carta número 123 (31-05-2011) del Bajo Lempa/El Salvador

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  • 8/6/2019 carta nmero 123 (31-05-2011) del Bajo Lempa/El Salvador

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    A mis amigas y amigos y a los hermanos y herma-nas solidarios con los empobrecidos de esta tierra

    carta 123 de la repatriacin y la esperanzaencarnada en la realidad de cada da

    nueva esperanza bajo lempa el salvador ca31 de mayo de 2011 (aunque la envo el 28)

    Elega por el rbol de las becas Nueva Esperanza

    Las hojas de los mangos caen al lado de sus frutos en estos tiempos de mayo; lo mismo las gua- yabas, los maraones, los cocos, los naranjos y li-moneros, los zapotes, los nsperos, o msperos, yotros rboles frutales. Los frutos esperan arraigar en la tierra hmeda y as reproducir el rbol y laespecie, en ese misterio de vida frtil que nos ofre-ce la naturaleza cada ao. Las hojas cubren el sue-lo, si no hay unas manos diligentes que las barran,

    mientras el palo sigue cubierto de verde por otrashojas retoadas de las mismas ramas. Estamos enel trpico. Son palos, o rboles, de hoja perenne

    porque se renuevan de forma permanente.

    Mi alma est algo triste. Frente a m veo estemodelo de reproduccin para avivar mi esperanza.

    Lo tengo a las puertas de mi casa, en mi mismolote o patio que me toc en suerte cuando llegamosde la nada, del exilio, desnudos de posesiones yvidos de presente, y de futuro tambin.

    Mangos cados de un palo cercano junto a unnaranjo y cocos en Nueva Esperanza

    Durante veinte aos casi comenzamos en1992- el proyecto de becas ha trado frutos anua-les y ha dejado caer hojas diarias, pero siempre ha

    permanecido verde, fresco, retoando. Becarias ybecarios, jvenes con espritu decidido y capaz,

    finalizaron cada ao sus estudios, como frutos

    maduros dispuestos a reproducirse con persona-lidad propia. As lo estamos viendo en la realidad de cada da en este Bajo Lempa. Y en otros lugaresde El Salvador y aun fuera de aqu, en otros pa-

    ses, como frutos que han sido transportados parala venta o la reproduccin lejanas. Las hojas sonlos avatares del cotidiano vivir dentro de este pro-

    yecto: unos hechos van y otros vienen, y el rbol de las becas se ha mantenido verde, fresco, hermo-

    so a la vista y en los resultados. Vivimos en el tr- pico.

    Uno mira el rostro de ese joven, de esa joven, para quien una beca as, pequea pero suficiente,le cambiar la vida por completo. Y tambin a su

    familia, a sus amistades, a todos los cercanos. Mi-ras el rostro de esa joven ilusionada, tmida, lindaen sus expresiones, en sus deseos; sus ojos expec-tantes, aunque apartados, sus ropas limpias y sen-cillas, sus manos inseguras en sus movimientos, suvoz dulce y profunda, temblorosa y tierna. Miras el rostro de ese joven decidido, valiente, que ha rotolas distancias para acercarse a defender lo quecree le pertenece, un porvenir digno y propio, noimpuesto, no en condiciones rayanas en la mise-ria; unos ojos expectantes ante las respuestas y lascondiciones concretas, unas manos quietas sobre

    sus rodillas, unas ropas corrientes, unos gestosconvincentes y otros inciertos, una despedida de

    paz o ensombrecida.

    Tres estudiantes becarios en cursos avanzados del Proyecto Nueva Esperanza 2011

    Y tras mirar una y otra vez esos rostros, que serepiten con circunstancias varias, tras descubrir detrs de ellos una vida humana en ciernes VIDA-HUMANA-EN CIERNES, es decir, en forma-cin, hacindose, inicindose- queda uno perplejo,asombrado, rescatado de la muerte, de la insensi-bilidad, del individualismo feroz que nos atosiga

    por muchos lados. Queda uno con ganas de hacer

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    algo digno de tan alta expectativa presente en laentrevista. De ser un humilde colaborador, peroeficaz, para el logro de tan profundas ensoacio-nes encarnadas all presentes. De ser amigo de esavida humana concreta que se ha puesto junto a tien tu existencia personal cargada de tanta y tanincierta esperanza.

    Pero hoy he mirado el rbol de las becas un po-co triste. Parece que va llegando a su lmite, que

    ya no crecer ms. Algunas ramas van quedando secas. Puede suceder que todo l termine as, sinhojas y sin frutos. En puro recuerdo del pasado

    glorioso, fecundo. Cuando era sombra umbrosa y fresca y ofreca alimento sabroso y abundante. Hasta que lo corten y termine en ascuas en unacocina de lea. Ceniza para la letrina.

    Y se acaba. Hay que tomarlo as. Pero cuesta.

    Quiz reaparezca como abono natural en una mil- pa y se transformar en maz y alimento de una fa-milia necesitada. Y el proceso de la vida seguir

    por otro camino. Ya no lo veremos nosotros.

    Qu hacer? Gran pregunta, emanada en

    situaciones bien diferentes pero todas importantes.Qu hacer.

    El rbol de mi vida dio sus frutos, dej caer sushojas, renacieron otras y los frutos siguen cayendode las varias ramas que lo componen. Pero estarama de las becas parece que va secndose poco a

    poco. Ya el abono que necesitaba para esa rama-ese rbol autnomo- va acabndose. Se termina

    porque se gastaron los fertilizantes naturales em- pleados, la solidaridad de aqu y de all. No se pueden pedir ms. Demasiado se ha fertilizadoeste palo y esta rama de las becas. Agradecimientototal a cuantos/cuantas han colocado su parte pa-ra que este rbol rama de mi vida- estuviera ver-de siempre y cosechara abundantes y buenos fru-tos.

    Hasta aqu llegamos. Todava seguimos vivos.

    Pero parece que queda poco tiempo ya para seguir en el presente. El pasado de las becas nos inunda,aqu, en estas tierras bajas y planas del Bajo Lem-

    pa, tan frecuente en inundaciones de otro signo.

    Su hermano y amigo Angel AQ