Capitulo v Modalidades Del Acto Jurídico Idrogo

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MODALIDADES DEL ACTO JURÍDICO 1. CONCEPTOS GENERALES Las modalidades del acto jurídico son las distintas cláusulas que estipulan las partes en la celebración de los actos jurídicos, mediante las cuales hacen variar sus efectos de tal modo, que su ejecución o extinción depende de los actos modales a que se encuentren sujetos MASIAS SÁNCHEZ ha conceptuado de una manera muy entendible las modalidades de los actos jurídicos: "Son ciertos pactos, cláusulas o cir-cunstancias (elementos accidentales) variables en cada caso, según la voluntad del que realiza el acto, o del acuerdo y consentimiento de los interesados, a los cuales queda subordinado el acto, ya sea en su perfeccionamiento, en su cumplimiento o en su extinción de sus efectos". A diferencia de la doctrina que sustentó el Código Civil de 1936, LOHMANN citando a OERTMANN PAÚL afirma: "Tradicionalmente un importante sector de la doctrina que ha venido cobijando a estas tres figuras bajo el nombre de elementos accidentales de los negocios jurídicos, como modalidades de los mismos. La denominación es impropia sin embargo, porque de ordinario una vez integrados al negocio dejan de ser accidentales y forman parte de la voluntad; ni son tampoco los únicos elementos que incidentalmente determinan la eficacia del negocio, o la afectan. En puridad, las tres figuras que estudiaremos son disposiciones no sustanciales para la tipificación de los negocios jurídicos (salvo excepciones: el plazo en el negocio cambiario por ejemplo) de suerte que éstos pueden cumplir su función económica y social de manera autónoma y sin precisar el concurso de una de estas figuras". TORRES VÁSQUEZ, acota: "Las modalidades del acto jurídico son ciertos elementos accidentales que modifican los efectos normales del acto, ya tomando incierta la

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MODALIDADES DEL ACTO JURÍDICO

1. CONCEPTOS GENERALES

Las modalidades del acto jurídico son las distintas cláusulas que estipulan las partes en la celebración de los actos jurídicos, mediante las cuales hacen variar sus efectos de tal modo, que su ejecución o extinción depende de los actos modales a que se encuentren sujetos

MASIAS SÁNCHEZ ha conceptuado de una manera muy entendible las modalidades de los actos jurídicos: "Son ciertos pactos, cláusulas o cir-cunstancias (elementos accidentales) variables en cada caso, según la voluntad del que realiza el acto, o del acuerdo y consentimiento de los interesados, a los cuales queda subordinado el acto, ya sea en su perfec-cionamiento, en su cumplimiento o en su extinción de sus efectos".

A diferencia de la doctrina que sustentó el Código Civil de 1936, LOHMANN citando a OERTMANN PAÚL afirma: "Tradicionalmente un importante sector de la doctrina que ha venido cobijando a estas tres figuras bajo el nombre de elementos accidentales de los negocios jurídicos, como modalidades de los mismos. La denominación es impropia sin embargo, porque de ordinario una vez integrados al negocio dejan de ser accidentales y forman parte de la voluntad; ni son tampoco los únicos elementos que incidentalmente determinan la eficacia del negocio, o la afectan. En puridad, las tres figuras que estudiaremos son disposiciones no sustanciales para la tipificación de los negocios jurídicos (salvo excepciones: el plazo en el negocio cambiario por ejemplo) de suerte que éstos pueden cumplir su función económica y social de manera autónoma y sin precisar el concurso de una de estas figuras".

TORRES VÁSQUEZ, acota: "Las modalidades del acto jurídico son ciertos elementos accidentales que modifican los efectos normales del acto, ya tomando incierta la existencia de dichos efectos (condición), ya limitando en el tiempo esos efectos (plazos), ya limitando la ventaja económica del beneficiario de un acto de libertad (cargo)”, alejándose de los conceptos tradicionales.

Al analizar los requisitos del acto jurídico, hemos dicho que la capacidad, el objeto física y jurídicamente posible, el fin lícito y la observancia de la forma prescita bajo sanción de nulidad, son elementos comunes a todo acto jurídico que realicen las partes en sus relaciones jurídicas; sin embargo, en ciertos actos jurídicos pueden presentarse otros requisitos, que pueden clasificarse en esenciales, naturales y accidentales.

1.1. REQUISITOS ESENCIALES

Aquellos que no pueden faltar en los actos jurídicos para que éstos adquieran el carácter que les corresponde. Así, por el objeto en la compra venta los elementos esenciales son el precio y la cosa; pues no puede haber contrato faltando un elemento como el precio. En el contrato de sociedad, los socios y el

capital; por disposición legal (hipoteca, anticresis en escritura pública), si se hace en documento privado no hay acto jurídico de hipoteca ni anticresis, etc.

1.2. REQUISITOS NATURALES

Aquellos que las partes puedan estipular en el acto jurídico, pero no de manera irrecusable, de tal modo que por voluntad de ellos pueden separarse. Estos elementos existen, por mandato de la propia ley; por ejemplo en la compra venta, la evicción y saneamiento a que queda obligado el vendedor, aunque se le puede permitir a las partes contratar que dicho vendedor no quede sujeto a tales efectos.

1.3. REQUISITOS ACCIDENTALES

Los que se constituyen mediante estipulación expresa. Así ocurre con la condición, el plazo y el modo o cargo que se conocen con el nombre de modalidades de actos jurídicos y que los sujetos de derecho agregan o pactan en sus relaciones contractuales.

Estos elementos accidentales pueden o no estipularse expresamente en los actos jurídicos. Cuando en el acto jurídico no se estipula; es decir no se agrega la condición, plazo, modo o cargo, el acto practicado se denomina acto jurídico puro; por ejemplo: el matrimonio, la adopción, el endoso, la aceptación de una letra, renuncia de la herencia, reconocimiento de los hijos extramatrimoniales, etc. La no estipulación de modalidades en estos actos jurídicos no hace perder su validez cuando se realizan. Puesto que el acto modal puede admitir elementos accidentales, el legislador los ha incorporado dentro del Derecho de Obligaciones. El acto puro es aquél en el que no pueden faltar los elementos esenciales para que tengan el carácter que les corresponde. Por otro lado, fuera de la condición, el plazo y, el cargo que contempla nuestro C.C., existen otros elementos accidentales como sostiene MESSINEO que las partes estipulan en los diferentes contratos como son la clausula penal o la señal o arras.

2. LA CONDICION

La condición tiene varias acepciones en el campo del derecho, para algunos significa estado de los hombres: casado, soltero, viudo, divorciado; para otros son las diferentes cláusulas que agregan las partes en la celebración de un contrato y de las cuales depende su eficacia.

2.1. CARACTERES DE LA CONDICIÓN

Para diferenciarla de otros elementos modales, la condición tiene características especiales señaladas por la doctrina generalmente aceptada:

2.1.1. Es un evento futuro

Es decir que puede llegar a realizarse o no en el tiempo que los intervinientes han acordado después de realizado el acto jurídico, pero la incertidumbre del

suceso debe ir acompañada de su carácter de futuro. Esta característica la ha previsto el art. 175 del C.C., dejando un plazo para que el acontecimiento en qué consiste la condición llegue o no a verificarse.

2.1.2. Es un evento incierto

La condición es un acontecimiento incierto que puede llegar a producirse o no, del cual no se tiene ninguna certeza. Esta característica la diferencia de los tres elementos de la modalidad de los actos jurídicos.

En este sentido, se puede considerar a la condición como una institución jurídica autónoma en la vida de los actos jurídicos.

2.2. NOCIONES PREVIAS

LEONCIO OLAZÁBAL define a la condición como una modalidad de los actos jurídicos en los siguientes términos: "la limitación añadida a la declaración de voluntad, en virtud de la cual, un efecto jurídico, consistente sea en la adquisición, modificación o extinción de un derecho o en la extinción de una obligación depende de un acontecimiento futuro e incierto para el saber humano. Este acontecimiento, que no es un hecho futuro irremediablemente realizable, sino que puede o no realizarse, a veces se confunde con el modo pero como bien explica ENNECCERUS, el modo no hace incierto el efecto, pero obliga al favorecido a una prestación, mientras que la condición, hace depender el efecto jurídico de un acontecimiento futuro e incierto".

MESSINEO define a la condición como: "un acontecimiento (evento, hecho futuro e incierto); esto es, un acontecimiento que no se ha verificado todavía y que se ignora si llegará a verificarse: a la verificación, o sea, a la producción del mismo, las partes subordinan la eficacia del negocio (condición suspensiva), o bien, respectivamente, la cesación de eficacia (menos exactamente, la ley habla de "resolución") del negocio (condición resolutoria, o extintiva)"

Por su parte ENNECCERUS afirma: "la declaración de voluntad condicionada es un todo inseparable que no puede descomponerse en una determinación principal y una determinación accesoria".

De todos estos conceptos, podemos sostener que la condición es todo evento futuro e incierto que las partes añaden a la declaración de voluntad y que va producir consecuencias en el acto jurídico. Así por ejemplo, te donaré mi casa, si mañana me saco la lotería de Trujillo; te compraré un automóvil si mi padre me otorga un anticipo de herencia la próxima semana, te dono esta residencia si pasarías una pensión a mi hijo menor de edad a mi fallecimiento etc.

Estos eventos futuros e inciertos que las partes acuerdan, no se agregan a todos los actos jurídicos; porque hay actos jurídicos que no admiten condiciones, tales como el matrimonio, la adopción, el reconocimiento de los hijos extramatrimoniales, que como hemos expuesto son actos jurídicos puros.

Cabe anotar que la condición debe pactarse expresamente, porque no hay condición implícita o tácita, ni se presume como apunta el maestro LEÓN BARANDIARÁN.

2.3. FACTORES DE INCERTIDUMBRE

Los factores de incertidumbre de un hecho son dos: la posibilidad, de su realización y la época en que ésta se produzca. De acuerdo a esto, los hechos futuros se pueden clasificar en cuatro grupos:

2.3.1. Inciertos en cuanto a la realización y ciertos en cuanto a la época

En este caso no se sabe si el evento llegará a producirse en un tiempo determinado; por ejemplo, una persona se compromete a comprar una casa en Huanchaco, si al 31 de diciembre de 2004 las calles están debidamente asfaltadas. En este caso, el asfaltado de las calles es incierto, la época 31 de diciembre de 2004 es cierta.

2.3.2. Incierto en cuanto a la realización e incierto en cuanto a la época

Es decir, tanto la realización del evento como el tiempo son imprevisibles; por ejemplo, un obrero se compromete a vender la mina que trabaja por un salario que le paga una empresa el día que la ley llegue a un cinco por ciento. En este caso es incierto que la mina llegue a ser propiedad del minero y el día que se produzca el aumento son inciertos.

2.3.3. Cierto en cuanto a la realización e incierto en cuanto a la época

En este supuesto, el evento puede llegar a producirse, lo único que no se sabe es en qué tiempo podrá realizarse. Es el caso de alguien que promete donar una casa el día que muera su cónyuge, porque él es el único heredero. La muerte es cierta, pero el día es incierto y puede morir él primero antes que su esposa.

2.3.4. Cierto en cuanto a la realización y cierto en cuanto a la época

En este caso el evento y la fecha son ciertos. Tal posibilidad se produce cuando alguien se compromete a pagar un mutuo a otro el 28 de julio que se celebra el aniversario patrio; como se observa la realización del pago y la época en que ha de realizarse son ciertos.

2.4. CLASIFICACIÓN DE LAS CONDICIONES

Siguiendo la sistemática del Código y a las fuentes que lo sustentan, las condiciones se clasifican en:

2.4.1. Condición suspensiva

Llamada también condición inicial, es aquella en que el efecto del acto en su ejecución o en su cumplimiento, se hace depender del evento. Es decir, deja en suspenso sus efectos; existe la duda si el efecto jurídico se producirá o no. Por ejemplo: Ricardo conviene con Luis en un acto jurídico, por el cual el primero comparara una casa del segundo en caso que haya elecciones municipales en las zonas declaradas en emergencia por el Gobierno; si hay elecciones, se cumple la condición y se hace exigible el acto jurídico. Esta clase de condición la prescribe el art. 171 del C.C.

2.4.2. Condición resolutoria

OLAZÁBAL, la define en los siguientes términos: "Es aquella de la cual depende la cesación del efecto jurídico". En otras palabras, podemos definir a la condición resolutoria como el evento que al producirse resuelve o pone fin al contrato o acto jurídico. Por otro lado, el acto que ya se ha ejecutado queda sin efecto en caso que el evento se realice o no, según la condición sea positiva o negativa; por ejemplo A y B celebran un acto jurídico de compra venta con la condición de que “si en noviembre de 2004 se realizan las elecciones para elegir a las autoridades municipales en las zonas de emergencia declaradas por el Gobierno, A devolverá el precio de la venta a B y este entregara la casa a A”. Si las elecciones se realizan la compra venta se resolverá, si no se realizan el acto jurídico quedara valido.

La condición resolutoria expresa es la que se pacta expresamente; en cambio las condiciones resolutorias tácitas son las que están en la ley y se dan en los contratos bilaterales. De este modo, si una parte no cumple con lo que se obligó, la otra no está obligada con lo que le corresponde.

De esto concluimos que por interpretación contrario sensu, la condición resolutoria expresa prescrita en la segunda parte del art. 171del C.C. la encontramos en la teoría del acto jurídico y la condición resolutoria tácita la ubicamos en la teoría general de los contratos. Estos conceptos están contra la opinión del maestro LEON BARANDIARAN, quien sostiene que la condición debe pactarse expresamente, porque no hay condición implícita o tacita.

En el C.C. de 1936, encontramos la distinción entre condición resolutoria expresa o tácita: la primera en el art. 1109, que operaba de pleno derecho y la condición resolutoria tácita en el art. 1341 del mismo cuerpo de leyes; si las partes elevan la condición resolutoria tácita al carácter de expresa, indicando lo que decía la ley, en este caso no se requería de sentencia judicial que indicara la resolución del contrato, por eso se prescribía que la condición resolutoria expresa operaba de pleno derecho. En cambio, la condición resolutoria tácita en los contratos bilaterales prescrita en el art. 1341 del C.C. derogado, requería de sentencia judicial que declare la resolución.

En el caso de la condición suspensiva ilícita, si los intervinientes han realizado un acto jurídico que contraviene a la moral, al orden público y a las buenas costumbres, el efecto es la invalidez del acto practicado, tal como lo dispone en

forma expresa el art. 171 del C.C. vigente. Por ejemplo, si X y Z celebran un acto jurídico con la condición de que X permita a Z el arrendamiento para dedicar el inmueble a la trata de blancas, en este caso el acto jurídico no tiene validez.Finalmente, es conveniente diferenciar la condición suspensiva de la resolutiria, en la primera la eficacia del acto jurídico queda suspendida a la realización del evento; en cambio en la resolutoria, el acto no tiene eficacia de producirse el evento puesto como condición.

2.4.3. Condición positiva

Es aquella en que el acontecimiento que la constituye ha de ocurrir en un tiempo determinado, dejando sin efecto el acto jurídico o poniéndole termino si el acontecimiento no se realiza y según que la condición sea suspensiva o resolutoria; por ejemplo te dono un automóvil si apruebas tu examen de Abogado.

2.4.4. Condición negativa

El hecho que la constituye no debe realizarse dentro de un plazo. La obligación contraída bajo esta condición se entiende cumplida si vencido el plazo el acontecimiento no se realiza, o llegara a ser cierto que no puede realizarse; por ejemplo te dono este inmueble sí no contraes matrimonio.

La distinción según el maestro LEÓN BARANDIARÁN estriba "simplemente en la forma cómo está concebida la condición, según que consista en que se verifique o no se verifique un acontecimiento. Si la condición es positiva y se refiere a una condición suspensiva, de cumplirse el evento surte el acto su efecto; pero de no cumplirse tal evento, no surte el acto su efecto. Si la condición es positiva y se refiere a una condición resolutoria, la realización del evento resuelve el acto y queda sin efecto; pero de no verificarse el evento, se mantiene firme el acto. Si la condición es negativa y se refiere a una condición suspensiva, al no sobrevenir el acontecimiento es exigible el acto; pero si sobreviene el acontecimiento, no adquiere el acto viabilidad. Si la condición es negativa y concierne a una condición resolutoria, de no ocurrir el evento se resuelve el acto; pero si ocurre el evento no se resuelve el último".

2.4.5. Condición potestativa

La verificación del hecho depende de la voluntad humana de una de las partes, acreedora o deudora, de su potestad para realizar o renunciar al cumplimiento de un acto jurídico. Así, si una persona celebra un contrato de compra venta con otra a condición que ésta le escriba una carta, si se realiza la condición el acreedor quedará obligado a vender y cumplir con el contrato.

Pero, en otros casos la condición es potestativa al deudor u obligado, en este supuesto el acto jurídico es absolutamente nulo (por ejemplo, me obligo a vender a B mi casa si es que asi lo deseo).

El art. 172 del C.C., dispone: "Es nulo el acto jurídico cuyos efectos están subordinados a condición suspensiva que dependa de la exclusiva voluntad del deudor". La norma ha sido recogida del Anteproyecto de la Puente Zusman, en cuya Exposición de Motivos se expresa que: "la refieren a la condición que llama puramente potestativa y que la definen como aquella que, dependiendo de la voluntad de uno de los interesados en el acto, consiste sólo en que éste lo quiera como, por ejemplo, si declara vender a condición de querer hacerlo. Hacen la salvedad que la nulidad no se aplica a cualquier clase de condición, sino únicamente a la suspensiva, en el entendimiento de que si se pacta una condición resolutoria, el deudor ya se obligó y, por lo tanto, queda sujeto a su declaración de voluntad".

2.4.6. Condición casual

La realización del hecho o evento puesto como condición, depende de causa extraña a la voluntad de uno u otro declarante, y puede depender de la voluntad de un tercero que no es parte en el contrato. Si A se compromete a donar diez mil nuevos soles a B, si es que C lo quiere; en este caso está imponiendo una condición casual.

Esta condición también consiste en un evento fortuito, el cual obedeciendo a leyes propias, no está en poder del sujeto el hacer que se verifique o no.

Al respecto, FERNANDO VIDAL RAMIREZ, afirma: "La condición es casual cuando es independiente de la voluntad de los sujetos comprometidos por la declaración, sea porque depende del azar o de la voluntad de un tercero. Así, si se compromete una donación, si sobreviene una sequía o si un tercero gana una competencia deportiva".

2.4. 7. Condición mixta

La realización del evento depende en parte de la voluntad de alguno de los declarantes y en parte de una causa extraña a tal voluntad. Por ejemplo, si Pedro conviene con Ricardo en que éste último reciba en donación una casa si contrae matrimonio con Rosa; en este caso el cumplimiento de la condición depende tanto de la voluntad de Ricardo como de la voluntad extraña de Rosa.

2.4.8. Condición propia

Esta condición se produce cuando el hecho o el evento es posible de verificarse, aunque no es de inevitable producción; y cuando el hecho no está prohibido legalmente. En otras palabras, la condición propia es aquella en la que el evento es física y jurídicamente posible y constituye condición lícita por estar de acuerdo con las normas que interesan a las normas de orden público, la moral y las buenas costumbres. El C.C. de 1936 la reguló en el art. 1105.

2.4.9. Condición impropia

En este caso el hecho puesto como condición es físicamente imposible, o necesaria, o legalmente inadmisible, como prescribe el art 171 del C.C. al referirse a la condición suspensiva o resolutoria. En el primer caso, la condi-cion pactada no puede llegar a cumplirse, por ejemplo Andrés donará un automóvil a José si este último viaja a las galaxias de Tauro; como se observa en este ejemplo la condición es imposible de cumplirse. Se dice que la condición es necesaria cuando llegará de todas maneras a realizarse. Así B dice a C que le donara una casa si mañana sale el sol por el oriente.

En el segundo caso, la condición es jurídicamente imposible cuando se refiere a un hecho que no puede realizarse porque la ley lo prohíbe. Por ejemplo: Pedro vende bienes de la sociedad de gananciales a su esposa, que está prohibido por el art. 312; o si Juan sustituye como heredera a Francisca con la condición de que esta se entregue a la prostitución. Estas condiciones ilícitas y jurídicamente imposibles atentan contra la moral o las buenas costumbres, y tienen un carácter común: el saber que no van a poderse cumplir o producir su eficacia jurídica.

De acuerdo al art. 173 no se pueden pactar condiciones suspensivas ni resolutorias que sean física o jurídicamente imposibles. Esta norma dispone que la primera invalida el acto y la segunda se tiene como no puesta y el acto jurídico es válido. Esto nos demuestra que el C.C. vigente; no ha reproducido el art. 1103 y solo trata de las condiciones impropias a que se refería el art. 1104 del C.C. derogado.

La condición ilícita se ha asimilado a los dos casos de condición suspensiva y resolutoria, como se puede apreciar del comentario de la condición impropia.

2.4.10. Condición perpleja

Se presenta cuando los términos puestos en la condición son opuestos y contradictorios, de tal modo que esta ultima resulta incomprensible. Esta condición hace nulo el acto, no hay negocio alguno por la contradicción intrínseca que causa la condición expresada.

ALBALADEJO considera que la condición perpleja se produce "cuando el acontecimiento puesto como condición contradice lo querido, como por ejemplo, alguien dice: quiero que A sea mi heredero, pero solo para el caso de que muera antes que yo. Tanto MESSÍNEO como ENNECCERUS tienen opiniones coincidentes, en cuanto a los efectos de esta clase de condiciones que traen consigo la invalidez del negocio o anulan el negocio en su totalidad". La contradicción de esta clase de condición es interna, porque no se entiende que es lo que quiere el declarante; por ejemplo, heredarás toda mi fortuna si falleces antes que yo.

2.5. PENDENCIA DE LA CONDICIÓN

La primera parte del art. 173 del C.C., dispone: "Pendiente la condición suspensiva, el adquirente puede realizar los actos conservatorios". En la condición suspensiva, en tanto no llegue el día en que tenga o no lugar el evento pactado, no puede pedirse el cumplimiento de la respectiva obligación; en cambio el adquirente puede realizar actos conservatorios, como por ejemplo solicitar el reconocimiento del documento, solicitar la inscripción registral del documento, pedir el inventario de bienes, ejercer la acción pauliana, etc.Por lo tanto, la obligación contraída en cuanto a su ejecución está en suspenso, pero al cumplirse la condición queda expedita para su ejecución. Al cumplirse la condición, la obligación se extingue definitivamente.

El art. 1106 del C. C de 1936, disponía que: "El acreedor puede antes del cumplimiento de la condición, ejercitar las acciones conducentes a la conservación de su derecho"; toda vez que hay incertidumbre sobre si la condición suspensiva se efectuará o no. Pero, entre tanto, el acreedor ya tenía un derecho expectaticio que justificaba el ejercicio de las medidas de segundad para defender su derecho.

132 "a) Solicitar el reconocimiento, en contenido y firma del documento, por el que conste el derecho condicional y, en general cuando sea posible, instar las diligencias preparatorias que la ley permita con la finalidad de garantizar la conservación del derecho.

b) Solicitar la inscripción registral del documento que constituya un derecho real subordinado a condición o el gravamen que garantiza el crédito condicionado.

c) Demandar judicialmente la declaración de un derecho condicional.

d) Interrumpir la prescripción o caducidad. e) Solicitar inventario de bienes y realizar actos o reclamar que se

adopten soluciones destinadas a impedir la destrucción, pérdida o deterioro de los bienes sujetos a entrega o devolución.

f) Ejercer, si fuera el caso, la acción pauliana. La subrogatoria no es exactamente acción conservatoria.

g) Participar en los procedimientos de insolvencia (concurso, suspensión de pagos o quiebra) del deudor"; Lohmann, Juan Guillermo; Ob. Cit.; p. 237.

La segunda parte del art. 173 del C.C. actual prescribe: "El adquirente de un derecho bajo condición resolutoria puede ejercitarlo pendiente ésta, pero la otra parte puede realizar actos conservatorios". Mientras se encuentra pendiente la condición, el derecho puesto como condición puede ser transferido por acto jurídico intervivos o mortis causa.

En ambos casos, cumplida la condición suspensiva, el acto se declarará su ineficacia, y si es resolutoria, acto jurídico es ineficaz.

2.6. REPETICIÓN DE LO PAGADO

La tercera parte del art. 173 del C.C. dispone: "El deudor puede repetir lo que hubiese pagado antes del cumplimiento de la condición suspensiva o resolutoria".

Quien ha pagado antes del cumplimiento de la condición suspensiva o resolutoria, en virtud del principio de retroactividad que prescribe el art. 177, tiene derecho a demandar a que se le devuelva lo que ha pagado, más sus intereses legales o frutos de lo entregado, desde la fecha que efectuó el pago hasta la realización del evento. Creemos que las partes pueden convenir que el pago se efectúa mientras está pendiente el evento de la condición suspensiva; puesto que no lo prohíbe el art. 173. Esto no sucede con la condición resolutoria, en la que no puede exigirse la devolución de lo pagado, salvo que el deudor pague con posterioridad a la fecha de producida la resolución; porque las cantidades recibidas antes de que se produzca la resolución el pago eran debidas, por lo que no procede la repetición o la negación de su pago.

2.7. INDIVISIVILIDAD DE LAS CONDICIONES

El art. 174 tiene su antecedente en el art. 1107 del Código Civil derogado, cuyo tenor literal es el siguiente: "El cumplimiento de la condición es indivisible, aunque consista en una prestación divisible. Cumplida en parte la condición, no es exigible la obligación, salvo pacto en contrario".

ANGEL GUSTAVO CORNEJO, refiriéndose al art. 1107 señalo que ha sido tomada la norma del art. 535 del Código Civil Argentino. Este eminente Civilista explica la indivisibilidad de las condiciones en la siguiente forma: "Si digo que te daré mil soles si vas de Lima al Callao en diez minutos y regresas en igual tiempo impongo una condición potestativa compuesta de dos actos, el ir y regresar De lo que se trata es de la indivisibilidad de su cumplimiento; de modo que si vas al Callao en diez minutos pero no regresas, la condición no se ha cumplido. No podrías exigirme que cumpla la promesa ni en todo ni en parte. Por eso dice la segunda parte del artículo, que cumplida en parte la condición, no es exigible la obligación, con lo que la ley hacen una aplicación concreta y a la vez define el alcance de la indivisibilidad en el cumplimiento de la condición".

El hecho puesto como condición es, pues, distinto de la obligación que se exigible al efectuarse aquél. La prestación puede ser divisible (pago de una cantidad de dinero) o indivisible (entrega de un caballo); ello no influye para nada en cuanto a calificar si la condición se ha realizado o no. Pues en este caso hay que considerar únicamente el hecho previsto como condición, que debe haber realizado total, completamente. Si sólo se ha realizado en parte, se estima como no cumplida la condición y, en consecuencia, el acreedor no tendrá derecho a exigir nada de la obligación. Así por ejemplo, si A promete a un estudiante de derecho que ha terminado sus estudios, la donación de un automóvil bajo condición de que obtenga el grado de bachiller y el título de

abogado dentro de seis meses; el hecho condicionante tiene dos partes: si se cumple la primera y se vence los seis meses sin se cumpla la segunda no tendrá derecho-a exigir la donación del automóvil.

En otro caso A ofrece prestar diez mil nuevos soles a B, si consigue un préstamo de cincuenta mil nuevos soles de la Caja de Ahorros de Trujillo; pero solamente consigue veinte mil nuevos soles.En conclusión, la realización de la condición debe ser total o indivisible aunque el objeto fuese divisible para que el acto jurídico condicionado a ella produzca sus efectos, de lo contrario no puede exigirse el cumplimiento.

LOHMANN citando a DE DIEGO afirma: "Por último, interesa hacer mención a un cumplimiento no exacto pero sí válido de la condición. Según DE DIEGO, en la duda de si se debe o no admitirse el cumplimiento no en forma específica como se señaló y convino, sino de otro modo equivalente, la doctrina que cita está conforme en admitir que es válido el cumplimiento equivalente, aunque distinto, cuando la persona en cuyo favor se estableció la condición no tenía especial interés en que se cumpliera de una manera mejor que otra".

2.8. CUMPLIMIENTO LA CONDICIÓN DENTRO DE UN PLAZO

Está contenido en el art. 175 del C.C, cuyo tenor literal es el siguiente: "Si la condición es que no se realice cierto acontecimiento dentro de un plazo, se entenderá cumplida desde que vence el plazo, o desde que llega a ser cierto que el acontecimiento no puede realizarse".

Este dispositivo tiene su antecedente en el art. 1105 del C.C. derogado el que establecía: "Si la condición es de que no se verifique cierto acontecimiento dentro de un término, se entenderá cumplida desde que pasa el término, o llega ser cierto que el acontecimiento no puede realizarse".

Según hemos sostenido, la condición está generalmente vinculada a cierto plazo, dentro del cual debe cumplirse o no cumplirse el evento. Se pretende evitar afirma LOHMANN "de esta manera que el precepto negocial impuesto resulte indefinido, con lo cual quedaría en vigor el negocio a la espera del suceso puesto como condición resolutoria que le ponga fin, o como condición suspensiva para que se inicien los efectos del negocio".

El C.C. vigente adoptó la norma del art. 1105 del C.C. derogado, en relación a la cual LEÓN BARANDIARÁN, advertía que previa una condición negativa y si de ella resultaba, mutatis mutandis, que la condición era positiva y llegaba a ser cierto que se verificaría, debía caducar automáticamente la condición antes del vencimiento del plazo. Se puede considerar, siguiendo a tan distinguido jurista, "que el artículo 175 puede entenderse también referido a una condición positiva. En una u otra, al vencerse el plazo o llegar a ser cierto que la condición no puede cumplirse, el acto no surtirá efectos si la condición es suspensiva, o continuarán los efectos si es resolutoria"

De esto se concluye, que este dispositivo ha establecido un plazo para la realización de la condición; pero no podemos dejar de advertir que no contiene

ninguna norma para los casos en que el evento no esté sujeto a plazo. En este caso hay que buscar una solución legal que permita resolver los problemas que se presenten, no obstante que pueden ser soluciones evidentemente injustas. En este caso, las partes pueden recurrir a los organismos jurisdiccionales, quienes no podrán negarse a admitir la demanda y darle el trámite invocando la falta de norma expresa. En estas circunstancias, se dará curso a la demanda y se realizará la interpretación de la voluntad en su conjunto, para determinar la naturaleza del acto jurídico en cuestión y la naturaleza misma de la condición. Una vez determinados estos aspectos y el objeto de la prueba que aportan las partes, el Órgano Jurisdiccional estará en condiciones de saber si ha existido ánimo declarado de poner fin al litigio o si hay un total vacío de la norma pertinente. En este último caso será difícil identificar a la parte beneficiada con la condición indefinida.

2.9. CUMPLIMIENTO COMO SANCIÓN DE MALA FE

La mala fe es el conocimiento que tiene una persona que actúa ilegítimamente en provecho propio con dolo y en perjuicio de los demás. El principio de la buena fe garantiza el cumplimiento de las condiciones sin que las partes intervengan forzando su realización o impidiendo que se produzca el evento.

El art. 176 prescribe: "Si se impidiese de mala fe el cumplimiento de la condición por la parte en cuyo detrimento habría de realizarse, se considera cumplida. Al contrario, se considerará no cumplida, si se ha llevado a efecto de mala fe por la parte a quien aproveche tal cumplimiento".

En tal virtud, pactada la condición, ni el obligado debe proceder de mala fe para impedir que se cumpla ni el acreedor debe proceder de mala fe para forzar el cumplimiento de la condición, tal es el espíritu del articulo glosado precedentemente.

En el primer caso la ley castiga al deudor por impedir de mala fe que se cumple la condición y causar daño a su acreedor; en este caso lo sanciona, estimando como que la condición se hubiese realizado. Así: Pedro se obligo a pagar una cantidad de dinero a Pablo si José se graduaba de abogado el diez de abril, y para evitar que rinda examen Pedro secuestra a José, en tal circunstancia se reputará que Pedro está obligado al pago a favor de Pablo. Solamente, el acreedor probara que la condición no se ha cumplido por la mala fe del deudor.

En el segundo caso, se considerará como no cumplida la condición, si se ha llevado a efecto de mala fe por la parte a quien aproveche el cumplimiento (acreedor) puesto que el deudor sufrirá un daño. Así por ejemplo, si Pedro se obliga a pagar una cantidad de dinero a Pablo en caso que José vendiese su casa a Juan. Y Pablo obliga a José arbitrariamente a que se le venda a Juan; en tal circunstancia se considerará la condición no cumplida. Otro ejemplo, si para la venta de una casa por un precio elevado ya convenido, el vendedor se obliga a reedificar una de sus piezas con materiales nuevos y buena calidad y sólo se concreta a repararla superficialmente, de modo que tenga la apariencia de ser nueva, la condición se estima no verificada y el acto a que afecta, sin valor alguno.

Esta norma que ha recogido el texto original del art. 1111 del Código de 1 936, es como dice LOHMANN, citando a WEILL ET TERRÉ: "al impedirse la condición o forzar su ejecución se produce un incumplimiento contractual que da origen a reparación y la mejor manera de repararlo es darla, según los casos que el artículo señala, por cumplida o por no cumplida. Por lo tanto no admite pacto en contrario". Esta opinión la compartimos ampliamente al co-mentar el art. 176.

2.10. RETROACTIVIDAD DE LA CONDICIÓN

El C.C. vigente, en concordancia con nuestra Constitución Política ha adoptado el principio de irretroactividad de la ley contenida en la segunda parte del art. 187. Por lo tanto, el articulo 177 dispone expresamente: "La condición no opera retroactivamente, salvo pacto en contrario".

Como se observa, la condición no tiene efectos retroactivos por principio general, ni la condición suspensiva y resolutoria opera retroactivamente, porque el evento puesto como condición es solo circunstancial, se cumpla o no el acto jurídico producirá los efectos jurídicos deseados por las partes. Por ejemplo Si A vende una casa a B el primero de enero del presente año, con la condición de que se rescinda si se realizan las elecciones municipales para elegir las autoridades ediles en todo el territorio nacional para el 2005 y 2007, y en el mes de noviembre se producen la elecciones, en este caso, se cumple la condición, por lo tanto la casa será devuelta a su propietario y A restituirá el precio.

El art. 1110 del C.C. derogado, permitía mediante estipulación expresa que se atribuya a la condición efecto retroactivo.

EI artículo que comentamos no modifica el principio establecido por el legislador de 1936. En este sentido, los doctores SUSANA ZUSMAN y MANUEL DE LA PUENTE Y LAVALLE, miembros de la Comisión Reformadora llegaron a afirmar que la retroactividad de la condición "es una ficción superflua y innecesaria”. Por nuestra parte, no compartimos esta opinión

JOSSERAND, refiriéndose al Código Civil Francés, "explica que la regla de la retroactividad es una regla general según la cual toda condición se realiza retroactivamente: todo ocurre, pues, en principio, como si el contrato hubiera sido concluido pura y simplemente, desde su origen; las partes quedan, pues, de esa manera en el mismo estado en que habrían quedado de haber tratado en firme; y esto es de acuerdo con su intención probable; el acontecimiento puesto in conditione es simplemente declarativo de las obligaciones, éstas se derivan, no de dicho acontecimiento, sino de la convención misma.

3. EL PLAZO

3.1. CONCEPTOS

Sobre el plazo se han dado muchas definiciones, de acuerdo a la importancia que tiene para dar eficacia a los actos jurídicos realizados por la voluntad de las partes; puesto que el inicio o fin del Plazo determina también el comienzo o la terminación de sus efectos y, por consiguiente el cumplimiento de la obligación contraída y tal vez la ejecución de una de las prestaciones.

Antes de emitir nuestra opinión, citaremos los conceptos de algunos autores:

MASIAS SANCHEZ, refiere: “El plazo, de modo general, es el lapso de tiempo dentro del cual o después del cual debe ocurrir un acontecimiento exento de toda incertidumbre".El maestro LEÓN BARANDIARÁN consigna el siguiente concepto: "El plazo es una modalidad de los actos jurídicos por la cual se fija una fecha para que el acto produzca sus efectos o para que ellos cesen".

GUSTAVO PALACIOS PÍMENTEL, al respecto sostiene que "El plazo es una modalidad consistente en un hecho también futuro, pero cierto; se ha de esperar el advenimiento de una fecha predeterminada que inevitablemente ha de llegar, porque el tiempo no se detiene. Cumplido el plazo se adquiere o se extinguen determinados derechos.

LOHMNANN citando a VICENTE MONTES expresa; "Los intereses humanos son, así, colocados en el tiempo desde el punto de vista jurídico, de varios modos. En general, puede decirse que la ligazón o conexión entre los hechos y el tiempo se producen respecto de cada hecho o respecto de dos o más hechos. La ligazón de cada hecho, singularmente determinado, y el tiempo, a su vez, se puede especificar en una relación entre el hecho y el momento dado del tiempo o bien entre el hecho y el tiempo (momento o período) anterior o sucesivo a otro momento asumido como límite. A las mismas puntualizaciones se prestan las relaciones entre dos o más hechos y el tiempo, pero con características específicas, dado que pueden tales hechos calificarse por su simultaneidad o contemporaneidad, o por su no contemporaneidad, en cuyo caso pueden establecerse ciertas gradaciones temporales (inmediatividad, proximidad, etc.)"

De estos conceptos inferimos que el plazo es una modalidad de los actos jurídicos, que las partes estipulan un acontecimiento o un hecho futuro y cierto que debe realizarse necesariamente y con posterioridad, del cual depende el ejercicio o la extinción de un derecho.

Cabe destacar que no todos los actos jurídicos admiten plazos. Hay actos jurídicos puros como el matrimonio, la adopción y otros, que no se pueden cumplir por plazos ya que los actos de familia en principio son de por vida.

Muchos tratadistas hablan indistintamente de plazo y termino. Así, MESSINEO, refiere que "se entiende por termino aquel momento del tiempo en que el

negocio adquiere eficacia, o bien pierde eficacia; por lo que, puede haber término inicial (o, empleando la nomenclatura propia de condición, término suspensivo) y término final (o resolutorio)".

VIDAL RAMIREZ, por otra parte, afirma que: "La doctrina es unánime en la determinación conceptual o del plazo o término. Así, los MAZEAUD, lo definen como un acontecimiento futuro y cierto cuya llegada, retrasa la exigibilidad de un derecho o entraña su extinción, entendiendo por acontecimiento futuro y cierto aquel que se producirá con seguridad en el porvenir, aquel cuya realización es cierta. Para COVIELLO, el término o plazo es un acontecimiento futuro, pero cierto desde el cual comienza o hasta el cual dura la actuación de la eficacia de un negocio jurídico, o sea el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones que de él derivan ARAUZ CASTEX y LLAMBIAS, lo conceptúan como la modalidad de los actos jurídicos referida a un hecho futuro, pero a un hecho necesario, que fatalmente ha de ocurrir".

Sin embargo, en nuestra legislación estas dos instituciones son tratadas en forma independiente y difieren una de la otra en lo siguiente: El término es de orden público, propio del Derecho Procesal, mientras que el plazo es de orden privado, propio del Derecho Sustantivo como una modalidad del acto jurídico.

El término es el primer día o el último día del plazo, es decir los extremos determinados por un niazo inicial o plazo final, porque debe ejecutarse dentro del tiempo señalado en la ley; mientras el plazo se inicia en la fecha señalada del vencimiento. Los términos en todos los casos no están a voluntad de las partes porque deben cumplirse obligatoriamente; mientras que el plazo muchas veces depende la voluntad de las partes que lo estipulan.

“El plazo es un derecho, normalmente con una obligación correlativa. El término es un punto en el tiempo. Estos conceptos, pues, no pueden ni deben identificarse ya que cumplen distinta finalidad. Mientras el plazo constituye un transcurso de tiempo más o menos extenso durante el cual se puede o no ejercer un derecho o está suspendida su exigibilidad, el término es una cuestión objetiva, es un instante a partir del cual los efectos del negocio empiezan o concluyen".

3.2. CARACTERES DEL PLAZO

Entre las principales características señalaremos aquellas que lo identifican de las otras modalidades de los actos jurídicos:

Es una modalidad de los actos Jurídicos que está supeditada a la voluntad de las partes; pues se sustenta en la autonomía de la voluntad, con las restricciones que puedan resultar de las normas de orden público.

Es un hecho futuro, porque las partes hacen depender la eficacia del acto jurídico de cierto lapso de tiempo, del cual depende el ejercicio o la extinción de un derecho.

El plazo es necesario y cierto, porque los actos jurídicos no pueden estipularse para que produzcan sus efectos en forma imprecisa o indeterminada, sino que debe fijarse necesariamente un tiempo para que se cumplan las obligaciones contraídas.

3.3 CLASIFICACIÓN DEL PLAZO

Habiendo establecido el concepto de plazo y sus características, de acuerdo a la forma que se pactan, los plazos se clasifican de la siguiente manera:

3.3. 1. Plazo suspensivo

Es aquél que no se toma en cuenta y su vencimiento determina el comienzo del plazo inicial; si A alquila una casa a B por el plazo de dos años, firmándose el contrato el 5 de agosto de 2005 expresándose que los arrendamientos comenzarán a ser pagados el 7 de setiembre de 2005. El plazo es suspensivo es desde el 5 de agosto hasta el 7 de Setiembre del 2005. En otras palabras, el plazo es suspensivo cuando debe cumplirse para que el acto comience a surtir sus efectos, razón por la cual en la doctrina también se le llama plazo inicial.

COVIELLO, afirma respecto al plazo suspensivo o inicial y final "El término inicial (dies ad quo) es aquel acontecimiento futuro, pero cierto, desde el cual comienza a actuar la eficacia de un negocio jurídico; y término final (dies ad quem), es aquel hasta el cual dura la eficacia de un negocio".

El art. 178 del C.C. prescribe: "Cuando el plazo es suspensivo, el acto no surte efecto mientras se encuentre pendiente". Esta norma no tiene antecedentes en el C.C. de 1936. En consecuencia, vencido el plazo suspensivo, se inicia el plazo para exigirse el cumplimiento del acto jurídico.

MESSINEO; define el plazo inicial o plazo suspensivo: "Como aquel, en función de la estipulación de la voluntad en cada caso o tipo negocial, hará diferir la exigencia o el nacimiento de un derecho".

3.3.2. Plazo resolutorio

La doctrina lo denomina también plazo final. Es aquél cuyo vencimiento determina la extinción de un derecho o el cumplimiento de una obligación. En el caso de un contrato de arrendamiento por dos años a partir del 15 de noviembre de 2005, el 15 de noviembre de 2007 constituye el plazo final o resolutorio.

El C.C. de 1936 no contempló el plazo resolutorio como el art. 178 del C.C. vigente, que dispone: "Cuando el plazo es resolutorio, los efectos del acto cesan a su vencimiento".

El civilista LOHMANN sostiene: "En orden con lo dicho, la redacción del articulo no puede tomarse al pie de letra. El vencimiento del plazo que hace venir la resolución o, si se prefiere, la llegada del término final, no sólo hace cesar los

efectos del acto. En algunas ocasiones extingue el derecho y en otras hace cesar ciertos efectos no todos del acto o indica la fecha en la cual, las estipulaciones, si no se han cumplido como fue pactado provoca el incumplimiento". Y añade que "En cualquier caso, el término final o resolutorio no se concibe en las obligaciones de ejecución instantánea de trato único; sólo es de aplicación en aquellos negocios que por su especial naturaleza pueden tener obligaciones o prestaciones duraderas, o diferidas".

En los actos bilaterales el plazo puede estar pendiente de un plazo inicial o suspensivo y de un plazo final o resolutorio, todo depende de lo que exprese la voluntad de las partes. El plazo final o resolutorio es la fecha límite para el cumplimiento del acto jurídico, sin que se haya previsto la constitución automática de mora, porque eso es materia del Derecho de Obligaciones.

La norma en comentario no ha previsto el plazo en los actos traslativos de propiedad. En este sentido, compartimos lo que sostiene BARBERO: "Se trata de ver cuál ha de ser la relevancia del término puesto a un negocio traslativo, si con efecto real o meramente obligatorio. Y aunque aquí propendamos (salvo casos particulares) a la mera obligatoriedad, hay que hacer notar, sin embargo, que este terminaría en el plazo de la ejecutabilidad en forma específica, que puede conseguir en la práctica efectos afínes a los de la realidad. Pero la diferencia subsiste siempre, ya que ésta comporta la reivindicación erga omnes, mientras que la mera obligatoriedad, aún corroborada por la posibilidad de la ejecución en forma específica no hace nula la enajenación efectuada a terceros por el obligado, lo cual impide prácticamente la ejecución en forma específica y hace que surja la acción en orden al resarcimiento de los daños".

La segunda parte del artículo 178 del C.C., establece: "Antes del vencimiento del plazo, quien tenga derecho a recibir alguna prestación puede ejercitar las acciones conducentes a la cautela de su derecho". Estos actos conservatorios que podemos considerar constituyen la acción pauliana o revocatoria; pero no la oblicua o subrogatoria. Además puede constatar su derecho por medio de una diligencia preparatoria y medidas cautelares en la vía judicial, a fin de que se efectúe el pago tanto en el término inicial o suspensivo como final o resolutorio.

3.3.3. Plazo cierto,

Es aquél en que el período de tiempo está determinado expresamente; es decir cuando se señala el día en que comienza o termina. Por ejemplo el pago de un mutuo el 31 de julio de 2004, la entrega de una casa vendida dentro del plazo de dos meses, entre otros.

En el plazo cierto, las partes intervinientes en un acto jurídico pueden fijar el día de su llegada por anticipado.

COVIELLO, toma como sinónimo de plazo al término, cuando refiere "El término cierto es aquél que se llama certus an et certus quando (ejemplo, el día de Navidad del próximo año)”.

El cómputo de los plazos ciertos se realizan conforme a las reglas que dispone el art. 183 del C.C.

3.3.4. Plazo incierto

En este caso, el inicio o fin depende de un acontecimiento que necesariamente tiene que producirse, pero no se sabe cuándo. Tal es el caso de la venta de una herencia supeditada al fallecimiento del padre, o el pago de una deuda condicionada a que el acreedor alcance la mayoría de edad, etc.

Los hermanos MAZEAUD, afirman: "El término es incierto cuando, aunque exista la certidumbre de que el acontecimiento se producirá, no se conoce la fecha".

3.3.5. Plazo legal

Es el que está estipulado expresamente en ley; tal como en el caso de que no se haya fijado plazo para la devolución ni ésta resulta de las circunstancia, se entiende que es de treinta días contados desde la entrega (art. 1656), los plazos establecidos para la prescripción extintiva de las acciones (art. 2001), el plazo del compromiso de contratar será no mayor de un año y cualquier exceso se reducirá a este límite. A falta de plazo convencional rige el máximo fijado por este artículo (art. 1416), etc., (Revisar los arts. 921, 950, 951, 993, 1596, entre otros del C.C.).

3.3.6. Plazo judicial

Es aquel que señala el Juez observando lo dispuesto en el Código, cuyo tenor literal es el siguiente:

(Si el acto no señala plazo, pero de la naturaleza y circunstancias se dedujere que ha querido concederse al deudor, el Juez fija su duración.

También fija el Juez la duración del plazo cuya determinación haya quedado a voluntad del deudor o un tercero y éstos no lo señalaren.

La demanda se tramita como proceso sumarísimo".

El primer párrafo se refiere al plazo tácito. Pues, no es el Juez el que sustituye a las partes, señalando un plazo cierto, sino que tiene que tomar en cuenta la naturaleza y circunstancias para determinar su extensión, cuando las partes no han señalado un plazo.

El art. 1115 del C.C. derogado es antecedente de la norma en comentario, este dispositivo establecía que el plazo judicial es el que señala el juez en vista de las circunstancias y de la naturaleza, y a falta de estipulación entre las partes convencionalmente.

La segunda parte del art. 182 tiene mayor alcance que el art. 1115 del C.C. de 1936, porque faculta al juez a fijar la duración del plazo, cuando éste ha

quedado a voluntad solamente del deudor sino también del tercero y éstos no lo señalasen. El legislador ha querido señalar que hay plazo judicial cuando ha quedado a voluntad del deudor, el que puede hacerlo cumpliendo la obligación por su propia voluntad o cuando disponga de los recursos suficientes para cumplir con la obligación que contiene el acto jurídico.

LOHMANN, sostiene en relación a este último aspecto: "El segundo párrafo pretende regular los casos en los que el acreedor ha permitido que el deudor cumpla su obligación cuando quiera o cuando pueda o se ha encomendado a un tercero la determinación del elemento, y no ha cumplido con hacerlo. Está claro que ante estas situaciones no pueden quedar indefinidamente pospuesto el plazo y resultar ilusorio el crédito. De aquí que el legislador haya permitido que el acreedor se interese en que el juez señale el término, cuando éste es potestativo para el deudor o no lo ha fijado el tercero.El maestro LEON BARANDIARAM, al hacer un comentario del plazo judicial establecido en el C.C. derogado afirma que "No puede darse a significar que al Juez le incumbe la determinación de que un plazo ha de existir, para que la obligación se cumpla: que forja su existencia. No. Sino solo que a él le compete fijar su extensión".

El tercer párrafo del art. 182 del C.C. vigente, ha sido sustituido por la Primera de las Disposiciones Modificatorias del Nuevo Código Procesal Civil, al señalar la vía procedimental que debe observar el acreedor para la fijación del plazo, disponiendo que: "La demanda se tramita corno proceso sumarísimo", ya que antes de esta modificación se prescribió para la fijación del plazo el trámite de menor cuantía. De este modo se suplió la omisión del art. 1115 del C.C. de 1936, que no señalo procedimiento. De acuerdo al Nuevo Código Procesal Civil se tramitará la demanda para fijar el plazo judicial observando el Título III de la sección Quinta.

3.3.7 Plazo convencional

Es el que estipulan las partes declarantes de común acuerdo. Según el jurista BEJARANO, “ES convencional el plazo que ha sido fijado por la voluntad de las partes en un contrato, o por el autor de una declaración unilateral de la vo-luntad; se origina en la decisión libremente asumida del creador o los creadores de un acto jurídico".

3.4 BENEFICIO DEL PLAZO

Según lo prescrito por el art. 179 del C.C.; "El plazo suspensivo se presume establecido en beneficio del deudor, a no ser que del tenor del instrumento o de otras circunstancias resultase haberse puesto en favor del acreedor o de ambos”.

Este dispositivo tiene una presunción jurís tantum en favor del deudor, a no ser que las partes hayan estipulado otra cosa y conste en documento a favor del acreedor, o que ello resulte de las circunstancias. Por ejemplo Pedro conviene con Pablo en el pago de una deuda de cincuenta mil nuevos soles el diez de agosto de 2005. Esto no quiere decir que el deudor no tenga la facultad de

pagar antes del 10 de agosto; este puede hacerlo antes de que se cumpla el plazo pactado en cualquier fecha. De lo que se concluye que el plazo se presume en beneficio del deudor.

Sin embargo, las partes pueden pactar que el plazo opere en beneficio del acreedor. En el caso anterior si Pablo es deudor de una suma de dinero a Pedro, y se estipula como plazo para cancelar la deuda dos años y con la facultad de demandar la devolución del dinero mutuado en cualquier fecha después de la suscripción del documento, que contiene el acto jurídico del mutuo.

El plazo puede estipularse también en favor de ambos, es decir que ni el acreedor pueda exigir el cumplimiento de la obligación ni el deudor pueda pagar antes de la fecha, estando pendiente el plazo.La norma en comentario tiene su antecedente en el art. 1112 del citado CC. derogado, pero restringiéndolo al plazo suspensivo.

La presunción que contempla el art. 179 admite prueba en contrario; puesto que siendo el deudor el beneficiado la carga de la prueba recae sobre el acreedor. El está obligado a probar que el plazo está pactado a su favor, o en favor de ambos. Esto significa que el acreedor en cualquier momento puede exigir el cumplimiento del plazo y el deudor no puede rehusar; pero si el deudor quiere cumplir antes del plazo al acreedor se le puede obligar a recibir el pago antes del vencimiento del plazo.

Al respecto, el distinguido jurista TORRES VASQUEZ acota: “En las obligaciones con intereses, si las partes convienen el pago anticipado, el deudor debe tener derecho a los descuentos de los intereses proporcionales en relación con el tiempo anticipado, porque en caso contrario el acreedor recibe un interés compensatorio (interés que se paga como retribución por el uso del capital) al que no tiene derecho, lo que sucede con mucha frecuencia en la práctica contraviniendo lo dispuesto en el art. 1954".

3.5 CADUCIDAD DEL PLAZO

El acreedor concede plazo a su deudor confiado en la solvencia y en las garantías patrimoniales que le ha ofrecido; pero si ya no brinda las seguridades del cumplimiento del crédito por la pérdida de su patrimonio o por haber llegado a la insolvencia, aquel que puede solicitar judicialmente la extinción o caducidad del plazo.

La vigencia del plazo pactado no implica que el acreedor ha de permanecer inactivo, ni que el ejercicio de su derecho se halle totalmente subordinado a su vencimiento; si los hechos del deudor le producen un fundado temor de la pérdida o desmedro de sus derechos y tiene la posibilidad de evitarlo, en todo o en parte, puede ejercer las acciones conducentes a la conservación de su derecho solicitando la caducidad del plazo. La caducidad del plazo se fundamenta como puede observarse en la legítima defensa del patrimonio del acreedor. De acuerdo al art 181 del C.C., el deudor pierde el derecho a utilizar el plazo:

1) Cuando resulta insolvente después de contraída la obligación, salvo que garantice la deuda. A este inciso, por mandato de la Primera Disposición Modificatoria del C. P. C. se agrega el siguiente párrafo:

Se presume la insolvencia del deudor si dentro dejos quince días de su emplazamiento judicial, no garantiza la deuda o señala bienes libres de gravamen por valor suficiente para el cumplimiento de su prestación.

Insolvente es la persona que no tiene con qué pagar, cuando ha decaído su activo y el pasivo lo supera. En este caso sería peligroso e injusto que el acreedor no pudiese cobrar o requerir el pago hasta el vencimiento del plazo, haciéndole ilusoria la posibilidad de cobrar su crédito. Debe entenderse que la insolvencia ha de ser sobreviniente, porque si el acreedor conocía la insolvencia del deudor por anticipado, mal podría reclamar. En este supuesto, hay negligencia del acreedor y en tal virtud no se podría tutelar su pretensión. El inciso en comentario tutela el derecho del acreedor cuando el deudor premeditadamente oculto el estado de insolvencia en que se encontraba antes de contraer la obligación, por lo que se justifica que se haya legislado facultando al acreedor para que exija su crédito de inmediato, sancionando de este modo la mala fe del deudor. Esta norma se refiere a los cambios que sufre el deudor en su situación económica, que facultan al acreedor a pedir el vencimiento de plazo, cuando advierta que ya no tiene bienes realizables para que cumpla con la obligación contraída con el acreedor inmediato. A nuestro parecer, el estado de insolvencia debe ser declarado judicialmente, salvo que el deudor haya manifestado expresamente al acreedor a través de los diferentes medios probatorios.

Por otra parte, el D. Leg. 768 que promulga el Código Procesal, se agrega al inc.1 del art. 181 del C.C. en comentario: Se declara la presunción de insolvencia del deudor disponiendo que si dentro de quince días de emplazado judicialmente, no garantiza la deuda por medio de una fianza o no señala bienes libres que no estén sujetos a derechos de garantía como anticresis, hipoteca, prenda, cuyo valor sea suficiente para el cumplimiento de la prestación.

2) Cuando no otorgue al acreedor las garantías a que se hubiese comprometido.

En muchos casos, la garantía prometida es el motivo determinante de la concesión del plazo y cuando el deudor ha disminuido las garantías, se produce la caducidad del plazo. Por ejemplo: Si A presta la cantidad de cincuenta mil nuevos soles a B con garantía prendaria por el plazo de noventa días y B no da en prenda ningún bien, A tiene expedito el derecho para pedir la caducidad del plazo judicialmente; pero no solamente debe entenderse en este sentido, sino también cuando no puede realizarlo.

3) Cuando las garantías disminuyeren por acto propio del deudor, o desaparecieren por causa no imputable a éste, a menos que sean inmediatamente sustituidas por otras equivalentes, a satisfacción del acreedor.

Según este tercer inciso, el acreedor podrá solicitar el decaimiento del plazo en dos casos:

a) Actos del deudor

Cuando la garantía no sólo ha sido prometida sino también entregada en el mismo acto de contraerse la obligación y disminuyera por acto propio del deudor, el acreedor inmediatamente pedirá la caducidad del plazo.

Al respecto, LOHMANN sostiene que "La disminución a que el precepto alude puede ser cuantitativa, esto es, que el deudor se ha desprendido de parte de sus bienes, o cualitativa, por que han disminuido de valor".

b) Actos no imputables al deudor

Si las garantías han disminuido simplemente no podrá pedirse la caducidad del plazo, ya que las causas son ajenas a la voluntad del deudor; por ejemplo un terremoto, inundaciones, etc. Pero si el caso fortuito ha producido la disminución total de las garantías prometidas por el deudor, el acreedor tiene expedito su derecho para pedir la caducidad del plazo. De allí la diferencia con el primer caso, donde no es indispensable que desaparezcan los bienes otorgados en garantía, es suficiente que se desmejoren y pongan en peligro los derechos del acreedor. En cambio, en el caso no imputable al deudor como el caso fortuito, es necesario que la garantía desaparezca para que caduque el plazo.

Sin embargo, si la garantía es sustituida a satisfacción del acreedor el plazo subsiste, porque el acreedor recibe una nueva garantía que respalda su crédito y tiene confianza que el deudor le pagara la deuda. En el caso que alguien preste a otro la suma de cien millones de nuevos soles, otorgando en garantía una casa que cuenta más de cien millones de nuevos soles; pero resulta que el inmueble se incendia y se destruye totalmente, causando la imposibilidad de pago. Si el deudor ofrece en garantía otra casa que tiene más valor, en tal caso no hay caducidad del plazo porque ha sustituido inmediatamente la garantía de cumplimiento de la obligación.

Este dispositivo legal garantiza también los derechos del deudor, porque si éste ofrece una nueva garantía y el acreedor la rechaza, abusaría de su derecho y demostraría su espíritu hostil para con el deudor, quien tendría que recurrir al Juez para que declare que la garantía es suficiente y que el plazo subsiste.

Desde ahora debemos diferenciar entre el caso fortuito y el de fuerza mayor, el caso fortuito no proviene de fuentes externas como un infarto y el de fuerza mayor es ajeno al individuo; pero hay que tener presente que tanto el uno como el otro son inevitables, por eso el art, 1315 establece una sola definición de caso fortuito y de fuerza mayor.

En el Proyecto de Reforma del Código Civil, el brillante civilista OSTERLING PARODI sostuvo en su ponencia que los casos fortuitos o de fuerza mayor tienen iguales características. Como se ha expresado, ellos consisten en acontecimientos extraordinarios, imprevisibles, irresistibles para el deudor y, desde luego, independientes de su voluntad. En todo caso fortuito o de fuerza mayor hay necesariamente, ausencia de culpa. Estos eventos configuran, definitivamente, causas no imputables".

La Primera de las Disposiciones Modificatorias del novísimo Código Procesal Civil, promulgado por el D. Leg, 768, ha agregado al art. 181 del C.C. el siguiente párrafo final: "La pérdida del derecho al plazo por las causales indicadas en los incisos precedentes, se declara a petición del interesado y se tramita como proceso sumarísimo. Son especialmente procedentes las medidas cautelares destinadas a asegurar la satisfacción del crédito”.

Esta norma adicional es muy clara, porque faculta al acreedor a pedir la caducidad del plazo así como pedir una medida cautelar de embargo u otras medidas cautelares como secuestro, asignación anticipada de alimentos, etc., en la vía sumarísima, para garantizar la satisfacción de su crédito, a fin de que el deudor no eluda su obligación.

3.6 REPETICION DEL PAGO

El art. 180 del C.C., dispone lo siguiente: "El deudor que pagó antes del vencimiento del plazo suspensivo no puede repetir lo pagado. Pero si pagó por ignorancia del plazo, tiene derecho a la repetición''.

Cuando el plazo se estableció en beneficio del deudor y paga lo que todavía no adeudaba, tiene derecho a la acción de repetición. En este caso está equiparado el plazo a la condición que hemos estudiado.

Cuando el deudor ha pagado indebidamente por ignorancia del plazo, tiene derecho a hacer uso de la acción de repetición o restitución. Aquí el deudor hizo un pago indebido, no en cuanto a la ausencia del mismo sino en cuanto a la oportunidad del pago; y puede repetir porque el pago le ha perjudicado, toda vez que ha dejado de gozar del capital y de sus intereses. Pero si el deudor sabe que el plazo le favorece y no lo aprovecha, no hay lugar a la acción de repetición.

El art. 180 del C.C. vigente tiene como antecedente el art. 1113 del C.C. de 1936, con la diferencia de que el actual habla del plazo suspensivo y el derogado solamente se refería al plazo.

3.7 COMPUTO DEL PLAZO

En el cómputo del plazo debe observarse las siguientes prescripciones señaladas en el art. 183 del C.C.

El plazo civil se computa de acuerdo al calendario gregoriano, es decir sin tomar en cuenta los días hábiles, inhábiles (feriados, festivos, etc.), computándose indiscriminadamente. Así el plazo para la inscripción de partida es de nacimiento es de 30 días, el ultimo día es el vencimiento.

El plazo señalado por días se computa por días naturales, de media noche a media noche y no se cuenta el día de la realización del acto pero si el día de su vencimiento; de esta manera, si se celebra el acto jurídico el primero de enero, con el plazo de cinco días, la obligación será exigible el día seis de enero, de tal modo que hayan transcurrido cinco días enteros.

En el inciso lº del art. 183 deja salvo que la ley o el acto jurídico establezcan que el plazo se compute por días hábiles como sucede con los plazos procesales, cuyo computo por mandato expreso del C. de P.C. es por días hábiles. El mismo inciso deja también a salvo que las partes puedan pactar el plazo en días hábiles. Pero en todos los actos jurídicos se observan los plazos civiles y no los plazos procesales.

Cuando el plazo se señala por meses, se cumple en el mes del vencimiento y en el día de éste correspondiente a la fecha del mes inicial a la concertación del acto jurídico; así por ejemplo, si el acto jurídico se celebra el dos de junio con el plazo de un mes, el vencimiento tendrá lugar el dos de julio.

Si en el mes de vencimiento falta tal día, el plazo se cumple el último día de dicho mes, corno sucede en los meses qué tienen 31 dias o en el mes de febrero que solo tiene 28 días, salvo que sea un año bisiesto de 29 días.

Igual sucede con el plazo señalado por años: si la fecha de celebración del acto jurídico es el dos de junio de 2004, por el plazo de tres años, la exigibilidad de la obligación será a partir del dos de junio de 2007.

Puede darse el caso, en que se estipule un plazo por meses o años en que no haya correlación con el día del respectivo mes o año del vencimiento del plazo; en este caso algunos autores sostienen que la exigibilidad de la obligación será el día siguiente al día de la celebración del acto jurídico. Así, si celebramos un contrato de promesa de venta el 29 de febrero de un año bisiesto, por el plazo de un año, en este caso el vencimiento del plazo será el primero de marzo; o si se celebra un contrato el 31 de octubre por el plazo de un mes, el vencimiento del plazo será el primero de diciembre.

Cuando el vencimiento del plazo es un día festivo, dicho vencimiento tendrá lugar el primer día siguiente que no sea festivo; si el vencimiento del plazo es el primero de enero que es feriado, el vencimiento correrá al día dos que no es feriado, si el dos también es festivo (domingo), correrá al tres y así sucesivamente.

El art. 184 del C.C. establece: "Las reglas del art, 183 son aplicadas a todos los plazos legales o convencionales, salvo disposición o acuerdo diferente" que por ser muy claro nos releva de realizar comentario alguno.

3.8 EFECTOS DEL PLAZO

El plazo suspensivo comienza a surtir sus efectos desde que se cumple y deja de producirlos cuando el cumplimiento corresponde a un plazo resolutorio (art. 178). Sin embargo, vamos a tratar lo relativo a la exigibilidad de los derechos y obligaciones que emanan del acto jurídico practicado. Por lo general, mientras el plazo esté pendiente el titular del derecho o acreedor no puede exigir el cumplimiento de la obligación, salvo que la ley le autorice expresamente. Entre los efectos más importantes del plazo podemos señalar los siguientes: El acreedor a plazo fijo no puede ejercer ninguna acción civil, porque para que la acción proceda, es indispensable que la obligación sea exigible en razón de tiempo, lugar y modo.

El acreedor tiene derecho a ejercer todas las acciones conducentes a la conservación de su derecho, como por ejemplo pedir en prueba anticipada el reconocimiento de un documento privado donde consta la obligación, solicitarla inscripción del crédito si importa un derecho real etc.

El acreedor tiene derecho a hacer uso de la acción revocatoria Contra los actos fraudulentos que realiza el deudor en perjuicio de su crédito.

4. EL CARGO

4.1 GENERALIDADES

El cargo es una modalidad de los actos jurídicos, que consiste en el encargo que hace una persona a otra para que realice algo a cambio de recibir gratuitamente un bien.

Según VIDAL RAMIREZ: “ El cargo, también llamado carga, modo o modus y además gravamen, es un genuino elemento accidental del acto jurídico, una determinación o disposición simplemente accesoria que se vincula, dentro de los denominados actos modales, a las llamadas liberalidades, sean Ínter vivos, como es la donación, o mortis causa, como es el legado”

MASIAS SANCHEZ, comenta que el cargo "es una modalidad del acto jurídico, en virtud de la cual el beneficiario para adquirir el derecho y conservarlo ha de cumplir determinadas obligaciones establecidas al concederle el derecho o beneficio. El cargo puede ser frecuente en las transmisiones a título gratuito, como en las donaciones y testamentos; muy rara vez puede encontrarse en los

actos onerosos. El cargo es una obligación especial impuesta al adquiriente de un derecho".

El beneficiado con el acto de liberalidad queda obligado a cumplir un determinado encargo que puede consistir en una restricción del derecho a que afecta, o bien en una limitación de su ejercicio cuyo cumplimiento puede ser compelido por el adquirente a hacer o no hacer Por ejemplo, la donación de una casa con el encargo de que el beneficiado celebre a la muerte del donante misas de aniversario.

El cargo, por lo tanto, no consiste en un simple consejo, ni el cumplimiento de un mandato, sino que por su finalidad pecuniaria difiere de estos dos actos; por ejemplo si alguien dona dos hectáreas de terreno a otra persona aconsejándole que no siempre caña de azúcar, este simple consejo no constituye cargo.

LEON BARANDIARAN, afirma que "El cargo o modo es una determinación que puede acceder a un acto gratuito, por la cual al beneficiado con el último (con la liberalidad) se le impone un determinado encargo consistente en una obligación, que así restringe la ventaja económica obtenida por dicho acto. El monto del cargo ha de ser, por razón natural de las cosas, "inferior a lo que importa el beneficio; pues de otro modo el acto gratuito de que deriva la obligación del cargo, se transformaría en acto onoroso, viniendo a ser la obligación del cargo la contraprestación de la ventaja obtenida”.

TORRES VASQUEZ, por su parte acota: "El modo (del latín modus=medida), cargo, carga o encargo, consiste en una obligación accesoria que, sólo en los actos gratuitos de liberalidad, puede ser impuesta por el disponente a cargo del destinatario de la liberalidad consistente en dar, hacer o no hacer algo a favor del disponente o de un tercero o del beneficiario mismo, o de emplear de una determinada manera el bien objeto de la disposición”.

De esto se desprende que en el cargo, hay tres sujetos; el imponente del cargo actor de la liberalidad, el beneficiado y el obligado al cargo y el ultimo beneficiado con el cargo; por ejemplo, Juan instituye un legado a Pablo imponiéndole el cargo que asista con una pensión alimenticia en favor del hijo del autor de la liberalidad. Como se observa la pensión alimenticia no afecta al acto jurídico que se realiza ni lo cambia de naturaleza, el acto sigue siendo una liberalidad de Juan. Es como afirma Barbero, el cargo "constituye para el beneficiario, ya un límite a su libertad de iniciativa en la disposición del objeto de la liberalidad recibida, y una obligación de hacer o de dar, y en general, siempre, un gravamen que reduce el beneficio de la atribución patrimonial, por lo cual se denomina también “carga” (que no hay que confundir con la <carga> como relación jurídica distinta del deber)".

4.2 DIFERENCIAS CON LA CONDICION

El modo o cargo tienen semejanza con la condición por su finalidad; pero jurídicamente se diferencian sustancialmente por lo siguiente:

Por los sujetos que intervienen; en el modo o cargo son tres el cedente del bien (imponente del cargo), el obligado que recibe el bien patrimonial gratuitamente y el beneficiado que va a recibir posteriormente la recompensa del obligado que recibe el encaro, posteriormente la recompensa del obligado que recibe el encargo. En cambio en la condición hay dos sujetos: el acreedor y el deudor.

Por la trasmisión del derecho; en el modo el derecho se trasmite inmediatamente después del acto jurídico, como sucede en la donación condicionada a un cargo o en el testamento cuando fallece el testador; en cambio en la condición de transmisión de los derechos depende de la realización de un evento futuro e incierto.

Por sus efectos; en el modo o cargo se produce el acto jurídico no se suspende la existencia o el ejercicio de un derecho; mientras que en la condición, se suspenden los efectos jurídicos del acto practicado o se extinguen éstos producida la condición.

4.3 CARACTERES DEL MODO O CARGO

Entre las características podemos señalar las siguientes:

- En el modo o cargo las transmisiones de los bienes patrimoniales operan siempre a título gratuito, como en los actos jurídicos intervivos: la donación, comodato, etc.; y mortis causa: el legado, el testamento, etc.

- En el modo o cargo intervienen tres sujetos: cedente o titular del acto de liberalidad, cedido el obligado a realizar el encargo y el beneficiado. Y como el cargo muchas veces limita o subordina al que es objeto de la liberalidad, necesariamente sujeta al beneficiado con la liberalidad.

- El cargo es una obligación accesoria, porque contiene una ventaja económica que obtiene el obligado; el importe del cargo por lo tanto debe ser menor al de la liberalidad.

- El modo o cargo debe consistir en un hecho licito y posible; es decir que no sea contrario a la ley, al orden público y sea realizable; porque si fuese jurídicamente imposible, ilícito no valdrá el acto jurídico a que el cargo fue impuesto; Y, si el cargo no fuera jurídicamente imposible, pero llegase después a serlo, la adquisición subsistirá y los bienes adquiridos sin cargo alguno.

- El modo o cargo debe estar expresamente estipulado; esto significa que la voluntad del autor del acto de liberalidad debe ser inequívoca. En este sentido, LEON BARANDIARÁN afirma que "El cargo debe ser

expresamente estipulado. Puede ser establecido en el acto mismo de la liberalidad o por acto posterior, pero con expresa declaración del que lo constituye, pues quien lo acepta puede hacerlo de manera expresa o tácita, salvo que la ley exija una aceptación expresa".

En el modo o cargo se concede la acción civil al beneficiado para que cumpla con el encargo, no así al obligado quien puede aceptar o rechazar el cargo; pero una vez aceptado queda obligado a cumplir con el modo, es decir con el acto de liberalidad del cedente en beneficio de terceros o del mismo cedente.

4.4 PLAZO PARA EL CUMPLIMIENTO DEL CARGO

Si el cargo tiene plazo, debe cumplirse en el señalado; pero si no se hubiese establecido plazo, corresponde al Juez fijarlo, tal como prescribe el art. 186 del C.C.: "Si no hubiese plazo para la ejecución del cargo, éste debe cumplirse en el que el Juez señale.

La demanda se tramita como proceso sumarísimo".

El Juez que señale el plazo para cumplir los cargos, debe tener en consideración las circunstancias del caso. El artículo en comentario tienen su antecedente en el art. 3117 del C.C. derogado, que prescribía: "Si no hubiese plazo para cumplir los cargos, deberá cumplirse en el que el Juez señale". Sin embargo, el C.C: de 1984 lo supera al disponer el procedimiento a observarse para exigir el cumplimiento del cargo, precisando que la vía procedimental es la del proceso sumarísimo.

4.5 EXIGIBILIDAD DEL CARGO

En el cargo hay tres personas: el autor de la liberalidad, que es quien impone el cargo; el beneficiado con la liberalidad, que es el obligado a realizar el cargo; y el beneficiario, que puede ser el propio autor o un tercero. Los que tienen derecho a la exigibilidad del cargo pueden ejercer la acción o el sujeto a cuyo favor se estableció la obligación modal. Por eso el art. 185 del C.C. establece: El cumplimiento del cargo puede ser exigido por el imponente o por el beneficiario. Cuando el cumplimiento del cargo sea de interés social, su ejecución puede ser exigida por la entidad a la que concierna". Del tenor literal de la norma, se concluye que el cargo puede exigirse judicialmente, en ciertos casos por el imponente del cargo quien en un acto de liberalidad ha dispuesto una prestación en beneficio del gravado u obligado, ya sea Ínter vivos o mortis causa.

Otras veces puede ser exigido el cargo por el beneficiario; por ejemplo, cuando una persona ha recibido una donación de un bien con el cargo de educar al hijo del imponente del cargo, y si no cumple con el encargo el beneficiario del cargo tiene derecho a exigir el cumplimiento de la prestación de que se le eduque. Pero también puede darse el caso que el imponente del cargo y el obligado pueden recurrir a accionar respecto del contrato del tercero. Por otro lado, la

norma prevé que cuando la ejecución del cargo resulta de interés social, la entidad beneficiada puede accionar con el acto de liberalidad.

4.6 TRASMISIÓN DEL MODO O CARGO A LOS HEREDEROS

De acuerdo al art. 1218 del C.C.: “La obligación se trasmite a los herederos, salvo cuando es inherente a la persona, lo prohibe la ley o se ha pactado en contrario". De esto se desprende el principio general, cuando la obligación no es inherente a la persona, se transmite a los herederos. Aplicando este principio general al cargo o modo y por disposición expresa del art. 188 si el cargo no se ha cumplido directamente por el obligado, se trasmite la obligación a sus herederos. Sin embargo hay cargos inherentes a la persona del obligado por haberse impuesto en virtud de cualidades específicamente propias de su personalidad, en este caso no son trasmisibles por herencia. Por ejemplo, si se cede un bien favor de un ingeniero, con cargo de levantar el plano de una de las fincas del cedente, y el cesionario fallece sin haber cumplido con esa obligación, la cesión queda sin efecto y el bien vuelve a poder del cedente o de sus herederos.

Si el cargo fuere de otra naturaleza, de modo que pueda ser cumplido por los herederos del gravado, éstos asumen la obligación de cumplirlo, conservando los bienes o derechos trasmitidos, sin que el imponente o sus herederos tengan más derecho que exigir su cumplimiento, pero no la rescisión del acto gravado, salvo que hubiese condición resolutoria.

Si el cargo se ha establecido expresamente para que cumpla el beneficiario con el acto de liberalidad personalmente, sin que pase a los herederos y se produjera su fallecimiento sin haber cumplido, el cargo desaparece, de tal modo que los bienes objeto del cargo regresan a quien lo concedió o a sus herederos; porque si en vida el obligado no ha cumplido el cargo con su actitud ha renunciado al objeto de la liberalidad.

Tal es el espíritu del art. 188 del C.C., que lo reproducimos textualmente:

"La obligación de cumplir los cargos impuestos para la adquisición de un derecho pasa a los herederos del que fue gravado con ellos, a no ser que sólo pudiesen ser cumplidos por él, como inherentes a su persona.

En este caso, si el gravado muere sin cumplir los cargos, la adquisición del derecho queda sin efecto, volviendo los bienes al imponente de los cargos o a sus herederos".

Como se observa, este artículo ha tenido su antecedente en el art. 1118 del C.C. de 1936, siguiendo la doctrina en que se ha inspirado el Código Alemán, por los actos de liberalidad con cargo son revocables.

4.7 CARGO ILICITO O IMPOSIBLE

El cargo es ilícito cuando es contrario a las disposiciones de la ley o a los principios de la moral en que se asienta el Derecho, para cumplir su elevada misión de mantener el orden y realizar la justicia. Tal como ocurre cuando el cesionario de un bien asume la obligación de dedicar parte de sus rentas a una propaganda disociadora o subversiva en que está interesado el cedente o para perjudicar a terceros, la cesión carecerá de eficacia y el acto jurídico subsiste sin cargo alguno.

Por otro lado, el artículo ha previsto que si el hecho que constituye el cargo no fuese ilícito o jurídicamente imposible en la época en que se impuso, pero llegara a serlo posteriormente, el acto subsiste sin cargo alguno. Por ejemplo, si Pedro dona una casa a Pablo, con el cargo de que la entregue en arrendamiento a su hijo José el 15 de Diciembre de 2005; pero sucede que en Junio de 2005 se dicta una ley contraria al contrato de arrendamiento de casa habitación, al fallecer Pedro adquiere la casa Pablo, porque estaría prohibido este contrato y por lo tanto el cargo sin efecto alguno.

El cargo imposible se refiere a una imposibilidad física e irrealizable; en este caso, se considera inexistente y el acto a que se impuso se estima otorgado sin cargo alguno. Es el caso de la donación de un inmueble con cargo de que el donatario dedique la tercera parte de la renta a la alimentación de un menor que reside en otro lugar y que ha fallecido. En este caso la donación subsiste libre de cargo.

El cargo, por consiguiente, debe consistir en un hecho lícito y posible para que tenga validez jurídica.

El jurista FERNANDO VIDAL RAMIREZ comenta al respecto que “El cargo debe consistir en un hecho lícito y posible, para que tenga virtualidad jurídica. La norma resume así las disposiciones de los arts. 1119, 1120 y 1121 del C.C. de 1936, pero dando una solución distinta y única, al hacer irrelevante el cargo y dejando subsistente la liberalidad".