Características Neuropsicológicas del Neonato

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD DE ORIENTE NÚCLEO DE BOLÍVAR ESCUELA DE CIENCIAS DE LA SALUD CÁTEDRA: PSICOLOGÍA EVOLUTIVA Profesora: Alumno: Emily Parra. Carlos Y. Durant. Ciudad Bolívar, 7 Mayo 2010

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD DE ORIENTE

NÚCLEO DE BOLÍVAR ESCUELA DE CIENCIAS DE LA SALUD CÁTEDRA: PSICOLOGÍA EVOLUTIVA

Profesora: Alumno:

Emily Parra. Carlos Y. Durant.

Ciudad Bolívar, 7 Mayo 2010

DESARROLLO EN LA ETAPA DE LOS PRIMEROS PASOS: CARACTERÍSTICAS NEUROPSICOLÓGICAS DEL NEONATO.

Se entiende como período neonatal aquel que comprende los primeros 30 días (primer mes) después del nacimiento. El primer mes es un periodo importantísimo porque el niño debe adaptarse a vivir fuera del ambiente protegido del vientre materno. Estos 30 días es un periodo de recuperación del proceso de nacimiento, y en el que se ajustan funciones vitales como la respiración, la circulación, la digestión y la regulación de la temperatura corporal. Es, asimismo, un periodo en que se alcanza el equilibrio entre una estimulación excesiva y una estimulación deficiente en un cambiante entorno físico o social.

Entonces, ¿Está bien preparados el recién nacido para realizar todo esto?

Los Neonatos llegan al mundo con una gran capacidad de sentir el ambiente y responder a éste. Pueden ver y oír; gustan de los sabores y perciben los olores; sienten la presión y el dolor. Observan las cosas de una manera selectiva. Aprenden, a pesar de que sus habilidades son limitadas. En los dos primeros años de vida, cambian más rápidamente y drásticamente que en cualquier otro periodo semejante. Algunas modificaciones son patentes: gatean, se sientan, caminan y hablan. Otras resultan más difíciles de evaluar. En realidad, no es fácil saber con exactitud lo que ve, oyen o piensan.

Los neonatos comunican sus necesidades llorando, bostezando o con una mirada de soslayo, pero nacen con una profunda ignorancia. No tienen un conocimiento real de la vida, del día y la noche, del yo y los otros, de lo mío y lo tuyo, del varón y la mujer, de la madre y del padre, de hijos e hijas. Pero al cabo de dos años piensan, razonan y expresan sus ideas y sentimientos mediante el lenguaje.

Durante la mayor parte de la historia de la Psicología Infantil, se ha considerado que el recién nacido es una criatura básicamente pasiva y desamparada cuya actividad era esencialmente casual. Ciertamente el recién nacido no está tan organizado como un niño de 2 años pero su conducta dista mucho de ser desorganizada o fortuita, ya que investigaciones demostraron los recién nacidos son capaces de emitir respuestas organizadas y predecibles y realizar una actividad cognoscitiva más compleja de lo que se creía antaño. Tienes preferencias bien definidas y una habilidad extraordinaria para aprender. Más aún, atrae en forma deliberada la atención hacia sus necesidades. El neonato también posee ritmos naturales de actividad que generan pautas de sueño y vigilia, comida y movimientos. Además, está dotado con muchas reacciones reflejas a la estimulación externa. También posee algunas pautas organizadas de conducta para investigar y controlar el entorno a través de la mirada, la succión y el llanto.

COMPORTAMIENTOS REFLEJOS INICIALES.

A pesar de que los bebés recién nacidos parecen indefensos y sumamente delicado, todos los bebitos/as sanos y saludables nacen con reflejos extremadamente sofisticados que los proteges del peligro y los ayudan a promover si instinto de supervivencia. Los reflejos son definidos como respuestas automáticas a los estímulos exteriores.

Cuando los bebés (o los adultos) parpadean ante una luz brillante, están actuando involuntariamente. Tales respuestas automáticas e innatas ante un estímulo se denominan comportamiento reflejo. Son controlados por los centros cerebrales inferiores que gobiernan otros procesos involuntarios, como la respiración y la frecuencia cardíaca. Éstas son las partes del cerebro que se encuentran más completamente mielinizadas al nacer. Los reflejos juegan parte importante en la estimulación del desarrollo inicial del sistema nervioso central y de los músculos.

Se calculan que los bebés humanos tienes 27 reflejos principales, muchos de los cuales están presentes al nacer o pocos después (Gabbard, 1996). Los reflejos primitivos como el reflejo de succión, el de búsqueda y el de Moro o de Sobresalto (una respuesta a los sobresaltos o caídas), están relacionados con las necesidades instintivas de supervivencia y protección. Algunos de los reflejos pueden hacer parte del legado evolutivo de la humanidad. Un ejemplo es el reflejo de prensión, por medio del cual los bebés primates se aferran al pelo de sus madres. A medida que los centros cerebrales superiores se tornan activos, durante los 2 a 4 meses iniciales, los bebés comienzan a mostrar reflejos posturales: reacciones a los cambios de posición o equilibrio. Por ejemplo, cuando son inclinados boca abajo, extienden sus brazos en el reflejo del paracaídas, un movimiento instintivo para detener la caída.

Los reflejos locomotores, como el de marcha y el de natación, simulan movimientos voluntarios que no aparecen hasta meses después que estos reflejos han desaparecido. Como veremos, existe controversia sobre si los reflejos locomotores preparan o no el camino para sus equivalentes voluntarios posteriores.

La mayoría de los reflejos iniciales desaparecen durante los primeros 6 a 12 meses. Persisten los reflejos que desempeñan funciones de protección o de supervivencia como respiración, parpadear, bostezar, toser, estornudar, el reflejo nauseoso, de escalofríos y pupilar (dilatación de las pupilas en la oscuridad). La desaparición de los reflejos innecesarios a la edad establecida es señal de que las vías motoras de la corteza han sido parcialmente mielinizadas, permitiendo el cambio

hacia el comportamiento voluntario. De este modo, es posible evaluar el desarrollo neurológico de un bebé observando si ciertos reflejos están presentes o ausentes.

Lo que se considera normal, no obstante, varía entre una cultura y otra (D.G. Freedeman, 1979). Por ejemplo, se ven diferencias entre el reflejo de Moro. Para provocar este reflejo, se levanta el cuerpo del bebé mientras se sostiene su cabeza. Luego se retira el apoyo de la cabeza permitiendo que ésta caiga suavemente. Los recién nacidos caucásicos extienden en forma refleja ambos brazos y piernas, lloran con persistencia y se mueven agitados. Los bebés navajos no extienden sus extremidades del mismo modo, rara vez lloran y casi inmediatamente suspenden cualquier movimiento. Dado que estas diferencias reflejas se muestran poco después de nacer, pueden reflejar una variabilidad innata entre los distintos grupos étnicos.

Tabla 1. Reflejos humanos iniciales.

Reflejo Estímulo Reacción del bebé Edad propia de aparición

Momento característico de desaparición

De Moro (de Sobresalto).

Soltar al bebé o que éste escuche un ruido fuerte.

Extender las piernas, los brazos y los dedos, arquear la espalda y echar la cabeza hacia atrás.

Séptimo mes de gestación.

3 meses

Darwiniano (de Prensión).

Tocar la palma de la mano del bebé.

Empuñar firmemente la mano; es posible levantarlo si ambos puños sujetan un barra.

Séptimo mes de gestación.

4 meses

Tónico del cuello.

Acostar al bebé sobre su espalda.

Girar la cabeza hacia un lado, asumir la posición de esgrimista, extender los brazos y las piernas sobre el lado preferido, flex ionar las extremidades opuestas.

Al nacer. 5 meses

De Babkin.

Tocar simultáneamente ambas palmas del bebé.

Abrir la boca, cerrar los ojos, flex ionar el cuello, inclinar la cabeza hacia delante.

Al nacer. 3 meses

De Babinski. Tocar la planta del pie del bebé.

Desplegar los dedos del pie; encoger el pie.

Al nacer. 4 meses

De Búsqueda (Rozamiento o Prioral).

Tocar con un dedo o el pezón la mejilla o el labio inferior del bebé.

Girar la cabeza; abrir la boca; iniciar los movimientos de succión

Al nacer. 9 meses

De Marcha (Caminar).

Sostener al bebé por debajo de los brazos mientras sus pies descalzos tocan una superficie plana.

Realizar movimientos que parecen pasos bien coordinados.

1 mes. 4 meses

De natación. Colocar al bebé boca abajo en el agua.

Realizar movimientos de natación bien coordinados.

1 mes. 4 meses

Es importante controlar la evolución en el recién nacido de los reflejos primarios o primitivos, para que nos hagamos la idea, la persistencia del reflejo de Moro podría producir mareos en los viajes, dificultad de coordinación al jugar con una pelota, problemas de percepción visual, dificultad de lectura, alergias infantiles, eczemas y un largo etcétera de efectos y consecuencias tanto físicas como psíquicas; por lo tanto, cuando estos reflejos duran más del tiempo establecido entonces se denominan reflejos aberrantes y pueden proporcionar a los especialistas pistas sobre algún problema en el buen desarrollo del sistema neuronal del bebé. En este caso, dependiendo del tipo de reflejo, los especialistas aplicarían un programa que permitiría solucionar el problema.

ESCALA DE APGAR. CARACTERÍSTICAS Y USO.

Un minuto después de nacer y nuevamente 5 minutos más tarde, la mayoría de bebés son valorados utilizando la escala de Apgar. Su nombre, en honor a su creadora, la Dra. Virginia Apgar (1953), nos ayuda a recordar sus cinco componentes: aspecto (color), pulso (frecuencia cardíaca), gesto (irritabilidad refleja), actividad (tono muscular) y respiración. El recién nacido recibe una calificación de 0, 1 ó 2 en cada medición, lo que arroja un puntaje máximo de 10. Un puntaje de 7 a 10 a los 5 minutos –obtenido por 98.6% de los bebés nacidos en Estados Unidos en 1996- indica que el bebé se encuentra en buenas o excelentes condiciones. Un puntaje menor de 7 señala que el bebé necesita ayuda para comenzar a respirar; un puntaje inferior a 4 advierte que el bebé requiere tratamiento inmediato para salvar su vida. Si la reanimación tiene éxito y el puntaje del bebé asciende a 4 o más, es probable que no se produzca daño a largo plazo.

Un bajo puntaje de Apgar no siempre significa que el bebé se está asfixiando. El puntaje del bebé puede verse afectado por la cantidad de medicamentos recibida por la madre o por las condiciones neurológicas o cardiorespiratorias que pueden alterar uno o más signos vitales. Los bebes prematuros (aquellos nacidos antes de las 37 semanas de gestación) pueden tener un bajo puntaje debido a la inmadurez fisiológica. Los puntajes de 0 a 3 a los 10, 15 y 20 minutos después de nacer se asocian de modo creciente con parálisis cerebral (compromiso muscular debido al daño cerebral antes o durante el nacimiento) u otros futuros problemas neurológicos; tales condiciones pueden o no ser causadas por la falta de oxígeno.

De 7 a 10 indica que la condición del recién nacido es buena.

De 4 a 6 indica que puede existir dificultades en el desarrollo.

De 3 o menor revela una emergencia e indica que el bebé no pueda sobrevivir.

Tabla 2. Escala de Apgar:

Signo* 0 1 2 Aspecto (Color)

Cianótico, pálido. Cuerpo rosado, extremidades cianóticas.

Completamente rosado.

Pulso (frecuencia cardíaca)

Ausente. Lento (menor de 100).

Rápido (mayor de 100).

Gesto (irritabilidad refleja)

Sin respuesta. Muecas. Tose, estornuda, llora.

Actividad (tono muscular)

Flácido. Débil, inactivo. Fuerte, activo.

Respiración

Ausente. Irregular, lenta. Adecuada, llanto.

*Cada signo se califica de 0 a 2 dependiendo de su ausencia o presencia; el mayor puntaje global es 10.

Para interpretar los resultados de la puntación se encuentra las siguientes categorías:

o Respiración:

Si el bebé no está respirando, el puntaje es 0 en respiración.

Si las respiraciones son lentas o irregulares, el puntaje del bebé es 1 en respiración.

Si el bebé llora bien, el puntaje respiratorio es 2.

o El Pulso (frecuencia cardiaca) se evalúa con el estetoscopio. Esta es la evaluación más importante.

Si no hay latidos cardíacos, el puntaje del bebé es 0 es frecuencia cardiaca.

Si la frecuencia cardiaca es menor de 100 latidos por minuto, el puntaje del bebé es 1 en frecuencia cardiaca.

Si la frecuencia cardiaca es superior a 100 latidos por minuto, el puntaje del bebé es 2 en frecuencia cardiaca.

o Actividad (tono muscular):

Si los músculos están flojos y flácidos, el puntaje del bebé es 0 en tono muscular.

Si hay algo de tono muscular, el puntaje del bebé es 1.

Si hay movimiento activo, el puntaje del bebé es 2 en tono muscular.

o Gesto (irritabilidad refleja):

Si no hay reacción, el puntaje del bebé es 0 en reflejo de irritabilidad.

Si hay gesticulaciones, el puntaje del bebé es 1 en reflejo de irritabilidad.

Si hay gesticulaciones o tos, estornudo o llanto vigoroso, el puntaje es 2 en reflejo de irritabilidad.

o Aspecto (color):

Si el color de la piel es azul pálido, el puntaje del bebé es 0 en color.

Si el cuerpo de bebé es rosada y las extremidades son azules, el puntaje es 1 en color.

Si todo el cuerpo del el bebé es rosado, el puntaje es 2 en color.

ESTADIOS DEL RECIEN NACIDO: SUEÑO REGULAR, SUEÑO IRREGULAR, SOMNOLENCIA, INACTIVIDAD, VIGILIA Y LLANTO.

Estados de alerta:

Los bebés tienen un “reloj” interno que regula sus ciclos corporales de alimentación, sueño y excreción y quizá incluso sus estados de ánimo. Estos ciclos periódicos de vigilia, sueño y actividad, los cuales gobiernan el estado de alerta o grado de atención, parecen ser innatos e individuales. Por ejemplo, los recién nacidos duermen en promedio 16 horas al día, pero alguno puede dormir 11 horas y otro 21 horas.

La mayoría de los recién nacidos despiertan cada 2 0 3 horas durante el día y la noche. Los cortos episodios de sueño se alternan con estados más breves de alerta, los cuales están principalmente dedicados a su alimentación. Los neonatos tienen cerca de seis a ocho periodos de sueños que varían entre sosegado y activo. Este último es probablemente el equivalente al sueño de movimientos oculares

rápidos (MOR), que en los adultos se asocia con el sueño. El sueño activo aparece rítmicamente en ciclos de aproximadamente una hora y constituye entre 50 y 80% del tiempo total de sueño del recién nacido.

Estados de activación del infante:

Si vemos dormir a un neonato, nos daremos cuenta de que algunas veces yace tranquilo y callado, y en otras se agita y hace gestos. Asimismo, cuando está despiertos puede estar quietos, o retorcerse y llorar, por lo tanto algunos neonatos son más activos que otros. Estos niveles de actividad reflejan las diferencias temperamentales que persisten durante la niñez y a menudo a lo largo de la vida. Tras observar con detenimiento su actividad, P. H. Wolff (1966) identificó seis estados conductuales: Sueño regular, sueño irregular, somnolencia, inactividad alerta, llanto y actividad vigilia.

Tabla 3. Estados de activación del infante.

Estado Ojos Respiración Movimientos Excitabilidad.

Sueño regular. Cerrados, ausencia de movimientos ocular.

Lenta y regular. Ninguno, con excepción de sobresaltos súbitos generalizados.

No puede ser despertado por estímulos leves.

Sueño Irregular. Cerrados, movimientos oculares rápidos ocasionales.

Irregular. Los músculos se contraen pero no se producen movimientos importantes.

Los sonidos o la luz hacen que esboce sonrisas o gestos mientras duerme.

Somnolencia. Abiertos o cerrados. Irregular. Algo activos. Puede sonreír, sobresaltarse, succionar o tener erecciones en respuesta a los estímulos.

Inactividad alerta. Abiertos. Regular. Suaves: puede mover la cabeza, las extremidades y el tronco mientras mira alrededor.

Un entorno interesante (con personas o cosas para observar) puede iniciar o mantener este estado.

Llanto y actividad vigilante.

Abiertos. Irregular. Gran Activ idad. Los estímulos externos (como hambre, dolor, frío, sentirse apretado o el ser puesto en la cuna) despiertan una mayor activ idad, la cual comienza quizá con un lloriqueo y movimientos suaves y aumenta rítmicamente en forma de llanto y patadas o quizá comienza y persiste como una pataleta carente de coordinación y un chillido espasmódico.

La respuesta del niño a otras personas y ambiente depende de su estado conductual. En un

estado de inactividad alerta, se estimula con facilidad y responde a los estímulos visuales o sonoros aumentando la actividad. Si ya se encuentra en un estado activo suele clamarse cuando se le

estimula. En un principio, los neonatos pasan casi todo el día en un sueño regular o irregular. El porcentaje cambia conforme madura y “despierta” los centros superiores del cerebro. Por ejemplo, de la cuarta a la octava semana, duermen más de noche y menos de día. Hay periodos más largos

de inactividad alerta y de actividad en vigilia; el bebé es más responsivo a quienes lo cuidan- lo mismo que a los investigadores.

Con gran deleite de los padres y de quien lo atienden, a los cuatro meses el niño normal suele dormir toda la noche. Poco a poco se incorpora a la rutina familiar, tanto de día como de noche.

BIBLIOGRAFÍA

o Blanco, Naylimar: Características Neuropsicológicas del Neonato.

Ediciones GP. Ciudad Bolívar, Mayo 2009.

o Papalia, Diane E: Psicología del Desarrollo, 8v a edición

Editorial McGraw Hill. Bogotá, Año 2001.

o Craig, Grace J: Desarrollo Psicológico, 8v a edición

Editorial Prentice Hall. México DF, Año 2001.