Cenáculos y peñas literarias - Ildefonso Pereda

6
CENÁCULOS Y PENAS LITERARIAS por ILDEFONSO PEREDA VALDÉS 1 El cenáculo más importante de co- mienzos del siglo XX fue la Torre de ios Panoramas, al que presidía como pontífice máximo Julio Herrera y Reissig. Estaba ubicado en la calle Itu- zaingó esquina Reconquista en una vieja casa que aún se conserva intacta y que después de pasar por varios ava- lares se transformará, como un digno final, en la sede del Instituto Nacional del Libro, dependencia del Ministerio de Cultura y hoy es el Museo Herrera y Reissig. "La casa era área, dice un cronista, en pleno cielo, entre nubes. Desde su ruinosa abertura se veía luen- gc faja de mar, un mar inmenso, agita- do y quejumbroso en los dias inverna- les; azul cornu ensueño, sosegado y pen- sativo. Por esas aberturas penetraba triunfante el pampero en los días gri- ses sin sol y sin alegría. Allí vivía Ju- üo Herrera y Reissig. Allí se reunían ios poetas y los soñadores. Las paredes estaban cubiertas de grabados de Gus- tavo Doré. De allí el nombre, Al pie de cada grabado un soneto. Doré ilus- traba a la Torre y sus poetas ilustra- ban a Doré". En la Torre de los Pano- ramas, alejado de la vulgaridad vivía el poeta alentando a los poetas jóve- '"•es. A pesar de la amargura provoca- da por la enfermedad que lo aqueja- ba y por ese desacuerdo fatal con el ambiente que lo rodea más allá de las paredes del santuario, porque del ce- náculo, en aquella "santa santorum'' de la poesía, encontraba su atmósfera cálida y cordial. ¿Quiénes eran los contertulios que recogían fervorosamente el credo del 1 mago de la Torre de los Panoramas? César Miranda, Andrés Demarchi, Ju- lio Lerena Joanicó, Pablo Minelli Gon- zález, Toribio Vidal Belo, José lila Mo- reno, Carlos López Rocha y Teodoro Herrera y Reissig. Aves de paso fue- ron Florencio Sánchez, Alvaro Arman- do Vasseur y Mas y Pi. En 1900 cuando- se iniciaba en Montevideo la renova- ción total del romanticismo bajo la in- fluencia modernista de Julio Herrera y Reissig, otro grupo de iniciados en las nuevas doctrinas estéticas sin que existiera una conexión directa con la Torre de los Panoramas, fundaron de- safiando el incomprensivo ambiente montevideano de entonces una agru- pación de cultores de la Gaya Ciencia que en ciertos aspectos por su evoca- ción de la Edad Media en su acta de fundación parecía un cenáculo román- tico. Se llamó el CONSISTORIO DEL GAY SABER. La descripción del am- biente pobre y estrecho del Consisto- rio se debe a uno de sus contertulios, el historiador José María Fernández Saldaña, que escribió sobre él una pá- gina evocativa. "Era una pieza larga y ALMANAQUE DEL BANCO DE SEGUROS DEL ESTADO * 85

description

Cenáculos y peñas literarias, de Ildefonso Pereda Valdés

Transcript of Cenáculos y peñas literarias - Ildefonso Pereda

Page 1: Cenáculos y peñas literarias - Ildefonso Pereda

CENÁCULOS YPENAS LITERARIAS

por ILDEFONSO PEREDA VALDÉS

1

El cenáculo más importante de co-mienzos del siglo XX fue la Torre deios Panoramas, al que presidía comopontífice máximo Julio Herrera yReissig. Estaba ubicado en la calle Itu-zaingó esquina Reconquista en unavieja casa que aún se conserva intactay que después de pasar por varios ava-lares se transformará, como un dignofinal, en la sede del Instituto Nacionaldel Libro, dependencia del Ministeriode Cultura y hoy es el Museo Herreray Reissig. "La casa era área, dice uncronista, en pleno cielo, entre nubes.Desde su ruinosa abertura se veía luen-gc faja de mar, un mar inmenso, agita-do y quejumbroso en los dias inverna-les; azul cornu ensueño, sosegado y pen-sativo. Por esas aberturas penetrabatriunfante el pampero en los días gri-ses sin sol y sin alegría. Allí vivía Ju-üo Herrera y Reissig. Allí se reuníanios poetas y los soñadores. Las paredesestaban cubiertas de grabados de Gus-tavo Doré. De allí el nombre, Al piede cada grabado un soneto. Doré ilus-traba a la Torre y sus poetas ilustra-ban a Doré". En la Torre de los Pano-ramas, alejado de la vulgaridad vivíael poeta alentando a los poetas jóve-'"•es. A pesar de la amargura provoca-da por la enfermedad que lo aqueja-ba y por ese desacuerdo fatal con elambiente que lo rodea más allá de las

paredes del santuario, porque del ce-náculo, en aquella "santa santorum''de la poesía, encontraba su atmósferacálida y cordial.

¿Quiénes eran los contertulios querecogían fervorosamente el credo del1

mago de la Torre de los Panoramas?César Miranda, Andrés Demarchi, Ju-lio Lerena Joanicó, Pablo Minelli Gon-zález, Toribio Vidal Belo, José lila Mo-reno, Carlos López Rocha y TeodoroHerrera y Reissig. Aves de paso fue-ron Florencio Sánchez, Alvaro Arman-do Vasseur y Mas y Pi. En 1900 cuando-se iniciaba en Montevideo la renova-ción total del romanticismo bajo la in-fluencia modernista de Julio Herreray Reissig, otro grupo de iniciados enlas nuevas doctrinas estéticas sin queexistiera una conexión directa con laTorre de los Panoramas, fundaron de-safiando el incomprensivo ambientemontevideano de entonces una agru-pación de cultores de la Gaya Cienciaque en ciertos aspectos por su evoca-ción de la Edad Media en su acta defundación parecía un cenáculo román-tico. Se llamó el CONSISTORIO DELGAY SABER. La descripción del am-biente pobre y estrecho del Consisto-rio se debe a uno de sus contertulios,el historiador José María FernándezSaldaña, que escribió sobre él una pá-gina evocativa. "Era una pieza larga y

ALMANAQUE DEL BANCO DE SEGUROS DEL ESTADO * 85

Page 2: Cenáculos y peñas literarias - Ildefonso Pereda

angosta ¿on ,un balcón en el que nuncahabía sol, dos puertas laterales coordi-nadas y otra que daba a un corredor ogalería cerrada con vidrios comunes.La escalera era un fatigoso y oscurocaracol de madera que concluía bajoun tragaluz sin ventana abierta al cie-lo. El mobiliario se reducía a dos ca-tres, cuatro sillas, un lavatorio, unacómoda que nunca se veía cerrada, unamesa de luz y una percha de maderade cuatro anillos. Adornaban las pa-redes una lámina de Víctor Hugo: lapuesta de so¡ de Riviere, cromo triste,oíros dos retratos, multitud de dibujosmíos, una pipa y algunos apuntes deQuiroga".

El segundo Consistorio que se reuníaen la casa de la calle Cerrito 113, notenía mejor estampa. Dos de sus con-tertulios, José María Delgado y Alber-to Brignole, dijeron en su "Vida yobra de Horacio Quiroga", "que se res-piraba allí una fragancia de ruina poé-tica como en la Itálica, de Caro. Her-mosos pájaros poblaban la arboleda.En el centro, cubierta de musgo, unaestatua de mujer en actitud de volcarel cántaro sobre la pila".

El CONSISTORIO DEL GAY SA-BER, estaba gobernado por un Pontí-fice, Quiroga, un Arcediano, Ferrando,un sacristán, Jaureche. un campanero,Brignole, y dos monagos, AsdrúbalDelgado y Fernández Saldaña. Además.de sus consecuentes iniciados asistíana las sesiones: Julio Lorenzo, EmilioBarbaroux, Eduardo de las Muñecas ycomo artista plástico oficial: VicentePuig.

La decadencia del Consistorio delGay Saber se inicia cuando los neo-trovadores se convencen de que han vi-vido hasta ahora en un nihilismo ab-soluto, y cuando las actividades perso-nales de algunos de ellos los alejan delcenáculo. Sus sesiones se hacen másespaciadas y en vez de reunirse diaria-mente, se reunían con intervalos. Elsuceso más trascendente del Consisto-

rio del Gay Saber fue la visita en dis-tintos momentos de dos grandes líri-cos Leopoldo Lugones y Julio Herreray Reiasig. César Miranda que habíaconcurrido a algunas sesiones del pri-mer Consistorio fue el "trait d'uníon"entre la Torre y el Consistorio y fue élquien llevó al Consistorio al lírico de"los peregrinos de piedra". La visitade Lugones tuvo trascendencia y de lalectura de sus sonetos, surgió, sin duda,la polémica literaria de quien imitó aquien, Lugones a Herrera o Herrera aLugones, en la que intervinieron enfavor de una u otra tesis Rufino Blan-co Fombona, José P ere ir a Rodríguez yHoracio Quiroga.

No cabe duda que tanto la Torre delos Panoramas, como el Consistorio,ejercieron profunda influencia en laevolución de ¡a poesía uruguaya desdeel simbolismo al modernismo, pero estainfluencia no se hizo sentir en su épo-ca, sino años después. Los dos cenácu-los de refinado esteticismo y dandysmofueron tradición al mente continuadospor dos cenáculos bohemios; EL POLOEAMBA y BOHEMIA. Los contertuliosde la peña del Café Polo Bamba y losdo la revista "Bohemia", imitaban lavestimenta y las "poses" antiburguesasde los personajes de la novela de En-rique Murger: "Escenas de la vida bo-hemia". Usaban grandes meJenas, som-breros aludos, corbatas sueltas de co-lores estridentes, con preferencia elrojo. Se expresaban con frases lapida-rias y chistes ingeniosos, cuando no hi-rientes, que repetían .sus admiradoresde café. Tal indumento caracterizaba alos poetas, editores, periodistas y co-merciantes con veleidades literarias,que concurrían asiduamente al Café deSeverino San Román, o al Café de lacalle Defensa y Carapé donde se reu-nía "Bohemia". Tal era la forma devestir un tanto uniforme de LeoncioLasso de la Vega, Ernesto Herrera, Al-berto Maccíó, de Florencio Sánchez.Contrastaba el dandysmo de Roberto

86 * ALMANAQUE DEL BANCO DE SEGUROS DEL ESTADO

Page 3: Cenáculos y peñas literarias - Ildefonso Pereda

de las Carreras, el de Herrera y Reis-sjg, "con su americana negra, un plas-trón de faya, su sombrero blando y susguantes grises" con la bohemia de losconcurrentes al Café de Severino SanRomán situado en la esquina de ]acalie Ciudad el a y Colonia. Tenemosreferencias de dos peñas del Polo Mam-ba, una a la que concurrían asiduamente periodistas y hasta gramáticos, yotra peña más espectacular y ruidosa,más renombrada por la calidad de suspoetas, que presidia con gesto olímpicoy trascendente Aurelio del Hebrón(Alberto Zum Felde). A la primera,más modesta, pertenecían Luis MaríaGuinasso, Guillermo Busch, Carlos Ca-llorda y Callorda, los hermanos Valla-rme, el gramático español FranciscoGómez Marín y esporádicamente, Flo-rencio Sánchez. La gran peña animosay vocinglera, era el escándalo del CaféPolo Bamba. La integraban además deZum Felde, Manuel Medina Bentancort,Ángel Falco, Julio Deheza, HoracioDura y el infatigable alentador y ami-go de poetas, editor fervoroso de He-rrera y Reissig, de Lasso de la Vega,de Delmira Agustiní, Orsini Beriaiii yotro editor y famoso librero, ClaudioGarcía, figura pintoresca e irascible,ton su aspecto flaubertiano, pero deun fondo muy bondadoso, y que notuvo recompensa económica en su cru-zada de editar a los autores naeionaiasen numerosos volúmenes de sti biblio-teca "Ariel", sino la satisfacción per-sonal de haber contribuido a 'a difu-sión en sus valores más positivos a lacultura uruguaya. Concurrían tambiénRicardo Elíseo Gómez y Alberto Las-places; este último perteneció a trescenáculos: "Polo Bamba", "Bohemia"y "La Cruz del Sur",

"Bohemia" se fundó en 1908 con laPublicación de la revista dei mismonombre que duró escasamente un año,pero el grupo sobrevivió. Se reunía laPeña "Bohemia" en la primera época,en la trastienda del comercio de Julio

Alberto Lista, y más tarde en el caféde la calle Defensa y Carapé. Compo-nían el grupo Julio Alberto Lista.Leoncio Lasso de la Vega, Alberto Las-places, Ernesto Herrera. Orosmán Mo-ratorio (hijo), José Pedro Bellán, Cé-sar Mayo Gutiérrez y Carlos Gamba.La reiteración de casi los mismos nom-bres entre el "Polo Bamba" y "Bohe-mia", demuestra la uniforme estructu-ra espiritual de ambos cenáculos, en loque se refiere a ideologías, con caídasal anarquismo individualista y el des-precio hacia las normas clásicas o bur-guesas. Uno de sus componentes con-fesó, por otra parte que e] grupo sellamó "Bohemia", porque era naturalque se cediera al influjo de las magis-trales "Escenas de la Vida bohemia"de Enrique Murger. En la revista "Bo-hemia", colaboraron los mejores escri-tores uruguayos de la época: José En-rique Rodó, Julio Herrera y Reissig,Samuel Blixen, Carlos Roxlo, Javierde Viana y Alonso y Trelles (El ViejoPancho).

Como cabe a tan gran individualidadegolátrica, Roberto de las Carreras,fundó su propia capilla en el Café Mo-ka, ubicado en la esquina de Sarandiy Policía Vieja, con puertas de entra-da por ambas calles. Asistía a esta pe-ña, además de Roberto de las Carre-ras, pontífice máximo, a quien llama-ban sys acólitos "EL Divino Maestro",Aurelio del Hebrón (Alberto Zum Fel-de) que con su aspecto rubicundo deascendencia germánica lucia una me-lena hasta el cuello y al que llamabaní-"Príncipe del Idea]". Teodoro JoséBarboza, secretario perpetuo e incon-dicional admirador del "genio" iras-cible y donjuanesco del Café Moka, yluciendo una melena de segunda cate-goría: Carlos María de Vallejo. Con estapeña terminan las tertulias bohemias.

En un Café de la calle 25 de Mayoentre las de Ituzaingó y Juan CarlosGómez, el Café Irígoyen, se reunió dii-zante muchos años una peña literaria

ALMANAQUE DEL BANCO DE SEGUROS DEL ESTADO * 87.

Page 4: Cenáculos y peñas literarias - Ildefonso Pereda

de profesionales y políticos, de poetasy aficionados a la poesía y de eruditos.La época de la bohemia literaria habíapasado definitivamente. Los poetas yano llamaban la atención con sus largasmelenas y sombreros aludos. Un poetade aquella época decía en su autobio-grafía: ''No tomo morfina, ni cocaína,ni fumo, ni bebo alcohol. Me baño to-dos los días, uso el pelo corto y lostrajes sin mancha". Se explica que losintegrantes de la peña del Café Irigo-yen vistan con pulcritud y elegancia.Algunos como el Dr. Carlos MaríaPrando se destacaban por su acicala-miento afectado en el vestir. Casi todosellos gozaban de una posición econó-mica desahogada, algunos eran hastaricos y ocupaban altos cargos, minis-tros, diputados, jerarcas de la Banca.Así como las peñas bohemias trascen-dían a anarquismo, la peña del CaféIrigoyen trascendía a socialismo, a pe-sar del aspecto burgués de sus conter-tulios, por influencia del leader delPartido Socialista asiduo concurrente,y uno de sus más destacados miem-bros, Emilio Frugoni, aunque política-mente había concurrentes de la peñaque eran blancos o colorados: IsmaelCortinas, político nacionalista, de rele-vancia y dramaturgo, Fernán SilvaValdés, que ya era el autor de "Aguadel Tiempo", el poeta Julio Raúl Men-hilaharzu, Carlos María Cantú, drama-turgo, y Buenaventura Caviglia (hijo),erudito filólogo, Julio Silva Valdés, au-tor de un libro de poesías: "Oriental",con in-clinación vocacional por los es-tudios históricos; Carlos Zum Felde,pceta y bancario, Orestes Baroffio, ar-ouitecto y cronista, Lorenzo Mérola,famoso cirujano, Héctor Dupont y JuanCarlos Neto, banearios, Eduardo Rodrí-guez Larreta, Director de "El País" yPablo Blanco Acevedo, historiador.

En 1920 aparece en Montevideo larevista "Los Nuevos", dirigida por Fe-derico Morador e Ildefonso PeredaValdés. Zum Felde, en su "Proceso In-

telectual del Uruguay" (t. 3), dice deesta revista: "Publicación efímera co-mo casi todas, las de su género, fue laantena virgen que recibió los primerosmensajes radiográficos del Creacionis-mo y los ealigramas cubistas de Apg-llinaire. Fue en sus páginas que apa-recieron por primera vez en el Uru-guay, comentarios y traducciones deCocteau, de Jacob, de Jules Romains,de Vildrac de Reverdy y la pléyadecompleja de corifeos ultraístas y crea-cionistas españoles movimiento queentonces agitaba el ambiente intelec-tual de Europa teniendo como centroParís, Berlín y Milán. V en las notasbiográficas y bibliográficas de "AnAnthology of Contemporary Lat ínAmerican Poetry" de Dudde Fitts. deNew York, se dice de esta revista: "LosNuevos" inician el comienzo del expe-nmentalismo en América". "Los Nue-vos" ocupaban un pequeño local en lácalle Misiones 1489, donde se reuníanlos poetas vanguardistas. A la sede de"Los Nuevos" concurrían, Arturo Car-bonell Deballi, encargado de la secciónbibliográfica de la revista, Víctor Bo-nifacino, que habló en "El Ateneo"acerca de las nuevas tendencias lite-rarias (Ultraísmo, creacionismo). Eni;na crónica de un diario local se decíacomentando la conferencia de VíctorEonifacino, autor de varias novelas ylibros de poesías, y una biografía deHivera: "La escasez de público demos-tro el poco interés por las nuevas ten-dencias literarias". Concurrían al ce-r.áculo de los nuevos, el escultor En-rique Lussich, Carlos César Lenzi, crí-tico teatral de la revista, Julio RaútMendilaharzu, Luis Eduardo Pombo,critico literario, José María ArocenaBlanco, Marcos Muñiz, Ofelia Calo Be-rro y Mario Esteban Crespi.

Después de "Los Nuevos" se forma-ron sendos cenáculos adscriptos a lasrevistas "Teseo" y "La Cruz deJ Sur".El grupo "Teseo" capitaneado porEduardo Dieste, se reunía en el Café

88 * ALMANAQUE DEL BANCO DE SEGUHOS DEL ESTADO

Page 5: Cenáculos y peñas literarias - Ildefonso Pereda

"Tupi Nambá", en su viejo local de lacalle Juncal y Buenos Aires. En elprimer número de la Revista "Teseo"Et publicó un registro de Jos miembrosde la agrupación recientemente funda-da que pretendía ser una tabla de je-rarquía de nuestra cultura, separandoa los escritores por géneros: novela,poesía, ensayos y a los plásticos, enpintores, escultores, grabadores, etc.La campaña más importante realizadapor el grupo "Teseo" en favor de la li-bertad de pensamiento, fue el mani-fiesto en apoyo del Rector de la Uni-versidad de Salamanca, Don Miguel eleUnamuno, por su confinamiento en laisla de Fuente ventura, por la dictadurade Primo de Rivera, redactado por elDr. Carlos Vaz Ferreira, alegato en fa-vor de la libertad que culminó con ungran acto público en uno de nuestrosteatros. Colaboraron asiduamente en"Teseo", Enrique Casaravilla Lemos,el poeta oficial del gnipo. Pedro Lean-dro Ipuehe, que era colaborador de larevista, pero no concurría a la peña,Juan Parra del Riego, gran poeta pe-ruano, admirado y querido por todos,que dio a conocer en la revista "Te-seo" algunos de sus mejores poemas:"La Serenata de Suray Surita y sus po-li ritmos". Justino Zabala Muniz, erauna de las figuras más importantes de"Teseo" y acababa de publicar su "Cró-nica de Muniz"; Enrique Dieste, Emi-lio Oribe, Carlos M. Princivalle, Ma-nuel de Castro e Ildefonso Pereda Val-dés.

Si Eduardo Dieste había sido el pa-dre espiritual de 'Teseo", la paterni-dad de "La Cruz del Sur" se debe aAlberto Lasplaces. El ex "bohemio" seconvirtió en el animador de los escri-tores de la "nueva sensibilidad", he-cho que demostró el espíritu renovadorce Lasplaces pues la mayor parte desus compañeros de la revista "Bohe-mia" no se renovaron a través deltiempo. En tanto, Lasplaces poseído deu n gran dinamismo animaba a los jó-

venes escritores que formaban un nue-vo frente con "La Cruz del Sur" y ata-caban a la literatura oficial y filistea.

Existió conexión y fraternal amis-tad entre el movimiento argentino"martinfierrista" de la revista "MartinFierro" — que contaba con el apoyode Jorge L. Borges, Ricardo Molinari,Francisco L. Bernárdez, Carlos Mas-tronardi — y el movimiento del crucerodel sur, como antes había existido lamisma conexión entre el ultraísmo es-pañol y "Los Nuevos". Es curíeso ob-servar este hecho: que los animadoresde los movimientos de "Martín Fierro"y "La Cruz del Sur", Ever Méndez yAlberto'Lasplaces, pertenecían a unageneración anterior a la de los jóvenesque prohijaron, y no fueron tránsfugasa su generación, sino comprensivos conla juventud. "La Cruz del Sur" no ol-vidó, no obstante, a los valores del 900con notas tituladas: "Cómo conocí a"evocando las siluetas de Delmira Agus-tini, Florencio Sánchez, a Lasso de laVega, Rafael Barret y a Herrera yReissig, al que se le dedica un númeroespecial, y publicó notas referentes alos valores de la hora, Zavala Muniz,Fabini y a los plásticos Figari, Cúneoy Arzadun. Al cenáculo de "La Cruzdel Sur" concurrían Alvaro y GervasioGuillot Muñoz, Humberto Zarrilli, Ma-rio Esteban Crespi, Julio Verdié, Ma-nuel de Castro, Julio Morenza, AlfredoMario Ferreiro e Ildefonso PeredaValdés,

"Teseo" y "La Cruz del Sur" termi-naban su misión cuando llegó de Es-paña Julio J. Casal para radicarse de-finitivamente en el Uruguay. ReeditóCasal la revista "Alfar" y aglutinó asu alrededor una peña, que se reuníaen un Café de Pocitos y a la que con-currían los colaboradores de '"Alfar":Juvenal Ortiz Saralegui, Uruguay Gon-zález Poggi, Felipe Novoa, MarianoOlivera Ubios, Rafael Casal Muñoz,etc.

ALMANAQUE BEL BANCO DE SEGUROS DEL ESTADO * 89

Page 6: Cenáculos y peñas literarias - Ildefonso Pereda

Las últimas peñas fueron "El salónde artes y letras", la peña del Café"Armonía" y "Meridión".

El salón de artes y letras tuvo susede en la Asociación de Empleadosde. Correos y Telégrafos, en la calleSan José 1138, y fue fundada por di-cha Asociación con fines culturales.Sus primeros presidentes fueron Ilde-fonso Pereda Valdés y Vicente Carre-ra. Los actos más originales de estesalón fueron las críticas públicas quese hicieron de los poemas de los poe-tas jóvenes que leían sus composicio-nes ante un público atento y culto.Mirta Gandolfo debió sufrir aquelladura prueba de su iniciación poética.Participaron de los actos como confe-renciantes, o recitando sus poemas:Héctor Silva Uranga, Ledo Arroyo To-rres, Pedro Leandro Ipuche, NicolásFusco Sansone y Carlos Abayubá Ola-ve.

La peña del Café "Armonía" reunióun grupo heterogéneo de poetas, pin-

tores, músicos, recitadores nacionales yextranjeros. Muchos concertistas de fa-ma dejaron su semilla en aquella peñavariada, heterogénea y vibrante. Entila se sintió la presencia permanentede Ángel Falco, de retorno al Uruguaydespués de una larga ausencia, de Pa-blo Minelli González, Ernesto Pinto,Vicente Morelli, Juan Carlos GómezHaedo, Abelardo Rondan. Animadoresde la peña "Armonía" fueron MirthaCastillo, Mario Dufort y Alvarez, Ra-món Alvarez y Zulma de Alvarez.

La última peña montevideana fue''Meridión" convocada por HumbertoZarrilli y que tenía su sede en un sa-lón de la calle San José entre Cuareíme Ibicuy. Por ella desfilaron todos lospoetas de Montevideo, pero no dejósino un recuerdo efímero, muy dis-tinto al que dejaran los núcleos de"Teseo", "La Cruz del Sur" y "LosNuevos" que pudieron mantener, almenos por unos años, sus órganos depublicidad.

#CGRRE GRAVE RIESGO EL ASEGURADO CONTRA INCENDIO QUE NOCOMUNIQUE CAMBIOS EN SU GIRO

íd'íS ¿uelen controlar su seguro de Jnc-enciio para uno determinada -

C'D5O de negociUy q je can el correr del fSeffipo, por inclusión de nuevos renglones o

modjf ¡catión pardal del CJÍTO, ifegoíi a \a peligrosa situación de que producido un

íinreaírfl, lamentablemente no tienen seguro aur*q**e la péHra este vigente. Esta deter-

mina, cerno se comprenderá, que no percibirán un iofa ceníéiifno par cartcepíc de in-

demnización.

Cabe señalar, a vía de ejemplo, que si una persono aseguVo un depósito de íru'os

del país y con'«i transcurso deí tiempo deposÜa forraíe» en el mismo íocaí, sin curiar

<ei correspondiente aviso ol asegurador, está violando invo lunfa Ha me fiíe eí contraía por

lí'usiún de un elemento peligroso;

to mismo ocure en e! caso é« tornEfcins fliíe incorporan -a tu giro la recarga de

garrafas de ivpergás.

Tanto tino como otro ca&o — así domo en muchos que pu#dtn presentarse — agro-

van e\ riesgo asegurado, siendo necesario que lüt Iríteresüdúi comuniquen al Sania de

Seguras la nueva situación para adecuar ef contrato a la reefidod.

Sófo asi le evitorg qi>e el asegurada na perciba Éncfemnización err caso de un

eventual siniestro,

90 * ALMAStAQtTE DEL BANCO DE SEGUROS DEL