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CANTO, POESIA

Y ENSEÑANZA

CAPITULO 6 – Mis primeros pasos con la Biblia

¿Por qué existe el mal y el pecado? ¿De dónde venimos?, ¿Quién es Dios?, ¿Por qué existe la muerte?, ¿Por qué existe el amor y el sufrimiento?, ¿Por qué una madre da a luz a sus hijos con dolor?...

Algunas personas, queriendo expresar esas preguntas y conseguir las respuestas, han redactado narraciones populares, canciones, dichos y poemas. Todo ello surge de la experiencia de vida.

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Una abuelita, preocupada por enseñar a sus nietos el buen comportamiento o la obediencia, les narra un cuento que, además de entretenido, los hace reflexionar.

En los pueblos del Oriente Antiguo, incluyendo Israel, se conocían y se contaban narraciones populares, relatos sencillos y amenos parecidos a nuestros cuentos y destinados a contestar las preguntas que los hebreos se hacían…

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Esas preguntas eran las mismas con las que se inicia este tema. Eran reflexiones de los sabios, de las personas mayores, que pasaban de boca en boca y de generación en generación, para hacer pensar, preguntarse y responderse.

Los autores sagrados hicieron sus propias reflexiones. En su trabajo, incluyeron relatos propios de los pueblos vecinos de Babilonia y de Egipto que también procuraban dar respuesta, a preguntas fundamentales del ser humano.

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Los autores de la Biblia, con la guía del Espíritu Santo, lograron una redacción que purificaba los relatos paganos, por lo que ofrecieron una hermosa narración acerca de la creación del mundo y del ser humano, afirmando que todo ello fue obra de un único Dios.

Se expresaron acerca del origen del mal y del pecado, del castigo de Dios y también de su salvación (Podemos verificar

este mensaje en Gen 2 y 3).

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¿Cómo lo hicieron? Utilizaron el lenguaje imaginativo popular, usando las imágenes conocidas de su tiempo, tanto propio como de sus vecinos y elaboraron así sus propios relatos populares con un fin pedagógico.

Por ejemplo, para hablar de la desobediencia humana y del primer pecado del ser humano, utilizaron imágenes tan conocidas como: la serpiente, la fruta prohibida, la

desnudez de la primera pareja, Dios paseándose por el jardín en la tarde, el ángel con una espada resguardando el Paraíso (Gén 3)

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Todo ello, con el fin de enseñar al pueblo el origen del ser humano y la existencia del mal y del sufrimiento. Utilizaron un lenguaje llamado “mítico” es decir, un lenguaje simbólico y rebuscado, que les ayudó mucho a comunicar el mensaje.

De esta manera, los once primeros capítulos del Génesis son narraciones populares relacionadas con la creación del mundo y del ser humano, el origen del mal y del pecado, la soberbia humana y el amor de Dios.

No son relatos históricos en el sentido moderno de la palabra, sino reflexiones de la vida real, que quieren enseñar verdades fundamentales.

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Este género existe en todas las literaturas. Es aquél que expresa alegría, tristeza, admiración, gozo, amor; en fin, los sentimientos humanos y religiosos y las vivencias de cada día. En la Biblia se expresa cantando y alabando a Dios por medio de la poesía o de la música.

La Biblia contiene muchos poemas. Algunos libros son pura poesía lírica. El cantar de los cantares habla del amor humano, que es símbolo y reflejo del amor que Dios tiene a su pueblo.

Los Salmos son las oraciones del pueblo de Dios. Las lamentaciones son los cantos fúnebres con los cuales los judíos lloraban la destrucción de Jerusalén.

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(6.2) El género lírico o poético

El profeta no es el que adivina el futuro, sino el que habla en nombre de Dios. Es un enviado o mensajero suyo.

Más que un escritor es un orador que exhorta que denuncia, que les llama la atención al pueblo y a sus reyes, denuncia sus pecados y anuncia la salvación.

El profeta siempre llama a la conversión y exhorta a la esperanza. Los profetas actuaron en los momentos más importantes de la historia de Israel, luchando contra toda forma de idolatría, defendiendo el monoteísmo, esto es, el culto al Dios único y verdadero y amparando a los débiles del abuso de los poderosos.

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(6.3) El género profético

El género profético es el discurso que nos presentan los profetas a través de sus libros. Es el mensaje de Dios que ellos nos han dejado.

Por ejemplo, el mensaje aparece en forma de denuncia en el libro de Amos (8,4-7); igual que oráculos o mensajes divinos (Am 3,1-3). En Ez 12,18-20 encontramos acciones simbólicas de particular significado. El libro de Isaías también presenta narraciones, relatos de vocación (6,1-8), himnos (5,1-7) y dichos o refranes de sabios (59,7-8).

Encontramos anuncios de felicidad en Sof 3,14-18; así como quejas y lamentaciones en Jer 15,10. Los libros proféticos contienen, pues, una particular forma de comunicar el mensaje de Dios.

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(6.3) El género profético

Es el género bíblico que aparece presentado en refranes, proverbios, dichos o sentencias, que expresan la sabiduría que las personas van adquiriendo cada día a través de la experiencia.

Es la Sabiduría que no se aprende en los libros, sino en el “arte de vivir” y que la Biblia nos presenta en forma de consejos y proverbios, que se llaman masal, lo cual equivale a dichos o sentencias.

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(6.4) El género sapiencial o de sabiduría

Abarcan todos los temas de la vida: la juventud y la vejez, el bien y el mal, el placer y el dolor, saber hablar o callar, la abundancia y la pobreza.

Esta sabiduría de la vida práctica del pueblo elegido la podemos apreciar en los libros sapienciales: Proverbios, Eclesiastés (o Qohelet), Sabiduría y Eclesiástico (o Sirácida).

Algunas de estas experiencias y expresiones las encontramos no sólo en la literatura de Israel, sino también, en la de otros pueblos de Oriente.

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(6.4) El género sapiencial o de sabiduría

La lectura bíblica de los profetas y de los sabios nos ayudará a conocer verdaderamente a Dios y a vivir

nuestra vocación cristiana, mediante la escucha de los consejos y enseñanzas de estos hombres de Dios.

Y, ¿por qué no, enseñar a otros lo que vamos aprendiendo?

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1) ¿Qué características presenta el género narrativo popular?

2) Comente brevemente el género poético.

3) Busque el salmo de la Biblia que más le guste y ore con él.

4) ¿Quién es un profeta? ¿Cuál es su misión? Busque y lea

alguno de los textos proféticos del anterior punto.

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