Carta de La Jorobada Al Cerrajero María José (Fernando Pessoa)

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Publicada en su mayoría póstumamente, la obra pessoana es uno de los momentos cumbres de la lengua portuguesa y de la literatura universal. Fernando Pessoa se erigió en un poeta plural, en el autor de diversas estéticas. Este es un escrito desconocido en nuestra lengua y debido al único pseudónimo femenino que usó el portugués: la jorobada María José, joven tuberculosa de diecinueve años, María José escribe una carta de declaración de amor sin esperanzas, carta de amor a un cerrajero. Carta de la jorobada al cerrajero María José (Fernando Pessoa) Usted nunca verá esta carta, ni yo la volveré a ver porque estoy tuberculosa, pero quiero escribirle aunque no lo sepa, porque si no le escribo me ahogo. Usted no me conoce, quiero decir, me conoce pero no muy bien. Me ha visto en la ventana cuando pasa al taller y yo lo miro, porque lo espero al llegar, y hasta me sé la hora en que llega. Debe haber pensado siempre en la jornada del primer piso de la casa amarilla, pero yo no pienso más que en usted. Sé que tiene una amante, es aquella muchacha rubia, alta y bonita: le tengo envidia pero no celos, porque no tengo derecho a nada, ni siquiera a tener celos. Usted me gusta porque me gusta, y me mortifica no ser otra mujer, con otro cuerpo y otra hechura, y poder ir a la calle y hablarle aunque usted no me hiciera caso, pero quisiera conocerlo aunque sea por platicar. Usted es todo cuanto me ha sostenido en mi enfermedad y le estoy agradecida sin que lo sepa. Nunca podría tener a nadie a quien gustarle, como se gustan las personas que tienen el cuerpo del cual puede gustarse, pero tengo derecho de que alguien me guste aunque yo no le guste a nadie, y también tengo el derecho de llorar, que no se le niega a nadie. Me gustaba la idea de morirme después de hablarle por primera vez, pero nunca tendré el coraje ni la oportunidad de hablarle. Me habría gustado que supiera que me ha gustado mucho, pero tengo miedo de que no le importara nada, y me entristece ya saber que eso es absolutamente cierto, antes de saber cualquier cosa, que mejor no voy a procurar saberlo.

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Carta de la jorobada al cerrajero María José (Fernando Pessoa)

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Publicada en su mayora pstumamente, la obra pessoana es uno de los momentos cumbres de la lengua portuguesa y de la literatura universal. Fernando Pessoa se erigi en un poeta plural, en el autor de diversas estticas. Este es un escrito desconocido en nuestra lengua y debido al nico pseudnimo femenino que us el portugus: la jorobada Mara Jos, joven tuberculosa de diecinueve aos, Mara Jos escribe una carta de declaracin de amor sin esperanzas, carta de amor a un cerrajero.Carta de la jorobada al cerrajero Mara Jos (Fernando Pessoa)

Usted nunca ver esta carta, ni yo la volver a ver porque estoy tuberculosa, pero quiero escribirle aunque no lo sepa, porque si no le escribo me ahogo.Usted no me conoce, quiero decir, me conoce pero no muy bien. Me ha visto en la ventana cuando pasa al taller y yo lo miro, porque lo espero al llegar, y hasta me s la hora en que llega. Debe haber pensado siempre en la jornada del primer piso de la casa amarilla, pero yo no pienso ms que en usted. S que tiene una amante, es aquella muchacha rubia, alta y bonita: le tengo envidia pero no celos, porque no tengo derecho a nada, ni siquiera a tener celos. Usted me gusta porque me gusta, y me mortifica no ser otra mujer, con otro cuerpo y otra hechura, y poder ir a la calle y hablarle aunque usted no me hiciera caso, pero quisiera conocerlo aunque sea por platicar. Usted es todo cuanto me ha sostenido en mi enfermedad y le estoy agradecida sin que lo sepa. Nunca podra tener a nadie a quien gustarle, como se gustan las personas que tienen el cuerpo del cual puede gustarse, pero tengo derecho de que alguien me guste aunque yo no le guste a nadie, y tambin tengo el derecho de llorar, que no se le niega a nadie.Me gustaba la idea de morirme despus de hablarle por primera vez, pero nunca tendr el coraje ni la oportunidad de hablarle. Me habra gustado que supiera que me ha gustado mucho, pero tengo miedo de que no le importara nada, y me entristece ya saber que eso es absolutamente cierto, antes de saber cualquier cosa, que mejor no voy a procurar saberlo.Soy jorobada de nacimiento y siempre se rieron de m. Dicen que todas las jorobadas son malas, pero yo nunca le dese un mal a nadie. Adems estoy enferma, y nunca tuve nimo, por mi enfermedad, para hacer corajes. Tengo diecinueve aos y no s para qu llegu a tener tanta edad, y enferma, y sin que nadie tuviera pena de ma no ser porque soy jorobada, que es lo menos, porque es el alma la que duele, y no el cuerpo, pues la joroba no da dolor.Hasta me gustara saber cmo es su vida con su amiga, porque como es una vida que nunca podr tener- y ahora menos, que ni vida tengo- me gustara saberlo todo.Disclpeme que le escriba tanto sin conocerlo, pero usted no va a leer esto, y aunque lo leyera ni sabra era con usted y de cualquier manera no le dara importancia, pero me gustara que pensara que es triste ser jorobada y vivir siempre en la ventana, y tener madre y hermanas a quienes les gusta la gente sin que a nadie le guste yo, porque todo es natural y es la familia, y lo que faltaba es que ni eso hubiera para una mueca con los huesos al revs, como yo o decir que soy.Un da que usted vena al taller y un gato se pele con un perro, aqu bajo la ventana y todos estbamos viendo, usted se par junto al Manuel de las Barbas, en la esquina del barbero, y despus me mir en la ventana, y me vio rer y se ri conmigo, y esa fue la nica vez que usted estuvo a solas conmigo, por as decir que eso nunca podra yo esperar.Cuantas veces estuve yo a la espera de que hubiera cualquier otra cosa en la calle al momento que usted pasara y yo pudiera volverlo a ver y usted me mirara y yo pudiera mirarlo y ver sus ojos directos a los mos.Pero no consigo nada de lo que quiero, naca ya as, y hasta tengo que estar encima de un tapanco, para alcanzar la ventana. Paso todo el da viendo ilustraciones y revistas de moda que le prestan a mi mam, y estoy siempre pensando en otra cosa, tanto que cundo me preguntan cmo era aquella falda o quin estaba en la foto con la Reina de Inglaterra, me avergenzo de no saber, porque estuve fantaseando cosas que no pueden ser y que no puedo dejar que entren en mi cabeza y me den alegra para despus, por encima de todo tener ganas de llorar.Despus todos me disculpan, y creen que soy tonta, pero no idiota, porque nadie cree eso, y al final no me apeno por la disculpa, porque as no tengo que explicar porque estaba distrada.Todava me acuerdo de aquel da en que usted pas por aqu, camino del domingo, con el traje azul claro. No era azul claro, pero era una chaqueta muy clara para el azul oscuro que acostumbra traer, Usted estaba tan lindo que brillaba como el mismsimo da, que nunca tuve tanta envidia de la gente como aquella vez. Pero no tuve envidia de su amiga, a no ser que no se encontrara con ella sino con otra cualquiera, porque yo no pens sino en usted, y fue por eso que envidi a toda la gente, lo cual no entiendo bien , pero es cierto y es la verdad.No es por ser jorobada que estoy siempre en la ventana, pero es que adems tengo una especie de reumatismo en las piernas y no me puedo mover, y as estoy como si fuera paraltica, lo cual es una lata para todos aqu en la casa y tener que soportarme y aceptarme, que no tiene idea. A veces me desespero y me dan ganas de tirarme de la ventana, pero se imagina cmo me vera al caer. Hasta el que me viera se reira y la ventana es tan baja que no me morira, sino que sera an ms fatigoso para los otros y ya me veo en la calle como una mona con las piernas al aire y la joroba salindome de la blusa y todos queriendo sentir pena por m, pero en realidad estaran molestos y al mismo tiempo se reiran si acaso, porque la gente es como es y no como quisiera ser.Y en fin, por qu le estoy escribiendo sino le voy a mandar esta carta? Usted que anda de un lado para otro no sabe lo que se siente no ser nadie. Yo estoy en la ventana todo el da y veo a la gente pasar de un lado a otro y tener un modo de vida y gozar y hablarle a sta o aqulla y parece que soy un vaso con una planta marchita que se qued aqu en la ventana por quitrsela de encima.Usted no se puede imaginar, porque es bonito y tiene salud, lo que es no haber nacido bien y no ser nadie como yo, y ver en los peridicos lo que las personas hacen y unos son ministros y andan de aqu para all visitando otras tierras y otros estn en la vida social y se casan y tienen bautizos y estn enfermos y les hacen operaciones los mismos mdicos y otros viajan a sus casa aqu y all y otros roban y otros se quejan y otros cometen grandes crmenes y hay artculos firmados por otros y fotos y noticias con los nombres de las personas que van a comprar su ropa al extranjero,. Y todo esto no se imagina lo que es para un trapo para limpiar como yo, que se qued en el barandal de la ventana con las seas redondas de los vasos como cuando la pintura est fresca por el agua.Si usted supiera todo esto sera capaz, de vez en cuando, de decirme adis en la calle, y a mi me gustara poder pedirle eso, porque usted no se imagina que tal vez yo no viviera ms, que es poco lo que tengo por vivir, pero estara feliz, all a donde se va, si usted me diera los buenos das por si acaso.Margarita la costurera dice que hablaron una vez, que hablaron porque usted se meti con ella en la calle de aqu al lado y esa vez s que sent envidia de veras, se lo confieso porque no quiero mentirle, sent envidia porque meterse alguien con nosotros es ser mujer, y yo no soy mujer ni hombre, porque nadie mira que soy algo, a no ser una especie de gente que est aqu para llenar el vano de la ventana y aborrecindome todo el que me ve, vlgame Dios.El Antonio (Es el mismo nombre que el suyo, pero qu diferencia!), el Antonio del taller mecnico le dijo una vez a mi pap que toda la gente debe producir algo, que sin eso no hay derecho a vivir, que quien no trabaja no come y no hay derecho de que haya alguien que no trabaje. Y yo pens, qu es lo que hago en el mundo que no hago sino estar en la ventana con toda la gente movindose de un lado a otro, sin ser paraltica y teniendo manera de encontrarse con las personas que les gustan. As yo tambin podra producir lo que quisiera, lo que fuera necesario, porque tendra gusto para hacerlo.Adis seor Antonio, no tengo sino unos cuantos das de vida y escribo esta carta slo para guardarla en el pecho, como si fuera una carta que usted me hubiera escrito en vez de que yo se la escribiera. Deseo que tenga todas las felicidades que pueda desear y que nunca sepa de m para que no se ra, porque yo s que no puedo esperar ms.Lo amo con toda mi alma y toda mi vida.Ah tiene, estoy llorando.Traduccin de Mario Bojrquez

Tomado de: Teresa Rita Lopes, Pessoa por conhecer. Textos para um novo mapa, 2 vols.,Estampa, Lisboa, 1990.