Carolina Ruiz - Nuevos Modos de Representación de Las Villas Miseria en La Literatura Argentina (4)

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Nuevos modos de representación de las villas miseria en la literatura argentina La Villa de César Aira: territorio, identidad y la mirada del otro 1 – La “nueva narrativa argentina” en el desierto crítico La cultura argentina parece ser prisionera de un sintagma que adjudica valor a una multiplicidad de expresiones artísticas que comparten una sola premisa: su actualidad. En las denominaciones “nuevo cine argentino”, “el segundo nuevo cine argentino”, “la nueva poesía argentina”, “la nueva narrativa argentina”, se convierte a un adjetivo que precisaba una postura político-estética 1 respecto de la tradición en la que se inscribía, en un postulado de calidad. Como señala Hernaiz (2006), “nuevo” se equipara a “innovador” o simplemente “bueno” en una sociedad de consumo en la que el arte es también un producto de obsolesencia programada. Si en algún momento “lo nuevo” señaló una voluntad revolucionaria de quiebre con el status quo literario, hoy es un indicador de moda. La “nueva narrativa argentina” no es una excepción. Los estudios sobre la literatura argentina actual abordan obras particulares o, en caso de elaborar un análisis sistemático de la producción reciente, están desactualizados al momento mismo de su publicación por la velocidad con que aparecen nuevos textos. La mayoría de escritores emer ge fugazmente en el campo cultural argentino 1 El nuevo periodismo (new journalism) estadounidense, cuyas técnicas utilizó con anterioridad Rodolfo Walsh en el periodismo antropológico, la nouvelle vague francesa o el neorrealismo italiano en el cine son tan solo algunos ejemplos. En estos casos, “nuevo” demuestra una voluntad de ruptura con tradiciones arraigadas en la producción artística anterior y una reconfiguración del panorama cultural. Estos “parricidas” adoptaron a “lo nuevo” como bandera, como postulado ético y estético, que los enfrentó con la cultura hegemónica del momento hasta que, en la mayoría de los casos, se convirtieron en lo central, en el modo hegemónico de producción artística. “Lo nuevo” perdió su ímpetu revolucionario y fue reabsorbido por los intereses hegemónicos (Benjamin 1989).

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Representacion Miseria Literatura Argentina

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Nuevos modos de representacin de las villas miseria en la literatura argentina

La Villa de Csar Aira: territorio, identidad y la mirada del otro

1 La nueva narrativa argentina en el desierto crtico

La cultura argentina parece ser prisionera de un sintagma que adjudica valor a una multiplicidad de expresiones artsticas que comparten una sola premisa: su actualidad. En las denominaciones nuevo cine argentino, el segundo nuevo cine argentino, la nueva poesa argentina, la nueva narrativa argentina, se convierte a un adjetivo que precisaba una postura poltico-esttica[footnoteRef:1] respecto de la tradicin en la que se inscriba, en un postulado de calidad. Como seala Hernaiz (2006), nuevo se equipara a innovador o simplemente bueno en una sociedad de consumo en la que el arte es tambin un producto de obsolesencia programada. Si en algn momento lo nuevo seal una voluntad revolucionaria de quiebre con el status quo literario, hoy es un indicador de moda. La nueva narrativa argentina no es una excepcin. Comment by Carmen: Las denominaciones nuevo cine argentino, el segundo nuevo cine argentino, la nueva poesa argentina, la nueva narrativa argentina, convierten en postulado de calidad un adjetivo que antes precisaba una postura poltico-esttica respecto de la tradicin en la que se inscriba,. [1: El nuevo periodismo (new journalism) estadounidense, cuyas tcnicas utiliz con anterioridad Rodolfo Walsh en el periodismo antropolgico, la nouvelle vague francesa o el neorrealismo italiano en el cine son tan solo algunos ejemplos. En estos casos, nuevo demuestra una voluntad de ruptura con tradiciones arraigadas en la produccin artstica anterior y una reconfiguracin del panorama cultural. Estos parricidas adoptaron a lo nuevo como bandera, como postulado tico y esttico, que los enfrent con la cultura hegemnica del momento hasta que, en la mayora de los casos, se convirtieron en lo central, en el modo hegemnico de produccin artstica. Lo nuevo perdi su mpetu revolucionario y fue reabsorbido por los intereses hegemnicos (Benjamin 1989).]

Los estudios sobre la literatura argentina actual abordan obras particulares o, en caso de elaborar un anlisis sistemtico de la produccin reciente, estn desactualizados al momento mismo de su publicacin por la velocidad con que aparecen nuevos textos. La mayora de escritores emerge fugazmente en el campo cultural argentino y, cual cometas, dejan tras de s solo una efmera estela en revistas y suplementos culturales. En su colosal trabajo Los prisioneros de la Torre. Poltica, relatos y jvenes en la posdictadura (2011), Elsa Drucaroff proclama esta falta de legitimacin crtica (2011 12). Comment by Carmen: Tampoco es que la mina es un coloso es un trabajo de recopilacin muy interesante pero no le pondra colosal

Son los crticos y tericos jvenes, pertenecientes a la misma generacin de esos autores, quienes persistentemente dan cuenta de lo que est ocurriendo en el panorama literario y producen interesantes materiales que circulan en blogs, revistas y, en pocos casos, en el campo acadmico[footnoteRef:2]. Son ellos quienes, en el marco temporalmente impreciso de la nueva narrativa argentina[footnoteRef:3], encuentran rasgos comunes centrales, tales como la manera de relacionarse con el pasado reciente (Hernaiz 2006), la circulacin a travs de nuevos canales de difusin y comercializacin alternativos (Palmeiro 2010) o la presencia de manchas temticas[footnoteRef:4] comunes (Drucaroff 2011). , como es la que compete a este trabajo: la representacin de las villas miseria y sus habitantes.Comment by Carmen: Een el marco temporalmente impreciso de la nueva narrativa argentina, ellos encuentran rasgos comunes centrales, tales como la manera de relacionarse con el pasado reciente (Hernaiz 2006), [2: Sebastin Hernaiz, Cecilia Palmeiro, Damin Selci y Juan Mendoza son slo algunos de los nombres de esa nueva crtica. Para ms referencias consultar: Alemian, Ezequiel. Las nuevas voces de la renovacin crtica, Perfil, 27 de mayo de 2012, disponible en: http://www.perfil.com/ediciones/2012/5/edicion_680/contenidos/noticia_0020.html ] [3: Hernaiz (2006) propone el ao 2001 como marca de inicio de esta nueva literatura, a pesar de que admite la inclusin de novelas escritas con anterioridad, porque condensa en su repercusin social, movimientos gestados en la dcada de 1990. Sin embargo, Drucaroff (2011) considera que la NNA [Nueva Narrativa Argentina] alude a rasgos novedosos que pueden detectarse en la narrativa de escritores y escritoras que nacieron despus de 1960 y surgieron a partir de los aos 90 (17). ] [4: David Vias, Literatura argentina y realidad poltica. De Sarmiento a Cortzar (1970). ]

El siguiente trabajo pretende ser un aporte al estudio de los modos de representacin de las villas miserias en la nueva narrativa argentina, a partir del anlisis de La Villa de Csar Aira. Comment by Carmen: Pondra todo en una misma idea, que sea la presentacin del trabajo, y que sintetice los aspectos que analizas.

2 Ficcionalizacin de la pobrezaComment by Carmen: No usamos el concepto de ficcin ni sus derivados

La ficcionalizacin de la pobreza cuenta con una larga tradicin en la literatura argentina (Satta 2006) y, desde la aparicin de Villa Miseria tambin es Amrica de Bernardo Verbitsky en 1957, la inquietud por el territorio se convierte en una constante en las obras del realismo socialista. La textualizacin del espacio de la miseria de manera realista funciona como una herramienta en pos de una toma de conciencia poltica desde principios del siglo XX hasta la dcada de 1990.

Sin embargo, a partir de la llegada del menemismo al poder, se produce una serie de cambios en la estructura urbana y social que tiene su punto de confrontacin ms lgido en diciembre de 2001. La produccin literaria del momento acompaa estas transformaciones y presenta un quiebre en la hegemnica tendencia realista de representacin. Sostiene Satta:

En cambio, en los aos noventa, con la aparicin de El aire de Sergio Chjfec, en 1992, y La Villa de Csar Aira, publicada en el ao 2001 pero escrita segn consta al final de la novela en julio de 1998, se inauguran modos de representacin alejados de los procedimientos realistas pero que an as dan cuenta de la sociedad en la que se inscriben (90, nfasis mo).

La anmala novela de Csar Aira, La villa, sin ser parte de la NNA[footnoteRef:5], se convierte en una obra inaugural para los modos de representacin que sta luego har propios. [5: Nueva Narrativa Argentina.]

3 Literaturas posautnomas

Josefina Ludmer bautiza a las escrituras surgidas alrededor de la dcada del 2000 como literaturas posautnomas, prcticas definidas como literarias pero que no pueden ser ledas con las categoras tradicionales de literatura.

Representaran a la literatura en el fin del ciclo de la autonoma literaria, en la poca de las empresas transnacionales del libro o de las oficinas del libro en las grandes cadenas de diarios, radios, TV y otros medios: la literatura en la industria de la lengua. Ese fin de ciclo implica nuevas condiciones de produccin y circulacin del libro que modifican los modos de leer (150).

Estas prcticas escriturales se apoyan en dos postulados sobre la realidad posmoderna que condicionan su comprensin del mundo. El primero considera que todo documento de cultura es un producto econmico y que, recprocamente, todo lo econmico es cultural. El segundo concluye que la realidad es ficcin y la ficcin es realidad.

Este ltimo postulado se fundamenta en el rol que cumplen los medios masivos de comunicacin: el conocimiento del mundo es mediado por aquello que se dice de l en la televisin, diarios, internet, etc. Los medios no informan, sino que construyen verdades a partir de ficciones y desmienten realidades[footnoteRef:6]. Si la realidad es espectculo, sostiene Aira (1993) inspirado por Guy Debord[footnoteRef:7], slo puede haber arte cuando la literatura excede su correlato histrico. [6: Un ejemplo de manipulacin meditica es analizado por el documental La crisis caus dos nuevas muertes, que hace referencia al ttulo dado por el multimedio Clarn a la noticia del asesinato de Maximiliano Kosteki y Daro Santilln.] [7: Guy Debord, La sociedad del espectculo (1967). ]

A pesar de ello, el quiebre en el modo de representacin realista no implica que los relatos emergentes sean ajenos al entramado social en el que se producen. Al contrario, textualizan espacios imaginarios para pensar el mundo en el que se originan. Cada territorio (cada posicin territorial) es una nocin, una imagen y un rgimen de sentido para pensar el nuevo mundo (Ludmer 122).

El nuevo mundo al que se refiere la terica argentina es el legado por las polticas neoliberales implementadas en Latinoamrica, que transformaron el mapa y desplazaron la oposicin campo-ciudad, propia de la modernidad, al interior de la gran urbe. La nueva y monstruosa ciudad argentina, brasilera o mexicana imbrica a estos trminos en una sola entidad que se barbariza, una mquina significante interrumpida por islas urbanas, verdaderos espacios aislados con sus propias reglas y lmites precisos: las villas.

Entonces, la escritura se carga de la violencia propia de los espacios que narra.

4. La isla urbana: La Villa de Aira

El territorio a cartografiar es La Villa: la novela y el espacio que da nombre a la obra. Aira realiza un gran despliegue de detalles verosmiles para sealar la ubicacin precisa del lugar en que sucede la accin: se sita en el Bajo Flores, entre las avenidas Bonorino y Castaares. El sitio ficcionalizado coincide con el que en la realidad (o en otra ficcin, siguiendo las premisas de Ludmer) ocupa la villa 1-11-14. Sin embargo, tal como remarca Satta, aunque la novela est saturada de datos referenciales como nombres de calles y de negocios, barrios y zonas de la ciudad, esa referencialidad se desrealiza en la descripcin de la villa miseria (99-100). Comment by Carmen: Un gran despliegue de detalles seala la ubicacin precisa del lugar en que sucede la accin:

Aira dibuja un territorio mgico, fantstico, que posee como rasgo distintivo una luminosidad irreal. Las descripciones y metforas que lo consignan se repiten cada vez que algn personaje del afuera se acerca a ella, como es el caso del protagonista, a travs de cuya sensibilidad se presenta visualmente por primera vez la villa. Maxi nunca haba llegado hasta all, pero se haba acercado suficiente para verla, extraamente iluminada, en contraste con el tramo oscuro que deban atravesar, casi radiante, coronada de un halo que se dibujaba en la niebla (20). El personaje se queda anonadado ante el espectculo y, automticamente, le asigna al espacio un sentido maravilloso y positivo: Era casi como ver visiones, de lejos, y acentuaba esta impresin fantstica el estado de sus ojos y el sueo que ya lo abrumaba (Ibid.). A lo largo del libro prosigue la isotopa lumnica para realzar el aspecto extraordinario del barrio[footnoteRef:8]. Comment by Carmen: El territorio mgico, fantstico, posee como rasgo distintivo una luminosidad irreal. Las descripciones y metforas que lo consignan se repiten cada vez que algn personaje del afuera se acerca, como es el caso del protagonista, a travs de cuya sensibilidad la villa e presenta visualmente por primera vez. [8: Algunas de estas expresiones son: gema encendida por dentro (Aira 2011 29), reino encantado donde no se escatimaba la luz (Id. 31), bajo una corona de bombitas, baado en luz (Id.85), un resplandor de amanecer [] circo de luz amarillo, ms bien una cpula, hecha de puro aire nocturno encendido, en el que millones de puntos mviles formaban una textura dorada, de maravillosa profundidad (Id.153), era un anillo de luz (Id.179), Pero all todo era luz, en tal exceso que la luz misma quedaba mimetizada (Id.197).]

La villa es el territorio de la imaginacin, que permite ser construido de acuerdo a la subjetividad de aquel que mira. Silvestri (1999, 1994), Simmel (1986) y Tamborenea (1992) han consignado la importancia de la mirada como gesto de significacin y apropiacin simblica. Quien mira carga de sentido. El territorio es algo material y, a la vez, una forma y est, como el paisaje, imaginado: puede hablarse y nombrarse (Silvestri y Aliata 117). Pero para que estas formas de apropiacin y significacin puedan ocurrir, el territorio tiene que estar vaco. Comment by Carmen: acuerdo CON

Montaldo (1999) enuncia que la cartografa es una ciencia de conquista y apropiacin, aquella que convierte a los lugares en territorios. En la actualidad, cualquiera que haya utilizado un GPS o haya intentado encontrar una direccin dentro de una villa sabe que los puntos ciegos de la geografa capitalista corresponden a los sectores marginalizados. La compaa Google que ha logrado reconstruir el camino hasta la base del Everest con fotografas y vistas areas, dibuja verdaderos agujeros negros cuando se trata de La Favorita o Villa 31, por consignar solo dos ejemplos de la diversa realidad argentina. Favela, slum, bidonville o villa miseria comprenden realidades heterogneas, pero que coinciden en que se salen del mapa, y en que sirven de depsito de mano de obra clandestina para la hegemona reinante (Davis 2004). Comment by Carmen: cambi mnimamente prrafo

La villa aireana representa esa realidad inabarcable. Su retrato es fragmentado a partir de lo que cada personaje ve de ella. Sus formas se adivinan, ya que es imposible abarcar el conjunto de una sola mirada, pero tiene rasgos reconocibles en la configuracin territorial. Uno de ellos es la forma circular, confirmada por la curvatura exterior de su frontera[footnoteRef:9] y el apodo otorgado por la polica (la calesita) que se fundamenta en el hecho de que los compradores de droga suelen dar vueltas a su alrededor. El trazado urbano interno no parece seguir una geometra racional: las calles entran a 45 respecto de la circunferencia de la villa y no se cortan entre s. Esta particularidad impide que alguna llegue al centro del territorio. De hecho, la villa parece no tener centro. [9: De acuerdo CON Montaldo (1999), las fronteras son las que definen y conforman el espacio. ]

Anteriormente se seal la presencia de la luz como elemento distintivo del barrio y creador de su aspecto fantstico. Cabe aclarar que este factor slo se encuentra slo en los bordes, en la frontera. El centro, al contrario, est siempre oscuro. Por algn motivo, la iluminacin, tan prdiga en la periferia, se haca escasa a medida que se introducan, y ms al centro la villa pareca estar a oscuras (38). Lo mismo sucede con las casas que conforman el barrio: hay un contraste entre el adentro (oscuro) y el afuera (luminoso). En ocasiones, se trata solo de fachadas que no conducen a nada, a patios misteriosos detrs de los cuales se encuentran otras casas a las que no se puede acceder de otra forma porque no hay calles que las conecten. Esa disposicin sin mtodo ni orden parece replicarse en las guirnaldas de la luminaria pblica, que cuelga en todas las combinaciones posibles en un despliegue de creatividad caprichosa (Id. 32).

El centro es presentado como un lugar misterioso[footnoteRef:10], inaccesible[footnoteRef:11] y topogrficamente ambiguo[footnoteRef:12], que permite la construccin de distintos imaginarios. Comment by Carmen: este parraillo queda desconec [10: Maxi alzaba la vista hacia el interior con insistencia, y ya fuera una ilusin, ya confusin, le pareca ver, rumbo al centro inaccesible, torres, cpulas, castillos fantasmagricos, murallas, pirmides, arboledas (2011 39).] [11: Si la forma general de la villa era circular, entonces las calles deberan haber estado trazadas en perpendicular al borde, de modo de ser radios, y desembocar todas en el centro. Pero no: partan en ngulos de cuarenta y cinco grados, todos en la misma direccin (vistas desde afuera, hacia la derecha). Eso significaba que ninguna llegaba al centro, y que ninguna tena salida (2011 38).] [12: Las calles de la Villa se haban vuelto torrentes espumosos que se precipitaban en una especie de cascada constante del centro hacia la periferia. Se habra dicho, al observar este flujo, que el centro estaba en un nivel ms alto, pero no era as. En realidad, no poda decirse que el origen de esas corrientes turbulentas fuera el centro, ya que las calles no convergan hacia el centro de un crculo, sino que se inclinaban respecto de la circunferencia en un ngulo de cuarenta y cinco grados (2011 200-201). ]

Hacia el final del libro, un plano general de la villa la representa como si se tratara de un mapa. La televisin, creadora de realidades, la muestra desde el aire. Su descripcin coincide con lo que los distintos personajes ya han dicho:

All estaba todo el crculo dibujado en las famosas luces superabundantes, cada foquito una seal parpadeante y fija en la tiniebla saturada de lluvia []. Nadie haba visto antes la Villa desde ese punto de vista, es decir, en su forma ntegra. Era un anillo de luz, con radios muy marcados en una inclinacin de cuarenta y cinco grados respecto del permetro, ninguno de los cuales apuntaba al centro, y el centro quedaba oscuro, como un vaco. [] La base de luz del anillo no era homognea, sino formada de serpentinas y firuletes, en una profusin de pequeas figuras que el ojo habra necesitado ms tiempo y tranquilidad para descifrar (178-179).

La visin completa del territorio no cambia la percepcin generada anteriormente. Esto sucede porque los medios de comunicacin no revelan la verdad, sino que repiten[footnoteRef:13] o crean otra verdad. Esta operacin, como se ver en el apartado siguiente, responde a un posicionamiento de clase. Comment by Carmen: cambi [13: el estilo de los canales de noticia, con la superposicin de imgenes y carteles, tenda a la redundancia, o ms bien a hacer la redundancia lo ms completa posible (2011 179-180). ]

Como isla urbana, la villa est dentro y fuera de la ciudad al mismo tiempo. Est incluida en su geografa pero marginada. Sus lmites son precisos: el final de la avenida Bonorino es la frontera, inmediatamente visible por el contraste luz-oscuridad. Sus habitantes constituyen una comunidad cerrada, con sus propias reglas, autnoma respecto de la ciudad que la contiene. Interpolando el razonamiento anterior, poda pensarse que los momentos en que se necesitaba algo externo para mantener su puesto en la sociedad o la humanidad eran pocos (81, nfasis mo). Y cuando efectivamente hay interaccin con el afuera, siempre es violenta.Comment by Carmen: cambiComment by Carmen: la gente?, la interaccin?... mejor declo

5 Quines son la villa y quines la cuentan?

Una ocupacin voluntaria de Maxi era ayudar a los cartoneros del barrio a transportar sus cargas (7). La primera oracin de la novela presenta tres elementos relevantes para el ulterior desarrollo de la historia. El primero es el protagonista, la subjetividad central a partir de la cual se tamiza (aunque no es l quien la narra) la historia. Los cartoneros constituyen el segundo. A diferencia de Maxi, no poseen nombre. Nadie perteneciente a la villa tiene rasgos propios, marcas de individualidad que lo diferencien del conglomerado humano al que pertenece[footnoteRef:14]: la poblacin de la isla configura un conjunto uniforme. El ltimo punto se refiere al territorio en el que la accin ocurre: el barrio. La estructura de la oracin lleva a pensar que se trata de un espacio compartido entre los personajes. Sin embargo, a pesar de que sus trayectorias se interceptan en un lugar fsico definido (la calle, el espacio pblico de Flores), provienen de zonas y clases sociales diferenciados.Comment by Carmen: coordin [14: Adela y Alfredo son los nicos personajes de la villa que poseen nombre propio, pero sus rasgos no se diferencian del resto de la comunidad. Se singularizan porque interactan con Maxi y Vanessa fuera del territorio barrial. ]

Maxi es un joven de clase media, sin ocupacin ni aspiraciones, en busca de algo que le d sentido a su vida. Vive en un lindo departamento cerca de la Plaza Flores con su familia, compuesta por una hermana menor, una madre profesora de manualidades[footnoteRef:15] y un padre comerciante acomodado. Los personajes con quienes se cruza, en cambio, provienen de la villa cercana. El gesto de Maxi cuando los ayuda y penetra en su territorio permite la posibilidad de una ficcin. Dice al respecto Ludmer: [15: Un comentario de Maxi a su madre es representativo de la posicin desahogada que atraviesa su familia. Cuntos papeles habrs doblado en tu vida, mam! Milagro que no se te hayan hecho callos en los dedos (132, nfasis mo). ]

La isla [] es una forma transversal a la sociedad porque mezcla por lo menos dos clases []: la mezcla social es el centro de la narracin y el procedimiento universal. De hecho, el territorio se constituye en las ficciones cuando se rompe la homogeneidad social y se produce esa contaminacin. Se constituye desde afuera, cuando la subjetividad central (que puede fragmentarse y abarcar muchos personajes, pluralizarse, dividirse, dispersarse en posiciones diferentes o vaciarse), impulsada por una necesidad o fuerza ciega (accidente-enfermedad-peste-hambre-sueo-sexo), cruza la frontera que es el lmite de la isla (132).

La frontera es la calle Bonorino; la subjetividad central, Maxi. Si bien hay otros personajes que cuentan la villa, todos externos a ella y pertenecientes a otra clase social, la visin de Maxi difiere de la de los dems. De alguna manera, por su acercamiento voluntario a los cuerpos que constituyen el territorio, se convierte en un afuera-adentro verbal y narrativo. Posee preconceptos y prejuicios que operan en su modo de ver la realidad, propio de su procedencia social pero, a la vez, se maravilla ante lo que presencia, lo cual le permite reconocer las estrategias de quienes habitan la villa: descifra accidentalmente la clave escondida en la configuracin de las bombillas de luz de las calles.

Cmo ve Maxi a los cartoneros? Como gente sufrida, trabajadora[footnoteRef:16] y homognea. A pesar de encontrarlos todas las noches, no los distingue. En parte porque los observa comportarse como una comunidad: no se pelean ni se superponen; pero tambin porque no le interesa conocerlos individualmente. [16: La profesin de cartonero o ciruja se haba venido instalando en la sociedad durante los ltimos diez o quince aos (12, nfasis mo).]

La isla borra las diferencias, los seres que la habitan estn unidos por algo que no vara, algo biolgico propio que redunda en una ausencia de separacin social (Ludmer). Ante los ojos del protagonista, se definen exclusivamente por su pertenencia al territorio y de clase[footnoteRef:17]. Sus prejuicios respecto de los villeros que no tienen trabajo[footnoteRef:18] no le impiden considerar a la villa como un lugar mgico, aunque se rectifica constantemente al remarcar que, probablemente, la vida all sea muy dura[footnoteRef:19]. Comment by Carmen: por su clase y pertenencia al territorio. [17: Considera que todos los habitantes de la villa son pobres, pero se plantea qu es lo que le hace pensar eso: qu pobres? Los pocos que vea [] estaban vestidos como cualquier otro argentino, y se comportaban igual. Lo nico que los clasificaba de pobres era que habitaran esas viviendas precarias. Es cierto que nadie elega vivir en una villa, pero acaso l haba elegido vivir donde viva? (Aira 2011 82). Cuando habla de Adela reconoce que es su contexto el que la determina, fuera de l, no sabe quin es, la confunde con cualquiera: Vista fuera de contexto, no la reconoca. No tena ningn rasgo propio. Pero cul era su contexto? [] La villa? (Id. 98). Lo mismo sucede cuando habla de Alfredo: en realidad no le haba visto la cara: lo haba reconocido por la figura, por el lugar, por la ocasin, y haba corrido el riesgo de tomarlo por un completo desconocido si llegaba a encontrrselo en otro lado y con distinta ropa (Id. 107). ] [18: Cuando conversa con Adela los identifica como ladrones. Qu vergenza, que entre gente a la que le falta todo se arrebaten lo poco que tienen (Aira 2011 87). Al referirse a la ley de la jungla, tambin los barbariza por aproximarlos con los animales. ] [19: Esas casas del tamao de casa de muecas tenan su encanto, precisamente por su fragilidad y su aire de improvisacin. Slo haba que ser lo bastante frvolo. l, que no lo era, les encontraba la ventaja de una gran simplificacin (Aira 2011 82).]

Vanessa, la hermana de Maxi, comparte la indiferenciacin de los villeros, pero los caracteriza de otra manera, plagada de prejuicios raciales: Ella [Adela] tambin pareca boliviana, y como a Vanessa todos los bolivianos le resultaban iguales, no estaba segura de no haberla confundido con otra (52). Este gesto se repite cuando se refiere al Pastor: en esas razas, adems de no reconocer a los individuos, no poda calcularles la edad (55). Pero el fragmento que mejor representa su visin clasista es repetido por Maxi:

Cynthia Cabezas haba sido una chica pobre, una negrita (segn su hermana; l no la haba conocido), la clase de chica que normalmente trabaja de sirvienta y no va al colegio. Y mucho menos al exclusivo y carsimo colegio de la Misericordia. Haba ido becada, y haba sido la mosca en la leche, la excepcin. Si no le haban hecho el vaco, era slo porque estaba de moda no hacer discriminacin, y el grupo de su hermana, ella la primera, eran unas esnobs. Pero Maxi haba notado la satisfaccin con que comentaban las notas mediocres de Cynthia y el fatalismo en el fondo celebratorio con que saludaron su triste fin. El crimen era una venganza objetiva de los orgenes, que no perdonaban nunca (105).

Estas apreciaciones no son exclusivas de Vanessa, sino que concuerdan con las emitidas por otros personajes de clase media quienes, adems, responsabilizan a los habitantes del barrio de los hechos de violencia cotidianos en la puerta de la villa, y no a quienes van del exterior a comprar drogas.

Refugio clsico de maleantes y fugitivos, el auge de las drogas haba multiplicado la violencia en las villas, en primer lugar porque era un negocio que movilizaba mucho ms dinero; en segundo, por efecto de los trastornos de conciencia que produca la droga en los consumidores. Esta villa en particular era un caso especialmente virulento. [] Por lo pronto, el foco de violencia que preocupaba al barrio no estaba en la villa propiamente dicha, en cuyo interior nadie poda asegurar qu pasaba, sino afuera, en su hall de entrada. [] Los vecinos de Bonorino al mil ochocientos en el Bajo Flores hemos venido sufriendo en los ltimos aos una escalada de violencia, alentada por una mafia que tiene su cuartel general en la vecina villa de emergencia (45).

Los medios de comunicacin son, en la novela de Aira, cmplices sociales que reproducen y fomentan esta visin de los hechos. Pero, adems, son creadores de otra ficcin que por ser espectacularizada se convierte en realidad: la novela concluye gracias a una serie de equvocos en cadena que confunden al comisario Cabezas con el padre de Cynthia y le crean un prontuario inexistente, mezclando en televisin relatos de la vida de otra persona con imgenes suyas. Esta segunda vida, repentinamente se convierte en realidad y lo impulsa a seguir un plan inesperado que culmina con su castigo por el asesinato del Pastor, otro personaje a quien se le descubre una identidad desconocida gracias a la presencia de los medios. An si se trata de un malentendido, como es el caso del inspector, lo que es televisado se convierte en realidad: la televisin, que nunca se equivocaba porque era la accin misma (177)[footnoteRef:20]. Donde falta explicacin, es inventada, tal como hace el polica corrupto en el libro[footnoteRef:21].Comment by Carmen: cambiComment by Carmen: pero conviene arreglar todo el prrafo que est confuso, fijte cmo aclararlo [20: Cabe destacar la escena en la cual Cabezas, Vanessa y Jessica estn en la pizzera siguiendo hipnotizados su propia historia. No se preocupan por vivirla. ] [21: Ludmer enuncia que es un rasgo caracterstico de esta narrativa la operacin de vaciamiento de sentido por la cual la realidad es ficcin y la ficcin es realidad. Una estrategia anloga puede observarse en la representacin de los medios en esta novela. ]

La villa es referida por la subjetividad de Maxi; configurada a travs del relato de Vanessa y Jessica, que lo siguen y espan sus andanzas; del comisario Cabezas, que sigue tanto a Maxi como a Vanessa y Jessica; de los medios de comunicacin; etc. Quines quedan afuera en este mecanismo espejado, mise en abyme de la narracin y proeza perspectivista? Los propios habitantes del barrio.

Montaldo (1999) define la identidad como el vnculo con la tierra, la relacin del ser individual con el espacio. La villa, la calesita, la isla cerrada y aislada se configura como un territorio misterioso, definido y marginalizado por el afuera, habitado por personajes borrosos, que se desdibujan en el grupo humano al que pertenecen y repiten los misterios de su lugar. Sin embargo, este conjunto de seres logra restablecer relaciones de solidaridad en un tejido social desgarrado por la mentira, el individualismo y el prejuicio. Ante el evidentemente incontrolable sueo de Maxi de todas las noches, fabrican un catre que pueda albergarlo, sbanas y abrigo suaves que mantienen constantemente limpios[footnoteRef:22], dejan una casilla siempre libre para alojarlo y, en un acto supremo de trabajo comunitario, cambian toda la configuracin de luces de las calles de la villa para protegerlo del comisario Cabezas. [22: Es destacable la oposicin que Aira construye entre la dedicacin de los villeros, que llevan la ropa de cama a la tintorera para tenerla siempre limpia para Maxi, y la observacin de Vanessa cuando se entera que est durmiendo en la villa: Espero que las sbanas estn limpias. Con lo quisquilloso que es (2011 189).]

Esos habitantes tmidos, serios, incapaces del pensamiento racional, comparten con los perros con que cohabitan un sustrato comn de la vida, como capacidad de supervivencia, y poseen un saber antiguo, prealfabtico[footnoteRef:23], que les permite burlar a la polica y a todos aquellos que no sean parte de la comunidad. Son los depositarios de la dignidad humana. Comment by Carmen: cambi poquito [23: El comisario Cabezas compara la idea de nombrar las calles a partir de los dibujos lumnicos con las lneas de Nazca. Simmel (1986) demuestra que el nivel de abstraccin de un pictograma es inferior al del alfabeto, pero en una cultura intelectual, sugiere un rasgo de inteligencia. ]

6 Algunas reflexiones finales

Deleuze y Guattari (1980) sostienen que los textos son mquinas que funcionan de manera autnoma: el sentido no puede buscarse fuera de ellos. No hay autor que funcione como fuerza legitimadora de las interpretaciones, por lo tanto, hay que leer en los libros aquello que precisamente dicen. Comment by Carmen: tal vez quedan un poco colgados aqu y aprovechando que al final citas a Mantaldo quizs puedas prescindir de ellos.Comment by Carmen: que cosa no puede buscarse?

La Villa no puede ser leda de una sola manera. Para algunos ser otro exponente de la literatura post 2001 que vuelve a narrar el espacio del barrio como lugar que recupera lazos de solidaridad que escapan de la lgica hegemnica[footnoteRef:24]. Para otros, se trata de devolverle la voz a quienes han sido desprovistos de ella al narrar el mundo de la pobreza sin los facilismos del panfleto de denuncia o la crnica periodstica (Satta 2006). La villa se convierte, entonces, en el espacio de civilizacin que el resto de la ciudad ha perdido. Para otros, como Maximiliano Crespi se trata de una frivolidad, canallada y complicidad con un imaginario neoliberal menemista (Brizuela 2013). [24: Hernaiz menciona esta tendencia, si bien no inserta a La Villa en ella propiamente. ]

Lo cierto es que la apuesta a la escritura fantstica de una realidad social desoladora dificulta la lectura poltica: Ludmer considera un rasgo de las literaturas posautnomas la ambivalencia poltica e ideolgica, que conlleva una prdida del poder crtico y subversivo de la tradicin anterior. El sentido se vaca y es ocupado por la ambivalencia.

La Villa puede ser un producto de exportacin, definitivamente es una mirada extica al mundo villero. En ello reside la potestad del arte de acuerdo CON Aira (1993): la posibilidad de extraarse, de inventar un dispositivo para generar una mirada que sea ms genuina, que critique. El riesgo est en la posibilidad de apropiacin y reabsorcin que posee el poder hegemnico de aquellas escrituras tan permeables a interpretaciones contrarias (Benjamin 1989).

La Villa gira sobre s misma, se desarma y rearma. Nunca se agota porque nunca es lo mismo. Infinita, no tiene principio ni fin, no tiene abajo ni arriba. En la novela, la nica posibilidad es correrse unos lugares dentro de un mismo crculo horizontal, dentro de la misma pobreza.

Pero hay otra salida, desliza el protagonista casi al pasar: irse de la villa. Por ello rene a Adela y Alfredo: Ella tena trabajo, tena casa, poda llevarlo a vivir bajo techo. Y l tena el valor y la experiencia para que ella pudiera salir de las aguas inmateriales del espejo, y del corazn oscuro de la villa, hacia la realidad (Aira 2011 109, nfasis mo).

La obra parece negar la posibilidad de transformacin de la realidad social. Y quin querra abandonar el terreno en que la solidaridad es la regla y la traicin no tiene cabida?, podra preguntarse el lector. Es que la maravilla est en los ojos de Maxi. Quienes viven aquella realidad no tienen voz para plantear que la miseria es su denominador comn y la discriminacin y violencia sobre ella ejercida[footnoteRef:25] es su ms profunda realidad. [25: la Jueza haba dado rdenes a sus samuris de rodear la Villa en todo su permetro, y ella misma se dispona a entrar abriendo la marcha, cuando el cerco se hubiera completado, armada hasta los dientes, a matar o morir (Aira 2011 177). ]

Ni optimista ni pesimista, Aira deja al lector asignarle el sentido que crea propicio. No presenta una salida, no denuncia una realidad. Pero si el texto es una mquina destinada a ocupar con la letra un territorio en disputa (Montaldo, 1999) puede ocuparse desde la ambigedad?Comment by Carmen: No se entiende bien el sentido de la pregunta el verbo no sera ocuparlo ( al territorio)? Y en ese caso no conviene emitir juicio? Darlo como opinin? Cmo afirmacin respaldada por tu anlisis?...

BIBLIOGRAFA

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