Cate Maynes - Relato Corto

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  • 7/25/2019 Cate Maynes - Relato Corto

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    (*el relato est situado cronolgicamente antes de "El primer caso de CateMaynes", primer libro de la serie)

    Era ella.

    Me detuve, conmocionada. Por el contrario, ella no pareca preocupada o enalerta, ni asustada. Solo esperaba a que yo llegara a su lado, mientras clavaba lamirada en m y su rostro dibujaba una socarrona sonrisa.

    Cuando lo hice, cuando me plant rente a ella y la mir a esos desconocidosojos a!ules, no supe entonces si pegarle o besarla.

    """

    Tres meses atrs

    #ena resaca$ ergo, no me haba enterado de casi nada de lo que me habadicho la pelirroja de ojos de jade que haba entrado en mi despacho.

    %&o saba a quin acudir %termin', e(pectante, su e(posici'n.

    )ale, puede que el conjunto no mucho, pero el morat'n disimulado conmaquillaje me daba una pista, junto a, por qu no, las palabras novio y agresivoque haba llegado a captar.

    Cuando termin' esa ma*ana, servidora tena una nueva consulta y tambin unnuevo prop'sito+ aumentar la dosis de paracetamol desde ya- y ad infinitum.

    """

    jitos /e 0ade se llamaba 1ntgona 0ames, tena veinticinco a*os y un e( queconunda amor con dominaci'n. 2e haba costado asumir que un pu*eta!o no eraprecisamente sin'nimo de pasi'n, aunque en tama*o descubrimiento tuviera quever %mucho y sobre todo% el que la 3ltima pali!a la hubiera enviado directa alhospital. Con esos datos en la mano %y en un par de sus costillas%, 1ntgona

    haba decidido acabar con la relaci'n.El problema era que su e( discrepaba. 4 ah era donde entraba yo, Catherine S.

    Maynes, lamante detective privada de cano, chica5con5pistola5para5todo yescolta$ aceta esta 3ltima la de su inters. 2a pregunta, en ese punto, eraobligada.

    %67a acudido a la polica8

    %&o voy a denunciarlo.

    %6Por qu8

    2e el miedo en sus ojos. 2a capitulaci'n. Sent pena por ella y, por qu no,empata. 2as perdedoras somos as de solidarias.

    %0oseph es9 %vacil'%. Peligroso.

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    %:a!'n de m;s para hacerlo.

    %4a lo hice. &o sirvi' de nada. Solo %baj' la vo! y la mirada%, para que mediera una nueva pali!a y me advirtiera de que la pr'(ima ve!9 %dej' morir larase en sus labios.

    %2a soluci'n no es dejar que se salga con la suya. 2a ley se encargar; de l.

    %62a ley8 %Me mir', esbo!ando una mueca%. 6Cu;nto tiempo cree queestar; encerrado8 64 despus8 %Se inclin' sobre la mesa%.

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    Mi pistola y yo nos instalamos en casa de 1ntgona. :esumiendo+ s, ollamos.

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    movimiento, coloc' la suya en el mo. 7undi' dos dedos en mi interior y empe!' aollarme, utili!ando el tal'n de la mano para asegurarse mi e(citaci'n. Cuando yame tena a punto liber' mi boca y dobl' los dedos dentro de m, haciendo que lae(plosi'n se precipitara, sacudindome como un mu*eco inarticulado.

    %1ntgona9 %susurr.

    Ella se ech' a mi lado con un suspiro y, seg3n pude comprobar, temblando. Esoencendi' todas mis alarmas.

    %6Est;s bien8 %pregunt, con un hilo de vo!.

    1unque no tena muy claro quin haba empe!ado el juego de seducci'n, ssaba que ella haba dado el primer paso con su beso,pero %Catherine de lasnarices, immmmcil de marca mayor, co*o con patas, borrachu!a a una barra debar adosada%, 1ntgona era una mujer con la autoestima probablemente por lossuelos, recin salida de una relaci'n plagada de abusos sicos y emocionales9 yyo iba y me la tiraba- ueno, estrictamente, haba sido ella la que se me haba

    ollado, pero, 6c'mo no reconocer un comportamiento que a m me deberaresultar tan amiliar como la imagen que vea cada ma*ana en el espejo8 6C'mono saber que, qui!;s, lo que estaba haciendo 1ntgona era buscar consuelo en else(o8 Peor a3n, 6haba sido ese se(o una especie de orenda de gratitud a lapersona que no solo la haba escuchado sino que la protega8 @ue yo supiera,

    1ntgona era heterose(ual %o, como mnimo, acababa de salir de unarelaci'n h&tero%* y ahora le echaba ojitos y dedos a una mujer que no solo sehaba convertido en su 3nica compa*a en una situaci'n de alto estrs sino que,para m;s inri, era su protectora. Evidentemente, 1ntgona deba de tener un loemocional de espanto y ah estaba yo para empeorarlo. 6C'mo poda haber

    cometido ese error8%Perectamente %susurr' entonces ella, respondiendo a mi pregunta, mientras

    pasaba un dedo por el hueco de mi garganta, buscando mi cuello con sus labios.

    1h se acabaron todas mis cavilaciones. Cuando ese dedo encontr' la aureolade mi pecho y esos labios mi acelerada yugular$ cuando el temblor de su cuerpo seconvirti' en un susurro de lujuria y su piel en una ardiente ascua$ cuando la obligua mirarme a los ojos y no vi en ellos m;s prdida que los segundos que semalgastaban sin estar dentro de m$ cuando asum que todo mi galimatas interiorno sera m;s que eso, mi propia y desmantelada visi'n, y lo acept, puede que me

    estuviera enga*ando %y con ello a ella tambin%$ pero, como ya he dicho, la vidapuede ser muy simple.

    Me apoder de su dedo, de sus labios, de su cuerpo, de su inmediato uturoentre esas cuatro paredes. 2a hice ma con pasi'n, con ternura, con ganas, ensilencio y gritando.

    Duese cual uese la muesca que todo ello dejara, ya era demasiado tarde.

    """

    1 esa primera ve! siguieron muchas m;s. 7aba das que no salamos de lacasa. Entre aquella nube de se(o que nos mantena desgajadas de la realidad me

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    asaltaban destellos de lucide! que me gritaban que aquello no estaba bien.

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    haba acabado. Esa noche sera la 3ltima. 1l da siguiente, 1ntgona se ira decano.

    """

    Su mano rode' mi cintura. 2a noche era cerrada ya. 7abamos estado bebiendo,tras una cena en la que nos habamos tragado los adioses y las palabrassolemnes.

    1cababa de hacer la ronda habitual para asegurarme de que todo estuviera enorden. Saba que tena mucho que reprocharme a nivel proesional, pero, pormucho que el alcohol o la lujuria enturbiaran mi sangre, haba procurado asegu5rarme de que 0oseph no nos hiciera una visita inesperada. =racias a =eppo sabaque haca semanas que estaba uera de la ciudad. Cuando le llegara la denunciase iba a cabrear lo suyo, pero para entonces 1ntgona ya estara lejos.

    &os dijimos adi's utili!ando el lenguaje que nos haba servido como medio decomunicaci'n. Enla!' mi cintura y me atrajo hacia ella para besarme. /esde querecal en cano me haba acostado con tantas mujeres como mi libido y laocasi'n me haban permitido. #odas ueron se(o de una noche, en pareja, engrupo, an'nimo o a cara descubierta. Con todas ellas apenas haba intercambiadolas palabras necesarias para certiicar nuestra libre disposici'n e intenci'n y atodas ellas las haba olvidado al da siguiente.

    Con 1ntgona saba que no sera as. @ue podra desear olvidarla, pero quenunca lo lograra del todo. @ue, pese a no tocar la parte m;s hundida de mi cora5

    !'n, s haba dejado la huella suiciente como para que su espectro regresara.Cuando me liber' del beso dio un paso atr;s, cogi' los vasos de Bhis>y y me

    oreci' uno, al tiempo que levantaba el suyo en una especie de orenda dedespedida. 1mbas los vaciamos hasta el ondo, sin dejar de mirarnos a los ojos.Cogi' mi vaso y lo deposit' junto al suyo en la mesa. 2lev' sus manos a mi camisay empe!' a desaboton;rmela, al tiempo que lama mis labios. Mi respiraci'n seespes' y ech la cabe!a hacia atr;s cuando su boca atac' mi pecho. Sent unapesade! que me embotaba la ra!'n y a partir de ese momento me dej hacer, mepermit un momento de autocompasi'n con esa Cate en la que me haba conver5

    tido %y que a veces odiaba% y me rend a la pleitesa del deseo de otra mujer,con la vana esperan!a de que sirviera de b;lsamo a mis propias heridas.

    1ntgona era el nombre de ese b;lsamo. Empe!' una lentsima dan!a entreambas, en la que el se(o era la m3sica, y con cada caricia, con cada movimiento,yo empec a sentir que me ahogaba, que me perda, que me unda.

    @ue podra haber amado a esa mujer si me lo hubiera podido permitir.

    2a dan!a culmin' con un orgasmo que me sacudi' de arriba abajo, que me pusodel revs, que inciner' mi sangre y mis sentidos y me dej' e(hausta, postrada,perdida.

    1ntgona me cobij'. es;ndome con delicade!a, susurr'+%#odo estar; bien, Cate.

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    @uise creerla. Por ella y por m. @ui!;s, egostamente, sobre todo por m. tramujer en mi vida que se me iba. Puede que yo jugara al se(o sin ataduras, perocreo que algo dentro de m anhelaba algo m;s. Solo que todava no podapermitrmelo y no saba a3n si alg3n da podra.

    1ntgona me meci' con ternura y me dorm entre sus bra!os. /espert con sus

    dedos dentro de m. En esta ocasi'n, y para el resto de la noche, vera a otra1ntgona. En nuestra relaci'n sica no es que se hubiera mostrado timorata opasiva, pero al parecer haba estado sujetando algo que por in quedaba libre.

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    4 entonces algo me golpe' en la cabe!a y la oscuridad me trag'.

    """

    Cuando despert, lo primero que vi ue el rostro preocupado de =eppo inclinadosobre m.

    2o segundo, que el cad;ver de 1ntgona haba desaparecido.

    Cuando =eppo lleg' s'lo haba un inmenso charco de sangre y un reguero queevidenciaba que algo haba sido arrastrado. 4o estaba inconsciente, con el m'viltodava en la mano y empapada de sangre. 1l parecer, haba recobrado elconocimiento el tiempo suiciente como para llamarle y balbucear unas incohe5rentes palabras que incluan asesinato y jodergeppojoderF antes de volver a caerredonda.

    2levaba toda la ma*ana en el hospital, dolorida y hundida. =eppo me habainterrogado, pero solo poda decirle lo que saba+ la 3ltima ve! que haba visto a

    1ntgona estaba tirada en el suelo, abierta en canal.

    4 ahora haba desaparecido.

    %64 si todava estaba viva, =eppo8 %saba que era pr;cticamente imposibledada la gravedad de la herida, pero mi angustia y desesperaci'n eran superiores ami ra!'n.

    Gl me mir' con compasi'n, sacudiendo la cabe!a.

    %El orense ha dicho que la cantidad de sangre encontrada es incompatible conla vida, Cate.

    &o haba que ser muy saga! para se*alar al primer sospechoso.

    %6C'mo pudo saber que ella le haba denunciado8 Estuvimos ayer enComisara-

    =eppo hi!o una mueca. &o hubo tiempo de cursar la denuncia. 1mbossabamos qu signiicaba eso. 1lguien de dentro le haba avisado.

    %6@u he hecho, =eppo8 %me lament, tap;ndome la cara con las manos.

    %Esto no es culpa tuya.%4o deba protegerla-

    Sent c'mo algo dentro de m empe!aba a arrasarme, me cortaba en trocitos,me converta en pulpa. 1ntgona estaba muerta, yo la ha"a matado.

    """

    )arias semanas despus todo haba acabado.

    0oseph &sar sali' impune. &o haba una sola prueba en el escenario que loimplicara. 2a 3nica que se haba hallado %la huella de un !apato del HI, el n3meroque cal!aba, impresa en la sangre% no haba sido concluyente. &o haba huellas

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    dactilares, ni ning3n tipo de resto biol'gico o sico que lo se*alara. 2a principaluente de pruebas que podra haber sido el cuerpo haba desaparecido y l tenacoartada, avalada por sus compinches+ se encontraba uera de la ciudad en elmomento del crimen.

    %2e encubren, =eppo. Sabes que ese cabr'n la mat'. @ue se llev' el cuerpo

    para eliminar las pruebas.%2o s, Cate. Pero sin ellas9

    /i un pu*eta!o, rustrada y rabiosa. /urante esas semanas me haba sumergidoa3n m;s en el po!o que era mi vida y solo aguantaba porque tena un objetivo.

    %@uiero que pague por lo que hi!o.

    %4o tambin, Cate %=eppo abri' el e(pediente del caso%. Pero no tenemosnada. 2as huellas de neum;ticos que haba en el e(terior no se corresponden conning3n vehculo a su nombre. &o he encontrado otras denuncias de

    1ntgona contra 0oseph, ni nada que la relacione con l. &i siquiera he encontradopartes de agresiones de 1ntgona, maldita sea-

    %2os mdicos de ?rgencias est;n obligados a denunciar cualquier sospecha deagresi'n y t3 lo sabes, es el protocolo %dije, mir;ndole con toda la intenci'n delmundo.

    Gl resopl'. Saba hacia d'nde apuntaban mis sospechas.

    %Cate, ya le hemos dado mil vueltas a eso %baj' el tono%. &o tenemospruebas de que haya un sopl'n en la Comisara.

    %Pero encaja, =eppo, joder, encaja %insist%. 1vis' a 0oseph de la denuncia

    contra l y tambin hara desaparecer los partes de los hospitales y cualquier otradenuncia que lo relacionara con ella.

    %2o siento, Cate. El caso no est; cerrado todava, pero si no aparecen nuevaspistas9 %sacudi' la cabe!a%. 4o tambin quiero cogerle, no se me olvida sucara cuando le dije que 1ntgona haba sido asesinada.

    =eppo me haba contado c'mo ue el interrogatorio. 0oseph primero neg'conocer a nadie con ese nombre y cuando =eppo le plant' su otograa, sonri' ydijo+ ?na pelirroja de ojos verdes preciosaF. &ada m;s. Era todo lo que tena quedecir al respecto y lo saba.

    Saba que no haba nada irme contra l.7asta en eso iba a allarle a 1ntgona. 1largu la mano y cog el inorme. Saqu

    la copia de la otograa de su documento de identidad.

    %6Puedo qued;rmelo unos das8 %ped, se*alando la carpeta.

    %Cate, no hay nada que hacer por ahora.

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    carraspe', vacilante%. S que has estado bebiendo m;s de lo habitual y9

    %&o necesito ninguna ni*era, =eppo %gru*.

    S, el asesinato de 1ntgona me haba perturbado y, s, lo combata del 3nicomodo que conoca+ bebiendo, bebiendo, bebiendo. Pero no necesitaba ni querabuenos samaritanos a mi lado. &o con los ojos de 1ntgona mir;ndome desde

    alg3n lugar dentro de m. Puse un dedo sobre el e(pediente.%S o no, 6me lo puedo llevar8

    Gl hi!o una mueca, pero acab' cediendo. Creo que pensaba que aquello no ibaservir m;s que para proundi!ar en el po!o de mis remordimientos.

    4 no es que uese desencaminado, no, solo que9

    9 el vaso no estaba.

    """

    Encontr la discrepancia al repasar las otograas del escenario. Daltaba el vasoque debera haber estado junto a su gemelo, sobre la mesa del sal'n.

    Drunc el ce*o. Seg3n el inorme, el 3nico vaso hallado llevaba las huellas de1ntgona, as que el que altaba era el que yo haba usado. 2lam a =eppo, pero lse mostr' reticente, supongo que temiendo que volviera a insistir en la teora delpolica vendido. Creo que pensaba que yo iba a empe!ar a liarla con una trama enla que ese misterioso desconocido al servicio de los Sinno se haba apropiado de

    la prueba para utili!ar mis huellas con alg3n oscuro prop'sito.%&o s, Cate, 1ntgona se levant' antes que t3. @ui!;s orden' el sal'n, lo lav'

    y volvi' a dejarlo en su sitio.

    %6Solo el mo8

    2e escuch suspirar. Saba lo que pensaba+ estaba perdiendo la perspectiva porculpa de mi obsesi'n.

    %Cate... %empe!' a decir, en un tono paternalista que me hi!o hervir la sangre.

    %Est; bien, =eppo, djalo. &o importa %dije, cortante, antes de colgar.

    Pero s importaba. )olv a repasar las otograas y cuando llegu a la serie de lacocina, el cora!'n me dio un vuelco.

    %0oder %musit, sosteniendo la otograa de la huella en la sangre.

    6&adie se haba ijado8 Estaba menos marcada en la !ona de la punta del!apato, como si hubiera altado apoyo en esa parte. 6Podra ser atribuible a lapropia inconsistencia de un elemento como la sangre o indicaba algo m;s8

    El vaso ausente y la huella equvoca. 62o del vaso era accidental o el hecho deque uera el mo %con mis huellas, no lo olvidemos% era determinante8 6#andescuidado podra haber sido 0oseph que dej' su huella en el escenario del cri5

    men8 6 tal ve! no obedeca a ning3n descuido y s a una calculada intenci'n8&o compart mis sospechas con =eppo. Empec a buscar en la :ed todo lo

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    relacionado con 0oseph &sar y 1ntgona 0ames. )arios das despus recibun sms+

    a curiosidad mat% a la gata* no lo sa"as- uijarro* lunes* 2355*em"arcadero

    Crptico, parco, 6amena!ador8 1l parecer, alguien se haba percatado de miinters. Pero, #ui&n-

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    verme8

    %6@u es esto, 1ntgona8 %/i un paso hacia ella y aerr su bra!o%. 6@uco*o es esto8

    %Me haces da*o.

    66o le haca da*o8 #odo el dolor, todos los remordimientos, toda la angustia quehaba pasado por ella. 2a rabia empe!' a ormarse en mis ojos. :espir hondo unpar de veces y me obligu a soltarla.

    %uena chica %dijo, masaje;ndose el bra!o.

    2a mujer cuya muerte me haba sumido en un po!o de oscuridad me miraba sinun ;pice de sentimiento. 4o tena tantas ganas de aboetearle como de sentir denuevo sus labios. &inguna de las dos alternativas me procuraba mucha pa!espiritual, que dijsemos.

    %6&o podas dejar que descansara en pa!, Cate8

    %6C'mo supiste98%?n programita espa en tu ordenador. Sencillo y muy productivo.

    &ecesit;bamos estar al tanto de lo que hacas y9

    %7ecesit"amos- %un escaloro recorri' mi columna%. 6@uin m;s est; enesto8

    %h, no quieras estropear la sorpresa tan pronto.

    /ebera haber mirado hacia atr;s en ese momento, debera haberlo hecho.

    Pero la persona que esperaba entre las sombras no se me revel' hasta que no

    escuch lo que 1ntgona tena que contarme.

    """

    %&os dedicamos al chantaje %dijo, como si hablara del clima% y nos equi5vocamos de presa. Cremos que se trataba del tpico to que quera echar unacana al aire. 4a sabes c'mo va, 6no8 Se(o, otos, no querr;s que tu mujercita seentere9 %hi!o una mueca%. Pero nuestro ogoso amigo result' ser algo m;s.

    %0oseph &sar %adivin.%Premio para la detective privada. Pusimos pies en polvorosa, pero al parecer

    es un tipo rencoroso. &os ha estado siguiendo la pista por todo el pas.

    %1s que decidisteis simular tu muerte. 4 el sospechoso, por supuesto, sera0oseph. Entre rejas no os molestara.

    %h, mi pobre Cate. &o lo has entendido. &o, no era nuestra intenci'nencerrarlo. Si hubisemos querido eso habramos acumulado pruebas en su con5tra. Pero eso no habra sido prudente, al in y al cabo, l saba que era inocente yno hubiese parado hasta averiguar quin le haba endosado ese marr'n.

    %6Entonces8

    %Solo queramos librarnos de l, dulce Cate. @ue creyera que estaba muerta.

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    @ue, pese a la ausencia del cuerpo, la historia uese creble.

    %Mi testimonio %dije, con amargura.

    %&o iba a ser suiciente con colar la noticia alsa de la muerte. &o iba a tragarsealgo tan simple como una esquela en un peri'dico.

    %/e ah la denuncia %dije.

    ?na pelirroja de ojos verdes preciosaF, haba dicho 0oseph. Sus palabrascobraban ahora pleno sentido. Probablemente, l la habra conocido con otroaspecto y bajo otro nombre.

    %#enamos que asegurarnos de que le llegara el mensaje %replic'.

    %4 lo hicisteis en la ciudad donde viva. 1rriesgado, meterse en la guarida dellobo.

    Ella, por primera ve!, dio muestras de inquietud.

    %&o conoces a ese to. Preeramos eso a que el lobo nos uera detr;s el restode nuestras vidas. &o bastaba con desaparecer bajo otra identidad o irnos a la otrapunta del mundo. Para l, 1ntgona 0ames deba estar muerta.

    4 lo haba estado, durante todo ese tiempo. ?na representaci'n muy con5vincente. Drunc el ce*o al recordar algo.

    %2a sangre, tanta cantidad9 6C'mo lo hiciste8 6#e la e(trajiste y laconservaste8

    Sonri', burlona.

    %&o e(actamente.

    %&o juegues conmigo o9

    %6 qu, Cate8 %me interrumpi', desaiante%. 6Me matar;s8

    Me tragu la rplica.%6Por qu yo8 %pregunt.

    Se al!' de hombros.

    %Eras la 3nica guardaespaldas emenina que encontramos en el directorio decano. Pensamos que una mujer se mostrara m;s receptiva al tema delmaltrato.

    Pens en la ausencia de otras denuncias, de partes hospitalarios de agresi'n.1hora lo comprenda. &ada de eso haba sucedido nunca. #om aire.

    %64 era necesario acostarse conmigo8

    ?n brillo malicioso cru!' su mirada.

    %h, no me lo reproches a m. 6o no lo empec.

    %61h, no8 %Me encresp, pensando en su primer beso%. 6Como tampocoeres la autora de toda esta mierda8

    %#odava no lo has entendido, 6verdad8

    %6@u co*o tengo que entender, 1ntgona8 %grit, apretando los pu*os.

    Ella se movi' hacia m y yo no reaccion. 1delant' una mano para enla!ar mi

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    cintura y acerc' su cara a la ma. Cerr los ojos, reproch;ndome el ligero temblorante su tacto. 1l in y al cabo, haba pasado un inierno por la prdida de esa mujer.

    %#ena que probarte, dulce Cate %susurr'.

    %)ete a la mierda, 1ntgona.

    %&o me llamo 1ntgona. Si te digo mi nombre, 6lo pronunciar;s mientras tebeso8 %inquiri', lamiendo mis labios.

    1br los ojos y la empuj. Ella sonri' con burla.

    %6&o te gust' esa 3ltima ve!, Cate8 S que solo tena una oportunidad, pero tejuro que intent dar lo mejor de m para igualar el marcador %sus labios securvaron en una imitaci'n de congoja%. 6 es que ella olla mejor que yo8

    8/lla-9

    %6/e qu est;s hablando8

    1ntgona sacudi' la cabe!a como si me perdonara la vida.

    %/e verdad, Cate, 6todava no lo has adivinado8

    Esa 3ltima ve!F. El se(o con 1ntgona haba sido distinto. Cerr los ojos. 7opuede ser. Me qued dormida entre sus bra!os y cuando despert... 2a mir,notando la quema!'n de la sospecha.

    %6C'mo...8 %balbuce.

    %/jame darte un consejo, Cate. Si ollas, no bebas. El alcohol te conunde.

    %&o, no ue solo el alcohol... El vaso- %e(clam%. 6@u llevaba la bebida8

    %Empe!amos a atar cabos, bravo %levant' las manos%. ?n inoensivosomnero, nada m;s. #e necesit;bamos bien dormida para preparar la escenitadel halla!go del cuerpo. Es increble lo que se puede hacer con un :it de maquillajeespecial y algo de casquera, 6verdad8 Pero no podamos dejar el vaso all por siles daba por anali!arlo. 1unque no habran hecho alta tantas precauciones. Eresuna testigo muy iable.

    %2a sangre. #anta cantidad9

    2a sonrisa en su rostro se e(pandi'.

    %1/&, querida %dijo%. ?n precioso y casi idntico 1/&.

    2a mir, esta ve! con atenci'n. 1lgo empe!' a removerse en mi interior. &o erael enmascaramiento de su nuevo aspecto, no tena nada que ver con lomeramente sico. Era algo m;s. 1lgo que tena m;s que ver con el ondo que conla encubierta orma que tena delante de m. 1lgo que enla!aba la arrogancia deesta 1ntgona con el incisivo comportamiento de aquella 3ltima noche.

    2a certe!a se aposent' en mi pecho como una losa.

    %6@uin co*o eres t38 %pregunt lentamente.

    %/ate la vuelta si quieres saber quin co*o no soy, Cate %me dijo esta mujer

    que ya saba que nunca haba sido 1ntgona. &o, al menos, hasta la 3ltima partede la grotesca representaci'n.

    &ot c'mo se me eri!aba el vello de la nuca. 2uch contra el deseo de girarme,

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    porque saba que, en cuanto lo hiciera, el 3ltimo clavo sera hundido en mi carne.

    %6=emelas8 %pregunt, notando el sabor de la bilis en mi garganta.

    %

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    %/e acuerdo %acced. &o era tanto por su coacci'n como por la certe!a deque al inal ganara alguien como 0oseph &sar. Por ello, pese a todo, me vi en laobligaci'n de decrselo%+ Pero yo de vosotras no bajara la guardia. Puede que0oseph quiera saber por qu vuestra 1ntgona hi!o creer a la polica que tuvieronuna relaci'n.

    #al ve! ue una me!quina revancha, o tal ve! de verdad me preocupaba. 2ae(presi'n de mi interlocutora se ensombreci'. 4o ya no tena nada m;s que hacerall. Me gir para irme, pero su ;spera pregunta me detuvo.

    %6&o quieres despedirte de ella8

    Capt un movimiento unos metros detr;s de m. 1ntgona %o como se llamaraahora% tambin haba cambiado su aspecto. 4 ella s pareca preocupada, enalerta y asustada. &o saba si por m o por ellas. 7i!o adem;n de dar un paso enmi direcci'n, pero me di la vuelta y me encamin hacia la salida del embarcadero.

    &o volv a mirar atr;s.

    """

    Esa noche ui al Sappho. /ispuesta a beber, dispuesta a ollar, dispuesta aolvidar. tra y otra y otra ve!, todas las que hicieran alta.

    &o repar en ella, pero ella en m s. /e hecho, haca tiempo que me segua lapista, que se haba ijado en mi aire triste y melanc'lico. @ue deseaba conocerme.

    Sin embargo, eso no ocurri' esa noche. 13n habra de pasar un tiempo hastaque esa mujer de largo cabello rubio, rostro arm'nico y mirada a!ul tuviera unpapel predominante en mi vida a partir del instante en el que cru!ara su mirada conla ma.

    Pero, hasta ese da, yo seguira siendo la mujer perdida en el camino de la pielde otra mujer que solo me haba llevado a una nueva y amarga decepci'n.