Carta de Jean Vanier - Abril 2013

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- Pâques 2013 - -Pascua 2013 - Aunque no lo van a creer, estoy pasando tres días completos de vacaciones en la playa de Berck. Odile me trajo aquí, a 200 km de Trosly. Las Hermanitas de Jesús encontraron una pequeña casa muy cerca de su fraternidad, próxima al mar a las grandes playas de Berck. La Carta de Jean En estas playas práccamente desiertas he podido hacer largas – muy largas – caminatas sobre la arena firme. Cuatro horas diarias de marcha, y el mar... el mar hasta donde alcanza la vista. Berck es conocida por las virtudes terapéucas de su aire marino cargado de yodo y las propiedades regeneravas de la radiación ultravioleta. Este balneario es famoso también por las gaviotas con su canto – «cwac, cwac» – no muy musical. Ellas saben anunciar su presencia; su vuelo es tan hermoso y tan suave, quedan suspendidas en el aire. Ha sido una alegría tener un empo cerca de las Her - manitas para rezar, comer y comparr juntos. Alegría de estar también con el hermano Gerard, de los Hermani- tos del Evangelio. Lejos del teléfono, lejos de las visitas, lejos de las cosas por hacer, he podido descansar mucho y ¡hacer ejercicio sico!

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Carta del fundador del Arca, con motivo de estas pascuas.

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- Pâques 2013 -

-Pascua 2013 -

Aunque no lo van a creer, estoy pasando tres días completos de

vacaciones en la playa de Berck. Odile me trajo aquí, a 200 km de Trosly. Las Hermanitas de

Jesús encontraron una pequeña casa muy cerca de su fraternidad, próxima al mar

a las grandes playas de Berck.

La Carta de Jean

En estas playas prácticamente desiertas he podido hacer largas – muy largas – caminatas sobre la arena firme. Cuatro horas diarias de marcha, y el mar... el mar hasta donde alcanza la vista. Berck es conocida por las virtudes terapéuticas de su aire marino cargado de yodo y las propiedades regenerativas de la radiación ultravioleta. Este balneario es famoso también por las gaviotas con su canto – «cwac, cwac» – no muy musical. Ellas saben anunciar su presencia; su vuelo es tan hermoso y tan suave, quedan suspendidas en el aire.

Ha sido una alegría tener un tiempo cerca de las Her-manitas para rezar, comer y compartir juntos. Alegría de estar también con el hermano Gerard, de los Hermani-tos del Evangelio. Lejos del teléfono, lejos de las visitas, lejos de las cosas por hacer, he podido descansar mucho y ¡hacer ejercicio físico!

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La Carta de Jean - Pascua 2013 - 2

Acerca de la presencia de Dios, me siento cada vez más más atraído por la oración silenciosa. Jesús dijo: «permanezcan en mi amor». Él nos llama a permanecer en su presencia. A veces me gusta orar en la cama, temprano en la mañana cuando me des-pierto; es muy agradable para mí permanecer así, sentirme feliz, dar gracias a Dios por la vida, por la creación, por el Señor, por El Arca. A veces me siento unido a nuestros amigos que ya han pasado al cielo y me esperan allá. Me siento mimado de muchas maneras; Dios me ha colmado de amigos. Me siento amado; mi oración puede ser como un canto de ac-ción de gracias. Es muy grato para mí pasar buenos momentos en el pequeño oratorio de la Ferme.

Etty Hillesum dice en su diario que siente que es un pozo, y que en el fondo de ese pozo está Dios. Pero a menudo, dice, ese pozo está lleno de piedras y es-combros que le impiden alcanzar a Dios. Yo también me siento así. Desde luego, me siento atraído por el silencio interior y la presencia de Dios. Pero frecuen-temente, muy frecuentemente, cuando el motor de mi vida se pone en marcha me cuesta trabajo parar. Como Etty, tengo que retirar las piedras y los escom-bros que me impiden unirme a Dios en el silencio. El motor siempre empuja a la acción; no le resulta fácil estarse quieto. Todavía tengo que trabajar para dejar entrar al Señor que llama a la puerta de mi corazón para cenar conmigo y yo con él. (Ap 3) «Hazme des-cansar Señor muy al fondo de mi corazón, allá donde se encuentra la verdad, aquella que hace libre.»

En Trosly he continuado las sesiones de San Juan en francés e inglés. Es una alegría penetrar más y más en el secreto de este Evangelio y descubrir ahí el misterio de la debilidad, con Jesús que se hace débil. En El Arca vivimos en el corazón de la debilidad. La debilidad forma parte de la vida humana; nacemos y morimos en la debilidad. Entre los dos extremos de nuestra vida – el nacimiento y la muerte – crecemos en fuerza, en habilidad y en autonomía. Es a causa de nuestras debilidades que tenemos necesidad de los otros, de los amigos y de una comunidad. Y es a causa de la debilidad de los otros que podemos usar nuestras fuerzas y habili-dades para ayudarles a vivir y vivir mejor. Es a causa de la debilidad que necesitamos la dulce presencia de Dios para caminar hacia una visión de paz y uni-dad entre todos los seres humanos.

Evidentemente estoy en la etapa descendente de mi vida. ¡Ah, la memoria! Recuerdo los textos del Evangelio de Juan, pero los nombres de unos y otros desaparecen como el humo en el aire. Y ¡mis pier-nas! Las arrastro suavemente. Berck me ha sentado bien en este aspecto.

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La Carta de Jean - Pascua 2013 - 3

He tenido el gran placer de ir a visitar a mi hermana Thérèse en Londres para celebrar sus 90 años con ella y algunos

amigos.

Ella no sólo fue la fundadora de El Arca en el Reino Unido, sino que de una manera muy especial guió El Arca por la senda del ecumenismo. Habría que leer los libros que Thérèse escribió sobre este tema, para reconocer todo el camino que hemos recorrido. En El Arca le debemos el habernos des-pertado el deseo de trabajar por la unidad entre los cristianos. Con ella y muchos otros nos alegramos del nombramiento del Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, como sucesor del Arzobispo Rowan Williams. Siento que él y nuestro nuevo Papa se entenderán bien.

Permanezco unido al hogar de Val Fleuri, tomando allí el almuerzo y la cena.

Siempre disfruto mucho mi estadía allá. Amo sus fies-tas, sus momentos de oración y de compartir juntos, y sobre todo sus encuentros personales llenos de alegría y de vida. Los echo de menos cuando por alguna razón no puedo estar presente. He estado con Dédé , Patrick, Lud-ger, con Michel y Jean François durante más de 30 años; es grato estar con ellos y con los otros que han llegado desde entonces.

Aprovecho esta carta para compartirles la alegría de la comunidad de Trosly con nuestra nueva líder, Christine Mc Grievy, que muchos de ustedes han conocido como vice-coordinadora internacional de El Arca. Ella ha apor-tado un nuevo dinamismo a la comunidad, centrándola en la vida, el crecimiento y el compromiso de las perso-nas con discapacidad. Ellas dan vida a la comunidad y re-cuerdan la misión fundamental de El Arca. Hay que darle a conocer a la sociedad sus valores su sabiduría de vida y su capacidad de amar. Verdaderamente vivimos juntos una comunión, una verdadera alianza que nos transfor-ma a todos.

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La renuncia de Benedicto XVI fue un golpe, una sorpresa y al mismo tiempo un signo de sabiduría y de libertad de su parte. Les confieso que su gesto me conmovió aun más porque había logrado reunirme con él en noviembre pasado. Como dije en mi última carta, lo vi muy humilde y transparente. Había acogido con profunda humildad la misión que le confiaron los Carde-nales. ¿Quién le sucedería después de su partida? Cada uno tenía sus propias ideas. ¡He ahí otra sorpresa! No conocía el nombre que nos anunciaron en el momento de la elección del nuevo Papa, pero apenas escuché el nombre que había escogido – Francisco – ¡qué alegría! ¡Una inmensa alegría! Que él tomara como visión para su pontificado a Francisco de Asís fue sorprendente, inesperado, maravilloso.

Es un llamado a la Iglesia para volver a lo esencial del evangelio, a esta visión tan simple de Francisco de Asís. El nuevo Papa no deja de decir que quiere una iglesia pobre y cercana a los pobres. Habla de la importan-cia de estar cerca de las personas débiles y pobres, y de acercarse a ellas con ternura. Mi corazón se rego-cija; es obvio que le gustarían El Arca y Fe y Luz, pero pienso que ya debe conocerlas; ambas comunidades están en Argentina. Es posible que para mí y para cada uno de nosotros lo más importante sea hacernos más pobres, más cercanos y más amantes de las personas más pobres. No es sólo que el papa anuncia esta visión, sino que a nosotros – a mí – nos corresponde vivirla. Oremos por eso.

Aquí ya casi es primavera; el tiempo del renacer de la naturaleza. Es tam-bién la fiesta de la Pascua; después del túnel del sufrimiento: un nuevo nacimiento. Que todos podamos vivirla en la esperanza.

Me siento unido a todos ustedes.

JeanLa Carta de JeanVanier

Pascua 2013