Capítulo 1 Origen, Evolución y Desafíos · 2009-07-31 · operaciones de la presa “El...

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1 CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS ISBN 968-800-664-5 Capítulo 1 Origen, Evolución y Desafíos Miguel Ángel García Gracia Hipólito Castillo Tovar Luis Ángel Rodríguez del Bosque Leopoldo Garza Guajardo Nicolás Maldonado Moreno INIFAP, Campo Experimental Río Bravo Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900 [email protected] CONTENIDO Introducción ………………..……………………………………………………………… 2 El Sector Agropecuario en el Norte de Tamaulipas …………..……..……………….. 3 Centro de Investigación Regional del Noreste ………………..………………...…….. 4 Campo Experimental Río Bravo ………………………………………………………… 5 Retos y Oportunidades ………………………………….……………………………….. 16 Literatura Citada ………………………………………………………………………….. 19 ________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: García Gracia, M. A., H. Castillo Tovar, L. A. Rodríguez del Bosque, L. Garza Guajardo y N. Maldonado Moreno. 2006. Origen, Evolución y Desafíos, pp. 1-21. En: L. A. Rodríguez del Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

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CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 1 Origen, Evolución y Desafíos

Miguel Ángel García Gracia

Hipólito Castillo Tovar Luis Ángel Rodríguez del Bosque

Leopoldo Garza Guajardo Nicolás Maldonado Moreno

INIFAP, Campo Experimental Río Bravo Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900

[email protected]

CONTENIDO Introducción ………………..……………………………………………………………… 2

El Sector Agropecuario en el Norte de Tamaulipas …………..……..……………….. 3

Centro de Investigación Regional del Noreste ………………..………………...…….. 4

Campo Experimental Río Bravo ………………………………………………………… 5

Retos y Oportunidades ………………………………….……………………………….. 16

Literatura Citada ………………………………………………………………………….. 19

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: García Gracia, M. A., H. Castillo Tovar, L. A. Rodríguez del Bosque, L. Garza Guajardo y

N. Maldonado Moreno. 2006. Origen, Evolución y Desafíos, pp. 1-21. En: L. A. Rodríguez del Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

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“Para hacer producir es necesario salir de la oficina, internarse en el campo, ensuciarse las manos y sudar, es el lenguaje

que entienden el suelo y las plantas” Norman E. Borlaug

INTRODUCCIÓN

La investigación agrícola institucional en México inició en 1907, cuando se fundó la Estación Experimental Agrícola Central de San Jacinto, D. F., anexa a la Escuela Nacional de Agricultura y Medicina Veterinaria. En la década de los 30´s se creó el Departamento de Campos Experimentales, el cual se transformó en 1940 en Dirección de Campos Experimentales, dependiente de la entonces Secretaría de Agricultura y Fomento. Esta Dirección se convierte en Instituto de Investigaciones Agrícolas (IIA) en 1947. Por otra parte, en 1943 la Secretaría de Agricultura y Ganadería creó la Oficina de Estudios Especiales (OEE), en colaboración con la Fundación Rockefeller, para fomentar la investigación y la formación de recursos humanos en agricultura en el país (Cárdenas 1976, Ángeles 2000).

Para evitar duplicidades y fortalecer las capacidades instaladas, por decreto del Ejecutivo Federal, en 1961 se fusionaron el IIA y la OEE, para crear el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA). Por su parte, en 1962 se crea el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales (INIF) y en 1963 el Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias (INIP) (Cárdenas 1976, Reyes 1981). Con el objeto de fomentar la investigación multisectorial y hacer más eficientes los recursos humanos y materiales, en agosto de 1985 se fusionaron el INIA, INIF e INIP y se crea el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), como un Órgano Administrativo Desconcentrado de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH). En octubre de 2001, el INIFAP se convirtió en Organismo Público Descentralizado y en junio de 2003, obtuvo el reconocimiento como Centro Público de Investigación, sectorizado en la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) (Ángeles 2000, INIFAP 2003a,b).

En los últimos 20 años, el INIFAP ha renovado periódicamente su estructura y misión para adecuarse a las condiciones cambiantes del sector y ofrecer un mejor servicio a sus usuarios. De tal forma, el mandato actual del INIFAP es: “A través de la generación de conocimientos científicos y de la innovación tecnológica agropecuaria y forestal como respuesta a las demandas y necesidades de las cadenas agroindustriales y de los diferentes tipo de productores, contribuir al desarrollo rural sustentable mejorando la competitividad y manteniendo la base de recursos naturales, mediante un trabajo participativo y corresponsable con otras instituciones y organizaciones publicas y privadas asociadas al campo mexicano”. El INIFAP está integrado actualmente por 38 Campos Experimentales, ocho Centros de Investigación Regional y cinco Centros Nacionales de Investigación Disciplinaria (INIFAP 2006).

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EL SECTOR AGROPECUARIO EN EL NORTE DE TAMAULIPAS

En la actualidad la actividad agrícola y ganadera se practica en 2.5 millones de hectáreas en el norte de Tamaulipas, una de las regiones más importantes del país en la producción de alimentos. Sobre la importancia del sector agrícola en esta región, Menéndez (1982) escribe: “Casi cualquier forma de ganarse la vida de los habitantes de Río Bravo y la región, gira en torno a la agricultura y así vemos como el comercio, la industria, los profesionistas y hasta la vida familiar, está dependiendo no sólo económicamente sino hasta emocionalmente de si hay buena o mala cosecha”..

La ganadería extensiva en esta región empezó en 1748 y la agricultura comercial en 1925, aunque desde 1889 ya se sembraba algodón. En 1937 se construye la compuerta El Retamal, primera obra hidráulica del norte de Tamaulipas y sur de Texas. De 1938 a 1951, se sembró en la región un promedio anual de 133 mil hectáreas de algodonero, pero alcanzó un máximo de 425 mil hectáreas en 1952, época denominada como del “oro blanco”, ya que este cultivo representó la fuente de trabajo para miles de jornaleros y marcó la pauta para el desarrollo económico del norte de Tamaulipas. La infraestructura hidráulica creció significativamente en la región al construirse las presas Marte R. Gómez en 1944 y Falcón en 1953 (Morales et al. 1980).

Debido a diversos problemas fitosanitarios y de mercado en el algodonero, a partir de los 60´s se origina un cambio radical en el uso del suelo en la región, al sembrarse principalmente desde entonces maíz y sorgo (Morales et al. 1980). En 1997 se sembró una cifra récord de 880 mil hectáreas de sorgo principalmente bajo condiciones de temporal, mientras que en 1994 se sembró un máximo de 240 mil hectáreas de maíz bajo riego. La siembra de otros cultivos en la región ha sido limitada, incluyendo trigo, hortalizas y oleaginosas.

En los 70’s se abrieron grandes extensiones para las siembras en temporal en el norte de Tamaulipas, de tal forma que actualmente la agricultura en esta región se practica en casi 1 millón de hectáreas, 70% en temporal y 30% en riego. Por su parte, la ganadería en el norte de Tamaulipas se practica actualmente en 1.5 millones de hectáreas, el 77% de agostaderos naturales y el 23% de praderas cultivadas, en donde se crían 237 mil cabezas de ganado bovino, 111 mil de ovinos y 114 mil de caprinos.

Otro acontecimiento importante en la región se registró en 1994, al iniciar las operaciones de la presa “El Cuchillo” en China, N.L., sobre el afluente del Río San Juan para proveer de agua potable a Monterrey, N.L., lo cual afecta directamente la captación de agua en la presa Marte R. Gómez en el norte de Tamaulipas. Lo anterior ha generado controversias y colocado al agua como la limitante más importante para la producción agrícola en la región durante la última década, particularmente al presentarse un ciclo prolongado de sequía (Rymshaw 1998, Flores y Scott 1999).

Entre los factores que han afectado la productividad y el desarrollo del sector agropecuario del norte de Tamaulipas destacan la sequía, erosión, salinidad, plagas, enfermedades, maleza, falta de opciones rentables y baja adopción de

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tecnología. La baja rentabilidad y erosión eólica durante los últimos años han obligado al Gobierno Estatal a implementar un programa regional de conversión de cultivos para esta región que considera el cambio de uso del suelo en 300 mil hectáreas agrícolas, principalmente para el desarrollo ganadero (240 mil hectáreas) (SAGARPA 2002) y en menor proporción al fomento forestal (60 mil hectáreas). Los estudios del Campo Experimental Río Bravo fueron el sustento técnico para la aplicación de este programa (Silva et al. 1991, 1998).

CENTRO DE INVESTIGACIÓN REGIONAL DEL NORESTE

A lo largo de la historia del IIA, después INIA y ahora INIFAP, la investigación se ha organizado por regiones para aprovechar las similitudes ecológicas y de uso del suelo en las diversas áreas del país. De esta forma, a fines de los 50´s hasta los 60´s, los Campos Experimentales del noreste de México estaban organizados dentro del Centro de Investigaciones Agrícolas del Noreste (CIANE), con sede en Torreón, Coah. Cuando el INIA reestructuró sus Centros Regionales en 1969, se crea el Centro de Investigaciones Agrícolas de Tamaulipas (CIAT), con sede en Río Bravo, Tam. Este se transforma en Centro de Investigaciones Agrícolas del Golfo Norte (CIAGON) en 1978 para agrupar los Campos Experimentales de Tamaulipas y Nuevo León. En un cambio de enfoque para fomentar la investigación en los Estados, en 1986 se crea el Centro de Investigaciones Forestales y Agropecuarias de Tamaulipas (CIFAP-Tamaulipas). En 1992 se reestructura nuevamente la regionalización del INIFAP y se crea el actual Centro de Investigación Regional del Noreste (CIRNE), que coordina los Campos Experimentales de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y San Luis Potosí. Desde el CIAT hasta la fecha, la sede regional ha estado en Río Bravo, Tam., para lo cual se construyó en 1969 un edificio, remodelado recientemente (Fig. 1), contiguo al Campo Experimental Río Bravo. En todos los casos, a pesar de las reestructuraciones y cambios de nomenclatura, la Dirección Regional ha tenido como una de sus responsabilidades, supervisar el funcionamiento del Campo Experimental Río Bravo.

Figura 1. Centro de Investigación Regional del Noreste, cuyas instalaciones están

contiguas al Campo Experimental Río Bravo. 2006.

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La estructura regional actual del CIRNE, además de la Dirección Regional, incluye otras tres Direcciones de apoyo en las áreas de Investigación; Planeación y Desarrollo; y Administración, cuyas sedes están también en Río Bravo, Tam. En diversas épocas, 10 Directores Regionales han asumido esta responsabilidad: Jesús Moncada de la Fuente (1965-1968), Leodegario Quilantán Villarreal (1969-72), Everardo Villarreal Farías (1973-77), Enrique Elías Calles Sáenz (1978-82), Hernán Cortéz Mendoza (1982-84), Clemente Mora Padilla (1984), Carlos Rincón Valdéz (1985-87), Sebastián Acosta Núñez (1987-99), Luis Ángel Rodríguez del Bosque (1999-2005) y Francisco Javier Padilla Ramírez (2005-Presente). CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO

Origen En 1909, la hacienda “La Sauteña”, que se extendía por todo el norte de

Tamaulipas y cuyo centro de operaciones se encontraba en Río Bravo, entonces conocido como “Colombres”, contaba con un Campo Experimental, principalmente para el estudio del algodonero, además de un observatorio meteorológico. Sin embargo, las actividades se interrumpieron como consecuencia de la inestabilidad provocada durante la Revolución Mexicana. En ésa época, la hacienda editaba un boletín con información meteorológica y notas sobre las actividades agropecuarias de la zona. Se transcriben algunas palabras del Prof. Moisés G. García, encargado en ese entonces del Campo Experimental y del observatorio meteorológico: “Por lo que se refiere al Campo Experimental se ejecutaba una minuciosa observación de las plantas cultivadas desde siembra, germinación, primeras hojas, floración, madurez y caída de hojas. Otras observaciones eran sobre la llegada de lluvias, granizo, hielo y plagas de agricultura” (Menéndez 1982).

En los 50´s, después de crearse en la región una gran infraestructura hidráulica y consolidarse como una zona agrícola importante, los productores sienten la necesidad de contar con un Campo Experimental como apoyo tecnológico en la toma de sus decisiones. En 1952, el IIA instala la “Estación Agrícola Experimental”, cuyas oficinas estaban en la calle Pedernal No. 14 en Matamoros, Tam. El Patronato para la Investigación, Fomento y Sanidad Vegetal (PIFSV), fundado en 1954, financió en esa época parte de las investigaciones, las cuales se desarrollaban en parcelas de agricultores cooperantes. En esa época, el jefe de dicha Estación era el Ing. Ariosto Matus Micelli (Sánchez 2004). Después de varias gestiones por parte de los productores, se funda el Campo Experimental Río Bravo en 1956, como resultado de la suma de voluntades entre la Secretaría de Agricultura y Ganadería, que financió el terreno y las instalaciones, y el PIFSV, que aportó el equipamiento necesario para iniciar las actividades (Hess y Talavera 1987, Sánchez 2004) (Figs. 2-5).

A través de la historia del Campo Experimental Río Bravo, la responsabilidad de coordinar y administrar las actividades de investigación y transferencia de tecnología ha estado a cargo de 11 Jefes de Campo, tres de ellos en dos períodos diferentes: Manuel Carnero Hernández (1956-67), Juan Oviedo López

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(1967-69), Alfredo S. Ortegón Morales (1970-74 y 1976-77), José María Villarreal González (1974-75 y 1984), Fernando Galván Castillo (1978-80), Gerardo A. Longoria Garza (1981-84), Humberto Gámez Torres (1985-90), José R. Palomo Salas (1994-97), Sergio Campos de Jesús (1998-99), Javier González Quintero (1999-2005) y Miguel Ángel García Gracia (1991-93 y 2005-Presente).

Figura 2. Productores y funcionarios del PIFSV atestiguan la colocación de la primera piedra en el Campo Experimental Río Bravo. Al centro se encuentran Manuel Carnero Hernández y Rafael Maciel Rodríguez, dos de los primeros investigadores del Campo Experimental. 1955.

Figura 3. Inauguración del Campo Experimental Río Bravo. De izquierda a derecha: Manuel Carnero Hernández, primer Jefe de Campo; Edmundo Taboada Ramírez, Director del Instituto de Investigaciones Agrícolas; y Gilberto Flores Muñoz, Secretario de Agricultura y Ganadería. También aparecen Oscar García César (centro) y Jorge Alarcón Cejudo (de bata), dos de los primeros investigadores del Campo Experimental. Agosto 1956.

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Figura 4. Honores a la bandera nacional durante la inauguración del Campo

Experimental Río Bravo a cargo de Gilberto Flores Muñoz, Secretario de Agricultura y Ganadería. Agosto 1956.

Figura 5. El Patronato para la Investigación, Fomento y Sanidad Vegetal del norte de Tamaulipas aportó el equipo de laboratorio, vehículos y maquinaria para que el Campo Experimental Río Bravo iniciara sus trabajos en 1956. Los apoyos del Patronato al Campo Experimental continúan medio siglo después.

Misión El Campo Experimental Río Bravo está ubicado a 4 km al oriente de la

Ciudad de Río Bravo, Tam. en las coordenadas 25° 57’ de latitud norte y 98° 01’ de longitud oeste. Su área de influencia abarca 14 municipios del norte de Tamaulipas (Matamoros, Valle Hermoso, Río Bravo, Reynosa, Díaz Ordaz,

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Camargo, Miguel Alemán, Mier, Guerrero, Nuevo Laredo, San Fernando, Méndez, Burgos y Cruillas), en donde se localizan cuatro Distritos de Desarrollo Rural (DDR), 154 (Nuevo Laredo), 155 (Díaz Ordaz), 156 (Control) y 157 (San Fernando). Los Distritos de Riego 025 y 026 están ubicados en los DDR de Control y Díaz Ordaz, respectivamente.

La misión del Campo Experimental Río Bravo es generar conocimientos científicos e innovaciones tecnológicas de interés regional, promover la transferencia de las tecnologías en las cadenas agroalimentarias más importantes y contribuir al desarrollo productivo, competitivo, equitativo y sustentable, en beneficio de la sociedad del norte de Tamaulipas. Con el objeto de que los enfoques y actividades del Campo Experimental Río Bravo tengan congruencia con la problemática real de la región, existe un Consejo Consultivo integrado por productores que orienta, analiza y autoriza los proyectos de investigación y transferencia que el Campo Experimental desarrolla.

La investigación y transferencia de tecnología se lleva a cabo mediante la conducción de proyectos agrupados en los subsectores agrícola, pecuaria y forestal, y clasificados por el tipo de investigación: Básica, aplicada, validación y transferencia de tecnología. Las líneas de investigación que el Campo Experimental ha contemplado desde su fundación incluyen: Mejoramiento genético; manejo agronómico del cultivo; uso y manejo del agua y suelo; agroclimatología; y control de organismos dañinos (insectos, patógenos y maleza). En años recientes se han agregado líneas de investigación con enfoque modernista y de sostenibilidad como biotecnología; modelaje y simulación; biofertilizantes; y labranza de conservación. Los principales sistemas-producto en los que el Campo Experimental Río Bravo ha concentrado sus estudios incluyen: Sorgo, maíz, trigo, algodón, frijol, garbanzo, soya, girasol, cártamo, canola, ajonjolí, okra, sandía, chile, melón, calabacita, tomate, pastos, leguminosas forrajeras, ovinos, bovinos y carbón-mezquite.

Recursos

Para cumplir con su misión, la infraestructura del Campo Experimental Río Bravo ha crecido y se ha modernizado a través de su historia (Fig. 6-8). Incluyendo el Centro de Investigación Regional del Noreste, actualmente el Campo Experimental cuenta con una superficie laborable de 124 hectáreas y 7 mil m2 de construcción, que incluyen 47 oficinas; seis salas de juntas, dos auditorios, cuatro laboratorios (Suelo-Agua-Planta, Biotecnología, Entomología y Predicción de Cosechas); dos cuartos fríos para almacenar semilla; biblioteca, Unidad de Difusión y Transferencia de Tecnología; módulo de ovinos; dos invernaderos; cuartos de trabajo, taller mecánico y almacén. En 2003, el Campo Experimental recibió un apoyo importante de recursos fiscales para modernizar sus instalaciones, incluyendo oficinas, laboratorios e infraestructura de riego.

El número de investigadores del Campo Experimental Río Bravo ha fluctuado a través del tiempo (Fig. 9). Durante la primera década de existencia del Campo Experimental, laboraban menos de 10 investigadores, cantidad que

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Figura 6. Campo Experimental Río Bravo en 1956 (izquierda) y 2006 (derecha).

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Figura 7. Visita del Presidente Luis Echeverría Álvarez al Campo Experimental Río Bravo el 7 de mayo de 1971, para impulsar el desarrollo rural en el norte de Tamaulipas. Al fondo se observa el auditorio del Campo Experimental en vías de construcción.

Figura 8. Al centro, el Gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores inaugura el Auditorio “Investigadores” en el Centro de Investigación Regional del Noreste en Río Bravo, Tam. Marzo 21, 2005.

se duplicó en la siguiente década. Se alcanzó un máximo de 45 investigadores en 1980, época cuando el entonces INIA recibió apoyos para la contratación de numerosos investigadores en todo el país para coadyuvar al desarrollo rural. A partir de esa fecha, el personal científico ha decrecido paulatinamente hasta llegar a 21 en 2006 (Fig. 10), principalmente debido a los programas de retiro voluntario del gobierno federal. Actualmente, del total de investigadores, el 43% cuenta con estudios de doctorado, el 52% de maestría y el 5% de licenciatura. A través de su historia, el Campo Experimental Río Bravo ha contado con el

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101520253035404550

1956 1961 1966 1971 1976 1981 1986 1991 1996 2001 2006

Figura 9. Número de investigadores en la historia del Campo Experimental Río

Bravo. 1956-2006.

Figura 10. Investigadores del Campo Experimental Río Bravo y directivos del

CIRNE. De izquierda a derecha y de arriba hacia abajo: Enrique Rosales Robles, Ricardo Sánchez de la Cruz, Miguel Ángel Cantú Almaguer, Luis Ángel Rodríguez del Bosque, Héctor Manuel Cortinas Escobar, Arturo Díaz Franco, Jorge Elizondo Barrón, Rubén Darío Garza Cedillo, Asunción Méndez Rodríguez, Hipólito Castillo Tovar, Víctor Pecina Quintero, Jesús Loera Gallardo, César Augusto Reyes Méndez, Leopoldo Garza Guajardo, Manuel Alvarado Carrillo, Jaime Roel Salinas García, Alfredo Sergio Ortegón Morales, Javier González Quintero, Mario Marín Silva Serna, Idalia Garza Cano, Francisco Javier Padilla Ramírez, Nicolás Maldonado Moreno, Héctor Williams Alanís y Miguel Ángel García Gracia. Marzo 29, 2006.

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esfuerzo y aportaciones de un total de 150 investigadores, que han laborado en diversos sistemas-producto y disciplinas. De estos investigadores, el 51% ha laborado en un período menor a cinco años, el 22% entre cinco a 15 años y el 27% por más de 15 años y hasta 40 años, como el caso del Ing. Rafael Maciel Rodríguez (†).

En el caso del personal de apoyo ha ocurrido también una tendencia considerable a la baja, como consecuencia de jubilaciones o programas de retiro durante los últimos años. La necesidad de apoyo de ayudantes de campo y laboratoristas para la conducción de los experimentos es ahora suplida por la contratación de personal eventual, con cargo al presupuesto de los propios proyectos de investigación.

Los esquemas de financiamiento de la investigación en el Campo Experimental Río Bravo han evolucionado de acuerdo a los cambios institucionales, a las demandas de los usuarios y a las tendencias nacionales e internacionales. Durante los primeros años, los recursos fiscales se distribuían entre los programas y departamentos de la institución mediante la definición de prioridades nacionales. En las últimas dos décadas, la estrategia de financiamiento se ha dirigido a un esquema de problema-proyecto-presupuesto con un enfoque local, regional o nacional. La creación de las Fundaciones Produce en cada Estado de la República Mexicana en la última década reafirmó la necesidad de reenfocar la investigación y transferencia de tecnología a través de convocatorias basadas en demandas específicas de los usuarios, similar a las estrategias de otras instancias financiadoras, como el CONACYT. Independientemente de esta evolución financiera, el PIFSV ha cofinanciado ininterrumpidamente las actividades de investigación y transferencia de tecnología desde la fundación del Campo Experimental Río Bravo. La Fundación Produce Tamaulipas ha hecho lo propio durante la última década.

Impacto Es difícil cuantificar el impacto de las aportaciones tecnológicas del Campo

Experimental Río Bravo sobre la productividad de la región del norte de Tamaulipas. Los rendimientos medios del sorgo y maíz, cultivos más importantes de la región, se han duplicado y triplicado, respectivamente, desde los 60´s a la fecha. Estos incrementos se pueden atribuir a muchos factores, pero dos de ellos han sido fundamentales: La adopción de tecnología y la capacitación de los productores. En ambos casos, el Campo Experimental ha participado activamente a lo largo de su historia.

Los logros más importantes del Campo Experimental Río Bravo en sus 50 años de existencia se detallan en los Capítulos de este libro correspondientes a los sistemas-producto y disciplinas de investigación. En este Capítulo, solo se citan brevemente algunas de las aportaciones relevantes:

Mejoramiento genético. Se han generado y liberado 31 variedades e híbridos de diversos cultivos: 13 de maíz (H-417, H-418, H-421, H-422, H-433, H-435, H-436, H-437, H-439, H-440, VS-409, VS-440 y HV-1); ocho de sorgo (RB-

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2000, RB-2010, RB-2020, RB-3006, RB-3030, RB-4000 [Fig. 11], RB-4040 y RB-Patrón); seis de frijol (Ciateño, Agramejo, Azabache, Mulato, Pinto Norteño y Pinto Anzaldúas-91); tres de girasol (GH-382, Rib-77 y Primavera); y una de trigo (Sauteña F-01). Los híbridos de maíz y sorgo generados por el Campo Experimental Río Bravo se han sembrado en casi 1.5 millones de hectáreas en esta región y otras localidades del país. El híbrido de girasol GH-382 fue el primero que se generó de esta oleaginosa en México (Ortegón y Escobedo 1988).

Figura 11. En el auditorio del Campo Experimental Río Bravo, el Gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Guerra y el Secretario de Agricultura y Recursos Hidráulicos, Eduardo Pesqueira Olea entregan a los productores del norte de Tamaulipas el híbrido de sorgo RB-4000, generado por el Campo Experimental. 1988.

Manejo agronómico. Se han integrado 39 paquetes tecnológicos: 26 para el

ciclo O-I; 10 para el P-V; y tres para el cultivo y producción de especies perennes. Estos paquetes incluyen la elección y preparación del terreno; fechas, métodos y densidades de siembra; híbridos y variedades con mejor adaptación y rendimiento; riegos; fertilización y biofertilización; prevención y control de organismos dañinos y cosecha. En general, estas recomendaciones permiten incrementar el rendimiento de los cultivos hasta en un 50%, ahorrar el consumo de agua hasta en un 40% y reducir los costos hasta en un 30% (INIFAP 2005a,b).

Sanidad agropecuaria. Se han generado, validado y transferido tecnologías para la prevención y el control de plagas, maleza y enfermedades en los principales cultivos de la región, además de desarrollar el calendario sanitario para ovinos. Para prevenir o disminuir la incidencia de microorganismos dañinos

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en plantas cultivadas, se generaron e implementaron las siguientes estrategias tecnológicas: Manejo agronómico para reducir las aflatoxinas en maíz; fechas de siembra para evitar el ergot en sorgo; uso de parasitoides para el control biológico de plagas del maíz, sorgo y algodonero; y uso de herbicidas selectivos para el control de maleza (Rosales y Sánchez 2004). Por cada peso invertido en la investigación sobre aflatoxinas durante cuatro años, se logró recuperar $580 pesos en ganancias a los productores como resultado de la prevención de este problema al aplicar la tecnología INIFAP (Rodríguez et al. 1995).

Figura 12. A la izquierda, el Gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington

Ruvalcaba escucha los avances de investigación sobre ovinos en el Campo Experimental Río Bravo. 2003.

Nuevas opciones. El sustento técnico de los programas de conversión y reconversión productiva en la región norte de Tamaulipas está basado en los estudios de delimitación de áreas de baja productividad y en las tecnologías generadas por el Campo Experimental Río Bravo para la producción de canola, linaza, cártamo, cacahuate, ajonjolí, girasol, soya, garbanzo, chícharo de vaca, calabacita, melón, sandía, chile (serrano, jalapeño y piquín), pastos (Buffel, Bermuda y Rye grass) y cuatro razas de ovinos (Fig. 12) (INIFAP 2000). En el área forestal, el uso del horno metálico aumenta hasta en un 25% la eficiencia en la elaboración de carbón vegetal, lo que evita el desperdicio de 150 mil ton de leña (Silva 2004).

Transferencia de tecnología. Se han publicado más de 300 folletos, desplegables y hojas informativas; se han organizado más de 500 eventos demostrativos (Fig. 13) y de capacitación donde han asistido cerca de 65 mil productores y técnicos, además del contacto constante con los usuarios a través de los medios masivos de comunicación (prensa, radio, televisión y página web) y expo-ferias.

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Figura 13. Inauguración del 1er Expo-Pabellón, complementario al Día del Agricultor,

durante la celebración del 45 aniversario del Campo Experimental Río Bravo. Cortan el listón, Jorge L. Zertuche Rodríguez, Director de Agricultura y Ganadería del Gobierno de Tamaulipas y Álvaro Rivera Fernández en representación de los productores. 2001.

Vinculación Con el objeto de sumar esfuerzos y fomentar sinergias, el Campo

Experimental Río Bravo a través de su historia ha promovido una serie de alianzas estratégicas con diversos organismos e instituciones del sector:

Organizaciones de productores: Unión Agrícola Regional del Norte de Tamaulipas; Unión Regional de Propietarios Rurales del Norte de Tamaulipas; Asociaciones Agrícolas Locales; Asociación Ganadera Local de Reynosa; Comités Municipales Campesinos; y Asociaciones Municipales de Propietarios Rurales de 14 Municipios del norte Tamaulipas.

Organismos de fomento a la investigación y transferencia de tecnología: Patronato para la Investigación, Fomento y Sanidad Vegetal; Fundación Produce Tamaulipas, A.C.; Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología; Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología.

Instituciones de investigación y enseñanza superior: Universidad Autónoma de Tamaulipas, Universidad Autónoma de Nuevo León, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, Centro de Biotecnología Geonómica y CINVESTAV del IPN; Colegio de Postgraduados; Agricultural Research Service (ARS-USDA) (Fig. 14); y Texas A&M University (Fig. 15), éstos últimos dos de EUA (INIFAP 1997, 1999, 2001; Rodríguez 2003).

Agroempresas: Principalmente de semillas, agroquímicos, maquinaria, industria de aceites comestibles.

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Dependencias del sector. Delegación de la SAGARPA, Secretaría de Desarrollo Rural del Gobierno del Estado, Distritos de Desarrollo Rural 154, 155, 156 y 157, Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (ASERCA), y el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS).

Figura 14. Reunión binacional entre el INIFAP y el ARS-USDA sobre avances de proyectos cooperativos en el noreste de México y sur de EUA. Abajo al centro, se encuentran Floyd Horn y Jesús Moncada de la Fuente, Directores del ARS e INIFAP, respectivamente. Campo Experimental Río Bravo. 2001.

Figura 15. Visita del Premio Nóbel de la Paz 1970, Dr. Norman E. Borlaug,

catedrático de la Universidad Texas A&M, al Campo Experimental Río Bravo para dictar una conferencia sobre los retos de la investigación agrícola internacional. Lo acompañan el Dr. Ernesto Samayoa Armienta (†), entonces Director del INIFAP, investigadores y técnicos. 1993.

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RETOS Y OPORTUNIDADES

Las condiciones socioeconómicas, políticas y tecnológicas existentes hace 50 años cuando se fundó el Campo Experimental Río Bravo eran muy diferentes a las actuales. Hoy en día, la sociedad mexicana en general es más plural, participativa y demandante de acciones concretas hacia las instituciones para mejorar la equidad y las condiciones de vida de millones de mexicanos. Por su parte, el campo mexicano sigue enfrentando una problemática compleja que arrastra desde décadas atrás, derivado de diversos factores internos y externos, pero que repercuten en pobreza, deterioro de los recursos naturales y migración. Aunque las condiciones de explotación extensiva en el norte de Tamaulipas difieren de las del centro y sur del país, donde se practica principalmente una agricultura de subsistencia, los factores macroeconómicos y de globalización no diferencian ambas condiciones al producir un efecto similar, la baja rentabilidad de las tierras. También es importante reconocer que la tecnología es tan sólo uno de los múltiples componentes que inciden en la productividad del campo mexicano. El crédito, comercialización, infraestructura y organización de los productores son también factores fundamentales que afectan directamente en las actividades agropecuarias. Cuando todos estos factores concurren favorablemente, la innovación tecnológica alcanza su máxima expresión.

Las aportaciones del Campo Experimental Río Bravo al desarrollo regional deberán ser analizadas y dimensionadas por los propios productores y la sociedad en general. En 50 años, las acciones de investigación y transferencia de tecnología han tratado de avocarse a dar soluciones prácticas a problemas reales que afectan directamente el bolsillo del productor, pero también han considerado la conservación y protección de los recursos naturales, entre ellos el agua, suelo y organismos benéficos. Sin duda, aún existen muchos retos que enfrentar y oportunidades que aprovechar en los años venideros. En esta sección se presenta la visión del Campo Experimental Río Bravo para asumir los desafíos del sector agropecuario en materia tecnológica en el norte de Tamaulipas, con lo que refrenda su compromiso futuro con el sector y la sociedad en general.

Los desafíos y oportunidades que presenta la problemática del sector agropecuario en el norte de Tamaulipas y sus opciones de solución mediante la innovación tecnológica deberán ser enfrentados por el Campo Experimental Río Bravo de acuerdo a los cuatro objetivos estratégicos institucionales, aplicados en forma particular a esta región:

1. Generación de conocimientos e innovaciones tecnológicas que contribuyan al desarrollo sustentable de las cadenas agroindustriales, mediante el aprovechamiento racional y la conservación de los recursos naturales. La prioridad absoluta en este rubro para la región es el agua. Se deberá generar tecnologías para el uso y aprovechamiento eficiente del agua, particularmente mediante el uso de sistemas como el riego presurizado; desarrollar tecnología para obtener la máxima producción de los cultivos por m3 de agua irrigada; generar o adecuar programas computacionales para coadyuvar a la administración del agua en los Distritos de Riego; y desarrollar variedades de plantas tolerantes a la sequía. Otra de las líneas de investigación que el Campo

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Experimental deberá atender es la sanidad fitopecuaria e inocuidad alimentaria, mediante estudios de manejo integrado de plagas, enfermedades y maleza, con énfasis en el uso de organismos benéficos, resistencia genética y métodos culturales. El Campo Experimental deberá intensificar la búsqueda de nuevas opciones de cultivos con potencial productivo y demanda en el mercado nacional e internacional, como alternativa a los cultivos tradicionales de sorgo y maíz. Todas las tecnologías generadas por el Campo Experimental deberán contribuir a maximizar la rentabilidad a través de mayor productividad, menor costo y ofrecer un valor agregado (sanidad, calidad) en los productos.

2. Desarrollar y promover investigación estratégica y de frontera para contribuir oportunamente a la solución de los problemas de productividad, competitividad, sostenibilidad y equidad del sector agropecuario. La biotecnología deberá jugar un papel importante en las investigaciones del Campo Experimental, tanto en el mejoramiento genético para la solución de problemas de estrés biótico y abiótico; uso de biofertilizantes; y combate de organismos nocivos. Una vez que se resuelvan los aspectos normativos, el Campo Experimental está preparado para la evaluación de plantas genéticamente modificadas, cuya demanda es cada vez mayor por parte de los productores. El modelaje y simulación de procesos serán herramientas importantes para que el Campo Experimental ofrezca servicios para la toma de decisiones, como el pronóstico del clima, plagas, enfermedades y volúmenes de cosecha, así como el desarrollo o adecuación de software para el uso y aprovechamiento del agua y nutrientes. El Campo Experimental deberá dar respuestas a las inquietudes de los productores sobre el efecto del cambio climático en la región y realizar los ajustes necesarios en las fechas de siembra, variedades y otros componentes tecnológicos. Para el cumplimiento de este objetivo, se promoverán alianzas estratégicas con instituciones de investigación nacionales e internacionales.

3. Promover y apoyar la transferencia de conocimientos y tecnología agropecuaria de acuerdo a las necesidades y demandas prioritarias de los productores y de la sociedad. Después del tema del agua, la transferencia de tecnología en general deberá ser la segunda prioridad del Campo Experimental Río Bravo. Demostrar a los productores que la información valiosa no se queda en los archivos de los investigadores sino que se difunde oportunamente es uno de los grandes retos para el Campo Experimental Río Bravo. Se deberá aprovechar mejor las oportunidades de difusión en los medios masivos, particularmente en radio, televisión e internet, donde el Campo Experimental ha tenido una baja participación, comparado con la prensa. El Campo Experimental deberá contar en el corto plazo con un portal en internet donde exponga todos sus productos y servicios, incluyendo los pronósticos mencionados en el punto anterior. Dicho portal deberá estar ligado al del INIFAP, a las asociaciones de productores y dependencias del sector en la región. Se deberá fomentar el uso de modelos específicos de transferencia y adopción como el PRONAMAT (maíz) y GGAVATT (ganadería), los cuales han mostrado eficacia en la región. La transferencia de tecnología es tarea de varios actores del sector, por lo que el Campo Experimental deberá fomentar la coordinación

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para sumar esfuerzos con las organizaciones de productores, empresas privadas y otras dependencias e instituciones de la región.

4. Fortalecer la capacidad institucional. Para que el Campo Experimental Río Bravo logre dar respuestas a los tres objetivos anteriores y en general a las demandas de la sociedad, deberá actualizar, renovar y motivar a su personal, así como modernizar permanentemente su infraestructura, procedimientos y administración. Deberá contar con una sanidad financiera de acuerdo a los estándares internacionales para los centros de investigación que le permita un equilibrio ideal entre los rubros del presupuesto: 50% para salarios; 35 % para operación; y 15% para infraestructura y equipamiento. La diversificación de las fuentes de financiamiento para la investigación será vital para lograr dicho equilibrio financiero. Una de las situaciones más críticas que el Campo Experimental deberá resolver en el corto plazo es la renovación de su personal, al estar la mayoría de ellos cerca de la jubilación. Las restricciones hacendarias durante los últimos 20 años para la contratación de personal deberán resolverse mediante otros esquemas de contratación temporal de personal a través de otras fuentes de financiamiento de la investigación.

Para dar respuesta a la dinámica de la problemática y demandas de las cadenas agroindustriales, el Campo Experimental deberá realizar ejercicios de planeación estratégica en forma periódica (al menos cada cinco años), que le permita evaluar los avances y reenfocar su misión, objetivos, programas y líneas de investigación. Dichos ejercicios deberán ser sancionados y avalados por su Consejo Consultivo.

El desafío más importante del Campo Experimental Río Bravo es justificar su presencia en la región ante los productores y sociedad en general durante los próximos años, superando el impacto y posicionamiento logrados en medio siglo. Deberá demostrar que es una institución estratégica que contribuye a la sostenibilidad y competitividad del sector agropecuario en el norte de Tamaulipas. Los retos y perspectivas particulares se detallan en los capítulos subsiguientes, donde se trata en forma individual cada uno de los sistemas-producto y disciplinas de la investigación agropecuaria y forestal más importantes de la región.

LITERATURA CITADA

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CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 2 Algodón

Héctor Manuel Cortinas Escobar

Ricardo Sánchez de la Cruz Jesús Loera Gallardo

INIFAP, Campo Experimental Río Bravo Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900

[email protected]

CONTENIDO Antecedentes ……………………………………………………………………………… 23

La Investigación en Algodonero ………………………………………..……………….. 23

Logros Relevantes ………………..……………………………………..……………….. 25

Perspectivas ……………………………………………….……………………………… 28

Literatura Citada ………………………………………………………………………….. 29

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: Cortinas Escobar, H. M., R. Sánchez de la Cruz y J. Loera Gallardo. 2006. Algodón, pp.

22-31. En: L. A. Rodríguez del Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

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“El oro blanco” Así es conocido el algodón por su alta rentabilidad

ANTECEDENTES

El algodonero empezó a cultivarse en el norte de Tamaulipas en 1889. En 1933 se sembraron 36 mil hectáreas, superficie que se incrementó paulatinamente hasta alcanzar la cifra récord de 425 mil hectáreas en 1952, con una producción de 208 mil pacas. La mayor producción fue de 540 mil pacas en una superficie de 317 mil hectáreas obtenida en 1958. A partir de ese año la superficie dedicada a este cultivo fue en decadencia y en 1971 solo se sembraron 74 hectáreas. El cultivo del algodón fue un factor determinante para el desarrollo económico y de infraestructura en la región. Sin embargo, su manejo como monocultivo originó una serie de problemas que motivaron su desaparición (Rendón 1972, Hess y González 1992).

Entre las principales causas que motivaron la decadencia del cultivo del algodón en la región, pueden mencionarse las siguientes: (1) Elevados costos de producción; (2) bajo precio de la fibra; (3) alta incidencia de plagas, las que requerían hasta 22 aplicaciones de insecticida durante el ciclo; (4) presencia extensiva de la enfermedad conocida como pudrición texana causada por el hongo Phymatotrichopsis omnivora; y (5) falta de un programa de rotación de cultivos para evitar el monocultivo y la propagación de plagas y enfermedades (INIA 1968b, Rendón 1972, SARH 1984).

Es hasta 1988 cuando el cultivo del algodonero inicia una nueva etapa como fuente de diversificación de ingresos para los productores de los municipios de Río Bravo y Matamoros, donde se sembraron 3 mil hectáreas (Fig. 1), hasta llegar a las 60 mil hectáreas en 1991 (INIFAP 1996). El resurgimiento del algodón en el norte de Tamaulipas fue posible debido a la utilización de nuevas tecnologías con resultados satisfactorios: Variedades que permitieron la cosecha mecanizada; control químico de maleza; inhibidores del crecimiento; y el manejo integrado de plagas (Hess y González 1992).

LA INVESTIGACIÓN EN ALGODONERO

Los primeros investigadores en algodonero del Campo Experimental Río Bravo fueron Oscar García César y Manuel Carnero Hernández, quienes realizaron trabajos sobre entomología y evaluación de variedades a finales de los 50´s e inicios de los 60´s (The Rockefeller Foundation 1961, García 1962). En 1962 se incorpora al programa de algodonero Américo Cárdenas Villarreal, quien continúa los trabajos sobre introducción de variedades y manejo agronómico del cultivo, lo que contribuyó a desarrollar la tecnología de producción del algodonero (Aguado et al. 1966, INIA 1968b, INIA 1969).

Durante la década de los 70´s el programa de algodón se fortalece con la incorporación de varios investigadores. Mario Moyeda García desarrolló estudios sobre manejo agronómico. Por su parte, Jorge Rosas García y Jesús Loera

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Gallardo realizaron diversos estudios sobre identificación, fluctuación y control de las plagas del algodonero y contribuyeron a actualizar la tecnología para su producción. A fines de los 70´s, Fernando Rincón Valdéz realizó evaluaciones de líneas y variedades de algodón en relación con rendimiento, calidad de fibra y tolerancia al complejo bellotero (Rincón 1977). Importantes trabajos sobre plagas, introducción de variedades, densidad de población, rendimiento y calidad de fibra, fechas de siembra, riegos y defoliantes, fueron realizados por Jesús Vargas Camplis durante más de tres décadas (INIA 1968a,b, INIA 1970, INIA 1975, Vargas 1975, Vargas et al. 1998). Los primeros trabajos de investigación sobre identificación de maleza fueron realizados por Eduardo Castro Martínez (INIA 1975), complementados posteriormente con evaluaciones de herbicidas en algodón por Enrique Rosales Robles y Ricardo Sánchez de la Cruz (Rosales y Sánchez 1999).

Figura 1. Resurgimiento del cultivo de algodonero durante los 80´s en el norte de

Tamaulipas con buenas perspectivas. Es importante resaltar la estrecha colaboración durante los 70´s entre el

Campo Experimental Río Bravo y el USDA-ARS de Brownsville, Tex., por conducto de Jesús Vargas Camplis y Maurice J. Lukefahr, para la introducción de variedades con tolerancia a plagas. Dicha colaboración fue particularmente fomentada por Everardo Villarreal Farías, en esa época Director Regional del Centro de Investigaciones Agrícolas de Tamaulipas (CIAT), quien estaba convencido que el algodonero podría resurgir en esta región.

Las actividades de investigación y transferencia de tecnología en algodón han sido apoyadas por diversos colaboradores de campo, entre ellos: Felipe Herrera Favela (†), Jesús Alejandro González Ontiveros, José Felipe Silguero (†), Ernesto Salgado Sosa, Cirilo Reyes Hernández, Miguel Robles Escarreola, Antonio Castillo Valerio y Esteban Robles Escarreola.

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LOGROS RELEVANTES

1. En los 50´s se determinó que las plagas más importantes que atacaban al cultivo del algodonero eran: Gusano de alambre, gusano bellotero (complejo Heliothis), gusano de la hoja, gusanos trozadores, gusano rosado, pulgón, araña roja, pulga saltona, chinches, conchuela y trips (Carnero 1953).

2. Se realizaron diversos estudios de densidades de población, fechas de siembra y variedades (Fig. 2) desde la década de los 60´s, los que permitieron establecer una distancia óptima entre plantas de 15 a 20 cm y fecha de siembra del 15 de febrero al 15 de marzo. Se ha determinado que las siembras efectuadas antes del 15 de febrero están mas expuestas a la presencia de bajas temperaturas las cuales retardan la germinación, heladas tardías y mayor incidencia de enfermedades (INIA 1964, 1971, Vargas 1991, 1995).

Figura 2. Demostración de variedades de algodón en el Campo Experimental Río Bravo durante 1961. Al frente, Oscar García César explica los avances de investigación.

3. En los 60´s se identificaron las enfermedades que afectan al cultivo del algodón: Secadera temprana o “damping off”, secadera tardía (Verticillium sp.), pudrición texana, mancha angular y marchitéz (Aguado et al. 1966).

4. En 1967 se realizaron estudios sobre adaptación de variedades, fechas de siembra, riegos, fertilización, identificación y control de plagas (INIA 1967, INIA 1968c), con lo que se logró complementar la tecnología de producción de algodonero.

5. A fines de los 60´s se identificó a las variedades Stoneville 213, Stoneville 7 A, Hg Bee 200 y Deltapine 16 como sobresalientes por su buen rendimiento y adaptación. Asimismo, se demostró que los mejores insecticidas para el control

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del gusano tabacalero eran Endrin + Paratión, Tildan, Paratión Metílico y Sevín + Paratión (INIA 1970).

6. Los primeros estudios sobre identificación de la maleza en el cultivo del algodón se realizaron en los 70´s; las especies más comunes fueron: Correhuela (Convolvulus arvensis L.), meloncillo (Cucumis melo L.), polocote (Helianthus annuus L.) y quelite (Amaranthus palmeri L.) (INIA 1975). Estudios posteriores permitieron determinar el manejo integrado de zacate Johnson en algodonero, utilizando dosis reducidas de herbicidas post-emergentes aplicadas en los primeros estados de desarrollo de la planta (Rosales et al. 1998).

7. A fines de los 70´s se identificaron algunos genotipos de algodonero precoces con buenos rendimientos, entre ellos las líneas CAMD-S74C y CAMD-H74C y las variedades Tamcot SP-37 y TPSA-1633. Se detectaron además algunas líneas prometedoras en relación con su tolerancia al complejo bellotero: LA-17801, HG-17801-10 y MO-35601 (Rincón 1977).

8. Durante los 80´s y 90´s se identificaron las siguientes variedades apropiadas para condiciones de riego: Deltapine-90, Stoneville-825, Deltapine-50, Terra-C30, Cocorim 92 y Stoneville 453; y para temporal: Deltapine-50, Stoneville 453, Deltapine-20, Terra-C30 y Cocorim-92 (Vargas 1995, Vargas y Acosta 1988).

9. El complejo de gusanos belloteros es considerado como la principal plaga del algodonero en muchas regiones del mundo y de México. Vargas (1980) identificó variabilidad genética para resistencia a esta plaga, la cual es conferida por la ausencia de pubescencias y nectarios, y alto contenido de gossypol.

10. Se determinó el método de muestreo para detectar huevecillos y larvas del complejo de gusanos belloteros. Para detectar su presencia se deben inspeccionar 100 terminales y colectar 100 cuadros. El muestreo debe realizarse en cinco sitios al azar en el predio. El control químico debe realizarse al detectar la presencia de larvas antes de la floración o cuando se observen entre el 15% al 25% de cuadros dañados (Vargas 1991).

11. Para asegurar una buena producción de algodón se requiere de 45 a 63 cm de lámina de agua distribuidos en los periodos críticos de desarrollo del cultivo: Establecimiento del cultivo (riego de pre-siembra), inicio de la floración (1er riego de auxilio) y etapa de fructificación (2do y 3er riegos de auxilio) (Vargas 1991).

12. En investigaciones conducidas por el ARS-USDA de Weslaco, Texas, se demostró que la liberación del ectoparásito Catolaccus grandis en lotes comerciales de algodón han reducido las infestaciones del picudo del algodonero Anthonomus grandis (INIFAP 1996). Esta tecnología fue validada en el área de influencia del Campo Experimental Río Bravo, donde se estableció un laboratorio para producir a C. grandis en forma masiva (Fig. 3). La validación de esta tecnología permitió corroborar que mediante la liberación de este insecto benéfico es posible causar la mortalidad de larvas de tercer estadio y prepupas del picudo hasta en un 98% y reducir el número de aplicaciones de insecticidas hasta en un 90% (Vargas et al. 1998).

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Figura 3. Inauguración del laboratorio “Catolaccus” para el control biológico del picudo del algodón. De izquierda a derecha: Jorge Kondo López, Director del INIFAP; Edgar G. King, Director del ARS-USDA en Weslaco, Tex.; y Jorge L. Zertuche Rodríguez, Director de Agricultura y Ganadería del Estado de Tamaulipas. Campo Experimental Río Bravo. Noviembre, 1998.

13. Se han realizado evaluaciones de variedades transgénicas de algodonero con los genes BXN, BXN16 y BXN047, los cuales confieren tolerancia a la acción del herbicida bromoxinil (brominal), recomendado para controlar maleza de hoja ancha. El uso de variedades tolerantes a bromoxinil y el uso de este herbicida constituyen una buena alternativa para el control post-emergente de maleza de hoja ancha en algodonero (Rosales y Sánchez 1999).

14. En suelos de alta fertilidad es posible controlar el desarrollo vegetativo del algodón mediante la aplicación de reguladores de crecimiento. Estos productos químicos aplicados al follaje pueden modificar el patrón de desarrollo de la planta, favorecer el rendimiento al disminuir la pérdida de bellotas por pudrición, acelerar la maduración y mejorar la eficiencia de las aplicaciones de agroquímicos. Se ha determinado que cuando las plantas presenten un excesivo desarrollo vegetativo se puede aplicar Pix en dosis de 1 lt/ha al inicio de la floración (Vargas 1991).

15. En 1997 se evaluó la variedad de algodón transgénico Delta Pine 5415 RR resistente al herbicida glifosato. Se determinó que las aplicaciones de 2.0 l/ha controlan más del 90% de la maleza. De 1997 a 1999 se establecieron evaluaciones de variedades entre las que destacaron algunas como Texas 121 y 224, Stonville 239 y Fiber Max 689. Se realizaron pruebas de herbicidas para el control de maleza de hoja ancha y angosta así como defoliantes (Fig. 4) para determinar el efecto en la recolección, calidad y rendimiento del algodonero; la mezcla de DEF con DROPP defoliaron el cultivo entre un 95 y 97% a los siete días de su aplicación (Vargas y Sánchez 1999).

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Figura 4. Evaluación de defoliantes en algodonero. Campo Experimental Río Bravo. 1999.

PERSPECTIVAS

Ante el fuerte déficit de fibra de algodón en el país, durante los últimos cinco años el gobierno de México ha implementado una serie de medidas para incentivar este cultivo en las áreas tradicionalmente algodoneras. Esto ha permitido un renovado interés por el cultivo de esta fibra en el norte de Tamaulipas. Los rendimientos del cultivo permiten tener un retorno de 65 centavos por cada peso invertido, cantidad superior a la de maíz que produce 40 centavos por cada peso invertido. Además de su rentabilidad, este cultivo permite un mejor manejo de los suelos, ya que el patrón de rotación gramíneas-algodón ofrece una mejor sostenibilidad, tal y como se ha demostrado en la región vecina del sur de Texas.

Afortunadamente existen soluciones a los principales problemas del algodonero en el norte de Tamaulipas, entre ellos: (1) La disponibilidad de mano de obra se ha solucionado con el uso de las cosechadoras mecánicas y las variedades adaptadas a ellas; (2) la presencia de plagas ha disminuido mediante el uso de la tecnología para el manejo integrado de plagas, la cual permite reducir el numero de aplicaciones de insecticidas; además, actualmente estos insumos son más efectivos y la resistencia de los insectos no se presenta como en otras áreas algodoneras; y (3) la enfermedad conocida como pudrición texana ha disminuido considerablemente de tal manera que actualmente su presencia es mínima.

Dentro de los estímulos del gobierno federal, se establece un precio objetivo a la fibra que permite una rentabilidad segura. Anteriormente los precios en el mercado fueron bajos o inconsistentes lo que no aseguraba la rentabilidad del cultivo y consecuentemente desmotivaba a los productores a sembrarlo.

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A pesar de lo anterior, la superficie sembrada con algodón en la región no se ha incrementado debido a sus altos costos de inversión en comparación con otros cultivos y la falta de crédito suficiente y oportuno. Otro factor importante ha sido la inseguridad de un tercer riego de auxilio, el cual es determinante para la producción redituable del algodón. El bajo nivel en las presas durante los últimos años ha ocasionado que el agua disponible para riego en la región se limite a uno o dos riegos de auxilio.

No obstante que existe la suficiente tecnología para la producción de algodón que asegura un óptimo desarrollo y manejo del cultivo, será necesario actualizar periódicamente la tecnología para su producción y recolección a bajo costo, considerando las demandas de los usuarios. En el corto y mediano plazo se deberá continuar con la identificación de variedades de alto rendimiento y calidad de fibra que demanda la industria, eficientes en el uso del agua y adaptadas a las condiciones de suelo y clima regionales.

La aplicación de las herramientas de la biotecnología moderna ha permitido el desarrollo de variedades transgénicas de algodón resistentes a herbicidas. En el mediano y largo plazo, éstas y otras variedades transgénicas que se desarrollen con resistencia a plagas y enfermedades y mejor calidad de fibra, ofrecerán la posibilidad de que el cultivo de algodonero sea altamente redituable en forma económica y amigable con el medio ambiente al reducirse la aplicación de agroquímicos.

La transferencia de la tecnología adaptada y generada por el Campo Experimental Río Bravo a través de cursos de capacitación, parcelas demostrativas y publicaciones será un factor determinante para fomentar el cultivo de algodón en la región. Asimismo, será necesaria la organización de productores para obtener reducción en los costos de insumos, facilitar la transferencia de las tecnologías e identificar los mercados que ofrezcan mayores posibilidades de recuperación de costos e ingresos.

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CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 3 Sorgo

Héctor Williams Alanís

Noé Montes García Víctor Pecina Quintero

INIFAP, Campo Experimental Río Bravo Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900

[email protected]

CONTENIDO Introducción …..…………………………………………………………………………… 33

Antecedentes de Investigación sobre Sorgo ………………….....……..…………….. 37

Mejoramiento Genético de Sorgo en Río Bravo …..……………………..…………… 38

Producción de Semilla ……………………………………..…...……………………….. 43

Comercialización …..................................................……………………..…………… 44

Logros Relevantes ……...…………………………………..…...……………………….. 45

Retos …………………………………………………….………………………………… 47

Literatura Citada ………………………………………………………………………….. 49

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: Williams Alanís, H., N. Montes García y V. Pecina Quintero. 2006. Sorgo, pp. 32-54. En: L.

A. Rodríguez del Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

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“El camello de los cultivos” Así se refieren al sorgo los agricultores en China

INTRODUCCION

Durante la década de los 50’ s, el norte de Tamaulipas se caracterizó por ser una región productora de algodón, pero debido a los problemas fitosanitarios ocasionados por el monocultivo, a partir de los 60’ s se transformó en productora de sorgo y maíz (FIRA 1970). Al iniciar las siembras de sorgo, los agricultores utilizaron variedades de polinización libre. Poco tiempo después se empezaron a utilizar los primeros híbridos generados en EUA, los cuales se promovieron por su buen rendimiento, precocidad y porte bajo (Zavala 1984). Para 1966, los cultivos de sorgo y maíz habían ocupado casi la totalidad de la superficie de siembra en esta región (Morales et al. 1980).

En las Figs. 1 y 2 se presentan la superficie sembrada en el norte de Tamaulipas de 1956 a 2005 con sorgo y el rendimiento medio. En 1956 se sembraron 3,700 hectáreas con un rendimiento medio de grano de 1,260 kg/ha. Actualmente se siembran entre 600 a 700 mil hectáreas anuales en riego y temporal y se obtiene un rendimiento medio de grano de 2,400 kg/ha. La producción regional equivale al 32% del total nacional que es de 5.2 millones de toneladas anuales; sin embargo, la demanda actual de este grano en México es mayor por lo que se importa un 49% adicional a la producción nacional. Lo anterior convierte al país en el principal importador de sorgo en el mundo (SAGAR 2000).

Este capítulo se circunscribe al mejoramiento genético del sorgo en el Campo Experimental Río Bravo; el manejo agronómico se discute en los capítulos que abordan las disciplinas respectivas. La investigación sobre mejoramiento genético de sorgo en el norte de Tamaulipas inició en 1974 y su ámbito incluyó las regiones cálido-secas del país en los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Sonora y Sinaloa. El objetivo inicial fue la obtención de híbridos de sorgo para grano con alto potencial de rendimiento, de buenas características agronómicas, de amplia adaptación y tolerantes a las enfermedades mildiú velloso (Peronosclerospora sorghi [Kulk] Weston y Uppal) y carbón de la panoja (Sporisorium reilianum [Kuhn] Clinton).

Los sistemas de producción de sorgo han cambiado a través del tiempo. Durante las décadas de los 60's y 70's, el 70% de la superficie total cultivada con esta gramínea era de riego y el 30% de temporal, pero a partir de los 80's se abrieron grandes extensiones al cultivo en zonas de temporal, cambiando la proporción a 18% en riego y 82% en temporal. Las condiciones climáticas han sido contrastantes, con años de buena cosecha (1970, 1979, 1981, 1985 y 1992) y años de baja producción debido a la sequía (1964, 1972, 1983, 1986, 1995 y 2003). Asimismo, enfermedades como el mildiú velloso y el carbón de la panoja, que fueron problemas serios en la década de los 70's, disminuyeron durante los 80's como resultado del uso de híbridos de sorgo resistentes a estas enfermedades. En cambio, enfermedades como la pudrición carbonosa del tallo, Macrophomina phaseolina (Tassi) Goid, cobraron importancia principalmente bajo condiciones de

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sequía. En 1997 apareció el ergot del sorgo, Claviceps africana, Frederickson, Mantle & de Millano.

0100200300400500600700800900

1000

1956 1960 1964 1968 1972 1976 1980 1984 1988 1992 1996 2000 2004

Mile

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Figura 1. Superficie sembrada con sorgo en el norte de Tamaulipas de 1956 a 2005.

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1956 1960 1964 1968 1972 1976 1980 1984 1988 1992 1996 2000 2004

Ton/

ha

Figura 2. Rendimiento medio de grano de sorgo en el norte de Tamaulipas de 1956 a 2005.

Como resultado de la nueva problemática, el programa de mejoramiento genético de sorgo del Campo Experimental Río Bravo enfocó sus trabajos a ampliar la base genética del germoplasma, con líneas provenientes de EUA, del

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ICRISAT y del INTSORMIL, para generar híbridos y variedades con buen rendimiento, además de características agronómicas favorables y con amplia adaptación; plantas de bajos requerimientos de humedad, tolerantes a las enfermedades de carbón de la panoja, pudrición carbonosa del tallo, ergot y enfermedades foliares, de doble propósito (grano y forraje) y de mejor calidad nutritiva del grano y forraje. Asimismo, para diversificar el uso del sorgo hacia consumo humano e industrial.

En el Cuadro 1 se indican las principales líneas de investigación que se han estudiado durante este período. Además de las actividades de investigación, el personal del programa de sorgo ha participado activamente en difusión de resultados mediante demostraciones de campo dentro y fuera del Campo Experimental, además de parcelas de validación y transferencia de tecnología. Se ampliaron las fronteras de investigación, evaluando los materiales genéticos en las principales áreas sorgueras del país (Bajío, noroeste, pacífico, sur y sureste). Como resultado de estas evaluaciones, los híbridos de sorgo RB-3030 y RB-3006 se recomendaron prácticamente en todo el país.

En 1993 el Campo Experimental Río Bravo organizó el 1er Simposio Internacional de Sorgo, con la asistencia de reconocidos conferencistas nacionales e internacionales, quienes expusieron los avances más relevantes sobre la investigación del cultivo. En materia de investigación en sorgo, es destacable la colaboración del Campo Experimental Río Bravo con los siguientes organismos y Universidades nacionales y extranjeras: Fundación Produce Tamaulipas, A. C., Fundación Produce Nuevo León, A. C., Patronato para la Investigación Fomento y Sanidad Vegetal (PIFSV), Colegio de Postgraduados (CP), Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), Universidad de Texas A&M, International Crop Research Institute for the Semiarid Tropics (ICRISAT), e International Sorghum/Millet, Collaborative Research Support Program (INTSORMIL). El Campo Experimental Río Bravo ha sido sede de la Coordinación de Sorgo y Mijo en el Norte de México (1987-1992), del Experto Nacional de Sorgo (1997-2000) y de la Coordinación de Sorgo del Noreste de México (2000 a la fecha).

En el Campo Experimental Río Bravo han colaborado en el Mejoramiento Genético del sorgo los siguientes investigadores: José María Villarreal González (1970-1993); Alberto Betancourt Vallejo (1973-1976); Roberto Valdivia Bernal (1973-1974); Héctor Williams Alanís (1976 a la fecha); José Luis Esparza Maldonado (1978-1983); José Heriberto Torres Montalvo (1984-1998); Raúl Rodríguez Herrera (1989-1999) y Noé Montes García (1989 a la fecha). El trabajo de los investigadores no habría sido posible sin la colaboración del personal de apoyo, entre los que destacan Gerardo Rocha Echavarría, José Mena González, Salvador Robles Escarriola, Leoncio Mercado Treviño, Moisés Requejo Santos, Ciro Gómez Longoria, Daniel Alvarado Chapa, Lauro Macias Quintana, Ma. Guadalupe Gutiérrez de Lara Fonseca y Héctor Guadalupe Loo Medina.

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Cuadro 1. Líneas de investigación desarrolladas en mejoramiento genético del sorgo por el Campo Experimental Río Bravo (1956-2006).

Línea División Referencias bibliográficas Crónica y Generalidades Betancourt 1975; Williams 1997a,

1998; Williams et al. 1993, 1995, 1997

Identificación de Centros de Mejoramiento

Estrada 1977; INIA 1976

Métodos de mejoramiento Introducción de gemoplasma

INIA 1977; Williams et al. 1995

Hibridación Williams y Betancourt 1979; Williams 1981, 1988, 1996, 2003; Williams et al. 2002, 2004a, 2004b.

Mejoramiento poblacional INIA 1977; Williams et al. 1995 Parámetros de estabilidad Torres 1986 Esterilización de líneas

restauradoras Williams 1982

Selección de características específicas

Tipos de citoplasma Pecina 1992; Pecina et al. 1994, 1995a,b; Williams y Rodríguez 1994, 1995

Esterilidad de línea restauradora

Rodríguez y Torres 1992; Williams et al. 1992; Rodríguez et al. 1994

Color de planta Torres 1992; Torres et al. 1993; Williams et al. 1999

Consumo humano Williams et al.1995 Tasa de respiración Zavala et al. 2001 Enfermedades Mildiú velloso P. sorghi Williams 1981 Carbón de la panoja S.

reilianum Pecina et al. 2004; Williams et al. 1990

Pudrición carbonosa del tallo M. phaseolina

Pecina 1999; Pecina et al. 1999; Williams y Pecina 2002; Williams et al. 2004c

Ergot C. africana Aguirre et al. 1997; Williams 1997b, 1998; Williams et al. 1998b; Montes et al. 2002a,b,c

Varias Williams 2000b Producción de semilla Betancourt y Valdivia 1973;

Williams 1986, Williams et al. 1995. Por área Agroecológica INIA 1977

Tolerancia Sequía Martínez et al. 2002; Williams 2000a; Zavala et al. 2001, 2002

Frío Osuna et al. 2000a,b, 2001 Intemperismo Rodríguez et al. 1998

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Cuadro 1. Continuación.

Biotecnología Pudrición carbonosa del tallo

Pecina et al. 1999, 2000, 2001 y 2002

Transferencia de tecnología

Williams et al. 1998a

Biofertilización Díaz et al. 2004; Pecina et al. 2005

ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN SOBRE SORGO

En 1944, la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) creó la Oficina de Estudios Especiales que incluyó personal técnico de la Fundación Rockefeller y de la propia SAG (Reyes 1985). Esta oficina realizó en ese mismo año las primeras investigaciones sobre sorgo en México, y se publicaron las primeras recomendaciones y prácticas de cultivo en 1950 (Pitner et al. 1950).

En 1961, se creó el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), al integrar al Instituto de Investigaciones Agrícolas y la Oficina de Estudios Especiales (Reyes 1985). En ese entonces los trabajos de investigación de sorgo se concentraron en Roque, Gto., hoy Campo Experimental Bajío. Durante muchos años la investigación en sorgo del INIA (hoy INIFAP) se realizó exclusivamente en este lugar (Williams et al. 1995).

En esa época, la investigación en sorgo la realizó el personal del Departamento de Maíz y Sorgo, el cual generalmente dedicaba mayor tiempo al maíz. Sin embargo, al incrementarse la superficie cultivada con sorgo en México al pasar de 160 mil hectáreas a principios de los 60's a 1.7 millones de hectáreas en los 70's, se requirió separar la investigación de sorgo de la de maíz, para lo cual se creó la Coordinación Nacional de Sorgo en 1978 (Williams et al. 1995).

En los años 1973-74 se asignaron tres plazas para investigadores dedicados exclusivamente a investigaciones sobre el mejoramiento genético del sorgo en Celaya, Gto., Río Bravo, Tam. y Chapingo, Méx. La localidad de Río Bravo representó las regiones cálido-secas del país por las siguientes razones: Se tienen dos ciclos agrícolas al año; es una localidad propicia para seleccionar materiales tolerantes a plagas y enfermedades, además de su vecindad con el estado de Texas, EUA, lo que permite observar y adoptar fácilmente los adelantos tecnológicos de ese país (Estrada 1977).

La sede de las regiones norte, centro y sur se ubicó respectivamente en el Campo Experimental Río Bravo, Campo Experimental El Bajío (Celaya, Gto.) Campo Experimental de Uxmal, Yuc. En este último Campo, en 1982 se inició el programa de mejoramiento genético para las áreas tropicales del sur y sureste de México con la introducción de germoplasma de El Bajío, de Río Bravo, Tam., de Ocotlán, Jal., del ICRISAT y de EUA, principalmente de la Universidad de Texas A&M (Williams et al. 1995).

Además de las regiones antes mencionadas, también se realizaron investigaciones en sorgo para las áreas centro, sur y altos de Jalisco (Ocotlán),

38

correspondiente a regiones de clima templado y buen temporal, las cuales se iniciaron a partir de 1974 (INIA 1981). En el Campo Experimental "El Horno", en Chapingo Mex., se realizó extensa investigación en este cultivo dentro del programa de mejoramiento genético para Valles Altos, el cual inició en 1960 con el objetivo de formar variedades tolerantes a bajas temperaturas, aprovechando la introducción de variedades africanas, de las cuales sobresalieron por su adaptación Nyundo, Mabere y Magune (Romo y Carballo 1980).

MEJORAMIENTO GENÉTICO DE SORGO EN RÍO BRAVO

Período 1968-1975

Como resultado de la investigación realizada en El Bajío y después de numerosas evaluaciones de los híbridos experimentales durante 1968-1975, se liberaron seis híbridos para el norte de Tamaulipas (Fig. 3), los cuales resultaron un 20-30% superiores al rendimiento medio del grupo de híbridos comerciales utilizados como testigos (INIA 1981), con similar ciclo vegetativo y tolerancia a mildiú velloso y una altura ligeramente superior a éstos (INIA 1976). Estos híbridos fueron INIA Zacapil y Tejón (ciclo precoz), INIA Maratin e INIA Mayapen (ciclo intermedio) e INIA Malinche e INIA Janambre (ciclo tardío) (Betancourt 1975). Excepto por el INIA Zacapil, del que se produjeron cantidades limitadas de semilla por parte de la PRONASE, el resto no se pudo producir comercialmente debido a falta de información en la caracterización de los progenitores y algunos otros problemas en la producción de la semilla híbrida (Williams et al. 1995).

Figura 3. Dos de los híbridos liberados en 1975 como resultado de la investigación del programa de mejoramiento genético de sorgo en el Bajío. Se caracterizaron por ser altos y con exceso de exserción.

Período 1976-2006

Se amplió la fuente de germoplasma con sorgos provenientes de la colección mundial y con líneas procedentes de los Estados Unidos de Norteamérica (INIA 1977). De la colección mundial se introdujeron dos mil líneas, de las cuales se

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seleccionaron 300 con características agronómicas sobresalientes (Betancourt 1975). La utilización más inmediata de estos materiales consistió en la formación de híbridos utilizando líneas androestériles (A) provenientes de El Bajío con líneas restauradoras de la fertilidad (R) introducidas, en los que se pudiera transferir porte bajo, resistencia a enfermedades como mildiú velloso y otras características deseables (INIA 1977).

En 1978 el programa de mejoramiento genético de sorgo en Río Bravo, Tam. liberó los híbridos de sorgo INIA RB-2000, INIA RB-2010 e INIA RB-2020 (Fig. 4) que compitieron en rendimiento de grano y características agronómicas con los mejores sorgos comerciales de esa época. Sin embargo, al igual que los híbridos comerciales, los nuevos materiales fueron susceptibles a las enfermedades de mildiú velloso y carbón de la panoja (Williams y Betancourt 1979). Estos híbridos (excepto RB-2010) fueron producidos y comercializados por la PRONASE hasta 1980.

Figura 4. Dos de los tres primeros híbridos liberados en 1978 como resultado de la

investigación del programa de mejoramiento genético de sorgo en Río Bravo. Se caracterizaron por ser de porte más bajo y mayor potencial de rendimiento que los anteriores.

En ese mismo período, se probaron varios métodos de esterilización y cruzamiento de espigas fértiles de sorgo, los cuales consistían en cubrirlas con bolsas de polietileno (transparentes y negras) antes de la floración, durante dos, tres y cinco días, con el propósito de aprovechar la irradiación solar e incrementar la temperatura dentro de las bolsas para provocar esterilidad. La mayor efectividad se obtuvo con la bolsa negra, la cual en el período de dos a tres días provocó un 97% de efectividad en el cruzamiento (Williams 1982). Esta tecnología ha sido medular en los trabajos posteriores de mejoramiento genético, ya que ha permitido el cruzamiento entre plantas fértiles.

En 1980 se liberaron los sorgos INIA RB-3030 (Fig. 5) e INIA RB-3006 recomendados para condiciones de riego y temporal, con un potencial de rendimiento superior en 500 a 600 kg/ha a la serie anterior de híbridos, resistentes a mildiú velloso y carbón de la panoja, y de amplio rango de adaptación (Williams

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1981). Estos dos híbridos se adaptaron además a otras áreas sorgueras del país, incluyendo El Bajío y el noroeste.

Figura 5. Izquierda: RB-3030, liberado en 1980, indudablemente el híbrido más popular, es de amplia adaptación y actualmente se siembra en varias regiones del país. Derecha: RB-Patrón, el más reciente híbrido liberado, posee características que le confieren ventajas para su siembra en condiciones de escasa humedad.

Durante los períodos de 1979-1982 y 1986-1988 se realizó mejoramiento poblacional con germoplasma introducido de EUA utilizando la fuente de androesterilidad genética de Coes ms3 (en donde ms3ms3= estéril y MS3MS3 o MS3ms3= fértil). Aún cuando se utilizó material adaptado a las condiciones del norte de Tamaulipas, no se lograron avances sobresalientes debido a cambios en el personal y reducción del presupuesto (Williams et al. 1995).

Debido a que todos los sorgos comerciales estaban utilizando el sistema de androesterilidad génico-citoplásmica A1 para la producción de semilla híbrida, condición que los hacía más vulnerables al ataque de plagas y enfermedades, en 1982 se introdujo la fuente de androesterilidad génico-citoplásmica A2 a las líneas élite del programa (Rodríguez et al. 1994). Este tipo de androesterilidad se descubrió en la línea IS-12662C (SC-171), perteneciente al grupo Caudatum nigricans de la raza Guinea originaria de Etiopía. La fuente de genes nucleares se encontró en la línea IS5322C (SC-250) del grupo Roxburghi de la raza Guinea originaria de la India (Schertz 1977).

Rooney y Miller (1981) mencionaron que en sorgo existen varios colores de planta de acuerdo a la reacción del follaje al daño mecánico y al ataque de las enfermedades foliares. La planta roja esta dada por los genes P_qrqr, canela ppqq y púrpura P_Q_ o P_qq. La característica planta color canela en sorgo es reconocida en todo el mundo como deseable, debido a que está asociada a una mejor calidad nutritiva del grano. En 1984 se introdujo la característica planta canela (tan) a las líneas progenitoras de los sorgos liberados por el Campo Experimental Río Bravo. Se utilizaron como fuente las líneas M60009 B originaria de ICRISAT y Tx-435 de Texas.

41

En 1987 cambió el enfoque del programa para el área de temporal, ya que la enfermedad conocida como pudrición carbonosa del tallo, producía pérdidas considerables en el rendimiento al provocar la caída de la planta antes de la cosecha. Desde entonces, la resistencia a esta enfermedad es considerada como el principal criterio de selección para genotipos propios para temporal (Williams et al. 1995).

En 1989 se liberó el híbrido RB-4000 para condiciones de riego. Este demostró un potencial de rendimiento superior en 500 a 600 kg/ha a los mejores sorgos comerciales recomendados; sus panojas de tipo abierto resultaron más tolerantes al daño de pájaros y con una mejor penetración de los insecticidas para el control de plagas; sus tallos son fuertes, bien anclados y resistentes al acame; las plantas son de crecimiento rápido y follaje frondoso que facilita el control de maleza por competencia; posee mayor acumulación de materia seca por planta lo que puede ser útil para el empleo de esquilmos como forraje (Williams 1988). En ese mismo año se le dio un fuerte impulso a la formación de híbridos con grano apto para consumo humano. Para esto, se seleccionaron líneas de ICRISAT, de EUA (principalmente Texas) y líneas avanzadas de Río Bravo, para seleccionar las de mejor adaptación a la región y con mayor resistencia a las enfermedades del carbón de la panoja y pudrición carbonosa del tallo (Williams et al. 1995).

Durante las evaluaciones de germoplasma generado en Río Bravo para resistencia a enfermedades, sobresalió la línea LRB-63 derivada de la cruza entre las líneas SC-103 x Tx-2536, la cual en siete años de evaluación presentó 0% de incidencia al carbón de la panoja (Williams et al. 1990). Sin embargo, al cobrar importancia la enfermedad pudrición carbonosa del tallo, esta línea resultó susceptible. Hasta 1994, se habían seleccionado alrededor de 100 pares de líneas A y B, y 54 líneas R tolerantes a estas dos enfermedades (Williams et al. 1994).

Debido a que la línea R progenitora del híbrido RB-4000 demostró poseer un potencial de rendimiento similar a los híbridos comerciales por su amplia adaptación y por su excelente aptitud combinatoria, se consideró que sería ventajoso disponer de progenitores femeninos con estas características, lo que facilitaría la producción de semilla híbrida. De tal forma, en 1989 se planeó la esterilización de esta línea y la transformación en línea A y B, para lo cual se utilizó el método de retrocruza. A partir de ese año y para 1991 se obtuvieron familias RC1F2 que se cruzaron individualmente con la línea hembra ATx-623 para identificar el tipo de línea producida, con lo que se obtuvieron segregantes que fueron 100% estériles (Williams et al., 1992). Se encontró algo similar en 1993 al evaluar 259 familias de la RC3F2, lo que permitió la esterilización de líneas R por medio del método de retrocruza (Rodríguez et al. 1994).

Como resultado de la investigación en el área de temporal, en 1990 se obtuvieron diversas líneas e híbridos experimentales con tolerancia a sequía. Sin embargo, no se liberó ninguno de estos materiales porque resultaron susceptibles a la pudrición carbonosa del tallo (Williams et al. 1993).

En los años 1989-90 se evaluó el comportamiento agronómico de dos sistemas de androesterilidad denominados citoplasma A1 y A2. Los resultados indicaron que no existían diferencias entre los dos sistemas de androesterilidad

42

para longitud de panoja, altura de planta y rendimiento de grano, mientras que en días a floración los híbridos con citoplasma A2 fueron en promedio un día más tardíos que los A1 (Pecina et al. 1995b, Moran y Rooney 2003). Además las líneas restauradoras de la fertilidad LRB-63 y CS-3541 presentaron una respuesta diferencial y manifestaron problemas de fertilidad en las cruzas con citoplasma A2. De igual forma, se realizó otro estudio para determinar posibles diferencias en calidad de semilla entre los sistemas de androesterilidad genético citoplásmica A1 y A2. No se observaron diferencias entre citoplasmas para peso volumétrico, peso de semillas, germinación (G) y peso seco de plántula (PSP) después de nueves meses de almacenamiento; en cambio, el vigor estimado mediante G y PSP después que la semilla fue sometida a envejecimiento acelerado, el citoplasma A2 superó significativamente al A1 (Pecina et al. 1995a). También se evaluó la estabilidad de la esterilidad en cuatro líneas hembras (LRB-102A, LRB-104A, LRB-106A y LRB-110A) en sus versiones citoplásmicas A1 y A2, en tres fechas de siembra. Se observaron diferencias significativas en el grado de esterilidad entre líneas, citoplasmas y fechas de siembra, así como en sus interacciones. La línea LRB-102A presentó 100% de esterilidad en sus dos versiones (A1 y A2). En promedio las líneas A2 mostraron un 99.6% de esterilidad en comparación con el 98.5% en las líneas A1 (Pecina et al. 1994).

En 1991 y 1992 se observó que a la vez que se seleccionaron líneas e híbridos con tolerancia a la enfermedad de pudrición carbonosa del tallo, indirectamente se seleccionaron plantas con follaje que se conserva verde hasta la etapa de madurez fisiológica del grano (planta no senescente). Esto coincide con lo encontrado por algunos investigadores quienes han correlacionado esta característica con la resistencia a dicha enfermedad (Rosenow 1984).

En 1997 se liberó el híbrido RB-4040 para condiciones de riego y temporal en las tierras bajas del noreste de México, el cual es tolerante a la pudrición carbonosa del tallo y el carbón de la panoja. La primera enfermedad es importante ya que cuando las condiciones ambientales son propicias para su desarrollo, provoca pérdidas del orden del 20-30%. Este híbrido tiene adaptación en los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y la región de Ébano, S.L.P. (Williams 1996 y 2003).

Debido a que en los 90’s existía controversia con respecto a la naturaleza de la resistencia genética a la pudrición carbonosa del tallo en sorgo, se desarrollaron cruzas dialélicas con nueve líneas de sorgo, las que fueron evaluadas durante 1997 y 1998 en dos localidades: Río Bravo, Tam., y San Juan de Abajo, Nay. Se utilizó la inoculación artificial del patógeno y un sistema de riego-sequía. Se observó que las líneas fueron significativamente más resistentes que las cruzas F1, lo que indicó que la heterosis no es un factor importante en la resistencia. Además, los efectos de la aptitud combinatoria general (ACG), fueron mas importantes que los de la aptitud combinatoria específica (ACE), lo que sugirió que la resistencia a esta enfermedad esta condicionada por efectos aditivos y no aditivos (Pecina et al. 1999). También destaca que las líneas progenitoras utilizadas y formadas en el Campo Experimental Río Bravo (LRB-204, LRB-216 y LRB-63), fueron tan tolerantes a la enfermedad, como las líneas testigo de EUA.

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Al evaluar grupos de híbridos cuasi-isogénicos para color de planta rojas vs. canelas (CxC, CxR, RxC y RxR), en 10 ambientes del noreste de México, se encontró que los grupos de híbridos de planta canela (CxC) fueron más susceptibles a la sequía. Además, se observó un efecto heterótico para rendimiento de grano para la combinación CxR (Williams et al. 1999).

En 2003 se registró el híbrido RB-Patrón, el cual presentó características fisiológicas, morfológicas y bioquímicas que le confieren tolerancia al estrés producido por la sequía y altas temperaturas. En temporal produce 10% más rendimiento de grano que el promedio de los testigos comerciales (Williams et al. 2002, 2004a,b). Ese mismo año, se evaluó la tolerancia a la pudrición carbonosa del tallo bajo condiciones de temporal en un grupo de progenitores y de 49 híbridos comerciales y experimentales de sorgo. Las plantas fueron inoculadas artificialmente con palillos infectados con el patógeno. Los mejores híbridos experimentales fueron RB-118x430 y RB-106x430 y los progenitores que formaron híbridos tolerantes fueron LRB-118A (hembra) y Tx-430 (macho), lo que sugiere que los efectos aditivos son los más importantes en la resistencia a esta enfermedad (Williams et al. 2004c).

En otro trabajo, se estudió la relación entre el tipo de citoplasma y la resistencia al carbón de la panoja causado por S. reilianum. Se utilizaron 16 híbridos de sorgo en dos versiones de acuerdo al tipo de citoplasma (A1 y A2) para un total de 32 híbridos. Los genotipos se evaluaron en el norte de Tamaulipas bajo condiciones de temporal de 1990 a 1994, bajo infestación natural en campo. Las razas fisiológicas del hongo se determinaron usando líneas diferenciales de sorgo. Los resultados indicaron diferencias significativas en la incidencia de la enfermedad entre los dos tipos de citoplasma (A1 y A2) durante 1991 y 1994. Los híbridos con citoplasma A1 presentaron menor incidencia, lo que sugiere que los híbridos con citoplasma A2 pueden ser mas susceptibles a la raza 3 del carbón de la panoja, ya que ésta fue la más prevalente y virulenta durante este periodo (Pecina et al. 2004).

PRODUCCIÓN DE SEMILLA

El tema sobre mejoramiento genético de sorgo estaría incompleto si no se toma en cuenta la tecnología necesaria para producir la semilla. Por esta razón se describe brevemente la investigación realizada a la fecha en este rubro. Al revisar la colección de libros de campo del programa de sorgo del Campo Experimental Río Bravo que datan desde 1957, se encontró que en 1973 se efectuó por primera vez un ensayo de líneas progenitoras originarias del Bajío en seis fechas de siembra. En esa ocasión se probaron 135 líneas A y R que intervenían en la formación de los sorgos híbridos experimentales del INIA, con el objetivo de obtener información de la producción comercial de estos híbridos (Betancourt y Valdivia 1973). Estos estudios se continuaron durante los siguientes años con menor número de líneas progenitoras y con los mismos objetivos.

Cuando se hicieron las primeras liberaciones de híbridos del Bajío para esta región en 1975, no se conocía bien la tecnología de producción para los mismos, lo

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que constituyó uno de los principales factores que limitó la producción comercial de estos híbridos por parte de la PRONASE. La producción de semilla de los híbridos liberados posteriormente (1978, 1980 y 1989) no tuvo ningún problema, ya que se había generado la tecnología para su producción. Cabe mencionar que la poca investigación que se ha efectuado sobre producción de semilla en sorgo, la han realizado los fitomejoradores, ya que en el Campo Experimental Río Bravo no ha existido especialistas en tecnología de semillas, aún cuando en 1988 se contrató a un investigador, su permanencia fue muy corta (Williams et al. 1995).

En los 80´s se producían en el norte de Tamaulipas 28 mil ton de semilla de sorgo certificada en 21 mil hectáreas; sin embargo, existían algunos problemas que dificultaban la producción comercial de esta semilla (SNICS 1985). Entre estos problemas se encontraban: Presencia de Blasting o esterilidad genética ambiental en las líneas A (hembras); diseminación de maleza de zacate Johnson, correhuela y caña brava; mal manejo y cuidado de los lotes de producción; dificultades en el aislamiento y falta de coincidencia en floración en las líneas A (hembras) y R (machos). Debido a esto, dentro de los programas de mejoramiento genético se han tomado en cuenta para la selección de progenitores, algunos de estos problemas que puedan facilitar la producción de semilla híbrida tales como: Líneas A rendidoras, estables y sin problema de Blasting; líneas R buenas polinizadoras en cantidad y duración, y poca diferencia en días a floración entre los progenitores (Williams 1986).

COMERCIALIZACIÓN

La construcción de la planta de procesamiento de PRONASE en Río Bravo, Tam., inició el 31 de marzo de 1960, como resultado de un acta de cesión de un terreno propiedad del Campo Experimental Río Bravo a la Comisión Nacional del Maíz. A principios de los 70's dicha planta empezó a producir los híbridos liberados por el entonces INIA, hoy INIFAP. Uno de los primeros híbridos que se produjeron en esta zona para comercializarse en la región de El Bajío fue el INIA-Purépecha, del cual se llegaron a obtener volúmenes importantes de semilla hasta mediados de los 80's, cuando dejó de producirse debido a que frecuentemente se presentaban bajos rendimientos en la hembra por problemas de “blasting”.

Además, gradualmente se empezaron a producir nuevos híbridos liberados por el INIFAP (INIA RB-2000, INIA RB-2020, INIA RB-3030, INIA RB-3006, BJ-83 y RB-4000), los cuales no presentaban problemas en la producción de semilla. Los sorgos RB a partir de los 80's y hasta 2002, significaron el 70% de los sorgos comercializados por PRONASE en el país. También los sorgos formados por el INIFAP en Río Bravo han sido producidos y vendidos por las siguientes empresas productoras de semillas y Patronatos: Empresas Cantú Noyola, A. C., Asociación Municipal de Propietarios Rurales de Río Bravo, A. C., Semillas del Norte de Veracruz (SENOVE), INTERAGRO de las Huastecas, Productores Asociados de Semillas (PROASE) y el Patronato para la Investigación, Fomento y Sanidad Vegetal del Norte de Tamaulipas (PIFSV) (Fig. 6).

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Figura 6. Izquierda: Lote de producción de semilla del híbrido RB-3030 establecido

por Semillas del Norte de Veracruz (SENOVE) en 2001 en Panuco, Ver. Derecha: Lote de producción de semilla del híbrido RB-Patrón en Río Bravo, Tam., establecido por el Patronato para la Investigación, Fomento y Sanidad Vegetal del Norte de Tamaulipas (PIFSV) en 2005.

LOGROS RELEVANTES

En el Cuadro 2 se enlistan los genotipos de sorgo más sobresalientes generados a la fecha y se indican sus características más importantes, el año de liberación y el No. de registro en su caso. Se estima que con la semilla producida de los híbridos RB-2000, RB-2020, RB-3030, RB-3006, RB-4000, RB-4040 y RB-Patrón se han sembrado en poco más de un millón de hectáreas en todo el país.

Los primeros híbridos INIA liberados para el norte de Tamaulipas en 1975 fueron producidos a partir de líneas formadas en el Campo Experimental Bajío en Celaya, Gto., en tanto los híbridos de la serie dos mil (liberados en 1978) y la serie tres mil (liberados en 1980) y RB-Patrón (liberado en 2003) fueron producidos por el cruzamiento de líneas A (hembras) introducidas de El Bajío y de líneas R (machos) de la Universidad de Texas A&M (EUA). Los híbridos RB-4000 y RB-4040 se originaron con la cruza de progenitores formados en el Campo Experimental Río Bravo.

En 1993 se estableció un lote demostrativo en el Campo Experimental Río Bravo, donde se sembraron los grupos de híbridos liberados para el norte de Tamaulipas en diferentes épocas. En dicho lote se observaron las siguientes tendencias: El avance obtenido en rendimiento de grano para condiciones de riego y buen temporal de RB-4000 con relación a la serie dos mil es de 1,100 kg/ha en un período aproximado de 11 años. Los días a floración, altura de planta, número de hojas y rendimiento aumentan conforme es más reciente la época de liberación de los híbridos. En forma opuesta, la longitud de excersión ha disminuido debido probablemente a un exceso en las primeras generaciones de híbridos sin representar ninguna ventaja aparente. Respecto al área foliar, se observa una disminución hasta llegar a los sorgos de la serie tres mil, que tienen los valores más bajos y que cuentan con características propias para condiciones de temporal. Por su parte, el área foliar del híbrido RB-4000 específico para condiciones de riego y

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Cuadro 2. Materiales sobresalientes generados a través del mejoramiento genético de sorgo en el Campo Experimental Río Bravo (1968-2006).

Genotipo Características Año y registro INIA Zacapil Potencial de rendimiento y adaptación local 1975 INIA Tejón Potencial de rendimiento y adaptación local 1975 INIA Maratín Potencial de rendimiento y adaptación local 1975 INIA Mayapen Potencial de rendimiento y adaptación local 1975 INIA Janambre Potencial de rendimiento y adaptación local 1975 INIA Malinche Potencial de rendimiento y adaptación local 1975 INIA RB-2000 Amplia adaptación (principales áreas donde se

recomienda el sorgo en el país) 1978 SOG-091181-147

INIA RB-2010 Amplia adaptación (principales áreas donde se recomienda el sorgo en el país)

1978 No se registró

INIA RB-2020 Amplia adaptación (principales áreas donde se recomienda el sorgo en el país)

1978 SOG-091181-148

INIA RB-3006 Amplia adaptación (principales áreas donde se recomienda el sorgo en el país). Tolerante a Mildiú velloso y Carbón de la panoja. Apto para riego y temporal.

1980 SOG-091181-149

INIA RB-3030 Amplia adaptación (Principales áreas donde se recomienda el sorgo en el país).Tolerante a Mildiú velloso y Carbón de la panoja. Apto para riego y temporal.

1980 SOG-091181-150

SBR-24 Línea progenitora masculina del híbrido RB-4000. En condiciones de buena humedad posee un potencial de rendimiento similar al de los híbridos RB-3030 y RB-3006, aunque es más tardía a la floración

1990

RB-4000 Adaptación en las tierras bajas del noreste de México, norte de Veracruz, Apatzingán, Michoacán y Nayarit. Específico para condiciones de riego y buen temporal, aprovechamiento de grano y forraje y alto potencial de rendimiento.

1990 SOG-050390-201

LRB-63 Línea resistente al carbón de la panoja. En siete años de evaluación presentó 0% de incidencia.

1994

LRB-210 Progenitor masculino del híbrido RB-4040. Es más tolerante a la pudrición carbonosa del tallo que la línea testigo tolerante SCO599-11E de Texas (EUA).

1997

RB-4040 Adaptación en el noreste de México, riego y temporal, tolerante a pudrición carbonosa del tallo (Macrophomina) y carbón de la panoja.

1997 1047-SOG-412-041297/C

RB-118x430 Adaptación al noreste de México para recomendarse en condiciones de riego o buena humedad.

2001

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Cuadro 2. Continuación.

RB-Patrón Adaptación en el noreste de México, presenta características morfológicas y fisiológicas que le confieren tolerancia a sequía, por lo cual su mayor ventaja se presenta bajo condiciones de temporal.

2001 1586-SOG-490-030703/C

RB-119x430 RB-116x430 RB-106x430

Híbridos experimentales de sorgo con potencial para recomendarse en las planicies de las Huastecas

2005

con características de doble propósito (grano y forraje) se ha duplicado. Este mismo híbrido presentó la mayor longitud de panícula (Williams et al. 1995).

Se han generado otros híbridos experimentales que han resultado sobresalientes como: RB-118x430, RB-119x430, RB-116x430 y RB-106x430. (Cuadro 2). El primer híbrido sobresale en el noreste de México bajo condiciones de buena humedad, donde produce 14% más rendimiento de grano que el promedio de los testigos comerciales (Williams 2000a). Los siguientes tres rinden en promedio 24% más grano que los testigos en las planicies de las Huastecas durante el ciclo P-V. Estos híbridos se encuentran en estudio mientras se analiza la posibilidad de liberarlos. También se han generado líneas como SBR-24, LRB-63 y LRB-210. La primera de ellas se distingue por su potencial de producción (Williams et al. 1995), la segunda por su tolerancia a carbón de la panoja (Williams et al. 1990), y la tercera por su tolerancia a la pudrición carbonosa del tallo (Pecina et al. 1999).

RETOS

La variabilidad genética del sorgo de la colección mundial, recolectada en países de África y Asia ha sido poco utilizada y permanece en espera de ser incorporada a los programas de mejoramiento genético. Aunque el sorgo presenta características fisiológicas que le han permitido adaptarse a diferentes tipos de estrés en los que el maíz y otros cultivos no prosperan, es posible aun el mejoramiento de la tolerancia al estrés por sequía, altas temperaturas, frío, suelos salinos, y a plagas y enfermedades con la ayuda de la biotecnología. El mapeo genético para detectar marcadores ligados a una característica de interés como la resistencia a moho de grano y carbón de la panoja, podrá ayudar en la selección asistida por marcadores, lo que permite ahorrar tiempo, dinero y esfuerzo en la creación de nuevas variedades de sorgo.

Por otra parte, la exposición de cualquier planta a un estrés por deshidratación causa un incremento en la expresión de una gran variedad de proteínas funcionales y regulatorias. Estas proteínas son altamente conservadas e inducibles entre plantas, lo que representa un gran potencial para la búsqueda de tolerancia a sales, resistencia al frío, sequía y altas temperaturas. Ya han sido reportados algunos factores de transcripción en Arabidopsis, maíz, arroz, tabaco

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y soya, cuya sobreexpresión confiere a las plantas resistencia a estos factores (Zhang et al. 2004), por lo que será fundamental empezar la búsqueda de estos factores en sorgo, con el objetivo de tener en un futuro variedades con mayor potencial productivo.

Actualmente existe en el mercado mundial un gran interés por la producción de etanol debido a la eliminación del mercado del MTBE (Methil terciario butil eter), producto cancerígeno. En EUA la demanda supera los 8 billones de litros por año y se ha observado que el sorgo tiene un potencial para producir etanol similar al del maíz, por lo que actualmente se destina de un 10 a 20% de la producción de sorgo para etanol (Maunder 2005). En China al sorgo de tallos dulces produce hasta 7,000 litros de alcohol etílico por hectárea (FAO 2002). En México aunque aun no se han establecido esta clase de industrias, no se descarta que en un futuro exista el interés en la producción de etanol a partir de sorgo, lo que vendría a diversificar el uso del mismo e incrementar la rentabilidad del cultivo, por lo que se deberán establecer líneas de investigación en el programa de mejoramiento de sorgo con el objetivo de generar variedades de sorgo para este uso. El sorgo se puede utilizar también para producir láminas para los muros en la industria de la construcción, así como para elaborar materiales de envase biodegradables (FAO 2002).

El sorgo que se produce en México se utiliza casi exclusivamente para alimento animal. Sin embargo la mayor parte de la producción mundial se usa para consumo humano, en la industria para la elaboración de cerveza, palomitas, atoles, galletas, tortillas, panes y cereales. El mejoramiento de la calidad nutritiva del grano es un hecho; Maunder (2005) indicó que los mejores sorgos para este propósito son los de granos claros y color de planta canela. Tales características hacen que el grano sea más fácil de digerir y los animales aprovechan mejor los nutrientes. Se espera que estos materiales se comercialicen a un mejor precio. De las plantas de sorgo se puede extraer xilitol; un edulcorante que sirve para sustituir el azúcar en alimentos para personas con problemas de intolerancia a la glucosa o baja secreción de insulina. Una de las últimas novedades es que el sorgo contiene componentes naturales que ayudan en la lucha contra el cáncer. También se ha encontrado que resulta un alimento de fácil digestión para personas con intolerancia al gluten. La planta de sorgo contiene o exuda componentes (sorgoleone) que se ha comprobado tiene un importante acción herbicida sobre algunas malezas y con los cuales puede ser posible fabricar un bioherbicida (USDA 2005).

Uno de los retos de la investigación es generar tecnologías de producción que disminuyan los costos y que maximicen la rentabilidad del cultivo. Mediante las técnicas de mejoramiento genético cada vez resulta más difícil aumentar el potencial productivo; sin embargo es factible optimizar las prácticas agronómicas del cultivo, como la fertilización, método de siembra, control de plagas y enfermedades. La investigación sobre control biológico de plagas y malezas, así como la biofertilización es importante, ya que la producción de alimentos inocuos y la protección del medio ambiente son temas obligados en la actualidad. Se concluye que debido a la rusticidad del cultivo, fácil manejo, tolerancia a sequía, suelos salinos y adaptación, la planta de sorgo tiene un gran potencial. Además

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su utilización para la industria de los alimentos, medicina, conservación del ambiente y para la industria en general es prometedora.

Con la finalidad de hacer más eficiente el uso de los recursos para la investigación, se requiere la conformación de redes o grupos de trabajo interdisciplinarios, donde se estudie el cultivo de manera integral, incluyendo los sistemas de producción, organismos dañinos, fisiología, agroclimatología y fitomejoramiento. La cooperación y vinculación entre instituciones de investigación y universidades nacionales e internacionales es indispensable para acelerar la investigación y transferencia de tecnología en sorgo en el noreste de México.

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CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 4 Maíz

César Augusto Reyes Méndez Miguel Angel Cantú Almaguer

INIFAP, Campo Experimental Río Bravo Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900

[email protected]

CONTENIDO

Introducción …..…………………………………………………………………………… 56

Antecedentes del Mejoramiento Genético en México ……...…….………………….. 58

Mejoramiento Genético en Tamaulipas …………….……………………..…………… 58

Mejoramiento Genético en Río Bravo ……………………………………..…..……….. 59

Logros Relevantes ……...…………………………………..…...……………………….. 67

Retos para el Mejoramiento Genético de Maíz ………..……………………………… 69

Literatura Citada ………………………………………………………………………….. 71

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: Reyes Méndez, C. A. y M. A. Cantú Almaguer. 2006. Maíz, pp. 55-74. En: L. A. Rodríguez

del Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

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“El que siembra su maíz, que se coma su pinole” Refrán mexicano

INTRODUCCION

El maíz por sus profundas raíces históricas y culturales es el principal alimento de México, donde se cultiva en un mosaico de regiones agrícolas y condiciones socioeconómicas y tecnológicas en todo el país. En 2004 se produjeron 21.7 millones de toneladas de maíz, en 7.7 millones de hectáreas, de las cuales el 84% fueron bajo condiciones de temporal y el 16% de riego. La producción nacional ha tenido un incremento anual de 32 kg/ha en los últimos 75 años. En 1930 el rendimiento medio de grano fue de 448 kg/ha y se incrementó a 880, 1,829 y 2,818 kg/ha en 1959, 1980 y 2004, respectivamente (INIA 1964, SAGARPA 2004a).

En el norte de Tamaulipas, el algodón fue el principal cultivo durante los 50´s, pero debido a problemas fitosanitarios, fue desplazado por el maíz y el sorgo a partir de los 60´s. Las primeras estadísticas sobre la siembra de maíz en la región datan de 1955, cuando se cosecharon 8,525 hectáreas en el área de riego con un rendimiento medio de 1,154 kg/ha (SARH 1984). A partir de ese año la superficie se incrementó gradualmente hasta llegar a cosecharse 236 mil hectáreas durante el ciclo Otoño-Invierno (O-I) 1993-1994 con una producción de poco más de 1 millón de toneladas, cifras históricas en cuanto a superficie y producción (Figs. 1 y 2). La intensa sequía que inició en 1994 y que duró ocho años, contribuyó directamente a que durante ese período la superficie sembrada con maíz en el noreste y especialmente en el norte de Tamaulipas, disminuyera en más del 90% debido a la baja captación de agua en las presas de la región.

Con la normalización de las lluvias en 2003, se reactiva la siembra extensiva de maíz en la región, por lo que en los ciclos O-I 2003-2004 y 2004-2005 se cosecharon 49,382 y 105,086 hectáreas, respectivamente. Durante el ciclo O-I 2003-2004 predominaron las condiciones óptimas para producir maíz por lo que se obtuvo un rendimiento medio regional histórico de 6.6 ton/ha (SAGARPA 2004b).

Durante el período 1955-2004, el rendimiento del maíz en el norte de Tamaulipas se ha incrementado substancialmente, en una tasa mayor que el incremento en el país durante el mismo período. Son varios los factores que han influido en dicho incremento, entre los que destacan el uso creciente de semillas mejoradas (híbridos y variedades) tanto del INIFAP como de compañías privadas y al mejor manejo agronómico del cultivo, como la preparación del suelo, fertilización, riegos y control de organismos dañinos.

A pesar de que la producción nacional de maíz se ha incrementado en los últimos años, México sigue siendo deficitario en este grano, especialmente de maíz amarillo, debido a la expansión de los subsectores avícola y porcino, así como las diferentes industrias procesadoras para consumo humano. Es por ello que durante la última década nuestro país ha importado un promedio anual de 300 mil toneladas de grano blanco y 5 millones de toneladas de amarillo, lo que

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ha llevado a canalizar mayores volúmenes de maíz blanco al sector forrajero en las modalidades de entero y quebrado. Para contribuir a disminuir este déficit, en el norte de Tamaulipas se reactivó la siembra de maíz amarillo, al cultivar el 25 y 50% de la superficie regional con este tipo de grano en los ciclos O-I 2003-2004 y 2004-2005, respectivamente (SAGARPA 2004b). El éxito obtenido en la siembra de maíz amarillo en esta región en comparación a otras áreas del país como Sinaloa, se debe entre otros factores, a que estos maíces son tan productivos como los de grano blanco, con rendimientos de hasta 12 ton/ha, y a la buena experiencia que se ha tenido en los dos últimos años en esta región con la agricultura por contrato.

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Figura 1. Rendimiento promedio del maíz en el norte de Tamaulipas de 1955 a 2005.

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Figura 2. Superficie cosechada de maíz en el norte de Tamaulipas de 1955 a 2005.

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En este capítulo se presenta una remembranza sobre los trabajos de investigación y logros en mejoramiento genético sobre maíz en el Campo Experimental Río Bravo. Se incluyen además algunos antecedentes del mejoramiento genético del maíz en México y en Tamaulipas. Por otra parte, las investigaciones realizadas sobre el manejo agronómico de este cereal, como la preparación del suelo, fertilización, riegos, plagas, enfermedades y maleza, se abordan en este mismo libro en los capítulos correspondientes a cada disciplina. De esta forma celebramos 50 años de investigación en maíz orientados a una mayor producción, rentabilidad y bienestar de los productores en el norte de Tamaulipas.

ANTECEDENTES DEL MEJORAMIENTO GENÉTICO EN MÉXICO

En México, los primeros trabajos sobre el mejoramiento genético del maíz se efectuaron en la Escuela Experimental Agrícola Central y en la Escuela Nacional de Agricultura y Medicina Veterinaria, ubicadas ambas en San Jacinto, D. F. y dependientes de la Secretaría de Agricultura y Fomento (SAF). De una manera más formal, estos trabajos se realizaron a fines de los 30´s por un grupo de agrónomos que trabajaron en algunos Campos Experimentales. En 1940, estos investigadores fueron integrados en la Oficina de Campos Experimentales (OCE), la cual funcionó hasta 1946. Estos primeros trabajos sobre el mejoramiento del maíz fueron reforzados con el establecimiento de la Oficina de Estudios Especiales (OEE), creada en 1943, como un programa cooperativo para la investigación en cultivos alimenticios entre la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) de México y la Fundación Rockefeller de los EUA, que operó hasta 1960 (IIA 1958).

En 1947, la SAG fomentó los trabajos de investigación al crear el Instituto de Investigaciones Agrícolas (IIA). En 1961, para evitar duplicidad en los programas de investigación, se crea el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), al fusionar el IIA y la OEE (INIA 1985) por Decreto del Ejecutivo Federal. El INIA operó como tal hasta 1985, cuando se integró con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales (INIF) y el Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias (INIP), para crear el actual Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) (Ángeles 2000).

MEJORAMIENTO GENÉTICO EN TAMAULIPAS

En Tamaulipas, las primeras investigaciones sobre el cultivo del maíz se realizaron en 1953 en el Campo de San Andrés, cerca de Cd. Victoria. Estos primeros trabajos eran coordinados a través del Centro de Investigaciones Agrícolas del Noroeste (CIANO) en Obregón, Sonora. Los trabajos iniciaron con la introducción y evaluación de líneas, variedades e híbridos sobresalientes de los programas de mejoramiento genético de los Campos Experimentales Valle del Yaqui en Sonora y Cotaxtla en Veracruz. Durante el período 1953-1955 se realizaron diversos ensayos de adaptación y rendimiento y se identificaron como híbridos sobresalientes de maíz para Tamaulipas al H-501, H-502 y H-503,

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híbridos generados en San Rafael, Ver. (Reyes 1997), los cuales superaban en un 100% el rendimiento de las variedades criollas San Juan y Barretal. Asimismo, se formó la primera variedad sintética para Tamaulipas: Barretal Sint. “B”, formada con siete líneas seleccionadas del Barretal (SAG 1957, 1958).

MEJORAMIENTO GENÉTICO EN RÍO BRAVO

A principios de los 60´s, la organización del entonces INIA se basó en la formación de programas de investigación por Campos Experimentales; operó con presupuestos reducidos y con responsabilidad de proporcionar recomendaciones en un programa conjunto de maíz y sorgo sobre diferentes practicas culturales y variedades, por lo que se limitó el tiempo disponible para el mejoramiento genético.

Con la experiencia acumulada, el reconocimiento de las similitudes climáticas y su relación con la adaptabilidad de los materiales mejorados, así como la necesidad de hacer más eficientes los recursos humanos y financieros, en los 70´s se separaron los programas de investigación de maíz y sorgo. Posteriormente se modificó la investigación por Campos Experimentales a una investigación por áreas ecológicas y se implementó una organización de investigación interdisciplinaria. De esta forma, el Campo Experimental Río Bravo se convierte en la sede del programa de mejoramiento de maíz para la zona ecológica del noreste de México.

Los trabajos sobre mejoramiento genético en maíz en el Campo Experimental Río Bravo iniciaron en 1961 (INIA 1981). El programa creció en actividades y recursos en la medida que el cultivo fue tomando importancia en la región. Desde sus inicios, se determinó que la problemática relacionada con el mejoramiento genético del maíz en la región, tanto en producción como en calidad, estaba asociada con diversos factores, entre los que destacan: (a) Clima (heladas, sequías, altas temperaturas); (b) plagas y enfermedades; (c) malas hierbas; (d) uso ineficiente de prácticas agrícolas, como el riego y las altas densidades de siembra; y (e) bajo uso de la tecnología generada por el INIFAP.

En función de sus características históricas, enfoques y recursos, el mejoramiento genético del maíz en el Campo Experimental Río Bravo puede dividirse en dos periodos, de 1961 a 1973 y de 1974 a 2006: 1961-1973

Durante este período, caracterizado por cambios frecuentes en el personal científico y de estructura funcional en el entonces INIA, el primer objetivo del programa de maíz fue la formación de híbridos precoces de alto rendimiento, uniformes, de porte bajo y con mazorca de maduración y secado rápido para facilitar la cosecha mecánica. Los trabajos sobre mejoramiento durante 1961-1965 cubrieron en general los siguientes aspectos:

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(a) Observación y ensayos de rendimiento de híbridos y variedades mejoradas de maíces introducidos de EUA y de otros centros de investigación del país.

(b) Observación y evaluación de variedades, así como formación de cruzas intervarietales.

(c) Obtención de nuevas líneas a partir de materiales seleccionados.

(d) Formación de híbridos.

(e) Estudios sobre fechas de siembra y evaluación de materiales resistentes a la sequía.

Los principales logros durante esta época incluyeron la liberación de variedades de polinización libre como Llera, San Juan y Breve de Padilla. Se identificaron además los híbridos sobresalientes H-412 (Fig. 3) y Texas 17W, generados en Obregón, Sonora, y EUA, respectivamente. Cabe mencionar que por la cercanía con el sur de EUA, el norte de Tamaulipas es de las pocas regiones de México donde los híbridos de aquel país tienen buena adaptación. También se derivaron líneas provenientes de material precoz sobresaliente, como las variedades San Juan, Ocho Carreras y criollo El Limón. Con respecto al manejo del cultivo del maíz, las conclusiones preliminares indicaron que para la región de Río Bravo las fechas de siembra recomendadas fueron desde principios de febrero hasta el 15 de marzo y del 15 de julio al 15 de agosto, para los ciclos de O-I y Primavera-Verano (P-V), respectivamente.

Figura 3. Comparación entre un maíz criollo y H-412, el primer híbrido de maíz recomendado para Tamaulipas. Campo Experimental Río Bravo. 1963.

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A partir de 1966, los trabajos comprendieron las siguientes líneas de investigación:

(a) Introducción del carácter precoz a las líneas que conformaban al híbrido H-412.

(b) Introducción del carácter de androesterilidad citoplásmica a las líneas del híbrido H-412.

(c) Introducción de genes restauradores y no restauradores de la fertilidad.

(d) Selección de materiales locales e introducidos sobre resistencia a cenicilla vellosa, Peronosclerospora sorghi.

(e) Avanzar a la segunda generación el material para formar un compuesto amarillo.

(f) Selección masiva en las variedades Santa Engracia, Breve de Padilla, San Juan y Lagunero 3 meses, para cultivarse durante el ciclo P-V.

(g) Reacción de diverso germoplasma al ataque de barrenadores del tallo. (INIA 1971).

Estas líneas de investigación derivaron principalmente las siguientes actividades:

(a) Derivación de líneas autofecundadas de diferentes variedades y colecciones nacionales e internacionales, tales como Santa Engracia, Neira, Tamaulipas 62, cruzas entre criollos regionales, África 2, 3 y 12.

(b) Formación de mestizos. Con las líneas anteriores se formaron mestizos que se cruzaron con Santa Engracia como probador de Aptitud Combinatoria General.

(c) Evaluación de mestizos con la variedad Criollo Pinto Negro. Como resultado de pruebas efectuadas en años anteriores con materiales locales e introducidos, se seleccionaron aquellos que por su comportamiento, adaptación, características deseables y buenos rendimientos, fueron la base para futuros programas de mejoramiento.

(d) Formación de cruzas simples y dobles. Con las líneas sobresalientes se formaron estas cruzas, que fueron evaluadas en 1967 y 1968.

(e) Evaluación de variedades e híbridos comerciales. Los resultados de los diferentes ensayos uniformes fueron la base para las recomendaciones de las mejores variedades o híbridos que se sembraron en la zona a fines de los 60´s (INIA 1964, 1968, Medina et al. 1963, Ortiz et al. 1966).

Al continuar los estudios sobre fechas de siembra, a partir de 1972 la época de siembra en el ciclo O-I se limita solamente al mes de febrero debido a daños ocasionados por plagas y enfermedades, que se acentúan en fechas posteriores. A principios de los 70´s se identificaron los siguientes híbridos sobresalientes: Asgrow 125 y Asgrow 305W, los cuales desplazaron a las variedades de polinización libre. Por las características ecofisiográficas del norte de Tamaulipas,

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donde predominan las planicies bajas, además del alto potencial de rendimiento de los nuevos materiales genéticos, provocaron que los pocos maíces criollos de la región desaparecieran en poco tiempo.

Durante este periodo los trabajos de investigación en el área de mejoramiento genético estuvieron a cargo de Javier Medina Aguirre, Joaquín Ortiz Cereceres, Martín Borjas Casanova, Efraín Lara Cervantes y Roberto Valdivia Bernal.

1974-2006

A partir de 1974 el programa de mejoramiento genético de maíz inicia un período que se caracteriza por contar con mayores recursos económicos y humanos. Se continúan las evaluaciones de híbridos locales e introducidos formados por el entonces INIA y se liberaron en 1976 para esta región los híbridos H-417 y H-418 con un rendimiento superior en 17% y 14% respectivamente a su antecesor inmediato, el H-412 (INIA 1975, 1979; Mejía 1974, 1987).

El reconocimiento de la escasa variabilidad de los maíces disponibles en el programa y el ataque de plagas y enfermedades, motivó la evaluación de tres mil variedades de diverso origen y se seleccionaron las más tolerantes y de buen potencial de rendimiento para reforzar el programa de mejoramiento genético, además de intercambiar germoplasma y experiencias con reconocidos fitomejoradores de maíz de México y EUA (Fig. 4). Estas evaluaciones rindieron frutos en 1982, con la liberación para condiciones de riego de los dos primeros híbridos mexicanos de cruza simple: H-421 y H-422 (Fig. 5), los cuales fueron 17% y 20% más rendidores que el H-417, respectivamente.

En 1984 se libera la variedad VS-409, con características apropiadas para las condiciones de temporal y ciclo P-V. Esta variedad, formada a partir de 20 criollos sobresalientes de Tamaulipas y Nuevo León y 14 líneas mejoradas, supera a su antecesor Breve de Padilla en rendimiento de grano (5%), precocidad de floración a madurez fisiológica (8 días), sanidad de mazorca y tolerancia al acame (Reyes 1987). Después de este trabajo, no se han llevado a cabo evaluaciones de maíces criollos.

En 1988 el Campo Experimental Río Bravo liberó el híbrido trilineal H-433, el cual produce una semilla de mayor tamaño, lo que facilita la siembra; superó en 600 kg a los híbridos de importación de su época bajo condiciones de producción intermedias y un precio de la semilla hasta un 70% inferior a la de importación (Mejía 1988).

En 1989 y 1990 más del 90% del grano de maíz cosechado en el norte de Tamaulipas resultó contaminado con aflatoxinas, debido a una alta incidencia del hongo Aspergillus flavus como consecuencia principalmente de las temperaturas altas y severo ataque de plagas en la etapa reproductiva del cultivo, lo que provocó que esta cosecha resultara no apta para consumo humano, ocasionando pérdidas económicas por 280 millones de pesos por año (Reyes 1989, Rodríguez et al. 1995). A pesar de que las condiciones volvieron a ser propicias para la

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Figura 4. Reunión de fitomejoradores de maíz de México y EUA en el Campo Experimental Río Bravo. Atrás de izquierda a derecha: Ignacio Vidales Fernández, Rodolfo Girón Calderón, Juan Antonio Morales Hernández, Oscar Cota Agramont, Fernando Galván Castillo, Alfredo Rodríguez Castillo, Artemio Escobedo Mendoza (†), Arnel R. Hallauer, Manuel Oyervides García, Charles O. Gardner, Hernán Cortéz Mendoza, Eleuterio López Téllez y Juan Pablo Martínez Soriano. Adelante de izquierda a derecha: Persona no identificada, Ramiro Vázquez Serrato, Hugo Mejía Andrade, César Augusto Reyes Méndez, Alejandro Ortega Corona, Roberto Valdivia Bernal y Benito García Rodríguez. 1982.

Figura 5. Sanidad y uniformidad de mazorcas del híbrido H-422, liberado en 1982.

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presencia de aflatoxinas en 1991, el volumen contaminado se redujo al 23% como resultado del paquete tecnológico de maíz propuesto por el INIFAP e implementado por la SAGAR. De ese año a la fecha, el paquete ha sido adoptado por los productores, lo que aunado a mejores condiciones ambientales de los últimos años, ha reducido substancialmente la contaminación con aflatoxinas. Los factores más asociados con la prevención de aflatoxinas son la fecha de siembra temprana, la cual en la actualidad es del 20 de enero al 15 de febrero, la aplicación oportuna de tres riegos de auxilio y el control de insectos de la mazorca (Rodríguez et al. 1995, Reyes y García 1996).

En 1992, el Campo Experimental Río Bravo liberó dos maíces más para el ciclo P-V, la cruza intervarietal HV-1 y la variedad de polinización libre VS-440. El HV-1 es un híbrido precoz con un rendimiento medio de 4,018 kg/ha, lo que supera en 10 y 12% a las variedades VS-409 y V-402, respectivamente; es de grano blanco semidentado, con excelente sanidad de mazorca; tolera condiciones poco favorables de manejo tales como: Siembras en suelos de segunda clase, retraso en la aplicación de los riegos de auxilio y el control de plagas y enfermedades. Su ciclo vegetativo es de 90 a 110 días, en función de la fecha de siembra (Reyes y Mayorquín 1996).

Respecto a la variedad sintética VS-440 rinde en promedio 3,800 kg/ha en el ciclo P-V y 5,200 kg/ha en el ciclo O-I, ciclo en el que compite en rendimiento con algunos híbridos bajo condiciones desfavorables como: Problemas de drenaje, suelos de segunda clase, problemas en la oportunidad y cantidad de los riegos de auxilio. Es de grano blanco y de textura semidentada; tiene un ciclo vegetativo de 125 a 135 días en O-I y de 100 a 120 días en el P-V (Reyes 1993).

Los maíces HV-1 y VS-440 han mostrado buena adaptación en el norte y centro de Tamaulipas y Nuevo León, bajo condiciones de riego y temporal regular en tierras con alturas hasta de 1,200 msnm. Con la aportación de estos dos nuevos maíces del INIFAP, la agricultura del noreste de México cuenta con nuevas opciones para el ciclo P-V.

En 1993 se liberaron para condiciones de riego los híbridos de cruza simple H-435 y H-436, que superaron el rendimiento del H-422 en 8 y 12%, respectivamente. El primero de ellos en 10 ambientes de prueba rindió en promedio 7,238 kg/ha con un rango de 6,130 a 8,378. El H-436 es un híbrido que en 10 ambientes de prueba produjo en promedio 7,430 kg/ha con fluctuaciones de 5,431 a 8,737 kg/ha; su máximo rendimiento se obtiene bajo condiciones de manejo intensivo, tales como altas densidades de siembra y dosis de fertilizante. La adaptación de ambos híbridos se extiende a las áreas cálido secas del país con altitudes menores a 1,200 m (Reyes y Mejía 1994).

Para responder al problema de la poca disponibilidad de agua para riego en el norte de Tamaulipas, el programa de mejoramiento genético orientó la investigación durante la última década, a la formación de maíces tolerantes a las altas temperaturas y sequía (Fig. 6). Como resultado de estas investigaciones, en 2003 se liberaron los híbridos trilineales H-437 (Figs. 7-8) y H-439, los que en Río Bravo bajo condiciones de un riego de presiembra, más uno de auxilio, producen alrededor de 3,700 kg/ha de grano. Estos mismos maíces sembrados en las

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mismas condiciones de riego, bajo el sistema de labranza de conservación, producen cerca de 4,600 kg/ha (Reyes y Cantú 2003, 2004a,b; Cantú y Reyes 2003, 2002, 2004).

Figura 6. Izquierda: Líneas tolerantes a sequía. Derecha: Nuevos híbridos para

condiciones de temporal. 2005.

Figura 7. Sanidad de mazorcas del H-437, uno de los nuevos híbridos para

condiciones de temporal. 2005 Para condiciones de temporal, el Campo Experimental Río Bravo liberó el

híbrido H-440, el cual produce 2.9 ton/ha de grano bajo condiciones de temporal crítico y se cosecha entre 115 y 120 días (Reyes 2000, Reyes y Cantú 2004a, 2005). Por otra parte, se han evaluado híbridos de maíz de alta calidad proteínica generados en otros Campos Experimentales del INIFAP, que compiten en rendimiento con los mejores maíces normales. En riego se han obtenido

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rendimientos de 7.3 ton/ha en O-I y de 6.0 ton/ha en P-V. Han sobresalido el H-441C y el H-367C entre otros (Reyes y Cantú 2002, Reyes et al. 2002). La situación actual del programa de mejoramiento genético está en condiciones de liberar nuevas variedades e híbridos cada 4-5 años, superando a sus antecesores en rendimiento y calidad de grano, en algunas características agronómicas y en la facilidad de producir su semilla.

Figura 8. Siembra comercial del híbrido H-437 en el norte de Tamaulipas. 2005

Durante este segundo período de investigación, han colaborado trece investigadores dentro del programa de mejoramiento genético de maíz del Campo Experimental Río Bravo, entre ellos Hugo Mejía Andrade (1974-1992), Rodolfo Girón Calderón (1974-1999), José Antonio Sifuentes (1978-1978), Juan Antonio Morales Hernández (1978-1999), Leopoldo Garza Guajardo (1979-1985), José Alfredo Chapa Elizondo (1979-1983), César Augusto Reyes Méndez (1979-presente), Hernán Cortéz Mendoza (1980-1983), Miguel Ángel Gutiérrez Gaytán (1983-1985), Rubén García Villanueva (1983-1999), Jorge Ruperto Durón Ibarra (1981-1983), Alfredo Rodríguez Castillo (1980-1999) y Miguel Ángel Cantú Almaguer (2000-presente).

Desde sus inicios, el programa de mejoramiento genético de maíz del Campo Experimental Río Bravo ha contado con el valioso apoyo de los ayudantes de investigación: Manuel Sepúlveda Montenegro, José Ramírez Vaquero, Felipe Grimaldo Vázquez, Alfonso Escobedo Mendoza, Jorge Luis García Villanueva, Arturo Alanís Contreras, Guillermo Acuña Torres, Pánfilo Alanís Prado, Francisco García Martínez, Bulmaro Salinas Treviño, Heraclio Hernández Rodríguez (†), José Luis Mendoza Ortiz, Abel Ríos Mendoza, Miguel Macías Montelongo (†), Gregorio Ramírez Cantú, José Mena González, Herón Cervantes Pérez, Jaime Beltrán Medina, Carlos García Urbina, Pablo Gallardo, Severiano Gallardo, Carlos González, Jaime López, Andrés Ruiz Acosta (†) y José Luis Acuña Torres.

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LOGROS RELEVANTES

En las últimas décadas se han generado una serie de variedades e híbridos de maíz con adaptación a las condiciones climáticas del noreste de México, lo que ha contribuido significativamente a la producción nacional de maíz, a pesar de la alta siniestrabilidad de esta región. El Programa de Mejoramiento Genético de Río Bravo ha generado un total de 13 materiales de maíz, que se han puesto a disposición de los agricultores maiceros del noreste de México, principalmente del estado de Tamaulipas; de éstos, 10 son híbridos convencionales, un híbrido varietal y dos variedades sintéticas (Cuadro 1, Fig. 9). Actualmente se cuenta con una nueva generación de híbridos próximos a liberarse, cuyas características principales son: Precoces, tolerantes a la sequía, porte bajo, mayor tolerancia al acame, mayor sanidad de planta y mazorca y buen rendimiento de grano.

Cuadro 1. Híbridos y variedades de maíz liberados por el Campo Experimental Río

Bravo de 1976 a 2006.

Híbrido Características Liberación Registro H-417 Híbrido de cruza doble para

riego 1976

H-418 Híbrido de cruza doble para riego

1976

H-421 Primer híbrido mexicano de cruza simple

1982 MAZ-094-011182

H-422 Segundo híbrido mexicano de cruza simple

1982 MAZ-095-011182

VS-409 Variedad precoz para temporal 1984 MAZ-108-301184 H-433 Cruza de tres líneas para riegos

restringidos 1987 MAZ-114-180987

HV-1 Híbrido intervarietal de ciclo precoz para temporal

1992 MAZ-169-200292

VS-440 Variedad de ciclo intermedio para condiciones de temporal

1992 MAZ-171-200292

H-435 Híbrido de cruza simple para riego

1992 843-MAZ-301-040692

H-436 Híbrido de cruza simple para condiciones favorables de producción

1992 MAZ-419-251104

H-437 Híbrido de tres líneas para condiciones de humedad restringida

2003 1576-MAZ-752-270203/C

H-439 Híbrido de tres líneas con buena adaptación en todo Tamaulipas

2003 1577-MAZ-753-270203/C

H-440 Híbrido precoz para temporal y riegos restringidos

2006 1772-MAZ-858-190106/C

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Uno de los principales logros sobre el cultivo de maíz en la región fue el obtenido durante los 90´s con el uso del paquete tecnológico del INIFAP para minimizar los riesgos por aflatoxinas, ya que evitó la prohibición oficial de siembras de maíz en la región, debido a la elevada contaminación que se presentó en 1989 y 1990. Se generó además un modelo de predicción de riesgos por aflatoxinas, único en el país, que representa una herramienta para conocer la probabilidad de riesgo de contaminación en la parcela o en la región antes de la cosecha y así tomar las decisiones pertinentes antes de su comercialización.

Figura 9. H-440, nuevo híbrido para condiciones de temporal del norte de

Tamaulipas. 2005.

Con relación al manejo agronómico del cultivo de maíz, entre los logros obtenidos resalta la actualización permanente de los componentes del paquete tecnológico, los cuales han redituado en una mayor producción y productividad del maíz en Tamaulipas (Alvarado et al. 1993, Rodríguez et al. 1995, Reyes y García 1996, INIFAP 2005). Por otra parte, desde los inicios del programa de maíz en Río Bravo, los resultados, avances y logros de investigación se han dado a conocer a los productores, a la comunidad científica y al público en general en 113 publicaciones, agrupadas en diferentes series, entre ellas circulares, hojas informativas, NOTICIAT, NOTICIFAP-TAM, NOTICERIB, desplegables, folletos para productores, folletos técnicos, publicaciones especiales, memorias de congresos y artículos científicos. Con base en lo anterior, festejamos los primeros 50 años de actividades de mejoramiento genético del maíz, con acciones orientadas a incrementar el rendimiento de grano de maíz y el bienestar del productor maicero del noreste de México.

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RETOS PARA EL MEJORAMIENTO GENÉTICO DE MAÍZ

Las condiciones climáticas de la región, la convierten en una zona de alto riesgo de pérdida de cosecha, principalmente por altas temperaturas prevalecientes en la etapa reproductiva, la falta de agua para riego y la escasa y errática precipitación. El desarrollo industrial y el crecimiento de la población indican que la disponibilidad de agua para riego disminuirá paulatinamente, por lo que el maíz tendrá que producirse con uno o dos riegos de auxilio, en lugar de los tres que se recomiendan actualmente. Lo anterior indica que la tendencia para el noreste de México es el uso de materiales más precoces, de mayor potencial de rendimiento, tolerantes al acame y a la sequía o materiales de ciclo intermedio con mayor eficiencia en el uso del agua. Esta demanda se está atendiendo con la nueva generación de híbridos del tercer milenio que presentan tolerancia a la sequía, pero que cuando las condiciones son favorables (lluvias o disponibilidad de riegos) expresan su mayor potencial de rendimiento.

Los cambios que están ocurriendo en la demanda de grano de maíz para la alimentación humana, pecuaria y usos industriales, condicionan a que los maíces tengan un valor agregado, ya que bajo el esquema actual de competitividad, exige mayor producción de grano y a la vez de alta calidad. La demanda de maíz en el norte de Tamaulipas es principalmente para consumo humano en forma de tortillas, por lo que es indispensable que los nuevos materiales de maíz presenten las características que solicita la industria de la masa y la tortilla y que en el futuro inmediato representarán un valor agregado al maíz. Los nuevos híbridos de maíz liberados por el INIFAP para Tamaulipas, como el H-437, H-439 y H-440, ya presentan estas características que solicita la industria de harina nixtamalizada. También se ha iniciado la conversión de maíces normales a maíces con alta calidad de proteína (QPM) y en un futuro se deberá trabajar en la generación de maíces con alto contenido de aceite que demanda la industria aceitera.

Por otro lado, en Tamaulipas a partir de 2003, cuando se recargaron las presas Vicente Guerrero y Marte R. Gómez, se reactivó la siembra del cultivo del maíz principalmente en el centro y norte del Estado, donde ha tenido un mayor auge la siembra de maíces amarillos, destinados a la alimentación de ganado y a la elaboración de pegamentos. Las circunstancias actuales hacen suponer que en los próximos años se incrementará la superficie de maíz de grano amarillo, especialmente en la región de Díaz Ordaz, por las siguientes razones: (1) Los excedentes de maíz blanco en EUA y los altos precios de maíz amarillo durante 2004 han provocado que el diferencial entre ambos tipos de maíz prácticamente desapareciera en los últimos meses; (2) en la región de Díaz Ordaz se han identificado híbridos amarillos tan rendidores como los de grano blanco; (3) dado que el maíz amarillo se destina para consumo animal o uso industrial, las aflatoxinas no representan un problema directo para el ser humano; (4) en la región ya se tiene experiencia sobre agricultura por contrato de maíz amarillo. El programa nacional de maíz del INIFAP retomó recientemente la investigación sobre maíces amarillos y actualmente en Tamaulipas se evalúan nuevos híbridos experimentales formados por el INIFAP y el CIMMYT.

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En México, el consumo anual de la industria de derivados químicos y alimenticios del maíz (Idaquim) es de dos millones de toneladas. Sin embargo, en 2004 se obtuvieron sólo 236 mil toneladas en todo el país, mediante mecanismos de agricultura por contrato establecidos con productores de maíz de Jalisco, Michoacán y Chihuahua. La creciente demanda de maíz amarillo por parte de la industria de almidones y de la fructosa, así como el mejor precio en comparación con el maíz blanco, representa un incentivo para la reconversión productiva en el occidente y regiones del norte del país como Tamaulipas. Por otra parte, en el norte de Tamaulipas se siembran anualmente de 800 a 1,000 ha de maíz palomero, por lo que es indispensable abrir un nueva línea de investigación hacia este tipo de materiales.

Al desaparecer la PRONASE, actualmente no hay organismo oficial que produzca e incremente los materiales genéticos que genera el INIFAP, por lo que su oferta en el mercado es limitada en comparación con los que ofertan las compañías privadas de semillas. Por lo tanto, es importante buscar estrategias alternas para producir y ofertar los nuevos materiales de maíz generados por el INIFAP a bajos costos, para beneficio de los productores.

En la actualidad, el Campo Experimental de Río Bravo cuenta con diversas líneas de investigación para generar tecnologías que disminuyan los costos de producción, entre ellas la labranza de conservación, la siembra de maíz en fechas óptimas, la aplicación oportuna y eficiente de fertilizantes, insecticidas y herbicidas, así como promover e incentivar el uso de semilla híbrida nacional que es más barata que la semilla de compañías privadas, producida a través de asociaciones y patronatos, lo cual reduciría significativamente los costos de la semilla.

En el marco del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) se liberarán en el 2008 las cuotas de importación y el pago de aranceles del maíz provenientes de los EUA. A la fecha dicha importación de maíz creció 15 veces, de 0.5 millones en 1993 a 7.5 millones de toneladas en el 2004, lo que representa un incremento de 1,400%. Si a ello le sumamos que el sector agrícola de los EUA recibe 10 mil millones de dólares al año por subsidios, según el informe Oxfam Internacional, no habrá productor maicero que pueda competir con los grandes consorcios extranjeros en esta lucha desigual. Para frenar este gran problema que ya se tiene y se acentuará próximamente, a mediano plazo no se ve otra opción viable que producir más grano a menor costo, el cual se ha convertido en el lema de los productores maiceros de Tamaulipas.

Por otra parte, existe interés de los productores tamaulipecos en la siembra de maíz genéticamente modificado, lo que debe analizarse con detalle en función de la información actualizada, ya que el maíz es un recurso invaluable para nuestro país por su importancia económica, social y cultural, así como por ser centro de origen, diversificación y domesticación. Si los países de la Comunidad Europea no han aprobado el uso de plantas transgénicas, se debe a las preocupaciones sobre los posibles riesgos tanto para la salud humana como para el medio ambiente ya que no se tiene información respecto a su efecto a largo plazo. Con el propósito de obtener información bien documentada sobre este

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aspecto, es conveniente que en un futuro inmediato se establezcan trabajos de investigación que permita generar información con una base científica sólida para contestar las preocupaciones de la sociedad sobre el posible riesgo de la siembra de maíces genéticamente modificados sobre el medio ambiente y la diversidad biológica.

Finalmente, es difícil predecir el futuro, pero desde el punto de vista técnico, si se siguen las prácticas agrícolas en calidad y oportunidad del paquete tecnológico INIFAP, seguramente el maíz se seguirá sembrando en el país y en el norte de Tamaulipas por sus profundas raíces históricas y culturales; como dice un viejo refrán, “sin maíz no hay país”. LITERATURA CITADA

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CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 5 Leguminosas Comestibles

Héctor Manuel Cortinas Escobar

INIFAP, Campo Experimental Río Bravo Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900

[email protected]

CONTENIDO Antecedentes ……………………………………………………………………………… 76

Logros Relevantes ……………………………………………………………………….. 79

Retos y Perspectivas ………………………………..…………………………………… 83

Literatura Citada ………………………………………………………………………….. 85

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: Cortinas Escobar, H. M. 2006. Leguminosas Comestibles, pp. 75-87. En: L. A. Rodríguez

del Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

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“A la mejor cocinera se le queman los frijoles” Refrán mexicano

ANTECEDENTES

Las leguminosas comestibles son una alternativa viable para la diversificación de cultivos en el norte de Tamaulipas. Sus características de alto contenido de proteínas, alto valor nutricional para la alimentación humana y animal, alta demanda nacional e internacional, fijación biológica de nitrógeno y componente importante en una rotación de cultivos, las ubican como una opción importante para incrementar la rentabilidad y contribuir a la conservación de los recursos de la región.

En los 50 años de existencia del Campo Experimental Río Bravo se han realizado diversos estudios sobre leguminosas, incluyendo al frijol, soya, garbanzo, guar, chícharo, lenteja y chícharo de vaca. Las investigaciones se han concentrado principalmente en frijol debido a su gran demanda en el mercado, ya que después del maíz es el alimento de mayor consumo en México. Entre los primeros trabajos de investigación durante los 60´s destacan los realizados por Eleno Muñoz Mares, cuyos resultados dieron origen a las primeras recomendaciones para producir frijol en esta región (Muñoz 1963) y los de Edgar Larrea Reynoso, quien realizó estudios sobre el control de la clorosis de las leguminosas (Larrea 1969).

En los 70´s Ponciano Pérez García realizó trabajos para actualizar la tecnología de producción y determinó los métodos más eficientes para sembrar el frijol (Pérez 1971). Asimismo, Fernando Galván Castillo realizó investigación sobre algunos componentes tecnológicos, así como la introducción, selección y liberación de las variedades Ciateño, Agramejo, Azabache y Mulato (Galván 1975, 1976). Estos estudios fueron continuados por Héctor Manuel Cortinas Escobar y José Neri Méndez Hernández (†), quienes contribuyeron a la liberación de la variedad Pinto Norteño (Cortinas y Galván 1988), la identificación de genotipos tolerantes a clorosis férrica y actualización del paquete tecnológico (INIA 1980, Cortinas 1985).

En los 80´s se llevaron a cabo actividades de investigación para identificar y controlar enfermedades en frijol, los que fueron realizados por Arturo Díaz Franco (Díaz 1985), mientras que los estudios concernientes a la identificación y control de plagas en frijol y soya fueron realizados por Jesús Loera Gallardo en los 80´s y 90´s (Loera 1982, Galván et al. 1983, Pérez y Cortinas 1994). El control químico y cultural de la maleza fue el resultado de investigación desarrollada por Eduardo Castro Martínez y Enrique Rosales Robles (Rosales 1983, 1992). Durante los 90´s se continuaron los trabajos sobre introducción y selección de materiales genéticos, los que culminaron con la liberación de la variedad Pinto Anzaldúas-91 (Pérez et al. 1993).

Las líneas de investigación del programa de leguminosas comestibles en el Campo Experimental Río Bravo han sido diversas (Cuadro 1). En frijol se ha

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enfatizado en el mejoramiento genético para identificar y seleccionar genotipos adaptados a las condiciones edáficas y climáticas del norte de Tamaulipas, con Cuadro 1. Principales líneas de investigación en leguminosas comestibles en el

norte de Tamaulipas.

Cultivo Líneas de investigación Referencias

Frijol Tecnología de producción Muñoz 1963; INIA 1969, 1971; Galván 1975; Cortinas 1979, 1981; Pérez y Cortinas 1994

Frijol de temprano García y Cortinas 1980; INIA 1980 Métodos de siembra Pérez 1971 Control de clorosis Larrea 1969 Producción de semilla Pérez 1988a Generación de variedades Galván 1976, Cortinas y Galván 1988;

Pérez et al. 1993 Evaluación de variedades Pérez y Osoria 1992 Parámetros de estabilidad López 1989 Resistencia a clorosis y

rendimiento Cortinas 1985, 1997; Sathyanarayanaiah y Cortinas 1987; Cortinas y Sathyanarayanaiah 1987

Resistencia a clorosis Cortinas et al. 1995a Marcadores moleculares

RAPD´s Cortinas et al. 1996

Identificación de enfermedades y su control

Díaz 1985; Cortinas y Díaz 1988

Control de maleza Rosales 1983, 1992

Soya Tecnología de producción Galván 1977, Galván et al. 1983 Producción de semilla Pérez 1988b Fechas de siembra Pérez 1992

Garbanzo Productividad Díaz y Ortegón 1998 Enfermedades Díaz et al. 1996; Díaz y Ortegón 1998

Chícharo de vaca

Tecnología de producción Ortegón y Díaz 1997

Evaluación de variedades Díaz et al. 1995 Fertilización Díaz y Morales 1996 Resistencia a clorosis Cortinas et al. 1995b

Chícharo, Guar y Lenteja

Tecnología de producción INIA 1969, 1971

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alto potencial de rendimiento y tolerantes a clorosis causada por deficiencia de fierro. El programa también se ha enfocado a determinar las prácticas agronómicas adecuadas para lograr el mayor potencial productivo del frijol (Fig. 1), incluyendo fecha, métodos y densidad de siembra, fertilización y control de maleza, plagas, enfermedades y clorosis (Cortinas 1981, INIFAP 1996).

Figura 1. Siembra comercial de frijol en el norte de Tamaulipas con tecnología

generada por el INIFAP. 2005.

Figura 2. Siembra comercial de soya en el norte de Tamaulipas con tecnología generada por el INIFAP. 2005.

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En soya (Fig. 2), las líneas de investigación han incluido principalmente la introducción y selección de genotipos adaptados a la región, con alto potencial de rendimiento, tolerantes a clorosis e insensibles al fotoperiodo. También se han realizado estudios para determinar las prácticas agronómicas básicas para su producción comercial, tales como fecha de siembra, densidad de población, método de siembra, control de clorosis y control de maleza (Galván 1977, Galván et al. 1983, Pérez 1992, INIFAP 1996).

En cultivos como garbanzo, lenteja, chícharo de vaca y guar, las principales actividades desarrolladas han consistido en la introducción y selección de variedades y genotipos con alto potencial de rendimiento y adaptación a las condiciones agroclimatológicas del norte de Tamaulipas (INIA 1969, 1971). Además, en garbanzo se han realizado estudios para identificar los agentes causales, control y efecto de la pudrición de la raíz o “rabia” sobre el rendimiento (Díaz et al. 1996, Díaz y Ortegón 1998). En chícharo de vaca se han efectuado trabajos sobre la herencia de la resistencia a clorosis, fertilización y producción en riego y temporal (Cortinas et al. 1995b, Díaz y Morales 1996, Díaz y Ortegón 2000).

Es justo reconocer la labor del personal de apoyo del Campo Experimental Río Bravo que ha contribuido notablemente al desarrollo de la tecnología de producción de leguminosas comestibles, entre ellos a Osiel Alvarado Correa, Manuel Romo Delgado (†), Julián Fuentes Rocha, Ángel Zamora Rendón (†), David Castillo Moctezuma, Francisco García Martínez y Ramiro Aguillón Vázquez.

LOGROS RELEVANTES

Los principales logros obtenidos con la investigación sobre leguminosas en la región por el Campo Experimental Río Bravo se resumen a continuación:

1. Se ha generado tecnología para producir frijol desde la década de los 60´s hasta los 80´s (Muñoz 1963, INIA 1969, 1971, 1978, Cortinas 1979, 1981). Durante los 90´s se actualizó la “Guía para Cultivar Frijol en el Norte de Tamaulipas” (Pérez y Cortinas 1994), la cual describe las recomendaciones para elegir y preparar el terreno, variedades, época de siembra, método y densidad de siembra, fertilización, riegos, control de maleza, plagas, enfermedades y cosecha (Fig. 3).

2. Se generaron y liberaron seis variedades de frijol con adaptación a esta región: Ciateño, Agramejo, Azabache, Mulato, Pinto Norteño y Pinto Anzaldúas-91 (Galván 1976, Torres et al. 1982, Cortinas y Galván 1988, Pérez et al. 1993). Además de su alto potencial de rendimiento en el noreste de México, estas variedades fueron clasificadas como tolerantes a la clorosis férrica (Cortinas 1985).

3. La producción de frijol en el norte de Tamaulipas se ha practicado tradicionalmente durante el ciclo de tardío (primavera-verano), aprovechando las lluvias de agosto y septiembre. Sin embargo, las investigaciones han demostrado

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que esta leguminosa también se puede cultivar con éxito durante el ciclo de temprano (otoño-invierno) (García y Cortinas 1980, INIA 1980, López 1989). Durante este ciclo se disminuye el riesgo por excesos de humedad y el frijol presenta un mejor desarrollo, rendimiento y calidad de grano.

4. Un estudio durante los 80´s sobre parámetros de estabilidad en frijol en diversas localidades del norte de Tamaulipas determinó que la variedad Negro Jamapa mostró una mayor estabilidad en rendimiento comparada con las variedades Delicias, Agrarista y Ciateño (López 1989). Aunque las dos últimas variedades tuvieron buenos rendimientos en ciertas localidades, en general fueron inconsistentes.

Figura 3. Fernando Galván Castillo explica los avances de investigación en una

demostración sobre frijol en el Campo Experimental Río Bravo. 1979.

5. Los procedimientos para la producción de semilla de frijol y soya de buena calidad se publicaron en el “Manual de Producción y Manejo de Semillas” (Pérez 1988a,b), editado por el Patronato para la Investigación, Fomento y Sanidad Vegetal del Norte de Tamaulipas.

6. En el norte de Tamaulipas se consume frijol preferentemente de color pinto moteado, aunque en el mercado local solo se oferta semilla para la siembra de la variedad Pinto-114 conocida como Pinto Americano, la cual es generalmente de bajo rendimiento y altamente susceptible a clorosis férrica y enfermedades. Por esta razón, el programa de frijol del Campo Experimental Río Bravo se ha trazado como objetivo primordial la obtención de variedades de tipo pinto moteado tolerantes a clorosis y con alto potencial de rendimiento. Pérez y Osoria (1992) reportaron los siguientes genotipos de este tipo de frijol como sobresalientes por su rendimiento y adaptación al norte de Tamaulipas: Pinto Norteño, línea 1082 y línea DFR 86/87-366.

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7. La clorosis causada por deficiencia de fierro es uno de los principales problemas de las leguminosas que se cultivan en esta región (Fig. 4). El síntoma principal es el amarillamiento de las hojas que en casos severos ocasiona un pobre desarrollo y la muerte de las plantas (Cortinas 1997). Este problema se acentúa en suelos de origen calcáreo y con pH superior a 7.5, condiciones comunes en los suelos de la región. Un estudio sobre la clorosis en frijol y soya concluyó que las aplicaciones foliares de sulfato ferroso con dosis de 1.5 al 2.0% antes de la floración pueden corregir este problema (Larrea 1969).

Figura 4. Soya con síntomas de clorosis férrica en el norte de Tamaulipas. 2005.

8. La clorosis tiene un efecto negativo en el rendimiento del frijol, así como

en algunas características tales como altura, numero de vainas y numero de semillas por vaina. Se han identificado genotipos tolerantes a la clorosis tales como Mulato, Pinto Norteño, Fe-30-RB, S-17-RB y Fe-22-RB y genotipos susceptibles como Pinto-114 y Flor de Mayo (Cortinas 1985, Sathyanarayanaiah y Cortinas 1987, Cortinas y Sathyanarayanaiah 1987).

9. Un estudio de la herencia de la resistencia a clorosis en frijol fue realizado por Cortinas et al. (1995a), donde se consigna que dos genes dominantes son los responsables de conferir este carácter y la resistencia se expresa cuando cualquiera de ellos se encuentra presente en el genoma. Por su parte, un solo gene dominante es responsable de la susceptibilidad a la clorosis en chícharo de vaca (Cortinas et al. 1995b).

10. Algunos marcadores moleculares RAPD (Random Amplified Polymorphic DNA) asociados con la resistencia a clorosis férrica fueron identificados en una población segregante de frijol (Cortinas et al. 1996). De este estudio se plantea la posibilidad de utilizar estos marcadores moleculares para hacer más eficientes

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los programas de mejoramiento genético dirigidos a identificar genotipos resistentes a clorosis.

11. Las enfermedades constituyen una de las principales limitantes de la producción de frijol en el norte de Tamaulipas. Su identificación, descripción y métodos de control fueron descritos por Díaz (1985). Por su importancia destacan las pudriciones de la raíz causadas por Rhizoctonia solani, Macrophomina phaseolina, Phymatotrichopsis omnivora, Sclerotium rolfsii y Fusarium solani. Se ha determinado que la pudrición carbonosa provocada por M. phaseolina (Fig. 5) se presenta con mayor intensidad en suelos con poca humedad y temperaturas entre 27 y 40oC (Díaz 1985, Cortinas y Díaz 1988).

Figura 5. Frijol afectado por pudrición carbonosa (Macrophomina phaseolina) en el

norte de Tamaulipas. 2005.

12. La enfermedad conocida como “rabia” en garbanzo es causada por un complejo de hongos del suelo que afectan la raíz y el tallo, ocasionando la muerte de las plantas. Mediante el tratamiento a la semilla con captan-carboxin se evita la mortalidad de las plantas en un 14% y se incrementa el rendimiento hasta en un 120% (Díaz et al. 1996, Díaz y Ortegón 1998).

13. Las principales plagas que afectan al frijol son gallina ciega, gusano saltarín o barrenador pequeño, gusano trozador, gusano falso medidor, minador de la hoja, chicharritas, diabróticas, mosca blanca y chinches. Los daños y métodos de control fueron descritos por Loera (1982), quien señaló que en algunos casos el ataque de estas plagas puede ser severo, como el caso del gusano saltarín que causó graves pérdidas en 1980.

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14. La presencia de maleza en frijol puede reducir el rendimiento en forma significativa ya que compite con la planta de frijol por luz, agua y nutrientes. Un cultivo libre de maleza puede lograrse mediante el control integrado que incluye las prácticas de cultivo y aplicación de herbicidas. Los procedimientos para el control integrado de maleza en frijol fueron descritos por Rosales (1983, 1992).

15. El chícharo de vaca se ha cultivado en el norte de Tamaulipas para producir vaina que se exporta en fresco al mercado de Estados Unidos. Este cultivo también puede utilizarse para producir grano seco y forraje ya que su valor nutritivo es similar al del frijol. Se ha generado tecnología para la producción de esta leguminosa en la región (Díaz et al. 1995, Díaz y Morales 1996, Ortegón y Díaz 1997).

16. Para los cultivos de chícharo, guar y lenteja se ha generado información sobre variedades adaptadas y tecnología para su producción, incluyendo la preparación del terreno, densidad de siembra y época de siembra (INIA 1969, INIA 1971).

RETOS Y PERSPECTIVAS

Las leguminosas comestibles son una alternativa importante para complementar la alimentación del pueblo mexicano, ya que representan una fuente vegetal abundante de proteínas y minerales. La leguminosa más importante en México es el frijol, el cual junto con el maíz son los principales componentes en la alimentación del pueblo mexicano. Este cultivo se siembra en todo el país, pero destacan por su superficie y producción los estados de Zacatecas, Durango, Chihuahua, Nayarit, Sinaloa, Chiapas y Guanajuato. La superficie media anual sembrada durante el periodo 1991-2002 fue de 2.2 millones de hectáreas, con un rendimiento medio de 637 kg/ha. Los volúmenes de producción de frijol en México son variables ya que el 84% de la superficie se cultiva bajo condiciones de temporal crítico y escasa adopción de tecnología, por lo cual es necesario importar alrededor de 95 mil ton de grano anualmente para satisfacer el consumo per cápita que es de 14.7 kg y cubrir el déficit nacional (Ortega y Ochoa 2003, Cuellar y Covarrubias 2005).

La siembra de frijol en el norte de Tamaulipas puede contribuir en forma importante a disminuir el déficit nacional, incrementar las utilidades netas del productor, diversificar la agricultura de la región, mejorar la fertilidad del suelo a través de la fijación biológica de nitrógeno y contribuir a la disminución de plagas y enfermedades a través de la rotación de cultivos (gramíneas-leguminosas). Se ha demostrado que el cultivo del frijol evita la infestación de la gallina ciega (Phyllophaga crinita), plaga que por el contrario es favorecida por el monocultivo de sorgo y maíz en la región (Rodríguez 1984).

Entre los principales problemas que afectan la producción de frijol en el norte de Tamaulipas destacan por su importancia: La falta de variedades de los tipos pinto moteado de tamaño grande, negro y bayo; escaso uso de semilla certificada; alta incidencia de pudriciones radiculares, causadas especialmente

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por el hongo M. phaseolina; plagas; y clorosis foliar causada por deficiencia de fierro. Para el caso de otras opciones de leguminosas como soya, garbanzo, chícharo de vaca y lenteja, algunos de los problemas comunes que presentan son la falta de variedades adaptadas a las condiciones de suelo y clima regionales, clorosis férrica y presencia de plagas y enfermedades.

Los retos actuales de la investigación en leguminosas comestibles deben incluir la introducción y selección de genotipos con buena adaptación a las condiciones regionales de suelo y clima, así como tolerancia a pudriciones radiculares y tolerancia a clorosis causada por deficiencia de fierro. Para el caso especifico de frijol, los genotipos además deben ser seleccionados por grano de tamaño grande y color pinto moteado, bayos y negros (los dos primeros corresponden a las preferencias de los consumidores regionales y los negros principalmente para el consumo en el sur del país), plantas erectas para facilitar la cosecha mecánica y con rendimiento de grano superior a 1 ton/ha. Asimismo, se debe actualizar la tecnología con un enfoque en la reducción de costos de producción en aspectos tales como: Control de clorosis, maleza, plagas y enfermedades (pudrición carbonosa, virosis y tizón común), fijación biológica de nitrógeno, métodos de labranza, fertilización, métodos de siembra y manejo del agua.

En soya se debe continuar con la introducción y selección de genotipos tolerantes a clorosis, alto potencial de rendimiento, insensibles al fotoperiodo, de ciclo precoz y tolerantes a enfermedades. Es necesario además actualizar la tecnología para reducir los costos de producción en aspectos tales como fijación biológica del nitrógeno, métodos de labranza y de siembra, fertilización, y control de clorosis, maleza, plagas y enfermedades. En el caso de garbanzo, chícharo, guar, haba y lenteja, es importante considerar la introducción y selección de genotipos adaptados a las condiciones de suelo y clima de la región, así como la generación o actualización de las prácticas agronómicas adecuadas para conformar la tecnología de producción de cada cultivo en particular.

La investigación actual en leguminosas comestibles debe dirigirse a la identificación y desarrollo de variedades con alto potencial de rendimiento y tolerantes a factores de estrés biótico y abiótico, así como la actualización de la tecnología para su producción a bajo costo. Sin embargo, en el mediano y largo plazo los estudios deberán enfocarse a resolver problemas relacionados con la calidad de los productos generados, los cuales deberán tener un mayor contenido de vitaminas, proteínas, minerales, antioxidantes y otros compuestos que contribuyan a prevenir y controlar enfermedades humanas. La biotecnología y sus herramientas modernas tales como el cultivo de tejidos, transformación genética y marcadores moleculares, serán elementos cruciales para el desarrollo de nuevas y mejores variedades de leguminosas. De igual forma, la investigación deberá contener los métodos y procedimientos para producir leguminosas en forma amigable con el medio ambiente y que contribuyan a la conservación y uso racional de los recursos naturales. Otras líneas de investigación deberán considerar el manejo de postcosecha de los productos para conservar e incrementar su calidad, así como incorporar un valor agregado a través de la

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elaboración de enlatados, comidas preparadas, compuestos medicinales, complementos alimenticios, ensaladas y otros.

Además de los problemas de tipo técnico que pueden ser resueltos mediante la investigación y aplicación de tecnologías eficientes, las leguminosas comestibles en el norte de Tamaulipas carecen actualmente de adecuados canales de promoción y comercialización para acceder a los mercados, ya sean nacionales o internacionales. Por esta razón en el corto y mediano plazo es necesario fortalecer los apoyos y la difusión de los procedimientos que contribuyan a la comercialización y acceso a los mercados que demandan los productos de las leguminosas. Un requisito importante para impulsar la comercialización, es la organización de los productores, la cual servirá también para hacer más eficiente la adquisición de nuevas tecnologías e insumos industriales.

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CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 6 Trigo

Ricardo Sánchez de la Cruz

INIFAP, Campo Experimental Río Bravo Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900

[email protected]

CONTENIDO Introducción ……..………………………………………………………………………… 89

Manejo Agronómico ……………..……………………………………………………….. 89

Mejoramiento Genético ……………..……………..…………………………………….. 93

Logros Relevantes …………………………………..…………………………………… 94

Perspectivas …………………………………….……………………………....………… 95

Literatura Citada ………………………………………………………………………….. 95

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: Sánchez de la Cruz, R. 2006. Trigo, pp. 88-97. En: L. A. Rodríguez del Bosque (ed.),

Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

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“La verdad es un alimento como el trigo” Víctor Hugo

INTRODUCCIÓN

El mejoramiento genético de trigo en México ha sido de los más exitosos en el mundo (Eslick 1977) y se convirtió en una actividad altamente rentable para el país hasta los 80´s, cuando los rendimientos unitarios se incrementaron en 500% en relación con los obtenidos durante los 40´s, primero como consecuencia de la siembra de variedades resistentes a enfermedades y después al uso de variedades semienanas de alto rendimiento y mayor uso de fertilizantes (González 1992). En 1945 se inicia el mejoramiento de trigo en México con los objetivos de reducir los daños causados por las royas e incrementar el rendimiento (Borlaug 1969, Rodríguez 1992). Las primeras cruzas se realizaron entre variedades introducidas y trigos criollos; como resultado, en 1948 se obtienen las primeras variedades de trigo mexicanas. Para 1955, ya se habían liberado cerca de 15 variedades.

La localidad de Río Bravo ha sido estratégica para el país y el mundo en la evaluación de materiales con resistencia a enfermedades importantes como la roya de la hoja (Puccinia recondita) y manchas foliares causadas por Helminthosporium y Alternaria, ya que esta región presenta las condiciones ideales de humedad y temperatura para que prosperen estas enfermedades con tal intensidad, que se considera que no existe en México zona triguera con condiciones semejantes. Por esta razón, el norte de Tamaulipas es un laboratorio natural donde se puede seleccionar material resistente que dará origen a nuevas variedades de trigo con resistencia a estas enfermedades. Las líneas seleccionadas en esta zona con resistencia a dichas enfermedades lo serán en cualquier área triguera del país (INIA 1967).

Un total de 15 investigadores han participado en la generación y adecuación de los componentes tecnológicos del trigo en diversas épocas del Campo Experimental Río Bravo: Andrés Martínez Medina, Samuel Torres Santos, Jesús Martínez Santana, Genaro Cruz Rivera, Daniel Gutiérrez Méndez, Rodolfo Torres Flores, Rogelio Castillo Treviño, Rafael Maciel Cano, Manuel Alvarado Carrillo, Enrique Adame Beltrán, Agustín Magallanes Estala, Jaime Roel Salinas García, Enrique Rosales Robles, Enrique Rodríguez Campos y Ricardo Sánchez de la Cruz. Además, se ha contado con el valioso apoyo de los ayudantes de investigación: Alfredo Cornejo, Arturo Alanís Contreras y Esteban Robles Escarreola.

MANEJO AGRONÓMICO

En el período de 1969 a 1971 se contaba con recomendaciones para cultivar trigo y se sugería la siembra al voleo, o el uso preferente de sembradora triguera. Durante esa época se recomendaban las variedades Norteño M-67, Bajío M-67 y Azteca F-67; la época de siembra era del 25 de noviembre al 20 de diciembre y la cantidad de semilla era 110 kg/ha. Después de sorgo o maíz se recomendaba

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la aplicación de 80 kg/ha de N y cuatro riegos, uno de asiento y tres de auxilio (INIA 1969, Torres 1969).

En 1970 se mencionaba que el trigo podía cultivarse con rendimientos satisfactorios en la región que comprende el área localizada en la franja colindante al río, desde Río Bravo hasta Miguel Alemán, si se disponía de suficiente agua de riego (INIA 1970). Posteriormente en 1983, con el fin de aprovechar en forma inmediata la humedad captada por las lluvias de agosto a octubre, así como para diversificar la región con otros cultivos alternativos al sorgo, se propone la siembra de cultivos de invierno como trigo en el área de temporal. La fecha de siembra recomendada era del 20 de noviembre al 15 de diciembre y las variedades CIANO T-79, IMURIS T-79, TESIA F-79, Tonochi S-81 y URES-81. Para esta zona se recomendaba fertilizar con 46 kg/ha de nitrógeno y sembrar a una densidad de 100 kg/ha (Maciel 1983, Castillo y Rosales 1983a,b).

Se generó tecnología para el control químico de maleza en trigo, con lo que se evita pérdidas en rendimiento hasta en un 40%. Los herbicidas que se seleccionaron para el control de maleza de hoja ancha son de tipo hormonal como 2,4-D amina, tordón y banvel y de contacto como el brominal (Castro et al. 1987).

En el ciclo 1987-1988 se sembraron en el norte de Tamaulipas alrededor de 25 mil hectáreas de trigo. Sin embargo, dejaron de sembrarse otras 15 mil hectáreas por falta de semilla, de ahí la importancia de anticipar la producción de semilla para evitar el problema anterior. Esto puede realizarse en algunos lugares como Tula y Miquihuana en Tamaulipas y La Ascensión en Nuevo León, donde el trigo puede cultivarse durante el ciclo P-V (mayo-septiembre) en pequeñas áreas de riego. El ambiente fresco y seco en estas regiones resulta ideal para la producción de semilla de trigo de alta calidad. Otras ventajas que ofrecen estas localidades es que la semilla se produce dos meses antes de la fecha de siembra de invierno, lo que ahorra en gasto de almacenamiento, además de que se obtiene semilla con buen vigor al estar recién cosechada (Castillo 1988a).

A fines de los 80´s y principios de los 90´s se publica información para sembrar trigo en el área de riego, donde se puede rotar con cultivos como soya para obtener dos cosechas al año y fomentar la diversificación de la agricultura regional. Además, el trigo posee mayor tolerancia a sales que el maíz y sorgo, los cultivos más importantes de la región. Prácticamente la fecha de siembra no se modifica y se recomienda utilizar una sembradora de grano pequeño o “triguera” a una densidad de siembra de 130 kg/ha, fertilizar con dosis de 130-40-0, regar con uno de asiento y dos de auxilio a los 40 y 75 días después de la siembra. Las variedades recomendadas en esa época eran CIANO T-79, Tonichi S-81, Cucurpe S-86, Gálvez M-87, Ocoroni F-86, Papago M-96, Esmeralda M-86 y Opata M-85 (Castillo 1989, 1990, Castillo y Rosales 1989, Alvarado y Adame 1992).

En los ciclos 1987-88, 1988-89 y 1989-90 se probaron los sistemas de trigo en surcos con relevo de maíz, sorgo y algodón. Este sistema consiste en sembrar trigo durante el invierno y posteriormente en febrero, durante la

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floración, sembrar los cultivos de relevo entre las hileras del trigo (Fig. 1). El sistema de relevos tiene el propósito de ahorrar tiempo cuando es difícil realizar dos cultivos completos dentro de la época libre de heladas o sequía y así intensificar el uso del suelo. Los sistemas que mejores perspectivas tuvieron fueron trigo-sorgo y trigo-algodón con una relación beneficio/costo de 1.70 y 1.80 respectivamente, comparado con los menores beneficios obtenidos con trigo, sorgo y algodón en monocultivo (Cuadro 2) (Salinas 1991).

Figura 1. Sistema de siembra en relevos con trigo y sorgo; el sorgo se desarrolla entre la paja del trigo cosechado. Campo Experimental Río Bravo. 1990.

Cuadro 2. Rentabilidad de los sistemas en monocultivo y de trigo en relevos con

sorgo y algodón.

Sistema

Rendimiento kg/ha

Relación Beneficio/Costo

Trigo 3,243 1.29 Sorgo 5,270 1.40 Algodón 3,000 1.54 Trigo-Sorgo 3,044 + 4,890 1.70 Trigo-Algodón 3,087 + 2,800 1.80

En el área de temporal se ha logrado adelantar la fecha de siembra del 1 de

noviembre al 10 de diciembre. Con este cambio, se puede aprovechar con mayor eficiencia la humedad residual de las lluvias de otoño. Asimismo, para esta condición de humedad se ha reducido la densidad de siembra en un 50%, de tal

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forma que la cantidad de semilla recomendada anteriormente de 120 kg/ha, actualmente es de 60 kg/ha sin menoscabo en el rendimiento, pero con un menor costo de producción (Alvarado 1992, Adame 1992, Adame y Magallanes 1994).

Se han realizado trabajos sobre enfermedades de la hoja, incluyendo aspectos sobre etiología, epidemiología, control químico, control cultural y resistencia genética (Fig. 2). En pruebas in vitro se ha encontrado que los fungicidas zineb, mancozeb y captan inhibieron el crecimiento micelial del hongo Alternaria triticina. Del mismo modo, en pruebas de campo se determinó que esta enfermedad ataca con mayor incidencia en las siembras realizadas después del 15 de noviembre y con densidades de siembra superiores a 130 kg/ha. En el caso de la roya se ha determinado que aplicaciones de propiconazol en dosis de 0.5 l/ha combinado con clorotolonil 1.5 kg/ha efectuados cada 7-10 días pueden ser efectivas para disminuir el daño de esta enfermedad. Sin embargo, aún es necesario efectuar un análisis económico para evaluar su factibilidad comercial. Con el uso de variedades tolerantes o resistentes a estas enfermedades se puede minimizar o evitar el uso de productos químicos para controlar la enfermedad (Díaz 1993, Adame y Díaz 1997, Castillo 1993, Díaz y Rodríguez 1988c).

Figura 2. Ricardo Sánchez de la Cruz (izquierda) y Enrique Rodríguez Campos

(derecha) califican la resistencia de variedades de trigo a la roya de la hoja. Campo Experimental Río Bravo. 2000.

La principal plaga del trigo en la región es el pulgón del follaje (Rhopolosiphum maidis), el cual ataca las plántulas y aunque el daño directo que ocasiona no es severo, su verdadero impacto radica en que es responsable de la transmisión del virus del achaparramiento amarillo de la cebada. Con el fin de evitar daños económicos al cultivo se han generado recomendaciones para su

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control, utilizando diversos insecticidas (INIFAP 1990), aunque para esta plaga en particular, se ha observado un control biológico eficiente (INIA 1967). MEJORAMIENTO GENÉTICO

Los estudios sobre trigo en el Campo Experimental Río Bravo como localidad de evaluación de ensayos nacionales e internacionales iniciaron a principios de los 60´s y desde entonces se han probado más de 10 mil líneas experimentales tanto del INIFAP como del CIMMYT. De esta manera, este Campo Experimental coadyuva en la formación de las nuevas variedades de trigo que se utilizarán comercialmente en diversas regiones del país.

El procedimiento que se seguía en 1967 para el manejo de las líneas seleccionadas era el siguiente: (1) En Toluca durante el ciclo de verano (mayo a octubre) el material era seleccionado para roya lineal amarilla (Puccinia glumarum) bajo condiciones críticas; (2) las líneas ahí seleccionadas se enviaban a Río Bravo para siembras de invierno (diciembre-abril) en donde se seleccionaban por resistencia a roya de la hoja (Puccinia recondita); (3) ese material se enviaba a Roque, Guanajuato, para ser seleccionado por resistencia a roya del tallo (Puccinia graminis). De esta manera el material que daba origen a nuevas variedades recorría los lugares claves donde era seleccionado en el medio ambiente más favorable para la incidencia de las royas (INIA 1967).

A principios de los 80´s, en respuesta a la demanda de los productores del norte de Tamaulipas por contar con nuevas opciones de cultivo, se inicia la selección de materiales procedentes del INIFAP y el CIMMYT con el fin de generar variedades de trigo adaptadas a la región con buen potencial de rendimiento y tolerancia a las principales enfermedades (Maciel 1981, Castillo 1988b, Rodríguez 1994). Como resultado de estas evaluaciones, en 2001 se obtuvo la variedad Sauteña F-01 (Fig. 3), la cual presenta las siguientes características: Rendimiento medio de 2.3 ton/ha, 74 días a floración, 110 días a cosecha, tolerante a roya de la hoja y a manchas foliares, buena aptitud molinera para la elaboración mecánica de pan y para utilizarse en mezclas, buen rendimiento de harina (62%), grano semiduro, resistente al desgrane y a la germinación del grano en la espiga, de gluten fuerte (grupo I) utilizados para la panificación industrial (Sánchez y Rodríguez 2004). Actualmente se cuenta con líneas experimentales sobresalientes obtenidas en las selecciones realizadas en los últimos años, las cuales pueden ser utilizadas para la generación de nuevas variedades para esta región.

A partir de 2003 se renovó la participación del Campo Experimental Río Bravo en el Proyecto Nacional de Trigo, que tiene como objetivo principal retomar la integración de los programas de mejoramiento y productividad de trigo de riego y temporal del INIFAP en todo el país y formar una red de evaluación de sitios y años. Las líneas de investigación de este proyecto incluyen: Mejoramiento genético, con énfasis en resistencia a sequía y calidad industrial; manejo integrado de enfermedades y maleza; sistemas de siembra eficientes para la captación de agua; tecnología de producción de semillas; sistema de información geográfica; y transferencia de tecnología. La meta es poner a disposición de los

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productores variedades de trigo con la calidad demandada por la industria harinera nacional (Villaseñor 2004). La participación del Campo Experimental Río Bravo en este proyecto nacional es importante ya que es posible transferir o adecuar en esta región algunos componentes tecnológicos de producción, incluyendo nuevas variedades, que hayan sido generados en otras áreas similares a las condiciones agroecológicas del norte de Tamaulipas.

Figura 3. Producción comercial de la variedad de trigo Sauteña F-01 en temporal.

Ejido Puerto las Flores, Río Bravo, Tam. 2001.

LOGROS RELEVANTES

1. Evaluación de más de 10 mil líneas experimentales del INIFAP y CIMMYT, las cuales han contribuido a la formación de variedades comerciales en diversas regiones del país.

2. El trigo representa una opción viable para la diversificación de cultivos del norte de Tamaulipas.

3. Generación de un paquete tecnológico con un potencial de rendimiento de 2.5 ton/ha en temporal.

4. El sistema de siembra del trigo en relevos con sorgo o algodón permite una rentabilidad superior a la siembra de monocultivos.

5. Generación de la variedad Sauteña F-01, adaptada a las condiciones de la región y con buenas características para la industria.

95

6. Obtención de líneas sobresalientes de trigo que pueden liberarse como nuevas variedades en los próximos años.

PERSPECTIVAS

Se vislumbra que el déficit nacional de 3.2 millones de toneladas de trigo puede cubrirse con la siembra de este grano bajo condiciones de temporal, siempre y cuando se cuente con la tecnología necesaria para su producción, apoyo para fomentar su siembra y la intervención de los diferentes sectores involucrados con la cadena agroalimentaria de trigo.

A pesar de que la superficie sembrada con este cultivo en la región ha sido mínima en los últimos años, con la tecnología generada y el uso de variedades adaptadas, es posible incrementar los rendimientos unitarios en temporal en un 50% (de 1,000 a 1,500 kg/ha) lo que aumentaría las ganancias de los productores. Se evitaría además el uso de productos químicos para controlar enfermedades reduciendo de esta manera los costos de producción en un 30%. Lo anterior, permite considerar al trigo como una buena alternativa de producción que coadyuve a la diversificación de cultivos en la zona. Además, se aprovecharía de inmediato la humedad captada en los meses de agosto a septiembre y se reduciría el problema de erosión eólica, ya que por su cobertura se disminuye en un 60% las perdidas de suelo causadas por los fuertes vientos.

Por lo tanto, es importante continuar con las investigaciones en este cultivo para determinar los genotipos que mejor se adapten a las condiciones de suelo y clima de nuestra región y actualizar periódicamente los componentes del paquete tecnológico de producción. A pesar de que la calidad del grano aún no es considerada en el precio a la cosecha, es necesario considerar este aspecto en el corto plazo para darle al producto un valor agregado, aumentar las utilidades de los productores y satisfacer las demandas específicas de la industria. Para hacer más eficientes el uso de los recursos, el Campo Experimental Río Bravo deberá continuar con la colaboración con otras localidades del país (Villaseñor 2004, Castellanos et al. 2005).

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CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 7 Hortalizas

Arturo Díaz Franco

Manuel Alvarado Carrillo INIFAP, Campo Experimental Río Bravo

Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900 [email protected]

CONTENIDO Introducción ……..………………………………………………………………………… 99

Líneas de Investigación ………………………………………………………………….. 99

Logros Relevantes …………………………………..…………………………………… 104

Perspectivas ………………………………….………………………………....………… 104

Literatura Citada ………………………………………………………………………….. 105

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: Díaz Franco, A. y M. Alvarado Carrillo. 2006. Hortalizas, pp. 98-108. En: L. A. Rodríguez

del Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

99

“Como el chile piquín, chiquito pero picoso” Refrán mexicano

INTRODUCCIÓN

El norte de Tamaulipas figura en el ámbito nacional como una región agrícola preponderante, la cual inició como productora de algodón a fines de los 40’s. Posteriormente se tornó en una de las zonas graneras más destacadas del país, donde desde la década de los 60’s a la fecha se han sembrado en orden de importancia sorgo, maíz y frijol. Aunque en extensión limitada comparada con la de granos, la producción hortícola en esta región ha sido una actividad socioeconómica tradicional, con fluctuaciones a través del tiempo, que obedecen a las ventanas de mercados locales, nacionales, internacionales o inclusive para autoconsumo en las comunidades rurales. En la región se han sembrado más de 15 especies de hortalizas de invierno o verano (Díaz y Leal 1992). Además de las oportunidades de mercado, la disponibilidad de agua para riego es también una limitante para la explotación de las hortalizas. Al respecto, Loera y Martínez (1992) indicaron que en la zona es posible irrigar un total de 50 mil hectáreas con agua de pozos profundos.

LINEAS DE INVESTIGACIÓN

En el Cuadro 1 se presentan las tecnologías generadas por el Campo Experimental Río Bravo en hortalizas durante el periodo 1970-2006. Las primeras investigaciones sobre hortalizas se realizaron a principios de los 70’s, con estudios relacionados con métodos de siembra en tomate (Lycopersicon esculentum), evaluaciones de rendimiento de variedades de calabacita (Cucurbita pepo) y tomate, y el control químico de la cenicilla polvorienta en melón (Cucumis melo) (Moyeda 1971a,b,c,d).

La okra o “bombó” (Abelmoschus esculentus) es la hortaliza que se siembra en mayor superficie en la región. Este cultivo fue introducido a finales de los 60’s y desde entonces se ha mantenido como generador de divisas por su fruto de calidad de exportación. En México, el norte de Tamaulipas es la mayor región productora con una superficie que fluctúa de 3 mil a 6 mil hectáreas (SAGARPA 2005) de esta hortaliza considerada como “menor” o “no tradicional”. No obstante el arraigo que ha tenido el cultivo, las primeras investigaciones del Campo Experimental Río Bravo sobre el manejo agronómico se iniciaron a finales de los 80’s con apoyo de la entonces Confederación Nacional de Productores de Hortalizas. Dada su trascendencia, el Campo Experimental Río Bravo ha dedicado más de una década a la investigación sobre okra. En 1995 se organizó la “Primera Reunión Regional Sobre Resultados y Avances de Investigación en Okra” (Díaz et al. 1995). Entre los factores relevantes en la producción de okra, destaca el tamaño y color del fruto (Díaz et al. 1998). La deficiencia de Fierro, problema frecuente en la región, no solo abate el rendimiento, sino que además origina frutos cloróticos que son rechazados en el mercado de exportación (Fig. 1).

100

Cuadro 1. Tecnologías de cultivos hortícolas generadas en el Campo Experimental Río Bravo durante 1970-2006.

Hortaliza(s) Tecnología generada Referencias

Hortalizas (Invierno y verano)

Recomendaciones básicas de producción hortícola

Moyeda 1970, Díaz 1989, Díaz 1995a

Diagnóstico de producción hortícola regional

Díaz y Leal 1992

Brócoli (Brassica olerecea)

Fechas de siembra y fertilización foliar

Díaz y Ortegón 1995

Calabacita (Cucurbita pepo)

Evaluación de variedades nacionales y de exportación

Moyeda 1971a

Guía para su producción Díaz 1990 Control químico de zacate

Johnson Díaz y Rosales 1991

Rendimiento y características de fruto en híbridos para exportación

Díaz 1992a

Respuesta de cultivares de fruto verde y amarillo a ‘hoja plateada’

Díaz 1995b

Efecto de insecticidas en el tratamiento de semilla

Loera y Díaz 1996

Chícharo de vaca (Vigna unguiculata)

Producción asociada con la fertilización de elementos mayores y foliar

Díaz y Morales 1996

Efecto de insecticidas en el tratamiento de semilla

Loera y Díaz 1996

Guía para su producción Díaz y Ortegón 1997a Producción comparativa en riego

y en sequía Díaz y Ortegón 2000

Chile (Capsicum annuum)

Recomendaciones básicas para su producción (jalapeño y serrano)

Díaz 1992c

Tecnología de producción de chile piquín en el noreste de México

Rodríguez et al. 2004

Maíz (elote) (Zea mays)

Influencia de la biofertilización en el rendimiento

Alvarado y Díaz 2003, Díaz et al. 2002

La biofertilización en la productividad

Díaz et al. 2005

101

Cuadro 1. Continuación.

Melón (Cucumis melo)

Evaluación de fungicidas para el control de cenicilla polvorienta

Moyeda 1971d

Guía para su producción Díaz 1990 Características de fruto en

híbridos Díaz 1992a

Okra (Abelmoschus esculentus)

Recomendaciones básicas de producción

Díaz 1992b, Díaz et al. 1999

Control químico de maleza Díaz y Rosales 1991, 1992 Resultados y avances de

investigación regional Díaz et al. 1995

Influencia de la temperatura del suelo sobre la emergencia de cultivares

Díaz y Ortegón 1996

Efecto de insecticidas en el tratamiento de semilla

Loera y Díaz 1996

Fechas de siembra y poda Díaz y Ortegón 1997b, Ortegón y Díaz 1999

Calidad de fruto y rendimiento de cultivares

Díaz et al. 1998

Descripción de la cenicilla polvorienta

Díaz 1999

Fertilización foliar y rendimiento de fruto

Díaz y Ortegón 1999

Diagnóstico sobre la producción en México

Díaz et al. 2001

Respuesta del cultivo a estrés salino y baja densidad de plantas

Díaz y Ortegón 2002

Características de fruto en siembras tardías

Díaz et al. 2003

Biofertilización Alvarado y Díaz 2003

Papa (Solanum tuberosum)

Validación de tecnología de producción

Adame 1994

Sandía (Citrullus vulgaris)

Guía para su producción Díaz 1990

Características de fruto en híbridos

Díaz 1992a

Producción con fertirriego Alvarado et al. 2006

Tomate (Lycopoersicon esculentum)

Métodos de siembra Evaluación de variedades

Moyeda 1971c Moyeda 1971b

102

Figura 1. Calidad del fruto de okra con relación a deficiencia de Fierro (Fe) en norte

de Tamaulipas. 1998.

Otras dos hortalizas de exportación que tuvieron un impacto socioeconómico

importante durante los 80’s y principios de los 90’s, por su demanda en el mercado de EUA, fueron la calabacita y el chícharo de vaca (Vigna unguiculata). La superficie de siembra de ambas hortalizas en la región fluctuó entre las 3 mil y 4 mil hectáreas. En estos cultivos, el Campo Experimental Río Bravo realizó estudios sobre adaptación y características de cultivares y otros aspectos agronómicos demandados por los productores. En la actualidad, ambos cultivos prácticamente han desaparecido de la región. La calabacita, debido al impacto negativo en la producción derivado del síntoma de la “hoja plateada”, inducida por la mosquita blanca Bemisia argentifolii. Por otra parte, el mercado de exportación de chícharo de vaca se desplomó debido a que las regiones del sureste de EUA, tradicionalmente productoras de frijol ejotero (Phaseolus vulgaris), actualmente cultivan chícharo de vaca con lo que satisfacen la demanda de esta leguminosa en dicho país (Díaz y Ortegón 2000).

También se le ha dado énfasis a desarrollar tecnologías de producción para otras hortalizas que muestran potencial en la región, como es el caso del chile piquín (Capsicum annuum var. aviculare) (Fig. 2) (Rodríguez et al. 2004), así como en sandía (Citrullus vulgaris) (Alvarado et al. 2006). En 2003, el Campo Experimental Río Bravo organizó el 1er Simposio Regional Sobre Chile Piquín (Rodríguez 2003), en la que convergieron productores, técnicos, investigadores y comercializadores.

Es importante destacar que el Campo Experimental Río Bravo ha realizado otras actividades de transferencia de tecnología hortícola que incluyen demostraciones de campo y cursos de capacitación a productores y agentes de cambio. Por otra parte, se ha generado una serie de publicaciones técnicas e informativas sobre horticultura en la región, entre ellas algunas guías de producción de hortalizas de verano e invierno (Moyeda 1970, Díaz 1989, 1995a);

103

tecnologías para producir okra (Díaz 1992a, Díaz et al. 1995, 1999), chícharo de vaca (Díaz y Ortegón 1997a), calabacita, melón, sandía (Díaz 1990) y chile piquín (Rodríguez et al. 2004); y producción de hortalizas con fertirriego de bajo costo (Alvarado et al. 2006). También se ha trabajado conjuntamente con la Universidad Autónoma de Tamaulipas, mediante algunas asesorías de tesis, una de ellas (Treviño 1996) fue distinguida con el premio “Tesis de Calidad UAT” en 1997.

Figura 2. Tecnología generada por el INIFAP para la producción de chile piquín bajo

fertirriego en el norte de Tamaulipas. 2003.

Desde 1970 un total de nueve investigadores del Campo Experimental Río

Bravo han participado en diferentes actividades relacionadas con la horticultura, entre ellos Mario Moyeda García (1970-1972), Arturo Díaz Franco (1989-presente), Enrique Rosales Robles (1990-presente), Enrique Adame Beltrán (1992-1994), Manuel Alvarado Carrillo (1994-presente), Alfredo Sergio Ortegón Morales (1994-2000), José Ángel Morales Beltrán (1996-2001), Jesús Loera Gallardo (1994-presente) y Luis Ángel Rodríguez del Bosque (2000-presente). Es importante subrayar que particularmente en la experimentación hortícola se requiere de una intensiva mano de obra, por lo que los trabajos realizados no hubieran sido posibles sin el apoyo de técnicos y ayudantes del Campo Experimental que han colaborado en las tareas encomendadas. Entre ellos se encuentra Alejandro González Ontiveros, Julián Robles Escarreola, Andrés Ruiz Acosta, Esteban Robles Escarreola, Francisco García Martínez, Miguel Robles Escarreola, Juan Olvera Martínez, Enrique Vázquez Vázquez, Julián Robles Cervantes y Raúl Ortiz Hernández.

El apoyo recibido mediante la cooperación y la vinculación de diferentes organismos e instituciones, para impulsar la investigación hortícola regional, se inició desde finales de la década de los 80´s a través de la Confederación Nacional de Productores de Hortalizas, el Consejo Nacional de Ciencia y

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Tecnología, la Fundación Produce Tamaulipas, A. C., el Gobierno del Estado de Tamaulipas, la Universidad Autónoma de Tamaulipas, el Patronato para la Investigación, Fomento y Sanidad Vegetal, así como la Unión de Okreros de Tamaulipas.

LOGROS RELEVANTES

1. Generación de paquetes tecnológicos para la producción regional de calabacita, chícharo de vaca, chile (jalapeño, serrano y piquín), melón, okra y sandía (Díaz 1990, 1992c, Díaz y Ortegón 1997a, Díaz et al. 1999, Rodríguez et al. 2004).

2. La selección de híbridos de calabacita para exportación a la reacción de la toxina inducida por la mosquita blanca (B. argentifolii), manifestada como “hoja plateada”, demostró que en general los de fruto verde fueron los más tolerantes (Díaz 1995b).

3. Entre los genotipos de chícharo de vaca, la variedad ‘California Black Eye No. 5’ mostró adaptación a las condiciones y manejo regionales, y fue la que registró el mayor potencial de rendimiento de vaina (Díaz y Ortegón 2000).

4. Se determinó que la fertilización foliar en brócoli, chícharo de vaca y okra se justifica solamente cuando alguna deficiencia nutrimental sea diagnosticada (Díaz y Ortegón 1995, 1999, Díaz y Morales 1996).

5. Para corregir el problema de la baja germinación de la semilla de chile piquín, se seleccionó un procedimiento que consiste en el tratamiento a la semilla con ácido giberélico (5,000 ppm), con el cual se estimula la germinación en más del 80%. Por su parte, la malla-sombra permite incrementar el rendimiento del chile piquín hasta en 150%, además de elevar la calidad del fruto en tamaño, uniformidad y color, en comparación con la producción a cielo abierto (Rodríguez et al. 2004).

6. En okra se identificaron diferentes híbridos que presentan un mayor potencial de rendimiento y mejor calidad de fruto que la variedad local, ‘Clemson Spineless’ (Díaz y Ortegón 1997b, Díaz et al. 1998, 2003).

7. La inoculación de la semilla con la micorriza arbuscular, Glomus intraradices, fue capaz de incrementar el rendimiento de okra y maíz (elote) hasta en un 20% (Alvarado y Díaz 2003, Díaz et al. 2005).

8. Se generó tecnología para la producción de sandía con fertirriego, la cual ahorra agua hasta en un 50% e incrementa el rendimiento en un 30% (Alvarado et al. 2006).

PERSPECTIVAS

La creciente globalización de los mercados de granos en los últimos años ha empezado a traer repercusiones negativas en la productividad y comercialización de sorgo y maíz en la región, debido a la dinámica de los precios internacionales

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y su consecuente impacto en la economía comercial. La liberación total de esos mercados esta prevista para el 2008. Lo anterior se ha reflejado en el interés de los productores por buscar nuevos sistemas de producción.

Las expectativas sobre la siembra de hortalizas en la región, por su situación geoestratégica, podrían ser favorables en el futuro cercano. Dentro de éstas, la okra es la que, a corto y mediano plazo, presenta mayores posibilidades de explotación por dos razones importantes: (a) Es un cultivo que difícilmente puede ser cultivado en Estados Unidos, país demandante, debido a los altos costos de producción por los largos periodos de cosecha y la gran cantidad de mano de obra requerida; y (b) por la experiencia que ha adquirido el productor local sobre el cultivo durante más de 35 años.

Es obvio que con la búsqueda de mercados puedan surgir diferentes oportunidades que tengan impacto socioeconómico en la horticultura regional. Un ejemplo palpable es el creciente mercado de la horticultura orgánica, que antes estaba confinada exclusivamente a “nichos” de mercados, ahora se ha tornado en una actividad más generalizada, inclusive algunos países han establecido como política comercial solamente la importación de productos orgánicos.

De cualquier forma las perspectivas a futuro de la producción hortícola regional tendrá que superar un gran reto, ser competitiva. Para lograrlo se requiere dar énfasis en al menos cuatro componentes importantes de producción: (1) Para cualquier actividad hortícola, es determinante contar con la infraestructura necesaria para su desarrollo; (2) para que la horticultura se encuentre dentro de un marco de sostenibilidad, es inminente la implementación de tecnologías que garanticen la máxima rentabilidad con un adecuado manejo de los recursos naturales; (3) es importante que el productor reciba la capacitación y asesoría necesarias sobre los procesos de producción; y (4) productividad empresarial, esto es, la búsqueda de alianzas estratégicas para que en sistemas agroindustriales, los productos tengan un valor agregado.

Ante el escenario descrito, el Campo Experimental Río Bravo asume el compromiso de apoyar el desarrollo de la horticultura local, tal y como lo ha venido haciendo desde hace décadas. Para lograr tal propósito, sus estrategias y planteamientos deberán estar en función de las demandas y necesidades de investigación o transferencia de tecnología en el sector. Todo ello a través de la vinculación interinstitucional y la participación activa de los demandantes.

LITERATURA CITADA Adame-Beltrán, E. 1994. Validación de tecnología para la producción de papa en el norte

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109

CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 8 Oleaginosas

Javier González Quintero

Alfredo Sergio Ortegón Morales INIFAP, Campo Experimental Río Bravo

Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900 [email protected]

CONTENIDO

Introducción ……..………………………………………………………………………… 110

Las Oleaginosas en el Norte de Tamaulipas ………………………………………….. 111

Higuerilla ………………….…………………………..…………………………………… 111

Cártamo …………………………………………………………..……………………….. 114

Cacahuate ……………………………..……………..…………………………………… 115

Ajonjolí ………………….……………………………..…………………………………… 116

Linaza ……………………………………………………………..……………………….. 117

Girasol …………………………...……..……………..…………………………………… 118

Crambe ……………………….…………………………………..……………………….. 119

Colza / Canola …………….…………..……………..…………………………………… 120

Otras Oleaginosas ………….………………………..…………………………………… 121

Logros Relevantes …………………………………..…………………………………… 122

Perspectivas ………………………..…………..……………………………....………… 122

Literatura Citada ………………………………………………………………………….. 123 La cita correcta de este capítulo es: González Quintero, J. y A. S. Ortegón Morales. 2006. Oleaginosas, pp. 109-132. En: L. A.

Rodríguez del Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

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“La verdad adelgaza y no quiebra y siempre anda sobre la mentira, como el aceite sobre el agua”

Miguel de Cervantes Saavedra INTRODUCCIÓN

Se denominan oleaginosas a las especies de plantas cultivadas de cuyo fruto se extraen grasas para la alimentación humana y uso industrial (Mazzani 1963). Las oleaginosas constituyen uno de los grupos de cultivos de mayor producción, investigación y comercialización en el mundo, ya que sus semillas, granos o frutos tienen un alto porcentaje de ácidos grasos y proteínas de alta calidad, indispensables para la nutrición humana. Sus usos y aplicaciones son amplios y diversos: Aceite para cocinar; elaboración de mantecas y margarinas, panes, aderezos, frituras, confitería y nutracéuticos; alimentación de animales de corral y peces. También se obtienen algunos subproductos no comestibles que incluyen compuestos de uso farmacéutico, tintura, cosméticos, jabones, base para pinturas y barnices, agroquímicos, plásticos, lubricantes y combustibles para automotores, como el biodiesel (CNSPO 2005a).

Por su volumen de producción y demanda mundial, las principales oleaginosas son: Soya, canola, algodonero, girasol, olivo, cártamo, maíz, lino, cacahuate y ajonjolí (CNSPO 2005a). Otros cultivos también demandados son el cocotero, la palma de aceite (africana) y la higuerilla (Ortega y Ochoa 2003b). Las oleaginosas representan el grupo de cultivos con el mayor incremento de superficie cultivada, al crecer en 75 millones de hectáreas desde mediados de los 70’s hasta finales de los 90’s, mientras que la superficie destinada a cereales disminuyó 28 millones de hectáreas durante el mismo período. La principal causa para dicho incremento ha sido la mayor demanda de alimentos en países en desarrollo, principalmente en China e India, en forma de aceites y en el consumo directo de grano de soya y cacahuate, así como otras formas de alimentos derivados. Se estima que en los próximos 25 años, las oleaginosas representarán el 45% de las calorías adicionales incorporadas a la dieta media de la población de los países en desarrollo (FAO 2002).

Los aceites vegetales comestibles tienen una función vital en el cuerpo humano, ya que constituyen una de las fuentes de energía más importantes, indispensable para mantener el equilibrio entre lípidos, colesterol y lipoproteínas que circulan en la sangre. Además, proporcionan vitaminas A, D, E y K y ácidos grasos esenciales que el organismo no puede producir. Por otra parte, al ingerirse estimulan los órganos sensoriales para catar los alimentos, como el sabor, el aroma y la textura (ANIAME 2005).

En este Capítulo se presentan los logros y perspectivas de la investigación sobre oleaginosas en el norte de Tamaulipas. En los 50 años de existencia del Campo Experimental Río Bravo, han trabajado en el Programa de Oleaginosas los siguientes investigadores: Leodegario Quilantán Villarreal, Raúl Robles Sánchez, Alfredo Sergio Ortegón Morales, Enrique Toledo Rosillo, Víctor Manuel Serrato Castrillón, Adán Salinas López, Ernesto López Salinas, Tiburcio Espericueta Reyna, Luis Eloy Vázquez Gómez, Artemio Escobedo Mendoza (†) y

111

Javier González Quintero. Además, este programa ha recibido el apoyo parcial de diversas disciplinas a través de los investigadores: Rafael Maciel Rodríguez, Jorge Enrique Rosas García, Jesús Vargas Camplis, Jesús Loera Gallardo, Arturo Díaz Franco, Gilberto López Arizpe, José Ángel Morales Beltrán, Jaime Roel Salinas García, Mario Marín Silva Serna y Enrique Rosales Robles. Las labores de investigación sobre oleaginosas han contado con el apoyo valioso de diversos asistentes: Felipe Herrera Fabela (†), Gustavo Castillo Aldape, Juan Olvera Martínez y Julián Robles Cervantes.

LAS OLEAGINOSAS EN EL NORTE DE TAMAULIPAS

En el norte de Tamaulipas, debido a problemas fitosanitarios, de mercado y baja rentabilidad, generados principalmente por la explotación del monocultivo del algodonero en los 40’s y 50’s y del sorgo en las últimas décadas, parte importante de las actividades de investigación agrícola se ha enfocado a la búsqueda de cultivos de alternativa para la región. A principios de los 60’s, se introdujeron los cultivos de maíz, sorgo, cártamo y soya para sustituir al algodonero (Maciel 1980, Morales et al. 1980). En esa misma década, se iniciaron los estudios para determinar la viabilidad agronómica y económica de otras oleaginosas, como la higuerilla (Robles y Quilantán 1963), girasol, ajonjolí, y cacahuate (INIA 1968, 1969, 1970, 1971a, 1981).

La siembra de oleaginosas generalmente se ha manejado como un segundo cultivo, como una alternativa de solución para suelos con problemas de sales o erosión eólica, o como parte del sistema de rotación de cultivos, por lo que la superficie establecida con este tipo de cultivos siempre ha sido baja. Recientemente, con el objeto de disminuir los problemas del monocultivo de sorgo, se generó o actualizó la tecnología de producción de soya, ajonjolí, cártamo y girasol (Galván et al. 1983; Ortegón 2001a, 2002, 2003b, 2004a) y otras también importantes en el mercado mundial, como la canola, linaza y crambe (Ortegón y Escobedo 1994a; Ortegón 2003a, 2004b).

En general, la investigación sobre oleaginosas en el norte de Tamaulipas se ha enfocado al mejoramiento genético (variedades con altos rendimientos y contenido de aceite); manejo agronómico (fecha, métodos y densidad de siembra, riegos y control de organismos dañinos); disminución de costos y eficiencia en el uso de agroquímicos; y rotación de cultivos (Cuadro 1).

HIGUERILLA

La higuerilla (Ricinus communis L.) es originaria de África; tiene un amplio rango de tolerancia a factores naturales y antropogénicos y una alta capacidad de reproducción, por lo que se adapta prácticamente a todos los climas de México. Se distribuye en forma silvestre en los estados de Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Yucatán, Hidalgo, San Luis Potosí, Sonora, Tamaulipas, Nuevo León, Durango, Morelos y México, donde se le considera como maleza. El producto principal que se obtiene es el aceite de ricino, el cual se usa como laxante. En la

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Cuadro 1. Tecnologías sobre oleaginosas generadas en el Campo Experimental Río Bravo. 1956-2006.

Cultivo Tecnología Referencias bibliográficas Colza/canola Variedades Salinas y Espericueta 1973a,b, Espericueta

1975c Métodos de siembra Ortegón et al. 2002 Fechas de siembra Ortegón et al. 2005 Paquete tecnológico INIA 1972, Espericueta 1975f, Ortegón

y Escobedo 1994a, Ortegón 2000, 2001b, 2003a

Transferencia de tecnología González y Ortegón 2005

Girasol Fechas de siembra/ contenido de aceite

Azpiroz et al. 1982, Ortegón et al. 1990, 1991a,b, 2005

Variedades/rendimiento/calidad de aceite.

Azpiroz et al. 1985, Espinosa et al. 1985, Ortegón 1980a, Ortegón y Escobedo 1985a,b, 1987b,1988b, Ortegón et al. 1984, Salinas y Espericueta 1973h

Densidades de población/ densidad de siembra

Escobedo y Ortegón 1989, INIA 1971f, Ortegón y Díaz 1997, Ortegón y Escobedo 1987b,1994b

Semilla/calidad Escobedo y Ortegón 1988b, Ortegón 1985

Mejoramiento genético/ selección de progenies

Céspedes et al. 1984, Escobedo 1986 Escobedo et al. 1988, Escobedo y Ortegón 1988a, 1992, Espinosa et al. 1985, López y Sánchez 1990, Ortegón y Escobedo 1982, 1987a,b, 1988a, 1992, 1993, 1995, Ortegón et al. 1991c

Fenología y fisiología Ortegón 1980a Enfermedades/epidemiología Díaz 1980, 1983, Díaz y Ortegón 1997,

Ortegón y Escobedo 1987b Plagas Ortegón et al. 1977, Rosas 1978,

Vargas 1979, Ortegón y Escobedo 1987b

Suelos/salinidad Ortegón et al. 1980, Escobedo y Ortegón 1989, Ortegón y Escobedo 1982

Patrones de cultivo García y Sosa 1979, López et al.1992, Morales 1987

Paquete tecnológico Escobedo et al. 1982a, b, 1986, 1989, INIA 1972, 1978, 1979, 1980, López 1978, Ortegón 1978, 2001d, 2004a, Vázquez 1981

113

Cuadro 1. Continuación Girasol Logros/difusión del cultivo Uribe 1978, Ortegón 1980b, 1982,

Ortegón y Escobedo 1987a,b, Ortegón y González 2005, Ortegón et al. 1979, 1993

Cártamo Fecha de siembra INIA 1971c Densidad de siembra y

fertilización Salinas y Espericueta 1973c

Patrones de cultivo Morales 1987 Uso consuntivo/potencial

productivo López et al. 1992

Paquete tecnológico INIA 1972, Ortegón 2001c Logros/difusión del cultivo Quilantán 1983

Linaza Fecha de siembra INIA 1971b Método de siembra y

fertilización Salinas y Espericueta 1973e

Variedades Salinas y Espericueta 1973d, Espericueta 1975d

Paquete tecnológico INIA 1972, Espericueta 1975e, Ortegón y Escobedo 1994a

Logros/difusión del cultivo Quilantán 1983

Ajonjolí Variedades INIA 1971a,e; Ortegón 2002 Fecha de siembra INIA 1971a, Salinas y Espericueta

1973g Paquete tecnológico INIA 1972, Ortegón 2001a Logros/difusión del cultivo INIA 1981, 1985, Ortegón 1982 Cacahuate Variedades INIA 1971a, d; Salinas y Espericueta

1973f, Espericueta 1975b Densidad de siembra y

fertilización Espericueta 1975a

Paquete tecnológico INIA 1969, 1970, 1972 Crambe Paquete tecnológico Ortegón 2002 industria, se usa en la fabricación de jabones y cosméticos; como lubricante para motores de alta revolución; base para adhesivos, pinturas, barnices y lacas; en plásticos y prótesis óseas. Para su explotación comercial es importante el uso de variedades apropiadas, pues el mercado internacional requiere que el grano contenga al menos el 47% de aceite de ricino.

El primer trabajo de investigación con higuerilla en el Campo Agrícola Experimental Río Bravo se realizó durante el ciclo Primavera-Verano (P-V) de 1962, cuando se evaluaron cuatro variedades enanas proporcionadas por la Universidad de Texas A&M. El rendimiento más alto (1,908 kg/ha) se obtuvo con la variedad Lynn (Robles y Quilantán 1963; INIA 1968). En 1966-1967, se

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continuó con los trabajos de investigación con esta especie y se obtuvieron rendimientos de 2,029 y 1,987 kg/ha, con las variedades Baker Hybrid 22 y Baker Hybrid 33, respectivamente (INIA 1971a). Además, se determinó la fecha óptima de siembra (15 de abril al 15 de junio) y otros componentes tecnológicos de producción, lo cual se difundió ampliamente durante la celebración del Día del Agricultor (INIA 1969, 1970).

En 1999, a petición de una empresa internacional comercializadora de aceite de ricino, se evaluaron híbridos de higuerilla, también del tipo enano, ya que son los que por sus características de porte, maduración e indehiscencia del grano pueden cosecharse mecánicamente. El mejor híbrido (‘CS-R-63-268’) rindió 2,600 kg/ha (Ortegón 2002). A pesar de los rendimientos promisorios, y que en Altamira, Tam. se localiza una planta procesadora de aceite de ricino, el cultivo no se ha adoptado en esta región, debido al desconocimiento de los canales de comercialización de esta oleaginosa.

CÁRTAMO

El cártamo Carthamus tinctorius L., originario del Medio Oriente, posee buena adaptabilidad a zonas áridas o semiáridas, es insensible al fotoperíodo y tolerante a bajas temperaturas (hasta -6ºC) en las primeras cuatro a seis semanas de desarrollo; es susceptible a enfermedades fungosas cuando la humedades relativa es alta (Mazzani 1963, Sánchez 1990, Ortegón 2001c). En la antigüedad se cultivaba principalmente para aprovechar las sustancias colorantes que contienen las flores, las que a su vez se utilizaban para teñir telas de seda y algodón.

México es el principal productor de cártamo en el mundo, con una producción de 213 mil toneladas en el 2004 y es también es país que más aceite de cártamo exporta. Actualmente, el aceite de cártamo es ampliamente utilizado por su alto contenido de ácido oleico y linoleico. La pasta, subproducto del proceso de industrialización del aceite, contiene un alto porcentaje de proteína cruda (30-42%) cuando se utiliza la semilla decorticada, sin embargo, se usa poco en la alimentación animal debido a que tiene un sabor amargo, ocasionado por la presencia de glucósidos (CNSPO 2005b) y ácido fítico (Chadd et al. 2004).

El cártamo se introdujo a México en 1905, en San José de Parangueo del Valle de Santiago, Guanajuato. Sin embargo, no fue sino hasta los 40’s, cuando su siembra se generalizó en la región de El Bajío, y en los 50’s en Tamaulipas (Ortega y Ochoa 2003a). Las primeras siembras se establecieron bajo condiciones de riego y posteriormente en temporal, donde finalmente se arraigó. En riego, las líneas de investigación se orientaron a incrementar los rendimientos del cultivo (mejoramiento genético, fertilización, riego y control de enfermedades y plagas), mientras que en temporal, se orientaron a abatir los costos y riesgos de la producción (fecha de siembra, sistemas de labranza y rotación de cultivos) (Quilantán 1983).

El Campo Experimental Río Bravo, históricamente se ha utilizado como una localidad de evaluación de genotipos de cártamo, mismos que han derivado en

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variedades comerciales como Mante-81, Tantoán 91, San Ignacio 92 y Quilantán 97 (Fig. 1). Destacan también los estudios realizados para generación y validación de los principales componentes tecnológicos de producción del cultivo: Fecha de siembra, variedades con alto potencial de rendimiento y tolerancia a sequía y a enfermedades foliares (tizón de la hoja y roya) y control de plagas; así como la definición de las áreas con potencial productivo para cártamo y su participación en el patrón de rotación de cultivos en la región (INIA 1971c, 1972; Salinas y Espericueta 1973c; Quilantán 1983; Morales 1987; López 1992; López et al. 1992; Ortegón 2001c, 2003b). A partir del ciclo O-I 2005/06 se inicia la evaluación de líneas y variedades resistentes a falsa cenicilla (Ramularia carthami Zaprom) y con alto contenido de aceite de tipo oleico.

Figura 1. Genotipo sobresaliente de cártamo en el Campo Experimental Río Bravo. 2003

CACAHUATE

El cacahuate Arachis hypogaea L. tiene su centro de origen en la región denominada como “El Chaco” que comprende parte de Brasil y Paraguay. En México, evidencias arqueológicas en Tehuacan, Pue., indican la existencia del cacahuate alrededor de 200 años A.C. (INIFAP 2005). La palabra cacahuate proviene del vocablo náhuatl “tlalcacahuatl” que significa “cacao de tierra” (Justo 1998). Aunque se clasifica como leguminosa, su alto contenido de aceite en la semilla (45%) se le considera también como una especie oleaginosa importante, ya que representa el 10% de la producción de oleaginosas en el mundo, después de soya, canola y algodón. Los principales países productores de cacahuate son China, India y EUA. En México, los estados de Puebla, Oaxaca, Chihuahua, Sinaloa y Chiapas producen aproximadamente el 75% de la producción nacional de cacahuate (Ortega y Ochoa 2003c). Los suelos más apropiados para su

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cultivo son los franco-arenosos, con una composición aproximada de 60% arena, 25% arcilla, 8% humus y 7% cal (Ortegón 1982).

El aceite de cacahuate es de excelente calidad, similar al aceite de oliva, por lo que tiene un uso preferencial en la alta cocina; también se utiliza en la elaboración de margarinas, mayonesa, cosméticos y jabones. La semilla se consume como confitura, y en algunos países la planta se utiliza como forraje. La pasta se emplea en la alimentación de animales y en la confección de algunos materiales industriales, como plásticos, pinturas y adhesivos (Mazzani 1963).

En 1966, en el Rancho Las Margaritas, municipio de Río Bravo, se condujeron los primeros ensayos de evaluación de variedades de cacahuate Dichas variedades fueron del tipo Virginia (grano grande) y del tipo Español (grano pequeño). La evaluación se repitió en 1968 y 1971 en el Rancho El Indio, municipio de Matamoros, Tam. Los resultados obtenidos en estos estudios se tomaron como base para identificar las variedades más aptas para el norte de Tamaulipas: Virginia Bunch 46-2, Georgia 119-20, Starr y Florispan Runner. También se generó el resto del paquete tecnológico (INIA 1969, 1970, 1971a,d, 1972; Salinas y Espericueta 1973f; Espericueta 1975a,b). El potencial de rendimiento de cacahuate se demostró en una parcela del Campo Experimental Auxiliar El Tapón en Río Bravo, donde se obtuvo un rendimiento medio de 3,625 kg/ha (Ortegón 2002).

AJONJOLÍ

El ajonjolí Sesamum indicum L., nativo de Etiopía, es la especie oleaginosa con el más alto contenido de aceite (45-50%), además de ser una fuente importante de proteína (35%). Prospera bien en regiones con altitudes cercanas al nivel del mar, donde la radiación es alta y con temperaturas entre 25 y 30ºC. Es tolerante a sequía pero no a encharcamientos ni salinidad, se desarrolla mejor en suelos de textura ligera con buen drenaje. En México, los principales estados productores son Sinaloa, Guerrero, Oaxaca, Sonora, Chiapas y Michoacán. El ajonjolí se usa directamente en la elaboración de dulces, panes y confitería en general; la semilla es rica en lecitina; su aceite se utiliza para consumo humano y en la elaboración de cosméticos, jabones y pinturas. La pasta o harina de ajonjolí tiene una fuerte demanda en la industria de alimentos balanceados, ya que contiene 45-50% de proteína, de la cual alrededor del 92% es digestible (Ortegón 1982; Ortega y Ochoa 2003d).

El ajonjolí se introdujo a Tamaulipas en 1941, al Campo Experimental de Llera, Tamps., donde se realizaron las primeras selecciones individuales y cruzamientos de ajonjolí que fueron la base para el desarrollo de variedades, como Llera Mejorado, Instituto 15, Instituto 25 e Instituto 71 (INIA 1981, 1985); sin embargo, no fue sino hasta el período 1968-1973 cuando se realizaron las primeras evaluaciones para adaptación y rendimiento, así como para determinar la fecha de siembra para el norte del Estado, con el objeto de incluirlo en el sistema de rotación de cultivos regionales (INIA 1971a,e; 1972, Salinas y Espericueta 1973g). Los resultados obtenidos fueron inconsistentes, con

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rendimientos desde 875 hasta 1,265 kg/ha en las mejores variedades, como consecuencia del exceso de lluvias a cosecha, enfermedades foliares y pudriciones radicales. Además, el cultivo demanda gran cantidad de mano de obra para la cosecha, situación que evaden los productores de la zona, quienes utilizan maquinaria para la mayoría de las actividades agrícolas. Por estas razones, la investigación en ajonjolí, en el norte de Tamaulipas no se justificó por un período de 25 años, hasta retomarla nuevamente en los 90’s, para complementar el paquete tecnológico de producción (Ortegón 2001a). De un grupo de 30 variedades de ajonjolí evaluadas en esta década, destacaron por su adaptación a la región las siguientes: Ontagota, Ostimuri, Turinoca y Chino 11, con una media en el rendimiento de 1,420 kg/ha (Ortegón 2002).

LINAZA

La linaza Linum usitatissimum L., originaria de la India y Sudoeste de Asia, se adapta a climas variados, ya que tolera temperaturas hasta de -5ºC durante los primeros estados de desarrollo de la planta y hasta poco antes de la floración. La linaza es cultivada principalmente por el aceite y la fibra que se obtiene de la semilla y el tallo, respectivamente. El aceite se utiliza fundamentalmente en la industria de pinturas, barnices, resinas sintéticas y tintas para imprenta, dada su capacidad de secado rápido y formación de una capa protectora de los efectos ambientales. De la fibra se elabora un hilo natural que se utiliza para la fabricación de una tela similar a la de algodón, aunque más fuerte y más lisa al tacto (Mazzani 1963; Espericueta 1975e). Estudios nutricionales recientes indican que la linaza es una de las fuentes más ricas de los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6, los cuales son deseables incluir en la nutrición humana, ya que evitan que el colesterol obstruya las arterias, además de actuar como anticancerígenos y desinflamatorios y ayudar a reducir la tensión nerviosa.

No se conoce con certeza cuándo y dónde se introdujo la linaza a México, pero hay registros que indican la siembra de linaza en el Sistema de Riego Nº 4 de la presa Don Martín, en Nuevo León. En ese sitio se creó en 1932 un Campo Experimental dedicado a los cultivos de ajonjolí, linaza y trigo (Reyes 1981). En el centro del país se siembra desde hace muchos años y se cuenta con materiales “criollos” adaptados a la región, aunque bajos en productividad (Quilantán 1983). La crónica del municipio de Hueypoxtla estado de México menciona el cultivo de la linaza, así como el maíz, frijol, cebada, trigo, ajonjolí, nabo e higuerilla, sembrados comercialmente en 1909 (Pichardo y Ramos 2005). En el norte de Tamaulipas, la investigación sobre linaza se inició en 1968, con estudios de fechas de siembra y variedades. De 1969 a 1974 se continuó con estos estudios y se determinaron el sistema de siembra y la dosis de fertilización más adecuada para el cultivo (INIA 1971b, 1972; Salinas y Espericueta 1973d,e; Espericueta 1975d,e). En la década de los 90’s se actualizó el paquete tecnológico del cultivo (Ortegón y Escobedo 1994a). Los rendimientos logrados

en la región (1,500-2,000 kg/ha) son similares a los obtenidos en los principales Estados productores (Sonora y Sinaloa) y superiores a la media nacional (1,039 kg/ha) (Quilantán 1983).

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GIRASOL

El girasol Helianthus annuus L. es originario de Norteamérica, donde se le encuentra en estado silvestre desde el sur de Canadá hasta el norte de México (Hieser 1978, Rogers et al. 1982, Gómez y González 1992, 1995, González y Gómez 1992, Ortegón et al. 1993, INIFAP 1995, CNSPO 2005c). Asimismo, autoridades mundiales en el conocimiento del género Helianthus demostraron que se le domesticó y cultivó en el sudoeste de EUA y norte centro de México (Heiser 1978, Roger et al. 1982), e incluso que su cultivo se extendió hasta el altiplano mexicano en la época prehispánica (Estrada 1989). En el norte de Tamaulipas se le encuentra en forma abundante y ampliamente distribuido; de esta región se han colectado y caracterizado poblaciones silvestres utilizadas en el mejoramiento genético del girasol cultivado en México y otros países (Gómez y González 1995; Gómez et al. 1998, 1999a,b).

El girasol es una planta de fácil adaptación a diferentes latitudes, altitudes, clima y suelo; es insensible al fotoperíodo y resistente a la sequía (Ortegón 1982). Los principales usos del girasol son el aceite comestible que se extrae de la semilla y la pasta o harina remanente, es utilizada en la elaboración de alimentos balanceados de consumo animal. La semilla también puede consumirse directamente como “botana”, y la planta completa, cosechada en etapa de floración, proporciona un ensilaje comparable en calidad al de maíz y sorgo (Mazzani 1963; Sánchez 1990). Recientemente, se empezó a utilizar el girasol en la producción de biodiesel (Ortega y Ochoa 2003e, Angeletti 2005).

Las primeras siembras comerciales de girasol en México se realizaron en 1969, en los estados de Puebla, Guanajuato, Morelos y Zacatecas. En Tamaulipas se hicieron hasta 1977 (Uribe 1978); sin embargo, los trabajos experimentales en la región norte de Tamaulipas se iniciaron en 1968 y continúan hasta el presente, con algunas breves interrupciones en los primeros años. Por ello, los resultados de investigación con esta oleaginosa son amplios y van desde la generación de la tecnología de los principales componentes de la producción (INIA 1971f, 1972, 1978, 1979, 1980; Salinas y Espericueta 1973h; Ortegón et al. 1977, 1979; López 1978; Ortegón 1978; Rosas 1978; Vargas 1979; Ortegón 1980a,b; Vázquez 1981; Escobedo et al. 1982a,b, 1986, 1989; Ortegón y Escobedo 1982, 1987a,b, 1994b; Escobedo y Ortegón 1988a,b; Ortegón y González 2005) hasta el desarrollo de las variedades comerciales Primavera y Rib 77 (Fig. 2) (Ortegón y Escobedo 1985a,b) y el primer híbrido de girasol mexicano: GH-382 (Ortegón y Escobedo 1988a), además del manejo agronómico dentro del patrón de cultivos para el norte de Tamaulipas (García y Sosa 1979; Morales 1987; López 1992).

Con el uso de las variedades de girasol nacionales se logró incrementar el rendimiento en un 20% con respecto a las importadas. Con el híbrido se obtiene un rendimiento similar al de los híbridos importados, cuyos rendimientos oscilan entre 1,700 y 2,200 kg/ha, bajo condiciones de riego (Ortegón 2002).

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Figura 2. Artemio Escobedo Mendoza (†) muestra la variedad de girasol Rib77, generada por el Campo Experimental Río Bravo. 1982.

En general, la tecnología de girasol disponible para el norte de Tamaulipas

permite: a) Disminuir los costos de producción en un 30%, al utilizar semilla de producción nacional; b) Ahorro en el uso de agua para riego hasta en un 50%; c) Control efectivo de la palomilla del girasol Homoeosoma electellum Hulst en siembras de temprano (Otoño-Invierno) y por escape natural en siembras de ciclo tardío (Primavera-Verano); y d) Establecer siembras en riego y temporal en ambos ciclos agrícolas, en áreas con buen potencial. Se estima que en la región existe un potencial de 20 mil hectáreas, en las cuales se puede sembrar girasol, preferentemente híbridos en el ciclo O-I y variedades en el ciclo P-V (Ortegón 2002). Aunque se ha intentado establecer el cultivo del girasol comercialmente en esta región, los problemas en la comercialización y bajo precio del producto, han limitado su integración al patrón de cultivos de la región.

En 1993, investigadores de este Campo Experimental publicaron el libro “El Girasol”, el cual constituye un compendio de los resultados de investigación obtenidos en esta oleaginosa en diversos países, pero con énfasis en los resultados generados en el norte de Tamaulipas (Ortegón et al. 1993).

CRAMBE

El crambe Crambe abyssinica Hochst es una planta oleaginosa nativa del mediterráneo; es un cultivo de invierno que una vez establecido tolera temperaturas hasta de -4.5ºC y tiene un ciclo vegetativo de 90 a 100 días. El aceite extraído de la semilla se caracteriza por un alto contenido de ácido erúcico (50 a 60%) y es utilizado como lubricante industrial, como inhibidor de la corrosión y como ingrediente para la fabricación de goma sintética. También se utiliza en la fabricación de filmes plásticos, nylon, adhesivos y aislamientos eléctricos. La harina de crambe puede ser empleada como suplemento proteico para el ganado; contiene entre 25 y 35% de proteína cuando se incluyen las silicuas y entre un 46 y un 58%, si no se incluyen. Tiene una composición

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balanceada de aminoácidos, razón por la cual en los EUA ha sido aprobada para integrar raciones de vacunos en un 5% de la ingesta diaria. No ha sido aprobada para animales monogástricos, ya que puede contener glucosinolatos, los cuales pueden ser desdoblados en el aparato digestivo formando compuestos que pueden causar daño en el hígado y los riñones, y pérdida del apetito. Sin embargo, si la semilla entera se somete a un calentamiento húmedo antes de su procesamiento, la enzima que libera los compuestos tóxicos es desactivada y los glucosinolatos permanecen intactos durante el proceso de extracción del aceite (Oplinger et al. 1991).

Las primeras pruebas con este cultivo en el Campo Experimental Río Bravo se establecieron entre 1992 y 1994. Destaca el genotipo SP-88NM#97, con una media de rendimiento de 1,747 kg/ha y 102 días a madurez fisiológica. Con base en estos resultados se infiere que el crambe se adapta al clima de la zona norte del Estado, con posibilidades de integrarse al patrón productivo regional como cultivo de invierno, en siembras del 1 de noviembre al 15 de diciembre. Se dispone del paquete tecnológico básico del cultivo (Ortegón 2002).

COLZA / CANOLA

La colza Brassica napus L. y B. rapa L. es originaria de la región montañosa del sureste de Asia; la especie rapa aparentemente fue introducida a México y se le encuentra en estado silvestre con los nombres de mostacilla, mostaza, nabo aceitero y nabillo. El aceite que produce se caracteriza por un alto contenido de ácido erúcico (35 a 45%), compuesto tóxico para el organismo humano y animal, razón por la cual su uso es principalmente de carácter industrial, en la fabricación de productos de nylon, plásticos y lubricantes (Ortegón 2003a).

El primer aceite comestible de colza se obtuvo en 1957, pero aún contenía porcentajes de ácido erúcico por arriba de lo recomendado por los nutriólogos (5%). La pasta obtenida para la alimentación animal contenía cantidades importantes de glucosinolatos (3 mg/g de semilla molida), compuestos sulfúricos que se caracterizan por su sabor fuerte y valor antinutritivo.

Las investigaciones sobre mejoramiento genético de la colza realizadas en la Universidad de Manitoba, Canadá generaron en 1974 la primera variedad (Tower) de “canola”, cuyo nombre es una abreviatura de “Canadian oil low acid”; su aceite contiene menos del 2% de ácido erúcico y la pasta menos de 30 micromoles de glucosinolatos. Además de utilizarse para cocinar, el aceite de canola tiene diversos usos industriales: Insecticida, lubricante, combustible y en la elaboración de jabones, plásticos y pinturas (Ortega y Ochoa 2003b, Canola Council of Canada 2003).

No se tiene registro de los primeros estudios de colza en Tamaulipas, sin embargo, en informes y publicaciones de los 70’s (Salinas y Espericueta 1973a, b; Espericueta 1975c,f) ya se mencionaban las selecciones CIAT S-67 y CIAT S-71 (selección de la variedad Target). Esta última, sembrada en 1972, mostró un rendimiento medio de 1,737 kg/ha.

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La investigación regional en canola inició en 1992 y a la fecha se ha determinado el paquete tecnológico de producción, tanto para riego como para temporal (Fig. 3). Es importante señalar que el sistema de siembra recomendado es totalmente diferente al utilizado en los principales países productores de canola, en donde utilizan altas densidades de semilla (6 kg/ha) y siembran variedades transgénicas tolerantes a herbicidas, en surcos estrechos (15 cm). En la región, con rendimientos similares e incluso superiores, se recomienda sembrar variedades convencionales, en surcos de 60 a 80 cm entre sí (permite un control cultural de la maleza) y densidades de siembra de 1.2 a 1.5 kg/ha en temporal y de 1.5 a 2.0 kg/ha en riego. Dicha cantidad de semilla es suficiente para obtener la densidad óptima de población: 15 a 20 plantas/m (Ortegón y Escobedo 1994a; Ortegón 2000, 2001b, 2003a; Ortegón et al. 2002, 2005).

Figura 3. Lote comercial de canola (Hyola 401), con tecnología generada por el Campo Experimental Río Bravo. Rancho El Longoreño. Matamoros, Tam. 2005.

En apoyo al programa de conversión de cultivos, coordinadamente con las organizaciones de productores y los Gobiernos Federal y Estatal, en los últimos cuatro años se ha impulsado su cultivo en lotes comerciales, al sembrar una superficie de 1,400 hectáreas en el O-I 2004/2005. Los rendimientos medios obtenidos en ese período con el híbrido Hyola 401, fueron de 2,060 kg/ha en condiciones de riego y de 1,380 kg/ha en temporal (González y Ortegón 2005).

OTRAS OLEAGINOSAS

Los cultivos de soya, algodonero y maíz, que también se utilizan para extraer aceite comestible, son tratados en otros capítulos de este libro, por lo que basta decir que su tecnología de producción para la zona norte de Tamaulipas, ha sido generada por los investigadores que durante estos 50 años han laborado en dichos sistemas de producción (Galván et al. 1983; Pérez et al. 1989; Reyes et

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al. 1990; Vargas 1991). La soya, con el enfoque de leguminosa comestible; el algodonero como productor de fibra, mientras que el maíz, como el principal alimento de los mexicanos.

LOGROS RELEVANTES

A continuación se presentan las aportaciones más importantes del Campo Experimental Río Bravo sobre oleaginosas:

1. Desarrollo de dos variedades de polinización libre de girasol: Primavera y Rib 77. Con esta tecnología se superó en 20% el rendimiento de los girasoles comerciales introducidos a la zona y se disminuyó el costo de producción del cultivo en un 13%.

2. Generación del primer híbrido de girasol mexicano, el GH-382; genotipo competitivo en rendimiento (rinde un 6% más) y calidad de aceite, en comparación con los híbridos introducidos.

3. Poner a disposición de los productores de la región la tecnología de producción (variedades y manejo agronómico) de una amplia gama de cultivos de alternativa, tanto para el ciclo Otoño-Invierno (cártamo, colza, linaza, girasol, crambe y canola) como para el Primavera-Verano (girasol, ajonjolí, higuerilla y cacahuate).

4. Generar los mapas de potencial productivo de las principales oleaginosas cultivadas en el norte de Tamaulipas.

5. Introducir al sistema de producción regional el cultivo de canola, oleaginosa con excelente potencial productivo en la región, comercialización por contrato con la industria aceitera nacional e ingreso objetivo asegurado. Además, este cultivo coadyuva a disminuir la erosión eólica en la región, al brindar una cubierta vegetal al suelo durante el invierno, época con vientos de más de 15 km/h.

PERSPECTIVAS

México es importador de grandes volúmenes de granos oleaginosos y aceites comestibles, por lo que su siembra a escala comercial contribuirá en la disminución de éstas. Para ello es necesario que se fomente la conversión de cultivos en áreas que tradicionalmente se destinan a la producción de cereales, pero que por su vocación o condiciones agroclimáticas serían más rentables en la producción de oleaginosas. En el norte de Tamaulipas existen alrededor de 100 mil hectáreas que pueden incorporarse a este patrón de cultivos; sin embargo, es necesario delimitar las áreas agrícolas con mejor potencial productivo para asegurar la rentabilidad de las unidades de producción.

De forma similar que en el resto de los cultivos agrícolas, es necesario que la investigación a realizar en oleaginosas esté fundamentada en el análisis de los problemas que se tienen en toda la cadena del sistema producto, desde la

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producción misma, hasta la comercialización, industrialización y manejo poscosecha de los productos generados. Además de realizar estudios encaminados a mejorar la eficiencia en el uso de insumos y la productividad del sistema, es necesario efectuar estudios sobre comercialización, mercado y valor agregado de los productos oleaginosos.

La investigación en la búsqueda de cultivos que ayuden a la diversificación agrícola regional es una prioridad señalada por los productores, ya que el sorgo, principal cultivo regional, ha dejado de ser rentable en algunas áreas. Las oleaginosas de invierno tienen muchas ventajas, ya que aprovechan mejor la humedad del suelo ocasionada por las lluvias de verano y ayudan a evitar los problemas de erosión eólica.

En oleaginosas es prioritaria la producción de productos inocuos y nutracéuticos, la demanda está dirigida a productos que proporcionen aceites con alto contenido de ácidos grasos esenciales (omega 3 y omega 6), los cuales no son producidos por el organismo humano, y deben ser provistos a través de la alimentación y suplementos dietéticos. Los estudios de variedades e híbridos de girasol, cártamo y canola deben encaminarse en esta dirección. Es necesario también incursionar en la producción de bioenergéticos (biodiesel) a partir de granos oleaginosos.

En el caso de la canola, un problema importante a resolver es la disponibilidad de variedades nacionales. El éxito de la producción de esta oleaginosa a gran escala en el norte de Tamaulipas, dependerá sin duda en gran parte de la producción de semilla de las variedades adaptadas a las condiciones de suelo y clima regionales, lo cual evitará la dependencia de semilla importada y consecuentemente disminuirá los costos de producción.

De gran importancia será incorporar a las actividades de investigación el uso de herramientas modernas, como la biotecnología, como apoyo al mejoramiento genético. Otro aspecto importante serán los estudios sobre los sistemas de riego presurizado, para optimizar el uso del agua. Se deberán intensificar las investigaciones sobre el manejo integrado de plagas y enfermedades. Finalmente, será necesario implementar programas intensivos de transferencia de tecnología sobre oleaginosas, con la capacidad de convertirse en programas de desarrollo, dirigidos y apoyados por los gobiernos federal, estatal y municipal.

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133

CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 9 Ganadería

Asunción Méndez Rodríguez

Rubén Darío Garza Cedillo INIFAP, Campo Experimental Río Bravo

Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900 [email protected]

CONTENIDO Introducción ……..………………………………………………………………………… 134

La Investigación Pecuaria en el Norte de Tamaulipas ……………………………….. 134

Logros Relevantes …………………………………..…………………………………… 141

Retos y Perspectivas ………………………..………………………………....………… 142

Literatura Citada ………………………………………………………………………….. 143

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: Méndez Rodríguez, A y R. D. Garza Cedillo. 2006. Ganadería, pp. 133-146. En: L. A.

Rodríguez del Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

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“A cordero extraño, no metas al rebaño” Refrán español

INTRODUCCIÓN

El norte de Tamaulipas se ha caracterizado por ser una región eminentemente agrícola con una superficie de cerca de 1 millón de hectáreas. Sin embargo, en los últimos años la actividad ganadera ha encontrado condiciones favorables para fomentar su crecimiento. Con tecnología desarrollada por el Campo Experimental Río Bravo, en 2002 se implementó un proyecto regional de conversión de cultivos para el norte de Tamaulipas que considera el cambio de uso del suelo en 300 mil hectáreas agrícolas, principalmente para el desarrollo ganadero (240 mil hectáreas) (SAGARPA 2002) y en menor proporción al fomento de la actividad forestal (60 mil hectáreas). Actualmente la superficie dedicada a la ganadería en el norte de Tamaulipas comprende una extensión de 1.2 millones de hectáreas de agostaderos naturales y 350 mil hectáreas de praderas cultivadas, las cuales constituyen la base alimenticia de 237 mil cabezas de ganado bovino, 111 mil de ovinos y 114 mil de caprinos.

La investigación pecuaria en el Campo Experimental Río Bravo inició en 1966 y desde entonces, en esta actividad han participado diversos investigadores, entre ellos: Benito Acosta Jiménez, Héctor Estrada Torres, José Luis Adame de León, Humberto Alvarado Sánchez, Amador Garza Quintanilla, Roberto Villaseñor Ramos, Enrique Villarreal Cisneros, Antonio Valdez Oyervides, José Reynaldo Gamboa Martínez, José Palomo Salas, Asunción Méndez Rodríguez y Rubén Darío Garza Cedillo. Este programa ha contado con el apoyo invaluable de los ayudantes de investigación: Leonel Córdoba Chaires, Miguel Macías Montelongo, Lauro Macías López, Sigifredo Vázquez Ávila, David Castillo Moctezuma, Juan Reyna Martínez, Juan Nava Alvarado y Francisco Guerrero Guerrero. Las áreas de investigación que han sido atendidas incluyen la introducción y evaluación de especies forrajeras, establecimiento y manejo de praderas, uso de esquilmos agrícolas, conservación de pasturas, producción de carne y leche en pastoreo, producción y manejo de ovinos y transferencia de tecnología.

LA INVESTIGACIÓN PECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS

Las investigaciones en el área de forrajes iniciaron en el Campo Experimental Río Bravo a finales de los 60´s con el desarrollo de paquetes tecnológicos para maximizar la producción y aprovechamiento de diferentes especies forrajeras para condiciones de riego y temporal (Cuadro 1).

Pastos de Riego. En la década de los 70´s, el zacate Bermuda Cruza 1 (Cynodon dactylon x C. nlemfuensis) fue el más cultivado en los distritos de riego de la región debido a su gran potencial productivo y adaptación a los suelos con problemas de salinidad, que no permitían un buen desarrollo del maíz o sorgo.

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Cuadro 1. Generación de tecnología en forrajes en el Campo Experimental Río Bravo.

Especie vegetal Tecnología Referencias

Riego Zacate Italiano, Ballico anual o Rye grass (Lolium multiflorum Lam.)

Paquete tecnológico; Variedades Golfo, Tam 90, Álamo y Oregon

Gamboa 1976; Méndez y Palomo 1994a; Méndez 2004

Bermuda Cruza 1 (Cynodon dactylon x C. nlemfuensis) y Bermuda Tifton 68 (Cynodon nlemfuensis Vanderyst)

Paquete tecnológico; Variedades Cruza 1 y Tifton 68; fertilización, frecuencia de cortes y carga animal.

Gamboa 1977a,b; Palomo 1990b; Palomo y Méndez 1993a,b; 1994; Palomo et al. 2004b

Maíz (Zea mays L.) Paquete tecnológico; Variedades H-507, V-401 y Llera 2

Villarreal 1970a ; INIA 1981

Sorgo (Sorghum bicolor (L.) Moench)

Paquete tecnológico; Variedades para ensilaje: Beef Builder, NK-320, Milk Maker y Azteca. Variedades para henificar: 988, Sordan, SX-17 Hay Grazer y Grazer N

Villarreal 1970b; INIA 1981

Taiwán (Pennisetum purpureum Schumach)

Fertilización y frecuencias de corte

Palomo 1992a

Conchita azul o Clitoria (Clitoria Ternatea L.)

Método y densidad de siembra

Garza y Méndez 2005

Alfalfa (Medicago sativa L.) Paquete tecnológico; Variedades: DK 170, DK 187, DK 192 y Cuf 101

Villarreal 1970c; INIA 1972a; Palomo et al. 2004a

Estrella africana (Cynodon nlemfuensis)

Paquete tecnológico Villarreal 1970e, INIA 1972d

Remolacha forrajera (Beta vulgaris L. var. Crasa)

Paquete tecnológico INIA 1972b

Bermuda de la costa (Cynodon dactylon L. Pers)

Paquete tecnológico INIA 1972c

Temporal Zacate Buffel (Cenchrus ciliaris L.)

Paquete tecnológico; Variedades: Z-115, Formidable, Nueces, PI-409275 y Milenio.

Valdez 1978; Méndez y Palomo 1996

Pretoria (Dichantum annulatum (Forssk.) Staff)

Paquete tecnológico Méndez y Palomo 1994b

Rhodes (Chloris gayana Kunth)

Manejo de praderas para engorda de ganado

Valdez 1976

Green panic (Panicum maximum var. trichoglume)

Manejo de praderas para engorda de ganado

Valdez 1976

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Con la tecnología generada se pueden realizar seis cortes durante el año, con una producción promedio de 3 a 5 ton/ha de materia seca por corte. La dosis de fertilización recomendada para este pasto es de 80 a 90 kg de N/ha (Gamboa 1977a) y la altura óptima de aprovechamiento fue de 40 cm (Gamboa 1977b). Posteriormente, en los 90´s, se introdujeron nuevas variedades de pasto Bermuda (Fig.1), entre las que se seleccionó la variedad Tifton 68 por su amplia adaptación y productividad (Palomo y Méndez 1994). La producción media de forraje de esta variedad fue de 5.8 ton de materia seca por corte y el intervalo de aprovechamiento óptimo de 35 días (Palomo y Méndez 1993a). En cortes a 63 días el rendimiento medio por corte se incrementa a 9.3 ton de materia seca, sin afectar significativamente el contenido de proteína (Palomo 1992c, Palomo y Méndez 1993b).

Figura 1. Durante una reunión de evaluación de proyectos, al centro Carlos Morales Topete, Director del INIFAP, recibe las explicaciones de José Palomo Salas y Asunción Méndez Rodríguez sobre los avances en investigación en pastos en el Campo Experimental Río Bravo. 1994.

Durante el período invernal la producción de forraje disminuye significativamente debido a las bajas temperaturas, lo que origina considerables pérdidas económicas a los ganaderos de la región. Para resolver esta falta de continuidad en la producción de forraje, se determinaron las curvas de producción de diferentes gramíneas; se encontró que la combinación de pasto Bermuda Cruza 1 con Rye Grass (Lolium multiflorum Lam.), o Rhodes (Chloris gayana Kunth) con Rye Grass sostenía una producción anual de forraje de 36 y 44 ton/ha de materia seca, respectivamente (Valdez 1976). Posteriormente, se identificaron las variedades de Rye Grass mejor adaptadas a la región, entre ellas Golfo, Álamo, Tam 90 y Oregon, las cuales tienen un potencial de rendimiento en la región de hasta 14 ton/ha de materia seca de enero a abril (Méndez y Palomo 1994a, Méndez 2004).

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Producción de carne. En los 70´s se determinó que ocho novillos por hectárea era la carga animal óptima para Bermuda Cruza 1, bajo condiciones de riego y una fertilización de 90 kg de N, con lo que se obtuvo una producción de carne de hasta 5.1 kg/ha/día de carne en un período de 215 días. Con la introducción del pasto Bermuda Tifton 68 se obtuvo una producción de carne de 4.6 kg/ha/día con una carga animal de nueve becerros por hectárea en 355 días (Gamboa 1977a, Palomo y Méndez 1993a). En praderas con Rye Grass, variedad Golfo, fertilizada con 180 kg de N/ha y una carga animal de 12 novillos se obtuvo una producción de carne de 7 kg/ha/día en un período de 72 días (Méndez y Palomo 1991).

Producción de leche. Para generar tecnología que permitiera incrementar la producción de leche a bajo costo se estableció en 1976 un módulo de producción en el Campo Experimental Río Bravo. Se utilizaron vaquillas de la raza Jersey, por su adaptación a la región, las cuales fueron alimentadas en praderas de zacate Bermuda Cruza 1 y Rye Grass como forraje de invierno, además de suministrarles un suplemento proteínico. El promedio de producción obtenida durante cinco años fue de 4.7 litros por día, lo que equivale a un incremento del 15% con respecto al promedio regional (Méndez y Palomo 1991).

En otros trabajos se generó tecnología para el establecimiento y producción de maíz (Villarreal 1970a, INIA 1981) y sorgo forrajeros (Villarreal 1970b, INIA 1981), pasto Estrella de África (INIA 1972d), Bermuda de la Costa (Villarreal 1970d, INIA 1972c), Alfalfa (INIA 1972a, Palomo et al. 2004a), remolacha forrajera (INIA 1972b), pasto Taiwán (Palomo 1992a) y Rye Grass (Gamboa 1976, Méndez 2004). Además, se realizaron estudios para identificar especies de leguminosas forrajeras adaptadas a la región, entre ellas Leucaena leucocephala y Clitoria ternatea (INIA 1971, Garza y Méndez 2005).

Pastos de temporal. El Campo Experimental Río Bravo ha evaluado diversas especies forrajeras de crecimiento amacollado para las condiciones de temporal del norte de Tamaulipas, tales como Buffel (Cenchrus ciliaris L.), Bluestem Old World y Bluestem Gordo (Bothrichloa spp.), Blue Panic (Panicum antidotale Retz), Green Panic (Panicum maximum var. trichoglume), Pretoria 90 (Dichanthium annulatum (Forssk.) Stapf), Bell Rhodes (Chloris gayana Kunth) y Klein (Panicum coloratum L.). De los estudios realizados sobresalen por su importancia las introducciones de nuevas líneas experimentales y variedades de zacate Buffel por ser la especie de zacate predominante en la región, además de que la variedad Común (T-4464), utilizada tradicionalmente por más de 40 años, a partir de los 90´s, mostró susceptibilidad a enfermedades foliares (Cercospora sp. y Pyricularia grisea), las cuales originan disminución en la producción y calidad del forraje (Díaz y Méndez 1994, Méndez y Palomo 1994bc, Méndez et al. 1994). De estas evaluaciones se seleccionaron las variedades de zacate Buffel Zaragoza 115, Formidable, Nueces y Biloela, así como la línea experimental PI-409275. La producción de forraje de estos materiales son superiores en más del 30% al obtenido con la variedad Común, además de ser tolerantes a enfermedades foliares (Palomo 1992b,d, Méndez y Palomo 1996). Recientemente el Campo Experimental General Terán del INIFAP liberó una nueva variedad de zacate Buffel “Milenio” (Fig. 2), la cual registró una producción

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de forraje de 13.5 ton/ha/año en el norte de Tamaulipas, lo que equivale a un incremento del 28% comparado con las variedades élite seleccionadas para esta región. Además se han identificado los problemas fitosanitarios de las principales especies forrajeras de la región, entre los que destaca el tizón del pasto Buffel (Pyricularia grisea), el cual ha incrementado su presencia e intensidad durante los últimos años (Méndez et al. 1994, Díaz y Méndez 2004).

Figura 2. Variedad de zacate buffel Milenio generada por el INIFAP para el noreste de México. Campo Experimental Río Bravo. 2004.

Producción de carne en temporal. En praderas de temporal del municipio

de San Fernando se realizaron engordas de novillos con los pastos Rhodes (Chloris gayana Kunth) y Green Panic (Panicum maximum var. trichoglume) y se determinó un potencial de producción de 200 kg de carne por hectárea al año, con una carga de un becerro por hectárea (INIA 1981). La baja productividad se atribuye a que dichos pastos no son los más adecuados para las condiciones de temporal, aunado a las condiciones críticas de sequía que prevalecieron durante el período de la evaluación.

Uso de esquilmos agrícolas. Para mejorar el aprovechamiento de los esquilmos agrícolas de la región se realizaron ensayos con esquilmo de sorgo y diferentes tratamientos al esquilmo (hidróxido de sodio o amoniaco) y suplementación con harinolina. En novillos alimentados con el esquilmo de sorgo sin tratar, suplementado con 0.5 kg de harinolina y una premezcla a base de sorgo, melaza y urea, obtuvieron ganancias de peso de 0.630 kg diarias vs. 0.290 kg obtenidos con novillos que recibían el esquilmo sin la harinolina. Los tratamientos con hidróxido de sodio o amoníaco produjeron ganancias diarias de peso de 0.340 y 0.410 kg respectivamente, además se observó una mejor digestibilidad del esquilmo, aunque los costos de producción se incrementan

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significativamente (Méndez y Palomo 1991). Asimismo, se generó información sobre conservación de forrajes por el método del ensilaje (Valdez 1977).

Ovinos de pelo. El norte de Tamaulipas es donde se produce la mayor cantidad de ovinos de pelo del Estado. Sin embargo, el manejo de explotación comercial es reciente y se carecía de la tecnología para producir con eficiencia. Los resultados de investigación generados en el Campo Experimental Río Bravo han permitido determinar las características productivas y reproductivas de las diferentes razas de ovinos de pelo que existen en México (Fig. 3), entre las que sobresale la raza Pelibuey canelo por su elevada fertilidad (>90 %) y prolificidad, con un porcentaje de cuateo del 80 % y ganancia de peso en corderos de 260 g diarios, lo que les permite una producción de carne por parto superior a la de otras razas (Méndez y González 2004, Méndez et al. 2005a,b). Asimismo, se han generado recomendaciones para el manejo de corderos desde el nacimiento al destete y manejo de la engorda. Se determinó además que el cruzamiento del semental con su progenie (consanguinidad) produce efectos negativos en la prolificidad (-8 %), peso al nacimiento (-22%), peso al destete (-14%) producción de carne por borrega (-39.4%) y un incremento en el porcentaje de mortalidad de las crías (+187%), al comparase con la producción de cruzas con hembras sin parentesco (Méndez y Garza 2005). Además, se han generado recomendaciones sobre el uso del cerco eléctrico, la elaboración y uso de bloques nutricionales y el manejo del pastoreo intensivo de corderos (Méndez 2003, Méndez y González 2003, Méndez et al. 2005a,b).

Figura 3. Módulo de validación y demostración sobre ovinos de pelo en el Campo Experimental Río Bravo. 2004

Transferencia de tecnología. Un aspecto relevante en el Campo Experimental Río Bravo ha sido el apoyo a las acciones de transferencia de las tecnologías generadas que incluyen el establecimiento de módulos demostrativos de las mejores variedades de zacate Buffel (Zaragoza 115, Formidable, PI-409275 y PI-409443) y pasto Bermuda (Tifton 68, Tifton 85 y Brazos). Para la propagación de estos materiales se ha proporcionado en los últimos años semilla para el establecimiento de 26 parcelas demostrativas de zacate Buffel y 12 de pasto Bermuda en ranchos ganaderos de la región. Además, se han realizado

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cursos de capacitación a productores y agentes de cambio, demostraciones, recorridos técnicos y diversas publicaciones técnicas y notas periodísticas. Se estableció un módulo demostrativo sobre ovinos de pelo en el año 2000, donde se validan las nuevas tecnologías para el manejo integral de esta especie. En ese mismo año, se realizó con gran éxito el “Simposio sobre Ovinocultura: Alternativa para el norte de Tamaulipas”, con una gran participación de productores de la región. Este simposio promovió el posicionamiento de la ovinocultura regional como actividad económica y como opción productiva para el cambio de uso de suelo en áreas agrícolas de baja productividad.

Modelo GGAVATT. Para fomentar el uso y adopción de tecnología pecuaria, especialmente en ovinos de pelo en el norte de Tamaulipas, el Campo Experimental Río Bravo realizó en 2002 la Reunión Regional de Promoción del Modelo GGAVATT (Grupo Ganadero de Validación y Transferencia de Tecnología) el cual es un método de trabajo en grupo, que integra la participación de productores, técnicos e instituciones, sistema desarrollado por el INIFAP como estrategia para acelerar el proceso de validación-transferencia-adopción de tecnología pecuaria del país (Méndez y Vázquez 2002). Actualmente este modelo tiene reconocimiento nacional y es utilizado por la SAGARPA como un sistema de trabajo para los técnicos pecuarios (DEPAI) encargados de proporcionar la asistencia técnica con el propósito de incrementar la productividad de los ranchos ganaderos, organizar a los productores para la comercialización de sus productos y mejorar su nivel de vida (INIFAP 2005).

Figura 4. Transferencia de tecnología sobre ovinos de pelo mediante el modelo GGAVATT en el norte de Tamaulipas. 2003.

Desde 2002 el INIFAP ha participado en la constitución de cuatro GGAVTT´s de ovinocultores en el norte de Tamaulipas: La Sauteña, San Miguel, Valle Hermoso y La Unión, los que integran un total de 73 productores (Fig. 4). La aplicación de este modelo permitió a los productores integrantes del GGAVATT

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“La Sauteña” incrementar el uso de tecnología de producción de ovinos de pelo en aproximadamente 47% (Méndez et al. 2003), además de ubicar nuevos canales de comercialización y obtener mejores precios en la venta de sus productos. Este GGAVATT incluye el rancho “El Morueco” de 50 hectáreas, cuya actividad principal fue la agricultura hasta el 2000, pero la baja rentabilidad indujo al productor a buscar nuevas opciones productivas. Actualmente este rancho es considerado como un modelo de conversión productiva en el norte de Tamaulipas. En este rancho se han validado y adecuado con éxito diferentes tecnologías de producción de ovinos, lo que ha permitido optimizar la producción y engorda de ovinos. La relación beneficio/costo de esta actividad en el “Morueco” es de 1:1.6 (Méndez et al. 2004).

En 2004, se realizó en el Campo Experimental Río Bravo, la Reunión Regional de Ovinocultura y su Cadena Productiva, en la que interactuaron productores, empresarios y técnicos con el propósito de buscar un acercamiento para mejorar la calidad de la producción y los canales de comercialización mediante convenios de producción y la participación de los productores como accionistas de las empresas comercializadoras de ovinos del país.

LOGROS RELEVANTES

1. Se generaron paquetes tecnológicos para el establecimiento de Alfalfa, Bermuda, Estrella de África, Taiwán, Rye Grass, remolacha, maíz y sorgos forrajeros, bajo condiciones de riego; y de zacate Buffel y pasto Pretoria para temporal (Villarreal 1970a,b; INIA 1972a,b,c; Méndez y Palomo 1996; Méndez 2004).

2. Para condiciones de riego se seleccionaron las variedades Cruza 1, Tifton 68, Tifton 85 y Brazos de pasto Bermuda (Gamboa 1977a,b Palomo y Méndez 1993a, Palomo et al. 2004b).

3. Las mejores variedades de zacate Buffel seleccionadas para condiciones de temporal fueron Zaragoza 115, Formidable, Nueces, Milenio y la línea experimental PI-409275 (Méndez y Palomo 1996).

4. La producción continua de forraje a través del año con Zacate Bermuda y Rye Grass es una opción para la implementación de sistemas de levante de novillos y producción intensiva de carne y leche bajo pastoreo en praderas irrigadas (Valdez 1977).

5. La tecnología generada para el establecimiento de praderas de temporal fue determinante para implementar el Proyecto Regional de Conversión de Cultivos para la Zona Norte de Tamaulipas, en una superficie de 300 mil hectáreas (SAGARPA 2002).

6. Se identificaron variedades de zacate Buffel tolerantes al tizón del zacate Buffel (Pyricularia grisea) y se determinó la intensidad del daño y su distribución en el norte de Tamaulipas (Díaz y Méndez 2004).

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7. Se generó tecnología para el aprovechamiento de esquilmos agrícolas en la alimentación del ganado y la conservación de forrajes (Valdez 1977).

8. Se desarrolló tecnología para el establecimiento y manejo de praderas de riego y temporal en el norte de Tamaulipas (De León 1978, Gamboa 1975, Palomo 1990a, Palomo y Méndez 1993a,b, Méndez 2004).

9. Se generó tecnología para el manejo de corderos desde el nacimiento al destete y manejo de la engorda, así como en manejo reproductivo y sanitario del rebaño (Méndez y González 2004, Méndez et al. 2005a,b).

10. Se apoyó la constitución de cuatro GGAVATT´s de ovinocultores en la región: “La Sauteña” (Río Bravo); “Valle Hermoso” (Valle Hermoso); “San Miguel” (Díaz Ordaz) y “La Unión” (Reynosa). Estos grupos integran el trabajo de 73 productores agropecuarios interesados en desarrollar la producción de ovinos en la región.

11. Se incrementó en 47% el uso y adopción de tecnología entre los integrantes del grupo de ovinocultores “La Sauteña”, mediante el uso de la metodología de trabajo del GGAVATT (Méndez et al. 2003).

12. Se determinó la productividad de diferentes razas de ovinos, entre las que destaca la raza Pelibuey Canelo, la cual supera hasta en un 30% la producción de carne por borrega en comparación con otras razas de ovinos de pelo (Méndez y González 2004).

13. El uso de bloques nutricionales a base de melaza-urea permitió incrementar en un 14% las ganancias de peso de corderos en pastoreo (Méndez y González 2004).

14. El reemplazo de sementales para evitar la consanguinidad en el rebaño permite mejorar la cosecha de borregos y la producción de carne por borrega en 39% (Méndez y Garza 2005).

RETOS Y PERSPECTIVAS

La poca disponibilidad de agua ha limitado el desarrollo de sistemas de producción intensiva de carne en la región en condiciones de riego, lo que hace necesario la validación o generación de tecnologías enfocadas a la optimización del agua e insumos mediante la implementación de sistemas presurizados de riego (cintilla) que consideren el manejo integral de la pradera, el pastoreo intensivo, el uso de cercos eléctricos, el establecimiento de praderas con leguminosas forrajeras para mejorar la dieta del ganado y la difusión de tecnologías para el almacenamiento y conservación de pasturas. Asimismo se requiere la introducción y evaluación de especies forrajeras capaces de producir forraje de buena calidad en suelos con problemas de salinidad.

En el área de temporal es urgente implementar prácticas de manejo para incrementar la producción de forraje en praderas establecidas mediante la validación y transferencia de tecnologías relacionadas con la rehabilitación de

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praderas, métodos de captación y conservación de humedad y el uso de variedades mejoradas de zacate Buffel recomendadas por el INIFAP. En este aspecto se requiere la participación de las organizaciones de productores y de empresas privadas, para la implementación de proyectos de producción de semillas de variedades de plantas forrajeras mejoradas.

Para diversificar la disponibilidad de opciones forrajeras en la región, se está trabajando en la evaluación de nuevas variedades de zacate Buffel que presentan mayor potencial productivo y tolerantes a enfermedades foliares; asimismo, se realizan estudios para la identificación de nuevas opciones forrajeras, gramíneas y leguminosas de verano e invierno.

En ovinos de pelo, los trabajos de investigación y validación deberán enfocarse al desarrollo de sistemas de producción que consideren el aprovechamiento racional de los recursos para evaluar su rentabilidad y sostenibilidad. Asimismo, deberán continuar los trabajos de evaluación de las diferentes razas ovinas para definir los sistemas de cruzamientos más productivos y rentables, así como generar y adecuar las tecnologías de manejo productivo y reproductivo del rebaño.

En transferencia de tecnología se deberán intensificar las actividades en torno a la organización de productores utilizando la metodología del modelo GGAVATT para incrementar la producción y productividad de las explotaciones pecuarias, además de mejorar la capacidad de gestión y participación en proyectos productivos con mayor rentabilidad y la búsqueda de nuevos mercados para sus productos. Todo lo anterior en función del reto que existe para cubrir la insatisfecha demanda nacional, ya que anualmente se importan alrededor de 60 mil ton de carne de cordero; además de participar en la búsqueda de nuevos nichos de mercado e incorporarse al proceso de globalización.

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CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 10 Suelo y Agua

Jaime Roel Salinas García

Manuel Alvarado Carrillo Ricardo Sánchez de la Cruz

INIFAP, Campo Experimental Río Bravo Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900

[email protected]

CONTENIDO

Antecedentes ……..……….……………………………………………………………… 148

Características de los Suelos en la Región ……………………………………..…….. 149

Uso y Manejo del Agua ……………….…………...…………………………………….. 149

Fertilización ……….…..….……………………………………………………………….. 151

Manejo del Suelo …………….………..…………………..….………………………….. 154

Logros Relevantes ………....………….…………………………………………….…… 155

Retos y Oportunidades ………………………….……………………………………..... 156

Literatura Citada ………………………………………………………………………...... 158

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: Salinas García, J. R., M. Alvarado Carrillo y R. Sánchez de la Cruz. 2006. Suelo y Agua,

pp. 147-162. En: L. A. Rodríguez del Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

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“Hasta que se seca el pozo, sabemos realmente lo que vale el agua” Benjamín Franklin

ANTECEDENTES

La creación de los Distritos de Riego 025 (Bajo Río Bravo) y 026 (Bajo Río San Juan) en los 40´s implicó la construcción de la presa Marte R. Gómez para irrigar los terrenos del Distrito 026 y el aprovechamiento de las aguas del Río Bravo a través de la compuerta el Retamal y de los vasos “Culebrón”, “Villa Cárdenas” y “Palito Blanco” para derivarlas e irrigar el Distrito 025, incluyendo las colonias “Magueyes”, “Anáhuac” y otras. La construcción de esta infraestructura hidráulica, en la que participó activamente el Ing. Eduardo Chávez, ha contribuido sin duda al progreso y desarrollo socioeconómico del norte de Tamaulipas. En esa época, las oportunidades que ofreció la agricultura fomentaron la rápida colonización de esta región, con la formación de numerosos asentamientos rurales y el crecimiento acelerado en las ciudades de la región. Las casi 300 mil hectáreas de riego en los dos distritos del norte de Tamaulipas representan la mayor superficie compacta con irrigación en el país. Además, existen cerca de 634 mil hectáreas de temporal, por lo que la explotación agrícola regional se practica en casi un millón de hectáreas.

En esa época también se realizó el primer estudio agrológico, para hacer más eficiente el aprovechamiento de los recursos suelo y agua y lograr una mayor productividad de los cultivos. Estos estudios fueron iniciados por los Ings. Juan B. Fierro y Rafael García Galán (PIFSV 1988). A principios de los 90´s, el Gobierno Federal transfirió el manejo de ambos Distritos a los usuarios y a pesar de las condiciones físicas y climáticas similares, los dos distritos muestran algunas diferencias en su desempeño en el riego (Rymshaw 1998).

Desde su fundación en 1956, una de las prioridades de investigación y transferencia en el Campo Experimental Río Bravo ha sido el uso y manejo del suelo y agua en los principales cultivos de la región. Los investigadores que han participado en esta disciplina en diversas épocas son: Jorge Alarcón Cejudo, Gerardo Alberto Longoria Garza, Rafael Valdez Oyervides, Carlos Ramírez Ramírez, Jaime Roel Salinas García, Idalia Garza Cano, Román Benavides Arizpe, Gilberto Arnoldo López Arizpe (†), Juan José Sosa Moreno, Cruz Alfredo Tapia Naranjo, Hilario García Nieto, Ricardo Sánchez de la Cruz, Agustín Magallanes Estala, Juan Manuel Covarrubias Ramírez, Enrique Adame Beltrán, Mario Marín Silva Serna, Manuel Alvarado Carrillo, José Ángel Morales Beltrán, Luis Enrique Fregoso Tirado, Carlos Curiel González y Arturo Díaz Franco. Una especial mención merece el Ing. Rafael Maciel Rodríguez (†), quien generó valiosa información en las áreas de suelo-agua y agroclimatología por más de 40 años desde la fundación del Campo Experimental Río Bravo. En este capítulo se presenta una remembranza de la investigación y transferencia de tecnología sobre irrigación, fertilización y preparación del suelo en el norte de Tamaulipas.

Las investigaciones sobre suelo y agua han contado con el valioso apoyo de los siguientes asistentes técnicos: Julián Robles Escarreola, Luis Barrón Bautista, Javier Córdoba Quiñones, Francisco Javier Jaramillo Gómez, Esteban Robles

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Escarreola, Apolonio González Ontiveros, Juan de Dios González, Héctor Loo Medina, Cipriano Bernabé Cervantes, José Rodríguez, Heber Hernández, Guadalupe González Ontiveros, Raúl Lara Guzmán, Asención Rosales Atilano, Aracely Ochoa Quintero, Martha Picasso Álvarez, Ernesto Castillo, Enrique Vázquez Vázquez, David Castillo Moctezuma, Raúl Ortiz Hernández, Daniel Alvarado Mendoza y Javier Martínez Tinajero.

CARACTERISTICAS DE LOS SUELOS EN LA REGION

Los suelos del norte de Tamaulipas corresponden a la clasificación de Rendzinas y Rendzinas degradadas. Por su origen, se consideran como suelos secundarios formados por aluviones de reciente deposición, cuyo material madre ha sido de tres clases: (1) Pizarra, que ha dado origen a la formación de suelos con alto contenido de arcilla (el 77% de los suelos en la región son de textura arcillosa); (2) arena, arena media y fina depositada por el mar, la cual ha dado lugar a suelos ligeros; y (3) materiales calcáreos (Morales et al. 1980).

Los estudios agrológicos regionales clasifican los suelos de esta región en cuanto a texturas en seis grupos: (I) Arcillas pesadas; (II) arcillas intermedias; (III) arcillas friables; (IV) francos con tendencia a finas; (V) franco con tendencia a gruesas; y (VI) arenas finas. Las características generales de estos suelos son: Ligeramente ondulados, con pendientes de 0.04 a 0.06%; la altitud de los terrenos varía de 5 a 60 msnm; en general no poseen buen drenaje interno; son pobres en materia orgánica; fertilidad media con deficiencias de Nitrógeno (N) y Fósforo (P); y pH superior a 7.5 (PIFSV 1985, Durán 1992).

USO Y MANEJO DEL AGUA

El Campo Experimental Río Bravo a través de su historia ha aportado tecnologías para mejorar la eficiencia del uso del agua en la agricultura regional (Fig. 1). Además se ha coadyuvado en la validación, transferencia y capacitación de los productores y agentes de cambio en diversos eventos relacionados con el buen uso de este recurso.

Durante las primeras dos décadas de la existencia del Campo Experimental Río Bravo, los estudios sobre el manejo del agua se enfocaron a determinar la lámina de agua óptima en riego por gravedad para obtener los máximos rendimientos en algodón, maíz y sorgo (INIA 1980a,b, Maciel 1979, 1980b, 1987, Maciel y Moreno 1965, Maciel y García 1981). En épocas más recientes, los enfoques de investigación han sido encauzados hacia un uso más eficiente del agua mediante el uso de sistemas presurizados, a generar tecnologías sobre irrigación en cultivos de alternativa y en su caso a modificar las recomendaciones sobre riegos en los cultivos tradicionales en combinación con otros componentes de producción, como la fertilización, densidad de siembra y enfermedades (Alvarado 1987, Alvarado y Adame 1992, Alvarado y Morales 2001, Alvarado y Sánchez 2004, Díaz y Cortinas 1988, Fregoso 1987, Rodríguez 1996, Rodríguez et al. 1995, Garza et al. 2004).

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Figura 1. La medición (aforo) del agua de riego en regaderas sin revestir es

fundamental para el cálculo correcto de la lámina a utilizar y evitar el desperdicio de este recurso. Campo Experimental Río Bravo. 2005.

En los 60´s se probaron diferentes frecuencias de riego en maíz y se encontró que cuando los riegos de auxilio se inician a los 40 días después de la emergencia, las plantas se someten a condiciones criticas de humedad durante 10 a 15 días en la etapa de desarrollo vegetativo y aunque se aplique otro riego 25 días después, se afectará la producción de grano aproximadamente en un 5% en suelos arcillosos y 24% en migajón arcillo arenoso (Maciel 1980a). Los mejores rendimientos de maíz se obtuvieron al aplicar una lámina total de 45 cm en cuatro riegos; uno en presiembra y tres de auxilio a los 30, 55 y 75 después de la emergencia, tanto en suelos arcillosos como en migajón arcillo arenoso (Maciel 1980a).

Durante los 70´s se determinó que cuando se dispone de agua para dar tres riegos de auxilio en maíz de ciclo intermedio, el máximo potencial de rendimiento se obtiene al aplicarlos a los 45, 60 y 80 días después de la nacencia; si solo se dispone de dos riegos de auxilio, el mayor beneficio se obtiene si se aplican a los 45 y 65 días. Por su parte, en maíz de ciclo largo, el máximo potencial se obtuvo al aplicar cuatro riegos de auxilio, a los 40, 60, 75 y 95 días después de la nacencia, pero si solo se dispone de tres riegos de auxilio, la mejor distribución es aplicarlos a los 55, 75 y 95 días después de la nacencia (Maciel 1971, 1979, 1980a). Se probó además la aplicación de “medio riego” y se determinó que no hubo efecto significativo en los rendimientos de grano al aplicar 5 o 10 cm de lámina de agua en el último riego a 85 o 95 días después de la nacencia, durante la maduración del grano. Esto significa que el último riego puede ser ligero (5 cm) para evitar problemas de anegamiento en caso de que se presenten lluvias después del riego en terrenos arcillosos (Maciel 1980a,b).

Algunos estudios realizados durante los 80´s, se enfocaron al efecto de los riegos sobre la presencia de algunas enfermedades infecciosas y deficiencias nutrimentales en frijol. La “pudrición carbonosa” ocasionada por Macrophomina phaseolina disminuye al incrementar la lámina de riego (Cortinas y Díaz 1988,

151

Díaz y Cortinas 1988). Por el contrario, la clorosis férrica se incrementa al aumentar la frecuencia de riegos (Cortinas y Pérez 1988).

En los últimos 15 años se han realizado diversos estudios sobre irrigación en los cultivos de alternativa: Trigo, okra, sandía, tomate y calabacita (Díaz et al. 1995, 1999, Alvarado y Morales 2001, Garza et al. 2004). En sandía, se obtuvo un 50% de ahorro de agua y un incremento del 30% en el rendimiento al utilizar fertirriego (Fig. 2), en comparación con el riego por gravedad (Alvarado y Morales 2001). La fertirrigación de hortalizas en áreas pequeñas mediante un equipo simplificado disminuye en un 30% los costos de producción comparado con el uso de equipos sofisticados. El nivel de salinidad del agua de los pozos profundos en la región generalmente es alto (>1,000 μsiemens/cm). El fertirriego en sandía con agua desalinizada mediante un equipo de ósmosis inversa incrementa el rendimiento en un 85% comparado con agua de pozos profundos (Garza et al. 2004).

Figura 2. Sistema de fertirriego en sandía, que permite ahorrar hasta el 50% de agua. Campo Experimental Río Bravo. 2004.

FERTILIZACIÓN

En estudios sobre fertilización en algodonero a fines de los 50´s, no se encontró respuesta en el rendimiento de fibra con la aplicación de hasta 120 kg/ha de N. Años después, al utilizarse plantas más demandantes de estos nutrientes, se empieza a estudiar la respuesta en rendimiento de fertilizantes químicos en el cultivo de maíz (Fig. 3) en rotaciones como: Maíz-algodonero-descanso, maíz-sorgo forrajero-descanso. En los primeros años no se encontró respuesta a la aplicación de N y P, probablemente debido a que en esa época los suelos tenían poco tiempo de haber sido desmontados y abiertos a la agricultura y por lo tanto contaban con un nivel suficiente de nutrientes (INIA 1962, Maciel 1980a). Estudios sobre elementos menores en esa misma época tampoco

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mostraron respuesta a la aplicación de Fe, Cu, Mn, Zn y Bo en maíz en rotación con sorgo forrajero y descanso; sin embargo, en algunos sitios se encontró respuesta a Fe y Mn, áreas que más tarde serían delimitadas (INIA 1962, Maciel 1980a).

En los 60´s los estudios de fertilización en maíz con 40, 80 y 140 kg/ha de N, produjeron respuestas variadas y se concluyó que la dosis óptima económica dependía del grado de productividad existente en los diversos suelos de la región. En el caso de P, la respuesta variaba de 25 a 40 kg/ha; no se manifestó respuesta a aplicaciones de Potasio (K) (INIA 1965, Alarcón y Moreno 1966). Se determinó además que la aplicación de N con amoníaco anhidro puede realizarse desde tres meses antes de la siembra hasta tres semanas después de nacidas las plantas y no se encontró diferencia en el rendimiento de maíz al aplicar 60 kg/ha de N en forma de amoniaco anhidro, nitrato de amonio y urea (Maciel 1967, 1980a, 1982). En sorgo, se determinó que la respuesta a N dependía de la secuencia de cultivos y se recomendaba que para obtener rendimientos mayores de 3 ton/ha se aplicaran 80 kg/ha de N aún cuando existiera descanso en el ciclo de tardío.

Figura 3. Demostración sobre fertilizantes en maíz en el Campo Experimental Río

Bravo. Al centro, Rafael Maciel Rodríguez presenta los avances de investigación. 1961.

En los 70´s las recomendaciones del Campo Experimental Río Bravo sobre

la fertilización de N para maíz de riego se daban en función del tipo de suelo: 60 kg/ha para suelos arcillosos y migajones arcillosos; 80 kg/ha para suelos francos y migajones arenosos; y 100 kg/ha para suelos arenosos. En las zonas deficientes de P, se recomendaba la aplicación de 40 kg/ha, en presiembra o en siembra. La fuente nitrogenada utilizada podía aplicarse desde 90 días antes de la siembra hasta 20 días después de nacidas las plantas (INIA 1978, 1980a). Las

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recomendaciones para sorgo de riego en esa época eran similares a las comentadas anteriormente para maíz (INIA 1980b).

En el área de temporal, la respuesta del sorgo al N depende de la cantidad de agua disponible en el suelo durante la época de crecimiento del cultivo y de los cultivos previos. En experimentos establecidos en los 70´s se encontró respuesta a 60 kg/ha de N cuando se sembró sorgo en el tardío inmediato anterior, pero cuando existió descanso la respuesta fue variable (Longoria 1979). Por su parte, Valdéz (1981) en un experimento conducido durante cinco años, determinó que la aplicación de 60 kg/ha de N aumentó el rendimiento de sorgo en 1.5 ton/ha, sin encontrar respuesta a P. Similarmente, en maíz de temporal se recomienda la aplicación de 60 kg/ha de N (Reyes 1988). La mejor época de aplicación de N en temporal es al momento de la siembra y en la primera escarda (Valdez 1981).

En los 80´s se realizaron trabajos para determinar la respuesta de fertilizantes foliares y fitohormonas en maíz como Biozyme, Agrostemin, Bayfolan y Cosmofer L. Los resultados mostraron que estos productos no incrementan el rendimiento de maíz, cuando se aplica la fertilización recomendada (140-40-0) (Fregoso 1987, Sánchez 1988, Salinas 1988 y López 1988). Por otra parte, no se han encontrado diferencias en el rendimiento del maíz de riego al comparar formulaciones granuladas y líquidas de N y P; sin embargo, el análisis económico indicó una mayor rentabilidad en los fertilizantes granulados (Fregoso 1987, Alvarado y Magallanes 1994).

En los 90´s la recomendación para la fertilización del maíz en el ciclo O-I o “temprano” era de 140-40-0 para clase de suelo I y 120-40-0 para clase de suelo II y para el ciclo P-V o “tardío” en riego 80-40-0 y en temporal 60-0-0. Para sorgo de riego era 120-40-0 en clase de suelo II y 100-40-0 en clase de suelo III (Reyes et al. 1990, López et al. 1992).

También se ha realizado investigación para determinar las causas y solucionar el problema del amarillamiento o clorosis férrica en sorgo y leguminosas comestibles (Larrea 1969, Adame y Silva 1994). A pesar de que algunas parcelas presentan niveles suficientes de Fe, éste se encuentra en forma no asimilable debido a niveles altos de pH y carbonatos de Calcio y Magnesio, provocando los síntomas característicos de deficiencia de Fe (Carnero y Ortiz 1968).

Durante los últimos cinco años, el Campo Experimental Río Bravo ha enfatizado en el estudio de la fertilización biológica o biofertilización con microorganismos benéficos, particularmente con el hongo Glomus intraradices, una micorriza vesículo arbuscular, inoculada a la semilla. En condiciones de temporal y riego restringido se encontró que la micorriza aumentó la rentabilidad del sorgo hasta en 26%, comparado con el testigo (Díaz et al. 2004). Asimismo, se ha encontrado respuesta a la fertilización biológica en maíz para elote y para grano en suelos de baja fertilidad, con incrementos de hasta 26% (Díaz et al. 2005). El uso de la micorriza en okra de fertirriego ha incrementado el rendimiento hasta en 40% (Alvarado y Díaz 2003).

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MANEJO DEL SUELO

La preparación del suelo es uno de los componentes importantes en el manejo de los cultivos de riego y temporal del norte de Tamaulipas (Maciel 1968). Al iniciar las actividades agrícolas en esta región en los 40´s, los productores utilizaron las prácticas de preparación del suelo como lo hacían en las regiones de donde emigraron o las utilizadas en el vecino estado de Texas. La práctica generalizada fue remover la vegetación nativa y subsolear o barbechar para sembrar. El Campo Experimental Río Bravo, desde su fundación, en las guías de producción de los cultivos de algodón, frijol, maíz, soya, sorgo y trigo recomendó la preparación del suelo con barbecho de inmediato a la cosecha anterior, perpendicular al surcado y a una profundidad de 20 a 30 cm y después rastrear para desmenuzar los terrones (INIA 1968, 1969, 1971, 1972, 1980a,b, INIFAP 1990). Esta práctica de preparación del suelo tiene mucho arraigo en la región y ha funcionado aceptablemente en la zona de riego, particularmente en las áreas donde no existen problemas de erosión, salinidad o restricciones en el riego. Por este motivo, el programa de suelos del Campo Experimental Río Bravo desde su fundación enfatizó en la fertilización e irrigación, mientras que el estudio sobre la preparación del suelo fue prácticamente relegado hasta los 70´s.

En 1978, con la expansión del área de temporal y el establecimiento de la Subestación Experimental “El Canelo” en el municipio de San Fernando, se inicia la línea de investigación sobre la preparación del suelo y el método de siembra en temporal (Salinas 1984, Salinas et al. 1981). En esa época no se contaba con una guía técnica de producción de sorgo en temporal y se utilizaba la guía para riego generada por el Campo Experimental Río Bravo durante los 70´s. En 1987, los resultados de esta línea de investigación originaron la primera guía técnica para producir sorgo de temporal en el norte de Tamaulipas (INIFAP 1987). Esta información apoyó a los distritos de temporal, fondos de aseguramiento e instituciones bancarias a recomendar y tomar decisiones sobre la preparación correcta y oportuna del suelo para capturar y conservar la humedad, con el objeto de incrementar el rendimiento de sorgo bajo esta modalidad.

En los últimos 20 años, el Campo Experimental Río Bravo ha enfatizado en los estudios sobre la preparación del suelo con sistemas de labranza de conservación (Fig. 4), en respuesta a la necesidad de reducir los costos de producción y la erosión eólica en las áreas conocidas como “corredores de viento” que ocasiona daños directos a los cultivos, pérdida del recurso suelo y contaminación ambiental (Salinas 1984, 1989a,b, Salinas y Rosales 1990, 1991, Magallanes et al. 1993). Los resultados de esta línea de investigación se publicaron en un folleto técnico sobre labranza de conservación en sorgo de riego y temporal en el norte de Tamaulipas (Salinas y Rosales 2006).

Además de los trabajos de investigación sobre la preparación del suelo, se ha participado activamente en la transferencia de tecnología para el manejo de los suelos en el norte de Tamaulipas, a través de cursos de capacitación, parcelas de validación y demostraciones (Salinas 1985, 1989a, Salinas y Rosales 1990, 2006, López 1989, Magallanes 1989a,b, Rosales 1989, Campos 1989).

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Figura 4. Equipo para siembra en sistema de labranza de conservación, una línea de

investigación prioritaria en el Campo Experimental Río Bravo. 2006. LOGROS RELEVANTES

Las principales aportaciones del Campo Experimental Río Bravo con relación al manejo del agua y suelo de los principales cultivos de la región se indican a continuación:

1. La generación de calendarios de riegos en maíz y sorgo, permitieron maximizar los rendimientos y hacer un mejor aprovechamiento del agua en la región con ahorros de un 30%. Se han hecho además ajustes en las recomendaciones cuando existen limitaciones de agua, con el menor detrimento posible en el rendimiento. El calendario de riegos en okra se ajustó para reducir un riego de auxilio sin menoscabo en el rendimiento, pero con un ahorro del 20% de agua.

2. Ajustes en las recomendaciones de riegos en diversos cultivos de acuerdo a la interacción con otros factores como fertilización, densidad de población y enfermedades.

3. La tecnología de fertirriego en hortalizas permite un aumento de más del 50% en la rentabilidad y un 50% de ahorro en agua, comparado con el riego tradicional por gravedad. Los rendimientos de sandía en fertirriego son hasta de 50 ton/ha, con lo que se ofrecen otras opciones de producción más rentables que el sorgo y maíz. Un equipo simplificado de fertirriego para áreas pequeñas (<5 ha) disminuye los costos en un 30%, en comparación con los equipos convencionales.

4. Determinación de la dosis óptima económica de N-P-K para los cultivos de maíz, sorgo, algodón, trigo y frijol en riego y para sorgo y maíz en temporal. Se ha determinado además el efecto de algunos elementos menores y se cuenta con tecnología para eliminar los síntomas de clorosis férrica en diversos cultivos.

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5. Con el uso de biofertilizantes (micorriza) se incrementó hasta en un 40% el rendimiento en diversos cultivos, principalmente sorgo, maíz y okra.

6. Generación de tecnología sobre sistemas de labranza de conservación (mínima y cero) para los suelos de la región, en riego y temporal, para reducir costos de producción y los riesgos de erosión eólica y contaminación ambiental.

RETOS Y OPORTUNIDADES

El agua es el principal insumo en la agricultura. La escasez de este recurso pone de manifiesto la vulnerabilidad de las actividades agrícolas y obliga a considerar cambios en los sistemas productivos que tiendan a practicar su uso racional. Durante el período 1994-2004, el norte de Tamaulipas enfrentó una crisis de falta de agua debido a un largo ciclo de sequía y por consecuencia una baja captación en las presas. La falta de agua para riego durante dicho periodo representó una de las causas principales de los bajos rendimientos de maíz y sorgo. Esta situación ha resaltado la necesidad de adoptar diversas medidas operativas y tecnologías que permitan un mejor aprovechamiento del agua, aun cuando en el futuro se llegue a disponer de suficiente volumen en las presas.

Algunas líneas de investigación y transferencia que el Campo Experimental Río Bravo deberá tener entre sus prioridades y atender en el corto plazo son: (a) Generación y adecuación de tecnologías apropiadas para el ahorro de agua en la región, particularmente mediante el uso de sistemas más eficientes como el riego presurizado; (b) enfatizar en mejores métodos para la distribución y aplicación del agua, para estimar los requerimientos hídricos de las plantas y mejores sensores para estimar el estado hídrico de la zona de las raíces; (c) desarrollo o adecuación de programas computacionales para coadyuvar a la administración del agua en los distritos de riego, como “SPRITER”, un software desarrollado para el Distrito 075, Río Fuerte, Sin. (Ojeda et al. 1999); (d) reciclamiento de aguas residuales; y (e) desarrollar un programa intensivo y extensivo sobre la difusión, capacitación y transferencia de tecnología sobre el uso eficiente del agua, en colaboración con las organizaciones de productores y otras instituciones.

En los sistemas de producción moderna, la aplicación racional de los fertilizantes químicos es esencial para la obtención de altos rendimientos, aunque su mal uso y abuso genera algunos inconvenientes. Este insumo es uno de los más dinámicos que intervienen en la producción de los cultivos, ya que existe una gran interacción con otros factores como riegos, densidad de plantas y genotipos, lo que obliga a la actualización constante de la dosis óptima económica. Las recomendaciones vigentes sobre fertilización en los cultivos de maíz y sorgo se generaron hace más de 10 años, por lo que se deberán actualizar en el corto plazo, particularmente enfocadas a optimizar la rentabilidad de los cultivos.

Las tendencias en la definición de las dosis de fertilización para incrementar los rendimientos sin dañar el ambiente deben de considerar los siguientes conceptos: (a) Las etapas fenológicas y las épocas de mayor demanda del

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cultivo; (b) el suministro de fertilizantes al suelo que depende en gran medida del contenido de materia orgánica, el cual debe ser detectado por medio de análisis químicos previos; y (c) otros factores que participan en el aprovechamiento de los fertilizantes, como textura del suelo, incorporación de residuos, compactación, precipitación, nivelación y manejo. El diagnóstico foliar para evaluar la nutrición de los cultivos es una herramienta importante a considerar en un programa de fertilidad (Castellanos et al. 2005).

El Campo Experimental Río Bravo deberá promover el uso de programas computacionales que ayuden a tomar decisiones en el manejo integrado de los nutrimentos del suelo. Estos programas pueden determinar en cada predio los requerimientos nutrimentales de los cultivos en forma mas precisa. Actualmente se esta calibrando en la región el programa “NuMaSS” (Nutrient Management Support System), mediante la captura de una serie de datos, como el tipo de cultivo, rendimiento esperado, serie de suelos o análisis de suelo recientes y fertilización de cultivos anteriores, con el fin de actualizar las dosis de fertilización para esta región mediante el uso de modelos de simulación. Se espera que a futuro, cuando se valide este software, se ponga a disposición de las organizaciones de productores en la región.

Se deberán intensificar las investigaciones sobre el uso de biofertilizantes en diversos cultivos, particularmente en relación con otros factores de la producción como riegos, tipos de suelo, densidades y fechas de siembra. Se deberá poner especial atención a la optimización de la formulación y método de aplicación de los biofertilizantes, para minimizar la problemática que actualmente expresan algunos productores y que evitan la rápida adopción de esta tecnología.

El manejo del suelo es importante por los efectos que tiene en la sostenibilidad de la actividad agrícola en la región, incluyendo productividad, rentabilidad y conservación del agua y del propio suelo. Actualmente, gran cantidad de agua que potencialmente pudiera conservarse se pierde por escorrentía, evaporación o competencia de maleza. El Campo Experimental Río Bravo debe refrendar su compromiso en el corto plazo para la generación y actualización de tecnología para el manejo eficiente de los suelos en la región.

Entre los retos futuros de la investigación sobre preparación del suelo se incluyen: (a) La evaluación de sembradoras capaces de trabajar en condiciones de residuos de cosecha, que separen la semilla, que no perturben los residuos de la superficie y depositen la semilla a una profundidad uniforme en contacto con el suelo para propiciar una buena germinación; (b) evaluación de herbicidas selectivos, eficaces e inocuos al ambiente; (c) desarrollar prácticas de labranza que reduzcan los costos de producción y mantengan los residuos de cosecha en la superficie del suelo; y (d) determinar la relación entre las características del suelo, los implementos de labranza, la infiltración, evaporación, captación y uso del agua por las plantas en diferentes condiciones climáticas y tipos de suelo.

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CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 11 Entomología

Luis Ángel Rodríguez del Bosque

Jesús Loera Gallardo INIFAP, Campo Experimental Río Bravo

Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900 [email protected]

CONTENIDO

Introducción ……….……….……………………………………………………………… 164

Algodonero ……………………………………...…………………………………..…….. 166

Maíz ………………………….………….…………...…………………………………….. 169

Sorgo …………..….…..….……………………………………………………………….. 173

Cultivos de Alternativa …………….………..……...……..….………………………….. 174

Plagas del Ganado ………....……………………………………………………….…… 176

Plagas Forestales ……….……………………….……………………………………..... 177

Logros Relevantes ……….....……………………………………………………….…… 178

Retos y Perspectivas …………………………….……………………………………..... 179

Literatura Citada ………………………………………………………………………...... 182

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: Rodríguez del Bosque, L. A. y J. Loera Gallardo. 2006. Entomología, pp. 163-191. En: L.

A. Rodríguez del Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

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“Un insecto pequeño puede ser capaz de destruir un país” Proverbio árabe

INTRODUCCIÓN

Las plagas representan uno de los problemas más importantes para los productores del norte de Tamaulipas y han influenciado el rumbo de la agricultura, que inició y creció con el algodonero durante la época del “oro blanco” con grandes beneficios y desarrollo en los 50´s (Morales et al. 1980). Sin embargo, a partir de los 60´s el algodonero fue sustituido por el sorgo y maíz debido a que las plagas adquirieron resistencia a los insecticidas utilizados en aquella época, lo que provocó la incosteabilidad del cultivo (Adkinson 1971, Hess 1988). Por este motivo, la entomología es una de las disciplinas prioritarias en las que el Campo Experimental Río Bravo ha desarrollado investigación ininterrumpidamente desde su fundación en 1956. Durante estos 50 años, en diferentes épocas, al menos un investigador y hasta cuatro simultáneamente han atendido la problemática de las plagas más importantes y aportado conocimientos y tecnologías para su control. La mayoría de los estudios entomológicos se han concentrado en algodón, sorgo y maíz, los cultivos más importantes en la región durante estos años. También se han estudiado las plagas en cultivos de alternativa como el frijol, soya, trigo, canola, girasol, hortalizas y forrajes.

La infraestructura y equipamiento para la investigación entomológica han mejorado conforme se ha desarrollado el propio Campo Experimental Río Bravo. Aunque durante los 50´s y 60´s se contaba con los espacios y materiales mínimos indispensables para la realización de los trabajos de investigación, a partir de los 70´s los apoyos fueron mayores, hasta contar con un modesto laboratorio a partir de 1979, el cual fue ampliado y modernizado en 1998, particularmente para intensificar las investigaciones sobre el control biológico de las plagas (Fig. 1).

Las líneas de investigación sobre entomología en el Campo Experimental Río Bravo son diversas y han evolucionado de acuerdo a las tendencias internacionales en el manejo de plagas. Como prerrequisito para el manejo adecuado de las plagas, los primeros estudios se avocaron a la identificación de las especies plaga, métodos de muestreo, su ocurrencia temporal y daños (Herrera 1964, Rosas 1969, Rosas y Lagunes 1969, Lagunes y Sifuentes 1969, 1971). Posteriormente, los estudios incluyeron además la determinación del ciclo biológico de las plagas, así como su interrelación con los factores bióticos y abióticos (Rodríguez 1984b, 1988, Rodríguez et al. 1989, 1990a, Loera y Raulston 1991, Vargas 1991a). Con respecto al método de control, durante los 50´s y 60´s predominaron los estudios sobre el control químico; durante los 70´s se enfocó además en el control cultural y resistencia de plantas; en los 80´s en el control integrado; y a partir de los 90´s en el manejo biointensivo, con énfasis en el control biológico (Carnero 1953, Rosas y Sifuentes 1973, Loera y Sifuentes 1974, Rosas y Loera 1974, Rosas y Randolph 1975, Rincón 1977, Rodríguez et al. 1990a, Vargas et al. 1998, Loera y Kokubu 2001, Reyes y Loera 2003).

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Destacan también durante los últimos años, los estudios sobre la interacción de las plagas con enfermedades y maleza (Díaz 1995, Rodríguez 1996a, Rodríguez y Rosales 1992, Rodríguez et al. 1998) y la incipiente investigación sobre los insectos que atacan al ganado (Loera et al. 2000) y a las especies forestales (Rodríguez 2004a, 2005).

Figura 1. Izquierda: “Cámara de cría” en el Laboratorio de Entomología, la cual consistía en un armario de madera con focos para proveer calor, 1969. Derecha: Laboratorio “Catolaccus” de control biológico, que tiene dos salas de trabajo y dos cámaras de cría con control automático de temperatura, 1998.

Los estudios sobre la dinámica poblacional de plagas en el Campo

Experimental Río Bravo se han llevado a cabo como un prerrequisito para el diseño de métodos de control. Estos muestreos sistemáticos se han realizado directamente en los cultivos (Lagunes y Sifuentes 1969, Rodríguez et al. 1990b) o indirectamente mediante trampas de luz (Rosas y Lagunes 1969, Lagunes y Sifuentes 1971, Rodríguez 1998, 2004b, Rodríguez y Magallanes 1994), feromonas (Loera y Lynch 1987) y radar (Sparks et al. 1987). Por otra parte, las investigaciones sobre los daños y pérdidas ocasionadas por las principales plagas de la región han sido fundamentales para la determinación de los umbrales económicos (Loera 1980, Rodríguez 1980a, Rodríguez 1983b, 1984a, 1986b, Rodríguez y Loera 1993, Rodríguez et al. 1988).

Durante estas cinco décadas, 10 investigadores han colaborado en el Programa de Entomología en el Campo Experimental Río Bravo: Manuel Carnero Hernández (1956-1969), Leopoldo Napoleón Herrera González (1961-1963), José Gerardo Salazar Sáenz (1966), David Cadena López (1966), Jorge Enrique Rosas García (1968-1980), Jesús Loera Gallardo (1969-presente), Jesús Vargas Camplis (1974-2002), Fernando Rincón Valdez (1977-1979), Luis Ángel Rodríguez del Bosque (1978-presente) y Marco Antonio Reyes Rosas (1998-presente). La labor de dichos investigadores no hubiera sido posible sin el apoyo de diversos técnicos y ayudantes, entre los que destacan José Felipe Silguero (†), Luis Antonio Oliva Ochoa, Ernesto Salgado Sosa, Cirilo Reyes Hernández, Miguel Robles Escarreola, Pedro Díaz Cortéz, David Castillo Moctezuma, Antonio

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Castillo Valerio, Esteban Robles Escarreola, Rosalío Navarro Cervantes, Julián Fuentes Rocha y Julián Robles Escarreola.

Además de las aportaciones científicas en materia entomológica a la región, el Campo Experimental Río Bravo ha participado activamente en la transferencia de tecnología en estos 50 años, a través de publicaciones, demostraciones y cursos de capacitación a productores y agentes de cambio para el control de plagas durante 50 años. Por la importancia de esta región en materia entomológica, el Campo Experimental Río Bravo organizó en 1988 el XXI Congreso Nacional de Control Biológico, con la participación de numerosos productores, técnicos e investigadores nacionales e internacionales.

Es importante destacar la cooperación y vinculación que se ha dado a través de estos años para el estudio y combate de insectos dañinos entre el Campo Experimental Río Bravo y diversos organismos regionales e internacionales, entre ellos el Patronato para la Investigación, Fomento y Sanidad Vegetal, la Fundación Produce Tamaulipas, La Secretaría de Agricultura, el Gobierno del Estado de Tamaulipas, la Universidad Autónoma de Tamaulipas y las Estaciones Experimentales del sur de Texas, EUA, de la Universidad de Texas A&M, el ARS-USDA y el APHIS-USDA. Desde los inicios del Campo Experimental Río Bravo, los investigadores en entomología han asesorado a 20 estudiantes de licenciatura y posgrado de diversas instituciones de educación superior en la realización de sus tesis sobre las plagas de la región.

En el Cuadro 1 se incluyen las plagas más importantes del norte de Tamaulipas, así como las líneas de investigación que se han atendido en cada una de ellas. A continuación se desglosan las principales actividades de investigación sobre entomología en los sistemas-producto regionales y los logros más relevantes obtenidos durante la historia del Campo Experimental Río Bravo.

ALGODONERO

El algodonero fue el cultivo más importante en la región desde fines de los 40´s hasta los 60´s, cuando la superficie de siembra con este cultivo se redujo drásticamente debido a los problemas fitosanitarios. A principios de los 90´s, el algodonero resurgió en la región al sembrarse cerca de 100 mil hectáreas, para declinar de nuevo en los años subsiguientes. Durante los últimos cinco años, se han sembrado en la región entre 2 mil y 3 mil hectáreas con este cultivo. Las plagas han sido el problema más importante de este cultivo, tanto por el costo que significan como por la dificultad en su control (Hess 1988).

La investigación sobre plagas del algodonero se inició desde la fundación del Campo Experimental Río Bravo y se enfocó entonces principalmente a la evaluación de insecticidas contra el complejo Heliothis (Carnero 1953, Herrera 1964, Loera 1974a) y posteriormente contra el gusano trozador, la pulga saltona, chinches y picudo (Loera y Sifuentes 1974, Vargas 1991b, Loera 1992a). En los 50´s, se realizaban en promedio hasta 26 aplicaciones de insecticidas durante el ciclo de cultivo. El control de plagas del algodonero fue más eficiente a medida

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Cuadro 1. Principales plagas en el norte de Tamaulipas y líneas de investigación desarrolladas por el Campo Experimental Río Bravo (1956-2006).

Nombre común/ Nombre(s) científico(s)

Sistema-Producto

Líneas de Investigación*

Referencias bibliográficas

Araña roja Tetranychus spp.

Maíz DM, CQ Loera 1992c, 2005a

Ceñidor de las ramas Oncideres pustulata

Huizache, Leucaena

DM, BE Rodríguez 2004a

Chinches verde y café Nezara viridula Euschistus servus

Soya CQ Galván et al. 1983, Loera 2006c

Defoliador Melanis pixe

Guamuchil DM, BE, CB Rodríguez y Reyes 2005

Gallina ciega Phyllophaga crinita Anomala flavipennis

Maíz, sorgo DM, BE, CQ, CB, CC, RV

Loera y Sifuentes 1974, Rodríguez 1979, 1988, Rodríguez y Enkerlin 1982, Rodríguez et al. 2005

Gusano barrenador Diatraea lineolata Diatraea saccharalis Eoreuma loftini

Maíz, sorgo, zacates forrajeros

DM, BE, CQ, CB, CC, RV

Rodríguez 1978, Rodríguez y Smith 1998, Rodríguez et al. 1988, 1989, 1990b, Loera 1987, Vargas y Loera 1988

Gusano bellotero Heliothis virescens

Algodón DM, BE, CQ, CB, RV

Herrera 1964, Loera y Sifuentes 1974, Loera y Raulston 1991, Sparks et al. 1987, Vargas 1980, 1991a,b

Gusano cogollero Spodoptera frugiperda

Maíz, sorgo DM, BE, CQ, CC, RV

Loera y Sifuentes 1974, Rodríguez 1978, Loera y Raulston 1991, Sparks et al. 1987

Gusano elotero Helicoverpa zea

Maíz, sorgo, okra, algodón

DM, BE, CQ, CB, CC, RV

Loera y Sifuentes 1974, Loera 1989, Loera et al. 1995, Sparks et al. 1987, Rodríguez 1996a,d, Rodríguez et al. 1998

Gusano raicero Diabrotica balteata D. undecimpunctata

Maíz, sorgo, frijol, soya

DM, BE, CQ Rodríguez 1978, 1984a, Rodríguez y Magallanes 1994

Gusano rosado Pectinophora gossypiella

Algodón, okra DM, BE Díaz et al. 1995

Gusano saltarín Elasmopalpus lignosellus

Frijol, maíz, sorgo

DM, BE, CQ Loera 1974e, Loera y Sifuentes 1974, Loera y Lynch 1987

Gusano soldado Spodoptera exigua

Maíz, sorgo, soya

DM, CQ Rodríguez 1990, Loera 2005a

Gusano telarañero Celama sorghiella

Sorgo CQ Loera y Sifuentes 1974

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Cuadro 1. Continuación

Gusano terciopelo Anticarsia gemmatalis

Soya CQ Galván et al. 1983, Loera 2006c

Gusano trozador Agrotis ipsilon Peridroma saucia Feltia subterranea

Maíz, sorgo, frijol, algodón

DM, BE, CQ Loera 1974b, 1992a, Loera y Vargas 1988 Rodríguez 1978, 1986b

Gorgojo Sitophilus zeamais

Maíz DM, BE Loera 1980, Rodríguez et al. 1998

Mosca blanca Bemisia tabaci B. argentifolii

Hortalizas, algodón

DM, CQ Loera et al. 1998, Díaz 1995

Mosca del cuerno Haematobia irritans

Bovinos CQ, CB Loera et al. 2000

Mosquita del sorgo Contarinia sorghicola

Sorgo DM, CQ, RV, CC

Rosas 1973, Loera 1974d, Loera y Sifuentes 1974, Herrera y Betancourt 1981

Nitidúlido Carpophilus freemani

Maíz DM, BE, CC Rodríguez 1996a, Rodríguez et al. 1998

Palomilla dorso de diamante Plutella xylostella

Canola CQ, CB Ortegón 2003, Loera 2006a

Palomilla del capítulo Homeosoma electellum

Girasol DM, BE, CQ Ortegón et al. 1975, 1993, Loera 1984

Picudo del algodón Anthonomus grandis

Algodón DM, BE, CQ, CB, CC

Loera y Sifuentes 1974, Loera et al. 1997, Spurgeon et al. 1997, Vargas 1991a,b Vargas et al. 1998, Cortez et al. 2001, 2004a,b

Picudo del chile Anthonomus eugenii

Chile DM, BE, CB Rodríguez y Reyes 2003

Pulga saltona Pseudatomoscelis seriatus y Epitrix spp.

Algodón Canola

DM, CQ Loera y Sifuentes 1974, Vargas 1991b, Loera 2006a

Pulgón de la col Brevicoryne brassicae

Canola CQ Ortegón 2003, Loera 2006a

Pulgón del algodón Aphis gossypii

Algodón, hortalizas

DM, CQ Loera y Sifuentes 1974

Pulgón verde Rhopalosiphum maidis

Maíz, sorgo, trigo

DM, CQ, CB INIA 1967b, Loera y Sifuentes 1974

* DM= Daños y Muestreo; BE= Biología y Ecología; CQ= Control Químico; CB= Control Biológico; CC= Control Cultural, RV= Resistencia Vegetal. que se desarrollaron nuevos insecticidas; actualmente el control de plagas se puede realizar con un promedio de 6-8 aplicaciones de insecticidas mediante un manejo integrado basado en umbrales económicos. En la última década se han

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realizado diversos estudios sobre la resistencia del picudo a los insecticidas para utilizarlos de manera más efectiva (Loera y Wolfenbarger 1999, 2001, Loera et al. 1997).

Durante los 70´s se evaluaron variedades de algodonero para seleccionar las más tolerantes al complejo Heliothis, las cuales resultaron ser aquellas con ausencia de pubescencias y nectarios, así como con un alto contenido de gossypol. Algunas de las variedades más tolerantes de aquella época incluyeron a LA-17801, HG-17801-10 y MO-35601. Estos estudios se llevaron a cabo con la colaboración del USDA-ARS del sur de Texas (Rincón 1977, Vargas 1980).

En los últimos 15 años, se ha enfatizado en el control biológico de las plagas del algodonero, mediante la conservación de las especies benéficas nativas, así como con las liberaciones inundativas de parasitoides (Vargas 1991a, Vargas et al. 1998, Cortez et al. 2001, 2004a,b). En 1998 se inició la cría masiva in vivo del parasitoide Catolaccus grandis para el control biológico del picudo. En evaluaciones de campo mediante liberaciones inundativas se logró un parasitismo de hasta el 98% y una reducción en el uso de insecticidas de hasta el 90% (Vargas et al. 1998). A pesar de estos resultados promisorios, el alto costo del método disponible de cría de la avispita limitó su utilidad comercialmente, por lo que se deberá explorar en el futuro métodos automatizados de cría in vitro (Rojas 1998, Edwards et al. 1998).

MAÍZ

Las primeras investigaciones entomológicas en maíz iniciaron a principios de los 60´s, cuando dejó de sembrarse el algodonero en la región. Durante los primeros años solamente se reconocían cuatro plagas económicamente importantes en el maíz: Gusano trozador, gusano cogollero, gusano elotero y araña roja. Sin embargo, se auguraba que “el combate de tales plagas ha sido muy limitado a la fecha, pero es lógico que en los años venideros los productores tendrán que hacerlo, puesto que las plagas se irán incrementando” (Talavera y Guerra 1962). Los primeros estudios se enfocaron a la identificación, cuantificación de daños y control químico bajo diferentes condiciones de manejo del cultivo (INIA 1967a, 1968, 1969, Rosas 1969, Loera y Sifuentes 1974).

Entre los problemas entomológicos del maíz en la región, destacan las plagas del suelo, entre ellas las gallinas ciegas (Phyllophaga crinita y Anomala flavipennis), el gusano trozador (Agrotis ipsilon), el gusano raicero (Diabrotica balteata) y el pequeño barrenador (Elasmopalpus lignosellus). De éstas, las gallinas ciegas (Fig. 2) se han estudiado con mayor intensidad debido a su abundancia, daños y amplia distribución en la región (Loera y Sifuentes 1974, Rodríguez 1979, 1980a,b, 1988). En parcelas de maíz altamente infestadas por gallinas ciegas, las pérdidas en el rendimiento fluctúan entre 1 ton/ha hasta la pérdida total. En los 80´s, se estimó que aproximadamente 100 mil hectáreas del norte de Tamaulipas estaban altamente infestadas con gallinas ciegas (Rodríguez 1988). El monocultivo de gramíneas (sorgo y maíz) en el norte de Tamaulipas durante las últimas cuatro décadas ha favorecido la abundancia de

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gallinas ciegas en la región, debido a que este insecto prefiere este tipo de cultivos para ovipositar, en comparación con frijol, soya y girasol, los cuales son significativamente menos preferidos (Rodríguez 1981c, 1984b).

Figura 2. Izquierda: Estados de desarrollo de la gallina ciega, Phyllophaga crinita;

Derecha: Larvas de P. crinita han consumido la raíz de una planta de maíz, cuyo síntoma inicial es el secamiento de las hojas inferiores y posteriormente la muerte. Norte de Tamaulipas. 1980.

Figura 3. Gallinas ciegas infectadas por entomopatógenos: Los hongos Beauveria

bassiana (izquierda) y Metarhizium anisopliae (centro) y el nematodo Steinernema riobravis (derecha). Norte de Tamaulipas. 2000.

La biología, ecología y control de las gallinas ciegas se ha estudiado detalladamente en la región (Rodríguez 1981a,b,c, 1982, 1983a, 1984b, 1988, 1993, 1996b,c, 1998, 2003, 2004b, Rodríguez et al. 1995b, 2005). Los estudios biológicos permitieron detectar un bivoltinismo (dos ciclos por año) en A. flavipennis en esta región, como caso único en el mundo (Rodríguez 1998). La tecnología generada por el Campo Experimental Río Bravo en relación al combate de las gallinas ciegas mediante la aplicación de insecticida sistémico a la semilla tuvo un gran impacto en la región, debido a su alta efectividad, bajo costo y fácil aplicación (Rodríguez 1980b, 1983a, 1988, Rodríguez y Tapia 1982). Esta tecnología fue adoptada en diversas regiones maiceras de México y Latinoamérica. En años recientes, se ha enfatizado en el control microbiano de

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las gallinas ciegas, particularmente mediante el uso de hongos y nemátodos (Fig. 3) (Crocker et al. 1992, Rodríguez et al. 2005).

También se ha estudiado la biología, ecología y manejo integrado de otras plagas del suelo, como los gusanos trozador, raicero y pequeño barrenador (Loera 1974b,e, Loera y Vargas 1988, Rodríguez 1986b, Rodríguez y Loera 1993, Rodríguez y Magallanes 1994). Los gusanos trozadores prefieren dañar el maíz en la etapa de 1-3 hojas, además de que su presencia es más frecuente en fechas de siembras tardías (marzo), comparadas con las fechas de siembra recomendadas (enero-febrero) (Rodríguez y Loera 1993). Inusualmente, en 1983 se detectaron pérdidas en maíz de hasta 2 ton/ha en el norte de Tamaulipas provocadas por el gusano raicero (Rodríguez 1984a). Un modelo de regresión múltiple indicó que la abundancia de los adultos de D. balteata es afectada por inviernos fríos y lluvias durante enero a mayo y favorecida por las lluvias de junio a agosto (Rodríguez y Magallanes 1994).

Otro grupo de insectos dañinos al maíz en el norte de Tamaulipas es el constituido por los barrenadores del tallo Diatraea lineolata, D. saccharalis y Eoreuma loftini (Fig. 4). Estas tres especies dañan el maíz y sorgo, con pérdidas en rendimiento de hasta el 40%, particularmente durante el ciclo Primavera-Verano, cuando la presencia de barrenadores es más abundante (Rodríguez et al. 1988). Por su menor tamaño, E. loftini es capaz también de atacar zacates forrajeros (Rodríguez et al. 1996). La biología, abundancia estacional, ecología y control biológico de los barrenadores del maíz fueron estudiados ampliamente en esta región durante los 80´s y 90´s, con la colaboración de la Universidad de Texas A&M (Rodríguez et al. 1988, 1989, 1990a,b,c,d, 1995a). En 1985 se introdujo a esta región la avispita asiática Cotesia flavipes y a partir de esa fecha se convirtió en el principal agente de control biológico de los barrenadores D. saccharalis y D. lineolata, con un parasitismo de hasta el 53% (Rodríguez et al. 1990a). Por otra parte, los daños de barrenadores se reducen en un 40% cuando se siembra maíz intercalado en franjas con frijol, en comparación con el monocultivo de maíz (García 1983).

Figura 4. Izquierda: Especies de barrenadores del tallo de gramíneas, Diatraea lineolata (arriba), D. saccharalis (en medio) y Eoreuma loftini (abajo); Derecha: Daño de Diatraea lineolata al maíz. Norte de Tamaulipas, 1985.

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Los insectos lepidópteros que atacan al elote en el norte de Tamaulipas son principalmente los gusanos elotero (Helicoverpa zea), cogollero (Spodoptera frugiperda) y el barrenador (Diatraea spp.) (Rodríguez 1996a). Otros insectos coleópteros de tamaño pequeño también se alimentan del elote-mazorca y su presencia es favorecida por los orificios de entrada que provocaron los lepidópteros mencionados anteriormente. Entre estos coleópteros destacan Carpohilus freemani, Catarthus quadricollis y Sitophilus zeamais (Rodríguez et al. 1998). El daño de los lepidópteros y coleópteros en la mazorca no repercute por lo general en pérdidas económicas (Loera 1980). La importancia de estos insectos radica en que favorecen la infección de la mazorca con el hongo Aspergillus flavus y la consecuente contaminación del grano con aflatoxinas, un problema que se agudizó en la región a fines de los 80´s y principios de los 90´s debido a factores climáticos adversos (altas temperaturas y sequía) y a un manejo inadecuado del cultivo (siembras tardías, riegos inoportunos y presencia de plagas). Para minimizar el problema de las aflatoxinas, el Campo Experimental Río Bravo generó un paquete tecnológico que minimiza hasta en un 90% los riesgos de contaminación; dicho paquete se basa principalmente en la siembra temprana, control de plagas, riegos oportunos y uso de variedades adaptadas a la región (Rodríguez 1996a, Rodríguez et al. 1995c).

Diversos estudios sobre el gusano cogollero en el norte de Tamaulipas indican que los daños al maíz en la etapa vegetativa, durante la primera generación del insecto, no son generalmente significativos, particularmente en las fechas de siembra recomendadas (INIA 1967a, 1968, 1969). Sin embargo, en años recientes, se ha observado que la segunda generación ataca la espiga y el elote provocando daños considerables, además de que se fomenta la presencia de hongos, como se comentó anteriormente (Rodríguez 1990, Loera 2005a). Además, se ha evaluado la susceptibilidad de variedades al daño de gusano cogollero, como apoyo al programa de mejoramiento genético de maíz del Campo Experimental Río Bravo (Rosas y Sifuentes 1973).

En colaboración con el ARS-USDA de Weslaco, Tex., se realizaron diversos estudios sobre comportamiento migratorio de los gusanos elotero y cogollero para generar información que permitiera diseñar nuevos métodos de control (Raulston et al.1986, 1988, 1998, Sparks et al. 1987, Loera et al. 1995b). Esta misma colaboración interinstitucional permitió además descubrir en el norte de Tamaulipas al nematodo Steinernema riobravis, parásito de pupas de los gusanos elotero y cogollero. Actualmente este nemátodo se propaga comercialmente y se utiliza para el control biológico de diversos insectos que habitan en el suelo (Loera y Raulston 1991, Loera et al. 1991, 1995a, Raulston et al. 1994).

Para cuantificar el efecto del ataque de algunas plagas del maíz bajo condiciones controladas, se han realizado estudios para simular el daño de gallina ciega, gusano trozador y araña roja. La mejor simulación del daño natural de la gallina ciega se logró al realizar dos cortes verticales a la raíz con una espátula a los 16 días después de la siembra y un corte cada cinco días en dos ocasiones más. Esta metodología permitió evaluar germoplasma e identificar los materiales más tolerantes, entre ellos al H-421, H-422 y Pioneer 3147 (Rodríguez

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1986a), los primeros dos generados por el Campo Experimental Río Bravo. Para el caso del trozador, se determinó que el daño artificial al cortar las plántulas al ras del suelo con una navaja subestimó el efecto del daño natural del trozador; cuando el daño bajo infestaciones naturales ocurrió en las etapas de tres y cinco hojas, las pérdidas en el rendimiento fueron del 60 y 70%, mientras que con el daño artificial en las mismas etapas, las pérdidas fueron sólo del 18 y 39% (Rodríguez 1983b). Por su parte, los daños simulados de araña roja indicaron que la defoliación de las hojas inferiores (1-8) redujo el rendimiento en solo 6%, en contraste con la reducción del 60% en el rendimiento al defoliar las hojas superiores (9-16). La defoliación total del maíz redujo el rendimiento en 66% (Loera 1992c).

SORGO

Con el algodonero a la baja por los problemas antes mencionados, el sorgo adquirió importancia en esta región a principios de los 60´s. Actualmente, el sorgo se siembra en cerca de 700 mil hectáreas, de las cuales 82% son de temporal y 18% de riego. La mayoría de las plagas que infestan al sorgo en la región son las mismas que atacan al maíz, entre ellas la gallina ciega, gusano de alambre, diabrótica, trips, pulgón, pulga negra, araña roja y gusanos saltarín, trozador, barrenador, cogollero, elotero y soldado (Loera 1992b, 1994, Loera y Sifuentes 1974). Sin embargo, se ha determinado que la mayoría de estas plagas son ocasionales en sorgo y que se presentan en densidades que son toleradas por el cultivo. Las plagas que atacan exclusivamente al sorgo son la mosquita del sorgo (Contarinia sorghicola ), chinches (Nezara viridula, Oebalus spp., Leptoglossus spp.) y el gusano telarañero (Celama sorghiella) (Loera 2005b).

El insecto clave y responsable de pérdidas de hasta el 90% del rendimiento ha sido la mosquita del sorgo (Rosas 1973). Para el control de esta plaga, se han realizado evaluaciones de insecticidas y su fitotoxicidad al sorgo, así como estudios sobre métodos de muestreo, umbrales económicos y resistencia de variedades (Rosas 1970, 1972, Rosas y Loera 1974, Loera 1974d). en los 70´s, se detectó que las líneas de sorgo más resistentes eran SC175-9, SC239-14 y SC423-14 (Rosas y Randolph 1975). En esa misma épocas, los insecticidas químicos más efectivos contra la mosquita eran clorpirifos, paration etilico, carbaril y posteriormente en los 80´s los piretroides (Loera 1982b). Para el resto de las plagas del sorgo, también se han generado recomendaciones para su control, particularmente mediante el uso de insecticidas (Loera y Sifuentes 1974, Loera 1982a,b, 2005b).

En siembras después de la fecha recomendada, el gusano telarañero adquiere importancia económica; bajo tales circunstancias, se han determinado los insecticidas más efectivos para su control. El barrenador del tallo E. loftini ataca al sorgo sólo durante el ciclo Primavera-Verano y puede provocar pérdidas importantes, como resultado del subsiguiente acame de las plantas. El control químico de esta plaga resultó ser incosteable, ya que tres aplicaciones sólo produjeron un 30% de control, debido a los hábitos crípticos del insecto (Loera 1987, Vargas y Loera 1988). Por su parte, se ha detectado hasta un 10% de

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parasitismo de E. loftini en sorgo por las avispitas Chelonus sonorensis y Orgilus gelechiaevorus (Rodríguez et al. 1990a).

CULTIVOS DE ALTERNATIVA

A continuación se describen los estudios sobre las plagas más importantes en cultivos de alternativa como el frijol, soya, trigo, canola, girasol, hortalizas y forrajes.

Frijol. Los insectos dañinos más importantes del frijol en el norte de Tamaulipas son: Gallinas ciegas, gusano trozador, gusano saltarín (pequeño barrenador), diabróticas, chinches, chicharritas, gusano falso medidor y minador de la hoja (Loera 1974f, Galván y Loera 1975, Pérez y Cortinas 1994). En todos los casos, los estudios se han concentrado principalmente en la evaluación de insecticidas para su control (Loera 1974f, 1975d, 1982a, 1988a,b,c, Pérez y Cortinas 1994). También se han realizado estudios sobre la ecología y comportamiento de algunas plagas del frijol en la región. Rodríguez (1984b) determinó que el frijol es uno de los cultivos menos preferidos para la oviposición de la gallina ciega Phyllophaga crinita, comparado con gramíneas como sorgo y maíz, lo cual es importante para la rotación de cultivos. Por otra parte, se han realizado una serie de estudios sobre el muestreo de los adultos del gusano saltarín mediante el uso de trampas de feromonas, lo cual es un prerrequisito indispensable para determinar la mejor época de control (Loera y Lynch 1987).

Soya. A pesar de la escasa superficie sembrada en el norte de Tamaulipas, las plagas de la soya ocasionan daños similares a los que ocurren en el sur del Estado, donde la soya es uno de los cultivos más importantes. Las plagas más comunes son los gusanos defoliadores Anticarsia gemmatalis, Pseudoplusia includens, Trichoplusia ni y Spodoptera exigua (Loera 2006c). El grupo de insectos chupadores, como la chinche verde Nezara viridula y la chinche café, Euschistus servus, son plagas ocasionales de la soya. El control químico contra el complejo de larvas defoliadoras y chinches se realiza mediante la aplicación de los insecticidas paratión metilico, cipermetrina y diflubenzuron. Las liberaciones de Trichogramma pretiosum y Chrysoperla carnea no han resultado ser efectivas contra el complejo de larvas defoliadoras. En cambio, se ha demostrado la efectividad del baculovirus AgNPV, de origen brasileño, contra el complejo de larvas defoliadoras (Loera 2006c).

Trigo. Aunque diversos insectos se alimentan del trigo en la región, la única plaga de consideración es el pulgón del follaje Rhopalosiphum maidis, el cual ataca durante las primeras etapas de desarrollo. Aunque el daño directo no representa un problema serio, su efecto principal se deriva de la transmisión del virus del achaparramiento amarillo de la cebada. Se han generado recomendaciones para su control químico (Castillo y Rosales 1983, INIFAP 1994), aunque existen numerosos agentes de control biológico que regulan sus poblaciones de manera eficiente, entre ellos los insectos depredadores Coleomegilla maculata, Cycloneda munda, Hippodamia convergens y Chrysopa sp. (INIA 1967b).

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Canola. El pulgón de la col Brevicoryne brassicae es la plaga más importante de la canola en esta región, con pérdidas en el rendimiento de hasta el 30% (Loera 2006a). Otra plaga que puede ocasionar daños económicos en este cultivo es la palomilla dorso de diamante Plutella xylostella (Loera 2006b). El control de ambas plagas mediante el uso de los insecticidas dimetoato, malation, clorpirifos, metomilo, azinfos metilico, metamidofos, dimetoato + dicofol, ometoato y oxidemeton metil ha sido efectivo (Loera 2006a,b).

El control biológico de estas dos plagas mediante liberaciones de Trichogramma pretiosum y Chrysoperla carnea no ha mostrado eficacia hasta el momento. Por otra parte, se ha determinado que el complejo de depredadores nativos de los pulgones está compuesto por diversas especies de catarinitas como Hippodamia convergens; Olla v-nigrum, Olla abdominalis, Cycloneda sanguinea, y Coleomegilla maculata, las cuales cada catarinita es capaz de consumir hasta 120 pulgones/día. En un periodo de 10 días, una población inicial de una catarinita por cada 10 m lineales de surco eliminó una infestación de 40 pulgones por hoja (Loera 2006a). Se han iniciado también los estudios para determinar el potencial de un baculovirus contra larvas de la palomilla dorso de diamante (Loera 2006b).

Girasol. El insecto más importante es la palomilla del capítulo Homeosoma electellum. Se determinó que el umbral económico de esta plaga es de una palomilla por cada 20 capítulos revisados cuando exista el 10-20% de floración (Loera 1984). Entre los insecticidas más efectivos destacan paration metilico, lanate, azodrin, tildan y malation. Otras plagas del girasol de menor importancia incluyen al gusano trozador, gusano de espinas y el gusano de las yemas (Ortegón et al. 1975, 1993, Escobedo et al. 1982, Loera 1984).

Hortalizas. La okra se siembra en la región en una superficie de 3 mil a 6 mil hectáreas, principalmente para exportación a EUA. Entre las plagas más importantes destacan la gallina ciega P. crinita, pulgón Aphis gosypii, mosca blanca Bemisia spp., gusano elotero Helicoverpa zea y gusano rosado Pectinophora gossypiella. Durante el periodo 1999-2002, se realizó un análisis de los riesgos que presenta el gusano rosado para el cultivo del algodonero, ya que la okra podría constituir un reservorio para esta plaga si se continuaba cosechando después del 31 de agosto, fecha establecida por la Dirección General de Sanidad Vegetal (DGSV) para eliminar los residuos de la okra y algodonero en la región (Díaz et al. 1995). Se determinó que los riesgos son mínimos al seguir las siguientes recomendaciones: (a) Destruir el cultivo de okra inmediatamente después del último corte; (b) no dejar que el fruto de la okra alcance un tamaño mayor a 10 cm de longitud; y (c) acatar un dictamen oficial de destrucción del cultivo de okra en cualquier momento cuando se considere que representa riesgo por infestación de gusano rosado.

En calabacita, se comparó la susceptibilidad de cultivares al síntoma conocido como “hoja plateada”, inducido por el daño de la mosquita blanca B. argentifolii. Los cultivares de fruto verde mostraron mayor tolerancia a la hoja plateada (Díaz 1995). En chile piquín, se observó hasta un 32% de los frutos dañados por el picudo Anthonomus eugenii. Estos daños, poco comunes en chile

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piquín, se atribuyeron a poblaciones del picudo que emigraron de parcelas adyacentes de chile jalapeño. Se encontró además un 24% de parasitismo de las larvas del picudo por las avispitas Catolaccus hunteri, Eurytoma sp., Eupelmus sp. y Bracon sp (Rodríguez y Reyes 2003).

Forrajes. A fines de los 60´s se determinó la fluctuación de insectos plaga y sus enemigos naturales en 17 variedades de alfalfa. Se detectaron 10 especies de insectos dañinos, entre los que destacó por sus daños el pulgón manchado Therioaphis maculatus. Se observó que las variedades Africana, AS-13, Moapa, NK-819 y Sonora tuvieron una menor presencia y daño del pulgón. Los insectos benéficos incluyeron a catarinas (Hippodamia convergens, Cycloneda sp. y Ceratomegilla maculata), chinches asesinas (Zelus sp., Sinea sp. y Nabis sp.), chinche pirata (Orius sp.) y chinche ojona (Geocoris sp.) (Lagunes y Sifuentes 1969).

Por su parte, las principales plagas de los pastos forrajeros en la región incluyen a la gallina ciega, mosca pinta, gusanos defoliadores y el barrenador del tallo E. loftini. Sobre esta última plaga, se determinó que la mayor susceptibilidad detectada en el cultivar Tifton 68 de zacate Bermuda se debió a su mayor grosor del tallo, comparado con el resto de los cultivares. Asimismo, se determinó que los cortes de los zacates cada dos meses a una altura de 3-5 cm sobre el nivel del suelo, reducen significativamente el ataque del barrenador (Rodríguez et al. 1996).

PLAGAS DEL GANADO

El estudio de la entomología y acarología de la ganadería bovina es una línea de investigación reciente en el Campo Experimental Río Bravo. Aunque la garrapata Boophilus microplus ha sido tradicionalmente el ectoparásito al que se le ha puesto mayor atención, en los últimos años la mosca del cuerno Haematobia irritans se ha convertido en la plaga más importante del ganado en Tamaulipas, donde existe una población cercana a un millón de cabezas de ganado bovino y una producción aproximada de 250,000 crías al año (Del Valle 1990).

En la actualidad, el control de la mosca del cuerno se realiza mediante insecticidas aplicados directamente a los bovinos infestados; sin embargo, las moscas son capaces de desarrollar resistencia a tales químicos. Para definir mejores estrategias de control se han realizado estudios de dinámica poblacional del insecto, se han identificado los parasitoides nativos y se han evaluado productos de reciente formulación como el pigmento floxin B, el cual ha demostrado ser eficaz contra la mosca del cuerno a dosis de 2043 ppm (Loera et al. 2000). La ventaja de este producto es que las posibilidades de que la mosca adquiera resistencia son mínimas.

Por otra parte, se ha observado un alto parasitismo de pupas de la mosca del cuerno después de liberaciones de la avispita Spalangia endius, criada artificialmente en el laboratorio. Además, en el norte de Tamaulipas existe de manera natural la avispita Spalangia nigroaenea, cuya cría masiva representa

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una alternativa viable de control biológico. El uso de floxin B en combinación con la liberación de Spalangia en un programa de manejo integrado ofrece la posibilidad de un control más efectivo y sostenible de la mosca del cuerno, además de minimizar el riesgo de toxicidad en el ganado y de contaminación al medio ambiente (Loera et al. 2000).

PLAGAS FORESTALES

El estudio de los insectos que atacan las especies forestales es incipiente en el Campo Experimental Río Bravo, como resultado del programa del Gobierno Estatal de reconversión productiva de áreas agrícolas a la explotación pecuaria y forestal, principalmente para evitar el problema de erosión eólica y optimizar la rentabilidad de los predios en el norte de Tamaulipas. Hasta el momento, se han estudiado parcialmente dos plagas forestales: Un lepidóptero defoliador (Melanis pixe) en guamuchil y un coleóptero “anillador” o “ceñidor” de las ramas (Oncideres pustulata) que ataca diversas leguminosas (Fig. 5).

Figura 5. Plagas forestales en el norte de Tamaulipas. Izquierda: Melanis pixe dañando el follaje de guamuchil; Derecha: El “anillador” Oncideres pustulata dañando una rama de leucaena. 2004.

El lepidóptero M. pixe es capaz de dañar hasta un 40% del follaje de los árboles de guamuchil, la planta hospedera preferida. Se han determinado algunos de los factores de mortalidad de este insecto, entre ellos el parasitoide Brachymeria annulata y el hongo entomopatógeno Beauveria bassiana, los cuales eliminan hasta el 70 y 10%, respectivamente de las poblaciones de M. pixe (Rodríguez y Reyes 2005). Por otra parte, en 2003 se observaron

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abundantes poblaciones de O. pustulata en casi un millón de hectáreas del norte de Tamaulipas, con daños importantes en las ramas de diversos árboles y arbustos de leguminosas, principalmente huizache y leucaena, las hospederas preferidas. Después de trozar las ramas, la hembra de este insecto pone sus huevecillos bajo la corteza y una vez que las larvas eclosionan, se alimentan de las ramas muertas (Rodríguez 2004a).

LOGROS RELEVANTES

Las aportaciones científicas y tecnológicas más importantes del Campo Experimental Río Bravo para el manejo de las principales plagas en la región se resumen a continuación:

1. Determinación de los métodos de muestreo y umbrales económicos de daño para las principales plagas, lo que ha permitido un uso racional de insecticidas y evitar así la resurgencia y resistencia de las plagas, además de la reducción de costos y contaminación ambiental. Actualmente, el combate de las plagas en algodonero se realiza con seis aplicaciones por ciclo de cultivo, comparado con las 26 que se requerían en los 60´s. El control químico de la gallina ciega en la región mediante la aplicación de insecticidas sistémicos a la semilla ha tenido un impacto nacional y en Latinoamérica.

2. Se ha determinado la biología, ecología y comportamiento de las plagas más importantes, aspecto fundamental para el diseño de estrategias de manejo integrado. Entre estos estudios básicos, destacan los relativos a las gallinas ciegas, barrenadores del tallo, picudo del algodonero y el complejo de lepidópteros (Heliothis, Helicoverpa, Spodoptera).

3. Los estudios sobre las interrelaciones entre los insectos y otros organismos dañinos (enfermedades y maleza) han permitido aportar elementos más sólidos para el manejo fitosanitario de los cultivos. Destacan los estudios sobre el efecto de las plagas del elote en la infección con A. flavus y su consecuente contaminación con aflatoxinas. Cuando no se controlan oportunamente, los insectos son capaces de aumentar hasta en un 400% la contaminación del maíz con aflatoxinas. Cada peso invertido por el Campo Experimental Río Bravo en los estudios sobre aflatoxinas, ha generado 580 pesos en ganancias a los productores, como consecuencia en la reducción de los niveles de contaminación en sus parcelas.

4. Los estudios sobre el control cultural, particularmente mediante las siembras tempranas de los cultivos, han permitido reducir los daños por insectos en más del 90%, como el caso de los gusanos trozadores, la mosquita y gusano telarañero en sorgo y los lepidópteros en maíz y algodonero. También se ha demostrado la importancia de la oportunidad en la preparación del terreno, la rotación de cultivos y las siembras intercaladas para reducir hasta en un 80% la incidencia de plagas.

5. Generación de variedades e híbridos de sorgo y maíz con tolerancia a las principales plagas en la región. Los programas de mejoramiento genético del

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Campo Experimental Río Bravo han contado con el apoyo entomológico para la selección de materiales con mayor tolerancia a las plagas, particularmente gusanos cogollero, barrenadores, gallina ciega y mosquita del sorgo.

6. Se ha identificado la fauna benéfica (parasitoides y depredadores) y determinado su impacto sobre las poblaciones de las principales plagas de la región. El aprovechamiento de estos organismos benéficos es fundamental para el manejo integrado de las plagas.

7. El control biológico del picudo del algodonero mediante liberaciones inundativas de la avispita Catolaccus grandis permite eliminar hasta el 98% de los picudos y ahorrar hasta el 90% en el uso de insecticidas.

8. Después de la introducción y establecimiento de la avispita asiática Cotesia flavipes en la región se ha convertido en el principal enemigo natural de los barrenadores del maíz, con un parasitismo de más del 50%.

9. El descubrimiento del nemátodo entomopatógeno Steinernema riobravis en la región ha permitido contar con una estrategia de control biológico contra lepidópteros y plagas del suelo, particularmente después de que la industria ha generado la tecnología para contar con formulaciones comerciales de este organismo benéfico.

RETOS Y PERSPECTIVAS

La resistencia de las plagas del algodonero a los insecticidas en la región durante los 60´s es uno de los ejemplos clásicos en el mundo sobre el mal uso de los insecticidas y de sus consecuencias desastrosas (Adkinson 1971). Sin embargo, esta experiencia representa un capítulo importante en la historia de la agricultura de la región al tomar acciones para sobreponerse a dicha adversidad. Aunque la substitución del algodonero por el monocultivo de gramíneas (sorgo y maíz) tiene ya más de cuatro décadas, el ataque de plagas ha sido relativamente controlable. Sin embargo en fechas recientes, al menos en maíz, las plagas que atacan el elote (gusanos elotero, cogollero y soldado) son cada vez más problemáticas, principalmente en relación con la contaminación del grano con aflatoxinas (Rodríguez 1996a). Para este caso en particular, deberá investigarse los motivos de la mayor frecuencia de tales infestaciones en el ámbito regional, considerando el clima, el manejo del cultivo, y la ecología y comportamiento de estos insectos, particularmente la migración.

La diversificación de cultivos en el norte de Tamaulipas se ha dificultado por diversos motivos, principalmente por limitaciones en la comercialización de la cosecha de las nuevas opciones. Sin embargo, el Campo Experimental Río Bravo ha generado tecnologías para la producción de hortalizas, oleaginosas, leguminosas y otros granos, principalmente trigo. Para estos cultivos de alternativa, el Campo Experimental Río Bravo deberá reforzar en el corto plazo los conocimientos sobre la biología, ecología y manejo integrado de las principales plagas en la región. Además, en respuesta al programa que el Gobierno Estatal recientemente implementó para la conversión de siembras de

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sorgo hacia áreas ganaderas y forestales en el norte de Tamaulipas (SAGARPA 2002), se deberá generar tecnologías para el manejo de las principales plagas de los pastos y las especies forestales en esta región. Asimismo, se deberá intensificar los estudios para ofrecer opciones de control de las plagas más importantes que atacan el ganado en la región, particularmente la mosca del cuerno.

Como resultado de una serie de invasiones en muchas partes del mundo, la mosquita blanca Bemisia argentifolii fue detectada por primera vez en esta región a principios de los 90´s al provocar serios daños en cucurbitáceas, principalmente calabacita (Díaz 1995). Los logros obtenidos internacionalmente sobre su manejo deberán ser validados en esta región para minimizar sus daños en los principales cultivos susceptibles, como algunas hortalizas y leguminosas. Afortunadamente no existe hasta el momento otra plaga exótica en la región, como es el caso de muchas otras partes del mundo o del país. Por lo general, la invasión de este tipo de plagas es devastadora al no contar con los enemigos naturales de su lugar de origen, las cuales regulan sus poblaciones en un balance ecológico. Sin embargo, el Campo Experimental deberá estar permanentemente atento a la aparición de nuevas plagas o biotipos, lo cual se fomenta por el intercambio de productos como consecuencia de la globalización comercial actual y que indudablemente se intensificará en el futuro. Para lo anterior, se deberá tener una comunicación permanente con la Dirección General de Sanidad Vegetal de la SAGARPA. Ante la posible llegada de nuevas plagas a la región, se deberán reforzar los conocimientos sobre sistemática y taxonomía de insectos o contar con la colaboración de expertos en el tema, particularmente en el caso de aquellos que presentan comúnmente biotipos o subespecies, como las moscas blancas y pulgones. La colaboración de los entomólogos con el Laboratorio de Biotecnología del Campo Experimental Río Bravo será vital para acelerar y garantizar la identificación por métodos moleculares.

Las investigaciones entomológicas del Campo Experimental Río Bravo deberán seguir atendiendo los factores de productividad y rentabilidad, como se ha hecho desde su fundación. Sin embargo, en el corto plazo es importante enfatizar en la calidad e inocuidad de la cosecha, atributos impostergables que demanda con gran prioridad el mercado actual. Aunque existen algunos avances al respecto en maíz (Rodríguez 1996a, Rodríguez et al. 1995c, 1998), no existe información en sorgo ni en los cultivos de alternativa.

Con el objeto de contar con mayores elementos de pronóstico, las investigaciones sobre plagas en la región deberán enfatizar en los estudios de su interrelación con otros organismos dañinos como patógenos y malezas, así como el efecto de los factores climatológicos. La generación de modelos de simulación deberá ofrecer herramientas a los productores para prevenir el ataque de insectos. Estos estudios deberán coordinarse con el Laboratorio de Geomática y Agroclimatología, así como con los investigadores de fitopatología y maleza del Campo Experimental Río Bravo.

Como hace 50 años, los entomólogos del Campo Experimental Río Bravo deberán seguir apoyando las investigaciones sobre mejoramiento genético de los

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principales cultivos, con conocimientos y herramientas necesarios para la evaluación y selección de los genotipos tolerantes a las plagas más importantes de la región. Deberá considerarse sin embargo en el corto plazo, la cría masiva e infestación artificial de estas plagas para evitar el escape al daño cuando las infestaciones naturales son bajas, además de apoyarse en las herramientas biotecnológicas disponibles para la selección de materiales tolerantes.

En décadas pasadas, existió una modesta colección de insectos en el Campo Experimental Río Bravo, la cual por falta de mantenimiento y personal se ha ido perdiendo y tan sólo quedan unos cuantos especímenes. Las colecciones de insectos representan importantes fuentes de referencia. El control efectivo de las plagas inicia con la identificación correcta del insecto. En el corto y mediano plazo se deberá enriquecer y preservar sistemáticamente la colección de insectos perjudiciales y benéficos para contar con un inventario lo más completo posible de la diversidad entomológica regional. La identificación correcta de los especimenes deberá apoyarse en la colaboración de colegas taxónomos de instituciones nacionales e internacionales. Además de la utilidad en los proyectos de investigación, la colección de insectos podría representar un servicio del Campo Experimental Río Bravo a los productores para la identificación oportuna y eficaz de las plagas y sus enemigos naturales.

Cuando se descubrió la molécula del DDT y de otros insecticidas organoclorados en los 40´s se pensó tener la solución contra todas las plagas del mundo. La llamada de atención a los problemas graves provocados por su mal uso en el libro “La Primavera Silenciosa” de Rachel Carson (1962) motivó que la entomología económica evolucionara hacia métodos de control más eficaces, redituables e inocuos para el hombre y el medio ambiente. Así se hizo popular el concepto de “Control Integrado”, el cual básicamente combinaba el control químico con el control biológico (Stern et al. 1959). Este concepto evolucionó hacia el “Manejo Integrado de Plagas” (MIP) (Bottrell 1979), el cual se fundamenta en bases ecológicas y económicas más sólidas que el concepto anterior. El Campo Experimental Río Bravo ha adoptado desde hace tiempo la filosofía del MIP para el estudio y combate de plagas en la región. Sin embargo, en el corto y mediano plazo se deberá enfatizar en el “Manejo Biointensivo de Plagas” (Benbrook 1996), el cual privilegia a los métodos no químicos (biológico, cultural y genético) como sus principales componentes.

Aunque todos los organismos benéficos (parasitoides, depredadores y entomopatógenos) son importantes en los agroecosistemas, los trabajos de investigación futuros deberán de dar un especial énfasis al Control Microbiano, es decir el combate de plagas mediante el uso de entomopatógenos (virus, bacterias, hongos y nemátodos), por su rápida acción y similitud en la aplicación con respecto a los agroquímicos, cuyos equipos ya poseen la mayoría de los productores. Para el caso de los entomófagos (parasitoides y depredadores), deberá contemplarse introducir aquellos que no existan en la región y que pudieran tener un impacto a mediano y largo plazo contra las plagas existentes o aquellas que llegaran a invadir la región en el futuro, a través de estrategias de control biológico “clásico” o “neoclásico” (Hokannen y Pimentel 1989).

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Los retos de la entomología regional son diversos y relevantes. Sin embargo, el reto más importante para los investigadores, técnicos, productores y autoridades, es evitar que se repita la experiencia ocurrida durante los 60´s, cuando las plagas del algodonero se volvieron incontrolables debido a un inadecuado manejo. Debemos aprender de las experiencias del pasado para enfrentar los retos y aprovechar las oportunidades del futuro. A principios de los 50´s, cuando apenas iniciaba la operación del Distrito de Riego 025 en el norte de Tamaulipas, el joven Ing. Rafael Maciel Rodríguez escribió en la revista Germinal: “Los problemas no terminan con la introducción del agua al Distrito; es éste solo el inicial. Vienen a continuación problemas de organización, distribución, plagas, suelos, manejo y conservación”. El tiempo le dio la razón al Ing. Maciel.

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CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 12 Fitopatología

Noé Montes García Arturo Díaz Franco

INIFAP, Campo Experimental Río Bravo Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900

[email protected]

CONTENIDO

Introducción ……..………………………………………………………………………… 193

Sorgo ………………………………………….………………………..………………….. 196

Maíz ……………….……………………………………………………………………….. 200

Otras Gramíneas …………………………………………..….………………………….. 201

Leguminosas …….………………….…………………………………………………….. 202

Oleaginosas …………..….……………………………………………………………….. 203

Hortalizas …………….……………………………………..….………………………….. 204

Logros Importantes ………...………….…………………………………………….…… 205

Retos ……………………………………………………………………………………..... 206

Literatura Citada ………………………………………………………………………...... 208

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: Montes García, N. y A. Díaz Franco. 2006. Fitopatología, pp. 192-213. En: L. A. Rodríguez

del Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

193

“Ya nos cayó el chauixtle” Dicho mexicano

INTRODUCCION

El descubrimiento de los agentes causales de las enfermedades de las plantas en el siglo XIX y el conocimiento de las interacciones entre el patógeno, el hospedero y el medio ambiente, permitieron desarrollar una serie de medidas para su prevención, manejo y control. En México, la demanda para mejorar el rendimiento de los cultivos originó la introducción de nuevos genotipos, los cuales presentaron reducciones en su desarrollo y rendimiento debido al ataque de los microorganismos ya existentes en las diversas áreas de producción. Esto se debe a epifitias que se desarrollan más rápidamente en poblaciones de la misma especie. Aunque es raro observar epifitias bajo condiciones naturales, éstas pueden presentarse cuando se introducen patógenos, a los cuales las plantas silvestres o criollas no tienen resistencia. En general, las plantas pueden ser afectadas por enfermedades en todas y cada una de sus partes y etapas de desarrollo. Los microorganismos causantes de tales infecciones pueden ser hongos, bacterias, virus, viroides, nematodos, fitoplasmas, micoplasmas, espiroplasmas y plantas parasíticas (Agrios 1997).

Los cultivos agrícolas en el norte de Tamaulipas han sido afectados por algunos de estos microorganismos en diversas magnitudes y condiciones. La principal enfermedad que se presentó durante los 50’s en el algodonero (Gossypium hirsutum L.) fue la pudrición texana causada por el hongo Phymatotrichopsis omnivora, la cual a finales del siglo XIX causó grandes estragos en la producción de algodón en Texas, EUA. Debido a esta enfermedad y a problemas con plagas, los productores del norte de Tamaulipas optaron por otros cultivos que no fueran hospederos de este hongo. Durante esa época, el maíz (Zea mays L.) ya se sembraba en la zona en pequeñas superficies; sin embargo, debido a la escasez de agua, los productores empezaron a sembrar sorgo [Sorghum bicolor (L.) Moench.], el cual mostraba mayor resistencia a la sequía y a las altas temperaturas. Fue hasta 1958 cuando se tuvieron los primeros reportes de producción de sorgo en el norte de Tamaulipas y en México, principalmente con la introducción de híbridos norteamericanos. Sin duda alguna, la pudrición texana en el algodonero contribuyó a cambiar el curso de la agricultura en la región.

A partir de 1956 el Campo Experimental Río Bravo inició investigaciones en diversos cultivos, principalmente dirigidas a la obtención de tecnología de producción. Los primeros reportes sobre las enfermedades de algunos de los cultivos se realizaron durante los 60´s, básicamente relacionados con la búsqueda de resistencia genética en los programas de mejoramiento genético y el impacto de la fecha de siembra (Medina 1966, 1968). No fue sino hasta principios de los 70´s, cuando se iniciaron los estudios que involucraban formalmente a la fitopatología como disciplina. A través de la historia del Campo Experimental Río Bravo se han realizado estudios básicos (etiología y epidemiología) y aplicados tendientes a resolver los problemas relacionados con

194

las enfermedades mediante diferentes métodos de control, principalmente genético, químico y cultural (Cuadro 1).

Cuadro 1. Líneas de investigación sobre Fitopatología desarrolladas en el Campo

Experimental Río Bravo durante 1975-2006.

Cultivo Enfermedad Líneas* Referencias Maíz Mildiú velloso

Peronosclerospora sorghi Rg, Et, Ep, Cq, Cc

Medina 1968; Mejía 1975; Girón 1978, 1985a, 1993

Pudrición carbonosa Macrophomina phaseolina

Rg, Ep Girón 1988a, 1988b, 1992b; Rodríguez y Díaz 1989

Pudrición de mazorca Aspergillus flavus

Ep, Cc

Girón 1992a; Rodríguez 1996; Rodríguez et al. 1995, 1998

Complejo de enfermedades Rg Girón 1992a, 1994 Sorgo Pudrición carbonosa

Macrophomina phaseolina Rg, Cc

Williams et al 1987, 2004; Rodríguez et al. 1987; Montes et al. 1987; Díaz et al. 1989; Pecina et al. 1999a,b ; Vandermark et al. 1999

Cornezuelo (ergot) Claviceps africana

Ep, Et,, Cq, Rg, Cc

Aguirre et al. 1997; Torres y Montes 1997; Williams et al. 1998; Alderman et al. 1999; Montes et al. 2002, 2003a,b,c,d, 2005; Odvody 2003a,b; Prom et al. 2005a,b; Pecina et al. 2005

Carbón de la panoja Sporisorium reilianum

Rg Williams et al. 1990; Pecina et al. 2004

Algodón Pudrición texana Phymatotrichopsis omnivora

Ep Girón (1975c)

Frijol Pudrición carbonosa Macrophomina phaseolina

Et, Ep, Rg, Cc, Cq

Díaz 1984, 1989, 1991, 1992; Díaz y de la Fuente 1987; Díaz y Rodríguez 1987; Díaz y Cortinas 1988

Girasol Cenicilla polvorienta Erysiphe cichoracearum

Ep, Cq, Et Díaz 1980, 1983; Ortegón et al. 1993

Mancha Alternaria helianthi

Ep, Cq Ortegón et al. 1993

Mancha del tallo Diaporthe helianthi

Ep Díaz y Ortegón 1997

Calabacita Hoja plateada, Toxina de Bemisia argentifolli

Rg Díaz 1995b

195

Cuadro 1. Continuación Trigo Tizón de la hoja

Alternaria triticina Cc, Cq, Rg

Adame y Díaz 1997; Díaz y Rodríguez 1998c; Castillo 1992; Sánchez y Rodríguez 2004

Mancha de la hoja Helminthosporium spp.

Rg

Castillo 1992 Rodríguez 1994, Sánchez y Rodríguez 2004

Roya de la hoja Puccinia recondita f. sp. tritici

Rg Sánchez y Rodríguez 2004

Garbanzo Rabia Complejo de hongos del suelo

Cq, Et, Díaz 1995a; Díaz y Pérez 1993; Díaz et al. 1996; Díaz y Ortegón 1998a,b

Roya Uromyces ciceris-arientini

Cq Díaz 1995a; Díaz y Pérez 1993; Díaz y Ortegón 1998a,b

Okra Cenicilla polvorienta Erysiphe cichoracearum

Ep Díaz 1999

Z. Buffel Tizón de la hoja Pyricularia grisea

Ep, Rg Díaz y Méndez 2004, 2005

Cornezuelo (ergot) Claviceps fusiformis

Et, Rg San Martín et al. 1997, Díaz y Méndez 2005

Mancha de la hoja Cercospora spp.

Rg Díaz y Méndez 2005

*Et= Etiología; Ep= Epidemiología; Rg= Resistencia genética; Cq= Control químico; Cc= Control cultural.

Los bienes inmuebles del Campo Experimental Río Bravo se fueron

adaptando para crear laboratorios de diagnóstico, identificación y aislamiento de los microorganismos causantes de enfermedades. A partir de la creación del Programa de Fitopatología en 1974, los investigadores que han laborado en este programa son: Rodolfo Girón Calderón (1974-1999), Julio Ignacio Aguirre Rodríguez (1978-1999), Arturo Díaz Franco (1978-presente), Noé Montes García (1984-presente), Enrique Rodríguez Campos (1985-1999) y Víctor Pecina Quintero (2001-presente). Es importante señalar que otros investigadores de otras disciplinas han aportado información valiosa en el conocimiento de las enfermedades de importancia regional, entre ellos Javier Medina Aguirre, Héctor Williams Alanís, Hugo Mejía Andrade, César Augusto Reyes Méndez, Rafael Maciel Cano, Alfredo Rodríguez Castillo, Enrique Adame Beltrán, Rogelio Castillo Treviño, Alfredo Sergio Ortegón Morales, Ricardo Sánchez de la Cruz y Luis Ángel Rodríguez del Bosque. Asimismo, personal técnico y de campo ha colaborado notablemente en la obtención de información fitopatológica, entre ellos Salvador Robles Escarreola, José Mena González, Pánfilo Alanís Prado, Herón Cervantes Pérez, Cesáreo Pérez Campero, Héctor Loo Medina, Francisco

196

García Martínez, Lauro Macias López, José Acevedo Cano, Eulalio Bueno Flores, Jaime Beltrán Medina, Juan Olvera Martínez y Andrés Ruíz Acosta.

Para el estudio y control de las enfermedades de la región, es importante destacar la coordinación y vinculación del Campo Experimental Río Bravo con otras instituciones nacionales e internacionales, entre ellas el CP, UNAM, UANL, UAAAN, CINVESTAV-IPN (Irapuato), Dirección General de Sanidad Vegetal, Texas A&M University, USDA-ARS y el CIMMYT. A continuación se describen las actividades de investigación sobre Fitopatología más relevantes, desarrolladas en el Campo Experimental Río Bravo en los principales cultivos de la región:

SORGO

La investigación realizada en este cultivo se ha enfocado a la obtención de tecnología para el control de las enfermedades más comunes. La introducción de nuevos materiales extranjeros a nuestro país durante los 50’s y 60’s, aunado a las condiciones climáticas favorables, propició que rápidamente se desarrollara el carbón de la panoja causado por el hongo Sporisorium reilianum (Kuhn) Langdon y Fullerton, cuyas teliosporas germinan en el suelo, infectan las plántulas durante la emergencia y se desarrollan en forma sistémica (Frederiksen 1986) (Fig. 1). Durante la floración se forma una agalla serosa y se provocan la esterilidad en la planta madre y los hijuelos (Medina 1966). Al romperse la agalla antes de la cosecha, se liberan las teliosporas, las cuales caen al suelo y son transportadas por aire a corta distancia. Sobreviven en el suelo durante períodos prolongados y son las causantes de nuevas infecciones en los siguientes ciclos agrícolas.

Figura 1. Síntomas de carbón de la panoja del sorgo, Sporisorium reilianum.

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En el norte de Tamaulipas se han identificado cuatro razas fisiológicas del carbón de la panoja. Las razas 1 y 3 se presentan cuando las condiciones ambientales son calientes y secas, mientras que la 4, solamente se presenta en años calientes y húmedos. Por su parte la raza 2 se ha presentado en sólo dos ciclos de producción, por lo que no se le considera de importancia económica. Desde los inicios, los objetivos del Programa de Fitopatología en sorgo se enfocaron a la observación y evaluación del germoplasma para determinar la existencia de resistencia genética. A la fecha se han liberado algunos materiales tolerantes al carbón de la panoja, entre los que destacan el RB 3030, RB 3006, RB 4000 y la línea LRB-63 como resistente a las cuatro razas fisiológicas (Williams et al. 1990). Por otra parte, se ha observado que las líneas de sorgo con tipo de citoplasma A1 son menos susceptibles a esta enfermedad (Pecina et al. 2004), por lo que es recomendable su utilización para la producción de híbridos más tolerantes o resistentes a esta enfermedad.

En los 70’s, la aparición del mildiú velloso causado por el hongo Peronosclerospora sorghi (Weston y Uppal) C.G. Shaw originó que la investigación se enfocara a la evaluación y obtención de materiales con tolerancia a la enfermedad. Las oosporas de este hongo en el suelo germinan e invaden las raíces de las plántulas; el hongo prolifera sistémicamente (Fig. 2), e induce clorosis de las hojas de donde conidios producidos inician ciclos de infecciones secundarias. Una vez que P. sorghi se establece en las plantas, es difícil su control a menos que se realicen cambios en el patrón de cultivo, se utilicen materiales tolerantes, o se apliquen fungicidas. La mayor incidencia de mildiú velloso en el norte de Tamaulipas se ha registrado en siembras de marzo (Herrera y Betancourt 1981).

Figura 2. Infección sistémica de mildeu velloso en sorgo, causada por Peronosclerospora sorghi.

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La aparición de la pudrición del tallo causada por el hongo Macrophomina phaseolina (Tassi) Goid. (Fig. 3) a inicios de los 80’s, marcó un giro en cuanto al sistema de evaluación de la resistencia, el cual involucró la utilización de técnicas de inoculación como la del “palillo”, el cual se impregna con el hongo para colocarlo en contacto con la planta. Esta línea de investigación aportó la identificación de materiales comerciales (Montes et al., 1987) y experimentales tolerantes o resistentes a la enfermedad (Rodríguez et al., 1987; Williams et al., 1987). La pudrición del tallo tuvo su mayor expresión en el norte de Tamaulipas durante el período de 1984 a 1994, cuando la producción de sorgo se redujo en más del 30% en algunos ciclos agrícolas. En casos extremos esta enfermedad redujo en casi 100% la producción de algunos lotes debido al acame de plantas aunado a la combinación de condiciones ambientales de alta temperatura y de sequía que se presentaron durante el período de llenado del grano. Esta situación fue provocada también por la utilización de altas densidades de población en áreas de temporal. También se estudió la herencia genética de la resistencia a M. phaseolina (Pecina et al. 1999), además de caracterizar molecularmente al hongo, cuya virulencia es afectada por elementos endógenos de RNA de doble cadena (Pecina et al. 1999, Vandermark et al. 1999). En los 90’s, la aplicación del paquete tecnológico que incluyó el uso de bajas densidades de siembra, el uso de materiales tolerantes y las siembras tempranas, originó que la enfermedad se redujera substancialmente.

Figura 3. Síntomas de la pudrición carbonosa del sorgo, ocasionada por

Macrophomina phaseolina. La investigación sobre enfermedades de sorgo se ha intensificado durante

los últimos cinco años. En 1997, el cornezuelo, ergot o enfermedad azucarada del sorgo causada por el hongo Claviceps africana Frederickson, Mantle y de Milliano (Fig. 4) apareció en el norte de Tamaulipas (Aguirre et al. 1997), con fuertes pérdidas debido al poco grano formado. Esta situación fue más drástica en siembras retrasadas durante el ciclo de primavera-verano y siembras

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adelantadas durante el otoño-invierno (Torres y Montes, 1997), las cuales estuvieron expuestas a condiciones frías durante la etapa reproductiva, originando la esterilidad del polen (Montes et al., 2003d) y propiciando que las plantas de híbridos se comportaran similarmente a las líneas hembra utilizadas en los lotes de producción de semilla. Esta enfermedad originó además, que se estableciera una nueva Norma Mexicana en la cual se establecieron criterios cuarentenarios en áreas con esta problemática (Odvody et al., 2003a). La enfermedad se presenta con mayor frecuencia en líneas andro-estériles, aunque los híbridos comerciales pueden también ser atacados (Montes et al., 2005).

Figura 4. Exudado mieloso que conteniene las esporas del hongo Claviceps africana, que produce el ergot en sorgo.

Las acciones para contrarrestar al ergot se iniciaron en 1997 con la

elaboración de un folleto técnico (Williams et al. 1998) en el cual se ilustra la sintomatología, control y perspectivas de la enfermedad en la región. En 1999 se elaboraron documentos para ayudar a los técnicos de la Dirección General de Sanidad Vegetal a tener un mejor conocimiento de la enfermedad y a identificar las estructuras del hongo (Alderman et al. 1999, Frederickson et al. 1999). Posteriormente se realizaron investigaciones que permitieron la elaboración de un primer modelo de predicción del ergot en la zona (Montes et al. 2002), el cual define la relación entre el patógeno y las variables de clima como la temperatura y la humedad relativa. Este modelo epidemiológico propuso un ejemplo a seguir en la determinación de las interacciones entre estos factores y su efecto en el desarrollo de la enfermedad (Montes et al. 2003b). El uso de fungicidas para el control del ergot es una herramienta viable para prevenir la enfermedad en los lotes de producción de semilla (Montes et al. 2003c).

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El hongo produce dos tipos de estructuras que difieren en su forma y función: Los esclerocios y los esfacelios. La presencia de esclerocios en Río Bravo, Tam. y en Celaya, Gto. (Odvody et al. 2003b) originó incertidumbre sobre la función que estas estructuras pudieran tener en la diseminación de la enfermedad. La presencia de conidios en la mielecilla contenida en los esfacelios representan un alto riesgo debido a que pueden permanecer viables hasta por más de seis meses en condiciones de almacenamiento a bajas temperaturas, como las que se usan en las bodegas donde se mantiene la semilla antes de su venta (Montes et al. 2003a). Bajo condiciones de campo, las conidias del ergot se mantienen viables hasta por un año, lo que representa un riesgo para las siembras de los subsiguientes ciclos agrícolas, sin importar su reproducción en otros cultivos hospederos de la enfermedad, tales como el zacate Johnson [Sorghum halapense (L.) Pers.] (Prom et al. 2005b). De acuerdo a pruebas de ADN, a la fecha se han identificado tres tipos de cepas de ergot en México. La cepa presente en el noreste de México es similar a la de Texas, mientras que la de Celaya, Gto. es similar a la de Jalisco. Por otra parte, la cepa observada en Sinaloa difiere de las dos anteriores (Pecina et al. 2005). Las investigaciones tendientes a la evaluación de genotipos utilizando diversas técnicas de inoculación (Prom et al. 2005a) han demostrado que no existe resistencia genética, con lo que aunado a las condiciones ambientales, el riesgo de que esta enfermedad aparezca en cualquier período del año es alto.

MAÍZ

Aunque en los 60´s se llevaron a cabo estudios sobre el efecto de la fecha de siembra en las enfermedades del maíz (Medina 1968), la investigación sobre fitopatología en maíz inició formalmente en los 70’s con la búsqueda de resistencia al mildiú velloso del maíz (P. sorghi), enfermedad importante en esa época, a través de genotipos nacionales e introducidos (Girón 1975b, Mejía 1975). Posteriormente se desarrolló una técnica de inoculación en campo usando conidios de P. sorghi mediante el uso de franjas de sorgo forrajero susceptible como dispersor, la que resultó ser eficiente para la selección de materiales resistentes (Girón 1978). La prevalencia del mildiú velloso se abatió significativamente en la región como resultado del uso de una nueva generación de cultivares de maíz resistentes a esta enfermedad.

En los 80’s, la pudrición carbonosa (M. phaseolina), sobresalió como una de las principales enfermedades del maíz. Se realizaron estudios de campo para evaluar la reacción de materiales experimentales y comerciales de maíz a esta enfermedad (Girón 1988b, 1992a, Rodríguez y Díaz 1989). Una de las técnicas utilizadas para la selección del germoplasma fue mediante la técnica de inoculación del tallo con palillo (Girón 1988a). No obstante los esfuerzos realizados en la búsqueda de genotipos de maíz con tolerancia o resistencia al patógeno, aún falta mayor información en esa línea de investigación, así como de otras opciones para el manejo de la enfermedad.

201

En los 90’s el principal problema fitopatológico del maíz fue la contaminación del grano por diversas toxinas producidas por hongos (Fig. 5), dentro de las cuales sobresalen las aflatoxinas inducidas por Aspergillus flavus Link:Fr. Estudios sobre diferentes factores agronómicos, fitosanitarios y climáticos, asociados con el grado de contaminación del grano (Rodríguez 1996, Rodríguez et al. 1998), fueron determinantes para conocer y prevenir las aflatoxinas mediante un modelo de predicción para la región noreste de México, el cual hace énfasis en un adecuado manejo agronómico del cultivo, con lo que se puede producir grano con niveles permisibles o ausencia de aflatoxinas (Rodríguez et al. 1995).

Figura 5. Pudrición de la mazorca de maíz causado por diversos hongos en el norte de Tamaulipas: De izquierda a derecha principalmente Fusarium, Rhizopus y Aspergillus. Norte de Tamaulipas. 1989 .

OTRAS GRAMÍNEAS

El norte de Tamaulipas representa un sitio geoestratégico del flujo de esporas de la roya de la hoja de trigo (Puccinia recondita Rob. ex Desm. f. sp. tritici Erikss. y Henn), por lo que tradicionalmente se le ha considerado como una localidad importante para la evaluación de germoplasma nacional e internacional en búsqueda de resistencia a esta enfermedad (Maciel 1981, Castillo 1993). A principios de los 90’s, se presentaron dos enfermedades foliares, la mancha de la hoja (Helminthosporium spp.) y el tizón de la hoja (Alternaria triticina Pras. y Prab.), este último de mayor importancia. Debido a la prevalencia de estas enfermedades, se iniciaron los trabajos de evaluación y selección de genotipos tolerantes (Castillo 1992, Rodríguez 1994). El proceso de selección culminó con

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la liberación de la variedad ‘Sauteña F-01’, que presentaba tolerancia a la roya de la hoja, a la mancha por Helminthosporium y al tizón de la hoja (Sánchez y Rodríguez 2004). Se determinó que la severidad del tizón de la hoja está influenciada por la fecha de siembra, la densidad de población y la variedad (Adame y Díaz 1997). Además, es factible el control químico de la enfermedad y con ésto reducir la severidad y evitar pérdidas de 30 a 40% en el rendimiento de grano (Díaz y Rodríguez 1998b).

En los 90’s se identificaron dos enfermedades en el pasto buffel: El cornezuelo o ergot (Claviceps fusiformis Loveless) y la mancha por Cercospora spp; para ambas enfermedades se lograron identificar genotipos tolerantes. El tizón foliar del pasto buffel [Pyricularia grisea (Cooke) Sacc.] se detectó (Pyricularia grisea) en el norte de Tamaulipas en 2001 (Fig. 6). Su distribución ha sido generalizada y de particular importancia durante el ciclo primavera-verano. La variedad Común, sembrada en más del 95% de la superficie regional (260 mil hectáreas), presenta susceptibilidad al patógeno. Las mermas en la producción de biomasa son de 20-26%, mientras que para el contenido de proteína de la hoja son del 13%. Se han identificado introducciones de genotipos de buffel con resistencia a P. grisea (Díaz y Méndez 2005, Díaz et al. 2006).

Figura 6. Lesiones foliares del tizón en pasto buffel causadas por Pyricularia grisea.

LEGUMINOSAS

Se han identificado al menos 12 enfermedades infecciosas del frijol en el norte de Tamaulipas, entre las que destaca la pudrición carbonosa (M. phaseolina), la cual se reportó por primera vez en México al inicio de los 80’s (Díaz 1984). Esta enfermedad se presentó en el norte de Tamaulipas en los dos ciclos agrícolas (O-I y P-V) con altas incidencias, y en casos extremos provocó la pérdida total en variedades locales (Fig. 7) (Díaz 1984, 1985). Se demostró una

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gran variabilidad fisiológica y patogénica de cepas de M. phaseolina, aisladas de una misma planta de frijol y de otros hospederos (Díaz y De la Fuente 1987). Se identificó un método de inoculación en invernadero para la selección de genotipos de frijol, que consiste en utilizar semilla de sorgo inoculada al 1% (Díaz y Rodríguez 1987). Estudios de campo demostraron el bajo grado de efectividad de la acción de fungicidas en el control de la pudrición carbonosa en frijol (Díaz 1989). Por otro lado, la incidencia de la pudrición carbonosa fue inversamente proporcional a la humedad del suelo (Díaz y Cortinas 1988). La asociación de maíz y frijol intercalados en franjas de cuatro surcos, evitó la presencia de la enfermedad en 32%, comparado con el frijol solo (Díaz 1991).

Figura 7. Ataque severo de la pudrición carbonosa, Macrophomina phaseolina, en

frijol.

En la región se han identificado dos enfermedades importantes del garbanzo: La roya causada por Uromyces ciceris-arietini Jacz. in Boyer y Jacz. se manifiesta con severidad solamente en fechas de siembra tardías (después del 15 de diciembre) (Díaz y Ortegón 1998a,b); y la rabia causada por un complejo al menos de cinco géneros de hongos del suelo, es una enfermedad de alto riesgo para la producción. La rabia se puede controlar en forma eficiente tratando la semilla con una mezcla de captan y carboxin (Díaz et al. 1996, Díaz y Ortegón 1998a,b). OLEAGINOSAS

En Tamaulipas se han identificado un total de 10 enfermedades en girasol, de las cuales, la cenicilla polvorienta (Erysiphe cichoracearum DC.), la mancha por Alternaria [Alternaria helianthi (Hansa.) Tubaki y Nishihara] y la mancha del

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tallo (Diaporthe helianthi M. Muntanola-Cvetkovic, M. Mihaljcevic y M. Petrov) son las que han tenido el mayor impacto en la producción (Díaz 1993b, Ortegón et al. 1993). La cenicilla polvorienta se manifiesta después de la floración y la mayor severidad ocurre a 21-26ºC y humedad relativa >65% (Díaz 1980, 1983). Para que se presenten epifitias de la mancha por Alternaria (Fig. 7), se deben conjuntar tres factores: Lluvias intensas, alta densidad de plantas y daño mecánico en el follaje. Las pérdidas que esta enfermedad causa se estiman en 40-50% en el rendimiento y de 15 a 20% en contenido de aceite (Díaz 1993b, Ortegón et al. 1993). La mancha del tallo puede tener una severidad alta cuando se presenta exceso de humedad en el suelo durante el período de floración, ya que causa pudrición del tallo y puede afectar a más del 50% de las plantas (Díaz y Ortegón 1997).

Figura 8. Lesiones causadas por Alternaria helianthi en un capítulo de girasol.

Los problemas fitopatológicos de mayor importancia que afectan al cultivo de algodón son la secadera temprana o damping-off y la pudrición texana. Los daños por secadera temprana, causados por un complejo de hongos del suelo, se encuentran asociados a bajas temperaturas del suelo (<18ºC) durante la emergencia de la planta (Díaz 2000). La pudrición texana se manifiesta particularmente en condiciones de sequía y en suelos alcalinos (Girón 1975a). HORTALIZAS

A fines de los 90´s se reportó por primera vez en México la presencia de la cenicilla polvorienta (Erysiphe cichoracearum) de la okra [Abelmoschus esculentus (L.) Moench.], principal hortaliza en la región (Díaz 1999). Estudios sobre la reacción de genotipos de calabacita (Cucurbita pepo L.) a los daños de

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la hoja plateada, causados por la toxina de la mosca blanca Bemisia argentifolii Bellows y Perring (Fig. 9), demostraron que en general los genotipos de fruto verde tienen mayor tolerancia y consecuentemente mejor producción (Díaz 1995b). Es importante destacar que antes de la presencia de la hoja plateada, la siembra comercial de calabacita para exportación promedió alrededor de 1,500 hectáreas (Díaz y Leal 1992); posteriormente esta enfermedad provocó que esta hortaliza desapareciera prácticamente del escenario agrícola regional.

Figura 9. Síntoma característico de la hoja plateada en calabacita, provocado por el daño de mosca blanca, Bemisia argentifolii.

LOGROS IMPORTANTES

1. Técnicas de inoculación. Se han validado o seleccionado con éxito diferentes técnicas de inoculación con el propósito de identificar genotipos con tolerancia o resistencia a enfermedades como mildiú velloso del sorgo y maíz (Girón, 1978); pudrición carbonosa en maíz (Girón, 1988a), en frijol (Díaz y Rodríguez 1987), así como para ergot en sorgo (Prom et al. 2005b).

2. Selección de genotipos resistentes. A través de la historia del Campo Experimental Río Bravo se han identificado genotipos de diversos cultivos con resistencia/tolerancia a diferentes enfermedades. Por ejemplo, genotipos de sorgo resistentes a carbón de la panoja (Williams et al. 1990; Pecina et al. 2004), a pudrición carbonosa (Montes et al. 1987; Rodríguez et al. 1987; Williams et al. 1987; Williams et al. 2004), a ergot (Montes et al. 2005; Prom et al. 2005a). En maíz se seleccionaron genotipos para mildiú velloso (Girón 1978; 1985a) y a pudrición carbonosa (Girón 1988b; Rodríguez y Díaz 1989). En frijol a pudrición carbonosa (Díaz 1992; Díaz y Rodríguez 1987). En calabacita a hoja plateada (Díaz 1995b). En trigo al complejo de enfermedades foliares (Castillo 1992;

206

Rodríguez 1994). Y en pasto buffel a tizón de la hoja (Díaz y Méndez 2005; Díaz et al. 2006).

3. Liberación de cultivares. Los esfuerzos en el proceso de mejoramiento genético han culminado con la obtención de nuevos cultivares que han presentado alto potencial de rendimiento y tolerancia a enfermedades. En trigo se liberó la variedad ‘Sauteña F-01’, que muestra tolerancia a roya de la hoja, a tizón de la hoja y la mancha por Helminthosporium (Sánchez y Rodríguez 2004). En sorgo se han liberado los híbridos RB-3030, RB 3006, RB-4000, RB-4040 y RB-Patrón, los cuales son tolerantes a la pudrición carbonosa y al carbón de la panoja (Rodríguez et al. 1987, Williams et al. 1987).

4. Control químico. Se ha generado información relacionada con el control químico de diferentes enfermedades en los cultivos regionales. Destaca el control del ergot en sorgo (Montes et al. 2003c); la cenicilla polvorienta del girasol (Díaz 1983); del tizón de la hoja en trigo (Díaz y Rodríguez 1998b); y la roya y rabia del garbanzo (Díaz y Ortegón 1998a,b).

5. Control cultural. Dentro del manejo integrado de las enfermedades, el control mediante prácticas culturales ha representado una alternativa eficiente. El manejo agronómico adecuado del maíz para disminuir la contaminación por aflatoxinas ha impactado notablemente en la productividad del cultivo (Rodríguez 1996). En sorgo, ajustes en el paquete tecnológico han originado una reducción significativa de la pudrición carbonosa (Montes y Rodríguez 1994); para el ergot, la fecha de siembra es determinante para su manifestación (Montes et al. 2003b). En frijol, el manejo agronómico del cultivo influye de manera importante en la incidencia de la pudrición carbonosa (Díaz 1991, Díaz y Cortinas 1988).

6. Modelos de predicción. Con el objetivo de pronosticar la magnitud de algunas enfermedades, se han desarrollado modelos de predicción, los cuales han ayudado a prevenir los daños potenciales de los patógenos. Rodríguez et al. (1995) estructuraron un modelo que describe el impacto de las aflatoxinas en maíz. Similarmente, en sorgo se desarrolló un modelo de predicción para la incidencia de ergot (Montes et al. 2002).

7. Otras aportaciones relevantes. Se han identificado las razas fisiológicas del carbón de la panoja en sorgo (Pecina et al. 2005). Los elementos endógenos detectados en RNA de M. phaseolina demostraron la complejidad genética del hongo (Pecina et al. 1999, Vandermark et al. 1999). A través de publicaciones se ha difundido información sobre la descripción y diversos aspectos relacionados con las enfermedades en sorgo (Aguirre 1993, Frederickson et al. 1999, Williams et al. 1998), maíz (Girón 1985b, 1993, Rodríguez et al. 1995), frijol (Díaz 1985, 1993a), trigo (Castillo 1993), girasol (Díaz 1993b, Ortegón et al. 1993) y pasto buffel (Díaz et al. 2006).

RETOS

Existen otras enfermedades en esta región que deben ser investigadas, ya que están estrechamente relacionadas con factores que ponen en riesgo la salud

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humana y animal. La presencia de mohos del grano en sorgo causados por al menos 40 especies, han ocasionado que tanto el grano comercial como el que se utiliza como semilla en la siembra presente reducciones en su peso, viabilidad y germinación. Estudios preliminares en grano de sorgo sometido a alta humedad relativa durante el período de llenado del grano han detectado a los hongos Alternaria spp.; Curvularia lunata (Wakk.) Boedijn; Bipolaris spp.; Aspergillus flavus y A. niger Tiegh., y las especies de Fusarium entre las que se encuentran thapsinum, semitectum Berk. y Ravenel y verticillioides (Sacc.) Nirenb., las cuales producen toxinas, tales como zearalanone, fumonisinas y DON, que provocan enfermedades en los animales cuando consumen el grano contaminado.

Otro aspecto importante es el resurgimiento del mildiú velloso en sorgo en algunas áreas de Texas, EUA durante los últimos años por lo que es prioritario mantener el norte de Tamaulipas libre de esta enfermedad. Se necesitan identificar nuevas fuentes de resistencia genética, generar tecnología para su control químico, así como el manejo integrado de la enfermedad.

El control biológico mediante el uso de microorganismos que inhiben el crecimiento y desarrollo de los patógenos es un área que empieza a cobrar importancia en la región y el país, y que probablemente revolucionará los métodos de control de las enfermedades. Por otra parte, las herramientas que brinda la biotecnología son de gran valor para reducir el tiempo y costos en la identificación de microorganismos causantes de enfermedades, por lo que en un futuro cercano será necesario intensificar el uso de esta herramienta. Cabe destacar que las acciones o medidas que se implementen para el manejo de las enfermedades en los cultivos agrícolas, deben considerar el impacto agroecológico y dentro del contexto de una producción agrícola sostenible.

La tendencia actual es que la superficie sembrada con maíz se incremente, como consecuencia de la mayor disponibilidad de agua en las presas y al mayor interés por la siembra de maíces amarillos, los cuales pueden mostrar mayor susceptibilidad a las enfermedades de la mazorca debido a las características del grano (Montes et al. 2005). Por lo anterior, es primordial la evaluación e identificación de los mejores híbridos que se adapten a las condiciones agroclimáticas del norte de Tamaulipas.

La creciente globalización de los mercados de granos en los últimos años, aunado a las variaciones de los precios internacionales y su impacto en la comercialización, han empezado a traer consecuencias negativas en la rentabilidad del sorgo y maíz. La liberación total de esos mercados está prevista para el año 2008. Lo anterior ha obligado a la búsqueda de nuevas opciones de producción durante los últimos años, lo cual se intensificará en el futuro cercano. Será importante identificar y priorizar las enfermedades potenciales de estos nuevos cultivos de alternativa.

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214

CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 13 Maleza

Enrique Rosales Robles

INIFAP, Campo Experimental Río Bravo Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900

[email protected]

CONTENIDO

Introducción ……..………………………………………………………………………… 215

Identificación y Época de Emergencia …….………………………..………………….. 215

Maíz ……………….……………………………………………………………………….. 217

Sorgo ………………………………………………………..….………………………….. 220

Trigo ……………………..…………………………………………………………….…… 220

Frijol y Soya ……...……………………………………………………………………….. 221

Algodonero ……………….……………………………………………………………….. 222

Equipo de Aspersión y su Calibración …………………..….………………………….. 223

Logros Relevantes …………………….…………………………………………….…… 224

Perspectivas ……………………………………………………………………………..... 224

Literatura Citada ………………………………………………………………………...... 225

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: Rosales Robles, E. 2006. Maleza, pp. 214-227. En: L. A. Rodríguez del Bosque (ed.),

Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

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“Ni hierba en el trigo, ni sospecha en el amigo” Refrán español

INTRODUCCION

El propósito de la agricultura es reproducir una especie vegetal de interés en un ambiente parcialmente controlado. Desde los inicios de la agricultura, el hombre ha luchado por eliminar las plantas diferentes al cultivo en explotación y que son conocidas como malas hierbas o maleza. La presencia constante de maleza en los agroecosistemas contrasta con la ocurrencia casual de plagas y enfermedades, ya que la maleza no requiere condiciones especiales para su desarrollo. Las malas hierbas compiten con los cultivos por factores básicos para el desarrollo como luz, agua y nutrimentos y si no son controladas oportuna y eficientemente reducen significativamente el rendimiento y la calidad de los productos cosechados, por lo que el control de maleza es un componente esencial en la producción de cultivos. El manejo de la maleza es una de las prácticas más antiguas en la agricultura, sin embargo, debido a que su efecto nocivo no es evidente al inicio del desarrollo de los cultivos, en muchas ocasiones no se le otorga la importancia debida (Radosevich et al. 1997)

La investigación en el área de manejo de maleza o “Combate de Maleza”, como se denominó en esa época, se inició en el Campo Experimental Río Bravo en 1968. En el entonces Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), hoy INIFAP, existía el Departamento de Combate de Maleza, el cual era coordinado en el país por el Dr. Omar Agundis Mata. En Río Bravo, la investigación en esta área, se inició con la identificación de las especies de maleza más comunes, estudios sobre su biología y ecología y prácticas para su control, principalmente evaluación de herbicidas. La información obtenida fue integrada a los paquetes tecnológicos de los principales cultivos del norte de Tamaulipas. En el Cuadro 1 se presentan las principales líneas de investigación desarrolladas en las principales especies de maleza.

Los investigadores que han laborado en el Campo Experimental Río Bravo en el área de manejo de maleza son: Sebastián Acosta Núñez (1968-1972), Jesús Torralba Esquivel (1970-1971), Carlos Ramos Rodríguez (1971-1972), Eduardo Castro Martínez (1973-1987) y Enrique Rosales Robles (1977-presente). Dichos investigadores han contado con el apoyo valioso de los siguientes ayudantes de investigación en maleza: Ramiro Aguillón Vázquez, Apolonio González Ontiveros, Juan Olvera Martínez, Catarino Charles Guzmán, Emeterio Chavarría Rocha, Carlos Mena González y Esteban Robles Escarreola.

IDENTIFICACIÓN Y ÉPOCA DE EMERGENCIA

De 1968 a 1978 mediante muestreos de campo o “levantamientos ecológicos” se identificaron alrededor de 50 especies de maleza, entre las que destacaron por su frecuencia de aparición y altos grados de infestación: El polocote (Helianthus annuus L.), la correhuela anual (Ipomoea hederacea Jacq.), el meloncillo (Cucumis melo L. Var. Agrestis Naudin), el quelite (Amaranthus

216

Cuadro 1. Principales especies de maleza en el norte de Tamaulipas y líneas de investigación desarrolladas por el Campo Experimental Río Bravo (1968-2006).

Maleza Líneas de

investigación*

Referencias bibliográficas Nombre común

Nombre científico

Polocote Helianthus annuus L.

BE, CO, CQ, MI

Acosta 1971; Acosta y Agundis 1976; Castro 1985; Rosales 1985; Castro y Rosales 1986b; Rosales et al. 2002, 2005a,b; Rosales y Sánchez 2004

Quelite Amaranthus palmeri S. Wats.

BE, CQ, MI Acosta 1971; Acosta y Agundis 1976; Castro 1985; Rosales 1987; Rosales y Sánchez 1999, 2004

Amargosa Parthenium hysterophorus L.

BE, CQ, MI Acosta 1971; Acosta y Agundis 1976; Castro 1985; Castro y Rosales 1986b; Rosales y Sánchez 2004

Correhuela anual

Ipomoea hederacea Jacq.

BE, CQ, MI Acosta 1971; Acosta y Agundis 1976; Castro 1985; Rosales y Sánchez 2004

Correhuela perenne

Convolvulus arvensis L.

CO, CQ Rosales 1993b; Rosales y Sánchez 2004; Rosales et al. 2006

Cañita Sorghum bicolor (L.) Moench.

BE, CD, MI Rodríguez y Rosales 1992; Rosales 1993a; Rosales y Sánchez 2004

Zacate Johnson

Sorghum halepense (L.) Pers.

BE, CO, CQ, MI

Acosta 1971; Acosta y Agundis 1976; Rosales y Rojas 1981; Castro 1985; Rosales 1985, 1992; Rosales et al. 1999a,b; Rosales y Sánchez 2004

Borraja Sonchus oleraceus L.

CQ, MI Castro y Rosales 1986b; Medina y Rosales 2000

Mostacilla Sisymbrium irio L.

CQ, MI Castro y Rosales 1986b; Medina y Rosales 2000

Zacate espiga Panicum fasciculatum Sw.

BE, CQ, MI Acosta 1971; Acosta y Agundis 1976; Rosales 1987; Rosales y Sánchez 2004

* BE= Biología y Ecología; CO= Competencia; CQ= Control químico y Daños; MI= Manejo integrado.

217

palmeri S. Wats.), el trompillo (Solanum elaeagnifolium Cav.), la amargosa (Parthenium hysterophorus L.) y la correhuela perenne (Convolvulus arvensis L.) entre las de hoja ancha y los zacates Johnson [Sorghum halepense (L.) Pers.], gramilla [Cynodon dactylon (L.) Pers.], espiga (Panicum fasciculatum Sw.), lagunero [Echinochloa colona (L.) Link.] (Rosales 1985).

Los primeros estudios se enfocaron también a determinar el patrón de emergencia de las especies de maleza más comunes en la región y se comprobó que éstas muestran una estacionalidad definida (Acosta y Agundis 1976). La correhuela anual, el quelite y el zacate espiga se consideran especies de primavera-verano (P-V), ya que presentan su mayor emergencia en los meses de junio a agosto (Figura 1). Por otra parte, el polocote y la hierba amargosa se clasifican como especies de otoño-invierno (O-I), pues su máxima emergencia coincide con los meses de enero a marzo y debido a que la mayoría del área se siembra en el O-I, son las especies más problemáticas en esta región. En cultivos sembrados durante el P-V, como el sorgo, maíz y frijol, las principales especies de maleza que se presentan al inicio del ciclo son la correhuela anual, el quelite y el zacate espiga. Durante este ciclo se presenta la mayor ocurrencia de lluvias en el norte de Tamaulipas y como frecuentemente son torrenciales, las medidas de manejo para el control de estas especies de maleza deben ser planeadas adecuadamente.

Figura 1. Dinámica de emergencia de las principales malezas en el norte de

Tamaulipas. 1976.

MAÍZ

En los 70´s las siembras realizadas a finales de febrero bajo el sistema de siembra en húmedo y el paso de tres a cuatro escardas evitaban las infestaciones tempranas de maleza. En este sistema, los principales problemas

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CICLO O-I CICLO P-V

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Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

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Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

amargosa polocote correhuela quelite z. espiga

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de maleza eran la correhuela anual y el meloncillo, especies que emergían después del primer riego de auxilio y debido a su hábito trepador dificultan la cosecha mecánica (Acosta 1971). En esa época se generaron recomendaciones para el control de maleza de hoja ancha al cierre del cultivo, es decir después de la última escarda y antes del riego de auxilio con herbicidas pre-emergentes a base de atrazina (Acosta 1971).

En algunas ocasiones se requería el control post-emergente de maleza de hoja ancha antes del primer riego de auxilio y se recomendaban herbicidas hormonales como 2,4-D amina (Agramina, Estamine, Hierbamina y otros), dicamba (Banvel, Fortune) y la mezcla de 2,4-D + picloram (Tordon 472). Aunque estos herbicidas se aplicaban tanto en pre-emergencia como en post-emergencia de la maleza, su principal uso es en el último.

En los 80´s se integraron a las aplicaciones de atrazina, herbicidas pre-emergentes para el control de zacates anuales como metolaclor (Dual), alaclor (Lazo) y pendimetalina (Prowl). Estas mezclas de herbicidas se aplican antes del riego de auxilio, con lo que se evita el establecimiento de maleza de hoja ancha que dificulta la cosecha mecánica y de zacates anuales que retrasan el flujo del agua durante los riegos. De acuerdo a investigaciones realizadas en esa época, la presencia de maleza anual en maíz ocasiona pérdidas del 20 al 40% del rendimiento. Se determinó además que el herbicida de contacto bromoxinil (Brominal 240) tenía un excelente control de maleza de hoja ancha (Castro 1985).

Figura 2. Experimento de herbicidas contra zacate Johnson. Díaz Ordaz, Tam. 1975.

En los 70´s y 80´s, el zacate Johnson (Fig. 2) era una de las principales especies de maleza, sobre todo en el área de Reynosa a Díaz Ordaz dentro del

219

Distrito de Riego 026, en la cual existen suelos arenosos que le permiten una gran producción de rizomas. En 1975 el registro en México del glifosato, herbicida no-selectivo, sistémico y que no deja residuos en el suelo, marcó una pauta en el control del zacate Johnson. Previo al uso del glifosato, el control químico de esta maleza se realizaba con aplicaciones de herbicidas residuales como TCA y dalapon. Para el control de zacate Johnson en terrenos sin cultivo en el ciclo tardío, se diseñó un programa de manejo integrado que consistía en dar dos pasos de rastra para fraccionar los rizomas y la aplicación del herbicida glifosato (Faena, Glyphos, Secamax y otros) sobre rebrotes de 30 a 40 cm de altura, que elimina el 95% del follaje y rizomas y se comprobó en parcelas demostrativas que el control de esta maleza significó un aumento de 1.5 t/ha en el rendimiento de maíz sembrado en el siguiente ciclo. Este sistema de manejo se implementó con programas de crédito principalmente en el Distrito 026 (Castro y Rosales 1986a).

La cañita, Sorghum bicolor L., maleza recientemente introducida a la región, significó un gran problema en la década de los 90´s en lotes de maíz de riego del norte de Tamaulipas. Esta maleza es un ancestro del sorgo cultivado cuyas principales diferencias con este cultivo son la presencia de glumas negras que cubren casi completamente el grano, la dehiscencia de sus semillas al madurar y la altura que llega a ser hasta de 3 m (Rosales 1993a). Se determinó que las poblaciones de semilla de cañita en lotes severamente infestados era de alrededor de 22 millones por hectárea con un 44% en el estrato de 0 a 5 cm de profundidad de suelo, aunque tienen capacidad de emerger desde 20 cm bajo el suelo (Rosales 1994). En muestreos realizados en Río Bravo, se determinó que la presencia de 12.3 plantas de cañita por metro de surco redujo el rendimiento del maíz en 33% (Rosales 1994). Además, se demostró que la ocurrencia de altas poblaciones de gallina ciega, Phyllophaga crinita Burmeister, estuvo asociada con las infestaciones de cañita, debido a la mayor atracción de los adultos para ovipositar en sitios con altas densidades de esta maleza (Rodríguez y Rosales 1992).

En la década de los 90´s se realizaron las primeras investigaciones para el registro en México de los herbicidas primisulfuron y nicosulfuron, que por primera vez ofrecían el control selectivo de zacates en post-emergencia de maíz. Con estas investigaciones se generaron recomendaciones para el control selectivo post-emergente de zacate Johnson y cañita. Los herbicidas Accent a 50 g/ha, Sansón a 1.0 l/ha y Tell a 50 g/ha mostraron un excelente control de estas especies y evitaron pérdidas del 40% en el rendimiento del maíz (Rosales 1992, 1993a). Además, se diseñó un sistema de manejo integrado del zacate Johnson mediante el uso de dosis reducidas de nicosulfuron y el paso de escardas. Con este sistema se logra un excelente control con sólo un 25% del herbicida requerido en un sistema convencional (Rosales et al. 1999b).

En la actualidad las fechas de siembra tempranas de finales de enero a mediados de febrero y la siembra sin “rajar bordo” han propiciado la infestación temprana de maleza con hábito invernal, principalmente polocote. Como solución a esta problemática, ahora se realizan aplicaciones de herbicidas pre-emergentes a base de atrazina al momento de la siembra y en la mayoría de los

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casos en banda sobre la hilera de plantas cultivadas. Cabe mencionar que con el uso de este sistema de siembra ha disminuido en la región la presencia de correhuela anual y meloncillo; además, las bajas precipitaciones que se han presentado durante los últimos años han afectado el establecimiento de estas especies de maleza (Rosales y Sánchez 2004).

SORGO

El desarrollo de la investigación sobre manejo integrado de maleza de hoja ancha en sorgo es similar a la realizada en maíz. En los 70´s se generaron recomendaciones para el control post-emergente de maleza anual de hoja ancha. Los herbicidas a base de 2,4-D amina controlan eficientemente a dicha maleza y no causan daño al sorgo, si se aplican cuando el cultivo tiene de tres a seis hojas. La aplicación de atrazina en pre-emergencia a 1.5 kg i.a./ha se recomendó en suelos francos y arcillosos (Castro 1985).

Se generó tecnología para el control de correhuela perenne, mediante la aplicación de herbicidas hormonales en terrenos en descanso, seguida de aplicaciones de estos mismos herbicidas durante el desarrollo del sorgo (Rosales 1993b). El control de correhuela perenne evita pérdidas de 60 a 80% en el rendimiento del cultivo. Además, recientemente se observó que la competencia de correhuela perenne en sorgo por sólo una semana después de la emergencia del cultivo causa reducciones hasta del 40% de su rendimiento, por lo que sus prácticas de control deben iniciarse un ciclo antes de la siembra (Rosales et al. 2006).

En los 80´s se realizaron evaluaciones para el registro en México de los herbicidas bromoxinil (Brominal 240) y en los 90´s de prosulfuron (Peak 57 WG). Ambos herbicidas tienen buen control de maleza de hoja ancha y no presentan riesgos de daño a cultivos de hoja ancha por acarreo. El control eficiente de maleza anual en sorgo evita pérdidas de rendimiento de 30 a 40% (Rosales et al. 2005a).

Recientemente se diseño un programa de manejo integrado de maleza con base en el uso de herbicidas en dosis reducidas aplicadas a maleza en sus primeras etapas de desarrollo (Fig. 3) y el paso de escardas (Rosales y Sánchez 2004). Este sistema reduce el costo económico y ecológico del manejo de maleza en sorgo, al requerir sólo un 50% de la dosis de etiqueta de los herbicidas 2,4-D y prosulfuron aplicados sobre maleza con una altura menor a 10 cm (Rosales et al. 2005b).

TRIGO

El control de maleza de hoja ancha es crucial en la producción de trigo en esta región, ya que su sistema de siembra en surcos angostos no permite el paso de escardas. En los 90´s se determinó que la presencia de dos y cuatro polocotes por m2 reduce el rendimiento de trigo en 27 y 50%, respectivamente

221

(Rosales et al. 2002). En los 80´s y 90´s se generaron las recomendaciones para el control químico de maleza. El uso de herbicidas de acción hormonal como 2,4-D amina y dicamba ofrece selectividad a trigo en la etapa entre amacollo y encañe y controla eficientemente la maleza (Castro y Rosales 1986b). El herbicida bromoxinil puede aplicarse de amacollo a embuche sin afectar al cultivo (Fig. 4). Además se evaluaron otros herbicidas como metsulfuron-metil (Ally), thifensulfuron (Harmony) y trisasulfuron (Amber) que presentaron excelente control de maleza y selectividad al cultivo. El control de maleza de hoja ancha en trigo evita pérdidas de rendimiento de 35% (Medina y Rosales 2000).

Figura 3. Aplicación de herbicidas post-emergentes contra polocote (Helianthus

annuus L.) durante las primeras etapas de desarrollo del sorgo. 2004.

FRIJOL Y SOYA

El problema de maleza en frijol y soya puede ser grave, ya que su siembra se realiza principalmente en el ciclo P-V (tardío), época en que es común que se presenten lluvias torrenciales que impiden el paso oportuno de escardas y se tiene una fuerte competencia de altas poblaciones de zacates anuales y quelite. En los 80´s se generó tecnología para el manejo integrado de maleza mediante la siembra en el lomo del surco y la aplicación pre-emergente del herbicida trifluralina (Treflan, Tretox, Otilan y otros) o la mezcla de prometrina (Gesagard) o linuron (Afalon) + pendimetalina (Prowl) y el paso de escardas. Este sistema controla la maleza en las primeras etapas de desarrollo de estos cultivos y evita pérdidas de hasta 60% en su rendimiento (Rosales 1987).

222

En los 80´s se evaluaron por primera vez en México los herbicidas fluazifop (Fusilade) y haloxifop (Galant) que permitieron el control post-emergente selectivo de zacates en cultivos de hoja ancha (Rosales y Rojas 1981, Castro y Rosales 1983). Estos herbicidas son eficaces para el control del zacate Johnson en frijol y se diseñó un programa de manejo integrado con la aplicación en banda de estos productos y el paso de dos escardas. Esta tecnología permitió a los productores controlar esta maleza y tener un cultivo de frijol de tardío con rendimientos de 600 a 800 kg/ha (Castro y Rosales 1983).

Figura 4. Control de polocote (Helianthus annuus L.) en trigo con la aplicación de

bromoxinil en post-emergencia, comparado con testigos sin tratar (izquierda y derecha). Campo Experimental Río Bravo. 1990.

ALGODONERO

La presencia de maleza disminuye el rendimiento del algodonero en 30 a 40% y reduce la calidad de la fibra cosechada (Rosales et al. 1999a). En la década de los 80´s se generaron recomendaciones para el control de maleza de hoja ancha y zacates anuales en algodonero. La mezcla de fluometuron (Cotoran) + pendimetalina (Prowl) aplicada en pre-emergencia controla eficientemente a la maleza anual los primeros 40 a 60 días del cultivo (Vargas 1991). Se diseñó un programa de manejo integrado de zacate Johnson mediante el paso de escardas y el uso del herbicida clethodim (Select Ultra) a una dosis reducida de sólo 25% de la dosis recomendada (Rosales et al. 1999a). Recientemente, se realizaron investigaciones para el registro en México del

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herbicida pirithiobac (Staple) que permite el control selectivo post-emergente (Fig. 5) de maleza anual de hoja ancha en algodonero (Aguilar et al. 2004).

Figura 5. Control post-emergente de quelite (Amaranthus palmeri S. Wats.) en

algodonero con la aplicación de pirithiobac, comparado con el testigo sin tratar (izquierda). 2003.

De 1999 a 2004, se realizaron las primeras investigaciones en México para el registro de variedades genéticamente modificadas de algodonero con tolerancia a los herbicidas bromoxinil, que permite el control selectivo de maleza de hoja ancha, y glufosinato de amonio (Liberty), para el control de zacates y hojas anchas en post-emergencia, sin dejar residuos en el suelo. El uso de esta tecnología ofrece a los productores una nueva herramienta en el diseño de programas de manejo integrado de maleza en este cultivo (Rosales y Sánchez 1999).

EQUIPO DE ASPERSIÓN Y SU CALIBRACIÓN

En la agricultura moderna la utilización de herbicidas ha cobrado gran importancia en el manejo de la maleza. El uso de estos productos requiere de conocimientos técnicos que permitan la selección del herbicida apropiado y su correcta y oportuna aplicación en el campo para obtener una cobertura óptima y una correcta dosificación que garanticen un buen control de la maleza sin dañar al cultivo. En los 90´s se generó y publicó un método sencillo para la calibración de aspersoras para la aplicación de herbicidas. Además se han difundido criterios para la selección y uso apropiado de herbicidas para lograr el máximo beneficio y reducir sus riesgos (Rosales 1990).

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Actualmente se realizan investigaciones para integrar la tecnología para la aspersión de herbicidas con boquillas anti-acarreo que producen gotas con mayor diámetro, con un volumen y distribución de la aspersión similar a las de las boquillas convencionales. El uso de este tipo de boquillas reduce hasta en 80% el acarreo por viento de los herbicidas (Hofman y Wilson 2003).

LOGROS RELEVANTES

1. Identificación y clasificación de las principales especies de maleza de acuerdo a su época de emergencia en el norte de Tamaulipas.

2. Manejo de zacate Johnson en presiembra de maíz mediante la integración de prácticas de preparación del suelo y la aplicación de glifosato en terrenos sin cultivo.

3. Desarrollo de un programa de manejo integrado de zacate Johnson en maíz mediante el uso de dosis reducidas de nicosulfuron aplicadas en las primeras etapas de desarrollo de esta maleza y el paso de escardas. En este sistema se logra un control eficiente de esta maleza con sólo un 25% del herbicida requerido en un sistema convencional.

4. Manejo integrado de maleza de hoja ancha en sorgo con el uso de dosis reducidas de herbicidas post-emergentes y el paso de escardas, que ahorran un 50% del herbicida requerido normalmente.

5. Tecnología para el control de correhuela perenne mediante la aplicación oportuna de herbicidas con lo que se evitan pérdidas de 60 a 80% del rendimiento del sorgo.

6. Control químico de maleza de hoja ancha en trigo con el uso de herbicidas hormonales como 2,4-D y dicamba, herbicidas de contacto como bromoxinil y sistémicos como metsulfuron-metil y thifensulfuron.

7. Manejo integrado de maleza en frijol y soya mediante la siembra sobre el bordo y uso de herbicidas pre-emergentes que evita pérdidas de hasta 60% en el rendimiento de estos cultivos por competencia de maleza.

8. Desarrollo de un método sencillo de calibración de aspersoras de tractor para la aplicación de herbicidas.

PERSPECTIVAS

El enfoque actual de la investigación en el manejo de maleza en el norte de Tamaulipas se basa en la aplicación de herbicidas durante las primeras etapas de su desarrollo y su integración al paso de escardas que comúnmente realiza el productor, lo que permite el uso de dosis mínimas y reduce significativamente los daños causados por la maleza. El manejo integrado implica no sólo depender de las medidas de control disponibles, sino prevenir la producción de nuevas semillas y otros propágulos, reducir la emergencia de maleza en los cultivos y

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maximizar la competencia del cultivo hacia la maleza. El manejo integrado de maleza hace énfasis en la conjunción de medidas para anticipar y manipular las poblaciones de maleza, en lugar de reaccionar con medidas emergentes de control cuando se presentan fuertes infestaciones. El objetivo del manejo integrado de maleza es maximizar el rendimiento de los cultivos, optimizar las ganancias del productor y aumentar la eficiencia en la producción del cultivo, al integrar técnicas preventivas, conocimientos científicos y prácticas de manejo. En el futuro cercano se deberá enfatizar en la inspección temprana de infestaciones de maleza por parte de los productores para promover el buen uso de herbicidas y evitar los daños a cultivos cercanos.

Por otra parte, es necesario realizar acciones de investigación en el manejo de maleza en cultivos de alternativa como canola, garbanzo, girasol y otros, para integrar las recomendaciones a sus paquetes tecnológicos. Además, el uso de variedades de algodonero, soya y maíz genéticamente modificados con tolerancia a herbicidas no selectivos como glifosato y glufosinato de amonio, marca la pauta en el diseño de sistemas de manejo integrado de maleza en el mundo y es probable que se inicie su uso en México. El uso de estos cultivos genéticamente modificados con tolerancia a herbicidas debe visualizarse como una herramienta dentro de un sistema de manejo y no como un sistema único, ya que la aplicación continua de herbicidas en estos cultivos ha traído problemas de cambios de especies y malezas resistentes a herbicidas como resultado de la presión de selección ejercida (Owen y Zelaya 2005). Se requiere que al ingresar estos cultivos genéticamente modificados al norte de Tamaulipas, se realicen investigaciones para incorporarlos a sistemas de manejo integrado.

Finalmente, es necesario explorar la integración de prácticas de control biológico al manejo integrado de maleza en esta región. Tal es el caso del uso de la combinación de la acción del ácaro Aceria malherbae y la aplicación de herbicidas para el control de correhuela perenne (Boydston y Williams 2004), especie de gran importancia en el norte de Tamaulipas.

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CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 14 Biotecnología

Víctor Pecina Quintero

Héctor Manuel Cortinas Escobar INIFAP, Campo Experimental Río Bravo

Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900 [email protected]

CONTENIDO

Antecedentes ……..……….……………………………………………………………… 229

La Biotecnología en el Campo Experimental Río Bravo …….……………………….. 229

Logros Relevantes …………………….…………………………………………….…… 231

Perspectivas ………………………………………...…………………………………..... 235

Literatura Citada ………………………………………………………………………...... 238

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: Pecina Quintero, V. y H. M. Cortinas Escobar. 2006. Biotecnología, pp. 228-240. En: L. A.

Rodríguez del Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

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“Debemos de aspirar a lo imposible para saber los límites de lo posible” Norman E. Borlaug

ANTECEDENTES

Hace mas de 50 años, dos jóvenes científicos, Francis Crick y James Watson, descubrieron la estructura química de unas moléculas llamadas ADN (ácido desoxirribonucleico), las cuales están presentes en el núcleo de toda célula y portan la información genética de un organismo. Este logro les valió el Premio Nobel en 1962, aunque hasta los últimos años tal descubrimiento ha cobrado importancia al permitir que científicos puedan manipular secuencias de este código y trasferirlas de una especie a otra, utilizando la "biotecnología". Pero ¿qué es exactamente la biotecnología de la que se habla tanto en los medios de comunicación? La biotecnología no es, en sí misma, una ciencia, sino un enfoque multidisciplinario que involucra varias disciplinas y ciencias (biología, bioquímica, genética, virología, agronomía, ingeniería, química, medicina y veterinaria, entre otras). En términos generales la biotecnología se define como un conjunto de innovaciones tecnológicas que se basa en la utilización de microorganismos y procesos microbiológicos para la obtención de bienes y servicios y para el desarrollo de actividades científicas.

La biotecnología ha sido utilizada por el hombre desde los comienzos de la historia en actividades tales como la preparación del pan y de bebidas alcohólicas o en el mejoramiento de cultivos y de animales domésticos. Históricamente, los métodos de intercambio genético en plantas y animales utilizados por los mejoradores han sido limitados al intercambio entre parientes muy cercanos. Con las nuevas tecnologías, los métodos son más precisos y el denominado "mejorador molecular" puede controlar tanto la información que es intercambiada así como su origen, lo que ha permitido el desarrollo de los denominados Organismos Genéticamente Modificados (OGM) u Organismos Transgénicos, que contienen un solo gen procedente de otro organismo, independientemente de la posibilidad del cruzamiento sexual ordinario. Aunque actualmente existen opiniones encontradas respecto al uso de OGM, lo cierto es que existen ejemplos que han demostrado un gran beneficio económico y ecológico en la agricultura mundial a partir de su utilización (FAO 2005). LA BIOTECNOLOGÍA EN EL CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO

La biotecnología como disciplina científica es reciente, pues Héctor Manuel Cortinas Escobar fue el primer investigador con esta formación que se incorporó al Campo Experimental Río Bravo en 1996, después de concluir sus estudios de doctorado. Sin embargo, en ese entonces no se contaba aún con un laboratorio para esta especialidad. En 1998 se incorporó Alberto Morales Loredo, aunque sus actividades las realiza en Monterrey, N. L., en colaboración con la Universidad Autónoma de Nuevo León. Un año después se incorpora Víctor Pecina Quintero a este Campo Experimental e inicia trabajos en colaboración con otras instituciones como el CINVESTAV-IPN, Unidad Irapuato, Gto.

230

En 1997 el Campo Experimental Río Bravo organizó el 1er Simposio Regional de Biotecnología denominado “Perspectivas de la Biotecnología Agrícola en el Noreste de México” (INIFAP 1997), en el cual participaron investigadores del INIFAP, de la Facultad de Agronomía de la Universidad Autónoma de Nuevo León y del Colegio de Postgraduados. En este simposio se analizó el papel que la biotecnología podría tener en el desarrollo de la agricultura, sus perspectivas en el mejoramiento genético de las plantas, la aplicación en el diagnóstico y control de plagas y enfermedades de los cultivos, así como la aplicación en el cultivo de células y tejidos vegetales, en el aislamiento, clonación y transferencia de genes de importancia económica.

En 1999, el INIFAP a través del Campo Experimental Río Bravo y en colaboración con el MIAC (Midamerica International Agricultural Consortium) organizaron el Simposio Internacional “La Biotecnología y el Estrés de las Plantas” (INIFAP 1999). Este simposio se avocó al análisis del estrés en las plantas causado por sequía, deficiencia de nutrimentos, plagas y enfermedades y el papel que puede asumir la biotecnología moderna para resolver este tipo de problemas.

Asimismo, en 2001 investigadores del INIFAP y del Agricultural Research Service (ARS) de EUA participaron en la primera reunión binacional celebrada en Río Bravo, Tamaulipas y Weslaco, Texas, en la cual se trataron temas tales como la aplicación de los marcadores moleculares en la selección y diagnóstico de enfermedades de cultivos agrícolas y de ganado bovino en México y EUA. También se discutió el potencial de la biotecnología en el desarrollo de germoplasma con resistencia al estrés causado por altas y bajas temperaturas y déficit hídrico en cultivos como sorgo, cacahuate, trigo, soya, algodón y Arabidopsis (INIFAP 2001). En 2002 se inauguró el Laboratorio de Biotecnología del Campo Experimental Río Bravo, el cual dispone del equipo necesario para aislar y conservar material vegetativo y ADN, así como para realizar análisis de ADN mediante técnicas moleculares (Fig. 1).

Figura 1. Laboratorio de Biotecnología en el Campo Experimental Río Bravo. 2006.

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LOGROS RELEVANTES A continuación se resumen los trabajos que se han desarrollado en el

Laboratorio de Biotecnología del Campo Experimental Río Bravo utilizando las herramientas de la biotecnología:

Diversidad Genética del Hongo Macrophomina phaseolina

Se evaluaron 24 aislamientos del hongo Macrophomina phaseolina, causante de la pudrición carbonosa del tallo, enfermedad de gran importancia en el noreste de México asociada con la sequía en cultivos como sorgo, maíz, frijol y soya. En este trabajo se utilizó un protocolo simplificado de la técnica de los Polimorfismos en la Longitud de los Fragmentos Amplificados (AFLP por sus siglas en inglés), que no requiere del uso de isótopos radioactivos ni geles de secuenciación (Vandemark 1998). El análisis mostró que los aislamientos fueron significativamente diversos (Fig. 2) y no pudieron agruparse de acuerdo con su origen geográfico, mientras que las relaciones genéticas entre ellos fueron altamente robustas. Por otra parte, se evaluaron dos métodos para estimar las relaciones genéticas entre aislamientos, el de similitud genética de Nei y Li (1979) y el de distancia genética de Skroch et al. (1992), lo que permitió concluir que ambos métodos son igualmente efectivos para determinar las relaciones genéticas entre individuos, cuando la mayoría de los marcadores son polimórficos, tal como sucedió en este estudio (Pecina 1999, Pecina et al. 2000b, Vandemark et al. 1999, 2000).

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Figura 2. Huella genética de aislamientos de Macrophomina phaseolina generada con los iniciadores Eco R1 + AC/Mse 1 + CAG.

En otro estudio se identificaron 21 aislamientos de M. phaseolina de México

y EUA portando elementos de dsRNA (ARN de doble cadena). Se ha establecido que estas moléculas endógenas disminuyen la habilidad de los hongos para

232

causar una enfermedad. El tamaño de las moléculas de dsRNA varió de 0.4 kpb a 10 kpb y el numero de dsRNA presentes entre aislados fluctuó de 1 a 10 (Fig. 3). La detección de partículas virales en gradientes de sacarosa no fue posible. Asimismo, se evaluó el grado de virulencia de los aislamientos de M. phaseolina en sorgo bajo condiciones de campo y por el crecimiento micelial in vitro en medios de cultivo de papa-dextrosa-agar (PDA) y agar V8 (Fig. 4). Los aislamientos que portaban dsRNA fueron menos virulentos ya que produjeron lesiones de menor magnitud (50 mm) en comparación con aquellos libres de dsRNA (90 mm). La prueba de contrastes entre medias sugirió una fuerte asociación entre la presencia de dsRNA y la reducción en el crecimiento micelial, así como con la capacidad para causar la enfermedad. Lo anterior sugirió la presencia de aislamientos de M. phaseolina hipovirulentos y su asociación con la presencia de estas moléculas de dsRNA (Pecina et al. 2000a).

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Figura 3. Aislamientos de Macrophomina phaseolina conteniendo dsRNA,

visualizados con bromuro de etidio en agarosa al 1 %.

Figura 4. Crecimiento micelial de aislamientos de Macrophomina phaseolina en PDA

con (derecha) y sin presencia de dsRNA (izquierda).

233

También se evaluó la eficiencia de dos sistemas de marcadores moleculares basados en la Reacción en Cadena de la Polimerasa [Polimorfismos del ADN Amplificado al Azar (RAPDs) y un protocolo simplificado de los Polimorfismos en la Longitud de los Fragmentos Amplificados (AFLPs)], para cuantificar la diversidad genética de M. phaseolina. Ambos tipos de marcadores (Fig. 5) lograron discriminar entre aislados de M. phaseolina, además de revelar un alto grado de diversidad genética en este patógeno (84 % RAPDs y 71 % AFLPs). En ambos casos los aislamientos fueron altamente diversos y no pudieron agruparse de acuerdo con su origen geográfico. Las pruebas de correlación producto momento de Pearson (P) y de rangos de Spearman (S) indicaron un alto grado de correlación entre sistemas de marcadores (P = 0.77% y S = 0.90 %) para estimar las relaciones genéticas de los aislamientos. Los resultados anteriores indican que la decisión sobre la técnica de marcadores que conviene utilizar con este hongo depende de otras consideraciones, tales como los costos de los reactivos, el tiempo disponible para la prueba, el tipo de información requerida y la confiabilidad de los datos (Pecina et al. 2001).

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Figura 5. Resultados de polimorfismo obtenidos con RAPDs (izquierda) y AFLPs (derecha) de 11 aislamientos de Macrophomina phaseolina utilizando el oligonucleótido OPC07.

Diversidad Genética de Soya

Se evaluaron 23 líneas élite de soya generadas por el INIFAP para el trópico húmedo de México, así como nueve introducciones de otros países con el objetivo de determinar la diversidad genética en el germoplasma (Fig. 6). Los resultados revelaron que las líneas e introducciones de soya no se agruparon de acuerdo con su origen geográfico, además de indicar un alto grado de polimorfismos (60 %). Además, se observó que los genotipos de México son altamente similares a los de Brasil. El índice de diversidad genética fue bajo (31 %), y semejante a los reportados en otros estudios en soya donde se aplicaron RFLPs y RAPDs (Powell et al. 1996). Aunque la muestra de genotipos no representó a la totalidad del germoplasma de soya cultivado en el trópico

234

húmedo de México, se considera que existe suficiente diversidad genética para generar nuevas variedades, ya que tres líneas mexicanas fueron más divergentes que los materiales considerados filogenéticamente distintos y provenientes de otros países (basados en características morfológicas y fisiológicas), mismos que se utilizaron como testigos (Maldonado 2003, Pecina et al. 2005). La información generada ha permitido identificar progenitores (Huasteca 200, H96-1311 y H96-0092) con características agronómicas sobresalientes y divergentes al resto de la población. Además se obtuvo la huella genética de las variedades comerciales de soya generadas por el INIFAP para la protección de los derechos de propiedad y pruebas de pureza varietal.

33 32 28 1 10 4 29 9 24 2 22 3 5 16 18 M 12 20 13 30 23 2114

Figura 6. Productos amplificados AFLP de diferentes líneas y variedades de soya del trópico húmedo de México, obtenidos con las combinaciones de oligonucleótidos ACT/CAG.

Selección Asistida por Marcadores Moleculares en la Calidad Nutricional de Maíz

Con el fin de elevar la calidad proteínica del maíz y mejorar el balance nutricional de los aminoácidos lisina y triptofano, se realizó la cruza de la variedad V-440 adaptada al noreste de México con la variedad V-537C de alta calidad proteínica. Se utilizó la prueba de PCR para analizar 443 plantas F2 de la cruza V-440 x V537C, y el microsatélite pUMC1066 como marcador molecular. El 19.7% de las plantas no produjeron productos de amplificación debido posiblemente a la degradación del ADN. De las 356 plantas restantes el 8.6%

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fueron homocigóticas para el alelo normal (baja calidad proteínica), un 10.6 % heterocigóticas y un 61.8% de homocigotos para el alelo recesivo opaco2 (alta calidad proteínica). Con estas últimas se continuó el proceso de retrocruzamiento para recuperar el genotipo de la variedad V-440, con el carácter de "alta calidad proteínica" (Moreira 2004). Los incrementos en los contenidos de lisina y triptofano en las plantas seleccionadas fueron corroborados mediante análisis de laboratorio (Villarreal 2005).

Formación de Recursos Humanos

Durante el corto tiempo que tiene el Laboratorio de Biotecnología del Campo Experimental Río Bravo se ha apoyado también la formación de recursos humanos a través de la asesoría de tesis de seis estudiantes, cuatro de licenciatura (carreras Químico Farmacéutico Biólogo e Ingeniero en Industrias Alimentarias) y dos de Maestría en Ciencias (Cuadro 1).

PERSPECTIVAS

La creciente población demanda un gran suministro de alimentos que sólo podrá ser cubierto mediante la aplicación de nuevas tecnologías que permitan producirlos en forma intensiva. La biotecnología sin duda alguna tendrá un papel preponderante en la producción de alimentos.

La biotecnología tiene actualmente un gran impacto en la agricultura mundial, especialmente a través del cultivo de variedades transgénicas de soya, maíz, algodón y canola. Diversas variedades de estos cultivos han sido transformadas genéticamente para insertar en su ADN genes que les confieren características tales como resistencia a herbicidas y plagas. Tamaulipas es uno de los pocos Estados del país donde se ha autorizado la siembra y producción de algodón y soya transgénicos; sin embargo, existen casos en que las variedades no son las adecuadas debido a que presentan problemas de adaptación, por lo que el INIFAP ha establecido convenios con otras instituciones para el desarrollo de variedades de soya transgénica con resistencia a herbicidas. El programa de mejoramiento genético de soya del INIFAP ha seleccionado las primeras variedades élite con buenas características agronómicas y altos rendimientos, a las que se les incorporará el gene de resistencia al glifosato lo que permitirá obtener en el mediano plazo variedades adaptadas a la región de alto potencial de rendimiento y resistencia a herbicidas.

Asimismo, los más recientes esfuerzos de la biotecnología están dirigidos a comprender los rasgos o características con herencia multigénicas, es decir, aquellas donde están involucrados docenas o centenas de genes para controlar un rasgo en particular (tolerancia a sequía). Los indicios señalan que, dichos genes se expresan en cascadas, de forma tal que genes primarios activan a genes secundarios y éstos a su vez activan genes terciarios. Un grupo de genes que codifican para los llamados Factores de Transcripción (FT), serían los responsables de hacer funcionar a los genes primarios, con lo que se obtienen

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Cuadro 1. Asesorías de tesis, línea de investigación desarrollada e institución que otorgó el grado.

Estudiante

Tesis Universidad Grado

Fecha de obtención

Rosario Evelia Díaz Moreno

Identificación de plantas de maíz opaco2 utilizando marcadores tipo microsatélites

Universidad Autónoma de Tamaulipas Unidad Reynosa-Aztlán (UAT-UAMRA)

Licenciatura QFB

Julio 2002

Lina Hevelyn Cantú Garza

Comparación de dos métodos de extracción de ADN en plantas

UAT-UAMRA Licenciatura QFB

Noviembre 2002

Laura Maldonado Hernández

Evaluación de la diversidad genética del cultivo de soya en México utilizando marcadores AFLP

UAT-UAMRA Maestría en Ciencias y Tecnología de Alimentos

Diciembre 2003

Nashiely Moreira Vela

Mejoramiento asistido por marcadores moleculares de la calidad nutricional del grano de la variedad de maíz VS440 (Zea mays L.)

Facultad de Agronomía, Universidad Autónoma de Nuevo León (FAUANL)

Licenciatura Ingeniería en Industrias Alimentarias

Mayo 2004

Susana Yassmin Villarreal Morales

Análisis químico para determinar la calidad proteínica del grano de variedades mejoradas de maíz (Zea mays L.)

FAUANL Licenciatura Ingeniería en Industrias Alimentarias

Mayo 2005

Homar René Gill Langarica

Caracterización morfoagronómica y genética de germoplasma de soya

Centro de Biotecnología Genómica-IPN Reynosa

Maestría en Biotecnología Genómica

Noviembre 2005

largas cascadas de expresión de genes por la manipulación de un solo gen. Los FT son “interruptores” que controlan todo rasgo importante (desde el punto de vista agrícola) en las plantas, incluyendo rendimiento, resistencia a las enfermedades, protección contra las heladas y sequía, etc. Todo hace suponer que estos factores son las llaves para desbloquear funciones génicas y aprovechar la diversidad de la naturaleza para producir mejores cultivos. A la fecha se ha caracterizado lo que se cree es la mayor colección mundial de FT de plantas, no sólo en Arabidopsis thaliana, sino también en cultivos tales como tomate, maíz y soya (Tsai et al. 2002, Zhang et al. 2004, Se-Jun et al. 2005).

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Estos FT sin duda jugarán un papel importante en el desarrollo de nuevos cultivos transgénicos. En esta región, uno de los principales problemas es la sequía y altas temperaturas, por lo que el INIFAP empezará la búsqueda de estos factores de transcripción para el desarrollo de variedades de plantas con tolerancia a sequía, frío, salinidad y otros factores adversos.

La introducción de cultivos transgénicos en los sistemas de producción de alimentos ha generado una serie de interrogantes acerca de las posibles consecuencias negativas, especialmente en la salud humana y en el medio ambiente. Algunos investigadores opinan que lo peor que les pudo pasar a los OGMs fue que la ciencia, los científicos y las compañías productoras de cultivos transgénicos no hayan establecido campañas de difusión para sensibilizar a la población, lo que ha provocado que impere en general una percepción negativa de éstos. Por lo tanto, es conveniente aclarar que en México el pasado 17 de abril de 2005 entró en vigor la Ley sobre Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM), misma que de acuerdo con el artículo 1, tiene la finalidad de prevenir, evitar o reducir los posibles riesgos que las actividades relacionadas con los OGMs, pudieran ocasionar a la salud humana y al medio ambiente, así como a la diversidad biológica, sanidad animal, vegetal y acuícola. Asimismo en el artículo 101 de la LBOGM se estipula que los OGMs o productos que contengan OGMs, previamente autorizados por la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA) por su inocuidad en los términos de esta ley y que sean para consumo humano directo, deberán garantizar la referencia explícita de OGM y señalar en la etiqueta la información de su composición alimenticia o sus propiedades nutrimentales. Sin embargo, la ley aclara que lo anterior se llevará a cabo en aquellos casos en que estas características sean significativamente diferentes al respecto de los productos convencionales, además de cumplir con los requisitos generales adicionales de etiquetado de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana que expida la SSA en la Ley General de Salud y la participación de la Secretaria de Economía. En el segundo párrafo del artículo 101 de la ley se aclara que la información que contengan las etiquetas, conforme a lo establecido en este artículo, deberá ser veraz, objetiva, clara, entendible, útil para el consumidor y sustentada en información científica y técnica.

También se indica en el artículo 101 de la misma ley que el etiquetado de OGMs que sean semillas o material vegetativo destinados a la siembra, cultivo y producción agrícola quedará sujeto a las normas oficiales mexicanas que expida la SAGARPA y junto con la Secretaria de Economía será obligatorio consignar en la etiqueta que se trata de OGMs, las características de la combinación genética adquirida y sus implicaciones relativas a condiciones especiales y requerimientos de cultivo, así como los cambios en las características reproductivas y productivas.

Servicios que Ofrecerá el Laboratorio de Biotecnología

Un OGM o transgénico puede distinguirse de su contraparte convencional por pruebas que detecten las nuevas proteínas (pruebas basadas en proteínas) o mediante la identificación del ADN introducido (pruebas basadas en el ADN).

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Detección de proteínas transgénicas. El ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas o ELISA, es el más utilizado para detectar proteínas y se basa en el uso de anticuerpos específicos para capturar la proteína de interés, seguido de una reacción colorimétrica o fluorimétrica donde se usa un segundo anticuerpo que permite visualizar y medir la cantidad de la proteína. Esta técnica es capaz de discriminar entre cientos de proteínas distintas presentes en la misma muestra. Una restricción para el uso de esta prueba es que las proteínas pueden ser desnaturalizadas durante el procesamiento de los alimentos.

Detección de ADN transgénico. En el Laboratorio de Biotecnología del Campo Experimental Río Bravo se ha estandarizado la prueba de PCR o reacción en cadena de la polimerasa, cuyo método es reconocido como el más preciso y confiable para la detección y cuantificación de OGMs o transgénicos. Se considera que este método es 100 veces más sensible que los análisis basados en proteínas (Gache et. al. 1999).

Análisis cualitativo. Determina la presencia o ausencia de material transgénico en materias primas o alimentos procesados. La detección de material transgénico consiste en la búsqueda de regiones reguladoras comunes en variedades transgénicas de algodón, soya y maíz, o bien regiones genómicas exclusivas de cada variedad transgénica, por ejemplo el promotor P-35S, el terminador NOS, el promotor CaMV RT y otras.

LITERATURA CITADA

Cantú Garza, L. E. 2002. Comparación de dos métodos de extracción de ADN en plantas. Tesis de Licenciatura. Universidad Autónoma de Tamaulipas. Unidad Académica Multidisciplinaría Reynosa-Aztlán. Reynosa, Tamaulipas México. 45 p.

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Gache, E., G. G. Martin, F. Vigneau, and G. Mayer. 1999. Detection of genetically modified organisms by PCR. Trends in Food Science & Technology 9: 380-388.

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241

CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 15 Agroclimatología

Mario Marín Silva Serna

Luis Ángel Rodríguez del Bosque INIFAP, Campo Experimental Río Bravo

Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900 [email protected]

CONTENIDO

Introducción …...…..……….……………………………………………………………… 242

Los Primeros Años …………………………………………...….……………………….. 243

Red de Estaciones Automatizadas ………………………..……………………….…… 245

Agroclimatología y su Aplicación en la Región …….………………………………..... 245

Logros Relevantes ……………………...…………………..……………………….…… 248

Retos y Perspectivas ………………………………….………………………………..... 251

Literatura Citada ………………………………………………………………………...... 252

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: Silva Serna, M. M. y L. A. Rodríguez del Bosque. 2006. Agroclimatología, pp. 241-256. En:

L. A. Rodríguez del Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

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“Si no llueve para el día último, ya no llovió en todo el mes” El filósofo de Guemes

INTRODUCCIÓN

El desarrollo de la agricultura depende directamente del clima, el cual es un factor incontrolable de la producción. Aunque no se pueden regular las variaciones de los factores físicos del clima, sí es posible cuantificarlos, entenderlos y aprovecharlos para obtener algún beneficio o evitar sus posibles daños. La ciencia ha tratado de hacer pronósticos y predicción de fenómenos climáticos a través de la simulación y modelación de procesos físicos. La agroclimatología intenta poner a la ciencia de la meteorología al servicio de la agricultura en sus diversas formas y facetas, para mejorar el uso de las tierras, ayudar a producir la máxima cantidad de alimentos y evitar el uso irracional de los recursos naturales (Smith 1975).

Las actividades del hombre en la era moderna han alterado las condiciones de la atmósfera, lo que repercute directamente en una variación climática con impacto en la agricultura, como lo documentan Rozenweig et al. (2000), quienes analizaron el impacto del calentamiento global y concluyeron que a pesar del crecimiento sostenido de la agricultura en los EUA después de los 70’s, el volumen de producción es más variable año con año, debido fundamentalmente a la ocurrencia de fenómenos climáticos extremos como la sequía generalizada durante el verano de 1988 o las inundaciones en el Valle del Mississippi en 1993. En el mismo trabajo se advierte también sobre la influencia de temperaturas más elevadas sobre el incremento de poblaciones de insectos e incidencia de enfermedades. Además, la incertidumbre climática hace que la predicción sea cada vez más inexacta, por lo que los parámetros estadísticos con que se solía cuantificar el clima han perdido algo de su bondad explicativa.

En la región del norte de Tamaulipas, la agricultura ha tenido un desarrollo creciente durante los últimos 50 años y el Campo Experimental Río Bravo ha sido partícipe al generar tecnologías y conocimientos para el manejo óptimo de los principales cultivos de la zona. Sin embargo, el impacto de dichas tecnologías esta supeditada a las condiciones climáticas típicas de esta región, así como a la ocurrencia de fenómenos meteorológicos poco probables pero recurrentes, que puedan tener un impacto desastroso en la agricultura regional (Silva y Hess 2001).

El norte de Tamaulipas presenta un clima subtropical con veranos húmedos y calientes e inviernos húmedos y templados, en donde las estaciones de primavera y otoño no están bien definidas. En la región se pueden distinguir tres áreas con clima diferente, según el sistema de clasificación climática de Köppen modificada por García (1973): (a) El clima seco, con una temperatura media de 23.5ºC y una precipitación media anual de 575 mm, el cual se ubica en los municipios de Río Bravo, Valle Hermoso, Reynosa y San Fernando; (b) el clima seco y extremoso, con una precipitación media anual de 504 mm, el cual se localiza en los municipios de Reynosa, Díaz Ordaz, Miguel Alemán y Mier; y (c) el clima semicálido-subhúmedo, con una temperatura media de 23.3ºC y

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precipitación media anual de 700 mm, ubicado en la zona costera de los municipios de Matamoros y San Fernando. Norwine (1978), Durán (1992) y Silva y Hess (2001) detallan la caracterización del clima en el norte de Tamaulipas y su relación con la agricultura.

Los estudios sobre agroclimatología y la responsabilidad en la toma de datos climáticos en el Campo Experimental Río Bravo a través de su historia, han estado a cargo de Rafael Maciel Rodríguez (†), José María Villarreal González y Mario Marín Silva Serna. Otros investigadores en diversas disciplinas como el fitomejoramiento, entomología y fitopatología han desarrollado estudios sobre el impacto del clima en las plantas y en la presencia de plagas y enfermedades. Los resultados y logros al respecto, se discuten en los capítulos correspondientes a esas disciplinas en este libro. Es imporante mencionar el apoyo de los siguientes ayudantes de investigación en la toma de datos climáticos: Antonio Rocha Villa (†), Romualdo Tejada Zapata y Julián Robles Escarreola.

LOS PRIMEROS AÑOS

Los primeros trabajos de investigación en el Campo Experimental Río Bravo al fundarse en 1956, se centraron en la generación de tecnología de producción para los principales cultivos de la región. En esa época, la información sobre el clima se registraba de manera aislada. Existen registros incompletos que datan de 1965, pero es hasta 1967 cuando se formaliza la captura de información climática, de la cual se tiene actualmente un archivo impreso y versiones digitales para facilitar el análisis de las principales variables capturadas: Precipitación, evaporación, temperaturas (mínima y máxima) y nubosidad.

En 1965 se instaló una estación climatológica en el Campo Experimental Río Bravo, la cual contaba con un abrigo meteorológico que contenía un termómetro de temperaturas máximas y mínimas y un higrotermógrafo para registrar la humedad relativa. Además, en el exterior se encontraba un pluviómetro para registrar el volumen de la precipitación; una veleta y un anemómetro para cuantificar la dirección y velocidad del viento, respectivamente; un evaporímetro de tanque a cielo abierto; un heliógrafo de esfera de cristal para registrar la intensidad solar y en forma indirecta la nubosidad (Fig. 1); y termómetros de suelo a profundidades de 5, 15 y 25 cm. Toda la información se registraba en un formato dos veces al día, a las 8:00 y 15:00 horas y después se calculaban los promedios diarios, decenales y mensuales (Maciel 1988a, Maciel y Tejada 1979). Dicha información era consultada permanentemente por los investigadores para relacionar los fenómenos meteorológicos con los resultados de sus trabajos de campo (Maciel 1988b, Villarreal 1988a, 1992a, Reyes 1989, Díaz y Ortegón 1996, Rodríguez 1996, Rodríguez y Magallanes 1994, Rodríguez et al. 1995b, Montes et al. 2002a,b).

Debido a la cercanía con los EUA, los agricultores de esta región han estado siempre atentos a los pronósticos emitidos para la región sur de Texas con un buen grado de aproximación para el norte de Tamaulipas. Durante los 70´s, el Ing. Rafael Maciel Rodríguez (Fig. 2) elaboró manualmente un mapa con el

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pronóstico del servicio meteorológico de Brownsville Texas y lo colocó diariamente en el mural informativo del Campo Experimental Río Bravo (Fig. 3). Posteriormente en los 80´s, el Ing. Maciel con la ayuda de las herramientas visuales de aquella época, agregó al mural una fotografía instantánea tomada durante el segmento meteorológico de las noticias televisivas de Texas, donde se mostraba en la pantalla las condiciones esperadas a corto plazo (Fig. 3). Dicha información era valiosa para los investigadores del Campo Experimental Río Bravo para la planeación de sus actividades de campo como la siembra, cosecha, aplicación de agroquímicos, entre otras.

Figura 1. Heliógrafo instalado en la estación climatológica tradicional en el Campo

Experimental Río Bravo que operó desde los 60´s hasta los 90´s.

Figura 2. El Ing. Rafael Maciel Rodríguez explica la importancia de la agroclimatología durante una reunión de evaluación de proyectos en el Campo Experimental Río Bravo. 1979.

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Figura 3. Izquierda: Formato de pronóstico publicado en el mural informativo del

Campo Experimental Río Bravo durante los 70’s y 80’s; derecha: Fotografías tomadas del noticiero climático y colocadas en los paneles del Campo Experimental durante los 80’s.

RED DE ESTACIONES AUTOMATIZADAS

A partir de noviembre de 2002, el Campo Experimental Río Bravo estableció una red de estaciones automatizadas que captura datos de precipitación, temperatura, humedad relativa, radiación solar, dirección y velocidad del viento y tiempo de humedad de la hoja (Fig. 4). La información climática se transmite vía radial cada 15 minutos a una computadora central ubicada en el Campo Experimental Río Bravo. Las estaciones automatizadas consisten en un equipo compacto con capacidad para cuantificar el desempeño del clima mediante una serie de sensores electrónicos montados sobre una base tubular que incluye un aparato de transmisión de datos de manera radial y omnidireccional con un alcance de hasta 20 km.

La red consta de cuatro estaciones y tres repetidoras que cubren un radio de 40 km a la redonda del Campo Experimental Río Bravo (Fig. 4). Con esta red, el seguimiento del clima en la región es mas acucioso y no se depende de un dato diario único para cada variable; en su lugar, se cuenta con el gráfico del comportamiento de cada indicador del clima, con lo que el análisis de los flujos de energía en la atmósfera y su efecto sobre las plantas cultivadas y otros organismos (plagas, patógenos, maleza) es más puntual y las conclusiones derivadas de los trabajos de investigación son más precisas (Silva et al. 2004, Rodríguez et al. 2006).

AGROCLIMATOLOGIA Y SU APLICACIÓN EN LA REGION

Se cuenta con archivos impresos de la información climática registrada en el Campo Experimental Río Bravo desde 1967. Además, los datos se han capturado en programas computacionales para su análisis estadístico,

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particularmente en el paquete SICA (Sistema de Información para el Cálculo de variables Agroclimáticas) desarrollado por el INIFAP (Medina y Ruiz 1992). Este software permite hacer cálculos rápidos de variables como: Probabilidades de lluvia y heladas (Fig. 5), fotoperíodo, longitud de estación de crecimiento, acumulación de unidades calor, nubosidad y muchas mas, de acuerdo a períodos de años preestablecidos por el usuario.

Figura 4. Izquierda: Estación climática automatizada en el Campo Experimental Río Bravo; derecha: Distribución de las estaciones automatizadas en el área de influencia del Campo Experimental Río Bravo (rojo= Estación receptora central; amarillo= Repetidoras; celeste= Estaciones climáticas) que operan desde 2002.

Figura 5. Probabilidad de heladas (< 0°C) en diferentes fechas en Río Bravo Tam. estimada de acuerdo a la serie histórica (1967-2005).

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Con el paquete SICA se analizan las variables climatológicas mensuales para las estaciones climatológicas de Tamaulipas, que generan bases de datos de cobertura estatal mediante interpolación digital con el sistema de información geográfica IDRISI (Eastman 1992). Este último programa ha permitido además regionalizar el Estado en cuanto a la delimitación de áreas aptas para diversos cultivos, en función de los requerimientos de cada especie y de las características climáticas y de suelo de cada región (Silva y Ascencio 1994). Por ejemplo, en la Fig. 6 se muestra el acumulado histórico de precipitación entre los meses de septiembre a abril, una variable importante a considerar para delimitar las áreas con potencial agrícola en el ciclo otoño-invierno en el norte del Estado.

Figura 6. Precipitación acumulada de septiembre a abril para el norte del

Tamaulipas, estimada de acuerdo a la serie histórica (1967-2005).

En la actualidad, el INIFAP cuenta con la capacidad y las herramientas de modelaje para emitir pronósticos de temperatura y precipitación a mediano plazo (tres meses) para toda la República Mexicana (Fig. 7). De igual manera, se tiene una aplicación en red para la obtención de calendarios de riego fundamentados en el clima de los distritos de riego del país. También esta en proceso otra aplicación para el pronóstico del riego en tiempo real con datos de estaciones automatizadas. Estas son valiosas herramientas para la planeación de actividades agropecuarias del ciclo siguiente, con la capacidad adicional de calcular la esperanza media de los rendimientos a obtener.

En un esfuerzo conjunto entre varias instituciones coordinadas por la SAGARPA, el INIFAP participa activamente en el Proyecto Nacional de Estimaciones de Superficie, Producción y Rendimiento Agrícola (PRONESPRE)

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para satisfacer la necesidad de contar con información oportuna sobre la disponibilidad espacial y temporal de volúmenes de producción agrícola, para solventar adecuadamente la demanda nacional. En este proyecto se obtiene un pronóstico de volumen de producción de los principales cultivos con un mes de anticipación a la generalización de las cosechas, utilizando un conjunto de metodologías y tecnologías. El INIFAP participa mediante la aplicación de modelos climatológicos, los cuales cuantifican los rendimientos agrícolas y las superficies sembradas, haciendo uso de metodologías como la estimación de índices foliares para establecer áreas de respuesta homogénea, aprovechando el potencial de las imágenes de satélite (SAGARPA 2006).

Figura 7. Predicción de precipitación para marzo de 2005 en el noreste de México,

emitido en diciembre de 2004.

En los últimos cinco años, el Campo Experimental Río Bravo participa en este proyecto nacional, en la estimación del volumen de cosecha de sorgo en el norte de Tamaulipas. Durante ese período, los pronósticos de cosecha han acertado en un 95-99% en relación con los volúmenes reales de producción de sorgo. Este es un ejemplo de la aplicación práctica de la agroclimatología, que en combinación con el uso de modelos matemáticos e imágenes satelitales, ofrecen elementos de planeación en una región agrícola tan importante como la del norte de Tamaulipas (Silva et al. 2004).

LOGROS RELEVANTES

Las bases de datos meteorológicos capturadas en el Campo Experimental Río Bravo han permitido analizar el efecto de diversas variables climáticas sobre el desarrollo de las plantas y la presencia de plagas, enfermedades y maleza.

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Dichos análisis han permitido generar diversas tecnologías y recomendaciones concretas, entre ellas:

1. Fecha de siembra. Las series históricas de clima en la región han permitido establecer las fechas de siembra óptimas para los principales cultivos, en función del rendimiento, calidad y escape a plagas y enfermedades (Medina 1968, Herrera y Betancourt 1981, Sosa 1981, Galván et al. 1983, Escobedo y Ortegón 1988, Maciel 1988b, Villarreal 1988b, Pérez 1992, Rodríguez y Loera 1993, Rodríguez et al. 1995a, Reyes y García 1996, Treviño 1996, Adame y Díaz 1997, Díaz y Ortegón 1996, 1997, Díaz et al. 2003). Por otra parte, las variaciones interanuales del clima propician solicitudes frecuentes de los productores para que las fechas de siembra aprobadas por los comités técnicos de los Distritos de Desarrollo Rural sean modificadas. Para tal efecto, el Campo Experimental Río Bravo emite una recomendación en función de las series históricas del clima y de los riesgos probables que se corren al salirse de ciertos períodos.

2. Híbridos y variedades. Los investigadores en fitomejoramiento del Campo Experimental Río Bravo han considerado al clima como una de las variables más importantes a considerar en la selección de genotipos, particularmente con tolerancia al frío, calor y sequía (Osuna et al. 2000, Williams 2000, Reyes y Cantú 2004). La tendencia hacia la siembra cada vez más temprano durante el ciclo O-I y la escasez de agua que se presentó durante la última década, han obligado a los programas de mejoramiento genético a reenfocar sus objetivos.

3. Conservación de suelo y agua. Las limitaciones de volúmenes de agua para riego y la escasez de humedad durante la siembra en el temporal, pone de manifiesto la necesidad de contar con mejores prácticas de laboreo que capten y conserven la lluvia que ocurre típicamente en septiembre y octubre (Salinas 1985, Salinas y Rosales 2006). Por otra parte, los pronósticos de lluvia son importantes en la decisión de aplicar los riegos de auxilio; se recomienda la aplicación de “medios riegos” cuando la probabilidad de lluvia es alta, para evitar los problemas de encharcamiento y su consecuente efecto negativo en la productividad (Maciel y García 1981). Por las características de la región, el tema de la erosión eólica es de primordial importancia, incluso se destacó desde que la región intensificó las actividades agrícolas en los 40´s (Maciel 1947). En este sentido se han delimitado las zonas con mayor riesgo y se ha recomendado la conversión de cultivos para minimizar los riesgos (Silva et al. 1991, 1998). Como resultado de los estudios del Campo Experimental Río Bravo, el Gobierno de Tamaulipas opera recientemente un programa de reconversión de 430 mil hectáreas agrícolas en el norte de Tamaulipas, principalmente de sorgo a pastos, para la explotación ganadera, para evitar la erosión e incrementar la rentabilidad de las tierras (SAGARPA 2002).

4. Plagas, enfermedades y maleza. La mosquita del sorgo se presenta exclusivamente en siembras tardías, cuando las temperaturas son más calientes (Rosas 1973, Herrera y Betancourt 1981). Se ha determinado la supervivencia de

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algunos insectos lepidópteros de la región con relación al efecto del frío (Rodríguez 1996, 2006, Rodríguez et al. 1995b). La enfermedad del ergot en sorgo se presenta con mayor incidencia cuando existen condiciones de bajas temperaturas (Montes et al. 2002a). Se ha demostrado que las temperaturas nocturnas durante la floración de maíz tienen un alto impacto sobre la ocurrencia del hongo Aspergillus flavus y la consiguiente contaminación del grano con aflatoxinas (Rodríguez et al. 1995a). La presencia de las diversas especies de maleza está directamente asociada al clima; la correhuela anual, el quelite y el zacate espiga, se consideran especies del ciclo primavera-verano, mientras que el polocote y la hierba amargosa se clasifican como especies de otoño-invierno (Acosta y Agundis 1976). El análisis de la velocidad del viento ha permitido generar recomendaciones sobre las horas óptimas del día para la aplicación de plaguicidas en la región, con el objeto de maximizar su eficacia y minimizar el riesgo de acarreo que pudieran contaminar y dañar las parcelas vecinas (Rosales y Sánchez 2004).

5. Cartografía climática. Las bases de datos climáticos capturados en el Campo Experimental Río Bravo y en otras estaciones climáticas de la región, han permitido generar cartas de isoyetas e isotermas para delimitar áreas de respuesta homogénea para determinar el potencial productivo, información básica en la toma de decisiones para los productores, ofertadores de servicios y autoridades del sector, incluyendo el cambio de uso de suelo (Maciel 1988a, Villarreal 1988c, 1992b, 1992c, Silva y Ascencio 1994, Silva et al. 1998, 2004).

6. Modelos de predicción. A partir de datos climáticos, se han generado diversos modelos para el pronóstico de cosecha y presencia de plagas y enfermedades. Los datos de lluvia acumulada e índices foliares permiten predecir con un mes de anticipación el volumen de sorgo a cosecharse, información importante que permite la planeación del acopio y comercialización de este grano en la región (Silva et al. 2004, SAGARPA 2006). Se generó un modelo de predicción de la contaminación del maíz con aflatoxinas en función del manejo del cultivo y la temperatura durante la floración y madurez fisiológica (Rodríguez et al. 1995a). En sorgo, se desarrolló un modelo de predicción para la incidencia de ergot, basado principalmente en las bajas temperaturas (Montes et al. 2002c). También es posible predecir la abundancia de diabróticas, una plaga que ataca diversos cultivos en la región, de acuerdo a ciertas condiciones de temperatura y precipitación (Rodríguez y Magallanes 1994).

7. Servicios. Las bases de datos de clima del Campo Experimental Río Bravo han permitido ofrecer servicios de asesoría para la planeación de actividades a instituciones públicas y privadas, entre ellas SAGARPA, Comisión Federal de Electricidad, PEMEX, aseguradoras privadas y fondos de aseguramiento. Además, es importante destacar las numerosas consultas de técnicos y productores de la región a los investigadores del Campo Experimental Río Bravo sobre el efecto del clima en los principales cultivos de la región.

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RETOS Y PERSPECTIVAS

El cambio climático será el principal problema del siglo XXI, de acuerdo a la opinión de la mayoría de la comunidad científica mundial dedicada a estudiar los aspectos del medio ambiente (Solinís 2000, Watson 2003). El calentamiento global, derivado del “efecto invernadero” ha dejado de ser un tema académico para convertirse en uno de los grandes desafíos del mundo contemporáneo. Las consecuencias del cambio climático podrían derivar en alteraciones sustanciales de las condiciones de vida como la conocemos ahora, en mayores demandas de agua, anormalidades en la producción de alimentos, sequías prolongadas y otros sucesos catastróficos que afectarán la economía mundial (Davydova 2000).

Existe evidencia reciente sobre el impacto del calentamiento global en la agricultura en diversos países (Thompson 1986, Rozenweig et al. 2000, Ruiz 2000, Bélanger et al. 2002). En México, Ruiz (2000) evaluó el impacto de las variaciones de precipitación y temperatura durante el período 1947-1996 sobre el potencial agrícola en Jalisco y concluyó que en los últimos años las condiciones son más cálidas y secas, lo que ha propiciado que la superficie potencial de maíz se haya reducido en un 20%. Comenta además que el reto actual de los fitomejoradores de aquella región es el de obtener genotipos precoces, de igual o mayor rendimiento que los actuales.

¿Está el calentamiento global afectando la agricultura del norte de Tamaulipas? Existe una percepción entre los productores de que las condiciones climáticas en la región han cambiado durante los últimos años, particularmente en un aumento en la temperatura durante el invierno y que por esta razón, las fechas de siembra tradicionales deberían adelantarse para poder sembrar a fines de diciembre y principios de enero. Aunque la serie histórica de la temperatura en la región muestra variaciones entre años, es difícil considerar que realmente el clima está cambiando, debido a la ocurrencia de ciclos de años fríos, calientes, lluviosos o secos (Norwine 1978, Durán 1992, Silva y Hess 2001). Sin embargo, para responder con certeza a las inquietudes de los productores, el Campo Experimental Río Bravo deberá realizar un estudio minucioso sobre las tendencias climáticas en la región, acompañado de experimentos de largo plazo sobre fechas de siembra de los principales cultivos regionales.

El estudio de la agroclimatología es vital en los sistemas de producción y deberá continuar como una disciplina de apoyo a todas las actividades de investigación del Campo Experimental Río Bravo. Aunque al inicio, las herramientas e instrumental climático eran modestos, dieron en su tiempo un servicio básico para responder muchas de las preguntas surgidas en diversos experimentos desarrollados en esa etapa. Actualmente, con la red de cuatro estaciones climáticas automatizadas se ofrece un servicio más eficiente y oportuno. Sin embargo, existe la perspectiva de contar en el corto plazo con una red de 25 estaciones automáticas que cubrirán todo el Estado y que podrán ser consultadas en tiempo real a través del sistema de Internet. Con la ampliación de la red, el Campo Experimental Río Bravo estará en condiciones de ofrecer un servicio de calidad a los productores y técnicos de la región, sobre el monitoreo agroclimático, así como el pronóstico del riego en tiempo real. Dicho servicio

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deberá ser apoyado por los investigadores de áreas como geomática, fisiología vegetal, entomología, fitopatología, suelo y agua.

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257

CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 16 Transferencia de Tecnología

Leopoldo Garza Guajardo

Hipólito Castillo Tovar INIFAP, Campo Experimental Río Bravo

Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900 [email protected]

CONTENIDO

Introducción …...…..……….……………………………………………………………… 258

Publicaciones ……………....………………………………...….……………………….. 259

Demostraciones y Expo-Ferias …………………………………………………….…… 261

Simposia y Cursos ……………………...…………………..……………………….…… 265

Prensa, Radio y Televisión ………………………………...…………………………..... 268

Modelos de Transferencia ……………………...……….....……………………….…… 269

Logros y Retos ……………………………………………...…………………………..... 270

Literatura Citada ………………………………………………………………………...... 271

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: Garza Guajardo, L. y H. Castillo Tovar. 2006. Transferencia de Tecnología, pp. 257-272.

En: L. A. Rodríguez del Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

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“La ciencia más útil es aquella cuyo fruto es el más comunicable” Leonardo DaVinci

INTRODUCCION

Para comprender la trascendencia de la difusión y transferencia de tecnología del Campo Experimental Río Bravo, basta decir que las labores de investigación adquieren su verdadero valor y justificación cuando los productores ponen en práctica y adoptan las tecnologías generadas. La misión de la Unidad de Difusión Técnica del Campo Experimental Río Bravo es colaborar con los programas de investigación, para asegurar que los resultados derivados de la investigación se den a conocer oportunamente a los productores, técnicos y dependencias del sector, mediante el proceso de divulgación.

La divulgación es el proceso mediante el cual los conocimientos e información técnica se ponen al alcance de los productores y otros usuarios, con el objeto de que conozcan los productos y resultados de la investigación, se interesen por ellos, los prueben y adecuen a sus condiciones y los adopten para que mejoren su proceso productivo, se beneficien con el potencial de la tecnología y modifiquen la forma de manejar su sistema de producción (Zuloaga et al. 1982).

La capacitación permanente de los productores y agentes de cambio es un factor determinante para enfrentar los retos que impone el nuevo contexto de competencia en el mercado globalizado. Para que las tecnologías agropecuarias generadas por el Campo Experimental Río Bravo sean adoptadas por los productores, requieren darse a conocer a través de medios de comunicación masiva (prensa, radio, televisión) y mediante acciones específicas como establecimiento de vitrinas tecnológicas, módulos de validación, demostraciones, recorridos técnicos, exposiciones, cursos, talleres, conferencias y publicaciones (Méndez 1979, Álvarez 1981, Hijar 1981, Heredia et al. 1981, INIFAP 1994a). Por eso, desde su origen en 1960, el INIA hoy INIFAP ha contemplado dentro de su estructura un departamento de divulgación o difusión técnica, el cual en el Campo Experimental Río Bravo se formalizó a partir de marzo de 1967 (INIA 1967) y que desde entonces coordina las acciones de difusión, validación, demostración y capacitación para la transferencia de tecnologías.

A través de la historia del Campo Experimental Río Bravo, la difusión de la tecnología en sus diferentes especialidades ha estado a cargo de Fernando Poucet (1967), Gilberto Rendón Sánchez (1968-1971), Humberto Aveldaño Espinosa (1971), Humberto Gámez Torres (1972-2002), José del Bosque Celestino (1975-1978), Francisco Javier Tamayo (1978-1979), Jorge Vidal (1978-1979), Enrique Ibarra Echeverría (1980-1982), Genaro Rodríguez Casso (1982-83), Ramón Claudio Sánchez (1986), Hipólito Castillo Tovar (1982-Presente) y Leopoldo Garza Guajardo (1988-Presente). En diferentes funciones y épocas, el departamento de difusión técnica ha contado con el apoyo invaluable del siguiente personal: Rodolfo Torres, Ramiro Aguillón Vázquez, Pascual Ledezma Saucedo, Roberto Herrera Fabela, Jesús Rodríguez Rodríguez, Hugo Alejandro Barocio Esquivel, Carlos Mena González, Roberto Heredia Tafoya (†),

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Guadalupe González Ontiveros, Ma. Guadalupe Gutiérrez de Lara Fonseca, Rebeca Nevarez Ruan, Martha Cantú Aguilar y Leoncio Mercado Treviño. Una especial mención merece Jesús Alejandro González Ontiveros, quien ha estado a cargo de la Biblioteca del Campo Experimental Río Bravo durante los últimos 35 años, con la tarea de sistematizar las publicaciones que aquí se generan, además de resguardar y enriquecer el acervo bibliotecario con numerosos libros y documentos publicados en todo el mundo. En este capítulo se presenta una reseña histórica de las aportaciones del Campo Experimental Río Bravo en materia de transferencia de tecnología, a través de sus publicaciones, demostraciones, simposia, cursos y uso de otros medios de comunicación masiva.

PUBLICACIONES

Las publicaciones constituyen uno de los medios de comunicación prioritarios utilizados por el INIFAP para la difusión de su tecnología, debido a que el mensaje escrito persiste y constituye la materia prima para alimentar a otros medios de difusión (Rojas y Martínez 1982). En el INIFAP, dada la diversidad de temas y el tratamiento que se le puede dar a la información, ha sido necesario formular criterios de presentación con aplicación en todo el país, de tal manera que las publicaciones en las que se proyecta la identidad del INIFAP se desarrollen con parámetros uniformes y consistentes. Tomando en cuenta lo anterior, las publicaciones del INIFAP se dividen en cuatro categorías de acuerdo al público objetivo: Científicas, técnicas, divulgativas e informativas (INIFAP 1994a).

El Cuadro 1 presenta el tipo y número de publicaciones producidas por el Campo Experimental Río Bravo con base en los resultados de las investigaciones a través de su historia. La temática y sistemas-producto son diversos, aunque predominan aquellas que tratan sobre diferentes componentes del manejo agronómico en maíz y sorgo, por ser los principales cultivos de la región. Sin embargo, existen numerosas publicaciones sobre cultivos de alternativa: Leguminosas comestibles, oleaginosas, hortalizas, cultivos industriales, forrajes y ganadería.

Cuadro 1. Publicaciones editadas en el Campo Experimental Río Bravo. 1963-2006.

Años Serie

No. de publicaciones

1963-1980 Circular CIANE, CIAT, CIAGON 20 1966-1981 Guía técnica 2 1969-2006 Hoja informativa, NOTICIFAP, NOTICERIB 132 1975-2006 Desplegable 71 1978-2006 Publicación especial, técnica 30 1981-2006 Folleto técnico 32 1983-2006 Folleto para productores, misceláneo 16 1988-2006 Memoria científica, técnica 7

Total 310

260

Las primeras publicaciones oficiales (seriadas) del Campo Experimental Río

Bravo aparecieron a principios de los 60´s al contar con suficiente información confiable durante los primeros años de investigación, aunque es posible que antes se haya distribuido alguna información mimeografiada (no seriada) entre los productores de la región. Las primeras dos publicaciones (Fig. 1) tratan sobre producción de frijol (Muñoz 1963) y el híbrido de maíz H-412 (Medina et al. 1963), las cuales ofrecían nuevas opciones de producción al cultivo del algodón, el más importante de esa época, pero que ya tenía problemas fitosanitarios y de mercado. Desde entonces a la fecha se han generado 310 publicaciones de diversa índole (Cuadro 1). El 20% de estas publicaciones se realizaron durante los primeros 25 años de existencia del Campo Experimental Río Bravo y el 80% restante en los últimos 25 años. Esta diferencia se debe principalmente a que en los últimos años ha existido una mayor acumulación de información, recursos y demanda de los productores por contar con nuevas opciones. En promedio, se han generado seis publicaciones por año, dos de ellas del tipo de circulares, folletos, guías y memorias y cuatro de ellas en la categoría de desplegables, notas y hojas informativas.

Figura 1. Primeras publicaciones oficiales del Campo Experimental Río Bravo. 1963.

Además de las diferentes categorías de publicaciones internas del INIFAP mencionadas anteriormente, los investigadores del Campo Experimental Río Bravo han publicado numerosos resúmenes y artículos en memorias de congresos y revistas técnicas y científicas por especialidad. Estas publicaciones externas, generadas a través de las investigaciones en la región, están dirigidas a la comunidad científica nacional e internacional, aunque algunas de éstas son

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del interés de los productores y técnicos de la región. Cada investigador del Campo Experimental Río Bravo publica entre tres a cinco documentos de este tipo al año. En su gran mayoría, estas publicaciones se realizan en coautoría con investigadores de otras instituciones, lo que fomenta la coordinación y vinculación. En la historia del Campo Experimental Río Bravo, los investigadores han generado aproximadamente 2,500 publicaciones externas, ya sea en forma de resúmenes o artículos completos. Además, los investigadores han participado como autores en al menos 50 capítulos de libros y en la edición completa de tres libros: “El Girasol” (Ortegón et al. 1993), “Enfermedades Infecciosas de los Cultivos” (Díaz 1993), e “Introducción a la Agronomía” (Reyes et al. 2002), cuya publicación fue realizada por empresas editoriales de prestigio.

DEMOSTRACIONES Y EXPO-FERIAS

Una de las estrategias prioritarias de transferencia de tecnología en el Campo Experimental Río Bravo y en el INIFAP en general, lo constituyen las demostraciones de campo, ya que son la mejor manera de mostrar los resultados de investigación y donde los productores pueden despejar directamente sus dudas (Híjar 1981). La demostración consiste en la explicación práctica de los investigadores hacia los productores, técnicos y público en general sobre los avances y logros obtenidos en las diferentes áreas de investigación en los cultivos tradicionales y de alternativa, mediante el uso de láminas o rotafolios, pero lo más importante, tener como fondo la parcela que contenga la tecnología que se quiera demostrar (Fig. 2).

Figura 2. Hugo Mejía Andrade, César Augusto Reyes Méndez y Juan Antonio

Morales Hernández explican las características de los nuevos híbridos de maíz durante el Día del Agricultor en el Campo Experimental Río Bravo. 1981.

262

Tradicionalmente, el Campo Experimental Río Bravo organiza cada año en sus instalaciones el “Día del Agricultor”, demostración que se realiza en mayo o junio para presentar los avances de investigación del ciclo Otoño-Invierno (O-I). Durante esta demostración se presentan los resultados de los cultivos principales de la región (maíz y sorgo), pero también se presentan opciones de producción como oleaginosas, algodón, hortalizas, pastos y ovinos. Asimismo se muestran tecnologías como control de maleza, plagas y enfermedades, labranza de conservación, biofertilizantes y fertirriego. Durante los últimos cinco años, se ha contado con la participación de diversas compañías privadas de semillas, quienes promueven sus nuevos materiales. En las instalaciones del Campo Experimental también se organizan demostraciones sobre “Cultivos de Invierno”, las cuales se realizan en febrero o marzo. En estas demostraciones se exponen los avances relevantes sobre los componentes tecnológicos de trigo, canola, cártamo, hortalizas, garbanzo, pastos y ovinos. La asistencia al Día del Agricultor ha variado de 500 a 1,500 y la de cultivos de invierno de 100 a 400.

Además de las demostraciones dentro del Campo Experimental Río Bravo, en los últimos 25 años se han intensificado las demostraciones externas, en parcelas de productores cooperantes, a escala semicomercial y sobre temas más puntuales, como nuevas variedades de plantas o el control de alguna plaga o deficiencia nutricional. Estas actividades en lotes externos tienen la finalidad de acelerar el proceso de adopción de las tecnologías existentes, al validarlas bajo las condiciones reales del productor. Estas demostraciones se realizan en cualquier época del año, cuando se desee resaltar algún componente tecnológico durante el desarrollo del cultivo en los ciclos O-I o Primavera-Verano (P-V). Se desarrollan anualmente entre cuatro a 10 demostraciones en parcelas de productores con una asistencia que oscila entre 30 y 80 productores y técnicos por evento. En éstas, se han presentado los avances sobre algodón, maíz, sorgo, frijol, guar, soya, trigo, chile piquín, hortalizas, canola, ovinos, fertirriego y control de organismos dañinos.

En el Cuadro 2 se presenta un resumen del promedio de asistencia al tradicional Día del Agricultor y a otros eventos en el Campo Experimental y demostraciones externas. En las primeras décadas, el Día del Agricultor recibió en promedio más de mil asistentes y representaba la principal estrategia de divulgación en dicha época. Por diversas razones, la asistencia al Día del Agricultor ha decrecido en los últimos 25 años. Para subsanar esta situación, la estrategia del Campo Experimental Río Bravo de organizar eventos en parcelas de productores ha surtido efecto y parece equilibrar la asistencia total a los eventos demostrativos de todo tipo. Aunque la decreciente asistencia al Día del Agricultor durante los últimos años es una realidad insoslayable, existen algunas razones que pudieran explicar lo anterior. En años recientes ha existido una mayor oferta de demostraciones en las propias parcelas de los productores que organizan diversas empresas, principalmente de semillas, en diversas localidades y en fechas cercanas al Día del Agricultor, lo cual aumenta y diversifica las opciones al productor para capacitarse y recibir información técnica para el mejor manejo de su parcela. Otro de los motivos de la mayor asistencia al Día del Agricultor en los 60´ se atribuye al gran interés de los productores por

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capacitarse en los nuevos cultivos de maíz y sorgo para la región, en virtud que el algodonero dejaba de ser una opción rentable por los problemas antes mencionados. Finalmente, algunos productores expresan que ya no vienen al Día del Agricultor porque siempre ven lo mismo, situación que el Campo Experimental Río Bravo deberá remediar en el corto plazo.

Cuadro 2. Asistencia de productores y técnicos a demostraciones organizadas por

el Campo Experimental Río Bravo en sus instalaciones y en parcelas de productores.

Asistencia promedio por año

Período Día del Agricultor* Otros eventos** Total

1960´s 1250 40 1290

1970´s 1030 150 1180

1980´s 765 310 1075

1990´s 510 525 1035

2000-06 600 670 1270

* En el Campo Experimental Río Bravo durante mayo-junio. ** En el Campo Experimental Río Bravo y lotes foráneos durante todo el año (demostraciones

de cultivos de alternativa, parcelas de validación y eventos de capacitación).

Otra de las estrategias del Campo Experimental Río Bravo para difundir su tecnología es a través de exposiciones y ferias, donde se montan y exhiben mamparas con posters o mesas con diversos objetos que muestran los productos y servicios disponibles (Heredia 1981). A diferencia de las demostraciones para productores y técnicos, en las expo-ferias el público objetivo además de los usuarios del sector rural, incluye también a numerosos miembros de la sociedad en general de todas las edades.

En las instalaciones del Campo Experimental Río Bravo y en colaboración con la Fundación Produce Tamaulipas, se organizó la “Expo Agro Río Bravo” en 1997 y 1998 (Fig. 3), con una asistencia de 1,500 y 2,000 personas, respectivamente. Los expositores (stands), 70 en 1997 y 100 en 1998, fueron diversas empresas y organismos relacionados con el sector agropecuario y forestal del noreste de México. Desde el año 2000 a la fecha, el Campo Experimental ha montado un “Expo-Pabellón” para dar a conocer información complementaria durante las demostraciones del Día del Agricultor, con una concurrencia al pabellón de entre 450 y 660 personas por año.

Por otra parte, la participación del Campo Experimental Río Bravo en las Expo-Ferias tradicionales de los municipios más importantes del norte de Tamaulipas, entre ellos Valle Hermoso, Matamoros, Reynosa y Río Bravo, data desde los 60´s (INIA 1967) y continúa hasta la fecha. En estos eventos masivos, también se divulga la organización del INIFAP y los productos y servicios que

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ofrece el Campo Experimental Río Bravo para mejorar la productividad agropecuaria en la región. Otras exposiciones y eventos masivos donde ha participado el Campo Experimental Río Bravo con material divulgativo en los últimos 10 años incluyen: (a) Expo Agro Matamoros; (b) Expo Alianza; (c) eventos del programa “Ganado Mejor”; y (d) las cabalgatas interestatales Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León. La asistencia a cada uno de estos eventos ha sido entre mil y 10 mil personas.

Figura 3. Al centro-izquierda, Andrés Casco Flores, Subsecretario de la SAGAR

recibe explicaciones durante la Expo Agro organizada en el Campo Experimental Río Bravo en 1998.

Con diferentes objetivos y audiencia, el Campo Experimental Río Bravo ha

participado desde 2000 hasta la fecha en la “Semana Nacional de Ciencia y Tecnología”, que organiza el CONACYT en el país para atraer la atención de las nuevas generaciones hacia los temas científicos y tecnológicos. Los niños de preescolar hasta los jóvenes de preparatoria son testigos del quehacer del Campo Experimental en temas como: El maíz y sus usos; insectos benéficos y perjudiciales; el alimento de las plantas; la importancia del agua en los cultivos; la vida de las abejas y su importancia en la agricultura; que es la biotecnología y su importancia; y para que sirven los laboratorios (Fig. 4). A este evento asisten en promedio anualmente 700 niños y jóvenes escolares.

El 4 de septiembre del 2004, en una estrategia nacional, el INIFAP organizó el “Día del Ciudadano Investigador” en 33 Campos Experimentales, con el objeto de dar a conocer a las familias de la sociedad mexicana el quehacer institucional y la importancia del sector rural. Al Campo Experimental Río Bravo asistieron 520 niños y adultos del área urbana y rural, a quienes se les ofreció diversas pláticas, talleres, videos y juegos didácticos relacionados con las actividades del campo y la naturaleza (Fig. 4). El evento logró sensibilizar a los asistentes sobre la importancia de las actividades agropecuarias y forestales para producir alimentos y materias primas que necesitamos en la vida cotidiana.

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Figura 4. Participación del Campo Experimental Río Bravo en actividades con niños

y familias. Izquierda: Ricardo Sánchez de la Cruz explica la importancia de los insectos a niños de preescolar durante la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología, 2003. Derecha: “Día del Ciudadano Investigador”, donde las familias valoraron la importancia de las actividades agropecuarias y forestales del campo mexicano, 2004.

SIMPOSIA Y CURSOS

Otra de las estrategias del Campo Experimental Río Bravo para transferir su tecnología es a través de eventos de capacitación para productores y técnicos mediante simposia, cursos y talleres. Este tipo de actividades fomentan la interacción entre diversos actores de las cadenas productivas, entre ellos los productores, técnicos, investigadores y comercializadores. El Campo Experimental Río Bravo ha intensificado su compromiso en este tipo de eventos particularmente durante los últimos 25 años. En lo referente a reuniones científicas y tecnológicas, se han organizado seis simposia y un congreso:

1. “Simposio sobre Logros y Aportaciones de la Investigación Agrícola en el Estado de Tamaulipas”, celebrado en Cd. Victoria, Tam. en 1981 con motivo del 20 aniversario de la fundación del INIA, hoy INIFAP. En este simposio se presentaron los avances de investigación en el norte de Tamaulipas sobre maíz, sorgo y oleaginosas.

2. En 1997, se desarrolló el “1er Simposio Regional sobre Perspectivas de la Biotecnología Agrícola en el Noreste de México”. El Campo Experimental Río Bravo se dio a la tarea de organizar este simposio para analizar las posibilidades de aplicación de la biotecnología en la investigación y desarrollo agrícola, captar las necesidades de investigación y detectar posibilidades de apoyo financiero para la realización de proyectos específicos en esta nueva área del conocimiento (Cortinas et al. 1997).

3. Un precedente histórico en el Campo Experimental Río Bravo se registró en 1998 al celebrarse con gran éxito en estas instalaciones el XXI Congreso Nacional de Control Biológico, con la participación de cerca de 500 productores, técnicos, estudiantes y científicos nacionales e internacionales (Fig. 5). Además, paralelamente se celebró la 1ª Expo-Tecnológica de Control

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Biológico y el IX Curso Nacional de Control Biológico. El lema de este Congreso fue “El Control Biológico al Alcance de los Productores Agropecuarios”, donde las ponencias y asistentes han sido los más numerosos en la historia de la Sociedad Mexicana de Control Biológico (Barrera 1998).

4. También en 1998, se organizó el “1er Simposio Internacional de Sorgo”, cuyas conferencias magistrales estuvieron a cargo de 11 ponentes nacionales e internacionales. Además, como parte de este simposio, se preparó el “Salón del Sorgo”, donde se exhibió a través de pósters la historia del sorgo en México y en el mundo, los antecedentes de la investigación del sorgo en el país, los híbridos de sorgo formados por el INIFAP, la problemática del cultivo con énfasis en la enfermedad “ergot”, la tecnología de producción para reducir costos, los usos alternativos de esta gramínea; así como el potencial productivo del sorgo de temporal en la región (INIFAP 1998).

Figura 5. Asistentes al XXI Congreso Nacional de Control Biológico celebrado en el

Campo Experimental Río Bravo. 1998.

5. El simposio “La Ovinocultura: Alternativa para el norte de Tamaulipas” se desarrolló en 2000, como una de las nuevas opciones identificadas con mayor potencial de éxito para la diversificación o reconversión productiva de tierras de baja productividad en la región (INIFAP 2000). En este simposio participaron 245 productores, técnicos, comercializadores e investigadores.

6. En 2003 se realizo el “1er Simposio Regional de Chile Piquín”, donde se presentaron los avances de investigación en tecnología de producción y uso racional del recurso silvestre, además de discutir la problemática en su industrialización y comercialización (Rodríguez 2003). Paralelamente se expusieron carteles y productos elaborados con chile piquín. A este simposio asistieron 245 productores, técnicos, investigadores y agroindustriales (Fig. 6).

267

Figura 6. Asistentes al 1er Simposio Regional de Chile Piquín”, organizado en el

Campo Experimental Río Bravo. 2003. 7. El simposio sobre “La Biofertilización como Tecnología Sostenible” se

desarrolló en 2004 con la asistencia de 120 personas de diversas localidades del país. Los temas tratados incluyeron: Perspectivas de la biofertilización en México; biotecnología de los hongos ectomicorrizicos; uso de inoculantes para incrementar la producción y reducir la erosión del suelo en áreas desérticas; biofertilizantes microbianos; antecedentes del programa y resultados de validación en México; producción y evaluación de un biofertilizante a base de Azospirillum para el noreste de México; e impacto de la micorriza arbuscular en la productividad del sorgo en Tamaulipas (Díaz et al. 2004).

Por otra parte, aunque fueron celebradas en Cd. Victoria, Tam., el Campo Experimental Río Bravo participó en la organización de la 1ª, 2ª y 3ª Reuniones Científica y Tecnológica Forestal y Agropecuaria en Tamaulipas en 1988, 1992 y 1994, respectivamente. En ellas, se presentaron los avances relevantes de investigación y transferencia de tecnología del INIFAP en el estado de Tamaulipas (INIFAP 1988, 1992, 1994b). Otro de los objetivos fue reorientar la investigación con base en la problemática real y demandas específicas, por lo que participaron diversas organizaciones de productores, dependencias del sector e investigadores de otras instituciones.

Los cursos y talleres de capacitación han sido herramientas de transferencia de tecnología prioritarias para el Campo Experimental Río Bravo, particularmente durante los últimos 25 años. Estos eventos van dirigidos a asociaciones de productores y técnicos del sector privado y oficial. En los 70´s y 80´s, los cursos fueron muy demandados por la Secretaría de Agricultura para capacitar a los extensionistas, mientras que durante la última década, la demanda viene directamente de las asociaciones de productores o de las empresas privadas del sector.

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La temática de los cursos es diversa, pero sobresalen los relacionados con problemas específicos como la preparación del suelo, uso de herbicidas, control de plagas y enfermedades, manejo de biofertilizantes y el manejo de los componentes tecnológicos para la producción de maíz y sorgo. En promedio, el Campo Experimental Río Bravo organiza entre cuatro y seis cursos al año y asisten generalmente entre 20 a 50 productores y técnicos por evento. Se estima que durante la historia del Campo Experimental Río Bravo se han organizado más de 200 cursos y talleres, con una asistencia total de 9 mil personas.

PRENSA, RADIO Y TELEVISION

La prensa, radio y televisión son los medios de comunicación masiva de mayor impacto en la sociedad moderna. En los tres medios, el Campo Experimental Río Bravo difunde con anticipación sus demostraciones, principalmente el Día del Agricultor, mediante la contratación de anuncios periodísticos o “spots” radiofónicos o televisivos, además de participar por invitación a exponer en estos medios los avances relevantes de la investigación que se realiza en el norte de Tamaulipas.

Desde sus inicios, el Campo Experimental Río Bravo ha dado a conocer su tecnología generada mediante notas o reseñas en los principales diarios como el “El Bravo”, “La Prensa” y “El Grafico” de Matamoros; “El Independiente” de Río Bravo; el “Zinco” de Valle Hermoso; y “El Mañana” de Reynosa, particularmente en la sección especializada “El Rancho” (Fig. 7). En estos diarios, el Campo Experimental Río Bravo publica un promedio de 40 notas al año.

Figura 7. Izquierda: Nota periodística sobre labranza de conservación por Enrique

Rosales Robles y Mario Marín Silva Serna en el diario el Mañana de Reynosa, Tam., 2000; derecha: Entrevista a Luis Ángel Rodríguez del Bosque sobre avances de investigación en chile piquín en el Noticiero del Canal 7 de Matamoros, Tam., 2003.

La participación del Campo Experimental Río Bravo en radio y televisión ha

sido menor y se limita a atender invitaciones para presentar temas diversos

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relacionados con tecnología agropecuaria dirigidos a la población rural de Tamaulipas y Nuevo León. En radio, se ha participado en las estaciones XEOQ de Reynosa, Tam., XEFD de Río Bravo, Tam. y Radio Nuevo León en Monterrey. En televisión, los avances de investigación se presentan mediante entrevistas (Fig. 7), principalmente en los Canales de Cable 2 de Reynosa, Tam., y 12 de Río Bravo, Tam., así como el Canal 7 de Matamoros, Tam., de señal abierta.

MODELOS DE TRANSFERENCIA

EL INIFAP busca permanentemente desarrollar y aplicar modelos específicos de transferencia para acelerar la adopción de tecnologías, adicionalmente a los medios mencionados anteriormente. En el Campo Experimental Río Bravo, al menos dos de estos modelos institucionales han sido validados con éxito en la región:

PRONAMAT. En los 80´s el Campo Experimental Río Bravo participó en el Programa Nacional de Maíz de Alta Tecnología con el establecimiento de 25 parcelas demostrativas con productores cooperantes del norte de Tamaulipas, con la colaboración de extensionistas de la entonces SARH. Los objetivos fueron demostrar la bondad al aplicar el paquete tecnológico del cultivo de maíz con oportunidad y calidad, acelerar el proceso de difusión y adopción de tecnología y capacitar a agentes de cambio y productores. La adopción de la tecnología fue inmediata, ya que los productores cooperantes atestiguaron los beneficios del paquete tecnológico de maíz en sus propias parcelas al obtener en promedio un incremento del 15% en el rendimiento en comparación con las parcelas vecinas, equivalente a cerca de 1 ton/ha (Alvarado et al. 1993).

Figura 8. Constitución de grupos de ovinocultores mediante el modelo GGAVATT en

el norte de Tamaulipas: Grupo “La Sauteña” (izquierda) y Grupo Valle Hermoso (derecha). 2002.

GGAVATT. En apoyo al programa de conversión de cultivos se ha promovido la formación de grupos de ovinocultores mediante el modelo “Grupo Ganadero de Validación y Transferencia de Tecnología” (GGAVATT), el cual ha resultado ser efectivo para acelerar el proceso de transferencia y adopción de

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tecnología pecuaria en el país (INIFAP 2005). De 2002 a la fecha, el Campo Experimental Río Bravo ha participado en la constitución de cuatro grupos GGAVATT de ovinocultores en el norte de Tamaulipas: “La Sauteña”, “Valle Hermoso”, “San Miguel” y “La Unión”, donde participan un total de 73 productores (Fig. 8). En estos grupos se promueve el uso de razas de ovinos y prácticas de manejo para incrementar la productividad hasta en 50% (Méndez et al. 2003).

LOGROS Y RETOS

La difusión y transferencia de tecnología ha sido siempre una actividad prioritaria en el Campo Experimental Río Bravo, prácticamente desde su fundación. En estos 50 años se han generado más de 300 publicaciones técnicas y divulgativas para los productores y técnicos de la región. Las aportaciones de la investigación en el norte de Tamaulipas se han difundido además a la comunidad científica en 2,500 publicaciones en congresos y revistas especializadas. Por su parte, los eventos demostrativos y de capacitación organizados por el Campo Experimental a través de su historia suman más de 500 con una asistencia aproximada de 65 mil productores y técnicos, sin contar los eventos masivos como exposiciones y ferias. Se ha participado con cerca de mil notas periodísticas y alrededor de 100 intervenciones en radio y televisión. Los modelos institucionales de transferencia PRONAMAT y GGAVATT han sido validados con éxito en la región.

En transferencia de tecnología, los retos siempre superan a los logros. Con esa premisa en mente, la transferencia de tecnología deberá continuar como una tarea y compromiso constante para el Campo Experimental Río Bravo. Los productores tienen prisa por contar con mejores opciones rentables para enfrentar las tendencias actuales de globalización y es vital que dispongan de la tecnología generada en el tiempo más corto posible. No es una casualidad que los productores demanden siempre más difusión y transferencia de tecnología. Existe la percepción entre ellos que mucha información valiosa se queda sobre los escritorios y archivos de los investigadores, lo que representa un gran reto para el Campo Experimental Río Bravo demostrar lo contrario.

También es importante acotar que la responsabilidad en el proceso de transferencia y adopción de tecnología no es exclusiva del Campo Experimental Río Bravo, sino que es un compromiso de todos los actores del sector, entre ellos las propias asociaciones de productores, las empresas agropecuarias y otros organismos gubernamentales. Además, las acciones de transferencia de tecnología se han visto disminuidas notablemente en las últimas dos décadas ante diversos sucesos, como la desaparición del servicio de extensión de la Secretaría de Agricultura. Ante estos cambios, es importante tomar en cuenta que actualmente existe una oferta significativa de asesoría privada, lo que deberá coadyuvar a cubrir estas necesidades de asistencia técnica, visto ahora desde otra óptica, incluyendo el hecho de pagar por dicho servicio.

En lo que respecta al Campo Experimental Río Bravo, éste deberá ser cada vez más innovador para que la información llegue más rápido a los productores.

271

Deberá explotar más las oportunidades en los medios masivos, particularmente en radio, televisión e internet, donde ha tenido una baja participación, además de continuar con notas en la prensa. Se deberá fomentar el uso de modelos de transferencia y adopción como el PRONAMAT y GGAVATT, cuya eficacia ha sido comprobada en la región. Para lograr todo lo anterior, el Campo Experimental Río Bravo deberá diversificar sus fuentes de financiamiento para contar con suficiente presupuesto y personal dedicado exclusivamente a la transferencia de tecnología. Por último, se deberá fomentar la coordinación para sumar esfuerzos con las organizaciones de productores, empresas privadas y otras instituciones de investigación de la región. Entre todos, la transferencia y adopción de tecnología deberá ser más expedita y eficaz.

LITERATURA CITADA

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273

CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 17 Productos y Servicios

Héctor Manuel Cortinas Escobar

Miguel Ángel García Gracia Idalia Garza Cano

INIFAP, Campo Experimental Río Bravo Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900

[email protected]

CONTENIDO

Introducción …...…..……….……………………………………………………………… 274

Productos ……………...……………………………………...….……………………….. 274

Servicios ……………………………………………………..……………………….…… 276

Logros Relevantes ……………………...…………………..……………………….…… 279

Perspectivas ………………………………….…………………………..……………..... 281

Literatura Citada ………………………………………………………………………...... 283

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: Cortinas Escobar, H. M., M. A. García Gracia e I. Garza Cano. 2006. Productos y

Servicios, pp. 273-285. En: L. A. Rodríguez del Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

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“El cliente siempre tiene la razón” Dicho popular

INTRODUCCIÓN

Los productos y servicios que ofrece el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), a través del Campo Experimental Río Bravo, se derivan de los resultados obtenidos en los proyectos de investigación y transferencia de tecnología. En su esquema actual de funcionamiento, el INIFAP identifica las demandas de investigación y transferencia de los usuarios a través de reuniones de consejos consultivos, asociaciones de productores, empresas, foros, solicitudes directas de productores y convocatorias nacionales e internacionales de organizaciones que financian la investigación. Estas demandas son analizadas para elaborar proyectos de investigación que permitan generar soluciones a problemas específicos, con el apoyo de diversas fuentes de financiamiento.

El resultado final de los proyectos de investigación debe concretarse en productos o servicios para transferirlos a los usuarios con el objeto de resolver sus problemas o demandas planteadas (Fig. 1). La utilización de estos productos y servicios deberá incidir en una mejor productividad y rentabilidad de los sistemas de producción de los usuarios, de esta forma el INIFAP cumple con la misión que le ha sido encomendada por la sociedad.

PRODUCTOS

Para el INIFAP, un producto es todo aquel beneficio tangible en materia forestal, agrícola y pecuaria que se genera como resultado de la investigación y del conocimiento científico, para satisfacer las demandas de sus usuarios. Las estrategias y planes de acción del INIFAP se orientan a la planeación, elaboración y ejecución de proyectos de investigación y desarrollo, que a su vez generan productos prácticos, rentables, competitivos y sustentables, que satisfagan con eficiencia y calidad los requerimientos del productor primario y consumidor final.

Los productos del INIFAP, particularmente en el Campo Experimental Río Bravo, incluyen tecnologías para el mejoramiento de la productividad y rentabilidad agropecuaria; recomendaciones para el uso, manejo y conservación de agua y suelo; y semillas mejoradas. Los proyectos de investigación desarrollados en los 50 años del Campo Experimental Río Bravo han generado diversos productos, entre los que se incluyen los siguientes:

1. Tecnología para producir sorgo (Aguado et al. 1966, Williams 2003, INIFAP 2005a).

2. Tecnología para producir maíz (Medina et al. 1963, Reyes et al. 1990, INIFAP 2005b).

3. Tecnología para producir algodón (Aguado et al. 1966, Vargas 1995).

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Figura 1. Vitrina con algunos productos y servicios que ofrece el INIFAP en el noreste de México, incluyendo los del Campo Experimental Río Bravo. 2006.

4. Tecnología para producir forrajes (Gamboa y Castro 1976, Valdez 1978, Palomo y Méndez 1993).

5. Tecnología para producir soya (Galván et al. 1983).

6. Tecnología para producir frijol (Muñoz 1963, Pérez y Cortinas 1994).

7. Tecnología para producir trigo (Torres 1969, INIFAP 1994).

8. Tecnología para producir chícharo de vaca (Díaz y Ortegón 1997).

9. Tecnología para producir cártamo (Ortegón 2003a).

10. Tecnología para producir canola (Ortegón 2003b).

11. Tecnología para producir chile piquín (Rodríguez et al. 2004).

12. Tecnología para producir girasol (Ortegón et al. 1993).

13. Tecnología para producir okra (Díaz et al. 1999).

14. Tecnología para la aplicación de biofertilizantes (Díaz et al. 2004).

15. Tecnología para minimizar riesgos por aflatoxinas en maíz (Rodríguez et al. 1995)

16. Tecnología para el control de plagas (Rodríguez 1979a,b, Loera y Vargas 1988).

17. Tecnología para el control de enfermedades (Díaz 1985, Díaz y Ortegón 1998).

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18. Tecnología para el control de maleza (Castro 1980, Rosales y Sánchez 2004).

19. Tecnología para el uso, manejo y conservación de suelo y agua (Maciel 1979, Salinas y Rosales 2006).

20. Tecnología para la producción de ovinos (Méndez et al. 2005).

21. Producción y venta de semillas mejoradas de variedades de maíz, sorgo (Fig. 2), frijol y girasol generadas por el INIFAP (Williams 2003).

Figura 2. Producción comercial de semilla del híbrido de sorgo RB-Patrón generado

por el Campo Experimental Río Bravo. Rancho El 94, Río Bravo, Tam. 2005.

Al utilizar estos productos se obtienen beneficios en cuanto a la calidad del producto, mayor producción y sostenibilidad, así como apoyo a sanidad e inocuidad fitopecuaria. Las tecnologías de producción generadas por el Campo Experimental Río Bravo también impactan en la conservación de los recursos suelo y agua, reducción de costos de producción y mejoramiento de la calidad de vida del usuario.

Las semillas producidas de variedades mejoradas permiten obtener homogeneidad de plantas y pureza de los materiales a través del tiempo. Además, las semillas mejoradas poseen una serie de características favorables como alto rendimiento de grano y forraje, tolerancia a las plagas y enfermedades y una mayor calidad.

SERVICIOS

En el desarrollo de los servicios del INIFAP se aplica el conocimiento científico y tecnológico para identificar y cubrir las necesidades de los usuarios en materia forestal, agrícola y pecuaria, con atención personalizada, con visión a

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largo plazo y calidad en todos sus procesos. El compromiso del INIFAP en materia de servicios integrales, es el de captar las demandas del usuario, y ofrecerle opciones de solución que satisfagan con eficiencia y calidad las necesidades del mercado agropecuario y forestal, en los diferentes eslabones de la cadena productiva.

Los servicios que ofrece el Campo Experimental Río Bravo han evolucionado a través de los 50 años de su existencia hasta contar actualmente con los siguientes:

1. Análisis de laboratorio de fertilidad de suelos, nutrición vegetal y agua. Se determinan las características y calidad del suelo, agua y plantas, lo que coadyuva en la toma de decisiones. Este servicio es el más antiguo en el Campo Experimental, ya que se ofrece desde su propia inauguración en 1956 (Fig. 3). Recientemente, este laboratorio ha sido modernizado para ofrecer un servicio acorde a las necesidades actuales (Fig. 4).

Figura 3. Laboratorio de suelos durante la inauguración del Campo Experimental Río Bravo en agosto de 1956. Al centro Jorge Alarcón Cejudo (de bata), primer encargado del laboratorio, explica el funcionamiento de los equipos, los cuales fueron aportados por el Patronato para la Investigación, Fomento y Sanidad Vegetal del norte de Tamaulipas.

2. Determinación de aflatoxinas para conocer el grado de contaminación de granos y otros productos para su posible comercialización.

3. Identificación de organismos dañinos (insectos, patógenos y maleza) con el propósito de identificar agentes causales y proponer opciones de solución.

4. Evaluación de variedades de plantas. Se ofrece información sobre el comportamiento de las nuevas variedades que generan las empresas

278

productoras de semillas. Dichas evaluaciones incluyen la comparación con testigos comerciales.

Figura 4. Laboratorio de suelos, agua y planta “Rafael Maciel Rodríguez” del Campo

Experimental Río Bravo. Idalia Garza Cano (izquierda) es la responsable del laboratorio desde 1977. 2006.

5. Evaluación de agroquímicos y bioestimulantes. Se determina la efectividad de diversos productos químicos y naturales para el control de problemas específicos y mejorar la productividad.

6. Predicción de cosechas. Se estima el comportamiento y rendimiento de cultivos, al menos un mes antes de la cosecha con fines de planeación.

7. Estudios de potencial productivo, que permiten delimitar las áreas donde los cultivos expresan su máximo desarrollo y potencial de rendimiento.

8. Capacitación y transferencia de tecnología. Se ofrecen cursos sobre tecnología de producción de maíz, sorgo, frijol, soya, ovinos, pastos, trigo, control de maleza y control de plagas (Fig. 5).

10. Asesorías, diagnósticos y dictámenes técnicos, que constituyen la opinión profesional sobre las causas de problemas específicos y su posible solución.

11. Elaboración y ejecución de proyectos en atención a las demandas de los usuarios para mejorar la productividad y rentabilidad de las cadenas agroalimentarias.

12. Consulta de libros, folletos y revistas en la biblioteca del Campo Experimental Río Bravo, la cual cuenta con 10 mil volúmenes y 150 mil referencias bibliográficas.

279

Figura 5. Desarrollo de cursos de producción de maíz y sorgo a productores y técnicos. Valle Hermoso, Tam. 2005.

Los productos y servicios más importantes que actualmente ofrece el Campo Experimental Río Bravo se señalan en el Cuadro 1. Aunque los productos generados en las investigaciones del INIFAP son bienes públicos, el costo que se señala en algunos de los productos y servicios es para recuperar los gastos derivados de la experimentación y procesamiento de los mismos. Existen también algunos casos en que los servicios del Campo Experimental Río Bravo no representan cargo alguno para los usuarios, entre ellos consultas a los investigadores y biblioteca, así como la capacitación en actividades de transferencia de tecnología, incluyendo demostraciones, cursos y talleres.

LOGROS RELEVANTES

A través de su historia, algunos de los logros derivados de los productos y servicios generados por el Campo Experimental Río Bravo incluyen los siguientes:

1. Cincuenta años de respaldo técnico a la Secretaría de Agricultura, al Gobierno de Tamaulipas y a las asociaciones de productores para la toma de decisiones en materia agropecuaria en el norte del Estado.

2. Los híbridos de sorgo generados por el Campo Experimental Río Bravo se han sembrado en más de 1 millón de hectáreas en diversas localidades de México.

3. Las variedades e híbridos de maíz del Campo Experimental Río Bravo se han sembrado en 250 mil hectáreas en Tamaulipas, Nuevo León y otros Estados del país.

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Cuadro 1. Principales productos y servicios que ofrece actualmente el Campo Experimental Río Bravo. 2006.

Producto/Servicio Descripción Costo ($) Análisis de suelo Textura, pH, salinidad,

fertilidad 550.00 por muestra

Análisis de agua Calidad de agua para riego, salinidad

215.00 por muestra

Análisis de planta Análisis nutrimental 410.00 por muestra Análisis de alimentos y forrajes

Proteína, fibra, grasa, ceniza, humedad

350.00 por muestra

Análisis de aflatoxinas Aflatoxinas totales 400.00 por muestra Semilla de progenitores de híbridos de maíz

H-435, H-436, H-437, H-439, H-440

Básica y registrada: 185.00 por kg

Semilla de variedades de maíz

VS-409 y VS-440 Básica: 3,024 por kg Registrada: 65.00 por kg

Semilla de progenitores de híbridos de sorgo

RB-3030, RB-3006, RB-4000, RB-4040, RB-Patrón

Básica: 125.00 por kg

Semilla de variedades de trigo

Sauteña F-01 Básica: 60.00 por kg Registrada: 16.00 por kg

Folletos, manuales, desplegables

Tecnologías de producción, control de plagas, control de enfermedades, descripción de variedades e híbridos

De 20.00 a 200.00

Cursos de producción de maíz y sorgo

Tecnología de producción Variable, con base en un análisis de características del curso.

Curso de herbicidas Modo de acción, clasificación, aplicación

1,500.00 por persona

Evaluación de agroquímicos Efectividad biológica de herbicidas, insecticidas, funguicidas, fertilizantes foliares y reguladores del crecimiento

8,000.00 por tratamiento

Evaluación de variedades de plantas

Sorgo, maíz, soya y algodón Por variedad de: Sorgo: 1,800.00 Maíz: 1,900.00 Soya: 1,900.00 Algodón: 2,800.00

Consultas a Investigadores Tecnología de producción, plagas, enfermedades, manejo agronómico, problemas específicos

Sin costo

Consulta en biblioteca Literatura diversa Sin costo Demostraciones Transferencia de tecnología Sin costo

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4. Los estudios de potencial productivo delimitaron 430 mil hectáreas aptas para reconversión productiva en áreas de bajo potencial y alto riesgo de erosión eólica. Esta información sirvió de base para que el Gobierno de Tamaulipas lo convirtiera en un programa de desarrollo (SAGARPA 2002).

5. El servicio que ofrece el Campo Experimental Río Bravo a la SAGARPA para el pronóstico de cosecha de sorgo en la región ha acertado en un 95-99% en los últimos cinco años, en relación con los volúmenes reales de producción (Silva et al. 2004).

6. La tecnología para el control de aflatoxinas en maíz permitió reducir su presencia en más del 23% en 235 mil hectáreas a principios de los 90´s; actualmente el riesgo de contaminación es mínimo al utilizar el paquete tecnológico para producir maíz. Por cada peso invertido en investigación sobre aflatoxinas en cuatro años se retribuyeron 580 pesos en ganancias a los productores, como resultado de la prevención de este problema (Rodríguez et al. 1995).

7. Los estudios sobre los biofertilizantes Azospirillum y micorriza producidos por el INIFAP permitieron implementar un programa de fertilización de sorgo en 250 mil hectáreas en el norte de Tamaulipas durante el ciclo O-I 1999-2000, en las cuales se registró un incremento en el rendimiento de grano del 14% con la utilización de estos productos (Acosta et al. 2001, Díaz et al. 2004).

8. La variedad de trigo Sauteña F-01, liberada por el Campo Experimental Río Bravo, fue utilizada para implementar un programa de siembra de 5 mil hectáreas en el estado de Nuevo León durante el invierno del 2000.

9. Los resultados de investigación sobre el uso eficiente de herbicidas en diferentes cultivos han permitido la integración de cursos de capacitación dirigidos a técnicos y productores. En 2004 se capacitaron 115 técnicos de empresas comercializadoras y de juntas locales de sanidad vegetal en una campaña estatal para aumentar la eficiencia del uso de herbicidas, evitar sus posibles daños y reglamentar su uso.

PERSPECTIVAS

Los productos y servicios que ofrece el Campo Experimental Río Bravo están evolucionando en atención a las demandas de los usuarios. De acuerdo al contexto de la globalización en todos los ámbitos del sector agropecuario y forestal, en el futuro inmediato será necesario que el INIFAP considere el apoyo de un departamento responsable de monitorear las necesidades y tendencias nacionales y mundiales en cuanto a los requerimientos de los usuarios. Lo anterior con el objetivo de adelantarse y responder con eficiencia ofertando los productos y servicios que requiera el productor agropecuario y demás usuarios. El INIFAP actual y del futuro deberá analizar las tendencias de la sociedad y del sector en lo referente a los productos y servicios que requiere y planear sus actividades para ofertar los satisfactores que sean necesarios en el tiempo requerido y con la calidad que se demandan.

282

En lo que respecta a productos, el Campo Experimental Río Bravo deberá continuar seleccionando y desarrollando variedades de los cultivos tradicionales y básicos para la alimentación nacional como maíz, sorgo, frijol y soya, además de introducir nuevos cultivos destinados a la industria alimenticia, textil, aceitera, energética y otras, para lograr una mayor rentabilidad en el uso del suelo. Estos cultivos y sus variedades deberán presentar características de alto rendimiento, tolerantes a factores limitantes bióticos (plagas y enfermedades) y abióticos (deficiencia de nutrientes, vientos, sequía), además de tener un elevado contenido de vitaminas, minerales, proteínas y compuestos antioxidantes, mejor calidad de subproductos y menor contenido de compuestos indeseables o perjudiciales a la salud. También será importante realizar aportaciones de tecnología para mejorar el manejo de postcosecha de los productos y sus procesos de industrialización para lograr incorporar valor agregado a la producción agropecuaria y forestal. El agua es un recurso cada vez más limitado, por lo que será importante identificar cultivos y variedades tolerantes a sequía. Las tecnologías que permitan el aprovechamiento más eficiente del agua de riego son productos de gran importancia y demanda actual.

Respecto a los servicios ofertados por el Campo Experimental Río Bravo, éstos deberán evolucionar acorde a las necesidades y demandas de los usuarios y sociedad en general. Los servicios del laboratorio de suelos, agua y planta deberán actualizarse permanentemente para proporcionar información que permita tomar decisiones acertadas y oportunas con relación a necesidades de fertilización y manejo de suelo y agua. El análisis de la calidad de productos alimenticios e industriales será determinante para obtener una mayor rentabilidad de la producción y cumplir con estándares de inocuidad cada vez más estrictos. Los diagnósticos de sanidad vegetal y animal deben ser expeditos y acertados para permitir un control rápido y eficaz de plagas, enfermedades y maleza. Se deberán utilizar las técnicas de la biotecnología moderna para ofrecer servicios eficientes y oportunos sobre la identidad genética de plantas, plagas y enfermedades. La difusión y transferencia de las tecnologías generadas es actualmente una demanda y necesidad expresa de los usuarios. Para satisfacer esta demanda en el corto y mediano plazo el INIFAP deberá asociarse con instituciones del sector y productores para elaborar y desarrollar programas que permitan la transferencia oportuna y adopción de las tecnologías de producción y manejo disponibles.

La oferta de productos y servicios es la culminación de los trabajos de investigación desarrollados por el INIFAP. El Campo Experimental Río Bravo justificará su labor y permanencia en la medida en que logre ofrecer resultados de investigación que puedan transformarse en productos y servicios tangibles y útiles que ofrezcan un beneficio para mejorar la productividad del campo y el nivel de vida de la sociedad. También es importante mejorar los esquemas de promoción de los productos y servicios y simplificar los mecanismos administrativos, para brindar una mejor atención a los usuarios. Para lograr lo anterior, será indispensable hacer más eficientes los métodos de captación de necesidades de los usuarios y asociarse con otras instituciones del sector para desarrollar proyectos acordes a dichas demandas. Además, en el corto plazo, el

283

Campo Experimental Río Bravo deberá renovar sus recursos humanos y fortalecer su infraestructura y equipamiento.

LITERATURA CITADA

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286

CAMPO EXPERIMENTAL RÍO BRAVO: 50 AÑOS DE INVESTIGACIÓN AGROPECUARIA EN EL NORTE DE TAMAULIPAS, HISTORIA, LOGROS Y RETOS

ISBN 968-800-664-5

Capítulo 18 Testimonios

Luis Ángel Rodríguez del Bosque INIFAP, Campo Experimental Río Bravo

Apartado Postal 172, Río Bravo, Tam., México 88900 [email protected]

CONTENIDO

Introducción …………………………… Alberto Cárdenas Rodríguez ………... Álvaro Rivera Fernández ……………. Carlos Jorge Izaguirre Rodríguez …. César Arturo Longoria González …… Cruz López Aguilar …………………… Daniel Humberto Cárdenas Guevara . Esteban Corral Mancha ……………… Fidencio Tamez Galván ……………... Filemón García Maldonado …………. Genaro de León Serna ………………. Gildardo Bravo Contreras …………… Gonzalo Ávalos Martínez ……………. Gumersindo Aguilera Lugo ………….. Héctor Daniel Bone Pérez …………... Humberto Barocio Fragoso …………. Jaime Sánchez Ruelas ………………. Jesús Martínez González ……………

287 288 289 290 291 292 293 294 295 296 297 298 299 300 301 302 303 304

Joel Armando Domínguez Aguilar .. Jorge Herrera Martínez …………… Jorge Luis López Martínez ……….. José Amador ……………………….. José Antonio Camarillo Terán ……. José Luis Hernández Mendoza ….. José Luis Olivares Sáenz ………… José Luis Suárez Vera ……………. Juan de Dios Cavazos Cárdenas ... Juan Gilberto González Flores …… Juan Ignacio Galván Garza ………. Luis Hess Martínez ………………... Moisés Macías Cruz ………………. Oscar Silva Ríos …………………… Roberto Salinas Salinas …………... Romualdo Lárraga Ortega ………... Literatura …………………………….

305 306 307 308 309 310 311 312 313 314 315 316 317 318 319 320 321

________________________________________________________________________ La cita correcta de este capítulo es: Rodríguez del Bosque, L. A. 2006. Testimonios, pp. 286-325. En: L. A. Rodríguez del

Bosque (ed.), Campo Experimental Río Bravo: 50 Años de Investigación Agropecuaria en el Norte de Tamaulipas, Historia, Logros y Retos. Libro Técnico No. 1. INIFAP, Campo Experimental Río Bravo. Río Bravo, Tam., México. 325 p.

287

“Cincuenta testigos hacen cincuenta verdades”

Remy de Gourmont

INTRODUCCIÓN

El diccionario de la Real Academia Española define “testimonio” como: Atestación o aseveración de algo; prueba, justificación y comprobación de la certeza o verdad de algo. Por su parte, “testigo” se define como: Persona que da testimonio de algo, o lo atestigua. En los 17 Capítulos anteriores se presentó la historia, logros y retos del Campo Experimental, desde el punto de vista de los investigadores. Sin embargo, el contenido de este libro estaría incompleto si no se incluyera la opinión de los usuarios, beneficiarios, clientes y socios del Campo Experimental Río Bravo, quienes tienen la suficiente información y calidad moral para ofrecer su testimonio sobre el desempeño de esta institución en estos 50 años de historia.

En este capítulo se presentan las opiniones de 33 testigos sobre el origen, evolución y aportaciones del Campo Experimental Río Bravo desde su fundación en 1956 a la fecha. Ellos son productores, agroempresarios, agentes de cambio, colaboradores de otras instituciones y funcionarios del sector. Las opiniones incluyen diversos temas sobre la historia del Campo Experimental y su papel en el desarrollo agropecuario en la región, pero también se expresan comentarios sobre los aspectos que el Campo Experimental debe mejorar para enfrentar los desafíos actuales y futuros y así poder cumplir cabalmente con la misión encomendada por la sociedad.

Aunque las opiniones expresadas por las personas entrevistadas fueron respetadas en forma y contenido, el texto se modificó ligeramente en algunos casos por motivos de redacción y edición, con el debido consentimiento de los entrevistados. Agradecemos a todos los que brindaron su testimonio sobre el desempeño del Campo Experimental Río Bravo. Su valiosa opinión sin duda servirá de retroalimentación en los ejercicios de planeación estratégica que el Campo Experimental deba realizar periódicamente, para mejorar su quehacer y servir con eficiencia a sus usuarios.

Se agradece también la colaboración de Héctor Manuel Cortinas Escobar, Leopoldo Garza Guajardo, Ricardo Sánchez de la Cruz, Héctor Manuel Williams Alanís, Mario Marín Silva Serna, Asunción Méndez Rodríguez, Rubén Darío Garza Cedillo, Arturo Díaz Franco y Javier González Quintero, investigadores del Campo Experimental Río Bravo, quienes contactaron o entrevistaron a algunas de las personas que ofrecieron su testimonio.

Para mayor información sobre las tecnologías del Campo Experimental Río Bravo que se mencionan en los testimonios siguientes, sugerimos consultar la bibliografía que se anexa al final de este Capítulo.

288

“Conozco el Campo Experimental desde 1968 y sembramos sorgo y maíz que son los cultivos tradicionales y ocasionalmente intentamos producir algo de los cultivos alternantes que se han tratado de difundir en el Campo Experimental, como el girasol y frijol Negro Jamapa... con resultados alentadores… nomás que como era un cultivo de Otoño- Invierno y en las tierras que yo tengo pega mucho la brisa marina entonces le pega mucho la enfermedad de la roya, además de que hay lluvias intensas al cosechar”.

“Sin embargo las experiencias que tengo con el Campo Experimental son muy buenas porque nos han mostrado trabajos en los que aprendes a controlar las malezas y plagas y esto es muy bueno para los que nos dedicamos a la agricultura”.

“La única forma en que los agricultores de la región entiendan que los avances tecnológicos son la pauta que nos va a permitir tener mejor productividad es con parcelas demostrativas como lo están haciendo aquí con el garbanzo… porque como dijo Santo Tomás “yo viendo me mojo”...y al ver uno aquí los resultados que están dándose bien...pues los demás van a hacerlo....yo sinceramente no descubro el hilo negro, simplemente hago lo que otros agricultores exitosos hacen y si el Campo Experimental hace algo bueno pues yo lo voy a seguir”.

Alberto Cárdenas Rodríguez Productor del poblado Anáhuac

Valle Hermoso, Tam. Marzo, 2006

HMCE

289

“Conozco al Campo Experimental Río Bravo desde 1960, cuando llegué a esta región. Entre los investigadores del Campo Experimental en sus inicios recuerdo a Javier Medina, Rafael Maciel y Oscar García César”.

“El Campo Experimental ha hecho una gran labor en la región por muchos años. Desafortunadamente, a partir de la desaparición del Departamento de Divulgación y Extensión Agrícola que dependía de la Secretaría de Agricultura hace como 15 o 20 años, la información que genera el Campo Experimental ya no le llega al productor. Por este motivo el Campo Experimental debe procurar la transferencia de tecnología, ya que en la

actualidad es casi nula”.

“Entre los logros importantes del Campo Experimental que yo puedo atestiguar porque lo probé en mi parcela, es el caso de la variedad de trigo “Sauteña”, con una gran productividad y adaptación a la región. Soy un convencido de que cultivos como el trigo y la canola funcionan como buenas alternativas de producción de invierno en el temporal”.

“El reto del Campo Experimental es acelerar la validación de sus tecnologías generadas para que le lleguen más rápido al productor. Me gustaría ver a un Campo Experimental como amigo de los productores, ya que recientemente sentí que no nos apoyaron con adelantar oficialmente la fecha de siembra de los cultivos del ciclo O-I y poder sembrar a fines de diciembre y principios de enero, porque el Campo Experimental argumentó que existen riesgos de heladas al sembrar en dichas fechas tempranas…de ahí se agarraron los seguros agrícolas y ya no nos cubrieron”.

“En sus 50 años del Campo Experimental les digo que han hecho una buena labor, pero que debemos participar más los productores y que su logros se vean realmente reflejados en nuestra gente de campo”.

Álvaro Rivera Fernández

Productor de temporal Río Bravo, Tam.

Febrero, 2006

290

“Desde hace 28 años conozco al Campo Experimental Río Bravo y me enteré de su existencia por los diversos eventos que organiza anualmente, además por las publicaciones en los diferentes medios de comunicación masiva y por diversos comentarios de los productores agropecuarios que asisten a los eventos. Como productor, he utilizado las tecnologías generadas por el Campo en materia de validación de semillas que utilizan los agricultores regionales; en investigaciones de forrajes y validación de semilla de zacate

Buffel variedades Nueces y Milenio y material vegetativo de zacate Bermuda Tifton 68”.

“La conversión de cultivos de sorgo a pastos, específicamente la siembra de zacate Buffel Nueces ha sido una de las tecnologías del Campo Experimental que he adoptado en mi parcela. Asimismo, la utilización de insectos benéficos como Trichogramma para prevenir y combatir el gusano falso medidor en los pastizales durante el verano y otoño, épocas de mayor precipitación pluvial. Se requiere la validación de semilla para siembra de sorgos forrajeros para ofrecer a los productores pecuarios la opción de producir forraje en cantidades abundantes y de gran valor alimenticio para el ganado”.

“Para mejorar su servicio, el Campo Experimental debe realizar una mejor difusión de las celebraciones anuales, además de programas más frecuentes de exhibición y muestra de resultados dirigidos a las organizaciones de productores, así como a las instituciones educativas. Las ofertas de técnicas de producción, así como la validación y transferencia de tecnología y los adelantos en la conversión de cultivos han permitido a los productores agropecuarios elevar su productividad, rentabilidad y oportunidad para diversificar sus cultivos. Del personal científico con quien he tenido mayor contacto han sido Luis Ángel Rodríguez del Bosque, José Palomo Salas y Rubén Darío Garza Cedillo”.

“Felicito ampliamente al Campo Experimental por estos 50 años de labor haciendo investigación en pro de la actividad agropecuaria de nuestra región, esperando sigan desplegando ese gran dinamismo por impulsar la competitividad y producción agropecuaria de nuestro estado Tamaulipas, contando siempre con el respaldo de la sociedad agrícola, forestal y pecuaria. Los mejores deseos por siempre”.

MVZ. Carlos Jorge Izaguirre Rodríguez

Jefe de Distrito de Desarrollo Rural No. 156 Control Matamoros, Tam.

Marzo, 2006 RDGC

291

“Mi familia y yo sembramos alrededor de 300 has de riego. La experiencia que hemos tenido con el Campo Experimental Río Bravo yo creo que está muy palpable en esta demostración de garbanzo, gracias a ellos aquí estamos, tiene buen desarrollo, ya se había experimentado en otros años y no tuvo los resultados esperados pero parece que este año va bien el garbanzo”.

“Hemos probado también soya gracias a la colaboración de los investigadores del Campo

Experimental. El año pasado en el ciclo 2004 sembramos 100 hectáreas de soya, tuvo buen rendimiento y se cosechó muy bien...alcanzamos a sembrar el siguiente cultivo de temprano que es el maíz y no hubo ningún problema. La comercialización también tuvo buena demanda. Alcanzamos a vender bien y aparte nos dieron un apoyo a la comercialización”.

“Tenemos la visita de ellos seguido... vienen dos o tres investigadores doctores a darnos asesoría. ¿Qué espero más de ellos? Pues que sigan adelante con estas alternativas de producción para que nosotros tengamos también variedad de cultivos para seguir con nuestra profesión que es la agricultura”.

“Con respecto al aniversario del Campo Experimental, que bueno que se hayan alcanzado 50 años y vamos por otros 50 y adelante a buscar nuevas alternativas”.

César Arturo Longoria González

Productor en Reynosa Díaz Reynosa, Tam.

Marzo, 2006 HMCE

292

“El INIFAP es una institución vital para la agricultura mexicana. Desde la Cámara de Diputados he tratado de apoyar al INIFAP con más recursos y afortunadamente el Campo Experimental Río Bravo recibió parte de dichos apoyos para remodelar sus instalaciones hace dos años, con lo cual quedé gratamente sorprendido con su nueva imagen y modernización de sus instalaciones”.

“Tengo un gran afecto por el Campo Experimental Río Bravo, que conozco desde que estaba en la escuela secundaria a principios de los 60´s, pocos años después de su fundación. Años después en mi etapa profesional,

coincidí con el Ing. Rafael Maciel en un curso sobre agroclimatología, cuando platicamos largo y tendido sobre el impacto del clima sobre la fenología de los cultivos, un tema que le apasionaba tanto al Ing. Maciel”.

“El Campo Experimental debe ir de la mano con el proyecto futuro de la agricultura del norte de Tamaulipas. El problema del agua es vital en esta zona. Debemos contar con cultivos que tengan alta eficiencia en el uso del agua. La diversificación de cultivos es de la mayor importancia para esta región. Se deben generar variedades que requieran menos agua, quizá utilizando las herramientas de la biotecnología e ingeniería genética. Todo lo que haga el Campo Experimental deberá estar alrededor de la variable agua porque es la más determinante en los sistemas de producción. También deberán trabajar en aspectos novedosos como los bioenergéticos, en cultivos que pudieran convertirse en biodiesel o etanol. Tenemos como vecino al mayor consumidor de bioenergéticos del mundo y debemos aprovechar esas potencialidades. El Campo Experimental Río Bravo debe continuar trabajando de la mano con los productores para ofrecer alternativas, pero con un horizonte de largo plazo”.

“Deben sentirse orgullosos en este 50 aniversario del Campo Experimental. Pero aun hay retos, entre más se fomente la relación entre el Campo Experimental y los productores, seguramente tendrán mayor éxito, ya que estarán dando respuestas concretas a necesidades sentidas de los productores. Cuando los logros tecnológicos permitan que los productores se echen un peso más a la bolsa, en esa medida el Campo Experimental Río Bravo estará cumpliendo con su responsabilidad”.

Cruz López Aguilar

Presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, LIX Legislatura México, D. F.

Febrero, 2006

293

“Vine de Coahuila hace 45 años a esta región. Siembro maíz en Río Bravo y sorgo en el poblado La Soledad. En el Día del Agricultor he asistido al Campo Experimental y me ha servido bastante porque nos han enseñado que el maíz requiere de humedad y de tres riegos para poderse dar con rendimientos altos. Nos han dicho también cuantas matas sembrar por hectárea y como poder comercializarlo. Últimamente nos han indicado que debemos sembrar maíz amarillo para tener un mayor rendimiento y mejor precio”.

“El Campo Experimental debería experimentar con canola, trigo, garbanzo para tener otros cultivos o alternativas para el día de mañana que bajemos en producción... porque andamos un poco bajos en rendimientos de sorgo por equis causas o no tenemos mucha agua… en estos casos debemos sembrar un poco de otros cultivos para tener un mayor

rendimiento y mayor beneficio para nuestras familias”.

“Ojalá que el Campo Experimental Río Bravo nos siga dando más información a los productores de la zona… ahí estaremos al pendiente”.

Daniel Humberto Cárdenas Guevara Productor de maíz y sorgo

Río Bravo, Tam. Marzo, 2006

HMCE

294

“Conozco al Campo Experimental Río Bravo desde hace muchos años. Soy originario de Allende, Coahuila y llegué a esta región hace 45 años. Tengo muchos años de ir al Campo Experimental y tengo una buena opinión porque hay técnicas que nosotros ignoramos y ahí podemos aprender de los investigadores. Las comparaciones que hace uno con el sistema de trabajo con lo de ellos nos permite aprender”.

“El año pasado nos aventuramos con la soya y cuando hubo seca sembramos cártamo, aunque afortunadamente desde hace tres años la lluvia nos ha favorecido”.

“El Campo Experimental debe seguir haciendo actividades de difusión con los agricultores que cooperan y son valientes porque salen de los cultivos tradicionales. El Campo Experimental nos motiva a que tengamos alternancia en los cultivos, porque a lo seguro siempre se va uno con el maíz”.

“El Campo Experimental nos ha ayudado mucho en cuestiones de técnicas como la fertilización. Y debe seguir con su labor indiscutiblemente”.

Esteban Corral Mancha Productor de maíz, Rancho Nogales

Camargo, Tam. Marzo, 2006

HMCE

295

“Conozco desde niño al Campo Experimental Río Bravo cuando recién se fundó, aunque mi contacto profesional con éste data desde 1974 y perdura hasta la fecha debido a la necesidad de contar con información técnica fidedigna y actualizada para el mejor desempeño de mis labores en diversas épocas como agricultor, agente de cambio y distribuidor de semillas y agroquímicos”.

“El Campo Experimental ha generado tecnologías importantes para el desarrollo de la región, incluyendo nuevas variedades e híbridos de maíz, sorgo y frijol de alto rendimiento y tolerancia a enfermedades.

Además, se han desarrollado los paquetes tecnológicos completos para dichos cultivos, incluyendo fecha y densidad de siembra, control de plagas y maleza, riegos y fertilización. De igual importancia es la búsqueda de nuevas alternativas, entre ellas canola, girasol, soya, chile piquín y ajonjolí. Estoy siempre al pendiente de la publicación de folletos, manuales y desplegables que incluyen toda esta información. La atención que he recibido en el Campo Experimental siempre ha sido oportuna y profesional”.

“Entre los retos que enfrenta el Campo Experimental está la generación de tecnologías para hacer más eficiente el uso del agua, ya sea mediante sistemas modernos de riego, así como con cultivos o variedades con menores requerimientos hídricos. Otras áreas de oportunidad son los estudios de mercado y que los productos que genera el Campo Experimental ofrezcan un valor agregado. Deberán enfatizar también en una mayor vinculación con los productores para acelerar la transferencia y adopción de tecnología. Me gustaría que el Campo Experimental tuviera mayor impacto en la sociedad en general, particularmente en los niños para que valoren la importancia de la agricultura, que sigue siendo una actividad económica preponderante en esta región”.

“Felicito al Campo Experimental Río Bravo por sus primeros 50 años y espero que sigan apoyando el desarrollo agropecuario del norte del Estado”.

Fidencio Tamez Galván Técnico de la SAGARPA

Río Bravo, Tam. Enero, 2006

296

“En 1977, cuando trabajaba para la entonces Dirección General de Extensión Agrícola de la SARH, conocí el Campo Experimental Río Bravo. En ese tiempo los extensionistas de los Distritos de Riego 25 y 26, recibíamos en el Campo Experimental una capacitación técnica permanentemente y eso fue el conducto para que los productores acudieran a enterarse de los paquetes tecnológicos e híbridos de maíz y sorgo generados por el Campo Experimental”.

“La Productora Nacional de Semillas, donde trabajé como gerente en la planta Río Bravo de 1991 a 2002, produjo y comercializó

híbridos de sorgo como el RB-3030, el RB-3006 el y RB-4000, que además del norte de Tamaulipas fueron sembrados prácticamente en todo el país. En su tiempo estos híbridos significaron hasta el 90% de la semilla certificada de sorgo comercializada por PRONASE en el país y compitieron favorablemente con los híbridos comerciales de las empresas privadas. Respecto al maíz, se comercializaron con mucho éxito en el estado de Tamaulipas y Nuevo León el H-412, H-422, H-435, H-417, H-433 y VS-409, recuerdo que se vendieron 150 toneladas de semilla del H-422 en el Distrito de Riego de Anáhuac, N. L. en un solo ciclo agrícola. Actualmente laboro desde el 2002 como gerente de la zona noreste de Productores Asociados de Semillas (PROASE), la cual está comercializando con mucho éxito el híbrido RB-3030 en los estados de Chiapas, Oaxaca y Michoacán, entre otros. También durante este año vamos a empezar a comercializar semilla de RB-3006”.

“Durante mucho tiempo hemos sido testigos de la influencia que ha tenido el Campo Experimental en la agricultura y ganadería de la región y que sin duda ha sido un factor determinante en el desarrollo económico-social. Felicito al Campo Experimental y a sus investigadores por los primeros 50 años de trabajo fecundo en el desarrollo agropecuario regional y hago votos porque sean muchos más para beneficio de los productores de la zona norte de Tamaulipas”.

Filemón García Maldonado

Catedrático del CBTA-98 y gerente de la zona noreste de PROASE Matamoros, Tam.

Marzo, 2006 HWA

297

“Conozco el Campo Experimental Río Bravo prácticamente desde su fundación, cuando era un niño, pasaba por aquí y veía las actividades que hacían. Hace tiempo sacaron el híbrido de maíz H-422 y el de sorgo RB-3006, pero ya no he visto que les hagan promoción, no se que ha pasado con estos híbridos. Como que les falta encontrar más variedades adaptadas a la región”.

“Lo que he tratado de adoptar del Campo Experimental son las fórmulas de fertilización de Nitrógeno, Fósforo y Potasio para el mejor desarrollo de los cultivos. La tecnología yo se que es muy buena, pero a veces no tiene uno los recursos suficientes para aplicar esa tecnología, que a veces es muy cara”.

“Conozco a casi todos los investigadores que trabajan en el Campo Experimental, pero últimamente he estado consultando información sobre herbicidas con Enrique Rosales y sobre el control de plagas con Jesús Loera. De los investigadores de antes, recuerdo a Rafael Maciel, Manuel Carnero, José María Villarreal y José Ángel Morales”.

“La función del Campo Experimental es buena, no lo discuto, pero esas tecnologías y variedades que generan de que sirven si no tengo dinero para aplicarlas en mi parcela, creo que la mayoría de los productores tienen ese problema de no poder invertir en tecnología por falta de recursos”.

“Me da gusto que se haya fundado este Campo Experimental aquí en la región, especialmente porque también soy agrónomo y los felicito porque con mucho esfuerzo han dado buenos frutos y que sigan con el mismo empeño que han demostrado siempre”.

Genaro de León Serna Productor de sorgo

Río Bravo, Tam. Marzo, 2006

298

“Conozco al Campo Experimental desde hace más de 40 años y me vienen a la memoria los nombres de los investigadores Rafael Maciel y Javier Medina, con quienes tuve el mayor contacto”.

“El Campo Experimental es un instrumento básico para que la agricultura de la región y del país sea más eficiente y próspera porque cuentan con investigadores capacitados, aunque a veces los recursos económicos es lo que los limita para hacer más trabajos de

investigación y transferencia de tecnología”.

“Entre las tecnologías generadas por el Campo Experimental yo resaltaría el híbrido de maíz H-422, que fue algo muy notorio que desarrollaron en los años 80´s”.

“El Campo Experimental tiene capacidad humana, pero deben promover más su identificación plena con los agricultores, quizá no lo han logrado por limitaciones de presupuesto… ese es lo que yo veo como talón de Aquiles del Campo Experimental… es decir toda esa relación de tecnologías que han logrado y su poco contacto con los agricultores”.

“En su 50 aniversario, les deseo a los del Campo Experimental que sigan con el mismo ánimo, el mismo esfuerzo y posiblemente con mejores apoyos logren tener mejores aportaciones a la agricultura regional”.

Gildardo Bravo Contreras

Presidente del Consejo Consultivo del Campo Experimental Río Bravo Río Bravo, Tam.

Marzo, 2006

299

“Conozco al Campo Experimental

Río Bravo desde que inició...siempre he sido productor y por ahí pasábamos seguido”.

“La investigación debe de existir para mejorar los cultivos y las semillas. El Campo Experimental ha cumplido 100% si señor... la investigación jamás deben de quitarla... debe de seguir y debe tener más apoyos del gobierno federal y otros para que tengan mejores condiciones de ayudarnos a los agricultores”.

“Me da gusto que hayan cumplido 50 años… síganle echando ganas”.

Gonzalo Ávalos Martínez Rancho San Miguel, Sociedad de Producción Rural Las Colimas

Marzo, 2005 HMCE

300

“Aquí en La Llorona Nueva,

nuestro ejido, tenemos una tradición de producir carbón desde hace muchos años, pero hasta hace poco lo hacíamos de manera rústica y vendíamos el producto a granel”.

“Supimos de los trabajos del Campo Experimental Río Bravo cuando vinieron a ofrecernos la opción de producir el carbón en hornos metálicos, con una tecnología de ellos”.

“El cambio en el modo de hacer el carbón de manera más fácil y eficiente, hizo que además el gobierno federal nos apoyara con programas de equipo de selección y empaque de carbón, así como prensado de sobrantes para producir briquetas”.

“Ahora es más fácil para nosotros producir carbón, lo hacemos de manera legal, vendemos a mejor precio y nos queda más dinero pues le agregamos más trabajo”.

“Agradecemos al Campo Experimental Río Bravo por la tecnología que nos proporcionó y por todos los cambios que tuvimos en nuestro trabajo”.

Gumersindo Aguilera Lugo

Productores de Carbón del Norte SPR de RL Ej. La Llorona Nueva

Reynosa, Tam Marzo, 2006.

MMSS

301

“Desde hace ocho años frecuento al Campo Experimental Río Bravo para conocer las tecnologías que allí se generan y poder aplicarlas a mi rancho“.

“Particularmente me he acercado mucho desde que promovieron el uso de las micorrizas, yo las probé y he tenido desde entonces resultados excelentes en el rendimiento del sorgo y maíz. El primer año, las micorrizas las aportó el Gobierno Estatal y ya después me dirigí al Campo Experimental para conseguirlas y seguir aplicándolas”.

“También el Campo Experimental me a asesorado a instalar un móludlo de fertirriego en mi rancho, donde siembro una superficie pequeña de hortalizas, melón, sandía, tomate y chile piquín”.

“En el Campo Experimental he tenido más contacto con Arturo Díaz Franco para ver lo de las micorrizas y con Manuel Alvarado para lo del módulo de fertirriego y siempre nos han atendido bien”.

“En mi opinión, los productores se deben acercar más al Campo Experimental, creo que a veces no tenemos la suficiente confianza o conocimiento de lo que hacen allí. Desde que yo me he acercado a ellos, he estado satisfecho en la atención que nos han prestado y lo mejor de todo que las tecnologías que ellos generan funcionan en mi rancho”.

“Los felicito por el 50 aniversario del Campo Experimental Río Bravo y ojalá que sigan dando frutos a esta zona. La opinión de mi papá y mía propia es que tienen mucha gente capacitada y que pueden ayudarnos mucho a los productores para tener mejores cosechas”.

Héctor Daniel Bone Pérez Productor, Rancho “El Goliat”

Valle Hermoso, Tam Abril, 2006.

302

“Llegué a esta región en 1959 como Jefe de la 1ª Unidad de Riego del Distrito 025… y desde entonces tuve un contacto directo con el Campo Experimental Río Bravo para conocer las tecnologías que allí se estaban generando y difundirlas en la Unidad, la cual estaba conformada principalmente por ejidatarios. Uno de los principales problemas de esa época era la aplicación incorrecta de los riegos…había mucho desperdicio”.

“Cuando tuve la responsabilidad de ser Representante de la SRH y después SARH desde 1975 hasta 1983, la coordinación con el Campo Experimental fue más intensa, incluso

canalizábamos recursos de la Secretaría para apoyar la remodelación de sus instalaciones y la contratación de algunos investigadores”.

“Del Campo Experimental de esa época recuerdo como directivos a Quilantán y Enrique Elías Calles y como investigadores a Rafael Maciel y Alfredo Ortegón. Los resultados y las experiencias del Campo Experimental se difundían a los agricultores a través de folletos y boletines. Como incrementar la productividad era una búsqueda constante del Campo Experimental… entre ellas mayores densidades de siembra, dosis de fertilización, aunque éstas eran aun muy generales porque las investigaciones estaban en proceso. Las demostraciones eran muy exitosas porque concurrían muchos agricultores, quienes hacían muchas preguntas y los investigadores las contestaban con claridad y conocimiento”.

“Entre los retos mas importantes que tiene el Campo Experimental es mejorar la eficiencia en los riegos, especialmente mediante métodos presurizados… los agricultores siguen regando prácticamente igual que desde hace 50 años. Me da mucho gusto que el Campo Experimental haya organizado estos eventos para celebrar su 50 aniversario en compañía de los productores y técnicos de la región y hoy (22 de febrero de 2006) los acompaño con mucho gusto”.

Humberto Barocio Fregoso

Representante de la SARH en el norte de Tamaulipas durante los 70´s y 80´s Actualmente reside en Guadalajara, Jal.

Febrero 2006

303

“Considero que la creación del Campo Experimental Río Bravo ha sido la mejor inversión que han realizado los productores, para beneficio de todos los agricultores de la zona norte de Tamaulipas. Durante todo el tiempo que me he dedicado a la agricultura, he estado en contacto directo con sus investigadores, de quienes he recibido asesoría para producir mejor. En lo personal he tenido la oportunidad de sembrar los sorgos generados por este Campo Experimental, como son el RB-3030, RB-3006 y Patrón; así como el híbrido de maíz H-422, con el cual tuvimos mucho éxito en esta zona, además del trigo Sauteña. En fin, sería muy largo enumerar las tecnologías que ha generado este Campo Experimental

para mejorar la agricultura regional, por ejemplo, actualmente estamos utilizando los biofertilizantes en áreas de temporal, con muy buenos resultados”.

“El futuro de la agricultura está en el uso racional y eficiente del agua, debemos enfatizar los estudios en esta área, así como en la biotecnología, que esta dando paso a un cambio en las estructuras de los materiales genéticos de los cultivos que sembramos”.

“Por otra parte, requerimos hacer un cambio del patrón de cultivos en nuestra región, tener alternativas diferentes, como es el caso de la canola y el garbanzo, para tener una rotación mas eficiente de nuestros suelos y así combatir con menos costos la maleza y las plagas que aquejan a los cultivos de sorgo y maíz, que son los monocultivos que tenemos en nuestra zona”.

“Los productores reconocemos que requerimos invertir más en la investigación, para poderle sacar más provecho a este Campo Experimental; tener más investigadores, así como también más y mejores equipos, para que puedan realizar mejor sus tareas e investigar a más profundidad. Debemos redoblar esfuerzos, pero también conseguir nuevas fuentes de financiamiento”.

“Felicito a todo el personal del INIFAP adscrito al Campo Experimental Río Bravo, por estos 50 años de fructífera labor en apoyo de los productores agropecuarios de la zona norte de Tamaulipas”.

Jaime Sánchez Ruelas Productor y Presidente de la Fundación Produce Tamaulipas, A. C.

Reynosa, Tam. Abril, 2006

JGQ

304

“Desde 1983, cuando llegué a esta región, he tenido un contacto permanente con el Campo Experimental Río Bravo. En esa época yo era el administrador de una casa semillera y a la fecha ya cuento con un negocio agropecuario propio”.

“El Campo Experimental ha jugado un papel muy importante en el control de plagas, enfermedades y maleza… para que los híbridos comerciales produzcan, hay que protegerlos de estos organismos dañinos, en eso el Campo Experimental son los expertos. Recuerdo que una de las tecnologías desarrolladas por el Campo Experimental tuvo y sigue teniendo un gran impacto, me refiero a la aplicación de insecticida sistémico a la semilla de maíz para protegerla de plagas del suelo”.

“Conozco a todos los investigadores del Campo Experimental y he tenido muy buena relación con ellos… aunque nosotros seamos técnicos, necesitamos el apoyo de ellos que son especialistas en cada una de las ramas. Conozco sus trabajos en maíz, sorgo, hortalizas, oleaginosas y leguminosas”.

“El Campo Experimental ha sido muy importante para la región, por ganas y esfuerzos no ha quedado en ellos por buscar alternativas de otros cultivos para salirnos de sembrar nada más granos. Desgraciadamente nuestra región es un poco errática, es muy extremosa en su clima y por esto ha sido difícil encontrar una diversidad de otros cultivos… pero bueno, el Campo Experimental deberá seguir intentando buscar nuevas alternativas de producción para la región”.

“Deseo felicitar al Campo Experimental en sus 50 años… la verdad es que contar con ellos aquí mismo en el municipio de Río Bravo es una gran ventaja… yo me siento muy tranquilo y confiado porque puedo consultar cualquier cosa que no está a mi alcance, yo se que cuento con ellos”.

Jesús Martínez González

Distribuidor de Agroquímicos y Asesoría Agropecuaria La Sauteña Río Bravo, Tam.

Marzo, 2006

305

“Yo soy oriundo de Río Bravo, Tam., y el Campo Experimental que conocemos ahora como el INIFAP nació precisamente ahí en Río Bravo en la brecha 120. En aquel entonces era un campo pequeño pero fue un esfuerzo que hicieron de la mano productores y gobierno para prestar apoyo a los agricultores. Había mucha investigación sobre algodón que era uno de los principales cultivos de aquella época”.

“Incluso yo estuve trabajando ahí en la lista de raya en mis vacaciones de la universidad... me formaba en la fila los sábados para que me dieran el pago que nos hacían. Nació ahí muy fuertemente la investigación sobre entomología, me acuerdo que estaba el Dr. Jorge Rosas y el Dr. Jesús Loera. Al Campo Experimental le dio mucho

impulso en aquel entonces el Ing. Manuel Carnero, el Jefe de Campo y poco a poco fue creciendo... los gobiernos federal, estatal y municipal le dieron un impulso fuerte y empezaron a crearse varios departamentos de cultivos”.

“Me da mucho gusto poder decir que el Campo Experimental tiene una plantilla de personal de investigadores de muy alto nivel académico que es reconocido en el estado, a nivel regional y nacional, incluso a nivel internacional porque se trabaja muy de la mano con el USDA de Estados Unidos en el Campo Experimental de Weslaco, Texas”.

“Han llevado mucha transferencia de tecnología a los productores, han sacado nuevas variedades, nuevos híbridos de infinidad de cultivos. Estamos muy contentos con el trabajo del Instituto porque organizaron a los productores y crearon nuevas tecnologías”.

“Felicito a todos los investigadores, científicos, a todos los técnicos, por el apoyo que le han dado a la agricultura de la región en estos 50 años. Pero en el futuro la transferencia de la tecnología será muy importante y debe dársele mayor impulso”.

Joel Armando Domínguez Aguilar

Jefe del DDR No. 155, SAGARPA, Reynosa, Tam.

HMCE

306

“A partir de 1986, cuando egresé de la Universidad, tengo conocimiento del Campo Experimental Río Bravo, por cuestiones de mi trabajo, tuve la necesidad de consultar los paquetes tecnológicos generados aquí. Las tecnologías son prácticas y sencillas de aplicar, aunque a veces es necesario hacer adecuaciones en nuestras parcelas”.

“Hemos tenido siembras de soya, maíz y sorgo con tecnología e híbridos generados en el Campo Experimental con excelentes resultados. Además, hemos utilizado los biofertilizantes de micorrizas en sorgo de temporal, que en verdad es algo que nos da excelentes rendimientos y muy barato, porque incluso superan a los que utilizan

fertilizantes químicos. Ahorita es es muy importante la relación beneficio/costo, porque puedes tener muy buenas producciones pero con costos muy altos, ¿entonces cuanto te queda de ganancia?”.

“Del personal investigador del Campo Experimental he tenido más contacto con Héctor Williams, César Reyes, Arturo Díaz Franco y Ponciano Pérez, porque hemos evaluado conjuntamente tecnologías para poderlas valorar en nuestras parcelas”.

“Lo que el Campo Experimental debe poner más atención es en la búsqueda de genotipos de sorgo y maíz más competitivos y de costos bajos, quizá ponerles genes subtropicales porque cada vez sembramos más temprano en el ciclo y por ello a lo mejor no se desarrollan bien porque son muy tropicales. Deben además procurar más divulgación, que ésto que estoy comentando sobre las tecnologías que el Campo Experimental tiene, pues que lo conozcan todos los agricultores. Sería muy conveniente que tengan un departamento de divulgación y que salgan más con los agricultores, buscando las mejores formas de poder divulgar todos esos conocimientos. Por ejemplo deben divulgar en todo el temporal lo de los biofertilizantes, que como dije dan buen resultado a muy bajo costo”.

“Muchas felicidades al Campo Experimental Río Bravo por sus 50 aniversario, porque han estado generando buenas tecnologías para el desarrollo de la región y que sigan haciéndolo, sobre todo buscar otras alternativas que nos ayuden a agarrar más centavos”.

Jorge Herrera Martínez

Productor y Asesor Técnico de SNICS Valle Hermoso, Tam.

Abril, 2006

307

“Mis primeros contactos con el Campo

Experimental Río Bravo datan cuando recién me gradué de agrónomo en los 70´s. Años después tuve un mayor acercamiento con el Campo Experimental por haber laborado en la Delegación Norte de Tamaulipas de la Secretaría de Agricultura y posteriormente una comunicación constante como productor”.

“La historia de la región en el sector agropecuario ha estado permanentemente relacionada con los resultados del Campo Experimental. Recuerdo con toda claridad la influencia del Campo Experimental para que los agricultores utilizaran los primeros híbridos, como el de maíz H-412, que vino

a revolucionar los rendimientos, comparado con lo que se obtenía con los criollos como Padilla y Pinto Amarillo. Después el H-422 con mejor potencial que estuvo a la vanguardia con los materiales importados y a un precio muy accesible. En sorgo también ha habido una aportación muy relevante de materiales genéticos, entre ellos el RB-3030, RB-3006, RB-4000”.

“Además el Campo Experimental ha hecho grandes contribuciones en relación al manejo agronómico de los cultivos, como los fertilizantes, fechas de siembra y la labor tan importante que se realizó ante el grave problema de las aflatoxinas en maíz a fines de los 80´s y principios de los 90´s, un gran reto que a través del manejo tecnológico se pudo resolver parte del problema”.

“La agricultura no puede estar exenta del acelerado desarrollo tecnológico de todas las actividades económicas del mundo. Los retos son mayores que antes. La alta tecnología debe ser la base para poder competir…la agricultura de precisión y la biotecnología son una realidad que debemos utilizar como herramientas para lograr dicha competitividad”

“El Campo Experimental Río Bravo debe seguir estrechando su relación con el medio externo, los productores, aunque siempre lo ha hecho, no puede quedarse rezagado. El mismo productor en su quehacer diario tiene algo que aportarle al investigador y por supuesto que el investigador tendrá que retroalimentar al productor en conocimientos tecnológicos”

Jorge Luis López Martínez

Productor y Miembro del Consejo Regional Agropecuario Valle Hermoso, Tam.

Febrero, 2006

308

“Desde que empecé a trabajar en

la Estación Agrícola Experimental de Texas A&M de Weslaco, Texas, en 1965 he tenido contactos con el Campo Experimental Río Bravo. En esa época se presentó la enfermedad del mildeu velloso del sorgo y realizamos diversos estudios en colaboración. Desde entonces la cooperación entre ambos Campos Experimentales ha sido intensa y existen muchos casos en los que hemos trabajado juntos, ya que los problemas son los mismos, tenemos el mismo clima y el Río Bravo es sólo un límite geográfico pero no separa los problemas de plagas y enfermedades que son comunes en ambos lados de la frontera”.

“Una de las razones de nuestra estrecha cooperación es que muchos de los investigadores del Campo Experimental Río Bravo han estudiado doctorado en la Universidad de Texas A&M. Entre los estudios cooperativos que puedo mencionar son el mildeu y ergot en sorgo, las aflatoxinas en maíz, el picudo del algodonero, los barrenadores del tallo en gramíneas y la pudrición carbonosa en varios cultivos. Estos estudios han beneficiado mutuamente a los agricultores de Texas y México. Debo además comentar que la relación con el ARS-USDA en Weslaco ha sido también muy provechosa, entre las tres instituciones hemos hecho un buen equipo de trabajo binacional”.

“Las veces que visitamos el Campo Experimental de Río Bravo, nos recibieron con los brazos abiertos y siempre ha habido una excelente relación de trabajo. Nos gustaba asistir a los días del agricultor y expos que organizaban en Río Bravo y ellos también venían a nuestras demostraciones acá en Weslaco. De sus investigadores y directivos recuerdo a Manuel Carnero, Javier Medina, Rodolfo Girón, Sebastián Acosta y Luis Rodríguez del Bosque”.

“La relación entre los Campos Experimentales de Weslaco y el de Río Bravo ha sido muy positiva en estos 50 años y deben seguir colaborando para aprovechar mejor sus recursos y enfrentar todos esos retos que comparten el sur de Texas y el norte de Tamaulipas. Felicidades al Campo Experimental Río Bravo y a toda su gente”.

José Amador

Ex-Director de la Estación Agrícola Experimental de Texas A&M Weslaco, Texas

Marzo, 2006.

309

“Cuando se fundó el Campo Agrícola

Experimental Río Bravo, conocido por muchos años como el CIAGON, yo era un chavalo de unos 16 años. En aquel tiempo nos dijeron que ahí se iban a realizar investigaciones para mejorar la producción de algodón, maíz, sorgo y frijol, entre otros cultivos. Recuerdo los eventos del día del Agricultor, cuando en trailas repletas de gente hacíamos los recorridos por los cultivos. Este era un evento que se realizaba cada año para festejar a los agricultores de la región y mostrar los avances de investigación”.

“El Campo Experimental ha generado muy buenas variedades de maíz y sorgo, los cuales cuando aplicábamos la

tecnología recomendada obteníamos mejores rendimiento. Desafortunadamente los problemas relacionados con el agua de riego y la disminución de los apoyos al campo por parte del gobierno en créditos, seguros agrícolas, precios de garantía, etc. y el incremento en los costos de los insumos originó que muchos productores optáramos por buscar otras opciones, como las que nos ofreció el INIFAP en el 2002, relacionada con la producción de carne de ovinos de pelo, la cual resulto un buen negocio con una rentabilidad que no logramos con los cultivos agrícolas”.

“Además con la formación del GGAVATT La Sauteña y el apoyo del Gobierno del Estado que nos proporcionó un técnico asesor, aprendimos a producir con eficiencia y ya como grupo se mejoraron los canales de comercialización y logramos mejores precios para el borrego en pié. Actualmente el GGAVATT La Sauteña está en proceso de constituirse en S.P.R. de R.L. lo que nos permitirá tener acceso a los apoyos que otorga el Gobierno Federal en los programas de apoyo al campo. Recomendamos al Campo Experimental que siga operando directamente con los productores para hacernos llegar la tecnología de primera mano ya sea en ovinocultura o en cultivos agrícolas”.

José Antonio Camarillo Terán Agricultor y Ganadero, Presidente del GGAVATT La Sauteña

Río Bravo, Tam. Marzo, 2006

AMR

310

“Mi primer contacto con el Campo Experimental Río Bravo ocurrió en 1976 durante un viaje de estudios a esta región, cuando era estudiante de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Sin embargo ha sido durante los últimos cinco años cuando he tenido una mayor relación con el Campo Experimental en virtud de la vinculación que existe con el Centro de Biotecnología Genómica (CBG) del IPN de Reynosa, Tam.”

“Hubo un momento en que los Campos Experimentales del INIFAP fueron cruciales para el desarrollo de la agricultura en México y el Campo Experimental Río Bravo hizo lo propio en el norte de Tamaulipas. Este Campo fue de los pioneros en el

control biológico como estrategia para el combate de las plagas”.

“A pesar de la corta existencia del Centro de Biotecnología Genómica, la interacción con el Campo Experimental ha sido fructífera. Actualmente el tema de mayor colaboración entre ambas instituciones es sobre biofertilizantes en maíz y sorgo, con lo que los agricultores de la zona se han visto beneficiados. Prueba de ello es el Simposio Regional sobre Biofertilizantes que organizaron conjuntamente ambas instituciones en 2005 y en el cual participaron numerosos productores y técnicos. Otra colaboración más reciente es el área de los fitopatógenos y esperemos que dicha interacción rinda frutos en el corto plazo”.

“Uno de los retos más importantes del Campo Experimental es buscar socios estratégicos…es decir ampliar su colaboración con otras instituciones para aprovechar las capacidades instaladas en equipamiento y personal para tener un mayor impacto con los resultados y productos derivados de dicha cooperación. El Campo Experimental también debe ampliar su participación en la formación de recursos humanos, mediante la asesoría de tesis o como catedráticos invitados en las instituciones de enseñanza superior. El Campo Experimental deberá continuar con la búsqueda de sistemas de producción más rentables en esta región”.

“Los impactos del Campo Experimental Río Bravo en la agricultura regional durante 50 años son evidentes y que siga reafirmando su compromiso con la sociedad y el sector productivo de la zona…enhorabuena”.

José Luis Hernández Mendoza Director del Centro de Biotecnología Genómica del IPN

Reynosa, Tam. Febrero, 2006

311

“Tengo desde 1975 de estar sembrando, pero venimos de una familia de muchos años de agricultores… desde que se abrió el Distrito de Riego 026”.

“Conozco el Campo Experimental Río Bravo desde 1975 cuando llegué y hemos trabajado de cerca con sus investigadores, principalmente a los que estudian el maíz, desde ese año o antes”.

“Yo veo muy benéfico el Campo Experimental. Entre sus logros, puedo resaltar las actividades de difusión e información sobre densidades de plantas, manejo de fertilizantes e insecticidas”.

“El Campo Experimental debe en el futuro buscar nuevas alternativas como el garbanzo, la canola y otras....para diversificar más la región y no depender sólo del maíz y el sorgo”.

“La labor del Campo Experimental Río Bravo en estos 50 años ha sido muy benéfica y ha aportado mucho para los agricultores de la región. Yo soy un convencido de los beneficios de la tecnología en la agricultura”.

José Luis Olivares Sáenz

Productor, Rancho El Refugio Díaz Ordaz, Tam.

Marzo, 2006 HMCE

312

“Conozco al Campo Experimental Río Bravo desde mi época de estudiante de agronomía en los 70´s, ya que aquí realicé mi seminario de tesis sobre frijol con el asesoramiento de Héctor Manuel Cortinas Escobar”.

“Entre los impactos del Campo Experimental, destacaría dos hechos importantes… uno en relación a los paquetes tecnológicos que se han generado sobre maíz con las contribuciones de Hugo Mejía y César Reyes quienes crearon diversos híbridos como el H-421, H-422 y VS-409 y de sorgo con las aportaciones valiosas de Héctor Williams con los híbridos RB-4000, Patrón y otros. Estos híbridos de gran adaptación y potencial de rendimiento han coadyuvado a que los productores no dependan solamente de las

compañías semilleras. El otro impacto que deseo enfatizar son los esfuerzos recientes en relación a la diversificación de cultivos, como la canola que tiene buenas perspectivas en la región y que crece cada vez más el interés de los productores por este tipo de cultivos de alternativa”.

“El principal reto que tiene el Campo Experimental es enfatizar en la transferencia de tecnología… ahí hay un cuello de botella que hay que desatorar. Conozco de otras tecnologías generadas aquí que no han impactado… no porque sean malas… sino porque hace falta un proceso de transferencia más puntual y que los productores las conozcan y puedan disponer de ellas lo más pronto posible”.

“Felicito a los investigadores y directivos del INIFAP y en particular al Campo Experimental Río Bravo en sus 50 años de existencia y que tiene mucho más que ofrecer al sector agropecuario de la zona. Este es uno de los Campos Experimentales estratégicos de todo el país. También felicito a los productores que a través de la Fundación Produce Tamaulipas en los últimos años han fomentado una simbiosis con el Campo Experimental, ya que la investigación se hace acorde a las necesidades reales de los productores. Además del trato profesional, cuento con muchos lazos de amistad en el Campo Experimental, lo cual yo agradezco”.

José Luis Suárez Vera Catedrático de la Universidad Autónoma de Tamaulipas y

Director de la Sección “El Rancho” del diario El Mañana Reynosa, Tam. Febrero, 2006

313

“Tengo alrededor de 40 años de conocer al Campo Experimental Río Bravo, ya que teníamos un rancho por ahí cerca. En todos estos años hemos tenido muy buenos resultados del Campo Experimental sobre nuevas semillas de los cultivos más importantes, el maíz y sorgo, aunque les ha faltado estudiar nuevas alternativas de producción. Creo que deben recibir más apoyo económico para que hagan más cosas, cada vez veo que tienen menos personal por eso de los retiros y jubilaciones. Los agricultores somos muchos y tenemos cada vez más necesidades de nuevas tecnologías para tener buenas cosechas y ser competitivos”.

“El papel que ha jugado el Campo Experimental ha sido muy importante para el desarrollo del municipio de Río Bravo y de todo el norte de Tamaulipas… sabemos que por cualquier problema podemos acudir con ellos, alguna plaga o problema como el acame del sorgo…. entonces el Campo Experimental debe seguir creciendo y mejorando su labor y los productores tenemos que seguir apoyándolos”.

“Hemos tenido muy buena comunicación con los investigadores del Campo Experimental. Me interesa mucho que el Campo Experimental no desaparezca y que el Gobierno Federal los apoye más porque a los productores nos sirve de mucho ese centro de investigaciones. Por ejemplo, ahí se pueden generar nuevas variedades de cultivos y las semillas son más baratas que si las compramos a las compañías privadas, que son muy caras”.

“Yo quisiera decirle a todo el pueblo de Río Bravo y de todos los municipios del norte de Tamaulipas que acompañen al Campo Experimental Río Bravo en los diferentes eventos que se están organizando para celebrar en grande sus 50 años de existencia, porque hay que recordar que la tecnología es muy importante en la agricultura y eso es exactamente lo que hace el Campo Experimental”.

Juan de Dios Cavazos Cárdenas Presidente Municipal

Río Bravo, Tam. Marzo, 2006

314

“Conozco los trabajos del Campo Experimental Río Bravo desde hace 28 años y lo considero básico para la investigación, para poder desarrollar tecnologías propias. A veces es fácil extrapolar tecnología de otros países, pero lo importante es tener tecnologías propias, nuestro material genético y propias técnicas para la producción de nuestros granos. Para la agricultura el Campo Experimental es muy importante por estar trabajando en nuestro clima y suelos realizando la investigación que corresponde a los cultivos que para nosotros en México son importantes”.

“Definitivamente la información que proporciona el Campo Experimental es

fundamental para hacerla llegar a los productores y en la SAGARPA la información que se hace llegar a los productores es generada por el Campo Experimental. En cualquier reunión se les hace llegar los folletos y las reuniones técnicas son basadas en la información del INIFAP”.

“El Campo Experimental debería involucrarse más en la investigación de mercados, seria muy importante un departamento que estuviera al tanto de esto para que al tener cultivos de alternativa el productor también pueda tener acceso al mercado. Hemos tendido parcelas demostrativas y hemos platicado con los productores y ellos dicen que están muy bien, están levantando buenos rendimientos en cultivos como girasol, ajonjolí, cacahuate, soya pero el productor pregunta dónde la va a vender, por eso el Campo Experimental debe presentar los cultivos de alternativa y buscar el mercado para darle seguridad al productor”.

“Felicito al Campo Experimental Río Bravo y a su personal por sus 50 años”.

Juan Gilberto González Flores

Jefe de CADER No. 2, Díaz Ordaz, Tam.

Marzo, 2006 HMCE

315

“Sí conozco al Campo Experimental Río Bravo… yo nací aquí y de hecho estudie agronomía y siempre tuve la ilusión de trabajar ahí, aunque nunca se dio la oportunidad. Algunos compañeros de mi escuela si trabajaron ahí.”

“Hace como 35 años se tuvo problemas con el algodón que era el cultivo más importante de aquella época y se empezó a experimentar con el maíz y sorgo. Definitivamente el Campo Experimental ha cumplido con su misión porque cualquier consulta de nosotros como técnicos vamos con los investigadores y ellos nos atienden siempre... por ejemplo en la producción de okra cuando se han presentado problemas de enfermedades de la raíz nos ha ayudado el Biólogo Arturo Díaz Franco,

especialista de este cultivo”.

“En el Campo Experimental no se distingue a nadie y se da servicio a todos los que lo soliciten. Eso lo debemos aprovechar más”.

“Yo creo que el Campo Experimental debe impulsar más el establecimiento de parcelas demostrativas de nuevos cultivos en la región”.

“Felicito al Campo Experimental por su 50 aniversario”.

Juan Ignacio Galván Garza Distribuidor de agroquímicos

Río Bravo, Tam. Marzo, 2005

HMCE

316

“Después de llegar a esta región en

1943, he atestiguado el desarrollo y evolución del Campo Experimental Río Bravo desde su fundación en 1956. La experiencia que los productores de la región pueden adquirir del Campo Experimental no es teórica, sino objetiva y práctica… aquí están las parcelas experimentales para que observen lo que se puede dar y ya los productores saben si adoptan los nuevos cultivos y tecnologías”.

“Del Campo Experimental me viene a la mente de inmediato el nombre de Rafael Maciel… yo venía seguido al Campo Experimental y platicaba con él sobre asuntos agrícolas y climatológicos durante 2 o 3 horas… tengo muchos

recuerdos imborrables de Maciel, quien siempre mostró entusiasmo y pasión en sus investigaciones”.

“El Campo Experimental debe investigar nuevas líneas de producción y tener a la mano elementos para que cuando se presenten condiciones económicas o difíciles para los cultivos tradicionales, tener listas otras alternativas. Deben trabajar para ver como se puede rescatar el algodón, un cultivo que las plagas lo eliminaron del sistema de producción de la región hace algunas décadas… recuerdo que se hacían hasta 14 aplicaciones de insecticidas para combatirlo… eso era ya incosteable… pero ahora debe haber nuevos métodos para enfrentar las plagas que se presenten en el algodón”.

“Estaré al pendiente de los festejos del 50 aniversario del Campo Experimental Río Bravo y con seguridad estaré por aquí acompañándolos con mucho gusto”.

Luis Hess Martínez

Asesor del Comité Hidráulico del Distrito 026 Río Bravo, Tam.

Febrero, 2006

317

“Desde 1960 empecé a incursionar en la agricultura y una de las primeras cosas que hice fue ir a ver los trabajos del Campo Experimental Río Bravo en cereales y algodón. Lo mostrado era muy interesante y ahí conocí las tecnologías para producir maíz y sorgo, girasol, soya y frijol”.

“Sin embargo, entre los años 1996 y el 2000 sufrí fuertes pérdidas económicas en la agricultura por lo

que recurrí al Campo Experimental para buscar otras opciones productivas. Ahí encontré tecnología para establecer pastos de temporal como el Buffel y en un Simposio realizado en el año 2000 sobre ovinos de pelo identifiqué a la ovinocultura como una opción potencial. Me olvide de la agricultura y realice el cambio de uso del suelo en el 2001, establecí praderas de temporal con zacate Buffel en las 52 ha de mi rancho y compré 100 hembras Pelibuey y cinco sementales. Durante los primeros tres años del cambio no obtuve ganancias significativas, ya que los ingresos se invertían íntegros, pero ya no tuve pérdidas, a partir del cuarto año se logró una rentabilidad buena en mi negocio y espero mejorarla progresivamente al ajustar el sistema de producción con apoyo del técnico del GGAVATT La Sauteña, al cual pertenezco y el investigador del INIFAP”.

“En mi opinión el Campo Experimental debe manejar más tecnología de punta para que nos enseñen a producir con mayor eficiencia y poder dar el brinco en la agricultura y estar a la altura del TLC, claro que los productores debemos aplicar correctamente la tecnología para que sirva y creo debería ser de manera obligatoria para todos, sabemos que el Campo tiene mucha tecnología pero el productor no la quiere agarrar”.

“Yo creo que el INIFAP debe trabajar más en como manejar eficientemente el agua de riego y en como transferir esta tecnología a los productores para que la usen adecuadamente, para esto se requiere que el productor aplique personalmente la tecnología moderna de riegos para que se asegure que se usa adecuadamente. La agricultura no puede seguir en manos de los regadores quienes constantemente cometes errores adrede”.

“El mayor reto que tiene el Campo Experimental es reducir los altos costos de producción. El Campo Experimental ha contribuido al desarrollo agropecuario de la región norte de Tamaulipas, la cual es una de las más importantes de México.”

Moisés Macías Cruz Agricultor y Ganadero, Socio del GGAVATT La Sauteña

Río Bravo, Tam. Marzo, 2006

AMR

318

“El Campo Experimental Río Bravo nos ha generado excelentes variedades de maíz para la agricultura regional, en los años cuando el Distrito no sufría por escasez de agua”.

“También los paquetes tecnológicos nos han servido bastante a los seguros agropecuarios, incluso estamos pensando tener un encuentro entre los fondos de aseguramiento con el INIFAP y los aseguradores para ver que tanto impacta el adelanto en las fechas de siembra que es una demanda en la zona. Los paquetes tecnológicos generados por el Campo Experimental nos ha permitido evaluar los riesgos y la recuperación de los créditos”.

“A nosotros nos interesa mucho las recomendaciones que tenga el INIFAP,

que las aseguradoras las evalúen y se cuantifiquen los riesgos que existen. Para nosotros es de gran importancia el Campo Experimental por todo lo que tiene y lo que hace”.

“El Campo Experimental debe evolucionar y adecuarse a los cambios, por ejemplo en el área de temporal se esta sembrando en diciembre, lo cual no recomienda el INIFAP, lo mismo ocurre en riego. Por eso el Campo Experimental debe actualizar su información y mantenerse a la vanguardia para que pueda ser útil a los productores, a los financieros y aseguradores”.

Oscar Silva Ríos

Fondo de Aseguramiento Río Bravo, Tam.

Marzo, 2005 HMCE

319

“Al Campo Experimental Río Bravo lo conozco desde antes de su fundación cuando aún el terreno era un monte de mezquites y a los que vivíamos cerca nos llamaba la atención un letrero que decía… aquí se construirá un Campo Experimental… y se comentaba que era para beneficiar la producción de la zona, cuando se sembraba algodón”.

“El Campo Experimental ha servido de mucho porque nos ha permitido a los agricultores producir mejor en nuestros terrenos, desde qué cultivos sembrar, cuales variedades utilizar y cuales son las fechas de siembra más adecuadas. Yo en particular aplico mucha de la tecnología que ha generado el Campo Experimental, incluyendo las variedades

e híbridos generados por sus investigadores, como el maíz H-412 y el frijol Pinto Anzaldúas, además de las recomendaciones para el control de las plagas. Recuerdo en las demostraciones las pláticas técnicas de Rafael Maciel, Manuel Carnero, Javier Medina, José Luis Adame y tantos otros a través de los años”.

“Me gustaría sentir más cerca a los investigadores del Campo Experimental, que pongan más parcelas afuera, que se nos informe más seguido sobre los avances de los trabajos, pero que sean más específicos de acuerdo a las condiciones de cada parcela. También debo reconocer que lamentablemente muchos productores no se acercan a informarse de tantas tecnologías generadas por el Campo Experimental…habiendo tanto que aprender aquí”.

“Deseo que el Campo Experimental no solo cumpla 50 años, que lleguen a 100 años, pero que cada año pudiéramos esperar nuevos logros, quizá nuevos cultivos y nosotros los agricultores aplicar esos conocimientos que los investigadores están generando y que le dedican parte de su vida”.

Roberto Salinas Salinas Productor, Rancho “Jalisco”

Río Bravo, Tam. Febrero, 2006

320

“He tratado con los investigadores del Campo Experimental Río Bravo desde los últimos 15 años, particularmente en relación con la adaptación de los híbridos de maíz y sorgo en la región. Los técnicos de la compañía que represento y los investigadores del Campo Experimental tenemos una excelente relación profesional y de respeto. Durante los últimos cinco años el Campo Experimental ha evaluado los híbridos de la compañía, tanto en COTESE como en el Día del Agricultor y siempre lo hacen con profesionalismo y con todo el rigor de la experimentación, sin distingo entre las empresas semilleras”.

“Me llamó la atención que a fines de 2005, antes de la siembra de los cultivos de O-I en 2005, los investigadores del Campo Experimental salieron a diversas localidades del norte de Tamaulipas para ofrecer cursos de capacitación sobre la tecnología de producción en maíz y sorgo, dirigidos a productores y técnicos. Estuvieron muy bien organizados y con información tecnológica de primer nivel. Desafortunadamente en algunas localidades la gente no asistió como se esperaba y lamentablemente este año observamos problemas de manejo en las parcelas de los productores, exactamente lo que los cursos explicaban a detalle como evitarlos”.

“El Campo Experimental debe seguir intentando transferir la tecnología generada mediante demostraciones. Esto es importante porque muchos productores aun no adoptan algunos de los componentes que el Campo Experimental ha demostrado que se pueden mejorar para incrementar la producción y rentabilidad de los cultivos. El cambio es necesario y ahí esta la tecnología, de no ser así vamos a seguir teniendo los mismos problemas de siempre en el campo”.

“Muchas felicidades en el 50 aniversario del Campo Experimental y que continúen los logros. Por parte de nosotros, las empresas, no nos queda más que seguir apoyándolos”.

Romualdo Lárraga Ortega Representante de Semillas Garst

Reynosa, Tam. Febrero, 2006

321

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