CARTOGRAFIA SOCIAL DE LA COMUNIDAD...
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CARTOGRAFIA SOCIAL DE LA COMUNIDAD EMBERA DESPLAZADA
ASENTADA EN LA CIUDAD DE BOGOTÁ
LIZETH LORENA CABRERA BARRETO
TUTOR
OMAR ALBERTO GARZÓN
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN CIENCIAS
SOCIALES
2015
DEDICATORIA
Este trabajo de grado está dedicado a los indígenas Embera víctimas del conflicto
armado de nuestro país, especialmente a las familias Nemgarabe y Bitucay, quienes a pesar de
toda la violencia por la que han sido golpeados, siguen luchando incasablemente por el retorno
a sus territorios y obtener de nuevo la vida en comunidad de la cual fueron despojados.
A mi hijo Simón Elías Neira Cabrera, mi fuente de inspiración, mi felicidad y gran
motivación, con quien sacrificamos tiempo de juego para lograr la culminación de mis
estudios profesionales.
AGRADECIMIENTOS
Agradezco a todas las personas que contribuyeron en la realización de esta
investigación. En primer lugar a las familias Nemgarabe y Bitucay, indígenas Embera quienes
tuvieron la disposición para la realización de talleres y entrevistas, brindaron relatos y
experiencias construyeron conmigo la cartografía social. Del mismo modo a la profesora
Herminia Sánchez, sin su colaboración no hubiera sido posible el acceso al Alojamiento
Embera ubicado en Bogotá; a Jaime Roa Cantón, coordinador del alojamiento quien depositó
en mí toda la confianza para la realización de los talleres que hacían parte de la cartografía.
Agradezco a mi tutor Omar Alberto Garzón, por sus conocimientos, sus orientaciones,
su paciencia y su motivación que fueron fundamentales para mi formación como
investigadora; a mi familia Ivonne Barreto, Héctor Cabrera, Norbey Cabrera, Alexandra
Cabrera y a mi novio Luis Carlos Romero, fuente de apoyo constante e incondicional en toda
mi vida y sobre todo en mis años de carrera profesional. A todos ellos, de nuevo gracias.
NOTA ACLARATORIA
La monografía presentada a continuación fue realizada bajo la modalidad de trabajo grado
para obtener el título de Licenciada en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales, de
acuerdo al acuerdo 027 de diciembre 23 de 1.991 emanado por el Consejo Superior
Universitario de la Universidad Distrital.
Por tal razón, toda la información suministrada por las familias víctimas de la violencia
que se presenta a continuación tiene única y exclusivamente fines académicos, sin embargo,
para que esto fuera posible se realizaron acuerdos con el coordinador del alojamiento, el señor
Jaime Roa Cantón. Entre los acuerdos estaba prohibido tomar fotografías a las personas que
participarían en la construcción de la cartografía social y al establecimiento en el que habitan
actualmente las víctimas del conflicto armado. No obstante, en el trabajo de grado que se
presenta a continuación no se presentan fotografías propias, parte de ellas fueron donadas por
los autores y otras fueron descargadas de páginas de internet, por lo tanto, todas las fotografías
cuentan con sus respectivas fuentes. De la misma manera, los nombres de las víctimas con las
que se llevaron a cabo los talleres serán cambiados por la ley de víctimas que los protege.
Por mi parte, el compromiso se basó en la entrega del documento final al Alojamiento
Embera una vez terminado y a la vez sustentarlo ante el coordinador del establecimiento y a
los integrantes de Unidad de Víctimas.
Tabla de contenido INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................ 21
METODOLOGÍA ................................................................................................................................ 28
1. ANTECEDENTES ....................................................................................................................... 30
1.1 Desterritorialización ............................................................................................................... 36
1.2 Ubicación de los actores armados que inciden en el desplazamiento forzado en los
departamentos de Chocó y Risaralda ................................................................................................. 39
1.2.1 Chocó .............................................................................................................................. 39
1.2.2 Risaralda. ........................................................................................................................ 42
1.3 Comunidad Embera Catío ....................................................................................................... 44
1.3.1 Economía. ....................................................................................................................... 45
1.3.2 Organización Sociopolítica. ............................................................................................ 47
1.4 Comunidad Embera Chamí ..................................................................................................... 48
1.4.1 Economía ........................................................................................................................ 49
1.4.2 Organización sociopolítica. ............................................................................................ 51
2. RUTAS DEL DESPLAZAMIENTO DE LA COMUNIDAD EMBERA ASENTADA EN LA
CIUDAD DE BOGOTÁ ....................................................................................................................... 54
2.1 Migración y desplazamiento .................................................................................................. 54
2.2 Rutas del desplazamiento de la comunidad Embera Catío .................................................... 57
2.2.1 Alto Andágueda .............................................................................................................. 57
2.2.2 Familia Bitucay ............................................................................................................... 59
2.2.3 Despojo del territorio de Cascajero. ............................................................................... 65
2.3 Itinerarios del desplazamiento de la familia Bitucay ............................................................. 69
2.3.1 Primer desplazamiento. Llegada a Medellín. ................................................................. 69
2.3.2 Segundo desplazamiento. Llegada a Bogotá. ................................................................ 70
2.4 Rutas del desplazamiento de la Familia Nemgarabe. Embera Chamí ................................... 73
2.5 Paga-diarios del barrio San Bernardo de la localidad de Santa Fe. ....................................... 78
2.6 Alojamientos temporales creados por la Alcaldía Mayor de Bogotá ..................................... 87
3. POLÍTICAS DE RECONOCIMIENTO, PROTECCIÓN Y AYUDA A LOS INDÍGENAS
VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO. ..................................................................................... 99
3.1 Políticas nacionales ................................................................................................................ 99
3.1.1 Ley 387 de 1997. ............................................................................................................. 99
3.1.2 Sentencia T-025 de 2004. ............................................................................................. 102
3.1.3 Auto 004 de 2009. ........................................................................................................ 105
3.1.4 Ley 1448 de 2011. Ley de Víctimas y Restitución de Tierras.. ...................................... 108
3.1.5 Decreto 4633 de 2011. ................................................................................................. 111
3.2 Políticas Distritales ............................................................................................................... 114
3.2.1 Decreto 412 de 2011. ................................................................................................... 114
3.2.2 Decreto 437 de 2012.. .................................................................................................. 115
3.3 Procesos de retorno y reubicación de la Comunidad Embera .............................................. 115
3.3.1 De acuerdo a la ruta integral de atención, asistencia y reparación a las víctimas del
desplazamiento forzado ............................................................................................................... 116
3.3.2 De acuerdo a la ubicación de la víctima ....................................................................... 116
3.3.3 Reubicaciones ............................................................................................................... 117
CONCLUSIONES .............................................................................................................................. 122
GLOSARIO ........................................................................................................................................ 126
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................................ 127
TABLA DE MAPAS
Mapa 1. Mapa del territorio Embera. ..................................................................................................... 32
Mapa 2. Ubicación de los grupos armados en el Departamento del Chocó. .......................................... 40
Mapa 3.Municipios afectados por las acciones armadas en el año 2002. .............................................. 42
Mapa 4. Ubicación geográfica de la Comunidad Embera Catío. ............................................................ 44
Mapa 5. Municipio de Pueblo Rico con sus respectivas veredas. .......................................................... 48
Mapa 6. Municipios de Antioquia. ......................................................................................................... 49
Mapa 7. Resguardo de Cristianía, Antioquia. ........................................................................................ 49
Mapa 8. Resguardo Tahami. .................................................................................................................. 57
Mapa 9. Mapa social del territorio Cascajero. ........................................................................................ 59
Mapa 10. Mapa social del territorio Cascajero. Viviendas de los Embera Catío. .................................. 60
Mapa 11. Mapa social del territorio Cascajero. Zona de cultivos. ......................................................... 63
Mapa 12. Mapa social del territorio Cascajero. Zona de barequeo. ....................................................... 63
Mapa 13. Mapa social de los actores armados. ...................................................................................... 67
Mapa 14. Mapa social de Sierra Morena. ............................................................................................... 72
Mapa 15. Reconstrucción de las rutas del desplazamiento. ................................................................... 76
Mapa 16. Población en condición de desplazamiento. Localidad de Santa Fe. ..................................... 79
Mapa 17. Grupos étnicos por UPZ. Localidad de Santa Fe. .................................................................. 81
Mapa 18. Ubicación del segundo alojamiento. ...................................................................................... 89
TABLA DE FOTOGRAFIAS
Fotografía 1. Foto tomada en el departamento del Chocó. Embera Catío después de barequear. ......... 46
Fotografía 2. Foto tomada en el departamento del Chocó. Embera Catío después de barequear. ......... 47
Fotografía 3. Foto tomada en el departamento del Chocó. .................................................................... 60
Fotografía 4. Foto tomada en el departamento del Chocó. Embera Catío después de barquear. ........... 65
Fotografía 5. Collar de mostacillas checas elaborado por el señor Gabriel Bitucay. ............................. 77
Fotografía 6. Collar de mostacillas checas elaborado por el señor Gabriel Bitucay. ............................. 77
TABLA DE ENTREVISTAS
Entrevista 1 realizada a Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá. ...................... 45
Entrevista 2 realizada a Leonardo, Embera Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá ............................... 50
Entrevista 3 realizada a Leonardo, Embera Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá ............................... 51
Entrevista 4 realizada a Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá ....................... 62
Entrevista 5 realizada a Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá ....................... 62
Entrevista 6 realizada a Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá. ...................... 64
Entrevista 7 realizada a Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá ....................... 65
Entrevista 8 realizada a Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá ....................... 66
Entrevista 9 realizada a Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá ....................... 69
Entrevista 10 realizada a Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá ..................... 69
Entrevista 11 realizada a de Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá ................ 71
Entrevista 12 realizada a Leonardo. Embera Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá ............................. 74
Entrevista 13 realizada a Leonardo. Embera Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá ............................. 76
Entrevista 14 realizada a Leonardo. Embera Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá ............................. 78
Entrevista 15 realizada a Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá ..................... 83
Entrevista 16 realizada a Leonardo. Embera Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá ............................. 84
Entrevista 17 realizada a Leonardo. Embera Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá ............................. 85
Entrevista 18 realizada a Leonardo. Embera Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá ............................. 85
Entrevista 19 realizada a Rocío. Embera Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá ................................... 86
Entrevista 20 realizada a Leonardo y Rocío. Embera Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá ................ 86
Entrevista 21 realizada a Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá ..................... 88
Entrevista 22 realizada a Leonardo. Embera Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá ............................. 91
Entrevista 23 realizada a Leonardo y Rocío. Embera Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá ................ 95
Entrevista 24 realizada a Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá ..................... 96
"Nosotros los Embera desplazados de aquí de Bogotá
Les decimos a las entidades nacionales que
No es justo que estemos aquí,
No es justo este sufrimiento por tantos años,
Que siempre nos estén amenazando a la familia
Y que tengamos que volver a otros territorios y no al que nos ¡pertenecía!
Las entidades nacionales nos tienen que dar una solución
No queremos regresar a otro municipio porque nosotros
En el territorio éramos muy contentos trabajamos duro y feliz"
Palabras Embera Chamí en la presentación del trabajo “Territorio Embera”. Centro de
Memoria paz y reconciliación, 2014.
INTRODUCCIÓN
Actualmente los pueblos indígenas en Colombia se constituyen como sujetos
importantes en el desarrollo político del país como se puede reafirmar en la Constitución
Política de 1991 en donde se les asigna un lugar en la estructura estatal. De esta manera se
puede decir que en el país se les garantiza a los pueblos indígenas el mantenimiento y la
preservación de sus culturas1, pero la realidad evidencia todo lo contrario y el presente trabajo
de grado explora las consecuencias del conflicto armado por el cual los pueblos indígenas del
Pacífico como es el caso de la Comunidad Embera, se ven obligados a migrar a diferentes
zonas del país, en particular a Bogotá.
La investigación “Cartografía social de la comunidad Embera asentada en la ciudad de
Bogotá” se define entre el periodo de 1999 hasta 2014 por dos razones: los años 1999, 2003 y
2011 son los años con más altos índices de desplazamientos forzados de comunidades
indígenas registrados por la ONIC, y la segunda razón, la población con la que se realizó la
1 Artículo 7. El estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación Colombiana.
Artículo 63. Los bienes de uso público, los parques naturales, las tierras comunales de grupos étnicos, las tierras de resguardo, el patrimonio arqueológico de la Nación y los demás bienes que determine la ley, son inalienables, imprescriptibles e inembargables. Artículo 330. De conformidad con la Constitución y las leyes, los territorios indígenas estarán gobernados por consejos conformados y reglamentados según los usos y costumbres de sus comunidades y ejercerán las siguientes funciones:
1. Velar por la aplicación de las normas legales sobre usos del suelo y poblamiento de sus territorios. 2. Diseñar las políticas, los planes y programas de desarrollo económico y social dentro de su territorio, en
armonía con el Plan Nacional de Desarrollo. 3. Promover las inversiones públicas en sus territorios y velar por su debida ejecución. 4. Percibir y distribuir sus recursos. 5. Velar por la preservación de los recursos naturales. 6. Coordinar los programas y proyectos promovidos con las diferentes comunidades en su territorio. 7. Colaborar con el mantenimiento del orden público dentro de su territorio de acuerdo con las
instrucciones y disposiciones del Gobierno Nacional. 8. Representar a los territorios ante el Gobierno Nacional y las demás entidades a las cuales integren; y 9. Las que les señalen la Constitución y la ley. PÁRAGRAFO: La explotación de los recursos naturales en los territorios indígenas se hará sin desmedro de la integridad cultural, social y económica de las comunidades indígenas. En las decisiones que se adopten respecto de dicha explotación, el Gobierno propiciará la participación de los representantes de las respectivas comunidades.
cartografía social son víctimas del conflicto armado desde el año 1999 sufriendo múltiples
desplazamientos hasta la actualidad.
En el presente trabajo de grado se entiende la cartografía social como una metodología
participativa y colaborativa de investigación que invita a la reflexión, organización y acción
alrededor de un espacio físico y social específico. Como metodología de trabajo de campo y
como herramienta de investigación, se concibe a la cartografía social como técnica dialógica
(Fals Borda, 1987) que permite proponer, desde una perspectiva transdisciplinaria preguntas y
perspectivas críticas para abordar los conflictos sociales. A la vez, esta perspectiva de
cartografía permitió reconocer e incorporar los intereses y las posiciones de la comunidad y de
las organizaciones sociales (Offen, 2009).
La realización de este trabajo implicó retos metodológicos importantes porque los Embera
muchas veces no están dispuestos a participar en trabajos colaborativos, en algunos casos por
su situación como desplazados, otras veces porque no ven con buenos ojos la realización de
estudios sobre su comunidad. Pero, a pesar de las dificultades presentadas a lo largo de la
investigación, se logra la realización de la cartografía social con la familia Embera Catío
proveniente del caserío de Cascajero, ubicado en el resguardo Tahamí en el Alto Andágueda, a
cambio de ayuda en el proceso de lectoescritura de sus hijos Rodrigo y Mauricio Bitucay.
Ahora bien, en el mismo albergue tuve la oportunidad de conocer a la familia Chamí
Nemgarabe, con quienes se adelantaron entrevistas y conversaciones, y es a partir de estos
datos recogidos que se elabora una cartografía de las rutas de desplazamiento de la familia,
para esto, se debe destacar que la relación que se estableció con las familias Nemgarabe y
Bitucay se basó en mutua ayuda.
En relación con las fuentes consultadas para llevar a cabo el trabajo de grado, entre
ellas una revisión minuciosa de prensa, es importante señalar que la investigación indagó la
forma como se ha ejercido la violencia contra la población indígena Embera a tal punto de
producir no sólo desplazamientos masivos sino también altos índices de etnocidios en diversas
comunidades indígenas, al respecto se pueden describir dos casos específicamente: el sitio
donde ocurrieron los hechos de violencia étnica y los actores responsables de la acción.
En este sentido, para la realización de la cartografía, la categoría transversal es la
memoria, entendiéndola como una manifestación en la cual la comunidad Embera tiene un
pronunciamiento frente a la violencia y la impunidad, es decir, la memoria en el presente
trabajo de grado se toma como un instrumento con el cual se asume y se confronta el conflicto
para evidenciarlo públicamente con el fin de generar una conciencia del pasado, puesto que
muy pocos tienen conocimiento claro de los alcances, impactos y mecanismos del conflicto
armado en Colombia (Grupo de Memoria Histórica, 2013).
Ahora bien, por otra parte, se debe tener en cuenta que el desplazamiento forzado es un
fenómeno masivo de larga duración que está vinculado directamente con el control territorial,
lo cual evidencia la existencia de intereses políticos y económicos que propician el desalojo de
personas de sus territorios, en este punto se debe tener en cuenta que esta situación no sólo la
propician los actores armados como las FARC, el ELN y las Bandas Criminales, que se
formaron con el agrupamiento y rearme de los paramilitares desmovilizados, sino también por
sectores empresariales cultivadores de palma africana (Human Rights Everywhere (HREV),
2004) y empresas interesadas en la explotación de minerales. Como consecuencia, los
victimarios anteriormente mencionados exceptuando los sectores empresariales, han violado
de forma masiva los derechos humanos y han cometido constantes infracciones al Derecho
Internacional Humanitario, que por medio de una serie de normas regula la conducta de las
partes en una confrontación armada, con el propósito fundamental de garantizar la
supervivencia de la humanidad, y en el mismo sentido minimizar el sufrimiento de las
personas y las consecuencias derivadas de los conflictos armados (Cruz Roja Colombiana,
2014). De esta manera el DIH limita los efectos adversos de los conflictos armados mediante
la protección de las personas que no participan o que han dejado de participar en las
hostilidades y mediante la limitación de los métodos y medios de hacer la guerra.
A pesar que Colombia cuenta con la ley 387 de 1997 por la cual se adoptan las
medidas para la prevención del desplazamiento forzado, la atención, la protección,
consolidación y estabilización socioeconómica de los desplazados internos por la violencia, el
cumplimiento de ésta no ha sido suficiente, por esta razón en el 2004 la Corte Constitucional
declaró “El estado de cosas inconstitucionales” (ACNUR, 2004, pág. 54) en materia de
política pública sobre el desplazamiento por medio de la sentencia T-025 de 2004 (Corte
Constitucional, 2004) asumiendo la realización de los derechos y el fin de la política estatal. A
través de este fallo, la corte emitió órdenes precisas y prioritarias para que se superaran las
deficiencias en la capacidad y respuesta del Sistema de Atención Integral a la Población
Desplazada, además también reveló la necesidad de una atención prioritaria por parte de las
entidades nacionales con la cooperación internacional que permita a las víctimas un auto
sostenimiento y no depender de enfoques de emergencia.
Sobre las bases expuestas anteriormente, la descripción histórica, cultural, social,
económica y política de los pueblos Embera Catío y Embera Chamí que se presenta a
continuación tiene la finalidad de mostrar el “espacio natural” del cual provienen los Embera
que se vienen asentando en el espacio urbano de Bogotá, como resultado de procesos de
desplazamiento y marginación agenciados por la explotación minera y el despojo de los
territorios ancestrales. De esta manera, el proceso migratorio de los indígenas Embera y la
construcción paralela de nuevos entornos y nuevas sociedades, son analizadas en este trabajo
de grado que tiene como pregunta de investigación ¿Cuáles son los procesos de organización,
los conflictos y las tensiones que caracterizan los procesos de asentamiento de la población
Embera en la ciudad de Bogotá? desde las transformaciones culturales promovidas por la
comunidad que actualmente con el asentamiento masivo en la ciudad, están cambiantes entre
lo indígena y lo mestizo, entre sus creencias propias y lo católico, entre lo tradicional y lo
moderno. De esta manera el objetivo general es analizar los procesos de organización, los
conflictos y las tensiones de los pueblos Embera en la localidad de Mártires, para lo cual se
elabora una cartografía social con la comunidad Embera desplazada, asentada en esta
localidad.
En concordancia, esta monografía utiliza categorías transversales para su análisis
basadas en autores como Marc Augé, Elizabeth Jelin, Lina Marcela Gonzáles, Flor Edilma
Osorio, Stuart Hall, Michael Pollak y Paul Ricoeur, entre otros, para mostrar los cambios más
drásticos que ha presentado la comunidad indígena en sus formas de vida al asentarse en la
capital desarticulando las prácticas ancestrales que realizaban habitualmente en su territorio.
De tal modo el primer capítulo hará referencia al conflicto armado interno colombiano
como generador del desplazamiento forzado, se hará énfasis en los principales actores
armados en los departamentos del Chocó y Risaralda (departamentos donde originalmente
vivía la comunidad Embera), quiénes son los Embera, su localización en el territorio y los
procesos identitarios que se mantienen o se modifican como consecuencia del desplazamiento
masivo.
El segundo capítulo comprende la cartografía social realizada en el Alojamiento
Embera ubicado en la localidad de Mártires, la cual está dirigida a la identificación de las
razones de la migración hacia Bogotá. En este capítulo, interesa en primer lugar, determinar
los patrones migratorios de la población adulta, enfocando la migración en una sola etapa o en
varios tipos de migraciones múltiples según corresponda. En segundo lugar, interesa describir
de forma exhaustiva el proceso migratorio (condiciones de la comunidad Embera en su origen,
contexto social de la migración y situación al llegar a la ciudad) de esta manera, evidenciar los
problemas y las desventajas de los migrantes en la ciudad reflejando las fronteras que ellos
mismos han trazado a nivel local y nacional. Además, la cartografía social que se elaboró con
la comunidad, permitió realizar un ejercicio de auto reconocimiento a nivel familiar y
comunitario, con el que se desarrolló un análisis de la realidad como víctima del conflicto
armado en el que se efectuó una revisión de las estrategias de protección que los han
favorecido hasta la actualidad, reconociendo sus derechos fundamentales como pueblos
étnicos y el poco acompañamiento por parte del Estado en materia de salud, educación y
servicios públicos, del mismo modo se logró la verificación de los hechos denunciados por la
comunidad frente a los altos niveles de vulnerabilidad y exclusión social que afrontan los
Embera en los departamentos del Chocó y Risaralda.
En este sentido, en el trabajo de campo se dividió en dos períodos, el primero se realizó
en el mes de Diciembre de 2013 en el departamento del Chocó, donde se comprobó los bajos
recursos en los que reside la comunidad Catío, y el segundo periodo se llevó a cabo en los
meses de Febrero – Agosto de 2014 en el Alojamiento Embera Catío-Chamí, donde se
realizaron visitas los días miércoles y viernes de 9:00 – 11:00 am. Para el ingreso al
alojamiento fue necesario contar con un permiso especial de la Universidad Distrital y con una
carta de recomendación de la profesora Herminia Sánchez, con quien se llevó a cabo las
prácticas pedagógicas con los niños Embera del aula procesos básicos del Liceo Agustín Nieto
Caballero, el permiso fue concedido ya que los niños con los que se realizó el proyecto
pedagógico eran hijos de los residentes del Alojamiento, en otras palabras, el permiso fue
concedido ya que los niños me reconocían como una de sus profesoras del colegio.
En estas visitas se realizaron entrevistas y se llevaron a cabo los talleres para la
construcción cartográfica con dos familias, una familia Embera Catío y una familia Embera
Chamí, lo que permitió arribar a conclusiones más certeras sobre las características
demográficas y sociales de los migrantes, su adaptación a la ciudad y socialización urbana, sus
orígenes ecológicos y socioeconómicos, y su inserción en la estructura ocupacional y
residencial en la ciudad de Bogotá. En tercer lugar y para finalizar este segundo capítulo, se
evidencian los aportes que han hecho las entidades nacionales como la Alcaldía Mayor de
Bogotá, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que trabaja en la implementación de
programas de salud pública y en la realización de proyectos de rehabilitación de zonas de
conflicto y la Asociación Cristiana Nuevo Nacimiento para la creación y ubicación de los
diferentes alojamientos en Bogotá.
Para finalizar, el tercer capítulo comprende una revisión de las políticas públicas a
partir de la ley 387 de 1997 y la explicación de los distintos programas adelantados por las
entidades estatales que protegen a las comunidades desplazadas, realizando un análisis crítico
de sus políticas y planes de atención a estas poblaciones.
Se debe tener en cuenta que el trabajo titulado “CARTOGRAFIA SOCIAL DE LA
COMUNIDAD EMBERA DESPLAZADA ASENTADA EN LA CIUDAD DE BOGOTÁ” es
el trabajo de grado para obtener el título de licenciada en educación básica con énfasis en
ciencias sociales, de acuerdo al acuerdo 027 de diciembre 23 de 1991 emanado por el Consejo
Superior Universitario de la Universidad Distrital
METODOLOGÍA
Este trabajo de grado en su desarrollo metodológico se enfoca en la investigación
etnográfica y estudios de caso de dos familias Embera, por lo tanto se emplea el método de la
participación directa, la observación de las prácticas que mantiene la comunidad en la ciudad y
la interrogación a los integrantes de las familias, proceso que se llevó a cabo durante 9 meses
de trabajo de campo entre el departamento del Chocó y el alojamiento Embera ubicado en la
localidad de Mártires en Bogotá.
La etnografía según Rodríguez Gómez, es el método de investigación por el que se
aprende el modo de vida de una población concreta, donde la descripción se hace desde el
punto de vista de las personas que en ella participan realizando una aproximación a su
situación social (Gómez, Flores, & Jiménez, 1996). De tal modo, Spradley en su trabajo
“observación participante” hace una distinción entre la macro-etnografía; que focaliza el
interés del estudio en múltiples comunidades y la micro-etnografía; que focaliza el trabajo de
campo a través de la observación de una sola población en una o varias situaciones sociales
(Spradley) a la cual pertenece este trabajo de grado.
En este sentido, para la elaboración de la cartografía social de la comunidad Embera
asentada en la ciudad de Bogotá, se emplearon instrumentos propios de la investigación
etnográfica como la observación participante, entrevistas abierta/cerrada y la intervención en
las prácticas propias de la comunidad. Pero, del mismo modo se utilizaron instrumentos
propios de la cartografía como los mapas, talleres, narración de experiencias pasadas y el
trabajo en equipo. Por lo tanto, para el registro de toda la información se acudió a los diarios
de campo, transcripción de las entrevistas realizadas, registros fotográficos y análisis de los
mapas realizados por una de las familias.
Por consiguiente, la cartografía social es una propuesta metodológica que permite
visualizar quienes eran, quienes son, que han perdido, que tienen, que han cambiado y que
quieren los indígenas, por medio de mapas donde se evidencian las relaciones sociales,
económicas, familiares, culturales, conflictivas y las diferentes experiencias vividas de los
participantes que permiten la comprensión de diferentes problemáticas a las que se afrontan.
Por lo tanto, esta herramienta posibilita la construcción del conocimiento a partir de procesos
de relación, convivencia e intercambio de saberes con otras personas, donde se realiza un
acercamiento al espacio geográfico, socio-económico e histórico-cultural de la población con
la que se lleva a cabo la investigación.
En este sentido, los mapas realizados con la familia Embera Catío en los que
representan su pasado, se abarcó la economía, las relaciones que mantenían con la comunidad
y la vecindad, y los conflictos que presentaron en el territorio y en la ciudad, para lo cual se
utilizaron convenciones con los colores respectivos a cada situación planteada.
Sin embargo, la familia Embera Chamí no participó en la elaboración de mapas, pero si
en los talleres de discusión y entrevistas, razón por la cual se elaboró la ruta de
desplazamientos utilizando flash como herramienta tecnológica que permite compartir las
memorias del trabajo colectivo en ambientes digitales, ya que aumenta la portabilidad de éste
y ofrece más ayudas visuales para su socialización a diferentes públicos, el cual se anexará en
un cd en la entrega del trabajo final.
1. ANTECEDENTES
Aunque el desplazamiento de la comunidad Embera se remonta a la época del régimen
español (Vargas y López), esta monografía se centra en analizar el periodo comprendido entre
1999 hasta el 2014. Por esta razón se debe tener en cuenta, que las migraciones de la
comunidad Embera se divide en tres etapas históricamente: la primera abarca la década de
1970 con la llegada de grandes proyectos de extracción del oro en la zona del rio Andágueda;
la segunda etapa se concentra en las décadas de 1980 a 1990 con el posicionamiento de las
guerrillas del EPL, las FARC y el ELN, y finalmente la década del 2000 con el presencia de
grupos de autodefensa, quienes se movilizaron desde el Urabá antioqueño hacia el Chocó y
Risaralda (ICBF, 2009).
Por consiguiente, para poder analizar el desplazamiento forzado en Colombia, es
necesario conocer las diferentes causas que las comunidades vulnerables tienen para tomar la
decisión de migrar de su territorio, en este sentido, el factor principal y el más influyente es la
presencia de actores armados ilegales que realizan operaciones contrainsurgentes,
reclutamiento de indígenas en sus filas militares y actividades de cultivos ilícitos; otro factor
son las múltiples denuncias por la violencia por parte de la fuerza pública quienes realizan
detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas, lo cual transforma los territorios en
escenarios de guerra obligando a las comunidades desplazarse hacia centros urbanos como
Bogotá, Cali, Medellín y Pereira. Por eso es necesario tener en cuenta que la apropiación de
tierra ha sido motor del origen y el mantenimiento del conflicto armado en el país, lo que
demuestra que la guerra ha girado en mayor medida en el campo, en los caseríos, veredas y
municipios lejanos de las grandes ciudades.
Ahora bien, los conflictos en la zona del Chocó están relacionados con varias
dinámicas; inicialmente por el narcotráfico, pues esta región se convirtió en una de las rutas
predilectas para la entrada y salida de estupefacientes desde el Bajo Baudó hacia el Golfo de
Urabá, donde desemboca el rio Atrato. En segundo lugar la explotación minera, ya que en la
zona se lleva a cabo la minería artesanal y la minería a mediana escala en su gran mayoría
informal e ilegal, y con el auge de ésta última han llegado comerciantes de Antioquia, quienes
han llevado consigo la maquinaria capaz de extraer oro en mayores cantidades como las
retroexcavadoras, planchones, dragas y monitores. Por estas razones principalmente, la
comunidad Embera ha sido el grupo étnico con mayor índice de desplazamiento debido a la
ubicación estratégica de sus comunidades como lo muestra el Mapa 1, pues sus territorios
cuentan con una gran biodiversidad y grandes reservas de oro, cobre, zinc y platino, minerales
que están siendo explotados de forma masiva por los diferentes actores armados que se
encuentran en los departamentos de Chocó y Risaralda produciendo no solo problemas de
desterritorialización sino también problemas ecológicos de gran impacto, como por ejemplo la
deforestación de extensas áreas selváticas, desviación del cauce natural de los ríos, deterioro
de los ecosistemas y contaminación de las fuentes hidrográficas.
Mapa 1. Mapa del territorio Embera.
Tomado de Pineda y Gutiérrez (1999)
Con la entrada de los paramilitares en el año 1999 en estos departamentos se efectúan
múltiples combates en territorios ancestrales entre estos grupos y las guerrillas de las FARC y
el ELN, produciendo un desplazamiento masivo de la comunidad Embera generando un
problema de “desterritorialización” que no solo interrumpe los proyectos que abarca cada
comunidad en su territorio dejando a un lado sus tradiciones culturales sino que también hace
una ruptura total de sus vínculos emocionales, físicos, espirituales y comerciales que tenían
con su entorno, a partir de los cuales crean su identidad y construyen sus proyectos de vida
que con el desplazamiento se ven interrumpidos, por esta razón, sus valores y tradiciones
quedan suspendidos porque deben enfrentarse a un contexto totalmente ajeno, donde la lengua,
la alimentación y las costumbres entre otros muchos factores son totalmente desconocidos, lo
cual acentúa un desarraigo.
Para el año 2001, los grupos paramilitares intensifican actos de hostigamiento y
persecución en contra de los indígenas Embera provocando incendios de caseríos, secuestros y
desapariciones forzadas, confinamientos, amenazas de muerte por supuestas ayudas a la
guerrilla y reclutamiento de niños, niñas y jóvenes. Según el informe “Situación de derechos
humanos del pueblo indígena Embera Chamí de Caldas” realizado por la Campaña Nacional e
Internacional por el derecho a defender los derechos humanos en Colombia, en este año se
efectúa por parte de las Autodefensas Unidas de Colombia la masacre de la comunidad La
Rueda, perteneciente al Resguardo indígena Cañamomo y Lomaprieta en la región de Caldas,
la cual se lleva a cabo el 24 de noviembre de 2001, cuando un grupo de hombres armados que
portaban uniformes camuflados y brazaletes de las AUC realizan un control de identidad entre
los pobladores y tras identificar a los líderes indígenas, los asesinan. De igual manera, hacen
desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y torturas como métodos de intimidación. Por
estos hechos aproximadamente 250 indígenas se vieron obligados a desplazarse (Campaña
Nacional e Internacional por el derecho a defender los derechos humanos en Colombia, 2010).
Durante el periodo presidencial de Álvaro Uribe Vélez, el despojo de tierras se agudizó
por parte no solo de los actores armados anteriormente mencionados, sino también por grupos
económicos e industriales interesados en el control territorial, lo que conllevó al
desplazamiento forzado de las comunidades Embera Catío y Embera Chamí debido a las
amenazas directas e indirectas, masacres, asesinatos de familiares y vecinos, combates y
reclutamiento forzado durante sus ocho años de gobierno.
De igual manera para el año 2013 se presentan enfrentamientos entre el ELN y los
grupos post desmovilización de las AUC, por el dominio del territorio del Bajo Baudó y Pie de
Pató en el cual está posicionado el ELN en los últimos años. Estos enfrentamientos
ocasionaron el desplazamiento de 11 familias y el confinamiento de 300 personas que habitan
en el municipio de Pie de Pató debido a la prohibición de la movilización fluvial (ONIC,
Autoridad Nacional de Gobierno Indígena, 2014). Estos hechos persisten hasta el año 2014,
ante la presencia y amenazas de las Autodefensas Gaitanistas contra la población indígena del
municipio del Alto Baudó, por las cuales se desplazan forzadamente alrededor de 400 familias
hacia Quibdó y el Medio Baudó, en busca de soluciones efectivas (ONIC, Autoridad Nacional
de Gobierno Indígena, 2014).
En este punto es necesario reiterar que las actividades de los grupos paramilitares y
post paramilitares2 en los últimos 15 años han cometido infracciones al Derecho Internacional
Humanitario en relación a: primero, atentados contra la vida, la libertad y la integridad física
de la población civil, en cuanto a las desapariciones forzadas y los homicidios selectivos a los
2 Se denomina grupos post paramilitares a las agrupaciones con participación de antiguos miembros de las
Autodefensas de Colombia, como por ejemplo Los Rastrojos, Los Urabeños y Las Águilas Negras.
líderes indígenas; segundo, afectación de la población civil como consecuencia de acciones
bélicas con los enfrentamientos en los territorios ancestrales; tercero, la utilización de medios
y métodos para generar terror e intimidación en la población civil, referente a las amenazas y
los hostigamientos en contra de la comunidad; cuarto, el desplazamiento forzado de la
población civil y finalmente, el reclutamiento de menores de edad a las filas militares.
No obstante, los combates entre los actores armados anteriormente mencionados no es
el único factor por el cual los indígenas de la comunidad se han visto obligados a salir de su
territorio, según la Defensoría del Pueblo, los desplazamientos también son producidos por
importantes megaproyectos agrícolas o de explotación minera en zonas habitadas por los
grupos étnicos. Esta situación ha sido de gran influencia para la venta de territorios bajo el
interés de la producción a gran escala (Defensoria del Pueblo, 2014), tal es el caso de la
hidroeléctrica de Urrá también conocido como “Proyecto Río Sinú” (Comisión Colombiana de
Juristas, 2013), que se construyó para mejorar el flujo de energía en las Costa Caribe
Colombiana, la cual se concibió en 1951, pero se definió en 1971 con la contratación de la
Interconexión Eléctrica S.A, pero es en 1982 que el proyecto es entregado a la Corporación
Regional de Energía Eléctrica de la Costa Atlántica, la cual a su vez contrató a la Compañía
rusa “V.O. Energomachexport” para el diseño, suministro y montaje del equipo hidroeléctrico.
Posteriormente, en 1992 el Gobierno Colombiano declara el área como “utilidad pública e
interés social” ubicando el progreso nacional por encima de la cosmovisión y costumbres de
los pueblos indígenas allí asentados, por lo tanto, una vez constituida la Empresa
Multipropósito Urrá S.A, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible le autorizó la
licencia ambiental para la construcción final del proyecto, razón por la cual se inicia el desvío
del rio Sinú y en 1996 se procede al llenado y hacia el 2000 ya estaba en pleno funcionamiento
(Comisión Colombiana de Juristas, 2013).
En este aspecto, Efraín Jaramillo Jaramillo afirma que en la construcción de la
hidroeléctrica de Urrá hubo participación de las Autodefensas de Colombia, quienes tomaron
como objetivo militar a la comunidad Embera Catío. Pero, esta construcción se vio seriamente
afectada por la sentencia T-652 de 1998 de la Corte Constitucional que obligó a los dueños de
la hidroeléctrica a detener el llenado del embalse y el trámite de la consulta previa con las
comunidades además de estipular que cada miembro, de manera individual, debía ser
indemnizado durante veinte años, tiempo considerado prudente por la Corte para que los
indígenas se adaptaran a su nueva forma de vida (Corte Constitucional, 1998), lo cual produjo
dos consecuencias, por un lado retrasos y sobrecostos en la construcción y por otro lado, se
legitimó el desarraigo a la tierra y el abandono de las formas tradicionales de la comunidad
Embera Catío (Jaramillo, 2011).
En resumen, a pesar de que el desplazamiento de la comunidad Embera se remonta
desde la época del régimen español, se mantiene hasta la actualidad por la presencia de
diferentes grupos armados en sus territorios, el posicionamiento de empresas cultivadores de
palma de cera y la explotación minera ilegal a pequeña y mediana escala, razones que obliga a
los indígenas a salir de sus respectivos territorios. Sin embargo, estos no son los únicos
factores por los cuales los indígenas abandonan sus tierras, pues el despojo se intensifica por el
interés de algunos grupos económicos e industriales en llevar a cabo mega construcciones, tal
es el caso de la hidroeléctrica de Urrá que se encuentra en funcionamiento desde el año 2000
produciendo una migración masiva de indígenas Embera hacia las grandes ciudades del país.
1.1 Desterritorialización
Para poder hablar de la desterritorialización a la que han sido expuestas las diferentes
comunidades étnicas en el país, es necesario abarcar la categoría territorio, entendiéndola
como un referente de ubicación social y, por tanto, un referente para el comportamiento en las
relaciones con los demás, en cada instante de la vida (Ardila, 2006). Pero siguiendo a Michael
Taussing, quien sostiene que existe una geografía de la conciencia en la cual, las relaciones
sociales son como paisajes donde se conjugan emociones y sensaciones de los seres humanos
que habitan en determinados territorios (Taussing, 2012), se puede inferir, que el territorio si
cuenta con un espacio físico que lo representa el cual permite la ubicación de los individuos
que habitan en él, pero, sobre todo es el lugar en el cual se instala la memoria de una cultura,
lo que quiere decir, que la memoria social está aferrada al espacio social. (Gnecco &
Zambrano, 2000)
Al respecto, conviene decir que las víctimas del conflicto armado sufren bruscos
cambios culturales como consecuencia de las diferentes dinámicas de violencia a las que han
sido expuestos. En este sentido, el cambio más impactante es la reconfiguración del universo
simbólico teniendo en cuenta la temporalidad de la sociedad urbana en la que buscan refugio,
al mismo tiempo el cambio en los modos de apropiación y concepción del territorio, situación
que los obliga a reconstruir su relación con la naturaleza y con las personas que los rodean
involucrando las nuevas estrategias aprendidas durante el desplazamiento con las
concepciones tradicionales para lograr la adaptación en los centros urbanos.
Cabe señalar que “la noción de territorio indígena no es algo constitutivo de las
cosmovisiones e identidades étnicas, no estaba en la naturaleza de los pueblos determinar un
territorio para definir los espacios de su ser social y establecer relaciones o diferencias con
otros pueblos” es verdad que se “identificaban sitios de cacería y de cultivos como propios…
y aunque tenían sitios de origen, que consideraban sagrados, estos sitios no conformaban por
sí solos la noción de territorio, tal como lo entendemos hoy” (ONIC & Biogeográfico,
Territorios indígenas, identidad cultural y resistencia., 2002).
De lo anterior se entiende que el territorio para una comunidad indígena es el lugar que
les fue dado desde el origen, el que sustenta la convivencia y donde están las normas que
como cultura deben cumplir, de igual manera, éste toma sentido en la medida que se encuentra
relacionado con una cultura de un pueblo indígena que por tradición lo ha habitado. El
territorio son las leyes y los símbolos que especifican e identifican a una cultura que a la vez
está mantenido por las actividades propias de la vida cotidiana que permiten reproducir su
cultura.
Ahora bien, desde la perspectiva indígena, el territorio es definido desde dos ámbitos:
el socio-cultural y el jurídico-político. Desde el ámbito socio-cultural el territorio es concebido
como un espacio vital para la comunidad y desde la perspectiva jurídico-política, el territorio
es una propiedad privada colectiva, definida por la Constitución Política como entidad
territorial que goza de autonomía para la gestión de sus intereses (Constitución Política de
Colombia, 1991). En este sentido, es necesario destacar que los territorios indígenas fueron
definidos en el decreto 2164 de 1995 como “… Áreas poseídas en forma regular y permanente
por una comunidad, parcialidad o grupo indígena y aquellas que, aunque no se encuentren
poseídas en esa forma constituyen el ámbito tradicional de sus actividades sociales,
económicas y culturales” (Decreto 2164 de 1995), lo que demuestra la capacidad de
autonomía que tienen los territorios indígenas respecto a sus gobiernos con autoridades
propias y la administración de recursos.
De igual manera, el territorio es definido como base y fundamento para la existencia de
los pueblos indígenas, la tierra es concebida como madre de una cultura propia ya que en ella
se plantea la cosmovisión.
“La mayor parte de tales sociedades piensa su relación con la tierra como un lazo vital del
cual depende su propia existencia. Si esta relación ancestral se rompe, la sociedad está
condenada a desaparecer. Incluso, es posible que tal ruptura implique aun el
trastrocamiento del mundo, su destrucción. Precisando, afirmamos que el indígena lucha
por su tierra aquella que basa y fundamenta su comunidad, tanto en su pasado y presente
como en su existencia futura. Dirige sus fuerzas a la defensa de un territorio que es
mucho más que un medio de producción, y cuyo papel para la vida…rebasa con mucho
las fronteras de lo económico... También en las sociedades indígenas el territorio es algo
que va más allá del espacio geográfico que ocupan, abarcando el conjunto de muy
diversas relaciones mediante las cuales se apropian, utilizan y piensan dicho espacio,
socializándolo” (Luis Guillermo Vasco Uribe, 2002)
En el caso de los pueblos indígenas, cuando se habla de territorio:
“No se trata de tener acceso a una porción de terreno para trabajar y producir… sino de
poder establecer con ese espacio las relaciones que lo configuran como territorio de una
sociedad particular, permitiendo, al mismo tiempo, la continuidad de su existencia como
sociedad específica. Esto nos conduce a otro aspecto, quizá el más característico, de la
relación entre las sociedades indias y su espacio: la manera como éste se concibe, se
piensa” (Luis Guillermo Vasco Uribe, 2002)
1.2 Ubicación de los actores armados que inciden en el desplazamiento forzado en los
departamentos de Chocó y Risaralda
1.2.1 Chocó. Como se puede evidenciar en el Mapa 2, en el departamento del Chocó
son varios los grupos armados que ejercen el control territorial, razón por la cual se
constituyen diferentes escenarios de guerra contra determinados territorios según los intereses
particulares.
Mapa 2. Ubicación de los grupos armados en el Departamento del Chocó.
Fuente: Concejo de Autoridades Asociación Orewa. Asociación de Cabildos Indígenas Embera, Wounaan, Catío, Chamí y
Tule del Departamento del Chocó.
Actualmente en el departamento opera el Batallón de Infantería No. 12, Alfonso
Manosalva Flórez, la Fuerza de Tarea del Darién, la Fuerza de Tarea del Atrato, las Brigadas
III, XV y XVII y los Batallones de Contraguerrillas No. 100 y 101 del Ejército Nacional, y el
Comando de Infantería de Marina del Pacífico, de la Armada Nacional. (CINEP, 2011)
Así mismo, las FARC disponen del Bloque Noroccidental “Iván Ríos” con sus frentes 57 y
34, ubicados principalmente en el Bajo Atrato y el Darién Caribe, algunas zonas del Medio
Atrato y el litoral Pacífico Norte; la compañía “Aurelio Rodríguez” quienes se sitúan en el
Medio y el Alto Atrato y las partes alta, media y baja de los ríos San Juan y Baudó y el Bloque
Móvil “Arturo Ruiz” que se encuentra asentado en las partes media y baja del río San Juan y
en los límites de Chocó, Risaralda y el norte del Valle del Cauca. (CINEP, 2011)
De la misma manera, el ELN dispone del Frente de Guerra Occidental, integrado por los
frentes Manuel Hernández ‘El Boche’, Cacique Calarcá, Ernesto ‘Che’ Guevara y Resistencia
Cimarrón, así como de la Compañía de Tropas Especiales “Omar Salgado”. Sus acciones se
concentran en el Medio y el Alto Atrato, la parte media y baja del río San Juan, la parte alta,
media y baja del río Baudó y los límites entre Chocó y Risaralda. (CINEP, 2011)
Finalmente, las Bandas Criminales o los paramilitares tienen presencia en las 30 cabeceras
municipales del departamento; entre las cuales se destacan las Águilas Negras por hacer un
control sociopolítico en 19 municipios, Los Rastrojos controlan 18; Renacer cuenta con
ejércitos en 10; Los Urabeños, disponen de 6 y La Oficina de Envigado, que junto con Los
Paisas afecta a 4 municipios. El territorio que concentra la mayor cantidad de estas bandas es
Bahía Solano (Águilas Negras, La Oficina de Envigado, Los Urabeños, Los Paisas y Los
Rastrojos), seguida por Quibdó (Águilas Negras, Renacer, Los Urabeños y Los Rastrojos);
Istmina y los municipios del Alto, Medio y Bajo Baudó son territorios de las Águilas Negras,
Los Rastrojos y Renacer. (CINEP, 2011)
Las afirmaciones anteriores demuestran la lucha territorial que enfrentan los diferentes
actores armados asentados en el departamento, por esta razón sus disputas se centran en el
control de la ruta de entrada y salida de estupefacientes y el tráfico de armas. Ahora bien, estos
mismos grupos armados legales e ilegales conforman alianzas con algunos sectores privados
para hacer explotación de recursos minerales de forma clandestina en áreas protegidas y
territorios étnicos ocasionando homicidios, desapariciones, despojos de tierras y
desplazamiento forzado de indígenas y afrodescendientes. Por lo tanto, esta situación además
de generar un alto impacto a nivel nacional deteriora también la economía local, profundiza la
pobreza e impide la llegada de contribuciones institucionales y sociales a las víctimas debido
al control de vías, de comunicación y transporte existente.
1.2.2 Risaralda.
Mapa 3.Municipios afectados por las acciones armadas en el año 2002.
Fuente: Banco de Datos Noche y Niebla y el Observatorio del Programa Presidencial de la Vicepresidencia de la República.
En el Mapa 3, se evidencian los municipios afectados por las acciones armadas en el año
2002, presentando el color rojo la guerrilla y el color verde las Bandas Criminales, de tal
manera que la mayor intensidad se presenta en las zonas rurales, como es el caso de Viterbo,
Quinchia, Riosucio Palestina y parte de Mistrató y Pueblo Rico, asentamientos de la
comunidad Embera Chamí, razones por las cuales se vieron obligados a salir de sus territorios
en busca de ayuda humanitaria. La razón principal de la presencia de actores armados ilegales
en este departamento está relacionada con las actividades de narcotráfico, puesto que
Risaralda tiene una ubicación estratégica que permite la comunicación del centro del país con
el Occidente, el Centro y el Sur y al limitar con el Chocó se forma un corredor de salida al mar
que permite el tráfico de armas y la salida de droga.
Desde el año 2008 líderes sociales y comunitarios, diferentes organizaciones sociales,
defensores de los derechos humanos y medios de comunicación alternativa han denunciado la
reorganización de grupos provenientes de las Autodefensas de Colombia conocidos como Los
Rastrojos, Los Machos, Los Urabeños, La Cordillera y Los Rolos; sin embargo, frente las
múltiples denuncias y las evidencias que con ello presentan, el Estado no los ha reconocido
como agrupaciones post paramilitares sino como “Bandas Criminales”.
“La agrupación Cordillera, que hace presencia en Risaralda tiene estrecha relación con las
desmovilizaciones que se llevaron a cabo en la región, al parecer tiene participación de
antiguos miembros del frente Héroes y Mártires de Guática y no se descarta que esté
involucrado Wilber Varela, alias Jabón o que hagan parte otras expresiones, unas con
especial fuerza en el oriente colombiano, derivada de lo que fue el Bloque Centauros, y
otras más en la costa caribe, pertenecientes a lo que fue el Bloque Norte. Se la relaciona
principalmente con los expendios de droga locales y con otros negocios legales, en los
que utilizan métodos ilegales. Además se registra presencia de las Águilas Negras”
(Fundación Seguridad y Democracia, 2008) .
Por otro lado, las FARC opera con el frente 47 en límites entre Caldas y Chocó; el frente
“Aurelio Rodríguez” en la zona norte en límites con Chocó, Caldas y Antioquia y la columna
“Jacobo Arenas” en las áreas urbanas (Observatorio de Democracia de la Misión de
Observación Electoral, 2007). De igual manera, el ELN tiene presencia a través de los frentes
“Cacique Calarcá” y “Ernesto Che Guevara” en el oriente del departamento, y una presencia
ocasional del núcleo urbano “Marta Elena Barón” en Pereira (Observatorio de Democracia de
la Misión de Observación Electoral, 2007).
Por dichas razones, se logra entender la disputa existente en Risaralda, que de igual
manera se logra fusionar con los conflictos territoriales con el departamento del Chocó lo cual
tiene como resultado el desplazamiento de la población civil y en un mayor índice el
desplazamiento de la comunidad Embera Chamí y Embera Catío.
1.3 Comunidad Embera Catío
Mapa 4. Ubicación geográfica de la Comunidad Embera Catío.
Fuente: Página web Grupo aborigen Embera. Ubicación geográfica Embera Catío, Embera Chamí.
Como se puede observar en el Mapa 4, la comunidad Embera Catío se ubica en el
departamento de Antioquia, en los municipios de Jardín, Valparaíso, Bolívar, Frontino,
Murindó y Córdoba; en el departamento de Chocó habitan los municipios del Baudó, Bagadó,
Alto Atrato, Bojayá, Andágueda y San Juan; finalmente en el departamento de Córdoba
asientan los municipios del Alto del rio Sinú y San Jorge.
1.3.1 Economía. Las principales actividades económicas de la comunidad Embera
Catío son la agricultura itinerante, en la cual cuentan con parcelas de plátano, maíz, caña de
azúcar y chontaduro principalmente, la pesca, la caza, la recolección de frutos y eventualmente
el barequeo.
Teniendo en cuenta las entrevistas realizadas en el alojamiento Embera de Bogotá y el
trabajo de campo realizado en diciembre de 2013 en el departamento del Chocó, se puede
evidenciar la participación de los indígenas Embera en la extracción manual del oro, conocido
como barequeo.
“…Cuando yo estaba en el territorio sembraba caña mucho y hacíamos trapiche, se hacia
el trapiche con el palo y agua de panela, cuando está listo se toma todo, se toma caldo de
pescado, caldo de animales, de pájaro de monte, de curre y caldo de venado. Primero se
sembraban los cultivos, se limpiaban, se sembraba maíz, cuando uno termina, uno iba a
cazar, por la tarde a las 2:00 uno vuelve a la casa y se va a pescar. Cada semana, uno
vuelve a voliar machete, a trabajar, nosotros nos vamos pero la finca sigue trabajando. Yo
allá criaba pollos, tenía como 30 pollos…” (Entrevista 1 realizada a Gabriel Bitucay.
Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá.)
Con la consolidación de la política de Estado que favorece a la economía extractivista de
la minería y sumando la disputa entre los actores armados ilegales y las denuncias de la
violencia por parte de la fuerza pública por la riqueza en recursos auríferos y naturales, por las
rutas por el control y dominio territorial sobre los cultivos de coca, por el comercio de armas
producto del narcotráfico, los asesinatos y desapariciones forzadas y las crisis alimentarias,
entre otras circunstancias más, les impide a los Embera permanecer en su territorio.
Ahora bien, se debe aclarar que a pesar de las situaciones anteriormente mencionadas los
indígenas que permanecen en el territorio, han sufrido una clase de lo que yo denomino en esta
monografía “desplazamiento intraterritorial”, que quiere decir, que han sufrido pequeñas
migraciones dentro del mismo territorio con cortas distancias, tal es el caso evidenciado en el
departamento del Chocó, que familias Embera eran desplazadas de su territorio por los
“paisas” hacia nuevos espacios cruzando el rio Bebaramá, y después de realizar toda la
extracción minera facilitaban la restitución de tierra a la familia, pero el problema más grave
en este aspecto, es que estas tierras que eran devueltas estaban completamente infértiles, lo
que quiere decir que eran suelos improductivos en los cuales no se podía volver a sembrar,
razón por la cual se ven obligados a hacer barequeo.
Fotografía 1. Foto tomada en el departamento del Chocó. Embera Catío después de barequear.
Foto tomada y cedida para esta monografía por Ángela Riaño, estudiante de licenciatura en física de la Universidad
Distrital. Diciembre de 2013.
Fotografía 2. Foto tomada en el departamento del Chocó. Embera Catío después de barequear.
Foto tomada y cedida para esta monografía por Ángela Riaño, estudiante de licenciatura en física de la Universidad
Distrital. Diciembre de 2013
En concordancia con lo anterior, se evidencia que la comunidad Embera no sólo se ve
obligada a emigrar dentro de su propio territorio sino también hacia las grandes ciudades no
sólo por las amenazas de los grupos armados, sino también por los suelos improductivos que a
largo plazo es causante de una crisis alimentaria. Al respecto, se aclara que esta comunidad no
deja de practicar todas sus actividades tradicionales al llegar a las ciudades, pues dentro del
mismo territorio ya han dejado las costumbres de su cultura, la diferencia es que en la ciudad
entran en la dinámica comercial de las zonas urbanas.
1.3.2 Organización Sociopolítica. Las comunidades Embera Catío adoptan el cabildo
como forma de gobierno, el cual es elegido en una asamblea general de todo el pueblo para un
periodo de gobierno de dos años con posibilidad a la reelección según el desempeño,
aceptación de los programas sociales y la defensa de los Derechos Humanos (CECOIN, 2012).
El cabildo es constituido por el gobernador o gobernadora mayor, el presidente del consejo
territorial y el alguacil, quien es el encargado de la seguridad y el mantenimiento de la
soberanía territorial. De igual manera, es él quien tiene a su cargo a la guardia indígena. Del
mismo modo, el gobierno también tienen su participación el asesor de salud, el asesor de
educación y cultura y finalmente un secretario general (CECOIN, 2012).
1.4 Comunidad Embera Chamí
Mapa 5. Municipio de Pueblo Rico con sus respectivas veredas.
Fuente: Alcaldía de Pueblo Rico. Risaralda 2013
CABILDO
Alguacil Presidente del
Concejo Territorial
Gobernador o Gobernadora
GOBIERNO
Asesor de salud
Asesor de
educación y cultura
Secretario general
Mapa 6. Municipios de Antioquia. Mapa 7. Resguardo de Cristianía, Antioquia.
La comunidad Embera Chamí se divide en dos núcleos: en el primero, se encuentra la
mayor parte de la población que habita en los municipios de Pueblo Rico y Mistrató en el
departamento de Risaralda, como lo muestra el Mapa 5, desde el cerro de Caramanta, al norte,
hasta el cerro de Tabama, al sur, en la zona noroccidental. (Vasco, 1975); Y el segundo núcleo
donde se ubican en los municipios de Dovio y Bolívar en el departamento del Valle del Cauca,
y en el resguardo de Cristianía en los municipios de Jardín y Andes en el departamento de
Antioquia, como se evidencia en el Mapa 7. (Arango & Sánchez, 2004)
1.4.1 Economía. La economía en el departamento de Risaralda se caracteriza por su
gran diversidad, pues existen dos grupos, el primero por ser agrícola donde se destaca la
presencia de la comunidad Embera Chamí y la segunda por tener una economía urbana.
Los Embera Chamí desarrollaron la economía tradicional de producción auto
sostenible a través de la horticultura y la agricultura por medio de los cultivos que se basan
principalmente en el café, y en menor medida el cultivo del plátano, la yuca, el maíz y la caña
de azúcar, además en la crianza de animales de pastoreo como gallinas y marranos; pero a la
vez desarrollaron la economía capitalista con el comercio de los productos de sus cultivos y la
venta de artesanías con mostacillas por parte de las mujeres de la comunidad.
“…yo tenía mis cultivos, tenía todo. Yo cultivaba café, maíz, frijoles, chocolate. Tenía
mis animales como gallinas, marranos. La señora tenía 200 gallinas, de lunes a sábado
trabajando, sembrando frijoles y la señora tenían una huerta grandísima, la señora
trabajaba mucho. La señora me dijo: yo quiero mi huerta casera, y se la hice grande, le
compre todas las semillas, tomate, repollo, frijol, arracacha, al mes ya teníamos un
cultivo bueno. Nosotros llevábamos eso a Mistrató (Risaralda) y vendíamos eso.
Nosotros con esa platica ahorrábamos y comprábamos animales…” (Entrevista 2
realizada a Leonardo, Embera Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá)
En este punto, se debe tener en cuenta que los Embera Chamí a diferencia de los
Embera Catío, se asientan en zonas urbanas, lo cual en cierta medida favorece su organización
económica, pues al integrar los dos tipos de economía antes mencionados, la comunidad a
través de su producción auto sostenible suplen las necesidades básicas como la alimentación
pero a la vez obtienen recursos económicos por medio de la venta de éstos con lo cual se
suministran de los artículos externos que el mercado ha impuesto en la era global.
También se destaca otra gran diferencia que se evidencia por medio de las entrevistas
entre los Embera Chamí y los Embera Catío, pues las mujeres de la comunidad Embera Chamí
al vivir en zonas urbanas, han desarrollado la gran capacidad de tejido de chaquiras checas o
mostacilla, artesanías por las que son reconocidos en la ciudad de Bogotá, en cambio, los
Embera Catío al asentarse en zonas rurales y selváticas en el departamento del Chocó
desarrollan diferentes competencias, como la caza, la pesca y demás actividades mencionadas
anteriormente; pero con el fenómeno del desplazamiento se ven obligados a aprender a tejer
estas artesanías para obtener recursos para la supervivencia en la ciudad.
1.4.2 Organización sociopolítica. Las comunidades Chamí del departamento de
Risaralda se encuentran organizadas alrededor del Consejo Regional Indígena de Risaralda
(CICR) con cabildos mayores y cabildos locales, los cuales se reúnen en asambleas cuando se
deben tomar decisiones sobre el pueblo, sin embargo, también se reconocen a las autoridades
tradicionales como líderes que establecen formas de control social. Igualmente, las
organizaciones indígenas regionales también representan a los Chamí según sea el
departamento de ubicación, como: el Consejo Regional Indígena de Risaralda (CRIR), el
Consejo Regional Indígena de Caldas (CRIDEC), la Organización Indígena de Antioquía
(ORIQUIN) y a la Organización Regional Indígena del Quindío. (DANE, 2005)
Sin embargo, según la investigación realizada con las familias Embera Chamí ubicadas
en la ciudad de Bogotá y tomando como base las entrevistas realizadas durante el trabajo de
campo, la base fundamental de la organización sociopolítica es la familia, por este motivo, se
manifiestan en los patrones de desplazamiento familias extensas, lo cual refleja la unión que
existe entre cada uno de sus miembros desde los abuelos, padres, hermanos, hijos, nietos,
sobrinos y primos.
Ahora bien, para la constitución de la familia es preciso hacer referencia al
matrimonio, el cual es monógamo y se realiza por medio de un permiso que solicita el hombre
al padre de la mujer con la que se quiere casar, este permiso se solicita debido a la edad de las
mujeres que oscilan entre los 12 y los 16 años.
“Nosotros nos casamos a los 16 años, eso hace parte de nuestra cultura Embera, hay
veces que se casan de 14. Nosotros hacemos una fiesta, matamos unos marranos
grandes, yo compre uno y la ´ama de la señora compro otro, reunimos los primos, los
tíos y así... damos dos comidas, compramos 120 cajas de trago porque esa fiesta dura de
3 a 4 días. Nosotros pedimos permiso al papá, si ellos dejan casar conversan con la niña
a ver si quiere o no quiere, pero no puede ser arrimado para evitar problemas ya después
se lo dejan al muchacho a ver cómo van a vivir, si van a vivir bien o no.” (Entrevista 3
realizada a Leonardo, Embera Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá)
Por otro lado, en esta comunidad específicamente se lleva a cabo la ablación como
práctica cultural, la cual denominan como “curación” de las mujeres, que consiste en hacer un
pequeño corte en el clítoris cuando se considera que éste tiene un tamaño mayor de lo normal
(Henao, 2011). Dicho procedimiento, se realiza cuando la niña tiene entre dos y quince días de
nacida, pues dentro de su cosmogonía lo entienden como “arreglar” el defecto que tienen
algunas mujeres, pues cuando éste tiene un tamaño mayor de lo normal, consideran que con el
tiempo llevará consecuencias perjudiciales para ella y su familia, además que en el entorno
social no será bien visto lo que puede perjudicar un matrimonio más adelante, razón por la
cual es un procedimiento que realizan las parteras sin el consentimiento de los hombres, lo que
evita una propagación de la “enfermedad” de la mujer.
A pesar de las múltiples denuncias emitidas por diferentes instituciones como el
Instituto del Bienestar Familiar debido a varias muertes de niñas durante el procedimiento de
la ablación, tanto en el territorio como en la ciudad de Bogotá esta práctica se sigue llevando a
cabo clandestinamente, de la misma manera como se llevan a cabo los matrimonios entre las
mujeres menores de edad con hombres adultos, refugiando estos procesos como prácticas
culturales que hacen parte de la autonomía de la comunidad.
Por lo visto, como consecuencia de los desplazamientos ocasionados por los diferentes
actores armados ubicados en los territorios indígenas, la comunidad Embera ha sufrido
importantes cambios culturales que no solo se evidencian en los modos de apropiación y
concepción del territorio sino también en las relaciones que deben mantener con personas
citadinas que desconocen su comunidad, sus prácticas culturales, su cosmovisión y sus modos
de trabajo que principalmente se basaban en la agricultura, la pesca, la caza y el barequeo en el
caso de los Embera Catío. Sin embargo, para la comunidad Embera Chamí, el modo laboral no
ha sido tan drástico como lo ha sido para los Embera Catíos, pues ellos han logrado mantener
la venta de artesanías en Bogotá tal y como lo hacían en los cascos urbanos de Risaralda. No
obstante, a pesar del desplazamiento del cual son víctimas, en general la comunidad Embera
mantiene algunas de las prácticas culturales que llevaban a cabo en sus territorios, como los
son los matrimonios a corta edad y en algunos casos la ablación a las niñas recién nacidas.
2. RUTAS DEL DESPLAZAMIENTO DE LA COMUNIDAD EMBERA
ASENTADA EN LA CIUDAD DE BOGOTÁ
El objetivo de este capítulo es analizar los múltiples desplazamientos de dos familias
Embera, la familia Bitucay perteneciente a la comunidad Embera Catío que provienen del Alto
Andágueda (Chocó) y la familia Nemgarabe perteneciente a la comunidad Embera Chamí que
provienen de Mistrató (Risaralda), ambas familias protegidas actualmente por unidad de
víctimas. Por lo tanto, el análisis se consolida en las trayectorias del desplazamiento desde el
territorio hasta la ciudad de Bogotá, para lo cual se llevó a cabo la realización de la cartografía
social que como metodología participativa y colaborativa de investigación, es el proceso de
construcción de mapas de una región por parte de sus habitantes el cual genera reflexión sobre
los derechos territoriales y es utilizado como medio para reconstruir la historia de la
población. Por consiguiente, lo que interesa con la realización de la cartografía es evidenciar
las múltiples trayectorias que ha tenido la comunidad hasta llegar a la ciudad de Bogotá y a la
vez reflejar los asentamientos que han construido a lo largo de las rutas del desplazamiento.
Ahora bien, para entender la metodología utilizada durante el trabajo de campo realizado
en los meses de Diciembre de 2013 y Abril, Mayo y Junio de 2014 se deben tener en cuenta
las categorías de migración y desplazamiento en el contexto colombiano, las cuales se
abordarán a continuación ya que es necesario dejar clara la diferencia para poder entender la
vida actual que llevan los indígenas Embera en Bogotá.
2.1 Migración y desplazamiento
La migración es objeto de estudio de varias disciplinas como la antropología, la sociología
y la economía, las cuales han analizado las dimensiones macro-estructurales que limitan los
procesos de movilidad y de igual manera la experiencia de los actores involucrados. Entre
estos análisis macro-estructurales se encuentran aquellos que retoman los principios de la
economía neoclásica, la cual explica la migración desde las ventajas y desventajas que ofrecen
los lugares de origen y destino ya que supone que las personas migran sobre la base de
alternativas equitativas. De esta manera, los estudios se han centrado en factores macro-
estructurales de expulsión y atracción como el nivel de vida y oportunidades laborales.
(Castles & Miller, 2003)
Pero, en el caso de los procesos de movilidad interna en Colombia, los investigadores
enfocan su atención a las condiciones contextuales que generan migraciones forzadas o
migraciones voluntarias.
En este sentido, el desplazamiento es entendido como la movilidad forzada porque la vida
de los integrantes de la familia o de la comunidad se encuentra en peligro (Agier & Hoffman,
1999) y por la imposición de mecanismos de terror y miedo (Salcedo, 2008). Por lo tanto, la
migración se diferencia del desplazamiento forzado porque la primera ha sido planeada por los
sujetos que se quieren trasladar de un lugar a otro, mientras que el desplazamiento es
originado por condiciones de violencia las cuales implican un movimiento territorial sin
planeación previa (Meertens, 1999) y es así como se concibe la movilidad que ha presentado
en los últimos cinco años la comunidad Embera, quienes en el proceso migratorio
experimentan rupturas y cambios en la vida de cada integrante de la comunidad las cuales
están seguidas a los procesos de adaptación a los nuevos lugares de asentamiento, razón por la
cual las personas en situación de desplazamiento no solo pueden ser consideradas como
víctimas sino también como agentes de transformación social.
Por esta razón, para la construcción de la cartografía la categoría transversal fue la
memoria, retomando a la socióloga Elizabeth Jelin quien sostiene que la memoria da cuenta de
los trabajos de interpretación que la rememoración supone (Jelin, 2002). Para esta socióloga,
la memoria consiste en las interpretaciones que hacemos en el presente de las experiencias
pasadas, es decir, que la interpretación es el resultado de un trabajo de significación y
elaboración de los recuerdos, de tal manera que la persona que recuerda está inserta en
contextos temporales, sociales y culturales determinados, y es a través de esos contextos que
los sujetos pueden rememorar.
Por otro lado, como se observará en la cartografía, la migración es un asunto territorial, por
lo cual se retoma la definición de territorio de Ardila, quien lo denomina como una noción
sobre la sociedad y el espacio físico, una forma determinada de pensar el ambiente que está
conformado por categorías sociales y territoriales (Ardila, 2006). Ahora bien, la construcción
de esta noción es colectiva e histórica y se basa en la experiencia de cada sociedad al
relacionarse con la naturaleza y con otros grupos, lo que quiere decir que el territorio es
producto del trabajo social que corresponde a los marcos culturales e históricos en los que se
construye. En este sentido, se entiende que los migrantes deben dar significado a los nuevos
espacios de asentamiento y construir nuevas relaciones socio-espaciales en los lugares de
llegada.
En este punto, se entienden las migraciones como procesos de movilidad dentro de los
límites nacionales, proceso en el cual se involucra la participación de otros agentes como
instituciones estatales y no gubernamentales, pues en el contexto nacional el desplazamiento
forzado es una forma de migración que se acrecienta por el conflicto armado como se
evidencia en la cartografía llevada a cabo con la familias Embera Catío y con la
reconstrucción de la ruta migratoria de la familia Embera Chamí que se presenta a
continuación.
2.2 Rutas del desplazamiento de la comunidad Embera Catío
2.2.1 Alto Andágueda. El Alto Andágueda es una región selvática del departamento
del Chocó que limita con Antioquia y Risaralda, su ubicación geográfica se centra en el Nudo
de San Fernando en donde nacen varios de los ríos principales del Chocó y por donde fluyen
los ríos Azul y Colorado, siendo el último el más importante para los Embera Catío.
Esta zona ha sido de gran ambición desde épocas de la Conquista por las minas de oro
que se encuentran en sus montañas, las cuales han sido concurridas durante cinco siglos. Pero
es en los últimos años que el control por las minas ha enfrentado a empresarios, a
comunidades y a mineros locales con las multinacionales violando los derechos de las
comunidades indígenas y los derechos ancestrales sobre estas tierras. (Verdad abierta, 2014)
Resguardo Tahami.
Mapa 8. Resguardo Tahami.
Fuente: David Doncell, 2013. Datos procesados de Murcia, 1993; IGAC, 2012.
El resguardo indígena del río Andágueda que se observa en el Mapa 8, fue reconocido por
el antiguo Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (Incora) el 13 de diciembre de 1979
(Verdad abierta, 2014) el cual estaba compuesto por 50 mil hectáreas, de las cuales 13 mil ya
han sido otorgadas con títulos mineros a empresas privadas, es decir, el 80 % del territorio
indígena ha sido afectado por la problemática de la explotación minera. Frente a esta situación,
la Unidad de Restitución de Tierras solicitó ante el Juzgado Primero Civil de Restitución de
Tierras en Quibdó, medidas de protección para evitar que las tierras de los indígenas siguieran
siendo afectadas por la intervención minera, para lo cual el juez ordena a la Agencia Nacional
de Minería suspender todas las licencias que se habían otorgado a empresas ajenas de la
comunidad. (Verdad abierta, 2014).
A continuación se presentarán las rutas del desplazamiento de la familia Bitucay,
pertenecientes a la comunidad Embera Catío, quienes fueron despojados de su territorio en el
año 1999. Para esto se establecieron convenciones que facilitaran su análisis y el respectivo
estudio de cada una de las fases por las que ha atravesado la familia durante el fenómeno del
desplazamiento.
TABLA DE CONVENCIONES
Viviendas, “Tambos”
Comunidad
Zona de cultivos
Zona de Barequeo
Nivel de amenaza
Nivel de vulnerabilidad
Actores armados.
Paramilitares
Familia
Buenas relaciones
Malas relaciones
Fronteras culturales
2.2.2 Familia Bitucay3. La familia Bitucay la conforma Gabriel Bitucay (padre),
Juliana (madre) y sus siete hijos, Camilo, Efraín, Carmen, María Camila, Juan Luis, Rodrigo y
Mauricio quienes fueron desplazados por grupos paramilitares del territorio de Cascajero,
momento en el cual empiezan a sufrir múltiples desplazamientos y residen en varios
departamentos y veredas nacionales como Medellín, Rio Negro y actualmente Bogotá, donde
se ubican en el Alojamiento Embera Catío – Chamí en la localidad de Mártires.
Mapa 9. Mapa social del territorio Cascajero.
Datos: Trabajo de campo, mapa realizado por Gabriel Bitucay, Embera Catío.
Con la colaboración y participación de esta familia, quienes desde el primer encuentro
tuvieron la disposición de narrar y plasmar su historia, se da inicio a los talleres planeados
para la realización de las rutas del desplazamiento, lo que permitió identificar los motivos de
la salida del territorio y a la vez reconocer los daños que han experimentado a lo largo de este
proceso. De tal manera que en el primer encuentro se da una breve explicación de los talleres
que se iban a realizar, estableciendo fechas, horas y los intercambios que se realizarían, dando
a conocer los alimentos que deseaban y el interés por los talleres de lectoescritura para sus
hijos menores Rodrigo y Mauricio. Es de aclarar, que a pesar de la participación de toda la
3 Los nombres de los integrantes de esta familia serán cambiados para proteger su identidad.
familia en la realización de la cartografía, el señor Gabriel era el único que daba los
testimonios y su esposa e hijas le hablaban en el idioma Embera para que autorizara o no
mantener una conversación conmigo, situación que autorizó una sola vez.
Según sus testimonios fueron despojados del territorio en el año 1999 con la entrada de
los paramilitares a la región a disputar con los grupos guerrilleros el control sobre el
narcotráfico, pues la ubicación de Cascajero hace parte de la ruta que comunica el centro del
país con el occidente y el sur, formando un corredor para la exportación de droga, lo cual
origina una serie de desplazamientos por parte de los indígenas ya que estos actores armados
utilizaban las amenazas y las masacres como métodos de intimidación para despojar a la
comunidad del territorio ancestral.
Mapa 10. Mapa social del territorio Cascajero. Viviendas de los Embera Catío.
Datos: Trabajo de campo, mapa realizado por Gabriel Bitucay, Embera Catío.
Fotografía 3. Foto tomada en el departamento del Chocó.
Foto tomada y cedida para esta monografía por Ángela Riaño, estudiante de licenciatura en física de la Universidad
Distrital. Diciembre de 2013
Como bien se observa en el Mapa 10, el caserío estaba compuesto por los tambos
(viviendas con forma circular, construidas por ellos mismos sobre pilotes a una altura de 2
metros sobre el nivel del suelo) lugar en el que vivía la familia nuclear, es decir, conformada
por los cónyuges y sus hijos, en este caso se evidencia que inicialmente vivía el abuelo y de
allí todas las nuevas generaciones que conformarían una familia extensa. A la vez, se observa
que el caserío estaba limitado por dos ríos de gran importancia, el rio Colorado y el
Andágueda, siendo el primero uno de los centros económicos más importantes, pues allí se
encontraba la mina donde había una concentración de mineros provenientes de Antioquia en
busca de oro, razón por la cual los indígenas realizaban trabajos de barequeo; al mismo tiempo
este río hace parte de las rutas comerciales hacia los municipios del sur de Antioquia, norte y
occidente de Risaralda y norte del Valle del Cauca.
De igual manera, en el Mapa 9 se puede observar que tenían sus cultivos en la parte lejana
del caserío debido a la división que hacía el rio en medio del territorio, esta situación, aunque
no en el caserío de Cascajero, se pudo comprobar en el trabajo de campo realizado en el
departamento del Chocó en el mes de diciembre de 2013 como lo evidencia la Fotografía 3,
tomada en el caserío de Bebaramá, lo que indica que esta situación se vive de manera
generalizada en la comunidad Catío.
Como costumbres culturales practicadas en el territorio, los hombres de la familia se
dedicaban a la agricultura, principalmente a la siembra del maíz, chontaduro, plátano y
variedad de frutas como se puede observar en el Mapa 11. Igualmente, se dedicaban a la pesca
y a la caza; mientras que las mujeres se ocupaban de la preparación de los alimentos y del
cuidado de los niños. De este modo mantenían una economía auto sostenible ya que el
territorio les producía todo lo necesario para su subsistencia. Sin embargo, ocasionalmente se
dirigían hacia Quibdó para vender en el mercado los alimentos cultivados y de esta manera
adquirían los vestidos y algunos animales como los marranos.
“Primero se sembraban los cultivos, se limpiaban, se sembraba maíz, cuando uno
termina, uno iba a cazar, por la tarde a las 2 uno vuelve a la casa y se va a pescar. Eso
me ha dado muy duro dejar de casar, de pescar, de cultivar piña, chontaduro, ñame,
dejar todo. Uno allá en el territorio estaba bien, comía bien, todo estaba bien. Mientras
tanto la mujer Siempre en la casa, todos los días, hay veces moliendo harina, cocinando
y cociendo los vestidos… Cuidan a los hijos, mi mamá hacía el trabajo de moler harina,
mi mamá tampoco no sabe sembrar, hombres si saben, mi mamá hay veces estaba
trabajando cargando leña, nosotros también cargando leña” (Entrevista 4 realizada a
Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá.)
“Cuando yo estaba en el territorio sembraba caña mucho y hacíamos trapiche, se hacia
el trapiche con el palo y agua de panela, cuando está listo se toma todo, se toma caldo de
pescado, caldo de animales, de pájaro de monte, de curre y caldo de venado.”
(Entrevista 5 realizada a Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá.)
Dado que las cosechas se venden ocasionalmente por la distancia existente entre el caserío
y el casco urbano, la actividad económica que se lleva a cabo en esta parte del departamento es
el barequeo en el río Colorado como se observa en el Mapa 12. Una vez extraídos los gramos
de oro, se dirigen hacia Santa Cecilia o Quibdó para la venta de éste, y con el producido se
compran animales y ropa para la familia. Ahora bien, la dinámica laboral que se refleja en el
territorio es itinerante, pues el espacio entre el cultivo y la cosecha dura aproximadamente 3
meses en los cuales se dedican a “barequear” y sacan alrededor de 3 castellanos, es decir, 24
riales, por los que recibían 300.000 pesos.
Mapa 11. Mapa social del territorio Cascajero. Zona de cultivos.
Datos: Trabajo de campo, mapa realizado por Gabriel Bitucay, Embera Catío.
Mapa 12. Mapa social del territorio Cascajero. Zona de barequeo.
Datos: Trabajo de campo, mapa realizado por Gabriel Bitucay, Embera Catío.
Se debe aclarar que la cartografía refleja con más veracidad algunos hechos que las
entrevistas contradicen, como por ejemplo las edades, las fechas y más adelante las rutas del
desplazamiento, por lo tanto, los análisis se realizan con fechas aproximadas.
En este sentido, las entrevistas reflejan otras prácticas culturales ejercidas en el territorio,
como son los matrimonios, los cuales realizan a temprana edad, con esto me refiero que las
mujeres oscilan entre los 12 y los 14 años al contraer matrimonio con un hombre más adulto
que ellas, generalmente entre los 16 y los 22 años. Al respecto, el señor Gabriel hace un
recuento de su matrimonio con la señora Juliana, dando a conocer no solo sus edades sino
también la manera como se celebran los matrimonios en Cascajero, Chocó.
“Nosotros llevamos casados hace tiempo, hace más de 25 años, como 48 años, yo tengo
52 y me casé como a la edad de 12. Yo buscaba una novia, primero hacer una novia,
nosotros se le entregaba ropita, se compra carne y se le va entregando, si se compran
zapatos se le va entregando. Yo tenía como 16 años cuando me casé y ella tenía 12 años.
Entonces uno le cogía la mano, cuando se cogían las chaquiras se cogió usted, entonces
la señora me entregaba chaquiras, se hacia el cambio, cuando se hace eso se le da un
besito. Entonces en el matrimonio uno va bailando y tomando trago. Ellas van vestidas
con esos mismos vestidos y va mucha gente sobre todo la familia, la fiesta dura un día no
más. Ese día se come marranito” (Entrevista 6 realizada a Gabriel Bitucay. Embera
Catío. Alojamiento Embera, Bogotá.)
A este testimonio se le agrega la importancia de la materialización de las expresiones
estéticas a través del color negro, el cual se extrae de la Jagua y remite a uno de los elementos
de identidad cultural más fuerte entre los Embera (Uribe, 2006) como se refleja en la
Fotografía 4, pero el caso de esta familia en particular, la jagua era utilizada para los días de
celebración y las fiestas en diciembre, pero es a partir de los 12 años cuando las niñas se
pueden empezar a “pintar”, lo que da a entender que esa es la edad en la que a las niñas
comienzan a ser tratadas como mujeres adultas dentro de su comunidad.
Fotografía 4. Foto tomada en el departamento del Chocó. Embera Catío después de barquear.
Foto tomada y cedida para esta monografía por Ángela Riaño, estudiante de licenciatura en física de la Universidad
Distrital. Diciembre de 2013.
2.2.3 Despojo del territorio de Cascajero. En esta sesión se presenta el conflicto
armado en el chocó como causa directa de la expulsión de más de 12 familias, entre ellas la
familia Bitucay del resguardo Tahamí. El análisis toma como variable el desplazamiento
forzado que se originó por los enfrentamientos entre las FARC y las Autodefensas por el
control sobre el narcotráfico. Los relatos de la familia están conformados por la memoria
sobre el momento de la salida del territorio, el cual se constituye como el inicio de una nueva
vida lejos del espacio de origen.
Gabriel Bitucay era un agricultor en el caserío de Cascajero cuando combatientes de
las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) le solicitaron que trabajara como “miliciano”, a
pesar de la prohibición que existe por parte del cabildo mayor para relacionarse con grupos
armados, él acepta por las constantes amenazas.
“Primero nosotros trabajamos como milicianos, con la milicia. Cuando el muchacho
sacaba la obligación, si no quiere nada de miliciano mejor le van a coger mala, se es
capturado allí, se lo llevó pal´ monte, duré como dos meses y no viene ni nada, en dos
meses le avisó a un compañero, si uno estaba en el gobierno entonces lo mataban a uno.
Se acercó uno y nos empezamos a volar uno a uno, entonces avisaron a la comunidad,
pero cogieron a unos compañeros míos y los mataron allá en todo lado allá del monte,
mataron 8 personas allá. Cuando uno se volaba, vienen persiguiendo atrás, vienen a la
casa otra vez, siempre nos echaban como a los gobernadores, nos decían a ustedes
nosotros vamos a matar, usted es sapo y si van a avisar con el ejército, bueno a usted se
le acaba, se acaban los animales y todo, los sacaban por la mala.” (Entrevista 7
realizada a Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá.)
Como se puede observar en el testimonio anterior, los indígenas de la comunidad no solo
recibían incesantes amenazas por no hacer parte en los equipos de ayuda de los grupos
ilegales, sino también se evidencian los casos de masacres por esta misma razón, lo que
conlleva a varias familias a dejar sus viviendas, sus cultivos y todo lo que enmarca el territorio
en busca de seguridad. Se debe tener en cuenta que la organización política Embera se
caracteriza por no contar con una figura de gobierno central, por lo tanto la autoridad la
ejercen los hombres mayores quienes delegan las decisiones que conciernen a la comunidad.
Para Mauricio Pardo este tipo de organización supone que los procedimientos para resolver los
conflictos están sujetos a la iniciativa individual (Pardo, 1987), es decir, los indígenas intentan
tomar venganza contra los actores armados, dando como resultado masacres y
desplazamientos masivos de su propio pueblo.
Durante las conversaciones que se tuvieron con el señor Gabriel me contó la manera en
que fueron expulsados del territorio por los paramilitares, de igual se puede evidenciar en el
Mapa 13, cuando expresa visualmente la manera en que llegaron los paramilitares, entrando
por la zona de cultivo a sacarlos de su territorio.
“Nosotros salimos de allá por problemas con la guerrilla, yo creo que no eran las FARC
sino los paramilitares. Allá mataron a mi hermano hace 8 años, esa vez mataron a 8
personas hasta niños. A mi primo, mi hermano, mi cuñado. Nosotros trabajamos como
milicianos, cuando el muchacho sacaba la publicación que no quería ser miliciano lo
capturaban y los que se podían volar, se volaban pero a los que cogieran los mataban.
Eso allá en el monte se mataban muchas personas, sin permiso se llevaron los animales y
todo, por la mala. Cuando nosotros, yo esperaba una semana pero dije yo me voy para
Bogotá, salí por Antioquia, cuando yo me salí de allá por el camino me daba mucha
lástima, por el camino no había nada de alimentación siempre me vine con un poquito de
alimentos, allá en Antioquia me demore una semana no más, Rodrigo tenía 5 años y yo
cargando todo el camino, al hombro cargando. Mucha lástima cuando yo me vino.
Cuando llegué a Antioquia dije que nos había sacado del territorio de cascajero, busque
ayuda como desplazado, busque al alcalde de Antioquia y siempre me colaboró, me dio
un mercado.” (Entrevista 8 realizada a Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento
Embera, Bogotá.)
Mapa 13. Mapa social de los actores armados.
Datos: Trabajo de campo, mapa realizado por Gabriel Bitucay, Embera Catío.
Esta zona del Chocó ha sido de gran disputa desde los años 90 con el ingreso de los
paramilitares quienes se enfrentaban con las FARC no solo por el control de las tierras
auríferas sino por la ruta del narcotráfico para la entrada y salida tanto de droga como de
armas. A la vez, se refleja que la familia salió de sus tierras cuando el señor Gabriel escapa de
los paramilitares evitando el trabajo de miliciano por el cual no le reconocían nada
económicamente. Como bien se expone varios familiares fueron asesinados por este hecho, lo
cual es una amenaza directa tanto para Gabriel como para toda su familia, razón por la cual
deciden salir inmediatamente de sus tambos dirigiéndose hacia la ciudad de Medellín en busca
de la seguridad de la familia, dejando no solo las viviendas sino todos los cultivos y algunos
animales que tenían, lo que significa una gran pérdida en términos económicos.
Por otro lado, si se observa bien en el Mapa 13 refleja una diferencia de rasgos
culturales entre los Embera y los “paisas”4, lo que indica que mantienen una identidad fija, en
este sentido, la identidad se concibe como un proceso de auto-distinción sociocultural
vinculada a las maneras colectivas de significar, comprender, organizar y actuar en la realidad
(Bello, 2004) en donde la comunidad Embera construye su identidad indígena en relación con
el territorio y con la misma comunidad, es decir, se trata de un proceso de relación interétnica
en que la identidad indígena es “socialmente construida” y se encuentra en “permanente
transmutación” (Bello, 2004).
En este sentido, para Stuart Hall la identidad se construye sobre la base del
reconocimiento de algún origen común o unas características compartidas con otras personas
(Hall & Gay, 2003) en donde la identidad cultural es la historia que todo pueblo tiene en
común, lo cual garantiza la pertenencia cultural. Es así, como la comunidad Embera Catío
mantiene una identidad clara que expresan a través de sus dibujos y sus relatos conservando
siempre la igualdad entre sus pares y la diferencia con los “mestizos”.
Por lo tanto, el conflicto armado al que se han sido expuestos los Embera ha generado
profundas transformaciones en las representaciones sociales dentro de la comunidad, que
inciden en la cotidianidad de las relaciones sociales entre las familias que la componen las
cuales se reflejan una vez llegados a la ciudad.
4 Los Embera le llaman “paisas” a todas las personas que no son indígenas.
2.3 Itinerarios del desplazamiento de la familia Bitucay
2.3.1 Primer desplazamiento. Llegada a Medellín. A la salida del resguardo solo
llevaron consigo algo para comer y ropa. Se dirigieron hacia el departamento de Antioquia con
largas jornadas de camino a pie hacia la finca de uno de los patrones del señor Gabriel ubicada
en Jareyón (pueblo que limita con Antioquia), quien les ayudó con hospedaje y comida ya que
iban muriendo de hambre como lo expresa en los testimonios.
“Yo tenía un vecino muy buena gente y siempre me recibía bien, él era un amigo,
primero me quedé allá, él era como un patrón. Cuando yo llegué le dije que venía
desplazado, que tenía hambre, que los niños también casi mueren de hambre, entonces él
nos dio posada y me regaló comidita” (Entrevista 9 realizada a Gabriel Bitucay. Embera
Catío. Alojamiento Embera, Bogotá.)
En la finca descansaron una semana y se dirigieron hacia Antioquia donde
denunciarían el desplazamiento, pero allí les dicen que se trasladen hacia Medellín donde
podía encontrar las declaraciones de los demás desplazados y a la vez sacar los documentos de
identificación con los que no contaban, proceso en el que tardó dos años, pues en Antioquia ya
se encontraba trabajando como jornalero.
Una vez llegados a Medellín solicitan ayuda en la Alcaldía, quien los ubica en la
vereda Caribe, lugar al que llegaban todos los desplazados, allí el Alcalde les entrega una casa
con disposición de todos los servicios públicos en la que viven tranquilos durante 3 años, pero
los actores armados tienen presencia en esta zona del país y con la llegada de los paramilitares
se ven obligados a salir de la misma manera de la que salieron de Cascajero. Al respecto el
señor Gabriel contó la siguiente historia.
“Allá llegaron muchos desplazados y en Caribe (la montaña) se hizo un caserío, el alcalde
me entrego una casita, un ranchito, en esos 3 años vinieron los paracos sacaron a todos los
desplazados. Cuando llegaron los paracos había 12 casas, todas las casas tenían luz, agua,
baño. Pero a los 3 años vienen los paracos y nos quitan todo otra vez, tiraron toda la ropa a
la calle, eso fue a las 11 de la noche, de ahí nos tocó salir para Antioquia otra vez, ahí nos
quedamos 3 meses, le dije colabóreme y me voy para Bogotá aquí ya hay mucho paraco y
estamos amenazados, el alcalde me dio un transporte hasta Medellín y aquí a Bogotá”
(Entrevista 10 realizada a Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá.)
Basándome en los testimonios del señor Gabriel desde la salida de Cascajero, se puede
verificar que los asentamientos de la familia siempre se han ubicado en las zonas de conflicto,
razón por la cual siempre han permanecido en una situación de alta vulnerabilidad y con el
desplazamiento hacia Bogotá, esto no mejora, pues al llegar la ciudad el primer asentamiento
es en la localidad de Ciudad Bolívar, donde también se ubican los paramilitares.
2.3.2 Segundo desplazamiento. Llegada a Bogotá. En este punto es de vital
importancia aclarar que una vez llegados a la ciudad, a pesar de las diferentes rutas de
desplazamiento de la familia Bitucay y de la familia Nemgarabe, ambos tienen sitios en
común como los son paga-diarios y los alojamientos creados por la Alcaldía de Bogotá, de lo
cual se hablará más adelante. Por ahora, continúo con el primer asentamiento de la familia
Bitucay en Bogotá y las razones de su desplazamiento hacia el centro de la capital.
2.3.2.1 Ciudad Bolívar. Según el artículo “El Frente Capital de las AUC en el sur de
Bogotá y Soacha” publicado por la revista Arcanos No. 11, en el año 2001 Carlos Castaño
hace un anuncio oficial a través de los medios de comunicación sobre la presencia de las
Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en Cundinamarca y Bogotá por medio del “Frente
Capital”, el cual se conformó con el fin de detener a la guerrilla de todo tipo de
abastecimiento, especialmente en las localidades de Ciudad Bolívar, Kennedy y Usme
(Revista Arcanos).
Las localidades anteriormente mencionadas, al igual que en los barrios limítrofes de
Soacha, los problemas de delincuencia juvenil estaban asociados con atracos y expendio de
drogas por lo que se crearon “sindicatos de seguridad”, los cuales fueron organizados por
comerciantes para hacer un frente a la delincuencia, quienes promovieron el reclutamiento de
jóvenes para el sicariato, y fue así como lograron un primer acercamiento a las comunidades
locales con el propósito de hacer una limpieza para expulsar a las milicias y redes de apoyo a
las FARC. Pero, en agosto de 2004 se reportaron denuncias por el aumento de amenazas de
muerte y las listas donde se declaraba a la población civil como “objetivo militar” no sólo a
los jóvenes residentes de estos sectores por ser consumidores de estupefacientes, sapos o
guerrilleros, sino también a personas desplazadas, lo cual forja un nuevo desplazamiento de
decenas de familias. (Sálazar, 2006).
De igual modo y desconociendo todo el panorama de conflicto que se presenciaba en
Bogotá, el primer asentamiento que tiene la familia Bitucay es en Ciudad Bolívar donde
habitan durante 2 años. Allí el señor Gabriel trabaja junto con su hijo Rodrigo como
vendedores informales en una “chaza” vendiendo dulces y cigarrillos en la entrada del barrio,
como se puede verificar en el Mapa 14, pero en el 2003 aproximadamente como lo dice en sus
testimonios, las Autodefensas los amenazan obligándolos a salir inmediatamente de la
localidad dejando su casa y todas sus pertenencias, reiterando la situación vivida en Cascajero,
Chocó.
“Yo vivía en casas de esas mismas, ahí duré dos años. Allá llegaba… también llegaba
guerrilla y paramilitares. Los paramilitares empezaron a amenazarnos allá en Sierra
Morena. Un día a las 11 de la noche se nos metieron y nos empezaron a preguntar que
quienes nos habían desplazado. Entonces yo les dije que me habían desplazado unos
uniformados como el ejército, hacía un año, a mí ya me habían dicho que ellos eran
paracos y me dijeron que yo era muy sapo, entonces me toco venirme para el centro a las
12 de la noche, me tocó dejar todo, dejar ropa, dejar comida y venirme así vacío. Nos
mandaron para Puente Aranda, allá llegamos y dijimos que nos habían desplazado de
Sierra Morena, que allá había mucho paraco. Y nos dijeron que si, que allá había mucho
paraco, que allá no podían vivir nada de desplazados que era mejor aquí en el centro.”
(Entrevista 11 realizada a de Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera,
Bogotá.)
Mapa 14. Mapa social de Sierra Morena.
Datos: Trabajo de campo, mapa realizado por Gabriel Bitucay, Embera Catío.
Se debe tener en cuenta, que las casas en las que vivieron fueron construidas por ellos
mismos con materiales reciclables como latas y madera las cuales eran sostenidas por palos.
Por esta razón se refleja en el Mapa 14 los múltiples colores que destacaban sus viviendas, a la
vez manifiestan por medio de las líneas negras, las malas relaciones que tenían con sus
vecinos, en este caso muchos de ellos pertenecían a las AUC.
En síntesis, esta situación demuestra que llegar a la ciudad de Bogotá y establecerse en
las localidades e interactuar con las dinámicas urbanas representa un reto para los desplazados
que ya tienen unos antecedentes de guerra, y es en este caso en particular, que la familia
Bitucay no solo ha sido víctima de la violencia en los lugares de origen sino también en las
ciudades a las cuales han emigrado en busca de ayuda.
Las investigaciones de CIASE (Corporación de Investigación y Acción Social y
Económica) y la ACNUR para el año 2006 reportan que en el caso de Bogotá, las localidades
con más asentamientos de población desplazada fueron Ciudad Bolívar, Kennedy, Bosa y
Usme, las cuales registran en sus informes una baja cobertura en servicios públicos y un
abandono estatal (Corporación de Investigación y Acción Social y Económica, 2007), pues
muchos de los desplazados al asentarse en estas zonas de la ciudad recurren a la conformación
de viviendas ilegales, comúnmente conocidos como “barrios de invasión”, razón por la cual no
cuentan con la cobertura de servicios públicos como electricidad, gas, acueducto y
alcantarillado lo que conlleva a grupos armados ilegales tomar el control de estas zonas
periféricas de la ciudad.
A continuación se incluirán las rutas de desplazamiento de la familia Nemgarabe,
perteneciente a la comunidad Embera Chamí para lograr la articulación de los asentamientos
en común, como lo fueron paga-diarios en el barrio San Bernardo y los alojamientos en la
ciudad de Bogotá.
2.4 Rutas del desplazamiento de la Familia Nemgarabe. Embera Chamí
La familia Nemgarabe está constituida por Leonardo (padre), Rocio (madre) y sus cuatro
hijos Gladys Natalia de 13 años, Adriana de 15 años, Juan Felipe de 13 años y Jorge Rodolfo
de quien no se conoció la edad. Esta familia fue despojada por la guerrilla del territorio de
Mistrató (Risaralda), y desde ese momento emprenden el desplazamiento por cinco ciudades
antes de arribar en la ciudad de Bogotá.
A diferencia de la familia Bitucay, esta familia Chamí no participó en la elaboración de
los mapas, pero aceptó contar sus testimonios como víctimas de la violencia del departamento
de Risaralda, por lo tanto en este caso, a partir de los relatos y testimonios de la familia se
reconstruyen las rutas de desplazamiento.
Como se mencionó anteriormente, la familia Nemgarabe fue despojada de su territorio
en Mistrató en el año 1997 a manos de la guerrilla, quienes con amenazas y con el cobro de las
“vacunas” buscaban apropiarse de los grandes fragmentos de tierras en las que la familia tenía
sus cultivos y sus animales de pastoreo como las gallinas y los marranos para su manutención.
“Hace 17 años salimos del territorio. Vea, en el ranchito de nosotros ya hay gente, ellos
se quedaron allá. Pero no indígenas, los guerrilleros se quedaron allá. Se tomaron las
fincas mías. Yo tenía unas fincas grandes, tenía como una finca de 196 hectáreas, esa
finca era muy grande. Yo tenía mis cultivos, tenía todo. Yo cultivaba café, maíz, frijoles,
chocolate. Tenía mis animales como gallinas, marranos. Y claro como a yo me quitaron
esa finca pues yo tenía muchas fincas, tenía 6 fincas, cada finca tenia de 196 hectáreas,
pero yo trabaja esas fincas, yo solo trabajaba todo. Por eso pensaron que era como rico,
como la gente es tan ladrona y usted puede tener unas fincas grandes y si son bien
administradas, bien sembradas, entonces piensan que uno tiene mucha plata, y como
piensan que uno tiene plata, dicen vamos a torturar a esa gente y empiezan a pedirle
plata a uno. En este tiempo me pedían 8 millones de pesos, entonces yo les dije que dé a
donde yo les iba a dar 8 millones y me dijeron es que usted es muy rico y si no nos da los
8 millones lo tenemos que matar, yo les dije que con mucho gusto me podían matar. A mí
me dio rabia, porque a uno lo están amenazando y yo le dije, ustedes hijueputas me van a
matar, no... Usted es un solo hombre y yo también, camine hijueputa y acabamos esto,
entonces me amarraron y a la señora también la amarraron y le dije a la señora, no
vamos a hablar que si dios quiere nos vamos a soltar y después nos vamos, teníamos que
defender a los hijos, tenía que defender a las niñas. A nosotros nos soltó un niño del
primo, el niño era muy jodido, entonces él me dijo: primo como a usted amarraron yo
voy a traer un cuchillo y lo voy a desamarrar, entonces yo le dije apúrese porque nos
vamos. Entonces el niño andaba así como mucho ojo y apenas pudo con el cuchillo
desamarró, entonces yo le dije vámonos. Al niño también tocaba llevármelo porque si no
lo mataban. Agarramos lo que pudimos... cuántos animales nosotros perdimos, cantidad
de plata que perdimos ahí.” (Entrevista 12 realizada a Leonardo. Embera Chamí.
Alojamiento Embera, Bogotá.)
Del testimonio anterior, se puede observar que el señor Leonardo era propietario de
grandes extensiones de tierra en Mistrató en donde tenía considerables cultivos, razón por la
cual la guerrilla le exigía el pago mensual de cierta cantidad de dinero a cambio de no ser
desplazado o asesinado, pero al oponerse frente a la extorsión los guerrilleros toman medidas
extremas obligándolos a salir de allí. Respecto a las personas que deciden ayudarlos para
emprender su huida también deben salir inmediatamente del territorio, pues esto es una causa
directa para ser asesinado.
Se debe aclarar que en el territorio la familia mantenía una economía auto sostenible a
través de la agricultura por medio de sus cultivos que se basan como lo expresó el señor
Leonardo en el testimonio de café, maíz, frijoles, chocolate etc. Pero a la vez desarrollan la
economía capitalista con el comercio de los productos de sus cultivos en los cascos urbanos
más cercanos, en este caso en el pueblo de Mistrató; a la vez mantienen ingresos por medio de
la venta de artesanías con mostacillas por parte de las mujeres de la comunidad.
En este punto, se evidencia de manera clara una de las grandes diferencias entre los
Catíos y los Chamí, pues los primeros mantienen una economía itinerante entre el barequeo y
sus cultivos, los cuales son para consumo de la misma comunidad y no para la venta debido a
las grandes distancias entre el resguardo y los cascos urbanos; mientras que los segundos
mantienen una economía auto-sostenible pero a la vez capitalista, pues sus cultivos los venden
en los pueblos cercanos junto con las artesanías que ellos mismos elaboran con las mostacillas,
a diferencia de los Catíos que no saben tejer las chaquiras por sus permanencia en medio de la
selva, sin embargo las aprenden a tejer como forma de subsistencia en la ciudad de Bogotá.
Otra diferencia que se evidencia en los relatos y en las entrevistas, es la participación
de la mujer dentro de la comunidad y sobre todo en la familia, pues la mujer Catío se dedica al
cuidado de los niños, a la preparación de alimentos, a moler harina y espontáneamente a la
carga de la leña; mientras que la mujer Chamí se caracteriza por ser una mujer trabajadora,
artesana y labradora de tierra. Al respecto el señor Leonardo da cuenta de eso en el siguiente
apartado del testimonio.
“La señora tenía 200 gallinas, pues por eso decían que nosotros teníamos plata. Allá
tener dos animales ya significa tener plata, teníamos 100 cerdos. A nosotros nos da rabia
porque allá perdimos mucha plata. Vea como vivimos aquí, vendiendo chaquiras, allá
teníamos nuestros animales, entonces por eso es que uno se aburre. Vea allá en el
territorio uno se toma un tintico y se va a trabajar, se va a sembrar, si es domingo uno se
va a pescar. La señora tenía una huerta grandísima, la señora trabajaba mucho. La
señora me dijo yo quiero mi huerta casera, y se la hice grande, le compre todas las
semillas, tomate, repollo, frijol, arracacha y al mes ya teníamos un cultivo bueno.
Nosotros llevábamos eso a Mistrató y vendíamos eso. Nosotros con esa platica
ahorrábamos y comprábamos animales” (Entrevista 13 realizada a Leonardo. Embera
Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá.)
Después de la huida, la familia Nemgarabe junto con el hijo del primo, quien los
desamarró, se dirigen a pie hacia el municipio de Carmen de Atrató donde vivieron durante 3
años. Este municipio se encuentra ubicado sobre la cordillera occidental, de clima variado
entre frio, templado y cálido que permite el buen desarrollo de cultivos y lo ubica como el
primer municipio del Chocó como se refleja en el Mapa 15. Sin embargo, a pesar de ser un
municipio que cuenta con tierras fértiles para los cultivos, la familia Nemgarabe se dedica a la
venta de artesanías elaboradas con mostacilla como las pecheras, aretes y manillas
(Fotografías 5 y 6) , lo cual se evidencia en el testimonio del señor Leonardo.
Mapa 15. Reconstrucción de las rutas del desplazamiento.
Mapa elaborado por Luis Carlos Romero León
Fotografía 5. Collar de mostacillas checas elaborado por el señor Gabriel Bitucay.
Fotografía 6. Collar de mostacillas checas elaborado por el señor Gabriel Bitucay.
“Primero nos dan entrada al departamento del Chocó porque nosotros siempre nos
metemos por ahí, cuando las niñas eran pequeñitas, entonces ya con la señora fuimos
entrando de primera por la entrada del Chocó, nosotros vivimos allá casi 3 años en el
departamento del Chocó, allá vendimos artesanías. Después del departamento del Chocó
fuimos buscando otra ciudad, entonces entramos en el Carmen de Atrato. Nosotros
andamos como casi 2 años así, entrando y saliendo.” (Entrevista 14 realizada a
Leonardo. Embera Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá.)
En relación al testimonio anterior, se analiza que esta familia desde su salida del
territorio de Mistrató inicia una búsqueda de estabilidad por diferentes ciudades y municipios
de Colombia, por lo tanto su máxima duración en algunos de ellos fue de 3 años, después de
este tiempo como dicen el señor Leonardo “nos aburríamos y nos íbamos pa´otro lado”
entonces iniciaban una nueva migración, situación que perduró hasta la llegada a Bogotá.
Continuando con la ruta migratoria de la familia Nemgarabe, después de Carmen de
Atrató, sus asentamientos fueron: Antioquia, Rio Negro, Canadá (vereda de Rio Negro) y
finalmente Bogotá a donde llegaron en el año 2009 (ver anexos). Se debe aclarar que estos
lugares de asentamiento, exceptuando Bogotá, únicamente fueron mencionados sin
profundizar en actividades económicas, problemas presentados dentro de las ciudades y
veredas, o las razones específicas de su salida, por lo tanto se entiende que mantuvieron la
venta de artesanías y salían en busca de garantías para la familia.
Ahora bien, en Bogotá el primer lugar en el que residen, al igual que la familia Bitucay
es en el barrio San Bernardo ubicado en la localidad de Santa Fe, en los inquilinatos más
conocidos como paga-diario.
2.5 Paga-diarios del barrio San Bernardo de la localidad de Santa Fe.
La localidad de Santa Fe se caracteriza por la presencia de diferentes grupos étnicos
como los quechuas, kankuamos, wayuu y Embera, quienes han llegado a la ciudad por las
dinámicas de violencia en sus respectivos territorios, situación que obliga a las familias a
ubicarse en los espacios más pobres de la ciudad como lo muestra el Mapa 16, en la cual se
puede observar que los mayores asentamientos de las familias desplazadas se concentran en
los barrios San Bernardo con un índice que supera las 300 personas y Las Cruces que supera
los 200 habitantes.
Mapa 16. Población en condición de desplazamiento. Localidad de Santa Fe.
Fuente: Diagnóstico local con participación social 2009-2010. Alcaldía Mayor de Bogotá.
Desde el año 2009, con el desplazamiento masivo que se vivió en Colombia, la
mayoría de las familias pertenecientes a los diferentes grupos étnicos se empiezan a concentrar
en las UPZ (Unidades de Planeamiento Zonal) de Cruces y Lourdes pertenecientes al territorio
Social 1 como lo muestra el Mapa 17. Los territorios sociales fueron definidos por el Consejo
local de gobierno, Consejo Local de Política Social y la Comisión local Intersectorial de
Participación, resultando cuatro definiciones de Territorio a partir de las zonas de condiciones
de vida propuestas por el sector de salud y se denominaron así: Territorio social 1, la zona de
mayor concentración de problemas sociales y alta vulnerabilidad; Territorio social 2, zona con
población flotante y vulnerable, labor administrativo y financiero; Territorio social 3, zonas de
condición de vida favorables, y finalmente el Territorio social 4 corresponde a la zona rural.
(Alcaldía Mayor de Bogotá, 2010)
De igual manera, en el Mapa 17 se pueden evidenciar las tres etnias con mayor
concentración en la ciudad de Bogotá que son afrodescendientes, indígenas y población ROM,
es decir los gitanos. En las cuatro UPZ definidas en la gráfica se puede evidenciar que la
mayor concentración es de la población indígenas superando el 50% en cada una de ellas, así
mismo, se refleja que la menor concentración la presenta la población ROM, pues en la UPZ
96 (la macarena) evidencia la no existencia de habitantes de esta población, y finalmente se
visibiliza la población afrodescendiente con un menor porcentaje pero existente en las cuatro
Unidades de Planeamiento Zonal.
Mapa 17. Grupos étnicos por UPZ. Localidad de Santa Fe.
Fuente: Diagnóstico local con participación social 2009-2010. Alcaldía Mayor de Bogotá.
Como bien se observa, es la UPZ de las cruces donde se concentra el mayor porcentaje
de población indígena, principalmente en el barrio San Bernardo que pertenece al estrato
socioeconómico 2 y su zona residencial está en proceso de deterioro que se manifiesta en la
constante inseguridad, en las dinámicas urbanas que allí se han generado como lo son la venta
y consumo de estupefacientes y la prostitución, el mal estado de las construcciones, la
presencia de basuras y desechos en las calles y sobre todo los problemas de hacinamiento en
las viviendas, las cuales se adecuan a los ingresos de sus habitantes.
Ahora bien, el barrio San Bernardo, se encuentra ubicado entre la calle sexta y la calle
primera, entre la avenida Caracas y la carrera 10 y se caracteriza por ser la zona de la ciudad
con más peligrosidad donde se desarrolla la comercialización y consumo de sustancias
psicoactivas. Según el Instituto de Estudios Urbanos, esta zona se divide en dos sectores; el
primero que cuenta con grandes casas que funcionan como inquilinatos y se encuentran
personas en condición de indigencia, prostitución y drogadicción. En el segundo sector, se
encuentra el desarrollo de actividades comerciales, específicamente la venta de muebles.
(Secretaría Distrital de Planeación)
Como se dijo anteriormente, la ocupación residencial del barrio se reconoce por la
presencia de inquilinatos que comúnmente son llamados “paga-diarios”, donde pagan entre
6.000 y 15.000 pesos la noche según la habitación, allí residen no solo personas en condición
de desplazamiento en su mayoría indígenas pertenecientes a la comunidad Embera Catío,
provenientes en gran parte del resguardo Alto Andágueda del municipio de Bagadó (Chocó)
de las comunidades de Cascajero y Río Colorado; y de la población Embera Chamí de
Risaralda de los municipios de Mistrató y Pueblo Rico, sino también habitantes de la calle y
trabajadoras sexuales.
En este sentido, las familias indígenas que habitan en las piezas de los inquilinatos o
paga-diarios, se enfrentan a graves problemas de salubridad y hacinamiento, pues, es común
que las familias extensas se ubiquen en una sola habitación; y esto en mi análisis tiene dos
razones de ser; una se debe a la forma de vida que tenían en su territorio, si recordamos, en sus
lugares de origen vivían las familias en un mismo sitio pero en diferentes tambos, en el caso
de los Embera Catío, lo cual en cierta medida mantienen en la ciudad; la segunda razón es por
los bajos ingresos que obtienen con la venta de artesanías para el caso de los Embera Chamí.
A la vez, se analiza que al vivir toda una familia en una misma habitación se dan un apoyo
moral y económico pero al mismo tiempo se protegen entre todos para no ser víctimas de las
dinámicas urbanas, como por ejemplo los robos.
En este contexto, la relación que mantienen con los administradores de estos
inquilinatos es variable, pues según los testimonios de las familias Nemgarabe y Bitucay,
algunos se muestran tolerantes frente a la situación que viven en la ciudad, pero el no pago
diario de la habitación puede acontecer un desalojo violento.
Continuando con la vida de las familias en este barrio y a pesar de las inconsistencias
cronológicas y de orientación en la ciudad, el señor Gabriel, a lo único que se refirió respecto
a su duración en paga-diario fue:
“Cuando llegué aquí al centro, en la calle 16, siempre me quedé en paga-diario y dure
mucho tiempo en paga diario. En paga diario uno vive bien, cocina uno mismo, cocina
digamos pescado, harina que molemos, tomamos chicha de chontaduro, chicha de
chócolo, todo lo cocinamos nosotros.” (Entrevista 15 realizada a Gabriel Bitucay.
Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá.)
Como se puede evidenciar en el testimonio, el señor Gabriel a pesar de llevar 14 años
en la ciudad de Bogotá todavía presenta dificultades en la ubicación dentro de ésta, pues si nos
fijamos bien, él dice que llegó a los paga-diarios de la calle 16, cuando lo que se ubicaba en
esta calle era el segundo alojamiento instalado por la Alcaldía Mayor de Bogotá, mientras que
los paga-diarios en los que habitaron quedan ubicados entre la carrera 3 y la calle 5, en el
barrio San Bernardo.
Por el contrario, el señor Leonardo si mantiene una coherencia en sus testimonios
refiriéndose a los años exactos de llegada y salida de las ciudades en las que han estado a lo
largo del desplazamiento, de la misma manera se refiere a las direcciones exactas en donde
han vivido en la ciudad de Bogotá al igual que su lugar de trabajo; esto se puede entender por
el hecho de que la familia Nemgarabe vivió en un casco urbano, en Mistrató, lo que facilita la
ubicación dentro de la ciudad, a diferencia de la familia Bitucay que vivió gran parte de su
vida en zona selvática.
“Nosotros vivimos casi dos años y medio en paga diario, eso quedaba en la 5 con 3, en el
barrio San Bernardo. Allá fue a lo primero que nosotros llegamos aquí. Nosotros
pagábamos el día a 17.000, era un cuarto para nosotros grande. A veces me quedaba sin
pagar 2 o 3 días y a lo último la patrona nos decía, si usted no es capaz de pagar se tiene
que ir de aquí y yo le decía, si patrona deme un tiempito y me pongo al día. Esa patrona
era buena, no era grosera ni nada, ella me decía, vea Leo, como usted es un buen
trabajador, trabaja mucho, yo lo espero estos días para que me pague. Entonces nosotros
veníamos del centro donde trabajábamos. Nosotros mismos cocinábamos, hacíamos
carne, frijoles, pasta, arroz, papa, así...” (Entrevista 16 realizada a Leonardo. Embera
Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá.)
Las familias Nemgarabe y Bitucay enfatizan el tema de la cocina, debido a que en los
alojamientos instalados por la Alcaldía Mayor de Bogotá ellos no pueden cocinar, pues en
estos lugares tienen contratación con empresas especiales encargadas para la cocción de los
alimentos, lo cual significa otra gran pérdida para ellos, pues desde que están inscritos en estos
sitios no volvieron a comer alimentos típicos en su cultura, como por ejemplo el ñame, el
chontaduro y el plátano que consumían a diario.
Enfatizando en las zonas de trabajo de las familias Embera, también es necesario hacer
las distinciones entre Catío y Chamí, para esto se reitera los lugares de origen de cada familia
puesto que esto es decisivo laboralmente en la ciudad. Teniendo en cuenta que la familia
Bitucay proviene de Cascajero, zona selvática, donde las mujeres se dedicaban al cuidado de
los niños y los hombres al cultivo, a la pesca y eventualmente al barequeo, ellos no saben tejer
las artesanías con las chaquiras, pero una vez en Bogotá se ven obligados a aprender este arte,
pero mientras lo aprenden se dedican a pedir limosna en algunos sitios estratégicos, como por
ejemplo el señor Gabriel que lo hacía en chapinero, en la calle 54, donde más adelante se
encuentra vendiendo las artesanías elaboradas por él mismo, situación que evidencia los
cambios en las dinámicas de obtención de recursos económicos en la mayoría de Embera
Catíos. A diferencia de la familia Nemgarabe, que su mayor parte de la vida transcurrió en el
pueblo de Mistrató, donde las mujeres son artesanas desde pequeñas y los hombres se dedican
al cultivo, a la pesca y también al tejido, les facilita en términos de las dinámicas urbanas la
venta y la adaptación a la ciudad, esta familia en particular desde su llegada a la ciudad se ha
dedicado a vender collares, pecheras, manillas y aretes al lado del museo del oro.
“Nosotros trabajamos en la parte de la 11 con 13 al frente del museo de oro, más arriba
de la iglesia, pero casi no nos dejan vender, porque otra vez está llegando mucha gente
del territorio y ellos se traen cantidad de collares y esa gente está vendiendo muy barato,
traen bastante.” (Entrevista 17 realizada a Leonardo. Embera Chamí. Alojamiento
Embera, Bogotá.)
Una vez instalados en sus sitios de trabajo informal en la ciudad, los indígenas Embera
enfrentan más problemáticas, como lo son las bajas ventas de artesanías, los robos por parte de
algunos citadinos que se aprovechan de su condición como desplazados y el levantamiento de
sus artesanías por parte de la policía. Al respecto el señor Leonardo y su esposa Rocío me
contaron la siguiente historia:
“La policía hay veces nos molesta porque está llegando mucha gente de Risaralda…pero
casi no nos dejan vender, porque otra vez está llegando mucha gente del territorio y ellos
se traen cantidad de collares y esa gente está vendiendo muy barato, traen bastante. Vea
esa gente un collar grande lo vende a 20.000 y nosotros, como es arte de nosotros lo
estamos vendiendo en 50 u 80 porque la manilla más ancha la vendemos en 20.000 y las
delgadas la vendemos a 8. Esa gente la vende muy barata entonces nos dicen que
nosotros vendemos muy caro, lo que nosotros vendemos a 25 esa gente lo vende a
10.000. Nos están perjudicando porque no nos compran, nos dicen que está muy caro, la
gente aquí no valoriza el trabajo de uno, el cansancio del ojo, la cintura achacada y la
gente debe valorar eso, el trabajo de uno. Digamos la gente que no valora lo de uno está
perdiendo, yo tengo que pensar en la ganancia, a mí no me gusta vender barato, el que
no me quiera comprar que no me compre.” (Entrevista 18 realizada a Leonardo. Embera
Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá.)
“Eso a mí me da rabia de los policías, yo hablo mucho con ellos pero me da rabia,
peleamos, ellos no pueden entender. Y nos decían la alcaldía nos está mandando
entonces se levantan y nos empezaban a levantar y yo les decía: ¡Bueno policía me
respeta un poquito! Nosotros aquí trabajamos con nuestras artesanías y ustedes vienen
aquí a robar.” (Entrevista 19 realizada a Rocío, esposa de Leonardo. Embera Chamí.
Alojamiento Embera, Bogotá.)
“Además aquí hay muchos ladrones y uno tiene que llevar eso, vea un señor se cogió un
collar y se agachó todo para llevárselo escondido y estaba sacando dos manillas además,
entonces yo le dije ¿Qué está haciendo usted señor? ¡Yo creo que usted es un ladrón!
Llego un ladrón, hágale, y usted se va a llevar mis cosas y le metí la mano en el bolsillo a
la mala y se lo saqué y le dije si lo va a llevar, llévelo pues, pero si usted quiere morir no
me de esa manilla y le dije: ¡vamos a matar!, y ahí si entregó todo y salió corriendo…
Todo lo que llevaba sumaba $40.000 pesos, desde ahí ese señor nunca más volvió…”
(Entrevista 20 realizada a Leonardo y su esposa Rocío. Embera Chamí. Alojamiento
Embera, Bogotá.)
Dado lo anterior, se analiza que los indígenas no solo han sufrido de las dinámicas de
la violencia en territorio sino también en el contexto urbano en el cual han llegado como
desplazados, pues en los relatos anteriores se evidencia que mantienen una inseguridad
respecto a los robos y los levantamientos de vendedores informales que lleva a cabo la policía,
situaciones que los perjudican económicamente de manera considerable, ya que por medio de
la venta de estas artesanías ellos logran pagar las habitaciones en las que se alojan y la
manutención de toda la familia. Del mismo modo, se analiza que los citadinos no logran
entender todo el contexto que ha rodeado a las personas desplazadas, quienes cuentan con
ayudas mínimas para poder sobrevivir en la ciudad, y al contrario de encontrar personas que
los ayuden en su diario vivir, se chocan con citadinos que les afectan su economía y sobre todo
su seguridad en Bogotá.
La problemática en torno a vivienda, educación, salud y alimentación de las familias
asentadas en el barrio San Bernardo mejora a partir del año 2011 cuando la Alcaldía Mayor de
Bogotá dispone de 3 alojamientos en la ciudad para la comunidad, siendo el primero, el
albergue ubicado en el barrio 20 de Julio, el segundo, ubicado en la calle 16 con carrera 17 y
el tercero, en el que se encuentran actualmente, en la localidad de los Mártires.
2.6 Alojamientos temporales creados por la Alcaldía Mayor de Bogotá
Para el año 2011, la Alcaldía Mayor de Bogotá declara en situación de Emergencia
Distrital Sanitaria las condiciones de vida de la población Embera, por lo cual adoptan
disposiciones especiales para detener la crisis sanitaria y evitar la extensión de sus efectos. A
la vez, la Secretaría Distrital de Salud informa sobre las precarias condiciones higiénico-
sanitarias que se presentan en los inquilinatos donde habita la población Embera advirtiendo la
adquisición de enfermedades respiratorias y gastrointestinales, particularmente en la población
infantil (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2011). En este sentido, la mayoría de la población que
habita en el barrio San Bernardo padece las Enfermedades Diarreicas Agudas (EDA) e
Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) presentándose con más frecuencia en las personas
adultas (Secretaría Distrital de Planeación). En consecuencia, el 1 de Junio de 2011 la
Secretaría de Salud lleva a cabo el desalojo de 110 indígenas Embera de los inquilinatos
ubicados en el barrio San Bernardo, lo cual se logra después de realizar un plantón en la Plaza
de Bolívar el 27 de mayo de 2011, pues mediante la comunicación Nº 1-2011-32075 la
Secretaría Distrital de Integración Social informa que la población Embera asentada en los
barrios Santa Bernardo y La Favorita de la localidad de los Mártires seria reubicada en el
barrio 20 de Julio en un alojamiento temporal (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2011), éste fue
administrado por la misma comunidad durante tres meses hasta el día 29 de agosto, cuando
una menor de dos meses de nacida muere (Carreazo), lo que implica el cierre y traslado hacia
la calle 16 con carrera 17.
Ahora bien, teniendo en cuenta la permanencia de la familia Bitucay en la ciudad,
fueron ellos unos de los primeros en experimentar el alojamiento ubicado en el barrio 20 de
Julio, el cual recuerdan como el mejor albergue en el que se han asentado hasta el momento.
Al respecto, el señor Gabriel se refiere a él de la siguiente manera:
“En el 2011 fue cuando llegaron los demás desplazados, muchos cabildos y ahí fue
cuando sacaron los albergues, pero primero vivimos en paga diario, cuando llego un
coordinador hicimos todo para los albergues. Los coordinadores se llaman Juan Carlos
Murillo y Abelino Arce, ósea los voceros del cabildo y se planteó para sacar los
albergues, entonces sacaron tres albergues, el primero fue en el 20 de julio ahí estuvimos
un año, allá era bien porque no habían celadores y no había portero sino todos éramos
indígenas, era propio, cocinábamos nosotros y comíamos lo de nosotros. De allá salimos
porque era muy peligroso también.” (Entrevista 21 realizada a Gabriel Bitucay. Embera
Catío. Alojamiento Embera, Bogotá.)
El segundo albergue ubicado en la Calle 16 con Carrera 17 como se observa en la
Figura 18, se crea con el objetivo de brindar alojamiento permanente y alimentación, se
incorpora el componente de primeros auxilios como asistencia pero no como compromiso
fundamental, razón por la cual interviene la Secretaría de Salud y el Hospital Centro Oriente; y
a la vez se crea con el fin de adelantar los procesos necesarios para el retorno y la reubicación,
siempre y cuando se generen las tres garantías que están contempladas dentro de Unidad de
Víctimas que son:
Seguridad, es decir, las condiciones que debe tener el lugar al cual solicitan la
reubicación o el retorno garantizando su integridad física, la integridad de la
propiedad y la estabilización socioeconómica;
Voluntariedad, que es el acto mediante el cual la persona manifiesta
libremente su decisión de retornar o reubicarse con pleno conocimiento de las
condiciones en que se encuentra el lugar de destino; y finalmente,
Dignidad, lo que implica la restitución de los derechos vulnerados, asegurando
el acceso efectivo a los planes, programa y proyectos orientados a la atención
integral de las víctimas, con el fin de contribuir al goce efectivo de los
derechos (Unidad de Víctimas)
Mapa 18. Ubicación del segundo alojamiento.
Fuente: Google Maps.
Entonces, una familia retorna al término que se cumplan las tres garantías
contempladas por Unidad de Víctimas sin definir un tiempo límite. Del mismo modo, el
Instituto de Bienestar Familiar tiene el compromiso de realizar el acompañamiento a los
menores de edad y a los grupos familiares en situaciones de violencia y negligencia.
En este segundo alojamiento los líderes Embera establecen reglas y conciben un
manual de convivencia con la asesoría de la Unidad de Víctimas para evitar la repetición de
las problemáticas acontecidas en el alojamiento del 20 de Julio; entre las normas se establecen
horas específicas para la entrada y salida del albergue, las cuales tienen que registrar en un
libro que se mantiene en la portería, se prohíben las peleas, las amenazas, ingerir alcohol
dentro del alojamiento y maltratar a los hijos. Dentro de las normas logran mantener algunos
castigos que se llevaban a cabo en el territorio, como por ejemplo el cepo5, que es utilizado
como forma de sanción ante el incumplimiento de los acuerdos sociales, manteniendo una
duración seis horas, a diferencia del territorio donde cumplían hasta quince horas castigados
de esta manera (Carreazo). Ahora bien, el cepo según la Corte Constitucional en la sentencia
T-523/97 “es una forma de pena corporal que hace parte de su tradición y que la misma
comunidad considera valiosa por su alto grado intimidatorio y su corta duración. Además, a
pesar de los rigores físicos que implica, la pena se aplica de manera que no se produce ningún
daño en la integridad del condenado. Estas características de la sanción desvirtúan el que sea
calificada de cruel o inhumana, ya que ni se trata de un castigo desproporcionado e inútil, ni se
producen con él daños físicos o mentales de alguna gravedad” (Corte Constitucional, 1997).
Este alojamiento brindó sus servicios a 604 personas, entre ellas a las familias
Nemgarabe y Bitucay que hasta el momento eran totalmente desconocidos, y fue allí donde se
conocieron a partir de sufrir de la misma enfermedad los dos padres de familia, tanto al señor
Gabriel como al señor Leonardo les practicaban diálisis.
Como se ha dicho a lo largo del trabajo de grado, las dos familias llegaron a la ciudad
en dinámicas diferentes pero bajo la misma causa, ambas familias son víctimas del conflicto
armado, por lo tanto, continuación se evidenciará la llegada de cada una de ellas a este
segundo alojamiento, teniendo en cuenta que la familia Bitucay ya había tenido la experiencia
del 20 de Julio.
5 El cepo es un instrumento hecho de dos maderos gruesos, que unidos forman en el medio unos agujeros
redondos, en los cuales se aseguraba la garganta o la pierna del condenado, al juntarlos.
Las familias que continuaban viviendo en el barrio San Bernardo, entre ellas la familia
Nemgarabe, se organizan políticamente y nombran a un coordinar que será el encargado de
plantearle al gobierno la situación por la que atraviesan en la ciudad, de manera tal que les
ayuden a solucionar ya sea generando el retorno a sus tierras o vinculándolos a los albergues
de la Alcaldía Mayor de Bogotá. Mientras tanto la familia Bitucay se dirigía hacia la calle 16,
en este aspecto, teniendo en cuenta los intereses del señor Gabriel, a lo único que hace
referencia de este alojamiento es a las enfermedades que presentaban los niños en este lugar.
“Nosotros hacemos un acuerdo con la gente, nosotros nombramos un coordinador. Nos
organizamos, después de eso planteamos frente al gobierno que hablamos, ahí fue
cuando ellos nos entregaron el albergue para meter a los indígenas desplazados. Ahí
empezamos a recoger a los indígenas de paga diario, porque estábamos regados, allá en
San Bernardo habían muchísimos. Cuando nos entregaron el albergue de la calle 16
entonces por la noche llegaba la gente, la policía llego a recoger la gente y yo le dije a
un policía ¿A dónde nos van a llevar? y el policía nos dijo a Uds. los vamos a recoger
hoy para llevar al albergue para que el gobierno les entregue la tierrita. Yo ahí le dije a
Rocío, el gobierno como nos va a dar tierra entonces nos vamos para ese albergue. Allá
uno llegaba daba el nombre y el nombre de todos los de la familia y ahí fue cuando
entramos a eso.” (Entrevista 22 realizada a Leonardo. Embera Chamí. Alojamiento
Embera, Bogotá.)
Este segundo alojamiento es cerrado en el momento que de las 604 personas allí
ubicadas, 472 de ellas retornan a sus territorios o son reubicadas en otros espacios, entonces
abren el tercer y actual alojamiento ubicado en la localidad de los Mártires para adecuar a las
132 personas, que conforman 16 familias que aún permanecen en la ciudad.
El tercer alojamiento, al cual se obtuvo acceso gracias a la profesora Herminia Sánchez
fue el lugar donde se llevó a cabo el trabajo de campo en los meses de Abril- Junio del 2014.
Este albergue cumple las mismas funciones del anterior, con la diferencia de tener menos
capacidad para acoger tantas personas como el de la calle 16, pues este inmueble es un edificio
de cuatro pisos que se dividen de la siguiente manera: en el primer piso se encuentra la
portería, el garaje, la cocina y un patio donde acomodan las mesas para recibir los alimentos;
en el segundo piso se encuentra la oficina de los funcionarios, la enfermería y dos cuartos
grandes, en el primer cuarto que es justo al frente de las escaleras, se acomoda la familia
Bitucay, siendo ésta la única familia Catío del alojamiento, allí tienen una cama sencilla en la
que duerme el señor Gabriel con su hijo Mauricio, un camarote en el que duermen en la parte
superior su hijo Rodrigo y en la parte inferior su hijo Juan Luis junto con su esposa, una mesa
donde realizan los tejidos y un televisor.
En el cuarto de enseguida que es más grande, se acomodan cuatro familias Chamí,
entre ellas la familia Nemgarabe; este cuarto no tiene puerta por lo tanto la división la hace
una cortina. Las cuatro familias allí ubicadas hacen divisiones espaciales por medio de los
armarios de cada uno, limitando los espacios entre cada una de ellas; entonces la familia
Nemgarabe tiene dos armarios, una cama sencilla en la que duermen el señor Leonardo y su
esposa Rocío, un camarote en donde duermen en la parte superior sus hijos Jorge Rodolfo y
Juan Felipe, y en la parte inferior Gladys Natalia y Adriana quien se encuentra en embarazo.
Allí mismo, en el segundo piso afuera de las habitaciones y cruzando un pasillo se encuentran
los baños claramente señalizados entre hombres y mujeres.
En el tercer piso que se divide en dos costados norte y sur, los cuales fragmenta una
escalera, se encuentran dos habitaciones en el costado sur y cuatro habitaciones en el costado
norte. En una de las habitaciones del costado sur, se acomodan dos familias Chamí, por lo
tanto se encuentran ocho camarotes, y en la habitación restante se ubica una sola familia
Chamí. De igual manera se ubican los tres cuartos del costado norte. Finalmente, el cuarto
piso, tiene cuatro habitaciones en las que se ubican una familia Chamí por cuarto y un patio o
terraza con alberca donde lavan su ropa.
Ahora bien, en la portería tienen un libro que se debe firmar a la hora de entrar y a la
hora de salir, adjunto se debe poner la institución a la que hace parte y el motivo de la visita.
Este libro lo deben firmar todas las personas que entran y salen del alojamiento, los indígenas
deben dejar clara la hora en la que salen a trabajar por lo general 7 de la mañana y la hora de
su llegada que oscila entre las 5 y 6 de la tarde, pero la última hora en la que la puerta se abre
es a las 7 de la noche, pasada esta hora no se abre la puerta a ninguna persona, en este caso, los
indígenas que llegan tarde deben pasar la noche en paga-diario en el barrio San Bernardo. Esto
demuestra el exceso de control que mantienen las instituciones, las cuales colocan condiciones
que no permiten la reproducción de los patrones culturales y los indígenas se ven obligados a
asumir nuevas dinámicas y nuevas reglas que son completamente ajenas a su forma de vida las
cuales fraccionan su autonomía. Por lo tanto, el alojamiento enfrenta problemas con algunas
familias Chamí, pues con el retorno de las 472 personas en el año 2012, se fueron los líderes
Embera que hacían cumplir las normas establecidas en el manual de convivencia, como
consecuencia, ciertas reglas se empiezan a incumplir como por ejemplo llegar borrachos al
alojamiento, las peleas entre mujeres y no usan el cepo como forma de castigo.
Entre las familias que presentan el problema de consumo de alcohol frecuentemente, se
encuentran el señor Leonardo Nemgarabe y su esposa Rocío, quienes se van de fiesta al barrio
San Bernardo y duran entre 2 y 3 días tomando bebidas alcohólicas como el “chin chin”,
cerveza y esporádicamente aguardiente, dejando a sus 3 hijas menores de edad en albergue
bajo el cuidado de los funcionarios hasta el día que regresan allí. Esta situación se puede
verificar en el siguiente testimonio:
“Rocío: El viernes pasado yo estaba muy borracha y no pude bailar y él me tiró en la
cama y yo ahí quedé, vea ese día a esta hora todavía estábamos tomando (4:04 pm) Es
que Leonardo tiene muchos amigos por allá.
Leonardo: Si y cuando ven que voy con la señora nos dan una botella a cada uno y
agarramos a tomar, nosotros tomamos ahí en San Bernardo, allá vivimos nosotros por
eso conocemos tanta gente
Rocío: Y a mí me gusta hacer muchas amigas y eso hay uno se las encuentra y
empezamos a hablar y dicen "Hay a mí me gusta hablar mucho y ya le está cogiendo la
tarde y terminamos tomando, hacemos mucha recocha"
Leonardo: Si yo estoy enfermo, el martes que usted vino me dio fiebre y diarrea y le dije
a la señora que se comprara una botella para que me calmara esa diarrea y me mandé 5
tragos de una y me calmó
Rocío: Si de una se curó porque cada rato iba al baño
Leonardo: Si eso no me alcanzaba a sentar porque me daba otra vez hasta las 5 de la
tarde y le dije la señora vamos para la casa y compramos esa botella y verá que eso me
cura, yo le di 20 y me mandé 5 copas de una y enseguida otras 5 copas de una
Rocío: Y yo me mande 6 copas también de una y nos vinimos para acá a dejar las cosas y
por el camino nos compramos otra botella, cuando llegamos aquí ya estábamos
prendidos
Leonardo: Entramos y dejamos las cosas a las 6 y a las 9 nos salimos, le dije al celador
que me dejara salir a paga diario y el celador me dijo que ya no habían salidas, entonces
yo hable con la enfermera y la enfermera llamó a Jaime y dijo que era muy tarde que ya
no habían salidas, pero entonces volvieron a llamar a Jaime y él dijo que si nos íbamos
que ya no podíamos entrar otra vez y salimos a las 9:30 y arriba en el centro cuando
llegamos compramos otra media y vamos andando y por el camino no la vamos tomando
Lorena: Ósea que ya iban 3 botellas
Leonardo: Si, y cuando llegamos allá a San Bernardo arrendamos la pieza y salimos a
tomar, después de arrendar la pieza, la noche la están cobrando a 8 mil y agarramos a
tomar aguardiente y quedamos bien borrachos ahí. San Bernardo es Bien, allá es bien
cuando ya lo conocen a uno. Nosotros salimos cada mes así y la gente blanca cuando ya
lo conocen a uno ya es así, ellos dicen que no hay pieza pero como ya nos conocen si hay
pieza guardada. Allá siempre todos amanecen tomando aguardiente, amanecidos todos
Rocío: Amanecer allá es duro porque ponen la música duro y no dejan dormir nada
Leonardo: Ayer nos acostamos a las 8 de la mañana, tomamos toda la noche toda, hasta
que amaneció
Rocío: Dormimos una hora no más
Leonardo: Ella me despertó, me dijo ya amaneció nos vamos y yo le dije para dónde
(risas)
Rocío: Los niños no salieron a trabajar ayer ni nada, se quedaron aquí en la casa, a mí
no me gusta que salgan a trabajar solos” (Entrevista 23 realizada a Leonardo y su
esposa Rocío. Embera Chamí. Alojamiento Embera, Bogotá.)
En este punto es importante hacer una precisión sobre las precarias condiciones de
salud que presentan los Embera en el territorio, donde la principal problemática es la baja
cobertura de agua potable y la dificultad en el saneamiento básico, donde no les garantizan el
derecho a la salud, donde no existen puestos de salud en zonas rurales que cuenten con
dotación y personal médico y donde no hay promotores de salud que son necesarios para el
manejo de salud pública y acercamiento a los indígenas (Defensoria del Pueblo, 2014). Por
dichas razones, al llegar a la ciudad como desplazados reflejan condiciones de desnutrición y
presentan enfermedades como el paludismo y la fiebre amarilla (Hospital Centro Oriente,
2011). Esta situación se agrava en la ciudad, pues los primeros asentamientos de esta
comunidad se ubican en barrios marginales con altos índices de insalubridad como es el caso
del barrio San Bernardo que presenta varias problemáticas como las bajas condiciones
higiénicas por el mal manejo de las basuras y el alto consumo de alcohol a diario,
circunstancias que causan enfermedades por infecciones intestinales, respiratorias y renales.
Como consecuencia de todas estas problemáticas, el señor Leonardo actualmente padece de
una enfermedad que afecta sus riñones, razón por la cual mantiene medicado y día de por
medio la enfermera del alojamiento lo lleva junto con el señor Gabriel a la clínica para que les
realicen las diálisis.
Frente a estos problemas generados por el señor Leonardo y su esposa Rocío, el señor
Gabriel siendo el único Embera Catío muestra su inconformismo con las situaciones que se
presentan semanalmente en el alojamiento y las nulas intervenciones que hacen los
funcionarios.
“En este albergue nos ha ido bien, pero aquí no hay cabildo, no hay coordinador no hay
nada, eso a mí no me gusta, porque hay veces que se pelean mucho las mujeres aquí,
luchando como borrachos. Ellas se pelean aquí adentro, afuera, arriba, aquí las mujeres
pelean mucho. Aquí no hay orientación, ni coordinador. Los Catíos también pelean
mucho, pero yo no peleo aquí con los Chamí, yo aquí ya soy serio. Las mujeres se pelean
porque tienen problemas por los niños, por los celosos y hay veces pelean mucho
borrachos…Llegan de la calle borrachos, toman mucho, todo el día vive borracho el
Chamí, los de arriba Leonardo, Valentina, Carlos, todo el día andan borrachos”
(Entrevista 24 realizada a Gabriel Bitucay. Embera Catío. Alojamiento Embera, Bogotá.)
Para finalizar, en los alojamientos temporales que brinda el gobierno para la población
Embera, cuentan con los servicios de alimentación y vivienda de manera gratuita, por lo tanto
las familias indígenas sólo se hacen cargo de su vestimenta, los gastos escolares de sus hijos y
recreación familiar.
Sin embargo, el alojamiento apoya la parte productiva de la comunidad desde al ámbito
social, incentivando a los indígenas para que trabajen diferentes proyectos de ahorro y auto-
sostenibilidad dirigidos por la Asociación Nuevo Nacimiento para que puedan subsistir en el
momento del retorno, razón por la cual cuentan con varios espacios, uno de ellos es la
comercialización de sus productos artesanales (aretes, manillas, collares); y el otro espacio es
apoyado directamente por la “Asociación Nuevo Nacimiento” por medio de las agendas
realizadas y comercializadas por los mismos Embera, cuyos ingresos son abonados a sus
ahorros. Como bien se sabe, ellos no manejan cuentas bancarias, entonces lo que hizo la
Fundación fue crear una sola cuenta para las 16 familias en la que no se les cobra cuota de
manejo, ni intereses. El objetivo de este ahorro es garantizarles la adquisición de animales
como gallinas y marranos para el momento del retorno y así cumplir con el primer requisito de
Seguridad que les exige Unidad de Víctimas, demostrando que tienen la forma de subsistir en
su territorio mientras la tierra les da sus cultivos.
En la parte educativa, el alojamiento trabaja toda la parte de inclusión social, el
objetivo de este proyecto es garantizar sus derechos fundamentales como el derecho a la
educación, por lo tanto se responsabilizan del ingreso de los niños a jardines y a colegios;
también realizan el proceso de vinculación a la salud, y el procesos de identidad en la ciudad,
es decir, se responsabilizan de los trámites de los documentos como registros civiles, tarjetas
de identidad y cédulas de ciudadanía de cada uno de los indígenas.
Por otro lado, en el alojamiento se evidencia la resiliencia que tienen los indígenas
para subsistir en un medio totalmente ajeno a ellos, entendiendo la resiliencia como la
capacidad que tiene una persona para sobreponerse a situaciones que les hace tener cierto
grado de vulnerabilidad o ciertos desajustes en su patrón de vida, y eso lo han logrado
fortalecer dentro del alojamiento. Ciertamente, los Embera permanentemente reflejan dolor y
sufrimiento de no poder estar en su lugar de origen, lo que hace el alojamiento es orientar y
facilitar los procesos para que ellos logren de una manera temporal adaptarse al espacio
urbano, al que nunca pensaron llegar, pero con el apoyo de la institución se les garantiza un
mínimo de calidad de vida para el futuro temporal en la ciudad. A pesar de las dificultades que
han presentado los indígenas Embera desde el momento en cual fueron despojados de su
territorio se han logrado mantener unidos como cultura y han conservado algunas tradiciones
como los son los vestidos y su lengua natal a pesar de vivir en la capital.
En síntesis, los múltiples desplazamientos que han sufrido las familias Nemgarabe
provenientes de Mistrató (Risaralda) y Bitucay del Alto Andágueda (Chocó), derivan rupturas
y cambios en sus vidas debido a los procesos de adaptación y nuevas relaciones socio-
espaciales que generan transformaciones sociales dentro de sus comunidades. Ahora bien, en
Bogotá se evidencian varias problemáticas, algunas de ellas que se mantienen desde el
territorio, como es el caso de la salud, pues algunos de los integrantes de las familias llegan a
la ciudad con múltiples enfermedades que no fueron atendidas en sus territorios por falta de
centros de salud en zonas rurales, las cuales se agravan en los primeros asentamientos urbanos
debido a los altos índices de insalubridad. Del mismo modo, y a pesar de las intervenciones de
los alojamientos temporales asignados por la Alcaldía Mayor de Bogotá, se evidencia que las
familias asumen las dinámicas urbanas y van perdiendo diferentes costumbres culturales que
mantenían en sus territorios.
3. POLÍTICAS DE RECONOCIMIENTO, PROTECCIÓN Y AYUDA A LOS
INDÍGENAS VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO.
En este capítulo se abordarán y se analizarán las diferentes formas de protección y
atención para la población Embera asentada en Bogotá, tomando como punto de partida la ley
387 de 1997, por la cual se adoptan medidas para la prevención del desplazamiento forzado; la
atención, protección, consolidación y estabilización socioeconómica de los desplazados
internos por la violencia. Del mismo modo, se expondrán los diferentes procesos de retorno y
reubicación que ha adelantado Unidad de Víctimas, y finalmente se plantearán algunas
recomendaciones con la intención de adelantar la formulación de una política pública
apropiada y eficiente para la atención de la población Embera que reside en Bogotá.
Ante la realidad del conflicto armado interno en Colombia, causante de múltiples
desplazamientos, surge la necesidad de protección de las víctimas de este fenómeno. De tal
modo que el Estado plantea políticas nacionales de reconocimiento, protección y ayuda a las
víctimas del conflicto armado, entre ellas la Ley 387 de 1997, la Sentencia T 025 de 2004, el
Auto 004 de 2009, la ley 1448 de 2011 y el Decreto 4633 de 2011; igualmente se plantean
políticas distritales como los Decretos 412 de 2011 y 347 de 2012.
3.1 Políticas nacionales
3.1.1 Ley 387 de 1997. Esta ley es el punto de partida de la política pública respecto al
desplazamiento forzado en Colombia, en ella se define a la persona que se encuentra en esta
situación y se define la responsabilidad que el Estado debe tener con esta población.
De igual forma, se crean entidades nacionales para la atención de la población desplazada,
como por ejemplo el Consejo Nacional para la Atención Integral a la Población Desplazada
por la Violencia y el Sistema Nacional de Atención a la Población Desplazada (SNAPD) con
los objetivos de:
Atender de manera integral a la población desplazada por la violencia para que, en el
marco del retorno voluntario o la reubicación, logre su reincorporación a la sociedad
colombiana.
Contrarrestar y disminuir los efectos de los procesos y dinámicas de violencia que
provocan el desplazamiento, mediante el fortalecimiento del desarrollo integral y
sostenible de las zonas de origen y destino, la protección de los Derechos Humanos y
el Derecho Internacional Humanitario.
Incorporar los esfuerzos públicos y privados para la adecuada prevención y atención de
las situaciones de desplazamiento forzado por la violencia.
Garantizar un manejo oportuno y eficiente de todos los recursos humanos, técnicos,
administrativos y económicos que sean indispensables para la prevención y atención de
las situaciones que se presenten por causa del desplazamiento forzado por la violencia.
También se proclaman las medidas para la prevención, atención humanitaria de
emergencia, estabilización socioeconómica y retorno de la población (Alcaldía Mayor de
Bogotá, 1997). Por lo tanto, esta ley es el mayor apoyo que tiene esta población en situación
de desplazamiento, con ella se evidenció un progreso, en cuanto a la atención y sensibilización
frente a este fenómeno, y es a partir de ella que se expiden diferentes Acuerdos y Decretos
para la conformación de las entidades que se establecieron en la ley 387 de 1997.
Entre los Decretos que expidió la Presidencia de la República en 1998, están el 501 del 22
de mayo de 1998 y el Decreto 290 del 3 de Mayo de 1999, en el primero se establece la
organización y funcionamiento del Fondo Nacional para la Atención Integral a la Población
Desplazada por la Violencia (Alcaldía Mayor de Bogotá, 1998), y en el segundo Decreto se
dictan medidas para facilitar la inscripción en el Registro Civil de Nacimiento y el trámite de
documento de identificación de las personas desplazadas por la violencia (Alcaldía Mayor de
Bogotá, 1999).
Más adelante, en el año 2000 se expide la Ley 589, por medio de la cual se reconoce el
genocidio, la desaparición forzada, el desplazamiento forzado y la tortura, de igual manera, se
expide el Decreto 952 de 2001, en el que se reglamenta la vivienda y el subsidio de vivienda
para la población desplazada y el Decreto 2007 del mismo año, en el que se establece la
oportuna atención a la población rural desplazada y el retorno voluntario a su lugar de origen.
Del mismo, en el 2001 el Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES) expide
el documento 3115 que busca designar recursos por parte de las entidades del Sistema
Nacional de Atención a la Población Desplazada para la formulación de programas y
proyectos, también busca una distribución presupuestal que favorezca a la población
desplazada (Caicedo, Delma, Millán, & Pulido, 2006).
Finalmente, se promulgan el Acuerdo 003 de 2003 y el Decreto 2131 de 2003, el acuerdo
determina los montos máximos para la estabilización socioeconómica de la población
desplazada (Caicedo, Delma, Millán, & Pulido, 2006); y el Decreto tiene como objetivo
reglamentar la atención en salud de la población desplazada según la Ley 100 de 1993.
En resumen, todas las normas y decretos anteriormente mencionados, fueron políticas que
se presentaron a nivel nacional para la atención y protección de la población desplazada, sin
embargo, todas resultaron siendo ineficientes, pues el Estado no brindó la atención, el
acompañamiento, el apoyo y la protección que exigía la Ley 387 de 1997, por lo tanto se
inició la acción de tutela que concluyó en la Sentencia T-025 de 2004.
3.1.2 Sentencia T-025 de 2004. El incumplimiento de la Ley 387 de 1997 radicada por el
Gobierno Nacional, establece una serie de acciones de tutela presentadas por los desplazados
hacia el Gobierno y las diferentes instituciones administrativas por la ineficiencia y la nula
atención que estaba recibiendo la población desplazada por parte del Estado. Por lo tanto, la
Corte Constitucional en el año 2004 declara el “Estado de cosas inconstitucional” (Corte
Constitucional, 2004) debido a:
La vulneración masiva de varios derechos constitucionales que perjudican a un número
significativo de personas,
La negligencia de las autoridades en el cumplimiento de sus obligaciones para
garantizar los derechos,
La aceptación de prácticas inconstitucionales, como la admisión de la acción de tutela
como parte del procedimiento para garantizar los derechos,
El no trámite de medidas legislativas, administrativas o presupuestales necesarias para
evitar la vulneración de los derechos,
La existencia de un problema social cuya solución compromete la intervención de
varias entidades que requiere la adopción de acciones y exige un nivel de recursos que
demanda esfuerzos presupuestales importantes,
La presentación de múltiples acciones de tutela para la protección de sus derechos, lo
que produjo una congestión judicial.
Por consiguiente, esta sentencia reconoce los derechos (Corte Constitucional, 2004) que el
juez afirma están siendo vulnerados como lo son:
El derecho a la vida en condiciones de dignidad;
Los derechos de los niños, de las mujeres cabeza de familia, los discapacitados y las
personas de tercera edad, y de otros grupos especialmente protegidos;
El derecho a escoger su lugar de domicilio;
Los derechos al libre desarrollo de la personalidad, a la libertad de expresión y de
asociación;
Por las características propias del desplazamiento, quienes lo sufren ven sus derechos
económicos, sociales y culturales fuertemente afectados.
El derecho a la salud en conexión con el derecho a la vida;
El derecho a la integridad personal;
El derecho a la seguridad personal;
La libertad de circulación por el territorio nacional y el derecho a permanecer en el
sitio escogido para vivir;
El derecho al trabajo y la libertad de escoger profesión u oficio, especialmente en el
caso de los agricultores que se ven forzados a migrar a las ciudades y, en consecuencia,
abandonar sus actividades habituales;
El derecho a una alimentación mínima;
El derecho a la educación, en particular el de los menores de edad que sufren un
desplazamiento forzado y se han visto obligados a interrumpir su proceso de
formación.
El derecho a una vivienda digna, puesto que las personas en condiciones de
desplazamiento tienen que abandonar sus propios hogares o lugares habituales de
residencia y someterse a condiciones inapropiadas de alojamiento en los lugares hacia
donde se desplazan, cuando pueden conseguirlas y no tienen que vivir a la intemperie.
El derecho a la paz, cuyo núcleo esencial abarca la garantía personal de no sufrir, en lo
posible, los efectos de la guerra, y mucho menos cuando el conflicto desborda los
cauces trazados por el derecho internacional humanitario,
El derecho a la personalidad jurídica, puesto que por el hecho del desplazamiento la
pérdida de los documentos de identidad dificulta su registro como desplazados y el
acceso a las distintas ayudas, así como la identificación de los representantes legales,
cuando se trata de menores de edad que son separados de sus familias.
El derecho a la igualdad.
Al mismo tiempo, la Corte dio una serie de órdenes generales que adecuaban la política
pública para que se garantizaran los derechos fundamentales de las personas desplazadas, las
cuales son respaldadas tanto por la Corte Constitucional como por diferentes organizaciones
sociales. Al respecto, la Corte Constitucional ha emitido una serie de Autos6 que se ocupan de
la afectación diferenciada del desplazamiento, enfocándose en los grupos poblacionales más
vulnerables, como por ejemplo: para las mujeres los Autos 092 de 2008 y 237 de 2008; para
los niños, niñas y adolescentes el Auto 251 de 2008; para las personas con discapacidad el
Auto 006 de 2009; para las personas afrodescendientes el Auto 005 de 2009 y para los
indígenas el Auto 004 de 2009. Estos Autos evidencian los avances en las órdenes generales
dictadas en la Sentencia T-025 de 2004, a la vez denuncia las falencias en su cumplimiento y
detalla el contenido de las mismas.
En síntesis, la Sentencia T-025 de 2004 destaca la necesidad de brindar ayuda primordial a
la población desplazada y hace un enfoque diferencial que protege la diversidad étnica y
cultural a través de mecanismos efectivos como los Autos 004 y 005 de 2009 que generen un
6 Orden judicial que dispone al Estado a crear reglas de protección, estos Autos no regulan nada.
avance con relación a la situación del desplazamiento. Así pues, la Sentencia ordena al Estado
colombiano brindar colaboración integral a las personas desplazadas.
3.1.3 Auto 004 de 2009. Este Auto implementa las órdenes impartidas por la Corte
Constitucional para proteger los derechos fundamentales de las personas y pueblos indígenas
en situación de desplazamiento o en riesgo de estarlo.
Las decisiones acogidas en este Auto, tiene como fundamento la situación de los
pueblos indígenas en cuanto al riesgo del exterminio de las comunidades, sea culturalmente,
por la dispersión de sus miembros a causa del desplazamiento, o físicamente debido a la
muerte de sus integrantes por la situación de violencia en el país. Por lo tanto, la Corte
Constitucional agrupó en este Auto los principales factores de riesgo en tres categorías (Corte
Costitucional, 2009):
Las confrontaciones que se despliegan en los territorios indígenas entre los actores
armados afectando de manera directa a las comunidades indígenas.
Los procesos bélicos que involucran a los pueblos indígenas y a sus miembros
individuales en el conflicto armado.
Los procesos territoriales y socioeconómicos relacionados al conflicto armado interno
que afectan a sus territorios tradicionales y a sus culturas.
En efecto, los acuerdos hacen referencia a los señalamientos en contra de las
comunidades indígenas indicando que son colaboradores de algún grupo armado, a los
asesinatos selectivos de líderes indígenas, a las amenazas, al control de movilidad de las
personas y de los alimentos, al reclutamiento forzado de menores de edad por parte de los
actores armados, al despojo territorial debido a los intereses por los recursos naturales de los
territorios de las comunidades y finalmente al desarrollo de actividades económicas legales e
ilegales en los territorios indígenas. De esta manera, la Corte Constitucional concluye que las
comunidades indígenas se encuentran desamparadas ante los impactos del conflicto armado, a
la vez, considera los casos de pobreza extrema y el abandono institucional en los que se
encuentran las diferentes comunidades indígenas del país.
Ahora bien, respecto a la situación de la comunidad Embera, el Auto 004 de 2009
señala las diferentes problemáticas que enfrenta la comunidad Embera Catío, puesto que es la
comunidad con más altos índices de homicidios selectivos, masacres, casos de desnutrición en
los territorios y en las ciudades en las que se asientan después del desplazamiento. Del mismo
modo, menciona que la comunidad Embera Catío afronta reiteradamente múltiples
desplazamientos a causa del conflicto armado (Corte Costitucional, 2009).
Por otro lado, en el Auto 004 de 2009 se documentan algunos hechos específicos
causantes del desplazamiento de la comunidad Embera Catío (Corte Costitucional, 2009)
como lo son:
Los impactos del megaproyecto de Urrá, que se documenta en la decisión judicial T-
652 de 1998;
Inundación de lugares agrados;
Violaciones de Derechos Humanos por parte de los diferentes actores armados;
El reclutamiento forzado de menores de edad;
Los combates en el territorio;
Situaciones de restricción de movilidad;
Crisis alimentaria que produce múltiples casos de desnutrición; y
Explotación de recursos naturales
Finalmente y con el propósito de superar la vulneración de los derechos fundamentales,
la Corte establece dos órdenes puntuales:
Diseñar e implementar un programa de garantía de los derechos de los pueblos
indígenas afectados por el desplazamiento; y
Diseñar e implementar planes de salvaguardia étnica ante el conflicto armado y el
desplazamiento forzado para varias comunidades indígenas, entre ellas se incluyen el
plan de salvaguardia étnica del pueblo Embera Catío, Chamí y Dóbida (Corte
Costitucional, 2009).
Los planes de salvaguardia deben ser consultados de manera previa con las autoridades de
cada uno de los pueblos, deben prevenir el impacto del conflicto armado, deben atender los
derechos fundamentales de los desplazados, deben brindar protección a los líderes de las
comunidades, deben disponer de herramientas para el fortalecimiento cultural, deben brindar
protección para los territorios y deben garantizar el retorno o la reubicación de las familias
desplazadas (Corte Costitucional, 2009).
En suma, el Auto 004 de 2009 protege los derechos fundamentales de los pueblos
indígenas y reconoce las diferentes problemáticas que deben afrontar las 34 comunidades del
país, haciendo énfasis en los hechos causantes del desplazamiento de la comunidad Embera.
Finalmente, con el fin de superar la vulneración de los derechos de los pueblos indígenas, se
implementa planes de salvaguardia étnica para algunos pueblos indígenas, entre ellos la
comunidad Embera.
3.1.4 Ley 1448 de 2011. Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. La Ley 1448 de 2011
regula la atención de víctimas en general, se conoce como la Ley de Víctimas y Restitución
de Tierras y crea el Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas
(SNARIV), establece la conformación del Departamento Administrativo de Inclusión Social
y Reconciliación que tiene a su cargo la atención de grupos vulnerables y la integración
social y económica, otorga lineamientos de política a la nueva Unidad Administrativa
Especial para la Atención y Reparación Integral y por último, crea el Centro de Memoria
Histórica, que reúne y recupera todo el material documental y testimonial de los hechos que
conllevaron a las violaciones de los derechos de las víctimas (Alcaldía Mayor de Bogotá,
2011).
Ahora bien, la Ley 1448 de 2011 tiene cinco componentes y cinco ejes transversales
(Alcaldía Mayor de Bogotá, 2011). Los componentes son:
Atención y Asistencia: Este componente está dirigido a restablecer los derechos de las
víctimas, garantizar las condiciones para llevar una vida digna y garantizar su
incorporación a la vida social, económica y política, a través de medidas, programas y
recursos de orden político, económico, social y fiscal.
Reparación Integral: El objetivo de este componente es reparar de manera integral,
adecuada, diferenciada, transformadora y efectiva a las víctimas, por el daño sufrido
como consecuencia de las violaciones a los derechos humanos e infracciones al
Derecho Internacional Humanitario. Para tal fin, contempla las medidas de restitución,
indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición.
Prevención y Protección: Integra las acciones y medidas para promover y salvaguardar
el respeto y la garantía de los derechos humanos de todas las personas, grupos y
comunidades del Estado colombiano, y en especial de aquellos en situación de riesgo
extraordinario o extremo.
Verdad: Busca reconocer a las víctimas, sus familiares y la sociedad en general el
derecho a conocer la verdad acerca de los hechos, los motivos y las circunstancias en
que se cometieron las violaciones a sus derechos.
Justicia: Este componente busca el esclarecimiento de las violaciones, la identificación
de los responsables y su respectiva sanción.
Los ejes transversales son:
Enfoque diferencial: El principio del enfoque diferencial es el reconocimiento de las
poblaciones con características particulares en razón de su edad, género, orientación
sexual y situación de discapacidad, ofreciendo especiales garantías y medidas de
protección a los grupos expuestos a mayor riesgo de las violaciones como (mujeres,
jóvenes, niños y niñas)
Enfoque psicosocial: El enfoque psicosocial para víctimas del conflicto armado
colombiano recoge los principios generales que define la Ley de Víctimas: el enfoque
de daños, la integralidad de las medidas, el enfoque de derechos, el diferencial y el
transformador. Dentro de sus objetivos está: Atender el sufrimiento que surge como
consecuencia de los daños causados por las graves violaciones al DIH y a los DDHH;
dar sentido a las medidas de reparación para que sean coherentes con la experiencia de
sufrimiento de las víctimas; mitigar los daños, y promover el restablecimiento de las
víctimas.
Participación efectiva de las Víctimas: Como participación efectiva de las víctimas se
entiende el ejercicio que estas hacen del derecho a la participación a través del uso y
disposición real y material de los mecanismos democráticos y los instrumentos
previstos en la Constitución y las leyes.
Articulación Nación-Territorio: La articulación nación - territorio a través de la gestión
de las entidades territoriales toma en cuenta la potencialidad económica y la atención a
los temas sociales, culturales y ambientales. Para esto integra espacios, actores, la
producción de bienes y servicios, así como las políticas públicas de intervención con
reconocimiento de la diversidad geográfica, histórica, económica, ambiental, étnica y
cultural e identidad regional.
Sistemas de Información: Contempla las acciones encaminadas a desarrollar l Registro
Único de Víctimas (RUV) y la Red Nacional de Información (RNI) como elementos
transversales para que los componentes de la política de atención, asistencia y
reparación integral se implementen y sean el medio para que se genere el engranaje
requerido entre las entidades responsables para prestar las medidas contempladas en la
Ley 1448 de 2011.
Como se observa anteriormente, con la Ley 1448 de 2011 el gobierno busca la articulación
interinstitucional que les proporcione a las víctimas medidas integrales de asistencia, atención
y reparación de las violaciones de los Derechos Humanos y el D.I.H. En este sentido, el
avance más significativo que proporciona la Ley, es la atención que se les brinda a las
víctimas de distintos sucesos de violencia, pues se articulan múltiples instituciones para
atender, asistir y reparar a TODAS las víctimas, además se crea la Unidad para la Atención y
Reparación Integral a las Víctimas y lo más importante, reconoce la existencia del conflicto
armado interno que el anterior gobierno colombiano negaba, por lo tanto admite la aplicación
del Derecho Internacional Humanitario y el derecho a que la población víctima se ampare de
él.
3.1.5 Decreto 4633 de 2011. El Decreto 4633 de 2011 de orden legislativo, regula la
atención a las víctimas pertenecientes a los pueblos y comunidades indígenas, se define como
Decreto-Ley, ya que tiene el mismo valor de la Ley pero las reglas que el Decreto impone
deben ser aplicadas preferencialmente.
En este Decreto-Ley se definen los derechos de las víctimas pertenecientes a los pueblos y
comunidades indígenas, el acceso a una reparación integral, se les garantiza los derechos a la
verdad, justicia y reparación, la no repetición y la restitución de sus derechos territoriales, y
finalmente la responsabilidad de la nueva y actual institucionalidad (Alcaldía Mayor de
Bogotá, 2011).
Ahora bien, este Decreto reconoce que el conflicto armado ha tenido un impacto
diferencial en los pueblos y comunidades indígenas, pues ellos específicamente han sido
víctimas de afectaciones territoriales, por lo que se exige garantizar sus derechos ancestrales,
sus derechos colectivos e individuales y sobre todo sus derechos territoriales. Del mismo
modo, incluye disposiciones en defensa de los pueblos y comunidades, entre ellas:
El concepto de víctima, dónde no solo son víctimas los indígenas y sus comunidades,
sino también la tierra. Con esto, se reconoce la diversidad y las relaciones que
mantienen los pueblos con el territorio.
Las afectaciones individuales, pues admite que los pueblos indígenas han sufrido daños
de carácter colectivo y daños individuales con afectaciones colectivas, lo que requiere
medidas específicas para una reparación oportuna. En este sentido, se reconoce la
protección, la restitución y la reparación integral de los derechos territoriales, teniendo
en cuenta la relación colectiva y espiritual que los pueblos mantienen con su territorio.
Se reconoce el derecho de los pueblos y las comunidades indígenas a la reparación de
los daños ambientales y culturales.
Se reconoce el concepto de “sujeto colectivo” capaz de ser reparado.
La reparación tiene un mayor alcance de lo contemplado en la Ley, pues se incluye el
derecho a reparar el equilibrio y la armonía de los pueblos, lo que se define en los
Planes Integrales de Reparación Colectiva para Pueblos y Comunidades Indígenas.
De igual manera, los indígenas serán sujetos de reparación integral a las víctimas por
hechos ocurridos a partir del 1 de enero de 1985 como lo contempla la Ley 1448 de
2011.
Se otorga una gran importancia a las autoridades indígenas, con ellas se establece la
coordinación para la implementación del Decreto-Ley
Por otro lado, el Decreto brinda ayuda humanitaria a los pueblos y comunidades
indígenas, por medio de la cual les ofrecen la protección y atención a las necesidades de las
víctimas en cuanto a la alimentación, aseo personal, atención médica y psicológica, transporte
de emergencia y alojamiento transitorio en condiciones dignas, teniendo en cuenta sus
condiciones físicas y culturales. Del mismo modo, los indígenas que ya están vinculados en el
Registro Único de Víctimas y no cuentan con los elementos necesarios para su subsistencia
mínima y presentan características de gravedad reciben atención humanitaria de transición; en
estos casos el ICBF garantiza la alimentación de los hogares en situación de desplazamiento y
la Unidad de Víctimas garantiza el alojamiento temporal.
En cuanto a los retornos7 y reubicaciones
8, el Decreto-Ley 4633 de 2011 establece un
enfoque diferencial con obligaciones especiales para los pueblos y comunidades indígenas.
Por lo tanto, el enfoque diferencial del retorno tiene tres complementos:
Concertación con las autoridades de las comunidades étnicas reconocidas legalmente
por la autoridad competente y por la comunidad.
Condiciones de seguridad verificadas en los Comités Territoriales de Justicia
Transicional con pruebas aportadas por el Ministerio Público.
Acompañamiento por parte de Unidad de Víctimas a los retornos que se hayan dado de
manera voluntaria y las reubicaciones temporales cuando no es posible el retorno.
En suma, el Decreto-Ley 4633 de 2011 reconoce la existencia del conflicto armado
interno, en este sentido se consideran a los indígenas como víctimas de éste, por lo tanto se
implementan estrategias integrales que restablecen sus derechos vulnerados de manera
individual y colectiva por parte de los grupos armados. Del mismo modo, la atención integral
y la ayuda humanitaria es uno de los componentes más importantes que dictamina el Decreto-
Ley, pues por medio de éstos se otorga el retorno y la reubicación territorial de las familias
indígenas.
En resumen, las políticas anteriormente expuestas evidencian los avances que se han
logrado en el término de 17 años, donde la Ley 387 de 1997 disponía de logros importantes,
con la que se hubiera alcanzado una política que garantizara los derechos vulnerados de la
población desplazada, lo cual sostuvo la Corte Constitucional en los Autos de seguimiento de
la Sentencia T-025, como por ejemplo el Auto 004 de 2009. Sin embargo, estar Ley no fue
7 El retorno es el proceso mediante el cual la persona o el hogar víctima de desplazamiento forzado decide
regresar al sitio del cual fueron desplazados con el fin de asentarse indefinidamente. 8 La reubicación es el proceso mediante el cual la persona o el hogar víctima de desplazamiento forzado decide
asentarse en un lugar distinto del que se vinieron forzados a salir.
suficiente para lograr una administración consecuente y pertinente con lo que se dictaminaba
en ella en beneficio a los desplazados. En este sentido, la ley 1448 de 2011 constituye un gran
aporte en el largo proceso de construcción y consolidación de una política pública garantista
de los derechos de las víctimas y en este aspecto, la Ley de Víctimas es un gran aporte. De
igual manera, esta Ley tiene un enfoque diferencial como lo evidencia el Decreto-Ley 4633 de
2011 que reconoce las problemáticas y necesidades de las poblaciones étnicas víctimas del
conflicto armado y de graves violaciones de los derechos humanos, lo que también es un
avance significativo, pues en el anterior gobierno no solo no se reconocía el conflicto armado
interno sino tampoco se reconocía la situación de los pueblos y comunidades étnicas víctimas
de la violencia en el país.
3.2 Políticas Distritales
3.2.1 Decreto 412 de 2011. En este Decreto la Secretaría Distrital de Gobierno declara la
situación de Emergencia Distrital Sanitaria de la población Embera provenientes de Chocó y
Risaralda que se ubican en los barrios San Bernardo, La Favorita y en el albergue temporal del
barrio 20 de Julio (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2011).
La Secretaria Distrital informa sobre las precarias condiciones higiénico-sanitarias que se
presentan en los sitios de vivienda, los cuales consideran de alto riesgo para la población en el
sentido de contraer enfermedades respiratorias y gastrointestinales. A la vez, la
Administración Distrital establece compromisos de mediano y largo plazo que garantizan el
retorno y la reubicación de la población.
El Decreto 412 de 2011 logra la atención prioritaria de la población Embera asentada en
Bogotá, garantiza la atención infantil de la comunidad, define la situación en los albergues
temporales, coordina el proceso de retorno y reubicación, brinda un servicio psicosocial con
enfoque diferencial que fortalece el ámbito sociocultural y política de la población Embera;
también se les garantizan los derechos individuales y colectivos, reduce las pérdidas humanas,
económicas y sociales que ocasionan la crisis sanitaria.
3.2.2 Decreto 437 de 2012. En este Decreto se determina la necesidad de continuar con las
medidas adoptadas por la Administración Distrital en el Decreto 412 de 2011 ante la
imposibilidad de retorno de la población Embera (Alcaldía Mayor de Bogotá).
Por lo tanto, ordena a la caja de vivienda popular el pago de las reubicaciones transitorias
de algunas familias Embera, al mismo tiempo ordena a la Secretaría Distrital de Salud realizar
un censo de las familias que se verían beneficiadas en dicho proceso.
Como se puede evidenciar, con los Decretos Distritales anteriormente expuestos se crean
los alojamientos temporales en Bogotá, bridando una atención prioritaria en los albergues
donde garantizan a la población Embera un alojamiento a término indefinido, alimentación,
salud, atención psicosocial con enfoque diferencial, además de garantizar el plan de retorno o
reubicación en los lugares de origen o lugares distintos de sus respectivos territorios.
3.3 Procesos de retorno y reubicación de la Comunidad Embera
Las familias Embera que hacen la solicitud voluntaria a la Unidad para la Atención y
Reparación Integral a las Victimas de retornar a su lugar de origen o de reubicarse en un sitio
diferente del cual fueron despojados deben cumplir los principios de voluntariedad, seguridad
y dignidad que se requieren para llevar a cabo este proceso. Además, la entidad da a conocer
los tipos de retorno y reubicación existentes los cuales se dan a partir de dos variables: de
acuerdo a la ruta integral de atención, asistencia y reparación a las víctimas del
desplazamiento forzado y de acuerdo a la ubicación de la víctima (Unidad de Víctimas, 2014).
En cuanto a los tipos de reubicación existentes son: reubicaciones por asignación de subsidios,
reubicaciones en sitio de recepción y reubicaciones temporales (Unidad de Víctimas, 2014).
3.3.1 De acuerdo a la ruta integral de atención, asistencia y reparación a las víctimas
del desplazamiento forzado
Retornos o reubicaciones individuales: Es el regreso de una persona desplazada a su
lugar de origen, de no se no ser así se reubica en un lugar distinto del cual salió como
víctima de la violencia, con el ánimo de permanecer en ese lugar y realizar sus
actividades económicas habituales.
Retornos o reubicaciones familiares: Es el regreso de al menos 10 familias a su lugar
de origen o un lugar distinto con el ánimo de permanecer en ella.
Retornos o reubicaciones masivos: Es el regreso de más de 10 familias a su lugar de
origen o uno distinto con el ánimo de permanecer en ella.
Retornos o reubicaciones colectivos: Es el regreso de más de 10 familias a su lugar de
origen o uno distinto con el ánimo de permanecer en ella y a su vez hacen parte de un
Sujeto de Reparación Colectiva.
3.3.2 De acuerdo a la ubicación de la víctima
Retornos o reubicaciones de víctimas ubicadas en el territorio colombiano: Se refiere a
los colombianos víctimas del desplazamiento forzado que fueron obligados a salir de
su sitio de origen pero permanecieron en territorio colombiano, que una vez
comprobado y validados los principios de seguridad y dignidad deciden
voluntariamente retornar al sitio de origen o en su defecto reubicarse en uno distinto.
Retornos o reubicaciones de víctimas ubicadas en el exterior: Se refiere a los
colombianos víctimas del desplazamiento forzado que se vieron obligados a salir del
territorio colombiano y al ser comprobados y validados los principios de seguridad y
dignidad deciden voluntariamente volver al sitio de origen o reubicarse en otro distinto
dentro del territorio colombiano.
3.3.3 Reubicaciones
Reubicaciones por asignación de subsidios: Son los predios que otorga el Instituto
Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder) que les permite a las familias establecer su
residencia en un lugar distinto del cual fueron desplazados.
Reubicaciones en sitios de recepción: Es el proceso en el cual la persona o familia
desplazada decide asentarse en el lugar receptor de su desplazamiento con el fin de
quedarse de manera indefinida en él.
Reubicaciones temporales: Estos tipos de reubicación tienen una duración temporal o
definitiva y esa situación lo define cada comunidad desplazada, pues estos planes de
reubicación temporal están sujetos al futuro retorno cuando se hayan superado las
condiciones que generaron el desplazamiento e impidieron el retorno inmediato como
lo dita el artículo 103 del Decreto 4633 de 2011.
En este sentido y teniendo en cuenta los planes de retorno y reubicación anteriormente
expuestos, desde la declaración de la Ley 1448 de 2011 y el Decreto 4633 del mismo año, se
han realizado tres retornos, los cuales se llevaron a cabo de la siguiente manera:
Primer retorno Diciembre 13 de 2013
Segundo retorno Mayo 10 de 2014
Tercer retorno Julio de 2014
3.4 Recomendaciones para la creación de una política pública con enfoque diferencial
étnico, específicamente para la comunidad Embera asentada en Bogotá.
La implementación de políticas públicas para la atención integral a la población
desplazada por la violencia afronta una serie de problemáticas que dificultan su efectivo
cumplimiento, como por ejemplo la falta de reconocimiento de las características étnicas de
las poblaciones indígenas, como es el caso de la población Embera, lo cual ha dificultado una
adecuada atención de esta comunidad asentada en la ciudad. En este sentido, las políticas
públicas que ha implementado el Estado en el trascurso de 10 años se han centrado en la
aplicación de ayudas de emergencia a corto plazo desconociendo sus características culturales,
lo cual tiene tres consecuencias: debilitamiento de sus prácticas tradicionales, aculturación de
la comunidad y dependencia hacia las ayudas institucionales.
En esta medida, las recomendaciones que surgen a lo largo de la investigación para la
creación de una política pública con enfoque diferencial étnico, se tienen en cuenta las
dificultades que presenta la comunidad, específicamente las familias Nemgarabe y Bitucay
alojadas en al albergue temporal de la localidad de Mártires. En este sentido, la política
pública con enfoque diferencial étnico debe tener en cuenta las costumbres, la salud, la
economía, los mecanismos políticos y la soberanía alimentaria que la comunidad mantenía en
sus territorios; lo cual permite un reconocimiento de las características étnicas de la
poblaciones indígenas desplazadas, y con esto me refiero a que el Estado debe brindar la
oportunidad a las comunidades asentadas en las grandes ciudades de mantener algunas de sus
prácticas tradicionales.
Ahora bien, teniendo en cuenta las problemáticas que se evidencian en la cartografía y en
las entrevistas realizadas a las familias en el alojamiento y sus principales preocupaciones,
entre ellas las tendencias de moda como el uso de piercing, extensiones y tatuajes en los más
jóvenes, la prohibición de llevar a cabo las ceremonias de matrimonios, los nacimientos de
niños y la falta de conocimiento de múltiples de sus costumbres por parte de los niños, niñas y
jóvenes que han nacido y crecido en Bogotá, se propone generar espacios de aprovechamiento
comunitario y fortalecimiento étnico, donde los indígenas tengan su espacio colectivo para
realizar las ceremonias, rituales, juegos tradicionales y diálogos con los abuelos y padres para
que cuenten historias con el objetivo de fortalecer su cultura y enseñar sus tradiciones a los
niños, niñas y jóvenes que han crecido en zonas urbanas.
Respecto a la salud, se sugiere hacer talleres de enseñanza-aprendizaje sobre la
importancia de las plantas para la medicina tradicional en los que participen los médicos
tradicionales y los médicos alópatas (occidentales) con el objetivo de intercambiar saberes
medicinales indígenas y complementarlos con capacitaciones en higiene, prevención de
enfermedades y promoción de la salud. Por lo tanto, se debe tener en cuenta que las mujeres
representan un papel fundamental en la siembra como se evidenció en la Entrevista 2. En ese
sentido, se recomienda brindar un espacio dentro de los alojamientos para la creación de
huertas medicinales el cual lo dirijan las mujeres Embera Chamí.
De igual manera, se propone que el Estado brinde formación y capacitación a las mujeres
Embera Catío en manipulación de alimentos; esto teniendo en cuenta que eran ellas las
encargadas en el territorio y en los paga-diarios de la preparación de los alimentos de varias
familias de la comunidad (Entrevistas 4 y 15), práctica que en los albergues se ha perdido
debido a la disposición de personal y alimentos por parte de las empresas privadas en los
alojamientos, dejando a un lado las costumbres alimenticias y la soberanía alimentaria que
ellos mantenían en su lugar de origen.
De acuerdo con los mecanismos políticos, se debe recordar que la comunidad en el
territorio ejercía una organización política por medio de cabildos, coordinadores y líderes
indígenas que mantenían normas de convivencia dentro de los albergues, pero con el retorno
de 2011 estos procesos se detuvieron y hasta el momento no los han retomado (Entrevista 24).
Por lo tanto, se recomienda formar escuelas de liderazgo en las que se enseñen los procesos de
organización política, la importancia del gobierno y justicia propia a los más jóvenes, para que
ellos inicien su participación política dentro de los albergues; para esto es necesario contar con
los hombres adultos que usen los dos idiomas Embera-Español para así dar a conocer todas las
propuestas de la comunidad a Unidad de Víctimas. A la vez, como se evidencia en la
Entrevista 21, para la comunidad es muy importante contar su propia vigilancia, condición que
también han perdido en los albergues ya que las empresas privadas son las encargadas de esta
labor, en tanto, la recomendación es permitir a los hombres Embera encargarse de la vigilancia
de los alojamientos con una supervisión por parte de los funcionarios de Unidad de Víctimas.
Finalmente, teniendo en cuenta los problemas que han sufrido los indígenas Embera en la
comercialización de sus artesanías (Entrevista 13 y 18) se sugiere la creación de un mercado
artesanal que sea apoyado por las oficinas de turismo donde las familias puedan establecer un
rango de precios con los cuales todos se vean beneficiados y con estos ingresos puedan
comprar los útiles escolares que les exigen en los colegios de sus hijos.
Cabe concluir que si se toman en cuenta estas recomendaciones para la creación de una
política pública con enfoque diferencial étnico, se puede lograr la articulación entre la
población Embera y las entidades estatales para propiciar una interacción dialógica donde
ambas tradiciones culturales se reconozcan sin la imposición de una sobre otra, a la vez se les
garantiza una vida digna en la ciudad teniendo en cuenta sus costumbres, no se propicia la
aculturación en la población joven de la comunidad y los indígenas ubicados en los albergues
temporales no dependen totalmente de las instituciones que les brindan ayuda y garantizan sus
derechos vulnerados.
CONCLUSIONES
A modo de conclusión, la investigación evidenció los 16 años que han transcurrido
desde que la familia Bitucay llegó a Bogotá como consecuencia del control territorial que
lograron las Autodefensas Unidas de Colombia en el territorio de Cascajero en el año 1999,
razón por la cual se desplazan hacia Antioquia antes de situarse en Bogotá, a donde llegaron
en busca de ayuda humanitaria para los desplazados víctimas del conflicto armado.
De esta manera, en la cartografía se revela que Cascajero es el asentamiento de
indígenas Catíos más importante del departamento del Chocó ubicado en el resguardo del Alto
Andágueda, el cual tiene una ubicación estratégica al limitar con los ríos Colorado, Azul y
Andágueda (Mapa 8) ya que en ellos se encuentran las minas de oro y a la vez, hacen parte de
las rutas comerciales hacia los municipios de Antioquia, Risaralda y Valle del Cauca. Por lo
tanto, la ubicación de este asentamiento indígena forma un corredor de comunicación con el
centro del país, el cual es utilizado por los actores armados para el tráfico de coca y armas;
pero también para los monocultivos y la minería que originan múltiples desplazamientos,
despojando a la población Embera de su territorio ancestral.
Del mismo modo, la ruta de desplazamiento elaborada con la herramienta tecnológica
refleja que la familia Nemgarabe salió de Mistrató (Risaralda) hace 17 años como
consecuencia del control territorial que alcanzó las FARC en 1997 en este territorio de
indígenas Embera Chamí, quienes emigran por 5 departamentos antes de llegar a Bogotá, en
todos buscando ayuda humanitaria y garantías para su regreso al territorio de origen.
En este punto, es cuando la cartografía refleja con más veracidad los hechos del
desplazamiento que algunas entrevistas contradicen como por ejemplo, que el principal factor
del desplazamiento es el conflicto armado que se manifiesta en los territorios ancestrales
(Mapa 13), las problemáticas que presentan al llegar a Bogotá, como la falta de orientación y
las dinámicas urbanas a las que se ven obligados cumplir, como lo es el trabajo informal para
la satisfacción de sus necesidades básicas; pero lo más impactante que se evidenció fue la
persecución que ha afrontado esta población por parte de los grupos armados, pues en la
ciudad también fueron víctimas de desplazamiento por los mismos actores que los despojaron
de su territorio (Mapa 14).
Es así, que con la metodología utilizada se pudo analizar los cambios más
significativos que ha presentado la comunidad desde la salida del territorio que se refleja en la
parte familiar, laboral, económica y tradicional. Pero, a pesar de todas estas problemáticas, en
las representaciones gráficas realizadas de manera colectiva, mantienen clara su identidad
como pueblo originario dibujando sus rasgos indígenas propios como la forma de la nariz, los
ojos y la ropa que utilizan (Mapa 13).
Ahora bien, respondiendo a la pregunta de investigación ¿Cuáles son los procesos de
organización, los conflictos y las tensiones que caracterizan los procesos de asentamiento de la
población Embera en la ciudad de Bogotá? con los relatos que surgían en la elaboración de
los mapas, las familias demostraron que el 2011 fue un año crítico para las víctimas indígenas
del conflicto armado, pues a la ciudad arribaron casi 600 indígenas Embera desplazados de su
territorio de origen quienes se ubicaron inicialmente en el barrio San Bernardo, donde
reconfiguran el espacio urbano, el cual se pueden entender como un “gueto étnico” conocido
como paga-diarios, viviendas en las que habitan extensas familias en forma de protección
frente a los conflictos urbanos a los que se enfrentan, por lo tanto sus costumbres se empiezan
a alterar reuniéndose en lugares cerrados por el miedo a la ciudad (Foucault, 1996), lo que trae
como consecuencia deterioro de la salud de los niños, niñas y población adulta mayor.
Ante esta situación la Alcaldía Mayor de Bogotá declara en estado de emergencia sanitaria
a esta población y conforman una serie de albergues en los que se garantizaban la satisfacción
de las necesidades básicas de los indígenas, los cuales fueron instalados a través de una
licitación en la que se unen la cruz roja y la ONG Asociación Cristiana Nuevo Nacimiento, la
cual presta atención terapéutica a familias en alto grado de vulnerabilidad, siendo ésta la que
administra los recursos; es decir que se genera un convenio entre una Entidad Gubernamental
y una Organización No Gubernamental, donde la entidad lo que hace es administrar y generar
todo el cuidado del espacio brindando garantías para la comunidad, pero directamente quien
financia el alojamiento es la ONG, debido al crecimiento desmedido que tuvo la población
Embera durante el 2011 como consecuencia del conflicto armado.
Una vez instalados los albergues, Unidad de Víctimas se encarga de realizar los retornos a
las familias que cumplan con las tres garantías contempladas: seguridad, voluntariedad y
dignidad también se encarga de realizar las reubicaciones de aquellas familias que no pueden
retornar por amenazas de los actores armados o por el mal estado de salud de alguno de sus
integrantes, como es el caso de las familias Nemgarabe y Bitucay, quienes no pueden hacer el
retorno a Mistrató y Cascajero respectivamente, por la delicada situación de salud que
presentan el señor Leonardo y el señor Gabriel, pues al retornar no hay manera de cumplir con
las diálisis que les realizan tres veces por semana por la falta de puestos de salud en zonas
rurales. Sin embargo, las reubicaciones de estas dos familias se han visto retrasadas por los
altos costos de la vivienda en la ciudad, pero de igual manera siguen en espera de sus
reubicaciones dentro de Bogotá las cuales se realizarán de manera definitiva.
Respecto a la organización política, las tensiones y conflictos que caracterizan actualmente
a la población Embera ubicada en localidad de Mártires en la ciudad de Bogotá, esta
investigación reflejó que esta población indígena estaba organizada políticamente con
coordinadores y cabildos mayores hasta el año 2013 cuando se realizó el primer retorno de la
comunidad hacia sus lugares de origen, pues en este evento los coordinadores encargados del
cumplimiento de las normas dentro de los albergues regresaron a su territorio y desde ese
momento no se volvieron a organizar políticamente los pocos indígenas que quedaron en la
ciudad; y las tensiones y conflictos actuales, hacen parte de un proceso de aculturación, que se
entiende como la transformación sociocultural que influye de manera determinante en la
personalidad de los niños, niñas y jóvenes indígenas quienes adquieren comportamientos
propios de lo urbano que influyen en sus hábitos y costumbres como el uso excesivo de
videojuegos, el uso de redes sociales y el olvido de sus tradiciones culturales como la lengua
materna.
Finalmente, el uso de la cartografía social permitió aproximarse a la comunidad, compartir
con ellos largos periodos de tiempo, ganarse su confianza, establecer sitios óptimos de trabajo,
escuchar largas horas de conversaciones en su lengua materna, observar lo que hacían y cómo
lo hacían, lo cual logró responder a mi pregunta de investigación.
GLOSARIO
Tambo: Vivienda de la comunidad Embera Catío que se construyen de forma circular y
sobre pilotes a dos metros de altura sobre el nivel del suelo y el techo es realizado con
hojas de palma.
Rial: Unidad básica de medida para los gramos de oro, con la que se calcula la
productividad de la jornada y el precio de ésta. El rial equivale al tamaño de la cabeza
de un fósforo y pesa 5 gramos aproximadamente. (Universidad de Antioquia, 2012)
Castellano: Corresponde a 16 riales.
Jagua: Árbol de hojas anchas y flores blancas que ofrece frutos de color amarillo con
los que se preparan dulces, vinos y jarabes. Pero cuando estos frutos son de color
verde, producen un color negro azulado que es utilizado por los indígenas para teñir
telas y para decorar su pie ya que este efecto se prolonga durante varios días y es
resistente al agua.
Mostacillas: Elementos fabricados en múltiples formas, tamaños y colores que son
utilizados para confeccionar collares, pulseras y varios objetos artesanales para la
decoración personal.
Chin-chin: Aperitivo de aguardiente que se puede adquirir a muy bajo costo y a
grandes cantidades
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