Capitulo 7

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Reflexionar acerca de las decisiones y de las acciones que conllevan evaluar los aprendizajes de los alumnos. Analizar críticamente los efectos que puede tener la evaluación en la autoestima y en la imagen de sí mis- mo. Valorar la participación de diferentes agentes en la evaluación, a partir de la autoevaluación, la coevaluación y la heteroevaluación. PLANIFICACIÓN DE LA EVALUACIÓN EDUCACIONAL OBJETIVOS DE ESTE CAPITULO CAPITULO VII

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Reflexionar acerca de las decisiones y de las accionesque conllevan evaluar los aprendizajes de los alumnos.

Analizar críticamente los efectos que puede tener laevaluación en la autoestima y en la imagen de sí mis-mo.

Valorar la participación de diferentes agentes en laevaluación, a partir de la autoevaluación, lacoevaluación y la heteroevaluación.

PLANIFICACIÓN DE LA EVALUACIÓNEDUCACIONAL

OBJETIVOS DE ESTE CAPITULO

CAPITULO VII

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Evaluar significa valorar, fijar el valor de algo. En elcaso nuestro, la evaluación nos lleva a determinar si lo quehemos hecho o estamos haciendo vale o no vale, si sirve ono sirve. Descubrir si el rendimiento de los alumnos yalumnas se encuentran dentro de los términos deseadoses obra de la evaluación; también lo es, como consecuen-cia, el detectar si la situación del educador se adecua o noa lo que debe hacer (Ávalos, G. Carlos, 2000).

A las personas les debe interesar no sólo hacer co-sas, sino hacerlas bien; y para saber si están bien hechas,hemos de valorarlas sin más remedio. No se puede enten-der que haya educadores que les dé igual hacer su trabajode una forma o de otra. Debemos considerar que a to-dos les interesa, y mucho, saber si están aprendiendo susalumnos y alumnas y si ellos están actuando como es de-bido; también es importante la actitud del profesor el quedebe poseer la humildad necesaria � que debe ser mucha� como para reconocer las propias fallas y modificar losmétodos y formas. �De humanos es equivocarse, de sa-bios rectificar�. �Pues, sólo la evaluación nos puede darpautas sobre la efectividad de nuestro quehacer educadory del de los alumnos�.

Ahora bien, si el principal valor de la evaluaciónconsiste en permitir detectar una deficiencia apenas se pro-duce, con lo cual se puede poner remedio inmediato, lle-gamos a la conclusión de que la continuidad constituyeuna nota imprescindible en el proceso educativo. Efecti-vamente, hemos de recordar que el proceso de la educa-ción exige que tanto el profesor como el alumno seanconscientes de los progresos que éste va realizando de talsuerte que cuando haya alcanzando un conocimiento ohábito cultural, pueda apoyarse en él para seguir avanzan-do en el campo del saber. Ningún alumno debe quedarobstaculizado en su proceso de culturización ascendentepor el hecho de no haberle presentado la ayuda necesariaen el momento preciso que nos indica la evaluación.

Por otra parte los objetivos propuestos son, en úl-tima instancia, una hipótesis que habrá de comprobar. Esdecir, nadie debe considerar como definitivos los objeti-vos que se haya atrasado en una determinada zonacognoscitiva o afectiva hasta tanto no sean evaluados paradeducir si, efectivamente, son válidos o, por el contrario,

7.1. Reflexiones acerca de la acción de eva-luar.

hay que cambiarlos, modificarlos, matizarlos... La evalua-ción no sólo nos dice cuánto sabe un escolar, sino ade-más, hasta qué punto son eficaces nuestros métodos, oestán bien redactados y escogidos los objetivos, o es ade-cuado el material empleado, o las actividades realizadashan sido las precisas... La evaluación nos permite conocerla situación escolar y deducir las oportunas reorientaciones;así como analizar con sentido crítico las posibles causas delas deficiencias observadas en orden a las finalidades pro-puestas para poner remedio acertado. De ahí que la eva-luación sea también personalizada; que valga para todo yno sólo para algunos; y que permita conocer a los alum-nos necesitados de atención especial.

Si la evaluación nos ayuda a ver cómo van progre-sando los alumnos y alumnas, ha de ser continua. El pro-greso es un proceso continuado; nadie avanza a saltoseducativamente hablando. Los alumnos y las alumnas sevan educando tan gradual y continuamente, que ha de pasarcierto tiempo para notar cambios significativos en susconductas. Si, pues, el proceso educativo es lo que hay queevaluar, y éste se resuelve en un progreso con esa mismacontinuidad. Por eso cada objetivo ha de ser valoradoantes de pasar al siguiente. La forma y técnica de valora-ción deben constatar en la programación.

7.2. ¿Qué, cómo y cuándo evaluar? *

La evaluación es una tarea de todos, de algúnmodo,realizamos cotidianamente en la vida; después de intentarproducir o realizar algo, o después de haberlo hecho. Confrecuencia se hace una valoración (no sistemática, por su-puesto) de lo que hemos logrado o de lo que hemos po-dido alcanzar, es decir, se evalúa los resultados de nuestraacción. Pero ¿de qué hablamos, cuando aludimos a laevaluación y examinamos el empleo que se hace de él, seconstata que se trata de un término elástico, ya que tieneusos diferentes y aplicarse una gama muy variada de acti-vidades humanas. Si consideramos el término en su acep-tación amplia, nos encontramos con definiciones comolas de la Real Academia Española que dice: evaluar es�señalar el valor de una cosa�. Y si tomamos la definicióngenérica de uno de los principales autores en materia deinvestigación evaluativa - Scriven -, se encuentra que paraél evaluar es un �proceso por el cual se estima el mérito ovalor de algo�. Así pues � y siempre como una primera

* Basado de Ander-Egg, Ezequiel (1996). La Planificación Educativa.

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aproximación -, se puede decir que evaluar es una formade estimar, apreciar, calcular. Evaluar es siempre, en últi-ma instancia, un juicio de valor acerca de algo.

Ahora bien, ¿cómo se constituye un juicio de va-lor?. Un juicio de valor se hace o formula en relación conciertos fines se considera como buenos o deseables. Estejuicio se realiza conforme a determinados estándares, quese comparan con datos e información pertinente.

Dentro de la práctica educativa, la evaluación es uninstrumento y es parte del proceso de enseñanza / apren-dizaje; como tal, es imprescindible para apreciar el apro-vechamiento de los educandos y para poder verificar enqué medida se han conseguido (o no), los objetivos edu-cativos previstos. Para el docente, es también un instru-mento para evaluar su propia intervención educativa yreajustar, conforme a ello, las programaciones y activida-des subsiguientes.

Cualquier innovación pedagógica en profundidady cualquier nuevo modelo de educación presuponenreformular el sistema evaluativo. Éste, en su concepción yen su práctica, depende de la concepción que se tiene de laeducación y, de manera particular, del proceso de ense-ñanza / aprendizaje. Advertimos que, cuando se dice quehay que �reformular el sistema evaluativo�, no se limita aseñalar la necesidad de introducir nuevas técnicas evaluativaso utilizar diferentes procedimientos, sino que la evalua-ción debe reformularse como un aspecto de una concep-ción educativa global.

Desde el marco de la propuesta constructivista, elmodelo curricular concibe la evaluación como una activi-dad sistemática y continua, que tiene un carácter instru-mental, cuyos propósitos principales son:

* Ante todo, ser un instrumento que ayude al crecimientopersonal de los educandos, a través de la ayuda y orien-tación que debe proporcionar, dentro del proceso deaprendizaje.

* Valorar el rendimiento del educando, en torno a susprogresos con respecto a sí mismo y no en relacióncon los aprendizajes que se proponen en el currícu-lum.

* Detectar las dificultades de aprendizaje y identificar,

asimismo, los fallos que existen en el modo de ense-ñar y de los procedimientos pedagógicos utilizados,de cara a mejorar el proceso educativo.

* Y, como consecuencia de todo lo anterior, co-rregir, modificar o confirmar el mismo currícu-lum y los procedimientos y estrategias pedagó-gicas utilizadas.

Todo esto supone que la evaluación va más allá deevaluar el aprendizaje. O sea: además del educando, hayque evaluar al educador y el mismo proyecto curricular.

Éstos son, a nuestro entender, los aspectos sustan-ciales de un sistema evaluativo más o menos coherentecon el modelo curricular. Sin embargo, queremos adver-tir que, al centrar la evaluación en torno a los progresos delos alumnos con respecto a sus propias producciones, enla práctica se pueden encontrar contradicciones con lasacreditaciones pautadas por la propia institucióneducativa que evalúa a los educandos de acuerdocon el mayor o menor conocimiento de los aprendi-zajes que se consideran básicos o fundamentales enlas diferentes asignaturas. Introducir esta concep-ción de la evaluación (valorar el rendimiento tenien-do en cuanta los progresos del educando en rela-ción consigo mismo) supone y exige dar una bata-lla entre lo nuevo y lo viejo, entre lo que se hacía y lo quese quiere renovar, entre lo convencional y lo conveniente.

7.3. Evaluación, autoestima e imagen de símismo

En algunas circunstancias las consecuencias son peo-res aún, por el deterioro que producen en la imagen quetiene de sí mismo el evaluado fracasado. Decíamos alcomienzo de este parráfo que evaluar es emitir un juiciode valor. Ahora bien, el modo tradicional de evaluar, enalgunas ocasiones, influye negativamente en la autoestimade los propios alumnos, en la imagen que tienen de símismos. El educador debe dejar en claro, no con explica-ciones sino con sus actitudes y comportamientos, que unacosa es el valor de la persona y otra el valor de lo quepuede aprender o no. No es extraño que se produzcancuadros depresivos, desequilibrios psicológicos y hastaintentos de suicidio (y suicidio en algunos casos), comoconsecuencia de que el niño o el adolescente no puede

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soportar su fracaso, sobre todo ante sus propios padres,cuando éstos le exigen notas brillantes y ser siempre �unalumno distinguido�...¡Qué lamentable, cuando un alumno tieneuna imagen tan desgraciada de sí mismo, como conse-cuencia de los resultados de la evaluación a que ha sidosometido!

Ante esta realidad cabe preguntarse: ¿puede seresto formativo?, ¿sirve para mejorar a los alumnos?, ¿per-mite que conozcan mejor una ciencia, una tecnología oprocedimientos para actuar?, ¿los hace crecer humanamen-te?, ¿los madura como seres humanos?

Creo que hay que disminuir o relativizar el lugar tanpreponderante que un tiempo y espacio se otorga a laevaluación: la abundancia de exámenes termina por do-minar una parte importante de la vida de algunas institu-ciones educativas y por desgastar al profesorado realizan-do este tipo de tareas que, en el fondo, lo transforman enuna criba para seleccionar y para dar resultado de evalua-ciones que sólo sirven para decir si el alumno aprobó ono una asignatura.

7.4. ¿Qué evaluar?

Antes se ha dicho que hay que valorar todo el pro-ceso educativo. De cara al alumno hay que evaluar su ren-dimiento en el campo cognoscitivo y su conducta en ladimensión afectiva. El rendimiento cognoscitivo nos dirálo que sabe de las distintas materias; la conducta afectivanos pondrá de manifiesto que actitudes positivas. En am-bos casos comprobaremos si vamos por buen camino ohemos de rectificar.

Algunos pedagogos en respuesta a esta pregunta,hablan de las �categorías de objetivos o resultados� que han dealcanzar dentro de un proceso de enseñanza /aprendizaje,de acuerdo con las capacidades que se distinguen dentrodel modelo curricular, y de los bloques (conceptual,procedimental y actitudinal) que se han de alcanzar dentrode esas categorías. Esto exige luego una serie de precisio-nes. Así por ejemplo, la capacidad intelectual de fenóme-nos, hechos y problemas. Abarca desde el manejo dellenguaje hasta la comprensión y conocimiento de leyes,teorías, etc. Pero también es importante evaluar la capaci-dad de desarrollar estrategias cognoscitivas. Tal tarea con-siste fundamentalmente en evaluar la capacidad de adqui-

rir una metodología de apropiación del saber. Esto com-porta tanto el aprender leyendo, escuchando, observandoy trabajando, como la capacidad de relacionar e integrarlo conocido y de aplicarlo para resolver creativamente losproblemas concretos que se enfrentan. Los aspectosprocedimentales comprenden el manejo de métodos, téc-nicas, destrezas y habilidades específicas que no serán lasmismas según se trate de una escuela técnica, comercial ode bachillerato. En cuanto a los aspectos actitudinales (quetienen que ver con la personalidad y el modo de ser yhacer del estudiante), tienen mayores dificultades de eva-luación a causa de los aspectos subjetivos del que evalúa.

Si tenemos en cuanta lo que indicábamos en el pa-rágrafo referente a que enseñar, aludiendo a los cinco ti-pos de capacidades que se han de proporcionar a loseducandos, esto deber reflejarse en la evaluación: cuandonos preguntamos qué evaluar, tenemos que responder encoherencia con lo ya dicho sobre los contenidos (¿quéenseñar?). Dentro del modelo curricular, los contenidospretenden proporcionar una serie de capacidades que seagrupan en tres grandes ámbitos o bloques:

Lo que hay que evaluar:Conceptual

* Conocimientos que comprenden diferentes niveles:información, relación, comprensión, etc.

* Comprensión de conceptos y de sistemas con-ceptuales.

* Capacidad de relacionar hechos, acontecimien-tos y conceptos, etc.Procedimental

* Manejo de métodos, técnicas y procedimientos.* Capacidad de pensar y de resolver problemas.* Capacidad de análisis y de síntesis.* Hábitos y habilidades (físicas y mentales).* Métodos y técnicas de trabajo y de estudio.

Actitudinal* Desarrollo de valores personales y sociales, como

la responsabilidad, la cooperación, el respeto a losotros, la tolerancia, etc.

* Autonomía personal y confianza en sí mismo.* Habilidades comunicativas y de interrelación

personal para compartir experiencias y conocimien-tos.

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¿Cuándo?

EVALUACION DEL APRENDIZAJE

* Ayudar al crecimientopersonal de loseducandos.

* Apreciar el aprove-chamiento de loseducandos, en tornoa sus progresos res-pecto de sí mismos yen relación con losaprendizajes que seproponen en currícu-lum.

* Verificar en qué me-dida se han consegui-do (o no) los objetivoseducativos.

* Detectar dificultadesde aprendizaje.

* Mejorar la propia in-tervención educativade los docentes.

¿Para qué? ¿Qué? ¿Cómo? ¿Quiénes?

Lo conceptual ——— Pruebas de RendimientoConocimientosComprensión deconceptosCapacidad derelacionar hechos.

Lo procedimental ——— Análisis de tareasManejo de métodostécnicas,procedimientos.Capacidad de análisisy síntesis.Hábitosy habilidades.Métodos y técnicas.

Lo actitudina l ——— Observación. Escalas de medición de actitudes.Desarrollode valores.Autonomía personalHabilidadescomunicativas

Inicial(antes)

Formativa(durante)(deproceso)

Sumativa(final)

Profesorado

Alumnado

Co-evaluación

Autoevaluación

IntegralContinuaFormativa

Cooperativa

se conociese bastante bien lo que el alumno sabeen cada uno de éstos ámbitos, esto no significaría que selo conoce plenamente. Dicho en otras palabras, y en rela-ción con el tema que estamos tratando: no se agotan lasposibilidades y exigencias del proceso evaluador. No sa-bemos, por ejemplo, algunas cosas sustantivas en todo serhumano: ¿cuáles son los centros de interés, las ilusiones,los sentimientos, los afectos, los sueños, los proyectos, etc.de cada uno de los alumnos?, ¿cuál es el entorno (familiar,social, cultural y geográfico, etc.) en donde desarrollan suexistencia?, ¿cuál es el sentido que le dan a su vida?. Nocabe duda de que las respuestas a estas cuestiones daránuna tonalidad particular a las evaluaciones.

7.5. ¿Cuándo hay que evaluar?

Esta pregunta, que hace referencia al momento enque se realizará la o las evaluaciones, tiene respuestas adiferentes niveles. Así por ejemplo, se puede estar hacien-do alusión a la evaluación diaria, semanal, quincenal, men-sual, trimestral, final, etc. Esto alude a la temporalizaciónde la tarea evaluativa. Pero hay otro tipo de decisionesrelativas al cuándo evaluar y qué hacen a ciertos aspectosmás sustantivos. Se trata de tres momentos: la evaluacióninicial, la evaluación del proceso y la evaluación del pro-ducto, que implican diferentes formas de evaluar.

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moción de un alumno/a, de un grado, ciclo o nivel a otro.

7.6. ¿Cómo evaluar?

Es evidente que toda forma de evaluar (o si se quie-re, la respuesta a ¿cómo hay que evaluar?) se apoya enalgunos principios generales que se derivan de una deter-minada concepción educativa. Por lo que respecta almodelo curricular, también existen esos principios, a mientender, adecuadamente expresados en el Libro Blancodel Sistema Educativo (1989) publicado por el Ministeriode Educación y Ciencia de España, y que pueden resumirseen lo siguiente:

* La evaluación debe ser consecuente con losobjetivos propuestos.

* Debe extenderse al sistema educativo y a los alum-nos, no sólo a éstos.

* Se realizará en forma continua y no circunstan-cial.

* Acogerá la pluralidad de valores.* Servirá de información continua para la posible

regulación de los procesos.* Será realizada por los propios agentes y siste-

mas sobre los que recae; además, intervendránagentes externos.

Para traducir estos principios a nivel práctico � operativo,se debe responder a tres grandes cuestiones:

* Cómo caracterizamos a la evaluación* Qué instrumentos vamos a utilizar* Qué sistemas de calificaciones adoptamos, es

decir, que baremos aplicaremos para medir losresultados.

7.7. ¿Quiénes evalúan?

Como ya se señalara en el capítulo V de este texto,los agentes que participan de la evaluación se handiversificado y, ello ha significado mayor participación enel proceso de evaluación y también el desarrollo de unamayor autonomía y autoconciencia de lo que los sujetossaben y lo que les falta por saber, en una disposicióndialógica. En consecuencia, la planificación de la evalua-ción educacional debe considerar la acción de agentescomo el o la profesor/a, el alumno o la alumna y los /las

La evaluación inicial es la que proporcionaa los docentes información sobre los alumnos / asal comienzo del año escolar, de un nivel o ciclo.Casi siempre esta evaluación es implícita, en el sen-tido de que el profesor o maestro considera que susalumnos han adquirido las capacidades que com-prende el curso, ciclo o nivel anterior. Aunque nohaya costumbre de realizar esta evaluación inicial,consideramos oportuno que los docentes realicensiempre un �sondeo evaluativo� (si me permiten estaexpresión), para saber qué nivel de conocimientos,habilidades, actitudes, valores, etc., tienen los alum-nos con quienes se va a iniciar una tarea docente.

La evaluación formativa, llamada tambiénevaluación de proceso, es la que se hace durante elproceso de enseñanza / aprendizaje. Se trata de un segui-miento que se realiza a lo largo de ese proceso y que sirvepara proporcionar información sobre los progresos quevan realizando los alumnos y las dificultades que van en-contrando. Al mismo tiempo, proporciona a los profeso-res elementos para reajustar sus métodos y estrategias pe-dagógicas, es decir, les permite ir ajustando lo que ense-ñan al proceso de construcción del aprendizaje de losalumnos. Esta característica de la evaluación formativa esla que ha hecho pensar a algunos pedagogos que se tratade la modalidad evaluativa más acorde con el modelocurricular.

Cuando se evalúa de esta forma, la evaluación dejade ser un veredicto para transformarse en una forma deayudar a los alumnos a progresar en su aprendizaje, ani-mándolos, orientándolos y apoyándolos en esa tarea. Estetipo de evaluación ayuda también a que los alumnos se-pan de sus progresos y de sus dificultades, de sus capaci-dades y de sus limitaciones. Y a los profesores tambiénles ayuda a evaluar su propia efectividad en el procesoeducativo.

Por último tenemos la evaluación sumativao evaluación del producto que se hace al términode una de las fases del proceso de aprendizaje. Setrata del análisis de los resultados obtenidos (hastaqué punto se cumplen los objetivos o se producenlos efectos previstos) en cuanto al grado de apren-dizaje de los alumnos. Este tipo de evaluación es la quecertifica y legítima, en nuestro sistema educativo, la pro-

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compañeros /as en las respectivas situaciones que a conti-nuación se describen. Ello favorecerá el desarrollo deaprendizajes significativos y relevantes en los estudiantes;con esta práctica, que aún no se ha instalado del todo enlos establecimientos educacionales, se plantea un desafíopara los profesores y profesoras incorporarla en la plani-ficación.

Autoevaluación:

La autoevaluación se produce cuando el sujeto eva-lúa sus propias actuaciones. Por tanto, el agente de la eva-luación y su objeto se identifican. Es un tipo de evaluaciónque toda persona realiza de forma permanente a lo largode su vida, ya que continuamente se toman decisiones enfunción de la valoración positiva o negativa de una acciónespecífica, una relación tenida, un trabajo llevado a cabo,etc.

Al tratar la autoevaluación en el terreno profesio-nal, hay que considerar la conveniencia, primeramente, deintroducir su práctica de modo habitual entre los alum-nos y alumnas. Con diferentes grados de complejidad,según las edades a las que nos refiramos, al alumnado esperfectamente capaz de valorar su propia labor y el gradode satisfacción que le produce. Simplemente hay que darlepautas para que lo haga con seriedad y con corrección �no arbitrariamente ni por juego -, y que sepa la influenciaque su juicio va a tener en la valoración global que se rea-lice posteriormente sobre su actuación y progresos. Alcomenzar el desarrollo de una unidad didáctica, se facili-tará a los alumnos la información detallada acerca de losaspectos que deben autoevaluar, para que puedanautoobservarse y examinar su trabajo continuo y, así, lle-gar a conclusiones rigurosas al final del proceso. Esta orien-tación del docente es importante � imprescindible � tam-bién para evitar la excesiva influencia de la subjetividad enla propia evaluación, mucho más frecuente cuanto másinmadura es la persona que la realiza. La época de estu-diante se caracteriza por ser esencialmente evolutiva y cam-biante, con gran predominio de la subjetividad, dada lascaracterísticas de inmadurez a que aludimos. Así, los alum-nos con una autoestima baja, un temperamento depresi-vo, de tendencia pesimista o un medio familiar poco esti-mable, infravalorarán sus trabajos, mientras que los opti-mistas, con alta autoestima o un medio familiar y socialque los ayude, valorarán en exceso de todo lo que reali-cen.

Estas tendencias hay que encauzarlas y, precisamen-te, en este proceso de ajuste y equilibrio consiste ese �apren-der a valorar� que se pretende en la educación.

En segundo lugar, muchos de los objetivos educa-tivos de la educación obligatoria implican que el alumnosea capaz de �valorar� en términos genéricos, que luegose aplica a diferentes cuestiones, según las áreas curricularesdonde se orienten: el patrimonio artístico y cultural, la ri-queza lingüística, las solidarias o no discriminatorias, etc.Para aprender a valorar, el único camino existente es prac-ticar valoraciones en distintas circunstancias y en relacióncon diferentes ámbitos. Una forma de evaluación es laautoevaluación del propio trabajo y la propia actividad.Por eso, en este caso la autoevaluación se convierte en unprocedimiento metodológico para alcanzar uno de losobjetivos educativos previstos: el de que el alumno seacapaz de valorar.

Coevaluación:

La Coevaluación consiste en la evaluación mutua,conjunta, de una actividad o un trabajo determinado rea-lizado entre varios. En este caso, tras la practica de unaserie de actividades o al finalizar una unidad didáctica, alum-nos y profesor o profesores pueden evaluar ciertos as-pectos que resulte interesante destacar. Tras un trabajo enequipo, cada uno valora lo que le ha parecido más intere-sante de los otros, por ejemplo. En un coloquio, se valoraconjuntamente el interés de las actividades, el contenidode los trabajos, los objetivos alcanzados, la suficiencia delos recursos, actuaciones especialmente destacadas de al-gunos alumnos, etc. Es posible, igualmente, pasar un cues-tionario � anónimo � a los alumnos, para que opinen conabsoluta independencia sobre lo realizado, y contrastar asícon lo percibido por el profesor o profesora.

Son diferentes los caminos mediante lo cuales lle-var a cabo la Coevaluación, pero es importante tener encuenta que, si no hay costumbre en el grupo de realizarprácticas de este tipo, debe comenzar por valorar exclusi-vamente lo positivo. Las deficiencias o dificultades surgi-das las valorará el profesor. No se debe olvidar que losalumnos tiene la misma visión o percepción de �para quése evalúa� que muchos profesores y que la sociedad engeneral, y que habitualmente esta valoración se realiza para

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resaltar lo negativo, lo mal hecho, para sancionar, para�suspender�. Y eso es lo que hacen ellos en cuanto tieneoportunidad: decir lo que han hecho mal otros, con locual los efectos de la Coevaluación pueden convertirse enla disgregación del grupo y el rechazo de todos contratodos. Hay experiencias muy negativas de esta práctica y,por ello, hay que tomar todas las precauciones necesarias.¿Es interesante?. Sin duda alguna. Pero se dan dos situa-ciones claras, con frases intermedias entre una y otra:

a.- Si el grupo de alumnos viene realizándolahabitualmente, deberá poseer una visión positivade la evaluación: evaluar constituirá una frase delproceso educativo que para mejorar poco a poco elpropio aprendizaje y todo cuanto ocurre en le aula,por lo cual es favorable y beneficioso para el grupo.

b.- Si el grupo de alumnos nunca la ha reali-zado, habrá que comenzar por explicar cuál es lafinalidad de la evaluación y, más en concreto, de laCoevaluación. Y no sólo hay que explicarlo: hayque demostrarlo con la práctica habitual del profe-sor en el aula. Ahí es donde el grupo se convenceráde la virtualidades de la evaluación: de nada sirveque el profesor �diga� que los fines de la evaluaciónse centra en la mejora de todos, si luego examina yla evaluación sólo sirve para aprobar o suspender.El conjunto de prácticas evaluadoras debe respon-der a u mismo planteamiento, coherente con la teo-ría que se intercambie con los alumnos. En casocontrario, es mejor no introducir nuevas prácticasque pueden redundar negativamente en el procesoeducativo. En esta segunda situación que plantea-mos es donde resulta preferible comenzar evaluan-do aspectos positivos del trabajo, de manera que nose dé pie a que surja alguna actitud negativa quedeteriore la práctica comenzada.

Ésta consiste en una evaluación mutua, con-junta de una actividad o un trabajo determinadorealizado entre varios. En este caso, tras la prácticade una serie de actividades o al finalizar una tareaalumnos y profesores pueden evaluar ciertos aspectos queresulte interesante destacar.

Heteroevaluación:

La Heteroevaluación consiste en la evalua-ción que realiza una persona sobre otra: su trabajo, u acti-

tud, su rendimiento, etc. Es la evaluación que habitual-mente lleva a cabo el profesor con los alumnos y a cuyoproceso se dirigen principalmente las páginas de este apun-te.

Es un proceso importante dentro de la ense-ñanza, rico por los datos y posibilidades que ofrece y com-plejo por las dificultades que supone el enjuiciar las actua-ciones de otras personas, más aún cuando éstas se en-cuentren en momentos evolutivos delicados en los que unjuicio equívoco, �injusto�, poco sopesado..., puede crearactitudes de rechazo (hacia el estudio, hacia la sociedad)en ese niño, adolescente o joven que se educa.

Aparte de evaluación que el profesor reali-ce, es muy conveniente que los estudiantes aprendan a va-lorar sus conocimientos y actitudes, aunque el profesor lesdiga los resultados que van obteniendo de modo conti-nuo, es más provechoso que sean ellos por si mismosconscientes de sus éxitos y fracasos. Por otra parte, han deaprender a autoevaluarse porque nadie sino ellos realiza-ran esta operación cuando salgan de la escuela.

En la medida en que los alumnos no conoz-can los resultados por sí mismo, ocurrirá qué:

- Se repetirán los errores con más frecuen-cia o posibilidad, hasta llegar a consolidarse.

- Les costará trabajo mejorar.

Pruebas objetivas por unidad con respues-tas para que, una vez realizadas, las corregirá el pro-pio alumno y, casos de autodemostrarse su suficien-cia, comunicarle al profesor su disposición de exa-minarse de dicha unidad. Igualmente es muy útilque las actividades las corrija el propio estudiante, yno sólo el profesor, debiéndosele proporcionar enconsecuencia las pautas de corrección: también estodebe preverse en la programación.

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SUGERENCIAS DE ACTIVIDADES.

1. ¿De qué modo consideras que la evaluación puede tornarse en un proceso amigable para los sujetos de laevaluación y que no les afecte la autoestima?. Redacta un decálogo de la evaluación.

2. A partir de una Unidad de Aprendizaje que tú tengas diseñada proyecta una evaluación de ella, respondiendolas preguntas que se formulan en el texto.

3. Discútela con tus compañeros/ras, de manera que recibas aportes para mejorarla.

4. ¿Qué actividades de la unidad de aprendizaje elaborada por ti serían conveniente incorporar la autoevaluación,la coevaluación y heteroevaluación, respectivamente?. Señala tres como mínimo.