Carolina Ruiz - La Forma Del Ensayo Literario en 'La Supremacía Tolstoi' de Fabián Casas

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO FACULTAD DE HUMANIDADES Y ARTES Maestría en Literatura Argentina La forma del ensayo literario en “La supremacía Tolstoi” de Fabián Casas Seminario: “Retóricas y políticas del ensayo y crítica de la crítica en la literatura argentina” Tema: “Experiencia, escritura y saber: retóricas de la crítica y el ensayo literario” Profesor: Dr. Alberto Giordano (UNR-CONICET).

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Análisis ensayo Fabián Casas

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO

FACULTAD DE HUMANIDADES Y ARTESMaestra en Literatura Argentina

La forma del ensayo literario en La supremaca Tolstoi de Fabin Casas

Seminario: Retricas y polticas del ensayo y crtica de la crtica en la literatura argentinaTema: Experiencia, escritura y saber: retricas de la crtica y el ensayo literarioProfesor: Dr. Alberto Giordano (UNR-CONICET).Autora: Carolina RuizCiclo: 2014

I. Fabin Casas se autoexaminaPero los ensayos de su vida, al desbordar su existencia individual,conciernen a la vida de los otros (Starobinsky, 1998: p. 37)

El ensayista se ensaya a s mismo. El ensayo es una forma de autoconocimiento. No se escribe un ensayo si la escritura no constituye una problemtica sobre el sujeto que lo escribe. Si bien no existe una nica teora sobre el ensayo, la mayora de los textos coinciden en dos puntos fundamentales. El primero de ellos es la imposibilidad de definir al ensayo. El segundo, el carcter exploratorio de la individualidad del sujeto que lo escribe. Fabin Casas convierte a esta premisa en el tema central de su ltimo libro de ensayos La supremaca Tolstoi y otros ensayos al tuntn: su vida y sus gustos. La contratapa de la edicin de Emec dice: Segn el diccionario, tuntn significa sin clculo ni reflexin. Fabin Casas ha hecho de la escritura al tuntn mucho ms que una marca de autor o un gnero literario. Es una declaracin de principios (Casas, 2013). A pesar de ello, los ensayos pueden clasificarse en tres grandes grupos[footnoteRef:2]: autobiogrficos, literarios y de actualidad. [2: Como ha sido estudiado en mltiples ocasiones, el ensayo no tiene un tema nico y hace de la divagacin, del ir y venir, su herramienta preferida. En este caso, la clasificacin se remite al objeto central de cada texto, pero admite el entrecruzamiento de las categoras.]

Los primeros refieren ancdotas particulares de su vida cotidiana, como la travesa junto a su padre para ver un partido de San Lorenzo en Un da en la cancha, el cortazariano Nudos borromeos sobre el entierro de su madre o el conmovedor El Padrino I, II y III en el que evoca la relacin con su padrino ya muerto. El tercer bloque est constituido por reflexiones acerca de la actualidad que pasan por el deporte, la dependencia tecnolgica o el rock entre otros. Los ensayos literarios dan cuenta de las preferencias de Casas y se ocupan de diversos autores: V. S. Naipaul, J. M. Coetzee, Nadine Gordimer, Alejandro Zambra, Karl Ove Knausgard y Salvador Benesdra. Aunque aparentemente no hay nada que los agrupe, todos comparten su actualidad, si bien no son estrictamente contemporneos. La nica excepcin es la de Len Tolstoi. El presente trabajo analiza La supremaca Tolstoi, ensayo homnimo al libro, para dar cuenta de algunos puntos que se reiteran en los ensayos literarios de Fabin Casas. La eleccin de dicho texto no responde a una arbitrariedad azarosa sino a la preeminencia que el autor le confiere sobre los dems: le otorga el ttulo al libro y unifica la diversidad temtica de los ensayos bajo su autoridad. Asimismo, es el ms extenso, aquel en el que el ensayista va y vuelve, examina y atraviesa su objeto con mayor soltura y profundidad, sin intentar agotar el tema, sino problematizarlo en las distintas facetas que descubre. La supremaca Tolstoi cierra el volumen, clausura la posibilidad de seguir ensayando sobre literatura luego de la reflexin acerca de la lectura de un clsico.

IV. Formas de volver a TolstoiTodas las familias felices se parecen, las familias infelices, lo son casa una a su manera (Casas, 2013: p. 181), traduce Fabin Casas en su ensayo titulado La supremaca Tolstoi, aunque aclara que lo hace sin saber ruso. Se trata del comienzo de Ana Karenina y del inicio de su pasin por el universo de Liev (o Len) Tolstoi. El ensayo mencionado comienza por una reflexin acerca del lugar intrascendente que ocupa el escritor en la Argentina contempornea y se cuestiona la necesidad de hablar de los clsicos. Muchos se pueden preguntar para qu escribir sobre algo antiguo, por qu no trabajar sobre lo nuevo, lo inmediato? En una pgina gloriosa de Ema la cautiva, Csar Aira hace que un indio se pierda entre la corriente de un ro abrazado a un tmpano. As me aferro yo a esta idea de Walter Benjamin, cuando sugiere que trabajar sobre un objeto arcaico tiende a otorgarle una nueva luz al presente (Casas: 2013, p. 179).

Casas utiliza conceptos provenientes de distintas teoras y reas del saber, sin ceremonias, inmediatamente, tal como los concibe y recibe. No se precisan esos conceptos sino por sus relaciones recprocas (Adorno, 1962: p. 252). Adorno postula en su reconocido artculo El ensayo como forma que el uso de los mismos que hace el ensayo es uno de los puntos centrales que lo diferencian de la teora. La ciencia determina mediante la definicin, lo cual elimina el elemento irritante y peligroso de las cosas que vive en los conceptos (Adorno, 1962: p. 252), mientras que el ensayo utiliza conceptos sin precisarlos por completo. De esta forma, el uso refleja su riqueza lingstica que incluye tanto a las referencias tericas como la historia de la lucha entre distintas significaciones. Volshinov sostiene que el signo lingstico posee mltiples y distintas significaciones y nunca puede ser estabilizado. Los valores hegemnicos y subalternos estn en constante lucha por la apropiacin de su significado. En este caso en particular, Casas hace referencia a lo enunciado por Benjamin en sus tesis Sobre el concepto de la historia[footnoteRef:3] sin explicar la teora del filsofo alemn, sino que utiliza solamente aquello que necesita para demostrar su idea. Al lector que ha frecuentado el texto benjaminiano se le abre un abanico de matices con esa mera referencia. [3: En otro momento del ensayo, Casas vuelve a referirse a este texto de Benjamin, pero se lo atribuye a Adorno. Se puede escribir a contrapelo de la historia (como quera Adorno), en la historia, o fuera de ella (Casas, 2013: p. 187). El texto al cual se refiere dice que es la tarea del materialista histrico cepillar a contrapelo la historia (Benjamin, 2009: p. 138). El error en la atribucin no cambia el sentido del texto pero es curioso que suceda con una referencia que ya se haba utilizado correctamente. ]

Pero el escritor no considera que para justificar su decisin de abordar un clsico, no es necesario reflexionar tericamente sobre el valor del conocimiento del pasado, sino que menciona estas discusiones propias del mbito de la ciencia de manera superficial[footnoteRef:4] y se preocupa por dar cuenta del impacto que produjo en su vida la lectura de la frase anteriormente citada, por lo que recrea las circunstancias de tal experiencia. Casas conoci la cita a travs de un libro de Vladimir Nabokov, Ana o el ardor, en el que el terico ruso se queja por el cambio de sentido al que se vio sometida en una mala traduccin inglesa: Todas las familias felices son ms o menos distintas; todas las desgraciadas son ms o menos iguales, afirma un gran escritor ruso al principio de una clebre novela (Anna Arkadievitch Karenina), desfigurada al ingls por R. G. Stonelower (Casas, 2013: p. 180). El procedimiento parece un eterno mise en abyme: una cita rusa traducida al ingls, criticada en ese idioma por un escritor ruso y traducida nuevamente al espaol en la edicin consultada por el autor del ensayo. [4: Superficial no supone una valoracin negativa, sino un valor del ensayo que se propone desflorar, pellizcar la cabeza de los temas escogidos (Starobinsky, 1998: p.32). No pretende de ninguna forma agotar un tema, explorarlo en todas sus aristas (Adorno, 1962), empresa que, por otra parte, el ensayista sabe que es imposible. ]

La frase apela a la estructura del sentimiento[footnoteRef:5] del autor, lo subyuga y se compenetra con ella al punto de arriesgar una traduccin personal sin conocer la versin original. Pero no intenta traducir toda la novela y, menos an, la obra completa de Tolstoi, a pesar de que considera que leerlo en ruso es caminar por el planeta, pisarlo, olerlo, tocarlo mientras que leer a travs de una traduccin equivale a mirar el planeta desde la tierra, imaginarlo desde nuestra terraza (Casas, 2013: p. 181). Pero desde la terraza puede sentir una influencia sobre su metabolismo comparable a la reaccin de las mareas ante la luna. [5: El concepto de estructura del sentimiento surge por oposicin a la tendencia a estudiar los fenmenos culturales como algo fijo e inmvil que encuentran sus fundamentos en el pasado. Williams considera que hay una forma viva de la actividad cultural que es irreductible a sistemas de creencias, instituciones o relaciones generales explcitas, aunque puede incluir a todas ellas como elementos vividos y experimentados, con o sin tensin (Williams, 2000: p. 156). La estructura del sentimiento define algo que est en proceso, los significados y valores como son vividos. Esta experiencia social es, a menudo, reconocida como privada pero posee caractersticas emergentes, conectoras y dominantes y, ciertamente, sus jerarquas especficas (Williams, 2000: p. 155). Williams define a la estructura del sentimiento como una hiptesis cultural que busca comprender los elementos afectivos de la conciencia y las relaciones que estos tienen con una generacin o un individuo. ]

Por qu traducir, entonces, nuevamente esta frase? Casas se centra en la apertura de la novela porque nos permite leer la totalidad desde el detalle. En uno de los textos claves sobre el ensayo, Adorno defiende este procedimiento: El ensayo tiene que conseguir que la totalidad brille por un momento en un rasgo parcial escogido o alcanzado, pero sin afirmar que la totalidad misma est presente (Adorno, 1962: p. 255). Es decir que en el comienzo de Ana Karenina el autor encuentra algunos de los rasgos ms brillantes de la escritura de Tolstoi, pero esto no equivale a decir que en una frase cabe toda la vasta produccin tolstoiana. Ni tampoco que el anlisis de un texto de Casas engloba su multiplicidad ensaystica. El autor hace de su texto una recopilacin de esos detalles y explicita que su objetivo no es desarrollar teoras a partir de la obra o vida de Tolstoi, sino plasmar una experiencia de lectura. Ms all de estas consideraciones, ac se trata de dar cuenta de mis investigaciones sobre Tolstoi y de recomendar enfticamente su lectura. Nada ms (Casas, 2013: p. 180). Se pueden extraer mltiples conclusiones de tan breve cita.En primer lugar, declara que no va a escribir desde el punto de vista de un catedrtico, que sistematiza y ordena el saber, sino desde el de un lector entusiasmado que comenta su experiencia de lectura. El saber transmitido no tiene la pretensin de ser una verdad absoluta sino una afirmacin de la individualidad y las preferencias particulares. No nos exigiremos razones eruditas ni argumentos de saber que nos alivien de una opinin: escribimos como lectores (Grner, 2013b: p. 39), sostiene Eduardo Grner en un texto en el que da cuenta de la decadencia del ensayo argentino en el presente. El investigador argentino no es el nico en relacionar la escritura ensaystica con el proceso de lectura. Roland Barthes en Escribir la lectura considera que ensayar se trata de leer levantando la cabeza (Barthes, 1987: p. 35), deteniendo la lectura para absorber mejor al texto y nutrir su vida cotidiana de lo que transmite. El ensayo sera la forma en que se plasma aquella lectura particular. En segundo lugar, la cita derrumba la creencia de que el ensayo es slo una divagacin arbitraria por parte de quien lo escribe. Como explica Adorno, El ensayo es a la vez ms abierto y ms cerrado de lo que puede ser grato al pensamiento tradicional (Adorno, 2013: p. 255). El texto de Fabin Casas puede tener la apariencia de haber sido escrito a partir de los impulsos repentinos de los que fue vctima el autor, por su carcter fragmentario y digresivo: se aleja del tema con alguna ancdota, vuelve a retomarlo donde antes lo haba dejado, etc. Sin embargo, es producto de una serie de lecturas no sistemticas a las que denomina con el nombre investigacin, de las cuales selecciona aquello que le interpela para transfigurarlo en su subjetividad de lector.El principio compositivo esencial es que todo est escrito en funcin de su objeto. Su mtodo ametdico consiste en la yuxtaposicin de observaciones relativas a toda clase de aspectos que le interesa destacar: la vida de Tolstoi, la relacin entre su escritura y su evolucin ideolgico-espiritual, su influencia en la literatura actual, etc. Realiza una aproximacin preliminar (Starobinsky, 1998: p. 32) a cada uno de estos temas sin pretender agotarlos. Cuando as lo decide, pasa a otro aspecto sin cerrar el anterior, sin transicin. El lector no supone la existencia de una gran verdad ms adelante, sino que puede interrumpir la lectura en cualquier momento ya que no hay una jerarqua aparente de aquello que intenta transmitir. La naturaleza fragmentaria de La supremaca Tolstoi es puesta en evidencia por la diagramacin visual de la edicin: el texto est dividido en bloques de sentido discontinuos separados por un doble espaciado. Poseen un patrn de escritura similar y, en su mayora, comienzan por una digresin de carcter anecdtico o cmico, siendo ms habitual lo primero. En muchas ocasiones pareciera no tener relacin alguna con el tema principal, como cuando relata el primer da de jardn de su hija en el cual cantan Seguir viviendo sin tu amor de Spinetta en lugar del himno. Luego de casi diez pginas de escritura centrada en la vida y obra de Tolstoi, la ancdota descoloca al lector que la encuentra inmotivada. La emocin que le provoca estar cantando una cancin de uno de sus msicos favoritos recientemente fallecido la compara a las que se reflejan en el diario de Mximo Gorki ante la posibilidad del deceso del autor de Guerra y paz: en ambos casos desean salvar al artista de la implacable muerte. . Lo mismo podra decir uno sobre Spinetta (Casas, 2013: p. 189). Esta tcnica que aplica a la escritura de los distintos bloques de sentido puede ampliarse a la de ensayos enteros. La seleccin del contenido de los ya mencionados bloques, responde a la indisoluble relacin entre lo objetivo y lo subjetivo (Starobinsky, 1998), por la cual lo primero (los hechos que componen la vida de Tolstoi, sus obras y los discursos alrededor de ambos) es experimentado y problematizado por la subjetividad de quien escribe. Es decir que Casas elige los momentos que va a relatar y cmo contarlos. De la inmensa e intensa vida del Conde ruso rescata lo referido a sus relaciones familiares (particularmente a su madre y su esposa) y las circunstancias de su muerte. De la produccin literaria, solo se ocupa de Ana Karenina. Esto no responde a un desconocimiento del resto, sino a lo que Grner denomina deslectura creativa (Grner, 2013a: p. 31) en una traduccin personal del trmino creative misreading de Harold Bloom. Se refiere a que cada uno lee lo que quiere leer en un texto y no lo que cree leer. Es decir que son las propias obsesiones del autor lo que refleja el ensayo. Despus de todo, el ensayista se ensaya siempre a s mismo y escribe tambin para autoconocerse (Gonzlez, 1990). Leer a Tolstoi es viajar a una poca sin celulares, sin electricidad, sin trenes supersnicos, sin twitters y sin emails. El tiempo se alarga, camina en punta de pie, se elastiza. Muchas personas todava tienen una vida privada (Casas, 2013: p.184) dice el autor que despotrica contra la sujecin moderna a la tecnologa en Black Berry, que denuncia la invasin en la vida privada de los dems en Spinetta. La actualidad de muestro pas, donde la miseria, la violencia, el clientelismo poltico y las castas sociales estn a la orden del da, tambin es un buen fermento para que la potencia creativa tenga su correlato en las ficciones (Casas, 2013: p. 187), agrega el analista y denunciante del fenmeno kirchnerista en Breves apuntes de autoayuda y El Nstornauta. Las inquietudes personales son las que guan la forma en que se va a leer el texto.En ese proceso de autoconocimiento, el lector/escritor deja marcas de su experiencia que son irreductibles a la ciencia literaria. De acuerdo a la corriente adorniana[footnoteRef:6], un ensayo no puede ser nunca un resumen, una versin ms inteligible de una teora. Al contrario, es el relato de una experiencia irrepetible que no puede ser traducido a otro lenguaje. La manera en que el escritor expresa sus ideas, la forma que les da, los conceptos que utiliza sin ceremonias, no son separables de su contenido. Un ensayo no es un resumen, pero tampoco puede ser resumido sin perder aquello que lo hace inquietante, su potencia ideolgica. Escribir es una forma de experimentar un saber, no un resumen de aquello que se sabe. En el ensayo, el escritor no conoce de antemano sino que va construyendo una pregunta que no busca respuesta (Lukcs, 1985). [6: La corriente alternativa, en este caso, es la que sigue los planteos de David Hume. Considera que el ensayista es aquel que aplica una estrategia comunicativa retrica para transmitir el conocimiento de forma ms efectiva (Giordano, 2000; Giordano, 2005). ]

A este uso de los conceptos que realiza Casas habra que agregarle la potencia desestabilizadora del humor. La risa, como explica Bajtn en su texto sobre Rabelais, se opone a la cultura oficial, a la seriedad que acompaa las producciones discursivas acadmicas. Es una forma de desacralizar, de restarle importancia a los discursos autorreferenciales, de saltar el cerco de la especializacin del lenguaje que slo conocen los iniciados (Giordano, 2005). Fabin Casas utiliza constantemente el recurso del humor cuando el ensayo parece deslizarse por las vertientes tericas. Funciona como un freno contra aquello que aleja al ensayo de su esencia. Un ejemplo puede verse a comienzos de La supremaca Tolstoi cuando, al preguntarse sobre la posibilidad de ensayar sobre un texto del pasado, repite los cuestionamientos de Adorno acerca de si todas las obras eran interpretables en todas las pocas. En el plano musical, argumentaba que un director de orquesta no poda repetir la obra como haba sido ejecutada en el momento de su creacin. En cambio, propona, el director de orquesta deba mediar entre pasado y presente, transformando la obra con su propia historia interna. Es decir que para ser fiel a su material, para extraerle el significado, paradjicamente, el director deba transformar ese material alterando su tiempo, su articulacin y su expresin. Adorno, parece, estaba hablando de hacer un cover (Casas, 2013: p. 180).

El remate final es un ejemplo claro de la forma en que Casas desacraliza los conceptos tericos para salvarse del cerco inicitico[footnoteRef:7]. [7: En otros ensayos incluidos en el mismo volumen, el humor tambin se produce por la comparacin de algo banal con un objeto perteneciente al arte ms consagrado. Tal es el caso de Un da en la cancha, en el cual recuerda el regreso de su padre del medio de una avalancha humana ante la conversin de un gol de San Lorenzo. Frente a mi estupor, ah estaba, viniendo hacia m a la cabeza de la ola de monos, con algo en la mano. Era un alfajor que se haba encontrado en el camino! , me deca pasndomelo, como hace Dios con Miguel ngel en los techos de la capilla Sixtina (Casas, 2013: p. 14). El smil entre campos culturales que normalmente no se cruzan genera el efecto cmico.]

V. Casas el rebelde, Casas el doctrinarioFabin Casas escribe desde el borde de la posmodernidad, desde una postura que se busca y se cree marginal, que no realiza grandes experimentaciones formales ni se cree influenciado por los formatos de las redes sociales y avances tecnolgicos (que ciertamente lo obsesionan). Escribe desde la postura incmoda de no ser parte de una de las dos balanzas que tuercen el destino poltico binario de la actualidad: el kirchnerismo y el antikirchnerismo. Escribe desde el lugar de quien experiment el anonimato de haber producido solo poesa, ese gnero tan poco marketinero del presente, durante ms de veinte aos.Escribe realmente desde la periferia o la declaracin de hacerlo es una forma ms de estar en el centro?En octubre de 2014 asisti como invitado a la feria del libro realizada en la ciudad de Mendoza, en la que particip del panel literatura en el borde, integrado tambin por Gabriel Dalla Torre y Roly Lpez. En el mismo, Casas problematiz la nocin de centro y periferia, la imposibilidad de distinguirlas en el presente. Sin embargo, destac ciertos factores que cree contribuyen a la idea de publicar desde el margen que incluyen al gnero literario (Empec a escribir poesa y escrib poesa por 20 aos, y creo que estn al borde todos los que escriben poesa, porque durante 20 aos no me dio bola absolutamente nadie y eso para m fue, paradjicamente, muy productivo (Pregal, 2014)), al medio de publicacin (grandes editoriales vs. independientes o internet), los temas y estilos de escritura, etc.En lneas generales se podra decir que Fabin Casas reconoce la existencia de un centro y una periferia en la literatura argentina, pero que la pertenencia a uno u otro de estos mbitos no es definida ni estable. Al ser cuestionado sobre la necesidad de ciertos autores de definirse como outsiders, respondi contundentemente que quien afirma serlo no lo es porque niega su propia esencia de estar fuera de los rtulos. Entonces, Fabin Casas se autodeclara un marginal de la literatura? Explcitamente no, pero admite que por momentos se encuentra en la periferia de lo mainstream. En cierta forma, esta discusin remite al texto de Fernando Savater El ensayista como rebelde y como doctrinario. En el mismo, Savater no plantea las categoras de rebelde y doctrinario como opuestas, sino que considera que ambas estn presentes en el ensayista por su presencia en el mbito de la produccin cultural. Es decir que la rebelda contra el orden establecido se convierte en funcional para el poder establecido, que tiene la capacidad de resignificar todo. Hoy se le pide al ensayista que sea funcionalmente rebelde, precisamente porque si no lo fuera su propia posibilidad de reproduccin doctrinal se vera cortocircuiteada. Ser rebelde es un marbete que no slo bien, sino que tambin persuade mejor, contribuye a hacer creble el texto y a justificar, por otro lado, su incesante necesidad de recambio (Savater, 1991: p. 96).

Savater admite que no hay una salida sencilla a la trampa cultural, pero arriesga que si el ensayista se asume como parte de la misma, puede escapar de ella mediante la reivindicacin de la subjetividad propia del gnero ensaystico, aquella que lo lleva al escritor a autoexaminarse siempre crticamente. Tal vez la admisin de Casas de sentirse a la vez al centro y afuera del sistema sea un inicio. Algo es seguro, la necesidad de redefinirse y descubrirse nuevamente mediante la escritura lo llevan a no estar nunca quieto, para gran alegra de sus lectores.

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