CAPITULO III PROTECCION A LA INTEGRIDAD...
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CCAAPPIITTUULLOO II II II
PPRROOTTEECCCCIIOONN AA LLAA IINNTTEEGGRRIIDDAADD PPEERRSSOONNAALL
LLAASS LLEESSIIOONNEESS
a) Nocii ones Generales aa)) NNooccioonneess GGeenneerraalleess
Dice Manuel Cobo del Rosal y Miguel Bajo Fernández en
Comentarios a la Legislación Penal Española, Derecho Penal
y Constitución, tomo I, que "además del derecho a la vida, el
derecho a la integridad obviamente no debe l imitarse a lo físico,
sino que necesariamente debe extenderse al carácter moral.
Aunque el precepto trata sin duda de tutelar todos aquellos
elementos que componen la integridad de la personalidad
humana, su redacción puede dar lugar a equívocos. Por tanto,
creemos que, o se expresa únicamente ene l texto la integridad
de la personalidad humana, sin adjetivar a dicha integridad de
física o, por el contrario, se ha de hablar también de la
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adjetivación de esa integridad como "moral", que es lo que se
propone con la presentación de esta enmienda".1
La doctrina penal entiende la integridad física como lo
contrario a la falta de algún miembro u órgano corporal. El
concepto de integridad física no comprende, por supuesto, la
integridad psíquica ni, en general, la salud, entendida como lo,
opuesto a la enfermedad. Por tanto, si la declaración se hubiese
contraído, tal como hacían los textos originarios, a la integridad
física. La garantía constitucional consagrada en el artículo 15 de
la Constitución Española, no abarcaría el derecho de la persona
a no ser atacada en su integridad psíquica ni, en general, en su
salud física y mental mediante la provocación de enfermedades
que no entrañan ninguna pérdida de miembro u órgano corporal.
Con la doble alusión a la integridad física y moral, que
pasó al texto definit ivo del artículo 15, se quiere, en definit iva,
garantizar la integridad personal en el sentido incolumidad
personal. El término incolumidad es el que uti l izan a estos
efectos otras constituciones, como la Alemana en su artículo 2º ,
2 Incolumidad es, según el Diccionario de la Real Academia de
1 Bajo Fernández , M igue l y Cobo de l Rosa l , Manue l , Derecho Pena l y Cons t i tuc ión , Tomo I , Ed i to r ia les EDERSA, MADRID. Pag . 81-83
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la Lengua, estado o calidad de incólume, e incólume signif ica, a
su vez, sano, sin lesión menoscabo.
El concepto de incolumidad personal es un concepto, y de
ahí el derecho constitucional a la incolumidad personal -
integridad física y moral de la persona, según la terminología
de la Constitución Española - comprende en realidad una
pluralidad de derechos.
En primer término, el Derecho a la Integridad Física, es
decir, el Derecho a no ser privado de ningún miembro u órgano
corporal.
En segundo lugar, el Derecho a la Salud Física y Mental,
el derecho de la persona a no ser sometida a enfermedades que
eliminen su salud.
En tercer lugar, el Derecho al Bienestar Corporal y
Psíquico, es decir, el derecho de la persona a que no se le
hagan padecer sensaciones de dolor o sufrimiento.
Por últ imo, el Derecho a la Propia Apariencia Personal, o
sea, el derecho de la persona a no ser desfigurada en su imagen
externa.
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Al igual que acontece con la garantía constitucional del
derecho a la vida, la consagración del derecho, a la integridad
física y moral de la persona no tiene el sentido de otorgar al
individuo un derecho subjetivo portador de una plena facultad de
disposición de su propio cuerpo. La razón de ser y la f inalidad
de la declaración constitucional son, como ya sabemos, otras.
Ahora bien, tampoco existe precepto constitucional alguno que
obligue a negar eficacia al consentimiento de la víctima ene l
ámbito de las lesiones. La cuestión queda por tanto, remitida a
la legislación penal, que puede, sin incurrir en
inconstitucionalidad, otorgar relevancia justif icante al
consentimiento en las lesiones, siempre que el reconocimiento
de tal eficacia no vulnere algún principio constitucional, como el
de la dignidad de la persona o el pleno desarrollo de la
personalidad.
b) Concepto Civilista bb)) CCoonncceeppttoo CCiivviilliissttaa
En el ámbito civi l , el vocablo Lesión puede definirse como
el perjuicio que una parte sufre al celebrar un negocio jurídico a
raíz de la desproporción entre las prestaciones. La Lesión
puede estar originada en los términos o cláusulas del propio
contrato; o puede ser también consecuencia de la variación que
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con el transcurso del t iempo se produce en los hechos o
circunstancias del contrato. De ahí que la Lesión en Derecho
Civil se encuentre vinculada a la Teoría de la imprevisión.2
c) Concepto Penalístico cc)) CCoonncceeppttoo PPeennaallííssttiiccoo
Dentro de un concepto penalístico, el Diccionario de la
Academia define la Lesión como daño o detrimento corporal
causado por una herida, golpe o enfermedad, coincidente con el
sentido a ese delito suelen dar los Códigos Penales. Así, el
Argentino a quien causare a otro en el cuerpo o en la salud un
daño que no esté previsto en otra disposición de dicho texto.
Ese daño puede producirse de manera voluntaria o involuntaria,
en el primero de cuyos supuestos configurará un delito doloso, y
en segundo uno culposo.
En general, las Lesiones se clasif ican, con arreglo a su
mayor o menor duración, en Leves, Graves y Gravísimas. Las
primeras son las que curan en un plazo breve y no dejan
ninguna secuela permanente; las segundas son las que
producen una debil i tación permanente de la salud, de un
sentido, de un miembro o de un órgano, o también dif icultad
2 Osor io , Manue l , D icc ionar io de C ienc ias Jur íd icas , Po l í t i cas y Soc ia les . Ed i to r ia l He l ias ta , S .R.L . pag . 421
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permanente de la palabra, o una situación de peligro en la vida
del ofendido, o una inuti l ización para el trabajo por más de
cierto t iempo, o una deformación permanente del rostro. Son las
terceras las que dejan una enfermedad mental o corporal
incurable, una invalidez permanente para el trabajo mental o
corporal incurable, una invalidez permanente para el trabajo o la
pérdida de un sentido, de un órgano, de un miembro, del uso de
la palabra o de la capacidad de engendrar o de concebir.
Una modalidad de este delito está representada por
Lesiones en riña, producidas en un hecho en el que intervienen
más de dos personas, sin que se pueda determinar a quien
corresponda la autoría; supuesto ene l cual, y lo mismo que
sucede con el Homicidio en Riña, se considera como autores
de las Lesiones a todos los que ejercieron violencia sobre la
víctima.3
La clasif icación que de las Lesiones se hace de acuerdo al
concepto anterior en Lesiones Leves, Graves, y Gravísimas, es
el que contenía nuestra Legislación Penal que quedara derogada
con la entrada en vigencia del Nuevo código Penal en abri l de
3 Osor io , Manue l , D icc ionar io de C ienc ias Jur íd icas , Po l í t i cas y Soc ia les . Ed i to r ia l He l ias ta , S .R.L . pag . 421
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1998. La forma en que actualmente se regula el delito de
Lesiones en nuestra Normativa Penal será abordado más
adelante.
d) Código Penal Español dd)) CCóóddiiggoo PPeennaall EEssppaaññooll
El Código Penal Español de 1932 tituló estos delitos
"contra la integridad corporal", por influencia del Código Rocco
Ital iano de 1930. El de 1944 regresó a la expresión delitos
contra las personas, so pretexto de que éstas el objeto material
y de que hablar de integridad corporal no es sino una concesión
a "modismos extranjerismos de últ ima hora", según la exposición
de motivos del Código de 1944. Lo cierto es que esta expresión
calif icada de extranjerismos, sin duda, mucho más adecuada
que la actualmente uti l izada.
La propuesta de Anteproyecto del nuevo Código Penal de
1983, por su parte, los t i tula "De las Lesiones", separándolos de
los demás delitos contra las personas.
La regulación del delito de lesiones ha sufrido una amplia
modificación a través de la Ley de Actualización del Código
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penal de 189. La doctrina había venido poniendo de relieve los
múltiples problemas y desajustes que suponía la anterior
regulación, difíci lmente compatible con los más elementales
principios inspiradores del Derecho Penal moderno.
Las técnicas uti l izada era la de los delitos de determinados
por el resultado; de modo que, a partir de la comprobación de un
dolo genérico de lesionar y la causación material del resultado
lesivo, correspondía aplicar un determinado tipo de lesiones a
través de un "sistema de tarifas de sangre", recogida, por las
partidas y en buena parte procedente de la Ley del Talión y
desconocedor del principio de culpabil idad, en el que el dolo no
abarcaba el aspecto objetivo del t ipo, sino que éste venía
determinado por la mera y para relación de causalidad.
Muy loables interpretaciones que venían a exigir que el
dolo fuera correlato exacto del t ipo a aplicar esto es, el
correspondiente a la valoración efectuada por el Código
chocaban con la supervivencia de la circunstancia atenuante de
preterintencionalidad y la disfunción que producía - y aún
produce - en el sistema de responsabil idad establecido por
nuestro Código Penal.
La vieja regulación de las lesiones presentaba, además,
otros problemas como el de la determinación de los medios
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comisivos. Alguno de los diferentes preceptos determinaba las
modalidades de la comisión; así el viejo artículo 420 castigaba
tan solo las lesiones graves procedentes de un herir, golpear o
maltratar de obra a otro, mientras que el 422 castigaba la
producción, de cualquier modo, de lesiones menos graves, con
la paradójica y absurda consecuencia de que si el resultado
lesivo era calif icable de grave y no procedía de alguna de las
modalidades tasadas, la conducta, en buena aplicación del
principio de legalidad, resultaba atípica, mientas que si el
resultado era menos grave encajaba en el 422. Tampoco faltaron
interpretaciones doctrinales tendientes a paliar tan absurdas
consecuencias.
Las tarifas de sangre se correspondían, en la mayor parte
de los supuestos, con el t iempo de curación de las lesiones lo
que, en la práctica, vino a suponer dejar la calif icación de los
hechos en manos de los médicos o peritos forenses, sin que se
prestara atención alguna al peligro o a la incidencia que la
lesión hubiera tenido en la salud de las personas.
Como veremos inmediatamente, alguno de los endémicos
problemas de la regulación de las lesiones en el Código Penal
Español no sólo subsiste sino que, incluso, puede afirmarse que
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se ha agravado, o cuanto menos, que se han agudizado sus
contradicciones con la nueva regulación.
En todo caso, y pese a ello, la reforma ha de ser bien
acogida pues ha venido a suponer una adaptación, aún muy
lejos de ser perfecta, al principio de culpabil idad y, en definit iva,
a un Derecho Penal más acorde con las necesidades y las
garantías propias de un Estado Social y Democrático de
Derecho.
e) Naturaleza Jurídica ee)) NNaattuurraalleezzaa JJuurrííddiiccaa
Estamos ante un delito de resultado material,
requiriéndose un efectivo menoscabo de la salud, física o
psíquica.
Rodríguez Muñoz y Jaso Roldán se refiere al problema
afirmado que "a primera vista, la redacción del art. 420
parece l levar a entender que las vías de hecho son
constitutivas de lesión en nuestro ordenamiento jurídico",
concluyendo que ello no era así, pues el No. 1 del artículo
585 calif icaba de falta el golpear o maltratar de obra o de
palabra sin causar lesión, lo signif icaba que "para nuestro
Código la lesión no viene representada por los golpes o el
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maltrato (vías de hecho), sino por el menoscabo en la salud
producido por éstos o por otros medios.4
Por otra parte, recordaban los citados autores la
existencia del número primero del art. 583, que castigaba a
los que causaren lesiones que no impidan al ofendido
dedicarse a sus trabajos habituales ni exijan asistencia
material de los delitos de lesiones es la persona, entendida
como un "otro" diferente del propio sujeto activo.
La tipif icación de estas conductas protege la salud de
las personas, Tanto en su vertiente física como psíquica.
No ha resultado unánime la posición doctrinal en esta
materia, pues obviamente todos los autores coinciden en los
aspectos básicos de sus formulaciones no puede negarse la
diversidad en cuanto las matices. Para Del Rosal, Cobo y
Rodríguez Mourullo, el Bien Jurídico sería la salud, que
comprendería la integridad física y psíquica; posición que es
recogida por Bajo, quien entiende que "el Bien Jurídico
protegido lo constituye la integridad corporal y la salud física
y mental de una persona".
4 Cobo de l Rosa l , Manue l y o t ros . Derecho Pena l Espec ia l , 3 ª Ed ic ión , T i ran t 1o B lanch , Va lenc ia . Pg . 593 .
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Concretamente, afirma Berdugo que el Bien Jurídico
sería la salud personal, entendida como una de las
condiciones previas que posibil i tan la participación del
individuo en la vida social.
Tales consideraciones exceden la concreta tarea de
determinar tal participación, no la excluye.
Entendemos, en suma, que el Bien Jurídico es la salud,
con las matizaciones que realizaremos en cada caso, y que
ésta comprenderá la integridad exclusivamente en los
supuestos en que no resulte perjudicial para el mantenimiento
o recuperación, de aquella.
f) Clasificc ación de las Lesiones ff)) CCllaassiiffiicaacciióónn ddee llaass LLeessiioonneess
A partir de la reforma y actualización del Código Penal
Español de 1989, cabe clasif icar las lesiones de la siguiente
manera:
1. Figuras genéricas.
1.1 Tipo básico. (Art. 420 párrafo 1º).
1.2 Tipos cualif icadores.
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1.2.1 Por el resultado, causado de propósito (418 y 419).
1.2.2 Por el resultado, no necesariamente de propósito
(421. 2º)
1.2.3 Por la gravedad de la ejecución (421. 1º y 421. 3º).
1.3 Tipos privi legiados (Art. 420, párrafo 2º)
2. Figuras específ icas.
2.1 Lesiones para eximirse del servicio mil i tar o del servicio
público de inexcusable cumplimiento.
2.1.1 Tipo básico.
2.1.2 Tipo cualif icado (Art. 423, párrafo 1°).
2.1.3 Tipo privi legiado (Art. 423, párrafo 2°)
2.2 Participación en riña tumultuaria (Art. 424).
2.3 Violencias físicas habituales en el ámbito famil iar (Art.
425).
2.4 Lesiones Laborales (Art. 427).
3. Faltas.
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3.1 Figura genérica (Art. 582, párrafo 1°).
3.2 Malos tratos de obra (Art. 582, párrafo 2°).
Del delito de Lesiones del Código Penal Español, lo
encontramos en el párrafo 1° del Art. 420 recoge la f igura básica
de lesiones, con el siguiente tenor: "el que, por cualquier medio
o procedimiento, causare a otro una lesión que menoscabe su
integridad corporal o su salud física o mental, será castigado
con la pena de prisión menor, siempre que las lesiones
requieran para su sanidad, además de una primera asistencia
facultativa, tratamiento médico o quirúrgico".
g) Código Penal Argentino gg)) CCóóddiiggoo PPeennaall AArrggeennttiinnoo
Se ha dicho en párrafos anteriores que el Bien Jurídico
protegido en los Delitos Relativos a la Vida, es la vida en sí, es
decir, que el resultado es la extinción de una vida; en los delitos
que en este capítulo estamos estudiando, el resultado es un
daño que sufre la víctima en su integridad Física o Psíquica.
Por tanto, la incolumidad de la persona en dichos aspectos
es el bien Jurídico Protegido.
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g.1 RR ell aciones de las Figuras de los Artículos 89, 90 y
Código Penal
gg..11 Reelaacciioonneess ddee llaass FFiigguurraass ddee llooss AArrttííccuullooss 8899,, 9900 yy
CCóóddiiggoo PPeennaall
El Legislador Argentino ha previsto como Figuras Básicas
del delito de lesiones las contempladas en los artículos 89, 90 y
91 del Código Penal.
El Tratadista Carlos Creus en el Tomo I de su obra
Derecho Penal (Parte Especial) se refiere a ello al decir:
"Aunque se puede decir, sin mengua de la exactitud, que en
capítulo hay una sola f igura básica (la del artículo 89), de la cual
las siguientes, (Art. 90 y 91) no serían otra cosa que figuras
agravadas, puesto que las diferentes punibil idades obedecen a
la mayor o menor intensidad del daño causado por la acción del
agente, pero como en algunos casos los distintos daños pueden
presentar particularidades que exceden el carácter de meras
circunstancias agravatorias, parece más conveniente tratarlas
como figuras básicas, sin perjuicio de que en todas ellas la
acción punible sea la misma: la de lesionar".5
La Acción. Lesiona, el que causa un daño en el cuerpo o
en la salud del otro, es decir, que altera la estructura física o
menoscaba el funcionamiento del organismo del sujeto pasivo.
5 Creus , Car los . Derecho Pena l . Par te Espec ia l . Tomo I , 5 ª Ed ic ión pag . 79
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g.2 Daño en el Cuerpo. gg..22 DDaaññoo eenn eell CCuueerrppoo..
El daño en el cuerpo es toda alteración en la estructura
interna o externa del sujeto pasivo, producida por una
extirpación de parte de esa estructura (quitar una uña),
destrucción de tej idos (cortar la piel) cambio de conformaciones
(anudamiento de músculos) o de pigmentaciones (manchas en el
cuerpo sin destrucción de tej idos). No es necesario que redunde
en perjuicio estructural o funcional de la víctima; hasta puede
producir beneficios en esos aspectos (extirpación de una
verruga que afea el rostro, corrección de un desvío del tabique
nasal a raíz del golpe aplicado por el agente), sin que
desaparezca la t ipicidad de la lesión; los autores hablan del
derecho de cada persona a observar su estructura corporal, por
defectuosa que sea, como objeto de la protección.
Se discute, sin embargo, el daño, entendido en el sentido
recién expuesto, para constituir la lesión del Art. 89, t iene que
recaer sobre partes de la estructura corporal "susceptibles de
afectar la eficacia de la actividad vital", aunque no haya l legado
efectivamente a afectarla; para quienes consideran que ése es
un requisito necesario del concepto jurídico de daño en el
cuerpo, no lo constituyen el corte de las partes que están
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"naturalmente destinadas a ser cortadas" (pelos, uñas), salvo
que se trate de una extirpación o modificación que afecte a la
esencia normal de esas partes (p. Ej.,) extirpación del pelo por
un procedimiento químico, arrancamiento de uñas). Pero otros
no requieren tal calidad en las partes afectadas, de manera que
cualquier modificación de ellas (p. Ej. El corte del pelo),
constituye lesión. En realidad la discusión parece ocioso, porque
cualquier parte del cuerpo desempeña una actividad vital (el
pelo cubre y protege, las uñas facil i tan la aprehensión), con lo
cual el corte de esos elementos, aunque su corrección temporal
sea conveniente, constituye lesión, sin perjuicio de que la acción
pueda integrar otros delitos y hasta ser consumida por ellos (p.
ej. las vejaciones en los delitos contra la l ibertad.
g.3 Daño en la Salud. gg..33 DDaaññoo eenn llaa SSaalluudd..
El daño en la salud es el cambio que se opera en el
equil ibrio funcional actual del organismo de la víctima, por
precario que él sea. Pero aquí es necesario que el menoscabo
del equil ibrio existente constituya una alteración en menos, es
decir, que tenga como efecto disminuir la salud con relación a la
que gozaba el sujeto pasivo antes de la acción del agente; no
constituye lesión, por consiguiente, la alteración que consulte un
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beneficio para el equil ibrio funcional (salvo que, a la vez, la
alteración implique un daño en el cuerpo).
El equil ibrio funcional protegido es tanto el puramente
orgánico como el de las funciones psíquicas; puede verse
disminuido tanto con relación al funcionamiento general, como
con relación a determinadas funciones exclusivamente, sea por
anulación de ellas por las dif icultades en su posterior
desempeño a raíz de la lesión. El equil ibrio funcional puede
presentarse como enfermedad, o sea, como patológico en curso
o como simple debil i tamiento que no suma esa característica;
puede hasta asumir la forma de sensaciones molestas (náuseas,
dolor, calor, frío), aunque en este últ imo caso, parte de la
doctrina requiere que se trate de una situación funcional de
cierta duración, porque considera que una simple percepción
funcional de cierta duración, porque considera que una simple
percepción desagradable no basta para menoscabar la salud
como "estado" de equil ibrio (Merkel, Soler Balestra), al paso que
otros piensan que hasta la sensación pasajera de malestar o
molestia constituye lesión (Nuñez trae el ejemplo del dolor que
sufre aquél a quien se le tuerce un brazo mientras se lo
mantiene en esa postura, pero que cesa al permitírsele que
recupere la normal).
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Pero si las sensaciones de malestar o molestia pueden, por
sí mismas, constituir un daño en la salud, no es necesario que
estén presentes en otros casos de desequil ibrio para que el
daño en la salud tenga carácter típico; coinciden los autores en
que la lesión existe igualmente aunque no cause dolor (p. Ej.
Lesiones inferidas a quien está afectado de total insensibil idad)
y aun puede existir creando estados de plenitud donde todo
malestar físico está ausente (P. ej. Administración de narcóticos
que afectan el equil ibrio psíquico creando sensaciones de
euforia o bienestar).
g.4 Los Daños Utilizadoo s gg..44 LLooss DDaaññooss UUttiilliizzaaddoss
Cualquier medio que el proceso causal se muestre como
productor del daño puede ser empleado por el agente. Queda
comprendido, pues todo medio físico, sea que importe la
uti l ización de un instrumento, o solamente la del cuerpo del
agente, aunque no implique un contacto físico directo con el
cuerpo de la víctima)P. Ej. Contagiar la enfermedad que sufre el
agente uti l izando elementos personales que después usará
aquélla.
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Es un delito de comisión que puede consumarse tanto por
medio de una actividad como de una omisión (P. Ej. El
enfermero que no suministra el medicamento que mantiene la
salud del sujeto pasivo).
g.5 Sujeto Pasivo gg..55 SSuujjeettoo PPaassiivvoo
Sujeto pasivo del delito puede ser cualquier persona. se
equipara la víctima de las lesiones con la del homicidio; o sea,
se puede lesionar otro desde que comienza su nacimiento y
mientras existe como ser vivo. Muchos tratadistas excluyen al
feto como sujeto pasivo posible de lesiones: sólo estaría
protegido de aquellas lesiones que le produjeran las maniobras
abortivas a través del delito de aborto tentado, cuando el agente
obró con la f inalidad de darle muerte; esta tesis restrict iva
excluye de la punibil idad las hipótesis - que no dejan de ser
posibles en la realidad - de las lesiones causadas al feto en el
seno materno sin intención de darle muerte (P. Ej.
Administrándole a la madre específicos que lo deformen). Sin
embargo, parece que es hora de revisar estas restricciones
porque aquí el "otro" puede ser el feto, ya que la ley no nos
pone en la necesidad de distinguir sujetos pasivos distintos de
una misma acción, como ocurre con la de matar, que contempla
conjuntamente los t ipos de homicidio y de aborto.
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g.6 Exclusión de la Autolesión gg..66 EExxcclluussiióónn ddee llaa AAuuttoolleessiióónn
El sujeto pasivo t iene que ser otro. La autolesión es
impune (en algunos casos regímenes penales especiales no lo
es, como ocurre en el mil i tar, pero porque se protegen Bienes
Jurídicos). Esa impunidad se extiende aún a los partícipes de la
autolesión (salvo que tenga el deber jurídico de evitarla), pero a
quien la produce como autor, aunque lo hagan cumpliendo con
la voluntad expresada por la víctima.
g.7 Culpabilidaa d gg..77 CCuullppaabbiilliiddadd
Excluida la f inalidad específica de matar, la culpabil idad
del delito de lesiones se revela tanto a través del eventual.
Toda voluntad de ataque físico a la persona de otro, con
capacidad dañosa, en que el agente se representó la posibil idad
de lesionar sin rechazarla, queda comprendida en el dolo de
lesiones y la responsabil idad correspondiente se ajusta al
resultado producido: será una lesión grave o gravísima si el
resultado corresponde a uno de los enunciados de los Arts. 90 y
91, y una lesión leve en el caso en que el daño no sea uno de
ellos.
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El artículo 91,, C.P., dispone una pena de prisión de tres a
diez años para el que cause una lesión que "produjera una
enfermedad mental o corporal, cierta o probablemente incurable,
la inuti l idad permanente para el trabajo, la pérdida de un
sentido, de un órgano, de un miembro, del uso de un órgano o
miembro, de la palabra o de la capacidad de engendrar o
concebir".
g.8 Lesiones Graves gg..88 LLeessiioonneess GGrraavveess
La Normativa Penal Argentina en el art. 90 castiga con
pena de uno a seis años de reclusión o prisión, al que cause
lesiones que produjeren "una debil i tación permanente de la
salud, de un sentido, de un órgano, de un miembro o una
dif icultad permanente de la palabra o se hubiere puesto en
peligro la vida del ofendido, le hubiere causado una deformación
permanente del rostro".
g.9 Debilitamiento y Permanencia gg..99 DDeebbiilliittaammiieennttoo yy PPeerrmmaanneenncciiaa
Dos conceptos fundamentales se destacan en la f igura: el
debil i tamiento y el de permanencia.
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El debil i tamiento alude a una disminución funcional, sin
que la función misma desaparezca (supuestos contemplado por
el art. 91); se mide con relación al modo como se cumplía la
función antes de la lesión, por lo cual, aún lo que podía
constituir una función ya menoscabada e incompleta puede
verse debil i tada por aquélla (P. Ej. Debil i tar aún más la salud
del que ya la poseía muy precaria).
La permanencia alude a la persistencia del resultado por
t iempo prolongado y se plantea como la probabil idad estimada
(diagnóstico) de que la evolución natural a los procedimientos
científ icos ordinarios no pueden eliminar la eficiencia
constitutiva del daño, reconstituyendo la estructura corporal o
devolviendo a la función su anterior eficiencia. Subsiste aún
cuando la eficacia anterior puede devolverse por elementos
sustitutivos artif iciales (prótesis) o reconstituirse la estructura
corporal por medio de esos elementos o de procedimientos
quirúrgicos especiales (P. Ej. Cirugía estética, trasplantes
orgánicos).
Sólo la circunstancia del peligro de vida, que también
incluye la norma, queda marginada de estos principios.
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g.10 Debilitamiento de la Salud gg..1100 DDeebbiilliittaammiieennttoo ddee llaa SSaalluudd
El debil i tamiento de la salud es el equil ibrio funcional
según hemos dicho que se manifiesta en una situación
establecida de disminución del vigor o de la resistencia a las
dolencias o a las sensaciones molestas (dolor, temperatura,
etc.). Siempre que no se trate de un desequil ibrio constituido
como "enfermedad", es decir, como proceso patológico en un
curso, ya que el carácter permanente de la enfermedad se
cataloga como lesión gravísima.
g.11 Debilitamiento de un Sentido gg..1111 DDeebbiilliittaammiieennttoo ddee uunn SSeennttiiddoo
La ley, al referirse al debil i tamiento de un sentido, no
considera a éste como "disposit ivo sensorial" (Fontán Balestra),
sino que se refiere a la aptitud de percepción que constituyen
cada uno de los sentidos: la vista, oído, olfato, gusto y tacto, ya
que si normalmente la aptitud puede verse menoscabada por la
afectación de los órganos con que se realizan estas funciones,
puede no ocurrir así (P. Ej. Un daño psíquico que no afecte al
órgano del gusto o el olfato, puede debil i tar esos sentidos). El
debil i tamiento puede referirse - como lo advertimos - tanto a la
disminución de la efectividad de la función (reducción de la
agudeza visual, la sensibil idad térmica que no permite advertir
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las pequeñas variaciones de temperatura, etc.), como a la
disminución de la resistencia del organismo a las afecciones que
pueden atacar a los sentidos (P. Ej. Propensión a las
infecciones del oído o de la vista).
g.12 Debilitamiento de un Organoo gg..1122 DDeebbiilliittaammiieennttoo ddee uunn OOrrggaanno
Al mencionar el debil i tamiento de un órgano, la ley uti l iza
un concepto funcional. Se entiende, pues, por órgano tanto la
pieza anatómica que realiza autónomamente una función, como
el conjunto de órganos que la cumplan; por eso, en el caso de
funciones que son cumplidas por órganos compuestos, la
extirpación de uno de ellos constituye un debil i tamiento, no una
pérdida que coloque el caso en la lesión gravísima (P. Ej. La
extirpación de un riñón en una persona que posee los dos, es
una lesión grave, no la lesión gravísima), esto últ imo ocurre en
los casos en que los órganos no únicos l levan a cabo
conjuntamente la función, no cuando órganos anatómicamente
únicos (P. Ej. Bazo, hígado), contribuyen a una función común
con otros órganos distintos (completándose entre sí); en esos
casos la extirpación de la pieza anatómica autónoma que
constituye el órgano a la eliminación total de su funcionamiento
a raíz del daño, da lugar a la lesión gravísima.
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Se está de acuerdo en que no basta para el t ipo que
estudiamos, el simple daño estructural del órgano, sino tiene
que repercutir el debil i tamiento de la función orgánica (P. Ej. Un
cambio de pigmentación del globo ocular, que no deforme el
rostro, que no entorpezca la función visual, no pasará de ser
una lesión leve, aunque tenga carácter permanente.
Por otro lado el debil i tamiento del órgano no supone
necesariamente un daño estructural de la pieza anatómica que
lo constituye, ya que puede provenir de un origen distinto (P. Ej.
La ruptura de un músculo facial que fi ja la vista sin permitir el
giro del ojo, implica un debil i tamiento que constituye una lesión
grave, aunque el órgano no se haya lesionado estructuralmente).
g.13 Debilitamiento de un Miembb ro gg..1133 DDeebbiilliittaammiieennttoo ddee uunn MMiieemmbrroo
Son miembros las extremidades articuladas en el tronco,
inferiores y superiores que realizan las funciones de locomoción
y aprehensión. La lesión debe debilitar la extremidad, de tal
modo que deje ella de cumplir su función con la eficiencia con
que la cumplía antes de sufrir el daño.
Como en el caso anterior, no es indispensable que el
debil i tamiento proceda de un daño estructural del miembro;
tanto es lesión grave la amputación de un dedo como
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anquilosamiento a raíz de una lesión cerebral; correlativamente,
el mero daño estructural que no l lega a debil i tar funcionalmente
el miembro, no se incluye en el t ipo del art. 90 (P. Ej. El
desgarro del dorso de la mano que no afecta a los músculos).
g.14 Dificultad PP ermanente en la Palabra gg..1144 DDiiffiiccuullttaadd Peerrmmaanneennttee eenn llaa PPaallaabbrraa
Cuando la ley menciona la dificultad permanente en la
palabra se refiere a la función del habla como facultad para
comunicarse con los demás por medio de ella. Esa dif icultad
puede residir en la selección de las palabras (incoordinación
entre la idea y su expresión) o en su emisión (dif icultades de
pronunciación) y, como en los otros casos, puede provenir de un
daño en el mecanismo orgánico de expresión de la voz
articulada o de los que recaen sobre otros sistemas (P. ej. una
alteración psíquica).
No constituye una dif icultad típica el suscitamiento de un
esfuerzo para hablar que no fuera necesario antes de la lesión,
mientras no repercuta en una turbación de la facultad de
expresar las ideas por medio de la palabra.
Tampoco es suficiente el mero defecto de pronunciación
que no afecte a esa capacidad, pero sí el que entorpezca las
97
posibil idades de intelección normal de las palabras emitidas por
parte de los terceros (como sería una afonía tan pronunciada
que exigiese un gran acercamiento de los oyentes para poder
percibir los sonidos articulados); el ceceo, por lo tanto, no
constituye una dif icultad típica (contra, al parecer, soler), a no
ser que alcance tal intensidad, que transforme en ininteligibles
las palabras pronunciadas.
g.15 Inutilidad Temporal para el Trabajo gg..1155 IInnuuttiilliiddaadd TTeemmppoorraall ppaarraa eell TTrraabbaajjoo
La inuti l idad para el trabajo implica un debil i tamiento de las
funciones que permiten la actividad laboral. La ley no toma aquí
en cuenta el t iempo que demanda la curación del daño en el
sentido médico, sino la influencia que é t iene sobre la capacidad
de trabajar; la curación puede realizarse en menos de un mes o
esperar ese plazo sin influir para nada sobre la calif icación.
Con razón ha dicho la jurisprudencia que la inuti l idad se
produce cuando la lesión ha ocasionado impedimentos para el
trabajo empleo del cuerpo o de la mente en la actividad laboral.
La ley por tanto, no se refiere a una concreta actividad laboral,
sino a la actividad laboral en general, quedando comprendida en
la calif icante, por supuesto, la incapacidad para desempeñar la
98
concreta actividad actual de la víctima, aunque pueda realizar
otros trabajos (P. Ej. Cuando la lesión impide a un locutor leer
los l ibretos por más de un mes, aunque pueda desempeñar
tareas de índole manual).
g.16 Deformación Permanente del Rostro gg..1166 DDeeffoorrmmaacciióónn PPeerrmmaanneennttee ddeell RRoossttrroo
Por rostro, cuya deformación permanente se calif ica de
lesión grave, se considera lo que anatómicamente forma la faz,
o sea la parte anterior de la cabeza, en sentido horizontal desde
hasta otra oreja (incluidas),, y vertical desde el comienzo de la
frente hasta la punta de la barbil la. Algunos extienden el
concepto de rostro haciéndole abarcar otras partes inmediatas a
las señaladas, que ordinariamente se l levan descubiertas (el
cuello - Soler - o el arranque del pecho en las mujeres - Fontán
Balestra -), pero hay que reconocer que esos sectores no
pertenecen al rostro, sin perjuicio de que los daños producidos
en ellos o en otras partes inmediatas (parietales, parte superior
del frontal, etc.) puedan afectarlo deformándolo al destruir su
simetría (como sería el estiramiento de una parte de la piel del
rostro a consecuencia de una herida en el cuello, o la ampliación
irregular de la frente por un escalpamiento parcial del cuero
cabelludo).
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En el sentido de la ley argentina el rostro se deforma
cuando la simetría de sus líneas o el equil ibrio de la f isonomía
(P. Ej. Manchas) se cambia afeándolo, o sea, dándole una
configuración antiestética perceptible por lo demás.
De deformación repulsiva o grosera queda, por supuesto,
comprendida, pero no es indispensable que se alcance ese
carácter para que el caso quede encuadrado dentro del art. 90,
Cod. Penal. El simple cambio de la f isonomía que no afea el
rostro no se incluye en el t ipo (P. Ej. La lesión que elimina una
verruga que lo afeaba, o la que separa el lóbulo de una oreja
cuando ya la otra estaba despegada, otorgando mayor simetría
al rostro).
En cuanto al sentido de permanencia ya vimos que se da
aunque por el procedimiento quirúrgico se pueda tornar el rostro
a la situación anterior a la lesión o a otra en que el rostro no
queda afeado. Tampoco desaparece la calif icación por el hecho
de que el efecto antiestético pueda disimularse con la
colocación artif iciosa de prótesis (como cejas postizas) o hasta
de elementos naturales (P. Ej. Echar los cabellos sobre la frente
para ocultar su hundimiento).
100
Por últ imo la lesión también se considera grave cuando
hubiese puesto en peligro la vida del ofendido.
Ya dij imos que es el único caso en el art. 90 que no
restringe la calif icación a los conceptos de debil i tamiento y
permanencia que son comunes a los demás.
Se atiende aquí que, en el caso concreto, a causa de la
lesión, la víctima haya corrido efectivamente peligro de muerte
es decir, se encontrase expuesta a morir, ya porque ese peligro
lo constituyó la lesión misma (por los órganos que dañó, la
hemorragia que produjo, etc.). Ya porque aquélla se insertó en
una condición física de la víctima que tornó en peligrosa para su
vida una herida que no hubiese acarreado ese peligro en otro
sujeto pasivo en condiciones diferentes. Lo que típicamente
importa, pues, es el peligro efectivamente corrido por la víctima.
Está de más aclarar que la existencia del peligro de muerte
depende de la constatación de los signos letales que indican la
posibil idad de ocurrencia de la muerte en un determinado
momento. Cuando el peligro ha provenido de la lesión misma, es
indiferente que haya contribuido a él la falta de atención médica,
ya que ello no es suficiente para quebrar el nexo causal entre la
101
lesión y ese resultado. Mucho menos desaparece cuando,
habiendo existido el peligro, se lo ha conjurado por la oportuna
atención o superado por la propia capacidad de reacción física
del lesionado.
g.17 Lesiones Grr avísimas gg..1177 LLeessiioonneess GGraavvííssiimmaass
El art. 91 anotado hace un momento, es la disposición
Legal que dentro de la Legislación Penal Argentina se incluyen
las circunstancias consideradas como lesiones gravísimas.
g.18 Enfermedad Cierta o Probablemente Incurable gg..1188 EEnnffeerrmmeeddaadd CCiieerrttaa oo PPrroobbaabblleemmeennttee IInnccuurraabbllee
Ya vimos que por enfermedad, a diferencia de lo que
ocurre en el debil i tamiento de la salud, no hay que entender la
existencia de un estado de menoscabo más p menos estable,
sino de un proceso patológico que no haya cesado, aunque
pueda haber sido paralizado en orden a su agravamiento.
La enfermedad es ciertamente incurable cuando sea una
de aquella para las cuales la ciencia no cuenta con medios para
sanarlas; es probablemente incurable cuando su curación
pueda producirse como circunstancia muy excepcional.
102
Puesto que la ley se refiere a la cura de la enfermedad, el
pronóstico t iene que formularse contemplando todos los
adelantos científ icos que permitan la curación incluso las de
carácter quirúrgico que implique un sometimiento del paciente a
padecimientos o peligro: no se puede atribuir responsabil idad
por la calif icación al agente cuando la incurabil idad depende de
la voluntad de la víctima, que se niega a someterse a esos
padecimientos (la doctrina ital iana sostiene lo contrario).
Para la ley tanto es enfermedad la que únicamente se
manifiesta por el desequil ibrio funcional de naturaleza física o
psíquica, como la que se traduce en daños estructurales del
cuerpo (P. Ej. La existencia de una fístula incurable).
La calif icación no se excluye para insertar el supuesto en
los t ipos de homicidio cuando la raíz de la enfermedad la víctima
muere, siempre que se pueda reconocer que ha sobrevivido a la
lesión con la enfermedad (Soler), por lo cual c}puede ser
decisiva la influencia del t iempo transcurrido entre la lesión y la
enfermedad y la muerte.
103
g.19 Inutilidad Permanente para el Trabajo gg..1199 IInnuuttiilliiddaadd PPeerrmmaanneennttee ppaarraa eell TTrraabbaajjoo
La inuti l idad para el trabajo es permanente cuando se dan
las condiciones que hemos asignado al concepto de
permanencia: prolongación en el t iempo y diagnóstico que
indique la probabil idad de que la víctima no vuelve a su estado
de eficacia laborativa.
Aquí la ley no se refiere necesariamente a la supresión
total de toda capacidad laborativa, sino que puede reducirse a la
incapacidad respecto de una determinada tarea que el sujeto
realizaba (P. Ej. Escribir); aunque pueda realizar otras.
Lo que diferencia en esta materia la lesión grave de la
gravísima es que en la primera la prolongación por más de un
mes importa la probable desaparición de la incapacidad en un
plazo relativamente determinado, cualquiera que sea su
extensión, al paso que en la lesión gravísima el diagnóstico
t iene que indicar la probabil idad de que no desaparezca.
g.20 Pérdida de un Sentido, Organo o Miembro o de un
Miembro u Organn o
gg..2200 PPéérrddiiddaa ddee uunn SSeennttiiddoo,, OOrrggaannoo oo MMiieemmbbrroo oo ddee uunn
MMiieemmbbrroo uu OOrrggaanoo
La pérdida de un sentido, de un órgano o de un miembro o
del uso de un órgano o de un miembro, importa una privación
104
funcional absoluta, ya se origine en una pérdida anatómica, ya
se manifieste en la ausencia de toda efectividad funcional
(pérdida del uso), como ocurriría en el caso de una parálisis. La
lesión extingue la funcionalidad aún en los casos en que ella
estuviera ya disminuida (P. Ej. Dejar ciego o lesionado el ojo del
sujeto pasivo a quien ya le faltaba el otro) sin mengua de la
calif icación gravísima. Un residuo funcional insuficiente para
cumplir la función (distinguir la luz pero no las formas , arrastrar
la pierna sin poder levantarla para dar el paso) tampoco elimina
la calif icación: la función está "perdida").
Por supuesto que cuando la función estaba ya perdida en
el momento de la lesión no se puede dar la calif icación de
lesiones gravísimas (P. Ej. el que destruye el globo ocular de
quien era absolutamente ciego podrá ser responsabil izado de
lesiones graves por deformación del rostro, pero no de lesiones
gravísimas).
g.21 Pérdida de la PP alabra gg..2211 PPéérrddiiddaa ddee llaa Paallaabbrraa
Lo mismo ocurre con la pérdida de la palabra; es la pérdida
de la facultad de expresar inteligiblemente por medio de la
palabra para comunicarse con terceros, por cualquiera de las
causas que hemos visto al tratar de las lesiones graves.
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La subsistencia de la punibil idad de emitir la voz en forma
inarticulada (lograr sólo emitir sonidos) equivale a la pérdida de
la facultad.
g.22 Pérdida de la CC app acidad de Engendrar o Concebir gg..2222 PPéérrddiiddaa ddee llaa Caapaacciiddaadd ddee EEnnggeennddrraarr oo CCoonncceebbiirr
La pérdida de la capacidad de engendrar o concebir
equivale a la extirpación de la facultad de reproducirse,
eliminándola en quien actualmente la posee o impidiendo su
desarrollo en quien podía l legar a poseerla (un niño), por medio
de la ablación de los órganos de la reproducción o causando la
impotencia generatriz por cualquier otro medio. No se da la
hipótesis en los casos en que la lesión lo que produce es la
impotencia para realizar el acceso carnal, si la facultad de
reproducción ha permanecido incólume (P. Ej. Que la mujer
pueda ser fecundada artif icialmente, que el hombre siga
produciendo espermatozoides, aunque por la destrucción sufrida
en su miembro viri l no pueda acceder).
g.23 Figuras Agravadas gg..2233 FFiigguurraass AAggrraavvaaddaass
SITUACIONES DE AGRAVACION
El actual art. 93, C.P., considera circunstancias agravantes
de las lesiones las contenidas en el art. 80.
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g.24 Punibilidad gg..2244 PPuunniibbiilliiddaadd
Cuando las lesiones se producen con algunos de los
modos, medios o finalidades o sobre alguna de las personas,
enunciadas en el Art. 80, las penas son las siguientes:
a) Si las lesiones son leves, de seis meses a dos años de
prisión.
b) Si son graves, de tres a diez años de prisión o reclusión.
c) Si son gravísimas, de tres a quince años de prisión o
reclusión.
g.25 Figuras Atenuadas gg..2255 FFiigguurraass AAtteennuuaaddaass
g.26 Situaciones de Atenuación gg..2266 SSiittuuaacciioonneess ddee AAtteennuuaacciióónn
El actual art. 93, C.P., construye las f iguras atenuadas,
teniendo en cuenta la concurrencia de la emoción violenta(art.
81, inc. 1°) en los hechos de lesiones
g.27 Puniblidad gg..2277 PPuunniibblliiddaadd
Cuando las lesiones han sido cometidas en estado de
emoción violenta, las penas son las siguientes:
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a) Si se trata de Lesiones Leves, de quince días a seis
semanas de prisión.
b) Si se trata de Lesiones Graves, de seis meses a tres años
de prisión o reclusión.
c) Si se trata de Lesiones Gravísimas, de uno a cuatro años
de prisión reclusión.
g.28 Figuras Culposas gg..2288 FFiigguurraass CCuullppoossaass
LA DISPOSICION LEGAL
El art. 94, C.P., pena con prisión de un mes a dos años o
multa de australes veinticinco australes quinientos e
inhabil i tación especial de uno a cuatro años, "al que por
imprudencia o negligencia, por impericia en su arte o profesión
o por inobservancia de los reglamentos o deberes a su cargo,
causare a otro un daño en el cuerpo o en la salud".