cercas, javier

2
Soldados de Salamina, un juego entre la ficción y la realidad Soldados de Salamina, de Javier Cercas, se ha convertido desde hace meses en un auténtico boom literario. Ya en su 17ª edición ha vendido casi 200.000 ejemplares, ha sido recientemente finalista del Premio de la Fundación Lara a la mejor novela del año, premio de nueva creación al que se suman 11 editoriales, acaba de ganar el I Premio Salambó... Y lleva camino de convertirse en un verdadero fenómeno social, quizá a ello contribuya en algo la versión cinematográfica de la novela que actualmente está llevando a cabo David Trueba y en la que debutará en el cine el actor de Els Joglars Ramón Fonsteré, que encarnará a Sánchez Mazas, protagonista del acontecimiento que da origen a la historia que se nos narra. El tema fundamental del libro no es, en mi opinión, el fusilamiento de Sánchez Mazas -con el transfondo de la Guerra Civil-, sino la reflexión del autor acerca de su propia actividad creadora. El fusilamiento es, como él mismo afirma, la obsesión necesaria que lleva a Cercas a escribir el libro y la anécdota que sirve para captar el interés del lector. Éste, desde el primer momento, tratará de comprender la actitud del miliciano que decide no disparar a Sánchez Mazas cuando lo descubre agazapado entre la maleza. Nunca se eclipsa el autor. Al contrario, transmutado en un alter ego –el Cercas periodista de la novela-, comenta con frecuencia sus progresos y sus estancamientos en la investigación de los hechos que le intrigan y en la elaboración del libro que surgirá de dicha investigación. Se establece así un nexo entre ficción y realidad al que también contribuye la presencia de diversos personajes que, en su enorme mayoría, se corresponden con sendas entidades de carne y hueso: el propio Sánchez Mazas, su hijo Rafael Sánchez Ferlosio, Andrés Trapiello... por citar algunos. El hilo entre lo ficticio y lo real se estrecha tanto que llega el momento en que uno piensa si no estarán todos los personajes basados en seres reales o si, por el contrario, alguno de los que creemos reales no será tan sólo producto de la imaginación del autor. No en vano, el personaje Cercas insiste en que su libro no es una novela “sino sólo un relato real, un relato cosido a la realidad”. (pág. 52) Este género que el autor bautiza como relato real (este juego entre ficción y realidad) es sustancial al texto porque, en el fondo, actúa el juego entre mentira y verdad que afecta tanto a la historia que se está contando como a la relación entre emisor (Javier Cercas y su alter ego) y receptor (lectores reales y ficticios). En no pocas ocasiones el personaje Cercas duda de algunos de los hechos que le cuentan: “Para empezar, descarté la sospecha, que insidiosamente me asaltó mientras leía, de que la libreta fuera un fraude, una falsificación urdida por Figueras para engañarme, o para engañar a alguien” (pág. 61); llegará a dudar incluso de si el fusilamiento de Sánchez Mazas se produjo realmente. Del mismo modo, en algún momento mientras lee, el lector llega a pensar si la historia, que se le presenta como historia basada en la realidad, no será falsa, si no estará siendo engañado. Pero el autor no engaña al lector, juega con él. Juega a explicarle detalladamente cómo va construyendo una historia que le tiene atrapado y que se ve obligado a reconstruir a partir de la memoria fragmentada de diversos testigos de los hechos. Una historia que ahora será ya ficticia, pero totalmente válida; como dice Enrique Páez en un libro de muy reciente publicación, “La memoria

description

reseña

Transcript of cercas, javier

Page 1: cercas, javier

Soldados de Salamina, un juego entre la ficción y la realidad Soldados de Salamina, de Javier Cercas, se ha convertido desde hace meses en

un auténtico boom literario. Ya en su 17ª edición ha vendido casi 200.000 ejemplares, ha sido recientemente finalista del Premio de la Fundación Lara a la mejor novela del año, premio de nueva creación al que se suman 11 editoriales, acaba de ganar el I Premio Salambó... Y lleva camino de convertirse en un verdadero fenómeno social, quizá a ello contribuya en algo la versión cinematográfica de la novela que actualmente está llevando a cabo David Trueba y en la que debutará en el cine el actor de Els Joglars Ramón Fonsteré, que encarnará a Sánchez Mazas, protagonista del acontecimiento que da origen a la historia que se nos narra.

El tema fundamental del libro no es, en mi opinión, el fusilamiento de Sánchez Mazas -con el transfondo de la Guerra Civil-, sino la reflexión del autor acerca de su propia actividad creadora. El fusilamiento es, como él mismo afirma, la obsesión necesaria que lleva a Cercas a escribir el libro y la anécdota que sirve para captar el interés del lector. Éste, desde el primer momento, tratará de comprender la actitud del miliciano que decide no disparar a Sánchez Mazas cuando lo descubre agazapado entre la maleza.

Nunca se eclipsa el autor. Al contrario, transmutado en un alter ego –el Cercas periodista de la novela-, comenta con frecuencia sus progresos y sus estancamientos en la investigación de los hechos que le intrigan y en la elaboración del libro que surgirá de dicha investigación. Se establece así un nexo entre ficción y realidad al que también contribuye la presencia de diversos personajes que, en su enorme mayoría, se corresponden con sendas entidades de carne y hueso: el propio Sánchez Mazas, su hijo Rafael Sánchez Ferlosio, Andrés Trapiello... por citar algunos. El hilo entre lo ficticio y lo real se estrecha tanto que llega el momento en que uno piensa si no estarán todos los personajes basados en seres reales o si, por el contrario, alguno de los que creemos reales no será tan sólo producto de la imaginación del autor. No en vano, el personaje Cercas insiste en que su libro no es una novela “sino sólo un relato real, un relato cosido a la realidad”. (pág. 52)

Este género que el autor bautiza como relato real (este juego entre ficción y realidad) es sustancial al texto porque, en el fondo, actúa el juego entre mentira y verdad que afecta tanto a la historia que se está contando como a la relación entre emisor (Javier Cercas y su alter ego) y receptor (lectores reales y ficticios). En no pocas ocasiones el personaje Cercas duda de algunos de los hechos que le cuentan: “Para empezar, descarté la sospecha, que insidiosamente me asaltó mientras leía, de que la libreta fuera un fraude, una falsificación urdida por Figueras para engañarme, o para engañar a alguien” (pág. 61); llegará a dudar incluso de si el fusilamiento de Sánchez Mazas se produjo realmente. Del mismo modo, en algún momento mientras lee, el lector llega a pensar si la historia, que se le presenta como historia basada en la realidad, no será falsa, si no estará siendo engañado. Pero el autor no engaña al lector, juega con él. Juega a explicarle detalladamente cómo va construyendo una historia que le tiene atrapado y que se ve obligado a reconstruir a partir de la memoria fragmentada de diversos testigos de los hechos. Una historia que ahora será ya ficticia, pero totalmente válida; como dice Enrique Páez en un libro de muy reciente publicación, “La memoria

Page 2: cercas, javier

fragmenta la historia, la ficción puede unir esos pedazos”. Quizá el momento crítico del relato en el que plantea el autor este conflicto entre realidad y ficción sea cuando tiene problemas para encontrar al miliciano que no disparó a Sánchez Mazas: Cercas le manifiesta a Bolaño su preocupación, porque si no da con el miliciano su relato se quedará cojo; el escritor chileno le recomienda entonces que invente el personaje, afirmando: “seguro que el inventado es más real que el real”. (p.178) Dejo ahora en manos del lector que averigüe por sí mismo cómo resolverá este problema el autor. Esta novela es, para finalizar, un magnífico homenaje al que durante siglos ha sido el soporte de la literatura: la memoria, no la escritura. El relato oral, la leyenda que se crea a partir de ese relato oral y el héroe que así se forja son asuntos esenciales de la historia que Cercas reconstruye en su “relato real”. Alberto Roldán García

Pedro Jimenez
Artículo enviado por el autor a la Biblioteca Virtual Extremeña