CARMELO DE TERESA: Revista Teresita de Los Andes

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PUBLICACIÓN PASTORAL DEL SANTUARIO TERESA DE LOS ANDES N 0 88 - 2/2015 - $1000 26 años ¡Cuántos horizontes me descubre! Su testimonio con Jesucristo. Conocimiento de sí mismo. “Amigos fuertes de Dios”. Primera mujer doctora de la Iglesia. Las Fundaciones. de Para el Alma Chile Santa Teresa de Ávila

Transcript of CARMELO DE TERESA: Revista Teresita de Los Andes

PUBLICACIÓN PASTORAL DEL SANTUARIO TERESA DE LOS ANDES N0 88 - 2/2015 - $1000

26 años

¡Cuántos horizontes me descubre!

Su testimonio con Jesucristo.

Conocimiento de sí mismo.

“Amigos fuertes de Dios”.

Primera mujer doctora de la Iglesia.

Las Fundaciones.

dePara elAlma Chile

Santa Teresa de Ávila

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3Revista Teresa de Los Andes

SaludodelDirector

Queridos Hermanos (as):

Estamos celebrando el V Centenario de su nacimiento, los 433 años de su muerte, y su presencia sigue viva, en cada una de sus palabras, y ayer como hoy, leer a Teresa es, desde su interior, entrar en el corazón de Dios. Como dijo Fray Luis de León: ”Yo no conocí, ni vi a la madre Teresa de Jesús mientras estuvo en la tierra; más ahora, que vive en el cielo, la conozco y veo casi siempre en dos imágenes vivas que nos dejó de sí, que son sus hijas y sus libros”.

Estas palabras tan acertadas nos permiten conocer y apreciar el valor que tuvo Santa Teresa, de dejarse ena-morar y encontrar por Dios, descubriendo la profundidad y belleza de la vida interior. Sus obras que hablan en lenguaje coloquial, que tienen reminiscencias de la Sagrada escritura y la experiencia propia, nos hacen engolosinarnos para dar un paso hacia adelante y descubrir el secreto de Teresa, develado y participado a la Iglesia entera, a través del lenguaje y la experiencia oracional de Jesucristo, que ella procura hacerla vida, por eso nos dice que la oración es: “tratar de amistad estando muchas veces tratando a solas con quién sabemos nos ama” (V 8,5).

Sus obras escritas en lenguaje del siglo XVI es la expresión más pura de la poesía mística teológica. Es por ello que sus escritos no solamente van dirigidos a sus hijas e hijos, los carmelitas, sino que es doctrina para toda la Iglesia. El Papa Pablo VI, el año 1970, cuando declara Doctora de la Iglesia a Santa Teresa de Jesús dice: “ha llegado la hora en que la vocación de la mujer se realice en

plenitud. Durante el Concilio donde los sabios teólogos tropezaban, las mujeres cristianas iban derecho a lo esencial”. Esta sencilla expresión resume la densidad y claridad que procuró vivir y que nos sigue transmitiendo a través de su doctrina, para despertarnos a ser testigos de que “Sólo Dios basta” y que nuestra confianza nunca será defrauda, pues Él es siempre Fiel.

La alegría, la afabilidad, la fraternidad son la característica de la familia del Carmelo Descalzo, al cual Teresa quiso imprimirle este sello tan característico. Un amor eclesial profundo para conducir a hombres y mujeres hacia las fértiles dehesas de la vida interior plasmada en la sencillez que cada una de sus hijas e hijos debe transparentar en su vida.

“Sólo DIOS basta”Padre Erwin Montoya del Campo, ocd.

Provincial

Santuario de Auco Casilla 357, Los Andes, Chile Fono: (34) 2401714 Fax: (34) 2401939

Representante Legal Richard Hughes MontealegreConsejo de Administración Patricio Osorio

Comité Editorial Ma. Josefina Lecaros, Alejandro Tejerina O.Director R.P. Danilo Yáñez Ossandón, ocd.Editora Nancy Oyaneder Bueno Diagramación [email protected] RR Donnelley

SUMARIO

4 Revista Teresa de Los Andes

Publicación del Santuario de Auco, edición 88.A 26 años de su inicio.

22

3 EDITORIAL P. Erwin Montoya del Campo, ocd.

4 SUMARIO5 ¡FELIZ CUMPLEAÑOS SANTA MADRE! P. Danilo Yáñez Ossandón, ocd.

6 TRATAR A SOLAS CON SU AMADO Carmelitas Descalzas-Concepción

8 NADA TE TURBE Santa Teresa de Ávila

9 “MIS PADRES AMABAN A DIOS” Carmelitas Descalzas-Viña del Mar

10 ENEMIGA DE SER MONJA Carmelitas Descalzas-San José

11 TOMA DE HÁBITO Carmelitas Descalzas-Puerto Montt

12 ORACIÓN, ALEGRÍA Y SENTIDO DEL HUMOR María Teresa Grez

14 ¡CUÁNTOS HORIZONTES ME DESCUBRE! Carmelitas Descalzas-Auco

16 EL SEGUIMIENTO DE CRISTO Padres Carmelitas Descalzos

18 LAS FUNDACIONES Carmelitas Descalzas-San Bernardo

20 “ES TIEMPO DE VERNOS MI AMADO…” María Teresa Grez

22 PRIMERA MUJER DOCTORA DE LA IGLESIA P. Cristhián Ogueda, ocd.

23 “¡JUNTOS ANDEMOS SEÑOR!” Carmelitas Descalzas-San José

24 “AMIGOS FUERTES DE DIOS” P. Erwin Montoya del Campo, ocd.

26 UN ENCUENTRO CON NUESTRA IDENTIDAD Rosita Santelices E.

28 CAMINO DE LUZ EN CHILE Amaya Álvarez

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6

5Revista Teresa de Los Andes

P. Danilo Yáñez, ocd.Rector Santuario Teresa de Los Andes

¡Feliz cumpleaños

Santa Madre!

El 28 de marzo recién pasado, se celebró en todo el mundo carmelitano los 500 años del nacimiento de nuestra Santa Madre Teresa de Jesús. Para toda nuestra familia fue un día de fiesta. En este lugar santo no podía ser distinto, ya que es aquí, en el Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Auco, donde una de las hijas de la Gran Teresa ha alcanzado la Santidad (Teresa de Los Andes).

sta fiesta la celebramos con una Eucaristía en el Monasterio de las Carmelitas Descalzas del Espíritu

Santo. Fue presidida por nuestro pastor, Monseñor Cristian Enrique Contreras Molina O. de M., concelebrada por el Vicario de la Diócesis, P. Roberto Gilbo, por el P. Provincial de los Carmelitas en Chile, P. Erwin Montoya, entre otros carmelitas más. El Obispo destacó la grandeza de esta mujer: “ruin y pecadora”, que ha llegado a ser, después de la Santísima Virgen, una de las más importantes en la vida de la Iglesia. Al término de la Eucaristía se ben-dijeron réplicas del bastón de Nuestra Santa Madre, que fueron regalados a algunos de los presentes. Después de la Santa Misa hubo un compartir fraterno preparado por las mismas Carmelitas Descalzas. Estuvieron

entre otros, las Carmelitas Misioneras Teresianas, las Carmelitas Teresas de San José, el Carmelo Seglar, religiosas presentes de la Diócesis y laicos amigos del Carmelo. ¡Gracias Señor por la vida de esta Gran Mujer, Teresa de Jesús de Ávila!

En representación del Directorio recibe el bastón don Carlos Rivacoba.

E

Teresa de Jesús fue una mujer que se atrevió a amar.

Carmelitas DescalzasConcepción

Tratar

L

Tratar a solas con su Amado

6 Revista Teresa de Los Andes

a experiencia de saberse y sentirse tan amada por sus padres y her-manos, desarrolló en ella una

extraordinaria capacidad de amar, de relacionarse con los demás. A tal punto, que llegó a definir la oración como: “tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama”1. En realidad, su defi-nición expresa lo que es su oración, lo que es su vida. Pero, si define la oración como amistad, es decir, como amor recíproco, deja de manifiesto que, a su juicio, los mayores problemas o dificultades en la oración no son de distracción o de

concentración, sino de fallar en el amor, de tener “distraído el corazón”. Ese fue su drama interior. Sus años de oración difícil coinciden exactamente con un corazón dividido, con una vida mediocre. Ella misma lo confiesa: “Trata por los términos que fue perdiendo (Teresa) las mercedes que el Señor le había hecho, y cuán perdida vida comenzó a tener”2 y añade: “…comencé de pasatiempo en pasatiempo, de vanidad en vanidad, de ocasión en ocasión, a meterme tanto en muy grandes ocasiones, y andar tan estragada mi alma en muchas vanida-des3 …y (llevaba) vida tan baja de per-fección, que ningún caso casi hacía de los

1 Libro de la Vida 8, 52 Libro de la Vida, epígrafe del cap. 7 3 Libro de la Vida 7, 14 Libro de la Vida 8, 25 Libro de la Vida 7, 1

6 Libro de la Vida 9, 17 Libro de la Vida 9, 98 Libro Meditaciones de los Cantares 4, 99 Libro Meditaciones de los Cantares 4, 1010 Libro de la Vida, 11, 1. 6

GRADOS DE ORACIÓN GRADOS DE ORACIÓN4

7Revista Teresa de Los Andes

pecados veniales; y los mortales, aunque los temía, no como había de ser, pues no me apartaba de los peligros…”4. En esta situación el encuentro con Dios adquiere un carácter contradictorio y deja la oración: “…ya yo tenía vergüen-za de en tan particular amistad, como es tratar de oración, tornarme a llegar a Dios”5. Es evidente que para ella la oración y la vida son inseparables: la oración se traduce en la vida y la vida en la oración. Sin embargo, el Señor, que la quería para Él, no la abandonó. Es manifiesta su intervención y la conversión que ella experimentó: “…entrando un día en el oratorio, vi una imagen… Era de Cristo muy llagado y tan devota que, en mirándola, toda me turbó de verle tal, porque representaba bien lo que pasó por nosotros. Fue tanto lo que sentí de lo mal que había agradecido

aquellas llagas, que el corazón me parece se me partía, y arrojéme cabe Él con grandísimo derramamiento de lágrimas, suplicándole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle”6. Así fue pasando de la afición por las cosas del mundo a, como ella misma dice, “la afición de estar más tiempo con Él”7. Este amor empezó a arder de tal manera en su corazón, en su trato de amistad con Él, que exclama: “¡Oh, Señor mío y Misericordia mía y Bien mío! Y ¿qué mayor le quiero yo en esta vida que estar tan junto a Vos, que no haya división entre Vos y mí?8. Y agrega: “Ya yo veo, Esposo mío, que Vos sois para mí; no lo puedo negar. Por mí vinisteis al mundo, por mí pasasteis tan grandes trabajos, por mí sufristeis tan grandes azotes, por mí os quedasteis en el Santísimo Sacramento y ahora me hacéis tan grandísimos regalos”9.

Su larga y sufrida experiencia de oración hizo de ella una

maestra. En su pedagogía y sencillez, describe “al que comienza camino de oración como alguien que comienza a hacer un huerto en tierra muy infruc-tuosa”10. Y puede regarlo de 4 maneras que corresponden a cuatro grados de oración.

El primero, es sacando agua de un pozo, se hace con esfuerzo y dificultad.El segundo, es con noria y arcaduces, se hace con un torno; ahí hay menos trabajo y se saca más agua. El tercero, es regar con agua de un río o arroyo, se riega mejor y se trabaja mucho menos.El cuarto modo de regar es con una buena lluvia. Es cuando riega el Señor, sin trabajo de nuestra parte y es incomparablemente más provechoso que todo lo anterior.

De todo lo dicho podemos concluir algo fundamental: cada uno de estos grados de oración está en estrecha relación con nuestra amistad con el Señor: porque es muy difícil “tratar de amistad” en la oración, si no “somos amigos en la vida, si no vivimos como tales”. Y, si “somos amigos en la vida, no tendremos dificultad para serlo en la oración”. La amistad siempre nos mantiene unidos, nos asemeja, nos identifica.

Oración y Penitencia

Fundadora

En busca del martirio

La Virgen es mi madre

El infierno

Maestra de oración

Nada te turbe

Eleva el pensamiento, al cielo subePor nada te acongojes, NADA TE TURBE.

A Jesucristo sigue con pecho grande, y venga lo que venga, NADA TE ESPANTE

¿Ves la gloria del mundo?Es gloria vana;nada tiene de estable,TODO SE PASA

Aspira a lo celesteque siempre dura;fiel y rico en promesasDIOS NO SE MUDA

Ámala cual merecebondad inmensa,pero no hay amor finoSIN LA PACIENCIA

Confianza y fe vivamantenga el alma,que quien cree y esperaTODO LO ALCANZA

Del infierno acosadoaunque se viere,burlará sus furoresQUIEN A DIOS TIENE

Vénganle desamparos,cruces, desgracias; siendo Dios su tesoroNADA LE FALTA

Id, pues, bienes del mundo,id, dichas vanas;aunque todo lo pierda¡SÓLO DIOS BASTA!

8 Revista Teresa de Los Andes

Todo se pasa

Doctora de la Iglesia

9Revista Teresa de Los Andes

de caballería que eran las novelas de la época. Al tener numerosos hermanos, a Teresa se le hizo fácil el proceso de socialización. Tenía facilidad para forjar amistades. Era simpática y alegre. Desarrolló desde muy niña una gran cualidad: la de saber contentar a otros. “En esto me daba el Señor gracia, en dar contento dondequiera que estuviese, y así era muy querida”. Atentos a la educación de sus hijos, sus padres les dejaban libertad para sus juegos y ahí Teresa desplegaba su imaginación y fantasía alimentada con sus lecturas y lo que oía a su alrededor de la situación de España con la presencia de los árabes en el Sur de la península. Sus sueños quería convertirlos en realidad y la futura líder ya sabía tempranamente asociar a sus proyectos a los demás. Convenció a Rodrigo, su hermano, para ir a tierra de moros para alcanzar el martirio, pero

us padres llevaban una vida aus-tera, de muchas virtudes, gran amor a los pobres y a los enfermos. Se

preocupaban con solicitud del personal de servicio de su casa. Nunca quisieron tener esclavos, hería su sensibilidad ver a alguien privado de libertad. Tanto le influyó a Teresa este ejemplo que cuando ya adulta andaba en los trabajos de las fundaciones de monasterios, tenía una gran delicadeza y preocupación por los arrieros y cocheros que la trasladaban en sus viajes. Si los veía cansados, les conversaba con gracia y simpatía alegrándoles el camino. Su madre le enseñó a relacionarse con la Virgen María y cuando ella murió, muy joven aún, Teresa adolescente, recurrió a María: “le supliqué fuese mi madre con muchas lágrimas” (V 1,7). La aventura de Teresa -67 años- co-menzó desde su niñez, gracias a la educación y al amor que le dieron sus padres. Su madre le enseñó a leer a los 7 años -tenían una biblioteca con literatura clá-sica y religiosa- y Teresa, quien se hizo una lectora habitual y entusiasta “si no tenía libro nuevo, me parece no tenía contento” (V 2,1). Sus temas preferidos eran las historias y las aventuras de amor de los libros

Mis padres amaban a DIOS”

”Mis

Don Alonso y Doña Beatriz, papás de Teresa, crearon un buen ambiente en su hogar donde en forma natural y armónica les fueron trasmitiendo la fe, cultura, valores humanos, espirituales y religiosos.

Carmelitas DescalzasViña del Mar

S

poco les duró el viaje. Un tío suyo los encontró en el camino y los llevó de vuelta a Ávila. De todas maneras su infancia quedó marcada por la figura de los héroes y por el atractivo de la aventura. Les gustaba edificar ermitas para ser ermitaños ya que no podían morir como mártires… Y sus construcciones se les desmoronaban.

Lo que había detrás de su fallida aventura, era una verdad que se les grabó a fuego y ésta era que el cielo o el infierno eran para siempre. Les fascinaba repetir: “¡Para siempre, siem-pre, siempre!” (V 1,5). Niña aún había descubierto el camino de la verdad y de la eternidad.

10 Revista Teresa de Los Andes

e su mamá tomó el gusto por los libros de caballerías; novelas frívolas de su tiempo llenas de

fantasías e historias amorosas. Tanto se entretenía en esto que ella misma cuenta: “si no tenía libro nuevo, no me parece tenía contento” (V 2,1). Estas lecturas eran a escondidas de su papá, a quien le pesaba que su hija gastara tanto tiempo en este afán. Además nos relata en el libro de la Vida sus pretensiones; “comencé a traer galas, con mucho cuidado de manos y cabellos, olores y todas las vanidades que en esto podía tener…” (V 2,2). Ella deseaba estar bonita y parecer bien al resto. Tenía amistades entre primos y parientes que frecuentaban su casa. De una de ellas tomó malas costumbres y aunque sus padres intentaban alejarla, no lograban distanciarla por ser familiar. Entonces su papá, habiendo quedado viudo y observando el daño de la mala compañía decide colocarla en el internado de religiosas agustinas de Santa María de Gracia. Es aquí cuando ella nos dice: “Y, puesto que yo estaba entonces enemi-guísima de ser monja, holgábame* de ver tan buenas monjas, que lo eran mucho las de aquella casa” (V 2,8). En este lugar ella cambió sus malas costumbres, volvió a rezar con frecuencia y a inclinar su alma al bien. Incluso empieza a pedir

D a Dios que le muestre el estado en que ella le había de servir y comienza a considerar la posibilidad de ser monja, hay un vuelco en Teresa. Primero ella está “enemiguísima de ser monja”, es decir “enemiguísima” de la Voluntad de Dios para ella y de pronto, sin ella proponérselo, se encuentra pensando en ser religiosa. Esto es algo que sucede frecuentemente. Se produce un cambio que no es de un día para otro, sino que va ocurriendo progresivamente en cada uno de nosotros, si llevamos una sincera vida de oración. Nuestro corazón va siendo transformado, liberado del egoísmo y de tantas faltas que le impiden seguir los planes que el Señor tiene para cada uno de sus hijos. Esta conversión no es violenta, sino con toda suavidad. Tampoco se refiere siempre a grandes cambios como es la elección de un estado de vida, sino a opciones pequeñas que tenemos que hacer todos los días; perdonar a quien he cerrado el corazón, aceptar con misericordia al que me cuesta o tomar conciencia de las necesidades evidentes de quienes me rodean y ante las cuales cierro los ojos. Así es como nuestro corazón va teniendo una mirada más limpia y puede unirse cada vez más al de Jesús.

*Holgábame: me gustaba, contentaba.

Enemiga de ser MONJA

Teresa de Jesús fue una adolescente como todas las niñas de su época o de la nuestra.

Carmelitas DescalzasSan José

Enemiga

11Revista Teresa de Los Andes

l Dios que nos ama tiene un plan de amor y un proyecto

trascendente sobre ca-da uno de nosotros. “No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os elegido a vosotros” (Jn 15,16). Así también para la joven Teresa de Ahumada Dios Padre te-nía un gran proyecto. Fue una joven nor-mal con grandes sueños: castillos, princesas, caba-lleros y también santi-dad, deseaba ser mártir por Cristo y llegar así muy pronto al cielo. Con su hermano Rodrigo, en medio de sus juegosentraba en la contempla-ción de lo eterno de que el destino de los elegidos es “para siempre, siempre, siempre“ y jugaba a ser monja. En la adolescencia to-dos estos deseos se vieron eclipsados; se transformó en una joven muy agra-dable que atraía a los que la conocían por su gran simpatía “y quedó enemiguísima de ser monja“. Se hizo de amis-tades que preocupaban a su padre, quien deci-decidió internarla en el

Monasterio de Agustinas. “Comencé allí a rezar mu-chas oraciones vocales y a procurar con todas me encomendasen a Dios que me diera el estado en que le había de servir. Más todavía deseaba no fuese monja, aunque también temía el casarme” (V 3,2).“En este tiempo, aunque yo no andaba descuidada de mi remedio, andaba más ganoso el Señor de disponerme para el estado que me estaba mejor” (V 3,3). Es así como se decidió a entrar en el Monasterio de la Encarnación, pidién-dole el permiso a su padre que “era tanto lo que me quería que en ninguna manera lo pude acabar

Toma de HÁBITO

Así Dios comenzó a realizar en ella la gran obra de

Amor para la cual estaba destinada: ser luz en la Iglesia.

con él ni bastaron ruegos de personas que procuré le hablasen“ (V 3,7). En la madrugada del 2 de noviembre de 1536, a los 20 años de edad sin que su padre supiera huyó de su casa. Estuvo un año de postulante y el 2 de noviembre de 1537 tomó el hábito de la Virgen del Carmen. “En tomando el hábito, luego me dio el Señor a entender cómo favorece a los que se hacen fuerza para servirle. A la hora me dio un gran contento de tener aquel estado, que nunca jamás me faltó hasta hoy; y mudó Dios la sequedad que tenía mi alma en grandísima ternura” (V 4,2).

Carmelitas Descalzas Puerto Montt

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Oración, Alegría y SENTIDO del HUMOR

Desde el comienzo de su autobiografía,

en el Libro de la Vida nos invita a:

“andar con alegría y libertad” (V 13,1)

y a “tener gran confianza” (V 13, 2).

María Teresa Grez

12 Revista Teresa de Los Andes

Unida a su estilo es-pontáneo, directo ycon un gran sentido del humor y “fina ironía”; esta maestra de oración nos presenta este tre-mendo desafío que es “la vida de oración” y nos enseña a amar al Señor, con naturalidad y sencillez, usando un lenguaje simpático y firme a la vez; pero, sobre todo, al alcance de todos nosotros, insistiéndonos en que “no está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho” (4 M1).

También, con cierta ri-sa, escribía al padre Gracián, sacerdote car-melita, que hay quien “pensará, si ha estru-jado algunas lágrimas,que aquello es la ora-ción”.

Nos llama a hacer de la vida, de cada día, una oración. Por eso nos habla de ”un viaje divino al que Dios convida a todos y cuya meta es la libertad”.

En su libro Camino de Perfección, enseñándo-nos cómo debemos meditar nos dice con tanta sencillez y simpa-tía: “Forcémonos a no-sotros mismos (hagá-mosle empeño) para estarnos cerca de este Señor, nos entenderá por señas… Es muy amigo de quitarnos de trabajo; como enten-damos estamos con Él y lo que le pedimos y la gana que tiene de darnos y cuan de buena gana se está con nosotros, no es amigo de que nos quebremos las cabezas hablándole mucho” (C 26,1). Es como si nos dijera: El Señor sólo nos pide un acto de amor, de fe y estar con Él.

En su propia vida mís-tica, en su relación per-sonal con “Su buen Jesús” nos abre su co-razón de mujer enamo-rada que “echa de menos a su Amado”; “…me he regalado hoy con el Señor y atrevido a quejarme y le he dicho: ¿cómo, Dios mío, …que tan poquitos ratos como me quedan para gozar de Vos, tú te me escondas? Creo yo, Señor, que si fuera posible poderme esconder yo de Vos, como Vos de mí, que pienso y creo del amor que me tienes que no lo sufrirías; más estás Vos conmigo y me ves siempre. No se sufre esto, Señor mío; os suplico miréis que se hace agravio a quien tanto os ama” (V 37, 8).

En sus cartas se deja ver en distintas situaciones su original sentido del humor: A propósito de la fama de santa con que la acosan: está cansada de “oír tantos desatinos. Que allá (en Ávila), en diciendo que una es santa, lo ha de ser sin pies ni cabeza. Se ríen porque yo digo que hagan otra allá, que no les cuesta más que decirlo” (C 320).

Si algo la caracteriza es su alegría, “me dio un tan gran contento de tener aquel estado (ser monja) que nunca jamás me faltó hasta hoy” (V 4, 2), alegría que tiene su principio y su fin en Dios, su “Amigo verdadero”, y que se refleja en toda su manera de vivir.

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13Revista Teresa de Los Andes

Ella es capaz de reírse de sí misma y tiene el don de captar el lado cómico de personajes y situaciones a veces muy difíciles, dándoles así su justo valor. Todo esto tiene mucho que ver con la espiritualidad que ella nos enseña.

Notable es su sentido del humor cuando nos describe con detalle los hechos que rodearon a las fundaciones de sus monasterios:

Un ejemplo es la descripción que nos ha dejado de la entrada del carromato lleno de monjas, para

la fundación de Medina del Campo: ”Llegamos a Medina vísperas de Nues-tra Señora de Agosto, a las doce de la noche… Fue harta misericordia del Señor, que a aquella hora se encerraban toros para correr al otro día, no nos topar con alguno” (F 3, 7).

Y en la fundación del Monasterio de Salamanca, que fue el 1 de Noviembre de 1570. “Quedamos

la noche de `Todos los Santos̀ (víspera de `la noche de ánimas´, mi compañera y yo solas en espera del resto de las monjas que llegaría desde Medina). Yo os digo, hermanas que cuando se me acuerda el miedo de mi compañera, que era la hermana María del Sacramento, que me da gana de reír… la casa era muy grande, desbaratada y con muchos desvanes… nos encerramos en una pieza para dormir esa noche…” “Madre, estoy pensando si ahora me muriese qué harías vos sola” me dijo la hermana, a lo que respondí: “Hermana, de que eso sea, pensaré lo que he de hacer; ahora déjeme dormir” (F 19, 3-5).

“En la cruz está la vida y el consuelo, y ella sola es el camino para el cielo”.

“Vuestra soy, para Vos nací. ¿Qué mandais hacer de mí?”.

Nada te turbeNada te espante

Todo se pasaDios no se muda

La pacienciaTodo lo alcanza

Quien a Dios tieneNada le falta

Sólo Dios Basta

¡Cuántos HORIZONTES me

DESCUBRE!

Una de las mayores riquezas que nos ha dejado nuestra querida hermana Santa Teresa de Los Andes es la enseñanza de lo que es el Carmelo y de lo que es ser carmelita, con ejemplos sencillos y claros. “El fin que se propone la carmelita es muy grande: rogar y santificarse por los pecadores y sacerdotes. Santificarse a sí misma para que la savia divina se comunique, por la unión que existe entre los fieles, a todos los miembros de la Iglesia…” (c 58).

Carmelitas DescalzasAuco

14 Revista Teresa de Los Andes

lla como fiel hija de Teresa “la Grande” nos transparenta en sus escritos como fue creciendo en

el camino de la oración, es decir, en el camino de amistad con Dios; lo que la llevó hacia las altas cumbres de la contemplación. Dios al darle el soplo de vida puso en ella la semilla de la vocación al Carmelo. Por la Gracia del Espíritu Santo y la docilidad de su alma fue germinando este don precioso, que se vio reflejado en ella desde pequeñita. La primera huella Teresiana que hayamos en la vida de Juanita, es a los 15 años (d 13) cuando la Madre Ríos (orientadora espiritual del Colegio Sagrado Corazón) le recomienda leer el libro de la Vida de Santa Teresa de Ávila. Desde ahí resonarán sus consejos (d 18). Aprendió a hacer oración men-tal y a recomendarla a sus amigas, especialmente hará participe de su descubrimiento a su amiga íntima Elisa Valdés: “No te desconsueles con no poder discurrir ni saberle decir nada a N. Señor. Si el estarnos sólo en su presencia, si el mirarle sólo nos basta para amarle, y estamos tan prendadas de su hermosura que no podemos decirle otra cosa [sino] que le amamos, ¿por qué, pues hermanita, inquietarnos? Nuestra Santa Madre [Teresa] recomienda esta mirada al Esposo de nuestras almas. Míralo sin cansarte” (c 109). Como segunda huella Teresiana, podemos entender que los deseos ardientes que tenía Teresita de amar a Dios con locura, venían de su misma madre fundadora. Ella nos refiere en la carta 109 la pregunta que se hace: “¿Cómo no nos volvemos locos de amor por nuestro Dios? Se señalan en los siglos una que otra alma con locura de amor: Nuestra Santa Madre...”. Una tercera huella es la lectura del Camino de Perfección en 1918, el que encendió aún más los deseos ardientes de ser pronto carmelita. En la carta 25 dirigida a Madre Angélica Teresa, nos cuenta que le encantaba esta lectura porque tiene tanta doctrina, la cual fue un trampolín y apoyo para decidirse a

trabajar en el camino de la santidad; por lo que dirá junto con pedir la admisión al Carmelo: “...Créame que trabajaré toda mi vida por ser una gran santa. Santa Teresa dice que no es orgullo tener grandes deseos; antes al contrario, que esto levanta el alma a cosas más elevadas”. En efecto lo que Santa Teresa de Ávila escribió en su libro de la vida fue: “Tener gran confianza, porque conviene mucho no apocar los deseos, sino creer de Dios que si nos esforzamos podremos llegar a lo que muchos santos con su favor” (V 13,2).

Sigamos descubriendo entonces laspistas que Teresa de Ávila nos ha dejado a través de Teresita. Así podremos llegar a ser: “Amigos fuer-tes de Jesús”. No gastemos nuestro tiempo en empresas de poca impor-tancia.

E

15Revista Teresa de Los Andes

ste es el punto de partida de la búsqueda Teresiana.

Si Teresa se inclina por la vida religiosa, a pesar de sus resistencias, será porque lo ve como el “más seguro estado” (V 3,5). Para poder vivir la vida cristiana de la gracia, sin dejarse envolver por las vanidades del mundo. El mantenerse en la amistad de Dios había sido de hecho su preocupación más constante, huyendo

con firme decisión de todo tipo de pecado, especialmente los morta-les (V 6,4) y buscando solicita la confesión, aún de los veniales (V 5,9 y 11). Y el recuerdo de Cristo, de su amor generoso y entregado, es siempre la razón más poderosa, no sólo para mantenerla en pie, sino para hacerse fuerte frente al temor natural que le impone, por desconocida, la vida religiosa. “A esto me

defendía con los trabajos que pasó Cristo”, confiesa (V 3, 6). Pero lo que debemos reconocer es que su creci-miento y maduración vo-cacional, nace en todo caso, de un progresivo descubrimiento y avance en la amistad de Cristo. Ya antes de entrar en el convento, Teresa solía de-tenerse a meditar en “pasos” de su vida, como el de la oración del Huerto (V 9,4). Pero es sobre todo al entrar en el convento, cuando su relación con Cristo se estrecha, pues como ella dice: “procuraba lo más que podía traer a Jesucristo nuestro bien y Señor dentro de mí presente” (V 4,7).

E

La Santa invita a ofrecerse al Cristo amigo que vive en la propia intimidad: “Juntos andemos, Señor, por donde fuereis tengo de ir, por donde pasareis tengo de pasar” (C 26,6).

Carmelitas Descalzos

16 Revista Teresa de Los Andes

El seguimiento de CRISTO

Cristo se convierte para ella en un testigo íntimo que le sigue y acompaña: “era testigo de todo lo que yo hacía” (V 27,2), dirá Teresa. Incluso cuan-do sus pasos no son rectos como el de aquellas amis-tades que la desvían de su propio amor: “Repre-sentóseme Cristo delantecon mucho rigor, dándo-me a entender lo que de aquello le pesaba” (V 7,6). Por eso, consciente de esa cercanía, nada tiene ya de particular que ella centre el sentido de la vida descalza en seguir e imitar a Cristo. Imitación que, aunque supone la identificación con todos los sentimientos y actitudes de Cristo, al final se reduce a ser capaces de padecer con Él, ya que es en la cruz donde nos ha dejado la suprema muestra de su amor. Dirá por ello la Santa: “abrazaos con la cruz que vuestro Esposo llevó sobre sí, y entended que ésta ha de ser vuestra empresa; la que mas pu-diere padecer que padez-ca más por Él y será mejor librada” (2 M 1,7). Y de un modo más ardoroso había dicho en su libro Camino de Perfección, directa-mente a sus monjas descal-zas: “Tomad, hijas de aquella cruz, no se os dé nada que os atropellen los judíos, porque Él no vaya con tanto trabajo… tropezando, cayendo convuestro Esposo, no os apartéis de la cruz, ni la dejéis” (C 26,7). Y las palabras que

mejor expresan este pro-pósito y compromiso de la vida religiosa serían aquellas con que la Santa invita a ofrecerse al Cristo amigo que vive en la propia intimidad: “Juntos andemos, Señor, por donde fuereis tengo de ir, por donde pasareis tengo de pasar” (C 26,6). Pero además del segui-miento enamorado y su-miso de Cristo cargado con la propia cruz, que es efectivamente lo que nos acredita como discípulos suyos, ya que Él nos ha invitado a tomar la cruz y

seguirle. La vida religiosa se ha propuesto desde siempre el asumir los llamados consejos evan-gélicos con los que se propone imitar más de cerca y revivir la vida de Cristo. Y el cumplirlos con la mayor perfección posible (C 1,2), fue el primer propósito que hizo Teresa cuando se sintió llamada a un compromiso de mayor fidelidad. Inclu-so lo ve como un gozo íntimo que le lleva a satisfacer sus apetencias más hondas (V 35,2).

17Revista Teresa de Los Andes

as carmelitas, como la mayoría delas religiosas, habían decaído mu-cho del primer fervor, a princi-

pios del siglo XVI. Los locutorios del Convento de la Encarnación de Ávila eran una especie de centro de reunión de las damas y caballeros de la ciudad. Por otra parte, las religiosas podían sa-lir de la clausura con el menor pretexto. La comunidad era suma-mente numerosa (más de 100 religiosas), tam-bién se sumaba la falta de alimento, lo cual era a la vez causa y efecto de la relajación. Este era el convento que vio entrar a Doña Teresa de Ahumada y salir a Teresa de Jesús. Llegó a sus manos la Regla Primitiva de nuestros primeros Padres del Monte Carmelo y junto a sus amistades en

una velada en su celda, sueñan con un monasterio más reducido y austero… Teresa, que llevaba ya veinticinco años en el convento, con la gracia que le dio el Señor llevó a cabo la idea de fundar un convento reformado. Con muchas

dificultades funda su pri-mera casa dedicada aSan José, el primer “Palo-marcico”, como ella llama-ría a sus fundaciones. Teresa fue una innovado-ra. Decide que su conven-to guarde clausura, ence-rramiento “muy estrecho”,para que las monjas no se pierdan en vanidades, ni otros negocios que pue-dan separarlas de su prin-cipal propósito y ocupa-ción, que es la oración. Que no fuese más de trece

como un pequeño colegio de Cristo. Santa Teresa pasó cinco años con sus trece religiosas en el Convento de

Las FUNDACIONES de Santa Teresa de Jesús

LCarmelitas de Jesús, María y José

San Bernardo

18 Revista Teresa de Los Andes

San José, precediendo a sus hijas no sólo en la oración, sino también en los trabajos humildes, como el barrer, la cocina y costura. Acerca de esa época escribió: “Creo que fueron los años más tranquilos y apacibles de mi vida, pues disfruté entonces de la paz que tanto había deseado mi alma”. Al escuchar los relatos de un misionero y saber de las muchas almas que se perdían suplica al Señor poner remedio, muy pronto llega su respuesta. En 1567, el Superior General de los Carmelitas, Juan Bautista Rubeo, visitó el nuevo convento y quedó encantado de la vida que se llevaba en aquella casa; concedió a Santa Teresa plenos poderes para fundar otros conventos del mismo tipo y aún la autorizó a fundar dos conventos de frailes reformados, en Castilla. Curiosamente, ella nunca fundó sus conventos en sitios separados del centro de las ciudades, ni en desiertos, ni en las afueras. Instruye a sus hijas que vivan la contemplación “solas con Él solo”, pero nunca separadas de la realidad. En agosto de 1567, Santa Teresa con gran entusiasmo parte a  Medina del Campo, donde fundó el segundo convento, a pesar de las múltiples difi-cultades que surgieron. Al año siguiente funda un convento en Malagón (1568).

Después siguieron los de  Valladolid (1568) y Toledo (1569). Esta última fue una empresa especialmente difícil porque la Santa sólo tenía cinco ducados al comenzar; pero, según escribía, “Teresa y cinco ducados no son nada; pero Dios, Teresa y cinco ducados bastan y sobran”. Luego vendrá Pastrana (1569), Salamanca (1570), Alba de Tormes (1571), Segovia (1574), Beas de Segura (1575), Sevilla (1575), Caravaca de la Cruz (1576), Villanueva de la Jara (1580), Palencia (1580), Soria (1581), Burgos (1582), Granada (1582). En esta fundación no pudo asistir por mucho que le insistió San Juan de la Cruz, por encontrarse ya enferma y preparando la fundación de Burgos, envió como fundadora y priora M. Ana de Jesús (Lobera).

Sus empresas no fueron fáciles, tuvo que batallar con el clima, lluvias, frío, excesivo calor, falta de alimento, malas posadas, enfermedades, más los obstáculos humanos que ayudan a dar más gloria a Dios. Nada, nada la detuvo, tanto así que aún no termina la aventura de esta gran soñadora, sigue recorriendo caminos por todo el mundo, su espíritu sigue vivo en cada monasterio de carmelitas descalzas que continúan orando y trabajando como abejas, la miel espiritual.

19Revista Teresa de Los Andes

Sí, Teresa de Ávila, es la que dejó sus huellas en los caminos de España, sembrando conventos, construyendo

iglesias y levantando el espíritu… ¿cómo surgió todo? ¿de dónde le venía tanta fuerza para que en veinte

años dejara tan gran legado?

San José, precediendo a sus hijas no sólo en la oración, sino también en los trabajos humildes, como el barrer, la

María Teresa Grez

“Es tiempo de vernos, mi Amado;

en fin Señor, soy hija de la Iglesia”

“Quedó en acabando

de expirar su rostro hermoso con una luz de eternidad… Fue tan grande la fragancia del

olor que salía de su cuerpo… que

trascendía en toda la casa”

(Gracián Fundaciones,

p. 643).

E

20 Revista Teresa de Los Andes

s julio de 1582, Teresa venía de regreso de su última fundación de Burgos, con destino a Ávila;

acompañada de su enfermera, Ana de San Bartolomé y de su sobrina Teresita. Fue un largo y pesado viaje, pasando por los conventos de Palencia, Valladolid y Medina; venía muy débil por sus graves enfermedades y cansada por tantos contratiempos vividos en Burgos y malos ratos que tuvo que soportar de sus hijas más cercanas. Sus últimas cartas son casi todas de advertencias, para solucionar problemas de sus comunidades y aún de reprensiones a varias prioras, entre ellas a su sobrina María Bautista, priora de Valladolid, quien al despedir a la Madre fundadora y sus acompañantes les dice: “Váyanse ya, y no vuelvan más por acá”.En Medina se encuentra con el mandato del Padre Antonio de Jesús de ir a Alba, a acompañar a la joven duquesa en el nacimiento de su hijo. Después de un doloroso viaje (no obstante viajar en la carroza de la duquesa) llegaron a Alba de Tormes el 19 de septiembre; comenta Ana de San Bartolomé: “llegamos a Alba con un quebrantamiento de cuerpo, que luego la desahuciaron los médicos”. Al llegar les avisan que la duquesa ya había dado a luz y se quedan en el convento de Alba. Los primeros días se mantuvo en pie, recibiendo algunas visitas, hasta el día de San Miguel que cayó definitivamente a la cama. En la víspera de San Francisco, pidió el Santísimo Sacramento, y dijo a sus monjas: “¡Hijas mías y señoras mías! Por amor de Dios les pido tengan gran cuenta con la guarda de la Regla y constituciones, que si las guardan con la puntualidad que deben, no es menester

otro milagro para canonizarlas; ni miren al mal ejemplo que esta mala monja les dio y ha dado; y perdónenme”. Estando ya tan mala, que en la cama no se podía mover… -al ver al Señor, en el Santísimo Sacramento a quien tanto amaba le decía cosas amorosas y dulces con mucha devoción-: “¡Oh Señor mío y Esposo mío, ya es llegada la hora deseada! ¡Tiempo es ya que nos veamos, Señor mío! Ya es tiempo de caminar; sea muy enhorabuena, y cúmplase vuestra voluntad. Ya es llegada la hora en que yo salga de este destierro y mi alma goce, en uno con Vos, de lo que

21Revista Teresa de Los Andes

tanto he deseado…”. Le daba gracias porque la había hecho hija de la Iglesia y porque moría en ella; y muchas veces repetía esto: “En fin Señor, soy hija de la Iglesia”. Y pedía perdón al Señor de sus pecados… y a sus hermanas con mucha humildad (De la Vida de la Madre Teresa de Jesús, de Francisco de Ribera, libro III, cap. 15). El Padre Antonio de Jesús, que estaba a su lado le preguntó si quería que llevasen su cuerpo a Ávila, o que se quedase en Alba; ella respondió: “¿Tengo yo de tener cosa propia?” Y a Juana del Espíritu Santo que la sostenía,

le dijo: “¿Aquí no me darán un poco de tierra?”. Al día siguiente, a las siete de la mañana, se echó de un lado, a la manera que pintan a la Magdalena, con un crucifijo en la mano, (el cual tuvo siempre en la mano hasta que murió), tenía el rostro encendido y con grandísimo sosiego y quietud se quedó absorta toda en Dios. Eran las nueve de la noche, del 4 de octubre de 1582, día de San Francisco. El día siguiente, por coincidir el cambio de calendario, del juliano al “gregoriano” (del Papa Gregorio XIII), se convirtió en el día 15 de octubre”.

22 Revista Teresa de Los Andes

er Doctor de la Iglesia no es sólo un título honorífico que

se agrega a la venerable lista que comienza con Agustín, Ambrosio, Jerónimo y Gregorio Magno en occidente, o de Atanasio, Basilio, Gregorio Nacianceno o de Juan Crisóstomo en Oriente, por sólo nombrar a los ocho principales de la antigüedad. De hecho, tener doctores es una ver-dadera necesidad para la Iglesia peregrina que necesita de luz y guía en la historia y en el tiempo. Dios nos regala santos que además de su testimonio de vida, tienen la misión de iluminar y ayudar, por medio de sus escritos, en

la comprensión de las verdades reveladas. Los requisitos, por tanto, además de una santidad insigne, es tener una doctrina “eminente” y ser declarado como tal, de un modo oficial, por el Papa o un Concilio Ecuménico. Contando a Gregorio de Narek, agre-gado este 2015 por el Papa Francisco, ya son treinta y seis los doctores de la Iglesia. La particularidad de Santa Teresa es que fue la primera mujer a la que se le otorga este título. Hubo dudas, se pensaba que una mujer no podía ser doctora (“obstat sexus”). Pablo VI por fin zanja la

P. Cristhian Ogueda, ocd.

S

Primera mujer DOCTORA

de la Iglesia

Hoy sería impensable para

alguien que quiera profundizar su

camino de oración no tomar de guía o de referente a la

Santa de Ávila.

cuestión. El 15 de octubre de 1967, Santa Teresa de Jesús es proclamada Doctora de la Iglesia. Teresa de Jesús abrió la puerta para que luego siguieran Catalina de Siena, la otra carmelita Teresa de Lisieux y la benedictina Hildegarda de Bingen. Las cuatro Doctoras de la Iglesia con ese respaldo oficial siguen ofreciendo en sus escritos abundante doctrina y luz en nuestro caminar. Teresa de Jesús nos guía de modo “eminente” en el camino de oración y nos orienta con una sabia pedagogía en los caminos del espíritu.

23Revista Teresa de Los Andes

eresa es una mujer dinámica, ejecutiva, aterrizada, determinada, con una gran fuerza para llevar

adelante lo que se propone. Está dotada de un especial sentido común que le permite discernir lo bueno de lo malo con mucha claridad. Es una mujer plena, alegre, salida de sí. En definitiva una mujer con un potencial humano riquísimo capaz de contagiar a todo el mundo. Podríamos preguntarnos: ¿De dónde le viene tanta riqueza? Es que en Teresa caló hondo las pala-bras de Jesús: “A vosotros os he llamado amigos porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer” (Jn 15,15). De ahí le brota a ella esa fuerza desbordante para enfrentar la vida en positivo, porque Teresa fue por sobre todo una mujer de oración que se fue acostumbrando a tener a Jesús por amigo y confidente. Se dejó enseñar y acompañar por él: “Representad al mismo Señor junto con vos y mirad con qué amor y humildad os está enseñando; y creedme, mientras pudiereis, no estéis sin tan buen amigo. Si os acostumbráis a traerle cabe vos, y Él ve que lo hacéis con amor y que andáis procurando contentarle, no le podréis como dicen echar de vos; no os faltará para siempre; ayudaros ha en todos vuestros trabajos; tenerle heis en todas partes. ¿Pensáis que es poco un tal amigo al lado?” (C 26,1). Es la humanidad de Jesucristo el camino por donde ella recorrió la

vida. Ese Dios hecho hombre, cercano, amoroso, preocupado de nosotros, ese Dios que en Jesucristo nos regala todos sus bienes. Teresa lo experimentó a su lado día a día en todas sus empresas, en todos sus sufrimientos y dificultades, en sus enfermedades… “Es gran cosa, mientras vivimos y somos humanos, traerle humano” (V 22,9). Con Él, entabló la gran amistad de su vida, esa era su manera de hacer oración. “Veía que aunque era Dios, que era Hombre, que no se espanta de las flaquezas de los hombres, que entiende nuestra miserable compostura, sujeta a muchas caídas por el primer pecado, que Él había venido a reparar. Puedo tratar como con amigo, aunque es Señor” (V 37,6). Para Teresa el miedo no es tema, porque cuenta con este amigo que la defiende, la ayuda, le enseña… Con Él es capaz de sobreponerse de las situa-ciones más difíciles: “Con tan buen amigo presente, con tan buen capitán, que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir; es ayuda y da esfuerzo; nunca falta; es amigo verdadero. Y veo yo claro y he visto después que para contentar a Dios y que nos haga grandes mercedes, quiere sea por manos de esta Humanidad Sacratísima” (V 22,6). Con este gran amigo al lado, Teresa se siente fuerte, segura, querida, aceptada, capaz de todo, porque Él nunca falla y está dispuesta a imitar a Jesús en todo lo que le toque vivir: “Juntos andemos, Señor; por donde fuereis, tengo de ir; por donde pasareis, tengo de pasar” (C 26,6).

Carmelitas DescalzasMonasterio de San José

“¡Juntos andemos SEÑOR!”

Con Él, entabló la gran amistad de su vida, esa era su manera

de hacer oración.

T

24 Revista Teresa de Los Andes

En estos TIEMPOS que son menester AMIGOS fuertes de DIOS

ste título tiene un hilo conductor y Santa Teresa la interpreta así: en los tiempos que vivimos no debes

tratar negocios de poca importancia, sino todo lo contrario, debemos ser amigos fuertes de Dios para acompañar a su Hijo Jesucristo, con la determinación propia y característica del discipulado (V 15,5). En los tiempos que vivió Teresa de Jesús, las dificultades por las cuales atravesaba la Iglesia no eran menores, pues el Luteranismo avanzaba por todas las regiones de Europa. La sociedad a su vez iba cambiando, ella se enfrenta al humanismo que impera en la época, donde el centro de la vida ya no es Dios sino el Hombre. Entonces ella, da respuesta a las interrogantes que el hombre necesita. Es valiente y muy clara para expresar

E que el hombre está habitado por el Misterio de la Trinidad, es decir, somos participes de una profunda y rica vida interior que debemos cultivar a lo largo de nuestra vida, pues en este proceso de Cristificación nos vamos transformando en testigos del Resucitado, discípulos que pro-claman la Buena Noticia y la pro-curan hacer vida. En este cambio de Época en el cual estamos inmersos, nos hacen reflexionar en los paradigmas de nuestro tiempo, pues una sociedad sin Dios nos lleva poco a poco a una barbarie primitiva, ya que no podemos alejar a Dios de nuestra existencia, pensando que toda solución está en nuestras manos, caemos en un peligro de un pragmatismo práctico, que

Padre Erwin Montoya del Campo, ocd.Provincial

Una sociedad sin Dios nos lleva poco

a poco a una barbarie primitiva,

ya que no podemos alejar a Dios de nuestra existencia.

La Virgen, nuestra Señora, siempre se dejó mover por la gracia del Espíritu Santo.

San Juan de la Cruz, en su discernimiento siempre buscaba la voluntad de Dios

nuestro Padre, esa experiencia vital nos debe interpelar en nuestra vida para

que siempre nos dejemos conducir por el Espíritu de la Verdad.

25Revista Teresa de Los Andes

reduce y limita al hombre. Dios quiere todo lo contrario de nosotros, que el hombre crezca, madure y descubra el fin de la vida al cual ha sido llamado, en palabras de San Ireneo de Lyon: “la gloria de Dios es la vida del hombre”, ya que nuestro fin no es la materialidad, sino que es una participación de la vida divina de Dios. Querido lector no podemos claudicar a un derecho tan esencial que ha sido dado por el mismo Dios nuestro Padre “la condición de ser hijos de Dios, llamados a la santidad”, en palabras teresianas ser: “amigos fuertes de Dios”, devela que nuestra vida no puede transcurrir en exterioridades banales, porque para salir a las periferias existenciales (como nos invita el Papa Francisco), debemos cultivar nuestra vida interior. La oración nos abre la puerta para entrar en el diálogo amoroso con Cristo y los Sacramentos de la vida cristiana, nos dan la gracia de ejercer nuestro sacerdocio bautismal. “Ser una alabanza de gloria” (Ef 1,6). Las palabras de San Pablo, nos hacen caer en la cuenta que tenemos un compromiso para con Dios y nuestros hermanos: ser testigos del Resucitado en la sociedad y en nuestras familias.

En palabras teresianas ser: “amigos fuertes de Dios”, devela que nuestra vida no puede transcurrir en exterioridades banales, porque para salir a las periferias existenciales

(como nos invita el Papa Francisco), debemos cultivar

nuestra vida interior.

26 Revista Teresa de Los Andes

anta Teresa de Jesús, se basa en dos pilares fundamentales para ayudarnos a crecer como personas

íntegras y libres: el conocimiento de sí mismo y la práctica de la humildad. Sus enseñanzas son muy valiosas al considerar nuestro mundo actual donde hay elementos distorsionadores de lo que es ser libres. Hoy, por todas partes resalta la importancia del “ego”. Se busca la identidad hacia fuera en la posesión de las cosas, de las personas y en la satisfacción personal. En la mirada de Teresa de Jesús, el conocimiento de uno mismo está en entrar dentro de sí para descubrir que somos habitados por el Creador, nuestro Padre y que nos espera en nuestro interior para devolvernos la dignidad que siempre hemos tenido, la dignidad de ser hijos e hijas de Dios. Es en este encuentro que reconocemos nuestra verdadera identidad. Usaremos una imagen de Santa Teresa: nuestro

interior es “como un castillo todo de un diamante o muy claro cristal donde hay muchos aposentos…” (1 M 1, 1). Ella describe siete aposentos o moradas. En el centro de este castillo maravilloso está el aposento donde nos encontramos con nuestro Dios que nos creó a su imagen y semejanza. Cada morada es un paso más hacia el desprendimiento de nuestro egoísmo. Usando una imagen de la Santa, es ir desprendiendo las pieles del gusano para que “nazca la hermosa mariposa blanca” que llevamos dentro. Nuestro Dios siempre anda rondando por todas las moradas para ayudarnos a avanzar en el conocimiento de nuestra verdadera dignidad y libertad como hijos suyos. Mientras más adentro del castillo más nos damos cuenta que somos parte de este gran amor que nos espera y nos atrae. Santa Teresa nos hace considerar que muchas veces no queremos entrar al

Un encuentro con NUESTRA identidadRosita Santelices E.Psicóloga Clínica PUC

S

27Revista Teresa de Los Andes

castillo, porque nos sentimos indignos a consecuencia de nuestros egoísmos, de nuestras faltas y pecados. En otros momentos, tenemos nuestra mirada tan fija hacia los problemas y situaciones externas que no recogemos nuestros ojos para observar a esta hermosura interior. Teresa nos alienta a ingresar al castillo, aún con todas nuestras maldades, desconfianzas, abusos y pecados. Dice que es una “bestialidad” quedarse afuera cuando estamos hechos para entrar. La puerta para ingresar a este castillo del conocimiento es la oración y la humildad que es la Verdad sobre quién somos y con quién queremos conversar. Es pedir y hablar desde nuestra pequeñez con una gran Majestad que todo lo puede y que nos ama. Esto es la oración, hablar con un amigo que nos ama. De la mano con el Señor podemos ir conociendo nuestra realidad de seres necesitados y tantas veces heridos. Cada vez somos más capaces de aceptarnos con nuestras cicatrices y experiencias de vida. A través de la oración que se convierte en amistad, en silencio y en contemplación del Amado, vamos permitiendo que surja quién verdade-ramente somos. Esto es porque estamos en presencia del Amor Incondicional y Eterno. No existe un amor más grande. Pase lo que pase a nuestro alrededor, todo puede ser llevado a estas moradas para exponerlo y solucionarlo con el Señor que nos habita. Estar ahí y dejarse amar, puede ser una de las experiencias más sanadoras de nuestra vida.

En la actualidad hay tantas personas que buscan sanaciones alternativas, a veces muy complicadas y peligrosas. Aquí tenemos a Santa Teresa que nos guía hacia la sanación de nuestra mente y de nuestro cuerpo, en la realidad en que vivimos, a través de la unión con el gran Salvador que ya habita en nuestro interior.

1Que estemos ciertos que fuera de este castillo no

hallaremos seguridad ni paz.

5Si todavía no sabemos

bien que es amar, al menos comencemos deseando con

la mayor determinación encontrarnos con nuestro

Dios en el recinto de nuestra propia alma.

2Que dejemos de andar por

casas ajenas, pues la nuestra es tan llena de bienes si la

queremos gozar.

3Tenemos en nuestra casa

un Huésped tan grande que nos hará dueños de

todos los bienes y no tenemos necesidad de

andar perdidos como el Hijo Pródigo, comiendo por ahí

manjar de puercos.

4El camino al encuentro

con el Señor “no está en pensar mucho, sino en amar

mucho”.

28 Revista Teresa de Los Andes

CaminodeLUZenChile

n nuestro recorrido por el mundo hemos presenciado muchas euca-ristías multitudinarias, que ya

pierdo la referencia, pero aquí, las personas se podían contar por cientos. ¡Es enorme la devoción que se tiene por Teresa de Los Andes! Ese encuentro fue un día de enorme felicidad para el Carmelo, fue el reflejo de lo que queremos que sea este Camino de Luz, una celebración. Durante todo el día se fueron suman-do más y más personas a los momentos orantes: romería, eucaristías… Las mues-

tras de emoción se quedaron grabadas en nuestro corazón. Pero al final de la tarde, se concentró todo el sentido de ese día y tal vez de este viaje. Fue en la Cripta donde tuvimos ese momento orante inigualable, juntó a una multitud. Y la visita del Cardenal Ricardo Ezzati mezclado entre los peregrinos, como uno más, lo volvió aún más especial. Los ramos de flores literalmente no cabían en el espacio que se había reservado para ellos, la estatua de Teresa de Ávila con el bastón a sus pies y a pocos metros la de Teresa de

Amaya Álvarez

E

El momento más especial que vivimos -aunque me parece injusto escoger un momento o lugar sobre otro- fue la visita al Santuario de Auco, en donde se produjo el

encuentro entre la madre y la hija.

29Revista Teresa de Los Andes

Teresita en música: En Librería del Santuario y bazar del Monasterio de Auco.

Los Andes, junto a su sepulcro, era la imagen que todos habíamos esperado. Era difícil caminar por ella... Me fui alejando buscando el lugar preciso para fotografiarlas, cuando se produjo un súbito silencio, de esos que te cortan la respiración. Cuando giré para ver lo que estaba pasando, parecía que el tiempo se había detenido. Nadie hablaba, nadie se movía... Consciente de que me estaba perdiendo “el momento” intenté avan-zar sin perturbar demasiado. Cuando lo logré ya habían colocado el bastón sobre el sepulcro. No hice la foto. Me quedé parada mirando y sólo reaccioné cuando se acercaron a recoger el bastón. Ya era tarde, ya no podía fotografiar el encuentro. De todas maneras me alegro, porque una imagen no hubiera podido captar lo que allí se vivió. Luego uno de los postulantes chilenos lo definió muy bien, mucho mejor que cualquier foto. Me dijo: “¿Lo viste? El momento cuando madre e hija se estaban abrazando…”. Así lo sentí, fue un abrazo bien fuerte,

bien apapachado. Creo en realidad que eso fue lo que sintió la gran mayoría, por eso enmudecieron, querían preservar la intimidad. Me gusta mucho ver Camino de Luz como un encuentro entre personas, entre culturas, entre la Santa -a través del símbolo del bastón- con sus hijas, aquellas que viven en clausura y aquellas que han seguido sus pasos de santidad. Me gusta sentir, mientras avanzamos, que da igual el país, es mucho más lo que tenemos en común que lo que nos separa. Es hermoso recordar anéc-dotas que casi siempre nos hacen reír a carcajadas. Como esas palabras comunes, que tienen un significado completamente diferente en otro.

Me gusta pensar que estamos cola-borando con nuestros pasos a que nos sintamos un poquito más familia, un poquito más hermanos…Un abrazo bien apapachado.

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32 Revista Teresa de Los Andes

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BIOGRAFÍA

Teresa de Jesús de Los Andes, Juanita Fernández Solar, nació en Santiago el 13 de julio de 1900. Estudió en el colegio Sagrado Corazón, des-tacándose como Hija de María, alumna y compañera ejemplar. A los 14 años sintió el llamado alCarmelo. Se esmeró en labrar la felicidad de los demás, sobre todo la de sus familiares y de los niños necesitados. Se santificó en su vida diaria haciendo todo por amor a Nuestro Señor con alegría, sencillez y generosidad, buscando siempre su Voluntad. A los 15 años hizo voto de castidad y prometió vivir sólo para Jesús hasta el último minuto de su vida. Colaboró activamente en las misiones, catequizando a los niños y a través del apostolado y la oración. Su carisma fue manifestar a los hombres la alegría inmensa que significa conocer y amar a Dios, llegando incluso a ofrecer su propia vida por la conversión de los pecadores. En mayo de 1919 ingresó al Monasterio del Espíritu Santo de Los Andes. Caminó mucho espiritualmente en poco tiempo. Tras una corta y penosa enfermedad que sobrellevó con heroís-mo, murió el 12 de abril de 1920. Fue beatificada por el Papa San Juan Pablo II en Santiago el 3 de abril de 1987, y canonizada en Roma el 21 de marzo de 1993. Su fiesta se celebra el 13 de julio.

26 años

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MISASDiarias: 8.00 y 12.00 horasSábados: 8.00, 10.30, 12.00 y 17.00 horas (verano) y 16.00 horas (invierno).Domingos y festivos: 8.00, 9.30, 11.00, 12.30 y 17.00 horas (verano) y 16.00 horas (invierno).

NOTA: La Misa de 8.00 horas es siempre en el Monasterio de las Madres Carmelitas. La Misa de 9.30 horas es transmitida todos los domingos por Radio Encuentro FM (105.7).La Misa de 8.00 horas sábado en el monasterio se transmite por Radio María.

SANTO ROSARIOLunes a viernes: 16.30 horasSábados, domingos y festivos: Invierno 15.30 horas, Verano 16.30 horas

CONFESIONESLunes a viernes: 10.30 a 12.00 horas 16.00 a 17.00 horasSábados, domingos y festivos: 09.30 a 13.00 horas 15.30 a 18.00 horas

BENDICIONES DE VEHÍCULOSSábados después de la Misa de 12.00 horas y Misa vespertina. Domingos después de la Misa de 12.30 horas y de la Misa vespertina.

DOMINGOSMisa para la familia: Con bendición de niños a las 12.30 horas

NOTA: En caso que grupos numerosos concurran al Santuario, se ruega avisar con antelación a los teléfonos: (34) 24017142401940-2401901–2401900Fax: (34) 2401939.E-mail: [email protected]@santuarioteresadelosandes.cl

AUDIOVISUALESVideos sobre la vida y mensaje de Santa Teresa de Los Andes: Domingos y festivos. También a petición de los grupos que lo soliciten. Lugar, sala de proyecciones.

FUNDACIÓN TERESA DE LOS ANDES.CTA. CTE. 69020752, BCI, SAN FELIPE

ACTIVIDADES DEL SANTUARIO

SANTUARIOTERMINAL SANTA TERESITA FONO: (034) 2401 584

SANTIAGOTERMINAL LOS HÉROES TUCAPEL JIMÉNEZ 21, SANTIAGO CENTROFONOS: (02) 27842512 - 27842513

TERMINAL SAN BORJA SAN BORJA 184, OFICINA 19FONOS: (02) 27848488 - 27848489

www.busesahumada.cl

ORACIÓN V CENTENARIO

Dios, Padre nuestro,te alabamos y te bendecimos,

porque nos concedes la gracia de celebrarel V Centenario del nacimiento

de Santa Teresa de Jesús.

Señor Jesucristo, “amigo verdadero”,ayúdanos a crecer en tu amistad,

para que, como Teresa, hija de la Iglesia,demos testimonio de tu alegría anteel mundo, atentos a las necesidades

de la humanidad.

Espíritu Santo,ayúdanos a avanzar,

“con limpia conciencia y humildad”,en el camino de la vida interior,

cimentados en la Verdad,con renovado desprendimiento,y amor fraterno incondicional.

Como Teresa de Jesús,maestra de espiritualidad,

enséñanos a orar de todo corazón:“Vuestra soy, Señor, para Vos nací

¿qué mandáis hacer de mí?Amén.