CARTA PASTORAL

4
EL OBISPO DE JAÉN Plaza de Santa María, 2 . 23002 Jaén . Tfno.: 953 230 036 . e-mail: [email protected] 1 CARTA PASTORAL A LOS TRABAJADORES PRIMERO DE MAYO: SAN JOSÉ OBRERO AÑO DE LA FE Queridos fieles diocesanos: 1. El mes de mayo comienza con la fiesta del trabajo. Los cristianos fijamos nuestros ojos en la persona del Patriarca San José, esposo de la María de Nazaret. Fue artesano y la misma profesión ejerció también Jesucristo, nuestro Señor. Sabemos que esta fiesta nació como exaltación del trabajo y en recuerdo de los trabajadores asesinados en Chicago en el año 1886, por reivindicar ocho horas, no más, de trabajo diarias. En el año 1955 la Iglesia, por medio del Papa Pío XII, la instituyó como fiesta cristiana, en honor de San José Obrero, para, además de orar por todos los trabajadores y sus familias, dar a conocer su rica doctrina social sobre el trabajo y dignidad del trabajador, exhortándonos también a nuestra santificación personal mediante el mismo. San José no sólo se entregó al trabajo artesanal en Nazaret y Egipto para así sacar adelante a su familia, sino que también, por medio de esta entrega, fue santificándose acogiendo día a día el proyecto de Dios sobre su persona: proteger y alimentar a María y a Jesús, creciendo en su fe desde su convivencia en familia. Día del Trabajo

description

CARTA PASTORAL

Transcript of CARTA PASTORAL

Page 1: CARTA PASTORAL

EL OBISPO DE JAÉN

Plaza de Santa María, 2 . 23002 – Jaén . Tfno.: 953 230 036 . e-mail: [email protected]

1

CARTA PASTORAL

A LOS TRABAJADORES

PRIMERO DE MAYO: SAN JOSÉ OBRERO

AÑO DE LA FE

Queridos fieles diocesanos:

1. El mes de mayo comienza con la fiesta del trabajo. Los

cristianos fijamos nuestros ojos en la persona del Patriarca San José,

esposo de la María de Nazaret. Fue artesano y la misma profesión

ejerció también Jesucristo, nuestro Señor.

Sabemos que esta fiesta nació como exaltación del trabajo y en

recuerdo de los trabajadores asesinados en Chicago en el año 1886,

por reivindicar ocho horas, no más, de trabajo diarias.

En el año 1955 la Iglesia, por medio del Papa Pío XII, la

instituyó como fiesta cristiana, en honor de San José Obrero, para,

además de orar por todos los trabajadores y sus familias, dar a

conocer su rica doctrina social sobre el trabajo y dignidad del

trabajador, exhortándonos también a nuestra santificación personal

mediante el mismo. San José no sólo se entregó al trabajo artesanal

en Nazaret y Egipto para así sacar adelante a su familia, sino que

también, por medio de esta entrega, fue santificándose acogiendo

día a día el proyecto de Dios sobre su persona: proteger y alimentar

a María y a Jesús, creciendo en su fe desde su convivencia en

familia.

Día del Trabajo

Page 2: CARTA PASTORAL

EL OBISPO DE JAÉN

Plaza de Santa María, 2 . 23002 – Jaén . Tfno.: 953 230 036 . e-mail: [email protected]

2

2. En la Carta encíclica del Papa Juan Pablo II, Laborem exercens,

del 14 de septiembre de 1981, aparecen dos principios

fundamentales para poder fijar el verdadero alcance y sentido que

debe dar un cristiano al trabajo: Por una parte, que toda persona está

llamada, en los planes de Dios, a trabajar y, por otra, que el trabajo

es una de las características que distinguen al hombre del resto de

las criaturas, cuya actividad, relacionada con el mantenimiento de la

vida, no puede llamarse trabajo. Solamente el hombre es capaz de

trabajar, solamente él puede llevarlo a cabo, llenando a la vez con el

trabajo su existencia sobre la tierra. De este modo, se dice en esta

Encíclica, que el trabajo lleva en sí un signo particular del hombre y

de la humanidad, es signo de la persona activa en medio de una

comunidad de personas.

El mismo Pontífice señalaba otro principio fundamental, en

otra ocasión, que también hemos de tener muy presente: la íntima

relación entre el trabajo y la familia, alrededor de los cuales se

desarrolla la vida del hombre y la mujer desde sus orígenes. El

trabajo existe en función de la familia y la familia no puede

desenvolverse más que gracias a la aportación del trabajo. Este es

esencial para el desarrollo de la vida en familia. Es también, un

derecho natural y vocación de toda persona1.

3. Los cristianos hemos de acercarnos y mirar la realidad del

trabajo y del mundo laboral con ojos de fe. La Iglesia es enviada al

1 Cf. Discurso al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, de 16 de enero de 1982.

Trabajo y familia

En el Año de la Fe

Page 3: CARTA PASTORAL

EL OBISPO DE JAÉN

Plaza de Santa María, 2 . 23002 – Jaén . Tfno.: 953 230 036 . e-mail: [email protected]

3

mundo para vivir como cristianos y proclamar en él la Buena

Noticia del Evangelio2.

El Espíritu de Dios está ya presente en la historia humana más

allá de la Iglesia, como sabemos, preparando el terreno para la

siembra del Evangelio. Por eso, con esperanza fundada y ojos de

misericordia, los cristianos mantenemos una actitud de constante

espera, de acompañamiento, de diálogo y disposición para aprender

y abrir puertas para reconocer la verdad cristiana, que subyace en el

mundo del trabajo, y para contribuir, con el Evangelio, a purificarla

y enriquecerla en cuanto sea necesario y posible.

El cristiano, como miembro visible de la presencia de Cristo

entre nosotros, tiene la misión, desde su situación laboral, de vivir y

mostrar ante los demás su vocación de ser portador de la Buena

Noticia del Evangelio. Esta vocación incluirá en más de una ocasión,

la denuncia de injusticias y carencias en el mundo del trabajo. La

regulación que se impone, más de una vez, a no pocos trabajadores,

por ley, o al margen de la misma, ha de denunciarse por el cristiano

siempre que sea incompatible con la dignidad humana y el respeto a

sus derechos fundamentales.

Debe darse, por ello, en la comunidad cristiana una conciencia

clara acerca de la importancia y dimensiones del trabajo, porque

ennoblece a la persona, hace posible la convivencia en familia y

santifica al trabajador, desde el cumplimiento de la voluntad del

Señor, (cf. Gn. 1, 26). Estamos en la tierra para dominarla y

perfeccionarla por el trabajo (cf. Gn. 1, 28).

2 Vaticano II, Const. Lumen Gentium 1-9, 13-17 y Const. Gaudium et Spes, 1-3, 40 ss.

Page 4: CARTA PASTORAL

EL OBISPO DE JAÉN

Plaza de Santa María, 2 . 23002 – Jaén . Tfno.: 953 230 036 . e-mail: [email protected]

4

Como se lee en el cartel de la Hoac: “Ante una democracia

rota, otra política es posible desde la comunión”.

4. Ante la actual crisis de trabajo los cristianos de la Diócesis

de Jaén, hemos de acercarnos a cuantos sufren el paro y unir

nuestros esfuerzos, con hechos, para paliar sus consecuencias, hasta

donde podamos llegar.

No me refiero únicamente a la distribución de ayuda desde

nuestras Cáritas sino, sobre todo, el estar muy cerca, junto a estas

personas en sus sufrimientos, para clamar juntos ante el Señor, que,

por unas u otras mediaciones, encuentren pronto una solución. Ante

las actuales circunstancias se necesitan muchos samaritanos que

miren con amor a estos hermanos, pero también instituciones y

particulares que, por encima de cálculos económicos, les ayuden a

poder responder a un derecho fundamental: trabajar.

Sin duda que el mundo del empleo es uno de los problemas

más acuciantes de nuestra sociedad. Por eso se lo encomendamos,

también al Patriarca San José para que conceda solidaridad entre los

trabajadores, ingenio en los gobernantes y caridad cristiana en todos

nosotros para quienes sufren solos y necesitan de nuestro apoyo. Mi

felicitación a todos los trabajadores.

Con mi saludo afectuoso en el Señor.

Ramón del Hoyo López Obispo de Jaén

Ante la actual crisis de empleo