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Capítulo 22: I,a explotaci®n familiar agraria y rural del siglo XXI Montserrat Cortiñas González * ' S' Desarrollo Rural UPA.

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Capítulo 22: I,a explotaci®n familiaragraria y rural del siglo XXI

Montserrat Cortiñas González *

' S' Desarrollo Rural UPA.

1. INTRODUCCIÓN

Ante todo queremos agradecer desde nuestra organización, laUnión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, la posibilidad depoder colaborar con nuestras opiniones en la confección de estapublicación.

Titulamos este artículo "la explotación familiar agraria y ruraldel siglo XXI" con el fin de aportar una serie de ideas al debate enel que nosotros creemos se debe profundizar en todos los foros enlos que se traten temas agrarios y rurales.

Con el fin de facilitar la labor de los lectores, empezaremosdiciendo que en UPA mantenemos que no puede haber desarrollorural sin una actividad agrícola y ganadera viva, dinámica y econó-micamente rentable. Esta actividad económica supone el sustratoindispensable para que puedan desarrollarse otras alternativas eco-nómicas complementarias, aunque a veces estas produzcan tantos omayores ingresos para la explotación que la propia actividad agraria.

La estructura de esta colaboración pretende situar al lector en elcontexto actual en el que se encuentra la agricultura -cambiante- yjustificar las propuestas de nuestra organización ante el nuevo esce-nario que se nos presenta. Acabamos este artículo profundizando enla reivindicación central de esta Organización: Por un mundo ruralvivo.

2. SITUACIÓN ACTUAL Y PERSPECTIVAS DE FUTURO

El sector agrario español se encuentra a las puertas de una seriede acontecimientos -tales cómo la reforma de la PAC, las nego-ciaciones de la Organización Mundial del Comercio y la ampliaciónde la Unión Europea- que marcarán y condicionarán el futuro denuestro mundo rural.

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En este contexto, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganade-ros (UPA) pretende buscar y ofrecer respuestas, que tengan porobjeto principal defender los intereses de los pequeños y medianosagricultores y ganaderos, para mejorar la calidad de vida y las con-diciones económicas de la agricultura familiar.

Unos objetivos que sólo se pueden lograr a través de un repartomás justo del apoyo público, una mayor eficiencia en la gestión ylos resultados productivos y económicos de las explotaciones, unamodernización de las estructuras productivas y una mayor sinergiacon respecto al concepto de pluriactividad dentro de las nuevasacciones a emprender en el medio rural.

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos apuesta por lapriorización de la persona sobre la actividad. Creemos que hay quehablar de cerealistas, olivareros, viticultores, fruticultores, ganade-ros de leche, de vacuno o de ovino..., antes que de cereales, aceitede oliva, vino, fruta, leche, vacas u ovejas. Todo ello, a partir de unavisión más amplia e integradora de la agricultura y del mundo rural.

En los últimos tiempos se está planteando la división entre agri-cultura y ganadería comercial y agricultura territorial, como sinóni-mo de agricultura eficiente y agricultura subsidiada.

La agricultura y ganadería comercial, está vinculada a sistemasde explotación intensivos o a grandes superficies de producción.Ésta es la que percibe el grueso del apoyo público de los presu-puestos europeos. Sin embargo, en sentido estricto no se puedehablar de una agricultura o ganadería competitiva si es que recibeapoyo público.

En España no se puede considerar que ninguna explotaciónbasada en sectores con apoyo público sea competitiva, ocurriendoque aquellas explotaciones que se autocalifican de competitivaslejos de serlo son las que más subvenciones reciben y las que menosmiran al mercado al tener, en muchas ocasiones, más valor las sub-venciones que el valor añadido de la producción obtenida.

La agricultura territorial, vinculada como agricultura familiar enuna zona con dificultades de renta o zona rural con los problemascaracterísticos que rodean al mundo rural, es la que necesitando másel apoyo público, recibe porcentualmente mucho menos, dejandoque en términos reales sobre ella intervengan sólo la lógica del mer-cado.

Lejos de esta dicotomía irreal UPA apuesta por una visión inte-gradora de la agricultura como la actividad vertebradora del medio

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rural aceptando que para su correcto desarrollo necesita del apoyopúblico pero a la vez reivindicando la faceta profesional generado-ra de actividad económica a través de la producción de alimentos ymaterias primas de calidad.

En este sentido UPA defiende al pequeño y mediano agricultortitular de una explotación familiar por ser éste el garante de unmundo rural vivo y dinámico.

UPA propone políticas integrales que no sólo contemplen losaspectos productivos de la agricultura, sino tambiéri fomenten ladiversificación de actividades; así mismo apuesta por el apoyo amodelos horizontales para la articulación de los intereses agrarios,impulsando la colaboración con otros grupos de intereses que actú-an sobre la sociedad rural.

Las políticas agrarias deben ser políticas integrales de desarrollorural en las que se incluyan acciones destinadas al fomento de lasactividades agrarias en las explotaciones de tipo familiar, no con cri-terios de competitividad, sinó con la lógica de la sustentabilidadsocial para evitar la exclusión de los pequeños y medianos agricul-tores y ganaderos, columna vertebral del dinamismo y desarrollo delas zonas rurales.

El sector agrario debe verse como el motor de la actividad socio-económica del mundo rural. Por lo tanto, hay que reconocer y valo-rar el papel multidisciplinar del agricultor y ganadero no sólo comoproveedor de alimentos sanos y de calidad, sino también, y a partirde su actividad, como principal garante del medio ambiente y fac-tor de gestión del territorio y generador de empleo y riqueza.

• Las tendencias de fufuro obligan a diversificar la actividad delas explotaciones agrarias y a inscribirse en fórmulas asocia-tivas que conllevan una modificación en el status de los titu-lares de la explotaciónLos cambios experimentados en los últimos años, pero sobretodo los que se avecinan, previsiblemente a partir del año2000, nos permiten vislumbrar ciertas tendencias en la tipolo-gía de las explotaciones agrarias.Estas tendencias apuntan a la necesidad cada vez mayor dediversificar la actividad de la explotación agraria o a inscri-birse en fórmulas asociativas que conllevan una modificaciónen el estatus de los titulares de la explotación y, consecuente-mente, afectan a la terminología que se viene empleando

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hasta ahora, de forma muy especial a lo que significa agricul-tor a título principal, agricultor profesional, a tiempo parcial,etc.

• UPA propone un Estatuto del Agricultor y del Ganadero, quesirva como soporte para la concreción de todas las políticasagrarias.

En la actualidad se puede observar que los actores que intervie-nen en la agricultura y la ganadería son de variada naturaleza:desde el agricultor que no tiene otra dedicación, pasando por aquelque tiene una dedicación parcial a las tareas del campo, hasta aquelcuya vinculación con la agricultura acaba en el sustento de unaserie de títulos de propiedad, sin olvidar a los que sin tener baseterritorial viven exclusivamente de los ingresos de la actividadagraria.

Esto, unido a la falta de regulación al respecto, lleva a la UPA aproponer la creación del Estatuto del Agricultor y del Ganadero,como un marco general donde se definan perfectamente todas lasfiguras que estén relacionadas con la agricultura y ganadería y quesirva como soporte para la concreción de todas las políticas agra-rias: desde la priorización a la hora de modular las ayudas, o a lahora de establecer criterios para la modernización de las explota-ciones, pasando por la definición de una nueva normativa fiscal quetenga en cuenta las actividades rurales complementarias de la explo-tación, que penalice a los absentistas y propietarios en favor de laagricultura familiar o que permita definir la nueva política respectoa la adscripción a la Seguridad Social.

La definición de todos los agentes que intervienen en la agricul-tura y ganadería y su clasificación se hará atendiendo a parámetrostales como: dedicación a la explotación agraria y/o la explotaciónrural, tamaño, renta agraria, ubicación, tipo de actividad, ...

2.1. Apuesta de UPA por una Política Agraria Comúncon cohesión

La nueva PAC debe hablar más de agricultores que de agricultu-ra, más de ganaderos que de ganadería, más de cohesión económi-ca y social de Europa que de los intereses nacionales en el proyec-to europeo.

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Se trata, en definitiva de hacer la reforma desde la política y notanto desde una defensa de un determinado territorio.

La introducción de criterios de cohesión en la PAC debesuponer:

- Tratamiento igual a todas las producciones, por tanto, sedeberán eliminar los actuales agravios entre las produccionesmediterráneás y las continentales.

- Rechazo total y absoluto a asumir el concepto de cofinan-ciación en las políticas sectoriales y estructurales. La cofi-nanciación implica renacionalización de las políticas comu-nes y, por tanto, incremento de los desequilibrios territorialesy sociales.

- Se debe empezar a construir la cohesión por ]a política de ren-tas, es decir, la contribución económica a los presupuestos dela UE debe ser proporcional a la riqueza del Estado miembro.

- La PAC debe asegurar la evolución de la renta agrícola hastaigualarla a las demás categorías socio-profesionales.

- La PAC y la política rural deben tener un enfoque multisecto-rial sobre la base de que la agricultura y la ganadería debenseguir siendo los pilares básicos del sostenimiento del mediorural. El desarrollo rural hay que entenderlo y aplicarlo den-tro de la PAC, es decir, la PAC debe tener como uno de susfines contribuir al desarrollo rural.

- La PAC actual contiene una contradicción que es inherente asu naturaleza y forma de funcionamiento: la sección Orienta-ción del FEOGA discrimina positivamente las zonas desfavo-recidas mientras que la sección Garantía (que es la que pre-supuestariamente cuenta con más peso) no hace ningún tipode discriminación. La nueva PAC debe resolver esta contra-dicción. Una misma política no puede a la vez estar a favor yen contra del principio de cohesión.

- El desarrollo económico y estructural de las explotacionesagrarias es condición indispensable para asegurar el futuro delmundo rural. Por tanto, la armonización social debe buscar elcomplemento adecuado entre las políticas de mercado y lasmedidas estructurales y debe pretender equiparar los nivelesde bienestar social propios del mundo urbano con los delmedio rural, sobre la base de que el progreso del medio rural

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europeo sólo puede alcanzarse con la agricultura como eje dela actividad económica.

- Debe dotar al sector agrario de un factor de seguridad, garan-tizando la estabilidad de las políticas agrarias frente a cambiosinternos y externos, de modo que se evite la incertidumbre y ladesconfianza del agricultor a la hora de planificar su actividad.

- La conservación del medio ambiente debe estar recogida en laPAC tanto como una necesidad, como una oportunidad paragenerar nuevas actividades económicas en el campo de losservicios en el medio rural.

- Finalmente la aplicación de la cohesión a la PAC pasa irre-mediablemente por la modulación de las ayudas directas,tomando como criterios de la misma el empleo y el territorio.La nueva PAC debe remunerar más el trabajo que el capital ydiferenciar positivamente sus apoyos a aquellas explotacionesque se ubiquen en zonas desfavorecidas.

La Organización debe luchar por conseguir que las reivindica-ciones agrarias se conviertan en reivindicaciones del conjunto de lasociedad, porque es el presupuesto y no los precios al consumo losque sostienen las rentas en una parte muy importante del conjuntode agricultores europeos. Por tanto, los ciudadanos tienen el dere-cho de expresarse sobre el destino final de los presupuestos dedica-dos a la agricultura. Para lo cual es necesario establecer un contra-to social progresista entre los ciudadanos y los agricultores, queremuevan los actuales obstáculos para avanzar en una PAC máscohesionada entre territorios y productores. Hay que avanzar en unasegunda refundación de la PAC para completarla no sólo con unapolítica de mercados sino también de desarrollo rural, un objetivoimprescindible para dar sentido al citado contrato social.

En cualquier caso, no podrá haber una PAC con cohesión si nose le dota con unos recursos presupuestarios suficientes. La repre-sentación y defensa de los intereses del colectivo mayoritario de laagricultura española, formado por pequeñas y medianas explotacio-nes, exige que las alternativas a la PAC se realicen siempre desdeuna visión europea, porque estamos hablando de un proyecto paraEuropa en el que se integre España y no al revés.

Sólo con más Europa -esto es, reclamando mayor solidaridadfinanciera dentro de la UE- tendremos garantía de mayores transfe-

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rencias económicas para España. Y éstas son necesarias para alcan-zar el objetivo final de la cohesión.

2.2. La modulación de las ayudas es el mejor instrumentopara alcanzar el objetivo de la cohesión

La alternativa de UPA es clara y precisa: es necesario reformarla PAC en el sentido de conseguir una Política Agraria Común refor-zada, más equilibrada en su financiación, más justa en la gestión desus presupuestos, más solidaria en la distribución de sus ga ŝtos ycon mejores resultados objetivos para el conjunto de la sociedadeuropea, agricultores y no agricultores.

E1 proceso de integración europea persigue la cohesión entrepersonas y territorios dentro de la UE. Si no se modulan las ayudaspara favorecer a quien más las necesita, los colectivos y las regionesmenos favorecidos nunca aproximarán sus rentas y su calidad devida a las de los más favorecidos.

La modulación entendida como un reparto más justo del apoyopúblico que atienda a criterios tan simples como que reciba másayudas quien lo más lo necesite, está en la base de una política acti-va que tienda a la cohesión de la sociedad y de los territorios.

Además de estas consideraciones, que son rotundas a la hora deapostar por la modulación de las ayudas, existen muchas razonespara defender la modulación, entre ellas:

- La legitimación social de las ayudas. En un momento como elactual en el que se está cuestionando el futuro de las ayudascomunitarias a la agricultura sobre la base de los argumentosutilizados anteriormente, es necesario que el propio sector seacapaz de orientar el debate público no hacia el volumen totalde las ayudas sino hacia cómo y quién reciben estas ayudas.

- El reparto actual del apoyo público én los diferentes sectoresagrarios y dentro de los propios sectores, supone un insultocontra el más mínimo sentido de la equidad y de la justiciasocial que está provocando que se estén levantando cada vezmás voces en contra del actual sistema.

- La eficiencia económica de las transferencias públicas, la cualdisminuye para las explotaciones beneficiarias de volúmenesimportantes de subvenciones. Estadísticamente se comprueba

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como la relación valor añadido bruto/ayudas directas, dismi-nuye con el volumen de pagos directos por explotación.Dicho de otra forma, las explotaciones más grandes son lasque menos miran al mercado por superar el monto de las ayu-das al beneficio de la explotación.En términos de empleo queda puesto en evidencia que para unmismo volumen de ayudas el número de puestos de trabajodisminuye en los grupos de explotaciones que reciben unvolumen de ayudas elevado.

-, El desacoplamiento de las ayudas directas del volumen deproducción de cada explotacián, de acuerdo a la línea marca-da por la OMC.

Si partimos de la premisa de que la agricultura y ganadería sonlas únicas actividades que pueden considerarse como verdaderosoporte y sostén del medio rural, entonces se hace necesario anali-zar la incidencia del apoyo público en el mantenimiento de ese teji-do social. No sea que al no diferenciar el modo de reparto de lasayudas se esté potenciando un modelo de agricultura y ganaderíaque ocupa muy poca mano de obra, y que, por tanto, se esté provo-cando el despoblamiento y abandono del medio rural.

Dicho de otra forma, que con el apoyo público no se esté contri-buyendo a paliar el problema social más importante en la actuali-dad, el paro; o incluso, se esté provocando que la población activadel sector primario descienda.

Por tanto, los objetivos básicos que debe contemplar la modula-ción pueden concretarse en:

1. Mantener y fomentar el empleo en la agricultura y la ganade-ría. Con esto no sólo se estaría dando respuesta a la principalpreocupación de la sociedad, sino que se conseguiría la legi-timación del apoyo público.Hay que abordar una reorientación de la PAC capaz de com-prometer al conjunto de la población en el futuro de la activi-dad agraria y de los agricultores, y trabajar siempre con elempleo no sólo como objetivo sino como aplicación de polí-ticas concretas.

2. Preservar el territorio y favorecer su desarrollo. Para conseguirla cohesión territorial se hace necesario que la PAC tenga encuenta el territorio para garantizar su persistencia y desarrollo.

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Una mejor distribución del gasto público redundará en undesarrollo del medio rural, pues éste se apoya en la pequeñay mediana explotación familiar.Por tanto, la modulación debe tener como una de sus priori-dades apoyar a este modelo de explotación por lo que suponede apuesta de creación de empleo y de desarrollo del mundorural.

3. Modernizar las explotaciones familiares y mejorar su eficien-cia. Ya se ha comentado la asignatura pendiente que tiene laagricultura española respecto a la mejora de sus estructurasproductivas, en este sentido el futuro del sector pasa porexplotaciones más modernas y con mejores estructuras, por loque la modulación tienen que priorizar en el reparto de lasayudas a aquellas explotaciones que se consideren prioritariaspara conseguir el objetivo de la modernización del sector pri-mario.

Desde esta perspectiva, la coherencia reclama que las compen-saciones directas o subvenciones sean:

A1 empleo generado en la explotación por los profesionalesde la agricultura frente a superficie o número de cabezas deganado por explotación.

A1 territorio, ayudando proporcionalmente más a aquellosagricultores o ganaderos que realicen su trabajo en zonas des-favorecidas y diversifiquen su actividad sin abandonar elmedio rural.

Por tanto, las compensaciones deben estar diseñadas bajo crite-rios de diferenciación de las ayudas en función de la dimensión eco-nómica de la explotación -tamaño-, la dedicación en términos deempleo del agricultor -trabajo- y de la zona donde se ubique laexplotación -territorio-.

Para conseguir esta priorización en la compensación debe haberun mecanismo para la obtención de fondos, que no es otro que eltecho de las subvenciones por titular y explotación en función dealgún parámetro que tenga en cuenta las consideraciones hechasanteriormente.

Con esto, además, se evitará que los ciudadanos pobres, a travésde sus impuestos, sean quienes paguen a los productores ricos.

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3. POR UN MUNDO RURAL VIVO

El desarrollo del medio rural en España debe responder a lossiguientes puntos básicos:

1. Hay que reforzar los programas de modernización de explo-taciones, incluidos los procesos de transformación y comer-cialización. Sólo así se mejorará la competitividad, se man-tendrá un grado adecuado de ocupación del territorio, y, porconsiguiente, se luchará de forma correcta contra la desertifi-cación.

2. Hay que corregir el déficit estructural del sector agrario,incluido el regadío.

3. No deben detraerse fondos de las ayudas a la producción enbeneficio del desarrollo rural, es decir, que el desarrollo ruralno se haga en detrimento del apoyo a la agricultura.

4. Hay que concentrar los esfuerzos en ]as zonas más desfavore-cidas, con el objetivo de la cohesión y la integración de lapolítica medioambiental, no sólo en la agricultura sino tam-bién en el desarrollo rural.

5. El reconocimiento de nuestra organización a la diversidad yriqueza de nuestros recursos territoriales: humanos, agrarios,naturales, paisajísticos y patrimoniales, a lo largo y ancho detoda la geografía nacional, debiendo planificar la estrategia dedesarrollo rural teniendo en cuenta esas especificidades.

4. DEFINICIÓN DE EXPLOTACIÓN RURAL.UN NUEVO CONCEPTO DE POLÍTICA AGRARIA

• La explotación rural es una evolución lógica de la explotaciónfamiliar y debe ser contemplada dentro del proceso de moder-nización de la agricultura.

• No se trata tanto de complementar los ingresos de la explota-ción familiar como de adaptar la actividad tradicional agrariaa las demandas de la sociedad actual, más orientadas a laobtención de servicios y diferentes bienes que a la pura y sim-ple producción de alimentos.

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Desde hace años, en UPA mantenemos que no puede haber desa-rrollo rural sin una actividad agrícola, y ganadera viva, dinámica yeconómicamente rentable. Actividad económica que supone el sus-trato indispensable para que puedan desarrollarse otras alternativaseconómicas, complementarias, aunque a veces produzcan tantos omayores ingresos para la explotación que la propia actividad agraria.

Es cierto, sin embargo que los procesos a los que estamos asis-tiendo muestran que la mayoría de las explotaciones familiares,aquéllas que por su tamaño por su ubicación en zonas desfavoreci-das, no pueden, desde el punto de vista de la productividad y viabi-lidad agraria, ni ser consideradas eficientes, ni convertirse en tales.

Con la única perspectiva de las leyes de mercado estas explota-ciones deberían desaparecer por muchas ayudas estructurales deque dispusieran si éstas se enfocan simplemente desde el punto devista agrario. Pero ni ésta es la única perspectiva válida y existente,ni se puede afirmar que el mercado no ofrezca otras posibilidades.Eso sería cierto ni nos limitásemos a abordar el problema desde elexclusivo punto de vista de lo agrario y no desde el infinitamentemás amplio de lo naral, entendiendo esto como un hábitat, un modode vida que se desarrolla en los espacios no urbanos y, que, aunquetenga su base en la actividad agraria, comprende una variada y ricagama de actividades económicas no exclusivamente agrarias, perosí íntimamente relacionadas con éstas.

Así, en determinadas condiciones y para determinados tipos ytamaños de explotaciones sus posibilidades como explotación ruralson amplias y, cuando menos, abren unas perspectivas para sus titu-lares inexistentes desde la pura actividad agrícola y/o ganadera.

4.1. La explotación rural, de la que existen numerosos ejemplosen otros países, no es ni más ni menos que una explotaciónfamiliar agraria reconvertida de forma que utiliza todasy cada una de las posibilidades de generar rentas

Se trata de aprovechar el agroturismo, la artesanía, la produccióny comercialización de determinados productos que no hay en otraspartes, elaborados y presentados de forma propia, la oferta de ser-vicios específicos, de un modo de vida diferente, más sano, másnatural, respetuoso con el entorno, de cuya conservación y mejoraobtendrá gran parte de esas posibilidades.

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En definitiva, añadir a las exiguas rentas generadas por la activi-dad agraria otras provenientes de unas producciones y serviciosque, por ser específicos, generan un alto valor añadido. Si a ello leañadimos la posibilidad de explotar estas potencialidades de formacolectiva, obtener de la explotación rural una eficiencia y una via-bilidad muy superiores a la de la agraria se multiplican.

La definición de la explotación rural debe quedar enmarcadadentro del Estatuto del Agricultor y Ganadero englobándose el titu-lar de dicha explotación con actividad multidisciplinar en el mode-lo de agricultor que defiende UPA, es decir, aquel agricultor y gana-dero titular de una pequeña o mediana explotación familiar, quesupone la columna vertebral del desarrollo de las zonas rurales.

Se podría afirmar que este tipo de explotación es factible endeterminadas áreas, que por sus condiciones naturales estimulan laactividad, sobre todo de servicios. Sin embargo sería tener una con-cepción estrecha si consideramos lo rural como una explotaciónfamiliar que ofrece servicios de ocio a los habitantes de las ciudades.

Los ejemplos europeos desmienten estas limitaciones poniendode manifiesto que una explotación rural es algo más, mucho más,que una casa de huéspedes, una tienda de artesanía, de venta de pro-ductos típicos o una oferta de paseos a caballo.

La explotación rural no es simplemente la reconversión de laactividad agraria total o parcialmente en otra forma de actividadeconómica. Así la familia que edifica sobre su prado una casa paraalquilarla como residencia de vacaciones e instala en sus bajos, porejemplo, una tienda y, con estas fuentes de ingresos abandona laagricultura o la ganadería como actividad económica, seguirá sien-do una familia que habita en el medio rural, pero su negocio nopodrá ser definido, en ningún caso, como explotación rural.

4.2. La explotación rural es una evolución lógica de laexplotación familiar y debe ser contempladá dentrodel proceso de modernización de la agricultura

No es tanto la complementación de ingresos de la familia cam-pesina, como la adaptación de la actividad tradicional agraria a loque las necesidades de la sociedad exige del campo, demandas másorientadas a la obtención de servicios y bienes diferentes que a laproducción pura y simple de alimentos.

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La explotación rural es la modernización de la explotación agra-ria, entendiendo por modernización el poner los medios y llevar acabo las reformas y mejoras estructurales que permitan conseguirun mayor nivel de rentas, mediante la disminución de los costes,diversificando las fuentes de ingresos y aumentando el valor añadi-do de la producción propia de la explotación, adaptando esa pro-ducción a lo que el mercado demanda.

Por ello la explotación rural tiene como base la actividad agra-ria, permitiendo, junto con el aumento de los ingresos de la familiaque tradicionalmente ha vivido de la agricultura y/o ganaderia, laconservación de un hábitat, de una forma de vida, cuyos valores nose mantendrán como piezas de museo, sino de forma viva, precisa-mente porque constituirán uno de los principales valores econó-micos para que esa forma de vida sea posible, desarrollando así elmundo rural y transformando éste en algo que no vive solamente delas ayudas -fundamentales por otra parte- sino gracias a que escapaz, basándose en la actividad tradicional de sus habitantes, degenerar nuevas fuentes de riqueza.

5. ACTUACIONES PARA EL FUTURO DEL MEDIORURAL

5.1. UPA propone una Ley Básica de Desarrollo Rural en laque se establezcan las definiciones de espacio rural,pluriactividad y municipios rurales; al tiempo que seregulen las actividades complementarias y alternativasen el medio rural con derecho a ayudas públicas

Teniendo muy presente donde apuntan a corto y medio plazo lasperspectivas de lo que va a ser el sector agrario y el medio rural delpróximo siglo, nuestro sindicato ha de definir muy claramente elpapel qúe quiere y debe representar.

Evidentemente en este diseño existen una serie de factores quedebemos tener en cuenta. En primer lugar, hay que considerar quetodas las políticas y los correspondientes fondos que se han dedi-cado hasta ahora y los que se dediquen en el futuro a acciones dedesarrollo rural son fondos y políticas derivadas de una reconver-sión no reconocida en todas sus consecuencias y que no se ha nego-ciado.

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Una reconversión de la agricultura y ganadería que, como yahemos expuesto, ha costado una cuantiosa pérdida de activos en laprofesión y en las zonas rurales.

Hasta este momento las organizaciones agrarias han mirado todolo relacionado con el desarrollo rural como enfrentado, o cuandomenos, al margen de las políticas sectoriales, sin pararse a conside-rar que el desarrollo rural es el marco en el que deben inscribirse laspolíticas de los distintos subsectores, y sin tomar el protagonismoque les correspondía, como agentes vinculados al medio, a la horade definir, proyec[ar, gestionar y ejecutar políticas, fondos y pro-gramas de desarrollo rural.

El mundo rural tiene futuro, pero para ello necesita de un granpacto de Estado: del apoyo cohesionado del conjunto de Admini ŝ-traciones públicas, de la modulación de las ayudas procedentes delos fondos comunitarios, de políticas comerciales que favorezcan lacompetitividad de nuestras producciones agroalimentarias, y de lasolidaridad del conjunto de la sociedad.

6. CONCLUSIONES

Propuestas de UPA para establecer políticas coordinadas quemejoren las condiciones de vida y trabajo en el medio rural:

1. Es necesario promulgar una Ley Básica de Desarrollo Ruralen la que se establezcan determinadas definiciones (espaciorural, pluriactividad, municipios rurale ŝ) y se regulen aspec-tos tales como actividades complementarias o alternativas enel medio rural; incluido un Consejo Asesor Rural de carácterconsultivo y en el cual estén representados todos los agentessociales y económicos representativos en el medio rural.

2. Hay que adoptar estrategias coordinadas entre la Administra-ción Central del Estado y las propias Administraciones auto-nómicas y locales, así como una mayor coordinación de laspolíticas que inciden sobre el desarrollo rural dentro de laAdministración del Estado, para lo cual es necesario crear unaComisión Interministerial de Desarrollo Rural.Asimismo, el Ministerio de Agricultura debería añadir el con-cepto de Desarrollo Rural en su denominación, creándose ensu seno una Secretaría de Estado específica de esta materia.

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3. Se debe elaborar y desarrollar un plan de fomento para elestablecimiento de jóvenes y creación de empleo alternativo 0complementario a la actividad agraria en el medio rural.

4. En el marco de igualdad de oportunidades, es importante quelas mujeres rurales alcancen el reconocimiento formal y legalde su contribución al desarrollo y al equilibrio de los espaciosrurales.

5. UPA debe reclamar una modificación de los censos de votan-tes, puesto que si estamos hablando de elecciones en el campoy medición de la representatividad, ambas cosas han de con-tar con el concurso de lo existente en la realidad del mediorural.

6. Hay que modificar aspectos que, relacionados con la fiscali-dad y el encuadramiento en el Régimen Especial Agrario dela Seguridad Social, pueden suponer trabas de enorme pesoen el desarrollo de la actividad profesional de los titulares deexplotaciones rurales.

7. LOS PROGRAMAS DE DESARROLLO RURAL COMOINSTRUMENTOS DINAMIZADORES DE LA SOCIEDADRURAL

La base del desarrollo rural que defiende UPA pasa por hacer com-patibles los apoyos al sector agrario, al medio natural y al desarrolloarmónico del medio rural; todo ello gestionado con la participación detodos los sectores sociales a través de los Grupos de Acción Local.

El éxito que está teniendo en España el modelo de DesarrolloRural que se está llevando a cabo desde el inicio de la iniciativaLEADER I, profundizando en el LEADER II y aplicado a los pro-gramas PRODER, no reside tanto en el volumen de inversiones rea-lizadas, sino en la forma en que éstas están siendo Ilevadas a cabomediante la fórmula del Grupo de Acción Local.

Estos grupos están formados por agentes económicos, sociales ypolíticos de cada comarca y que se constituyen en el vehículo quepermite la participación del nivel local y enfoque ascendente a dife-rencia de los modelos clásicos.

La responsabilidad e ilusión de quienes los forman, la autono-mía y flexibilidad o adaptabilidad de los programas a las necesida-

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des de cada zona con un enfoque integral, el capital humano, la cer-canía del equipo técnico, la cooperación y la transferencia, son cua-lidades que deben potenciarse mediante un incremento del grado deautonomía y la capacidad de gestión directa de los grupos, sobretodo respecto de la Administración.

Cada territorio, materializado en sus agentes y fundamen-talmente en el grupo de acción local, debe planificar y definir unaestrategia de desarrollo socioeconómico, adaptada a sus caracterís-ticas y recursos, que integre las distintas políticas sectoriales y sirvade referencia a todos los agentes^ que actúen sobre dicho espaciorural.

Para ello, es importante integrar en el grupo de acción local unnúmero y tipo de participantes suficientemente representativo enrelación con el territorio, con la presencia equilibrada de los princi-pales sectores (público, privado, sociedad civil), que garantice laindependencia y la operatividad del mismo.

Esta representatividad y equilibrio deben ser el reflejo de unnecesario consenso social y político para el desarrollo sostenible deun territorio, desarrollo que en el medio rural no es posible sin laexistencia de un sector agrario, basado en una "red de explotacio-nes" familiares agrarias competitivas, vivas y dinámicas, cuyo por-venir, en la mayoría de los territorios, está fundamentado en ladiversificación de las fuentes de rentas de la explotación agraria.

La base del desarrollo rural que defiende UPA pasa por hacercompatibles los apoyos al sector agrario, al medio natural y al desa-rrollo armónico del medio rural, como mejor fórmula de asegurar elfuturo de un medio rural vivo basado en un sector agrario dinámicoy competitivo, socialmente estructurado.

Este equilibrio consensuado se realiza formando parte de losgrupos de acción local, diferentes tipos de instituciones entre lasque, habitualmente, se encuentran las corporaciones locales -siem-pre ayuntamientos y más raramente diputaciones o mancomunida-des -; determinadas asociaciones locales de vecinos, de amas decasa, ecologistas ...-; empresas ya sean privadas (más raramente) o.cooperativas; grupos formados expresamente para el desarrollorural, y organizaciones agrarias, siendo éstas más habituales en losúltimos tiempos, cuando han comenzado a tomar conciencia de laimportancia del desarrollo rural, tanto como una política para elcampo, como de una manera de influir directamente en el mismo yde incrementar su influencia social en el territorio.

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