Carlos Reyes Sahagún La Convencion Militar Revolucionaria de Aguascalientes

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Una vez que el general Victoriano Huerta renunció a la presidencia de la República, en julio de 1914, y el Ejército Constitucionalista tomó la ciudad de México, una nueva amenaza apareció en el horizonte: la ruptura entre el Primer Jefe, don Venustiano Carranza, y el general Francisco Villa. Para evitar esta posibilidad, tuvo lugar en Aguascalientes la reunión que pasó a la historia con el nombre de Convención Militar Revolucionaria de Aguascalientes. Pese a que no evitó la ruptura y la guerra que asoló al centro del país en el primer semestre de 1915, la Convención es considerada como un antecedente de la Constitución de 1917. Este trabajo ofrece una visión de conjunto de los temas tratados en la asamblea, los principales acontecimientos, así como una interpretación de la función que este evento cumplió en el contexto de la Revolución Mexicana.

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LA CONVENCION MILITAR REVOLUCIONARIA DE AGUASCALIENTESCarlos Reyes SahagnEN BUSCA DE LA LEGALIDAD PERDIDA

En Iberoamrica ha sido comn asignar el trmino revolucin a cualquier movimiento tendiente a derrocar al gobierno establecido, sea legal o no, aunque a final de cuentas los cambios sean slo de forma o de personas. Sin embargo una revolucin es mucho ms que eso, ya que pone en marcha fuerzas que conmueven a una sociedad hasta sus cimientos, produciendo cambios notables en tiempos relativamente cortos, de tal manera que la nueva sociedad surgida del cataclismo resulta en gran medida algo nuevo en comparacin con la que ha destruido[footnoteRef:1]. [1: Vase, por ejemplo, la caracterizacin de las revoluciones que hace Arnaldo Crdova en LA FORMACION DEL PODER POLITICO EN MEXICO, cap, 2. Editorial Era. Tambin Enrique Semo, en Las revoluciones en la historia de Mxico, en HISTORIA MEXICANA, ECONOMIA Y LUCHA DE CLASES, p,p, 279 a 298. Editorial Era. ]

Con esta perspectiva en mente, es posible afirmar que la verdadera revolucin mexicana; la que destruy al Estado porfirista y sent las bases del Mxico contemporneo, no comenz con el maderismo, que finalmente result ser slo poco ms que un cambio de personal, sino con la promulgacin del Plan de Guadalupe, en la hacienda coahuilense del mismo nombre, el 26 de marzo de 1913, poco ms de un mes despus del golpe de Estado del general Victoriano Huerta.En este sentido, los asesinatos de Francisco I. Madero y Jos Mara Pino Surez hicieron las veces de detonador de esta revolucin que en pocos meses envolvi al pas con su fuerza destructora y sus ansias de renovacin.En efecto, el gobernador constitucional de Coahuila, don Venustiano Carranza, se lanz a la lucha en defensa de la legalidad perdida por la renuncia forzada de Madero. Sin embargo, Carranza no era un revolucionario; ni siquiera un reformista. En realidad se pareca mucho a Madero: terrateniente beneficiario del porfiriato, y liberal en el mejor estilo decimonnico. Lo nico que pretendi fue, justamente, restaurar la legalidad violentada. Y de qu legalidad se trataba? De la misma que defendi el apstol de la democracia, la que preconizaba la Constitucin de 1857, esa Carta Magna que sancionaba los derechos individuales permitiendo el libre juego de fuerzas econmicas y sociales que, al colocar estas dimensiones en la esfera de lo privado, provocaron la prepotencia del hacendado porfirista y el desamparo del pen, junto con los abusos laborales en la naciente industria nacional. Madero y Carranza eran parecidos, pero no iguales. Una mirada ms atenta nos revela las diferencias. De stas, quiero destacar una que me parece de capital importancia. En mayo de 1911, incorporado Carranza al gabinete de Madero, asisti a las conversaciones que culminaron con la firma de los Tratados de Ciudad Jurez y se opuso a ellos; sobre todo al interinato aceptado por Madero. Carranza argument que el movimiento iniciado el 20 de noviembre de 1910 no era personalista y nada se ganaba con la simple renuncia de Daz y Corral, ya que permanecera inclume la estructura porfirista. El entonces gobernador provisional de Coahuila concluy con una frase para la historia: revolucin que transa se suicida.Teniendo en cuenta lo anterior, cuando Carranza se lanz a la lucha fue por todo. Con su proverbial terquedad pele sin siquiera concebir la posibilidad de otorgarle la ms mnima concesin al enemigo. No acept una rendicin condicionada y slo considerara su labor terminada una vez que el Ejrcito Federal, eje de la contrarrevolucin huertista, fuera totalmente aniquilado. Justamente fue este uno de los factores de su triunfo. Sin embargo, a la larga el Primer Jefe termin cometiendo el mismo error que Madero, y con ello provoc los sucesos a que se refiere este ensayo.Efectivamente, contra Huerta Carranza fue por todo, pero su todo se cerraba en lo poltico, dejando de lado las ms caras aspiraciones del soldado que libr las batallas. Su objetivo fue restituir la legalidad y nada ms, pero la mayora campesina del pas pensaba otra cosa. Por ejemplo, en el manifiesto que los jefes zapatistas emitieron en agosto de 1914, se afirma que: El campesino tena hambre, padeca miseria, sufra explotacin y si se levant en armas fue para obtener el pan que la avidez del rico le negaba; para aduearse de la tierra que el hacendado, egostamente guardaba para s; para reivindicar su dignidad que el negrero atropellaba inicuamente todos los das. Se lanz a la revuelta no para conquistar ilusorios derechos polticos que no dan de comer, sino para procurarse el pedazo de tierra que ha de proporcionarle alimentos y libertad, un hogar dichoso y un porvenir de independencia y engrandecimiento[footnoteRef:2]. [2: Manifiesto de Milpa Alta, D.F. Citado por Arnaldo Crdova en LA IDEOLOGIA DE LA REVOLUCION MEXICANA, p, 152. Editorial Era.]

A pesar de que la declaracin anterior se produjo casi un ao despus de la proclamacin del Plan de Guadalupe, estoy convencido que desde un principio e incluso antes del llamamiento de Carranza, en el nimo del soldado comn y corriente, salido de ese pueblo ninguneado por los afrancesados porfiristas y carente de educacin, dominaba la esperanza de un mejoramiento en sus condiciones de vida, y no la obtencin de estos ilusorios derechos polticos que no dan de comer.Por otra parte, es interesante recordar la crnica que a propsito de la firma del Plan de Guadalupe escribi el entonces capitn Francisco Mgica. En ella se relata que cuando los reunidos en la hacienda de Guadalupe leyeron el plan que se someta a su consideracin, algunos comenzaron a proponer que se le agregaran las principales demandas sociales que de tiempo atrs preocupaban a muchos: reforma agraria, derechos laborales, etc. Carranza respondi con una pregunta: Quieren ustedes que la guerra dure dos aos, o cinco aos? La guerra ser ms breve mientras menos resistencia haya que vencer. Los terratenientes, el clero y los industriales, son ms fuertes que el gobierno usurpador; hay que acabar primero con ste y atacar despus los problemas que con justicia entusiasman a todos ustedes, pero a cuya juventud no le es permitido excogitar[footnoteRef:3]. [3: Citado por DJED Brquez en CRONICA DEL CONSTITUYENTE, p, p, 34 a 42. Ediciones de la Secretara de Hacienda y Crdito Pblico.]

La negativa de Carranza a incluir en su plan las reformas sociales aparece aqu como una simple cuestin prctica para que la lucha contra el dictador termine lo ms rpidamente posible. De cualquier manera, un cuidadoso anlisis de su trayectoria hasta Tlaxcalantongo demuestra que siempre estorb con todos los medios que tuvo a su alcance la realizacin de las reformas sociales. Carranza no era un revolucionario, y sin embargo se daba perfecta cuenta de que las reformas eran inevitables. Muestra de ello es el discurso que pronunci el 24 de septiembre de 1913 en Hermosillo. Ah seal que una vez terminada la lucha armada a que convoca el Plan de Guadalupe, tendr que principiar formidable y majestuosa la lucha social, la lucha de clases, queramos o no queramos nosotros mismos y opnganse las fuerzas que se opongan. Las nuevas ideas sociales tendrn que imponerse en nuestras masas, y no es slo repartir tierras, no es el "sufragio efectivo", no es abrir ms escuelas, no es construir dorados edificios, no es igualar y repartir las riquezas nacionales. Es algo ms grande y ms sagrado: es establecer la justicia, es buscar la igualdad, es la desaparicin de los poderosos para establecer el equilibrio de la conciencia nacional[footnoteRef:4]. [4: Citado por Enrique Krauze, VENUSTIANO CARRANZA, PUENTE ENTRE SIGLOS. Biografa del Poder, No. 5, p,p, 41 y 43. Fondo de Cultura Econmica.]

En esta cita puede apreciarse la aceptacin de algunas demandas sociales, aunque subordinadas a un liberalismo que con la dictadura porfirista demostr su incapacidad para regir con justicia las relaciones entre los mexicanos.Ahora bien, si Carranza no era otro Madero, tampoco era otro Porfirio Daz. Efectivamente termin por aceptar a regaadientes las reformas sociales, que l consideraba que no deban distinguirse de cualquier otro derecho individual como la "justicia", la "libertad" y la "igualdad", enmarcados en el Estado liberal que soaba. Pero cuando se vio obligado a aceptar estas demandas sociales -tierra, derechos laborales, etc.- impuso una condicin: su realizacin estara supeditada al Estado, que se encargara de encabezarlas y sancionarlas. O sea que no estara permitido que los grupos se hicieran justicia por s mismos. Para decirlo de otra manera, solo aquello que pasara por el Estado sera vlido; el mismo acto, si no contaba con la bendicin estatal, sera condenado y combatido. Si bien esta actitud sent un precedente clave en la accin del Estado mexicano posrevolucionario, en ese momento constituy una sutileza que el ruido de los caones impidi notar.Independientemente de lo anterior, la revolucin continu su marcha arrolladora hacia el sur: en el noroeste las fuerzas dirigidas por el general lvaro Obregn recorrieron la costa del Pacfico hasta apoderarse de Guadalajara a principios de julio de 1914. En Chihuahua y Coahuila, la Divisin del Norte, al mando del general Francisco Villa, hizo estragos en el Ejrcito Federal al derrotarlo en Tierra Blanca, Torren, San Pedro de las Colonias y Paredn. En el noreste, el arquetipo de la mediocridad, el general Pablo Gonzlez y sus fuerzas, tambin hicieron su lucha. Finalmente en el sur, el Ejrcito Libertador del Sur, encabezado por el general Emiliano Zapata, tambin hostilizaba al Ejrcito Federal.Mientras todo esto ocurra, en Carranza fue desarrollndose una aversin hacia Villa, provocada por algunos actos del Centauro del Norte, que al mismo tiempo comenz a dudar del Primer Jefe en relacin a la poltica y su actitud respecto a las reformas sociales.Casi desde un principio de la lucha estos dos hombres entraron en conflicto. Por ejemplo, a propsito de la orden de Carranza de colocar a la Divisin del Norte bajo el mando del Ejrcito del Noroeste, Martn Luis Guzmn le hizo decir a Villa lo siguiente: El seor Carranza, con grado de Primer Jefe del Ejrcito Constitucionalista, haba dispuesto que el general Obregn, hombre forastero en Chihuahua, mandara desde Sonora las fuerzas de nuestro estado, al igual que sus propias fuerzas. O sea, que iba a resultar jefe mo un hombre que estaba en la ignorancia de mis movimientos y que no poda saber el desarrollo de mi accin, en lo cual, segn yo creo, se vislumbraba tanto yerro como si a m, hombre revolucionario de Chihuahua, sin conocimiento de lo que estaban haciendo los revolucionarios de Sonora, me nombraran jefe del seor Obregn[footnoteRef:5]. [5: Martn Luis Guzmn, MEMORIAS DE PANCHO VILLA, en Obras Completas, tomo 2, p, 169. Fondo de Cultura Econmica.]

El primer roce de importancia entre ambos ocurri a fines de 1913, cuando las fuerzas conjuntas de Villa, Maclovio Herrera, Manuel Chao y Jos Rodrguez tomaron la ciudad de Chihuahua. En esa ocasin, estos generales nombraron a Villa gobernador del estado. Sin embargo el Primer Jefe haba elegido con anterioridad para ese cargo a Manuel Chao. Carranza, evidentemente ratific la decisin, contrariando con ello a Villa.Luego vino el asesinato del ingls William Benton, a fines de enero de 1914, que provoc un conflicto internacional.Segn Charles Cumberland, a fines de febrero Carranza decidi trasladar su gobierno de Hermosillo a Chihuahua, con el objeto de vigilar de ms cerca al jefe de la Divisin del Norte. Lleg all el 12 de abril, y no tard mucho en convencerse de que en definitiva no poda confiar en Villa.En efecto, abril de 1914 fue un mes preado de conflictos entre ambos jefes. Durante la segunda toma de Torren -marzo 22 a abril dos- Villa confisc las propiedades de espaoles y deport a los Estados Unidos a una buena cantidad de ellos, metindolos en trenes como si se tratara de ganado. Esto le provoc al constitucionalismo otro conflicto internacional, por las reclamaciones que los Estados Unidos hicieron, a peticin del gobierno espaol.Por otra parte a Villa, ms visceral que razonable al hablar, se le haba ido la lengua en ms de una ocasin. Al estadounidense George Carothers le dijo antes de la intervencin norteamericana en Veracruz, que si Carranza continuaba atacando a los Estados Unidos, l dejara de apoyarlo y convocara a una reunin de generales para obligarlo a cambiar de actitud o renunciar a su cargo[footnoteRef:6]. [6: Charles Cumberland, LA REVOLUCION MEXICANA, p, 125. Fondo de Cultura Econmica.]

Por lo que toca al conflicto suscitado a propsito de la gubernatura de Chihuahua, Villa no lo olvid y en abril pretendi cobrarse la ofensa. Sin consultar al Primer Jefe, orden a Chao que se incorporara a sus fuerzas y se dirigiera a Torren. Si bien Chao siendo gobernador del estado era administrativamente superior de Villa, en lo militar estaba bajo sus rdenes. Chao se neg a obedecer amparndose en su cargo, y Villa orden su fusilamiento acusndolo de insubordinacin. Carranza evit la ejecucin y restableci a Chao.Finalmente, fue a propsito de la batalla de Zacatecas cuando hizo crisis la tormentosa relacin entre estos caudillos.

A ZACATECAS SIN PERMISO

Zacatecas era en junio de 1914 prcticamente el ltimo bastin huertista de importancia en el pas. En gran medida, derrotar a los federales ah significaba tener va libre a la capital del pas. Para el efecto, Carranza orden a principios de junio que fuerzas de los hermanos Arrieta, Martn Triana y Pnfilo Natera atacaran la ciudad. Adems del objetivo militar, Carranza pretendi mostrarle a la opinin pblica que no slo Villa era capaz de ganar batallas. Era de todos sabido que el jefe de la Divisin del Norte haba dejado ver en varias ocasiones que l era el nico general con capacidad para derrotar a Huerta.En varias ocasiones el Primer Jefe orden a Villa enviar una parte de sus tropas para apoyar a Natera, que funga como jefe de la Divisin del Centro. Este se neg alegando pretextos intrascendentes, y afirmando que l debera ir con toda la divisin. Por fin, el da 12 Villa anunci su resolucin de retirarse del mando de sus tropas. Carranza vio la anhelada oportunidad y rpidamente acept, nombrndolo gobernador de Chihuahua. Al mismo tiempo, pidi que los principales jefes de la divisin designaran al sucesor. Estos no slo se negaron a hacerlo sino que pidieron a Carranza que rectificara su decisin. El Primer Jefe se neg y los generales villistas nuevamente impugnaron la orden de Carranza considerndola impoltica, anticonstitucionalista y antipatritica[footnoteRef:7]. Luego agregaron lo siguiente: sabemos muy bien que esperaba usted la ocasin de opacar un sol que opaca el brillo de usted y contrara su deseo de que no haya en la revolucin hombre de poder que no sea incondicional carrancista; pero sobre los intereses de usted estn los del pueblo mexicano, a quien es indispensable la prestigiada y victoriosa espada del general Villa[footnoteRef:8]. [7: Vito Alessio Robles, LA CONVENCION REVOLUCIONARIA DE AGUASCALIENTES, p, 24. Biblioteca de la Universidad Autnoma de Coahuila.] [8: ibid, p, 25.]

Probablemente nadie hasta entonces se haba atrevido a hablarle en ese tono a Carranza. De cualquier forma, el fin de este episodio qued pendiente y la Divisin del Norte, desobedeciendo a Carranza, se lanz sobre Zacatecas y la tom el 23 de junio.Mientras tanto, jefes de la Divisin del Noreste presionaron a Carranza para que se reconciliara con Villa. Para ello se acord realizar en Torren una serie de reuniones entre los representantes de ambos ejrcitos. En estas conferencias, que se realizaron del cuatro al ocho de julio, la Divisin del Norte reconoci a Carranza como Primer Jefe del Ejrcito Constitucionalista, y los delegados del Ejrcito del Noreste aceptaron a su vez, que el general Villa continuara al frente de la Divisin del Norte. Asimismo sugirieron que Carranza nombrara un gabinete responsable y con autoridad, que sera propuesto por los gobernadores de los estados.Tambin acordaron las siguientes cuestiones que, por su importancia, cito textualmente: El Presidente Interino de la Repblica convocar a elecciones generales, tan luego como se haya efectuado el triunfo de la Revolucin, y entregar el poder al ciudadano que resulte electo.Ningn jefe constitucionalista figurar como candidato para presidente o vicepresidente de la Repblica en las elecciones de que trata la clusula anterior.Al tomar posesin el ciudadano Primer Jefe del Ejrcito Constitucionalista, conforme al Plan de Guadalupe, del cargo de Presidente Interino de la Repblica, convocar a una Convencin que tendr por objeto discutir y fijar la fecha en que se verifiquen las elecciones, el programa de gobierno que debern poner en prctica los funcionarios que resulten electos y los dems asuntos de inters general. La Convencin quedar integrada por delegados del Ejrcito Constitucionalista nombrados en junta de jefes militares, a razn de un delegado por cada mil hombres de tropa.Finalmente vendra la llamada "clusula de oro": Siendo la actual contienda una lucha de los desheredados contra los abusos de los poderosos, y comprendiendo que las causas de las desgracias que afligen al pas emanan del pretorianismo, de la plutocracia y de la clereca, las Divisiones del Norte y del Noreste se comprometen solemnemente a combatir hasta que desaparezca por completo el Ejrcito ex Federal, el que ser sustituido por el Ejrcito Constitucionalista; a implantar en nuestra nacin el rgimen democrtico; a procurar el bienestar de los obreros; a emancipar econmicamente a los campesinos, haciendo una distribucin equitativa de las tierras o por otros medios que tiendan a la resolucin del problema agrario[footnoteRef:9]. [9: El Pacto de Torren en PLANES POLITICOS Y OTROS DOCUMENTOS, Fuentes para la Historia de la Revolucin Mexicana, tomo 1, p,p, 154 a 156. Seleccin de Lilia Daz. Fondo de Cultura Econmica.]

Probablemente Carranza rechaz en su fuero interno cada uno de los puntos emanados de las plticas de Torren, excepto aquel en que se le reconoca su carcter de Primer Jefe del Ejrcito Constitucionalista y Presidente Interino. En cuanto a los dems, el coahuilense era la clase de persona que no tolera que se le imponga algo; y ahora pretendan obligarlo a aceptar un gabinete que adems contara con autoridad y responsabilidad propias. Se le imponan una convencin encargada de fijar la fecha de las elecciones y la formulacin de un programa que obligara al presidente electo, pero sobre todo, se le imponan las reformas sociales. Tambin es preciso sealar la importancia de la clusula que excluye a los jefes constitucionalistas de la contienda electoral. Al introducirla, los villistas pretendan limitar las ambiciones polticas de Carranza.Pocos das despus, El Primer Jefe contest diciendo que convocara a una junta a la que asistiran todos los generales con mando de tropa, ms los gobernadores. Los temas a tratar seran las reformas a realizar durante el gobierno provisional, y lo concerniente a las elecciones[footnoteRef:10]. [10: Es interesante sealar el hecho de que la mayora de las veces en que Carranza se refiri a la convencin, lo hizo llamndola "junta". Me da la impresin de que el uso de la palabra oculta una bofetada con guante blanco a la asamblea, una forma sutil de insultarla, de restarle importancia.]

Como puede verse, el jefe de la revolucin introdujo un elemento no acordado en Torren. Se trata de la participacin de los gobernadores, que luego sera impugnada por los villistas.Mientras esto ocurra, la Divisin del Norte, una vez tomada Zacatecas regres a Torren. Carranza, para evitar algn mal mayor -segn su parecer- orden que tropas del Ejrcito del Noreste se situaran en lugares estratgicos, previendo que los villistas pretendieran avanzar hacia el sur, al mismo tiempo que se le negaba carbn para sus trenes. Por su parte el Ejrcito del Noroeste al mando de Obregn, rompi la resistencia huertista en el occidente del pas, al derrotar al Ejrcito Federal en las batallas de Orenday y El Castillo, y avanz sobre Mxico. Victoriano Huerta renunci el 15 de julio y Obregn firm los Tratados de Teoloyucan el 13 de agosto. De esta forma termin la guerra contra el Ejrcito Federal, que fue disuelto.El hecho de que el fin de la dictadura se haya dado de esa manera, agreg un nuevo agravio a los muchos que Villa acumulaba contra Carranza. En su opinin haba sido su ejrcito el que rompi la resistencia de los federales librando las batallas ms duras y sangrientas. Por lo tanto, se crea con derecho a entrar a Mxico en primer lugar. Consideraba que Carranza le haba dado preferencia a Obregn impidindole el avance a l, slo por fastidiarlo...

INTERMEDIO

La segunda acta de los Tratados de Teoloyucan contiene una clusula que textualmente dice lo siguiente: Las tropas federales que guarnecen las poblaciones de san Angel, Tlalpan, Xochimilco y dems, frente a los zapatistas, sern desarmadas en los lugares que ocupan, tan luego como las fuerzas constitucionalistas las releven[footnoteRef:11]. [11: El texto de estos tratados, en lvaro Obregn, 8 MIL KILOMETROS EN CAMPAA, p,p, 158 a 161. Fondo de Cultura Econmica.]

Esta clusula result ofensiva para el Ejrcito Libertador del Sur. El abogado Antonio Daz Soto y Gama, uno de los principales idelogos del zapatismo, se pregunt: Por qu se sigui esa extraa conducta con los luchadores del sur, que sin duda eran dignos de mejor trato? Por qu se les consideraba indignos de participar de los honores del triunfo y de entrar victoriosos a la capital de la Repblica, junto con sus compaeros de lucha, los revolucionarios del norte? Por qu se les exclua as, infirindoles mal disimulado ultraje que en modo alguno se justificaba?[footnoteRef:12] [12: Antonio Daz Soto y Gama. LA REVOLUCION AGRARIA DEL SUR Y EMILIANO ZAPATA SU CAUDILLO. p, 168. Ediciones El Caballito.]

La respuesta era muy simple: Carranza pensaba como terrateniente y consideraba a Zapata y su gente como ignorantes agitadores de mente estrecha[footnoteRef:13]. Por si esto fuera poco, los zapatistas se haban "atrevido" a no reconocer la primera jefatura de Carranza, ya que este no despertaba la menor simpata entre los agricultores y los trabajadores del campo de Morelos. Senador de los congresos porfirianos, viejo corpulento e imperioso, de tez coloradota, anteojos oscuros y barbas a la Boulanger, montando en su caballo como si estuviese en un silln, Carranza era polticamente obsoleto[footnoteRef:14]. [13: La expresin es de Cumberland, ob cit, p, 160.] [14: John Womack, ZAPATA Y LA REVOLUCIN MEXICANA, p, 206. Siglo XXI Editores.]

Empero, pese al desprecio que senta por los zapatistas, Carranza intent llegar a un acuerdo con ellos una vez instalado en Mxico.El movimiento zapatista tuvo el mrito de haber sido la nica faccin de las que lucharon contra Huerta, que desde un principio cont con un programa social, incluso en fecha anterior al golpe de Estado huertista. Sin embargo, en mi opinin uno de los principales errores que los zapatistas cometieron consisti en ser incapaces de tener un sentido de las proporciones, tal vez producto de su radicalismo social. En efecto, en innumerables ocasiones se dirigieron a sus interlocutores como si fueran ellos los dueos de la situacin; como si estuvieran en condiciones de imponerles a los dems sus propias condiciones. Las negociaciones que a fines de mes emprendieron con los carrancistas fueron un ejemplo de esta actitud. En esa ocasin, varios miembros del movimiento constitucionalista se presentaron en Cuernavaca para conferenciar con algunos jefes zapatistas. El jefe del Ejrcito Libertador puso cuatro condiciones para evitar la guerra: los generales carrancistas deban suscribir el Plan de Ayala, el poblado de Xochimilco deba pasar a manos de los zapatistas, Carranza deba renunciar a su cargo o en su defecto aceptar un representante zapatista en el gobierno, con cuyo consentimiento actuara este.Durante la lucha contra Huerta, los de Morelos tuvieron una modesta aunque importante participacin, porque su presencia en los estados aledaos a la capital del pas oblig al Ejrcito Federal a mantener una cantidad importante de tropas en la ciudad de Mxico, que de otra forma hubieran podido agregarse a las que combatan a los constitucionalistas en el norte. Por tanto, merecan un lugar entre los triunfadores, pero sus condiciones eran exageradas, sobre todo las dos ltimas.Por si esto fuera poco, cuando Carranza sugiri la posibilidad de entrevistarse personalmente con Zapata, este no solo se neg a encontrarse con el Primer Jefe en los lmites territoriales de ambos -plantear un viaje a Mxico era para Zapata algo inconcebible- sino que le contest recomendndole se sirva pasar a esta ciudad de Yautepec, en donde hablaremos con toda libertad[footnoteRef:15]. [15: ibid, p, 196.]

Si las condiciones de Zapata para reconocer al lder de la revolucin constitucionalista eran inaceptables, las de Carranza no lo eran menos, ya que exiga el reconocimiento incondicional de los zapatistas a su Primera Jefatura. Nos encontramos aqu con una situacin que por desgracia ha sido ms comn de lo deseable en Mxico: el intento de dilogo entre Carranza y Zapata es un dilogo de sordos, ya que no admite posibilidad de acuerdo; ninguna de las partes se muestra dispuesta a ceder en algo.Por lo tanto, las negociaciones llegaron a un punto muerto. Los ojos de Carranza se volvieron hacia el norte; hacia el incmodo aliado de ayer al que quera someter y que tema, aunque nunca lo admiti, porque de acuerdo a la correlacin de fuerzas de ese momento, si haba alguien que estaba en condiciones de vencerlo, ese era Villa y su formidable Divisin del Norte.El personaje central de las negociaciones entre el villismo y el carrancismo durante el mes de septiembre fue el general lvaro Obregn, que vino a ser algo as como el medio entre los dos extremos, el puente entre la dirigencia de la revolucin y las masas. En cierta medida Carranza se apoy en Obregn porque no tuvo otra opcin. Si bien Pablo Gonzlez era polticamente ms afn al Primer Jefe, dada su integral nulidad, Carranza no poda respaldarse en l, as que no le qued otra opcin que hacerlo en Obregn, aunque no gozara de todas sus simpatas porque el sonorense cometi el pecado -a los ojos del Primer Jefe- de pensar por s mismo; de tener ideas propias. A diferencia de su jefe, Obregn estaba conciente de que la revolucin no sobrevivira si no otorgaba concesiones a las masas. Entonces se dispuso a explotar al mximo sus habilidades en bien de la causa y de sus propias ambiciones...El 21 de agosto, apenas unos das despus de su entrada triunfal en Mxico, inici un viaje que lo llev a Chihuahua y Sonora. Su objetivo fue solucionar los conflictos surgidos entre las tropas constitucionalistas y el gobernador del estado, Jos Mara Maytorena. De este primer viaje al norte, que concluy el 6 de septiembre, vale la pena destacar las Proposiciones de los generales Villa y Obregn sometidas a la consideracin del C. Primer Jefe del Ejrcito Constitucionalista[footnoteRef:16]. [16: lvaro Obregn, ob cit. p,p, 178 y 179.]

En este documento se incluyeron algunas cuestiones acordadas en Torren y otras nuevas, y se referan a la integracin de los tres poderes, tanto federales como estatales y municipales; las reformas a discutirse en el Congreso Federal, etc. De estas proposiciones hay dos de capital importancia: la inhabilitacin de jefes militares constitucionalistas, as como de otros que hayan ocupado cargos administrativos y polticos durante la contienda armada, para presentarse a contender por cargos de eleccin popular, y el nombramiento de juntas estatales que estudiaran el problema agrario y formularan un proyecto que sera convertido en ley por los congresos estatales.Obregn regres a Mxico y se present ante el Primer Jefe. A propsito de la entrevista que sostuvieron, el sonorense escribi que ninguno de los logros de su viaje fueron suficientes para hacer variar el criterio del Jefe en lo que se refera a las apreciaciones que tena hechas sobre Villa y sus intelectuales, mostrando poca fe en las promesas de aquellos hombres[footnoteRef:17]. [17: ibid, p, 180.]

Carranza contest a estas propuestas el 13 de septiembre aprobando una -la que lo proclamaba como Presidente Interino-, sugiriendo modificaciones en otra y rechazando todas las dems, ya que no pueden considerarse objeto de discusin y aprobacin entre tres o cuatro personas, sino que deben discutirse y aprobarse, en mi concepto, por una asamblea que pueda tener imbbita la representacin del pas[footnoteRef:18]. [18: Ibid, p, 187.]

Evidentemente Carranza evadi comprometerse con algo que no haba formulado l o alguien de su crculo ntimo. En su respuesta, el dirigente mximo de la revolucin sufra de amnesia, ya que fueron tres o cuatro personas las que firmaron el Plan de Guadalupe, que lo convirti en Primer Jefe y luego en Presidente Interino[footnoteRef:19]. [19: Fueron 71 personas exactamente.]

Al da siguiente, Carranza convoc a la convencin mediante un telegrama circular, en el que afirmaba haber prometido a todos los que secundaron el Plan de Guadalupe que, una vez triunfante la revolucin, convocara a una convencin en la capital, en la que se discutiran las reformas legales; la fecha de elecciones; y otros negocios de importancia nacional. Quienes tendran derecho a asistir seran los jefes con mando de tropa y los gobernadores de los estados. La fecha sealada para el inicio de los trabajos era el primero de octubre y la sede, la ciudad de Mxico.Dos variaciones a lo acordado en Torren aparecieron aqu: no se acept la representacin de un delegado por cada 1,000 soldados y se incluy la participacin de los gobernadores. La intencin de Carranza era transparente: integrando la convencin de esta manera pretenda dominarla. Excluidos los zapatistas, los villistas estaran en minora frente a los del noreste y los del noroeste. Esta minora sera todava mayor, considerando que todos gobernadores de los estados haban sido nombrados por l.El da anterior a la convocatoria, Obregn inici su segundo viaje a Chihuahua, a donde lleg el 16 de septiembre. Este periplo se debi al hecho de que la situacin en Sonora continuaba deteriorndose. En el transcurso de este recorrido estuvo a punto de ser asesinado, debido a que Villa se consideraba burlado por los carrancistas en Sonora.Adems, Obregn pretenda solucionar problemas surgidos en Durango, y convencer a Villa de que asistiera junto con sus generales a la convencin. El acuerdo sobre este segundo punto ocurri el 21, con la variante de que Villa permanecera en Chihuahua.En palabras de Martn Luis Guzmn, Villa respondi a Carranza que (los jefes de la Divisin del Norte estimaban que) la dicha junta no deba convocarse, pues ni se anunciaba en el Plan de Guadalupe ni es la convencin de carcter democrtico solicitada en el Pacto de Torren. (...) Ocurre tambin que no se dice para qu negocios se convoca esa junta, lo que cobija riesgo de que se retrase la implantacin de formas legales en la gobernacin de nuestra Repblica, y de que no se considere all el reparto de las tierras, que es el ansia ms grande de esta lucha en que estamos. (Sin embargo,) en seal de subordinacin y respeto para con el Primer Jefe del Ejrcito Constitucionalista, los representantes de esta Divisin del Norte asistirn a la junta de generales y gobernadores, segn usted los llama; pero es a condicin de que, empezando, se considere en esa junta si el Primer Jefe ha de seguir en su puesto como Presidente Interino, y de que a seguidas se acuerde la fecha de las elecciones, y de que inmediatamente despus se resuelva el reparto de las tierras, y de que slo en cuanto a estos tres negocios se tenga por obligada a la Divisin del Norte[footnoteRef:20]. [20: Martn Luis Guzmn, ob cit. p, p, 545 y 546. ]

Sin embargo Carranza, al enterarse del trato dado a Obregn y suponindolo muerto, orden a Pnfilo Natera que cortara las comunicaciones con el norte entre Zacatecas y Aguascalientes. Villa consider este acto como contrario a la reconciliacin y desconoci a Carranza el da 22, mediante un manifiesto que denunciaba los procedimientos de Carranza, que revelan un deseo premeditado de poner obstculos para el arreglo satisfactorio de todas las dificultades y llegar a la paz que tanto deseamos (...) En consecuencia, le participo que esta Divisin no concurrir a la Convencin que ha convocado, y desde luego le manifiesto mi desconocimiento como Primer Jefe de la Repblica, quedando usted en libertad de proceder como le convenga[footnoteRef:21]. [21: lvaro Obregn, ob cit, p, 208.]

Despus de una novelesca huda, Obregn regres a Mxico el da 26, justo para reunirse la noche del 27 con los miembros de la recientemente formada Comisin de Pacificacin, que estaba integrada por algunos de los principales jefes carrancistas que, como Obregn, participaban de las inquietudes sociales de otros grupos. Durante la reunin del 27, se acord que una comisin se trasladara al norte para analizar las condiciones de realizacin de la asamblea, y lograr un acuerdo con los villistas para evitar la guerra. La idea de Obregn, segn l mismo declar, era restarle a Villa algunos elementos que consideraba podran cambiar de bando en determinado momento[footnoteRef:22]. [22: ibid, p, 216.]

La comisin, que estaba presidida por Obregn, sali de Mxico esa misma noche y al da siguiente se reuni con los villistas Aguirre Benavides, Jos Isabel Robles y otros jefes. Villa por su parte, despus de haber desconocido a Carranza, moviliz a la Divisin del Norte hacia el sur.Obregn, al enterarse que Villa esperaba tropa para entrar en Zacatecas, prefiri retirarse a Aguascalientes el 29. El 30 todos los comisionados se presentaron en Aguascalientes y acordaron lo siguiente: Suspensin de actitud hostil por ambas partes, cesando desde luego todo movimiento de tropas. Para el da 5 de octubre, deber reunirse en Aguascalientes el mayor nmero posible de generales constitucionalistas para convencin general, que se verificar a partir del da 10[footnoteRef:23]. [23: ibid, p, 217.]

La decisin de trasladar la convencin a Aguascalientes se debi a que los representantes villistas se mostraron temerosos de asistir a la reunin de Mxico, teniendo en cuenta que las relaciones entre Villa y Carranza estaban rotas. Fue Lucio Blanco, de la Comisin de Pacificacin, quien sugiri a la ciudad de Aguascalientes como sede de la convencin, segn coment l mismo en la sesin de la reunin convocada por Carranza en Mxico. En su opinin, Aguascalientes se encontraba en los lmites territoriales de las facciones en pugna, y por tanto era neutral.Cuando Obregn habl con Carranza el primero de octubre para convencerlo de aceptar el traslado, el Primer Jefe respondi lo siguiente: yo no me opondr a que la convencin se traslade a Aguascalientes, pero tengo la seguridad absoluta de que nada se lograr. Los hombres que estn detrs de Villa pondrn todos los medios que estn a su alcance para evitar toda solucin pacfica, ya que son los que encabezan la reaccin. Yo no quiero, bajo ningn concepto, ser un obstculo, pero tampoco entregar el pas en manos de un hombre como Villa, cuya ignorancia y ambiciones sern siempre un peligro[footnoteRef:24]. [24: lvaro Obregn, ob cit, p, 218.]

Ese mismo da se inaugur la junta convocada por Carranza. El da tres, el Primer Jefe se present en ella y se dirigi a los delegados. En su discurso reiter que en el inicio de la lucha prometi esta convencin, en la que se trataran temas tales como el aseguramiento de la libertad municipal como base de la divisin poltica de los estados, y como principio y enseanza de todas las prcticas democrticas. La resolucin del problema agrario por medio del reparto de los terrenos nacionales, de los terrenos que el gobierno compre a los grandes propietarios y de los terrenos que se expropien por causa de utilidad pblica (...) Obligar a las negociaciones a que paguen en efectivo y a ms tardar semanariamente, a todos sus trabajadores, el precio de su labor. Dictar disposiciones relativas a la limitacin de las horas de trabajo, al descanso dominical, a los accidentes que en el trabajo sufran los operarios y en general al mejoramiento de las condiciones econmicas de la clase obrera, etc[footnoteRef:25]. [25: El discurso de Carranza ante la Convencin de Mxico, en CRONICAS Y DEBATES DE LAS SESIONES DE LA SOBERANA CONVENCION REVOLUCIONARIA, tomo 1, p,p, 46 a 50. Introduccin y notas de Florencio Barrera Fuentes. Edicin del Patronato del Instituto Nacional de Estudios Histricos de la Revolucin Mexicana, Secretara de Gobernacin.]

Como puede verse, el discurso carrancista prcticamente no ha sufrido variacin, y su idea de la reforma agraria era muy parecida a la del maderismo. Tambin es notable la intencin de no daar los intereses de los terratenientes, uno principales enemigos sociales de la revolucin. En cunto a los trabajadores, resalta la pobreza de sus planteamientos. Lo dicho por el Primer Jefe dejaba entrever que los cambios seran puramente tcnicos; para que el trabajador produjera ms y mejor. De derecho de huelga, asociacin, etc.; mejor no hablar.Carranza, luego de resumir el estado de cosas, renunci a su cargo de Primer Jefe, y como si ambos estuvieran de acuerdo, Luis Cabrera subi a la tribuna y seal la necesidad de no aceptar la dimisin, al tiempo que peda a los delegados ratificarlo en el cargo. Obregn estuvo a punto de hacer fracasar la maniobra al asegurar que para eso se propona el traslado de la asamblea a Aguascalientes: para nombrar al nuevo jefe supremo, y que actuar de otra forma sera faltar al compromiso contrado. Sin embargo el clculo fue bien realizado y la asamblea aval a Carranza en su cargo. Por su parte los integrantes de la Comisin de Pacificacin trabajaron para que la asamblea aceptara trasladarse a Aguascalientes. Lo hicieron porque estaban concientes de la terquedad de Carranza, que con su poltica contraria al impulso revolucionario de las masas estaba en trance de colocar al movimiento en una situacin peligrosa. En el fondo, para Obregn la solucin del conflicto radicaba en el acuerdo de los constitucionalistas radicales y los villistas moderados. Este acuerdo implicara la eliminacin de Villa y Carranza, y en este sentido trabaj Obregn en la convencin instalada en Aguascalientes.En la reunin de Mxico tambin se trat el problema de la composicin de los miembros de la asamblea. Obregn impugn el derecho de los civiles a asistir, a lo que Luis Cabrera respondi que los militares, siendo tan pocos, no podan representar a la nacin, pero el sonorense no cedi. As lo indic su respuesta, en el sentido de que cuando Madero fue derrocado y asesinado, fueron ellos quienes se jugaron la vida para restituir la legalidad. Obregn gan la partida. Consigui que la asamblea acordara la exclusin de los civiles, zanjando la cuestin con la idea de que en rigor los revolucionarios no eran militares, sino civiles metidos en una guerra en defensa de sus derechos. La discusin se cerr y la asamblea resolvi trasladarse al lugar acordado con los villistas[footnoteRef:26]. [26: En gran medida, Luis Cabrera fue el personaje central de la Convencin de Mxico, y represent en ella el ideal del gobierno civil que tendra que establecerse una vez terminada la lucha armada. En la Convencin de Mxico se enfrentaron pues, los civiles y los militares. Mientras los militares, en general hombres de accin, Cabrera y otros como l eran hombres de pensamiento. En mi opinin, su eliminacin de la Asamblea, junto con otros civiles, respondi a dos motivos. En primer lugar, la pugna entre civilismo y militarismo, que l mismo denunci, y que no poda resolverse a favor de los primeros en ese preciso momento. Ni el jefe ni el soldado iban a renunciar al triunfo que con tanto esfuerzo acababan de obtener, para entregarlo al que se haba quedado en su casa sin luchar. Antes que esto pudiera ser una realidad, los militares tendran que agotar sus posibilidades, aunque evidentemente esta es una conclusin a posteriori. La solucin a la que se lleg fue de compromiso: Carranza no se ira, pero los civiles no asistiran a la Convencin.Este conflicto volvi a aparecer con ms fuerza an con motivo de la sucesin presidencial de 1920, en que Venustiano Carranza quiso imponer a un civil.El segundo motivo me parece menos trascendente que el anterior, pero no por eso sin importancia en ese momento: se trata de la eliminacin concreta de Luis Cabrera, que seguramente resultaba bastante molesto para los delegados. Hombre de ideas, cuyo pensamiento se haba forjado durante los ltimos aos de la dictadura porfirista y su gestin como diputado durante la legislatura maderista, fue obvio que opacaba a estos hombres de accin que de repente haban dejado el campo en el que se sentan como peces en el agua para meterse en ese otro abstracto de las ideas, y en el que Luis Cabrera era un maestro.Los continuos enfrentamientos de Obregn con Cabrera durante los cinco das que dur la Convencin de Mxico fueron un claro ejemplo de lo anterior.La prueba de la importancia de la participacin de Cabrera en la Convencin, pese a su eliminacin, estuvo dada por el hecho de que, a pesar de todo, hizo que los militares tomaran conciencia del conflicto civilismo-militarismo. Por eso, como escrib arriba, resolvieron la cuestin definindose a s mismos como ciudadanos armados; civiles que temporalmente tomaron las armas.]

LA REVOLUCION SE REUNE EN AGUASCALIENTES

En el teatro Morelos de la ciudad de Aguascalientes se reuni la Convencin Militar Revolucionaria, el sbado 10 de octubre de 1914. Mientras escribo esto trato de imaginarme el ambiente previo a la iniciacin de los trabajos, y no puedo menos que sorprenderme ante la irona que signific el hecho de que el teatro Morelos, obra cumbre de la arquitectura porfirista local, orgullo de las clases acomodadas del Aguascalientes de aquel entonces, se convirtiera en escenario de las deliberaciones de aquellos que con su lucha, destruyeron al rgimen que le dio vida a este magnfico monumento de sobria elegancia neoclsica.Ese da estaba todava lejos el vano intento de "tercerismo" protagonizado por el general Eulalio Gutirrez con su efmera presidencia; y todava ms lejos el destino final de la hasta entonces invicta Divisin del Norte, en los campos del Bajo.En Aguascalientes la revolucin intent dialogar; pasar por el tamiz de la discusin los principales problemas nacionales para darles solucin. Cosa curiosa esta del dilogo en un pas que, como Mxico, hasta entonces no se haba distinguido por eso; un pas con una fuerte tradicin autoritaria y en donde la mayora de las veces los problemas se solucionaaban -o se empeoraban- por la fuerza de las armas; un pas, en fin, donde los hombres eran ms propensos a actuar que a pensar, y la reflexin era considerada como tiempo perdido, labor intil...La convencin se inici con falsos augurios de solucin. En los das posteriores a esa sesin inaugural se escucharon en las calles de la ciudad expresiones tales como "la revolucin se ha salvado"; "Mxico se ha salvado." Quienes esto decan alimentaban falsas esperanzas, ya que la situacin ya era ominosa mucho antes de que se abriera la primera sesin. El acuerdo de Zacatecas ordenaba la suspensin de todos los movimientos militares, pero haba sido ignorado completamente por todos los grupos: Maclovio Herrera y los hermanos Arrieta combatan a los villistas en Durango, en Coahuila Antonio Villarreal se ocupaba de destruir el ferrocarril que conduca de Saltillo a Torren, en la ciudad de Mxico, Carranza segua reclutando gente en todas partes y consiguiendo armas y municiones. (...) Villa tambin se preparaba[footnoteRef:27]. [27: Charles Cumberland, ob cit, p,p, 158 y 159.]

Pese a lo anterior, los delegados presentes en la convencin se dieron el lujo de soar y discutir sobre una posible solucin, antes que el pas volviese a teirse con sangre. Probablemente fueron muy pocos los que escaparon a la euforia del momento y supieron interpretar los signos de los tiempos[footnoteRef:28]. [28: A manera de ejemplo de este estado de nimo, me permito citar un fragmento del discurso pronunciado por el delegado Guillermo Castillo Tapia durante la sesin del da 14. Dijo el entusiasta representante que "mientras tanto, ya estamos tranquilos, ya se ve la aurora que viene, vamos a esperar buenos das, das de bienandanza, das de felicidad y das de gloria; vamos a reconstruir la Patria y vamos a poner la buena simiente, y cada una de las manos que est aqu, ser la que ponga la enorme mole, sobre la que descansar la Patria." CRONICAS..., ob cit, p, 243.]

Qu es lo que se discuti en la Convencin de Aguascalientes?Esta es una buena pregunta. Hasta aqu, tal como he planteado la situacin, parecera que todo el problema tena que ver con dos personalidades en conflicto que arrastraban consigo a sus partidarios, dispuestos a enfrentarse en una nueva guerra civil, con tal de prevalecer sobre el enemigo, como si el pas fueran nicamente Carranza y Villa.Sin embargo el conflicto era mucho ms trascendente que esto. Lo que se someti a discusin en la convencin no fue lo obvio, es decir, la terquedad del Primer Jefe y el salvajismo del Centauro del Norte, o las supuestas ambiciones polticas de ambos. A final de cuentas todo esto fue slo la forma como se manifest un conflicto ms profundo. Estos elementos, que en definitiva no dejaron de tener su importancia, slo aportaron al debate -debate en un sentido amplio del trmino, es decir, debate de palabras y fuerzas- su sabor popular, y en el fondo resultaban accidentales. Lo que estuvo a discusin, lo que dividi a la naciente familia revolucionaria, fue el proyecto de desarrollo para el pas: Qu queran los revolucionarios? y, cmo lo conseguiran? Esto fue lo que, desprovisto del polvo y la paja de las poses y las declaraciones fciles, se discuti en Aguascalientes.Y sin embargo, a excepcin del zapatismo, nadie ms tena un programa social. El Plan de Guadalupe lo nico que postulaba era el restablecimiento del gobierno de las leyes, y eso en definitiva no era un programa. Y si el carrancismo no contaba con un proyecto, el villismo menos.Carranza formul su proyecto hasta diciembre de 1914, obligado por la presin ejercida por los ejrcitos campesinos. Pero en octubre, en Aguascalientes, an no exista una definicin en torno a lo que proceda hacer, una vez cumplidos los principales postulados del Plan de Guadalupe. La respuesta no era evidente y los carrancistas pretendieron encontrarla en Aguascalientes.Por otra parte, si bien las facciones en pugna no llevaron a la convencin un documento que expresara formalmente las aspiraciones de la revolucin, ms all del restablecimiento de la legalidad, s trajeron algo que en ocasiones es mucho ms importante que un documento en toda forma. Todos y cada uno de ellos cargaron con su experiencia personal como revolucionarios, las actitudes que adoptaron en el pasado reciente frente a problemas concretos, sus relaciones con los enemigos de la revolucin -el clero, los terratenientes y la plutocracia, como diran los villistas- y con sus propios soldados, que no eran sino el pueblo armado que los haba seguido durante poco ms de ao y medio. Finalmente, llevaron sus inquietudes e ideas, muchas veces confusas; sobre lo que debera hacerse con el pas.[footnoteRef:29]. [29: Numerosos autores se han pronunciado sobre si la revolucin tuvo programa o no. A manera de ejemplo sealo dos posiciones contrarias escogidas al azar. Por una parte, Jess Silva Herzog afirm que la revolucin s cont con un programa que fue formndose a travs de manifiestos, planes y actos de los participantes, y que culminaron al convertirse en las leyes que nos rigen. Citado por Martn Luis Guzmn, Mesa Redonda Sobre el Balance de la Revolucin Mexicana, octubre 29 de 1945. Obras completas, tomo 2, p, 1024.En el otro lado, Octavio Paz escribi que "los revolucionarios que rodeaban a Carranza se esfuerzan por articular y dar coherencia a las instintivas reivindicaciones populares. En ese momento se hizo patente la insuficiencia ideolgica de la revolucin, (...) (que) no tuvo ms remedio que hacer suyo el programa de los liberales, aunque con ciertas modificaciones. La adopcin del esquema liberal no fue sino consecuencia de la falta de ideas de los revolucionarios." El Laberinto de la Soledad, p, 131. Lecturas Mexicanas. Fondo de Cultura Econmica.]

Los grupos presentes en la convencin fueron cuatro. El carrancismo, que no contaba con una cabeza visible y que tuvo menos adeptos de los que comnmente se cree; otro grupo se form alrededor de quienes integraron la Comisin de Pacificacin, y entre los que figuraron Obregn y Eduardo Hay; el contingente villista, con Felipe ngeles y Roque Gonzlez Garza a la cabeza; y finalmente, el grupo zapatista, que se incorpor a los debates en fecha posterior, y que estuvo presidido por Paulino Martnez y Antonio Daz Soto y Gama.Del proyecto carrancista ya enunci algunas ideas al referirme a la filiacin poltica del Primer Jefe. Bastara agregar que, coherente con su ideologa liberal, consideraba que el Estado era indispensable para sancionar e impulsar el desarrollo de la sociedad, que se lograra a partir del esfuerzo individual[footnoteRef:30]. [30: Es importante sealar que el discurso liberal carrancista se contradeca con el discurso liberal clsico, que pugnaba por hacer del Estado un ente lo menos poderoso posible y que se limitara a una esfera muy localizada de la actividad social. Sin embargo Carranza antepuso a todo la igualdad de los ciudadanos sancionada y preservada por el Estado, que es uno de los planteamientos bsicos del liberalismo clsico. En un pas como Mxico, esto slo poda lograrse con un Estado fuerte.]

Arnaldo Crdova considera que para Carranza los problemas de las masas no podan ser vistos sino como problemas de individuos en los que se particularizaba el atraso de la nacin entera. (...) La nica relacin poltica que admita era la clsica relacin individuo-Estado, un nexo que en lo poltico entraaba la sujecin total del hombre al Estado y que tena como finalidad exclusiva garantizar un poder tal, que por su magnitud fuese, a su vez, capaz de garantizar el desarrollo del individuo en todos los rdenes de la vida[footnoteRef:31]. [31: Arnaldo Crdova, LA IDEOLOGIA DE LA REVOLUCION MEXICANA, p, 195. Editorial Era.]

De aqu que la revolucin fuera para el coahuilense un movimiento segn el cual los mexicanos se levantaron en armas en defensa de sus derechos polticos. Para l no haba campesinos, obreros y clases medias que se haban unido por un objetivo comn, sino nicamente ciudadanos mexicanos. Por tanto, las reformas no eran el mvil de la revolucin sino una consecuencia del objetivo principal, que fue el de tomar el poder desplazando a la dictadura, para posteriormente establecer un rgimen de derecho en el que la regimentacin de la vida social, garantizando el desarrollo de todos y cada uno de los ciudadanos, no poda tener lugar sino como la abolicin decidida de los privilegios[footnoteRef:32]. [32: Ibid, p, 198.]

Esto es lo que le dio al programa carrancista su caracterstica de proyecto nacional, y que fue de vital importancia para su triunfo, una vez apagadas las luces del Teatro Morelos, e irremediable la ruptura entre jefes.En cuanto al grupo reunido alrededor de la Comisin de Pacificacin, ya me refer a sus caractersticas cuando mencion el papel desempeado por Obregn en las negociaciones de septiembre. Sobre el villismo, tal vez la faccin ideolgicamente ms dbil, Adolfo Gilly escribi que la inmensa multitud de los peones y jornaleros del norte, de los campesinos sin tierra, encuentra un objetivo, siente que se incorpora a la vida, que por primera vez puede expresarse, combatir para vencer y decidir, no para ser reprimidos y aplastados. Lo siente mucho ms porque su jefe es tambin un campesino, el mejor militar, el mejor jinete y el mejor hombre de campo de todos. El villismo no tiene un programa, como Zapata, pero tiene la figura de Villa: a falta de programa, su persona representaba a los campesinos insurrectos (...) Por donde avanzaba, (la Divisin del Norte) alzaba las esperanzas campesinas, concentraba el apoyo, estimulaba con su solo paso a sublevarse, a tomar las tierras, a cultivar cada uno su parcela en las haciendas de donde haban huido los terratenientes[footnoteRef:33]. [33: Adolfo Gilly, LA REVOLUCION INTERRUMPIDA, p,p, 96 y 99. Ediciones El Caballito.]

En todo caso, si el villismo tena programa, era justamente el de su experiencia revolucionaria, segn la cual los campesinos dejaron de ser siervos para convertirse en personas que se rebelan contra la explotacin y sus explotadores.Incontables actos del villismo y su jefe ejemplificaron lo que el campesino pensaba, quera y senta. El asesinato del ingls Benton y posterior fusilamiento de su cadver, por mencionar un solo ejemplo, revel lo que Villa pensaba de las leyes con las que se exprima al "pobrecito encuerado", y constituy una leccin del trato que recibiran los explotadores en caso de triunfar su faccin.Por su parte los zapatistas, presentaron un proyecto que giraba alrededor de la tierra, y que puede reducirse a tres aspectos fundamentales: restitucin de tierras a los pueblos o ciudadanos; expropiacin por causa de utilidad pblica, y confiscacin de bienes a los enemigos del Plan de Ayala[footnoteRef:34]. [34: Carta de Zapata a Atenor Sala, citada por Crdova, ob cit, p, 151.]

En este sentido, el movimiento zapatista no era poltico, ya que su programa se relacionaba slo con la tierra. Ya se vio lo que los morelenses pensaban de los derechos polticos[footnoteRef:35]. [35: Existe una polmica sobre si el zapatismo fue en rigor una revolucin o no, entendida esta como un cambio contrapuesto a la evolucin. Arnaldo Crdova por ejemplo, afirma que "ese retorno al pasado en el que se cifra el localismo del movimiento, la falta de un proyecto nacional de desarrollo y la falta de una concepcin del Estado, son elementos que impiden concebirlo como una revolucin." Ob cit, p, 154. Por su parte, John Womack en el prefacio de su libro sobre el tema dice que "este es un libro acerca de unos campesinos que no queran cambiar y que, por eso mismo, hicieron una revolucin." Ob cit, p, XI. Finalmente, Octavio Paz escribi que "el zapatismo fue una vuelta a la ms antigua y permanente de nuestras tradiciones." Ob cit, p, 130.]

Esto fue, en sntesis, lo que se discuti en la convencin. Sin embargo es importante aclarar que esta discusin no forzosamente apareci de manera explcita en las discusiones Sin embargo, las reflexiones anteriores tampoco significan que esta discusin haya sido explcita. De hecho no lo fue, porque la mayor parte del tiempo los debates versaron sobre temas que si bien fueron importantes, no lo eran tanto como la discusin del proyecto de desarrollo nacional, lo que en cierta medida ocurri hasta el da 27, fecha en que los zapatistas se incorporaron a la asamblea.A manera de recapitulacin, resaltar dos aspectos que considero de vital importancia para comprender lo que fue la Convencin de Aguascalientes.En primer lugar, las facciones en pugna no llevaron a la reunin un documento que formalizara los aspectos concretos de un proyecto nacional[footnoteRef:36]. [36: El Plan de Ayala no es un proyecto nacional por dos razones. El movimiento que alienta es regional, y slo se refiere a la problemtica agraria.]

En segundo lugar, durante casi todo el tiempo en que la convencin realiz sus trabajos en Aguascalientes no se discuti de manera formal el asunto del proyecto, sino hacia el final.Y si no se discuti sobre este tema de vital importancia, sobre qu se deliber? Los delegados invirtieron muchsimas horas en tratar asuntos tales como la validez de las credenciales de los representantes, su "legalidad revolucionaria"; la soberana de la asamblea; la necesidad de sustituir a Carranza; los posibles candidatos al cargo; los conflictos en Sonora; la actitud de la prensa capitalina, que en manos de Carranza se dedic a calumniar desde sus pginas a la convencin[footnoteRef:37]; la obligacin de liberar a los presos polticos en manos de las distintas facciones; el destino que se les dara a los ex-federales; la necesidad de reanudar el trfico de carga y pasajeros en los ferrocarriles nacionales; la neutralidad de la ciudad, etc. [37: El 24 de octubre la asamblea decidi protestar formalmente por la actitud asumida por la prensa, especialmente los peridicos El Liberal y El Pueblo. El texto del dictamen es el siguiente: que esta honorable asamblea, (...) en la forma que crea ms conveniente proteste contra las aseveraciones de algunos peridicos, respecto a que tenemos presin material y que, por consiguiente, no deliberamos en las sesiones de esta misma convencin con toda libertad de criterio. CRONICAS... ob cit, p, 478.]

Parecera contradictorio afirmar que en la convencin se discuti el proyecto nacional cuando se enuncian los temas concretos sujetos a debate, sin embargo considero que en estos debates, inconcientemente se introdujo el tema principal, aunque de manera subterrnea y hasta cierto punto tcita. Slo con las intervenciones iniciales de Paulino Martnez y Antonio Daz Soto y Gama, la discusin del proyecto de desarrollo para el pas sali a la luz e irrumpi en el teatro Morelos por la puerta grande, pero no antes.A estos dos elementos que provocaron que el tema principal a debatirse permaneciera durante varios das en la sombra, se sum otro que hizo que en ms de alguna ocasin la convencin se convirtiera en un caos, hacindola aparecer como una moderna Torre de Babel.Me refiero a los delegados mismos; la historia personal que llevaban a la convencin y que en la mayora de los casos, no tena nada que ver con ideas, debates o cosas parecidas.Quines eran estos casi 150 representantes de la revolucin triunfante que abarrotaron el patio de luneta del teatro Morelos?, qu experiencia previa del trabajo de las ideas tenan?, a qu clase social pertenecan?No formaban parte del sector ms educado de la sociedad ni haban salido de las clases econmicamente poderosas, aunque tampoco eran obreros o campesinos. Ms bien pertenecan a las clases medias semi ilustradas, ese sector que junto con otras clases sociales permanecieron sumidas en un silencio ignominioso y forzado, y que cuando se atrevieron a romperlo a travs de pequeos peridicos o en reuniones polticas, fueron reprimidos y enviados a las crceles.Por ejemplo Antonio Villarreal, que presidi los debates de la asamblea. Era profesor y particip en el movimiento magonista a travs de Regeneracin, su peridico, as como en la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano. Eulalio Gutirrez, que result elegido presidente provisional por la convencin, inicialmente se dedic al pastoreo y nicamente asisti a la escuela tres aos. Luego fue minero y comerciante en pequeo. Felipe ngeles era militar de carrera, hijo de un pequeo agricultor hidalguense. Obregn era pequeo agricultor, y as la mayora de los delegados.De esta composicin social de los delegados destacaron dos aspectos.La convencin adoleca de la falta de intelectuales. Esto puede parecer chocante pero no deja de tener su importancia, ya que la Convencin de Aguascalientes era el momento en que revolucin arrinconaba sus armas para dialogar; era el momento de las ideas, y los hombres que la integraron, por su naturaleza eran ms propensos a la accin que al pensamiento. Octavio Paz escribi que entre los precursores de la revolucin se acostumbra a citar un grupo disperso y aislado: Andrs Molina Enrquez, Filomeno Mata, Paulino Martnez, Juan Sarabia, Antonio Villarreal, Ricardo y Enrique Flores Magn. Ninguno de ellos era verdaderamente un intelectual, quiero decir un hombre que se hubiese planteado de un modo cabal la situacin de Mxico como un problema y ofreciese un nuevo proyecto histrico[footnoteRef:38]. [38: Octavio Paz, ob cit, p, 123.]

Creo que esta afirmacin tambin es vlida para la convencin. Por ah andaban dispersos los atenestas: Antonio Caso, Alfonso Reyes y Jos Vasconcelos, que incluso estuvo en Aguascalientes durante esos das y elabor un ensayo sobre la soberana de la asamblea. Eran hombres de ideas y algunos de ellos participaron en la revolucionaria tarea de derribar de su pedestal a la filosofa que sustent al porfiriato. Sin embargo carecieron de fuerza y en el vrtice del huracn nadie les hizo caso. En realidad su momento lleg una vez que las armas callaron y los revolucionarios abandonaron los campos de batalla. En efecto, fue hasta el periodo presidencial de lvaro Obregn en el que estos y otros intelectuales se encargaron de pensar la revolucin.Mientras esto llegaba, los que hablaron fueron los hombres de accin. Tenan mucho que decir porque mucho haban peleado y sufrido durante ese tiempo, pero tambin es cierto que en ms de algn caso eran incapaces de expresarse, ya no digamos de transformar sus vivencias en ideas y sistematizarlas. Muchos de ellos lo saban y trataron de ocultar sus carencias mediante discursos ricos en palabras pero pobres en ideas. Un ejemplo de esto lo constituye la visita que el Centauro del Norte le hizo a la convencin, el 17 de octubre. En el foro, Villa improvis un discurso en el que no hizo sino describir brevemente su trayectoria revolucionaria, pero sin aportar ninguna idea. Al final, ni siquiera pudo terminar, debido a que la emocin lo hizo llorar.En boca de Martn Luis Guzmn, el joven general Jos Isabel Robles exclam: de todos estos discurseadores no se saca un Demstenes, y por eso andamos como andamos[footnoteRef:39]. [39: Martn Luis Guzmn, EL AGUILA Y LA SERPIENTE... p, 441.]

El otro aspecto a que hice referencia, se refiere al hecho de que en la Convencin de Aguascalientes los campesinos brillaron por su ausencia; ni siquiera los delegados zapatistas lo eran. John Womack escribi que casi todos los "coroneles" (...) que representaban al movimiento eran secretarios, hombres de pluma, de nmeros y palabras. Y slo uno era originario del estado (de Morelos)[footnoteRef:40]. [40: Womack, ob cit, p, 211.]

En la convencin se puso de manifiesto una de las grandes tragedias del campesino mexicano a lo largo de la historia: su incapacidad para representarse a s mismo y luchar por sus intereses en el campo en que se toman las decisiones; en donde las aspiraciones y esperanzas se convierten en ideas, y luego en leyes, a pesar de que en el seno de la reunin se discuti y decidi sobre l.Y sin embargo en el recinto hubo gente honesta -como Roque Gonzlez Garza- que sin ser campesina trat de representar a este conglomerado de la mejor manera posible, aunque nunca sera lo mismo.Estos fueron, en trminos generales, los presupuestos bsicos bajo los cuales se instal la Convencin de Aguascalientes el sbado 10 de octubre de 1914. Inmediatamente se procedi a la eleccin de la Mesa Directiva y de una comisin revisora de credenciales. Luego se defini quienes tenan derecho a estar en la asamblea. Se orden la liberacin de los presos polticos y se inici la discusin de las credenciales, actividad que se prolong hasta el da 15[footnoteRef:41]. [41: Incluso das antes de que la convencin abandonara la ciudad, nuevos delegados se presentaron en la asamblea previa discusin de sus credenciales.]

El 14, una vez terminado en lo general esta labor, se eligi una nueva Mesa Directiva, que en general ratific a la anterior. Acto seguido la asamblea se declar soberana, con el obligado juramento de respeto a sus acuerdos, y se firm un lienzo tricolor. El da 15 se nombr una comisin de invitacin a los zapatistas, a partir de una proposicin presentada por el general Felipe ngeles el da 12, y se tom el acuerdo de no discutir nada de importancia mientras los sureos no se presentaran. La argumentacin que se esgrimi en este caso fue que la convencin no poda ser soberana si faltaba algn grupo revolucionario. El da 16 se eligieron algunas comisiones y el 19 se invit a Carranza a presentarse en la asamblea. Vale la pena dedicarle unos instantes al problema de la soberana de la convencin. Como ya se dijo, Vasconcelos elabor un estudio al respecto, a peticin del general Antonio Villarreal, que le fue entregado por su autor el 29 de octubre, cuando la desbandada estaba a punto de producirse y a muchos delegados ya no les interesaba ni la soberana ni la convencin.De entrada Vasconcelos escribi que en tiempos anormales, en periodos de revolucin, es tambin aceptado que son soberanas las asambleas revolucionarias debidamente integradas. De lo anterior se desprende que hay dos maneras de constituir poderes soberanos, a saber: el voto pblico ejercitado dentro de las leyes o el procedimiento revolucionario que lleva a los representantes del pueblo a las asambleas revolucionarias. Examinaremos cmo la Convencin de Aguascalientes tiene ms derecho que cualquier otro poder de la Repblica, para reclamar soberana, de acuerdo con cualesquiera de los dos procedimientos sealados para alcanzarla[footnoteRef:42]. [42: El estudio aparece publicado en Jos Vasconcelos, LA TORMENTA, p, p, 107 a 115. Editorial Jus. ]

Ms adelante el autor afirm que el problema de la soberana de la convencin radicaba en el hecho de que esta cuestin no haba sido planteada con claridad. Por ejemplo, se dijo que la asamblea no poda ser soberana, puesto que era militar y slo un pequeo sector de la ciudadana tom las armas. El oaxaqueo zanj esta cuestin asegurando que la convencin es el nico poder legtimo del pas, pues representa al pueblo armado en quien recay la soberana al desaparecer los poderes legales[footnoteRef:43]. [43: ibid, p, 110.]

El autor limit aqu la cuestin de la soberana a la representacin de los ciudadanos que se levantaron en armas en defensa de la legalidad perdida, y no de los ciudadanos en general, aunque consider que esta limitante impeda que la convencin aspirara a tener las facultades propias de un congreso constituyente. Adems, escribi Vasconcelos, la convencin no es plenamente soberana puesto que los miembros que la forman no han sido seleccionados y ungidos por el voto popular; porque la misma convencin no representa a todos los elementos que dentro de la misma revolucin tienen derecho para estar representados y para opinar y votar en los asuntos nacionales; pero a la vez es indudable que la convencin es soberana para resolver aquellos asuntos que entran dentro de su competencia, y que actualmente y mientras no se verifiquen elecciones, mientras la convencin no constituya un gobierno provisional, no deber haber encima de la convencin nada ni nadie[footnoteRef:44]. [44: ibid, p, 110.]

Otra de las razones por las que Vasconcelos le rest soberana a esta reunin fue que no tena derecho a abolir la constitucin, ya que esta haba sido promulgada por instituciones que, por haber sido elegidas por los ciudadanos, s haban contado con soberana y legalidad. Debido a este faltante, la convencin no era plenamente soberana y mucho menos el Primer Jefe, que tampoco haba sido elegido en una eleccin popular. Y sin embargo, a propsito de Carranza y la convencin, Vasconcelos escribi que s es la convencin de Aguascalientes indiscutiblemente el primer poder de la Repblica, el supremo poder al cual deben rendir obediencia todos los jefes, desde el seor Carranza, hasta el ltimo jefe de gavilla; el supremo poder porque es la representacin del pueblo que va a la conquista de sus derechos ultrajados[footnoteRef:45]. [45: ibid, p, 111.]

Posteriormente el autor reflexion sobre la naturaleza del concepto de revolucin, y sobre los objetivos polticos y econmicos de la revolucin mexicana. En este ltimo apartado, afirm que la convencin deba cubrir algunos vacos del movimiento constitucionalista y legislar provisionalmente sobre cuestiones tales como el problema de la tierra.Vasconcelos concluy sealando que la convencin de Aguascalientes obrar y hablar para bien de todos los mexicanos, y llevar adelante sus resoluciones, soberanamente, por los dos derechos: el de la ley y el de la revolucin, el de la razn y el de la fuerza[footnoteRef:46]. [46: ibid, p, 115.]

En mi opinin, la argumentacin de Vasconcelos llegaba en un momento inadecuado; ese instante en que para quienes tenan el poder, no exista ms ley que la de sus armas, y el proceso revolucionario todava no llegaba a su etapa constructiva, que vendra hasta fines de 1916 y principios de 1917, con el Congreso Constituyente.Muy probablemente Vasconcelos y otros no lo supieran en ese momento; en octubre de 1914, pero entonces la revolucin an no haba terminado... Por eso sus consideraciones resultaron prematuras: todava no llegaba el tiempo de crear leyes, sino de destruir al enemigo.Independientemente de lo anterior, la convencin se declar soberana y mientras esperaba la llegada de los zapatistas, sus integrantes se dedicaron a discutir los temas a que hice referencia. Por cierto, fue en el asunto de los presos polticos en poder de las facciones, en donde la convencin hizo vlida por primera y nica vez su carcter soberano, al obligar a Carranza a poner en libertad a los que tena en su poder. Y sin embargo, a final de cuentas la demostracin fue muy pobre, ya que estos presos polticos fueron liberados mientras eran conducidos al norte, para ser deportados a los Estados Unidos o para ser desaparecidos. La pobreza del acto radica en el hecho de que no fueron liberados directamente por rdenes de Carranza. Entre quienes recobraron su libertad y se presentaron en Aguascalientes, destaca Martn Luis Guzmn, que luego escribi una magnfica crnica de su experiencia, incluida en su libro El guila y la serpiente.En otro orden de ideas, y refirindose a este momento de espera de la llegada de los zapatistas, Adolfo Gilly escribi que largas sesiones pasan (discutindose) cuestiones de procedimiento, y ya empieza a delinearse como centro visible de los debates el conflicto entre Carranza y Villa. Esas sesiones reflejan la inexperiencia parlamentaria de los integrantes de la asamblea. (...) Los delegados se extienden en discursos llenos de grandes palabras y vacos de ideas. La convencin se atasca en un pantano, mientras la situacin de espera e indecisin deteriora las esperanzas y confianza de las masas[footnoteRef:47]. [47: Adolfo Gilly, ob cit, p, 132.]

Entre tanto, Felipe ngeles se present ante Zapata al frente de la comisin de invitacin. El suriano recelaba de una asamblea dominada por los carrancistas -eran ms de 100, contra 37 villistas- y slo la aceptara cuando aquella hiciera lo propio con el Plan de Ayala. Por eso, cuando acept enviar delegados, estos se presentaron en la convencin como observadores, sin ningn poder de representacin. Esto agreg un elemento de enojo en los delegados que, mientras, estuvieron soportando estoicamente los discursos estriles.De todos modos, cuando los zapatistas se presentaron en el teatro Morelos, fueron recibidos con una atronadora salva de aplausos. Das antes, en el tren que los llev a Aguascalientes, ngeles le plante a Daz Soto y Gama la situacin. En su opinin la estrategia de declarar soberana a la asamblea persigui el objetivo de que todos los acuerdos y disposiciones que en ella se tomasen, fuesen obligatorios en lo absoluto para todos los all representados y para el general Villa y sus subordinados[footnoteRef:48]. [48: Antonio Daz Soto y Gama, ob cit, p, 182.]

Para el gran artillero, el gesto de Obregn de llevar una bandera tricolor y hacer que los delegados la firmaran apelando a su honor y patriotismo, constituy una maniobra encubierta para obligar a los villistas a obedecer cualquier disposicin acordada en la convencin, aunque fuera contraria a sus intereses, o si no, arriesgarse a ser calificados como traidores a la patria. Daz Soto y Gama contest que los villistas haban cado en una trampa de la manera ms infantil. ngeles le pidi que deshiciera el entuerto porque usted, licenciado, est ms habituado que nosotros a las complicaciones y vericuetos de los debates tribunicios[footnoteRef:49]. [49: ibid, p, 183.]

Y efectivamente, el 27 de octubre los zapatistas se presentaron en la convencin y el antiguo militante de la Casa del Obrero Mundial tom la palabra, causando un escndalo que por poco y termina en tragedia.Con su oratoria incendiaria estuvo a punto de provocar un zafarrancho que casi le cuesta la vida, y sin embargo esta oratoria fcil y caudalosa como un ro en verano fue capaz de llevar al auditorio del desprecio absoluto por su persona al aplauso incontenible. Con este discurso y el de Paulino Martnez comenz el trabajo serio de la asamblea. No me referir a l, ya que en trminos generales es muy conocido, pero s quiero hacer notar que paradjicamente, en su argumentacin sobre la bandera, Daz Soto y Gama tuvo razn al final: cuando lleg el momento de la desbandada, la mayora de los delegados olvidaron como por arte de magia su honor comprometido al firmar sobre la ensea patria, y nuevamente se lanzaron a la lucha.Los dos oradores dedicaron sus intervenciones a sealar las virtudes del Plan de Ayala y los vicios del Plan de Guadalupe. Posteriormente Roque Gonzlez Garza, a nombre del general Villa -era su representante personal- proclam que el Plan de Ayala era la bandera del villismo.Los zapatistas declararon que llevaban voz, pero no voto. Cuando se les pregunt sobre lo que se precisaba para participar en la toma de decisiones de la asamblea, contestaron afirmando que sus condiciones eran dos: que la convencin adoptara el Plan de Ayala y que se eliminara a Carranza.Los artculos principales del Plan de Ayala fueron aceptados durante la sesin del da siguiente, 28 de octubre. Este acto revisti una importancia trascendental, porque slo entonces la revolucin adopt un programa social. John Womack afirm que la Convencin de Aguascalientes era entonces el gobierno efectivo de Mxico y la adopcin de los artculos del Plan de Ayala, aun cuando no fue ms que en principio, era el primer compromiso oficial de llevar a cabo una poltica de bienestar rural de que se tuviese noticia en la historia de la nacin. Que cuatro aos antes los cientficos hubiesen ejecutado la alta poltica casi completamente en favor de los grandes terratenientes, que durante gobierno de Madero los agraristas hubiesen parecido todava excntricos reformistas sociales y que ahora un gobierno anunciase el derecho especial de los pobres del pas a recibir sus servicios, esto, por s solo indicaba hasta qu punto y hasta dnde la revolucin haba dado satisfaccin al deseo de justicia de la gente. Y la fuerza motriz del cambio haban sido los revolucionarios de Morelos[footnoteRef:50]. [50: Womack, ob cit, p, 214.]

Mientras todo esto ocurra, Carranza se dedic a sabotear la convencin por todos los medios a su alcance, aunque primero fue muy respetuoso con ella. Vito Alessio Robles afirm que mandaba ejecutar todos sus acuerdos y le consultaba sobre la actitud que debera seguir para la resolucin de algunos asuntos trascendentales. Tena la seguridad de que la asamblea le ratificara como lo hizo la de Mxico[footnoteRef:51]. [51: Alessio Robles, ob cit, p, 177.A manera de ejemplo, cito 3 comunicaciones del Primer Jefe a la asamblea. El 12 de octubre Carranza telegrafi a Villarreal lo siguiente: Agradecer a usted se sirva avisarme la inauguracin de esa Asamblea Constitucionalista, porque debo presentar a la consideracin de ella algunos asuntos de inters pblico.De la misma fecha es el siguiente: Srvase decirme si esa Asamblea ha invitado al general Emiliano Zapata para que designe representantes a ella. (...) Permtome advertir que al mismo tiempo que estas agencias convencionistas, las fuerzas del general Zapata guardan una actitud hostil. Deseo inmediata contestacin, para que en el caso de haber sido invitados o de que se les admita, les expida esta Primera Jefatura los salvoconductos y pases que solicitan. Finalmente, en telegrama sin fecha, ledo en la sesin del 15 de octubre, Carranza solicit que se le "informe, si no obstante la violacin por parte del enemigo, del convenio de cesacin de hostilidades, nosotros seguimos con actitud pasiva que hemos observado debido al espritu, no ya conciliador, sino de excesiva condescendencia de algunos jefes."Los telegramas, citados en CRONICAS... p,p. 114, 115 y 266.]

Sin embargo, al convencerse de que no podra dominarla, su actitud hacia ella cambi hacia una postura diametralmente opuesta. Ya el da 15, cuando se aprob la proposicin de invitar a los zapatistas, y en vista de que no se trataran asuntos importantes hasta que estos llegaran, los delegados carrancistas lograron -contra los votos villistas- que se acordara un receso durante los das 17 y 18, pretextando la necesidad de realizar consultas sobre la posible sustitucin de Carranza. En principio esto no significara boicot alguno a la asamblea, si no fuera por el hecho de que efectivamente algunos delegados realizaron consultas, pero lo hicieron fuera de la sede de la convencin, ya que se trasladaron a Quertaro y Mxico. Esto resultaba peligroso debido a que, al ausentarse de Aguascalientes, podra darse el caso de que a muchos se les impidiera regresar, ya fuera por la fuerza o por convencimiento. Por otra parte, hacia el 22 de octubre se presentaron en la asamblea cartas en las que algunos representados exigan a sus representantes presentarse en Mxico para recibir instrucciones.Esto evidenci hasta que punto Carranza trabaj a los generales que le eran leales, urgindolos a desconocer a la convencin. Finalmente, cabra sealar que en realidad el Primer Jefe nunca le reconoci su carcter soberano, ya que en su opinin slo tena facultades ejecutivas si actuaba de acuerdo con l. Sin embargo guard las apariencias, y el 29 de octubre comunic a la asamblea que no asista debido a que su presencia entorpecera las deliberaciones que en ella se realizaban[footnoteRef:52]. Impugn las supuestas ambiciones presidenciales de Villa y pidi a la convencin le aclarara si consideraba su renuncia como una medida de solucin al conflicto. Si la respuesta era afirmativa, estableci varias condiciones para hacerla efectiva, entre las que destac el retiro de los generales Villa y Zapata, no slo de sus mandos, sino de la revolucin misma. [52: Sospechosamente no pens lo mismo cuando se trat de asistir a la convencin de Mxico.]

Al mismo tiempo continu su doble juego y el 30 de octubre una avanzada carrancista de 3,000 soldados ocup la Estacin Pedrito, a medio camino entre Len y Lagos, y prepar su viaje a Veracruz.Una vez aceptado el Plan de Ayala como programa social de la revolucin, la convencin procedi a discutir los ceses de Villa y Carranza, que fueron aprobados antes de la media noche del 31 de octubre, por 98 votos contra 20. Inmediatamente despus la asamblea discuti el nombramiento del presidente provisional. Sin embargo pronto se present un problema. Entre los artculos del Plan de Ayala que la convencin aceptaba, estaba el 12, que sealaba que una vez triunfante la revolucin, una asamblea de los principales jefes revolucionarios nombrara al presidente provisional. Cul era el problema?, acaso no era esta convencin la asamblea de la que habla el Plan de Ayala?El hecho de que los zapatistas participaran con voz pero sin voto provoc que la Convencin de Aguascalientes no contuviese en su seno la representacin de todos los grupos revolucionarios. Qu esperaban pues los zapatistas para sumarse, si ya la convencin haba aprobado su programa?Zapata no se decida a darles poder sino hasta que la convencin literalmente se deshiciera definitivamente de Carranza, ya que no bastaba con un simple decreto que adems estaba en la imposibilidad de hacer cumplir. Los zapatistas consiguieron la aprobacin de su plan pero se negaron a comprometerse con la asamblea, a pesar de la insistencia de Paulino Martnez.La cuestin se resolvi cuando los delegados aprobaron que el nombramiento del presidente provisional tuviera una vigencia de 20 das, plazo que tericamente servira para que los delegados obtuvieran la representacin del movimiento sureo. Una vez conseguido esto, la asamblea ratificara o rectificara el nombramiento. Slo entonces se procedi a la eleccin, que tuvo lugar la noche del primero de noviembre.Desde que la asamblea inici se estuvieron barajando varios nombres para este cargo: Felipe ngeles, Eduardo Hay, y con ms fuerza, Antonio Villarreal, que funga como presidente de la asamblea y sobre cuya candidatura varios delegados han trabajado extramuros del teatro. Se dice que el nombramiento de Villarreal se consideraba tan seguro, que la noche de la eleccin, el general se ausent del recinto para vestirse con un traje negro y cruzar su pecho con la banda tricolor. Sin embargo, los zapatistas impugnaron su candidatura y finalmente fue rechazado.Fue entonces cuando Obregn entr nuevamente en accin. Resuelto a eliminar a Villa y a Carranza, trabaj por la candidatura del general Eulalio Gutirrez. Este, de una honestidad a toda prueba, conoca mejor el manejo de la dinamita que los usos de la poltica y no alcanz a darse cuenta de la trampa que se le tendi. En efecto, una vez desechada la candidatura de Villarreal, Obregn busc una solucin de compromiso: alguien que no fuera villista y que si bien haba militado en las filas del carrancismo, no sobrepusiera su lealtad personal a sus deberes cvicos, pero que tampoco sobresaliera demasiado.Pues bien, ese hombre fue Eulalio Gutirrez, elegido por 88 votos contra 37 del general Juan Cabral, dos del general Jos Isabel Robles y uno del general Eduardo Hay.Al final, quienes lo promovieron al cargo terminaran por abandonarlo y su vana gestin se apoy en aquellos que votarlos por otro candidato, es decir, los villistas, que se inclinaron a favor del obregonista -si as puede llamrsele- Juan Cabral.La eleccin de Gutirrez como presidente provisional de la Repblica marc el fin de los trabajos trascendentes de la convencin. Las labores continuaron durante unos das ms, pero ya no se discuti nada de importancia. Las sesiones fueron dedicadas a la lectura de innumerables telegramas que llegaban de todas partes del pas, apoyando o condenando a la convencin y los acuerdos tomados por ella. Algunos delegados, sobre todo carrancistas, viendo el sesgo que estaban tomado los acontecimientos, comenzaron a salir de Aguascalientes para reincorporarse a su faccin: era el momento de la desbandada.Pero adems, en esos das ocurrieron dos hechos que asestaron un golpe de muerte a las esperanzas de un arreglo pacfico entre facciones, si es que alguien an las tena.En primer lugar, cuando Villa se present en la convencin, el da 17, no lleg solo, y una vez que se hubo retirado, importantes contingentes de la Divisin del Norte permanecieron en la ciudad, en Rincn de Romos, Ags., y en Guadalupe, Zacatecas. Esto dio origen a que en la asamblea se discutiera sobre la supuesta neutralidad que deba imperar en la sede de la convencin mientras se desarrollaban los trabajos. Incluso se dieron casos en que soldados villistas en estado de ebriedad obligaron a delegados del bando contrario a gritarle vivas a Villa[footnoteRef:53]. [53: Uno de estos casos le ocurri al propio Obregn, segn relato de Gonzalo N. Santos. MEMORIAS. p, 114. Editorial Grijalbo.]

Por otra parte, el dos de noviembre una parte importante de la Divisin del Norte prcticamente tom por asalto la ciudad, en abierta violacin de la neutralidad. Cuando se exigi una explicacin de los hechos, Eulalio Gutirrez contest que la Divisin del Norte vena con su permiso a un viaje de abastecimiento y se retirara pronto. Lo que no tena explicacin posible era el por qu en un viaje de aprovisionamiento se incluan cinco trenes cargados con artillera. El darle permiso a la Divisin del Norte para presentarse en Aguascalientes fue el primer gran error del presidente Gutirrez, ya que conciente de la situacin y de su jerarqua, debi reprobar este acto y exigir la salida inmediata de la Divisin del Norte de la sede de la convencin.En segundo lugar, a los pocos das el mandatario provisional cometi otro error de graves consecuencias. Me refiero al nombramiento del general Villa como jefe del Ejrcito de la Convencin -nuevo nombre de la Divisin del Norte-.Estos dos acontecimientos despejaron cualquier duda que los carrancistas tuvieran sobre las intenciones del gobierno convencionista o de Villa. Obregn se apoy en este nombramiento para justificar su defeccin de la asamblea y acusar a Gutirrez de haber sido el primero en traicionar a la convencin.Por qu nombr Gutirrez a Villa? No se dio cuenta que con ello apresur la ruptura entre las facciones?Creo que en cierta medida esta es una pregunta sin respuesta, sobre todo si se analiza el curso de las relaciones entre estos dos personajes desde el nombramiento hasta la ruptura, mes y medio despus.Vasconcelos relat que a pocas horas de haber sido elegido, Gutirrez lo mand llamar y le dijo lo siguiente: Ahora licenciado, usted me va a ayudar en este atolladero... Vamos a tener que hacerle frente a Carranza y al bandido de Villa[footnoteRef:54]. [54: Jos Vasconcelos, ob cit, p, 122.]

Si el presidente provisional pensaba esto de Villa, por qu le dio tanto poder?Probablemente en su interior se enfrent a un conflicto sin solucin posible. Quiz sinti la necesidad de apoyarse en alguien que se ofreciera a ello ante la desercin de quienes, como Obregn, lo haban llevado a una presidencia que al final result ser solo de nombre y que nunca busc; o tal vez se tratara de algo que deba solucionar urgentemente ante el amago de ataque carrancista que significaban las tropas estacionadas en Estacin Pedrito.Se ha convertido en un lugar comn la afirmacin de que Gutirrez fue simplemente un instrumento en manos de Villa. Eso es lo que afirmaron Carranza y Obregn. Sin embargo una posicin as no responde al carcter de Gutirrez. De otra forma no se entendera el enfrentamiento que tuvo con el Centauro del Norte un mes despus. La mayora de las descripciones que existen sobre Villa coinciden en sealar que no era la clase de individuo que permitiera que alguien en su presencia se le opusiera impunemente y que irradiaba miedo a sus interlocutores. Si Gutirrez lo sinti alguna vez, lo disimul muy bien...El presidente debi mantenerse fiel a los acuerdos tomados por la asamblea aunque Carranza se negara a aceptarlos. Con ello posiblemente hubiera elevado su prestigio, atrayendo a su causa a los indecisos.Sin embargo tambin es muy probable que su gesto resultara intil, ya que, segn le dijo Villa a Daz Soto y Gama, los villistas todava tenan ganas de echar unos "balacitos" ms[footnoteRef:55]. Por otra parte, como se vio arriba, cuando Obregn le rindi cuentas a Carranza sobre sus gestiones en el norte y le pidi autorizacin para trasladar la convencin a Aguascalientes, el Primer Jefe, con su caracterstica terquedad, respondi que nada hara variar su opinin sobre Villa, por lo que nada conseguira la convencin. [55: John Womack, ob cit, p, 215.]

Ante estas formas de ver las cosas solo quedaba una razn: la de las armas. De cualquier forma, la nominacin de Villa a la jefatura del Ejrcito de la Convencin provoc el descrdito de esta y la polarizacin de los bandos.El 16 de noviembre la convencin resolvi declararse en receso y nombrar una comisin permanente que funcionara entre tanto. El 18 de noviembre tanto sta como el presidente Gutirrez, abandonaron definitivamente la ciudad y se dirigieron a San Luis Potos, camino a Mxico, a donde arribaron a principios de diciembre. Con este acto toc a su fin ese momento en que la revolucin trat de resolver sus diferencias a travs del dilogo de la palabra. Meses despus, en los campos del Bajo, de Celaya a Aguascalientes, continuaron con el dilogo, pero ahora con las armas en la mano; entonces fueron los fusiles y caones quienes tuvieron la ltima palabra.Obregn regres a Aguascalientes en julio de 1915, luego de haber destruido a la Divisin del Norte. Para entonces la Convencin era slo un recuerdo.EPILOGO

Aunque la Convencin no termin con su salida de Aguascalientes, lo que de ella qued hasta su disolucin final no fue sino una suerte de fantasma. Continu trabajando en otras ciudades, y desmoronndose poco a poco, hasta morir de inanicin. Pas a la historia como Convencin de Aguascalientes y vivi en esta ciudad su periodo ms brillante. Con el empuje de la Divisin del Norte, se instal en Mxico, en donde sesion en enero de 1915. El da 28 de ese mes se traslad a Cuernavaca, Morelos, ciudad que la acogi hasta el 12 de marzo, fecha en que regres a Mxico. Este cambio de residencia obedeci a que la Divisin del Norte desocup la capital del pas, para dejarla en manos del Ejrcito de Operaciones al mando del general lvaro Obregn, hasta que ste emprendi la marcha rumbo al Bajo, en donde tuvo lugar el enfrentamiento final. Cuando Obregn y sus fuerzas abandonaron la capital, la Convencin regres a Mxico. Posteriormente, despus de la derrota villista en Celaya, y con el avance carrancista sobre Mxico, pas a Toluca unos das, regres a Mxico y nuevamente se traslad a la capital del Estado de Mxico. Ah, debido a pugnas entre zapatistas y villistas, en las cuales los primeros acusaron a los segundos de tibieza, nuevamente se dividi: los villistas, encabezados por el presidente Francisco Lagos Chzaro marcharon al norte, en tanto que los delegados zapatistas se instalaron en Cuernavaca. Ya para entonces la convencin proyectaba una imagen pattica de s misma, legislando como si todava contara con ejrcitos capaces de imponer sus leyes; como si lo de Celaya nunca hubiera ocurrido. En efecto, en Cuernavaca, el 26 de octubre de 1915, promulg la Ley Agraria de la Soberana Convencin Revolucionaria.De ah los representantes fueron desalojados por los carrancistas dirigidos por Pablo Gonzlez y los pocos delegados que continuaron sesionando se refugiaron en Jojutla. Fue en este pequeo pueblo del estado de Morelos donde se promulg el Programa de Reformas Poltico-Sociales de la Convencin, el 18 de abril de 1916. Das despus, el 16 de mayo, la Asamblea acord disolverse. El programa de refor