Carta Abierta a Juan Manuel Santos

4
MAESTRIA INTERNACIONAL EN COMUNICACIÓN INTERCULTURAL CON ENFOQUE DE GÉNERO Módulo 8. Comunicación Intercultural, Territorio, Ambiente y Bioética Actividad Carta abierta a Juan Manuel Santos Presidente de Colombia Nombre: NIDIA ISADORA CRUZ. El Carpintero, Cauca- Colombia 19 de julio del 2015

description

analizar y discutir para conocer

Transcript of Carta Abierta a Juan Manuel Santos

Page 1: Carta Abierta a Juan Manuel Santos

MAESTRIA INTERNACIONAL EN COMUNICACIÓN

INTERCULTURAL CON ENFOQUE DE GÉNERO

Módulo 8.

Comunicación Intercultural, Territorio, Ambiente y Bioética

Actividad

Carta abierta a Juan Manuel Santos Presidente de Colombia

Nombre:

NIDIA ISADORA CRUZ.

El Carpintero, Cauca- Colombia

19 de julio del 2015

Page 2: Carta Abierta a Juan Manuel Santos

El Carpintero, 18 de Julio 2015 Doctor, JUAN MANUEL SANTOS Presidente de la república de Colombia Respetuoso saludo, Le escribo desde El Carpintero, una vereda del Pueblo Nasa, en la zona Norte del Cauca, Colombia, un lugar con casas de barro y techo de zinc, un territorio rodeado de verdes montañas y donde un esplendoroso Cerro Berlín, se impone en medio de tantas colinas que oxigenan nuestra tierra. Aquí habitamos 400 personas aproximadamente, todos y todas pertenecientes al Pueblo Nasa. Vivimos de la tierra, la economía es agrícola y trabajamos organizadamente. Para esta comunidad, ser del Pueblo Nasa, significa defender y proteger el territorio, resistir a los proyectos que maten la vida y caminar hacia la autonomía, la unidad y la cultura “hasta que se apague el sol”. Me consideré afortunada de la naturaleza por haber nacido en el campo; aquí crecí con la tranquilidad y con la libertad que me ofreció la naturaleza; todavía recuerdo el trinar de los pájaros alegrando mi camino cuando iba para mi escuela. Aun no olvido aquel viento que traía a mis oídos el sonido de las fuerte corrientes de agua del rio que bordea mi comunidad; hasta ahora evoco los árboles que me acariciaban con su brisa mi rostro en los tiempos de verano. Añoro los días que esperaba en las mañana que el sol brotara por detrás de las montañas colando sus rayos por las rendijas de mi humilde casa; extraño mis tardes cuando no perdía de vista al sol hasta que se confundiera con la sombra y se escondiera detrás de las cordilleras; tengo presente en mi mente los Juegos con los granizos que traía la lluvia y de mis escondidas cuando escuchaba los truenos con sus rayos que alumbraban la noche avisando que se acercaba la tormenta. Decenas de casas circundaban El Carpintero y decenas de realidades también se empezaban a dispersan por esta tierra que me vio nacer. Un día cuando apenas era una adolecente la naturaleza decidió que tuviese hijos, y fue así como en esta misma tierra nacieron Gabriela y Mateo, soñaba que ellos pudieran gozar de la libertad que ofrecía el campo. Sin embargo la realidad cambio para mis pequeños y para los habitantes de todas las comunidades que están arropadas por el majestuoso Cerro Berlin. Aquí el canto de los pájaros que acompañó todos los días mi camino, se cambió por el trinar de las metrallas y las bombas. La brisa de los árboles se remplazó por un aire de guerra entre el ejército colombiano y las guerrillas de las Farc. Mis hijos hoy tienen miedo salir a la montaña y visitar el rio pues en varias ocasiones hemos sido sorprendidos por bombas enterradas en los caminos, menos mal ninguna ha explotado.

Page 3: Carta Abierta a Juan Manuel Santos

Mateo y Gabriela, deben dormirse con el arrullo del helicóptero que visita todos los días la zona y en tiempos de guerra se asustan de las balas de ambos bandos que caen como granizo por los caminos de la comunidad, pero así se alegran con las luces de bengala que lanza el avión fantasma buscando el “enemigo”. Señor presidente nuestros cerros que brotan vida para el planeta, hoy están siendo llenos por antenas de comunicación y por bases militares, y esto pone en peligro la vida de nuestro territorio. Los constantes hostigamientos están cambiando nuestros modos de vivir, no se puede salir al Tul (huerta Nasa), poco se puede visitar el rio, no se puede madrugar y llegar tarde a nuestras casas, los jóvenes que hacían deporte en las tardes deben regresar temprano para sus casas; su guerra está invadiendo el habita de la flora y la fauna, pues los animales viven asustados de las ráfagas de fusil que se dan en las montañas.

En los últimos 20 años en mi comunidad hemos enterrado a 15 compañeros víctimas de esta guerra que azota el país. No podemos reclamar respeto a nuestro territorio porque hemos sido señalados por ambos bandos de pertenecer a grupos armados. Algunos comuneros se vieron en la obligación de migrar a las ciudades y otros fueron llevados a la cárcel. Los y las que quedaron en la comunidad han seguido hablando y exigiendo respeto a su territorio ante los que trabajan para la guerra. En medio de la zozobra seguimos cuidando el agua, los cerros; trabajando la tierra cuando se puede, criando los animales; educando a las familias; fortaleciendo el Nasa Yuwe, los tejidos y las costumbres nasas. El agua que brota en estos campos de batalla es cuidada por nosotros, esta agua es la que riega los monos cultivos de caña, en la parte plana del Valle del Cauca, caña que está siendo trasformada para para alimentar a los carros, en los ingenios donde explotan a los hermanos afros, corteros de caña. Desde Bogotá usted acusa nuestro territorio de ser corredor de las guerrillas y de narcotráfico, pues aquí en este territorio hay gente humilde, sencilla y trabajadora; gente que a pesar del atropello que usted nos hace con su pie de fuerza, con helicópteros y aviones de guerra, no opta por coger armas para destruir la vida, al contrario se llena de fuerzas y de esperanzas para hacer propuestas de un nuevo país sin prepotencias donde quepamos todas y todos. Por ello le quiero recordar que nuestros ancestros vienen luchando desde hace 500 años y no se doblegaron; nosotros tampoco nos doblegaremos porque nuestra autonomía en los resguardos es sagrada y usted no puede violar ese derecho de origen. No estamos del lado de las guerrillas, ni tampoco de su lado, nuestra apuesta es por el respeto y la libertad del territorio. Sé muy bien que la guerra está al servicio de las trasnacionales que se quieren apoderar de nuestros cerros, de los ríos, de los minerales y de todo aquello que represente mercancía para el poder económico; sin embargo usted obedece a lo que le digan las

Page 4: Carta Abierta a Juan Manuel Santos

corporaciones; ¿Dígame que se siente vender la vida?; sabía, señor presidente ¿Que el avance del progreso de ustedes los civilizados está acabando con la cultura de un pueblo milenario que se resiste a ser exterminado y que pronto acabara con la vida de toda la humanidad?.

Señor Juan Manuel Santos, aprenda de la gente que ha sido feliz toda la vida con las obras pequeñas y sencillas y desaprenda del proyecto civilizatorio que le gusta vivir de las grandes obras económicas y desarrollo como represas o proyectos de minería, acosta de matar la vida.

Ahora antes de despedirme quiero dejarle claro que aquí en estas montañas es donde nuestros mayores (the walas) hablan con los dueños de la naturaleza, los espíritus. Es aquí donde camina un pensamiento para cuidar, defender y proteger la Mama kiwe.

Y es aquí también en donde seguiremos en medio del miedo que nos produce su guerra Gabriela, Mateo y yo persiguiendo la esperanza que nos brindara la alegría de otro amanecer con un sol brillante colándose en nuestras conversas en las tulpas del fogón donde reposa nuestros ombligos que nos conectan con la tierra y nos comprometen a sembrar una semilla que germinara vida en medio de tanta muerte. Señor presidente, Mateo y Gabriela, son educados para caminar hoy con más fuerza, exigiendo respeto a las fuentes de vida y clamando por sus derechos. A pesar de su corta edad a ellos les duele que la tierra este enferma, tienen miedo que su pueblo sea despojado por la guerra, ellos quieren jugar libres y felices con sus hijos. Por eso lo invitamos a que se una a tejer un país con justicia social para que por fin brote otro amanecer y donde ese día la guerra solo exista en los libros de cuentos que mis hijos les leerán a mis nietos. Pero, si esto no llegase a pasar, usted señor presidente pasara a la historia como el culpable de los grandes daños hechos a nuestro territorio. Gracias por su atención y esperamos su respuesta, Atentamente, ISADORA CRUZ ASCUE Indígena Nasa