Cancionero durangueño

560
1 Cancionero durangueño Antonio Avitia Hernández México, 2011

Transcript of Cancionero durangueño

Page 1: Cancionero durangueño

1

Cancionero durangueño

Antonio Avitia Hernández

México, 2011

Page 2: Cancionero durangueño

2

Page 3: Cancionero durangueño

3

Prólogo

Con un enfoque incluyente, este Cancionero durangueño, contiene documentos de

la lírica ritual de las etnias primigenias de la entidad, alabanzas y canciones

religiosas de los mestizos e indígenas durangueños, romances tradicionales e

históricos de la época colonial, romances de la Guerra de Independencia.

Canciones y corridos decimonónicos, de los periodos: porfirista, revolucionario,

villista, de las rebeliones cristeras, de la segunda mitad del siglo XX, citadinos y

culteranos, entre los que hay ejemplos de diversa índole ideológica: liberales,

conservadores, comunistas, agraristas, cristeros, así como indígenas y priístas,

entre otros Con múltiples formas de composición que van desde las autóctonas

hasta el rock.

En todo el libro se puso énfasis en la ubicación histórica de las composiciones, en

la información en torno a evolución de las dotaciones instrumentales, los ritmos y

los contenedores para su conservación y difusión, así como en las formas de

interpretación que se utilizaron en los diversos momentos de la evolución histórica

de los cantos de los durangueños.

El resultado es una versión lírica de la Historia de Durango, que implica el

ordenamiento y la conservación de ese rico acervo cultural ritual, narrativo,

panorámico y sentimental de la creatividad de los ciudadanos de la entidad.

Page 4: Cancionero durangueño

4

Page 5: Cancionero durangueño

5

I.- Mitoteros y shamanes. Alabados, pasiones

pastorelas y romances

Ubicado en la región cultural conocida como Aridoamérica, el actual estado de

Durango, en la época prehispánica, estuvo habitado por diversos pueblos

nómadas y seminómadas, recolectores, cazadores agricultores como los

tarahumaras, laguneros, zacatecos, acaxees, xiximes, tepehuanes, coras,

huicholes y mexicaneros, entre otros, los que como la mayoría de las civilizaciones

del mundo tuvieron y tienen su propia producción de lírica ritual y narrativa.

Del terrible impacto que significó la conquista y las posteriores múltiples rebeliones

indígenas en contra del poder español, sobrevivieron, sobre todo en el extremo sur

del estado y de manera muy mermada, los pueblos: tepehuán, huichol, cora y

mexicanero.

En sus lenguas maternas, las etnias primigenias estatales han mantenido diversas

muestras de su lírica. En el caso de los tepehuanes destaca el importante ritual del

mitote que implica una preparación física y espiritual especial y que representa un

rasgo importante de su identidad. Por su parte, los shamanes huicholes en sus

rituales de medicina tradicional siguen interpretando un rico acervo de su propia

lírica.

Sobre los cantos de los huicholes, a finales del siglo XIX el antropólogo Carl

Lumholtz escribió:

No he oído nunca en una tribu primitiva canto mejor que el de los huicholes.

El tenaz caer de la lluvia, acompañado de frecuentes relámpagos, formaba

fantástico y sobrenatural acompañamiento al simpático son que me llegaba

entre la profunda oscuridad de la noche. Como voz emanada del país de las

hadas. Sonaba de diferente modo de cuanto semejante había oído entre los

indios mexicanos y en otras partes. (…) Un buen shamán, si dispone de

vigor, puede cantar noche tras noche nuevos versos durante quince días

cuando menos. Refieren en sus cantos cómo, en el principio de los tiempos,

Page 6: Cancionero durangueño

6

crearon los dioses al mundo del caos y las tinieblas, cómo instituyeron las

costumbres de los huicholes y enseñaron al pueblo cuanto debía hacer para

agradarlos: a construir templos, cazar venados, ir en busca de la planta de

jiculí, cosechar el grano, hacer arcos y flechas y ejecutar ceremonias

rituales. No existen escritos ningunos que conserven estas tradiciones que

viven nada más en labios del pueblo, como herencia nacional, y pasan de

una a otra generación, conforme sucedía primitivamente con las sagas y

cantos populares de los antiguos hombres del norte. 1

En la imposición violenta de idioma, cultura, religión, dieta y organización social,

entre otros, que significó la conquista y la colonización por parte de los europeos.

Una de las estrategias más exitosas que los evangelizadores utilizaron para

divulgar el sistema de ideas de la Religión Católica, entre los indígenas

americanos fue mediante la traducción y representación constante, en lenguas

indígenas, del repertorio del teatro ritual de la Edad Media europea. Al momento

del montaje de las pasiones, pastorelas y milagros judeocristianos con actores y

lengua indígenas, los miembros de las órdenes evangelizadoras se quejaban de

que las voces de los indígenas no eran lo suficientemente graves como para

cantar los salmos, letanías, alabanzas, jaculatorias y demás cantos

correspondientes a la mitología y ritualística católicas.

En cada capilla de éstas suele haber ordinariamente quince o diez y seis

indios, que por lo menos son menester, así porque ellos tienen flacas voces

y no suenan si no es en alguna multitud, como también porque ellos suplen

el cantar y el tañer, y a esta causa tienen necesidad de descansar. 2

El sonido de las voces flacas de los indígenas mexicanos permaneció en las voces

de los mestizos, a pesar de la pretensión misionera del canto con voz gruesa,

explicándose en parle el porqué del agudo sonido actual del canto religioso

popular en el país, así como el de varias expresiones del repertorio lírico en el

folklore nacional. Por otra parte, de manera coincidente, los cantos de las

1 LUMHOLTZ, CARL. El México desconocido, Tomo II, México, Instituto Nacional Indigenista,

edición facsimilar, Colección Clásicos de la Antropología # 11, 1986, pp. 8 a 10 2 HORCASITAS, FERNANDO. El teatro náhuatl. Épocas Novohispana y Moderna, Primera parte,

México, UNAM, 1974, pp. 14.

Page 7: Cancionero durangueño

7

interpolaciones teatrales; los villancicos, alabados y otras formas de canto de

templo, están escritos en las métricas más usuales de la lírica y las coplas

populares.

El impacto del teatro misionero llegó a las zonas más apartadas de Aridoamérica,

como refiere Fernando Horcasitas "En la misión jesuita de Topia, Durango, los

tepehuanes realizaron representaciones dramáticas con motivo de la bendición de

la iglesia de un pueblo. Esto tuvo lugar en 1606 y vinieron indígenas de más de 30

leguas en contorno para presenciar las comedias.” 3

La introducción del teatro misionero en la Nueva España, nos indica el contacto

cultural que tuvo la poesía y el canto indígena con la poética y la música española.

Sin embargo, la producción de las representaciones de teatro misionero y de

piezas teatrales, líricas y musicales posteriores, ya no fue totalmente indígena ni

totalmente española, sino más bien resultó un producto sincrético que, en su

evolución, en lenguas indígenas decayó en la primera mitad del siglo XVII e inició

la interpretación de cantos de alabanza y representación de teatro ritual en lengua

española, por parte de archicofradías y comunidades, en diversos poblados de la

entidad, que todavía se siguen cantando y representando.

Otro importante elemento que influyó en las formas de composición e

interpretación de la lírica durangueña fue el romance, ese tipo de canción europea,

versificada y narrativa de gran diversidad temática, aunque preferentemente

histórica.

Durante la época colonial y hasta el año de 1823, la extensión del territorio de la

Nueva Vizcaya, con capital en la ciudad de Durango, con su diversas y

complicadas formas de gobierno colonial, como reinos, provincias e intendencias,

así como su gobierno eclesiástico, dividido en capillas, vicariatos, diócesis y

arquidiócesis, abarcó una gran extensión que terreno que incluía a los actuales

estados de: Durango, Sinaloa, Sonora, Chihuahua, parte del de Coahuila y

secciones del actual Texas y Nuevo México. Por lo anterior, en este primer

capítulo del Cancionero durangueño se incluye la Tragedia de la Misión de San

Sabá.

3 Ibíd., p.30.

Page 8: Cancionero durangueño

8

A mediados del siglo XIX, algunos intelectuales de la generación de los liberales,

como Guillermo Prieto, escribieron diversos romances en honor y conmemoración

de las hazañas y tragedias de los héroes de la Independencia. A la sazón,,

durante la primera fase de la guerra que nos dio Patria y Libertad, el Padre de la

Patria, Don Miguel Hidalgo y Costilla, fue aprehendido, juzgado, degradado y

ejecutado, en territorio que entonces era parte de la Intendencia de la Nueva

Vizcaya, de lo cual se deriva la decisión de incluir los romances referentes a la

prisión, juicio, degradación y fusilamiento del cura Hidalgo en este Cancionero

durangueño.

Como es del conocimiento común. El héroe independentista durangueño, general

Guadalupe Victoria, fue el primer presidente de México, por lo cual, como una

comprensible excepción, se incluyen en este cancionero dos romances referentes

a algunas hazañas del único durangueño que está sepultado en la Columna de la

Independencia, sin importar que las hazañas que narran los romances tuvieron

lugar fuera del territorio estatal.

Page 9: Cancionero durangueño

9

Entre la música y las danzas tradicionales de los pueblos indígenas; coras,

huicholes, tepehuanes y mexicaneros, que habitan el sur del estado de Durango,

se destaca la danza ritual de El mitote, llamada xiotal por los tepehuanes.

En la ancestral coreografía del mitote tepehuán, de gran significado religioso,

mitológico y cósmico, se disponen hombres y mujeres, llamados benditos, en

doble círculo, alrededor del fuego, avanzando en dirección opuesta a las

manecillas del reloj, en un baile repetitivo, monorrítmico y monocorde que se

prolonga durante toda la noche.

El instrumento musical con el que se acompaña a los mitoteros es el arco de

percusión o arco musical, que es, tal vez, el único instrumento musical

prehispánico de cuerda y que está hecho con una gran calabaza redonda, a la que

previamente se le han extraído las semillas y la fibra. La calabaza hace las veces

de caja de resonancia. Encima de la calabaza está colocado un arco de grandes

dimensiones, al que está atada una cuerda tensa. En ocasiones el arco se sujeta

amarrándolo sobre la calabaza y en otras se sostiene sobre la caja de resonancia,

presionando el pie en la parte media del arco. El grave, invariable y monótono

sonido del arco musical, parecido al que se produce al pellizcar la cuerda de un

violoncello, se obtiene golpeando la tensa cuerda del arco con dos palillos o

flechas. La música se complementa con la voz que, de cuando en cuando,

acompaña los repetitivos pasos de la danza.

Además del mitote, como corresponde a todas las civilizaciones del mundo, los

coras, huicholes, tepehuanes y mexicaneros tienen sus propios repertorios de

canciones tradicionales y lírica narrativa. Destaca especialmente el acervo de los

huicholes en su propio idioma, mientras que los tepehuanes y mexicaneros, en

algunos de sus cantos han optado por utilizar la dotación instrumental, las formas

de composición y el idioma español. La religiosidad sincrética y el culto del peyote

son temas recurrentes en las artes de la mayoría de los indígenas durangueños.

Por suponer que se trata de lo más cercano a los primeros cantos entonados en el

territorio de la entidad, se incluyen aquí algunos ejemplos de la lírica de los

pueblos primigenios que habitan el sur del estado de Durango.

Page 10: Cancionero durangueño

10

Última canción que se entona en la fiesta cuando aparece la estrella

de la mañana 4

(canción tepehuán)

So so da gui

U ki yi ru

Tu vá ni mi

(Hay) agua (o tesgüino) en la casa,

Él baja (a nosotros)

Arco musical de percusión tepehuán. Tal vez el único instrumento

prehispánico de cuerda

4 LUMHOLTZ, CARL. El México desconocido, México, INI, Clásicos de la Antropología # 11, 1986,

p. 414. Ver también: GÁMIZ, EVERARDO. Monografía de la Nación Tepehuana que habita la región sur del estado de Durango, México, Ediciones Gámiz, 1948, p.70. “Mitote tepehuán”, El cine indigenista, 03, DVD Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, (D.). P. México. Cía. Pr. Archivo Etnográfico Audiovisual del Instituto Nacional Indigenista, INI. Pr. Oscar Magaña. D. y G. Rafael Montero García. Investigación. José Antonio Guzmán Bravo. Textos de: Fernando Benítez y José Antonio Guzmán. Dirección en Locación. Gonzalo Martínez Ortega. F. en

Page 11: Cancionero durangueño

11

El venado y el peyote 5 (Canción huichol)

Anónimo

1.-Uguaritá temí enieni 2.-Uguaritá temí enieni

3.-Que hapou umetiyoane 4.-Uguaritá temí enieni 5.-Remucaté sani erieca

6.-Remucaté sani erieca 7.-1pau, ipau püré cuniuca 8.-Ne tehuatzi püré cuniuca

9.-Yu tecuta hre cuniuca 10.-Nemitá maní nemi cuebieca 11.- Nemitá maní nemi cuebieca

12.-Uguaritá neguá cuebieca 13.-Nemutama neu gua cuevieca 14.-Quetzú guatzua nayajausrruani

15.-Quetzú guatzua naye nesruani 16.-Uguaritá ne peí maimucü 17.- Uguaritá ne peí maimucü

18.-Uguaritá hrei enieca 19.-Uguaritá ne peí maimucü 20.-Mana cueri naye jausrime

21.-Yu tunuma neti quení 22.-Yu tunuma neti quení 23.-Yu teteima guaru juhahuetü

24.-Yu teteima guaru juhahuetü 25.-Yu tunuma güaraye reiya 26.-Yu tunuma güaraye reiya

27.-Yu matzima guaraye reiya 28.-Ugua tzipá temeiti guauni 29.-Ugua tzipá temeiti guauni

30.-Remucaté srua erieca 31.-Remucaté srua erieca 32.-Uguarit.a te peiti maní

33.-Hicüri hrúa te peiti maní 34.-Ena-Ena temú yeneni 35.-Macasrúa teni erieca

36.-Ena temuye neni mü 37.-Enaritá temuye neni mü

C. Henner Hofmann (como Henner Hofman). E. Ramón Aupart. Fo. 16 milímetros. I. Miembros de la Etnia Tepehuán. Dur: 30‟. 2008. 5 PALAFOX VARGAS, MIGUEL. Los huicholes a través de sus danzas, Tepic, Nayarit, Editorial del

Magisterio, 1974, pp. 164 a 168.

Page 12: Cancionero durangueño

12

38.-Remuca srúa teni erieca 39.-Enaritá temuye neni mü

40.-Enaritá temuye neni mü 41.-Ari ari ucu kiecatü 42.-Mana cueri canalle neni

43.-Yu itarita cánalle neni 44.-Ena ena naye neni 45.-Tamatzica naye neni

46.-Eyeme kareuyumarie 47.--Guamatzica guareu tuicane 48.-Guamatzica guareu tuicane

49.-Yu mitama guareu tuicane 50.-Aisrü yuri tine yebeni 51.-Aisrü, aisrü tine yebeni

52.-Aisrü, aisrü sre pei enieca 53.-Icu, icu quieti kubekie 54.-Ena, ena temuye neni

55.-Ena, ella temuye neni 56.-Aisrü, aisrü temeiti guauni 57.-Tamatzica quiere kukieca

58.-Mana, mana tineyu guaune 59.-Mana, mana tineyu guaune 60.-Re illari tineyu guaune

61.-Re illari tineyu guaune 62.-lpáu, ipáu hreuyu juaguetü 63.-Tzipa reniuca remi maicu

64.-Ugua, ugua répica reiya 65.-Tzipa niuca remi maicumü 66.-Aisrüa repei ye reiya

67.- Aisrüa repei ye reiya 68.-Uyeya repeca reiyamü 69.-Kakaiteya hrecu jipite

70.-Hícuri-srüa te muye ne 71.-Ena, Ena te mu-ye ne 72.-Sre muca te srüa eriecam 73.-Aisrüa, aisrüa repei reiyani

74.-Quitzute kiere kuniucamü 75.-Quetzute kiere kuniucamü 76.-Tekutana re-yú eniétümü

77.-Yumatzica reye eniétümü 78.-Aizrüa, aiszrüa repeye reiyani 79.-Ena, Ena caniuye nécamü

80.-Rematzica aniuye nécamü 81.-Aizrüa caniuye nécamü 82.-Acu, acu kireku niúcamü

83.-Aisrüa, aisrüa repeye reiyani 84.-Ena, ena canacu haurrimene

Page 13: Cancionero durangueño

13

85.-Ena, ena canacu haurrimene 86.-Kietzu hapau heuyu eriécame

87.-Kietzu hapau heuyu eriécame 88.-Muyetá hapau cahé anécamu 89.-Muyá hapau hreyu guaunemü

90.-Aisrüa guahepa múreyu tütuhué 91.-Guateteata mureyu tütuhué 92.-Guamatzica muyu tütuhué

93.-Guatetëata mureyu tütuhué 94.-Mugua kueri mené kuniukani 95.-Künükite mené kuniukane

96.-Aisrüa, aisrüa kaniuti auzrime 97.-Tamuayari kaniúti nenimü 98.-1pau, Ipau meté kuniukamü

99.-Künükile mete kuniuka 100.-Ipau, Ipau meté ícu hihuihua 101.-lpau, Ipau melé ícu hihuihua

102.-Mana pemanu kahue 103.-Kuka igua pemana kaguemü l04.-Mana, mana kaneuti huzrime

105.-Tamuayari kaneuti hauzrime 106.-1pau, ipau müre kuniuca 107.-Kuka igua müreku niuca

108-Kietzü kuatzi kiena timieni 109.-Nematzica kiena timienimü 110.-Ipau, mane kueviékamü

111.-Kuka igua mürei-kühuabe 112.-Ipau, ipau müreiju eiyamü 113.-Matzikaya müreiku eiyamü

114.-Kietzü kuatzi matzi haka unieka: 115.-Kietzü rüari nekatíú tiyáni 116.-Ipau müreiju eiyamü

117.-Ipau, ipau müreicku hüabe 118.-Tizrrau ahetëa kaniuti kenímü 119.-Aberimieme kaniuti nenimü 120.-Yutunuma ureyeica tümü

121.-Kuaimurrare müregua ye neika 122.-Tecutana muregua ye neica 123.-Mana, kueri muraye nakirrüa

124.-Mana, kueri muraye nakirrüa 125.-Mana cutá nematzica münüá 126.-Kuzrrumuari kaneyé neikane

127.-Nematzica caneca be ni 128.-Múpau, müpau katineitá hüabé 129.-Mana, mana müreu ti haurime

130.-Heberigua müré ye niujamü 131.-Mana kueri müreu ti haurrime

Page 14: Cancionero durangueño

14

132.-Ipau, ipau müreita ükitüa 133.-Kukutzita pere cu kiékaté

134.-ützitá perecu kiekaté 135.-ützimüri pemeká kenímü 136.-Ipau, ipau pemé anenimü

137.-Ugua cutá nepeyé kenímü 138.-Ugua cutä nepeyé kenímü 139.-Ipau, ipau neri reiyatëmü

140.-Heigua mieme neme kuniuzra 141.-Heigua mieme neme kuniuzra 142.-Ugua, ugua nepeyé keni

143.-Ugua, ugua nepeyé kení 144.-Neatümari nepeye keni 140.-Nemahuari kaney ye kení

146.-Nemahuari kane ye kení 147.-Yacü recate erieka 148.-Ipau, ipau kani aneni

149.-Ipau, ipau kaní aneni 150.-Reigua niuka neme kuniuzrüa 151.-Neteteima kate erieka

152.-Ugua curé nepeyebeni (ne pe ye bene) 153.-Neitarita ne pe ye bene 154.-Ugua, ugua ne pe ye bene

155.-Tzirikita umauta nüarrime 156.-Nematzica umauta nüarrime 157.-Remüka rüa teni erieca

El venado y el peyote 6 (Canción huichol traducción)

Anónimo

1.-Ahora aquí vamos a oírlo 2.-Ahora aquí vamos a oírlo 3.--A ver que dice aquí

4.-Aquí vamos a oírlo 5.-Para que no le tengan aversión 6.-Para que no crean ustedes

7.-Así, así está hablando mi bisabuelo 8.-Mi abuelo me lo está diciendo

6 Ibíd., pp. 168 a 172.

Page 15: Cancionero durangueño

15

9.- -En la boca está diciendo 10.-Me están esperando mis hermanos

11,-Mis hermanos me están esperando 12.-Aquí los voy a estar esperando 13.-Voy a esperar a mis hermanos más chicos

14.-El pescado viene nadando hacia ellos 15.-Que de ellos salió. Los pescados salieron con ellos 16.--Ahora aquí quiero saber

17.-Ahora aquí quiero saber 18.-Ahora aquí esténlo oyendo 19.-Aquí voy a estar oyéndolo

20.-Allí viene nadando de paso 21-El se puso de rodillas 22.-El se puso de rodillas

23.-Hablándole él a su madre 24.-Hablándole él a su madre 25.-Los estaba viendo de rodillas

26.-Los estaba viendo de rodillas 27.-A sus hermanos mayores les tiene fe 28.-Ahora aquí vamos a buscarlo

29.-Ahora aquí vamos a buscarlo 30.-Para que crean que no es mentira 31.-Para que crean que no es mentira

32.-Ahora aquí vamos a saber 33.-Ahora sí vamos a saber 34.-Aquí, aquí vamos a salir

35.-Quiero que crean todo 36.-Aquí vamos a salir 37.-Ahora aquí vamos a salir

38.-Para que crean que no es mentira 39.-Aquí vamos a salir 40.-Aquí vamos a salir

41.-Ya ahora sí, ya ahora sí él está parándose 42.-Allí fue donde salió 43.-En su lecho donde salió 44.-Aquí, aquí es donde salió

45.-EI hermano mayor salió 46.-De veras que no se piensa 47.-EI hermano mayor los está empujando

48.-El hermano mayor los está empujando 49.-Su hermana menor anda empujando 50.-EI bien está allí parado

51--Bien, bien está parado 52.-Bien, bien, esténlo oyendo 53.-Este, éste, como está desalándose

54.-Aquí, aquí vamos a salir 55.-Aquí, aquí vamos a salir

Page 16: Cancionero durangueño

16

56.-Bien, bien, vamos a buscarlo 57.-Nuestro hermano mayor donde se para

58.-Allí, allí se anda buscando 59.-Allí, allí se anda buscando 60.-Se anda buscando el corazón

61--Se anda buscando el corazón 62.-Así, así, él se pensaba 63.--A ver, ustedes quieren saber

64.-Acá, acá lo van a hallar 65.-A ver, ustedes quieten saber 66.-Bien, ustedes lo están volviendo a ver

67.--Bien, ustedes lo están viendo 68.-EI camino lo van a hallar 69.-Los huaraches se están viendo

70.-Ahora sí, aquí salimos 7l.-Aquí fuimos a salir 72. -Para que crean que no es mentira

73.-Bien, bien; ustedes tengan fe en él 74.-Los pecados que están diciendo 75.-Los pecados que están diciendo

76.-En la boca los está oyendo 77.-EI hermano mayor los está oyendo 78.-Bien, bien, tengan fe en él

79.-Aquí aquí va saliendo 80.-El hermano mayor aquí salió 81.-Bien; aquí salió

82.-A ver, a ver que dice él 83.-Bien, bien, tenga fe en él 84.-Aquí, aquí se fue nadando

85.-Aquí, aquí pasó de paso 86.-Su pescado sentía cuando pasó 87.-Su pescado sentía cuando pasó

88.-Ahora él se anda buscando 89.-Ahora él se anda buscando 90.-Bien, para con ellos se quiere aventar 91.-Desde abajo se quiere aventar

92.-EI hermano mayor se quiere aventar 93.-Desde abajo se quiere aventar 94.-A ni ahora están hablando

95.-Kununkite está hablando 96.-Bien, bien; ahí va nadando 97.-La espiga fue a salir

98.-Así, así están hablando 99.-Kununkite está hablando 100.-Así lo están gritando

101.-Así, así lo están gritando l02.-Allí donde está parado

Page 17: Cancionero durangueño

17

l03.-Collar ganador, donde estás, allí quiero estar I04.-Allí allí se fue nadando

105.-Nuestra espiga se fue de paso l06.-Así, así estás hablando I07.-EI collar ganador está diciendo

108-Pescado, quiero que vengas l09.-Mi hermano mayor véngase acá 110.-AsÍ le dijo: Allí te vaya esperar

111.-Collar ganador, le dijo 112.-Así, así le contestó él 113.-El hermano mayor le contestó

114.-El pescado me tenía contrariado 115.-Yo creo que no vaya poder ir 1I6.-Así, así le contestó

1l7.-Así, así le está diciendo 118.-Allí está parado debajo de ti 119.-Con mucho trabajo subió hasta allá

120.-De rodillas se fue allá 121.-Espuma le estaba saliendo 122.-En la roca le estaba saliendo

123.-Allí fue donde lo encontró 124.-Allí fue donde lo encontró 125.-Mi hermano mayor hasta allí llegó

126.-Donde hay barañas salió él 127.-Mi hermano allí está 128.--Así, así le dijo

129.-Allí, allí se fue nadando ] 30.-Apenitas está hablando 131.-Allí se fue nadando

132.-Así, así él le encargó 133.-Que se pusiera en el monte 134,-En el monte puede estar

] 35.-En el monte te vas a quedar 136.-Así, así te vas a hacer 137.-Aquí vaya quedarme yo 138.-Aquí voy a quedarme yo

139.-Así, así me quedo viendo 140.-Una vez fui a hablar 141.-Una vez fui a hablar

142.-Aquí, aquí me voy a quedar 143.-Aquí, aquí me vaya quedar 144.-Mi agua de masa vaya poner

145.-Mi agua de masa voy a poner 146.-No crean que es mentira 147.-Así, así es

148.-Así, así quedó allí 149.-Les fui a hablar una vez

Page 18: Cancionero durangueño

18

150.-No crea mi madre que es mentira 151.-Aquí me voy a quedar parado

152.-Voy a quedarme en mi lecho 153.-Aquí, aquí me voy ti quedar 154.-Tziriquita se fue desdibujándose

155.-No crean que es mentira mi Dios 156.-Mi hermano mayor se fue desdibujando 157.-Para que no crean que es mentira

Los tambores de los dioses. Pieza de arte huichol

Page 19: Cancionero durangueño

19

Eihuatzirra 7 (Canción huichol)

Anónimo

1.-Mana kuerí mümü 2.-Ne kakauma nekü ubeni

3.-Ne tutzima nekú ubeni 4.-Haramara nekú ubeni 5.-Mugua kuerí nekú ubeni

6.-Yunaimime guare réyate 7.-Pariyatzié jauta nieretë 8.-Yu nierika pecú yuitügua

9.-Pari tauta peicú yuitügua 10.-Tûtú tzârí nekú ubeni 11.-Künükieri nekú ubeni

12.-Künükieri nekú ubeni 13.-Paritzite nekú ubeni 14.-Rapabiye nekú ubeni

15.-Mana kuerí repei enieka 16.-Yu netzika repé enieka 17.-Yu netzika repé enieka

18.-Kamu kuerí necú ubeni 19.-Rejetüamü nekú ubeni 20.-Rejetüamü nekú uheni

21.-Ya utaitë karanu mieka 22.-Guanunuri karanu mieka 23.-Tzakaimuka naye niereni

24.-Haramara nati ukarrüa 25.-Ya utaitë kananu mieni 26.-Yu naimime gua enieté

27.-Yu naimime gua enieté 28.-Mana kuerí kaputí utaine 29.-1paü utaité kananu mieni

30.-Mana kuerí penu biyani 31.-Ne kakauma teni erieka 32.-Aicutzieya manu bîyani

33.-Ne kakauma repei enieka 34.-Re matzika repú enieka 35.-Müpau kueri püti benini

36.-Ipau, ipau kané táyüni

7 Ibíd., pp. 185 a 188.

Page 20: Cancionero durangueño

20

37.-Hakierite nepé benini 38.-Hakierite nepé benini

39.-Ya utaitë kaná numiemi 40.-Ikü, ikü ya mutaine 41.-Ne rûcuri ya mutíniurrime

42.-Re üru ya müré niurrime 43.-Ya aneme püré ratüani 44.-Ya aneme püyë benani

45.-Ena, ena peka enieni 46.-Ipau, ipau kané taineni 47.-Ipau kaniú taineni

48.-Re hisrrüapa nenanu mieni 49.-Mana kuerí kananu mieni 50.-Mana kuerí hreika enieka

51.-Karimuka neku maneni 52.-Ne kakauma neku maneni 53.-Nâitzarie nenanu mieni

54.-Ipau, ipau utaité kananu mieni 55.-Mana kuerí meiku enigua 56.-Ya utaitë manuti beke

57.-Ipau utaitë panuti beke 58.-Remuka rüa ten¡ erieka 59.-Mana kuerí neku ubeni

60.-Ne kakauma neku ubeni 61.-Ya reutiyuata remücu mane 62.-Haramara pânati ube

63.-Tzakaimuta hreye manetü 64.-Reme, reme reniú jaguabe 65.-Ena, ena repénu bená

66.-Mana kuerí ketiú yurarrü 67.-Mana, mana remenu bimarrë 68.-Re rukuri remanu bimarrë

69.-Re iguátzirra panuka ürisrrü 70.-Tükiyâtë panuti benisrrüa 71.-Haramara mati nierizrrü 72.-Ya aneme paye bimani

73.-Remukarrüa teni erieka 74.-Matzi reiküa nekü ubeni 75.-Mana kuerí cananu mieni

76.-Yunai mime guareu re urietë 77.-Yu teteima guareu re urietë 78.-Yu utata neye bierene

79.-Gua matzika neye bierene 80.-Ne tehuatzi neye bierene 81.-Mana kuerí nekú ubeni

82.-lpau ne téyuni 83.-Mana kuerí nekú ubeni

Page 21: Cancionero durangueño

21

84.-Re rukuri kietiú nu iguarra 85.-Mana kuerí neye maneni

86.-Ena repei reiyani 87.-Ipau, ipau neptíkuniutü 88.-Mana kuerí nenau mieni

89.- Ya utaité neutá niereni 90.-Gua utata neutá niereni 91.-Mana kuerí ligua reurietë

92.-Guahisrriüata neutá niereni 93.-Gua matzika kaputiú taine 94.-Gua matzica neutá âguani

95.-TTûtutzâri nêku ubeni 96.-Ya annetë nêku maneni 97.-Mana kuerí nenu bîyani

98.-Remukarrüa teni erieka 99.-Mana kuerí nenanu mieni 100.-Mana kuerí neká maneni

101.-Mana kuerí neká maneni 102.-Mana kuerí neká maneni 103.-Ugua, ugua kieré benini

l04.-Nekaríkü neniü taineni 105.-Ya utaitë kananu mieni l06.-Gua matzika kananu mieni

107.-Mugua kuerí hautá nieretë

Eihuatzirra 8 (La última fiesta. Canción huichol)

Anónimo

l.-Así va a ser aquí 2.-Mis dioses se están poniendo

3.-Mis abuelos se están poniendo 4.-El mar se está poniendo 5.-Allí es donde se están poniendo

6.-Viéndoles a todos 7.-Para la tierra del peyote están viendo 8.-Su mirada están moviendo

9.-En medio de la tierra del peyote la están moviendo 10.-Ramos de flores se están poniendo 11.-Flores del viento se están poniendo

8 Ibíd., pp. 188 a 191.

Page 22: Cancionero durangueño

22

12.-Flores del viento se están poniendo 13.-Todos los que son de la tierra del peyote se están

poniendo 14.-Rapavineme se está poniendo (Rapa, chalate; villeme, llovedor)

I5.-Ahora sí lo vamos a oír 16.-Su vista van oír (nierica es vista, mirada, imagen, aspecto) 17.-Su vista van a oír (y el sentido es: lo que yo vea, les voy a

describir) 18.-Ahora sí ellos se están poniendo 19.-Abajo de ustedes se están poniendo

20.-Abajo de ustedes se están poniendo 2L-Así diciendo entre ellos, van pasando 22.-Su hijo menor va pasando

23.-Tzacaimuta está viendo para acá 24.-EI mar está parado 25.-Así diciendo va pasando

26.-EI hermano mayor va pasando 27.-Oyéndoles a todos 28.-Allí es donde se oye

29.-Así diciendo va pasando 30.-Allí esténlo agarrando 31.-Para que crean mis dioses

32.-Su tecomate esténlo agarrando 33.-Mis dioses esténlo oyendo 34.-Su hermano mayor óigalo

35.-Así ahora 61 se liberó 36.-Así, así dijo 37.-Que los ángeles (niños) estén salvados

38.-Que los ángeles estén salvados 39.-Así diciendo va pasando 40.-Este, éste así dice

41.-Mi jícara así va diciendo 42.-Su flecha así va diciendo 43.-Así les va a decir 44.-Así les va a contar

45-Aquí lo van a oír 46.-Así, así va diciendo 47.-Así está diciendo

48.-En medio de ustedes voy 49.-Así, así está diciendo 50.-Ahora él allí lo está oyendo

51.-Carimuca se está encajando 52.-Mis dioses se están poniendo 53.-En todas partes voy pasando

54.-Así, así diciendo va pasando 55.-Ahora él allí los está oyendo

Page 23: Cancionero durangueño

23

56.-Así diciendo se está desprendiendo 57.-Así diciendo se está desprendiendo

58-Para que no crean que es mentira 59.-Allí se están poniendo 60.-Mis dioses se están poniendo

61.-Así diciendo están puestos 62.-EI mar se está elevando 63.-Zacaimuta allí está puesto

64.-Ustedes, ustedes pueden 65.-Aquí aquí lo van a librar 66.-Allí ahora como creció

67.-Allí, allí lo recogieron 68.-Su jícara recogieron 69.-Su eihúatzirra se van pasando

70.-EI aroma fue subiendo 7l.-EI mar se fijó para acá 72.-Así lo están sosteniendo

73;-Para que no crean que es mentira 74.-Ahora ellos se están poniendo 75.-Allí él ahora va pasando

76.-Reuniéndolos a todos 77.-Reuniendo a sus antepasados 78.-Así diciendo ancla él

79.-El hermano mayor allí anda 80.-Mi abuelo el fuego allí anda 8l.-Allí ahora se están poniendo

82.-Así dijo él 83.-Ahora allí se están poniendo ellos 84.-Su jícara cómo nació

85.-Allí están ellas 86.-Aquí estén los viendo 87.-Así, as¡ diciendo

88.-Allí van pasando 89.-Así diciendo está mirando para arriba 90.-A su izquierda está mirando 9l.-Allí él los ve

92.-En medio de ellos está viendo 93.-El hermano mayor apunta para acá con sus cuernos 94.-Ramos de flores se están poniendo

95.-Ramos de flores se están poniendo 96.-Así están puestos ellos 97.-Allí ahora ellos lo están sosteniendo

98.-Para que vean que no es mentira 99.-Allí ahora voy pasando 100.-Allí están puestos ellos

101.-Allí están puestos ellos l02.-Acá, acá se va a librar

Page 24: Cancionero durangueño

24

103.-Acá él como se va a librar l04.-Yo aquí estoy diciendo

105.-Así diciendo él va pasando l06.-El hermano mayor va pasando 107.-Para allá está mirando.

Shamán huichol en ceremonia

Page 25: Cancionero durangueño

25

Tu tu irumari 9 (Flor engañosa)

Anónimo

l. Tutú irumari, tutú irumari 2. Vea necayeicani, ü necayeicani 3. Arí muyu naucuí, arí muyu naucuí.

4. Katiyu reiyaniüa Tzikatiyu reiyanüa. 5. Une necaveicaní jüri guarie murreiciüa 6. Necatí maigüetü, necatine maigüetü,

7. Arí cutá tauana ne kaniyé tabeka 8. Jüri muye ugua ne kaniye tabeka.

Tu tu irumari 10 (Flor engañosa. Traducción)

Anónimo

1. Flor engañosa, flor engañosa 2. Aquí ando, aquí ando

3. Ya. nos perdimos, ya nos perdimos 4. No te dejas ver, no te dejas ver 5. Aquí ando yo en la vuelta, del cerro

6. Sin poderte conocer y sin. poderme conocer 7. Ya ando borracho dentro de ellas (las flores) 8. Donde caminan los cerros, yo ando borracho.

9 Ibíd., p. 33.

10 Ibídem.

Page 26: Cancionero durangueño

26

Con los sonidos del canto indígena primigenio de las diversas etnias de la entidad

y con la estructura poética de la lírica medieval europea, difundida, recreada y

reproducida por las diversas órdenes evangelizadoras de la Colonia: jesuitas,

agustinos y franciscanos, entre otros, las alabanzas tradicionales son parte del

folklore ritual sincrético del estado. Algunas archicofradías y conjuntos corales

tradicionales conservan y reproducen, año con año, los cantos de alabanzas, de

pasión y pastorelas, de las series de Semana Santa y de Navidad.

Siguiendo la tradición de las cofradías andaluzas, en el templo de San Agustín de

la ciudad de Durango, reside la Hermandad de Jesús Nazareno, conocida, por el

color de su indumentaria como Los morados,11 que rinde culto a una imagen de

Jesús Nazareno, llevada a Durango desde Sevilla, España en el año de 1673.

Las hermandades de nazarenos se encuentran extendidas por diversos puntos de

la entidad, desde la ciudad de Nombre de Dios, donde se localiza la más antigua,

fundada en 1670, hasta San José del Tizonazo, establecida en 1922, y que es la

de más reciente creación. 12

Alabanza de Semana Santa 13

Anónimo

Gracias te doy Padre mío, gracias para dar el fin

y que ¡Viva Cristo Rey! que está allá en San Agustín

Gracias te doy Padre mío. gracias te doy Padre amado

11

También se les conoce como Los hermanos de San Agustín o Los hermanos de la cuerda, porque usan una cuerda atada en la cintura de su túnica morada 12

REYES VALDEZ. JOSÉ ANTONIO. “Devociones y fiestas de la ciudad”, en: VILLA GUERRERO, GUADALUPE Y FRANCISCO DURÁN (Coord.) Durango. Tierra de retos, Tomo II, Construyendo el futuro, México, Milenio / La Opinión / Multimedios /Gobierno del Estado de Durango / Gobierno Municipal de Durango 2007-2010 / PEÑOLES / ¡Vamos! Gómez Palacio / LXIV Legislatura del Estado de Durango 2007-2010, 2009, pp. 57 a 58. 13

Cantantes Tepehuanes de San Bernardino de Milpillas Chico, municipio de Pueblo Nuevo, Durango, cinta magnetofónica del acervo del Fondo de Grabaciones Sonoras de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, ENAH, grabó Juan Gamiño y J. L. Moctezuma el 9 de abril de 1986.

Page 27: Cancionero durangueño

27

y que ¡Viva Cristo Rey! y Jesús Sacramentado.

Gracias te doy Padre mío, me despido en este verso

y que ¡Viva Cristo Rey! Rey de todo el Universo. Gracias…

Gracias te doy Padre mío. gracias te doy Padre amado

y que ¡Viva Cristo Rey! y Jesús Sacramentado. Gracias…

Jesús el Nazareno de mi vida tierno amor,

haz que pueda yo ser bueno, haz que viva con temor.

Page 28: Cancionero durangueño

28

Mañanitas a Nuestro Padre Jesús 14

Anónimo

Qué bonitas mañanitas, cantaremos con placer,

a nuestro padre Jesús, al tiempo de amanecer. Ya viene alboreando el día:

ya comienza a esclarecer. Padre Jesús Nazareno, bendito sea tu poder,

Los pajarillos cantando, sacudiendo sus alitas, le entonan sus gorjeos,

sus alegres mañanitas. Toditos sus visitantes, vienen con mucho placer,

a cantar las mañanitas, al tiempo de amanecer, Desde muy lejanas tierras,

aquí le vienen a ver, a cantar las mañanitas, al tiempo de amanecer.

Familias una por una, llegan con mucho placer, a cantar las mañanitas,

al tiempo de amanecer, Ya el primer viernes llegó, ya comienza a esclarecer,

abre Señor, tus ojitos, para que me puedas ver. Aquí están tus mañanitas,

Padre de mi corazón, recíbelas, Padre mío, échanos tu bendición.

He venido esta ocasión, a can tal' tus mañanitas, recíbelas, Padre mío,

con tus sagradas manitas. Eres un bello clavel, del jardín más regalado.

Muy buenos días, Padre mío,

14

VÁZQUEZ SANTA ANA, HIGINIO. Fiestas y costumbres mexicanas, Tomo I, México, Ediciones Botas, 1940, pp. 50 a 53.

Page 29: Cancionero durangueño

29

¡Oh!, Señor Sacramentado. Qué bonitas mañanitas,

qué gusto y qué regocijo, gloria al Padre, gloria al Hijo. También tú, Espíritu Santo.

Viva Jesús Nazareno, entonan en alta voz, al tiempo de amanecer.

Bendito sea tu poder. Ya viene rayando el Sol resplandor sobre dorado,

saludándole al Señor, de Nazareno nombrado. De gusto y regocijo,

hoy le canta el ruiseñor, y dice con regocijo: “Buenos días, hermosa flor”.

El jilguero presuroso, su canto va resonando. al Señor de Nazareno,

su santo nombre alabando. Padre Jesús Nazareno, de los cielos alegría,

qué bonitas mañanitas, ya viene alboreando el día. Ya comienza a esclarecer,

ya cantan los pajaritos, saludemos al Señor, te alaban con su piquito.

Canarios y gorrioncitos, vienen con mucha alegría, a saludar al Señor,

a su santo romerío. Ya vine, Padre amoroso, porque me diste licencia, de cantar tus mañanitas

en tu divina presencia. Se me hizo mucha la ausencia, un año que no te veía,

pero me diste licencia, de estar en tu compañía. Qué felicidad la mía,

de volverte a visitar, en tu santuario dichoso, tus mañanitas cantar.

Los ángeles en el cielo, con regocijo y contento,

Page 30: Cancionero durangueño

30

te rinden adoración y rendido nombramiento.

Abre señor tus ojitos, ya el primer viernes llegó, que éstas son tus mañanitas,

mira que ya amaneció. Los ángeles te saludan en columnas con placer,

dándote mil parabienes, al tiempo de amanecer. Eres frondoso alelíe,

del jardín más escogido, muy buenos días Padre mío, Santo cielo aparecido.

De flores muy exquisitas. sólo quisiera adornarte, y darte rendidas gradas,

al tiempo de amanecer. Qué bonitas mañanitas, cantaremos con placer,

a nuestro Padre Jesús, al tiempo de amanecer.

Page 31: Cancionero durangueño

31

El alabado 15

Anónimo

Pues padeciste,

por amor nuestro. Jesús bendito, sed mi remedio.

Cuando su padre, lo vio en el huerto, la sacra sangre,

regando el suelo, sangrientos lobos, le llevan preso,

y a Anás presentan aquel cordero. Cruel bofetada,

da un hombre fiero, con que lastima su rostro bello.

En dura cárcel, ¡Ay! Dios eterno, sufres humilde,

crueles tormentos. Túnica blanca, Herodes terco,

a Jesús viste, cual hombre necio. A una columna,

atado a tiento, lleno de llagas, su santo cuerpo.

De agudos juncos, corona han hecho, y de vil caña

le dan el cetro. Ecce Horno, dice, el Juez al pueblo,

mas éste pide, que muera luego. Pilatos firma,

contra mi dueño, que muera infame, en un madero .

15

Ibíd., pp. 53 a 57

Page 32: Cancionero durangueño

32

Ya. la cruz carga, mi Nazareno,

¡Ay! Que mis culpas, son aquel peso. Tres veces postra

el duro leño, en tierra el hijo, del Padre Eterno.

Su amante madre, lo encuentra tierno y queda herido

de ambos el pecho. Mujer piadosa, le ofrece un lienzo,

y el rostro santo, recibe en premio . A los que lloran,

por sus tormentos, que lloren manda por sí y sus deudos.

Con crueles clavos, en tronco acervo, clavan verdugos,

al rey del cielo. De la cruz así, cátedra da el Verbo,

dando doctrina al Universo. En la primera,

Ruega por esos, que te atormentan con raro ejemplo.

La gloria ofrece, a un ladrón recto, y en confesarle a Juan, su primo

Luego encomienda. de amores llenos, a Juan su madre,

desde aquel tiempo. Desamparado, de Dios Inmenso,

se queja triste, de sentimiento. Siguen sus penas,

y ya sediento, dice que se halla,

Page 33: Cancionero durangueño

33

de más tormento. Que está acabando,

clama el misterio, de redimirnos que era su intento.

En santas manos, del Padre Eterno, entrega su alma,

el último aliento.

Templo y convento de San Agustín en la ciudad de Durango, a principios del

siglo XIX

Page 34: Cancionero durangueño

34

A nuestro Padre Jesús Nazareno 16

Anónimo

Jesús Nazareno, estrella brillante, válganos tu cruz,

tu cuerpo y tu sangre. Válganos Jesús, tu sacro misterio,

tu vida y pasión, Jesús Nazareno. Eres relicario,

de ornamente lleno, eres fuerte escudo, y en tí fe tenemos.

Venid, adoremos. la sagrada imagen de Jesús Nazareno.

que es nuestro consuelo, El es nuestro amparo. bálsamo al enfermo,

que cura las almas, y alivia los cuerpos. Sana los tullidos,

da vista a los ciegos. es pues, poderoso y de bondad lleno.

Mi amado Jesús, hijo de María, duélete, señor,

del que en ti confía. ¡Oh! Señor del cielo, por tu sacra Imagen,

humildes pedimos, nos mandes consuelo. Clavadas al cielo

tus sienes divinas, con barras de juncos y agudas espinas.

Por tus cinco llagas, mi amado señor, perdón te pedimos,

llenos de dolor, Adiós, Padre mío,

16

Ibíd., pp. 57 a 59.

Page 35: Cancionero durangueño

35

adiós, mi alimento, en tu sangre pura,

encuentro sustento, Jesús Nazareno, estrella brillante,

válganos tu cruz, tu cuerpo y tu sangre.

Page 36: Cancionero durangueño

36

Versos de pastorela 17 (canto cardenche)

Anónimo

Huélguense los pajarillos

para el portal de Belem. Huélguense de ver al niño

y acabado de nacer. Cante alegre la calandria

y también el gorrioncito. Y el pavo con su hermosura

y el halcón con ligereza. Águila se halla presente,

de ver tan magra belleza. Gritaba una pastorcita

y afanando con empeño. Haciendo una camisita

pa' Jesús mi dulce dueño. Anda y Gila sin tardanza.

ven pónle su camisita. Voluntá y amor mesurar.

y a arrullarle en su cunita.

17

VÁZQUEZ VALLE, IRENE. Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, México, Disco LP, INAH # 22, MC-1071, 1978, Cantada por Eduardo Elizalde, Pablo García Antúnez y Juan Sánchez Ponce.

Page 37: Cancionero durangueño

37

De acuerdo con la tradición, a principios del siglo XVIII, un Jueves Santo, cuando

una imagen de Jesucristo crucificado era llevada en procesión por las calles del

entonces Real de Minas de Santiago de Mapimí, los feligreses, en su mayoría

criollos, fueron atacados por los indios cocoyomes y tobosos, y en la acción casi

trescientos mapimienses criollos y mestizos encontraron la muerte.

Durante la refriega algunos de ellos, cargando al Cristo, llamado ya El Señor de

Mapimí, huyeron con rumbo a la Comarca Lagunera, con la intención de llegar a

Santa María de las Parras. En su intento por salvar la imagen, los cansados

feligreses llegaron a la Sierra de Jimulco y allí decidieron ocultar la escultura al pie

de un viejo y grande mezquite, la taparon con ramas y se regresaron al pueblo de

Mapimí.

Se cuenta que la imagen fue encontrada por unos soldados de escolta, quienes la

trasladaron a la Parroquia del Real de San Antonio de Cuencamé, lugar

considerado más cercano y seguro, toda vez que el templo de Santiago de Mapimi

había quedado destruido. La tradición agrega que, cuando se intentó llevar la

imagen de la Parroquia de Cuencamé hacia Mapimí, ante los reclamos de los

habitantes de Mapimí, en una carreta tirada de mulas, no pudieron, por más fuerza

que hicieron las bestias y las personas para mover la carreta. Entonces, los de

Santiago de Mapimí prometieron construirle un templo y los de Cuencamé

regresar la imagen cuando le fuera terminado el templo que, hasta el día de hoy

no se ha edificado, por lo tanto, la imagen fue instalada en Cuencamé, a partir del

6 de agosto de 1715, en calidad de custodia. A grandes rasgos este es el relato

del por qué El Señor de Mapimí, que según la feligresía es muy milagroso, está en

el templo de Cuencamé. 18

Despedida del Señor de Mapimí 19

18

MORAL GONZÁLEZ, PAULINA DEL. Peregrinación y culto al Señor de Mapimí. Ritualidad y región en el Cañón de Jimulco, Chihuahua, Chih., Tesis de Maestría en Antropología Social, por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Unidad Chihuahua / Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, 2006. 19

Ibíd., pp. 59 a 60.

Page 38: Cancionero durangueño

38

Anónimo

Adiós, Señor de mi vida, adiós, mi prenda querida, adiós cura venturoso,

adiós, función tan lucida. Adiós, Señor de los cielos, ¡Ay! momento triste alarde,

prenda, la más estimada, de la más dichosa madre. Ya me despido llorando,

adiós hasta el venidero, adiós, mi prenda querida, que estás en este madero.

Adiós, santo romerío, adiós, cirio consagrado, adiós, mi Padre amoroso,

de todos seas alabado, Adiós templo, adiós altar, adiós, veleta encumbrada,

adiós, campanita, adiós; adiós coro, adiós portal. Adiós pila consagrada,

adiós santo bautisterio, adiós tu colateral, adiós, adiós cementerio.

Tu bendición esperamos de tus manos consagradas, Santo Cristo aparecido,

ya estoy presto en mi jornada. Adiós Padrecito y Madre, ya vi tu rostro de nuevo,

el visitante se va, a volver de donde vino. Ya se van tus visitantes, de pueblos, ranchos y villas.

diciéndote, adiós, Señor, ya vimos tus maravillas. Ya se van tus peregrinos,

adiós, mi Padre querido, se van de tu compañía, con el corazón herido.

Se van de buena salud, de Topia y de Culiacán, de Durango y de Santiago,

del puerto de Mazatlán. Ya se van del Cerro Gordo

Page 39: Cancionero durangueño

39

de La Zarca y del Cordero, dándote mil parabienes,

Padre y Jesús de los cielos. Adiós rosa de Castilla, los de Mapimí dirán,

también tos de La Laguna de tu presencia se van. Todos los de tierra adentro,

se despiden por iguales, de Chihuahua y Canutillo, y Santa Cruz de Rosales.

Ya llegó el. triste momento, de ir a emprender su partida, adiós, Señor de mi vida,

adiós, prenda de mi vida.

El Señor de Mapimí conducido en procesión por los miembros de la Hermandad,

en Cuencamé, Durango

Page 40: Cancionero durangueño

40

Según la tradición, San Jorge, el santo patrón de la ciudad de Durango protege a

los durangueños de las mortales picaduras de los alacranes, animales que,

además de ser el emblema popular de la capital del estado, han sido y son un

problema de salud pública.

El culto a San Jorge fue instaurado en 1749, por el obispo de la Nueva Vizcaya,

Pedro Anselmo Sánchez de Tagle, quien hizo que bajo juramento, el 23 de abril

del mencionado año, la ciudad de Durango, adoptara a San Jorge como patrono

contra los alacranes y animales ponzoñosos. En un óleo de San Jorge ubicado en

la Sacristía de la Catedral, aparece el santo combatiendo a un dragón en el

Infierno, mientras que en el piso se ven varios alacranes. Por supuesto que no

faltó la oración cantada, dedicada a San Jorge en su combate contra las alimañas,

para rezar antes de dormir.

En 1969, el Papa Pablo VI, eliminó a San Jorge del abundante santoral de la

Iglesia Católica Apostólica y Romana, como resultado de los acuerdos del Concilio

Vaticano II. Sin embargo, la veneración al Santo antialacránico sigue vigente en la

Perla del Guadiana. 20

Contra el piquete de alacrán 21

Anónimo

Señor San Jorge bendito, por tu gloria celestial

y tu poder especial, líbranos de todo mal. de sabandijas, de víboras,

de todo bicho rabioso, de piquetes de alacrán y de animal ponzoñoso

y de pecado mortal.

20

REYES VALDEZ. JOSÉ ANTONIO. Op. Cit., p. 59. 21

CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. El Gavilán (corrido grande), México, Ed. México Nuevo, 1939, p. 141.

Page 41: Cancionero durangueño

41

Imagen de San Jorge ubicada en la Catedral de Durango

Page 42: Cancionero durangueño

42

El Romance español de Delgadina, que data del siglo XV, con su original tema

incestuoso, ha tenido una gran difusión mediante la tradición oral en Europa, Asia,

África y, especialmente, en América. En cada uno de los lugares en que se canta,

la letra de La Delgadina se recrea y se adapta conforme a las características

lingüísticas y musicales regionales. Esta es una versión durangueña del famoso

Romance.

Romance de La Delgadina 22

Anónimo

Delgadina se paseaba

en su sala bien cuadrada, con su manto de hilo de oro, que en su pecho le brillaba.

“Levántate Delgadina, ponte tu vestido blanco,

porque nos vamos a misa, al estado de Durango”.

Cuando salieron de misa, su papá le platicaba: “Delgadina, hija mía,

yo te quiero para dama”. “Ni lo permita mi Dios,

ni la Reina Soberana, es ofensa para Dios y también para mi mama”.

“Delgadina, hija mía, oye bien lo que te digo,

mira, si no condesciendes, yo te pongo un buen castigo”.

“Papacito de mi vida, eso sí no puedo hacer, porque tú eres mi padre

22

STRACHWITZ, CHRIS. Las hermanas Mendoza. The Mendoza sisters, Juanita y María. Los Ángeles, Cal., Disco CD, Arhoolie Productions # 430, 1995, cantado por Las hermanas Mendoza, track 10.

Page 43: Cancionero durangueño

43

y mi madre es tu mujer”.

“Papacito de mi vida, tu castigo estoy sufriendo, regálame un vaso de agua

que de sed me estoy muriendo”. “Cuando le llevaron la agua,

Delgadina estaba muerta, con sus manitas cruzadas su boquita bien abierta”.

La cama de Delgadina de ángeles está rodeada,

la cama del rey, su padre, de demonios apretada.

Delgadina está en el cielo, dándole cuenta al Creador, y su padre, en el abismo,

con el Demonio mayor. Ya con ésta me despido,

con la flor de clavelina, así termina la historia, la historia de Delgadina.

Page 44: Cancionero durangueño

44

El 11 de octubre de 1620, el Papa Paulo V emitió la bula mediante la cual se fundó

el Obispado de la Nueva Vizcaya. Así, Durango quedaba como cabeza de la

nueva Diócesis que de acuerdo con Porras Muñoz: “Comprendía lo que hoy es

territorio de cuatro provincias eclesiásticas: el Arzobispado de Durango, Sonora,

con las Diócesis sufragáneas de Culiacán, Mazatlán y Torreón; el de Santa Fe, en

Nuevo México; con los de El Paso y Gallup; el de Chihuahua con los de Ciudad

Juárez y el de Hermosillo, con la de Ciudad Obregón. (…) Además comprendía el

actual Obispado de Tucson sufragáneo metropolitano de Los Ángeles, el Vicariato

Apostólico de la Tarahumara, una parte de Obispado de Saltillo, correspondiente

al Arzobispado de Monterrey, y algunos distritos de la actual Arquidiócesis de

Guadalajara”. 23 Así, la Diócesis de la Nueva Vizcaya constituyó el Obispado

territorialmente más extenso de la Nueva España, con centro administrativo en la

ciudad de Durango.

Mientras la evangelización en los confines neovizcainos se desarrollaba mediante

la fundación de misiones, la conquista militar se desarrollaba con el

establecimiento de presidios. En el área del actual Rockdale, Texas, tres misiones

franciscanas y un presidio, conjuntamente conocidas como las misiones de San

Xavier, fueron fundadas a finales de los años de 1740 y a finales de los años de

1750. Los problemas entre el comandante del presidio y los frailes, la enfermedad,

la sequía, y los apaches hostiles condenaron a ésta tarea evangelizadora al

fracaso final.

En el año de 1757 todas las propiedades de las misiones de San Xavier fueron

remitidas hacia un nuevo intento evangelizador en el Río San Saba, el proyecto de

extensión misionera más desastroso en la historia del Texas colonial. En el año de

1757 cerca del sitio del actual Menard, el Coronel Diego Ortiz Parrilla y los

misioneros Franciscanos dirigidos por el Padre Alonso Giralda de Terreros

establecieron el Presidio San Luís de las Amarillas y la Misión Santa Cruz de San

Saba. Los pueblos fueron establecidos a petición de los apaches lipan, un grupo

generalmente hostil con los españoles. Los lipanes, a causa del aumento de

presión de parte de los comanches y de sus aliados, especialmente de los

23

PORRAS MUÑOZ, GUILLERMO. Iglesia y Estado en Nueva Vizcaya, 1562-1821, México,

Page 45: Cancionero durangueño

45

wíchitas, habían sido forzados a dejar de Iado su aversión hacia los españoles.

Pero al forjar una alianza de provecho, los lipanes enfurecieron más a sus

adversarios los indios. En marzo de 1758 los comanches y sus aliados, incluyendo

a los texas, los tonkawa, y a los indios bidai, atacaron la misión. En la acción,

saquearon y quemaron los jacales de la rudimentaria misión y mataron a ocho

personas, incluyendo al Padre Terreros.

Santa Cruz de San Saba llegó a ser la única misión en Texas en ser destruida por

el rotundo ataque indio. En el año siguiente, uno de los mayores asaltos a la

manada de la ganadería de San Saba costó la vida de veinte soldados y causó la

perdida de más de 700 caballos, mulas, y el ganado. Varios meses mas tarde, el

Coronel Ortiz Parrilla condujo un ejército enorme de soldados del presidio y de

aliados apaches, en una expedición punitiva hacia el Río Rojo, solo para sufrir una

derrota humillante. Después de los repetidos fracasos, la Misión de San Saba

nunca fue reconstruida. En el romance Tragedia de la misión de San Sabá, se da

cuenta del ataque de los comanches, lipanes, texas y demás indígenas a la

malograda misión evangelizadora neovizcaína.24

Tragedia de la Misión de San Sabá 25

Relación de los Sacrílegos arrojos y sangrientos homicidios, acaecidos en los

confines de el Reyno de los Texas en el río de San Sabá este año de 58 a 16 de

Marzo en las venerables y Apostólicas Personas de el R. P. Fr. Alonso Giralda de

Therreros Predicador Apostolico y ex Guardián de el Colegio de la Santa Cruz de

la ciudad de Querétaro y Presidente Comisario de las Misiones de la Conquista y

reducción de los Indios Apaches, Ypamdes:26 y de el Reverendo Padre Fray

Miguel Molina Predicador Apostólico e hijo de la Santa Provincia de Valencia de

Observantes, compañeros y ministros de dicho Reverendo Padre Presidente en la

UNAM, 1980, pp. 7 a 8. 24

SARAVIA, ATANASIO G.. Obras. Apuntes para la Historia de la Nueva Vizcaya, Tomo II, México, UNAM, 1979, pp. 349 a 354. 25

Ibíd., pp. 393 a 415. El Romance fue localizado por Atanasio G. Saravia como manuscrito que existe en la Biblioteca Nacional de Madrid, 18,758-15 y una copia del mismo le fue proporcionada por don Manuel Romero de Terreros. Se respetó la ortografía original.

Page 46: Cancionero durangueño

46

dicha nueva reducción y de algunos españoles: Por la invasión de los Yndios

Ynfieles Barbaras y algunos Apostatas entre ellos que assisten en aquel Pais

septemtrional, por la ocasion de habré plantado una Misión con su Presidio de 120

hombres para la reducción de dichos Yndios Apaches, Ypamdes, por los Colegios

de Propaganda Pide de la Santa Cruz de Queretaro; y San Fernando de México, y

los agravios que hicieron los Barbares con la Divina Peregrina Nuestra Señora de

el Refugio, como se venera en dicho Colegio de San Fernando, Patrona y

Protectora de dicha Conquista, la qual estava hermosamente pintada en un lienzo,

que estava en la Yglesia de la Mission, que invadieron los Yndios y con las demas

Sagradas Ymagenes maltratadas y agraviadas en odio de nuestra Santa Fee, con

las demás circunstancias de dicha invasión Compuesta por el Reverendo Padre

Predicador Apostolico Fray Manuel Arroyo, deste Colegio de San Fernando, e hijo

de la Santa Provincia de Castilla la Nueva.

Estremezcánse los orbes pasmense la tierra y Cielos,

paren el curso los astros, los planetas se estén quedos; obscurezca el Sol sus rúas,

no den luz, luna y Luceros, el mundo quede hecho un caos de confusión y lamento;

Nieguen las plantas sus frutos, su virtud los elementos; lloren Angeles, y Santos,

o muestren su sentimiento en el modo que ellos puedan; giman y no hallen consuelo

los hombres; clamen a vna con alaridos funestos quentas criaturas viben

capaces de formar ecos; y el resto de las demás, en su modo hagan concierto,

de un desconcierto sensible, de su pesar manifiesto. Mas o pluma donde giras

26

Ypamdes. Se refiere a los indígenas lipanes.

Page 47: Cancionero durangueño

47

tu buelo tan lastimero? donde caminan tus ansias?

a donde va tu despecho? Que pesar há sucedido? Que golpe es, el que te ha puesto

en tan funesto ademán, en tanto encarecimiento? O dolor quien podrá ser.

causa de tan triste efecto, sino el experimentar, en el racional congresso,

ahora en los tiempos pressentes, el maior atrevimiento, el más secrilegc arrojo.

e! mas inhumano aliento, el assalto mas feroz, vil horroroso y sangriento

que se havrá visto en historias y en los Anales de el tiempo. Oigan pues, los que oidos tienen

lean con ojos atemos, estos renglones escritos, con suspiros los más tiernos,

Mas antes, de que refiera 1o fúnebre de e! sucesso, historiaré los principios

que sin pensar produxeron un fin codo lamentable: la serie es como refiero:

Por los años de el Señor de el de mil y setecientos y cinquenta y seis, que es que es dio

principio al sucesso gobernando en Nueva España o siendo virrey de México, el señor excellentissimo,

dignissimo Cavellero, Marqués de las Amarillas, de su nombre desempeño,

que es don Augustin de Ahumada; gozando deste mismo tiempo, la Capital Mexicana,

de un Arzobispo y sugeto, dignísimo de tal Mithra, por sus tan colmados méritos

como es Yllustrissimo Señor y Doctor excelso

Page 48: Cancionero durangueño

48

Don Manuel Rubio y Salinas Padre amable y Pastor bueno.

En este pues dicho tiempo por las instancias y ruegos de los Gentiles Apaches

que en aquel septentrional seno viven en errores ciegos y movidos de alto impulso

de abrazar el evangelio, y professar nuestra feé, estas instancias hicieron

de que les pongan Missiones, los Padres de los Colegios, de Santa Cruz de Querétaro

y San Fernando de México: Quienes pensando este punto en el pesso de su Zelo,

proponen, instan y buscan los mas oportunos medios, para remediar sus almas

y dar logro a sus deseos: y haviendo hallado el abrigo de un Yllustre Cavallero,

magnánimo y mui devoto zeloso y gran limosnero, Padre unibersal de pobres,

de Charidad un portento, y es porque nadie lo ignora, el gran Don Pedro Therreros,

quien a costa de su hacienda, el mantener ha dispuesto, las Misiones, que se pongan,

por los dos dichos Colegios, en las partes mencionadas de el Apachino emispherio. Con tal lado fervorossos

los Apostolicos pechos, corrieron sus diligencias, sacando en ellas decreto

de el dicho Señor Virrey para plantar, luego luego, un Presidio de cien hombres

para que sirva de freno a las Barbaras naciones que circundan a aquel seno.

Fundose pues el Presidio, en apacible terreno,

Page 49: Cancionero durangueño

49

en las margenes de un Río tan hermoso, qual Letheo,

que aunque de poco caudal, se descuella lisongero, pareciéndose a la vista.

Gigante de vidrio Crespo tiene por nombre San Sabá, y aunque fixo no sabemos

porque tal nombre le han dado, de congruencia podremos dar la razon, que será,

porque sin duda ha dispuesto, el señor de lo Criado, obrar grandes sacramentos,

en tal sitio, pues de santo, tiene el principio sin serlo: Dixe mas, pues ia lo es,

supuesto que ha sido electo, para que al eterno Padre, se le ofrezca el hijo eterno

en loable sacramento (digo) sacrificio por ministros tan afectos como son los Apostolicos,

pues imitando a el cordero divino, su sangre ofrecen, sus pasos mesmos siguiendo,

por esso ya no me admiro, que assi aya dispuesto el Cielo, sean de la Cruz y Fernando,

elegidos a este empeño; y si atentos reflexamos, circunstancias, hallaremos

muchos años ya cifrados, de este assumpto los bosquejos De el Seraphico Francisco, consta en su vida que luego

que en la fuente baptismal fué reegendrado, le vieron una Cruz, rosa y vistosa,

sobre su ombro derecho, la que tubo permanente toda la vida y siendo

su Padrino en el Bauptismo un Peregrino de el Cielo; quien duda sea señal cierta,

que el señor de los exercitos con su sello Real le marca

Page 50: Cancionero durangueño

50

como a grande de su Imperio? para vencer y triumphar,

de el mundo, vicios e Ynfierno? Para esso le mostró Dios, en un suavissimo sueño,

un hermoso y gran Palacio donde unos soldados vellos se miraran bien armados,

pero todos con el sello de la Cruz dandole a entender en esto, que si con valor tomasen

su Cruz y estandarte Regio vencería con sus hijos los enemigos sobervios

de el mas supremo Monarcha, En otra ocasión, queriendo el patriarcha Seráphico

saber el destino cierto, para que Dios le llamara se le fué mostrado el serlo, el camino de la Cruz,

el exercicio evangelico, y Apostólica tarea; y assi en el primer Congresso

o Junta, que de sus hijos hizo, para enviar obreros que cultivasen la viña

de el Señor, el documento que les dio, fue el adbertirles que a correr en siguimiento

de la Cruz, eran llamados, y a tolerar con esfuerzo y generosa paciencia,

adversidades, desprecios, y trabajos que se ofrezcan en el servicio y obsequio de Nuestro Dios y Señor,

vsando de quantos medios sean posibles, y ganarle, las almas, que tanto precio

ha dado, por redimirlas, Veis aquí que ya tenemos, los dos Colegios vnidos

por Ser vno el ministerio vn Padre, el que los alienta vno el estandarte, Regio

que los guia, pues la Cruz Ynsignia es de el Regimiento

Page 51: Cancionero durangueño

51

donde militan los dos para dar el crecimiento

de los soldados a Christo por la fee de sus misterios. Por 1o que no ha sido acaso

que concurran Misioneros y San Fernando a esta empresa pues llevando por objeto

tan gran soldado de Christo, vn Capitán tan guerrero, gran caudillo de la fee,

que a sus enemigos fieros. sugeto con gran orgullo, y triunfo de todos ellos,

desempeñando su nombre, que interpretado sabemos, ser quien da gozo a la fee,

con victorias y tropheos, provocando a hacer lo mesmo a los que siguen su exemplo.

para que así tambien sean, quien a la fee ponga augmentos en el gozo de sus triunphos,

o conquistando o muriendo, Simil propio de aquel Padre de tan Seraphico pecho,

el Patriarcha Francisco quien solo en el deseo fuel Martir, sino que expuso

su vida, porque en efecto Iu fuesse, avunque Dios no quiso como se lo mostró a el mismo:

que de la carne el Martirio padeciese, si el incendio de su mente, con el qual todo el, fuese vn expresso

retrato de Jesuchristo, dando en esto a sus hijuelos, incentivo, conque aspiren

a lo que el Padre y Maestro con sus obras enseñó, dando gloria a Dios supremo,

maximo gozo a la fee, y a las almas el consuelo: Pues que mucho, que alentados

con exemplares tan vellos, como fernandos peleen,

Page 52: Cancionero durangueño

52

avasallando y rindiendo, y con valor alentando,

con espíritu el más recto, a los que a la cruz se oponen y a nuestra fee son adbersos?

esta es la razón, porque los Femandinos tuvieron por acertado llevar

en vn estandarte o lienzo, la divina Peregrina, Madre de el Divino verbo,

Refugio de Pecadores, y de afligidos consuelo. Margarita mas preciosa,

digna de el maior aprecio, em quien de todos los males hallamos prompto remedio.

Ymmaculada Princesa, de la tierra y de los Cielos. que sugetando al Dragon

saca de su Cauptiverio a las almas, que la invocan, desde el más terrible asiento

de la Culpa, y gozando de su admirable presencia, son yllustrados y llenos,

de su Charidad amante, con los raios de su Zelo. Es de el Patriarcha seraphico

y de sus hijos recreo, de su Religion Patrona, a quien, el primer templo

o cassa, le consagro como en caveza poniendo, de el maiorazgo a esta Reyna de el Seraphico congresso.

También Prelada Jurada de el Femandino Colegio, para que a sus pies rendidos,

y a su obediencia sugetos, hijos y subditos suyos su virtud vaya en augmento;

y como exceptro que es de la fee, sea su govierno, para el logro de las almas,

el mas firme fundamento. Assi fuertemente armados,

Page 53: Cancionero durangueño

53

vnos y otros Missioneros, en nombre de Dios caminan,

y San Francisco con ellos, como Alferez de Jessus, va tremolando y blandiendo

de la Cruz el estandarte, y guiados de su exemplo, sus hijos cambien tremolan,

el de el simulacro excelso, de la Inmaculada virgen; también imitando en esto

a San Fernando, que siempre llevando a su lado diestro, la Ymagen de esta gran Reyna

en sus empresas, por cierto el triumphar llevava, de el enemigo sobervio,

y Mahometana altivez; y assi con el gozo mesmo, que este santo a la fee daba

triumphos, vandetas y reinos; Assi estos padres caminan, hasta llegar mui contentos,

al mencionado san Sabá donde esperan el tropheo,

Ya aquí plantado el Presidio

con muchas armas de fuego, fusiles, espadas, lanzas chuzos, Cueras y Pedreros,

Cavallos y Municiones, de Militares arreos, Trataron los religiosos,

de el Apostolico gremio, de el Seraphin abrasado, en el amor de su dueño, poner su vivienda aparte,

y en distancia poco menos de dos leguas se plantaron todos con brazos abiertos

para admitir las naciones que con ansias y deseos, buscasen a Jesuchristo

con humilde rendimiento. Clamaron los Santos Padres con sacrificios y ruegos

a Dios, que a todos los traiga, a su fee y conocimiento.

Page 54: Cancionero durangueño

54

Mas el Dragon infernal, que siempre está discurriendo

y maquinando sus trazas, para de el todo perdernos; luego que vió prébenciones,

para destruir su Ymperio, convocó todas sus furias embravecido y sobervio.

y con astucia inaudita, las legiones repartiendo, de Principes y sequaces,

que havitan en el aberno; por las naciones se estienden, derramando su veneno

de la milicia infernal, y tanto que en año y medio, lograron el ver vnidos

sus corazones groseros; para emprender inhumanos las maiores sacrilegios.

Dispuesta ya su malicia, con tan malignos consejos, Lucifer y sus sequaces,

sus tropas van disponiendo conmoviendo el Gentilismo, que con marciales estruendos

se aprestasen deste sitio todas sus fuerzas vniendo para frustrar de una vez,

los Christianos pensamientos. y armados de punta en blanco, y vnidos los Yndios velicos,

hacia este puesto caminan, en ira y furor desechos. Día diez y seis de Marzo de el de mil y setecientos,

y cincuenta y ocho llegaron a las siete poco menos de la mañana y cercaron

la Mission, con gran despejo, cinco naciones de Ynfieles que los nuestros conocieron.

y con vna paz fingida con el semblante alhagüeño, paz, paz, publican a voces,

con infame fingimiento. Los benditos Padres, bien

Page 55: Cancionero durangueño

55

penetraron sus intentos, pero se miran cercados,

de los Yndios Carniceros, que disfrazando su furia, y con desvergonzado aliento,

y con capa de amistad, preguntando, e inquiriendo que fuerzas tenia el Presidio,

y mientras hacian esto, algunos de ellos entravan, en los jarales, en donde hauia

sillas, cavallos y frenos, fresadas y otras cositas, que los Padres con esmero,

para captar a los Yndios tienen para si atraherlos, y cogiendo cada vno

comenzaron el saqueo. Viendo pues tanto desorden Fray Alonso de Therreros,

Padre de la Santa Cruz, quien gozaba el privilegio de ser digno Presidente

por parte de los Colegios. Digo que viendo este Padre no poder, ser contenerlos,

les franqueo quanto havia generoso y placentero, pero hallándose en los Yndios

un corazón traicionero; disimulando maquinan, Otro nuevo ardid, y enredo;

y fué, suplicar al Padre vaia al Presidio con ellos, para tener libre entrada, y evitar con esto el riesgo

que sobre venirles pueda, y hacer mal concepto al verlos. Viéndose el bendito Padre

metido en tan gran aprieto, por no mostrar cobardía dio pleno consentimiento

de ir con ellos al Presidio, llevando de compañero a un soldado de los pocos

que resguardavan el puesto quedando solo arras cuatro,

Page 56: Cancionero durangueño

56

en custodia del terreno, con otros dos religiosos,

cinco mujeres y un viejo, diez muchachos, dos Apaches, vno coxo, y otro ciego,

un Mayordomo, un herviente y finalmente un harriero. Esta es la gente española,

a quien les pusieron cerco 1os Yndios ynfieles, que mas de mil, eran por cierto;

sin tener mas fortaleza, ni mas amparo los nuestros, que el de vnos jacales bastos de Palos Zacate y cieno;

(Jacales, llaman en esta nueva España, las casas de Paja.

Zacate, es yerba o heno.) y aquestos nada anchurosos, si, mui endebles y estrechos.

Dispuso el Padre el salir, como referido llevo en medio de la Canalla,

de los Ynfieles malévolos, que todos a la desecha, como el marchar disponiendo

y llevar en medio al Padre, se menean y hacen ruedo, mas los fusiles en mano,

prebenidos los azeros, los chuzos flechas y lanzas, los Alfanges y los Cueros.

Mas apenas montó el Padre, y el soldado se ha compuesto volviendo los dos el rostro, para ver si van siguiendo;

quando a seis pasos contados la contra seña se han echo, y al punto, los dispararon

vomitando el plomo ardiendo, conque al soldado y al Padre les horadaron el cuerpo,

derribándolos en tierra, dando ia el ultimo aliento. Mas no paró la crueldad

de los bárbaros en esto, sino que al Padre, desnudan,

Page 57: Cancionero durangueño

57

y una lanzada le dieron, en medio de el corazon,

y con su báculo mesmo con raviosa crueldad le atravesaron el pecho.

y quitandole el cerquillo, y de el Casco todo el Cuero en las lanzas lo jugavan

con irrission y desprecio, dejando el cuerpo tirado a la inclemencia de el tiempo.

También al pobre soldado, desnudaron y le dieron Otros valazos y heridas,

y Otros muchos improperios. A otros tres pobres soldados, de los ocho que vinieron

despachados de el Presidio, a favorecer los nuestros, los mataron cruelmente,

de los demas quatro hicieron; y uno solo que quedo, se resistio largo tiempo;

y con la espada en la mano a muchos echo al Ynfierno; Pero ia viéndose herido

por muchas partes su cuerpo, rendido al suelo caió, donde los Yndios le dieron,

vna terrible lanzada, conque le abrieron el pecho; desnudaronlo también,

y le dejaron por muerto con las ansias de la muerte, se levantó, avnque trémulo, sin saber donde camina,

desagrado y macilento vino a dar a la Mission, a donde los Yndios perros,

lo cojíeron y arrojaron, a las llamas, que de el cerco eran ia mui numerosas

como referiré luego. Pero Dios omnipotente, que acude en el maior riesgo,

propicio le favorece, asistiéndolo al momento

Page 58: Cancionero durangueño

58

con fuerzas, que de las llamas saliese y al Jacal puesto,

donde estavan los demás, donde Confession pidiendo, le abrieron luego la puerta,

y le metieron a dentro; confesase con el Padre, que havia quedado en el cerco,

y antes entró Juntamente con los que se defendieron, Hecha esta horrible maldad

con unos gritos funestos, y alaridos formidables que asombraran al mas bueno

publicaron cruda guerra, horrorizando los vientos; cercados por todas partes,

y rodeados, los nuestros, cercados, pero animosos, defenderse, propusieron,

y animando vnos a Otros, gritaron a voz en cuello, antes muertos, que rendidos,

guerra, guerra, fuego, fuego, y siendo asi que eran quatro los que manejar pudieron.

de algun modo nuestras armas a la chusma resistieron, con esfuerzo varonil,

sin reparar en el riesgo, Pero viendo los Gentiles, la guerra, que hacen a que estos

que sin poder acavarlos, matan muchos los de. adentro, discurren como inhumanos vn infame pensamiento,

y fué quemar los jarales, y assi el fuego les pusieron por todas partes de suerte

que el Zacate y los maderos comenzaron luego a arder, y a dar crugidos horrendos.

Por puntos cunden las llamas, y los cercados temiendo, daban gritos y gemidos,

piedad al Cielo pidiendo mas donde crecio el temor,

Page 59: Cancionero durangueño

59

y el valor fué descreciendo, fué al ver se augmentan las Ilamas

porque el aire iba en eugmento por lo que en brebe se juzgan pasto del voraz incendio,

Pero o Dios omnipotente, y que bien reconocemos, vuestra piedad infinita.

Pues apenas dispusieron echar a la horrible llama, vn relicario, al momento

aplacó el fuego sus iras, conque cesó el desconsuelo .. y avnque eran tantas las velas

que parecía aguacero, al ver apagar las llamas les dava maior esfuerzo

Mas a este alivio otro azar les ahogo todo el contento. Y fué que haviéndo notado

los Ynfieles, que de el cerco de los jacales, el vno era solo el que hacia fuego,

y resistencia a las valas; se arrojaron con denuedo, a otro Jacal donde estava

con humilde rendimiento y con Jesuchristo abrazado, pidiendo misericordia

al Señor del vniverso Fr. Joseph de santi Estevan, religioso muy austero

de la Provincia de Burgos que vino para el Colegio de San Fernando en Mission el, y treinta compañeros,

por los años de el Señor el de mil y setecientos, y cinquenta que este fue

quando llego a aquestos Reynos. Quiebran con achas la puerta los Gentiles, con empeño

y entrandose en el Jacal como leones sangrientos envistieron con el Padre

y a valazos la tendieron, cortan después la cabeza,

Page 60: Cancionero durangueño

60

y le pican todo el cuerpo, el qual parte se abraso

con los quemados maderos que el fuego dejó encendidos. Después pasan desatentos

a profanar de el Sagrado osadamente el respecto de las Sagradas Ymagenes;

y como canes raviosos, y con su furor violento enderezaron sus iras,

al mas soberano objeto, a la mas brillante aurora; al mas lucido lucero;

a la luna mas hermosa que es de el sol divino espejo; a la estrella de los mares;

a la arca de el Testamento; al Trono de Salomon a la que el mundo vniverso

tiene por Yris de paz; a la zarza, que avn ardiendo siempre intacta se quedó,

libre de el contagio feo, avn de el asomo de culpa, en el Ynstante primero.

Blanca piel de Gedeon de la trinidad el tempo; gozo de los Seraphines,

hermosura de los Cielos; Ciudad donde Dios havita, por cuia puerta sabemos,

todas las gracias entraron para el humano Congreso. Refugio de Pecadores y de gracias mar inmenso.

Mas ia la pena me mata, y me ahoga. el sentimiento. Lo dire en vna palabra,

a la Madre de el Cordero, que ia mencionada Ilebo. y Peregrina Divina

A este hermoso simulacro que es de todos embeleso, con los chuzos y las vales

muchos agravios la hicieron; por muchas partes cortaron,

Page 61: Cancionero durangueño

61

a aquel soberano Lienzo. O Dios como permitis

tan horribles sacrilegios! y o dulce Virgen María, como en vos tanto desprecio

toleraes! perdon os pido, si ahora contra vos me quejo. No sois vos por quien los orbes,

el celestial, como el terreo han recibido, y reciben guantos favores, se han eche?

No tiene duda y sino con San Cirilo, lo pruebo. Por ti Virgen Sacrosanta,

es bendito, el vnigenito de aquel Padre de las luces. Por ti, a Dios trino ofrecemos

las alabanzas, y glorias. Por ti aquel precioso leño signo de la Redempcion,

es Celebrado y expuesto a tantas adoraciones, en el mundo todo entero,

Por ti Angeles y Santos oy se alegran en el Cielo. Por ti los Demonios huyen,

y los morrales tenemos, la dicha de ser con Christo de su Reyno Coherederos.

Por ti toda Criatura ciega entre errores protervos, es convertida a la fee,

de vn Dios al conocimiento. Por ti los fieles Chrisrianos el Bauptismo recivieron, y en el chatolico orbe

las iglesias se erigieron. Por ti pues todas las gentes la penitencia siguieron.

Por ti el hijo de Dios Padre llenó de luces el suelo, y a los que en densas tinieblas

de pecados estuvieron. Pues sí esto es así, Señora como permitís que el fuero,

de tantas prerrogativas vultragen Ynfieles perros?

Page 62: Cancionero durangueño

62

pero parece, percivo, que me decís en lo interno,.

que .estos son Juicios de Dios . que acá poder, no sabemos. Pues' a donde nos parece

que los males son 'adversos saca Dios bienes colmados, y-frutos de grande precio.

Bien esto lo .dio a entender Christo en aquel evangelio, que nos refiere San Juan

en que dice ha de ser muerto, el grano hermoso de trigo, para que sea en efecto,

multiplicado su fruto: Pero si no muere, es cierto, que quedara solo el grano,

de lo que infiere con esto, el Señor San Agustín; Que si Christo, grano regio,

dio la vida por nosotros, multiplicando en extremo el fruto, porque su fee

tantas Gentes recivieron. Assi sus Ymitadores es menester que a su exemplo

mueran, porque otros recivan la fee, que avn no tienen ellos. y para darles mas fuerzas,

quiere la Reyna de el Cielo, padecer tales vltrajes, sacando de su desprecio,

el multiplicar los fieles, en gloria de su vnigenito. y asiendo esta honra tan grande, dispuso, que fuese el premio,

en los Colegios ygual; pues de los dos Missioneros, que murieron vno fué

de el Queretano Colegio, y el otro de san Fernando, que es el Colegio de Mexico.

Pero mucho me dilato volbamos pues al intento; digo pues, que pelearon'

todo el día, estando embueltos entre, plomo y entre llamas,

Page 63: Cancionero durangueño

63

entre Congojas, e incendios; entre temores y sustos,

sin comer y mui sedientos; con la horrible noche encima, ya disparando sin tiento,

y en vez de cesar Ia hoguera por todas partes creciendo, como la. lluvia de valas;

porque los barbaros tercos pretendian acavar de vna vez, con todo el resto.

Los que os preciáis de Christianos discurrid en otros pechos. qual estarian los Cercados

esperando por momentos., ser de la barbara chusma victima de su tropheo.

faltos de Polvora ya, y sin humano remedio, viendo que la triste noche,

los va mas desfalleciendo, y que al despertar la. aurora, despertaría en las perros

nuevamente su furor, y acavaria con ellos, Discurrieron vn Arvitrio,

que mas parece despecho, y fue el salirse, vno a vno, por vn ahugero estrecho,

para ver si con lo obscuro pueden escapar huyendo, el Padre que havia quedado

(de los tres que dicho llevo) que se havia retirado con los que se defendieron, que es Fr. Miguel de Malina

Religioso mui perfecto, que de la Santa Provincia de Valencia, vino a Mexico,

en la Mission referido (quien al principio de el recivió un fuerte valazo;

conque le hirieron el pecho y maltrataron un brazo:) determinó hacer lo mesmo,

como lo hizo arrojandose, por el estrecho ahugero,

Page 64: Cancionero durangueño

64

Que en 1o alto de vn Jacal hizo la industria, y el fuego,

Valgame Dios que milagro todos se fueron saliendo, hasta aquel pobre soldado,

que ia tendido en el suelo mas para morir estava que para salir huyendo;

por en medio de los Yndios que vigilantes y atentos, rodeavan la Mission,

con luminarias a trechos, continuando con sus voces, mantener alerta el puesto.

Mas con todo, o que prodigio, de la Reyna de los Cielos, y Peregrina Divina,

que ya mencionada llevo. ninguno los vió salir, y lo que es mas no sintieron,

los lloros que al salir daban, unos quantos chiquituelos, a quienes sus madres sacavan,

con sobresalto y con miedo. A buen paso se mudaron, por los Valles y los cerros

hasta llegar al Presidio, donde tomaron resuello; Mas el padre tan herido

desangrando y sin sustento, como caminar no puede, el pobre se fué metiendo,

por malezas y chaparros, desgarrandose el pellejo, de las piernas y los brazos, con las espaldas y el pecho

con las espinas que encuentra, por no llevar en efecto, mas vestido que la túnica,

y el vn pie solo cubierto con la sandalia, que el otro vá desnudo por el suelo,

y con tanto desabrigo, sufriendo escarchas i yelos, por espacio de tres dias,

sin tomar mas alimento, que el que ofrece vn campo inculto,

Page 65: Cancionero durangueño

65

en su zacate grosero. Assí a desmaios camina,

hasta que por fin haciendo de las tripas corazón con trabajos, llegó al Puerto

O que milagros tan grandes, O que favores excelsos, obró aqui la Virgen Madre,

con el refugio y esmero, de Peregrina divina, con que sabe socorrernos.

Mas avn queda que adbertir, otro fracaso no menos sensible, que los pasados,

y fue que apenas sintieron, los Yndios al reir la aurora, que los de adentro se huyeron

quando acometen furiosos al Jacal donde estuvieron, y hallando solo al harriero

quien mas trabajó en el Cerco (El que por mui mal herido no pudo seguir los nuestros).

Contra el asestan sus furias, y oprimiendolo entre ellos, vivo le sacan los ojos,

y le parten el cerebro, y cada qual con su sable, va provando quien mas diestro

con .mejor golpe le ofende.: y le descarnan el cuerpo. O malicia, a quanto llega

tu insaciable atrevimiento, tu crueldad inhumana mas furor que el mismo Ynfierno: pues este solo a los malos

ofende mas tu despecho, sin perdonar a ninguno, ofende a malos y a buenos.

En fin viendo que no hallan, en quien provar sus aceros, o en quien, cebar su furor;

los caxones van rompiendo, y cargando con la ropa, con Calizes y ornamentos,

dan lo demas a las 'llamas, los Missales y aderezos

Page 66: Cancionero durangueño

66

de el altar, con otros libros, y Missionales arreos.

Todo lo queman y acaban, y finalizado esto, las vestiduras de el Padre

se las fueron repartiendo, entre quatro de los Texas que entre. ellos concurrieron

de otras naciones forzados, con amenazas y ruegos, Dieron la Túnica, al vno,

a Otro el hauito vistieron a Otro ciñeron la cuerda y al ultimo le pusieron

en su Cabeza el Casquete; que de el Cerquillo y de el Cuero al Presidente quitaron,

quando 1o echaron al suelo. Disponiendo assí el señor llegasen estos fragmentos

(mejor nombrare reliquias) a una Mission que tenemos en la Nación de los Texas;

para que en su vista hallemos consuelo a tanta desgracia, e incentivo a nuestro zelo.

Esta es la serie de el Casso, a todas luces funesto avnque todos esperamos,

sea para bien, conduciendo al principio, para el logro de las almas; para el merito

de los que dieron sus vidas, por la fee padecieron y en fin, para que a Dios Trino, por siempre gloria le demos,

de Jesus el dulce nombre ensalcemos y alabemos; y a su Madre soberana,

también a conocer demos a las naciones de el mundo; siendo assi, esperar podemos

gozar de Dios la presencia siglos, de siglos eternos, Amen.

Page 67: Cancionero durangueño

67

Lienzo sobre el ataque de los apaches y lipanes a la Misión de San Sabá

Indígenas lipanes

Page 68: Cancionero durangueño

68

Mañanitas a la Virgen María Cantadas desde principios del siglo XIX 27

Anónimo

Buenos días, paloma blanca, hoy te vengo a saludar,

saludando a tu belleza, en tu reino celestial. Eres madre del Creador,

tu poder es soberano, mándanos pronto el consuelo, patrona del suelo indiano.

Los ángeles en el cielo, forman columna este día, y dicen en sus cantares,

ya viene alboreando el día. Eres madre del Creador, que a mi corazón encanta,

gracias te doy con amor, buenos días, paloma blanca. Niña linda, niña santa,

tu santo nombre alabado, porque eres tan sacrosanta, yo te vengo a saludar.

27

VÁZQUEZ SANTA ANA, HIGINIO. Fiestas y costumbres mexicanas, Tomo I, México, Ediciones Botas, 1940, pp. 56 a 57.

Page 69: Cancionero durangueño

69

Capturado a traición el 21 de marzo de 1811, en Acatita de Baján, y después de

un tortuoso viaje de casi un mes bajo el sol de desierto, con hambre y sed, el

Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla arribó a Chihuahua para ser sometido

a un largo proceso militar y a una dolorosa degradación eclesiástica. Recluido en

el obscuro y estrecho cubo de la torre del ex colegio de la Compañía de Jesús,

pasó los últimos tres meses de su vida.

Por ser la cabeza de la insurrección, por tener una causa pendiente con la

Inquisición, y por el proceso eclesiástico al que debía ser sometido; el juicio de

Hidalgo tomó más tiempo que el del resto de los jefes insurgentes. Quince días

después de su llegada, el juez Ángel Abella, comenzó el interrogatorio al Padre de

la Patria, mismo que se prolongó tres días, y en el cual Hidalgo respondió con

entereza y serenidad a cuarenta y tres preguntas.

El licenciado Bracho formuló su dictamen enumerando las agravantes, concluyó

que Hidalgo era: “reo de alta traición y mandante de alevosos homicidios, y que

debía morir por ello, confiscársele sus bienes y quemar públicamente sus

proclamas y papeles sediciosos”.

A la ejecución de Hidalgo debía preceder la degradación hecha por un juez

eclesiástico. El canónigo Fernández Valentín, por órdenes del obispo de Durango,

procedió al acto de la degradación el día 29 de julio, con todas las ceremonias

estipuladas en el Pontifical Romano. Consumada la degradación, se le hizo poner

de rodillas ante el juez Abella, quien leyó la sentencia condenando al héroe

nacional a la pena de muerte. La pena tuvo lugar el 30 de julio de 1811, día en que

el cura don Miguel Hidalgo y Costrilla, cayó abatido por las balas de 12 fusileros

bajo las órdenes de Pedro Armendáriz.

Al momento de la Guerra de Independencia, de acuerdo con la división territorial

colonial en intendencias, el territorio del actual estado de Chihuahua estaba

incluido en la Intendencia de Durango. Como el juicio y fusilamiento del cura

Miguel Hidalgo y Costilla tuvieron lugar en la ciudad de Chihuahua y la autoridad

eclesiástica que lo dirigió fue el obispo de Durango Francisco Gabriel de Olivares,

se considera que el Padre de la Patria fue juzgado y fusilado en territorio de la

Intendencia de Durango.

Page 70: Cancionero durangueño

70

En memoria del juicio y fusilamiento del Padre de la Patria, a mediados del siglo

XIX, el destacado liberal Guillermo Prieto escribió varias composiciones poéticas

sobre el caso: el Romance de Chihuahua. Hidalgo y sus compañeros entran

presos a Chihuahua, el Romance de la insurrección, el Romance de Hidalgo

preso y el Romance de la degradación y el Romance de la muerte de Hidalgo.

Aquí reproducimos los últimos tres.

Romance de Hidalgo preso 28

Guillermo Prieto

Está don Manuel Salcedo, estirado comandante, enfrente del cabo Ortega,

y enfrente don Melchor Guaspe, que van a servir a Hidalgo de guardias y vigilantes.

Da unos pasos en la estancia, anubla el severo empaque, y en voz imperiosa y ruda

les intima aquestas frases: “Id al cuidado del monstruo, que ni vea, ni oiga, ni hable;

que le envuelvan las tinieblas para que ni el suelo manche, y que el aire le dé apenas,

porque puede emponzoñarle. En silencio se despiden los dos sirvientes leales,

y al calabozo de Hidalgo los dos silenciosos vánse. Hidalgo, el querido anciano,

nuestro bien y nuestro padre, estaba enterrado vivo, sin zozobra y sin quejarse.

Está tan tranquila su alma, que le da paso al donaire, y en secreto se enamoran

de su condición amable.

28

PRIETO, GUILLERMO. Romancero nacional, México, Editorial Porrúa, Colección Sepan Cuantos # 450, 1984, pp. 55 a 56.

Page 71: Cancionero durangueño

71

Ortega como hijo le ama, Lo ama como hermano Guaspe,

Vaca le ofrece afectuoso, Que es en todo ejemplar padre. Alto, seco, mas chistoso

y oportuno como nadie, el padre Rojas dirige sus cosas espirituales.

Rojitas, le llama el pueblo por lo fino y lo tratable; y era un prodigio de ciencia

entre modestos sayales. Y era un triste calabozo en donde se ahogaba el aire,

y donde la luz tocaba en el sitio agonizante. Las horas del alimento

eran de breves solaces; sucias y húmedas paredes, mesita al desvencijarse,

con una huérfana silla mensajera del desastre, una vasija con agua,

un desgobernado catre, más bien espanto del sueño que cama en que se descanse,

fue el ajuar que concedieron a Hidalgo los gobernantes; pero Hidalgo está risueño,

chancea con sus guardianes, está alegre, cual si viese a sus amigos triunfantes,

sin sentir duelo en el alma con su suplicio delante… A veces, cuando comía, para a la sombra hacer fraude,

con una púa trinchaba, sus ordinarios manjares, y encubría el contrabando

de la luz pura y el aire. La víspera del suplicio viendo a Vaca demudarse,

mientras comía contento, le dijo: “Sosiego padre, que yo soy quien carga el muerto,

y pesado no se me hace”; siguiendo festiva charla

Page 72: Cancionero durangueño

72

con todos los circunstantes. En las paredes del cuarto

letreros varios halláronse que los celosos esbirros destruyeron suspicaces. La lengua guarda el pescuezo

logró a la muerte escaparse, y lo repitió Chihuahua

volando entre sus refranes. Su corazón generoso, agradecido y amante,

le consagró el cabo Ortega el verso que da realce a su ternura exquisita

y a sus sentimientos grandes, que pues lo canta la Historia, permitid que yo lo estampe: “Ortega tu crianza fina, tu índole y estilo amable, siempre te harán apreciable

aun con gente peregrina. Tiene protección divina la piedad que has ejercido

con un pobre desvalido que mañana va a morir, y no puede retribuir

ningún favor recibido.”

Y esa musa sonreía entre el vapor y la sangre,

dirigiéndose afectuosa así a don Melchor de Guaspe: Melchor, tu buen corazón

ha adunado con pericia lo que pide la justicia y exige la compasión.

(…) Das consuelo al desvalido en cuanto te es permitido: partes el postre con él;

y agradecido Miguel te da las gracias rendido.”

¡Qué tristes son los verdugos

junto a hombre que tanto vale! ¡Qué infelices los tiranos! ¡Qué asquerosos los secuaces!

En el día del suplicio, los hombres de las ruindades

Page 73: Cancionero durangueño

73

le mermaron la medida del alimento constante.

Él lo notó, replicando con cierto burlón donaire: “Ya que me quitáis la vida,

no merméis el chocolate…” En camino del suplicio detúvose unos instantes

para pedir unos dulces que en su mesa han de encontrarse. Trajéronlos, tomó algunos,

y los demás los reparte entre los mismos soldados que pronto van a matarle.

¡Qué odiosos son los verdugos de nuestros heroicos padres! Y cuando el Sol de la Historia

toda su grandeza aclare, surgirán en medio al mundo con sus tallas de gigantes,

y esos, cual viles insectos royendo los pedestales.

Romance de la degradación 29

Guillermo Prieto

Es del triste Hospital el patio extenso: en su amplio corredor se alza un tablado

revestido de negras colgaduras: en el fondo el dosel, sillones anchos, la mesa y el sangriento crucifijo

entre dos llamas, lúgubre imperando. Bajo el dosel, contémplase sombrío, rígido, inmóvil, cual de duro mármol,

con su bonete de encumbrados picos, el ojo hundido, y cual cadáver pálido, evitando del vulgo las miradas,

el doctor Valentín, que de Durango representa al Obispo, y ejecuta

29

PRIETO, GUILLERMO. Romancero nacional, México, Editorial Porrúa, Colección Sepan Cuantos # 450, 1984, pp. 53 a 54.

Page 74: Cancionero durangueño

74

servil y sin conciencia los mandatos. A su lado se agrupan reverentes

dignidades de Iglesia y prelados que oficioso llamó a los auxiliares para el juicio sacrílego de Hidalgo.

El ojo sin fijarse, torvo el rostro, difícil respirar, visible espanto en el opuesto grupo está Salcedo,

de angosta frente, el pelo alborotado, llevando al cinto la espada formidable y alto bastón como señal de mando.

Esbirros de la Curia. Ricos hombres, intrusos, y sirvientes, y soldados se ven alrededor de aquel asiento

y cubriendo compactos su respaldo. Después, desde las gradas, por doquiera cerco macizo, muro continuado

de tropa con la mano en los fusiles, estúpido el mirar, mudos los labios. Luego la multitud, como de estatuas,

como algo terrífico esperando. El Sol, como asustado, iluminaba la pavorosa escena con sus rayos.

Iba a verse el fatídico divorcio del siervo del Señor y el cielo airado: íbase a ver a la Sagrada Madre

a su hijo a los verdugos entregando, con estupor del espantoso infierno, del mundo y de los cielos con escándalo.

Solo, de pie, tranquilo, se descubre, alta la frente, al impasible Hidalgo, con su misma mirada penetrante,

su frente calva y su cabello cano, A una leve señal surgen veloces esbirros negros y de angostos hábitos, que alba y amito, cíngulo y estola

llevaban diligentes en las manos, pero era el color rojo… como signo, traduce el vulgo, de irrisión y escarnio.

Le revisten a Hidalgo, y así espera entre el silencio y entre el mudo llanto. El que impera, le ordena se arrodille,

con tono breve, ronco y destemplado, y extiende majestuosa e imponente al crucifijo la convulsa mano.

Hidalgo se arrodilla, y aparece un misionero a quien llamaban Santo

Page 75: Cancionero durangueño

75

y que era el canónigo verdugo el hombre venerado, y secretario.

Tal era el padre Rojas, noble pecho, consuelo, amigo, salvador de Hidalgo. Servidor de la Iglesia, la obedece;

hombre, se le admiró tierno y humano. Con voz que sofocaba la honda pena, leyó el terrible, el implacable fallo

de la degradación y los sollozos reprimidos brotaron de sus labios. En la sentencia, el odio y la calumnia

depositaron ponzoñosos rayos, y del rencor la baba venenosa sobre cada renglón dejó su rastro.

Y el colmo del cinismo, y lo supremo del proceder cruel, lo más villano, es, que se dice al fin la sentencia,

después de haber al reo degradado y entregado al verdugo a su capricho inerme al sacerdote abandonado…

“Tenedle compasión, no le deis muerte”; después de asegurarlo en el cadalso, como quien pone una ascua de ironía

sobre la herida que se ve sangrando. Y en medio a tal horror, ni un ¡ay! Ni un gesto se oyó ni vio del impasible Hidalgo.

los cuervos clericales se abalanzan y pieza a pieza arrancan ensañados, murmurando estupendos anatemas,

al Dios de amor infames calumniando… Y de morder y devorar sedientos, la frente le royeron y las manos,

dizque para arrancar hasta el recuerdo de la gracia y el óleo sacrosanto. Y así, rendido, objeto de la farsa, parodiando el martirio y el calvario,

al procónsul Salcedo y a los suyos, y a los que conocéis, Abela y Bracho, con petulancia los esbirros negros

a Hidalgo silenciosos entregaron. El preso mudo va; fórmanle escolta los prevenidos grupos de soldados…

Y a poco, todo solitario queda, Dando el sol al dosel, y en el tablado.

Page 76: Cancionero durangueño

76

Romance de la muerte de Hidalgo 30

Guillermo Prieto

Alza ¡oh muerte! En medio al pueblo

tu esqueleto descarnado; y con esa voz que vibra en las almas con espanto,

dile cómo Hidalgo el grande cayó rendido en tus brazos, y refuerza tus acentos

para que crucen los años. En la portada de agosto se reflejaba el Sol claro;

la ciudad está desierta y silenciosos los llanos; escuchábase con miedo

el resonar de los pasos, cual si perturbar temieran de un moribundo el descanso,

o despertar de su sueño, al tigre mal resguardado. Nada revelan las voces,

y nadie interrumpe el tráfico; pero se ve en las miradas cierto intenso sobresalto,

prontos a llorar los ojos, prontos a gemir los labios, y el Sol como amarillento,

y cual de luto el espacio. Como silenciosas nubes caminan en vuelo tardo

grupos de gente del pueblo, que hasta el hospital llegando, se dispersan y se pierden

sin dejar ni leve rastro. La plaza está solitaria, el cuartel está cerrado,

y cree percibir el vulgo, o percibe, rumor raro, que traduce misterioso

su conmoción ocultando… Fanáticos en los templos oran y derraman llanto

30

PRIETO, GUILLERMO. Op. Cit., pp. 56 a 58

Page 77: Cancionero durangueño

77

porque ven al sacerdote, al de Dios vivo traslado,

al que las llaves del cielo colocó Dios en las manos, entregado a los verdugos,

de la Iglesia excomulgado, al cielo y a sus grandezas delincuente desertando.

Y entonces de los infiernos mirándole como aliado, mezclan acciones de gracias

al gozo de los tiranos, y Satanás se sonríe de tan sacrílego escándalo.

Algunos en las alturas, junto al hospital nombrado, parecen seguir el drama

los conmovedores cuadros. Ya se forma espesa valla desde la prisión de Hidalgo

hasta la pared maciza que cierra el segundo patio: ya se distingue un gran grupo

y vése en el centro a Hidalgo; a su lado el padre Rojas, y otros padres a sus lados:

ya se percibe confusa la voz del bélico mando, y marcha la comitiva

muy lúgubre, paso a paso. Hidalgo va descubierto, su capa negra flotando;

era negro su vestido, ni pulcro ni descuidado. Va grave, mas sin tristeza; Erguido, sin intentarlo;

marchaba como marchaba en su ignorado curato, e los pueblos bendecido

y de los pueblos amado, el bien, la paz y el contento diligente derramando,

detúvose un solo instante, porque dejaba olvidados unos dulces, que apacible

les dio a los que lo mataron. Fila de estatuas parece

Page 78: Cancionero durangueño

78

la valla de los soldados, tanta grandeza del cura

con lágrimas contemplando. De pronto pavor horrible como que interrumpe el acto,

y se duda, y se vacila, y hay miedo, terror y pasmo. Mientras se formaba el cerco,

que suele llamarse cuadro, aislado entonces se aparta al centro, sereno, Hidalgo,

de majestad y de gloria y fe sublime radiando. ¡Ay! Los que lo hubieran visto,

y los que hubieran mirado el valor de los verdugos y de aquel heroico anciano,

ni en argucias de doctores, ni en sutilezas de sabios desfogaran su impotencia

derramando comentarios. Hidalgo mira de frente preparar a los soldados;

se arrodilla en un banquillo que pusieron de antemano; ¡estalla el trueno! Las balas

vestido y carne rasgaron; respetaban la cabeza guardándola para escarnio.

No aspira el héroe convulso y en el suelo derribado, nuevas heridas su cuerpo

hacen, traidoras, pedazos; la noble cabeza, intacta, en roja sangre nadando, mantiene abiertos los ojos,

fijos, apacibles, claros, como bendiciendo al pueblo y a la traición perdonando.

Page 79: Cancionero durangueño

79

Después de los graves fracasos militares sufridos por el Ejército Insurgente en los

últimos meses de 1810 y los primeros de 1811, durante la primera fase de la

Guerra de Independencia, liderada por el cura Miguel Hidalgo y Costilla. En su

huída hacia el norte de la Nueva España, algunos personajes importantes del

movimiento fueron aprehendidos en Acatita de Baján, en el actual estado de

Coahuila.

El Gobierno Realista de la Colonia y las autoridades eclesiásticas de la Religión

Católica decidieron trasladar al Padre de la Patria a Chihuahua. A otros

acompañantes de Hidalgo: los franciscanos Carlos Medina, Ignacio Jiménez y

Bernardo Conde, el fraile mercedario Pedro Bustamante, así como los sacerdotes

Mariano Balleza e Ignacio Hidalgo y Muñoz, se les trasladó a la capital de la

entonces Nueva Vizcaya donde, por espacio de un año, estuvieron detenidos en la

cárcel de San Francisco y fueron juzgados, sentenciados a muerte y fusilados el

17 de julio de 1812 en las cercanías de la ciudad de Durango, en la llamada

Cuesta de la Cruz del rancho de San Juan, ubicada en la ladera norte del Cerro de

Mercado.

Para honrar la memoria de los héroes insurgentes, a principios de la década de los

noventas del siglo XX, el Gobierno del Estado hizo levantar un obelisco en el sitio

donde, de acuerdo con la tradición, los acompañantes de Hidalgo fueron

sacrificados. Los insurgentes fueron enterrados en el Templo del Santuario de

Guadalupe, por lo que el lugar es conocido como Explanada de los Insurgentes y

en ese sitio también existe un monumento en recuerdo de los mártires.

En 1857, el Congreso Constituyente declaró Benemérito de la Patria a don

Mariano Balleza. Por su parte, el ilustre liberal Guillermo Prieto compuso su

Romance de Durango, que relata los acontecimientos.

Romance de Durango 31 Guillermo Prieto

“Que mueran esos traidores que usted celoso custodia;

31

PRIETO, GUILLERMO. Op. Cit., p. 52.

Page 80: Cancionero durangueño

80

que les tiren por la espalda, cuidando mucho la tropa

no apuntar a sus cabezas, y que las tallares ropas les vistan después de muertos

con respeto y ceremonia; que al fin por ser sacerdotes a la Santa Iglesia se honra.

Durango, a quince de julio.” Y así concluyó la nota de don Bernardo Bonavia

contra los nobles patriotas que a la partida de Hidalgo se quedaron en Monclova.

Alguno como caudillo, dio a la Patria honor y gloria; otros, en su ministerio

ejercieron santas obras en la misión sacrosanta de paz y misericordia.

Suenan roncos los tambores: Allanda manda en persona, la ejecución presidiendo

vil traidor y con faz torva. Y de dos en dos los padres que la comitiva forman,

van, con espanto del mundo, como procesión de sombras, majestuosos y tranquilos,

sin orgullo y sin congoja. La gente en hondo silencio a verlos pasar se asoma,

y se retira callando, mas conmovida y llorosa. Balleza, Conde e Hidalgo van con reforzadas tropas;

Medina y Jiménez rezan sin cuidarse de su escolta. De pronto recia descarga

su eco en la ciudad prolonga, y a poco Allanda y Saavedra tornan frente de la tropa,

que redobla sus tambores cual después de una victoria.

Page 81: Cancionero durangueño

81

Monumentos a los héroes de la Independencia sacrificados en Durango

Page 82: Cancionero durangueño

82

Page 83: Cancionero durangueño

83

Cartones de Xavier Gómez sobre los sucesos de la Guerra de Independencia

en Durango 32

32

GÓMEZ, XAVIER. Bojedades, Libro II, México, Edición del autor, 1955, pp.23 y 24.

Page 84: Cancionero durangueño

84

Nacido el 29 de septiembre de 1786, en Tamazula, Durango, José Miguel Ramón

Adaucto Fernández y Félix, quien fuera el primer presidente de México, es más

conocido como Guadalupe Victoria, su nombre de batalla. Victoria estudió en la

ciudad de Durango y en el Colegio de San Ildefonso de la Ciudad de México,

donde se graduó de bachiller. Convencido de la causa de la Independencia, desde

1811, Victoria combatió al lado del jefe independentista José María Morelos y

Pavón, y participó en el sitio de Cuautla.

Según la tradición, el héroe durangueño se cambió el nombre en honor a la Virgen

de Guadalupe, Patrona de México y los insurgentes, el cambio de nombre fue en

la ciudad de Oaxaca, después de atravesar a nado el río Jalatlaco y lograr la

victoria al tomar la plaza enfrente del templo de Guadalupe, en la mencionada

ciudad. En esa hazañosa acción, realizada el 25 de noviembre de 1812, Victoria

mostró su valor al enfrentarse con el Ejército Realista, al lanzar su espada a través

del mencionado río Jalatlaco gritando su famosa frase célebre: Va mi espada en

prenda, voy por ella y, a nado en medio de la metralla, inició la carga contra los

realistas, por lo que sus motivadas tropas fueron tras él. Así, los insurgentes

rápidamente derrotaron a los realistas. Esta acción valió para que los

independentistas lo pusieran al mando del Ejército Insurgente en Veracruz.

El Congreso de Chilpancingo nombró a Guadalupe Victoria, General Brigadier, en

1814. Posteriormente el independentista durangueño acompañó a José María

Morelos a Veracruz y se quedó a operar en esa provincia donde obtuvo triunfos en

Tolomé y Puente del Rey, lugar donde estableció su cuartel una temporada.

Para 1816 cuando arribó a Nueva España el nuevo virrey, don Juan Ruiz de

Apodaca, Guadalupe Victoria atacó el convoy que lo llevaba a la Ciudad de

México e incluso, estuvo a punto de capturar a Apodaca. Controló la zona

veracruzana hasta 1817, año en que fue derrotado en Palmilla por el español José

Manuel de Armijo. A partir de entonces su zona de operaciones se redujo a una

angosta franja entre la costa al norte del puerto de Veracruz y las montañas

cercanas a Huatusco, donde resistió constantes acosos y persecuciones por parte

de los realistas.

Page 85: Cancionero durangueño

85

En el Romance de Victoria se narra la acción por la que el héroe durangueño

decidió cambiar su nombre en la ciudad de Oaxaca.

Romance de Guadalupe Victoria 33

Rafael del Castillo

En el asalto que dieron

a la ciudad de Oaxaca las huestes, que el gran Morelos en persona comandaba,

se registró un hecho heroico, hecho digno de la fama, que en bronces debía esculpirse

cual galardón de la Patria; pues sólo en la antigua Roma se vieron tales hazañas,

por hombres singularísimos que en su Historia se destacan. Las trincheras de las calles

y los fuertes de la plaza hablan sido ya tomados a vivo fuego y matanza.

Los repiques de los templos y las belicosas dianas resonando por doquiera

la victoria proclamaban; mas El juego de pelota,

que fortificado estaba,

era el teatro de una lucha, sin ejemplo, denodada. Ancho foso le circula.

y nadie se aventuraba a cruzarlo, sin que al punto en él la muerte encontrara.

Don Guadalupe Victoria. era quien acaudillaba a los bravos asaltantes

de aquella última muralla defendida por realistas,

y anheloso por tomarla,

33

Romances de la Guerra de Independencia, México, Secretaría de Educación Pública, biblioteca Enciclopédica Popular # 71, 1945, pp. 67 a 68. El Romance de Victoria, de Rafael del Castillo fue escrito en 1910, en ocasión del Primer Centenario del inicio de la Guerra de Independencia.

Page 86: Cancionero durangueño

86

en un esfuerzo supremo de valor, tomó su espada

y arrojándola hasta el muro. "Allá va en prendas esa arma", les gritó con voz tonante,

"voy por ella"; y a la charca del zanjón echóse a nado, desafiando la metralla.

Tras él, sus fieles soldados, vitoreándolo, se lanzan como alud que se despeña,

cual turbión que se desata, y al desvanecerse el humo de la contienda empeñada

la bandera de los libres ondeó triunfante en la escarpa.

Una imagen del general Guadalupe Victoria

Page 87: Cancionero durangueño

87

General Guadalupe Victoria. Primer Presidente de la República Mexicana

Page 88: Cancionero durangueño

88

El 4 de noviembre de 1814, el militar realista José Félix Trespalacios y el

insurgente Juan Pablo Caballero, junto con un grupo de conspiradores

independentistas, fueron aprehendidos por tropas realistas cuando intentaron

apoderarse del cuartel de la ciudad de Chihuahua, perteneciente a la Intendencia

de Durango.

Después de la fallida acción de los insurgentes, José Félix Trespalacios fue

juzgado y condenado a prisión en la colonia española de Ceuta, ubicada en el

norte de África, mientras que Juan Pablo Caballero fue sentenciado a muerte,

pena que le se le conmutó por diez años de prisión y destierro perpetuo en las

Provincias Internas. Al triunfo de la independencia, Caballero retornó a Chihuahua

y Trespalacios ocupó diversos cargos de gobierno.

El Romance de Durango, describe la acción insurgente de los conspiradores de

Chihuahua en 1814.

Romance de Durango 34

Guillermo Prieto

¡Oh, cuán triste es que la nube que promete lluvia y fresco

a las apagadas plantas y a los sembrados sedientos, al desgarrar las entrañas

retumbando ronco el trueno, despida fatal granizo, viertan torrentes sus senos,

y difunda por doquiera la consternación y el duelo! ¡Cuán triste es que nos despierte

con su mano el esqueleto la realidad espantosa de nuestros felices sueños!

Tales son, Durango amado, de tus glorias los recuerdos, cuando Félix Trespalacios

y Juan Pablo Caballero proclamar la independencia

34

PRIETO, GUILLERMO. Op. Cit., pp. 69 a 70.

Page 89: Cancionero durangueño

89

entre tus bravos quisieron. Ya está alzada la bandera,

ya están listos los aceros, ya va a prorrumpir en vivas el gran corazón del pueblo,

cuando una voz de verdugo grita airada: “Dénse presos”, y cayeron mil esbirros,

sobre los jefes resueltos, dispersándose, cual suele en las regiones del viento

bandada parlera de aves, del arcabuz al estruendo. Los mites de las revueltas,

los serviles palaciegos, los mismos que en los peligros todos son terror y miedo,

pero que aparecen listos a cosechar los trofeos cuando los triunfos coronan

las armas de los guerreros, esos claman por la muerte de los desdichados presos,

y les agobian injurias, y les disparan denuestos. “Que hable el licenciado Bracho”,

el vulgo exclama rugiendo, y éste, diestro y compasivo, ira implacable fingiendo,

dice que marchen a Ceuta, marchen a Ceuta al momento. Los chaquetas se enfurecen,

los criollos están contentos, y los patriotas aplazan a más tarde sus deseos, como sepulta sus aguas

al nacer pobre venero, y taladrando la tierra se ostenta, pasando tiempo,

raudal puro de llanura, sirviéndole al Sol de espejo.

Page 90: Cancionero durangueño

90

En los momentos más difíciles de la Guerra de Independencia, entre 1817 y 1821,

Guadalupe Victoria se negó a indultarse y después tuvo que huir y esconderse en

las selvas de Veracruz, hasta la promulgación del Plan de Iguala por Agustín de

Iturbide en 1821, cuando, como lo relata el Romance de Victoria (1821), el

irredento Victoria fue localizado por las tropas de Antonio López de Santa Ana.

Al consumarse la independencia y formarse el gobierno del Primer Imperio

Mexicano encabezado por Iturbide, Victoria junto con Miguel Barragán

manifestaron sus ideas republicanas, por lo que la administración imperial los

encarceló. Victoria escapó y volvió a las selvas, después suscribió el Plan de Casa

Mata, en diciembre de 1822 y cedió el mando de las tropas veracruzanas a

Antonio López de Santa Anna.

Al desmoronarse el Imperio, Victoria se consagró a la formación de la República

Federal y fue elegido miembro del Triunvirato de Gobierno, junto con Nicolás

Bravo y Pedro Celestino Negrete. El Triunvirato que funcionó del 31 de marzo de

1823 al 10 de octubre de 1824, aunque el jefe durangueño únicamente trabajó

como triunviro hasta julio de 1824, ya que estuvo al mando de las tropas

veracruzanas que enfrentaban el bombardeo incesante de las tropas españolas

que, atrincheradas en el Fuerte de San Juan de Ulúa, intentaban la reconquista de

México. En esa oportunidad, Victoria negoció un armisticio para evacuar del puerto

a los extranjeros.

El héroe durangueño fue diputado por Durango al Congreso Constituyente de

1824, que publicó la primera Constitución Política del México Independiente y que,

el 2 de octubre, nombró a Guadalupe Victoria, Primer Presidente Constitucional de

México.

El 10 de octubre de 1824 el independentista durangueño tomó posesión como

primer Presidente de México, inicialmente con el carácter de provisional, hasta el

31 de marzo de 1825 y al día siguiente, 1 de abril, inició el periodo constitucional

que, de conformidad con la Constitución, terminó el 31 de marzo de 1829; con

Nicolás Bravo como vicepresidente.

Desde el inicio de su administración, el primer presidente durangueño tuvo que

enfrentar los graves problemas derivados de la Guerra de Independencia, que

Page 91: Cancionero durangueño

91

había dejado al país en la ruina y con un enorme ejército y una burocracia

heredadas del régimen colonial. No obstante, sus obras inmediatas fueron:

centralizar la hacienda pública, facilitar las actividades de la Sociedad

Lancasteriana dedicada a la educación, estableció relaciones diplomáticas con

Inglaterra, Estados Unidos, América Central y La Gran Colombia, y ordenó

constituir la Marina de Guerra que le permitió su mayor logro: la total

independencia de México, cuando el 18 de noviembre de 1825, el general Miguel

Barragán tomó el último bastión español, la fortaleza de San Juan de Ulúa en

Veracruz. Así, su gobierno volvió a decretar e hizo efectivo el fin de la esclavitud

en el territorio mexicano y posteriormente delimitó la frontera con los Estados

Unidos.

Victoria entregó el poder a Vicente Guerrero, el 1 de abril de 1829 retirándose a la

hacienda de El Jobo, en Veracruz. Después de un largo padecimiento, el patriota

de Durango murió de epilepsia el 21 de marzo de 1843 en Tenancingo, Estado de

México. El 25 de agosto del mismo año, el Congreso de la Unión, lo declaró

Benemérito de la Patria. Su nombre está incrustado en letras doradas en el recinto

de la hoy Cámara de Diputados y sus restos reposan en la Columna de la

Independencia en la Ciudad de México.

Romance de Victoria (1821) 35

Guillermo Prieto

Terror de los negros bosques,

de sí propio. horror y miedo, cual fantasma pavoroso su descarnado esqueleto,

va Guadalupe Victoria por los lugares desiertos: su piel dibuja en relieve

los perfiles de sus huesos;

35

PRIETO, GUILLERMO. Op. Cit., pp.199 a 201.

Page 92: Cancionero durangueño

92

su pelo toca en sus hombros en descuidados cadejos;

su barba, revuelta y lacia baja hasta cubrir su pecho, como esas ramas que cuelgan

en el rigor del invierno del desmoronado muro sobre las ruinas cayendo.

Sus pies, con las uñas corvas, dejan la huella en el suelo, no de hombre, sino de fiera,

o más bien de monstruo horrendo. Entre el cabello y la barba casi se adivina el gesto

del hombre, y sus negros ojos tienen resplandor siniestro, como ascuas que sobreviven

al devorador incendio. En aquel ser misterioso, ni hay lágrimas ni hay acento:

parece como que flota entre la vida y los muertos, y que el dolor le permite

que asista a su propio duelo… y a este suicidio espantoso, y a este salvaje tormento

se entregó el héroe querido y se condenó el guerrero, cuando viendo de la Patria

desparecer el remedio, odio juró a los tiranos, y juró morir primero

que mirarla sumergida en afrenta y vilipendio. Primero el Virrey le acecha, con tan decidido empeño,

que no le deja descanso ni deja a sus ojos sueño. Dos veces el sol ardiente

su giro emprendió de nuevo, y dos resisten sus carnes de la canícula el fuego,

sin que la desdicha dome su constancia y su ardimiento. Fatigados sus verdugos,

le dan al Virrey por muerto y le fingen un cadáver, ,

Page 93: Cancionero durangueño

93

y suplantan un entierro, con que el Virrey, ya vengado

se demuestra satisfecho. En tanto, peces y yerbas tosco sustento le dieron:

después a la húmeda arena pegaba sus labios secos, pidiéndole a la locura

si no la muerte el consuelo. En los mares del Oriente, sobre las ardientes playas,

nuestra tricolor bandera bañada en luz se levanta, y de Veracruz los muros

irresistible amenaza. "¡Gloria!” -las arenas dicen, "¡Gloria!" -repiten las aguas,

y en "¡Viva la Independencia!" prorrumpe el pueblo entusiasta a Iturbide .proclamando

y vitoreando a. Santa Anna. Éste, noble y generoso; dice a su tropa: "Nos falta

para dar pompa a estos hechos, para completar sus galas, que venga aquí el Gran Victoria”

y a unos dragones destaca para que doquier le busquen, para que en triunfo le traigan,

para que presencie ufano las victorias de la Patria. Van preguntando a los bosques,

de Santa Anna los soldados, por Victoria esclarecido, por Victoria el denodado, adonde la humana planta

no ha dejado ningún rastro. y perdida la esperanza, de vagar desesperados,

ya se tornan a sus jefes y ya abandonan el campo, cuando ven junto a los mares

corno un hilo de humo: blanco; vuelan donde el humo se alza, pronto Victoria es cercado,

y al verlo, casi cadáver, junto a una peña espirando,

Page 94: Cancionero durangueño

94

inmóviles le contemplan, y de compasión lloraron ...

"Levántate, gran Victoria, mi General, levantaos, que por fin la Independencia

alumbra como sol claro" ... y erguido aquel esqueleto y de ventura radiando,

gozoso, altivo, ligero, alta la faz, firme el paso, "¡Que viva la Independencia!"

grita, el acento esforzando, y tiende a sus salvadores los cadavéricos brazos.

Otra imagen del héroe durangueño Guadalupe Victoria

Page 95: Cancionero durangueño

95

II. El Durango decimonónico. Invasiones,

bandidos, rebeliones

Entre los años de 1820 y 1823, los territorios de Sinaloa, Sonora, Nuevo México y

Chihuahua quedaron oficialmente segregados de la Nueva Vizcaya y el 22 de

mayo de 1824, el Congreso Constituyente de la República creaba el estado de

Durango, como miembro de la Federación. Mexicana.

Las primeras décadas del estado de Durango, propiamente dicho, tuvieron la

constante de las pugnas políticas entre los liberales y conservadores, así como de

las múltiples incursiones de las etnias seminómadas apaches y comanches a las

poblaciones de mestizos y criollos, incluyendo la capital del estado.

Con respecto al desarrollo de la música en la entidad en esos años, el historiador

durangueño José Fernando Ramírez en su libro Noticias históricas y estadísticas

de Durango escribió lo siguiente:

El gusto por la música se extiende hasta las clases menos acomodadas, de

las cuales sin maestros, sin modelos y sin estímulos, han salido dos

orquestas, que no dejaron descontento al señor Enrique Herz. En casi todas

las casas se encuentra un instrumento musical, y cuando en 1840,

Zacatecas no tenía más que dos pianos y ningún pianista. Ambas cosas

abundaban en Durango. 36

En el año de 1846, el viajero inglés George F. Ruxton quien, a la sazón, realizaba

una travesía por el noreste de la entidad, al encontrarse de paso en el poblado de

San Pedro del Gallo, en su libro Aventuras en México, además de informar sobre

los ataques de los apaches y comanches, y sobre los defectos y virtudes de las

durangueñas y los durangueños, relató lo siguiente

Por la tarde trajeron una guitarra y se celebró un fandango en mi honor. Las

danzas de la gente del campo son graciosas, con buenas dosis de

Page 96: Cancionero durangueño

96

pantomima, pero sus mejores cualidades están en las canciones que

acompañan con música y que, entonadas en voz baja, parecen novelas y

son muy agradables. 37

En 1847, los invasores gringos pasaron por Durango nomás de ladito y ocuparon

por un día la población de Mapimí. En los años cincuentas del siglo XIX, la terrible

gavilla de los bandidos tulises asoló diversos poblados e incluso la capital del

estado. El dato destacable sobre los tulises fue su relación política con el bando

de los conservadores, quienes no dudaron en entrar en tratos con los delincuentes

con la finalidad de acabar con sus enemigos los liberales.

En el momento de la Intervención Francesa, la capital de Durango fue ocupada

por los zuavos y durante el retorno al país de Benito Juárez, con su República

trashumante, en 1866, una vez que los franceses y sus tropas mercenarias

abandonaron el suelo patrio, el Benemérito de las Américas pasó unos días en la

Perla del Guadiana. Para 1871, la pugna por el poder, entre los leales a Benito

Juárez y los sublevados con el Plan de la Noria que apoyaron a Porfirio Díaz tuvo

sus repercusiones guerreras en la entidad.

Entre 1857 y 1873, los indígenas del sur del estado se vieron involucrados en la

larga guerra agrarista y milenarista que, contra el Estado Mexicano, lideró Manuel

Lozada, El Tigre de Alica.

Una gran cantidad del acervo de la lírica durangueña decimonónica se ha perdido,

por no existir en su momento los contenedores ni las técnicas adecuadas para

salvaguardar los textos y las notas. Aún así, diversos materiales, sobre todo

canciones, himnos y corridos han podido llegar hasta nuestros días. Los temas de

la lírica narrativa se centran en: la guerra entre liberales y conservadores, el

combate a los bandidos tulises, la Intervención Francesa y la estancia de Juárez

en la entidad, La rebelión de Porfirio Díaz contra el gobierno de Benito Juárez y las

acciones de guerra de El Tigre de Alica, en su lucha por la devolución de la tierra a

los indígenas del sur del estado.

36

RAMÍREZ, JOSÉ FERNANDO. “Noticias históricas y estadísticas de Durango”, en: Obras históricas Tomo V, Poliantea, México, UNAM, Colección Nueva Biblioteca Mexicana # 148, 2003, pp. 280 a 281. 37

RUXTON, GEORGE F.. Aventuras en México, México, Ediciones El Caballito, 1974, p. 142.

Page 97: Cancionero durangueño

97

En el año de 1863, se estableció en Durango el arpista profesor Dámaso Uriza y

como resultado de su labor docente paulatinamente se fueron conformando

diversos conjuntos musicales en la entidad. Otra fuerte influencia fue la de los

músicos militares franceses adscritos a las bandas quienes durante la ocupación

amenizaron paradas militares, desfiles y bailes, con lo que hicieron escuchar otros

ritmos y dotaciones instrumentales a los músicos durangueños. 38

38

HOLGUÍN, JOSÉ DE LA O. El arpa tradicional de Durango. Del vestigio a su resurgimiento,

Page 98: Cancionero durangueño

98

En 1827, según el censo del Gobierno del Estado, el territorio durangueño tenía

149,821 habitantes, de los cuales 556 eran ministros religiosos regulares y

seculares. Una pequeña parte de los durangueños, siguiendo la corriente de la

época, se aglutinaron en dos organizaciones políticas, irreconciliables entre sí, la

Logia Yorkina, que integró a liberales republicanos y a quienes sus antagónicos

pusieron el apodo de cuchas, y la Logia Escocesa, en manos del Alto Clero, que

estuvo conformada por conservadores centralistas y a estos, sus antagónicos les

pusieron el mote de chirrines.39 El encono de la lucha de las logias y su

peligrosidad, obligó al parlamento mexicano a decretar la disolución de las mismas

el 25 de octubre de 1828. Por su parte la Iglesia Católica, mediante la publicación

de la bula Quo Graviora, del Papa León XII, el 13 de mayo de 1826, proscribió las

sociedades masónicas, aunque estas siguieron existiendo.

Cuchas y chirrines se enfrascaron en las luchas políticas que determinaba el

centro del país y, por lo general, coincidían con el predominio de los

correligionarios del gobierno del país, vinculándose casi sincrónicamente, con las

revueltas y pronunciamientos de la tercera, cuarta y quinta décadas del siglo XIX.

De las pugnas entre escoceses y yorquinos, sobresale el cuartelazo de marzo de

1827, durante el cual, al grito de: Dios Libertad y Ley, los rebeldes masones

escoceses ocuparon la ciudad de Durango, en un intento de limitar el poder de los

masones yorquinos. Al final de la jornada, el 11 de abril, los yorquinos recuperaron

el centro del poder estatal.

En marzo de 1830, con la ascensión de los centralistas al poder, los escoceses

chirrines retribuyeron los capitales eclesiásticos que, los yorquinos cuchas,

durante su estadía en el poder, habían enajenado. Los ataques entre cuchas y

chirrines incluyeron la composición de poesías y canciones ofensivas. Las pugnas

de los cuchas contra los chirrines se prolongaron hasta la Guerra de Reforma.

Durango, Dgo., Unión de Cronistas Municipales del Estado de Durango, 2009, pp. 7 y 8. 39

De acuerdo con don Fernando Ramírez. Chirrín era el apodo de un hombre pacífico y sin letras pero con pretensiones de gran señor y literato. Y Chucha era un mendigo crapuloso entre simple y bellaco que ganaba su vida haciendo reir con llanto y lágrimas fingidas, siendo por lo mismo el ludibrio y desprecio del pueblo. (GALLEGOS, JOSÉ IGNACIO. Compendio de Historia de Durango. 1821-1910, México, Editorial Jus, 1955, p. 41)

Page 99: Cancionero durangueño

99

Décimas de cuchas contra chirrines 40

Anónimo

Con una maldita maña se nos quiere alucinar,

y que hallamos de gritar: “¡Chirrines, que viva España!”. Esa habilidad se engaña

cuando un camino toma pues con tan rústica broma, llegándola a consentir

es lo mismo que decir: “¡Cristianos, que viva Mahoma!”.

Chirrines, ya feneció la ley de convocatoria, y su observancia ilusoria

Cucha malicia tomó. Usando al pueblo usurpó, un vil partido opresor,

los derechos de elector, y con notorio agravio, tres votos de inmundo labio

forjaron un senador. El autor de ese pasquín

con seguridad y mucha sin duda es algún cucha y se vende por chirrín.

40

GALLEGOS, JOSÉ IGNACIO. Compendio de Historia de Durango. 1821-1910, México, Editorial Jus, 1955, pp. 41 a 42.

Page 100: Cancionero durangueño

100

Durante la Invasión Estadounidense a México, en los planes guerreros del ejército

invasor no estaba el entrar al estado de Durango. Previo al trazo la ruta hacia el

centro del país, para evaluar los costos y beneficios de la empresa, los

estadounidenses habían enviado a un daguerrotipista para que tomara las

primeras placas fotográficas de daguerrotipo en la entidad. Una en la Catedral de

la ciudad de Durango y otra en la Fábrica de Hilados y Tejidos de El Tunal, los

resultados de la evaluación hicieron que la invasión se trazara por el lado del

extremo noreste del estado de Durango. Así, los gringos se salvaron de que los

durangueños les compusieran corridos y sólo Mapimí fue la población durangueña

que mil yanquis invasores ocuparon el 9 de mayo 1847 y al día siguiente

continuaron con rumbo a Parras, Coahuila. Dada su importancia documental, se

reproducen aquí los primeros daguerrotipos tomados en el estado de Durango.

La Catedral de Durango, daguerrotipo estadounidense anónimo, 1847 (circa)

41

41

Catedral in Durango, México, daguerreotype, quarter-plate, c. 1847, 3-1/4 x 4 in . (8.3 x 10.2 cm.), en: Martha A. Sanweiss / Rick Stewart y Ben W. Huseman. Eyewitness to war. Prints and

Page 101: Cancionero durangueño

101

Fábrica de Hilados y Tejidos de El Tunal, daguerrotipo estadounidense

anónimo, 1847 (circa). 42

daguerreotypes of the Mexican war, 1846 – 1847, Fort Worth, Tex., Washington, D. C., Amon Carter Museum / Smithsonian Institute Press, 1989, p. 83. 42

German Cotton Manufacturer in Durango, México, daguerreotype, quarter-plate, c. 1847, 3- 1/8 x 4-1/8 in. (8.0 x 10.5 cm.), en Martha A. Sanweiss / Rick Stewart y Ben W. Huseman. Eyewitness to war. Prints and daguerreotypes of the Mexican war, 1846 – 1847, Fort Worth, Tex., Washington, D. C., Amon Carter Museum / Smithsonian Institute Press, 1989, p. 84. Los dos daguerrotipos

Page 102: Cancionero durangueño

102

En 1857, durante el inicio de la Guerra de Tres Años o Guerra de Reforma, el

gobernador del estado de Durango, José de la Bárcena, no dudó en secundar al

bando conservador. Sin embargo, el jefe militar de los conservadores, Félix María

Zuloaga, tampoco dudó en sustituir en el puesto ejecutivo durangueño a de la

Bárcena para imponer al general José Antonio Heredia, un militar a modo, para la

defensa de la plaza.

Por su parte, los mandos liberales ordenaron al coronel Esteban Coronado, quien

se hallaba en Chihuahua, que marchara con sus seiscientos de tropa para

recuperar la plaza de Durango para el gobierno de la Reforma.

Después de un sitio que se prolongó del 3 al 7 de julio de 1858, los liberales

ocuparon la capital del estado. En el corrido que celebra la acción se menciona al

coronel liberal Esteban Coronado y a los generales conservadores: José Antonio

Heredia y Manuel Arteaga, así como al alférez liberal José Tarango, Tagarno en el

corrido, quien, en desventaja numérica, se distinguió al cortar la retirada de los

conservadores con una mínima fuerza de 26 hombres.

¿A dónde vas Coronado? 43

Anónimo

¿A dónde vas Coronado, dejas ahí a tu mujer? “A tomar a Durango,

a morir o vencer”. Por la calle del Moro

no se puede pasar, porque ahí dice el Tagarno: “Arrincónemelo ahí”.

Si es Heredia, es lo mismo, s es Arteaga, es igual;

a cualquiera que pase: “Arrincónemelo ahí”.

expuestos fueron cortesía de Bernabé Hernández Andrade, quien radica en la ciudad de Los Ángeles, California. 43

GALLEGOS, JOSÉ IGNACIO. Compendio de Historia de Durango. 1821-1910, México, Editorial Jus, 1955, pp. 117 a 118.

Page 103: Cancionero durangueño

103

En medio del ambiente nacional de ingobernabilidad, por la constante guerra de

liberales contra conservadores, las incursiones de los comanches y los apaches,

así como las múltiples invasiones extranjeras, durante los primeros años de la

naciente República Mexicana, los Tulises fueron un grupo de bandoleros que

operaron en la década de los años cincuentas del siglo XIX, en los estados de

Durango y Zacatecas. Se supone que recibieron el nombre de Tulises por ser

evadidos de la cárcel de San Andrés de Teúl, Zacatecas. En su momento, los

bandidos fueron sacados de la prisión por una guerrilla del Partido Conservador,

con la intención de que actuaran a favor de su bando aunque, de inmediato, los

delincuentes se separaron de los conservadores para delinquir por su propia

cuenta.

La pandilla de los Tulises se incrementó con la anexión de tres cuadrillas de

salteadores de caminos que merodeaban la región sur de Durango, bajo las

órdenes de Eutimio Serrato, Mucio Aquino y Francisco Valdéz, mejor conocido

como El Cucaracho. Reunidos en el poblado de Súchil, Durango, los Tulises

reconocieron como su jefe a Manuel Fernández y bajo su dirección saquearon El

Mezquital, entre otras poblaciones del sur del estado.

Fortalecidos y sin detenerse, el 11 de septiembre de 1859, los Tulises ocuparon la

ciudad de Durango. Como dueños de la ciudad, los Tulises fueron convocados por

los conservadores a una junta en el Palacio de Gobierno del Estado. En la

reunión, los bandoleros recibieron el apoyo y las bendiciones del cura del

Sagrario, del guardián del Convento de San Francisco y de diversas personas

conservadoras notables del comercio durangueño.

A la sazón, el Gobierno Liberal comisionó al capitán Tomás Borrego para combatir

a los Tulises y este, con sus tropas, logró expulsar a los bandidos de la capital del

estado. Los Tulises continuaron sus correrías y saquearon las poblaciones de

Santiago Papasquiaro y San Juan del Río, Durango y, posteriormente, se

adhirieron a los conservadores bajo la bandera del Plan de Tacubaya,

obedeciendo las órdenes del general conservador Domingo Cajén. Derrotados en

San Juan de Guadalupe, Durango, los Tulises se dispersaron y paulatinamente

fueron cayendo en las manos de la justicia en diversos territorios durangueños y

Page 104: Cancionero durangueño

104

zacatecanos. Las acciones de los Tulises dieron lugar a la composición del

siguiente corrido testimonial.

Corrido de Los Tulises 44

Anónimo

Allá por sesenta y dos pastoreando unas carretas

Los Tulises se acercaron hasta el rial de Zacatecas.

Cuando me volví Tulís mi padre me lo evitó. “¡Uno sabe dónde nace,

pero donde muere, no!” Bajaron los tulisanes

bajaron de tierra fría, que por no robar de noche robaron al medio día.

¡Que sí, que no, Santa Lucía!

Por estar contigo, mi alma, ya mero me amanecía.

Yo tenía mi Tulisana que me la quería robar me dijo que la dejara

que ya se iba a presentar. No llores Tulisanita,

no llores, ni hagas llorar, quien te trajo de tu tierra te ha de volver a llevar.

¿Qué dices, mi alma, qué dices, pues?

echemos el pecho al agua, lo echaremos de una vez.

44

ESPARZA SÁNCHEZ, CUAUHTÉMOC. El corrido zacatecano, México, INAH, colección Científica # 46, 1976, pp. 23 a 25.

Page 105: Cancionero durangueño

105

Bonitos los Tulisanes cuando empiezan a robar,

se embozan hasta los ojos y empiezan a disfrutar.

Decía Francisco Valdez que nada lo acongojaba, que estando en potrero doble

su caballo no brincaba. ¿Qué dices, mi alma,

qué dices, pues? Los he de seguir robando y aunque me afusile el juez.

Donde andan las aguilillas no rifan los gavilanes,

ni las naguas amarillas, aunque les pongan olanes.

El jefe don Mucio Aquino no era ningún gallina, pues él entró a Sombrerete

y a Fresnillo, rial de minas. Estando por Zacatecas,

una mañana de invierno, los agarraron a todos las cordadas del gobierno.

El meco Francisco era otro de los que echaban pirata

quedó, cerca de Las Pilas, suspendido de una reata. Decía José María:

“¡El Santo Niño nos valga! ¡Que el caballo Cantarito ya va herido de una nalga!”

¿Qué dices, mi alma? Te lo decía

que andando por los caminos se había de llegar el día.

Desde allá de Sierra Fría vienen a robar los riales,

Page 106: Cancionero durangueño

106

y al amparo de la noche entran hasta los portales.

En todo el camino real ya se acabó la alegría;

mataron al negro Utimio y al curro José María.

Doña Teodora Bañuelos cuando supo la razón luego ensilló se caballo

se lo echó a la comisión. La cordada de Fresnillo,

también la zacatecana, mataron cuatro Tulises, el jueves por la mañana.

Vuela, vuela palomita, paloma zacatecana,

anda llévale la nueva a mi amada tulisana.

Vuela, vuela palomita, y aunque se me enoje el juez, si este corrido les gusta

se los cantaré otra vez.

Page 107: Cancionero durangueño

107

Capitán Tomás Borrego

Page 108: Cancionero durangueño

108

Domingo Cajén fue un militar de origen español que se afilió al Partido

Conservador y, durante la Guerra de Reforma, Miguel Miramón, el presidente de

los conservadores, lo comisionó para desarrollar las operaciones militares contra

los liberales en el estado de Durango. Así, en el año de 1859, Domingo Cajén, al

mando de 400 soldados conservadores, atacó la población de San Juan de

Guadalupe y fue rechazado y derrotado por las tropas liberales del capitán Tomás

Borrego, en El Alamillo. Posteriormente Cajén incorporó a sus fuerzas a los

bandidos Tulises.

Sin dejar de combatir, después de derrotar a los liberales del coronel José María

Patoni en Santa Bárbara, para el 17 de febrero de 1860, Domingo Cajén entró a la

ciudad de Durango y de inmediato, los conservadores le dieron el cargo de

gobernador del estado. En la ceremonia de festejo por el arribo de Cajén y sus

tropas a la Perla del Guadiana, se pronunciaron unos versos lisonjeros que han

llegado hasta este libro.

Versos en honor a Domingo Cajén 45

Antonio G. del Palacio

De mi niñez las horas más floridas

en la feliz España, se volaron: y allí de religión y patria unidas los nombres en mi pecho se grabaron.

En tí, Cajén, las miro revividas, pues Méjico y España en tí triunfaron. Religión, libertad, justicia sean,

lo que en nosotros los contrarios vean. Como brilla tras hórrida tormenta

esplendoroso el Sol en la montaña, así el noble guerrero se presenta indulgente después de la campaña.

¿Por qué no cesa ya la lid cruenta que de la patria el horizonte empaña? Aún no es llegado de la unión el día;

Mas sí el de la clemencia e hidalguía.

45

GALLEGOS, JOSÉ IGNACIO. Compendio de Historia de Durango. 1821-1910, México, Editorial Jus, 1955, p. 127.

Page 109: Cancionero durangueño

109

Ya en su papel de gobernador conservador del estado, Domingo Cajén se aprestó

a combatir a las fuerzas liberales. Derrotó a los hombres del coronel José María

Patoni en Avilez, a los de Eulogio Núñez en Cilla Allende, Chihuahua y a otros

jefes liberales en territorio durangueño.

En el Corrido de Domingo Cajén se hace mención a la expedición que organizó

Cajén hacia el estado de Sinaloa, con el objeto de ocupar el puerto de Mazatlán,

partiendo de la ciudad de Durango. En el sinuoso camino a Mazatlán, por la Sierra

Madre Occidental, Cajén fue emboscado por los liberales, quienes lo derrotaron en

el Espinazo del Diablo, El Espinal en el corrido. Después de la derrota, el jefe

conservador español fue perseguido y fusilado en la Laguna del Tanque.

Corrido de Domingo Cajén 46

Anónimo

Cajén partió de Durango en su caballo alazán, diciendo que entraba al puerto

bebiendo leche con pan. La conserva de Durango,

para Mazatlán marchó mas como era de membrillo en El Espinal se agrió.

Page 110: Cancionero durangueño

110

Nacido el 22 de septiembre de 1828, en San Luis, Cantón de Tepic, entonces

perteneciente al estado de Jalisco, Manuel Lozada, en calidad de arriero y

contrabandista, sirvió a la casa comercial Barrón, Forbes & Cía., y como

guerrillero, al mando de un fuerte grupo de indígenas coras, huicholes,

tepehuanes y mexicaneros, de la región que comprende los límites de los estados

de Jalisco, Zacatecas, Durango y Nayarit. combatió a los liberales desde 1857. En

1858 los guerrilleros de Lozada ocuparon Ixtlán y el rancho Ocotillo, donde

derrotaron a las tropas liberales regulares del coronel José María Sánchez.

En su revuelta, Lozada se fue apoderando de gran parte del entonces estado de

Jalisco. La fuerzo de Lozada residía en que, en los territorios que iba ocupando,

imponía una serie de normas agrarias que beneficiaban a los indígenas de la

zona. El 7 de marzo de 1861, se inició una campaña a fondo, con más de tres mil

hombres, dirigida por el gobernador de Jalisco Pedro Ogazón y los coroneles:

Antonio Rojas, Ramón Corona y Herrera y Cairo, para terminar con la amenaza de

los lozadistas cuyos ataques, de acuerdo con los relatos y testimonios, se

caracterizaban por la crueldad extrema.

Los soldados que guerrearon contra los lozadistas fueron conocidos como Los

colorados, a los que hace mención el canto de guerra. Después de nueve días de

combate en el Paso de Alica, los persecutores de Lozada fracasaron en su intento

de acabar con los guerrilleros agraristas.47

Los colorados 48

Anónimo

Ahí vienen los Colorados de la Sierra de Amarillas,

échame a tus brazos mi alma, con esas venas azules. Salieron los colorados,

46

GALLEGOS, JOSÉ IGNACIO. Compendio de Historia de Durango. 1821-1910, México, Editorial Jus, 1955, p. 129. 47

MEYER, JEAN. La tierra de Manuel Lozada, México, Universidad de Guadalajara / Centre d‟Etudes Mexicaines et Centreaméricaines, 1989, pp. 162 a 167. 48

VÁZQUEZ SANTA ANNA, HIGINIO. Fiestas y costumbres mexicanas, Tomo I, México, Ediciones Botas, 1953. pp. 160 a 161.

Page 111: Cancionero durangueño

111

Salieron de uno en uno, y su chata les decía:

“Los que se van..; ¿pero uno?" Salieron los colorados salieron de dos en dos,

y su chata les decía: “Porqué no dicen adiós". Salieron los colorados,

salieron de tres en tres, y su chata les decía, "¡vamos matando un francés!”.

Salieron los colorados, salieron de cuatro en cuatro, y su chata les decía:

"Que me traen de Guanajuato". No quiero paz, no quiero unión,

lo que quiero son balazos, ¡Viva la Revolución! No quiero paz,

no quiero nada, lo que quiero son balazos, con el general Lozada.

Page 112: Cancionero durangueño

112

Durante la Intervención Francesa, en el contexto de lucha contra los imperialistas

extranjeros y nacionales, el más sobresaliente líder político que, víctima de la

persecución, en medio de una azarosa y peligrosa travesía por el norte del país,

mantuvo la idea, la coherencia, las leyes, la guerra, así como el espíritu

republicano y de la Reforma fue el presidente Benito Juárez García.

En los últimos días del mes de noviembre, los últimos soldados franceses que

ocupaban la ciudad de Durango, dejaron la plaza. De inmediato las tropas

republicanas del general Silvestre Aranda se posesionaron de la Perla del

Guadiana.

El 26 de diciembre de 1866, en el largo periplo de la República trashumante, el

presidente Benito Juárez arribó a la ciudad de Durango. En el artículo titulado

Juárez, de Luis Zubiría y Campa y citado por José Ignacio Gallegos se da cuenta

de la entrada del líder republicano decimonónico a la ciudad de Durango:

“El 26 de diciembre de 1866 don Benito Juárez, hizo su entrada a la ciudad de

Durango, donde fue recibido con entusiasmo y arcos triunfales; las principales

personas del Partido Liberal, salieron a encontrarlo a la Garita del Norte, donde se

formó un templete para darle la bienvenida y pronunciar discursos alusivos al acto;

las campanas se echaron a vuelo y la artillería de la plaza hizo los honores de

ordenanza, disparando veintiún cañonazos. La comitiva oficial entró en elegantes

coches y el pueblo, delirante, pretendió arrastrar la carretela presidencial y quitar le

los caballos, pero el señor Juárez, de manera suplicatoria se opuso a ello.

La calle de mayor tráfico ha sido siempre la que hoy lleva el nombre de

Constitución y que en ese tiempo la apellidaban De los Conservadores, por tener

muchos de los connotados imperialistas sus residencias allí; la comisión

encargada del recibimiento no quiso que el presidente entrara por esa calle, sino

por la de Teresas (hoy Juárez). Al pasar por el lado oriente de la Plaza de Armas

se le extendió una gran bandera francesa, para que pasara sobre ella; al notarlo

don Benito, detuvo la carretela disgustado y ordenó que fuera levantado el referido

pabellón. Después se supo que la idea del hecho fue la señora Luz Noriega de

Arce, que había sido perseguida en la época de los franceses por su labor

patriótica a favor de la causa republicana; era esposa del general liberar Francisco

Page 113: Cancionero durangueño

113

O. Arce. El séquito continuó y dio vuelta por la calle Real, hoy calle de 5 de

febrero, hacia la casa de Gobierno, donde se había preparado alojamiento al

presidente y sus acompañantes, que lo eran: el Lic. José María Iglesias, el Gral.

Ignacio Mejía, el Gral. Francisco Ortiz de Zárate, etc., y su escolta especial.

Por la noche se dio un gran baile en el salón principal del Palacio de Gobierno, al

que asistieron las familias de los liberales, distinguiéndose entre las damas, la

señora Guadalupe Porras de Mascareñas, con quien bailó una pieza el

Presidente; la aristocrática señora Josefa Segura de Santa María; la inteligente y

sociable señora Carmen Itune de Santa María; la arrogante señora Luz Noriega de

Arce; la señora Francisca Asúnsolo de la Peña llevando elegante traje tricolor;

doña Cleofás Valles de Ríos y Valles, doña Antonia Prado de Hernández, etc.. La

misma noche hubo fiestas públicas populares, un baile de la Plaza de Armas y los

cohetes clásicos.

Al día siguiente se obsequió al señor Presidente con un suntuoso banquete; al

finalizar éste hubo varios brindis y el señor Cayetano Mascareñas aludiendo a

algunas personas que habían simpatizado con el régimen anterior y que trataban

de acomodarse al nuevo orden de cosas, pronunció unos versos que terminaban

así:

Brindo por las blusas rotas

en la guerra, no en la paz; no por los falsos patriotas que gustan ponerse botas

al sol que calienta más.

El día 27 por la noche, la Compañía de Ópera Mexicana, que se encontraba en

Durango desde el mes de julio, dio una función de invitación, en el actual Teatro

Victoria, a la que concurrieron los liberales. Al entrar el Presidente se estrenó el

Himno a Juárez, composición durangueña con música del director de la compañía

señor Miguel Meneses y letra del licenciado Antonio Verdugo.” 49

49

GALLEGOS, J. IGNACIO. Compendio de Historia de Durango, 1821 – 1910, México, Editorial Jus, 1955, pp. 148 a 150.

Page 114: Cancionero durangueño

114

Desde ese momento el himno en cuestión se canta, el 21 de marzo de cada año,

en todas las escuelas públicas del estado de Durango y su letra es la siguiente:

Himno a Juárez 50

M. de Miguel Meneses y

L. de Antonio Verduzco

¡Viva Juárez! Mil ecos repitan,

porque Juárez la Patria nos dio. Y ya rotas las férreas cadenas. Impotente el tirano partió.

Hoy la Patria levanta su frente do la huella estamparas el dolor,

y si aún llora, su llanto es tributo con que Juárez le muestra su amor.

Ya la América entera contempla al campeón de la santa igualdad. Y si Europa otro Juárez tuviera,

cantaría también libertad.

Para contrarrestar la influencia de los versos del Himno a Juárez, los

conservadores citadinos durangueños acomodaron una parodia con la misma

métrica que rezaba lo siguiente:

¡Muera Juárez! Chaleco de pita, porque Juárez, la Iglesia robó. 51

50

http://ieepo.info/foro/viewtopic.php?t=3736 51

CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. Corridos y canciones del siglo XIX. Glosa al programa de Concha Michel (Palacio de Bellas Artes) 25 de mayo de 1946, Durango, Dgo. Editorial del Supremo Tribunal de Justicia, 1987, p. 20.

Page 115: Cancionero durangueño

115

Casa de Gobierno de Durango, donde se hospedó don Benito Juárez

Page 116: Cancionero durangueño

116

Durante la rebelión porfirista en contra de la reelección de don Benito Juárez,

sustentada en el Plan de La Noria, en el estado de Durango, el ya entonces

general Tomás Borrego apoyó la rebelión secundado por algunos jefes guerreros

locales entre los que se contaba a Toribio Regalado Rosales, quien actuó en la

Región Lagunera, irrigada por el Río Nazas y limítrofe con el estado de Coahuila.

Por su parte, el general Francisco Tolentino, quien había ocupado por algún

tiempo la comandancia militar de Durango, fue enviado a combatir a los rebeldes

porfiristas de Regalado en La Laguna y trabó combate contra los insurrectos en la

Hacienda de Aviléz, hoy Ciudad Juárez, en noviembre de 1871.

En el Corrido de Regalado y Tolentino, también denominado como Corrido

norteño, se da la razón poética de la derrota de los leales juaristas de Tolentino

ante las fuerzas porfiristas de Regalado. Previo a la batalla de Aviléz, el general

Borrego había entrado a la ciudad de Durango, el 15 de octubre del mismo año.

Sin embargo, al fracasar el Plan de La Noria, don Benito Juárez envió a Durango

al general Sóstenes Rocha para que recuperase la plaza, misma que le fue

entregada sin resistencia el 22 de marzo de 1872.

Corrido de Regalado y Tolentino 52

Anónimo

Amigos voy a contar una horrible desventura, que por poco es sepultura

de gloriosa libertad. Los valientes generales:

Regalado y Tolentino, de lo granado y muy fino, sufrieron horribles males.

En un lugar inmediato al famoso Tlahualilo,

bailaron como en un hilo y pasaron un mal rato.

52

PÉREZ MARTÍNEZ, HÉCTOR. Trayectoria del corrido, México, s.p.i., 1935, pp. 43 a 45.

Page 117: Cancionero durangueño

117

Caudaloso y bello río con sus riberas hermosas,

sólo fue sepulcro frío de las victorias grandiosas.

Ese Nazas, que en sus vegas riega maizales y flores, fue entonces amigo a ciegas

y aliado de los traidores. Los mochos en las alturas

por delante y por detrás, estaban en las llanuras juntándose más y más.

¡Adiós Chaparral florido, de la Hacienda de Aviléz!

Donde peleó regalado con rifles del dieciséis.

Los ojos de Tolentino brillaban como la Luna, gritándole al Santo Niño:

“¡Sácame de esta Laguna!” En La Laguna anda un pato

vestido de colorado: “No te asustes Tolentino, que es Toribio Regalado”.

Terminada la batalla y viéndose ya perdido,

quiso salir de la raya exclamando: “¡Estoy molido!” En un caballo lechero,

de modesto, humilde rango, llegó el ilustre guerrero a la ciudad de Durango.

Page 118: Cancionero durangueño

118

En las primeras cuartetas de las Mañanas de Manuel Lozada. se narra el ataque

de los lozadistas a Valparaíso, Zacatecas, el 26 de octubre de 1861, aunque en el

corrido aparece la fecha de catorce de abril de 1860, durante la primera rebelión

de Manuel Lozada, misma que terminó con la firma de los Convenios de

Pochotitlán, firmados entre los liberales y los lozadistas el primer día de febrero de

1862 y en los que Lozada se comprometía a disolver sus fuerzas, a cambio de

garantías y de que el gobierno tomaría en cuenta la defensa de los indígenas

regionales, en lo referente a sus litigios por los terrenos con las haciendas

colindantes al territorio de Lozada.

El corrido salta en su narración 13 años, hasta la muerte de Lozada. Durante el

lapso de 1862 a 1873, Lozada fue el personaje central de la historia de Nayarit y la

región que comprende los límites de los estados de Jalisco, Zacatecas, Durango,

Sinaloa y Nayarit. .

El 15 de agosto de 1863, Manuel Lozada firmó, en el pueblo de San Luis, hoy San

Luis de Lozada, que era su centro de operaciones, el Acta de Adhesión al Imperio

de Maximiliano; de quien recibió una espada con rica empuñadura e

incrustaciones finas, por los servicios prestados al Segundo Imperio Mexicano. Al

tomar el puerto de Mazatlán para el Imperio, Lozada recibió, a su vez, la Cruz de

la Legión de Honor enviada por el emperador francés Napoleón III. El Tigre de

Alica permaneció fiel al Imperio hasta 1866 y el primer día de diciembre del mismo

año, ante la debacle de la Intervención Francesa, se declaro neutral.

Lozada estableció en su territorio un cacicazgo casi absoluto y la compañía

comercial Casa Barrón, Forbes & Cía., aprovechó el dominio regional de Lozada y

la autonomía del cantón de Tepic para sus negocios de contrabando de plata que,

al ser exportada por el puerto de San Bias, en buques de guerra ingleses, eludía el

control arancelario del Gobierno Central. Sin embargo, en 1867, Lozada reconoció

al Gobierno de Benito Juárez y Tepic fue transformado en Distrito Militar,

segregado del estado de Jalisco e independiente del centro.

Con la seguridad de la autonomía reconocida por el Gobierno del Centro, Lozada

dio la espalda a la Casa Barrón Forbes & Cía. y comenzó a restituir a los pueblos

de sus seguidores, las tierras que las haciendas les habían despojado, y los

Page 119: Cancionero durangueño

119

beneficiarios fueron los pueblos: cora, huichol tepehuán y mexicanero, de la región

en que limitan los estados de Nayarit, Jalisco. Zacatecas, Durango y Sinaloa.

Lozada tuvo bajo su dirección, siempre directiva, jamás imperativa, a los

tepehuanes de Santa María Ocotán, San Francisco y Quiviquinta, a los de

Santiago Teneraca y a los de Tasquaringa [sic],53 a los huicholes que se

distribuyen entre los cuatro pueblos situados a lo largo del río Chapalagana

Tensompan, Santa Catarina Cuexcomatitán, San Sebastián Teponahuastán

y San Andrés Cohamiata], a los coras de Santa Teresa, Huazamota, Jesús

María, Mesa del Nayar y San Juan Peyotán. […] En torno a uno de sus

pueblos, Guaynamota, se dieron los últimos combates. […] Fuera de estos

tres linajes [indígenas], desde luego no solidarios, tras Lozada fueron

pueblos mezclados como Pueblo Viejo, Durango, donde hay aztecas y

tepehuanes, Nostic, formado por aztecas que desde hace mucho tiempo

olvidaron su lengua, Milpillas Chico, San Francisco y otros más donde los

coras, los huicholes y los tepehuanes coexisten tranquilamente. Todo sin

hablar de los poblanos, indios venidos no se sabe de dónde y así llamados

en las comunidades que los acogieron. 54

Los afectados con los deslindes agrarios de Lozada, iniciaron una campaña de

desprestigio del Tigre de Alica, en el Gobierno del Centro, a esta campaña se

anexaron la Casa Barrón Forbes y el general Ramón Corona, jefe del Ejército de

Occidente, mientras que, a fines de 1869, Lozada creaba el Comité de Estudios y

Deslindes para resolver los problemas agrarios de su zona. con el apoyo de

integrantes de cada pueblo.

Las acciones de los enemigos de Lozada lograron que, a fines de 1872, el

presidente Lerdo de Tejada autorizara el inicio de una campaña militar contra

Lozada, con tropas de Jalisco y San Luis Potosí. Lozada, por su parte, inició su

resistencia el 17 de enero de 1873, como Jefe del Ejército Mexicano Popular y con

el sustento del Plan libertador de los Pueblos de la Sierra de Alica, firmado por

53

Se refiere a Taxicaringa, municipio de Mezquital, Durango. 54

JAUREGUÍ JIMÉNEZ, J. JESÚS. Estudio etnohistórico acerca del origen de los mexicaneros (hablantes del náhuatl) de la sierra Madre Occidental, en: Dimensión. Revista en línea Antropológica, Volumen # 26, México, octubre de 2002, www.dimensionantropologica.inah.gob.mx/index.php, p. 7

Page 120: Cancionero durangueño

120

representantes de los pueblos bajo su dominio. Además de la defensa de sus

logros agrarios, el Plan Libertador convocaba a la Nación a formar un gobierno

verdaderamente representativo, ya fuera república, imperio o reino.

Fuerte con sus seis mil de infantería y sus 300 jinetes, casi todos indígenas,

Lozada marchó sobre Guadalajara, donde "los tapatíos entran en trance. El

Congreso se pone a deliberar, el gobernador solicita facultades extraordinarias, el

Ayuntamiento organiza una guardia, los comerciantes, cuerpos de defensa, A la

Mano Poderosa imploran las damas, los niños lloran a gritos, pidiendo a Dios

secretamente y desde el fondo de su corazón que llegue la bola, siquiera un ratito,

para conocer de deveras a esos mecos, mote que se dio a los lozadistas en

Guadalajara, de cara embijada, con plumas de guajolote en la frente, y que no han

visto, sino de palo, de los que se compran a cuartilla en el portal" 55

Los mecos 56

Anónimo

Ya vienen los mecos,

vienen de Tepí, el meco más grande, se parece a ti.

Ya vienen los mecos, pa' Guadalajara, el meco más grande,

ya se bate en retirada

Después de triunfar en Tequila, Lozada llegó a siete leguas de Guadalajara. El 28

y 29 de enero de 1873, el general Ramón Corona con las fuerzas del Ejército de

Occidente y los 600 hombres que el comercio de Guadalajara armó para su

defensa, logró derrotar a los lozadistas en La Mojonera, con las cargas de artillería

55

AZUELA, MARIANO. “Precursores”, en: Obras completas de Mariano Azuela, Tomo III, México, Fondo de Cultura Económica, Colección Letras mexicanas, 1976, p. 402 56

VÁZQUEZ SANTA ANNA, HIGINIO. Cantares mexicanos, México, Ediciones de León Sánchez, s/f, p. 28 y 29.

Page 121: Cancionero durangueño

121

que dispersaron a la columna desorganizada, otro tanto sucedió con los lozadistas

en Sinaloa y Zacatecas

Ante la derrota militar, varios de los jefes lozadistas como: Domingo Nava,

principal ejecutor de la política agraria de Lozada, Agatón Martínez y Praxedis

Núñez, abandonaron la bandera del Plan Libertador o se amnistiaron y en algunos

casos, como el de Nava y Núñez, se pasaron a las filas del Gobierno.

Corrido sobre la traición a Lozada 57

Anónimo

¡Ay, Lozada! te vendieron a los hombres de Jalisco. ¡Ay, Praxedis! ¡Ay, Domingo!

la traición está en su frente. ¡Los entierran hoy en vida con su fama de valientes!

A instancias .del general Ramón Corona, la campaña contra Lozada continuó,

mientras el Tigre de Alica trataba de rehacerse, en las serranías del norte de

Jalisco, sur de Durango, oeste de Zacatecas y este de Nayarit. Poco a poco, los

lozadistas fueron exterminados y el 15 de julio de 1873, en el cerro de Los

Arrayanes, lugar cercano a Huaynamota, tal vez el último centro de operaciones

de Lozada, las tropas gobiernistas, comandadas por el general durangueño José

Ceballos, sorprendieron al Tigre mientras se bañaba en un arroyo. Los años de

guerra habían hecho de Lozada un hombre: tuerto, tullido de un brazo, tuberculoso

y enfermo de un pie.

Trasladado a Tepic, Lozada fue juzgado sumariamente el 18 de mayo de 1873 y

fusilado el 19, en el Cerro de Los Metates. Con la muerte de Lozada, más que la

pacificación de Jalisco y Zacatecas, se logró desbaratar la política agraria del Plan

Libertador y asegurar la propiedad privada de los latifundios de la región, aunque

57

MEYER, JEAN. “El Tigre de Alica”, en: Revista de la Universidad de México, volumen XXVIII, # 8, México, UNAM, abril de 1973, p. 26.

Page 122: Cancionero durangueño

122

algunos seguidores de Lozada, como Marcelino Rentería, continuaron luchando

hasta 1885.

En el segundo capitulo de su novela Precursores, Mariano Azuela, escribió la

biografía literaria más completa que existe sobre Manuel Lozada, mientras que, en

el terreno histórico, Jean Meyer es el investigador que más ha seguido las huellas

del Tigre de Alica.

Corrido del Tigre de Alica 58 (Fragmento)

Anónimo

"¡Ay madrecita del alma! ¿Por qué me dejas cruzar

solita la nopalera donde se pierde cualquera y onde me van a matar?"

Cuando los carros estaban al pie de la nopalera

los caballos se paraban en sus patitas traseras.

Mañanas de Manuel Lozada 59

Anónimo

Vamos en nombre de Dios y de esta tierra afamada, aquí empiezan las mañanas

del señor Manuel Lozada. Era un catorce de abril,

aquel año del sesenta, cuando entró a Valparaíso

58

MENDOZA, VICENTE T.. El romance español y el corrido mexicano (Estudio comparativo), México, UNAM, 1936, p- 564. 59

ESPARZA SÁNCHEZ, CUAUHTÉMOC. El corrido zacatecano, México, INAH, colección Científica # 46, 1976, p. 28.

Page 123: Cancionero durangueño

123

con más de ciento cincuenta.

Llegaron a Los Portales gritando en huichol y cora que les dieran aguardiente

y tocaran la tambora, Robaron cuarenta casas

y tres cajones de ropa, se llevaron seis mujeres y mataron a la tropa.

Manuel Lozada gritaba, en su yegua La Mostrenca;

"No pierdo las esperanzas de pasearme en Zacatecas".

No sólo en Valparaíso, en Momax y El Plateado, este bandido dejó

a todo el pueblo azorado. Trece años consecutivos

a los pueblos asoló, y sólo en Valparaíso a más de ochenta mató.

Este bandido famoso comenzó bien su carrera,

pero al fin fue derrotado allá por La Mojonera.

Y aunque se escapó a la sierra muy pronto fue capturado, y dicen que allá en Tepic Lozada fue fusilado.

Aquí dan fin las mañanas de un hombre que fue malvado,

nos libramos de esta fiera ¡Que Dios lo haya perdonado!

Page 124: Cancionero durangueño

124

Manuel Lozada. El Tigre de Alica

Sello del Juzgado lozadista de Huazamota, Durango 60

60

Sello del Juzgado de Huazamota. Archivo de Ramón Corona, Legajo 10, 1873, apud J. Meyer, La tierra de Manuel Lozada, 1989, p. 356.

Page 125: Cancionero durangueño

125

General José Ceballos, derrotó a los últimos guerrilleros de Manuel Lozada

Page 126: Cancionero durangueño

126

Page 127: Cancionero durangueño

127

III. Las canciones, corridos, valses y hojas

sueltas del Durango porfirista

En las postrimerías del siglo XIX, la aplicación de las Leyes de Reforma propició el

surgimiento de un sector capitalista empresarial agrícola en el estado de Durango.

Éste se esmeró en la concentración de la tierra en núcleos llamados haciendas y

en la adquisición de las concesiones de explotación minera. Para los empresarios

de Durango no importó el tradicionalismo o conservadurismo de su educación; en

tanto capitalistas, aceptaron la oferta de la venta de los terrenos que eran

propiedad de la Iglesia y estimularon la afectación de territorios comunales, por

parte de las Compañías Deslindadoras. El grupo empresarial, con el apoyo del

gobierno de Porfirio Díaz, creó dos polos de crecimiento en el estado: uno en la

Región Lagunera y otro en la ciudad de Durango; en ellos sus miembros

establecieron relaciones más allá de lo comercial emparentándose en ligas

matrimoniales y familiares en las que, sin empacho, se daba cabida a los capitales

y capitalistas extranjeros. Se crearon así grandes fortunas, latifundios e industrias

con la base de la sobreexplotación de los paupérrimos trabajadores.

La acumulación terrateniente se concentró de la siguiente manera:

48% en propiedades mayores de 50,000 hectáreas, siendo la más grande la

Hacienda de Santa Catalina del Álamo y Anexas con un total de 412.477

hectáreas. 21% en 42 propiedades de entre 20,000 y 50,000 hectáreas. 15% en

73 propiedades de entre 10,000 y 20,000 hectáreas. Por último, un 16% dividido

en 257 propiedades menos de 10,000 hectáreas. 61 Según Pastor Rouaix: A

principios del siglo XX, treinta personas eran dueñas de tres millones de hectáreas

(…) el que fue feudo de los Condes de San Pedro del Álamo, en tiempos de la

Colonia y que subsistía casi íntegro antes de la Revolución, contaba con

cuatrocientos cuarenta mil hectáreas, siendo mayor, en consecuencia que el

61

ARREOLA VALENZUELA, ANTONIO y Col.. Summa Duranguense, dos volúmenes Durango, Gobierno del Estado de Durango, 1979-1980, pp. 10 a 14.

Page 128: Cancionero durangueño

128

estado de Tlaxcala y poco menos que Morelos.” 62 O dos veces el territorio de

Belice.

El impulso económico del capitalismo durante el Porfiriato se disparó, desde la

última década del siglo XIX, con el tendido de las vías férreas en los puntos de

enclave económico al agilizar los fletes y el transporte de personas.

En la treintena porfirista se suscitaron diversos pleitos entre los mismos

capitalistas, por la exploración, posesión y concesión de los recursos naturales del

estado, de manera similar que en otras entidades del país.

La estructura del poder porfirista, que protegía los capitales de los empresarios

estatales, estaba basada en la fuerza armada de la Policía Rural o Acordada,

mantenida por los hacendados y sustentada en el poder de los jefes políticos y el

gobernador del estado, es decir, en una jerarquía inamovible y rígida que no

aceptaba cuestionamientos.

En esa misma época, con el advenimiento del orden armado de la dictadura liberal

porfirista, la apertura a las oportunidades de inversión de capitales de manera

segura y con ganancias insuperables se incrementaron en el estado, con la

protección de los brazos armados de las Acordadas y Policías Rurales, cuyo

principal dirigente en Durango fue el jefe Octaviano Meraz.

Bajo los disparos de los rifles de repetición de los rurales, surgieron y se

desarrollaron los grandes enclaves agrícolas, madereros, ganaderos, mineros e

industriales llamados haciendas. Según Pastor Rouaix: “El hacendado era una

autoridad feudal, omnímoda y absoluta, en muchos casos superior al jefe político

(a veces uno y otro eran la misma persona) y en todos por encima del jefe

municipal, que ejercía su dominio apoyado en las milicias armadas que sostenían

de su peculio, tituladas guerrillas o acordadas (…) El jefe político se consideraba

como un representante del gobernador de quien dependía directamente, y cuyas

órdenes eran las únicas que acataba y sus fallos los únicos que reconocía (…)

pues era el jefe de la policía urbana y rural, el amo y señor de cárceles y

prisiones”.

62

ROUAIX, PASTOR. La Revolución Maderista y Constitucionalista en Durango, México, De. Cultura, 1931, p. 7.

Page 129: Cancionero durangueño

129

En las postrimerías del siglo XIX sólo el bandidaje social de Heraclio Bernal e

Ignacio Parra cuestionó la legitimidad del Gobierno Estatal. Los litigios entre

terratenientes; por tierra o por aguas se multiplicaron. El despojo violento a

comunidades, como el de los terrenos de Santiago y San Pedro Ocuila

evidenciaron la determinación y preferencia hacia la inversión capitalista. Aunque

el episodio de violencia institucionalizada que involucró mayormente a los diversos

grupos regionales fue el de la masacre de Velardeña, en 1909.

En el terreno de lo musical en el estado de Durango se fortaleció la integración de

conjuntos musicales bien organizados como orquestas típicas, con dotaciones

instrumentales de guitarras, mandolinas, bandolones, arpa, violín, violoncello,

platillos y tambora, al tiempo que en el ambiente citadino de la Perla del Guadiana

y otros centros de población el arpista-cantante-historiador y vendedor de hojas

sueltas de canciones y corridos comenzó a ser un personaje propio del escenario

de atrios de templos, plazas, ferias y jardines.

Además de expender las hojas sueltas impresas en ciudad de México por la

imprenta popular de Antonio Vanegas Arroyo, con grabados de José Guadalupe

Posada, los arpistas historiadores cantantes comenzaron a vender las hojas

sueltas de la imprenta popular local que, bajo riesgo de que sus dueños perdieran

sus propiedades o su vida, reproducía las letras de canciones y corridos de los

historiadores cantantes durangueños, como Felipe García y Montes el de la

Guaripa.

Los valses, pasodobles, marchas, redovas shotises y mazurcas, entre otros,

fueron los ritmos que alegraron las fiestas y verbenas del porfirismo durangueño,

mientras que los corridistas historiadores cantantes, en sus letras, se ocupaban de

los temas locales como: la leyenda del alacrán de la Penitenciaría de Durango, el

bandidaje social de Heraclio Bernal, el bandidaje común de Ignacio Parra, el

tendido de las vías de los trenes urbanos y del Ferrocarril Internacional Mexicano,

en la entidad, así como la masacre de Velardeña.

Page 130: Cancionero durangueño

130

Orquesta Típica de Durango, en 1908 63

Grupo musical infantil citadino durangueño de principios del siglo XX

Page 131: Cancionero durangueño

131

En La celda veintisiete, se narra una legendaria y ficcionalizada historia, de gran

arraigo en el imaginario colectivo durangueño, que supuestamente tuvo lugar en el

año de 1880, en la antigua y ya desaparecida penitenciaría de la ciudad de

Durango. Como es del conocimiento común, los alacranes de Durango, sobre todo

los güeros, son famosos por su mortal ponzoña y, en el siglo XIX, significaban una

de las principales causas de decesos de los durangueños. Fue hasta principios del

siglo XX cuando los doctores Carlos León de la Peña e Isaura Venzor pudieron

desarrollar el suero antialacránico, cuya aplicación disminuyó considerablemente

la cantidad de fallecimientos por la picadura de los alacranes.

La celda veintisiete 64

Anónimo

El misterio que existía en la celda veintisiete, fue un alacrán ponzoñoso

que a los presos daba muerte. Era el terror de la celda

ese maldito alacrán, porque el preso que ahí entraba muerto lo habían de sacar.

El Gobierno de Durango, el indulto prometía,

al preso que ahí encerraran y amaneciera con vida.

A la cárcel cayó un hombre por el año del ochenta y pidió que lo encerraran,

en esa mentada celda. Pedro Rojas era el hombre

al que le tocó su turno de entrar a la veintisiete,

63

AGUILAR, LUIS MIGUEL / JOSÉ JOAQUÍN BLANCO y GUADALUPE DE LA TORRE. Historia gráfica de México, tomo 6, siglo diecinueve II, México, Editorial Patria / INAH, 1988, p. 132. 64

La celda veintisiete, disco GAMMA, G2495, 45 rpm, s/l, 1984, cantado por Los Rebeldes del Bravo.

Page 132: Cancionero durangueño

132

para pagar sus abusos.

Pidió que le concedieran un cerillo y una vela, para alumbrarse un poquito

en esa maldita celda. Cerca ya de medianoche,

vio al alacrán traicionero y, aprovechando el momento, lo tapó con su sombrero.

Cuando llegó el carcelero a recoger al difunto,

Pedro le dice sonriendo: “Yo ya me gané el indulto”.

Cartón de Xavier Gómez sobre la Leyenda del alacrán de Durango65

65

GÓMEZ, XAVIER. Bojedades, Libro I, México, Edición del autor, 1953, p. 117.

Page 133: Cancionero durangueño

133

Heraclio Bernal Zazueta, también conocido como El Rayo de Sinaloa, de acuerdo

con Nicole Girón nació en el año de 1855, en el rancho de El Chaco, municipio de

San Ignacio, Sinaloa, aunque otras fuentes afirman que fue oriundo de Santiago

Papasquiaro, Durango. Durante la infancia de Heraclio, la familia Bernal recorrió

los minerales de la zona limítrofe de los estados de Durango y Sinaloa. En ese

contexto, el niño Heraclio pudo tomar estudios elementales con el profesor Bonilla,

en Guadalupe de los Reyes, Sinaloa.

Cuando Heraclio Bernal contaba los dieciséis años de edad, él y su familia se

vieron involucrados, a favor de Benito Juárez, contra los adictos al Plan de la Noria

y, por defender los intereses de los trabajadores de las minas, Heraclio Bernal fue

acusado del robo de unas barras de hierro, por lo que fue perseguido atendiendo

las demandas de los propietarios de los reales de minas, quienes propiciaron que

el jefe político Epifanio Lomelí, ordenara que la Policía Rural o acordada actuara

en contra de Bernal.

Ante el asedio, Heraclio Bernal inició su carrera de bandido y, en el año de 1876,

el mineral de San Vicente, de capital estadounidense, fue el blanco del asalto del

nuevo bandolero. Después de esta acción, Bernal fue aprehendido y encarcelado

en el Cuartel de Artillería de Mazatlán, Sinaloa.

En noviembre de 1876, el general Jesús Ramírez Terrón se levantó en armas

apoyando al Plan de Tuxtepec, adherido a la facción de José María Iglesias. Sin

embargo, en el mes de diciembre, Ramírez Terrón defeccionó y se pasó al bando

de los porfiristas y su tropa se transformó en la fuerza militar de Porfirio Díaz en

Sinaloa.

Al entrar al puerto de Mazatlán, Ramírez Terrón ordenó la liberación de Heraclio

Bernal y le dio el grado de teniente. Sin mayores compromisos con Ramírez

Terrón, el liberado Bernal volvió a su vida de asaltante, atacando los minerales,

diligencias y casas de funcionarios públicos y hombres ricos de la región de

Guadalupe de los Reyes, en donde su principal apoyo logístico fueron los

trabajadores mineros, a quienes, de vez en cuando, daba parte de los botines

obtenidos en las correrías. Aunque el principal objetivo de los asaltos de Bernal

era la obtención de armas, parque y dinero.

Page 134: Cancionero durangueño

134

Los hombres que conformaban la banda de Bernal eran en su mayoría nativos de

la Sierra Madre Occidental de los estados de Durango y Sinaloa. Ellos, al

participar por periodos en la gavilla de Bernal, encontraban la manera de suplir la

falta de trabajo y la miseria. Para esa época, Bernal estableció su cuartel en El

Maguey, municipio de San Dimas, Durango, lugar encubierto por las inaccesibles

quebradas de la sierra.

En 1879, Heraclio Bernal apoyó la rebelión antiporfirista del general Jesús

Ramírez Terrón quien, el 2 de noviembre de 1879, lanzó el Plan de Copala, en el

que se exigía la aplicación estricta de la Constitución de 1857 y se desconocía el

gobierno de Porfirio Díaz. Durante la rebelión de Ramírez Terrón, Bernal y su

gente ocuparon la ciudad de Mazatlán, en junio de 1880, al tiempo que el general

Bernardo Reyes era comisionado para combatir a los seguidores del Plan de

Copala. En los siguientes meses, Bernal siguió ocupando importantes plazas de

Sinaloa, las que posteriormente serían perdidas por las tropas de Ramírez Terrón,

quien murió combatiendo el 22 de septiembre de 1880, en El Salto, Sinaloa.

Tras la muerte de Ramírez Terrón, Bernal extendió sus movimientos de bandolero,

desde Nayarit hasta la Sierra Tarahumara, trashumando entre los estados de

Durango, Nayarit, Sinaloa y parte de Chihuahua, siguiendo siempre la extensa

línea de la Sierra Madre Occidental, haciendo objeto de sus asaltos sobre todo a

las conductas, diligencias y minerales. Ante la creciente fuerza y fama de Bernal y

sus seguidores, el gobernador de Sinaloa, Francisco Cañedo Belmonte, organizó

varias acordadas para combatir vanamente a la gavilla, mientras que la guerra

contra los yaquis de Sonora distrajo las tropas federales y Bernal tuvo poca

resistencia durante los años de 1882 a 1885.

En 1885, Heraclio Bernal Zazueta expidió el Plan de La Rastra, Sinaloa, en el que

justificaba e intentaba legitimar sus acciones con base en los postulados del Plan

de Copala. En ese momento la fama de El Rayo de Sinaloa es tal que, en el

informe presidencial de abril de 1886, Porfirio Díaz mencionó las acciones que el

gobierno federal emprendió contra el pronunciado bandido de la Sierra de

Durango y Sinaloa.

Page 135: Cancionero durangueño

135

A partir del año de 1886, el peligro más poderoso para la gente de Bernal fue la

acordada durangueña bajo las órdenes del jefe Octaviano Meraz quien, a pesar de

seguir muy de cerca los movimientos y desarrollar ataques constantes a la tropilla

de Bernal, nunca pudo someterlo ni vencerlo totalmente. Al momento de la fallida

rebelión antiporfirista del general Trinidad García de la Cadena, en Zacatecas,

Bernal de adhirió a su Plan de Cañitas, aunque sin llegar a tener contacto personal

con García de la Cadena, toda vez que la efímera acción de los cadenistas obligó

a Bernal a retornar a sus territorios de origen. La fuerza numérica de la guerrilla de

Bernal variaba, dependiendo de las circunstancias y de la acción política del

movimiento. Así, El Rayo de Sinaloa, en diversas épocas contó con 10, 40, 100 y

hasta 200 hombres.

Sin base política, tras la muerte de García de la Cadena, en enero de 1887,

Heraclio Bernal lanzó el Plan de Conitaca, firmado en Conitaca, municipio de San

Ignacio, Sinaloa. El texto del Plan de Conitaca supera en conceptos al de La

Rastra, toda vez que, además del desconocimiento del gobierno de Porfirio Díaz y

la exigencia de la aplicación de la Constitución de 1857, Bernal incluyó diversos

puntos regionales como el de la erección de los estados del Valle de México,

Cantón de Tepic y Laguna de Tlahualilo, procurando incluir entre sus

simpatizantes a los demás rebeldes antiporfiristas. El Plan de Conitaca fue

publicado y firmado por Heraclio Bernal Zazueta como Jefe del Movimiento

Restaurador de la Constitución de 1857. Ante la rebeldía de Bernal, en 1887, el

gobernador Cañedo Belmonte ofreció diez mil pesos de recompensa por la cabeza

del Rayo de Sinaloa y, para no quedarse atrás, el gobernador de Durango, Juan

Manuel Flores, ofreció la mitad de la recompensa.

Las historias y mitologías en torno a la muerte de Bernal son múltiples. En ellas se

cuenta que en la cueva que era su guarida, enfermo de gravedad, Bernal dio a

Crispín García, su segundo, la orden de que, una vez muerto, lo baleara para fingir

una muerte violenta y así podiera cobrar la recompensa que se ofrecía por su

cabeza. García cumplió la orden al pie de la letra, por lo que, todavía después de

muerto, Bernal cobraba botín. Por su parte, Nicole Girón apunta que Bernal:

Page 136: Cancionero durangueño

136

“Denunciado, fue cercado en una montaña próxima a las minas de Nuestra

Señora, Sinaloa y falleció el 5 de enero de 1888”.

Según Francisco Castillo Nájera: “Los oprimidos miraban, en el bandolero, a una

reivindicación con tendencias redentoras. La simpatía por Heraclio Bernal fue

tanta, que, muchos años después de muerto, su tragedia sólo se cantaba en la

intimidad: en mi niñez supe que estaba prohibida por el Gobierno; ignoro la

veracidad sobre la prohibición, pero, repito, nadie se atrevía a cantarla

públicamente.” 66

Como personaje de leyenda y ficcionalización histórica, Bernal ha sido el

protagonista de novelas, piezas teatrales, radioteatros y películas

cinematográficas e historietas. En su gran popularidad El Rayo de Sinaloa ha

logrado trascender la prueba del tiempo y su nombre es más conocido que el de

sus contemporáneos regionales. En lo que respecta a la lírica, se han localizado

hasta 15 versiones diferentes de corridos sobre la muerte de Heraclio Bernal, que

provienen de los estados de: Sinaloa, Durango, Nayarit, Chihuahua y la Ciudad de

México. El ejemplo que se transcribe a continuación procede del estado de

Sinaloa.

Corrido de Heraclio Bernal 67

Anónimo

Año de mil ochocientos ochenta y ocho al contado,

Heraclio Bernal murió por el Gobierno pagado.

Estado de Sinaloa, Gobierno de Culiacán, ofrecieron diez mil pesos

por la vida de Bernal.

66

CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. Corridos y canciones del siglo XIX. Glosa al programa de Concha Michel (Palacio de Bellas Artes) 25 de mayo de 1946, Durango, Dgo. Editorial del Supremo Tribunal de Justicia, 1987, pp. 22 y 23. 67

GIRÓN, NICOLE. Heraclio Bernal, ¿Bandido, cacique o precursor de la Revolución?, México, INAH, Colección Científica # 40, 1976, pp. 92.

Page 137: Cancionero durangueño

137

ESTRIBILLO: ¡Qué dices Cuca!

¡Qué dices pues! Ya están los caminos libres, ¡vámonos pa‟ San Andrés!

Heraclio Bernal gritaba que era hombre y no se rajaba,

que subiéndose a la sierra peleaba con la Acordada.

¿Qué es aquello que relumbra por todo el camino real? Son las armas del dieciocho

que trae Heraclio Bernal. La tragedia de Bernal

En Guadalupe empezó, por unas barras de plata que dicen que se robó.

Heraclio Bernal decía: “Yo no ando de robabueyes,

pues tango plata sellada en Guadalupe los Reyes”.

ESTRIBILLO. Heraclio Bernal gritaba,

en su caballo alazán: “No pierdo las esperanzas de pasearme en Culiacán”.

Heraclio Bernal decía: “Sin plata no puedo estar, ¡vamos arriba, muchachos!

A Guadalupe a rayar”. Heraclio Bernal decía

Cuando estaba muy enfermo: “Máteme usté‟, compadrito, pa‟ que le pague el Gobierno”.

ESTRIBILLO.

Decía Crispín García, muy enfadado de andar:

Page 138: Cancionero durangueño

138

“Si me dan los diez mil pesos, yo les entrego a Bernal”.

Le dieron los diez mil pesos, los encontró en su mascada

y le dijo al comandante: “Alísteme una Acordada”.

Vuela, vuela palomita, vuela, vuela hasta el nogal, ya están los caminos solos,

¡Ya mataron a Bernal!

Page 139: Cancionero durangueño

139

Heraclio Bernal Zazueta

Tarjeta postal con el cadáver de Heraclio Bernal

Page 140: Cancionero durangueño

140

Page 141: Cancionero durangueño

141

Ignacio Parra, oriundo de La Cañada, municipio de Canatlán, Durango se inició

como bandido en la gavilla de Heraclio Bernal (ver Corrido de Heraclio Bernal) y, a

la muerte de su mentor, continuó sus correrías en la región de la Sierra Madre

Occidental, en los actuales municipios de Santiago Papasquiaro, Canatlán y San

Juan del Río. Los principales compinches de Ignacio Parra fueron: Federico

Arreola, Refugio Alvarado y los hermanos de Ignacio: Matías y Vicente Parra.

La importancia de Ignacio Parra, más que política, es con respecto a la relación

que Doroteo Arango, quien posteriormente sería conocido como Francisco Villa,

tuvo con la banda de Ignacio Parra. Por el hecho de que Doroteo Arango, a la

edad de 17 años, huyendo de la injusticia del Estado porfirista, se incorporó a la

gavilla de Ignacio Parra y permaneció en la misma por espacio de tres años

aproximadamente.

En noviembre de 1898, Octaviano Meraz, comandante de la Policía Rural o

Acordada del estado de Durango, organizó una batida contra los bandoleros de

Parra y, en el Puerto del Alacrán, cercano a la Hacienda de Santa Isabel de los

Berros, municipio de Canatlán, la Acordada de Meraz trabó combate contra la

tropilla de Parra. En la acción murieron: Ignacio Parra, Refugio Alvarado y

Federico Arreola.

Se han localizado ocho versiones diferentes de Corridos de Ignacio Parra y el que

se transcribe a continuación se destaca por su sentido narrativo y su lenguaje

regional.

Corrido de Ignacio Parra 68

Felipe García

Año de mil ochocientos noventa y ocho al contado mataron a Ignacio Parra

por ser un hombre afamado. Los viajes de Ignacio Parra

eran para Culiacán, del camino se arrendó

68

GÁMIZ, EVERARDO. Costumbres durangueñas, México, Edición del autor, 1966, pp. 105 a 107.

Page 142: Cancionero durangueño

142

a morir al Alacrán.

Ignacio traía una yegua de una andadura especial, se le cayó sin remedio

de poderla levantar. Ignacio ya con huaraches,

y con un rifle en la mano: ¡Hay que sacar a Refugio, siquiera de aquí del llano!

A poco se encontró a Pedro que dicen que es Villarreal,

le dice: “Presta tu caballo, que ahorita voy a pelear”.

Luego que Ignacio se vio en su caballo montado, le dice a Matías su hermano:

“Pues déjame sin cuidado”. Ignacio se retiró,

dando sus últimos pasos, se encontró con la Acordada, se agarraron a balazos.

Ignacio se tiró a pie, para pelear más a gusto,

“¡No hay duda, yo moriré, pero han de llevar buen susto!

Don Octaviano Meraz, esto le dice a su gente: “¡Quién sabe cómo nos vaya, me dicen que es muy valiente!”

Don Octaviano Meraz pues le dijo a su guerrilla:

“Ustedes me lo entretienen y yo le busco la orilla”.

Don Octaviano Meraz, pues lo cubría una lomita, se le acercó por detrás,

hasta agarrarlo cerquita.

Page 143: Cancionero durangueño

143

Luego se puso a tirarle, como si fuera un venado,

no dejó de echarle tiros, hasta que lo vio tirado.

Luego que ya lo mató, dijo: “Lo hemos de colgar y avisamos a Los Berros,

que lo vengan a llevar”. Luego que llegó a la Hacienda

pues esto les ha ordenado: “En el Puerto de la Cruz a Ignacio dejé colgado”.

“De pronto me lo traerán sin ninguna dilación,

lo bajan a Canatlán por ser la jurisdicción”.

“Hombre de mucha viveza y según yo lo comprendo, le mocharé la cabeza

pa‟ presentarla al Gobierno”. Dijo Francisco Morales:

“Pues puede que no sea así, Para seguirle más males Primero me mata a mí”

“No es por insultar ladrones ni tampoco por venganza,

atienda usted mis razones, que esa es vuestra semejanza”. Más antes, los que robaban,

fuera dinero o en barras, a quien le echaban la culpa, era a los señores Parras.

Ese día que fue la acción toda la gente ocurrió

hasta don Luciano López que fue el que lo retrató.

Ese día que fue la acción como tres veces se vieron,

Page 144: Cancionero durangueño

144

pero no se hicieron fuego porque no se conocieron.

Ese día que fue la acción toda le gente corría,

la cabeza la pagó la Hacienda Santa Lucía.

“Adiós todos esos llanos, con sus lomas y bajíos. Adiós parientes y hermanos

y tambièn amigos míos”. “Adiós mi madre querida,

ya me despido de ti, a dar cuenta de mi vida, adiós Patria „onde nací”.

“Pos ya Dios me concedió, el estrecharme en tus brazos

y el que tus ojos me vieran, en mi cuerpo tres balazos”.

Page 145: Cancionero durangueño

145

Page 146: Cancionero durangueño

146

El pájaro prieto es una de las canciones tradicionales durangueñas obligadas para

los conjuntos de intérpretes de música tradicional durangueña y nadie pone en

duda su origen regional, aunque se desconoce la data y el autor de la misma, se

canta en el estado desde principios del siglo XX.

El pájaro prieto 69

Anónimo

Soy como el pájaro prieto, que en las cumbres me mantengo, soy como el pájaro prieto,

que en las cumbres me mantengo. Las palabras que me diste,

en el corazón las tengo, como no me las cumpliste a que me las cumplas vengo.

Pavo real que eres correo, tú que vas pa‟ Real del Oro,

Pavo real que eres correo, tú que vas pa‟ Real del Oro.

Si ves la prenda que adoro, pavo real dile que lloro, lagrimitas de mis ojos,

por una joven que añoro. Mi amor es como el conejo,

sentidor como el venado, mi amor es como el conejo, sentidor como el venado.

No come zacate seco, ni tampoco mal trillado,

come zacatito verde, de la punta serenado.

Por tus puertas voy pasando,

69

Corridos. Los Montañeses del Álamo, México, disco CD-VAR-7572, Variedades discos, s/f.

Page 147: Cancionero durangueño

147

dándole gusto a la vida, por tus puertas voy pasando,

dándole gusto a la vida, Si me ves que ando pasando,

vuélvete a quedar dormida, que yo paso vacilando, Dándole gusto a la vida.

Page 148: Cancionero durangueño

148

En 1899, como sistema de comunicación vecinal, se tendieron cinco kilómetros de

un ferrocarril de sangre, es decir, tranvía de tracción animal, entre Ciudad Lerdo y

Gómez Palacio, Durango. En 1897, la misma compañía ferroviaria lerdense

extendió el tranvía tirado por mulas cinco kilómetros más hasta la entonces Villa

de Torreón, Coahuila y, para el año de 1901, el tranvía de mulitas fue

transformado en el Ferrocarril Eléctrico de Lerdo a Torreón, S. A..

La planta de energía eléctrica que dio movilidad al tranvía Lerdo-Torreón se instaló

en Lerdo, al tiempo que cubrió las necesidades de alumbrado público de las

ciudades de Gómez Palacio y Lerdo. El Ferrocarril Eléctrico de Lerdo a Torreón

fue el signo de toda una época de transporte vecinal en el triángulo Torreón-

Gómez Palacio-Lerdo, hasta que, a principios de la década de 1950 fue sustituido

por el transporte de vehículos con motor de combustión interna.

De Torreón a Lerdo 70

Anónimo

Soy maquinista de Torreón a Lerdo, donde se encuentran las maravillas mil,

gallardas jóvenes de faz hermosa, y ¡ay! Cuando las veo, me siento morir, y ¡ay! Cuando las veo, me siento morir.

Siento una delicia, siento un gran placer, ver lindas creaturas, de radiante faz,

porque en esas tierras yo logré encontrar, jóvenes hermosas, bellas de verdad.

Bastante he viajado, en la vía Central, y en Ferrocarril Internacional, de Torreón a Lerdo, logré encontrar,

jóvenes hermosas dignas de afección. A México y Jalisco fui de Torreón a Lerdo,

logré encontrar ninfas puras de amor, y recuerdo siempre, con satisfacción, a esas bellas mozas de gran corazón.

70

VÁZQUEZ SANTA ANA, HIGINIO. Cantares mexicanos, México, Ediciones León Sánchez, s./f., p. 104.

Page 149: Cancionero durangueño

149

Tranvía eléctrico de Torreón a Lerdo cruzando el Río Nazas

Page 150: Cancionero durangueño

150

Después de múltiples contratiempos, el 16 de octubre de 1892, arribó a la ciudad

de Durango el primer tren de pasajeros del Ferrocarril internacional Mexicano,

procedente de la ciudad de Torreón, Coahuila.

En abril de 1899, el Gobierno del Estado de Durango firmó un contrato con la

compañía Ferrocarril Internacional Mexicano para dar inició a la construcción del

Ferrocarril de Durango a Santiago Papasquiaro, como ramal del Ferrocarril

Internacional Mexicano que une a las ciudades de Piedras Negras y Torreón, en el

estado de Coahuila con la ciudad de Durango. En el proyecto original se

contemplaba que las vías llegaran hasta el Real de Guanaceví, en el extremo

noroeste del estado.

Después de cubrir el difícil tramo a Chinacates, la vía se comenzó a tender con

mucha rapidez. A principios de 1902, Santiago Papasquiaro recibió por primera

vez un tren y se continuó el tendido de las vías hacia las poblaciones de: El

Cazadero, La Loma y Los Herreras, lugar donde se construyó un puente que cruza

el Río Ramos. Posteriormente se tiraron los rieles tocando los poblados de:

Corrales, Sandías, Presidios de Abajo y Presidios de Arriba, hasta llegar, el día 12

de mayo de 1902, a Tepehuanes, lugar de donde la vía ya no avanzó, frustrando

el proyecto de tendido hasta Guanaceví. En los momentos de la construcción de

ferrocarriles en el territorio nacional, muchos proyectos aprobados y capitalizados,

como el de Durango a Guanaceví, se quedaron en los planos, o se truncaron, por

diversos motivos que iban desde las dificultades técnicas, la falta de capitales, los

problemas políticos o la inviabilidad de los proyectos, entre otros. El total de la

extensión del Durango-Tepehuanes es de 218 kilómetros.

Casi un siglo prestó servició el Ferrocarril Durango-Tepehuanes, hasta que, a

finales del siglo XX, la aplicación de decisiones gubernamentales de corte

neoliberal, que limitan la intervención del Estado en los ámbitos jurídicos y

económicos, propició que las vías férreas mexicanas fueran liquidadas o puestas a

la venta. En el caso del Durango-Tepehuanes, como casi todas las vías

durangueñas de ferrocarril, dejaron de prestar servicio. Sobre la construcción del

ramal de Santiago Papasquiaro a Tepehuanes, los habitantes de Los Herreras,

cantaron el siguiente corrido.

Page 151: Cancionero durangueño

151

Corrido de la construcción del Ferrocarril de Santiago Papasquiaro a

Tepehuanes 71

Anónimo

Ya viene corriendo el tren y a toditos nos encanta, dicen que pagan muy bien,

a los que tiran la llanta.72 Adiós muchachas de Herreras,

son todas muy presumidas, de recuerdo les dejamos ese puente tan lucido.

Gritaban los de Corrales Haciéndose a los caminos:

“Si nos dan los buenos días, diremos que es el destino”.

Gritaban los de Sandías con muchísimo valor: “Invitemos la Candela,

a conocer el vapor”. Gritaban los de Presidios,

Junto con los de Carreras: “Estos gringos traen la plata y la gastan de a deveras”.

Sigue corriendo la vía para el Real de Guanaceví, todas las muchachas dicen:

“No nos quedamos aquí”.

71

Comunicado por Lucio Quintero Corral, quien lo escuchó en Los Herreras, Durango. Recogido por Antonio Avitia, en la ciudad de Durango, 1990. 72

Llanta.- Tira de acero.

Page 152: Cancionero durangueño

152

El primer tren de pasajeros llegó a la ciudad de Durango el 16 de octubre

de1892

Estación de Ferrocarril de Santiago Papasquiaro a principios del siglo XX

Page 153: Cancionero durangueño

153

El 13 de abril de 1908, la Mina de Terneras, del Real de Velardeña, municipio de

Cuencamé, que entonces era propiedad de la Compañía Velardeña Mining and

Smelthing Co., del capitalista estadounidense Guggenheim, y de la cual se extraía

cobre, fue el escenario de un incendio. Algunos de los deudos de las noventa

víctimas del siniestro fueron pobremente indemnizados, otros fueron reprimidos y

no pocos desterrados hacía el sur del país.

Un año después del incendio, los pobladores de Velardeña, dirigidos por el

sacerdote católico Ramón Valenzuela, organizaron una peregrinación con la

finalidad de festejar el día de La Pasión y la quema de los Judas. Esta

peregrinación religiosa fue realizada sin permiso oficial y únicamente contó con la

anuencia de los directivos extranjeros de la compañía minera.

El jefe político de Velardeña, José Antonio Fabián, consideró el ritual católico

como un acto de protesta por los acontecimientos del año anterior, sobre todo que

coincidía con la fecha del incendio, 13 de abril. Por otro lado, las manifestaciones

religiosas en la época porfirista eran consideradas como violaciones a la Ley de

Culto Externo.

Con estos antecedentes, José Antonio Fabián se apresuró a disolver a los

peregrinos y, con la ayuda de cuatro policías locales, se enfrentó a la multitud,

detuvo al sacerdote Valenzuela y lo encerró en el interior de la jefatura de

Velardeña. Los más de mil manifestantes-peregrinos católicos, enardecidos por la

acción del jefe político, se dirigieron a la jefatura y liberaron al padre Valenzuela.

Enseguida los policías de Velardeña, armados con fusiles atacaron a los

peregrinos, armados con piedras. La superioridad numérica de los católicos obligó

a los gendarmes a refugiarse en las propiedades de la compañía minera mientras

que la multitud velardeñense se ocupaba de saquear las pocas tiendas del lugar.

Sin pérdida de tiempo, Fabián telegrafió a Durango pidiendo auxilio y el

gobernador del estado licenciado Esteban Fernández, decidió imponer un castigo

ejemplar a los amotinados de Velardeña. Para lograr su cometido, Fernández

juntó a los 30 rurales de la Acordada de Octaviano Meraz, quienes pocos días

antes habían tenido acción en Avino. Para incrementar la fuerza, Fernández pidió

Page 154: Cancionero durangueño

154

al Ejército Federal 60 soldados y de inmediato, el jefe político estatal se ofreció

para coordinar los movimientos de las fuerzas del Gobierno.

Al momento del arribo de la Acordada y el Ejército a Velardeña, muchos de los

amotinados habían huido, otros fueron aprehendidos y, de entre estos, los esbirros

porfiristas escogieron a 48 hombres al azar, a los que, sin formación de causa, los

pasaron por las armas, no sin antes obligarlos a cavar sus propias tumbas en el

lugar mismo de la masacre.

La matanza de Velardeña provocó un gran escándalo en la prensa nacional y el

Gobierno aseguró que se haría justicia y aunque los esbirros porfiristas, entre ellos

Antonio Calvillo y Octaviano Meraz, fueron consignados y sentenciados a prisión y

a la pena capital, poco después dejarían de ser huéspedes de la Penitenciaria del

Estado; merced a sus influencias y complicidades con las autoridades estatales.

Sin empacho, al inicio de la guerra revolucionaria, la mayoría de los rurales de

Durango fueron parte integrante del Ejército Federal. 73 La Tragedia de los

sangrientos sucesos de Velardeña, que narra el episodio es original del

compositor Montes el de la guaripa.

Tragedia de los sangrientos sucesos de Velardeña 74

Montes. El de la guaripa

Haremos una reseña,

¿ya saben lo que pasó? Con la gente que murió, en el Real de Velardeña.

Pues las desgracias primeras que el Mineral presenció,

fue la gente que murió, en la Mina de Terneras.

73

PARRA DURÁN, LORENZO. Cómo empezó la Revolución en Durango, Mérida, Yucatán, Talleres de la Compañía Tipográfica Yucateca, 1930, p. 58. Ver también: ALTAMIRANO COZZI, GRAZIELLA. Los años de la Revolución en Durango, 1910-1920, México, tesis de maestría en Historia de México, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, 1993, pp. 44 a 46. VANDERWOOD, PAUL J. Los Rurales mexicanos, México, Fondo de Cultura Económica, 1982, pp. 136 a 138. 74

ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp. 150 a 153.

Page 155: Cancionero durangueño

155

De noche o de madrugada, dicha mina se incendió,

la gente que trabajaba, toda la más pereció.

Niños, mujeres y ancianos, junto a la mina lloraban, ¡los mineros mexicanos,

abajo se achicharraban…! Noventa y nueve murieron

creo nomás tres se salvaron todos los más perecieron como cuarenta sacaron.

Madres y esposas lloraban Sus deudos ¡tenían razón!

Mas luego las conformaron con… una indemnización.

Las familias que perdieron su jefe, trabajador, veinte pesos recibieron

por… lástima o favor. Así las cosas quedaron

las familias… murmuraban muchas de ellas emigraron otras se les desterraban.

Quedó algo de indignación el pueblo veía todo mal

por eso en el mineral, se asomó la rebelión. Al año de haber pasado,

el suceso lamentable, se enfadó contra un empleado que tenía la ley del sable.

Era el día once de abril, por cierto día de Pasión

por un delito pueril se vio una revolución.

Un presbítero, su nombre, no lo digo, no hay razón,

Page 156: Cancionero durangueño

156

habló al pueblo en un sermón, de la muerte de Dios hombre.

Los fieles, de razón, cierta imagen veneraban,

se les puso que sacaban dicha efigie en procesión.

Mas un cacique… profano, enemigo del derecho, quiso hacerse el soberano…

oponiéndose a despecho. Prohibió el culto religioso,

de ahí comenzó el agravio, arengando muy fachoso, aparentando ser sabio.

Cubren el busto bendito como el procesión se fueron,

ciertos hombres, del carguito, la procesión disolvieron.

En cierto sermón, dos casos, son los que se registraron, se oyeron unos balazos,

mas los fieles se asustaron. ¡Cuando se desengañaron,

que fue cierta autoridad, todos los más se indignaron por esa barbaridad…!

¡El pueblo vengarse jura! fue tanta su indignación que incendió la jefatura

hizo horrores ¡una porción! Se armó grave pelotera,

gritos, blasfemias se oían, balazos por dondequiera, se mataban y se herían.

Varios comercios saquearon cometieron desatinos

fueron y acabaron con el Hotel de los chinos.

Page 157: Cancionero durangueño

157

Cuando vieron el fandango,

por cierto nada agradable, hablaron para Durango, pidiendo auxilio, por cable.

Los auxiliares llegaron, a Pedriceña, estación,

luego, sin más, agarraron, varios hombres del montón.

Y sin más explicación, a Velardeña marcharon, y en la noche, en el panteón,

a varios de ellos mataron. Hicieron más aprehensiones,

de algunos que sospechaban y sin más explicaciones, por las armas los pasaban.

Madres y esposas lloraban ¡qué día de desolación!

Mas, los verdugos mataban sin piedad ni compasión.

¡Hasta un enfermo sacaron Privado de calentura! ¡fueron y lo fusilaron

al pie de la sepultura…! Ni las súplicas del padre,

ni la esposa que lloraba, ni lo ruegos de la madre pudieron servir de nada.

Cierta madre ¡qué dolor! Dijo a periodistas… tunos: “¿Con quién me quejo, señor?

Si todos se hacen… unos”. Más de uno de esos valientes

¡un pacífico mató! Nomás porque… lo juzgó, de malos antecedentes.

No pensaron ¡asesinos!

Page 158: Cancionero durangueño

158

Que los culpables huyeron, los pacíficos vecinos

fueron los que perecieron. ¡Ah! Protestó la Nación,

por delito de gran peso, mas se quedó en suspensión, el tan famoso proceso.

¿Quiénes fueron los dragones que cometieron los males?

Estos fueron los pelones, que manda Garza González.

Don Octaviano decía: “Si quieres tumbamos más, agarrándolos dormidos,

yo nunca me hago pa‟tras”. Calvillo le contestaba:

“Acabaremos la gente traigo tropa bien armada y en verdad que es muy valiente”.

Esparza se repetía: “Todititos van iguales,

traigo buena disciplina, en mi tropa de rurales”.

Vuela, vuela, pajarito, anda párate en la peña, ya se les acabó el orgullo,

que abusaron Velardeña. Todo gran misterio encierra; nos queda un gran desconsuelo,

no hubo justicia en la Tierra, puede encontrarse en el Cielo.

Page 159: Cancionero durangueño

159

Mineral de Velardeña en 1905

Cuerpo de Rurales de Gómez Palacio en 1909

Page 160: Cancionero durangueño

160

La famosa canción de Los barandales del puente, se comenzó a escuchar en la

ciudad de Durango a principios del siglo XX. Su letra hace referencia al tranvía de

mulitas que transportaba a la gente desde la estación de los ferrocarriles hasta el

puente Fugeman, que cruzaba la ahora entubada Acequia Grande.

Los barandales del puente 75

Anónimo

Los barandales del puente se estremecen cuando paso,

morena mía, dame un abrazo. Dame la mano morena,

para subir al tranvía, que está cayendo la nieve fría.

Si esta cayendo que caiga, y asómate a la ventana, morena mía, muy de mañana.

Nada más a ti te quiero, de las demás no hago caso,

morena mía, dame un abrazo. Por debajo de aquel puente,

corre el agua y nacen flores, chinita mía, de mis amores.

Las blancas son muy bonitas, y las morenas hermosas, guardan amores entre las rosas.

Los barandales del puente, se estremecen si te miro,

dame un besito que yo te pido. Ya con esta me despido,

y entre perfumes de azahares, aquí se acaban los barandales.

Page 161: Cancionero durangueño

161

Tranvía de mulitas de Durango, a principios del siglo XX

75

“Los barandales del puente”, en: STRACHZWITZ, CHRIS y GUILLERMO HERNÁNDEZ, Cancioneros de ayer. Parte 2. Sognsters from the past, 1920’s/1930’s, disco LP, Folkloric records

Page 162: Cancionero durangueño

162

En las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, la ciudad de Durango

fue lugar de residencia de las familias de los latifundistas, concesionarios mineros,

comerciantes y demás capitalistas que desarrollaron sus negocios en el enclave

económico del territorio estatal, vinculado con el corredor que unió a la entidad con

la Región Lagunera y a la ciudad de Monterrey, Nuevo León, merced a la

comunicación que ofreció el Ferrocarril Internacional Mexicano, con sus múltiples

ramales.

En este contexto la ciudad tuvo, a su vez, la oportunidad de recibir a múltiples

compañías artísticas, de teatro, música sinfónica, conciertos, recitales, ópera, de

títeres, de funciones de cine silente y zarzuela, entre otras, al tiempo que algunos

de los miembros de las familias acomodadas podían, sin preocupaciones

económicas, dedicarse al solaz de las actividades culturales y desarrollar diversas

expresiones artísticas, con los lineamientos estéticos europeos, como en los casos

de compositores como: Luis Baca, Alberto Amaya, Gustavo E. Campa, Ricardo

Castro y Alberto M. Alvarado, entre otros, que dieron a una buena cantidad de sus

partituras de óperas, operetas, canciones, valses y sinfonías, entre otras

composiciones, sonidos que recordaban a los que salían de las orquestas,

compositores y cantantes europeos.

Es innegable que los compositores de la élite económica de la época aportaron su

creatividad al acervo de la cultura nacional y muchas de sus piezas siguen siendo

números obligados en el repertorio de las diversas orquestas de música sinfónica

mexicana, como es el caso del Vals Capricho, de Ricardo Castro.

De esta época y generación fue el compositor Alberto M. Alvarado nació en

Durango, el primer día de diciembre de 1864, y falleció en la misma ciudad, el 18

de julio de 1939, además de ser empresario teatral en su ciudad natal, su música

destacó nacional e internacionalmente. Una de sus composiciones más famosas

fue el vals Recuerdo, que se sigue interpretando en sus versiones instrumental y

cantada. En 1966, durante los festejos del IV Centenario de la fundación de la

ciudad de Durango, el vals Recuerdo fue declarado como himno regional de la

ciudad.

#9012, cantado por Hernández y Sifuentes, el Cerrito, California, 1977.

Page 163: Cancionero durangueño

163

Recuerdo 76 (vals)

Alberto M. Alvarado

Es un recuerdo de amor, mujer, como un aroma sutil de flor,

y es como estrella fugaz de ilusión, de mi deshojada pasión.

Cuando recuerdo tu voz, de amor, que al fin se fue para no tornar,

siento en el alma un temblor de dolor, ansias de ponerme a llorar.

Y esa voz es mi vida y mi ser, por eso, mujer,

recordar de él es sufrir otra vez.

Alberto M. Alvarado compuso el vals Recuerdo, himno regional de la ciudad

de Durango

76

KURI-ALDANA, MARIO y VICENTE MENDOZA MARTÍNEZ, Cancionero popular mexicano,

Page 164: Cancionero durangueño

164

Tomo 2, México, SEP, 1987, p. 434.

Page 165: Cancionero durangueño

165

IV. La lírica de los alacranes revolucionarios

En el territorio estatal, durante el porfirismo, y sobre todo en la primera década del

siglo XX, hubo diversos brotes de protesta y lucha huelguista, mutualista,

anarquista, por parte de campesinos, mineros, empleados, ferrocarrileros,

vaqueros y obreros. Si bien los casos más sobresalientes de lucha y protesta

laboral y de represión porfirista fueron los despojos de tierra de los comuneros de

San Pedro y Santiago Ocuila y la matanza de los mineros de Velardeña en 1909.

Poco a poco se fueron creando las organizaciones de la oposición política

efectiva, con la formación de clubes políticos que serían los centros de reunión de

los futuros líderes ideológicos y militares de la Revolución Mexicana.

La miseria, la sobreexplotación, el abuso, la inseguridad en el trabajo, la

discriminación y desigualdad en relación con los trabajadores extranjeros; el

despojo, la represión brutal, la falta de educación, la ausencia de libertad política y

de acceso al poder, fueron sólo algunas de las razones por las cuales, al momento

de la convocatoria del Plan de San Luis en el estado de Durango, se suscitaron

diversos levantamientos de pequeños grupos rebeldes que de manera paulatina

se fueron vinculando entre sí, incrementaron sus adeptos y sistemas de

abastecimiento. Así, de iniciar con tomar pequeños poblados, los rebeldes se

fueron aventurando a ocupar poblaciones grandes y, para mediados de 1911, los

revolucionarios durangueños organizados en la Segunda División del Norte

ocupaban la ciudad de Torreón, en la cual sucedió el lamentable episodio de la

matanza de los chinos.

El 31 de mayo de 1911, la ciudad de Durango caía bajo la presión de los tratados

de Ciudad Juárez, en las manos de los revolucionarios maderistas de todo el

estado, bajo la dirección de los jefes regionales: Domingo Arrieta, Calixto

Contreras, J. Agustín Castro, Matías Pazuengo, Conrado Antuna, Orestes Pereyra

y otros.

Page 166: Cancionero durangueño

166

A fines de 1911 el nuevo gobierno revolucionario maderista tuvo que enfrentar en

la ciudad de Durango un complot palaciego de la facción que dirigía el general

Bernardo Reyes; el complot fue controlado y en su resistencia se efectuaron

combates en diversos municipios del estado. De hecho, surgía la

contrarrevolución. En 1912, el mismo gobierno maderista estatal tuvo que combatir

contra los focos locales antimaderistas de las rebeliones zapatista y magonista.

Desde febrero de 1912 actuaron en el estado diversos grupos armados

antimaderistas contrarrevolucionarios, patrocinados por los capitalistas regionales,

que protagonizaron las rebeliones orozquistas y vazquistas; a los nuevos rebeldes

se les conoció con el mote de colorados. Los colorados tuvieron múltiples

acciones guerreras en la entidad y destruyeron e incendiaron las haciendas que

encontraban a su paso y que eran propiedad de los hacendados que no aportaban

para su causa. Para combatir a los colorados el gobierno maderista habilitó a

diversos grupos auxiliares irregulares, con el objeto de que ayudaran en los

combates a los .cuerpos regulares. Si bien los revolucionarios ex maderistas

habían sido licenciados y los cuerpos regulares del ejército formaban parte del

antiguo Ejército porfirista que había permanecido intacto.

Llegado el momento, los militares regulares intentaron neutralizar a los auxiliares

irregulares aprehendiendo a sus principales jefes, como Francisco Villa, Domingo

Arrieta y Calixto Contreras. Sin embargo, estos jefes recobraron su libertad tras

pasar unos días en prisión y retomaron el mando de sus tropas populares.

En febrero de 1913, cuando el Gobierno Maderista cayó por la acción de la

asonada huertista, Jesús Perea se declaró gobernador huertista de Durango y los

antiguos jefes colorados estatales: Jesús José Campos, Emilio Campa y Benjamín

Argumedo, fueron integrados junto con sus tropas al ejército huertista, en calidad

de auxiliares irregulares. Mientras que, en la capital del estado, se creaba un

cuerpo paramilitar denominado Defensa Social, integrado con empleados de las

empresas y comercios citadinos y con peones de las haciendas aledañas a la

Perla del Guadiana. Por lo ineficiente de sus acciones y lo elegante de su vestido,

los milicianos urbanos huertistas fueron bautizados por la población local con el

sobrenombre de Soldados de Chocolate. Sin importar su imagen, los soldados de

Page 167: Cancionero durangueño

167

chocolate crearon el terror de la dictadura militar entre los maderistas de la ciudad

de Durango.

Tras el asesinato del presidente Francisco I. Madero, de inmediato, en todo el

estado, los jefes ex maderistas volvieron a levantar a sus adeptos y pronto

empezaron a combatir contra los colorados y los federales huertístas, y luego de

múltiples acciones y varios intentos de ocupar la capital del estado, se integraron

en el Ejército Popular Revolucionario Durangueño que fue dirigido por el general

Tomás Urbina. Los revolucionarios durangueños ocuparon la ciudad de Durango

el 18 de junio de 1913 y mientras los insurrectos incendiaban la ciudad, la Defensa

Social se desintegraba.

A fines de julio de 1913 los hombres del Ejército Popular Revolucionario

Durangueño se afiliaron al Plan de Guadalupe y se unieron a las fuerzas

coahuílenses del Ejército Constitucionalista, que dirigía Venustiano Carranza. Sin

embargo, ambos contingentes fracasaron en el intento conjunto de ocupar la

ciudad de Torreón.

En septiembre de 1913 el general Francisco Villa arribó a la Región Lagunera, e

integró la División del Norte con los cuerpos revolucionarios desperdigados y, con

una notable táctica guerrera, ocupó la ciudad de Torreón, combatió en Chihuahua

y destrozó a los cuerpos y ejércitos huertistas que encontró a su paso ..

En diciembre de 1913 los generales Contreras y Arrieta desalojaron la ciudad de

Torreón, ante el poderoso embate de los huertistas de la División del Nazas.

Villa retomó a La Laguna en marzo de 1914 y con encarnizados combates su

División del Norte recuperó Torreón. Por su parte don Venustiano Carranza

enviaba a los generales Pánfilo Natera. con su División del Centro; y Domingo

Arrieta, con su División Durango, a ocupar a sangre y fuego la plaza de Zacatecas,

el último baluarte del gobierno huertista. Sin embargo, los hombres de Natera y

Arrieta no eran suficientes para tomar la difícil plaza de Zacatecas, y Villa insistía

ante Carranza sobre la conveniencia de que la División del Norte combatiera en

Zacatecas. Carranza .se niega y Villa, apoyado por su Estado Mayor, se lanza

sobre la Victoria en el Cerro de la Bufa.

Page 168: Cancionero durangueño

168

La toma de Zacatecas produce el rompimiento entre Carranza y Villa. Este

rompimiento se transformó en la creación de las facciones constitucionalistas de

los adeptos de Carranza y la convencionista producto de la Convención de

Aguascalientes, de fines de 1914, que aglutinó a los jefes de los diversos ejércitos

populares.

En la lucha de facciones, en el estado de Durango, los generales Arrieta se

mantuvieron fieles a Carranza; por su parte Villa impuso gobernadores

convencionistas, desde finales de 1914.hasta los últimos meses de 1915, tiempo

durante el cual se suscitaron diversos enfrentamientos armados de tropas

arrietistas constitucionalistas contra convencionistas villistas, en todo el territorio

estatal. La caída del Gobierno Convencionista tuvo su último capítulo con el

fusilamiento del general Benjamín Argumedo en la ciudad de Durango,

Entre 1910 y 1916, los historiadores cantantes de Durango tuvieron mucho trabajo

al componer las cuartetas de corridos y canciones sobre los acontecimientos

bélicos más sobresalientes de la guerra revolucionaria. Antonio Raymundo Muros,

Montes el de la Guaripa y Felipe García fueron algunos de los más productivos

compositores de tragedias, mañanas y corridos durangueños revolucionarios que

se ocuparon de los combates de: Topia, Santiago Papasquiaro, Torreón,

Cuencamé, Durango, Zacatecas. De asaltos a trenes como el de Estación

Carpintero. Del fusilamiento de Benjamín Argumedo. De canciones como La

Adelita y de corridos de ficción como el de Martín Herrera y Los tres amigos, estos

últimos que darían lugar a diversas versiones como la de Los tres amigos

compuesta veinte años después por Francisco Castillo Nájera y en los años

setentas del siglo XX a Los dos amigos, Eran cuatro de a caballo y El caballo

jovero.

Desde finales del siglo XIX, una especie de músicos y trovadores ambulantes,

acompañados con sus arpas medianas, salidas de la fábrica de arpas de la ciudad

de Durango, comenzaron a ofrecer sus canciones y corridos en las calles de los

principales centros de población del estado. 77

Page 169: Cancionero durangueño

169

Orquesta del maestro Arturo Lugo, con arpa, a principios del siglo XX 78

77

HOLGUÍN, JOSÉ DE LA O. El arpa tradicional de Durango. Del vestigio a su resurgimiento, Durango, Dgo., Unión de Cronistas Municipales del Estado de Durango, 2009, p. 9 y 10. 78

Ibíd., p. 17.

Page 170: Cancionero durangueño

170

El 20 de noviembre de 1910 dieron inicio los levantamientos revolucionarios a los

que había convocado don Francisco I. Madero, para derrocar a la dictadura

porfirista. Por diversos motivos, algunos grupos rebeldes modificaron la fecha del

inicio de sus actividades revolucionarias. Así, los antirreeleccionistas sinaloenses

planearon su levantamiento para el primer día de enero de 1911. Sin embargo, al

ser descubiertos en su conspiración, desde el 19 de noviembre de 1910, algunos

de ellos huyeron, mientras que otros, como Ramón Fuentes Iturbe, optaron por el

levantamiento.

Después de algunas correrías, Fuentes Iturbe logró reclutar a un buen contingente

y el 9 de enero de 1911, junto con la gente de los jefes: Pablo Serrano, Agustín

Cháirez, Félix y Miguel Laveaga, que en total hacían unos 100 hombres, ocuparon

la población de Tamazula, Durango, en medio de la Sierra Madre Occidental.

Para el 27 de noviembre, Fuentes Iturbe, unido con los maderistas de Conrado L.

Antuna y 200 de tropa, se atrevió al ataque del mineral de Topia, Durango.

Después de intentar la entrega pacífica de la plaza, mediante la vía parlamentaria,

con la cooperación de la tropa rebelde de los hermanos Domingo y Mariano

Arrieta, después de muchos esfuerzos y sufrimientos y de horadar algunas de las

casas del poblado, los maderistas ocuparon Topia. En el Corrido de la toma de

Topia, que fue publicado por primera vez en julio de 1911, se mencionan como

prisioneros a: Santiago Sánchez Román, jefe de la Acordada de Topia, Wenceslao

Torres, jefe de la policía local y Ruperto Rodríguez, jefe de las tropas federales en

Topia.

Corrido de la toma de Topia 79

J. Cuauhtémoc Serrano

En mil novecientos once sucesos tristes pasaron,

la sangre del mexicano nuestras tierras empaparon.

79

ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp.155 a 161.

Page 171: Cancionero durangueño

171

Todo por un presidente que, mancillando su honor,

ha derramado imprudente en vez del bien, el dolor.

Contra él, hoy se levanta el pueblo todo indignado, reclamando: “Nuestra santa

Constitución, se ha olvidado”.

Al grito de un gran patriota,

de don Francisco I. Madero, soldados del suelo brotan, con corazones de acero.

Y por doquiera se escucha en cantares y poesías:

“Madero triunfa en la lucha y pierde Porfirio Díaz”.

A este Topia querido el grito alegre llegó: “Oíd lo que ha acontecido,

escuchad lo que pasó”. Veintisiete de febrero,

es la fecha memorable, oyóse el: “¡Viva Madero!” a las cuatro de la tarde.

Por el norte aparecieron los maderistas valientes,

y su cuerpo descubrieron y descubrieron sus frentes. Por los cordones bajaron:

por el este y occidente, y en un momento sitiaron llena de fe aquella gente.

Toditos muy asustados, se empezaron a esconder,

poniéndose los soldados, sus puestos a defender.

Y desde luego rompieron el fuego los porfiristas,

Page 172: Cancionero durangueño

172

diciendo: “¡Muera Madero!” y “¡Vivan los gobiernistas!”.

Gritaban los del gobierno, entre alegres y asustados:

“¡Entren a tomar la plaza, gorderos y desgarrados!”.

Respondía los sitiadores, con arrogancia y denuedo: “¡Pero nunca aduladores,

primos hermanos del miedo!” “¡Si del susto ya están muertos

y desde lejos los vemos, nuestros pechos descubiertos, la libertad defendemos!”.

En la calle de Cuauhtémoc, los maderistas pasearon

y hasta las casas del centro los de Madero llegaron.

Toda la noche se oyeron los gritos y los bombazos, los vivas al gran Madero,

los cantos y los balazos. A la mañana siguiente,

siendo imposible el tomar, ordena Iturbe a su gente la población evacuar.

Los gobiernistas gritaban Viéndolos tristes partir: “No se vayan, que les vamos,

el desayuno a servir”. “¡Ah! ¡Qué gusto! ¡Les ganamos!”

Los porfiristas decían: “Dos hombres ya les matamos Y heridos muchos se irían”.

Iturbe, con sus soldados, desconsolados se fueron

pero ya muy reforzados, en marzo nueve volvieron.

Page 173: Cancionero durangueño

173

Al las once de la noche,

el sitio se comenzó, el fuego nutrido y fiero dos días enteros duró.

Los porfiristas no hallaban, cómo la vida salvar,

desesperados gritaban: “Ya no queremos pelear”.

La tienda La Mexicana, viendo el fuego tan cerquita, le da pavor y locura

y asustada “¡Auxilio!” grita. Gritaban los de la torre:

“No resistimos ya más a Iturbe, ya nos rendimos y le pedimos la paz”.

Ruperto Rodríguez era el jefe de los sitiados

y él fue quien le propusiera la paz a los pronunciados.

En la Casa Americana se arregló la transacción, a las tres de la mañana

se hizo la rendición. Decía Ramón F. Iturbe,

con su calma no perdida: “A todos nuestros contrarios les perdonamos la vida”.

Wenceslao Torres decía, entre quejas y lamentos: “¡Yo! El jefe de policía,

sufro en mi alma mil tormentos”. “Yo creo me van a matar

todos estos revoltosos, corrimos sin descansar ¡valientes son los miedosos!”

Sánchez Román ¡pobrecito!

Page 174: Cancionero durangueño

174

suspirando se llevaba; tan gordo, tan rechonchito,

¡Ay! Cuánta lástima daba. Los chileros ya no andaban

con las armas de la guerra, tristes y sólo pensaban el regresar a su tierra.

En fin, todos los soldados que defendían a Porfirio;

cabizbajos, demudados, andaban con gran suspiro.

“¡Adiós!” decía don Ruperto, “De este Topia me retiro, el pecho lo llevo abierto

y el corazón dolorido”. Ese día doce de marzo,

día feliz y venturoso, las armas de los maderos cantaron gloria de gozo.

Las calles estaban tristes, todas las tiendas cerradas,

claraboyas por doquiera, y cuatro casas quemadas.

Los pobres mucho sufrieron en esos días de tormento, muchísimos recibieron

del maderista el sustento. De esa tragedia de Topia aquí concluye la Historia;

no la olvidéis, que por siempre grabada está en la memoria.

¡Salud! Iturbe y Antuna, mi gratitud os la obligo, en la desgracia o fortuna,

aquí tenéis un amigo. Ya parece que se siente

la paz en el patrio suelo, vuelva a pensar nuestra mente

Page 175: Cancionero durangueño

175

y a abrirse vuélvase el cielo.

Que no haya odios ni venganzas, que se proteja al vencido; que estas tristes remembranzas

las cubra pronto el olvido. ¡Al trabajo, mis hermanos!

que él sea nuestro único abrigo, estrechando nuestras manos con afecto leal y amigo.

Que nuestra Patria adelante, que nuestra Patria progrese,

con el trabajo constante que a sus hijos enaltece.

El jefe revolucionario Ramón Fuentes Iturbe dirigió la toma de Topia

Page 176: Cancionero durangueño

176

Después de varias acciones revolucionarias maderistas en el poniente estado,

incluyendo la ocupación del Topia, las fuerzas rebeldes de Domingo Arrieta,

separadas de las de sus camaradas del grupo del sinaloense Ramón Fuentes

Iturbe, continuaron combatiendo al noroeste de la entidad y el 7 de abril de 1911,

sin encontrar resistencia, tomaron el control de la población de Tepehuanes,

conectada por ferrocarril con la capital del estado y con Santiago Papasquiaro.

Fuerte con 1,500 hombres, Domingo Arrieta planeó el ataque a Santiago

Papasquiaro, al tiempo que el jefe de armas del estado de Durango, coronel

Prisciliano Cortés enviaba al capitán primero Antonio M. Priani, con 70 de tropa,

entre miembros del Ejército y soldados irregulares auxiliares para defender la

plaza de Santiago Papasquiaro por parte del Gobierno del general Porfirio Díaz.

Los federales llegaron a Santiago el 10 de abril de 1911 y establecieron fortines y

defensas en los lugares más estratégicos del poblado.

El 16 de abril, los maderistas de Arrieta atacaron Santiago Papasquiaro y para el

siguiente día ocuparon la plaza y aprehendieron al capitán Priani. La tragedia de la

toma de Santiago Papasquiaro, abunda en cuartetas poéticas y cantadas los

pormenores de la acción.

Tragedia original de los maderistas dedicada el señor don Francisco I. Madero o La tragedia de la toma de Santiago Papasquiaro 80

Felipe García

En mil novecientos once, diremos año primero,

comenzó la oposición de don Francisco I. Madero.

Madero trae su cuestión, con el señor presidente, que le ha quitado la silla

80

LLANAS FERNÁNDEZ, ROBERTO. “Colección de las principales tragedias populares de la Revolución”, en: Repertorio de la Revolución # 2, publicación bimestral de estudios y documentos de la Historia de México, México, Ediciones del Patronato de la Historia de Sonora / Fuentes para el estudio de la Historia de la Revolución Mexicana / Ediciones del Fondo de Cultura Económica, 1960, pp. 52 a 55.

Page 177: Cancionero durangueño

177

pa‟ que otro señor se siente.

Don Porfirio, es muy verdad, no se la quería entregar, decía: “Si yo me levanto,

ya no me vuelvo a sentar”. La cuestión que trae Madero,

con el señor don Porfirio, es de defender la Patria porque nos había vendido.

Ya le vendió los terrenos a los que tienen dinero,

los pobres nos quedaremos haciendo aire con sombreros.

Por dondequiera han cercado, ya no tenemos salida, la salida que tenemos

es la del cohete pa‟rriba. No nos queda otra salida,

mas que ayudar a Madero, vamos a exponer la vida, ahí está Dios, lo primero.

Levantaremos el grito ¡Viva Dios, es lo primero,

la Virgen de Guadalupe Y don Francisco I. Madero!

Madero trae dos banderas, con una pide la paz, con otra pide la guerra, no se sabe hacer pa‟tras.

Adiós Villa de Santiago, 81 tú eras la más afamada,

¿quién te vido, quién te ve? Pareces depositada.

Ya te quemaron los puentes, porque no corra la vía, Madero tan imprudente,

81

Villa de Santiago era el nombre de la cabecera de partido de Santiago Papasquiaro.

Page 178: Cancionero durangueño

178

dicen que ahí están todavía.

En la Estación de Corrales se quedó la pasajera, temblaban los maquinistas,

al oír tanta balacera. Tus pueblos se te cambiaron,

todos en contra de ti, lo tendrías muy agraviados, según me parece a mí.

Decía don Ricardo Estrada, tambièn su hijo Baldomero:

“Al cabo morir es nada, ayudándole a Madero”.

Decía Antonio Nevarez: “Muchachos, no hay que temer, la Virgen de Guadalupe

nos ha de favorecer”. Francisco Herrera Corral

les dice a sus compañeros: “Es fuerza darle la mano a Jesús María Manqueros”.

Gritaban los federales, antes de romper el fuego:

“¡Rancheros boca de palo, rifles de parque de acero!”

El día dieciséis de abril, ¡Ah, qué día tan señalado! A la una de la mañana el fuego se ha comenzado.

El señor don Juan Martínez le decía a Pedro Corral:

“Llegamos a los fortines o nos van a sepultar”.

Decía el señor don Macario a don Ascensión Martínez: “Hoy tumbamos ese gallo

o aquí verán nuestros fines”.

Page 179: Cancionero durangueño

179

A la Reina de los Cielos, es la que estos traen de guía

ya cuando entran a pelear, se encomiendan a María.

Ya cuando rompen el fuego se levantan el sombrero gritando: “¡Viva la Patria

y don Francisco I. Madero!” Decía el capitán Arrieta

cuando comenzó la guerra: “Muchachos, primero muertos, que entregar nuestra bandera”.

El fuego duró dos días estuvo buena la batalla,

más de varios pobrecitos se quedaron en la raya.

Señor don Ricardo Estrada gritaba con muchas ganas: “¡Muchachos suban arriba,

y suénenle a las campanas!”. Juan de Olague se arrojó,

nomás le llovían las balas, a la torre se subió y repicó las campanas.

Cuando estaba repicando le llovían por dondequiera

esa fue la contraseña para terminar la guerra. No querían largar el puesto,

estaban bien afortinados, pero les cerraron recio muy pronto hicieron venado.

El diecisiete en la noche, la guerra se terminó,

dicen que ganó Madero y el capitán lo agarró.

Lo han paseado por la calle que diga: “¡Viva Madero!”

Page 180: Cancionero durangueño

180

y él decía: “¡Viva Porfirio aunque yo muera primero!”

En los puntos que han tomado Vienen dejando sus leyes,

¡Viva el señor don Francisco, que pudo soltar los bueyes!

Madero levantó el grito y se encontraba peleando, para quitarnos el yugo,

que nos estaba atormentando. En los puntos que han tomado,

han hecho sus travesuras, a varios han molestado, han quemado jefaturas.

Oficinas de Correos, ya pocas les han quedado,

les han tirado papeles y otros se los han quemado.

Les dejan la cárcel sola, ellos echan la prisión, hacen más grande la bola,

tienen bastante razón. Se vienen a las haciendas,

donde hay mucho que agarrar, piden armas y caballos, también sillas para montar.

Les ha tocado la buena a los pobres maderistas, no los persigue el gobierno,

porque no las lleva a vistas. Dicen que los maderistas

todos andan por su gusto, y los pobres porfiristas, no podían dormir de susto.

Los jefes de los partidos ya no hallaban qué pensar,

corrían peor que bandidos, no hallaban dónde parar.

Page 181: Cancionero durangueño

181

En toditos los partidos

tenían jefes de Acordada para perseguir bandidos „ora creo que no había nada.

Ya vamos de cuesta abajo si la carga se ladea,

nos queda cerca el adagio: “Donde aprieta no chorrea”.

Madero levantó el grito y luego se fue a la guerra, se fue a defender la Patria

y engrosar nuestra bandera. Señores, yo hice estos versos

como pobre misionero, los compuse a la salud de don Francisco I. Madero.

Y se acabaron los versos, ya acabaré de cantar,

la bola ha rodado mucho, aquí se vino a parar.

El General Domingo Arrieta León lideró la toma de Santiago Papasquiaro

Page 182: Cancionero durangueño

182

Para el mes de mayo de 1911, los revolucionarios maderistas durangueños y

coahuilenses habían ocupado varias poblaciones de sus respectivas entidades,

entre ellas las aledañas a Torreón y Matamoros, Coahuila, así como Ciudad Lerdo

y Gómez Palacio, Durango, entre otras. El 9 de mayo de 1911, las fuerzas unidas

de los jefes revolucionarios: Emilio Madero, Jesús Agustín Castro, Orestes

Pereyra, Benjamín Argumedo, Sixto Ugalde y Calixto Contreras, dieron inicio al

asedio a la Perla del Nazas, importante por ser el punto del cruce de las vías de

los ferrocarriles Internacional Mexicano y Central Mexicano. La ciudad de Torreón

estaba defendida por 1,800 soldados porfiristas bajo las órdenes del general

Emiliano Lojero.

El sitio de Torreón se prolongó hasta el día 19, fecha en que los efectivos

porfiristas desalojaron la ciudad con rumbo al Cañón del Huarache, en el municipio

de Lerdo. Los 5,000 maderistas que el jefe gomezpalatino Castro dirigía, fueron

bautizados por Emilio Madero como la Segunda División del Norte. En la ocasión,

un lamentable incidente cuestionó los fundamentos ideológicos democráticos que

movían a los maderistas: Antes de la entrada de la Segunda División del Norte a

Torreón, el general Lojero había azuzado a los miembros de la numerosa

comunidad china radicada en Torreón, en contra de los revolucionarios

maderistas, argumentándoles que el ataque era dirigido específicamente contra

ellos. Sin medir las consecuencias, Lojero aprestó armas a los colonos asiáticos.

De esta manera, cuando los maderistas entraron en Torreón recibieron las

descargas de los temerosos chinos. De inmediato, los maderistas repelieron la

metralla y contraatacaron a sus agresores. El saldo de la acción fue de 300

asiáticos muertos. Los maderistas se dieron al saqueo de los comercios de

Torreón. La xenófoba acción antichina de los maderistas provocó la protesta

diplomática del Imperio Chino. Sobre la toma maderista de Torreón en 1911 se

escribieron diversos corridos como: Las hazañas del general Lojero y la toma de

Torreón por el Ejército Libertador, La toma de Torreón y El combate del 15 de

mayo en Torreón, que a continuación se transcribe.

Page 183: Cancionero durangueño

183

El combate del 15 de mayo en Torreón 82

Anónimo

Con fecha quince de mayo, por fin Torreón se rindió,

después de dos días de lucha que tanta sangre costó.

No creían los porfiristas que tomaran a Torreón, tenían ametralladoras

y una fuerte guarnición. Murió allí don Jesús Flores,

dando pruebas de valor y luto por él llevamos todos en el corazón.

La valiente Petra Herrera al combate se lanzó,

siendo siempre la primera ella el fuego comenzó.

Y qué decir de los jefes que, con sin igual ardor, se batieron noblemente

dando ejemplo de valor. Ibarra, Ugalde, Contreras,

Castro, Ramírez, Buitrón, son nombres que el mexicano recordará con amor.

El señor Doroteo Soto y Benjamín Argumedo,

son hombres de gran valor para pelear por Madero.

Siempre peleando con gusto

82

LLANAS FERNÁNDEZ, ROBERTO. “Colección de las principales tragedias populares de la Revolución”, en: Repertorio de la Revolución # 2, publicación bimestral de estudios y documentos de la Historia de México, México, Ediciones del Patronato de la Historia de Sonora / Fuentes para el estudio de la Historia de la Revolución Mexicana / Ediciones del Fondo de Cultura Económica, 1960, pp. 56 y 57.

Page 184: Cancionero durangueño

184

y aborreciendo a Corral, fueron los hombres heroicos

que entraron al Pajonal. Todos los jefes correctos,

se portaron al entrar, jurando en nombre del Cielo, que a Torreón debían tomar.

El pueblo que sus derechos ha visto siempre ultrajados,

conservar debe los nombres de sus heroicos soldados.

Por fin, esa plaza fuerte, bella, rica y poderosa, vio convertido su orgullo

en derrota ignominiosa. Ese general Lojero,

que allí quería sucumbir, huyó cobarde y rastrero, sin resignarse a morir.

Lojero que prometía, a Ciudad Lerdo quemar,

sólo pensó en esconderse el infame y escapar.

Cuántos, cuántos maderistas, los chinos asesinaban, con el malvado pretexto

de que a robarles entraban. Pero muy pronto el castigo, sobre esos chinos cayó,

fueron muertos y sus tiendas el pueblo entero saqueó.

El valeroso Macías toda la noche peleó, y hasta el centro de la plaza,

con los suyos penetró. ¡Que viva Petrita Herrera;

que vivan los maderistas, que mueran con los pelones,

Page 185: Cancionero durangueño

185

los cobardes porfiristas!

Con entusiasmo sincero digamos de corazón: “¡Viva Francisco I. Madero

y abajo la reelección!”.

El joven Jesús Agustín Castro, poco antes de su levantamiento

Page 186: Cancionero durangueño

186

Después de su triunfo en Santiago Papasquiaro, Durango, el jefe maderista

Domingo Arrieta León se alistó con 1,500 hombres para ocupar la ciudad de

Durango que, en abril de 1911, estaba defendida por las tropas porfiristas del

coronel Prisciliano Cortés, quien para la defensa de la plaza ordenó hacer fortines

en el Templo del Santuario, el cerro de Guadalupe, la calle de Leyva, el Rancho

de Zataraín, el Rancho de Granados; las garitas de oriente, sur y suroeste de la

ciudad, el cerro de Los Remedios, El Ojo de Agua del Obispo, el hospital y los

talleres del ferrocarril.

Los maderistas pusieron sitio a la Perla del Guadiana desde el 29 de abril y varias

veces, de manera infructuosa, solicitaron a Cortés la entrega pacífica de la plaza.

Los ataques a la ciudad de Durango se desarrollaron por diversos puntos como lo

narra la Única tragedia sobre el sitio de Durango y entrada de las tropas

insurgentes. En la mayoría de los múltiples ataques, los maderistas de Arrieta

fueron rechazados por los efectivos porfiristas. Mientras tanto, el contingente

maderista se iba incrementando con las tropas rebeldes de los jefes Jesús Agustín

Castro, José Maciel y Calixto Contreras, procedentes de la ciudad de Torreón,

ciudad que desde el 19 de mayo era territorio revolucionario.

A pesar del constante asedio, Prisciliano Cortés resistió esperando la llegada de

refuerzos del centro del país. Sólo la noticia de la firma de los Tratados de Ciudad

Juárez y la renuncia de Porfirio Díaz, convenció a los porfiristas durangueños que

su causa estaba perdida y finalmente, el 31 de mayo de 1911, entregaron la plaza

a los jefes maderistas.

En su libro Farewell to Durango, Adiós a Durango, Johanne Caroline Wehmeyer

Bose, ciudadana alemana radicada en Durango, describió el horror que le causó la

entrada pacífica de los rebeldes maderistas. Su impresión negativa se debió

principalmente a la desuniformidad en los vestidos y la apariencia paupérrima de

ese espontáneo ejército popular que luchaba por su libertad y sus derechos.

Page 187: Cancionero durangueño

187

Única tragedia sobre el sitio de Durango y entrada de las tropas

insurgentes 83

Montes. El de la Guaripa

Señores, voy a contar,

según lo que es mi opinión, lo que acaba de pasar con esta Revolución.

Empezó la discusión, comenzaron las porfías,

se levantó la Nación, contra don Porfirio Díaz.

Hizo muchas cosas buenas don Porfirio a la Nación; pero… se conocía apenas

ya nuestra Constitución. El pueblo lo respetó,

al ilustre general; pero… al fin se impacientó, por reelegir a Corral.

El pueblo votó por Reyes, general también como él;

mas se burlaron las leyes… ¡injusticias a granel!

La democracia burlada, por Reyes, que fue el primero; pidió con la mano armada,

a don Francisco I. Madero. Al grito: “¡Viva Madero!”

El pueblo se levantó, mostrando así, al mundo entero, que rey no consiente, ¡no!

83

LLANAS FERNÁNDEZ, ROBERTO. “Colección de las principales tragedias populares de la Revolución”, en: Repertorio de la Revolución # 2, publicación bimestral de estudios y documentos de la Historia de México, México, Ediciones del Patronato de la Historia de Sonora / Fuentes para el estudio de la Historia de la Revolución Mexicana / Ediciones del Fondo de Cultura Económica, 1960, pp. 37 a 39.

Page 188: Cancionero durangueño

188

El peligro no era poco, los porfiristas reían,

nombrándolo necio y loco, sin saber lo que decían.

Muchos combates se vieron, alguna gente murió. Varias plazas se rindieron

y al fin la causa triunfó. ¡Viva Dios! Que es lo primero,

todo insurgente decía; ¡Viva la Virgen María! Y don Francisco I. Madero.

Creo que se han desengañado con las pruebas en la mano;

todo caudillo ha triunfado, ¡por el pueblo soberano…!

Mucha gente pereció en esta Revolución; su causa que defendió,

¡Sufragio y no Reelección! Ya el veintinueve de abril,

Durango estaba sitiado; hombres, serían ¡cinco mil! Que al fin, lo hubieran sitiado.

El Gobierno constituido, hacía muchos comentarios;

se vio algo comprometido, reunió varios voluntarios. Villarreal Camacho fue,

el que la plaza pidió, pero… dicen, yo no sé, que no se le contestó.

Cuevas, Pazuengo, tal vez lo primero no sabrían

porque al coronel Cortés todos la plaza pedían.

Como hace todo guerrero, Lo que hizo fue afortinar.

Page 189: Cancionero durangueño

189

Y dijo: “Primero muero, que yo la plaza entregar”.

Dispensadme lo que digo, no os tacho de cobardía,

había algo de valentía, pero… grande el enemigo.

Polkos, gendarmes, rurales, serenos y los montados; habrían quedado tirados

juntos con los federales. Arrieta, Castro y Lavín;

una vez más la pidieron. Gobierno y comercio al fin, más y más se previnieron.

Pazuengo y Cuevas llegó, ya estaban bien prevenidos,

un combate se inició, resultando tres heridos.

En Zataraín o Granados, hubo un combate formal ¡Muertos y heridos tirados

por esa lucha fatal! Los rebeldes en Granados,

ahí se parapetaron nuestros valientes soldados de ahí los desalojaron.

Estas noticias les doy hirieron a Valdivieso, murió el teniente Monroy,

Durango sintió el suceso. Campero y Márquez pelearon,

aunque también los hirieron, dos rurales les mataron , dos prisioneros hicieron.

Sangre, habría corrido más, si sigue cual comenzó,

pero se inició “La Paz” y el combate se aplazó.

Page 190: Cancionero durangueño

190

Cerca de cuarenta días,

el sitio aquí nos duró; renunció Porfirio Díaz y al fin la Paz se firmó.

Manifestación hicieron, hubo gritos a granel;

¡Horror! Tres hombres murieron ¡allí enfrente del cuartel!

Los insurgentes entraron, cuando todo de arregló, muchas ¡Vivas! Le gritaron

a Madero que triunfó. Quedaron posesionados

de Durango, cuando entraron, dicen que hubo envenenados, ¡tal vez rencillas quedaron!

Ya en paz, tres curros paseantes, el “¡Quién vive!” les pegaron,

y en esos mismos instantes; con balazos contestaron.

Debieron ser porfiristas, por su imprudencia que hicieron, murieron dos maderistas,

ellos… los tres perecieron. Por fin el tirano fiero,

se ausentó de la Nación. ¡Viva Francisco I. Madero! ¡Viva la Constitución!

Page 191: Cancionero durangueño

191

Tropas maderistas entrando a la ciudad de Durango el 31 de mayo de 1911

Page 192: Cancionero durangueño

192

Con el triunfo de la Revolución Maderista, por la vía electoral, Francisco I. Madero

ocupó la silla presidencial a partir del 6 de noviembre de 1911. El breve periodo de

gobierno de Madero se caracterizó por la inestabilidad y los múltiples

levantamientos y pronunciamientos revolucionarios y contrarrevolucionarios que

se desarrollaron en el territorio nacional como el de Pascual Orozco y el de Emilio

Vázquez Gómez, entre otros, que pusieron en jaque la gobernabilidad del naciente

y efímero Estado mexicano maderista. A la sazón, don Francisco I. Madero contó

con el apoyo de la mayoría de los antiguos maderistas que habían sido

licenciados, mientras el antiguo Ejército porfirista retomaba sus posiciones.

En el Corrido del catorce de mayo, se da cuenta del combate que sostuvieron los

contrarrevolucionarios orozquistas, llamados también colorados, dirigidos por el

jefe Emilio P. Campa, contra varios cuerpos de soldados regulares e irregulares

voluntarios auxiliares maderistas en Estación Pedriceña, municipio de Cuencamé,

Durango.

En la composición se hace mención al Veintidós Cuerpo Rural Maderista que

obedecía las órdenes del teniente coronel Orestes Pereyra, así como al Batallón

Victoria que fue liderado por el capitán primero Luis Fernández de Castro.

Durante la acción del 14 de mayo de 1912, al incrementarse las fuerzas rebeldes

orozquistas, con el arribo de la tropa del jefe colorado Benjamín Argumedo, los

maderistas se vieron obligados a replegarse en la ciudad de Durango.

Corrido del catorce de mayo 84

Antonio Raymundo Muros

El catorce de mayo, pasado el mes de abril, quinientos maderistas,

pelearon con tres mil. ESTRIBILLO:

“Perdóname, Dios mío, ¡Oh! Virgen, te lo ruego,

84

Manuscrito del corridista Antonio Raymundo Muros, facilitado por su hijo Moisés Muros Martínez, recogido por Antonio Avitia en Santiago Papasquiaro, Durango, en 1987.

Page 193: Cancionero durangueño

193

que son los maderistas de Francisco I. Madero.

Llegan los maderistas llegan a la estación,

tan pronto como llegan, empiezan la cuestión.

ESTRIBILLO. Comienza el Veintidós,

comienzan a pelear, y el Batallón Victoria, comienza a desfilar.

ESTRIBILLO.

Comienzan a pelear, desde Aviléz al Centro, les quitan los cañones

y todo el armamento. ESTRIBILLO.

Argumedo decía: “Mi general, ¿qué hacemos?

Los cañones que trajimos, aquí los dejaremos”.

ESTRIBILLO. Gritaba el Veintidós,

gritaba con afán: “Nos hace falta el parque, también el capitán”.

ESTRIBILLO. Y el general Blanquet,

lucha por el cañón, ellos venían diciendo: “Venimos de Torreón”.

ESTRIBILLO.

Y el general Amaya, les tira con valor,

Page 194: Cancionero durangueño

194

y el general Pereyra, les tira con furor.

ESTRIBILLO.

Decían los chihuahueños: “Vamos al Escalón, a reformar más parque,

pa‟ seguir la cuestión”. ESTRIBILLO.

“¿Qué es aquello que diviso, que acabo de divisar?

Son las tropas maderistas, Que vinieron a guerrear”.

ESTRIBILLO. La tragedia es bonita,

sabiéndola cantar, ¡Viva los maderistas, Y el Veintidós cabal!

ESTRIBILLO.

Pascual Orozco. Jefe de los rebeldes contrarrevolucionarios colorados

Page 195: Cancionero durangueño

195

Tras el golpe de estado en contra del presidente Francisco I. Madero y de que se

entronizó en el poder, el gobierno usurpador del general Victoriano Huerta, el

gobernador interino de Durango Jesús Perea, se adhirió al gobierno usurpador, al

tiempo que los rebeldes orozquistas, llamados colorados, fueron amnistiados e

integrados al Ejército Huertista, como tropas de auxiliares voluntarios irregulares.

La represión en contra de los maderistas no se hizo esperar y los miembros del

Grupo Renovador Maderista de Durango fueron sistemáticamente aprehendidos y

encarcelados. Para asegurar su permanencia en la ciudad de Durango, el

gobierno huertista conformó grupos paramilitares reconocidos como Defensa

Social, integrados con gente citadina de la clase media, empleados de comercio y

trabajadores de confianza de las haciendas aledañas a la capital del estado. Las

Defensas Sociales fueron organizadas y dirigidas Antonio y Emilio Bracho, con el

patrocinio de los diversos dueños de las haciendas, los fundos mineros y los

comerciantes radicados en la ciudad de Durango. Las Defensas Sociales

recibieron el nombre de Socialistas o Soldados de Chocolate, por lo ineficiente de

sus pocas acciones guerreras. Sin embargo, las Defensas Sociales de Durango

generaron un tenso clima de terror entre los habitantes de la Perla del Guadiana,

toda vez que entre sus acciones se destacó el llenar la penitenciaría con los más

importantes ciudadanos de filiación maderista, al tiempo que, sin formación de

causa, fusilaron a algunos de ellos.

Los grupos de poder que influyeron en la conformación de las Defensas Sociales y

en el apoyo al gobierno usurpador: los capitalistas, hacendados, comerciantes y

los miembros del alto clero, es decir, quienes temían perder sus privilegios con el

avance de las reformas revolucionarias, pusieron como jefe de armas de la ciudad

al general Antonio Escudero. Ante la represión, los maderistas durangueños se

levantaron de inmediato para derrocar al usurpador Huerta y se afi liaron al Plan de

Guadalupe, signado por Venustiano Carranza.

El ingeniero Pastor Rouaix y Silvestre Dorador fueron dos de los ciudadanos

aprehendidos, víctimas de la represión del gobierno estatal de Jesús Perea.

En consecuencia con las acciones rebeldes antihuertistas, el 20 de abril de 1913

la Brigada Guadalupe Victoria, conducida por Domingo Arrieta, se unió a las

Page 196: Cancionero durangueño

196

tropas rebeldes cuencameras y laguneras de Calixto Contreras y Orestes Pereyra

para ocupar la ciudad de Durango. Para el día 23 se inició el ataque de los

revolucionarios y se continuó por todo el día 24 y parte del 25. Ese día, los

revolucionarios se vieron obligados a emprender la retirada, ante la inminente

presencia de los trescientos cincuenta jinetes colorados que se acercaban bajo el

mando del brigadier irregular Jesús José Cheché Campos. El día 26, los rebeldes

reorganizados volvieron a intentar la ocupación de la plaza, pero fueron

rechazados.

Tras sus infructuosos intentos, las tropas revolucionarias se reconcentraron en

Canatlán, al tiempo que la Defensa Social hacía estragos entre los maderistas de

la ciudad de Durango. Las tropas irregulares de “Cheché” Campos salieron de la

capital del estado para combatir a los rebeldes, pero fueron derrotadas por las

fuerzas de la Brigada Guadalupe Victoria, en los Llanos de Cacaria.

En Canatlán, los diversos cuerpos revolucionarios unidos nombraron como jefe

único a Tomás Urbina y con el llamado Ejército Popular Revolucionario

Durangueño, integrado por alrededor de cinco mil hombres, Urbina marchó a

Durango. Los jefes Calixto Contreras, Orestes Pereyra, Domingo y Mariano

Arrieta, así como Sergio y Matías Pazuengo fueron algunos de los miembros del

Estado Mayor de Urbina. Mientras tanto, el jefe rebelde durangueño Pánfilo

Natera, quien desde el 5 de junio, al mando de tropas revolucionarias

durangueñas y zacatecanas, había ocupado momentáneamente la capital del

estado de Zacatecas, cortó las comunicaciones telegráficas y ferroviarias de

Durango con el centro del país.

La ciudad era defendida por 1223 soldados huertistas regulares y auxiliares

irregulares, bajo la guía del brigadier Antonio M. Escudero. La batalla por Durango

tuvo lugar los días 17 y 18 de junio de 1913. Después de ocupar la plaza, las

tropas revolucionarias y la población local, se dieron al saqueo y al incendio de los

principales comercios de la ciudad como El Palomar, La Francia Marítima, el Café

de la Unión y las mercerías de súbditos alemanes: La Suiza y La Alemana. Una

vez que los revolucionarios antihuertistas ocuparon la ciudad de Durango, esta no

volvió a caer en poder del gobierno usurpador.

Page 197: Cancionero durangueño

197

Al lograr establecer la paz en la ciudad, los revolucionarios nombraron como

gobernador del estado al ingeniero Pastor Rouaix quien, el 3 de octubre del mismo

año, promulgó la primera Ley Agraria del país, así como algunos decretos en

contra de los intereses de los grupos conservadores y de la Iglesia Católica.

La novela El mejor de los mundos posibles, de Martín Gómez Palacio recrea en

una sobresaliente prosa el episodio de la toma de Durango y las conductas de

diversos personajes en la ocasión, en especial la de una anciana que, más que

por la acción de los revolucionarios, está preocupada por el corte de la

comunicación ferroviaria con la ciudad de Torreón, por el hecho de que ya no

podrá surtirse de la heroína necesaria para cubrir su demandante adicción. Otra

novela que se ocupa del tema es ¡Viva Madero! Escrita por Atanasio G. Sarabia.

El Corrido de la toma de Durango, primera y segunda partes, Tragedia de la

Defensa Social de Durango y la Tragedia de la Toma de Durango, son las

composiciones de lírica narrativa que cantaron la acción revolucionaria.

Corrido de la Toma de Durango 85

Anónimo

En mil novecientos trece, se los diré platicando,

que fue el dieciocho de junio, cuando se tomó Durango.

Al peso de medianoche, esto se ha verificado, que alrededor de Durango,

el fuego se ha comenzado. Entraron los maderistas,

a caballo y a pie tierra, los fortines los quitaron, a las dos horas de guerra.

85

VÁZQUEZ VALLE, IRENE y JOSÉ DE SANTIAGO SILVA. Corridos de la Revolución Mexicana, México, disco INAH/DEMLO, M C/ 0552, Colección INAH # 16, cantado por Manuel Valdéz, texto adicional pp. 9 y 10, 1981

Page 198: Cancionero durangueño

198

Decía Pánfilo Natera: “Dios nos tenga de su mano”,

a don Calixto Contreras, don Domingo y don Mariano.

Estos cuatro generales, como valientes entraron, juntos se dieron la mano,

y a Durango lo tomaron. Gritaban los federales:

“Aquí tenemos la plata, arrímense bachaneros,86 cañones de hoja de lata”.

Llegó Calixto Contreras, diciendo: “¿Qué es lo que pasa?

Aunque nos cueste la vida, nos vamos hasta la plaza”.

Se fueron hasta la plaza, sin temerle a los cañones, y se fueron desfilando,

como cohetes los pelones. Le contesta el general:

“No dudo de su verdad, pues mire cómo está el fuego adentro de la ciudad”.

Almacenes de Durango, como La Alianza y La Suiza,

quedaron todos sus bienes, convertidos en cenizas. Sus tesoros se quedaron,

sepultados en la tierra, para que no los sacaran, los maderos en la guerra.

Generales de Madero, de sangre noble y muy finos,

a todos han perdonado,

86

Bachanero. En Durango se dice del abigeo de ganado vacuno, o de quien comercia con la carne de res robada.

Page 199: Cancionero durangueño

199

porque no son asesinos.

Bella ciudad de Durango, con tus lucidos jardines ¡Cómo te fueron tomando,

teniendo tantos fortines! Cerrito de los Remedios,

es la mejor posición, son los mejores fortines, que tenía la población.

Del Cerro de los Remedios, al fin los desalojaron,

unos fueron prisioneros, y otros muertos se quedaron.

Qué caro les ha costad, esa muerte de Madero, el que no está sepultado,

anda muerto o prisionero. ¿Por qué corren caballeros?

ahora se les hace malo, aquí están sus bachaneros, que traen sus rifles de palo.

Decía don Domingo Arrieta: “No corran ricos valientes,

que en mi casa me encargaron una quijada con dientes”.

Sale el señor arzobispo, Con su autoridad divina, que venía a firmar la paz, con el general Urbina.

Decía Pánfilo Natera, a don Calixto Contreras:

“Que no pasen federales, de México a las fronteras”.

Corrieron los federales, toditos a rienda suelta, a avisarle a Félix Díaz

y al viejo borracho Huerta.

Page 200: Cancionero durangueño

200

Los federales se fueron a avisar a Mondragón,

que allá en Durango, los leales, les dieron feria y pilón.

Aquí da fin la tragedia, por la presente ocasión, si preguntan: “¿Quién la hizo?”

a nadie le den razón.

Segunda parte de la toma de Durango 87

-El 18 de junio de 1913-

Anónimo

¡Viva Dios, es lo primero! ¡Viva la Guadalupana! ¡Viva el nombre de Madero

y la Patria Mexicana! Año de mil novecientos,

trece años más al contar, perdió la guerra Durango, con su Defensa Social.

Ahora sí fue de a de veras, no como la otra ocasión,

se burlaron de Contreras y ahora le piden perdón.

A las once de la noche, Llegaron las avanzadas, cuando el Sol abría su broche,

explotaban las granadas. Gritaban los federales:

“Aquí tenemos la plata, rancheros bocas de palo, cañones de hoja de lata.

87

Hoja suelta de la colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

Page 201: Cancionero durangueño

201

Decía el general Arrieta, dando fuego a su trinchera:

“¡Viva Dios, viva la Patria, que viva nuestra bandera!”

El cerro de los Remedios, que defendían los pelones, 88 lo tomó el señor Arriaga,

con máuseres y cañones. Los mochos y voluntarios

corrían a la desbandada, de miedo de los bombazos, y los tiros de metralla.

Durango estaba orgulloso, porque tenía federales,

en doce horas de combate, triunfaron las fuerzas leales.

¿Qué dirá Doña Clarines? que tan valiente se trata: “No pudieron los fortines,

con las lanzas de alcayata”. Deja paloma tu nido

párate en ese nogal, pregunta: “¿Qué ha sucedido de la Defensa Social?”

¿Qué dices Rosa, qué dices, de la Defensa Social?

corrían como codornices, cuando viene el gavilán. Los fortines se quedaron,

listos para la ocasión,, en esta, los voluntarios, se metieron al rincón.

Ya se les volteó la suerte, todo el mundo lo decía,

que perdían hacha y machete, si el maderismo venía.

88

Pelones, era el nombre que los revolucionarios daban a los soldados federales, por su corte de pelo.

Page 202: Cancionero durangueño

202

Adiós Durango lucido, ya tu orgullo se acabó, ya quedarás convencido

que Contreras te cumplió. Con tirana felonía,

El veintitrés de febrero, Blanquet, Huerta y Félix Díaz fusilaron a Madero.

Tomaron los tribunales, derramando sangre real,

Mondragón y federales, Juntos con el capital.

Si pudieron los millones asesinar a Madero, ahora podrán los cañones,

vengar su muerte y su fuero. ¡Viva el general Contreras!

¡Vivan los hombres de honor! ¡Viva el general Pereyra! ¡Viva nuestro pabellón!

Pajarito pico de oro, Párate en aquella lima,

dí, con tu canto sonoro: “¡Viva el general Urbina!”

Al crujir de los cañones, y al disparar las granadas, corrieron los defensores, con el rifle y las almohadas.

Enfermos del corazón, por traidores a Madero,

se fue Serafín Hernández y el general Escudero.

Por defender al gobierno, los ricos adinerados, ahora se andan defendiendo,

con un tecolote al lado.

Page 203: Cancionero durangueño

203

Ya no se oyen las campanas, ni una misa ni un sermón,

no se mira ni un sorbete, ni una enagua pantalón.

Adiós Durango lucido, te llevo en el corazón, por esta vez me despido,

volveré en otra ocasión.

Tragedia de la Defensa Social y toma de Durango 89

Jomimo Séelmo

El miércoles día dieciocho, del corriente mes y año,

nadie quería ya ser mocho, ni vestir de rico paño.

Me ha causado tanta risa, que se me ha roto una tripa, ver los de leva en camisa,

los de botín con guaripa. Parece tamaña papa,

pero de verdad se pasa, que tomaron esta plaza, los Lanceros de Otinapa.

Pues los curros90 defensores, de valor hacían alarde,

desfilando cierta tarde, por entre lluvias de flores.

Y del Choclo, el Batallón, por miedo a perder el hueso, se afilian, con poco seso,

empleaditos de a montón. Dependientes y cajeros,

89

Hoja suelta de la colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987. 90

Curro.- En Durango, despectivo para las personas de alta posición económica.

Page 204: Cancionero durangueño

204

con su rifle y su canana, se convierten en barberos

de la noche a la mañana. Hoy, cambiando de vestido,

de una traza que da risa, les pesa haberse metido de once varas en camisa.

Pobres pollos, sin quehacer, que se me figuran micos,

primero imitaban ricos y hoy pelados quieren ser.

¡Oh! Qué Defensa Social, que por tu causa y tus timos, la novia y chamba perdimos,

otros la vida y caudal. Pues las pollitas miedosas,

que les dieron serenata, porque metieron la pata, hoy los miran desdeñosas.

Por la noche, a los fortines, los voluntarios marchaban,

pero antes allá mandaban, camas, colchas y cojines.

Antes de hacer la campaña, celebraban su victoria, con botellas de champaña,

que hizo efecto de chicoria. Antes de la plaza caer, en poder de maderistas,

fueron llamados porristas, fusilados por doquier.

Y los judíos comerciantes, que de hambre ya nos mataban, cada mañana aumentaban,

sus precios a los marchantes. Azúcar, a pesos el kilo,

nos la vendía Calderón, si le compraban pabilo

Page 205: Cancionero durangueño

205

y un paquete de almidón.

Y los pobres canaricos, participan nuestros males, kilo de alpiste a los ricos,

vendieron a veinte reales. De los ricos el ideal,

es sacrificar al pobre, y como prueba nos sobre la explotación comercial.

Pues la honradez se abolió, ellos sólo querían plata,

mas vamos que les salió, el tiro por la culata.

Hoy les llaman saqueadores, a los que vida expusieron, y ellos al pobre exprimieron,

detrás de los mostradores. Fue el remedio peor que el mal,

Para el pobre ¡suerte indina! ¿Cuánto más vendrá la sal, azúcar, café y harinas?

Pues del saqueo y quemazón, los comerciantes se quejan

y en las bodegas se añejan, las mercancías de a montón.

Los pobres revendedores, hoy ruñen sin sal ni hueso y esperan tiempos mejores ¡será su gusto por eso!

Mas lo perdido, perdido, de los males, el mejor,

si triunfara fuera peor, de los ricos el partido.

Cuántas pobres doncellitas, llorarán su desventura, porque su honra y hermosura,

es pasto de felicistas.

Page 206: Cancionero durangueño

206

Cuando se acercó el ataque se mofaron con grande saña,

porque dizque no traen parque y a muchos lefios91 engaña.

La prensa difamadora, causa de la excitación, hizo temer, sin razón,

a toda niña y señora. Ni tanto fortín ni mina,

ni destrucción de nopales asustó a los generales: Contreras, Pereyra, Urbina.

Y quiso la suerte ingrata que triunfara don Calixto,

con cañones de hojalata, y de parque desprovisto.

Al ser Durango tomado, ya no hubo más fanfarrones, y los curros y pelones

corrieron más que un venado. Obispado y Catedral,

fueron refugio de ricos, cuando balas y no picos les llovían por cada lado.

Y de allí fueron sacados, llenos de miedo y temblores,

pues creían ser fusilados por los bravos vencedores. En entera libertad,

fueron puestos enseguida y aplauden al general su heroicidad desmedida.

Los heroicos generales, su nombre han glorificado,

los curros en tales casos, no les habrían perdonado.

91

Lefio.- En Durango se denomina así a la persona tonta o de poco entendimiento.

Page 207: Cancionero durangueño

207

Sin descargar el azote, aunque su nobleza abonen

cada rico que perdonen será otro nuevo Iscariote.

A los pobrecitos Brachos, caro, les costó la ganga, pues creían que eran muchachos,

que se asustan con la changa. Cayó nuestro presidente,

bajo la bala homicida, los que cortaron su vida, jamás erguirán la frente.

La Providencia divina, pondrá fin a nuestros males,

¡Que vivan los generales: Contreras, Arrieta, Urbina!

Todo patriota sincero, con la mano al corazón, diga: “¡Que viva Madero!

¡Viva la Revolución!”

Tragedia de la toma de Durango 92

1.6413104.211113112420 (sic)

Tomo la pluma en la mano, luego la arrimo al tintero,

para afirmar como hermano, la defensa de Madero.

Estos cinco generales, con un amor verdadero, se han dado la mano iguales,

en defensa de Madero. En mil novecientos trece,

la fecha que digo yo,

92

Hoja suelta de la colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

Page 208: Cancionero durangueño

208

señores, qué les parece, ya Durango se tomó.

Junio dieciocho a la fecha, que Durango se sitió,

luego se encendió la mecha y el combate comenzó.

El miércoles diecinueve, luego que el día esclareció, el mismo pueblo que apruebe

quién Los Remedios tomó. ¡Viva don Domingo Arrieta!

y su gente tan unida, que le entraron por la puerta, no temen perder la vida.

El mayor Sánchez decía: “Este cerro lo tomamos”,

nomás una voz se oía: “Un paso pa‟tras no damos”.

Traiba gente de valor, sobre todo muy unida, no se les hizo dolor,

poner en riesgo la vida. Todos gritaban abajo:

“¡‟Ora, valientes soldados, unos son los del trabajo y otros los privilegiados!”

Don Daniel y su asistente: Banda y Porfirio Contreras, y otros varios de su gente,

lo acompañaron deveras. Cuando ya estaban arriba,

reunidos, de dos en dos, todos gritaban: “¡Que viva, la gran voluntad de Dios!”

Pobrecitos federales, Voluntarios y demás,

que siendo todos iguales, nunca quisieron la paz.

Page 209: Cancionero durangueño

209

Se creían tan poderosos

y también su general decía: “¿Pero estos piojosos, dónde nos quieren ganar?”

El general Escudero, pues dice: “Esto no se ha visto,

¡ah!, cómo pesa el Madero, parece el de Jesucristo”.

Les diré a los socialistas,93 pues dirán que yo estoy loco, son muchos los maderistas

ahí‟sta tu arpa, no la toco. Pues yo les voy a decir,

aunque me echen en corrida: “Si ellos no temen morir, yo sí defiendo la vida”.

Luego al momento marchó, sin ninguna dilación

y a mi Dios se encomendó y salió por el panteón.

Cuando del cerro bajaron el arzobispo salió, con una bandera blanca,

y la paz solicitó. Luego, de frente marcharon,

pa‟ entrar a la población, en la garita de Analco, se ha formado un escuadrón.

El arzobispo llegó, a hablar con el general y un automóvil mandó,

pa‟ acabarlos de entregar. Dicho y hecho sucedido,

al instante se efectuó, pues yo, ni perdón le pido, que el arzobispo entregó.

93

Socialistas.- Nombre que se dio a los miembros de las Defensas Sociales de Durango.

Page 210: Cancionero durangueño

210

Probado está lo que digo,

no nomás porque se ofrece, si acaso otra cosa dijo, es porque así lo merece.

Si no saben, yo les digo, la traición tan declarada,

porque en su casa ha tenido federación encerrada.

Emilio Bracho ocupaba el puesto de general, porque era el que gobernaba

a la Defensa Social. Voy a decirles, señores,

Ahora que es la ocasión: “Que mientras hayga traidores, perdida está la Nación”.

Porque el Clero siempre ha sido, traidor a nuestro gobierno,

porque él, siempre ha pretendido despacharnos al Infierno.

Mucho cuidado Pastor,94 con las leyes que usted dicta, nos defiende del furor,

del que gobierna la Mitra. Gritaba Orestes Pereyra,

A los demás generales: “¡No le afloje a la cuerda, que aprieten todos iguales!”

Decía Calixto Contreras: “Bajaremos esa zanja, porque les digo deveras,

ya se exprimió la naranja”. Los Arrieta al pensar,

en venir a dar la mano,

94

Se refiero al ingeniero Pastor Rouaix, gobernador de Durango por los constitucionalistas. Durante su administración, en la ciudad de Durango, en 1913, se promulgó la primera Ley Agraria del país.

Page 211: Cancionero durangueño

211

por venirles a quitar, el peso del yugo tirano.

Urbina también les dice: “Pues todos somos iguales,

pues yo vine porque quise, contra de los federales”.

Los Arrieta y Contreras, Pereyra también se anima, de ver que entraron deveras,

junto con Tomás Urbina. Adiós ciudad de Durango,

cuándo te vuelves a ver, en el mundo que es tan largo, no vuelve a restablecer.

Pues todos somos aliados, y ¡ah! Qué a gusto quedarán

y a los pobres soldados, a ver qué premio les dan.

La tragedia se acabó, escribo noches y días por eso les digo yo:

“¿Dónde están las garantías?” Que todos seamos iguales,

¡Viva Dios! Que es lo primero, y todos los generales que defienden a Madero.

Page 212: Cancionero durangueño

212

Cartón de Xavier Gómez sobre el incendio y saqueo, posteriores a la toma de

la ciudad de Durango, en 1913 95

95

GÓMEZ, XAVIER. Bojedades, Libro I, México, Edición del autor, 1953, p. 127.

Page 213: Cancionero durangueño

213

General Tomás Urbina

Page 214: Cancionero durangueño

214

General Orestes Pereyra

El Ingeniero Pastor Rouaix promulgó la primera Ley Agraria del país

Page 215: Cancionero durangueño

215

El infructuoso asedio a la ciudad de Torreón, Coahuila, por las tropas del Ejército

Constitucionalista, bajo las órdenes del jefe Venustiano Carranza, dio inicio el 22

de julio de 1913. Sin poder ocupar la plaza, por la ruda resistencia de los efectivos

federales huertistas, los revolucionarios se vieron obligados a retirarse el 31 del

mismo mes, con dirección a los terrenos liberados en el estado de Durango.

Las fuerzas federales estaban agrupadas en la División del Nazas, cuyo jefe era el

general Ignacio A. Bravo, famoso por la dirección militar de la Guerra de Castas de

Yucatán. La División del Nazas, contaba con 4,000 hombres, 13 piezas de

artillería y 12 ametralladoras. Los soldados y el armamento fueron distribuidos en

cuatro sectores, de acuerdo con las condiciones del terreno y las posibilidades de

ataque de los carrancistas.

Por su parte, en lo militar, los hombres de Carranza reconocieron al durangueño

Tomás Urbina como su general en jefe y su número llegó a 8,000, entre

durangueños que recién habían ocupado la ciudad de Durango y coahuilenses

carrancistas que venían en retirada después de una fallida campaña en el estado

de Coahuila.

Los antihuertistas intentaron introducirse a Torreón por diversos puntos como: El

Cañón del Huarache, los cerros de La Constancia, la fábricas La Vencedora y La

Unión, así como el panteón. En la ocasión destacó el ataque a la Metalúrgica que

fue rechazado por los colorados huertistas de Benjamín Argumedo. Los

principales jefes que participaron a favor del gobierno usurpador de Huerta fueron:

Eustiquio Munguía, Benjamín Argumedo y Emilio Ocampo. En las tropas rebeldes

la dirección estuvo a cargo de los jefes: Orestes Pereyra, Calixto Contreras,

Andrés Arrieta, José Isabel Robles y Cándido Aguilar, entre otros.

Los combates de Torreón 96

Anónimo

Los combates de Torreón, admiran por el valor,

96

MACAZAGA ORDOÑO, CÉSAR. Corridos de la Revolución Mexicana (edición facsimilar de Corrido de la Revolución Mexicana de 1910 a 1930 y otros notables de varias épocas, colecci{on de 100 corridos publicados por Eduardo Guerrero en 1930), México, Ed. Innovación, 1985, s. / p.

Page 216: Cancionero durangueño

216

que el soldado mexicano, desplegó con gran valor.

Actos de mucho heroismo y de empuje sobrehumano,

se anotaban diariamente, en los cerros y en el llano.

La sangre corrió a torrentes, pero era sangre de hermanos, que en esa lucha homicida,

empapáronse las manos. Torreón es ciudad preciosa,

de riqueza sin igual, y es el centro del comercio de esa Comarca fatal.

Es una perla engarzada, entre el Nazas y el Mayrán,

con sus campos de algodones, que gran cosecha les dan.

Es emporio del comercio, de aquella inmensa región y con sus cintas de acero,

es un buen lazo de unión. Dos centinelas la guardan,

como sultana querida, pues Lerdo y Gómez Palacio, la completan y la cuidan.

Las tropas que defendían, a la ciudad de Torreón, eran gentes reclutadas

sin pedirles su opinión. Muchos de ellos se pasaron,

sin que hicieran resistencia y otros murieron, los pobres, sin tener de ello conciencia.

Se acercaron cautelosos, después de ocupar Durango,

y cuando menos sintieron, los atacaron de flanco.

Page 217: Cancionero durangueño

217

Por la falta de cañones,

no tuvo éxito la empresa y aunque perdían mucha gente, (…)

En el cerro de La Cruz, los asaltantes subían,

para quitar los cañones, que desde allí los barrían.

Y así murieron por miles, en ese cerro famoso, los soldados carrancistas,

y allí quedan en reposo. En el cañón del Huarache

y en Metalúrgica quedo, dio una carga muy notable el general Argumedo.

El general Bravo estuvo, muy acertado él también,

mandando a los federales que se portaron muy bien.

Dentro de la misma plaza, los rebeldes disfrazados, desde techos y ventanas,

tiraban a los soldados. Diez días de luchas terribles

y de esfuerzos valerosos, donde triunfó la defensa, con efectos desastrosos.

Los carrancistas se fueron, a Chihuahua y a Durango, dejando el campo regado,

con muerto de su peculio. Los carrancistas se fueron,

el treinta y uno de julio, y quedaron unos pocos, en Lerdo por tiempo largo.

El general Bravo enferma

Page 218: Cancionero durangueño

218

y es cambiado por Munguía, y éste mandó expediciones,

al rumbo de Picardías.

El general Andrés Arrieta participó en los combates de Torreón

Page 219: Cancionero durangueño

219

El general Ignacio A. Bravo rechazó a los constitucionalistas en Torreón

Page 220: Cancionero durangueño

220

La poca fortuna guerrera de los constitucionalistas afiliados al Plan de Guadalupe,

en el estado de Coahuila, así como el envío de grandes contingentes de tropas

huertistas a la zona, derivó en que los leales a Victoriano Huerta ocuparan el

cuartel general del Ejército Libertador, ubicado en Monclova, Coahuila y que,

como ya se apuntó, del 22 al 30 de julio de 1913, los carrancistas fracasaran en su

intento de tomar la estratégica ciudad de Torreón. Ante esta desalentadora

situación, Carranza optó por dirigirse a los territorios ocupados por los

revolucionarios y hacer efectivo su plan de organizar al Ejército Libertador en 7

cuerpos. Casi huyendo, el 4 de agosto de 1913, Carranza arribó a la ciudad de

Durango, en donde fue recibido por los generales Domingo y Mariano Arrieta,

comandantes militares de la entidad, y por el ingeniero Pastor Rouaix, gobernador

del estado. En los días en que Venustiano Carranza permaneció en Durango, I. D.

Flores le compuso el corrido laudatorio que se transcribe.

Después de estar cinco días en la Perla del Guadiana, Carranza se dirigió a

Canatlán y de allí, cruzando la Sierra Madre Occidental, hacia Hermosillo, Sonora.

Saludo sincero al Jefe Supremo de las Fuerzas Constitucionalistas. El ilustre y honorable patriota señor don Venustiano Carranza 97

I. D. Flores

Salud, valiente patriota, defensor del proletario, castigador del que azota,

con mano vil de sicario. En mi pecho encuentre abrigo,

tu simpatía y amistad, eres tú del pueblo amigo, y quien deseas libertad.

Y lo que siento lo digo, con grande fe, con valor,

espero en Dios que el castigo, tú mismo des al traidor…

97

ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp. 103 a 104.

Page 221: Cancionero durangueño

221

Mas, si por sabios designios,

tú sucumbes en la lucha, antes de rendir a indignos, que al deber jamás escuchan.

Tu recuerdo será aliento, del pueblo batallador,

tus palabras son de aliento, del pueblo libertador.

Para que siga hasta el fin, combatiendo al enemigo, a quien procede tan ruín,

pagarla ha con castigo. Sí. Os juramos anciano,

que todas las dictaduras, en el suelo mexicano, sólo tendrán sepulturas.

Y que el pueblo ardientemente, luchará por derrocarlas,

porque es su anhelo ferviente, para siempre exterminarlas.

Y pelearemos gustosos, con todos esos traidores y con los ricos tramposos,

que son del pueblo opresores. Y en vos, anciano Carranza,

confiamos que, mientras vivas, nos infundas la esperanza, que es consuelo en las fatigas.

Y la Patria, hoy gemebunda, mañana triunfante, hermosa, de mirtos hará su tumba…

si vives, será tu diosa. Tu nombre será bendito,

con los de Urbina y Arrieta, Contreras, Pereyra e hijos y cuantos a ti están cerca.

¡Vivan todos en unión,

Page 222: Cancionero durangueño

222

y en grata fraternidad…! Que luchen con intención,

de establecer igualdad. En nombre de todo pobre,

la bienvenida te doy ¡Carranza, patriota noble! Sabed que contigo estoy.

Don Venustiano Carranza habla a los durangueños en agosto de 1913

Page 223: Cancionero durangueño

223

Miguel V. Laveaga, Vidal Soto y Manuel Manzanera, oriundos de San Dimas,

Durango, participaron en la Revolución Maderista y actuaron contra el gobierno

usurpador huertista, integrados a las fuerzas del jefe Domingo Arrieta. Después de

que las tropas revolucionarias ocuparon la ciudad de Durango, en julio de 1913, el

coronel Laveaga con sus cuatrocientos bragados, fueron comisionados para

combatir a los huertistas en el oeste del estado de Durango y en el este de

Sinaloa.

En el Corrido de Manzanera, narra con un estilo muy regional la actuación de los

serranos de San Dimas, durante la ocupación de San Ignacio, Sinaloa, que tuvo

lugar el 6 de septiembre de 1913. En la acción se destacó la actuación del coronel

Manuel Manzanera a quien durante la refriega, una bala que le pegó en su

cartuchera, hizo estallar dos cartuchos en su pecho. Manzanera se restableció de

su herida en San Dimas.

Corrido de Manzanera 98

Antonio Raymundo Muros

Fecha de seis de septiembre, de mil novecientos trece,

atacaron San Ignacio, señores ¿qué les parece?

ESTRIBILLO: Yo ya me voy, le aviso a mi corazón,

porque a Manuel Manzanera lo mataron a traición.

A la una de la mañana, marcharon y sin vereda, yendo al frente de las fuerzas,

el coronel Manzanera. ESTRIBILLO.

98

Manuscrito de la colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

Page 224: Cancionero durangueño

224

Afuera de San Ignacio, los estaban esperando,

ciento treinta federales y allí se fueron topando.

ESTRIBILLO. Cuando gritaron: “¿Quién vive?”

Le respondió Manzanera: “Madero ¡Hijos de un malvado!” Se soltó la balacera.

ESTRIBILLO.

Las balas se oían silbar, los disparos daban luz, pues todos los durangueños

invocaban a Jesús. ESTRIBILLO.

Padre Jesús Nazareno, que contigo naiden fuese,

pues nos sirvas de alegría mientras que este día amanece.

ESTRIBILLO. Pues vuela especial, paloma,

hasta llegar a Durango, anda avisa al general que „orita estamos peleando.

ESTRIBILLO. El coronel Manzanera,

manifestó su valor, se metió en la balacera, para encontrar más honor.

ESTRIBILLO.

Cuando ya se (…) y con mucho sacrificio, prendían el esconderlo,

pero escalar ya no quiso.

Page 225: Cancionero durangueño

225

ESTRIBILLO.

“Agua les pido nomás, ya que me muero de sed, si vienen los federales,

aquí los esperaré”. ESTRIBILLO.

Juan Bautista le decía: “Protejan al coronel,

y si vuelven los huertistas, nos moriremos con él”.

ESTRIBILLO. El valiente coronel,

señor Manuel Manzanera, el tiro que lo baldó, le estalló en la cartuchera.

ESTRIBILLO.

Cuando menos lo esperaban, Laveaga atacó de nuevo, al correr los federales,

no sabían ni del sombrero. ESTRIBILLO.

Cuando atacó a San Ignacio, Miguel Laveaga y su gente,

llevaron como segundo a un militar muy valiente. ESTRIBILLO.

Los de Durango salieron, con el rumbo a Culiacán,

apretándole muy duro al Gobierno Federal.

ESTRIBILLO. A las seis de la mañana

el fuego lo suspendieron, gritaban los federales:

Page 226: Cancionero durangueño

226

“Los comevacas corrieron”.

ESTRIBILLO. ¡Que viva Miguel Laveaga,

Su segundo Manzanera, y el capitán Vidal Soto! Que en la guerra les dio prueba.

ESTRIBILLO.

Los traidores federales, corrían para Culiacán, para alivio de sus males,

mataron su capitán. ESTRIBILLO.

Miguel Barraza mató al capitán y a otros varios,

y sólo se conformó, con agarrar sus caballos.

ESTRIBILLO. Cuarenta rifles hallaron,

que tiraron los pelones, y mucho parque regado, por todos los callejones.

ESTRIBILLO.

El coronel Manzanera, su sangre llegó regando, luego mandó que tocaran, al estilo de Durango.

ESTRIBILLO.

De San Ignacio salió, el famoso coronel, a ese Real de San Dimas,

a acabarse de atender. ESTRIBILLO.

Adiós, adiós San Ignacio,

Page 227: Cancionero durangueño

227

te voy a perder de vista, te quedastes en la ruina,

por traidor y por huertista. ESTRIBILLO.

Ya se acabó la tragedia, dispensen lo mal dictado,

estos versos los compuso, un maderista informado.

Page 228: Cancionero durangueño

228

El 27 de septiembre de 1913, en la Hacienda de La Loma, municipio de Lerdo,

Durango, los revolucionarios durangueños y chihuahuenses que dirigía el jefe

Francisco Villa, se juntaron con los de la Región Lagunera que comandaban

Tomás Urbina y Calixto Contreras. En la importante reunión de jefes antihuertistas

se decidió la conformación de la División del Norte que integró a diversos cuerpos

rebeldes de Coahuila, Chihuahua y Durango. En virtud de sus méritos militares y

de creatividad estratégica, se optó por consenso que el comandante en jefe de la

nieva División fuese el general Francisco Villa.

Fuerte con 4,000 hombres y cinco cañones, Villa inició sus operaciones para

ocupar la ciudad de Torreón, el 29 de septiembre, combatiendo en la Hacienda de

Aviléz, hoy Ciudad Juárez, así como en Ciudad Lerdo, Durango y, para el día 30

del mismo mes, la recién estrenada División del Norte comenzó sus temibles

cargas guerreras sobre las goteras de la ciudad de Torreón, Coahuila.

Los ataques sobre la Perla del Nazas se prolongaron hasta el día 1 de octubre,

fecha en que los efectivos federales huertistas de la División del Nazas, bajo las

órdenes del general Eustiquio Munguía, ante la irrefrenable presión de los villistas,

después de perder 1,500 hombres, entre muertos, heridos y prisioneros, además

de 11 cañones y cinco ametralladoras, entre otros pertrechos, se vieron obligados

a desalojar la plaza.

En la Tragedia compuesta a la Revolución Maderista y a Torreón que relata la

acción, el autor utilizó elementos y personajes de pastorelas y pasiones del teatro

ritual católico, comparándolos con los jefes protagonistas del episodio bélico. En el

mismo corrido se consigna el término socialistas, que se refiere a los militantes de

las Defensas Sociales auxiliares del Gobierno Huertista.

Tragedia compuesta a la Revolución Maderista y a Torreón 99

T. S. D.

En mil novecientos trece,

pues esa es la realidad,

99

ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp. 109 a 111.

Page 229: Cancionero durangueño

229

señores, qué les parece, ya se supo la verdad.

Pues el día dos de los corrientes, se supo ya la razón,

pero murió mucha gente, en la toma de Torreón.

El rey de todo lo criado, (sic) ha prestado protección, para que fuera tomado,

ese punto de Torreón. Ese gran repartidor,

de las leyes celestiales, quiso darles gran amor, a todos los generales.

Felicitamos a Villa, en la presente ocasión,

que fue el general en jefe, de la toma de Torreón.

Ya verán los socialistas, el chasco que se han pegado, Dios cuida a los maderistas,

Y a ustedes les da el colgado. Pues no se puede Nagar,

que mi Dios es justiciero, porque tienen que pagar, lo que hicieron a Madero.

Huerta, ya estás satisfecho, ya se cansan de decir, que todo lo que tú has hecho,

no pagas ni con morir. Todavía no quieres creer,

tú eres el primer tirano, porque serás Lucifer, figura de Victoriano.

Carranza, ángel Miguel, que ha venido en buena hora,

que nos vino a defender, desde lo alto de la gloria.

Page 230: Cancionero durangueño

230

Ya verás qué asesino es,

que a él no le cuesta nada, el humillarte a sus pies, con su poderosa espada.

También Manuel Mondragón, es una prueba eficaz,

en la presente ocasión, es el mismo Satanás.

Ahí está Calixto Contreras, que él es el ángel Gabriel, porque él desea de veras,

el encontrarse con él. Blanquet es el príncipe Augusto,

de las tropas infernales, pero ni les causa susto, a todos los generales.

Todos vinieron a ver, por mandato del Eterno,

Huerta que es Lucifer, lo refundan al Infierno.

Félix Díaz es la sierpe, pues es del siglo primero, él fue el que le dio la muerte,

a don Francisco I. Madero. Ahí está, con su bandera,

San Jorge, también Santiago, es el general Natera, que viene a darle su pago.

Esos cuatro personajes, dicen que se han vuelto fieras pero ni le da coraje,

a don Calixto Contreras. “Pues me cabe la esperanza”,

dice Calixto Contreras: “¿Qué dice señor Carranza? Deje ir a ver a esas fieras”.

Pues dice el señor Carranza:

Page 231: Cancionero durangueño

231

“¿Dónde están esos malvados? Pues tenemos la esperanza,

dicen que están enjaulados” El pueblo que venga todo,

a función tan divertida, pues estos, de cualquier modo, se les quitará la vida.

Vamos a ver la función, de gusto iremos cantando,

pues vamos a ver al león, que se las come chillando.

En la presente ocasión, pues esta ya es cosa cierta, que en México existe un león,

que es don Victoriano Huerta. Luego le sale Zapata,

porque es un hombre formal, y luego su rifle saca, y queda muerto el animal.

Luego sale Félix Díaz, pues es el tigre sangriento,

pero a ese lo mata villa, en menos que te lo cuento.

Luego se encontró Blanquet, en figura de pantera, pero le volteó al revés,

¡Ay! Don Pánfilo Natera. Luego el valiente leopardo, que es Manuel Mondragón,

que se encontró con Contreras, y le sacó el corazón.

Los Arrieta y los Pereyra, a Urbina y más generales, pues les encarga Carranza,

a los demás animales. ¡Que viva el señor Carranza!

y que le hagan los honores, no perdemos la esperanza,

Page 232: Cancionero durangueño

232

de acabar con los traidores.

Mártir, si llevaste pena, a la tumba donde estás, pues peleará Maytorena,

hasta establecer la paz. ¡Viva el general Carranza!

¡Que viva y vuelva a vivir! Que él defenderá la causa, hasta vencer o morir.

El general Calixto Contreras, al centro, con su Estado Mayor.

Page 233: Cancionero durangueño

233

Tropas villistas de la División del Norte entran a Torreón, en octubre de 1913

Page 234: Cancionero durangueño

234

El 9 de diciembre de 1913, después de fuertes combates y movimientos

ferroviarios, el general José Refugio Velasco, jefe del Ejército del Nazas, recuperó

la plaza de Torreón para el gobierno huertista. De hecho, los revolucionarios de

Domingo Arrieta, Calixto Contreras y Yuriar, guardianes de la Perla del Nazas,

siguiendo las instrucciones de su jefe de División, Francisco Villa, desalojaron la

plaza y se trasladaron a Durango. A principios de enero de 1914, los hombres de

Victoriano Huerta combaten a los revolucionarios en La Loma, Aviléz, Pedriceña y

Mapimí, en escaramuzas que anunciaban enfrentamientos de mayor envergadura.

Por su parte, los guerreros de la División del Norte participaban y vencían a los

huertistas en las batallas de: Chihuahua, Tierra Blanca y Ojinaga, y es hasta

marzo de 1914 cuando el tronar de sus fusiles, carabinas y cañones retornaba al

estado de Durango.

El 19 de marzo de 1914, los villistas arribaron a estación Conejos, y, al siguiente

día, los bragados de la División del Norte, atacaban: Bermejillo, Tlahualilo, Peronal

y Mapimí. Poco después, mediante una conferencia telefónica, Francisco Villa

instaba al general José Refugio Velasco, jefe de la División del Nazas, a que

entregara pacíficamente la plaza de Torreón. La respuesta del guerrero federal

huertista resultó negativa y los villistas iniciaron su incontenible avance por los

desiertos de La Laguna.

Entre los días 21 y 23 de marzo se combatió fieramente en estación Sacramento

y, una vez que los villistas ocuparon el lugar, se dirigieron a las goteras de Gómez

Palacio. El día 23, los generales de las Brigadas de la División del Norte

guerrearon con sus cañones, caballos, ametralladoras, fusiles y pistolas en El

Porvenir, el cerro de La Pila y en Ciudad Lerdo.

Las noches del 24 y 25 de marzo, el cerro de La Pila es visible por la constante

iluminación que produce la metralla del combate que hace sucumbir a cientos de

soldados y oficiales, hasta que, por fin, el día 26, los huertistas abandonan Gómez

Palacio y se concentran en Torreón, suspendiendo toda posibilidad de parlamento.

La guerra continua en el cañón de El Huarache y en las riberas del Río Nazas. Los

cerros de La Cruz, de Calabazas, de La Presa y El Coyote, son los baluartes

Page 235: Cancionero durangueño

235

federales que se van doblegando ante las granadas de las artillería de las

brigadas villistas de los generales: Ángeles, Saavedra y Servín.

Conocedor del arte de la guerra, el general Velasco intenta ganar tiempo el día 30,

al pedir una tregua para enterrar muertos y recoger heridos. Sin embargo, la

intuición de Villa prevé las intenciones de Velasco y los combates no se

suspenden. Tres días después aún se sigue peleando por Torreón. En momentos,

los villistas luchan cuerpo a cuerpo contra los huertistas y, sin poder resistir más,

el general José Refugio Velasco decide la retirada. El día 3 de abril de 1914, la

victoriosa División del Norte hacía su entrada triunfal en la Perla del Nazas.

La sangrienta secuela de la violencia revolucionaria contra Huerta, continuó en las

batallas de San Pedro de las Colonias y Paredón, en el estado de Coahuila.

De las batallas laguneras de marzo y abril de 1914, existen diversos documentos

fílmicos silentes, así como el famoso testimonio periodístico de John Reed,

compilados en el famoso libro México insurgente y los corridos de: La decena de

Torreón, La salida de los gachupines de la ciudad de Torreón, La toma de

Torreón. Segunda parte, la Honorable tragedia de la situación en San Pedro de las

Colonias, así como la Nueva toma de Torreón convocada con la de San Pedro

que, por su originalidad, veracidad en el relato histórico y lenguaje regional, es la

que a continuación se transcribe.

Nueva toma de Torreón convocada con la de San Pedro 100

Anónimo

Mil novecientos catorce, año de Revolución, tomaron los maderistas,

de nuevo otra vez Torreón. Pues llegó el general Villa,

se acuarteló en El Vergel: “Vamos metiendo la orilla, pa‟ que conozcan la miel”.

100

Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

Page 236: Cancionero durangueño

236

“Amontónense pelones,

pa‟ que se den bien la mano, prevengan bien sus cañones y no se llamen a engaño”.

Generales maderistas, todos se ponen de acuerdo:

“Vamos a echar los huertistas de ciudad Gómez y Lerdo”.

A los de Estado Mayor, les dijo el general Villa: “Ahora hay que entrar con valor,

cada quien con su guerrilla”. “A todos los oficiales

les voy a dar a saber, llevan orden de tronarles a los que quieran correr”.

“Si nos llegan a matar, será porque nos conviene,

muchachos no hay que quitar, el valor a quien lo tiene.

Para que mejor me entiendan, se empezó a mover la gente: “Aquí hay con qué se defiendan,

lleven parque suficiente”. En Lerdo, también en Gómez,

guerra (…) encarnizada, las calles (…) llenas de gente tirada.

“Avancen”, decían los jefes: “A echarlos de los fortines”, “Federales no se dejen”,

gritaban los gachupines. “Ya no hay lugar que les cuadre”,

decía el general Contreras, “Ya conocerán su padre ya no andarán de panteras”.

Era un rugir de cañones

Page 237: Cancionero durangueño

237

que se oía por el (…), hasta perder los pelones,

en ciudad Gómez Palacio. Ve perdiendo la esperanza,

Velasco que trais el mando, ya te hirieron a Ocaranza, los valientes de Durango.

Murió Federico Reyna, en la presente ocasión,

y también Ricardo Peña, general de División.

Fortín Casa Colorada, ¡oh! Qué guerra tan fatal, Mucha sangre derramada,

también en el Hospital. En ese ataque murieron,

señores, que triste cosa: mayor Virginio Romero, coronel Pablo Mendoza.

Al mayor Jaques, la muerte, le dieron los federales,

y a Luis Cásares también, eran hombres muy cabales.

Pues decía el general Villa: “Ahora lo verán, malvados, qué caro les va a costar,

la muerte de mis soldados”. Pues las pruebas que les dio, en el campo y en las casas,

mucha gente les mató, en Guarache y Calabazas.

¡Ay! Pelones no hagan fila, no están tan afortinados, en el cerro de La Pila,

quedaron muchos tirados. Nomás hasta el dos de abril,

aguantaron los pelones, para poderse salir,

Page 238: Cancionero durangueño

238

tirotearon los cañones.

Una extensa polvareda les sirvió de protección, para salir de carrera,

de la plaza de Torreón. Les decían los gachupines,

apretándose las manos: “Recuperen los fortines, nosotros les ayudamos”.

“Señores no hay nada de eso, Éste Villa no es cualquiera,

ya no queremos el queso, salir de la ratonera”.

Federales, no decían, que eran hombres invencibles, ya llegó el general Villa,

el vencedor de imposibles. Siempre evacuaron la plaza,

los de Huerta y Argumedo, se fueron a incorporar, con las fuerzas de San Pedro.

Velasco llegó a San Pedro, cuando ya va de corrida,

luego que vio aquel refuerzo, dijo: “Ya fuimos de vida”.

“Ya somos doce mil hombres”, dijo ese cabecilla: “Con los que hay pa‟ derrotar a ese general Villa”.

Estos creían ganar visto, con dieciocho generales,

señores, no habíamos visto, morir tantos federales.

Pues ya vale más, huertistas, que se dejen de pelear, porque con los maderistas,

no han de echar una al ganar.

Page 239: Cancionero durangueño

239

Ya verán, aquí en San Pedro, se acrecentaron sus males,

mil trescientos prisioneros, muertos muchos oficiales.

Vayan a avisarle a Huerta, que se quite de la silla, porque no han de hallar la puerta,

cuando se le acerque Villa. Cuando de nuevo evacuaron

esa plaza de San Pedro, muchas fincas incendiaron, para dejar su recuerdo.

Ya corrieron los pelones, de nuevo echaron a huir,

ya dejaron los cañones, mucho parque de fusil.

Velasco, esto siente más, y en lágrimas se atraganta, porque murió Joaquín Maas,

Arnoldo y Emilio Campa. También de los maderistas,

nos han muerto mucha gente, coroneles y oficiales, todos de armas y valientes.

Les dice el general Villa, a sus valientes guerreros:

“Hemos de vengar la sangre, de todos los compañeros”. “Pues ya no hay que hacer favores,

ni a los que porten bombines, hay que matar al traidor, y echar a los gachupines”.

“Todo aquel que es extranjero, tiene la fiel esperanza,

a Huerta le dan dinero, para que arruine a Carranza”.

Dice Huerta: “He de pelear, contra todo el mundo entero,

Page 240: Cancionero durangueño

240

al cabo me han de matar, como yo maté a Madero”.

Métanle a marcha forzada, ahora por la ocasión,

a mí no me importa nada, que se acabe la Nación”.

Ya se acabó la tragedia, Huerta goza de placeres, Dice: “Yo sigo la guerra,

si no hay hombres, con mujeres”.

Revista de tropas federales en espera del ataque villista a Torreón

Page 241: Cancionero durangueño

241

El General Francisco Villa al mando de la división del Norte tomó la ciudad

de Torreón en 1914

El general Calixto Contreras, al mando de la Brigada Juárez participó en la

toma de Torreón

Page 242: Cancionero durangueño

242

Después de la toma de Torreón de 1914, por la División del Norte, se suscitaron

diversos desacuerdos de jerarquía entre los cuerpos revolucionarios, sobre todo

por parte del jefe Venustiano Carranza quien intentaba imponer su poco

afortunado criterio militar a las tropas de la poderosa División del Norte que dirigía

el general Francisco Villa

En este contexto, el general durangueño Pánfilo Natera, tras participar con sus

tropas en la ocupación de la Perla del Nazas, se dirigió a la ciudad de Durango, en

donde recibió la orden, de Venustiano Carranza, el primer jefe revolucionario quien

a la sazón se encontraba en la Perla del Guadiana, de ocupar la ciudad de

Zacatecas, último baluarte bélico huertista de importancia. Para cumplir su misión

Natera contó con las tropas durangueñas y zacatecanas de la División del Centro

y con los hombres de la División Durango, a las órdenes del general Domingo

Arrieta León.

Del 10 al 15 de junio de 1914, los 7,000 constitucionalistas enviados por Carranza,

combatieron por los fortines de la ciudad de Zacatecas, en los cerros de: La Bufa,

El Grillo, El Padre y Clérigos, lugar en el que los 2,000 federales huertistas que

comandaba el general Luis Medina Barrón lograron que los revolucionarios se

batieran en retirada. Ante la derrota de los nateristas y arrietistas se hizo evidente

que Zacatecas sólo podría ser ocupada por la División del Norte.

En los días en que la División del Norte avanzaba triunfante por el oeste del

estado de Durango, en la población de Cuencamé, cabecera del municipio del

mismo nombre se acuñó una extraña moneda, famosa en el mundo de la

numismática por ser la única pieza de dinero que en su reverso tiene una consigna

de muerte que reza: “MUERA HUERTA”. El nombre que los coleccionistas han

dado a la extraña moneda es: CUENCAMÉ 1914, MUERA HUERTA. Se cuenta

que los huertistas fusilaban sin formación de causa a quienes usaran esas

monedas en el mercado.

Corrido del ataque a Zacatecas 101

101

ESPARZA SÁNCHEZ, CUAUHTÉMOC. El corrido zacatecano, México, INAH, colección Científica # 46, 1976, pp. 66 a 67.

Page 243: Cancionero durangueño

243

Anónimo

El ataque a Zacatecas, que „ora voy a revalsiar, forma otra página triste

del año que va a mediar. Pánfilo Natera, el bravo

general, hizo prodigios, pero siempre se estrellaban los impulsos de sus hijos.

Pues la buena artillería de los huertistas, hoy día,

ha obligado a los Natera, a combatir noche y día.

Esos cerros que rodean a la rica Zacatecas, están muy bien artillados,

por los soldados aztecas. Siete días con siete noches,

es lo que va en el ataque, estando los carrancistas valientes en el combate.

Los cerros de Guadalupe, llegaron a sorprender

a las fuerzas de Medina, pues tuvieron que correr.

Al asaltar Guadalupe, se metieron a la plaza, pues la División del Centro, trae gallos de buena raza.

Con ese atrevido ataque derrotó a los federales,

y amenazó a Zacatecas, al frente de tropas leales.

Argumedo, el general, con buena caballería, fue persiguiendo a Natera,

por toda la Sierra Fría.

Page 244: Cancionero durangueño

244

Los Arrieta y los Natera, uno al otro se decían:

“¡No tomamos Zacatecas por falta de artillería!”

Decía Pánfilo Natera: “Ya no peliemos en vano, le avisaremos a Villa

para que nos dé una mano”. Villa, al saber la derrota,

le dio rabia de coraje, y ordenó embarcar las tropas, pues, para emprender el viaje.

Medina Barrón, Javier, hermano del general,

se fue a topar con la muerte, en un agarre formal.

Ese general Natera, cuando atacó Zacatecas, lo hizo con cuatro mil hombres,

contra diez mil bayonetas. Vuela, vuela palomita,

por las ramas de un membrillo, anda avísale a Carranza, que no sale de Saltillo.

Vuela, vuela palomita, por arriba del Crestón,

avísale a Pancho Villa, acuartelado en Torreón.

Page 245: Cancionero durangueño

245

General Domingo Arrieta y su Estado Mayor en 1914

General Pánfilo Natera García

Page 246: Cancionero durangueño

246

Moneda CUENCAMÉ 1914, MUERA HUERTA. Única pieza numismática en el

mundo que tiene una consigna de muerte

Page 247: Cancionero durangueño

247

Ante la ineptitud del mando militar del Ejército Constitucionalista, liderado por

Venustiano Carranza, el general Francisco Villa optó por renunciar a su cargo de

jefe de la División del Norte y, Carranza, satisfecho de sus gestiones e intrigas,

aceptó la renuncia. Sin embargo, el Estado Mayor de la División del Norte tomó la

determinación de reimponer a su jefe natural, el llamado Centauro del Norte.

Ante la derrota de los nateristas y arrietistas en su intento por ocupar Zacatecas,

Francisco Villa decidió intervenir, con la División del Norte en la batalla por

Zacatecas. Así, a partir del 17 de junio de 1914, las brigadas y cuerpos de la

División del Norte, haciendo pitar sus trenes, saltándose la autoridad moral de

Venustiano Carranza, iniciaron su viaje a Zacatecas y dos días después las tropas

unidas de las Divisiones: del Norte, del Centro y Durango comenzaron sus

preparativos para combatir a los miles de soldados del general huertista Luis

Medina Barrón.

Entre el 17 y el 23 de junio de 1914, la División del Norte, junto con las extenuadas

tropas de Natera y Arrieta, se cubrieron de gloria en la famosa Batalla de

Zacatecas, una de las más grandes acciones bélicas de la Historia

latinoamericana. La División del Norte demostró que, militarmente, era la única

fuerza capaz de acabar con la facción huertista. Es de señalar que la mayoría de

los cuerpos y brigadas que intervinieron en la acción estuvieron integradas por

elementos y cuadros de oficiales oriundos del estado de Durango, entre ellos se

puede mencionar a: Tomás Urbina y su Brigada Morelos, Calixto Contreras y sus

cuencameros de la Brigada Juárez, Orestes Pereyra con la Primera Brigada de

Durango, Severino Ceniceros, quien, de manera accidental, jefaturó la Brigada

Juárez de Durango, Manuel Medinaveytia, jefe de Estado Mayor de la División del

Norte y Miguel González, jefe de la Brigada Guadalupe Victoria. Los mismos jefes

de la División del Centro y la División Durango; Pánfilo Natera y Domingo Arrieta,

así como sus oficiales brigadieres, fueron, en su mayoría, durangueños.

Al levantar el campo, una vez terminadas las hostilidades de la toma de

Zacatecas, las bajas huertistas sumaron más de 6,000 muertos y el número de

villistas que cayeron llegó a 1,500. En la gresca también sucumbieron alrededor

de 2,000 pacíficos.

Page 248: Cancionero durangueño

248

En el botín de guerra se cuantificaron: 12,000 fusiles máuser, 50 ametralladoras,

19 cañones y gran cantidad de explosivos. De la misma manera, los villistas

hicieron 5,000 prisioneros, mientras que los horrores de la guerra desquiciaron la

paz y el tejido social de la hermosa ciudad colonial. Con la toma de Zacatecas, la

resistencia huertista estuvo prácticamente aniquilada y se marcó el triunfo de la

guerra contra el Gobierno Usurpador.

Corrido de la toma de Zacatecas 102

Arturo Almanza

Son bonitos estos veros, de tinta tienen sus letras,

voy a cantarles a ustedes, la toma de Zacatecas.

Mil novecientos catorce, las vísperas de San Juan, fue tomada Zacatecas,

como todos lo sabrán. Era veintitrés de junio,

del catorce por más seña, fue tomada Zacatecas, por la División Norteña.

La toma de Zacatecas, por Villa, Urbina y Madero,

el sordo Maclovio Herrera, Juan Medina y Ceniceros.

Salió don Francisco Villa, de la ciudad de Torreón, con toda su artillería,

hasta el último escuadrón. Se vino la División,

por el filo de la sierra, porque se tenía que ver lo bueno por su bandera.

102

ESPARZA SÁNCHEZ, CUAUHTÉMOC. El corrido zacatecano, México, INAH, colección Científica # 46, 1976, pp. 74 a 77.

Page 249: Cancionero durangueño

249

Llegó don Francisco Villa,

a la estación de Calera, porque iba a tomar la plaza, para que entrara Natera.

Ya tenían algunos días, que se estaban agarrando,

cuando llegó el general, a ver qué estaba pasando.

Al llegar Francisco Villa, con todos sus escuadrones, se marchó en un automóvil,

al campo de operaciones. Les dijo el general Villa:

“¿Con que está dura la plaza? Ya les traigo aquí unos gallos, creo que son de buena raza”.

Villa recorrió los puestos, pa‟ colocar a su gente,

por el sur, por el oriente, por el norte y el poniente.

Por Morelos y Las Pilas, iban las caballerías, por el centro de las tropas,

iban las infanterías. Calculando su estrategia,

con la visión que él tenía, en las lomas de La Plata, colocó su artillería.

Ese mismo día, en la tarde, emplazaron los cañones, cerca del cerro de El Padre,

apuntado a Los Crestones. Pusieron un reflector,

para encandilar a Villa, y Ángeles lo derribó, como rosa de Castilla.

Villa trazó bien sus planes,

Page 250: Cancionero durangueño

250

y dijo a sus generales, que al día siguiente estuvieran

en sus puestos muy formales. En la Hacienda de Las Pilas,

pasó a sus tropas revista, comenzando desde allí, el ataque a los huertistas.

Manuel Chao y Servín, pasaron por La Bonanza

y entraron a los lugares que les fijó la ordenanza.

Emplazadas ya las piezas, en punto a las diez del día, fue bombardeada la plaza,

con muy buena puntería. A las diez de la mañana,

comenzó aquella jornada, y se oía la balacera, que parecía granizada.

Empezaron los balazos, por el cerro San Martín,

por La Araña y por El Padre, también por El Chapulín.

Ese día por la mañana, comenzaron a bajar, heridos por todas partes

y el cañón a disparar. Andaba las pobres juanas empinadas de los cuerpos,

recogiendo a los heridos y rezándole a los muertos.

Unas eran de la sierra, los más de las poblaciones, eran todas muy bonitas

y de muchos pantalones. Avanzan los batallones

de los valientes villistas, y los federales caen,

Page 251: Cancionero durangueño

251

sin tener quién los asista.

Avanzaron los Dorados, pasaron por San Martín, para atacar a La Bufa,

el formidable fortín. Para tomar a La Bufa,

subieron a La Cebada y, por la loma de El Muerto, encontraron gente armada.

Y los villistas con brío, trepaban por las laderas,

pero al fortín no llegaban, porque morían en las eras

Ataque, tras otro ataque, los pelones rechazaban, pero Madero y Urbina,

más batallones mandaban. Cuatro horas duró el ataque,

para tomar posesiones, de ese cerro de La Bufa, que ha llamado la atención.

El cerrito de La Bufa, de memoria tan famosa,

fue por la tarde tomada, tras una lucha espantosa.

Robles y Toribio Ortega desafiaron a la muerte, y empezaron a atacar la defensa del oriente.

La Bufa la defendían, muchos más de tres mil Juanes,

pero en tana terrible ataque, allí murió Soberanes.

Esos huertistas había, en las cumbres de aquel cerro. Pero fueron hechos polvo

Con un empuje certero.

Page 252: Cancionero durangueño

252

Adiós cerro de La Bufa, con tus lucidos crestones,

¡cómo te fueron tomando, Teniendo tantos pelones!

Vadeando el cerro de El Padre, abatieron las trincheras, guerrilleros de Parral

y don Calixto Contreras. El señor Rosalío Hernández,

valiente como formal, le tocó sacar los mochos del cerro de San Rafail.

Tierra Negra la tomó, Gonzalitos por sorpresa,

porque estaba muy confiado ese mayor Oropeza.

En la Cuesta del Calvario, atacando con su gente, murió Trinidad Rodríguez,

peleando como valiente. Se metió por Las Mercedes,

el general Ceniceros, y el jefe José Rodríguez como buenos compañeros.

En la Plazuela García, tuvieron un encontrón,

pero las fuerzas villistas honraron su pabellón. En la calle de Tres Cruces,

se atrincheran federales y matan con sus disparos a muchos soldados leales.

En dos horas de combate, los federales corrieron,

las calles de San Francisco, llenas de muertos se vieron.

Horrible carnicería hicieron nuestros villistas

Page 253: Cancionero durangueño

253

y, de seiscientos cincuenta, quedaron sólo las listas.

Las baterías de Chihuahua, tan cerradas como siempre,

disparan con precisión sobre el cerro de La Sierpe.

Por el sur, sobre la vía, Guadalupe y La Encantada, por La Bufa y por Loreto,

la División los cercaba. Valiente Medinaveytia,

con otros de gran templanza, como don Rodolfo Fierro, y ese general Almanza.

De los cañones salía, una pura llamarada,

pero ya se definía, la terrible desbandada.

Benavides Herrera, los dos con sus batallones, entraron a la estación

persiguiendo a los pelones. En el fortín de San Juan,

de Dios creían detener, el empuje de las tropas, mas tuvieron que ceder.

Ese coronel Ramírez, artillero federal, cayó como caen los hombres,

en esa lucha infernal. Los sitiados, ya perdidos,

dieron una orden brutal, de volar con dinamita, el Palacio Federal.

Palacio que fue una joya, por su estilo colonial,

quedó nomás en montones, de tierra, madera y cal.

Page 254: Cancionero durangueño

254

Esa finca de La Aduana,

era una finca bonita, la volaron los huertistas, con pólvora y dinamita.

Quemaron los federales, varias cuadras de la plaza,

antes de ser derrotados, perdiéndose muchas casas.

El Palacio, Los Archivos, Obispado y Catedral, sufrieron daños muy graves,

por ese crimen bestial. Pensaron, por Guadalupe,

irse muchos de salida, pues perdieron la esperanza, de resistir en sus reales.

“Medina Barrón, no creas, que andamos porque sobramos,

pues con la ayuda de Dios, a Zacatecas tomamos”.

Gritaba Francisco Villa: “¡‟Ora sí, viejo barbón, ya le puse aquí la muestra

a don Álvaro Obregón!”. Ángeles, el general,

jefe de la artillería, le pidió permiso a Villa, cañonearlos todavía.

Y Villa le contestó: “¡Hombre! No seas imprudente, cómo quieres rematarlos

si perece mucha gente”. Como a las seis de la tarde,

la plaza estaba tomada, las campanas anunciaban el triunfo de la jornada.

La sangre corrió a torrentes

Page 255: Cancionero durangueño

255

y las gentes resbalaban, en los charcos que, en las calles,

por dondequiera quedaban. Por el lado de La Veta, cantaban Los Horizontes, 103

“Fue tomada Zacatecas, por la División del Norte”.

Medina Barrón fue el jefe, de las fuerzas federales,

y retuvo por dos meses, el empuje de los leales.

Fíjense lo que hacía Villa con el que hacía prisionero, le perdonaba la vida,

le daba ropa y dinero. Gritaba Francisco Villa:

“¿Dónde te hallas Argumedo? ¡Ven párate aquí adelante, tú que nunca tienes miedo!”

No te vayas orejón, quédate a los chicharrones,

dile a Medina Barrón, que murieron sus pelones.

Gritaba Francisco Villa:: “¿Dónde estás viejo Barrón? ¡Yo creo que todos me quedan,

guangos como el pantalón!” ¡‟Ora sí, borracho Huerta! harás las patas más chuecas,

al saber que Pancho Villa, ha tomado Zacatecas.

Felicitó Pancho Villa, a todos sus batallones, por el éxito alcanzado,

de acabar con los pelones. ¡Que viva Francisco Villa,

103

Los Horizontes, nombre de un conjunto musical que acompañó a la División del Norte.

Page 256: Cancionero durangueño

256

que defiende al pueblo entero! ¡Que vivan sus generales:

Urbina y Raúl Madero! Los muertos van al panteón,

cayendo como goteras, por la mortandad que hicieron Francisco Villa y Natera.

Cuatro ramitos de azahares, puestos en cuatro macetas,

a los valientes villistas que tomaron Zacatecas.

Vuela, vuela palomita, llévate una flores secas, y dile al borracho Huerta

que entramos a Zacatecas. Vuela, vuela palomita,

párate en esas violetas, ¡señores, es el corrido: La toma de Zacatecas!

“Mi nombre es Arturo Almanza, soy dorado y no pelón,

¡Que viva Francisco Villa! ¡Viva la Revolución!”

Page 257: Cancionero durangueño

257

El general Francisco Villa dirigió a la División del Norte en la la toma de

Zacatecas

Page 258: Cancionero durangueño

258

General Luis Medina Barrón, jefe de las tropas federales huertistas en

Zacatecas que fueron derrotadas por la División del Norte

Imagen de los efectos destructivos de la guerra durante por la toma de

Zacatecas

Page 259: Cancionero durangueño

259

La famosa y emblemática canción de La Adelita es considerada entre las

composiciones mexicanas más conocidas internacionalmente y su melodía implica

la identificación sonora inmediata con la Revolución Mexicana. De La Adelita,

existen múltiples versiones cantadas, instrumentales e incluso sinfónicas. Varios

investigadores coinciden en que La Adelita, en su versión original, surgió de entre

las tropas durangueñas del general Domingo Arrieta León.

A grandes rasgos, la historia de la canción es la siguiente: Una vez que los

revolucionarios antihuertistas ocuparon la ciudad de Durango, en junio de 1913, el

general Domingo Arrieta ordenó a su hermano Mariano que, junto con la Tercera

Brigada de Caballería de su División, se dirigiera, en el mes de septiembre de

1913, a apoyar a las tropas constitucionalistas de los generales Álvaro Obregón y

Ramón F. Iturbe, en la campaña de Sinaloa y en la toma de la ciudad de Culiacán.

A la sazón, el profesor Julián S. Reyes, actuaba como director de la banda de

música de la Brigada Arrieta. En la ciudad de Culiacán, al departir con los

camaradas revolucionarios y hacer comentarios en torno a las canciones

regionales, el profesor Reyes escuchó de un señor, de apellido Amezcua, la

melodía de La Adelita, en su versión silbada, y Amezcua le aseguraba que esa

tonada era de las que mayor éxito habían alcanzado en la región y que la música,

de autor desconocido, había empezado a escucharse hacía unos dos o tres años,

es decir en el periodo de la Revolución Maderista.

Percatándose de la calidad de la melodía, Julián S. Reyes desarrolló la

audiotranscripción musical de la melodía e hizo los arreglos necesarios para la

instrumentación en banda. De inmediato, La Adelita fue incorporada en el

repertorio del conjunto musical, como pieza obligada y en todos los lugares que la

Brigada Arrieta iba ocupando, se repetía la interpretación. Además de la música,

los intérpretes de la banda también cantaban la letra que adquiriría fama mundial.

En diciembre del mismo año, la triunfante Brigada retornaba a la ciudad de

Durango y el día 12, el general Mariano dispuso que la banda de Reyes ofreciera

una función en el Santuario de Guadalupe, en honor y agradecimiento religioso a

la Virgen del mismo nombre. En la ocasión se estrenó La Adelita, en la ciudad de

Durango y posteriormente no se dejaba de tocar en las serenatas que

Page 260: Cancionero durangueño

260

semanalmente se ofrecían en la Plaza de Armas. La constante repetición de la

canción entre las tropas de los hermanos Arrieta propició que esta se transformara

en el himno de la División Durango y por ello, otros cuerpos revolucionarios les

llamaron Los Adelitos.

Muchas historias, chismes y consejas se tejieron en torno a la mujer que había

inspirado la famosa canción. No faltaron quienes, en el afán protagónico de ser La

Adelita, inventaron una gran cantidad de testimonios y pruebas poco fiables.

El señor Rufino Quiñónez, quien fuera el subdirector de la banda de música del

maestro Reyes, se dio de baja de las tropas arrietistas y, en compañía de los

también músicos de la banda: Alejo Ríos, Juan Flores y Toribio Correa, se dirigió a

trabajar a la ciudad de El Paso, Texas, en donde hicieron sonar las belicosas y

amorosas notas de La Adelita. En los Estados Unidos, la canción pasó a ser

grabada en discos fonográficos de pasta de 78 revoluciones por minuto y la

facilidad de reproducción, en su entonces novedoso contenedor, fue un nuevo

motivo que contribuyó a la popularización mundial de la canción. 104

La Adelita 105

Anónimo

Y Adelita se llama la joven a quien yo quiero y no puedo olvidar,

en el mundo yo tengo una rosa y con el tiempo la voy a cortar.

Si Adelita quisiera se mi esposa, si Adelita fuera mi mujer, le compraría un vestido de seda

para llevarla a bailar al cuartel. Adelita, por Dios, te lo ruego,

calma el fuego de ésta mi pasión, porque te amo y te quiero rendido y por tí sufre mi fiel corazón.

104

MARÍA Y CAMPOS, ARMANDO DE. La Revolución Mexicana a través de los corridos populares, Tomo I, México, Biblioteca del INEHRM, # 25, 1962, pp. 42 a 43. 105

DROMUNDO, BALTAZAR. Villa y La Adelita, Victoria de Durango, Dgo., Gobierno del Estado de Durango, 1936, pp. 38 a 40.

Page 261: Cancionero durangueño

261

Si Adelita se fuera con otro,

la seguiría por tierra y por mar, si por mar, en un buque de guerra, si por tierra, en un tren militar.

Soy soldado y la Patria me llama, a los campos que vaya a pelear,

Adelita, Adelita de mi alma, no me vayas, por Dios, a olvidar.

Por la noche, andando en el campo, se oye el clarín que toca a reunión, y yo repito, en el fondo de mi alma,

Adelita es mi único amor. Si supieras que ha muerto tu amante,

rezarás por mí una oración, por el hombre que supo adorarte con el alma, vida y corazón.

Toca el clarín de campaña a la guerra, salga el valiente guerrero a pelear,

correrán los arroyos de sangre, que gobierne un tirano, ¡jamás!

Y si acaso yo muero en campaña, Y mi cuerpo en la tierra va a quedar, Adelita, por Dios, te lo ruego,

que con tus ojos me vayas a llorar. Ya no llores, querida Adelita,

ya no llores, querida mujer, no te muestres ingrata conmigo, ya no me hagas tanto padecer.

Me despido, querida Adelita, ya me alejo de mi único placer, nunca esperes de mi alma cautela,

ni te cambio por otra mujer. Ya me despido, querida Adelita,

de tí un recuerdo quisiera llevar, tu retrato lo llevo en mi pecho, como escudo que me haga triunfar.

Conque, quédate querida Adelita,

Page 262: Cancionero durangueño

262

ya me voy a la guerra a pelear, la esperanza no llevo perdida,

de volverte, otra vez, a abrazar.

Page 263: Cancionero durangueño

263

En los últimos meses de 1914, las diversas facciones revolucionarias que

triunfaron contra el gobierno usurpador de Victoriano Huerta, con graves

diferencias de jerarquía e ideología, se reunieron en la Convención de

Aguascalientes, con la intención aparente de unificar criterios y dar rumbo

coherente a los destinos del país. En la Convención, los irreconciliables

revolucionarios se dividieron en dos grandes facciones: los convencionistas,

seguidores de los jefes populares Emiliano Zapata y Francisco Villa, y los

constitucionalistas, quienes siguieron las órdenes del jefe Venustiano Carranza.

De inmediato, la guerra de las facciones en pugna volvió a cubrir de violencia y

sangre el territorio nacional.

Como una de las consecuencias de la guerra revolucionaria, los ferrocarriles del

país sufrieron graves destrozos y, dada la importancia estratégica de las cintas de

acero y los trenes, el 4 de diciembre de 1914, el Gobierno Constitucionalista de

Venustiano Carranza decretó la incautación de las vías férreas y los trenes de las

zonas que dominaban los constitucionalistas, con la creación de la Dirección

General de Ferrocarriles Constitucionalistas. Por su parte, el convencionista

Francisco Villa incautó los tramos de ferrocarril de Paredón a Durango y el

Durango-Tepehuanes.

En el estado de Durango, la lucha entre los constitucionalistas y los

convencionistas, durante el año de 1915, fue protagonizada por las tropas

carrancistas constitucionalistas de los generales Mariano y Domingo Arrieta,

mientras que los villistas convencionistas actuaron bajo las órdenes del general

Tomás Urbina.

En un primer momento, Villa tenía la supremacía guerrera de la entidad, pero al

retirar tropas para combatir en El Ébano, San Luis Potosí, los hermanos Arrieta se

apoderaron de Tepehuanes y, siguiendo la vía del ferrocarril, el 13 de agosto de

1915, lograron ocupar la ciudad de Durango. Sin embargo, una partida de villistas,

perseguidos por las tropas carrancistas del general Francisco Murguía,

incursionaron en Durango y asaltaron el ferrocarril de Durango a Tepehuanes, a la

altura de la Estación Carpintero, el 19 de agosto de 1915 y el asalto es el asunto

del Corrido de Carpintero.

Page 264: Cancionero durangueño

264

En un constante estira y afloja bélico, ante el avance de los villistas, los

constitucionalistas arrietistas se vieron obligados a desalojar la ciudad de Durango

el 23 de agosto de 1915 y para el 19 de octubre del mismo año, los carrancistas

recuperaban la plaza para los constitucionalistas.

Corrido de Carpintero 106

Antonio Raymundo Muros

En el nombre sea de Dios, pido permiso primero, para hacer estos versitos

del asalto a Carpintero. Señores, en un momento, prestadme vuestra atención,

para cantar la tragedia, sucedida en la ocasión.

Comienzo pues a informar, de los horribles desmanes, que el diecinueve de agosto

sufrió el tren de Tepehuanes. Pues qué inocentes estaban,

toditos los pasajeros, que iban a ser despojados, por los crueles bandoleros.

Con el rumbo a Tepehuanes salió el tren de esta ciudad,

el cual fue descarrilado, por los hombres sin piedad.

Toditos los pasajeros se encontraban asustados, de verse en esos momentos,

de bandoleros sitiados. Los asaltantes estaban,

106

Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

Page 265: Cancionero durangueño

265

en línea de tiradores, allí se vido el valor,

de los leales defensores. Del rancho de José Antonio,

y también de los Potreros, estaban posesionados , toditos los pasajeros.

Pues se abrió duro combate, entre leales y rebeldes,

al mismo tiempo se oían, tristes ayes de la gente.

Pues la escolta fue atacada, por distintas direcciones, quedando muertos y heridos,

en sus mismas posesiones. Tristes lamentos se oían,

daban los agonizantes, ya dueños del campamento, quedaron los asaltantes.

La escolta que se abatía, sin refuerzo cual ninguno,

tuvieron que sucumbir, pues muriendo uno por uno.

Pues como buitres hambrientos, se lanzaban los villistas, asesinando furiosos,

a los pobres carrancistas. Terminada la tarea, los infames bandoleros,

pues se decían más furiosos, a despojar pasajeros.

Se negaban pasajeros a entregar los que llevaban, sin esperar más, los hombres,

luego, luego los mataban. En burros y en carretones,

llevaban lo que podían, prendiendo fuego a los carros,

Page 266: Cancionero durangueño

266

que estaban sobre la vía.

En los vagones había, heridos que lamentar, pues también fueron quemados,

no pudieron escapar. Pues algunos pasajeros,

hasta la razón perdieron, por los terribles momentos, de miseria en que se vieron.

Muchos huérfanos quedaron y muchas viudas también,

por el horrible desastre, que sufrieron en el tren.

De desolación y muerte, fueron aquellos momentos, de balas y “agalabis”,

desprendían sus lucimientos. El siniestro criminal,

proceder de los alzados, hacen siempre recordar, de los crímenes pasados

el pobre del conductor, en grande aprieto se veía,

lo seguían por diez pesos, que traía en su compañía.

Pues resultaron heridos, en la sangrienta refriega, lamentando su dolor, las señoritas Ortegas.

Don José Ramón Valdez, en esos tristes sucesos,

perdió un carro que llevaba, pues más de quince mil pesos.

En el terrible atentado, cometido en ese día, perdió la vida el comerciante,

señor Eloíso García.

Page 267: Cancionero durangueño

267

Vuela, vuela palomita, apresúrate a llegar,

anda avisa que ya es muerto, pues don José Salazar.

Al auditor Jesús Díaz, le amagaban con la muerte, pues poniéndole con rabia,

la carabina en la frente. Al fin se vino salvando,

Jesús Díaz, el auditor, por una tercera parte, que intervino a su favor.

En fin, yo ya me despido, lo acompaño en su dolor,

a los que quedaron huérfanos, en los momentos de horror.

Ya se acabó la tragedia, ya acabaría de cantar, los versitos del asalto,

que hoy acabó de pasar.

Billete durangueño del periodo revolucionario

Page 268: Cancionero durangueño

268

El 12 de diciembre de 1915, la población de Cuencamé, cabecera del municipio

del mismo nombre, que en esos momentos se encontraba sin defensa de

soldados y oficiales villistas convencionistas, fue atacada por las tropas

carrancistas constitucionalistas del general Francisco Murguía. Cuencamé era

reconocida en los medios villistas como La fábrica de generales, por el hecho de

que veintiún generales villistas de la División del Norte fueron cuencameros.

Después de ocupar la plaza, siguiendo la táctica militar llamada de tierra

quemada, Murguía ordenó a su tropa que Cuencamé fuera arrasada e incendiada

y que sus pobladores fueran reconcentrados en la ciudad de Durango con la

finalidad de cortar los abastecimientos que daban los campesinos a los

revolucionarios villistas.

En el juicio sumario al que se sometió años después, al general Francisco

Murguía, al cuestionársele sobre la orden de incendiar y arrasar Cuencamé, éste

argumentó lo siguiente: “Eso fue culpa de la Revolución misma, por ser un pueblo

refugio de villistas y madriguera de bandidos, puesto que los principales cabecillas

allí tenían su cuartel general, y fue el único medio que se puso para evitar el

sacrificio de muchas vidas”. En el Corrido de Cuencamé se dan los pormenores de

la acción de la tropa de Murguía.

Corrido de Cuencamé 107

Anónimo

En mil novecientos quince,

como lo tengo presente, que en Real de Cuencamé, echaron fuera a la gente.

Los que a Cuencamé robaron, no aprovecharon el viaje,

todos quedaron tirados,

107

ARMENDÁRIZ DE MESTA, MARÍA DE LA PAZ y JESÚS RÍOS FAVELA. Monografía de Cuencamé, Cuencamé, Durango, s / p, 1985, p. 50.

Page 269: Cancionero durangueño

269

en la estación de Pasaje.

Pobres y ricos perdieron. todos sin haber jugado, salieron de Cuencamé,

nomás con lo encapillado. Profecías no hay todavía,

las que anunciaban los sabios, daban compasión los niños, que llevaban de la mano.

Murguía le dice a González: “Cuencamé es muy peligroso,

porque hay muchos generales, todos cual más valerosos”.

¡Que viva Canuto Reyes, Pedro Favela e Hilario y el general Santos Sánchez,

por ser patriota y buen gallo! Todos los de Cuencamé,

son del partido de Villa, los del Pueblo y los de Ocuila, también los de La Cuchilla.

Vuela, vuela palomita, vuela, vuela y detente,

que pa‟l doce de diciembre, echaron fuera a la gente.

Despedida no les doy, porque no la traigo aquí, se la dejé a mis amigos y al Señor de Mapimí.

Page 270: Cancionero durangueño

270

Monumento ubicado en Cuencamé, en honor a los generales villistas

cuencameros de la División del Norte

Page 271: Cancionero durangueño

271

Se desconoce, a ciencia cierta, el lugar del nacimiento del general revolucionario

Benjamín Argumedo, conocido también como El Tigre de La Laguna. Sin

embargo, diversas fuentes coinciden en que fue oriundo de Matamoros, Coahuila.

A partir de 1910, la carrera bélica de Argumedo fue ininterrumpida y se destacó

por su valentía y por su constante cambio de facción. En 1910, El Tigre de La

Laguna fue maderista, en 1912 orozquista, en 1913 se afilió al Gobierno

Usurpador de Victoriano Huerta, y, a fines de 1914, rectificando su ruta, se vio a sí

mismo como defensor del Gobierno Convencionista al que se mantuvo leal, hasta

su muerte. Como convencionista, Benjamín Argumedo actuó al lado de los

generales: Juan Andrew Almazán, Higinio Aguilar y Emiliano Zapata, en los

estados de Puebla y Morelos.

Al momento de la derrota de los convencionistas, en la Ciudad de México,

Argumedo se trasladó a la ciudad de Toluca, de donde a su vez, fue desalojado

por las tropas constitucionalistas. Con la intención de cambiar la sede del

Gobierno Convencionista a la ciudad de Durango, Argumedo con su tropa, escoltó

al presidente convencionista Francisco Lagos Cházaro, desde Toluca hasta el sur

del estado de Durango.

En el camino a Durango, la gente de Argumedo fue atacada, derrotada y

dispersada por fuerzas constitucionalistas, en la Sierra de La Gruñidora, del

estado de Zacatecas. Por su parte, Francisco Lagos Cházaro escabulléndose y

haciendo a un lado su investidura, cambió de rumbo hacia el estado de

Tamaulipas, logró escapar de los constitucionalistas y se dirigió hacia Nicaragua.

Después de su derrota en La Gruñidora, Argumedo sostuvo diversos combates y

escaramuzas con tropas constitucionalistas de los generales: Francisco Murguía y

Domingo Arrieta, en los estados de Durango y Zacatecas. Durante un encuentro

con tropas de Arrieta, en la Hacienda de La Purísima, El Tigre de La Laguna

resultó herido y fue perseguido hasta su captura, el 4 de febrero de 1916. La

aprehensión de Argumedo, herido en un costado, se facilitó por la delación de su

secretario Pedro Rodríguez Triana, quien dio a conocer la posición de Argumedo

los constitucionalistas de Francisco Murguía.

Page 272: Cancionero durangueño

272

Las Mañanas de Benjamín Argumedo proporcionan el relato de los pormenores de

la suerte de Argumedo desde su traición y captura en Temascal, municipio de

Súchil, Durango, su traslado a la ciudad de Durango, el juicio sumario en el que,

gracias a una adecuada defensa, obtuvo el indulto, la revocación del indulto, y la

sentencia de pena capital definitiva del general Francisco Murguía, quien actuaba

como jefe de operaciones militares del estado de Durango. El corrido finaliza con

el fusilamiento del general Argumedo en el panteón de Durango.

Se cuenta que, cuando Argumedo fue sentenciado pidió la gracia de ser fusilado

en público de la gente, esperando que, gracias a su ascendencia entre la

población, la multitud espectadora evitaría su ejecución y, aún cuando al momento

del fusilamiento hubo un conato de motín, la sentencia se cumplió el primer día de

marzo de 1916.

Inocencio Parra, el compositor de las Mañanas de Benjamín Argumedo, fue

asistente del general fusilado y para obtener los elementos de su sentido relato

cantado, siguió toda la secuencia del viaje, desde la aprehensión hasta el

fusilamiento del protagonista de las mañanas, para trasladar a sextetas poéticas,

el relato que se transformaría en uno de los más famosos corridos históricos de la

lírica narrativa mexicana.

Mañanas de Benjamín Argumedo 108

Inocencio Parra

Para empezar a cantar, para empezar a cantar,

pido permiso primero, señores, son las mañanas, señores, son las mañanas,

de Benjamín Argumedo. Adónde estaba Argumedo,

adonde estaba Argumedo, tenía el camino andado, a orillas de una laguna,

108

ESPARZA SÁNCHEZ, CUAUHETÉMOC. Op. Cit. , pp. 78 a 82.

Page 273: Cancionero durangueño

273

ahí estaba el general, viendo bañar su caballo.

De pronto comunicaron, de pronto comunicaron,

al tirano de Murguía, para aprehender a Argumedo, para aprehender a Argumedo,

y a toda su compañía. Cuando Rodríguez salió,

cuando Rodríguez salió, a Temascal arribó, diciendo que iba a la Sierra,

diciendo que iba a la Sierra, a Benjamín traicionó.

Lo llevaron por la calle, lo llevaron por la calle, bastante gente acudía,

se llenó la Plaza de Armas, se llenó la Plaza de Armas, a ver lo que sucedía.

Dos lo llevaban del brazo, dos lo llevaban del brazo,

y lo llevaban pie a tierra, lo llevaban a Palacio, lo llevaban a Palacio,

era el Consejo de Guerra. Lo subieron a Palacio,

lo subieron a Palacio, donde estaba el Tribunal, ahí ganó la defensa, y ahí ganó la defensa,

indulto pa‟el general. Mas el general Murguía,

mas el general Murguía, no hizo caso a la justicia, y dio de nuevo sentencia,

y dio de nuevo sentencia, que‟ra pena capital.

Su familia, que ahí estaba, su familia, que ahí estaba,

Page 274: Cancionero durangueño

274

estaba tan desolada, al oír esa sentencia,

al oír esa sentencia, hubo de cair desmayada.

Lo bajaron de Palacio, lo bajaron de Palacio, por la calle en gran alarde,

lo llevaba su destino, lo llevaba su destino, serían las seis de la tarde.

Por la calle donde iba, por la calle donde iba,

fue la Veinte de Noviembre, ¿Cómo iría su corazón…? ¿Cómo iría su corazón…?

Seguro naiden lo entiende. Último día de febrero,

último día de febrero, novecientos dieciséis, han sacado a Benjamín,

han sacado a Benjamín, entre las cinco y las seis.

Ese reló de Durango, ese reló de Durango, sus horas le atormentaban,

porque clarito decía, porque clarito decía, las horas que le faltaban.

Cuando llegó a su destino, cuando llegó a su destino, dijo: “Vengo en agonía,

pues hoy tengo que ser muerto, pues hoy tengo que ser muerto, Dios así lo dispondría”.

“¡Válgame Dios! ¿Qué haré yo? ¡Válgame Dios! ¿Qué haré yo?”

Dijo al general Murguía, y le pidió una mercé, y le pidió una mercé,

a ver si la concedía.

Page 275: Cancionero durangueño

275

Y don Francisco Murguía, y don Francisco Murguía,

le contestó con esmero: “¿Qué mercé es la que quiere? ¿Qué mercé es la que quiere?

mi general Argumedo”. “Oiga usté, mi general,

oiga usté, mi general, yo también fui hombre valiente, quiero me haga ejecución,

quiero me haga ejecución, en público y de la gente”.

“Oiga usté, mi general, oiga usté, mi general, yo no le hago ese favor,

pues todo lo que yo hago, pues todo lo que yo hago, es por orden superior”.

“En algunas ocasiones, en algunas ocasiones,

también a usté habrá pasado, pues jefe de operaciones, pues jefe de operaciones,

ya sabe que soy nombrado”. Luego que Argumedo vio,

luego que Argumedo vio, que no se le concedía, no manifestaba miedo,

no manifestaba miedo, antes mejor se sonría. “Ya que Dios me ha concedido,

ya que Dios me ha concedido, el no morir en la guerra, quiero que a mi alma en camino,

quiero que a mi alma en camino, anime Cristo en la Tierra.

“Adiós mis padres queridos, adiós mis padres queridos, de toda mi estimación,

no me volveréis a ver, no me volveréis a ver,

Page 276: Cancionero durangueño

276

volé a la otra mansión”.

“Adiós todos mis amigos, adiós todos mis amigos, me despido con dolor,

ya no vivan tan engréidos, ya no vivan tan engréidos, de este mundo engañador”.

“Adiós, mi tierra afamada, adiós, mi tierra afamada,

recinto donde viví, adiós, mi querida esposa, adiós, mi querida esposa,

ya me despido de ti”. “Adiós, montañas y sierras,

adiós montañas y sierras, ciudades y poblaciones, „onde me vide en la guerra,

„onde me vide en la guerra, que parecían quemazones”.

“Adiós, familia querida, adiós, familia querida, que era toda mi alegría,

adiós, mi querida esposa, adiós, mi querida esposa, adiós, Penitenciaría”.

Ya se acabó Benjamín, ya se acabó Benjamín,

ya no lo oirán mentar, ya está juzgado de Dios, ya está juzgado de Dios, ya su alma fue a descansar.

“Basta de tanto sufrir, basta de tanto sufrir,

y tanto andar navegando, miren „onde fui a parar, miren „onde fui a parar,

en el panteón de Durango”. Doy detalle en realidad,

doy detalle en realidad, era un cuatro de febrero,

Page 277: Cancionero durangueño

277

aprehendieron a Alaniz, aprehendieron a Alaniz,

y a Benjamín Argumedo. Esa tarde allá en la sierra,

esa tarde allá en la sierra, lo empezaron a bajar, apenas podía dar paso,

apenas podía dar paso, ¡ay, mi pobre general!

Lo bajaron de la sierra, lo bajaron de la sierra, todo liado como un cuete,

eran doscientos soldados, eran doscientos soldados, venidos de Sombrerete.

Lo montaron en un carro, lo montaron en un carro,

como si fuera de flete, pasaron por San Miguel, pasaron por San Miguel,

arriba de Sombrerete. Cuando arriban a Durango,

cuando arriban a Durango, el tren comenzó a silbar, veinte soldados de escolta,

veinte soldados de escolta, que lo fueran a bajar.

Otro día por la mañana, otro día por la mañana, lo fueron a examinar, le llevaron dos doctores,

le llevaron dos doctores, que lo fueran a curar.

Cuando ya medio sanó, cuando ya medio sanó, que se le llega su día,

lo fueron a presentar, lo fueron a presentar, con el general Murguía.

Pues era un martes, por cierto,

Page 278: Cancionero durangueño

278

pues era un martes, por cierto, presente tengo ese día,

cuando lo sacó el resguardo, cuando lo sacó el resguardo, de la Penitenciaría.

“Tanto peliar y peliar, tanto peliar y peliar,

con el máuser en la mano, para morir fusilado, para morir fusilado,

en el panteón de Durango”. Amigo, no te señales,

amigo, no te señales, por riqueza ni estatura, pues todos somos iguales,

pues todos somos iguales, materia de sepultura.

Vuela, vuela palomita, vuela, vuela palomita, párate en aquel potrero,

estas son las mañanitas, estas son las mañanitas, de Benjamín Argumedo.

Ya con ésta me despido, ya con esta me despido,

porque cantar ya no puedo, ya les canté las mañanas, ya les canté las mañanas,

de Benjamín Argumedo.

Page 279: Cancionero durangueño

279

Page 280: Cancionero durangueño

280

Benjamín Argumedo. El Tigre de La Laguna

Page 281: Cancionero durangueño

281

Martín Herrera es el personaje principal de un famoso corrido que ha tenido tantas

variaciones, que incluso algunas de algunas se le ha cambiado su .sentido original

a la narración. Al parecer el primer corrido fue el de Martín Herrera; bandido del

periodo de la Revolución, del que se desconoce si fue personaje real o de ficción.

Posteriormente la narración fue transformada en Los tres amigos, que tuvo dos

versiones, de las cuales, una fue de la. tradición oral, llamada Los tres amigos.

Canción revolucionaria de 1916, y la otra escrita en los años treintas del siglo XX,

por Francisco Castillo Nájera.

Desde los años setentas del siglo XX, ha tenido mucho éxito el corrido de Los dos

amigos que, en esencia, relata las mismas aventuras de Martín Herrera y Los tres

amigos. Con parecida versificación. Posteriormente Los Cadetes de Linares

compusieron Eran Cuatro de a Caballo, y los mismos cantantes compositores

hicieron la letra, música e interpretación de El caballo Jovero. Lo común en todas

estas versiones es que sus protagonistas: que venían de Mapimí / y por no venirse

de oquis / robaron Guanaceví".

Corrido de Martín Herrera109

Anónimo

Señores, tengan presente, la suerte de Martín Herrera, que aunque fue hombre valiente,

no murió en ninguna guerra. Herrera con sus amigos

venía de Guanaceví, y por no venir de oquis, robaron en Mapimí.

Éntrale caballo prieto, del fierro de Catarina,

como robaste los carros, así robarías la línea.

109

VÁZQUEZ SANTA ANA, HIGINIO. Cantares mexicanos, México, Ed. León Sánchez, s/f, pp. 220 a 222.

Page 282: Cancionero durangueño

282

Ellos eran dos bandidos, que vistieron de mujeres,

para salir a robar, en los carros de Praxedis.

José no sabía robar, era hombre trabajador, pero Martín lo enseñó

y salió de lo mejor. Esos eran de lo bueno,

robaban mucho dinero, despreciaban las gallinas que veían en el potrero,

Éstos tenían maquinaria, y ciencia de picardía,

descarrilando los trenes, de tarde, de noche y día.

Martín tenía buen caballo, que nombraba Palafrén, se soltaba relinchando

cuando oía silbar el tren. Una vieja remilgada,

que la llaman La Maruca, fue la que los entregó, en la ciudad de Pachuca.

Esta vieja rompe cuentos, fue la que los entregó,

por un vestido de seda, que un gringo le prometió. Andábase la María

que hasta le daban torsones: “¡Ay! Si me dieran a mi hijo, lo pagaría con tostones”.

Le respondió el Juez de Letras, como Presidente que era:

“Si 1o pesaran en oro, tampoco yo te 1o diera”.

Responde el encapillado: “Papá, ya no ande llorando,

Page 283: Cancionero durangueño

283

que se le cumpla su antojo. y no se ande avergonzando”.

Se murió como los hombres, y al llevarlo iba cantando,

los hombres cuando se mueren, nunca andan poniendo bando.

Triste fin el de este Herrera, que por bandido perdió, y aunque fue gallo muy fino,

el castigo recibió. Y fue un bandido de fama,

que a todos causó mal, pero a la hora de la muerte, no se quiso confesar.

Va con ésta me despido, subido en una palmera,

aquí se acaban cantando, versos de Martín Herrera.

Page 284: Cancionero durangueño

284

Corrido de los dos amigos 110

Anónimo

Estos eran dos amigos,

que venían de Mapimí, que por no venirse de oquis, robaron Guanaceví.

Ellos traiban dos caballos, un obscuro y un jovero,

en el obscuro la ropa y en el jovero el dinero.

También traiban maquinaria y muy buena batería, para desclavar los rieles y hacer los cambios de vía.

Martín le dice a José: “No te pongas amarillo,

vamos a robar el tren, que viene de Bermejillo”.

“Amarillo no me pongo, amarillo es mi color, he robado trenes grandes

y máquinas de vapor”. Válgame el Santo Niñito,

ya aprehendieron a José, en la esquina del mercado, lo ataron y se les fue.

Sería por las oraciones que su madre le rezaba,

o sería su buena suerte o más bien no le tocaba,

110

Cantado por "Los Alegres de Terán", en: 30 Corridos de Oro, Discos CBS, Lp.- 35·63, 1981.

Page 285: Cancionero durangueño

285

Los tres amigos 111

Canción revolucionaria de 1916

Anónimo

Estos eran tres amigos, que venían de Mapimí,

y por no venir tan di oquis, robaron Guanaceví.

Éstos traiban herramienta, maquinaria y batería, pa' levantar los durmientes

y 1os rieles de vía. Naiden supo que s'hicieron,

después que tanto se habló, ¿ Los tronaron? ¿Se rindieron? Sepa Dios lo que pasó…

111

CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. Corrido de Durango. Los tres amigos, México, Imprenta Mundial, s/f, p. 1.

Page 286: Cancionero durangueño

286

Los tres amigos 112

Francisco Castillo Nájera

Éstos eran tres amigos, pero amigos de verdá, se miraban como hermanos,

comprendiendo 1 'amistá. Naiden supo quiénes jueron,

ni cuál jué su condición, pero todos los tuvieron por hombres de corazón,

Hay quen diga qu'eran antes, del principio de la bola,

revoltosos, estudiantes, de parranda y de pistola,

Otros dicen que rancheros, de mediana posición, también cuentan que rieleros

y vecinos de Torreón. Se rumoran qu'eran gentes

de la güena sociedá, de familias muy decentes, lo mejor de la cuidá.

Pa‟ mi ver eran mineros del rumbo de Mapimí.

Manejaban los barrenos y el belduque y el fusil. Si alzaron con el motivo,

de salvar a la Nación; por el sufragio afectivo por la no releición.

Ganó muy pronto Madero y sin mucho combatir,

y los tres vales se jueron sin poder sobresalir.

112

Ibíd., pp. 1 a 11.

Page 287: Cancionero durangueño

287

Resultaron gobiernistas contra Orozco el infidente,

y más tarde carrancistas, pa' vengar al Presidente.

Lueguito corrió la fama de la nueva trinidá, jué cundiendo como llama

por el campo y la ciudá. Como jefes de gavilla

hicieron grande furor, unas veces contra Villa, y otras veces a favor.

Casi siempre eran formales, sin violencia ni jactancias,

si hicieron algunos males jué cuestión de circunstancias.

No eran piores ni mejores que los otros sublevados, jueron bravos luchadores,

a morirse resignados. No usaron distintos modos

ni jué su conducta vil, se portaron como todos en una guerra civil.

En sus épocas de gloria nunca jueron pretenciosos,

supieron de la victoria y de trances peligrosos. Es un juego el de la guerra

muy difícil de jugar, uno atina y otro yerra y la vida hay qui apostar.

En medio de los desastres se supieron consolar;

hast‟al mejor de los sastres se li olvida algún ojal.

Lucharon como pudieron, con temple y con decisión,

Page 288: Cancionero durangueño

288

obraron como supieron, siempre con güena intención.

Que robaron, naiden niega, pero sin ser abusivos,

por siempre hicieron entrega de vales y de recibos.

Documentos triplicados, pagaderos al triunfar, muchos han sido aceptados

por el gobierno legal. Gallardos y decididos,

en edá de merecer, trastornaron los sentidos de la niña y la mujer.

Si ocupaban triunfadores los pueblos o la ciudá,

disfrutaban los favores de damas de calidá.

Y por esas travesuras, más o menos habituales los condenaron los curas,

llamándolos criminales. Pero en cuenta no tuvieron,

al dar ese fallo injusto, que si las hembras cayeron, jué por su purito gusto.

No eran hombres sanguinarios, que mataran por placer, si colgaban reaccionarios,

jué cumpliendo su deber. Si a unos pocos prisioneros

se los echaban al plato, nu es que jueran carniceros, culpables de asesinato.

Era pa' llenar las formas, qui ordenaban en los planes,

y en las diversas reformas, los méritos capitanes.

Page 289: Cancionero durangueño

289

Si volaron los durmientes,

ni jué afán de destrucción, guerrilleros y prudentes, tomaban su precaución,

Los llamaron chaqueteros, bandidos sin convicción,

faiciosos y bandoleros, y aprobio de la Nación.

Y eran los mesmos papeles, de los mesmos limpiabotas, qui antes los llamaros fieles,

distinguidos y patriotas. Sin noticias en la sierra,

se explica su confusión; di una guerra y di otra guerra inoraron la razón.

Siempre siguieron peleando; si sus jefes se voltiaban

ellos pasaban de bando sin saber que se cambiaban.

Por eso nu es de justicia echarles tantos insultos, no supieron la noticia,

porque si hallaban ocultos. Lejos de las poblaciones,

nunca jueron alvertidos de las muchas divisiones y cambios de los partidos.

Sinceramente pensaban de sí mismos satisfechos, que por el pueblo luchaban,

pa' conquistarle derechos. Periodistas y habladores,

sin valor y sin firmeza, los llamaron malhechores y pidieron sus cabezas.

No almlra quí así pasara,

Page 290: Cancionero durangueño

290

al fuego de la pasión, y que tanto se gritara

contra la Revolución. Pos medran hasta el presente

deturpadores arteros, sin ningún antecedente, que son los más argüenderos ,

En su casa, por cautela, se quedaron los miedosos,

y otros iban a la escuela por qu'eran unos mocosos.

Y ellos son los que cronican nuestra lucha libertaria, la deforman y critican

con maldad extraordinaria. No existen hombres perfeitos ,

es la humana condición, y resaltan los defeitos en una revolución.

Oigan esos comentarios quienes hablan por envidia,

por instintos reaccionarios, por despecho y por perfidia.

Oíganlos, quien de repente ha subido por favor, y es el más intransigente

pa' perdonar un error. El que jué a la pelotera y supo del bien y el mal,

ni se asusta ni esagera, todo lo halla natural.

Los que arman la chirinola, y calumnian sin parar, son los que tienen más cola

pa' podérselas pisar. Ya ya vuelvo a los amigos,

y su historia a proseguir; frente a tantos enemigos,

Page 291: Cancionero durangueño

291

pos tuvieron que juyir.

Se publicaron fugaces noticias de sus hazañas, cuando en empresas audaces

bajaron de las montañas. L'útlima vez que se supo

jué qu'en una dispersión los tres dejaron el grupo y corrieron p'al Bolsón.

En seguida es un secreto lo que les ha sucedido;

el afamado tercero para siempre si ha perdido.

Pobrecitos valedores, la fortuna les falló, ni hérues jueron ni traidores,

la tierra se los tragó. Es posible que haigan muerto

de sed y de hambre y de pena, hundidos en el desierto, bajo las capas di arena.

Es un misterio profundo su manera di acabar,

se perdieron en el mundo, como gotas en el mar.

Tal vez quedaron tendidos, en anónimo combate, por no ser reconocidos ni se les citó en el parte.

O mandados a la horca por cualquier jefe asesino,

se mecieron cual mazorca en un poste del camino ..

Quizás estén en la vida, muertos de desilusión, con el alma arrepentida

de su pasada actuación… Es un profundo misterio

Page 292: Cancionero durangueño

292

lo que les tocó al final, si un joyo en el cementerio

o el grado de general ... Cuánto siento que sus nombres

pierda la posteridá, pos eran hombres muy hombres, dignos de celebridá.

Igual qu'en el firmamento, las voladoras estrellas,

alumbraron un momento y no dejaron ni huellas.

Y aquí l'istoria termino, sin decir, por no saber, cuál jué el último destino,

de cualquiera de los tres. Éstos eran tres amigos

jué tan juerte su amista, que duró toda la vida y siguen en l'etermindá.

Page 293: Cancionero durangueño

293

Eran cuatro de a caballo 113

Los Cadetes de Linares

Eran cuatro de a caballo

de aquel real de Mapimí, y como eran muy felones se escondieron por ahí.

Pancho era de aquellos cuatro, el más feliz sanguinario,

pues una vez mató a un cura, cuando rezaba un Rosario.

Y Mariano, por su gusto, cuántos pueblos incendió, y para estar más contento

los trenes descarriló. Eran cuatro de a caballo

de aquel real de Mapimí, y como eran muy felones se escondieron por ahí.

A Guillermo le gustaba el robarse a las doncellas,

ofreciéndoles la gloria, con la luna y las estrellas.

Y nos faltaba Felipe un bandido muy sagaz, que soñaba con el golpe:

robarse la Catedral. Eran cuatro de a caballo de aquel real de Mapimí,

huyendo de la Acordada, se escondieron por ahí.

Mariano allá viene el tren, lo vas a descarrilar, Francisco deja a ese cura,

no lo vayas a matar. Ten compasión ya Guillermo,

113

Cantado por El Conjunto Linares, en: Lo mejor de Los Cadetes, México, casete GM 1051, 1983.

Page 294: Cancionero durangueño

294

de esa joven virginal, dónde te escondes Felipe,

si te robas Catedral. Eran cuatro de a caballo,

de aquel real de Mapimí, Dios los halla perdonado, Pues los mataron allí.

Page 295: Cancionero durangueño

295

El caballo Jovero 114

Los Cadetes de Linares

Señores voy a cantarles,

un corrido verdadero, es la historia de un caballo, que se llamaba El Jovero.

Los dos amigos lo hicieron, un caballo de batalla,

cuando robaba los trenes, el Jovero relinchaba.

En sus lomos el cargaba, mucho valor en dinero, del que robaba Martín, y su amigo José, El Güero,

Los soldados al Jovero,

una tarde lo mataron, cuando escapaba José, de una cárcel de Durango.

Adiós pueblo de Durango, y también Guanaceví, se quedo solo El Oscuro,

ya se va pa' Mapimí.

Ya con esta ahí me despido, es muy triste recordar, el Jovero ya murió,

ya no lo oirán mentar.

114

AGUILERA OSORIO, FELIPE. “Los Tigres del Norte, Los Cadetes de Linares”, Revista Cancionero #13, México, Editorial Latinoamericana, s/f, pp. 38.

Page 296: Cancionero durangueño

296

V. Los cantos de La Villada

Tras la caída del Gobierno Convencionista, las tropas de Francisco Villa, vencidas

en Celaya y Trinidad, comenzaron una etapa de guerra de guerrillas. En los inicios

de este periodo Villa realizó su entrada a territorio estadounidense que provocó la

Expedición Punitiva, en la que los soldados estadounidenses intentaron acabar

con el Centauro del Norte y no pocos villistas. En este episodio los

constitucionalistas de Durango confraternizaron con los villistas para combatir a

los invasores yanquis, mientras el tifo iba diezmando a la población del estado.

A fines de 1916, los guerrilleros de Villa inician una campaña en la que ocupan

Gómez Palacio, Lerdo y Torreón, al tiempo que la economía estatal se deterioraba

completamente después de tantos años de guerra.

Dando trabajo constante a los carrancistas, en marzo de 1917 Villa protagoniza la

batalla de Reforma en la que mueren varios cientos de soldados del general

Murguía. Los raids de Villa sorprenden a sus enemigos quienes no lo pueden

ubicar.

Entre 1916 y 1917 Carranza impuso a cuatro generales, no oriundos de Durango,

como gobernadores estatales, con la intención de acabar con la guerrilla villista y

neutralizar a los políticos locales. Sin embargo, en 1917, el general Domingo

Amera, ganaba las elecciones durangueñas y ocupaba el ejecutivo estatal. De

inmediato Arrieta promulgó la Constitución Política del Estado de Durango, dando

legalidad y legitimidad a su gobierno.

Las guerrillas villistas continúan sus correrías asaltando trenes y atacando

guarniciones y poblados. Sin embargo, la epidemia de influenza española de 1918

arrasó con la vida de cientos de carrancistas, villistas y pacíficos. Es el año del

hambre. El sufrimiento, la peste, la guerra, la escasez y la miseria, hacen estragos

entre los durangueños.

En 1919 Villa lanzaba su última campaña y fracasaba en su intento de ocupar la

ciudad de Durango. En 1920 aprovechando el lanzamiento del Grupo Sonora,

Francisco Villa amnistiaba a sus tropas ante el gobierno interino de Adolfo De la

Page 297: Cancionero durangueño

297

Huerta. Sin embargo para cualquier gobierno mexicano la tensión era constante

por la posibilidad de que el general Francisco villa volviera a tomar las armas,

hasta que finalmente, en el año de 1923, el durangueño más conocido de la

Historia fue asesinado en Parral, Chihuahua.

Los cantos de La Villada se ocupan de los ataques de las guerrillas villistas a

Torreón, Gómez Palacio, Lerdo, Mapimí, Bermejillo, Tepehuanes, El Peronal, El

tren de Tepehuanes, Piedra Encimada y Navacoyán. También tratan sobre las

muertes de los guerrilleros villistas: Marcial Ortiz, Dionisio Carreón y Martín López,

a la rendición de Pancho Villa, a la fallida rebelión de Francisco Murguía y su

adicto Juan Carrasco y concluyen con la muerte de El Centauro del Norte. En este

apartado se incluyen también diversas canciones populares durangueñas de tema

villista

Santiago Papasquiaro, Durango, fue el lugar el que se localizó al mecánico don

Moisés Muros Martínez, hijo del corridista Antonio Raymundo Muros y custodio del

acervo de hojas sueltas y manuscritos de su padre y su madre Raymunda, que

integraban el Dueto Mundo y Munda quienes a principios del siglo XX, cantaron en

diversos lugares del norte del estado de Durango, aunque finalmente se

establecieron en Santiago Papasquiaro.

En su momento, don Moisés Muros comentó que, más o menos para los años

cuarentas del siglo XX, sus cansados padres ya estaban hartos de andar de

trovadores de cantina en cantina y que un buen día, en la ciudad de Parral,

Chihuahua, un desconocido parroquiano les pidió que cantarán el corrido de La

expedición punitiva, en el que se narra la invasión estadounidense a México, con

objeto de capturar a Pancho Villa. Mundo y Munda, cantaron varias veces su

versión del corrido y el parroquiano, embriagado, conmovido y llorando les regaló

veinte mil pesos, de aquellos años, por haber cantado la versión verdadera del

corrido en la que se incluían cuartetas que narraban cómo los parralenses habían

combatido a los invasores gringos. Los felices cantantes, con el dinero en la mano

les dijeron a sus hijos: “’Ora sí, mis hijos, nos vamos a Santiago Papasquiaro a

vivir en paz, ya no vamos a andar de aquí para allá” y con el dinero que recibieron

del desconocido se establecieron definitivamente en su lugar de origen.

Page 298: Cancionero durangueño

298

El acervo de Mundo y Munda incluye hojas sueltas de diversos autores

durangueños publicados en imprentas populares de Santiago Papasquiaro,

Durango, Gómez Palacio y Guadalupe Victoria, en el estado de Durango, así

como de Torreón, Coahuila.

Destacan especialmente las composiciones de Montes el de la Guaripa,

historiador cantante que narró en cuartetas de corridos los sucesos más

relevantes de antes y durante la Revolución en el estado, así como otros que él

consideró importantes y que tuvieron lugar en otras entidades del país. En el

mismo acervo se localizaron hojas sueltas y manuscritos de textos versificados del

corridista Felipe García así como del propio Antonio Raymundo Muros quien

según su hijo a veces se firmaba como Gonzalo Raymundo.

Entre las composiciones de Montes el de la Guaripa se encuentran: Los

sangrientos sucesos de Velardeña, Rendición de Francisco Villa y sus leales

guerrilleros, Nueva toma de Torreón convocada con la de San Pedro, Única

tragedia del sitio de Durango por las fuerzas insurgentes y La toma de Durango,

así como la Tragedia de los sangrientos sucesos de Puebla, entre otras. Por su

parte Antonio Raymundo Muros fue el autor de: El corrido de Carpintero, La

tragedia de Obregón, Corrido del catorce de mayo, Corrido de Manzanera, Corrido

de Madero, La toma de Santiago Papasquiaro, La muerte de Villa, Corrido de Juan

Rentería, Corrido de Juan Flores, Corrido de Inés, Corrido de don Cipriano,

Corrido de José Parra, Corrido de los voluntarios, Corrido de los Corteses y

Tragedia de Miguel Calderón, entre otras.

Las composiciones localizadas en el Fondo de Antonio Raymundo Muros incluyen

textos que se refieren al periodo porfirista, a las diversas facciones revolucionarias

y a la Primera Rebelión Cristera. Raymundo Muros, como poeta, no escribía de

acuerdo a las reglas de las sílabas ortográficas y la Gramática, sino en relación

directa con la Prosodia pensando en el sonido de las canciones y la medida

sonora de los versos. Los versos de Raymundo Muros son palabras unidas que

suenan a canción y no palabras ortográficamente bien escritas que, para él,

posiblemente no sonaban en su musical, durangueña y dialectal forma de hablar y

cantar.

Page 299: Cancionero durangueño

299

Los manuscritos de Raymundo Muros son una muestra del pensar musical y

artístico. Muros tiene claro qué es lo que quiere contar. Tiene claro también que lo

va a contar cantando y además en una melodía que él mismo ha creado y que

debe acomodar a una letra que se escribe en letras de canción de sílabas

prosódicas, con sus sinalefas, su léxico y sus modismos regionales, con sus

propios héroes y sus villanos. Historias cantadas casi siempre maniqueas y

liberales. En sus canciones Muros y Montes se conformaron como historiadores

cantantes, cuyo acervo, a pesar de que no fue posible reproducir su sonido

musical, en lo que corresponde a las letras, se logró reproducir y divulgar, con su

respectiva confrontación con otras fuentes como parte de la lírica narrativa

histórica estatal y nacional.

Es de señalar que, para los primeros años de la década de los veintes del siglo

XX, el uso del acordeón acompañado con la guitarra española ya era algo común

entre los intérpretes tradicionales durangueños, como lo demuestra la foto de los

hermanos Florencio y Frumencio Estrada, tomada en Huazamota, en el año de

1920,

Un ejemplo de la forma manuscrita no académica, prosódica, poética y

musical de escribir de Antonio Raymundo Muros: Adiós, adiós San Ignacio /

te voy a perder de vista / te quedastes en la ruina / por traidor y por huertista

/ yo ya me voy…

Page 300: Cancionero durangueño

300

Florencio Estrada, con guitarra, Frumencio Estrada, con acordeón, y tres

amigos en Huazamota, en 1920, circa.

Orquesta Típica de Durango en 1924, circa 115

115

HOLGUÍN, JOSÉ DE LA O. El arpa tradicional de Durango. Del vestigio a su resurgimiento, Durango, Dgo., Unión de Cronistas Municipales del Estado de Durango, 2009, p. 10.

Page 301: Cancionero durangueño

301

Después de la incursión guerrera villista a los Estados Unidos, en la población de

Columbus, Nuevo México, en marzo de 1916, que provocó el envío de tropas

yanquis en la persecución de Francisco Villa y los villistas, en la llamada

Expedición Punitiva. Con la expedición punitiva siguiéndolo, y con tropas

carrancistas tras él, a fines de 1916, Francisco Villa reconcentró sus tropas, las

municionó y se dirigió hacia el sur de Estado de Chihuahua, ocupó Satevó. La

Joya y Parral. Desde Parral, Villa lanzó su ataque a Santa Rosalía de Camargo,

Chihuahua, donde, el13 de diciembre de 1916, los villistas derrotaron a las tropas

constitucionalistas da Segundo Batallón que comandaba el mayor Tirso

Hernández.

En Santa Rosalía de Camargo, Chihuahua se suscitó un grave incidente; los

villistas habían registrado los trenes ocupados, carro por carro y luego de recoger

las vituallas útiles que encontraron embarcadas, dejaron a las mujeres soldaderas

constitucionalistas ocupando el tren en que se hallaban. A la sazón, el general

Francisco Villa se detuvo a cierta distancia del tren ocupado por las soldaderas,

dictando órdenes a uno de sus oficiales. En un momento, otro oficial villista cruzó

entre Francisco Villa y del tren de las soldaderas, se escuchó un disparo, y el

oficial que cruzaba cayó muerto, cerca del general Villa.

Como el disparo salió del tren de las soldaderas constitucionalistas corrió la voz de

que éstas trataban de dar muerte al general Villa y la escolta de Dorados de Villa

masacró a las soldaderas constitucionalistas. En esa ocasión murieron alrededor

de 90 soldaderas y según Francisco A. Almada, el incidente fue provocado por la

esposa del pagador de las fuerzas del general Rosalía Hernández.

De Santa Rosalía de Camargo, Villa encarriló sus tropas hacia Torreón, ocupando

Bermejillo, El Peronal, Gómez Palacio y Lerdo, en el estado de Durango y

siguiendo la vía de ferrocarril de Camargo a Torreón. Los combates de la tercera

toma villista de Torreón se realizaron del 20 al 24 de diciembre de 1916, Torreón

era defendida por las tropas de los generales Severiano A. Talamantes, Fortunato

Maycotte y Luis Herrera. El general Luis Herrera murió en la acción de la toma de

Torreón y el general Severiano A. Talamantes, herido en su honor militar por la

derrota, decidió suicidarse.

Page 302: Cancionero durangueño

302

Por su parte, el autor anónimo del Romance histórico villista nos dejó su punto de

vista de soldado raso poeta de la Brigada Murga, sobre los movimientos y

sentimientos de los villistas en esta campaña. Luego de la tercera toma villista de

Torreón, el movimiento de la guerrilla villista preocupó fuertemente al gobierno de

Venustiano Carranza mientras que los jefes estadounidenses de la Expedición

Punitiva velan cada vez más lejano el supuesto objetivo de su misión: atrapar a

Villa.

Romance histórico villista 116 (Fragmentos)

Anónimo

XIX.- Avanzó hasta Bermejillo a correrlos a patadas.

El dieciséis a las ocho salimos a la estación nos íbamos a embarcar

y salir para Torreón, Los trenes no regresaron

el jefe no lo sabía nos volvimos a acampar para salir otro d{a,

Como seis vacas matamos ya tirando la tantiada

de oír lo que nos decían que por allá no había nada.

José Arballo recordó de las hambres retrasadas mandó juntar las cabezas

y llevarlas tatemadas El horno como era ajeno

no se quería calentar temiendo que las cabezas crudas fueran a quedar.

116

Romance histórico villista. Diario en verso de un soldado villista, Chihuahua, Chih., Librería La Sorbona, 1975, pp. 117 a 133.

Page 303: Cancionero durangueño

303

El diecisiete a las ocho volvimos a regresar

formados a la estación comenzamos a embarcar.

A las diez de la mañana ya Murga se habla embarcado haciendo también balance

pieza de pan por pelado. Como a las dos de la tarde

nos despachó el general ordenando el maquinista nos apeara en Peronal.

Por la tarde y por la noche iba la tropa azorada

comiendo su pan con leche y cabeza tatemada.

Como a las seis del dieciocho llegamos a Peronal allí desembarcamos

como ordenó el general Don Nicolás que era el jefe

y general de Brigada avanzó hasta Bermejillo a correrlos a patadas.

Los trenes del enemigo nos salieron a encontrar

no creían que por detrás los pudieran atacar. La gente de Martín López

días antes se adelantó les pudo quitar un tren y el otro se les salió.

Como a las seis de la tarde un correo mandó a avisar:

“Bermejillo está tomado: no tienen que vacilar",

Fernández mandó ordenar la tropa se organizará

Page 304: Cancionero durangueño

304

y después de organizada a Bermejillo avanzará

Pasamos a la estación como gatos en costales

preguntando dónde había agua que darle a los animales.

Dormimos en un ranchito en la miseria siguiente sin pasturas la remuda

y sin comida la gente. El diecinueve seguimos

a la estación Sacramento era la orden de Fernández de poner su campamento.

El día veinte nos dijeron “Hoy descansan todo el día,

mientras llega a Bermejillo el general Pancho Villa”.

El veintiuno recibieron la orden para marchar diciendo: "A Gómez Palacio

hoy nos vamos a tomar". A Gómez hemos salido

y poco antes de llegar nos pusieron un correo que ya podíamos entrar.

En Gómez estaba Villa porque éste nos la ganó viendo los trenes que traía

el enemigo corrió. Como cinco cañonazos

tiraron por dar la prueba que otro día irían a quedar sin pantalón y sin leva.

XX.- Veinticuatro horas son buenas para tomarles Torreón.

Page 305: Cancionero durangueño

305

Esa noche que llegamos Villa ordenó a sus Brigadas

que así pasaran la noche con las bestias enfrentadas.

A lodos sus oficiales les ordenó posesión veinticuatro horas son buenas

para tomarles Torreón, El veintidós a las cinco

marchamos con ordenanza con el general Fernández por tenerle más confianza.

Villa le dijo a Fernández "A tí te voy a mandar

por el cañón del Huarache no te vayas a rajar".

"Te llevas a Aurelio Murga Brigada de San Andrés para que sepan en Torreón

que con ellos se dan tres". Al llegar a un cerro grande

frente al de La Cruz está nos tiramos cañonazos que fue una barbaridad.

El cerro estaba tomado por los mismos compañeros

tirándoles metrallazos que parecían aguaceros, Fernández le dijo a Aurelio

"Aquí rompemos la guerra pasaremos en corrida aunque se muera uno que otro.

Por el cerro de Calabazas sube el primer escuadrón

que quiten las posesiones que dan vista hacia Torreón.

El cuarto Escuadrón le mandan que suban esos cerritos

Page 306: Cancionero durangueño

306

no nos vayan a flaquear porque somos muy poquitos.

Valdiviez, Murga y García los tres en disposición

dispusieron que García entrara por el cañón.

Estando García de acuerdo que Murga le protegiera lo mandó subir al cerro

que le nombran Polvorera. Murga subió con su escolta

a cumplir la comisión con otros cuantos soldados de uno y otro Escuadrón.

Murga avanzó medio cerro luego se dio una parada

para apaciguar el fuego de nuestra misma Brigada.

Aurelio sacó su anteojo y se puso muy contento para ver al enemigo

cogiendo las posiciones. Al pie de los parapetos

han plantado su bandera y al grito de “¡Viva Villa!” han corrido los Herrera.

Les cogimos su bandera y se las hicimos pedazos y al correr las codornices

les dimos muchos balazos. Arballo mandó un correo

a Aurelio que le dijera "El enemigo corrió dejándonos la bandera".

Aurelio llega y pregunta: "¿Dónde van los correlones?

ahora lo que hay que hacer no dejar las posesiones".

Page 307: Cancionero durangueño

307

"Que venga el Cuarto Escuadrón

y les eche la aullada dejando abajo del cerro todita la caballada".

Ya serian como las diez no estábamos ni apurados

tocándoles mala suerte a dos de nuestros soldados

Al encumbrar el cerrito a Andrés Corral nos hicieron de los mismos compañeros

los que avanzar no quisieron. "No se rajen compañeros",

De la Rosa Contestó "SI Basilio Soto es muerto, todavía les falto yo".

A los pies del coronel se ha recibido este duelo

Soto, que herido en la cara, se ha ido volando al cielo.

Siguiendo el tiroteo cuando a poquito ratito se quejaba Moisés López

diciéndonos: "¡Ay Diosito!". El brazo derecho fue

donde le dieron el tiro y cumpliéndose dos horas dejó el último suspiro.

Aurelio disimulaba al dolor que le acobija por los dos de sus soldados

que hablan matado ese día. Se fue por la línea de fuego

donde estaba Chavarría preguntando dónde estaban los heridos que tenían.

Chavarría le rindió el parte

Page 308: Cancionero durangueño

308

que Chacón no había salido no sabía si estaba muerto

o estaba nomás herido. Perfecto Chacón murió

en el campo de batalla junto con Vicente Cárdenas joven que lo acompañaba.

El día estaba terminado y no se podía tomar

dando la orden mi jefe que teníamos que avanzar.

Se fue el día llegó la noche dejamos la posesión caminando en tiradores

para el centro de Torreón. Bajó la escolta de Aurelio

subiendo y bajando cerros teniendo la feliz suerte de encontrar los compañeros.

Encontramos a Pastrana en su línea que tenía

diciéndonos le di ceza 117 a los de caballería.

Brigada Benito Juárez que era un montón de mayates si querías romper el sitio

con Pastrana te atoraste, Se pusieron a acordar Pastrana Arballo y García

que Arballo fuera otra vez a los puestos que tenía.

Arballo subió a la gente al cerro de Polvorera como lo ordenó García

a esperar que amaneciera,

117

Dar ceza.- Palabras usadas por los campesinos norteños cuando se retira al becerro de la ubre de la vaca, dándole un golpe en el hocico.

Page 309: Cancionero durangueño

309

La gente ya no quería no querían obedecer

por no tener parque ni agua mucho menos qué comer.

Uno al otro se decía: "Se nos acaba el aliento con dos días y dos noches

que les fallaba alimento. Luego que ya amaneció

Arballo buscaba a Aurelio que por no haber dado vuelta le entraba el desconsuelo.

Encontramos seis soldados que conducían los heridos

a Epifanio Cerecerez ya otros más desconocidos.

Aurelio con Chavarría y con el otro escuadrón les aclaró por las calles

de ese mentado Torreón. De la Rosa y José Arballo

siguieron con su trabajo la línea de tiradores marchando a la cuenta de abajo.

Nos dirigimos a un cerro cansados hechos pedazos

pero haciéndoles la seña allí nos dieron de balazos. Cerrito de la Agazapa

te tuve que bautizar mucho trabajo nos diste y nos quieres traicionar.

Un talaca 118 de la tropa lo pensó de otra manera

avisándole a talones y tirando la bandera.

118

Talaca.- Hombre flaco, tilico, esquelético.

Page 310: Cancionero durangueño

310

La línea dio media vuelta como queriendo arrancar

cuando llegaba un correo ya no hay orden de tirar.

Atendimos al correo demostrándole obediencia no dándole a maliciar

lo hacíamos por conveniencia. Al grito que hicieran alto

la gente se organizó contemplando al enemigo que por enfrente pasó.

A orillas del pueblo llegamos donde Aurelio nos halló

mandó formar a la gente y allí nos organizó

Nos fuimos a encuartelar a la placita de toros después trajimos los muertos

y a los heridos a todos. Aurelio mandó a hacer cajas

de los nuestros que le hicieron en prueba de gratitud por sus servicios que dieron.

El sábado fue este día y de fecha veintitrés

día en que enterramos cinco hombres del pueblo de San Andrés. Los llevaron al panteón

a hacerles su funeral cumpliendo con su deber de una tropa nacional.

Page 311: Cancionero durangueño

311

Page 312: Cancionero durangueño

312

Page 313: Cancionero durangueño

313

Durante la Revolución, cada facción que ocupaba la capital del estado,

emitía su propio papel moneda. Estos son algunos billetes durangueños

impresos por diversos grupos revolucionarios

Page 314: Cancionero durangueño

314

Después de las múltiples derrotas militares de las tropas villistas en los años de

1915 y 1916, para el mes de abril de 1917, el general Francisco Villa decidió

dispersar a sus soldados revolucionarios e iniciar la guerra de guerrillas. En varias

entidades de la República este periodo de las acciones villistas fue conocido con

el nombre de La Villada. Así, los subalternos de Villa iniciaron sus actuaciones

bélicas en pequeñas partidas, en el norte del estado de Durango, en el estado de

Chihuahua y en algunas regiones de diversas entidades del país.

En este contexto, el 14 de mayo de 1917, Villa sorprendió con su ataque a

Ojinaga, Chihuahua y continuó combatiendo a los grupos de ciudadanos armados

integrados en Defensas Sociales, conocidas como socialistas, así como a las

tropas constitucionalistas regulares de Durango y Chihuahua, desplazándose

constantemente por la sierra de Durango y aprovechando el apoyo de la

población, en lo tocante a vituallas e información estratégica.

Francisco Cervantes, Graziella Altamirano y Guadalupe Villa aseguran que, para

los meses de junio y julio de 1917, Francisco Villa, disfrazado de soldado

constitucionalista, junto con cuarenta y cinco hombres viajó hasta el centro del

país, con la finalidad de establecer contacto directo con Emiliano Zapata, líder del

Ejército Libertador del Sur, e integrar el Ejército Defensor de la Causa del Pueblo,

aunque otra versión de la ausencia de Villa señala que la intención era llegar hasta

la capital del país para apoyar un atentado contra la vida del general Venustiano

Carranza.

Una vez de regreso en sus territorios naturales de Durango y Chihuahua, Villa

volvió a concentrar a sus guerrillas, combatió de nuevo en Ojinaga, Chihuahua y

volvió a dispersar a sus cuerpos, para dar inicio a una serie de correrías en el

norte del estado de Durango.

Después de ocupar la hacienda de Canutillo, Villa combatió en los municipios de

Santa María del Oro, Santiago Papasquiaro y Tepehuanes, Durango, en contra de

las tropas regulares constitucionalistas y las Defensas Sociales de la región. Por

su parte, los constitucionalistas habían implementado la táctica de guerra de tierra

quemada y la reconcentración de la población de los asentamientos adictos a La

Page 315: Cancionero durangueño

315

Villada, mermando de esta manera el abastecimiento y la efectividad de las

guerrillas de Pancho Villa.

El 11 de marzo de 1918, Francisco Villa ocupó la población de El Venado,

municipio de Tepehuanes, Durango, el ataque fue dirigido por los generales:

Martín López, Nicolás Fernández y Miguel García, con el apoyo del coronel Ismael

Máynez. El mismo día en Santa Catarina de Tepehuanes, se reunieron las tropas

constitucionalistas del general Miguel Aguirre con las Defensas Sociales de

Rincón de Ramos y puntos circunvecinos, bajo las órdenes del general irregular

auxiliar Teodoro Arreola, mejor conocido como El Jorobado. A este contingente se

unieron tropas constitucionalistas procedentes de la ciudad de Durango bajo las

órdenes del general Joaquín Amaro.

El 12 de marzo de 1918, los villistas fueron sorprendidos en El Venado y en la

refriega, algunos de ellos murieron y la mayoría huyó. Unos cuantos que fueron

aprehendidos fueron posteriormente colgados en los árboles del cerro de El

Pitorreal. En los corridos de: La llegada de Villa a Tepehuanes y del general

Aguirre se describen los pormenores de la derrota villista en Tepehuanes.

La llegada de Villa a Tepehuanes 119 (fragmentos)

Alberto Granillo

¡Ahí viene Francisco Villa!

Con todos sus coroneles, dicen que viene colgando, a los jueces de cuarteles.

¡Ahí vienen esos villistas! Con este viejo carcacha,

y los padres de familia, que escondan a sus muchachas.

Por el lado de El Venado, ahí les pegaron un grito,

119

QUINTERO CORRAL, LUCIO. Pancho villa derrotado en Tepehuanes, Dgo., al intentar tomar la ciudad de Durango, 1918, Ciudad Juárez, Chihuahua, edición del autor, 1990, p.26.

Page 316: Cancionero durangueño

316

era el general Aguirre y el general Teodorito.

El combate se empezó, en las Mesas Cardenchentas,120

dejaron sus provisiones, y sus maletas mugrientas.

Gritaba Francisco Villa, les gritaba con afán: “¡Agárrenme al Jorobado,

para echármelo al morral!”

Le contesta Teodorito:

“No se vaya a equivocar, viejo barbas de zamarro, si no soy pieza de pan”.

A Villa lo derrotaron, pues esa fue su fortuna,

y Aguirre lo va siguiendo, rumbo al cerro de La Laguna.

Les decía Francisco Villa, les decía en su despedida: “A Eulogio Ortiz, general,

le voy a quitar la vida”. Gritaba Miguel Aguirre:

“¡Échenles fuego bonito! que paguen las vacas gordas, que se hartaron en El Ojito”

Corrido al general Aguirre 121

E. Martínez Nájera / Zavala Ortiz

Mil nuevecientos dieciocho,

este recuerdo quedó, pues el general Aguirre, un escrito recibió,

pero como era de Arango,

120

Cardenchentas, de cardenche, nombre de una planta desértica de tallo agujerado y espinoso. 121

QUINTERO CORRAL, LUCIO, Op. Cit. p.28.

Page 317: Cancionero durangueño

317

a él ni cuidado le dio.

Arango quería la plaza, pues se la quería tomar, “Su hijo traigo prisionero,

con él me voy a vengar, me entregas diez mil cartuchos, a cambio de su libertad”.

Aguirre le contestó, en sentido muy formal:

“Tú eres un gran guerrillero, yo también soy general, la plaza no te la entrego,

ya te puedes retirar”. En su caballo retinto,

el general se montó, en la plaza de Tepehuanes, él un grito les pegó,

ciento treinta hombres traía, mientras que Amaro llegó.

Arango se retiró, con el rumbo a El Pitorreal, en Los Cerritos, Durango,

Aguirre lo fue a alcanzar: “¡Esa injusticia que hiciste, tú la tienes que pagar!”.

Adiós rancho de El Ojito, qué tristeza te quedó,

al ver a Manuel Aguirre, que ahí la vida perdió, ahí se grabó el recuerdo que para siempre quedó.

Page 318: Cancionero durangueño

318

El general Joaquín Amaro participó en la acción contra los guerrilleros

villistas en El Venado, en marzo de 1918

Page 319: Cancionero durangueño

319

El 27 de mayo de 1918, la guerrilla villista de Marcial Ortiz atacó el ferrocarril de

Durango a Tepehuanes, en el punto conocido como Piedra Encimada, situado en el

kilómetro 79 de la vía entre las estaciones de Pinos y Las Olas, cerca de la

población de Canatlán, Durango. En el asalto murieron más de 50 personas, entre

militares carrancistas y civiles. Por su parte, los villistas obtuvieron un botín cercano

a los 100,000 pesos.

En el corrido de la Gran tragedia del horrible asalto que sufrió el tren de

Tepehuanes, se relata cómo se efectuó el asalto y se menciona la muerte de

algunos oficiales carrancistas como el teniente coronel José Tostado y el coronel

Francisco Muñoz, ambos miembros del Estado Mayor del general Miguel Laveaga ,

así como el general Marcial Ibarra y el coronel Gabino Hernández, los dos

pertenecientes a las tropas del general Domingo Arrieta León. El botín que los

villistas obtuvieron fue cuantioso, porque en el tren viajaba el pagador de la Brigada

Gavira, Alfonso Balerazo quien cargaba con 45,000 pesos en monedas de oro para

pagar los haberes de las tropas carrancistas destacadas en los partidos de Indé y El

Oro, Durango.

Gran tragedia del horrible asalto que sufrió el tren de Tepehuanes 122

Gonzalo Raymundo

Señores, pongan cuidado

prestarme buena atención; de lo que acaba de pasar voy a dar información.

El veintisiete de mayo, presente lo tengo yo,

el tren que iba a Tepehuanes sangriento asalto sufrió.

122

Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

Page 320: Cancionero durangueño

320

El veintisiete de mayo, presente lo tengo yo,

ese tren de Tepehuanes Marcial Ortiz lo asaltó.

Pasaron a Canatlán y no había ocurrido nada pero el tren les fue asaltado

llegando a Piedra Encimada. Entre las diez y las once,

cuando el caso sucedió, oyeron los pasajeros que una bomba estalló.

Gran sorpresa recibieron toditos los pasajeros

al ver que estaban rodeados por más de cien bandoleros.

Les decía Marcial Ortiz, a todos sus bandoleros: “Súbanse pronto a los carros

a ver si encuentran dinero”. Y la escolta que allí iba

por dos horas combatió pero en ese poco tiempo bastante gente murió.

Cuando ya quedaron dueños del campo los bandoleros

comenzaron a robar a todos los pasajeros. Hasta el mayor Balerazo

que iba a esta ciudad de dinero le quitaron una gran cantidad.

Pobrecito Carlos Lira ¡Ah!, qué suerte le tocó,

como él era el maquinista graves heridas sufrió.

Fogonero y maquinista junto con el celador

Page 321: Cancionero durangueño

321

los trajeron a Durango a los tres en un armón.

Se subieron a los carros toditos los bandoleros

y el dinero les quitaron a todos los pasajeros.

De la gente que allí iba se oían ayes lastimosos porque los villistas iban

todititos muy furiosos. Lloraban los inocentes

y también las señoritas de ver todas las infamias que cometían los villistas.

Esas son barbaridades de esos nombres sin piedad

que andan dejando inocentes en la mayor orfandad.

De los muertos que quedaron, sobre los carros del tren, murió el teniente Tostado

y también un coronel. Murió Francisco Muñoz

de la gente de Laveaga y de Tejamen murió el mayor Marcial Ibarra.

Pobre del mayor Ibarra ¡Ah!, qué suerte le tocó que al dirigirse a su tierra

en el camino murió. Vuela, vuela palomita,

y párate en aquella parra, anda a avisar a Tejamen que murió el mayor Ibarra.

Sigue paloma volando y sin hacer tanto alarde

y avísale a Julio Ibarra que ya falleció su padre.

Page 322: Cancionero durangueño

322

Pues de la gente de Arrieta

murió el coronel Hernández y murieron de la escolta varios jefes y oficiales

Por los datos que aquí ha habido y se dice que son ciertos

de ese asalto que ha ocurrido quedaron cincuenta muertos.

Ya se acabó la tragedia de ese tren que fue asaltado señores yo no lo vi

pero así me han platicado.

Page 323: Cancionero durangueño

323

El 3 de mayo de 1918, en los Llanos del Toboso, lugar cercano a Chinacates,

Durango, el jefe guerrillero villista Marcial Ortiz, quien en mayo del mismo año

había dirigido el asalto al tren de tepehuanes, ver el corrido anterior, fue abatido

por soldados carrancistas. Con la muerte de Marcial Ortiz, la guerrilla villista de

Canatlán, Durango perdió a uno de sus mejores líderes, sin embargo sus

subalternos continuaron la guerra contra los carrancistas y las Defensas Sociales

de la región. Los sucesos fueron cantados en los versos de Felipe García.

Corrido del asalto al tren de pasajeros en la Piedra Encimada, o La muerte de Marcial Ortiz 123

Felipe García

Mil novecientos dieciocho, presente lo tengo yo, el veintisiete de mayo,

Marcial el tren asaltó. El tren salió de Durango,

con destino a Tepehuanes, en esa Piedra Encimada, los villistas asaltaron.

Cuarenta mil pesos oro, se llevaron los villistas,

era el pago que llevaba, a las fuerzas carrancistas.

Mil novecientos dieciocho, ni me quisiera acordar, en los Llanos del Toboso,

allí se murió Marcial. Iban con destino a Lajas,

por el Puerto del Coneto. todos iban pensativos porque Marcial había muerto.

123

ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp. 145 a 146.

Page 324: Cancionero durangueño

324

En esa hacienda de Lajas, sepultaron a Marcial,

y algunos de sus compañeros, empezaron a llorar.

Allí quedó sepultado, con toditos los honores, el jefe de los villistas,

de San Juan y de Menores. Adiós la Piedra Encimada,

tenemos que recordar, del asalto que pasó, con la gente de Marcial.

Adiós el tren pasajero, de Durango a Tepehuanes,

ya murió Marcial Ortiz, quien tramitaba los planes.

Vuela, vuela palomita, párate en aquel reliz, avísale a Pancho Villa

que murió Marcial Ortiz. Adiós la hacienda de Sauces,

El Trébol y San Miguel, ya murió Marcial Ortiz, no lo volverán a ver.

Vuela, vuela palomita, vuela con rumbo a Parral,

avísale a Pancho Villa, que mataron a Marcial.

Page 325: Cancionero durangueño

325

Durante el año de 1918, las guerrillas villistas continuaron combatiendo en los

estados de Durango y Chihuahua, principalmente. Sin embargo, el villismo no

lograba consolidarse ni unificarse, por lo que desde el exilio en los Estados

Unidos, surgió el intento de algunos militantes villistas para organizar al Ejército de

Reconstrucción Nacional.

A fines de 1918, el general Felipe Ángeles regresó al país y se internó en

Chihuahua, con el objeto de establecer contacto con el general Francisco Villa y

convencerlo de que apoyara a la organización Alianza Liberal Mexicana y se

integrara a ella. La Alianza había sido conformada en los Estados Unidos a fines

de 1918 y aglutinaba a los enemigos de Venustiano Carranza y el Ejército

Constitucionalista. Los afiliados de la Alianza pretendían imponer un nuevo

gobierno y restablecer la Constitución de 1857. La reunión entre Villa y Ángeles

tuvo lugar en Tosesihua, Chihuahua, el 14 de diciembre de 1918. Después de

varias conferencias, las guerrillas villistas se concentraron, a principios de 1919,

en Río Florido, Chihuahua, en donde Francisco Villa dio a conocer el Plan de Río

Florido, sumándose a los postulados de la Alianza Liberal Mexicana.

Mientras Villa siguió peleando en el norte de Durango y en el estado de

Chihuahua, el jefe guerrillero villista Lorenzo Ávalos hizo la guerra en el centro y el

sureste del estado, ya con la bandera del Plan de Río Florido y se anexó a la

guerrilla de Félix Díaz El Tepiqueño. En el corrido de La tragedia del combate de

Navacoyán y en la Estancia de San Pablo el día trece de mayo de 1919, se relatan

los pormenores de la derrota que sufrieron las guerrillas villistas de Félix Díaz El

Tepiqueño y el general Lorenzo Ávalos, por la acción de las tropas carrancistas y

los gendarmes de la ciudad de Durango, comandadas por el general Ismael Lares,

adscrito a la División Durango, también participaron los coroneles: Dámaso

Carrasco y Arturo Canales.

La tragedia del combate de Navacoyán y en la Estancia de San Pablo el día trece de mayo de 1919 124

124

Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

Page 326: Cancionero durangueño

326

Las fuerzas federales y las rurales del estado salen victoriosas derrotando a los famosos cabecillas bandoleros: Félix Díaz El Tepiqueño, Lorenzo Ávalos y otros

G. R (atribuido a Gonzalo Raymundo)

Señores voy a contar,

lo que pasas en la ocasión, todo ello ha sido verdad, que merece información.

El martes trece de mayo, presente lo tengo yo,

en ese Navacoyán, un combate se libró.

A las tres de la mañana, el teléfono sonaba, era de lo más urgente,

avisar lo que pasaba. Al señor general Lares,

de Dolores le anunciaban, que en ese Navacoyán, el tiroteo se escuchaba.

Salvador Sánchez, teniente, de las fuerzas federales,

peleaba valientemente. En unión de sus leales.

Ayudando al capitán, Felipe Cerros mentado, que es de las fuerzas rurales,

de la hacienda de El Cuidado. Con treinta hombres que tenían,

se portaban singulares, en espera del auxilio, que le habían pedido a Lares.

Cuando los villistas vieron, que el auxilio se acercaba,

le avisaron a talones y caballo les faltaba.

Page 327: Cancionero durangueño

327

Lares, sin perder el tiempo, y sin hacerse donaire,

ordena seguir sobre ellos, por San Lorenzo del Aire.

En el rumbo que tomaron, al dejar Navacoyán, a las fuerzas de rurales,

lo siguen con mucho afán. Los bandoleros tantean

que su plan va a fracasar, y en San Lorenzo no esperan y corren sin descansar.

Lares por fin los alcanza, porque su plan no es en balde,

y los comienza a cuerear, donde la hacienda de Alcalde. Félix Díaz El Tepiqueño,

no se tantea muy seguro, pues ya le han dicho que Lares,

siempre les pega muy duro. Y corrieron a vapor,

como alma que lleva el Diablo, tratando de hacerse fuertes, en la Estancia de San Pablo.

Allí se vio apretadito, el mentado Félix Díaz,

que para poder cumplir, ya acababa con las frías. Allí, las chusmas villistas,

creyeron que habían triunfado, pues a Lares, con su gente, casi lo tenía copado.

Tres horas duró el combate, que fue de los muy reñidos,

Miguel González murió, y hubo como cinco heridos.

Cuando Lares y su gente, peleaban con valentía,

Page 328: Cancionero durangueño

328

les llegaba como auxilio, gente de la policía.

El combate fue reñido, por lo que es de comprender,

y los leales del Gobierno, cumplieron con su deber.

Pelearon con gran valor, rurales y policías, y gran derrota sufrieron,

Ávalos y Félix Díaz. Los villistas que murieron,

en el combate librado, 6+sepultados los hallaron, a todos en un vallado.

En el combate murieron, dos soldados de los leales,

y otro día los sepultaron con honores militares.

¡Paz al soldado que muere, peleando con mucho honor, y en defensa de la causa,

la muerte ve con valor! ¡Que viva el teniente Sánchez,

y viva el capitán Cerros! ¡Vivan todos los soldados, que con valor combatieron!

¡Que vivan Lares, Carrasco, González Rubio y Canales! que siempre han peleado bien,

con sus fuerzas de rurales. Aquí se acaban los versos,

en que hay algo que conmueve, recuerda el trece de mayo, novecientos diecinueve.

Page 329: Cancionero durangueño

329

Page 330: Cancionero durangueño

330

Dionisio Carreón se inició en la Revolución como maderista en 1910 y, a la sazón,

en 1919, actuaba como guerrillero villista en los municipios de Nombre de Dios,

Poanas, Vicente Guerrero y Súchil, del sur del estado de Durango. Las principales

acciones de Carreón fueron los asaltos a los trenes que cubrían la ruta de Cañitas

a Durango, entre las estaciones de Poanas y La Breña, como la del 12 de

septiembre de 1919.

Después de múltiples persecuciones, Dionisio Carreón cayó abatido en un

encuentro con las fuerzas carrancistas dirigidas por el teniente coronel Márquez, el

19 de septiembre de 1919, en un punto llamado La Cieneguita, ubicado en las

inmediaciones de la Sierra de La Ochoa. El cadáver de Carrón fue trasladado a

Poanas y posteriormente colgado de un poste del telégrafo.

El corrido de Carreón 125

Anónimo

En mil novecientos diez, que Carreón se levantó,

diez años anduvo en armas y el diecinueve murió.

Carreón salió de Parrilla, con toda su compañía, con tres castaños de vino,

que de La Villa traía. Carreón llegó a Cieneguilla,

con toda su compañía, “Traigan a Reyes Hernández, para bailar todo el día”.

Sale Carreón y les dice: “Oiga usted, mi general,

ahí se divisa una gente, por ese camino real”.

125

ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990, pp. 140 a 141.

Page 331: Cancionero durangueño

331

Sale Carreón y les dice, con muchísima alegría,

“Esa gente que diviso, toda es gente de la mía”.

Castro le dice a Carreón: “Buenos días mi general, dicen que ahí viene una gente,

queriéndonos agarrar”. No era gente de la suya,

sino la gente de Márquez, y en menos que se los cuento, echaron a los rifles parque.

Salieron a la casita, donde echaron los gemelos:

“Dicen que la gente es mucha, nos iremos a los cerros”.

Castro le dice a Carreón: “Buenos días mi general, le encargo mi cabellera,

si me llegan a matar”. Carreón le contesta a Castro:

“Eso le digo yo a usté‟, le encargo mi cabellera, que es pa‟l Señor San José”.

Se soltó la balacera y esta vez Carreón perdió

y estuvo dura la mezquitera, que mucha gente murió. Carreón era como Villa,

muy bueno pa‟ los balazos, pero en esa Cieneguilla, se le acortaron los pasos.

Murió Gregorio Carreón, por providencia del cielo,

ya se acabaron los bailes, en la casa de Consuelo.

Consuelo era muy bonita, una mujer lisonjera,

Page 332: Cancionero durangueño

332

a Chícharo, Carreón y Castro, los traía como en collera.

Murió Gregorio Carreón, señores, ya lo verían,

esos ricos hacendados, ¡Ay! Qué a gusto quedarían.

Ya con esta me despido, por el rumbo de La Breña, aquí se queda Carreón,

que siempre anduvo a la greña.

Page 333: Cancionero durangueño

333

El general villista chihuahuense Martín López Aguirre fue miembro de la famosa

escolta de élite de Los Dorados de Villa y participó en la Revolución en las

diversas campañas que desarrolló la División del Norte.

El 9 de septiembre de 1919, como parte de la campaña guerrillera de la Villada,

sobre el estado de Durango, el general Francisco Villa ordenó al general Martín

López y sus tropas, el asalto a la ciudad de Durango, sin embargo, las fuerzas de

López resultaron derrotadas por los refuerzos carrancistas que arribaron a la Perla

del Guadiana, procedentes de la Región Lagunera. En la refriega, López se vio

obligado a ordenar la retirada y durante la huída fue herido por las balas de los

soldados de caballería del general Irineo Villarreal, en la Estación La Labor,

municipio de Durango y cuatro días después el general Martín López fallecía en

Las Cruces, Durango.

La escritora y bailarina durangueña Nellie Campobello, en su libro de relatos

Cartucho, narra que los carrancistas, al no dar crédito a la versión de que el

segundo al mando en las fuerzas de la guerrilla villista, Martín López, había

muerto, exhumaron su cadáver y, tras identificarlo, le quitaron unas hojas verdes

que cubrían una herida de su vientre. Para sorpresa de los carrancistas, las hojas

habían mantenido su color original, después de varios días del entierro del famoso

guerrillero villista.

La tragedia de Martín 126

Anónimo

Paloma real de Durango, párate en aquel fortín, les dices a los carranzas,

que aquí se queda Martín. Martín López les decía:

“Ni miedo les tengo yo” y jugando a los balazos, ninguno se le escapó.

126

CAMPOBELLO, NELLIE. “Cartucho”, en: La novela de la Revolución Mexicana, Tomo I, México, Editorial Aguilar, 1980, pp. 965 a 966.

Page 334: Cancionero durangueño

334

Martín López les decía:

“Cuando atacamos Columbus, quemamos todas las casas y nos vamos a otros rumbos”.

En la hacienda La Labor, una bala lo alcanzó,

dos días luego pasaron, y luego se nos murió.

Martín López nos decía: “no se vayan a rendir, mejor que mueran alzados,

así es bonito morir”. Martín López le hace piernas

a su caballo alazán, en Llanos de Catarinas fue Diablo para pelear.

De un lado para otro iba, gritando fuerte y muy claro:

“Aquí les traigo a los changos, sus cosquillas y su rayo”.

A caballo, con su lazo, los rodió, allí en Canutillo, allí toditos murieron,

pos no hubo ningún herido. En Chihuahua y en Torreón,

y en el bonito Parral, Martín López fue adelante, porque sabía pelear.

A Chihuahua se metió, en su caballo jobero, los escalones subió

del Palacio de Gobierno. En Las Cruces se murió,

en ese mes de septiembre, lo enterraron Los Dorados, los muchachos de su gente.

Paloma real de Durango,

Page 335: Cancionero durangueño

335

no te canses de volar, diles que el Güero Martín,

a su caballo subió. sin miedo de irse a morir.

Vuela, paloma ceniza, vete pa‟ aquella humareda, y diles que Martín López,

aquí se quedó en la sierra.

En sus libros de relatos Cartucho y Las manos de mamá, Nellie Campobello,

dio forma literaria a los sucesos y personajes de la Villada

Page 336: Cancionero durangueño

336

El 25 de mayo de 1920, un día después de la elección de don Adolfo de la Huerta

como presidente de la República, tuvo lugar la primera conferencia entre el

general Francisco Villa y el general Ignacio Enríquez, en el poblado de El Pueblito,

cercano al Valle de Allende, en el estado de Chihuahua. En la conferencia se trató

el asunto de la rendición de Francisco Villa y sus leales guerrilleros. Este primer

acercamiento se vio frustrado porque las tropas federales del general Jesús

Guajardo se movilizaron para reforzar a los soldados del general Joaquín Amaro,

con la aparente finalidad de combatir a la guerrilla villista.

En julio del mismo año, el general Eugenio Martínez estableció de nuevo contacto

con el general Villa quien, de manera sorpresiva, se movilizó desde el estado de

Chihuahua al de Coahuila y concentró sus fuerzas en Tlahualilo, Durango. La

conferencia entre Villa y Martínez tuvo lugar en Sabinas, Coahuila, el 28 de julio

de 1920, con la anuencia de Adolfo de la Huerta, Plutarco Elías Calles y Benjamín

Hill, todos miembros del poderoso Grupo Sonora. En el diálogo con Villa se acordó

la amnistía de la guerrilla villista con el ofrecimiento de garantías de vida, un año

de haberes a las tropas de la ex División del Norte y que la Hacienda de Canutillo,

Durango, pasaba a ser propiedad del general Villa.

Con los acuerdos logrados, en agosto de 1920, la guerrilla villista fue licenciada y

el general Villa estableció su residencia en la Hacienda de Canutillo. La rendición

de Villa fue uno de los mayores triunfos políticos de la administración de Adolfo de

la Huerta. Tanto las conferencias como la rendición de Villa fueron objeto de

diversas composiciones de corridos y mañanas regionales y nacionales.

La rendición de Pancho Villa 127

Primera parte

Anónimo

127

HERNÁNDEZ, GUILLERMO. The Mexican Revolutión. The Heroes and Events. 1910-1920 and Beyond, álbum de discos Folklorick Records, números 9041 a 9044, El Cerrito, California, s/f., cantado por Lupe Martínez y Pedro Rocha, grabado en la ciudad de Chicago, Illinois, Estados Unidos de América, el 19 de junio de 1929.

Page 337: Cancionero durangueño

337

Hoy que Villa se amnistió voy a contar el suceso,

que a la Nación le costó, millón y medio de pesos.

Cansados de n avegar, en sus vidas de aventura,

comenzaron a entregar sus armas y sus monturas.

Villa, sin ningún reparo, cuando todo se arregló, en la Hacienda del Amparo,

un documento firmó. Dijo el general Martínez:

“Señor, si hablo mal me mata, pero vía lo que pasó, con el general Zapata”.

“¡Pero, caracoles, cuerno!”, comenzó Villa a decir,

“Creo que es honrado el gobierno a quien me voy a rendir”.

Cuando Villa se amnistió, con todos sus generales, la confianza renació

en todos los minerales. Villa sin ningún reparo,

cuando todo se arregló, en la Hacienda del Amparo, un documento firmó.

“Pues yo ya voy a firmar, díganme sus pareceres, que dizque les han de dar,

tierra y un año de haberes”.

Segunda parte

“Dándoles eso, se van”,

les dijo el coronel Trillo, “Y al general le darán

Page 338: Cancionero durangueño

338

La Hacienda de Canutillo”.

Villa les volvió a decir en un discurso sencillo: “¿Sabrán que me voy a ir

a la Hacienda de Canutillo?” “Allá donde trabajemos,

para el que me quiera seguir, y vean que también sabemos trabajar para vivir”.

“Daré tierras a parcelas, contratos y arreglos fijos,

voy a establecer escuelas para educar vuestros hijos”.

Valles, cerros ya están tristes, montes que Villa habitaba, ya no oirán algarazas

de los villistas que andaban. Por eso cantando digo

con mi voz clara y sencilla: “¡Viva la gente valiente del general Pancho Villa!”

Pues que con el fin, sin esto ya no habrá quien diga más,

que para vivir tranquilos se necesita la paz.

Ya con esta me despido paseándome por la orilla, terminó la rendición del general Pancho Villa.

Page 339: Cancionero durangueño

339

Francisco Villa, el durangueño más famoso en el mundo.

Page 340: Cancionero durangueño

340

Page 341: Cancionero durangueño

341

Page 342: Cancionero durangueño

342

Page 343: Cancionero durangueño

343

El general Francisco Murguía López de Lara tuvo un destacado papel como

revolucionario maderista y carrancista, sobre todo durante el combate a las

guerrillas villistas en los estados de Durango y Chihuahua y en el momento de la

huída de Venustiano Carranza a Veracruz, después de que fue derrocado, al

triunfo del llamado Grupo Sonora con el Plan de Agua Prieta, en mayo de 1920.

Tras la muerte de Venustiano Carranza, Francisco Murguía se refugió en los

Estados Unidos y en ese país comenzó a organizar una rebelión en contra del

gobierno de Álvaro Obregón y del Grupo Sonora. A la sazón, algunos ex

carrancistas le prometieron a Murguía que, en el momento en que entrase al

territorio mexicano contaría con su apoyo en armas, dinero, vituallas y soldados,

para hacer frente al gobierno obregonista.

Confiando en el apoyo prometido por sus correligionarios, Murguía cruzó la

frontera por el estado de Chihuahua, enarbolando el Plan de Saltillo, en el que se

desconocía al gobierno de Obregón. Ya como rebelde antiobregonista, Murguía

cruzó todo el estado de Chihuahua y se internó en el estado de Durango,

perseguido constantemente por las tropas del general José Gonzalo Escobar,

leales a Obregón, hasta que finalmente fue derrotado en El Huarache, Durango.

La intentona de Murguía fracasó desde sus inicios, tanto por la deserción de sus

pocos soldados, como por el incumplimiento de las promesas de dotación de

armas y vituallas que le habían hecho sus inconstantes correligionarios radicados

en Estados Unidos y en México. Por otra parte, contrario a lo que Murguía

esperaba, en el país, sólo hubo alguno que otro tibio levantamiento aislado que,

completamente desarticulados, fueron rápidamente neutralizados.

Una vez que fue derrotado en el Guarache, Murguía logró huir sólo y arribó a la

población de Santa Catarina de Tepehuanes, Durango. En ese lugar, Murguía fue

descubierto, aprehendido, juzgado sumariamente y fusilado el primer día de

septiembre de 1922. Durante el juicio sumario a Francisco Murguía, también

conocido como Pancho Reatas, se pusieron en evidencia diversas prácticas

corruptas del Ejército Constitucionalista, durante las operaciones en contra de las

guerrillas villistas.

Page 344: Cancionero durangueño

344

Fusilamiento de Murguía 128

Eduardo Guerrero

Golondrina mensajera, de tristezas y alegría, ve a anunciar por donde quiera,

que murió Pancho Murguía. Cruzó el Bravo en la frontera,

y se internó en nuestra tierra, venía en contra del Gobierno, y le declaró la guerra.

Mas el pueblo ya no quiere, esas luchas fratricidas,

pues sólo adora la paz y a sus familias queridas.

con cincuenta y ocho adictos, pasó cerca de Escalón, siendo luego perseguidos,

por las tropas de Obregón. en el centro de Durango,

lo alcanzó el jefe Escobar y derrotado en El Guarache, huyendo pudo escapar.

Vagó por sierras abruptas y por pueblos, disfrazado,

y así llegó a Tepehuanes, triste, solo y muy cansado.

el cura de Tepehuanes, con nobleza y caridad, le dio asilo en el curato,

y lo asistió con bondad. Pero nunca falta el pago,

de cualesquiera maldad, pues una mujer, por venganza, dio aviso a la autoridad.

128

ROMERO FLORES, JESÚS. Corridos de la Revolución Mexicana, México, Costa Amic Editores, 1979, pp. 242 a 246.

Page 345: Cancionero durangueño

345

(ilegible) de ese hombre, lo mató Murguía muy mal,

colgándolo de una rama, con gran lujo de crueldad.

Al jefe Anacleto López, la mujer le fue a contar y este marchó para el pueblo

y de noche llegó a entrar. Rodeó la tropa la iglesia,

cuando la hora santa rezara el cura y pidió, por fuerza, a Pancho Murguía entregara.

Estaba Murguía encerrado, bajo del altar mayor,

en un pequeño cuarto, y sumido en su dolor.

no tuvo tiempo de nada, al entra el general, y tuvo que darse preso,

sin un tiro disparar. Fue llevado hasta el cuartel

y le hicieron un sumario, siendo condenado a muerte, por rebelde y temerario.

A las seis del día primero, el consejo terminó,

y a las seis y media en punto, a Murguía se fusiló. Así terminó su vida,

este general valiente, que fue el jefe más adicto, de la carrancista gente.

Día primero de noviembre, qué fecha tan memorable,

murió Francisco Murguía, un general indomable.

El gobierno le ofreció, perdonarlo si se unía

Page 346: Cancionero durangueño

346

y él siempre quiso vengarse, aunque no le convenía.

Trabajó en el extranjero, por alcanzar la venganza,

deseando ver castigada, la caída de Carranza.

Pero nuestra pobre Patria, no puede con tanta pena, y es justo que cada uno,

procure se ponga buena. Por eso causa tristeza,

el fin de un valiente hombre, pero se lo buscan solos y nadie de ello se asombre.

Que sirva aquesta lección, también a los poderosos,

que obren siempre sin crueldad y sean justos bondadosos.

Tres cartas escribió firme, arreglando sus negocios, y encargó mucho a sus hijos,

el trabajo y no los ocios. Nació don Pancho Murguía,

muy cerca de Sombrerete, fue fotógrafo de oficio y enemigo del bonete.

En Coahuila se afilió, a la causa de Madero y luego fue de Carranza,

adicto como el primero. En la triste retirada,

de Apizaco y San Andrés, fue quien más se distinguió, por su valor y altivez.

Quedó luego prisionero, de las tropas de Obregón,

pero luego, con astucia, se salió de la Nación.

Page 347: Cancionero durangueño

347

En los Estados Unidos,

siempre estuvo conspirando, hasta que por fin volvió, la muerte venía buscando.

Ya terminé este corrido, y que sirva de lección,

que ya el pueblo está cansado y no ayuda a la ambición.

Page 348: Cancionero durangueño

348

En 1922, el general Juan Carrasco se levantó en armas en contra del Gobierno del

Estado de Sinaloa, entidad en la que el general Ángel Flores fungía como

gobernador. En busca de apoyo bélico, Juan Carrasco se afilió al movimiento del

Plan de Saltillo que, de manera fallida, lideraba el general Francisco Murguía.

A fines del año de 1922, Juan Carrasco intentó unir su tropilla con las fuerzas del

general Murguía, en algún lugar de la Sierra Madre Occidental, en el estado de

Durango. Sin embargo, el Gobierno Federal tuvo noticias de los movimientos y

planes de Carrasco, por lo que envió a las tropas del general Juan Torres para

combatir los rebeldes de Carrasco.

Juna Torres, en el cumplimiento de su mandato, juntó a sus tropas con los

integrantes de la Acordada de Coabortita, Sinaloa y el 8 de noviembre de 1922, en

un lugar de la Sierra, cercano a Guamuchilito, al oeste del estado de Durango, los

leales al general Álvaro Obregón Salido, trabaron combate con las fuerzas de

Juan Carrasco. En el encuentro, Juan Carrasco encontró la muerte.

La muerte de Juan Carrasco 129

Eduardo Guerrero

Válgame Dios de los cielos,

quién se lo había de pensar, que al general Juan Carrasco, así lo habían de matar.

Se levantó contra Flores, por cuestiones de poder,

y lo persiguió el Gobierno y al fin tuvo que perder.

Qué triste cosa es la vida. del que tiene corazón, que por vengar su amor propio

se enfrentó con Obregón. Los desterrados de Texas,

en Carrasco y en Murguía,

129

MARÍA Y CAMPOS, ARMANDO DE. La Revolución Mexicana a través de los corridos populares, Tomos II, México, Biblioteca del INEHRM, 26, 1962, pp.223 a 224.

Page 349: Cancionero durangueño

349

tenían toda su confianza, sabiendo lo que valían.

Pero no contaron nunca con el sentir nacional,

que no quiere ya más guerra, porque ya estamos muy mal.

Da tristeza ver morir a hombres de gran valía, que pronto desparecen

como Carrasco y Murguía. El general Juan Carrasco

se levantó en Sinaloa, porque tuvo gran enojo con Flores, que echó una loa.

Como tenía simpatías y del pueblo era querido,

con un buen golpe de gente se hizo jefe del partido.

Ya se daba por muy cierto que Juan llegaría a triunfar, pero el Gobierno envió a Torres

y lo hubo de derrotar. Luego se internó en la sierra

y de lugar en lugar, anduvo con pocos hombres, sin el triunfo ya esperar.

Dicen que se interceptó a un enviado de Murguía, quien pedía cita a Carrasco,

a Guamuchilito, que iría. el mensaje era fechado

en Tepehuanes, Durango, pero el Gobierno lo supo y se puso rete chango.

Hizo aprehender a Murguía y otra fuerza envió a la sierra,

que sorprendiera a Carrasco y terminara esta guerra.

Page 350: Cancionero durangueño

350

Cuando estaba más tranquilo

en aquella serranía, fue rodeado de enemigos, pues ya así le convendría.

Se defendió con denuedo, luchó con mucho valor,

pero sucumbió cual bueno, en el campo del honor.

Dicen que se dio un balazo, al ver su causa perdida, pero al levantar el campo

se halló a Carrasco sin vida. Sinaloa llena de luto,

lloró a jefe tan querido pues que tuvo acciones finas, con el pobre y fue sentido.

El día ocho de noviembre, novecientos veintidós,

murió el jefe Carrasco, un general cual no hay dos.

Juan Carrasco les decía en su caballo alazán: “No pierdo las esperanzas

de tomar a Mazatlán”. Juan Carrasco dijo a Flores

de El Quelite a La Sandía: “En Culiacán los espero, con toda la artillería”.

Juan Carrasco fue un amigo de Flores y compañero, y nunca, delante de él,

se quitaba su sombrero. Juan Carrasco era valiente,

nadie lo puede negar, y a todos los carrancistas los alzó para pelear.

En Sinaloa y Nayarit,

Page 351: Cancionero durangueño

351

en Durango y en Jalisco, todos lo sintieron mucho

porque era un jefe muy listo. Aquí termina el corrido

que es recuerdo de un valiente, que por lanzarse a la guerra, murió con toda su gente.

Con esta ya me despido, del valiente Juan Carrasco,

que acabó como vivió, sin tenerle a la muerte asco.

Page 352: Cancionero durangueño

352

El 20 de julio de 1923, el General de División Francisco Villa fue asesinado, al caer

en una emboscada, al momento en que viajaba en su automóvil, justo cuando

salía de la ciudad de Parral, Chihuahua, con rumbo a la Hacienda de Canutillo,

Durango. En el atentado también perdieron la vida: el secretario de Villa, Miguel

Trillo, Claro Hurtado, Ramón Contreras, Daniel Tamayo y Rosalío Hurtado.

Jesús Salas Barraza, diputado local del estado de Durango, fue el encargado de

organizar a un grupo de enemigos de Villa para darle muerte. Este grupo estuvo

integrado por: Melitón Lozoya, Librado Martínez, Ramón Guerra, José Sáenz

Pardo, José Guerra, José Barraza, Ruperto Vara y Juan López Sáenz Pardo. Tras

el asesinato se generaron diversas versiones en torno a la dirección intelectual, la

organización y el patrocinio del atentado. Según Jesús Salas Barraza, se trató de

una venganza personal en bien de la Patria. De acuerdo con el diputado Emilio

Gandarilla, el general Plutarco Elías Calles fue el autor intelectual y patrocinador

de la acción. Estas y otras versiones circularon aunque nunca hubo una definitiva.

Y concluyente.

Los supuestos motivos del asesinato de Villa fueron, entre otros: su virtual apoyo a

la inminente candidatura de don Adolfo de la Huerta, así como los aparentes

planes de organización de una nueva rebelión en contra de Álvaro Obregón, para

la cual Villa contaba ya con armas, parque y gente dispuesta en el norte de

Durango, el sur de Chihuahua y Coahuila.

El durangueño Francisco Villa (Doroteo Arango) es el personaje histórico

mexicano más conocido en el mundo y sobre el cual se han escrito y cantado la

mayor cantidad de corridos y canciones, se han hecho películas, libros de Historia,

biografías, novelas, cuentos, piezas teatrales, radionovelas, historietas y

programas de televisión, entre otros.

Corrido Historia y muerte del general Francisco Villa 130

Primera parte

130

HERNÁNDEZ, GUILLERMO. The Mexican Revolutión. The Heroes and Events. 1910-1920 and Beyond, álbum de discos Folklorick Records, números 9041 a 9044, El Cerrito, California, s/f., cantado por More, Ruby & Vivo, grabado en Los Ángeles, California, Estados Unidos de América, el 31 de agosto de 1923.

Page 353: Cancionero durangueño

353

Vivo.

En una Hacienda en la sierra, de México maravilla, de un labrador de mi tierra,

nació el gran general Villa. Trabajó por mantener

a su madre y a su hermana, y luchó por obtener de trabajador la fama.

Pero el hijo del patrón, con su dinero y poder,

burló a la hermana del peón, que al fin era una mujer.

Pero Pancho era muy hombre, y en prueba de su valor, lavó con sangre su nombre

malhiriendo al burlador. A las fuerzas de Madero

entró con brazo potente y aquel humilde ranchero fue un indomable insurgente.

Por su valor sobrehumano, y fiereza sin igual,

don Pancho le dio en Rellano el grado de general.

Mas sus valientes soldados fueron su escolta y su corte, los indomables dorados de la División del Norte.

Mas por una imprecisión, o traición de algún canalla,

perdió la brillante acción del combate de Celaya.

Segunda parte

Fue temerario y valiente y noble de corazón,

Page 354: Cancionero durangueño

354

y admitió a toda su gente al presidente Obregón.

Como pago a sus proezas le dieron El Canutillo,

la hacienda que manejaba con su secretario Trillo.

Pero la envidia y traición, que se arrastraba escondida, esperaba la ocasión

para arrancarle la vida. Y muy cerca del Parral,

sin descubrir aún el móvil, mataron al general que iba guiando su automóvil.

Mas no tuvieron valor para enfrentarse al caudillo,

y disparando a traición mataron también a Trillo.

Le lloraron sus soldados pues él era su esperanza y los valientes dorados,

juraron tomar venganza. Sólo así podían vencer

a ese valiente caudillo, que con temor le llamaban El Señor de Canutillo.

Duerme en paz porque tu nombre cual astro en la Historia brilla, será inmortal el renombre

del general Pancho Villa.

Page 355: Cancionero durangueño

355

La figura de Francisco Villa ha sido objeto de la composición de una gran cantidad

de piezas de la lírica, además de los corridos de índole puramente histórica,

algunas piezas villista han tenido un gran éxito comercial y se han anexado al

acervo del cancionero durangueño. La tumba de Villa, El Siete Leguas, El corrido

de Durango y El Mayor de los Dorados, son sólo algunos ejemplos de un vasto

repertorio de canciones y corridos villistas.

La tumba de Villa 131

Pepe Albarrán

Cuántos jilgueros y cenzontles veo pasar, pero qué tristes cantan esas avecillas,

van a Chihuahua a llorar sobre Parral, donde descansa el general Francisco Villa.

Lloran al ver que aquella tumba, donde descansa para siempre el general, sin un clavel, sin flor ninguna,

solo hojas secas que le ofrenda el vendaval. De sus dorados nadie quiere recordar,

que Villa duerme bajo el cielo de Chihuahua, sólo las aves que gorjean sobre Parral, van a llorar sobre la tumba abandonada.

Solo uno fue, que no ha olvidado, y a su sepulcro una oración le fue a rezar,

amigo fiel y buen soldado, grabo en su tumba: “Estoy presente general.”

Canten jilgueros y cenzontles sin parar, y que sus trinos se oigan en la serranía, y cuando vuelen bajo el cielo de Parral,

lloren conmigo por aquel Francisco Villa. Adiós, adiós, sus avecillas,

131

Corridos. Los Montañeses del Álamo, México, disco CD-VAR-7572, Variedades discos, s/f.

Page 356: Cancionero durangueño

356

yo también quiero recordarle a mi Nación, que allá en Parral descansa Villa,

en el regazo del lugar que tanto amó.

Page 357: Cancionero durangueño

357

El corrido de Durango 132

Graciela Olmos

En Durango comenzó, su carrera de bandido, en cada golpe que daba,

se hacía el desaparecido. Al llegar a La Laguna,

tomó estación de Horizontes, desde entonces lo seguían por los pueblos y los montes.

Pero un día allá en el noroeste, entre Tirso y La Boquilla,

se encontraban acampadas, las fuerzas de Pancho Villa.

Gritaba Francisco Villa: “Yo el miedo no lo conozco. ¡Que viva Pancho I. Madero!

¡Que muera Pascual Orozco!” Gritaba Francisco Villa

en su caballo tordillo: “En las bolsas traigo pesos y en la cintura casquillos”.

¿Dónde estás Francisco Villa? general tan afamado!

que los hiciste correr a todos como venados.

Ya con ésta ahí me despido, a la sombra de un durazno, aquí termino cantando

el corrido de Durango.

132

Ibíd.

Page 358: Cancionero durangueño

358

El Siete Leguas 133

Graciela Olmos

Siete Leguas, el caballo que Villa más estimaba,

cuando oía silbar los trenes se paraba y relinchaba; Siete Leguas el caballo

que Villa más estimaba. En la Estación de Irapuato

cantaban Los Horizontes, ahí combatió formal la Brigada Bracamontes;

en la Estación de Irapuato cantaban Los Horizontes.

Como a las tres de la tarde silbó la locomotora: ¡Arriba, arriba muchachos

pongan la ametralladora! como a las tres de la tarde silbó la locomotora.

Oye tú, Francisco Villa ¿qué dice tu corazón?

¿ya no te acuerdas valiente que atacaste a Torreón? ¿ya no te acuerdas valiente

que tomaste a Paredón? Adiós torres de Chihuahua

adiós torres de Cantera; ya vino Francisco Villa a quitarles la frontera,

ya vino Francisco Villa a devolver la frontera.

133

Ibídem.

Page 359: Cancionero durangueño

359

El Mayor de los Dorados 134

José Berrones

Fui soldado de Francisco Villa de aquel hombre de fama mundial,

que aunque estuvo sentado en la silla no envidiaba la presidencial.

Ahora vivo allá por la orilla recordando aquel tiempo inmortal. Ay… Ay…

Ahora vivo allá por la orilla recordando a Villa allá por Parral.

Yo fui uno de aquellos Dorados, que por suerte llegué a ser Mayor, por la lucha quedamos lisiados,

defendiendo la Patria y honor. Hoy recuerdo los tiempos pasados

que peleamos contra el invasor, hoy recuerdo los tiempos pasados de aquellos Dorados que yo fui Mayor.

Mi caballo que tanto montara en Jiménez la muerte encontró,

una bala que a mí me tocaba a su cuerpo se le atravesó.

Al morir, de dolor, relinchaba por la Patria la vida entregó Ay… Ay…

Al morir de dolor relinchaba cómo le llorara cuando se murió.

Pancho Villa te llevo grabado en mi mente y en mi corazón y aunque a veces me vi derrotado por las fuerzas de Álvaro Obregón.

Siempre anduve como fiel soldado hasta el fin de la Revolución

134

Viva la Revolución. Los tremendos gavilanes Juan y Salomón, México, disco LP Stereo monaural Son-Art, DS-531, s/f.

Page 360: Cancionero durangueño

360

Ay… Ay… Siempre anduve como fiel soldado

que siempre ha luchado al pié del cañón.

Page 361: Cancionero durangueño

361

VI. Tragedias y mañanitas de cristeros,

comunistas y agraristas

Motivada, en apariencia, por la persecución religiosa, e instigada por los

conservadores y la Iglesia; la Primera Rebelión Cristera fue peleada, en Durango,

no tanto por los conservadores citadinos, sino por los cristeros campesinos

mestizos e indígenas; tepehuanes, huicholes y mexicaneros del sur del estado y

esta participación de los indígenas no católicos en la guerra de Cristo Rey, marcó

la gran diferencia entre las Rebeliones Cristeras regionales de Durango con

respecto a los levantamientos cristeros en otros estados del país. Para los

indígenas, el interés guerrero, más que religioso, era de resistencia étnica , ante la

intromisión de diversas compañías madereras transnacionales a sus territorios

boscosos que, para ese entonces, comenzaban a ser objeto de codicia y de

trámites de documentación en propiedad privada para su explotación. Ante la

Rebelión Cristera, el gobierno opuso al Ejército Federal y a los auxiliares

agraristas irregulares, habilitados para el combate a los enemigos del Estado

Mexicano.

En el mismo contexto estatal, durante los años veintes del siglo XX, una parte del

proletariado campesino e industrial de Durango protagonizó una breve pero

importante Revolución Soviética en la entidad, liderada por el maestro rural José

Guadalupe Rodríguez Favela quien, junto con algunos de sus correligionarios,

sería el mártir de la jornada. En la complicada y poco conocida historia de los

alacranes comunistas intervinieron como actores sociales: el gobierno local y

federal, el ejército, los agraristas oficiales, la Iglesia Católica, los cristeros, los

hacendados, los industriales durangueños, los comunistas durangueños, el Partido

Comunista Mexicano (PCM), algunos partidos políticos locales, la organización

internacional comunista o KOMINTERN, El Kremlin y los cuerpos diplomáticos

mexicano y soviético. El asesinato de Estado del profesor Rodríguez Favela,

provocó un sinnúmero de protestas internacionales en contra del gobierno de

Page 362: Cancionero durangueño

362

México, así como la ruptura de las relaciones diplomáticas entre México y la

URSS.

Por otra parte, en la guerra por Cristo Rey, la fortuna bélica favoreció a los

cristeros y, tras múltiples acciones, componendas y enredos políticos y militares;

como la Rebelión Escobarista que anexó en sus filas a los cristeros durangueños,

el Estado Mexicano optó por la amnistía a los rebeldes y por la solución política

del conflicto con el Episcopado Nacional mediante los Arreglos de 1929.

Durante las primeras décadas del siglo XX, la sierra durangueña se hizo objeto de

los intereses de inversión de los capitales madereros transnacionales, por lo que

su documentación, ante las autoridades del nuevo Estado Mexicano, a favor de los

inversionistas, se hizo expedita y sin considerar los intereses de los indígenas y

mestizos; propietarios primigenios de la zona del conflicto. Así, mientras que

algunos pobladores; indígenas y mestizos del sur de Durango, apoyaban la

inversión sobre la tala de los bosques; otros consideraban que la sierra era el

patrimonio último de los nativos y había que defenderlo; y si el vínculo con la

Rebelión de Cristo Rey era la opción, ese era el camino a seguir, sin importar la

filiación ideológica de los aliados; en este caso, los conservadores y el Clero.

Entre agosto de 1929 y agosto de 1934, los jefes cristeros permanecieron, en su

mayoría, apaciguados; mientras la instalación de los aserraderos serranos

avanzaban y los jefes del Gobierno Revolucionario iniciaban de nuevo la

persecución religiosa, aprovechando los elementos de justificación legal de la

Constitución para el caso; como el párrafo séptimo del artículo 130, en el cual se

especificaba que los gobiernos estatales tenían la última decisión sobre la

cantidad de ministros a autorizar, de los diversos cultos, para ejercer su confesión

en el territorio de la entidad. De la misma manera, los cambios en la Legislación

sobre planes y programas de estudio del sistema educativo nacional fueron objeto

de protestas y reacción.

En el estado de Durango, las limitaciones del gobierno local al clero Católico, sólo

permitieron un sacerdote católico para la atención espiritual del casi medio millón

de durangueños de la época.

Page 363: Cancionero durangueño

363

En 1932, ante la nueva represión a la Iglesia, los conservadores citadinos lanzaron

el Plan de Durango, de poca repercusión y menor difusión; pero que proponía la

instauración de México como Estado Católico; la protección de los latifundios ante

los intentos agraristas y diversos lineamientos de orden civil como la prohibición

del divorcio; entre otros.

La represión directa, la imposición de las formas ejidales de tenencia de la tierra

en los repartos agrarios en la sierra, alrededor del territorio cristero, la

conformación de los aserraderos y latifundios madereros; así como el despojo de

los territorios indocumentados de indígenas y mestizos de los municipio de

Mezquital, Pueblo Nuevo y del sur del de Durango, incluida la propuesta educativa

del Estado que no consideraba las particularidades culturales indígenas, fueron

algunos de los móviles que llevaron a los habitantes del sur de Durango a

conformar el Ejército Libertador Cristero del Estado de Durango y a iniciar la

Segunda Rebelión Cristera; con una total indiferencia a los motivos religiosos de

los conservadores citadinos y del Clero. Si bien, en 1934, los conservadores de la

Guardia Nacional, así como las archicofradías locales se vincularon con los

cristeros serranos, como en la Primera Rebelión; para 1936, la gran

incompatibilidad de intereses de los diversos grupos beligerantes antigobiernistas,

propició que los conservadores y el Clero; dadas sus negociaciones con el Estado

Mexicano y sus cambios de tácticas de lucha; guerrera y terrorista, por la de

competencia política y partidista pacífica, se desvincularon definitivamente de los

grupos cristeros campesinos, mestizos e indígenas.

Durante todo el periodo cardenista, la sierra de Durango fue escenario de la

Segunda Rebelión Cristera y los saldos de la misma, en términos de guerra,

demográficos, económicos y políticos no son cuantificables. A lo largo de la

guerra, los principales jefes de la Rebelión como Trinidad Mora y Florencio

Estrada caían junto con sus soldados y otros, como Valente Acevedo cambiaban

de bando, defeccionaban o se amnistiaban.

Mientras tanto, entre 1930 y 1936, en la Región Lagunera se suscitaban las

grandes huelgas de trabajadores agrícolas y finalmente la dotación de tierra en

régimen ejidal por parte del gobierno del general Lázaro Cárdenas.

Page 364: Cancionero durangueño

364

Sólo las resoluciones de dotación de tierra en régimen comunal agrario, el

despueble y la intervención de los funcionarios de los aserraderos; por medio de la

negociación, apagaron con la amnistía, el fuego de Cristo Rey en 1941. A partir

de ese momento, el último jefe cristero, Federico Vázquez, se transformó en el

cacique de Las Quebradas y representaba una amenaza latente de levantamiento

contra el Gobierno.

En 1945, Vázquez fue emboscado y acribillado en sus terrenos de la sierra, y con

su muerte se acababa toda Cristiada. Así, el enfrentamiento de católicos, Clero,

conservadores y cristeros mestizos e indígenas, contra agraristas, Ejército,

masones y capitalistas madereros, entraba de nuevo en el terreno de la

convivencia pacífica; con la anuencia y conveniencia del Estado Mexicano y con la

bendición del Episcopado Nacional.

La Segunda Rebelión Cristera fue el tema de Rescoldo, los últimos cristeros, la

novela testimonial más loada del ciclo, en términos literarios, producto de la

narrativa de Antonio Estrada Muñoz.

En los tiempos de la Segunda Cristiada, las fuerzas del orden público acabaron

con El Chojo Ladislao, el temible bandido lagunero, el valiente aviador lerdense

Francisco Sarabia se aventuró a volar de México a Nueva York, fue también el

tiempo en que falleció el genial compositor Silvestre Revueltas. Ya pasada la

Cristiada, el gobierno organizo el envío de compatriotas a los Estados unidos, en

calidad de braceros y para 1945, Federico Vázquez, el último cristero era

acribillado, terminando así el liderazgo de Cristo Rey. Todos esos acontecimientos

tuvieron su historiador cantante que se ocupo de hacer las cuartetas de su lírica

narrativa histórica.

Don Luis Domínguez, el último arpista cantante corridista de la ciudad de Durango,

quien, para interpretar sus canciones y corridos, desde los años setentas a los

noventas del siglo XX, se instalaba diariamente en la esquina de las calles Cinco

de Febrero y Constitución, mantuvo en su memoria y en las cuerdas de su arpa, la

letra y las notas de las mañanas de los jefes cristeros Florencio Estrada y Trinidad

Mora. Si bien el conjunto de dueto de acordeón, guitarra y voces, por la capacidad

Page 365: Cancionero durangueño

365

sonora del acordeón iba ganando terreno entre los músicos tradicionales

durangueños.

Don Luis Domínguez, el último arpista cancionero corridista ambulante de la

ciudad de Durango 135

Page 366: Cancionero durangueño

366

El 26 de octubre de 1926 tuvo lugar el Combate del Puerto de La Arena, en el que

el general Ismael Lares, junto con 250 de tropa, cayó en una emboscada cristera

en el Puerto de la Arena, lugar cercano a la Hacienda de Santa Elena, rumbo al

poblado de Mezquital. A pesar de que Fermín Núñez, asistente de Lares, había

aconsejado a éste que tratara la campaña contra los cristeros de manera más

cautelosa, éste se confió demasiado y sucumbió, junto con sus 250 soldados,

ante las balas cristeras. El cadáver de Lares quedó expuesto durante varios días.

Después de la derrota y muerte del general Lares, el movimiento cristero en el

estado de Durango, cobró seriedad ante las autoridades militares del país y, por

su parte, las tropas cristeras lograron una considerable dotación de parque, armas

y hasta unos gemelos.

Corrido del general Lares 136

Anónimo

(Fragmento)

Salió Lares de Durango con su corazón dañado, con puros lazos de a cinco,

los iba a traer amarrados. El general lares dice:

“Yo no conocí a mi madre, en el Puerto de la Arena, vine a conocer a mi padre”

Corrido del Combate del Puerto de la Arena 137

Francisco Campos

135

HOLGUÍN, JOSÉ DE LA O. El arpa tradicional de Durango. Del vestigio a su resurgimiento, Durango, Dgo., Unión de Cronistas Municipales del Estado de Durango, 2009, p. 14. 136

Comunicado por don Casimiro Ruiz, en Santiago Bayacora, municipio de Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987. 137

MEYER, JEAN. La Cristiada, Tomo I, México, ed. Siglo XXI, 1977, pp. 116 a 117.

Page 367: Cancionero durangueño

367

Voy a cantar estos versos

para que los oiga la gente ya murió el general Lares, por masón e imprudente.

El dieciocho de noviembre, de año que ya pasó,

mataron al general Lares, su raya se le llegó.

Por el Puerto de la Arena, pasaba el general Lares, muy quitado de la pena,

a morir por aquellos lugares. El coronel le decía:

“No iremos a la batalla, ahí iremos otro día a ponerles la metralla”.

El general contestó: “Yo vengo a cumplir con mi deber,

y si no quieres venir tú ya nos volveremos a ver”.

El coronel Agapito Campos le preguntó al general: “¿Tú vienes a llevarnos amarrados?

¡ah!, que esperanza que nos lleve, nosotros somos muy mal mandados”.

Ya se van los Santiagueros, porque hicieron diablura de matar al general, ya le hicieron su sepultura.

Trinidad Mora y Pancho Campos,

son los que lo mataron nomás cayó del caballo, y luego lo desarmaron.

El general Lares eran un hombre trigueño y gordote

ahí está tirado que parece guajolote.

Page 368: Cancionero durangueño

368

Vuela paloma, vuelve a volar

anda y dile a Calles, que no se vaya a equivocar.

Vuela paloma, por esos lugares, anda y dile a Calles, que ya mataron a Lares.

Vuela paloma, vuelve a volar, anda y dile a Calles,

que nos venga a visitar. Vuela paloma y no te vayas a caer,

anda y dile a Calles, que aquí están sus papacitos que lo quieren conocer.

Y con esto me despido del Puerto de la Arena,

nos vamos yo y mi hermano, nos vamos a hacer la cena.

Page 369: Cancionero durangueño

369

El 17 de enero de 1927, el general Anacleto López, con tropas procedentes de

Sinaloa, Chihuahua y voluntarios de Santiago Papasquiaro, combatió y derrotó a

los cristeros en la Hacienda del Capulín, adyacente al Cerro del Capulín, cerca de

Mezquital. En este combate murió el general Dámaso Barraza al ser emboscado

por las fuerzas federales, según narra Francisco Hernández: “Imposible darle

auxilio porque eran un montón de federales y de donde estaba Barraza a donde

estábamos nosotros, había un llano muy grande y ahí hubiéramos muerto todos .”

138 Aún cuando las bajas federales fueron mayores que las de los cristeros, la

gente de Barraza, 1600 hombres, al ver caído a su jefe: “Empezaron a

desbandarse en lo más urgido del combate, quedando comprometidos como 150

hombres, viéndose obligados a batirse en retirada.” 139

A pesar de huir en retirada, los cristeros lograron recoger caballos y armas. Puede

decirse que al intentar iniciar una guerra formal, al estilo de las fuerzas de Pancho

Villa durante la Revolución, Dámaso Barraza fracasó y encontró la muerte. La

guerra cristera todavía no podía pasar de las guerrillas a los enfrentamientos de

línea por la carencia de tropas experimentadas y armas adecuadas. Junto con

Barraza murieron 34 cristeros entre los que se encontraba el jefe Andrés Flores.

El día 26 de enero, la publicación Revista Durangueña decía: “Murió el Indio

Barraza, el temible indio que fuera en otros tiempos de los dorados de Pancho

Villa, hombre muy malo y muy matón, se había alzado y andaba por todos los

ranchos del rumbo, recogiendo hombres para la guerra.”

El cadáver de Dámaso Barraza fue recogido por los federales, quienes lo

expusieron en el quiosco de la Plaza de Armas de la ciudad de Durango. Tras la

muerte de Dámaso Barraza, la guerra cristera durangueña fue liderada por el jefe

Trinidad Mora, ex sacristán del templo de Santiago Bayacora.

Corrido de Dámaso Barraza 140

Anónimo

138

HERNÁNDEZ, FRANCISCO / Antonio Avitia, Mezquital, Dgo., 1987. 139

MORA, TRINIDAD. “Informe de Campaña”, El coraje cristero, p. 67. 140

Comunicado por don Manuel Deras Rodríguez, en el Mezquital, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

Page 370: Cancionero durangueño

370

(Fragmento)

Adiós pueblo de Temoaya, adiós Rancho de Yonora,

ya murió el jefe Barraza, toda la gente lo llora.

En la Hacienda del Refugio salieron gallos valientes, y en la Hacienda El Capulín,

salieron gallos corrientes.

Tragedia de los voluntarios de Santiago Papasquiaro

o

Corrido de la batalla de la hacienda de El Capulín 141

(Versión de los soldados federales)

De Santiago Papasquiaro, salieron los voluntarios, pelearon como valientes,

redotaron los contrarios. Entraron a la campaña,

todititos muy formales, entraron los voluntarios, y también los federales.

Se agarraron a balazos, pues al toque del clarín,

los voluntarios pelearon en el pueblo El Capulín.

Pelearon como valientes en la guerra muy formal, toda la gente decía

que los iban a acabar.

141

Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

Page 371: Cancionero durangueño

371

Eran quince voluntarios, que de Santiago salieron,

once fueron los valientes, y cuatro los que corrieron.

Válgame Dios de los cielos, ¿no saben lo que ya ha pasado? Pelearon en Bayacora,

los hombres de Papasquiaro. Porfirio en el tiroteo

que entraron al Mezquital, yo como el río es muy grande, pues no lo podía pasar.

Se metió en un charco hondo

pues ¡Ay! no podía ni ver,

les gritaba: “no te asustes, ¿qué nos puede suceder?”.

Porfirio siempre valiente, con sus armas muy formal, les dice a sus compañeros;

“entramos al Mezquital”.

Entraron al Mezquital,

después de pelear un rato, Porfirio se fue adelante después de bañado tanto.

Salieron de Papasquiaro, los voluntarios muy bien,

Gonzalo Lechuga, el jefe, los federales también. Gonzalo Lechuga, el jefe,

que les dio pruebas deveras, pelearon como valientes, la gente decía deveras.

Ya mataron a Barraza, adiós querido Yonora,

adiós Mezquital hermoso, y Santiago Bayacora.

Porfirio Gutiérrez dice: y lo gritaba en la plaza:

Page 372: Cancionero durangueño

372

“nos vamos a Bayacora, pues a tra‟iles una vaca”.

Adiós querido Yonora, con todas sus serranías

ya mataron a Barraza que muchos ni lo querían.

Quince de enero, por cierto, toda la gente lloraba, en Santiago Papasquiaro,

sin saber lo que pasaba. Vuela, vuela palomita,

párate en esos laureles, ya mataron a Barraza, el jefe de los rebeldes.

Esta tragedia es compuesta, pues no se sabe por quién,

pues siempre murió Barraza, que tanto se acuerdan de él.

Toditos los voluntarios son de mucho corazón, ¡Viva Gonzalo Lechuga!,

¡Viva la federación!. ¡Qué viva Anacleto López!

de todos muy estimado, con poca federación, los rebeldes ha acabado.

Me despido, amigos míos, con todito el corazón, que, en Santiago Papasquiaro,

muchos hombres de valor. Gonzalo Lechuga dice,

que era el jefe de la escolta: “Muchachos, no tengan miedo, al cabo la vida es corta”.

Les dice Mariano Vázquez; “Yo no me quemo los callos,

vale más que ya se vayan, no soy de los voluntarios”.

Page 373: Cancionero durangueño

373

Porfirio Gutiérrez dice:

“No se le conocía el miedo, cantaba muchas canciones, en el carro pasajero”.

El jefe cristero Dámaso Barraza intentó dar formalidad a la guerrilla cristera

142

Page 374: Cancionero durangueño

374

El bandido ex villista Juan B. Galindo, quien operaba con su banda desde 1926,

en los municipios de Santiago Papasquiaro, Canelas, Tepehuanes, Coneto, Indé y

Canatlán, en el norte del estado de Durango, fue perseguido por diversos

contingentes de tropa regular dirigidos por el general Enrique León, el coronel

Carrera Torres y los generales Marcelo Caraveo y Martín Triana, entre otros. A

pesar de las frecuentes campañas que se llevaron a cabo en contra de Galindo, el

Gobierno Federal nunca lo pudo vencer.

A principios de 1927, algunos miembros de la Liga Nacional Defensora de la

Libertad Religiosa, LNDRL, intentaron convencer a Galindo de darse de alta en el

Ejército Libertador Cristero y al dirigirse al municipio de Santiago Papasquiaro,

para intentar realizar su labor de convencimiento, los ligueros Justo Martínez,

Espiridión Astorga, Jesús Amaya, Jesús M. Chávez e Isaías Corral fueron

descubiertos, aprehendidos y fusilados en Santiago Papasquiaro, el 3 de abril con

sólo un juicio sumarísimo de por medio.

A finales de mayo de 1927, Juan Galindo se amnistió con todas las garantías. El

corrido de Galindo narra un encuentro de las tropas del general Marcelo Caraveo

contra las fuerzas de Juan Galindo, huelga decir que perdieron los federales.

El corrido de Galindo 143

Anónimo

Dicen que ahí viene Galindo, señores yo no lo creo, llegó a Durango a operar;

el general Caraveo. El general Caraveo,

cuando llegó a operar, le aseguraba al gobierno; que a Galindo iba a agarrar.

Galindo cuando lo supo

142

Dámaso Barraza intentó dar formalidad a la guerrilla cristera. Archivo Particular de Don Francisco Flores, de Temoaya, municipio de Mezquital, Durango, facilitada por él mismo, recogida por Antonio Avitia, en 1988. 143

Comunicado por Francisco Félix, en el atrio de la Catedral de Durango, recogido por Hermelinda Hernández Terrazas en 1987.

Page 375: Cancionero durangueño

375

a la sierra se metió, toda la gente decía:

“Ya Galindo se perdió”. No llegaban a veinte hombres,

los que Galindo traía, pero todos eran gallos como Brígido García.

Les decía a los agraristas que no se fueran a creer

el gobierno lo que quiere, es elevarse al poder.

En Llano Grande dirán todos lo que presenciaron y cuando asaltaron los trenes

y cantidad de changos mataron. Les dice que a los agraristas;

a toditos por igual: que no se crean del gobierno, porque los vuelve a engañar.

Brígido le dice a Juan: “Ya me voy a separar

me voy a la hacienda de Ramos, porque me voy a amnistiar”.

A todos los agraristas los llevaban como guía, entró Galindo al Cañón,

ese de Jesús María. Ya te fuiste, ya te vas, ya volaste palomita,

adiós rumbos del Vergel, y el rancho de La Casita.

En el Potrero de Campa, donde acostumbraba pasar, en el Rancho del Salitre,

dicen que viene a almorzar. Los del Gobierno del centro

le preguntan al del estado, que: “¿Qué pasó con Galindo?,

Page 376: Cancionero durangueño

376

¿Qué si lo habían agarrado?”.

El Gobierno del estado de pronto les contestó: “Pues ya Galindo se fue

y Brígido se amnistió”. En arroyo de Tlanjuelas,

se soltó la balacera, luego al poquito momento, una pura coleadera.

Caraveo le dice a Triana: “ Se me hace mucha la gente,

el llano los esta brotando, no te quedes. Vente, vente”.

Tiraron los chaquetines, uniformes de soldados, y le decían a Galindo

“ Nosotros somos forzados”. Le dejaron a la gente

a Santiago los bajó, y a todos los prisioneros, en libertad los dejó.

Es hombre de gran honor, ese mentado Galindo,

no mata nomás por matar, sólo pelando a lo lindo.

Vuela, vuela palomita, les llevarás la noticia, que ya Galindo está muerto, que ya está muerto de risa.

Page 377: Cancionero durangueño

377

Un día de junio de 1928, el jefe cristero Trinidad Mora viajó con su gente a la

Hacienda de San Juan Capistrano, Zacatecas, para de allí dirigirse a Huejuquilla

El Alto, Jalisco, en donde se entrevistó con los jefes cristeros: Pedro Quintanar y

Florencio Estrada. Juntas, las fuerzas de los cristeros de Durango, Zacatecas y el

norte de Jalisco obtuvieron la victoria en la batalla del Cerro de las Papas, el pico

más alto de la sierra Tepehuán, en la sierra de Santa María Ocotán. En esa

ocasión, según el testimonio de Agapito Campos: “Los indios poblanos

(tepehuanes) que al parecer eran del gobierno pero fingidos, reunidos por el

coronel Ruiz para la campaña, habían avisado que conducirían a los federales

hasta la emboscada y que ellos irían a la vanguardia, con las piernas al aire.

Llegados al lugar elegido, los indios hicieron señas al Ejército de que avanzara

como si no hubiera peligro y abrieron fuego. Los soldados venían muy sin cuidado,

porque ni en las manos traían los rifles… y empezaron a caer como ratones en la

ratonera.” 144

En la batalla del Cerro de las Papas sucumbió el coronel José Ruiz, alias El Azote

quien, en febrero de 1927, había ejecutado al sacerdote Mateo Correa. Según

Antonio Estrada, en el Cerro de las Papas murieron unos 300 soldados federales.

Corrido del Combate del Cerro de las Papas 145

Anónimo

(Fragmentos)

El Coronel Ruiz decía:

“Acabé con los cristeros, acabé por la otra sierra, ya nomás Juan Andrés falta,

que habita por estos cerros”. Le contestó Juan Andrés,

de la cima donde estaba: “Aquí traigo unos cartuchos, pa‟ formarte tu emboscada”.

144

CAMPOS, AGAPITO. “Combate del Cerro de las Papas”, en MEYER, JEAN. El Coraje Cristero, pp. 47 a 50. 145

Comunicado por don Manuel Deras Rodríguez y don Francisco Hernández, recogido por Antonio Avitia Hernández, en Mezquital 1987.

Page 378: Cancionero durangueño

378

Es imposible explicar

nuestros cabecillas guerreros, que en el Cerro de las Papas, los mataban como perros,

a los pobres federales, que hasta lloraban los cerros.

Pelearon como valientes, el señor don Juan Andrés y don Valente Acevedo,

también Macario Valdez. Un día después del combate

que acababa de pasar, llegó don Lucas Mora, que los iba a auxiliar

que traía quinientos hombres, de don Pedro Quintanar.

Mataron a José Ruiz, también su estado mayor, y trescientos federales,

quedaron alrededor. Allí murió José Ruiz,

con su cruz y su letrero, con otros habías podido, porque eras camandulero.

Allí murió José Ruiz, y en el letrero decía:

“Moriste en este cerro porque eras camandulero”. Como a las tres de la tarde,

ya acabaron los cristeros al Cuarenta Batallón, nomás el teniente Leandro,

Leandro Valles les quedaba.

Page 379: Cancionero durangueño

379

A fines de febrero de 1928, las tropas cristeras de Trinidad Mora, Florencio

Estrada, Federico Vázquez y Valente Acevedo se juntaron para combatir a las

fuerzas del general Francisco Urbalejo en el Mezquital. El triunfo fue para los

cristeros. 200 cadáveres quedaron en el campo. Esta última derrota parece haber

sido lo que decidió a Urbalejo a incorporarse, posteriormente al levantamiento

escobarista con el general Caraveo. 146

Corrido de la toma de Mezquital 147

Anónimo

En el nombre sea de Dios

y de la Virgen María, voy a cantar estos versos, porque está muy triste el día.

Los soldados de la torre, suben y bajan corriendo,

unos a los otros dicen: “¿Qué no oyen pitar el cuerno?”.

Decía Federico Vázquez, con todos sus oficiales, “A la hora de los balazos,

toditos somos iguales”. Decía Federico Vázquez;

“Ya no hallo ni qué pensar y si Dios nos da licencia, tomamos el Mezquital”.

Decía Federico Vázquez, con muchísimo valor;

“y aprieten bien sus caballos, pa‟ darles pruebas de amor”.

De los cinchos para abajo, ya apretaron bien sus sillas,

146

MEYER, JEAN. La Cristiada, Tomo I, p. 259. 147

Comunicado por don Casimiro Ruiz, en Santiago Bayacora, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987

Page 380: Cancionero durangueño

380

porque iban a emborracharse, ya mero sale la silla.

Valiente Irineo Valdez y Pedro Pérez también,

que, en el Cordón de la Chuza, se afortinaron muy bien.

Valientes son los Noriega, valientes muy afamados; se vinieron de la Chuza,

con los bracitos quebrados.

Los señores del Nayar;

tomaron un contrabando, que se alisten los Noriega, que ya no sigan robando.

Gritaba José Mireles: “Yo ya me voy para el plan,

y a Federico le dejo, mi caballito alazán”.

Decía don José Mireles: “Muchachos, cómo le hacemos, ya bajamos a la costa,

sabe Dios si volveremos”.

Gritaba José Mireles,

con todo su corazón: “Lo que les dejo de herencia que peleen la religión”.

El capitán era Utimio, hombre de mucho valor, cuando llegaron al río,

lo agarró un fuerte temblor. Valencia le dice a Utimio;

“No creas que voy a correr, aquí te voy aguardando, por la Mesa del Laurel”.

Valencia le dice a Utimio: “Mi caballo lo he sentido,

me cuesta seiscientos pesos, en los Estados Unidos”

Page 381: Cancionero durangueño

381

En la década de los veintes del siglo XX en diversas regiones del país y del estado

se desarrollaron múltiples movimientos campesinos con la finalidad de lograr el

reparto agrario de las tierras entre los trabajadores agrícolas de las haciendas y

latifundios, los vaqueros y los peones acasillados.

A la sazón, el líder agrarista José Refugio Salcido, había logrado éxito en sus

gestiones para que la Hacienda de Santa Rosa, ubicada en el municipio de

Durando, en el estado de Durango, fuera fraccionada bajo el régimen ejidal en el

año de 1929.

Sin embargo, los rebeldes cristeros de la zona, dirigidos por Trinidad Mora, en

virtud de que los agraristas fueron considerados como enemigos de su causa, por

apoyar al Gobierno en el combate de diversas asonadas y levantamientos como la

Rebelión Delahuertista, la Escobarista y la propia Rebelión Cristera, en calidad de

tropas auxiliares irregulares agraristas, anexas al Ejército Federal regular,

decidieron dar muerte al líder agrarista Refugio Salcido, el 7 de mayo de 1929, en

el poblado de Río de Santiago, cercano a Santiago Bayacora que era el principal

foco de la Rebelión Cristera en el estado.

Es de aclarar que como estrategia para neutralizar a la Cristiada en Durango, el

Gobierno Federal otorgó dotaciones agraristas en un conjunto de poblados

aledaños a la zona cristera en el municipio de Durango.

Actualmente Río de Santiago lleva el nombre del líder que logró la dotación y la

expedición oficial de los documentos primordiales del reparto agrario: Refugio

Salcido.

Corrido de Refugio Salcido

Anónimo

(fragmentos)

Vuela, vuela palomita, vuela, vuela chuparrosa, han llegado los rebeldes

a la Hacienda Santa Rosa. Siendo el siete de mayo,

Page 382: Cancionero durangueño

382

a las seis de la mañana, ya aprehendieron a Salcido,

ahí cerca de la muralla. Pobre de Tomasa Ortiz,

en qué confusión se vio, le mataron a su esposo y un infame lo entregó.

Adiós mi padre querido, adiós mi madre querida,

murió Refugio Salcido, el siete, en la madrugada.

Page 383: Cancionero durangueño

383

José Guadalupe Rodríguez Favela nació en la ciudad de Durango, el 30 de mayo

de 1899 y estudio la carrera de docente en el Instituto Juárez. Para 1917

Rodríguez Favela estaba dando clase a grupo multigrado de primaria, en la

escuela rural de la hacienda de Muleros, hoy Vicente Guerrero. En diferentes

momentos, el docente, también ejerció el magisterio en diversos poblados de

municipios, entonces partidos, aledaños al de la capital del estado de Durango.

Como maestro rural, en las comunidades en las que laboró era conocido por los

alumnos y padres de familia como el Profe Lupe y se enlazó estrechamente con

las historias de vida de explotación de los miserables habitantes, la mayoría

peones acasillados, de la hacienda de Muleros. Pronto, los conocimientos

académicos del Profe Lupe fueron útiles, no sólo en la impartición de las clases de

lectoescritura y operaciones matemáticas a los niños y adolescentes, sino en la

asesoría para la redacción de documentos oficiales y en la dirección de juntas y

asambleas de organización de los miembros del naciente ejido de Vicente

Guerrero. Fue de esta manera como se inició la carrera de líder agrarista del Profe

Lupe cuyo primer triunfo fue el logro de la parcelación ejidal de la Hacienda de

Muleros, en 1919 y, en 1922, también dirigió el litigio que transformó en ejido a la

Hacienda de Tapona, que hoy se llama Guadalupe Victoria.

En 1923, José Guadalupe Rodríguez fue nombrado tesorero de la recién creada

Liga Nacional Campesina, LNC, organización encabezada por el líder veracruzano

Úrsulo Galván. Este cargo no impidió a Guadalupe Rodríguez el continuar con sus

labores como líder agrarista y defensor de los derechos de los obreros del estado

de Durango, al tiempo que definió su ideología y militancia como comunista y

miembro del Partido Comunista Mexicano.

En 1927, en ocasión de la celebración del décimo aniversario de la Revolución

Bolchevique, que instauró el gobierno de la Unión de Repúblicas Socialistas

Soviéticas, URSS, Rodríguez Favela junto con otros destacados miembros del

Partido Comunista Mexicano, entre los que se encontraba el pintor Diego Rivera,

viajó a diversos lugares de la URSS, incluida la ciudad de Moscú, además de que

participó en el Primer Congreso Internacional Campesino y se afilio a la

Internacional Comunista o KOMINTERN, organización encargada de desarrollar

Page 384: Cancionero durangueño

384

los movimientos soviéticos y anexar otros países del mundo a la URSS. En su

visita a la URSS, Rodríguez Favela pudo observar los avances de organización de

las granjas agrícolas soviéticas y, a su regreso a Durango se dio a la tarea de

organizar los ejidos al estilo de los soviets, al tiempo que se preparaba para dar

inicio a la Revolución Soviética Mexicana. En sus acciones, el líder comunista

utilizó los logotipos comunistas, sobre todo la estrella roja de cinco puntas y la hoz

y el martillo cruzados como emblema de su lucha y los comunistas durangueños

de Rodríguez comenzaron a herrar el ganado mostrenco con un fierro de herrar la

hoz y el martillo, haciendo que el ganado pasara a ser parte del patrimonio

comunal del proletariado campesino durangueño.

En marzo de 1929, el general Francisco Urbalejo, jefe de operaciones militares en

el estado de Durango y el general Juan Gualberto Amaya, gobernador del estado,

se incorporaron con sus respectivas tropas a la Rebelión Escobarista, conflicto de

intereses y de poder entre militares. En la asonada militar los nuevos alzados

incluyeron como sus aliados a sus ex enemigos cristeros. A la sazón, los militares

escobaristas huyeron de la ciudad de Durango y los soldados de Cristo Rey

quedaron momentáneamente posesionados de la Perla del Guadiana,

convirtiéndola en la única capital de estado de la República ocupada por tropas

cristeras.

Por su parte, José Guadalupe Rodríguez y sus agraristas fueron armados por el

gobierno como soldados auxiliares irregulares para el combate de la asonada

escobarista, así como de los rebeldes cristeros.

En abril de 1929, Rodríguez organizó diversas manifestaciones comunistas en

Durango y fue víctima de múltiples intrigas por las que fue encarcelado. Sin cargos

comprobables recuperó su libertad y para el primer día de mayo, los comunistas

durangueños marchaban en el centro de la ciudad festejando por primera vez en

la entidad el Día del Trabajo.

Posteriormente Rodríguez, por el sólo hecho de que, en la opinión de los militares,

representaba un peligro para Durango, fue de nuevo aprehendido y acusado de

comprar armas del Ejército, sin juicio de por medio y con autorización enviada por

el Secretario de Guerra y Marina, Plutarco Elías Calles, en el telegrama número

Page 385: Cancionero durangueño

385

4204, el 14de mayo de 1929, el general Manuel Medinaveytia ordenó el

fusilamiento del líder comunista internacionalista, junto con algunos de sus

correligionarios, en el Cuartel Juárez de la ciudad de Durango,

El asesinato de Estado de José Guadalupe Rodríguez Favela provocó múltiples

protestas de los internacionalistas comunistas en diversos países del mundo, lsa

represión y el desmantelamiento del Partido Comunista Mexicano, por parte del

Estado Mexicano, así como la ruptura de las relaciones diplomáticas entre México

y la URSS.

En el periódico comunista El machete, de fecha 25 de mayo de 1925, el pintor

Diego Rivera, camarada y correligionario de José Guadalupe Rodríguez Favela,

publicó un dibujo con la imagen del líder comunista martirizado.

Corrido de José Guadalupe Rodríguez 148

Jesús Antonio Valenzuela H.

José Guadalupe Rodríguez,

se llama ahora este corrido, fuerte líder agrarista con Valentía y entereza.

Por la tierra, a reaccionarios, ahí les declaró la guerra,

acaudalados caciques, cuestionaron a Rodríguez.

Nomás no entraría en su estima y hay desarme de agraristas, pues nunca estuvo en la lista,

orientarlos en sus miras. Pero Rodríguez Favela,

era terco e incansable, y aunque jamás lo quieran, miren ricos y hacendados.

Ahí viene a caballo el maestro, así que defiendan su agravio,

148

El Sol de Durango, Sección cultura, Durango, Dgo., 30 de noviembre de 1989, p. 7.

Page 386: Cancionero durangueño

386

la traición fue muy constante para José Guadalupe.

Todo por su noble gracia, por ahí algunos decían,

que mucho más que él podían, pero no llegó ese día.

Catorce de mayo, señores, corría el año veintinueve, nunca ya podré olvidar

murió el amigo Rodríguez. Bajo las certeras balas

dicen que de un general, pero Rodríguez Favela, era terco e incansable.

Y aunque jamás lo quieran, miren ricos y hacendados,

ahí viene a caballo el maestro así que defiendan su agravio.

Page 387: Cancionero durangueño

387

De izquierda a derecha: Úrsulo Galván, Luis G. Monzón, José Guadalupe

Rodríguez Favela (en segundo plano), Pedro Rodríguez Triana y Diego

Rivera (en primer plano), el 1 de febrero de 1929, en la ciudad de México,

durante la conformación del Bloque Obrero y Campesino 149

149

www.corbis.com

Page 388: Cancionero durangueño

388

José Guadalupe Rodríguez Favela, por Diego Rivera

Page 389: Cancionero durangueño

389

El 22 de junio de 1929, el Episcopado Nacional, de la Iglesia Católica Apostólica y

Romana, y el Estado Mexicano lograron llegar a unos acuerdos, llamados arreglos

que dieron por concluida la Primera Rebelión Cristera.

Desplazamientos y emigraciones masivas, descalabro de los sistemas agrícolas

de las zonas de guerra y desmantelamiento de diversas industrias, además de la

discordia política y la generación de enconos al interior de las poblaciones fueron,

entre otros muchos, los resultados no evidenciados de la Primera Rebelión

Cristera.

Mientras que la mayoría de los miembros del Episcopado Mexicano acataron los

arreglos y reanudaron una distante relación con el Estado Mexicano, delimitando

el ámbito de su poder, el arzobispo de Durango José María González y Valencia,

radicado en Texas, demostró abiertamente su oposición a los arreglos y los

jerarcas del Episcopado Nacional de manera sutil le aconsejaron que no regresara

al país, el destierro de González y Valencia duró hasta 1930.

El sentimiento de los cristeros ante los arreglos es expresado por Francisco

Campos de la siguiente manera:

El 21 de junio se hicieron los mentados arreglos del conflicto religioso y los

señores que intervinieron en dichos arreglos no debían haber admitido que

entregáramos las armas porque esas armas costaron muchas vidas, mucha

sangre, nosotros expusimos nuestras vidas para quitar esas armas y no es

posible ni justo que después de tantos sufrimientos y trabajos como los que

pasamos vayamos a entregar las armas. 150

Desde el momento en que se llevaron a cabo los arreglos, tanto el Estado como la

Iglesia comenzaron a realizar su labor de apaciguamiento del movimiento del que

de hecho, habían perdido el control.

En los primeros días del mes de julio de 1929 regresaron a Durango, provenientes

de México, los sacerdotes que estaban desterrados y el día siete se dijo misa en la

catedral.

150

CAMPOS, FRANCISCO. “Memorias de Santiago Bayacora”, en: Meyer, Jean. El Coraje Cristero, México, ed. Universidad Autónoma Metropolitana, colección Universitaria # 4, 1981, p. 9.

Page 390: Cancionero durangueño

390

Corrido de Santiago Bayacora 151

Francisco Campos.

Aquí me hinco a rezar, al pie de esta verde mora,

esta es la historia señores, de Santiago Bayacora.

Año de mil novecientos, veintiséis, que digo yo, que la gente de Santiago Bayacora,

en armas se levantó. El veintinueve de septiembre,

ni me quisiera acordar, llegó la federación y empezamos a pelear.

Gritaba Trinidad Mora, con su código de ley:

“Que muera todo el gobierno, y que ¡Viva Cristo Rey!”.

Pancho Campos les decía: “Ahora cabezas de azadones, pensaban que andaban solos,

y aquí andan nuestros patrones”. Gritaba Trinidad Mora,

con sus armas en las manos; “Hagan fuego muchachos, que al cabo no somos hermanos”.

Pues ya les di a conocer, lo que en mi pueblo pasó

y si no lo quieren creer, embustero seré yo.

La lumbre ya se prendió, dijo una señora: “La gente se levantó

en Santiago Bayacora”.

151

CAMPOS, FRANCISCO. El Levantamiento Cristero de 1926, en Santiago Bayacora, Durango, Santiago Bayacora, Durango, mecanografiado por Luis Monreal Lozano, 1986, pp. 80 a 82

Page 391: Cancionero durangueño

391

De eso no hay que dudar,

ahí se está combatiendo, y sin poderlo remediar, muchos se estarán muriendo.

Calles fue el culpable que nos levantáramos

en armas y sólo Dios lo sabe, adonde irán tantas pobrecitas almas.

A mis queridos lectorcitos, de esto a duda no lo tengan, de lo que dicen estos rengloncitos

y si se van ya no vengan. Los amigos agraristas

muchos nos persiguieron, también metieron las patitas, pero también de ellos muchos murieron.

Esto todo no es todavía me faltó más,

pero voy a ver al juez, que se llama don Tomás.

Y con esto me despido, es cuanto les digo por ahora, nomás un favor les pido,

que no digan que soy de Santiago Bayacora.

Page 392: Cancionero durangueño

392

Porfirio Mayorquín, conocido también con el pseudónimo de El Pillaco, fue un

general federal que, al momento en que inició la Primera Rebelión Cristera, en el

último trimestre de 1926, defeccionó y se afilió al Ejército Libertador Cristero del

Estado de Durango, ELCED, que dirigió el jefe Trinidad Mora. Porfirio Mayorquín,

con sus tropas durangueñas, operó como cristero en los límites de los estados de

Jalisco, Durango, Zacatecas y Nayarit.

En el corrido se narra cómo el 17 de junio de 1929, El Pillaco, con sus 100

cristeros durangueños, en una sorpresiva acción, ocupó la estación de Acaponeta,

Nayarit. Así, de manera momentánea, Mayorquín tuvo el control de parte de la vía

del Ferrocarril Sud-Pacífico.

Poco después de que se celebraron los Arreglos de paz, entre la Iglesia Católica y

el Estado Mexicano, Porfirio Mayorquín, fue ejecutado en julio de 1929 en

Jacalitos, Durango.

Corrido de Porfirio Mayorquín 152

Anónimo

El principio les diré,

la tonada no la supe, ¡Viva Porfirio, El Pillaco, la Virgen de Guadalupe!

Gritaban los de Durango, con toda su voz completa:

“Como Dios nos dé licencia, entramos a Acaponeta”.

El diecisiete de junio, como a las cuatro serían; entró Porfirio, El Pillaco,

con cien hombres que él traía. Porfirio se dedicó;

152

Comunicado por el corridista invidente Francisco Félix en el atrio de la Catedral de Durango. Recogido por Hermelinda Hernández Terrazas, en 1987.

Page 393: Cancionero durangueño

393

a saludarle a sus gentes, a dos escoltas mandó,

a que quemaran los puentes. Porfirio se dirigió,

como si fuera a la plaza, el presidente y el guardia, no hallaban cómo indultarse.

Don Valentín de Morán, de momento lo aprehendió:

“Oiga usted don Valentín, las llaves las quiero yo”.

“Oiga usted don Valentín, pues por qué me desconoce, ahora me entrega las llaves,

de todos los calaboces”. Luego le entregó las llaves,

se puso a pensar un rato, mientras abrieron el uno, el dos, el tres y el cuatro.

Salieron todos los presos, pensando en irse con él,

gritando: “¡Viva El Pillaco! ¡Y que Viva Cristo Rey!”

Gritaban todos los cuícos; gritaban muy afligidos: “Hermanitos de mi vida,

ahora sí fuimos perdidos”. Gritaban todos los cuícos que parecían monos changos,

del miedo que le tenían a esa gente de Durango.

Salieron todos los presos, con rumbo pa‟ la estación, ¡Viva Porfirio El Pillaco,

y Viva la Religión! Salieron todos los presos,

toda la gente mirando, a un lado de la estación,

Page 394: Cancionero durangueño

394

todos los fueron armando.

Gritaban los del Pillaco, con toda su voz completa: “¡Como Dios nos preste vida,

entramos a Acaponeta!”. Despedida no les doy,

porque no la traigo aquí, señores son las mañanas de Porfirio Mayorquín.

Vuela, vuela palomita, que al cabo si soy de aquí,

estas son las mañanitas, de Porfirio Mayorquín.

General Porfirio Mayorquín, al centro, con su Estado Mayor

Page 395: Cancionero durangueño

395

General Porfirio Mayorquín

Page 396: Cancionero durangueño

396

Desde los años treintas del siglo XX los músicos regionales norteños que

emigraban a los Estados Unidos, reproducían en discos de acetato, de 78

revoluciones por minuto, el repertorio de valses, redovas, chotises, canciones y

corridos del repertorio tradicional norteño y una de las canciones más

interpretadas fue El Pávido Návido, canción absurda y simpática que aprovecha el

sonido esdrújulo para dar ritmo a la pegajosa melodía. Desde entonces y hasta el

presente, una gran cantidad de grupos musicales tradicionales y comerciales, han

realizado grabaciones de la famosa canción.

El Pávido Návido

Anónimo

Ya se le acabó el columpio

donde ella se columpiaba, se le acabaron los gustos, a la joven que yo amaba.

Bienvenido el Pávido Návido, ¿dónde está su esposa Návida?

Componiéndose el vestívido, arreglándose el peinávido, las tiras del Pávido Návido

y el cordón del churumbel. El que quiera ser mi amigo,

dos cosas debe tener, buena silla buen caballo, buenas piernas pa‟ correr.

Bienvenido el Pávido Návido, ¿dónde está su esposa Návida?

Componiéndose el vestívido, arreglándose el peinávido, las tiras del Pávido Návido

y el cordón del churumbel. Yo me fui para Tlaxcala,

a ver a las tlaxcalteñas, a ver si bailarlas puedo, o les arranco las greñas.

Page 397: Cancionero durangueño

397

Bienvenido el Pávido Návido,

¿dónde está su esposa Návida? Componiéndose el vestívido, arreglándose el peinávido,

las tiras del Pávido Návido y el cordón del churumbel.

El que quiera ser mi amigo, dos cosas debe tener, buena silla buen caballo,

buenas piernas pa‟ correr. Bienvenido el Pávido Návido,

¿dónde está su esposa Návida? Componiéndose el vestívido, arreglándose el peinávido,

las tiras del Pávido Návido y el cordón del churumbel.

Yo me fui para Tlaxcala, a ver a las tlaxcalteñas, a ver si bailarlas puedo

o les arranco las greñas. Bienvenido el Pávido Návido,

¿dónde está su esposa Návida? Componiéndose el vestívido, arreglándose el peinávido,

las tiras del Pávido Návido y el cordón del churumbel.

Page 398: Cancionero durangueño

398

Mañanas de Crecenciano Martínez

Triste y doloroso atentado sucedido en San Juan del Río el 26 de mayo de 1933, en el que perdió la vida el Sr. Crecenciano Martínez, Presidente Municipal de la

misma cabecera 153

Francisco García

Año de mil novecientos,.

treinta y tres, pongan cuidado, dicen que en San Juan del Río, pasó un horrible atentado.

El día veintiocho de mayo, todos ténganlo presente,

entre San Juan y El Ranchito, pues ocurrió mucha gente.

El origen del atentado, dicen fueron las carreras, y según lo que ha pasado,

yo lo apruebo deveras. Los caballos que corrieron,

pongan bastante cuidado, uno era color oscuro el otro era colorado.

Los dueños de los caballos, pongan bastante atención,

uno era del Ranchito, el otro del Resbalón.

Les dice don Juan Manuel, dueño del caballo oscuro: “Corre con doscientos pesos,

pierdo o gano no aseguro”. (ilegible)

(ilegible) del colorado: “Corre con lo que usted diga, el asunto está arreglado”,

153

Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987.

Page 399: Cancionero durangueño

399

Se fueron al partidero, como todos lo dirán,

más y más gente ocurría, se quedó solo San Juan.

Pues nombraron sus veedores, con bastante precaución, y también sus corredores,

para evitar discreciones. Entre las nueve y las diez,

¡Ah! Qué gusto y qué alegría, pues ya no cabía la gente de donde quiera ocurría.

Pues partieron los caballos, venían a cual más, volando,

¡Válgame Dios de mi vida! Discordia venían sembrando.

Pues salieron al cabestro, en donde están los veedores, pues los que iban al oscuro,

decían: “Ganamos señores”. Pregunta a los veedores,

los que se encontraban lejos: unos que ganó el oscuro y otros que venían parejos.

De allí empezó la discordia, ¡Válgame Dios! Pobre gente,

para poder arreglar, le hablaron al Presidente. Dijo Chanito Martínez:

“Qué quieren que haga, señores, quien decide esta cuestión, son los señores veedores”.

Les preguntó el Presidente, que cuál caballo ganó,

dos dijeron: “Fueron tablas”, el otro no contestó.

Les dijo el Presidente: “Si me conceden razón,

Page 400: Cancionero durangueño

400

ni uno ni otro ganó, que termine la cuestión”

“Pues reciban su dinero, cada quien lo que anotó,

que se acaben discusiones, que así lo deseo yo”.

Unos quedaron conformes, otros seguro que no, jugaron otra carrera,

porque a la vista se vio. Y la tercera carrera,

esa ya no se corrió, empezó la balacera, (ilegible)

Hagan de cuenta un combate, toda la gente corría

ya parecía el día del juicio, nomás un clamor se oía.

Dicen que daba miedo, los tiros fueron nutridos, cuando ya se asilenció,

hubo un muerto y dos heridos. El muerto fue el Presidente,

¡Válgame el poder de Dios! Un herido el policía, y otro José Ángel Muñoz.

Pobrecito de Chanito pues sería así su suerte, en el mentado Ranchito,

allí lo encontró la muerte. Era domingo por cierto,

presente tengo ese día, allí terminó su vida, pues así le convendría.

Santa Rosalía llegó, y el Santo Niño bendito,

los dos a un tiempo ,llegaron, a auxiliar al pobrecito.

Page 401: Cancionero durangueño

401

Señora Santa Librada,

haya sido su madrina, y su alma sea consignada, para la mansión divina.

Lo llevaron en un carro, lo llegaron a San Juan,

lo tendieron en su casa, como todos lo sabrán.

De pronto telegrafiaron, a avisar a sus dolientes, gran sorpresa se llevaron,

¡Válgame Dios! Pobre gente. De Durango se ha venido,

Don Cesáreo, su hermanito, con su corazón partido, pobrecito, pobrecito.

Pues el señor don Cesáreo, se ha vestido de valor,

para darle sepultura, ¡Válgame mi Redentor!

No lloren mis hermanitos, pidan a Dios con empeño, que tome mi alma en su manos,

y me dé su Santo Reino. Mi Dios ya mandó por mí,

resistirme no podré, ya me llamó a darle cuenta, quién sabe cómo saldré.

Adiós todos mis hermanos, pues les pido, por favor, para que Dios me perdone,

perdonen al malhechor. Adiós todos mis amigos,

adiós compadre Ramón, adiós Gregorio Sifuentes, volé para la mansión.

Les encargo a toditos,

Page 402: Cancionero durangueño

402

esos que yo haya ofendido, de que, por Dios, me perdonen,

echando todo en olvido. Adiós Río de Santiago,

recinto donde viví, adiós apreciable esposa, hoy me despedí de ti.

San Pedro, ábreme la puerta, para pasar a tu Gloria,

a darle cuenta al creador, de mi vida transitoria.

Dios sabe bien lo que hace, estoy persuadido yo, uno sabe dónde nace,

pero donde muere no. Ya se acabaron los versos,

ya terminaron sus fines, estas son las mañanitas, de Crecenciano Martínez.

Page 403: Cancionero durangueño

403

La complicada Primera Rebelión Cristera en el estado de Durango, con sus

múltiples grupos e intereses encontrados de: Ejército Federal, masones, soldados

agraristas auxiliares irregulares, indígenas coras, huicholes y tepehuanes

gobiernistas, contra los cristeros mestizos durangueños y zacatecanos, los

indígenas coras, huicholes y tepehuanes cristeros, las militantes de las Brigadas

Femeninas Santa Juana de Arco también llamadas Bi-Bi o Brigada Invisible-

Brigada Invencible, así como los miembros de de diversas organizaciones

religiosas, resultó en una derrota militar para los gobiernistas, ente las guerrillas

cristeras en los campos de batalla de las quebradas de las serranías de los

municipios de: Pueblo Nuevo, Durango, Súchil y Mezquital.

Sin embargo, los arreglos entre la Iglesia Católica y el Estado Mexicano

suspendieron las hostilidades y la mayoría de los jefes cristeros durangueños

lograron sobrevivir a la cacería de ex jefes de la Primera Cristiada, que desarrlló el

gobierno durante los años de 1929 a 1933.

en el año de 1932, los conservadores citadinos de la capital del estado, lanzaron

el Plan de Durango, de contenido abiertamente reaccionario y recalcitrante, que no

tenía relación alguna con las demandas populares de los cristeros campesinos

serranos, por lo que el mencionado plan nunca pasó del papel.

En 1934, el Gobierno Estatal volvió a reiniciar la persecución religiosa, el

anticlericalismo y el jacobinismo, al tiempo que loa antiguos jefes cristeros:

Trinidad Mora, Ejército, los agraristas y los caciques locales, se vieron obligados a

entrar de nuevo en acción contra el Estado y sus aliados, ya sin el apoyo de la

Iglesia ni de los conservadores, transformándose en cristeros excomulgados en lo

que se llamó la Segunda Rebelión Cristera cuyos guerrilleros: “en treinta y cuatro

pelearon solos / por no dejarse nomás matar”. Así, el 22 de noviembre de 1934,

los jefes del Ejército Libertador Cristero del Estado de Durango, ELCED, firmaron

el acta de su levantamiento en Cerrito Gordo, municipio de Mezquital. Aunque este

pronunciamiento formal fue casi desconocido y por mucho tiempo

sistemáticamente ocultado en la historiografía nacional.

Page 404: Cancionero durangueño

404

Mañanas de los cristeros de Durango 154

Irineo El Jabalín Menchaca

Señores, vengo yo de Durango, vengo a traerles una canción:

es el corrido de los cristeros que allá hicieron la rebelión.

Trinidad Mora por Bayacora, Federico Vázquez por Mezquital; Florencio Estrada por Huazamota

y rancherías del Río San Juan. En 27 unieron sus fuerzas

con Castañón y con Quintanar; en 34 pelearon solos por no dejarse nomás matar.

Tropas de línea y de rurales, más grupos cora y tepehuán,

los combatían desde Durango a Huejuquilla y Peyotán.

Las tres partidas en la callista, juntas lograron exterminar dos regimientos de federales,

en Candelaria y Río San Juan. Vuela, paloma de los arroyos,

vete ligera sin descansar, dile al gobierno que va a costarle un poco caro poder ganar.

154

ESTRADA MUÑOZ, ANTONIO. Rescoldo, los últimos cristeros, México, ed. Jus, colección Voces Nuevas # 17, 1961, p 130.

Page 405: Cancionero durangueño

405

Tropas cristeras de Florencio Estrada 155

155

Tropas Cristeras de Florencio Estrada. Fondo Aurelio Acevedo Robles, ARA, Centro de Estudios Sobre la Universidad, CESU, Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México, AH, UNAM. Sección fotográfica.

Page 406: Cancionero durangueño

406

El primer día de enero de 1935, las fuerzas de Federico Vázquez sostuvieron un

gran combate en el Cerro de Chachamoles, municipio de Mezquital, en el cual los

cristeros acaban con las tropas del Décimo quinto y Vigésimo octavo Regimiento y

con parte del Cuadragésimo. En el encuentro murió el teniente coronel Luis Barba

Uribe y la misma suerte corrió el mayor Mateo Muñoz Martínez, el saldo excedió a

los cuatrocientos soldados federales muertos. Con respecto al combate del cerro

de Chachamoles, el general José Cortés refiere lo siguiente: Chachamoles.- punto situado en las estribaciones de Cerro Gordo, donde

existía una sola vivienda, en este lugar fue donde sufrió el golpe el día

primero de enero de 1935, la columna mixta que comandaba el extinto

teniente Luis Barba Uribe que perteneció al Vigésimo octavo Regimiento de

Caballería y, dada la topografía tan accidentada y peñascosa, fue una de

las causas de la emboscada que sufrió la mencionada columna. 156

Cortés Ortiz consideraba a Cerro Gordo como el cuartel general de los rebeldes,

en donde No ha entrado jamás fuerza federal. 157

Corrido del combate del Cerro de Chachamoles 158

Compuesto por un soldado

del Décimo quinto Regimiento

Allá voy con la canción, de la bola que hizo Mora, haciendo revolución,

con indios de Bayacora. Ya la bola se rompió,

y allí mismo reventó, y aquí, dijo una señora, “la lumbre ya se prendió”.

156

CORTÉS ORTIZ, JOSÉ. (general de brigada). Datos generales sobre la topografía donde merodea el enemigo, X Zona Militar, Cuartel General, Durango, AGN. Grupo Documental Presidentes, Lázaro Cárdenas, vol. 559 exp. I, f. 5, 20 de marzo de 1935. 157

CORTÉS ORTIZ, JOSÉ. Op. Cit., s / p. 158

Compuesto por un soldado del Décimo quinto Regimiento, recogido en Santiago Bayacora, comunicado por Agapito Campos, en 1987.

Page 407: Cancionero durangueño

407

Corre, corre maquinita,

nos vamos hasta „onde vayas, fueron a desembarcarse, a la estación de Murallas.159

El día primero de enero, de sus recuerdos hagamos,

que en el Cerro‟e Chachamoles, una emboscada encontramos.

Gritaba el teniente Chávez, cuando le faltó el valor: “muchachos hemos perdido,

ya mataron al mayor”. “Muchachos, hemos perdido”,

decía el sargento Rangel, ya mataron al mayor, y al teniente coronel.

Decía Federico Vázquez: “¿Venancio, cómo le hacemos?,

si se nos acaba el parque, ya mejor nos rendiremos”.

Le contestó don Venancio: “no hay cuidado compañeros, acabaremos el parque,

y después nos rendiremos”. Entró Castro con su gente,

y entró por un vado blanco, de zapatos la trinchera, y le dejaron el zanco.

Ese Batallón de línea, su brillante me engañó, ya se acabó tu mayor,

que era tu primera espada. Ese Batallón de línea,

y con el Veintiocho a bordo,

159

Murallas.- Estación terminal de un ramal de ferrocarril, que parte de la estación Purísima del ferrocarril al Salto, donde hay campamentos madereros.

Page 408: Cancionero durangueño

408

caminaban muy contentos, porque iban pa‟Cerro Gordo.

Cristeros de la Sierra de Michis, de la tropa de Federico Vázquez

Page 409: Cancionero durangueño

409

A finales de abril de 1935, se juntaron las fuerzas de los jefes cristeros: Trinidad

Mora, Federico Vázquez, Valente Acevedo, Florencio Estrada y los tepehuanes de

Chano Gurrola, quienes habían rehusado la amnistía ofrecida por el gobierno,

para tomar el poblado de Mezquital. Es curioso notar que, en el corrido que se

compuso a la memoria de esta acción, es más importante una carrera parejera

entre las remudas de Valente Acevedo y Chano Gurrola que el propio combate

contra los federales.

Corrido de la Toma del Mezquital 160

Irineo El Jabalín Menchaca

Señores, traigo la historia de una apuesta desigual:

un penco zacatecano con un potro tepehuán.

Valente Aceves montaba su Naranjo bailador, el indio Chano Gurrola

en su Cosquillo Ratón. El pelotón de Valente

se reía del tepehuán: “juego caballos y armas”. Les dijo Chano al retar.

Llegó primero el Cosquillo y nadie podía ni hablar;

menos Valente y los suyos que tuvieron que pagar.

La pareja la corrieron un ratito antes nomás que emboscaran a resguardo

que defendía Mezquital. “Maldita mi mala suerte”,

decía Valente al pelear;

160

ESTRADA MUÑOZ, ANTONIO. Op. Cit. pp. 51-51

Page 410: Cancionero durangueño

410

“con estos riflones indios ni un sardo voy a tumbar”.

Cristeros tepehuanes de la tropa de Chano Gurrola

Page 411: Cancionero durangueño

411

En el mes de mayo de 1935, Lucas Mora, hijo del jefe del Ejército Libertador

Cristero del Estado de Durango, Trinidad Mora, cayó muerto durante una

emboscada que le fue tendida por los soldados del Vigésimo tercer Regimiento

que dirigía el coronel Alberto Bello Santana, en el Rancho de La Quinta, municipio

de Durango.

Corrido de Lucas Mora 161

(Fragmentos) Anónimo

Veintinueve Regimiento pero ¡ah! qué fuerte peleó

y en el Rincón del Infierno, a Lucas Mora mató.

Salió el coronel Alberto, como a las 10 de la noche, ahí se fueron a quedar,

a atajarles el retache. Dice el coronel Alberto,

Alberto Bello Santana; “nos bajamos a La Pinta, a las 6 de la mañana”.

Se bajaron a La Pinta, antes de alborear el día,

a los primeros balazos, les mataron el vigía.

Page 412: Cancionero durangueño

412

En los inicios de la década de los treinta del siglo XX, las solicitudes de dotación

de tierra por parte de los campesinos de la Comarca Lagunera, se multiplicaron y

el movimiento agrarista era contenido por los latifundistas de la región, mediante la

repartición de parcelas no productivas, la formación de centros de población fuera

de las regiones con regadío y la represión directa, con el apoyo de los grupos

paramilitares llamados guardias blancas. Sin embargo, la lucha por la tierra y los

derechos laborales de los trabajadores agrícolas continuó mostrándose con

diversas facetas.

De acuerdo con Alfonso Porfirio Hernández: En Torreón se formó la Federación

Sindical Revolucionaria de la Comarca Lagunera y, en Gómez Palacio, la

Federación de Sindicatos de Obreros y Campesinos de la Comarca Lagunera,

posteriormente estas organizaciones se unificaron y conformaron el Comité

Regional de Defensa Proletaria de la Comarca Lagunera.

El 11 de junio de 1935, en contra de los deseos de las autoridades de trabajo y

municipales, los peones laguneros se lanzaron a la huelga en Manila, municipio de

Gómez Palacio, solicitando la firma de un contrato colectivo de trabajo, jornada de

ocho horas , un peso y cincuenta centavos de salario mínimo y la intervención de

un miembro del sindicato al momento del pesaje del algodón, que era el principal

producto de la Hacienda de Manila.

El día cuatro de agosto de 1935 finalizó la huelga con el triunfo del Sindicato

Rivera, como lo detalla el corrido. El triunfo de la Huelga de Manila dio nuevos

bríos a la lucha proletaria y fue uno de los principales acicates para el reparto

agrario lagunero del periodo presidencial del general Lázaro Cárdenas, en el año

de 1936.

Corrido del movimiento de huelga de la Hacienda de Manila

Adrián Vargas González

Año de mil novecientos

161

Comunicado por FRANCISCO FELIX. Corridista invidente de la Catedral de la ciudad de Durango, entrevistado por Hermelinda Hernández Terrazas, en 1987.

Page 413: Cancionero durangueño

413

treinta y cinco en la ocasión, escúchenme compatriotas

mi más bonita canción, la canción de la esperanza, de libertad y de unión.

Voy a dar un pormenor, de lo que nos sucedió,

en la Hacienda de Manila, cuando la huelga estalló, ese día once de junio,

treinta y cinco que pasó. Es esta cantar proletario,

señores pongan cuidado, del movimiento de huelga, que en Manila se ha implantado,

por cincuenta campesinos, que se hallaban humillados.

Bajo el ideal traicionero, del tirano capital, que malos tratos les daba

y raquítico jornal, los campesinos sufrían, una situación fatal.

Sufrieron el hambre y la sed, por las tareas tan pesadas

y el oprobio y la infamia vieron las huellas marcadas, en sus hogares benditos,

sus adoradas familias. Porque ese coronel Bello, subjefe de operaciones,

muy altanero gritaba, a todititos los peones, para ver si desistían,

de sus buenas intenciones. Y el sindicato blanco,

nombrado Maclovio Herrera, desafiaba a los miembros del Sindicato Rivera,

por los acontecimientos de la burguesía extranjera.

Page 414: Cancionero durangueño

414

También de las guardias blancas,

pagadas por los patrones, que a muerte los amagaban, con crueles depravaciones,

esos hombres inhumanos, de traidores corazones.

Tan sólo porque pedían, todititos en unión, las garantías que nos da,

la Ley de la Constitución, a todos los proletarios, de nuestra rica nación.

Esto sucedió en Manila, en la Región Lagunera,

cuando el Sindicato Obrero, denominado Rivera, se propuso a desafiar

a la burguesía extranjera. al cual estaba sujeto,

a callar y obedecer, cumpliendo con su deber, se lanzaron a la huelga,

hasta morir o vencer. Ese día cuatro de junio,

presente tengo ese día, se enviaron las peticiones, a ver si las concedían,

los patrones de la Hacienda, los Hermosillo García. En el legajo que enviaron,

iban justas peticiones, el aumento de salarios, material de curaciones

y para los campesinos, pedían sus habitaciones.

La copia de peticiones, se envió a la Junta Central, para que la resolviera,

siendo autoridad arbitral, y contestó el presidente

Page 415: Cancionero durangueño

415

que la huelga era ilegal.

al recibir la noticia, con gran desesperación, los campesinos pidieron,

¡ay! Para su protección, amparo al juez de distrito, de la ciudad de Torreón.

Mas luego el juez de distrito, con una orden determinante,

fue quien concedió el amparo, al grupo solicitante, y les dio su protección,

como honrado gobernante. Ese Martínez Adame,

que el amparo concedió, siendo él el juez de distrito, que con su deber cumplió,

y a todos los compañeros, su gran amistad brindó.

no obstante que ya amparados, los campesinos se hallaban, todas las clases burguesas,

vilmente los maltrataban, y ellos con valor siniestro, decían que no se rajaban.

En cambio así soportaron, hasta el último momento,

que obtuvieron la victoria, ese día cuatro de agosto, sin ningún detonamiento, que graba mi pensamiento.

Obtuvieron libertad, dejaron de ser cautivos,

porque en la ceñida lucha, siempre marcharon unidos, los compañeros de clase,

que se hallaron oprimidos. Después de tanto sufrir

y de vivir humillados, por parte de la reacción,

Page 416: Cancionero durangueño

416

ahora fueron respetados, sus derechos que tenían,

por tanto tiempo ultrajados. Así se triunfó en Manila,

según lo marca la Historia, por eso, siempre contento, he elogiado la victoria,

de mis hermanos de clase, por su labor meritoria.

¡Viva la unión que es la fuerza! ¡Viva la Constitución! ¡Viva la Ley del Trabajo!

que rige nuestra Nación y el pabellón rojo y negro, símbolo de redención.

Aquí da fin el corrido, de la Región Lagunera,

con un adiós a mis cuates del Sindicato Rivera. Adiós Hacienda de Manila,

la más rica sementera. Adiós, también me despido,

de todos en general, de mis hermanos de clase, en nuestra lucha social,

mi saludo fraternal. Para pulsar mi guitarra,

se necesita una púa, y el que dirigió la huelga, fue el compañero Murúa.

Yo compuse este corrido, sin ninguna pretensión, es el sentir proletario,

de mi noble corazón, que lo envío como recuerdo por todita la Nación.

Page 417: Cancionero durangueño

417

El 15 de abril de 1936, en una acción simultánea, los cristeros de Federico

Vázquez y de Pánfilo Reyes atacan a los poblados agraristas de reciente creación:

Colonia Felipe Ángeles y El Chimal, hoy Plan de Ayala, así como a las defensas

sociales agraristas auxiliares irregulares de los poblados de Colonia Pino Suárez y

Colonia Aquiles Serdán, entre otros, junto con el destacamento militar regular de

San Lorenzo Calderón, todos del municipio de Durango. En la refriega cayó el

teniente coronel cristero Pánfilo Gurrola. 162

Corrido de la Defensa del Chimal 163

Anónimo

Voy a cantar un corrido, que compuse en esta tarde, el mero quince de abril, todos tráiban el alarde. Ahí bajaron los cristeros, por el Potrero del Salto, no les tiraron de lejos, para agarrarlos de asalto. Ahí bajaron los cristeros, se fueron por el camino, mataron dos compañeros de la casa‟e don Albino. Gritaba Santiago Núñez; gritaba muy afligido: “¡que me manden la Defensa de ese pueblo de Salcido!”. Vuela, vuela palomita, párate en aquella loma, anda tráeme la Defensa, de ese pueblo de La Noria. Vuela, vuela palomita,

162

Diario de Durango, 17 de abril de 1936. 163

Comunicado por don Santos Quirino García, en el ejido Plan de Ayala, municipio de Durango, Dgo., recogido por Antonio Avitia en 1984.

Page 418: Cancionero durangueño

418

párate en esos nopales, anda tráeme la Defensa del pueblo de Pino Suárez. Ahí venía Santiago Núñez como lobo encarnizado, se quiso poner el saco, pero le vino forzado.

Cuatro tiros les tiraron, ya no les tiraron más,

con esos cuatro tuvieron, para no voltear pa‟tras.

A pezuña de caballo, don Francisco se peló, dirección de Santa Cruz,

que hasta el sombrero tiró.

Estaba Pancho Morales,

acostadito en su cama, por agarrar su pistola, agarró la sobrecama.

Ahí bajaron los cristeros, por una lado del Chimal,

devisan a Aurelio Torres le empezaron a tirar.

Venía don Tiburcio Torres, que parecía bicicleta, con Aurelio mal herido

atascándose en la huerta.

La Defensa del Chimal faltaba don Luis Contreras,

en el cerro de La Noria, se volvió puras carreras.

De la Defensa del Chimal, faltaba Próspero Chávez, en el cerro de La Noria,

se aterraba de nopales.

Ahí bajaron los cristeros

por un lado del Chimal, ahí se llevaron las mulas,

Page 419: Cancionero durangueño

419

de Lupe y don Juan Leal.

El teniente‟e San Lorenzo, fue muy triste su destino, nomás le llegó el aviso,

y parecía remolino.

Gritaba Santiago Núñez,

¡ay! Gritaba con afán: “que me manden la defensa, del pueblo Aquiles Serdán”.

Ahí viene José Borrego, que parecía la dientona,

del miedo que les tenía, no llego más que a la loma.

Ahí venía este Luis Pineda, como queriendo llorar, del miedo que les tenía,

ni el cuerno podía pitar.

Las mujeres de ese pueblo,

estaban muy asustadas; unas se meaban a gatas, y otras se meaban paradas.

“Aquí no hay quien valga más”, gritaban los agraristas,

ahí salieron asustados, toditos los fraccionarios.

Otro día por la mañana, devisan por los rincones, el primero que corrió, fue don Canuto Pintores.

Ya con esta me despido, con estos versos cabales,

estos versos los compuso; el que teje los huacales.

Ya con esta me despido, ladeándome mi sombrero, aquí termina el corrido,

de los mentados cristeros.

Page 420: Cancionero durangueño

420

El 7 de junio de 1936, en el Arroyo del Paso Ancho, cercano a San Juan

Capistrano, municipio de Valparaíso, Zacatecas, el coronel cristero Florencio

Estrada cayó en una emboscada dirigida por el teniente coronel regular Ignacio

Tejeda. El cuerpo de Florencio Estrada fue exhibido en la plaza de Huejuquilla El

Alto, Jalisco. Florencio Estrada, con sus tropas de cristeros indígenas, muchos de

ellos no católicos, tepehuanes, huicholes y mestizos había actuado como soldado

de Cristo desde la Primera Rebelión, a partir de 1927, afiliado a las fuerzas del

Ejército Libertador Cristero del Estado de Durango, ELCED, que dirigió Trinidad

Mora.

El escritor Antonio Estrada Muñoz, hijo del coronel Florencio Estrada, en su novela

Rescoldo. Los últimos cristeros, considerada por Juan Rulfo como una de las

mejores cinco novelas de la Literatura mexicana, narró la lucha de los últimos

cristeros de Durango, quienes, desdeñados por la Iglesia Católica, más que por

las banderas del catolicismo social y los móviles de la estrecha moralidad de los

conservadores citadinos, peleaban por la sobrevivencia de los pueblos tepehuán,

cora, huichol, mexicanero y las comunidades de mestizos, en la defensa de los

bosques de la Sierra Madre Occidental y de las formas de vida comunitaria,

contraria a las imposiciones agraristas oficiales regionales y sin relación con los

intereses de los conservadores, en una complicada guerra de múltiples actores de:

cristeros (tepehuanes, coras, huicholes, mexicaneros y mestizos), Brigadas

Femeninas Santa Juana de Arco o Bi-Bi Brigada Invisible – Brigada Invencible,

que pelearon en contra del Ejército Federal, las tropas agraristas auxiliares

irregulares, así como los grupos tepehuanes, huicholes y coras gobiernistas.

Mañanas de Florencio Estrada 164

Anónimo

Escuchen señores, con mucho cuidado

con todita la atención,

164

Cantado por don Luis Domínguez, corridista de la plaza de Armas de Durango, recogido por Antonio Avitia en 1993

Page 421: Cancionero durangueño

421

murió don Florencio, el hombre valiente,

hombre de resolución.

Le dijo Florencio,

montado en su macho, a los de su infantería: “Qué dicen muchachos,

nos vamos temprano, antes de alborear el día”.

En ese Paso Ancho, estaban almorzando, cuando el gobierno llegó,

allí se batieron a fuego cerrado, donde Florencio murió.

Pobre de Florencio, cuando ya lo hirieron,

se le acercó más la bola, detrás de una peña, se puso a hacer fuego,

y ya no tronó su pistola.

Vuela paloma, sigue volando,

con todo el vuelo, que Dios te dio, anda a avisar, a ese Huazamota,

que Florencio Estrada, ya se murió.

Pobre de Florencio, cuando andaba herido, la bola se le arrimaba, luego un capitán

de esos del gobierno, le dio un balazo en la cara.

Adiós mis amigos, y mis compañeros, los que no quieren andar,

váyanse muy lejos, a otros países, no los vayan a matar.

Adiós mis hermanos,

Page 422: Cancionero durangueño

422

y mis compañeros, los acompaño hasta aquí,

váyanse muy lejos, a otros países, no les pase lo que a mí.

Adiós mi señora, Lolita Muñoz,

ya me voy a separar, lo que sí te encargo y son a mis hijos

no los vayas a entregar.

Adiós mi señora,

Lolita Muñoz me despido en tu presencia, y cómo quieres

que yo tenga vida, si Dios me echó la asistencia.

Ese dieciséis, en el mes de junio, un sábado por la tarde,

tomó don Florencio, por San Juan, señores, muy silencio y sin alarde.

Andaba esa gente, de ese Huejuquilla,

la gente con mucho ruido, querían conocer, a ese rebelde,

que nunca se había rendido.

Vuela paloma, sigue volando, con todo el vuelo,

que Dios te dio, anda a contar a ese Huazamota,

que Florencio Estrada ya se murió.

Page 423: Cancionero durangueño

423

Florencio Estrada y Dolores Muñoz, en Los Ángeles, California, 1925 (circa)

165

Page 424: Cancionero durangueño

424

Forro de la primera edición de Rescoldo

165

Florencio Estrada y Dolores Muñoz, en los Ángeles, California, 1925; Archivo fotográfico personal de Adolfo Estrada Muñoz, facilitada por él mismo, recogida por Antonio Avitia, en Huazamota, 1995.

Page 425: Cancionero durangueño

425

Durante la Segunda Rebelión Cristera, el Ejército Libertador Cristero del Estado de

Durango, ELCED, incluyó entre sus filas a algunos miembros del pueblo tepehuán,

liderados por Chano Gurrola y Juan Andrés Soto. En contraparte, los tepehuanes

afiliados y leales al Gobierno Federal, obedecieron las órdenes de su jefe Chón

Aguilar.

La guerra cristera, que dividió a la etnia tepehuán, poco tenía que ver con los

cirios y los rosarios de los conservadores y la Iglesia Católica. Los móviles de los

cristeros indígenas no católicos estaban más relacionados con la defensa de los

terrenos boscosos contra la intromisión, el despojo y la tala de los mismos, por

parte de diversas compañías madereras transnacionales como la Lumber Co.. Al

mismo tiempo, los cristeros indígenas intentaban mantener un sistema de vida

comunal, de acuerdo a la visión del mundo, cosmogonía, costumbres y tradiciones

de su ancestral civilización seminómada.

Por su parte, los tepehuanes gobiernistas optaban por la apertura de los bosques

a la explotación de las compañías taladoras y por el agrarismo ejidal en los

complicados y conflictivos linderos de la región de Santa María Ocotán y

Xoconoxtle, del municipio de Mezquital.

Después de varios combates contra las tropas regulares y las auxiliares

irregulares indígenas tepehuanes del Gobierno, el jefe cristero tepehuán Juan

Andrés Soto, aliado del general cristero Federico Vázquez, cayó abatido en el mes

de septiembre de 1936 y el propio general Lázaro Cárdenas del Río, presidente de

República, envió radiogramas a la sierra de Durango para felicitar al jefe Chón

Aguilar y sus tepehuanes gobiernistas por los triunfos logrados en el combate

contra los cristeros. Por su parte, los corridistas tepehuanes compusieron su

corrido a Juan Andrés Soto, para perpetuar la memoria de sus hazañas rebeldes.

Corrido de Juan Soto 166

Anónimo

166

La música en el Nayar, México, cassette INI-RAD-II-8 (XEJMN), 1994, cantado por Gregorio Ciriani Flores, Lorenzo Soto Soto, Jorge Soto Soto y Honorato de la Rosa Mijares.

Page 426: Cancionero durangueño

426

Voy a cantarles amigos, de una historia muy famosa

en Santa María Ocotán estao‟e Durango vivía: “Me llamó Juan Andrés Soto”

con mucho valor decía. Era un hombre decidido,

el miedo no conocía, andando por dondequiera, valientemente luchaba,

con sus trescientos soldados de la Rebelión Cristera.

Por dondequiera que andaba todos ya no lo querían, porque era un hombre cristero

y en armas contra el gobierno, del estado de Durango, Nayarit y de Chihuahua.

Año de mil novecientos en treinta y seis fue su muerte,

en el campo Los Crestones, le pusieron la emboscada, lo mató Chon Aguilar,

Juan Andrés no traiba gente. Los dos eran compañeros,

Juan Andrés y Federico que se apellidaba Vázquez, el Gobierno lo seguía,

los dos hombres muy valientes pero ellos se defendían. Más antes fue perseguido,

el coronel José Ruiz, pero en Cerro de Las Papas, el coronel fue perdido,

por un hombre traicionado llamado Lucio Carrillo.

Era el año treinta y tres, en Santa María Ocotán, cuando el señor Juan Andrés,

apañó varios soldados, para expulsar a unos maestros

Page 427: Cancionero durangueño

427

de un Internado mentado.

Año de mil novecientos, treinta y seis fue su muerte, en el Campo Los Crestones,

le pusieron la emboscada, lo mató Chón Aguilar, Juan Andrés no traiba gente.

Page 428: Cancionero durangueño

428

En los últimos treinta años del siglo XIX, La Región Lagunera, que comprende

varios municipios del noreste del estado de Durango y del suroeste del de

Coahuila, con la introducción de los ferrocarriles Central Mexicano e Internacional,

así como de los diversos sistemas de irrigación de la zona semidesértica, por

medio de los canales construidos sobre los cauces de los ríos Nazas y Aguanaval,

se transformó en un enclave minero, agrícola e industrial de gran importancia

económica. Los capitales de la Tlahualilo Company, Pourcell, La Algodonera,

Brittingham y Lavín, entre otros, crecieron con la explotación del trabajo de los

jornaleros, acapillados, temporales y bonanceros. Estos últimos asistían a La

Laguna en las épocas de mayor demanda de mano de obra, en los tiempos de la

pizca del algodón.

Después del violento periodo épico la de Revolución, los trabajadores agrícolas de

La Laguna iniciaron su organización en sindicatos. No pocos de los sindicatos

agrícolas laguneros se afiliaron al Partido Comunista Mexicano, PCM, desde la

década de los veintes del siglo XX. En demanda de mejoras laborales, los

miembros de los sindicatos agrícolas laguneros organizaron diversas huelgas que

sistemáticamente fuero quebradas por los patrones mediante la contratación de

guardias blancas y esquiroles.

En 1935, el problema laboral lagunero se agudizó. Las demandas de los

trabajadores agrícolas, más que agraristas y de reparto de tierras, eran en el

sentido proletario de mejora de la situación laboral, la contratación colectiva y la

seguridad social, entre otras. Así, la Federación de Sindicatos de Obreros y

Campesinos de Durango, FSOCD, tomó la iniciativa de la resistencia y para el 18

de agosto de 1936, dio inicio una gran huelga de jornaleros agrícolas laguneros

que fue apoyada por los trabajadores urbanos, mineros, textiles y ferrocarrileros

de la región, con la intervención de la Confederación de Trabajadores de México,

CTM y el PCM. En medio de la huelga, los patrones acarrearon de fuera más

gente que nunca, y los huelguistas se trenzaron con sus suplentes esquiroles.

Nadie sabe a ciencia cierta cuántos muertos y heridos hubo en la ocasión. La

huelga de La Laguna duró diez días y afectó a 72 ranchos de los estados de

Coahuila y Durango.

Page 429: Cancionero durangueño

429

Para poner solución al conflicto, el 19 de octubre de 1936, el general Lázaro

Cárdenas del Río, en su papel de presidente de la República, decretó la

expropiación y reparto de los territorios en cuestión. En el dotación resultaron

beneficiados entre 15 y 16,000 peones acapillados, 10,000 eventuales y 15,000

bonanceros. Para pa explotación de la zona se integraron unidades de producción

y cooperativas agrícolas. Era el inicio de la política agraria cardenista que se

continuaría con los repartos de los estados de Michoacán y Yucatán, entre otros.

Correspondió a Agustín Ramírez la composición de la lírica narrativa oficial, que

se ocupó del reparto agrario de La Laguna, suceso que modificó las relaciones

políticas, económicas y sociales, así como las expectativas de los habitantes de la

región.

Corrido de La Laguna

Agustín Ramírez

Año de mil novecientos, octubre del treinta y seis, de la Región Lagunera

los hechos les contaré. Corrido de La Laguna,

que toditos cantarán, porque pinta los sucesos más grandes de este lugar.

Dos corazones unidos, Coahuila y Durango son,

se juntan en La Laguna, capullito de algodón.

Situación de La Laguna precaria para el peón, mucho dinero corriendo,

mas todo para el patrón. ESTRIBILLO:

Page 430: Cancionero durangueño

430

Laguna, tierra de ensueño, Laguna, tierra de amor,

hoy pones un bello ejemplo a todita la Nación.

Cárdenas con sus anhelos, sociales de redención, repartió a los agraristas

la tierra del algodón. Muchos dueños protestaron,

pero viendo la razón, todas las tierras cedieron por un México mejor.

Linda tierra lagunera, mentada por tu riqueza,

el pueblo, la clase humilde, te dará mayor grandeza.

Militares y civiles, al llegar Gabino Vázquez, con entusiasmo acogieron

de Cárdenas los ideales.

ESTRIBILLO:

Laguna, tierra de ensueño, Laguna, tierra de amor, hoy pones un bello ejemplo

a todita la Nación. Con nobleza se enaltece,

en la Hacienda de Dolores, ofrecieron sus terrenos para los trabajadores.

Con Marroquín y Ramírez hubo muchos laguneros que, además de dar sus tierras,

colaboran con el pueblo. Hacienda de Tlahualilo,

primera repartición, que vas a dar a los pobres la tierra y la redención.

ESTRIBILLO:

Page 431: Cancionero durangueño

431

Laguna, tierra de ensueño, Laguna, tierra de amor,

hoy pones un bello ejemplo a todita la Nación.

Dejando pasiones bajas y protestas de rencor ¡Viva el pueblo lagunero!

Cantemos con emoción. Ya señores, me despido,

de Gómez, Lerdo y Torreón, aquí se acaban cantando, los versos del algodón.

ESTRIBILLO: Laguna, tierra de ensueño,

Laguna, tierra de amor, hoy pones un bello ejemplo a todita la Nación.

Page 432: Cancionero durangueño

432

Campesinos laguneros laborando en un canal de irrigación en los años

treinta del siglo XX

Page 433: Cancionero durangueño

433

Un día de diciembre de 1936, el general cristero Trinidad Mora, jefe de

operaciones militares del Ejército Libertador Cristero del Estado de Durango,

ELCED y líder natural de mestizos, tepehuanes, coras, huicholes y mexicaneros

cristeros, fue emboscado en su casa de la ciudad de Durango. En la acción, los

soldados federales horadaron el techo de la vivienda para poder acceder hasta

donde Mora ofrecía resistencia. Acostumbrado a la guerra desde la Primera

Rebelión Cristera, Mora, junto con tres de sus subalternos resistió hasta la muerte.

La larga y complicada Segunda Rebelión Cristera se iba quedando descabezada.

Corrido de la muerte de Trinidad Mora 167

Anónimo

Año de mil novecientos, treinta y seis, en esta vez,

hubo que agarrar a Mora, en compañía de otros tres.

Mora se vino a Durango, para poderse curar, y se le puso, en el centro,

una casita comprar. Dos meses tenía viviendo,

y otro que no completaba, pero a las escondidillas, del Gobierno se burlaba.

Se fueron unos charritos, a una cantina a tomar

y de copita en copita, de Mora empiezan a hablar.

Un soldado del Cuarenta al oír que platicaban, se fue a vestir de paisano,

a ver si los encontraba.

167

Comunicado por Francisco Félix, en el atrio de la catedral de Durango, recogido por Hermelinda Hernández Terrazas en 1987.

Page 434: Cancionero durangueño

434

Cuando regresó el soldado,

todavía logró encontrarlos, les empezó a dar copitas, y poco a poco a tantearlos.

Luego les dice el soldado, con muchísima atención:

“¿Dónde se encontrará Mora?, quiero darme de alta yo”.

Le contestó el individuo: “Si usted quiere hablar con él; vive en la calle de Zarco,

número seiscientos seis”. Luego regresó el soldado,

a hablar con el coronel; “Ya sé donde se halla Mora, vamos a acabar con él”.

Le contestó el coronel: “Tú te encargas de esa gente,

si tú logras descubrirlo, te la doy de subteniente”:

Luego que el gobierno supo, que en Durango subsistía, ahí le velaron la casa,

de noche como de día. Y una noche los soldados,

ya cansados de velar, le destecharon la casa, para poderlo agarrar.

Mucho parque y medicina, fue lo que se le encontró, porque pensaba salir,

y no se le concedió. Vuela, vuela palomita,

a Santiago Bayacora, avísale a los cristeros, que ya mataron a Mora.

Ya con esta me despido,

Page 435: Cancionero durangueño

435

porque ya llegó la hora, aquí termina el corrido,

del señor Trinidad Mora.

Los cuerpos del general Trinidad Mora y quienes cayeron junto con él,

expuestos en el patio del Hospital Civil de Durango

Page 436: Cancionero durangueño

436

Ladislao Alvarado, mejor conocido como El Chojo, 168 fue un famoso bandolero

que durante los años treintas del siglo XX asoló la Región Lagunera y la Región de

Los Llanos del estado de Durango. El Chojo Ladislao ubicó su refugio en el

municipio de Matamoros, Tamaulipas y actuó principalmente en el municipio de

Gómez Palacio, como jefe de una banda que tuvo como integrantes a El

Chapeado, El Borrado, Francisco Quiñones y Pedro Valenzuela, entre otros. Los

asesinatos y asaltos que cometió la banda del Chojo fueron novelados por

Manuel Terán Lira. Después de una prolongada búsqueda, el 30 de enero de

1937, la banda del Chojo Ladislao fue emboscada por tropas regulares, en el

rancho Casablanca, ubicado al norte del Cerro de La Pila, ubicado en la ciudad de

Gómez Palacio. En la refriega El Chojo cayó abatido por las balas del gobierno.

Corrido del Chojo Ladislao 169

Anónimo

Domingo treinta de enero,

como a las tres de la tarde, mataron a Ladislao, sin dar muestras de cobarde.

Se juntaron para el golpe, policías y federales,

y él empezó los balazos gritando: “¡Tales por cuales!”.

En Pedriceña mató a don Adrián López Frías, desde entonces el Gobierno,

tenía contados sus días. Matamoros fue su fuerte,

pues allá hasta se paseaba, en queridas y en parrandas, el dinero lo gastaba.

168

Chojo. Adjetivo norteño que significa achaparrado o de baja estatura. 169

Revolución. Revista mensual de política y cultura, # 45, Torreón, Coahuila, Editorial Macondo, abril de 1986, contraportada.

Page 437: Cancionero durangueño

437

Asaltó el banco en San Pedro

y nadie sabía lo que era, a las ocho de la noche, se soltó la balacera.

Murieron tres policías en el lugar de los hechos

y El Chojo se les pintó, llevándose ocho mil pesos.

El Chapeado y El Borrado, venían haciendo traición, eran cuicos y bandidos

y el segundo fue llorón. Lo rodearon en la casa,

de un tal Pedro Valenzuela, que se encontraba en el riego, cultivando la parcela.

Ese domingo fatal, se balaceó sin recelo,

corrió junto con Fidel, montados a puro pelo.

Si sino ya estaba escrito, se le cansó su caballo, y El Chojo se echó pie a tierra,

peleando como buen gallo. Muy buena cuarenta y cinco,

portaba siempre Alvarado, pero le llegó el día en que lo mató un soldado.

Adiós Panchito Quiñones, Valenzuela y El Borrado, ya acabó por fin El Chojo

y en Torreón fue sepultado.

Page 438: Cancionero durangueño

438

Page 439: Cancionero durangueño

439

Francisco Sarabia Tinoco nació el 3 de julio de 1900, en la ciudad de Lerdo,

Durango. En esa ciudad Sarabia estudió la primaria y después, en los Estados

Unidos, curso el bachillerato y se especializó en mecánica. Hacia el año de 1928,

en Chicago, Illinois, Francisco Sarabia estuvo matriculado en la Aeronautic School

y realizaba exhibiciones acrobáticas en un circo aéreo.

De regresos en su Patria, Sarabia fundó una escuela de aviación en Monterrey,

Nuevo León, fue piloto de carga en Tabasco, fundo la empresa de Transportes

Aéreos de Chiapas, con una flota de 32 pequeños aviones y también estableció

una ruta aérea en Baja California. El escritor Graham Greene, en su novela

Caminos sin ley, dedica una buena parte de su relato a las hazañas aeronáuticas

de Sarabia en medio de las selvas del sureste del país.

En 1938, la pericia aeronáutica de Sarabia comenzó a batir récords

internacionales de velocidad en viajes aéreos de distancia. El 2 de diciembre de

1938, el piloto cubrió la ruta de México a Los Ángeles, en seis horas y media. El

10 de marzo del mismo año, el aviador durangueño voló de México a Chetumal en

tres horas con treinta y un minutos. Tres días después, el intrépido aeronauta,

cubrió su ruta de Chetumal a Mérida en sólo cuarenta y ocho minutos. Sin dejar

los controles, el 9 de abril la nueva hazaña fue de México a Guatemala, en

únicamente dos horas con cincuenta y cinco minutos.

Durante un viaje a los Estados Unidos, el piloto lagunero adquirió un avión GEE-

BEE, al que bautizó con el nombre de El Conquistador del Cielo y lo adaptó para

su máxima hazaña. La bitácora señalaba salida del Campo Aéreo de Balbuena, en

la Ciudad de México, el 24 de mayo de 1939 y con solo el combustible

indispensable, ante la expectativa de los mexicanos y los estadounidenses,

Sarabia cubrió la distancia entre México y Nueva York, en diez horas con cuarenta

y tres minutos.

Después de la hazaña que le ganó la admiración y su lugar entre los más

destacados aviadores de la Historia, Francisco Sarabia tenía en mente regresar a

su tierra natal para visitar a doña María Tinoco, su madre. Sin embargo, lo que

sucedió después fue descrito por las cinco versiones diferentes de corridos de

Sarabia. Aquí se transcribe una de ellas.

Page 440: Cancionero durangueño

440

Corrido de Francisco Sarabia 170

Felipe Valdez Leal

Del Campo de Balbuena,

se alzó hasta el firmamento, un pájaro de acero, con rumbo a Nueva York.

Ligero como el aire, más rápido que el viento,

perdiéndose en las nubes, a todos dijo: “Adiós”.

Y allá en la inmensa altura de un héroe el pensamiento, volaba tras la dicha

de ser el vencedor. Tan sólo por la gloria

de ver que su bandera ondeara con orgullo, allá en otra nación.

Sarabia atravesaba, la larga cordillera,

volando como nunca lo hiciera otro aviador.

Y, a veces, desdeñando, la muerte traicionera, cruzaba el horizonte

rugiendo su motor. En menos de doce horas

de continuado vuelo, Sarabia victorioso llegaba a Nueva York.

Intrépido piloto, que al descender del cielo,

de daba a nuestra Patria, con ello, un grande honor.

170

Antología del corrido mexicano, México, álbum de discos Orfeón, LP-JM-06, 1974, cantado por Emmanuel Gómez.

Page 441: Cancionero durangueño

441

Y nunca imaginaba,

que allá, en extraño suelo, su nave traicionara su arrojo y su valor.

Así como a Carranza, le guió el mismo camino,

iguales los laureles supieron conquistar.

Y fue la misma suerte, que les marcó el destino, que muertos, a su Patria,

tenían que regresar. Carranza halló la muerte,

en un rayo asesino, Sarabia entre las aguas del Río Potomac.

Page 442: Cancionero durangueño

442

Page 443: Cancionero durangueño

443

Francisco Sarabia y El Conquistador del Cielo

El Conquistador del Cielo

Page 444: Cancionero durangueño

444

Silvestre Revueltas Sánchez nació el 31 de diciembre de 1899, en Santiago

Papasquiaro, Durango. Revueltas estudió música y composición sinfónica, en la

ciudad de México y en los Estados Unidos. En el año de 1929, el compositor

durangueño fue cofundador de la Orquesta Sinfónica de México y trabajó como

catedrático del Conservatorio Nacional de Música . Revueltas sobresalió en el

ámbito internacional por su gran genio creativo como compositor que legó a la

humanidad diversas y piezas musicales que se han integrado a los repertorios de

la una buena cantidad de orquestas sinfónicas del mundo, en su mayoría ubicadas

dentro del movimiento estético nacionalista mexicano como las piezas sinfónicas:

Sensemaya, Janitzio, Homenaje a García Lorca, El renacuajo paseador, la música

para las películas: Vámonos con Pancho Villa, La noche de los mayas, El signo de

la muerte, así como la poco conocida pero excelente sinfonía Tierra para las

macetas, entre muchas otras.

El 5 de octubre de 1940, víctima de una pulmonía, Silvestre Revueltas falleció en

la ciudad de México y Alfonso del Río compuso las cuartetas de su corrido

fúnebre. Por su parte el poeta chileno Pablo Neruda, amigo personal de Silvestre

Revueltas escribió y publicó su entrañable poema: A Silvestre Revueltas, de

México en su muerte (oratorio menor)

A Silvestre Revueltas, de México en su muerte (oratorio menor) 171

Pablo Neruda

Cuando un hombre como Silvestre Revueltas

vuelve definitivamente a la tierra, hay un rumor, una ola de voz y llanto que prepara y propaga su partida.

Las pequeñas raíces dicen a los cereales: «Murió Silvestre», y el trigo ondula su nombre en las laderas

y luego el pan lo sabe. Todos los árboles de América ya lo saben

171

NERUDA, PABLO. Canto general, Caracas, Venezuela, Biblioteca Ayacucho, 1981, pp. 290 a 291.

Page 445: Cancionero durangueño

445

y también las flores heladas de nuestra región ártica. Las gotas de agua lo trasmiten,

los ríos indomables de la Araucanía ya saben la noticia. De ventisquero a lago, de lago a planta,

de planta a fuego, de fuego a humo: todo lo que arde, canta, florece, baila y revive, todo lo permanente, alto y profundo de nuestra América lo

acogen: pianos y pájaros, sueños y sonidos, la red palpitante que une en el aire todos nuestros climas,

tiembla y traslada el coro funeral. Silvestre ha muerto, Silvestre ha entrado en su música total,

en su silencio sonoro. Hijo de la tierra, niño de la tierra, desde hoy entras en el tiempo.

Desde hoy tu nombre lleno de música volará cuando se toque tu patria, como desde una campana; con un sonido nunca oído, con el sonido de lo que fuiste,

hermano. Tu corazón de catedral nos cubre en este instante, como el firmamento

y tu canto grande y grandioso, tu ternura volcánica, llena toda la altura como una estatua ardiendo. Por qué has derramado la vida? Por qué

has vertido en cada copa tu sangre? Por qué has buscado

como un ángel ciego, golpeándose contra las puertas oscuras? Ah, pero de tu nombre sale música

y de tu música, como de un mercado, salen coronas de laurel fragante y manzanas de olor y simetría. En este día solemne de despedida eres tú el despedido,

pero tú ya no oyes, tu noble frente falta y es como si faltara un gran árbol en medio de la casa del hombre.

Pero la luz que vemos es otra luz desde hoy, la calle que doblamos es una nueva calle, la mano que tocamos desde hoy tiene tu fuerza,

todas las cosas toman vigor en tu descanso y tu pureza subirá desde las piedras a mostrarnos la claridad de la esperanza.

Reposa, hermano, el día tuyo ha terminado, con tu alma dulce y poderosa lo llenaste

Page 446: Cancionero durangueño

446

de luz más alta que la luz del día y de un sonido azul como la voz del cielo.

Tu hermano y tus amigos me han pedido que repita tu nombre en el aire de América, que lo conozca el toro de la pampa, y la nieve,

que lo arrebate el mar, que lo discuta el viento. Ahora son las estrellas de América tu patria y desde hoy tu casa sin puertas es la Tierra.

¡A’i con la venia...! La muerte de Revueltas 172

Alfonso del Río

A‟i con la venia, señores, voy a cantar un corrido,

andan los malos rumores, de un caso muy aflictivo.

Hagan la rueda, mirones, traigo noticias bien ciertas, sé de los hechos mejores,

del un tal Silvestre Revueltas. Pónganme todos cuidado,

que ando con muchos dobleces, vengo los hechos cantando, de ese famoso Revueltas.

Quiero que sapan ustedes, de un músico muy pujante,

¿no hay quien permiso me niegue? Voy a seguir adelante.

Señores, oigan la nueva, la nueva que trajo el día, murió silvestre Revueltas,

murió de una pulmonía. El viernes cuatro de octubre,

del novecientos cuarenta,

172

RÍO, ALFONSO DEL. Cantar de Silvestre Revueltas, México, Ed. Revista Musical Mexicana, 1937, pp. 12 a 23.

Page 447: Cancionero durangueño

447

por ahí de la media noche, se fue Silvestre Revueltas.

Silvestre, ya en agonía, la gente en el Bellas Artes,

aplaude con alegría, su Renacuajo paseante.

Nadie se lo imaginaba, todos se hallaban contentos, y mientras allá en su casa,

Revueltas estaba muerto. Los músicos no creían,

la gente no daba crédito, a todos les parecía, que se iniciaba un concierto.

Pensaban en obras nuevas, las últimas de Silvestre, tal vez en La coronela,

su ballet, el más reciente.

Aquel que estrenó Waldeen, la famosa bailarina, que le dio vida a la muerte,

cananas y carabina. ¡Diablo de vieja huesona,

más flaca que una hebra de hilo, por más que traga no engorda, a nadie deja tranquilo!

Se lleva al hombre que vale, lo mismo que al más gordote, joven y rico, ¡no le hace!

se lleva al rico y al pobre. Revueltas bien lo sabía,

que aprovechando una mona, al fin se lo llevaría la muy ingrata pelona.

Andando en sus alegrías. muy recelosa lo espiaba,

él, un violín le pintaba y en sus beberes seguía.

Page 448: Cancionero durangueño

448

Pero sucede que un día,

llamó a la muerte a su cama, para escribirle una danza y ella cargó con su vida.

Quedó su cara serena, igual que la de un valiente,

despreciativa, sin pena, ¡le vino guanga la muerte!

Y un sábado en la mañana, llegó Silvestre Revueltas, a la capital dorada,

de gran agencia muertera. Los médicos de esta casa,

todito lo tasajearon, y dizque pa‟ que durara, las tripas se las lavaron.

Después, la caja muy fina, de seda y abullonados,

de motas en las esquinas, se lo tragó de un bocado.

Hiciéronle buen velorio, sus gentes y sus amigos, allá en el Conservatorio,

estuvo entre cuatro cirios. Alfonso del Río, Baqueiro,

lueguito se adelantaron, y fueron los dos primeros, que al muerto se le acercaron.

Ahí „sta Revueltas tendido, al frente, como guardianes, de un lado, Julián Carrillo,

del otro, Don Carlos Chávez. Ahí le hicieron la guardia,

toditas sus amistades, de todas partes llegaban, llenando aquellos portales.

Pintores, muchos poetas,

Page 449: Cancionero durangueño

449

todos con caras tristonas, iban a ver a Revueltas,

tapado por las coronas. Estando el pobre sin vida,

le echaron unas canciones, Sonia Verbitzki le abría, su jaula de ruiseñores.

Los músicos de la orquesta, por puños están llegando,

su afecto para Revueltas, así lo van demostrando.

„Orita le están tocando, la marcha más rigurosa, ya primero le tocaron, su Duelo por García Lorca.

Dirigió Guillermo Orta,

después siguió Chucho Reyes, la música era una rosa, de aroma y colores tenues.

Sólo la Marcha dragona,

que toca Isaac Calderón,

en su trompeta sonora, parece llanto de flor.

Está parado en la esquina, mandando al barrio sus toques, la pena se la adivinan,

todos aquellos mirones. La tropa vino a callarlo, que es pieza tan militar,

que no se puede tocar, cuando uno pueda desearlo.

“Pues que la hizo mi padre, si casi soy su hermanito, ¿Cómo no voy a tocarle,

la marcha yo a mi maestrito?”. “¿Es que no saben ustedes,

que está tendido Revueltas? ¡Si éste también era un jefe,

Page 450: Cancionero durangueño

450

nomás que sin charreteras!”.

La tropa oyó sus razones, y allá, cada media hora, tocaba Isaac, los girones de aquella Marcha dragona.

La calle de La Moneda,

de gente estaba apretada, toda se hallaba silencia, ni coches la transitaban.

en una negra carroza, su caja está colocada,

en otra llora su esposa, juntito con sus cuñadas.

Montones de acompañantes, llenaron muchas carrozas, y otras llevaban remates

de flores y de coronas. en el panteón lo bajamos,

me acuerdo, fue día domingo, junto al cadáver hablaron, último adiós los amigos.

Pablo Neruda le dijo, cosas que oyó todo el mundo,

llanto que fue en los caminos, haciéndose más profundo.

Señores de alto copete, de todas clases había, se hallaba toda la gente, parada en las tumbas frías.

Parece que estaba junta, para escuchar un concierto,

Revueltas, desde su tumba, se lo estaría dirigiendo.

amigos, ya me despido, Revueltas quedó enterrado, aquí se acaba el corrido,

de un músico señalado.

Page 451: Cancionero durangueño

451

Silvestre Revueltas Sánchez

Page 452: Cancionero durangueño

452

Page 453: Cancionero durangueño

453

Durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, en diciembre el año de

1941, después del ataque de los japoneses a Pearl Harbor, los Estados Unidos

de Norteamérica declararon la guerra a las potencias del Eje y de inmediato se

inició el reclutamiento de civiles estadounidenses y el envío de tropas a los frentes

de guerra de Europa y el Océano Pacífico. Esta situación originó la ausencia de la

mano de obra nativa en los campos agrícolas y en algunos sectores industriales

del vecino país del norte.

En 1942, con el objeto de sostener su economía de guerra y ante la merma de

mano de obra, el Gobierno de los Estados Unidos, en coordinación con el

Gobierno de México puso en funcionamiento un sistema de contrataciones o

enganches de braceros mexicanos.

Entre los términos del convenio figuraban, como garantías para los trabajadores

contratados: la exención del servicio militar, la protección contra actos de

discriminación racial, así como la obligación de los patrones de proveerlos de

transporte y viáticos, tanto del viaje de ida como del de retorno. Se estipulaba

también que a los braceros mexicanos se les proporcionaría alojamiento, servicios

sanitarios, atención médica y protección, en caso de enfermedades profesionales

y accidentes, así como salarios en cantidades iguales a las de los trabajadores

agrícolas estadounidenses. Como era de esperarse, en el momento de su puesta

en marcha, las cláusulas de los convenios de las contrataciones de braceros, sólo

fueron cumplidas de manera parcial y todavía en los inicios del siglo XXI los ex

braceros litigaban por el pago no cubierto, de un seguro descontado de sus

haberes.

Aún cuando existía el programa de contratación de braceros, los inmigrantes

ilegales mexicanos a los Estados Unidos rebasaron siempre la cifra de los

inmigrantes legales, sobre todo por las dificultades burocráticas de las

contrataciones y los enganches.

Para agilizar el programa de braceros, el Gobierno Mexicano abrió centros de

contratación como el de la ciudad de Durango, donde, como lo relatan los corridos

Tragedia de los braceros y El bracero durangueño, Con la esperanza de ser

contratados en los enganches, muchos campesinos sin tierra, y algunos otros que

Page 454: Cancionero durangueño

454

ya contaban con dotación de tenencia de parcelas, como ejidatarios o comuneros,

se enlistaron para ser enganchados. Sin embargo, para junio de 1944, la

contratación de braceros estaba aparentemente limitada por parte del Gobierno

Estadounidense y no pocos jornaleros que habían abandonado sus poblados, se

encontraron desamparados en la ciudad de Durango, en la larga espera para ser

contratados en algún enganche.

A la sazón, el líder popular Máximo Gámiz Fernández se movilizó ante las

autoridades mexicanas y estadounidenses, de sus gestiones y diligencias resultó

que, al estado de Durango, se le señalara la cuota más alta de braceros para el

año de 1944.

Una vez terminada la guerra, en las siguientes décadas y hasta los años setentas

del siglo XX, los programas de contratación de braceros continuarían, hasta que el

Gobierno de los Estados Unidos decidió darlos por terminados. Aunque la

inexorable emigración, sin retorno, de durangueños a los Estados Unidos, ya no

podría ser detenida.

Corrido de los braceros 173

J. Florentino

Con el permiso señores, con la venia compañeros, voy a cantar la tragedia,

de toditos los braceros. el año cuarenta y cuatro,

señores tengan presente, estábamos en Durango, muchísima gente.

Nos daban de comer, a todos en el Hospicio,

nos íbamos arrimando, haciendo sacrificio.

La mayor parte de la gente,

173

ARIAS, OLGA y ANTONIO ARREOLA VALENZUELA. Máximo Gámiz Fernández. Un auténtico líder, Durango, Gobierno del Estado de Durango, 1979, pp. 15 a 16.

Page 455: Cancionero durangueño

455

se va a trabajar, y los demás mirando,

porque no tenemos qué almorzar. el veinticinco de junio,

compañeros ¡qué tristeza! por fin se concedió de los mismos compañeros un mensaje.

una mesa directiva, con muchísimos afanes,

poniendo su inteligencia, el profesor Gámiz.

El profesor Gámiz, se muestra buen hermano, buscando el bien,

para todo mexicano, toditos los braceros, toditos en general.

Quedarán agradecidos, con mi general Corral,

todos los braceros, estábamos en un brete, esperando los renganchistas

que vinieran el veinticinco. De varios municipios,

estábamos reunidos, toditos con la esperanza, de ir a los Estados Unidos.

Le pedimos al Gobierno, como hombres luchadores, que nos deje ir a Estados Unidos,

a todo hombre trabajador. Ya hicimos el sacrificio

y estamos desesperados, que se quedan nuestros hijos, todos desamparados.

Decía un compañero, que es Adolfo Sandoval:

“No estén tristes compañeros que todos nos vamos a enganchar”.

Page 456: Cancionero durangueño

456

Decía el Güero Aureliano,

con todo su valor: “Esto se lo debemos, al señor gobernador”.

También el general Blas Corral, no puso ningunas trabas,

de México dirigió a Durango telegramas.

Gámiz y Velver son buenos compañeros, anduvieron trabajando,

a favor de los braceros. Bonito Durango,

no lo puedo negar, lo triste que se hace, que no tengo qué almorzar.

Pensando y pensando, se van las horas,

nos daban de comer, cada veinticuatro horas.

Pobrecitos laguneros, ellos no pueden ya, porque tienen sus parcelas

y tiene qué cumplir. Las mujeres que se quedaron,

y los hombres que se van, se quedan con la esperanza de que allá les mandarán.

Dispensen camaradas, dispensen compañeros, estos versos son compuestos,

por uno de los braceros. Ya con esta me despido,

para no hacer ya fandango, miren lo que pasó en la capital de Durango.

El que compuso estos versos

Page 457: Cancionero durangueño

457

no es poeta ni trovador.

Corrido del bracero durangueño 174

Teófilo Nevárez Ramos

Con cariño verdadero, aquí les voy a dejar,

los versos de los braceros, que al calce voy a firmar.

Dos mil braceros reunidos, en la ciudad colonial, hoy estamos convencidos,

de este engaño sin igual. No dirigimos a Pilo

y al ver nuestra situación, éste, presto tomó el hilo, pidiendo contratación.

“No se preocupen, muchachos”, nos dijo sin vacilar,

“Hoy vienen ya los gabachos, que los van a contratar”.

Pilo dijo que arreglaba que vinieran contratistas, pero éste nunca contaba,

con los pillos sinarquistas. Y por estar esperando,

la dicha contestación, estamos atravesando, por terrible situación.

Braceros llenos de angustia, que es muy triste recordar,

decían con caras muy mustias: “Hoy no tengo qué almorzar”.

Aunque no haya que almorzar, pedimos de corazón,

174

Ibíd., pp. 17 y 18.

Page 458: Cancionero durangueño

458

diríjanse a Blas Corral, que sabe la situación.

Y Gámiz, el consejero, hombre de rectitud sin igual,

nos ayuda a los braceros, al igual que Blas Corral.

La noticia de Blas Corral, causó luto al corazón, ni quién fuera a sospechar

esta triste negación. La noticia voy a dar,

aunque la mano me tiemble: “Los irán a contratar, hasta el mes de septiembre”.

“Ya no hay enganches braceros, regresen para sus chozas,

qué quieren pues, compañeros, así termina las cosas”.

Las pobres mujeres tristes, le dicen a su marido: “¿Pero mi viejo, qué hiciste?

Mejor nunca hubieras ido”. Aquel hombre avergonzado,

contesta a su fiel mujer: “No me culpes, fui engañado, te juro nunca volver”.

Y lamentan su amargura, porque se acabó el maíz, todo por buscar ventura,

en extranjero país. El cónsul americano,

como obra humanitaria, dijo que el país hermano, daría ayuda pecuniaria.

Se oyeron los cañonazos, de dinero disparar,

y colocó a los braceros, a la orden del capital.

Page 459: Cancionero durangueño

459

muchas gestiones se hicieron,

hombres de buenos centavos, que no saldrán braceros, pues necesitan esclavos.

Bien Gámiz, el consejero, camarada comunista,

pensó que había obrado, de elementos sinarquistas.

Que gocen abril y mayo, julio a agosto va a pasar, porque ahí viene el mero gallo,

que su brillo va a opacar. ¡Que vivan los comunistas!

¡Que muera Acción Nacional! Alcen vuelo, sinarquistas, porque ahí viene Blas Corral.

Abajo los sinarquistas y polkos de Acción Nacional,

que el Partido Comunista, en México va a triunfar.

Me despido de Corral y de Gámiz con ternura y Dios les ha de mandar,

prosperidad y ventura. Muy bien por Máximo Gámiz,

camarada comunista, que lucha por los ideales, de un México antifascista.

No hay que dudar, compañeros, que Máximo sí se mete, nos defendió a los braceros,

a capa, espada y machete. Demos las gracias hermanos,

a Máximo y secretaria y al cónsul americano, por su ayuda pecuniaria.

Partido de la Revolución,

Page 460: Cancionero durangueño

460

también de ti me despido, en otra contratación,

me darás por asistido. Como no pienso volver,

me regreso con mi hermano, me despido de Velver y del güerito Aureliano.

Adiós Corral, ya me voy, como soy tu partidario,

este recuerdo te doy, lo publicas en El diario.

Me despido, compañeros, ya que juntos fracasamos, son recuerdos del bracero,

Teófilo Nevárez Ramos.

Registro de Seguridad Social del bracero durangueño Santos Núñez Sotelo

Page 461: Cancionero durangueño

461

Identificación migratoria del bracero durangueño Santos Núñez Sotelo

Page 462: Cancionero durangueño

462

El 25 de febrero de 1941, los últimos cristeros mestizos y tepehuanes que aún

resistían en la Sierra de Durango se rindieron, en la X Zona Militar, ante el general

Elpidio Velázquez, Entre 1940 y 1944, el ex jefe cristero Federico Vázquez se

transformó en el cacique de la región cristera de Durango, situación que, para el

Gobierno, representaba cierta fuerza política que, en cualquier momento,

podía ser movilizada formalmente.

Cuando se amnistió Vázquez, estaba de gobernador Elpidio Velázquez;

éstos quizás eran muy cuates, como luego dicen, porque le dio toda clase

de garantías haciéndolo jefe forestal y otros cargos más.

Este, cuando se vio con esos cargos, se fue a Santiago, allí empezó a

hacer cuanto él quería con los pobres poblanos (tepehuanes y huicholes)

imponiéndoles cuotas muy altas, estableciendo uniones, como por ejemplo,

Unión de Veteranos y no dejándolos trabajar libremente y multándolos

cuando hacían cosas que a él no le caían bien; él era el único que era todo,

él era el jefe del cuartel, el que representaba el pueblo y en fin, él era todo;

sin acordarse de cuando andábamos sufriendo todos en la sierra, en vez de

hacer por los del pueblo, era su primer enemigo. 175

En 1944, misivas, telegramas y recados al Ejecutivo Federal, solicitaban una plaza

burocrática para el ex general Federico Vázquez, ya que el nombramiento que se

le había otorgado al amnistiarse le había sido retirado. 176

Luego de algunos problemas de tipo administrativo, con el Gobierno del Estado;

durante el periodo de Blas Corral….

Fue una comisión a Santiago, a poner mal en contra de Quico Vázquez y el

gobernador ordenó que ya no anduviera metiendo en ningún asunto y que

si tenía otra queja de él, se procedería en su contra. 177

Era ya el año de 1945 y, considerando las declaraciones del gobernador como una

amenaza formal, hombre de pocas palabras, Federico Vázquez se retiró hacia El

Varal. En el Gobierno se sospechó de este movimiento y se interpretó como un

175

CAMPOS, FRANCISCO. “Memorias de Santiago Bayacora”, Op. Cit., p. 60 a 61. 176

AGN, Ramo Presidentes, Lázaro Cárdenas, docto. 710.11/207. 177

CAMPOS, FRANCISCO. Op. Cit., p. 63

Page 463: Cancionero durangueño

463

nuevo intento de alzamiento cristero, en tiempos en que México ya participaba en

la Segunda Guerra Mundial y Hitler sucumbía en Alemania.

Pero el nuevo gobernador decidió apagar de una buena vez aquella única

brasa de rescoldo que sobraba.

Mandó diez mezquitaleños que se apostaran en los potreros de Federico.

A dos fuegos lo tumbaron de su caballo El Quelite. 178

Así, el Diario de Durango, en una de sus ediciones más vendidas, la del 21 de

marzo de 1945, noticiaba, en su encabezado de primera plana: Acribillado a

balazos pereció el ex temible cristero, Federico Vázquez.

La prensa daba razón de que, la muerte de Vázquez, había sido en el campo

maderero denominado Los Ejes. El último cristero, emboscado por sus enemigos,

no tuvo ninguna oportunidad de defenderse.

Corrido de Federico Vázquez 179

Anónimo

(ilegible) defendieron a su pueblo

contra fuerzas federales, les querían cerrar el templo, órdenes presidenciales.

(ilegible) el primer combate que aquellos hombres tuvieron,

(ilegible) toda la sierra allí moría mucha gente, otros desaparecieron.

La causa que ellos peleaban en aquella rebelión,

no querían que un mal gobierno quitara la religión ellos mismos se impusieron

aquella noble misión.

178

ESTRADA MUÑOZ, ANTONIO. Op. Cit., p. 231. 179

Manuscrito inédito, comunicado por el corridista Abel Martínez, en la plazuela Baca Ortiz, de la ciudad de Durango, recogido por Antonio Avitia en 1991.

Page 464: Cancionero durangueño

464

Así fue como surgieron aquellos hombres cabales,

no midieron el peligro lo tuvieron a raudales por eso fue que llegaron

a ser grandes generales. Después de tantas peleas

Trinidad siempre cayó, y en el año del cuarenta Federico se amnistió.

Así tuvo su final aquella revolución.

El general Federico Vázquez en su campamento 180

180

El general Federico Vázquez en su campamento. ARA, CESU, AH, UNAM, sección Fotográfica.

Page 465: Cancionero durangueño

465

Un oficial cristero, el general Lorenzo Ávalos, el general cristero Federico Vázquez, el gobernador Elpidio G. Velázquez y otro oficial cristero el día de

la amnistía en la Décima Zona Militar 181

Los últimos cristeros en el momento de la amnistía, al fondo el muro de la X Zona Militar 182

181

Un oficial cristero, el general Lorenzo Ávalos, el general cristero Federico Vázquez el gobernador Elpidio G. Velázquez y otro oficial cristero el día de la amnistía en la Décima Zona Militar; en: VELÁZQUEZ, ELPIDIO. Mi primer año de gobierno, Durango, Departamento de Publicidad y Turismo del Gobierno del Estado de Durango, 1941, p. 111.

Page 466: Cancionero durangueño

466

182

Los últimos cristeros en el momento de la amnistía, al fondo el muro de la X Zona Militar; en: VELÁZQUEZ, ELPIDIO. Mi primer año de gobierno, Durango, Departamento de Publicidad y Turismo del

Gobierno del Estado de Durango, 1941, p. 111.

Page 467: Cancionero durangueño

467

VII. Corridos, canciones cardenches y

rockanroleras

A partir del segundo lustro de los años cuarentas del siglo XX, la producción de

composiciones de lírica narrativa durangueña, de índole histórica tuvo una

evidente merma. Sin embargo corridos como el de La explosión de Guayuleras, en

1955, el del IV Centenario de Durango, en 1963, los dedicados al Movimiento

Estudiantil del Cerro de Mercado de 1966, La Creciente del Nazas en 1968 y el de

César Guillermo Meraz y el Corrido de Dolores del Río, cubren parcialmente la

tradición de contar la Historia en canciones, aunque es abrumante la composición

y difusión de corridos de ficción que se ocupan de situaciones y bandidos

inventados.

La evolución de la difusión del cancionero durangueño pasó de la hoja suelta, al

disco de acetato de 78 revoluciones por minuto o rpm, al de 33 rpm, al de 45 rpm,

al cartucho magnetofónico, a la cinta magnética, al míasete, al disco compacto, al

mp3 y al mp4 y su difusión publica se transmitió por la radio y muy poco en la

televisión.

Mientras se mantenía la interpretación del acervo conocido de la Revolución, en

compensación con la merma de lírica narrativa histórica, El durangueño Francisco

Castillo Nájera, con la voz de Concha Michel, presentó en el Palacio de Bellas

Artes, El Gavilán, corrido grande. La etnomusicóloga Irene Vázquez Valle inició la

investigación de la canción cardenche. Destacados compositores y cantantes

como Los Broncos de Reynosa, el Conjunto Primavera y Lorenzo de Monteclaro

multiplicaron las composiciones de índole panorámica que describieron las

bellezas y añoranzas de las ciudades y poblados de la entidad, muchos de ellos

compuestos por Miguel Ángel Gallardo. Por otra parte los rockanroleros Bob Dylan

y Jaime López compusieron rolas durangueñas. En especial la de Bob Dylan

Page 468: Cancionero durangueño

468

Romance in Durango, ha sido traducida del ingles al portugués y al italiano, e

interpretada por los cantantes Fabricio de André y Mauricio Fagner.

En los inicios del siglo XXI, en algunas ciudades estadounidenses, como Chicago,

Illinois, en las que radica una gran cantidad de compatriotas migrantes de la Patria

chica, diversos grupos musicales, como Montéz de Durango, Los Chenchos y

Durango Express, entre muchos otros, han desarrollado una forma de

interpretación musical de ritmo rápido, casi siempre a compás de 2/4, de diversas

canciones del repertorio norteño y que adapta baladas y canciones famosas del

repertorio de la radio y la televisión, al que se le ha llamado pasito durangueño,

cuya dotación instrumental básica está integrada por los teclados, las tarolas, el

bajo electrónico y la voz. De gran éxito, entre la población migrante y la nacional,

existen ahora hasta salones de enseñanza de baile de salón que entre sus ofertas

de lista de ritmos a enseñar incluyen el pasito duranguense. Habrá que esperar a

la evolución de este ritmo para verificar si es capaz de soportar el paso del tiempo.

Page 469: Cancionero durangueño

469

Al observar el éxito de los corridos populares, algunos poetas académicos se

anexaron a la producción de cuartetas de corridos y de estas iniciativas surgió la

corriente del corrido culto. Haciendo una diferenciación: el corrido popular es aquél

que nace de poetas casi siempre anónimos o poco famosos, que sólo han

conocido las primeras letras y cuyos versos tienen todas las características de:

ingenuidad, arcaísmos y regionalismos propios del proletariado agrícola y urbano y

de los cuadros bajos de las milicias regulares e irregulares, incluyendo además

una ausencia casi total de vocablos académicos. Por otra parte, el corrido culto

surge de poetas letrados, sobre todo posteriores a la revolución, que desarrollan

toda una escuela corridista intelectual cuyo lenguaje, la mayoría de las veces, no

tiene mucho que ver con el habla popular. En el corrido culto; la ingenuidad y las

formas populares casi siempre se leen un tanto falsas.

Entre los corridistas cultos podemos citar a: Francisco Castillo Nájera, con su

corrido El Gavilán (Corrido Grande) que Emilio Abreu Gómez comparó con el

Martín Fierro del argentino José Hernández; Celedonio Serrano Martínez con El

Coyote, que ha sido llevado al teatro; Servando Acuña con Corridos y Colores;

Renato Leduc con A casi 70 años de la Revolución; José Muñoz Cota con

Corridos a Ricardo Flores Magón. También se han hecho obras de teatro-corrido

como: Fui Soldado de levita de Francisco L Urquizo; Los dos hermanos de Felipe

Santander; El corrido de Pablo Damián de Héctor Azar y el Corrido de Juan

Saavedra de María Luisa Ocampo, así como el Corrido de Demetrio Jáuregui de

Concha Michel, junto con La madrugada o corrido de la muerte y atroz asesinato

del General Francisco Villa de Juan Tovar. De esta forma, la cultura nacional se ha

enriquecido con corridos más elaborados y con un lenguaje más metafórico, que

han sido cantados en el Palacio de BeIlas Artes, y su interpretación ha sido

realizada incluso por orquesta sinfónica, mientras que, en la clase proletaria, el

corrido sigue existiendo no como un lujo cultural, sino como una forma viva de

contar las historias de la cotidianidad, con héroes que van cambiando de armas y

de medios de transporte y cuyos delitos e ideales también se van transformando,

así como las catástrofes van cambiando su material destructivo y su intensidad.

Page 470: Cancionero durangueño

470

Cabe aclarar que los corridos escritos por poetas cultos, casi nunca han tenido la

difusión ni la popularidad que han tenido los corridos escritos y cantados por

poetas e intérpretes no académicos, cuantimás que los corridos cultos, en su

mayoría, son ficticios según Miguel Ángel Gutiérrez: "Estos falsos corridos, estos

romances de laboratorio se delatan enseguida, ya por el empleo de ciertas

palabras que no usa el pueblo, ya por la inclusión de giros de lenguaje distintos a

como el pueblo los aprovecha”.183

El durangueño Francisco Castillo Nájera, quien fuera ministro plenipotenciario de

México en China en los anos veinte, del siglo XX, embajador de México en

Estados Unidos durante la expropiación petrolera y embajador de México en

Bélgica y Francia durante la Segunda Guerra Mundial, además de traductor,

escritor, médico, poeta y filólogo entre otras muchas cosas, escribió en París, en

1934: El Gavilán (corrido grande), con trescientos cuarenta cuartetas de versos

octosílabos, cuya trama se desarrolla totalmente en el estado de Durango, El

Gavilán ha tenido varias ediciones, la primera publicada en París,184 en el año de

1934. Una versión compactada en ciento veintiséis cuartetas de corrido grande de

Francisco Castillo Nájera, fue musicalizada por Concha Michel y estrenada en el

Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, el 25 de mayo de 1946, esta

última versión es la que aquí se transcribe.

El Gavilán

(Corrido grande) 185

Francisco Castillo Nájera

183

GUTIÉRREZ ÁVILA, MIGUEL ÁNGEL. Corrido y violencia entre los afromestizos de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, Chilpancingo, Guerrero, UAG, 1988, p. 42. 184

CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. El Gavilán (corrido grande), París, Ediciones Estrella, 1934. CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. El Gavilán (corrido grande), México, Ed. México Nuevo, 1939. 185

CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. El Gavilán (corrido grande), versión compactada por Concha Michel, en: MICHEL, CONCHA / QUETZAL RIEDER ESPINOZA. México en sus cantares, Morelia, Michoacán, FONCA / INI / IMC, 1997, pp. 173 a 187. Ver también: CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. Corridos y canciones del siglo XIX. Glosa al programa de Concha Michel (Palacio de Bellas Artes) 25 de mayo de 1946, Durango, Dgo. Editorial del Supremo Tribunal de Justicia, 1987.

Page 471: Cancionero durangueño

471

Introducción

En Durango existe un cerro,

es el Cerro del Mercado, por ser de purito fierro, tiene su significado.

De Durango soy oriundo, y en Durango fue nacido

el manís que vuelve al mundo pa‟ correr en mi corrido.

Mocedades

Los episodios y cuentos que este corrido comenta.

van hasta mil novecientos desde ochocientos setenta.

Hubo un tal Jesús Cienfuegos, por alias El Gavilán,

siempre metido en rejuegos

y bravo como alacrán. Desde que era muy chamaco

-la voz del pueblo pregona-, lo vieron como chinaco Patoni, Parra y Corona.

Era I'alma del borlote y el espanto de los cuicos y la espuela y el azote

del Cantón de Los Pericos. Terror de los nocherniegos

del Calvario y del Parián. nadie pudo con Cienfuegos, el famoso Gavilán.

Lu agarraron los franceses -sigue el run-run popular-,

y en una de tantas veces ya lu iban a fusilar.

Page 472: Cancionero durangueño

472

Revoltura de borrachos

en la riña callejera, corrió mole de gabachos sin que nadie falleciera.

Inocente principiante, no se pudo poner vivo,

los zuavos le echan el guante y El Gavilán paga el chivo.

Se les ocurre a los jueces que en aquello hay sedición; los heridos son franceses

reclutas de Napolíón. Jesús, por ese delito

soportó su cautiverio el tiempo que Don Benito la jiricua del Imperio.

Fines del sesenta y uno ¡Viva el Sufragio Efectivo .. ¡

en el momento oportuno Jesús está fugitivo.

¡A darle, que es mole de olla, Jesús de nuevo se arranca, si hay tigres, los apergolla,

y conquista Tierra Blanca!

Apogeo

Galante y dicharachero

presumió con las muchachas. cuando fue banderillero de Rafáil Rojas Carcachas.

Pronto dejó el redondel y los humos de Don Juan

para cumplir su papel. de purito Gavilán.

No era tampoco remiso en la cuestión de mujeres,

Page 473: Cancionero durangueño

473

nomás que sin compromiso y cambiando de quereres.

Ninguna podía lograr inspirarle una pasión;

su pasión fue batallar. con razón y sin razón.

En la chinche lo zambullen -un decir, a cada rato-, los agente li atribuyen:

lesiones u asesinato. Jefe en todas las barriadas,

el mejor en la pelea. ¡Jijo de diez mil tostadas el mula que no lo crea!

Carnitas

Imposible parecía

sujetar al valentón, pos la ley no permitía pudrirlo en una prisión.

De camitas lo metieron al batallón del Estado,

y allí se desatendieron de que estaba invalidado.

Fruto anónimo del vicio, sin moral ni educación, a los doce, fue al Hospicio, después, a la Corrección.

Entre fugas y encerrona, su adolescencia vivía:

se lo tragó la chirona al cumplir la mayoría.

Le sienta bien el oficio, tiene ganas de ascender. y se retira del vicio,

de jugar y de beber.

Page 474: Cancionero durangueño

474

Si se permite algún trago y unas manitas de albur,

ya no es un malora briago ni empedernido tahúr.

Se pasó meses y meses dándole duro al servicio, se pasiaba pocas veces

y regresaba en su juicio. Lo pusieron de patitas

a las puertas del cuartel, y salió de los carnitas maldiciendo al Coronel.

De allí lo llevan a Lerdo, y le dice el Oficial:

-Lo destierran por acuerdo del Inspector General-.

Destierro

Cienfuegos, en la Laguna, languidece de calor;

buscando fresco y fortuna, se pela p'al interior.

Tuvo altas. Probó miserias, montó trenes y caballos, fue palero de las ferias

y amarrador en los gallos. No hace cosa de provecho, por pensar en su cantón,

y en la jaula de su pecho no le cabe el corazón,

Como enfermo se consume. sin tener enfermedad, y la carne se le entume,

y también la voluntad. Peleas, música, chupada,

muchachonas, naipes, gis, no le sirven para nada,

Page 475: Cancionero durangueño

475

no le quitan lo infeliz

Está desganado y triste. y su carácter de fierro se destempla y no resiste

las herrumbres del destierro. Se marchita, se agorzoma,

no puede con el fastidio, y le está haciendo carcoma la tentación del suicidio.

Modelo de machedumbre, ya se lo llevó la trampa

no conserva ni el vislumbre de su varonil estampa.

Suele sentir una garra que'l corazón le atormenta, y tanto se lo desgarra

que's ya una garra sangrienta. Vuélvete a tu tierra, grulla,

no hay suelo como tu suelo; esta tierra no es la luya y aquí no levantas vuelo,

De no volver a su tierra se morirá de tiricia,

y en su cerebro se aferra luchar contra l'injusticía.

Y sin que nada l´importe, y fiel a su inclinación, se dirige rumbo al norte, camino de su región.

Después de muchos trasiegos, se le colma su placer."

y aquí está Jesús Cienfuegos, pa'l que no lo quera ver.

Al distinguir su ciudad, nu alcanza respiración, también la felicidad

li hace daño al corazón ..

Page 476: Cancionero durangueño

476

Reconquista

Otra vez de ceca en meca,

y el camino a comenzar; cuando la dicha se seca hay que hacerla retoñar.

Y ganó a fuerza de puños, y de trucha y de puñal,

con guantones y rasguños el respeto general.

No fue la lucha pesada, se debe decir lo cierto, y en toda la temporada

no se contó ningún muerto. Comprende por experiencia,

y el instinto se lu anuncia. que en caso de una pendencia no faltará la denuncia.

Ya una vez lo traicionaron. y aunque él recibió l' ofensa,

mintieron y le estropearon la legitima defensa.

“Juilones”, grita un fuereño, todos los de este catarro .. y el mochiller durangueño

lo quemó a boca de jarro. Jesús, como antiguamente, goza de reputación,

y en el sitio prominente lo repone l'opinión.

No es que por iscle se raje. se chafa por desconfiado, Cienfuegos no es ningún guaje

para dar diatiro dado. Ya tiene el colmillo duro

y por algo peina canas; si lo ven en un apuro

Page 477: Cancionero durangueño

477

le quitan hasta las ganas.

De nuevo si halló mal visto, con disgusto lo tragaban, por más que le daban pisto

y a las juergas lo invitaban.

Amor

En tan triste situación, de viejo, ya decadente. le reclama el corazón

una deuda muy urgente. Saliendo de la cantina,

asquiado de la canalla, topó con una catrina, . y por poco se desmaya.

Desde entonces I'esperó a l‟ora de oscurecer;

una vieja l'informó de cuanto quiso saber.

Reputación excelente, de su trabajo vivía, sola, con una pariente,

que pasaba por su tía. Al terminar d'informarle

Jesús habló convencido: "Con licencia de Dios Padre. yo he de ser el preferido".

No era gala ni era rota, era luz, La Cigarrera, obrera de La Gaviota,

ni enredista ni amiguera. Y El Gavilán, transformado

por un prodigio de amor, en tallercito privado trabaja de tallador.

Con hambre de ser amado,

Page 478: Cancionero durangueño

478

El Gavilán se arrepiente,

reniega de su pasado:

ya ni malva ni aguardiente. Se merca un jarano azul

que cambia por el güichol, pantalón de cachirul y zapatos de charol.

Dos años y no se nota ni un poquito de esperanza,

pero crece la pelota, y rebota y no se cansa.

"Alcanza quien persevera”, ya conoces el refrán; ninguna polla matrera se escapa del Gavilán.

Reborujo

Venadero que porfía. consigue cazar venado,

y el amor, cuando confía, es por fin recompensado.

Vinieron las condiciones: para llegar a figura. publicar las relaciones,

y en seguida, juez y cura. Trata sólo con la gente

que ni sospecha su historia, y, contento del presente, vive, con Luz, en la gloria.

Es manantial de dulzura, la vida para Jesús,

un delirio de ventura y borrachera de Luz ..

La mujer era su Dios, porque su vientre nutría, a la carne de los dos

que a los dos pertenecía.

Page 479: Cancionero durangueño

479

Luz, enferma, cayó en cama,

Jesús, trémulo de espanto, siguió tan terrible drama que acabó en el camposanto.

Sintió su alma reventar cuando contempló morir

al ser próximo a brotar, y al sediento de vivir.

Con tan bárbara derrota, la mente se le nubló; estuvo como un idiota,

por eso no se mató. Si su destino infernal

lo empuja por mal camino, vuelve al camino del mal. forzado por su destino.

Medio turbia la conciencia, sin amor, sin rey ni roque;

se lanza en una existencia que es un completo disloque.

Ruina

Otra vez la burra al trigo y otra vez a las andadas;

casi no queda un amigo de las épocas pasadas. Se le ve tan agüitado,

tan sucio, tan irrisorio, que dondequiera es llamado piltrafiento vejestorio.

No se da cuenta. Jesús… ausente l'alma y absorta:

rumia el recuerdo de Luz. lo demás poco l‟importa.

Como sonámbulo vaga. o divaga en la cantina,

Page 480: Cancionero durangueño

480

si alguno paga, se embriaga, y duerme en cualquier esquina.

No falta quien asegura que El Gavilán se murió,

y que éste, por chifladura, el sobrenombre tomó,

En contadas ocasiones, El Gavilán se despierta,

desembucha maldiciones,

con intención de reyerta. Los paisanos y la tropa,

teniéndolo por demente. lo atarantan con la copa y le llevan la corriente.

Es bastante divertido, trompetón y a medios-chiles.

discurre con buen sentido. y cuenta historias a miles. Y El Gavilán se imagina

contando su propio cuento que sobre su propia ruina

levanta su monumento. Bebe mucho y habla poco,

ya se duda de su ley, todos dicen que está loco por la yerba y el maguey,

Provocación

Una noche, ya muy noche, cansados de haber bebido,

y de andar de troche en moche, sin objeto definido.

Para concluir la parranda. se les ocurrió chupar: eran seis los de la banda,

y entraron en un solar.

Page 481: Cancionero durangueño

481

Entonces un chamagoso de los de la guardia vieja,

se quiso hacer el chistoso, viéndole a Jesús l'oreja.

Se soltó como aguacero, sin que mediara cuestión: "Oguiche, lomo de cuero.

pegoste, chivo. gorrón .. " “Es inútil que presumas,

te conozco en el pellejo, gavilancito sin plumas, ya te volviste conejo.

“Aquí ninguno te traga, ni el más coyón te respeta,

nos reímos de tu daga. de tu mojosa chaveta”.

Pareció muy singular que Jesús, callado y quieto, soportara, sin chistar,

ese discurso completo. Pero luego, paso a paso,

hasta l'otro se acercó; para no perder el caso, la pandilla los rodió ..

Ya están los dos cara a cara y con los fierros desnudos;

el borlo que se prepara es de los más pistonudos. Todos por corazonada,

por fatal presentimiento, tienen la boca cerrada y contenido el aliento.

Disputa

Y Cienfuegos, con voz clara,

pa‟ las copas que tenía, al contrario le dispara

Page 482: Cancionero durangueño

482

esta suave letanía:

"Tus palabras insolentes necesito contestar; luego me pelas los dientes,

y después, a liquidar”.. “Yo no te dije ni pío,

no interrumpí tu sermón; ora te aguantas el mío, pa igualar mi educación”.

Cienfuegos, El Gavilán,

no deja de ser tu padre,

encomiéndate a Satán o al santo que más te cuadre.

Porque se m'hinchan los güesos, me hago el pato y el zorrillo, pa escoger de todos esos

al de más valor y brillo. Si tolero a los bisoños,

aunque me sobran tamaños, a ti te quito los moños y te esculco los redaños,.,

Porque son esos valientes retoños de mi valor..

Pos no tuve descendientes de mi sangre y de mi amor.

En los nuevos he mirado los hijos de mis bravuras y nu he de ser el tiznado que devore a mis criaturas.

Hoy mueres, y no de risa, tú pagas por todos juntos,

que te digan una misa, y una oración de dijuntos".

El otro alternar pretende, dice, con voz insegura, algo que nadie le entiende. y El Gavilán se sulfura:

Page 483: Cancionero durangueño

483

"¡Viejo jijo del tasajo, descuajo a tu propia madre:

si a los pollos me les rajo es que también soy tu padre!".

Se asustan los valedores, y toditos intervienen, a ver si los reñidores

en un arreglo convienen. "¡Que se declare mi puerco,

pa'poderlo perdonar, y que no se ponga terco, pos lo voy a jinetear ... ¡"

Dice el contrario: "Me río, poco hace el que se las echa,

pa puerco, tú eres el mío; echador, no te alzo mecha.

Soy hombre y no me cuarteo, sé de truchas y de balas; la alas te las apeo,

a mí no me achicopalas". Se colocan frente a frente,

como a tres o cuatro varas, dan pasitos, de repente, semblantiándose las caras.

Cienfuegos. así contesta: "Antes de pegar el brinco,

si mi voz no te molesta, te diré cuántas son cinco. Es l'una de la mañana,

y no llegas a las dos, en el barrio de Santa Ana le das al mundo tu adiós".

Y El Gavilán, muy violento,

se adelanta con un salto;

simplemente es un intento, simulación del asalto.

El otro, que es sorprendido por la mañosa cabriola,

Page 484: Cancionero durangueño

484

se frunce, suelta un quejido, y ya no da pie con bola.

"Águila, pues, matasiete, retírate de la rueda,

tú te pelas de casquete; yo me pelo como pueda"

Ante los testigos mudos se arremeten los rivales: los jorongos por escudos,

y por armas, los puñales.

Desenlace

Y Cienfuegos se avalanza y, como era natural, en los dentros de una panza

quedó atorado un puñal. El otro se tambalea,

se dobla muy despacito.. y que la sangre chorrea lo denuncia el gorgorio.

Ni aspavientos ni reproches, El Gavilán se peló,

sin decir las buenas noches, pensando que lo mató,

Para salir de la duda se arrimaron los demás, también para darle ayuda, si estaba herido nomás.

Los ojos blancos y abiertos, la boca ya sin respiro,

asigún los más expertos, era cadáver. diatiro.

Tuvo escasa consecuencia tan desagradable asunto. la prencipal diligencia

fue sepultar al difunto.

Page 485: Cancionero durangueño

485

Después

Vinieron transformaciones,

s'iluminó la ciudad. y en calles y callejones llegó la eletrecidad

Ya entrado el siglo presente. dijo un órgano local

que el cuerpo de un insolente se hallaba en el hospital.

Que era el cadáver de un hombre perverso, matón y beodo, Jesús Cienfuegos por nombre El Gavilán, por apodo.

Los años se han escurrido,

apenas vienen, se van, y aquí se acaba el corrido del famoso Gavilán,

Escrito en París por el doctor Francisco Castillo Nájera. Fechado en marzo de

1934. Musicado por Concha Michel,

en abril de 1946.

Page 486: Cancionero durangueño

486

Francisco Castillo Nájera

Page 487: Cancionero durangueño

487

En acuciosas investigaciones, realizadas en los años de1945 y 1946, el folklorista

Vicente T. Mendoza, estableció que la conocida canción Paloma de San Juan del

Río, también conocida como Paloma ¿de dónde vienes? o San Juan del Río o

Bonito San Juan del Río, es durangueña. De acuerdo con el testimonio del propio

Mendoza: “El origen del canto (apenas reconocible) es el estado de Durango, en

México, donde existe la población de San Juan del Río”. 186 Efectivamente, como

es del conocimiento general en el estado, San Juan del Río, es el nombre de una

población y un municipio que se localiza en la parte central de la entidad.

Paloma ¿de dónde vienes? 187

Anónimo

Paloma ¿de dónde vienes?

Vengo de San Juan del Río, cobíjame con tus alas, que ya me muero de frío.

Si fuera papel, volara, si fuera tinta, escribiera,

quisiera ser estampilla, y en ese sobre me fuera.

Por debajo de la arena, corre el agua y no la vemos, ¿por qué nos quisimos tanto?

Y ahora nos aborrecemos. Paloma, ve con violencia,

y dile a mi amor que aguarde, que sufra y tenga paciencia, que yo volveré más tarde.

Vengo de San Juan del Río, subiendo y bajando lomas,

aquí se acaban cantando, los versos de La Paloma.

186

MENDOZA, VICENTE T. y VIRGINIA R. R. DE MENDOZA. Estudio y clasificación de la música tradicional hispánica de Nuevo México, México, UNAM, 1986, pp. 271 a 272. 187

Chayito Valdez. Versiones originales, disco 3, México, Disco FONOVISA / UNIVISIÓN # 7898, 2008.

Page 488: Cancionero durangueño

488

Bonito San Juan del Río 188

Anónimo

Paloma ¿ de dónde vienes? Vengo de San Juan del Río. Cobíjame con tus alas

que ya me muero de frío. Te abrigaré con mis alas

¡ Pobre pichoncito mío! Mas vámonos luego luego, para mi San Juan del Río.

Palomita, con violencia, dile a mi amor que me aguarde,

que sufra y tenga paciencia, que he de volver, aunque tarde.

Si fuera tinta corriera, si fuera papel volara, si fuera estampilla de oro,

en ese sobre me fuera, Los higos y los duraznos,

en el árbol se maduran y los ojitos que quieren, desde lejos se saludan.

En Guaymas tengo una rosa, en Hermosillo un clavel,

y en la Estación de Rosario tengo todo mi querer.

Cuando naranjas, naranjas, cuando limones. limones; Chatita, cuando te bañas,

muy tres piedras que te pones. ¡Bonito San Juan del Río!

¿Por que eres tan engreidor? Será por tanta muchacha

188

Versión literaria que existe en la: Sección de Música, Archivo de Belfas Artes. Procede de Durango. Melodía, comunicada por la Señora María Morones, en: MENDOZA, VICENTE T. El romance español y el corrido mexicano. Estudio comparativo, México, UNAM, 1939, pp. 471 a 472.

Page 489: Cancionero durangueño

489

que tienes al rededor.

Cuando pases por el puente, no bebas agua del río, ni dejes amor pendiente

como tú dejaste el mío. Cuando pases por el rió

no bebas agua en botella, ni dejes amor pendiente, como tú dejaste el de ella,

Page 490: Cancionero durangueño

490

El sábado 23 de septiembre de 1955, procedentes del poblado Dinamita, dos

camiones que cargados con más de 15 toneladas de explosivos, se estacionaron

en el pequeño poblado de Guayuleras, municipio de Gómez Palacio, uno de los

camiones se ubicó cercano al paso del tren de vapor, movido a base de carbón,

conocido como El Pollero, que viajaba desde Chihuahua.

Posiblemente las chispas de la caldera del tren llegaron a los explosivos del

camión y se provocó una terrible explosión que abrió un cráter donde se

encontraba. El segundo vehículo también estalló y se desintegró, el saldo de terror

y muerte fue de aproximadamente cincuenta personas fallecidas, aunque nunca

se pudo establecer la cantidad exacta de las víctimas fatales y nunca se pudo

determinar la causa real de la tragedia. En Gómez Palacio, Torreón y Lerdo, la

onda expansiva del fenómeno destruyó cristales de conocidos comercios.

La explosión de Guayuleras 189

Francisco Javier Zúñiga

Máquina mil setecientos, la que venía de Chihuahua,

pasaba por La Laguna, con rumbo a la Capital.

La gente se preparaba, para llegar a cenar, y nunca se imaginaba,

lo que les iba a pasar. Entrando a Gómez Palacio,

pasaba por Guayuleras, y los rieles retumbaban, traqueteando iban las ruedas.

Dos camiones que ahí estaban, cargados con dinamita,

la muerte los esperaba, con su guadaña maldita.

189

Revolución. Revista mensual de política y cultura ·# 50, Torreón Coahuila, Editorial Macondo, abril de 1987, contraportada.

Page 491: Cancionero durangueño

491

La trepidencia o las chispas, de rauda locomotora,

hizo iluminar los cielos, como si fuera una aurora.

Todo voló en mil pedazos, las ruedas, cabezas y brazos, y entre fierros retorcidos,

quedaron muertos y heridos. Lerdo, Gómez y Torreón,

se estremecieron de espanto, c0n la terrible explosión, que dejó ahí un camposanto.

Año del cincuenta y cinco, la región se conmovió,

en septiembre veintitrés, a las nueve de la noche, mucha gente allí murió.

Ya con esta me despido, al pie de las nopaleras,

cantando muy compungido, la explosión de Guayuleras.

Page 492: Cancionero durangueño

492

Se considera el día ocho de julio de 1563, como la fecha en que de manera oficial

fue fundada la villa de Durango, por el capitán Francisco de Ibarra, gobernador de

la Nueva Vizcaya y esa fecha ha dado pie a la máxima celebración en la Perla del

Guadiana, en 1963, los festejos fueron mayores, toda vez que se trataba del IV

centenario de la fundación de la capital del estado. Para la ocasión, el famoso

dueto durangueño conformado por el acordeonista y compositor Paulino Vargas y

por el bajosextista Javier Núñez, además de un tololochista interpretaron el corrido

del…

IV Centenario de Durango 190

J. Bautista Núñez

Soy mexicano nacido acá en Durango, donde los hombres son puro corazón,

son hombrecitos no son rajados aman con honra su glorioso pabellón.

Aquí en mi tierra en llanuras y cañadas, se dan los hombres del ocio y el hablar, tierra bendita, tierra de amores

que forman parte de la gran Mesa Central. Vengan foráneos y turistas extranjeros

aquí a mi tierra, hermosa capital, donde hay amigos y son sinceros y con dinero buen ambiente también hay.

Canten gorriones y palomas mensajeras, cuando atraviesan esta linda ciudad,

allá en un lado se encuentra un lago que es conocido por la Presa del Tunal.

Ya me despido de Durango querido, ya me despido de mi tierra natal, Parque Guadiana, Cerro Mercado,

al centro tiene su preciosa Catedral.

190

Los Broncos de Reynosa, México, Disco LP, ECO # 25380, 1975.

Page 493: Cancionero durangueño

493

Cumplió Durango su IV Centenario,

sus lindas fiestas jamás olvidaré, soy mexicano, soy de Durango, por mi bandera donde quiera moriré.

Portada del disco en el que se incluye el corrido del IV Centenario de

Durango

Page 494: Cancionero durangueño

494

Desde los inicios del siglo XX, las propiedades y concesiones mineras del Cerro

de Mercado, yacimiento de fierro, aledaño a la ciudad de Durango, fueron

adquiridas y explotadas por la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de

Monterrey, Sociedad Anónima, FUMOSA, ubicada en la ciudad de Monterrey,

Nuevo León.

Aprovechando el transporte del Ferrocarril Internacional Mexicano, la compañía en

cuestión explotó ininterrumpidamente el yacimiento hasta que, en la ciudad de

Durango se gestó un movimiento estudiantil promovido, en apariencia, por

alumnos del Instituto Tecnológico de Durango, ITD, y de la Universidad Juárez del

Estado de Durango, UJED, entre otras instituciones educativas de la Perla del

Guadiana.

La bandera aparente de los estudiantes movilizados, en 1966, era por la

industrialización y la promoción de la explotación de los recursos naturales y

minerales del estado en el propio territorio de la entidad. El movimiento se inició de

hecho, el 6 de junio de 1966, cuando los contingentes de alumnos ocuparon el

Cerro de Mercado, con la finalidad de evitar la extracción y traslado del mineral a

FUMOSA. La espectacular acción estudiantil contó con el apoyo de la población

civil y el movimiento se generalizó en la ciudad, e impacto a diversos municipios

de la entidad, desequilibrando la legitimidad del gobernador del estado Enrique

Dupré Ceniceros.

La instalación de una planta siderúrgica y la industrialización de Durango eran las

principales demandas en los escritos y manifiestos del movimiento. Sin embargo,

la viabilidad técnica de la instalación de una siderúrgica en la ciudad de Durango

era poco posible, toda vez que para fundir el óxido de hierro, mineral que se extrae

del Cerro Mercado, dependiendo de la calidad del mineral, se requieren

aproximadamente dos tantos de hulla o carbón mineral por cada tanto de óxido de

hierro, esa fue la razón por la cual FUMOSA había decidido instalar la siderúrgica

en Monterrey, cerca de la región carbonífera del estado de Coahuila abatiendo los

costos de producción.

Page 495: Cancionero durangueño

495

El movimiento estudiantil del Cerro de Mercado cobró fama en la República y se

prolongó hasta el 27 de julio provocando la desaparición de poderes en el estado y

movilizando diversos intereses de los capitales mineros del país.

Para cubrir sus necesidades de materia prima, FUMOSA decidió iniciar la

explotación de diversos minerales en otros estados de la República, como el de

Peña Colorada, Colima. De esta manera, el movimiento estudiantil tuvo un efecto

contrario al de su principal demanda aparente, al provocar el desmantelamiento de

múltiples puestos de trabajadores mineros.

Manipulado por algunos capitalistas madereros del estado, especialmente por

Gilberto Rosas, quienes intentaban presionar al Gobierno Federal de Gustavo

Díaz Ordaz para que se levantara la veda forestal, el movimiento continuó sin

lograr la industrialización ni la instalación de una siderúrgica en la entidad, que era

la demanda aparente de los movilizados estudiantes. En estudios e

investigaciones posteriores se ha ido aclarando la participación de las diversas

autoridades civiles, militares y religiosas, así como asociaciones empresariales

locales, además de los líderes estudiantiles, durante los cuarenta días que se

prolongó la ocupación física del Cerro de Mercado en 1966.

Mientras los manipulados estudiantes volvían a sus aulas, el Gobierno Federal

levantó la veda forestal y se instalaron diversas empresas forestales

paraestatales, la sierra durangueña volvió a ser talada, el poder ejecutivo estatal,

de manera interina, fue encargado al licenciado Ángel Rodríguez Solórzano.

Después del movimiento estudiantil, entrañable para esa generación de citadinos

durangueños, la peleada industrialización del estado de Durango, se vio

postergada, al tiempo que la emigración de durangueños a los Estados Unidos

continuó dejando solas a las rancherías, los pueblos y las villas. La lírica narrativa

histórica correspondiente al Movimiento Estudiantil Durangueño de 1966, fue muy

abundante y de su conjunto se ha seleccionado el…

Corrido al estudiantado 191

Salvador Castañón

191

GÁMIZ PARRAL, MÁXIMO N., Pueblo mío, s / l, Edición del autor, s / f., pp. 143 a 146.

Page 496: Cancionero durangueño

496

Voy a cantar un corrido,

con mi cariño sincero, a mi querido Durango, y a todo México entero.

Señores, el seis de junio, ya cansados de sufrir,

quitan el Cerro Mercado, pensando en el porvenir.

Pensando en el porvenir, todito el pueblo se unió, reclamándole al Gobierno,

lo que antes le prometió. “Estamos pidiendo justicia”,

les grita Durango entero, señores en este mundo, la justicia es Don Dinero.

Toditos los durangueños, todos se encuentran contentos,

en donde quiera que se hallan, apoyan al movimiento.

Porque son bueno patriotas, no lo podemos negar, son puritos durangueños,

que no se saben rajar. Durango está orgulloso,

toditos les brindan su apoyo, tener hijos tan gallos siendo todavía unos pollos.

Siendo todavía unos pollos, pero tienen que crecer, pues ya se sienten muy gallos,

y se saben defender. Toditos los gobernantes,

a Durango han ofrecido, una grande fundición, pero ninguno ha cumplido.

Con purititas promesas,

Page 497: Cancionero durangueño

497

Durango se ha mantenido, por sus malos gobernantes,

Durango siempre ha sufrido. Pobrecitos durangueños,

qué triste la están pasando, todavía existen gachupines, que los están explotando.

Una compañía española, apoyada por la ley,

llevaba nuestros metales, a fundir a Monterrey.

En estos últimos años, hoy dura la están pasando, porque nos quieren cambiar,

nuestro Cerro de Mercado. Con unos cuantos obreros,

y maquinaria pesada, devoraban nuestro cerro, ni los huesos le tronaban.

Los señores industriales, ya se están entristeciendo,

ya no llevarán metal, a ver quién sale perdiendo.

De aquí ya no llevan nada, ya no sopearán la gorda, ni harán tacos en torta,

pues al señor presidente, le hicimos la petición, que se acuerde de las leyes.

Pedimos cancelación, de nuestro Cerro Mercado, a esa compañía española,

que mucho nos ha explotado. Que se compran el Cerro

o aprovechan la ocasión, el Cerro está mal vendido, son bienes de la Nación

y una Patria no se vende.

Page 498: Cancionero durangueño

498

en todo México entero, apenas se puede creer,

tenemos tanta riqueza, no tengamos qué comer.

No tengamos qué comer, toditos mis hermanos, pues la gorda que tenemos,

nos la quitan de la mano. Ese señor Carlos Prieto,

ese señor Maldonado, los millones que presumen, son del Cerro de Mercado.

El cerro te dio millones, pa‟ que compraras la prensa,

defiende tus intereses, lo que te falta es vergüenza.

En mil novecientos veinte, se los estamos contando, se llevaron nuestros metales,

nomás estamos mirando. Señores capitalistas,

hay que respetar lo ajeno, ya se enojó el alacrán, ahora lo tienen en el seno.

¡Ah! Qué gusto les va a dar, el alacrán enojado,

no los dejó arrimarse, al Cerrito Mercado. Adiós señor Carlos Prieto,

ahora sí me da pena, ya Durango despertó, ya ha roto la cadena.

Adiós Cerro de Mercado, adiós Durango querido,

en donde quiera que esté, nunca te echo al olvido.

Page 499: Cancionero durangueño

499

Cartón de prensa sobre el Movimiento Estudiantil de 1966

Page 500: Cancionero durangueño

500

Se desconoce la data y el autor de la y tradicional canción durangueña de El

pájaro y el chanate. Cantada a capella tiene ciertas similitudes con lo sonidos

musicales de las canciones cardenches. Sin embargo, como se canta de manera

individual y no en conjunto, además de que las coplas de la canción se refieren al

entorno de la ciudad de Durango y no a la Región Lagunera, algunos

investigadores niegan que El pájaro y el chanate sea una canción cardenche.

En 1966 se estrenó la exitosa película Los caifanes, dirigida por Juan Ibáñez. En

la que, como parte de la banda sonora, se escucha la voz el cantante Óscar

Chávez interpretando El pájaro y el chanate, como fondo de una extraña y bien

lograda escena que se desarrolla en el interior de una funeraria. La película y el

cantante popularizaron la canción, que forma parte del mejor repertorio de la

música durangueña.

El pájaro y el chanate 192

Anónimo

El pájaro y el chanate,

jugaron una partida, el pájaro y el chanate, jugaron una partida.

El pájaro está en Durango, el chanate en la otra vida,

el pájaro está en Durango, el chanate en la otra vida.

Zopilote dile a el aura, que ponga al que le de alerta, Zopilote dile a el aura,

que ponga al que le de alerta. Que arriba del ojo de agua

hay una vaquilla muerta, que arriba del ojo de agua hay una vaquilla muerta.

192

Óscar Chávez en Bellas Artes en vivo, Vol. I, México, Disco CD, Polydor / Polygram CDNPM 1482, MCRN 1482, s / f..

Page 501: Cancionero durangueño

501

Cuando vayas a Durango,

le dirás a la patrulla, cuando vayas a Durango, le dirás a la patrulla.

Que aquí no hay flores de venta, cada quien corta las suya,

que aquí no hay flores de venta, cada quien corta las suyas.

Fotograma de la película Los Caifanes en la que Óscar Chávez interpretó El

pájaro y el chanate

Page 502: Cancionero durangueño

502

En el año de 1967, un gran elenco de artistas de fama internacional rodaba en

escenarios durangueños la cinta Los cañones de San Sebastián. Como parte del

reparto se encontraba el actor y compositor sinaloense José Ángel Espinosa,

mejor conocido como Ferrusquilla. En la ocasión, el artista compuso una de

sentida canción a la ciudad de Durango. La monja se esconde, que hace

referencia a la tradicional leyenda durangueña de La monja de Catedral

La monja se esconde 193

José Ángel Espinosa Ferrusquilla

Es un orgullo viajar por esta región pues tengo presente

que aquí en Durango nació el hombre que fue primer Presidente;

y algunos años después San Juan vio nacer a Francisco Villa,

ese caudillo que fue capaz de llegar también a la silla.

Niños que sin descansar pregonan La Voz. y El Sol de Durango,

cuando la hermosa ciudad después de soñar esta despertando,

mientras en la Catedral se escuchan sonar campanas de bronce

y ante el reflejo solar, como una ilusión la monja se esconde.

Niños que sin descansar pregonan La Voz. y El Sol de Durango,

cuando la hermosa ciudad después de soñar esta despertando,

193

Pedro Rocha y Sida. Su piano y sus popurrís, s / l, Disco CD Trac Record s / n, s / f.

Page 503: Cancionero durangueño

503

mientras en la Catedral se escuchan sonar

campanas de bronce y ante el reflejo solar, como una ilusión

la monja se esconde.

José Ángel Espinosa Ferrusquilla, compositor de La monja se esconde

Page 504: Cancionero durangueño

504

A partir del 10 de septiembre de 1968, las aguas del ciclón Naomi comenzaron a

anegar los territorios de los estados de Jalisco, Sinaloa, sonora, chihuahua,

colima, Nayarit, Durango y Coahuila.

El torrente que bajó de la Sierra Madre Occidental de Durango, tomó su cauce

natural del lecho del Río Nazas, que es controlado por la Presa Lázaro Cárdenas,

también conocida como Presa del Palmito. En tres días de lluvia constante, la

creciente del Nazas rebasó el embalse de la Presa Lázaro Cárdenas e inundó la

Región Lagunera, mientras que el Río Aguanaval, en el este de la entidad, hacía

otro tanto.

Las incontroladas aguas del Nazas y del Aguanaval, anegaron los poblados

laguneros así como la zona urbana de: Torreón, Coahuila y Gómez Palacio y

Ciudad Lerdo, Durango, mientras que la población de San Pedro de las Colonias,

Coahuila tuvo que ser desalojada. Los esfuerzos de civiles y militares de la zona

urbana lagunera se centraron en la protección de los puntos estratégicos de la

región, como la Central Termoeléctrica de Gómez Palacio.

Para el día 18 de septiembre, la situación comenzó a normalizarse, aunque la

prensa nacional, acaparada por el Movimiento estudiantil de 1968 y por la

entonces próxima inauguración de los XIX Juegos Olímpicos, restó importancia a

la inundación de La Laguna.

La creciente del Nazas 194

Blas Jurado Galindo, de Rodeo Durango.

Por la sierra de Durango, el ciclón Naomi azotó,

como el año diecisiete, presente lo tengo yo.

Tres días de lluvia, señores, ya no hallábamos qué hacer, algunas habitaciones,

se empezaron a caer.

194

GOLDBLAT CARRANCO, JORGE. Señores, tengan presente. Primer concurso nacional de corrido, México, Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, 1987, p.85.

Page 505: Cancionero durangueño

505

Al vertedor de la presa,

le aumentaron un retén, pero el peso de las aguas, no lo pudo sostener.

Último día de lluvia, le avisaron al teniente,

que esa anoche no durmiera, que estuviera muy pendiente.

Por el cañón de Labores, iba corriendo el rumor, los campesinos alertas,

y algo de preocupación. El catorce de septiembre,

cuál sería su sorpresa al ver la inmensidad de agua, que se fugó del presón.

El pueblito de rodeo, pasó por dura lección,.

Primero y antes que Nazas, Lerdo, Gómez y Torreón.

Las tres ciudades hermanas, no querían tiempo perder, con costalitos de arena,

el río querían detener. El Nazas se desbordó,

inundando la región, mientras los grandes señores, lo observaban por avión.

Año del sesenta y ocho, se anunciaba la Olimpiada, pero del dicho huracán,

la gente no sabía nada.

Page 506: Cancionero durangueño

506

Una imagen de la inundación que provocó la creciente del Nazas en 1968

Page 507: Cancionero durangueño

507

En los años setentas del siglo XX, el abogado César Guillermo Meraz, militante del

Partido Revolucionario Institucional, PRI, se destacó como líder y asesor en los

múltiples litigios por la dotación y posesión de tierras de diversos ejidos del estado

de Durango, sobre todo en los de la Región de Los Llanos y en la Sierra Madre

Occidental. El éxito de las gestiones de Meraz, propició que algunos grupos de la

burguesía terrateniente durangueña hicieron públicos sus temores, ante la

posibilidad de afectación de sus intereses, en el reparto agrario de los latifundios a

los campesinos.

En este contexto, en condiciones nunca aclaradas, el 25 de marzo de 1975, el

licenciado Meraz fue asesinado en un lugar de la carretera de El Salto, Pueblo

Nuevo a la ciudad de Durango. El asesinato del líder agrarista provocó una gran

cantidad de manifestaciones campesinas de duelo y protesta en la ciudad de

Durango, así como un complicado y escandaloso juicio en el que, dado que nunca

se llegó al “fondo del asunto”, ganó la impunidad. Sin embargo, en ese momento,

la muerte de Meraz, no disminuyó la movilización agrarista regional.

Sobre el asesinato de César Guillermo Meraz, los campesinos compositores y

cantantes sacaron al público algunos corridos que recuerdan la memoria del

abogado.

Corrido de César Guillermo Meraz 195

Anónimo

Año del setenta y cinco, el veinticinco de marzo, a un gran líder campesino,

los de la mafia han matado. César Guillermo Meraz,

siempre fue un líder valiente, por defender a los pobres, desafió a los influyentes.

Cerca de El Salto, Durango,

195

Comunicado en la ciudad de Durango por la señora Albertina Barbosa viuda de Meraz, recogido por Hermelinda Hernández Terrazas, en 1986.

Page 508: Cancionero durangueño

508

le ponen una emboscada, sabían que allí pasaría,

cerca de la madrugada, y de crimen tan cobarde, la Judicial se encargaba.

Lo mataron a traición, con una bala asesina,

porque les venía muy grande, en la Central Campesina.

Fue un líder limpio y capaz, en la sangre lo traía, como su padre vivió.

sabía que así moriría. Campesinos de la sierra,

campesinos de Los Llanos, ¡Que viva César Meraz y que mueran los villanos!

¡Sigamos en pie de lucha por el pueblo de Durango!.

Monumento a César Guillermo Meraz en la ciudad de Durango

Page 509: Cancionero durangueño

509

Desde la década de los cincuentas del siglo XX, se han compuesto, interpretado y

difundido una gran cantidad de canciones y corridos descriptivos y laudatorios del

terruño. Miguel Ángel Gallardo 196 fue uno de los más exitosos compositores de

corridos panorámicos y destaca su entrañable Durango, Durango, que se incluye

aquí, junto con otras composiciones dedicadas a diversos lugares de la entidad,

como el famoso Corrido a Santiago Papasquiaro.

Corrido de Durango, o Durango, Durango 197

Miguel Ángel Gallardo

Yo soy de la tierra de los alacranes,

yo soy de Durango, palabra de honor, en donde los hombres, son hombres formales, y son sus mujeres puro corazón.

Nací en Tierra Blanca, cerquita de Analco, aprendí de niño, Recuerdo,. a cantar,

Cerro Los Remedios, Cerro de Mercado, sólo estando muerto los podré olvidar.

Durango, Durango, mi tierra querida, callada y tranquila ciudad colonial, yo por defenderte daría hasta mi vida,

y por donde vaya te he de recordar. Aquí en esta tierra sagrada y bendita,

nació Pancho Villa, caudillo inmortal, y entre sus Dorados, cantando Adelita, por todas las calles lo vieron pasar.

Paseo Las Moreras y Las Alamedas, donde con mi prieta iba a platicar,

no puedo olvidarla, como nunca olvido,

196

Miguel Ángel Gallardo nació en el año de 1901, en la Hacienda de Tapona, actualmente la ciudad de Guadalupe Victoria, Dgo.. Compositor, autor del Corrido de Durango, o Durango Durango, Corrido a Santiago Papasquiaro y otros; participó como artista de cine en varias películas, falleció en 1977. El Corrido de Durango, o Durango, Durango es interpretado por diversos cantantes como El Charro Avitia, Lorenzo de Monteclaro y Los Broncos de Reynosa, entre muchos otros. 197

15 éxitos de Francisco “El Charro” Avitia. Versiones originales, México, Disco LP, RCA / Camden, CAMS-1161, 1984. Cantado por Francisco “El Charro” Avitia, con el Mariachi Vargas de Tecalitlán.

Page 510: Cancionero durangueño

510

la Guadalupana de tu Tepeyac.

Durango, Durango, mi tierra querida, callada y tranquila, ciudad colonial, yo por defenderte daría hasta mi vida

y por donde vaya te he de recordar.

Francisco “El Charro Avitia” uno de los intérpretes de El Corrido de Durango

Page 511: Cancionero durangueño

511

El Corrido de Durango 198

Emilio Barney

Háganse a un lado señores, ábranme campo y lugar,

que de Durango, el corrido, aquí les vengo a cantar.

Ese es mi lindo Durango que vive en mi corazón, sus paisajes son divinos

sus mujeres lindas son. El Puente de las Moreras,

el agua deja pasar; el viento en Las Alamedas, también se pone a cantar.

Durango estoy orgulloso, de tu estirpe señorial,

tienes tu patrón San Jorge, de leyenda sin igual.

Por el lado de la sierra, el sol se quiere ocultar, y el Parque Guadiana entonces,

se pone triste a rezar. Para divino Durango,

como Durango no hay dos, para dejarlo bonito, detuvo su paso Dios.

Cuna de genios y artistas, que son tu gloria cabal,

hasta diste un Pancho Villa, que no ha tenido otro igual.

Ricardo Castro y Revueltas, Alvarado y el Chaflán, Ramón Novaro y Dolores

y otros muchos que ah están,

198

Cantares de la Revolución. Hnos. Zaizar, México, Álbum de 3 discos LP, Peerless, AP-152, 1978, Disco 2, Cantado por Los Hermanos Zaizar.

Page 512: Cancionero durangueño

512

Cuatro siglos te acompañan,

policromados de luz, y tienes las bendiciones, de nuestro padre Jesús.

Ya con ésta me despido y aquí les vine a cantar, el Corrido de Durango,

que nunca podré olvidar.

Originario de Cuencamé, Lorenzo de Monteclaro es uno de los más famosos

intérpretes de canciones durangueñas

Page 513: Cancionero durangueño

513

Corrido a Santiago Papasquiaro 199

Miguel Ángel Gallardo

Santiago Papasquiaro, mi tierra tan querida, rincón en donde hay hembras

preciosas de verdad, camino de hombres machos que se juegan la vida

pero en cuestión de amores no admiten un rival.

Me gustan sus mujeres, de tez apiñonado, de cuerpo delgadito

y de regular facción, por una doy la vida que tengo yo prestada

será porque la quiero Con todo el corazón.

Si vieras qué bonito es estar enamorado, si vieras qué bonito

si amar con frenesí, Santiago Papasquiaro, mi suelo idolatrado,

lindo rincón del alma lugar donde nací.

Recuerdo El Tagarete, su arroyo tan nombrado, el río de Santiago,

que tan famoso es, Santiago Papasquiaro, no creas que te he olvidado,

ni a tu linda calzada José Ramón Valdez.

Santiago Papasquiaro, en tus noches de luna, si vieras qué dichoso

las horas me pasé, ese inmortal recuerdo,

199

Los pescadores del río, s / l, Disco PIR, LP-001, s / f. Cantado por Los Pescadores del Río.

Page 514: Cancionero durangueño

514

que llevo de mi cuna, que mientras tenga vida,

jamás te olvidaré. Hermosos los paisajes

de este suelo adorado, el filo de su sierra recorta el cielo azul.

Yo de este lindo pueblo, yo estoy enamorado Santiago Papasquiaro

no hay nada como tú. Santiago Papasquiaro,

ya quiero despedirme, pero eso sí, te juro, que pronto he de volver

Santiago Papasquiaro, yo no quisiera irme, tan sólo porque dejo

mi vida y mi querer. Recuerdo El Tagarete,

su arroyo tan nombrado el río de Santiago, que tan famoso es,

Santiago Papasquiaro no creas que te he olvidado, ni a tu linda calzada

José Ramón Valdez.

Page 515: Cancionero durangueño

515

Voy camino a Tepehuanes 200

Miguel Ángel Gallardo

Voy camino a Tepehuanes, voy saliendo de Durango, ay mi Cerro de Mercado,

qué lejos te vas quedando. ya pasamos de Morcillo y en la presa voy volteando.

Se divisa allá a lo lejos una preciosa arboleda.

es mi escuela consentida la Guadalupe Aguilera, se ven grupos de estudiantes

cruzando la carretera. Manzanales y perones

de mi bello Canatlán, ya pasé Guatímapé y también la soledad,

ya vamos llegando a Patos, que hoy se llama Nuevo Ideal.

¡Ay, qué bonita región! Ala que le estoy cantando, cuánta muchacha bonita,

florecitas de Durango, hay blancas y morenitas y güeritas, sí señor.

de labios coloraditos y muy lindos pa' el amor,

Al pasar por Chinacates, le grité mucho al ganado Nomás al subir la cuesta,

vi Santiago Papasquiaro, la tierra del gran Revueltas y del pinole afamado.

Ya pasamos los Herrera, Hervideros y Corrales,

en Presidios y Carreras, saludamos muy formales.

200

Ibíd.

Page 516: Cancionero durangueño

516

Bueno, amigos, ya llegamos, al nombrado Tepehuanes,

Muy cerquita hay unos pueblos, que contarles me provocan.

Es Purísima uno de ellos; y San José de la Boca, donde encuentran un amigo,

en cada puerta que tocas.

Page 517: Cancionero durangueño

517

Corrido de El Salto 201

Miguel Ángel Gallardo

Qué rebonito es El Salto, con sus pinos hasta el cielo, con su preciosa quebrada

y con sus aserraderos. Por las tardes silenciosas,

cuando el sol se va a ocultar, vienen los trabajadores, entonando este cantar.

En El Salto y Pueblo Nuevo, yo mi vida pasaré,

en el corazón los llevo, nunca los olvidaré.

Por la Colonia Morelos La Victoria y El Recuerdo, por ese Barrio del Muerto,

de mi chata yo me acuerdo. La Colonia Americana

la de Juárez y Obregón, a todas las alteñitas, les dedico esta canción.

Por Juan Manuel y El Zapote, El Jorongo y La Ciudad,

por Lechería y la Campaña, donde yo me iba a pasear.

En la sombra de los pinos, me sentaba a descansar adiós mi Salto querido,

nunca te podré olvidar. En El Salto y Pueblo Nuevo,

yo mi vida pasaré, en el corazón los llevo, nunca los olvidaré.

201

Ibídem.

Page 518: Cancionero durangueño

518

De México hasta Durango 202

Margarito Estrada

De México hasta Durango, en un camión pasajero, se ha ido la joven que amo,

dejándome sin consuelo. Serían las dos de la tarde,

cuando nos dimos la mano, con su mirada en mi pecho, un dardo dejó clavado.

Es muy larga la distancia, de México hasta Durango,

pero si usted no me lleva, yo llegaré caminando.

Habían pasado seis horas, y yo mirando un retrato, al cielo le preguntaba

qué pueblos había pasado. Otras seis horas pasaron

ya casi de madrugada, salí a preguntarle al viento, a ver qué rumbo llevaba.

Es muy larga la distancia, de México hasta Durango,

pero si usted no me lleva, yo llegaré caminando,

Quería que el viento llevara, un pedacito de mi alma, pa' darle la bienvenida,

cuando a Durango llegara. Si pueden ver hacia el norte,

aquel lucero que brilla, Beatriz es ese lucero, dulce ilusión de mi vida.

202

Dueto América. Sus grandes éxitos, México, Disco LP, HARMONY, H.L. # 8984, 1980. Cantado por Dueto América.

Page 519: Cancionero durangueño

519

Es muy larga la distancia, de México hasta Durango,

pero si usted no me lleva, yo llegaré caminando.

Page 520: Cancionero durangueño

520

Entre los años de 1897 a 2004, se filmaron un total de doscientos setenta y ocho

(278) cintas cinematográficas en el estado de Durango. De éstas, treinta (30) son

de la época del cine silente, producidas entre 1897 y 1936. Noventa y ocho (98)

son de formato de ocho, súper ocho y dieciséis milímetros, independientes, así

como filmes documentales científicos, antropológicos y culturales, entre otros.

Con respecto al cine industrial, ciento cincuenta (150) han sido los filmes rodados

en territorio durangueño entre los años de 1954 a 2004.

La década de los setenta del siglo XX, fue el periodo con mayor cantidad de

película industriales, nacionales y extranjeras, rodadas en el territorio estatal. En

total se filmaron cincuenta películas de las cuales veinticinco fueron mexicanas,

diecinueve estadounidenses, una inglesa y cinco coproducciones. La calidad de

los actores, directores, camarógrafos, músicos y técnicos que participaron en las

películas filmadas en Durango, propició que el Gobierno Estatal promoviera a la

entidad como Movieland o La tierra del cine.

Entre 1972 y 1973 se rodó en Durango Billy the Kid, (Pat Garret and Billy the Kid).

En la película se muestra la difícil amistad entre el famoso gatillero Billy the Kid

(Billy el Niño) y el ex forajido Pat Garret, quien, en 1881, ha sido contratado por los

ganaderos de Nuevo México para acabar con los cuatreros del estado, mientras

que Billy the Kid, en el ambiente mexicanoestadounidense, se empecina en seguir

llevando la vida de bandolero, única que conoce, y que no se amolda al inevitable

cambio de los tiempos. Finalmente, cumpliendo con su indeseable pero cómoda,

labor de policía, Pat Garret tiene que dar fin a la vida de Billy y, a su vez, el mismo

Pat, años después, es abatido por quienes le han contratado.

La música y canciones de la película fueron compuestas por el famoso

rockanrolero Bob Dylan, quien además viajó a Durango para hacer el papel de

Alias. Sobresale en el soundtrack la canción Knockin’ on Heaven’s Door,

(Tocando a las Puertas del Cielo). Durante su estancia en la Perla del Guadiana,

Bob Dylan compuso su mundialmente conocida canción Romance in Durango,

grabada en el año de 1975.

Page 521: Cancionero durangueño

521

Romance in Durango tiene su versión al italiano, adaptada por Fabrizio de André

que se llama Avventura a Durango y su versión en portugués, cubierta por

Raimundo Fagner, titulada Romance no Deserto.

Romance in Durango 203

Bob Dylan

Hot chili peppers in the blistering sun Dust on my face and my cape, Me and Magdalena on the run

I think this time we shall escape. Sold my guitar to the baker's son For a few crumbs and a place to hide,

But I can get another one And I'll play for Magdalena as we ride.

No llores, mi querida Dios nos vigila Soon the horse will take us to Durango.

Agarrame, mi vida Soon the desert will be gone Soon you will be dancing the fandango.

Past the Aztec ruins and the ghosts of our people Hoofbeats like castanets on stone.

At night I dream of bells in the village steeple Then I see the bloody face of Ramon.

Was it me that shot him down in the cantina Was it my hand that held the gun? Come, let us fly, my Magdalena

The dogs are barking and what's done is done. No llores, mi querida

Dios nos vigila Soon the horse will take us to Durango. Agarrame, mi vida

Soon the desert will be gone Soon you will be dancing the fandango.

203

Bob Dylan-Desire, Disco CD Columbia CK 33893, DIDP 020243, New York, 1975.

Page 522: Cancionero durangueño

522

At the corrida we'll sit in the shade

And watch the young torero stand alone. We'll drink tequila where our grandfathers stayed When they rode with Villa into Torreon.

Then the padre will recite the prayers of old In the little church this side of town.

I will wear new boots and an earring of gold You'll shine with diamonds in your wedding gown.

The way is long but the end is near Already the fiesta has begun. The face of God will appear

With His serpent eyes of obsidian. No llores, mi querida

Dios nos vigila Soon the horse will take us to Durango. Agarrame, mi vida

Soon the desert will be gone Soon you will be dancing the fandango.

Was that the thunder that I heard? My head is vibrating, I feel a sharp pain Come sit by me, don't say a word

Oh, can it be that I am slain? Quick, Magdalena, take my gun

Look up in the hills, that flash of light. Aim well my little one We may not make it through the night.

No llores, mi querida Dios nos vigila Soon the horse will take us to Durango.

Agarrame, mi vida Soon the desert will be gone Soon you will be dancing the fandango.

Page 523: Cancionero durangueño

523

Romance en Durango

Bob Dylan

Traducción libre de Antonio Avitia

Desde Guatimapé nos vienen persiguiendo, ya estamos hambrientos y cansados,

yo y Magdalena nos andamos fugando, y yo creo que esta vez sí nos pelamos.

Ay… tuve que cambiar mi guitarrita, por unos tacos y un cuarto de posada, pero ahí después me compro otra,

pa‟ cantarle a Magdalena mis canciones. No llores, mí querida,

Dios nos vigila, pronto llegaremos a Durango, agárrame, mi vida,

el desierto acabará, y al rato bailaremos en el fandango.

En pesadillas me aparecen los espantos, alucinantes como el peyote, después me aturden las campanas de la iglesia,

y veo la cara ensangrentada de Ramón. Fui yo el que le disparó en la cantina,

y con mi dedo le jalé al gatillo, ándale, vámonos, mi Magdalena, lo que pasó, pasó… y ya ni modo.

No llores, mí querida, Dios nos vigila,

pronto llegaremos a Durango, agárrame, mi vida, el desierto acabará,

y al rato bailaremos en el fandango. Ya sueño el día en que vayamos a los toros,

oreja y rabo le darán al matador, vas a ver a mi abuelo, tomando sus sotoles, platicando otra vez de cuando Villa entró a Torreón.

Page 524: Cancionero durangueño

524

Y en la ermita del pueblo, la que está en el cerro,

el padre nos dará la bendición, yo voy con mi arracada y con mis botas nuevas, tú, vestida de blanco, pa‟ que les dé envidia.

La distancia es larga, pero ya mero llegamos, todo está listo y la fiesta comienza,

el Espíritu Santo nos protege, con sus ojos de serpiente de obsidiana.

No llores, mí querida, Dios nos vigila, pronto llegaremos a Durango,

agárrame, mi vida, el desierto acabará, y al rato bailaremos en el fandango.

¿¡Qué es ese trueno, que rezumba!? ¡La cabeza me duele y me da muchas vueltas!

¡Ven, siéntate, no digas nada! ¡Ay… no puede ser… ya me pegaron!

¡Hey, Magdalena, toma la fusca! tira allá hacia el cerro, donde relumbra, y apunta bien, mi chaparrita,

yo creo que yo ya no la voy a hacer… No llores, mí querida,

Dios nos vigila, pronto llegaremos a Durango, agárrame, mi vida,

el desierto acabará, y al rato bailaremos en el fandango.

Page 525: Cancionero durangueño

525

Avventura a Durango 204

Bob Dylan Traducción al italiano

Fabrizio De André

Peperoncini rossi nel sole cocente polvere sul viso e sul cappello io e Maddalena all'occidente

abbiamo aperto i nostri occhi oltre il cancello

Ho dato la chitarra al figlio del fornaio per una pizza ed un fucile la ricomprerò lungo il sentiero

e suonerò per Maddalena all'imbrunire.

Nun chiagne Maddalena Dio ci guarderà e presto arriveremo a Durango stringimi Maddalena 'sto deserto finirà

tu potrai ballare o fandango

Dopo i templi aztechi e le rovine le prime stelle sul Rio Grande di notte sogno il campanile

e il collo di Ramon pieno di sangue

Sono stato proprio io all'osteria a premere le dita sul grilletto

vieni mia Maddalena voliamo via il cane abbaia quel che è fatto è fatto

Nun chiagne Maddalena Dio ci guarderà e presto arriveremo a Durango

stringimi Maddalena 'sto deserto finirà tu potrai ballare o fandango

Alla corrida con tequila ghiacciata vedremo il toreador toccare il cielo

all'ombra della tribuna antica dove villa applaudiva il rodeo

Il frate pregherà per il perdono

ci accoglierà nella missione avrò stivali nuovi un orecchino d'oro e sotto il livello tu farai la comunione

204

Fabrizio de André in concerto. Arrangiamenti PFM Registrato dal vivo a Firenze e Bologna 13-14-15-16/1/1979, Vol. 2, Italia, Disco CD Ricordi CDOR 8431, 1980.

Page 526: Cancionero durangueño

526

La strada è lunga ma ne vedo la fine arriveremo per il ballo

e Dio ci apparirà sulle colline coi suoi occhi smeraldi di ramarro

Nun chiagne Maddalena Dio ci guarderà e presto arriveremo a Durango

stringimi Maddalena 'sto deserto finirà tu potrai ballare o fandango

Che cosa è il colpo che ho sentito ho nella schiena un dolore caldo

siediti qui trattieni il fiato forse non sono stato troppo scaltro

Svelta Maddalena prendi il mio fucile

guarda dove è partito il lampo miralo bene cercare di colpire potremmo non vedere più Durango

Nun chiagne Maddalena Dio ci guarderà

e presto arriveremo a Durango stringimi Maddalena 'sto deserto finirà tu potrai ballare o fandango

Page 527: Cancionero durangueño

527

Romance no deserto 205

Bob Dylan

Traducción al portugués

Raimundo Fagner

Eu tenho a boca que arde como o sol o rosto e a cabeça quente com Madalena vou-me embora

agora ninguém vai pegar a gente. Dei minha viola um pedaço de pão

um esconderijo e uma aguardente mas um dia eu arranjo outra viola e na viagem vou cantar pra Madalena.

Não chore não querida esse deserto finda tudo aconteceu e eu nem me lembro

me abraça minha vida me leva em teu cavalo e logo no paraíso chegaremos.

Vejo cidades fantasmas e ruínas á noite escuto o seu lamento são pesadelos e aves de rapina

no sol vermelho do meu pensamento. Será que eu dei um tiro no cara da cantina

será que eu mesmo acertei seu peito vem vamos voando minha Madalena o que passou passou não tem mais jeito

Naquela sombra vou armar a minha rede e olhar os solitários viajantes

beber cantar e matar a minha sede lá longe onde tudo é verdejante.

Não chore não querida esse deserto finda tudo aconteceu e eu nem me lembro me abraça minha vida me leva em teu cavalo

e logo no paraíso chegaremos. O padre vai rezar uma prece tão antiga

domingo na capela da fazenda

205

Focus. O esencial de Fagner, Sao Paulo, Brasil, Disco CD, BMG / RCA Víctor. # 7432170406-2, cantado por Mauricio Fagner, 1999.

Page 528: Cancionero durangueño

528

brinco de ouro e botas coloridas nós dois aprisionados nessa lenda.

Ouço um trovão e penso que é um tiro a noite escura me condena não sei se vivo morro ou deliro

depressa pega a arma Madalena Tem uma luz por trás daquela serra

mira mas não erra minha pequena a noite é longa e é tanta terra poderemos estar mortos noutra cena.

Não chore não querida esse deserto finda tudo aconteceu e eu nem me lembro

me abraça minha vida me leva em teu cavalo e logo no paraíso chegaremos.

Portada del soundtrack de la película Pat Garret & Billy the Kid, 1972

Page 529: Cancionero durangueño

529

Bob Dylan en Durango, caracterizado para el papel de Alias, en la filmación

de la película Pat Garret and Billy the Kid

Page 530: Cancionero durangueño

530

En el año de 1977, la etnomusicóloga Irene Vázquez Valle viajó a la Región

Lagunera de los estados de Coahuila y Durango, donde se entrevistó con el líder

campesino Arturo Orona y este le confirmó de la existencia de una forma de canto

tradicional a capella llamada Canción cardenche, el mismo Orona ordenó a uno de

sus hijos que llevara a la investigadora con los campesinos cantantes de

canciones cardenche de Sapioriz, municipio de Lerdo, Durango.

Vázquez Valle iba bien preparada, con un buen equipo de grabación in situ, y

logró compilar los sonidos de varios ejemplos de canciones cardenche con los que

integró el disco Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, que

publicó el Instituto Nacional de Antropología e Historia en el año de 1978. La

edición del acetato dio como lugar a una buena cantidad de grabaciones e

investigaciones posteriores referentes a esta original forma de expresión musical

tradicional.206

En el año de 2009 los cantantes de canción cardenche de Sapioriz fueron

galardonados con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en la categoría de Artes

y Tradiciones Populares. Eduardo Elizalde F, Fidel Elizalde, Genaro Chavarría,

Antonio Valles y Juan Sánchez, son los nombres de algunos cardencheros de

Sapioriz. Heriberto Aguilera, Refugio Agüero Pérez y Francisco Beltrán son

algunos cardencheros de La Flor de Jimulco.

Según la razón de Vicente T. Mendoza: "En la región que corresponde a la cuenca

del Río Nazas, el corrido ha adquirido una manera muy especial de manifestarse:

se ha hecho, por decirlo así, más expresivo, más hondo; las inflexiones melódicas

que emplea usan mucho del potamento y del arabesco en forma de grupetto, tanto

en sentido ascendente como descendente, lo que hace pensar en un origen

206

Entre las grabaciones e investigaciones se pueden mencionar las siguientes: La canción cardenche, México, Casete CP 206, Discos Pentagrama / Cenzontle / INAH / INI / CONACULTA / DGCP, Colección de Música Popular # 6, 1992.RAMÍREZ GARCÍA, PASCUAL (Comp.) Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, Gómez Palacio, Durango, Casete CASS 001, DGCP Unidad Regional Norte La Laguna / SECyD Cultura / GEFEB /PACMYC, 1994. La canción cardenche, s / l, Casete GEFEB Vol. 2, DGCP Unidad Regional Norte La Laguna / SECyD Cultura / GEFEB /PACMYC, 1995. La canción cardenche, México, CONACULTA / DGCP / Unidad Regional Laguna / R. Ayuntamiento de Torreón 91-93, 1991. ROMERO GARCÍA, NADIA CRISTINA. Cenzontles del Nazas. La canción cardenche en el Ejido de Sapioriz, Durango: un depósito de memoria colectiva, (1940-1960), México, Tesis Maestría (Maestría en Antropología) por la Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras, 2009.

Page 531: Cancionero durangueño

531

andaluz, Pero esto mismo hace inconfundibles las melodías de la región”207 Aún

cuando las afirmaciones de Vicente T. Mendoza nos encaminan a pensar en un

origen andaluz de las canciones cardenche, en el sonido de las melodías de la

cuenca del Nazas se ha encontrado un parecido extraordinario entre los cantos de

alabados, canciones funerarias y cantos de pastorelas y pasiones, de los estados

de Durango y Coahuila, con las canciones y corridos cardenches, llamados así por

la similitud de sonido que el silbido agudo, largo, triste, lastimero y melancólico,

que el viento del desierto produce al pasar por entre el tallo agujereado del

cardenche, ese arbusto desértico de hojas espinosas, flores púrpuras y tallo

agujereado, que se usa para cardar lana.

Tanto los corridos y canciones cardenches, como los cantos rituales del noreste

del estado de Durango y el suroeste de Coahuila, están escritos en versos

octosílabos, al estilo español, pero guardan, en su sonido agudo y lamentoso, la

memoria de relación con el canto ritual tepehuán, la etnia guerrera que habitó

parte de la región lagunera hasta el siglo XVII, aunque la cuenca del Nazas fue

habitada por los irritilas hasta el siglo XVIII y después tuvo inmigraciones

españolas y tlaxcaltecas.

En la Región Lagunera: "géneros como el corrido, la llamada canción mexicana y

los cantos de pastorelas perdieron su propio estilo para tomar el de la región, el de

la cardenche”208

De acuerdo con Irene Vázquez Valle: “La canción cardenche es un género

polifónico que se canta siempre a 3 o 4 voces distintas y a cape/la. Se dice que en

épocas pasadas llego a cantarse a 5 voces. Los grupos de cardencheros

distribuyen las voces de acuerdo a su tesitura. Cada una de las voces posee un

nombre popular; así, quienes cantan la voz más grave -llamada en la región el

fundamental-, se conocen como los que hacen la marrana o el arrastre. Otra voz,

la más aguda del conjunto, es conocida con el nombre de la contralta, a veces

llamada también arrequinte o requinto. Se dice que el requinto se usa sobre todo

207

MENDOZA, VICENTE T.. El romance español y el corrido mexicano (Estudio comparativo), México, UNAM, 1936, pp. 152. 208

VÁZQUEZ VALLE, IRENE. Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, México, Disco LP, INAH # 22, MC-1071, 1978. texto adicional, s/p.

Page 532: Cancionero durangueño

532

en los cantos de Pastorelas, y en éste caso representa la cuarta voz, todavía más

aguda que la contralta. Se añade que cuando no existe la cuarta voz, la tercera, es

decir la contralta, toma su lugar. Otra voz es la segunda, la voz intermedia que

frecuentemente lleva la melodía.

La forma de jugar con las 3 voces difiere de una interpretación a otra, aunque al

decir de los cardencheros los cambios mayores se dan en la marrana que, según

la canción, entra antes o después de las otras voces. También se dice que hay

canciones que "necesitan" comenzar con la contralta, o bien con la segunda voz,

en tanto que hay otras en que "se debe" de alternar la contralta y la segunda voz.

También se dice que antiguamente la contralta era la voz que nevaba la melodía y

cantaba los "versos" de la canción, en tanto que las otras voces sólo emitían

sonidos que servían de acompañamiento armónico. Se dice así mismo que esto

sucedía cuando se lograban reunir conjuntos muy grandes de cardencheros.” 209

Por su parte Vicente Mendoza Martínez explica: “La canción cardenche se

caracteriza por:

1. Cantarse a capella es decir, sin acompañamiento instrumental en los géneros

de corrido, canción amorosa y en los pasajes de pastorelas.

2. Interpretarse a tres voces diferentes.

3. Las prolongadas pausas que se intercalan a través del discurso musical, no

necesariamente al final de verso o estrofa., sino a criterio o capricho de los

intérpretes -que en ocasiones aprovecha la primera voz para recordar a sus

compañeros la parte que sigue a manera de apuntador- Con esto, se logra un

estado de expectación constante entre el auditorio, pues resulta impredecible la

frase que sigue o el término de la canción. Esta característica y el ritmo personal

que imprimen a sus interpretaciones, hacen prácticamente imposible intentar

acompañarlas con algún instrumento y sumamente difícil su transcripción musical.

4. El dramatismo interpretativo que se logra mediante la potencia de la voz, la

utilización de constantes e inesperados silencios y en el empleo de potamentos y

calderones, es decir, arrastrar ciertas vocales en determinados momentos y

209

Ibíd.

Page 533: Cancionero durangueño

533

sostener los sonidos en otros, en contraste con palabras cortadas o apenas

musitadas en determinados pasajes.

5. El inicio de una frase rara vez se realiza simultáneamente, lo común es que sea

la primera quien las preceda, aunque excepcionalmente lo hace la contralta o el

arrastre. seguida o alcanzada inmediatamente por las otras. Como esto se repite a

lo largo de la canción, se logra un leve efecto polifónico, característico del estilo

que nos ocupa.

6. La entrega personal de cada uno de los intérpretes que, al decir de ellos

mismos, para cantar la canción cardenche hay que "sentirla". sólo de esta manera

recibirá plenamente el mensaje quien la escuche (…)”.210

A continuación se transcriben algunas de las más conocidas letras de canciones

cardenche.

Ándele y ora si 211

Anónimo

Ándele y ora si ya se le hizo lo que quería, su padre y su madre se fueron

para el Real de Mapimí, si, si… Ándele vamos platicando

y ora que hubo este lugar, contésteme y dígame algo y ora que la saque a bailar, si, si...

Si usted me quisiera a mi corno yo lo quiero a usted, recuerde que yo la amé

con frenesí, si, si… Platíqueme joven adorada

210

MENDOZA MARTÍNEZ, VICENTE. “Introducción”, en La canción cardenche, México, CONACULTA / DGCP / Unidad Regional Laguna / R. Ayuntamiento de Torreón 91-93, 1991, pp. 14 a 15. 211

Los Folkloristas, Vol. III, México, Discos Pueblo, DP, 1043. Cantada por los Folkloristas, 1980.

Page 534: Cancionero durangueño

534

pero dígame que sí, su padre es jefe de Acordada

del Real de Mapimí, si, si... Si usted me quisiera a mí

como yo la quiero a usted, recuerde que yo la amé con frenesí, si, si…

Desde mañana y en adelante s‟taremos solos, platicaremos

sí, señorita, platicaremos, antes que vayan a estar escuchando por ahí ..

Yo ya me voy a navegar a los desiertos 212

Anónimo

Yo ya me voy…

a navegar a los desiertos, me voy al ejido y esa estrella marinera ..

Y ay, tan sólo al pensar que ando lejos de mi tierra.

nomás que me acuerdo. me dan ganas de llorar.

Pero a mí no me divierten los cigarros de la dalia. pero a mí no me consuelan

esas copas de agua ardiente. Y ay, tan sólo al pensar

que dejé un amor pendiente, nomás que me acuerdo me dan ganas de llorar...

Pero a mi no me divierten, los cigarros de la dalia,

212

Ibíd.. Otra versión en: VÁZQUEZ VALLE, IRENE. Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, México, Disco LP, INAH # 22, MC-1071, 1978, Cantada por Eduardo Elizalde, Pablo García Antúnez y Juan Sánchez Ponce.

Page 535: Cancionero durangueño

535

pero a mi no me consuelan esas copas de agua ardiente.

Y ay, tan sólo al pensar… que dejé un amor pendiente,

nomás que me acuerdo, me dan ganas de llorar.

Por esta calle donde voy pasando 213

Anónimo

Por esta calle ...

Por esta calle donde voy pasando

con mi botella y mi quebranto.

Si no me quieres porque soy templado, anda con Dios, mujer,

qué hemos de hacer Ella me dice que no tome vino,

que si la quiero que le haga ese favor. Yo le respondo con caricias tiernas: “Voy a olvidar estos vicios por tu amor”.

Y ella me dice que no tome vino, que si la quiero que le haga ese favor.

Yo le respondo con caricias tiernas: “Voy a olvidar esos vicios por tu amor”.

No se por qué… 214

213

VÁZQUEZ VALLE, IRENE. Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, México, Disco LP, INAH # 22, MC-1071, 1978, Cantada por Eduardo Elizalde, Pablo García Antúnez y Juan Sánchez Ponce.

Page 536: Cancionero durangueño

536

Anónimo

No se por qué…

No se por qué. ya esa mujer la adoro, no sé por que…

yo la adoro con delirio. De que la miro,

se calma mi martirio, se calma el fuego y también el frenesí.

Todos los días yo gano un peso diario,

y una peseta se la llevo a mi querida.

¡Ay! la mujer de todas la preferida ¡Ay! la querida

que desaires pasará. ¡Ay! la mujer

se asoma y dice ¡ahí va! ¡Ay! que trabajo es amar sin libertad.

¿Quién les ha dicho que el hombre casado es libre?

tiene su mujer aparte de una querida. Por las mujeres

se componen las canciones ellas son causas de que el mundo no ande en paz.

Al pie de un árbol 215

214

Ibíd.

Page 537: Cancionero durangueño

537

Anónimo

Y al pie de un árbol. .

Y al pie de un árbol mi alma se encuentra triste, y aluminada

con la luz de la mañana. Salió y me dijo

que era esperanza vana, donde a la vez mejor me duermo yo ....

La vide venir más no creía que era ella,

yo me acerqué hacia el pie de su ventana.

Salió y me dijo que era esperanza vana, donde a la vez

mejor me duermo yo Quisiera ser

una garza morena, para estarte mirando en una redoma de oro.

Pero trigueñita… nomás que me acuerdo, lloro,

¿quién tiene la culpa? Usté que me abandonó.

Ojitos negros ¿a dónde están? 216

Anónimo

215

Ibíd. 216

Ibíd.

Page 538: Cancionero durangueño

538

Ojitos negros ¿.a dónde están…? ¿a dónde están que no los miro?

Me acuerdo de ellos, pego un suspiro. ¡Ay! ojitos negros, sabrá Dios ende andarán…

Esos ojitos son muy bonitos, esos ojitos son muy hermosos. esos ojitos son muy precioso,

¡Ay! ojitos negros sabrá Dios onde andarán.. Todos me dicen que por ahí andan,

que por ahí andan. yo no los miro. Me acuerdo de ellos. pego un suspiro. ¡Ay! ojitos negros sabrá Dios ande andarán.

Todos me dicen que por ahí andan, que por ahí andan, por la estación…

y yo los vide. dije: “ellos son… iAy! ojitos negros, dueños de mi corazón”.

Y alza esa vista, no te avergüences… 217

Anónimo

Y alza esa vista. no te avergüences.

Y alza esa vista, no te avergüences. de los recuerdos de lo pasado.

Tu gusto fue ... has terminado. para que entrara otro hombre mejor que yo.

Preso me llevaron para Escobedo, voy sentenciado a las fronteras, mejor quisiera ... que te murieras ..

Para no verte en brazos de otro infeliz. Yo ya me voy, trigueña hermosa,

¿qué no recuerdas? Nomás yo era. Preso me llevaron .. pa' las fronteras ..

217

Ibídem

Page 539: Cancionero durangueño

539

la causa ha sido quererte con grande amor.

Al píe de un verde maguey 218

Anónimo

Al pie de un verde maguey

yo me quedé; mi amor se quedó dormido, que ingrato fue.

Al canto de los borrachos yo disperté, qué crudo vengo,

quiero curarme, no hallo con qué.

Pero ¡ay, Dios mío! quítame esta cruda, me va a matar.

La Virgen de Guadalupe me ha de ayudar.

Qué crudo vengo, la cantinera no quiere fiar.

Pero ¡ay, Dios mío! quítame esta cruda,

me va a matar. la Virgen de Guadalupe me ha de ayudar.

218

Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, Gómez Palacio, Durango, Casete CASS 001, DGCP Unidad Regional Norte La Laguna / SECyD Cultura / GEFEB /PACMYC, 1994, cantada por Antonio Valles, Juan Sánchez Ponce y Genaro Chavarría Ponce.

Page 540: Cancionero durangueño

540

Después de una tocada en una peña de la ciudad de Durango, el rocanrolero

mexicano Jaime López también le compuso su canción a La tierra de los

alacranes. El título de su pieza fue Nadie va a Durango y se puso a la venta en

1989, integrada al disco compacto Desenchufado.

Nadie va a Durango 219

Jaime López

La diligencia, mi amor, ya no circula, ni el Doroteo aquel, un tal Arango, ni aventureros ni vagos valedores,

será por eso que nadie va a Durango. Aquí la mano de Dios está re lejos,

será por ser tan ateos, dice un bato, se fue John Wayne y ya el pueblo es un fantasma, será por eso que nadie va a Durango.

Hoy todo el mundo camina muy correcto, las botas limpias, sin polvo, ya sin fango,

no hay jirafas ni alucinaciones, por eso estamos tan solos en Durango.

Ya el horizonte no es un potro bronco, pepitas de oro no hay tan a la mano, no existe más esa fiebre gambusina,

será por eso que nadie va a Durango. Por el desierto no crece ya el delirio,

la tarde pone su cara de venado, y la esperanza se extingue como lobo, será por eso que nadie va a Durango.

Hoy todo el mundo camina muy correcto, las botas limpias sin polvo, ya sin fango,

no hay jirafas ni alucinaciones, por eso estamos tan solos en Durango.

Page 541: Cancionero durangueño

541

Portada del disco Desenchufado, de Jaime López

219

LÓPEZ, JAIME. Desenchufado, México, CD, Spartakus, 1998.

Page 542: Cancionero durangueño

542

A pesar de las ventajas ecológicas, energéticas y económicas del ferrocarril sobre

otros medios de transporte terrestre, la dirección geopolítica económica del Estado

Mexicano, en la última década del siglo XX, ha determinado que la autopista y el

automóvil de combustión interna sustituyan a las cintas de acero y a las

locomotoras en el transporte de pasaje y carga y, merced a las decisiones

gubernamentales de corte neoliberal, que limitan la intervención del Estado en los

ámbitos jurídico y económico, las vías férreas mexicanas han sido liquidadas o

puestas a la venta, por lo que paulatinamente se han privatizado y el único

resultado visible de las operaciones, en el territorio estatal, ha sido la suspensión

casi total de los servicios de las poco contaminantes locomotoras.

En el inicio del siglo XXI, los fletes durangueños ya no serán cargados por las

hileras de vagones y la visión de un desarrollo ferroviario moderno, con un mínimo

gasto de energía, será otra de las cosas por las que las nuevas generaciones

tendrán que pugnar.

En su nostálgico canto, José Ignacio Cárdenas Alvarado, nos remite a los viajes

en ferrocarril que los braceros durangueños hacían, hasta principios de los años

noventas del siglo XX. Viajes que en el presente ya no son posibles por el

desmantelamiento y privatización del sistema ferroviario nacional de pasajeros, al

tiempo que en su lírica nos da los muy conocidos motivos económicos por los que

los paisanos se aventuraban y se siguen aventurando a viajar hacia los Estados

Unidos.

Ya viene el tren de Durango 220

José Ignacio Cárdenas Alvarado

Ya viene el tren de Durango, me tengo que despedir, en la Estación de La Goma,

buscando mi porvenir. 220

Músicos del Camino Real de Tierra Adentro, México, CD INAH # 49, INAH / CONACULTA, 2007, cantado por José Ignacio Cárdenas Alvarado.

Page 543: Cancionero durangueño

543

De torreón a Ciudad Juárez,

voy a tomar otro tren, después cruzar la frontera, no sé cuándo volveré.

Sé hacer los cortes de alfalfa, y se pizcar algodón,

sé cultivar el tomate, la sandía y el melón.

Sé hacer los cortes de alfalfa, y se pizcar algodón, sé cultivar el tomate,

la sandía y el melón.

Pero de pobre no salgo,

el dinero nunca alcanza, me voy para el otro lado, a forrarme de lana.

Ya verás viejita chula, los dólares que traeré,

ya nunca tú ni mis hijos, volverán a padecer.

Sé hacer los cortes de alfalfa, y se pizcar algodón, sé cultivar el tomate,

la sandía y el melón. Sé hacer los cortes de alfalfa,

y se pizcar algodón, sé cultivar el tomate, la sandía y el melón.

Page 544: Cancionero durangueño

544

La famosa actriz, y estrella, del cine silente y sonoro. Dolores del Río cuyo nombre

original era Dolores Asúnsolo y López Negrete, nació en la ciudad de Durango, 3

de agosto de 1904. Participo en 29 películas estadounidenses y 32 mexicanas,

casi siempre en papeles protagónicos. Se le recuerda por su actuación en las

cintas estadounidenses Resurrección, Ramona, Evangelina, Volando a Río y Ave

del paraíso, así como en las mexicanas: Flor silvestre, María Candelaria y La

Malquerida, entre muchas otras. En Durango, participó en la cinta La Cucaracha.

Dolores del Río falleció en la Ciudad de México el 11 de abril de 1983 y, desde el

año de 2005, sus restos yacen en la Rotonda de los Hombres y Mujeres Ilustres

de Durango.

El Corrido de Dolores del Río es original de Concha Michel, quien lo dedicó a la

actriz en ocasión del día de su santo el 16 de abril de 1943

Corrido de Dolores del Río 221

Concha Michel

¡Qué flor tan espigadita nacida para el amor! Su cuna fue allá en Durango

en plena revolución, en plena revolución.

En el Cerro de Mercado, tan alto y lleno de frío; a las once de la noche

nació Dolores del Río. nació Dolores del Río.

A la Capital la llevan para ponerla a estudiar, la encierran en un convento

a los cinco años de edad a los cinco años de edad.

Su patria dejó muy joven y a Hollywood se marchó: coronada de laureles

221

Fondo de impresos sueltos de la Biblioteca Nacional, UNAM, Fondo reservado.

Page 545: Cancionero durangueño

545

a México regresó a México regresó.

Dolores del Río pensaba, cuando estaba en otras tierras:

“Yo he de honrar a mi patria luciendo con las estrellas, luciendo con las estrellas" .

Los gringos, llenos de orgullo decían al ver a Lolita:

“¡Oh!, tú no ser mexicana parecer españolita, parecer españolita",

“¿Qué pensarán estos gringos?”, decía, Lolita indignada,

“Que en México sólo hay mecos con la cabeza emplumada, con la cabeza emplumada”.

Del gran escritor Tolstoi, hizo la bella creación,

y así comenzó su fama filmando Resurrección, filmando Resurrección..

Artistas y generales y Directores de empresa

de Lola se enamoraron hasta perder la cabeza hasta perder la cabeza.

El General Obregón, cuando Lolita sufría, le ofrendaba sus consuelos

si a México se volvía, si a México se volvía.

Viajó como embajadora por los confines de Europa y fue admiración de todos

que abrían semejante boca. que abrían semejante boca.

Sus cintas más afamadas, después de Resurrección,

Page 546: Cancionero durangueño

546

Ramona y Evangelina

le dieron reputación,

le dieron reputación. Volando hacia Janeiro

y Ave del paraíso,

también le dieron la gloria y un nombre muy bien preciso,

y un nombre muy bien preciso. Qué flor tan espigadita

se me hace que tiene frío, del norte viene bajando y ella es Dolores del Río

y ella es Dolores del Río. A México ya regresa

con entusiasmo sincero a desarrollar el arte que cuesta y deja dinero,

que cuesta y deja 'dinero. La flor silvestre es el nombre

que lleva su nueva obra, y así pura mexicana siempre serás, bella Lola,

siempre serás, bella Lola. Ya México da el ejemplo

de que de veras las puede y hacer que lo reconozcan las esperanzas no pierde

las esperanzas no pierde. Con ésta ya me despido, blanca flor espigadita.

Que sea para ti la gloria. Adiós ¡Oh! bella Lolita, Adiós ¡Oh! bella Lolita.

Page 547: Cancionero durangueño

547

La famosa actriz durangueña Dolores Asúnsolo y López Negrete, mejor

conocida por su nombre artístico de Dolores del Río

Page 548: Cancionero durangueño

548

Fuentes

AGN. Grupo Documental Presidentes, Lázaro Cárdenas. AGUILAR, LUIS MIGUEL / JOSÉ JOAQUÍN BLANCO y GUADALUPE DE LA TORRE. Historia gráfica de México, tomo 6, siglo diecinueve II, México, Editorial Patria / INAH, 1988. Antología del corrido mexicano, álbum de discos Orfeón, LP-JM-06, México, 1974. Archivo Particular de Don Francisco Flores, de Temoaya, municipio de Mezquital, Durango, facilitada por él mismo, recogida por Antonio Avitia, en 1988. ARIAS, OLGA y ANTONIO ARREOLA VALENZUELA. Máximo Gámiz Fernández. Un auténtico líder, Durango, Gobierno del Estado de Durango, 1979. ARREOLA VALENZUELA, ANTONIO y Col.. Summa Duranguense, dos volúmenes Durango, Gobierno del Estado de Durango, 1979-1980. ARRIETA SILVA, ENRIQUE. Corridos revolucionarios, Durango, Dgo., Editorial del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Durango, Cuadernos # 14, 1990. AZUELA, MARIANO. “Precursores”, en: Obras completas de Mariano Azuela, Tomo III, México, Fondo de Cultura Económica, Colección Letras mexicanas, 1976 BARBOSA VIUDA DE MERAZ, ALBERTINA / Hermelinda Hernández Terrazas (entrevista), Durango, 1986. Bob Dylan-Desire, Disco CD Columbia CK 33893, DIDP 020243, New York, 1975. BOSE, JOHANNE CAROLINE WEHMEYER. Farewell to Durango. A german lady’s diary in Mexico, 1910-1911, traducción del alemán de John Carlos Bose, Lake Oswego, Oregón, Smith, Smith and Smith Publishing, Co. 1978. CAMPOBELLO, NELLIE. “Cartucho”, en: La novela de la Revolución Mexicana, Tomo I, México, Editorial Aguilar, 1980, pp. 929 a 968. CAMPOS, AGAPITO. “Memorias de Santiago Bayacora”, en: MEYER, JEAN. El coraje cristero, México, Universidad Autónoma Metropolitana, Colección Cultura Universitaria # 4, 1981. CAMPOS, FRANCISCO. El Levantamiento Cristero de 1926, en Santiago Bayacora, Durango, Santiago Bayacora, Durango, mecanografiado por Luis Monreal Lozano, 1986. Cantantes Tepehuanes de San Bernardino de Milpillas Chico, municipio de Pueblo Nuevo, Durango, cinta magnetofónica del acervo del Fondo de Grabaciones Sonoras de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, ENAH, grabó Juan Gamiño y J. L. Moctezuma el 9 de abril de 1986. Cantares de la Revolución. Hnos. Zaizar, México, Álbum de 3 discos LP, Peerless, AP-152, 1978,

Page 549: Cancionero durangueño

549

CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. Corridos y canciones del siglo XIX. Glosa al programa de Concha Michel (Palacio de Bellas Artes) 25 de mayo de 1946, Durango, Dgo. Editorial del Supremo Tribunal de Justicia, 1987. CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. El Gavilán (corrido grande), México, Ed. México Nuevo, 1939. CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. El Gavilán (corrido grande), París, Ediciones Estrella, 1934 CASTILLO NÁJERA, FRANCISCO. El Gavilán (corrido grande), versión compactada por Concha Michel, en: MICHEL, CONCHA / QUETZAL RIEDER ESPINOZA. México en sus cantares, Morelia, Michoacán, FONCA / INI / IMC, 1997, pp. 173 a 187. Chayito Valdez. Versiones originales, disco 3, México, Disco FONOVISA / UNIVISIÓN # 7898, 2008. Colección de manuscritos y hojas sueltas de don Antonio Raymundo Muros, facilitada por su hijo Moisés Muros Martínez, en Santiago Papasquiaro, Durango, recogido por Antonio Avitia en 1987. Corridos. Los Montañeses del Álamo, México, disco CD-VAR-7572, Variedades discos, s/f. DERAS RODRÍGUEZ, MANUEL. Excombatiente cristero de las tropas de Federico Vázquez, /Antonio Avitia entrevistado en Mezquital, municipio de Mezquital, Durango, 1987. DOMÍNGUEZ, LUIS. Corridista de la Plaza de Armas de la ciudad de Durango / Antonio Avitia, 1993. DROMUNDO, BALTAZAR. Villa y La Adelita, Victoria de Durango, Dgo., Gobierno del Estado de Durango, 1936. Dueto América. Sus grandes éxitos, México, Disco LP, HARMONY, H.L. # 8984, 1980. ESPARZA SÁNCHEZ, CUAUHTÉMOC. El corrido zacatecano, México, INAH, colección Científica # 46, 1976. ESTRADA MUÑOZ, ADOLFO. Archivo fotográfico personal, facilitado por él mismo, recogido por Antonio Avitia, en Huazamota, 1995. ESTRADA MUÑOZ, ANTONIO. Rescoldo, los últimos cristeros, México, ed. Jus, colección Voces Nuevas # 17, 1961. Fabrizio de André in concerto. Arrangiamenti PFM Registrato dal vivo a Firenze e Bologna 13-14-15-16/1/1979, Vol. 2, Italia, Disco CD Ricordi CDOR 8431, 1980. Focus. O esencial de Fagner, Sao Paulo, Brasil, Disco CD, BMG / RCA Víctor. # 7432170406-2, cantado por Mauricio Fagner, 1999. Fondo Aurelio Robles Acevedo, ARA, Centro de Estudios Sobre la Universidad, CESU, Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México, AH, UNAM. Fondo de impresos sueltos de la Biblioteca Nacional, UNAM, Fondo reservado. GALLEGOS, J. IGNACIO. Compendio de Historia de Durango, 1821 – 1910, México, Editorial Jus, 1955. GÁMIZ PARRAL, MÁXIMO N., Pueblo mío, s / l, Edición del autor, s / f..

Page 550: Cancionero durangueño

550

GÁMIZ, EVERARDO. Costumbres durangueñas, México, Edición del autor, 1966. GÁMIZ, EVERARDO. Monografía de la Nación Tepehuana que habita la región sur del estado de Durango, México, Ediciones Gámiz, 1948. GIRÓN, NICOLE. Heraclio Bernal, ¿Bandido, cacique o precursor de la Revolución?, México, INAH, Colección Científica # 40, 1976. GOLDBLAT CARRANCO, JORGE. Señores, tengan presente. Primer concurso nacional de corrido, México, Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, 1987 GÓMEZ PALACIO, MARTÍN. El mejor de los mundos posibles, México, Imprenta Politécnica, 1927. GÓMEZ, XAVIER. Bojedades, Libro I, México, Edición del autor, 1953 GÓMEZ, XAVIER. Bojedades, Libro II, México, Edición del autor, 1955 GONZÁLEZ OBREGÓN, LUIS. La Santa Inquisición en los albores de la Independencia, documentos. Los procesos militar e inquisitorial del padre Hidalgo y de otros insurgentes, México, Ediciones Fuente Cultural, Colección Daniel Navarro, 1953. GUTIÉRREZ ÁVILA, MIGUEL ÁNGEL. Corrido y violencia entre los afromestizos de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, Chilpancingo, Guerrero, UAG, 1988 HERNÁNDEZ CAMARGO, JULIETA y ROSA MARÍA SEGOVIA CARRILLO. Monumentos De Durango, Durango, Dgo., Gobierno del Estado de Durango / H. Congreso del Estado de Durango / SECyD / El Siglo de Durango / CRAHED, 1995. HERNÁNDEZ DÍAZ, ELBA, JOSÉ HUMBERTO LÓPEZ MEDRANO, VÍCTOR MANUEL MORALES OJEDA y ESTEBAN HERNÁNDEZ GARCÍA. Durango. Historia y Geografía. Tercer grado, México, CONALITEG / SEP / SECyD, 2002. HERNÁNDEZ, CARLOS. Durango gráfico, Durango, Talleres de J. S. Rocha, 1903. HERNÁNDEZ, FRANCISCO / Antonio Avitia, entrevistado en Mezquital, Dgo., 1987 HERNÁNDEZ, GUILLERMO. The Mexican Revolutión. The Heroes and Events. 1910-1920 and Beyond, álbum de discos Folklorick Records, números 9041 a 9044, El Cerrito, California, s/f HOLGUÍN, JOSÉ DE LA O. El arpa tradicional de Durango. Del vestigio a su resurgimiento, Durango, Dgo., Unión de Cronistas Municipales del Estado de Durango, 2009. HORCASITAS, FERNANDO. El teatro náhuatl. Épocas Novohispana y Moderna, Primera parte, México, UNAM. http://ieepo.info/foro/viewtopic.php?t=3736 JAUREGUÍ JIMÉNEZ, J. JESÚS. Estudio etnohistórico acerca del origen de los mexicaneros (hablantes del náhuatl) de la sierra Madre Occidental, en: Dimensión. Revista en línea Antropológica, Volumen # 26, México, octubre de 2002, www.dimensionantropologica.inah.gob.mx/index.php JIMÉNEZ CARRILLO, GILBERTO y JOSÉ TEODORO ORTIZ PARRA. Ignacio Parra. Bandido legendario, Durango, Dgo., Comisión de Editorial y Biblioteca del congreso del Estado de Durango, LXIII Legislatura, 2006.

Page 551: Cancionero durangueño

551

KRAUZE, ENRIQUE y FAUSTO ZERÓN MEDINA. Porfirio. El poder (1884-1900), México, Editorial Clío, 1993. KURI-ALDANA, MARIO y VICENTE MENDOZA MARTÍNEZ, Cancionero popular mexicano, Tomo 2, México, SEP, 1987. La canción cardenche, México, Casete CP 206, Discos Pentagrama / Cenzontle / INAH / INI / CONACULTA / DGCP, Colección de Música Popular # 6, 1992. La canción cardenche, México, CONACULTA / DGCP / Unidad Regional Laguna / R. Ayuntamiento de Torreón 91-93, 1991 La canción cardenche, s / l, Casete GEFEB Vol. 2, DGCP Unidad Regional Norte La Laguna / SECyD Cultura / GEFEB /PACMYC, 1995. La canción cardenche, México, CONACULTA / DGCP / Unidad Regional Laguna / R. Ayuntamiento de Torreón 91-93, 1991. La celda veintisiete, México, cantado por Los Rebeldes del Bravo, disco GAMMA, g2495, 45 rpm, s/l, 1984. LLANAS FERNÁNDEZ, ROBERTO. “Colección de las principales tragedias populares de la Revolución”, en: Repertorio de la Revolución # 2, publicación bimestral de estudios y documentos de la Historia de México, México, Ediciones del Patronato de la Historia de Sonora / Fuentes para el estudio de la Historia de la Revolución Mexicana / Ediciones del Fondo de Cultura Económica, 1960. LÓPEZ, JAIME. Desenchufado, México, CD, Spartakus, 1998 Los Broncos de Reynosa, México, Disco LP, ECO # 25380, 1975. Los Folkloristas, Vol. III, México, Discos Pueblo, DP, 1043. Cantada por los Folkloristas, 1980. LUMHOLTZ, CARL. El México desconocido, México, INI, Clásicos de la Antropología # 11, 1986. MACAZAGA ORDOÑO, CÉSAR. Corridos de la Revolución Mexicana (edición facsimilar de Corrido de la Revolución Mexicana de 1910 a 1930 y otros notables de varias épocas, colección de 100 corridos publicados por Eduardo Guerrero en 1930), México, Ed. Innovación, 1985. MACHUCA MACÍAS, PABLO. Ensayo sobre la fundación y desarrollo de la ciudad de Gómez Palacio, México, Industria Gráfica Editorial Mexicana, Segunda edición, 1980. MARÍA Y CAMPOS, ARMANDO DE. La Revolución Mexicana a través de los corridos populares, 2 Tomos, México, Biblioteca del INEHRM, # 25 y 26, 1962. MENDOZA MARTÍNEZ, VICENTE. “Introducción”, en La canción cardenche, México, CONACULTA / DGCP / Unidad Regional Laguna / R. Ayuntamiento de Torreón 91-93, 1991, pp. 11 a 23. MENDOZA, VICENTE T. El romance español y el corrido mexicano. Estudio comparativo, México, UNAM, 1939 MENDOZA, VICENTE T. y VIRGINIA R. R. DE MENDOZA. Estudio y clasificación de la música tradicional hispánica de Nuevo México, México, UNAM, 1986. MEYER, JEAN. “El Tigre de Alica”, en: Revista de la Universidad de México, volumen XXVIII, # 8, México, UNAM, abril de 1973, pp. 25 a 29.

Page 552: Cancionero durangueño

552

MEYER, JEAN. La tierra de Manuel Lozada, México, Universidad de Guadalajara / Centre d‟Etudes Mexicaines et Centreaméricaines, 1989. MICHEL, CONCHA / QUETZAL RIEDER ESPINOZA. México en sus cantares, Morelia, Michoacán, FONCA / INI / IMC, 1997 MONTERO GARCÍA, RAFAEL. “Mitote tepehuán”, El cine indigenista, 03, DVD Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, (D.). P. México. Cía. Pr. Archivo Etnográfico Audiovisual del Instituto Nacional Indigenista, INI. Pr. Oscar Magaña. D. y G. Rafael Montero García. Investigación. José Antonio Guzmán Bravo. Textos de: Fernando Benítez y José Antonio Guzmán. Dirección en Locación. Gonzalo Martínez Ortega. F. en C. Henner Hofmann (como Henner Hofman). E. Ramón Aupart. Fo. 16 milímetros. I. Miembros de la Etnia Tepehuán. Dur: 30‟. 2008. MONTERO GARCÍA, RAFAEL. Mitote Tepehuano. (Mitote Tepehuán). 1980, (D.). P. México. Cía. Pr. Archivo Etnográfico Audiovisual del Instituto Nacional Indigenista, INI. Pr. Oscar Magaña. D. y G. Rafael Montero García. Investigación. José Antonio Guzmán Bravo. Textos de: Fernando Benítez y José Antonio Guzmán. Dirección en Locación. Gonzalo Martínez Ortega. F. en C. Henner Hofmann (como Henner Hofman). E. Ramón Aupart. Fo. 16 milímetros. I. Miembros de la Etnia Tepehuán. Dur: 30‟. MORAL GONZÁLEZ, PAULINA DEL. Peregrinación y culto al Señor de Mapimí. Ritualidad y región en el Cañón de Jimulco, Chihuahua, Chih., Tesis de Maestría en Antropología Social, por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Unidad Chihuahua / Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, 2006. NERUDA, PABLO. Canto general, Caracas, Venezuela, Biblioteca Ayacucho, 1981. OLIVERA SEDANO, ALICIA. Aspectos del Conflicto Religioso de 1926 a 1929, Antecedentes y Consecuencias, México, INAH, 1966. Óscar Chávez en Bellas Artes en vivo, Vol. I, México, Disco CD, Polydor / Polygram CDNPM 1482, MCRN 1482, s / f.. PALAFOX VARGAS, MIGUEL. Los huicholes a través de sus danzas, Tepic, Nayarit, Editorial del Magisterio, 1974 Pedro Rocha y Sida. Su piano y sus popurrís, s / l, Disco CD Trac Record s / n, s / f. PÉREZ MARTÍNEZ, HÉCTOR. Trayectoria del corrido, México, s.p.i., 1935. PORRAS MUÑOZ, GUILLERMO. Iglesia y Estado en Nueva Vizcaya, 1562-1821, México, UNAM, 1980, PRIETO, GUILLERMO. Romancero nacional, México, Editorial Porrúa, Colección Sepan Cuantos # 450, 1984. Quince éxitos de Francisco “El Charro” Avitia. Versiones originales, México, Disco LP, RCA / Camden, CAMS-1161, 1984. QUINTERO CORRAL, LUCIO. Pancho villa derrotado en Tepehuanes, Dgo., al intentar tomar la ciudad de Durango, 1918, Ciudad Juárez, Chihuahua, edición del autor, 1990. RAMÍREZ GARCÍA, PASCUAL (Comp.) Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, Gómez Palacio, Durango, Casete CASS 001, DGCP Unidad Regional Norte La Laguna / SECyD Cultura / GEFEB /PACMYC, 1994.

Page 553: Cancionero durangueño

553

RAMÍREZ, JOSÉ FERNANDO. “Noticias históricas y estadísticas de Durango”, en: Obras históricas Tomo V, Poliantea, México, UNAM, Colección Nueva Biblioteca Mexicana # 148, 2003, pp. 183 a 309. RAMÍREZ, JOSÉ FERNANDO. Obras históricas Tomo V, Poliantea, México, UNAM, Colección Nueva Biblioteca Mexicana # 148, 2003. Revolución. Revista mensual de política y cultura ·# 50, Torreón Coahuila, Editorial Macondo, abril de 1987 Revolución. Revista mensual de política y cultura, # 45, Torreón, Coahuila, Editorial Macondo, abril de 1986. REYES PIMENTEL, JOSÉ. Despertar lagunero, México, Talleres Gráficos de la Nación, 1937. REYES VALDEZ. JOSÉ ANTONIO. “Devociones y fiestas de la ciudad”, en: VILLA GUERRERO, GUADALUPE Y FRANCISCO DURÁN (Coord.) Durango. Tierra de retos, Tomo II, Construyendo el futuro, México, Milenio / La Opinión / Multimedios /Gobierno del Estado de Durango / Gobierno Municipal de Durango 2007-2010 / PEÑOLES / ¡Vamos Gómez Palacio / LXIV Legislatura del Estado de Durango 2007-2010, 2009, pp. 53 a 66. RÍO, ALFONSO DEL. Cantar de Silvestre Revueltas, México, Ed. Revista Musical Mexicana, 1937. RIUS FACIUS, ANTONIO. Méjico cristero, Historia de la ACJM, 1925-1931, México, Editorial Patria, 1966 RODRÍGUEZ, ANTONIO. Posada. “el artista que retrató una época”, México, Editorial Domes, 1977. Romances de la Guerra de Independencia, México, Secretaría de Educación Pública, biblioteca Enciclopédica Popular # 71, 1945. ROMERO FLORES, JESÚS. Corridos de la Revolución Mexicana, México, Costa Amic Editores, 1979. ROMERO GARCÍA, NADIA CRISTINA. Cenzontles del Nazas. La canción cardenche en el Ejido de Sapioriz, Durango: un depósito de memoria colectiva, (1940-1960), México, Tesis Maestría

(Maestría en Antropología) por la Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras, 2009. ROUAIX, PASTOR. La Revolución Maderista y Constitucionalista en Durango, México, De. Cultura, 1931. RUXTON, GEORGE F.. Aventuras en México, México, Ediciones El Caballito, 1974. SANWEISS, MARTA A. / RICK STEWART y BEN W. HUSEMAN. Eyewitness to war. Prints and daguerreotypes of the Mexican war, 1846 – 1847, Fort Worth, Tex., Washington, D. C., Amon Carter Museum / Smithsonian Institute Press, 1989 SARAVIA, ATANASIO G. ¡Viva Madero!, México, editorial Polis, 1940. STRACHWITZ, CHRIS. Las hermanas Mendoza. The Mendoza sisters, Juanita y María. Los Ángeles, Cal., Disco CD, Arhoolie Productions # 430, 1995

Page 554: Cancionero durangueño

554

STRACHZWITZ, CHRIS y GUILLERMO HERNÁNDEZ, Cancioneros de ayer. Parte 2. Sognsters from the past, 1920’s/1930’s, disco LP, Folkloric records #9012, cantado por Hernández y Sifuentes, el Cerrito, California, 1977. VÁZQUEZ SÁNCHEZ, JOSÉ LUIS. (entrevista) / Antonio Avitia, Durango, Dgo., 1987. VÁZQUEZ SANTA ANNA, HIGINIO. Cantares mexicanos, México, Ediciones de León Sánchez, s/f. VÁZQUEZ SANTA ANNA, HIGINIO. Fiestas y costumbres mexicanas, Tomo I, México, Ediciones Botas, 1953. VÁZQUEZ VALLE, IRENE y JOSÉ DE SANTIAGO SILVA. Corridos de la Revolución Mexicana, México, disco INAH/ DEMLO, M C/ 0552, Colección INAH # 16, 1981 VÁZQUEZ VALLE, IRENE. Tradiciones musicales de La Laguna. La canción cardenche, México, Disco LP, INAH # 22, MC-1071, 1978. VELÁZQUEZ, ELPIDIO. Mi primer año de gobierno, Durango, Departamento de Publicidad y Turismo del Gobierno del Estado de Durango, 1941 VILLA GUERRERO, GUADALUPE Y FRANCISCO DURÁN (Coord.) Durango. Tierra de retos, Tres tomos, México, Milenio / La Opinión / Multimedios /Gobierno del Estado de Durango / Gobierno Municipal de Durango 2007-2010 / PEÑOLES / ¡Vamos! Gómez Palacio / LXIV Legislatura del Estado de Durango 2007-2010, 2009 VILLA GUERRERO, GUADALUPE. Durango en la era de la paz y del progreso, México, Tesis de Maestría en Historia de México, FF y L / UNAM, 1993 Viva la Revolución. Los tremendos gavilanes Juan y Salomón, México, disco LP Stereo monaural Son-Art, DS-531, s/f. YEN FERNÁNDEZ, MAURICIO. “La Industria y el Comercio en Durango, durante el Porfiriato”, en: Transición, números 14 y 15, Durango. IIH, UJED, 1993

Page 555: Cancionero durangueño

555

Índice

página

Prólogo_________________________________________________________3

I.- Mitoteros y shamanes. Alabados, pasiones

pastorelas y romances____________________________________________5

Última canción que se entona en la fiesta cuando aparece

la estrella de la mañana_____________________________________________10

El venado y el peyote_______________________________________________11

Eihuatzirra_______________________________________________________19

Tu tu irumari______________________________________________________25

Alabanza de Semana Santa_________________________________________26

Mañanitas a Nuestro Padre Jesús_____________________________________28

El alabado_______________________________________________________31

A nuestro Padre Jesús Nazareno_____________________________________33

Versos de pastorela________________________________________________36

Despedida del Señor de Mapimí______________________________________37

Contra el piquete de alacrán_________________________________________40

Romance de La Delgadina__________________________________________42

Tragedia de la Misión de San Sabá____________________________________45

Mañanitas a la Virgen María_________________________________________68

Romance de Hidalgo preso__________________________________________70

Romance de la degradación_________________________________________73

Romance de la muerte de Hidalgo____________________________________76

Romance de Durango______________________________________________79

Page 556: Cancionero durangueño

556

Romance de Guadalupe Victoria______________________________________85

Romance de Durango______________________________________________88

Romance de Victoria_______________________________________________91

II. El Durango decimonónico. Invasiones, bandidos, rebeliones______95

Décimas de cuchas contra chirrines___________________________________99

¿A dónde vas Coronado?__________________________________________102

Corrido de Los Tulises_____________________________________________104

Versos en honor a Domingo Cajén___________________________________108

Corrido de Domingo Cajén_________________________________________109

Los colorados____________________________________________________110

Himno a Juárez__________________________________________________114

Corrido de Regalado y Tolentino_____________________________________116

Los mecos______________________________________________________120

Corrido sobre la traición a Lozada____________________________________121

Corrido del Tigre de Alica__________________________________________122

Mañanas de Manuel Lozada________________________________________122

III. Las canciones, corridos, valses y hojas

sueltas del Durango porfirista___________________________________127

La celda veintisiete_______________________________________________131

Corrido de Heraclio Bernal__________________________________________136

Corrido de Ignacio Parra___________________________________________141

El pájaro prieto___________________________________________________146

De Torreón a Lerdo_______________________________________________148

Corrido de la construcción del Ferrocarril

de Santiago Papasquiaro a Tepehuanes_______________________________151

Tragedia de los sangrientos sucesos de Velardeña______________________154

Los barandales del puente__________________________________________160

Page 557: Cancionero durangueño

557

Recuerdo_______________________________________________________163

IV. La lírica de los alacranes revolucionarios______________________165

Corrido de la toma de Topia________________________________________170

Tragedia original de los maderistas dedicada el señor don Francisco I.

Madero o La tragedia de la toma de Santiago Papasquiaro________________176

El combate del 15 de mayo en Torreón________________________________183

Única tragedia sobre el sitio de Durango y entrada de las tropas insurgentes__187

Corrido del catorce de mayo________________________________________192

Corrido de la Toma de Durango_____________________________________197

Segunda parte de la toma de Durango________________________________200

Tragedia de la Defensa Social y toma de Durango_______________________203

Tragedia de la toma de Durango_____________________________________207

Los combates de Torreón__________________________________________215

Saludo sincero al Jefe Supremo de las Fuerzas Constitucionalistas.

El ilustre y honorable patriota señor don Venustiano Carranza______________220

Corrido de Manzanera_____________________________________________223

Tragedia compuesta a la Revolución Maderista y a Torreón_______________228

Nueva toma de Torreón convocada con la de San Pedro__________________235

Corrido del ataque a Zacatecas______________________________________242

Corrido de la toma de Zacatecas_____________________________________248

La Adelita_______________________________________________________260

Corrido de Carpintero_____________________________________________264

Corrido de Cuencamé_____________________________________________268

Mañanas de Benjamín Argumedo____________________________________272

Corrido de Martín Herrera__________________________________________281

Corrido de los dos amigos__________________________________________284

Los tres amigos__________________________________________________285

Los tres amigos__________________________________________________286

Eran cuatro de a caballo___________________________________________293

Page 558: Cancionero durangueño

558

El caballo Jovero_________________________________________________295

V. Los cantos de La Villada_____________________________________296

Romance histórico villista__________________________________________302

La llegada de Villa a Tepehuanes____________________________________315

Corrido al general Aguirre__________________________________________316

Gran tragedia del horrible asalto que sufrió el tren de Tepehuanes__________319

Corrido del asalto al tren de pasajeros en la Piedra Encimada,

o La muerte de Marcial Ortiz________________________________________323

La tragedia del combate de Navacoyán y en la Estancia

de San Pablo el día trece de mayo de 1919____________________________325

El corrido de Carreón______________________________________________330

La tragedia de Martín______________________________________________333

La rendición de Pancho Villa________________________________________336

Fusilamiento de Murguía__________________________________________344

La muerte de Juan Carrasco________________________________________348

Corrido Historia y muerte del general Francisco Villa_____________________352

La tumba de Villa_________________________________________________355

El corrido de Durango_____________________________________________357

El Siete Leguas__________________________________________________358

El Mayor de los Dorados___________________________________________359

VI. Tragedias y mañanitas de cristeros, comunistas y agraristas____361

Corrido del general Lares__________________________________________366

Corrido del Combate del Puerto de la Arena____________________________366

Corrido de Dámaso Barraza________________________________________369

Tragedia de los voluntarios de Santiago Papasquiaro o

Corrido de la batalla de la hacienda de El Capulín_______________________370

El corrido de Galindo______________________________________________374

Page 559: Cancionero durangueño

559

Corrido del Combate del Cerro de las Papas___________________________377

Corrido de la toma de Mezquital_____________________________________379

Corrido de Refugio Salcido_________________________________________381

Corrido de José Guadalupe Rodríguez________________________________385

Corrido de Santiago Bayacora_______________________________________390

Corrido de Porfirio Mayorquín_______________________________________392

El Pávido Návido_________________________________________________396

Mañanas de Crecenciano Martínez___________________________________398

Mañanas de los cristeros de Durango_________________________________404

Corrido del combate del Cerro de Chachamoles_________________________406

Corrido de la Toma del Mezquital____________________________________409

Corrido de Lucas Mora____________________________________________411

Corrido del movimiento de huelga de la Hacienda de Manila_______________412

Corrido de la Defensa del Chimal____________________________________417

Mañanas de Florencio Estrada______________________________________420

Corrido de Juan Soto______________________________________________425

Corrido de La Laguna_____________________________________________429

Corrido de la muerte de Trinidad Mora________________________________433

Corrido del Chojo Ladislao__________________________________________436

Corrido de Francisco Sarabia_______________________________________440

A Silvestre Revueltas, de México en su muerte_________________________444

¡A‟i con la venia...! La muerte de Revueltas____________________________446

Corrido de los braceros____________________________________________454

Corrido del bracero durangueño_____________________________________457

Corrido de Federico Vázquez_______________________________________463

VII. Corridos, canciones cardenches y rockanroleras______________467

El Gavilán (Corrido grande)_________________________________________470

Paloma ¿de dónde vienes?_________________________________________487

Bonito San Juan del Río___________________________________________488

Page 560: Cancionero durangueño

560

La explosión de Guayuleras________________________________________490

IV Centenario de Durango__________________________________________492

Corrido al estudiantado____________________________________________495

El pájaro y el chanate_____________________________________________500

La monja se esconde______________________________________________502

La creciente del Nazas____________________________________________504

Corrido de César Guillermo Meraz___________________________________507

Corrido de Durango, o Durango, Durango_____________________________509

El Corrido de Durango_____________________________________________511

Corrido a Santiago Papasquiaro_____________________________________513

Voy camino a Tepehuanes_________________________________________515

Corrido de El Salto________________________________________________517

De México hasta Durango__________________________________________518

Romance in Durango______________________________________________521

Romance en Durango_____________________________________________523

Avventura a Durango______________________________________________525

Romance no deserto______________________________________________527

Ándele y ora si___________________________________________________533

Yo ya me voy a navegar a los desiertos_______________________________534

Por esta calle donde voy pasando____________________________________535

No se por qué…__________________________________________________535

Al pie de un árbol_________________________________________________536

Ojitos negros ¿a dónde están?______________________________________537

Y alza esa vista, no te avergüences…_________________________________538

Al píe de un verde maguey_________________________________________539

Nadie va a Durango_______________________________________________540

Ya viene el tren de Durango________________________________________542

Corrido de Dolores del Río_________________________________________544

Fuentes_______________________________________________________548