Catolicismos en Sectores Populares Ante El Quiebre Del Estado de Bienestar. RCS. Universidad de Z

17
Revista de Ciencias Sociales Universidad de Zulia [email protected] ISSN: 1315-9518 VENEZUELA 2000 Fortunato Mallimaci CATOLICISMOS EN SECTORES POPULARES ANTE EL QUIEBRE DEL ESTADO DE BIENESTAR Revista de Ciencias Sociales, abril, año/vol. VI, número 001 Universidad del Zulia Maracaibo, Venezuela pp. 115-130

description

Autor: Fortunato MallimaciPublicado en: Revista de Ciencias Sociales, Universidad del Zulia, 2000.

Transcript of Catolicismos en Sectores Populares Ante El Quiebre Del Estado de Bienestar. RCS. Universidad de Z

  • Revista de Ciencias SocialesUniversidad de Zulia

    [email protected]

    ISSN: 1315-9518

    VENEZUELA

    2000 Fortunato Mallimaci

    CATOLICISMOS EN SECTORES POPULARES ANTE EL QUIEBRE DEL ESTADO DE BIENESTAR Revista de Ciencias Sociales, abril, ao/vol. VI, nmero 001

    Universidad del Zulia Maracaibo, Venezuela

    pp. 115-130

    mailto:[email protected]
  • Revista de Ciencias SocialesVol. VI, No. 1, Abril 2000, pp. 115-130

    FACES - LUZ ISSN 1315-9518

    Catolicismos en sectores popularesante el quiebre del estado de bienestar

    Mallimaci, Fortunato*

    La gente se siente abandonada y humillada con este nivel de deso-cupacin. Hay una gran desorganizacin en los planes sociales. Yolos pondra en manos de Caritas .Graciela Fernndez Meijide - Pre candidata a la Presidencia de laNacin por la Alianza opositora. Clarn, lunes 17 de agosto de 1998.

    ResumenEn este trabajo se discute la presencia de los catolicismos en los sectores popula-

    res en sus distintas manifestaciones dada las vinculaciones entre lo poltico con lo religio-so, lo popular con lo identitario; la pobreza de salvacin con la esperanza de realizacindejando de lado las definiciones esencialistas, deterministas y fundamentalista y desta-cando la especificidad del estado de bienestar en la Argentina. La hiptesis central es quela institucin catlica se est convirtiendo, en una de las principales denunciadoras de lahegemona neoliberal, esto le permite recuperar legitimidad societal.

    Palabras clave: Catolicismo, Estado de Bienestar, sectores populares.

    115

    Recibido: 00-02-22 . Aceptado: 00-03-22

    * DEA en Sociologa. Doctor en Sociologa. Ecole de Hautes Etudes en Sciences Sociales. Pa-rs. Decano de la Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires. Argentina. Es-pecialista en Historia Social y Metodologas Cualitativas.Entre sus obras: Las Nuevas Formas del Creer en la Ciudad. Social Compass/AsociacinMundial de Sociologa de la Religin. Blgica. 1998.

  • Catholicism in Popular Sectors in the Faceof the Breakdown of the Welfare State

    AbstractThis paper discusses the presence of Catholicism in poorer sectors in its different

    manifestations given the relationship between politics and religion, popularity andidentification, the poverty of salvation, and the hope for realization leaving asideessencialist, determinist and fundamentalist definitions, and pointing out the specificity ofthe Argentinean welfare state. The central hypothesis is that the catholic institution isbecoming one of the main critics of neoliberal hegemony, and this is permitting it to regainsocial legitimacy.

    Key words: Catholicism, welfare state, popular sectors.

    Introduccin

    Entendemos por catolicismos (enplural) en sectores populares a distintostipos de presencia institucional, grupal eindividual del catolicismo en los actualesheterogneos sectores populares de lasociedad argentina. Esta presencia debeser comprendida como fruto del propiodevenir del campo catlico tanto comodel aire y situacin pocal en la cualdebe ser analizada.

    En otras palabras, analizar el cato-licismo es fundamentalmente compren-der, en dimensin histrica y sociolgica,el conflicto al interior de un consenso. Losconflictos y los consensos son construi-dos por diversos actores para los cualesexisten no slo la historicidad sino tam-bin el contexto social, econmico, cultu-ral y religioso que permite expresar elsoy catlico, formo parte del catolicismo,adhiero a la Iglesia Catlica. Por ello de-jaremos de lado definiciones esencialis-

    tas, deterministas o fundamentalistasdel catolicismo en sectores populares(tanto del catolicismo como de los secto-res populares) para ir hacia paradigmasinterpretativistas y construccionistas quemuestren tensiones, continuidades y rup-turas en el hoy y en el largo plazo.

    Al mismo tiempo, estudiar el catoli-cismo significa hablar de creencias quevinculan lo poltico con lo religioso, lo cul-tural con lo identitario, la promesa de sal-vacin con la esperanza de su cumpli-miento en la vida cotidiana. Esto exige alinvestigador dejar de lado concepcionesreduccionistas del campo religioso (enespecial en Amrica Latina donde la rela-cin entre lo poltico y lo religioso ha esta-do y sigue vinculado por matrices comu-nes que permiten el paso de uno a otrosobre la base de mecanismos complejosde resignificacin y redefiniciones rec-procas) como de lo que significa creer. Elcampo religioso, no est menos perturba-do por el exterior de lo que es perturbador

    116

    Catolicismos en sectores populares ante el quiebre del estado de bienestarMallimaci, Fortunato _________________________________________________

  • del exterior. Si surgen en la sociedadotras fuentes o factores de perturbacin,estos nuevos elementos podrn, o bienagravar la crisis interna del sistema reli-gioso, o bien acomodarse con l para ata-car el sistema dominante, o bien amalga-marlos uno en otro, en un mismo recha-zo(Poulat, 1987). Por otro lado, cuandohablamos de creencias nos referimos aun conjunto de convicciones, individua-les y colectivas, que no provienen del do-minio de la verificacin, de la experimen-tacin, y, ms abarcativo, de los modosde reconocimiento y de control que carac-terizan el saber, sino que encuentran surazn de ser en el hecho que ellas dansentido y coherencia a la experienciasubjetiva de aquellos que la tienen.(Hr-vieu-Lger, 1993)

    Hablar de sectores populares enplural (trabajadores formales e informales,cuentapropistas, desocupados, habitan-tes de villas y barrios, discriminados, ex-cluidos, etctera) es reconocer la multipli-cidad de grupos, historias, relaciones yprocesos que hoy componen el ampliomundo de lo popular. Sectores popularesdefinidos entonces con relacin al conjun-to de la sociedad es decir tanto resistiendocomo reproduciendo las caractersticasdominantes del capitalismo) y no definidospor una serie de rasgos internos, esen-ciales, romnticos o autnomos.

    Cuando hablamos del quiebre delEstado de Bienestar queremos referirnosa un determinando tipo histrico de legiti-midad, presencia y organizacin del es-pacio estatal que se ha quebrado en lasociedad argentina y que ha dado paso aotro tipo de Estado caracterizado porabandonar dejar de lado o deslegitimaraquello que lo caracteriz anteriormente.

    En el caso argentino, cuando ha-blamos de Estado de Bienestar nos esta-mos refiriendo a una situacin social ca-racterizada por empleo estable para lamayora de la poblacin econmicamen-te activa; proceso de movilidad social as-cendente gracias al crecimiento econ-mico y educacin universalizada; acceso(gratuito o de bajo costo) a la salud, hbi-tat y esparcimiento para aquellos ligadosal mercado laboral estable. Estado deBienestar que tuvo como movimiento so-cial hegemnico en los sectores popula-res al movimiento obrero (con su herra-mienta principal, el sindicato por rama,como eje vertebrador de lucha y dador desentido e identidad). Este tipo de Estadoa partir del proceso de privatizaciones delas empresas estatales, ajuste estructu-ral, pago de la deuda externa, proceso deconcentracin econmica y financiera yapertura globalizadora, dej de cumplirsus funciones anteriores y est hoy a labsqueda de un nuevo contrato socialcon el conjunto de la sociedad.

    Dos conceptos nos permitirn ana-lizar el proceso. Uno es el de orden ne-gociado que da cuenta de las amplias yvariadas negociaciones sociales, sim-blicas, espaciales y econmicas por lascuales diversos actores (institucionales,grupales e individuales) acuerdan su ac-cionar en el corto y el mediano plazo. Enla lnea del interaccionismo simblico di-remos que la negociacin es un compo-nente clave para el funcionamiento de lasinstituciones y de los campos sociocultu-rales. Como seala Garca Canclini lasidentidades se constituyen no slo en elconflicto polar entre clases sino tambinen contextos institucionales de accincuyo funcionamiento es posible en la me-

    117

    ____________________________ Revista de Ciencias Sociales, Vol. VI, No. 1, 2000

  • dida en que todos sus participantes, he-gemnicos o subalternos, los concibencomo un orden negociado"(Garca Can-clini, 1995).

    Otro concepto es el de afinidadeselectivas entre mentalidades y ticas re-ligiosas con los intereses materiales yeconmicos. Se trata de buscar ciertascorrelaciones entre las formas de la cre-encia religiosa y la tica prctica no sloen el mbito de casos individuales sinoanalizando tambin las consecuenciastotales del sistema. Max Weber estudisistemticamente estas relaciones entreideas y mentalidades con los interesesmateriales mostrando la equivalencia sig-nificativa del espritu capitalista y de la ti-ca protestante. Tan pronto como un gru-po de adeptos se siente atrado por unsistema tico, que originalmente se refe-ra puramente a los problemas de la sal-vacin y de los valores supremos, co-menzar a elegir aquellos rasgos de laidea original con los que tiene alguna afi-nidad o punto de coincidencia. Comodice M. Hill es de vital importancia subra-yar que la afinidad electiva no pretendedescribir la racionalizacin condescen-diente de unas actividades dudosas, sinoms bien sealar la convergencia espon-tnea y gradual de una tica religiosa y unespritu materialista, con lo que se poneen marcha un fuerte impulso hacia elcompromiso racional con unas activida-des econmicas (Mc Gill, 1976).

    Este concepto de afinidades elec-tivas facilita un anlisis de las complejasrelaciones que permiten el paso de uncampo al otro, evitando todo tipo de eti-quetamiento especialmente en un mo-mento de profunda reestructuracin delas creencias en nuestras sociedades,

    donde las comunidades emocionales pri-man sobre otros tipos de experiencias.

    En sntesis, analizaremos el proce-so de negociacin del catolicismo pre-sente en sectores populares como la deun actor social ms con sus proyectos,acciones, estrategias, identidades, uni-versos simblicos y presencias que sonfruto tanto de su propio devenir histricocomo del espacio social y cultural quepuede ocupar en un contexto determina-do y frente a aliados y/o competidores es-pecficos segn las afinidades electivasque se produzcan. Nuestra hiptesis cen-tral es que la institucin catlica se estconvirtiendo, a partir de sus propias con-cepciones ideolgicas y en un momentode crisis del Estado de Bienestar, en unade las principales denunciadoras de lahegemona neoliberal recuperando legiti-midad societal al mismo tiempo que ungrupo de sus miembros presentes y/o so-lidarios de sectores populares, vuelven aencontrar sentido a sus vidas en la partici-pacin poltica y social.

    1. Algunas cifras del quiebredel estado de bienestar

    Pobreza, desocupacin, precariza-cin del trabajo, vulnerabilidad, crisis dela educacin pblica y procesos de exclu-sin caracterizan hoy la situacin de am-plios sectores de la poblacin argentina.Y las cifras oficiales abundan: la mitad delos puestos de trabajo creados el ltimoao no contempla aportes de la seguri-dad social; casi la mitad de la poblacinactiva trabaja ms de 45 horas por sema-na; un tercio de la poblacin tiene ingre-sos por debajo de la lnea de pobreza; al-rededor del 13% est desocupado ele-

    118

    Catolicismos en sectores populares ante el quiebre del estado de bienestarMallimaci, Fortunato _________________________________________________

  • vando esas cifras al 35% y 40% en los j-venes mayores de 18 aos. En CapitalFederal y Gran Buenos Aires, el 60% delos hogares no cubre la canasta familiarde una familia tipo (matrimonio y dos hi-jos) evaluada hoy en U$S 1.030 dado,que sus ingresos no llegan a U$S 1.000mensuales (INDEC, 1998)

    Una mirada sobre esta realidaddebe hacerse en perspectiva histrica,analizando situaciones reales, visionesdel pasado y expectativas hacia futuro. Elimaginario de una sociedad igualitaria, deamplia movilidad social va la educacin yel trabajo, con servicios y bienes para lagran mayora se ha quebrado, haciendoderrumbar ilusiones, esperanzas y sue-os para una enorme porcin de la ciuda-dana argentina. El Estado de Bienestarque dio sentido, pertenencia y dignidad aamplios sectores de la sociedad argenti-na desde los 40 hasta los 80 - ms all delrgimen poltico vivido - hoy se ha reduci-do a su mnima expresin. La amplia pro-porcin de integrados de otras dcadashoy es acechada por propuestas que losdejan afuera, sin posibilidades, a merceddel mercado (Bustelo-Minujin, 1998).

    Vivimos una crisis del Estado a tresniveles:1. la de un conjunto de burocracias inca-

    paces de cumplir con sus obligacio-nes con una eficiencia razonable es-pecialmente a nivel social y laboral,

    2. la dimensin de la no eficiencia de laley especialmente para aquellos quemenos tienen,

    3. la dimensin de no credibilidad delalegato de que los organismos esta-tales orientan sus decisiones para be-neficiar a los ciudadanos.

    Frente a esta situacin, los pobresno se dejan morir. Miles de estrategias desobrevivencia se ponen en marcha par-tiendo de los mnimos capitales sociales,culturales, simblicos o religiosos quecada una de las familias poseen. La ob-tencin de algn beneficio a partir de laimplementacin de polticas sociales sonas, cada vez ms, tomadas como estra-tegias de vida para una importante por-cin de la sociedad argentina dado la faltade trabajo estable y seguro.

    2. Credibilidad

    Es quizs la credibilidad, a fin delmilenio, uno de los bienes ms precia-dos. Cualquier actor que hoy busquepresencia e impacto social deber nosolo decir que es creble sino demostrarque es creble.

    En una sociedad globalizada y conalta presencia de los medios, la imagenes tan importante como el programa. Enel caso argentino, va sondeos de opininperidicos, podemos conocer fotogra-fas y pelculas de la sociedad con res-pecto al tema de la credibilidad. As pode-mos ver que la llamada crisis de repre-sentatividad, crisis de credibilidad noafecta por igual a todos los actores e insti-tuciones.

    Los conflictos sociales que hoy atra-viesan el pas no son todos canalizadospor partidos polticos o instituciones sindi-cales. Se est produciendo una rupturaentre la protesta y las instituciones que so-lan expresarla o contenerla, mostrando,desde otros ngulos, que la crisis del Esta-do de bienestar arrastr consigo a las insti-tuciones legtimas (Bourdieu, 1988).

    119

    ____________________________ Revista de Ciencias Sociales, Vol. VI, No. 1, 2000

  • Una encuesta realizada por el Ins-tituto Gallup, en marzo de 1998, sobre laconfianza de la poblacin en algunas desus instituciones, brind el siguiente re-sultado:

    Una pregunta es central: culfue el proceso que permiti a la IglesiaCatlica recomponer, en poco ms dediez aos su imagen en la sociedad? Alfinalizar la dictadura militar en 1983apareca como una de sus principalescmplices de la misma y por ende pococreble en la sociedad argentina. Suscercanas histricas con el poder military su poca confianza en la democraciaeran algunas de sus caractersticascentrales (Un libro clsico sobre eltema: Mignone, 1986).

    Comprender este fenmeno no nosdebe hacer caer en visiones conspirati-vas o maniqueas por las que, ciertas ve-ces, los cientistas sociales estamos ten-tados. Una es la que supone que el accio-nar catlico responde a consignas nicasy universales. La barca de Pedro se hatransformado en un gran transatlntico

    globalizado difcil de cambiar de rumbode un da para otro. Se la acusa de cam-biar muy rpido (manipulando y engaan-do a sus adversarios) o, por el contrario,se la acusa de cambiar muy poco (y por

    ende es la causante de las concepcionesconservadoras en la sociedad).

    Una sociologa comparativa debeanalizar este proceso con relacin a otrosprocesos y otros actores presentes en laescena social. Y aqu tenemos un grandesafo terico y metodolgico: conquien debemos comparar el accionar dela Iglesia Catlica? Ser con los otroscultos, con los partidos polticos, con losintelectuales, con los empresarios, con elaccionar del estado, con las institucionesdadoras de sentido? Debemos tener unavisin global e histrica del catolicismoque nos permita incorporar todas esasperspectivas.

    3. Adhesin e identidad

    El trabajo de investigacin desa-rrollado durante muchos aos en secto-

    120

    Catolicismos en sectores populares ante el quiebre del estado de bienestarMallimaci, Fortunato _________________________________________________

    Institucin Mucha y bastanteconfianza

    Poca y ningunaconfianza

    NS / NC

    Las escuelas pblicas 63% 32% 5%

    La Iglesia Catlica 58% 37% 5%

    Las universidades estatales 57% 29% 15%

    Las entidades de bien pblico sinfines de lucro

    57% 33% 11%

    Las asociaciones civiles 39% 38% 23%

    Las empresas 22% 69% 9%

    Las grandes empresas 19% 72% 9%

    El Estado nacional 19% 74% 8%

    Los sindicatos 13% 78% 9%

    Los partidos polticos 11% 84%

  • res populares nos ha hecho ser cautoscon respecto a las mutaciones y transfor-maciones en adhesiones, pertenencias eidentidades de dichos grupos. Ni la idearomntica de la resistencia que estaranejerciendo a sectores, planes o modeloshegemnicos se corrobora ni tampocoaquella que supone que hay slo repro-duccin, manipulacin o clientelismo ensu accionar. Los sectores ms vulnera-bles de la sociedad resisten, crean, cre-en, consumen, sufren, se violentan y seesperanzan segn grupos, proceden-cias, procesos y relaciones sociales y cul-turales que ninguna investigacin puededejar de tener en cuenta o suponer, seacual fuere el marco terico - metodolgi-co, cuales sern los comportamientos afuturo.

    En el caso de la Argentina y del ca-tolicismo en particular, seguimos afir-mando que la existencia de un activo y vi-tal mercado religioso que ha quebrado elmonopolio catlico en sectores popula-res, no ha significado la lenta desapari-cin del catolicismo que algunos autoresvaticinaban (jugando una vez ms comoprofetas y no como analistas cientfi-cos). Por el contrario, asistimos a unaprofunda reestructuracin de ste, espe-cialmente (pero no slo, como veremosms adelante) en lo referente a la compe-tencia en las comunidades emocionales(especialmente evanglicas) con el surgi-miento del movimiento carismtico deorientacin catlica y con la revitalizacinde las devociones marianas a nivel masi-vo (Mallimacci, 1996).

    Los ltimos datos muestran algu-nas tendencias. (Como con toda encues-ta, debemos tomar nuestros recaudosmetodolgicos a fin de no extraer de lasmismas otras explicaciones que la en-cuesta no busca ni brinda. Esta es la ri-queza y debilidad de este tipo de instru-mento.) Un estudio reciente de una con-sultora de primer nivel afirma que denuestras mediciones de opinin pblica,entre mayo de 1991 y noviembre de 1997la proporcin de quienes se identificancomo catlicos pasa del 83 al 89% altiempo que disminuye el de aquellos quese definen como ateos (pasa del 11 al5%). Del resto de los entrevistados un 4%se declara evanglico, un 1% judo y otro1% protestante. No sabemos, eso s, coneste instrumental como, porque, quienes,desde que proceso y en cuales circuns-tancias se producen estos hechos. Poreso ser importante combinar estos da-tos con otras metodologas y verlos en ellargo plazo (Romer, 1997).

    El mismo estudio muestra aquelloque venimos encontrando en otros estu-dios de casos barriales: (1) la proporcinde evanglicos es mayor en la poblacinde nivel econmico social bajo (10%) y enel segmento etario de 21 a 29 aos (7%).

    Es decir que para una gran mayo-ra de los argentinos y segn las en-cuestas, el catolicismo aparece comoun gran dador de identidad social, cultu-ral y religioso. Este proceso identitarioes acompaado de un proceso de secu-larizacin societal expresado en la tomade distancia de los mandatos institucio-

    121

    ____________________________ Revista de Ciencias Sociales, Vol. VI, No. 1, 2000

    (1) Nos referimos a las numerosas monografas producidas desde 1992 a la actualidad en el Se-minario Sociedad y Religin de la Carrera de Sociologa de la Facultad de Ciencias Socialesde la UBA dirigido por los Dres. F. Forni y F. Mallimaci.

  • nales a nivel de la vida cotidiana (como enlos temas de pareja, familia, sexualidad,compromiso y creencias dogmticas), enlos porcentajes de asistencia semanal alculto (llegan al 5-7% del conjunto de lapoblacin), y en un funcionamiento diariodonde cada uno recompone su propiacreencia en Dios de miles de maneras di-ferentes.

    La adhesin cultural al catolicismo,entonces, no significa pertenencia activani seguimiento dogmtico. Al mismo tiem-po esta adhesin es barrera para muta-ciones a otras propuestas religiosaspuesto que el costo de la disidencia noes slo religioso sino cultural. Esta adhe-sin cultural permite tambin recomponery resignificar el accionar catlico en otroscampos, como es el social, tal como vere-mos a continuacin.

    4. Legitimidad socialy religiosa frente a un estadoen retirada: la crtica catlicaal neoliberalismo

    El actual crecimiento y heteroge-neidad de la pobreza junto a un desem-pleo perdurable lleva a una situacin deincertidumbre, amenaza, miedos y frus-traciones a una porcin considerable dela sociedad argentina.

    Frente a esta realidad, las voces le-gtimas y legitimadas, especialmente a ni-vel de partidos polticos, de profesionales ode grupos empresariales oscilan entre elapoyo irrestricto al modelo o algunoscuestionamientos a los cmos: menos co-rrupcin, ms transparencia, mejor asigna-cin de los gastos en polticas sociales, etc.

    De este modo el oficialismo y la oposicinpartidaria con posibilidades de alternan-cia no difieren profundamente en las ven-tajas o desventajas del modelo.

    El hecho ms relevante de esta si-tuacin es que la principal disonanciade una institucin autorizada frente aldiscurso del pensamiento nico de ori-gen neoliberal proviene de diferentesgrupos de la Iglesia Catlica. El cuestio-namiento de obispos, sacerdotes y mo-vimientos de inspiracin catlica al ca-pitalismo salvaje, al modelo que exclu-ye y destruye a las personas, a la de-socupacin que destruye las familiasha dejado de ser circunstancial para ha-cerse cotidiano.

    El proceso de toma de distancia yde autonoma de la Conferencia Episco-pal Argentina y de un grupo significativode obispos y sacerdotes del actual go-bierno y especialmente del modelo eco-nmico y social es quizs uno de los he-chos ms relevantes.

    No se trata de hechos aislados sinode un proceso que est abarcando el con-junto de las relaciones entre la institucincatlica y el actual gobierno y Estado. Po-demos citar en el mbito institucional:

    1. Las continuas crticas de la ComisinEpiscopal de Migraciones a las polti-cas xenfobas del gobierno y de em-presas contra los llamados inmigran-tes ilegales haciendo suyo el recla-mo de stos.

    2. El pedido de un grupo de obispos derenunciar al aporte estatal al sosteni-miento del culto que para las 63 di-cesis y 2.418 parroquias asciende a

    122

    Catolicismos en sectores populares ante el quiebre del estado de bienestarMallimaci, Fortunato _________________________________________________

  • U$S 9.900.000 2, a fin de aumentar laautonoma y credibilidad

    3. La denuncia del Presidente de Cari-tas en referencia al ofrecimiento dedonaciones en dinero a cambio deapoyo a las polticas oficiales. El mi-nistro del Interior, Carlos Corach,ofreci a Caritas un aporte mensualde U$S 300.000.La propuesta fue re-chazada por el titular de Caritas,Mons. Rey, quien consider que elmecanismo de contribucin directa - yno a travs de un programa socialconcreto- podra ser poco transpa-rente3.

    4. Las manifestaciones cotidianas deobispos de todo el pas contra el plan ymodelo econmico neoliberal. As, elobispo de Concepcin de Tucumnmanifest que rechazo el actual mo-delo econmico que lleva adelante elpresidente C. Menem y ruego para quesea escuchada la voz del Papa y de laIglesia para cambiar esta neoliberali-dad. Y agreg: el proyecto liberal es-taba antes combatido por el partido deextrema izquierda, que ahora, lamen-

    tablemente, no existe. Entonces, almorirse el comunismo, lgicamente hallegado el momento de una nueva iz-quierda. El obispo Pedro Olmedo deHumahuaca declar: esto est reven-tando por todos lados, hay que depo-ner las actitudes y ponernos a pensaren el bien comn. Si juntos no le busca-mos una solucin, la prxima vez quenos juntemos, ser para el velorio de lafamilia4.

    5. El acompaamiento de sacerdotes yreligiosas en barrios, villas y parajes alos reclamos sociales y la formacinde nuevas organizaciones. Denun-ciamos a un estado que se desentien-de de sus responsabilidades con lasalud, la educacin, la administracinde la justicia, la generacin de em-pleo... vivimos el triste espectculo delas disputas por candidaturas de unadirigencia que como aves de rapiasobrevuelan para devorar los despo-jos del pueblo renovamos nuestrafirme voluntad de acompaar las lu-chas de los pobres y alentamos a to-dos aquellos que son vctimas de este

    123

    ____________________________ Revista de Ciencias Sociales, Vol. VI, No. 1, 2000

    2 El artculo dos de la Constitucin Argentina manifiesta que El Estado Federal sostiene al

    culto catlico y romano". Desde hace unos aos, un grupo de obispos, dirigido por Mons.

    Gianquinta, obispo de Resistencia, encabeza esta postura. Con tal motivo se ha creado el

    Consejo de Asuntos Econmicos del Episcopado.Mayor informacin sobre el tema en Las

    cuentas de la Iglesia, Clarn, 2/8/98.

    3 Situacin hecha pblica por el propio obispo ante diarios, radios y canales de televisin. Ju-

    lio de 1998.

    4 Declaraciones de obispos del Noroeste Argentino. Fuertes crticas al plan neoliberal en El

    Liberal, Santiago del Estero, 20 de agosto de 1997.

  • modelo de exclusin, pobreza y vio-lencia que no es exitoso, a no bajarlos brazos 5.

    6. El cambio por parte del gobierno delSecretario de Culto, Dr. Centeno(persona de relaciones histricas conla institucin catlica) por otro afn alas polticas gubernamentales, parti-dizando (y por ende dificultando) larelacin oficial entre el gobierno y elepiscopado catlico6.

    Otro nivel a tener en cuenta es elde los grupos catlicos presentes en lossectores populares. Y aqu tambin esimportante que renovemos nuestras mi-radas e interpretaciones. Grupos parro-quiales con mltiples actividades; redesde salud, enseanza, de mujeres, de vio-lencia familiar, de comedores, etc.; co-munidades eclesiales de base; gruposcarismticos; organismos no guberna-mentales de inspiracin catlica; empre-sarios que aportan donaciones; movi-mientos varios de profesionales, estu-diantes, de rdenes religiosas, de diver-sas espiritualidades (como son los Foco-laris, Franciscanos, etc.); inmigrantesdel interior y del exterior organizados engrupos especficos; grupos de autoayu-da; etc. forma un extenso entramado derelaciones sociales, simblicas, cultura-les y polticas que dan identidad y senti-

    do tanto a sus miembros como a los querelacionan con su accionar.

    Nuestras investigaciones nos hanmostrado que la gran mayora de las per-sonas ligadas a estos grupos tienen ya unmnimo capital social, cultural y econmi-co y en gran parte han formalizado o vi-ven formalmente sus relaciones familia-res. El mensaje de solidaridad, de en-trega a los otros, de ayuda al prximo yal prjimo dificulta, aleja e impide la pre-sencia de los pobres entre los pobres.Los sectores sociales ms vulnerables oque han quebrado sus vnculos consigomismos con sus familias o con el entornosocietal difcilmente forman e integran es-tos grupos (Mallimacci, 1996).

    Hemos podido distinguir al menoscuatro tipos significativos de presenciasocial del catolicismo en los sectores po-pulares. Presencias que no se oponenentre s, sino que forman parte del actualconsenso negociado del catolicismo ar-gentino. Los separamos para el anlisisanaltico pero el trnsito religioso al inte-rior de estos catolicismos es intenso ycontinuo.

    Una presencia es aquella brindadapor la fiesta , el viaje", la identidad lo-grada por miles de creyentes participan-tes en las diversas devociones que el ca-tolicismo argentino ofrece en la actuali-

    124

    Catolicismos en sectores populares ante el quiebre del estado de bienestarMallimaci, Fortunato _________________________________________________

    5 Documento del Encuentro Sacerdotal reunido en San Antonio de Arredondo. Pgina 12, 16

    de agosto de 1998.

    6 Una investigacin mayor nos mostrara la disputa entre los diversos grupos catlicos, entre

    aquellos que prioritan la institucin catlica y los que prioritan sus opciones polticas. No se

    trata slo de conflictos entre el gobierno y la Iglesia Catlica sino entre dos maneras de en-

    tender la poltica, la religin y la relacin entre ambas. Problema religioso o problema

    poltico?

  • dad. Desde la Virgen de Lujn, a la Virgende San Nicols pasando por San Cayeta-no o el Seor de Mailn.

    Otra es la del bricolage y cuentapropismo religioso de miles de catlicosque construyen sus propias maneras cul-turales de ser catlicos (desde los que lohacen desde sus espacios privados has-ta los que se relacionan con algn espa-cio institucional).

    Las otras dos estn relacionadascon la crisis del Estado de Bienestar y elmodelo dominante de sociedad: por unlado las necesidades insatisfechas a ni-vel individual y simblico, por otro las ne-cesidades insatisfechas a nivel material.Cada una de ellas ha ido produciendo dostipos de catolicismo muy ligados entreambos: uno buscando dar respuestas alas necesidades de salud y otro a la satis-faccin de necesidades bsicas al nivelde alimentacin, hbitat y trabajo. En elprimero hay mayor insistencia en lo emo-cional y por ende priman las experienciasdel tipo de la Renovacin Carismtica. Enel otro hay mayor insistencia en el com-promiso social donde priman las organi-zaciones del tipo de las Comunidadeseclesiales de base y las parroquias tradi-cionales con su solidaridad asistencial.

    En las investigaciones cualitativasrealizadas en el trabajo de campo, hemospodido distinguir al menos tres manerasde diferenciarse al interior segn intere-ses y proveniencia social:

    a. aquellos que buscan prioritariamentesolucin a sus angustias e incerti-dumbres,

    b. aquellos que encuentran en la parro-quia o en los grupos una manera re-

    conocida como legtima para colabo-rar en la ayuda a los dems,

    c. aquellos que quieren impulsar lacreacin de actores sociales signifi-cativos y autnomos relacionandosus necesidades materiales con susbsquedas religiosas .

    Los grupos se distinguen no tantopor las orientaciones ideolgicas diferen-ciadas sino por la importancia que dan aalgunas de las tres dimensiones. Esta si-tuacin nos estara mostrando que en losactuales grupos catlicos se combinanrespuestas a situaciones subjetivas, ne-cesidades objetivas y vnculos relaciona-les. Se combinan elementos de creenciaspolticas y religiosas.

    Los grupos catlicos organizadosque hoy vuelven a ganar legitimidad y no-toriedad en los sectores populares sonaquellos que combinan la crtica con lasolucin inmediata a las necesidades. Uncaso de continuidad en la renovacin esel de Caritas. Presente en cada una delas parroquias y capillas catlicas queexiste en el pas, permite una relacin di-recta y capilar con las situaciones de vul-nerabilidad social y personal: a los tradi-cionales comedores, roperos y farmaciasse han sumado planes de construccincomunitaria de viviendas, cursos de ca-pacitacin, microemprendimientos, bol-sas de trabajo, proyectos de asistenciatcnica, evaluacin de programas socia-les, etc. La casi totalidad de la ayuda so-cial de origen catlico que se brinda enlos barrios populares es canalizada poresta organizacin. La crisis en la pre-sencia social del Estado y el descreimien-to con respecto a la ayuda oficial ha he-

    125

    ____________________________ Revista de Ciencias Sociales, Vol. VI, No. 1, 2000

  • cho de Caritas una de las institucionesms importantes para canalizar recursoshacia sectores populares tanto privadoscomo pblicos.

    Las ltimas inundaciones del mesde abril-mayo de 1998 fueron un signo deesta nueva situacin. La solidaridad de lapoblacin argentina (personas, familias,empresas y fundaciones) hacia los inun-dados no se canaliz preferentementehacia las instituciones estatales (casa delas provincias, escuelas, ministerios) sinoque se hizo fundamentalmente hacia lasinstituciones catlicas, destacndose elSantuario de San Cayetano y las Caritaslocales y nacional. Ms an, la ayuda me-ditica -es decir, la donacin de dinerodurante semanas por un canal de televi-sin en programas de alta audiencia- secanaliz tambin por Caritas Nacional.

    El hecho de que una de las precan-didatas a la presidencia de la Nacin porla alianza opositora haya manifestadoque si llega al gobierno dara el manejode las polticas sociales a Caritas mues-tra que el tema ha dejado los espaciosreligiosos para ser tema de discusinpoltico general.

    Cmo es posible que la hastaayer desacreditada asistencialista Cari-tas - tanto en el Estado como en el cam-po catlico, especialmente el llamadoprogresista y con numerosos conflictosinternos por el manejo autoritario de lamisma- sea hoy uno de los principalessmbolos de la ayuda social? Indudable-mente ms que el cambio interno de Cari-tas, lo fundamental es dar cuenta delcambio profundo en el Estado (que vienedejando o desea dejar parte de la accin

    social en manos del tercer sector) y enla sociedad que reconoce credibilidad yseriedad en esta institucin, catlica porexcelencia.

    Aqu es necesario entonces pro-fundizar sobre el aumento en legitimidad,impacto e importancia del catolicismo anivel societal no tanto por su dispensa debienes simblicos de salvacin sino porsu presencia social reconocida. Pero lapresencia social catlica, no fue la viejabandera del integralismo catlico a fin derecristianizar la sociedad? (Mallimacci,1988). La crtica al liberalismo no es nue-va en el catolicismo sino que proviene deuna extensa, profunda y diversa matriz deintransigencia y combate al liberalismoeconmico, social y cultural. Hoy, que-bradas las experiencias de los pases co-munistas y la social cristianas por crearalternativas durables al capitalismo, elmovimiento catlico hace de su crtica alcapitalismo salvaje uno de sus principa-les ejes de accin, de encantamiento y deconstruccin de utopa.

    Conclusin

    Este proceso debe ser analizadotomando en cuenta las afinidades electi-vas que se producen entre ciertas ticas ylos comportamientos sociales y polticos,la negociacin que se crea al interior delconsenso catlico por delimitar espaciosy rdenes legtimos (ponerle nombre alas cosas) y las mltiples relaciones que,en un momento de crisis de un tipo de es-tado, se abren a una institucin amplia,jerrquica y globalizada como es la Igle-sia Catlica.

    126

    Catolicismos en sectores populares ante el quiebre del estado de bienestarMallimaci, Fortunato _________________________________________________

  • Esto nos lleva a afirmar que:1. La importante ayuda social de la Igle-

    sia Catlica va acompaada con unadeslegitimacin discursiva crecientepor parte de la institucin eclesial tan-to a nivel nacional como internacionalde los actuales modelos econmicosdominantes. Se denuncia en BuenosAires, San Pablo, La Habana o Romael capitalismo salvaje, el modeloneoliberal, el individualismo hedo-nista, la destruccin de las familiaspor el actual crecimiento de la pobre-za y la desocupacin, la globaliza-cin excluyente junto con declaracio-nes sobre la revisin del pago de ladeuda externa por parte de los pa-ses empobrecidos a los industrializa-dos, etctera.

    2. El discurso antiliberal o anti-neolibe-ral catlico puede producir afinidadescon grupos y personas sean de orien-tacin derechista, izquierdista o anti-sistmicas, hoy tambin enfrentadas- desde perspectivas distintas - al mo-delo hegemnico del mercado nico.Aqu debemos ser cautelosos, preca-vidos e investigar con detenimientopara distinguir posiciones, sentidos yposturas. Sacerdotes o lderes catli-cos son llamados a participar en con-ferencias, talleres o grupos de refle-xin diversos. Con los catalogados deizquierda, a fin de criticar juntos el

    capitalismo salvaje y el ajuste es-tructural; con los catalogados de de-recha, a fin de denunciar como el de-moliberalismo destruye races, identi-dades y tradiciones y con los catalo-gados como antisistema, a fin dedemonizar la sociedad actual deconsumo.(1)

    3. Varios sacerdotes encuentran hoy enla crtica social o simblica al actualestado de malestar un nuevo senti-do a su ser religioso. Si hasta ayereran casi exclusivamente los sacer-dotes sanadores los que aparecanrealizando acciones extraordinariasy por ende recibiendo una compensa-cin emocional a la descalificacinde su posicin social en sectores po-pulares, hoy vuelven a tener presen-cia los sacerdotes crticos al modelosocial y econmico. Pero a diferenciade dcadas anteriores, donde esaprotesta se expresaba en trminospolticos y partidarios, hoy se realizadesde la accin cotidiana de la ayu-da solidaria y acompaando a lasdiferentes demandas. En la mayorade los barrios y parajes, los catlicosall insertos son reconocidos y busca-dos ms por su accin social quecomo especialistas de lo sagrado.

    4. El ejercicio de esta accin extraordi-naria", (carismtica en otros trmi-nos) - sea la de sanar como la de ob-

    127

    ____________________________ Revista de Ciencias Sociales, Vol. VI, No. 1, 2000

    (1) El caso argentino brinda ejemplos a tener en cuenta. Grupos del nacionalismo y del catolicismotienen una larga presencia y afinidad electiva con el antiliberalismo . Meses atrs ( marzo/ abril1998) aparecieron carteles callejeros (como sucede al menos una vez al ao) con la siguienteinscripcin: ELLOS NOS ENSEARON (junto a las fotos de Jordan Bruno Genta, Padre JulioMeinvielle, Carlos Sacheri y Padre Castellan) QUE EL SISTEMA DEMO - LIBERAL: divide lanacin en partidos polticos, mediatiza los poderes pblicos, entrega el patrimonio nacional a lausura internacional, degrada las ideas y las costumbres, corrompe la institucin familiar, fomen-ta la lucha de clases en el pueblo, quita a las FFAA su misin especfica: la defensa de la sobera-na nacional, paganiza la vida pblica. CONVOCAMOS A LA RESISTENCIA . Estos cartelesestaban firmados por un Movimiento Legionario de Santiago Apstol.

  • tener y brindar ayuda social - apareceentonces como una fuerza de com-pensacin ideolgica, permitiendo aldiscurso eclesistico en su conjuntoreencontrar por el juego de la relegiti-macin proftica, un nuevo lugar y es-pacio en el mercado social y simbli-co frente a la competencia de otrosactores religiosos y sociales.

    5. El catolicismo contina siendo elprincipal referente de la mayora delos argentinos y argentinas, gozandode confiabilidad y adhesin, ponien-do as en tela de juicio ciertas afirma-ciones sobre su lenta desaparicino sobre el cambio en la identidad re-ligiosa exigiendo a los investigado-res revisin de sus conceptos teri-cos. Pero debemos recordar una vezms que hay varias memorias catli-cas disponibles con diversos espe-sores histricos sin que la institucinlogre hoy hegemonizarlas y contro-larlas. En el mbito popular su pre-sencia es diversa, encontrndose endilogo y competencia con otras ex-periencias religiosas, especialmenteevanglicas.

    6. La crisis del Estado de Bienestar estambin la crisis de concepciones na-cionalistas y romnticas sobre lo po-pular. Nuevas identidades debenrehacer entonces un orden negocia-do en los comienzos del siglo XXIcon otro tipo de Estado, otra sociedady otros grupos religiosos en pugna. Elcatolicismo que haba logrado entrelos 30 y los 80 identificarse como na-cionalismo de sustitucin lograndoque amplios sectores lo reconozcancomo garante de identidad e integra-cin social y cultural en una sociedadde pleno empleo (es digno de notar

    como el sindicalismo argentino reco-noci y reconoce en la institucin ca-tlica un interlocutor privilegiado) hoydebe rehacer esa identidad en estanueva situacin de precariedad labo-ral, vulnerabilidad y pobreza. Laidentidad catlica del Estado de Bie-nestar que acompa especialmen-te la movilidad ascendente de am-plios sectores medios, hoy deberdar paso a una nueva identidad catli-ca en una sociedad que se reconocecomo pluralista y respetuosa de la ac-tual diversidad religiosa al mismotiempo que se empobrece y angustia.Cmo, con quines y desde dndeser construida?

    7. La bsqueda de ciudadana religio-sa, es decir donde a todos los ciuda-danos de una comunidad se le garan-ticen los mismos derechos y obliga-ciones religiosas, pone en tela dejuicio el viejo integralismo catlicoque reclamaba monopolios y poderde nominacin legtima. El ejemplocitado de Caritas muestra las tensio-nes. Por un lado su ayuda social lle-ga a todos los que la demanden sinpreguntar su adhesin religiosa y porende, esto aumenta su legitimidadsocial. Por otro, como toda institucinreligiosa, parte fundamental de su ra-zn de ser est en aumentar susadeptos y adherentes, hecho dificul-tado al presentarse como organiza-cin social creando ciertos desen-cantos entre sus miembros que noven crecer la pertenencia catlica.Se legitima ms una presencia queuna doctrina; un estar junto al sufri-miento que una afirmacin dogmti-ca; una profesionalizacin crecientedadora de sentido que una mirada

    128

    Catolicismos en sectores populares ante el quiebre del estado de bienestarMallimaci, Fortunato _________________________________________________

  • compasiva; una identidad barrial enbsqueda de lo nacional fortalecedo-ra de la sociedad civil que una pre-sencia religiosa.

    8. La crisis de credibilidad actual de lospartidos polticos muestra tambincmo esos espacios pueden ser lle-nados por otros actores. La bsquedade sentido en sociedades angustia-das e inciertas como las actuales seha pluralizado y ninguna institucingarantiza hoy el monopolio. Que laIglesia Catlica gane confiabilidad yque aparezca hoy con prcticas y dis-cursos de oposicin, nos ensea quela relacin entre catolicismo - socie-dad - estado es un proceso abiertofruto de la dinmica de los distintosactores presentes en un momentohistrico determinado. Tanto la oposi-cin de centro izquierda como el pe-ronismo, reconocen, dialogan y senutren (entre otras vertientes) de losmilitantes del movimiento catlico,especialmente de aquel presente enlos heterogneos sectores popula-res. Esto nos muestra, una vez ms,que el catolicismo debe analizarsesocial e histricamente principalmen-te como una relacin en continuo mo-vimiento, lucha y pugna en el conjun-to de la sociedad ms que como unasituacin que puede aislarse y recor-tarse en un estrecho campo religioso.

    La crisis del Estado de Bienestar hadejado a millones de ciudadanos en esta-do de alta vulnerabilidad. El desempleo,la precarizacin y exclusin han venido ainstalarse en medio de nosotros. Profun-dizar la democracia al servicio de los vul-nerables y discriminados, lograr una go-bernabilidad que aumente la ciudadana,

    encontrar una integracin para todos loshabitantes de nuestro pas y brindar sen-tido a los millones que hoy se encuentranangustiados, necesita de un nuevo con-trato social inclusivo, entre sociedad,mercado y Estado. Nuevos y antiguosgrupos religiosos tienen all uno de losgrandes desafos, no slo para hacer cre-cer sus adeptos sino para ampliar la ciu-dadana social, poltica, religiosa e indivi-dual a fin de hacer ms vivibles y felices anuestras sociedades.

    Bibliografa citada

    Bourdieu Pierre 1988. Cosas Dichas, Gedisa:Buenos Aires, Argentina.

    Bustelo-Minujin (1998). Todos entran. Pro-puesta para sociedades incluyen-tes, Bogot: Unicef-Santillana.

    Garca Canclini (1995). Consumidores y ciu-dadanos, Grijalbo: Buenos Aires, Ar-gentina.

    Hervieu Leger, Daniele (1993). La Religionpour Mmoire, Pars: Cerf.

    INDEC, Encuesta Permanente de Hogares,mayo de 1998. Publicada en Clarn,7/09/98.

    Mallimaci, F. (1996). Diversidad catlica enuna sociedad globalizada y exclu-yente. Una mirada al fin del mileniodesde Argentina . En Sociedad y Re-ligin, nro. 14/15, Buenos Aires, Ar-gentina.

    Mallimaci, F. (1996). Protestantismo y polticapartidaria en la Argentina en TomsGutirrez, comp. Protestantismo y po-ltica en Amrica Latina y el Caribe,Lima : Cehila.

    Mallimaci, F. (1996). Diversidad catlica enuna sociedad globalizada y excluyen-te. Buenos Aires, Argentina: Sociedady Religin, nro. 14/15, noviembre.

    129

    ____________________________ Revista de Ciencias Sociales, Vol. VI, No. 1, 2000

  • Mallimaci, F. (1998). El catolicismo integral.Buenos Aires, Argentina: Biblos.

    M. Hill (ed.) (1976). A Sociological Yearbookof Religion in Britain , Londres. 1971citado en M. Hill, Sociologa de la Reli-gin, Madrid: Cristiandad.

    Mignone. E. (1986). Iglesia y dictadura: el pa-pel de la Iglesia a la luz de sus rela-ciones con el rgimen militar. Bue-nos Aires. Argentina: EPN.

    Poulat, Emile (1987). Desbordes del camporeligioso. En Weil-Strauss-Poulat,Religin y Poltica, Buenos Aires, Ar-gentina: Hachette.

    Romer Graciela y asociados (1997). Religiny religiosidad. Capital y conurbanobonaerense. Universo mayores de18 aos Noviembre Buenos Aires. Ar-gentina.

    130

    Catolicismos en sectores populares ante el quiebre del estado de bienestarMallimaci, Fortunato _________________________________________________