piensa la producci�n colectiva e inmanente,genera las condiciones para el advenimiento de modalidades existen-ciales libertarias. La �tica se enlaza a la pol�tica, se vuelve material enel juego de necesidades inmanentes de la vida colectiva.

La vida en comunidad, el ejercicio de la propia potencia, la creaci�nde nuevas capacidades ata�e a hombres y mujeres, ancianos y ni�os.Formula preguntas, plantea problemas: c�mo realizar un ejercicio de lapropia potencia, c�mo generar una vida digna y alegre. Los hombres ymujeres se encuentran en un mar de relaciones que se efect�an comorelaci�n con el mundo, con los dem�s y consigo mismo. La �tica se im-brica a la pol�tica no parte ni de la separaci�n de los seres entre s� ni dela separaci�n de los seres con el mundo. Los modos subjetivos sonesencialmente relacionales, en su devenir generan condiciones mate-riales de producci�n y existencia capaces de construir comunidad.

La pol�tica afectiva atiende a los modos de relaci�n entre las perso-nas, a las relaciones de producci�n que son a la vez relaciones poder, ala manera en que �stas se distribuyen y organizan. Abandona la l�gicadualista sociedad-individuo, no insiste en un modo de organizaci�n delas fuerzas, en un tipo de racionalidad politica que sostiene relacionesinvidualistas de rivalidad y jerarqu�a con su consabida carga de domi-nio e impotencia.

Las relaciones afectivas (el poder de afectar y ser afectado) en sumovilidad expansiva producen territorios intensivos, planos de consis-tencia flu�dos animados por afectaciones m�litples. La relacionalidades esencialmente productiva. La l�gica relacional afectiva no alude alintercambio ni a las relaciones entre t�rminos, sino a la generaci�n decolectivos de producci�n. Intensifica la relacionalidad, pone de mani-fiesto un potencial humano, rico y complejo, estimula la creaci�n demodos de vida libertarios que disuelven las instancias de sujeci�n pro-pia y la de los otros. Los colectivos de producci�n son modos de orga-nizaci�n din�micos y mutantes donde el aumento de la potencia indi-vidual significa el aumento de la potencia del colectivo.

En estos tiempos, de diversas maneras, los movimientos sociales hanconstru�do territorios pol�ticos, productivos, existenciales en los cualesse generan verdaderos colectivos de producci�n. En su accionar inten-sifican la creaci�n de pensamiento, las transformaciones subjetivas y lapreocupaci�n por las condiciones materiales de existencia. Anuncianuna mutaci�n a nivel de la producci�n, al crear las condiciones de unatransformaci�n que involucra los medios, las relaciones y las fuerzasde producci�n. Traen consigo los g�rmenes de nuevas posibilidades devida al realizar una apuesta �tico-pol�tica que afirma la creaci�n de co-munidades en las cuales se desarrollen relaciones afectivas capaces deestimular la potencia creativa y amorosa de los hombres y mujeres.

Campo Grupal / 5El trato con mujeres es el fundamento de las buenas formas. Goethe

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Page 6: Campo Grupal 58

“Puntos de partida. Técnicas de acción para el coordi-nador grupal” es el título del último libro de AdrianaPiterbarg que estará en las librerías en los primerosdías de agosto. Reproducimos a continuación tres pasajes de distintoscapítulos, como una presentación exclusiva para nuestros lectores.

Adriana Piterbarg [email protected]

Libro

Tropezabas en los astros desastrada casi no ten�amos libros en casay la ciudad no ten�a librer�apero los libros que han entrado en nuestra vidason como la radiaci�n de un agujero negroapuntando hacia la expansi�n del Universoporque la frase, el concepto, el tema, el verso(y, sin duda, sobre todo el verso)es lo que puede lanzar mundos en el mundo.Tropezabas en los astros desastradasin saber que la ventura y la desventurade esa calle que va de la nada a la nadason libros y el luar contra la cultura Los libros son objetos trascendentespero podemos amarlos del amor t�ctilque damos a los paquetes de cigarrillosdomarlos, cultivarlos en acuariosen estantes, celdas, hogueraso lanzarlos por las ventanas(tal vez eso nos libre de lanzarnos)o Ðlo que es mucho peorÐ por odi�rnoslospodemos simplemente escribir uno:Colmar de in�tiles palabras muchas p�ginasy de m�s confusi�n las estanter�as.Tropezabas en los astros desastradapero para m� fuiste la estrella entre las estrellas.

Caetano Veloso

Escribir un libro es como ir hilvanando ideas en muchas hojas depapel. Un libro puede ser una llave apropiada para abrir cofres,cajitas, tesoros y compuertas, pero tambi�n puede observarse

desde lejos, como un fant�stico monumento que bloquee con su pre-sencia toda mirada que no se dirija a �l. Nos ense�aron Ðy aprendimosÐque Òlo escrito, escrito est�Ó, convirti�ndose de este modo en una con-serva cultural que no admite modificaciones.

Mucho me cuestion� el hecho de escribir un libro sobre t�cnicas deacci�n.

Quiz�s por la fuerte convicci�n de creer que las t�cnicas grupales na-cen nuevamente frente a cada situaci�n inesperadaÉ

Quiz�s por sostener que todo coordinador debe ser el inventor de sus

propios recursosÉQuiz�s por suponer Ðy cuanta raz�n ten�a en suponerloÐ que traducir

en palabras tantas t�cnicas iba a resultar una tarea ciertamente dificul-tosaÉ

Quiz�s por impregnarme con la canci�n de Caetano y resistirme a noÒcolmar de in�tiles palabras muchas p�ginas y de m�s confusi�n lasestanter�as.Ó

Quiz�sÉ quiz�sÉ quiz�sÉQuiz�s fueron tantas las voces de mis alumnos incit�ndome a ocu-

parme del temaÉ Quiz�s porque escribir este libro fue la excusa necesaria para acomo-

dar una tarea de la que me enamor� hace un buen ratoÉy Àc�mo noenamorarse? si en un grupo pasan cosas tales como esta:

Grupo, dulce grupoÉ

-Quiero decirles que estoy recontenta de estar con ustedes, siento quesomos un grupo genial.-Eso no lo sent�s, lo pens�s.-Ya sali� el intelectual puntilloso.-�l dice lo correcto, Àacaso no estamos ac� para ser puntillosos inte-lectuales?-A prop�sito, qu� bien que trabajamos el otro d�a.-ÀCu�ndo?-El otro d�a.-Es impreciso hablar de Òel otro d�aÓ, por otra parte, el otro d�a fueotro d�a y hoy es hoy.-Nada m�s cierto.-Lo cierto es que hoy estamos un poco confusos.-ÀPor qu�? Para m� est� todo clar�simo.-M�s claro echale agua.-Aunque el agua y el aceite no se juntan.-ÀY eso qu� tiene que ver?-Me parece que tenemos que poner algunos puntos sobre las ÒiesÓ.-ÁQu� complicados que son ustedes, si ac� est� todo re-bien, todos par-ticipamos por igual!-En realidad algunos hablan mucho sin decir nada y otros no dicen na-da peroÉ-Pero nos decimos todo lo que nos tenemos que decir, Ào no?-Creo que no. ÀLes dijiste?-ÀSi les dije qu�?-Lo que me dijiste que les ibas a decirÉ-No. No les dije lo que vos dijiste que dijera, ni tampoco lo que yo lesquer�a decir.-Esto parece un trabalenguas.-Este grupo parece un trabalenguas.-ÀC�mo? ÀNo �ramos un grupo genial?-En este momento seremos un genial trabalenguas.-Hablando de lenguas, dejen de pelear que traje un lemmon pie.-Eso no es parte de la tarea.-No s�, pero est� buen�simo.-Eso es lo que yo digoÉ-No, vos dec�as otra cosa.-En cambio yo pienso en este grupo y se me cierra el est�mago.-Eso no lo pens�s, lo sent�s.-ÁOtra vez el puntilloso!

Campo Grupal / 6 El primero de nuestros deberes es poner en claro cuál es nuestra idea del deber. Maeterlinck

Hacia elencuentro deesquizoanálisisAriel Jarach

[email protected]

La oportunidad que se nos pre-senta en el próximo encuentro deMontevideo* es casi azarosa. Sibien hay una decisión que resultaen la convocatoria formal para un“no congreso” de esquizoanálisis,también hay una tenue vacilaciónde asumir el poder de instituir elevento como un homogéneo dis-curso ideológico y teórico bajo elparaguas de los dos inspiradoresde una filosofía, una práctica yuna política. La obra de Deleuze y Guattari estambién un supuesto, una síntesissubjetiva que reúne la producciónconjunta de los autores con susescritos individuales, la vida de ca-da uno de ellos y su trayecto ex-periencial o profesional o universi-tario o incluso íntimo. Pero ade-más como si fuera poco, la singu-laridad de esta “síntesis subjetiva”abarca como virtud y como mito,como singularidad y también ce-guera obsecuente, una red de dis-cursos y políticas que coagulan ydispersan un espíritu de época yuna anárquica erudición de citas einspiraciones bibliográficas tantocomo la materialidad de las perso-nas que como íconos las nutrie-ron.Al reunirnos bajo el título de esqui-zoanálisis asumimos irresponsa-blemente el riesgo de homogenei-zar y reducir las múltiples afeccio-nes que nos convocan a la vezque valientemente afirmamos unapalabra para delimitar un encuen-tro que durante bastante tiemporehuímos con la válida excusa deno ceder a la eclesiástica adscrip-ción de lo dogmático, a la réplicade lo instituído como escuela o “is-mo” (deleuziano,guattariano, sontraiciones per-se).La lógica del sentido, las tres eco-logías, el anti-edipo, la caosmosis,Proust y Bacon, Spinoza, Nietzchey Bergson, el devenir minoritario yla afirmación de lo singular comoefectuación y contraefectuación dela afección material del aconteci-miento y política del agenciamien-to colectivo de enunciación sonmúltiples y parciales modos de in-sistir en una posición ética para in-ventar una estética que exprese laincomodidad frente a la produc-ción de subjetividad dominante yalienante: el capitalismo mundialintegrado con su monológo abs-tracto e inmaterial. La tarea que se impone es la deescapar del resentimiento y de lareacción irónica para afirmar (des-de la incomodidad del deseo, laincomodidad de la vida dentro delmonólogo capitalista) un encuen-tro posible.Este encuentro será aquel que searriesgue a las extrañas aventurasde la producción de a-efectivospensamientos, encuentros connuestros nos-y-otros. ¿Seremos capaces de insistir ydesistir?, ¿o sólo resistir para exis-tir?Inventar lo escindido del análisises un desafío que propongo bajoel riesgo de lo impersonal de loeventual. Lo indeclinable es lo deseado. Elbuen trato es política y clínica, laestética es la máquina de inven-ción y producción.

*El Encuentro Latinoamericanode Esquizoanálisis, se realizarádel 12 al 15 de agosto de 2004 enMontevideo, Uruguay.

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Técnicas de acción para el coordinador grupal

ENEAGRAMATaller teórico-vivencial • Psicología de los eneatipos

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Coordinación: Luis Yacachury - Psic. Gestáltico

Entrevistas: 4-772-7525 / [email protected] nuestra web: www.fritzgestalt.com

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ESPACIO Y... Lugar Cultural Directora: Lic. Cristina García Oliver

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Page 7: Campo Grupal 58

-C�mo les dec�a antes: siento que somos un grupo genial.-Eso es indiscutible, pero Àde qu� est�bamos hablando?

Momentos de confusi�n, de asperezas, de estancamientoÉ Duran-te el recorrido de todo grupo resulta inevitable la aparici�n de diferen-tes obst�culos: para comunicarse eficazmente, para abordar una tem�-tica, para organizarse, etc. En esos momentos de trabas variadas, es �tilla incorporaci�n de alguna t�cnica de acci�n, no como una imposici�npor parte del coordinador, sino como una modalidad novedosa paratransitar por el espacio grupal.

Entre las m�ltiples intervenciones que surgen desde el terreno de ladificultad, recuerdo la siguiente experiencia:

Corporizando obst�culos

ÒUno debe seguir teniendo caos dentro de s�, para dar nacimiento auna estrella danzante.Ó

Friedrich Nietzsche

En muchas ocasiones Ðno quiero generalizar utilizando la palabrasiempreÐ las t�cnicas surgen del vac�o, de la intrincada sensaci�n de nosaber qu� hacer. De repente, frente a la s�bita aparici�n de lo inespera-do, se enciende alg�n punto de partida. Cierto es que los obst�culos tie-nen mala prensa, es decir, relacionamos la palabra Òobst�culoÓ con: di-ficultades, estorbos, impedimentos, frenos; pero en realidad los obst�-culos pueden llegar a convertirse en el motor de un nuevo accionar.

Algo as� ocurri� en el Congreso de Psicolog�a Social, organizado porel grupo Inserci�n en agosto del 2002, en la ciudad de Montevideo. Si-tu�ndonos en ese entonces, Argentina hab�a sufrido Ðestaba sufriendoÐuna fuerte crisis socio-econ�mica y pol�tica. La gran explosi�n aconte-cida en diciembre del 2001 hab�a dejado m�ltiples secuelas, se respi-raba un aire a cacerolas que gritaban descontento. Las asambleas veci-nales parec�an hormigueros, los ahorros y tantos proyectos permane-c�an acorralados, pero la idea de Inserci�n continu�. El lugar para lle-var adelante el Congreso hab�a sido propuesto en agosto del 2001,cuando a los argentinos nos resultaba viable cruzar al pa�s hermano,pero luego Ðcorralito medianteÐ la situaci�n se modific� de modo talque lo accesible se torn� imposible. Pese a todo, la preparaci�n delevento sigui� adelante y alrededor de 200 personas participamos delmismo. El cierre del Congreso se desarroll� en el Sal�n Rojo del Pala-cio Municipal de Montevideo, mi tarea era realizar un sociodrama contodos los participantes. Al llegar al lugar nos encontramos con un mag-nifico espacio pero colmado de grandes mesas y sillas; para nuestrasorpresa, la indicaci�n que nos dieron fue que no estaba permitido co-rrer los muebles que hab�a en ese recinto Ðaclaro que aunque no hubie-ran explicitado esa prohibici�n, era muy dif�cil mover un mobiliariotan pesadoÐ. A simple vista resultaba imposible realizar un caldea-miento corporal apropiado para iniciar un sociodrama con tantas per-sonas y tantos objetos obstaculizando el espacio de interacci�n. Me pa-reci� que tantos obst�culos en el espacio destinado al cierre reflejaban

los tantos contratiempos, idas y vueltas que tuvieron que afrontar losorganizadores del Congreso. Por otro lado, aunque no est�bamos enArgentina, sino del otro lado del ÒcharcoÓ, pens� tambi�n en los tantosobst�culos que los rioplatenses hab�amos tenido que enfrentar en los�ltimos tiempos. En ese instante decid� trabajar utilizando las mesas ylas sillas simbolizando los obst�culos que interfer�an en la realizaci�nde proyectos. Todo el trabajo sociodram�tico se realiz� con esos obs-t�culos en el medio. La primera consigna fue que desde el lugar endonde cada uno estaba, intentara acercarse a los otros, ponerse en con-tacto a pesar de los obst�culos, realizando todos los movimientos cor-porales que les permitieran estirarse hasta los dem�s. Como esos ele-mentos m�gicos que aparecen en el momento indicado, alguien sac�un ovillo de hilo de alg�n lugar y ese hilo fue llegando hasta cada unode los participantes quedando armada una enorme red. El impacto queeste hecho espont�neo provoc� fue profundo, como dije anteriormen-te se trataba de doscientas personas interactuando entre pesados obje-tos. Ese fue nuestro inesperado caldeamiento, luego continuamos enesa l�nea de trabajo y as� surgi� la corporizaci�n de obst�culos.

Descripci�n de la t�cnica: es una manera de abordar los obst�culospsicodram�ticamente a partir de un trabajo con analog�as. La consignaser� que cada uno de los participantes piense qu� forma tienen para �llos obst�culos: una barrera, un laberinto, un abismo, un mont�n de pie-dras rodando sin cesar, un pared�n, grandes macetones, etc. Luego seproceder� a la corporizaci�n, para ello se requiere que seis o siete per-sonas pasen al escenario, ellos le dar�n forma a los obst�culos con suscuerpos. El trabajo se realiza de la siguiente manera: un participante di-ce la analog�a que �l encontr� para los obst�culos, por ejemplo Òunaselva enmara�adaÓ, entonces los ÒcorporizadoresÓ armar�n con suscuerpos una selva enmara�ada, luego el due�o de esa analog�a mostra-r� cu�l es su reacci�n frente a ese obst�culo: pasar con cuidado para noenredarse, colgarse de una liana, buscar un huequito por donde ingre-sar, mirar muy bien por donde pasar para no hacerse da�o, buscar unhacha para ir abriendo camino, entrar impetuosamente para salir de ah�lo antes posible. Si le resulta imposible afrontarlo podr� solicitar cola-boraci�n a alg�n compa�ero. Despu�s pasar�n otros integrantes propo-niendo sus analog�as y se repetir� el mismo procedimiento. As� podr�nobservarse las diferentes formas con las que son registrados interna-mente los obst�culos y los m�ltiples mecanismos con los que reaccio-namos frente a los mismos.

Conclusi�n: en la experiencia realizada en Montevideo, no trabaja-mos a pesar de los obst�culos, sino que trabajamos a partir de los obs-t�culos, aprovech�ndolos. Tomando las palabras de Nietzsche, deja-mos que del caos surgiera una estrella danzante.

Mi intenci�n es que los diferentes juegos y t�cnicas grupales queaqu� describo no se tomen como recetas, sino que simplemente resul-ten contagiosas, que promuevan las ganas de inventar m�s t�cnicas,que este libro sea como Òla radiaci�n de un agujero negro apuntandohacia la expansi�nÓ de nuevos puntos de partidaÉ

Campo Grupal / 7El hombre poco claro no puede hacerse ilusiones: o se engaña a sí mismo, o trata de engañar a otros. Stendhal

Walter Vargas [email protected]

Allá por 1968 un entrenador bra-sileño acuñó la tesis de la “mantacorta” para describir una fatalidadque se cierne sobre los equiposde fútbol. Explicaba Tim, que asíse llamaba el conductor del SanLorenzo campeón de entonces,más conocido por el tilde de “Ma-tadores”, que cuando el equipoataca desguarnece su retaguar-dia y cuando defiende ve debilita-da su ofensiva, lo mismo que unamanta que si cubre los pies dejaal desnudo la cabeza, y vicever-sa. La tesis de Tim, todavía anali-zada, y masticada, discutida, sinaportes superadores, es la quese me presenta, y en buena me-dida me sobresalta, cuanto inten-to pensar algo acerca del episo-dio Mainardi, que así se apellidael empresario que hace unas po-cas semanas la jugó de cowboy ala carta, de héroe siglo veintidós,y repelió un asalto metiéndoleplomo a tres ladrones, liquidandoa dos de ellos, hiriendo al tercero,y recibiendo la ovación de los ho-norables ciudadanos que, justa-mente, habían resultado indem-nes de esa balacera perpetrada acielo abierto, en pleno centro, yen hora pico. Chupate esa man-darina.Lo que me intranquiliza del asun-to no es que Mainardi representehoy lo que en tiempos del mene-mismo representó el ingenieroSantos, otro próspero e impolutovecino que mató en defensa deun pasacassette, y tan orgullosoque estaba, y tan dispuesto a se-guir apretando el gatillo y bajandoa quien osare codiciarle el másnimio testimonio de su prosperi-dad. No: lo que me intranquilizaes sospechar que esto reciénempieza, que en realidad aun nohemos visto nada, que la mainar-didad goza de buen pronóstico, yde una altísima y creciente inten-ción de voto, y que más tempra-no que tarde la mainardidad serátan argentina como el dulce deleche, y tan dichosamente bobali-cona como, por caso, la diva pla-tinada que supimos conseguir.Pero en tren de intranquizarme,también me intranquiliza que metironee la tentación de mirar paraun solo wing, ya que estamoscon alegorías futboleras, y que seme escape que esto de la insegu-ridad es un real más grave y másprofundo que el atávico pataleode la clase media en pánico. Con todo, ahí no se agota mi in-tranquilidad: más me intranquilizaadvertir que, hipnotizados, enaje-nados, capturados por el versuschorros/nos mainardis, nos quedaen lontananza la evidencia deque a los que cortan el bacalaoles viene fenómeno que lloremosel tango fatal de la manta corta,mientras ellos se desviven porejecutar políticas de gobierno...en defensa propia.

POR HH O POR GG(humores grupales)

Grupo3Equipo de gesti�n psicol�gica

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Marcelo Percia [email protected]

ÁOh vosotros los que entr�is, abandonad toda esperanza!Dante.

1. (1944)

Apuerta cerrada (Huis clos) es una pieza de un acto queJean-Paul Sartre presenta poco despu�s de publicar El sery la nada. Es un obra escrita en tiempos de guerra. Los na-

zis invaden Francia en 1940. Cuando se estrena, en mayo de1944, Par�s todav�a est� ocupada. A pocas horas del teatro, enuna casa de Amsterdam, la familia de Anna Frank lleva dos a�osescondida. Tres meses m�s tarde ser�n detenidos, confinados aun campo de exterminio, asesinados.

En este texto, quiero pensar la expresi�n el infierno, es losOtros, que se escucha casi al final de la obra. Un enunciado ame-nazante, descorazonador, enigm�tico. Sin contar el uso inquie-tante de las may�sculas en plural que, por lo menos, avisa de unproblema, de un hueco sin representaci�n, de un fantasma. Porotra parte, la figura de infierno necesita de la idea de para�so. Talvez sea su conclusi�n amarga. La ca�da de la creencia de que al-go es o podr�a ser la f�rmula de felicidad plena. 1

2. (peque�o rel�mpago negro, cortina que cae y se levanta)Garcin es el primero en llegar a un sal�n conducido por El ca-

marero del piso. Mientras observa a su alrededor, trata de habi-tuarse a los muebles (tres sillones, una estatua de bronce sobreuna chimenea, un corta papeles, una mesa). Explica que, seg�nse cuenta all�, esperaba otra cosa. El camarero se r�e de las ha-bladur�as. Chismes de gente que nunca estuvo en ese sitio. Gar-cin examina la situaci�n. No quiere sorpresas. Imagina lo peor.ÀNo hay espejos? ÀY para qu� mirarse en los espejos? ÀNo hayventanas? Claro, no hay afuera. Nada, m�s all� de esas paredes.ÀNo se puede apagar la luz? ÀNo hay interruptor? ÀLas l�mparasest�n siempre encendidas? Estar� obligado a vivir con los ojosabiertos. El camarero repite ir�nico Àvivir? Hay un timbre quesuena cuando quiere. En ese lugar, no tiene a quien llamar ni qu�esperar. La puerta permanece cerrada. No hay a d�nde ir. En unarrebato quiere saber por qu� le quitaron su cepillo de dientes, deinmediato se pregunta Àpara qu� habr�a de cepillarse los dientes?No encuentra camas, es l�gico, se dice, porque aqu� jam�s seduerme. El tormento, entonces, Àser� la vida sin cortes?

El olvido, el sue�o, el amor, el trabajo, el silencio, suspenden,por momentos, el universo. A veces, la continuidad se rompe pa-ra que no estalle el alma.

Garcin advierte una indiscreci�n grosera en la mirada de El ca-marero: tiene sus p�rpados atrofiados. Deduce: ÒNosotros par-pade�bamos. Eso se llamaba parpadeo. Un peque�o rel�mpagonegro, una cortina que cae y se levanta: el corte ya est�. El ojose humedece, el mundo se aniquila. No puede usted saber qu� re-frescante era. Cuatro mil reposos en una hora. Cuatro mil pe-que�as evasiones. Y cuando digo cuatro mil... ÀEntonces voy avivir sin p�rpados? No se haga el imb�cil. Sin p�rpados, sin sue-�o, es todo uno. No dormir� m�s... ÀPero c�mo podr� soportar-me?Ó.

El camarero sale, Garcin no sabe qu� hacer: se sienta, se le-vanta, va hasta la chimenea, acaricia la estatua, oprime el timbre,no suena, trata de abrir la puerta, llama golpeando con sus pu�os,se calma, vuelve a sentarse.

3. (la cortes�a, nuestra defensa)En ese momento, entra In�s seguida por El camarero. Una vez

solos, In�s se dirige a Garcin con brusquedad, confundi�ndolocon su verdugo. Le pregunta por Florence: ÒÀEsto es todo lo queusted encontr�? ÀLa tortura por la ausencia? Bueno, es un fra-caso. Florence era una tontita y no la echo de menosÓ.

Garcin aclara que est�n alojados en el mismo establecimiento.Se presenta: ÒYo soy Joseph Garcin, publicista y hombre de le-trasÓ. La pone al tanto de la situaci�n. Hace una propuesta:ÒComprendo muy bien que mi presencia la importune. Y perso-nalmente preferir�a quedarme solo, tengo que poner mi vida enorden y necesito concentrarme. Pero estoy seguro de que podre-mos adaptarnos el uno al otro: no hablo, no me muevo y hagopoco ruido. S�lo que, si puede permitirme un consejo, tendremosque mantener entre nosotros una extremada cortes�a. Ser� nues-tra mejor defensaÓ.

ÀAdaptarse el uno al otro? Una indiferencia concertada. Gar-cin entiende que el peligro est� en la proximidad. Imagina la cor-tes�a como resguardo. Como separaci�n, frontera, muralla. Pro-pone actuar como si estuvieran solos. Quiere poner su vida en or-den. Mover las piezas de su conciencia. Acomodar hechos. Co-rrer cent�metros una imagen, suprimir un segundo, atrasar una

coincidencia. Supone que el riesgo reside en estar cerca de In�s.No se da cuenta de que est� cercado. Impedido de alejarse de s�mismo, lindante con su propia extra�eza, tumbado sobre obse-siones que no lo abandonan. Al borde de su indecisi�n. V�ctimade sus im�genes desapercibidas. Adyacente en su larva despier-ta.

In�s acepta. Se pasea por el cuarto, pero la exaspera un tic enla cara de Garcin. Le exige que pare esa boca que gira como untrompo debajo de su nariz. Garcin se disculpa. Pero de nuevo sa-le un movimiento involuntario en su rostro. In�s se lo reprocha:ÒÁOtra vez! Presume de cort�s y abandona su cara. No est� us-ted solo y no tiene el derecho de inflijirme el espect�culo de sumiedoÓ. In�s dice que el miedo era oportuno antes cuando toda-v�a ten�an esperanzas.

Cuando entra Estelle se produce otro malentendido. Garcin cu-bre su rostro con las manos. Estelle lo confunde. Garcin se mues-tra, Estelle exclama con sorpresa que no lo conoce. El camareroavisa que no vendr� nadie m�s.

Estelle observa los sillones mal ubicados, feos. Para peor elcanap� que le toc� es verde espinaca y ella est� de azul. In�s leofrece el suyo, pero Estelle prefiere el de Garcin.

4. (ausentes)In�s declara que Estelle es hermosa. Le gustar�a darle la bien-

venida con flores. Estelle dice que hace mucho calor y que semarchitar�an. Tratan de conservar el humor a pesar de lo que lespas�. Lo de In�s ocurri� hace una semana con gas. Lo de Estellefue ayer, una neumon�a. La ceremonia todav�a no concluye. Gar-cin se dice muerto de doce balas en el pecho. Estelle sugiere nousar palabras tan crueles, explica Òsi no hay m�s remedio quenombrar este... estado de cosas, propongo que nos llamemos au-sentes. ÀHace mucho que est� usted ausente?Ó. Garcin respondeque m�s o menos un mes.

Estelle pregunta:ÒÀPero por qu�, por qu� nos han reunido?ÓEsperaba encontrar amigos, familiares, conocidos. Garcin pien-sa que est�n juntos por azar, que acomodan a la gente por ordende llegada. In�s opina que nada ocurre por casualidad, que tienenprevisto cada detalle (los muebles, el color de los sillones, la es-tatua de bronce, la temperatura). Dispusieron las cosas para es-perarlos.

Garcin razona que es preciso saber por qu� est�n juntos. In�spropone que cada uno tenga el valor de contar qu� hizo para es-tar all�. Estelle dice que en su caso se trata de un error. No tienenada que ocultar. Era una pobre hu�rfana que cri� a su hermanomenor. Un hombre que hab�a sido amigo de su padre pidi� sumano. Era un viejo rico y bueno. Vivieron en armon�a hasta queconoci� a un joven del que se enamor�. El muchacho quer�a quese fuera con �l, ella se neg�. Despu�s tuvo la neumon�a. Diceque, quiz�, su falta fue sacrificar su juventud para estar con unanciano. Garcin relata que dirig�a un peri�dico pacifista, quecuando estall� la guerra se cruz� de brazos y lo fusilaron. Acaso,se cuestiona, Àes una falta vivir seg�n los propios principios?In�s exclama, ir�nica, que la han puesto con una santa y un h�-roe. Pregunta ÒÀpara quien representan ustedes la comedia? Es-tamos entre nosotrosÓ. Condenados a estar sin distancia. In�s de-duce que no hay tortura f�sica, que no vendr� nadie m�s, que es-tar�n solos. Concluye: ÒEl verdugo es cada uno para los otrosdosÓ.

Garcin razona que deben defenderse. No ser� el verdugo denadie. No tiene nada en contra de sus compa�eras. La salvaci�nes aislarse: cada uno en un rinc�n, en silencio, se mirar� a s� mis-mo, ignorar� a los otros. Est�n de acuerdo, se despiden.2

5. (por lo menos un espejo)Garcin se dirige a su sill�n, apoya la cabeza entre sus manos.

In�s se pone a cantar para s�. Estelle comienza a maquillarse, pa-ra empolvarse busca un espejo. Dice dirigi�ndose a Garcin: ÒSe-�or Àtiene usted un espejo? (Garcin no responde). Un espejo, unespejito de bolsillo, cualquier cosa (Garcin no responde). Ya queme deja sola, por lo menos cons�game un espejoÓ.

Estelle reclama algo que la refleje. El reconocimiento no es,para ella, un agregado, anexo o complemento de su concienciasolitaria, sino una condici�n de existencia. Una condici�n, se ve-r� enseguida, siempre inalcanzada.

Explica que sin espejo se siente rara, perdida, sin sost�n. Aun-que puede palparse, no sabe si existe de verdad. Necesita versecomo la ven. In�s se ofrece como su espejo. Estelle se mira enlos ojos de In�s. No alcanza a verse completa. In�s le dice: ÒYote veo. Toda entera. Hazme preguntas. No habr� espejo m�sfielÓ. Estelle no deja de mirar a Garcin. In�s le dice que lo olvi-de, que est�n solas, que le pregunte a ella todo lo que quiera sa-ber. Le indica c�mo pintarse los labios. Le dice que est� hermo-sa. Estelle se pregunta si tiene buen gusto, si tiene su gusto. In�s

le responde que s�. Estelle duda: ÒNo s�. Usted me intimida. Miimagen en los espejos estaba domesticada. La conoc�a tan bien...Voy a sonre�r: mi sonrisa ir� hasta el fondo de sus pupilas y sa-be Dios en qu� se convertir�Ó. In�s sugiere que trate de domes-ticarla. De pronto, bromea que ve una mancha roja en su mejilla.Estelle se asusta. In�s dice que est� en sus manos. Le preguntaqu� pasar�a si el espejo se pusiera a mentir o si cerrara los ojos yse negara a mirarla Àqu� ser�a de toda esa belleza? La calma, pro-mete que ser� amable, que no dejar� de mirarla nunca. Pero Es-telle, se�alando a Garcin, confiesa que quisiera que �l tambi�n lamirara.

In�s, enfurecida, reprocha a Garcin manejos para interesar aEstelle. Garcin insiste que deben olvidar la existencia de los de-m�s. In�s responde: ÒÁAh, olvidar! ÁQue chiquillada! Lo sientoa usted hasta en los huesos. Su silencio me grita en las orejas.Puede coserse la boca, puede cortarse la lengua, Àeso le impe-dir�a existir? ÀDetendr� su pensamiento? Lo oigo hacer tic taccomo un despertador y s� que usted oye el m�o. Es in�til que searrincone en su canap�, est� usted en todas partes; los sonidosme llegan manchados porque usted los ha o�do al pasar. Hastael rostro me ha robado: usted lo conoce y yo no lo conozco. ÀYella, y ella? Usted me la ha robado; si estuvi�ramos solas Àcreeque se atrever�a a tratarme como me trata? No, no: qu�tese lasmanos de la cara, no lo dejar�, ser�a demasiado c�modo. Sequedar�a ah� insensible, metido en s� mismo como un Buda; aun-que yo tuviera los ojos cerrados sentir�a que ella le dedica todoslos ruidos de su vida, hasta los crujidos de su traje, y que le en-v�a sonrisas que usted no ve... ÁNada de eso! Quiero elegir mi in-fierno; quiero mirarlo con todos mis ojos y luchar a cara descu-biertaÓ.

6. (como gusanos)Garcin entiende que no hay alternativa: tienen que llegar has-

ta el fin. S�lo si confiesan por qu� los han condenado, sabr�nquienes son. Deben mostrar sus monstruos. Desnudarse comogusanos. Comienza Garcin. Est� all� por torturar a su mujer. Ellalo admiraba. A pesar de que la hac�a sufrir, nunca se lo reproch�.Volv�a borracho, oliendo a vino y a mujer. Llev� a su casa a unahermosa mulata. Ella los o�a todas las noches.

A In�s le gustaban las mujeres. Viv�a con un matrimonio, �lera su primo. Un pobre tipo. Hac�a ruido al beber. Consigui� queFlorence lo viera por sus ojos. Luego la muchacha cay� en susbrazos. Alquilaron una habitaci�n en el otro extremo de la ciu-dad. A �l lo aplast� un tranv�a. ÒYo le dec�a todos los d�as, neni-ta, lo hemos matadoÓ. In�s admite que fue mala. Necesitaba delsufrimiento de los dem�s para existir. ÒFlorence se levant� unanoche; fue a abrir la llave del gas sin que yo lo sospechara, ydespu�s volvi� a acostarse junto a m�. As� fueÓ.

Estelle insiste que no sabe por qu� est� all�. No tiene nada quecontar. In�s y Garcin inician un interrogatorio. Le arrancan unahistoria. Cuando parece que la tienen, Estelle va m�s all� de loque supon�an. Su amante so�aba con un hijo. Ella no quer�a, pe-ro el embarazo vino lo mismo. Se retir� cinco meses a Suiza. Dioa luz a una ni�a, �l estaba a su lado cuando naci�. ÒHab�a un bal-c�n sobre un lago. Llev� una piedra grande. El gritaba: ÔEstelle,te lo ruego, te lo suplicoÕ. Yo lo detestaba. Lo vio todo. Se incli-n� sobre el balc�n y vio c�rculos en el lagoÓ. Despu�s volvierona Par�s, �l se peg� un tiro, su marido jam�s sospech� nada.

La vida sin cortes. No pueden recurrir al aislamiento, escabu-llirse en una ausencia, no tienen la posibilidad de olvidar, ni pue-den ignorarse. Est�n privados de la astucia de la distancia, elocultamiento, el disfraz, el enga�o.

7. (los hilos embrollados)Garcin razona que tienen que ayudarse. Dice: ÒIn�s, ha em-

brollado todos los hilos. Si usted hace un gesto, si levanta unamano para abanicarse, Estelle y yo sentimos la sacudida. Nin-guno de nosotros puede salvarse solo; tenemos que perder jun-tos o salir juntos del apuro. ElijaÓ.

Garcin trata de llegar a un acuerdo con In�s. Le pide ayuda pa-ra desbaratar las artima�as con las que pretenden atraparlos. Pe-ro In�s est� obsesionada con Estelle. Garcin le explica que esachiquita ser� su perdici�n, que a trav�s de ella la dominar�n. Ledice que desear a Estelle es entregarse a su verdugo. ÒEs un la-zo. La est�n espiando para saber si caer� en �lÓ. In�s respondeque cada uno es una trampa para el otro. Una cuerda de cacer�a.Conf�a en que ser� ella quien atrape a Estelle. Garcin insiste:ÒUsted no atrapar� nada. Nos corremos como caballos de ma-dera, sin alcanzarnos nunca: conv�nzase de que lo han arregla-do todo. Suelte, In�s. Abra las manos, suelte la presa. Si no, ha-r� la desgracia de los tresÓ. Pero In�s s�lo persigue reinar sobreel deseo de Estelle. La atracci�n que siente aumenta con el des-precio de la muchacha. ÒÀTengo cara de soltar la presa? S� lo

Campo Grupal / 8Ninguna cosa noble se hace sin el riesgo de un azar. Montaigne

La ilusión de amor

El infierno, es los Otros

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que me espera. Voy a arder, ardo y s� que no habr� fin; lo s� to-do: Àcree que soltar� la presa? Caer� en mis manos, ella lo ve-r� a usted por mis ojos, como Florence ve�a al otroÓ.

Garcin toma a In�s por el hombro, intenta persuadirla. Expli-ca que est�n vinculados: expuestos hasta los huesos. Le dice queno quiere hacerle da�o, que siente por ella compasi�n. In�s que,por un momento, parece abandonarse a esas palabras, se sacude:ÒNo me toque. Detesto que me toquen. Gu�rdese su compasi�n.ÁVamos! Garcin, tambi�n hay muchos lazos tendidos para usteden este cuarto. (...) Si nos deja bien tranquilas, a la peque�a y am�, me cuidar� de no perjudicarloÓ.

Garcin acepta. Cuando Estelle se acerca a pedirle que no laabandone, contesta se�alando en direcci�n de In�s: ÒDir�jase aellaÓ.

8. (vivir�s en mi mirada)Estelle no quiere quedarse sola. Comprende que est� lejos, au-

sente en todos espejos. ÒLa tierra me ha abandonado. Garcin,m�rame, t�mame en tus brazosÓ. Garcin la aparta, le repite quese dirija a In�s. Estelle lo agarra, le pregunta si es un hombre, lesuplica que se fije en ella. Le dice que no tiene m�s remedio quemirar algo. Que ella es m�s agradable de ver que una estatua.ÒEscucha: ca� de sus corazones como un pajarito cae del nido.Rec�geme, ll�vame en tu coraz�n, ya ver�s que amable ser�Ó.Garcin la rechaza, le vuelve a indicar que se dirija a In�s. Este-lle responde que ella no le interesa.

Mientras tanto, In�s se entrega una y otra vez a Estelle. Pro-mete que ser� suya, que la abrigar�, que la mirar� sin descansotoda la eternidad, que se encontrar� en sus ojos tal como se de-see. Estelle le escupe en la cara.

9. (Áaunque fueras un cobarde te querr�a, vamos! ÀNo tebasta?)

Garcin va hacia a Estelle. Ella quiere un hombre Àcualquieraservir�a? Estelle le dice que lo quiere a �l. Garcin aclara que notiene nada que ofrecer. Estelle dice que lo tomar� tal como es.Garcin advierte que estar� distra�do, que tiene otros asuntos enla cabeza. A Estelle no le importa, esperar� hasta que �l se ocu-pe de ella. Garcin explica que no la amar�, que la conoce dema-siado. Estelle responde que le basta con que la desee.

In�s, furiosa, amenaza: ÒHagan lo que quieran, son m�s fuer-tes. Pero recuerden, estoy aqu� y los miro. No les quitar� los ojosde encima, Garcin; tendr� que besarla bajo mi mirada. ÁC�molos odio a los dos! Áçmense, �mense! Estamos en el infierno y yame llegar� el turno!Ó.

Garcin pregunta a Estelle, mientras la abraza, si tendr� con-fianza en �l. Estelle responde que estar� constantemente ante susojos, que sabe que no la enga�ar� con In�s. Garcin se refiere aotra clase de confianza. Estelle no entiende. Garcin dice que lofusilaron, que no hizo lo que ten�a que hacer, que lo pescaron enla frontera. Garcin le pide que le diga algo. Estelle no sabe qu�tiene que decir. In�s interrumpe: ÒMi tesoro, tienes que decirleque huy� como un le�n. Porque tu querido huy�. Eso lo mortifi-caÓ.

Garcin es anticipado por In�s. Ella parece saber a d�nde se di-

rige. Lo sorprende. Lo en-cuentra desprevenido. Indeci-so. Preso de un dictamen quebusca, que no hallar�, que noest� en ninguna parte.

Garcin reconoce que era unpacifista, pero duda sobrecu�les eran sus verdaderas ra-zones. In�s aprovecha:Ò...Pero el miedo, el odio ytodas las suciedades que unooculta son tambi�n razonesÓ.Garcin no soporta pensar quefue un cobarde. Pide ayuda aEstelle: ÒÁSi hubiera un al-ma, una sola, que afirmaracon todas sus fuerzas que nohe huido, que no puedo haberhuido, que tengo coraje, quesoy decente, estoy... estoy se-guro de que me salvar�a!ÀQuieres creer en m�? Te que-rr�a m�s que a m� mismoÓ.

Estelle le dice que es unhombre de verdad, con la pieldura, con las manos fuertes.Le asegura que no tiene men-t�n de cobarde, ni boca de co-

barde, ni la voz de cobarde, ni el pelo de cobarde. Le jura que loquiere por su valor. Garcin siente que si conf�a en esa mirada sesalva. Irrumpe In�s: ÒÁPero s�, s�! Conf�a en ella. Necesita unhombre, puedes creerlo, un brazo de hombre alrededor de su ta-lle, un olor de hombre, un deseo de hombre en ojos de hombre.En cuanto a lo dem�s... ÁAh! Te dir�a que eres Dios padre si esopudiera agradarteÓ. Garcin le ruega a Estelle que diga si eso escierto. Estelle responde, irritada, que no entiende nada de esahistoria. ÒÁAunque fueras un cobarde te querr�a, vamos! ÀNo tebasta?Ó.

Garcin puede abrazar a Estelle o hacerla esperar hasta que de-cida tocarla, pero advierte que nunca sentir� el abrigo que persi-gue en esa mujer que no lo comprende. Desespera, quiere irse.Golpea la puerta. Estelle le suplica que no la abandone. Le gritaque es un cobarde. Garcin golpea la puerta. Parece preferir cual-quier tortura, antes que el reconocimiento que se le niega, esefantasma del sufrimiento que roza, que acaricia y nunca hacedemasiado da�o.3

10. (la mirada que te ve, s�lo ese pensamiento incoloro quete piensa)

La puerta se abre de pronto. Garcin est� a punto de caer. In�slo insta a que se vaya. Estelle propone a Garcin empujar a In�s.In�s implora. Garcin ordena a Estelle que la suelte. Comprendeque son inseparables.

Garcin padece la indecisi�n en que la muerte lo ha dejado.Terminada su vida, no puede saber si es un h�roe o un cobarde.Una existencia dedicada a una imagen que, ahora, los espejos noreflejan. Pero Àc�mo escapar a esa sospecha sin veredicto? Prue-ba descifrarse a trav�s de In�s. Subordinarla a su deseo o entre-garse a su desprecio.

Garcin (tom�ndola de los hombros). -Escucha, cada uno tie-ne su objetivo, Àno es cierto? Yo me re�a del dinero, del amor.Quer�a ser un hombre. Un valiente. Lo apost� todo al mismo ca-ballo. ÀEs posible ser un cobarde cuando se ha escogido los ca-minos m�s peligrosos? ÀPuede juzgarse una vida por un soloacto?

In�s.- ÀPor qu� no? So�aste treinta a�os que ten�as coraje yte perdonabas mil peque�as debilidades porque todo estaba per-mitido al h�roe. ÁQu� c�modo era! Y despu�s a la hora del peli-gro, te pusieron entre la espada y la pared y... tomaste el tren pa-ra M�xico.

ÀQu� retiene a Garcin? ÀPor qu� no cruza la puerta? ÀQu� haydel otro lado? ÀEl infierno siendo la muerte todav�a no es lamuerte? Garcin se asoma, pero opta por quedarse. Elige la con-dena de una mirada, que no obstante lo colma, antes que esa na-da quieta. Ese silencio final, completo, sin fisuras. Busca cauti-var la libertad que tiene In�s de ignorarlo. Razona que s�lo en-contrar� descanso si logra conquistar esos ojos que no lo necesi-tan.4

Pero lo que doblega a Garcin no est� en los ojos de In�s. Co-rre tras algo que nadie puede ver. No hay modo de decidir si esh�roe o cobarde. Persigue una mirada como soluci�n de esa in-decisi�n eterna.

Parece que In�s lo tiene atrapado: ÒEres un cobarde Garcin,

un cobarde porque yo lo quiero. ÁLo quiero!, Àoyes?, Álo quiero!Y sin embargo, mira qu� d�bil soy, un soplo; s�lo soy la miradaque te ve, s�lo este pensamiento que te piensaÓ. In�s tiene a Gar-cin, pero Garcin provoca a In�s cuando se inclina sobre Estellepara besarla. Estelle, entonces, cree que triunfa, le dice que ser�toda suya. In�s desvanece esa fr�gil felicidad, dirigi�ndose aGarcin: ÒÀQu� vas a buscar en sus labios? ÀEl olvido? Pero yono te olvidar�. A m� es a quien hay que convencer. A m�. ÁVen,ven! Te espero. ÀVes, Estelle? Afloja el abrazo, es d�cil como unperro. ÁNo lo tendr�s!Ó.5

Garcin posee a Estelle, pero no gobierna sobre In�s; In�s tie-ne a Garcin, pero no reina sobre Estelle; Estelle puede con In�s,pero no consigue adue�arse de Garcin. El deseo, a veces, posee,tiene, puede; pero no gobierna, reina, consigue adue�arse, sobrelo que no sabe, no puede saber, nunca sabr�, acerca de s� mismo.

Garcin razona: ÒAs� que esto es el infierno. Nunca lo hubieracre�do... ÀRecord�is?: el azufre, la hoguera, la parrilla...ÁAh!Qu� broma. No hay necesidad de parrillas; el infierno, es losOtrosÓ.

Cada uno en su soledad. Urgido de una mirada que no alcan-za. Sin el amparo de una distancia, o del aislamiento, o del sue-�o, o del olvido. La ilusi�n de amor cada vez desvanecida. Y nila muerte.

Bibliograf�a.Alighieri, Dante. La divina comedia. Editorial Iberia. Barcelona, 1970.Anzieu, Didier (1978). El grupo y el inconsciente. Biblioteca Nueva. Madrid,1978.Blake, William. Las bodas del cielo y el infierno. En Poes�as completas. Hyspa-m�rica. Buenos Aires, 1986.Blanchot, Maurice (1969). Reflexiones sobre el infierno. En El dialogo inconclu-so. Monte Avila Editores. Caracas, Venezuela, 1996.Borges, Jorge Luis y Bioy Casares. Compiladores (1999). El libro del cielo y elinfierno. Emec�. Buenos Aires, 1999.Carlyle, Tom�s (1970). Dante (tomado del Tratado de los H�roes) en Pr�logo aLa divina comedia. Editorial Iberia. Barcelona, 1970.Gr�ner, Eduardo (2001). El sitio de la mirada. Grupo Editorial Norma. Argenti-na, 2001.Lacan, Jacques (1953-1954). Seminario 1. Los escritos t�cnicos de Freud. Pai-d�s. Barcelona, 1981.Lacan, Jacques (1959-1960). Seminario 7. La �tica del Psicoan�lisis. EdicionesPaid�s. Argentina, 1988. Lacan, Jacques (1964). Seminario 11. Los cuatro conceptos fundamentales delpsicoan�lisis. Paid�s. Argentina, 1986.Sartre, Jean-Paul (1943). Huis clos. Gallimard. Collection Folio. France, 2002. Sartre, Jean-Paul (1943). A Puerta Cerrada. (Traducci�n Aurora Bern�rdez). EnTeatro. Editorial Losada. Buenos Aires, 1958. Sartre, Jean-Paul (1949). Baudelaire. (Traducci�n Aurora Bern�rdez). EditorialLosada. Buenos Aires, 1968. Sartre, Jean-Paul (1943). El ser y la nada. (Traducci�n Juan Valmar). EditorialLosada. Buenos Aires, 1966. Sartre, Jean-Paul (1952). San Genet. Comediante y m�rtir.(Traducci�n LuisEch�varri). Editorial Losada. Buenos Aires, 1967.Sartre, Jean-Paul (1972). El idiota de la familia. Gustave Flaubert desde 1821 a1827. (Traducci�n Patricio Canto). Tomo 1 y 2. Editorial Tiempo Contempor�-neo. Buenos Aires, 1975.

Notas1En la edici�n francesa se lee ÒlÕenfer, cÕest les AutresÓ. En la traducci�n de Au-rora Bern�rdez se dice Òel infierno son los Dem�sÓ. La expresi�n Òlos Dem�sÓcon funci�n pronominal refiere a otras personas a la vez que conserva la cuali-dad de Òlo otroÓ y Òlo restanteÓ. Por mi parte, opto por Òel infierno, es losOtrosÓ. La correspondencia entre verbo y sujeto atemperada por una coma y ladescarga intempestiva de un objeto directo plural. En una lectura en clave psi-coanal�tica anotar�a Òel infierno, es el OtroÓ para recordar que lo may�sculo espromesa de satisfacci�n singular, completa. O para contrarrestar la tentaci�n fe-nomenol�gica de suponer que Òel infierno son los otrosÓ. En el pensamiento deSartre, la escritura del Otro tiene diferentes empleos. Me cautiva el que hace co-nexi�n con el problema de la mirada. Que el ni�o tiene a sus padres por diosessignifica que se sabe reflejado en esos ojos absolutos. Una mirada que justificasu existencia. Una mirada que es ley, raz�n, sentido, finalidad, de su mundo. Lamirada del Otro como verdad de s� que se le escapa. 2Anticipo lo que se podr�a llamar la paradoja de Garcin. Cuanto m�s se prote-ge de In�s y de Estelle, m�s se expone al capricho de algo que lo habita: el im-perativo de una mirada que no se satisface.3Se ver� enseguida que, entre el infierno y la nada, Garcin optar� por el infier-no. Circunstancia que trae a la memoria el inter�s de Sartre por Faulkner. Recuer-do un fragmento de Las palmeras salvajes: ÒNo es que pueda vivir, es que quie-ro. Es que yo quiero. La vieja carne al fin, por vieja que sea. Porque si la me-moria existiera fuera de la carne no ser�a memoria porque no sabr�a de qu� seacuerda y as� cuando ella dej� de ser, la mitad de la memoria dej� de ser y si yodejara de ser todo el recuerdo dejar�a de ser. S�, pens�. Entre la pena y la nada,elijo la penaÓ.4Escribe Sartre (1943): ÒAs�, el amante no desea poseer al amado como se po-see una cosa; reclama un tipo especial de apropiaci�n: quiere poseer una liber-tad como libertadÓ. El deseo se enamora de la libertad del otro. Esa libertad in-diferente, esa libertad que rechaza, esa libertad autosuficiente. El deseo aspira aseducir una libertad. Fascinarla. Hacer que, en el l�mite, esa libertad opte por re-nunciar a s� misma.5Ser visto por In�s no s�lo propaga en Garcin la inquietud de lo que ella efecti-vamente ve, sino el tormento de eso que Garcin persigue sin alcanzar a ver de supropio misterio. Escribe Sartre (1943): ÒLo que capto inmediatamente cuandooigo crujir las ramas tras de m�, no es que hay alguien sino que soy vulnerable,que tengo un cuerpo capaz de ser herido, que ocupo un lugar y que no puedo enning�n caso evadirme del espacio en que estoy sin defensa, en suma Ôsoy vistoÕÓ.

Campo Grupal / 9La historia es un profeta que mira hacia atrás. Schlegel

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Campo Grupal / 10 Una injusticia hecha a uno solo es una amenaza hecha a todos. Montesquieu

Jorge Helman [email protected]

Aesa hora, el hospital no se hab�a desentumecido a�n de su repo-so. Sin embargo, m�s tarde, el recinto se vestir�a de guardapol-vos blancos, con estetoscopios colgando de los cuellos o los

bolsillos, y de miradas perdidas, entre el dolor y la preocupaci�n, apo-sentadas en los bancos de la sala de espera.

Pero todav�a era temprano. S�lo la guardia estaba all� cuando traje-ron a la fren�tica. Unos vecinos asustados llamaron a la polic�a, y �staa la emergencia m�dica. Por eso estaba all� la vieja, la fren�tica; as� lallamaron los param�dicos.

La sedaron, como corresponde en estos casos, y abrieron la historiacl�nica; all� apareci� el segundo diagn�stico: crisis de excitaci�n psico-motriz, de etiolog�a desconocida, s�ntoma sobresaliente: apretaba, ensu mano derecha, un pu�ado de lentejas. El servicio de Psiquiatr�a hi-zo su intervenci�n horas m�s tarde. Cuando se la pudo interrogar, la pa-ciente dijo llamarse Ver�nica, tener cincuenta y nueve a�os, vivir consu hija y su yerno. Perseveraba en una frase de la cual no pod�a despe-garse: las lentejas tienen hombrecitos. Dec�a haber visto cosas que semov�an y cambiaban de lugar, sin que mediara alguna intervenci�n hu-mana. Al ser interrogada sobre qui�n alteraba esas cosas, respond�a quehab�an sido los gnomos, y que lo hac�an contra ella.

El diagn�stico de Psiquiatr�a, el tercero en cuesti�n, era m�s espec�-fico que los anteriores: esquizofrenia con delirios persecutorios y alu-cinaciones visuales. Se decide medicar a la mujer con resocializantesen�rgicos, a base de Haloperidol y otros complementos; una aut�nticamezcla antidelirante. Se resuelve, adem�s, convocar al servicio de Psi-colog�a cl�nica. Desde all�, se hacen entrevistas diarias con Ver�nica ycon la hija, de aproximadamente veinticinco a�os de edad, quien sumi-nistra datos m�s vinculados a la realidad. Seg�n esta �ltima, a quienahora llamaremos Juana, hac�a tiempo que la paciente padec�a de unafuerte irritabilidad y de insomnio, y la hostigaba permanentemente,tanto a ella como a su esposo, con quienes conviv�a. Ver�nica insist�aen que su hija deb�a tener hijos pronto; esto se le hab�a transformadoen una idea fija que, en los �ltimos meses, no le permit�a pensar en otracosa.

Ver�nica era herm�tica. Su estribillo fatigaba la interlocuci�n, la es-terilizaba, y aunque su estado emocional se hab�a apaciguado, no po-d�a escapar de esa frase que la manten�a sojuzgada. Un tiempo m�s tar-de, los resocializantes farmacol�gicos, y el contacto social resultante,lograron menguar la aparici�n de ese sufrimiento. En esos momentosdistendidos, surgieron algunos datos significativos.

Ella era la �nica hija de unos padres despreocupados, profundamen-te esclavos de rencores que no les permit�an atender a la joven adoles-cente; sus recuerdos se remontan a esa �poca. Su marido era errante,viajaba peri�dicamente y ella cri� a Juana en soledad. Su vida siemprefue un infortunio, saturada de obligaciones y compromisos. Hasta aqu�llegaron los pocos indicadores adicionales que puedo brindar, sobresal-tados peri�dicamente por la frase las lentejas tienen hombrecitos, queirrump�a y se desvanec�a con la misma velocidad.

Luego de tres semanas de internaci�n, el estribillo tuvo, un d�a, unaligera variaci�n: las lentejas deber�an tener hombrecitos. Se le se�alaesta mutaci�n, pero ella no recuerda nada.

Cuando se le pregunt� a Juana, la hija, si ten�a idea de por qu� ten�aVer�nica en su mano algunas lentejas cuando fue internada, �sta mani-fest� no saber nada al respecto. Lo �nico que se le ocurr�a era que confrecuencia la llamaba a ella lenteja, cosa que irritaba sobremanera a suesposo.

Desde que recuerdo, siempre fue rara, dec�a Juana. La paciente afir-

maba que los vecinos le mov�an las cosas de la casa y alteraban el or-den en que dejaba la ropa; los objetos m�s rudimentarios se mov�an ynunca estaban en el lugar en que ella cre�a haberlos dejado. Ver�nicadec�a que si bien pod�an haber sido los vecinos, tambi�n era probableque los gnomos hicieran tales cosas.

La psic�loga que la atend�a la interrog� acerca de qu� eran los gno-mos, y Ver�nica, ofuscada, le respondi� que eran unos enanos con po-deres sobrenaturales. La terapeuta tradujo: Àcomo si fueran unos hom-brecitos? Ver�nica, con toda naturalidad, respondi� que, efectivamen-te, se trataba de hombrecitos que te tienen de hijo, se r�en, mean, cagany a veces son divertidos, pero otras te joroban la vida.

Estos datos permitieron desenredar la frase, entenderla desde un cos-tado diferente, m�s all� de su aparente irracionalidad. La oraci�n con-ten�a una poderosa hostilidad hacia la hija, Juana, la lenteja, que se re-sist�a a tener hombrecitos, los que te tienen de hijo, se r�en, mean, ca-gan y a veces son divertidos, pero otras te joroban la vida.

Ver�nica fue des-internada a la cuarta semana de su estancia en elhospital con la siguiente indicaci�n: control riguroso de la medicaci�ny tratamiento psicol�gico, tres veces por semana. Pero nunca volvi� alhospital, su caso qued� condenado al polvo del archivo y a algunos roe-dores que suelen, peri�dicamente, visitar ese s�tano; ninguna noticiaacerca de ella. Los profesionales que la atendieron tambi�n se fuerondel lugar, y muchos de ellos alojaron a Ver�nica en el olvido gracias anuevas historias que comenzaron a poblar sus memorias.

Esta pincelada cl�nica es el producto de un trabajo de supervisi�nrealizado en el a�o 1988 en un hospital polivalente de la provincia deBuenos Aires (Argentina), y brot� como recuerdo de quien ahora escri-be en respuesta a la invitaci�n a hablar de testimonios de la cl�nica.Permite, gracias a la distancia, algunas reflexiones acerca de la pr�cti-ca, ya que �sta tiene la bondad de despertar a algunos conceptos te�ri-cos que suelen dormir en los libros. En esta direcci�n, se encamina es-te escrito.

Diagn�sticosLos tres diagn�sticos, que se emitieron en el caso de Ver�nica, fue-

ron aproximaciones certeras, pero, cabe remarcar, aproximaciones.Evoqu�moslos: la fren�tica (emitido por los param�dicos), crisis de ex-citaci�n psicomotriz (asentado por la guardia) y esquizofrenia paranoi-ca con delirios (surgido del servicio de Psiquiatr�a).

Si diagnosis es conocimiento de la historia de una situaci�n (comolo se�ala su lecho filol�gico), es cierto que se trataba de una fren�tica.Es v�lido recordar que la Antig�edad griega disociaba los hoy llama-dos trastornos mentales en dos categor�as: los que afectaban al pensa-miento, llamados man�as y melancol�as, y los trastornos emocionales,que se distanciaban de los primeros, donde los sujetos aparec�an afec-tados de frenes�. Y Ver�nica ten�a una seria afecci�n de la pasi�n, erafren�tica. Por ello, los param�dicos (que poco importa si saben o no loque dicen, porque las palabras hablan m�s all� de los sujetos que lasportan) hab�an acertado. Lo desacertado hubiese sido deso�rlas.

El segundo diagn�stico (el de la guardia) tambi�n es correcto en sufenomenolog�a, porque permite aquietar la situaci�n de la paciente atrav�s de un acertado trayecto medicamentoso. El tercer diagn�stico (elde Psiquiatr�a) es necesario, aunque a�n est� por determinarse si es co-rrecto o no; s� es cierto que ha cumplido una finalidad: ofrecer un blin-daje farmacol�gico imprescindible para favorecer la interlocuci�n, o,en otros t�rminos, lo que en psicoan�lisis llamamos transferencia.

Pero, a diferencia de los dos primeros, el diagn�stico psicopatol�gi-co cristaliza una situaci�n existencial, fija, deteniendo un trayecto. Esono ocurre en las otras dos diagnosis, ya que all� se tratan situacionesprovisionales sujetas a movimiento y cambio. En Psiquiatr�a, por elcontrario, los predicados son estables porque apuntan a una estructu-ra1.

Sin embargo... los tres diagn�sticos tienen algo en com�n. Miran defrente al objeto que califican, cuando en realidad, por las caracter�sti-cas propias del objeto que tratan Ðo sea, un sujeto humano- deber�anactuar mirando el sesgo2, o sea, fabricando conocimientos a paso decangrejo3, porque demasiado cerca (el objeto) desaparece4. Esta �lti-ma mirada, que hemos intentado dise�ar, apelando a citas literarias, im-pide el encandilamiento propio del enfoque frontal y marca, de hecho,

“Las lentejas tienen hombrecitos”

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Nuevamente el Lic. Andrés Sán-chez Bodas nos sorprende con untexto notable. En este caso, ape-lando a toda su experiencia y capa-cidad didáctica para abordar unatemática enaparienciasimple, pe-ro de grancompleji-dad y difícilexposición:el desplie-gue, desdelos funda-mentos delCounselingHolísticopara el De-sarrollo Personal.Tratándose de un aspecto delCounseling nunca desarrollado es-pecíficamente en un libro editadoen Argentina, el autor no escatimaesfuerzos para evitar que su intentonaufrague en una retórica vacua, ylo logra: “...cuando en una clase,quiero explicar a mis alumnos so-bre que es el despliegue, me parofrente a ellos y dramatizo” ... “meagacho y lentamente me voy pa-rando y digo: esto es crecer”... “Pa-rado extiendo mis brazos haciadelante y los voy subiendo rectos yparalelos hacia arriba hasta quedarcon ambos apuntando al techo, ydigo: ‘esto es desarrollarse’...”. Yasí, hasta llegar a decir sin pudor:“...Si pudiera volar, en este últimoinstante lo haría para ser más ex-plícito, y a veces, para ejemplificar-lo mejor, doy un salto hacia arriba”.Quienes lo conocemos no pode-mos dejar de sonreír ante este alar-de histriónico y entusiasta de unhombre que mide un metro noventay ha pasado la cincuentena.De aquí en más, el texto no aban-donará más este estilo tan “Bode-siano” de incursionar en las fluidasaguas de lo vivencial, sin eludir poreso la teoría profunda para explicarde que hablamos cuando en lostrajinados meandros de la prácticarogeriana (notablemente acotadapor Sánchez Bodas en este mismolibro desde el punto de vista del de-terminismo cultural, epocal y geo-gráfico) nos referimos al despliegueo el desplegarse.Será entonces categórico al afirmarque desplegarse como persona esalcanzar una etapa en la que ade-más de sentirse en “bien estar”, sealcanzan niveles superiores dedespliegue de la pulsión vital huma-na, más allá y más acá de lo perso-nal, y que podríamos denominar ni-veles transpersonales.“Abandonar el ego y ser nosotros,en un compromiso solidario con elprójimo cercano y lejano, es anuestro entender el amor”, dirá másadelante.En síntesis, y sin dejar de lado elhumor y citas oportunas: “Como hadicho algún pensador Oriental: ‘locomplicado no es no tener proble-mas sino tener uno solo’”, Andrésva coronando en este original tra-bajo ensayístico, que no es unomás, sino tal vez el más logrado desu ya extensa bibliografía, un ver-dadero “capo lavoro” de esclareci-miento acerca de un tema nada fá-cil, con una soltura y un desparpajoque no conspiran contra su profun-didad y seriedad.Se trata, sin duda, de una lecturanecesaria para todos aquellos queseguimos con interés su obra, ypretendemos continuar avanzandoen el siempre apasionante e ina-barcable universo del CounselingHolístico.

Diego Lagache

LIBROS

Page 11: Campo Grupal 58

Campo Grupal / 11La palabra, una vez hablada, vuela y no torna. Horacio

una metodolog�a diferente para constituir al objeto.

M�todosNuestros modos de razonar han sido adiestrados hist�ricamente; se-

r�a fatigoso puntuar meticulosamente esa historia y nos extraviar�a delobjetivo de este trabajo. Valga tan s�lo la famosa expresi�n de Borges:todos nacemos plat�nicos o aristot�licos. S�, de cualquier modo, y aprop�sito del caso de Ver�nica, podemos trazar dos l�neas sobre esosmodos de razonar que han sido sistematizados, por el pensamiento po-sitivista, en epistemolog�a. Ellos son, por un lado, el sistema inducti-vo-generalizador, que se caracteriza por el relevamiento de casos in-dividuales a partir de los que luego se intenta extraer una ley general;y por el otro, el hipot�tico-deductivo, que partiendo de una ley univer-sal observa los modos particulares de adhesi�n a ella. En esta �ltimamodalidad, es cl�sico el silogismo aristot�lico.

El m�todo hipot�tico-deductivo posee una fuerte vecindad con aqu�lque Freud critic� a prop�sito de las interpretaciones anag�gicas de lallamada Escuela Suiza de Silberer y Jung5. Un producto on�rico pod�aser desentra�ado por el recurso del sistema descifrador, cuyo antece-dente fue Artemidoro de Dalcis, en el siglo II, o por el sistema de losarquetipos junguianos (que es la vestidura que toma el m�todo hipot�-tico-deductivo en psicoan�lisis). Seg�n estos prototipos universales,cada producci�n on�rica posee un significado, m�s ac� y m�s all� delpropio so�ante, que responde a alg�n arca�smo simb�lico.

Tanto el m�todo hipot�tico-deductivo como el inductivo constituyenmodos habituales de razonar, es decir, formas materiales concretas conque traducimos o leemos los acontecimientos... a los que presupone-mos dotados de una l�gica intr�nseca que se encuentra encerrada entreestos dos grandes barrotes interpretativos. En s�ntesis, si bien en los co-mienzos ambos m�todos padecieron de una Òrivalidad ed�picaÓ, e in-tentaron sepultarse mutuamente, el tiempo lim� esas asperezas, los ren-cores inclementes cedieron, y hoy gozan de una venerable y solidariaconvivencia.

Sin embargo, existe, desde la d�cada del Õ80 del siglo XIX, un m�-todo poco difundido, pero muy eficaz, para tratar situaciones que hu-yen de las formas l�gicas tradicionales. Se trata del m�todo ABDUC-TIVO6, ideado por Charles Sanders Peirce7. Esta modalidad de razo-nar consiste en procrear relaciones de causalidad ef�meras, y valederaspara cada situaci�n, que luego se desvanecen sin pretender captar eluniverso; s�lo son v�lidas para una circunstancia y no van m�s all� deella. Si este m�todo ambicionara otros alcances, se mudar�a en algunade las formas del pensamiento hipot�tico-deductivo o inductivo y per-der�a su potencia como sistema. Es decir, se trata de un m�todo que seÒdesmetodizaÓ (Ávalga el neologismo!), porque en su esencia est� el desubvertirse a s� mismo.

Charles Sanders Peirce no conoci� a Freud ni a Conan Doyle (tam-poco a su personaje m�s difundido: Sherlock Holmes); Conan Doyleno tuvo noticias de Peirce ni de Freud; Freud no ley� a Peirce y (se sos-pecha) tampoco a Conan Doyle. Sin embargo, desde los Estados Uni-dos pasando por Austria e Inglaterra hay un hilo sutil que los manco-muna: se trata de un modo particular de razonar, y algunos autores8

han calificado a estos hombres como los fundadores del paradigma in-diciario.

Por otra parte, las distinciones entre la intriga psicoanal�tica, sosteni-da por la novela familiar del neur�tico9, y el enigma policial, trans-cripto por el g�nero detectivesco10, se desvanecen; ambas situacionesrequieren de un mismo m�todo frente al suspenso de tener que desen-tra�ar una verdad que aparece de forma herm�tica. Ese procedimientoes, precisamente, el abductivo, aqu�l que se construye para un caso, pe-ro luego se desvanece, y no formula una ley general. Algo similar ocu-rre con el discurso cinematogr�fico; all� se fabrican signos que, a fuer-

za de insistencia y de perseverancia, logran mostrar relaciones de con-tig�idad (se transforman en s�mbolos) que luego mueren cuando con-cluye la pel�cula.

Freud, en un texto de 191611, hace alusi�n a un m�dico italiano, Mo-relli (alias: Iv�n Lermolieff), que se dedic�, en 1876, a detectar la fal-sificaci�n de cuadros originales. Seg�n Morelli, no hay que prestaratenci�n a la figura central reproducida en un cuadro (cuando se tratade determinar su autenticidad) sino a los detalles marginales y meno-res. �l sosten�a que el falsificador centraba su atenci�n en la zona cen-tral de lo que intentaba reproducir, pero relajaba su personalidad en losindicios insignificantes o poco relevantes. All� se delata el verdaderoestilo del copista, su sello personal. Freud lo se�ala a Morelli como unode los mentores del m�todo anal�tico.

Morelli, Freud, Conan Doyle... ÀSer�, tal vez, una casualidad que lostres hayan sido m�dicos Òen retiro efectivoÓ de sus respectivas profe-siones y se hayan dedicado a otros menesteres?

El m�todo abductivo nos invita a no ver lo que se nos muestra, sinoa ser mirados por los indicios12, a quebrar el Òsentido com�nÓ, o, paradecirlo en t�rminos t�cnicos, a no ver los significados sino a atender ala multivocidad de los significantes. Ellos nos Òhablar�nÓ desde otrocostado, y generar�n relaciones de significancia novedosas.

En oportunidades pasadas, hemos distinguido lo que llamamos els�ntoma Saussure13, all� se�alamos que este pensador suizo atend�a alas vicisitudes del lenguaje y de la lengua, pero exiliaba al habla, aaquello que violentaba lo que ahora llamamos el Óm�todo hipot�tico-deductivoÓ. �ste se viste, en ling��stica, con el nombre de lengua (oidioma, o l�xico); habita en el diccionario, all� donde se dictamina y secongela el valor permanente de la palabra. El habla, por el contrario,transita por la vida de las personas, fluye a trav�s de ellas. Precisamen-te, lo que la ciencia ling��stica deporta (porque no puede pensar si noes en t�rminos universales) lo recolecta el psicoan�lisis. Se trata deaquello que hace al uso singular del l�xico, que lo lesiona y que gene-ra nuevas relaciones de significaci�n.

Una �ltima reflexi�n sobre los M�TODOS. Los tradicionales sonc�modos, alivian el proceso intelectual, porque �ste se recuesta en elh�bito y la tradici�n (que en t�rminos anal�ticos conocemos con elnombre de REPETICIîN). El m�todo abductivo es trabajoso, exige elesfuerzo de investigar hasta conseguir la ley singular de cada sujeto,pero luego no es extensible, no sirve para otro. Es decir, se deconstru-ye a s� mismo.

ResolucionesCon este arsenal, es posible retornar al historial de Ver�nica.Podr�amos decir que su frase en nada se diferencia de aquella que

puede aparecer en un sue�o, o de esa otra organizaci�n significante queconstituye un chiste... Hasta se puede afirmar que todo s�ntoma, metap-sicol�gicamente pensado, no es m�s que un chiste de mal gusto para el

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paciente. Dado que se trata de formaciones del inconsciente, deben sertratadas como tales, es decir, tienen que someterse a un proceso de des-menuzamiento, ya que an�lysis significa, precisamente, desatar paraluego producir nuevos anudamientos significantes.

En aquella oportunidad, hab�amos seguido justamente ese camino.Portando las leyes que regulan las permutaciones semi�ticas: despla-zamiento, condensaci�n y protecci�n de la figurabilidad (r�cksicht aufdarstellbarkeit), procedimos a destrozar el acertijo en sus partes cons-tituyentes.

Es sabido que la palabra Òl�pizÓ no afecta en absoluto a la ontolog�adel Ôobjeto que sirve para escribir sobre el papelÕ, ya que si canjeamosesa palabra por ÒpencilÓ, no ganamos ni extraviamos nada con rela-ci�n a los atributos y a las funciones que posee ese objeto. Solamenteuna cuesti�n de h�bito ha establecido la relaci�n ÒnaturalÓ entre el re-ferente (l�piz) y lo referido (lo que sirve para escribir). La COSA (dasDing) promueve la construcci�n del OBJETO (como representableSimb�lico) que hace ÒmordeduraÓ en lo Real.

Justamente, por ello, intentamos desvincular (o mejor dicho: Òdes-verÓ) al objeto LENTEJAS de su referencia a la cosa en s�. A las LEN-TEJAS, las tratamos como significantes, y gracias a ese enfoque, pu-dimos percibir que ellas ocupaban el lugar de las lentas, las demora-das, precisamente, las lentejas. Este dato nos fue suministrado porJuana, la hija, quien era tratada por Ver�nica como tal, como una de-morona.

Si bien no fue la paciente la que brind� la asociaci�n (como ser�a es-perable en el caso de un paciente neur�tico, o en un sue�o), lo ciertoes que en el tratamiento de psic�ticos, los allegados son parte de sumemoria en acci�n, y ello no puede ser deso�do.

Una gran distancia separa a los neur�ticos de los psic�ticos: en tan-to los primeros enhebran relatos poblados por personajes, en los �lti-mos, las personas (familiares) hacen presencia en acto. En esta direc-ci�n, recordemos que ACTO14 significa: puesta en escena de un con-junto de representaciones que se desvanecen en calidad de tales, trans-form�ndose en PRESENTIFICACIONES. Los actos constituyenacontecimientos de la vida cotidiana y se distinguen de las actuacio-nes, conocidas con el nombre de actings (tanto ÒoutÓ como ÒinÓ). Enestos �ltimos casos, el sujeto es sorprendido por la impulsi�n del pen-samiento, ya que �sta se impone como una escenificaci�n incontrola-ble, pero sujeta a interpretaci�n, porque un fragmento de la subjetivi-dad es receptivo al significado de ella. Se trata de ideas que se han mo-vilizado en una escenificaci�n, m�s all� de la vocaci�n que tenga el su-jeto por provocarlas.

El pasaje al acto posee un car�cter m�s radical a�n, porque implicauna disoluci�n del sujeto que ha sido avasallado por lo m�s exterior a�l: el inconsciente. Las ÒcircunstanciasÓ han disipado a la subjetivi-dad, y, a diferencia de lo que ocurr�a en las actuaciones, aqu� nohay un barramiento del sujeto, sino un borramiento de �l15.

Juana es parte de la memoria de Ver�nica; de ah�, la validez de aco-

ger su asociaci�n como leg�tima. Y el hecho de que la paciente la lla-mase lenteja tiene su gravitaci�n en toda la historia singular de esta pa-reja filial. Aqu� se ha producido un desplazamiento donde el signifi-cante adquiri� una cara nueva, fuera de lo convencional. En ese girosem�ntico, se estabiliz� lo que Freud, en sus primeros escritos, deno-minaba un falso enlace. Esa estabilizaci�n es propia de un co�gulosignificante, conocido en ling��stica como sintagma cristalizado. Lamet�fora se corporiz� Òerr�neamenteÓ en otro significado. Por eso,cuando Ver�nica es internada, cobija en su mano un pu�ado de lente-jas.

El otro fragmento, TIENEN HOMBRECITOS, sufre una mutaci�nimportante: se quiebra la cantinela introduciendo una nueva fachadaen el cuerpo significante. Es ah� donde se detuvo la escucha, en aque-llo que rompi� con la fatigosa rutina de lo mismo que insiste: DEBE-RêAN TENER HOMBRECITOS significa un imperativo (Ávaya a sa-ber alguien cu�ndo fue inscripto como mandato!) y en calidad de tal,alg�n destinatario deb�a cumplirlo. A esta altura, ya es sabido que lalenteja deb�a hacerse cargo de ese mandamiento; o sea, deb�a tener HI-JOS. Pero HOMBRECITOS denota tambi�n algo diferente. Sabemosque remite a los gnomos, aquellos enanos (hombres peque�os) que es-t�n vestidos, en los cuentos infantiles, como entes malignos que hacencosas contra las personas.

En otros t�rminos, si el vocablo lenteja posee un nuevo y solitariosignificado, hombrecitos tiene dos: hijos y gnomos. Estamos en condi-ciones de traducir la frase que rodea la internaci�n de la paciente LASLENTEJAS TIENEN HOMBRECITOS por otra que acompa�� a suexternaci�n: MI HIJA DEBERêA TENER HIJOS (HOMBRECI-TOS)... ASê, MIS MALES (HOMBRECITOS, PERSONIFICADOSEN LOS GNOMOS) SE RETIRARêAN.

Una �ltima consideraci�n. En el historial de Ver�nica, hemos rebau-tizado a su hija, la llamamos Juana por antojo. No obstante, hemos res-petado el aut�ntico nombre de la paciente: VERîNICA16 porque �lmuestra el verdadero rostro de esa conjunci�n entre la ilusi�n consen-suada del mundo simb�lico y la alucinaci�n singular del registro ima-ginario, como combates tr�gicos e infatigables ante el desorden de loReal.

Notas1 El concepto de ESTRUCTURA es, por definici�n, inconmovible y resistente al paso del tiempo.Ver al respecto: BASTIDE, Roger y colaboradores - Usos y costumbres del t�rmino ESTRUCTU-RA - Coloquio - Anagrama - Barcelona Ð 1981 y HELMAN, Jorge - Historia y Estructura - Traba-jo publicado por Editorial Tekn� en cuadernillos ÒCuestionesÓ - Buenos Aires - 1987.2 ZIZEK Slavoj Ð Mirando el sesgo (Una introducci�n a Jacques Lacan a trav�s de la cultura po-pular) - Espacio del Saber - Paid�s - Buenos Aires Ð 2002.3 GRASS, G�nter Ð A paso de cangrejo - Alfaguara Ð Buenos Aires Ð 2003.4 DAL MASETTO, Antonio - Demasiado cerca desaparece - Planeta - Buenos Aires Ð 1997.5 FREUD, Sigmund Ð La Interpretaci�n de los sue�os Ð 1900 - Incluido en Obras Completas co-rrespondientes a las ediciones espa�olas de Biblioteca Nueva (1948) y Amorrortu Ediciones de 1978;a la edici�n alemana de Conditio Humana - Buchdrukerei Eugen G�bel, Ed. S. Fischer Verlag GmbH- Frankfurt am Main de 1975. En adelante, s�lo se indicar� el a�o de publicaci�n del texto.6 Abduction significa ÔraptoÕ o ÔroboÕ. Cuando nace una ciencia, debe ÒraptarÓ o ÒrobarÓ semante-mas o signos de territorios vecinos con el af�n de crear su propio dispositivo semi�tico.7PEIRCE, Charles Sanders - Collected Papers - Harvard University Press - Cambridge (Massa-chusetts) - 1933-1948. 8GUINZBURG, Carlo Ð El paradigma indiciario Ð incluido en ECO, Um-berto, SEBEOK, Thomas y otros - El signo de los tres (Dupin, Holmes, Peirce) - Editorial Lumen- Barcelona - 1989.9FREUD, Sigmund Ð La novela familiar del neur�tico Ð 1909.10La novela policial nace con la creaci�n del personaje del detective (Dupin), inaugurado por EdgarAllan Poe y continuado por Conan Doyle. Autores posteriores han formalizado y enriquecido el g�-nero.11 FREUD, Sigmund Ð El Mois�s de Miguel çngel Ð 1916.12Tomamos aqu� la diferenciaci�n establecida por Lacan Ð LACAN, Jacques - SEMINARIO XI -Los cuatro conceptos fundamentales del psicoan�lisis - Barral - (fecha original: 1964/65) - Madrid(Espa�a) - 1976.13 HELMAN, Jorge - La palabra y el cambio ps�quico Ð Revista Electr�nica EL SIGMA: accesoa Internet: www.elsigma.com - Versi�n gr�fica en la Revista CAMPO GRUPAL Ð N¡ 50 Ð BuenosAires Ð octubre de 2003.14 El vocablo griego que lo traduce es DRAMA, palabra que el castellano recolecta en toda su ex-tensi�n.15 Esto implica que los hechos, en su holgura, han devorado a la subjetividad. El Otro, en el senti-do lacaniano del t�rmino, tambi�n se ha disipado, dando espacio a la dimensi�n de lo Real. Para ma-yores detalles, se puede consultar: ZIZEK Slavoj Ð Mirando el sesgo (Una introducci�n a JacquesLacan a trav�s de la cultura popular) - Espacio del Saber - Paid�s - Buenos Aires Ð 2002 - (P�g.228)16 El nombre VERîNICA est� compuesto por las part�culas griegas: VERO ÔVerdaderoÕ e ICîNOSÔimagenÕ.

Mientras los inteligentes deliberan, los necios deciden. PlutarcoCampo Grupal / 12

Patricia Garrote [email protected]

Los guantes mágicosDirección y guión: Martín RejtmanMúsica:Diego VainerMontaje:Rosario SuárezProtagonistas: Vicentico Fernán-dez Capello, Valeria Bertuccelli,Fabián Arenillas, Susana Pam-pín, Cecilia Biagini, Diego Olive-ra y Leonardo Azamor

Esta es una historia sin historia,es parte de la vida de alguien, dealgunos, de cualquiera. Es unfractal. La historia de unos nóma-des que se relacionan a modo detribu, sin ataduras, sin casa, sintierra, desviados, vagabundos ymutantes.Se trata de densidades e intensi-dades. La historia de unos guan-tes mágicos que se adaptan alcuerpo de uno que bien puedeser el cuerpo de otro, o un solocuerpo sin organizar. Un cuerpocompuesto de afectos, conectadocon los afectos de otro cuerpopara destruir o ser destruido, pa-ra intercambiar acciones y pasio-nes o para componer con él uncuerpo más potente.Guantes territorializados y deste-rritorializados en líneas de fugaen un plano de inmanencia. Sinformas ni estructuras, sólo movi-mientos. Nada sucede, nada sedesarrolla, hay un plan distinto,un plan molecular, una nuevarealidad: la hacceidad. Saltan deun agenciamiento a otro atrave-sando un vacío, un fracaso, unapeste, ¡qué importa!, si se dirigenhacia un nuevo agenciamentoatravesando otro vacío, otra pes-te... y así sucesivamente.Guantes que no pertenecen anadie, ni a una edad, ni a un or-den, ni a un sexo, circulan en unentre. ¿Acaso han inventado unamáquina de guerra? Camaleonesmutando de color, sin rostro, sinforma. Aboliendo para siemprelas preguntas: ¿qué somos? ¿dedónde venimos? ¿a dónde va-mos?.Moverse, adaptarse, reterritoriali-zarse, ésa es la consigna. Mutarhasta devenir imperceptible. Mo-verse dentro de una micropolíticay una microeconomía para gritar,parafraseando a Henry Miller: “¡Estamos salvados!, ¡perdidos!,¡salvados!, ¡perdidos!, ¡salvados!”.

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Page 13: Campo Grupal 58

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Aunque tuve relaci�n con la filosof�a desde muy joven*, reci�na fines de los a�os 70 di los primeros pasos en esto de usarlapara enriquecer la vida. Lo hice en mi propio camino de b�s-

queda. Hab�a perdido el rumbo y con las terapias conocidas no mebastaba para dar cuenta de mis dificultades. Comenc� a interrogarmedesde la filosof�a y comprend� que muchos de mis problemas refer�anal estado del mundo, y que muchas otras personas compart�an en cier-to grado ese malestar. Esto me permiti� apreciar el potencial de esteabordaje, y me dio las primeras pistas. Comenc� mi tarea de consulto-r�a en 1984.

Concibo la filosof�a como la tarea de pensar el tiempo en que vivi-mos, con el principal objetivo de afirmar y enriquecer la vida en elpresente. En ese marco entiendo la Consultar�a Filos�fica como la ta-rea de asistir a otros en su intento de pensar-pensarse para sintonizarcon el esp�ritu de la �poca y afirmar su vida en las condiciones de cri-sis en que se encuentra el mundo. Se trata de potenciar al consultanteen la tarea de pensar, resignificar y reorganizar la propia experienciade vivir, lo cual incluye la capacidad de dise�ar y ejecutar acciones pa-ra re-crear su vida y co-crear el mundo.

Visto en perspectiva humana el mundo es un constructo en constan-te hacerse desde las condiciones de posibilidad que se presentan en ca-da tiempo-espacio. Esa construcci�n es orientada por la relaci�n defuerzas entre los Sentidos, que en su devenir tambi�n generan su reor-denamiento.

Llamo Sentido a lo que es cardinal a cada forma-mundo, lo que or-ganiza su existencia y lo hace comprensible y co-habitable. Se trata delo esencial que constituye la visi�n y experiencia de las personas en ca-da �poca, de lo m�s sustancial que da forma a la realidad y organiza lavida. Es la orientaci�n de las fuerzas creadoras, que hacen que las co-sas sean de la manera en que se dan en cada momento hist�rico.

El concepto no se refiere a un elemento de la realidad, sino m�s bienaquello que hace que �sta sea de determinada manera: es la Òtonali-dadÓ de lo real tal cual se da en una cultura determinada. Las cosas soncomo las fuerzas de sentido nos las hacen ver y vivenciar.

ÒSentidoÓ nombra entonces a lo fundante del Òenv�o del serÓ, y tam-bi�n a lo m�s general y com�n a todos los entes. Es la ÒVoluntad delMundoÓo la ÒVoluntad de DiosÓ o ÒEl Esp�ritu de los TiemposÓ, queen su despliegue va dando forma a la realidad y hace que las cosas yla vida vayan siendo y cambiando.

En mi opini�n la tarea central de la filosof�a es la que se presentadesde la pregunta por el Sentido. Para nosotros preguntar por el senti-do es preguntar por lo que da forma a nuestra vida desde lo instituido-heredado, y al mismo tiempo registrar y dar figura inteligible a lo que,todav�a informe, pulsa en nuestro interior como Sentido desde el quedeseamos vivir. En la tarea de consultor�a podemos ver que tambi�nnuestros consultantes (aunque muchos de manera no expl�cita) se pre-guntan por el sentido de su vida al sentir su propia experiencia apoca-da o debilitada.

Para casi todos nosotros es ya un dato que vivimos una �poca detransici�n entre el mundo de la modernidad y un mundo nuevo que seest� gestando. A este tr�nsito referimos habitualmente como ÒcrisisculturalÓ, una crisis que no es s�lo pol�tica, ni s�lo econ�mica, ni s�-lo �tica... Es la crisis estructural de una forma de ser de las cosas y dela vida, que lleg� a un peligroso punto de saturaci�n. Esta crisis esconsecuencia de la realizaci�n -y culminaci�n- del proyecto de la Mo-dernidad; y como todas las crisis, es tambi�n re-estructurante. Con es-to quiero decir que da lugar y motiva la re-significaci�n y reorganiza-ci�n de lo existente.

Para pensar la tarea a la que es convocada la filosof�a en esta coyun-tura, ser� bueno recordar la circunstancia, para mi nada casual, en quesurge la Consultor�a Filos�fica. Esto ocurri� en sus primeras manifes-taciones durante los 80. Por esos a�os la crisis de nuestra forma-mun-do ya era profunda, y comenzaba a ser m�s expl�cita la crisis existen-cial de las personas. Ese contexto en que naci� la Filosof�a Pr�ctica se-�ala que la crisis est� en la base de nuestra tarea, y que se trata en lo

fundamental de una crisis de sentido.ÀQu� es una Òcrisis de sentidoÓ? Habitualmente hablamos de Òcrisis

de sentidoÓ para hacer referencia a lo que le ocurre a las personascuando pierden conexi�n con lo que les importa, con aquello queorienta e intensifica su experiencia de vivir. Cuando esto le sucede ala sociedad en su conjunto, lo que se manifiesta es una crisis de senti-do de una determinada cultura. En este caso la crisis afecta, en alg�ngrado, a todas las personas que viven en ese tiempo-espacio, y se pre-senta como crisis existencial. Es una situaci�n hist�rica en la que seoscurece el rumbo de la vida y la experiencia de las personas decae enintensidad. El desaliento, la desorientaci�n, la superficialidad y la ano-mia �tica lo invaden todo. Aquello que dio sentido en el pasado ha per-dido fuerzas, y lo nuevo a�n permanece en la penumbra del amanecer.

Los individuos que vivimos en esa coyuntura hist�rica fuimos for-mados en paradigmas, creencias, valores, conductas y maneras de serque ya no sintonizan con la nueva situaci�n y con el esp�ritu de losnuevos tiempos. Pierden vigor los proyectos y se enmara�a la direc-ci�n de nuestras acciones. Esto es lo que sucede en nuestro presente:es una situaci�n colectiva de la que todos somos part�cipes. Es el con-texto en que vivimos y tambi�n es nuestro estado interior. Esas fuer-zas organizantes se encarnan en cada cual y determinan que la reali-dad se presente como siendo Òverdaderamente as�Ó. Es por eso que ami entender es fundamental ayudar a las personas a comprender el ca-r�cter epocal de lo que llamamos realidad. Esto las habilitar� a co-crear nuevos caminos del Ser, nuevas realidades.

Acordamos con Nietzsche y Bataille en que la vida busca siempreafirmarse a s� misma. Sin embargo, la manera que esto tiene de mani-festarse es diferente en las distintas �pocas, en raz�n de los diferentesestados del mundo que ofrece cada tiempo-espacio. La consecuenciaes que nuevos horizontes de sentido van instaurando otras maneras deser de las cosas y la vida. Son distintas configuraciones de sentido quedan forma a �pocas diferentes.

La situaci�n actualNuestra existencia est� organizada, y por eso tambi�n encerrada, en

creencias y valores que perdieron vigencia porque se originaron enuna situaci�n hist�rica ya superada. Vivimos en un horizonte de sen-tido que se gest� hace unos quinientos a�os, cuando la humanidad oc-cidental comenz� a poner el eje de sus esfuerzos en el incremento dela capacidad de producci�n para satisfacer las necesidades materiales.El desarrollo de las fuerzas productivas fue el leitmotiv de esa �poca.A eso se llam� progreso, y en �l todo tom� forma en su ser �til paraalgo, incluida la vida misma. El productivismo fue el esp�ritu que dioforma a la realidad y orient� las pr�cticas humanas en todas sus mani-festaciones. Ese fue el eje de sentido que constituy� la subjetividad dela era Moderna.

Hoy vivimos tiempos de gloria de la tecnolog�a y con ello de la ca-pacidad productiva. Son tambi�n tiempos de realizaci�n de la Moder-nidad, una configuraci�n de sentido que transita su final.

La revoluci�n tecnol�gica trastoc� los cimientos en que se enraiz�esta hegemon�a del sentido productivista y esta manera de ser de lascosas: me refiero a una determinada relaci�n entre las necesidades yla potencialidad productiva de la humanidad. Se gener� as� la crisis delos viejos paradigmas. En la actualidad el capital acumulado en rob�-tica es cada vez mayor, y por eso es cada vez menos necesario y sig-nificativo el trabajo humano. Esta es una consecuencia valiosa delprogreso productivo, pero tambi�n acarrea nuevas cuestiones a resol-ver.

Como primer efecto en la econom�a social, esto desorganiz� el sis-tema de distribuci�n hasta ahora vigente: la relaci�n trabajo-salario.Por la v�a del desarrollo tecnol�gico se incorpora m�s Òtrabajo muer-

La mitad del mundo no puede comprender los placeres de la otra mitad. Austen Campo Grupal / 13

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Page 14: Campo Grupal 58

Campo Grupal / 14 Lo sabe todo, absolutamente todo. Figúrense lo tonto que será. Unamuno

Llegaron a ocupar un espacio vac�o.(por lo menos para muchos)

A darle palabra a los que la ten�an.Tambi�n a otros.

A hablar de lo que se hablaba.

Pero tambi�n hablar de lo que nose habla , porque a�n no est�

maduro, a�n no esta creado. Por-que a�n no termina de armarse el

lenguaje que lo signifique.

Se impuso el c�rculo de personas,antes que la personalizaci�n

individual.

Fueron -son- nodal de muchos que necesit�bamos un

referente en una trama vinculardel tejido social que hay que seguir

tejiendo.

Fueron -son- comunicadores y sintetizadores de un �rea, de todo

lo que esta sucediendo en el territorio.

Se plantearon pensar en voz alta.En construir el d�a a d�a.

Hubo brillantes como ÒEl acontecimientoÓ que nos

contuvo y ayud� a dar sentido.

Tambi�n hubo notas dif�ciles de entender.

Hay anotaciones en los m�rgenes,y discusiones de caf�.

La apertura hacia una nueva comunidad necesita de

integraci�n como proceso de delimitaci�n y conocimiento de

sectores, funciones, identidades,que van siendo contenidos unos

por otros, articul�ndose unos conotros y conformando el tejido

social de la comunidad.

CAMPO GRUPAL es Òmes a mesÓtodo eso. Hoja en blanco para

bosquejar todo eso. Libertad paraleerla cuando se sienta. Gu�a paraver por donde andamos. Mapa pararecurrir a eventos y talleres. Foco

para estar al tanto por dondeotros caminan . Disparador de la

creatividad humana. Resonancia deuna comunidad en construcci�n.

1998-2004, ...seis a�os...ya entr� ala primaria. Documentando todo lo

que fue sucediendo en el pa�s, desde sus movimientos sociales ylos psicol�gicos. Mezcla rara de

pen�ltimo linyera...

FELIZ CUMPLE CAMPO GRUPAL !!!!

FELICES SEIS A�OS. Y gracias !!!

Casona Cultural Humahuaca 3508Abasto / Capital

4862/[email protected]

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toÓ, acumulado como capital, a la actividad productiva; es decir: la ro-b�tica desplaza y deval�a al Òtrabajo vivoÓ.

M�s all� las consecuencias que tiene en t�rminos de desocupaci�n ymarginaci�n social, este apocamiento de la significaci�n del trabajohumano en la producci�n genera un quebranto en nuestra subjeti-vidad. El trabajo ya no contiene la fuerza capaz de dar sentido y for-ma a la vida de las personas. La Òcultura del trabajoÓ traspas� sus con-diciones de existencia. Necesitamos incluso redefinir la idea de traba-jo. En nuestra experiencia se registra una saturaci�n de la forma de serpersona organizada en tanto productor, como sujeto-�til-dominador-del-objeto. Esa fue la subjetividad generada por el sentido productivis-ta, y en ella se expres� lo esencial de lo humano en la Modernidad.

En la actualidad nuestra experiencia como sujetos �tiles, organiza-dos para dominar y extraer utilidad a todo lo que existe, ya no tienecondiciones de realizaci�n, ni nos motiva como a las generaciones an-teriores. Lo que antes valor�bamos no nos importa ya en igual grado,porque su sentido est� saturado, debilitado, apocado. Ni el Òser desdeel tenerÓ, ni el Òser desde el hacerÓ, ni el Òser desde el poderÓ dan yasentido e intensidad al vivir. Aunque estas sean conductas que insistenen repetirse, se presentan en cada persona con un fuerza de sentido de-valuada.

El inconveniente es que no sabemos de otros sentidos y caemos enel sinsentido. As� pierden intensidad nuestra manera de amar, de traba-jar, el ejercicio de la paternidad, la amistad... Todo comienza a darseen nosotros como experiencias devaluadas, y las nuevas formas demo-ran en perfilarse. El sinsentido avanza, y los peligros tambi�n.

La guerra es s�lo el peligro m�s evidente al que nos somete la sub-jetividad organizada por el sentido de dominio: el ilimitado deseo depoder, en posesi�n de un gran instrumental tecnol�gico, impone el do-minio imperial sin importarle la magnitud de las fuerzas destructivasque desata.

Esta es la situaci�n en la que est� enredada nuestra vida. Hay uncambio en el estado de las cosas y en la ÒVoluntad del MundoÓ: nece-sitamos darle espacio en nuestro interior, y tambi�n forma en nuestrasconductas y acciones.

Est� claro que no se trata de abandonar la tecnolog�a, sino de generaruna nueva manera de vivir con las posibilidades que ella nos ofrece. To-dos necesitamos volvernos m�s protag�nicos en la generaci�n de losnuevos modos de existir, concebirlos desde otros sentidos germinales.

Los deseos orientan el caminoLa orientaci�n ante este cambio del mundo se nos presenta en el cal-

dero de los deseos. Desde all� se abren Òl�neas de fugaÓ1 que intentanromper el corral de lo instituido y cultivan las condiciones que posibi-litan nuevas formas de ser y del Ser. Nuevas sensaciones y deseos em-piezan a habitarnos en un muy inicial amanecer. Comenzamos a anhe-lar nuevas maneras de vivir, aunque a�n no podamos verlas con clari-dad.

Si prestamos atenci�n a las sensaciones (nuestras y de nuestros con-sultantes), veremos que somos muchos aquellos en quienes las fuerzasdeseantes apuntan, aunque de manera contradictoria y larval, a pr�cti-cas m�s orientadas por el amor que por el dominio y el control, m�s in-

teresadas en la calidad de vida y la felicidad que en la utilidad y el po-der. Queremos m�s alegr�a y menos preocupaci�n, m�s solidaridad ymenos competencia. Nuevas energ�as colorean los horizontes delMundo y buscan dar forma a la realidad. Son fuerzas de sentido que sedejan nombrar en las palabras alianza, amistad, amor... y que pugnancon el a�n preponderante deseo de poder y dominio. Son novedades enla configuraci�n de las fuerzas deseantes que generan potenciales detransformaci�n en la subjetividad. Esto nos est� ocurriendo al mismotiempo que las fuerzas de lo instituido intentan, y a�n consiguen, orde-nar las conductas en formatos de dominio y control.

La Consultoria Filos�fica es convocada en el grado en que las per-sonas vivencian esta situaci�n en carne propia. Cada persona necesitaasumirse como co-creador2 de nuevas formas de ser y vivir. Esta co-creaci�n debe ser ejercida por cada uno en el dificultoso marco de lahegemon�a cultural del productivismo utilitario. No se trata de unaelecci�n entre posibilidades conocidas, sino de generar lo nuevo en lapropia experiencia. Pensar la vida en sus manifestaciones cotidianas,es un pensar-pensarse que busca activar la potencia creadora de quie-nes quieren asumir su potencial como co-creadores de una nueva ma-nera de vivir.

Abordar la cuesti�n del sentido en la experiencia personal de cadauno requiere cuestionar el horizonte de sentido a�n hegem�nico. Cadacual necesita interrogarse por lo aut�ntico y lo sobredeterminado en �l.Parafraseando a Heidegger, Òen nosotros habita la posibilidad de lo au-t�ntico junto a la dictadura de lo p�blicoÓ. Nuestra subjetividad arras-tra su orden de sentido desde lo heredado y desde la maquinaci�n de-seante de nuestras pr�cticas, a la vez que nuevas fuerzas de sentido se-ducen nuestra sensualidad y buscan transmutar nuestra experiencia.

Re-elegir lo m�s propio entre los deseos que se enra�zan en esos tresplanos originarios y re-significar desde all� nuestra manera de vivir ynuestras pr�cticas, es fundamental en la b�squeda. En sus deseos m�saut�nticos cada uno encontrar� se�ales para proyectos y acciones in�-ditas que le permitan afirmarse en nuevas maneras de ser y de vivir.

Este doble movimiento de la conciencia Ñel reconocimiento de losÒidealesÓ ya vacuos, por un lado, y la escucha de lo nuevo que pulsaen nosotros por el otroÑ es un eje principal para caminar hacia nue-vas formas de ser y vivir. Esto ser� m�s viable para quienes puedanprestar atenci�n Ñy validarÑ sus deseos a�n sin voz, acallados por elviejo imaginario todav�a hegem�nico, y desde all� dise�ar acciones yformas de vivir novedosas. Creo que la Consultor�a Filos�fica puedefacilitar este intento.

Notas1 Uso la expresi�n Òl�neas de fugaÓ en el sentido que le dan Deleu-

ze y Guattari, en ÒMil mesetas, capitalismo y esquizofreniaÓ.2 Digo Òco-creaci�nÓ para se�alar la pertenencia de cada humano a

un horizonte de sentido que lo interpela, al cual responde y cuya reali-zaci�n tambi�n le ata�e.

* Ponencia presentada en el ÒPrimer Congreso Iberoamericano y deHabla Hispana para el Asesoramiento y la Orientaci�n Filos�fica, Se-villa, Espa�a,

PRIMER ENCUENTRO LATINOAMERICANO DE ESQUIZOANALISIS

“Políticas y prácticas sociales”Montevideo - 12, 13, 14 y 15 de agosto de 2004

Organizan: Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo; Fundación Vivir y Crecer; Grupo Plexus (Argentina)Instituto Felix Guattari; Fund. Gregorio Baremblitt (Brasil) Centro Felix Guattari (Uruguay)

Lugares, personas e instituciones de referencia para obtener informaci�n, implicarse e inscribirse: • Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo 4384-8693 / Marisa Paltano / [email protected] • Gregorio Kazi / [email protected] • Fundación Vivir y Crecer 4661-1930 - Jorge [email protected] • Grupo Plexus - Osvaldo Saidón / 4832-0399 [email protected]

Inscripciones: U$S 15 hasta el 16 de julio. U$S 20 después del 16 de julio hasta el evento.

Trabajos libres - Ejes problem�ticos:

1) Políticas sociales 2) estéticas 3) Clínica 4) Formación y transmisión del esquizoanálisis. Textos de 10 carillas, fuente 12, en formato A4. Los mismos ser�n presentados con un abstract de 10l�neas como m�ximo en <[email protected]> (o al e-mail de los organizadores en la Argenti-na) hasta el d�a 16 de julio de 2004 y seleccionados por la comisi�n de programa del encuentro, para locual los autores deber�n inscribirse previamente.

Auspicia

Page 15: Campo Grupal 58

Campo Grupal / 15Para reinar en la opinión es preciso reinar antes sobre ella. Rousseau

AGENDACine y psicoanálisis Cursos bimestrales de abril a diciembre¿Cómo pensar el cine como dispositivo terapéutico?En este curso, destinado a profesionales de la salud mental, usted co-nocerá una herramienta diferente en la clínica: la utilización deltexto fílmico como recurso y disparador de la práctica. Un aporte que le facilitará el abordaje de la conflictiva subjetiva, ar-ticulando el psicoanálisis con el arte.Dirigido a: psicólogos, psicopedagogos, psicólogos sociales, psiquia-tras y otros.Organiza: Grupo3 Equipo de gestión psicológicaInformes: 4-523-9278. 15-4-092-1755.Psicólogas: Gabriela Escobar. Débora Levit. Andrea [email protected]

¿Por qué me relaciono con la persona equivocada?Grupo psicodramático - Resolución rápida de conflictosCoienza en julioInformes e inscripción: 4702-4847 / 15-4417-0049

Segunda inscripciónEl Instituto Superior de Enseñanza Intercambio anuncia la aperturade la inscripción a las carreras oficiales que tendrán inicio en el mesde agosoto:-Psicología Social-Consultor Psicológico-Desarrollo Personal. Especialización para CounselorsInformes: Triunvirato 4654 1º - Capital4521-0578 [email protected]

Actividades gratuitas en Liniers-Grupo para padres de adolescentes-Grupo de investigación: Norma Españón Informes: Centro de Formación en Psicología Social de Liniers4653-5046 [email protected]

Técnico en RecreaciónEl Estudio Inés Moreno abre la inscripción del 2º cuatrimestre para lacarrera "Técnico en Recreación" con modalidad presencial y a distan-ciaInformes: Virrey del Pino 2714 - Capital4785-3273 [email protected]

Talleres de JuegoLunes 12: "Recursos múltiples para el juego"Miércoles 14: "Jugar con las máscaras"Viernes 16: "La murga: un juego colectivo"Informes: Estudio Inés MorenoVirrey del Pino 2714 - Capital4785-3273 [email protected]

El SemilleroCurso cuatrimestral "Introducción a las técnicas grupales"Entrevista, encuadre, dispositivos, psicodrama, gestalt, psicoanálisis.Dirigido a Psicólogos, Psicólogos Sociales, docentes, estudiantes ypersonas que trabajen con grupos humanos.Habilita para la realización de pasantías - posibilidad de integrar elplantel institucional. Inicia en setiembre.Informes: Bancadero 4862-0944 / 4865-0923 www.geocities.com/elbanca

Actividades del Instituto de Psicodrama J.L. Moreno-Cursos de formación.-Psicoterapia Psicodramática: Para profesionales de la salud. 1º y 3ºjueves de 13.30 a 15.30hs. Coordinan Dr. Bustos y Prof. Noseda-Actualización en Psicoterapia Psicodramática.: Para psicodramatistas formados. 2ª viernes de c/ mes de 13.45 a 16.45 hs.Coordina: Dr. Bustos-Psicodrama: Para profesionales de la educación, las empresas y lacomunidad. 2º y 4º martes de 18.30 a 21hs. Coordina Prof. Noseda Palermo 4862-7867 ( 9 a 16hs.)

III Jornadas Latinoamericanas de Psicología SocialV Jornadas de homenaje al Doctor Enrique Pichon Rivière28 al 31 de octubre 2004Sujeto y conflicto social. Abordajes teóricos y prácticos desde la psi-cología social y disciplinas afinesApertura 28 de octubre 2004 20 hs.Auditorios Belgrano: Virrey Loreto 2348 CapitalInformes e inscripción: 1ra. Escuela Privada de Psicología Social ‘En-rique Pichon Riviere’ 24 de Noviembre 997 Capital Telefax: 4957-1907 / 4931-0200Email: [email protected] http://www.psicologiasocial.esc.edu.ar

Centro de BiocreatividadPsicoterapia Bioenergética : Individual-Grupal- Pareja- Familia.Talleres de Realización Personal (Biocreatividad).Escuela de Formación: Coordinador (2años) y Operador (3años).Director Dr. Gerardo Smolar, Member of the International Institutefor Bioenergetic Analysis.Solicitar entrevistas al tel 4855 2772 www.biocreatividad.com.ar [email protected]

Curso intensivo de formación psicoanalíticaAbierta la Inscripción. Comienzan en Agosto Una jornada mensual de Trabajo Teórico- Clínico en día sábado.Curso 1. Dirigido a psicólogos, psicólogos sociales, médicos, educado-res, T. Ocupacionales, T. Corporales, Psicomotricistas, musicotera-peutas y estudiantes avanzados de esas carreras y afines. Curso 2. Dirigido a psicoanalistas con actividad clínica (privada o ins-titucional).Adecuados para residentes en Capital, provincias y países limítrofes.Directora: Lic. Marta ToppelbergInformes e Inscripción Tel 4962-6905 [email protected]

Instituto de la MáscaraAbierta la Inscripción- 2º cuatrimestre 2004

CHARLAS INFORMATIVAS GRATUITAS: "El coordinador Corporal-Psicodramático en la formación oficial hoy".Coord. Elina Matosomartes 29 de junio a las 19 hs. - martes 6 de julio a las 19 hs.jueves 15 de julio a las 19hs. - martes 3 de agosto a las 12hsUriarte 2322 Cap. Fed.Telefax: 4775-3135/5424 E-mail: [email protected] - Pág.Web: www.mascarainstituto.com.ar Hs. de secretaría: martes y jueves de 10 a 19:30 / miérc. y viernesde 16 a 19:30 hs

Masaje Miofascial y CuánticoLa Unidad Kinésica Integral anuncia la apertura de sus cursos parael mes de agostoInformes e inscripción: Av. Rivadavia 2530 4° "H" Capital Federal 4952-9640 www.uki.com.ar [email protected]

AMPSA Asociación Mutual de Psicólogos Sociales Argentinos Concebida por Psicólogos Sociales, es un espacio para poder desarro-llar todos los elementos necesarios para el crecimiento, el prestigio yla defensa de la profesión. Sabes que la única forma de lograr cam-bios es agrupándose. Si sos Psicólogo Social o estudiante de carreras afines te convocamosa asociarte.Te esperamos en Av. de Mayo 1370 Piso 6° of. 126 Comunicate con nosotros al 4381-8483 E-mail: [email protected]

Ateneo PsicoanalíticoJUEVES CIENTÍFICO - 2004 Actividad no arancelada"DSM IV y PRÁCTICA PSICOANALÍTICA"Expone: Dra. Mónica Francesconi26 de Agosto – 12 a 13,30 hs.Informes e inscripción:Av. Pueyrredón 1504 2º "C" (1118) Cap. Fed.Telefax 4822-7410 – Secretaría de 9 a15 hs.E-mail: [email protected] page:www.ateneopsi.com.ar

Compañía de Teatro Espontáneo El PasajeInvita a la función abierta al público en Buenos AiresEstudio La Vera: Vera 408 piso 1 CapitalViernes 9 de Julio a las 20,30 hswww.teatroespontaneo.com.ar

Seminario-Taller de prosperidad creativaUn análisis de como nos conectamos con el sentimientode felicidad segun nuestro argumento de vidaA cargo de la Dra María R. QuartinoSabado 7 de agostoInformes e inscripcion: 4522-1371 4523-2450

"Kundum"El viernes 9 de julio a las 18 hs. se exhibirá el video "Kundum" deMartín Scorsese, la fascinante historia del Decimocuarto Dalai Lama,en la Fundación Martínez-Bouquet, Güemes 3950 Bs.As., Te/fax: 4831-3738/6197 [email protected]

IOM – Delegación Conurbano SurTalleres de lectura “El amor en Psicoanalisis”Amor, deseo, goce y transferencia (Freud – Lacan)Quilmes – Avellaneda –Temperley – R. de EscaladaNo arancelado – Inscripción: 4222 – 3703

ESPACIO Y, Lugar CulturalCURSOS Taller: "UN CAMINO A PARTIR DE BORGES, CALDERÓN, KAFKA YOTROS" Prof. Letras Patricia Villamil Los martes de 17.00 a 19.00hs. TALLER DE REFLEXIÓN - Coordina Carmen Massuh, Psicóloga Social. Los miércoles de 15 a 16.30hs. TALLER DE TEATRO ESPONTÁNEO - Lic. Martha Fernández y CarmenMassuh, Psicóloga Social.Los viernes de 19 a 21 hs. Conferencias: EL PODER Y LA POLÍTICA EN LA CIENCIA Arq. Susana Flores y Prof. Federico PozziJueves 1 de julio a las 19.30hs. (actividad no arancelada) DESDE DÓNDE PENSAR LA POSMODERNIDAD Dr en Filosofía Jorge Fernández y Lic. Cristina LópezJueves 15 de julio a las 19.30hs. (actividad no arancelada) Lectura de poesía: ENCUENTRO DE JÓVENES POETASJueves 29 de julio, a las 19.30hs. (actividad no arancelada) Espacio Y. Directora Lic. Cristina García Oliver Laprida 1963 PB "B" Tel/Fax: 4803-9764 E-mail: [email protected] www.espacioy.com.ar

Pasantía Clínica PsicoanalíticaObjetivo: Producir un acercamiento a la clínica psicoanalítica, inten-tando efectivizar un entrecruzamiento entre los conceptos teóricos(Freud-Lacan) y el discurso de los pacientes escuchados.La actividad incluye: Formación en niños y adolescentes o adultos -Co-admisiones - Puesta al trabajo de las entrevistas realizadas - Se-guimiento de tratamientos - Ateneos clínicos. Clínica de obstáculos -Clases teóricasInicio: Semana del 16 de Agosto. Duración: Cuatrimestral (Agosto -Diciembre)Dirigida a: Graduados y estudiantes avanzados de Psicología, Medi-cina, Psicopedagogía y Ciencias de la Educación.Actividad no arancelada - Se otorga certificación de pasantía apro-bada. Articulación Universitaria: UBA - UAI - UCES - UB - UdeMM -USAL - JFKLugar: Centro Dos Av. Pueyrredon 538 1º A (1er cuerpo) Ciudad deBs. As. Informes: 4961-2197 [email protected] www.centrodos.com.ar

Seminario de filosofía y políticaGilles Deleuze: Diferencia y repetición Pensar es crear conceptos, plantear problemas, hacer visible y enun-ciable aquello que en otras condiciones no hubiera sido posible verni decir. Pensar es arriesgar ideas, asistir a su nacimiento, a la irrup-ción de su fuerza y de su efectuación.Pensar es crear.Coordina: Annabel Lee TelesInformes: Tel.: 4784-9053E-mail: [email protected]

“Los vínculos” Unico programa de radio dedicado a la Psicología Social. AM 1010 Todos los Lunes de 20 a 22 hs Un programa que trata los emergentes sociales de la semana, las cri-sís y conflictos que nos atraviesan y como el imaginario social nosafecta a todos. Conductores: Daniel González y Roberto Carballo.

EneagramaTaller teórico-vivencial. Psicología de los EneatiposEnseñanzas de Claudio Naranjo El taller está coordinado por Luis Yacachury.Próxima fecha: Agosto - 2004Viernes 6: de 20 a 22.30 horas.Sábado 7: de 12 a 19.00 horas.Domingo8: de 9.30 a 17.30 horas Elementos: Biografía personal, lapicera, cuaderno, carbónico.Costo de taller: $ 120.-Informes e inscripción: Luis Yacachury Te. 4772-7525 [email protected]@fritzgestalt.com

Del cuerpo sensible a la palabra sensible"Los sintomas toman la palabra".Encuentros semanales en los que tomamos como eje la eutonia y lapsicoterapia grupal, buscando desplegar, a traves de recursos corpo-rales, psicodramaticos y expresivos, las escenas y los personajes alo-jados en el cuerpo.Coordinan:Berta Vidal : actriz- terapeuta corporal con orientacion en eutonia.4-774-8644 bertavidal@tutopia,comLiliana Ruccio: psicologa- coordiadora grupal4-774-5338 [email protected]

CASA Centro de Asistencia Psicologica y Psicodrama-Taller de entrenamiento para coord. de grupo y trabajadores socia-les y agentes de salud. 4to sabado del mes de 14 a 17.-Formación en psicodrama 1er modulo:Juegos psicodramaticos yteoria. Abierta la inscripción para junio-noviembre. -Terapia grupal. Solicitar entrevista previa.-Entrenamiento en Teatro Debate. Dirigido a alumnos que hayancursado 1er nivel de psicodrama, estudiantes de teatro, actores ydisciplinas afines. Inscr.previa.Av. Rivadavia 16217 1* dto 1 -Haedo- (a 1 cuadra de la estacion)4659-7954 /// [email protected]

Desarrollo de Proyectos 2004 (Ambito Institucional) Confluencia psicosocial convoca a Psicólogos Sociales interesados enrealizar operaciones psicosocial en organizaciones . Quienes quieran participar en la reunión informativa enviar datosincluyendo un teléfono para contactarse a [email protected]

PsicodramaCursos de formación en Psicodrama - Talleres vivenciales - Seminarios teóricos.Charlas explicativas sin cargo para actividades 2004Informes: 4962-4583 [email protected]. institucional: Silvia Schverdfinger

Escuela Psicoanalítica de Psicología Social 2da. inscripción, agosto 2004 para la carrera de Psicología SocialPsicoanalítica de tres años, mañana o noche, Belgrano o Caballito,con reconocimiento de años cursados en otras instituciones, el Cursode Posgrado de Formación en Psicoanálisis y el Curso de Coordinación Psicoanalíticade Grupos Operativos. Informes: 4775-3308 / 4433-4988 [email protected] y www.psicosocial.com.ar

Creatividad en la vida cotidianaPara público en general. Taller con técnicas de juego y psicodrama.Coord. Lic. Silvia Schverdfinger y colaboradores. Sup. por Tato Pavlovsky.Tel 4962-4583 [email protected]

Programa de formación en PsicoanálisisPosgrado de 2 años de duraciónAbierta la inscripción, agosto 2004Organiza: Táctica - Centro PsicológicoInformes e inscripción: 4775-6038 lu - mi - vi 14 a 18 [email protected]

Taller Intensivo de Teatro Espontáneo En El Pasaje en Córdoba Tres días contando historias que pondremos en escena13,14 y15 de Agosto 2004Espacio de Actores Espacio de Dirección Espacio SonoroFunción Abierta al Público con la Compañía de El PasajeDirección : María Elena GaravelliInformes e Inscripciones: Pasaje Reartes 66. te:351-4227164. Cór-doba. [email protected] www.teatroespontaneo.com.ar

Enrique Guinsberg [email protected]

Para quién vino hace poco y volverá,y para Román que vendrá antes del

7º aniversario de la revista.

México es un centro turísticomundial por su colorido, playas,ciudades coloniales, zonas arque-ológicas, valor de su cultura prehis-pánica, y muchas cosas más. Perotambién por una riqueza culinariaque es la tercera mundial, luego dela china y la francesa, tan diferentea otras que no siempre es fácilaceptarla, con una gran pérdidapara quienes no lo hacen al menoscon parte de ella.Es lo que muchas veces les ocurrea los visitantes conosureños, quepueden quedar seducidos o noescapar de sus carnes y pastastradicionales, imposibilitados deentrar a la cultura del maíz o almundo picante de los múltipleschiles. La primera es la base decasi todo: desde los elotes (choc-los) hasta, y sobre todo, los tacos -tortillas de maíz (tipo panqueques)dobladas por la mitad y en su inte-rior todo lo que se puede imaginar,desde queso hasta todo tipo deguisados-, que es la comida básicaque se consume en casas y eninfinidad de taquerías, y que hastaahora no ha sido para nada super-ada por las hamburguesas queestán conquistando el mundo (otrocategórico analizador de la deca-dencia de éste). Es cierto que noes fácil acostumbrarse a su gusto,y algunos (como este columnista)no lo lograron en 28 años, perocon gran envidia al ver la expresiónde placer de quienes comen lostacos.Lo mismo que a los chiles, casiimposibles de tolerar en uncomienzo, pero a los que uno seacostumbra de a poco, aunque enuna cantidad menor a la dequienes no los usan en pedacitossino metiendo varios en cada comi-da, ante la mirada atónita de losque creen que habrá que llamar alos bomberos. Algo muy duro paraquienes sólo conocen los gustosmás sutiles de las comidas france-sas y españolas.Tal vez no alcanzaría la coleccióncompleta de Campo Grupal paradescribir sólo una parte de estariqueza local, con diferencias enlas distintas zonas del país. Porsólo dar algunos ejemplos, losespeciales argentinos mirarían conenvidia a sus hermanas tortas (lastortas conosureñas aquí se llamanpasteles), que no sólo tienen elingrediente principal sino tambiéntomate, lechuga, cebolla, aguacate(palta), mayonesa, pasta de fri-joles... y por supuesto chile a gustodel consumidor. Y es imposible nomencionar a los moles, cremas conbase en ¡chocolate! pero con unainfinidad de otras cosas, sobre todochiles, que se come sobre todo conpollo. Es lo que este escribienteofrece a sus compatriotas que lovisitan, y que ha sido visto portodos como una suculencia quequieren repetir (excepto la amigadel epígrafe, que lo sintió picanteaunque fue hecho muy liviano,pero siempre hay y habrá excep-ciones).El tema da para mucho más, y talvez se continúe en otros números,lo que le agradará mucho aRomán, interesado en notas “concolor”. Pero habrá que agregar losdistintos nombre de comidas eingredientes, que han provocadomuchas sorpresas a quienes no losconocen cuando les traen algo muydiferente...

Universidad Autónoma Metropolita-na- Xochimilco. México.

DESDE MEXICO

Page 16: Campo Grupal 58

Campo Grupal / 16 Debemos buscar para nuestros males una causa que no sea Dios. Platón

ESCRITURA AUTOMATICA

Crónica de una intervención psicosocial en Río Turbio

Realidad y mito en la tragedia de la mina

Luis Gruss [email protected]

Un sueñoEntro a una casa deshabitada: pa-sillo largo, cuartos a los costados,ventanas levemente circularesque acompañan la curva de unaesquina. Parece un viejo hotel pe-ro no es. No hay hoteles en lossueños. Al fondo se vislumbra unacocina. Enseguida percibo quehay alguien en el cuarto situado ala derecha; es el primero de unalarga fila que se pierde hacia ade-lante en fina perspectiva. Escuchovoces al otro lado de una puertasemiabierta. Una de ellas me re-sulta familiar. Tras una duda inicialalcanzo a oír el tono indefinible deuna mujer que reconozco. Es unavoz grave, cálida y seca al mismotiempo. Es la canción de un amordeshilvanado, un coche viejo y de-tenido en el desierto. El hallazgome alerta; voy a nadar veloz comolos tiburones enfermos de ser. Pe-ro antes me detengo un instante aescuchar el diálogo que han enta-blado, dentro del cuarto, los úni-cos habitantes del lugar. Se oyenrisas, comentarios neutros e in-comprensibles, el claro sonido deun escobillón frotando el piso. Esobvio que la mujer está barriendo.¿A quién? Por alguna razón sigocaminando entre las puertas ce-rradas, perfectas y muy blancas.Es tan pulcro todo que da miedo.No hay nada colgando en las pa-redes. Ni siquiera un disco de vini-lo o la imagen de gaviotas ente-rradas en la arena. Podrían serflores sin perfume. O la foto enblanco y negro de una joven ex-tranjera, con las manos atrás,mostrando al viento sus formasdelicadas. Pero no voy a engañar-me: no hay gaviotas ni discos nifotos en los sueños. ¿Qué hay en-tonces? Hay agua en movimiento,escaleras, valijas, troncos, para-guas, pendientes, gatos, caminosy magníficos palacios de sombrascoloridas. Hay remolinos, también,por donde uno se hunde o renacecon los brazos pegados al cuerpo.No es el caso. Para nada. No esel caso. Yo sigo caminando y oigoal andar el ruido de mis propiospies en un silencio de madera.Pasado algún tiempo (un segundoo un milenio) me detengo. Abrouna puerta y me sumerjo en unafiesta de parejas felices. Hay chi-cos por todos lados, mujeres em-barazadas a punto de parir, unatorta de labios de naranja, bebidaspara todos los gustos y cohetes.Me alejo del estruendo y vuelvo alpasillo donde el sueño recomien-za. Sigo avanzando entre dos pa-redes que amenazan con juntarsey convertirme en una hoja de cal-car. Antes de que eso ocurra de-semboco en la cocina. Azulejosrotos, mesada de mármol gasta-do, ventana sucia de recuerdos deplaya. Está abierta la canilla delagua caliente: soy el oso que viajapor los caños torcidos. Alguien seacerca. Sé quién es, lo supe siem-pre, lo sabré también ahora. Esella: la mujer del cuarto; de prontodeja caer el escobillón al piso yme abraza y lo hace de tal modoque no puedo soportarlo. Seríahermoso que las gaviotas por finresucitaran, que el viejo cocheabandonara el gris desierto, quetodas las puertas se abrieran paramí como blusas de mujeres en ve-rano. Pero esas cosas no pasanen los sueños.

Rodrigo Lema * [email protected]

Realidad. R�o Turbio naci� como un asentamiento para los tra-bajadores del yacimiento carbon�fero del mismo nombre.

Desde la ruta de ripio por la que se llega, se pueden ver imponentes,por su dimensi�n y estructura, la cabecera de entrada a la mina, laplanta depuradora y la usina.

Por debajo de �stas se asoma un poblado peque�o y de techos bajosen el que viven unas 7000 personas. Tambi�n se distingue el pueblovecino de 28 de Noviembre en donde se previ� originalmente que vi-vieran los trabajadores, y que alberga a unas 5000 personas.

La cercan�a fue el factor por el cual la gente eligi� el bajo R�o Tur-bio por sobre 28 de Noviembre para vivir.

Entre tanto terreno �rido, casi des�rtico, el Turbio y 28 se enfrentancon d�as que llegan a tener solo 7 horas de sol y temperaturas de has-ta 25 grados bajo cero.

Todos los d�as del a�o, o mejor dicho casi todos, 3000 hombres entres turnos asumen con dignidad el trabajo de entrar a los casi 100 ki-l�metros de t�neles que tiene la mina y robarle el carb�n, para darle asu comunidad raz�n de ser.

Mito. Se rumoreaba que el domingo 13 de junio del 2004, algunosmineros hab�an visto a la viuda negra. Que la hab�an visto 5 veces. Sila viuda negra apareci� 5 veces entonces habr�a 5 d�as de duelo. Mar-tes, mi�rcoles, jueves, viernes y s�bado.

Realidad. El lunes 14 a las nueve y media de la noche, los minerosdel segundo turno se encontraron con fuego (que junto con el derrum-be son los peores enemigos) en una de las galer�as principales. El fue-go incendi� las l�neas el�ctricas y entonces rein� la oscuridad, pero es-to no asusta a nadie. Inmediatamente la ventilaci�n artificial dej� defuncionar. Las llamas consumieron el ox�geno en un radio de aproxi-madamente 3 kil�metros a la redonda, 3 kil�metros de t�neles -a 7 dela salida m�s cercana-, y a profundidades de hasta 300 metros por ba-jo el nivel de la superficie. Cuando desapareci� el ox�geno, las llamasy el fuego tambi�n desaparecieron, pero dejaron 270 grados de tempe-ratura y un aire viciado de di�xido de carbono.

Mito. La mina es la mina. Para los mineros es la otra. Por un lado,est� la mujer, su esposa, y por otro lado, est� la otra, la mina. As� quea la mina no le hablen de las otras, de las mujeres, de las esposas. Haycomo unos celos que no se pueden resolver. Las mujeres tienen termi-nantemente prohibido entrar a la mina, as� como el cura, porque si en-traran, ella se vengar�a provocando accidentes que se pagar�an con lasvidas de los mineros y nunca se podr�an recuperar los cuerpos, porquese los robar�a.

Realidad. Cuando se hacen las avanzadas, expandiendo t�neles ygaler�as, los mineros avanzan en la oscuridad, solo iluminados por susl�mparas, y tomados de las manos, formando un cord�n de hombres.Cuando por alg�n motivo alguno de los mineros cae, sus compa�erosinmediatos dan la voz de hombre ca�do y todo el cord�n retrocede has-ta encontrar alg�n lugar seguro para asistirlo.

Esto habla de uni�n, de compa�erismo, de solidaridad para con losque est�n igual que ellos, arriesgando un poco m�s de la cuenta. Y es-te riesgo es un riesgo compartido.

En medio de tanta oscuridad, tanto desconcierto, tanto fuego y tan-to calor, los que se salvaron no pudieron rescatar a sus amigos, a suscompa�eros de riesgos y apuestas.

Mito. La viuda negra es la viuda que a�n est� de luto, porque no pu-do velar a su marido, a su hombre, tal vez, porque la mina nunca se lodevolvi�. La viuda negra se pasea a veces por las galer�as, buscandoquiz�s a su marido, o a su cuerpo o a su alma, para recuperarlo. Enton-ces la mina se enoja y cuando la mina se enoja, los mineros se mueren.

Realidad. Los que se salvaron no pudieron con su culpa. No merez-co vivir. Yo estoy vivo porque un amigo se muri�. Apenas salieron, secalzaron los trajes, las m�scaras y los tanques y volvieron a entrar. 7kil�metros en oscuridad absoluta, cargados (de equipos y de culpas)para llegar hasta ese infierno artificial. El peso (de equipos y de cul-pas) y el calor se combinaron, derritieron sus m�scaras, llagaron suscaras y sus manos, contaminaron sus pulmones, y los llevaron a tera-pia intensiva. Es realidad tambi�n que llegaron al hospital con las bo-tas, los trajes, los cascos y las l�mparas humeando. Y es realidad tam-bi�n que no aceptaron salir del hospital de otra forma que no sea ves-tidos con sus sucias ropas de trabajo, orgullosos, con su identidad y suvivencia a cuestas. ÀA d�nde va?, le preguntaron a un dado de alta, ala mina a buscar a mis compa�eros, contest�.

Mito. Tambi�n est� la viuda blanca. Esta es tal vez, aquella que pudo

velar a su muerto, porque lo pudo recuperar, porque la mina no se eno-j�, se lo devolvi�, y que quiz�s, solo se pasea por ah� augurando pros-peridad y salud para los mineros, por ende, para su pueblo. Seguramen-te la mina no se enoje ni ofenda ante tan noble e inofensiva visita.

Realidad. El Hospital de la Cuenca Carbon�fera se mantuvo limpiode acusaciones ante la voz del pueblo. Este pueblo en duelo segura-mente se aferr� a su arma de curaci�n, salud y vida, para afrontar es-te golpe bajo, previsible y evitable. El comando, el centro de operacio-nes desde donde se dirigi� el plan de contingencia -como gustan lla-marle-, se instal� entonces, en el hospital. Y a all� acudieron familia-res, amigos, compa�eros, vecinos; todo el pueblo se dio cita en su hally en sus pasillos.

Los cuerpos fueron siendo localizados, en su mayor�a, y rescatados,para entregarlos a sus familias. Las mujeres agradecidas, satisfechas ycomplacidas, porque la mina se los devolvi�. Ahora va a poder descan-sar en el lugar que se merece, me dijo Mirtha. Su fe la sostuvo en elmomento m�s cr�tico, m�s doloroso. A ella y a sus 6 hijos. Somos se-res bio psico sociales y es verdad, tambi�n espirituales.

Mito y realidad. El fantasma de la mina traspasa las galer�as y lost�neles. Se va para el pueblo con cada trabajador, con cada minero. Segesta y se reproduce en bocas y o�dos dispuestos, pero nunca muere.

El mito y la realidad se funden y es solo realidad. Es su realidad, lade R�o Turbio.

Es realidad que los cuerpos fueron buscados intensamente, y final-mente encontrados. Seguramente por la insistencia, por la dureza, porla determinaci�n de un pueblo minero, que no puede dejar que sushombres trabajen escarbando en la tumba de sus compa�eros y ami-gos. Seguramente por la tranquilidad de las mujeres, para que puedanvelar a sus hombres y no se conviertan en nuevas viudas negras. Se-guramente por la dignidad de los ca�dos, para que no reposen eterna-mente rodeados de su medio, del carb�n y para que lo hagan en el lu-gar de gloria que merecen. Porque son los h�roes de esta historia. Mu-rieron haciendo patria, o mejor dicho, haciendo pueblo.

El mito y la realidad se funden, y queda solo la realidad. Yacimien-tos Carbon�feros Fiscales fue privatizada en la �poca de oro de la ar-gentina menemista. Entonces fue vaciada, su seguridad se redujo y,obviamente, esto atent� contra quienes hoy lo sufren: todos. YCF fuereestatizada hace m�s o menos 1 a�o y medio y me entero hoy, a 10d�as de la tragedia, que su interventor renunci�.

El mito y la realidad se funden, y queda solo la realidad. Una vez ala�o, se festeja en la cuenca carbon�fera el d�a de Santa B�rbara, la san-ta patrona y protectora de los mineros. Porque donde el hombre nopuede, ante su impotencia, aparece lo m�stico, lo inexplicable.

El gobierno, el estado, nosotros como sociedad y como pa�s, les re-galamos a los habitantes de la cuenca carbon�fera miles de kilos decarne de cordero y cientos (o miles) de litros de vino para que feste-jen. Ese �nico d�a, las mujeres y el cura pueden visitar a la mina (pe-ro solo acceden a las galer�as principales, que casualmente son las m�sseguras). La noche anterior a la tan esperada visita, se elige en unafiesta con asistencia perfecta a la reina de los mineros. Tal vez le to-que hacer cuerpo y personificar por ese a�o a la Santa B�rbara. Y oja-l� que sea la chica m�s linda, la m�s inteligente, la m�s fuerte, o sim-plemente la adecuada, para cargar en sus hombros la dura y tal vez im-posible tarea de proteger a los mineros en todo lo que la empresa y elestado los descuida.

* Integrante del EPS (Emergencias Psicosociales)