Catholic.net - Tensiones.pdf

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 Tensiones ¿Por qué surgen las tensiones? Porque dentro de uno hay tendencias que no pueden armonizarse entre sí. Porque fuera hay peticiones e intereses que nos dividen, nos inquietan, nos agobian. Evitar las tensiones es un deseo difícil de alcanzar, pues la vida está llena de encrucijadas: no podemos ir la misma tarde y a la misma hora a una conferencia o a una fiesta de cumpleaños. Pero eliminar algunas tensiones es posible si acallamos deseos equivocados, si centramos el corazón en lo esencial, y si ignoramos presiones que nos ahogan al pedirnos esfuerzos agotadores. Eliminadas esas tensiones que podemos dejar a un lado, ¿qué hacer con otras que mantienen su aguijón en nuestras almas? Porque no se puede pedir a un padre o a una madre que olviden las tensiones que provocan los comportamientos de ese hijo que vive en plena adolescencia, o los problemas creados en la oficina por culpa de un compañero que critica continuamente a los demás... En esos momentos, hace falta una mirada atenta y serena para ver qué se puede hacer, cómo afrontar el problema, cuáles serían aquellos medios concretos que uno puede escoger para afrontar cada situación de crisis.  A pesar de ta ntos esfuerzos, las tensiones p ueden durar mucho tiempo. El hijo que una y otra vez llega borracho a casa genera una pena profunda en sus padres, como es dolorosa la tensión que surge en un matrimonio cuando uno de los dos sucumbe a las adicciones electrónicas.  Ante ese tipo tensiones, siempre podemos mirar al cielo y buscar la paz y la ayuda que  vienen de Dios, y que permite n encarar la sit uación con una energía insospechada: la que nace de la esperanza y del amor sincero. Entonces, ¿es posible vivir entre tensiones y con una dosis sanadora de energía? Sí, cuando aprendemos esa gran lección del Evangelio: no preocuparnos por el mañana,

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  • Tensiones

    Por qu surgen las tensiones? Porque dentro de uno hay tendencias que no puedenarmonizarse entre s. Porque fuera hay peticiones e intereses que nos dividen, nosinquietan, nos agobian.

    Evitar las tensiones es un deseo difcil de alcanzar, pues la vida est llena deencrucijadas: no podemos ir la misma tarde y a la misma hora a una conferencia o a unafiesta de cumpleaos.

    Pero eliminar algunas tensiones es posible si acallamos deseos equivocados, sicentramos el corazn en lo esencial, y si ignoramos presiones que nos ahogan alpedirnos esfuerzos agotadores.

    Eliminadas esas tensiones que podemos dejar a un lado, qu hacer con otras quemantienen su aguijn en nuestras almas? Porque no se puede pedir a un padre o a unamadre que olviden las tensiones que provocan los comportamientos de ese hijo que viveen plena adolescencia, o los problemas creados en la oficina por culpa de un compaeroque critica continuamente a los dems...

    En esos momentos, hace falta una mirada atenta y serena para ver qu se puede hacer,cmo afrontar el problema, cules seran aquellos medios concretos que uno puedeescoger para afrontar cada situacin de crisis.

    A pesar de tantos esfuerzos, las tensiones pueden durar mucho tiempo. El hijo que una yotra vez llega borracho a casa genera una pena profunda en sus padres, como es dolorosala tensin que surge en un matrimonio cuando uno de los dos sucumbe a las adiccioneselectrnicas.

    Ante ese tipo tensiones, siempre podemos mirar al cielo y buscar la paz y la ayuda quevienen de Dios, y que permiten encarar la situacin con una energa insospechada: laque nace de la esperanza y del amor sincero.

    Entonces, es posible vivir entre tensiones y con una dosis sanadora de energa? S,cuando aprendemos esa gran leccin del Evangelio: no preocuparnos por el maana,

  • sino mirar a los lirios del campo y a las aves del cielo para dejar que cada da tenga suafn. A nosotros slo se nos pide una cosa: a pesar de tantos problemas, dedicarnos abuscar con alegra el Reino de Dios y su justicia... (cf. Mt 6,25-34).

    Preguntas o comentarios al autor P. Fernando Pascual LC