Carta Pastoral

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1 CARTA PASTORAL JORNADA DE LA VIDA CONSAGRADA 2012 Muy queridos fieles diocesanos: El próximo día 2 de febrero, Fiesta de la Presentación del Señor en el Templo, celebramos, como en años anteriores, esta jornada mundial bajo el lema: “VEN Y SÍGUEME” (Mc 10,21), destacándose la insustituible y eficaz colaboración de los fieles consagrados a favor de la Nueva Evangelización. 1. Pensemos que es para alegrarnos el hecho de que “el Señor de la Viña” cuente con cada uno de nosotros como sus trabajadores y misioneros en la gran tarea de la evangelización. “Id también vosotros, nos dice Cristo, a mi viña” (Mt 20,4). El propietario de la parábola toma la iniciativa en la llamada y envío, no espera a que vinieran a ofrecerse para trabajar, sino que es suya la iniciativa, de salir al encuentro. La viña, además, es del Señor. Cuando fue elegido Papa el Beato Juan XXIII no podía conciliar el sueño aquella noche hasta que se dijo: “Juan, la Iglesia no es tuya, es de Jesucristo. Quien gobierna la Iglesia no eres tú, sino el Espíritu Santo. Es el Señor quien nos envía, por tanto a su viña para evangelizar conforme a las capacidades y talentos de cada uno. Nuestra es la respuesta y suyo el acompañamiento hasta nuestra paga bien asegurada y generosa”. 2. Jesucristo continúa hoy repitiéndonos: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación” (Mc 16,15). Sigue invitándonos a abrir las puertas a la Buena Noticia del Evangelio, para que penetre en los

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Obispo de Jaén

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CARTA PASTORAL

JORNADA DE LA VIDA CONSAGRADA 2012

Muy queridos fieles diocesanos:

El próximo día 2 de febrero, Fiesta de la Presentación del Señor en el

Templo, celebramos, como en años anteriores, esta jornada mundial bajo el

lema: “VEN Y SÍGUEME” (Mc 10,21), destacándose la insustituible y eficaz

colaboración de los fieles consagrados a favor de la Nueva Evangelización.

1. Pensemos que es para alegrarnos el hecho de que “el Señor de la Viña”

cuente con cada uno de nosotros como sus trabajadores y misioneros en la gran

tarea de la evangelización. “Id también vosotros, nos dice Cristo, a mi viña” (Mt

20,4).

El propietario de la parábola toma la iniciativa en la llamada y envío, no

espera a que vinieran a ofrecerse para trabajar, sino que es suya la iniciativa, de

salir al encuentro. La viña, además, es del Señor.

Cuando fue elegido Papa el Beato Juan XXIII no podía conciliar el sueño

aquella noche hasta que se dijo: “Juan, la Iglesia no es tuya, es de Jesucristo.

Quien gobierna la Iglesia no eres tú, sino el Espíritu Santo. Es el Señor quien nos

envía, por tanto a su viña para evangelizar conforme a las capacidades y

talentos de cada uno. Nuestra es la respuesta y suyo el acompañamiento hasta

nuestra paga bien asegurada y generosa”.

2. Jesucristo continúa hoy repitiéndonos: “Id al mundo entero y

proclamad el Evangelio a toda la creación” (Mc 16,15). Sigue invitándonos a

abrir las puertas a la Buena Noticia del Evangelio, para que penetre en los

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escenarios culturales, sociales, de la ciencia y la tecnología; de la economía, de

la política y de los medios de comunicación social. Nos envía por los pueblos y

ciudades, a las familias y otras instituciones, por las calles y plazas, siempre

abiertos al diálogo y tomando en serio a todos aunque se digan agnósticos o

ateos. Lejos de imponer, todo lo contrario, presentamos y somos portadores de

la verdad y de la paz, con el ejemplo por delante.

Este es el alcance y son los caminos de la Nueva Evangelización que la

Iglesia, a través del Espíritu, viene urgiéndonos en estos últimos años y en el

momento presente.

3. La profecía más fuerte y convincente para esta Nueva Evangelización

es, sin duda, el testimonio de vida y caridad de los discípulos de Cristo.

Las obras son más elocuentes que la oratoria y palabras, por eso es

fundamental que los cristianos para sembrar con eficacia comencemos por vivir

conforme a lo que decimos. Evangelizamos, ciertamente, por lo que somos,

antes que por lo que decimos.

Los signos hablan por sí mismos y hoy, como siempre, la ayuda práctica y

efectiva al lado de los que sufren, o el trabajo por la paz y la justicia, interrogan

y hasta penetra en quienes observan y se ven amados.

Nuestras vidas son la mejor carta de recomendación de la fe que

profesamos (cf. 2Cor 3,2-3) y la Nueva Evangelización pasa a través del

testimonio de una vida de amor.

4. Dentro del Pueblo de Dios la vida de consagración es un verdadero

don que enriquece a la Iglesia y, por tanto, a todos los fieles, incluidos nosotros.

La Iglesia de Jaén cuenta con cerca de cien comunidades de fieles

consagrados, en órdenes e institutos religiosos, sociedades de vida apostólica y

otros de vida activa. Sin ellos la tarea de evangelización en la Diócesis se vería

muy empobrecida en muchos niños, jóvenes, catequesis, enfermos y personas

especialmente necesitadas de nuestro apoyo y cercanía.

Hemos de destacarlo, agradecerlo y apoyarlo. Orar en esta jornada de

forma especial, para que todas estas familias religiosas se dejen también

evangelizar por la fuerza del Espíritu, en primer lugar, y sean para todos

estímulo y ejemplo de la realidad y misterio de nuestra Iglesia que precisa de

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testigos abnegados y con ideas claras sobre el alcance de nuestra vocación

cristiana, vocación de esperanza y resurrección, junto a Cristo, Nuestro Señor.

Nuestra felicitación y apoyo a los consagrados, con el ruego de que recen

por todos nosotros ante el Señor, para que seamos instrumentos eficaces, con

ellos, en la Nueva Evangelización.

Con mi saludo y bendición.

Ramón del Hoyo López Obispo de Jaén