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O B J E T I V O:
Presentar la historia y los rasgos más significativos de la vida y el
Testimonio de nuestras Hermanas Mártires.
Ambientación del lugar de la celebración: Cuadro con las fotografías de las tres
Hermanas con tres rosas rojas. Se puede colocar la simbología de la Eucaristía: hogaza
de pan, espigas de trigo, racimo de uva y copa de vino. Tres lámparas de aceite o
similares…
1. Canto inicial: Uno de los Himnos a los mártires.
2. Oración Inicial
Concédenos, Señor,
revivir el testimonio de nuestras hermanas mártires
y recoger y valorar su testamento martirial;
haz que su entrega generosa, vivida con ilusión y fidelidad,
impregne nuestra vida
y nos estimule a seguir su ejemplo;
ayúdanos a formar una Iglesia unida y universal,
y una fraternidad sembradora de paz y de amor
hacia todos, especialmente hacia los niños y jóvenes.
CATEQUESIS VOCACIONAL
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3. Presentación de la catequesis
Entregar la vida por Cristo, morir por el hecho de ser seguidor suyo, significa que la
realidad de la fe no es meramente algo efímero o un buen sentimiento, sino que
transforma la vida de aquel que llega a entregarla libremente. ¿Puede darse mayor
testimonio de certeza que dar la propia sangre en prueba de lo que se cree? Los
mártires han anunciado el Evangelio dando la vida por amor.
Nuestras hermanas mártires, en su época, y, sobre todo en nuestros días en que
prima lo inmediato, lo fácil, el rechazo al sufrimiento, son signos de ese amor más
grande que compendia todo otro valor. Son testigos de un amor que no se
defendía con argumentos para demostrar su inocencia frente a las acusaciones. No
perdieron la oportunidad de demostrar que eran seguidoras de Jesús y nos
muestran con el don de su vida lo importante que era su fe en Cristo, mediante
signos externos, hablando de Jesús a sus verdugos e invocándole con voz firme.
El martirio es la prueba más elocuente de la verdad de la fe, que sabe dar un rostro
humano también a la más violenta de las muertes y manifiesta su belleza aun en la
más dura persecución. La fe, ayer y siempre, es como la luz que no se puede
ocultar bajo el celemín, sino que es para que alumbre a todos (Cfr. Mt 5,15). Así fue
la fe de los mártires que la confesaron con su propia vida.
4. Tema central
a. Texto bíblico: Jn. 15, 16. 18-20
Les dijo Jesús: No me habéis elegido vosotros a mí, sino que Yo os he elegido a
vosotros, y os he desinado a que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto
permanezca.
Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me aborreció antes que a vosotros. Si
fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; más porque no sois del mundo,
porque al elegiros os he sacado del mundo, por eso os aborrece el mundo.
Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su señor.
Si a mí me han perseguido, también a vosotros perseguirán: si han guardado mi
Palabra, también guardarán la vuestra”.
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b. La Historia
(puede pasarse algún montaje de diapositivas para comentar)
1) ¿Quiénes son?
Son tres Hermanas Capuchinas de la Madre el Divino Pastor que
dieron su vida por la Fe el 31 de julio de 1936.
Dos de ellas: Andrea y M.ª Auxilio estaban en la Comunidad de
Premiá de Mar (Barcelona).
La Hermana Patrocinio formaba parte de la Comunidad que la
Congregación tenía entonces en Sarriá (Barcelona).
Andrea se encargaba de la educación de las alumnas más pequeñas.
Había estado en los Colegios de Sants, Igualada y finalmente en
Premiá de Mar. Muy querida y valorada por las niñas y sus familias.
M.ª Auxilio, hizo su Noviciado en Sants. Sus últimos 20 años de vida
los pasó en Premiá de Mar educando a las alumnas mayores. Gran
pedagoga, intentó siempre
que cada alumna fuera la
protagonista de su propia
formación.
La Hermana Patrocinio pasó
toda su vida como Religiosa
Capuchina en la Comunidad
de Sarriá, desempeñando
tareas domésticas
procurando hacer felices a
las Hermanas y a las
alumnas del Colegio, en las
cosas más sencillas y en el
testimonio de una vida
entregada a Jesús.
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2. ¿De dónde venían?
Andrea Solans Ballesté: Nació en Lleida en el seno de
una familia sencilla y muy cristiana. Tuvo dos hermanos
más, menores que ella. Su niñez transcurre en el ambiente
de una familia muy unida, que le da el cariño y los cuidados
necesarios para crecer de forma armónica. Alegre entre los
niños de su edad, vivió una infancia feliz. Con 17 años sus
padres le autorizan a ingresar en las Capuchinas de la
Madre del Divino Pastor en el Noviciado de Sants (Barcelona).
Mª Auxilio Noguera Manubens: Nació en Manresa
(Barcelona). Su familia, de buena posición económica y de fuertes
raíces religiosas. Era la cuarta hija, de cinco hermanos, tres
chicas y dos chicos. La tradición familiar mantiene que “era una
buena niña”. Vivió una infancia y juventud feliz en una familia
dedicada a la educación de sus hijos. Entra en el Noviciado de
las Capuchinas de la Madre del Divino Pastor, en Sants a la edad
de 26 años, donde permaneció unos años después de su
Profesión y finalmente fue enviada a la Comunidad de Premiá de
Mar (Barcelona), donde permaneció hasta que como al resto de las Hermanas,
fue obligada a abandonar la casa y la población.
Patrocinio Vilanova Alsina: Nace en Sant Feliu de
Codines (Barcelona). Sus padres son sencillos y trabajan en
el campo. Única chica de siete hermanos, reciben una
educación completa y viven en un ambiente de cariño y
acogida en la familia. Muy pronto el dolor aparece en su
vida con el fallecimiento de dos hermanos en poco
tiempo. La víspera de su cumpleaños (11 años) fallece su
madre. Ella, según la costumbre de la época tiene que
abandonar la escuela y ponerse al frente del hogar. Aunque sintió la llamada del
Señor desde niña, no ingresó en el Noviciado, en Sarriá, hasta los 31 años,
cuando ya sus hermanos habían formado sus respectivas familias.
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3. ¿Por qué se les arrebata su vida?
No ignoraban el entorno social en el que desarrollaban su trabajo entre los
niños, las familias y las hermanas.
Su estilo de vida era una preparación para afrontar las dificultades que
pudieran tener por el hecho de ser religiosas y creer en Jesucristo.
Esta actitud ante la vida y ante un futuro incierto la asumen con disponibilidad
y fidelidad.
Llevan hasta las últimas consecuencias su compromiso cristiano y religioso, su
amor a Dios y su entrega a los demás.
La fe con la que vivieron, la esperanza vivida con alegría y el amor de su
entrega, las acompañaron y se mostraron acrecentadas después de entregar la
vida.
Los motivos para quitarles la vida, no fueron políticos, ni por sus ideas.
5. Su entrega Todo el tiempo que habían vivido como Capuchinas de la Madre del Divino
Pastor, fue una preparación para afrontar esta situación de persecución.
Habían vivido otras circunstancias similares, en las que se vieron obligadas a
abandonar la comunidad, pero siempre, el problema se reconducía y pudieron
regresar de nuevo.
Les quitaron la vida por ser seguidoras de Cristo, por no querer renunciar a su
Fe en Él, por mantenerse fieles a la palabra que un día le habían dado.
A pesar de ser separadas y aisladas del resto de Hermanas de la Comunidad, se
mantuvieron íntegras hasta el final.
También se vieron sometidas a una serie de pruebas:
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1. Meses antes se habían visto ya perseguidas por el hecho de ser
religiosas.
2. Hacía tiempo que se les había prohibido educar a las niñas y jóvenes en
los colegios.
3. Se les iba buscando entre las familias que les acogían.
4. Ellas, conscientes de que podían comprometer a las familias que les
acogían, abandonaban sus casas, sintiendo el peligro y la soledad de
buscar una nueva.
5. Finalmente se les arrebató la vida. Las Hermanas Andrea y Mª Auxilio
querían llegar a Manresa, donde vivía la familia de Mª Auxilio. La
Hermana Patrocinio, estaba sola. Había ido al Hospital Clínico de
Barcelona a ayudar, pues los heridos y fallecidos se contaban por
cientos. No se lo permitieron. No sabemos el lugar exacto, pero allí se
encontró su ficha, con el número 4102.
6. Su actitud en el momento final de sus vidas
a) Viven los últimos momentos, preocupadas sí, pero con una PAZ
profunda.
b) Perdonan a quienes les arrancan la vida. Si reza, es para perdonar y
seguir confiando en Jesús.
c) No pierden la alegría, porque saben que dar la vida por Cristo es un
privilegio del que no se sienten dignas y que agradecen de corazón al
Señor.
d) Confían en los demás. Dialogan con quienes les persiguen. No dudan en
confesar que son religiosas, les dan sus nombres y de donde vienen.
e) Mueren con un claro sentido apostólico. Ellas habían dedicado su vida a
los demás. Cuando no pueden desarrollar su labor educativa, buscan la
forma de ayudar: clases particulares, coser, darse a quienes las
necesitan. Pero lo que les pide el Señor es su vida, su entrega, y se la
ofrecen de corazón.
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f) Un gran amor a sus familias. En ellas buscan refugio, para sentirse
seguras. Pero también las abandonan delicadamente, cuando saben e
intuyen que les pueden comprometer.
g) Con sentido de pertenencia a la Iglesia y a la Congregación
particularmente intenso. En la familia y en la Congregación aprendieron
a vivir la fe y la esperanza cristianas que les mantuvo firmes en las
pruebas y fieles hasta la muerte. En ellas comenzaron a ser cristianas y
seguidoras de Cristo, como Capuchinas de la Madre del Divino Pastor.
En ellas aprendieron a conocer y a amar a Jesucristo y a María, Madre
del Buen Pastor, a sentirse Iglesia, a preocuparse por los niños y los
jóvenes, ayudándoles a acercarse a Cristo.
7. Su Testamento
Ellas son verdaderas maestras de espiritualidad para nosotras.
Pudieron afrontar la entrega de su vida mediante una adecuada formación
y una preparación intensa. Sabemos que la Hermana Andrea toda su vida
religiosa, había pedido diariamente a María, la Madre, le concediera la
fidelidad y una buena muerte. La Hermana Mª Auxilio invitaba cada día a
sus alumnas a rezar con Fe y Confianza el Rosario. Y la Hermana Patrocinio
le pedía la fidelidad al Señor “porque vale más un día en tus atrios que mil
en mi casa”.
La Eucaristía constituyó el centro de sus vidas. Tanto en la Comunidad de
Sarriá, como en la de Premiá de Mar, el último acto comunitario de las
Hermanas fue la celebración de la misma. Del pan de la Eucaristía sacan
fuerza para dar testimonio de su fe y afrontar con amor su momento más
decisivo.
Reciben el Sacramento de la Reconciliación, porque necesitan el perdón de
Dios, y su gracia como fuerza para la lucha contra el mal, y lograr la paz y la
serenidad.
La Oración diaria y de una forma especialísima durante esos días, y el rezo
del Rosario, alimentaron su espíritu y las preparó para seguir a Cristo en su
camino hacia la Cruz y asumir su muerte con gozo. La Hermana Patrocinio
llevaba cosido en su ropa el crucifijo, Andrea y Mª Auxilio pudieron
conservar hasta el final objetos religiosos y algunos libros.
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús, que iniciaron ya en el seno
familiar, y después, como devoción explícita de las Capuchinas, recogida en
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las Constituciones que habían profesado. Al Sagrado Corazón invocaron en
su último momento.
María, la mujer fuerte que se mantuvo siempre junto a ellas. Ella, la Madre,
a quien invocaban constantemente. María, quien desde su silencio fue la
madre siempre atenta, solidaria y sensible a las necesidades de sus hijas.
La Comunidad fue otro de los elementos importantes en su vida. En el
momento de la dificultad y el miedo, allí están ellas, apoyando a todos. Las
Superioras les habían enviado de dos en dos a las casas donde les iban a
acoger. Juntas viajaron de Premiá a Barcelona Andrea y Mª Auxilio, juntas
estuvieron en la familia de los Sres. Aumedes en Sarriá las Hermanas
Patrocinio y Dolores.
La Fidelidad en el quehacer de cada día, en lo pequeño y en lo grande, en
los momentos en los que todo es sencillo, y en las situaciones complicadas.
Cuando todo sonríe y cuando el sufrimiento hace difícil el camino. Fidelidad
a la palabra dada, al compromiso adquirido. Un SÍ al Amor, como María.
8. Conclusión Desde el primer momento, tanto para las Hermanas Capuchinas de la Madre del
Divino Pastor, como para las familias de estas tres Hermanas, se consideró a las
Hermanas Andrea, Mª Auxilio y Patrocinio como verdaderos testigos de Cristo
capaces de dar su vida siendo fieles hasta el final. Se ha conservado con toda
veneración su recuerdo y su memoria, confiándoles las necesidades, como
intercesoras ante el Señor.
Para la reflexión y el diálogo
+ Impresiones personales sobre la vida de estas tres Hermanas.
+ ¿Qué actitud de las Hermanas Andrea, Mª Auxilio y Patrocinio te ha
sorprendido más?
+ ¿A qué te invita el testimonio de las Hermanas?
+ ¿Qué valores para tu vida te transmiten Andrea, Mª Auxilio y Patrocinio con
su testimonio?
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Sugerencias
Puesta en común de la reflexión. Subrayar la idea más repetida.
En grupo de 3 o 4 se puede confeccionar un mural recogiendo los rasgos
más destacados de las Hermanas.
Nuevas tecnologías:
Infografías.
Minecraft.
Crear un cómic.
Nubes de palabras.
Crucigramas.
Crear un banco de imágenes sobre las hermanas, con la
posibilidad de presentarlas en forma de revista en Pinterest.
Crear una radio.
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