Canto a Bolivar

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Canto A Bolivar OBRA: CARTA A BOLÍVAR IDEA PRINCIPAL: Trata sobre la Batalla de Junín y Ayacucho en la que participó Bolívar e intervienen otros personajes como Sucre, Miller, Córdova, Santa Cruz, Necochea, Huaicanapac, entre otros. IDEAS SECUNDARIAS: * Figura las luchas libertarias que sirvieron para dar a nuestros compatriotas un espíritu nacionalista. * Sobre la Batalla de la independencia y el desconocido camino de la libertad. * En los primeros versos se alaga la valentía y virtudes de Bolívar * En muchas partes del canto se da a entender a Huainacapac como el héroe de la libertad. * Habla sobre las virtudes del liderazgo de la lucha y del valor TEMA: GENERO ÉPICO NARRATIVO; CANTO ÉPICO: SENTIMIENTOS: 1. ODIO 2. VALENTÍA 3. CORAJE 4. ESPERANZA 5. FE 6. VALOR INDIVIDUAL 7. RESPONSABILIDAD 8. INTEGRIDAD 9. PATRIOTISMO 10. ENVIDIA 11. DOLOR 12. FURIA 13. PAZ MÉTRICA: - heptasílabos: 18 - octosílabos: 15 - eneasílabos: 7 - decasílabos: 10 - endecasílabos: 103 - dodecasílabos: 107 - tredecasílabos: 41 - Tetradecasílabos o alejandrinos: 12 - pentadecasilabos: 2 RECURSOS LITERARIOS: Prosopopeya.- Existe prosopopeya cuando el poeta personifica a los Andes, que con la facultad de hablar dicen. “Nosotros vimos de Junín el campo, Vimos que al desplegarse Del Perú y de Colombia las banderas…” En otro caso, la prosopopeya aparece cuando los cielos adquieren atributos humanos: “Cesó el canto, los cielos aplaudieron…

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Canto A BolivarOBRA: CARTA A BOLVAR IDEA PRINCIPAL: Trata sobre la Batalla de Junn y Ayacucho en la que particip Bolvar e intervienen otros personajes como Sucre, Miller, Crdova, Santa Cruz, Necochea, Huaicanapac, entre otros. IDEAS SECUNDARIAS: * Figura las luchas libertarias que sirvieron para dar a nuestros compatriotas un espritu nacionalista. * Sobre la Batalla de la independencia y el desconocido camino de la libertad. * En los primeros versos se alaga la valenta y virtudes de Bolvar * En muchas partes del canto se da a entender a Huainacapac como el hroe de la libertad. * Habla sobre las virtudes

del liderazgo de la lucha y del valor TEMA: GENERO PICO NARRATIVO; CANTO PICO: SENTIMIENTOS: 1. ODIO 2. VALENTA 3. CORAJE 4. ESPERANZA 5. FE 6. VALOR INDIVIDUAL 7. RESPONSABILIDAD 8. INTEGRIDAD 9. PATRIOTISMO 10. ENVIDIA 11. DOLOR 12. FURIA 13. PAZ MTRICA: - heptaslabos: 18

- octoslabos: 15 - eneaslabos: 7 - decaslabos: 10 - endecaslabos: 103 - dodecaslabos: 107 - tredecaslabos: 41 - Tetradecaslabos o alejandrinos: 12 - pentadecasilabos: 2 RECURSOS LITERARIOS: Prosopopeya.- Existe prosopopeya cuando el poeta personifica a los Andes, que con la facultad de hablar dicen. Nosotros vimos de Junn el campo, Vimos que al desplegarse Del Per y de Colombia las banderas En otro caso, la prosopopeya aparece cuando los cielos adquieren atributos humanos: Ces el canto, los cielos aplaudieron

La Victoria de Junn Canto a Bolvar ............ 1 El trueno horrendo que en el fragor revienta y sordo retumbando se dilata por la inflamada esfera, al Dios anuncia que en el cielo impera. ........................................................... ............................ Y el rayo que en Junn rompe y ahuyenta la hispana muchedumbre que, ms feroz que nunca , amenazaba, a sangre y fuego, eterna servidumbre, y el canto de victoria que en ecos mil discurre, ensordeciendo el hondo valle y enriscada cumbre, proclaman a Bolvar en la tierra rbitro de la paz y de la guerra. Las soberbias pirmides que al cielo el arte humano osado levantaba para hablar a los siglos y naciones, -templos do esclavas manos deificaban en pompa a sus tiranosludibrio son del tiempo, que con su ala dbil las toca y las derriba al suelo, despus que en fcil juego el fugaz viento borr sus mentirosas inscripciones; y bajo los escombros, confundido entre la sombra del eterno olvido, -oh de ambicin y de miseria ejemplo!el sacerdote yace, el dios y el templo. Mas los sublimes montes, cuya frente a la regin etrea se levanta, que ven las tempestades a su planta

brillar, rugir, romperse, disiparse, los Andes, las enormes, estupendas moles sentada sobre bases de oro, la tierra con su peso equilibrado, jams se movern. Ellos, burlando de ajena envidia y del protervo tiempo la furia y el poder, sern eternos de libertad y de victoria heraldos, que, con eco profundo, a la postrema edad dirn del mundo: "Nosotros vimos de Junn el campo, vimos que al desplegarse del Per y de Colombia las banderas, se turban las legiones altaneras, huye el fiero espaol despavorido, o pide paz rendido. Venci Bolvar, el Per fue libre, y en triunfal pompa Libertad sagrada en el templo del Sol fue colocada." 6 Quien me dar templar el voraz fuego en que ardo todo yo? Trmula, incierta, torpe la mano va sobre la lira dando discorde son. Quin me liberta del dios que me fatiga...? Siento unas veces la rebelde Musa, cual bacante en furor, vagar incierta por medio de las plazas bulliciosa, o sola por las selvas silenciosas, o las risueas playas que manso lame e l caudaloso Guayas; otras el vuelo arrebata tiende sobre los montes, y de all desciende

al campo de Junn, y ardiendo en ira, los numerosos escuadrones mira que el odiado pendn de Espaa arbolan, y en cristado morrin y peto armada, cual amazona fiera, se mezcla entre las filas la primera de todos los guerreros, y a combatir con ellos se adelanta, triunfa con ellos y sus triunfos canta. Tal en los siglos de virtud y gloria, donde el guerrero solo y el poeta eran dignos de honor y de memoria, la musa audaz de Pndaro divino, cual interpido atleta, en inmortal porfa al griego estadio concurrir sola; y en estro hirviendo y en amor de fama y del metro y del nmero impaciente, pulsa su lira de oro sonorosa y alto asiento concede entre los dioses al que fuera en la lid ms valeroso, o al ms afortunado; pero luego, envidiosa de la inmortalidad que les ha dado, ciega se lanza al circo polvoroso, las alas rapidsimas agita y al carro vencedor se precipita, y desatando armnicos raudales, pide, disputa, gana, o arrebata la palma a sus rivales Quin es aquel que el paso lento mueve sobre el collado que a Junn domina? que el campo desde all mide y el sitio

del combatir y del vencer desina? que la hueste contraria observa, cuenta, y en su mente la rompe y desordena, y a los ms bravos a morir condena, cual guila caudal que se complace del alto cielo en divisar la presa que entre el rebao mal segura pace? Quin el que ya desciende pronto y apercibido a la pelea? 10 Preada en tempestades le rodea nube tremenda, el brillo de su espada es el vivo reflejo de la gloria; su voz un trueno, su mirada un rayo. Quin, aquel que, al trabarse la batalla, ufano como nuncio de victoria, un corcel impetuoso fatigado, discurre sin cesar por toda parte...? Quin sino el hijo de Colombia y Marte? 11 Son su voz: "Peruanos, mirad all los duros opresores, de vuestra patria; bravos Colombianos en cien crudas batallas vencedores, mirad all los duros opresores que buscaba vens desde Orinoco: suya es la fuerza y el valor es vuestro, vuestra ser la gloria; pues lidiar con valor y por la patria es el mejor presagio de victoria. Acometed, que siempre de quien se atreva ms el triunfo ha sido; quien no espera vencer, ya esta vencido."

Dice, y al punto cual fugaces carros que, dada la seal, parten y en densos de arena y polvo torbellinos ruedan; arden los ejes, se estremece el suelo, estrpito confuso asorda el cielo, y en medio del afn cada cual teme que los dems adelantarse puedan; as los ordenados escuadrones que del iris reflejan los colores o la imagen del sol en sus pendones, se avanza a la lid. Oh! quien! temiera, quin, que en su mpetu mismo los perdiera! Perderse! no, jams; que en la pelea los arrastra y anima e importuna de Bolvar el genio y la fortuna. Llama improviso al bravo Necochea, y mostrndole el campo, partir, acometer, vencer le manda, y el guerrero esforzado, otra vez vencedor, y otra cantando, dentro en el corazn por patria jura cumplir la orden fatal y a la victoria o a noble y cierta muerte se apresura. Ya el formidable estruendo del tambor en uno y otro bando, y el son de las trompetas clamoroso, y el relinchar del alazn fogoso que erguida la cerviz y el ojo ardiendo en blico furor, salta impaciente do ms se encruelece la pelea, y el silbo de las balas que rasgando

el aire, llevan por doquier la muerte, y el choque asaz horrendo de selvas densas de ferradas picas, y el brillo y estridor de los aceros que al sol reflectan sanguinos visos, y espadas, lanzas, miembros esparcidos o en torrentes de sangre arrebatados, y el violento tropel de los guerreros que ms feroces mientras ms heridos, dando y volviendo el golpe redoblando, mueren, mas no se rinden... todo anuncia que el momento ha llegado, en el gran libro del destino escrito, de la venganza al pueblo americano, de mengua y de baldn al castellano. 15 Si el fanatismo con sus furias todas, hijas del negro averno, me inflamara, y mi pecho y mi musa enardeciera en tartreo furor, del len de Espaa, al ver dudoso el triunfo, me atreviera a pintar el rencor y horrible saa. Ruge atroz, y cobrando ms fuerza en su despecho, se abalanza, abrindose ancha calle entre las haces, por medio el fuego y contrapuestas lanzas; rayos respira, mortandad y estrago, y sin pararse a devorar la presa, prosigue en su furor, y en cada huella deja de negra sangre un hondo lago. 16 En tanto el Argentino valeroso

recuerda que vencer se le ha mandado, y no ya cual caudillo, cual soldado los formidables mpetus contiene y uno en contra de ciento se sostiene, como tigre furiosa de rabiosos mstiles acosada, que guardan el redil, mata, destroza, ahuyenta sus contrarios, y aunque herida, sale con la victoria y con la vida. 17 Oh capitn valiente, blasn ilustre de tu ilustre patria, no morirs, tu nombre eternamente en nuestros fastos sonar glorioso, y bellas ninfas de tu Plata undoso a tu gloria darn sonoro canto y a tu ingrato destino acerbo llanto, Ya el intrpido Miller aparece y el desigual combate restablece. bajo su mando ufana marchar se ve la juventud peruana ardiente, firme, a perecer resuelta, si acaso el hado infiel vencer le niega. En el arduo conflicto opone ciega a los adversos dardos firmes pechos, y otro nombre conquista con sus hechos. . .Son sos los garzones delicados entre seda y aromas arrullados? los hijos del placer son esos fieros? S, que los que antes desatar no osaban

los dulces lazos de jazmn y rosa con que amor y placer los enredaban, hoy ya con mano fuerte la cadena quebrantaban ponderosa que at sus pies, y vuelan denodados a los campos de muerte y gloria cierta, apenas la alta fama los despierta de los guerreros que su cara patria en tres lustros de sangre libertaron, y apenas el querido nombre de libertad su pecho inflama, y de amor patrio la celeste llama prende en su corazn adormecido. 9 . . Tal el joven Aquiles, que en infame disfraz y en ocio blando de lnguidos suspiros, los destinos de Grecia dilatado, vive cautivo en la beldad de Sciros: los hijos pace en el vistoso alarde de arreos y de galas femeniles que de india y Tiro y Menfis opulenta curiosos mercadantes le encarecen, mas a su vista apenas resplandecen pavs, espada y yelmo, que entre gasas el Itacense astuto le presenta, psmase... se recobra y con violenta mano el templado acero arrebatado, rasga y arroja las indignas tocas, parte, traspasa el mar , y en la troyana arena muerte, asolacin, espanto difunde por doquier; todo le cede... aun Hctor retrocede...

y cae al fin, y en derredor tres veces su sangriento cadver profanado, al veloz caro atado del vencedor inexorable y duro, el polvo barre del sagrado muro. 10 Ora mi lira resonar deba del nombre y las hazaas portentosas de tantos capitanes, que en este da la palma del valor se disputaron digna de todos...Carvajal ... y Silva... y Surez...y otros mil...; ms improviso la espada de Bolvar aparece, y a todos los guerreros, como el sol a los astros, oscurece. 11 Yo acaso ms osado le cantara, si la meonia Musa me prestara la resonante trompa que otro tiempo cantaba al crudo Marte entre los Traces, bien animado las terribles haces, bien los fieros caballos, que la lumbre de la gida de Palas espantaba. 12 Tal el hroe brillaba por las primeras filas discurriendo. Se oye su voz su acero resplandece, do ms la pugna y el peligro crece. Nada le puede resistir...Y es fama, -oh portento inaudito!que bello nombre de Colombia escrito sobre su frente, en torno despeda

rayos de luz tan viva y refulgente que, deslumbrado el espaol, desmaya, tiembla, pierde la voz, el movimiento, slo para la fuga tiene aliento. 24 As cuando en la noche algn malvado va a descargar el brazo levantado, si de improviso lanza un rayo el cielo, se pasma y el pual trmulo suelta, hielo mortal a su furor retrocede. Ya no hay ms combatir. El enemigo el campo todo y la victoria cede; huye cual sirvo herido, y a donde huye, all encuentra la muerte. Los caballos que fueron su esperanza en la pelea, heridos espantados, por el campo o entre las filas vagan, salpicando el suelo en sangre que su crin gotea, derriban al jinete, lo atropellan, y las catervas van despavoridas, o unas en otras con terror se estrellan. 25 Crece la confusin crece el espanto. y al impulso del aire, que vibrando sube en clamores y alaridos lleno, tremen las cumbres que respeta al trueno. Y discurriendo el vencedor en tanto por cimas de cadveres y heridos, postra al que huye, perdona a los rendidos. 26

Padre del universo, Sol radioso, dios del Per, modera omnipotente el ardor de tu carro impetuoso, y no escondas tu luz indeficiente... Una hora ms de luz...- Pero esta hora no fue la del destino. El dios oa el voto de su pueblo, y de la frente el cerco de diamante desceia, en fugaz rayo el horizonte dora, en mayor disco menos luz ofrece y veloz tras los Andes se oscurece. 13 Tendi su manto lbrego la noche: y las reliquias del perdido bando, con sus tristes y atnitos caudillos, corren sin saber dnde , espavoridas y de su sombra misma se estremecen, y al fin en las tinieblas ocultando su afrenta y su favor, desaparecen. 28 Victoria por la patria ! oh Dios, victoria ! Triunfo a Colombia y a Bolvar gloria ! 29 Ya el ronco parche y el clarn sonoro no a presagiar batalla y muerte suena ni a enfurecer las almas, mas se estrena en alentar el bullicio coro de vivas y patriticas canciones. Arden cien pinos, y a su luz, las sombras huyeron, cual poco antes desbandadas

huyeron de la espada de Colombia las vandlicas huestes debeladas. 30 En torno de la lumbre, el nombre de Bolvar repitiendo y las hazaas de tan claro da, los jefes y la alegre muchedumbre consumen en acordes libaciones de Baco y Ceres los celestes dones 30 "Victoria, paz -clamabanpaz para siempre. Furia de la guerra, hndete al hondo averno derrocada. Ya cesa el mal y el llanto de la tierra. Paz para siempre. La sangunea espada, o cubierta de orn ignominioso, o en el til arado transformada, nuevas leyes dar. Las varias gentes del mundo que, a despecho de los cielos y del ignoto ponto proceloso, abri a Coln su audacia o su codicia, todas ya para siempre recobraron en Junn libertad, gloria y reposo." 32 "Gloria, mas no reposo", -de repente clam una voz de lo alto de los cielos; y a los ecos los ecos por tres veces "Gloria, mas no reposo", respondieron. El suelo tiembla, y, cual fulgentes faros, de los Andes las cspides ardieron; y de la noche el pavoroso manto se transparenta y rsgandose, y el ter all lejos pursimo aparece

y en rsea luz baado resplandece. 33 Cuando improviso veneranda Sombra, en faz serena y ademn augusto, entre cndidas nubes se levanta: del hombro izquierdo nebuloso manto pende, y su diestra areo cetro rige; su mirar noble, pero no saudo; y nieblas figuran a su planta penacho, arco, carcaj, flechas y escudo; una zona de estrellas glorificaba en derredor su frente y la borla imperial de ella pendiente. 34 Mir a Junn, y plcida sonrisa vag sobre su faz. " Hijos decageneracin del sol afortunada, que con placer yo puedo llamar ma, yo soy Huayna-Capac, soy el postrero del vstago sagrado; dichoso rey, mas padre desgraciado. De esta mansin de paz y luz he visto correr las tres centurias de maldicin, de sangre y servidumbre y el imperio regido por las Furias. 14 No hay punto en estos valles y estos cerros que no mande tristsimas memorias. Torrentes mil de sangre se cruzaron aqu y all; las tribus numerosas al ruido del caon se disiparon, y los restos mortales de mi gente

aun a las mismas rocas fecundaron. Mas all un hijo expira entre los hierros de su sagrada majestad indignos... Un insolente y vil aventurero y un iracundo sacerdote fueron de un poderoso Rey los asesinos... Tantos horrores y maldades tantas por el oro que hollaban nuestras plantas! 15 36 Y mi Huscar tambin... Yo no viva! Que de vivir, lo juro, bastara, sobrara a debelar la hidra espaola esta mi diestra triunfadora, sola. Y nuestro suelo, que ama sobre todos el Sol mi padre, en el estrago fiero no fue, oh dolor! ni el solo, ni el primero: que mis caros hermanos el gran Guatimozn y Motezuma conmigo el caso acerbo lamentaron de su nefaria muerte y cautiverio, y la devastacin del grande imperio, en riqueza y poder igual al mo... Hoy con noble desdn, ambos recuerdan el ultraje iuaidito,y entre fiestas alevosas el dardo prevenido y el lecho en vivas ascuas encendido. 16 Guerra al usurpador!- Qu le debemos? luces, costumbres, religin o leyes...? Si ellos fueron estpidos, viciosos, feroces y por fin superticiosos!

Qu religin? la de Jess?... Blasfemos! Sangre, plomo veloz, cadenas fueron los sacramentos santos que trajeron. Oh religin! Oh fuente pura y santa de amor y de consuelo para el hombre! cuntos males se hicieron en tu nombre! Y qu lazos de amor.? Por los oficios de la hospitalidad ms generosa hierros nos dan, por gratitud, suplicios. Todos, s, todos; menos uno solo: el mrtir el amor americano, de paz, de caridad apstol santo, divino Casas, de otra patria digno; nos am hasta morir.- Por tanto ahora en el empreo entre los Incas mora.

En tanto la hora inevitable vino que con diamante seal el destino a la venganza y gloria de mi pueblo: y se alza el vengador.- Desde otros mares, como sonante tempestad, se acerca, y fulmin; y del Inca en la Peana, que el tiempo y un poder furial profana, cual de un dios irritado en los altares, las vctimas cayeron a millares. Oh campos de Junn!... Oh predilecto hijo y amigo y vengador del Inca! Oh pueblos, que formis un pueblo solo y una familia, y todos sois mis hijos! vivid, triunfad..." El Inca esclarecido

iba a seguir, mas de repente queda en xtasis profundo embebecido: atnito, en el cielo ambos ojos inmviles pona, y en la improvisada inspiracin absorto, la sombra de una estatua pareca. 18 Cobr la voz al fin. " Pueblos -decala pgina fatal ante mis ojos desenvolvi el destino, salpicada toda en purprea sangre, mas en torno tambin en bello resplandor baada. Jefe de mi nacin, nobles guerreros, od cuanto mi orculo os previene, y requerid los nclitos aceros, y en vez de cantos nueva alarma suene; que en otros campos de inmortal memoria la Patria os pide, y el destino os manda otro afn, nueva lid, mayor victoria". Las legiones atnitas oan; mas luego que se anuncia otro combate, se alzan, arman, y al orden de batalla ufanas y prestsimas corrieran y ya de acometer la voz esperan. 40 Reina el silencio; mas de su alta nube el Inca exclama: "De ese ardor es digna la ardua lid que os espera; ardua, terrible, pero al fin postrera. Ese adalid vencido vuela en su fuga a mi sagrada Cuzco, y en su furia insensata, gentes, armas, tesoros arrebata, y a nuevo azar entrega su fortuna;

venganza, indignacin, furor le inflaman y all en su pecho hierven , como fuegos de un volcn en las entraas braman. Marcha; y el mismo campo donde ciegos en sangrienta porfa los primeros tiranos disputaron cul de ellos solo dominar deba, -pues el poder y el oro dividido templar su ardiente fiebre no podaen ese campo, que a discordia ajena debi su infausto nombre y la cadena que despus arrastr todo el imperio, all no sin misterio, venganza y gloria nos darn los cielos. Oh valle de Ayacucho bienhadado! Campo sers de gloria y de venganza... Mas no sin sangre... Yo me estremeciera si mi ser inmortal no lo impidiera! All Bolvar en su heroica mente mayores pensamientos revolviendo, el nuevo triunfo trazar, y haciendo de su genio y poder un nuevo ensayo, al joven Sucre prestar su rayo, al joven animoso, a quien del Ecuador montes y ros dos veces aclamaron victorioso. Ya se ver en la frente del guerrero toda el alma del hroe reflejada, que l le quiso infundir de una mirada. Como torrentes desde alta cumbre

al valle de mil raudales despeados, vendrn los hijos de la infanda Iberia, soberbios en su fiera muchedumbre, cuando a su encuentro volar impaciente tu juventud, Colombia belicosa, y la tuya, Oh Per! de la fama ansiosa, y el caudillo impertrrito a su frente. 43 Atroz, horrendo choque, de azar lleno! Cual aturde y espanta en su estallido de hrrida tempestad el postrer trueno, arder en fuego el aire, en humo y polvo oscurecerse el cielo y, con la sangre en que rebosa el suelo, se ver al Apurmac de repente embravecer su rpida corriente. 44 Mientras por sierras y hondos precipicios, a la hueste enemiga el impaciente Crdova fatiga, Crdova, a quien inflama fuego de edad y amor de patria y fama, Crdova, en cuyas sienes con bello arte crecen y se entrelazan tu mirto. Venus, tus laureles, Marte. Con su Miller los Hasares recuerdan el nombre de Junn, Vargas su nombre, y Vencedor el suyo con su Lara en cien hazaas cada cual ms clara. All por otra parte, sereno, pero siempre infatigable, terrible cual su nombre, batallando

se presenta La-Mar, y se apresura la tarda rota del protervo bando. Era su antiguo voto, por la patria combatir y morir; Dios complacido combatir y vencer le ha concedido. Mrtir del pundonor, he aqu tu da: ya la calumnia impa bajo tu pie bramando confundida, te sonre la Patria agradecida; y tu nombre glorioso, al armnico canto que resuena en las floridas mrgenes del Guayas que por orlo su corriente enfrena, se mezclar, el pecho de tu amigo, tus hazaas cantando y de ventura, palpitar de gozo y de ternura. Lo grande y peligroso hiela al cobarde, irrita al animoso. Qu intrepidez! qu sbito coraje el brazo agita y en el pecho prende del que su patria y libertad defiende! El menor resistir es nuevo ultraje. El jinete impetuoso, el fulmneo arcabuz de s arrojado, lanzase a tierra con el hierro a su mano, pues le parece en trace tan dudoso lento el caballo, perezoso el plomo. Crece el ardor. Ya cede en toda parte el nmero al valor, la fuerza al arte. 47 Y el Ibero arrogante en las memorias de sus pasadas glorias,

firme, feroz resiste, y ya en idea, bajo triunfales arcos, que alzar debe la sojuzgada Lima, se pasea. Mas su afn, su ilusin, sus artes... nada; ni la resuelta y numerosa tropa le sirve. Cede al mpetu tremendo; y el arma de Bayln rindi cayendo el vencedor de Europa. 48 Perdi el valor, mas no las iras pierde, y en furibunda rabia el polvo muerde; alza el prpado grave, y sanguinosos ruedan sus ojos y sus dientes crujen; mira la luz, se indigna de mirarla, acusa, insulta al cielo, y de sus labios crdenos, espumosos, votos y negra sangre y hiel brotando, en vano un vengador, muere , invocando. 49 Ah! ya diviso mseras reliquias, con todos sus caudillos humillados, venir pidiendo paz; y generoso, en nombre de Bolvar y la Patria, no se la niega el Vencedor glorioso, y su triunfo sangriento con el ramo feliz de paz corona. Que si Patria y honor le arman la mano arde en venganza el pecho americano, y cuando vence, todo lo perdona. Las voces, el clamor de los que vencen, y de Quin las speras montaas y los cncavos senos de la tierra

y los ecos sin fin de la ardua sierra, todos repiten sin cesar: Victoria! Y las bullentes linfas de Apurmac a las fugaces linfas de Ucayale se unen, y unidas, llevan presurosas, en sonante murmullo y el alba espuma, con palmas en las manos y coronas, esta nueva feliz al Amazonas. Y el esplndido rey al punto ordena a sus delfines, ninfas y sirenas que en clamorosos plcidos cantares, tan gran victoria anuncien a los mares. Salud, oh Vencedor! oh Sucre! vence, y de nuevo laurel orla tu frente; alta esperanza de tu insigne patria, como la palma al margen de un torrente crece tu nombre... y sola, en este da tu gloria, sin Bolvar, brillara. Tal se ve Hspero arder en su carrera; que del nocturno cielo suyo el imperio sin la luna fuera. 53 Por las manos de Sucre la Victoria cie a Bolvar lauro inmarcesible. Oh Triunfador! la palma de Ayacucho, fatiga eterna al bronce de la Fama, segunda vez Libertador te aclama. 54 Esta es la hora feliz. Desde aqu empieza la nueva edad al Inca prometida de libertad, de paz y de grandeza.

Rompiste la cadena aborrecida, la rebelde cerviz hispana hollaste, grande gloria alcanzaste; pero mayor te espera, si a mi Pueblo, as cual a la guerra lo conformas y a conquistar su libertad le empeas, la rara y ardua ciencia de merecer la paz y vivir libre con voz y ejemplo y con poder le enseas. 55 Yo con riendas de seda reg el pueblo, y cual padre le am, mas no quisiera que el cetro de los Incas renaciera; que ya se vio algn Inca que teniendo el terrible poder todo en su mano, comenz padre y acab tirano. Yo fui conquistador, ya me avergenzo del glorioso y sangriento ministerio, pues un conquistador, el ms humano, formar, mas no regir debe un imperio. 56 Por no trillada senda, de la gloria al templo vuelas, nclito Bolvar: que ese poder tremendo que te fa de los Padres el ntegro senado, si otro tiempo perder a Roma pudo, en tu potente mano es a la Libertad del Pueblo escudo. 27 Oh Libertad! el hroe que poda ser el brazo de Marte sanguinario, se es tu sacerdote ms celoso,

y el primero que toma el incensario y a tus aras se inclina silencioso. Oh Libertad! si al pueblo americano la solemne misin ha dado el cielo de domear el monstruo de la guerra y dilatar tu imperio soberano por las regiones todas de la tierra y por las ondas todas de los mares, no temas, con este hroe, que algn da eclipse el ciego error tus resplandores, supersticin profane tus altares, ni que insulte tu ley la tirana; ya tu imperio y tu culto son eternos. Y cual restauras en su antigua gloria del santo y poderoso Pacha-Camac el templo portentoso, tiempo vendr, mi orculo no miente, en que dars a pueblos destronados su majestad ingnita y su solio, animars las ruinas de Cartago, relevars en Grecia el Arepago, y en la humillada Roma el Capitolio. Tuya ser, Bolvar esta gloria, tuya romper el yugo de los reyes y, a su despecho, entronizar las leyes; y la discordia en spides crinada, por tu brazo en cien nudos aherrojada, ante los haces santos confundidas hars temblar las armas parricidas. Ya las hondas extraas de la tierra

en larga vena ofrecen el tesoro que en ellas guarda el Sol, y nuestros montes los valles regarn con lava de oro. Y el pueblo primognito dichoso de Libertad, que sobre todos tanto por su poder y gloria se enaltece, como entre sus estrellas, la estrella de Virginia resplandece, nos da el sculo santo de amistad fraternal. Y las naciones del remoto hemisferio celebrado, al contemplar el vuelo arrebatado de nuestras musas y artes, como iguales amigos nos saludan, con el tridente abriendo la carrera la Reina de los mares, la primera. Ser perpetua, oh pueblos! esta gloria y vuestra libertad incontrastable contra el poder y liga detestable de todos los tiranos conjurados, si en lazo federal, de polo a polo, en la guerra y la paz vivs unidos; vuestra fuerza es la unin. Unin, oh pueblos! para ser libres y jams vencidos. Esta unin, este lazo poderoso la gran cadena de los Andes sea, que en fortsimo enlace, se dilatan del uno al otro mar. Las tempestades del cielo ardiendo en fuego se arrebatan, erupciones volcnicas arrasan campos, pueblos, vastsimas regiones,

y amenazan horrendas convulsiones el globo destrozar desde el profundo; ellos empero, firmes y serenos ven el estrago funeral del mundo. 32 sta es Bolvar, aun mayor hazaa que destrozar el frreo cetro a Espaa, y es digna de ti solo; en tanto triunfa... ya se alzan los magnficos trofeos y tu nombre, aclamando por las vecinas y remotas gentes en lenguas, voces, metros diferentes, recorrer la serie de los siglos en las alas del canto arrebatado... 62 Y en medio del concento numeroso la voz el Guayas crece y a las ms resonantes enmudece, 63 T salud y honor de nuestro pueblo sers viviendo, y ngel poderoso que lo proteja, cuando tarde al empreo el vuelo arrebatares y entre los claros Incas a la diestra de Manco te sentares. As place el destino. Oh! ved al cndor, al peruviano rey del pueblo aerio, a quien ya cede el guila el imperio, vedle cul desplegado en nuevas galas las esplndidas alas sublime a la regin del sol se eleva y el alto augurio que os revelo aprueba.

65 Marchad, marchad, guerreros, y apresurad el da de la gloria; que en la fragosa margen de Apurmac con palmas os espera la victoria." Dijo el Inca; y las bvedas etreas de par en par se abrieron, en viva luz y resplandor brillaron y en celestiales cantos resonaron. Era el coro de cndidas Vestales, las vrgenes del Sol, que rodeando al Inca como a sumo Sacerdote, en gozo santo y ecos virginales en torno van cantando del Sol las alabanzas inmortales. 68 "Alma eterna del mundo, dios santo del Per, Padre del Inca, en tu giro fecundo gzate sin cesar, Luz bienhechora viendo ya libre el pueblo que te adora. 69 La tiniebla de sangre y servidumbre que ofuscaba la lumbre de tu radiante faz pura y serena se disip, y en cantos se convierte la querella de muerte y el ruido antiguo de servil cadena. 70 Aqu la Libertad busc un asilo amable peregrina, y ya lo encuentra plcido y tranquilo, y aqu poner la diosa

quiere su templo y ara milagrosa; aqu, olvidada de su cara Helvencia, se viene a consolar de su ruina de los altares que le alz la Grecia, y en todos sus orculos proclama que al Madaln y al Rmac bullicioso ya sobre el Tber y el Eurotas ama. Oh Padre! oh claro sol! no desampares este suelo jams, ni estos altares. 72 Tu vivfico ardor todos los seres anima y reproduce; por ti viven, y accin, salud, placer, beldad reciben. T al labrador despiertas y a las aves canoras en tus primeras horas, y son tuyos sus cantos matinales; por ti siente el guerrero en amor patrio enardecida el alma, y al pie de tu ara rinde placentero su laurel y su palma, y tuyos son sus cnticos marciales. 73 Fecunda, oh Sol! tu tierra, y los males repara de la guerra. 74 Da a nuestros campos frutos abundosos, aunque niegues el brillo a los metales, da naves a los puertos, pueblos a los desietos, a las armas victoria, alas al genio y a las Musas gloria. 75 Dios del Per, sostn, salva conforta

el brazo que te venga. no para nuevas lides sanguinosas, que miran con horror madres y esposas, sino para poner a olas civiles lmites ciertos, y que en paz florezcan de la alma paz los dones soberanos, y arredre a sediciosos y a tiranos. Brilla con nueva luz, Rey de los cielos, brilla con nueva luz en aquel da del triunfo que magnfica prepara a su Libertador la patria ma. -Pompa digna del Inca y del imperio que hoy de su ruina a nuevo ser revive! 76 Abre tus puertas, opulenta Lima, abate tus murallas y recibe al noble triunfador que rodeado de pueblos numerosos y aclamado ngel de la esperanza y genio de la paz y de la gloria, en inefable majestad avanza. Las musas y las artes revolando en torno van del carro esplendoroso, y los pendones patrios vencedores al aire vago ondean, ostentando del sol la imagen, de iris los colores. Y en gil planta y en gentiles formas dando al viento el cabello desparcido, de flores matizado, cual las horas del sol, raudas y bellas saltan en derredor lindas doncellas en giro no estudiado; las glorias de su patria en sus patrios cantares celebrando y en sus pulidas manos levantando,

albos y tersos como el seno de ellas cien primorosos vasos de alabastro que espiran fragantsimos aromas, y de su centro se derrama y sube por los cerleos mbitos el cielo de ondoso incienso transparente nube. 77 Cierran la pompa esplndidos trofeos y por delante en larga serie marchan humildes, confundidos, los pueblos y los jefes ya vencidos: all procede el Astur belicoso all va el Cataln infatigable, y el agreste Celtbero indomable, y el Cntabro feroz, que a la romana cadena el cuello sujet el postrero, y el Andaluz liviano, y el adusto y severo Castellano; ya el ureo Tajo cetro y nombre cede, y las que antes, graciosas fueron honor del fabuloso suelo, Ninfas del Tormes y el Genil en duelo se esconden silenciosas, y el grande Betis viendo ya marchita su sacra oliva, menos orgulloso, pega su antiguo feudo al mar undoso. 78 El sol suspenso en la mitad del cielo aplaudir esta pompa- Oh Sol! oh Padre! tu luz rompa y disipe las sombras del antiguo cautiverio, tu luz nos d el imperio, tu luz la libertad nos restituya; tuya es la tierra y la victoria es tuya".

79 Ces el canto; los cielos aplaudieron y en plcido fulgor resplandecieron. Todos quedan atnitos; y en tanto tras la dorada nube el Inca santo y las santas Vestales se escondieron. 80 Mas cul audacia te elev a los cielos, humilde musa ma? Oh! no reveles a los seres mortales en dbil canto , arcanos celestiales. 81 Y cian otros la apolnea rama y sintense a la mesa de los dioses, y los arrulle la parlera fama, que es la gloria y tormento de la vida; yo volver a mi flauta conocida, libre vagando por el bosque umbro de naranjos y opacos tamarindos, o entre el rosal pintado y oloroso que matiza la margen de mi ro, o entre risueos campos, do en pomposo trono piramidal y alta corona, la pia ostenta el cetro de Pomona; y me dir feliz si mereciere, al colgar esta lira en que he cantado en tono menos dino la gloria y el destino del venturoso pueblo americano, yo me dir feliz si mereciere por premio a mi osada una mirada tierna de las Gracias y el aprecio y amor de mis hermanos, una sonrisa de la Patria ma, y el odio y el furor de los tirano

Fiestas Cvicas

Juaramento a al Bandera Las fechas cvicas tienen una importancia simblica e histrica en la vida de los pueblos. Cuando se recuerda un evento tan importante en la vida de una sociedad se est trayendo a la memoria un hito que tuvo un significado profundo en la historia de un pas. En ese sentido, el recordar una fecha tiene que ver con la construccin de la identidad, de los referentes, del sentido de continuidad histrica de una sociedad; es decir, es la bsqueda de identificacin con modelos de conducta que las personas actualmente deben imitar. Por tal razn son muy importantes esas fechas para consolidar el sentido de pertenencia Enero 28: Inmolacin De General Eloy Alfaro D. Enero 29: Protocolo De Ro De Janeiro Febrero 12: Da Del Archipilago De Galpagos Febrero 12: Descubrimiento Del Ro Amazonas Febrero 12: Da Del Oriente Ecuatoriano Febrero 27 : Da Del Civismo Martes Febrero 27: Da Del Ejrcito Ecuatoriano Febero 27: Da De La Unidad Nacional Marzo 10: Descubrimiento De Las Islas Galpagos Abril 12: Fundacin De Cuenca Abril 13: Da Del Maestro Ecuatoriano Abril 19: Da Americano Del Indio Abril 1: Da Universal Del Trabajo Mayo 13: Nacimiento De La Repblica Del Ecuador Mayo 24: BATALLA DE PICHINCHA Junio 1: Da Universal Del Nio Junio 4: Muerte De Antonio Jos De Sucre Junio 5: Revolucin Liberal Julio 24: Natalicio De Bolivar. Julio 25: Fundacin De Guayaquil Agosto 10: Primer Grito de Independencia Septiembre 26: Da de la Bandera Nacional Octubre 31: Da del escudo del Ecuador Noviembre 26: Da del himno Nacional Diciembre 6: Fundacin espaola de Quito.

Epica universal Introduccin

La historia de la Europa de las naciones comienza con la cada del Imperio Romano de Occidente, [1] en elao 476, a consecuencia del agravamiento de la crisis del siglo iii y de las invasiones de pueblos germnicos. Aproximadamente dos siglos antes de caer su imperio, Roma experiment un largo periodo de inestabilidad que iniciara su decadencia: primero, entre los aos 235 y 268, con la anarqua de los ejrcitos de las provincias, que continuamente se sublevaban para imponer su propio candidato al trono imperial; segundo, entre los aos 268 y 284, con el gobierno de la dinasta Iliria, que no pas de ser un intento de pacificacin frustrado. La crisis del siglo iii, de este modo, estableci un marco idneo para que, desde las fronteras septentrionales y aprovechando las luchas intestinas, los brbaros germnicos penetrasen poco a poco en el Imperio Romano. La cultura germnica se fundamentaba en los principios de la monarqua electiva, segn los cuales un consejo superior de guerreros elega a su dirigente, que ejerca de gobernante de la tribu o clan, una agrupacin ms o menos numerosa de familias con un ejrcito a su disposicin. La estructura social germnica, por otra parte, se divida de modo muy similar a la romana: la lite guerrera (o patricios), que ocupaba los estamentos ms elevados de la sociedad; los hombres libres (o plebeyos), que ejercan oficios, comerciaban y podan formar parte del ejrcito, y los esclavos, que bsicamente trabajaban la tierra y servan como criados a sus amos. La situacin sociopoltica de aquellas tribus tambin era bastante similar a la romana: todas ellas compartan una cultura comn pese a formar entidades independientes, de modo que las tensiones existan tanto con enemigos externos como entre los propios germnicos. Desde el siglo i, muchas de estas tribus que hasta entonces luchaban por el control de territorios extraos a Roma, se vieron forzadas a desplazarse ms hacia el sur para encontrar tierras de cultivo y de pastoreo, hasta el punto de tenerse que adentrar en los dominios del imperio. Las primeras oleadas migratorias, entre los siglos i y iv, fueron pacficas y hasta contaron con el visto bueno de Roma, que cargaba a los nuevos ocupantes impuestos especiales o los utilizaba como tropas mercenarias; una de las excepciones ms destacables respecto a esta situacin simbitica fue el saqueo de la ciudad de Roma por parte del godo Alarico I (375410), que mantuvo una estrecha alianza con los romanos hasta ser vctima de traicin. A partir del siglo v, pese a todo, la migraciones aumentaron en nmero e intensidad y las tribus germnicas iniciaron lo que ya poda considerarse una invasin. El principal motivo de este cambio de actitud fue el ltimo episodio de la expansin del imperio de Atila (406-453), que irrumpi en la actual Europa durante la primera mitad del siglo v atacando a los imperios oriental y occidental y a los reinos germnicos del norte y el noroeste del continente, los habitantes de los cuales se vieron forzados a traspasar las fronteras de Roma para huir de la devastacin de los hunos. [2] El poema de Beowulf: entre el paganismo y el cristianismo Segn Luis y Jess Lerate, el poema de Beowulf podra considerarse una epopeya nacional, pero en este caso, pese a haber sido escrita en Inglaterra y en la lengua que llamamos anglosajn o ingls antiguo, sera ms exacto entenderla como una epopeya de la antigua nacin germnica, en su conjunto, que de la posterior inglesa. [3] Del mismo modo, los hermanos Lerate consideran que los descendientes de los anglos, los sajones y los jutos establecidos en Gran Bretaa durante la poca de redaccin del poema de Beowulf an deban considerarse germnicos o escandinavos, ms que britnicos o ingleses, en el sentido contemporneo de estos conceptos. El poema que relata las gestas y heroicidades del mtico rey de los gautas, Beowulf, data aproximadamente del siglo viii, aunque la crtica contempornea duda de la exactitud de esta fechacin. La nica copia que se ha conservado del texto, en el cdice Nowell del manuscrito Cotton Vitellius A XV, [4] data aproximadamente del ao 1000 y fue redactada por un clrigo annimo, que introdujo en el poema algunas referencias cristianas ausentes en el original germnico: la creacin del universo segn los parmetros del

catolicismo, el diluvio universal, el episodio bblico de Can y Abel, etc. De hecho, tal y como suceda en la antigedad, la literatura pica de la Alta Edad Media an era esencialmente oral, de modo que el Beowulf transcrito por el clrigo ingls ya haba sufrido, a lo largo de su historia como cantar de gesta, mltiples variaciones y modificaciones que jams nos permitirn conocer cmo fue realmente en su origen. Lo que los investigadores s han podido aclarar, por otra parte, es que la actual versin del texto se corresponde a la asimilacin de dos antiguas composiciones independientes con un protagonista en comn que, probablemente, el mismo clrigo ingls unific en una sola. La primera parte del poema de Beowulf, correspondiente en su integridad al primer de aquellos dos antiguos poemas, ocupa unos mil novecientos versos y narra las gestas del hroe frente a Grndel y su madre, dos seres demonacos de quienes se dice que eran descendientes de Can: Llambase Grndel aquel espantoso y perverso proscrito: moraba en fangales, en grutas y charcas. Desde tiempos remotos viva esta fiera entre gente infernal, padeciendo la pena que Dios infligi a Can y a su raza. Castig duramente el Seor de la Gloria la muerte de Abel, no obtuvo Can de su hazaa provecho: Dios le exili y apart de los hombres. [5] La temtica de este primer poema es totalmente danesa, ya que los hechos ocurren exclusivamente en Dinamarca, fuera de las fronteras del pas de los gautas (en el sur de la actual Suecia). El hroe, en este punto, lleva a cabo uno de los episodios del aprendizaje que algn da le conducir a liderar a su pueblo: Beowulf an no es rey de los gautas, sino un joven guerrero en busca de gestas que, conociendo los crmenes del infame Grndel, decide ir en auxilio del Hrot, el palacio del rey Hrdgar de Dinamarca, para librarlo de los ataques del monstruo y ganar honores. El poema explica que Grndel: [...] se irritaba en las torvas tinieblas, da tras da oyendo en la sala [6] el gozoso alboroto, los sones del arpa y el canto del bardo, que bien expona el origen primero de todas las razas, cmo Dios poderoso la tierra cre -la dulce campia que abrazan los mares-, cmo hizo el Eterno el sol y la luna para luz de los hombres que habitan el mundo; a los campos -deca- su adorno les puso de hierbas y ramas y de vida dot a los seres diversos que tienen aliento. [7] El trasfondo anticristiano de la motivacin que conduce a Grndel a actuar contra los daneses es, evidentemente, una aadidura posterior que, por desgracia, desbanc la intencionalidad primera de los antiguos poemas germnicos. Segn el poema, la curiosidad por saber qu hacan los guerreros del rey Hrdgar tras las fiestas que celebraban cada noche hizo que Grndel, en cierta ocasin, visitara el Hrot: [...] El demonio infernal, daino y furioso y pronto dispuesto, treinta vasallos con ira y con rabia

tom de sus lechos. Luego escap, del botn orgulloso, llevando consigo el macabro trofeo a su torva guarida. [8] Despus de la primera visita nocturna, Grndel continu atacando el palacio de Hrdgar durante doce largos aos, ante la impotencia del soberano y la desercin de sus vasallos, que se vean permanentemente amenazados por la envidia del descendiente de Can. El autor del poema, para introducir a Beowulf en el hilo argumental de la historia, se sirve de un recurso meta-literario cuando explica que: [...] En tristes cantos, la nueva extendiose y corri por el mundo; contaban que Grndel querella con Hrdgar tena de antiguo, que ao tras ao maldades y ultrajes, su odiosa querella, constantes seguan. l [9] paz no quera con hombre ninguno del pueblo dans ni dejar de matar recibiendo tributo. [10] Dos conceptos fundamentales de esta parte del poema llaman la atencin de especial modo: por una parte, la absoluta pasividad del rey Hrdgar ante una problemtica de estado que pone en peligro al conjunto de sus sbditos y hasta su propia posicin, tal y como haba sucedido con el homrico Pramo, que cedi la defensa de Troya a sus hijos, Hctor y Paris; o como ocurrir con el rey Mark, [11] que encomendar cualquier misin de importancia relevante a su vasallo Tristn (incluso la bsqueda de una esposa para contener una probable revuelta de los barones de Cornualles); o con el rey Arturo de Bretaa, que utilizar de modo similar a sus fieles caballeros de la mesa redonda (especialmente a Lancelot, que deber salvar a Ginebra, acusada de adulterio, en lugar de su marido y rey). Por otra parte, tambin debe destacarse de esta parte del poema el contradictorio conflicto entre paganismo y cristianismo presente en los siguientes versos: A menudo a los dioses en templos paganos ofrendas hacan, splica alzaban, ayuda esperando en su agobio sin fin del que mata las almas. Era tal la costumbre de gentes infieles: sus mentes ponan all en el infierno. No saban de Dios, del buen Creador, del Seor Poderoso; nunca alababan al Rey Celestial, al Seor de la Gloria. Triste de aquel que en horrible desgracia su espritu entrega al abrazo del fuego! Alivio no espere, ya nunca saldr! Feliz el varn que en el ltimo Da ante Dios se presenta y es acogido en el seno del Padre! [12] Segn Luis y Jess Lerate, sta es la nica referencia a cualquier tipo de prctica religiosa pagana del poema, ya que, a lo largo de la composicin y por un evidente intervencionismo clerical, los germnicos que aparecen en ella resultan ser anacrnicamente los ms devotos cristianos. A partir del v. 194, el gauta Beowulf comienza a formar parte de la historia. El autor lo presenta como un hombre de fuerza superior a cualquier otro en el mundo:

En fuerza exceda este noble varn a todos los hombres que vivos entonces haba en el mundo. [13] Tambin dice: [...] que tiene en su puo este noble varn la fuerza terrible de treinta guerreros. [14] Esta descripcin recuerda vagamente a la que sirvi, casi dos milenios antes, para introducir la deificada figura del faran Ramss II el Grande en el Poema de Pentaur egipcio. Pero tambin se dice de los acompaantes de Beowulf que eran quince: Selectos guerreros, los ms valerosos que pudo encontrar. [15] Las escasas armas de los gautas, descritas sin demasiados detalles, consisten en un yelmo, un arns (se dice que el de Beowulf es obra de Wland), [16] una cota de malla, un escudo, una lanza y una espada, pero el hroe gauta solicita a Hrdgar la gracia de poder luchar prescindiendo de ellas, ya que ha odo decir que Grndel ataca el Hrot con la manos desnudas: He odo decir que el feroz enemigo, en su loca arrogancia, sin armas ataca. Yo tambin luchar -de manera que a Hglac, mi noble seor, [17] mi osada contentesin ayuda de espada ni tampoco de escudo, amarillo broquel: con slo mi mano entrar con la fiera -un hombre con otroen mortal desafo. [18] Efectivamente, la noche en que el rey dans encomienda a Beowulf la custodia del palacio, Grndel se presenta sin armas y, sirvindose de su descomunal fuerza, asesina a uno de los guerreros gautas comindoselo vivo: Demorarse no quiso el daino gigante: veloz atrap, como presa primera, un guerrero dormido. Destroz al indefenso, en su carne mordi, bebile su sangre, voraz lo trag; pronto del todo lo tuvo engullido con manos y pies, el cuerpo sin vida. [19] Seguidamente, el hroe Beowulf se levanta y da inicio al terrible combate contra el monstruo antropfago. El combate que enfrenta a los protagonistas de esta primera parte del poema describe una pugna de dimensiones picas: la fuerza de Beowulf y la de Grndel no se pueden comparar con la de ningn otro ser vivo y la lucha, que slo puede finalizar con la muerte de uno de los contrincantes, acaba siendo desesperada; en cierto modo, el enfrentamiento entre Beowulf y Grndel podra recordar al de Gilgamesh y

Enkidu de la eterna epopeya sumeria, aunque, en sta, los rivales acaban siendo compaeros de gesta. Dice el autor del poema de Beowulf: Resonaba la estancia; gran miedo tena la gente danesa, los bravos seores que el burgo habitaban. Disputbanse ambos con furia terrible el hermoso palacio! Fue gran maravilla que firme la sala aguantase el combate, que en pie resistiese la excelsa morada; pero fuerte la hacan, por dentro y por fuera, tirantes de hierro muy bien trabajados. Abundante destrozo caus entre los bancos que el oro adornaba -as se refiere- la horrible pelea. Nunca pensaron los sabios del pueblo que nadie en el mundo pudiese daar de tan mala manera la rica mansin, la adornada con cuernos, si no era prendida y quemada en las llamas. [20] La lucha comienza favoreciendo a Beowulf, que rompe los dedos de una mano a Grndel, por lo que el objetivo primordial del monstruo se convierte repentinamente en huir y refugiarse en su guarida. De hecho, el autor del poema afirma que Grndel jams se encontr a un rival semejante. El enfrentamiento entre Beowulf y Grndel podra ser, por estos motivos, una excepcin en la literatura pica, en donde, como condicin sine qua non, hroe y antihroe deberan luchar en igualdad de condiciones (lo que se cumple en hacerlo desarmados) y con un ritmo literario que desequilibre la balanza alternativamente a favor de uno y de otro, a modo de captatio benevolente, para humanizar al hroe y tensar la cuerda del hilo argumental lo mximo posible (cosa que, tal y como veremos, no se produce). El gauta Beowulf habiendo roto la garra de Grndel, consigue finalmente arrancarle el brazo habindole roto tambin el hombro; el monstruo, que huye herido de muerte, acabar expirando su ltimo aliento en el fondo de su guarida, donde hasta entonces devoraba a las vctimas del palacio de Hrdgar: [...] Como claro trofeo, el varn victorioso la mano colg con el brazo y el hombro -completa se hallaba la garra de Grndel- de la alta techumbre. [21] Al siguiente da, pese a todo, la tragedia vuelve al hogar de Hrdgar, ya que la madre de Grndel asesina a uno de sus ms bienamados consejeros, llamado sker, para vengar la muerte de su hijo; adems, la vengativa madre se apodera de la garra de Grndel que Beowulf haba expuesto pblicamente a las puertas del Hrot. El autor reitera la pertenencia de Grndel al linaje de Can [22] y la maldad que lo distingue, aunque ste tambin es el caso de su madre: Atrapando con fuerza a un noble vasallo, pronto escap a su cinaga oculta. Al mejor de los hroes que Hrdgar tena, al varn con escudo que ms estimaba entre toda su gente, a se mat, al famoso guerrero. [23]

La reaccin de la corte danesa no se hace esperar y Hrdgar, hacindose acompaar de sus hombres y de Beowulf, sigue las huellas dejadas por la madre de Grndel para encontrar su escondrijo y vengar la muerte de sker. Beowulf, conociendo la noticia, le dijo al rey Hrdgar: No te aflijas, oh rey! Cumple mejor vengar al amigo que mucho llorarlo! Para todos nosotros un da se acaba la vida en la tierra, mas antes debemos cubrirnos de gloria: no hay cosa mejor para un noble guerrero despus de su muerte. [24] Deben verse en estas palabras tres de las principales ideas del orden de caballera, que, en el momento de ver la luz la versin escrita del poema de Beowulf, a principios del siglo xi, estaba plenamente presente en todas las cortes europeas: el honor, la gloria y la fama ms all de la muerte. Otra de las peculiaridades del relato es la importancia otorgada a los trofeos de guerra: [25] si Beowulf haba expuesto pblicamente la garra de Grndel en el Hrot, la madre de ste recibi a los guerreros daneses y gautas con la exhibicin en lo ms alto de un risco de la cabeza cortada del malogrado sker, en las inmediaciones de su guarida, que se describen entre as: Turbias de sangre -los hombres lo vieronlas olas hervan. El cuerno tocaba sus sones de guerra. Sentronse todos; en el lago observaron las muchas serpientes, extraos dragones que habitan el mar; en las rocas echados veanse monstruos, fieras y sierpes, de esos que al alba con torva intencin a menudo recorren la senda del barco. Emprendieron la huida con rabia maligna al or el sonido, el toque del cuerno. All con su arco el prncipe gauta una bestia mat haciendo que, dura, quedase en su pecho la flecha de guerra. Poco a poco en el lago ms lenta nadaba, segn pereca. Aquel ser espantoso pronto en el agua acosado se vio por fuertes arpones de punta terrible. Fue dominado y sacado a la orilla: se admiraron los hombres del osco enemigo. [26] Cuando Beowulf se equipa para el combate (cota de malla, yelmo y espada) y se adentra en el pantano que habita la madre de Grndel, el autor del poema explica que estuvo gran parte del da nadando sin llegar al fondo, hasta que la madre del ogro, sintiendo una presencia humana en sus dominios, se lanz hacia el hroe y lo arrastr hasta su cueva submarina, mientras innumerables bestias y serpientes le atacaban y mordan sin que Beowulf pudiera defenderse. Para el combate contra la madre de Grndel, y a diferencia de la lucha descrita anteriormente, Beowulf recurre a una poderosa espada, pero ni siquiera con esta poderosa arma puede herir al nuevo enemigo. Por este motivo: [...] fi en su poder, el vigor de su puo. Es as como acta aquel que en la lucha se quiere ganar duradero renombre: desprecia su vida! [27]

Nuevamente, el autor retoma el ideal caballeresco contemporneo para marcar el sino del hroe del relato: alcanzar una fama duradera que recuerde sus gestas ms all de su muerte, como Aquiles en la Ilada. Si bien la lucha entre Beowulf y Grndel se desarroll totalmente a fuerza de brazos de ambos contendientes, con la madre del ogro, de otro modo, el combate se llev a cabo con armas: la madre de Grndel hace uso de una daga que la cota de malla de Beowulf consigue aplacar y ste, que no haba conseguido herir al monstruo con su espada, toma otra que encuentra colgada en una pared de la cueva como trofeo de un antiguo combate vencido. Vio entre las armas un hierro invencible, una espada valiosa y con filo potente, delicia de un bravo. Era un arma sin tacha, mas tanto pesaba que nunca otro hombre -tan slo Beowulf- manejarla podra: fue por gigantes la pieza forjada. [28] El prncipe gauta hiri al monstruo en el cuello, y ste cay muerto a sus pies. Conseguido el objetivo de librar al pueblo dans de las maldades del linaje descendiente de Can, Beowulf tom nuevamente un trofeo de guerra cortndole la cabeza a Grndel, cuyo cadver reposaba en una de las estancias de la cueva, donde su madre lo haba depositado para llorarlo. De este modo, Beowulf surgi de las aguas del pantano con la cabeza de Grndel y la promesa de que el Hrot jams volvera a sufrir los ataques de aquellos malvados ogros. Antes de volver a su tierra natal, Beowulf recibi del rey Hrdgar doce regalos, haciendo gala de la generosidad del pueblo dans y de su soberano, algo importante en extremo para con los fieles aliados en tiempos medievales.

La muerte de Beowulf: la decadencia del pueblo gauta La segunda parte del poema de Beowulf, correspondiente a un relato oral independiente del anterior, discurre enteramente en el sur de la actual Suecia, aos despus de la aventura en el Hrot, siendo ya Beowulf el soberano del pueblo gauta. La accin no tiene nada que ver con la visita del hroe al reino de Dinamarca ni con las luchas contra Grndel y su madre, sino que comienza con una narracin que hizo fortuna en el folklore germnico y, ms concretamente, en el anglosajn: un proscrito se aventura a robar una pieza del tesoro de un dragn para conseguir el perdn de su amo en ofrecerle semejante ofrenda. El profesor Michael Alexander afirma que los dragones han sido, tradicionalmente, los celosos guardianes del oro: en los antiguos Gnomic Verses ingleses se dice que el dragn permanece en una guarida antigua y repleta de tesoros. [29] Segn Luis y Jess Lerate, los dragones son, en la tradicin literaria germnica, los caractersticos guardianes de tesoros ocultos. Ms adelante, en la obra de J. R. R. Tolkien, este tpico an perdura y, para la confeccin argumental de El hobbit, su autor se bas en esta leyenda insertada en el poema de Beowulf. Por otra parte, el dragn tambin ha sido relacionado frecuentemente con el imaginario hebreo y, posteriormente, tambin con el cristiano: la serpiente del Paraso, el dragn del Apocalipsis, etc. Podemos ver, en este punto, cmo ambas tradiciones se hermanan y hacen posible la perduracin de esta imagen del mal tanto en las figuras paganas del poema como, siglos despus, en su cristianizacin medieval. Su carcter posesivo hace que el dragn del poema de Beowulf quiera vengarse de todos los hombres despus de que uno de ellos (el proscrito) robara una copa de su tesoro. El dragn, habiendo descubierto el robo, reaccion con ira: El monstruo su fuego empez a vomitar incendiando las casas. De las llamas el brillo a la gente espantaba! Nadie quera

el feroz volador que con vida quedase! Lejos y cerca se pudo observar la horrible proeza del duro enemigo, cmo la sierpe hostigaba a los gautas y mal les haca. [30] Tambin el palacio de Beowulf fue devorado por las llamas. El hroe, en otro anacronismo atribuible al autor del poema, relaciona la catstrofe con la clera de Dios, que presuntamente castiga algn pecado cometido por el propio monarca asesinando a su pueblo y destruyendo su morada: El monarca pens si no habra violado las leyes eternas, as enfureciendo al Seor Poderoso. [31] Cuando Beowulf decide ir a combatir contra la bestia que est asolando su reino, el autor del poema enlaza por primera y nica vez el presente relato (Beowulf contra el dragn) con el anterior (Beowulf contra Grndel), y lo hace a lo largo de los siguientes versos: [...] ya l muchas veces se puso en peligro en feroces combates, en choques de guerra, despus que la sala, varn victorioso, de Hrdgar salv con su puo abatiendo a la gente de Grndel, la raza maligna. [32] Beowulf, en esta poca ya un rey anciano, se hace acompaar de once caballeros y del ladrn que ha provocado la furia del dragn para encontrar el escondrijo del temible enemigo de su pueblo. El ladrn mostr el camino al squito y, habiendo llegado a la entrada de la cueva del dragn, Beowulf se despidi de sus caballeros dispuesto a enfrentarse nuevamente a la muerte. En esta ocasin, en cambio, el autor del poema profetiza que, efectivamente, el destino del hroe no es otro que morir en una ltima batalla contra el dragn: [...] En riesgo terrible ponase el hombre que all se meta! Sentse en la roca el intrpido rey; despidise el afable seor de los gautas del grupo de amigos. Pesaroso se hallaba y dispuesto a la muerte: se acercaba su fin, se aprestaba el destino a llevarse al anciano, a privarlo del alma, a quitarle el aliento y sacarlo del cuerpo. Ya poco estara la vida del noble a su carne amarrada! [33] En este sentido, Michael Alexander asegura que Beowulf es la historia de un sper hombre destinado a la mortalidad, [34] del mismo modo que lo fueron los griegos Perseo y Teseo o, antes an, el hroe mitolgico sumerio Gilgamesh. Beowulf se sita ante la entrada de la cueva del dragn y le reta, con un grito, a salir para enfrentarse en combate.

[...] De la cueva, espantoso, primero sali el aliento del monstruo, su clido fuego: la tierra tron. [35] El rey gauta se protegi de las llamas con un escudo de hierro especialmente forjado para la ocasin y esper la primera embestida del dragn; tal y como haba sucedido con la madre de Grndel, la afilada espada de Beowulf no sirvi de nada contra esta nueva bestia, que atac al rey an con ms mpetu: el autor describe el combate como una derrota anunciada de Beowulf, que se ve constantemente asediado por las llamas del guardin de tesoros. En vista de las dificultades que sufra su rey, Wglaf, uno de los caballeros que lo haba acompaado hasta la entrada de la cueva, [36] decidi unirse a la lucha: [...] Nunca hasta entonces habase visto aquel joven vasallo ayudando a su rey en un duro combate. Ni su mente dud ni fall en la pelea la herencia del padre. [37] La segunda embestida del dragn, esta vez contra Beowulf y Wglaf juntos, fue ms virulenta que la anterior, ya que consigui reducir a cenizas los escudos de ambos guerreros. Beowulf, como en la ocasin anterior, hizo un intento sin xito de herir al enemigo, con el resultado, malogradamente, de romper la espada contra el crneo del monstruo sin producirle ni siquiera un rasguo. El tercer ataque por parte de la bestia, con los caballeros ya desarmados, provoca que Beowulf se vea atrapado por el cuello y que comience a sangrar sin que su joven vasallo puede prestarle ayuda alguna: He odo decir que el noble [Wglaf] mostr su coraje ayudando al monarca en el grave peligro; era un hombre capaz y de espritu fiero. [38] Este elogio a Wglaf es especialmente interesante porque el autor del poema lo usa de forma meta-literaria, lo que da fuerza a la hiptesis de que el poema de Beowulf, originalmente, haba sido difundido oralmente: he odo decir, escribe su autor, que ms que autor quiz deberamos llamar compilador, copista o transcriptor. [39] Wglaf, entre la confusin, consigue clavar su espada en el vientre del dragn aun quemndose el brazo entero y, ya que la tradicin germnica considera que el nico punto dbil de un dragn es ste, la bestia inicia una rpida agona que finalizar con su muerte. Beowulf, malherido, comienza a contar los minutos que le quedan de vida: [...] El mordisco fatal del dragn de la cueva al instante empez a quemarle y dolerle: supo el valiente que horrible en su pecho el daino veneno con fuerza corra [] Por sus manos entonces el bravo vasallo, excelente guerrero, con agua lav al famoso caudillo -exhaustas sus fuerzas, cubierto de sangre- y quitle su yelmo. [40] La muerte de Beowulf nos sita nuevamente en aquel punto de la narracin que se mueve inestablemente entre el paganismo y el cristianismo. El autor de la composicin encomienda el alma del hroe gauta al Rey que las cosas gobierna, al Dios de la Gloria, al Eterno Seor, pero tambin pone en boca de Beowulf (hablndole a Wglaf) las siguientes palabras:

Haz que mis bravos, despus que me quemen, alto en la costa un tmulo erijan: [] y por ello la llamen los hombres de mar el Pen de Beowulf, cuando surquen sus naves, de lejos venidas, las lgubres aguas. [41] Es muy raro que en los tiempos de Beowulf y en tierras suecas alguien tomara el cristianismo como religin propia y, en el caso de un monarca, como credo oficial de su reino; es ms raro an, pese a todo, que un monarca cristiano se hiciera incinerar, tal y como hacan, por otra parte, las culturas paganas de la Europa septentrional durante gran parte de la Edad Media. El pueblo gauta, pese a todo, lleva a cabo la peticin de Beowulf y, segn palabras del mensajero que dio a conocer la noticia: [...] Guerra terrible a los gautas aguarda, pues pronto sabrn los frisones y francos en tierras lejanas la muerte del rey. [42] De este modo, la muerte de Beowulf conlleva dos consecuencias inmediatas e irrefrenables para el pueblo gauta: el final de su linaje real (Wglaf es el ltimo del clan de los wegmundos con vida, segn el v. 2813) y la conquista por parte una nacin extranjera que los absorber como pueblo; en resumen, la muerte del mtico rey Beowulf conduce al pueblo gauta a su decadencia. La historiografa, en este sentido, documenta la desaparicin de los gautas como pueblo en algn momento del siglo vi, fruto de invasiones suecas y francas. Obras de consulta Alexander, M. (1992). Old English literature. Houndmills: Macmillan. Beowulf y otros poemas anglosajones (siglos vii-x) (1999). Madrid: Alianza Editorial. Bblia (1968). Barcelona: Fundaci Bblica Catalana. Cantar de la gesta del prncipe Igor (1986). Madrid: El Museo Universal. Cantar de Mio Cid (2002). Madrid: Espasa Calpe. Epopeya de Gilgame, rey de Uruk (2005). Madrid: Trotta; Barcelona: Universitat de Barcelona. Homero (2006a). Ilada. Barcelona: Gredos. Homero (2006b). Odisea. Barcelona: Gredos. Kojiki (2002). Tokio: University of Tokyo Press. La can de Roland (1992). Barcelona: Quaderns Crema. Lerate, L. & Lerate, J. (1999). Introduccin. En: Beowulf y otros poemas anglosajones (siglos vii-x). Madrid: Alianza Editorial. Malory, T. (s/f). La muerte de Arturo. Madrid: Siruela. Melville, H. (1978). Moby Dick. Barcelona: Bruguera. Valmiki (1970). El ramayana. Madrid: Clsicos Bergua. Virgilio (1994). Eneida. Madrid: Club Internacional del Libro. Vyasa, B. (1974). Mahabharata o Historia de la gran guerra. Mxico DF: Diana.