Carlos Marzal

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  • 8/3/2019 Carlos Marzal

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    Decrepitud

    Asilados en una infancia obscena,en el exilio de su misma sombra,desde un limbo de hielo,derritindose,

    los viejos testimonian, sin enigma,sobre el enigma viejo de estar vivo.

    Gota a gota en presente, son futuro,evanescencia al fin fuera de tiempo,que en la fronda del tiempo anda perdida.Espectros de la carne en su derrota,se acogen al sagrado de la carne,que en desercin de s no los ampara.pabilos sin fulgor de inteligencia,arden a fuego extinto en su hendidura,ascuas de quienes fueron, balbucientes.

    Isla del fin del mundo, conmovidos,

    vemos flotar en pasmo la vejez,a la lunar deriva del asombro.Nos resulta del todo inconcebiblenuestra decrepitud, nuestra mudanzahasta desconocernos en nosotros

    y en nosotros errar entre lo ajeno.

    Cmo subsiste ciega la energaen su impdico afn de propagarse.

    Madre senilidad, nunca te amamos.Madre senilidad, no te amaremos.

    Qu frgil, en su ser, la fortaleza.Qu slido el vivir, de sumo frgil.

    De "Metales Pesados" 2001

    El animal dormidoA Luis Garca Montero

    Has llegado en la noche,como otras tantas noches,hasta la casa apuntalada en sombras.La puerta ha clausurado el alba amenazante,

    y, t mismo una sombra, te desvistespor el pasillo a tientas,

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    con las voces an y el sabor de esa nochehurgando en la memoria.

    La habitacin todava es ms ciega,y la invade, corprea,la familiar tibieza de una niebla invisible.Has tumbado tu noche, tu cansancio y tu cuerpo,

    junto al cansado cuerpo de su noche.Quin sabe qu fantasmas la estarn visitando,con quin departiren la hora puntual de los demonios,por qu tierras salvajes de los sueosandar extraviada y sin echarte en falta.Toda la suma de casualidades,de planes no cumplidos,de rutas postergadas, de incertezas,

    y que llevan por fin hasta esta noche,resulta un laberinto incomprensible.

    Mientras rumias un violento deseo,

    ella duerme a tu lado,flota sobre las aguas del lago de la noche,ajena a tus preguntas sin respuesta,

    y su respiracin, en esas aguas,es el fiel testimonio de que hay vida,de que an no te has ahogado.

    Qu est ella haciendo aqu,qu estoy haciendo.El lago no responde desde sus aguas fras.No creo que maana obtenga la respuesta.Mientras tanto,

    ya me he acercado al animal dormido,su orilla me ha abrazado,

    y sin ms tiempo para pedir ayudanos hemos ido al fondo de la noche.

    De "Los pases nocturnos" 1996

    El combate por la luz

    De tanto ver la luz hemos perdidola recta proporcin de ese milagro,que otorga a la materia su volumen,contorno fiel al mundo que queremos

    y lmite a los puntos cardinales.A fuerza de costumbre, hemos dado en creerque es un merecimiento, cada da,que el da se levante en claridad

    y que se ofrezca lmpido a los ojos,

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    para que la mirada le entregue un orden propio,distinto a los dems, y lo conviertaen nuestra inadvertida obra de arte.Hay una ingratitud consustancialal hecho de estar vivos, un intrnsecopoder de desmemoria, y nos impiden

    brindar a cada instante el homenajeque cada instante de verdad merece,por su absoluta magia de estar siendo,en vez de no haber sido en absoluto.Con cada amanecer dubitativo,con cada tumultuoso amanecer,la luz arrasa el reino de la noche

    y emprende su combate. En el confusomagma de oscuridad, con cada auroratriunfa la exactitud de cuanto existesobre la vocacin de incertidumbreque tienta con su nada a lo real.En toda madrugada se renuevaun conjuro de origen, esa frmula

    que impuso el movimiento al primer da.Somos testigos, en el alba pura,del trono en que la luz alza su reino

    y lo concede intacto a cualquier sbdito.Conviene contemplar la luz con ms paciencia,

    brindarle una atencin encandilada,el sumiso homenaje con que un brbarodescubre reverente en su aventurala tierra que jams ha visto nadie.

    De "Metales Pesados" 2001

    El corazn perplejo

    Desventurado corazn perplejo,inconsecuente corazn,

    no dudes.No tiembles nunca ms por lo que sabes,no temas nunca ms por lo que has visto.Calamitoso corazn,

    alienta.

    Aprende en este ahorael plpito que vuelve con lo eterno,para latir conforme en valenta.Los nmeros del mundo estn cifradosen la clave de un sol tan rutilanteque te ciega los ojos si calculas.Cigate en esperanza,

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    errtil corazn,suma los nmeros.Un orden en su imn te est esperando.

    Desde el final del tiempo se levantaun cido perfume de hojas muertas.Respralo y respira su secreto.

    Abre de par en par tu incertidumbre.No permitasque encuentre domicilio la tibieza,ni que este inescrutable amor oscurocometa el gran pecado de estar triste.

    Acgete a ti mismo en tus entraascon tu abrazo ms fuerte,tu mejor padre en ti, tu mejor hijo,gobierna tu ocasin de madurez.

    Insiste una vez ms,aspira en estas rosassu ptrido fermento enamorado.

    En este desvaro de tu vozse desnuda el enigma, transparecela recompensa intacta de estar siendo.

    Aqu estamos t y yo,altivo corazn,

    en desbandada.A fuerza de caer, desvanecidos.y a fuerza de cantar,

    enajenados.

    De "Metales Pesados" 2001

    El juego de la rosa

    Hay una rosa escrita en esta pgina,y vive aqu, carnal pero intangible.

    Es la rosa ms pura, de la que otros han dichoque es todas las rosas. Tiene un cuerpo

    de amor, mortal y rosa, y su perfumearde en la sinrazn de esta alta noche.

    Es la cbica rosa de los sueos,la rosa de los sueos,la rosa del otoo de las rosas.

    Y esa rosa perdura en la palabrarosa, cien vidas ms all de cuanto durael imposible juego de la vida.

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    en su concavidad incandescente,despus de haber saciado el hambre de la bestia,que exige su racin de carne cruda.

    No consiste tan slo en ese tringulode pincelada negra entre los muslos,contra un fondo de tibia blancura que se ofrece.No es tan fcil tratar de reducirloal nico argumento que se escondedetrs de los trabajos amorosos

    y de las efusiones de la literatura.

    El cuerpo no supone un artefactode simple ingeniera corporal;tambin es la tarea del esprituque se despliega sabio sobre el tiempo.El arca que contiene, memoriosa,la alquimia milenaria de la especie.

    As que los esclavos del deseo,

    aunque no lo sospechen, cuando lamenla herida ms antigua, cuando palpanla rosa cicatriz de brillo acutico,o cuando se disuelven dentro de la hendidura,

    vuelven a pronunciar un sortilegio,un conjuro ancestral.

    Nos dirigimossonmbulos con rumbo hacia la noche,

    viajamos otra vez a la semilla,para observar radiantes cmo crecela flor de carne abierta.

    La pretrita flor.

    Hmeda flor atvica.El origen del mundo.

    De "Metales Pesados" 2001

    El poema de amor que nunca escribirs

    Debera nombrar (debera intentarlo)el afn hasta hoy por ti dilapidadoen perseguir amor, que quiz fuera tantocomo el afn de huir, fatigado hasta el asco,de todas las trastiendas, repletas de fracasos,que los cuerpos arrastran, y en que nos arrastramos.

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    Debera acoger, dar lugar a unos labiosque nombraran sin fe, slo de cundo en cundo-por momentos, sinceros; por momentos, falsarios-dilogos de alcoba que pareciesen tangos(eso acaban por ser, o algo ms triste acaso,siempre que en la distancia solemos evocarlos):

    De esta vida tan sucia, de sus trabajos vanos,me consuela, mi amor, el fingir, fabulando,otra eterna contigo, cogidos de la mano.

    Y habra de alojar dictmenes sagrados,con los que, ya bebidos, tanto nos excitamos:

    De entre todas las perras que en la noche he tratado,

    la ms perra eres t. Debera, malsano,contener esas citas de los domingos vastos,insulsas y festivas, amasadas de hartazgo,en que la vida toda se obstina en maltratarnos,con su aire de ramera experta en el contagiodel odio hacia la vida, del tedio y del cansancio.

    No podran faltar los cuerpos del verano,cuando la adolescencia arda por el tacto,en especial aqul de todo lo vedado.Ni habra de omitir el vicio solitario,por el amor perdido en inventar los rasgosdel amor, que, entretanto, no dorma a tu lado.

    Y en l habitaran con todo su sarcasmo-al fin y al cabo son tristes muertos de antao,fragmentos de tu vida que salvas del naufragio-las cartas sin respuesta; yesos aniversarios,tiernamente ridculos despus de celebrados,que dejan en el alma aroma a mal teatro.

    Y los reproches mutuos, merecidos y agrios,dirigidos al centro del dolor, como un dardocon toda la miseria que acarrean los aos.El placer del acoso, cuando el amor intacto,

    y cuando la ignorancia, ese blsamo arcano,no sealaba lmites al indudable ocaso.

    El maldito poema tanto tiempo aplazado,y que no escribirs, porque el tema es ingrato,querra redimirte de todos tus letargos.Una voz que te daa dira murmurando:

    Del amor, amor mo, te quiero siempre esclavo,

    para que tus palabras no tengan que inventarlo.

    Quien a ese poema de amor dilapidadoincauto se atreviera, sin calcular el dao,amara el amor, probablemente tantocomo el afn de huir, fatigado hasta el asco,de todas las trastiendas, repletas de fracasos,que los cuerpos arrastran, y en que nos arrastramos.

    De "El ltimo de la fiesta"

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    El pozo salvaje

    Por ms que aburras esa melodamontona y brumosa de la vida diaria,

    y que te amansa;por ms lobo sin dientes que te creas;por ms sabidura y experiencia y paz de espritu;por ms orden con que hayas decorado las paredes,por ms edad que la edad te haya dado,por muchas otras vidas que los libros te alcancen,

    y aade lo que quieras a esta lista,hay un pozo salvaje al fondo de ti mismo,

    un lugar que es tan tuyo como tu propia muerte.Es de piedra y de noche, y de fuego y de lgrimas.En sus aguas dudosasreposa desde siempre lo que no est dormido,un remoto lugar donde se fraguanlas abominaciones y los sueos,la traicin y los crmenes.Es el pozo de lo que eres capaz

    y en l duermen reptiles, y un fulgory una profunda espera.En tu rostro tambin, y t eres ese pozo.

    Ya s que lo sabas. Por lo tanto,

    Acepta, brinda y bebe.De "Los pases nocturnos" 1996

    El ltimo de la fiesta

    1Deberas marcharte. La fiesta ha terminado.Helada y sucia ya se anuncia el albacon su oscuro cortejo de presagios.Tendras que acostarte, huir de este lugarantes de que la luz te restituyaesa imagen de ti que ya conoces,indefensa a tus ojos, lastimosa.

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

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    Has tocado por hoy el fondo de tu noche:las ropas no guardan la correccin de unas horas atrs

    y tu lengua est torpe,has empezado a hurgar en la memoria

    y ya no hay quien te fe.lo ms sensato ahora sera retirarse.

    2Aqu, con conviccin, ya nada te retiene.Suena de nuevo idntica la msica

    y no es fcil andar sobre el untuoso suelo del local.Ha pasado la hora de raptarse alguna compaacon quien querer fingir la noche inacabable,

    y te ser mejor no recurrira invitados finales,errante cada cual en su constelacin,rezumando bebida como paredes hmedas,dispuestos a cualquier confidencia extempornea.

    Es infame el lugar. Tal vez lo fuera siempre;

    pero hasta hace poco era el teatroidneo para tus intenciones.Se trataba de malgastar el tiempo,uno ms entre la turbadora clientela,regresando al sabor bronco de noches apuradas,de ti mismo perdido y encontrado.El azar nos otorga reductos alejados de la severidad,momentneos reinos en donde nadie tratael enojoso tema de la vida,no importa si a conciencia o ignorantesde que la vida huye al ser nombrada.El azar nos obsequia y el azar nos despoja.

    As te ocurre ahora: la fiesta ha terminado,y con la fiesta termin el hechizo.

    3Has apurado el plazoque la noche te haba concedido,

    y a quien la luz ha de traerya lo conoces.Si vuelves hacia casa, con tus pasos

    volvern sus pasos. Y a tu fatigasu fatiga habr de acompaar.La fiesta ha terminado y queda su enseanza:como una vieja deuda contrada,nada hay ms imposible que escapar de nosotros.

    Ya se aproxima el alba, y nadie ignoraque todo plazo acaba por cumplirse,que toda deuda acaba por pagarse.

    4Ya ves; eso es lo que te aguarda, si te marchas,y lo que aqu te espera no es mejor.Conoces de antemano cul ser tu conducta:sopesars los dos ofrecimientos que posees-la despoblada soledad de una fiesta ya extinta,

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

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    la habitual afrenta de estar solo contigo-y antes de encaminarte hacia la casaapurars la noche un poco ms.(Un poco ms, a estas torpes alturas de tu vida,no puede ser muy malo.)La fiesta ha terminado. Y aqu viene la luz,la vieja hiena.

    Has apurado el plazoque la noche te haba concedido,

    y a quien la luz ha de traerya lo conoces.Si vuelves hacia casa, con tus pasos

    volvern sus pasos. Y a tu fatigasu fatiga habr de acompaar.La fiesta ha terminado y queda su enseanza:como una vieja deuda contrada,nada hay ms imposible que escapar de nosotros.

    Ya se aproxima el alba, y nadie ignoraque todo plazo acaba por cumplirse,

    que toda deuda acaba por pagarse.

    De "El ltimo de la fiesta" 1986

    La edad del paraso

    A Csar Simn

    Supongamos que exista -argumentaste-ese lugar que el hombre ha ambicionado,desde que al primer hombre le ofendila luz, que se perda; el tiempo, que no vuelve;la belleza, que exalta, pero que no apacigua;o la felicidad, que, aunque la merezcamos,parece inmerecida; ese lugar que es sumade todas nuestras cuentas pendientes con la vida,ese lugar en dondelos das no nos dejan su rencorosa huella,

    y todo all es ameno, y se escucha la msica,y no hay cuerpos enfermos, ni hay tentacinni hay fieras.

    Supongamos.

    Vayamos ms all. Imaginemos-y es mucho imaginar-que se te concediera la ocasinde acceder a ese llmalo Cielo,o Arcadia, o Nolugar,

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

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    o Tapiado Jardn, o Paraso,y que fueses capaz de permitirte-y que te permitieran-escoger t la edad con que vivir,o, ms exactamente, perdurar,en esa paz ajena al rapto de esta vida.Supnlo.

    Imagnatelo,y dime con cul de las edadesde toda nuestra edad desearashabitar para siempre el Paraso?Querras regresar a la inocenciatenaz y sostenida de la infancia,en donde fuimos dioses y demoniosal tiempo y sin saberlo?O volver a arriesgar en la estacin violentallamada juventud, que nos abrasaslo con pronunciarla? No te hechiza,acaso, el equilibrio de la mediana edad,cuando lo que ya sabes,

    cuando lo que te queda por conocer an,ni te arrebata el sueo ni te aflige?O por qu no escoger la carta venerablede una vejez ya de vuelta de todo:la madurez ingrata,la juventud candente, la infancia sin memoria?

    Me dej sin aliento la pregunta,y no por lo intrincado de su formulacin,tampoco por su tema, aventurado, abstruso,sino por el momento en que la realizaron:estbamos bebiendo, y la noche flua,por entre la terraza de aquel bar,igual que un ro en paz con su conciencia.

    (La buena educacin no nos pemlitecolocar a la gente en aprietos nocturnos,sugerirle que ordene la vida, el universo,en una improvisada charla de caf.)Sal del paso con un par de bromas

    y el fluir de la noche prosigui hacia su nada.Sin embargo, hoy regresohasta aquella reunin y sus preguntas,no s si por un caprichoso azar de la memoria,o si porque contraje esta pequea deuda,para conmigo mismo.

    Supongamos.

    Qu es ese Nolugar,ese Jardn, qu es ese Paraso?Parece en los relatosun limbo insoportable de fantasmas,un lugar en el cual no existe la inquietud,porque no existe nada de lo cual inquietarse.

    Y, dime, en ese caso,a qu viene desear otra infancia,una sabia vejez? La juventud candente,

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

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    dime, a quin le importa?Ahora bien, si ese Cielo,fuese un trasunto nuevo de esta vida,una nueva ocasin donde enmendarnuestro propio fracaso, en el fracasototal de la existencia; otro momento,para poder decir lo nunca dicho,otra noche en su cama hasta matarnos,otro viaje, otro trago y otro precio,

    ya veis, a fin de cuentas, otra vidasin fin y sin castigos; en ese caso, pues,poco me importa volver para ser niootras mil veces ms, o regresarcomo cualquier anciano, como un joven sin tregua,porque regresara incluso como un perrotirado en la basura.

    Pero de lo contrario no contis conmigo,pasad la pgina, apagad la luz,conceded mi rincn a quien quiera ocuparlo,

    y a m perdedme luego,en ese otro lugar en donde nada existey que es ms viejo an que el Paraso.

    De "Los pases nocturnos" 1996

    La fruta corrompidaA Vicente Gallego

    Durante un meditado desayuno,en una portentosa maana de verano-lo gloria de un verano escolar y salvaje-,pel la fruta lento, fervoroso.Saba ya que el verano y la frutason tesoros a flote de un paraso hundido.

    Y cuando satisfecho la mord,apareci su hueso descompuesto,su carne corrompida y su gusano.

    Para la mayor parte de este mundo,una ancdota as no es ms que un accidentedel mundo natural, y para otrosuna amarga metforaen donde se resume la existencia.Quin sabe...

    Ahora recuerdoaquella noche en que me despertconfundido de un sueo en donde haba agua,

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

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    y encamin mi sed a la cocina.Como un resucitado di la luz,aproxim mis labios hasta el agua

    y, justo en el instante en el que fui a beber,alc la vista y vi a la cucaracha sobre el grifo,observndome, ciega, entre los ojos.

    Quin sabe, otro accidente...

    Aquella cucarachatodava me observa, complacida,detrs de la mirada de algn tipo,desde detrs de los absurdos lmitesde la podrida carne de los das.

    De "Los pases nocturnos" 1996

    La lluvia en Regents Park

    Debe de estar lloviendo en Regent's Park.Y una suave neblina har que se extravela hierba en el perfil del horizonte,los robles a lo lejos, las flores, los arriates.Pausada, compasiva, descender la lluviahoy sobre el corazn de la ciudad,su angustia, su estruendo,sobre el mnimo infierno inabarcable

    de cada pobre diablo.Igual que aquella tarde en la que fui feliz,igual que aquella lluviaque me purific, caritativa.

    En las horas peores,cuando el desierto avanza,

    y no hay robles, ni hay hierba, cuando piensoque no saldr jams del laberinto,

    y siento el alma sucia,y el cuerpo, que se arrastra,cobarde, entre la biografa,la lluvia, en el recuerdo, me limpia, me acaricia,me vuelve a hacer an digno,an merecedorde algn da de gloria de la vida.La amable, la misericordiosa,la dulce lluvia inglesa.

    De "Los pases nocturnos" 1996

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

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    La pequea durmiente

    No es que el mundo est bien: es que no existe.

    No hay nada alrededor:slo tu sueo.Nada tiene ms ley que tu abandono,tu suave abjuracin ,la dulce apostasa que te ausenta.No hemos fundado el mundo: nunca cambia.Pero este cuadro es nuevo-padre e hija-,porque slo el amor es diferente,sin por ello dejar de ser lo mismo.El anchuroso mundo, que no importa,gravita en torno a ti: lo has imantado,

    y vive irreprochable hacia tu brjula.Lo innmero se rinde a tu unidad sencilla.

    Durmiente flor desnuda en mis palabras,adormidera de los desencantos,prstina amapola plida.

    De "Metales Pesados" 2001

    Las cosas han cambiado...Las cosas han cambiado,

    y todo sigue igual que ha estado siempre.Sabas que una vida no era lugar bastante,

    para lo que una vida deba merecer,y hoy sigue sin bastarnos.

    Antes no habalugar al que negar, no haba sombra, puerto,un ms all del viaje donde decir ya basta,hemos dado por fin con el final del tnel,

    y hoy el tnel, el puerto, la sombra y el finalestn igual de lejos. Suma y sigue.

    En el amor no habanada distinto al resto de las cosas,pero s era distintoese juego violento al que apostar la vida,

    y que a veces mova las estrenas,la luz de la conciencia, y al que hoy sigues jugando,

    y en l te va la vida.Las palabras no ofrecen

    la nave que abre el mundo, ni hoy ni entonces,pero algunas palabras, al trazar una historia,

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

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    con su amarga beneza, que no nos abre el mundo,nos lo hacen habitable.

    De unos tiempos sin gloriaa otros sin gloria. Tal como sucedaayer, quien se equivoca no ha de volver atrs.Slo el orgullo nos mantiene en pie,

    y el miedo a empeorar en adelante.Las cosas han cambiado.

    Y ni ms sabio,ni deseos ms puros,

    ni ms fuerte.Todo es igual. Han cambiado las cosas.Nada de lo que diga importa demasiado,

    y todo sigue en el lugar de entonces.

    De "Los pases nocturnos" 1996

    Los pases nocturnos

    A Manuel A. Bentez Reyes

    Hay una geografa de la mente.Hay paisajes nocturnos, igual que hay territoriosen donde un sol dichoso se eterniza.Hay pases de sombra que regresanen el maldito tren de largo recorrido

    con parada en nosotros.Hay un desierto de la inteligencia,y he navegado ocanos sin luzal fondo de unos ojosque no tenan fondo.

    No es una nueva dimensin del mundo.El primer hombre ya explor la tierraen su vastedad negra; le bast un instantede autntico dolor, para haber fatigadolos trenes, los desiertos, las selvas y los ojos.

    Estas desordenadas palabras en la nieblano pretenden servir, ahora ni nunca,

    de acta fundacional de ninguna ciudad.Estas ciudades han sido desde siempre

    y viven en el alma,alzadas en un aire enrarecido,callejn neblinoso por donde ya anduvimos,extrarradio feroz al que nos condenaron.

    Explorador sin suerte,viajero del mundo que has perdidoel Sur y el Norte, y el avin de regreso

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

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    hacia una patria un poco ms amable.Hermano equivocado que estuvisteel da equivocadoen el equivocado centro de tu vida,equivocando el modo de escaparte.

    Hay una geografa de la mente.Hay un teatro donde se representanuestro viaje hacia nosotros,desde nosotros mismos.

    Y en la escena final del acto ltimohay un barco que se hunde en un hielo brumoso,mientras en los salonesuna orquesta fantasmaacomete un vals para los muertos.

    Adivina quin fue invitado a los salones,adivina quin baila la msica fantasma,

    y adivina quinse hundi con ese barco.

    De "Los pases nocturnos" 1996

    Lugar rupestre

    Con la sed ms anciana,arrodillado,para encontrarle el cauce al agua tuya,me he baado de ti,linfa radiante;me he prosternado en ti,nunca ms joven.En la gruta que parte en dos tu cuerpo,me he marchado por fin de mis orillas,me he sumido en tus labios,con mis labios.Mi saliva te hablaba sin idiomas.Con la humedad sagradahe dibujado,en la pared de sedas de tu sima.

    En resina salobre del deseo,he dispuesto una rosa,y la he mordido.Ech a volar un ave,

    y la he matado.Un hombre haba en pie,

    y ahora no hay nada.

    De "Fuera de m" 2003

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

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    Media vernica para don Manuel Machado

    La crtica, tan crtica, tan lista, me ha indicadoque soy nieto cercano de don Manuel Machado.

    Y aunque lo puse fcil, lo normal es el hechode que jams los crticos embistan por derecho.Hay que ensear el trapo, embarcarlos muy lento,darles tiempo a pensar, lidiar con fundamento.Si se les saca un pase ya es toda una faena;lo normal es que doblen las manos en la arena.Qu le voy a contar, don Manuel.

    He pensadoque usted, en su barrera, me observa con agrado.

    Me ve cargar la suerte y jugar bien las manos,lo que no es muy frecuente entre nuestros hermanos.Disfruta con los plagios con que le doy salidaa ese toro con guasa del hierro de la vida.

    Y aunque mi repertorio es corto y sin alardes,puedo estar en poeta, al ao, algunas tardes.Por eso le he copiado -para usted, don Manuel-esta media al gitano, de Paula, Rafael.

    Venida de muy lejos, mientras me quedo quieto,oscura, lenta y nica. Para usted, de su nieto.

    De "La vida de frontera"

    ..T ...

    Cuando deje las sbanas, maana,pensar que mi sueo de la nocheno ha sido slo un sueo

    y que lo que me aguarda no es la huraa

    maana de maana.Acoger mi cuerpo esperanzado,como un feliz presagio inmerecido,

    y si hay un cuerpo a1lado,ser maravilloso descubrirlo,saber que las monedas que he pagadoDe La vida de frontera

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

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    Meditacin abstrusa

    Es extrao. Si tratode recordar el fuego de las noches sagradas,un verano violento -como cualquier verano-,con su luna de sangre y crepitar de brasas,recuerdo esa violencia y la felicidad,recuerdo el fuego, pero aqu no est el fuego,aunque yo s que arda en esas noches.

    Resulta sorprendente. Si vuelvo atrs la vista,hacia nuestras reuniones, s lo que confesamos,rememoro el ingenio de los viejos amigos,puedo escuchar la risa,

    y esa desesperanzade la que se alimenta cualquier joven,porque se sabe fuerte, invulnerable.

    Y, sin embargo, aqu, en la presente noche,nadie se re ya, y la desesperanzano es siempre un alimento adolescente.

    Es curioso. Si mirolas pginas de un libro, o esos rostrosque hablan en la pantalla y nos conmueven,

    yo s que nunca fueron, como s s que fueronmi fuego y mis amigos,son palabras que nadie ha pronunciadoal margen de esos libros, son los rostrosde quien prest su rostro a quien no existe,

    y sin embargo estn en esta misma noche,y son y me acompaan y me ayudan.

    Lo que parece eterno en la memoriaha dejado de serlo, y lo que nunca

    vivi en nosotros mismos es nuestra eternidad.Es extrao, es curioso, es sorprendente:no estoy del todo en m, y cuando acudoa lo que deb ser, todo ha cambiado.Estoy donde no estoy, y en lo que no soy yo,

    y hasta en no importa dnde,y hasta en no importa cundo.

    De "Los pases nocturnos" 1996

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

    19/26

    Metal pesado

    Igual que suceda, siendo nios,con las mgicas gotas de mercurio,que se multiplicaban imposiblesen una perturbada geometra,

    al romperse el termmetro, y daban a la fiebreuna ptina ms de irrealidad,el clima incomprensible de los relojes blandos.

    Algo de ese fenmeno concierne a nuestra alma.En un sentido estricto, cada cuales obra de un sinfn de multiplicaciones,de errores de la especie, de conquistascontra la oscuridad. Un individuoes en su anonimato una obra de arte,un atvico mapa del tesorotatuado en la piel de las genealogas

    y que lleva hasta l mismo a sangre y fuego.No hay nada que no hayamos recibidoni nada que no demos en herencia

    Existe una razn para sentir orgulloen mitad de esta fiebre que no acaba.Somos custodios de un metal pesado,lujosas gotas de mercurio amante.

    De "Metales Pesados" 2001

    Olor a miedo

    Yo puedo oler el miedo en cualquier parte.Y por saberlo no hay que perder la calma.No es un hecho asombroso. Es slo un hecho.

    Parece que no hay nada fuera de lo corriente,y, sin embargo, hay miedo,hay un rumor obsceno, que es la vidalatiendo por debajo de la vida.

    La cuerda del violn se tensa demasiado,

    la caldera estallar dentro de unos momentos.Y todo es como siempre.

    La muchachabaila medio desnuda en mitad de la pista,y unos tipos babean en la tiniebla espesa.

    (Todo en calma. Sin novedad en el frente.Y el silencio se afila poco a poco.)

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

    20/26

    Dos novios, embobados,ella con la cabeza sobre el hombro de l,escuchan a las sombras hablar en la pantalla:

    Arranca y vmonos. Qu mierda de pas.Desde hoy en adelante,s6lo ser mi hogar la carretera.

    (No hay nada que objetar. No hay nada que temer .)

    Los baistassudan al sol de un verano implacable;del chiringuito prximo, penosa,llega la consabida cancin de un transistor.

    (Y las saetas estn a punto de alcanzar su lmite,el agua hirviendo se desborda del mundo,

    y aunque nadie lo advierta,ahora es la vida un hierro al rojo vivo.)

    No hay nada que temer, no hay nada que objetar,

    todo bajo control y todo en calma,y, sin embargo,hay una vida que arde debajo de la vida,

    y un clamor insufrible que alimenta el silencio,y un continuo rumor en mitad de la nada.

    Que cada cual acepte su condena:yo puedo oler el miedo en cualquier parte.

    De "Los pases nocturnos" 1996

    Pluscuamperfecto de futuro

    Cuando deje las sbanas, maana,pensar que mi sueo de la nocheno ha sido slo un sueo

    y que lo que me aguarda no es la huraamaana de maana.

    Acoger mi cuerpo esperanzado,

    como un feliz presagio inmerecido,y si hay un cuerpo a1lado,ser maravilloso descubrirlo,saber que las monedas que he pagado(y las monedas con que me ha comprado)han sido las monedas del amor,que pagamos con gusto y por el gusto,locos de amor los dos.

    Y amar, esa maana, extraamente,ser la redencin de nuestros actos

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

    21/26

    pasados y futuros,y el hecho del amor, en su presente,ser como la historia sin la historia,un cuento que contamos con los cuerpos

    y que tiene sentido,lleno de ruido y furia compartidos.

    Y si despierto solo,despertar contento de estar solo,por la simple razn de estar conmigo,que soy el viejo amigode algunos buenos ratos que he vivido.Se inundar la casa con el sol,

    y si no hay sol se inundar de gris,un gris reconfortante, de Pars,que es la ciudad que tiene un gris ms sol.Har mis abluciones matinales

    y har la colacin,y respecto al milagrode que los alimentos alimentenhar una reflexin

    profunda, sorprendente, que alimentelas estancias del alma y que d calmaa un alma que ama la contemplacin.Para el resto del da tendr planes

    y hasta tendr esperanzas,que ya es tener bastante un mismo da,

    y en un claro derroche de energatendr la conviccin de que los planes

    y hasta las esperanzasno son la ms completa tontera.Nacer a mi ciudad,como si fuese la primera vezque nazco y que la veo,contento de nacer y de fundar,igual que un gran viajero, mi ciudad,quiz un lugar tranquilo junto al mar,donde esperar consiste en encontraruna buena razn para esperarel paso de los das.

    Ya la ciudadana,que, comnmente, es una porquera,una viciosa tropa indiferente,habr de comprenderla, y, comprendindola,comprender toda su indiferencia,su desprecio, porque tendr concienciade que quien ms quien menos (y me incluyo)tiene una innoble historia que contar,

    lo cual, si no inocentes,nos vuelve dignos de algo de piedad.Ser un husped del tiempo, un invitadoque aspira a estar contento y al cuidadode las horas, hasta lograr que el tiemposea por fin mi lquido elemento,

    y no un andn desierto en que aguardartrenes de paso hacia ningn lugar,cansado, el pensamiento, de sentir,

    y de pensar, cansado el sentimiento.

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

    22/26

    Toda la peor vida de la vida,que a veces es la nica que ocurre,le habr ocurrido a un yo que no conozco,un yo que a fuerza de desconocidoconvierte en no vivido lo vivido,

    y el yo que reconozco, el que compartela vida preferida(sa que ha estado siempre en otra parte)sera mi yo ms mo.

    Y la vida que venga ser fcil,o lo parecer (que ms me da)ser la dulce vida,

    y por dulzura y por facilidadser una eternidad mientras me dura,aunque slo me dure un da ms.Por eso, ms que un da,mi da de maana es el proyectode un tiempo por llegar:es el pluscuamperfecto de futuro.

    Ya slo hay que aprenderlo a conjugar.

    De "La vida de frontera"

    Sangre joven

    Quiero tu sangre joven, que es querertodo lo que la vida an no ha podido hacerte.De lo que me alimentoes de esa intil sangre esperanzada,de cuanto s que ignoras hasta hoy,

    y que ms nos valdra que no supieses nunca.De esa manera, por obra de tu sangre,creo en lo que no creo, y olvido lo que sque te ha de suceder. Quiero esa risaque an no ha tenido tiempo de hacerse prudente,de pensarse dos veces si reres celebrar el mundo o lamentar su estado.Envidio el que no hayas vendido

    ninguna alma al diablo, y que bailes con la la luz de la luna, a veces, sin conciencia.Juego contigo, porque no sabes las reglas,ni siquiera las de tu propio juego,

    y mientras las aprendessoy el que ya no soy desde ya no s cundo.Quiero la impunidad con que te entregasa la tarea de vivir la vida,sin paz, sin horizonte, sin infierno,que son el argumento de las vidas ajenas.

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

    23/26

    Vindote hacerlo, se diraque desconozco todo lo que conozco.

    As es tu sangre.Ya sabes lo que busco.

    Qu tristeza que el tiempo, o yo, o t mismatengamos que matar, en ti, toda tu sangre.

    De "Los pases nocturnos" 1996

    Servidumbre de paso

    En nuestra sumisin nos consumamos,

    en nuestra servidumbre nos crecemos,vivimos a comps,en la angostura de un andar errtilque nos da la amplitud,al comprenderla bella anomala de este viaje.

    Nmadas en esencia,muchedumbreque cruza en extravodel uno al otro lado de nosotros,polizonesen la nave del mundo,

    huspedesal amparo de nadie,en deuda con la vida, que est en deudacon el secreto amor que profesamosa todo trance siempre hacia la vida.

    Aptridas por fuerza en nuestro espritu.

    A la buena de un dios en descalabro,clandestino de m,pobre de qu.seor de dnde,en un inacabable deambular,al arte por el artede estar vivo.

    Un vaso de agua fresca al transente,un pedazo de pan al vagabundo,un puado de sal al peregrino,que voy en trashumancia,que voy de merodeo,

    voy de paso.

    De "Metales Pesados" 2001

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

    24/26

    Ubi suntTodo est en donde estuvo, todo lateen el primer latirde la primera aurora cautivada,

    y en su cautivo corazn en plpito.Todo fluyeen el mismo fluir de un mismo ro,por el agua tenaz de un cauce idntico.

    Acaso es que no sientes en tu piella salvaguardia de otra piel pretrita,las sangres centinelas de tu sangre,

    las sombras que fecundan a tu sombra?No sabes escuchar bajo la vozlos coros primordiales de las voces,ni el ser de la palabra en cuanto somos,ni el eco de vivir en lo que hablamos?

    Lo que antes eran hombres hoy es tiempo,las mujeres que han sido son del aire,la arena vagabunda, nuestros hijos.

    En el volar, no ves el vuelo inmune?No amas, en el amar, el amor nico?

    A fuerza de mudarse, nada cambia;de tanto discurrir, todo est inmvil.Hay una sola frente pensativaque entiende la hermandad de cuanto existe

    y en cuanto ha muerto ve lo que no muere.

    Qu se fizieron, pues. D los escondes?

    Cierra los ojos para ver ms claroy sal fuera de ti para morar contigo.

    Un mar de lgrimas

    Sufrirs. Ya has sufrido.Tal vez ests sufriendo.

    Y aunque sepas por qu (si es que lo sabes),

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

    25/26

    ese conocimiento no ser tu consuelo.

    El adis a los tuyos; el azar,implacable; la incgnita del cielo,todo lo que se pierdehechos y vida abajo, tiempo abajo,o tambin vida arriba, hacia lo que te espera,todo, configura el sabor de tus lgrimas,un sabor sin sabor, ya que no lo compartequien te ha visto sufrir-no puede compartirlo-,un sabor que no entiendes,un cmulo de lgrimas que trazan,no s dnde,un mar por el que bogan,

    y no s para qu,intiles por siempre, inconsolables,quin sabe desde cundo,su alma,tu alma

    y la ma.

    De "Los pases nocturnos" 1996

    Uno y ninguno

    l cree saber quin soy, y se equivoca.T puedes desandar, paso por paso,toda la historia, todos los detallesque dibujen un rostro, pero no ser yoquien est dibujado en ese rostro,aunque sea mi rostro el dibujado.Cualquiera que no sepa de m lo sabe todo.

    Yo no s quin soy yo, pero estoy en lo cierto.

    Esta acumulacin de paradojasexige un comentario y una pausa.(Las palabras se pueden urdir y desurdir,

    hasta no decir nada, queriendo decir todo.)Cualquier hombre es ninguno, y es leginy es nadie y uno mismo.Y ahora que ya lo sabes, date cuenta:ests equivocado por completo.

    De "Los pases nocturnos" 1996

  • 8/3/2019 Carlos Marzal

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