CARTA DEL - Fundación Avata · tos de esas “cuchillas asesinas”. En el primer número de la...

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Estimados lectores:

En los anteriores números de la revista os he venido contando las dis-tintas acciones que AVATA HISPANIA, desde su creación, ha venido de-sarrollando en los diferentes ámbitos de actuación que constituyen su actividad; sin embargo, en esta ocasión, me vais a permitir que me tome la licencia de utilizar esta tribuna para dirigirme a todos vosotros como un motero más de los miles que circulan por las carreteras de este país para agradecer a las distintas plataformas contra los guardarraíles, y sus motoclubs, la gran labor que están realizando para mejorar la seguridad en las carreteras, luchando por la sustitución de los guardarraíles por dobles viondas de seguridad y exigiendo a las instituciones (Dirección General de Tráfico y Ministerio del Interior) una mayor implicación en la solución del problema.

Soy motero, y he sufrido en primera persona los desgarradores efec-tos de esas “cuchillas asesinas”. En el primer número de la revista ya os comenté que en el año 1996 sufrí un accidente de moto contra un guardarraíl, experiencia de la que aprendí mucho y fue el germen de lo que luego sería AVATA HISPANIA; sin embargo, pese al tiempo trans-currido todavía existen miles de kilómetros en nuestra red de carreteras con quitamiedos peligrosos, que mejor deberían llamarse “metemiedos”; por eso, desde aquí quiero sumarme a esas reivindicaciones, pues creo, firmemente, que entre todos podemos lograr que nuestros dirigentes adopten medidas verdaderamente eficaces en orden a la seguridad de los motoristas, y un primer paso consistiría en que la Dirección General de Tráfico, a través de las diferentes Delegaciones Provinciales, escucha-ra a los motoclubs para conocer de primera mano los problemas reales ante los que nos enfrentamos los moteros cuando salimos a la carretera (baches, acumulaciones de gravilla y piedras en las curvas de las zonas de acceso de los caminos a la carretera, y cómo no los guardarraíles), y dejarse de medidas que en modo alguno contribuyen a la solución real del problema como la reciente idea del señor Navarro de aumentar los im-puestos que gravan la compra de las motos para disminuir así el parque automovilístico y con ello la siniestralidad.

Desde aquí mi apoyo y más sincero agradecimiento a todos aquellos mo-toclubs de España que, lejos de limitarse a creerse el ombligo del mundo e irrogarse el protagonismo de carreras urbanas que se organizan en las fiestas de pequeñas localidades de nuestro país, trabajan, de forma solidaria, y anónima la mayoría de las veces, en mejorar las condiciones de seguridad de nuestras carreteras.

Espero veros a todos en Madrid el próximo día 8 de noviembre apoyando la gran movilización que prepara Unión Motera en favor de la seguridad de los motoristas y en contra de las medidas antimoto del Gobierno.

“Ráfagas (prohibidas) y uves para todos los compañeros de la carretera”.

CARTA DEL PRESIDENTE

Índice

La nacionalidad española: adquisición y pérdida ...... 4Concurso de Acreedores ............................................. 6Contratación electrónica .............................................. 8Habla tú ........................................................................ 10La donación de órganos en victimas de accidentes de

tráfico ........................................................................ 12Cuestionario ................................................................. 14

Depósito Legal: LE-2035-2007

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LA NACIONALIDAD ESPAÑOLA: ADQUISICIÓN Y PÉRDIDA

Teniendo en cuenta la importancia que está tomando en nuestro país el tema de la inmigración, en el pre-

sente artículo se muestran unas pinceladas de los modos de adquirir, perder y recuperar la nacionalidad española. La nacionalidad es el vínculo que une a cada individuo con un determinado estado. Todo individuo ha de tener una nacionalidad, y desde el nacimiento se posee una, que se puede cambiar voluntariamente siempre que exis-ta consentimiento por parte del Estado interesado. En nuestro Ordenamiento Jurídico la competencia en materia de nacionalidad y extranjería está atribuida con carácter exclusivo al Estado por la Constitución Española. La ma-teria relativa a la adquisición, pérdida y recuperación de la nacionalidad española se recoge en el Código Civil.Adquisición de la nacionalidad española:

Nuestra legislación establece 2 modos de adquirir la na-cionalidad española: originaria, o por nacimiento y deriva-tiva, es decir por causas posteriores.

Dentro de las formas de adquisición originaria hay diver-sas opciones, en primer lugar por filiación, es decir cuando se es hijo de padre o madre españoles, siendo suficiente que lo sea uno de los dos progenitores. También puede adquirirse por nacimiento en territorio nacional, aunque los padres sean extranjeros, siempre que al menos uno de ellos hubiera nacido en España, o si ambos progenitores carecieran de nacionalidad, o la legislación de los proge-nitores no atribuyera al hijo una nacionalidad, o cuando se trate de nacidos en España sin filiación conocida. Y por último por la denominada posesión de estado, que se refiere a los supuestos de uso de la nacionalidad españo-la durante diez años de buena fe, basado en algún título de atribución de la nacionalidad española inscrito en el Registro Civil, que por alguna circunstancia, no imputable al interesado, fuera anulado después. Se establece para supuestos en los que se haya producido por ejemplo un error a la hora de identificar a los progenitores, o en los plazos de residencia…lo que provocaría, que habiendo buena fe por parte de quien se creía con nacionalidad española, la perdiera, habiendo cumplido con todos sus deberes (tributarios, de participación electoral, etc.).

En cuanto a las formas de adquisición derivativa también existen diversas posibilidades. Por adopción de un menor de edad extranjero, por opción, es decir, optando a elegir la nacionalidad española cuando se haya estado bajo la patria potestad de un español, o se sea hijo de padre o madre español nacido en España, o se sea adoptado por un español siendo el adoptado mayor de edad. También cabe la posibilidad de adquirir la nacionalidad española por la denominada carta de naturaleza que se concede por el Gobierno, de forma discrecional cuando concurren circunstancias excepcionales, por ejemplo el Estado con-cedió la nacionalidad española por esta vía a los heridos en los atentados del 11M que no tenían esta nacionalidad. La concesión por esta vía no es automática, sino que una vez obtenida la carta de naturaleza se debe ejercitar tal facultad en el plazo de 180 días, transcurridos los cuales la concesión caduca. Y por último está la adquisición de la nacionalidad española por residencia en territorio espa-ñol. Lógicamente siempre que se tengan los papeles en regla, se tenga un trabajo… es decir, siempre que no se esté en situación ilegal en España. La regla general es que se puede solicitar la nacionalidad española acreditando que se ha residido al menos 10 años en España. Pero está regla general cuenta con excepciones:

Para aquellas personas que hayan obtenido la condición de “refugiado” sólo será necesario acreditar la residencia en España durante 5 años.

Será suficiente acreditar la residencia durante 2 años si se es nacional de países iberoamericanos, Ando-rra, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Portugal o de sefardíes.

Bastará la residencia por 1 año si se cumple algu-no de estos requisitos: haber nacido en España, no haber optado en tiempo por la nacionalidad española cuando se debía hacer, llevar casado un año legalmente con español o española, el viudo o viuda de español…

Este modo de adquirir la nacionalidad española, al igual que en el caso de la opción, tampoco es automático, sino que tras acreditarse los extremos necesarios, es el Go-bierno, a través del Ministerio de Justicia mediante Or-den Ministerial quien decide, si bien se deja a salvo la

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LA NACIONALIDAD ESPAÑOLA: ADQUISICIÓN Y PÉRDIDA Laura GonzálezAbogada

vía judicial para que en el caso de que se deniegue, y el solicitante crea que ha sido denegada injustamente pueda ejercitar su derecho ante los tribunales en la vía contencioso-administrativa.

Para todos los casos de adquisición derivativa de la na-cionalidad española, a excepción de la adopción, son ne-cesarios una serie de requisitos comunes a todos ellos:

Que se jure o prometa fidelidad al Rey y obediencia a la Constitución y a las Leyes.Que la persona que adquiere la nacionalidad española declare que renuncia a su anterior nacionalidad (quedan exceptuados de tal declaración los naturales de Ibero-américa, Guinea Ecuatorial, Portugal y Andorra, porque pueden gozar de la doble nacionalidad)Que la adquisición se inscriba en el Registro Civil.

Pérdida de la nacionalidad española:

La materia relativa a la pérdida de la nacionalidad española ha sido objeto de una revisión reciente, operada en el año 2002, para adaptar el contenido del Código Civil a las circunstancias existentes en la actualidad.

La regulación de esta materia es bastante farra-gosa, y los supuestos que recoge nuestro Código Civil son muy variados, así que trataremos de explicar some-ramente los distintos supuestos.

La nacionalidad española puede perderse por dos causas, una por adquisición voluntaria de otra nacio-nalidad y dos por sanción.

En cuanto a la pérdida por adquisición voluntaria de otra nacionalidad se produce mediante renuncia expresa de españoles que estando emancipados tengan otra nacio-nalidad y además residan en el extranjero, pero junto con esta renuncia expresa, también se pierde la nacionalidad española por renuncia tácita, que es la que se produce cuando se adquiere otra nacionalidad voluntariamente por españoles emancipados que residan en el extranjero o cuando existiendo doble nacionalidad el español eman-cipado que reside en el extranjero utilice sólo la naciona-

lidad que tenía atribuida antes de emanciparse, pero sin ninguna manifestación expresa de renuncia a la naciona-lidad española. Estos supuestos no serán de aplicación si el hecho de residir en el extranjero se debe a que España se halla en situación de guerra.

En cuanto a la pérdida de la nacionalidad por sanción, que no puede afectar a los españoles que tengan tal na-cionalidad por adquisición originaria, se contemplan tres supuestos:

Cuando durante un periodo de 3 años utilicen exclusiva-mente la nacionalidad a la que hubieran declarado renun-ciar cuando adquirieron la española.

Cuando voluntariamente se incorporen a un ejército extranjero o ejerzan un cargo público en el extranjero, cuando exista expresa prohibición del Gobierno para ello.Por sentencia firme que declare que el interesado en ad-quirir la nacionalidad española la obtuvo con falsedad, ocultación o fraude.

La pérdida de la nacionalidad española no impide que pue-da recuperarse la misma, y ello siempre y cuando se cum-plan los requisitos legales establecidos, a saber: ser residen-te legal en España, declarar ante el encargado del Registro Civil la intención de recuperar la nacionalidad española y por último inscribir la recuperación en el Registro Civil.

En todo caso hay que decir que los precedentes históri-cos en nuestro Derecho siempre han sido muy favorables para los extranjeros, y así algunas restricciones que se producían en Europa en España no tenían lugar (por ejem-plo la prohibición a los extranjeros de hacer testamento o de heredar nunca se ha aplicado en España). Lo cierto es que los extranjeros se encuentran amparados por la Constitución Española, que los equipara a los españoles en cuanto a los derechos civiles y las libertades públicas salvo lo que se disponga en leyes especiales o tratados internacionales, existiendo siempre actualizadas leyes de extranjería para fijar y desarrollar los derechos de los ex-tranjeros en España.

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CONCURSO DE ACREEDORES

Debido a la situación económica que atraviesa nuestro país, empresas de determinados secto-

res se han visto obligadas a iniciar un procedimiento concursal, incrementándose así notablemente el nu-mero de solicitudes de concurso presentadas ante los Juzgados de lo Mercantil, creados estos últimos, a raíz de la Ley Concursal 22/2003 de 9 de Julio.

La finalidad de la citada Ley ha sido regular las si-tuaciones de insolvencia, o lo que es lo mismo, los estados en que el deudor no puede cumplir con sus obligaciones patrimoniales.

Las antiguas suspensiones de pagos y quiebras de las empresas han sido sustituidas por un procedi-miento único llamado concurso.

La solicitud de concurso puede ser de dos formas:

la convocatoria del concurso solicitada por el propio deudor o uno de sus socios, llamada voluntaria, justi-ficando su estado de insolvencia actual o inminente.

.- No disponer el deudor de bienes suficientes para aten-der una ejecución de embargo..- El sobreseimiento general en el pago corriente de las obligaciones del deudor..-La existencia de embargos por ejecuciones pendientes que afecten de una manera general al patrimonio del deu-dor..-El alzamiento o la liquidación apresurada o ruinosa de sus bienes por el deudor..-El incumplimiento generalizado de obligaciones de algu-na de las clases siguientes: las de pago de obligaciones tributarias exigibles durante los tres meses anteriores a la solicitud de concurso; las de pago de cuotas de la Se-guridad Social, y demás conceptos de recaudación con-junta durante el mismo período; las de pago de salarios e indemnizaciones y demás retribuciones derivadas de las relaciones de trabajo correspondientes a las tres últimas mensualidades.Iniciado el procedimiento se pueden establecer dos eta-pas: una, consistente en la valoración del patrimonio o situación de la empresa y otra, el convenio de acreedores o subsidiariamente la liquidación de la sociedad.

La convocatoria necesaria cuando la solicita un acreedor. Si la solicitud de declaración de concurso la presenta un acreedor, deberá fundarla en la causa de:

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La Ley promueve llegar a un acuerdo o convenio que sa-tisfaga a los acreedores. Este convenio lo puede presen-tar el deudor con su solicitud en el concurso voluntario, y en el concurso necesario, hasta la finalización del plazo establecido para la comunicación de créditos, condicio-nado eso sí a que se adhiera el porcentaje de acreedores que señala la Ley. El hecho de que el deudor pueda pre-sentar el convenio en esos momentos procesales supone un ahorro de tiempo y dinero.

El contenido del convenio puede consistir en proposiones de quita o espera o de ambas a la vez, siempre que la quita no suponga más de la mitad del importe de cada crédito ordinario, ni la espera, de cinco años a partir de la aprobación del convenio. Se admiten proposiciones alternativas como las ofertas de conversión del crédito en acciones participaciones o incluso la propuesta de la conservación del deudor de su actividad profesional o empresarial siempre y cuando exista un plan de viabilidad que beneficie a todas las partes. La propuesta de conve-nio ha de ir acompañada de un plan de pagos.

Durante la tramitación del procedimiento se mantienen los órganos de la persona jurídica, sin embargo el juez puede acordar el embargo de los bienes y derechos de los administradores actuales y de los que lo fueron en los dos años anteriores cuando exista fundamento de que el concurso se califique como culpable y la masa resulte in-suficiente para hacer frente a las deudas. Además el juez tiene facultades para acordar el cierre de los estableci-mientos del deudor o la suspensión de su actividad em-presarial total o parcialmente.

El convenio ha de ser aprobado judicialmente, contem-plándose la posibilidad de la oposición a la aprobación judicial, así como el rechazo de oficio del Juez del conve-nio previamente aceptado.

Procede la liquidación cuando no se llega a ningún acuer-do con los acreedores, éste no se cumple o bien le intere-sa al deudor la liquidación y pago.

La liquidación tiene por efecto que el deudor quede en situación de suspensión de sus facultades de administra-ción/disposición y sustituido por la administración con-cursal, si es persona física perderá el derecho a alimentos con cargo a la masa, si fuese persona jurídica se decla-rará su disolución si no ha sido ya declarada y el cese de sus administradores o liquidadores.

Finalmente el concurso puede ser calificado de fortui-to o culpable. Esta última calificación se reservará a los casos en que la producción o agravación del estado de insolvencia se hubiera realizado con dolo o culpa grave del deudor, de sus representantes legales, administrado-res o liquidadores. La ley enuncia una serie de supues-tos que, salvo prueba en contrario, merecen esta última calificación.

En caso de que se califique como culpable se precisará además de las personas afectadas, las declaradas cóm-plices, imponiendo a todas ellas la inhabilitación para administrar bienes ajenos y para representar a cualquier persona, por un periodo de dos a quince años, perdiendo cualquier derecho que tuvieran como acreedores concur-sales o de la masa y a la condena a devolver los bienes y derechos que indebidamente hubieren obtenido del deu-dor o recibido de la masa activa, más la de indemnizar los daños y perjuicios causados.

En caso de que el concurso se califica de fortuito se pro-cederá al archivo de las actuaciones.

Raquel PerezAbogada

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CONTRATACIÓN ELECTRÓNICA

En la actualidad, el uso cada vez más frecuente de me-dios de comunicación electrónicos (Internet) ha gene-

rado nuevas formas de relaciones interpersonales, entre las que se encuentran las relaciones comerciales. Este tipo de comercio está adquiriendo relevancia con respec-to al comercio tradicional, ya que posibilita contratar con empresas de cualquier punto del mundo y ofrece ventajas como la rebaja en el tiempo y en los costes. Sin embargo, antes de iniciar una relación contractual por esta vía es aconsejable conocer ciertas pautas y consideraciones ju-rídicas para hacerlo con las mayores garantías posibles.

Lo primero a tener en cuenta es que el tipo de contra-to utilizado mayoritariamente en esta forma de comercio es el denominado contrato “de adhesión”, es decir, aquel en que la empresa o profesional fija unilateralmente las condiciones del contrato y el consumidor se adhiere a las mismas, por lo que puede que se de un desequilibrio en-tre las obligaciones y derechos de las partes a favor de aquella que ha establecido las cláusulas contractuales, siendo conveniente revisar las mismas a fin de que no contenga ninguna cláusula abusiva.

Estos contratos a distancia (incluyendo además de Inter-net, cualquier otro tipo de medio electrónico y la vía te-lefónica) con condiciones generales, se rigen por el Real Decreto 1906 de 17 de diciembre de 1999 (en desarrollo del artículo 5.3 de la Ley 7/ 1998 de 13 de abril de condi-ciones generales de la contratación). En este Real Decreto se determinan los tipos de contrato que no pueden ser realizados a distancia, estos son: los contratos adminis-trativos, los laborales, la constitución de sociedades, los de servicios bancarios o financieros, los familiares o suce-sorios, los celebrados mediante máquinas automáticas, los contratos por subasta y los relativos a bienes inmuebles.

También se fijan los derechos que tiene el consumidor o adherente:

Antes de la celebración del contrato, con una antelación de al menos tres días, el oferente del bien o servicio debe facilitar al consumidor información sobre todas las cláu-sulas del contrato, y después de contratar, el oferente tiene que remitir al consumidor por escrito o en soporte

duradero, el texto completo de las condiciones generales del contrato.

Celebrado el contrato, el oferente debe remitir al adherente inmediatamente, y a más tardar, en el momento de la entrega del bien o comienzo de la ejecución del contrato, por escrito o en cualquier otro soporte duradero que elija el consumidor, justificación con todos los términos del contrato.

El consumidor también tiene derecho a la anulación del con-trato sin que ello le suponga gasto alguno, incluidos los de devolución, para lo que dispone de un plazo de siete días hábiles desde la recepción de los bienes si se trata de un contrato de entrega de bienes y en cualquier otro caso, des-de la celebración del contrato. Sin embargo, este plazo se amplía hasta los tres meses en caso de que la justificación documental sea defectuosa o incompleta. Si se resuelve el contrato en los términos anteriores, el oferente está obligado a devolver al consumidor las cantidades recibidas inmedia-tamente y en cualquier caso nunca después de treinta días. Es a la empresa oferente a la que le corresponderá probar que cumplió con todas estas obligaciones. Así mismo, en caso de que el consumidor tenga que reclamar por incumplimiento o cumplimiento deficiente de las condiciones contractuales pactadas, hay que te-ner en cuenta tanto el momento como el lugar de ce-lebración del contrato. Éste tiene eficacia plena desde el momento en que el oferente tiene conocimiento de que el consumidor ha aceptado su oferta, salvo que las partes acuerden otra fecha. El oferente debe confirmar la recepción de la aceptación hecha por el consumidor sin que la falta de respuesta de éste pueda considerarse como aceptación. Se considera que es la residencia habitual del consumi-dor el lugar de celebración del contrato. Este es un punto importante a tener en cuenta a la hora de reclamar judicial-mente ya que el lugar de celebración va a determinar cuales son los tribunales competentes para conocer de los litigios que se puedan plantear. En cuanto a la ley aplicable al con-trato, será la española siempre que se trate de un consumi-dor español contratando con una empresa española o que

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Laura GutiérrezAbogada

ofrezca sus servicios a través de un establecimiento perma-nente situado en España y sólo en algunos casos, si perte-nece a un Estado Miembro de la Unión Europea. Si estos supuestos no se dan, tendremos que estar a lo dispuesto en las normas de derecho internacional privado y los Tratados internacionales sobre la materia, para saber cuales son los tribunales competentes y la ley aplicable en cada caso. Por este motivo es más aconsejable contratar con un empresa española y también porque conlleva menos gastos de trans-porte, los cuales siempre correrán a cargo del comprador si no se acuerda lo contrario. A la hora de contratar a través de Internet, es muy recomendable cerciorarse de la em-presa con quien lo hacemos, comprobando que además de la página web o correo electrónico, dispone de un teléfono de contacto y una dirección, si además dispone de un certificado digital, se confirmará la veracidad de la identificación de la empresa.

Si existe la opción, siempre será mejor el pago contra re-embolso y comprobar en el momento de la entrega del pro-ducto que concuerda con el contratado y que no sufre des-perfectos. Salvo pacto en contrario, la empresa dispone de un plazo de treinta días desde que el consumidor comunica su pedido para cumplir el contrato y si no lo hace incurre en mora desde que el comprador paga el precio. En este caso el consumidor puede escoger entre exigir el cumplimiento del mismo o resolver el contrato, con la indemnización por los daños sufridos. Puede ocurrir también que el bien o ser-vicio no esté disponible en ese momento, cuestión que la empresa debe comunicar al comprador así como devolverle lo pagado en un plazo máximo de treinta días, de no ser así el consumidor tiene derecho a que se le abone el doble de lo que pagó además de una indemnización por daños, sin em-bargo, si antes de celebrarse el contrato la empresa informa de la posibilidad de que el bien o servicio no esté disponi-ble, puede suministrar otros de similares características o de igual o mayor calidad, ante lo cual el comprador sólo puede ejercer su derecho de desistimiento.

Para facilitar la prueba en caso de una posible reclama-ción, es conveniente conservar el resguardo de la tran-sacción y de la página web en la que aparecía la oferta del bien o servicio, el precio y las condiciones para realizar la contratación.

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El texto que se expone a continuación es el contenido de un correo electrónico que un cliente de la oficina de

AVATA HISPANIA en Valladolid, Don Oscar Martínez Teje-da, envió en agradecimiento al trato recibido en la gestión del expediente abierto con ocasión del accidente de moto que sufrió al chocar contra él un coche como consecuen-cia del despiste sufrido por el conductor de éste.

“Hola Sira, Pues eso, que quiero confirmaros que he recibido correc-tamente por parte de AXA el importe por Asistencia Ju-rídica, y también por supuesto la transferencia por parte vuestra del resto de la indemnización. Se podría decir que en mi caso que......CASO CERRADO.Prácticamente estamos a unos días de que llegue el "ani-versario del accidente", y desde aquel día muchas cosas han cambiado. Nunca antes había tenido la desgracia de tener un accidente con daños corporales, y todo lo que conlleva. Quizás dentro de lo malo le puedo ver cosas muy positivas. En un accidente es un cúmulo de factores, don-de va cómo no, incluida también la suerte. Hay acciden-tes que son un paréntesis y otros que son un antes y un después. El mío fue de los primeros. Me veo a mí mismo 9 meses más tarde desde mi reincorporación al trabajo, pudiéndome ganar la vida como me la ganaba hasta antes del accidente, con la moto arreglada, con los daños mate-riales (casco y demás) debidamente reclamados y con una indemnización adecuada en mi cuenta bancaria. Todo eso no sería posible sin el equipo de trabajo tan excelente que formáis. Muchas gracias.

Ante la desventaja que le supone a una persona sin co-nocimientos jurídicos el enfrentarse a las aseguradoras, que se parece mucho a un David contra Goliat, vosotros hacéis posible el hablar de tu a tú con esos monstruos. Cuando tuve el accidente, y estaba con el pie multiplicado por 3, sin que me atendiese la compañía de seguros, me sentí con una impotencia descomunal. Lo que más valoro quizás es el que me cambiarais las prioridades, es decir que me preocupase por curarme y quedar lo mejor posi-ble, que lo material y lo económico ya vendría después. Lo malo que tenemos los moteros es que aunque vayamos con la cabeza debajo del brazo, queremos que la moto esté perfecta. Gracias también por vuestra ayuda con la

HABLA TÚ

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segunda repara-ción de la moto que la tuve que

llevar a Madrid. Me compré una moto de

una marca de pres-tigio que en otras

ciudades funcionan los concesionarios

a la perfección, pero aquí en Valladolid el

concesionario es un nido de incompetentes y de ladro-

nes. Dos meses la moto en el taller, y luego no querían saber nada

de la moto. Quizás aunque eso no lo llegaré a saber nun-ca, el toque de atención les llegó por parte de la asegura-dora, que tras haberles presentado una factura de repa-ración de más de 5000€, y que les llegase otra factura de otro concesionario de Madrid, con un importe de más de 1000€, porque ellos no se habían hecho cargo de haber efectuado la 2ª reparación. Lo cierto es que la cara que me ponen cuando alguna vez que otra me dejo caer por su concesionario, pues no es muy bonita, la verdad.

También hay que destacar la puesta a disposición del taxi, que aunque la disposición médica es de reposo, y de no apoyar el pie, resulta que hay que hacer una cantidad in-creíble de visitas a médicos, ir a hacer radiografías, llevar partes a la empresa, ir a veros de vez en cuando, ir a la rehabilitación, que cuando no se puede caminar parece una odisea. Gracias a Tino y a David.A la clínica de rehabilitación, a la Dra. Elena y a Isabel mi fisio, y todas las demás fisioterapeutas, que me dieron el tratamiento correcto y que ahora puedo volver a llevar a mi sobrina en los hombros sin que se me resienta el pie. A todas ellas, gracias. Y por último a ti Sira, Gracias. Eres una excelente aboga-da. Sigue así. Un saludo a todos de mi parte.

P.D.: Como no, para el baúl del olvido, quedan mis amigos (referencia a los médicos de la Compañía), que aunque sean grandes especialistas, no son profesionales, porque no saben llevar un tema médico con imparcialidad, sino que besan el culo a las aseguradoras. Ganarán mucho dinero de las desgracias ajenas, pero no así mi reconoci-miento de que sean grandes profesionales por un trabajo bien hecho, por sus pretensiones hábilmente paradas por ti, de dejarme a medias, mal curado, sin la suficiente re-habilitación, y darme el alta de cualquiera manera, aparte de su total carencia de cualquier tipo de la falta de sen-sibilidad humana. Si alguna vez estos señores hicieron el juramento de Hipócrates, harto al tiempo que hace que ol-vidaron su significado por doblegarse ante el vil metal ”.

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LA DONACIÓN DE ÓRGANOS EN VÍCTIMAS DE ACCIDENTES DE TRÁFICOEl trasplante es un tratamiento médico complejo

que permite que órganos, tejidos o células de una persona puedan reemplazar órganos, tejidos o células enfermos de otra persona. En algunos casos esta ac-ción sirve para salvarle la vida, en otros, para mejorar la calidad de vida o ambas cosas.

Las principales causas de muerte de las personas cuyos órganos son donados por sus familiares son los acciden-tes de tráfico debido a los traumatismos craneoencefáli-cos (TCE) y los accidentes cerebrovasculares (ACV).

Las personas presumiblemente sanas que falleciesen en accidente o como consecuencia ulterior de éste se con-siderarán, asimismo, como donantes, si no consta opo-sición expresa del fallecido. A tales efectos debe constar la autorización del Juez al que corresponda el co-nocimiento de la causa, el cual deberá concederla en aquellos casos en que la obtención de los órganos no obstaculizare la instrucción del sumario por aparecer de-bidamente justificadas las causas de la muerte.

Condiciones y requisitos en la extracción de órganos de fallecidos

La obtención de órganos de donantes fallecidos para fi-nes terapéuticos podrá realizarse si se cumplen las con-diciones y requisitos siguientes:

1. Que la persona fallecida no haya dejado constancia expresa de su oposición a que después de su muerte se realice la extracción de órganos, la cual podrá referirse a todos los órganos o solamente a alguno de ellos y SIEM-PRE será respetada. Si se trata de personas menores de edad o personas incapacitadas, la oposición podrá ha-cerse constar por quienes hubieran ostentado en vida de aquéllos su representación legal.2. Que se haya facilitado información a los familiares pre-sentes en el centro sanitario sobre la necesidad, natu-raleza y circunstancias de la extracción siempre que las circunstancias objetivas no lo impidan, haciendo constar esta última situación si ocurriera.3. Que se haya comprobado y certificado la muerte, ad-juntando al documento de autorización dicho certificado médico de defunción.4. En los casos de muerte accidental, antes de efectuarse la extracción de órganos, deberá recabarse la autoriza-ción del juez que corresponda, el cual, previo informe del médico forense, deberá concederla siempre que no se obstaculice el resultado de la instrucción de las diligen-cias penales.5. Que el centro hospitalario donde se vaya a realizar la extracción esté autorizado para ello y que dicha autoriza-ción esté en vigor.6. Que se hagan constar el nombre, apellidos y cualifi-cación profesional de los médicos que hayan certificado la defunción, no pudiendo ninguno de estos facultativos formar parte del equipo extractor o trasplantador.

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En la Ley española se exige el anonimato en la donación y no es posible dar a conocer la identidad del donante al receptor ni viceversa; ello sería negativo tanto para la familia del donante como para el receptor de los órganos, pudiendo incluso llegar a producirse situaciones de chan-tajes emocionales o materiales por la donación.

La Ley de Trasplantes exige que tanto la donación de ór-ganos como el trasplante sean gratuitos. La familia de un donante no paga ni cobra por la donación. En España los

enfermos trasplantados tampoco pagan por el trasplante ya que está incluido entre las prestaciones sanitarias de la Seguridad Social para todos los españoles. La donación de órganos se considera como el mayor acto de bondad entre las personas, un gesto total-mente generoso e incondicional de otorgar nuestros propios órganos o los de nuestros familiares para sal-var la vida de otras personas.

Almudena Diez GonzálezAbogada

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CONSULTORIOMi marido y yo nos vamos a divorciar, yo quiero

que la custodia de nuestro hijo sea compartida. En el caso de que nos la de el Juez, quién de los dos se quedará viviendo en nuestra casa. (E. Fernández)

Nuestro Código Civil, en el caso de que existan hijos me-nores de edad, atribuye el uso de la vivienda familiar al progenitor al que se le otorgue la custodia de los hijos. En el caso de la custodia compartida, y siempre que los cón-yuges no alcancen un acuerdo sobre este extremo, el uso de la vivienda familiar se otorgará a aquel de los dos que más necesitado esté de protección, valorando para ello las circunstancias en cada caso concurrentes (recursos económicos, estabilidad laboral, salud, etc…).

Hace unos días iba en el coche con el padre de mi marido y tuvimos un accidente. Nos salimos de la

carretera porque él se despistó. Yo todavía estoy de baja y me han dicho que podría reclamar una indem-nización, pero que para eso tendría que denunciar en el juzgado a mi suegro al ser él el que conducía. ¿No existiría otra posibilidad de obtener la indemnización que no fuera denunciando a mi suegro?. (J. Sánchez)

Si. A la hora de reclamar la indemnización derivada de un accidente de tráfico existen dos vías. Por un lado, la extrajudicial, sin acudir a juicio, negociando la cuantía de la indemnización con la compañía aseguradora del vehí-culo causante del siniestro, y por otro la judicial, que a su vez ofrece dos caminos, el penal en que es necesario for-mular denuncia, y en este caso si tendría que denunciar a su suegro, o la civil, en cuyo caso no sería necesario demandar al conductor del vehículo, ya que la ley permite al perjudicado demandar directamente a la compañía de seguros del vehículo causante del siniestro.

Mi hijo ha tenido un accidente de tráfico muy grave y los médicos nos dicen que va a tener que pa-

sar mucho tiempo hasta que se recupere totalmente. El no tuvo la culpa y me gustaría saber qué derechos tiene. (G. Artiaga).

Tras sufrir un accidente lo más aconsejable es acudir a un abogado especializado en la materia para que, a la vista de todas las circunstancias concurrentes, pueda reclamar frente al responsable del accidente y su compañía de se-guros la indemnización a la que el perjudicado, en este caso su hijo, tenga derecho.

Hace dos años mi tía nos regaló a mis hermanos y a mí una casa que tenía en Almería, pero resulta

que se ha casado y ha tenido un hijo. ¿Podría ahora que tiene un hijo quitarnos el apartamento? (A. Sevi-llano).

Toda donación entre vivos, hecha por persona que no tenga hijos ni descendientes al tiempo de la donación, será revocable por el mero hecho de que el donante ten-ga, después de la donación, hijos, o que resulte vivo el hijo del donante que éste reputaba muerto cuando hizo la donación.El Código Civil dispone que rescindida la donación por la supervivencia de hijos, se restituirán al donante los bienes donados, o su valor si el donatario los hubiese vendido.Ahora bien, la acción de revocación por superveniencia o supervivencia de hijos prescribe por el transcurso de cinco años, contados desde que se tuvo noticia del naci-miento del último hijo o de la existencia del que se creía muerto.Esta acción es irrenunciable y se transmite, por muerte del donante, a los hijos y sus descendientes.

La indemnización comprende tanto los daños materiales como los personales. Los daños materiales son aquellos desperfectos que afectan al vehículo a raíz del accidente de circulación; sin embargo, además de los gastos de re-paración del vehículo, también es posible reclamar otros daños materiales siempre que se deriven directamente del accidente de circulación, por ejemplo, la pérdida o los daños sufridos por los objetos transportados, la rotura de unas gafas o de la ropa, etc.., los gastos realizados a consecuencia del accidente, por ejemplo, los despla-zamientos, el alquiler de otro vehículo mientras dura la reparación... etc. En cuanto a los daños personales, son aquellos que pa-decen las personas implicadas en un accidente de circu-lación, ya sean éstas conductores, pasajeros o peatones. Se indemnizarán los días que hayan sido necesarios para la curación de las lesiones sufridas, las secuelas que ha-yan quedado así como los gastos médicos en que haya sido necesario incurrir para la efectiva curación; determi-nándose la cuantía de la indemnización de estos daños de conformidad a unas reglas y baremos fijados legalmente.

Page 15: CARTA DEL - Fundación Avata · tos de esas “cuchillas asesinas”. En el primer número de la revista ya os comenté que en el año 1996 sufrí un accidente de moto contra un guardarraíl,

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Page 16: CARTA DEL - Fundación Avata · tos de esas “cuchillas asesinas”. En el primer número de la revista ya os comenté que en el año 1996 sufrí un accidente de moto contra un guardarraíl,

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