Carta Clara López

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Alcaldía Mayor de Bogotá / Carrera 8 No. 10 – 65 / Teléfono: 381 3000 Bogotá está en deuda con los trabajadores y los profesionales de la salud Bogotá, 5 de septiembre de 2011 A las trabajadoras y los trabajadores de la salud Hay pocos juramentos tan sencillos y a su vez tan fuertes como el código hipocrático. La idea de dedicar una vida a curar y ayudar a los demás es muy poderosa y siempre he admirado a los trabajadores y profesionales de la salud por su manera de aplicarlo y seguir su doctrina. Pero yo también sé que para que sea justo, ese código no solamente depende del individuo. También depende de que el Estado cumpla con su parte y apoye las bases de un sistema de salud que debería poner ante todo las necesidades del paciente. La Ley 100 de 1993 les ha traído grandes problemas a los colombianos. Como nunca antes se habían gastado recursos y como nunca antes los problemas habían sido tantos. Cuando una persona está enferma inicia un verdadero vía crucis: demora en las citas, negación de servicios, no formulación de medicamentos y exámenes diagnósticos, no remisión al especialista, recorrer largas distancias para ir al sitio autorizado por la EPS, incluso, si se padece de una enfermedad de alto costo, enfrentar la muerte sin el apoyo que el Estado por obligación debería brindarle. Diversos estudios han recopilado las barreras geográficas, económicas y culturales y la iniquidad que el sistema de salud impone a los usuarios. Para colmo de males, además de no curar, la Ley 100 no previene la enfermedad. Frente a esta realidad, desde 2004 la Alcaldía Mayor de Bogotá emprendió la titánica tarea de vencer todas las barreras que impone el sistema de salud colombiano. O más bien, vencer las barreras que imponen las EPS. Por eso se aplicó lo que los especialistas denominan “gestión social del riesgo”. Siguiendo los lineamientos de la Atención Primaria en Salud se acercaron todos los servicios de salud a los ciudadanos, en especial a aquellos que viven en los barrios populares. Se crearon los programas Salud a su Casa, Salud al Colegio y Salud al Trabajo, se saneó financieramente la red pública hospitalaria del Distrito, las campañas de vacunación gratuitas se fortalecieron, se atendió la salud materna y de los neonatos, se creó la EPS Capital Salud, etc. Se logró llevar salud a todos los rincones de la capital. Todo para convertir la salud en un derecho. A pesar de este gran esfuerzo, hoy los hospitales pasan por un momento de dificultades, porque las EPS privadas les adeudan un cuarto de billón de pesos y todavía no hemos culminado la tarea de fortalecimiento institucional de nuestros hospitales públicos.

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Carta Clara Lópeza los Docentes

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Alcaldía Mayor de Bogotá / Carrera 8 No. 10 – 65 / Teléfono: 381 3000

Bogotá está en deuda con los trabajadores y los profesionales de la salud Bogotá, 5 de septiembre de 2011 A las trabajadoras y los trabajadores de la salud Hay pocos juramentos tan sencillos y a su vez tan fuertes como el código hipocrático. La idea de dedicar una vida a curar y ayudar a los demás es muy poderosa y siempre he admirado a los trabajadores y profesionales de la salud por su manera de aplicarlo y seguir su doctrina. Pero yo también sé que para que sea justo, ese código no solamente depende del individuo. También depende de que el Estado cumpla con su parte y apoye las bases de un sistema de salud que debería poner ante todo las necesidades del paciente. La Ley 100 de 1993 les ha traído grandes problemas a los colombianos. Como nunca antes se habían gastado recursos y como nunca antes los problemas habían sido tantos. Cuando una persona está enferma inicia un verdadero vía crucis: demora en las citas, negación de servicios, no formulación de medicamentos y exámenes diagnósticos, no remisión al especialista, recorrer largas distancias para ir al sitio autorizado por la EPS, incluso, si se padece de una enfermedad de alto costo, enfrentar la muerte sin el apoyo que el Estado por obligación debería brindarle. Diversos estudios han recopilado las barreras geográficas, económicas y culturales y la iniquidad que el sistema de salud impone a los usuarios. Para colmo de males, además de no curar, la Ley 100 no previene la enfermedad. Frente a esta realidad, desde 2004 la Alcaldía Mayor de Bogotá emprendió la titánica tarea de vencer todas las barreras que impone el sistema de salud colombiano. O más bien, vencer las barreras que imponen las EPS. Por eso se aplicó lo que los especialistas denominan “gestión social del riesgo”. Siguiendo los lineamientos de la Atención Primaria en Salud se acercaron todos los servicios de salud a los ciudadanos, en especial a aquellos que viven en los barrios populares. Se crearon los programas Salud a su Casa, Salud al Colegio y Salud al Trabajo, se saneó financieramente la red pública hospitalaria del Distrito, las campañas de vacunación gratuitas se fortalecieron, se atendió la salud materna y de los neonatos, se creó la EPS Capital Salud, etc. Se logró llevar salud a todos los rincones de la capital. Todo para convertir la salud en un derecho. A pesar de este gran esfuerzo, hoy los hospitales pasan por un momento de dificultades, porque las EPS privadas les adeudan un cuarto de billón de pesos y todavía no hemos culminado la tarea de fortalecimiento institucional de nuestros hospitales públicos.

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Alcaldía Mayor de Bogotá / Carrera 8 No. 10 – 65 / Teléfono: 381 3000

Pese a todos estos esfuerzos, existe otro hecho que los usuarios de la salud en Bogotá poco conocen: la situación de los 19 mil trabajadores y profesionales de la salud en el Distrito. Si los usuarios cargan sobre sus hombros los costos de la Ley 100, los trabajadores y profesionales ni se diga. Sin ustedes, compañeros y compañeras, no sería posible tener los indicadores de salud pública que posee Bogotá. Sin sus sacrificios sería imposible que en Bogotá se pudiera garantizar el derecho a la salud. Esta misiva no es sólo para reconocer de palabra su arduo trabajo y denodada entrega. Con esta les quiero decir que sé de los proyectos que se tramitan para modificar el régimen de contratación que sobre sus espaldas recae. Voy a hacer todo lo que esté en mis manos por llevar a buen puerto un sistema de contratación de los trabajadores y profesionales de la salud que dignifique su trabajo. Yo, como Alcaldesa de Bogotá, no los voy a dejar solos. Sus manos son demasiado valiosas para el buen funcionamiento de la ciudad. Sin ustedes no sería posible llevarle salud a los millones de bogotanas y bogotanos beneficiarios de los programas de salud distritales. Bogotá está en deuda con ustedes, y esa deuda debe ser saldada. Atentamente,

CLARA LÓPEZ OBREGÓN Alcaldesa Mayor (D) de Bogotá